Italia Y Europa. Un Recorrido a Través De Las
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ITALIA Y EUROPA.Maecenas UN RECORRIDO ornare massa A TRAVÉS sit DE LAS PRESIDENCIAS ITALIANAS DEL CONSEJO DE LA UNIÓN EUROPEA.amet viverra 1959 - venenatis.2014 Curabi- tur eu nibh vestibulum.LORENZA SEBESTA Italia y el ideal europeo Europa está en los genes de Italia desde sus orígenes. No por libertad e igualdad entre individuos, ahora, según los miem- casualidad, en la tradición del Risorgimento italiano hay múl- bros de La Joven Europa, era preciso fomentar otra revolu- tiples referencias a Europa, inclusive en el nombre mismo ción para conseguir la libertad y la igualdad entre naciones. de una de las organizaciones que más se comprometió en la La esperanza lejana de Mazzini, tal como en el caso de otros lucha contra el Imperio Austro-Húngaro. Era 1834 cuando, patriotas italianos –entre los que se destaca Carlo Cattaneo estando en Suiza, Giuseppe Mazzini (1805-1872), junto a (1801-1889)–, era que éstas, al cumplir con su independen- un grupo de refugiados de Italia, Polonia y Alemania, fundó cia y su carácter republicano, pudieran asociarse formando una asociación con el ambicioso nombre de La Joven Euro- una confederación, tal como había abogado Kant en su Paz pa. Así como la utopía de la Revolución Francesa de 1789, Perpetua de 1795. Sin embargo, antes de poder revolucionar transformada en ideología política, se había centrado en la el orden conservador interno e internacional acordado por 3 las grandes potencias europeas en el Congreso de Viena en sus problemas dentro de sus respectivos países. En esta 1815, Europa tendría que tomar conciencia de sus dramá- lucha perdieron la consciencia de la característica más ticas consecuencias, a través de dos guerras mundiales y el importante del Movimiento Europeo, esto es, la cons- auge de los regímenes totalitarios en sus territorios. ciencia de la función eminente, no del estado ni de la No fue coincidencia, entonces, que en el momento de colectividad, sino del hombre y de la persona humana. reconstruir el estado italiano sobre bases republicanas y de- Hoy una parte de la clase obrera subyace al hechizo del mocráticas, luego de la experiencia fascista, muchos de sus estado y se encuentra, por el momento, en la vereda líderes políticos vieran en la integración un complemento contraria del ideal europeo [aquí De Gasperi se refería indispensable de la recuperación interna. Entre ellos sobre- al Partido Comunista, contrario en aquel momento a la sale Alcide De Gasperi (1881-1954), representante de una integración europea por indicación de Moscú], debili- generación de hombres que había vivido en carne propia tando el papel que podría ejercer el movimiento obrero, las tragedias de la primera mitad del siglo XX. Nacido en en oposición a las tendencias totalitarias del bolchevis- el Trentino cuando todavía era una provincia del Imperio mo. Pero no hay que subestimar la contribución que Austro-Húngaro, alcanzó la edad adulta cuando aquella re- puede realizarse desde el humanismo, que se encuentra gión se incorporó a Italia, una Italia que al poco tiempo se en el origen del movimiento socialista, a la formación tornaría fascista y obligaría a De Gasperi a la inacción políti- de una unidad moral de Europa. Si la solidaridad de la ca. En un discurso sobre Europa pronunciado poco antes de clase obrera no es suficiente para constituir por sí sola la su muerte, De Gasperi, con su típica sensibilidad política y base de aquella unidad, la solidaridad de otros intereses social, auspiciaba una Europa basada en un ideal mixto, libe- industriales y agrícolas lo serían menos aún. ral y socialista, que interpretaba como derrame moderno de Es cierto que la ampliación del mercado común es aquellos valores cristianos que habían inspirado su vida: un argumento de importancia para la unidad europea, pero la libre competencia presenta aspectos negativos Creo que esta idea dominante [la de Europa] no puede que podrán ser reducidos solo con la fuerza de un senti- ser representada solamente por la visión liberal de la miento o de una idea capaz de estimular la consciencia organización y del uso del poder político. Sin embargo, y la voluntad. Este sentimiento, esta idea, pertenece al este concepto, que presupone las libertades esenciales patrimonio cultural y espiritual de la civilidad común. como base de la vida política, constituye un elemento Si con Toynbee afirmo que en el origen de esta civilidad indispensable de la elaboración de aquellas líneas ar- europea se encuentra el cristianismo, no quiero con quitectónicas fundamentales del edificio que estamos eso introducir un criterio confesional exclusivo en la por construir. Tampoco esta construcción se podría apreciación de nuestra historia. Solo quiero hablar del fundamentar solo en la idea