1 Nvestigaciones En El Interior De La
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Perfil biográfico 1NVESTIGACIONES EN EL INTERIOR DE LA ARGENTINA: LA BÚSQUEDA DE LA SALUD EMPRENDIDA POR SALVADOR MAZZAl Jqthm hxwuzrd2 Hoy día, pocos recordarán el nombre de Salvador Mazza. Esto es com- prensible, ya que la fama duradera depende casi siempre de algún logro específico y Mazza no hizo nada singular conducente a la gran- deza. No fue uno de los mártires de la salud pública; no descubrió ninguna enfermedad grave, ni erradicó una muy propagada, ni dio su nombre a institución o vacuna alguna de importancia. No obstante, quien se hubiera dedicado a la investigación médica o a la sa- lud pública durante los años de auge de la Argentina, entre las dos guerras mundiales, recordaría su nombre. Quizá no hubiera lle- gado a conocerlo personalmente, porque du- rante casi todo ese período Mazza trabajaba en un puesto rural a 1600 km de Buenos Ai- res. Pero es muy posible que hubiera leído uno que otro de sus numerosos trabajos sobre di- versos temas. Lo habría reconocido como un cuidadoso investigador médico con un vasto dominio de varios campos. Y acaso se pre- guntaría por qué dejó él la refinada meca del campo médico de Buenos Aires para prodi- ’ Traducción del articulo “Research in the Argentine out- gar sus cuidados en lugares remotos donde back: the health quest of Salvador Mazza” publicado en el escaseaban los médicos y la atención de sa- Bulletin ofthe Pan Ameritan Health @ganization, Vol. 26, No. 2,1992. lud era dificultosa. ’ Jonathan Leonard es escritor y corrector independiente de artículos para el Bulletin of the Pan AmeCan Heulth Opni- zation. Dirección postal: 14 Gully Lane, RFD-1, E. Sand- wich, MA 02537, EUA. 301 investigaciones médicas y otras tareas desti- L COMIENZO nadas a mejorar la salud pública. Si bien E el puesto de Mazza en el Instituto era muy Una de las razones fue que Sal- modesto, le permitió captar en poco tiempo vador Mazza estaba personalmente identifi- un conocimiento suficiente de los principios cado con los problemas de esas regiones. El fundamentales para aplicarlos en otros hogar de su infancia se hallaba en el poblado lugares. de Rauch a unos 240 km al sur de Buenos Ai- Además de trabajar en el Insti- res. Puesto que Rauch quedaba bastante cerca tuto durante una de sus vacaciones escola- de la capital argentina, atraía a algunos de los res, Mazza había conseguido empleo como emigrantes europeos que atestaban el puerto inspector de salud pública en su pueblo na- de Buenos Aires. Sin embargo, estaba tam- tal. En parte debido a la inmigración en gran bién suficientemente lejos para carecer de escala, para esa época Rauch experimentaba servicios médicos y Mazza, nacido allí el 6 de brotes de viruela, fiebre escarlatina y otras junio de 1886, tenía buenos motivos para co- dolencias. Algunos de los brotes podrían ha- nocer cabalmente esa situación. Sus padres, berse prevenido mediante vacunación, pero inmigrantes sicilianos, no eran ricos; su pa- el programa pertinente todavía no estaba bien dre murió cuando él tenía apenas cuatro años desarrollado. De manera que, en 1906, Mazza y si bien el matrimonio ulterior que contrajo pidió permiso para organizar una “oficina de su madre con un funcionario público local desinfección” en Rauch. Obtenido el per- presuntamente les proporcionó un apoyo muy miso, procedió a crear un servicio de salud necesario, no significó ningún cambio fun- donde puso en práctica la formación recibida damental en su situación. en el Instituto Jenner y se encargó de vacunar Por lo tanto, en los primeros años personalmente a unas 6 000 personas. En la de su juventud, Mazza tuvo una vida similar primavera siguiente ingresó a la facultad de a la de muchos hijos de inmigrantes dotados medicina. de inteligencia, que luchaban por salir bien. Su primer año en la Facultad de Durante sus años escolares, primero en el co- Medicina de la Universidad de Buenos Aires legio San Carlos de los padres salesianos, fue un desastre. Una infección, que eviden- luego en el Colegio Nacional Central de la temente contrajo en un quirófano, le atacó un Universidad de Buenos Aires y, por último, en brazo, puso su vida en peligro y le hizo per- la propia Universidad, trabajó con ahínco, der un año de estudios. No obstante, sobre- ascendió por mérito y llegó a ser conocido vivió, recobró su salud y en 1907reingresó en como un estudiante excepcional. la facultad, donde mantuvo su buena trayec- En sus años de universidad tuvo toria académica a pesar de trabajar de auxiliar varios empleos que ayudaron a sufragar SUS en dos laboratorios. Además, publicó su pri- gastos. Algunos de esos trabajos, como el de mer articulo (sobre picaduras de serpientes y instructor de francés y latín en un colegio cer- arañas) y