HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA

EN

DE LA ERA PRECOLOMBINA A 2004

CÉSAR IVÁN VARELA HERNÁNDEZ, MD.

CALI, 2005

i © César Iván Varela Hernández, MD. Autor y Editor Dermatólogo Presidente Asociación de Historia de la Dermatología Colombiana Profesor Ad-Honorem Servicio de Dermatología, Departamento de Medicina Interna Hospital Universitario del Valle «Evaristo García», Universidad del Valle Consultorio: Centro Médico San José Calle 7 Nº 29-55, Consultorio 302 A Teléfonos: (57) (2) 556-8103 556-1828 Santiago de Cali, Valle del Cauca, Colombia [email protected] [email protected]

Colaboradores de Honor Médicos Dermatólogos: Danielle Alencar-Ponte, Flavio Alonso Gómez Vargas, Jairo Mesa Cock, Jaime Gil Jaramillo. Ángela Inés Zuluaga de Cadena, Antonio Barrera Arenales, Armando José Vásquez Lobo, César Augusto Burgos Alarcón, Doris Stella León Romero, Evelyne Halpert Ziskiend, Felipe Jaramillo Ayerbe, Fernando Vallejo Cadavid, Gonzalo Marrugo Guardo, Luis Miguel Covo Segrera, Luz Marina Gómez Vargas, Michel Faizal Geagea, Rafael Falabella Falabella, Stella Margarita Prada de Castañeda, Teresita Díaz Granados Fuentes

Portada: Historia de la Dermatología en Colombia, Mary Ann Robledo Prada, Médica Dermatóloga. Técnica mixta: bosquejo a lápiz, coloreado con óleo y lápiz de color en papel durex, Medellín Dibujo: Mapa de Colombia, Melba Labrada Sierra, Médica Dermatóloga, Técnica lápiz de color. Página 4, Cali Diseño gráfico de la página Una mirada al espíritu artístico de los dermatólogos, Ana Milena Díaz Varela, Publicista. Página 411, Cali

Corrección de Estilo: Pablo Barreto, MD. Diagramación y artes finales: Dilia Franz Coordinación y adecuación de fotografías: César Iván Varela Hernández Diseño gráfico y montajes: César Iván Varela Hernández Levantamiento de textos: César Iván Varela Hernández

ISBN:

Printed in Colombia ii RECONOCIMIENTOS

A la Asociación Colombiana de Dermatología y Cirugía Dermatológica, a sus presidentes Evelyne Halpert Ziskiend y Antonio Barrera Arenales, quienes además de confiar en el autor, han apoyado esta obra.

A mi esposa la doctora Danielle Alencar-Ponte que con paciencia y colaboración hizo posible mis días de trabajo.

Al doctor Pablo Barreto, MD., el revisor de estilo, quien con su sabiduría revisó el texto letra a letra y me enseñó en cada párrafo inolvidables lecciones como cuando fui su discípulo en la Escuela de Medicina.

A la señora Dilia Franz que con dedicación, perfección, paciencia y creatividad diseñó y realizó las artes finales, acogiendo cada uno de mis caprichos para convertirlos en hermosos detalles.

A los laboratorios farmacéuticos comprometidos categóricamente con este libro:

Categoría PLATINO Laboratorios Bussié S.A. Galderma Colombia Jessner Pharmaceutical International S.A.- Jessderma

Categoría Oro Schering Colombiana S.A. Productos Roche S.A.

Categoría Plata Laboratorios Novaderma S.A., Novartis de Colombia S.A., Laboratorios Stiefel Colombia S.A., Procaps, Gynopharm S.A., Johnson & Johnson de Colombia S.A., y Dermacare S.A.

iii Dedicatoria

In memoriam a Jair Varela Campuzano, mi padre

A Olga Hernández de Varela, mi madre

A Danielle, mi esposa

A Camila y Natalia, mis hijas

A Harold, Rodrigo y Ricardo, mis hermanos

Al doctor Rafael Hernández Rodríguez, mi tío

A Blanca Liliana Perlaza Hernández, mi prima, a quien Dios permitió en la Navidad de 2004 dar a luz a Andrea, semilla de amor con Charles-Henry Salomón

A Jaime Gil Jaramillo y Elvia Cabal, su esposa, por todo

A Jaime Holguín Rojas y Clara Eugenia Jaramillo, su esposa, por todo

A Julio César Palacios Villegas y Victoria Eugenia Aragón, su esposa, por todo

A Luis Carlos Gutiérrez de Piñeres Aparicio, por su amistad

A Adriana Arrunátegui Ramírez, Flavio Gómez Vargas, Jairo Mesa Cock, Julio César Rengifo Muñoz, Germán Velasco Cárdenas y Luis Hernando Moreno Macias, colegas y emblemas de amistad

A los dermatólogos en Colombia

v CÉSAR IVÁN VARELA HERNÁNDEZ

Nace en junio 4 de 1958 en Santiago de Cali en el hogar formado por Jair Varela Campuzano (f) y Olga Mary Hernández de Varela y son sus hermanos Harold, Rodrigo y Ricardo. Está casado con la también derma- tóloga brasileña Danielle Alencar-Ponte y tiene dos hijas, Camila y Natalia. Realiza estudios de primaria en el Liceo Divino Salvador y de secunda- ria en el Colegio Nuestra Señora del Pilar en Cali. En 1975 ingresa a la Universidad del Valle y realiza estudios de Biología y Química y al año siguiente a la Facultad de Medicina y recibe el título de Médico y Cirujano en agosto 28 de 1983. Ejerce privadamente y en algunas instituciones de la ciudad. En 1990 realiza estudios de Administración para Profesionales no Administradores en la Universidad del Valle. En el exterior, Brasil, es discípulo de Raymundo Martins Castro hasta su fallecimiento y posterior- mente del Profesor Mauricio Mota de Avelar Alchorne en la Escola Paulista de Medicina, Universidade Federal de São Paulo, donde hace su espe- cialización y recibe título de dermatólogo en 1994, así como por concurso de la Sociedade Brasileira de Dermatología. Regresa a Cali en 1995 y al año siguiente es invitado como Profesor Ad- Honorem del Servicio de Dermatología del Hospital Universitario del Valle de la Universidad del Valle. En marzo de 1996 es elegido Presidente de la Aso- ciación Colombiana de Dermatología y Cirugía Dermatológica, Capítulo Va-

vii lle del Cauca, cargo que desempeñó durante cuatro períodos hasta 2004. Ha ocupado diferentes cargos entre otros, la Dirección y Jefatura Médica del Hospital Regional del Guaviare, la Secretaría de Salud Departamental (e) del Guaviare, Coordinador Nacional de Asuntos Gremiales de la Asocia- ción Colombiana de Dermatología y Cirugía Dermatológica y Coordinador del Foro Gremial de la Página Web de la misma asociación (2003-2004). Ha sido Miembro de la Comisión de la Sociedad Civil del Valle del Cauca y de Comisiones de Empalme de la Alcaldía de Cali. En la actualidad atiende su clínica privada, es dermatólogo del Hospital Cañaveralejo, docente en la Universidad del Valle, Secretario de la Junta Directiva de la Asociación Médi- ca Colombiana (AMC) Seccional Valle, Miembro del Comité Editorial de la Revista de la Asociación Colombiana de Dermatología, Vocal de la Junta Directiva Nacional de la AMC, Miembro del Comité Adjunto de la Junta Orga- nizadora del XVI Congreso Ibero-Latinoamericano de Dermatología (CILAD), Presidente-Fundador de la Asociación de Historia de la Dermatología Co- lombiana, Magistrado Ad-Hoc del Tribunal de Ética Médica del Valle, Vocal Fundador de la Junta Directiva del Nuevo Colegio Médico Colombiano Seccional Valle y Sub-Delegado Nacional del Colegio Ibero Latinoamerica- no de Dermatología (CILAD). Cofundador de la Asociación Colombiana de Dermatología Cosmiátrica. Además de las nombradas, es Miembro del Co- legio Médico del Valle, Sociedad Brasileña de Dermatología, Cooperativa Médica del Valle y Fondo de Empleados Médicos de Colombia. Entre sus publicaciones de carácter histórico y biográfico se cuentan el libro Historia de la Dermatología Vallecaucana 1939-2003, Co-autor del libro Historia de la Dermatología en Latinoamérica (en proceso) y los vi- deos Toda Una Vida: Jaime Betancourt Osorio. Imágenes de la Historia de la Dermatología Vallecaucana 1939-2003. El Abanderado de la Con- troversia: Antonio José Torres Muñoz. Maestro, Colega y Amigo: Jairo Mesa Cock. Prepara la publicación de fotografìas, canciones y poesías de su autoría. Organizador, presentador, moderador, coordinador y conferen- cista en los múltiples certámenes a los que ha asistido, veintitrés de ellos en el exterior. Ostenta el grado de Teniente del Benemérito Cuerpo de Bomberos de Cali al que ingresó en 1986. Ha sido Jefe del Cuartel Central y Coordina- dor del Departamento de Salud y porta las Condecoraciones Orden Ca- ballero del Fuego y la Abnegación y Disciplina, la Medalla Servicios Espe- ciales y las de diez y quince años. viii AGRADECIMIENTOS Y COLABORADORES

Este libro ha sido posible gracias a la contribución de muchas personas y entidades. Quiero destacar a quienes con mayor dedicación y cariño lo hicieron, pero a todos los que aquí no nombre y que de una u otra forma me aportaron la aparente más pequeña contribución, gracias, pues sin ella, la obra no sería igual.

Dermatólogos Colaboradores de Honor Danielle Alencar-Ponte, Flavio Alonso Gómez Vargas, Jairo Mesa Cock, Jaime Gil Jaramillo. Ángela Zuluaga, Antonio Barrera, Armando Vásquez, César Burgos, Doris Stella León, Evelyne Halpert, Felipe Jaramillo, Fernando Vallejo, Gonzalo Marrugo, Luis Miguel Covo, Luz Marina Gómez, Michel Faizal, Rafael Falabella, Stella Prada y Teresita Díaz Granados.

Dermatólogos Colaboradores Adolfo Gómez, Adriana Arrunátegui, Adriana Motta, Alfonso Rebolledo, Alejandra María Sañudo, Alonso Cortés, Álvaro Acosta, Álvaro Arévalo, Álvaro Correa, Andrés Cortés, Antonio Torres, Blanca Lilia Lesmes, Carlos Horacio González, Catalina Zárate, Claudia Juliana Díaz, Claudia Natasha Celis, Diana María Lastra, Diego Elías Jaramillo, Edgar Altuzarra, Eduardo Fierro, Eduardo González, Esperanza Meléndez, Esperanza Vásquez, Fernando García, Gaby Teresa Flórez, Germán Santacoloma, Germán Velasco, Guillermo Gutiérrez, Héctor Castellanos, Hernán Duque, Jaime Acevedo, Jaime Betancourt (f), Jaime Soto, Janeth del Pilar Villanueva, Jorge Humberto Reyes, José Ignacio Gómez, José Rómulo Villamizar, Juan Guillermo Hoyos, Juan Pedro Velásquez, Lucia van den Enden, Luis Arturo Gamboa, Luis Felipe Moreno, Luis Hernando Moreno, Luz Adriana Vásquez, Luz Stella Montoya, María del Pilar Molina, Martha Reyes, Martha Valbuena, Martín Trujillo, Marysol Rebolledo, Milton Mejía, Mufith Salaiman, Norma González, Pablo Colmenares, Paula Alexandra Mejía, Pedro José Castro, Ricardo Flaminio Rojas, Rodolfo Trujillo, Sergio Martínez, Víctor Otero y Ximena Sánchez.

Agradecimientos de Honor Asociación Colombiana de Dermatología y Cirugía Dermatológica Asociación de Historia de la Dermatología Colombiana Doctor Zoilo Cuéllar Montoya, Presidente Academia Nacional de Medicina Doctora Mary Ann Robledo Prada, Dermatóloga Doctora Melba Labrada Sierra, Dermatóloga Doctor Pablo Barreto, MD. Señoras Dilia Franz y Nelly Pinzón Barreto

ix Agradecimientos Especiales a otros Colaboradores Capítulo Valle del Cauca, Capítulos Regionales y Asociaciones Filiales de la Asociación Colombiana de Dermatología y Cirugía Dermatológica. Servicios de Dermatología Universidad de Antioquia, Universidad de Caldas, Instituto de Ciencias de la Salud (CES) de Medellín, Universidad El Bosque, Universidad Militar Nueva Granada-Hospital Militar Central, Universidad Nacional de Colombia, Universidad Pontificia Bolivariana de Medellín, Pontificia Universidad Javeriana-Centro Dermatológico Federico Lleras Acosta y Universidad del Valle. Centro Histórico de Medicina de la Universidad Nacional, Director doctor Emilio Quevedo, y estudiante de medicina Alain Alexander Camacho. Diario El País, Director doctor Eduardo Fernández de Soto y Señor James Arias, Jefe de Fotografía. Doctor Esteban Ambrad Chalela, MD., Seattle, Washington. Doctor Gonzalo Correal Urrego, Ph.D., Antropólogo, . Doctor Hugo Armando Sotomayor Tribín, Médico e Historiador, Bogotá. Doctor Jaime Gómez-González, MD., Fundador y Director Emérito del Instituto Neurológico de Colombia, Coordinador Círculo Biográfico Médico Hispanoamericano, La Florida, Estados Unidos. Arquitecto e Historiador Jorge Sandoval Duque, Cartagena. Doctor José Miguel Gaona R., Médico e Historiador, . Psicóloga Liliana Hernández Varela, Cartagena. Señor Carmelo Castilla Iriarte, Comunicador Social y Periodista. Departamento de Comunicaciones, Hospital Militar Central de Bogotá. Oficina de Comunicaciones, Universidad Pontificia Bolivariana de Medellín. Señora Isabela Vásquez, Centro Internacional de Entrenamiento e Investigaciones Médicas (CIDEIM). Señora María Isabel Jaramillo, La Corporación para Investigaciones Biológicas (CIB), Medellín. Señora Silvia Londoño Londoño, Bogotá.

Colaboradores PLATINO Laboratorios Bussié S.A. Galderma Colombia Jessner Pharmaceutical International S.A.-Jessderma

Colaboradores ORO Schering Colombiana S.A. y Productos Roche S.A.

Colaboradores PLATA Laboratorios Novaderma S.A., Novartis de Colombia S.A., Laboratorios Stiefel Colombia S.A., Procaps, Gynopharm S.A., Johnson & Johnson de Colombia S.A., Dermacare S.A.

También mi gratitud a los amigos Juan Pablo Quijano, María Elisa Pérez e Islenia Torres de las líneas Avène y A-Derma de Laboratorios Pierre Fabre. A Liliana Gallego de Roemmers-Medihealt. A Mircea Cubillos de Janssen Cilag, quienes me brindaron a título personal un gran apoyo.

x DESCRIPCIÓN DE LA PORTADA

Utilizo una técnica mixta: bosquejo a lápiz, coloreado con óleo y lápiz de color en papel durex. Inicio con las tres carabelas en el Caribe al lado de las Islas de San Andrés y Providencia. Un melanocito entre Valle del Cauca y Cauca, por ser en esta región donde el Profesor Rafael Falabella y su amigo ya faltante, el Profesor Carlos Escobar, con su gru- po de colaboradores se han dedicado con esmero al estudio de esta célu- la y sus enfermedades en la Universidad del Valle. Debajo de ese melanocito se aprecia una célula de Langerhans con su típica raqueta, y hacia Putumayo unos linfocitos para recordar la relación de estas células del sistema inmune con el conocimiento de las enfermedades autoinmunes como el vitiligo, y con las enfermedades infecciosas, en este caso, de las que nos protegen. Al seguir el fondo azul, una variedad de microorganismos como hongos y bacterias, agentes causales de enfer- medades como esporotricosis, paracoccidioidomicosis, lobomicosis y tiñas, que tanto le aprendimos a mi maestra la doctora Ángela Restrepo Moreno, y las bacterianas como gonorrea, piodermitis, lepra, etc. Plas- mé las globias del bacilo de Hansen hacia el centro del país en recuerdo y homenaje al Profesor Fabio Londoño y su querida alumna la doctora María Mélida Durán, que fueron el timón por muchos años de la Escue- la del Federico Lleras Acosta, donde se han formado muchos dermatólo- gos. Hacia el norte y en el Chocó, Antioquia y algo del Eje Cafetero, un queratinocito que a partir de su núcleo se abre hacia Córdoba, y siguien- do toda la Costa Caribe una molécula de ADN con toda su memoria de genes patrios, para terminar en la ardiente Guajira en un átomo soleado. Esta unidad de materia y energía que manipulamos para obtener el fa- moso láser, como motor en estas últimas décadas, impulsa un avance en la terapéutica de nuestra especialidad. Desde el nordeste antioqueño hasta Norte de Santander, una inmunofluorescencia de pénfigo en recuerdo de la época cuando hice la residencia en esa renombrada Escuela de la Uni- versidad de Antioquia, dirigida por el querido Profesor Alonso Cortés y su grupo, y donde tuve la oportunidad de describir la primera epidemia

xi de pénfigo foliáceo epidémico, precisamente en la región del nordeste antioqueño. En el centro del país, las herramientas de uso diario de nuestra vida profesional como son los equipos de criocirugía y radiocirugía. El equipo de criocirugía cercano al Quindío, donde el doctor Carlos Horacio González y su grupo han sido pioneros en esta disciplina y su enseñan- za. Allí mismo y al fondo, el monitor de una computadora, base de uno de los mayores avances en la educación con la Teledermatología, con grupos liderados en Caldas por el doctor Felipe Jaramillo y en la Univer- sidad Nacional en Bogotá por el doctor Michel Faizal, además de permi- tirnos aprender y comunicarnos en la red de Internet, como nos ha ense- ñado Jairo Mesa desde la Página Web, participando así del conocimien- to globalizado. Desde allí al mirar el oriente del país, hacia los llanos de Arauca y Casanare, las estructuras normales de la piel, la epidermis, la dermis y la hipodermis, con sus anexos, vasos y nervios, fundamentos de la dermatopatología, que mi padre, el Profesor Mario Robledo, y los Profesores Gerzaín Rodríguez y Walter León, cuyo aprendizaje tanto nos han inculcado, pues nos dan soporte científico para el diagnóstico y comprensión de las entidades. En la estructura del folículo piloso termi- na la cabellera de una mujer de piel desnuda y saludable, que baña su pie en el Amazonas, y representa con ella la meta de todos nosotros: poder conservar sana la piel de nuestros pacientes. En Vaupés, flores de man- zanilla y penca de sábila con su bisabolol y Aloe vera, bondades que nos brinda la naturaleza para preparar muchas fórmulas de medicamentos y cosméticos. Entre Guainía y Vichada, los métodos modernos de estudio de la genética y el ADN (puntos rojos, verdes y negros) y a la derecha de estos los blotting de proteínas. Nuestro querido ratón de laboratorio ol- fatea un tubo de ensayo, ¡cuántos hemos sacrificado para adquirir nues- tra ciencia! Ya para terminar, en la Orinoquia, un reconocimiento a la investigación de la industria farmacéutica por su apoyo en nuestra labor diaria.

Muchas gracias doctor César Iván Varela por invitarme y aceptar esta propuesta para ilustrar su libro, Historia de la Dermatología en Colombia.

Mary Ann Robledo Prada xii INTRODUCCIÓN

La historia nunca puede ser exacta y mucho menos fija; por el contra- rio, está llena de dinamismo, de aspectos subjetivos sobre hechos obje- tivos, pero remontarse al pasado permite la mejor comprensión del pre- sente y la planeación futura, todo ello en los distintos contextos en los que se desarrollaron los hechos. Desde estudiante de colegio tuve un gusto especial por la historia. Tengo vivo los recuerdos de mis profesores Jenaro Chamorro Piñérez y Jenaro Chamorro Sánchez que me transportaron a Egipto, Grecia y Roma antigua. En 1999 tuve la idea de recopilar la información sobre personajes y hechos de la historia de la dermatología en Colombia con miras a su publicación. Inicié por mi región el Valle del Cauca y conté con la cola- boración de Jaime Betancourt (f), Antonio Torres, Rafael Falabella y Jaime Gil. En el año 2000, a solicitud de Carlos Horacio González, Pre- sidente de La Asociación Colombiana de Dermatología y Cirugía Dermatológica (la Asociación) publiqué en el boletín de noticias del XXIII Congreso Nacional, un resumen sobre la historia de la dermatología en el Valle. En el año 2002 por solicitud de Evelyne Halpert, Presidenta de la Asociación y de Jairo Mesa Cock, Director de la Página Web, escribí para ésta un relato de la historia en el Valle, y en octubre de 2003 publi- qué el libro Historia de la Dermatología Vallecaucana 1939-2003. Continué en mi incesante búsqueda de información en el país con la colaboración extraordinaria de Jairo Mesa y de manera muy especial de Flavio Gómez, contando siempre con el estímulo y el apoyo de Jaime Gil, con quien y en conversación con Michel Faizal, tuvimos la idea de crear la Asociación de Historia de la Dermatología Colombiana, mate- rializada el 12 de junio de 2004. Adicionalmente, en abril de 2004 la doctora Halpert me designó para coordinar el equipo que escribiera el Capítulo de Colombia del libro Historia de la Dermatología Latinoame- ricana, lo que se llevó a feliz término en septiembre 30 de 2004. Han sido muchos los textos y artículos que he leído, sin embargo, la mayoría de los datos los obtuve de las fuentes directas, los propios actores de la

xiii historia o la que me han contado de modo gentil sus descendientes, ami- gos o colegas. Durante los últimos 19 meses organicé la información y escribí este texto. En el desarrollo histórico de la dermatología se puede decir que en el siglo XVII, prestigiosos médicos hicieron importantes observaciones sobre las enfermedades de la piel, las que continuaron en el siglo XVIII, para en el siglo XIX desarrollarse como una rama de la medicina interna y en el siglo XX hacerlo como especialidad independiente, incorporan- do el estudio de enfermedades infecciosas como la sífilis, la tuberculo- sis, la lepra y en nuestras tierras las llamadas tropicales. En las últimas décadas del siglo pasado surgieron las sub-especialidades. La portada es una hermosa obra pictórica de la colega antioqueña Mary Ann Robledo, quien aceptó mi invitación y supo en su sabiduría plasmar de manera perfecta, magistral, tierna y romántica nuestra historia. Pretendo en mi afición tan sólo llevar al lector en este primer intento nacional por recopilar y publicar algunos datos de nuestra historia, en un recorrido desde las lejanas épocas del paleoindígena, pasando por las venerables de los indígenas prehispánicos, para dar lugar en el siglo XV al período del Descubrimiento y la Conquista, seguido por la Colonia y la instauración de la República hasta llegar al siglo XXI, al 31 de di- ciembre de 2004. Intento ubicar nuestra especialidad en el contexto de la medicina nacional. Honro a los antepasados indígenas forjadores de conocimientos, seguidos por ilustres médicos nacionales y los extranje- ros que aportaron su saber, los presentes que lo hacen y las futuras gene- raciones que tienen la responsabilidad de mantener en alto el perfil de la dermatología en Colombia. Aderezo la obra con aspectos culturales y artísticos de los dermatólogos y resalto el fundamental aporte de las ins- tituciones académicas, asistenciales y científicas. La información consignada referente a datos biográficos y currículos de los dermatólogos se ha obtenido en entrevistas personales realizadas por la comunicadora social Diana Martínez durante los certámenes aca- démicos de dermatología de carácter nacional los años 2003 y 2004, otras las enviaron los colegas por correo directo o electrónico, durante entrevistas telefónicas, de informes de los Jefes de Servicios de Derma- tología y Presidentes de Capítulos Regionales y Filiales, por entrevistas a familiares de colegas fallecidos y del archivo de la Asociación. Las xiv fotografías se tomaron durante los sucesos mencionados, enviadas di- rectamente por los colegas o sus familiares o en museos y galerías con la debida autorización. Ofrezco excusas por errores ortográficos en nom- bres o en fechas en los que haya podido incurrir a pesar del cuidadoso proceso de verificación, y por las omisiones por falta de datos o fotogra- fías de los colegas o instituciones que no los aportaron. Cuando se nombre el título médico, léase médico y cirujano cual es el que se otorga en Colombia y la omisión de la palabra doctor cuando se nombra a los dermatólogos es por estar implícita en el título. Las fechas de grado corresponden a las de obtención del título y la fecha de corte fue el 31 de diciembre de 2004. En la historia de los departamentos cuando omito la ciudad de ejercicio de los dermatólogos, ésta corres- ponde a la ciudad capital. En lo posible utilizo la descripción de los hechos con base en fechas progresivas y por el simple orden alfabético cuando la cronología no es necesaria. Solamente, quienes han intentado plasmar en una frase un sentir, sa- ben lo difícil que ello es, pero este texto fue fácil de escribir, tan sólo necesité de estímulo, lectura, investigación, dedicación, paciencia, cola- boración y amor, de mi familia, amigos y colegas. Es de corazón y vertí en él todo de mí.

El conocimiento de la historia nos permite ejercer con entusiasmo y dignidad el legado de nuestros precursores y pioneros.

CÉSAR IVÁN VARELA HERNÁNDEZ, MD.

