Construcción nacional, independencia y soberanismo: ¿una nueva fase en el nacionalismo catalán?

Alfredo Crespo Alcázar Instituto de Estudios Riojanos

1. Introducción La política en Cataluña no discurre por las mismas directrices que en otras comunidades autónomas españolas. Hay más partidos y mayor representación en el Parlamento. El eje derecha-izquierda no es el único, coexistiendo con el de nacionalismo-no nacionalismo. Durante estos últimos años han aparecido nuevas formaciones en uno y otro (Solidaritat Catalana Per la Independencia o Ciudadanos de Cataluña) producto de los desarrollos acaecidos durante el periodo 2003-2010. La coexistencia de ambos ejes se pudo comprobar durante la etapa 2003-2010 a través de los dos gobiernos tripartitos, alianza gubernamental de partidos no independentistas (PSC e ICV) con otro que sí lo es (ERC). En efecto, el tripartito reemplazó a CIU al frente de la Generalitat, formación que gobernó Cataluña desde 1980 y que había estado vinculada a la figura de . Bajo las presidencias de los socialistas Pascual Maragall (2003-2006) y de José Montilla (2006-2010), aunque con una influencia de CIU real, Cataluña se convirtió en el centro de la política española. La razón principal fue la reforma del Estatuto de Autonomía de 1979.

2. Las elecciones autonómicas catalanas de 1999 Con vistas a estas elecciones, Jordi Pujol acentuó ciertos aspectos de su discurso, hablando de una Constitución más pro-autonómica o reclamando para Cataluña el status de “sociedad diferenciada”1. Gracias al apoyo del PPC (12 escaños), CIU pudo gobernar Cataluña ya que como sucediera en 1995, no logró la mayoría absoluta, quedándose en 56 escaños. Entre CIU y PP se venía produciendo una colaboración en un escenario doble: las (a partir de 1996)2 y a partir de 1999 en el Parlament. Sin embargo, existían voces discrepantes en uno y otro partido que no apoyaban dicha cooperación. Dentro de los populares, el sector ligado a Alejo Vidal Cuadras; en CIU, el ala más soberanista donde destacaban una serie de políticos que años después ocuparán cargos importantes en la Generalitat (Oriol Pujol, Francesc

1 El País, 15 de marzo de 1999. 2 “Los criterios para apoyar a González y a Aznar fueron, básicamente, los mismos de siempre: convencimiento de que España tenía que hacer frente a retos importantes, sobre todo los derivados de la incorporación primero al mercado único y más tarde a la moneda única que también beneficiaban a Cataluña”. Sostiene el diputado de CIU , en la entrevista mantenida con el autor el 20 de junio de 2012 en Madrid. En una línea similar se expresaba su compañero de partido Pere Macías, en la entrevista mantenida con nosotros el 21 de mayo de 2012 en Madrid: “el gran objetivo de CIU a lo largo de su historia ha sido gobernar Cataluña. Se ha logrado en parte sí y en parte no. Para el logro de este objetivo una de las herramientas ha sido tener una presencia importante en la política española. Por ello, hemos establecido acuerdos de gobernabilidad con todos los partidos que han gobernado España (UCD, PSOE, PP)”.

Navajas Zubeldia, Carlos e Iturriaga Barco, Diego (eds.): España en democracia. Actas del IV Congreso Internacional de 349 Historia de Nuestro Tiempo. Logroño: Universidad de La Rioja, 2014, pp. 349-358.

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Homs, Felip Puig o ) y que en aquel momento, apostaban más por el entendimiento con ERC que con el PPC de Alberto Fernández Díaz3. Durante los años en la oposición (1999-2003), el PSC de Pascual Maragall (que había logrado 36 diputados) además de someter a una moción de censura (que perdió) al gobierno de Convegencia i Unió, inició un entendimiento con ERC e ICV de cara al establecimiento de un frente de izquierdas y a la reforma del Estatuto de Autonomía de 1979. Asimismo, dentro del discurso de Pascual Maragall, las críticas hacia el gobierno de PP ocupaban un lugar privilegiado, señalando que tenía como objetivo la re-centralización de España, algo que enlazaba con uno de sus mensajes más característicos de estas fechas: el concepto de insatisfacción autonómica. Bajo el prisma del líder del PSC, en España habían aumentado las tensiones territoriales en los últimos años, siendo José María Aznar el responsable de la involución del sistema autonómico4. También fue significativo que durante la última legislatura de Jordi Pujol, se puso en marcha la Comisión para la Mejora del Autogobierno, con participación de todas las fuerzas políticas con representación en el Parlament, aunque el PPC presentó sus conclusiones al margen, las cuales fueron rechazadas. CIU, en aquel momento, bloqueó la propuesta de reforma del Estatut de Cataluña.

