Revisions: riure per no plorar | 3 de gener de 2013 | Horari: 21.00 h Trouble in paradise (1932, Un ladrón en la alcoba),

Sinopsi

Lily, una carterista que es fa passar per comtessa, coneix a Venècia al famós lladre Gaston Monescu, que al seu torn es fa passar per baró, i s’enamoren...

Ernst Lubitsch, el director i comèdies que fan d’ell un realitzador de Fitxa artística mida internacional. L’anomenen, fins i tot, Ernst Lubitsch (Berlín, 1892 - Los Angeles, “el David Wark Griffith alemany” i el 1921 és Miriam Hopkins ...... Lily 1947) va ser un director de cinema nord- convidat als Estats Units per primera vegada. americà nascut a Alemanya. Després d’un Herbert Marshall ...... Gaston Monescu inici brillant a Alemanya, fou cridat a Ho- Abandona Alemanya amb trenta anys per anar a Hollywood convidat per Mary Pic- Kay Francis ...... Mme Mariette Colet llywood, on al 1923 començà una carrera que el situà com un dels millors realitza- kford. Vol que la dirigeixi a Dorothy Vernon Charles Ruggles ...... The Major dors de la comèdia lleugera i d’humor, que of Haddon Hall. Ell refusa però sí que ho farà de vegades incloïa una sàtira política. a Rosita, el 1923, la seva primera pel·lícula Edward Everett Horton . . François Filiba americana. Tot un èxit, és contractat per la C.Aubrey Smith ...... Adolph J.Giron Fill d’un sastre berlinès que tenia un repu- Mary Pickford Company i cada pel·lícula su- tat magatzem de roba per homes, Ernst, fill pera la precedent, en qualitat i èxit (crític i co- únic, rep una educació cuidada que comprèn mercial). Es comença a parlar de la Lubitsch igualment les arts dramàtiques. Fascinat pel touch: elegància i sofisticació en la sàtira, teatre abandona l’escola als 16 anys. El seu sentit del ritme i de l’el·lipsi. El 1926 fitxa pare no accepta gaire la vocació del seu fill per la Paramount i realitza la seva primera pel·lícula parlada el 1929: , Fitxa tècnica i el posa a treballar al magatzem. Més tard, de comptable, portarà una doble vida: treba- que obté sis nomenaments als Oscars. Amb l’aparició del so, brillants diàlegs s’afegeixen Director ...... Ernst Lubitsch llar de dia i consagrar-se a la seva passió tea- tral per la nit. Per la intermediació de Victor a la Lubitsch touch (mai no surt als crèdits som guionista o dialoguista). Guió ...... Samson Raphaelson Arnold, actor conegut de l’època, Lubitsch obté diversos petits compromisos en caba- El 1935, el règim nazi li treu la nacionalitat Música ...... W.Franke Harling rets. També li és presentat Max Reinhardt, director del Deutsches Theater (Berlín), que alemanya. Esdevé director de les produc- Fotografia ...... Victor Milner l’integra en la seva tropa i li dóna segons pa- cions de la Paramount, l’únic realitzador pers en peces clàssiques. El 1912, esdevé el de Hollywood que dirigia un gran estudi. Durada ...... 83 min que fa de tot a l’studio Bioscop de Berlín, per L’any 1936 esdevé realitzador a ple temps arrodonir els seus finals de mes. El cinema i és naturalitzat ciutadà americà. En aquest Any ...... 1932 és en plena expansió i el 1913 se’l contracta període realitza les seves pel·lícules més co- com actor. Als guionistes els manquen idees, negudes, totes comèdies. Treballa amb els però a Lubitsch no. Agafa aleshores el triple millors guionistes, sobretot Billy Wilder i paper d’actor-director-autor. Durant la gue- Charles Brackett, i fa treballar totes les grans rra Lubitsch munta nombroses pel·lícules, estrelles de l’època: Claudette Colbert, Gary preparades per a aixecar la moral de la po- Cooper, Marlène Dietrich, James Stewart, blació alemanya. Carole Lombard, Gene Tierney. Va ser el pri- mer que va fer sentir el riure de Greta Gar- El 1918 dirigeix la seva primera pel·lícula, bo, a . Les pel·lícules, malgrat el Die Augen der Mumie Ma, amb i seu caràcter lleuger i brillant, aborden sovint . El 1919 triomfa amb Die Aus- preocupacions molt serioses i contemporà- ternprinzessin. Segueixen drames històrics nies: el 1939, Ninotchka és una de les prime- res pel·lícules a criticar el règim de Stalin; el tilización no es por ello menor que en sus Pero el artificio y el estilo son, precisamente, 1940, The Shop Around the Corner aborda la operetas anteriores: ya en la primera secuen- los rasgos principales que determinan a sus qüestió de l’atur, i el 1942 Ser i no ser evoca la cia en el hotel veneciano, la música subraya protagonistas. A Mme. Colet porque forma resistència al nazisme. El 1947 Ernst Lubitsch hasta convertir en coreográficos los menores parte de lo que hoy llamaríamos la jet set; y rep un oscar honorífic (va ser nominat tres ve- movimientos de Lily (Miriam Hopkins). Por es una cuestión de estilo lo que le hace re- gades i no va obtenir mai l’Oscar) però mor otro lado, los geniales decorados de Hans chazar la cómica pareja de pretendientes que poc després, d’una crisi cardíaca, durant el Dreier para la mansión parisina de Mme. forman el Mayor (Charles Ruggles) y el fatuo rodatge de The Lady in ermine que va acabar Colet (Kay Francis) son una apoteosis del art Filiba (Edward Everett Horton, en su primer Otto