SANTIAGO DE CALI, JULIO DE 2005

xv PRÓLOGO

El propósito de César Iván Varela Hernández es titánico y maravilloso... eso significa redactar cronológicamente para nosotros 470 páginas, muchas en colores con 1103 fotogra- fías, para contarnos, con su ameno método, lo que ha sido el transcurrir de nuestra ciencia y arte dermatológicos. Compendian sus cálidos y armónicos capítulos, los desarrollos de las personas y las instituciones y a su lado destaca protagonistas ausentes en nuestros primeros años, pero con lugar importantísimo en el presente: la mujer en la dermatología colombiana, las inquietu- des culturales de nuestros aficionados a las artes y los adelantos obtenidos con ayuda de la tecnología. Mérito primordial es haber sabido compendiar paso a paso los diversos panoramas y protagonistas del transcurrir de nuestra disciplina en Colombia, desde las épocas absoluta- mente empíricas y sin más médicos que los brujos y chamanes, hasta las organizaciones modernizadas que poco a poco se fueron conformando por toda nuestra geografía con sus pioneros y multiplicadores que redondearon lo que da carácter al grupo cada vez más homo- géneo de los hermanos dermatólogos del siglo actual. Soy testigo de la alborada de todas esas amables sorpresas que han ocurrido alrededor de lo nuestro; siento gran satisfacción al ser un espectador de prácticamente todo lo narrado y detallado con lujo por César Iván. La dermatología colombiana, no ha sido ajena al ascenso que ha tenido en el mundo, desde las maravillosas descripciones clínicas y el empirismo cuasi mágico heredado de los que fueron los maestros de nuestros maestros, hasta el panorama actual y clarificador, planificado por claros talentos norteamericanos y europeos para dar organización y síntesis a lo disperso e informar el descubrimiento de muchas patogénesis de las 2000 y pico de enfermedades que le han dado su personalidad y que por fortuna ya, con el advenimiento de los estudios de biología molecular le darán el asidero definitivo y la explicación sin miste- rios a lo que inicialmente nos pareció un intricado ejercicio de la memoria. Nuestros maestros solitarios de tiza y tablero, se fueron transformando en ateneos, atlas,

xvii diapositivas, proyectores, caramates, carteleras, videobeams, computadores, internet y globalización. Las instituciones que ellos jalonaron llevan más de 70 años de itinerario, desde los bebedizos, balneoterapias, moulages, salas de curas mercuriales y profilácticos, hasta los modernos Servicios de Dermatología con sus recintos de cirugías, laboratorios, microscopios de luz, los electrónicos, la inmuno-histoquímica y las moléculas. Los que pasamos gran parte de nuestra vida en el siglo XX asistimos no sin sorpresa a esta transfor- mación necesaria. Me tocó ver nacer la mayoría de los programas de entrenamiento en dermatología, con el empuje de muchos que no nombro para no cometer errores, pero que cualquier inquieto puede repasar en los deliciosos capítulos de la obra de César Iván. No me cansa repetir que he testimoniado uno de los más evidentes registros de la obra de César Iván: la entronización de la mujer y su capacidad de liderazgo en el sitio que le corresponde igual que al hombre, porque sus méritos son una cosa natural e indis- cutible; cuando me inicié en la dermatología, sólo nos regodeábamos con ella los de mi género, pero hoy el horizonte es otro y la razón, la lógica y la normalidad del devenir social y educativo, impusieron a la mujer en su espacio, lo que la ha llevado a acceder a las dignidades merecidas. La sola portada del libro imaginada por una destacada colega nuestra, Mary Ann Robledo, ilustra cómo se plasman a nuestro alrededor las fantasías que despiertan el cultivo de las artes aplicadas al devenir de lo cotidiano.En las páginas de César Iván, para regocijo de todos, campean nuestros maestros y maestras; se cincelan las caracterís- ticas personales y profesionales que los hace inolvidables. Infortunadamente en Colombia y en muchas partes del mundo, este transcurrir feliz de la dermatología clínica en pos del conocimiento ha encontrado desestimaciones y entre nosotros, por el vuelco estructural que dio la salud, después de la ley 100; pero visionarios como César Iván nos modelan y dejan referencia para el futuro el ejemplo de la historia que debe continuar al largo plazo...el ejemplo del engrandecimiento que para nuestra dermatología de hoy, forjaron sus prohombres, cuyos recuerdos y enseñanzas, serán el acicate para no abandonar ese rumbo, aunque se nos tache de quijotes. Cuántas cosas de la humanidad se quedaron sin registro, por ausencia de una herra- mienta que guardara los sucesos; por fortuna nuestra generación nació equipada con ella y la dermatología colombiana con el tornero, que no sólo sabe hacer las cosas sino que las aplica con meticulosidad e inteligencia. El hermoso libro que nos regala César Iván, testimonia con nombres propios el trans- currir de los episodios, y los detalles de lo nuestro. César Iván puso el punto y colmó su ambición; puso el mojón; recorrió y trazó el camino del conocimiento de nuestro trans- currir profesional desde la prehispanidad, los primeros dermatólogos en el siglo XIX, hasta el 2004 y su obra es al mismo tiempo punto de partida de lo que será el registro de la historia futura, así como el cebadero para sus futuros narradores. La nueva generación que nos empuja y que con lógicos y sobrados méritos nos reem- plaza, no dejará pasar por alto una verdad irrefutable y demostrada: que el hombre as- ciende. Jairo Mesa Cock Manizales, agosto 18 de 2005 xviii CONTENIDO

1 Capítulo I 3 Ámbito histórico, geográfico y sociocultural de la República de Colombia

5 Capítulo II. La Medicina y la Dermatología de la Era Precolombina a 1970 7 La era Paleoindígena, las comunidades y las culturas indígenas precolombinas 10 La medicina en la era Precolombina 21 La medicina en el Descubrimiento y la Conquista 26 La medicina y la dermatología en la Colonia y en la República 38 Médicos precursores y dermatólogos pioneros hasta 1970

57 Capítulo III. Historia de la Asociación Colombiana de Dermatología y Cirugía Dermatológica

77 Capítulo IV. Historia de la Dermatología en los Departamentos 79 Bogotá Distrito Capital y Departamento de Cundinamarca 110 El Capítulo Centro, Bogotá y Distrito Capital 112 El Servicio de Dermatología de la Universidad Nacional de Colombia 123 El Museo de Cera de Dermatología de la Universidad Nacional 127 La Teledermatología en la Universidad Nacional de Colombia 130 El Servicio de Dermatología del Centro Dermatológico Federico Lleras Acosta, Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá 140 El Servicio de Dermatología del Hospital Militar Central de Bogotá, Universidad Militar Nueva Granada 145 La Escuela de Dermatología Oncológica, Instituto Nacional de Cance- rología 148 El Servicio de Dermatología de la Universidad El Bosque 151 El Capítulo Centro-Oriente

152 Departamento de Antioquia 174 El Servicio de Dermatología de la Universidad de Antioquia 184 El Capítulo de Antioquia 185 El Servicio de Dermatología del Instituto de Ciencias de la Salud (CES) 191 El Servicio de Dermatología de la Universidad Pontificia Bolivariana de Medellín

197 Departamento del Valle del Cauca 215 El Capítulo Valle del Cauca 219 El Servicio de Dermatología de la Universidad del Valle 228 Historia de la investigación en las enfermedades del pigmento

xix 231 Departamento de Bolívar 239 El Capítulo de Bolívar

241 Departamento de Magdalena 243 El Capítulo del Caribe 244 Departamento del Cauca

246 Departamento de Santander 251 El Capítulo de Santander

253 Departamento del Atlántico 260 El Capítulo del Atlántico

262 Eje Cafetero: Departamentos de Caldas, Risaralda y Quindío 270 El Servicio de Dermatología de la Universidad de Caldas 274 La Teledermatología en la Universidad de Caldas 277 El Capítulo del Eje Cafetero

278 Departamentos de Córdoba y Sucre 281 El Capítulo Morrosquillo 282 Departamento de Norte de Santander 284 Departamento de Boyacá

287 Departamento de Nariño 290 El Capítulo de Nariño

290 Departamento del Tolima 291 Departamento del Huila 292 Departamento del Caquetá 293 Departamento de Cesar 294 Departamento de La Guajira 295 Departamento del Meta 296 Departamento de Casanare 297 Departamento de San Andrés, Providencia y Santa Catalina 297 Dermatólogos colombianos en el exterior

303 Capítulo V. Historia de la Sub-especialidades Dermatológicas, las Asociaciones Filiales y otras Asociaciones 305 Historia de la cirugía dermatológica y de la Asociación Colombiana de Cirugía Dermatológica 309 Historia de la dermatopatología y del Capítulo Colombiano de Dermatopatología xx 313 Historia de la dermatología pediátrica y de la Asociación Colombiana de Dermatología Pediátrica 317 Historia de la dermatología oncológica y de la Asociación Colombiana de Dermatología Oncológica 319 Historia de la criocirugía. La Unidad de Criocirugía de Armenia 322 La Asociación de Historia de la Dermatología Colombiana 323 La Asociación Colombiana de Dermatología Cosmiátrica (Cosme- tológica)

325 Capítulo VI. Historia de la investigación, la lepra y la sífilis 327 Historia de la investigación, la microbiología, la bacteriología y la inmunodermatología 341 Historia de la lepra 355 Historia de la sífilis y otras treponematosis

361 Capítulo VII. Actividades Académicas y Publicaciones 363 Actividades académicas. Congresos Nacionales, Seminarios y Cursos 372 Publicaciones. Libros, revistas y videos. La Revista y la Página Web de la Asociación Colombiana de Dermatología y Cirugía Dermatológica 386 Descripciones y primeros informes de enfermedades dermatológicas

391 Capítulo VIII. Homenaje a la Mujer 394 Ángela Restrepo Moreno 396 Cecilia Moncaleano de Lasprilla 396 Myriam Mesa de Sanclemente 397 Stella Margarita Prada de Castañeda 398 María Mélida Durán Merchán

401 Capítulo IX. Dermatólogos y datos estadísticos Dermatólogos graduados en el país y en el exterior, los primeros egre- sados. Distribución por sexo, regiones geográficas y departamentos. Dermatólogos y estudios de postgrado

411 Capítulo X. Una Mirada al Espíritu Artístico de los Dermatólogos

429 Capítulo XI. Homenaje a la Industria Farmacéutica. Historia de los Laboratorios Colaboradores

441 Epílogo 443 Créditos de fotografías 444 Bibliografía 446 Abreviaturas y siglas 449 ¡Gracias!

xxi HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA

CAPÍTULO I

Ámbito histórico, geográfico y sociocultural de la

República de Colombia

1 VARELA HERNÁNDEZ CI

Farmacia naturalista. Resguardo indígena guambiano. Cauca. Cedida por el diario El País

Indígenas emberá. Cedida por el diario El País

Indígenas guambianos. Elaboración de medicamentos naturales. Cauca. Cedida por el diario El País

2 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA

ÁMBITO HISTÓRICO, GEOGRÁFICO Y SOCIOCULTURAL DE LA REPÚBLICA DE COLOMBIA

Posiblemente los primeros pobladores llegaron entre 15.000 y 10.000 años antes de Cristo (A.C.) y las comunidades indígenas florecieron en el siglo VI A.C. En 1499 los españoles llegaron al territorio de lo que hoy es Colombia, iniciándose los períodos del Descubrimiento y la Con- quista hasta 1550, para dar paso a la Colonia hasta 1810, cuando se inició la lucha por la Independencia de la Corona Española consumada en 1819 y desde entonces la República. La República de Colombia se encuentra ubicada en el extremo no- roeste de América del Sur. Limita por el Norte con el Mar Caribe, por el Este hace frontera con Venezuela y Brasil, por el Oeste con el Océano Pacífico y Panamá, y con Ecuador y Perú por el Sur, por donde avanza la Cordillera de los Andes hacia su final, la que se trifurca en su recorri- do hacia el norte del país y forma los valles de los ríos Cauca y Magda- lena. Colombia tiene cinco zonas geográficas: Amazonia, Andina, Caribe, Orinoquia y Pacífica. En ellas, existe una muy amplia diversidad geo- gráfica consistente en montañas, nevados, sierras, serranías, valles, lla- nuras, planicies, selva, desierto y costa marina. En su región amazónica concentra la mayor biodiversidad de toda la Amazonia, se calcula que en una hectárea hay un número de especies de árboles semejante a las de todos los bosques templados de América del Norte. La extensión total de Colombia es de 2’070.408 km2, con área terres- tre de 1’141.748 km2 y marina de 928.660 km2. Su población es de 45.3 millones de habitantes, que se distribuyen en 32 departamentos y 1 dis- trito capital. La mayor población se concentra en la Región Andina cu- yas ciudades más pobladas son Bogotá, Cali y Medellín; en la Región Caribe, Barranquilla y Cartagena de Indias son los centros con más ha- bitantes. Hombres y mujeres se distribuyen por igual. La población co- lombiana en su mayoría mestiza (producto de la mezcla de indígenas, españoles y negros africanos), es joven, pues 67% de los pobladores son menores de 30 años.

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Su régimen político es presidencialista. El Congreso de la República está conformado por el Senado y la Cámara de Representantes. El sector agropecuario, la ganadería, la pesca, la minería y la industria, son la base de la economía y en ella se destacan la producción del café más suave y aromático del mundo, las más diversas y preciosas flores, las esmeraldas más valiosas, así como textiles muy finos.

Dibujo de la dermatóloga Melba Labrada Sierra. Obsequio al autor

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CAPÍTULO II

La Medicina y la Dermatología de la

Era Precolombina a 1970

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Indígena arhuaca. Cedida por Indígena arhuaco. Cedida por Teresita Díaz Granados Teresita Díaz Granados

Indígenas guambianos. Obtención de medicamentos naturales. Cauca. Cedida por el diario El País

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LA ERA PALEOINDÍGENA, LAS COMUNIDADES Y LAS CULTURAS INDÍGENAS PRECOLOMBINAS

CÉSAR IVÁN VARELA HERNÁNDEZ

Los primeros pobladores de las tierras americanas quienes se despla- zaron desde Oceanía y Asia a través del Estrecho de Bering durante las glaciaciones, y según el historiador Méndez Correa también lo debieron hacer por el Océano Pacífico y por la Antártida, llegaron en la era paleoindígena entre 15.000 y 10.000 años A.C., seguramente en bús- queda de mejores y diferentes condiciones de vida y de alimentos. Importantes hallazgos arqueológicos en los que han jugado papel pre- ponderante Gonzalo Correal Urrego, Tomás van der Hammen y J.W. Hurt, evidencian la presencia del hombre desde el milenio XII A.C., en nuestras tierras, como los encontrados en Cundinamarca, en el yaci- miento paleoindígena en Zipaquirá en 1967 y 1969, y el Homo Temprano u Hombre de en Soacha en 1971, donde además de 5 falanges fracturadas se encontraron utensilios de hueso y cuerno. El esqueleto completo más antiguo encontrado en Gachalá data de 7 milenios A.C.1 Estos y otros hallazgos revelan la presencia de grupos humanos recolectores y cazadores. En el primer milenio A.C. se inició la etapa formativa de las culturas indígenas, con desarrollo y avances en la agricultura y fue la primera la localizada en Malambo, al sur de Barranquilla, que data del 1120 A.C. y la cultura Momil en el Bajo Sinú. Pero fue la cultura de San Agustín en el sur del Huila la más representativa de este período y permaneció des- de la mitad del primer milenio A.C. hasta el siglo XII. Era un pueblo religioso, agricultor y artístico. Sus miembros cultivaban maíz, maní, tubérculos y plantas silvestres. Al labrar la piedra dejaron una cultura estatuaria con figuras antropomorfas y zoomorfas extraordinarias, rin- dieron especial culto a los muertos y desarrollaron complejas obras de hidráulica. Más adelante vendrían las culturas de Tierradentro y la Tumaco a orillas del Pacífico en el 400 A.C. En el primer milenio aparecieron formas político-sociales diferentes con

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la figura de los caciques, que dan origen a comunidades compuestas, dominadoras y dominadas. Cuan- do los pueblos se hicieron sedenta- rios, construyeron aldeas, y flore- cieron las culturas Quimbaya en el Quindío, Calima en el Valle del Cauca, Zenú en el bajo Magdalena, entre otras. A la llegada de los con- Cara Triangular. Parque Arqueológico de quistadores españoles, las comuni- San Agustín. Cedida por Gloria P. Núñez dades más desarrolladas eran la chibcha o en el y la tairona en San- ta Marta. Los realizaban observa- ciones meteorológicas sobre las que basaron su desarrollo agrícola, en las siembras de maíz, algodón, papa y tabaco, entre otros productos. Notables orfebres, comercializaron el oro con otras comunidades, lo intercambiaban por sal, esmeraldas y tejidos, y dejaron un legado ma- ravilloso de sus refinadas técnicas metalúrgicas. Explotaron también las minas de sal en Zipaquirá, re- Indígena Kogui y Teresita Díaz Granados gión donde hoy se encuentra la úni- Santa Marta ca Catedral de Sal en el mundo, verdadera joya arquitectónica y religiosa universal. Desarrollaron tejidos en algodón y fique y basaron el comercio en el trueque. Estratificaron su socie- dad y sus máximas autoridades eran el Zipa y el Zaque, quienes seguían una línea de mando matrilineal, es decir, heredaba el trono el sobrino, el hijo de la hermana del cacique. Sus leyes se basaban en no matar, no hurtar, no mentir y no quitar la mujer ajena, evidencia de que también sufrieron de las mismas tentaciones de toda la historia de la humanidad hasta el presente. Sus principales dioses eran el sol o Sué, la luna o Chía y el agua y creían en

8 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA la diosa madre, Bachué y en , el dios civilizador. Te- nían templos religiosos y sus máximos jerarcas eran los Je- ques. Su desarrollo sitúa a los chibchas o muiscas como una de las comunidades más adelan- tadas en América. No obstante a la llegada de los españoles el desarrollo en muchos campos era muy inferior al de éstos, pues desconocían por ejemplo la rue- César Iván Varela en comunidad guayaberos. da, el vidrio y el hierro. Guaviare, 1983 Algunas de las comunidades que habitaron y habitan el territorio son en la región Caribe y Centro del país, los wayúu, motilones, turbacos, catíos, chocoes, pijaos, panches, muzos, koguis y arhuacos; en los Lla- nos Orientales, la Amazonia y La Guajira, achaguas, piapocos, huitotos, ticunas, tukanos y guajiros, de la familia lingüística arawak y los guahibos y guayaberos en la ribera del Río Guaviare, comunidad a la que atendí como médico en el año 1983; en el Chocó, los emberá y noanamá; en Urabá los cunas; en Antioquia los catíos y chamíes; en el Cauca los totoró, paeces, puracés y guambianos; en Nariño los pastos y los quillacingas, entre otras comunidades. Muchas comunidades indígenas vivieron en el territorio patrio y de muchas de sus culturas nos queda tan sólo la evidencia de los hallazgos arqueológicos.

Indígena arhuaco. Sierra Nevada de Santa Marta. Cedida por el diario El País

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LA MEDICINA EN LA ERA PRECOLOMBINA

CÉSAR IVÁN VARELA HERNÁNDEZ Y JAIME GIL JARAMILLO

Las múltiples comunidades indígenas presentes antes de la llegada de los conquistadores españoles, padecían enfermedades genéticas, auto- inmunes, infecciosas, traumáticas y degenerativas, que los llevaron a desarrollar tratamientos, a descubrir medicamentos naturales e inclusi- ve a adoptar medidas preventivas, pero quizá la baja densidad demográ- fica, la muerte temprana por accidentes, la distancia entre los asenta- mientos y la baja presencia de zoonosis por la ausencia de animales domésticos, favoreció la pobre diseminación de enfermedades infecto- contagiosas. Hay incluso evidencias de sano desarrollo en los chibchas2. Si bien es cierto, pocas comunidades indígenas tenían escritura, ésta desapareció rápidamente. Los mecanismos utilizados durante la Con- quista y la Colonia contra los aborígenes, casi hicieron desaparecer toda evidencia de su medicina, pero algo se ha logrado recuperar fragmen- tariamente de los hallazgos arqueológicos. Además, aquellos cronistas españoles que vieron más allá del oro, recopilaron información que jun- to a la trasmitida oralmente de generación en generación en las tribus indígenas aún presentes, nos permiten conocer algo de nuestra historia médica prehispánica. Sería maravilloso poder disponer de múltiples descripciones que involucren la piel como la hecha por Fray «las mujeres pantagoras, vecinas del noroeste de Antioquia, tuvieron fama por la ter- sura del cutis, producto de beber cierta cáscara de árbol que parece ca- nela, por parecerse a ella, porque con la virtud de esta cáscara detienen su regla mujeril cinco o seis meses, con lo cual no se avejentan mucho ni se les arruga el rostro si no es por demasiado curso del tiempo, y luego al cabo de este tiempo les torna a bajar.»

Concepto de enfermedad y terminología médica

La historia de la medicina colombiana tiene sus orígenes en las cultu-

10 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA ras Chibcha, Caribe y Arawak. La medicina era esencialmente mágica y religiosa, en la que se atribuía las causas de las enfermedades a situacio- nes sobrenaturales y por tanto su tratamiento se realizaba recurriendo a estos medios. El médico era a la vez el sacerdote, el chamán o shamán, y se consideraba que poseía poderes sobrenaturales que le permitía curar las enfermedades (magia blanca) o producirlas (magia negra). Los aborígenes se consideraban como un elemento más dentro del equilibrio del cosmos y en consecuencia, alterar el equilibrio de la natu- raleza significaría recibir como castigo una enfermedad, y el contrave- nir las normas culturalmente establecidas podría traer también conse- cuencias graves para el organismo. Dividieron las enfermedades en grupos según las diferentes culturas, por ejemplo los paeces las clasificaron en enfermedades del duende, del cacique, de visiones y del arco a las que pertenecían las dermatológicas como las hinchazones, los granos en la piel y las malformaciones con- génitas “rasgos físicos de animal”. Otras culturas las clasificaban en accidentes como los traumas, las frías como el reumatismo y las calien- tes a las que pertenecían las de la piel y para las que usaban medidas de “refrescamiento”. Los motilones tuvieron los primeros conceptos de enfermedad por contagio, apartándolas de causas sobrenaturales o de hechicería. Para los huitotos, la enfermedad era el producto de la bruje- ría por ataques chamanísticos de otras tribus. Para los emberá, la enfer- medad era producida y curada por los “jais”, que “es la esencia de las cosas, considerada como una energía, como algo vital”3. Los nukak en el suroriente del país, consideraban cuatro grupos de enfermedades: 1. Los brotes y granos que se asocian con “dardos mágicos” lanzados por “seres enemigos” y/o como parte de un castigo por el exceso o por la infructuosa caza o pesca. 2. Las asociadas con los espíritus del bosque (dEbEp) y con la picadu- ra de los truenos lanzados por los seres que vivían en el nivel infe- rior del mundo (takuEji), que eran muy peligrosas y podían ocasio- nar la muerte. 3. Las asociadas con el incumplimiento de las normas culturales y, por último, 4. Las enfermedades menores que no implicaban la muerte, como las

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picaduras y las pequeñas heri- das4. Los muiscas asignaron palabras para un buen número de enferme- dades, síntomas y fluidos orgánicos. A la enfermedad la llamaron choza, cho: bueno y za: no; el médico era el ogque; a la fiebre la denominaron chigu; la oreja era la cuhuca, las lá- grimas upcuaxiu, la saliva quihyza Bartonelosis. Cerámica. y al semen lo llamaron ion. En lo Cultura Jama-Coaque. Dr. Hugo Armando Sotomayor Tribín relativo a lo dermatológico, al acné y a los forúnculos los llamaron soju- sua; a las úlceras, la sarna y la viruela, llamaron iza y a la caspa, sinua5.

