Perfil biográfico

1NVESTIGACIONES EN EL INTERIOR DE LA : LA BÚSQUEDA DE LA SALUD EMPRENDIDA POR SALVADOR MAZZAl

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Hoy día, pocos recordarán el nombre de Salvador Mazza. Esto es com- prensible, ya que la fama duradera depende casi siempre de algún logro específico y Mazza no hizo nada singular conducente a la gran- deza. No fue uno de los mártires de la salud pública; no descubrió ninguna enfermedad grave, ni erradicó una muy propagada, ni dio su nombre a institución o vacuna alguna de importancia. No obstante, quien se hubiera dedicado a la investigación médica o a la sa- lud pública durante los años de auge de la Argentina, entre las dos guerras mundiales, recordaría su nombre. Quizá no hubiera lle- gado a conocerlo personalmente, porque du- rante casi todo ese período Mazza trabajaba en un puesto rural a 1600 km de Buenos Ai- res. Pero es muy posible que hubiera leído uno que otro de sus numerosos trabajos sobre di- versos temas. Lo habría reconocido como un cuidadoso investigador médico con un vasto dominio de varios campos. Y acaso se pre- guntaría por qué dejó él la refinada meca del

campo médico de para prodi- ’ Traducción del articulo “Research in the Argentine out- gar sus cuidados en lugares remotos donde back: the health quest of Salvador Mazza” publicado en el escaseaban los médicos y la atención de sa- Bulletin ofthe PanAmeritan Health @ganization, Vol. 26, No. 2,1992. lud era dificultosa. ’ Jonathan Leonard es escritor y corrector independiente de artículos para el Bulletin of the Pan AmeCan Heulth Opni- zation. Dirección postal: 14 Gully Lane, RFD-1, E. Sand- wich, MA 02537, EUA. 301 investigaciones médicas y otras tareas desti- L COMIENZO nadas a mejorar la salud pública. Si bien E el puesto de Mazza en el Instituto era muy Una de las razones fue que Sal- modesto, le permitió captar en poco tiempo vador Mazza estaba personalmente identifi- un conocimiento suficiente de los principios cado con los problemas de esas regiones. El fundamentales para aplicarlos en otros hogar de su infancia se hallaba en el poblado lugares. de Rauch a unos 240 km al sur de Buenos Ai- Además de trabajar en el Insti- res. Puesto que Rauch quedaba bastante cerca tuto durante una de sus vacaciones escola- de la capital argentina, atraía a algunos de los res, Mazza había conseguido empleo como emigrantes europeos que atestaban el puerto inspector de salud pública en su pueblo na- de Buenos Aires. Sin embargo, estaba tam- tal. En parte debido a la inmigración en gran bién suficientemente lejos para carecer de escala, para esa época Rauch experimentaba servicios médicos y Mazza, nacido allí el 6 de brotes de viruela, fiebre escarlatina y otras junio de 1886, tenía buenos motivos para co- dolencias. Algunos de los brotes podrían ha- nocer cabalmente esa situación. Sus padres, berse prevenido mediante vacunación, pero inmigrantes sicilianos, no eran ricos; su pa- el programa pertinente todavía no estaba bien dre murió cuando él tenía apenas cuatro años desarrollado. De manera que, en 1906, Mazza y si bien el matrimonio ulterior que contrajo pidió permiso para organizar una “oficina de su madre con un funcionario público local desinfección” en Rauch. Obtenido el per- presuntamente les proporcionó un apoyo muy miso, procedió a crear un servicio de salud necesario, no significó ningún cambio fun- donde puso en práctica la formación recibida damental en su situación. en el Instituto Jenner y se encargó de vacunar Por lo tanto, en los primeros años personalmente a unas 6 000 personas. En la de su juventud, Mazza tuvo una vida similar primavera siguiente ingresó a la facultad de a la de muchos hijos de inmigrantes dotados medicina. de inteligencia, que luchaban por salir bien. Su primer año en la Facultad de Durante sus años escolares, primero en el co- Medicina de la Universidad de Buenos Aires legio San Carlos de los padres salesianos, fue un desastre. Una infección, que eviden- luego en el Colegio Nacional Central de la temente contrajo en un quirófano, le atacó un Universidad de Buenos Aires y, por último, en brazo, puso su vida en peligro y le hizo per- la propia Universidad, trabajó con ahínco, der un año de estudios. No obstante, sobre- ascendió por mérito y llegó a ser conocido vivió, recobró su salud y en 1907reingresó en como un estudiante excepcional. la facultad, donde mantuvo su buena trayec- En sus años de universidad tuvo toria académica a pesar de trabajar de auxiliar varios empleos que ayudaron a sufragar SUS en dos laboratorios. Además, publicó su pri- gastos. Algunos de esos trabajos, como el de mer articulo (sobre picaduras de serpientes y instructor de francés y latín en un colegio cer- arañas) y desempeñó brevemente (durante las canoa la universidad, tuvieron poca trascen- vacaciones escolares) el cargo de cirujano de dencia. Sin embargo, uno de ellos, el de au- tercera en un navío argentino que transpor- xiliar de vacunación en el Instituto Jenner de taba presos al asentamiento de Ushuaia en Buenos Aires, contribuyó a forjar su futuro. Tierra del Fuego. Mazza trabajó allí durante el primer decenio También dedicó mucha energía al del presente siglo, época en que el Instituto Cfrculo Médico y Centro Estudiantes de Me- Jenner realizaba una fascinante variedad de dicina, una organización estudiantil de la que fue secretario, miembro del Consejo Direc- tivo, director de la biblioteca biomédica y del museo, y jefe de redacción de la revista. Si bien parece haber tenido bastante éxito en todas 302 estas actividades, el trabajo de dirección de la revista fue un triunfo rotundo. Según dos metido al examen de