Músicas Populares Del Uruguay
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MÚSICAS POPULARES DEL URUGUAY Coríún Aharonián COMISIÓN SECTORIAL DE EDUCACIÓN PERMANENTE s1 t V1iF3i EDUCACION PERMANENTE UNIVERSIDAD AR Universidad de la República DE LA REPÚIUCA MÚSICAS POPULARES DEL URUGUAY RECTOR DE LA UNIVERSIDAD DE LA REPÚBLICA Dr. Rodrigo Arocena DIRECTOR DE LA UNIDAD CENTRAL DE EDUCACIÓN PERMANENTE Ing.Agr. Mario Jaso DIRECTOR DE LA ESCUELA UNIVERSITARIA DE MÚSICA Prof. Jorge Camiruaga MÚSICAS POPULARES DEL URUGUAY Coriún Aharoníán ESCUELA UNIVERSITARIA DE MÚSICA COMISIÓN SECTORIAL DE EDUCACIÓN PERMANENTE UNIVERSIDAD DE LA REPÚBLICA Montevideo 2007 t a edición, 2007. © 2007, Coriún Aharonián. Impreso en el Uruguay. ISBN 978-9974-0-0412-2 Publicación financiada por la Comisión Sectorial de Educación Permanente de la Universidad de la República. Los conceptos vertidos en la presente edición son de responsabilidad exclusiva del autor. Se permite su reproducción parcial citando las fuentes. El autor agradecerá todas las observaciones sobre errores y erratas que se le hagan llegar a la dirección siguiente: <[email protected]> Respondiendo a una invitación de la Escuela Universitaria de Música, este volumen recoge una serie de trabalos escritos en el extenso lapso comprendido entre los años 1982y 2000. No se trata, por lo tanto, de un texto unitario creado en este 2007 con miras aun libro, sino de una suma ordenada de ensayos y artículos anteriores concebidos originalmente para destinos diversos. C. A. MÚSICAS POPULARES DEL URUGUAY la vertiente indígena Iniciamos nuestra historia con un Uruguay ya mestizado por la fuerza. En ese mestizaje habían participado los pobladores indígenas originales, aniquilados por los conquistadores y por sus herederos criollos, los pobladores de origen africano traídos por violencia para ser esclavizados, y los europeos venidos para efectuar la conquista y colonización de los territorios americanos y, luego, como inmigrantes. En una región en la que las poblaciones indígenas habían sido mayormente nómades, el territorio del Uruguay fue habitado, antes del arribo de los europeos, por diferentes grupos étnicos, entreellos losguaraníes . Lalenguaguaranígozaba, al parecer, degran dispersión,ysirviódeiingua franca a los conquistadores 2 Los nativos que pertenecían al grupo étnico charrúa eran probable- mente la población principal cuando los españoles llegaron a conquistar el territorio en 1516. Otro grupo importante era el chaná (quizás vinculado étnicamente con el charrúa), que habitaba la margen occidental del río Uruguay. Y otro aún, quizás más importante de lo que se ha supuesto, el de los guenoas (o minuanes) . Y había otros agrupamientos más pequeños, siendo algunos de ellos subgrupos de los anteriores . En las misiones jesuíticas situadas al norte del actual territorio uruguayo, fue aculturado un gran número de indios guaraníes, hasta que se produjo la expulsión de los jesuitas por la corona española en 1767. Entonces, una parte significativa de esta población culturalmente mestiza se dispersó por una extensa superficie que incluía el Uruguay, si bien ya con anterioridad ese hombre de una nueva cultura mestizaya había tenido diálogo con sus vecinos. Y más todavía lo habían tenido los indios escapados de las misiones. La población indígena disminuyó sensiblemente en el territorio del Uruguay, en parte debi- do a! contacto con las enfermedades europeas y, en mayor medida, debido simplemente a geno- cidio. Pocos grupos indígenas organizados sobrevivieron más allá de la tercera década del siglo XIX , y esa población indígena se fue tornando invisible a tal punto que se considera hoy día como oficialmente extinguida. Como consecuencia, lo poco que se sabe acerca de la música de los indígenas de lo que hoy es Uruguay proviene no del estudio de las prácticas de los propios indígenas sino de las deducciones que se pueden obtener de unos pocos documentos escritos 6• Y pueblos de lengua guaraní no necesariamente guaraníes. 2 Más aún: al parecer, el idioma predominante en buena parte del territorio del actual Uruguay fue el guaraní, hasta bastante avanzado el siglo XIX (Renzo Pi Hugarte: Los indios del Uruguay. Banda Oriental, Montevideo, 1998.). Tal es la conclusión de trabajos etnohistóricos recientes (Diego Bracco: Charrúas, guenoas y guaraníes. Linardi y Risso, Montevideo, 2004.). El conocimiento del Uruguay indígena es todavía muy precario, y hay opiniones bastante encontradas que nos exigen ser doblemente prudentes. Que se cierra simbólicamente con la matanza de Salsipuedes, en 1831. 