3. El fin de la hegemonía de CIU en la Generalitat. Las elecciones autonómicas de 16 de noviembre de 2003 Uno de los hechos más significativos de estos comicios fue que Jordi Pujol no era el candidato de CIU. El veterano dirigente abandonaba la política activa, eligiendo como sucesor a Artur Mas, en cuyo discurso comenzaban a ser habituales expresiones como “construcción nacional” y “transición nacional”. De la misma manera, Artur Mas lideraba a una nueva generación de políticos que va a dejar en un lugar secundario el carácter más social-cristiano propio de los años de Jordi Pujol, para defender un modelo económico de corte más neoliberal. Las elecciones de 2003 ofrecieron un descenso de escaños de CIU (de 56 pasaba a 46) y un ascenso significativo del PSC (de 36 a 42). Sin embargo, los socialistas fueron incapaces de atraer el voto nacionalista y de izquierdas, dejando que se escapara hacia ERC (23 diputados) y, en menor medida, hacia ICV5. José María Lasalle, desde las páginas ABC, explicaba que los éxitos de ERC eran producto de los años de gobierno de Jordi Pujol:

la práctica política del pujolismo de poner una vela a Dios y otra al diablo ha terminado dando sus resultados. La combinación del pragmatismo posibilista con el cultivo del esencialismo identitario ha hecho posible que una parte muy significativa del electorado catalán haya terminado decantándose por el radicalismo de quienes creen que Cataluña sólo puede ser ella misma si decide ser «ajena» al resto de España. La permanente apelación a reparar los agravios de la historia y a profundizar en la construcción de una identidad nacional más allá de lo sensato ha dañado seriamente el proyecto de CIU6.

3 “(Pujol) teme tanto como necesita las alianzas con el partido hegemónico en cada momento de la transición española, se llame el partido UCD, PSOE o PP. Esas alianzas han existido y de una u otra manera han servido para que el Pujolismo conservara el poder en Cataluña y para que presumiera de su capacidad de intervención en la política del Estado”. VÁZQUEZ MONTALBÁN, Manuel: La Aznaridad. Editado por Público y Atlántico, 2009, págs. 74-75. 4 Véase al respecto ALONSO DE LOS RÍOS, César: “Hamlet es catalán”, ABC, 6 noviembre de 2003. 5 Véase al respecto el Editorial de ABC de 17 de noviembre de 2003 titulado “CIU gana, Maragall fracasa y ERC decide”. 6 LASALLE, José María: “La herencia del Pujolismo”, ABC, 17 de noviembre de 2003.

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Conforme se acercó el final de la legislatura (año 2003), la relación entre CIU y PP fue cada vez más tirante. De hecho, Jordi Pujol afirmaba que “la estabilidad en Cataluña no pasa por el PP. El PP en Cataluña lo único que puede hacer es no aportar estabilidad”7. Sin embargo, a pesar de que la “relación bilateral” tendía a la confrontación, José María Aznar invitó a CiU a que se uniera al gobierno de España, algo que rechazó el líder convergente, afirmando que “se piensan que nosotros somos una gente que hemos venido a hacer política por los cargos”8. Posteriormente, cuando Josep Piqué fue designado candidato del Partido Popular en Cataluña, Jordi Pujol lo recibió del siguiente modo:

ser el jefe del cuarto partido político en Cataluña será para él una gran frustración. El PP no puede ser el representante de Cataluña porque han de asumir las ilusiones y angustias del país y esto ha de salir de dentro y no de una campaña de marketing. CIU lo lleva dentro9.

4. CIU ante el gobierno tripartito de Pascual Maragall (2003-2006) El PSC interpretó los resultados en clave de derecha-izquierda en lugar de optar por el eje nacionalismo-no nacionalismo. Pascual Maragall subrayó que “las izquierdas”, entendiendo por tales a PSC, ICV y ERC, habían logrado 74 escaños frente a los 61 de CIU y PPC. El ex alcalde de daba un paso más, afirmando que se trataba de una victoria de las “fuerzas de progreso”. Era una interpretación real pero excesivamente optimista. Asimismo, otro vocablo que empleó Pascual Maragall con frecuencia fue el de “cambio”, vinculado al hecho de que José Luis Rodríguez Zapatero (todavía en la oposición) le había autorizado a iniciar los contactos para formar un “gobierno de progreso” en Cataluña, “donde prime lo social y avance también en su vocación de autogobierno dentro del marco constitucional y de la España plural”10. A partir de esos momentos, quien tenía ante sí un escenario más complicado era CIU que, inicialmente, insistió en que era la que más diputados había logrado, hablando José Antonio Durán Lleida de “fracaso de Maragall”11. Artur Mas no descartaba el entendimiento con ERC, ni tampoco un gobierno de concentración con PSC y ERC, aunque en ningún caso cediendo la presidencia de la Generalitat. El propio Jordi Pujol avalaba esta última fórmula por dos razones complementarias: dotaría de estabilidad al gobierno catalán y supondría una reafirmación nacionalista. Sin embargo, el PSC reiteraba que no pensaba estar en la oposición e inició los contactos con ERC e ICV. José Montilla fue el encargado de llevar a cabo las negociaciones junto con , las cuales cristalizaron en el Pacto del Tinell, que tenía tres grandes signatarios: Pascual Maragall (PSC), Josep Lluis Carod Rovira (ERC) y (ICV). El Pacto del Tinell, documento-base del primer gobierno tripartito, en ningún caso contenía la independencia entre sus fines. PPC y CIU se sintieron víctimas del mismo12.

7 PERICAY, Xavier: “La trinchera del Estatuto”, ABC, 14 de noviembre de 2003. 8 El Mundo, 20 de enero de 2002. 9 El Mundo, 20 de octubre de 2002. 10 El Mundo, 8 de diciembre de 2003. 11 El Mundo, 17 de noviembre de 2003. 12 Para Manel Planas, senador de Unió, el Pacto del Tinell “fue un pacto que se hizo a la contra por lo cual tuvo un final poco edificante. Sus miembros usaron el espantajo del PP porque decir que vamos a luchar contra la derechona centralista como se argumentó desde el Tripartito, también vende. En Cataluña hay dos ejes: el nacional y el social. Los integrantes del Tripartito quisieron incidir en el social y ello provocó que aquella criatura que se engendró que fue el tripartito no tuviera las delimitaciones bien delimitadas. En definitiva, fue una respuesta a la contra”. Entrevista con el autor, celebrada el 17-18 de julio de 2012 en Madrid.