Enfermedades y afecciones de la piel

A pesar de la dificultad en obtener información por los pocos relatos escritos, el saqueo de las piezas de cerámica y oro, y por la lógica pérdi- da de tejidos orgánicos en los restos humanos que se han encontrado, hay evidencia de enfermedades autóctonas relacionadas con la derma- tología en nuestros aborígenes. La bartonelosis (verruga peruana) cuyos vectores son los flebótomos, entre ellos la especie Lutzomyia columbiana, hay evidencias arqueoló- gicas que suponen su presencia en el sur del país6. Tuve el placer de tener en mis manos una pieza en cerámica propiedad del doctor Hugo Armando Sotomayor Tribín, que representaba esta enfermedad. El car- bón bacteriano, llamado maraña y frecuente en la Península de La Guajira y que según Pineda Giraldo “el hombre se contagia cuando abre el animal y una gota de sangre cae sobre algún punto de la piel, o cuan- do se hace una pequeña herida al abrirlo, o cuando come la carne mal cocida del animal muerto de tal enfermedad”7. El tokelau (tiña imbricada), enfermedad de los indios del Chocó en la costa del Pacífico y que al respecto me acotó Jairo Mesa “¿Sabes por qué el tokelau se llama así? Tokelau forma un grupo de islas formadas por atolones de Nueva Zelanda en el Pacífico Sur, donde abunda la tinea imbricata y a lo

12 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA mejor les pasa lo mismo que en Valledupar con el carate... el que no la tenga ¡se va pa’ fuera!”. En lo pertinente a las tre- ponematosis, se ha discutido mucho sobre el origen ameri- cano o europeo de la sífilis venérea, pero hay antiguos testimonios escritos de ser autóctona de nuestras tierras americanas y estudios pale- ontológicos recientes como los realizados por el Profesor Gon- zalo Correal Urrego, quien en- contró lesiones luéticas de tipo Caries sicca en los huesos fron- tal y parietales de los restos de Caries sicca en cráneo de , 5.025 A.C. Aguazuque (Cundinamarca) de Cedida por el doctor Gonzalo Correal Urrego 5.025 años A.C. y del Profesor José Vicente Rodríguez Cuenca, en la Universidad Nacional de Colombia (UniNacional)8,9. El médico español Rodrigo Ruiz de Isla, en su obra, Tratado del llamado fruto de todos los santos contra el mal serpentino venido de la isla española, redactado en 1509 y editado e impreso en 1539, se lee que “fue traída de Haití en las naves de Cristóbal Colón, dándose los primeros casos en Barcelona en 1493”. Concepto manteni- do en la Historia general y natural de las Indias en 1535, del cronista Gonzalo Fernández de Oviedo “así pues, el llamado habrá «mal fran- cés», «mal napolitano», «mal serpentino», «mal lazarino» o «enferme- dad de las cortesanas» era en realidad la enfermedad de naturaleza ame- ricana…” y anota también el cronista en comunicación dirigida al Rey de España referente a la expansión de la sífilis en las nuevas tierras y a su llegada a la península ibérica: «...en las Indias... es muy notorio el palo santo, que los indígenas llaman guayacán... La principal virtud de este madero estándar es mal de las bubas... del palo de él tomar astillas delgadas... y sus limaduras cuécenlas en cierta cantidad de agua… y

13 VARELA HERNÁNDEZ CI desde que ha desmenguado el agua con el cocimiento..., quítanla los dolientes y bébenla ciertos días por las mañanas en ayunas... y sana sin ninguna duda muchos enfermos de aqueste mal... puede Vuestra Majes- tad tener por cierto que aquesta enfermedad vino de las Indias a Espa- ña...». Es posible que el Treponema, haya sufrido mutaciones al actuar masivamente en Europa, con aumento de su patogenicidad en un am- biente y en una población virgen hasta 14932. El carate, causado por el Treponema carateum, llamado puru-pururú en la región de Guainía y frecuente en el Chocó, llegó a ser un determinante social y dijo el padre Rivero “padecían de carate que les afectaba las manos y la cara con manchas azules y blancas, de lo que se enorgullecían, hasta el punto que las mujeres jóvenes que no tuvieran carate, no eran solicitadas en matri- monio”. Las bubas o pian, causado por Treponema pertenue, muy bien documentado en estudios paleontológicos por José Vicente Rodríguez Cuenca y Carlos Armando Rodríguez, en restos encontrados en el Valle del Cauca8. La presencia de la tuberculosis está hoy ampliamente documentada por técnicas de ADN. Se ha encontrado en restos de la cultura Muisca en Cundinamarca, lesiones óseas compatibles con ella en un número relati- vamente alto de casos, lo que hace suponer que afectó de manera impor- tante sus comunidades. José del Carmen Rodríguez Bermúdez dedujo de una escultura prehispánica encontrada en Cundinamarca que la leishmaniasis, también estuvo presente en estas tierras, así como La filariasis por Mansonella ozzardi, aún presente en las selvas del Vaupés2,8 . Abundaban los insectos y las picaduras de mosquitos, abejas, hormi- gas, avispas, pulgas, escorpiones, así como las mordeduras de ciertos arácnidos, garrapatas y garrapatillas, hicieron mella en los colonizado- res. Contra las mordeduras de las arañas coyas, posiblemente la “viuda negra” había dos opciones, cual era atar el envenenado a una palanca larga y chamuscarlo con candela, o desleír bastante excremento humano fresco y beberlo. “Poco mayores son otros animalillos llamados coyas, que se perciben y ven andar, por las manos; pero es preciso guardarse de matarlos y aún de tocarlos… su hechura de una garrapata menuda…pero si alguno inadvertidamente mata a uno de ellos, luego que aquel humorcillo le toca la carne, con ser tan corto, y casi nada, al punto se le hincha disformemente todo el cuerpo y muere infalibleme, sino sufre el

14 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA tormento de fuego de paja, llamado Guayacán”. Las hormigas también causaron estragos “otra especie de hormigas que llaman flecheras, la mitad bermejas y la mitad negras; son muy bravas… otras hay más bra- vas y las llaman panelas, y éstas son bermejas o coloradas como las arrieras”. Sobre las picaduras de las abejas se ha relatado “…hay otras chiquitas que también labran miel, que esta es nociva y a los que la comen los enloquece y les dura esta locura tres días, y es muy cálida y dañosa”. La miasis (nuche) llamado gusano de monte, era totalmente desconocida por los europeos “Esta plaga de gusano va creciendo allí dentro de la carne hasta que se hacen gruesos como un cañón ordinario de ala de pluma de gallina, y mayor deja en la parte de fuera en la carne una boquilla, como picadura de alfiler, por donde se debe de resollar”. Era frecuente la sarna por Sarcoptes scabiei, “es plaga muy ordinaria en las tierras calientes la de los aradores…van dejando surcos de salpullido en forma de semicírculo, y en ellos una ardiente comezón: es plaga que cunde mucho el cuerpo” 8. Dijo Safari: “se ha calculado que los insectos de las regiones cálidas ocasionaron más víctimas entre los españoles durante la conquista que todas las flechas envenenadas de los indios”. Para la nigua (Tunga penetrans) no conocían remedio y para librarse de los mosquitos se veían obligados, a menudo, a sepultarse en la arena”, y también narró Virginia Gutiérrez, que Santa Gertrudis describió respecto a los zancudos “don- de pican dejan semilla y se concría un gusano tamaño como de un gusa- no de seda” “hay otros mosquitos que llaman rodadores que se entran por nubes en los ojos”, las oleadas de insectos parecían el ruido de un fuerte aguacero obligando a enterrarse en la arena y con tabaco mascado controlaban el prurito. Las fiebres petequiales, estuvieron presentes y se dice que asolaron los contingentes españoles a su ingreso por el Patía provenientes del Perú. El parasitismo intestinal por Strongiloides, áscaris y tricocéfalos se ha evidenciado en coprolitos8. Además de estas enfermedades jugaron papel muy importante las heridas por flechas envenenadas con hierbas (Ogendeia terstroeniflora, una Morácea y Strychnos toxicaria) y vene- nos de animales como de ranas (Dendrobates), arañas (Migalas), ser- pientes de los géneros Bothrops (taya equis), Lachesis muta (pudridora)

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y Crotalus dirussus terrificus (cas- cabel). Las heridas por mordedura de murciélagos especialmente del género Desmodus rotundus, trasmi- tieron el virus de la rabia, así como arbovirus y causaron anemias, y las mordeduras de los grandes lagartos como la de los caimanes debieron causar graves heridas. Otras enfermedades no infeccio- sas afectaron a los aborígenes como las genodermatosis representadas por el albinismo, el hipotiroidismo congénito, el labio leporino y el enanismo. También padecieron el bocio y el quiste dermoide de la vejiga (pilimicción) observado en Mucopolisacaridosis. Cerámica Tumaco, Popayán. La Tolita (400 A.C.-400 A.D.) Museo de Según el médico historiador Historia. Academia Nacional de Medicina Hugo Armando Sotomayor Tribín, en comunicación oral, la leishmaniasis, la sífilis y la enfermedad de Chagas son las clásicas enfermedades autóctonas de nuestras tierras y las mejor documentadas.

Bases fundamentales de la medicina aborigen

La medicina indígena se fundamentó en medidas de tipo preventivo y en la resolución de los síntomas de las enfermedades. Las medidas preventivas fueron tanto de tipo individual como colectivo y son ejemplos, la construc- ción de las viviendas en árboles para evitar ataques de fieras, dormir en hamacas y con toldillos para evitar las picaduras de los insectos, el traslado de los asentamientos cuando se acumulaban grandes desechos y basuras, el aislamiento que imponían a las mujeres durante la época menstrual y el abandono de los enfermos para mantener la supervivencia de los grupos. El manejo de los síntomas originados en lesiones de la piel y de las mucosas lo hacían mediante la ingestión, inhalación, masticación o untura de diversas

16 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA plantas, así como con dietas y otros mecanismos como las sangrías. En al- gunas comunidades aplicaron drásticos mecanismos como el infanticidio a los nacidos con defectos físicos y genodermatosis como el albinismo. Algu- nos grupos chibchas abandonaban o tiraban a los ríos los productos de em- barazos múltiples.

Plantas medicinales y métodos terapéuticos

La comunidades indígenas hicieron diversas clasificaciones de las plantas, pero básicamente se puede agruparlas en las del conocimiento (psicotrópicas), amargas (energéticas), estimulantes, purgantes, preven- tivas y medicinales estrictas10. Los indígenas aportaron una herbolaria interesante e importante, pues- to que no sólo sirvió para ellos mismos durante mucho tiempo, sino también para los recién llegados españoles quienes desconocían las en- fermedades propias de estas tierras y mucho menos sabían con qué tra- tarlas. El uso de las plantas medicinales arraigado en nuestros antepasa- dos aún se conserva en muchas regiones. Describiré solo algunas, que se utilizaban en alteraciones de la piel y mucosas. El tabaco fue quizá la planta que más tuvo influencia durante la Colonia, se masticaba y luego era aplicado sobre mordeduras, picaduras, heridas por flechas envenenadas, como cicatrizante, hemostático y cauterizante4,11. Pul- verizado se consideró eficaz contra el humor gálico “las purifica, encarna y sana” y también fue usado en rituales. Sus hojas las envolvían en hojas de maíz y al fumarlo producía estupor a lo que Humbolt denominó “sueño de día o sueño con los ojos abiertos”. Los chamanes soplaban este humo sobre los enfermos, con el fin de aliviar sus dolencias lo que llegó a ser castigado por el Papa Benedicto XII “Ebriedad seca…satanás”, aduciendo que sola- mente satanás podía conferir al hombre la capacidad de expulsar humo por la boca. La coca (Erythroxylon coca), que cuando utilizada mediante el mambeo, método de masticación con cal apagada para liberar el alcaloide, les proporcionaba resistencia extra al organismo, mejor tolerancia al frío, disminución del hambre, el sueño y la fatiga. También la usaron como anes- tésico. El borrachero, en cuyas flores y frutos se encuentra la escopolamina (hioscinamina), que produce trastornos visuales, mentales y de coordina- ción, fue usada en casi todo el país en especial por los cunas, catíos y chibchas.

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Estos últimos lo usaron como alucinógeno y narcótico para las mujeres que enterraban vivas junto al cacique muerto. La quinina, molida o cocida era usada para los traumas cerrados y los hematomas. El coralito, se empleaba en el manejo de las úlceras y del carate, cuya fruta “…mojada y estregada en las lepras o manchas que brotan del cuerpo, que unos llaman empeine, otras carate y otras semejantes, muy in- mundas y asquerosas, las quita y destruye y deja la carne y cutis limpio sin señal de enfermedad...”. El ají (Capsicum), se utilizó como tratamiento para el acné por los cubeo y los macuna “para mantener la cara libre de barros y de manchas, se absorbe por la nariz mediante un tubo de hojas, el jugo del ají para que la piel exude la grasa natural”. El achiote (Bixa orellana), utilizado como protector solar. La chica (Bignonia chica), la usaron como repelente de insectos y para prevenir mordeduras de serpientes y de murciélagos. La zarzaparrilla utilizada para el mal gálico o sífilis. La otoba (miristicácea), utilizada hasta nues- tros días para el cuidado del cabello también la usaron para los granos que llamaban sarna. El diaquilón fue usado en la miasis o nuche, con el que tapaban el “respiradero” en la piel para ahogar el animal, y luego exprimirlo hasta sacarlo del lugar. El palo santo o guayacán se empleó mucho en el tratamiento de las bubas. La caraña, una resina de palma, servía para las llagas purulentas o en heridas recientes. Las yerbas de las bubas, con cuyo polvo lograban epitelizar las heridas. El palo ma- ría del que extraían el aceite de canime o aceite de maría y era utilizado para curar llagas. La acedera que agregaban a la comida de los enfer- mos de tabardillo, por su efecto purificador de la sangre12. Los indígenas utilizaron en su armamentario terapéutico además de las plantas, sustancias y elementos animales. En Antioquia, donde habi- taban los ameníes, existía la creencia de que los genitales femeninos eran antídoto contra la mordedura de serpientes, picaduras y venenos de gusanos, lo que aún se piensa en los Llanos Orientales «se curan las picaduras de alacranes y gusanos, tomando de la vagina su secreción natural en un algodón, se aplica a la picadura de la raya o sentándose la mujer desnuda sobre la herida». Fray Pedro de Aguado anotó «en la hora que se siente el hombre mordido por este gusano, a quien en esta tierra llaman sabandija por su mala propiedad, luego acude a buscarlo y si lo halla mátalo y sácale las tripas, y con el herbaje que dentro de ellos

18 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA halla se unta la picadura, con que ataja todo dolor y alteración, y si acaso sucedió morderle de noche y en parte donde no puede haber el gusano para remediarse con él, si la picadura que en el dedo o en parte semejan- te, métela en el sexo de la mujer, y con apuesto ataja la furia de la pon- zoña, de suerte que esta manera de curarme parece que con una ponzoña se cura otra»12. En los litorales pacífico y atlántico aún se utiliza la prác- tica de curar las quemaduras de la piel y algunos exantemas con lavadura de genitales femeninos. Así, los genitales femeninos podían causar en- fermedades pero también curar otras. Para aliviar el dolor de muela, punzaban la encía hasta brotar sangre con colmillos de arañas, estos, así como dientes, colmillos y garras de animales grandes eran engastados en plata y utilizados como amuletos para prevenir las enfermedades o como instrumentos curativos. Los ameníes también utilizaron bebidas de la cabeza triturada de las propias serpientes que los mordían, con el pensamiento que los anima- les si portan el veneno deben portar también la cura. Con frecuencia utilizaron como medio para prevenir picaduras de mosquitos y niguas, el dormir en hamacas colocando fuego en la parte inferior o cubriendo sus sitios de dormir con hojas de palma rodeado por varias candelas. Otro método terapéutico contra la mordedura de serpientes consistía en abrir la piel de la zona mordida y hacer una fuerte ligadura para detener el curso del veneno, así, cuando consideraban que ya la sangre mezcla- da con el veneno había salido, “hacen un hoyo en el suelo y allí entie- rran el brazo y la pierna con su mordedura donde lo tienen por espacio de veinticuatro horas” o si no “ligar el miembro y extraer la sangre. Y después de haberse desangrado bien, ponerle encima de la picadura lo que les parece de la inmundicia del hombre y átansela allí con una ven- da por 24 horas”12. Soriano Lleras narra que los indios del Orinoco, usaban cuerno de venado tostado para las mordeduras de serpientes. Para curar las llagas mezclaban masa de sebo, cardenillo y harina de maíz tostada o polvos de cáscaras de cangrejos y de bencenuco, lo que colocaban directamente sobre ellas. Los huesos de manatí fueron usa- dos como hemostáticos y la miel de abejas como antiséptico local. Otros tipos de tratamientos incluyeron la hidroterapia, la termoterapia y entre los chibchas la balneoterapia en pozos de aguas termales, así como las dietas, los masajes, las purgas y los sahumerios. En cuanto a

19 VARELA HERNÁNDEZ CI cirugía, los nativos realizaron drenaje de abscesos y extracción de niguas con espinas o fíbulas, así como trepanaciones craneales y craneoplastias obturadas con arcilla. Como bien lo acota el doctor Antonio Martínez Zulaica en Fosas y Bronces, vale la pena destacar las técnicas de momi- ficación y embalsamamiento que utilizaron en especial para las clases sociales altas y el empleo de incrustación de oro y esmeraldas en los dientes con fines míticos-clasistas. También usaban la sugestión y la hipnosis. Debieron inmovilizar fracturas y extraer cuerpos extraños con pericia. Al parecer llegaron a utilizar enemas para lo que hacían uso de vejigas o estómagos de animales y como cánulas huesos largos y hue- cos, tallos o plumas. Los indios en los Llanos Orientales usa- ban calzado de cuero de venado y cubrían sus piernas con cáñamo de palmicha para evitar las heridas producidas por plantas espinosas. Lamentablemente nuestros antepasados indígenas sufrieron durante los períodos del Descubrimiento, la Conquista y la Colonia, una drásti- ca pérdida de sus valores ancestrales, sumado a la mengua orgánica y espiritual consecuencia del avasallamiento propio del momento históri- co al que fueron sometidos con dominación física, y con forzados y rápidos cambios socioculturales, místicos y religiosos. Poco faltó para que la extinción hubiese sido total. Algunos de los remedios usados por los indígenas aún se utilizan en la actualidad, no obstante que la mayo- ría de las evidencias fueron arrasadas y desaparecieron, empero el lega- do de los antepasados quedó plasmado en la transmisión oral y en algu- nas obras escritas como la de Nicolás Monarde en 1574, Primera, se- gunda y tercera parte de la historia medicinal de las cosas que se traen de nuestras Indias y que sirven de medicina y la de Cristóbal de Acosta, Tratado de las drogas y medicina de las Indias. Debemos seguir en el tiempo y les dejo este lindo párrafo de mi que- rido Jaime Gil Jaramillo: “Estas breves pero sentidas líneas rinden ho- menaje y tributo perenne de admiración y respeto a nuestros indígenas, que en el pasado y el presente siguen dándonos lecciones de simplici- dad excesiva, candidez, convivencia armónica y amor por todos los se- res animados o inanimados que la madre naturaleza nos ha obsequiado prolijamente”.

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LA MEDICINA EN EL DESCUBRIMIENTO Y LA CONQUISTA

CÉSAR IVÁN VARELA HERNÁNDEZ

El genovés Cristóbal Colón llegó a América el 12 de octubre de 1492, en tiempos de don Fernando II de Aragón y doña Isabel I de Castilla, los Reyes Católicos de España. Realizó cuatro viajes al nuevo continente, el primero de ellos en tres embarcaciones de tipo carabela, La Pinta, La Niña y La Santa María. En los dos primeros viajes arribó a las islas del Caribe y en el tercero tocó tierra continental. Con Colón vinieron los primeros médicos y cirujanos con el objetivo de tratar a los expedicio- narios. Según el médico historiador Pedro María Ibáñez Tovar, el profe- sor de medicina García Fernández acompañó a Colón en la embarcación La Pinta en su primer viaje, pero actuó en el cuidado de la despensa. En aquella época se llamaba físico a los médicos, maestre a los cirujanos y algebrista a los traumatólogos. Los primeros españoles que llegaron a territorio colombiano fueron Alonso de Ojeda, Américo Vespucio y Juan de la Cosa en 1499, al arri- bar por el Mar Caribe a la península de La Guajira en Coquibacoa, hoy Cabo de la Vela. Se iniciaron así el Descubrimiento y la Conquista hasta el año 1550, seguido por la Colonia1. La llegada de los conquistadores españoles trajo un cambio sustan- cial en las comunidades indígenas, en su forma de vida, de alimentación y en sus costumbres y creencias, que se vieron amenazadas por la impo- sición de una nueva religión. La vulnerabilidad orgánica de los indíge- nas era alta y la determinaba la malnutrición debido a su alimentación basada en carbohidratos y escasas proteínas, las enfermedades autóctonas y la ausencia de inmunidad contra las importadas de Europa. Estos fac- tores, sumados a la pobre calidad de la medicina traída por los conquis- tadores, a la dificultad de comunicación entre España y el Nuevo Reino que impedía cumplir rápidamente con las normas de salud en las nuevas tierras, y a la dominación física colonizadora, causaron un gran desastre en las comunidades aborígenes con la consecuente «catástrofe demo- gráfica indígena», verdadero etnocidio pues se estima que en 1519 ha- bía alrededor de diez millones quinientos mil indígenas, de los que sola-

21 VARELA HERNÁNDEZ CI mente sobrevivían dos millones quinientos mil al finalizar ese mismo siglo. En el siglo XVII habían desaparecido 90 por ciento de los indíge- nas. No obstante, el encuentro de los dos mundos fue benéfico por la combinación de los importantes aportes que estos indígenas hicieron a la humanidad, con sus vastos conocimientos en la herbolaria y uso de plantas medicinales y el científico del otro lado del océano. Santa Fe de Bogotá hoy Bogotá Distrito Capital, fue fundada por don Gonzalo Jiménez de Quesada el 6 de agosto de 1538. Fue capital del Virreinato de la Nueva Granada en 1739, en 1810 sede de la Junta Su- prema que inició el movimiento independista, capital de la Gran Co- lombia hasta 1831 y de la República de Colombia desde 1886.

Los primeros protomédicos y médicos

El físico sevillano Diego Álvarez Chanca fue el primer médico euro- peo que llegó en el segundo viaje con Colón y al Hospital Santa María La Antigua en las tierras del Darién en 1514. Fue médico de Juana La Loca y del propio Colón, describió las principales plantas utilizadas por los nativos y dejó constancia escrita de las características físicas de la tribu de los caribes, y de las deformaciones que se producían en las piernas y que caracterizaban la comunidad. Según don Emilio Robledo en las Apuntaciones sobre la Historia de la Medicina en Colombia, Álvarez Chanca debería ser reconocido como el pionero de la investiga- ción médica y etnográfica en América, aunque no propiamente en el territorio de Colombia, donde su labor, así como la de otros, fue apenas de carácter asistencial. Vinieron con los conquistadores charlatanes, empíricos y algunos protomédicos militares como el capitán lusitano Antonio Díaz Cardozo en 1538 y el soldado Martín Sánchez Ropero, quienes llegaron con el Conquistador don Gonzalo Jiménez de Quesada12-14. A propósito de Díaz Cardozo, Raimundo Rivas en su libro Los Fundadores de Bogotá, escri- bió «dio una prueba de sus múltiples cualidades, en el curso de una de esas entradas a la Sierra de Santa Marta, y que fue la de curar a un soldado apellidado Bermejo, a quien el alférez Antón de Olaya hendió la cara de una tremenda cuchillada por no haber obedecido la orden, dada por el capitán Suárez, de cerrar pronto las filas». De la época tam-

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Hospital Santa Clara, 1920. Hoy Hotel Santa Clara. Fundación Fototeca Histórica de Cartagena bién se recuerdan a Mendo López del Campo, a Lope Sanjuán de los Ríos y al cirujano Esteban González, y entre los indígenas a Juan Sánchez quien se hizo famoso como curandero y en especial por practicar san- grías. Santa Marta, fue también asistida por Luis de Soria en 1528 y cuatro barberos (cirujanos) y Cartagena de Indias por Martín Rodríguez en 1547. Durante el Descubrimiento y la Conquista no hubo investiga- ción ni educación médica en Colombia.

Los primeros hospitales

Las primeras ciudades se iniciaron en las costas del Caribe, por don- de penetró la conquista y en consecuencia, allí se inició la atención hos- pitalaria. Según Andrés Soriano Lleras, en 1513 el Rey de España Fernando El Católico ordenó la creación de un hospital en el Darién, el Hospital de Santa María la Antigua del Darién, que fue trasladado en 1524 a territo- rio de lo que hoy es Panamá. En Cartagena se inició en 1535 la cons- trucción del Hospital San Sebastián, luego de Santa Clara, también lla- mado de La Caridad, que atendía a todo tipo de enfermos. Más adelante se fundó el Hospital del Espíritu Santo en el que se atendía a los enfer- mos incurables y en 1610 el Hospital de San Lázaro para enfermos de lepra, siendo así el primer lazareto. En 1528 se fundó el Hospital de Santa Marta2,14.

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Plano Hospital de San Lázaro, 1763. Diseño Ingeniero Antonio de Arévalo Porras. Servicio Histórico Militar de Madrid. Cedida por el Arquitecto Jorge Sandoval Duque

Espinal Getsemaní y Castillo San Felipe sector donde estuvo el Hospital de San Lázaro. Fotografía del Capitán Jaime Borda Martelo. Cedida por Arquitecto Jorge Sandoval Duque

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Las nuevas enfermedades dermatológicas

Los conquistadores españoles trajeron nuevas enfermedades derma- tológicas, de las que merecen destacarse la lepra y las exantemáticas en especial la viruela y el sarampión. Los esclavos africanos además contribu- yeron con el escorbuto, la gangrena, el tifo, así como con la viruela y espe- cialmente con la lepra. El mercado y la trata de esclavos, fueron factores determinantes para propagar e interiorizar en el territorio muchas enferme- dades. Llegaron también nuevos huéspedes que diseminarían enfermeda- des infecciosas y animales domésticos que favorecieron las zoonosis. La viruela llegó al territorio continental de América por México, en un esclavo negro con las tropas de Hernán Cortés, y desde allí se propa- gó rápidamente a las naciones centro y suramericanas. Según Pedro de Aguado, la primera de las múltiples epidemias de viruela en Colombia fue en 1558; el virus llegó por la Española al litoral Caribe y se interiorizó a tierra firme por el río Magdalena «Así una negra que venia tocada de este mal contagiosa de la costa del mar a Mariquita según común decir ha sido causa de esta calamidad y desventura...»14. Las epidemias de viruela que se presentaron después, así como las de sarampión, causa- ron gran mortalidad entre los indígenas, los esclavos negros y los pro- pios españoles. La fiebre amarilla autóctona selvática encontró en el mosquito Aedes aegypti, el vector para trasladarse a los centros urba- nos. El Aedes viajó en los barcos con los esclavos africanos, llegó a las costas del Caribe, se interiorizó por el río Magdalena, y fue el origen de múltiples epidemias desde 15097. El tabardillo (o tifus exantemático, que se confundía frecuentemente con la fiebre tifoidea), responsable de epidemias desde el siglo XVII y también causante de gran mortalidad, llevó a los españoles a prohibir a los indígenas el baño diario8. Otras enfermedades dermatológicas o afines que llegaron fueron la brucelosis, la gonorrea, las micobacterianas, el cólera, la difteria, la peste negra o plaga bubónica y las treponematosis; rubéola, gripe y dengue; ma- laria, esquistosomiasis, «elefantiasis árabe» causada por la filaria Wuchereria bancrofti y la «ceguera de los ríos» por la Onchocerca volvulus. También ingresaron la pediculosis y nuevos vectores, además del Aedes aegypti, como la pulga Xenophylla cheopis y diversos huéspedes de zoonosis como los equinos, caprinos, bovinos, cerdos, el gato doméstico y los ratones2,4,8.

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LA MEDICINA Y LA DERMATOLOGÍA EN LA COLONIA Y EN LA REPÚBLICA

CÉSAR IVÁN VARELA HERNÁNDEZ

La medicina en los tiempos de la Colonia se vio determinada por la combinación de la sabiduría indígena con el conocimiento científico europeo, en el marco del intercambio de sustancias, de prácticas tera- péuticas y de doctrinas con componentes mágico-religiosos. Jugó papel importante la medicina espiritual que se caracterizó por la construcción de catedrales y ermitas, y por la llegada de imágenes de vírgenes diversas, como la de Chiquinquirá en 1598, y a las que el fer- vor popular constituyó en mediadoras ante el médico supremo. A esto se debe sumar la asistencia espiritual ofrecida a los indios por clérigos com- pasivos como san Pedro Claver, el apóstol de los negros, cuya vida carita- tiva extinguió en 1650 la fiebre amarilla2,4. Las enfermedades que marcaron la época de la Colonia, fueron la viruela que causó el primer suceso epidémico en el país, el sarampión responsable del segundo, la lepra, el tabardillo (nombre común que com- prende tanto la fiebre tifoidea como el tifo exantemático o tifo negro), las bubas y el escorbuto. Múltiples epidemias se presentaron por todo el territorio y las de viruela fueron las más graves. Varias ciudades las sufrieron, por ejemplo, en Tunja en 1587, “fallecieron los ciudadanos españoles y los indígenas como las ratas atraídas por el flautista de Hamelín”. El Hospital convento de San Juan de Dios, tenía dos camas para ricos y dos para pobres, en el que atendía desde 1586 el médico empírico Pedro Juan Ruiz Delgado. No había boticas ni cementerios civiles y pudieron morir entre 400 y 1000 de los 3000 habitantes. Dos décadas más tarde se extendió la epidemia a todo el Reino de Nueva Granada, “los indios, atemorizados por la gran mortalidad, huyeron a los bosques y montañas, para dejar abandonadas las poblaciones”. La sífilis estuvo también presente en esta región producto de la promis- cuidad de los colonizadores, como puede deducirse de lo escrito por Juan Rodríguez Freyle en , del oidor don Luis Tello de Erazo, residen-

26 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA te en Santa Fe y funcionario del Presidente del Nuevo Reino, Diego Gómez de Mena, que se fue a morir en Sevilla “del mal francés”, “después de trocar la garnacha por las aventuras con damiselas promiscuas”. En 1630 se inició en Santa Fe de Bogotá la epidemia de tabardillo que se extendió en cuatro años por todo el país, y aparte de las epidemias de viruela ninguna otra se extendió tanto y fue tan devastadora. Según el historiador José Manuel Groot, “dio muerte a las cuatro quintas partes de los indios de la sabana”; fallecie- ron además arzobispos, clérigos, religiosos, alcaldes, nobles, plebeyos y esclavos. Esta epidemia es conocida como la “peste de Santos Gil”, nombre del notario que hizo la mayoría de los testamentos de los nobles moribun- dos, quienes le donaban sus bienes ante la muerte de todos sus descendien- tes por la misma peste2. Durante los siglos XVI y XVII los pocos médicos existentes en el territorio se dedicaban a prestar sus servicios a la realeza y a las autori- dades dominadoras, y, en consecuencia en la práctica, no existió educa- ción médica en ese lapso.

