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1963

Critica social en las novelas de Luis Spota

Dorothy Reeta Bohn The University of Montana

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Recommended Citation Bohn, Dorothy Reeta, "Critica social en las novelas de Luis Spota" (1963). Graduate Student Theses, Dissertations, & Professional Papers. 1938. https://scholarworks.umt.edu/etd/1938

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by

DOROTHY R. BOEN

B.A, College of Great Falls, 1961

Presented in partial fulfillm ent of the requirements for the degree of

Master of Arts

MONTANA STATE UNIVERSITY

1963

Approved by:

airman, Board of Examiners

Dean, Graduate School

JAN 2 9 1964 D ate UMI Number: EP35449

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UMT PtMriina

UMI EP35449 Published by ProQuest LLC (2012). Copyright in the Dissertation held by the Author. Microform Edition © ProQ uest LLC. All rights reserved. This work is protected against unauthorized copying under Title 17, United States Code

ProQuest*

ProQ uest LLC. 789 East Eisenhower Parkway P.O. Box 1346 Ann Arbor, Ml 48106 -1346 In d ic e de MâTERiAs

P agina INTRODUGCIÔN...... i

GAPÏTULO

I. Guatro siglos y medio de conflicto...... 1

II. La tradiciôn didâctica en la novela mesicana...... 10

III. Luis Spota, novelista de protesta...... 22

17. Las novelas de Luis Spota...... 32

7. El "rastacuerismo",...... 62

71. Los nuevos caciques...... 75

7 1 1 . E l T lo Sam...... 89

7III. Las espaldas mojadas...... 104

IX. Picaros y picaras ...... 112

X. Los de abajo...... 125

XI. Los Talientes...... 140

GONGLUSIÔN...... 154

BIBLIOGRAElA...... 158 Introduceion

En 1957 aconteciô un fe nome no en el mundo literario de Héxico.

üna novela, escrita por Luis Spota, un joven periodista, se hizo de repente un verdadero ézito deli b r e r ia , cosa que no habla sucedido en

México desde la época en que se publicaron loslib r e s de Federico

G-amboa en principios del siglo veinte, Desde aquella feclia siguen gozando sus novelas de una gran popularidad, siendo entre las mas extensamente leidas de toda la repûblica,

A pesar de la popularidad de sus novelas, la critica de sus obras ha sido muy escasa. En los textos literarios de los Estados Uni dos y de Mexico la critica de sus libres no lleva mas que une que otro pârra- fo, mientras que autores de me no s publico son tratados ampliamente. No existe, ni en Mexico ni en los Estados Unidos, un extenso estudio de su s o b ra s .

Buscando como sujeto de mi tesis un novelista quese a a l a vez contemporâneo y popular, me pareciô que Luis Spota era el indicado,

Primero, era necesario saber qué clase de novela satisface el gusto popular de Mexico, Deduje de mi estudio de la novela mexicana que, casi sin excepciôn, las novelas que han agradado en México son didécticas, y que tratan temas nacionales. La tradiciôn didâctica, iniciada en 1816 por Fernandez de Lizardi, el primer novelista mexicano, ha continuado sin interrupciôn hasta tiempos actuales. Las novelas instruyen, resenando e interpretando la escena nacional, y protestando los maies de la sociedad. Los novelistas populares sehan ocupado de esta mlsiôn didâctica.

Una vez convencida de que el novelista mexicano ha tenido esa mision, busqué respuestas a estas cuestiones: ^Es Luis Spota digno heredero de la tradiciôn lizardiana? ^Gumple con la mision del nove­ lista didâctico, asi mereciendo su popularidad?

Para exponer mis estudios sobre este autor, he organizado mi tesis de esta manera:

Capitule I es un repaso de los problèmes histôricos que han sido tema de las novelas didécticas mexicanas,

Gapitulo II resena el desarrollo de la tradiciôn didâctica en la n o v e la ,

Gapitulo III es la biografia de Luis Spota, con eomentarios del autor sobre la critica mexicana y el mercado literario.

Gapitulo IF comprends datos éditoriales, resümenes de argumento y eomentarios de las novelas del autor.

Gapitulo F a XI son una exposiciôn de los temas de Luis Spota, en la que he relacionado su tratamiento de estos temas con los problèmes de Mexico tal como los entiendo.

En la conclusiôn, he dado mi evaluaciôn de los méritos de Luis

Spota como heredero de la tradiciôn didâctica.

11 G a p itu lo I

Quatre siglos y medio de conflicto

México, después de cuatro siglosj medio de conflicto, lucha toda- via por sacarse del enmaranamiento de su historia y por encontrar su auténtico rostro. Como se vera mas adelante, desde la época de la

Independencia, los novelistas se han ocupado de la tarea de sacar en limpio los problèmes del laberinto que la hxstoria ha legado a México,

Para tasar la mision del novelista es precise comprender las singularidades de los conceptos culturales de México—conceptos muy distintos de los nuestros, Descontando las aportaciones materiales que hemos heredado de los Indies, muy poco de lo indigena queda en la corriente de nuestra sociedad. Al contrario, en México los conceptos culturales, sobre todo las costumbres, las creencias y la psicologia del pueblo, son notablemente Indies, Aunque Espaha impuso su lengua, su religion y sus leyes, México sigue siendo un pals en que predominan la raza y la c u ltu r e i n d i a s .

De las muchas tribus nomadas nortenas eran los aztecas los ultimes en establecerse en el Talle de México, Paulatinamente los vinculos entre las antiguas tribus se debilitaban y por fin los aztecas, pueblo m ilitar y organizador, se impusieronsobre las antiguas sociedades y fundaron el Imperio Azteca,

Los pueblos, sometidos al dure mande de los aztecas pero no con­ formes a su dorainio, acogieron a los espanoles como libertadores de su esclavitud. Por otra parte, haoe fait a tener en cuenta el heoho de que los dioses que los aztecas habian impuesto a los otros pueblos, pero que

éstos no habfan aceptado en sus verdaderos conceptos, ya babian per- dido su vitalidad. La gente se sentia desamparada ante los signos y profeclas qua anunciaban la cafda de los dioses. Razon de mâs para que los pueblos indios estuvieran dispuestos a dar acogida a los e s p a â o le s .

En su libro El laberinto de la Sole dad cita Octario Paz al bistoria- dor inglés, Arnold Toynbee, quien piensa que "los espa&oles no hicieron sino sustitulr a los aztecas, resolviendo en una sintesis politics la tendencia a la disgregacion que amenazaba al mundo mesoamérica."^

Pero aunque los espanoles resolvieran "en una sintesis politics la tendencia a la disgregacion," no lograron unificar al pueblo en una culture homogénea. Existe en la actualidad, cuatro siglos y medio des­ pués de la Conquista, ademâs de la culture espanola, una pluralidad de cultures indigenes. Estas cultures residuales, todayla robustes, laceran el pals y atormentan a los hombres de letras que tratan de dar pauta y expresiôn a la vida nacional. "Cualquier contacte con el pueblo mexicano," dice Octavio Paz en el mismo libro, "asl sea fugaz, muestra que bajo las formas occidentales laten todavla las antiguas creencias y costumbres. Esos despojos, vives aùn, son testimonio de 2 la vitalidad de las cultures precortesianas."

^éxico, 1950, p. 93.

^Paz, p. 93. Es dudoso que fuera el propôsito de los Conquistadores mantener vivos los elementos de las culturas indigenas. Dada la crueldad con que atacaron sus documentas, sus diosesj sus ceremonias, es poco probable que los primeras espanoles respetaran las culturas de los indios y las consideraran dignas de conservar.

Sin embargo, se reunieron varias factoresque dieron impetu a la conservaciôn de estas culturas. La naturaleza de la Conquista tera a l que los espanoles necesitaban de manos de obra para la explotaciôn de la riqueza mexicana, asi que en vez de destruir la raza indiaera im­ portante que la preservaran. La reina Isabel, mujer surnamente piadosa, se h ab la empenado en que los naturales fueran convertidos e integrados en la grey catolica, y la politics ya impuesta por ella se imperaba en

México. La Iglesia Catolica era una religion abierta a todoa lo s pueblos, y h a sta dispuesta a pasar por a lt o singularidades étnicas en los ritos de los indios para mejor realizar la propagaciôn de la fe,

Estos rasgos todavia se n otan en las creencias religiosas de los indios de M éxico.

La Hueva Espana, observa el historiador Henry Bamford Parks a en su libro, History of Mexico, fue conquistada por aventureros que ten ia n por meta el despojo y la gloria personal, pero fue gobernadapor représentantes de la corona espaflola.' Las actividades de los virreyes y de los sacerdotes tenian que atenerse rigorosamente a los mandos del rey y del Cousejo de las Indias. Aunquela administracion espanola era

^Boston, 1938, pp. 88-99. 4 despética, era idealista, îîingiia imperio, hace notar el historiador

Parkas, ha demostrado mas interés por el hienestar de una raza con- duistada. Su interés, como es de suponer,té n ia pies, pues a todo costo queria el monarca evitar manifestaciones de independencia por parte de los criollos. Deseaba que los indios fueran incorporados en la civilizacion espanola con los mismos derechos y las mismas obligaciones que tenian los criollos.

Guando llegô el Tirrey Mendoza a la Nueva Espana en 1535 sus primeros pasos eran los de m ajorer las condiciones de lavida de lo s indios. Con él vinoe l obispo Zumârraga, igualmente concienzudo y justo en sua c titu d hacia los indios. Hubieraquerido el monarca abolir la esclavitud y el sistema de las encomiendas—repartimlentos de la tierra encomendados a los espanolesque tenian el derecho de hacer trabajar a los indios so pena de muerte, como si fueran esclavos- pero juzgô Mendoza demasiado atrevido esep aso. Sin embargo, régulé l a s h o ra s de trabajo en las minas y exigié que se pagaran sue Idos a los indios que trabajaban en las encomiendas. Puso en practice la con­ servaciôn delan tigu o sistema de propiedad de las tierras—sistema de goce comùn seme jante al sistema de Espana en los pueblos campesinos.

Goncediô a cada aldea su ejido con el derecho de gobernarsepor medio de sus caciques indios, ademâs del derecho de conservar sus antiguas costumbres con tal de que no hubiera conflictos con la fe cristiana.

De suma importancla en la conservaciôn de la cultura indigena fue el celo con que Bartolomé de las Casasd efen d iô a los indios, desa- fiando al mismo rey cuando este tomôp arte con los encomenderosen su tentative de reducirlos a esclavesbajo el pretexto de evangelizaciôn. Desgraciadamente, las medidas tomadas por los espanoles durante la época de los primeros virreyes, aunque lograron conservar las razas indias con sus rasgos heterogéneos,no valieron para que los indios se elevaran y se ineorporaran en una civilizaciôn indio-espanola. Al contrario, los espanoles excluyeron a los indios, relegandolos a un piano inferior, y los indios se endurecieron en sus antiguas costum­ bres en desafxo deldom inio e s p a n o l.

A medida que se declinaba el imperio espanol las condiciones de vida de los indios llegaron a ser cada vez peores bajo losabuses de los criollos y espanoles y el despotisme de sus propios caciques.

Los mestizos, muchos de ellos bijos de la violencia, apenas tuvieron mejor suerte que los indios. No hallaron acogida ni en las ranclierias ni en la sociedad criolla. Mientras la capital y algunas de las ciudades provincianas gozaban de una civilizacion refulgente, muchos mestizos vivxan de pordioseria o del robe. De esta clase desam­ parada naciô la enorme populaciônde lêperos. Mostreneos, hambrientos,

sucios, enfermes y casi desnudos, los léperos erraban por las calles y las plazas robando, mendigando,v io la n d o , matando, buscando de corner y de satisfacer sus apetitos corrompidos. Llegaron a ser, y todavia son, una llaga en la sociedad mexicana. De la clase mestiza nacio también el "macho," este in d ivid u o fanfarrôn que se ufana de su b r io y su individualisme, cosa poco comun en el abnegado indio. De

este pueblo resentido y révolueionario salieron los Ixderes de las luchas contra los espanoles y las instituciones hispénicas.

La vida del indio, y en gran parte la del mestizo, se cambiô muy poco con el movimiento de la Independencia. Fue ése un movimiento de los criollos, qu.ien.es, estimulados per los conceptos franeeses, apro- vecharon la debilidad de Espana para librarse de los impuestos y las restricciones exigidas por la patria madre,

El medio siglo que sigue a la Independencia era una época de anarquia, revoluciôn y guerra civil. Ni el imperio mexicano ni la intervencion de las potencias extranjeras pudieron imponer la paz y la tranquilidad. Tampoco dieron los anhelados mejoramientos la

Gonstituciôn de 1857 y las Leyes de Reforma,

La Independencia, aunque espoleada por las ideas progresistas de igualdad y libertad, no provocaba el nacimiento de una fuerte sociedad burguesa como habian esperado sus lideres, "Por el contrario,” dice

Octavio Paz, "la venta de los bienes de la Iglesia y la desapariciôn de la propiedad comunal indigena—que habia resistido, precariamente, très siglos y medio de abusos y acometidos de encomenderos y hacen- dados—acentua el carâcter feudal de nuestro pais,"^

Lesley Byrd Simpson en su libro Many Mexicos senala el hecho de que el latifundismo, después de la Independencia, vino a ser mas y mas extenso, ya que no habia restricciones gubernamentales, Vivieron los hacendados como principes, gozando de todoa los privilegios de la nobleza. Era una sociedad estatica, en que dos cultures mutualmente exclusivas vivieron bajo el mismo tecbo/

^Paz, p. 127,

^Berkeley y Los Angeles, 1960, Capitule 21, Con parcas, mas elocuentes, palabras describe Octavio Paz las con­ diciones en Mexico durante el régimen del despota Porfirio Diaz en los u ltim o 8 anos del siglo diez y nueve y los primeros del siglo veinte:

La Repûblica, sin enemigo al frente, derrotados conserva- dores e im périalistes, se encuentra de pronto sin base social. Al romper lazos con el pasado, los rompe también con la realidad mexicana. El poder sera de quien se atreva a alargar la mano. Y Porfirio Diaz se atreve. Era el mas brillante de los générales que la derrota del Imperio habia dejado ociosos, por primera vez después de très cuartos de siglo de batallas y pronunciamentos....

El "soldado del 2 de abril" se convierte en "el héroe de la paz". Suprime la anarquia, pero sacrifice la libertad. Reconcilia a los mexicanos, pero restaura los privilegios. Organize el pais, pero prolonge un feudalismo anacrônico e impio, que nada suavizaba. [por exemple, las Leyes de Indias contenian preceptos que protegian a losin d io s ] E stimula el comercio, construye ferrocarriles, limpia de deudas la Hacienda Pûblica y créa las primeras industries modernes, pero abre las puertas al capitalisme anglo-americanp. En esos anos Mexico inicia su vida de pais semi-colonial.

E l gobierno de Porfirio Diaz era un régimen de viejos privilegia- dos que no quisieron ceder el poder y los privilegios.Tanto l a c la s e media como los obreros, los campesinos e, incluso, gran parte de los intelectuales se inquietaban bajo eldespotisme de este dictador.

Era inevitable que sucediera la Revoluciôn de 1910. Eue el primer movimiento mexicano auténticamente popular—una revoluciôn que se estallo sin plan, sin précédantesni precursorss ideologicos, "Lente­ ment e ," dice el senor Paz, "en plena lucha o ya en elpoder, e l movimiento se encuentra yd e fin e . Y esta ausencia de programa previo le otorga originalidad y autenticldad. De ahf provienen su grandeza

Gpaz, p. 127. y sus debilidades. . . . La explosion révolueionaria es una porten-

tosa fiesta en la que el mexicano, borraeho de si mismo, conoce al 7 fin, en abrazo mortal, al otro mexicano."

La Revoluciôn derrocô irrevocablemente el antiguo orden y abriô

paso al nuevo, dedicado alrenacimiento de valores indigenas. La pri­ mera responsibilidad de los lideres fue la de poner fin al caos en

México. El nuevo partido politico se formé de todas las fuerzas que

se habian reunido para hacer triuafar la Revoluciôn; el nuevo ejér-

cito, los caciques politicos de los estados, los sindicatos y las

organizaciones campesinas. Sus metas eran surnamente nobles—reforma

agraria y obrera, escuelas, viviendas, sanitaciôn, industrializaciôn,

libertad, libres elecciones—en fin, una mejor vida para los mexicanos.

Después de la Revoluciôn huboun verdadero renacimiento de la

cultura indigena—homenaje a todo lo estético: mûsica, balle, arqui-

tectura, ceramica, arte, lit e r a t u r e . En ciertos respectes México ha

dado pasos gigantescos ante el fenômeno de la modernidad. En cuestiôn

de carrêteras, construcciôn, asuntos financières e industriales ha

hecho un p rogress formidable. En otros respectes ha fracasado rotunda-

mente. Que danla lacra de la pobreza y problèmes de todo indole, tanto

economises como politicos y sociales. Mexico no ha logrado mantener y

purificar los an tig u o s valores en unambiante de f e li c id a d , como h a b ia

esperado, ni tampoco ha podido in te g r a r las culturas residuales en una

sociedad homogénea. Lo atraen dosc aminos—camino adelante y camino

a t r â s . Su gran problems es el de sintetizar el pasado con el porvenir.

^Paz, pp . 133 y 146, e l mismo problems que le ha aoosado desde tiempos de los conquista­ d o re s , La mi sé r ia todavia lo azota, iqual que el crimen, la delincuencia juvenil, la faita de escuelas, la disoluciôn del h o g a r, e l problema del campe sino y delobrero, y—lo que es de maxima preocupacion a los novelistas—la corrupciôn de susgobe m a n tes .

La novela mexicana se ha desarrollado como in stru m en to d id â c tic o ,

c o rrie n d o p a reja s con su historia. La mision del novelista ha sido l a de interpreter la escena mexicana y tr a ta r los problèmes que acosan la sociedad. Gapitulo II

La tradiciôn didâctica en la novela mexicana

Coïncider los crlticos en senalar que la didâctica y la instruc- ciôn siempre han ocupado un lugar dominante en la novela mexicana y en las obras noveladas que la antecedian.

En su Gomentario sobre los origenes de la novela en Mexico, John

S. Brushwood estima que "En cuanto a las obras noveladas que aparecieron en la época colonial, parece que en general querian moralizar. . .

Hay una notable excepciôn a la naturaleza moralizante de las obras noveladas. El libro que muchos crlticos eonsideran como elverdadero precursor de la novela mexicana nada tiene de didâctico.Infortunios de

A lonso Ramirez, escrito en 1690 por Carlos de Sigüenza y Gôngora, es un relato biogrâfico de las desventuras de un portorriqueno que se naufrage en la costa de Yucatan, Mexico.

En efecto, eran muy pocas las obras escritas en Mexico durante la

época colonial que podian calificarsede obras noveladas, y esas eran de dudosac a lid a d . Eran, por mas parte, de in d o le religiose, que exaltaban la fe Catolica y los conceptos morales y ad vertian de lo s g peligros de una vida peeaminosa.

^John S. Brushwood y José Ho jas Garciduenas, Breve Historiade l a novela mexicana (México, 1959), p. 12, p Algunas obras noveladas que anteceden la novela mexicanason Los sirgueros de la Tirgen, escrita en 1620 por Francisco Bramon; Elp ere­ g r in e con g u ia , escrita en 1750 por Reynal; y Iæ portentosa vid a de la M u erte, 1792, p o r Joaquin B o lah o s.

10 11

El paso de novelas a las Indias fue prohlbido por la corona, pero eso no explica debidamentepor que no se escribian novelas en la Kueva

Espana. El género fue conocido y leldo, pues a pesar de la prohibiciôn, muchas novelas entraron en México. Mas bien pareceque l a s cond i­ c io n e s no eran propicias para el desarrollo del género. Por un lado, gran parte de los hombres de letras eran religiosos, para quienes la n o v e la no era precisamente légitima. Por otro lado, la sociedad no estaba consolidada—era una época de aventura y movimiento. Ademâs, faltaba imprenta para un género tan "frivolo.”

Fernando Alegrla explica la falta de novelasen Mexico en e s to s té rm in o s :

El sello misionero de la conquista espanola esta patente en la literatura a que ella diô origen: una literature cuyo objetivo no era divertir, sino informer aEurope de lo que acaecia en América y defender el derecho de la gran empresa de Ultramar. La tradiciôn novelisticaeuropea se forjô en el ocio y el lu j o de refinadas culturas. La América Hispana de los siglos XVI, XVII y XVIII era un campo de batalla en e l te r r e n o p o l i t i c o como en e l te r r e no moral y sus escri- tores determinaron, con razôn o sin ella, que el mejor vehiculo literario para el mensaje que propagaban no estaba en la narraciôn de picarescas o pastoriles aventuras, sino en una prosa didâctica o en una poesia humanistica. Por nece- sidad politics e intelectual,en to n ces, desdenaron la novela.^

R é su lta , entonces, que la prosa que se escribiadurante l a Gon-

quista y el tiempo colonial, incluso lasmâs de las obras noveladas, era principalmente de indole didâctico instructivo e y carecia de ese

elem en to tan deseado en la novela—el de recrsar.

E ste e s el patrimonio que heredô l a literatura mexicana cuando, en

1816, y en pleno movimiento de Independencia, Fernandezde Lizardi diô

3 , Fernando Alegria, Breve H istoria de la novela hispanoamericana (México, 1959), p. 15. 12 a luz el libro que iba a poner en marcha la novela mexicana.

Fernandez de Lizardi fue, por encima de todo, periodista,Con l a promulgaciôn de la libertad de imprenta se lanzo Lizardi al periodismo para combatir los vicios de la sociedad colonial. "Sus escritos," dice

Maria del Carmen M illân, "estân dirigidos al pueblo y para despertarlo de su indiferencia le habla con sus propias palabras y usa ejemplos crudos y realistas."^

Como medio literario Lizardi optô por la novela para llevar sus idéales al publico. En M Periquillo Sarniento pinta las costumbres de la época colonial y pone de manifiesto el descontento de una sociedad en transiciôn, A través de un personaje picaro muestmtodas las lacras de la sociedad. Ténia por fin la reforma politica y social, y escribiô de una manera moralizadora y satirica, Como su primer interés era que su mensaje lie g a r a al pueblo, escribiô con palabrasd ir e c te s y c ru d a s, en el lenguaje del pueblo, sin preocupaciones de estilo,

", , , El Periquillo Sarniento," dice Azuela, "no es mâs que el primer balbuceo de la novela mexicana, Lo que nos atrae. . , no es su literatura, sino el mexicanismo que rezuman suslib r o s , lo auténti­ camente nacional, cuando lo auténticamente literario esta muy lejos todavia en la novela,"®

Al romper politicamente con Espana, los escritores mexicanos re- chazaron a Espana como fuente de inspiraciôn literaria y tormaron su

M illân, p. 127.

^Azuela, p, 47, 13 mayor inspiraciôn de Francia. Sucediô eso cuando el romanticismo

estaba en su apogeo. Sin embargo, solo losnovelistas que lograron

interpreter la escena mexicana podian satisfacer los gustos nacionales, y en sus obras habia muchos rasgos del realismo.

En la época que se califica de "roméntica" (1830-1857), solamente

son dos los novelistas de verdadero alcance—Luis G. Inclân y Manuel

Payno, Por sus in t r ig a s y su sensiblerie, tipicas de la época, sus novelas son românticas, pero agradan mâspor sus fieles cuadros de la vida mexicana que por su romanticismo.

La obra principal de Inclân, Astucia,e s c r it a en 1865, tiene por

tema el ambiante rural. Es la historia de las aventuras de un grupo

de charros dedicados al contrebande deltab aco, en donde elautor enriquece la novela cone scen es de la vida rural, ademâs dee x a ltar la lealtad, la camaraderie y el sentimiento de j u s t ic ia , sentimientos muy preciosos al campe s i no. En esta obra Inclân présentaun hombre de

carne y hue so, primera vez en que unn o v e lis ta mexicano ha demostrado

esta cualidadcreadora —paso a d elan te en el desarrollo de la novela m exicana.

Las primeras obras de Manuel Payno, escritas bajo la influencia

del movimiento romântico, tienenmuchas de las complicaciones de l a

novela romântlca. Sin embargo, sorprenden porsus descripcione s cos- tumbristas. Su obra maestra, Los bandidos de Rio Erio, fue e s c r ita

1889-1891, cuando el realismo estaba en pleno auge.El subtitulo de

Los bandidos de RioE rio e s "Novela naturaliste, humoristica, de cos­ tumbres, de crimenes y de horrores," Estiman los criticos que a pesar de su intenciôn decomponer un libro naturaliste, no logrôcomprender 14 la teor£a del naturalismo. La novela queda un excelente cuadro de costumbres y lo que el autor quiso que fuera naturalismo résulté bastante romântico.

En estas novelas se empiezan a dejar atrâs lasseSas rig o ro s a ­ mente folletines de Lizardi, y la novela, reuniendo los elementos de romanticismo y realismo, surge como un género fijamente nacional.

Ademâs de instruir, comienza a darse rasgos verdaderamente novelfsti-

0 0 8 —delineacién dec a r â c te r , auto-estudio de la mexicanidad, len g u a je auténtico, y hasta cierto punto, unidad. Pero todavia care­ cia de lo que se merece llamar estética.

"Desde el punto de vistapuramante artistico," dice Brushwood,

"podria decirse que Ignacio Manuel Altamirano (1834-1893) es el primer n o v e lis ta m exicano. . . . Ademâs d e l tem a pLan o v ela ] debe incluir cierto elemento didâctico. No proponeuna s e r ie de disquisiciones morales, sino una novela que présenta ejemplos de la honradez, del patriotismo, de la diligencia, etc."®

En esta época de transiciôn,en que el realismo va paulatinamente reemplazando el romanticismo, el autor que mâs c ont ri buy e a la clase de expresiôn literaria empezada por Lizardi, en que predominan la sâtira y la critica social, es José Tomâs de Guéllar (1830-1894), cono- cido afectuosamente por el apodo de Eacundo. "Considéra este autor," dice Maria del Carmen Millân, "que su tarea para la regeneraciôn del hombre dentro de su labor de novelista, podria consistir en ridiculizar

^Brushwood y Rojas, pp. 36-37, 15 los vicios y las malas costumbres, exîiibir las lacras sociales para, por contraste, despertar el goce por los modelos de la virtud.'’"^

Los anos en que se cultivaba la novela realista en México (1880-

1910) coincidieron con el régimen de Porfirio Diaz, anos en que la influencia de la filosofia del Positivisme erabastante notable . E l florecimiento de la industrie se apoyabaen conceptos burgueses. Las mejoras anbeladas no eran de carâcter révolueionario, sino de reformas en los propios hombres,

"Emilio Rabasa (1856-1930)," dice Brushwood, "es el primer nove­ lista mexicano en cuya obra prédomina laté c n ic a de la escuela O realista." Sigue Rabasa en la tradiciônlizardiana, con lo picaresco, la critica de la sociedad y la sâtira, solo que su arte es muy superior al de Lizardi. Sus novelas tratan de la clase media,Ve éste en la c la s e media la posibilidad de mejorar la sociedad mexicana, Ataca a los caciques, ambiciosos y sin escrupulos, y exalta los altos idéales,

El escritor mâs independiente de esta época realista es Rafael

Delgado, Delgado diô expresiôn a la sintesis entre lo romântico y lo realista, Opinaba que como no son antitéticosen la vida, no habian de serlo en la novela—filosofia literaria muy importante en el desarro­ llo de la novela mexicana. Ejemplifica Delgado la mexicanidad que tanto deseaba Altimirano,

'''milân, p. 183,

^Brushwood y Rojas, p, 44, 16

Federico G-amboa es el ùnico novelista que los crlticos convienen en llamar "naturalista." Estân de acuerdo que lo es mâs por tema que por técnica, y en sus novelas del "caso extremo" entran tantas exageraciones que resultan bastante românticas. Escribe de problèmes

socio-psicolôgicos con tratamiento surnamente moralizante, A pesar de su esplritu cosmopolite, su escenario mexicano y sus de sc ri pci one s de costumbres son auténticamente nacionales.

Otro novelista polémico de gran realce durantela época porfiriana fue José Lôpez Portillo y Rojas. Le interesaba el carâcter didâctico y m o r a liste de la novela, e hizo propaganda de ideas tradicionalistas en politica, moral y religion.

Es digno de noter que mientras la paz tranquilidad y de lo s tiempos despôticos de Porfirio Diaz—época de ocio y lujo paraalgu n os— dieron granim pulse a la novela, no dejo deser v e h ic u lo fundament ai­ me nte didâctico en vez deconvertirse en género de arte.

Dada la naturaleza del régimen, no es sorprendente que ningân escritor de indole politicoy s o c ia l fu era p re c u rs o r de l a n o v ela révolueionaria. No pensaban tanto en cambiar las institucionescomo en mejorarlas.

Es Tom ochic, n o v e la historica, que esta considerada la precursors

de la novela de laRevoluciôn, Su autor, Heriberto Prias, joven

oficial de ejército, escribiô delfan atism e con que los tomocMtecos defendieron sus derechos con tra l a s tropas federales. No se puede meno8 de v e r en este libro l a crueldad de l a s tropas federales. "Bajo

el encomio general de los federales," dice Brushwood, "correuna c r i t i c a que nos muestra un cuadro del régimen porfirista me nos perfecto 17 que lo que se presumîa."^ El libre esté escrito mâs bien, como reporta- je que como n o v e la .

Precisamente en el moment o cuandose mostraban manifestaciones estéticas en las que la trama, el estilo y los personajes comenzaban a Gonfundirse en una unidadde expresiôn creadora mâsa ll â de l a narraciôn externa, estallôl a Revoluciôn. La Revoluciôn era un movi­ miento tan arrollador que cambiô casi porcom plète la faz de México, y por consiguiente, la orientaciôn de loshombre s de letras. La

Revoluciôn, dice Maria del Carmen Millân:

Se caracteriza, en sus origenes, por un afân de destrucciôn que impulsaba a las masas, sometidas por anos de injusticia, a la venganza y al exterminio. Esta brutal conmociôn inspirô una literatura que refiejaba, desde diferentes ângulos, una amargare alidad. Como en el caso de la Con­ quista, la época se réfugia en la n a rra tiv e y la literatura es, al mismo tiempo que testimonio histôricode in te r é s nacional, testimonio humano de interés particular. Las obras narratives inspiradas por la Revoluciôn son parciales, fragmentarias, y han recibido el nombre de"Novelas de l a Revoluciôn". El nucleo principal de este género esté formado por obras que presentan la fase histôrica y politica del movimiento con caractères generaiments autobiogrâficos. De éste se desprende una considerablev a r ie dad de derivaciones que pueden clasificarse por el tema en: novelas de pre- ocupaciôn social, indigenista, rural,c r is t e r a , del petrôleo, de inspiraciônprovinciana.^O

Résulta sumamente d iflcil clasificar las novelas de la época con- temporânea, que comprends el medio siglo que sigue al estallido de la

Revoluciôn, Clasificaciôn temâtica es peligrosa, pues hay tantos otros elem en to s que tienen que tomarse en c u e n ta . Todas las novelas son

^Brushwood y Rojas, p. 63.

^°Millân, p. 269, 18 esencialmeixte realistas, todas se preocupan per el destine de México y la busqueda de una conciencia nacional,

Como e je de la novela contemporânea se destaca lagran f ig u r a de

Mariano Azuela, quien esta conocido como la ejemplificaciôn de la

"Novela révolueionaria." "Observé de cerca," dice Maria del Carmen

Millân, "unos de los aspectos mâs desenfrenados de la Revoluciôn y los fijô en su novela mâs conocida, Los de abajo (1916), entrecuyos méritos estâ el de haber ahondado en la psicologia colectiva del pueblo para dar un testimonio literario y humano muy prof undocom­ y p le t e de M éxico,

Mâs tarde otros autores se interesaban en el tema y apareciô el florecimiento de la "novela de la Revoluciôn," pero ninguno alcanzô la estatura de Azuela, Dr, Azuela perteneciô, como médico, a las filas de la Revoluciôn, pero no era révolueionario. Se ven en sus obras sentimientos de amargura y de re sentimiento. Sus novelas, por mayor parte, son crlticas de la organizaciôn social y de los vicios y abusos de quienesd ebieran aceptar la responsabilidad de dirigir.

Es irônico, observa el Sr, Rojas, que "no hay una sola novela de 12 Mariano Azuela verdadera y propiamente révolueionaria,”

La mayoria de las novelas de la revoluciôn no eran mâsque e p is o - dios y anécdotas que poco tenian que ver con el artede novelar, Sin embargo, algunos autores sobresalieron, como Rafaël Munoz, Martin Luis

Guzman, José Mancisidor, que lograron dar mayor amplitud a sus novelas

^^Millân, p. 270,

^%rushwood y Rojas, p, 97. 19 que el simple eplsodio. José Rubén Romero, que se destaca por su costum- brismo, entrafia el desencanto y laamargura que nacieron de laRevoluciôn,

Ciertos escritores, agobiados por la angustia de la Revoluciôn, ^ giaron en el pasado con "novelas retrospectivas." Entre é s to s , so lo

Srmilo Abreu GÔmez h a te n id o mucho é z it o con sus novelas de las rebe- liones y el ambiante de los in d io s de Y u catan .

C asi to d a s l a s novelas contemporéneas, incluso l a s de la R evolu- c iô n , son, de una forma u o t r a , n o v ela s de problèmes sociales, y p o r ta n to , didécticas. La " novela cristera," que recoge los sucesos que ocurrieron en M éxico en tre 1926 y 1929 durante la sublevaciôn que se s u s c it é por cuestiones religiosas, no es més que propaganda y de escaso valor. Tanto las novelas de a s u n to s r u r a le s , d e l petrôleo, indianistes y l a s de inspiraciôn provinciana como las novelas de la vida urbana eran de preocupacion social.

Como resultado de laRevoluciôn, de primera importancia es e l cam bio de co n cep to en e l tratamiento de temas nacionales, cambio que se h iz o manifiesto de sumo g rad o en temas indigenas. La idealizaciôn rom éntica del indio y el cuadrode costumbres han sido reemplazados p o r una corriente con més tra scen d en cia en e l campo de la sociologie, de l a psicologia y de la antropologîa. Aunque tal vez haya perdido un poco d e l a r t e que se habia comenzado a b rotar en los anos "ociosos y lu jo so s" de Porfirio Diaz, el novelista contemporâneo hace las veces de cientifico en asuntos sociales—paso adelanteen el papel del n o v e lis ta como p ortavez de la "instrucciôn publics." El primer nombre entre los novelistas indianistes es Cregorlo Lôpez y Fuentes. Su més 20 conocida novela, El indio, présenta la tragedia de una comunidad indigena en que el indio vive al margen de la civilizacion.

Hace cosa de veinticinco anos unos escritores, casi todos

jovenes, se dedicaban a un movimiento literario con miras de per- feccionar el arte y de vincular mâs estrechamente la literatura mexi­ cana con conceptos occidentales actuales. Acudieron a fuentes como

André Gide, Marcel Proust, James Joyce, Paul Valéry y T. S. Eliot.