Preminger. déco: según el cineasta y esteta Kenneth An- trabajo con Lubitsch) y sentir enseguida, en ger, ésta es la expresión definitiva del cine- cambio, atracción por Monescu. El refina- Ernst Lubitsch: Nostalgia de lo nunca visto déco, junto con Ritmo loco y la película de miento de éste y el de Lily, por otro lado, es Louise Brooks Beauty Prize. La estilización una máscara, un uniforme de trabajo tan solo Entre una América que prefería no ver y una se extiende a la gestualidad misma de los reconocible por ellos mismos: en la mencio- Europa que sólo podía evocar, el lugar de Lu- actores, con esa tendencia que muestra Gas- nada primera secuencia, se citan haciéndose bitsch está en los cuerpos y los objetos, lo que ton Monescu (Herbert Marshall) a cortejar a pasar por barón y condesa (ella dice fingien- se ve a través de ellos, a la vez su condición Mme. Colet inclinándose para hablarle lar- do preocupación, “Seremos la comidilla del efímera y su intemporalidad. De ahí su moder- gamente a escasos milímetros de su barbilla, Gran Canal”) antes de desenmascararse res- nidad, la fascinación que ejerce en Jean-Marie en una postura eminentemente “teatral”. La pectivamente en un hilarante juego de hur- Straub o Jean-Claude Rousseau, cineastas que acción se ambienta en el mundo irrealmente tos mutuos que los hará reconocerse como también intentan preservar el tiempo a través sofisticado de la alta comedia: “Quiero ver pareja (el tema de la comedia romántica) y de la reproducción obsesiva de la memoria esa luna en el champán”, le dice Monescu que se repetirá en la secuencia final. y de la ausencia. Pues (al contrario que otro en esa primera secuencia a un camarero…, centroeuropeo, Fritz Lang, sin cuyas películas que se apresura a tomar nota del pedido sin Antes de llegar a ese momento habrá, como no sabríamos tantas y tantas cosas de la Amé- pestañear. Lubitsch contribuye a la sensa- reza el título original, “problemas en el pa- rica de su época), Lubitsch se resiste a dejarse ción general de artificio poniendo en juego raíso”, lo que se refiere no tanto a su condi- llevar, a la curiosidad por su nuevo entorno, su poderoso aparato estilístico: es bien cono- ción de ladrones infiltrados en el edén de y prefiere jugar con el recuerdo de un mundo cida su frase, “En lo que concierne al estilo la clase alta, sino a la interferencia que en desaparecido en todos los sentidos: de su vis- puro, creo que nunca he superado o iguala- su paraíso de ladrones su pone la presen- ta, del nuevo orden que se acerca, de la nueva do “Un ladrón en la alcoba””; y, en efecto, cia de esa atractiva Eva que es Mme. Colet: cultura visual. Lo que quiere es cerrar los ojos la película pone en juego una apoteosis de Monescu sufrirá la tentación de seducirla y pintar lo que no tiene ante si. Lo que anhela escaleras, espejos, ventanas y, por supuesto, y quedarse con su dinero legalmente –po- es no dejar constancia física de aquello que lo puertas, que cumplen la función de decir de sibilidad que ella misma le recuerda en rodea en su nuevo hogar, sinó intentar saber y otra manera que apelando a rastreros diálo- su civilizada e irónica despedida final- en recrear cómo se movían, cómo vestían, cómo gos explicativos (de diálogos brillantes la pe- vez de por el procedimiento de sustracción gesticulaban y cómo se comunicaban gentes a lícula no anda escasa, precisamente) todo lo habitual. Pese a las protestas de Monescu las que nunca conoció o a las que nunca co- que el cineasta quería decir… y bastante de (“todo su atractivo está en su caja fuerte”), nocerá, por mucho que sean sus contemporá- lo que sólo podía sugerir aun en aquella fase la atracción que siente por Colet es real y neos. Un documentalismo de la ausencia que relativamente picante del cine sonoro que se consuma en un par de escenas en las comienza precisamente su andadura, de la precedió a la instauración del código Hays, que brilla todo el talento de Lubitsch para mano de Oscar Wilde, en El abanico de Lady apenas dos años después. el estilo indirecto: la metáfora sexual como Windermere. sustracción, también. Uno de los títulos El aspecto y el funcionamiento tan brillan- descartados de la película fue Thieves and Carlos Losilla (extracte) tes de Un ladrón en la alcoba llegan a hacer Lovers (como el de aquel hermoso disco de (Caimán Cuadernos de Cine, número 6) dudar de que ponga en juego sentimientos Ben Webster): amantes y ladrones de guante humanos reconocibles, como hacen otras blanco, todo un programa de nocturnidad Comentari Crític comedias románticas o como haría el propio y de alevosía estilística plasmado en un in- Lubitsch por ejemplo en El pecado de Clun- candescente juguete narrativo. Algún manual define laboriosamente Un la- ny Brown: la película es como un precioso drón en la alcoba como la primera comedia objeto lacado, de estilo art déco obviamente, sonora no-musical de Ernst Lubitsch. Sin y el mundo que muestra aparece filtrado bajo Antonio Weinrichter duda, pero cabe añadir que el nivel de es- ese barniz cegador del artificio y del estilo. (Dirigido por…, número 322)