MECANISMO SOCIO AMBIENTAL DIQUIS

(MESADI)

EN EL MARCO DEL COMPONENTE DE MECANISMOS DE COMPENSACIÓN PARA CENTROAMÉRICA Y REPÚBLICA DOMINICANA

Preparado por: Sud-Austral Consulting Para: Programa Reducción de Emisiones de la Deforestación y Degradación de Bosques en Centroamérica y República Dominicana (REDD – CCAD/GIZ)

Enero de 2015 Esta publicación expone los principales elementos de base y el diseño inicial propuesto para la implementación de un Mecanismo Socio Ambiental en , en el marco de las actividades del Programa Regional de Reducción de Emisiones de la Degradación y Deforestación de Bosques en Centroamérica y República Dominicana (REDD/CCAD-GIZ). Componente II de Mecanismos de Compensación del Programa.

Publicado por

Programa Regional REDD/CCAD-GIZ

Oficina Registrada Apartado Postal 755 Bulevar, Orden de Malta, Edificio GIZ, Urbanización Santa Elena, Antiguo Cuscatlán, La Libertad. El Salvador, C.A. E [email protected] I www.reddccadgiz.org

Responsable

Carlos Roberto Pérez, Especialista Sectorial. Programa REDD/CCAD-GIZ [email protected]

Autores Patricio Emanuelli Avilés - Consultor. Programa REDD/CCAD-GIZ [Sud-Austral Consulting SpA] Juan Andrés Torrealba Munizaga - Consultor. Programa REDD/CCAD-GIZ [Sud-Austral Consulting SpA] Fabián Milla Araneda - Consultor. Programa REDD/CCAD-GIZ [Sud-Austral Consulting SpA] Carlos Roberto Pérez, Especialista Sectorial. Programa REDD/CCAD-GIZ Sonia Lobo – SINAC Gil Ruiz - SINAC Patricia Ruiz – Biomarcc

Enlace Equipo Técnico Regional de Mecanismos de Compensación Sonia Lobo – SINAC

Diseño Gráfico Alfonso Quiroz H. - Consultor. Programa REDD/CCAD-GIZ [Sud-Austral Consulting SpA]

Diciembre 2014 Componente: Mecanismos de Compensación Área Temática: Mecanismos Nacionales de Compensación País: Costa Rica

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I. INTRODUCCIÓN

La Agencia Alemana para la Cooperación Internacional (GIZ) es una entidad internacional de propiedad del Gobierno Federal Alemán, que opera en muchos campos, a través de más de 130 países. Específicamente en Centroamérica se encuentra realizando actividades desde hace más de 30 años, con presencia en Costa Rica, República Dominicana, El Salvador, Guatemala, Haití, Honduras, Nicaragua. Estas, actividades comprenden los más diversos ámbitos como desarrollo social, desarrollo económico y empleo, infraestructura sostenible, medio ambiente y cambio climático, entre otros.

Asimismo, GIZ apoya el Programa Regional REDD, que funciona bajo la dirección de la Comisión Centroamericana de Ambiente y Desarrollo (CCAD), órgano ambiental del Sistema de Integración Centroamericano (SICA), en sus ocho países miembros: Belice, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Panamá y República Dominicana. A nivel de cada nación el Programa apoya el diálogo intersectorial y el desarrollo de estrategias de REDD+1 e implementación de instrumentos de compensación, que deben ser adaptados a la situación específica del país, así como a las necesidades propias de las comunidades indígenas y comunidades locales de pequeños productores, considerando el enfoque de género y el desarrollo sostenible del medio rural. A nivel regional, apoya los procesos entre los países para desarrollar posiciones y enfoques conjuntos para REDD+, y mantener controlado el traslado de la deforestación (fuga) dentro de los países y entre ellos.

El Programa apunta a ir más allá de REDD+, y contempla la gestión integral de los recursos naturales de estos países con el objetivo de la aplicación efectiva de mecanismos de compensación sostenibles para reducir las emisiones de CO2, donde las emisiones derivadas de la deforestación y la degradación forestal corresponden a una parte de los mecanismos y acciones posibles de desarrollar en el Sector de Agricultura, Silvicultura, y Otros Usos de la Tierra (Sector AFOLU) definido por el Panel Intergubernamental de Expertos en Cambio Climático (IPCC) en su Guía de Buenas Prácticas del año 2006.

Como Mecanismo de Compensación en Costa Rica, se propone un sistema que sea capaz de contrarrestar el deterioro por la degradación y deforestación de la zona de influencia de la zona del Humedal de Terraba . Este sistema será financiado por la compensación de empresas del sector, con actividades que tendrán impacto a nivel local a diferencia de otras compensaciones que tienen efectos en otras partes del país.

1 REDD+ va más allá de la reducción de emisiones por la deforestación y la degradación de los bosques e incluye el papel de la conservación, manejo sostenible de bosques y mejora de las reservas de carbono forestal.

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II. HUMEDALES DE COSTA RICA

Los ecosistemas aportan una gran cantidad de servicios y bienes a través de lo que se denomina funciones ambientales. Entre ellas destacan la capacidad de proveer recursos y asimilar desechos. Con respecto al suelo se debe considerar la capacidad de la tierra para producir, ya sea desde el punto de vista agrícola, pecuario o forestal, en los que la sustentabilidad de los procesos de desarrollo exige que la utilización de los recursos naturales renovables no exceda la capacidad de renovación, que se respete la capacidad de carga de los sistemas naturales y que los beneficios de su explotación permitan generar alternativas que prevean su agotamiento.

En términos generales los ecosistemas forestales nos proveen de bienes y servicios ambientales muy importantes para el desarrollo económico. Nos proveen de materias primas para diversos sectores productivos y en los últimos años se han reconocido algunos de los servicios ambientales que nos brindan, por ejemplo, la captación de carbono, la conservación del suelo, la biodiversidad y los recursos hídricos, entre otros.

Aproximadamente el 40% de la población mundial vive en un radio de cien kilómetros de la línea costera, área que representa únicamente el 20% de la superficie terrestre del planeta (Peña, 2007).

Los ecosistemas costeros son muy eficientes en el secuestro y almacenamiento de carbono, cada milla cuadrada de estos sistemas puede remover carbono de la atmósfera y océanos a un nivel más alto que cada milla cuadrada de bosques tropicales maduros. Algunos ecosistemas costeros son capaces de almacenar 5 veces más carbono que muchos bosques templados y tropicales (Conservation International, 2011) o tienen un potencial de mitigación que va de los 300 a 900 Mt CO2e anuales, lo que equivale entre un 7 – 20% de las emisiones de la deforestación y degradación forestal global (Climate Focus, 2011).

A pesar de los altos niveles de absorción y almacenamiento de carbono que poseen estos ecosistemas costeros, éstos juntos cubren un área relativamente pequeña, entre 49 Mha y 82 Mha (Murray et al., 2011), lo que equivale a un 1 o 2% del total de ecosistemas forestales (Climate Focus, 2011) o menos del 0,5% del fondo marino (Nellmann et al., 2009). A diferencia de los bosques terrestres en que un gran porcentaje de carbono se encuentra en la biomasa sobre el suelo en los hábitat costeros la mayor reserva de carbono se encuentra en el suelo (Climate Focus, 2011; Herr et al., 2012).

Estos ecosistemas están siendo degradados y destruidos rápidamente a lo largo de las costas del planeta, lo que resulta en significantes emisiones globales de CO2 en la atmósfera y en el océano, contribuyendo al cambio climático (Herr et al., 2012). Entre el periodo 1980-2000, los manglares experimentaron una pérdida anual de entre 0,7% y 2,1% por año (Murray et al., 2011). Durante ese mismo periodo se taló el 35% de los bosques de manglares del mundo. Gran parte de la degradación de estos ecosistemas se debe no sólo a prácticas no sostenibles de uso de los recursos naturales, sino también a deficiencias en la ordenación de las cuencas hidrográficas, las prácticas de desarrollo costero y la gestión de los desechos (Nellmann et al., 2009).

Peña (2007) señala que los humedales poseen un gran valor ambiental, económico, social, cultural, científico y recreativo, razón por la cual su protección como bien jurídico, es fundamental para la sociedad, ya que su destrucción, menoscabo o pérdida, ocasiona grandes perjuicios a la humanidad. Debido a su relevancia, han sido objeto de regulación y protección tanto por parte del Derecho Internacional, como del interno, con el fin de equilibrar sus beneficios con las necesidades actuales de desarrollo y las de las generaciones venideras. El interés por la protección de este tipo de ecosistemas se da a partir de la segunda mitad del siglo XX, y culminó con la adopción por parte de 18 países, el 02 de febrero de 1971, de la Convención Relativa a los Humedales de Importancia Internacional Especialmente como Hábitat de Aves Acuáticas, mejor conocida como Convención Ramsar, la cual entró en vigor el 21 de diciembre de 1975.

Los humedales son unidades ecológicas sumamente frágiles, que llevan a cabo una gran cantidad de procesos naturales de importancia para la humanidad y para el propio sistema ecológico, constituyen un importante sitio de alimentación, refugio y reproducción para una gran variedad de especies silvestres, por lo que reviste especial relevancia su protección y conservación. Costa Rica posee más de 350 sitios de humedales, los cuales cubren aproximadamente 350.000 hectáreas, lo cual representa el 7% del total del territorio nacional, y se contaba en 2007 con 11 sitios Ramsar (Peña, 2007).

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Debido a lo irregular de la topografía, más del 90% de los humedales se encuentran a menos de 500 metros de altitud, concentrándose entonces su ubicación en las planicies costeras y las llanuras de la zona norte del país. Todos los tipos de humedales tropicales conocidos se encuentran presentes en el territorio costarricense. En las partes montañosas, lagos de origen glacial, y en las laderas de las cordilleras se encuentran pequeñas lagunas y turberas, algunas de ellas ocupando antiguos cráteres volcánicos. También se haya extensos bosques anegados, así como pantanos de palmas los cuales se localizan en las planicies costeras. Se ubican además, humedales con dependencia hidrológica de la descarga de ríos, así como aquellos que dependen de forma exclusiva de la lluvia. Corales y pastos marinos se ubican tanto en la costa pacífica como la caribeña formando pequeños arrecifes, los cuales actualmente enfrentan problemas debido a la sedimentación. Los manglares concentrados en su mayoría en la costa pacífica, cubren al menos 40.000 hectáreas, mientras que en la zona norte se concentran más de 65.000 hectáreas de pantanos herbáceos, lo cuales son utilizados por miles de aves acuáticas, residentes y migratorias (http://archive.ramsar.org/cda/ramsar/display/main/main.jsp?zn=ramsar&cp=1-31-116- 162^21185_4000_0__#1)

Los manglares son ecosistemas de zonas litorales tropicales y subtropicales, localizados en la franja intermareal de las áreas protegidas por la acción directa del oleaje. Se caracterizan por poseer suelos planos y fangosos, inundados por las mareas. En ellos habitan especies de árboles, arbustos y otras plantas adaptadas a estas condiciones de anegamiento y sobre todo a altos niveles de salinidad (Mainardi, 1990; Pizarro et al., 2004). Relacionan al hombre y a las especies de árboles y arbustos de mangles con otras plantas y animales que allí habitan permanentemente o en algunas fases de su vida, son modelados por la influencia del clima, aguas, los suelos y otros componentes del ambiente, por sus funciones se les ha considerado como insubstituibles (Sánchez-Páez et al., 2000). Son de los ecosistemas más productivos y biodiversos del mundo (Day et al., 1989).