detección del cólera an- personas que trabajaron en ella más tarde, tes de salir de Génova, y el otro, un polizón “con Mazza, la publicación adquirió la mayor de Nápoles. Aunque no hay forma de com- extensión en su contenido científico” y probar la eficacia del programa, la detección “Mazza, con menos presupuesto, daba el de esos casos sugiere que marchaban más o doble de páginas”.3 Al retirarse de estas ac- menos según lo planeado. tividades en 1910,hubo que dividir sus tareas En todo caso, funcionaba sufi- entre tres personas. cientemente bien para impresionar a Ru- dolph Krause, el famoso bacteriólogo alemán y experto en vacunas, que llegó a Buenos Ai- res en septiembre de 1913para dirigir el Ins- UEN0SAIRES,19104920 tituto Bacteriológico del Departamento de B Higiene de la Argentina. Krause pronto notó Después de terminar sus estu- la habilidad de Mazza, lo hizo trasladar al dios de medicina en 1910,Mazza comenzó a Instituto y comenzó a colaborar con él en va- trabajar en el Departamento Nacional de Hi- rios proyectos. giene en la creación de un programa de cua- A la sazón se iniciaba también rentena y detección del cólera en inmigran- otro tipo de colaboración. En 1914, Clorinda tes. Actualmente, ese trabajo sería punto Brigada Razori, una brillante joven de Rosa- menos que imposible. En 1910 era factible no, acompaííó a su tfa a la clínica de JoséArce, porque no había que habérselas con el trans- un destacado médico porteño, donde la tia se porte aéreo, en general los viajes eran menos sometería a una intervención quirúrgica y frecuentes y casi todos los inmigrantes ingre- pasarfa la convalecencia. Mazza estaba en- saban a la Argentina por el puerto de Buenos cargado del turno de la noche en la clínica de Aires. No obstante, en esa época Europa se Arce, cuyo ambiente tranquilo le daba una hallaba sacudida por una pandemia de có- buena oportunidad de escribir y donde solia lera; los muchos inmigrantes que llegaban a caminar de un lado a otro para espantar la Argentina eran principalmente europeos y el sueño. Sus pasos mantuvieron despierta a los planes de detección exigían el examen ff- la tia de Clorinda y la joven se quejó a las sico y cuarentena provisional de todos ellos. autoridades. Mazza se presentó por la ma- Mazza se dedicó precisamente a ñana a pedir disculpas, trabó amistad con esa tarea. Supervisó la rápida reconstrucción Clorinda y comenzó a encontrar excusas para de un centro abandonado en una isla y diri- repetir sus visitas. Cuando la tia estuvo sufi- gió el proceso de detección y cuarentena por cientemente recuperada para abandonar la cinco días de 60 000 personas. Por acuerdo clínica, ya Mazza y Clorinda estaban com- -c internacional, todos los inmigrantes debían prometidos. haberse examinado en el puerto de embar- El matrimonio, celebrado el 7 de N que; aun así los colaboradores de Mazza en- diciembre de 1914, resultó muy afortunado 2 contraron dos portadores asintomáticos; uno para Mazza. Clorinda estaba lejos de ser ti- era un inmigrante regular que no se había so- mida y vergonzosa. Era instruida, organi- Ei zada y competente y, con el correr del tiempo, -c llegó a dedicarse totalmente a su esposo y al 2 3 Ivern A, p. 13 trabajo de este. En realidad, llegaron a for- vl mar un equipo tan estrechamente unido que l anos más tarde era imposible para quienes los -2et conocían hablar del trabajo de Mazza sin 0 mencionar a su esposa.4 3

4 Cornejo A, “Vida y obra de Salvador Maza”, p. 844. 303 En el momento de su matrimo- SaZmoneZZatyphi, no era perfecta. Sin em- nio, Europa estaba en guerra. En esos días la bargo, era superiora las de dosis múltiples Argentina, que era la nación latinoamericana disponibles en ese entonces y, en su día, fue más adelantada y estaba inundada de inmi- un verdadero avance. grantes italianos y españoles, parecía casi En 1920, abandonó el Hospital parte de Europa. De manera que no es sor- Militar para ocupar el cargo de Director del prendente que el desenvolvimiento de la gran Laboratorio del Hospital de Cínicas de la Fa- Guerra hiciera eco en el país y avivara el in- cultad de Medicina de la Universidad de Bue- terés del público por lo marcial. nos Aires y ese mismo año fue nombrado Tal vez esto explique la decisión Presidente de la Sociedad de Salud y Micro- de Mazza de abandonar el Instituto Bacterio- biología de Buenos Aires. Para entonces, lógico en 1915para trabajar en el Hospital Mi- Mazza, que tenía 33 años, había adquirido litar Central de las Fuerzas Armadas en Bue- profundos conocimientos prácticos no solo de nos Aires, pese a no tener antecedentes bacteriología sino también de anatomía pa- militares de importancia. En todo caso, así lo tológica, serología, inmunología, epidemio- hizo. Su trabajo inicial como jefe de bacterio- logía y trabajo clínico en enfermedades infec- logía del laboratorio del hospital lo mantuvo ciosas y parasitarias, lo suficiente para dar la en contacto con la Facultad de Medicina de la impresión de que podrfa absorber sin mayor Universidad, donde trabajó también de pro- esfuerzo el estudio de un tema algo más di- fesor suplente de bacteriología. vergente, como la ingenierfa. A fines de 1920 En 1916,el Ministerio de Guerra había llegado a la cumbre de su profesión, de amplió los horizontes de Mazza al enviarlo a modo que la pregunta pendiente era qué de- Europa. Oficialmente, el propósito de la mi- berfa hacer en adelante. sión era estudiar las prácticas de prevención de las enfermedades transmisibles, aplicadas por los ejércitos de Alemania y Austria. Sin embargo, Mazza y Clorinda (que lo acom- A pañó siempre en sus viajes a Europa) decidie- CON ron hacer exploraciones más amplias y pro- CHARLi?