JV. bilbao en el cine (25) Ricardo Bastida, arquitecto y cineasta Alberto López da en sombras», cuyo guión es­ cribió en colaboración con Vic- Echevarrieta torío Aguado. A desaparición del Ci­ La cinta resultó rarísima para ne Olimpia de la Gran lo que se llevaba en aquella Vía bilbaina supuso época («La Lola se va a los ^ un duro golpe senti­ puertos», «Locura de amor», L etc.) y la distribución fue tan di­ mental para los aficionados lo­ cales. El viejo edificio, cuya fícil que tardó seis años en po­ programación tanto había cui­ der estrenarse en el cine A ctua­ dado Juan Alvarez López, ha* lidades, de , y eso que el bía supuesto el primer contacto reparto lo encabezaban Fer­ con el cine para muchos que nando Fernán Gómez, María luego se aficionarían y serian Dolores Pradera, Isabel de Po- incondicionales. més, Fernando Sancho, Mary El Cine Olimpia, derruido en Santpere y la navarra Camino 1947, estaba situado donde ac­ Garrisó. tualmente se encuentra el Gran «Vida en sombras» relata el Vía. Tenía dos localidades, la jroceso psicológico de un hom­ )opular y la general, y toda una bre que quiere ser director de eyenda a su alrededor. Dispo­ cine, pero vive atormentado nía, incluso, de un servicio de por el recuerdo de su esposa, «carabinas» que cuidaban de la ametrallada durante la guerra moral de las parejas en el inte­ civil. Curiosamente, en una se­ rior del recinto. Eran señoras cuencia de este ñlme maldito, de edad avanzada que se colo­ Fernán Gómez arranca una ho­ caban entre el novio y la novia ja de un taco de calendario y lee como barrera infranqueable un pensamiento de Unamuno: para que ambos prestaran total «El amor nace de uno mismo», atención a lo que ocurría en la dice. Poco después se cita a Bil­ pantalla y siguieran los comen­ bao en un aparato de radio tarios del «explica» Pérez, todo mientras el protagonista come. un arte en lo de dar nuevas ver­ también el que levantó el ya ci­ destino a miembros de su fami­ Bilbao, el 15 de octubre de Se habla entonces de la inciden­ siones a una misma película. tado Cine Olimpia, el primer lia y amigos que los interpreta­ 1953. cia de la guerra civil en la Villa. rían ante su inquieta cámara. Y mientras se rodaba esta pe­ Por cierto, ¿algún lector me po­ templo cinematográfico estable Bilbao «en sombras» día facilitar datos sobre Pérez, del país que permaneció orgu* Diez filmes en blanco y negro y lícula, en las pantallas de estre­ el «explica»? Se lo agradeceré. liosamente erguido durante color se rodaron de esta mane­ Con un espíritu semejante al no se anunciaba «Las inquietu­ Pero a lo que vamos: cuarenta y un años. ra, apreciándose en ellos la in­ de Bastida, se inició en el cine des de Shanti Andía» que Artu­ Bastida se sintió atraído por teligencia de su creador, que Lorenzo Llobet Gracia (Saba­ ro Ruiz Castillo había hecho Ricardo Bastida, la fotografía cuando estudiaba unió a su gr^n capacidad como dell, 1912). Organizó grupos de basándose en el libro de Pío arquitecto y cineasta en . No sólo impre­ realizador, auténtico ingenio a aficionados y creó la entidad Baroja. El reparto era de lo Ricardo Bastida fue uno de sionaba placas, sino que las re­ la hora de supHr las evidentes «Amigos del Cinema», que tu­ más atractivo, ya que j unto a los los arquitectos bilbainos más velaba en su domicilio. Incluso carencias técnicas. Fue, como vo cierta importancia en la Ca­ protagonistas, Jorge Mistral y la notables. Un hombre realmente diapositivas. En 1920 se pasó al digo, un notabilísimo arquitecto taluña de antes de la guerra, encantadora Josita Hernán, fi­ extraordinario. A él debemos cine y comenzó filmando pelí­ y un destacado realizador época en la que Llobet filmó guraban Fernán Gómez, Nati los proyectos de los antiguos la­ culas de carácter etnográfico y «amateur». Nació en el número varias películas en plan aficio­ Mistral, Femando Sancho y los vaderos públicos de las calles familiar en dieciséis milímetros. 2 de Artecalle el 15 de agosto nado. Tras el conflicto bélico, en mismísimos hermanos Baroja, San Mamés y Castaños, y él fue Más tarde escribió guiones con de 1879 y murió, también en 1947, hizo el largometraje «Vi- don Pío y don Ricardo.