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5. CIU frente a la reforma del Estatut Pese a encontrarse en la oposición, CIU en ningún momento fue un actor marginal en la política catalana. Por el contrario, adquirió un protagonismo mayúsculo y, aunque durante el último mandato de Pujol no había apostado por la reforma del Estatut, a partir de noviembre de 2003 sí que lo hizo. Por su parte, el gobierno tripartito se puso manos a la obra en el que era su gran objetivo y su gran promesa electoral (y a la vez, nexo principal entre las tres formaciones): la reforma del Estatut de 1979. El PP (PPC) se opuso, quedando al margen de las negociaciones. Igualmente, se produjeron intercambios de reproches dentro de las filas socialistas, entre la denominada “vieja guardia” (Alfonso Guerra, José Bono, Manuel Chaves o Rodríguez Ibarra) y el PSC. El proceso del Estatut fue largo, extendiéndose hasta junio de 2010, fecha en la que el Tribunal Constitucional emitió su sentencia al recurso de inconstitucionalidad puesto, entre otros, por el PP y el Defensor del Pueblo (Enrique Múgica). La primera fase debía ser su aprobación en el Parlament de Cataluña, exigiéndose una mayoría de 2/3 por lo que no bastarían solamente los votos del PSC, ICV y ERC. Dicho con otras palabras: CIU era necesario y así fue. Desde el primer momento, CIU trató de marcar su impronta en las negociaciones. Apostaba por un texto “ambicioso” lo que en ocasiones chocaba frontalmente con el PSC. Una de ellas, cuando los convergentes quisieron incorporar el derecho de autodeterminación. Esto generó la reacción de Miquel Iceta (PSC):

a CIU le cuesta encontrar su papel en la oposición. Quisiera apuntarse un tanto con el Estatut, pero no sabe cómo hacerlo, y cada día le resulta más difícil. A ellos la verdad es que les incomoda que se apruebe una reforma en profundidad del autogobierno mientras están en la oposición. Yo creo que piensan: si Maragall hace el Estatut mientras es President, en las próximas elecciones lo tenemos fatal. Y por lo tanto tienen la tentación de bloquearlo.(…).Sólo por aclarar los términos: soberanismo y autogobierno son dos cosas incompatibles13.

El 30 de septiembre el Estatut fue aprobado por el Parlament de Cataluña con los votos en contra del PPC.

6. El Estatut en el Congreso No sin intercambio de acusaciones entre el gobierno y la oposición, el Estatut fue aprobado finalmente en el Congreso de los Diputados (el resultado de la votación fue 189 votos a favor 154 en contra, con la abstención de ERC que consideraba el contenido final “insuficiente”). A partir de ese momento, los acontecimientos se sucedieron: el PP y el Defensor del Pueblo, pusieron un recurso de inconstitucionalidad14; en Cataluña debería fijarse la fecha del referendo (el 16 de junio fue la elegida); crisis de gobierno tripartito que se saldó con la expulsión de los integrantes de ERC. Este último hecho es fundamental. La razón por la que Pascual Maragall obró de tal modo se debió a que ERC pidió el NO en lugar del voto afirmativo en la consulta. Al estar en un gobierno en minoría, particularmente desde CIU, se exigió la convocatoria inmediata de elecciones. En cuanto al referendo, se realizó y el texto se aprobó aunque con un porcentaje de participación muy bajo, inferior al 50%. El escenario final era diametralmente distinto al de 1979,

13 ICETA, Miquel: “La autodeterminación en serio”, , 4 de noviembre de 2004. 14 Para Mariano Rajoy “(El Estatut) pretende ignorar que las autonomías no son equiparables con el Estado. Se equiparan la Constitución y el Estatuto y se niega la vigencia de la Constitución allá donde haya Estatuto”. El Mundo, 31 de marzo de 2006. Previamente, el líder del PP había avisado: “no voy a entrar en remiendos y pactos parciales, ni voy a facilitar que se haga una chapuza contraria al interés general. La nuestra es una enmienda a la totalidad pues estamos hablando del concepto de nuestro país que se acordó en 1978”. El Mundo, 5 de noviembre de 2005.

352 ALFREDO CRESPO ALCÁZAR cuando la participación fue del 59% y el Sí fue avalado por el 88% de los que votaron. Jordi Pujol, en su análisis de los resultados, se mostró más realista que optimista, sosteniendo que era positiva la victoria del Sí, pero introduciendo un matiz importante: muchos de los que habían votado afirmativamente, lo hicieron pensando en el texto aprobado por el Parlament de Cataluña y aunque era un mejor Estatut que el de 1979, insistía en que los retos eran los mismos: la defensa de la identidad catalana y la unidad, cohesión y convivencia del pueblo catalán15.