desempeñó brevemente (durante las canoa la universidad, tuvieron poca trascen- vacaciones escolares) el cargo de cirujano de dencia. Sin embargo, uno de ellos, el de au- tercera en un navío argentino que transpor- xiliar de vacunación en el Instituto Jenner de taba presos al asentamiento de Ushuaia en Buenos Aires, contribuyó a forjar su futuro. Tierra del Fuego. Mazza trabajó allí durante el primer decenio También dedicó mucha energía al del presente siglo, época en que el Instituto Cfrculo Médico y Centro Estudiantes de Me- Jenner realizaba una fascinante variedad de dicina, una organización estudiantil de la que fue secretario, miembro del Consejo Direc- tivo, director de la biblioteca biomédica y del museo, y jefe de redacción de la revista. Si bien parece haber tenido bastante éxito en todas 302 estas actividades, el trabajo de dirección de la revista fue un triunfo rotundo. Según dos metido al examen de detección del cólera an- personas que trabajaron en ella más tarde, tes de salir de Génova, y el otro, un polizón “con Mazza, la publicación adquirió la mayor de Nápoles. Aunque no hay forma de com- extensión en su contenido científico” y probar la eficacia del programa, la detección “Mazza, con menos presupuesto, daba el de esos casos sugiere que marchaban más o doble de páginas”.3 Al retirarse de estas ac- menos según lo planeado. tividades en 1910,hubo que dividir sus tareas En todo caso, funcionaba sufi- entre tres personas. cientemente bien para impresionar a Ru- dolph Krause, el famoso bacteriólogo alemán y experto en vacunas, que llegó a Buenos Ai- res en septiembre de 1913para dirigir el Ins- UEN0SAIRES,19104920 tituto Bacteriológico del Departamento de B Higiene de la Argentina. Krause pronto notó Después de terminar sus estu- la habilidad de Mazza, lo hizo trasladar al dios de medicina en 1910, Mazza comenzó a Instituto y comenzó a colaborar con él en va- trabajar en el Departamento Nacional de Hi- rios proyectos. giene en la creación de un programa de cua- A la sazón se iniciaba también rentena y detección del cólera en inmigran- otro tipo de colaboración. En 1914, Clorinda tes. Actualmente, ese trabajo sería punto Brigada Razori, una brillante joven de Rosa- menos que imposible. En 1910 era factible no, acompaííó a su tfa a la clínica de José Arce, porque no había que habérselas con el trans- un destacado médico porteño, donde la tia se porte aéreo, en general los viajes eran menos sometería a una intervención quirúrgica y frecuentes y casi todos los inmigrantes ingre- pasarfa la convalecencia. Mazza estaba en- saban a la Argentina por el puerto de Buenos cargado del turno de la noche en la clínica de Aires. No obstante, en esa época Europa se Arce, cuyo ambiente tranquilo le daba una hallaba sacudida por una pandemia de có- buena oportunidad de escribir y donde solia lera; los muchos inmigrantes que llegaban a caminar de un lado a otro para espantar la Argentina eran principalmente europeos y el sueño. Sus pasos mantuvieron despierta a los planes de detección exigían el examen ff- la tia de Clorinda y la joven se quejó a las sico y cuarentena provisional de todos ellos. autoridades. Mazza se presentó por la ma- Mazza se dedicó precisamente a ñana a pedir disculpas, trabó amistad con esa tarea. Supervisó la rápida reconstrucción Clorinda y comenzó a encontrar excusas para de un centro abandonado en una isla y diri- repetir sus visitas. Cuando la tia estuvo sufi- gió el proceso de detección y cuarentena por cientemente recuperada para abandonar la cinco días de 60 000 personas. Por acuerdo clínica, ya Mazza y Clorinda estaban com- -c internacional, todos los inmigrantes debían prometidos. haberse examinado en el puerto de embar- El matrimonio, celebrado el 7 de N que; aun así los colaboradores de Mazza en- diciembre de 1914, resultó muy afortunado 2 contraron dos portadores asintomáticos; uno para Mazza. Clorinda estaba lejos de ser ti- era un inmigrante regular que no se había so- mida y vergonzosa. Era instruida, organi- Ei zada y competente y, con el correr del tiempo, -c llegó a dedicarse totalmente a su esposo y al 2 3 Ivern A, p. 13 trabajo de este. En realidad, llegaron a for- vl mar un equipo tan estrechamente unido que l anos más tarde era imposible para quienes los -2et conocían hablar del trabajo de Mazza sin 0 mencionar a su esposa.4 3 4 Cornejo A, “Vida y obra de Salvador Maza”, p. 844. 303 En el momento de su matrimo- SaZmoneZZatyphi, no era perfecta. Sin em- nio, Europa estaba en guerra. En esos días la bargo, era superiora las de dosis múltiples Argentina, que era la nación latinoamericana disponibles en ese entonces y, en su día, fue más adelantada y estaba inundada de inmi- un verdadero avance. grantes italianos y españoles, parecía casi En 1920, abandonó el Hospital parte de Europa.