~ longaron su estadía hasta 1917 para visitar Esa respuesta tardar-favarios anos varios otros países. De paso, Mazza quedó en llegar. Mazza permaneció en la Facultad de fascinado con los principios de la ingenierfa Medicina hasta 1922, cuando la Universidad sanitaria y consideró brevemente la posibili- lo envió a Europa como delegado a las cele- dad de estudiar ese campo. braciones conmemorativas del centenario de Habría sido una desviación in- Pasteur en Estrasburgo. El viaje de dos años, 2 sólita porque, para entonces, Mazza ya era un que lo llevó a varias partes de Europa y del 0-lN 4 microbiólogo reconocido. Al regresar de Eu- norte de Africa, debió de durar un poco más z?! ropa, se le asignó la dirección del Laboratorio de lo previsto porque Mazna lo aprovechó para rr) : Central del Hospital Militar y de todos sus la- conocer muchas instituciones que realizaban E boratorios regionales afiliados. En 1918,se le trabajos relacionados con el suyo. H nombró delegado a la Segunda Conferencia Una de ellas era el Instituto Pas- $ Suramericana de Salud, Microbiología y Pa- teur en Túnez dirigido por , .% tología en Río de Janeiro. En 1919, como se- eminente médico francés que más tarde ser-fa s m cuela de su trabajo inicial con Krause sobre galardonado con el Premio Nobel. Mazza fiebre tifoidea que Ilevó a producir la llamada quedó impresionado con la calidad del tra- 3 “vacuna Krause-Mazza”, preparó la primera s vacuna de una sola dosis contra la fiebre ti- foidea que se conociera en el mundo. La va- cuna, preparada para las fuerzas armadas a 304 partir de 20 cepas locales del agente patógeno bajo de investigación y de atención médica que ocasionados por la cepa L. braziliensis del Nicolle tenía entre manos en aquel atasca- “Nuevo Mundo”. Nicolle quería estudiar este dero de la salud pública. Él y Nicolle descu- iíltimo agente y aunque L. bra.zilimsis no se brieron que tenían mucho en común. Habían había aislado en la Argentina, se habían no- comenzado en el campo de la bacteriología, tificado casos graves de leishmaniasis en la su deseo de saber era insaciable, sentían un región norte del país, de manera que parecía profundo respeto por la ciencia e inclinación razonable buscar allí la cepa L. bmiliensis. similar por un estilo de investigación casi so- Con este fin, Mazza sugirió que litario. Además, ambos se interesaban mu- se invitara a Nicolle a la Argentina y Arce ac- cho por los enfermos, habían ampliado su cedió a ayudar. A la larga, con el refuerzo de trabajo a muchos campos, tenían una in- una entusiástica crónica que escribió Mazza mensa capacidad para el trabajo y parecían sobre sus propios viajes al exterior, se pudo estar siempre afanados en realizar cuanto an- convencer al Departamento Nacional de Hi- tes sus complejas tareas. Todo esto se fue ex- giene de que patrocinara la visita. teriorizando a medida que se conocían y su Nicolle, que llegó en octubre de acercamiento culminó en una estrecha amis- 1925, pasó poco tiempo en Buenos Aires. Lo tad, largas discusiones y algunos planes pre- que le interesaba era el noroeste. Además de liminares. Más tarde, Mazza volvió a su país buscar L. braziliensis en esa zona, querfa ver la y abrió el camino para que Nicolle visitara la provincia rural de Jujuy que Mazza le había Argentina. De esa visita surgió un impor- descrito en Túnez. En conformidad, el De- tante proyecto al que Mazza dedicar-fa el resto partamento Nacional de Higiene hizo arre- de su vida. glos para una visita a esa región en compañía En ese período José Arce, el mé- de dos expertos designados para ese fin. Sm dico que administraba la clínica donde Mazza embargo, NicolIe insistió en que Mazza lo había conocido a su esposa, comenzó a pres- acompañara porque hablaba francés bien y por tarle apoyo táctico. Cuando los Mazza regre- sus vínculos personales y científicos. El De- saron a Buenos Aires en 1924,Arce había sido partamento de Higiene accedió a ese pedido nombrado Rector de la Universidad de Bue- y, al poco tiempo, quizá sonriendo un poco nos Aires. También era Director del Instituto para sí, salieron los dos para Jujuy. de Cirugía Clínica afiliado a la Facultad de Desde el punto de vista de la in- Medicina e invitó a Mazza a dirigir el labora- vestigación médica y la salud pública, el viaje torio del Instituto. Mazza aceptó la invitación fue un éxito. Nicolle y su grupo fueron cor- y procedió a mejorar el laboratorio con tanta dialmente recibidos por el gobernador de Ju- diligencia que impresionó profundamente a juy y en un puesto de salud de San Salvador Arce. Este tomó un interés casi paternal en su de Jujuy, el poblado principal, se cultivaron adelanto y, desde entonces, fue su amigo para muestras de un paciente, obteniéndose así el 2 toda la vida. primer aislado de Leishmmia braziliensis en la 2 Alrededor de esa época, Nicolle Argentina. 2 le escribió a Mazza expresando interés en ob- Mazza y Nicolle visitaron varios 0 tener cultivos del agente patógeno Leishmnia otros poblados, pudieron ver directamente el braziliensis. Nicolle era experto en leishma- desamparo médico en que se hallaba el no- 3 niasis, una enfermedad recurrente de la piel roeste y concluyeron que San Salvador de Ju- y las membranas mucosas, que puede variar juy sería un buen sitio para establecer un 2