7. Las elecciones de 1 de noviembre de 2006 CiU, especialmente tras el recurso ante el Constitucional, había lanzado varias amenazas al PPC. Sin embargo, su medida más drástica fue acudir al notario para firmar que no establecería ningún pacto de gobierno con los populares tras las elecciones de 2006, fuera cual fuera el resultado de las mismas. En cuanto a los integrantes del tripartito, durante la campaña electoral llevaron a cabo acusaciones mutuas, especialmente entre ERC y PSC, mientras que era ICV el único que apostaba decididamente por la repetición de la fórmula y con los mismos integrantes. Desde el primer momento quedó claro que sería muy complejo que alguno de los partidos lograse la mayoría absoluta. Por tanto, habría necesidad de coaliciones post-electorales. Una de las particularidades que presentaron estas elecciones consistió en que el candidato del PSC fue José Montilla y no Pascual Maragall. Éste, en su último discurso televisado, se centró en la importancia que para al futuro tenía la aprobación del Estatut:

por primera vez, desde 1714, una Ley propuesta por el Parlament y aprobada por las cortes españolas respeta que Cataluña sea reconocida a sí misma como nación. Cataluña hoy puede afirmar, con orgullo, que es la comunidad nacional que, sin tener un Estado, tiene el nivel más alto y completo de competencias de toda Europa. Nos hemos dotado de una herramienta eficaz que guiará los gobiernos de los próximos años, sea cual sea su composición16.

En cuanto a los resultados, de nuevo CIU fue la que más diputados obtuvo (48); de nuevo el PSC cedió escaños, pasando de 42 a 37; y de nuevo ese formó un gobierno tripartito, integrado por los mismos actores. Sin embargo, las connotaciones de 2006 eran diferentes a las de 2003, puesto que ahora José Luis Rodríguez Zapatero parecía oponerse a que no gobernara la formación más votada17.

8. La demora en la sentencia del Tribunal Constitucional Con todo ello, el Estatut se había enquistado una vez más. El hecho de que el Constitucional no dictara sentencia generaba tensión entre las fuerzas políticas y sociales que lo habían avalado. Desde Josep Lluis Carod Rovira (que proponía una manifestación preventiva), hasta Ernest Maragall (que aprovechaba sus colaboraciones en prensa para descalificar al Constitucional18), la presión hacia dicho órgano iba en aumento.

15 PUJOL, Jordi: “Con el Estatuto no será suficiente”, Boletín Centro de Estudios Jordi Pujol, num. 31, 20 de junio de 2006. http://www.jordipujol.cat/es/butllet/butlleti/31. Consultado el 30 de junio de 2006. 16 El Mundo, 11 de septiembre de 2006. 17 Para Alonso de los Ríos, la prensa pro-Rodríguez Zapatero hablaba de que el triunfo de CIU beneficiaría al propio Rodríguez Zapatero ya que permitiría un gobierno entre convergentes y socialistas puesto que, sentenciaba Alonso de los Ríos irónicamente, “las primeras elecciones de la ‘nueva nación’ catalana tenían que demostrar un gran sentido de la responsabilidad social”. ALONSO DE LOS RÍOS, César: “La resistible ascensión de ZP”, en Cuadernos de Pensamiento Político, Editado por FAES, enero-marzo de 2007, pág. 175. 18 A modo de ejemplo, “¿por qué concedemos tanta significación a la famosa y temida sentencia del Tribunal Constitucional español? Digámoslo claro y en voz alta: el pacto Cataluña-España está cerrado y rubricado. Aún más, está confirmado por la única voz indiscutible e incontestable: la voz de los ciudadanos refrendando

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Así, entre los partidarios del Estatut comenzó a sostenerse la máxima de que no era constitucional que el Tribunal Constitucional declarase nulos algunos preceptos del Estatut, amparándose en que había sido ratificado en referendo. Desde el punto de vista jurídico, esta afirmación era errónea como aclara, en otros, Francesc de Carreras19. La gran pregunta, además de conocer cuándo y en qué términos se llevaría a cabo la sentencia, era saber si sería acatada por quienes habían aprobado el Estatut. Jordi Pujol, en la línea argumental que venía siguiendo en los últimos años, no entraba a valorar qué hacer si en la sentencia el Constitucional rebajaba el contenido del Estatut, pero planteaba algunas opciones, bajo la forma de pregunta, tales como manifestarse, una iniciativa parlamentaria contundente, celebrar un nuevo referéndum o estimular consultas independentistas. Sin decantarse por ninguna de ellas, simplemente decía que: “¿Cataluña de entrada deberá acatar? A la fuerza. Deberá respetar. No”20. Cronológicamente, en la segunda mitad de 2009 se sucedieron las consultas independentistas en varios municipios de Cataluña, empezando por Arenys de Mar, caracterizadas, además de por su inconstitucionalidad, por la escasa participación, y el editorial conjunto de la prensa catalana titulado “por la dignidad de Cataluña”. Ambos eran instrumentos de presión sobre la sentencia del Constitucional. El editorial conjunto se producía el 26 de noviembre de 2009 y semanas después, José Montilla envió una carta a las organizaciones que lo habían secundado, en la que insistía en el controvertido punto de que el Estatut había sido aprobado en referendo, agradecía su apoyo y decía estar seguro de contar de nuevo con él en el futuro, si fuera necesario. Este modus operandi de José Montilla provocó la reacción de Alfonso Guerra, quien declaró que los políticos de Cataluña estaban “un poco en la estratosfera”21, a lo que el President replicó que tanto Guerra como Joaquín Leguina (especialmente crítico el segundo con el funcionamiento y argumentos del PSC) “formaban parte del pasado socialista”.

