Análisis de la influencia de los fenómenos climáticos Niño y Niña sobre ocurrencia de incendios forestales en la provincia de Llanquihue, Región de Los Lagos

Patrocinante: Sr. Juvenal Bosnich

Trabajo de Titulación presentado como parte de los requisitos para optar al Título de Ingeniero Forestal.

RAFAEL ALFREDO AVARIA VÁSQUEZ 2012 Índice de materias Página 1 INTRODUCCIÓN 1 2 REVISIONBIBLIOGRÁFICA 3 2.1 Cambio Climático 3 2.2 Fenómeno del Niño 4 2.3 Fenómeno de la Niña 4 3 MATERIAL Y MÉTODOS 6 3.1 Material 6 3.1.1 Áreadeestudio 6 3.1.2 Ubicación de las estaciones meteorológicas 6 3.1.3 Clima regional 7 3.1.4 Vegetación 7 3.1.5 Superficie por tipo de uso en la Región de Los Lagos 8 3.2 MÉTODO 8 4. RESULTADOS Y DISCUSIÓN 9 4.1 Ocurrencia de incendios en función de la temperatura media 9 máxima en temporadas Niña-Niño 4.2 Ocurrencia de incendios en función de la Pluviometría en emporadas 11 Niña-Niño 4.3 Superficie total dañada según vegetación durante temporadas 12 Niña-Niño 5. CONCLUSIONES 14 6. BIBLIOGRAFÍA 16 ANEXOS 1 Abstract 2 Ocurrencia de incendios por temporada. 3 Ocurrencia histórica de fenómenos climáticos. 4 Temperatura media máxima y pluviometría mensual en la última década. Calificación del Comité de Titulación

Nota Patrocinante: Sr. Juvenal Bosnich A. __67__ Informante: Sr. Jorge Cabrera P. __65__ Informante: Sr. Antonio Lara A. __64__

El Patrocinante acredita que el presente Trabajo de Titulación cumple con los requisitos de contenido y de forma contemplados en el Reglamento de Titulación de la Escuela. Del mismo modo, acredita que en el presente documento han sido consideradas las sugerencias y modificaciones propuestas por los demás integrantes del Comité de Titulación.

______Sr. Juvenal Bosnich A. RESUMEN

Se analizó la relación entre la ocurrencia de incendios forestales con la pluviometría y temperatura media máxima en la provincia de Llanquihue, Región de Los Lagos. Para ello se recopilaron datos referidos a la ocurrencia de incendios con fenómenos climáticos de la Niña y Niño.

La información requerida para el análisis abarcó un rango de datos históricos de 10 años (2000-2010). Con ello se buscó conocer si la estacionalidad de las precipitaciones o el aumento de la temperatura eran determinantes en el comportamiento de los incendios o si estas variables estuvieron bajo la influencia del fenómeno del Niño o Niña

Los resultados muestran una baja influencia tanto de los fenómenos del Niño y Niña sobre la ocurrencia de incendios, dicho de otra forma, estos fenómenos no causaron alteraciones significativas en la presencia de temperaturas altas o bajas en las temporadas analizadas. De igual manera ocurre con la pluviometría en la provincia de Llanquihue.

La mayor superficie quemada por los incendios ocurrió en temporadas donde las temperaturas no fueron las más altas, junto a ello se logra verificar que la vegetación natural (arbolado y matorral) fue la más afectada. 1. INTRODUCCIÓN

Los ecosistemas tienden a ser modificados por un serie de factores dentro de los cuales el fuego tiene uno de los roles más importantes, es un elemento natural que forma parte de los fenómenos que modelan el paisaje. En , el fenómeno de los incendios forestales ya dejó de serlo convirtiéndose en una gran amenaza para la extensa superficie de bosques nativos y plantaciones forestales. En los últimos veinte años las pérdidas han afectado hasta 100 mil hectáreas producto de los innumerables incendios que bordean los 6 mil anuales con pérdidas sobre los 55 millones de dólares al año.

Los incendios forestales son causados en un 99% por el hombre, en ocasiones estos tienen un origen intencional como también por negligencia, aquellos por causas naturales tales como tormentas eléctricas son escasos y de baja preocupación en el país. El clima también ayuda a que los incendios se propaguen con más facilidad, los extensos períodos de sequía que ha atravesado el país favorecen la iniciación y propagación de los incendios sin importar si fueron por causa accidental o intencional. De los elementos que intervienen en el origen de un incendio están la humedad, viento y temperatura. Según el bosque y material que lo componga la inflamabilidad será influenciada por la temperatura y humedad, mientras que el viento interviene en la velocidad y propagación.

Las condiciones climáticas favorables junto a los incendios con objetivo de desforestar áreas boscosas ha aumentando considerablemente las emisiones de dióxido de carbono el cual retiene el calor y eleva la temperatura global. Hay que considerar que los incendios forestales es uno de los componentes más importantes del cambio climático. Este cambio corresponde a un historial a escala regional y global del clima, tales modificaciones pueden tener sus causas tanto de formas naturales como por intervención del hombre. La más clara evidencia del cambio climático está en el aumento de las temperaturas medias del océano y aire, en cuanto a la temperatura media terrestre se sabe que alcanza alrededor de 0,6° C.

