-S CAPITULO ORIENTAL presrntatá semanalmente en su cuarenta y cinco fascículos, k historia de ia literatura UNgUa>a. profesor Sr. Daniel Vidart, revisado por tl conlunto abarcara un panoraiiia completo, desarrollado en Dr. Carlos Maggi adaptado por r\trnsibn y en profundidad de las obras rnás representativas e&%F+gcare&e% 9 el y el de la produccion Iiterar~a iiacioiial, desde la Conquista y la 3 f Departamento Literario del Centro Edi- Patria Vieja hasta nuestros dias El lector podrá coleccioitar el texto ilustrado de e\tos fawículos para contar con un ~olu- la historia de la inen completo al cabo de su ~>ublicac~on:sirnultáneamei>rr literatura tnugua)a separando las tapas podi; disponer de una ~aliowiconoqrafi.~ de la historia del país Los libros que acoinpdiian a los facciculos ínrriiarán la 43. Literatura y "Biblioteca IJruruara Fundameiital '. TERATURA Y TANGO

Una pareja de bailarines de tango a principios del siglo. ,

en , y tras una ardua asimilación. Ni siquiera en nombre del concepto de "área Escribir sobre el papel que desempeñaron cultural" puede reducirse la gravitación de la los uruguayos en la gestación, difusión y en- capital en el género a la de Mon- tronización del tango parece ser, hoy por hoy, tevideo, y hasta para ¡os cbntados uruguayos una empresa vana si no presu~tuosa.Al tango que revistaron en él a lo largo del segundo se le conoce, en el inundo entero, como "tango cuarto de siglo, de Corrientes, sus criaturas y argentino"; en el Río de la Plata los habi- sus mitos nocturnos, venía la verdadera ins- tantes de Buenos Aires lo ensalzan como un piración, y eso vale incluso para quienes lo producto típicamente local, borrando del ma- hacían aquí. consumía, consume pa los aportes provincianos u orientales; los , pero si los creaba (¿se crean toda- escritores, periodistas y locutores de la urbe via?) el resultado era siempre un producto bonaerense proclaman a diario su principalía tributario, de segundo grado". ( José Wainer, y apelan a "esa diablura", "el mito", "la "Marcha", junio 14 de 1968). esencia", "el alma de la ciudad", "la tan- ¿Pero es tan así? ¿Poco o nada tienen guidad" y otras contraseñas semánticas para que ver los uruguayos con la autenticidad fun- machacar insistentemente en el papel prota- cional del tango? ¿Acaso nuestros creadores gónico de aquélla en el ser y quehacer de un de músico y poesía tangueras son el eco dis- género musical memorable. Parece tan cierto minuido de una ardiente voz, el reflejo mor- todo esto que hay uruguayos que queman ¡a tecino de una gran luz, el furgón de cola del "celeste" en la pira de la verdad cuantitativa ferrocarril de la fama? -"vinieron los sarracenos /' y nos molieron Hay hechos que autorizan a pensar que a palos / que Dios protege a los malos / Montevideo tiene su parte, y grande, en la cuando son más que los buenos"- y recono- gestación y consolidación del tango. Ello no cen en el tango el rostro de Buenos Aires. impide que demográficamente, económicamen- "Buenos Aires es un dato esencial del tango, te y comercialmente Buenos Aires, la mega- y gravita en él hasta por meras razones domi- Iópolis del Plata, actúe como una bomba de ciliarias. El tango es un producto de ciudaa, succión en lo que a la factura y consumo ma- de una ciudad de este siglo, y sería incon- sivo de tangos se refiere. Más público, me- cebible (tal como fue, o es, y no como pu- jores oportunidades y remuneraciones, una pro- do ser) si apartamos esa referencia simpie- paganda enderezada a crear y mantener una mente abrumadora. Ningún provinciano o cultura de masas en derredor de una mitología extranjero, llámese Gardel, Ciriaco Ortiz, Di urbana conscientemente urdida han gravitado Sarli, Homero Manzi, Piazzolla, concibió lo desde principios del siglo para situar en la medular de su creación sino con la vistc fiic gran urbe el mercado y la Meca del tango. Cuando Soliño despedía al viejo Barrio Sur guera"- conceden al tango cuna montevidea- (Adiós, mi barrio) no pensaba por cierto en na. Sus páginas sobre las Academias de baile Corrientes y Esmeralda; cuando Federico Silva señalan su madrugador origen uruguayo, pero le canta a los barrios de Buenos Aires -y es- mientras los montevideanos se ensayaban a cribe en Montevideo, sintiendo la respiración fines del XIX en cortes y quebradas había salobre, casi doméstica, a cien metros escasos en la otra orilla peringundines de neta pro- del río como mar y las alusiones incesantes sapia genovesa, trinquetes de naval etimología de una ciudad visceral que se agolpan en su itálica, canguefas de ascendencia andaluza y estudia de Pocitos- lo hace porque