Diaspora Y Soberania Nacional
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www.soberaniapopular.com Diaspora y Soberania Nacional www.soberaniapopular.com Diaspora y Soberania Nacional Analizando la relación entre la diáspora puertorriqueña y la necesidad de soberania nacional que tiene Puerto Rico. Por Ezequiel González Revisión 2.0 Marzo 29, 2009 1 / 12 www.soberaniapopular.com Diaspora y Soberania Nacional www.soberaniapopular.com Parte I La Diaspora Puertorriqueña El territorio nacional puertorriqueño es relativamente pequeño y ya está sobrepoblado. Para colmo de males, hemos adoptado muchas costumbres y estilos de vida traidos del Norte, de los Estados Unidos Continentales, donde los espacios son enormes y, desde el punto de vista del individuo, el territorio es casi infinito. Y si se llega a sus límites, pues le arrebatamos otro canto a otro pais, y seguimos creciendo. En el caso de Estados Unidos, ese crecimiento es posible. En el nuestro no lo es. Ya nuestro teritorio nacional está definido y no va a crecer. Nuestra población, sin embargo, sigue creciendo. Esto hace que inevitablemente miles y miles de puertorriqueños sigan emigrando. Es algo natural. Cuando un joven puertorriqueño se gradua de Universidad, es lógico que envie aplicaciones a muchos lugares, dentro y fuera del territorio nacional. Si consigue trabajo en Puerto Rico y decide quedarse y hacer su vida en Puerto Rico: Muy bien. Pero si lo llaman de Madrid, de Caracas, de Los Angeles, de México o de Toronto, y si la oferta cumple con todas sus expectativas salariales, y anhelos profesionales ¿qué ha de hacer este joven? ¿Quedarse en Puerto Rico, trabajando en otra cosa, mientras que en otro lugar le han ofrecido un trabajo haciendo lo que el más desea hacer? Lo lógico es que movido por una combinación de aspiraciones profesionales y salariales, parta hacia el exterior. Y una vez allí, si allí se casa y forma su hogar, lo lógico es que allí se establezca y crie su familia. Por otro lado estan los obreros que en un momento dado quedan desempleados. Pasan dias, semanas y meses y las expectativas de conseguir un trabajo permanente, con los beneficios y la seguiridad de empleo de un trabajo permanente se van esfumando. Buscarselas en la calle: 100 o 200 dolares semanales, se puede. Y si eso se combina con el plan médico del gobierno, y el cheque del Programa de Asistencia Nutricional, y la sección 8, y otros beneficios gubernamentales, se puede vivir. Pero la persona que está acostumbrada a la dignidad de un trabajo, sin tener que depender del mantengo gubernamental, se siente humillada por esta realidad. Y si acude al Departamento del trabajo ve una oferta de trabajo en el exterior, acude a la orientación, y allí le dicen, firma en esta linea y en dos semanas vas a tener un trabajo permanente, con el que puedes contar para el resto de tu vida, y en seis meses vas a tener todos los beneficios marginales que tenias en tu último empleo.... ...lo más posible es que esta persona, por más que quiera a su patria, estampe su firma en esa linea. Y si la promesa de ese trabajo se cumple, en unos seis meses estará haciendo planes para traer su familia a su nuevo hogar. Y una vez allí, seria un acto de irresponsabilidad para con su familia, abandonar la 2 / 12 www.soberaniapopular.com Diaspora y Soberania Nacional www.soberaniapopular.com seguiridad que allí tiene, para regresar al suelo patrio. Siempre soñará con regresar, y quiza llegue a hacerlo, digo, si no explota en un taller, como dice la canción, buscando ganar más dinero para darle a su familia lo mejor que pueda, en esa nueva sociedad donde ha venido a vivir. Otras personas, desgraciadamente emígran movidos por otras motivaciones. En su patria lo tienen todo: trabajo, profesión, carrera, amistades, casa, familia, etc. etc. pero no son conformes, y quieren más y más y más y más. El consumerismo se los come, y cuando oyen que el trabajo que en PR les paga 12 dolares la hora, en otro lado paga 18, lo venden todo y dan el salto. Y al llegar allá se dan cuenta que para vivir allá como vivian en PR necesitan mucho más de 18 dolares la hora. Pero ya es tarde. Se crucificaron a si mismos. Y el malestar que eso les causa, lo manifiestan insultando la patria y denigrandola ante el mundo. A esos los conocemos. Para ellos su pais de origen es la letrina del mundo, no sirve, no vale un ca-ra- jo.... Pero no lo pueden olvidar. Siempre lo tienen en la punta de la lengua. Con lágrimas que luchan por no caer, con una tristeza y una melancolia que nunca los va a dejar. Hay de todo en la viña del señor y cuando las heridas sangran, cada cual manifiesta su dolor a su manera. Está, por otra parte, esa segunda y tercera generación. Aquellos que llegaron a Estados Unidos siendo niños, o nacieron allá, de padres puertorriqueños. Se