Estos sitios juegan un papel importante en el ciclo de vida de infinidad de especies de aves, peces, crustáceos, moluscos y otros organismos (Jiménez, 1994). Por ejemplo Laffoley y Grimsditch (2009) mencionan que las raíces de los manglares estabilizan los suelos y reducen la erosión y contaminación en las costas, y así permiten la existencia de los arrecifes de coral.

Los manglares tropicales proveen una gran diversidad de servicios ecosistémicos, incluyendo el ciclaje de nutrimentos, la captura de sedimentos, filtración de toxinas, hábitat para multitud de especies y protección de las costas ante el embate del oleaje, huracanes y marejadas (Jiménez, 1994; Danielsen et al., 2005; Alongi, 2008; Ellison, 2008; Lafolley y Grimsditch, 2009). Además, los manglares representan una fuente económica importante para las comunidades aledañas, que dependen de la pesca artesanal y de la extracción de madera y otros productos no maderables para su subsistencia (Bossi y Cintrón, 1990).

En cuanto a los servicios ambientales, funcionan como una línea protectora ante la erosión del oleaje y los huracanes (Lafolley y Grimsditch, 2009). Además debido a las características del ecosistema tienen la capacidad de producir biomasa en altos niveles y de acumular grandes cantidades de carbono en el suelo (Donato et al., 2011; Bouillon, 2011).

Los ecosistemas de manglar se distribuyen en una banda tropical y subtropical; en el continente americano se encuentran en la mayoría de los países de América Latina y el Caribe. En el Hemisferio Sur se distribuyen, en el Pacífico, hasta los 3°30’S en el Estuario del Río Tumbes en Perú y en el Atlántico hasta los 28°30’S, en la región de Laguna en Brasil. En el Hemisferio Norte llegan hasta los 29°17´N en Baja California en el Pacífico y en el Atlántico hasta los 32°N en las Bermudas (Yánez-Arancibia y Lara-Domínguez, 1999).

Costa Rica cuenta con 589.000 km2 de mar territorial, con una longitud de costa de 210 kilómetros en el Caribe y 1.106 kilómetros en el Pacífico, la población de la línea costera representa el 5% del total de habitantes del país (Peña, 2007).

Según FAO (2005), en Costa Rica, el mangle se encuentra en los dos litorales, del Pacífico y del Caribe. El litoral del Pacífico es aproximadamente cinco veces más largo que el litoral del Caribe por su estructura compleja formada por encierres, estuarios y golfos. Sus bosques de manglares representan aproximadamente

MECANISMO SOCIOAMBIENTAL DEL DIQUÍS – COSTA RICA 5 el 99 por ciento de toda el área de manglares de Costa Rica. Importantes áreas de manglares se encuentran en el Golfo de Nicoya, en la zona protegida de Tivives y en el Humedal Nacional de Térraba-Sierpe en el sur del país, que es la extensión de manglares más grande de Costa Rica. En el litoral Atlántico, algunos grupos de manglares se encuentran en el noroeste (río Chirripó) y al norte de Limón. En el norte los manglares no se han desarrollado mucho ya que su cubierta solo llega hasta 20 m de altura debido a las precipitaciones poco frecuentes y la larga temporada seca (diciembre hasta abril). En el sur del Golfo de Nicoya existe una zona de transición en la que los bosques más diversificados y más desarrollados con árboles que llegan hasta los 45 m debido a las precipitaciones más frecuentes y a una temporada seca más corta (menos de tres meses). Rhizophora sp. es la especie más común en este país junto con otras especies pertinentes como: Avicennia bicolor, Laguncularia racemosa y Pelliciera rhizophorae

Figura. Mapa con la distribución geográfica de los manglares en Costa Rica.

En Costa Rica los manglares se distribuyen a lo largo de la costa Pacífica desde Puerto Soley, frontera con Nicaragua hasta la desembocadura del Río Coto Colorado en el Pacifico Sur (Pizarro y Angulo,1994). Las principales formaciones de bosques de manglar en el Pacífico se ubican en Puerto Soley, Tamarindo, Golfo de Nicoya, Estero Damas, Térraba-Sierpe, Rincón, Río Coto Colorado. En la costa del Caribe el área de manglar más extensa apenas alcanza 12.5 ha, ubicados en el Refugio Nacional de Vida Silvestre Gandoca – Manzanillo, (Cortés et al., 2000).También se encuentran reductos en Wesfalia, Moín y Tortuguero.

En el caso del manglar ubicado en el Refugio Nacional de Vida Silvestre Gandoca – Manzanillo, su área se ha incrementado de 4.1 hectáreas en 1976 a 12.5 hectáreas en 1999. La vegetación nuclear se compone de R. mangle, R. racemosa, A. germinans, y L. racemosa. Es en este manglar donde se encuentra el único banco natural del ostión de mangle del Caribe costarricense (Crassostrea rhizophorae), también se encuentran otros organismos como cangrejos, moluscos y algunas aves. La población humana residente en el refugio no corta madera ni caza animales en el área de manglar, aunque en algunas ocasiones se extrae madera muerta para utilizarla como leña (Cortés et al., 2000).

Las formaciones de manglar en la Costa Pacífica varían en respuesta a las condiciones climáticas y del suelo. Para efectos de una división de los manglares de acuerdo al clima, se emplea la regionalización del Instituto Meteorológico Nacional utilizada para esta costa: Pacifico Sur, desde la frontera sur hasta Dominical, comprende los manglares de Térraba- Sierpe, y Golfo Dulce; Pacífico Central, incluye todas las formaciones de manglar desde Playa Dominical hasta el sur de Tivives, las formaciones de mayor extensión son los manglares de , Estero Damas, Palo Seco, Tárcoles y Guacalillo; Pacífico Norte, desde el sur de los manglares de Tivives hasta la frontera Norte del país, se encuentran formaciones importantes como Tivives, manglares del Golfo de Nicoya, Tamarindo y Puerto Soley (Pizarro et al., 2004).

La dinámica de los ecosistemas de manglar es compleja, se pueden encontrar en rodales puros o mezclados, su distribución depende de las condiciones del suelo, flujo de mareas y salinidad, entre otros, es normal encontrar parches de una sola especie de mangle y zonas de mezcla en su alrededor. En los bosques altos con un dosel cerrado es muy limitada la posibilidad de que nuevas plantas crezcan, y su desarrollo está determinado por la formación de claros de luz producidos por la caída de los árboles, por causas naturales o corta de los mismos. Cuando se producen estos claros las especies del género Rhizophora y Avicennia los colonizan rápidamente debido a su capacidad de producir gran cantidad de propágulos, la competencia por luz y espacio produce la muerte progresiva de las plántulas y solo unas cuantas llegan a ser árboles maduros.

En la costa Pacífica del país, las especies colonizadoras de nuevas formaciones de suelo, principalmente en la parte interna de los meandros, son por lo general Rhizophora mangle y Laguncularia racemosa, estas dos especies son las grandes atrapadoras de los nuevos sedimentos, detrás de estas especies se ubican Rhizhophora racemosa, Pelliciera rhizophorae y en la parte más interna, Avicennia bicolor y Avicennia germinans, esta distribución no siempre es igual en todas las áreas de manglar.

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La producción de semillas en las especies del género Avicennia y Laguncularia es estacional, lo mismo que la producción de propágulos de R. racemosa. También existe estacionalidad en la producción de propágulos en P. r hizophorae y R. mangle pero se pueden observar durante todo el año

Los manglares son uno de los ecosistemas más amenazados del mundo. Su existencia se encuentra aún en más peligro que la de los bosques tropicales y los arrecifes de coral (Valiela et al., 2001, Duke et al., 2007). La situación particular para Costa Rica no es distinta a la de otros manglares en el mundo, pues las principales actividades que amenazan a estos ecosistemas también son practicadas en el país. La tala para producción de madera, carbón y taninos se practicó en el pasado, y en algunas zonas costeras aún se realiza a nivel artesanal (Solórzano et al. 1991; Pizarro y Angulo, 1993; Bilio et al., 1999). La proliferación de salineras y estanques para camarones es otra causa importante de deterioro de los manglares del planeta (Solórzano et al., 1991; Jiménez, 2004), y en Costa Rica esta podría ser la causa principal de la reducción de los manglares del Pacífico Norte y Pacífico Central. El cambio del uso de la tierra, para construcción de puertos o la tala del bosque para convertirlo en pastizales y zonas agrícolas, o para hoteles y marinas, están causando daños irreversibles en estos ecosistemas costeros, entre otras cosas, debido al degradación en la calidad del agua (Jiménez, 2004). Se ha indicado que entre 1964-1989 hubo una reducción de un 27% de la cobertura de manglar en el Pacífico de Costa Rica (MIRENEM, 1993).

Según la legislación vigente, el manejo de los ecosistemas de manglar en Costa Rica se limita a tres actividades: investigación, turismo y capacitación, ninguna de estas actividades consumen productos del manglar ni deberían eliminar o reducir sus áreas, no obstante, la realidad es otra. Los pobladores del manglar o cercanos a estos, se dedican a la extracción de moluscos, peces y crustáceos, que en algunos casos se comercializan; la corta de los árboles para la producción leña o carbón se lleva acabo básicamente para el consumo familiar y comercialización local. También se produce la tala clandestina del manglar para la construcción de canales y estanques para la producción de sal, camarones y expansión de infraestructura asociada con el desarrollo del turismo. Se debe considerar una visión más amplia en el manejo de los manglares, y en vez de pensaren el área donde se ubica el mangle, es necesario comprender la red de relaciones internas y externas asociadas a estos ecosistemas (Pizarro et al., 2004).

La contaminación y el flujo de sedimentos son dos factores externos poco considerados por las autoridades encargadas del manejo de estas áreas; la situación del manejo se vuelve más compleja cuando el marco jurídico y administrativo no considera la realidad de pobreza social y económica de muchos de los pobladores de las comunidades asociadas a los manglares, que por generaciones han dependido de los recursos que éste les provee.