en la otra chula, cuartos de chinas de ecologia cuartelera. orilla le pagan bien, porque, lo consagran -en Otra vez la pareia cultural, la dable ver- una impresionante seguidilla- en el primer tiente de un mismo estuario de hambres y cos- puesto de los meiores letristas anuales. tumbres. Hay prioridades significativas que no nos En los orígenes institucionalizados del tango, autorizan, empero, a reclamar paternidades que a principios del siglo XX, aparecen el sandu- no tenemos, puesto que Montevideo y Buenos cero Alfredo Gobbi (Tocá Fierro es su primer Aires alojaron por igual en sus suburbios, in- tango, fechado en 1905), Enrique Saborido, mensos campamentos de desarraigados, de el famoso autor de La morocha (19041, Ab- marginales, de proletarios que llegaban en alas don Aróstegui (El apache argentino, El ca- del éxodo rural o de la inmigración transa- chafaz, 191 3 ), Albérica Spátola que escribió tlántica bajo el misma signo de alienación y su primer tango Lct Sucursal en 1909, y todas nostalgia, de desamparo y agresividad, de son uruguayos emigrados, chicos o grandes ya, frustración y esperanza. Aquellas humanidades a Buenos Aires. Enrique Delfino (Re-fa-si, Mi- de tierra adentro y mar afuera encontraron en longuitcl, La copa del olvido, Harugán, Aquel el tango str manifiesto tácito: hablaban las tapado de armiño, Araca corazón, Pad~inope- mismos lenguas latinos, pertenecían a un mis- lao, etc.) compuso su primer tango [El apa- mo estrato social -el de los desposeldos-, che oriental, 1912) en Montevideo, donde se reconocían idénticas tradiciones y defendían, hizo hombre y vivió siete años. De seguir as¡ chambona, lastimosamente, un mismo patrimo- habría que hablar del casi legendario Manuel nio cultural: el de la cultura de la pobreza. Campoamor (La cara de la luna, La metralla), Si el tango es cosa de negros íafirmucion de Francisco Canaro (Pinta brava, El Chamu- que se puede discutir) ya existe, a principios yo, Matasano, El internado, Mano brava, El del siglo XIX, ese designatum en el Gio de la opio), de Edgardo Donato -que a los 3 años Plata. Cuando la voz tango era un continente se radicó en Montevideo- cuyo tango Julián lingüístico, cuyo denotatum nada tenia que ver ( 19231, con letra del malogrado uruguayo con el actual pues se refería al tambor afri- Juan Luis Panizza, casi tan celebrada en su cano y al baile asociado a su ritmo -el tan- momento como La Cumparsita, fue eclipsado gG, ya su bochinche rebotaba en el empe- por el éxito mundial, aún latente, de A media drado despareio de la Muy Fiel y Reconquis- luz ( 19241, cantado en decenas de idiomas. tadora. Y para culminar, solamente en el período de Los burgueses montevideanos, aburridos ae la Guardia Vieja, se yergue solitariamente, sin tanta lonia, elevaron en 1808 un pedido a Eiío emparde posible, la figura de Gerardo Matos para que terminara con los escandaletes de Rodríguez, el genio de La Cumparsita (1917). "los tangos de los negros". Pero en Buenos Los tangos del período cantado, con la Aires, hacia 1802, existia también una "casa y letra adherida para siempre a la música co- sitio del tango". Ningún historiador de la cul- mo el caparazón al cuerpo del caracol, nacen tura se sorprenderá por dicha coincidencia. Es en Montevideo. Pascua1 Contursi, poeta tan- natural que donde se hacinaban los esclavos guero y cantor circunstancial, da a conocer en -servidores urbanos por excelencia- se ra- el cabaret Moulin Rouge, sito en Andes y Co- dicara su música. Así sucede con todos los lonia, los versos de Mi noche triste, luego de contextos culturales que acompañan a una so- haber hecho lo mismo con Son las doce y van ciedad determinada. Es un fenómeno de Iras- cayendo (La Biblioteca), El flete, Ivette, Flor culturación que conocen muy bien los antropo- de Fango y De vuelfa al bulín. (Enrique Haba, logos pero que repugna a los chovinistas. Esquema del tango, 1968, 1, p. 28 y entrevista Los estudios de un uruguayo precursor en la grabada a Víctar Soliño el 9/1/69). Es en materia (Vicente Rossi, Cosas de negros, 1926 1, Montevideo donde se consagra y empieza a cuyo redescubrimiento en el futuro predijo Bor- volar el dúo Gardel - Razzano ( 1915) y donde ges -"éste, ahora inaudita y solitario Vicente Mi noche triste recibe el espaldarazo de Gar- Rossi va a ser descubierto algún día, con del ( 1917). Es un uruguayo, Alberto Weis- desprestigio de nosotros sus contemporáneos bach, quien con José González Castillo incor- Y escandalrzada comprobación de nuestra ce- pora en Buenos Aires al sainete Los dientes del LA iNFLAClON DE LOS ANOS TREINTA o EL TANGO DE LA ESQUINA ROSADA