en el bilbao del siglo XIX La Naja, 1: cuna de las Síervas de Jesús Eugenio Rodríguez puzcoana Joaquina de Galarra- la casa n® 23 de la calle de La cepción, situado fuera del cas­ huerto y que sólo ocupaba la Condado ga y Echeberria, con las que es­ Ronda. Aquí organizaron su co urbano de la Villa, en el alto jrimera planta, acogió a las taban apalabradas para a em­ vida de piedad y apostolado, de Vista Alegre de la vecina lermanas en las otras dos su­ presa de caridad que se propo­ como la habían anhelado: po­ Anteiglesia de . Las periores. Y allá se trasladaron u e s u fundadora una nían. Acomodadas como pu­ breza, vivían de limosna; cari­ cinco compartían una habita­ en los primeros meses de 1878. animosa joven vitoria- dieron en la buhardilla de la dad, la demanda de asistencia ción, durmiendo sobre el santo Eran diez, que pronto se multi­ na, María Josefa San­ casa n® 8 de la calle de la Espe­ de enfermos aumentaba cada suelo, y una alimentación esca­ plicarían. cho y Guerra, que ranza, se entregaron de lleno a día; intensa vida espiritual, que sísima a causa del estrecho cer­ En esta casa, que posterior­ arribó a la Villa el día 24 dela tareaju­ que las había reunido sustentaban con una continua co a que estaba sometida la po­ mente sufriría notables trans­ lio de 1871. La acompañabanen Bilbao, la de la asistencia a oración, frecuencia de sacra­ blación. Así y todo, ellas, deci­ formaciones en razón del en­ otras dos jóvenes, tan animosasenfermos, ancianos y niños de­ mentos en la parroquia más didas e intrépidas, sorteando sanche de la Villa, y que sería como ella y unidas en el mismo samparados. próxima y el mismo ejercicio mil peligros, no dejaron de ba­ ampliada en función del impa­ F La obra que habían soñado de la caridad fraterna. jar a la Villa para asistir a los rable aumento de la Comuni­ propósito de servir a Dios en os pobres y enfermos, la bur­ aquellos dos beneméritos bil­ Así las cosas, estalló la terce­ numerosos enfermos y mori­ dad, se recibió, fechada en Ro­ galesa Florencia de Miguel y bainos que las acogieron, doii" ra guerra civil. La villa de Bil­ bundos que solicitaban su asis­ ma el 8 de enero de 1886, la Mansilla y la abulense Juana Mariano y don Vicente, para su bao la sintió muy en sus carnes, tencia. más grata noticia que las her­ Bautista y Dávila. Traían dos querida villa en crecimiento y, cuando en diciembre de 1873 Terminada la guerra, y con la manas estaban esperando, la cartas de recomendación, una a rachas, asolada por enferme­ quedó sitiada por el ejército aprobación del obispo -Bilbao de la aprobación pontificia del ara el abogado bilbaino don dades, tan corrientes en aquel del pretendiente, Carlos VII. entonces dependía ae Vitoria-, Instituto, con lo que quedaba ícente Martínez y Bolibar, tiempo, como el tifus, la virue­ En marzo de 1874 arreció el comenzaron a recibir jóvenes definitivamente establecida en hombre de mucha ilustración y la, la disentería, la tuberculosis bom bardeo a que estaba som e­ aspirantes en el pisito de La la Iglesia la Congregación de ^de amplias relaciones, y la otra y el cólera, pero quizá agrava­ tida la Villa y una de las bom­ Ronda, que vino a resultar in­ las Siervas de Jesús de la Cari­ para el buen párroco de San das en Bilbao por su condición bas cayó en el piso de La Ron­ suficiente para la Comunidad dad. Antón, don Mariano José de portuaria, la veían ahora hecha da ocupado por la pequeña en aumento. Había que buscar Desde entonces, para las Ibargüengoitia y Zuloaga, pro­ realidad. Comunidad sin que, por fortu­ una nueva vivienda. La encon­ Siervas de Jesús, hállense don­ motor de numerosas obras so­ Un año estuvieron en la na, hubiese víctimas persona­ traron al otro lado de la Ría, en de se hallen -y son más de ciales y de piedad en la Villa. buhardilla de la Esperanza les. Don M ariano juzgó conve­ el paraje llamado de La Naja, 1.100 en el mundo, distribuidas Pronto, a las tres primeras, se aquellas jóvenes, hasta que en niente un cambio a lugar más unto al viejo Convento de la en 76 casas-, su punto de refe­ les juntaron otras dos compa­ u io de 1872 pasaron a una ha­ seguro y las hermanas se refu­ Vlerced. Una piadosa señora, rencia es Bilbao, y en Bilbao la ñeras, la elorriana Mercedes de bitación más apropiada para la giaron en la casa de la deman­ doña Teresa ae Abarrategui, Casa de La Naja n® 1, a la que Eguren y Armendariz y la gui- vida en comunidad, un piso en dadera del convento de la Con­ propietaria de una casa con llaman «MAD k E».

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