La única experiencia sobre manejo de bosques de manglar en el país se realizó en los manglares del delta Térraba-Sierpe en el sector Coronado, cuando la cooperativa Coopemangle formuló un plan de manejo para el aprovechamiento forestal del bosque de manglar, el gobierno aprobó una concesión de 200 ha para la extracción controlada de madera y corteza. De la madera se obtenía carbón, varas para la construcción de techos para casas o ranchos, postes para cercas y trozas para producción de calor en el secado de arroz en las plantas procesadoras de este grano. La corteza se vendía directamente a la planta procesadora de cuero en Golfito. Aunque este conjunto de actividades no generaba suficientes ingresos a los miembros de la cooperativa al menos les aseguraba un ingreso de subsistencia. Esta iniciativa fue apoyada por dos proyectos, uno de la Unión Mundial para la Naturaleza y el Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza (UICN-CATIE) y otro de la Universidad Nacional (UNA).Esta experiencia finaliza completamente con la aprobación de la ley forestal 7575, en 1996, donde se prohíbe la corta o el aprovechamiento de los bosques en los manglares. Las labores de la cooperativa en el manejo forestal del manglar cesaron cuando expiró su permiso de aprovechamiento de este recurso, aunque se realizaron acciones para su extensión no fue posible debido a la ley antes mencionada

En un país rodeado por océanos, Pacífico y Caribe, con más de 1300 km de costa, la supervivencia y el bienestar de los pobladores de la zona costera, de las pesquerías en general y de los y las costarricenses depende en gran parte de la estabilidad de los manglares. Estos han demostrado ser sitios altamente biodiversos, con características únicas y especiales e inigualables, en los cuales se realizan más de 10 distintas actividades productivas. Adicionalmente, por ser un ecosistema de transición mar-tierra se convierte también en una barrera que protege contra la erosión costera y del embate de fenómenos naturales como los

MECANISMO SOCIOAMBIENTAL DEL DIQUÍS – COSTA RICA 7 son los huracanes. Según el Banco Mundial y la Sociedad Internacional de los Ecosistemas de Manglar, las principales causas de la pérdida de los manglares son las actividades antropogénicas.

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III. HUMEDAL TERRABA SIERPE Y SU ÁREA DE INFLUENCIA

El Pacífico Sur de Costa Rica se extiende desde la frontera sur hasta Playa Dominical, la precipitación anual varía entre 3676 y 4256 mm, con una estación seca muy corta. En esta zona se encuentran los manglares del delta Térraba –Sierpe, y los de Golfo Dulce, donde destacan los de la desembocadura del Río Coto Colorado, Golfito y Rincón. En este sector se encuentran los manglares mejor desarrollados y las unidades boscosas de mayor extensión del país, el manglar Térraba-Sierpe, con una extensión de 17,736 ha, casi la mitad de los manglares de Costa Rica (Pizarro et al., 2004).

Los humedales de la cuenca baja de los ríos Sierpe y Térraba se ubican en una sección de la costa del Pacífico Sur de Costa Rica, que corresponde al denominado “Valle del Diquís”, formado por los sectores bajos de los ríos Térraba y Sierpe y sus afluentes; delimitados por la fila Costeña y la serranía de la Península de . Según la división político-administrativa de Costa Rica, están incluidos en el cantón de Osa y ocupan parte de los distritos de Cortés y Sierpe de la provincia de . Las coordenadas geográficas extremas para el área son: 8°45’00” y 9°05’00” latitud Norte y 83°45’00” y 83°15’00” longitud Oeste (Bravo et al., 1998).

Los manglares de Térraba fueron declarados Reserva Forestal en 1977 (Decreto Ejecutivo No. 7210-A, del 4 de Agosto de 1977) y la administración se otorgó a la Dirección General de Vida Silvestre (DGVS) entonces ubicada en el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG). Posteriormente en 1979, mediante Decreto Ejecutivo No. 10005-A, los bosques de manglar pasan a ser administrados por la Dirección General Forestal (DGF), también del MAG y se estipula que cualquier aprovechamiento o extracción de madera debe realizarse exclusivamente dentro de un “plan de manejo” aprobado por la DGF. En diciembre de 1994, mediante el Decreto Ejecutivo No. 22550-MIRENEM, se declaran humedales todas las áreas de manglar y, mediante Decreto Ejecutivo No. 22993-MIRENEM, se declara como “Humedal Nacional Térraba-Sierpe” (HNTS). Finalmente en 1995, el HNTS fue declarado Humedal de Importancia Internacional según la Convención RAMSAR (Cordero y Solano, 2000).

El Humedal de Térraba está conformado por un bosque de manglar, con una superficie aproximada de 14,637 hectáreas (Plan de Manejo año 2008). Tipificado como un humedal estuarino intermareal, asociado con un humedal palustrino boscoso. Su clasificación paisajística, está caracterizada por bosques inundados por la influencia de las mareas (Córdoba-Muñoz et al., 1998).

El Humedal de Sierpe ocupa 9,723 ha, se encuentra tierras adentro del Río Sierpe en su trayecto de llanura, por lo que se extiende por una zona pantanosa permanente que ha sido rellenada lentamente y que conforma un sistema lacustrino-palustrino muy extenso formando meandros.Con altitudes comprendidas entre los 0-5 msnm y una temperatura media de 26,7°C, el Humedal de Sierpe presenta tres zonas de vida: bosque muy húmedo premontano transición a basal, bosque húmedo tropical y bosque muy húmedo tropical (Pizarro et al. 2004).

El HNTS es administrado por el Área de Conservación Osa (ACOSA), pero su zona de influencia se extiende hasta los territorios administrados por el Área de Conservación La Amistad Pacífico (ACLAP). El Área de Conservación Osa (ACOSA) se ubica en la región sureste de Costa Rica. Su jurisdicción comprende los cantones de Osa (2.085,38 km2), Golfito (1,598.82 km2) y (620.60 km2), para un total de 4,304.80 km2, lo que representa un 8.6% del territorio nacional. En el ACOSA se encuentran 17 Áreas Silvestres Protegidas, que conjuntamente representa una tercera parte (33.8 %) del territorio terrestre de esta Área de Conservación; el HNTS es una de estas áreas protegidas.

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Figura. Ubicación del HNTS dentro del Área de Conservación Osa (Fuente: Oduber, 2008)

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Figura. Delimitación del HNTS (Fuente: http://www.sinac.go.cr) El área de influencia del HNTS está conformada por los cantones de Osa y . En Osa incluye los distritos de Sierpe, Puerto Cortés, Piedras Blancas y Palmar, en Buenos Aires comprende los distritos de Colinas, Boruca, Pilas, Potrero Grande y Changuena (Sánchez et al., 2013).

Figura. Límites del HNTS y zona de influencia (Fuente: Sánchez et al., 2013)

El manglar del HNTS era en la década pasada uno de los manglares menos alterados del país y de gran riqueza faunística. Los moluscos, peces y camarones representan el principal recurso para más de 500 personas que viven en el humedal (INEC, 2000) o dependen de alguna forma de este. Los usos tradicionales de aprovechamiento directo de los recursos forestales y fauna, aunque prohibidos por la ley, siempre se llevan a cabo en condición de ilegalidad en algunos casos y por ello quizá en menor escala. La tala del mangle para la extracción de leña y carbón con fines comerciales es casi nula; la colecta de moluscos es más activa y se comercializa sin mayores problemas. Esta fuente representa el medio de subsistencia de muchas familias que viven en el humedal.

Según FRIENDS OF THE OSA (2012), más de una decena de comunidades pequeñas, con pocas excepciones no superando las 50 personas cada una, se ubican dentro de los límites del HNTS (Boca Brava, Boca Chica, Boca Zacate, Boca Guarumal, Puerto Escondido, Chocuaco, Taboguita, El Porvenir). Las condiciones socioeconómicas de la población dentro del HNTS y en su zona de influencia, con cerca de 18 comunidades totalizando aproximadamente 12 mil habitantes, son bajas y hay una carencia de asistencia de otros entes públicos encargados de la atención educativa y de salud entre otros, agravando el impacto humano sobre estos ecosistemas.Dentro del HNTS se practican actividades agrícolas aisladas como cultivo de sandía, yuca, arroz, plátano, maíz y otros, así como la ganadería. La colecta de moluscos es activa y se comercializa

MECANISMO SOCIOAMBIENTAL DEL DIQUÍS – COSTA RICA 11 sin problemas, representando el medio de subsistencia de muchas familias residentes. Igualmente, la pesca es artesanal y comercial en el estuario y cerca de la línea costera. Existen otros centros de población en la periferia del HNTS cuya población es mayor (Guerra, Sábalo, Ajuntaderas, Sierpe, San Juan, Puerto Cortés, Progreso) cuya influencia es alta, dadas las actividades agrícolas extensivas propias de la zona (arroz, palma aceitera, ganadería principalmente). La población de estos centros poblados periféricos es de alrededor de 12.000 personas, siendo Ciudad Cortés el centro más poblado con alrededor de 7.000 habitantes.

Las condiciones imperantes provocan una degradación constante de los recursos boscosos y marino-costeros del humedal a través del desarrollo de actividades agrícolas y ganaderas extensivas las que, aunadas a la pesca ilegal, extracción de recursos intermareales, cacería en las áreas boscosas del humedal y deforestación, ponen en grave peligro la integridad y funcionalidad física y biológica de estos ecosistemas únicos y altamente productivos para la economía nacional. Igualmente, todas estas amenazas y actividades ponen en alto riesgo la muy importante conectividad biológica entre los ecosistemas de manglar del HNTS y las zonas boscosas importantes que conforman el Corredor Biológico Osa y la Reserva Forestal del Golfo Dulce.

El 18 de marzo de 2010 fue aprobado por unanimidad en el Consejo Regional del Área de Conservación de Osa (CORACOSA) el Plan de Manejo para el Humedal Nacional Térraba Sierpe (HNTS) mediante Acuerdo Nº 01 de la Sesión Ordinaria N° 02-2010. Un Plan de Manejo bien estructurado define la manera en que se va a trabajar con respecto a los conflictos ambientales relacionados con los usos de la tierra y permite ofrecer alternativas para que las comunidades en el área de influencia puedan desarrollar sus actividades productivas de una manera sostenible y responsable. Para un Área Silvestre Protegida (ASP), su plan de manejo es el equivalente a una ley o a un reglamento; de hecho, al crear un ASP se asume la obligación legal de crear el Plan de Manejo correspondiente (http://neotropica.org/article/acosa-aprobo-por-unanimidad-el-plan-de- manejo-para/).

Dado, además, que el Consejo Nacional de Áreas de Conservación, mediante Acuerdo Nº 06 de la Sesión Extraordinaria Nº 07-2010 del 30 de agosto del 2010 aprobó el Plan de Manejo del HNTS, el 16 de diciembre de 2013 fue publicado en La Gaceta Nº 242 el Resumen Ejecutivo del Plan General de Manejo del Área Silvestre Protegida “Humedal Nacional Térraba-Sierpe”, para efectos de su oficialización (http://www.gaceta.go.cr/pub/2013/12/16/COMP_16_12_2013.pdf). Un elemento de importancia en este Plan de Manejo vigente es que la zonificación usada para el cumplimiento de los objetivos del HNTS corresponde a una zonificación por condición y difiere de la tradicional (llamada zonificación por usos), en que zonifica la condición de conservación final en la que se espera que esté el recurso, una vez finalizado el Plan de Manejo, para el cual se ha establecido un horizonte de 10 años. Esta condición final es una limitante a su vez de los usos que se den en ella en términos de que determina los tipos de uso, sus intensidades y los controles institucionales que son compatibles o recomendados para la condición deseada.

Actualmente, los principales retos que enfrenta el HNTS están relacionados con el cambio de uso del suelo y actividades productivas como son el cultivo de la palma africana, piña y arroz las actividades turísticas intensivas, los proyectos inmobiliarios, la propuesta de creación de un Aeropuerto Internacional en la zona y el Proyecto Hidroeléctrico El Diquís.