"La literatura, y el literafeo, «sobre» el tango o en torno del tango, con su pizca de filosoficula también, llenarion bibliote- cas si lo fuésemos a espigar, reunir, cata- logar concienzudamente. Con la sola ayuda de la memoria, juntaría ahora un montón El tango "cachada" de 1920 a 1930 encontró en Victor Soliño un<> de sus más celebrados representantes. de articulistas, glosadores, divagadores, in- clusive conferenciantes a veces buenos (En- rique González TuñónJ del fango. "En Buenos Aires hubo en los años 20 y en parte de la década 30 - 40, un <

(Fragmentos de una carta ae José La vieja carátula de "Che, papusa María Podestó a Ideo Vilariñoj. oí!" evoca en lo; nombres de Codi-

LA BIBLIOTECA (Música de Augusto Berto letra de Pascua1 Confursi)

Son las doce y va cayendo la gente bien preparada y las minas contratadas esperando el fango esfán; el salón bi)n adornado con bambitas de colores y ramilletes de flores que perfume nunca dan.

La orquesta se compone de dos violines y un piano y un bandoneón baqueano Victorica e Irureta, que la sabe muñequear; Buelita, Rodríguez Larreta y Don Ramón, las mesas bien manfeladas y el solitaria Teniente, mozos para el copeterio hombre muy inteligente y palco para el paterío muy curdela y dormilón, que la quiera figurar. qué no le gustan las meneos: él solo pienso en Morfeo y 10 que dijo Calderón.