Médicos, hospitales, facultades y cátedras de medicina

El primer médico titulado en llegar a Santa Fe como médico de la nobleza y del clero, fue don Álvaro de Aunón y Cañizares en 1579, y el primer criollo graduado en España fue don Juan López en 1584. Tres hechos marcaron la historia en Santa Fe en esta época: las crea- ciones del Hospital de San Pedro, la del Colegio de San Bartolomé y la del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario (Colegio del Rosa- rio). El 11 de abril de 1563 fue nombrado Arzobispo de Santa Fe, Fray Juan de los Barrios y Toledo, el cual fundó la Catedral de Bogotá. Un año después donó varias casas de su propiedad aledañas a la Catedral con el propósito de fundar “un hospital en el cual vivan y se recojan y curen los pobres que a esta ciudad ocurrieren y en ella hubiere así espa- ñoles como naturales”, de esta manera, el Hospital de San Pedro abrió sus puertas en 1569 con 8 camas, y su sostenimiento económico lo ga- rantizó el mismo Arzobispo. En 1635, el manejo del hospital se dio a los religiosos de la Orden de los Hospitalarios de San Juan de Dios y en 1723 Fray Pablo de Villamor, prior del hospital, compró nuevos terre-

27 VARELA HERNÁNDEZ CI nos en la calle de San Miguel para trasladar el hospital y se inauguró la nueva sede como Hospital de Jesús, María y José el 1 de enero de 1739, pero por haberse localizado en la carrera 9 entre calles 11 y 12, cerca a la Iglesia de San Juan de Dios, desde entonces se le conoce como Hos- pital San Juan de Dios, u hospital de la Hortúa, por su posterior ubica- ción en la calle 1 en el llamado Molino de “La Hortúa”14,15. Desde 1927, funcionó en los terrenos que ocupa actualmente hasta su insólito cierre en la década de 1990, posterior a la introducción del nuevo Sistema de Salud en Colombia. Durante los siglos XVI al XIX, se crearon 25 hospitales en el país, entre otros, los de San Sebastián construido en el solar de la antigua Catedral de Cartagena y también allí, el Santa Clara llamado de Cari- dad, el Espíritu Santo, el Militar y la Obra Pía para mujeres. En otras ciudades se fundaron el de Popayán en 1577, el de Honda en 1600, el de Santa Fe en 1603 y el leprocomio de San Gil en 1789. El Colegio Seminario de San Bartolomé, fue fundado por el Arzo- bispo Bartolomé Guerrero, con especial permiso del Rey, concedido el día 3 de junio de 1598 y regentado por la comunidad jesuita, y pasó a ser claustro universitario en 1604. Pero sólo hasta 1636 se inició la Cátedra de Medicina a cargo del protomédico Licenciado Rodrigo Enríquez de Andrade, graduado en Alcalá. Fue el primer protomédico de la ciudad y el primer catedrático, pero la cátedra que dictó, por cierto, en el aula de filosofía fue efímera, tuvo que ser clausurada en 1640 por falta de alumnos y no llegó a graduar a ningún estudiante. Fue catedrático de medicina en la Universidad Convento de Santo Domingo que se fundó en 1619, y tuvo privilegio papal para conceder títulos académicos por diez años12. Ante la carencia de médicos y farmaceutas, prácticamente se limitó a conceder licencias a algunos curanderos. En 1640, Fray Cristóbal de Torres con el fin de que los protomédicos prestaran sus servicios gratuitamente a los pobres, les asignó un sueldo anual y el 18 de diciembre de 1653, solicitó autorización del gabinete de Madrid y fundó el Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario, en el que se dictaron cátedras de medicina, jurisprudencia y filosofía. El fracaso de estas primeras cátedras de medicina debido a la falta de alumnos, posiblemente se originó en parte como anota Andrés Soriano Lleras a que “la carrera de médico era considerada indigna y apropiada

28 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA sólo para personas de baja condición social”12, a la pobre preparación de los regentes de las cátedras y además porque regía para los españoles la prohibición de estudiar fuera de su país. En cuanto a publicaciones, Pedro Fernández de Valenzuela, que era un curandero, escribió Tratado de medicina y modelo de curar en estas partes de Indias, popular en la época pero muy controvertido entre los historiadores, algunos lo consideran como un charlatán y otros, por ejem- plo Néstor González, como el iniciador de la investigación en Colom- bia. También es de importancia histórica la publicación escrita en Cartagena en 1685 por el cirujano Pedro López de León, Práctica y teoría de las apostemas, donde las clasificó en externas como el ántrax, los forúnculos y la gangrena, e internas como la erisipela, el herpes, algunas pústulas, edemas, verrugas genitales, nudos, escrófulas o ganglios. También describió las apostemas de la cavidad bucal, encías y tumores sublinguales. Así como las cuatro especies de morbo gálico. La primera botica que existió en Santa Fe fue la de don Pedro López de Buiza en 1630, ubicada en la Plaza Mayor, y donde además de algu- nos remedios conocidos se debían conseguir los propios de la magia popular como ojos de cangrejo y polvo de momia egipcia. A comienzos del siglo XVIII con la real familia de los Borbones en la Corona Española, la medicina renació de su depresión y en conse- cuencia también en sus colonias. En 1715, el cabildo otorgó el grado de médico al licenciado José de la Cruz y le ofreció la cátedra de Medicina en el Colegio del Rosario, que no aceptó posiblemente por ser conoce- dor de su pobre preparación, por lo que en 1733 y para ocupar la cáte- dra, el cabildo nombró médico a don Francisco Fontes quien había lle- gado de Palermo. Pero realmente la cátedra de medicina se consolidó en 1753 en la Uni- versidad de Santo Tomás con José Vicente Román Cancino, sucesor de Rodrigo Enríquez. Según Néstor González, no era realmente un científico, había estudiado para maestro y filósofo y presentó examen para graduarse de médico en la misma Universidad Tomística el 1 de octubre de 1753, desde cuando enseñó medicina en el Colegio del Rosario, aunque con poco método, durante 12 años hasta su fallecimiento, y fue el primero que logró dictar cursos completos y graduar los primeros alumnos. Su primer discípu- lo fue Juan Bautista de Vargas Uribe en 1764, quien en 1768 abrió el

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curso de Medicina en el Colegio del Rosario, pero ante la insuficiencia de conocimientos sus clases fueron rá- pidamente suspendidas. Román Cancino duramente criticado por José Celestino Mutis, también con- cedió licencia a Juan José Cortés, médico francés de la Universidad de Montpellier, quien ejerció en Bogo- tá y Tunja. Vale la pena hacer clari- dad que la cátedra se dictaba en el Colegio del Rosario pero el título de médico lo concedía la Universidad Tomística, única autorizada para tal José Celestino Mutis efecto. Gabriel Montenegro ejerció a mediados del siglo XVIII en Medellín. Sebastián López Ruiz llegó a Santa Fe de Bogotá en 1767 procedente de Panamá y graduado en Lima, pero no aceptó continuar la cátedra en el Colegio del Rosario por no estar remunerada. En 1792 recibieron licen- cia para ejercer la medicina Manuel Froes de Carballo, portugués, Sebastián Prat y Francisco Pallares, y llegó el médico gallego Honorato Vila. José Celestino Mutis como médico de cámara del Virrey de Nueva Granada, llegó de España en 1760 y con él las “ideas ilustradas”, que dieron un viraje a la medicina en América. Difundió la vacuna contra la viruela y con la construcción de cementerios en las afueras de las ciuda- des, marcó los primeros pasos de la medicina de salud pública en el país. Durante cinco décadas efectuó importantes investigaciones en Colombia en especial sobre la botánica, y realizó gran labor educativa al reanudar la formación médica en Santa Fe. En 1770 hizo médico al religioso Miguel de Isla y en 1801 envió a la Corona de España un primer plan de estudios con aspectos académicos y administrativos, y logró que el Virrey Mendinueta nombrara a Miguel de Isla como cate- drático para reabrir la cátedra en el Colegio del Rosario en 1802 y de esta forma nació la primera Facultad de Medicina. Los alumnos inicia- les de esta facultad, que tuvo como Regente a Mutis, fueron Joaquín

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Miguel de Isla José Joaquín García Vicente Gil de Tejada Cajiao, quien fue el primero en graduarse en 1805 con su tesis De Inflammatione et febribus in genere, Luis García, José Joaquín García, quien escribió Disertación sobre el cólera epidémico y Parálisis tegumental, le- pra leonina o mal de Lázaro, Rafael Flórez, Antonio Nacari, Buenaventura Torres y Vi- cente Gil de Tejada, quien se graduó en 1806 y sucedió a Isla en la dirección de la Facul- tad. Gil de Tejada creó en 1808 el Curso de

Clínica y tuvo como alumnos a los memora- José Félix Merizalde bles médicos José Félix Merizalde, José C. Zapata notable estudioso de la lepra y las enfermedades de la piel, Fran- cisco Quijano, Miguel Ibáñez y Benito Osorio, quienes con Juan María Pardo, primer decano de la Escuela de Medicina y Juan Gualberto Gutiérrez, médico y abogado del Colegio de San Bartolomé y del Rosario, quien atendió a los soldados enfermos dos días antes de la batalla del Puente de Boyacá que le dio la libertad a Colombia, fueron las figuras descollantes de la primera mitad del siglo XIX2,16. Mutis murió en 1808 y Gil de Tejada, que no comulgaba con el movi- miento independista, cerró la facultad y se fue a vivir al Valle del Cauca, donde falleció. El Libertador Bolívar nombró a Benito Osorio Catedrá- tico en el Colegio del Rosario y a José Félix Merizalde en la Cátedra de San Bartolomé. Las guerras por la independencia de la Corona Españo- la en las primeras décadas del siglo XIX generaron durante y posterior- mente un inestable ambiente político y social, que no permitieron la

31 VARELA HERNÁNDEZ CI consolidación de la universidad en el país. En consecuencia, la educa- ción médica alrededor de 1840, aunque desapareció en la práctica, abrió el espacio para dos caminos: la educación médica bajo el método de tutoría con un maestro donde el alumno estudiaba la teoría en textos y la práctica con su tutor en las visitas domiciliarias y hospitalarias, y la educación en Europa y de manera especial en la floreciente Escuela Fran- cesa. En 1850 el Gobierno de José Hilario López permitió el ejercicio de la medicina sin título, es decir “cualquiera tenía el derecho de curar o matar y cobrar por ello”, dando paso y consentimiento al charlatanismo y al empirismo. Figuras descollantes en Santa Fe como Antonio Vargas Reyes y en Cali como Emeterio Cajiao, se opusieron fervientemente a este deterioro en el ejercicio de la medicina. La homeopatía floreció también en esta época, la que tuvo en el estadista Rafael Núñez y en el poeta Rafael Pombo a dos grandes admiradores. Todo este panorama sumado a la malnutrición de los habitantes por la carencia de víveres ante una pobre economía, y la notable deficiencia de servicios básicos y medidas de saneamiento ambiental, generaron como era de esperarse altos índices de morbi-mortalidad en el territorio nacional. El país se vio azotado por diversas epidemias de viruela, sífilis, fiebre tifoidea, tifus, fiebre amarilla, tuberculosis, bartonelosis y parasitosis “hay que estar en contacto con el pueblo e ir vacunándose lentamente con las aguas infec- tadas, con las cortezas sucias de las frutas...”14,17. La lepra y el paludis- mo fueron unos de los principales problemas del siglo. A finales del siglo XVIII y durante el siglo XIX había tres formas de concebir las enfermedades: 1. La anatomoclínica que miraba la enfermedad como una alteración en la estructura de un tejido o de un órgano o de una parte del cuerpo, y tenía como base la anatomía patológica y la semiología. 2. La fisiopatológica, sobre la base de los principios de Claude Bernard donde la enfermedad radicaba en las alteraciones funcionales de un órgano. 3. La etiopatológica con base en los postulados de Pasteur y Koch, donde la enfermedad era producto de un agente externo y cuyos fundamentos para su desarrollo fueron la bacteriología, la toxicología y la microbio- logía. El hospital fue la plataforma para el pensamiento anatomoclínico, mientras los laboratorios lo fueron en los enfoques fisiopatológico y

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etiopatológico. La historia moderna y continua de las facultades de medicina, se ini- ció con la de la Universidad Nacional de Colombia en Bogotá, en marzo de 1826, cuando el General Francisco de Paula Santander promulgó la ley que organizó la Universidad Central de la República, como primera manifestación gubernamental de la universidad pública en Colombia, que abrió una Facultad de Medicina en 1827 dirigida por Juan María Pardo, con José Félix Merizalde como Conjuez y Benito Osorio como Vicerrector. En 1838 llegó al país Eugenio Ramplón, catedrático de ana- tomía patológica y en 1845 se trajo al químico francés Carlos Lewy con quien comenzó el Laboratorio Nacional en el Colegio del Rosario. A pesar de las guerras civiles y las dificultades socio-políticas de aquel entonces, en 1854 los doctores José Félix Merizalde, Juan María Pardo, Libardo Rivas y Francisco Bayón, continuaron dictando cátedra, inclu- so en sus propias casas y en 1858 abrieron cursos de medicina en El Colegio Independencia, los que serían cuna de la Facultad de la Univer- sidad Nacional, y en 1864 Antonio Vargas Reyes fundó en Bogotá con los grandes de la época, la Facultad de Medicina del Colegio de la Inde- pendencia, de carácter privado, al tiempo que José María Samper, pre- sentaba un proyecto al Congreso de la República sobre la Universidad Nacional de los Estados Unidos de Colombia, inspirada en la universi- dad pública de Santander. En 1867, bajo el Gobierno del General y Médico Santos Acosta, se expidió la Ley 66, que creó la Universidad Nacional de los Estados Unidos de Colombia. En ese mismo año la Fa- cultad de Medicina creada por Vargas Reyes se incorpora a la Universi- dad Nacional y se le adscribió el Hospital San Juan de Dios18. Los prohombres de la medicina en la época fueron Antonio Vargas Reyes, (1816-1873), nació en Charalá, el padre de la cirugía y del pe- riodismo médico. Publicó la revista La Lanceta en 1852 y la Gaceta Médica en 1864. Con ocasión del sesquicentenario de su fallecimiento, mi estimado amigo, médico e historiador Jaime Gómez-González, ins- taló su retrato en la sala de conferencias del Instituto Neurológico de Colombia y logró la reedición del libro que sobre el maestro Vargas publicaron sus alumnos en 1856. Describió magistralmente la fiebre amarilla y un tratado de drenaje y aspiración de los abscesos en 1859. Hacia la séptima década del siglo XIX acabó lo que podríamos llamar la

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medicina colonial en el país, para dar paso a la medicina moderna sobre la base de cuatro hechos fundamentales: el regreso de médi- cos graduados en Europa, la Gaceta Médica en 1864 como órgano periódico de difusión médica, la fundación de la UniNacional en 1867 y el 3 de enero de 1873 la agrupación de los médicos Manuel Plata Azuero, Nico- lás Osorio, Rector de la Es- cuela de Medicina y Ciencias Naturales y Ministro de Instrucción Pública en la década de 1890, Abraham Aparicio, Leoncio Antonio Vargas Reyes Barreto y Evaristo García, quienes crearon la Sociedad de Medicina y Ciencias Natura- les de Bogotá, con el doctor Plata Azuero como primer Presidente, y que mediante Ley 71 de 1890 se convirtió en la gloriosa Acade- mia Nacional de Medicina. Se introdujo en- tonces en el país la medicina hospitalaria bá- sicamente con la Escuela Francesa y más ade- lante la medicina de laboratorio que a finales del siglo XIX, floreció con Epifanio Combariza en la cátedra de bacteriología. Manuel Plata

Liborio Zerda Abraham Aparicio

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La medicina hospitalaria, el laboratorio, la bacteriología y la micrografía sumados a la leprología y la sifilografía per- mitieron el inicio de la derma- tología. En Medellín en la Univer- sidad de Antioquia (Uni- Antioquia) se fundó la Facul- tad de Medicina el 14 de di- ciembre de 1871, que tantas glorias ha dado al país y gra- duó en 1875 los primeros tres médicos, Jesús María Espino- sa, Tomás Bernal y Julio Res- trepo con sus tesis Caquexia Evaristo García Palúdica, Tuntún y Úlceras. Fue eximia figura en esta ciu- dad Manuel Uribe Ángel, quien se preocupó mucho por el tipo de medicina que se prestaba en aquel entonces, donde predominaban las ca- taplasmas, los mucilaginosos, los fomentos asociados con sangrías y pobres dietas, y por ello escribió en 1881 “creo que matamos no pocos infe- lices con esa precaria y deplo- rable medicina. Dios nos per- done el mal por el intento”. Manuel Uribe La enseñanza de la dermatología se inició en la UniNacional en 1886 y fue el primer profesor de dermatología, Gabriel José Castañeda, quien se había graduado en 1867 en la Escuela Privada de Medicina, orientando la educación a las enfermedades tropicales. El período comprendido entre el final del siglo XIX y el comienzo del

35 VARELA HERNÁNDEZ CI siglo XX, presentaba un panorama desde el punto de vista médico y humanístico, realmente rico en ideas, maravilloso, encantador y romántico. Los médicos colombianos, prestigiosos en su ejercicio, con intelecto sobre- saliente, ávidos de conocimientos modernistas, acuciosos, emprendedores, pletóricos en cultura general y con deslumbrante liderazgo, eran verdaderos paradigmas sociales y en consecuencia pilares para el país en todos los ámbitos. Las facultades de medicina de las universidades Nacional en Bo- gotá, la de Antioquia en Medellín y la de Cartagena en Cartagena de Indias, eran el epicentro de la ciencia y donde las luminarias de la época con don de gentes producían y enseñaban su ciencia y su arte. El nacimiento del siglo XX vio florecer a los Estados Unidos de Norte- américa en todos los campos, vino el desarrollo político, económico y social que lo convirtió en la primera potencia mundial. En el ámbito científico y en el tecnológico en el marco de profundas reformas a la educación médica, se erigió como el estandarte mundial. La integración de las tres grandes mentalidades, la fisiopatológica, la etiopatológica y la anatomoclínica sumadas a la investigación, desplazaron el pensamiento anatomoclínico de la medicina francesa, pero asimilando los principios etiopatogénicos de Pasteur, Bernard y Bichat. Esta escuela norteameri- cana influyó de manera directa y marcada en la medicina colombiana, como en otros muchos campos14. Así, en los principios del siglo XX en Colombia se afianzó la medicina de laboratorio, se modernizó la hospi- talaria, se introdujeron medidas de saneamiento e higiene, llegaron nue- vas técnicas quirúrgicas y se desarrolló la farmacología, y con ello des- de 1910 con José Ignacio Uribe en la Universidad Nacional de Colom- bia, la dermatología adquirió carácter de verdadera especialidad18. En 1930 se creó el Ministerio de Trabajo, Hi- giene y Previsión Social con departamentos para la lucha contra la lepra, las enfermedades vené- reas y la tuberculosis, y en 1946 se creó el Minis- terio de Higiene que tuvo como primer ministro a Jorge Bejarano, Presidente de la Academia Na- cional de Medicina, con lo que el país comenzó a tener una estructura permanente para el manejo de la salud pública. Más adelante se fundaron las José Uribe facultades de medicina en la Universidad del Va- 36 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA lle (UniValle) en Cali, en la Universidad del Cauca (UniCauca) en Popayán y en la Universidad de Caldas (UniCaldas) en Manizales. Se inició la era de las residencias médicas y las especializaciones y se crea- ron asociaciones médicas y de especialistas, la nuestra de dermatología en 1948. A partir de la segunda mitad del siglo XX, vendría el desarrollo ace- lerado de la ciencia y la tecnología, rápidos y fundamentales descubri- mientos dan al conocimiento médico una mejor comprensión de la etiopatogenia, diagnóstico y terapéutica de las diversas enfermedades y anomalías, basados en la genética, la biología molecular, la inmunología, la farmacología y la cirugía, en el marco de finos procesos de investiga- ción donde el desarrollo de los sistemas electromagnéticos ha jugado papel fundamental. Todo ello ha llevado a la dermatología a consolidar- se como ciencia independiente con progresos extraordinarios. Desde 1958 se han creado y existen nueve servicios de dermatología en las universidades del país, con programas de residencia de tres y cua- tro años de duración en los cuales se especializan 57 médicos. En Bogotá la Universidad Nacional de Colombia (1958), el Centro Dermatológico Federico Lleras Acosta-Pontificia Universidad Javeriana (1968), el Hospital Militar Central-Universidad Militar Nueva Granada (1983) y la Universidad El Bosque (1990). En Medellín la Universidad de Antioquia (1959), el Instituto de Ciencias de la Salud (CES) (1988) y la Universidad Pontificia Bolivariana (1995). En Cali la Universidad del Valle (1971) y en Manizales la Universidad de Caldas (1968).

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MÉDICOS PRECURSORES Y DERMATÓLOGOS PIONEROS HASTA 1970

CÉSAR IVÁN VARELA HERNÁNDEZ

Desde épocas tan antiguas como la egipcia, según el Segundo Libro de Heródoto (484-428 A.C.) y en la Cultura de Babilonia, hay registros de lo que hoy conocemos como especialidades médicas. Más adelante a partir del Concilio de Tours en 1163 y luego del Cuarto Concilio de Letrán en 1215, se separaron la medicina clínica y la quirúrgica19. Ya en el siglo XIX se consolidó la división de la medicina en especialidades debido a los progresos en patología, diagnóstico, terapéutica y desarro- llo hospitalario. Así, la dermatología nació de la medicina interna, la pediatría, la bacteriología, la leprología y la sifilografía. En Colombia, durante el siglo XIX, talentosos y entusiastas médicos dejaron importantísimo legado que sirvió de base para el desarrollo de la especialidad en el siglo siguiente. Es justo destacar algunos de ellos como Ricardo de la Parra, que nació en Iza, Boyacá, literato y filóso- fo, médico en 1838, escribió La elefancia de los griegos y su verdadera naturaleza. Dedicó 37 años al estudio e investigación de la lepra y en 1868 decía: “Yo bendigo, a la Providencia Divina que señaló este desti- no a mi vida, que me impuso esta nobilísima tarea, y que me ha dado vida larga y robustez y salud perfectas para darle cima”20. Andrés Posa- da Arango, nació en Medellín, publicó La rana venenosa del Chocó y muchos de sus escritos son considerados clásicos de la medicina en Europa, como también los de Juan de Dios Tavera, quien escribió un Estudio sobre la lepra y recomendó su tratamiento con aceite de chaulmugra (leprol). José Joaquín García quien describió las altera- ciones sensitivas y motoras en la lepra (1842). Marcelino S. Vargas, médico de la UniNacional, convencido de la curación de la lepra, mal del cual sufría y quien veía “en el aspecto de otros enfermos, en el últi- mo período de la enfermedad, pintado su porvenir”, ejerció con devo- ción en el Lazareto de Agua de Dios hasta su muerte en 1882. El médico y naturalista Wenceslao Sandino Groot, dejó importante legado en su

38 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA obra Plantas medicinales en Colombia. En 1835 José Sanmiguel, farmaceuta inició importante aporte al introducir la homeopatía. Fede- rico Rivas Mejía (1819-1876) nació en Rionegro, Antioquia, médico de la Universidad Central de la que fue profesor. En 1840 durante la epidemia de viruela prestó invaluables servicios y terminó su ejercicio atendiendo a los leprosos en Tocaima. Libardo Rivas, escribió la me- moria, La Pelagra. Policarpo Pizarro, médico de la UniNacional en 1865, experto en enfermedades venéreas. Abraham Aparicio, bugueño, nació en 1849, médico de la UniNacional en 1871, publicó Baños fríos en el tratamiento de la fiebre tifoidea y múltiples estudios sobre higie- ne. Evaristo García Piedrahíta, nació en Cali en 1845, médico de la UniNacional en 1872, profesor de patología clínica y fundador del cur- so de anatomía patológica. Realizó múltiples investigaciones sobre le- pra, malaria, dengue, fiebre tifoidea, sarampión, herpes y elefantiasis árabe, entre otras. Múltiples publicaciones como Los gusanos urticantes del Valle del Cauca en 1910, Acción de la Otoba en las enfermedades de la piel y Variedad de lepra llamada Mal de San Antón. Presentó a la Sociedad Anatómica de París una pieza que originó importantes discu- siones sobre artropatía y reabsorción ósea por lesión neural en la lepra, la que reposa en el Museo Dupuytren. Fue cónsul en Burdeos. El Hospi- tal Universitario del Valle en Cali, lleva su nombre20. Nicolás Osorio contribuyó en 1873 con el Estudio sobre las quinas. Ignacio Pereira, recordado por su obra Lazaretos y publicaciones sobre enfermedades parasitarias. Gabriel José Castañeda (1846-1900) nació en Pamplona, médico de la Escuela Privada de Medicina en 1867, fue profesor de patología y materia médica, Director de sifilografía y enfermedades venéreas de la Beneficen- cia, catedrático de patología e higiene de la infancia. Se recuerda por su enfoque hacia las enfermedades tropicales y como notable investigador. Su producción intelectual fue extraordinaria llegando a presentar 36 trabajos entre 1881 y 1886. Escribió El Carate, Microorganismos de la gangrena, Estadísticas sobre la lepra, Patología Tropical de Colombia y Organiza- ción científica de los lazaretos, entre otros y lideró campañas para el control de las venéreas, la lepra y el carate. La Sociedad de Medicina le encargó la organización de los dispensarios y hospitales para el control de las enferme- dades venéreas y en su época fue sin duda el leprólogo más distinguido. Su