3.1. Caracterización fisiográfica y climática

El HNTS se puede identificar como parte de la unidad física-geográfica de la cuenca del río Grande de Térraba. Los territorios ubicados dentro del humedal son parte de la cuenca baja del Grande de Térraba que para desembocar se abre en un abanico de 5 esteros mayores que popularmente se identifican como “bocas” - Zacate, Brava, Coronado, Guarumal, y Chica– las cuales son las principales zonas de extracción de pescado y piangüa, que son las principales actividades económicas que se desarrollan dentro del humedal. A estos esteros a su vez les caen esteros menores, entre ellos, El Rey, Chocuaco, Chocuaquito y Tripa de Pollo entre otros. A este grupo de desagües, se unen un conjunto de ríos, entre ellos, Claro, Tigre, Rincón, Esquinas, Corredores y Sierpe con sus numerosos esteros. A los anteriores cuerpos de agua se suma la Laguna Sierpe para conformar los humedales Térraba-Sierpe (Reyes et al., 2004).

MECANISMO SOCIOAMBIENTAL DEL DIQUÍS – COSTA RICA 12

Según MIDEPLAN (2003), la geomorfología del área en estudio es muy variada y se puede caracterizar por la composición de seis grandes unidades topográficas:

- Cordillera de Talamanca: Comprende las tierras altas al noroeste de la Región, con estructuras de plegamiento y fallas ocurridas en las eras del cretácico y terciario, destacándose los cerros Chirripó (3,820 m.s.n.m), Cerro Kámuk (3,554 m.s.n.m), Macizo de la Muerte (3,421 m.s.n.m), Cerro Amo (3,460 m.s.n.m), entre otros.

- Valle de El General y Valle de : Estos dos valles constituyen una sola unidad geomorfológica que se desarrolla entre la Cordillera de Talamanca y la Fila Costeña. Son básicamente una “gran fosa de hundimiento tectónico” de aproximadamente 110 km de largo y de 15 a 25 km de ancho, que abarca desde San Isidro de El General, en el noroeste, hasta y la Unión, en el sureste, en la línea fronteriza con Panamá. Esta área es recorrida por el Río General y el Río Coto Brus, ambos afluentes que conforman el Río Grande Térraba.

- Fila Costeña o Brunqueña: Es una cordillera paralela a la Cordillera de Talamanca, tiene el mismo origen y se encuentra muy cerca de la línea de costa del Océano Pacífico. Tiene elevaciones como las de los Cerros Anguciana (1707 msnm), Cedral (1070 msnm) y Palmital (1040 msnm).

- Valle de Diques y Valle de Coto Colorado: Se trata de una unidad formada por tierras bajas en las que alternan llanuras de transgresión marina peniplanizada, en donde el mar penetró y retrocedió una y otra vez, ubicadas en las inmediaciones de la Laguna de Corcovado y la parte sur de los cantones de Osa, Corredores y Golfito.

- Golfo Dulce y Península de Osa: Esta área se encuentra formada por estructuras volcánicas antiguas (período cretáceo y terciario), localizadas en la Península de Osa y Golfito, las cuales forman un arco alrededor del Golfo Dulce.

- Eje Dominical – Uvita y Ojochal: Es el área marino-costera comprendida entre el Océano Pacífico y la Cordillera Costeña; en esta área se ubica un corredor de playas y acantilados de gran belleza escénica que contrastan con las montañas, la vegetación y las aguas que bajan de la Fila Costeña.

La zona se caracteriza por tener sus variaciones climáticas, debido a aspectos tales como fisiografía, orientación orográfica y corrientes marinas y de aire. Predomina un clima tropical húmedo seco muy lluvioso, alternando masas de aire húmedo con masas de aire seco. El promedio de temperatura es de alrededor de 23.8°C y 24.2° C en Buenos Aires, y de 27.6° C y 26.5° C en las partes bajas de la región Osa, Corredores y Golfito. En lo que corresponde a las precipitaciones en el área de Golfito y Palmar Sur, se reportan promedios anuales de 4817.7 mm y de 3706.8 mm mientras que en Buenos Aires los promedios son de 2934.5 mm y 3666.8 mm.

La Región posee un enorme potencial hídrico producto del sistema orográfico que favorece la precipitación y la existencia de áreas de recarga acuífera, constituyéndose en gran potencial para el impulso a diversas actividades productivas. En este territorio se identifican cinco cuencas hidrográficas principales, entre las que destaca la cuenca del río Grande de Térraba, conformada por las sub cuencas principales del río General y el río Coto Brus, situación que asigna a esta cuenca hidrográfica la categoría de más extensa del territorio nacional, con aproximadamente 5,079 km2. Al mismo tiempo, el río Grande de Térraba o Río Grande de Diquís es la de mayor extensión del país. Posee una longitud de más de 160 km, un área de drenaje de aproximadamente 5,076.0 km2, con una vasta red fluvial.

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Según Sánchez (2010), en los últimos años en la Región Brunca se presenta una demanda importante sobre los recursos hídricos por parte de la población, y en el uso de las actividades agrícolas como en el caso del cultivo de la piña (PINDECO). Además, dado el alto potencial hidroeléctrico, caracterizado tanto por la abundancia del recurso hídrico como por la existencia de sitios con condiciones óptimas para almacenar agua y regular su aprovechamiento, se estimula el posible desarrollo de proyectos hidroeléctricos como Boruca, Cotón y Los Brujos, así como iniciativas orientadas a la implementación de actividades productivas agropecuarias y de acuicultura. El desarrollo productivo basado en el modelo de Cuenca, es una actividad que se proyecta con fuerza en la Región, impulsando medios sostenibles de producción de bienes y servicios con la participación activa de organizaciones de base.

3.2. Caracterización socioeconómica

En la región administrativa Brunca conviven 6 pueblos indígenas diferentes (entre ellos los Bruncas y Térrabas), población no indígena de diversos orígenes, en su mayoría campesinos (unos provenientes de otras regiones del país, otros venidos de la región de Chiriquí en Panamá, así como también población de origen nicaragüense). En menor medida, se encuentra población de origen europeo, así como norteamericanos y sudamericanos (Sánchez, 2010).

Desde el punto de vista institucional, en la Región se concentra gran parte del patrimonio natural del país, concentrado en dos extensas Áreas de Conservación, administradas por el Ministerio del Ambiente y Energía, y que comprenden a su vez varias áreas silvestres protegidas: Área de Conservación La Amistad Pacífico y Área de Conservación Osa (ACOSA). El área total del ACOSA es de 4.304.8 km2 (8.6% de la superficie nacional y 36.4% de la superficie de la provincia de Puntarenas). Un 40.4 % de la superficie del ACOSA se encuentra bajo alguna categoría de manejo como Área Silvestre Protegida (ASP) o también como Territorio Indígena, de esta manera el 88% de los bosques de ACOSA están en alguna medida protegidos. Los Territorios Indígenas cubren 24,574 has con una población total aproximada de 2,800 habitantes y pertenecen a las etnias Guaymi o Ngöbe y Brunka o Boruca (ACOSA, 2005).

El cantón de Osa, ubicado en la Región Brunca, Zona Sur del país, para el 2011 poseía una población 29,433 personas, de las cuales 15,038 son hombres y 14,395 mujeres. Un total de 18,235 personas viven en áreas rurales del cantón (INEC, 2011).

Osa presenta un Índice de Desarrollo Humano Cantonal que en 2011, fue de 0.786 que lo posicionaba en el puesto 36 a nivel nacional. Posee una esperanza de vida de 78.4 años. Así como una tasa de alfabetización de adultos es de 92.8 %, mientras que la tasa de matriculación en primaria y secundaria es del 100%. El Índice de Competitividad Cantonal lo ubica en el puesto 64 a nivel nacional para el año 2011, para ese mismo año tenía registras 177 empresas.

Con respecto al uso del recurso suelo, se debe mencionar que cerca del 70 % es de vocación forestal, sin embargo, la agricultura intensiva es la principal actividad económica que se desarrolla en la zona (Reyes et al., 2004). Históricamente el cultivo del banano fue la principal actividad económica de la zona, pero con el retiro de las compañías bananeras se dio paso a otras.

Según Sánchez et al. (2013), en la actualidad las actividades agrícolas que se desarrollan en las cercanías del HNTS son el cultivo de palma, el arroz y la ganadería. Así como la pesca y la extracción de piangua. En la parte media de la cuenca del Río Térraba existe una fuerte presencia de cultivos de piña. En relación a los servicios, durante la última década se ha dado un mayor crecimiento de la actividad turística.

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3.3. Actividades productivas

Las actividades económicas dentro del manglar son totalmente artesanales. Las cuatro principales son la extracción de pianguas, la pesca, la producción de carbón de mangle aunque es ilegal, así como la agricultura y ganadería extensiva. Todas se realizan tanto para autoconsumo como para la venta en poblados circundantes. El manglar es también importante como medio de transporte para turistas que se trasladan a los hoteles de la playa o bien para los que practican la pesca deportiva dentro de los linderos del manglar (Reyes et al., 2004).

El 51.3% del territorio del humedal de Sierpe no está totalmente protegido ya que sólo 4,738 hectáreas están dentro de sus límites territoriales. Hay parcelas adjudicadas por el Instituto de Desarrollo Agrario (IDA) que ocupan 1,370 has de las cuales 990 se encuentran dentro del humedal (Pizarro et al., 2004).

Según Reyes et al. (2004), el HNTS tiene una cultura propia, producto de procesos históricos y socioeconómicos que ocurrieron en y alrededor de su territorio. La “cultura de manglar” se ha conformado a partir de la convivencia entre bananeros, mineros, ganaderos, carboneros, tanineros, pescadores, piangϋeros, agricultores, areneros, madereros y colonizadores en general procedentes de diversos territorios dentro y fuera de las fronteras de Costa Rica. Entre los pobladores existen pocas organizaciones sociales, el trabajo comunal es difícil y pese a que los ciudadanos son conscientes de la necesidad de la organización, son temerosos de participar en grupos organizados.

A continuación se caracteriza cada una las principales actividades productivas desarrolladas en el HNTS.

a) Turismo El desarrollo del sector turístico en Osa es relativamente nuevo y se encuentra impulsado principalmente por los atractivos naturales y culturales que ofrece la zona, ya que cuenta con gran belleza escénica y es un punto mundialmente reconocido por su biodiversidad. Existen tres factores que colaboraron con brindar un mayor impulso a esta actividad. El primero fue la creación en 1989 del Parque Nacional Marino Ballena, el segundo corresponde a la fundación del Parque Nacional Corcovado en 1975 y la Reserva Biológica Isla del Caño en 1978. Finalmente en 1994 se emite el Decreto Ejecutivo que constituye el Humedal Nacional Térraba Sierpe como ASP (Masis et al., 2012).

El turismo presente en la Zona Sur, y particularmente en Osa presenta características diferenciadoras ya que ha utilizado el concepto de turismo tipo ecológico de alto valor económico, que atrae a turistas educados y amantes de la naturaleza y que se basa principalmente en una oferta proporcionada por micro, pequeñas y medianas empresas (Murillo, 2012), ejemplo de ello es que el promedio de habitaciones es cercano a las 15 por hotel.