Publicaron en la revista "Gontemporâneos," y se conocen con el nombre del grupo "contemporâneos." Sacrificaron el tema nacional y la acciôn por la introspecciôn y la psicologia, Tuvieron bastante

ézito en la poesia y el ensayo, pero en cuanto a la novela, género del gran publico, toparon con enconada resistencia. El publico réclamé temas nacionales, acciôn y critica social. Para él la novela introspectiva no cumplié con su deber: servir de instrumento de ensefianza,

Los libros de Agustin Yânez, uno de los mâs venerados novelistas de México, son de una prosa bella y lirica, y tratan los personajes

con extraordinaria penetracién psicolégica. Pero hay que tener présente que sus temas son de inspiraciôn provinciana, y sus obras

son un estudio psicolôgico de todoun pueblo—no de un individuo.

Juan Rulfo, también subjetivo, que tanto furor ha ocasionado en cir­ cules literarios en ultimas fechas, trata un tema regional—la desolaciôn de las tierras desiertasy âridas de su patria chica.

Alrededor del aho 1940 autores de algûn talento novelistico, como Héctor Raul Almanza, Magdalena Mondragôn y José Revueltas, se alejaron de temas revolucionarios y comenzaron a escribir novelas de 21 protesta contra las injusticias sociales de actualidad que acaecfan tanto en los centres urbanos como en les sectores rurales. Los pro­ blèmes contemporâneos habîan despertado en el pueblo indlgnaciôn contra la corrupciôn de susdirigeâtes y la falta de responsabilidad de éstos. Gree que sus "caciques”—es decir, sus llderes y sus gober- nantes—le ban traicionado, y esté dispuesto a acoger a autores que

se atrevan a alzar la voz en protesta de estesa b u ses.

Ültimamente dos novelistas de protesta han tenido un verdadero

éxito de librerfa—cosa que no ha su ced id odesde los dias de Federico

Gamboa con su s n o v ela s naturalistes. Une de estes autores es Carlos

Fuentes, quien en su La regién mas transparente intenté dar un cuadro

complete de la vida de l a c iu d a dde México, pintândola con todas sus

llagas. El otro es Luis Spota, periodista, como han side la mayoria de

los novelistas mexicanos, que sabe h ablar al pueblo en su propia lengua y poner el grito en el cielo, denunciando a los "nuevos caciques" su

traiciôn al pueblo mexicano y ponieiidoen ridicule sus fatuidades.

Parece que el espiritu de Fernândez de Lizardi no esta muerto. El

publico sigue reclamando novelas que griten sus resentimientos y que

le guien y le instruyan en asuntos de interés nacional.

Si en su desarrollo la novela mexicana todavia noha alcanzado

cumbres estéticas, p or l e menos ha presentado un vivo cuadro de una

sociedad—una sociedad heterogénea siempre lu en ch a . A pesar de la

brecha que ocasioné la Révolueién, la didâctica y el temahan se rv id o

de eslabôn para que la novela siga en su tradiciôn lizardiana. Oapltulo III

Luis Spota, novelists de protesta

Luis Spota, el joven escritor mexicano cuyas novelas han alcanzado un verdadero éxito de libreria, no obedece a las antiguas imâgenes de literates latinoamericanos. No es de las prlmadonnas, estes semidioses de la literatura que tenian sus séquitos de admiradores. Tamp oc o es de los "vates,” que se enorgullecian en ser bohemios y que se refugiaban en las nubes de un paraiso literario. Spota vive en intime centacto con su publico, y tiene los pies bien asentades en el suelo,

Tanto en México como en los Estados ünidos ha sido d ificil réunir informes sobre la vida y las ebras de Luis Spota, ya que ningdn libre biogrâfico ha side escrite sobre este autor y ningdn critico se ha car- gado de hacer un estudio serio de sus obras.

En un r e c ie n te v ia j e en México tuve la o ca sién de hablar con mucha gente sobre el asunto de sus libres, Enoentré que las opiniones de los lectores mexicanos eran muy divergentes, Algunos opinan que las obras de Spota son crudas y hasta inmorales, Otros estiman que Spota es la oonciencia de México, y admiran el valor que ha manifestade en hablar de los maies de México sin pelos en la lengua, Los catedrâticos con quienes tuve la ocasién de consulter se mostraban cauteloses y pareclan no querer fallar. Los libreros, por lo comdn dispuestos a discutir sus libres sin cortapisas, comentaron la popularidad de sus obras y lamenta- ron el silencio de los criticos y la falta de resedas criticas, Grelan que me séria d ificil encontrar informes sobre la materia, siendo el

82 23 autor tan "contemporâneo." Una cosa era bien évidente—a pesar del silencio de la prensa literaria, sus obras no son desconocidas.^

Por falta de criticas ya publicadas, tuve que pedir informes por medio de cartas. Acudiendo a diverses fuentes en Aézico y en los

Estados Unidos, be podido recoger los datos siguientes, la fuente princi­ pal siendo una carta recibida del mlsmo Luis Spota en la cual me 2 proporcionô una informaciôn muy amplia de su vida y sus obras.

Luis Spota naciô en la Ciudad de México, el 13 de julio de 1925, bijo ûnico de una fam ilia de excelente situaciôn economics. Su padre fue un comerciante italiano de origen campesino, nacido en Calabria, y su madré una aristocrate mexicana emparentada muy de cerca con el escritor espanol Angel de Saavedra, el duque de Rivas,

Debido a un lamentable cambio en la condiciôn economics de sus padres. Luis Spota sôlo pudo estudiar hasta el sexto ano de la escuela primaria. Posteriormente, siguiendo su espiritu de aventura, huyô de su casa y se enrôlé como ayudante de maquinista en un pequeno y viejo barco mereante que bacla servicio en el Golfo de México, También

^Reportaje de conversaciones que sostuve en México durante los meses de enero y febrero de 1963,

^Carta recibida de Luis Spota, México, D, F., con fecha del 8 de julio de 1963,

E scorte de Romeike Press Clippings, New York, proporcionado por Signet and Mentor Books, el 9 de julio de 1963,

S oja sobre las obras de Luis Spota, Doubleday and Company, Inc, marzo de 1962,

D atos conseguidos del 3r. Spota por Fonde de Cultura Econômica, México, D. F,, y que éste me transmitiô con fecha de 20 de julio de 1963. 24

su espiritu aventurero lo llerô a probar suerte como torero, Pasô

algun tiempo toreando en los pequenos pueblos del interior de la

Republics, hasta que oomprendiôque le faltaba valor personal para

dedicarse a tan peligrosa profesion.

Como ténia que ganarse la vida en alguna forma, Spota trabajo en

la Ciudad de México como meserode café y vendedor ambulante, Impulsado

por su interés en todo lo que se refiriera a libros y cultura, entré

como office-boy en la revista Hoy, revista ilustsda semejante a Life—

la primera de México en aquella época. Suprimer s a l a r i e como pe r io ­

dista lo ganô sacando fotograflas para reportaje.

En 1943 ingresô como reportero al diario mas importante de México

y une de los mâs importantes de la América Latina: Excelsior. 1943

era e l ano en que iniciô su carrera literaria,carrera que, andando

e l tiempo, vino a ser cada vez mâs importante en su vida. Esta carrera,

sin embargo, no le impidiô que continuera su trabajo periodistico ni

que emprendiera otras muchas actividades.

En 1944 Spota fue designado director de la edicién vespertine de

Excelsior. Desempenô el cargo dos ahos consécutives y lo renunciô para

iniciar su carrera polftica. En un tiempo, mientras era reportero, fue

nombrado el "Periodista del Ano" por haber descubierto y averiguado la

identidad del famoso novelista B. Traven. Spota hace referenda a

este hallazgo en uno de sus libros.

3 Luis Spota, La estrella vacia (México, 1959), p. 491. (En ade- lente citaciones de las novelas de Luis Spota serân indicadas en el texto citando el numéro de lasp â g in a s.) 25

Durante dieciocho meses, Spota sirviô como agente de prensa del candidate presidencial y posteriormente presidents de la Republics,

Miguel Alemân, Al triunfo de éste, Spota fue nombrado Jefe de

Relaciones Pûblicas del M inisterio de Educaciôn y luego Director de

Espectâculos de la Ciudad de México.

Retirado un tiempo de la politisa, volvio a alla al ser designado por el actual presidents de México, Adolfo Lôpez Mateos, como presidents de la Comisiôn de Box de México, y llegô a ser presidents de la ITniôn

Latinoamericana de Boxeo Profesional. Como presidents de esta entidad inauguré la Gonvenciôn Mundial de Gomisiones de Boxeo a nombre del presidents de la Repdblica de México en el mes de febrero de 1963, A esta convenclén acudieron représentantes del boxeo de muchos paises, incluse los Estados Unidos, La creacién del Gonsejo Mundial de Boxeo, que résulté de esta conveneién,era , para Luis Spota, un triunfo perso­ nal, pues Labia abogado por la unidad del boxeo con motive de limpiar e l déporté y protéger a los boxeadores.^ Luis Spota fue nombrado, por unanimidad, presidents de este consejoque agrupa todas las organiza- ciones boxisticas del raundo—los Estados Unidos, Europa, la América

Latina y Asia,

Actualmente, Spota desempefia el cargo de Jefe de Relaciones pûblicas del Gonsejo Nacional de Turismo—la dependencia gubernamental que maneja el turismo de México.

Luis Spota no ha abandonado el periodismo active y sigue escri- biendo diarlamente una columna polftica. En actualidadla escribe una

4 El diario Novedades de México,D. F . , 15 de f e b re ro , 1963, p . 24. 26 columna diaria para el periodico capitalinoNovedades en que d esen - mascara a los gobernantes y estafadores detodo in d o le y llama atencion a los graves problèmes que acosan a México. La columna lleva el titulo de ”24 Horas" por Luis Spota, Ha tenido durante los dltimosquince afios un programs diario de radio, y desde hace doce anosuno o dos program as semanales de televisiôn.

Entre sus muchas actividades, Spota ha sido conferencista sobre periodismo en laEscuela de Giencias Polîticas y Sociales de la Uni- versidad Nacional de México y director de peliculas profesionales. En conexiôn con su trabajo cinematogrâfico,Spota ganô, en 1951, el premio 5 ”A riel” por la mejor pelicula corta del afio.

El trabajo de Spota le ha llevado a viajar intensivamente por todo

el mundo durante los dltimos trece anos. Ha ido siete u ocho veces a

Europa, très veces a Sudamérica, docenas de veces a los Estados Unidos, y le ha dado la vuelta al mundo dos veces.

Contestando mi pregunta tocante a su orientaciôn politica, Spota

responds sin ambagesque pertenece, por oonviociôn,a lo que podriamos lla m a r l a extrema izquierda, y que se puede calificarle como liberal progresista. Dice que en su juventud—como ocurre casi siempre con

p e rs o n a s de temperamento inquieto—perteneciô a "organizaciones po liti­

sas extrem istas,” Observa que en su obra puede advertirse, muy

claramente, cuâl es su concepts sobre la desigualdad social. Se

déclara enemigo de todo género de dlctaduras, seanou de alq u ler o rig e n , y las combats por todos los medios a su aleance: el radio, la televi-

siôn, el periôdico, el libro y personalmentecomo orador en actos pdblicos.

^No he podido encontrar al titulo de esta pelicula corta. 27

Spota iniciô su carrera literaria en el ano 1943 con la publioa- ciôn de José Mojica, la biografia de un célébré cant ante mexicano que renunciô a las glorias del mundo para convertiras en sacerdote fran- ciscano, Spota se menciona como autor de este libro en su novela La estrella vacia. (p. 340.)

Su segunda publicaciôn era un libro de cuentos cortos intitulado

De la noche al dia, escrito en 1944.

Como resultado de su gira con Miguel Alemân, cuando éste era candidate presidencial, escribiô,en 1945, una biografia del presi­ dents en un librito que se llama Miguel Alemanen su semblanza.

En 1962 escribiô una obra teatral, ^ aria de los sometidos, obra que "pretende ser un alegato a favor de la unidad-hombre, tan grave­ ment e amenazado por los Sistemas." (Solapa.)

Sus otras publicaciones son novelas, las cuales son el sujeto de este trabajo (véase Capitulo 17, "Las novelas de Luis Spota)." Publicô su primera novela en 1947, y hasta la fecha tiene diez publicadas y esté trabajando en la preparaciôn deuna tetralogla.

La novela Casi el paraiso. al ser publicada en diciembre de 1956, produjo un singular fenômenoen México, Ocurriô lo que se llamô "un milagro," En una semana se vendieronc in c o mil ejemplares del libro a t r è s dôlares americanos por copia, yen lo s dos siguientes meses l a s ventas alcanzaron quince mil ejemplares.

En un articule muy ampli o que apareciô en la revista Visiôn el 30 de noviembre de 1962 sobre la novela latinoamericana, el corresponsal hace estes comentarios tocante al rep en tin o éxito de Casi el paraiso; 28

De repente, en 1957 salieron dos novelas de resonancia: "Casi el paraiso", de Luis Spota y "Balûn Canân", de Rosario Castellanos, La critica oolmô de alabanzas a "Bal&n Canân" y envolviô en un silencio casi total la novela de Spota, (Los criticos tienen una opinion bien pobre de Spota, El autor corresponde teniendo una opinion mâs pobre aân de los criticos,) Pero "Casi el paraiso" causé sensaciôn. Se vendieron 35,000 ejemplares y volviô a Mâiico la era de los "best sellers" que no se conocia desde là época en que se publicô "Santa", de Federico aamboa,®

En su carta Luis Spota explica por qué se considéré "un milagro" el éxito de su libro: Hasta antes de la publicaciôn de Casi el paraiso los mexicanos no leian a sus autores—preferian a novelistas extranjeros, sobre todo a franceses y norteamericanos, Aun cuando una novela alcanzô un éxito de libreria sôlo se vendieron uno o dos mil ejemplares en un plazo de cinco a&os, Pero al parecer, Casi el paraiso gustô a los lectores, y éstos se dieron a comprarla. La venta tan inusitada de este libro causé una verdadera revoluciôn en México,

"quizâ," dice el seSor Spota en su carta, "porque el pdblico hallé que en esa novela el autor condensaba el gran despreclo que el hombre d til siente por los parâsitos de la aristocraoia y criticaba, con buen humor pero sin piedad, a los politicos, banqueros y demâs, que se han enriquecido a costa del pueblo y que dilapidan sus millones persiguiendo el briltode la fama social,"

Esta novela—opiniôn, dice Spota, en la que coinciden hasta sus mâs encarnizados enemigos—sirviÔ para que el publicô de México

"descubriera" que los autores mexicanos pueden compatir con los

®"Voces nuevas en la novela," Tisién, 30 de noviembre de 1962, pp. 48-54, 29 extranjeros. A partir de entonces no sôlo los libros de Spota, sino los de los otros novelistas, se venden por m illares, G ornent a el senor

Spota que escritores del pasado, que no eran leidos por nadie, gozan ahora de popularidad entre grandes masas del publico.

Luis Spota es, segun la declaraciôn îiecha en su carta, de los es­ critores mexicanos contemporâneos, el mâs discutido, el mâs negado, e l mâs combatido, Algunos criticos, dice, lo consideran el mejor novelista de Mâxico y de la América Latina, mientras que otros lo con­ sideran el peor, y los que, por falta de valor, no dan opiniôn, guardan silencio. Algunos, anade el autor, que antes de aparecer Casi el paraiso lo consideraban como un joven y prometedor novelista, después de 1956 se dedicaron a negarle todo mérite y a tratar de destruir la fama que comenzaba a adquirir como novelista,

Con propôsito dee x p lic a r por qué muchos escritores, ademâs de él, son deliberadamente ignorados e injuriados, incluye en su carta unos comentarios muy pertinentes sobre la critica literaria en México.

La critica literaria en México e s t é mal pagada. Hay pocos criticos profesionales por esa causa. Los criticos profesionales son personas sérias, que no tienen compromi­ ses de ningun género con los autores o las éditoriales que publican los libros de estos.

Exister otros criticos—se hacen llamar asi—que laboran en México. Estes criticos, escritores o poetas fracasados sin excepciôn, tienen por norma protéger y ensalzar a sus amigos. Quienes no son de su grupo sonv ic tim e s de sus in ­ jurias o su silencio. Estos seudocriticos—muchos de estos estudiantesuniversitarios, snobs, homosexuales, exquisites— pueden escribir en esos suplementos debidoque a se conform an con lo que les pagan (de dos a cinco dôlares por articule) o lo hacen gratuitamente. La mayoria vlven gracias a modestes empleos en la Universidad. Otrosde elles trabajan en las éditoriales (como correctores de pruebas) y sujsc r it ic a es siempre desfavorable para el autor que no es editado por la empresa a la que prestan sus s e r v ic io s . 30

Spota cita a novelistas verdaderamente grandes, como Azuela,

Rafael F. Munoz y Martin Luis Guzmân, que han sido negados por esos

"nuevos criticos," Dice que Agustin Yânez, un novelista de alta calidad literaria y maestro de letras de la Universidad, nunca fue reconocido por esa critica como un auténtico valor de la literatura de habla espanola. Se le acusô de ser anticuado en su estilo, aburri- do y barroco. Pero ültimamente fue nombrado a un alto puesto en el gobierno'—puesto que le pone en condiciones de dar empleo y hacer favores a esos criticos. "Instantâneamente," dice el senor Spota,

"la critica que antes lo negaba lo proclamé el mejor novelista de nuestro idioma,"

Spota observa que esa clase de c r i t i c a se publica en revistas o periôdicos de escasa circulacién y por eso no influye en la opiniôn del pueblo. En cambio, los lectores agotan, en pocos dias, ediciones de millares de libros de los escritores que les interesan,

Los criticos que trabajan en esas publicaciones que tienen por lectores a los snobs de América Latina y México se dedican a fabricar

"genios," afirma Spota, y como esas publicaciones—revistas de la Uni­ versidad y revistas internas de las éditoriales—se distribuyen gratui­ tamente a universidades, éditoriales, cenâculos de casi todo el mundo, ocurre que el lector que no esté enterado de lo que sucede en México piensa, errôneamente, que los unicos escritores que existen en ese pais son aquellos a los que sus amigos han convertido en stars.

En contraste con la conspiraciôn de silencio que un sector de la critica mexicana se empena en hacer contra Spota, el autor hace constar que la critica extranjera ha tratado, hasta hoy, elogiosamente su obra. 31

Cr-Éieos norteamericanos, franceses, ingleses, daneses y otros han

juzgado sus libros imparcialmente.

En los veinte anos que lleva como hombre de letras mexicanas,

Spota ha tenido mue ho mundo, A pesar de las injurias y el silencio de

un sector de la critica, ha logrado conquistar el carino de una gran

parte del publico. Por la gran variedad de sus actividades y su

roce con gente de todas las clases, ha podido observerde cerca la vida mexicana y retratarla con realidad y, las mâs veces, con protesta. Sus

temas, como se verâ mâs adelante, son netamente nacionales. Pone en

ridiculo a la nueva "aristocracia" de Mâxico, a quienes ha apodado con

el nombre de "rastacueros." Censura la corrupciôn y el deseo de poder

de los nuevos "caciques." Resena la historia de las "espaldas mojadas"

que van ilegalmente a trabajar en las granjas de Texas. Retrata a los

plcaros, tan omniprésentes en la escena mexicana. No hace caso omiso

del imponente vecino al norte, el Tlo Sam. Capta las cuitas y cuidados

de los humildes—"los de abajo.” Y por ûltimo, da homenaje al herolsmo

de los "valientes," Capitule rV

Las novelas de Luis Spota

En ultimes anos Luis Spota ha llegado a ser unode los mâs proli- ficos novelistas de Mâxico, En dieciséis anos tiene publicadas diez novelas, ademâs de concluidas dos novelas de una tetralogla.

En esta resena, aparecerân los datos éditoriales, un resumen del argument o y un c ornent ario de las novelas ya publicadas, mâs unos breves informes sobre la obra en preparaciôn.

El coronel fue echado al mar

Luis Spota iniciô su carrera novellstica con la novela El coronel fue echado al mar. La primera ediciôn de esta novela de experiencias marltimas en que solamente el protagoniste es mexicano fue publicada en 1947, y le valiô el primer premio del "Goncurso Talleres Grâficos de la Naciôn."

Stanton G. Davies es el capitân del barco norteamericano Anne

Louise. Es un hombre "negro,” de los que no tienen suerte, pues ya se l e han torpedeado dosb aroos. Los tripulantes, entre elles el narrador,

Armando V illa, a quien los marineros llamaii"mexicano,” y sus compa- neros, Stephan Tance y Speedy Johnson, discuten la mala suerte del c a p itâ n y s ie n te n inquietud. Es unv ia je misterioso en que el barco hospital lleva a muchos heridos de guerra—victimes de la Segunda

Guerra Mundial. Salen de Inglaterra, pero los marineros ignoran el d e s tin e .

32 33

Al principio del viaje la comlda no tiene nada de extraordinario, pero al dia siguiente les sirven una buena comlda con magnificos bifteques. Da la casualidad de que muere un herido, y todos aguardan la ceremonia del funeral, Pero no tiene lugar.

Van dândose cuenta de que cada vez quemue re un berido la carne es abundante y suculenta. Speedyhace insinuaciones de lo quepue da

estar sueediendo, pero todos prefieren ignorar sus sospechas. Se callan y comen, aunque no sin ascos, Cada diamueren mâs heridos, y cada d ia las comidas se hacen mâs suculentas. Por fin Vance desnuda la terrible sospecha—la sospecha de que a bordo del barco se practique la antropofagia. Tratan de averiguarlo, pero nopueden probar nada,

Pinalmente organizan una huelga, d y ecid er no comer mâs carne. Se e n te ra n de que hay un coronel enferme a bordo, -SI coronel mue re, y le echan al mar—es el dnico muerto que han echado al mar,

Los temores se confirman al encenderse el barco, Vance muere en el fuego, y le echan al mar, Los marineros estan de mal genio, Arman un lie y golpean a "Cooker," el cocinero negro, Algunos de los amoti- nados son arrestados, Nada pueden ni los oficiales ni el sacerdote

Gallagher para acallar sus sospechas y su mal humor,

Una noche Speedy va a una cita con laenfermera ingle sa, S t e l l a ,

Al dia siguiente, come carne, fingiendo desafiar losa sc o s,

Al undécimo dia el capitân lesanuncia que los marineros serân trasladados a otro barco, rumbo de los Estados Unidos, Se oyen golpes de m artillo, que p arse en s e r l o s carpinteros clavando las tapas de las cajas de muertos. Se ponen cada vez mâsp e r p le jo s . 34

Al desembarcar, Speedy delate el secrete que hasabIdo de Stella;

Los mêdicos del ejército creen que los alemanes estân usando una nueva arma. Hecesitan estudiar qué clasede heridos produce esa arma. Llevan a los heridos a los Estados Unidos para estudiarlos. Cada vez que muere un herido, tienen que sacar carne de los refrigeradores para dar lugar a los muertos. Como no quieren tirarla, aumentan la raciôn.

El coronel fue echado al mar esta escrito sinmucha preocupaciôn por la perfeccién sintâctica. En esta novela Spota escribe en forma episodica y a "rafagas," estilo muy popular en esas fechas entre escri­ tores norteamericanos.

A pesar de sus defectos literarios, la novela tiene sus mérites.

Spota sorprende por su habilidad de recrear el ambiente del barco y los ascos de creerse antropôfago. La novela tieneim pacto, y encierra una anécdota que capta el interés delle c t o r .

Murieron _a mit ad del rio

En 1948 Spota publicô Murieron _a mitad del rio , novela en que se révéla la dificil ezistencia de los wetbacks que trabajan en las granjas de T ex as,

José Pavân, Luis Alvarez y Lupe Flores, obedientes al consejo de

Pancho Orozco, no se confian en los "pateros"—esos contrabandistas que pasan a los mexicanos al otro lado del Rio Bravo. Cruzan a nado, esquivando los balazos americanos, y salen del rio en Brownsville,

Texas. Cocula, su compa&ero, se queda atrâs en Matamores, porque le falta el valor para cruzar de "mojado.” 35

Llegan con confianza. 8obra trabajo, creen, y los gringos pagan bien. Texas es sôlo un peldano. Piensan juntar cien dôlares e ir al norte, Pero pronto pierden su confianza. Tienen la sensaciôn de ser observados. No e s tan fâcil encontrar trabajo a buenos sueldos cuando no traen papeles.

Su primer trabajo lo eneuentran cerca de Los Fresnos con el senor

Walker, un granjero brutal y despiadado de unos cuarentacinco y anos, dispuesto a emplear a mojados. Trabajan mucho y ganan poco, y tienen que sufrir la insolencia del arrogante mayordomo, Domingo Mascorro,

Otro mojado que alii trabaja, Benito Fortis, les dice que todos los granjeros son iguales, Después de la muerte de Benito como resultado de una apuesta entre borracbos, piensan alejarse, pero la esposa de

Walker, Leslie, enreda a Pavân en un amorioque le retiene. No tiene el coraje de negarse a alla, y ademâs, a ll a e s muy d ad iv o sa, oom- prândole buena ropa y consiguisndole trabajo mâs liviano. Los otros muchacbos quierenm archer se, pero Pavân la pasa bien. Con promesas equlvocas aplaza la hora de su partida. Por fin, Mascorro, que codicia a Leslie, va por la patrulla, y los muchacbos tienen que buir. En cami no un contrabandists de drogas les roba su dinero.

Su proximo trabajo lo consiguen en Puerto Isabel en el barcop e s- quero de Gbebo Espinosa, mojado que lleva treinta anos en Texas y a n h e la v o lv e r a México, Tiven con Gbebo y su esposa, quienes les tienen mucbo carino. Se enteran de que los Espinosa tienen aborrados unos seis mil dôlares. Hacen planespara robarles, pero antes de poder realizar su proyecto, Gbebo lleva el d in ero a l banco. Una noche lo s muchacbos van con Chebo a una cantina, Elte r r ib le Simôn Donaghue, 36

rico comerciante de Puerto Isabel y hombre de fuertes prejuiclos

contra mexicanos, viendo a Ghebo con una muchachablanc a, arma un lîo y los mexicanos tienen que escapar. Tuelven a México con Ghebo y su

esposa, y allî, también, les roban. No encontrando trabajo, ruelven

de mojados a Texas, Lupe muere fusilado a mitad del rio.

Al Tol-ver a Texas, andan sin dinero, duermen a cielo raso y pasan hambre y disgustos. Sôlo encuentrantra b a jo a ratos. Por fin, traba­

jan con un simpâtico viudo, Mr. Robinson, que no les paga mucho, pero

es justo. Raél Limôn, mojado quehabia salrado la vida a Pavân en

Puerto Isabel y ya vaga con ellos, les traiciona con Mr. Robinson, y

e l granjero les corre. Ya esté enfermo Luis por una noche pasada en un

burdel, y no puede trabajar. Sôlo de vezen cuando encuentra Pavân trabajo con algu n enganchador. Garninode Kingston los coge la patrulla.

Pavân logra escapar, pero pierde a Luis y no vuelve a dar con él.

En un pueblo fronterizo tropieza conCocula que trabaja en un café

y le da de corner. Cocula ha cruzado la frontera con tarjeta de seguro

social falsificada, y esté muy co n ten to con su empleo que le paga

dieciocho dôlares la semana.

Por fin, la patrulla coge a Pavân, y le lleva con otros a Laredo.

En el puente internacional les mandan caminar, y de nuevo Pavân, amar-

gado, endurecido y frustrado, se encuentra en México.

Murieron £ mitad del rio no profundiza las emociones y motiva-

ciones de los personajes. Tampoco cuenta con unidad de trama. Narra, en episodios mâs o menos inconexos yen lengua je nada pulido, las peri- pecias de José Pavân y sus companeros. Sin embargo, es algo mâs que un 37 exposé de las vejaciones que sufren los mojados en Texas. Las andanzas de estos muchacbos le dan. a la novela colorido, y los cuadros de las granjas y los desalinados pueblos de Texas son muy vivos. Spota trata su tema con pasiôn y Impat s fa , pero sin prejuiclos. Con b rio y humor ha escrito esta novela,

Més cornadas da el hambre

De sus experiencias como torero en el in te r io r de la Republics proviens el material que utilizô Spota en su novela Mâs cornadasda e l hambre, publicada en 1949. Es éste elprimero de sus libros que fue traducido a un idioma extranjero y el quehabria de a b r ir le las puertas del mercado internacional del i b r o s . Ha s id o traducido a l in g lé s , con titu lo de Wounds of Hunger, asîcomo al francés, al alemân, al yugo- eslavo, y pronto aparecerâ en italiano. Ademâs de la ediciôn publicada en los Estados Unidos por la casae d it o r ia l Houghton M ifflin Company, se han hecho varias ediciones en rustics. BarnabyConrad, el norteame­ ricano que tradujo ellib r o a l in g lé s , dijo que es la mejor novela de t o r 08 que ha leido. Con esta novela ganô por primera vez el codiciado

"Premio Ciudad deM éxico," premio que équivale en Mâxico al "Premio

Pulitzer" en los Estados Unidos,

L u is O rtega, n o v ille r o de dieciocho anos, y suamigo y apoderado,

Pancho Camioneto, antiguo torero, llegan a la capital de Mâxico después de torear en provincia. Llegan con hambre y con suenos de lidiar en la gran plaza de la capital. 38

Conocen a R afaelillo, matasiete que ha llegado a ser "figura” en el toreo, quien les présenta a Don Paco, el apoderado de Rafaelillo qua tiene gran influencia con la empresa taurina y la prensa. Cuando Luis se entera de qué clase de hombre es Don Paco—homosexual sin escrûpulos— rechaza la oferta que Don Paco le hace en cambio de converti rie en una f i g u r a ,

Negado entrada en la gran plaza, tiene que volver al campo. Desilu- sionado, pero firme en su resolucion de llegar a ser "figura," va a un pueblo a torear, acompanado de Camioneto y Juanito Lavln, En esta lidia tiene Luis su primer triunfo, y en su entusiasmo no duda que puede hacerse destacado torero sin tener que acudir a la ayuda de los malos apoderados,

Pero Tueltos a la capital, sufren de nuevo las "cornadas del hambre" y la desilusiôn. Luis conoce a Estela, una prostituta que le mantiene por un tiempo. Rompe con Camioneto, y esté a punto de abando- nar el toreo,

Por fin los amigos se reconcilian, y vuelven a lidiar en provincia, donde sufren hambre y muchos golpes. En una corrida muere Juanito, pero su valor en la muerte influye en la determinaciôn de Luis de hacer­

se torero a como dé lugar.

En Jalostitlân Lorenzo Garza, el simpâtico y famoso matador, pre-

sencia una corrida en que Luis se muestra muy valiente en una faena

espontânea.

En 0 amino conocen a Maria Talents, aspirante torera desfrazada de

muchacho, y en se guida se enamoran Luis ÿ Maria. Su amorlo y el vicio

del trago le quitan a Luis su valor de torero. Maria viens a ser cada 39 vez mâs molesta para los muchacho s, pero Luis, a pesar del consejo de

Camioneto, no esté dispuesto a abandonarla. En Parral se vende Maria a

Manuel Salgado, joven adinerado de la comaroa. Por fin, Maria abandona a Luis, escapândose para juntarse con Rafaelillo, la gran figura—pero no antes de poner a Luis y Camionetoen figurillas con la ley por un ro b o .

Después de t r e in t a d ia s en la cârcel, vu elven Luis y Camioneto a M éxico, donde sôlo les esperan puertas cerradas a menos que quieran cooperar con los homosexuales. De nuevo van a G u a u tla , donde h ab ia ganado Luis suprimer triunfo, y e s ta vez e l t o r e r ill o recibe una cor- nada casi mortal. Le lle v a n al hospital de los toreros en M éxico, donde no le admiten por noser miembro del gremio taurino,

Por fin, le atiende el compasivo médico JavierIb arra, q u ien le

Guida gratis. En el hospital es reconocido pore l famoso m atador,

Lorenzo Garza, que le abre p aso p a ra li d i a r en la gran plaza,

El libro termina con L u is , caminando al trente de suQ u ad rilla, m ien tras el reloj de la P laza México da las cuatro—la Hora de Verdad para los toreros.

En cuanto auna evaluaciônde e s ta n ovela me parece que Fernando

Alegria ha dado en elcla v o en su critica de la s obras de Spota en

Breve Historia de la novela hispanoamericana. Comentando la luchade

los personajes de Spota por conquistar un e s t i l o de v id a , e l sen o r

Fernando Alegria opina:

Esto es lo que c o n fie r a una significaciôn tan especial a su relato taurino Mâs cornadas da e l hambre , Luis, Maria y el Camioneto, en su primitive ofuscaciôn, son héroes de un id e a l de b e lle z a , de c o ra je e individualisme genuinamente romântico 40

que la civilizacion en que deben actuar perrierte hasta con- fundirlo con la locura, el crimeny la abyecta derrota. En las plazas misérables, en las tabernas y tugurios, en el h o te l elegante, en el prostlbulo, en la enfermerla y l a d es­ nuda capilla, en los polvorlentos caminos, el herolsmo obstinado de Luis, la fatalidad de Mariala y patética deso- laciôn del Camioneto, crecen hasta alcanzar una pureza enternecedora y sublime, (pp. 244-245.)

El final de la novela en que Luis Ortega camina al ruedo al frente de su cuadrilla es emocionante y dramâtico.

La estrella vacla

En 1950 se publicô ^ estrella vacia, una novela sobre la vida de una estrella cinematogrâfica y de los hombres con quienes ella se relaciona para llegar a la cima de la fama. Con esta novela Spota volviô a ganar el "Premio Ciudad de México."

Olga Lang, joven de veintitrés ados y reciên llegada a la capital, es una humilde empleada de gobierno, pero tiene algo de que las otras muchachas carecen—deseo de triunfar, ambiciôn y tenacidad. Su sueno desde muy joven es llegar a ser estrella de cine.

Luis Arvide, un joven periodista, es suamante y companero, y aunque la quiere mucho, reconoce su ambiciôn, y hace su posible para abrirle camino a la fama.

Olga calla su embarazo, y sin que Luis losepa, se deshace de su nido, pues no quiereque nada sea un obstâculo a sus ambiciones.Créé que tiene una estrella, y que no debe dejarla vacia.

Vive en un triste cuarto con Teresa Mallin, también aspirante a cine. Teresa le senala el camino de la fama—amistarse con los "lobos," los hombre8 de influencia—pero ella prefiere que sea su talento lo 41 que la conduzca a la crnnbre.

En una fiesta, a la cual asisten muchos influyentes y estrellas del cine, conoce a fîolando Vidal, un célébré modista, que esté admirado de su belleza y su encanto. Vidal llega a ser su buen amigo y confi­ dente. Poco después Luis le consigne un contrats como modelo de anuncios. Los anuncios la llaman a la atencién de Manuel Jiménez, director de "La Eilmadora." Jiménez la pone en el camino de la fama, pero, celoso, insiste en que de je de ver a Luis.No quiere dejar a

Luis, pero tampoco q u iere desafiar a Jiménez, y comienza para Olga una vida de decepciôn.