39 VARELA HERNÁNDEZ CI aporte a la salud pública fue incomparable y quedó plasmado en las campa- ñas de higiene, de aislamiento de enfermos, desinfección de letrinas y puri- ficación del agua. Desde la UniNacional sentó las bases de la Cátedra de Dermatología constituyéndose en el primer profesor de dermatología desde 1886 hasta 1898, dos años antes de su fallecimiento en Bogotá16,21. La Cáte- dra continuó en manos de Julio C. Escobar quien afrontó las dificultades de la “Guerra de los Mil Días” y del incremento de las enfermedades vené- reas entre 1901 y 1903, sucedido por Luis Cuervo Márquez, destacado médico y político a quien se encargó de la Presidencia de la República en varias oportunidades y más adelante por Luis J. Uricoechea. Juan de Dios Carrasquilla (1833-1908), bogotano, estudió en el Colegio del Rosario, en el Colegio de San Bartolomé y en el Hospital de San Juan de Dios graduándose de médico en 1852. Investigador, natura- lista y profesor. Fue elegido Presidente de la Sociedad de Medicina y Ciencias Naturales el 22 de marzo de 1890, y en ese mismo acto invitó al Gobierno Nacional a brindar mayor apoyo a esa Sociedad, lo que se materializó el 22 de noviembre de ese año con la Ley 71 que reconoció a la Sociedad de Medicina y Ciencias Naturales como Academia Nacio- nal de Medicina, cuerpo consultivo gubernamental. Logró la Ley de Lazaretos con su trabajo Investigaciones sobre la lepra en Colombia. Realizó múltiples investigaciones sobre pénfigo y sobre la lepra, abanderó la seroterapia en el tratamiento de ésta, al punto que el Gobierno creó el Instituto Carrasquilla. Sus estudios recorrieron el mundo. Hizo el dis- curso inaugural del I Congreso Médico Colombiano el 20 de julio de 1893 en Bogotá21. El comienzo del siglo XX, entre 1904 y 1909 durante el Gobierno del General Rafael Reyes, abuelo de mi abuela Leonor Rodríguez de Her- nández, se iniciaron fundamentales y positivos cambios para el país en lo que se llamó “La República Señorial” y por ende en la medicina. Comenzó en firme la era del laboratorio, lo que permitió el progreso de la investigación en diferentes campos, así como el propio desarrollo in- telectual de ilustres médicos nacionales. La lepra y la sífilis continuaron como un azote en el territorio nacional17. En Bogotá, José María Lombana Barreneche, samario, nació en 1854, médico, político y catedrático, dio inicio a la cátedra de Medicina Interna en la UniNacional y fue uno de los pioneros en introducir el

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Gabriel Castañeda Juan de Dios Carrasquilla Eliseo Montaña pensamiento fisiopatológico, realizó múltiples investigaciones en enfer- medades infecciosas y publicó El arsénico en la sífilis y Profilaxis de la fiebre tifoidea. Pablo García Medina, nació en Tunja en 1857, médico en la Uni- Nacional en 1880, ejerció en , Tunja y Bogotá. Es considera- do El Padre de la Higiene en Colombia, pues organizó durante 40 años la salud pública en el país. Logró de la Asamblea Nacional del Quin- quenio, leyes para que los leprocomios se convirtieran en colonias de enfermos. En 1918 consiguió la creación de la Dirección Nacional de Higiene y organizó múltiples campañas contra la fiebre amarilla, la uncinariasis, el paludismo y el pian, algunas con la colaboración de la Fundación Rockefeller. Es autor de Estadísticas de la lepra en Colom- bia. Distinguido con la Cruz de Boyacá y la Cruz de la Legión de Honor, primer Presidente Honorario de la Oficina Sanitaria Panamericana y Secretario Perpetuo de la Academia Nacional de Medicina. En 1941 el Presidente Eduardo Santos ordenó erigir un monumento en su honor en el Cementerio Central en Bogotá. Eliseo Montaña Granados, El Padre de la Histología, fue profesor de esta cátedra en 1904, la convirtió de materia teórica a práctica con la introducción de nuevos microscopios, la fotomicrografía y nuevos reactivos. Profesor de clínica tropical en 1906, y de bacteriología y parasitología en 1913. En 1937 fue reconoci- do como Profesor Honorario de la UniNacional. Roberto Franco (Zipaquirá 1874-Nueva York 1958), estudió en la Facultad de Medicina en París y en el Instituto Pasteur, con Roux, Metchnikoff, Laveran y Sergent, entre otros, así como en el Hospital Sadiki en Túnez y en la London School of Tropical Medicine. Durante

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Roberto Franco Federico Lleras Luis Patiño su presidencia de la Academia Nacional de Medicina, el Gobierno expi- dió la Ley 85 de 1922 que reglamentó el ejercicio de la medicina. Creó la cátedra de Enfermedades Tropicales en 1905. Tenía la convicción de la importancia del laboratorio para el diagnóstico de la mayoría de las enfermedades e inició la investigación bacteriológica en el país. Instaló en su consultorio los instrumentos de laboratorio, dando así inicio a la era de los laboratorios. Dirigió el primer laboratorio en Colombia, el Santiago Samper Brush en el Hospital San Juan de Dios. Luis Zea Uribe (1872-1934), nació en Titiribí, Antioquia y murió en Bogotá. Fue el pri- mer profesor de bacteriología en la UniNacional y regentó la cátedra en 1921. Era punto obligado de referencia en todo lo relacionado con en- fermedades infecciosas. José Ignacio Uribe, estudió dermatología en el Hospital Saint Louis en París y desde la Cátedra de Dermatología en la UniNacional en 1910, de la que fue Titular, dio a la dermatología personalidad propia en el país. Manuel José Silva, dermatólogo de la Universidad de París con es- tudios posteriores en los Estados Unidos. Titular de la Cátedra de Der- matología en la UniNacional (1927-1932), donde fundó el Museo de Cera. Maestro integral por excelencia. El doctor Franco motivó e invitó a su laboratorio privado a Federico Lleras Acosta (Bogotá 1876-Marsella 1938), quien estudió Veterinaria en la Escuela de Veterinaria de la Facultad de Medicina y Ciencias Na- turales fundada por Claude Vericel en Bogotá y bajo su orientación es- tudió también bacteriología. Profesor de bacteriología y luego Profesor Honorario en la UniNacional. Se destacó por sus múltiples investigacio- nes en varias líneas como la tuberculosis y el carbón bacteriano, pero 42 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA definitivamente el mayor reconocimiento lo alcanzó con sus trabajos en lepra, llegando a ser considerado héroe nacional. Siempre contó con el apoyo del Gobierno Nacional. Diseñó la “Reacción Lleras” y fundó el “Instituto de Investigaciones en Lepra”. Entre sus múltiples publicacio- nes se cuentan Nuevas orientaciones en el diagnóstico de la tuberculo- sis, Pruebas de especificidad de un bacilo aislado de la sangre de lepro- sos y Algunas consideraciones sobre el bacilo de Hansen. Era un hom- bre de firmes convicciones y disciplinado. Cuando presidía la Acade- mia Nacional de Medicina, falleció en Marsella en su viaje de camino hacia El Cairo, al Congreso Internacional de Leprología, donde iba a sustentar sus trabajos científicos. Desde Medellín Juan Bautista Montoya y Flórez, aportó Contribu- ción al estudio de la lepra en Colombia en 1910 y describió el “carate noir”. Los médicos Bernardo Samper Sordo y Jorge Martínez Santamaría fundaron en Bogotá en 1917 el Laboratorio Samper-Martínez, donde se realizaban pruebas diagnósticas y que tuvo un papel protagónico en la elaboración de productos biológicos. Desde allí, originaron el Boletín del Laboratorio Samper-Martínez que se publicó hasta 1948 y la Revis- ta Biomédica. En 1926 el laboratorio fue vendido al Gobierno que lo convirtió en el Instituto Nacional de Higiene, y en 1968 en el Instituto para Programas Especiales de Salud (INPES). Luis Patiño Camargo, inició estudios de jurisprudencia en el Cole- gio del Rosario, médico de la UniNacional en 1922 presentó la tesis Tifo negro o exantemático en Bogotá. Salubrista y profesor universitario, humanista, naturalista y lingüista. Fue médico de Agua de Dios de 1923 a 1932 y trabajó con la Fundación Rockefeller en campañas para erradi- car el mosquito transmisor de la fiebre amarilla. Director de Salubridad Nacional y Director del Ministerio de Salud. Se encargó del montaje de los hospitales de campaña en la guerra contra el Perú. Fundador de la Organización Panamericana de la Salud. Sustituyó a su profesor Lleras Acosta en la Dirección del Instituto que lleva el nombre del doctor Lleras (el Instituto F.Ll.A). Fue Presidente de la Academia Nacional de Medi- cina. Publicó la bartonelosis o fiebre verrucosa del Guáitara. Recibió las condecoraciones Medalla Carlos Finlay en Cuba y la Cruz de Boyacá en Colombia.

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Flavio Gómez y Gonzalo Reyes Miguel Serrano Darío Maldonado Romero (f), nació en Pamplona en 1906, médico de la UniNacional en 1936, estudió leprología y Salud Pública en Rio de Janeiro y en el instituto Conde Lara de São Pablo. Jefe del Departamen- to de Lepra del Servicio de Salud Pública (1939-1953). Publicó Estadís- tica de la lepra, Profilaxis de la lepra y Mycobacteriasis anestesiante 100 años. Eliécer B. Espinel, nació en El Cocuy en 1876. Literato y médico de la UniNacional en 1904, dirigió los lazaretos de Contratación y Agua de Dios. Francisco de Paula Barrera Machado, nació en Tunja en 1877. Estudió literatura y letras en 1897, fue profesor de griego y Representante a la Cámara. Más tarde, en la Escuela Nacional de Medi- cina fue bibliotecario y se doctoró en medicina en 1910. Estuvo en la Sorbona donde estudió literatura francesa y regresó al país durante la primera Guerra Mundial como médico de Agua de Dios, y viajó a los Estados Unidos como médico de la comisión de estudios de lepra a visi- tar y estudiar el funcionamiento de los leprocomios en Hawai. Gonzalo Reyes García (f), estudió en Viena y se graduó de dermató- logo en la Universidad de París en 1930. Profesor Titular, Honorario y Jefe de Cátedra de Dermatología en la UniNacional (1938-1961). En 1948, fue Fundador y Primer Presidente de la Sociedad Colombiana de Dermatología y Sifilografía, hoy la Asociación. Miguel Serrano Camargo (1910-1985), médico de la UniNacional, donde fue Profesor Titular de Dermatología en 1952. Cofundador de la segunda etapa de la Asociación en 1959. Carlos Cortés Enciso (f), desempeñó la Jefatura de Clínica en el Hospital San Juan de Dios en 1936 y en la UniNacional fue profesor desde 1939 y Titular de la Cátedra de Dermatología.

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Carlos Cortés Guillermo Pardo Fabio Londoño

Merecen también especial mención ilustres dermatólogos de la épo- ca como José Ignacio Chala Hidalgo, quien publicó Profilaxis de la lepra e Investigaciones terapéuticas en la lepra, Ensayos con Promin o Promanada. Alfonso Gamboa Amador que en 1936 inició el curso de sifilografía. Alberto Caballero, Alberto Medina Pinzón, Alcibíades Correal, Alfredo Laverde Laverde, Álvaro Medina, Gustavo Caste- llanos M, Luis Alberto Díaz, Rafael López Ruiz, Tomás Henao Blan- co, Jazbón Mantilla y Guillermo Pardo Villalba (f), quien cuando fue Presidente de la Sociedad de Dermatología, presidió el primer Congreso Nacional en 1960 en Bogotá. En 1957 se inició una nueva era de la especialidad con Fabio Londoño González (f), dermatólogo, especialista en salud pública y enfermeda- des tropicales las que estudió en Argentina y México. Es una Verdadera Institución en el devenir histórico de la especialidad. Abanderó múlti- ples investigaciones, siendo memorables las del prurigo actínico. Inició los programas de postgrado en dermatología en la UniNacional y en el Centro Dermatológico Federico Lleras Acosta (Centro Dermatológico F.Ll.A.). Su cultura general, amabilidad, y su calidad docente y humana fueron inigualables. En sus primeros años tuvo como brillantes discípu- los a Guillermo Gutiérrez Aldana, dermatólogo y oncólogo, hombre de excelsas virtudes, con capacidad docente y organizativa sin igual. Rescató y restauró el Museo de Cera de la UniNacional. Como el primer residente de dermatología y el primer dermatólogo graduado en Colom- bia recibió el título de la UniNacional en 1961 y se constituyó además en esta institución, en el primer graduado en Colombia que llegó a la Jefatura de un Servicio de Dermatología. Creador de la sub-especialidad

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Guillermo Gutiérrez Mariano López Fuad Muvdi en dermatología oncológica. Víctor Manuel Zambrano, el segundo dermatólogo egresado de la UniNacional en 1962, donde ocupó la Jefatura del Servicio (1984-1990). Mariano López López, otra luminaria de la historia. En 1970 fue el pri- mer dermatólogo en graduarse luego de iniciado el programa de residencia del Centro Dermato- lógico Federico Lleras Acosta en convenio con la Universidad Javeriana de Bogotá (Centro Derma- Luis Alfredo Rueda tológico F.Ll.A-UniJaveriana), y Fuad Muvdi Chain, quien se formó como dermatólogo con el Profesor Londoño en 1963 en el Instituto F.Ll.A. Pionero en cirugía dermatológica la que es- tudió en Barcelona en 1964. Fue Presidente de la Asociación y connota- do docente. Luis Alfredo Rueda Plata (f), estudió dermatología en Bar- celona y dermatopatología en el Hospital Saint-Louis de París con Degos y Civatte. Fue uno de los pioneros en este ramo al regresar en 1963 a Bogotá. Desarrolló intensa investigación en el Instituto F.Ll.A. e hizo importantes aportes a la humanidad con sus estudios sobre la epidermo- displasia verruciforme y los papovavirus. Destaco a Gerzaín Rodríguez Toro, médico en 1964 y patólogo de la UniNacional, con estudios en microscopía electrónica en Chicago y México. Dedicado a la dermato- patología, a la patología de las enfermedades infecciosas, tropicales y a las virales. Profesor Titular y Maestro Universitario en el Departamento de Patología de la UniNacional e Investigador Científico en el INS. Su aporte está plasmado como autor y en la coautoría de múltiples libros y más de 120 artículos científicos. En Medellín (Antioquia), el primer dermatólogo fue Gustavo Uribe

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Gustavo Uribe José Posada Gonzalo Calle

I a D. Bernardo Giraldo e I a D. Fabio Uribe, Aníbal Zapata, Flavio Gómez Iván Rendón

Escobar (f), quien estudió en Bélgica y París y en 1920 inició la cátedra en la UniAntioquia. Bajo sus orientaciones se formó José Posada Trujillo (f), quien lo sucedió en 1936 y tuvo como colaborador a Carlos Enrique Tobón, graduado en Francia. Proveniente también de ese país ejerció privadamente en esa época Juvenal Gaviria (f). Fabio Uribe Jaramillo (f), graduado en la Argentina y quien falleció mientras escribía esta obra. Jorge López de Mesa (f) e Iván Rendón Pizano (f), de la escuela argentina y Aníbal Zapa- ta Gutiérrez (f), de la escuela española. Más adelante llegaron graduados de la Universidad de Michigan, en 1955 Gonzalo Calle Vélez (f), Jefe del Servicio de Dermatología de la UniAntioquia hasta su fallecimiento e impulsor de la micología en el país. En 1956 Mario Robledo Villegas, médico patólogo, quien en 1966 estudió dermatopatología en el Instituto de las Fuerzas Armadas USA, Walter Reed y facilitó del estudio de las micosis, y Alonso Cortés Cor- tés, en 1959, connotado maestro, políglota, historiador, memorista sor- prendente y bueno por excelencia. También desempeñó la Jefatura del

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Mario Robledo Alonso Cortés Ángela Restrepo

Flavio Gómez Juan Velásquez Fernando García

Servicio en la UniAntioquia y es la Biblia viviente de la dermatología nacional. Especial mención merece como pionera en la década de 1960 y hasta la actualidad máxima y eximia figura de la investigación, la micóloga Ángela Restrepo Moreno, Ph.D., Investigadora y Jefe del Laboratorio de Micología de la UniAntioquia (1978-1996) y Directora Científica desde 1997 de la Corporación para Investigaciones Biológicas de Medellín (CIB). De la escuela mexicana llegaron Hugo Espinal Múnera y Libardo Agudelo Alzate (f) seguidos por los egresados de la UniAntioquia, en 1964 Enrique Saldarriaga Arango (f) y Víctor Cárdenas Jaramillo (f). En 1965 Flavio Alonso Gómez Vargas, médico en 1962 de la Uni- Antioquia. Estudió cirugía dermatológica en la UniRiodeJaneiro, y fue pionero en esta sub-especialidad en Colombia, y en 1968 Juan Pedro Velásquez Berruecos, los dos, insignes profesores, caballeros y dilectos amigos. En ese mismo año Jorge Mesa Restrepo (f) y en 1969 Fernan- do de Jesús García Jiménez, quien luego de graduarse en la UniAntio- quia se radicó en Bogotá como destacado docente en la UniNacional.

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José Delgado Rubén Marrugo Carlos Garzón En Pasto (Nariño), en las décadas de 1920 y 1930, los médicos Efraín Solarte Álava (f) y Jorge García (f), graduados en el Ecuador, presta- ron grandes servicios en el control de la lepra y en el curso de la epide- mia de bartonelosis, que causó miles de muertos. Durante la década de 1950, José María Delgado Riascos (f), quien estudió en la Sorbona, trabajó allí por unos años y se radicó en Cali22 y Humberto Dorado. En Cartagena de Indias (Bolívar) iniciaron la dermatología, Rubén Marrugo Ramírez (f), médico de la Universidad de Cartagena (Uni- Cartagena) en 1943, dermatoleprólogo y microbiólogo, fue el primer director del leprocomio de Caño de Loro en Tierra Bomba. El Maestro Moisés Pianeta Muñoz (f), médico de la UniCartagena en 1933, donde fue decano en 1946. Multiespecialista estudió pediatría, medicina so- cial, psicoanálisis y psiquiatría y se dedicó a la sifilografía y a la derma- tología, siendo profesor de estas últimas. Carlos Alberto Garzón Fortich, estudió dermatoleprología en la Escola de Saúde Pública de Belo Horizonte, Brasil, y en los Estados Unidos. Se radicó definitiva- mente en Cartagena en 1953, siendo el primer dermatólogo titulado. Fue profesor de la UniCartagena, Director de la Colonia Sanatorio de Caño de Loro y del Lazareto de Agua de Dios, Jefe de la Campaña Na- cional antileprosa del Ministerio de Salud. Su aporte a la leprología y a la dermatología colombiana es invaluable hasta la actualidad. Nayib Ambrad Domínguez (f), en 1950 en Argentina hizo curso de endocri- nología con Carlos Galli Mainini, E.B. Del Castillo y Guillermo Di Paola; en investigación endocrina fue colaborador y discípulo del Premio Nobel Profesor Bernardo Alberto Houssay; en dermatología, discípulo del pro- fesor Cordibiola. Autor de la Coloración de Contraste para las reaccio- nes de Galli Mainini. Estudió además en Suiza, Italia y España. Enri-

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Nayib Ambrad Enrique Osorio Julio Barreneche que Alonso Osorio Camacho, concluyó estudios de medicina y derma- tología en 1965, en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Fue profesor en la UniCartagena, Presidente de la Asociación en 1980 y continúa su ejercicio con excelencia, y Diego Fernando Gómez Pérez, se graduó de dermatólogo en Buenos Aires en 1960, regresó a Cartagena y ha participado activamente en la política nacional. Llegó a Cali (Valle del Cauca), en 1939, Julio César Barreneche Mesa (f), quien estudió dermatología y anestesiología en Suiza. Por esa época también ejercían aunque sin ser especialistas Carlos Salcedo Ca- bal (f) y James Kelber (f). En 1954, Hernán Tobón Pizarro (f), derma- tólogo del Skin & Cancer de New York, con estudios en Buenos Aires con el profesor Luis Pierini, fue pilar de la especialidad hasta su falleci- miento en 1985. En 1956 llegó Jaime Betancourt Osorio (f), estudió dermatología en Madrid en 1955 y perfeccionó sus estudios con el Pro- fesor Pierini en Buenos Aires. En 1956, con el doctor Tobón fueron los primeros profesores de dermatología en la UniValle. Era “Gloria Viva” de la especialidad hasta el 25 de septiembre de 2004. Cultivó la pintura, la escultura y la poesía. Profesé por él mi mayor cariño y respeto. Por esa época ejerció hasta 1965 José María Delgado Riascos (f) quien había estudiado en París. En 1960, Ernesto Correa Galindo (f), dermato- patólogo formado en la Argentina bajo tutela de Pierini, Borda y Abulafia; pionero de la dermatopatología, sentó cátedra en el Hospital San Juan de Dios en Cali. Héctor Gallego, trabajó por tres años en esa época y re- gresó a Estados Unidos donde se había graduado de dermatólogo. En 1965, Antonio José Torres Muñoz, discípulo de Ernesto Correa, per- feccionó su saber en dermatopatología en Buenos Aires con Aarón Kaminsky. Ejemplar Profesor Ad-honorem en UniValle hasta la fecha. 50 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA

Hernán Tobón Jaime Betancourt Ernesto Correa

Antonio Torres Rafael Falabella Cecilia Moncaleano Consumado lector y dotado de incomparable memoria que lo lleva a poseer una vasta cultura general. En 1966, Rafael Falabella Falabella, dermatólogo de la Universidad de Iowa. Creó en 1970 con Jaime Betancourt y Nelson Giraldo el Servicio de Dermatología de la UniValle, sien- do desde entonces su Jefe. Sus investigaciones han dado grandes avances al estudio y tratamien- to del vitiligo y otra enfermedades del pigmen- Nelson Giraldo to. En 1967, inició su ejercicio en Cali, Cecilia Moncaleano de Lasprilla, La Dama de la Dermatología Vallecaucana. Fue la primera mujer que ejerció la dermatología en Colombia, después de haberla estudiado en la Universidad de São Paulo (UniSãoPaulo) (1963-1965). El mismo año, regresó Nelson Giraldo Restrepo (f), quien estudió dermatopatología en Buenos Aires con el Profesor Abulafia. Fue profesor excelente en la UniValle 22. La historia de la dermatología en Santander se inició con Álvaro

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Álvaro Sabogal Luis Moreno Jaime Acevedo

Sabogal Rey (f), quien llegó a Bucaramanga en 1958. Presidió la Aso- ciación en dos oportunidades. Fundó el Consultorio Dermatológico, desde donde dirigía los programas de lepra en compañía de Virgilio Alberto Rodríguez Fernández, quien trabajó en esa ciudad hasta 1969. Alejan- dro Villalobos Fernández, llegó en 1960, graduado en Buenos Aires y luego de ejercer unos años viajó a Estados Unidos a estudiar Psiquiatría. En 1961, luego de estudiar en España, llegó Luis Felipe Moreno Mo- reno, quien inició el manejo de las úlceras de miembros inferiores e hizo contribuciones muy importantes en el cuidado de los enfermos de lepra, y en 1964 llegó Jaime Acevedo Ballesteros. Los dos últimos, actualmente en cabal ejercicio. En el eje cafetero, en Manizales (Caldas) el primero en ejercer la especialidad fue Gonzalo Botero Zuluaga, quien se ha destacado ade- más como importante dirigente cívico y político en la región. Hacia 1965 llegó el primer dermatólogo de escuela, Heriberto Gómez Sierra (f) de la UniAntioquia, fundador del Servicio de Dermatología en la UniCaldas. Su muerte, mientras se desarrollaba esta obra, se lamenta muchísimo. Fue Presidente de la Asociación. Bernardo Giraldo Neira, estudió der- matología en los Estados Unidos, se especializó en alergias y desde1967 ejerce en Manizales y Pereira. A Pereira (Risaralda) llegaron en la épo- ca luego de estudiar en la Argentina, Adolfo Ormaza Hinestrosa, der- matólogo de la Universidad de Buenos Aires (UniBuenosAires) en 1965 y Bernardo Marín (f), un verdadero señor, que estudió también con Nelson Giraldo y a quien hace poco el Capítulo del Eje Cafetero le rin- dió justo homenaje. En Armenia el pionero fue Fabio Rivera Álvarez. En Cúcuta (Norte de Santander) y Arauca, el maestro Pedro Miguel

52 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA

Heriberto Gómez Adolfo Ormaza Pedro Román

I a D. Bernardo Marín y Bernardo Giraldo Luis López

Carmelo Castilla I a D. Flavio Gómez, Ali Tajan, Juan Velásquez Román Suárez (f), graduado en 1954 con estudios en leprología en 1966 en el Instituto F.Ll.A., inició la especialidad y durante casi cuatro décadas reco- rrió estas regiones para llevar bienestar a los pacientes dermatológicos espe- cialmente de lepra. En Barranquilla (Atlántico), los primeros fueron Blas Retamoso (f), quien estudió medicina en Cartagena y se dedicó a la dermatología. Luis E. López (f), nació en Bogotá y se radicó en Barranquilla. Carmelo Castilla Porto (f), quien se especializó en Buenos Aires y Chicago, y

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José Delgado José Zambrano Hugo Corrales L. Alí Tajan Calvo quien estudió en la Argentina, gran hombre y poeta y Fuad Muvdi Chain que regresó de Bogotá. En Santa Marta fueron los pioneros, médicos formados en dermato- leprología en el Instituto F.Ll.A., Juan Manuel Fakiolas Miranda (f) (1914-1984), quien estudió también en Bruselas. Edmundo Rafael Mazenet Fuentes (f) (1924-1998) quien inició su ejercicio en 1959 y Virgilio Alberto Rodríguez Fernández, quien luego de trabajar en Bucaramanga se trasladó a Santa Marta en 1970. En el Departamento del Cauca, la historia de la dermatología data desde la época de la Colonia por la importancia histórica de su capital, Popayán. Fueron los pioneros titulados, José María Delgado Paredes (f), nació en 1918, dermatólogo de la Universidad de South Carolina y Salubrista de la Universidad de Harvard, Jefe de Morfología y Profesor de Dermatología en la UniCauca. Mario Ernesto González, dermató- logo de la Universidad de Buenos Aires, Profesor de Dermatología en la UniCauca por más de 30 años, y José Félix Zambrano Payán, con entrenamiento en dermatoleprología en el Instituto F.Ll.A., Profesor Colaborador en la UniValle en lepra y leishmaniasis. Supervisor de en- fermedades de la piel del Ministerio de la Salud. En Córdoba, el primero en llegar a Montería fue Hugo Corrales Lugo (f), alrededor de la década de 1960, con formación en el Instituto F.Ll.A., y quien manejó los programas de lepra, seguido por Albio Puche. En Sincelejo (Sucre) fue el primero, Hugo Antonio Corrales Medrano, quien es además médico internista. En Boyacá, inició el ejercicio de la especialidad Antonio José Mo- rales Segura a partir de 1968, cuando llegó de la Universidad de Sala- manca, España, donde estudió dermatología y venereología. En ejerci-

54 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA

Hugo Corrales M. Antonio Morales cio con competencia y éxito hasta la actualidad. Estos hombres, los precursores y más adelante los pioneros, sembra- ron la fértil semilla de la dermatología en el país. Brindaron y brindan invaluable servicio a la comunidad, han enseñado su saber y son el ejem- plo presente y futuro de quienes practicamos este arte, esta ciencia, esta apasionante rama del saber. Investido del sentir de los dermatólogos colombianos, brindo toda la admiración, el respeto y la gratitud a los precursores y pioneros aquí mencionados y también a aquellos cuyos nombres haya podido omitir involuntariamente por desconocimiento.