de solidaridad de la clase patrimonio europeo común, de aquella moral unitaria obrera. Sin embargo, esta solidaridad, superando con que exalta la figura y la responsabilidad de la persona su impulso internacionalista las fronteras de los estados, humana con su fermento de fraternidad evangélica, con podría parecer la más calificada para frenar y reprimir su culto al derecho heredado de los antiguos, con su los excesos del nacionalismo, favoreciendo la ampliación culto afinado a la belleza a través de los siglos, con su del mercado de trabajo y de bienes. En ciertos momen- voluntad de verdad y de justicia adquirida durante una tos históricos, ella actuó justamente en este sentido, experiencia milenaria1. pero en otros lo hizo en sentido contrario. […]. Muchas veces los obreros concentraron sus energías en la lucha Con la atención puesta en los ideales, los representantes de clase interna y, con su auxilio, trataron de resolver políticos italianos tampoco olvidaron las instituciones y las 1 Alcide De Gasperi, “La nostra patria Europa”, discurso pronunciado en la Conferencia Parlamentaria Europea, 21 de abril de 1954, en Alcide De Gasperi e la politica internazionale, Roma, Cinque Lune, 1990, vol. III, pp. 437-440. 4 normas, pilares necesarios para la construcción de nuevas fuerzas económicas no deben dominar a los hombres, sino, instancias de gobierno supranacionales. Ya desde el perío- tal como ocurre en el caso de las fuerzas naturales, deben do siguiente a la Primera Guerra Mundial, Luigi Einaudi ser sometidas por ellos, y conducidas en modo racional, de (1874-1961), economista, licenciado en derecho, había pro- modo que las masas no se vuelvan sus víctimas”. Entre las nunciado vigorosas palabras contra el concepto de soberanía muchas propuestas para reformar la sociedad sobresalía aque- absoluta, este “ídolo de la mente jurídica formal” basado en lla de “apoyar a los jóvenes con los beneficios (provvidenze) la presunción “anacrónica y falsa” de que “dentro de sus lími- necesarios para reducir al mínimo las diferencias entre sus tes territoriales [el estado] puede hacer leyes sin preocuparse posiciones de origen en la lucha por la vida”. Sobresalía entre de lo que ocurra fuera de ellos”2. La crisis económica del pe- estos beneficios la instrucción pública que tendría que per- ríodo de entreguerras le daría la razón. Como presidente del mitir a ricos y pobres seguir sus estudios hasta los grados más Banco Central de Italia primero (1945-1948) y presidente de elevados. la República después (1948-1955), Einaudi tendría el coraje Segundo, los estados nacionales tenían que devolver a de sostener la puesta en práctica de sus viejas miras. Fue así un estado federal europeo el poder en aquellas áreas donde como, en la Constitución italiana de 1948, se introdujo el los límites territoriales nacionales resultaban peligrosos o artículo 11 que establecía, y aún hoy lo hace, “limitaciones anacrónicos –las áreas de defensa, de política exterior, de la de soberanía necesarias para un orden que pueda garantizar moneda y de la libre circulación de personas y mercancías, paz y justicia entre las naciones”3. Europa aún tenía que entre otras. El manifiesto federalista (Il Manifesto di Ventote- crearse, pero la voluntad política de superar el concepto de ne) que nació de sus discusiones durante los primeros años soberanía absoluta a favor de una organización más amplia cuarenta con dos compañeros de confinamiento, Ernesto que garantizase la paz y la justica ya se grababa en el texto Rossi y Eugenio Colorni, intelectuales comprometidos y fundacional de la nueva república generosos, consideraba que con el fin de la guerra, la federa- Si Einaudi criticaba el concepto de soberanía por ser ción europea se transformaría de utopía en posibilidad real anacrónico desde un punto de vista económico y legal, la y concreta, a raíz de “la evolución de la crisis histórica del condena por parte de Altiero Spinelli (1907-1986), el ícono estado nacional en crisis política”. Se trataba de aprovechar del federalismo europeo de la inmediata posguerra, era de el vacío de poder que surgiría de la convergencia entre crisis naturaleza más bien política. Los estados, en su forma na- constitucional interna y crisis del sistema europeo de los es- cionalista, no sólo eran iliberales sino que se habían vuelto, tados para imponer el irrevocable traspaso de soberanía hacia con el soporte de la tecnología y de la propaganda, en las la federación europea4. máquinas bélicas más destructivas de la historia. ¿Qué hacer Si las condiciones históricas no permitieron la realiza- con ellos? ción de estos propósitos en 1945, ellos quedan como un le- Ante todo una “revolución socialista”, no doctrinaria, gado civilizatorio del cual, aun hoy, todas las fuerzas políticas sino dirigida a concretar “el principio verdaderamente