Jiménez la lleva a una fiesta en casa de la famosa estrella

Dolores Rico. A lli conoce a "los lobos mayores"—la gente mâs rica e

influyente de México—millonarios, politicos, literarios, compositores

y luminaries del cine. Pero su buena suerte no ha de durar mucho. La

esposa de Jiménez, que lleva la batuta en su fam ilia, exige que su mar ido

la despida.

Una obra teatral, que Luis escribe por ella, tiene un triunfo in-

esperado, y espolea de nuevo sus ambiciones. Acepta invitaciones a

salir con varios "lobos," lo que hace muy celoso a Luis. Rodrigo Lemus,

una figura en el cine, se interesa por ella y la instala en un départe­

ment o. Le consigne excelentes contratos, y por fin, realize su

ambiciôn de ser "estrella." Rompe con Luis, porque es un obstâculo en

su carrera. Lemus la présenta a Federico G-uillén, multimillonario que

influye en los mâs altos circulos politicos y financieros. Guillén es

grosero y cruel, y es dueno de todas las acciones de la Filmadora.

Cuando sabe que Olga trabaja en La Filmadora, exige la renuncia de Lemus 42 y comienza a dirigir sus atenciones a Olga. Pronto la hace su amante, y la establece en una suntuosa mansiôn. Desde aquelmomento Olga es su e s c la v a —no la deja film ar, y espia todos sus pasos.

Edmundo Sisler, vividory ex-amante de Teresa, la introduce a négocies chuecos. Aprovechando la influencia de Guillén, consiguen prioridades y ganan una pequenafortuna, También, apremiada por Sisler, consigne que Guillén le regale las acciones de La Filmadora.

Guillén, en lacima de su poder,muere de un ataque cardiac o, y

O lga queda la duena de La Filmadora. Se enamora del famoso compositor,

Haul Tovar, y se casa con él. Su matrimonio es un fracaso rotundo.

T ovar l a abusa y la golpea. Se divorcia de é l , pero no sin que le cueste gran parte de su fortuna.

Tiene a ser cada vez mâs amarga y cursi. La acosan decepciones en el cine, tristes amorios, el vicio del trago y la constante lucha contra la obesidad. Quisiera tener hijos, peroya no puede tenerlos. Siente que su vida es inutil, frustrada. Se da cuenta de que su estrella esta vacia. Teresa ha muerto, v ic tim e de la droga. Ha rechazado aL u is, e l d n ic o hombre que ha amado. Sôlo le quedaV id a l, compasivo y leal amigo.

Por fin decide ir conV id a l a Nueva York, y lu ego a Espana para

film a r . Al despegarse del aeropuerto el avion se desplomasobre l a p i s t a y mueren Vidal y Olga.

Esta novela expone con cruel realidad laporqueria que e x is t e en la polftica, la industrie y la alta sociedad. Spota ha logrado poner el

dedo en l a l l a g a que agoniza a México con sus cuadros de poderosos y

ambiciosos. Pero como novela me parece que su s m érites se limitan a su 43 valor didâctico. Es largo, sentimentaly moralizante. Es, en mi

opiniôn, su unica novela que paca por aburrida,

Yagabunda

También en 1950 Spota publicô Yagabunda, novela que trata de una

prostituta que destruye lav id a de très hombre s y una mujer. Sea por

deseuldo o por intenciôn, el autor no ha includldo esta novela en su

bibliografia,

F lo r , una prostituta de puerto, se marchacon e l mulato Garioco,

Sale con él en su lancha, destine al platanar. En plena mar, Garioco y

su socio se pelean sobre F lo r , y en el alboroto ella cae al mar y es

llevada a la Playa Linda, Mario Avila, el cojo, que e s t é pintando en la

playa, la encuentra, Ella, haciéndose la misteriosa, sôlo le dice que

su nombre es F lo r y que no es de ninguna parte y de ninguna partev ie n s ,

Dirigiéndose al pueblo, entra en la Perla Negra, el café del que

es dueSo Pascual Avila, padre de Mario y el hombre mâs adinerado del

pueblo—contrabandists de oro y dueno de una magnifica lancha, También

viven alli el hijo Miguel y su sufrida mujer. Perla, Flor pide una

comida, y trata de pagarla con una sortija. Perla la rechaza, pero el

viudo Pascual, al verla, se siente atraîdo a ella en el acto.Le p id e

que se quede para ayudar a Perla, pero pronto se enamora de ella y la

hace su amante. Aunque avaro en otras cosas, le regala costosos vesti-

dos y la ezenta de todo trabajo, lo que enfurece a los hijos y a Perla,

A poco Pascual le propone matrimonio, pero ella no leda una r e s -

p u e s ta definitive, prefiriendo desesperarlo, jugando con él al gato y 44 al ratôn, obligandole a entregarse doclimente.

El hijo Miguel la atrae, y ella se mete a conquistar sus afectos.

Pronto los dos se hacen amantes. Al cojo Mario también le hechiza su

Injuria, pero lo rechaza por cojo y enclenque.

P e r la , a d v ertid a de que Flor ha acudido a una cita con Miguel en l a canoa, va allf. Miguel y Perla pelean, y Miguel la estrangula,

Llegan Pascual y Mario, y, acordéndose en un pacto solidaridad, de fingen que Perla se ha cafdo al agua ac c i dent aime nte y quese ha ah o - gado. En el velorio de Perla todos hacen la corne dia de llorar su muerte.

Comienza Miguel a apremiarla a que se marche con él, Ella le da una resp u esta equfvoca, Poco después se célébra una fiesta en la cual se anuncianlos esponsales deP ascu al y F lo r ,

Miguel sigue a Flor a la cocina, a donde ha ido para buscarc e r - veza, Furioso, le reclama su promesa de marcharse con él, Ella le dice que se casarâ con el padre, pero seguirâ como amante de él. Le promets reunirse con él mâs noche en el pinar,

El padre, impacientândose por el retraso deF lo r , se d ir ig e a la cocina y alcanza a olr la conversacién, pero no sabe cuâl de los dos hijos es el traidor,

Pascual encierra a F lo r en su cuarto yva a l lu g a r de l a c i t a . Al o l r l e lle g a r , Miguel, creyéndoloF lo r , pronuncia su nombre, Pascual saca su arma y lo mata a tiros.

Vuelve a la casa y obliga a F lo r a acompanarle a la canoa, Estâ soplando un norte espantoso y elmar estâ innavegable. En esta tempe- stad salen al mar, y con gasolina apenaspara treinta mi lias, Salen a

"su lu n a dem iel," 45

Esta norela, aunque cruda y violenta, tiene determinados mérites novelistiGos. La estructura es buena y la acciôn râpida y enérgica.

Tiene excelente unidad, con todos los incidentes estrecbamente rela- ci onados a la trama. Si la novela disgusta, serâ por la fealdad de los personajes, y no por su falta de valor novelistico.

No tiene obvios fines didâcticos esta novela. Parece que aqul la dnica meta de Spota es entretener.

Las grandes aguas

En 1952 Luis Spota publicô Las grandes aguas, en la que da home- naje al esfuerzo que realize México por la mejor distribuciôn de sus aguas de riego. Con esta novela volviô a ganar el ’’Premio Ciudad de

México." Dedicô el libro a Miguel Alemân, presidents de la Repdblica cuando se iniciaron las obras de construcciôn referidas en la novela,

Carlos Rivas, superintendents de la presa que se construye en el Rio Tonto, es un hombre para quien el deber es casi una religiôn,

Cuando un camiôn con dos toneladas de dinamita comienza a arder, Rivas ordena que se saque inmediatamente para salvar el campamento y la vida de los obreros, y lo ordena con la certidumbre de que quien lo haga no puede salvar su propia vida, Juan Nd&ez, el viejo perforista, pone

el pie en el estribo para subir al camiôn, pero Rivas lo detiene, Re­

conoce su deber, y sabe que no debe y no puede sacrificar la vida de

otro. Saita al camiôn, y lo pone en marcha.

En los pocos minutes que tarda en llegar a la curva. Rivas piensa

en su esposa, Lena, y en su hijo, Carlitos. Lena detesta las incomo-

didades de los campaientos y la vida nômada. No aguanta el calor de 46 los trôpicos y se preocupa por la salud de Carlitos, que haoe algua tiempo esté enferme. De imobaoha alegre, se ha convertido en mujer agria y que josa, y le ruega una y otra vez a Rivas que pida un camblo a la capital, donde pudiera ganar mâs dinero y gozar de una vida cômo- da como su hermana, Mary, casada con el ingeniero Lôpez, Lôpez trabaja con una empresa privada, G-ana mucho dinero y trabaja poco, y tiene una bonita casa y un coche lujoso, Hace anos que promets a

Lena que un dfa pedirâ un camblo, pero va aplazando el dla. El deber y la responsabilidad le ligan a su trabajo, Ademâs, le agrada la vida de ingeniero de construcciôn, y tiene orgullo en contribuir a la reali- zaciôn del progress de México,

Milagrosamente, logra saltar del camion al volcarlo por un pre-

cipicio, y escapa con vida, El ingeniero Alvarez, Residents de la presa

que comparte la responsabilidad con Rivas, cuenta a Lena con orgullo el heroisms de su mari do, pero ella s6lo lo considéra una tonteria—el egoisms de haber cumplido con su deber,

Rio abajo el sirio Simôn Kuri tiene un burdel y vende alcohol a

los obreros del campamento, Los vicios desmoralizan y enferman a los

trabajadores y Rivas tiene presents que seré necesario tomar medidas

encaminadas a poner fin al contrabands, Con este motivo va al burdel para protestar, y mientras espera a Simôn, se deja seducir por Mara, la

bonita y lujuriosa hija de Simôn, Le duele la conciencia, y confiesa

su pecado a Lena, que le dice que su confesiôn es por cobardia y no

por honradez. Entre tanto, no logrando sobornar a Rivas para que venda

alcohol en el campamento, Simôn trata de alcarzarle por Lena, Manda

buen whiskey, el que viens a ser cada vez més indispensable a Lena, y 4 7 por fin deja unsobre con billetes. Rivas devuelve el soborno con ira y desdén. La temeraria Mara, andando en su lancha, choca con un

tronco en el rio y se muera. Después de su muerte, Simôn lleva el mono de suh ija al enferme Carlitos, pues sabe que Carlitos ha pedido un mono por juguete.

Comienza a caer la Iluvia, y crece e l rîo, amenazaiido la presa.

A lvarez e s té en la capital y toda la responsabilidad de laobra cae

sobre Rivas. Por fin, el v ia jo médico Urbiola admite que se ha equi- vooado en su reconocimiento de laenfermedad de Carlitos. Tiene meningitis, y se necesita estreptomicina para salvarle lav id a . R ivas

tie n e que r e s o lv e r—quedar con la presa o i r por la medicina. Opta

por la presa. Su esposa, furiosa y resentida,p ide el jeep, y ella y

el doctor Urbiola, desafiando los crecidos ries y frente a riesgos

casi insuperables, van en busea de la medicina. Guandovu elven , e l

h ij o se ha m uerto, pero Carlos ha podido sa lv a r l a p re s a .

El tema y el argumente de estan ovela son muy em ocionantes. Spota

ha sabido captar el espiritu de dedicaciôn de estoshombres que se es-

fu e rz a n por llevar a cabo las grandes obras p u b lion s de M éxico.

R iv a s, como c a s i to d o s lo s h éroes de Spota, se rinde ante los

atractivos de una lin d a mujer. El personaje de Mara, empero, poco hace

para realzar la verisim ilitud de la novela. Entra la mujer como

fantasma del otro mundo enun ambiente de realismo.

La d e s c rip c iô n d e l c ic lô n de 1944 e s surnamen te em octenante, como

también es el incidente del mudo Pepeen su herôica lucha por salvarse

l a v id a después de ser picado por lav ib o r a . Mementos tensos v iv e e l

lector mientras las grandes aguas amenazan la presa. 4:8

Gasi el paraiso

En 1956 se lanzô Gasi el paraiso, novela que describe la vida inûtil

de la llamada "alta sociedad" en México. Ha sido sulib r o de mayor

éxito, tanto en el extranjero como en M éxico. Con t i t u l o de Almost

Paradise se ha traducido al inglés porDouble day and Company, New York.

Se ha traducido también al alemân y al francés, y el senor Spota tiene contratos firmados para traducciones al italiano, al yidish, al yugo-

eslavo, al indonés, al danés y al sueco. A la fecha se han publicado

sels ediciones en México, lo que équivale a unos 45,000 ejemplares, y

la casa editorial, Fondo de Culture Econémica, ya prépara la séptima.

La acciôn empieza en el puerto de Acapulco, donde desembarcan el

joven Ugo Conti, un "principe" italiano, y su envejecida amante, Liz

A v r e ll, viuda m illonaria norteamericana y duena del yate en que viajan.

A lll, a instancia de Carmen Pérez Mendiola, pobre mas respetada reli-

quia de la aristocracia porfiriana, van auna fiesta, a la cual asiste

la flor y nata de la "alta sociedad" mexicana. Carmen Pérez, una

mujer de unos treinta y cinco anos, ganasu v id a como congéjera s o c ia l,

arreglando fiestas para los nuevos ricos y los otros pretenciosos de

la sociedad. En la fiesta Ugo conoce a Alonso Rondia, riquisimo mexi-

cano, a su esposa y a su hija, Teresa, muehacha casadera de dieciocho

anos educada en un con ven to en e l Canada, También asiste a la fiesta

la antigua amante de Ugo, la condesa Frldavon Becker, amante del in-

fluyente y rico general, Carlos Castro.

En adelante alterna la narraciônen tre M éxico y Europe, donde

n a c ié Ugo, 49

Amadeo Paduca, por otro nombre Ugo Conti, es hjo i de una pro- stituta napolitana y de padre desconocido. Pasa su juventud en los burdeles de Italia, Siendo todavla muy joven, roba cocheun y le llevan a la cârcel, donde conoce alv iv id o r , Francesco de Astis, "conde" italiano, cazador profesional de fortunes.

Al s a l i r de la cârcel, se pone de nuevo en lîos con la ley, y huye a Paris, donde aprende a bastarse de si mismo,v iv ien d o a c o s ta de mu- jeres, 3e hace amante de la condesa Frida von Becker, también cazadora de fortunes, viuda de un viejo conde alemân, Yiielve a encontrar a

Francesco en la Riviera, y deja a Frida, ya que su fortunee s té en l a ruina, Francesco le convierte en "principe," y le présenta a la socie­ dad cosmopolite como su sobrino.

Rompe con Francesco por cuestiôn de mujeres y encuentra a Liz

Avrell, quien lo lleva a los Estados Unidos y luego en un viaje en su yate. Al salir de Acapulco propone matrimonio a Liz, y al enterarse de que su fortune estâ en manos de sus hijos, la deja en la Habana, robândole unas alhajas, y toma el avion para México, Entre tanto Liz ha vuelto a Nueva York para arreglar asuntos con su s h i j o s ,

Ya en la capital de México, se encuentra inmediatamente el con- sentido de la alta sociedad, Carmen se hace su "consejera social" y se lo arregla todo, Hasta se enamora de él, Disputan sus atenciones générales, politicos, estrellas del cine y hasta la nobleza extranjera que vive desterrada en Mézloo, De Frida aprende el ohlame las vidas de estos fatuosos y el tamano de sus fortunes. Se da cuenta de qwe, p a ra un v iv id o r , México es casi el p a r a iso . 50

Alonso Rondia, ambicionando casar a suh ija con un "principe,”l e paga todos sus gastos, e incluso le proporciona un suntuoso departa- mento. Para asegurarse el parvenir, Ugo embaraza a Teresa, la hija de Rondia. Rondia, contentisimo, arregla una fantastica boda. Llegan regalos con valor de millones de pesos,

Gasi en vlsperas de la boda vienen los polizontes y llevan a Ugo a la cancel. La vengativa Liz Avrell le persigue, acusândole delrobo de sus alhajas, y la investigaciôn de los hombres del FBI desentierra el

secreto de su pasado. Al saber que no es principe, todos lo abandonan menos Frida y los humildes carceleros.

M ie n tra s espera en el aeropuerto el aviôn que le llevarâ a Italia, baja Francesco con un joven rubio. A lll en el aeropuerto estân Carmen

y sus amigos, esperando a darles labienvenida.

No es sorprendente que esta novelahaya sido un verdadero éxito de

librerla. Escrita con humor, malicia y vigor, es, sin duda, la mâs

p u ja n te y s a t lr ic a novela de protesta que ha escrito el senor Spota,

El ambiente es muy semejante al de La estrelia vacla, pero sale a las Claras el progress que ha hecho Spota en el arte de novelar en los seis aSos que separan los dos libros.

Mientras desenmascara la llamadaa lt a sociedad, Gasi el paraiso

deleita con sus pullas y su satina picaresca.

Las horas violentas

En 1959 apareciô Las horasviolentas, novela en que narra el

autor un incidente del que fue testigo en su juventud cuando militaba

en organizaciones obreras de orientaciénextremlsta. Esta novela tuvo 5 1 un éxito imnediato. El mismo ano en que se publico, entré en su cuarta e d ic iô n ,

Los trabajadores de la Empacadora Aguila amenazan con una huelga para reolamar la reinstalacién de ouatro campaîleros, entre ellos Gergio, el hijo de Maroos Luquin, secretario del gremio local. Mr. Perkins, gerente de la empresa, los ha despedido porque tiene evidencia de sabo- taje. Esté d isp u esto a indemnizarles la pêrdida de sus puestos, pero rehusa a reinstalarlos, M arcos niega que lo s companeros sean incita- dores y se empena en poner en huelga lostrabajadores a menos de que

Mr. Perkins los restituya. Asf las cosas llegan a un punto muerto. Ni e l uno n i el otro estén dispuestos aced er. Lo que apremia es que l a empacadora esté llena defr u ta s y legumbres perecederas.

Marcos refiere e l asunto a un plebiscite de lo s miembros, y l a mayo r la le apoyan, votando por l a huelga. Say, s in embargo, algunos disidentesque creen que Marcos esté vendiéndolos, entre ellos Quintana.

Q u in ta n a,més que disidente, es traidor. Recomienda a Mr. Perkins que traiga esquiroles para romper la h u elga, lo que reohaza Perkins ro- tundamente.

M arcos y Perkins tienen la plena confianzade poder Uegar a un p ro n to acuerdo, pues ambos, aunque te r c o s , son honrados y razonables, y se respetan. El abogado de Perkins recomienda un compromise. P erk in s, en su personal, esté dispuesto a transigir, p ero e l criterio no e s suyo. Tiene que consulter con sus socios en Nueva York, y no ha podido alcanzarlos por teléfono.

En e fe c to , M arcos sabe que su h ij o , S e rg io , e s malo. Defiende una cau sa que cree ju sta , no p o r S e r g io , sino por los que é l e s té enredando. 52

A la tercera bora de la huelga llega Ivo, un organizador profe­ sional, con U y otros oamaradas. Anuncia a Marcos que los ha mandado

Modesto, el dirigente de la "Central," Antes de que pueda hacer objeciones, Marcos ve el mando arrebatado de sus manos. Llegan vigilantes y gente de la CruzRoja con provisiones para unala rg e huelga, Poco a poco Marcos viene a sospechar qua hay un "gate euderra- do," Estâ preocupado por los obreros y por su mujer que estâ para dar a luz esta misma noche,

Marcos se ve tiranizado por Ivo y por Lia, la secretaria mandada por la "Central," y hace cosas contra su volutad. Se siente como rata en ratonera, pero se dice que todo es por el bien de los trabajadores.

Modesto viene a verle y acalla , por lo pronto, sus intuiciones.

Entre tanto, Sergio, enviado por Ivo, ataca al disidente Quintana y lo deja por muerto. Al ser acusado de la acometida por la esposa de

Quintana, Marcos sabe que los otros le han enganado. Se admite que la huelga no es suya —que ha sido el titere de la "Central." Creyéndolo

en su poder, Ivo le expone la maniobra. El paro es arma polltica,

Cuando Modesto lo décida, Marcos lo terminarâ,

El padre José viene a hablar con Marcos y le aconseja que ponga

fin al paro. Al salir, ruega a los huelguistas quec o n fie r en Marcos.

Este les promets que pronto se terminarâ la huelga.

Marcos recibe la noticia de que Perkins lo busca. Se escabulle

de Ivo y va a su encuentro. Perkins ha hablado con sus socios en

Nueva York, quienes dejan todo a su criterio. Perkins y Marcos llegan

a un acuerdo. La huelga termina a la undécima hora. Van a firmar a las nueve. La maniobra de la "Central" ha fracasado. 55

La décima hora es la hora violenta. Ivo y su camarada U, con per- miso y bendicion de Modesto, acechan a Marcos cuando vuelve a casa.

Esta acompaSado de Sergio. A las sels de la manana U jala el gatillo de la ametralladora y mueren Marcos y Sergio. La huelga tiene sus mâr-

tires y la culpa cae sobre la Empacadora.

La râpida e impulsada acciôn de esta novela y la incertidumbrede

su desenlace hacen que este libro mantenga el interésd el lector durante las doce horas de tensiôn, intriga y violencia.

La unidad de tiempo y la técnica de concentrer la acciôn en torno

d el hotel Paraiso, donde los organizadoresd el sindicato central esta-

blecen el despacho de la huelga, prestan a esta novela aspectos

teatrales. Con destreza maneja Spota las entradas y salidasde sus

personajes,

Siempre diestro en el empleo de im âgenes fu e r te s , Spota sobresale

en esta novela, especialmente con la imagen del olfato. Con el calor

y la Iluvia de esta noche de tensiôn, los olores se levantande la s

calles y las tiendas de campaha como hedores de un pantano.

En esta novela el lector comparte las angustias y los miedos de

los huelguistas mientras aguantan el momento de terminer el paro. Spota

ha incorporado algunosde sus mâs simpâticos personajes en Las horas

v i o l e n t a s .

La sangre enemiga

La sangre enemiga, que trata la miseria de los pobres que viven

en las grandes ciudades, fue publicada en 1959, Bajo el titulode 54

Enemy Blood, fue traducida al inglés por Doubleday que ahora contrôla todos sus libros en la ediciôn en inglés. Ha tenido buena acogida an los Estados Unidos, as! como en Francia y en Dinamarca. Muy pronto aparecerâ en alemân.

Esteban y Estela son cirqueros que trabajan en un destartalado c ir c o en provincia. La h ija de Estela, Sara, muehacha maltratada y enfermiza, tiene un ano mâs que Sergio, hermoso y carinoso hijo idiota de Esteban y una répugnante enanad e l c i r c o .

Siendo todavia muy jôvenes los dos muchachos, la patética enana, al ser repulsada por Esteban, se suicida. Los policies llegan, acusan a Esteban de su muerte y le llevan a la cârcel, donde le maltratan y procuran forzarle a confesar el crimen, Convencidosde su inocencia, le ponen en libertad. Durante su ausencia Estela cuida a Sergio, y al volver, Esteban y Sergio se trasladan al cuarto de Estela.

Sara, creciendo enun ambiente de vicie y promiscuidad, pronto llega a ser una mue hacha provocative. Juega con el inocente Sergio de una manera lasciva.

Al desmantelarse el circo, los cuatrovan a la capital, donde se encuentran vivienda en un barrio pobre, Esteban consigne trabajocon

Juan, capitaz de construcciôn. Una tarde Estela sorprende a Esteban tratando demolestar a su hija. Estâ d ecid id a a dejar a Esteban para protéger a su h ija , pero antes de poder llevar a cabo su in te n sio n , muere en un a c c id e n te ferroviario en el cual Esteban quedah erid o.

Mientras estâ éste en el hospital, los ninosh a lla n amparo con un c h o fe r. 55

Al salir del hospital casi un ano mâs tarde, Esteban lleva a los jôvenes al antiguotu g u rio y toma a S a ra , que ya tie n e como quince anos, por mujer. Al enterarsede que el accidente le hadejado, ademâs de deformado, impotente, sufre la angustia casi insoportable de celos y frustraciôn.

De nuevo consigne trabajo con el capitaz, Juan, quien seduce a

Sara y la lleva a su casa. Al saber que Sara estâ embarazada, la abandons. Sara vuelve a Esteban, quien la perdcnacon tal de que se deshaga d el h ij o .

Poco después se aprovecha de su indemnizaciônde la compania ferroviaria para comprar un pequeno circo, juntocon Dimas, el hombre- orquesta, Cruz, su mujer, y Aima, la hijade Cruz, Esteban, el payaso,

Sergio con el oso, Dimas y las dos muchachas que bailan, andan por los barrios pobres entreteniendo a cambio de dâdivas,

Sara, empujada por sus instintos, busca el placer carnal que no puede encontrar, Estebane s tâ ciegamente celoso. Cuando Sara vuelve de sus citas Esteban la pega y le reclama confesiones, Siempre acaba por perdonarla, porque la ama y la necesita.

Entre tanto, Paco, un muchacho honrado, le propone matrimonio a

S a ra , Ta a escapar con êl, pero Esteban, oyéndole silbar afuera, lo mata y esconde su cuerpo, Sergio le sorprende, e inocentemente, le ayuda, Esteban traslada su grupo a otro barrio pobre y dicea S ara que su amante la ha abandonado,

Sara toma otro amante, Luciano, un grosero due ho deuna ten d u ch a.

Cuando le dice que va a tener un hijo, la corre. Al salir, Sara le roba y vuelve a casa, donde esconde el dinero. De nuevo Esteban la 56 golpea, y ella pierde su hijo. Esa noche los polizontes vienenpor ella y la llevan al hospital de la cârcel. Esteban encuentra el dinero

que ha robado Sara, la rescata, la lleva a casa y la perdona.

Un dia Cruz vuelve a casa y encuentra a Dimas atacando a su hija,

Alma. Los tres huyen del barrio, dejando a Esteban sin socios. Pasa hambre y remordimientos por el crimen. Por fin encuentra trabajo, y un dia, al hojear un periâdico, se entera de que otro ha confesado el crimen y se ha ahorcado. Estâ tan contento que pide licencia a su patrân y vuelve a casa a deshoras. Sorprende a Sara en un abrazo de amor con Sergio. Se venga de ella, forzândola a sentarse sobre una plancha de hierro caijdente, y se aleja con Sergio.

Aunque muchos lectores encuentrenIæ sangre enemiga demasiado sordida y sombria para sus gustos, es una novela que trata con sensi- bilidad la vida de estas personas que viven en la miseria y la depravacion.

Aprovecha Spota en esta novela la técnica de mudar el foco de la narraciôn a los diversos personajes para captar los diferentes puntos de v i s t a .

El lenguaje es fuerte, pero escogido con cuidadopara p in t a r e l ambiente de los barrios pobres y reflejar los sentimientos de sus caractères. Como Las horas violentas, esta novela tiene vigorosas

imagenes que quedan en la memoria. Es, de todas sus novelas, la mâs sensible a la psicologia y las pasiones de sus personajes. 57

El tiempo de la ira

En 1960 se public6 El tiempo de la ira, novela en que Spota des- oribe un pafs fioticio regido por una diotadura m iliter y bajo la

Influencla econômica de los Estadosijnidos. Seg&n Spota, es consl- derada por algunos o r f t io o s como la mâs Importante de su género, Fue publicada en los Estados Unidos en 1962 porDoubleday con titulo de

The Time of Wrath. Estâ para apareoer en Inglaterra, en Polonia, en

Yugoeslavia y en Indonesia.

En visperas de la revoluciân, financiada por intereses petroleros

norteamericanos, César Dario, Héctor G-ama, RômuloReal, Orestes V ela

y V ic to r aguardan, en un pais vecino, el momento de atacar. Dario,

el caudillo, queencabeza el movimiento révolueionario, es coronel de

ejército de la "Republica,” un ficticio pais latinoamericano. Gama,

conocido por el apodo de "ElFaro de la Juventud,"e s un catedrâtico

de l a u n iversid ad de la Repûblica y un idealista que se opone a todo

concepto autoritario y nacionalista. Rômulo Real, "macizo y oscuro,"

y g ra n amigo de D a rio , no tie n e madera de caudillo. Victor, el mâs

joven d e l grupoy fue recogido de nin o p o r D a rio , que le ama como s i

fuera su propio hijo. Aun antes delataq u e , Orestes Vela traiciona

e l movimiento, y junto con susobornador, Brosky, es "liquidado" por

Dario. Joe Flynn, pistolero americano que trabaja para el presidents

a c tu a l de la Repûblica, entra con sus hom bres en e l cuarto de V ic to r

chuinte la breve ausencia de Dario. Oon golpes y amenazas, trata de

sacar informaciôn de Victor sobre el paradero de Dârio. 58

Al inlciar la iiiTaaiôn, Dario aniquila toâa reaisteacia de la clu- dad de Jalapa y, en an tribunal que es una burla de procedimientos légales—oondena a muerte a los rehenes. Luego, contra el consejo de sus ayudantes, tozna la oiudad de Copala en una batalla sangrienta para apoderarse de un tanque y as! satisfacer su ambioiôn de llegar a la c a p i t a l en é l ,

El colonel Orlando M acin, comandante de la Divlsiôn del Geste,

dândosecuenta del inminente triunfo de Dario, abandons al presidents y reû n e sus fu e rz a s con l a s de Dario. Juntos, entran en la c a p i ta l y a fe c tû a n un golpe de estado, derrocando alpresidents, que huye a l

extranjero con su f a m ilia .

Macln, hombre la d in o y sin escrupulos, se maniobra en una posi-

c iô n de mando, e impone un reinado de supresion y terror. Dario,

insinuândose cone l arzobispo y la prensa, trama el aseslnato de

Macln. Muerto Macln, Dario se hace presidents provisional, y en un

llam ado plebescito es elegido p r e s id e n ts . Gana el favor de los oam-

p esin o s y lo s ob reros, e i n i c i a grandes reformas agrarias y sociales.

Goza de una popularidadin a u d ita e n tre l a s classa humildes. G asi in ­

mediatamente se ve opuesto tanto por lo s in t e le c tu a l e s como p o r la s

f u e r z a s tradicionales—los terratenientes, los industriales y la

Iglesia. Pretendiendo serju sto y demoerâtico, va suprimiendo a sus

enemlgos, razonando que procédé por e l b ie n del pueblo. Hace v o lv e r

del extranjero a Joe Flynn, su antiguo enemigo y e l pistolero del

ex-presidente, y le instala como je fe de su policla sécréta.

Al término del prim er a&o, la revista Time c a l i f i c a a D ario como

h â b il administrador, valiente estadista y sagaz hombre de empresa. 59

Ha hecho formidables adelantos en la hacienda, las obras publicas y en reformas sociales. A cualquier sublevaciôn, la suprime con redadas y procesos. Una de esas insurrecciones la encabeza Rômulo Real, nom- brado por Dario gobernador de provincia. Lehace "liquider," achacando la culpa a los enemlgos del régimen. Convierte al fallecido en "mSrtir" de la Révolueiôn. Expropria las industries azucareras y bananeras de las companies americanas y amenaza a las empresas petro- leras con la expropriaciôn para extorsionar un "empréstito." Ya no hay pretensiones de democracia. Se admite que su ley es absolute.

Q u is ié ra Gama, su secretario de Educacicn, oponerleabiertameute, p ero e s im potente ante su popularidad y su policla sécréta. Bajo mano, c o n s p ira Gama con los enemlgos de Dario.

Al vencer el plazo de su presidencia, Dario dae l buen visto a

Gama como s u c e s o r. A l tomar el mando de la presidencia, Gama trata de deshacer el programs de Dario, pretendiendo la restituciôn de valores tradicionales. Lo que résulta es el caos, yGama se ve obligado a

recurrir a medidas autoritarias. El pueblo reclama su renuncia y la v u e lta al mando de Dario. Gama renuncia, llevando con él al resentido

Victor, que rechaza al dictador y se apega al "idealista" Gama.

Desde el extranjero Gama y sus partidarios traman la derrota de

Dario. Victor se ofrece a volver a la R ep ublics para asesinarlo. Al

llegar a la Repûblica en lancha pesqueraV icto r encuentra que todo ha

sido arreglando para facilitarle paso francoen su maniobra. E n tra en

la catedral, donde Dario asiste a unam isa, y llega a unos pasos de él,

pero le falta coraje para disparar. 60

Dario, creyendo reconocerlo, orders qua Joe Flynn encabece una

busqueda, rastreando todos los sectores de la cludad. 6 Porrd en es de

su s colaboradores, Victor se escondeen un burdel y esquiva a los

sabuesos. Dario, convencido por Joe Flynn de queV icto r no estâ en la

Repûblica, se cree equivocado y retira su policla. Al dla siguiente,

V ic to r , sin cautela, signe los pasosde D ario , pero no lo g ra m atarlo,

Por fin, aprovecbando una gran recepcionen palacio, saca su revolver

y mata a Dario a tiros,

Por el tema y por su intriga, M tiempo de le ira es una de las

mâs interesantes de las novelas de LuisSpota, Los personajes que

resena parecen ser inspirados por algunos gobernantes de nuestro conti­

nente en recientes anos.^

Spota ha mostrado suma h a b ilid a d en hacer que el le c to r se identi-

fique con los puntos de vista de los distintos personajes, y eso sin

que los personajes sean admirables. Las maniobras de los caudillos son

muy e x c ita n te s , mas a l mismo tiem po desplertaii la indignaciôn del lec­

tor. César Dario in s p ir a simpatla por sus idéales, pero no por eso

d eja de ser dictador acêrrimo que suprime los derechos la a vez que

fomenta reforma social. Es una novela de ideas y de polémica queda en

qué^ pensar. Debe tener un i n t e r é s especial a n o s o tro s lo s n o rte-

americanoë, a quienes el destino de los v ecin o s surenos es de mâztma

preocupaciôn.

Aunque no destaque el perfll de nlnfÿln gobernante particular, se pueden veren e l co n ju n tode caudillos que resena Spotarasgos de mucbos- por ejemplo, Pérez Jiménez de Venezuela; Rafael Trujillo de la Repûblica Dominicans; Juan P erô n de la Repûblica Argentina; Victor Paz Estenssoro de Bolivia; A lfredo Stroessner del Paraguay; y los Somoza de Nicaragua. 61

Los anos de ayer

Actualmente Spota trabaja en un ambicioso proyectO'—una tetralogla con el titulo genérico de Los anos de ayer—-en el cual intentarâ la descripciôn en lo humano, lo social y lo politico de un personaje mexicano a lo largo de cincuenta anos, de 1913 a 1963,

Ta se han concluldo las dos primeras novelas de la tetralogla,

La pequena edad y Iæ dltima côlera. La tercera se llamarâ ^ trompeta del ângel y la cuarta Los ilustres apellidos. Recientes informes del

Fondo de Cultura Iconômica indican que las n dos ovelas yaconcluîdas aparecerân en el curso del ano proximo. Gapitulo V

El "rastacuerismo’'

Nada mâs pujante y pintoresco pue la palabra "rastacuerismo" para retratar al "arrivista," ese sujeto ambicioso y fachendôn que llega a la cumbre por medios poco honrados y cuyas rentes procéder de donde sabe Bios, Lo que realza la sâtira de la palabra es que admite de doble sentido—tirar el cuero a rastras (el propio o el ajeno, poco importa) y venderlo en el rastro, como los rastacueros de antano que grandes fortunes amasaron vendlendo cueros de rases robadas.