Suelen caer al bailongo el Zurdo López y su darique que es papusa pa dar dique También hay algunos patos por su tren y su caché; instalados en una mesa Julio Rodríguez y su Nena, con uno bofella de cerveza Maximito y su Princesa, que a escote van a arreglar; la italiana y la francesa rechipé y cuando pasa una mina que aunque bien bailan con corte bailando con un Quevedo por su figura y su porte le hacen señas con el dedo y cosas. . . que se les ven, para poderla tanguear. arrastran con la mozada que anda media encurdelada por las mesas del Moulin. Al terminar el bailongo se trenza el flaco Cardozo con el Zurdo que es un coloso También cae a menudo en cuestiones de improvisar; un señor Pancho Zerbino El mágico nombre de Carlos Gardel cencit~en ei tramo de la ex Isla de Flores la afluencia de 10s skbalas y Ea propaganda de la cultura de moras.

EL TEATRO

El ginero literario que reclama la prio~idad ESTILO Y HUMOR sobre los otros es el teatral. El sainete, pese GARUFA (Lefra de R. Fonfaina y V. Soliño; a su tono menor, -y quizá, paradójicamente, música de J. Antonio Collazo) por dicha razón-, es una rica cantera para rastrear los tipos humanos rioplatenses que giran en el planetario del tango. El sa~nete Del borrio La Mondiola sos el más rana es de raíz y floración porteñas; los uruguayos Y te llaman Garufa por lo bacán, que lo cultivaron fueron tributarios, y a veces Tenés más pretensiones que bataclana mercenarios, del público bonaerense. La Ba- Que hubiera hecho suceso con un gotan. bel del conventillo, las broncas y los amorios Durante la semana rnefa laburo de la pensión, la picardía y ternura de la Y el sábado o la noche sos un docfor, calle, las incitaciones del cabaret, la fauna de Te encajás las polainas y el cuello duro los barrios, el repertorio de tonos, galiegos, Y te venis p'al centro de rompedor. andaluces, catalanes, judíos y compadrito5 que se esquematiza y caricaturiza en el sainete lo convirtieron en un espejo de la lucha por Garufa, la supervivencia cotidiana en la gran ciudad. Pucha que sos divertido. Figura descollante en el sainete bonaerense Garufa, durante las dos primeras décadas del siglo XX Vos sos un caso perdido. fue el uruguayo Carlos Mauricio Pacheco, cuyo Tu vieja talento, desamparado por una "escritura rá- Dice que sos un bandido pida" ( Legido) , excedía los estrechos limitej Porque supo que te vieron del género. En Tangos, tongos y tungos, La La otra noche ribera, Los disfrazados, Pájaros de presa, El En el Parque Japonés. cabaret, y otras piezas resplandece fesfiva- mente su maestría para captar los tipos po- pulares, como el Compadre 2' de Los disfra- Caés a la milonga en cuanto empieza zados: "A mi me llaman Pie chico / y soy de Y sos para las minas, el vareador. Montevideo: / conmigo se purriá minya; / Sos capaz de bailarfe la Marseilesa, soy del barrio del Cordón / y en el Bajo, La Marcha a Garibaldi y El Trovador. en la Aguada / y en el Paso del Molino / Con un café con leche y una ensaimoau tengo fama de ladino / y tanguista cornpa- Remates esa noche de bacanal drón". Pacheco fue autor de letras de tan- Y al volvpr a tu casa de madrugada gos, como obligatoriamente se lo exigía el , Batis iyo foy un rana fenomenal! oficio a los saineteros, y entre muchas seña- lemos la de Felicia, con música de su com- patriota E. Saborido. Conjuntamente con Pa- tudiado en el capítulo 31 de esta obra, apunta checo se destacan el ya nombrado Alberto hacia otras metas, reconoce otros intereses. Weisbach (El rey del cabaret, Resaca, Los do- Sólo Mauricio Rosencoff en El Gran Tuleque, pados, etc.) y Vicente Martínez Cuitiño, ambos donde priman los ingredientes de sátira car- condotieros uruguayos al servicio del gran p6- navalera sobre los del tango y sus símbolos, y blico argentino. Solo o en colaboración, Mar- Carlos Maggi, en El patio de la torcaza, donde tínez Cuitiño ha legado piezas de dilatada se cantan tres tangos, sacan partido del tema. fama (El mundo del tango, Atorrante, Ei de- También se estrenó a principios de 1968 una rrumbe), algún intento de teatro serio y las pieza en un acto y en verso, de Maggi, don- infaltables letras de tango. de, bajo el título de Un motivo se cuenta, En las piezas de ambiente urbano que Dar- se canta y se baila la historia de un tango do Cúneo denomina "De la vida pobre", tam- y se oye, en persona, la voz de Gardei. bién Florencio Sánchez ofrece, si no elabora- ciones directas sobre el tango -hay un baiie NARRATIVA Y POESiA en una de las escenas finales de Marta Gruni-, una galería de situaciones y personajes que Los creadores literarios uruguayos en el ge- se avienen al mundo tanguero de mishiadura, nero de la narrativa y la poesía no se han frustración y dolor proletario. El Canillita en- aplicado deliberadamente, como sus colegas tona una canción de la que Sánchez no es- argentinos, a convertir el tango en el alma pecifica la música pero que indudablemente simbólica de sus obras. El varón y la hembra es una letra de tango: "Soy Canillita, / gran del tango, que sirven de dramatis personae a personaje, / con poca guita / y muy mal tra- Fernando Guibert (Tango, 1952) o a Bernar- je. ( . . . Me tienen gran estrilo / los naran- do Verbitsky ( Calles de tango, 1953) surgen jeros, / pues en cuanto los filo / los calo- tan circunstancialmente, tan fugazrnente en la teo; / y a los botones / les doy yo más lieratura uruguaya significativa que deben des- trabajo / que los ladrones". . . En La Tigra cartarse como ingredientes vernaculares. El y sobre todo en Moneda Falsa existen tam- "alma de la ciudad", que comenzó a ser hur- bién ricas vetas de habla lunfardesca y tipo- gada enrre los años 20 y 30 e irrumpe en logíu orrabalera, ambas puntuales abastece- las frustraciones, individualismos y angustiado doras del tango. desarraigo de las criaturas que pululan en Ici Tres nombres significativos, ligados a lo po- novelística y cuento contemporáneos, no nos pular, donde el tango y su gente se expre- ayuda a descubrir la huella visible de ia te- san ya tácita, ya explícitamente, son los de mática tanguera. Claro que algunos personajes Carlos César Lenzi (autor del famosisimo tan- bailan a veces un tango, o alguien lo tararea, go A media luz con música de Donato), Angel pero falta su ambiente obsesivamente reiterado. Curotto y Orlando Aldama. Dichos autores pro- El prostíbulo de Sombras sobre la tierra de ducen el grueso de su obra entre 1920 y 1945. Paco Espínoia respira atmósfera pueblerina, Curotto colaboró con los otros dos en algunas llena de resonancias rurales, aunque sus per- piezas, y en su vasta producción de tipo sa- sonajes apuntan, soliviantados por la irrefre- tírico, de teatro de costumbres, de corte re- nable, cálida ternura del autor, hacia arque- visteril, de juguete cómico, de enjuiciam~ento tipos universales; el juicio peyorativo de Ho- político, de acuarelas locales -Montevideo y racio Maldonado sobre el tango resume ia ac- su cerro, La vendedora de London París, El titud m'ayoritaria del grupo de escritores de tango hay que saberlo bailar- se revela un la pequeña burguesía que entre 1920 y 1930 espíritu agudo, atento, versátil, liberado de la quisieron captar el mundillo de las ascenden- ramplonería sairieteril y con un envidiable sen- tes clases medias y el repertorio valorativo de tido de lo escénico. Lenzi fue, tal vez, el meior las cínicas o acartonadas clases altas; sólo al- dotado de los tres; Aldama, en cambio, co- gunos, como Montiel Ballesteros (Barrio, 1937) noció éxitos de público no igualados por los se aventuran a sumergirse en la vida poco otros. espectacular de los arrabales y describir un Un intento teatral anacrónico fue el de Fer- baile donde los muchachos "se exceden un nán Silva Valdés con su Barrio Palermo ( 1953 l. poco en el quebrarse demasiado en los ian- Un sainete grande, con intención dramáticu gos", pero ésta es una actitud aislada, mar- y personajes convencionales sacados de la ginal. cantera evocadora de los recuerdos. En cie- Lo mismo sucede con la poesía. En conta- finitiva, se limita a resucitar versadas compa- dos autores contemporáneos, particularmente dronas del 900 que ambientan la pieza en en los jóvenes, -Estrázulas, Olivera- el tan- un marco de boliches, dagas serviciales, tra- go aparece de tanto en tanto con su carga tantes de blancas y palabrerío intimidatorio. de "rebelión y nostalgia", como reza el sub- Del teatro y el tango poco más hay que titulo del libro escrito por la argentina Noemi decir. El actual renacimiento del género, es- L'lla, para mezclarse a las preocupaciones de FARABUTE (Letra de Antonio Cascianr; música de loaquin Barreiroj