de leve a mortal, causada por protozoarios centro médico de investigaciones y trata- l flagelados que infectan los reservorios ani- miento similar al modelo creado por Nicolle -2 males y se propagan por la picadura de in- en Túnez. 2 8 sectos flebótomos. Sm embargo, los únicos 4 parásitos de Leishmania de que disponía Ni- colle eran cepas del “Viejo Mundo”, en tanto que los casos más graves en las Américas eran 305 Por un lado, la gran diversidad geográfica de la zona permitirfa hacer inves- A N-DANZAS POR tigaciones de salud en una amplia diversidad EL NOROESTE, 1926-1929 de climas. Si bien el clima de San Salvador de Jujuy a una altura de 1 295 metros era agra- Mazza se lanzó ala tarea como un dablemente moderado, los territorios vecinos caballero a las Cruzadas. Aun antes de que se tenían desde tierras bajas tropicales hasta pi- redactaran las propuestas de Arce, ya había cos nevados. Al mismo tiempo, las investi- recorrido los 1600 km hasta Jujuy. El 23 de fe- gaciones médicas y los conocimientos sobre brero de 1926 presidió allí la reunión de mé- muchas enfermedades del lugar eran muy li- dicos locales que llevó a instituir la Sociedad mitados. El gobierno local parecía estar muy Argentina de Patología Regional del Norte, entusiasmado con la idea de establecer un parcialmente vinculada con la MEPRA y des- centro médico destinado a resolver los pro- tinada a mejorar la salud pública en el interior blemas regionales de salud. Era importante del país. Al día siguiente viajó a Salta, donde que ese centro estuviera localizado en el in- supervisó la formación del capítulo local de la terior y no en Buenos Aires para evitar, se- nueva sociedad; un mes más tarde, el 28 de gún lo expresado por Nicolle, que “el fárrago marzo, hizo lo mismo en la provincia de Tu- de las metrópolis, con sus intrigas dominan- cumán, y al día siguiente viajó a San Salva- tes, ahoguen el propósito de la institución y dor de Jujuy para asistir a la primera de nueve desvíen a los hombres de su empeño”.5 reuniones de la Sociedad Regional. Además, Mazza no ignoraba los En esa reunión se presentaron 23 problemas de salud pública de las zonas mal trabajos: cuatro eran de Mazza, seis de Mazza atendidas. Rauch era una de ellas. Su expe- y otros colaboradores, y 13 de otros investi- riencia como iniciador del programa de va- gadores. Los aportes de Mazza comprendían cunación en ese pueblo le había permitido el primer caso jamás notificado de infección vislumbrar lo que se podía realizar. Y sus re- natural de un perro con Trypunosomacruzi, cuerdos de aquella época le debieron de ha- agente patógeno de la enfermedad de Cha- cer sentir que el proyecto del noroeste ser-fa gas; el primer caso de esta enfermedad des- algo como un regreso a su pueblo natal. cubierto en un adulto en la Argentina, y los Cuando Mazza y Nicolle volvie- primeros casos autóctonos de la forma infan- ron a la capital argentina, le comunicaron a til de kala-azar (leishmaniasis visceral cau- Arce su esperanza de establecer un centro de sada por Leishmania clonovani infantum)regis- investigaciones médicas en Jujuy, con apoyo trados en el país.6 de la universidad. Convencido de que la pro- El cargo universitario que ocu- puesta valía la pena, Arce procedió a gestio- paba Mazza le exigía que visitara la MEPRA nar el establecimiento de lo que llegarfa a co- dos veces al año. En mayo de 1926 estaba de nocerce como la Misión de Estudios de nuevo cruzando el noroeste de un lado al otro Patología Regional Argentina (MEPRA). para hacer investigaciones, prepararse para Pronto vendrfa el visto bueno de la Facultad reuniones y fomentar la participación de los de Medicina y el 16de abril de 1926el Consejo profesionales en la Sociedad de Patología Re- Universitario autorizó a Arce para ejecutar el gional. De esa forma, estableció la fuerza proyecto, lo cual procedió a hacer. propulsora de su organización, adquirió vas- tos conocimientos de la situación médica del

5 Castagnino HE, p. 14. 6 Mana S. “Observación de infección espontánea del pe- rro por el Schtzotrypanum rruzi (nota prelinunar)“; Maza S. “Caso de esqulzotripanosis humana observado en la ciudad de Jujuy”; y Maza 5, Cornejo Arias J. “l’nmeros casos de kala-azar infantil comprobados en el norte de la 306 República”. noroeste y fundó capítulos de la Sociedad de las reuniones de la Sociedad de Patología Re- Patología en las seis provincias de esa región. gional, celebradas cada año, aproximada- Con todos sus proyectos en buen mente. En la tercera, realizada en Tucumán orden, en 1928 pudo reanudar sus viajes al en julio de 1927,se presentaron unos 100tra- exterior. Ese año asistió al Congreso Inter- bajos, entre ellos 13 de Nueva Orleáns, Parfs, nacional de Medicina e Higiene Tropicales en Túnez, Arequipa, Montevideo y Asunción, El Cairo, donde el Rey Faúd 1 de Egipto lo incluso uno de Fred L. Soper, futuro director condecoró con la Orden del Nilo. Seguida- de la OPS, asignado en ese entonces por la mente pasó un extenso período de trabajo y Fundación RockefelIer a su oficina de Asun- viajes en Europa y Africa, y regresó a la Ar- ción. Mazza, que hablaba siete idiomas, hizo gentina a mediados de 1929. casi todo el trabajo de traducción. A partir de la cuarta reunión (Santiago del Estero, mayo de 1928), la asistencia de delegados de los países vecinos se convirtió en la norma. En la D E REGRESO AJUJUY quinta (Jujuy, 1930), que coincidió con la inauguración oficial de Ia MEPRA y del nuevo Para entonces, el punto de avan- edificio de la sede, la lista de delegados inter- zada de Mazza en el noroeste parecfa seguro nacionales había aumentado e incluía a va- pero requería urgentemente más atención y rios de los principales investigadores médi- el edificio de la sede de la MEPRA en San Sal- cos del Brasil. vador de Jujuy estaba listo. De manera que, En 1932, cuando José Arce se di- junto con su esposa (no tuvieron hijos), par- rigió al IV Congreso Nacional de Medicina de tió de Buenos Aires para radicarse en la nueva la