No es exclusivamente mexicano el fenomeno del advenedizo, pero en

México tiene caracterîsticas que lo hacen especialmentenocivo y r i d i ­ cule. La falta de escrupulos con que unos se engordan en el abrevadero publico mientras otros pasan hambre es escandalosamente flagrante en

México. Esta herencïa de los gobernantes, que siempre han vivido de la explotaciôn, alientaen sumo grado el rastacuerismo.

El latifundismo, que recibio su golpe de graciaen los anos de la

ReToluciôn, vive todavfa en lo que Simpson llama "el latifundismo psico- lôgico,"^ Los mexicanos tienden a estirarse ya darse infulas ante sus inferiores, actitud pocobeniga para la sociedad democrâtica que pre- tenden apoyar. Quieren los rastacueros reemplazar a la aristocracia porfiriana, y sus ilusiones leshan llevado a creerse dignos deh eredar esa posiciôn en la alta sociedad. Su malgu sto y su ciega emulacién de

^Simpson, p. 234.

62 63 lo chic extranjero son a todas luces risibles. Son aduladores de todo lo que les signifies el gran mundo de la aristocracia.

Luis Spota ha aprovechado la fatuidad, la crâpula y la credulidad de esta clase para pintarla a audaces pinceladas en su novela Gasi el p a r a iso .

Parece que Spota, como tantos novelistas mexicanos, ha sido conta- giado por la técnica de los grandes artistes de México que han intentado abarcar la gran escena en sus cuadros al fresco. Spota es murallista en el sentido de que ha abrazado un panorama muy amplio. Se reûnen en su novela pasado y presents, Europe, Estados Unidos y México y un reparto de unos cincuenta personajes, entre los cuales figuran arzobispos, politicos, industrialistes, hijas casaderas, militares, estrellas cine- matogrâficas, marquesas, poétisas, comunistas, m illenaries americanas, diplométicos, alcahuetas de catégorie y los inolvidables y sin par vividores, Frida von Becker y Ugo Gonti.

Comentando la novela en que estos simpâticos vividores engaSan a la sociedad que los mexicanos califican de "popoff,” Antonio Felâez oberva en su vineta: «Luis Spota dice que esta novela ’pinte con fiô l y exacte crueldad el rastracuerismo de la llamada alta sociedad mexicana’,” «Pasado y presents," continua el Sr. Pelâez, "se alternan con rigor y acierto en el relato, y su argumente se relaciona de cierta manera, siu intenter hacer una copia servil, con gente nuestra, gente de carne y hueso—muchas de elles ’famosas’ en la industrie, la politics y la sociedad distinguida y cosmopolita." 64

En cambio, Brushwood opina que "la crîtica social, como los per- 2 sonajes, van tratados con extrema superficialidad."

Sean los personajes de "superficialidad" o de "carne y hueso",

el libro tiene lo necesario para gustar al pûblico e incitar muchas

resenas criticas que refiejan la diversidad de opiniones de los cr£-

ticos. Se acabé, en pocos m eses, la primera ediciôn de 1956, y para

1960 ya habfa aparecido la sexta. Desde el punto de vista de la

publicidad que ha recibido, es probablemente su libro de mayor impor-

tancia, Ugo Gonti, el amable estafador y principe dep a c o t ille ,

engafLô a la sociedad y por poco se asegura el parvenir casandose con una muchacha boba pero riquisima, y captô el interés deun gran sector

del publico que estâ "hasta los colmillos" de estos bribones que los

humildes 11 aman "la alta suciedad." El pueblo ve gustoso a esa gente

burlada por un "principe"que naeiô hijo de unaprostitute napolitana

y de padre desconocido.

Si no hubiera tropezado con la resistencia de los hijos de Liz

Avrell, Ugo se habria conteiitado de la fortune de la vieja y empalagosa

millonaria americana, Quiso lasu erte que hicieran escala en Acapulco,

y alli Ugo conoce de cerca la flor y nata de la alta sociedad de México,

Se da cuenta de que, comocampo de batalla para sus designios, México

es Gasi el paraiso.

En México halla Ugo, con creces, lo que s i g n i f i e s la fascinaciôn

alucinante sobre la cual le habia hablado su preceptor, Francesco,

quien le habia instruido en el arte de hacersep r in c ip e .

^Brushwood y Rojas, p, 128, 65

Al Dlos-Tltulo los hombres inmolan todo: su d eco ro , su fo r t una; la s m u jeres, si la tienen, su virtud, y si no, su calidad de decencia.... Sin embargo, hay una cosa, la ûnica tal vez, que no admiten: saber que les hemos tornado el pelo... De ahl que un noble profesional, auténtico o de pacotille, deba ser discrète y no causer­ ies decepciones. (p. 296.)

Ugo aprende que tener deudas, y no pagarlas, es privilegio de

la nobleza, y que cuanto mas grandes son la s deudas, tanto mâs d is ­

p u esto s estân los bobos a rescatarlas. Conoce bien a sus victimes, y estima que "en su mayorla son ostentosos, vanidosos, pero simpâti­

cos, estupidos e inofensivos. E l mayor triunfo de sus vidas es dejarse

v e r , en cualquier sitiopâblico, con uno de nosotros... (p. 124.)

Kunca se a le ja del consejo de Francesco: "Burlate de ellos,

h a z lo s s u fr ir y lu ego regâlales una sonrisa. Con eso se sentirân

felices. (p. 1 1 0 .)

El picante de su sâtira proviens de la credulidad de esa canalla

vanldosa—gente que pinta S pota irônicam ante como "simpâtica" e "ino-

f e n s iv a .”

Sus cuadros son,en e f e c to , muy c r u e le s y o fn ic o s . "Hace tr e in ta

anos," dice Alonso Rondia, eldadivoso protector de Ugo, que am biciona

el matrimonio de Ugo y su hija paraque se unan dos famileas "nobles,"

"arreaba una recua de mulas en mi tierra, ;y mireme ahora. . .

—Cuando entré a la revolucion, odiaba a los ricos. Y,3alo ve, Dios

me castigo haciéndome uno de ellos.... Fue una guerra que tuvimos

aqu£. A algunosnos hizo ya justicia." (p. 36).

Con l a vanidad y mal gusto del nuevor ic o , Rondia se ufana del

valor de su casa: le habfa costado dosm illo n e s edificarla y un

m illé n Uenarla de muebles, o sea $240,000 en délares americanos. 66

iQué cuadro para indignar al pelado, Tiviendo en la miseria en los

barrios pobres de la capital'.

De la "Condesa" Frida, esta discrets y majestuosa noble de paco­

tille , Ugo se entera del secreto de lafortu n e de Rondia. "Y tu amigo

Rondia también tuvo su revoluciôn. No, él no traicionô a nadie;

simplemente traficé con vacas robadas, al principle; después con

mujeres, en la frontera, hasta que hizo el dinero necesario para ser

respetable,., (p, 2 2 8 .)

La Condesa le cuenta también lah is t o r ié de su amante, el general

Carlos Castro, uno de los mâs poderosos générales de todo México:

"Y e l general, mi amig o, Gran tipo. Iniciôla fortuna robândose la

paga de los soldados, en una revoluciôn, Luego, en otra de las muchas

que hubo aquî, lo mandaron a comprar armas al extranjero: se llevô la

p la ta , un par de millones, y no volviô hasta que estaban oon dos

m etros de tierra sobre el estômago, al borde de unacarretera, lo s que

hablan sido sus jefes," (p, 2 28,)

Como cuentas de rosario sigue la Condesa rezando losabolengos

de esa gente cr e tin a que tan ufana asiste a la fiesta de Rondia:

Por ejemplo, los Paniagua, ^8 abas, acaso, que su bisabuela ejeroiô la prostituciôn cuando vino a México pobre un loco que quiso ser emperador? El color de su pelo agradé a los austrîacos y se acostaban con e lla ,,. Ahora, sus descendientes presumen de blasones,,, Tiene hasta escudo.,, y en él unas flores.,. Flores regadas con agua de bidet,,, Y esa dama, tan linajuda y apreciada, la senora Ricârdez. Hace veinto anos era obrera y amante del solterôn anciano propietario de la fâbrica en que trabajaba. Era una amante de noche de sâbado, dos docenas de anos mâsjoven que él, El viejo, con e l rinôn forrado de millones, decidio ir a Espana para visitar su pueblo, Yiajô en tercera clase.,, y poco antes de llegar a Europa sufriô un ataquecardiaco.,. La ah o ra v iu d a de Ricârdez hizo que el capitân la casara con su amante, y en trance de muerte. Se marché de México siendo una basura; pero volviô después convertida en millonaria, (pp.228-229.) 67

Y de Carmen, la consejera social ysin c e r e amiga de Ugo, vestigio de la aristocracia porfiriana, la Condesa le informa que su padre

"diô posiciôn y fortuna a los suyos por el cômodo camino de la estafa: engallô a una anciana mujer, adinerada, tonta y paralitica, y la dejô en la miseria," (p. 229.)

El senor Yenegas, le cuenta Erida a Ugo, interné su a madré en un manieomio a fin de arrebatarle sus bienes, El jefe de la familia los Angeles fue ministro del porfirismo y utllizô su puesto para traicionar a su patria a cambio de oro extranjero.

£,Y los Del Rio, tan catôlicos y piadosos? Entiem pos de l a Reforma, cuando un indio terco, Juârez, restituyô pueblo al lo s bienes de la Iglesia, los prelados de enfonces pusieron a nombre de particulares los bienes eclesiâsticos, para evitarse la incautaciôn. Uno dee so s particulares era Bonifacio del Rio, caballerango de la Casa Arzobispal; hombre de co n fia n z a y leal a toda prueba, Pero cambiô cuando tuvo en su poder un millôn de los buenos pesos deen fo n ces. Se los apropiô. ;Ah, pero eso slî: sus h ijo s y su s n ie t o s , que multiplicaron aquel primer m illô n , son ahora benefactores profesionales. (p, 229.)

Las h is t o r ié s que cuenta Frida parecencomo biograflas de muchos lu m in a re s de la alta sociedad mexicana.

Despiadadamente ridiculiza Spota a lase s t r e l la s cinematogrâficas,

e s to s rastacueros que se va len de sus ami stades con politicos y hombres de palanca para llegar a la cumbre de la sociedad. Se?en r e t r a t o s , no muy bien disfrazados, de famosas estrellas que gozan de gran prestigio en la actualidad. R osalb a, la mejor estrella de México, siempre con­

signe lo que busca. "Su primer marido le decla: ’Nadie puede contigo.’

El segundo, se lamentaba: ’Eres demasiado ambiciosa’, y el tercero, que lo ûnicobueno que hizo en su vid a fu e m orirse p a ra dejaria rica,

suspiraba: ’Para ti no hay barreras’," (p.153.) Se las arregla para 68 conocer a Ugo y le invita a una fiesta en su casa. "--Si, Alteza.

Estarâ alll lo mejor, lo auténticamente chic de México..." (p. 157.)

En su jardin—el mâs bello jardin deAmérica' —la bella estrella del cine seduce a Ugo con musica, poesla y buenos licores. Se depierta

Ugo para encontrar a la b e lla dama convertida en vieja bruja.

Se mofa el senor Spota de los Ilustres Apellidos que sea tr o - pellan para conocer al "principe," La presuntuosa Marquesa de Bejarano siem pre habia mostrado su desdénpor Carmen. La consideraba "acomoda- ticia y traficante del prestigio social de su apellido." (p. 203.)

Cuando los Ilustres Apellidos forman cola ante la puerta de Carmen para saludar a Ugo en el hospital, Carmen toma su revanche, relegando a la Marquesa de Bejarano al término de la cola.

A Carmen Pérez Mendoza, estapobre y respetada reliquia de la aristocracia porfiriana que lo arregla todo para Ugo, le senala Spota

el papal de la Celestina de la alta sociedad. La familia de Carmen perdiô su fortuna en la Revoluciôn y con Cârdenas, pero es gente "muy, pero muy bien," y el abolengo tienebrazo muy la rg o en l a so cied ad de los nuevos ricos.

En sus funciones de consejera social la compétente e indispensable

Carmen es "una gente clave." Tiene losm ajores enlaces en los circules

sociales y estâ al tanto de todos sus secretos. Las ilusiones de los ambiciosos son su capital. Carmen es el mejor atajo al éxito social, y si ua anfitriôn quiere que su fiesta acierte no debiera prescindir

de sus servicios, pues sabe deshacer y hacer fiestas. Carmen sabe al pie de la letra el rango de todos los luminares de la sociedad. Sabe arreglârselas con los Ilustres Apellidos, que tienen rangomuy a l t o 69 en la jerarquia de la sociedad, Los noble s, sobre todo las mujeres, se arriman al Arzobispo que es "un factotum en la sociedad mexi­ cana." (p. 180.)

La pobrecita de Carmen, por compétente ya stu ta que sea, se cae en su propia trampa. Se enamora del "principe," y comocu alq u ier hija de arriviste, inmola suv ir tu d al Dios-Titulo. La aristocracia porfiriana y los arrivistes son aimas afines.

En la fiesta de los "bohemios" a que Maria, la femenista, lleva a Ugo, arrebaténdole de la suntuosa fiesta de Rosalba, Ugo aprende que los "intelectuales," por lo menos, puedenm irer a un "principe" sin que les signifique nada.

Hasta entonces, la presencia del PrincipeUgo Gonti en una reuni6n constituia el punto mâzimo de atraccion.E l noble italiano polarizaba miradas, sonrisas, cortesias y buenos deseos. La sociedad, lomismo en P a r is que en California o que ahora en México, lo colocaba en e l cen tre y, graciosamente poniase a dar vueltasen torno a él. Pero, esa noche, en aquel e s tu d io en e l que se aglomeraban unasv e in te personas, el Principe pasaba inadvertido. Después de que Maria lo présenté a sus amigos—y habia pintores, novelistas, postas, dramaturges, periodistas, ballerines, actores—éstos continuaron en l a discusién de sus propios temas,olvldando que los acompanaba un noble; un hombreque habia puesto de cabeza a la aristo­ cracia metropolitana. (p. 190.)

Spota inspira compasiôn por lasjô v en es, s u je ta s a l a s am biciones de sus padres, en su cuadro de la cândidaciegamente y enamorada T e re sa , rica y unica heredera de lafortu n a de Rondia. Dirige su flécha a los ambiciosos padres que usan de sus hijas como peones en juego el de ajedrez para ad elan tar sus pretensiones sociales. Con aguda sâtira se burla de la educaciôn de las hijas. T eresa "sélo sabia hablar de lo b ien que la trataban en el colegio catôlico de Canadâ, donde Alonso la 70 enviara para ser educada en las normas clâsicas de la disciplina que debe tener la primogênita de un millonario mexicano.” (p, 251-262.)

Por lo Tisto Spota siente sim p atla por las indefensas esposasde los fachendones, las cuales estarlanmucho mâs a sus anchas cuidando sus jardincitosen p u e b lo s campeslnos. En la suntuosa fiesta, en que

Rondia agasaja a Ugo sirriendochampagne en las copas que pertenecieron al Zar Nicolâs, la mujer de Rondia le dice; ”—Tlejito...aqul estâ la sid rita...” (p. 1 1 0 .)

"A los amigos," le dice a Ugo la senora de Rondia, sentenciando con el refrân popular, "se les conoceen la cârcel y en la cama," (p. 207.)

Y tenfa razôn por lode la cârcel. Guando por fin el fraude de Ugo queda desenmascarado, le llevan a la cârcel. La simpâtica cazadora de fortunes, Frida vonDecker, y los humildes carceleros son los

ûnicos queno le vuelven la espalda.

Con la boca llena, el v ig ila n te dijo: —Me caes bien, viejo. Por conchuco... Allâ afuera —senalè al lugar donde debla ester la celle—todo el mundo habia de ti... En un teatro van a poner una revista, que se llama "El Principe de Ghisquete”, ,. o mentiras, como te guste... Eres unode los nuestros, del pueblo... y éste gozo tu puntada. (p. 440.)

No es por retribuciôn que Spota desenmascara Ugo, a sin o p o r malicia. Mientras éste sube al aviôn que le llevarâ a Italia, baja

Francesco, seguido de unjoven ru b io. Carmen y su séquito, que la obedece como si fueran ovejas, gritan, "Es elconde de Astia. &Un

Gonde auténtico." (p. 450.)

Seis aSos antes de aparecer Gasi el paraiso Spota escribiô La estrella vacia en que descubre el rastacuerismo de las estrellas del cine que se venden en el rastro de los poderosos caciques y hombres 71 de palanca. La obra tiene machov a lo r como novela de protesta, pues el autor ha logrado poner eldedo en la llaga del rastacuerismo.

Olga Lang, la protagoniste de Iæ estrella vacfa, es una arabiciosa que desde diez anos suena con ser estrella de cine. A los dieciocho anos, en su pueblo, salva el primer escollo en elcamino de su carrera, el escollo de la virtud. No bien llegada a México,Olga se da c u e n ta , con amargura, pero sin disimulo, de lo indispensable para llegar a l a cim a.

En este negocio del cine tener escrûpulos es como ser ciego o manco, Los escrûpulos estorban. Tengo una ambiciôn y para satisfacerla haré lo peor, si haciéndolo obtengo lo que busco. Si no es por la puerta principal, entrarépor la de atrâs, como otras tantas que ahora tienen gloria, fama y d in ero. No me importa que la Have para abrir esa puerta sea mi cuerpo. (pp. 34-35.)

Sea por escrûpulos o por respeto a Luis, su amante y comparero, durante algûn tiempotrata de entrer por la puerta principal. Animada por un p a p e lito que se le ofrece en una peliculade segunda catego- rfa, no quiere escuchar el consejo de su amiga: "Si quieres ser estrella, si quieres nombre, s al con los lobos; ve a la madriguera, sé lista... y lle v a siempre una pluma fuenteen la boisa... Haz todo eso... Y no o lv id e s la pluma, Los contratoa para el cine se firman en la cama, ;RecuérdaloI" (p. 141.)

Pero pronto tiene que hacer frente a la amargarea lid a d — s i quiere nombre, tendra que amistarse con los lobos. Optapor l a û n ic a puerta—la puerta de atrâs—nuncapor su gusto, sino por câlculo,por interés, porque estos lobos son los peldanos que la conducirân a la fama. Se deshace de todo lo quepueda ser obstâculo y busca solamente amigos que le puedan ser utiles. Sabe lo que busca—el triunfo, la 72 fama, el dinero, "Tengo una estrella," se dice Olga, "y no debo dejar- la vacfa," (p, 1 1 2 ,)

A veces Olga se pregunta si noha equivocado el camino, Reconoce que la ûnica época de su vida digna de reeordarse eran sus dfas con

Luis, Pero rechaza el pensamiento, Habia nacido para llenar la estrella vacfa que los dioses le destinaron, y laha lle n a d o .

Spota estâ muy adicto a nombrar a célébrés en sus novelas, aunque se cuida de no darles papeles que pudieran perjudicarles. En cambio, inventa personajes que tienen muehas senas de los grandes, como en el caso de Dolores Rico, "la estrella millonaria que cada manana realiza el milagro de ser mâs linda y joven." (p, 60.) Esta estrella, que fracasô en los Estados Unidos y volvlô a México para ganar fama, es muy parecida a Dolores del Rfo. Eue en una de esas tertulias a las cuales acuden los lobos mayore s, gente de un millon de pesos-—lo mejor de lo mejor—que Olga conoce a DoloresR ico, antigua protegida del poderosfsimo Federico Guillén que tiene vfnculos con todos los p o liti­ cos y que llega a ser amante y protector de Olga.

Tambiên conoce, entre otros muehos, a Salvador Novo y a Xavier

Y illaurrutia, destacados dramaturges, a Carlos Ghâvez, directorde la Sinfonfa Nacional, a José Mojica, el famoso cantante, al politico

Miguel Alemân, que llegarâ a ser presidents, y al gran artiste renom- brado por el mundo entero, Diego Rivera. "No le gustaba sur pintura, pero l e agradô co n o cerlo . Como fu era , D iego R ivera es un nombre de lo s que dan prestigio," (p. 62.)

Estos cuadroa de grandes nombres son de sumo interés testamenta- rlo. No oabe duda que Spota sabe captar el "chlsme" de México. La gran 73 fiesta celebrada en homenaje de desagravio al maestroDiego Rivera estâ oargada de sâtira, dirigida no solamente a sus detnetores, sino tambiên a sus aduladores,

Diego ocupaba e l primer piano de la publicidadn a cio n a l. Hacia poeo que su u ltim a gran o b ra —un fre s c o lle n o de Golorido y movimiento que Olga conociô en proceso de ejecu- ciôn—habîa sid o inaugurado, pûblicamente,en une de los salones del gigantesco Hotel delPrado. Reproducia la h is to r ia de la Alameda desde los tiempos de laInquisioiôn, cuando el Santo Oficio victimaba a lasprostitutes, h a s ta los actuales, en que lo s prohombres l a s glorifican ....

En el extreme op u esto, M Nigrornante Ramirez, sostenia en sus manos el célébré d iscu rso a la Academia de Letrân, en e l que aseguro: "Dios no existe". Al d escu b rir l a sentencia, lo s reaccionarios avivaron mâs aûn la tempestad. que ya por esos dias soplaba en lo s diarios. Editoriales, articulos, reportajes, colum nas en te r a s, se publicaban con ataques e insultes para el p in to r, a q u ien v o lv ia n a c a l i - f i c a r de a te o , comunista y tra id o r a l a patria. Olga no p o d ia entender por qué le lanzaban el ultimo epiteto; mâs b ien , no comprendiapor qué lo agredian, no en el terreno exclusive de su pintura, sino en el de sus credos o simpa- tias politicos y religiosos.

Los amigos del plntor y los pocos hombres y m ujeres l i b é r a l e s de la ciudad, que detrâs del e s c a n d a le atisbaban un jugoso negocio de publicidad gratuita para la bospe- d eria , iiabîan publicadoun manifiesto defendiendo l a llbertad del arte y organ!zando una serie de actesp û b llcos en honor de R ivera, como resp u esta a l a s furibundas em- bestidas de la prensa y de los sectores ultraccnservadores.

Gbrando inteligentemente, e l arzobispo preferia callar y no festinar los acontecimientos, (p, 480.)

Exceptuando a LuisArvide, el joven periodista que Olga rechaza p o r

s e r obstâculo a su destine—y quien, de paso, nunca deja de amar— ,

al célébré modista Rolando Vidal, fie l amigo de Olga que nunca l a

traiciona, a Edmundo S isler,que colabora con ella en négociés sucios

y a Raiîl Tovar, el famoso compositorcon quien Olga se casa para luego

lamentarlo, los otros "amigos" son hombres de influencia en los mâs 74 altos circules de la sociedaà mexicana--los "uuevos caciques"que han traicionado al m ovimiento de l a Bevoluciôn,

El personaje de EdmundoSisler, vividor por excelencia, fran ca- mente parâsito, que v iv e de gorra a Costa de "gente respetada," ysabe

estafar a los estafadores, es todo un é x ito de ir o n ia .

En lo de blanco p a ra su b u rla, S pota no hace caso omise de su

"publico," ni de sus propios colegas, los perlodistas. Cuando Olga

quiere acallar el escândalo de su divorcio, Tidal se opone; pues

"C onocia muy b ien T id a l e l e s t i l o de trab ajar de lo s p e riô d ic o s . Un

escândalo de tam ana magnitud no p o d ria ser a c a lla d o ni con diez mi 11 one s

de pesos. Ademâs, el mal ya e s ta b a becho. Todo un pueblo de hombres

y m u jeres morbosos, s e d ie n to s de novedades, demandaba detalles, h i s t o ­

r i é s , hechos, en relaciôn al divorcio de la mâs famosa de sus

artistes." (p. 437.)

En e s ta s n ovelas Spota muestra el desprecio que sie n te por lo s

rastacueros, y p r o te sta la corrupciôn dee s to s pretenciosos, muchos

de los cuales son "caciques" que tienen en sus manos e l mando de l a

R epublica, Capîtulo TI

Los nuevos c a c iq u e s

i,0,ué paso con la Revolueiôn? es la cuestiôn palpitante en México, i.î’ue un error? & s6lo sirviô para crear un nuevo grupo de gobernantes que agobian al pueblo, como lo s Tiejos, con sus ultrajes? "Con amarga tristeza," dice Mariano Âzuela, "pensamosque nuestro gran error no consistiô enhaber s id o revolucionarios, sin o en creer que con e l cambio de instituciones y no la ealidad dehombres, llegarlamos a 1 conquistar unmejor estado social."

E l mal de los deshonrosos y despôticos gobernantes se llama

"caciquismo," y no es propio del siglo Teinte, sino que existe desde antes de los d fas de la Gonquista, y se puso de sobre manera nefario durante la época porfiriana. Partes observaque "cacique" es una palabra cubana que los espanoles trajeron a México y que en un 2 principle empleaban para denominar a los jefes indios. Desde en- to n ces ha llegado a significar cu a lq u ier je fe o gobemante, sea factotum politico, r e lig io s e o economico. Hay que tener p resen ts, s in embargo, que e l "cacique" tiene inevitables vfnculos con la p o lf t lc a .

^Mariano Azuela, Cien anosde novela mexlcana (México, 1947] p . 222,

Bparkes, p. 8.

75 76

Durante el Tirreinato el poâer de los caciques provinciales era tremendOo Desde la Independencia y centralizaciôn la d e l gobierno, e l présidante ha llegado a ser el gran cacique, cuyo poder depends del apoyo de los caciques locales. Igualmente, el poder de los caciques lo c a le s depends del presidents, quien tiene en sus manos el manejod el gobierno central junto con el botin politico. Es obvio que un sistema a s i engranado con tantas rueditas, traeria consigo e l sobom o, e l ch a n ta je, el fraude y la a d u la cién .

De a l l i que se acunarondos palabras para calificar los indispen­ sables "criados" d el caciquismo—la "mordida," que se e x p lic a por s i , s in l a cu a l es punto menosque im p o sib le mover intereses en M éxico, y 3 e l "achichincle," que signifies e l adulador s e r v i l ,

Los caciques porfirianos fueron reemplazados por los caudillos gu erreros, que se hicieron ricos cone l b o tin de la Eevoluciôn, Esos, por lo menos, tuvieron e l m érito de ser atrevidos. Los achichincles que lle g a n a s e r caciques por e l camino de la adulaciôn son, a lo m ejor, mâs infimos porque aceptan la s normes d e l sistema sin titubear.

S pota pone de manifiesto que lo s caciques de l a industrie, l a banc a y l a p o l i t i s a apenas s ie n te n vergüenza de su comportamiento. Muchos creen merecer sus fortunes y su poder—y lo que es mâs, que la grandeza d e l p a is depends de sus maniobras.

^Segun Dario Rubio, en su libro Réfrénés, proverbios % dichos y dicharachos mexicanos, (México, 1940), vol. 1, p, 85, l a palabra "achichincle" viene de la palabra nahuatl que quiere decir " e l que chupa agua." 77

Entre los muchos poderosos y aduladores que pueblan los libres de

Spota, algunos se destacan con rasgos de bien conocidos tipos mexicanos»

Sus retratos son muy vivos, pero no son retratos a lov iv o, pues Spota es bastante cauteloso para no caer en la trampa de la calumnia personal»

Quien conozca la escena mexicana creerâ reconocer a figuras de renombre, pero Spota sabe disfrazarlas con seSas equîvocas»

Uno de los cuadros mâs acertados de Spota es el del cacique

Federico Guillén, el peldano mâs importante de la essaiera de Olga Lang, la ambiciosa protagonists de La estrella vacfa.

Los orîgenes de la fortuna de este multimi11onario duro, cruel y ambicioso son nebulosos. Antes de la Revolucion era arriéré, traba- jando en las sierras del estado de Guerrero. Se incorporé al ejército révolueionario y al terminar la guerre ostentô el titulo de abogado del Fuero M ilitar, Durante diez anos no gané la amistad de ningun presidents,

Despué8 le cambio la suerte, Circunstancias politisas especia- les lo llevaron a ocupar la gubernatura de uno de los territories de la Federaciôn, Alli, encuatro anos de poder,m ultiplie6 su tesoro personal, auspiciando el trâfico illcito de drogas, alcohol y madera, la trata de blancas, los fraudes al fisco, los casinos. . . . Su ley favorita era el terror. Su verdugo, la p i s t o l a . . . . E sos c u a tro aSos—principle de una era politisa que hasta la fecha subsist la—fueron los afios rojos de la sangre para el territorio» La gente aprendié aobedeoer y a p ag ar tr ib u to a l g r ito de la 45. Los crimenes formaban parte de la rutina de trabajo delgobe niante» Los crimenes y los rap tos en masa de las mujeres mâs dessables de la comunidad. (p. 349»)

Sin disimulo el cacique cornenta su suerte, "Lo ûnico ayuda," que sentencio Guillén, "es el dinero» Mlrame mi: a allâ cuando fui nino a r r ia b a mulas en l a s ie r r a ; se vin o la Révolueiôn y jalôconmigo. 78

Tuve suerte y liegué a abogado m ilitar. Entré a los negocios y ya r e a dônde belle g a d o ." (p . 2 84.)

Como tantos politicos que hicieron fortune en esos dias, Guillén traficô en bienes raices de la capital, comprando propiedad federal a precio de regalo y vendiéndola a precios astronômicos.

Su ambiciôn es la de dominer,p o lit i s a y econômicamente, a la

Repdblica entera. Su influencia se siente en todas las industries y en l o s cen tre s de vicie de la capital. Aprovechando las ambiciones de Guillén de ser presidents, Spota se mofa del "tapado,” el candidate que tiene el visto bueno del "Partldo" y cuyo triunfo en los comicios presidenciales esté asegurado, Guillén anuncia que tiene el visto bueno del partldo y que va a postularse para presidents. El pdblico lo censura, acusândole de ser el responsable de todas las calamidades de la capital. Sin embargo, lo senala como el unico hombre capaz de salvar a México del caos. Asi, con cînica burla, Spota ataca a los politicos y al pueblo que se deja gobernarpor b rib o n e s .

Spota desenmascara a los imprésarios del vicio, como Pancho, e l achichincle que "se movia como un perrito faldero que quiere agra- d a r ," (p . 2 3 6 , ) quienes, por ten er amigos poderosos, gozan de plena impunidad, y a cuyas casas acuden m inistres, artistes, millonarios, lideres obreros y prostitutes de toda clase.

Pinta cuadros de gente que vive del chantaje, gente que sabe més de la cuenta sobre la naturaleza humana y aprovecha las debilidades ajenas. Con estos cuadros descubre losv ic ie s de los lideres capita- linos que debieran tener puestos de responsabilidad y sentar modelos de comportamiento. 79

En ^ estrella vacfa Spota expone el escândalo de los ruines que

se dieron un golpe defo rtu n e aprovechando la dévaluasIon del peso.

Gompraron dôlares amerieanos, los pusieron en cajas fuertes, y de la noche a la mananac a s ! dupllcaron sus fortunes, El "influyente" que participa el secreto de este negociazo a Olga Lang, al cual Spota no da nombre, es hombre de confianza del presidents. Spota no parag o lp e8

al atacar a los mismos hombres de confianza del présidante.

Un periodista tiene el coraje de acusar de ladrones, ineptos y

traidores a los altos funcionarios del régimen. Poco después el taller

del periodista es asaltado por pistoleros a sueldo.

En este libro Spota muestra lo que pueden la mordida y la

influencia. Olga, encarcelada porm otive de un accidente de automôvil

y acusada de homieidio por imprudencia, sale impune de la cârcel cuando

por medio de la mordida puede ponerse co en n ta cte con el "influyente,"

Spota sabe indignar a los pobres con cuentos de la mordida y la in­

fluencia que todo lo compran.

La didâctica de ^ estrella vacfa es directe, Spota ataca con

furia a los altos funcionarios y a los hombres de influencia que abusan

de su poder para enriquecerse y para enganar al pueblo.

Si Federico G-uillén esin tim e d e l presidents, tambiên lo es Alonse

Rondia de Casi el parafso, "—Aquf,,, —se jacto sencillamente, mos-

trando una habitacion tan grande casi como un estadio de fûtbol—aquf

suele venir el Senor Presidents a leer," (p, 109,)

Rondia es nominado, para sorpresa de todos. Presidents de la Junta

Intersecretarial de Inversiones, "Un puesto apolftico, técnico mâs 80 bien, pero de fabulosamagnitud.” (p,3 0 5 .) Este puesto "apolîtico" le convierte en un factotum ante el cual los mâs ricos contratistas tienen pue humillarse, 11 destino de las empresas como la del inge- niero Pria estâ en manos de Rondia, Una palabra de Rondia y cualquier empresa queda liquidada. En el régimen anteriorera Pria el gran cacique que gozaba de este poder. Asi cambia la suerte de los caci­ ques, Todo es cu estiô n de palanca y dinero.

Rondia, que ganô sufortu n a traficando en mujeres y vacas robadas, siente el pesado fardo de responsabilidadque carga el cacique "bonrado.”

’’ASos de dura lucha, de bonradezy le a lta d , bac la mi Patria y mis supe- riores, ban fructificado, parmitiéndomeamasar una fortuna." (p. 3 93.)

"Como desconoces las cuestiones internas del pais—se apresurô a a n a d ir--, creo de mi deber informante que dicba Junta es la que aprueba

absolutamente todas lasinversiones del Estado: desde la comprade un

alfiler basta la construcciônde un ferrooarrll." (p, 3 95.) Y p e rs i-

gulendo en sus confidencias, Rondia le da a Ugouna lecciôn prâctica en

las movidas cbuecas que suceden trasbastidores en la politics mexicana:

Rondia iba descubriendo una se rie de secretes inauditos; un clima de prevaricaciôn y desbonra; unestad o de cosas in - creible. Escucbândolo, comprendia el Principe que los politicos de o tra s p a rte s, de Europe por ejemplo, eran sim p les aprendices a l lado de sus colegas tropicales; esos bombres desenfadados que bacian de su inmoralidad una bandera; de su corrupciôn un mérito . . . .

üsualmente loscontratistas que operan con el gobierno ob- tienen unau tilld a d neta que flu c tu a entre el 10 y el 25 por c ie n to . Sumada, esa u tilld a d asciende a algunos cientosde millones al ano... Y be pensadoesto: crear una empresa, una socled ad anônima, de lacu a l tu serâs presidents. Los cen trâ tes gordos serân encargados a ella. Haremos, claro, buenos trabajos... C alcu le que cada ano nuestra organlzaciôn puede r e c ib lr ôrdenes por algo a s i como 500 m illo n e s ... 81

Is un negocio Ifcito, como el que mâs. Al Gobierno le tiene sin cuidado que sea éste o aquel quien haga las obras. La interesa solo, y ello es justo, que las haga bien: en precio y en tiempo. (pp. 394-395.)