Algunas estimaciones indican que los turistas que visitan el Pacífico Sur representan entre el 5% y el 8% del total de extranjeros que ingresan anualmente al país. Estimaciones del ICT muestran que entre 70.000 y 120.000 personas pernoctan en alguna de las empresas de hospedaje con que cuentan Buenos Aires, Golfito, Osa y Coto Brus (Soto, 2012).

Para 2011 el SINAC reportó una visitación de 155.617 turistas a sus cinco áreas protegidas, con una fuerte concentración en el Parque Nacional Marino Ballena (68,7%), seguido de lejos por la Reserva Biológica Isla del Caño (18,2%), en tercer lugar el Parque Nacional Corcovado con un 12,6% y finalmente, con menos de medio punto porcentual el RNVS Golfito y el Parque Nacional Piedras Blancas (Román y Angulo, 2013).

Según el ICT (2009) la Unidad de Planeamiento Turística Pacifico Sur poseía el 10,1% de la oferta de hospedaje nacional. En 2011 esta Unidad de Planeamiento contaba con 42 establecimientos de hospedaje

MECANISMO SOCIOAMBIENTAL DEL DIQUÍS – COSTA RICA 15 con declaratoria turística, lo que representa 919 habitaciones, de los cuales 17 se ubican en el Cantón de Osa con un total de 295 habitaciones (ICT, 2012). Sin embargo, en la zona operan gran cantidad de negocios ofreciendo hospedaje, muchos de ellos sin declaratoria turística o informales, algunas estimaciones indican que se pueden alcanzar las 2.000 habitaciones (Román y Angulo, 2013).

La concentración de hospedaje mantiene una relación lógica con los puntos de mayor interés turístico, tales como los parques naciones y playas, por ejemplo Dominical, Uvita, Bahía Ballena y Drake, en menor medida pero con gran potencial zonas como Ojochal, Palmar norte, Ciudad Cortés y Sierpe, junto a Rincón y Mogos (Masis et al., 2012).

Un estudio realizado por estudiantes del Instituto Tecnológico de Costa Rica (TEC) encontró que el principal servicio relacionado con turismo que se brinda en Osa es el hospedaje (82%), seguido por tours (9%) y restaurantes (7%). Además indica que en su mayoría los dueños de establecimiento son de nacionalidad costarricense seguidos por los estadounidenses y europeos (Masis et al., 2012).

b) Ganadería El último Censo Bovino que se realizó en el país data del año 2000, en esa ocasión se identificó 7.158 fincas ganaderas en la Región Brunca –donde se localiza el cantón de OSA-, con una cobertura total de 214.740 hectáreas. Esas fincas poseen un promedio de 19 unidades animales por finca, cantidad inferior al promedio nacional, que asciende a 27 unidades animal por finca (Reyes et al, 2004). Datos estimados por el Servicio Nacional de Salud Animal (SENASA) de la Región Brunca, presentados por Sánchez et al. (2013), indican que en el Cantón de Osa existen 31.365 cabezas de ganado bovino y 988 productores, donde en el distrito de Sierpe se encuentran 331 productores, en el distrito de Piedras Blancas 200 productores y 193 en Palmar. Cabe mencionar que la mayoría de este ganado se usa con doble propósito de producción de leche y carne.

c) Palma

La Palma se ha constituido en uno de los cultivos más importantes en la Zona Sur del país. Según zona de cultivo, el Pacífico Sur concentra aproximadamente el 67% del total cultivado en el país, con 33,450 hectáreas, seguido de la región Pacífico Central (31%), con 15,450 hectáreas y el restante 3% son cultivos en la zona Atlántica (Vega, 2011). En el caso particular del Cantón de Osa existen 5,000 ha de las cuales 2,770 son propiedad de la empresa Palma Tica y 2,300 corresponden a Socios particulares de Palma Tica. A nivel nacional la distribución de la superficie sembrada según empresa evidencia una alta concentración del cultivo en dos grandes empresas: Palma Tica y Coopeagropal (Vega, 2011).

Según Sánchez et al (2013), la proyección de siembra entre los años 2013 y 2014 es de 2,800 ha lo que sumarían 7,800 ha de palma sembrada en Osa para finales de 2014. La edad promedio de la plantación es de 12 años, y para la Región Brunca se reporta un rendimiento promedio de 17.5 toneladas de fruta fresca por hectárea al año.

La Región Brunca destaca en los últimos años por el auge del cultivo, debido a una amplia frontera agrícola, un excelente clima y la construcción de varias plantas de extracción, así como la consolidación de proyectos como CIPA y el impulso generado por Palma Tica y Coopeagropal (Vega, 2011).

d) Cultivo de arroz En el periodo 2011-2012 se reporta un área sembrada de arroz de 17,697.30 ha en la Región Brunca, de las cuales 8.767,50 estaban ubicas en Osa. Durante ese mismo periodo CONARROZ (2013), citado por Sánchez (2013), registra 73 productores en Osa, de los cuales 20 poseen producciones menores a las 10 ha, 32 de 10 a 50 ha, 17 con 50 a 200 ha y 4 con más de 200 ha, para un total de 8.767,50 hectáreas.

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Respecto al detalle por distrito del área sembrada en el cantón de Osa, para el periodo 2011-2012, es el distrito de Palmar el de mayor participación (6,315.60 ha), seguido de los distritos de Puerto Cortés (1,215.3 ha) y Sierpe (1,1960.6 ha), y por último el distrito de piedras Blancas con sólo 46 ha cultivadas.

El rendimiento promedio para la región es de 3.15 tm/ha para una producción estimada 27,617.63 tm de granza seca y limpia. Las autoridades locales del MAG consideran que existe una tendencia a la disminución del cultivo en los cantones de Osa, Corredores y Golfito básicamente por un tema de mercado.

e) Piña La piña se cultiva en la cuenca media del Río Térraba, específicamente en los cantones de Buenos Aires y Pérez Zeledón. No existen registros de cultivos de piña en Osa, sin embargo, este cultivo genera afectaciones indirectas sobre el HNTS debido a la contaminación que produce el alto paquete tecnológico de agroquímicos que utiliza, así como la erosión del suelo.

Según Sánchez et al. (2013), CANAPEN reporta que el área pacifica hay 8.750 has cultivadas, lo que representa 21% a nivel nacional. Según el portal Infoagro, específicamente en la Región Brunca en el año 2011 existían 4.000 hectáreas cultivadas. De estas 2.500 se ubican en el Cantón de Buenos Aires y 1.200 en Pérez Zeledón.

f) Pesca Esta actividad es realizada por toda la población del humedal y del área de influencia. Es principalmente artesanal, se realiza en pequeña escala (con lanchas, botes y pangas). Dentro del humedal se realizan la pesca comercial, de consumo y la deportiva. La mayor parte es para autoconsumo. Hay pobladores vecinos que realizan pesca comercial artesanal, éstos cuentan con más recursos para sus actividades (motores fuera de borda y congeladores), y pescan no sólo dentro del humedal sino también en el mar. Además, los vecinos de Sierpe ofrecen como parte de los atractivos turísticos la pesca deportiva. En el caso de la acuacultura, se dedica gran cantidad de terreno dentro del humedal a la producción de camarón, no obstante, por ser una actividad privada no existen registros públicos que indiquen la producción que se obtiene en la zona (Reyes et al., 2004).

g) Piangüa Si bien la explotación de piangüa ha sido la principal fuente de ingresos para muchas de las familias de bajos ingresos desde hace muchos años, la actividad tomó mayor fuerza durante los ochenta, debido al incremento del desempleo originado con el cierre de la actividad bananera. Generalmente, en esta actividad participan todos los miembros de la familia. Los métodos utilizados se caracterizan por ser artesanales y de intensivo uso de mano de obra. La mayoría de los piangüeros viven en áreas cercanas de donde extraen el producto (Reyes et al., 2004).

3.4. Cobertura y uso del suelo en el Humedal Nacional Térraba- Sierpe y su área de influencia

Para el año 2010 Sánchez et al. (2013) señalan el uso de suelo para el HNTS y su área de influencia indicado en la figura siguiente. Señalar cifras de la tabla en el mapa.

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Figura. Uso del suelo en el HNTS y sus área de influencia (Fuente: Sánchez et al., 2013)

El área de influencia del HNTS tuvo un cambio de cobertura forestal (entiéndase, bosques o reforestación) a cobertura no forestal, de 12.141 ha entre los años 2005 a 2010. De estas 12 mil ha de cobertura no forestal, 0,34 ha corresponden a agricultura, 2.458 ha a plantación de palma, 9.586 ha a otros usos no forestales y 6,35 ha no se pudieron clasificar.

Por su parte la actualización en el cambio de uso del suelo entre los años 2010 a 2013, a partir del estudio multiescala elaborado por Chaves en 2013 refleja los siguientes resultados:

La cobertura forestal que cambió a usos no forestales es de 11.494,52 ha, de estas 64,7 ha se dedican a la acuacultura, 2.009,3 ha a agricultura, 7.723,2 ha a actividades pecuarias/pastos, 1.697,2 ha a actividades agropecuarias sin clasificar. La cobertura de manglar que cambió a usos no forestales está compuesta por 158.8 ha dedicadas a la acuacultura, 116.8 ha a agricultura, 130.38 ha a pecuario/pastos y 42.6 ha a actividades agropecuarias sin clasificar.

La cobertura que pasó de no forestal a forestal es de 31.988,8 ha, de las cuales 27.575 ha corresponden a bosque, 405,7 ha a charrales, 2.885,3 ha a humedales y 1.122,8 ha a cobertura natural sin clasificar. Por su parte 0,458 ha pasaron de actividades agrícolas a bosque.

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Figura. Cambio en el suelo del en el HNTS y sus área de influencia para el periodo 2010-2013 (Fuente: Sánchez et al., 2013)

Con el propósito de identificar la situación del Humedal Nacional Térraba-Sierpe y su área de influencia, Emanuelli et al. (2014) se detectaron los cambios ocurridos en la cobertura y uso de la tierra mediante un análisis multitemporal, aportando así información y datos para el establecimiento de una línea base o nivel de referencia (RL), el cual es un insumo clave en el diseño e implementación de un programa para la Reducción de Emisiones causadas por la Deforestación y Degradación del Bosques (REDD+).

En el informe se describen los aspectos metodológicos aplicados para desarrollar el análisis multitemporal para un período de 10 años (2000 – 2010). Además se describe el área del proyecto y condiciones generales de la misma, finalizando con un análisis de pérdidas y ganancias de cobertura vegetal y su respectiva dinámica de uso de suelo.

Como parte del estudio, se generó una base cartográfica gráfico-numérica escala 1:50.000 utilizando como insumo principal de información imágenes provenientes del Satélite Landsat TM7 para los años 2000 y año 2010.

MECANISMO SOCIOAMBIENTAL DEL DIQUÍS – COSTA RICA 19

• Determinar la situación actual y la dinámica de cambio de la cobertura boscosa y uso del suelo, mediante el análisis y la comparación de imágenes satelitales clasificadas en dos periodos (2000 y 2010). • Determinar la tasa anual de cambio de la cobertura forestal y uso de suelo para cada una de las unidades topográficas que componen el Humedal Nacional Térraba-Sierpe y su área de influencia.

