La Inquisición En La Nueva Galicia, Siglo
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Digitized by the Internet Archive in 2014 https://archive.org/details/lainquisicionenlOOvill vJUL 111S( LA INQUISICION EN LA NUEVA GALICIA (SIGLO X VI ) RECOPILACION, INTRODUCCION y NOTAS POR EL DR. RUBEN VILLASEÑOR BORDES GUADALAJARA, JAL., MEXICO ^19 5 9 — NIHIL OBSTAT Pbro. Francisco Villalobos, Censor. IMPRIMATUR t Francisco Javier Ñuño, Arzobispo Coadjutor V. G. Guadalajara, Jai., 15 de julio de 1959. — INTRODUCCION José Toribio Medina y el padre Cuevas, para citar dos escritores de fuste, hanse ocupado de la Inquisición en México, el primero estudió con gran acierto el tribunal, con mirada extensa, por tanto generalizado, de él se expresa atinadamente un contemporáneo ' "Medina no ha hecho más que iniciar, si bien magistralmente, el conocimiento de la Inquisi- ción en América. Utilizando casi con exclusividad, la correspondencia de los inquisidores con el Consejo Supremo, ha construido lo que pode- mos considerar el armazón del gigantesco edificio: Instauración de los distintos tribunales; sucesión de inquisidores y demás funcionarios; autos de fe y condenados que salieron en cada uno de ellos; enumeración de las causas instruidas; dificultades materiales encontradas; pleitos entre sí y con las autoridades eclesiásticas y civiles, etc., etc., constituyen la his- toria externa del Santo Oficio Americano. Pero Medina no se ha enfren- tado con los procesos, ni habria podido hacerlo, pues para ello hubiese necesitado más de una vida. Y esa es la ingente tarea que queda por ha- cer." El jesuíta Cuevas dijo muy poco, y se murió llevándose su buen de- seo de hacer reseña y enjuiciar, como historiador, la obra inquisitorial novohispana. ^ Después el archivo general de la Nación hizo la impre- sión de causas notables, pocas ciertamente; asi como del libro primero de votos: George Robert Conway ' se ocupó de los expedientes de al- gunos herejes sajones. Estos son quienes han hablado de la Inquisición 1.—Tejado Fernández Manuel.—Procedimiento seguido por la Inquisición Americana con ios herejes extranjeros.—Imp. Madrid.— 1946. 2.—"Como podemos morir sin terminar la historia de la Inquisición en Méxi- co, creemos útil anticiparnos en dar a conocer la cifra exacta de los relajados en 1820". persona desde 1525 hasta —Cuevas Mariano, S. J. —Historia de la Iglesia en México.—Tomo 11, capítulo primero. Los elementos regeneradores.^ Imp. México.— 1923. 3.—An englishman and the Inquisition of New Spain.—Imp. México.— 1927. Mexicana, como tribunal, haciendo investigaciones de primera mano. Los demás han ido al Archivo en busca de pormenores para monografias bio- gráficas, y ciertamente que la historia del arte y nuestra cultura en gene- ral, se han enriquecido con los sillares de tal cantil. En lengua de todo el mundo corren conceptos denigrantes para el tribunal, pues el vulgo abreva en la sucia corriente de los liberales de hace un siglo, tipo Riva Palacio, ocupados en divulgar consejas impías. Poetas y críticos como Alfonso Junco y la Sríta. Ibáñez han repetido con buen deseo lo impreso por los investigadores, lo cual no se ocupa más que para contrarrestar las opiniones vulgares corrientes. Pero la Inquisición sigue siendo algo borroso, aun para católicos de aventajada cultura. En general priva el concepto de una institución jurí- dica, empleada por los eclesiásticos contra los seglares. Y la realidad es que aquellos fueron los más vigilados por ese tribunal. Mientras durante un año, trabajé en el archivo general de la Nación, pensaba si la critica honrada, apreciará el arduo esfuerzo que realicé le- yendo tan viejos y difíciles papeles, referentes a la Inquisición en Nueva Galicia; pues para entresacar de un proceso su esencia auténtica, con sus propias palabras y giros, se requirió enterarme íntegramente del mis- mo. En la duda de proseguir, dos razones me ladearon a dar cima a la tarea: Una es la revalorización de lo realizado, de una parte por los frai- les franciscanos y de la otra por los clérigos. Las fuentes de la historia jalisciense y noroccidental de México, han sido por muchos años, en lo relativo al siglo xvi, franciscanas. De allí que los historiadores locales sigan a los cronistas seráficos que parecen menoscabar el prestigio del clero secular. Un juicio más equilibrado se desprende estudiando los pro- cesos subsiguientes. La Inquisición obrando con imparcialidad intervino en casi igual proporción en ambos cleros. Las veces que necesitó actuar el tribunal de la fe, procesando a ordenados, muestra como, tanto los re- ligiosos como los clérigos eran correctos en su mayoría. Desagradable es presentar la parte negativa de aquellos delincuen- tes que, siendo eclesiásticos, debieron ser rectilíneos en su conducta. Siempre la reahdad se aparta del ideal. La Historia se ocupa de reali- dades pretéritas y es preciso —si el empeño es científico'— desarrebu- jarlas, arrancando coberturas que toda la verdad cercan. Los mismos 4.