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III Congreso Nacional de Dermatología en Cali, 1963. Cedida por Alonso Cortés

I a D. Fernando García, Juan Pedro Velásquez, Jairo Mesa, Gerzaín Rodríguez Flavio Gómez, Rafael Falabella

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CAPÍTULO III

Historia de la Asociación Colombiana de Dermatología

y Cirugía Dermatológica

57 VARELA HERNÁNDEZ CI

58 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA

HISTORIA DE LA ASOCIACIÓN COLOMBIANA DE DERMATOLOGÍA Y CIRUGÍA DERMATOLÓGICA

CÉSAR IVÁN VARELA HERNÁNDEZ

Aunque la Asociación que nos une fue fundada obviamente después del inicio del ejercicio de varios colegas, decidí incluir en este lugar su historia con los datos más significantes, para no interrumpir el desarro- llo cronológico en los departamentos y regiones, y en cuyo relato el lec- tor irá conociendo a los actores mencionados en este capítulo. En el Club Médico de Bogotá, el 27 de junio de 1948, a las 6:00 p.m., se reunieron con el fin de crear la Sociedad Colombiana de Der- matología y Sifilografía, los dermatólogos Manuel José Silva, Gonza- lo Reyes García, Carlos E. Cortés Enciso, Miguel Serrano Camargo, Guillermo Pardo Villalba, Alcibíades Correal, Álvaro Medina, Tomás Henao Blanco, Gustavo Castellano M, Alberto Medina Pinzón, Alberto Caballero, Rafael López Ruiz, Luis Alberto Díaz y Alfredo Laverde. Eligieron Presidente a Gonzalo Reyes García, Vicepresidente a Carlos E. Cortés Enciso y Secretario a Guillermo Pardo Villalba. La Sociedad se creó con el fin de propender por el desarrollo de la especialidad, la docencia, la investigación, la profilaxis de la sífilis y las enfermedades tropicales, la vigilancia de los títulos y del ejercicio, el arbitraje de problemas y velar por los intereses de los asociados, entre otros. Vendría la segunda etapa de la Sociedad cuando el 27 de junio de 1959 en el Hotel Tequendama de Bogotá, con el fin de que ésta tuviera un verdadero carácter nacional, Gonzalo Calle Vélez de Medellín, Fabio

Gonzalo Reyes Manuel Silva Carlos Cortés Guillermo Pardo

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Acta de fundación de la Sociedad Colombiana de Dermatología y Sifilografía, p. 1

60 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA

Acta de fundación de la Sociedad Colombiana de Dermatología y Sifilografía, p. 2

61 VARELA HERNÁNDEZ CI

Acta de fundación de la Sociedad Colombiana de Dermatología y Sifilografía, p. 3

Londoño González de Bogotá y Hernán Tobón Pizarro de Cali, solicita- ron a los fundadores suprimir el primer artículo del estatuto que consa- graba la obligatoriedad de vivir en Bogotá para pertenecer a la Sociedad, lo que fue aprobado. Se asociaron en ese entonces Blas Retamoso y Luis López de Barranquilla. Alfonso Gamboa Amador, Julio César Medellín, Fabio Londoño, Gustavo Bustos Silva, Mario Sánchez Medina, Campo Elías Aguirre, José Francisco Parra, Hernando Chala Varela, Guillermo Gutiérrez Aldana y Ricardo Aristizábal Fernández, de Bogotá. Hernán Tobón Pizarro, Jaime Betancourt Osorio y Ernesto Correa Galindo, de Cali. Moisés Pianeta Muñoz, de Cartagena. Gonzalo Botero Zuluaga, de Manizales. José Posada Trujillo, Gustavo Uribe Escobar, Gonzalo Calle Vélez, Alonso Cortés Cortés, Juvenal Gaviria Ochoa, Jorge López de Mesa, Arturo Orozco Valencia, Iván Rendón Pizano, Carlos E. Tobón Zuluaga, Fabio Uribe Jaramillo y Aníbal Zapata Gutiérrez, de Medellín Fue elegido Presidente en esta segunda etapa Guillermo Pardo Villalba.

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J Betancourt, F Londoño, M Serrano. Refundación Sociedad 1959 La Sociedad realizó en Bogotá su primer Congreso Nacional de Derma- tología del 8 al 10 de diciembre de 1960, siendo Presidente de la Junta Directiva Guillermo Pardo Villalba y Vicepresidente Carlos E. Cortés Enciso. Por petición del Presidente de la Sociedad Guillermo Pardo Villalba, el 26 de octubre de 1961, el Ministerio de Justicia le reconoció personería jurídica a la Sociedad mediante Resolución N° 003257. La primera reforma al estatuto se hizo el 4 de diciembre de 1964 durante el IV Congreso Nacional en Bucaramanga, seguida por refor- mas en 1965, 1966, 1974, 1998, 2002 y 2004. En junio de 1975, siendo Presidente Adolfo Ormaza y Vicepresidente Jairo Mesa, la Sociedad publicó su Primer Boletín con un contenido de 38 páginas, y artículos de Gonzalo Reyes, Jairo Mesa, Jaime Betancourt, Antonio Torres, Luis Alfredo Rueda, Fabio Londoño y Rafael Falabella. Acorde con el Decreto del Gobierno Nacional 1088 de 1991, la So- ciedad reformó el estatuto en Asamblea General durante la presidencia de Mercedes Flórez Díaz Granados el 5 de junio y 8 de octubre de 1998, y cambió su razón social a Asociación Colombiana de Dermatología y Cirugía Dermatológica (la Asociación), mediante Resolución Nº 04746 del Ministerio de Salud. La Asociación ha realizado 25 Congresos Nacionales de Dermatología desde 1960 en las ciudades de Barranquilla, Bogotá, Bucaramanga, Cali,

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Estatuto 1964, p. 1

64 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA

Estatuto 1964, p. 2

65 VARELA HERNÁNDEZ CI

Primer Boletín de la Sociedad Colombiana de Dermatolgía, 1975, p. 1

66 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA

Primer Boletín de la Sociedad Colombiana de Dermatolgía, 1975, p. 2

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Cartagena, Manizales, Medellín, Paipa, Pasto, Pereira, San Andrés Isla y Santa Marta y múltiples simposios y cursos nacionales e internacionales. Ha apoyado la creación de los Capítulos Regionales que en la actua- lidad son 12: Centro (1949), Valle del Cauca (1963), Antioquia (1977), Atlántico (1987), Nariño (1990), Bolívar (1993), Santander (1994), Ca- ribe (2003), Centro-Oriente (2003), Eje Cafetero (2003), Morrosquillo (2004) y Nortesantandereano (2004). Importantes asociaciones de sub-especialidades o relacionadas con la dermatología se han vinculado a la Asociación como Filiales y son ellas la Asociación Colombiana de Dermatología Pediátrica (AsoColDer- Pediátrica) (1992), el Capítulo Colombiano de Dermatopatología (1996), la Asociación Colombiana de Dermatología Oncológica (2002), la Aso- ciación de Historia de la Dermatología Colombiana (2004), la Asocia- ción Colombiana de Cirugía Dermatológica y la Sociedad de Tricología y Trasplante. En 2005 solicitará su filiación la Asociación Colombiana de Dermatología Cosmiátrica. Su órgano de difusión es la Revista de la Asociación Colombiana de Dermatología y Cirugía Dermatológica (la Revista), creada en 1990 por el Presidente de la Asociación Flavio Gómez quien invitó a Carlos Es- cobar como primer editor y el primer número circuló en julio de 1991. Actualmente es publicación trimestral. La Página Web de la Asociación (la Página Web) fue creada en 2001 durante la presidencia de Ángela Zuluaga y desde enero de 2003 es dirigida por Jairo Mesa Cock. Arturo César Argote Ruiz, Tesorero de la Junta Directiva (1996-1998), impulsó la compra de la actual sede ubicada en el sexto piso del Edificio El Bosque en la Calle 134 Nº 13-83, Oficina 601, en Bogotá, la que se hizo efectiva el 18 de diciembre de 2002. La Asociación que inició en 1948 con 14 dermatólogos agrupa en octubre de 2004 a 459 Miembros de Número, 30 Miembros Honorarios, 55 Miembros Honorarios Internacionales y 23 Miembros Correspon- dientes, para un total de 567 asociados y 68 residentes. La Asociación ha cumplido a cabalidad con sus objetivos desde su fundación y ha acompañado los cambios y la evolución de la ciencia, la educación y la misma política nacional. Cabe resaltar en los últimos años la extraordinaria labor de los presidentes Carlos Horacio González, Ángela Zuluaga y Evelyne Halpert, por consolidar los capítulos regio-

68 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA

Sede Asociación Colombiana Dermatología y Cirugía Dermatológica. Bogotá nales y dar impulso a los asuntos gremiales de acuerdo con las necesida- des y en el marco del nuevo sistema de salud impuesto por la Ley 100 de 1993. Durante la presidencia de Evelyne Halpert, se incorporaron los residentes de las Escuelas de Dermatología y se fortaleció la parte gre- mial con la coordinación nacional de César Iván Varela y César Burgos, haciendo presencia y con representación en las juntas directivas de las diferentes asociaciones médicas del país.

PRESIDENTES Y JUNTAS DIRECTIVAS

1948-1959 Presidente: Gonzalo Reyes García. Vicepresidente: Car- los E. Cortés Enciso. Secretario-Tesorero: Guillermo Pardo Villalba 1959-1960 Presidente: Guillermo Pardo Villalba. Vicepresidente: Carlos E. Cortés Enciso. Secretario-Tesorero: Fabio Londoño González. Vocales: Alfonso Gamboa Amador y Tomás Henao Blanco 1960-1961 Presidente: José Posada Trujillo. Vicepresidente: Gon- zalo Calle Vélez. Secretario-Tesorero: Iván Rendón Pizano. Vocal: Alonso Cortés Cortés 1961-1963 Presidente: Hernán Tobón Pizarro. Vicepresidente: Jai- me Betancourt Osorio. Secretario-Tesorero: Ernesto Correa Galindo

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1963-1964 Presidente: Álvaro Sabogal Rey. Vicepresidente: Anto- nio Jazbón Mantilla. Secretario-Tesorero: Alejandro Villalobos Fernández 1964-1965 Presidente: Fabio Londoño González. Vicepresidente: Alberto Medina Pinzón. Secretario-Tesorero: Guillermo Gutiérrez Aldana. Vocal: Gonzalo Reyes García 1965-1966 Presidente: Gonzalo Calle Vélez. Vicepresidente: Fabio Uribe Jaramillo. Secretario-Tesorero: Iván Rendón Pizano. Vocal: Alonso Cortés Cortés 1966-1968 Presidente: Heriberto Gómez Sierra. Vicepresidente: Víctor Cárdenas Jaramillo. Secretario-Tesorero: Flavio Gómez Vargas. Vocal: Gonzalo Botero Zúñiga 1968-1970 Presidente: Luis Alfredo Rueda Plata. Vicepresidente: Guillermo Gutiérrez Aldana. Secretario-Tesorero: Fabio Londoño González. Vocal: Miguel Serrano Camargo 1970-1972 Presidente: Fuad Muvdi Chain. Vicepresidente: Blas Retamoso. Vocal: Carlos Alberto Garzón Fortich 1972-1974 Presidente: Rafael Falabella Falabella. Vicepresidente: Jaime Betancourt Osorio. Secretario-Tesorero: Nelson Giraldo Restrepo. Vocal: Antonio José Torres Muñoz 1974-1976 Presidente: Adolfo Ormaza Hinestrosa. Vicepresidente: Jairo Mesa Cock. Secretario General: Luis Alfredo Plata Rueda 1976-1978 Presidente: Guillermo Gutiérrez Aldana. Vicepresiden- te: Fernando García Jiménez. Tesorero: Víctor Manuel Zambrano. Se- cretario General: Luis Alfredo Rueda Plata 1978-1980 Presidente: Alfonso Rebolledo Muñoz. Tesorera: María Mélida Durán Merchán. Secretario General: Luis Alfredo Rueda Plata 1980-1982 Presidente: Enrique Alfonso Osorio Camacho. Vicepre- sidente: Fuad Muvdi Chain. Tesorero: Alfonso Navarro Naar. Secretario General: Luis Alfredo Rueda Plata 1982-1984 Presidente: Álvaro Sabogal Rey. Tesorero: Hernando Mosquera Sánchez. Secretario General: Luis Alfredo Plata Rueda. Vo- cales: Luis Felipe Moreno Moreno, Jaime Acevedo Ballesteros y Juan Francisco Hernández Páez 1984-1986 Presidente: Juan Guillermo Chalela Mantilla. Vicepre- sidente: Edgar Olmos Olmos. Tesorero: Enrique Suárez Peláez. Secreta- rio General: Luis Alfredo Rueda Plata. Vocales: Antonio Barrera Arena-

70 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA les y Eduardo González Gutiérrez 1986-1988 Presidenta: María Mélida Durán Merchán. Vicepresi- dente: Rafael Falabella Falabella. Tesorero: Rafael Falabella Falabella. Secretario General: Luis Alfredo Rueda Plata.Vocales: Carlos Enrique Escobar Restrepo y Mercedes Flórez Díaz Granados 1988-1990 Presidente: Mariano López López. Vicepresidenta: Stella Prada de Castañeda. Tesorero: Jairo Cifuentes Carrascal. Secretario: Hernando Mosquera Sánchez. Vocales: Alejandro Muvdi Chiari y Car- los Enrique Escobar Restrepo 1990-1992 Presidente: Flavio Alonso Gómez Vargas. Vicepresiden- te: Carlos Enrique Escobar Restrepo. Secretario: Antonio Barrera Are- nales. Tesorero: Adolfo Gómez Agámez. Vocales: Felipe Jaramillo Ayerbe y Nancy Castro Salgado 1992-1994 Presidente: Rafael Falabella Falabella. Vicepresidenta: Mercedes Flórez Díaz Granados. Secretario: Luis Hernando Moreno Macias. Tesorera: María Isabel Barona Cabal 1994-1996 Presidente: Juan Pedro Velásquez Berruecos. Vicepre- sidente: Jaime Soto Mancipe. Secretaria: Ángela Inés Zuluaga de Cade- na. Tesorera: Luz Marina Gómez Vargas. Vocales: Guillermo González Rodríguez, Álvaro Julio Correa Sánchez y Eduardo González Gutiérrez 1996-1998 Presidenta: Mercedes Flórez Díaz Granados. Vicepresi- dente: Antonio Jaller Raad. Secretario: Enrique Súarez Peláez. Tesore- ro: Arturo César Argote Ruiz. Vocales: Sergio Arroyave Correa, Luz Stella Abisaad Janna y Jairo Victoria Chaparro 1998-2000 Presidente: Carlos Horacio González Rojas. Vicepresi- dente: Bernardo Huyke Urueta. Secretario: Eduardo González Gutiérrez. Tesorero: Guillermo González Rodríguez. Vocales: Amparo Ochoa Bra- vo, Giovanni Bojanini Morrón y Melba Herrera Marceles 2000-2002 Presidenta: Ángela Inés Zuluaga de Cadena. Vicepresi- dente: Álvaro Enrique Acosta Madiedo de Hart. Secretaria: Beatriz Orozco Mora. Tesorero: Laureano Osorio Gutiérrez. Vocales: Danilo Álvarez Villegas, Luz Stella Montoya de Bayona y Víctor Otero Marrugo 2002-2004 Presidenta: Evelyne Halpert Ziskiend. Vicepresidenta: Esperanza Meléndez Ramírez. Secretario: Elkin Omar Peñaranda Contreras. Tesorera: Clara Inés Ortiz Serrano. Vocales: Adriana Arrunátegui Ramírez, Armando José Vásquez Lobo, Germán Santa-

71 VARELA HERNÁNDEZ CI coloma Osorio, Héctor José Castellanos Lorduy, Mariela Tavera Zafra y Verónica María Molina Vélez 2004-2006 Presidente: Antonio Barrera Arenales. Presidente Ho- norario: Mariano López López. Vicepresidente: Luis Hernando Moreno Macias. Secretaria: Patricia DeCastro Lotero. Tesorera: Clara Inés Ortiz Serrano. Vocales: Alfonso Rebolledo Muñoz, Ángela Seidel Arango, Armando José Vásquez Lobo, César Augusto Burgos Alarcón, Jairo Fuentes Carrascal y Mónica María Escobar Franco

GALERÍA DE PRESIDENTES DE LA ASOCIACIÓN

TOMADO DE LA GALERÍA DE PRESIDENTES DE LA OFICINA DE LA ASOCIACIÓN

Gonzalo Reyes Guillermo Pardo José Posada Hernán Tobón

Álvaro Sabogal Fabio Londoño Gonzalo Calle Heriberto Gómez

Luis A. Rueda Fuad Muvdi Rafael Falabella Adolfo Ormaza

72 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA

Guillermo Gutiérrez Alfonso Rebolledo Enrique Osorio Juan Chalela

María Mélida Durán Mariano López Flavio Gómez Juan Velásquez

Mercedes Flórez Carlos H. González Ángela Zuluaga

Evelyne Halpert Antonio Barrera

73 VARELA HERNÁNDEZ CI

HOMENAJE A LOS PRESIDENTES SALIENTE Y ENTRANTE EN EL AÑO 2004

Rindo homenaje a los Presidentes en el año 2004, Evelyne Halpert Ziskiend y Antonio Barrera Arenales, año en que escribí gran parte de este libro, y que de manera fundamental han contribuido para hacerlo posible.

Evelyne Halpert Ziskiend. Presidenta 2002-2004

Nació en Bogotá de ascendencias checos- lovaca y francesa, médica en 1974 y derma- tóloga de la Universidad de Antioquia en 1980. Dermatóloga Infantil del Instituto Na- cional de Pediatría de México en 1981, cons- tituyéndose en la primera dermatóloga infan- til en el país. Docente y Jefe de la Sección de dermatología pediátrica en la Universidad de Antioquia (1981-1990). Profesora Asistente de dermatología, Departamento de Medici- Evelyne Halpert na Interna, Facultad de Medicina, Uni- Antioquia (1984-1990). Profesora Visitante en el Centro de Estudios de Salud Ocupacional y Ecología Humana en la Fundación Oswaldo Cruz, Rio de Janeiro (1988-1989). Profesora Visitante en el Departamento de dermatología pediátrica, Hospital Universitario Johns Hopkins, Baltimore (1989-1990). Docente de dermatología pediátrica, Departamento de Pe- diatría de la Escuela Colombiana de Medicina (1993-1996). Jefe de la Sección de dermatología pediátrica de la Fundación Santafé de Bogotá desde enero 1992. Cofundadora y Presidenta de la AsoColDerPediátrica. Presidenta de la Asociación 2002-2004. Trabaja con la doctora Elizabeth García, una línea de investigación sobre inmunopatogénesis del prurigo estrófulo causado por la picadura de pulgas, haciéndose merecedora al Premio Nacional de Investigación RHONE POULANC de la Academia Nacional de Medicina en 1999, así como al primer puesto, premio Galderma en el concurso nacional de investigación en dermatología durante el XXII Congreso Colombiano de Dermatología

74 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA en 1998. Ha publicado múltiples trabajos de investigación y es autora y coautora en varios textos como Dermatología en sus Manos, Textbook of Pediatric Dermatology, Manual de Dermatología Básica y Descriptiva, Actualizaciones Pediátricas, Fundamentos de Pediatría, Dermatología Neonatal. Brindó todo su apoyo, estímulo y colaboración al autor para el desarrollo de esta obra.

Antonio Barrera Arenales. Presidente 2004-2006

Nació en San Andrés, Santander, estudió filosofía en la Universidad Santo Tomás de Aquino en 1964. Médico de la Universidad Nacional en 1973 y dermatólogo del Centro Dermatológico Federico Lleras Acosta-Uni- versidad Javeriana, Bogotá, en 1979. Reali- zó sub-especialización en dermatopatología en la Universidad Complutense de Madrid en 1978. Inició su brillante ejercicio como profesio- nal, académico y directivo en Bogotá en 1979, Antonio Barrera como docente en El Centro Dermatológico Federico Lleras Acosta-Universidad Javeriana (1979-1993) donde además fue Coordinador de Post-grado, y Jefe del Departamento de Dermato- patología. Profesor en el Colegio Mayor Universidad del Rosario, Hospital Lorencita Villegas de Santos (1980-1996). Con Enrique Suárez (f) iniciaron el programa de pre-grado en dermatología en la Universidad de la Sabana del que actualmente es su Coordinador. Cofundador de AsoColDerPediátrica de la que fue su Presidente (1999-2001), presidió el V Congreso Nacional de Dermatología Pediátrica en 2001 y como Vicepresidente de esta Asocia- ción, coordinó con Evelyne Halpert los congresos II, III y IV de esta entidad. Presidente de la Sociedad Bogotana de Dermatología, Capítulo Cen- tro, Bogotá y Distrito Capital (1990-1992). Cofundador y primer Presi- dente en 1996 del Capítulo Colombiano de Dermatopatología. Autor de múltiples artículos ha participado como expositor en incontables con- gresos. Presidente de la Asociación Colombiana de Dermatología y Ci- rugía Dermatológica para el período 2004-2006.

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Reconocimiento a doña Nelly Pinzón Barreto Secretaria de la Oficina de la Asociación Debo y quiero hacer un justo y merecido reconoci- miento a quien consideramos de nuestra familia derma- tológica, pues nació en el ámbito y desde 1972 ha acom- pañado la historia, además de mi gratitud infinita pues sin ella muchos de los datos consignados aquí me ha- brían sido mucho más difíciles o imposibles de obtener o verificar, doña Nelly Pinzón Barreto, Secretaria en la Nelly Pinzón oficina de la Asociación. Nació en Agua de Dios y en 1969 dejó los estudios ante la muerte de su padre para ayudar a su madre y 8 hermanos, radicándose en Bogotá en 1972, donde el 1 de julio se inició como Secretaria de Fabio Londoño en la Dirección del Centro Dermatológico F.Ll.A. Trabajó allí durante 21 años, 17 de ellos bajo las órdenes del doctor Londoño y los 4 restantes de María Mélida Durán y Mariano López, quienes le reforzaron el ejemplo que había recibido en su hogar de lealtad, honestidad, rectitud y responsabilidad. Concluyó su bachillerato y realizó cursos en el SENA. Carlos Horacio González en 1998, la nombró Secretaria de la oficina de la Asociación y desde enton- ces es figura fundamental para su buena marcha.

Bogotá, D.C.

76 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA

CAPÍTULO IV

Historia de la Dermatología en los Departamentos

Los Capítulos Regionales

Los Servicios-Escuelas de Dermatología

Dermatólogos Colombianos en el Exterior

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Dermatólogo. Estatuilla en cerámica. Diseño de Jessica Pazán, Taller de Cerámica El Palomar, con adaptaciones de César Iván Varela. Entregada a los Dermatólogos Honorarios Jaime Betancourt (f), Antonio Torres, Rafael Falabella, Daniel González (f) y Cecilia Moncaleano, durante el Cuadragésimo Aniversario de Fundación de la Asociación Colombiana de Dermatología y Cirugía Dermatológica, Capítulo del Valle en septiembre 20 de 2003 78 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA

BOGOTÁ DISTRITO CAPITAL Y DEPARTAMENTO DE CUNDINAMARCA

CÉSAR IVÁN VARELA HERNÁNDEZ

El Departamento de Cundinamarca está ubi- cado en un altiplano en el centro del país entre el Valle del río Magdalena y el piedemonte de los Llanos Orientales, sobre la Cordillera Oriental. Cuando llegaron los conquistadores españoles, habitaban este antiguo territorio chibcha los in- dígenas muiscas, muzos, panches y teguas entre otros. En las inmediaciones de la ciudad de Zipaquirá, bajo la tierra, se encuentra la majes- tuosa Catedral de Sal, joya arquitectónica y reli- giosa mundial. Bogotá Distrito Capital es una de las principales ciudades de Latinoamérica y Catedral de Sal de Zipaquirá. A Arrunátegui, LH Moreno, desde su fundación en 1538 es la capital del de- D Alencar partamento y del país. La historia de la dermatología en Bogotá se inició en 1569 con la fundación del Hospital de San Pedro llamado posteriormente Hospital de San Juan de Dios o de La Hortúa, y siguió desde 1760 con José Celestino Mutis que difundió la vacuna de la viruela. Pero la creación de la Uni- versidad Nacional de los Estados Unidos de Colombia, en 1867, marcó un hito en la historia Gabriel Castañeda con Gabriel José Castañeda en 1886 al iniciar la enseñanza de la dermatología y con José Ignacio Uribe en 1910 que logró para ella el reconocimiento como especialidad. En los primeros años del siglo XX tuvieron importante papel ilustres médicos como Juan de Dios Carrasquilla, Pablo García Medina, Eliseo Montaña Granados, Roberto Fran- co y el veterinario Federico Lleras Acosta, dedicados básicamente al estudio de las enfermedades tropicales, la sifilología, la histología y la lepra. Estos

79 VARELA HERNÁNDEZ CI personajes dieron paso a dermatólogos graduados en el exterior como los bien conocidos Manuel José Silva, Gonzalo Reyes García, Miguel Serrano Camargo, Carlos E. Cortés Enciso, Ignacio Chala Hidalgo, Alfonso Gamboa Amador, Alfredo Laverde Laverde, Tomás Henao Blanco y Guillermo Par- do Villalba, entre otros a quienes ya mencioné en la sección de precursores y pioneros. Intentaré hacer el relato cronológico de los colegas dermatólo- gos que desde la década de 1910 y de quienes dispongo de datos, han ejerci- do en la capital. Procuraré, asimismo, citar hechos de importancia como las creaciones de los Capítulos Regionales y de los Servicios de Dermatología en varias universidades.