Con respecto a la influencia climática sobre los incendios forestales tenemos fenómenos atmosféricos que en la última década han afectado en forma más constante y con gran intensidad, ellos corresponden al Fenómeno del Niño y La Niña. Cada uno con presencias que pueden durar varios meses, incluso temporadas estacionales completas. Sus efectos sobre todo ámbito son nefastos, intensas lluvias y altas temperaturas son los contrastes que traen consigo dependiendo del lugar geográfico donde nos encontremos.

En Chile la presencia de ambos fenómenos son muy marcados, desde meses muy lluviosos a extremadamente secos. El fenómeno de la Niña puede presentarse con sequia en la zona sur y lluvia en el norte o más conocido como invierno boliviano, en cambio El Niño se presenta con abundante agua.

En los últimos tres años la presencia de estos cambios ha permitido la acumulación de combustible en las temporadas de bajas temperaturas y aumento de

1 precipitaciones, lo cual es un problema al momento de llegar a temporadas estivales donde la ocurrencia de incendios se incrementa notablemente. En la zona sur, por tener períodos más prolongados de lluvia, es que se pretende mostrar de una forma sencilla como estos fenómenos atmosféricos han tenido influencia sobre la ocurrencia de incendios, sean negativas o positivas.

El objetivo general del presente trabajo, es analizar desde un punto de vista teórico el efecto de La Niña y El Niño en la ocurrencia de incendios en los últimos 10 años, enfocado en la Región de Los Lagos, específicamente la Provincia de Llanquihue. Los objetivos específicos acordados corresponden a:

 Comparar información pluviométrica con la ocurrencia de incendios durante meses de Niña y Niño.

 Comparar información de temperatura media máxima con la ocurrencia de incendios durante meses de Niña y Niño.

 Analizar las superficies quemadas en función de la presencia de los fenómenos de La Niña y El Niño

2 2. REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA

Turner et al. (1961) comprobaron la estrecha relación existente entre las condiciones meteorológicas y la ocurrencia, cuando a pedido de la World Meteorological Organization estudiaron los sistemas de evaluación del grado de peligro en 17 países. La conclusión fue muy clara: en todas las regiones de la tierra el estado atmosférico afecta decisivamente la iniciación y propagación de los incendios forestales.

Los sistemas de evaluación del grado de peligro de incendios forestales más desarrollados (Estados Unidos y Canadá) basan la operación de todo el sistema, en los datos capturados por redes de estaciones meteorológicas, las que envían sus datos a centros nacionales de cómputo, donde se realizan los procesos de cálculo necesarios para la elaboración y publicación de cartografía de riesgo y peligro de incendios para la zona bajo responsabilidad de protección de cada servicio (Pedernera, 2003).

La estacionalidad puede ser definida como los períodos o lapsos, durante una temporada, donde la ocurrencia tiende a presentar una determinada intensidad, debido al efecto conjunto de factores como condición climática, estado general de la vegetación y tipo o nivel de actividad humana (Brown y Davis, 1973).

En Chile, la época de incendios forestales se inicia alrededor de octubre o noviembre de un año, cuando las condiciones de la primavera ya favorecen la propagación del fuego iniciado por una persona, y se prolonga casi hasta abril del año siguiente, a veces hasta mayo (CONAF, 2010).

En una distribución normal los meses de enero y febrero son habitualmente los más críticos, en cuanto al número de incendios forestales por día, también, en general, con la superficie afectada. Sin embargo, situaciones de escala hemisférica, como El Niño y La Niña, pueden hacer más o menos severa o bien más o menos extensa una temporada (CONAF, 2010).

2.1 Cambio Climático

La ONU define el cambio climático como un cambio del clima que se atribuye directa o indirectamente a la actividad humana, que altera la composición de la atmósfera del planeta y que se añade a la variabilidad natural del clima observado en períodos de tiempo comparables.

Una de las principales prioridades para hacer frente a los factores de estrés más críticos sobre los bosques – incendios, propagación de plagas y especies invasoras – derivados de las predicciones de cambio climático es el desarrollo de un “plan de adaptación forestal” como parte del PANCC. Entre las acciones clave a ser impulsadas dentro de este plan está la diversificación del recurso forestal.

3 El aumento de la frecuencia de inviernos relativamente lluviosos en las décadas posteriores contribuyó a revertir la tendencia decreciente en esta región, estableciéndose una tendencia positiva que alcanzó su mayor intensidad en el período 1955 – 1985. La evolución del régimen pluviométrico en la región centro-sur y austral del país ha sido marcadamente diferente a la observada en la región subtropical con una significativa tendencia positiva dominante en esta región hasta mediados de los años 70 para dar paso en las décadas más recientes a una tendencia decreciente que se ha mantenido hasta ahora (CONAMA, 2006).