Tipo de uso Superficie Año Participación 2000 (ha) (%)

Área inundable 1,469 0,78

Bosque Latifoliado Ralo 4,030 2,14

Bosque Latifoliado Denso 37,413 19,84

Bosque de Mangle 13,101 6,95

Cuerpos de Agua 17,273 9,16

Cultivos Intensivos 9,259 4,91

Bosque Secundario 34,976 18,55

Pantano Herbáceo / Arbustivo 9,459 5,02

Pasto / Cultivo 60,470 32,07

Suelos Desnudos 1,103 0,58

Total 188,552 100

Tabla de Coberturas Humedal Térraba- Sierpe y su área de influencia año 2000.-

MECANISMO SOCIOAMBIENTAL DEL DIQUÍS – COSTA RICA 20

Tipo de uso Superficie Año Participación 2000 (ha) (%) Área inundable 997 0,53 Bosque Latifoliado Ralo 4,66 2,47 Bosque Latifoliado Denso 39,321 20,85 Bosque de Mangle 13,448 7,13 Cuerpos de Agua 16,317 8,65 Cultivos Intensivos 9,212 4,89 Bosque Secundario 43,671 23,16 Pantano Herbáceo / Arbustivo 9,725 5,16 Pasto / Cultivo 49,391 26,19 Suelos Desnudos 1,805 0,96

Total 188,552 100 Tabla de Coberturas Humedal Térraba- Sierpe y su área de influencia año 2010.-

MECANISMO SOCIOAMBIENTAL DEL DIQUÍS – COSTA RICA 21

MECANISMO SOCIOAMBIENTAL DEL DIQUÍS – COSTA RICA 22

Pérdidas y Ganancias de la cobertura y uso de suelo para el humedal nacional Térraba – Sierpe y su área de influencia.

Las pérdidas y ganancias y no cambios en la superficie de cada una de las coberturas de uso de suelo en el área de estudio se presenta en las próximas tablas y figuras.

TIPO DE CAMBIO MEDIDA ÁREA (ha) Cuerpos de agua a bosque secundario Ganancia 143.28 Cuerpo de agua a bosque de mangle Ganancia 542.61 Cuerpo de agua a pantano herbáceo / Arbustivo Ganancia 79.65 Área inundable a bosque secundario Ganancia 2.07 Área inundable a bosque de mangle Ganancia 46.80 Área inundable a pantano herbáceo/Arbustivo Ganancia 622.17 Bosque secundario a bosque latifoliado ralo Ganancia 4.320,00 Pasto / Cultivo a Bosque Secundario Ganancia 16.246,08 Pasto/ Cultivo a Bosque Latifoliado Ralo Ganancia 3.385,00 Pasto / Cultivo a Pantano Herbáceo / Arbustivo Ganancia 172.53 Suelos desnudos a Pantano Herbáceo / Arbustivo Ganancia 26.19 No cambio No cambio 149.835,24 Bosque secundario a pasto / Cultivo Pérdida 6.950,70 Bosque secundario a Suelos Desnudos Pérdida 45.72 Bosque secundario a Cuerpos de Agua Pérdida 93.87 Bosque Latifoliado Ralo a Pasto / Cultivo Pérdida 738.81 Bosque latifoliado Denso a Bosque Secundario Pérdida 3.608,280 Bosque latifoliado a Pantano Herbáceo / Arbustivo Pérdida 108.09 Bosque latifoliado Denso a Pasto / Cultivo Pérdida 705.51 Bosque de Mangle a Cuerpos de Agua Pérdida 293.22 Bosque de mangle a pasto / cultivo Pérdida 30.60 Bosque de mangle a suelos Desnudos Pérdida 18.18 Pantano Herbáceo / Arbustivo a cuerpos de agua Pérdida 76.86 Pantano Herbáceo / Arbustivo a pasto / Cultivo Pérdida 450.27 Pantano Herbáceo / cultivo a suelos desnudos Pérdida 10.35 Total 188.552,08

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Medida Área (ha) % Área (ha) / Año Pérdida 13.130,46 6.96 1.313,0 Ganancia 25.586,38 13.57 2.558,6 No cambio 149.835,24 79.47 ------Total 188.552,08 100.00

Ganancias 18000 16000 14000 12000 10000 8000 6000 4000 2000 0

MECANISMO SOCIOAMBIENTAL DEL DIQUÍS – COSTA RICA 24

Pérdidas 8000 7000 6000 5000 4000 3000 2000 1000 Serie 1 0 Serie 2

Análisis de Ganancias y Pérdidas

El bosque primario que ha sido deforestado y se recupera paulatinamente en su proceso de sucesión se considera como ganancia, aun cuando se encuentra en recuperación. Seguramente estas áreas se han dejado en descanso, abandono y ha resurgido la vegetación arbórea, ahora presentada como bosque secundario.

La ganancia o el aumento de cobertura no necesariamente significan que el bosque Latifoliado no ha sido deforestado, sino que ha existido un movimiento de otros usos hacia o desde bosque hacia otras clases. Asimismo, el análisis multitemporal indica que estas áreas no coinciden en el espacio cuando se tratan de traslapar. Algunas áreas han desaparecido en un lado de la reserva y en el otro se han recuperado. También existe un área que se ha mantenido intacta en el periodo de los 10 años.

Es en este punto donde, cada cambio merece un estudio aparte para explicar este comportamiento de ¿qué fue? y ¿a qué? en los cambios ocurridos en los 10 años de estudio. Cada cambio, merece un estudio particular que sobrepasa los alcances de este estudio. Este estudio está limitado únicamente a reportar evidencias detectadas por los sistemas de teledetección.

Otra situación importante de mencionar, es que en el resumen de pérdidas y ganancias (tabla 6), no se deben comparar las áreas de bosque con no bosque a través del tiempo, sino estas se deben comparar siguiendo la lógica mostrada en el Cuadro Matriz de Cambios de Coberturas del 2000 al 2010, ya que este muestra de donde se derivaron las pérdidas y ganancias, y no de una simple comparación de bosque en el 2000 y 2010.

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3.5. Valoración económica del HNST (Sánchez et al., 2013).

El HNTS es el más grande e importante de la costa pacífica de Centroamérica, siendo un ecosistema de importancia por la gran cantidad de especies de flora y fauna que alberga, principalmente como hábitat de aves acuáticas. Sin embargo, enfrenta grandes amenazas derivadas de actividades humanas tales como la agricultura expansiva y la construcción de infraestructura pública de grandes dimensiones y la expansión de la planta turística.

Los beneficios económicos totales están dados por las actividades de extracción, turismo y servicios conexos. En este sentido todas estas actividades en conjunto generan 612,276 dólares en beneficios netos anuales, liderados principalmente de la actividad turística en un 86%, seguido por la pesca en un 8% y finalmente la extracción de piangua 6%.

De las actividades alternativas a las cuales se pueden destinar las tierras ocupadas por los bosques, aquella con un retorno esperado mayor es la piña, con un valor esperado de US$ 8,668 dólares por hectárea por año, este valor representa el doble del retorno de la utilización en actividades forestales con pagos de servicios ambientales o sin ellos, seguido por la actividad arrocera con 7,746 US$/ha/año en tercer lugar la palma con 6,609 US$/ha/año y finalmente la actividad con el menor retorno es la ganadería doble propósito, que aunque es la que representa el menor retorno de las actividades agropecuarias, representa un 50% más de retorno que las actividades forestales.

La autoridades correspondientes deben dar un monitoreo permanente al comportamiento de las coberturas agrícolas dentro del área protegida, principalmente a las zonas de pastos que representan la mayor cantidad de superficie y que podrían ser fácilmente cambiadas hacia otros usos, que resulten más rentables y que generarían un mayor impacto ambiental, tales como cultivos de arroz y palma.

La implementación de programas REDD+ y otros requiere un alto nivel de voluntad política y políticas públicas que impulsen su fomento. Siendo fundamental tomar en cuenta a los actores locales como elemento esencial para elaborar una política que le afectará directamente. Además es necesario fomentar la participación del sector público y privado en iniciativas REDD+ por medio de alianzas.

Actualmente el mercado local de Servicios Ambientales es pequeño y no está consolidado, por lo que se hace necesario atraer a la inversión privada, en este caso se plantea que los instrumentos propuestos podrían potencializarse en la medida su diseño sean atractivos como medio de transición ambiental para las empresas interesadas en certificarse bajo una estrategia C- Neutralidad o sello ambiental

Cualquier iniciativa que se implemente en la zona del HNTS debe combinar objetivos sociales y medioambientales. Siendo necesario como primer paso fortalecer el diálogo y la colaboración entre los actores privados y estatales.

3.6. Expansión de actividades productivas: impactos potenciales sobre el HNTS

Quizá la principal amenaza que se vierte sobre los suelos de la Zona Sur, lo representan la expansión de monocultivos como la piña y la palma africana. Así, “en la Región Brunca, parte de las áreas dedicadas a actividades agrícolas y pecuarias no responden a la capacidad de uso, lo cual conlleva por un lado a la degradación de las tierras y por otro a la no optimización de la producción agropecuaria. Esto por cuanto en los suelos están siendo utilizados en actividades para las cuales no son aptos” (ACOSA, 2005). Uno de los principales agentes de contaminación de suelo en la región, está representado por el uso de agroquímicos y los desechos residuales de origen agropecuario cuyos metales pesados alteran sus características naturales.

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Figura. Cultivos en la rivera de los ríos en el área de influencia del humedal Térraba-Sierpe. (Fuente: Amador et al, 2011).

La biodiversidad del área tiene distintas fuentes de amenaza. Quizás una de las más serias se dé como resultado de la tala del bosque histórica para el cambio de uso del suelo y para la extracción de madera. Podemos visibilizar amenazas específicas sobre esta tales como los proyectos hidroeléctricos sobre el río Grande de Térraba, el cual alberga en su cuenca media una extraordinaria biodiversidad, por contener los únicos fragmentos de bosque semideciduo en la zona sur del país; al mismo tiempo constituye una fuente muy significativa de aporte de agua dulce para el sistema estuarino, factores que deben ser considerados en cualquier proyecto que se proponga al momento de realizar el estudio de factibilidad.

Otra fuente de amenaza a la biodiversidad se da por un turismo de grandes dimensiones y no planificado. Tal es el caso del turismo inmobiliario que según lo plantean estudios de la Universidad de Costa Rica, creció a un 200% en el 2007 (Lobo, 2007), afectando bosques y fuentes de agua. Todo esto sin dejar de lado la problemática de la tenencia y distribución de la tierra que amenaza sobre la población de la región costera principalmente (MINAET, Tribunal Ambiental Administrativo, 2010). Sobre este recurso, la mayor amenaza potencial la establecen los proyectos de marinas, así como los proyectos de las granjas atuneras.

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Figura. Habilitación de terrenos para desarrollos inmobiliarios. (Fuente: Amador et al, 2011)

Según Amador et al. (2011), los patrones de desarrollo predominantes en la región durante las últimas décadas han provocado un proceso de degradación ambiental significativo a pesar de los esfuerzos públicos y privados en términos de conservación y el desarrollo de prácticas más sanas y sostenibles. A la par de este proceso de degradación ambiental, en los últimos años se han desarrollado una serie de actividades productivas de un alto impacto sobre los ecosistemas de la región, tanto de carácter agroindustrial (piña y palma africana) como de carácter inmobiliario (fila costeña) y además en el pasado reciente se han hecho públicos una serie de proyectos de una altísima complejidad ambiental, social y cultural, como el Proyecto Hidroeléctrico DIQUÍS, las atuneras en el Golfo Dulce y nuevos proyectos inmobiliarios en la Fila Brunqueña.

