Mecanismo Socio Ambiental Diquis
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MECANISMO SOCIO AMBIENTAL DIQUIS (MESADI) EN EL MARCO DEL COMPONENTE DE MECANISMOS DE COMPENSACIÓN PARA CENTROAMÉRICA Y REPÚBLICA DOMINICANA Preparado por: Sud-Austral Consulting Para: Programa Reducción de Emisiones de la Deforestación y Degradación de Bosques en Centroamérica y República Dominicana (REDD – CCAD/GIZ) Enero de 2015 Esta publicación expone los principales elementos de base y el diseño inicial propuesto para la implementación de un Mecanismo Socio Ambiental en Costa Rica, en el marco de las actividades del Programa Regional de Reducción de Emisiones de la Degradación y Deforestación de Bosques en Centroamérica y República Dominicana (REDD/CCAD-GIZ). Componente II de Mecanismos de Compensación del Programa. Publicado por Programa Regional REDD/CCAD-GIZ Oficina Registrada Apartado Postal 755 Bulevar, Orden de Malta, Edificio GIZ, Urbanización Santa Elena, Antiguo Cuscatlán, La Libertad. El Salvador, C.A. E [email protected] I www.reddccadgiz.org Responsable Carlos Roberto Pérez, Especialista Sectorial. Programa REDD/CCAD-GIZ [email protected] Autores Patricio Emanuelli Avilés - Consultor. Programa REDD/CCAD-GIZ [Sud-Austral Consulting SpA] Juan Andrés Torrealba Munizaga - Consultor. Programa REDD/CCAD-GIZ [Sud-Austral Consulting SpA] Fabián Milla Araneda - Consultor. Programa REDD/CCAD-GIZ [Sud-Austral Consulting SpA] Carlos Roberto Pérez, Especialista Sectorial. Programa REDD/CCAD-GIZ Sonia Lobo – SINAC Gil Ruiz - SINAC Patricia Ruiz – Biomarcc Enlace Equipo Técnico Regional de Mecanismos de Compensación Sonia Lobo – SINAC Diseño Gráfico Alfonso Quiroz H. - Consultor. Programa REDD/CCAD-GIZ [Sud-Austral Consulting SpA] Diciembre 2014 Componente: Mecanismos de Compensación Área Temática: Mecanismos Nacionales de Compensación País: Costa Rica MECANISMO SOCIOAMBIENTAL DEL DIQUÍS – COSTA RICA 2 I. INTRODUCCIÓN La Agencia Alemana para la Cooperación Internacional (GIZ) es una entidad internacional de propiedad del Gobierno Federal Alemán, que opera en muchos campos, a través de más de 130 países. Específicamente en Centroamérica se encuentra realizando actividades desde hace más de 30 años, con presencia en Costa Rica, República Dominicana, El Salvador, Guatemala, Haití, Honduras, Nicaragua. Estas, actividades comprenden los más diversos ámbitos como desarrollo social, desarrollo económico y empleo, infraestructura sostenible, medio ambiente y cambio climático, entre otros. Asimismo, GIZ apoya el Programa Regional REDD, que funciona bajo la dirección de la Comisión Centroamericana de Ambiente y Desarrollo (CCAD), órgano ambiental del Sistema de Integración Centroamericano (SICA), en sus ocho países miembros: Belice, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Panamá y República Dominicana. A nivel de cada nación el Programa apoya el diálogo intersectorial y el desarrollo de estrategias de REDD+1 e implementación de instrumentos de compensación, que deben ser adaptados a la situación específica del país, así como a las necesidades propias de las comunidades indígenas y comunidades locales de pequeños productores, considerando el enfoque de género y el desarrollo sostenible del medio rural. A nivel regional, apoya los procesos entre los países para desarrollar posiciones y enfoques conjuntos para REDD+, y mantener controlado el traslado de la deforestación (fuga) dentro de los países y entre ellos. El Programa apunta a ir más allá de REDD+, y contempla la gestión integral de los recursos naturales de estos países con el objetivo de la aplicación efectiva de mecanismos de compensación sostenibles para reducir las emisiones de CO2, donde las emisiones derivadas de la deforestación y la degradación forestal corresponden a una parte de los mecanismos y acciones posibles de desarrollar en el Sector de Agricultura, Silvicultura, y Otros Usos de la Tierra (Sector AFOLU) definido por el Panel Intergubernamental de Expertos en Cambio Climático (IPCC) en su Guía de Buenas Prácticas del año 2006. Como Mecanismo de Compensación en Costa Rica, se propone un sistema que sea capaz de contrarrestar el deterioro por la degradación y deforestación de la zona de influencia de la zona del Humedal de Terraba Sierpe. Este sistema será financiado por la compensación de empresas del sector, con actividades que tendrán impacto a nivel local a diferencia de otras compensaciones que tienen efectos en otras partes del país. 1 REDD+ va más allá de la reducción de emisiones por la deforestación y la degradación de los bosques e incluye el papel de la conservación, manejo sostenible de bosques y mejora de las reservas de carbono forestal. MECANISMO SOCIOAMBIENTAL DEL DIQUÍS – COSTA RICA 3 II. HUMEDALES DE COSTA RICA Los ecosistemas aportan una gran cantidad de servicios y bienes