—Junco Alfonso.—Inquisición sobre la Inquisición. —Imp. México.— 1933 y I956./lbáñez Yolanda. La Inquisición en México.—Imp. México.— 1943. autores sagrados no callan ni la labor de Judas, ni los infames vicios y crímenes, cuando existieron en sus personajes. La otra razón para exhumar estos documentos, es que en parte al- guna la vena del añejo vivir corre tan cristalina. Destruidos, ya por incuria, ora por los trastornos de nuestras gue- rras intestinas, así como por el cretinismo de quienes llegaron a vender, como estorbosos papeles viejos, nuestros archivos coloniales jaliscien- ses; obtener datos del remoto siglo xvi, en documentos jaliscienses ori- ginales de entonces, es empresa difícil. Por otra parte, los archivos públicos de Guadalajara han sido hasta esta fecha, coto cerrado, donde sólo pueden ir a cacería de pormenores de primera mano, sólo quienes tienen amistad con las personas de las cuales legal o administrativamente, dependen esos desordenados reposi- torios documentales. Los estudiosos que deséen acercarse a ellos, gene- ralmente se encuentran delante de una torre de marfil, de un cofre per- petuamente sellado, que tal vez encierre sorpresas de aquel primer siglo, a la fecha aún desconocidas. En tales circunstancias, creo coyuntura propicia dar a la estampa, una serie de extractos inquisitoriales referentes a la décima sexta cen- turia. En ellos el lector no especializado, podrá encontrar motivos de solaz, enterándose de minucias reveladoras de como era la vida, en una región donde la cultura occidental acababa de entrar: Cuales eran los edificios principales de Guadalajara, las tiendas que había, sus dueños, los vecinos que convivían en ella, cuales eran sus centros educativos, co- mo el colegio de San Pedro. Los primeros artesanos Los habitantes de ciertos pueblos El estudioso de la historia regional podrá encontrar el dato, que ha- bía inútilmente buscado, porque en lo relativo a cronología de guardia- nes y alcaldes, por ejemplo, el archivo de la Inquisición proporciona abun- dante material. Además las biografías tan sucintas, que Tello hace de al- gunos religiosos, quedan ampliadas o debidamente modificadas con los relatos, frecuentemente autobiográficos, en que es pródigo el archivo del Santo Oficio. Para verter totalmente los expedientes, que forman el manantial de mis modestos renglones, sería preciso una colección de volúmenes. Por ende, espero y solicito benevolencia de los lectores. Antes de emitir un juicio sobre este libro, consideren que he procurado ahorrarles la moles- tia del fárrago de sólo trámite, sin enseñanza alguna, habiendo seleccio- nado el grano entre tanta paja. Que esto en ocasiones aparente desar- ticular la secuela de un juicio, puede pensarlo quien tan sólo pretende de- —VII— vanar de extremo a extremo, el hilo argumentistico de cierto o aquel pro- ceso. Pero el erudito sabrá apreciar, los pormenores que para los no ver- sados en estos trabajos, parecerán incoherentes, cuando ciertas veces saltan en mis notas. Al tropezar con algún expediente trunco se añade un poco de desen- canto, pero el irreparable extravio de sus hojas perdidas, es mi excusa. Antes de introducir al lector, ante las personas y el mecanismo con el cual alentó el Santo Oficio, no puedo callar estas palabras de Tejado Fernández: "El que se asome con serenidad de juicio y con intención ecuánime a los documentos, no tendrá que esforzarse, sino dejar hablar a la mis- ma Inquisición, a través de los restos que de ella se conservan. Que las grandes obras de la Historia, como los hombres excepcionales, no nece- sitan de nadie que les avale. Es suficiente con que. después de estudiar- las científicamente SE QUIERA comprenderlas," ^ 5.—Tejado Fernández Manuel.—Procedimiento seguido por la Inquisición con los herejes extranjeros.—Imp. Madrid.— 1946. —Vlfl— — ACTIVIDADES PRETRIBUNALICIAS A. — La erección de la diócesis regional jalisciense en 1548, hizo que los obispos neogallegos, por el hecho de ocupar ese lugar en la jerar- quia eclesiástica hispana, fueran inquisidores ordinarios ' ejerciendo tal clase de autoridad judicial, en la comprensión de los territorios suje- tos a su Mitra El primer obispo efectivo de Xalisco, fue el Sr. D. Pedro Maraver, quien dio comisión al padre Diego Alvarez, para que llevara el proceso contra el conquistador Alonso Alvarez de Espinosa, acusado de hereje, conforme depuso en enero de 1570, el testigo García de Chávez, vecino y minero de las minas del Espíritu Santo. Ninguna otra referencia he en- contrado, que ataña a inquisición, de la época del Señor Gómez Maraver, quien pasó a mejor vida en 1551. B. ^— El sucesor suyo D. Fray Pedro de Ayala, gobernó la iglesia