Según Umaña (2013), se ha identificado una serie de amenazas importantes al HNTS por actividades agrícolas, ya que hay un proceso de expansión principalmente la palma aceitera, así como de cultivos como banano y arroz y hasta acuicultura. En buena medida la agricultura ha empezado a sustituir las actividades forestales. También hay problemas relacionados con incendios forestales y fumigación de cultivos. El narcotráfico es un problema creciente, sobre todo en la zona costera donde hay sectores propicios para actividades relacionadas, dado que no hay presencia permanente de autoridades. El área tiene un potencial turístico importante, incluyendo aves migratorias y un patrimonio natural y cultural muy rico, ejemplificado por las esferas de piedra y otros sitios arqueológicos. Una de las acciones más urgentes para poder empezar a poner en ejecución el Plan de Manejo es precisamente un reglamento para regular el uso del humedal para actividades turísticas.

3.7. Aeropuerto Internacional del Sur: impactos potenciales

La construcción de un aeropuerto internacional en la zona sur del país es un proyecto de infraestructura que ha sido ofrecido por varias administraciones, como un medio para mejorar la competitividad, la generación de empleos, una mayor accesibilidad a la región y mejorar las condiciones de vida de la población en general. Desde 2008 se han realizado estudios de factibilidad que han integrado a especialista de diversas áreas como aeronáutica, arquitectura, economía de aeropuertos, hidráulica, pavimentos, ingeniería eléctrica, así como estudio complementarios sobre arqueología, geotécnica, edafología, geología e hidrología, que permitieron

MECANISMO SOCIOAMBIENTAL DEL DIQUÍS – COSTA RICA 28 identificar técnicamente cual es el mejor sitio para ubicar esta obra (Vindas, 2011). En ese sentido, después de descartar otras posibilidades se seleccionaron a las fincas 9 y 10 como los terrenos que cuentan con las mejores condiciones para la construcción. Estas fincas se ubican en el Valle del Diquís, en Sierpe de Osa, en el área de influencia del HNTS.

Figura. Ubicación propuesta para el Aeropuerto del Sur, su área de amortiguamiento y límites del HNTS (Fuente: Sánchez et al., 2013)

Inicialmente se preveía la posibilidad de construir una estructura con capacidad para recibir aeronaves de categoría F (Airbus 380 con capacidad de hasta 700 pasajeros), sin embargo, las particularidades socio- ambientales de la zona en que se proyecta edificar no permiten una infraestructura de ese nivel (Cordero, 2011). Por tanto, se pasó de la idea de construir una pista de 3.5 km a una que tendría 2.2 km longitud. Una de las principales preocupaciones que existe es el impacto negativo que la construcción de edificaciones y la operación del aeropuerto puedan generar sobre el adyacente humedal Térraba- Sierpe (Soto, 2012).

El estudio de impacto ambiental (EIA) aún está en proceso de elaboración, por lo que no es posible conocer a profundidad los riesgos ambientales encontrados, pese a ello se pueden señalar una serie de preocupaciones existentes por los diferentes actores, así como consideraciones apuntadas por el mismo Plan Maestro del aeropuerto, que destaca la necesidad de brindar especial atención a aspectos, tales como el movimiento de tierras y desvío de cauces a nivel de construcción, y a nivel operativo temas como la gestión de residuos sólidos y peligrosos, calidad del aire, contaminación por vertidos accidentales, contaminación de suelos y su impacto en la calidad de las aguas superficiales y subterráneas, entre otros (Murillo, 2012).

3.8. El Proyecto Hidroeléctrico El Diquís y el HNTS: impactos potenciales

De acuerdo con la información divulgada por el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE), el Proyecto Hidroeléctrico El Diquís (PHED), ubicado en la Zona Sur de Costa Rica, representa una de las alternativas de solución previstas por el Grupo ICE para satisfacer la demanda eléctrica del país, la cual aumenta cada año

MECANISMO SOCIOAMBIENTAL DEL DIQUÍS – COSTA RICA 29 en un 6%. Con este proyecto, según el ICE, se garantiza la disponibilidad de energía eléctrica, limpia y renovable durante los siguientes 20 años, así como la posibilidad de exportar el remanente de esta energía durante los primeros años de operación. Será la planta de generación eléctrica más grande de Centroamérica (ICE, 2009).

El Proyecto Hidroeléctrico El Diquís está ubicado en el cantón de Buenos Aires, provincia de Puntarenas, cuya represa se propone que esté en el río General Superior (hoja topográfica General, HOJA 3543 III, escala 1:50 000 del IGN).

Este megaproyecto, en su opción Veraguas o Proyecto Hidroeléctrico “El Diquís”, consiste en una presa sobre el Río Térraba, en la zona de la desembocadura del Río Veraguas; el área del embalse o zona que quedaría bajo las aguas sería de 6815 y permitirá la producción de alrededor de 631 megawatts (MW) o 3500 GWh/año. El PHD podrá suministrar energía a 1.050.000 (un millón cincuenta mil) clientes al año.

Figura. Área de influencia del Proyecto Hidroeléctrico El Diquís (Fuente: ICE, 2009)

El nivel normal de operación del embalse variará aproximadamente entre los 300 y 260 metros sobre el nivel del mar (m.s.n.m.) pero el área del embalse se determinará hasta la elevación de 310 m.s.n.m. considerando el área de contención del embalse para eventuales crecidas extraordinarias del río General.

El río Grande de Térraba se vería afectado en su caudal y en la calidad de sus aguas; ya que, esta represa retendría cerca de un 55 por ciento del caudal total de la cuenca del Térraba, o sea que río abajo habría la mitad del agua que hay actualmente. De otros ríos como el Cabagra y el Coto Brus y otros se piensa desviar una cantidad de agua que representa el 70 por ciento del caudal medio, según datos tomados de documentos del ICE.

Según el ICE, la construcción de la presa del PHED retendría cerca de un 55% del caudal total del río Grande de Térraba. De manera que sólo un 45% continuaría drenando directamente hacia el estuario, por lo que se estima que el impacto sobre el humedal Térraba-Sierpe sería moderado. Así mismo, el ICE también afirma que El Proyecto El Diquís potencialmente podría llegar a afectar la productividad de la parte del humedal alimentada con agua del río Grande de Térraba, lo cual equivaldría a una reducción en el área de esta parte del humedal. Sin embargo, aun considerando la ejecución de medidas de mitigación y compensación para

MECANISMO SOCIOAMBIENTAL DEL DIQUÍS – COSTA RICA 30 minimizar los efectos considerados, el impacto podría reducirse a la pérdida de 315 hectáreas, sin considerar el impacto indirecto sobre el resto del humedal.

Unos 16 kilómetros antes del humedal, se mezclarían los caudales que bajan por el río Térraba y el caudal que utilizaría la central hidroeléctrica principal en época lluviosa, la cantidad de agua que descargaría la central hidroeléctrica sería ligeramente inferior a la que baja por el río, lo cual permitiría que se realice una amortiguación importante en la calidad del agua que descargaría la planta hidroeléctrica. Pero en época seca sucedería todo lo contrario: el caudal de descarga sería superior al caudal que baja por el Térraba. Otro de los aspectos que se está investigando se refiere a los cambios que podría sufrir el agua en su temperatura y cantidad de oxígeno después de viajar 13 km a través del túnel.

El manglar de Térraba-Sierpe provee de refugio y alimento a diferentes especies animales y vegetales, es fuente de subsistencia de las comunidades humanas locales, es hábitat de especies marinas comerciales, provee apoyo externo a pesquerías en la bahía de Coronado y a la pesca de camarón, provee de vías de comunicación entre las comunidades y para el transporte de turistas, protege contra inundaciones, captura sedimentos, purifica las aguas, es sumidero de residuos agroquímicos, aguas residuales y CO2, protege el manto acuífero, es importante para la recreación, el turismo, la educación e investigación, tiene un valor per se de existencia y de legado del ecosistema y las especies (Mainardi-Grellet 1996).

Figura. Área de afectación del PH El Diquís y el Aeropuerto del Sur (Fuente: Sánchez et al., 2013)

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Según Umaña (2013), hay tres temas fundamentales respecto al impacto del PHED en la cuenca baja y el humedal de Térraba, que consiste fundamentalmente de bosque de mangle, y tiene que ver con los cambios en cantidad y calidad del agua, así como la temperatura del agua en el punto de descarga.

El primero de estos tres temas es el de los sedimentos. Se espera que la represa retenga cerca de la mitad de los sedimentos del 60% del caudal de una cuenca con altos niveles de erosión, de manera que en este caso el efecto neto será reducir el nivel de sedimentos en el Río Grande de Térraba, que tendría los aportes del Río Coto Brus y sólo la mitad de los del Río General. Como apunta la Dra. Arroyo en su análisis en el estudio multidisciplinario (UCR, 2012), esto podría considerarse de alguna manera como positivo porque actualmente la cuenca experimenta un alto nivel de sedimentación. Sin embargo es necesario conocer más a fondo el impacto que esto podría tener en flujos bio-geoquímicos, poblaciones micro (microalgas y zooplankton) y macrobiológicas (peces, crustáceos, vertebrados). Muchos de estos aspectos son difíciles de predecir y hay que contar con estudios de línea de base para luego medir las diferencias con el tiempo. Por eso el monitoreo de la zona de mayor impacto en el humedal será esencial para documentar los cambios.

En cuanto a los aportes de sedimentos al humedal, es necesario tomar en cuenta la influencia de eventos hidrometeorológicos extremos, en particular huracanes, que tiene un impacto enorme, y tal vez dominante, en los flujos de sedimentos a las lagunas del manglar de Térraba. Eventos como el Huracán Alma, cuando se midieron caudales de 8,200 mcps, conllevan una carga de sedimento enorme. La suma de huracanes y tormentas desde Juana en los años ochenta hasta hoy ha sido larga. Esta sedimentación causada por los huracanes es un fenómeno que fue resaltado por los funcionarios de Coopemangle que han estado en la zona por varias décadas.

El Segundo tema en cuanto a impactos corresponde a la temperatura del agua. El ICE No conoce los cambios en parámetros físicos o químicos del agua en el trayecto del túnel de 11 km desde el embalse hasta las unidades de generación y estima que el agua de descarga tendrá una temperatura más baja que el agua en el embalse. Hay algún nivel de control sobre la temperatura en la toma, dado que es posible tomarla a diferentes niveles de profundidad. Además el canal de restitución de 2.5 km después del segundo túnel de 2 km permitirá oxigenar el agua y retornar la temperatura a nivel de ambiente antes de la descarga al río.