Argentina en Buenos Aires, pudo caracte- sede de la MEPRA en Jujuy. Libre de las res- rizar a la institución de Mazza como “el cen- ponsabilidades que tenía en Buenos Aires, tro de producción científica más importante pudo fortalecer sus vínculos con los trabaja- con que actualmente cuenta el país”.8 Al fin dores locales y construir una red de investi- y al cabo, eI programa funcionó porque MYazza gación y correspondencia que llegó a incluir no solo haáa su trabajo, sino que lo vivía. Era a varios colaboradores en una multitud de la encarnación de la Sociedad de Patología y provincias7 que se extendían desde el ex- la MEPRA. Cuando faltaba dinero para via- tremo noroccidental de la Argentina hasta la jes, reuniones o publicaciones que valían la costa oriental y unos 1900 km hacia el sur, pena, él lo donaba. (Una vez, debido al cam- envolviendo a la provincia de Buenos Aires y bio de gobierno en 1931, se abolió provisio- extendiéndose hasta más allá de Rauch, donde nalmente la subvención concedida a la ME- había pasado su niñez. IRA, y Mazza aportó fondos de sus ahorros q Para la época en que Mazza se para la Misión durante más de nueve meses N trasladó a Jujuy, ya habían cobrado impulso y gastó el equivalente de cerca de cuatro años de sueldo.) Examinaba gratuitamente a miles 2 de personas y, si alguien necesitaba algo pero 0 7 Según H.E. Castagnino y J. Alberto Agurre (véase la h- no podía pagar, él se lo proporcionaba. bhografia), los princIpales colaboradores de Maza, al Respondía toda la corresponden- proceder aproximadamente en dire,caón de norte a sur, 3 cia técnica personalmente, de ordinario des- fueron M.E. J&g, V Bemascom, N. Alvarez Soto, A. Fiara, 2 G. Paterson y C. Undiano en Jujuy; A. Cornejo, J. Lova- pués de las seis de la tarde y, a pesar de sus v3 gho y R. Vlllagrán en Salta; H. Reyes Oribe en Formosa; . E. Corsi, A. Señorans, R. S. Freire y J. Braverman en EI Chaco, A RucheIli en Catamarca; R. Cossio y C. Romana -2 en Tucumán; E. Canal Feijóo y C. Argañaraz en Santiago ci del Estero; C. Benítez en Corrientes; S. Días Malaver y R. * Ivem A, p. 74. s Catalán en La kola; B. Parma, E. Zambra y J, Romero Ce- 3 reijo en Santa Fe; G. y R. Basso, C. Giménez, J. Kiel y S. Wyara en Mendoza; EL. Nuio y S.E Parodi en Buenos Aires; E. Castro Rendón en Neuquén; y F. Bertolini en Río Negro. 307 deberes administrativos, continuó enérgica- había perros, gatos o animales salvajes do- mente llevando a cabo sus propias investiga- mesticados en la finca. Los adultos dijeron que ciones. Por cierto, con el tiempo estableció no, pero un niño dijo que tenía un perrito y instrumentos especiales de investigación a otro un gatito, a los que se les tomaron mues- larga distancia e incluso convirtió un vagón tras de sangre. de ferrocanil en laboratorio móvil, y desde el Mazza preguntó dónde estaba el principio abarcó una inmensa gama de te- esposo de la mujer y le dijeron que en el mas de estudio. campo. Al indagar si tenía buena salud, re- Indudablemente, la persona que cibió una respuesta ambigua. Se envió a al- más le ayudó en todo esto fue Clorinda. Más guien a buscarlo. Cuando llegó, Mazza lo sa- que “secretaria honoraria” sin remunera- ludó, le explicó que era un médico que ción, era su gerente, jefa de compras, jefa de prestaba servicios gratuitos y que necesitaba personal, secretaria corresponsal, bibliote- una gota de sangre para determinar su es- caria, fotógrafa y administradora de hora- tado. El hombre se dejó tomar la muestra y rios, todo a la vez. Mazza y Cornejo se fueron poco después. A Mazza lo ayudaban también Volvieron a los tres días como ha- enormemente su propia sensibilidad y sen- bían prometido y Mazza saludó a cada uno por tido común. Aunque a veces era malhumo- su nombre. Los exámenes de sangre habían rado y áspero, sobre todo cuando estaba ocu- indicado que varios miembros de la familia pado, comprendía la naturaleza humana y se tenían y que el padre estaba infec- granjeaba fácilmente la confianza de la gente. tado con ?: cruzi.Se le dio un tratamiento Recuerda Andrés Cornejo, un colega muy apropiado y la debida orientación. El informe allegado, los días de 1935 cuando acompañó de los resultados se presentó más tarde a la a Mazza a visitar una finca cerca de Salta. La IX Reunión de la Sociedad Argentina de Pa- finalidad de la misión era recolectar muestras tología Regional del Norte celebrada en Men- de sangre para la detección de Trypunosoma doza en octubre de 1935 y se publicó en las cwzi,el agente patógeno de la enfermedad de actas de esa reunión. Chagas. Para Mazza, el trabajo en el Antes de comenzar, Mazza le pi- campo era también un medio para alertar a dió a Cornejo que cambiara algunos billetes los médicos locales respecto de problemas de por monedas de poco valor y comprara dos salud no manifiestos. Uno de esos médicos fue cajas de chocolates. A su llegada, la finca pa- Arturo Illia, futuro presidente de la Argen- recía desierta. Mazza dijo: “parece que aquí tina, que a comienzos del decenio de 1930era no vive nadie” y de repente apareció la ca- un médico joven en el pequeño hospital de beza de una mujer. Mientras conversaba de los talleres ferroviarios de Cruz del Eje, Cór- 2 cosas sencillas con ella, apareció un mucha- doba, que tenía 20 camas y escasísimos me- w cho a quien le dio una moneda y un choco- dios. Un día llegó Salvador Mazza a Cruz del 4 z! late. Con eso salió toda la familia. Eje en el vagón de ferrocarril que le servía de 2 Siguió repartiendo una moneda laboratorio móvil, visitó el hospital y le pre- N y un chocolate a cada nirio y, después de guntó a IIlia si alguno de sus pacientes tenía E E charlar un poco con cada uno, a los adultos brucelosis. Illia, que desconocía los síntomas, 2 también. Luego le preguntó a uno de los ni- no supo responder. .