a través de lo que se denomina funciones ambientales. Entre ellas destacan la capacidad de proveer recursos y asimilar desechos. Con respecto al suelo se debe considerar la capacidad de la tierra para producir, ya sea desde el punto de vista agrícola, pecuario o forestal, en los que la sustentabilidad de los procesos de desarrollo exige que la utilización de los recursos naturales renovables no exceda la capacidad de renovación, que se respete la capacidad de carga de los sistemas naturales y que los beneficios de su explotación permitan generar alternativas que prevean su agotamiento. En términos generales los ecosistemas forestales nos proveen de bienes y servicios ambientales muy importantes para el desarrollo económico. Nos proveen de materias primas para diversos sectores productivos y en los últimos años se han reconocido algunos de los servicios ambientales que nos brindan, por ejemplo, la captación de carbono, la conservación del suelo, la biodiversidad y los recursos hídricos, entre otros. Aproximadamente el 40% de la población mundial vive en un radio de cien kilómetros de la línea costera, área que representa únicamente el 20% de la superficie terrestre del planeta (Peña, 2007). Los ecosistemas costeros son muy eficientes en el secuestro y almacenamiento de carbono, cada milla cuadrada de estos sistemas puede remover carbono de la atmósfera y océanos a un nivel más alto que cada milla cuadrada de bosques tropicales maduros. Algunos ecosistemas costeros son capaces de almacenar 5 veces más carbono que muchos bosques templados y tropicales (Conservation International, 2011) o tienen un potencial de mitigación que va de los 300 a 900 Mt CO2e anuales, lo que equivale entre un 7 – 20% de las emisiones de la deforestación y degradación forestal global (Climate Focus, 2011). A pesar de los altos niveles de absorción y almacenamiento de carbono que poseen estos ecosistemas costeros, éstos juntos cubren un área relativamente pequeña, entre 49 Mha y 82 Mha (Murray et al., 2011), lo que equivale a un 1 o 2% del total de ecosistemas forestales (Climate Focus, 2011) o menos del 0,5% del fondo marino (Nellmann et al., 2009). A diferencia de los bosques terrestres en que un gran porcentaje de carbono se encuentra en la biomasa sobre el suelo en los hábitat costeros la mayor reserva de carbono se encuentra en el suelo (Climate Focus, 2011; Herr et al., 2012). Estos ecosistemas están siendo degradados y destruidos rápidamente a lo largo de las costas del planeta, lo que resulta en significantes emisiones globales de CO2 en la atmósfera y en el océano, contribuyendo al cambio climático (Herr et al., 2012). Entre el periodo 1980-2000, los manglares experimentaron una pérdida anual de entre 0,7% y 2,1% por año (Murray et al., 2011). Durante ese mismo periodo se taló el 35% de los bosques de manglares del mundo. Gran parte de la degradación de estos ecosistemas se debe no sólo a prácticas no sostenibles de uso de los recursos naturales, sino también a deficiencias en la ordenación de las cuencas hidrográficas, las prácticas de desarrollo costero y la gestión de los desechos (Nellmann et al., 2009). Peña (2007) señala que los humedales poseen un gran valor ambiental, económico, social, cultural, científico y recreativo, razón por la cual su protección como bien jurídico, es fundamental para la sociedad, ya que su destrucción, menoscabo o pérdida, ocasiona grandes perjuicios a la humanidad. Debido a su relevancia, han sido objeto de regulación y protección tanto por parte del Derecho Internacional, como del interno, con el fin de equilibrar sus beneficios con las necesidades actuales de desarrollo y las de las generaciones venideras. El interés por la protección de este tipo de ecosistemas se da a partir de la segunda mitad del siglo XX, y culminó con la adopción por parte de 18 países, el 02 de febrero de 1971, de la Convención Relativa a los Humedales de Importancia Internacional Especialmente como Hábitat de Aves Acuáticas, mejor conocida como Convención Ramsar, la cual entró en vigor el 21 de diciembre de 1975. Los humedales son unidades ecológicas sumamente frágiles, que llevan a cabo una gran cantidad de procesos naturales de importancia para la humanidad y para el propio sistema ecológico, constituyen un importante sitio de alimentación, refugio y reproducción para una gran variedad de especies silvestres, por lo que reviste especial relevancia su protección y conservación. Costa Rica posee más de 350 sitios de humedales, los cuales cubren aproximadamente 350.000 hectáreas, lo cual representa el 7% del total del territorio nacional, y se contaba en 2007 con 11 sitios Ramsar (Peña, 2007). MECANISMO SOCIOAMBIENTAL DEL DIQUÍS – COSTA RICA 4 Debido a lo irregular de la topografía, más del 90% de los humedales se encuentran a menos de 500 metros de altitud,