Desde la Revoluciôn, y especialmente al iniciarse la râpida indus- trializacion de México, la clase obrera ha llegado a ser una fuerza cada vez mâs im portante en la sociedad mexicana. Nungun a lto funcionario puede prosperar, politicamente, sin el apoyo de los sindicatos. Aunque

Spota no es enemigo de los gremios obreros, detesta las maquinaciones

de lo s caciques que acuden al crimen y a la v io le n c ia para hacerse

ricos y adelantar sus in te r e s e s p o litic o s .

En Las horas violentas Spota denuncia a los ambiciosos caciques

obreros y sugiere que intereses comunistas eztranjeros influyen en las maniobras de estos lideres.

La maniobra de Modesto, e l cacique obrero del sindicato central,

e s la de inciter ïiuelgas, no con e l f inde reclamar derechos para los

obreros, sino para aumentar su propio poder politico. Piensa, al momento oportuno, poner fin a las huelgas, pero no antesde emplear

su p o sic iô n de hombre cla v e para chantajear al gobierno federal.

Quienes planearon esto, y no dudo en penser en Modesto y en la s gen te3 de su partido, no quieren hacerlo espectacular; no buscan asustarde golpe... Andan tr a s la propagaciôn, le n ta pero firme e incontenible, de los conflictos... lY saben para qué? Para impresionar a las autoridades, para obligarlas a ceder en ciertos renglones. (p. 259.)

Con f in de in c it e r una gran huelga y evitar que e l gremio local

lle g u e a un acuerdo con la Empacadora Aguila, Modesto manda a Ivo,

agitador, y a TJ, el "pistolero", a la escena de la huelga. Sin que

Marcos Luquin, el secretario del gremio local, tenga voz n i voto en el

asunto, el odioso Ivole arranca el mandode la huelga. 82

Hace veinte anos Modesto era empleado de la Municipalidad reco- giendo basura. Ahora tiene cuatro coches lujosos y una casa ultramoderna que le costô un millôn de pesos en uno de los més ricos distritos de la capital. La casa tiene una biblioteca conlib rero a lle n o s de gordos volûmenes ricamente encuadernados. En una gran mesa, situada frentea un v e n ta n a l, hay media docena de aparatos telefônicos.

Incima de la chimenea habfaun marco dorado y, dentro, una gran fotografla a colores con M odesto, su mujer y sus hijos, rodeando al Arzobispo. Los chicos iban vestidos para la primera eomuniôn. Sobre la mesa, eno tro s portarrêtratos, imâgenes de Modesto con el Presidents y con otros persona­ jes, (p. 274.)

Al decirle al cacique que su plan se ha fracasado, Ivo se piensa;

"Mira al Gran hombre, al Gran-Gonductor-de-laa-Masas-Oprimidaa llorando,

gimiendo, lamenténdose como una mujerzuela. Me da asco. Gerdo, Re-

tuércete; trâgate tu cochina bills." (p. 277.)

Lia, la secretaria mandada por la "Central" a la huelga, comprends

las maquinaciones de Modesto y de su organizador, Ivo, A solas con

Marcos, le dice a él: " — Vaya que erea desconfiado. ^No créés que hay

en el mundo gente capaz deayudar a otra sin que medie la ambiciôn o un

oculto fin utilitario?" (p. 172.) Pero lo que piensa es muy distinto:

Es un m iserable embaucador-—pensé--. Un tra fic a n te de carne obrera; un tr a id o r peor que todos. El mismo Ivo lo detesta con toda su aima, pero lo obedece y lo pondéra porque no puede hacer o tra cosa. Lo odia porque lo conoce; porque conoce todas y cada una de sus pequenas porquerias.Pero la comedia debe seguir, Modesto ocupa la escena y es el primer actor. Llegarâ el dia en que baje para él, defini- tivamente, el telôn. Ivo quiere estaralll; estarâ sin duda. Modesto ya no es, en nada, distinto a losque combats; es tan burgués como elles, tan acomodaticio y sucio, tambiên .... (p . 1 6 8 .)

Si sus propios camarades le reconoce por canalla, su esposa se

queja por otra razôn. Le cree demaaiado demôcrata: 83

—Uno de sue defectoe ee eer demasiado "demôcrata".., T tu, Modeeto—cou eu una manicurada picoteô el brazo de su marido— ya no estas para esas cosas. Ya no ares de la chusma. Eres un personaje. Tienes una h ija de 18 anos... Una h ija que fig u ra en socledad. ^Quieres que se burlen de ella solo por- que eu padre hace alarde de amietad con la gentuza? . . . . El Arzobispo debla serrirte de ejemplo. El, que a su modo es tamblén un lldcr, escoge mejor que tu a sus amigos. Mo anda bebiendo porquerias con mugrosos amedia c a lle y a media noche. E l senor es bien recibidc entre la sociedad... Y eso es lo que quiero para ml h ija... que no se rian de e lla cada Tez que su padre aparece comiendo tacos de carnitas entre la broza... (p. 164.)

Este respetado cacique obrero no v a c ila un momento en apoyar e l plan de Ivo: m atar a Marcos para que la huelga tenga su mârtir.

En El tiempo de la ir a , e l autor se aparta de la escena exclusi- vamente mezicana para abarcar un panorama mâs amplio. Aunque es

ficticio el pais en que tien e lu gar la accion de e s ta novela, r e f ie j a

caracteristioas de v a ria s repûblioas latinoamerieanas donde el c a c i­

quismo del c a u d illo es tod avia una la cra que amenaza el libre desarrollo

de procesos democrâticos. Ademâs de protester a lo s malos gobernantes,

esta novela va al grano en la ezposiciôn de problemas endémicos que

padecen los paises subdesarrollados.

En este libro se encuentran dos conceptos de gobierno—el libera-

lismo econômico del ez-catedrâtioo,Héctor Gama, y el totalitarisme de

Cësar Dario, el gran caudillo. Mi el uno ni el otro logran establecer

un régimen que gobierne b ien , Aunque Spota no propone una so lu ciô n ,

lle v a su d id â c tic a mucho mâs a l lâ de la mera denuncia. Invita a inda-

gar la inoôgnita que e stâ vejando ato d o s en la actualidad: oômo

gobernar para el bien de todos sin rnolar losderechos del in d iv ld u o .

La novela eondena por un lado la usurpaciôn de poder de los caudi- 4 llos que s6lo veu en e l mando la oportunidad de satisfacer sus deseos 84 de dominer, deeconociendo leyes constituclonalea y derechos humanos,

Condena porotro lado los intereses creados y la mala fe yf a it a de responsabilidad de los falsos idealistas que fingen respaldar conceptos democrâticos.

Hay m otivo8 muy com plejos que mueven a lo s personajes de esta novela, A pesar de ser cruel y despotico, el caudillo CésarDario se cree benévolo, gobernandopor el bien del pueblo. No busca riqueza personal, ni o tra g lo ria que no sea e l amor y e lrespeto de sus su je- tos. Su ideal se define como la uniôn entre losprinciples cristianos y la doctrine de Marx. Estima que cuandolo s hombres disponganpor ig u al de lo s bienes del mundo,podràn vivir con dignidad y,siendo lib re s , serân capaces de amar. En un discursoapasionado expone los problemas de la Republica, y sus pensamientos sobre elgobierno:

En la parte medular de su d isc u r so , César Dario expuso su verdadero pensamiento; lo que llamô laintima, ûnica y e x c lu siv e razôn de suv id a , Analizô con honradez y coraje los gravisim os problemas a que debia encararse el nuevo gobierno. La économie estaba en bancarrota, pues el régimen anteriorhabia pignorado la patria abrumândolacon cuantiosas deudas. Très cuartas p a rtes de la poblaciôn eran iletradas. La enfermedad y e l hambre pro­ porc ionaban a la estadistica cifras aterradoras, El mercado internacional, comono fu era a tra v é s de los grandes monopolios extranjeros, hallâbase vedado a lo s productores independientes de café, azûcar y platano,

—Es, no necesito insistir, una situaciôn d de e sa str e — puntualizé Dario —. Sin embargo, el pueblo debeten er la absolute seguridad de que egobierno l se esforzarâ hasta el limite por remediarla, Liquidado el pasado de violencia, nos enfrentaremoa a un parvenir queno por s in ie s t r o va a amilanarnos. He reestruc- turado la maquinaria del Estado a fin de gobernar para todos. Terminaron los tiempos en que el gobierno era el mejor negocio de unos cuantos; ahorano lo serâ para n a d ie, pues a nadie permi- tiré que se enriquezoa con el dinero del pueblo, El Ejército, nuestro glorioso Ejército, ha sido tambiên reorganizado, Desde hoy lo comandan, no viejos y marrulleros tiranuelos de horoa y cuchillo, sino jôvenes, h on estos y compétentes oficiales. Ta no serâ azote y amenaza para el ciudadano, sino su defensor, su amparo, su amigo, (pp. 166-167.) 85

S éria dificil creer que este dictador carece de sirxceridad. Tam- poco 86 puede dudar que Gama, el catedrâtico que se ufana de que sus colegas le llamen el "Fare de la Juveutud," respete e l id e al de la demo- cracia, Pero Gama e s un carâcter muyd ë b il, y traiciona sus idéales por

ambiciôn y vanidad. Se convierte en bipocrito ladinoque "caza con trampa," y que favorece solo la c la s e econômicamentepoderosa, sin

tener en cuentala s necesidadesde la s clases humildes.

El que s i es completamente sin escrûpulos eid é a le s es el caudillo

Orlando Macin, comanûantede la Divlsiôn d el G este, que junta sus

fuerzas con las de D ario cuando ve la oportunidadde acapararse d el

poder. Sumprime enseguida todos los derechos humanos. Trata dea s e s i-

nar a D ario, se burla de la prensa y del Arzobispo, y tiene desdén por

todo lo que signifies reforma social. "La Révolueion," se diceD ario,

"ha serv id o solo para que Orlando Macin llegue mâs pronto alpoder.

Fui su peldano para encumbrarse; elgato que le sacô la castana del

fu ego, como ya pensé en otra oportunidad." (p. 129.)

El bribôn deMacin, estupido y cruel, sôlo piensa en satisfacer

sus apetitos y no tiene mâs meta que la ambiciôn personal. Célébra su

triunfo con una fiesta bacanal, Cuando Dario pone objeciones a la

fiesta, diciendo que hay demasiado trabajo que hacer, Macin repllca:

"—Oh, ya habrâ tiempo, César. No seas aburrido. &8abes? Tu princi­

pal defecto, y ya lo era desde La escuela, es que siempre tomas las

cosas demasiado en serlo." (p. 125.) Se aprovecha Macin de su primer

discurso para autopostularse para la Presidencla. A su lado César

D ario e s un modelo de b en evolen cia—un hombre de en tereza e id é a le s . El juicio del Arzobispo al decidlr en favor de Dario no pudlera ser mis equivooado. "De los dos, César Dario es bastante més fécil de manejar, porque es menos aiabicioso. Macin es un soldadote incon­ trôlable; éste no pasa de ser un mediocre intrigante pueblerino." (p. 148.)

D ario es de sumo grade ambicioso, y suam biciôn es e l amor por e l poder.

Al vencer el plazo del mando como présidente, se admits su verdadera ambiciôn:

La H isto ria rara vez, ;jamésl lle g a a conocer a los jerarcas en toda su dim ensiôn humana; jamés, tampoco, lo s b iô g ra fo s penetran al mundo dolorosodel intim o desaliento de lo s h éro ss. Si a s i fuera, no ezistiria el concepto del ser superior; porque cuando se tiene miedo, cuando se miente a los que en uno creen, cuando duels dejar lo que uno ama, y en mi caso es el poder, entonces somos solamente hombres comunes. Al decir yo que me ausento de la Presidencla complacido y satisfecho, estoy mintiendo. Me marcho por la vanidad de oumplir mi promesa. (p. 412.)

Irônicamente, el programa ideolôgico de los insurgeâtes es: "la llbertad de creencia y de asociaciôn; el respeto al voto popular, la no reelecciôn de los gobernantes, y, sobre todo, la reafirmaciôn de nuestro nacionaliamo." (p, 45.) Todos los conceptos son rechazados por Dario menos el nacionalismo, que viene a ser el dominante en el programa de la "Republica," y la espina en el lado de la empresa privada y de lo s terratenientes.

Dario conoce todos los trucos indispensables para fortalecer su mando. Sabe que tiene que conter con el apoyo del ejército, los obre­ ros y los campesinos. Sabe tambiên que las obras pûblioas son una boisa de trabajo y que no se debe pelear en dos frentes a la vez. Como cree que los crimenes por razones de Estado son actos de higiene y que el fin justifies los medios, gobierna su Republica por medio de pisto­ leros profesionales. Estas cosas tambiên saben los caciques de Mézico, 87

La sâtira no pierde su sabor por ser de republica ajena.

Ko se pierde tampoco la alusiôn a la persecuciôn de la Iglesia durante el régimen de Calle8--p8rsecuci6n ooasionada por el obscu­ rantism e de la I g le s ia y su o p o sio ién a l progirama de la Revoluoiôn:

"Asimismo, [dice Gam^ de su d iab ô lica mente ha brotado otra b e s tia l id ea; cerrar los templos y convertirlos en escuelas pâblioas, en clubes para obreros, en bibliotecas o almacenes. ;Ya te imagineras lo que p ien sa hacer con los saeerdotesî Los obligarâ a romper sus votos, el de celibato por ejemplo, para que sean ’u t i l e s ’ , en e lsentido que él entiendepor ser u t i l . Se afirm a que e l general pretende crear la Iglesia D a riis ta , una Iglesia Nacional o de Estado, independiente de la autoridad de Roma.” (pp. 284-285.)

No queda ezento de la sâtira de Spota el gran cacique de la

Iglesia—el Arzobispo, qu^ se aprorecha de su poder para influir en asunto8 de estado, "El, y lo s de su clase," grunôD ario, "ya no son hombres de Dios, sino politicos,.,y de los mâs ventajosos," (p, 184,)

D ario hace una redada de personasque, sin ser culpables de nada en concrete, son sometidas a juicio por "disolucién social," (p, 342.)

Hoy en dia no es rare le e r en los periôdicos y revistas que provienen de Mézico noticias que refieren casos de algân individus arrestado y encarcelado por motivo de "disoluciôns o c ia l,"

Ya a l hacer su primer triunfo Gama predice la supresiôn de todas laslibertades y la imposicion de una dictadura porD ario. Al con- c lu ir la fa rsa de un proceso en que todos los acusadosson sentenclados a la mue rte , Gaina se refleziona: "Igual que a l César en e l circo romano .... Sobre la sangre de sus victimes comienza César Dario a fincar su propia dictadura," (p, 78,) Pero cueindo Gama tiene su tumo al mando, suprime los derechos humanos con igual crueldad, y deshace todas las reformas sociales llevadas al cabo por Dario, 88

Aunque los caciques aqui cltados son los de mayor relieve, Spota, en casi todos sus libres protesta losm alos gobernantes, Como su p re- cursor, Fernandez de Lizardi, tiene dos metas: ezponer los abusos de los gobernantes y los males del sistema, y espolear al pueblo para que no se deje llevar por un p e lo . Comprends que e l sistem a d el caciquismo es pernicioso nosôlo por el robo y el abuso, sino que e s c la r iz a a l pueblo y basta puede llegar a la dictadura, El caciquismo alienta la conformidad moral—conformldad del peor Indole, porque corrompe la dignidad del in d ivid u o y le reduce a la moralidad d e l "achichincle” para defenderseen una sociedad viciada. Capîtulo 711

El Tîo Sam

M&3 de una vez en el pasado las relaciones entre Mézioo y los

Estados Unidos se han puesto bastante tirantes, Despuésde la guerra

de 1847 en tre lo s dos paîses en la cual cediô México tan vaste terrene

a les Estados Unidos, quedaban muy bondes resentimientes en el aima

mexicana. Incidentes cernela intervencion de les marines nerteam e-

ricanes enVera Cruz en 1914 y la in cursiond e l General Pershing en

territorio mexicano des anos mâs ta rd e, para ne ir mâs lejos, aventa-

ren ya latentes edies centra lesE stados Unidos. Genla expropriaciôn

de la industrie petrolera en 1938 la cesa estaba que ardîa. El llamado

impérialisme yanqui vino a ser cada vez mâs el blanco de indignacienes

mexicanas.

Aunque todavfa queda mucho por hacer para que la s r e la c io n e s en tre

los dos pafses sean completamente armoniosas, la tirantez se ha relaja-

de notablemente. la politics del "buen vecino" ha influldo muchisimo

en mejorar las relaciones, y ningûn programa ha dado majores resultados

que e l contrato de braceres durante la Segunda Guerra Mundial y en

aSos posteriores. Eue un programs de ayuda mutua en que los braceros

prestaban un gran servicio a los granjeros americanos y al mismo tiempo

llevaron muchos délares que sirvieron a fortalecer la cendicién econô-

mica en México, Muchos biraceros volvieron a México con buena impresién

de sus vecinos al nerte y diseminaren sus ideas entre sus paisanos.

89 90

Asimlamo, el flujo del turiamo en nltimos aîlos no s6lo ha llevado mnohos dôlares a Mëiioo, sino ha ensanchando el entendimlento entre los dos pueblos.

En reolentes feohas Môzico ha dado pasos gigantesoos en la Indus­ trie y la hacienda. A medlda que Mëxico se independiza de la hegemonfa norteamerioana, asi librândose de su dependenoia de los Estados Unidos, su aotitud se maniflesta cada vez mâs to lé r a n ts y amistosa. Esta a c ti- tud se refieja en las novelas de Spota.

Se ven no pocos norteamericanos en los libros de Luis Spota, pero no aparecen caricaturados como monstruos. El Tic Sam es un ser humano— no es un matasiete con garrotôn. [Hay tipos malos y honrados, ricos y pobres, poderosos y humildes, despiadados y compasivos, intransigentes y razonables—en fin, personajes verosimiles como se ven en todas partes de dia en dia. El seSor Spota protesta francamente las maniobras de las grandes engiresas y la Intervenciôn norteamericana en asuntos latlno- amerlcanos. Pero lo hace con la actitud de un hombre objetivo que reconoce la realidad de las luchas politisas y econômicas internacionales.

En El coronel fus echado al mar, la primera novela de Spota. el

ûnico marinero que vuelve en el "Anna Louise" que no sea americano es

Armando V illa, a quien sus companeros llaman con afecto "mezicano."

Los tipos de este barco-hospital son universale s. Pendencierosy que- josos, pero con todo, buenos, tienen pocos rasgos que les distingan d el marinero cu a lq u ier a . Tratan a Armando V illa como s i fuera uno de los suyos, sin acusarle discriminaciôn alguna por su raza. Armando oomparte con los otros sus disgustos y alegrias, sus sospechas y temores, y su nostalgia por su tierra natal. No se ve ninguna critica 91 de la manera en que el Tlo Sam trata a sus marineros ni a los reclutaa m eiican os.

Sin embargo, la novela lleva una censura—no muy pronunolada, pero si, im plicita—de la discriminaciôn practicada en los Estados iSnidos contra los grupos minoritorios.

Después del alboroto en que algunos marineros golpean al cocinero negro "Cooker," sale esta conversaciôn que plantea de frente la cuestiôn de la discriminaciôn contra los negros:

—Le quebraron cuatro costillas al negro, y ademés sospecho que tendrâ que u sar dentadura p o s tlz a .

—&Cômo sig u e , Ted?

Ted encogiô lo s hombros:

-—Tiene para dos meses,

— ;Un bonito lincbamientol—murmuré de nuevo,

Martin dijo bruscamente:

—üY qué? 2,1^0 es un negro?

En ese momento se me vino la sangre a la cabeza y estuve a punto de romperle la cara a Ted Martin,

—De todos modos, &no es un hombre ccrno nosotros?

—iPero es negro!

Ted Martin dijo esto ultimo con gran vehemencia, como para Gonvencerme de que Cooker no era hombre, sôlo por tener la piel oscura. Nunca he podido entender cômo muchaohos iguales a Ted, a mi, [Armando V l l l ^ pelearon por la llbertad, contra el racisme, si en lo intimo de cada uno de ellos alentaba un odio increible precisamente contra aquello por lo que pelearon y murieron, (p, 152.

A l p ed ir perdôn Armando por su p arte en e l l i o , "Cooker" l e d ice afectuosamente: Cracias,.. greaser." (p, 154,) 92

Ese "CTeaser" —que es como lo s hombres de Texas, blancos o negros, llaman a los mexicanos ofensivamente--fue dicho con una Inmensa bondad, con un calor Infinito. No me senti ofendldo, abofeteado, 31 Speedy, que era mi Intimo amigo, me hublera llamado greaser, aunque fuese enbroma, le habrla roio la cara» Pero Cooker dijo "greaser" amorosamente, como tr a - tando de compartir conmigo su dolor de ser oscuro, negro.

iO no era yo un mexicano como aquellos que discriminan y vejan en la frontera, del otro lado? (p. 154.)

Por otra parte lo s americanos no son malvados, Incluso el des-

graciado capitân Davies se muestra justo y humano al despedlrse de lo s m arineros a l tërm ino del temible y mlsterioso v iaje:

—Hemos concluido felizmenteeste viaje, del que dependen, y dependerân ene l fu tu re , miles de vidas. No estoy fa cu lta d o para e x p lic a r mâs. Pero sepan que sus servicios han sido utiles como nunca a la s democracies... (p. 202.)

En Murieron _a m itad delr l o « Luis Spota muestra una actitud ambi- valente en cuanto al Tlo Sam. Admlte, por ejemplo, que las patrullas no roban y que no son c r u e le s , peroles condena su colaboraciôn con lo s malos patrones. Hablando en su Preâmbulo de las angustias que sufren los mexicanos, dice:

Podrâ parecer extrano que dentro de la democracia ame ricana sigan repitiéndose casoscomo lo s que sirven de base a esta n o v ela , a este su ced id o, debiera d e c ir . Lo e s . Pero no hay que mezclar a la democracia norteamericana, ni culparla tampoco. Esto solo acontece en Texas, que no es lo mismo... (Preâmbulo.)

Al mismo tiempo, dice quo estos golpes pertenecen tambiên a casi trescientos mil hombres, en peninsulahumana de su p a tr ia , lo que da a creer que habia, por extensiôn, de los otros estados en que trabajan m exicanos.

No oabe duda que la novela entraBa resentlmiento de la actitud despiadada y desdeBosa de algunos norteamericanos hacla los trabaja- dores mexicanos. "Te pescarân porque no eres came de suroo, porque 93 no representan tus brazes n i tu s veinte afiosun fa c to r de produccion...

Te acecharan j no podrds defenderte; tendrds que ser humilde, EL gringo no es como tu, como los hombres de tu tierra: esduro. Trabajas j comes. No trabajas y te mueres de hambre." (p. 42,)

Al bus car trabajo, tropiezan con el desde'n y la desigualdad,

"—Pero si un negro trabaja lo mismo que yo, ;,por qud he de cobrar la mitad que él?" (p, 181,) A esta pregunta de Pavah, el enganchador le contesta; "--Porque es negro, Porque es americano. Tu eres sdlo un mexicano ilegal. ^Entiendes, principe a destajo?" (p. 181.)

Sxmbolo de la in to le ra n c ia h acia los mexicanos es Simdn Donaghue, que pertenece a una secta religiosa "los encapuchados," que "combatla

a negros y cobrizos con toda su alma, hasta exterminarlos," (p. 112.)

Al ver a Ghebo, e l patrdn mexicano de lo s muchachos, con una muchacha blanca, Donaghue g r ita : "jUn mexicano piojoso con una muchacha texana."

(p, 1 5 1 .) Sus companeros, enardecidos, reclaman un lichamiento. Des­ pués, para vengarse de Chebo y los muchachos que se defienden contra

los ataques de Donaghue, los americanos queman la casa de Chebo,

Los muchachos viven en miedo de lo que puedan hacerles hombres

como Donaghue, Leen en los periodicos de casos de atrocidades contra

lo s n egros, y se preguntan:

IJ si esto lo han hecho con los propios negros americanos, que no haréa, sin que se sepa o sin que nadie se preocupe por gastar dinero en una pesquisa a fondo, con los mexicanos ilegales, con los mojados, cuya presencia en territorioyanqui no estd re g is - tra d a en n in gtk documente oficial? (p . 1 7 7 .)

Spota muestra su desprecio por las malas costumbres de los ameri­

canos que van al otro lado del rfo para desenfrenarse: "—Toda la

frontera, del lado mexicano, es un gran burdel para los gringos," (p. 158,) 94

"El Buen.Vecino tenla la noche libre y estaba aprovechândola, con es­ cândalo prohibido en su pais," (p. 159.)

Andando Pavân y sus compaSeros sin dinero y con hambre, siempre vuelven al mismo refrân: robar para comer no es robar. "Ademis, siempre quedaba el recurso de justificar todo como patriôtica reivin- dicaciôn 'por lo de Tezas'." (p. 197.)

Al Tolrer Pavân a Mézico después de sus ezperienclas en Tezas, siente que no es el mismo:

El "otro lado" lo habia cambiado. Ahora regresaba, slguiendo la s huelia8 de quienes lo antecedieron; sintiendo sus mismos sentimientos de fracaso, dolor y rabia. Pero rolvia distinto: muriÔ d el o tro la d o , no sn lo f i s i c o como lu p e , sin o en lo espiritual. Tezas, y lo que ancerraba, operaron la transfor- macién: regresaba amargado, endurecido, frustrado. (p. 261.)

El desengano de encontrar un pais que en nada parece al que habia visto a colores en las revistas no Impide, sin embargo, que Pavén admits la justicia de la patrulla que lo lleva a la frontera. Muy distintos son los ^ que describe el seïlor Spota en Mas cornadas da e l hambre.

Después del robo del americano en Ciudad Juérea, Luis Ortega y

Pancho Camioneto se encuentran cogidos por un grupo de americanos que, con golpes y bofetadas, procuran llevarlos al lado americano:

Los gringos hablaban entre si en inglés. Luis y Camioneto tenian las caras lieras de sangre y doloridas por las bofe- ta d a s. Aunque no en ten d ian una so la palabra de aq u ella éspera lengua, presontieron que algo estaban tramando sus aprehensores, cuando, a patadas, los obligaron a caminar de- lanie de ellos. Los curiosos los seguian, a distancia. Cruzaron varias calles. "Por aqui no se va a la comisaria", reconocié Ortega. El dia que llegaron a Juérez vlsitaron el precinto, por si necesitaban ir a dormir a él. Asi, pues, que los gorilas pensabau llevarlos a otra parte, (p. 239.) 95

Un teniente de la policla mexicana les rescata de los enfureciûos americanos y les hace subir al jeep, echando en cara de los W estas palabras:

—Eso sf que no—la Toz raspô como lija deloero—. Aqui no 88 llevan a nadie al otro lado, Esto es Méxioo, y si éstos robaron se Iran al chero mexicano... (p. 240.)

Spota aprovecha el incidente para burlarse de losamericanos de la frontera, quienes, después de emborracharse y ponderse en Ifos con mujeres, piden auxilio al consul am ericano:

Con un ja lo n eo arrancô el jeep, Detrâs, trotando, lo seguian los yanquis, El ofendidono estaba conforme con aquel procedimiento tan a la mexicana;

—Toy a ver a mi consul; voy a ver a mi consul— repetia, furioso, (p, 240,)

Las muchas referencias a lo s E stados Unidos en Lae s t r e lla vacfa no parecen entrahar c r i t ic a de lo s norteamericanos, Acusan, mâs bien, admiracién de lo americano»

Olga Lang, la protagonista, en su viaje a Nueva York, queda admi- rada de la gran m etropoli americana:

Nueva York la habia fascinado, abrumândola con su magnifies grandeza de cemento, multitudes y lu c e s . Rolando era , en efecto, un guia e x c e le n te . La llevô al Museo Metropolitano y a l de Arte Moderno; le relaté la historia de losp in to res cuyos cuadros admiraban por horas; le mostrô la b ib lio te c a p u b lics de la calle 42 y la oondujo, una noche, a l barrio bohemio de Greenwich [sic] , donde lo s yanquis han improvisado su tradicién cultural. No podfan faltar visitas al Empire State ni al Madison Square Garden, donde la asombré e l espec- tâculo impresionante de un circo. Tenian planeado, para lo s d ias venideroS; conocer Harlem y v i s i t e r a l poeta negro Langston Huges [sic], que era amigo de Vidai» (p» 335»)

Por lo demâs; Olga e stâ halagada a l r e c ib ir la o fe r ta de film er en Hollywood con Gregory Peck, y sélo la rechaza cuando Rolando le hace 96 comprendar que su sitio esté en Mézico y que no debe ezponerse a un fracaso en el extranjeroc

Como a todos los rastacueros, Spota trata a los rastaoueros ameri- canos oon sétira en su norela Oasi el paraiso.

liz Avrell, la millonaria amerioana, amante de Ugo Gonti, no es una mujer mala--es solamente una viuda rica, empalagosa y patétioa que

sïente soledad y aburriraiento.

En los Estados Unidos comoen México la "sociedad” se Inmola ante un tftulo. En Nueva York, donde Ugo pasa un rato con Liz,"los pequeSos burgueses adinerados que constitufan el grupo de amigos de MrSo Avrell,

lo aceptaban como lo que decia ser: un Principe italiano, miembro de

antiquisima famllia. Incluso los cronistas de sociales le pagaban

tribute de admiraciôn." (p. 377.)

Y en California, corne en Kueva York, estân igualmente admirados

de su abolengo y su ti tu lo :

Fueron después a California, y a lli tampoco hubo uno que ]ao admitiera a Ugo Gonti como P r in c ip e . Nadie tuvo la c u r io s i- dad de hurgar en su pasado, de analizar sus palabras y de averiguar si, en verdad, era un miembro de la realeza ita lia n a . La sociedad de C a lifo r n ia , lo mismo en Los Angeles que en San Francisco—a donde Liz lo llevô a que conociera la casa en que habia nacido y en la que nacieron, con sus h ij o s , sus mi11ones — , era mucbo mas p rovin eian a e ingenua que la del Este. (p. 378.)

Comentando laIngenuidad de la sociedad califom iana, Spota

oberva que:

En c ie r ta ocasiôn, capitaneado por L iz , un grupo de damas de la IglesiaiEpiscopal entrevistaron a 3u Alteza para invitarlo a entregar unos premios en un certamen e s ta ta l de campeones comedores de tarta de manzana; en otra, inaistian en que diese una conferencia, a propôsito de la guerra y la liberaciôn amaricana en Italia, en el City Hall. (p. 378.) El aburrlmiento y la generosiâad son, por lo vlsto, la flaqueza de las mujeres amerioanas en las norelas de luis Spota. Por abnrri- miento la senora Gladys Ann Wilcoz, esposa de un funolonario de la

Cruz Roja Amerioana en Paris, se hace amante de Ugo, y, generosamente, le despide con dos billetes de clncuenta dôlares oada uno,

El conflicto entre el congreso americano y el cuerpo militar no esoapa de la sâtira de Spota. Oon respeoto a la muerte de unaioujer italiana en que estân implioados unos oficiales del Ejército de Libe- racion, dice el a u to r:

El Quarts1 General recibla en e sa s fechas la v is ita de una Comisiônd e l Congreso y te n la especial interés en que los Senadores no volvieran asu P a tr ie llevândose una mala im presiôn delos mucbachos de uniforme y , raucho mènes, creyendo que eran espaces de matar a las mujeres italianas para luego arrojarlas, desnudas, al a baliia. Pero los politicos deseaban, a su vez, poderacusar a lo s d ir ig e â te s del Ejército, a los que no v ela n con buenos ojos, y en una conferencia con los corresponsales manifestaron:

—Ë ste no es, segun nuestros informes, unhom icidio comun. La e x iste n c ia de whisky y alcaloïdes en las visceras de la victime, whisky y alcaloïdes que solo pudieron ser obtenidos delE jé r c ito , prueba que n u estro s soldados y la organizaciôn aque pertenecen, estén corrompidos. Se baré justicia al pueblo de I t a l i a , castigando a quien re su ite culpable... ;No importa su rango o personalidad*. (p.172.)

E l ultimo trato de Ugo con am ericanos es con gentes que no se

dejan enganar port l t u l o s —-las del e f ic ie n t e y escrupuloso FBI. Es e l

FBI que hace la investigacién de Ugo ylo atrapa. En la cârcel tr a ta

desobornar al vigilante. Al vigilante le gusta mucho e l d in erç, y

lo tomarla con ganas, "Pero no se puede. Losd e l FBI armarian un

follôn si te dejo salir." (p. 422.) 98

Por primera vez en sus novelas Spota trata el asunto de las grandes empresas industriales amerioanas en Las horas violentas.En esta novela resena la posiciôn de unin d ividu o americano trente a los d ir e c tiv e s de la oficina matriz en Nueva York,

Mr. Perkins, gerente de la Empacadora, contra la cual el gremio sin d ic a l se ha puesto en huelga, es de raza amerioana. Es un hombre dure e independiente, pero honrado, que conoce los problèmes mexicanos y p re fie re a rre g la r la s cosas a su modo. Su padre, Ralph Perkins, habia establecido la empresa clncuenta anos atrâs.

El v ie jo Perkins, en su tiempo, habia révolueionado lo s procedimientos de producciôn en grande escala de conservas alimenticias. Su hijo llevaba adelante, mejorândola, la filosofia paternal de producir mas, para ganarmâs, vendiendo a manor p recio . La Empacadora A guila era, en su ramo, la mâs importante del pais y de unos anos a la fecha, especialmente desde que se alio, en elterren o financière, a un poderoso consorcio norteamericano, extendio sus actividades, multi- plicândose enmedia docena mâs de p la n tas, a la sprovincias; y ya se hablaba de la fundaciôn de nuevas sucursales de Aguila en Centre y Sudamérica. (p. 21.)

Mr. Perkins y Marcos Luquin, el secretario del gremio, se respetan y el gerente sabe que si fuera de él, podria llegar a un arreglo a la satisfacciân de todos. Le dicesu abogado: "--Mâs v a le un mal arreg lo que un buen pleito." (p. 46.) Perkins reconoce; "—&Y cree que no lo sé? Pero, no olvide, Tengo socios. Debo c o n s u lte r." (p. 46.)

Perkins rechaza honradamente todas las ofertas de los obreros que quieren traer "esquiroles" para romper la huelga, pero a l mismo tiempo se impacienta por su impotencia m ientras espera lo que resuelva la gente de Nueva York.

Su sentido de justicia y objetividad se destaca al ser apedreado su coche por los huelguistas. Al advertirle su acompanante del mal genio de los obreros, Perkins responds con humor: "—Claro que s i , Los justifies. iNo se pondrîa usted furioso si fuera a b u rlarse, en sus barbas, un patron hijo de mala madré... como creen que spy yo?" (p. 119.)