criaron comiendo arroz y habichuela. Viendo televisión hispana. Y escuchando a sus padres hablar de un lugar mítico, a veces perfecto, y a veces peor que un inodoro tapao, que se llama Puerto Rico. Dentro del contexto social en que se criaron, en la ciudad o en el campo, se acostumbraron a que cada grupo social se identifica con sus "raices" su cultura, sus origenes. Y ellos, pa© no quedarse atras se identifican como "boricuas". Y con el tiempo se acostumbran a verse a si mismo como los dueños de ese título, al punto que se creen autorizados a definir que es un boricua, y a exigirle a los demás puertorriqueños a que actuen tal y como ellos actuan. La bandera de Puerto Rico la convierten en su símbolo étnico, en su símbolo de identificacion colectiva. Todavia hay otros: los hijos de puertorriqueños que se han criado entre estadounidenses, alejados de la cultura y las tradiciones que caracterizan a la sociedad puertorriqueña de la Isla y a la sociedad boricua en la diaspora. Estos son los que aunque tienen nombres boricuas nisiquera hablan español, nunca han estado en Puerto Rico, y sienten y piensan como estadounidenses. Pero un día, se encuentran con otros boricuas de la diaspora, o de Puerto Rico, ven a Jose Juan Barea jugando en la NBA, a Carlito siendo bien promovido en la WWE, al equipo nacional de baloncesto patiandole el trasero al equipo olímpico de la NBA, a nuestro equipo de beisbol propinandole un nockout al del Estados Unidos en el Clasico Mundial de Beisbol.... y como a todo el mundo le gusta identificarse con un ganador, en ese momento se sienten orgullosos 3 / 12 www.soberaniapopular.com Diaspora y Soberania Nacional www.soberaniapopular.com y proclaman que "yo tambien soy boricua, yo también soy puertorriqueño". Esta experiencia los lleva a investigar sus racies puertorriqueñas. Algunos no van lejos en esta busqueda. Otros encuentran lo que andaban buscando, y como dice la canción, asumen y proclaman su puertorriqeuñidad diciendo "yo seria borincano, aunque naciera en la luna". Estas son solo algunas de las categorias en que podemos clasificar a la Diaspora puertorriqueña. Puerto Rico, es el elemento común de esa diaspora. Algunos lo ven como el lugar de origen, otros como la meta soñada. Unos como una herencia cultural. Otros como el infierno de donde salimos, y aun otros como el paraiso al cual algún dia, cuando finalmente me retire, aspiro a regresar. La diaspora puertorriqueña, ese pueblo desparamado a lo largo y ancho de la Unión estadounidense, en mayor grado, y a traves del mundo entero, en una densidad menor: ¿Cual debe ser su relación con la Sociedad Puertorriqueña concentrada en el archipielago borincano; Puerto Rico, Vieques, Culebra, y los otros islotes que lo componen? 4 / 12 www.soberaniapopular.com Diaspora y Soberania Nacional www.soberaniapopular.com Parte II Los dos pilares que nos definen como pueblo y le dan razón de ser a nuestra identidad colectiva. La diaspora puertorriqueña, al igual que todas las demas, es un ente social complejo. Hay muchos subgrupos dentro de la misma. Han habido muchas olas de emigrantes que salieron de Puerto Rico en distintas épocas, bajo variadas circunstancias, con distintos niveles de preparación académica, a distintos destinos. Un elemento común a todos ellos, sin embargo, es Puerto Rico. Para unos es un sitio mítico, en el cual nunca han estado. Para otros es ese lugar inmediato, del cual salieron hace apenas unos meses. Para unos es el paraiso, al cual aspiran a regresar. Para otros es la letrina del mundo, que gritan y proclaman que quieren olvidar, pero no pueden hacerlo. Puerto Rico: su cultura, sus valores, sus prioridades, sus necesidades, sus posibilidades, sus ventajas, sus desventajas. Pero sobre todo, ese lugar donde los boricuas, los puertorriqueños son la mayoria. Los que determinan la organización social, la música, las artes, la religión, la cultura. El pais: la sociedad puertorriqueña. En el extranjero siempre viviremos en casa de otro. En medio de otra cultura. En medio de una sociedad establecida sobre valores éticos y prioridades sociales de otra gente. En el mejor de los casos, podremos aportar a una cultura común, al mejoramiento de una sociedad ya establecida, con un ordenamiento social ya existente. Esa aportación es buena, y todo inmigrante debe trabajar por el bien de la comunidad donde vive. Debe adaptarse a la realidad social, a la cultura, de ese lugar, aportando su propia cultura, su propia herencia étnica y nacional al enriquecimiento de la cultura, de la sociedad donde ha venido a vivir. Pero esa participación no es lo mismo que vivir en una cultura propia, en una sociedad donde la organización social, las artes, las organizaciones cívicas, y las normas de sana convivencia social reflejan nuestra identidad colectiva: Nuestra nacionalidad.