El tercer asunto en relación a los impactos es el del cambio de régimen hídrico. Este es quizás el impacto inevitable y predecible más importante y el ICE reconoce que el proyecto podría llegar a modificar la productividad de parte del manglar alimentada por el Río Grande de Térraba. Actualmente se están llevando a cabo estudios y análisis con modelos de calidad del agua para tratar de cuantificar los impactos y posibles estrategias para minimizarlos. En la época lluviosa, la cantidad de agua que descargará la central hidroeléctrica será ligeramente inferior al caudal promedio del río, lo cual permitirá un nivel de amortiguamiento en el embalse, reducción de sedimentos y mejoramiento de la calidad del agua en los niveles de descarga de la planta. En la época seca, el caudal promedio estimado por el ICE es de 200 mcps, superior al caudal promedio en la estación seca de unos 60-80 mcps.

Se sabe que la productividad de los manglares está relacionada con la salinidad y que la mayor productividad se da en el rango de 10 a 15 partes por mil (Jiménez, 2012; comunicación personal citada por Umaña, 2013). El agua de mar tiene una salinidad promedio de 3.5%, equivalente a 35 partes por mil, de manera que el rango de mayor productividad del manglar cae entre un 30 a 40% de agua salada. Si el caudal del río, después del punto de descarga se mantiene por encima de los 250 mcps todo el año, es posible que se afecte la productividad del manglar, ya que la zona de salinidad que corresponde a la mayor productividad sería desplazada fuera del manglar hacia el mar abierto.

El Proyecto Hidroeléctrico El Diquís y el Humedal Nacional Térraba-Sierpe están íntimamente relacionados y es necesario buscar una relación simbiótica entre ambos. En última instancia, este es el reto ambiental que

MECANISMO SOCIOAMBIENTAL DEL DIQUÍS – COSTA RICA 32 plantea el proyecto. Dadas las debilidades en la administración del Humedal Nacional Térraba-Sierpe y la falta de capacidad de monitorear parámetros de calidad del agua y biológicos, el ICE inevitablemente deberá monitorear activamente el área de mayor influencia y plantear medidas de mitigación o compensación de los daños al área.

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IV. MECANISMO SOCIO AMBIENTAL DIQUÍS (MESADI)

Se propone dentro de un contexto en el cual la zona del humedal Terraba Sierpe y su área de influencia, se encuentra en una situación de deterioro del ecosistema producto de deforestación y degradación existente.

El manglar está siendo afectado directamente por la extracción de leña, e indirectamente por la deforestación y degradación de la zona de influencia.

Aunque en la zona no existe deforestación neta, sí es posible inferir que el Bosque Secundario es comúnmente transformado en pastizales. Así para el periodo 2000-2010 se verificó una pérdida de aproximadamente 6.000 hectáreas de bosques secundarios, pasando esa superficie de uso de suelo a NO Bosque.

Adicionalmente, esta zona será afectada por la instalación de una central hidroeléctrica de gran envergadura que obviamente tendrá efectos adversos en los recursos forestales de la misma.

Se propone la instauración de un Mecanismo de Compensación Ambiental en la zona del Humedal Nacional Terraba Sierpe para enfrentar los efectos nocivos para el ecosistema, que se están generando por distintas causas. Este mecanismo se encargaría de promocionar, crear, perfeccionar, fortalecer y financiar actividades de prácticas de silvoagropecuarias sostenibles, especialmente la integración de sistemas agroforestales y la reforestación, prácticas que conllevan un servicio ambiental que se requiere instaurar.

A su vez, el MESADI se ha trazado la meta de posicionar y financiar estos servicios ambientales no sólo con el objetivo que se realicen en mayor cantidad, sino que se realicen con mayor calidad. Ello se sustentará en los avances logrados en esta materia por los estándares del mercado del carbono voluntario, dándose íntegro cumplimiento a sus requerimientos (como si de proyecto de carbono se tratara) para asegurar un nivel de calidad que permita obtener beneficios más allá del carbono (sociales, ambientales, biodiversidad, etc.), con reconocimiento internacional.

También se incorporarán actividades que se visualizan como requerimiento para esta zona, como las tendientes a la protección de la calidad del agua y al desarrollo de las metodologías necesarias para implementar actividades de protección de los recursos marino-costeros (Carbono Azul).

En el diseño e implementación, se ha estado desarrollado a través de un trabajo conjunto de Fondo Nacional de Financiamiento Forestal (FONAFIFO), Sistema Nacional de Áreas de Conservación (SINAC), Proyecto Biodiversidad Marino Costera en Costa Rica (BIOMARCC) y Programa REDD/CCAD-GIZ.

Las actividades de compensación en su totalidad se realizarían en la zona del Humedal Terraba Sierpe y su área de influencia, manteniendo y mejorando el ecosistema en forma independiente, permanente y sostenible.

1.- Servicio Ambiental

SERVICIO AMBIENTAL; Cada una de las utilidades que la naturaleza proporciona a la humanidad en su conjunto, o a una población local o desde un punto de vista económico.

Los principales servicios ambientales son:

• Control del ciclo de agua • Autodepuración de ríos y arroyos • Control de plagas • Polinización

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• Sumidero de carbono • Entre los servicios ambientales de los bosques se tiene: • Captación y filtración de agua • Captura y almacenamiento de carbono • Generación de oxígeno y asimilación de diversos contaminantes • Protección de la biodiversidad • Retención de suelo • Refugio de fauna silvestre • Belleza escénica.

Regularmente los servicios ambientales son gratuitos para la gente que disfruta de ellos, mientras que los dueños y poseedores de las tierras donde estos se dan (que los proveen), no son compensados de modo alguno.

Con las prácticas comunes actuales en el uso del suelo, los ecosistemas se van degradando rápidamente, y en la misma proporción que se van degradando, disminuyen los servicios ambientales entregados.

Por tanto, es necesario cambiar esta tendencia, fomentando los servicios ambientales, por la vía del financiamiento directo de sus actividades, forma en la cual el Mecanismo de Compensación del HNTS se pretende desarrollar.

2.- PAGOS

Para cambiar la tendencia usual de degradación del ecosistema, se establece que el receptor de los beneficios ambientales, que se mantiene en una actividad usual, que afecta al ecosistema, deba realizar una contribución económica al MESADI para que con la suma de estos recursos el sistema logre financiar el servicio ambiental necesario en la cantidad y calidad propuesta.

¿Quién debe pagar?

Todo aquel que se beneficie de los servicios entregados por la naturaleza, en la zona del humedal Terraba Sierpes, en cualquier tipo de actividad como: recreación, trabajo agrícola, industrial, comercial, etc.

El aporte que realizan los receptores de estos beneficios, son dirigidos a los propietarios o poseedores de tierras donde se dan los servicios ambientales, con la finalidad que se mantengan protegiendo y aumentando la calidad de servicio ambiental que entregan sus tierras, básicamente a través del desarrollo de actividades de conservación que sitúen estos ecosistemas en un contexto de distanciamiento de los usos usuales o comerciales del manejo de los suelos que generan la degradación y deforestación presente.

Cualquiera sea el monto que en definitiva deban pagar los beneficiarios, será infinitamente menor que hacer frente a los efectos negativos que la degradación del ecosistema generaría en sus prácticas comerciales usuales.

3.- Tipologías Forestales de Mitigación

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El MESADI con la finalidad de optimizar sus resultados, tendrá un marcado acento en una gestión que sea capaz de equilibrar la reducción de costos de implementación de las iniciativas en las cuales se enmarcan las actividades propuestas, con una calidad socio-ambiental de nivel internacional y acreditado.

Para ello se propone que el MESADI, desarrolle TIPOLOGIAS FORESTALES DE MITIGACIÓN, las que corresponde a proyectos genéricos o marco asociado a un tipo de recurso específico en el cual, es posible aplicar esquemas silvícolas y de financiamiento común tendiente a compatibilizar insumos comunes necesarios para certificar la reducción o compensación de GEI.

De esta forma, la tipología se transforma en una herramienta para enfrentar los insumos más costosos en forma previa, para que se encuentren dispuestos a ser utilizados sin costo por los usuarios, en el momento que se requiera.

Cada tipología incluye las actividades a realizar para lograr en forma óptima los beneficios sociales- ambientales y de biodiversidad.

Con esta lógica los usuarios del mecanismo contarán con un vital apoyo técnico y financiero, para realizar las actividades que se definan.

4.- Actividades

Dentro de las actividades a realizarse, en particular se han identificado las siguientes:

I. Restauración Hídrica: a) Restauración de Zonas de Recarga Hídrica / Cursos de agua b) Restauración de zonas prioritarias en áreas protegidas II. Producción Forestal: a) Manejo sucesión temprana (protección – enriquecimiento) b) Reforestación Comercial III. Manglares: a. Restauración / Revegetación b. Protección de manglares IV. Agropecuario: a. SAF – Sistemas Agroforestales b. Ganadería Sostenible V. REDD+: a. Evitar Deforestación (sistema prevención y control de incendios forestales – sistema de fiscalización de cortas ilegales – sistemas de administración forestal, etc. ) b. Evitar Degradación (sistema prevención y control de incendios forestales – sistema de fiscalización de cortas ilegales – sistemas de administración forestal, etc. ) VI. Gestión de Áreas Protegidas: a. Infraestructura – vigilancia – mejoramiento infraestructura – desarrollo de áreas protegidas. b. Plan de manejo de áreas protegidas c. Recuperación de sistemas lagunarios VII. Marino: a. Manejo de extracción artesanal de productos marinos

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b. Cuantificar carbono azul.

5.- Sentido local del MESADI

Una de las cualidades del MESADI será su impacto local, debido a que la totalidad de las actividades se realizarán en la zona de TERRABA SIERPE, lo que garantiza la mantención y mejoramiento de la calidad del ecosistema, con total independencia de las acciones ambientales nacionales e internacionales.

Esto permite asegurar que la compensación de las actividades que afecten el medio ambiente, se genere en la misma zona en que se producen, a diferencia de otros sistemas, donde los recursos se administran en forma centralizada a nivel nacional, para ser usados indistintamente en distintos lugares del país, lo que genera un subsidio de una zona a la otra, y produce una degradación aún mayor en la zona inicial.

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7.- Administración del MESADI

El MESADI debería ser administrado por un CONSEJO MUNICIPAL, integrado por la MUNICIPALIDAD y por actores relevantes y representativos de la zona.

El CONSEJO administraría los recursos a través de un FONDO MESADI, el que tendría personalidad jurídica propia, y contaría con un reglamento creado por el Consejo Municipal, el cual determina la naturaleza de sus ingresos, las actividades a financiar y procedimientos necesarios.

El CONSEJO determinaría si los derechos provenientes de la venta de bonos de carbono serán de propiedad del FONDO, o del propietario.

8.- Beneficios esperados

Aporte a la meta de carbono neutralidad:

El MESADI, además de tener los beneficios locales analizados, tendrá un importante aporte a la concreción del objetivo nacional de CARBONO NEUTRALIDAD.

Los bonos de carbono que generen las actividades del MESADI, serían comercializados íntegramente en el Mercado Interno ETS / COSTA RICA, lo que permitiría que cada reducción sea a su vez útil para la contabilidad nacional de reducción. Se plantea en este punto además que esté terminantemente prohibida la comercialización de estos certificados de carbono en el mercado internacional, para evitar con ello que la reducción/compensación sea contabilizada en otra nación.

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