Décadas de 1910 a 1960

José Ignacio Uribe (1884-1935), nació en Neiva, se graduó de médico en la UniNacional en 1907 y gra- cias a que siempre obtuvo las mejores calificaciones, como estudiante, el Presidente General Rafael Reyes, lo envió para continuar su preparación en el Hospital Saint Louis de París, donde estudió con los más gran- des dermatólogos de la época. Ya en Colombia, en 1910 desde la UniNacional, dio a la dermatología perso- José Uribe nalidad propia como especialidad, y transformó la enseñanza de esta ciencia. Logró que en el Hospital San Juan de Dios se destinaran áreas específicas para enfermedades de la piel y las venéreas y fue un notable profesor. Decía Gonzalo Reyes García: “sus alumnos no que- rían perderse de las brillantes exposiciones del sabio maestro”. Despertó el interés por el estudio de las micosis profundas y la leishmaniasis, y enseñó el polimorfismo de la tuberculosis cutánea. En 1927 estuvo en París, donde sus conceptos fueron acogidos con respeto por clínicos eminentes como Gougerot, Ravaut y Millian. Otra vez en Bogotá, en 1932, retomó la Cáte- dra, hasta 1935, cuando enfermó y en búsqueda de mejoría, fue de nuevo a París donde falleció ese año. El Congreso Nacional, durante el gobierno del Presidente Eduardo Santos, lo exaltó y condecoró en reconocimiento a su labor científica. Años después el Congreso de la República le rindió honores e hizo colocar una placa de mármol a la entrada del Pabellón de Clínica Dermatológica en el Hospital San Juan de Dios, para que las generaciones 80 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA futuras conocieran que allí “había actuado el más in- signe dermatólogo colombiano de todos los tiem- pos”16. Manuel José Silva (1892-1980), nació en Charalá, Santander, se graduó de médico en 1917 en la UniNa- cional con la tesis Bubón Tropical. Viajó a Francia y se recibió como dermatólogo en la Universidad de París y realizó también estudios en los Estados Uni- dos. Fue un maestro por excelencia que a su regreso Manuel Silva en Bogotá, inició su brillante carrera académica en la UniNacional donde fue Jefe de Clínica en la Cátedra de Dermatología (1927-1932) y Profesor Titular desde 1939 hasta 1959. Durante su período se consiguieron los apa- ratos para los tratamientos electro y fisioterápicos y se establecieron estos servicios. Gestor y fundador del Museo de Cera de Dermatología en la mis- ma universidad. Miembro de la Academia Nacional de Medicina, con el cargo de tesorero en dos ocasiones, Miembro Honorario en 1962 y Miem- bro de la Academia de Historia de la Medicina. Autor del Curso de Cance- rología en 1945 y de muchos artículos científicos. Se le recuerda en el ám- bito médico nacional como uno de los más grandes e ilustres profesionales de todas las épocas. Gonzalo Reyes García (1897 Sogamoso-1991 Bogotá). Hijo de Juan Bautista Reyes Melgarejo (des- cendiente de Juan José Reyes a quien Simón Bolívar llamó el General Patria por su heroísmo en la bata- lla de los Corrales de Bonza) y de Elisa García Medina. Se graduó de médico en la UniNacional en 1915 con su tesis Influencia de los rayos solares en Bogotá sobre el bacilo diftérico de Klebs-Löffler. Tra- bajó como médico escolar de Cundinamarca y en El Gonzalo Reyes Espinal (Tolima), luego fue a Viena y a Francia para recibirse de dermatólo- go en la Universidad de París. Regresó a Bogotá en 1930, e inició su trabajo en la consulta externa de dermatología del Instituto Nacional de Radium. En ese mismo año Manuel José Silva lo recibió como Jefe de Clínica Derma- tológica en el Hospital San Juan de Dios y al regreso de José Ignacio Uribe se le nombró Profesor Auxiliar de Dermatología en la UniNacional. En 1936 ganó el concurso para Profesor Agregado. En 1938, obtuvo el primer puesto

81 VARELA HERNÁNDEZ CI en el concurso abierto por la UniNacional para Profesor Titular, cargo que tuvo hasta su retiro en 1961 y se le designó Profesor Honorario en 1962. En 1948, fue Fundador y Primer Presidente de la Sociedad Colombiana de Dermatología y Sifilografía, hoy la Asociación. La Academia Nacional de Medicina, de la que fue Vicepresidente y Tesorero, en 1978 le hizo Miem- bro Honorario. La Universidad Nacional lo distinguió con la Medalla al Mérito. Escribió diversas obras, entre otras, Biografía de Gabriel José Castañeda, Tratamiento fisioterápico de las Dermatosis, Curso de Clínica Dermatológica, y Úlceras de los miembros inferiores. Contó el doctor Re- yes García con la importante colaboración de Miguel Serrano Camargo y de Carlos Cortés Enciso. Miguel Serrano Camargo (1910-1985), bogotano, hijo de Ángel María y Paulina, bachiller del Colegio San Bartolomé en 1926, médico de la UniNacional en 1935, hizo su internado en la Sección de Dermatología, donde se vinculó de inmediato como docente. En 1947 fue Profesor Agre- gado de dermatología y Profesor Titular en 1952. A su retiro en 1968 se le exaltó como Profesor Emérito. Fue Miembro Fundador de la Federación Médica Colombiana, del Colegio Argentino de Dermatología y Honorario del Colegio Ibero Latinoamericano de Dermatología (CILAD). En 1959 fue cofundador de la segunda etapa de la Sociedad Colombiana de Dermatolo- gía y Sifilografía. Recibió la Orden Nacional del Mérito Carlos J. Finlay en el grado de Oficial de la República de Cuba en 1952, y la Cruz de Oro de la Orden Civil Cundinamarquesa “Antonio Nariño” en el grado de Granadino en 1976. Hombre de profundo conocimiento dermatológico y gran cultura general a quien muchas veces le escucharon decir: “Leo de todo porque no me gusta que me descresten”. Estuvo casado con Matilde González Ferrero. Murió el 9 de febrero de 1985 en Bogotá. Fue hermano de Gabriel Serrano Camargo, el primer arquitecto de Colombia. Carlos E. Cortés Enciso, Jefe de Clínica Dermatológica en el Hospital

Miguel Serrano Carlos Cortés

82 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA

José Chala Alfonso Gamboa Guillermo Pardo San Juan de Dios en 1936, Profesor Agregado en la UniNacional en 1939 y Titular por concurso en 1952. Fue el primer Vicepresidente de la Asociación en 1948, a quien Gonzalo Reyes describió como “exponente de vivacidad e inteligencia”. Otros distinguidos de la época fueron Alberto Medina Pinzón, co- fundador de la Asociación donde fue Vicepresidente (1964-1965); ejerció en el primer Hospital Militar y en la década de 1960 inició allí el Servicio de Dermatología. José Ignacio Chala Hidalgo, Profesor Agregado de Clínica Dermatológica en la UniNacional (1939-1950) y en la UniJaveriana, Direc- tor del Instituto Federico Lleras. Talentoso e investigador serio estudió la lepra con dedicación en su lamentable corta existencia. Alfonso Gamboa Amador, estudioso de las enfermedades venéreas, dictó el curso de sifilo- grafía en el Hospital la Samaritana. Alfredo Laverde Laverde, Tomás Henao Blanco, Alcibíades Correal, Álvaro Medina, Gustavo Castella- nos M, Alberto Caballero, Rafael López Ruiz y Luis Alberto Díaz. Guillermo Pardo Villalba, en 1947 inició su actividad docente en la UniNacional donde fue Profesor Titular y Jefe de Cátedra, a quien se recuer- da por su gran sentido clínico y diagnósticos precisos. Fue el primer Secre- tario de la Asociación en 1948, primer Presidente en la segunda etapa en 1959 y presidió el primer Congreso Nacional en 1960. En 1948 el grupo de dermatólogos residentes en Bogotá fundaron la So- ciedad Colombiana de Dermatología y Sifilografía y eligieron primer presi- dente al doctor Reyes García. La primera Sociedad Bogotana de Dermato- logía se creó el 27 de junio de 1949 y fue su primer presidente el doctor Pardo Villalba. En 1958 se inició en Bogotá una nueva era de la especialidad para Co- lombia, con el Profesor Fabio Londoño González quien creó en la UniNa- cional el primer programa de postgrado en dermatología en el país con apro- bación oficial y fue el primer residente Guillermo Gutiérrez Aldana.

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Fabio Londoño González (f) (1928-1998), hijo de Eduardo y Margarita. Nació en Armenia; allí cursó sus estudios de primaria y secundaria y luego viajó a Bogotá en 1950 e inició la carrera de medicina en la UniNacional, para continuarla el año siguiente en la Universidad de Buenos Aires (UniBuenosAires) don- de al graduarse de médico en 1955, concluyó su espe- cialización en dermatología en 1957, bajo la tutela del Fabio Londoño Maestro Borda. En São Paulo adelantó cursos de post- grado en Enfermedades Tropicales y Salud Pública (1958-1959), y los con- tinuó en Ciudad de México. Su interés académico lo llevó a los Estados Unidos y Europa para seguir diversos estudios. Fue Académico Correspon- diente de la Academia Nacional de Medicina. Profesor Adjunto del Servicio de Dermatología de la UniNacional y del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario, Universidad del Rosario (UniRosario) y Titular en la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá (UniJaveriana). Dio comienzo al progra- ma de postgrado en dermatología de la UniNacional en 1958. Director de la Campaña de Lepra del Ministerio de Salud. Director desde 1963 hasta 1989 del Instituto y posteriormente Centro Dermatológico F.Ll.A., en el que creó el programa de residencia en dermatología en 1968 en convenio con la Uni- versidad Javeriana de Bogotá (UniJaveriana-C.D.F.Ll.A.). Es punto obliga- do de referencia en el estudio de la lepra, la inmunología cutánea y las enfer- medades relacionadas con el sol, en especial sus aportes memorables al nombre, conocimiento, descripción, características clínicas y manejo del prurigo actínico. Describió el Uso de la talidomida en el prurigo actínico, la Fitofotodermatitis de los pies y de las piernas, de las mujeres pobres, cuan- do se exponen al agua y al sol, al lavar la ropa de la familia luego de estar en contacto con la ruda después el parto. En 1975 informó la resistencia a la sulfona en la terapia de la lepra. Su impresionante capacidad docente, sus grandes conocimientos médicos, su vasta cultura general, su pasión por las letras, lo sitúan en la historia de la medicina latinoamericana como uno de los más notables exponentes. Casado con Blanca Cecilia Londoño Bernal, tuvieron dos hijas Lina y Silvia. Falleció en Bogotá el 16 de noviembre de 1998. El 27 de junio de 1959, cuando Gonzalo Reyes García era Presidente de la Asociación, ésta inició su segunda etapa en la que se amplió al resto del

84 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA

país y fue elegido Presidente Guillermo Pardo Villalba, quien dirigió el I Congreso Nacional de Dermatología realizado en Bogotá del 8 al 10 de diciembre de 1960.

Década de 1960

Esta década disfrutó del ejercicio en la profesión de notables dermatólo- gos, todos dedicados a la academia, y fue marcada hacia el final de nuevo por Fabio Londoño, quien en el Centro Dermatológico F.Ll.A. creó en 1968 en convenio con la UniJaveriana el programa en dermatología, cuyo primer residente fue Mariano López. Guillermo Gutiérrez Aldana, nació en Bogotá, mé- dico de la UniNacional en 1954, donde se graduó de der- matólogo el 31 de julio de 1961, siendo así el primer dermatólogo graduado en el país. En la misma universi- dad fue Profesor Titular de la Cátedra hasta su retiro vo- luntario en 1990, y fue nombrado Profesor Emérito. Cuan- do era Jefe de Clínica en el Servicio de Dermatología en Guillermo Gutiérrez la UniNacional (1965-1978), reformó el programa académico en 1965. En 1960 inició la recuperación del Museo de Cera de Dermatología. En 1992 fue el gestor del programa de postgrado en dermatología oncológica en el Instituto Nacional de Cancerología (Instituto Cancerológico), donde aten- día la consulta oncológica desde 1979. Fue Presidente de la Asociación (1976- 1978) y presidió el XII Congreso Nacional en Bogotá-Paipa en 1978. Publi- có varias de sus investigaciones sobre todo las relacionadas con los tumores de la piel; escribió y editó el libro Introducción a la Dermatología, de incal- culable valor en la formación académica de los estudiantes. Publicó en 1980 la mayor serie de pacientes con carcinoma basocelular hasta esa fecha. Ade- más de ser un excelente maestro y un gran señor, su apoyo, estímulo y colaboración para con el autor en el desarrollo de esta obra es grande y valioso. Víctor Manuel Zambrano, fue el segundo dermatólogo graduado por la UniNacional en 1962. Destacado profesor en la misma universidad don- de desempeñó con brillo y muy buen manejo administrativo la Jefatura del Servicio desde 1984 hasta 1990. Fue Tesorero de la Junta Directiva de la Asociación (1976-1978) y del XII Congreso Nacional.

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Fuad Muvdi Chain, nació en el medio oriente en Beit- Jala y se naturalizó en Colombia en 1964. Médico de la UniJaveriana en 1958, se formó como dermatólogo con el Profesor Londoño en 1963 en el Instituto Dermatológico F.Ll.A. Estudió cirugía dermatológica en la Universidad de Barcelona (UniBarcelona) en 1964; así, por tanto, es Fuad Muvdi pionero en esta rama. Presidió la Asociación de 1970 a 1972; destacado docente ejerció en Bogotá hasta 1968, cuando se radicó en Barraquilla. Escritor y poeta. Luis Alfredo Rueda Plata (f) (1929-1999), nació en Bucaramanga, inició sus estudios de medicina en la UniNacional para concluirlos en la UniBarcelona. Viajó al Hospital Saint Louis de París donde recibió de los maes- Luis Rueda tros Degos y Civatte su formación como dermatopatólogo, para regresar a Barcelona como docente de dermatología y dermatopatología en la Cátedra del Profesor Xavier Villanova. En 1963, en Buenos Aires, su gran amigo Fabio Londoño lo reconquistó para el país al invitarlo como docente del Instituto F.Ll.A. Desde entonces iniciaron una comunión extraordinaria que los llevaría a enfrentar múltiples y significantes estudios como legado a la ciencia, en especial los referidos a la epidermo- displasia verruciforme y a los papovavirus, donde contaron también con la activa contribución de Gerzaín Rodríguez. Fue uno de los pioneros en dermatopatología en el país, pues siguió la senda iniciada algunos años an- tes por Mario Robledo Villegas y Ernesto Correa Galindo. Notable profesor en la UniJaveriana, UniRosario y permanente en la UniBarcelona. Pertene- ció a muchas sociedades científicas, incluso era miembro del legendario Club Unna-Darier. Presidió el VIII Congreso Nacional en 1970 en Bogotá y fue Presidente de la Asociación (1968-1970). Su vasta cultura general in- cluía meritorios conocimientos en literatura, historia, música, pintura y filo- sofía. Escogió la brisa marina de Cartagena de Indias para alejarse y quedar siempre en el recuerdo de los dermatólogos con el mayor cariño y admira- ción23. En 1965 se realizó en Bogotá el V Congreso Nacional de Dermatología presidido por Fabio Londoño. Fernando de Jesús García Jiménez, nació en Neira (Caldas), médico de la UniNacional en 1957 y dermatólogo de la UniAntioquia en 1969.

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Destacado Profesor en la UniNacional donde fue excelen- te Jefe del Servicio de Dermatología (1978-1984). Gerzaín Rodríguez Toro, médico en 1964 y patólogo de la UniNacional, estudió microscopía electrónica en México y Chicago. Dedicado al estudio de la dermato- patología y las enfermedades infecciosas, en especial la lepra y las virales. Profesor Titular y Maestro Universitario Fernando García en el Departamento de Patología de la UniNacional e In- vestigador Científico en el INS. Autor y coautor de varios libros y más de un centenar de artículos publicados, suma- do a la enseñanza diaria, lo sitúan como baluarte de la dermatopatología en el país. Mariano López López, nació en Ubaté, Cundinamarca. Médico de la UniNacional; hizo un año de residencia en Mariano López medicina interna y luego, en 1970, se graduó de dermató- logo como el primer egresado de la UniJaveriana-C.D.F.Ll.A. De inmediato inició allí su carrera docente como Jefe de Consulta Externa (1970-1989), Jefe de Postgrado (1973-1989) y Director Científico-Jefe del Servicio (1989- 1993). Instructor de Medicina (1968-1970) y Profesor Asistente (1970-1980) en la UniRosario. Instructor de dermatología (1971-1978) y Profesor Asis- tente (1978-1993) en la UniJaveriana. Profesor Asistente (1989-1993) en la Escuela Colombiana de Medicina. Profesor Emérito de la UniMilitarNueva- Granada en 1997. Representante del Gobierno de Colombia al VII Congre- so CILAD en Caracas en 1971. Presidente de la Asociación (1988-1990), del XVIII Congreso Nacional y Presidente Honorario del V Congreso Na- cional de Dermatología Pediátrica. Coautor de los libros Introducción a la Dermatología y Medicina del Adolescente. Ha asistido a diversos certáme- nes científicos nacionales e internacionales y ha sido conferencista en todos los congresos colombianos a partir del IX. Ha desarrollado varias investiga- ciones en muy diversas áreas como úlceras de las piernas, enfermedades infecciosas y acné. Miembro de la Sociedad Internacional de Dermatología Tropical, CILAD, Sociedad Colombiana de Pediatría, Federación Bolivariana de Dermatología y Honorario de la Asociación entre otras. Es Subteniente de la Escuela de Ingenieros del Ministerio de Defensa. Sin duda la vida académica, profesional y científica del Profesor López es ejemplo para to- dos.

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Antonio Jazbón Rafael Uribe Mélida Durán Antonio Barrera En 1970 se realizó el VIII Congreso Nacional presidido por Luis Alfredo Rueda.

Década de 1970

Ejercían es esta época distinguidos colegas miembros de la Asociación, como Campo Elías Aguirre , antioqueño, que estudió en Argentina con los maestros Pierini y Borda; Antonio Jazbón Mantilla, cucuteño; Alfonso Quintero Prada; Armando Caputo; Gustavo Bustos Silva; Hernando Chala Varela; Jorge Humberto Reyes; José Francisco Parra; Julio Cé- sar Medellín; María Teresa Palacios; y Mario Sánchez Medina. Esta década vio nacer desde el punto de vista dermatológico a tres cole- gas que llegarían a dirigir los destinos de la Asociación, los doctores Durán, Halpert y Barrera. Rafael Uribe Ospina, nació en Ocaña, médico de la UniNacional en 1954 y dermatólogo de la UniJaveriana-C.D.F.Ll.A. en 1972, donde se ha destacado como gran profesor y poseedor de valiosa experiencia. María Mélida Durán Merchán (f) médica de la UniJaveriana en 1970 y dermatóloga de la UniJaveriana-C.D.F.Ll.A. en 1976. Presidenta de la Asociación (1986-1988) y docente de las Universidades Javeriana y Rosa- rio. La connotada e inolvidable maestra de fina estampa, se llevó al cielo nuestra admiración, cariño y respeto, pero nos dejó un incomparable legado. Fue insigne embajadora de nuestra dermatología, Miembro de múltiples asociaciones internacionales. Organizó 18 Cursos de Actualización para dermatólogos de la International Society of Dermatology en Bogotá, el últi- mo un día antes de su muerte el 26 de junio de 2000. En 1978 tuvo lugar el XII Congreso Nacional de Dermatología con la presidencia de Guillermo Gutiérrez Aldana. Antonio Barrera Arenales, nació en San Andrés, Santander, médico de

88 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA la UniNacional en 1973 y dermatólogo de la UniJaveriana- C.D.F.Ll.A., en 1979. Dermatopatólogo de la Universidad Complutense de Madrid (UniMadrid) en 1978. Presidente de la Asociación para el período 2004-2006. Edgar Olmos Olmos, médico de la UniCartagena en 1974 y dermatólogo de la UniJaveriana-C.D.F.Ll.A. en 1979. Ha sido Fundador de los Servicios de Dermatología Edgar Olmos del Hospital San José y de la Fundación Santafé de Bogotá (Fundación Santafé), Profesor Titular de dermatología en la UniRosario y de la Fundación Ciencias de la Salud del Hospital San José donde es el actual Jefe de Servicio y Profesor Asociado de postgrado de dermatología de la UniBosque. Vicepresidente de la Asociación (1984-1986), Miembro Honorario de la Sociedad Colombiana de Medi- Enrique Suárez cina Interna, Miembro de Número de la Sociedad de Ciru- gía de Bogotá y Miembro de la Fundación Santafé. Es autor del libro Vein- ticinco Años de Dermatología en el Hospital San José, como también de Láser en Dermatología otra alternativa terapéutica, (Medellín, 1994), y registró la Notalgia Parestésica en nuestro medio, en el XXIV Congreso Nacional en 2002. Enrique Suárez Peláez (f) (1946-2002), nació en Bogotá, médico de la UniJaveriana en 1974 y dermatólogo de la UniJaveriana-C.D.F.Ll.A. en 1979. Profesor adjunto de los Departamentos de Pediatría en la UniJaveriana y UniRosario. Jefe del Servicio de Dermatología de la Fundación Santa Ma- ría (1994-2000) y Coordinador del Servicio de Dermatología en la UniSabana (1997-2000). Secretario-Tesorero (1984-1986) y Secretario (1996-1998) de la Asociación. Presidente de la Asociación de ex alumnos del Centro Derma- tológico F.Ll.A. (1990-1992), Presidente-Fundador de AsoColDerPediátrica (1992-1994), presidió el primer congreso de esta asociación en 1994 y vice- presidente del Capítulo Centro (1994-1997). Director-Editor de la Revista Pigmenti (1990-1992). Miembro-Fundador de la Sociedad Latinoamerica- na de Dermatología Pediátrica en 1997, de la Sociedad Internacional de Dermatología Tropical, Federación Bolivariana de Dermatología y Socie- dad Internacional de Dermatología Pediátrica. Fue conferencista en varios congresos nacionales y en el exterior. Inició la dermatología pediátrica en la Clínica Colsubsidio donde trabajó 23 años hasta su fallecimiento y fue un

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Evelyne Halpert Rafael Pinto Blanca Lesmes José Moreno dedicado impulsor de esta sub-especialidad en el país. Su disciplinada y ejemplar vida lo llevó a ser Oficial de la Armada Nacional en grado de Capitán de Corbeta. La tenacidad, espíritu docente, cordialidad, disciplina y los buenos mo- dales fueron su sello. Era un melómano por excelencia. Amante de los rit- mos tropicales, su cadencia y señorío al bailar invitaban a la pista. Practicó el deporte en especial el ciclismo y el tenis con pasión y regularidad. Quizás por aquellas cosas que sólo Dios sabe, falleció en su ley jugando tenis el 22 de septiembre de 2002. Evelyne Halpert Ziskiend, nació en Bogotá, médica en 1974 y derma- tóloga de la UniAntioquia en 1980. Dermatóloga Infantil del Instituto Na- cional de Pediatría de México en 1981, es así la primera dermatóloga in- fantil en el país. Cofundadora y Presidenta de AsoColDerPediátrica. Presi- denta de la Asociación 2002-2004. Rafael Pinto García, bogotano, médico de la UniNacional en 1977 y dermatólogo de la Universidad Central de Venezuela en 1980. Coautor del texto Lepra del Instituto Nacional de Salud.