En términos generales las cumbres andinas marcan un contraste entre ambas laderas con un aumento en la ladera oriental (Argentina) y una disminución en la ladera occidental (Chile continental y el Pacifico adyacente), particularmente en latitudes medias y en las estaciones de verano y otoño. Este contraste se manifiesta más acentuado en el escenario A2 durante el verano, en que la precipitación sobre ciertos sectores de Chile centro-sur se reducen a la mitad e incluso un cuarto del valor actual, al mismo tiempo que la precipitación futura se duplica (respecto a la actual) inmediatamente al este de la cordillera de los Andes (CONAMA, 2006).

2.2 Fenómeno del Niño

El niño corresponde a un fenómeno climático causado por la interacción atmosférica y la calidez anormal de la superficie oceánica en el Océano Pacífico Este de las costas de Sudamérica. Los vientos alisios que normalmente soplan en la región intertropical desde América hacia Oceanía, se debilitan y pueden llegar a cambiar de sentido, facilitando así el transporte de aguas cálidas características del sector de Indonesia hacia las costas Intertropicales sudamericanas y posteriormente hacia el istmo de Panamá y las costas del norte de Chile (Castillo, 2003).

En términos prácticos, la ocurrencia de El Niño conduce a que muchas regiones normalmente húmedas, como Indonesia, norte de Australia y Filipinas, lleguen a ser secas. Por el contrario, áreas con características climáticas más bien secas, como aquellas de la costa Oeste de América (principalmente Ecuador, Perú y Chile), se humedecen con intensas lluvias. (SHOA)

En el ámbito de la salud, las variaciones ambientales que implican cambios en las temperaturas, las precipitaciones, la humedad y los vientos, favorecen las enfermedades transmitidas por vectores, como es el caso de Malaria, Dengue, Fiebre Amarilla, Encefalitis, Leishmaniasis, entre otras. Por esta razón, en presencia de eventos extremos como El Niño, se ha observado, principalmente en países tropicales, un aumento de estas enfermedades cuya consecuencia puede ser letal en la mayoría de los casos. (SHOA)

4 2.3 Fenómeno de la Niña

En presencia del evento de La Niña, el anticiclón subtropical del Pacífico suroriental, se intensifica aún más, aumentando su área de acción más al sur de lo normal e impidiendo el normal desplazamiento de los sistemas frontales que provienen de la región oeste del Pacífico. Esta condición atmosférica disminuye la frecuencia de bandas nubosas frontales hacia la zona central y norte y además inhibe el normal desarrollo de la nubosidad de los frentes, que son imprescindibles para la generación de la precipitación. Los anticiclones subtropicales, se caracterizan por tener una gran extensión en la vertical (15-20 km) y horizontal (1000-3000 km) y poseer una estabilidad atmosférica que impide la formación de nubes de origen frontal que causan las precipitaciones (Dirección meteorológica de Chile, 2010).

La modificación de los patrones de precipitación producto de la acción del cambio climático, ha modificado las condiciones en muchas zonas del bosque templado, inserto en un clima más seco que lo normal para estas latitudes y más proclive a la acción del fuego. Esto ha provocado que, junto con el componente humano (agente inicial del incendio), el factor climático de sequedad y susceptibilidad de los combustibles forestales a la ignición e inflamabilidad, han provocado extensos incendios en zonas de la Cordillera de Los Andes de la VIII y IX regiones (Castillo, 2003).

Las mediciones observadas de precipitaciones en la segunda mitad del siglo XX muestran una tendencia a la disminución en la zona centro-sur del país. Alarmantemente se constata un proceso de desertificación en avance y que actualmente afecta a dos tercios del territorio (Gayoso y Gayoso, 2005).

La Dirección meteorológica de Chile (2010) da a entender que el aumento de las precipitaciones es el principal factor que define un clima lluvioso para la Región de Los Ríos y Los Lagos, con la característica que ya no se encuentra ningún mes seco, es decir con totales mensuales inferiores a 40 mm. Los totales anuales de agua caída son superiores a 1.300 mm y sobrepasan los 2.200 mm en algunos sectores específicos (Panguipulli, Corral). Aunque el período más lluvioso continúa siendo el de mayo a agosto, aquí el total de precipitación alcanza el 60% o menos del total anual, como en y Quellón, donde sólo llega al 50%. Esto indica que el resto del año cae más de 1.000 mm en gran parte de la Región. Las temperaturas continúan disminuyendo con la latitud, pero sus valores medios todavía se mantienen sobre los 10º, por lo que las características de clima templado persisten.

En la Región de Los Lagos se presentan dos subtipos climáticos: el templado lluvioso con influencia mediterránea y el templado frío de costa occidental con máximo invernal de lluvias.

Actividades como la prevención y el combate, deben apoyarse en un indicador de tal naturaleza, porque permite orientar la aplicación de medidas tendientes a evitar la iniciación de focos de fuego y, además, para disponer oportunamente de los recursos necesarios para el control de esos mismos focos, ante la eventualidad que definitivamente se produzcan (Brown y Davis, 1973).