6 En este terreno, Lauro Ayestarán hizo un excelente primer trabajo en su ensayo "La música indígena en el El conocimiento reciente y gradual de las culturas indígenas de la extensa región en la cual está situado el Uruguay (Brasil, Paraguay y parte de Argentina) nos permite construir poco a poco — y con mucha prudencia — una vaga idea de cómo pudo haber sido su música '. Y los datos lingüísticos que consignamos, con su parentesco con lenguas aún vivas hoy, son, junto con los datos antropológicos de distinto tipo, de un enorme valor para poder deducir aproximadamente las ca- racterísticas de la música que pudo haber sonado en el actual territorio uruguayo y su región cir- cundante en los siglos XVI a XIX. De hecho, el criterio adoptado por Alcide D'Orbigny hacia 1840 para clasificar a los charrúas, más allá de sus rasgos físicos, por las características culturales comu- nes con otros grupos étnicos sudamericanos, parece haberse visto corroborado por trabajos antropológicos realizados en el siglo XX 8, El dato objetivo de que la población indígena haya desaparecido en tanto sociedad organiza- da, no nos permite eludir la consideración de la posible presencia en la música criolla de rasgos culturales de origen indígena. Los procesos de interacción cultural no se producen sólo por simpa- tía . Por otra parte, la "antipatía" que pudiera haber entre indígenas y jefes colonizadores no se extendía necesariamente a la relación entre indígenas y hombres de pueblo, si es que esos hombres de pueblo no eran ya indígenas aculturados o mestizos de indio con blanco y/o negro. A menudo se echa mano de los argumentos de baja densidad de población y de nomadismo para descartar la eventual interacción cultural con las culturas indígenas, rechazando a priori la discusión de rasgos musicales presentes hoy cuyo origen se pierde en los siglos; rasgos diferentes, de algún modo, a otros venidos de Europa lO Uruguay" (publicado en la Revista de la Facultad de Humanidades y Ciencias, año 3 N° 4, Montevideo, XII- 1949), que tuvo su versión definitiva ampliada en: L. Ayestarán: La música en el Uruguay, vol. 1. Sodre, Mon- tevideo, 1953. ¿Cómo serían las trompas y bocinas consignadas por un viajero en 1602? ¿Caracolas? ¿Trompas traveseras como las de los kaingang? ¿Bocinas de calabaza como las de los xerente o los krahó? ¿Bocinas de bambú como las de los munduruku, de los gaviones, de los guajajara, de los tikuna? ¿Cañas-bambú terminadas en pabellón de rabo de tatú como las de los urubú o los kaiapó? ¿Grandes flautas rectas como las de los kamaiurá, waurá, kuikuro o meinaku? ¿Grandes flautas dobles como las del Alto Xingú? ¿Y los tambores? ¿De tronco? y, en caso afirmativo, ¿de hendidura o ranura? ¿O bien de membrana? Y, en caso afirmativo, ¿de membrana de qué origen? ¿Simple o doble? ¿Sujetada cómo? El arco musical que Tacuabé tocaba en su cautiverio en París, ¿estaría emparentado con el de los matacos que viven actualmente en el Chaco? Como ocurre en general en todos los documentos signados por observadores de óptica europea, no se registra la presencia de otros instrumentos que no sean los previsibles en la organología europea ni, menos aún, el hecho de que — como hoy — para las culturas indígenas la música no constituía una categoría segregable de la totalidad del hacer cotidiano del hombre. De todos modos, Pi Hugarte prefiere, dado el estado actual de los estudios, no establecer vínculos lingüísticos de los charrúas con otras etnias (Las indios del Uruguay, ya citado). ¿Será necesario recordar la figura de la "helenización de Roma", una vez triunfantes los romanos? O La pampa no era territorio desierto, como no lo eran las tierras del actual Uruguay. Ni en el largo proceso de mestizaje, antes de la fundación de Montevideo en 1726, ni antes de la llegada de Solís. Se argumenta que los pueblos indígenas de esas regiones eran nómades. Pero un pueblo nómade no es un pueblo sin tierra: es, por el contrario, un pueblo que ocupa un territorio mucho más amplio que un pueblo sedentario. Un pueblo nómade no es, por otro lado, menos importante que un pueblo sedentario. Y no podemos decidir a priori si sus huellas en un proceso de mestizaje serán menos fuertes que las del pueblo sedentario. (C. Aharonián: "Factores de identidad musical latinoamericana tras cinco siglos de conquista, dominación y mestizaje". En: VI Encontro Nacional da Anppom (Associaçáo Nacional de Pesquisa e Pós-Graduaço em Música): Anais. Rio de Janeiro, 1993. Y en: Revista de Música Latino Americana, vol. 15 N° 2, Austin, 1994.). la vertiente de origen africano Si bien el territorio del Uruguay no poseía grandes minas ni grandes plantaciones cuya explo- tación produjera la "importación" de mano de obra esclava en cantidades masivas, los contingentes de negros traídos para integrarse a la economía ganadera y a las tareas de las áreas urbanas (directamente o desde Brasil) fueron determinando una población afrodescendiente importante. A estos pobladores ("legales" para esa legalidad inmoral) se sumaban quienes lograban escapar de la esclavitud y se mezclaban con los desposeídos de distinto color que constituían el bajo pueblo, y que iban forjando muchos de los rasgos culturales mestizos de la sociedad nueva que estaba surgiendo, a pesar de la violencia implícita de los mecanismos que la iban forjando. Esta forma de inserción social determinó que, en grandes rasgos, la comunidad negra se integrara orgánicamente en la actividad musical mestiza, tanto en las áreas rurales como en las ciudades pequeñas. En la capital—donde la población negra era desproporcionadamente mayor—las cosas fueron algo diferentes.