Forabute ilusionado por la merza de ma- [notes que enfarolan su presencia con suntuosa po- [sición, no manyás pobre franela, que aquel que InaciÓ en un catre a vivir ,rrodesfamente la suerte lo condeno. Sos la escoria remanyada que esgunfiás corl [tu presencio de chitrulo sin carpeta, residuo del arrabal; tus hazañas de malevo al cuaderno de /a jausencic con el lápiz del recuerdo te las voy a enu- jmeror.

Clandestino de carreras a ratitos quinielero, as; te hacés las chirolas con que a veces te empilchás. En tu caso todo el año a la hora del puchero, enyantás de prepotencia lo que nunca te ganás.

1 (bis) Deschavate farabute, no naciste pa cafishio, al laburo dedicate que alli está tu salvacion record6 fu madrecita.. . hace un mes en el [hospicio muriendo a tus hermanos suplicando señaló. Ya que en su triste existencia como trapo la [has ir atodo, ni un halago tan siquiera [e supiste demostrar, hoy tenés frenie a la vida la misión que te [ha encargado que la santa desde el cielo te sabrá recom- [pensar. El baila en el corralón al aire libre y de dfa. Ya estamos en 1930, pero siempra lo baila el mismo pusblo, con los mismor cortes finis.culare8. . Un fango de Granafa y Romanelli, cuando la froupe "Un Real al 69" "so sacaba chispas" con la "Oxford" en los camuvaler montevideanos.