5 3. MATERIAL Y MÉTODO

3.1 Material

3.1.1 Área de estudio

La provincia de Llanquihue se ubica en la Región de Los Lagos, posee una población que bordea los 322.000 habitantes. En el límite norte se encuentra hasta en el sur. La capital provincial y regional es Puerto Montt, sólo la provincia de Llanquihue tiene una superficie cercana a los 15.000 km2 (ver Figura 1)

Figura 1. Provincia de Llanquihue (Intendencia Región de Los Lagos, 2008)

3.1.2 Ubicación de las estaciones meteorológicas

La Región de Los Lagos cuenta con 6 estaciones agroclimáticas, su mayoría en el área norte donde se concentra más del 75% de la población, específicamente en el valle central interior como muestra el siguiente cuadro de distribución:

Cuadro 1. Distribución de estaciones meteorológicas Región de Los Lagos (Agroclima, 2010)

Comuna Precordillera Valle central interior Secano costero Osorno Purranque Osorno La Unión Norte Rio Negro Río Negro Frutillar Frutillar Butalcura

6 En la figura 2 se muestra la ubicación de las 6 estaciones meteorológicas antes mencionadas las cuales se encuentran instaladas desde Osorno a Dalcahue en la Isla de Chiloé.

Figura 2. Ubicación de estaciones climáticas en la Región de Los Lagos.

3.1.3 Clima regional

El clima que presenta esta región es templado oceánico o lluvioso, con la ausencia de período seco. Desde el punto de vista hidrográfico, esta región se distingue por la presencia de una gran cantidad de ríos cuyas características generales son las suaves pendientes. La vegetación está dada principalmente por el bosque lluvioso y la selva Valdiviana.

En este caso por la presencia de la Cordillera de la Costa y de los Andes, se producen significativas diferencias de precipitaciones. Así mientras al occidente de los macizos andino y costero presentan las más altas precipitaciones, hacia la depresión intermedia éstas disminuyen. Esta condición comienza a variar hacia el límite sur, fundamentalmente en el sector de Chiloé continental, donde el ingreso de las masas de aire es levemente atenuado por los últimos vestigios de la Cordillera de la Costa, sin poder producir alteraciones significativas en ellas.

3.1.4 Vegetación

Dadas las condiciones climáticas en la región, la vegetación dominante es el Bosque Templado Lluvioso y la Selva Valdiviana. El Bosque Templado Lluvioso se distribuye hacia la Cordillera de Los Andes y cuenta con especies como Roble, Raulí, Coigüe, Ciprés, Lenga y Alerce, por nombrar algunas de las más importantes. Por su parte la Selva Valdiviana se caracteriza por ser una vegetación muy densa con especies

7 como el Alerce, Canelo, Olivillo, Laurel, Maiten, Ulmo, Avellano y Arrayán, además de una vegetación arbustiva de Quilas y Helechos que la hacen prácticamente impenetrable. Al Sur destaca la espesa vegetación de la carretera austral que se impone en todo momento, presenta de especies nativas como Coigue Magallánico, Bosques de Alerce milenario (parque nacional Hornopiren) comuna de Hualaihué, en caleta Gonzalo, camino a y bosque de Lenga en las inmediaciones del río Palena. En las áreas cordilleranas de esta región reina el coirón. Al igual que en la Araucanía, la fisonomía de la región ha cambiado debido al uso agrícola y ganadero que ha primado en los últimos años. El espacio que hoy presenta ha sido conseguido a costa de la quema o roce de vegetación nativa, poniendo en peligro la flora y fauna de la región, en su reemplazo se han sembrado praderas aptas para ganado.

3.1.5 Superficie por tipo de uso en la Región de Los Lagos

El uso de superficie en la región se centra en los bosques y praderas. Del 57,77% de uso en bosques 56.000 ha están destinadas a plantaciones sean estas de pino o eucalipto y los restante a bosque nativo y bosques mixtos.

Cuadro 2. Uso actual de superficie Región de Los Lagos

Uso Actual Superficie (Ha) Porcentaje (%) Areas urbanas e industriales 8.609,10 0.18 Terrenos agrícolas 8.078,30 0.17 Praderas y matorrales 1.183.814,40 24.43 Bosques 2.799.556,40 57.77 Humedales 56.775,40 1.77 Áreas desprov. de vegetación 181.064,40 3.74 Nieves y glaciares 360.305,90 7.43 Cuerpos de agua 221.209,90 4.56 Áreas no reconocidas 26.707,80 0.55 Total 4.846.121,20 100.00

3.2 Método

Mediante estadística básica se comparan los datos referidos a la ocurrencia de incendios con la presencia de los fenómenos climáticos de la Niña y el Niño en la Provincia de Llanquihue. Con esto se busca demostrar la influencia de estos fenómenos atmosféricos sobre la ocurrencia de incendios en el transcurso de los últimos 10 años comenzando desde el año 2000 hasta el 2010. Para ser más específicos, la información requerida tiene que ser de las temporadas de incendios los cuales comienzan en octubre y finalizan en abril del año siguiente, de la misma manera se extrae los meses con influencia de Niña o Niño para la correspondiente comparación.

