Pensamiento Y Praxis De Rogelio Frigerio, Fundador Del Proyecto Desarrollista En Argentina
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García Bossio, Horacio Pensamiento y praxis de Rogelio Frigerio, fundador del proyecto desarrollista en Argentina Tesis de Doctorado en Ciencias Políticas Facultad de Ciencias Sociales, Políticas y de la Comunicación Este documento está disponible en la Biblioteca Digital de la Universidad Católica Argentina, repositorio institucional desarrollado por la Biblioteca Central “San Benito Abad”. Su objetivo es difundir y preservar la producción intelectual de la Institución. La Biblioteca posee la autorización del autor para su divulgación en línea. Cómo citar el documento: García Bossio, H. (2012, octubre). Pensamiento y praxis de Rogelio Frigerio, fundador del proyecto desarrollista en Argentina [en línea]. Tesis de Doctorado en Ciencias Políticas, Universidad Católica Argentina, Facultad de Ciencias Sociales, Políticas y de la Comunicación, Instituto de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales. Disponible en: http://bibliotecadigital.uca.edu.ar/repositorio/tesis/pensamiento-praxis-rogelio-frigerio.pdf [Fecha de consulta: …] Pontificia Universidad Católica Argentina Facultad de Ciencias Sociales, Políticas y de la Comunicación Tesis Doctoral Pensamiento y praxis de Rogelio Frigerio, fundador del proyecto desarrollista en Argentina Director Doctor Samuel Amaral Licenciado Horacio García Bossio Buenos Aires, Octubre 2012 1 A mis amores María Angélica, María Pilar, Lucía y Juan Pedro 2 Agradecimientos El desafío de encarar una tesis doctoral implica abordar un itinerario colmado de algunos logros evidentes, de esfuerzos no siempre correspondidos con los resultados, de horas dedicadas a una tarea que produce temores, satisfacciones y en la que que sólo se vislumbra un horizonte como resultado del acompañamiento colectivo. En este camino, debo agradecer a la Pontificia Universidad Católica Argentina la posibilidad de realizar mi doctorado a través de una beca de estímulo, gestionada por el Instituto de Comunicación Social, Periodismo y Publicidad (ICOS), donde el aliento de Alicia Pereson y Teresita Riccitelli fue siempre una muestra de cariño y confianza profesional. También quiero reconocer el apoyo de mis compañeros y amigos del Instituto para la Integración del Saber (IPIS) quienes insistentemente me estimularon en esta tarea. Al personal de la Biblioteca y la Hemeroteca de la UCA por su cálido asesoramiento. La dirección del doctor Samuel Amaral fue la guía imprescindible, con su paciencia y sabiduría, sus correcciones y sugerencias; también le debo al doctor Darío Barriera la escucha atenta de mis ideas, iluminadas por su generosa creatividad. Los doctores Enrique Aguilar y Marcelo Camusso me abrieron la perspectiva de las Ciencias Políticas para ampliar mis posibilidades académicas, con la cordialidad que sólo ellos pueden aportar. Mis colegas de la UCA y de otras universidades, que en los diversos congresos nacionales e internacionales comentaron críticamente mis papers, fueron de enorme ayuda en la difícil misión de recortar mis excesivas ramificaciones. A los exponentes del desarrollismo les debo su apasionado testimonio: Aldo Ferrer, Helio Jaguaribe (en su visita a la UCA), José Jiménez Rébora, Fernando de Estrada, Eduardo Calamaro, Carlos Zaffore y Rogelio Frigerio (n). Una mención aparte merecen Adriana Ueltschi, Raúl Ripa y Mario Frigerio, ellos me brindaron sus recuerdos y su afecto. A mis ángeles guardianes, la doctora Elena Piñeiro (que me abrió las puertas de la UCA) e Ismael Salaberry les debo el don de su lucidez, su generosidad y el enseñarme qué es la vida vivida con dignidad. Finalmente, quiero agradecerles a mis padres, Vicente y Teté, a mis suegros Quela y Amilcar y a mis cuatro hermanos (junto a mis tíos y primos), a Jorge Iturmendi, María de los Angeles y mis amigos que siempre confiaron en mí. Aunque ningún logro sería posible – ni siquiera deseable – sin la infinita dulzura de quienes son mi roca y mi razón de ser: María Angélica, María Pilar, Lucía y Juan Pedro, mis baluartes, mis críticos más implacables, regalos de Dios, mis amores infinitos. 3 INDICE INTRODUCCIÓN ..…………………………………………………………….…..5 1ª PARTE: CLIMA DE IDEAS Capítulo 1: Pioneros de la teoría del desarrollo ……………………….…………17 Capítulo 2: Vertiente fundacional social- cristiana………………………………42 2ª PARTE: ORIGENES DEL DESARROLLO ARGENTINO Capítulo 3: Etapa proto- desarrollista argentina………………………………....71 Capítulo 4: Alianza estratégica de Frigerio- Perón……………………………….97 3ª PARTE: BABEL Capítulo 5: Del nacional desarrollismo al desarrollismo pleno…………………..129 Capítulo 6: Debates y repercusiones en Babel……………………………………159 4ª PARTE: DISPERSION Capítulo 7: Frigerio y la izquierda nacional ………………………………………184 Capítulo 8: Fuga de los forjistas y de Frigerio…………………………………….215 CONCLUSIONES…………………………………………………………………...239 BIBLIOGRAFÍA….