una poesía militante y desnudamente esencia¡. Es posible localizar, fichas mediante, dece- OBJETOS PERDIDOS nas y aun centenares de menciones del tango y su ambiente en las obras literarios de autores JiJLlAN (Letra de J. L. Ponizzo; uruguayos. Pero la intencionalidad y el acento música de E. DonatoJ son muy distintos a los empleados por los es- critores argentinos. El lastre de lo rural y las Yo tenio un omorcito seducciones de la ecuménico todavía gravitan que me dejó abondonada' en amplios sectores de nuestras letras; la ciu- y en mis horas de tristeza dad y lo urbano aparecen requeridos por una lo recuerdo con el olmo. problemática que logra el color local con otros Era un tigre poro el tongo, ingredientes que los propuestos por la receta y envidio del cabaret, tanguera; el tango no es el laberinto donde se pero un dio traicionero, pierde el alma nacional ni el Deus ex machina tros de otro se me fue. que corta todos los nudos gordianas de nues- tros íntimos compartidos conflictos. Convivimos con el tango; pero ni nos subyuga ni necesi- Por qué me dejaste tamos nombrarlo, a modo de conjuro, paro mi lindo lulián, restituir nuestra espontaneidad vital a sus ni- tu nena se muere veles. Está, sí, el solitario intento de Horacio de pena y de afán. Ferrer (Romancero myengue, 1967; Fray Mi- En aquel cuartito longa, 1968) que se emparenta con Herrero y nadie más enfró, Reissig, con Carlos de la Púa e inventa en y paso las noches sus relatos un gran guignol de lunfarderia. llorando tu omor. Tanta invención verbal se da en Ferrer junto Il con sus serias y meditadas contribuciones a la historia del tango. Amor que fingiste Quizá merezca una mención especial la obra hasta que coi, de Santiago Dallegri, hoy antologirada por los con besos me hiciste "lunfardólogos" porteños. Si bien carece de lloror y reír, calidad literaria capta con graceio periodístico y desde aquel dio y sentido de observación el aparato externo mi lindo Julián de la vida popular: en Cuentos de Arrabal, no tengo olegrio 1910 y El alma del suburbio, 191 2, el tema me muero de afán. del tango es una pertinaz presencia, aunque mediatizada por el primer plano de los com- 111 padrito~,las muchachas orilleras, los vendedo- Yo tenía un omorcito, res callejeros y el piccolo mondo de los can- que era envidia del Pigoll; ventiilas. ero un tigre para el tango y se llamaba lulián. LOS CRONISTAS DE LA VIDA URBANA Pero, un día, entusiasmado, por una loca ilusión A fines del siglo pasado y comienzos de dejó el nido abandonado éste, los diarios montevideanos empezaron a y destrozó mi corazón. recoger sabrosas crónicas "del natural" en las que periodistas que más tarde se orientarían Alberto Luces: cuarenta anos estudiando el tango. En la actualidad, prepara un libro sobre el tema.

hacia el teatro o la narrativa pintabarr con precisas pinceladas la vida popular monievi- deana. La inmigración transatlántica y el éxodo AGUA FLORIDA (Letra de Fernan Silva de tierra adentro habían acuñado una tipo- Valdés; músico de R. Collazo) logia pintocesco, atrincherada en los arrabales, marcada con la impronta espontánea y su- frida de lo popular, dotada de un lenguaje vivaz y heterodoxo a un tiempo. Aguo florida vos eras criolla. Hubo cronistas que se acercaron con sim- Te usaban las pobres violetas del fango patía al pobrerío; que no la despreciaron con De peinados lisos como agua e' laguna, desdén clasista; que lo retrataron verazmente. Entre ellos se encuentra Máximo Torres cuyo Cuando se bailaba alegrando el tango libra Divagando, 1895, ofrece, entre luicios dis- Con un taconeo y uno "media luna". cutibles de psicología étnica -la caracterolo- gia del hijo del español y del italiano-- des- Perfume del tiempo tauro que pasó cripciones de "cosas encantadoras" entre las -Pues toao en la vida ha de ser así-- que figura un baile entre gente de pueblo, Cuando las percantas mentían que nó con tango, naturalmente, pero bailado sin ¡a Mientras las enaguas bation que si. gimnasia del prostíbulo. La vida y los personajes de El Bajo monte- videano dieron tema par mucho tiempo a los cronistas del diario vivir. Rafael Sienra en su folleto Llagas sociales; la calle Santa Teresa, Sencillas y qcierendonos, 1896, pinta con colores sombríos y admonicro- Que al son de las acordeorias nes casi apocalípticas el ambiente del infra- Bailaban un milongón; mundo de romeras, compadres y burgueses ver- gonzante~que noche a noche renovaban la orgía del sexo 7 las perversiones del instinto. Que oliendo o "agua florido" No falta, por cierto, la descripción de un bai- Se metían en lo vida le de "rompe y raja" en lo de Pepe el Jerezarto A punto de corazón. y de un mozo de alta alcurnia que es "sin embargo, una gloria de academia, de esas, ya escasas, que tienen el poder de suspender a toda una sala entera cuando rematan les su- Aguo florida vos eras criolla: premas elegancias del perneo con una que- De cuando uno viola tocaba de prrma brada con corte de la rodilla para abajo". Y ofras la cuarteaban dando a la boruona, Rico y exitoso resultó el lenguaje ' canero" Y un ramo de taitos era cada esquina, de Máximo Teodoro Sáenz (Last Reasonl, ini- Y la vida era linda y guopetono. ciado como periodista en esta orilla del Plata y consagrado en la otra como exceiente co- mentarista deportivo, turfístico y cronista de Vos eras del tiempo del gacho ladeoo, los sucesos y tipos populares. Su libro A rienda De la mina airoso anclada al bulin, suelta, 1925, recoge una mínima parte de su Del lazo en el pelo, del percal Iloreao, labor, desperdigada en diarios y revistas. No y de la "Academia" y el "'Peringundin". puede adjudicársele el titulo de gran escritor pero fue un aguda espectador e intérprete de Boris Púa es el mayor conocedor de Primero en el ranking letristico porteño La meior discoteca gardeliano de nuestro la discografia del tango en el Rio desde hace casi una década, Federico país y, tal ver, del Rio de la Plata pertenece de la Plata. Silva escribe sus poemas tangueros en a Horacio 1o:;ente. un investigador serio, Punfa Carretas, rodeado de alusiones hanesto y documentado. y vivencias montevideanas. los hechos menudos, de las vidas pintorescas; Habria que citar muchos autores más y a¡ supo sacar partido de sus conocimientos del efecto nos remitimos a los estudiados en ei lunfardo y los giros idiomáticos calleleros pa- Capítulo N? 30; aunque deseamos insistir en ra forjar toda una saga de ironía gucirunga, algunos que tienen directa relación con ei de hermetismo idiomático, de retozón escarceo tema del tango por haber sido protagonistos con el lenguaje del lumpen-proletariado. de su historia montevideana. Julio César Puppo (El Hachero) dignifico la bibliografía contemporánea vuelve a unir el género de la crónica merced al intu~tivo dos nombres que entre 1920 y 1930 fueron buen manejo del idioma, y a una directa vivencia y presencia del tango, ya en su as- eficacia literaria nunca desmentida. Es un hu- pecto musical, ya en su intencionalidad ie- morista, vale decir "un lírico cmtrahecho" trística. Victor Soliño y Ramón Collazo (El (Luis A. Sánchez), pero no tan contrahecho Loro) acaban de editar, en pareja, como en como para no acertar, a fuerza de sagacidad los lindos tiempos de Las Atenienses, dos II- caritativa, de adiestramiento en el dificil arte bros de memorias que valen mucho mas por de saber perder, en los centros mismos de la su contenida documental que por la maestria plenitud humana. Picardía y "carpeta", habi- estilística -no reclamada, por otra parte- lidad para crear un climax y un anticlirnax na- de los autores. rrativo~,dotes de observador finísimo, y siem- Victor Soliño traza en Mis tangos y los ate- pre dolida compasión por el triste oficio de nienses ( 1967) una calorida evocación de las vivir: con estos materiales se edifican las ex- circunstancias en que compuso las letras de celencias de un escritor sin pretensiones, pero sus famosos tangos Moccsita, Maula, Niño que es un escritor. Las crónicas de Ese mundo bien, Garufa y Adiós, mi barrio. Agrega Iue- del bajo ( 1966) son una muestra minarilaria go una sabrosa evocación de los integrantes de la profusa, incisiva producción de El Ha- y sucesos que le dieron a la Troupe Ate- chero. El tango, las copas del boliche, los bu- niense, un bien ganado prestigio en ambas lines mistongos, la melancolia del amure, la márgenes del Plata. Revive así la época de s0terrada.y trágico vida nocturna de los des- las diabluras iuveniles de una barra de mu- clasados y los insatisfechos, el gracejo de la chachos de la clase media que tomaban ei frase oportuna, una frescura siempre fiel para pelo a los pesadas de barrio y a los jailai- convocar el recuerdo: he aquí los ingredientes fes del Centro y que, entre chistes -crueies objetivos y subjetivos que otorgan a este émulo a veces- y ocurrencias fabulosas, hicieron de del Arcipreste, Villon y Rabelais -!odos Montevideo su coto privado de caza. El tango putañeros y tabernarios- la dimensión de un puesto al servicio de una ideología chocarrela clásico del apunte. y sobradora -el tango, cachada por exceien- SIGUE LA NOSTALGIA MI VIEJO EL REMENDON [Música y letra de Alberto Mastra)