La comparación también se hace en función de la temperatura media máxima y pluviométrica de la provincia. Toda la información con la cual se trabaja es obtenida de la Corporación Nacional Forestal (CONAF) y la Dirección Meteorológica de Chile (ver Anexo 4)

8 Una vez obtenidos los resultados se verá si algún otro factor influyó en la presencia o ausencia de precipitaciones durante alguna de las temporadas estudiadas.

4. RESULTADOS Y DISCUSION

4.1 Ocurrencia de incendios en función de la temperatura media máxima y temporadas Niña-Niño

Se puede observar en la figura 3 que en esta oportunidad la tendencia entre ocurrencia de incendios es similar a la temperatura, sin embargo y de acuerdo al coeficiente de determinación (r2) sólo el 55% de los incendios está explicado por el aumento de las temperaturas en la provincia de Llanquihue.

Figura 3. Relación entre la temperatura y la ocurrencia de incendios en la Provincia de Llanquihue.

La línea tendencia que muestra la figura 3 corrobora lo mostrado en la figura 4, se aprecia el aumento progresivo de las temperaturas que trae consigo mayor número de incendios, además se desprende de las figuras que no sólo la temperatura influencia los incendios debido a que existen temporadas en las cuales la temperatura máxima fue similar reportándose menor ocurrencia de incendios.

9 Figura 4. Ocurrencia de incendios y temperatura media máxima por temporada.

Durante la temporada 2008-2009 se presenta la mayor temperatura lo cual no tiene relación con el número de incendios en la provincia. Como se puede ver en la figura la temporada 2001-2002 también tiene un elevado número de incendios pero con temperatura promedio no muy diferente a las siguientes temporadas.

La ocurrencia de incendios en este caso tampoco es influenciada por la presencia de los fenómenos de la Niña y Niño debido a que el mayor número de incendios ocurre en temporadas normales como se puede ver en la figura 5.

Figura 5. Porcentajes de temporadas con presencia o ausencia de fenómenos climáticos.

El mayor número de incendios como se vió anteriormente se concentra en temporadas normales y la menor cantidad en aquellos años donde se presenta La Niña. Si bien se entiende que el fenómeno de la Niña trae sequías, en esta oportunidad no fue lo suficiente severa comparándola con el año 1998 donde la temperatura e incendios si estuvieron fuertemente ligados.

10 4.2 Ocurrencia de incendios en función de la pluviometría y temporadas Niña-Niño

Como podemos ver en la figura 6 la pluviometría alcanza su máximo en la temporada 2000-2001, posteriormente decae fuertemente durante dos temporadas consecutivas llegando a valores cercanos a los 600mm con una ocurrencia de 181 incendios para la temporada del 2007-2008 y para la temporada 2008-2009 con 183 incendios.

Figura 6. Ocurrencia de Incendios y pluviometría por temporada.

Según la regresión y el respectivo coeficiente de determinación de 28% en la figura 7, la pluviometría no tiene mayor incidencia sobre la ocurrencia de incendios. Al comparar y ver la influencia de los fenómenos climáticos, estos no tienen mayor relación debido a que si vemos nuevamente la figura 6, la primera temporada y la última presentan el Niño y la Niña respectivamente, por lo tanto la disminución en la ocurrencia de incendios no tiene relación con estos fenómenos, se puede tomar como referencia la última temporada donde las precipitaciones aumentaron bajando el número de incendios presentándose en esta oportunidad el fenómeno de la Niña que debería traer temperaturas más altas y menos precipitaciones.

Figura 7. Relación ente pluviometría y ocurrencia de incendios.

11 4.3 Superficie total dañada según vegetación en temporadas de Niña-Niño

En la figura 8 se muestra la superficie afectada por temporada de incendios, además cada uno diferenciando la presencia o ausencia de fenómenos climáticos. Los fenómenos están diferenciados por los colores azul que indica presencia del Niño, rojo indica presencia de la Niña y las temporadas normales de color negro.

Figura 8. Superficie afectada y número de incendios por temporada de incendios en relación a la presencia y ausencia de los fenómenos de la Niña y el Niño. Niño (Azul), Niña (Rojo) Temporada Normal (Negro).

La mayor superficie afectada se encontró la temporada 2001-2002 con 3.222,65ha, luego con una disminución considerable cercana a las 100ha volviendo a tener un aumento en el número de incendios para la temporada 2008-2009 donde la superficie afectada es de 3.292.25.

Aquí podemos detenernos un momento y ver como la presencia de fenómenos climáticos durante la última década no tiene relevancia o incidencia en la ocurrencia de incendios. Como se dijo en párrafos anteriores, el fenómeno de la Niña trae consigo altas temperaturas por lo que es de esperar un aumento en los incendios, si miramos la figura 8 esto no ocurre en las temporadas en que las superficies quemadas y el número de incendios son los más altos. Las temporadas normales son las que presentan el mayor número de incendios con el 50,4%, seguido por el fenómeno del Niño con 26,5 y por último la Niña con 23,1%.