…………………………………………………………………245 4 INTRODUCCIÓN El “desarrollismo” surgió como un proyecto de política económica dentro de un sector de intelectuales y políticos que alcanzó amplia difusión (especialmente en los llamados “países periféricos”) durante las décadas de 1950 y 1960. El notable auge económico de posguerra y la división bipolar del mundo de la Guerra Fría, introdujo la posibilidad de la transformación de las estructuras económicas de los países “en vías de desarrollo” (eufemismo sesentista para clasificar a algunas de las naciones del Tercer Mundo) mediante el crecimiento económico sostenido (medido en términos del PBI) a partir de la industrialización de las otrora economías primarias-exportadoras. Pero crecimiento y desarrollo no tenían el mismo significado para todos los que lo empleaban. Los llamados “desarrollistas” – Arturo Frondizi y su asesor Rogelio Frigerio en Argentina; Juscelino Kubitschek y Helio Jaguaribe en Brasil y Kwame Nkrumah en Ghana – afirmaban que el desarrollo implicaba que la industria pesada les aseguraría a estas naciones un lugar entre los países más poderosos del planeta. Kubitschek sostenía en 1956 que su objetivo era la expansión, el fomento y la instalación de las industrias que Brasil necesitaba para su total y verdadera liberación económica. Para Nkrumah “el desarrollo implicaba terminar con la pobreza, la ignorancia y la enfermedad en Ghana”.1 El carácter multiforme del concepto de desarrollo generó diversas aproximaciones conceptuales. En un primer abordaje, se lo concibió como un corpus epistemológico entre los economistas y científicos sociales, quienes se basaban en las tesis de la transferencia del conocimiento cuantitativamente acumulativo, desde los laboratorios y centros de investigaciones ubicados en los países desarrollados hacia sus colegas del mundo subdesarrollado. Aparecía como un punto esencial la necesidad de entender las preocupaciones por la adopción de algunas ideas (como la de “capital humano”) para justificar el nuevo papel activo del Estado y el rol de la educación en la capacitación técnico-profesional imprescindible para lograr ese desarrollo. Su andamiaje ideológico, que presuponía cumplir con los parámetros e índices ideales que debían alcanzar los países para entrar en una suerte de círculo virtuoso, incluía la firme convicción de que dicho desarrollo sería “progresivo, continuo, objetivo”, es decir, sin la presencia “dañina” de las ideologías políticas que perturbaran esa marcha sostenida hacia el progreso. De allí que, en un segundo momento analítico, resultase 1 Szusterman (1998), pp. 120 y 348. 5 imprescindible desentrañar las bases teóricas que dieron origen al desarrollismo. Este se tornó un concepto ambiguo, que no era reconocido por los economistas de la mainstream anglosajona como parte de la teoría económica.2 A lo sumo, fue visto como una corriente “heterodoxa” del pensamiento económico o como una praxis específica adoptada por algunos países en la coyuntura de posguerra. Las explicaciones que dan cuenta del desafío desarrollista en el continente americano y en nuestro país son disímiles y sugieren, por ello, una génesis multicausal. En el Cono Sur el escrito fundacional del economista argentino Raúl Prebisch, responsable de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), titulado El desarrollo económico de América Latina y sus principales problemas (Santiago de Chile, 1949) – al cual Albert Hirschman llamó el Manifiesto – dio origen al estructuralismo latinoamericano, pues luego de la publicación del nombrado documento ninguna teoría podía seguir sosteniendo, para los países del sub-continente, que era aceptable la vieja doctrina clásica ricardiana de las ventajas comparativas.3 Otra vertiente de la estrategia desarrollista seguiría la influencia de Helio Jaguaribe y el desenvolvimentismo brasileño, como un animador insoslayable del “entorno” de J. Kubitschek y su sucesor Janio Quadros. Algunas hipótesis tentativas, que ven una influencia de izquierda en el origen desarrollista, hablaban de la impronta de Raúl Haya de la Torre y del aprismo peruano, en una síntesis stalinista que no desdeñaba al capital multinacional sino que alentaba su concentración espacial, para luego ser revolucionariamente eliminado.4 Frente a las referencias que insistían en una influencia gramsciana, que buscaba definir el concepto de hegemonía (lo que el desarrollismo llamaba “integración” de los principales actores sociales),5 Llosas6 se inclinaba por una postura “mercantilista” que 2 El término mainstream se utiliza para describir al desarrollo del pensamiento económico desde mediados del siglo XIX hasta 1930, concebido como verdadera teoría económica por los centros académicos del mundo anglosajón (escuela neoclásica o marginalista). También hace referencia