9. La sentencia del Constitucional de junio de 2010 y la manifestación de 10 de julio Poco antes de la misma, en mayo apareció un manifiesto que firmaron 62 articulistas de Cataluña titulado “el dilema español”22. Seguía la misma línea argumental que el ya mencionado editorial “la dignidad de Cataluña”, aunque con un lenguaje más radical. Enfatizaba que los pactos debían cumplirse y que en Cataluña “se estaba viviendo una situación excepcional”, concluyendo que los catalanes o renunciaban a sus aspiraciones o renunciaban a la Constitución. Los firmantes planteaban soluciones radicales, de tal modo que si no era respetado el Estatut, los catalanes deberían elegir “entre involución o secesión”23. La sentencia del Constitucional tenía lugar en junio de 2010, casi siete años después de la formación del primer tripartito. La principal conclusión es que no dejó satisfechos ni a éste ni a CIU, pero sí al gobierno de España y a quienes habían puesto el recurso de inconstitucionalidad. El fallo declaraba inconstitucionales 14 artículos y restricciones interpretativas sobre otros 30. Por consiguiente, no se podía hablar de su plena constitucionalidad.

el acuerdo entre los parlamentos catalán y español. ¿Qué puede añadir “la interpretación” que hagan, por larga y enrevesada que sea, este grupo de ciudadanos tan sabio?”. MARAGALL, Ernest: “Construir Cataluña”, El País, 25 de agosto de 2009. 19 DE CARRERAS, Francesc: “Estatutos, TC y democracia”, La Vanguardia, 3 de diciembre de 2009. 20 PUJOL, Jordi: “Con lo que tenemos y con buena política”. Boletín Centro de Estudios Jordi Pujol, num.189, 9 de diciembre de 2009. http://www.jordipujol.cat/es/butllet/butlleti/189. Accedido el 10 de diciembre de 2009. 21 CAÑAS, Jordi: “Tengo una carta para ti”, La Voz de Barcelona, 16 de enero de 2010. Por su parte, Francesc de Carreras compartía la visión de Alfonso Guerra, insistiendo en que: “en Cataluña hay un divorcio entre la realidad político mediática y la realidad social, entre los políticos y el hombre de la calle”. “Miedo en la estratosfera”, La Vanguardia, 9 de enero de 2010. 22 Público, 21 de mayo de 2010. 23 El texto íntegro de este manifiesto puede obtenerse siguiendo este enlace, consultado por nosotros el 5 de julio de 2012: http://www.abc.es/gestordocumental/uploads/nacional/manifiesto_estatut.pdf.

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José Montilla desde entonces ha mantenido que el Constitucional hizo una lectura restrictiva de la Constitución y que la sentencia “cayó como una losa” en Cataluña, quebrándose muchas esperanzas del entendimiento con España y generando numerosos problemas que deben solventarse24. En opinión de Artur Mas, la sentencia obligaba a los catalanes a buscar su propia vía para hacer realidad el derecho a decidir y pedía una respuesta conjunta del Parlament. ERC fue más directa que CIU en su valoración: Cataluña necesitaba acometer la transición a la independencia, esto es, no acataría la sentencia. José Montilla encabezó y lideró la manifestación en contra de la sentencia. Bajo su punto de vista, la manifestación tenía dos fines complementarios: por un lado, la defensa del autogobierno de Cataluña hacia un país más libre y más justo; y por otro lado, la afirmación de la nación catalana. El PPC y Ciudadanos de Cataluña pidieron a Montilla que no la convocara y que acatara la sentencia. Uno de los aspectos más destacados de la manifestación es que en ella tuvieron un protagonismo los grupos pro-independentistas, realizando actos de vandalismo, entre ellos, el intento de agresión a José Montilla. La presencia y liderazgo del PSC en esta manifestación fue uno de los temas más debatidos25. Como gran conclusión puede decirse que el giro hacia el nacionalismo iniciado durante el gobierno de Pascual Maragall llegaba a su cenit26.

10. CIU en la campaña electoral de 2010 Las autonómicas catalanas de 2010 fueron interpretadas en clave de política nacional, esto es, con vistas a las elecciones generales, que aún no tenían fecha de celebración. El distanciamiento entre los integrantes del Tripartito era visible. Conforme se acercaron los comicios de 28 de noviembre, el intercambio de acusaciones entre ellos se multiplicó, especialmente entre PSC y ERC. Esta vez no habría pacto post-electoral. Como sucediera en 2006, sólo ICV abogaba por repetirlo y era quién más interés mostraba en enfatizar los logros. Así, Joan Herrera, entonces diputado en el Congreso, hablaba de que se había creado una Cataluña social y mejor preparada para afrontar los retos del futuro, pero que había fallado “el relato”, sin olvidar que la sentencia (que calificaba de restrictiva) del Tribunal Constitucional había provocado problemas en el encaje de Cataluña en España27. Para los socialistas, la principal razón que esgrimían para no repetir el acuerdo de gobierno se centraba en que ERC había acentuado su deseo de convocar un referendo por la independencia. Al respecto, de cara a las elecciones de 2010, el PSC se presentó ante el electorado como el freno del independentismo lo cual “es sorprendente e insultante”, sostenía Jordi Canal28.