Destino de trinchetas de suelas y semillas, al pie de la banquillo en el viejo galpón al golpe del martillo cantaba tempranero pa'darnos el puchero mi viejo el remendón.

Poniendo sus remiendos de penas sobre penas que como una condena la vieja le dejó y que al abandonarnos Horacio Arturo Ferrcr, según en ese trance amargo Hermenegildo Sábat. mi abuela se hizo cargo de mi hermanito y yo. cia- tiene en las páginas de Soliño un sentido la abuela muy distinto a las letras tutoras del malandri- de cabellera rojiza, naje que empavona las composiciones de Pas- una tanita petizo cual Contursi o Celedonio Flores. de Morano, El Loro Collazo se propuso otra cosa, aun- ipobre! que complementaria, en Historias del Bajo siempre peleando al destino í 1967). El Bajo montevideano, sede de los lu- por los queridos bambinos panares y cafetines, aunque habitado también de su hijo el artesano. por familias trabajadoras que nada tenían que Y ahora, ver con las prostitutas y su clientela, aguardu jcuánto, cuánto hubiera dado la atención de la historia social, de la antro- por tenerlos a mi lado pología cultural, para que se le analice con o la nona método científico. Pero desde hace mucho ha y o mi viejo el remendón! sido, ya cuando existía edilicia y socialmente, ya cuando se conjuran literariamente sus fan- Lo finfa de sus manos, tasmas, una fuente inagotable de notas de las suelas, el cuchillo medio pelo, de cronicones infelices o de pa- y el golpe del martillo ginas inolvidables. El Loro, hiio demográfico de El Bajo, traza limpiamente, su geografía hu- fueron su confesión; mana, describe sus hombres y mujeres, exhibe, no sé si tuvo tiempo con inocencia sus aberraciones y vicios. Aquí de conocer la vida se atrinchera, entre los malolientes torbeilinos pa'darnos la comida del humo quilombero, media historia del tan- a soledá y galpón. go. La otra media historia pertenece al pueblo .que, de espaldas al lupanar, en bailes fami- Y vi que poco a poco liares y tibios patios emparrados, trenzó con los años, la banquilla, las notrlrs del tango el macramé de sus des- doblaron sus rodillas venturas y sus alegrías, de su amor en los sin mendigar perdón; zagilanes hondos, de su solidaridad en el des- y as; se fue del mundo tino hereie de los pobres. Ilevándose grabado ~ecientementeTuan Carlos Patrón, hombre su sueño destrozado de teatro y letrista de excelentes tangos, acabo mi viejo el remendón. de editar un libro de crónicas de barrio: Goes y el viejo Café Vaccaro í 1968). No hay eli él alusiones directas al tango, aunque a veces y ambientes, su seriedad para manejar ¡a do- sus letras y portadores atraviesan como ráfa- cumentación y su criterio para juzgarla lo des- gas las páginas de un memorial concebido tacan claramente. más como un arqueo de recuerdos que como Idea Vilariño ha dedicado a las letras de ejercicio literario. tango dos importantes trabajos. El primero, Las letras de Tango, 1965, si bien se limito LOS LETRlSTAS fundamentalmente a las letras de los periodos pregardeliano y gardeliano, es impecable des- Es común que se relegue a los letristas de de el punto de vista de la matética. Sus ine- esta banda al lugar de los segundones. Sin vitables subjetivizaciones, que no todos com- embargo, la acuarela del año nuevo, pintada parten, no quitan valor a una labor realizada por el canillita Antonio Casciani (Un año más), con mentalidad analítica y destreza literaria. o la elegía maleva que se derrama en Agua El segundo, cuyo prólogo es de necesaria con- Floridai del poeta Fernán Silva Valdés, alcan- sulta (Tangos, 1967) compila, con un criterio zan el nivel de composiciones rescatables por semejante al del libro anterior, una antología cualquier antología. Y junto a ellas, las le- de más de cien letras. tras de Murmullos ( Juan Carlos Patrón), A me- Erasmo Silva Cabrera (Avlisi no puede ser dia luz (C. C. Lenzi ], Julián (J. L. Panizza), considerado un ensayista técnico, pero son El panete ( Ulises Favaro), Milonguita ( Samuel fructíferas su pasión por el estudio del tango, Linning ), Pampero (Edmundo Bianchi 1, Vieja su labor periodistica paciente y didáctica, su viola (Humberto Correa), As de cartón (R. eficacia para reunir un archivo que es una Aubriot Barboza), Justo el 31 (Raimundo Ra- cantera de datos. La tesis que sostiene en su li- daelli), Garufa (Fontaina y Soliño), Pato (Ra- bro Carlos Gardd. El gran desconocido ( 1967) món Collazo), y tontas otras más. Pero, se puede ser discutida pese a sus sorprendentes y nos dirá, aquellos nombres y hombres perte- laboriosas argumentaciones. Sea o no uruguayo necen al pasado del tango. Sin embargo, la Gardel es imposible dejar de admirar la pertina- fuente no está agotada. En la actualidad la cia, el celo, la voluntad que puso Avlis en su in- producción de Federico Silva, cuyos éxitos en vestigación: años y más años de búsquedas, via- Buenos Aires son registrados por el ranking jes, entrevistas, lecturas de páginas amarillen- anual que lo consagra en el primer lugar des- tas y olvidadas, buceo en habladurías pueble- de hace más de un lustro, -No nos veremos rinas, todo un tour de force que supone mu- más, Qué falta que me hacés, El puente, Para chas cosas, más allá de la relevancia o in- siempre, etc.- y la hondura y reciedumbre trascendencia -hay para todos los gustos en de las letras de Alberto Mastra, una de las este terreno- del objetivo propuesto. figuras importantes del tango, se encargan de Federico Silva no es sólo un renombrado le- reiterar una vieja destreza. Claro que si se trista de tangos. Ha estudiado sus autores y compara desde un punto de vista numérico el torrencial repertorio letrístico bonaerense, je- períodos, sus estilos y orígenes. Una sólida, con- rarquizado por poetas como Manzi, Discépolo vincente, documentada labor periodística en o Celedonlo Flores, con nuestro modesto arro- Montevideo y Buenos Aires -artículos basicos yo periférico, lo montevideano sucumbe sin sobre Troilo-, un libro ya entregado a la Im- remisión posible. prenta sobre Gardel y de tanto en tanto, algún poema tanguero como el que dedicara u PI- LA ACTITUD ESTUDIOSA chuco, aún inédito, definen a este uruguayo proyectado hacia Buenos Aires. En el campo donde más fecunda y aguda- Horacio Loriente es un coleccionista que mente han incursionado los uruguayos es en usa para la meditación y la docencia las pie- el del tango como reflexión. Se han publicado zas de su museo discográfico. Dotado de un relativamente pocos libros de dicho genero pe- espíritu metódico, seguro y honesto, ha reu- ro lo existente es tan estimable que no hay nido una magnífica discoteca gardeliana, de ensayista o historiador del tema que no utilice lo mejor que existe en el Río de la Plata, y y destaque el valor de esos materiales inevi- tables. luego se ha preocupado por analizarla, com- Debe señalarse en primer lugar el nonibre pararla y trabajar sin pausas en todo lo que de Horacio Ferrer. Su labor periodistica escrita, se refiera a sus preciosos materiales. Period~siu radial y televisada, sus conferencias, su eru- en la prensa escrita, conductor de excelentes dición en ruedas amistosas, su amor devoto y audiciones radiales y programas de television, consciente por el tema, sus excelentes libros conferenciante ameno y consejero desintere- ( El tango; su historia y evolución, 1960; Dis- sado, Loriente se ha constituido desde hace cepolin -en colaboración con Luis A. Sieria- 15 anos en una figura importante dentro de 19651, su imaginaci6n para recrear personales la erudición tanguero. Otro competente conocedor del tango y que es fecunda, tiene licitud cientifica y exige sus aledaños es Alberto Luces. A partir de 1944 otros análisis semejantes para recién elaborar inició sus comentarios radiales, de amplia au- una teoría. diencia, que ha mantenido ininterrumpidamen- Hay más nombres aún: José Wainer escribe, te. Publicó notas en Hechos, en Cine - Radio - entre comentario y comentario de cine, articulos Actualidad y obtuvo en TV un Ariel por su muy personales sobre el tango, y prepara ac- programa de "Tele Tango Club". Es un es- tualmente un ensayo que se publicará en bre- pecialista en el tango de la Guardia Vieja, ve; Casto Canel, que ha escrito poco sobre sus protagonistas, escenarios y orquestas. NO el tema, debe ser señalado como uno de los obstante está al día en cuanto a la evolución más documentados musicólogos rioplatenses. cultural del género, aunque íntimamente tenga Su colección discográfica de cantores contem- preferencias marcadas -y respetables- por poráneos de Carlos Gardel, a quien conoce otro tipo de tango que el consagrado por admirablemente, es una de las más completas ciertos arquetipos contemporáneos. Tiene una que existen. grande, loable y combativo admiración por la obra de Alberto Mastra. Harry Milkewitz, que nace en Berlín en EL CLUB DE LA GUARDIA NUEVA 1931, es uruguayo adoptivo. Su interés por el tango fue estimulado por su versación en psi- A esta altura el lector informado debe estar cología y psicotecnia. Fruto del análisis que reclamando nuevos nombres y censurando ol- practica de las letras de tango en general vidos. Pero no es así. Hay un selecto y devoto y de la letra de La Gayola en particular, es grupo de estudiosos agrupados en un Club su breve libro Psicología del tango, 1964, singular, que merece un parágrafo aparte. Su donde emplea una tecnología -la psicoana- labor orgánica, de equipo, silenciosa, sin mucha litica- que puede espantar al profano pero publicidad, reviste importancia y hondura.