Si comparamos la superficie quemada con el número de incendios se ve una relación, pero esto no siempre es así debido a que hay mas factores tales como combustible, la humedad o viento que ayudan a la propagación. Al desglosar la superficie afectada se pueden ver los tipos de vegetación que fueron afectadas en cada temporada y que pueden ayudarnos a entender porque existen temporadas en que a pesar de haber más incendios las hectáreas consumidas por el fuego no lo reflejan (cuadro 1).

12 Cuadro 1. Superficie y tipo de vegetación afectada por incendios en los últimos 10 años.

Temporada Total pino (ha) Total eucalipto (ha) Total Plantaciones Vegetación Natural 2000-2001 0 0,5 0,5 41,72 2001-2002 35,3 17,4 52,7 3151,87 2002-2003 0,35 0,5 0,85 68,76 2003-2004 0,05 0,31 0,36 111,15 2004-2005 0,01 0 0,01 103,16 2005-2006 0,4 0,9 1,3 199,46 2006-2007 1,3 14,5 15,8 581,4 2007-2008 0 55,67 55,67 3214,78 2008-2009 1 10,5 11,5 22 2009-2010 0 0 0 3,65

La mayor cantidad de hectáreas afectadas corresponden a vegetación natural dentro de las que encontramos matorrales, arbolado y pastizal. Tanto matorrales como el arbolado se encuentran en primer lugar en cuanto a superficies quemadas con un total de 8.079,14ha., sumando las diez temporadas. Caso contrario ocurre con las plantaciones, estas involucran pino y eucalipto de diferentes edades. Estas plantaciones tienden a ser muy inflamables debido a que poseen un follaje con ceras, aceites y resinas, sin embargo no se refleja en los datos estadísticos de ocurrencia y daño por incendios forestales de CONAF región de Los Lagos.

Según Peña (2004), La vegetación natural dañada se debe a que las superficies donde se presentan no tienen la protección necesaria, además una alta superficie se encuentra en sectores donde la accesibilidad es un gran problema razón por la cual no hay una llegada oportuna al foco.

Una situación singular que se presenta con mayor frecuencia en incendios forestales con el efecto de La Niña, son los incendios forestales subterráneos. Si bien los incendios subterráneos son de lenta propagación, son los incendios más destructivos desde el punto de vista del impacto ambiental, ya que pueden llegar a los 2 metros de profundidad en algunos casos, lo cual dificulta enormemente su control y posterior extinción, se hacen presentes en la Región de Los Lagos, especialmente en la depresión intermedia de la provincia de Llanquihue, con una mayor afectación en las proximidades de la ciudades de Puerto Montt, y Ruta 5 Puerto Montt – .

Ello se produjo durante el periodo estival 2007-2008, la Región de Los Lagos estuvo expuesta a un déficit de precipitaciones del orden de un 60% aproximadamente, ante el período estival extremadamente caluroso, y con fuertes vientos del Sur (SE y SO), parte de la población rural realizaron quemas ilegales, como también adolescentes que iniciaron focos de incendios, dada su expansión e intensidad calórica, derivando en grandes superficies afectadas y de carácter conflictivo, con amenazas a nivel de la interface urbano – rural.(CONAF 2010).

13 5. CONCLUSIONES

De acuerdo al estudio, la influencia de la temperatura sobre la ocurrencia de incendios en la provincia de Llanquihue es de 55%, siendo de baja relevancia. La variación de temperatura promedio en las temporadas fue de aproximadamente 1°C, cambio que no tiene grandes afectos sobre el número de incendios.

A pesar de ser una provincia con bastante precipitación anual, la ocurrencia de incendio no mantuvo relación. La pluviometría no logra ser significativa, además las temporadas con alta pluviometría con coincidían con la presencia del fenómeno del Niño.

Existen dos temporadas en las cuales ocurrieron el mayor número de incendios junto a una elevada superficie dañada, era de esperar que fueran durante ausencia de precipitación, sin embargo aquellas temporadas coincidieron con la presencia del Niño que como bien sabemos trae una disminución de la temperatura y aumento de precipitaciones, la otra temporada de mayor ocurrencia de incendio fue con periodo normal.

Los fenómenos climáticos durante la década pudieron influir en la ocurrencia de incendios dentro de la provincia, pero tal vez en forma desfasada como muestran algunos estudios los cuales explican que muchos meses con presencia del fenómeno del Niño ayuda a la acumulación de biomasa.

Tanto la temperatura como las precipitaciones no fueron directamente los causantes en el aumento de los incendios. La baja coincidencia puede atribuirse a un desfase y a la acumulación de combustible durante temporadas de invierno y posterior periodo estival, esto concuerda muchas veces con el aumento de la ocurrencia de incendios en temporadas siguientes.