% ños cuál de ellos le iba a dar una gota de san- Más tarde, dijo Illia, recorrieron rnu gre de la oreja a cambio de dos chocolates y el pabellón donde, dos monedas. Los niños se miraron unos a ante un obrero que presentaba una or- B otros, el más vivo dijo “yo“, y pronto todos quitis, [Mazza] luego de observarlo, lo s hicieron lo mismo. Así se tomaron muestras de toda la familia y se registró la información necesaria (el nombre completo y la dirección 308 de cada persona). Mazza preguntó luego si catalogó “brucelosis aguda” [y] le ex- Al considerar solo el período de 1926 a 1936, trajo sangre. Fuimos al vagón, efectuó Mazza y sus colaboradores produjeron 273 las reacciones con el antígeno y me se- trabajos sobre una gama de temas que varió ñaló el alto titulo: 1 x 4 000, prodigán- de blastomicosis a gangrena malárica. dome a la vez una lección sobre inves- Estos artículos son casi un diario tigación, diagnóstico y tratamiento. de las actividades de la MEPRA y sus cola- boradores. No se puede determinar con pre- Almorzamos, me preguntó si había cisión cuántos redactó Mazza solo, pero es muchas vinchucas, fuimos luego a va- obvio que fue la única persona que pudo ha- rios ranchos y, en una lata, él fue aco- ber inspirado, dirigido y controlado el to- piando esos insectos. Volvimos al va- rrente de información tan diversa que se no- gón, me demostró la presencia de tificó; pocos de los profesionales de los vanos tripanosomas cruzi en los referidos ar- campos representados en ese grupo tenían trópodos, dándome allí otra lección, esta antecedentes tan diversos como los de Mazza. vez sobre enfermedad de Chagas, que Por ejemplo, cualquier número de investiga- yo prácticamente conocía solo de nom- dores idóneos de distintos lugares del mundo bre; me instruyó sobre etiología, for- se habría conformado con presentara sus co- mas aguda y crónica.. . Comprendí allí legas del mundo de la ciencia un articulo so- [la razón que justificaba] la cantidad de bre leucemia aguda linfoide en 193O.‘ONo muertes súbitas a las que no pude sino obstante, pocos con excepción de Mazza ha- adjudicar el nombre de ‘síncope’.9 brían podido combinarlo con la producción Mazza formalizó también su ins- en el mismo año de otros artículos científicos trucción de los trabajadores médicos locales sobre el tratamiento medicamentoso de la por medio de cursillos prácticos de diagnós- leishmaniasis del Nuevo Mundo, la sintoma- tico microscópico de las principales enfer- tología de la malaria, la moniliasis vaginal, la medades parasitarias de la zona. Esos cur- hidatidosis del cuello, la contaminación de las sos, que por lo común duraban menos de una vacunas en Jujuy y el aracnoidismo produ- semana, se dictaban en diferentes sitios. El cido por especímenes del género Latrodec- primero, una actividad relativamente mo- fus.‘l Era como si Mazza hubiera nacido 50 desta, se dictó en la sede de la MEPRA en 1929. años antes, cuando los conocimientos médi- El octavo y último, dictado en 1936 en la ciu- cos eran más limitados y la exploración de di- dad nordestal de Corrientes, contó con la versos campos médicos por un solo investi- asistencia de más de 200 médicos. gador, si no era común, se acercaba más a lo Para informar a otros sobre su hacedero. trabajo, Mazza y sus colegas redactaron una multitud de artículos para publicación en prestigiosas revistas médicas. Muchos se pu- Io Maza S, Arias Aranda C. “Leucemia aguda linfoide” 2 blicaron con su nombre. En 1930, al afro si- [Documento presentado en la Sexta Reunión de la Socie- F: guiente de haberse trasladado a Jujuy, Mazza dad Argentina de Patología Regona1 del Norte celebrada en Salta del 29 de septiembre al 1 de octubre de 19301. 8 preparó 30 artículos por su cuenta 0 con otros Véase: Universxdad de Buenos Aires, 1945 ” Maza S, Arias Aranda C. “Ensayos de tratamiento de la colegas y en 1935, un ano sin precedentes, 69. leishmaniosis americana por la ‘Fuadma”‘; Maza S, Anas ? Aranda C. “Nuevo caso de aracnoidismo por Lafrodec- fus”; Maza S, Pasquino López C. “Micetoma poda1 ac- 2 hnomicóslco observado en Tucumán”; Maza S, Puló G, 9 Ivern A, pp 98-99. Costas J, Quintana H, Alvarado R. “Sobre gangrenas pa- l Iúdicas”; Maza S, Ruchelli A. “Consideraciones sobre un 2 caso de hidatidosis del cuello comprobado en Cata- s marca”; Maza S, Sylvester M. “Hallazgo de Sefnru labra- % fopapzllosa (Alessandri, 1838) en vacunos de Jujuy” [Do- 4 cumentos presentados en la Sexta Reunión de la Soaedad Argentina de Patología Regional del Norte celebrada en Salta del 29 de septiembre al 1 de octubre de 19301. Véase: Universidad de Buenos Aires, 1945. 309 ran el problema y mucho menos que se que- L A ENFEIXMEDAD jaran de tenerlo o se hicieran escuchar, dado DE CHAGAS que eran campesinos típicamente pobres y analfabetos. Pese a sus numerosos intereses, Por todas estas razones, después a medida que pasaban los años en Jujuy, del descubrimiento hecho por Chagas y de la Mazza se iba concentrando cada vez más en enorme publicidad que atrajo, los médicos se una sola dolencia: la enfermedad de Chagas. mostraron escépticos. En 1914, Rosenbusch Este exterminador oculto, descubierto en 1909 y Maggio, un par de investigadores argenti- por Carlos Chagas, pionero brasileño de sa- nos que trabajaban con Rudolf Krause, infor- lud,12 se reconoce hoy día como uno de los maron que no habían podido encontrar 1: cruzi principales flagelos de las Américas. La en- en la población argentina, aunque lo habían fermedad es causada por el parásito proto- descubierto