Historias De Mocejón, La Sagra Y Otras Curiosidades
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Historias de Mocejón, La Sagra y Otras Curiosidades. 1 2 Historias de Mocejón, La Sagra, y otras curiosidades Juan Jesús Martín Tardío 3 4 A la memoria de nuestros mayores, que nos precedieron en las vivencias de La Sagra. A nuestros hijos y a los que les seguirán. 5 Otros trabajos del mismo autor: Pensamientos y Recuerdos (Diciembre-1993) Paseos con Leire por tierras de Euskal-Herría (Agosto-1 994). El Teléfono en Mocejón (Abril-1995) Portada: Nombres en castellano y en árabe tomados de escrituras de los siglos XII y XIII (Los Mozárabes de Toledo en los siglos XII y XIII, González Palencia) Historias de Mocejón, La Sagra y otras curiosidades. Depósito Legal: TO. 1.499 - OCTUBRE 1.995 6 ÍNDICE. PÁGINA Nº 1. Introducción. 7 2. De los tiempos antiguos. 10 3. De la dominación árabe en España. 21 4. Y llegó la reconquista. 31 5. Ya somos el imperio. 52 6. Va de señoríos y mayorazgos. 75 6.1. El señorío de Higares. 76 6.2. De los Pantoja(mayorazgo de Mocejón). 78 7. De decadencias y catastros. 83 8. Siglo de luces…. con candiles. 98 9. Final de un milenio. 110 9.1. De hemerotecas. 114 9.2. Lecturas para después de una guerra. 118 10. Síntesis histórica. 123 Bibliogafía. 128 7 8 1. INTRODUCCIÓN. Cuando en 1993, a la muerte de mi madre y en el aniversario de mis bodas de plata con Lola, escribí Pensamientos y Recuerdos; al describir la historia de nuestros apellidos, indicaba que no sabía cómo y cuándo el viejo caserón llamado Palacio de Mocejón que había pertenecido a la familia Pantoja, titulares del Mayorazgo de Mocejón y Benacazón, pasó a ser de Matías Martín, etc. Decidí buscarlo algún día y ésta ha sido la causa principal de que ahora en 1995, escriba este libro. Como siempre ocurre lo primero que uno busca es lo último que encuentra pero esta investigación y búsqueda me ha permitido encontrar historias, personajes y anécdotas que desconocía, conocer mejor a nuestros pueblos e instituciones, sus grandezas y debilidades. Decidí acercarme por el Archivo Histórico Provincial de Toledo(A.H.P.T.). En este tipo de archivos están recogidas todas las escrituras y escribanías que tienen una antigüedad superior a cien años. Las de menos años se consideran reservadas y están depositadas en los colegios notariales. No encontré la venta que buscaba, la razón es obvia, se había realizado hacía menos de cien años. Aunque el último día por una serie de casualidades encontré gran parte de lo que buscaba. Lo malo del A.H.P.T. es que tiene una jornada laboral normal y por tanto solo podría acceder a él en mis vacaciones. El día dos de mayo de 1995, siendo fiesta en Madrid y no en Toledo, me acerqué a él y vi que allí existía una inmensa información para cualquier investigador, pero su análisis y estudio podría llevar meses y yo debiéndome a mi profesión solamente podría dedicarle parte de mis vacaciones de verano. Tomé por primera vez contacto con lo que se denomina "protocolos y legajos". Antiguamente en cada pueblo había un escribano, que reflejaba todas las transacciones, compromisos, autorizaciones, etc. Cada legajo es un grueso volumen, escrito a mano y hay cientos solo para Mocejón. Quitándome horas del tiempo de la comida me introduje también en la riqueza de información de la Biblioteca Nacional de Madrid, que está situada frente a mi lugar de trabajo. También adquirí libros y busqué en los libros de mi cuñado José María, que tiene bastantes sobre Toledo, de su etapa como diputado. Así comencé a escribir este libro en mayo de 1995, en mis ratos libres, por la noche y en días de fiesta. Con el objetivo de tenerlo montado antes de final de año, para ello de acuerdo con experiencias previas sabía que si quería llegar a esas fechas tendría que tener el primer manuscrito elaborado en agosto y así fue y así se cumplió. Lo dividí por épocas y siglos, salvo el capítulo de señoríos y mayorazgos. Algunos capítulos pueden parecer un "galimatías" por no seguir un orden en la cronología de lo escrito. Pero es que lo fui escribiendo según investigaba, encontraba nueva información y datos. A lo mejor ocurría que investigaba un tema para un capítulo, lo escribía y después encontraba otros datos del mismo capítulo pero de hechos anteriores. Los escribía normalmente en el orden en que encontraba la información. El trabajo no está escrito siguiendo simplemente una descripción histórica, muchas veces está relatado en primera persona, es un diálogo y reflexión conmigo mismo. Lo escrito es el resultado de la búsqueda