Otro tipo de americano es Robinson, el représentants de la junta de directores neoyorquinos, por quien Perkins tiens una aversiôn especial. En los dos anos que lleva en Mëzico se empeSa en censurar la organizaciôn de JPerkins. Perkins lo soporta porque no tiens mâs remedio. La soluciôn de Robinson séria poner fin a la huelga con iina ametralladora. Es é l que a con sejé a Nueva York que no hicieran com- promisos con los trabajadores. En toda la historia de la Empacadora

jamâs tuvieron un conflicto hasta que Robinson ordenô queno se transi- gieia, Mientras esperan la llamada de Nueva York dice a P erkin s, ya

ir r ita d o de la s razones que le de Mr. Robinson: Ahora soy yo

quien le dice que no se irrite, Perkins. La gente de a l l a —apunté

al teléfono—sabe, mejor que nosotros, manejar estos asuntos..."(p, 233,

A esc Perkins le responds: "—S i, eso dicen. Utilizan la v ie ja

tâctica de los esquiroles, del soborno, dela amenaza. —A lzé la

cara para mirar a Robinson—. Pero no estamos en Oentroamérica, y la

cosa aqui no da r e s u lt a d o ... Y nos la echan a la mano como un remâche

caliente." (p. 2 39.)

Es digno de notar que después de esta critica de las grandes em-

presas amerioanas, el senor Spota les concede el buen juicio de dejar

el arreglo de la huelga completamante al criterio de Mr. Perkins. 100

El papel del americano en El tiempo de la ira es de sobre manera

Importante, pues la novela ezpone la influenola econômioa y politlca de lo s in t e r s ses norteamericanos en la América L atin a.

Los americanos como individuos tienen poco peso critico en eata novela, El ûnico americano de cam e y hueso es Joe Elynn, el

"Gatillo," jefe de la p o lic îa sécréta que s irv io a l antiguo régimen y trato de asesinar a Dario y ahora es hombre de confianza de Dario,

Es un hombre s in ie s troen el extreme. Da la casualidadde ser

americano—prevaleoen americanos en el reparte de los personajes eztran-

jeros. No es im&s ni menos que un aventurero que no represents ningun

in te ré s americano, Brosky, e l p olaco, y Mateo Roman, e l latinoam eri-

cano—ambos, como Elynn, pistoleros profesionales—son igualmente

siniestros.

Lo que si es critica es la intervencién del embajador americano

en la vuelta del pistolero a la "Eepublica," Pero el embajador no

es de carne y hueso. Es un personaje tan anônimo que ni siquiera

lleva nombre,

También interviens el embajador en lo s asuntos p e tro leros. Al

reclamar Dario un "empréstito" a las empresas petroleras, estas

prefieren poner a riesgo el capital de su gobiemo. "—Salvo su

major opiniôn, senor Présidante—indicé—, ,pno séria mâs fâcil solici­

ter ese empréstito de doscientos millones de délares al Eximbank, o

directamente a mi gobierno?" (p. 377.) Segûn el embajador, las com­

panies no pueden aportar una suma tan crecida en el plazo que exige

Dario. Esté dispuesto a respaldar las companies en su propuesta de

buscar el empréstito por otros conductos: "—Un poco oficiosamante. 101

siHkirPresidG&t^ estoy mezolândome este asunto. s6lo deseo ooncillar

intereses—ezplic6 el embajador—. He hablado In extenso con los géran­ tes. Por ello puedo asegprarle cue no estân en condiciones de

complaoerlo. De allf que Insista en que es mâs factible gestionar el

empréstito por otros conductos... la Republics tiene crédito y..." (p. 377.)

Dariô sabe que, a pesar de sus protestas, las companias estân en condiciones cb concéder el empréstito, porque esté al tanto da su

sistem a de doble co n ta b ilid a d :

—De todos ustedes—habfales dicho al comenzar la primera junta—es sabido que las empresas, para defraudar al fisco, recurren al procedimiento de llevar dos contabilidades: la priTada, en la que asientan los beneficios renies; y la o f i o i a l , que a s la que e l Estado conoce ....

El anâlisis de la contabilidad secrets, como lo habia supuesto Dario, proporcioné formidables sorpresas a los peritos en finanzas. la mâs importante: que las ganancias reales eran superiores, en un trescientos por ciento, a las que manifesta- ban al erario, (p. 355.)

El embajador, sin embargo, no tiene pelo de tonto. .Al amenazar

Dario con aceptar una oferta soviética, el embajador reconoce la impo­

tencia de los diplomâticos en el serricio eztranjero ante los

funcionarios de Washington, D. C., ciegos a la realidad politics y

economica de la Amërica latine:

El embajador, no sin alarma, advirtié que en las ultimas, sonrientes y tranquilizadoras palabras de Dario habia im p lic ite una amenaza. Una amenaza que a él lo ponia en un serio apuro. la ultima vez que él y otros colegas suyos habian sido llamados a Washington, algunos funcionarios, desconocedores de la realidad politics y econômica do América en general y de esa Republics en particular, les habian tirado de la s orejas cul- péndolos de la évidente penetracién econ&mica de paises no democrâticos en la s zonas de influencia cornercial tradiclonal- mente controladas por el bloque de Occidente, De nada habia servido que los diplomâticos les hicieran ver que la culpa no era suya, sino del sistema, y les sugirieran la conveniencia 10%

a@ oambiar los mëtodos, y el couoepto de a^lstad y oomprensiôn que los Caballeros del Departameato de Zstado teaian para el de pueblos latlnoamerloaaos. (p. 378.)

La maaiobra de la Tropical Fruit Co., segua Dario, es la de fomeatar ooaflictos laborales para fines politicos. La compaSia maai- fiesta ao estar ea condiciones de concéder los aumeatos de sueldo que pidea los trabajadores:

. . . ]En el ultimo aao, la Tropical Fruit Co., babia repartido utilidades superiores a las del lustro anterior. César, que conocia a foado las finanzas de las corporacioaes, consideraba la intraasigeacia de los capitalistes como un francod e s a fio , ao a los esalariados, siao al Gobierao. Los plataaeros, junto con azuoareros, cafetaleros y petroleros, por manejar miles de millones de dôlares en conjunto, influian directs y decisi- Tamente en la économie aacional y por extension en la politics interior de la R epublics.

--E l control de la tie rra -—opinaba Dario—ha dado tradicioaal- mente a quien lo tiene el control politico. No se concibe e l uno sia el otro. Por eso, estas gentes haa dejado transformer un conflicto laboral en conflicto politico. &Y sabe u sted , don Héctor, qué es lo que buscaa? Crear una crisis; empujarnos a la baacarrota; parer nuestro impulse.., (p. 264.)

Spota cita en la novela reportajes de las revistas Time y Life.

El primer articule de Time es ambiguë y objetivo. Ea el seguado, un

ano mâs ta rd e, Time juzga la obra financiers, politics, so cial y material de César Dario en térmiaos desusadamente amables. El articule

de L ife, escrito cuando Dario es ya francameate dictador, le condena

rotuadamente. Dario, que habia aceptado apoyo moral y econômico de los

intereses americanos para luego "apretarles la tuerca," incauta la

r e v is t a que le condena,

Lo que sale de este exposé es un cuadro de maniobras interna-

cionales muy complejas. No es un cuadro en blanco y aegro ea que el

omnipotente Tio 8am impoae su voluntad a las inoceates victimes 103 latinoamericanas. El juego que describe Spota es feo, pero es un juego en que to d o s, norteamericanos, latinoamericanos y ruses, tienen c a r ta s .

Al contemplar el Tlo Sam el cuadro que de él ha pintado Spota, no puede menos de reconooerse. Si le parecenalgo eiagerados sus defectos, tiene que admitir que Spota no le ha quitado todos sus Talores. prenderâ, por lo menos, como le ?e uno de sus v ecin o s mexicanos. Capftulo 7III

Las espalâas mojadas

"Eapalda mojada"—wetback—as el apodo que se le ha dado al meiioano que eutra ilegalmeute en los Estados Unidos, nadando sigi- losamente, o a veces vadando o cruzando en baroo, por el Rio Bravo.

El protagoniste de Murieron a mitad delr io es José Pavân, joven mezioano, que cruza el rio a Brownsville, Tezas con dos compa- heros, dondesufren un sin f in de vejaciones en e l estad o de Tezas,

A poco aprenden que "en Tezas, ser mezicano no es una nacionalidad sino un oficio. El peor, y mâs despreciable de todos." (Preâmbulo.)

Debe su titulo al hecho de que tantos mueren tratando de cruzar e l rio, y, por extension, se refiere a que estos muchachos son parlas, sin defense enuna tierra-de-nadie. Son horabres civilm ente muertos, sin la protecciôn de su propio gobierno ni del gobierno de los Estados

U nidos, y perseguidos por ambos.

En e l préambule de e s ta novela el mismo Luis Spota ha subrayado sus intenciones didacticas:

He querido reseSar la historia de unos cuantos imazi- canos que se embarcaron en la aventura de cruzar la fro n tera , en busca de d ô la re s, Cruzaria sin papeles, ilegalmente, por supuesto. Sin embargo, la angustia, el dolor, la ira, las alegrias, los golpes que ellos reciben, no son particulares suyos. Pertenecen también, en odiosa multiplicaciôn, a los que llegaron antes o a lli permanecen: casi trescientos ]mil hombres, en peninsula humana de su patria...

Esta es la primera vez que se hablarâ, con la crudeza del que no tiene que ciudar un puesto diplomâtico o consular, de un problema que los gobiernos de dos paises—el de Mézico,

104 105

el de Estados Unidos—no desconocen, pero que no iian querido, o no han podido,resolver con valor y decision.

En esta novela el senor Spota présenta una situacion candente que en lo s anos de 1950 y 1951 estaba a punto de inflamarse, Hacla anos que los mezicanos iban infiltrando ilegalmente los Estados

Unidos en busca de dôlares. Pero la escases demanos de obra oca- sionada por la SegundaGuerra Mundial enlos Estados Unidos y la inflacion econômica en Mexicodieron subito im pulse a la migraciôn.

En 1942 lo s Estados Unidos concertaronun contrats con Mézico por

"braeeros" mezicanos. Los braceros vinieron a trabajar en las granjas norteamericanas y ganaron losjornales establecidos, igual que traba­ jadores americanos, o se a , quince a veinte veoes mâs de lo s que ganaban en Mézico.

Habia en Mézico un verdadero tropel de campesinos y otros traba­ jadores que querlan pasar a lo s Estados Unidos. No todos,por supuesto, podlan ser contratados, y de alll résulté un negoeiazo de contrabands por parte de mezicanos y norteamericanos. Millares de mezicanos sa concentraron en lafrontera esperando una oportunidad de cruzar. Muchos abandonaron a sus families y sus campos en la esperanza de ir a trabajar en la s granjas amerioanas.

Por un "precio" los contrabandistas le s pasaron "al otro la d s," a veces robândoles y hasta matândoles sillevab an algun dinero. Al regresar, el peligro era aun peor, pues entonces tralan duros d ôlares americanos. En un solo dlaen e l mes de feb rero de 194-9, se recogie- ron nueve muertos de la s aguas d el Rio Bravo. 106

Lo grave del case es que ro.uch.os granjeros prafirieron eroplear a los "mojados," porque no tenian la proteccion de los dosgobiernos, asi que podian explotarlos a su antojo. Estos ultrajes dieron al traste con las buenas relaolones entre las dos naciones ocasionadas por el lé g itim e contrats de braceros. Para fines de 1951 los resentimientos eran tales qne el gobierno mezlcano amenazô con terminer la migraciôn de braceros a los Estados Unidos a menos de que se pusiera fin al contrabando.^

Murieron a m itad d el rio fue escrito en 1943, cuando todavla no babfa alcanzado su apogeo el mal negocio de contrebande de obreros m exicanos,

José Pavân y sus compaheros, esperando elmemento de cruzar e l rio, "tenian los ojos de la mente puestos en el otro lado, en la o r i lla amerioana tupida de p astes, en la tie r r a ocre de Texas, del Valle que necesitaba de sus brazes en la misma forma en que ellos necesitaban de los dôlares." (pp. 23-24.) Asl Spota reconoce que m ientras se n e c e s i- ten trabajadores en los Estados Unidos y los salaries sigan tan bajos en México, diflcilmente se terminarâ elcontrebande. Aunque Spota no disculpa ni a lo s gran jeros ni a lo s mojades, parece echarla responsa- b ilid ad a lo s dos gobiernos, y estima que debieran tomar c a rtas muy decididas para acabar con estas brutalidades.

Llegan los aventureros a Matamoros con sueRos e ilusiones, pero pronto se enteran de losp e llg r o s que le s acechan. El ami go Pancho

^Simpson, pp. 311-312. 107

Orozco les aconseja que pasen solos, sin ayuda, y que no se arrimen a los "pateros"~-los qua pasan gente en sus lanclias y que la matanpara robarla. Desconfxa también de la p o lic îa : "jCuîdense de ella como del mismo diablo*. Va a médias con los 'pateros’. Los protege. Gada mojado représenta diez, quince, veinte pesos de ganancia. Y pasan por docenas. On gran negocio. Cuando traen buenos dôlares los matan.

A puBaladas o con pistolas. Luego ilos amarran una piedra, y al fondo.

Muchos salen hinchados a la o r i l l a . Yla policîa, en la luna..."(p. 25.)

Ta vencido el primer obstâculo'—el delle g a r ilesos al otro lad o, se reaniman sus ilusiones, sobre todo lasde Pavân. No e s Pavân un campesino comun y corriente—un humilde sin vlslones y dispuesto a oallar y obedecer. De algo le servirân sus très aBos de secundaria, su piel blanco y su conocimiento del idioma inglés. Para Pavân Texas es solo un principio. Ju n tarâ cien dôlares y con éstos irâ al n o r te ,— a Chicago, a Detroit, a Nueva York. Sin embargo, a pesar de su opti- mismo, no puede acallar la inquietud que le causaes ta r a l margen de la ley y no poder pisar fuerte sin desconfianaa, sin el molesto temor de ser delatado a la p o lic îa . "Si tuviéramos los cochinospapeles s é r ia diferente," se dice. "En efecto, lo séria para él, para Luis y Lupe; para ciento cincuenta o doscientos mil mexicanos ilegales en Texas.

Mas, &dônde conseguirlos?" (p. 41.)

El senor Walker, su primer patrôn, uno de esos granjeros dis- puestos a emplear mojados, les da a entender lo que significa trabajar en los E stados Unidos s in papeles. Les impone sus condiciones, y si no les gustan, allé ellos. Otros habrâ que trabajarân mejor y por menos dinero. El sâbado, dla de paga, reciben su primer sueldo. 108

Siete âôlares por très dfas y medio de trabajo. Por eso y una pocilga en que TÎTÎr habian cruzado el Bio Bravo.

De otro mojado, Fortin, que desempeSa en la novela el papel de portavoz, comentando la suerte de los mojados en Teias, saben los mucha­ chos que todos los patrones son iguales. "A cualquier parte de Tezas que vayas los encontrarâscomo pan de molde: Idënticos. &F todo por qué? Porque no tenemospapeles, porque solo ellos nos pueden dar trabajo,.," (p, 52,) Les ezpllca que mientras hacen bien su trabajo, sin q u ejas, y sin meterse en ningun l i e , no tie n e n por qué temer a la p a tr u lla . Los polizontes tienen cartas en el juego del patrôn y solo

Tienen para que sigan trabajando lo s muchachos, "Tus brazos y mis brazos y lo s de muchos m iles como n osotros" — segu ia F o rtinaccionando lo s punos-—"producen dinero para Texas, para que Texas le s pague y lo s traiga bien vestidos, en buenos coches. Si tu y yo y todos l o s demâs no estuviéramos partiéndonos elcuero aqui, e l V alle no podria levantar ni la décima parte de las cosechas. Por eso los patrulleros se hacen de la vista gorda; somos utiles, ^comprendes? Ü tiles para ellos,"

(p, 55,) Los americanos. Fortin les dice, no estân dispuestos a trab a- ja r doce o quince horas al dla por un par de dôlares. Piden médicos, medicinas, buen alojamiento. Pero lo s mojados no pueden p ro te ste r ni e x ig ir d erechos. "Nosotros somos unos infelices, como hijosde nadie, s in documentes de r e g is t r e c i v i l , Somos pures gü érfan os, ,." (p. 5 6 .)

Pero e l senor Walker no es e l peor de lo s p atrones que resena Luis

Spota. Pone réparés al odiado "enganchador" que contrata a trabaja­ dores para una empresa empacadora. A los americanos les paga seis dôlares, pero a Pavân, por ser mojado, le ofreoe très dôlares por el 109 miamo trabajo. Eetrata también a un "oontratista," guien, oontratado por la CompaSla para hacer el âesenraice, aprovecha los mojados emple- andoles a sueldos bajisimos. Las hace tra b a ja r cien horas la semana a dooe centaTos americanos por hora. Cobra alimentacién y alojamiento a raz6n de $5.25 por semana. Los alimentos son pésimos y el alojamiento peor. Los acomoda en una gran tienda de oampaSa, y por camas tienen unas esteras desvencijadas sobre el piso, y nada mâs.

Spota muestra su desprecio por los mayordomos de raza meiioana que doblan la cerviz ante lo s patrones y la levantan con arrogancia en presencia de los mojados. Los muchachos, hablando de los sitios donde habian trabajado, recuerdan con resentimiento que sus peores enemigos habian sido gente de su propia san gre, de su raza, de su idioma y c o lo r .

Muchas son las veces en que lo s personajes, entre n o stalg ia y ren cor, habian de las malas condiciones en Mézico y echan la culpa a su gobierno. Porculpa suya habian venido de mojados a buscar trabajo en tierra ajena.

—-;Mi tierra!, gruno Inocencio. i,Q,ué le saco! M adita. Cuando va b ien , te quitan la cosecha porque debes todo, en puras deudas con e l banco; siempre anda uno endrogado Después de todo, uno no tiene la culpa. Uno t ie n e , pues, que ganarse la t o r t i l l a como puede y donde la haiga. La culpa es del gobierno que te pica con gorguz, que te avienta pa'câ, a conseguir lo que allé no p u e d e s... ;No de uno! (p. 220.)

Spota cita muchos casos de atrocidades cometidas por asesinos, algunas por e l "lu jo de crueldad" con que fueron cometidas. Gita el caso de un conocido imédico de Monterrey, que manejaba una banda de asesinos que operaba a lo largo del rio, asaltando a los mojados al regresar de los Estados Unidos. Cuenta de los mojados que, después de trabajar meses y ahos y de ahorrar buenos délares americanos, procuran 110

TolTer a Mézico en la mlsim forma en. que salleron. 8e oonflan a las canoaa clandestinaa, y nuuca llegan—mueren a mitad del rio. Ouenta también de los mezicanos con papeles que vienen a los Estados Unidos, regresan con tarjetas de Seguro Social, y a lli venden papeles y tarjeta, y de los documentes falsificados que se obtienen en Mézico a cambio de mordida. El contrabando es un gran negocio, un negocio suoio—una mancha negra en el escudo de los dos paises.

Con socarrona ir o n ia Spota "justifica" al patrônamericano y cen­ sura a l mezicano, poniendo en booa de un cura mezicano estas palabras:

"El patrôn americano es razonable, muebacho ; y si a los m ezi- canos los tratan asi (aunque él también lo era, hablaba impersonalmente) es porque los m ezicanos se lo merecen. Tu conoces la raza: es pendenciera, rebelle, mala en una p alab ra, Y el patrôn tie n e que se r como te digo, enérgico y recto, pues de otro modo los paisanosse crecerian demasiado y harian estupideces... ;Ellos saben lo que hacen! Ademâs, ten en cuenta que lo s mojados tampoco valen un oomino... (p. 254,)

Pero no todos los patrones son"enérgicos y rectos" ni despiadados todos los americanos. En sus andanzas, topan los aventureros con gente buena, personas justas y de buen corazôn. Y no las ultimas son los polizontes am ericanos. Cuando por f in lo s patrulleros lo cogen, Pavân reconoce que son honrados y justos. "jLa policxa mezicana lo hubiera robado! . . . No quiso decirlo a los gringos por vergüenza, por no te n e r que confesar--;como s i e llo s lo ignoraran!—que su propia policîa era tan peligrosa, o mâs, que los asesinos del rio." (p. 252.) En la oércel tiene tiempo para reflezionar. "El hallarse en poder de los yanquis le daba una increible sensaciôn de segqridad." (p. 256.)

Murieron a m itad del r io ofrece un f i e l retrato de ciertos m ezi­ canos y présenta sus problèmes con simpatia. Los "héroes" son Ill peMencleros, re belies, y el no del todo malTadoe, por lo menoe Spota no los pinta santos. Los peores golpes quereciben—andando enfermoe, pasando hambre, durmlendo a campo raeo, perseguidos por los polizontes— los sufren por raz6n de mujeres y parrandas, y no por mojados. Pavân, por lo menos, anda en busca de algo mâs que dinero, Tiene el espfritu inquieto del aventurero y "le agrada la irregularidad de ser un mojado."

Si no logra ir a Detroit y a Hueva York no es culpa de los malos patrones ni de su mala suerte, sino de un genio que siempre le mete en llos. Spota no se hace la llorona, idealizando a lo s mezicanos y achacando a los americanos todas la s m aldades. Comprends que la vida de lo s mojados es t r i s t e , y que tien en que sufrir muchos golpes y humillaciones. Comprende, tambiân, que el problema es muy complejo y d iffcil de revolver. Trata el tema de los mojados, y por eztensiôn, de tod os los mexicanos que v iv e n como p a ria s en los Estados Unidos, con sim patia, pero sin prejuicios. Protesta el hecho de que lo s g o b ier- nos de Mâzioo y los Estados Unidos, aunque no desconocen el problema, no hayan querido o podido resolverlo con valory decision. G apîtulo IX

Picaros y plcaras

Desde El Periquillo Sarniento de Lizardi, concebida en la tradi- ciôn pioaresoa, hasta tiempos actuales, el "picaro" ha andado por las novelas mexicanas desempenando un papel privilegiado queha agradado mucho a l secto r popular de lo s le c to re s .

Como E]^ Periquillo Sarniento y tantas otras novelas picarescas, las novelas de Spota son destinadas principalmente al gran publico y tienen finalidade s didâcticas.

La modalidad picaresca es un ezcelente vehîculo didâctico, y sin duda debe su popularidad a que se acomode bien al genio mezicano,

El desarrollo del genio picaresco como tipo bien conocido en Mézico serfa ajeno a este estudio. Basta, sin embargo, dar una cjeada a la h is to r ia de Mézico y a las condiciones de sus pobres para ver que el ambiente ha sido propicio para crear "pioaros," estos pillos que andan en busca de la "tortilla," y que laagarran donde y cômo puedan con enganitos y hurtillos. Es un ambiente en que lle v a la delantera quien tenga dotes maliclosos y abusados. La vida picaresca es la

ûnica que conocen muchos mezicanos.

MO es sorprendente, entonces, que Spota haya escogido los picaros como tip o sde mucho re lie v e para sus n o v e la s, Por lo visto es un tip o que agrada también al senor Spota, pues aunque le resena con una fra n - queza poco lisonjera, no le condena sus maldades. Le siente simpatia, tratândole no como malvado, sino como victima de su ambiente social,

112 113

No faltan picaros en las novelaa del seEor Spota, y en algnnas son primos hermanos de los de la oldsioa novela picaresca. Ademâs del hambre, los picaros tienen por aliciente un esplritu inquieto y hasta ciertos ideales e ilusiones. Por aSadidura sus "picaros" son vagamundos que sirven a muchos amos, o, en el caso de las hembras, muchos amantes.

Las novelas retratan con crudo realiamo la vida de estos personajes.

Como en la clâsica novela picaresca los lances de los aventureros, y no la Intriga, constituyen el interâs novellstico, estando los p ica ro s siempre en prim er p ian o. Al mismo tiempo hay un elemento

didâctico que satirize o censura con cinismo y sin piedad los oficios

de los patrones y las malas condiciones sociales. Los picaros, por

importantes que sean en la narraciôn, no se justifican por s i mismos,

sino por sus finalidadesdidâcticas. La d id â c tic a es la urdimbre de la

tapicerla, y lo s lances de los picaros la trama.

La novela Tagabunda, esoita en los primeros aSos de la carrera

literaria de ^Luis Spota, aunque acusa pocos fines didâcticosy es dota-

da de una unidad de trama poco comûn en sus novelas de picaros, tiene

por protagoniste una muchacha que es plcara por los cuatro costados.

"--No soy de nunguna parte y de ninguna parte vengo," dice la

vagabundaiFlor. (p. 22.) "No era mâs, ni menos, que una prostitute

de Puerto, una basura viviente que habia recalado, un dla cualquiera,

en la playa segura del burdel de Margarita," dice Spota. (p. 14.)

,En casa de IMargarite gana para vivir y lo suficiente para pasarla

bien. Sin embargo, cuando le pide el mulato Carioco que se vaya con

él en su canoa, ella se va, y no sabe lo que la empuja. No es la espe­

ranza de una vida mejor ni tampoco la ilusiôn de casarse con âl. Es 114 que por oficio y por naturaleza es vagabunda--"una perrasin dueno." (p. 6 0 .)

Movida sôlo por interés, Flor no siente conciencia por sus mal- dades ni compasiôn para oon sus prôjlmos. Su filosofia de la vida es completamente olnlca. "—La rida—Flor bablô sombrlamente— ha enseSado a palos que los buenos no llegan a ninguna parte." (p. 72.)

Al verse desamparada en la playa de puerto ajeno, se ennoge de hombros y se dice que m ientras tenga su cuerpo no se raorirâ de hambre.

En el café de los Avila pide con garbo una oomida que no puede pagar, y ya satisfecha su hambre no le Importa lo que le pueda oourrir.

Con el viejo Pascual Avila, ciegamente enamorado de ella, sabe

jugar a la gata a la s mil maravillas:

Todo iba sa lie n d o conforme a su s planes. Que Pascual Avila era rico ya lo sab la F lo r . En el pueblo comentabanque era de lo s adinerados, aunque en c ie rto modo era también avaro, que v ivra casi miserablemente. "&Para qué engorda la marrana s i ni siquiera quiere comprar e l cuchillo para matarla?", se preguntaban. P ascual Avila posela la mejor casa de Puerto Gaviota y la mâs moderna y veloz de la s canoas demotor. Jamâs gastaba un céntimo, y cuando iba con mujeres, preferla in d ia s o negras que se ccnformaban con dos o très pesos. La gente no ignoraba que los Avila, por dinero, eran capaces de todo y que ya en d ife r e n te s ocasiones habian tenido llos con la s autoridades. Si e l padre era tacano, los hijos eran igual...

Si, aquello marchaba. El viejo hablale propuesto matri- monio. Mas, por el momento, no era oportuno darle una respuesta definitive. Ta habrla tiempo. Lo importante, ahora, era desesperarlo, jugar con él al gato y al raton; obligarlo a entregarse incondicional, décilmente. (pp. 42-43.)

Con e l mismo c âlcu lo con que engana a l padre se da a con qu istar los afectos del hijo Miguel, confiada en que a una gata no lesobran

dos ratones. A sabiendas que sus maniobras estân arruinando las vidas

de otros y poniendo en peligro su propia, no se detiene en su juego

cruel y aventuroso. 115

Hace Flor la comedia de llorar la muerte de Perla, la mujer de

Miguel, pero eu realidad eou el miedo y loa ascos los que hacen las

Traces de conciencia.

Sin escrdpulos anuncia su diabôlico plan de casarse oon el padre y guardar por amante al hijo: "—]#o podemos hacer otra cosa por el momento. Me casaré con él, pero td y yo seguiremos. Tu padre tiene lo que td no puedes darme; td , en camhio, puedes darme lo que é l no tiene. Todos ganaremos.. (p. 165.)

A Mario, e l C ojo, e l dnico exento del veneno mortal de esta mala yerb a, le toca pronunciar su epitafio:

—En la selYa hay una flor que come carn e, que come in sectes y b ich o s. Es una flor que huele m al, a carrona siempre. Cuando la m iras, te fascina. Es, por fuera, la mâs b ella de todas. Cuando te aprozimas, su peste azota tu cara... De esasflores ares tu, F l o r .. . (p. 147.)

Murieron a mitad del rio, aunque sean sus personajes aventureros

y hambrientos que sirven a muchos amos, carece, por régla genei^,

del esplritu travieso que caracteriza la novela picaresca. José Pavân

y sus companeros no son bastante ladinos para ser picaros. Topan, sin

embargo, con otros que si son listos—picaros de toda ley.

Hay e l caso del encuentro de lo s muchachos con un trampa americano

que comparte con e llo s su la ta de c a fé —lo dnico que les cae en el

estomago en todo el dla—y le s encanta con sus amenos cuentos de vaga-

bundo. Se dan cuenta, la manana s ig u ie n te , que e l trampa se ha

madrugado,llevândose lo s zap atos de L u is, dejando unos gastados en su

lugar. Para colmo de d esg ra cia — o de g r a c ia — a Luis lo s zapatos d el

trampa le quedan chicos. 116

Hay también e l in cid en te en que lo s muchaciios durante dos dlas limplan de esoombres y piedraa un lote, trabajando a brazo partido.

Cuando ya esta terminado el trabajo el picaro del patron lesda la s gracias y se da la vuelta. Al preguntar los muchachos cuânto lesva a pagar, el patron descubre la cacha de su revolvery le s dice;

" —-àJ la. comida que se han tragado? Entra a la casay cierra la puerta de un golpe." (p. 1 9 2 .)

De los libros de Spota no hay nunguno que esté mâs rebosante de episodios picarescos que Mâs cornadas da el hambre—laép ica de hambre y de sueSos de luis Ortega, apirante a torero, y de su "apoderado,"

Pancho Gaïuioneto.

Temprano aprenden los muchachos a hurtar—no el hurto delreo, sino el del hambriento, Hurtarpara corner, opinan los muchachos, no es robar. Ta a tierna edadaprenden a valerse de todos los tru cos para ganarse la t o r t i l l a . En lo de h u rta rpara corner, Gamioneto es mâs p fcaro que l u i s . Alguaa v e z , cuando mâs joven, quiso Gamioneto ser torero, pero fracaso. Ezplica su fracaso en dos frases: "Me f a l t a - ron rlSones y ime gustaban demasiado e l vino y las gâchis. Luego, vino lo del aquel toro..." (p. 15.) Mas para robar es bueno, y nunca le faltan rinones.

Llegados los muchachos a la capital, se encuentran con mucha hambre y poco dinero. En un cruoe de calles una gorda anciana pre- gona elotes tiernos a un tostén. Junto a ella hay un anafre sobre el cual asa mazorcas. Llega un cliente y pide una mazorca. La mujer vualva la espalda para aventar las brasas. 117

En lo8 ojos d.8 Gamioneto hnbo nn relampagneo. Tron6 los dedos. Dejô el ifo en el suelo— . Ta sé: arrimate, di que quieres une asado y entretenla,,.

Aguardaron que se marohara el oomprador. Ho habîa gente en torno. En alguna parte, sonaron doce campanadas,

Con las monedas en la mano, Luis se aproiimô a la mujer y pidiô un elote del anafre. Como pensaban, la vendedora se d is tr a jo escogiéndolo a satlsfacciondel cliente, Ortega, de soslayo, miré c6mo con habilidad profesional, Gamioneto sus- t r a i a cuatro gordas mazorcas, para luego desaparecer, Pagô e l t o r e r illo y se a le jô en seguimiento de Pancho, (p. 1 4 .)

Para andar de Caca a Meca lo hacen los muchachos a la manera clâsica—se paran en medio del camino y, con el pulgar, piden e l

"aventôn." Duermen a campo raso s i no tienen dinero, y s i lo tien en , se alo jan en algun h o te l de mala muerte. Si los alcaldes de los pueblitos son "gente de bien" lo s muchachos pueden ahorrar sus p r e c io -

8 0 8 centavos, arreglândoselascon e l alcalde para hospedarse en la c â rc e l.

Después de haber sido presentadoscon e l comandante, los torerillos fueron al rio a baSarse. Era un buen tipo este comandante. . . . Un gran tipo, en verdad. Les dejô una celda para dormir, previa advertencia de que tendrîan que desalojarla en caso de que llegara un Inquilino en el curso de la s h oras. (p. 40.)

Siempre listo y nunca cosquilloso es Gamioneto. Su descaro llega al colmo al desclavar la tapa del féretro del falléeido companero

Ju an ito para sacar e l d inero de su b o l s i l l o .

En e l o ficio de cazar gallinas no hay quien le gane a Gamioneto.

Le hacen falta sôlo un trozo de hilo, una aguja y un grano de malz:

Los dedos hâbiles de Gamioneto terminaron de torcer dos trozos de hilo, como de cin co m etros. Hizo nudo en uno de los extremes y humedeciô con saliva el otro, Después, con la aguja perforô la mitad de un grano de mafz que habia conse- guldo quién sabe dônde. Pasô la punta del cordel por el agujero y la amarrô fuertemente. 118

—Con esto Tamos a practiear la suerte del anzuelo— explico—. Esta y la de Gristo son las dos majores manera s de robarse una gallina, un polio o unguajolote. La del G risto es b o n ita , pero solo puede hacerse cuando no hay moros en la oosta. Te tiendes en el suelo, con los brazos en cruz. En la palma deoada mano te pones unos maicitos. Las gallinas Tieneny , cuando pican, las cojesd el pescuezo, y lis to . La del hilo es igualmente efectiTa. Ya Terâs... (p. 102.)

Viviendo de gorra es un truco bien conocidode lo sp îcaro s. En

Guadalajara lo hacen los muchachos a lo lin d o . Dona Altagracia es una senora bondadosa que no puede resignarse a suTiudedad. En cambio de cama y comida—y suficente dinero para haraganear—Gamioneto la con- suela, Los muchachos la pasan holgados hasta que se inquieten,

Entonces toman las de Tilladiegos in siquiera despedirse de la viuda.

Semejante lance tienen en Fresnillo con la duena del hotel.Todo anda bienhasta que TuelTa el esposo. Luis pasa un malrato, pero por fin, los muchachos logran escaparse.

De todos lo s trucos de estos dos picaros t a l Tez e lmâs ruin sea e l de enganar al chino. Elchinito, apasionado ami go del toreo, tiene un hermosisimo traje de luees. Los muchachos lo piden prestado, dlz que para sacar fotografias mientras esperen su propio, y huyen del pueblo, robando al cândido chinosu t r a j e .

A Teces no logran sacarse de aprletos oon sus ardides, y hasta dan, un par de veces, con lo s huesos en la c â rc e l. Tiene gracia la mala pasada que les juegaun p icaro chofer de camiôn. Los muchachos ofrecen a descargar un camiôn en cambio de un "aTentôn" a otro pueblo,

"Bueno pues, ayuden y luego hablamos," dice el chofer. Al terminer el descargue el chofer les pide dinero por "la otra mitad" del pasaje.

"—To dije que descargaran y que luego hablarlamos; y eso estamos 119 haciendo. Ta ohambearon para la mitad de eu pasaje, ahora, si quieren ir, escupan la otra mitad." (p. 81.)

