1 El Canto Llano
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Fermín Antonio Estudillo Tolentino* ANTROPOLOGÍA La chilena de Santiago Pinotepa Nacional, Oaxaca: de los orígenes a la identidad étnica La chilena es una de las expresiones musicales de la Costa Chica de Oaxaca y de Guerrero, donde al parecer existe desde la primera mitad del siglo XIX. Actualmente es un elemento de la cultura regional que genera identidad. La exposición que presento es una de las temáticas que aborda la investigación “Implicaciones sociales y culturales de la chilena en San- tiago Pinotepa Nacional, Oaxaca, contexto y música”, desarrollada duran- te el periodo 2005-2007 en Santiago Pinotepa Nacional, Collantes, El Ciruelo, Corralero, Santiago Jamiltepec, San Juan Cacahuatepec, San Juanito Jicayán y San Pedro Tutupec, Oaxaca. El municipio de Santiago Pinotepa Nacional se localiza en la Costa Chica de Oaxaca en el distrito de Jamiltepec; limita al norte con los muni- cipios de San Miguel Tlacamama y San Pedro Jicayán; al noreste con Pinotepa de Don Luis; al este con San Andrés Huaxpaltepec y Santa María Huazolotitlán; al oeste con San José Estancia Grande, al noroeste Santiago Llano Grande,1 y al sur con el Océano Pacífico. La información previa que recabé sobre las causas posibles por las que la chilena se estableció en Pinotepa Nacional me condujo a indagar de qué manera los habitantes nativos han interpretado su origen. En su pro- ceso de asimilación ha predominado la idea de que, de acuerdo con los tes- timonios emic y etic, el antecedente principal proviene de un contexto musical ajeno. Las investigaciones que tratan sobre el tema del origen de la chilena son escasas, careciendo la mayoría de un sistema de investiga- ción que aplique métodos de análisis de la historia específicos al caso. Los datos que se han registrado al respecto no difieren en gran manera en rela- ción con la procedencia cultural y sobre los acontecimientos que se atribu- yen, ya que las referencias de su presencia en la Costa Chica de Guerrero * Maestro en Etnomusicología por la Universidad de Guadalajara. Desde 1993 es docente en el Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca. Es fundador y promotor del taller de marimba de la Casa de la Cultura de Matías Romero Avendaño, Oaxaca, e ins- tructor de solfeo y piano. [[email protected]] 1 Cuaderno Estadístico Municipal, México, INEGI, 1994, p. 3. 168 ANTROPOLOGÍA y Oaxaca le adjudican un antecedente sudamericano. Ya no se trata de la cueca que practicaban los navegantes chilenos y peruanos, tampoco de los sones que ejecuta- ban los músicos de la región que la recibieron, sino de un producto cultural recontextualizado que se ha ido trans- mitiendo vía la tradición oral. Las diversas fuentes evi- dencian que fue, ha sido y es una manifestación musical hoy tradicional, que ha sufrido procesos de recreación y apropiación y de arraigo en la cultura regional. Los documentos escritos por diversos investigadores coinciden en el contacto que se estableció entre navegan- tes sudamericanos, principalmente de Chile y Perú, y los habitantes de la Costa Chica de Oaxaca y Guerrero.2 La fuente documental cardinal proviene de referencias etno- Cuando Mendoza realizaba sus investigaciones sobre la gráficas, testimonios de viajeros y algunos archivos. En chilena se relacionó con una informante residente, éstos se registran eventos que sucedieron después de las quien le comunicó que su padre trasladó en varias oca- dos primeras décadas y mitad del siglo XIX. siones grupos de personas en esta ruta hacia California. Entre los primeros apuntes que al respecto se proce- Fue así como le cantó las tonadas que aprendió en Chi- saron encontré un documento que elaboró Vicente T. le, mismas que se encuentran en algunas letras de chile- Mendoza en 1948, donde informa que ya desde prin- nas que se cantan en la Costa Chica; ejemplos de estas cipios del siglo XIX había comunicación entre expresiones son las frases como Tirana ná y Ay, ay, ay.4 Valparaíso y Acapulco, intensificándose a partir de En una de sus reflexiones señala que la chilena mexica- 1850 el flujo de “[…] millares de individuos de todas na ya no es la cueca chilena que llegó por medio del las nacionalidades, cuando los barcos chilenos volvie- mar, sino que en la Costa Chica se nacionalizó y adqui- ron a tocar Acapulco, como escala, […]” debido al des- rió sus rasgos particulares cubrimiento de oro en California.3 Los marinos Thomas Stanford publica los resultados de sus permanecían en este puerto mexicano según el estado investigaciones de campo que realizó en Santiago de tiempo, lo que les permitía entrar en contacto con Jamiltepec, Oaxaca;5 en este trabajo advierte descono- la gente nativa y manifestarles sus cantos y bailes. cer la fecha exacta en que un barco naufragó en la Costa Chica de Oaxaca a mediados del siglo XIX, pero 2 Thomas Stanford, “Datos sobre la música y danzas de confirma los datos arriba mencionados y refiere que Jamiltepec, Oaxaca”, en