en abundancia en insectos vec- zoario T+y~~nosomacrtlzi, afecta a la gente y a tores. Krause, una persona influyente y jefe varios animales domésticos y se propaga por de Mazza en el Instituto de Bacteriología, ve- la picadura nocturna de insectos triatomí- rificó con su firma los resultados por ellos pu- neos hematófagos. Es mortal en cerca de 5% blicados. Eso, junto con los datos contradic- de los casos, infecta a unos ocho millones de torios y las crecientes dudas que surgieron en personas en este hemisferio (se estima que el el Brasil y otros países, llevó a desatender casi número asciende a dos millones solo en la por completo la enfermedad de Chagas du- Argentina) y constituye una amenaza para rante un largo período, pese al continuo em- unos 40 millones más. peño del propio Chagas por corregir los ma- Mazza no tenía cómo determinar lentendidos y rectificar el asunto. el verdadero alcance del problema en su época. En este sentido, Chagas no es- Sin embargo, con el correr del tiempo se dio taba en una posición ventajosa. Por haber cuenta de que 1: cruzi, agente patógeno de la descubierto la enfermedad se le consideraba enfermedad de Chagas común en la zona una parte interesada. Además, se había con- donde vivía y en otras partes de la Argentina, vertido en un destacado administrador de sa- estaba causando estragos. Su frustración era lud y era jefe del Instituto Oswaldo Cruz de cada vez mayor al ver que la comunidad mé- Rio de Janeiro, cargo que lo obligó retirarse dica no reconocía ese hecho. del terreno y le dejaba poco tiempo para la La actitud de sus colegas, sin em- investigación. bargo, es fácil de explicar. En primer lugar, la A Mazza, por el contrario, no se detección de la enfermedad era difícil. La fase le podía atribuir un interés personal. Desde aguda no producía síntomas obvios o se ase- 1926 en adelante había trabajado sin inte- mejaba a otras dolencias y los síntomas cró- 3 rrupción en el campo. A pesar de un sinnú- w nitos señalados por Carlos Chagas (arritmia mero de obligaciones, perseveraba en sus 4 -e e insuficiencia cardíaca, trastornos del sis- propias investigaciones. Además, su trabajo ;;; tema nervioso y edema) eran todos proble- lo mantenía en estrecho contacto con el pro- Ñ mas comunes fácilmente atribuibles a otras blema de las enfermedades transmisibles de E causas. Además, se podía presentar el argu- la población rural, a tal punto que era gene- E mento convincente de que las variaciones de ralmente reconocido como el gran experto $ .Ñ las cepas de T. cruzi limitaban mucho las zo- argentino en esa materia. De modo que es- F nas geográficas donde la infección por ese taba en una buena posición para inquirir lo b-l microorganismo causaba daños y eran pocas que acontecía y de comunicar a otros lo que is- las víctimas, si había alguna, que entendie- había descubierto. õ !xl

l2 Véase: Leonard J. “Carlos Chagas, pionero de la salud en 310 el interior del Brasil”. Bol of Samt Panam. 1991;110(3):1&5- 198. En 1926, Mazza indicó que había Mazza no se detuvo ahí. Desde encontrado el quinto caso humano (el primer 1935 en adelante dedicó muchos de sus pro- caso en un adulto) de la infección por ‘T:cruzi pios esfuerzos y los de sus organizaciones a en la Argentina. l3 En 1927,cuando Mazza y detectar, tratar y notificar casos de la enfer- sus colaboradores diagnosticaron la enfer- medad de Chagas. En 1935redactó solo o junto medad de Chagas en una niña de cinco años con otros autores 31 artículos sobre el tema; con síntomas patentes, le dieron mucha pu- en el decenio siguiente preparó un promedio blicidad al asunto.14 de 17 al año y al final él y la MEPRA registra- Sin embargo, en los años si- ron unos 1400 casos de la enfermedad. guientes no sucedió mucho. La MEPRA se li- Todo esto tuvo el efecto deseado. mitó a indicar que se había encontrado el pa- En suma, Mazza logró demostrar que la en- rásito en armadillos y zarigüeyas y Mazza fermedad de Chagas era una grave amenaza, concentró gran parte de su atención en otros hizo que la comunidad médica argentina re- campos. Luego, en 1932, la MEPRA descu- conociera la verdadera naturaleza de la do- brió otro caso pediátrico en Santa Fe y, en 1933, lencia y se ocupó de que el gran descubri- otro más. Como declaró Mazza, miento médico de Carlos Chagas recibiera la vasta atención internacional que merecía. hacia fines de 1933, la MEPRA descu- Como señaló un investigador brasileño, “La brió en la provincia de Santa Fe un nirio República Argentina.. . tomó por sí, por la voz de un año con esquizotripanosis, que de Mazza y sus colaboradores, el rehabilitar murió al poco tiempo y cuya autopsia, la grande obra de Carlos Chagas”.‘” Al final, la primera realizada en este país sobre algunos sugirieron que la dolencia se llamara la forma aguda de la enfermedad de “enfermedad de Chagas-Mazza” y, si bien este Chagas, nos permitió descubrir [. . .] se- nombre nunca se popularizó, se oye a veces ñales de un caso grave de “miocarditis como un eco distante del trabajo de Mazza. de Chagas”. l5 Esos casos proporcionaron un fuerte incentivo para continuar explorando. A partir de ese momento, Mazza comenzó a E L DECENIO DE 1940 concentrar todas sus actividades en la enfer- medad; la MEPRA descubrió muchos otros Para entonces, habían comen- casos agudos antes de la muerte de Carlos zado los anos cuarenta y las energías de Mazza Chagas en noviembre de 1934y cuando la So- se estaban desvaneciendo. En 1937 se había ciedad Argentina de Patología Regional cele- enterado de que tenía una afección cardíaca bró una reunión en Mendoza en honor de y en 1944 sufrió un episodio de trombosis re- la memoria de Chagas, se describieron otros tiniana que le privó de gran parte de la vista 3 35 casos. en un ojo. En 1944 se le tomaron cuatro 2 electrocardiogramas periódicos y al año 2 siguiente hizo arreglos para trasladar la MEPRA a Buenos Aires, mudanza que ter- 8 l3 Mazza S. “Caso de esquuotripanosis humana obser- vado en la audad de Jujuy” Rev Asoc Argent Blol 1926;2: minó en junio de 1946. 79-87. Se le había nombrado miembro de % l4 Mazza S. “Enfermedad de Chagas en la República ? Argentma”, p. 290. la Academia Nacional de Medicina del Brasil w l5 Ibtd., p. 291 y en septiembre de 1946 fue a Rio de Janeiro . como uno de los principales participantes en -2 el Primer Congreso Interamericano de Me- 0s 2