Pontier; leira de Federico Silvo)

Un cielo de cometas me espera en el baldío para dejarlo chania al viejo corazón. . . Y un mundo de bolitas perdicio en la distancia me frajo la nostalgia, ipor eso pienso en vos! Me cacho en dié, qué pena no andar por tus neblinas, no contar tus esfre/las, esior lejos, sobón. . . Todos los subados, en la cueva de la Guardia Nueva, y relojear las cosas la gente se reSne a escuchar buen tango y a discutir desde un departamenio la historia, intérpretes y estilos del genero popular que fiene olor a nuevo. . . rioplatense. ipero no corazón!

Después, a la sordina, jadeando los repechos, tus tiernos valsecitos serán un celofán. . . y aprenderé G quererte tan solo de memoria para trampear los años que ya no volverán!

-tan dueño del paisaje- El Club de la Guardia Nueva, además de sus numerosas me puedo ya morir. . .!! publicaciones. ha comenzado a editar discos representa- tivas de la sensibilidad y orquestación que imperan en el tango contemporáneo. El Club de la Guardia Nueva fue fundado quema del tango que será complementado por el 8 de mayo de 1954. En una hoja impresa dos nuevos volúmenes, prontos ya; y a éstos que explicita sus fines y traza su historio se se agregan, con parecidos méritos en distintos dice que "su cometido específico es el estudio campos -el musicológico, el bibliográfico, er y la difusión del buen tango", entendiendo por instrumental, el biográfico- Néstor Casco, tal "aquél que es concebido con predominan- Jorge Messano, José L. Piccardo, Darwin Ban- cia de los valores artísticoí". Sábado a sá- da, Jorge R. Solares, Rolando Catartegui y mu- bado, en su cueva de la calle Soriano se reúnen chos otros. No puede olvidarse tampoco la fi- los socios y el público -la entrada es libre - gura de Nicolás Pepe, cuya imaginación crea- para efectuar disertaciones ilustradas con ejem- dora y sabiduría sobre el tango son una cons- plos musicales, organizar mesas redondas y pro- tante guía para los trabaios y propósitos del piciar conferencias o tribunas libres. A una dis- Club. Horacio Ferrer fue uno de sus fundado- coteca de 3.000 títulos se suman archivos de res y se separó luego para integrar el grupo letras y biografías y una biblioteca especiali- de Gente de Tengo, zada. Puede decirse mucho, y muy bueno, de las DOS ACTOS BFIC1ALES actividades de esta institución mantenida a fuerza de sacrificios, tesón y entusiasmo. Lo Antes de terminar hay que señalar dos rea- que debe señalarse por ahora, al margen de lizaciones aisladas que hicieron mucho por la los conciertos -algunos de importancia fun- difusión, a nivel académico y popular, del damental- y ediciones de discos, son sus pu- pensamiento de nuestros intelectuales sobre el blicaciones. La revista Tangareando llega ya a tango. La primera fue el N? 4 de la Revista los 31 números: 26 de la primera época, 4 del SODRE, 1956, dedicado casi íntegramente de la segunda y 1 dedicado a Troilo. Los Cua- al tema, con escándalo consiguiente de dernos de "Tangueando" son ya 5: El contra- algunos círculos amantes de la "música seria". bajo en el tango, La obra poetica de Homere En dicho volumen aparecieron artículos de Fe- PAanmi, El violín en el tango, Esquema del tan- rrer, Canel, Soriano y otros, y se agotó pron- go, tomos I y li. Los Apuntes de tango, por su tamente. La segunda realización fue el memo- lado, ya cuentan con los siguientes títulos: rable acto académico organizado en el Teatio Lunfardotcngo y otros artículos, AIfredo Gobbi Solis por el Concejo Departamental de Mon- (h.), Pedro Maffia, Qsvaldo Fresedo. Además mantiene páginas periodísticas en el Suple- tevideo, al cumplirse un cuarto de siglo de lu mento Platea de La Mañana y en El Suplemen- muerte de Gardel. La parte musicológica es- to de los viernes de El Popular, y edita men- tuvo a cargo del impecable Loriente y Espi- sualmente la gaceta Tango y tangueros. Las nola, Maggi (quien posteriormente recogió lo publicaciones son el resultado del esfuerzo de suyo en Gardel, Bnetti y algo más), Bordol~, un equipo compacto y muy bien preparado en Canel, Ayestarán, Castillo, Mañé y otros escri- la faz documental y crítica. Boris Puga es el tores trataron, ante un auditorio emocionado, mayor experto en discografia del Rio de la cálido, atento, la múltiple figura del más gran- Plata, Enrique Haba es autor del aludido Es- de de los cantores del tango.

b) Bibliografía uruguayo.

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