Como todo pfoaro, estos muchachos tienen su "côdigo" de viTir,

Eechazan con orgullo las perversas intenciones de Don Paco, el apodera- do d e l gran mundo ta u rin e , pero estân dispuestos a v iv ir "mantenidos" por mujeres. En un tiempo hasta le seduce a Luis la idea de ahando- nar el toreo por la vida que le ofrece su amante, la ramera E stela :

Por vez primera en sus dieciocho anos conocia lavida cômoda, fâcil: la vida s in pelea por un s i t i o dônde cornery un pedazo de pan que echarle al estomago, Aquella mujer representaha para un hombre como é l la e x isten cia tranquila, sin sobre- s a lt o s , sin e l miedo horrible de jugarse la piel contra un blcho de malas ideas en una plaza innominada. (pp. 53-54.)

Pero su e s p ir itu aventurero y su sueno de to rea r pueden mâs que la vida holgada. Fiel a su côdigo, con su camarade. Gamioneto, se mete de nuevo a "hacer la guerra," La vid a e rra n te , segun e lcôd igo, es la unica honrada. El trabajo envilece; hay que evitarlo a toda oosta.

Say una gran diferencia entre un psso sudado ante el toro y otro gana- do en un empleo vulgar. La condiciôn esencial para hacerse torero es ser vago.

No, muchas gracias; no querlan empleo nire c omendac1ones . Les gustaba ese v iv ir a salto de mata, de cara siempre al m iste r lo de lo que vendrâ después; en aventura perpétua. Un trabajo signiflcaba prisiôn, limite, h o ra rio , y e llo s deseaban seguir disfrutando, sin medida, la parte del mundo libre y ancho que le s pertenecla. ^Que hay hambre, dolor y, a veces, muerte? Cierto. Muy cierto. Pero hay también otra satisfacciôn incomparable, otra emociôn desconocida; otro modo de ser, de sentir y de gozar. (p. 97.)

Maria V alan te, la ta rera que anda toreando con Luis y Gamioneto, es buena plcara, pero, andando e l tiem po, lle g a a ser plcara de paco­ tille. Aficionada a toros, torerosy la vida errante, se huye de su 120 casa porque le gusta la corrida y porque su padrastro trata de llevarse mal con ella. Se disfraza de muchacho para eTîtar lo que tiene que hacer una muchacha si quiere llegar a torera.

En un principio promets ser pfcara de las md^ listas—se cuida de su Tirtud, aprovechândose de su sezo sôlo para adelantar su fortune, y por medio de sus atractivos, saoa de apuros financières a sus camarades.

Retadora y resuelta, reclama buenos honorarios a los tacanos empresarios oon su sonrisa enigmâtica y prometadora. Oon destreza évita las garras de lo s malos patrones que quieren acariciarla. Al dar la vuelta de la plaza, sus aspirantes admiradores le echan monedas a punados:

Maria T alen te calentô al pûblico con sus fa rc ie s , sus gaoneras y sus chicuelinas. Pero mas todavia con la forma en que movia las caderas al cam inar. Desde las tablas, sufriendo celos y vergüenza. Luis Ortega estabafurioso, rechinando lo s d ie n te s. " G o lfa .. rapetisse mentalmente, (p. 194.)

Pero como "la cabra siempre tira al monte," Maria t ir a a su propia naturaleza. Hay oficios menospeligrosos y que dan mâs dinero que e l toreo. "^C6mo no habia pensado en esto antes," se dice Maria, (p. 200.)

En su ultim o hurto con lo s muchachos en que roban a un americano, Maria

rompe e l côdigo de p ic a r o s, guardando la mayor parte para e l l a . Ya no

es p ic ara con suenos, sino una cualquiera.

Donde hay picaros suele haber fanfarrones y malos amos. En esta

novela Spota tiene por fin suplicar una mejor vida para los torerillos y exponer los vicies de la profesiôn taurins. Con estos fines, Spota

dirige su desprecio a Rafael, el fanfarrôn, y a Don Paco, el apoderado.

Rafaelillo, torero de pocota le n to y muchos vicies, es simbolo de lo s

que se venden a los malos apoderados para ganar fama. Don Paco, homo-

sexual, ruin y sin escru p u lo s, e s de esos que adula R afael y que describe 121 con estas palabras: "Es hombre oblpén. las puede en la empresa, en los periôdlcos, en todas partes. Y tan las pnede que, mirenme a mf— con los pulgares acariciô por dentro de las solapas de sn saco gris—: iUna figura d el toreol" (p. 13.)

Por culpa de é sto s y o tr o s de su estirpe, saben los pîcaros que andan en busca de la fama tau rin a: "Las oornadas no las pega el t o r o ...

Las oornadas grandes, la s que pesan, la s da e l hambre," (p. 88.)

Ta se ha visto como el "principe" Ugo Conti y la "condesa" Frida von Becker, los inolvidables vividores de Gasi el paraiso b atieron un récord de popularidad en Mézico cou sus burlasde la viciada e in u til

" a lta sociedad." Guando estesgrandes picaros manejan las cuerdas, los monigotes les hacen reverencias como titeres en teatro gu in o l.

Como los pîcaros de antaho, tie n e n su ârbol généalogieo de rameras y truhanes, pero asi y todo e s mas ilu s t r e que e l abolengo de muehos nuevos rieos mexicanos.

Ugo naciô, no como L a z a rillo de form es en medio del rio , sinoen unabarca en medio del mar cuando su madré volvia trabajar de en lo s burdeles de Tripoli.

A la edad de doce anos, al regalarle dinero la ramera Marietta, se da cuenta de que no e s n ecesario tra b a ja r para ganarse la vida. "Mi m ad ré... lo s demâs trab ajan mueho para ganar p la ta . A mi me le rega- lan." (p. 80.) Unos anos mas tard e se gana oinco m il liras delatando a un o f ic ia l d el ejército alemân, y a l entrer el Ejêrcito de la L ibera- ciôn en M poles, alcahuetea muehachas para los oficiales americanos.

Aprende a temprana edad, como tod os lo s p ic a r o s, a correr del 122 peligro. Primero corre de loe escopetazoe del airado padre cuando eabe que eu hlja eetâ embarazada, y doe vecee corre a poneree al abrigo de la le y . Pero como todos los p ic a r o s, no siempre escape del brazo de la ley, y pasa su temporadita en la cârcel, donde aprendede su maestro Francesco, el "Conde de Astis," que, desnudos, principe y

plebeyo son ig u a les. Su mâs grave pecado es el de ser sincere, Pero

pronto le ensena Francesco que "Mâs vale una buena m entira, que una mala verdad," (p. 131.)

Aun a n tes de s e r principe, se ha convertido en eficiente vivi-

dor. Anos después en Mexico,c o n fie sa a la Condesa: "Tu, la r ic a , la

bella, la sabia Condesa F rida von Becker, estabas comprando unamante,

pero en realid ad , yo, un vividor profesional, un acompanante det u r is -

tas, estaba atrapândote," (p. 285.)

En e l Almanaque de Gotha, el directorio de la n obleza, en el cual

" lo s ûnicos que fa ita n son lo s reyes de la baraja," (p. 298.)

Francesco le encuentra untitulo, y provisto del titulo de principe,

se lan za a la carrera de cazar fortunes.

E l enoanto de la n ovela p rovien s de su elemento burlesco, poniendo

en ridiculo este Narrenschiff de manera verdaderameutepicaresca. Es

una épica de hambre, pero el apetitode Ugo y Frida pide champagne y

caviar. Y por lo que toca a aventuras, han batallado en campos in te r -

nacionales.

No saben mâs que un oficio, pero son peritos en é l —v iv ir a costa

a jen a . Las victimes de Frida son hombres adlnerados. Casarse con

ellos es lo mâs seguro-—asI se convirtio en condesa—pero s i no le toca

la suerte, siempre el papel de amante de lujo es bueno. En Mézico, 123 tiene incluso sus ventajas, Nada mâs respetadaque una amante a r is tô - crata en la Ciudad de los Palacios,

Las YÎctimas de Ugo son, de preferencia, mujeres. Las busca por oâlculo, no por amor, y nunoa pierde la chaveta por una muchacha. Pero los talentos de Ugo son multiples, y saca provecho por todas partes,

Tanto a hombres como a mujeres seduce con su titulo. Conoce todos los secretos del soborno y del chantaje. El contratista, Eugenio Pria, gran enemigo de Rondia, hace la barba a Ugo, concediândole lo s afec to s de su mujer, porque n ece sita de suinfluencla con Rondia, Ugo, en recompensa, pide un contrats para P ria a su amigo Rondia, que tien eun puesto privilegiado con el gobierno. Rondia, temlendo perder la amlstad de Ugo, lo concede. Al ver e lcontrato en manos de Ugo, Pria le da las gracias, pero Ugo, p lcaro , lo r e t ir a . En cambio le tuerce e l t o r n illo , reclamando la tercera parte de sus ganancias. "—S i no quiere," le dice a Pria, "rompo el contrato. Le devuelvo a Rondia su firma y en paz.,,” (p, 357,)

—&Crey6, acaso, que lo iba a hacer g r a tis? Es usted un in ­ genue, amigo. En esta vida nada se hace gratis,,, n i siq u ie ra cuando le ceden a une la mujer... ^Suponeque soy tan ton to como para darle a ganar très m illo n e s, sin llevarme algo? Ustedes, los plebeyos, creen que lo s n o b les, que un Principe como y o , jamâs necesita d in ero, Estân equivocados. Une tien e g a s to s, muchos g a s to s ... y la plata debe salir de alguna parte... (p, 357.)

Entre los picaros de Gasi e l paraiso existe un codigo fielmente observado—côdigo bienclnico no siempre observado por sus victim es:

"Hunea comprometas a los demâs, para que lo s demâs no te comprometan,

3â discrete y aprende a esperar." (p, 101.) Asi que al llegar a

Mâzico Ugo no pide auxilio a Frida para no comprometerla, Frida 124 corresponde llevândole de comer en la cârcel.

En la fiesta de Rondia, Frida ezplioa a Ugo la diferenoia entre los picaros y sus victimes. En resumidas palabras toma la medlda de todos: "La diferencia entre ellos y nosotros, Alteza, es simple: somos pillos y lo reconocemos; ellos lo son también, pero lo han olvidado." (p. 227.) Capltulo Z

Los de abajo

En lo que protestan los abusos de los malos goberuantes y las pésimas ooudioiones qua agoblan a los bumildes, casi todas las novelas de Luis Spota pueden ser clasificadas como novelas de "los deabajo."

Pero solo M sangre enemiga trata excluslvamente el ambiente de esa gente y adentra hondamente en el alma de los pobres.

La sangre enemiga descubrela vida mas intim a de cuatro personas desgraciadas que viven aniquiladas en el cinturon de m la iserla , y toca a carne viva sus emocioxies.

No son perros sin amo estas personas, como los léperos que se ganan la vida a fuerzade robos y asesinatos. Ni son pordioserosque piden limosna en las cellesy duermen al abrigo de losp o r tâ te s. Son oirqueros que tratan de vivir honradamente, con dignidad y orgullo.

No se conforman con el côdigo del plcaro que "robar para corner :no es robar." Les duelensus pecados y sufren remordimento porsus maldades.

Anhelan una vid a m ejor, pero e l fango de su ambiente y de sus pasiones no les permite levantarse. Buscan la belleza, pero no laencuentran.

Quieren que sus hijos sean exentos de sus b a jeza s, pero son impotentes para protegerles,

Aqul no bay travesuras de picaros y aventurerospara aliviar e l peso de la tragedia. No comparecen malos gobemantes para ser juzgados en la tr ibuna de la j u s t ic ia . Tarapoco bay m ilita n te s que lucban con

125 126

8olidari&&d contra fnerzas palpatles. Estos pobres viven a la dériva, cara a oara con la miseria, sin nada ni nadie que les oriente. Son amargos y resentidos, pero no saben a qua ni a quién dirigir sus resentimientos. Viven, a pesar de sus anhelos, an un miasma qua la s atioga fisica y espiritualmente. Aunque quierenser bonrados, viven siempre al margen del crimen.

La novela represents el g rito de d o lo r, la tragedia, de espiritua in q u iètes que reconooensu condiciôn bmnanay la dignidadd el bombre, mas son impotentes ante la sociedad y la sangre enemiga. Protestan su suerte, pero la protestan sin esperanza. 3udrama es que protestan, dice el senor Albert Beltran en lav in e ta de la n o v e ls :

Hombres y m ujeres sin esperanza, para lo s que no bay salva- cion posible, condenadosdesde que nacen a la angustia y e l inevitable aniquilamiento de sus cuerpos y desus almas, son lo s personajes de ^ sangre enem iga, que abora présentâmes en te rc e ra ediciôn. Para ninguno de ellos bay posibilidad de redenciôn o escape al destine que nace al nacere l l o s , y que aceptan sin darse cuenta, porque asu vez ban nacido de seres seme ja n tes. Esto 110 im plies, empero, que sean conformist as; su drama es que protestan, pero Ignoran ante quién o contra que; se debater por esoapar de una cârcel en la que ni siquiera saben que estân.

La sangre enemiga es unanovela âspera y desalentadora; no bay luz en a lla ; solo sombra que buele a miedo y a od io. Variaciôn entonos lugubres de negro; negro origen, negro final. Para Spota este e s un lib r o importante; acaso el primero r e a i­ me nte importante que e scrib e . Para referir la b is to r ia ba empleado una té c n ic a mâs com pleja que la que utilizô en Gasi e l par a is o ; no bay caos ni desordenen el relato; solo una multiplicaciônde puntos de v is t a de lo s personajes, los cuales narran aquello que ignoran que es su drama, pues lo consideran sôlo como su v id a . (V ineta.)

Estos personajes v iv e n en la desesperada soledad espiritual. Son aimas "oerradas" cuyo mutismo es un recurso de su recelo y desconfianza- lo s que describe Octavio Paz en su ensayo El laberinto de la Soledad:

"En suma, entre la realidad y su persona establece una muralla,no por 127 invisible menos infranqueable, de impasibilidad y lejanfa. El mezicano siempre esté lejos, lejos del mundo y de los demâs. Lejos, también, de sî mismo."^

Viven tan herméticos en este ambiente de desamparo y hostilidad.

Büsoan la oomunidad espiritual y el cariSo, sin los cnales su vida es

Insoportable, pero s6lo logran "franquear la muralla" en momentos vio- le n to s . Son generosos, pero crueles; compasivos, pero depasiones negras y desnudas.

La sangre enemiga da un franco mas sombrio retrato de la vida de algunos personajes que v iv en en e l seno de la miseria, y capta la s a n g u stia s y la s pasiones de su vida interior.

E l primer asombro que sale de e s ta novela es e l m ilagro de la supervivencia. &Gômo sob revive esa gen te, nacida en condicionesde pobreza y depravacién como la s en que nace y crece la nina Sara?

La nina nace sietem esin a a causa de los muchos abortos de su madré, Estela. Nace en una pequena y misera habitacién donde las comadronas atienden su madré mientras esperan la vuelta de sus maridos borraohos. La llaman Sara, para agradar a la esposa del duenod el circo, "un circo miserable y triste, que alzaba su carpa en los subur- bios de lo s pueblos del interior... El circo era pobre y tan deterio- rado como quienes le daban vida— hombres y m ujeres—que en é l empezaban la profesiôn, que la terminaban ahi, empujados por la resaca del fracaso, de la decrepitud, de la desesperacién." (pp. 18-19.)

2paz, p. 29 128

Sara o reo fa , como las correosas yerbas silvestres que nacen, se âesarrollan y mueren a orillas de las cunetas, sin recibir ni amor ni siquiera atencion de nadie; era una nina delgada, amarillenta, llena siempre de ganglios y saram- piones; de paperas y iriruelas. De granos en la cara y de mocos vendes colgândole de las narices. No la querian, porque no les importaba; y , también, quizâ, porque conside- raban que si su propia madré, siempre demasiado oeupadacon Nombres, no la atendîa ni se preocupaba por vestirla, asearla y alimentaria, a ellos debia tenerlos sin cuidado lo que sucediera o d ejara de suceder con la .

Guando sufriô las viruelas todoscrefan que m oriria, e incluso Mcieron una colecta para que la madré,oonvaleclente del ultimo de sus abortos, pudiera comprar un ataud para enterrarla, y un parde botellas de aguardiente para beberlas con el café que baria mâs llevaderas y amenas las nocturnas boras del v e lo r io . Pero la crisis pas6 y Sara siguiô v iv ien d o , enferm iza y t r i s t e . La madré estu vo borracba très dias, (p. 19.)

Durmiendo en la misma b ab itacién con E s te la , tiene que presenciar a su madré con un Nombre d is t in t o cada v e z . Primero siente verguenza y d eseo s de llorar y cubrir la cara, y su curiosidad lev a le la s bofe- tad as de su madré. Por fin no sesiente ofendida, pero no olvida lo que sus ojos vieron. "Abora ya no experimentaba contra su madrén i odio ni resentimiento. La curiosidad la mantenia despierta, atenta a descubrir la razôn, el significadode la escena constante de que era testigo." (pp. 21-22.)

Se despiertan en Sara los primeros im pulses de su cuerpo. Siente la soledad en medio de la promiscuidad, pero susin s tin to s la empujan a la brutalidadd el sexo. Para Sara la brutalidad significa lav id a .

Es la ûnica vid a que conoce. Semidesnuda ante Sergio, el bermoso e idiota bijo de Esteban, expérimenta una voluptuosidad extrana a l exbibirse asi. Estela, Esteban, Sergio y Sara, todos, ocupan e l mismo cu arto . Todo es tan n a tu ra l, tan lôgico en esa promiscua convivencia, que no puede ballarse n i pecado ni malicia endesvestirse ante el b ijo . 129

"Siguiô le freute acentuando el movimieuto de su cuerpo, no ya por maldad o por irteres, siao por iastiato, como lo hacfa siempre que estaba ante los hombres." (p. 27.)

Pero esta misma madré, Zstela, que maltrata a su hlja y la ezpone a toda olase de indignidades, se manifiesta generosa y compasiva ante las desgfacias de los otros. Aun. antes de bacerse la mujer de Esteban,

le lleva sus alimentos a la cârcel y se preocupa por cuidar a Sergio.

"Digan lo que digan de ella, es buena, refleilona Esteban." (p. 52.)

Ademâs, Estela se comporta con firmeza y valor sea lo que sea el trance.

Sin ella, Esteban se siente completamente desamparado e impotente,

Estela llora amargamente cuando se da cuenta de que su hlja no résisté

los avances de Esteban, Cueste lo que cueste, esté deoidida a que

Sara no caiga en una vida de desgracia. Meditando sobre los idéales e

ilusiones de su juventud, protesta su vida amarga:

Con amargura d ecia se: "Si mi madré ime h u biese cuidado entonces," pensando que su vida hubiera sido menos sucia y miserable si la madré no la hubiese puesto, por su total in- diferencia y ceguera a los peligros que la acechaban, al alcance del primero que pasô a solas con ella una hora, "Yo no quiero que Sara caiga asi; no, si puedo evitarlo", refleiionaba ahora que Esteban habia mostrado sus intenciones. "Sin embargo, es imposible que la tenga pegada a mf, que la Guide en todo mornento;le he hablado explicândole lo que todos buscan, he tratado de aleccionarla sobre lo que puede ocurrir si la enganan. T aûn asi, Sara estâ en peligro mientras él v iv a con n o so tro s."

La soluciÔn era simple: marcharse de Esteban. "T ni siquiera para enredarme con otro hombre, porque todo seguirla igual. Curiosamente ahora comlenzo a sentlrme vieja; ahora que tengo una hija ouya virtud debo protéger", deoiase, sin pena ni sorpresa; reslgnada a sacrificar la satisfacciôn de su uronio deseo a cambio de la honra de la muchacha. (p. 151.) 130

En la detemiinaciôn de la madré de salvar a su hija hay un cente- lle o de esperanza de que la s vidas de e sta s personas no tengan que ser

Irrevocablemente perdidaa:

Estaba, pues decldida a irse. Ya no la aterraban la cludad, ni el temor a morir de hambre. En cualquier fâbrioa o, incluso, recogiendo desperdicios como otras mujeres, podria ganarse el sustente, lo poco que necesitaba para vivir. Ko sabia ezactam ente c6mo la conseguiria pero anhelaba para su hija una ezistencia distinta a la suya; quizb que encontrara a un nombre decante que la h ic ie r a su esp osa, que le diera un techo y una tranquilidad. "Mi muchachita es buena y no quiero que me la echen a perder." (p. 152.)

Pero la muerte de E ste la impide que los suehos de la madré sean

realizados. Al m orir ella, la hija esta condenada a seg u ir en lo s pasos de su madré. No hay quien la desvie de sus instintos y la

r e sc a te de la fatalidad de su suerte. Acepta como cosa Inevitable y natural hacerse mujer de Esteban. No may mâs remedio—Esteban es

su ûnico apoyo, y su miserable cuarto su ânico hogar.

Sara protesta, sin esperanza, su vida con Esteban. Le odia al

oeloso estropeado, y sus caricias le repugnan. i^uisiera escaparse de

sus brutalidades, pero no tiene a donde i r . Se d e le ita en hacerle

sufrir con sus traiciones, y luego sufre remordimiento e infinita

piedad por e l pobre desgraciado. Reconoce que e s bueno a pesar de su

cru eld ad, y en e l fondo de su aima le tiene carino y le agradece su

compasiôn en perdonarle sus infidelidades, en y darle techo y comida.

De lo ânico que Sara ténia plena conciencia era, precisa- mente, de su cuerpo; de esa carne que Esteban y los demâs, Paco in c lu s o , decian que era hermosa. De esa carne que cuantos habian conocidodeseaban v o lv e r a te n e r , o d estru ir; pero que para ella era sôlo un organisme distinto al de las o tras mujeres, no porque fuera mejor o mâs b e llo , sino por­ que era in s e n s ib le , mudo, e s t é r i l , negado a l p la cer que lo s demâs buscaban uobtenian de é l. T Sara, siempre que 151

pensaba en esto, como ahora, asociaba al del placer el térm ino contrario: el del dolor, "Porque as lo unico que conozco—se dijo rabiosa, subitamente desesperada—: la brutalidad del dolor." (p, 80.)

Impulsada por sus Instintos, busca quien la despierte de su irre­ mediable frialdad, pero sôlo encuentra ascos y fealdad. Espera encontrar eecapatoria de au deagraoia casândoae con Paco, el dnioo hombre que no la d isg u sta . Paco, para e l l a , représenta lo ea ta b le, lo permanente, tal vez hasta la fe lic id a d , y Sara le agradece su amor y au carino. Pero a l desaparecer Paco las puertas de la libertad se cierran. Solo una le queda—vender su cuerpo al odioso y traidor

Luciano, el dueno de latendueha:

Iln mundo extrano yluminoao se abria ante ella; alii, bajo la lu z , descubria que en s£ misma estaba la clave para librarse définitivamente de Esteban, que la. retenfa a su lad o unicamente porque ella, Sara,no habfa poseldo, ni podria poseer, nunca nada propio; nada que no fuera lo qua "él quisiera d a r le . (p. 121.)

Cuando se escasean los regalosde Luciano, Sara se dacuenta de que para é l es solamente un "o b jeto ," yrenace en ella el resentimiento y la protesta contra su suerte. Decidehurtar dinero al salir de sus c ita s con é l . Al buscar en su "casa" un esco n d ite en que o cu lta r su robo, reconocee l colmo de su m iseria: "Y lo mâs t r i s t e es que ni un lugar donde ponerlo tengo. Cuando uno carece hasta de eso—admitié, amarga—es que nada tie n e ." (p. 180. )

En el hospital de la cârcel, a donde la llevan después del robo,

Sara siente el miedo, el remordimiento, lasoled ad . Se siente absolu- tamente , y quisiera h a lla r refuglo en la f e , pero hasta esta le falta; 132

Deseaba con toda su alma tenerf e , un asidero para su desespe- racl6n, "Quisiera ser como las otras, qua recurren a Ë1 cuando se sienten débiles, abandonadas o infelices. Yo lo estoy tanto, y s in embargo no encuentro palabras para p edir que mi dolor se aminore; yo, que ahora me he quedado total e irremediablemente sola—suspiro—. No las encuentro porque ni siquiera he apren- dido a creer en nada.E sto es el fin de la esperanza. Hasta el mâs desdichado vive sumornento de fe; su instante en que depende de Dlos para todo." (p. 222.)

Al salir del hospital, protesta con amargura la vida sin esperanza que la esclaviza mâs que las rejas de la prisién; "Soy libre otra vez, y sin embargo ni estoy contenta ni oreo que volverâ a estarlo...

Tengo apenas veinte aSos, y ya me abruma el peso del asco; el aburri- miento de una ezistenoia sin esperanza," (p. 248.)

A E steban, que se ve cada vez mâs abrumado por la lucha de ganarse la vida, quiere Sara q u ita r le el peso de su carga. S o lo , con su h ijo

Sergio, la vida le séria mâs f â c i l . "Lo pensé mucho an tes de lle g a r a la oonclusién de que no podia marcharse. La retenian las invisibles r e ja s , y no sabia si eran de lealtad h acia Esteban o de temor a en- fr e n ta r s e , s o la , a l imundo." (p , 249.)

En e l personaJe de Sara, Spota resena e l o o n flic tohmnano que solo pueden conocer los desamparados—el conflicto de la gratitud y el re- sentimlento por quien les protege y la aterrorizada desesperacion de verse "perros sin dueno" si escapan de las cadenas de la esclavitud.

Al ser disuelto el circo por sus dueâos, Esteban conoce por primera vez en su vida la angustia y e l miedo que sie n te nlo s "perrossin dueno," alten er que hacer fr e n te a la vida para é l mismo y para lo s suyos: 133

--Somos como ratas sin agujero—dijo Esteban sin dirigirse a nadie en particular, ni siquiera a Estela que se hallaba a su lado, con los muchaclios y sus escasas pertenencias—, Después de ta n t 08 anos nos dan la patada—anadio escupiendo un salivazo y sintiendo, como nunca antes,una soledad absolute e irreme­ d ia b le , Era la prim era vez que é l té n ia que d eeid ir qué hacer y adonde ir. Durante todos esos anos, otros se habian ocupado de llevarlos, alojarlos, y proporcionarles s a la r ie y destine. Ahora (y Esteban m iré a la mujer, a Sara y a Sergio) de él dependian très personas mâs; una familia cuyo peso, voluntaria- mente echado sobre sus hombres mâspor comodidad que por amor, empezaba a aplastarlo. Maldijo la maldita hora del maldito d ia que se alio a la mujer; a esa mujer silenciosa y delgada que esperaba que é l d ije ra algo, que iridicara lad ire o cién en la que enoaminarian sus pasos. (pp. 54-55.)

Pero es precisamente la penosa solidaridad de su "fam ilia" que hace que su vida sea soportable. Es el peso de la responsabilidad que le da dignidad de hombre. Es un ser humano, comprometidoa otros seres humanos—no unarata cualquiera que busca, sola, un agujero,

Busca la comunidad,pero su mutismo no le permite expresarse.

Sélo cuidando a sus amados encuentra Esteban la felicidad, y solo en el perdén halla el medio de expresar su carino y de sentirseun hombre dignificado, p u rific a d o . Al reg resa r Sara de la cârcel, Esteban da g r a c ia s al Senor por habérsela d ev u elto .

S e n tia se , por primera vez en anos, quizâ en toda suv id a , f e li z y llen o de carino hacia la mujer para la que preparaba e l prim er alim en te de la manana. "Laamo mâs que nunca porque ahora la cuido como si fuera el padre que pudehaber sido para ella," Ese descubrimiento, que en o tra s circunstancias lo hubiese ir r ita d o , otorgâbale una luminosa y sedante conformidad. "Es mejor a s f . Si Sara ha cambiado, y ese pudor de anoche me lo demuestra, yo también puedo cambiar. Sé que no la abandonaré. He resistido tod as sus ofensas, h asta la de quehombre la haya embarazado por segunda vez en suv id a . N uestra felicidad, la mâs a l menos, se basarâ en una sola y sim ple fôrmula: perdonar sus f a lt a s , sus errores y sus traiciones,"

Saberse dueno de tal capacidad lo hizo sentirse superior a lo s hombres que por soberbia han olvidado la divina gracia de perdonar, y también purificado. Asf, durantetr è s d fas de i n i - gualable serenidad, de tierno y agradecidoamor por Sara, a la 134

que a pesar de su delgadez, ?eia embellecida y serena, como mâs madura, "Igual que yo, ha encontrado la paz. Y por eso, Senor, te doy la s g ra c ia s ." (p. 247.)

Su compasiôn y susen tid o de necesitar del carino le lleva a alegrarse de que su hijo sea idiota. Siempre Sergio se necesitarâ de

él y en su idiotez evitarâ las angustias de la vida;

Y se alegrô, si, se alegrô ferozmente, de que Sergio fuera idiota, unniSo aunque ya pronto llegarîa a los20 anos. "Nece­ sitarâ siempre de mi; ta n to como cuando lo engendré", se dijo. No maldecia a Bios porque el muchacho, su gigante de casi dos metros de inocencia y fuerza, careciera de razôn. "Pasa por la vida, como ahora cuando trabaja, con unasonrisa en los labios; ajeno a las pasiones, a los celos, a las envidias. Para él esta vida miserable que todos vamos jalando es sôlo un largo dia color rosa. Gracias a Bios, que sea asi; que ezisba como un anim alito, sin mâs preocupaciôn que corner y dorm ir." (p. 74.)

Spota trata con acertada penetraciôn el tema del "machismo"—esa culta de masculinidad nacida del resentimiento en que los mexicanos se ufanæde su brio. Efectivamente, sirve de trama para la novela la ultra- jada masculinidad de Esteban queno pide mucho, "Sôlo que se me perm ita an tes de que me vuelvalo c o , que apague siquiera una vez este fuego que me consum e..."(p. 200.)

Las pasiones que sufre Esteban a causa de su frustrada masculini­ dad ante las traiciones de Sara son complejas y negrisimas. Sufre celos inaguantables que le llevan a golpear a Sara, pero al mismo tiempo saca un morboso placer de su infidelidad, "Queria sufrir los celos; esos celos que odiaba, pero que le daban la sensaciôn de que vivia, de que alentaba y eran suyos la mujer, sucuerpo, y su sueho." (p. 113.)

Empero, disputer con ella era para Esteban motive de placer morboso, el ûnico que podia tener ya. "Lo gozo sôlo con imaginer que otros hombres desean a esta mujer; la desean y nopueden tenerla,” (p. 113.) 135

Siente deseos de torturarse, sacan.do de Sara confesiones de su infi­ delidad. "Queria sentirse flagelado,lastimado, abatido por esas palabras; para luego gozar del increible placer de reirse de la muchacha cuando le descubriera que, a pesar de todo, tendrla que v o lv e r con él." (p. 87.) Ademâs, las rinas son las ûnicas armas con que sabe romper el mutismo de los dos, las ûnicas armas que tiene para "franquear la muralla de la comunidad." Sinembargo, hay siempre presents el espantoso temor de perderla por sus crueldades:

Y luego, el temor aplastô a los celos. Era tarde y Sara no volvia. Por un momento pensé en salir a la Iluvia a buscarla. "Quizâ se ha ido para siempre... o le ha sucedido algo", conjeturé, y eso lo inquiété muchomâs. "La o d io , pero mi v id a no tendrla sentido sin ella", admitié con furia. "Dios— se eneontré pensando—cu ld a la ." {p. 178.)

Esteban no quiere matar a Paco. Es la calma dePaco, su des- precio y su hurla de la im potencia de Esteban que leempuja a hacerlo.

Le pide que dejea Sara, y con humillaciôn le ruega que se largue.

"—jVâyasel—grité entonces Esteban. Tenîa lanavaja abierta, bien empunada—;No quiero matarlo, vâyasel" (p. 43.) Los c e lo s , la impo­ tencia, la frustraciôn, eltemor de perder a Sara, la humillacién-— todas estas negras pasiones se reûnen en unmornento de compulsiôn, y

Esteban se da cuenta de que ha matado a un hombre.

Sus primeros impulses son e l te r r o r y el pânico. Frenético, esconde el cuerpo y huyecon su grupo. Pero en su nuevo barrio no encuentra latranquilidad. Le persiguen el temor y los ojos acusa- dores de su hijo idiota que comparte el secreto de la muerte."&Por qué, la inquietud, ya queno el remordimiento, vu elve a ml? &Por qué no se me castiga de unav e z , matândome también, y se me ahorra padecer 136 esta forma superior de sufrimiento que es el temor?" (p, 105.) Por fin le agotian el remordimiento y la soledad, y no quiere seguir huyendo, "Es tan diflcil que encuentre el descanso, aterrado como estoy por el remordimiento del crimen y por eldolor de la soledad. No hace mucho rogaba a Dios que no permitiera que los que me buscan me h a lla ra n . Soy, quisiera estar ya en su poder, confesar lo que deseen, y tenderme a dormir; dormir, dormir, dfas o semanas, ni pensar en el hombre al que maté y la mujer por quien lo hice." (p. 231.) Entonces, pensando en Sergio, no quiere que los policies le cojan. "^Quién se harfa cargo de él? Algo caliente se le derramô en el interior y deseo que e llo s , lo s rig id o s p o lic ie s que lo segulan, nolo localizaran nunca. ’Con un poco de suerte, no me cogerân.No soy un asesinopor mâs que haya tenido que matar a . . . " (p. 220.)

Esteban p ro te sta su v ida. Aunque sabe que nohay p o sib ilid ad de cambiarla, sin embargo la protesta, "^Entonces, por qué, por qué, no puedo aceptar las cosas como son, si nie l l e s ni yo tenemos remedio, posibilidad de cambiar?" (p, 140.) En su aima atormentada Esteban no sabe distinguir sus pasiones, El remordimiento y el temor, el odio y el amor—todos brotan del herviente calderén de la sangre enemiga.

Hasta en su venganza, al enterarse dela traiciôn de Sara con su hijo id io ta , e l odio se confonde con el amor: "Siempre dije que, hicieralo que hiciera, nunca podrlam ataria. La amaba demasiado..." (p. 290.)

Todos lo s personajes que rodean la pequena familia de Esteban son

"los de abajo," Hay la patética enana, borracha y casi idiota, la madré de Sergio, Hay el terrible ciego, Dimas, el hombre-orquesta, socio de Esteban; y su mujer, Gruz; y Aima, la hija de ésta. Hay Juan el 137 primer amante de Sara; y Luciano, el tendero que laabandons. Todos son pintados por el senor Spota como negras pinceladas en su cuadro de los misérables.

11 horripilante suicidio de laenana al verse rechazada por

Esteban entrana la tristeza de las sôrdidas condicionese s de to s misé­ rables. Juan, el patron de Esteban y su mejor amigo, que se emborracba con él, es hombre de honor en el trabajo y con los hombres, pero seduce a Sara y la abusa con despiadada crueldad. Luciano, el tendero, es un hombre sin escrdpulos—vil, ruin y grosero. Dimas, de cuyaboca negruzca salen lo s in s u lte s "como cuentas de un gastado ro sa riode b la sfe- mias," (p. 26.) codicia a la inocente Aima y la ataca con brutalidad,

Gruz, la mujer dela scoso Dimas, le atiende con abnegacién y cuida de la v ir tu d de su hija con ferocidad. Gompasiva y generosa, siempree s té dispuesta a ayudar a los otros y a compartir lo poco que tiene. Su mutismo desmiente la bondedde su corazôn. Aima, la h ija de Gruz, créa en e l amor y suena con casarse con un buen muchacho para sacarsed el tugurio enque v iv e con su madré yDimas.