24 Intervención de José Montilla en el Foro Nueva Economía, 6 de octubre de 2011. El texto integro de su ponencia puede consultarse siguiendo este enlace, accedido por nosotros el 1 de octubre de 2012. http://www.nuevaeconomiaforum.org/_upload/ponencias/FE_Montilla_06.10.11.pdf. 25 Juan Carlos Viloria hace la siguiente reflexión: “¿extravió el partido de los trabajadores del cinturón rojo sus bases programáticas para hacerse nacionalista o traicionó a sus electores cegado por la ansiedad de llegar a la Generalitat? Lo cierto es que la apuesta protonacionalista de la nomenclatura del PSC respondía a una estrategia de largo alcance para asaltar la Generalitat. A la vista del oneroso precio pagado por el poder la estrategia ha sido ruinosa. El PSC ha sido incapaz de despertar aspiraciones auto-nacionalistas en su masa de afiliados que siguen reuniéndose como hace unos días en la Fiesta del Prat en torno a Paella, orquesta y baile sin que los mitineros de turno se refieran ni de lejos al Estatut”. VILORIA, Juan Carlos: “Olvido o traición”, La Rioja, 12 de julio de 2010. 26 ESPADA, Arcadi: “Un gobierno obsceno”. Cuadernos de Pensamiento Político, num. 5, FAES, Madrid, enero- marzo de 2005, págs.125-134. 27 Intervención de Joan Herrera en el Foro Nueva Economía, 30 de octubre de 2010. Accesible siguiendo este enlace, consultado por nosotros el 4 de agosto de 2012. http://www.nuevaeconomiaforum.org/ _upload/ponencias/FE_Joan_Herrera_14.10.10.pdf. 28 CANAL, Jordi: “Elecciones autonómicas en Cataluña (II): nota de una campaña”, El Imparcial, 25 de noviembre de 2010. El artículo puede obtenerse siguiendo este link que fue consultado por nosotros el 2 de julio de 2011.

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En cuanto a Esquerra Republicana, sabía que la alianza con los “españolistas” del PSC les iba a pasar factura entre los votantes que simpatizaban con la independencia, los cuales, además de CIU (voto útil), tenían la opción de Solidaritat Catalana per la Independencia29. Convergencia i Unió, en enero de 2010, designó nuevamente a Artur Mas como candidato a la Generalitat. Éste había tomado nota de sus errores anteriores y por ejemplo, no firmó ante notario que no pactaría con el Partido Popular, en un momento en el cual, las encuestas auguraban un triunfo electoral de CIU en Cataluña y del PP en las generales. Artur Mas y CIU hablaban de sí mismos como la garantía de cambio en Cataluña, un cambio que bajo su punto de vista, los ciudadanos demandaban, añadiendo que la herencia (económica) sería especialmente complicada. Entre los objetivos de gobierno establecieron los siguientes: levantar el país (por Cataluña); consolidar un sistema de valores de la sociedad catalana, defendiendo el esfuerzo y el talento frente al chollo y al pelotazo; mejorar la relación de Cataluña con España30. Durante la campaña electoral, los convergentes moderaron su discurso independentista y soberanista. Sin embargo, esto no era sinónimo ni de que lo olvidaran ni de que dejara de formar parte de sus aspiraciones31. El tema al que más protagonismo concedieron fue al pacto fiscal, aunque también hablaban del “derecho a decidir”, si bien de forma un tanto difusa. El PPC y Ciudadanos de Cataluña se presentaron como los defensores del autonomismo. Y, por si alguna fuerza política podría agitar el fantasma del Estatut contra su formación, Alicia Sánchez Camacho recalcó que siempre defendieron un “Estatut constitucional”, puesto que el sentimiento que existe entre la mayoría de los catalanes es que Cataluña también es España, con sus diferencias y con sus similitudes32.

11. Las elecciones autonómicas de noviembre de 2010: gobierno para CIU, éxito para el PPC y descalabro del PSC CIU ganaba en diputados (62) y en votos pero sin obtener la mayoría absoluta. Sin embargo, al contrario que en 2003 y 2006, este detalle tenía menor trascendencia, puesto que el resto de partidos no sumaban el número de escaños suficientes como para formar gobierno. El PPC lograba los mejores resultados de su historia en unas autonómicas catalanas (18 diputados frente a los 17 de Alejo Vidal Cuadras en 1995), convirtiéndose en la tercera fuerza política. A su vez, Sánchez Camacho había logrado que la victoria de CIU no fuera a costa de los votos orientados hacia el PP. http://www.elimparcial.es/autonomias/elecciones-autonomicas-en-cataluna-iinotas-de-una-campana-74585. html. 29 Para comprobar el discurso a favor de la independencia de Cataluña y ciertamente agresivo contra España, pueden verse las siguientes obras de dos de las principales figuras de esta formación, como son Alfons López Tena y Toni Strubell. LÓPEZ TENA, Alfons: Cataluña bajo España. La opresión nacional en democracia. Editado por Deria, Barcelona, 2009, 300 páginas. STRUBELL, Toni: Hasta aquí hemos llegado. Claves para entender el hartazgo de Cataluña con España. Editado por Ttartalo, San Sebastián, 2009, 148 páginas. 30 Intervención de Artur Mas en el Foro Nueva Economía, 21 de septiembre de 2010. Accesible en el siguiente enlace, consultado por nosotros el 30 de septiembre de 2010. http://www.nuevaeconomiafo rum.org/_upload/ponencias/FE_Artur_Mas_21.09.10.pdf. 31 CANAL, Jordi: “¿Y cómo es él? Desenmascarando a Artur Mas”, El Imparcial, 19 de abril de 2010. El artículo puede ser consultado siguiendo este enlace, consultado por nosotros el 2 de julio de 2012. http://www.elimparcial.es/nacional/y-como-es-el-desenmascarando-a-artur-mas-61575.html. El propio Jordi Canal sostiene que esta deriva soberanista de CIU viene ocupando un lugar protagonista en los últimos tiempos, fenómeno que no se inició con la victoria de Artur Mas en las autonómicas de 2010, sino que tuvo momentos previos, como la visita al notario para ratificar que no pactaría con el PP o también con la elección en 2009 de Ramón Tremosa (partidario de un Estatut más soberanista) como eurodiputado en lugar de Ignasi Guardans. CANAL, Jordi: “Cataluña: ¿otro Estatuto?”, El Imparcial, 20 de octubre de 2009. El artículo puede ser consultado siguiendo este enlace que fue accedido por nosotros el 1 de julio de 2012. http://www.elimparcial.es/nacional/cataluna-otro-estatuto-37839.html. 32 RODRIGÚEZ, Santi: “El debat no és la independéncia”, en www.e-noticies.es, 10 de septiembre de 2009. Accedido el 1 de julio de 2012.