Si bien existe bastante información sobre el cambio climático y la influencia sobre la ocurrencia de incendio, en este estudio la presencia o ausencia de fenómenos del Niño o la Niña no fueron los causantes en el aumento o disminución de los incendios forestales. Esto quedo claramente detallado al mostrar las temporadas normales donde más del 50% presenta incendios y con grandes superficies dañadas.

La clasificación de vegetación natural dada por CONAF es la más afectada por los incendios, esta vegetación se encuentra en lugares sin acceso siendo una dificultad para el control por parte de las brigadas de incendio. A diferencia de la vegetación natural, las plantaciones poseen caminos muchas veces en buenas condiciones a regular lo que permite un fácil desplazamiento y llegada a los focos.

Las posibles causas de aquellos incendios de grandes magnitudes registradas en la provincia pueden ser atribuidas a la acumulación de combustible durante varias temporadas.

14 Durante las temporadas estivales existe un aumento de turistas y si le agregamos la negligencia de estos más el combustible acumulado trae como consecuencia lo visto en los años 2000 y 2008.

15 6. BIBLIOGRAFÍA

Brown y Davis. 1973. Control de Incendios Forestales. Segunda Edición, Mac Graw Hill, New York, 686p.

Castillo, M.; Pedernera, P. 2003. Incendios Forestales y Medio Ambiente.Una síntesis global. Ambiente y Desarrollo. Vol. XIX. Nº 3 y 4. 44-53 p.

CONAMA (Comisión Nacional de Medio Ambiente, CL). 2006. Estudio de la variabilidad climática en Chile para el siglo XXI. Informe Final. Santiago, Chile. CONAMA. 63 p.

Corporación Nacional forestal. 2010. Incendios Forestales. Disponible en http://www.conaf.cl/conaf/seccion-incendios-forestales.html (Julio, 2010).

Dirección Meteorológica de Chile. Consultado 26 jun. 2010. Disponible en http://www.meteochile.cl/nino_nina/nino_nina_descripcion_nina.html

Gayoso, J. y M. Gayoso, 2005. Eventos Extremo, Revisión del Caso de Chile 1985-2005. Facultad de Ciencias Forestales, Universidad Austral de Chile. 35 pp.

Peña, E.; Valenzuela, L. 2008. Incremento de los incendios forestales en bosques naturales y plantaciones forestales en Chile. En: González-Cabán A (ed) Memorias del segundo simposio internacional sobre políticas, planificación y economía de los programas de protección contra incendios forestales: Una visión global: 595-612. Gen. Tech. Rep. PSW-GTR-208. Departamento de Agricultura de los EE.UU., Servicio Forestal, Estación de Investigación del Pacífico Suroeste, Albany, California.

Tuner, J.; Lillywhite, M.; Piezlak, Z. 1961. Forecasting for forest services. World. Met. Org., Techn. Note 42, 55 pp.

16 ANEXOS Anexo 1 Abstract “Analysis of the influence of climate Niño and Niña on forest fires in the of Llanquihue,

We evaluated the relationship between the occurrence of forest fires with the rainfall and average maximum temperature in the Llanquihue Province, Los Lagos Region. This data was collected related to the occurrence of fire with La Niña weather phenomena and Niño.

The information required for the analysis covered a range of historical data of 10 years (2000-2010). This aimed to know whether the seasonality of precipitation or increased temperature were crucial in the fire behavior or whether these variables were under the influence of El Niño or Niña.

The results show a weak influence of the phenomena of both Boy and Girl on fire occurrence, in other words, these phenomena did not cause significant alterations in the presence of high or low temperatures in the seasons analyzed. The same happens with the rainfall in the province of Llanquihue.

Most area burned by fires occurred in seasons where temperatures were not the highest, next to it is unable to verify that the natural vegetation (trees and shrubs) was the most affected. Anexo 2 Ocurrencia de incendio por temporada Cuadro 1. Distribución histórica de la ocurrencia y daño de incendios forestales por temporadas, Décima Región de Los Lagos (CONAF, 2010)

Total Temporadas Nº Incendios Sup. Forestal 2000-2001 92 109,77 2001-2002 560 4.189,40 2002-2003 203 175,97 2003-2004 235 290,73 2004-2005 140 286,01 2005-2006 158 658,33 2006-2007 154 710,60 2007-2008 470 7.285,27 2008-2009 339 1.300,82 2009-2010 24 20,48 TOTAL 8.894 114.732,76 Fuente. Corporación Nacional Forestal (CONAF) Anexo 3 Ocurrencia histórica de fenómenos climáticos Cuadro 2. Ocurrencia histórica de los fenómenos del Niño (azul) y la Niña (rojo).