Spota pone répares en la crueldad de la policfa. Hora tras hora torturan a Esteban, tratando de forzarlo a admitir el asesinato de la enana:

Varias veces lo sacaron del cuarto y lo lle v a r o n al traspatio; siempre de noche cuando hacia frio y un gran silè n e io en v o lv ia todas las cosas. Lo obligaban a desnudarse y lo metfan, tras de fo rc e je a r unpoco, dobladoslos brazos por la espalda, a un b a rri 1 de agua h elad a. Después le golpeaban los t e s t ic u le s h asta que se desmayaba. (p, 127.)

Entonces, una noche lolle v a n a l campo y lo hacen caminar entre los matorrales: 158

Los cuatro policîas lo golpearon en el vientre, la espalda y los tobillos, con sus pistolas y sus zapatones claveteados. (p. 128.)

En su descripciôn del grupode Esteban, arrastrândose por los barrios pobres de la cludad, Spota da un grito de dolor por todos los m isérables que v iv e n , como éstos, en la miseria del cinturôn de la pobre­ za:

Ahora marchaban, cenudos y odiândose, por barrios mâs silencio- 80 8 y menos limpios; por celles sin pavimento y de farolas apagadas; ae rozabaa con gentea aln prisa ni esperanza ni ambicion; con seres, como ellos mismo s, que no vivîan, que solo dejaban rodar sus vidas, ese aliento que reeibieron al ser concebidos, indiferentes a lo que no fuera corner, dormir, defecar y revolcarse con sus mujeres sobre camastros que servlrlan para que vinieran al mundo mâs seres misérables, opacos y desespe- ranzados. (p, 140.)

Pero los protagonistes de Luis Spota no son indiferentes. Todos, menos el idiota Sergio, protestan. Para unos hasta hay una lucecita de

esperanza, pero la apaga "la sangre enemiga," envenenada por genera-

ciones de m ise r ia ,

El cuadro quep in ta Luis Spota coincide en muchos resp ectescon e l

de Oscar Lewis en su obra The Children of Sânchez. A consecuencia de

sus muchos e stu d io s sobre la v id a de los pobres en México, el an tro-

pôlogo, en la introduccion de su libro, seSala algunas de las

caracteristicas sociales y p sico lo g icas de la gente que vive en los

barrios pobres de la capital de México, entre las cuales cita las pési­

mas viviendas en que viven lospobres, aglomerados muchos en un mismo

cuarto. Cita también el predominio del vicio de alcohol, la iniciaciôn

al sexo a temprana edad, la s lib r e s uniones matrimoniales, el abandono,

la resignaciôn yfatalism e, el machismo, o culta de masculinidad, y la 139

solidarisai de la familia como un ideal, pero un ideal pooaa Teces realizadOo Llama atencion a la violencia y lam uerte, el sufrimiento y la priTaoiôn, a la infidelidad y la corrupciôn, a la brutalidad de

los polizontes y a la crueldad de los pobres a los pobres, Senala la

intensidad y el calor de lo s sentimientos, el sentido de individualidad

y e l anhelo de una vida mejor, Buscan, dice el senor Lewis, e l amor

y la comprensiôn. Son generosos, y dispuestos a com partir lo poco que

tien en con sus projimos, Sorprendenpor su v a lo r de proseguir a pesar

de lo s problèmes sin resolver, Comenta e l autor la f a lt a de estudios

se rio s sobre la psicologia de los pobres, Tampoco, dice, han dado lo s

novelistas un f i e l retrato de la vid a in te r io r de los pobres en e l

mundo contemporâneo, ni siquiera los que nacieron en la pobreza. TJna

vez llegados a ser destacados novelistas, ya han perdido e l con tacte

con esa gente.4. 3

Luis Spota no ha perdido contact)con lo s pobres. En La sangre

enemiga ha penetrado sus m6s hondos sentimientos para despertar en sus

lectores la conciencia de las angustias y la s m iserias de e sta g en te.

^Oscar Lewis, The Children of Sânchez (New York, 1961) , In tro- duction, pp. zi-izii. C apftulo XI

Los valientes

Cualquier roce con el pueblo mexicano, por breveque sea, no puede

menos de revelar ciertos rasgos psicolôgicosque le distinguer. Sin

duda la caracteristica mâs impresionante es el estoicismo con que los mexicanos hacen frente a lav id a , lo que superficiaimente solemos con-

fundir con la sumisiôn. Ho es rare escuchar de boca de los norte-

americanos frases como estas: "Séria lâstima cambiar el estilo de

vida de los humildes, pues son muy felices en su pobreza." 0 bien,

los mexicanos aceptan la vida y la muerte conhumildad," Octavio Paz

comenta el estoicismo de los mexicanos de esta forma;

El estoicismo es la mâs alta de nuestras virtudes guerreras y politisas. Huestra historia estâ llena de frases y episodios que revelan la indifereneia de nuestros héroes ante el dolor o el peligro. Desde ninos nos ensenan a sufrir con dignidad la s d erro ta s, concepcion que no carece de grandeza. Y s i no todos somos estoicos e impasibles--como Juârez y Cuauhtâmoc— al menos procurâmes ser resignados, pacientes y sufridos. La resignaciôn es una de nuestras virtudes populares. Mâs que e l b r illo de la v ic to ria nos conmueve la entereza ante la adversidad.l

Antes de conocer intimamente a este pueblo o estudiar su litera-

tura, es dificil apreciar la desconfianza y el resentimientoque esconde

su estoicismo. El resentimiento de las miserias y la injusticiaque la

h is to r ia ha acarreado a este pueblo es lo que da impulse a l hombre

"valiente," que résisté estoicamente pero que lucha sin "rajarse."

^Paz, p. 31

140 141

El valiente—el hombre que "no se raja"—es el héroe del pueblo mexi­

cano. Basta escuchar las canciones rancheras o los corridos—los

"romances" mexicanos—para comprendsr la veneraciôn que el humilde

siente por los valientes,

Puede que e l v a lie n te no obedezca a la s normasm orales que reco-

nocen los norteamericanos, quienes suelen ver a sus "héroes" conformes

a la s reg las de unab ien ordenada sociedad—buenos padres fa de m ilia ,

hombres respetados, diligentes y fortuales, A veces los valientes son

pendencieros, borrachos y hasta embusteros. Pero no les falta cuali-

dades universalmente respetadas, Los valientes se distinguen por su

orgullo, su dignidad, suindividualisme, y especialmente, por su

entereza ante la adversidad. Si el espanol tiene su "honra," también

la tiene el mexicano—una honrah eredada de dos raza s—la indiay la

espanola.

Los rebeldes y resentidos machos, ques a lie r o n de la clase mestiza

para convertirse en lideres en las luchas contra los espanoles, eran

muy " v a lie n te s ." El macho signe siendo una fig u ra sumamente respetada

en México,

Los valientes, tanto mujeres como hombres, no fa lta n en la s

novelas de Luis Spota. A veces son solamente cuadros vistos al vuelo.

Otras veces son protagonistes que alcanzan alturas de verdadero héroïsme,

Los personajes por los cuales no oculta Spota su admiraciôn son, ademâs

de valientes, caractères con ilusiones que luehan por un ideal. Se ve

en los cuadros de estos personajes el respeto que tiene Spota por la

dignidad delhombre y e l individualisme . Se ve también su preocupaciôn

de que e l hombre pueda ser arrastradopor la conformidad,perdiendo asf 142 su orgullo, su indiTlduallsmo, su entereza y su dignidad, e s Por o , hace que sus héroes p ro te sta n y que no se dejen conformer a la s normas que les lmpone su ambiante.

Entre los valientes de menor relieve en las novelas de Spota tal vez ningunos agraden mâs que Juanito Lavfn y su madré en Mâs oornadas da e l hambre.

Luis Ortega, Gamioneto y Juanito Lavfn deciden marcher a la aven­ tura después de convencerse de que en México todas las puertas de la plaza de toros estân cerradas para ellos. Van a participer la noticia a la madré de Juanito, una anciens que vende tacos en la celle de San

Juan de Letrân. De los o jo s de la madré n i una lâgrima escurre, ni de

su boca ni una palabraque no sea de estfmulo, "--Lo unico que quiero— les habfa dicho antes de partir—, es que si van a ser toreros lo sean, pero de los buenos. Que no le tengan miedo mâs que al hambre. T, sobre

todo, que nunca echen la pata para atras.,." (p, 79.)

En la plaza se le courre a Juanitoin te n te r una hombrada, toreando

de r o d illa s ante unto ro especialmente peligroso.

Eueron unos segundos angustiosos; los mâs terriblesque habfa sufrido en su vida; los peores que sufrirfa Juanito Lavfn. En cuanto se hine6 sintiô el torerillo deseos inmensos de levantarse. Aun habfa tiempo; aun eltoro no loatacaba. Mas, isi se hubiese levantado? En sus ofdos, por encima del ruido que hacfa la gente, parecfale escuchar a su madré: "Nunca eches la pata para atrâs". Habfa, pues, que ir hacia adelante, cru- zândose con el marrajo, ahoraque intentaba la hombrada de to re a rlo de rodillas, (p. 85.)

El toro embiste y Juanito recibe una cornada m ortal. Muere como

un v a lie n te , con coraje y entereza, y sin lâgrimas niquejas:

—Pancho... yo ya palmé... Guando la veas, a la viejita, dlle,.. que morf como querfa: ;echando la pata para adelantel Guéntale todo lo que pasô; cuéntale... también,., que preferf llevarme 143

el cate a fallarle... No pude ser torero, Camioueto, pero... morf como uu torero... Y dlle a Ortega que uo se duela a esto... que me ha pasado. Las coruadas no las pega el toro, Panoho... Las ooruadas grandes, las que pesan, las da el hamhre. (p. 88.)

Asf mnere Juanito, el muchacho con ilusiones de hacerse figura gara qpa su madrecita pueda dejar de vender tacos en un miserable puesto y que no sufra las cornadas del hambre.

Al Tolver a Mézico, les toca a Luis y Gamioneto contar La triste

notioia a la madre. La madre escucha, sin inmutarse, el relato del

herofsmo en la muerte. Después de un largo sllencio, dice por unica

respuesta, "—Asf como yo querfa." (p. 253.) Al adivinar que los

muchachos no tienen dénde dormir, ella les dice; "--Quédense aquf.

Allf quedô el catre de Juan. Pueden usarlo. Y algo de comer no

faltara..." (p. 254.)

Luis Ortega, el torerillo que tan obstinado lucha por su ideal—

su estilo de vida—rechaza los ruegos de la madrd, quien le pide que

deje el toreo antes de que un toro le mate a él también. "--Ya no

puedo, seSora. Tengo que llegar, como sea. De morirme de hambre o de

morirme de una cornada, prefiero la cornada." (p. 254.)

IY cuantas veces se a fren ta Luis a l toro con coraje y entereza'.

En su primer triunfo al ver que "era cuestiôn de jugérsela a éguila o

sol," (p. 44.) Luis arrebata la muleta al primer espada, y corriendo

hacia el toro se hinca a très metros del animal, flameando el trapo

rojo;

Nunca, como en ese momento, le parecié ni més grande ni ]més feroz la cabeza de un toro a Luis Ortega. Pero, ;qué caray, un torero no va a morir de partol La tierra, bajo sus rodillas, oomenzô a temblar repentinamente; un sonido silbado dominé los gritos de las gentes, el latir increfble de su propio corazén. No supo si cerré los ojos, pero el caso es que, de pronto, noté 144

que los cuernos habian pasado y que ante él desfilaba, largo como un ferrocarril, el cuerpo negro y lleno de musculos de la bestia. A ese siguieron oin co pases, cada uno mâs ajustado que e l a n te rio r. Cuando se levanto sen tisse borraclio; mas no como cuando uno bebea lc o h o l, sino en otra forma, imposible de définir, (p. 44.)

No sôlo ante los toros es valiente Luis, sino ante los viles apode- rados también. Al salir Luis y Gamioneto de la cârcel en Juârez, donde habian pasado treinta dias con sus noches, se encuentran "sin una moneda en e lb o ls il lo ; sin una migaja en el estomago pero con la cabeza llena de ilusiones." (p. 246.) Desesperado al ver todas las p u ertas de la plaza cerradas a menos que esté dispuesto venderse a a l 08 apoderados, Luis se siente tentado, pero sôlo por un momento, pues mâs pueden su orgullo y su dignidadque su ciega p asiôn de torear. Pre- fiere quedarse sinto r e a r toda la vid a que to rea r a cambio de lo que piden estos ruines.

Gracias a otros dos valientes. Luis tie n e , por f in , su oportunidad de to rea r en la gran p la z a , Debe sa suerte a l doctor Ja v ie r Ib arra, un

"hombrecito moreno, delgadisimo, que daba la impresiôn de ira quebrar- se en cu alq u ier momento," (p. 275.) quien le sa lv a la vida, y a Lorenzo

Garza, la gran figura con "una carafe a y a fa b le , de ojos sonrientes,"

(p. 1 1 5 .) quien, al varie en e l h o s p ita l, le respalda y le abre paso a la Plaza de México. Ta un anoa n tes, Lorenzo comprends queLuis tien e madera de torero. "—Puedes hacerte torero, chaval—in d ic é — . Y to re ro bueno. Para se rlo s ô lo te f a lt a la mitad: saber torear; que la otra mitad ya la t ie n e s con ser valiente." (p. 1 1 6 .) 145

El valiente Carlos Rivas, protagonista de Las grandes aguas, es superintendents de la presa de Temazcal pue e l gobierno construye en el Rio Tonto, y un idealists para quien el debar es casi un credo r e lig io s o .

Al ver airder un oamiôn oargado de dinamita, no vacila ni un momento en reconooer su deber y oumplir con él. Sôlo por la superioridad de su fuerza fisica logra que el valiente perforista, Juan NùSez, baje del camiôn y le céda el volante:

sôlo un segundo se miraron; pero bastô para que Carlos Rivas comprendiera que no era ju sto ordenarle a Juan NüEez que se jugara la vida, con todas en contra, y que alejara del campa- mento el camiôn cargado con dos toneladas de dinamita. No era justo. Ni de hombres, tampoco. Juan Ndnez no diria que no, pero, &si llegara a morir, como era lo seguro; no lo morderia la voz del reproche recordéndole que por miedo mandaba a otro a una muerte ineludible? (p. 12 .)

Las emociones de Rivas son muy complejas, como son las motlva- ciones que le mueven. Lena, su esposa, malcontenta y quejosa, que d e te s ta la vid a nômada de un in g en lero de campamento, ê s sumamente d es- dehosa de su heroiamo. Lo achaca al egoismo—al placer del sacrificio, a verse héroe y cumplidor de deberes.

En efecto el :mlsmo Rivas duda de su valor, a veces creéndose hipô- crita. "%ue no era un valiente, lo sabia, y que hizo lo que hizo, més por instinto que por espiritu de sacrificio, lo sabia major aun." (p.84.)

Sin embargo, no puede manos de sentir la voluptuosidad de ser héroe.

&Por qué, se pregunta, se niega a las instanoias de Lena a que acepte una posiciôn en la capital con una compahia particular? Es idéalisme, p a trio tism o , o s ô lo e l p la cer que le da una v id a nômada y arriesgada? 146

Ser hombre llmpio de soborno ea 8u orgullo. Repetidas veoea re- cbaza las gestiones del s ir i o , Simon K uri, dueno de un burdelj cantina, de eobornarle. Sim6n le ofrece una oantidad de dinero may superior a la que gana como ingeniero si solamente conviene en hacer la vista gorda a la venta de alcohol en el campamento.

—Yo no tango p r e o lo , 81m6n K uri. Y f i j a r alguno s e r ia in u t il, porque ni usted, ni nadie, tiene dinero suficiente para pagar lo que creo v a l e r .. . (p. 59.)

A1 enredarse Rivas con la hija de Simôn, el sirio cree tener en sus manos el arma para forzarlo a cedar. Amaneza con e l chantaje de delatar su amorfo a Lena. Pero ni siquiera se rinde al chantaje. Dos veces Simôn le tie n e con la espalda v u e lta , bianco de su punterîa.

Pero no puede tirar. "A hombres como éste no puedes matarlos per la espalda." (p. 59.)

Rivas sufre la prueba de suvida a l ten er que escoger entre su amor de padre y su resp o n sa b ilid a d de superintendents. Se necesita medicina para salvarle la vida a su h ijo , pero la s I lu v ia s y el creciente rio amenazan la presa:

—&Por qué no vas tu, Carlos? En un par de horas podrês estar de vuelta...

Siempre habrîa de recorder Carlos Rivas qué la c éra n ts dolor ezperimentô cuando repuso:

—No puedo, Lena, No puedo dejarabandonada la obra.

Saltô ella y lo sacudia por la pechera de la camisa:

—Es la vida de tu h ijo C arlos. Sâlvala... ; Si no vas tu nadie traerâ la medicina, nadie: ;Manda al diabio la presa.«,I

El movia obstinadamente lacabeza. En ese mornento su frla como ningün hombre habfa suLrido a n tes; como nadie podria v o lv e r a sufrir después. Dentro de su cuerpo angustiado chocaban, produciéndole une tortura sin dimensiôn, el sentido del deber 147

y e l amor de padre, "Lena debe oomprenderme— rogaba a D lo s --, No puedo dejar la preea en este momento. Pnede ocurrir algo y enfonces..." (p. 188,)

Rivas salva la presa, pero se muere el hijo, Lo entlerra en la cortina de la presa como slmbolo del naclmiento de una nneva fe.

R ivas d etesta a hombres como su cunado Guillermo Lôpez, que poses

"una espalda admlrablemente dispuesta para incllnarse ante los podero-

808 y una carencia t o t a l de escru p u los," (p. 66.) Para Lôpez, sacrificiel; deber, disciplina, eran solo palabras in u tile s .

Para reallzar su grandeza, México n ece sita de hombres como Rivas:

"Trabajando, no para que se enriquezcan unos cuantos senores, sln o para transformar al pals." (p, 67.)

Spota, en esta novela, rinde homenaje no solamente al vallente

Ingeniero, slno también al magnlfico esfuerzo que realize Méxicopor la mejor dlstribuclén de sus aguas de riego, la generaclén de fuerza e lé c - trloa y la Industrlallzaclén del pals:

Mentalmente R ivas repaso tod os l o sdates relaclonados con la presa: séria la primera de una s e rie de clnco con las cuales se controlarân la s aguas delos rlos Papaloapan, Salado, Santa Rosa, Talle Naclonal, Tonto, Obispo, Tesechoacân, San Juan Evangelista y Blanco; en ella, una vez termlnada, se generarîa un m illôn dekllovatlos de fuerza eléctrica aplicables a la industrlallzaclén del pals; transformarla la vida de 900 mil personas y, sobre todo, harla desaparecer para siempre el fantasma de la muerte que todos lo s anos, entlempo de Ilu v ia s, ronda a lo largo y a lo ancho de aquellasm iles de hectareas de rlqulsimas tlerras inexplotadas. (p, 92,)

Llega e l gran momento para lo s de la presa. Alvarez, el R esid en ts, pronuncla un pequeno discurso a lo s hombres que esperan e l momento de la ex p lo slén :

"Seré un dla histérlco.,. Esta exploslén seré la respuesta que demos a qulenes preguntan: '&qué hace el goblerno?'... Marcarâ el prinolplo de la transformaclén para una vasta zona 148

de la Repdbllca... Una magna obra... Millones de kiloTatlos... 45 mil kilômetroa cuadrados... Deaapareoerân, bajo las grandes aguas, docenas de pueblos... Sus habitantes serân trasladados... Dos mlllones de pesos se invertirân en la conclusiôn del sistema, s6lo comparable al TVA, del Tennessee, (p. 107.)

En Las grande sagu as, Luis Spota muestra que no solamente p ro testa los maies de su pais, sino que también alaba su grandeza. Da homenaje a sus grandes obras y a los hombres valientes que contribuyen a su realizacion.

César Dario, el oaudillo de El tiempo de la ira, a pesar de ser gobernante equivocado, es un Taliente—un valiente que no careoe de idéales. Gomentando la flaqueza de algunos conspiradores, Spota

observa:

Pero los hombres tenaces, como Darfo, eran distintos. Ellos no cejaban. No los intimidaba la persecuci&n de sus enemigos, n i de la s autoridades locales, siempre aliados por sordidos vfnculos de interés con los esbirros y espias del dictador de tumo. Se morian de hambre, pero no desertaban. (p. 15.)

césar es de los que tienen el valor de "vivir fuera del amparo

de una protectors." (p. 411.) Reconoce la barrera que le sépara de sus

co leg a s:

"Mi erro r, al juzgar a m is seme ja n te s, es creer que los alienta el amor, el entusiasmo, el desinterés, la furia que me alienta, que me mueve, que me empuja. qué soles nos sentîmes siempre los que no somos conformistes, los que no tenemos acomodo en el rebaho de los hombres comunes. Qué dolor ser eso que llaman sujeto ezcepcional..."(p. 411.)

En su afén de realizar su ideal que es, ademâs del poder, el bien-

estar del pueblo, tiene el coraje de desafiar al arzobispo, a :Las

empresas americanas y hasta a sus propios ministres,

Nb carente de miedo, se comporta con entereza ante el peligro.

Acepta el reto del borracho Asunciôn Calvân a danzar el "machetito", 149 danza en que el borracho qulta con su cuchillo una corona de glâtanos de la cabeza del caudillo. s6lo Darfo conoce la dimensiôn de su miedo, pero acepta el reto sin titubear. Al terminer la danza, dice el borracho:

—Ahora—gritô .AsunciÔn con su ronca y jadeante ?oz alcohôlica— ahora ya sabemos que n u estro senor P re sid en ts es un hombre de verdad... (p. 309.)

En un impasionado discurso Darlo refiere lo Taliente del pueblo indigene:

Asi, hermanos, compatriotes, reintegramos al sagrado patrlmonlo nacional lo que por derecho nos pertenecia y que por miedo no reclam^bamos. Mâs vital que rescatar las tierras, el banano, e l azucar, la fu erza e lô c tr ic a ; m6s v i t a l que corner mejor y ganar mayores salaries; que vivir mAs, porque hemos desterrado las enfermedades; que saber leer y escribir, porque hemos acabado con la ignorancia; môs importante que todo eso ha sldo volver a ser lo que nuestros antepasados, los de la época de Laikipu, fuercn: un pueblo valiente; no valiente para la agre- siôn, sino para exigir lo suyo. (p, 550.)

Aunque escrib ien d o de una R epûblica f i c t i c i a , no cabe duda que

Spota dirige el homenaje a otro pueblo valiente—los indios de Kéxico.

Gomentando con su edecân Victor la naturaleza de las revoluciones latinoamericanas, Dario acepta que la Revoluciôn Mexicans era mâs que un golpe de estado organizado por militares:

—Exceptuando la Mexicana, las demAs Revoluciones en Amërica han sldo siempre meros atracos organizados por m ilitares, y asi con- tinuarân siendo mientras el Poder constituya, para quienes lo tienen, un negocio que rinde pingües utilidades... (p. 214.)

El mal de Dario, parece decir Spota, no son sus metas, sino los medios que escoge para reallzarlas. Dario, el valiente, tiene sanos idéales, pero se equivoca del camino. Escoge el camino de la dicta- dura, y en vez de liberar su pueblo, lo esclaviza. 150

Tal vez el valiente mâs simpâtico de las novelas de Luis Spota sea

Marcos Luquln, el secretario del gremio local en Las horas violentas.

Spota no oculta su admiraciôn por Marcos Luquln, quien, enganado por su hijo, pone en huelga a los trabajadores de la planta empaoadora para protester la despedida de cuatro companeros,entre e llo s su h ijo ,

Sergio. Tampoco oculta su admiraciôn por Mr. Perkins, elgerente norteamericano, un hombre de acciôn que p re fie re a rreg la r las cosas a su modo. Perkins y Marcos desempeHan el Importante papel de dos indl- vldualistas frente a las Imponentes organizaciones industriales y

sindicales.

En e sta novela se ve como se comportan esto s dos individuos, ambos te r c o s , orgullosos y honrados, frente a las presiones de los grandes

sistem a s. En e l caso de P erk in s, el "sistema" es la gran empresa norte- americana. En e l caso de Marcos Luquin es e l poderoso sindicato central, encabezado por el ambicioso e inescrupuleso Modesto. En e l c o n flic to ni

Mr. Perkins ni Marcos Luquin pierden su individualisme ni su dignidad

de hombre.

Para evitar un paro que perjudicarâ la planta, Perkins esté dis-

p uesto a dar seis m eses de indem nizaciôn a lo s trabajadores separados, y hasta acomodar en otra parte al hijo de Marcos.

Luquin movia la cabeza, rechazando cualquier insinuaciôn, cual- quier arreglo. Instantâneamente desconfiaba de la buena fe de Perkins. Trataba de oponer entre él y su rival un muro respeto; una frontera que d élim itera, claramente, sus respectives campes. El, como dirigente de un sindicato que lo consideraba honesto, no podia ni siquiera escuchar las ofertas que Perkins hacia. No. Eso nunca. No podia, tampoco, admitir para su hijo un trato diferente al que se daba a los otros très. Séria tanto como aceptar la culpa de unos y la Inocencia del otro. (p. 31.) 151

Marcos esta determinado que el asunto se arregle por los caminos correctos. Con calma, pero con firraeza, amincia a Mr. Perkins el resultado de la votacion:

—Ya sabe cuales son nuestras condiciones, Mr, Perkins. Basta que usted diga; "Marcos, esos cuatromuchachos siguen con nosotros", para que los obreros vuelvan a su trabajo en quince minutos... (p. 50.)

No le agrada a Marcos tener que poner en huelga a los trabaja­ dores. Sabe que la gente va a sufrir si no se arregla pronto. Sabe

también que su hijo es culpable y le dice que en cuanto la huelga se

acabe, tendra que largarse. Deflendeuna causa que cree justa, no por

su hijo, sino por los pobres diablesque Sergio ha enredado.

En los quince anos que lleva de secretario nunca tenha id o un paro.

Al llegar Ivo, el organizador, para "ayudarle," en un principle Marcos

no e s té desconfiado, porque admiteque no sabe manejar una huelga.

Hace m il preguntas para inform arse por qué la C entral considéra la

huelga de ta n taImportanola, pero cede e l mande a Ivocon buena fe .

Pero se mantiene terco en lo de parar el tonel principal, la obra

maestra de Marcos. "Eso se queda camlnando, aunqueesternes un anocon

las banderas puestas..." (p. 67.)

Marcos no es de lo s que quleren se r mandons a , Quiere el mande solo

con el respeto y acuerdo de suss o c le s . Al impacientarse los huelguis-

tas Marcos les habla de llano: "Yo soy el jefe porque ustedes me

eligieron, Ustedes pueden, siq u leren, q u itarme e l mande. No se nece­

s ita llam ar a los hombres, Ustedes lo decidirân aquî y yo lo

aceptaré." (p. 100.) Los hombres aceptan, porque tie n e n fe en su

ju ic io , aunque no comprenden lap resen cla de Ivo y sus hombres. 152

Paulatinamente, Marooa va atando caboa, y por fin se da cueata de que lo8 de la Central estân tomândole el pelo y que le han oonvertido en su titere. Reoonooe que la huelga ya no es suya y que ha hecho cosas contra su voluntad. Sb slente cobarde y avergonzado, pero por o r g u llo , rechaza el buen cousejo del cura, el Padre José que le d ice que los de la Central estàn utilizando la huelga para otros fines:

El orgullo habfa sido una virtud, y a la vez el mâximo de- fecto, de Luquin. Y por orgullo no daha su brazo a torcer; no aceptaba, a l l i , ante e l cura, que la s p alabras de éste eran c ie rta s ; que a é l, a Luquin, lo tenian atrapado como mosca en una espesa y fina red de m en tiras, de in tr ig a s y r e c e la s , (p. 223.)

Es este mismo o r g u llolo que abrs sus ojos al engano, a l romper

Ivo su obra m aestra. F u rioso, toma una resolucion en el a cto , y promets a lo s trabajadores un pronto f i n a l paro. Buscando el modo de zafarse de Ivo, se reune con P erkins y pone f in a la h u elga, desafiando aIvo y a Modesto, el poderoso dirigente de la Central.

En una conversacién ertre Parcos y Eergio se destaca el choque de valores entre padre e hijo:

Sergio arrugô los hombros:... "Digo: uno no puede quedarse con los brazos cruzados mientras se juega su suerte. Si uno tiene glândulas y otras aspiraciones debe intervenir, luchar por los demâs, por uno mismo. Si todos los obreros del mundo pensé- ramos a s i, ;cuântas cosas se arreglarianl

Tristemente Marcos rechazô: "Te equivocas, muchacho. La idaa puade ser buena, pero, &lo son quienes tratan de ponerla en prâctica?" (p. 293.)

Las palabras de Marcos parecen un eco de las pronunciadas por

Mariano Azuela cuando dijo que el gran error de los mezicanos no con-

sistiô en haber sido revolucionarios, sino en creer que con el cambio

de instituciones y no la calidad de hombres, llegarian a conquistar un 153 mejor estad o s o c ia l. Spota, como A zuela, cree que por buena que sea la idea, lo que vale es la calidad del hombre.

Ante el poderoso y amenazante sistema, Marcos Luquin se comporta en hombre independiente y no como tim ido con form iste, temiendo luchar por un ideal.

En esta y las o tr a s novelas de Luis Spota, los valientes luchan por ser independienteS'—hombre s con d ign id ad , orgullo y entereza que no se rajan en la bûsqueda de su ideal. Conclusion

La preocupaoiôn social que se manifiesta en la protesta contra las

Injustlas âe la socieGad contemporânea sale a las claras como rasgo prédominante en las novelas de Luis Spota.

Protesta la fa tu id a d y la f a l t a de moralidad de lo srastacueros, estos parasites inutiles que se llaman la alta socied ad . Protesta la f a l t a de escrupulos y responsabilidad de los gobernantes, sean en la polftica, la industrie o en el campo de los sindicatos obreros. :Pro- testa el soborno por medio del cual se mueventa n to s intereses en

Mézico. Protesta las injusticias y perversiones en la profeslôn tau- r in a , e l déporta nacional que debiera ser el orgullo del p aîs.

Protesta las vejaciones que tienen que sufrir los mexicanos que van a trabajar en los Estados Unidos y el hecho de que los dos gobiernos no han resuelto el problème con v a lo r j decisiôn. Protesta la d isc r im i- naciônracial de los negros y lo s mexicanos en los E stados Unidos,

P r o te sta la d ictad u ra de lo s c a u d illo s p o litic o s y militares en la

América Latina, y la hegemonîa de intereses extranjeros en estos palses,

P r o te sta la vid a m iserable de lo s bajos fondos de la ciiidadcomo e l

origen del aniquilamiento e s p ir itu a l de lo s pobres.

En fin, protesta las condiciones sociales que conducen a la desi-

gualdadsocial. Como novelista de protesta se ha asentado de lleno en

e l campo de novelistas didâcticos.

Ademâs de protester, ha sido la misiôn tradicional del novelista

didâctico instruir, resehando e interpretando la escena nacional. :En

esta misiôn como en la de protester, Spota se muestra novelista digno

154 155 de la tradioiôa dldâctioa. los maies que protesta sou lien évidentes en la sociedad contempor&nea de Méiico, El ouadro que reseSa coincide con el senalado por destacados historiadores, ensayistas y sociôlogos ya citados en este estudio.lKmünœscomo Simpson, Parkes, Azuela, Paz y lewis. Testimonio de que sabe interpreter la escena en un estilo que agrada es la gran popularidad de sue libres, tanto en el eztranjero como en Mëzico. Habla al pueblo en su propia lengua y le da refiejos de su propio rostre, sin falsificarlos por la bipocresia y el pudor.

El pueblo se conoce en los cuadros de lu is Spota y conoce también a sus malhecbores. Se conoce no solamente en los cuadros de desampa- rados, vejades y espiritualmente anlqullados, sino también en los cuadros de hombres valientes, retadores, orgullosos e independientes que no pierden su entereza ante la adversidad.

la protesta de las novelas de Spota ne se confina a la denuncia,

Ezisten en su didâctica elementos positives, Elogia el esfuerzo que hace Mézico en la realizacion de sus grandes proyectos y a lo s hombres que luchan con sacrificio y firmeza para llevarlos a cabo. Hna y otra vez sale a r e lu c ir su admiraciôn por los liéroes-—hombre s con. suerios e id é a le s que luchan por un e s t i l o de v id a .

Aua^pa no propone medidas concretas de reforma social, se cmm- prends que su meta es la de despertar las conciencias a fin de eliminar las causas que conducen a la miseria y la degradaciôn. Hace llamamlento a la p r o te sta y la lu ch a d el in d ivid u o como medio de reclam ar una îmejor sociedad. Maniflesta su creencia que lo que distingue al hombre es au d ign id ad . Hecuerda a l hombre su doble resp o n sa b ilid a d — la de ser a la 156 vez independiente y comprometido a sus semejantes. Con sus valientes, da pauta a los valores tradicionales meiioanos.

Spota, dice Fernando Alegria, "posee un privilegiado sentido para oaptar la simpatfa humana, una oomprensiôn honda de su pueblo y una intuiciôn certerapara définir el conflicto de sus h ëroes como un debate de dignidad y de lieroismo fundamentales, todo lo cual pone a salvo su autenticidad artistica."^

Como Fernândezde L izard i, d ir ig e sus n ovelas a l pueblo y, para d esp erta rlo de su indiferencia, le habla en su propio lenguaje, rese­ hando escenascrudas y realistas, Y como L izard i, muestra las lacras de la sociedad a través de personajes pîcarosen un estilo moralizador y satirico.

Sus n o v ela s, como la s de Luis G. Inclân, Manuel Payno yR afael

D elgado, son cuadros realîsticosde la vida mexicana. Igual que

Altamirano, p résen ta ejemplos didâcticos en vez de dar d is q u is ic io n e s morales. Su didâctica, como lade José Tomâs de Cuéllar, consiste en ridiculizar lo s v i c i e s y la s malas costumbres y exhibir las la c r a s sociales. Ataca, como Emilie Habasa, a los caciq u es ambiciosos y sin escrupulos y exalta los altos idéales.

E scrib e , como Gamboa, de problemas s o c io -p s ic o lô g ic o s con tr a t a - m iento m oralizante. Se preocupa, como los novelistas de la Revoluciôn, por el destine de México, censurando la organizaciôn social y los vicios y abuses de los que debieran tener la responsabilidad de dirigir, y como tantos novelistas posrevolucionarios, dirige su atenciôn a un

^Fernando Alegrfa, p. 244. 157

Mëzloo en vlas de convertirse en un gran pals industrlalizado haolendo fren te a los problemas de la modernidad.

En fin, pareee que Spota oumple con la misiôn de digno heredero de la larga tradicion. lizardiana. BIBLIOGRAFtA

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