y de mis propias reflexiones. Lo que he investigado, encontrado y después reflexionado lo he escrito, es posible que a algún lector no le guste, por no coincidir con aquello en lo que él cree, piensa o quiere escuchar. Tergiversar la información conseguida, para dar gusto a lo que otros quieren escuchar, sería mentir y eso no lo voy a hacer. Voy a contar historias de Toledo, de mi pueblo Mocejón y de los pueblos más cercanos que le rodean. Están situados en lo que se llama la Sagra Baja. Mocejón está al este de Toledo, a 12 Km; tomando a Mocejón como vértice, Magán está al norte a 3 km. Villaseca y Aceca al este a 3 Km, y Olías al oeste a 5 km. En estos pueblos y en Toledo, pasé mi niñez y en mi juventud los veranos. Es una pena que no haya tenido más tiempo para acceder a la multiplicidad de archivos que hay en Toledo. Uno tiene otras obligaciones en la vida y lo de la Historia o el escribir es simplemente un entretenimiento, pues yo no soy historiador. 7 Como indiqué anteriormente, comencé a perjeñar y a acercarme a este trabajo escrito en el mes de Mayo del 1995, lo investigué y escribí en los tiempos que le siguen hasta finales de Agosto del mismo año, lo monté para entregarlo en el tiempo que seguía hasta el otoño y lo entregué a aquellos para los que lo escribí cuando ya el invierno estaba encima. Comenzó como un ligero desahogo en mi búsqueda en la vida, cuando las flores y amapolas florecen en las caceras de La Sagra, como ese brotar que uno trata de captar para dárselo al entorno, una réplica de aquello que la Naturaleza nos ofrece cada día. Hice este trabajo pensando en mis mayores, aquellos que nos precedieron enseñando, nos dieron amor y a ellos tanto añoro. Lo escribí también para mis hijos, mis sobrinos y aquellos que nos seguirán en el futuro. Trato con ello de despertar en nuestros herederos el amor a una tierra y personajes a los que tanto he querido. A mí me hubiese gustado que mis mayores me hubiesen dejado escritas sus vivencias de la Historia de nuestros pueblos. No lo hicieron y por eso yo he emprendido este pequeño intento. Me hubiese gustado más que escribir de Historia, relatar mis vivencias personales en La Sagra, pero esto parte de difícil llevaría más tiempo. Si el lector es pensador, habrá captado al ver sus pensamientos; que los mismos y experiencias de un solo día escritos pueden llenar un volumen de mil hojas, y me quedo corto. Es tan inmensa la oleada y mar de ideas que en un solo día vive un pensador y observador……imposibles de escribir. ¡Hay tantas curiosidades en esta Tierra!. Siendo pequeño en Toledo, percibí en un solo día tantas cosas(ahora mismo me vienen a la cabeza), que no las puedo escribir ni en un libro más grueso que éste. Olores, personajes, pensamientos, animales, piedras, historias, leyendas, cuevas, experiencias, entorno, vivencias. Están registradas y archivadas en mi Yo, pero, ¡son tan difíciles de transmitir!. Gracias a Dios, he tenido muchos amigos en mi vida. Hubo uno especial y el más grande, pues aparte de amigo fue mi padre. ¿Cómo podría escribir en un libro mis vivencias de un solo día intenso vivido junto a él?, Y todos los que con él compartí fueron intensos. ¿Cómo se puede?, Por ejemplo, transmitir por escrito la percepción que en uno hace el sentir un cielo limpio y transparente un día de Mayo junto a un ser querido, o el oler y captar en una tierra seca la lluvia que se acerca y aún está lejana. O la sensación que te genera una brisa suave en una noche del estío, después de un día de bregar y vivir de cerca el arte y recolección del cereal en nuestras tierras. Yo soy incapaz de describir lo que estas percepciones que viví y recuerdo generaron en mi mente. Será incapacidad mía por no haberme formado en el arte literario descriptivo de los estados anímicos, quizás esta incapacidad de expresar sea debida a que mis pensamientos y recuerdos están presos en los meandros del Tajo por los que tanto correteé en mi niñez. Quizás en ellos, en las orillas de mi querido Tajo, quedaron mis recuerdos aprisionados, a los pies del Cerro de la Mesa, en la vega de aquellas inmensas alamedas que hace mil años, a lo largo y a lo ancho cubrían nuestras tierras. Alamedas que hoy sólo son recuerdos, recuerdos de exuberancias de otros tiempos donde hoy sólo hay cárcavas secas. De castillos y fortalezas que un día fueron y hoy ya no están. De seres que habitaron por La Sagra y se fueron. De esta eterna experiencia que es el pasado, el presente y aquello que seguirá. Del jardín florido de la vida, donde todo nace, muere y luego vuelve a resurgir.