AñoDEFMAMJ J ASON 2000 -1.7 -1.5 -1.1 -0.9 -0.8 -0.7 -0.6 -0.5 -0.5 -0.6 -0.8 -0.8 2001 -0.7 -0.6 -0.5 -0.3 -0.2 -0.1 0.0 0.0 -0.1 -0.2 -0.2 -0.3 2002 -0.2 0.0 0.1 0.3 0.5 0.7 0.8 0.8 0.9 1.2 1.3 1.3 2003 1.1 0.8 0.4 0.0 -0.2 -0.1 0.2 0.4 0.4 0.4 0.4 0.3 2004 0.3 0.2 0.1 0.1 0.1 0.3 0.5 0.7 0.7 0.7 0.7 0.7 2005 0.6 0.4 0.3 0.3 0.3 0.3 0.2 0.1 0.0 -0.2 -0.5 -0.8 2006 -0.9 -0.7 -0.5 -0.3 0.0 0.1 0.2 0.3 0.5 0.8 1.0 1.0 2007 0.7 0.3 -0.1 -0.2 -0.3 -0.3 -0.3 -0.6 -0.9 -1.1 -1.2 -1.4 2008 -1.5 -1.5 -1.2 -0.9 -0.7 -0.5 -0.3 -0.2 -0.1 -0.2 -0.4 -0.7 2009 -0.9 -0.8 -0.6 -0.2 0.1 0.4 0.5 0.6 0.7 1.0 1.4 1.6 2010 1.6 1.4 1.1 0.7 0.2 -0.3 -0.8 -1.2 -1.4 -1.5 -1.5 -1.5 Anexo 4 Temperatura media máxima y pluviometría mensual en la última década Cuadro 3. Temperatura media máxima mensual en los últimos diez años.

Meses 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2010 ENERO 19,1 19,1 20,0 18,9 20,6 18,5 19,8 20,3 21,6 21,0 19,3 19,3 FEBRERO 19,0 19,4 20,4 18,2 21,5 22,3 20,9 19,2 22,2 20,1 17,9 17,9 MARZO 16,3 16,7 16,9 19,0 19,6 17,5 16,9 18,2 19,7 18,4 18,6 18,6 ABRIL 14,8 14,0 14,3 15,8 14,9 14,7 15,2 14,1 14,6 16,5 14,4 14,4 MAYO 13,2 12,3 12,2 13,3 13,5 10,9 12,3 11,7 13,6 12,5 12,1 12,1 JUNIO 10,9 10,4 9,3 12,0 11,2 9,7 11,6 9,3 11,2 10,3 11,1 11,1 JULIO 9,3 10,0 10,4 10,0 11,2 10,4 10,9 8,8 10,7 10,4 9,3 9,3 AGOSTO 12,0 11,8 11,4 12,2 12,2 10,6 11,5 9,7 10,0 11,4 11,2 11,2 SEPTIEMBRE 12,2 13,9 11,9 12,5 13,0 13,1 12,8 13,1 14,6 12,4 12,6 12,6 OCTUBRE 15,0 14,8 13,9 15,1 14,2 14,1 14,1 13,9 15,1 13,3 14,5 14,5

NOVIEMBRE 15,6 16,1 15,8 16,4 17,1 16,9 16,3 15,5 17,4 13,6 15,6 15,6 DICIEMBRE 17,5 19,8 18,5 16,3 18,5 18,9 17,8 18,3 21,6 17,1 17,2 17,2

Promedio Anual 14,6 14,9 14,6 15,0 15,6 14,8 15,0 14,3 16,0 14,8 14,5 14,5

Cuadro 4. Pluviometría mensual en los últimos diez años.

Meses 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 Enero 87,4 235,2 70,0 97,0 67,8 68,2 137,5 21,6 38,5 31,6 94,4 Febrero 151,4 53,0 113,8 56,4 27,0 14,8 70,7 45,0 43,8 117,6 76,2 Marzo 88,0 148,8 115,5 67,6 116,4 192,0 149,2 77,4 64,2 66,6 114,8 Abril 107,2 86,3 151,6 106,2 265,6 126,4 162,8 132,2 160,6 143,6 67,8 Mayo 63,0 199,5 345,2 70,0 49,6 391,9 155,2 83,1 354,6 214,8 111,6 Junio 363,4 175,8 209,8 214,4 326,0 228,8 292,0 138,4 169,4 187,0 197,4 Julio 215,8 257,0 130,8 127,8 133,8 213,2 281,8 178,3 268,4 82,8 123,0 Agosto 102,0 176,9 196,8 182,6 131,5 201,4 126,0 148,2 233,2 263,6 156,0 Septiembre 88,2 80,2 178,4 142,2 103,8 71,4 138,8 162,0 41,9 70,8 84,8 Octubre 156,0 110,6 259,4 94,8 170,6 44,8 177,8 147,0 61,3 137,7 94,0

Noviembre 124,8 105,6 170,2 130,4 80,8 170,7 63,4 51,2 125,6 162,6 94,6 Diciembre 68,0 23,8 92,8 122,0 84,6 51,8 175,2 61,2 29,8 118,6 78,6 Promedio Anual 1615,2 1652,7 2034,3 1411,4 1557,5 1775,4 1930,4 1245,6 1591,3 1597,3 1293,2