356 ALFREDO CRESPO ALCÁZAR

Conforme ha avanzado esta legislatura, CIU ha optado por planteamientos cada vez más radicales, como la votación de julio de 2012 en el Parlament exigiendo un nuevo modelo fiscal para Cataluña, la manifestación del 11 de septiembre interpretada en términos independentistas33 (primando en lo que a CIU se refiere la disciplina de partido, empleando sus cuadros dirigentes distintas posturas para justificar su presencia). Una de las consecuencias ha sido la pérdida del apoyo que el PPC había dado durante los dos primeros años a sus presupuestos, si bien desde la óptica convergente se considera una pérdida mínima, susceptible de solucionarse aunque no con un nuevo acuerdo con los populares tras las elecciones previstas para el 25 de noviembre, en las que esperan lograr la mayoría absoluta. Además de los consabidos lemas como “Madrid nos roba”, expolio fiscal, ausencia de inversiones del Estado en Cataluña o Cataluña como gran motor de la economía española y del Estado de las Autonomías, Artur Mas ha lanzado algunos otros vinculados a su discurso independentista, por ejemplo, el de fatiga mutua entre Cataluña y España. Para avalar sus puntos de vista, argumenta que en Cataluña hay un sentimiento de que no se la respeta en España y se la asocia a una imagen concreta: pide mucho y siempre se queja. Se trata de una deriva radical no sólo apreciable en los nuevos cuadros directivos, sino también en políticos caracterizados años atrás por un espíritu más pactista, como Miquel Roca o Jordi Pujol. El primero ya avisó tras la sentencia sobre el Estatut con su columna de opinión en La Vanguardia titulada “aliviados y agraviados”, en la que suscribía la manida tesis de que la sentencia había generado daño político y moral en Cataluña34. Uno y otro, Roca y Pujol, también comparten la idea del (supuesto) maltrato e incomprensión que sufre Cataluña por parte del resto de España, algo que creen que se ha intensificado en los últimos años y en elementos caracterizadores de la identidad catalana como la lengua35. Las formaciones políticas rivales de CIU coinciden en una premisa general a la hora de explicar esta deriva: se trata de una huida hacia delante ante la incapacidad para resolver los problemas de Cataluña, particularmente los de tipo económico. Sin embargo, difieren en las explicaciones de por qué ha sucedido así e incluso algunas de ellas, se han acercado en las formas a CIU, tal es el caso del PSC con su defensa del derecho a decidir. Igualmente, las diferentes fuerzas políticas han empleado epítetos similares para calificar la postura de Mas, como el de “Mesías”. En cuanto a su aventura independentista la han definido como “viaje con destino incierto”. En cuanto a Artur Mas en particular, durante los últimos meses le hemos visto optar por modelos contrapuestos: Massachussets, Lituania o Escocia. También se han percibido contradicciones entre él y Durán Lleida, no sólo sobre la independencia sino sobre asuntos relacionados con la terminología empleada por el President, como “Estado propio”, la presencia en la UE de una Cataluña independiente o la legalidad/no legalidad del potencial referendo. En sentido, una de las razones de obrar así es por la existencia de un sector del electorado de CIU contrario a la independencia. Francesc Moreno explica acertadamente este hecho:

33 Una de las explicaciones y matizaciones más interesantes que pueden leerse al respecto la hizo Lluis Bassets, director de opinión de El País, a través de su blog en el citado diario, sosteniendo que “Aquí (por Cataluña) por empeño retórico que pongan algunos, no hay un pueblo oprimido ni una dictadura. Al contrario, hay un gobierno autonómico, que cuenta con medios de comunicación y con policía”. BASSETS, Lluis: “El mandato de la calle”, El País, 19 de septiembre de 2012. En http://blogs.elpais.com/lluis_bassets/ 2012/09/el-mandato-de-la-calle.html. Consultado el 22 de septiembre de 2012. 34 ROCA, Miquel: “Aliviados y agraviados”, La Vanguardia, 6 de julio de 2010. Sobre la aportación de CIU a la política española desde el punto de vista de Miquel Roca, véase su obra: Los nacionalismos. ¿Qué eran? ¿Qué son? Editado por Destino, Barcelona, 1997, 96 páginas. 35 Con respecto a Jordi Pujol, la diferencia en cuanto a la acentuación de los componentes de su discurso puede comprobarse en estas dos obras: PI, Ramón (editor): Jordi Pujol. Cataluña España. Editado por Espasa Hoy, Madrid, 1996, 266 páginas; y PUJOL, Jordi: Años decisivos. Memorias (1993-2011). Editado por Destino, 2012, Barcelona, 285 páginas.