l6 de Magalhaes 0, Mem Inst Ezequiel Dus (Belo Honzonte), 1942;4, citado en Ivern A, p. 122. 313 dicina patrocinado por ese organismo. Tam- los médicos de las zonas infectadas los bién se le reconocía como uno de los especia- tratan ellos mismos, y si nos vienen ya listas más destacadosen brucelosis, de manera son mandados por éstos con sus diag- que al mes siguiente viajó con Clorinda a la nósticos, para ser tratados por noso- ciudad de México para asistir a una conferen- tros, que tenemos más medios.18 cia médica de cinco días sobre el tema. Esta Además, Mazza dejó a la comu- terminó el 2 de noviembre y Mazza se fue a nidad médica internacional consciente de su Nuevo León con un grupo de investigadores obra y mucho más sensible con respecto a va- a instancia del Gobierno de México para rea- rios problemas graves de salud pública. La lizar estudios de demostración de la enfer- señal más visible de ello en los años siguien- medad de Chagas. De Nuevo León se dirigió tes a su muerte fueron los numerosos actos a Monterrey a hablar de sus propias expe- de homenaje y dedicatorias que se extendie- riencias y allá murió repentinamente de in- ron en dirección norte hasta lugares tan dis- suficiencia cardíaca ala edad de 60 años, alas tantes como Wisconsin. Entre ellos, el más 9 de la noche del 7 de noviembre de 1946. Ya sea verdad o no que “el día anterior de su notable fue el que le brindó el Instituto Os- waldo Cruz durante la Primera Reunión Pa- muerte trabajó siete horas sobre el namericana sobre la Enfermedad de Chagas microscopio”17, es obvio que la muerte sor- celebrada en Tucumán, Salta y Jujuy en julio prendió a Salvador Mazza en medio de una de 1949. En esa ocasión, la delegación brasi- incesante actividad, tal como lo hubiera leña le entregó a Clorinda un pergamino en deseado. honor de su esposo firmado por los 76 miem- El final de la MEPRA fue más bros del Instituto y colocó en la tumba de lento y penoso. Al verse privada de su líder y Mazza una placa con su rostro en relieve y una teniendo que afrontar el “fárrago de la metró- inscripción apropiada. Era un recordatorio polis” al que Nicolle se había referido profé- digno de aquel hijo de inmigrantes nacido en ticamente, la Misión experimentó una serie Rauch, que ascendió por fuerza de su enér- de cambios administrativos pero nunca re- gica capacidad intelectual y fue ejemplo de lo cuperó un rumbo bien marcado. De paso, perdió el apoyo de la Universidad, sufrió un que puede hacer una sola persona para re- lento deterioro y, después de más de un de- velar los peligros que amenazan la salud, ins- cenio de decadencia, cerró sus puertas para pirar a sus semejantes y lograr mejoras sani- tarias en las zonas rurales. siempre en 1958. Pese a la desaparición de la ME- PRA, Mazza había transformado irrevocable- mente la práctica de la medicina “regional” en la Argentina. Según lo expresó el salteño B IBLIOGRAFÍA Andrés Cornejo, Muchas veces hemos oído decir que Aguirre JA. Semblanza de Salvador Mazza: 1886-1946. Maza no dejó escuela ni sucesores:qué El Día Médico (Buenos Aires). 24 de marzo de 1947: 367-371. equivocados están. LAcaso no es es- cuela y sucesores que hoy no hay mé- Bejarano FR. Profesor Dr. D. Salvador Mazza. Reu Sun dico que no sepa lo que es la leishma- MiZ (Buenos Aires). 1946;45:1253-1257. niosis, enfermedad de Chagas, brucelosis, micosis, etcétera? Hoy los médicos de Salta ciudad no vemos ” COmejo A, “Vida y obra de Salvador Mazza”, p 854 leishmaniosis ni micetomas, porque ya

312 l’ Informe de notuas anónimo, cltado en Ivern A, p 7. Bianchi AE. Salvador Mazza: 1886-1946. Reu ASOCMed Mazza S, Forté E, Alvarez Soto N, Arias Aranda C. Argent. 1948;62:265-266. Nota preliminar sobre los efectos de la plasmo- quina y plasmoquinaquinina en el paludismo. Bol Sociedad Médica de Mendoza. Prof. Dr. Salvador Inst Clin Quirurg (Buenos Aires). 1927;3:657-669. Mazza, 8 de noviembre de 1946: actos de homenaje. Bol Soc Med Mendoza. Noviembre de 1946; número Mazza S, Franke 1. Grupos sanguíneos de indios y de 2613-6. autóctonos del norte argentino. Bol Inst Clin Qui- rurg (Buenos Aires). 1927;3:137-139. Castagnino HE. Salvador Mazza. Todo es historia. 1986;17:14-20. Mazza S, Ivanissevich 0. Cysticmus cellulosue del ma- setero en el hombre. Reo Asoc Med Argent. 1922; Cornejo A. Vida y obra de Salvador Mazza: junio 6 de 35:1-11. 1886-noviembre de 1946. Semana Med (Buenos Aires). 1956;108(25):84%856. Mazza S, Iraeta D. Observaciones del indice refracto- métrico en suero de embarazadas y sus variaciones Cornejo A. A un año del fallecimiento de un sabio: en la crisis hemoclásica. Rev Asoc Med Argent. Salvador Mazza. Semana Med (Buenos Aires). 1922;35:1l5-125. 1948;55(11):419-421. Mazza S, Niio F. Notas hematológicas y serológicas El Dúr Médlro. Salvador Mazza: su biografia. Dia Med sobre leishmaniosis tegumentaria americana. Prensa (Buenos Aires). * Med Argent. 1929;16:88-91.

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