Anales del INAH, vol. XV, 1962; Ben Vinson III y Bobby Vauhgn, Afroméxico. Herramientas para la his- durante los festejos por la culminación de la guerra de toria, México, FCE, 2004; Gabriel Moedano Navarro, Soy el negro Independencia, al darse el contacto entre los marineros de la costa (librillo del disco compacto) Testimonio Musical de chilenos y la población insurgente de Acapulco, fue México, INAH, 2002; Carlos López Urrutia, La escuadra chilena donde manifestaron sus bailes patrióticos. En su regis- en México-1822, Buenos Aires, F. de Aguirre, 1971; Vicente T. Mendoza, La canción chilena en México, Santiago, Instituto de tro etnográfico este investigador destacó la presencia Investigaciones Musicales-Universidad de Chile (Ensayos, 4), que tenía la chilena entre la población negroide de la 1948; Moisés Ochoa Campos, La chilena guerrerense. 1917-1985, zona baja.6 En la conclusión de este trabajo deja abier- México, Gobierno del Estado de Guerrero, 1987; Rolando Pérez Fernández, La población afromestiza mexicana, Xalapa, Univer- ta una línea de investigación relacionada con los “orí- sidad Veracruzana, 1990; Jas Reuter, La música popular de México, genes” de esta música, ya que encontró una “relación México, Panorama, 1992; Benjamín Muratalla, “La chilena de la Costa Chica como representación simbólica de procesos sociales”, tesis de maestría, México, UNAM, 2004; José E. Guerrero, La chi- 4 Idem. lena. Estudio geomusical, México, FONADAN-SEP (s.a.) 5 Thomas Stanford, op. cit., p. 3. 3 Vicente T. Mendoza, op. cit., p. 2. 6 Ibidem, p. 199 169 ANTROPOLOGÍA muy estrecha con los sones de la Tierra Caliente de la cial participación de los libertadores sudamericanos costa michoacana”.7 O’Higgins y San Martín en toda la zona del sistema En su siguiente trabajo publicado admitió que desde colonial y la difusión de sus intereses independentistas los inicios del periodo colonial ya había comunicación hacia las colonias españolas del norte. La mayor parte marítima entre el norte y el sur de América, sin men- de sus explicaciones están fundamentadas en la versión de cionar los lugares específicos en que se habrían regis- Carlos López Urrutia, precisando, además, que esa mú- trado los contactos; la chilena, entonces, pudo haberse sica y baile sólo tuvo “ciertas modalidades propias”;10 es conocido en un periodo anterior al siglo XIX.8 decir, la chilena varió mínimamente al adaptarse al Otro trabajo pionero sobre el tema es el que elabo- contexto sociocultural de la región. No estoy de acuer- ró el profesor e historiador chileno Carlos López do con la idea de trasplante que el autor refiere de la Urrutia, publicado en 1971. Su investigación está fun- cueca al trópico guerrerense, ya que ese concepto im- damentada en gran parte, en la documentación que plica quitar en un lado y ponerlo en otro, según el sen- descubrió en el Archivo de Indias en la Audiencia de tido biológico del término. Guadalajara, así como en información obtenida de los Gabriel Moedano Navarro realizó una minuciosa reportes de los capitanes españoles de California. Los revisión y recuperación de los archivos que organizaron datos que recopiló han sido la principal fuente para Gonzalo Aguirre Beltrán y Thomas Stanford, respecti- plantear el proceso de adopción y adaptación de esta vamente. En relación con sus conclusiones referentes a expresión musical. Como fecha de arribo menciona el los orígenes de la chilena, ambos se fundamentan en las mes de enero de 1822. Según el escritor, el motivo investigaciones de López Urrutia. Citando a Aguirre principal del desembarque de los navegantes fue para Beltrán, indica que sólo fueron suficientes dos meses apoyar las acciones independentistas de algunas colo- para que los marinos chilenos dejaran “[…] el legado nias españolas como la República de Chile, después artístico de la cueca chilena (la cual proviene de tradi- Perú, luego Colombia, México y finalmente Califor- ciones afroperuanas), que se mezcló con tradiciones nia. Un dato sobresaliente que registra es la diversidad musicales y coreográficas regionales afines, hasta con- étnica de los tripulantes que conformaban la escuadra vertirse en una variante del son […]”; ésta se reforzó chilena. Según el historiador, estas acciones justifican la debido al movimiento marítimo por la “fiebre del participación de chilenos y peruanos en el préstamo de oro”.11 El producto cultural resultante de esta mezcla se la chilena, cuyo nombre de origen fue la cueca de Chile identifica como chilena, una forma musical totalmen- o la zamacueca peruana.9 El autor refiere que la prime- te regional, con sus propias características locales. El ra chilena que se adoptó en la Costa Chica fue precisa- autor supone que el lapso para que esta expresión se asi- mente la denominada “La chilena”, argumentando que milara y difundiera como una forma musical propia- esta canción hoy se conoce como “La Sanmarque-ña”, mente mexicana fue aproximadamente de 50 años, dato que también registró Vicente T.