357 CONSTRUCCIÓN NACIONAL, INDEPENDENCIA Y SOBERANISMO: ¿UNA NUEVA FASE EN EL NACIONALISMO CATALÁN?

la fractura de la sociedad catalana, como consecuencia de la aventura secesionista, está polarizando al electorado. Y CIU, que tradicionalmente se ha nutrido tanto del votante más nacionalista de comarcas como del más conservador de la burguesía barcelonesa (por simplificar), se encuentra con graves dificultades para que su crecimiento por la vertiente soberanista no se vea absorbido con la pérdida de votos por su lado conservador. Éste es el dilema de CIU. Su éxito, es decir, la mayoría absoluta, depende de que convenza a sus votantes conservadores de que la sangre no llegará al río y que acabará pactando con Espanya. Y, simultáneamente, de que traslade a los votantes independentistas el convencimiento de que esto va en serio y la independencia no tiene marcha atrás36.

En definitiva, de cara a las autonómicas de 2012, CIU defiende la independencia, aunque este no aparezca tal concepto en su programa, como tampoco lo hacía en la ponencia de conclusiones del pasado congreso de mayo. La estrategia de CIU se ha basado en el empleo de conceptos deliberadamente polisémicos37. Dentro de los mismos, sobresale el de “Estado propio” y se han dado explicaciones al respecto, como por ejemplo que todas las naciones europeas (y entienden que Cataluña es una de ellas) tienen un Estado que les protege, pero no así Cataluña. José Montilla contradecía este argumento (“quienes dicen que necesitamos un Estado, ya lo tenemos”) matizando que: “el Estado debe ser capaz de acoger nuestras aspiraciones y voluntades. La Generalitat debe estar al servicio de Cataluña pero no al margen de España”38.

Conclusiones A pesar de su colaboración con el gobierno del PP durante las dos legislaturas de José María Aznar, CIU al término de la segunda, conforme se acercó la celebración de las elecciones autonómicas de 2003, hizo un balance negativo de la misma, culpado al gobierno de la nación de realizar una política que no respetaba los elementos esenciales del catalanismo. La alianza del socialismo catalán con un partido como ERC fue muy criticada desde las propias filas socialistas. A pesar de estar fuera del gobierno (2003-2010), CIU tuvo un papel determinante en todo el proceso del Estatut. Conforme avanzaron las dos legislaturas de los gobiernos tripartitos, las diferencias entre PSC y ERC se convirtieron en algo real, no escenificado. Aunque ni Convergencia ni Unió recogen en sus estatutos referencias al independentismo, en los últimos tiempos sí hemos percibido avances en esa dirección, especialmente en el caso Convergencia, no tanto en el de Unió. El lenguaje y objetivos, aún dentro de su ambigüedad tan deliberada como calculada, han sido más claros en la segunda mitad de este año, cuando el gobierno de Artur Mas primero convocaba elecciones anticipadas y segundo afirmaba que el objetivo era una mayoría absoluta con vistas a la independencia, pese a no citar esta palabra en su programa electoral.

36 MORENO, Francesc: “Las palabras de Durán Lleida: ¿verso libre o estrategia pactada?”. El Debat, 30 de octubre de 2012. http://www.eldebat.cat/cast/viewer.php?IDN=64934. Consultado el 31 de octubre de 2012. Véase también el artículo de este mismo autor titulado “El manicomio catalán” de 25 de octubre de 2012, en el cual habla de que la aventura de Mas ha fracturado a la sociedad catalana y de no lograr la mayoría absoluta, puede acabar “más pronto o más tarde como Ibarretxe”. http://www.eldebat.cat/cast/viewer.php? IDN=64795. Accedido el 31 de octubre de 2012. 37 “Tú sabes como Pujol jugaba con los conceptos para favorecer políticas de pasito a pasito. Mas se puso las botas de gigante. Y ahora se ve que tiene los piececitos de una china del siglo XIX. (…) Mas no ha liado a todos y todavía se está liando a sí mismo. La Cataluña del futuro será más ingobernable y más próxima al desastre que aquella en la que fui conseller. Entonces pensábamos antes de obrar y analizábamos los efectos”. Palabras de un antiguo integrante del equipo de gobierno de Jordi Pujol, cuya identidad no se ofrece por el autor, QUINTÁ, Alfons: “Gran rechazo en CDC por enviarlo todo a 2020”. El Debat, 29 de octubre de 2012. http://www.eldebat.cat/cast/viewer.php?IDN=64897. Consultada el 30 de octubre de 2012. 38 Intervención de José Montilla en el Foro Nueva Economía, 13 de octubre de 2010. Accesible siguiendo este enlace, consultado por nosotros el 10 de julio de 2012. http://www.nuevaeconomiafo rum.org/_upload/ponencias/FE_Jose_Montilla_13.10.10.pdf.

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