Década de 1980

Dos nuevos servicios de dermatología se fundaron en la ciudad, en 1983 el del Hospital Militar Central de Bogotá-Universidad Militar Nueva Gra- nada (UniMilitarNuevaGranada) por Juan Guillermo Chalela y que tuvo como primer residente a Nancy Castro, y en 1990 el de la Universidad El Bosque (UniBosque) creado por Mariano López y como primeros residen- tes a Eduardo Salcedo y Mónica Helena Rivero Jay-lung. Se graduaron e iniciaron su ejercicio o regresaron a la ciudad, en esta década varias figuras de la dermatología contemporánea. Blanca Lilia Elizabeth Lesmes, bogotana, médica de la UniNacional

90 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA en 1972, dermatóloga de la UniJaveriana-C.D.F.Ll.A., en 1981. A su inves- tigación sobre Acné y su etiopatogenia, que presentó en el concurso de tra- bajos científicos en CAPRECOM, el jurado de la Academia Nacional de Medicina le otorgó el tercer puesto en 1982; además, ha presentado varios de sus trabajos en congresos nacionales. Su gran sensibilidad la lleva a ser también poetisa. Juan Guillermo Chalela Mantilla, nació en Bogotá, bachiller del Colegio Liceo de la Salle en 1967. Médico de la UniRosario en 1975, hizo su internado en el Hospital Militar Central de Bogotá (Hospital Militar). En 1978 reci- bió título de Especialista en Medicina Interna del Hospital Militar, UniRosario. Dermatólogo de la UniJaveriana- C.D.F.Ll.A., en 1981. En 1983 fue Jefe Fundador del Ser- Juan Chalela vicio de Dermatología del Hospital Militar, en 1994 fue Jefe del Servicio de Dermatología de la UniBosque. Ha sido también Jefe de Dermatología de la Fundación Santafé. Presidente de la Asociación (1984-1986) y Presidente del XVI Congreso Nacional en 1986. Secretario Ejecutivo de la Asociación Colombiana de Medicina Interna y en la actualidad dermatólogo adscrito a la Fundación Santafé. También el doctor Chalela es Miembro de La Asociación Colombiana de Medicina Interna, de la Asociación y del CILAD. Miembro Honorario del Círculo Dermatológico del Perú, Correspondiente de la Sociedad Peruana de Dermatología y Honorario de la Sociedad Ecuatoriana de Dermatología y Ciencias Afines. Es el auténtico maestro que lo enseña todo con transpa- rencia, sus presentaciones cautivan siempre la audiencia de manera fasci- nante, la claridad en sus exposiciones, el manejo del auditorio, su particular timbre de voz, su inagotable conocimiento y su alegría radiante, lo hacen además de experto, un conferencista magistral. Ha dictado incontables con- ferencias en el país y en el exterior y publicado muchos artículos y es autor y coautor de varios textos de dermatología como Principios Básicos en Dermatología Práctica y Descriptiva, Urgencias en Dermatología; y en medicina interna es coautor del libro sobre Medicina Interna de Esguerra, Escandón, Campos y Chalem, entre otros. Su pasión por el fútbol lo ha llevado en dos ocasiones a la Presidencia de la Comisión Nacional de Árbi- tros de la Federación Colombiana de Fútbol. Efraín Villamil Vargas, dermatólogo de la UniJaveriana-C.D.F.Ll.A.,

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Iván Giraldo Rómulo Villamizar Mercedes Flórez Nohra Pulido en 1982. Iván Giraldo Ramírez dermatólogo de la UniNacional en 1982. José Rómulo Villamizar Betancourt, nació en Cúcuta. Médico en 1972 y dermatólogo de la UniNacional en 1982. Realizó postgrado en administra- ción hospitalaria en el CEAS en 1974. Destacado profesor en la UniNacional donde ocupó la Jefatura de la Unidad de Dermatología (2000-2002), de la cual es actualmente el Coordinador. Además es el Coordinador en Dermato- logía del grupo de Gestión del Departamento de Medicina Interna de la misma universidad. Su talento y forma de ser le merece el cariño y aprecio de sus colegas y discípulos. Mercedes Flórez Díaz Granados, nació en Santa Marta, es médica de la UniJaveriana en 1978 y dermatóloga de la UniSãoPaulo en 1982. En la Escuela de Administración y Negocios de Bo- gotá hizo un Master en Administración, estudió Marketing para Médicos, así como Administración y Gerencia de Centros Médicos. Fue profesora en la UniMilitarNuevaGranada y Profesora-Jefe de la Unidad de Dermatología del Hospital San Ignacio. Presidió la Asociación (1996-1998) y en el CILAD fue Vicepresidenta y actual Delegada. Hace parte de las asociaciones de dermatología de varios países latinoamericanos, así como de la American Academy of Dermatology, entre otras. Conferencista en múltiples certáme- nes. Es coautora de los libros de Chalem, Escandon, Campos, Esguerra, 1986 y 1996; Jaime Piquero Martín, 1995; Antonio Rondón Lugo, 1996. Vive en Sunny Isles Beach, Florida. Es la Directora del Departamento de Cosmética del Greater Miami Skin and Laser Center y Profesora Voluntaria en la UniMiami. Nohra Dilia Pulido García, bogotana, médica de la UniJaveriana en 1977 y dermatóloga de la UniJaveriana-C.D.F.Ll.A., en 1982. Obtuvo el primer puesto en concurso de residentes en el XIII Congreso Nacional. José Aristóbulo Moreno Jiménez, bogotano, médico en 1977 y dermatólogo de la UniNacional en 1983. Yudy Amparo Palencia Garrido, barranquillera, médica en 1979 y dermatóloga de la UniNacional en 1983, se especializó en 92 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA

Patricia DeCastro Eduardo González Luisa Porras Jaime Soto cirugía láser. Patricia DeCastro Lotero, bogotana, médica de la UniRosario en 1980, dermatóloga de la UniMadrid en 1983 y dermatopatóloga de la Universi- dad de Texas, Medical Branch en Galveston en 1984. Docente de dermatología y dermatopatología en la UniRosario hasta 1993. En la actualidad ejerce priva- damente y es la Secretaria de la Junta Directiva de la Yudy Palencia Asociación (2002-2004). Constanza Molina Campo, dermatóloga de la UniJaveriana-C.D.F.Ll.A., en 1984, fue Secretaria del Capítulo Centro en 1990. Eduardo González Gutiérrez, médico de la UniJaveriana en 1980 y dermatólogo de la UniJaveriana-C.D.F.Ll.A., en 1984. Estudió cirugía dermatológica en la Escuela de Medicina Juan Nepomuceno Corpas (EMJNCorpas) en 1985. Realizó el sonoviso Sintomatología de la lepra, clínica y tratamiento de la lepra y publicó La lepra, el manual del médico. Cofudador de la Sociedad Colombiana de Cirugía Dermatológica de la que ha sido su presidente y organizador de los congresos nacionales de esta sub- especialidad. Luisa Porras de Quintana, dermatóloga de la UniJaveriana- C.D.F.Ll.A., en 1984. Es la Directora del Centro Dermatológico F.Ll.A. Jaime Soto Mancipe, nació en Santa Rosa, hijo de Fernando Soto Aparicio y Ana Mancipe. Médico de la UniJaveriana en 1979 y dermatólo- go de la UniJaveriana-C.D.F.Ll.A., en 1984. Hizo estudios de postgrado en los Estados Unidos en Medicina Tropical en el Walter Reed Army Institute of Research de Washington en 1989 y curso de Good Clinical Practices en The Institute for Applied Pharmaceutical Sciences, New Brunswick, en 1997, USAMMDA, Quality Assurance Office, Fort Dietrich, MD, USA en 1998. Desde 1984 inició su brillante carrera docente en la UniMilitarNuevaGranada donde fue Jefe del Servicio de Dermatología (1993-1996). Se ha desempe- ñado además como Vicepresidente de la Asociación, Jefe del Servicio de Dermatología del Hospital Militar, Editor de la Revista (1996-1998) y Coor-

93 VARELA HERNÁNDEZ CI dinador de la Red Nacional de Leishmaniasis. Gerente del Consorcio de Investigaciones Bioclínicas-CIBIC- desde 1996 y Director de la Fundación de Apoyo a la Dermatología-FADER- desde 1999. Gestor de las Jornadas de Prevención de Cáncer de Piel en Bogotá, la primera en 1993, y en 1994 dirigió la Encuesta Nacional de Cáncer de Piel. Autor de varios textos Ma- nual de Medicina de Urgencias; Leishmaniasis Tegumentaria Americana; Enfermedades de Transmisión Sexual; Guías para el Manejo de las Enfer- medades Transmitidas por Vectores (Minsalud); y el Video Cáncer: Un Enemigo a Flor de Piel. Describió el uso de la pentamidina como alternati- va terapéutica en leishmaniasis y la miltefosina en el tratamiento oral para la leishmaniasis. Ha publicado sus múltiples investigaciones realizadas en distintas líneas. Miembro del Comité de Expertos en Leishmaniasis y Mala- ria del Ministerio de Salud y de 11 sociedades científicas. Ha dictado alrede- dor de 50 conferencias en congresos nacionales, norteamericanos y euro- peos. Su valiosa obra en el ámbito médico ha sido reconocida con el título de Profesor Emérito del Hospital Militar en 1999, Recipiente del Estímulo a Investigadores por Colciencias durante tres años consecutivos y la Conde- coración al Mérito Sanitario “José Fernández Madrid.” Martha Inés Ramírez Castro, nació en Armenia, médica de la Uni- Rosario en 1980 y dermatóloga de la UniJaveriana-C.D.F.Ll.A., en 1985. Docente en la UniRosario y en la Universidad de la Sabana (UniSabana), se ha desempeñado como Coordinadora de Dermatología en la Clínica Reina Sofía y es dermatóloga en el Hospital San José. Nancy Castro Salgado, médica de la UniRosario y dermatóloga de la UniMilitarNuevaGranada en 1986. Es docente en la UniRosario. En 1986 se efectuó el XVI Congreso Nacional y fue su presidente Juan Guillermo Chalela. Arturo César Argote Ruiz, bogotano, médico de la UniJaveriana en 1983 y dermatólogo de la UniJaveriana-C.D.F.Ll.A., en 1987. Tesorero de la Junta Directiva de la Asociación (1996-1998) e impul- sor de la compra de la actual sede de la Asociación. Autor del primer video de láser para el rejuvenecimiento facial. Nashly Peña Mejía, médica de la UniNacional en 1984 y dermatóloga de la Universidad René Descartes de Paris en 1987, desde cuando ejerce en la ciudad. William Char- Arturo Argote les Sánchez Bottomley, bogotano, médico de la Uni-

94 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA

William Sánchez Adriana Motta Francisco Gaitán Gaby Flórez Rosario en 1977 y dermatólogo de la UniMilitarNuevaGranada en 1987. Hizo un diplomado en dermatología ocupacional en la Universidad de Lon- dres, St. Johns Institute of Dermatology en 1986. Coautor del libro Urgen- cias en Dermatología, ejerce en Bogotá desde 1987. Adriana Motta Beltrán, médica de la UniRosario en 1980 y dermatóloga de la UniJaveriana- C.D.F.Ll.A., en 1988. Actual Directora del Programa de Dermatología en la UniBosque. Liliana Montero Garavito, dermatóloga de la UniJaveriana- C.D.F.Ll.A., en 1988. Manuel Salvador Forero Buitrago, nació en Pacho, Cundinamarca, médico de la UniCaldas en 1981 y dermatólogo de la UniNacional en 1988. Docente Adscrito en la UniNacional y orientador de dermatología pediátrica en el Hospital La Misericordia. Cofundador de AsoColDerPediátrica. Es también docente en la UniBosque y Publicó El Manual de Pediatría. Martha Patarroyo de Rojas, dermatóloga de la UniJaveriana-C.D.F.Ll.A., en 1988. En 1988 con la presidencia de María Mélida Durán se realizó el XVII Congreso Nacional de Dermatología. Luis Fernando Palma Escobar, médico en 1981 y patólogo en 1986 de la UniNacional, que se especializó en dermatología y dermatopatología en México y los Estados Unidos en 1989. Se vinculó como docente a la UniNacional en 1989 donde es muy valioso su concurso por la extraordina- ria experiencia y calidad en la enseñanza. Es autor de varios artículos y conferencista de gran renombre. Francisco Javier Gaitán Quiñones, na- ció en Durango, México, médico de la Escuela Superior de Medicina de México en 1976 y dermatólogo de la UNAM en 1982. Ejerce en Bogotá desde 1989 y está casado con Nohra Dilia Pulido. Gaby Teresa Flórez Bedoya, nació en Cúcuta, médica de la UniJaveriana en 1982, dermatóloga en 1990 de la UniMilitarNuevaGranada, donde es docente hace 14 años. Estudió cirugía dermatológica en el Hospital das Clínicas de São Paulo en 1991 y es la Jefe del Servicio de Dermatología de la Clínica Marly. Leonardo

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Leonardo Pulido Michel Faizal Héctor Castellanos Álvaro Acosta Pulido Prieto dermatólogo de la UniNacional en 1990, y Michel Faizal Geagea, médico en 1986 y dermatólogo de la UniNacional en 1990. Sub- especialista en cirugía dermatológica y dermatología tropical de la UniSão- Paulo y Universidad de Amazonas en 1992. Por encargo de Guillermo Gutiérrez diseñó el programa de dermatología oncológica en el Instituto Cancerológico. Jefe del Servicio de Dermatología desde 2002 y Director del Departamento de Medicina Interna de la UniNacional desde 2004. El 15 de marzo de 1990, los dermatólogos capitalinos revivieron la So- ciedad Bogotana de Dermatología y eligieron Presidente a Antonio Barrera Arenales.

Década de 1990

En este período llegaron más colegas con sus grados obtenidos en otras naciones para sumarse a los egresados locales; muchos venían con estudios de postgrado para especializarse según el desarrollo de la medicina y de la dermatología. Se graduaron e iniciaron su ejercicio o regresaron a la ciudad, en esta década: En 1991, Héctor José Castellanos Lorduy, monteriano, médico de la UniJaveriana en 1982, dermatólogo de la UniNacional en 1988. Efectuó estudios de cultivos de piel y equivalentes cutáneos en el Hospital Saint Louis de París en el Laboratorio Inserm. Ejerce en Bogotá desde 1991, don- de se destaca como docente en la UniNacional y Jefe del Servicio de Der- matología (1996-2000). Es el actual Presidente del Capítulo Centro. Álvaro Enrique Acosta Madiedo de Hart, bogotano, médico de la UniJaveriana en 1982, dermatólogo de la UniNacional, cirujano dermatólogo de la UniBarcelona en 1991, dermatólogo oncólogo del Instituto Cancerológico en 1992, Fellow en cirugía micrográfica de Mohs en la Universidad de Yale

96 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA

Jorge Vidales Josefina Montaña Olga Escobar Claudia Torres en 1995, Fellow en dermatopatología en el Servicio de Patología Inc, Cambridge en 1997. Jefe de la Escuela de Dermatología Oncológica del Instituto Cancerológico desde 1992. Jorge Hernando Vidales Díaz, bogo- tano, médico de la UniRosario en 1986 y dermatólogo de la UniJaveriana- C.D.F.Ll.A., se especializó en cirugía dermatológica y en criocirugía. Bri- llante y destacado profesional, poeta y dueño de una extraordinaria facilidad de palabra. Josefina Montaña Tristancho, nació en Sogamoso, médica de la UIS en 1986 y dermatóloga de la UniNacional. Es Miembro de la Junta Directiva del Capítulo Centro. Olga Patricia Escobar Gil, médica en 1984 y dermatóloga de la UniMilitarNuevaGranada, universidad en la que es la Jefe del Servicio de Dermatología. Ostenta el grado de Teniente Coronel del Ejército de Colombia. Velma Margarita Brito Cuadrado, médica de la UniNorte en 1985 y dermatóloga de la UniJaveriana-C.D.F.Ll.A., en 1990, ejerce en Bogotá desde 1991. En 1992, Carmen Alicia Martínez De La Rosa, dermatóloga de la UniJaveriana-C.D.F.Ll.A. Giovanni Bojanini Morrón, dermatólogo de la UniJaveriana-C.D.F.Ll.A. Jorge Enrique Iglesias Márquez, cartagenero, médico de la UniCartagena en 1979 y dermatólogo de la UniBuenosAires en 1990, ejerce en Bogotá desde 1992. María Claudia Torres Mojica, nació en Barranquilla, médica en 1983 y dermatóloga de la UniMilitarNueva- Granada donde es docente y fue Jefe del Servicio de Dermatología del HospitalMilitar (1995-2004). Experta en fototerapia trabaja desde hace 13 años en la Unidad Dermatológica de Fototerapia y en esta rama ha desarrollado importante investigación que la ha llevado a lugar de preferencia en el ámbito nacional. Coautora de los textos Manual Dermatológico Descripti- vo 1996, Libro de Medicina Interna 2003 y del libro de la Asociación Colombiana de Medicina Interna 2004. Tenien- te Coronel del ejército colombiano. Mariela Tavera Za- Mariela Tavera

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fra, bogotana, médica en 1986 y derma- tóloga de la UniMilitarNuevaGranada. Realizó sub-especialidad en dermatolo- gía pediátrica en el Instituto Nacional de Pediatría en México (1992-1993). Ha sido docente en el Hospital Universita- Martha Rodríguez César Burgos rio Infantil Lorencita Villegas de Santos desde1993 hasta su cierre en 1999, do- cente en los programas de pre-grado en dermatología en la UniBosque y UniRosario, de postgrado en dermatología en la UniMilitarNuevaGranada, UniBosque y UniNacional y de postgrado en pediatría en la UniRosario y UniBosque. Ha sido Tesorera de la AsoColDerPediátrica (1997-1999), Vo- cal (2002-2004) y actualmente es la Presidenta desde el 2003. Tesorera de la Sociedad Latinoamericana de Dermatología Pediátrica (2000-2003). Direc- tora Adjunta del Comité de Dermatología Pediátrica del CILAD (2003-2005.) Es coautora de los libros Usuario Pediátrico sexta edición y Urgencias en Dermatología y prepara la edición de un nuevo texto de dermatología pediátrica para el 2005. Ha realizado múltiples trabajos de investigación sobre anticuerpos monoclonales y enfermedades infecciosas. Miembro de la Asociación y Honorario de la Asociación Ecuatoriana de Dermatología y Ciencias Afines. Martha Patricia Rodríguez Sánchez, bogotana, médica en 1983 y dermatóloga de la UniMilitarNuevaGranada. Durante 12 años ha estado a cargo de la consulta de dermatología pediátrica en el Hospital Mi- litar. Vicepresidenta y actual Secretaria de la AsoColDerPediátrica y fue Secretaria de la Sociedad Latinoamericana de Dermatología Pediátrica, y Sandra Elena Muvdi Arenas, dermatóloga de la UniJaveriana-C.D.F.Ll.A., donde es docente. Es hija de Fuad Muvdi. En 1993, César Augusto Burgos Alarcón, bogotano, médico en 1980 y dermatólogo en 1993 de la UniNacional. Realizó Curso en Enfermedades de transmisión sexual en el Instituto CLETS en San Juan de Puerto Rico en 1986. Fellow en cirugía de Mohs y cirugía oncodermatológica en el Institu- to ROFFO en Buenos Aires en 1996, Dermatólogo Visitante en el Hospital das Clínicas en São Paulo en 1996 y Fellow en Cirugía Oncológica en el Gulft Institute-Kenner de Louisiana en 1997. Miembro de la Asociación y Tesorero del Capítulo Centro (2002-2004). Desde el 2002 coordina los asun- tos gremiales de la Asociación y ha sido destacado adalid de la lucha por

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Juan Martínez Juan Atuesta Oscar Mora Margaria Escobar

Ángela López Jaime Guío Luis Gamboa Martha Valbuena mejorar las condiciones del ejercicio médico en el ámbito nacional. Juan Carlos Martínez Puentes, nació en San Gil, médico de la UniMilitarNueva- Granada en 1984 y dermatólogo de la UniBuenosAires. Juan Jaime Atuesta Negret, bogotano, médico de la UniRosario en 1987 y dermatólogo de la UniJaveriana-C.D.F.Ll.A. Hizo un postgrado en docencia universitaria en la UniRosario en 1996 y es profesor en la UniBosque. Coautor de varios libros como el Manual de Dermatología Básica y Descriptiva, Urgencias Dermatológicas y Seminarios de Medicina Interna. En 2004 publicó Inten- tos, obra de poesía. Oscar Eduardo Mora Hernández, bogotano, médico de la UniRosario en 1986 y dermatólogo del HospitalSantaCasa de la UniPontificiadeRio. Es docente en la Fundación Universitaria de Ciencias de la Salud (FUCS), en el Hospital San José. Margarita Elizabeth Esco- bar Ávila, bogotana, médica de la EMJNCorpas en 1983 y dermatóloga de la UniMilitarNuevaGranada. En 1994, Ángela Carmela González Puche, dermatóloga de la UniJaveriana-C.D.F.Ll.A. Ángela Susana López Fajardo, nació en Bogo- tá, médica de la UniRosario en 1987 y dermatóloga de la UniJaveriana- C.D.F.Ll.A., hija de Mariano López. Carmen Josefina Díaz Granados Guío, dermatóloga de la UniJaveriana-C.D.F.Ll.A. Filiberto Rafael Martelo García, dermatólogo de la UniJaveriana-C.D.F.Ll.A. Jaime Arturo Guío Avella, bogotano, médico en 1986 y dermatólogo de la UniNacional. Luis Arturo Gamboa Suárez, bogotano, médico de la UniNacional en 1989 y

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Adriana Marín Álvaro Tovar Clara Ordóñez Claudia Escandón dermatólogo de la UniJaveriana- C.D.F.Ll.A., donde es profesor y Coordinador del postgrado de derma- tología. Martha Cecilia Valbuena Mesa dermatóloga de la UniJave- riana-C.D. F.Ll.A., donde es docente Guillermo Cohen Héctor Prieto y coordina el programa de pre-grado en dermatología. En 1995, Adriana Marín Moreno, bogotana, médica de la UniBosque en 1987 y dermatóloga de la UniJaveriana-C.D.F.Ll.A., Estudió dermatolo- gía cosmética en el Hospital Monte Sinaí en Miami y es docente en la UniBosque. Álvaro José Tovar Cock, medellinense, médico de la UniJave- riana en 1989 y dermatólogo de la UniMilitarNuevaGranada, es docente en el Centro Dermatológico F.Ll.A. Clara Patricia Ordóñez Rodríguez, na- ció en Honda, médica de la Universidad del Norte de Colombia-Barranquilla (UniNorte) en 1986 y dermatóloga de la UniBuenosAires en 1993. Magister en Biología de la UniJaveriana (1994), donde es Profesora Asistente. Der- matóloga pediatra de la UniBuenosAires en 1995. Posición Postdoctoral en investigación en dermatología del Cutaneous Biology Research Center. Hos- pital General de Massachussets (1995-1996). Claudia Escandón Galvis, bogotana, médica de la UniMilitarNuevaGranada en 1988, dermatóloga del Hospital das Clínicas de la UniSãoPaulo. Docente de dermatología en el Hospital de San José y en la UniRosario (1995-2002) y de la Facultad de Ciencias de la Salud (2000-2002); Tesorera de la Asociación Colombiana de Cirugía Dermatológica (1999-2003). Guillermo Luis Cohen Mendoza, nació en San Pedro, Sucre, médico de la UniCartagena en 1989 y dermató- logo de la UniMilitarNuevaGranada. Héctor Darío Prieto Izquierdo, bo- gotano, médico de la UniJaveriana en 1989 y dermatólogo de la UniNacional. Martha Lucía López Bulla, médica en 1983 y dermatóloga de la Uni-

100 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA

Martha López Marcela Echeverría Ricardo Calvache Sara Díaz Nacional. Marcela del Pilar Eche- verría González, bogotana, médica en 1986 de la UniMilitarNuevaGranada. Estudió dermatología en la Escola Paulista de Medicina en 1993 en São Paulo donde tuve el placer de com- partir su presencia, y completó sus es- Carlos Lozano Claudia Morales tudios en la UniMilitarNuevaGranada en 1995. Fue docente durante siete años en la UniBosque y en la Universi- dad de San Martín (UniSanMartín) y actualmente en la UniSabana. Ricar- do Alberto Calvache Herrera, bogotano, médico de la UniJaveriana en 1991 y dermatólogo de la UniJaveriana-C.D.F.Ll.A., donde fue profesor así como en la UniBosque. Sara Ximena Díaz Ruiz, bogotana, médica en 1982 y dermatóloga en 1990 de la UniMilitarNuevaGranada. Adelantó es- tudios de Medicina Interna en el mismo hospital (1986-1987). En 1988 hizo rotación electiva en dermatopatología en Scott and White Clinic Texas, A&M University y en 1989 cirugía dermatológica en San Salvador. Fue Asistente en el Departamento de Dermatología en Yale University (1992-1993). Ob- tuvo el segundo puesto en el concurso de investigación en el XII Congreso Colombiano de Dermatología. Es Miembro de la Asociación, de la Inter- national Society of Dermatology y de la American Academy of Dermatology. Inició su ejercicio en Bogotá en 1995. Xavier Rueda Cadena, bogotano, médico de la Universidad de París V en 1990 y dermatólogo de la Universi- dad de Lyon en 1995. Tiene estudios de postgrado en dermatología oncológica en el Instituto Cancerológico en 1998 y de dermatopatología, en la UniNacional en 2003. Cofundador de la Asociación Colombiana de Der- matología Oncológica; es docente en el Instituto Cancerológico, Vocal del Capítulo Centro y coautor en Guías de práctica clínica del Instituto Nacio- nal de Cancerología (2000). Es hijo del Profesor Luis Alfredo Rueda (f).

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Claudia Lozada Hernán Mejía Jhon Arcos Beatriz Tobón

Campo Páez Elena Díaz Hugo Herrera En 1996, Carlos Lozano Guarín, bogotano, médico en 1992 y derma- tólogo de la UniNacional; en 1998 estudió cirugía dermatológica en la Uni- versidad de Guadalajara (UniGuadalajara). Claudia Liliana Morales Ruiz, bogotana, médica de la UniBosque en 1991 y dermatóloga de la UniNacional. Claudia Patricia Lozada Zapata, médica de la UniRosario en 1989 y der- matóloga de la UniJaveriana-C.D.F.Ll.A., está casada con Xavier Rueda. Hernán Darío Mejía Silva, bumangués, médico en 1988 y dermatólogo de la UniMilitarNuevaGranada. Obtuvo un Diplomado en Gestión Hospitala- ria en la Universidad de la Sabana (UniSabana) en el 2004. Jhon Bernardo Arcos Arciniegas, médico de la UniBosque en 1988 y dermatólogo de la UniJaveriana-C.D.F.Ll.A., donde fue docente. Myriam del Carmen Díaz Acosta, dermatóloga de la UniJaveriana-C.D.F.Ll.A. En 1997, Beatriz Eugenia Tobón Gómez, nació en Armenia, médica de la UniJaveriana en 1991 y dermatóloga de la UniJaveriana-C.D.F.Ll.A., Campo Elías Páez Rodríguez, médico de la UniMilitarNuevaGranada en 1985, dermatólogo de la UniBuenosAires en 1996, se especializó en cirugía dermatológica en el Salvador. Es el Presidente de la Sociedad Colombiana de Cirugía Dermatológica. Elena Voica Díaz Gutiérrez, nació en Huneduara (Rumania), médica en 1982 y dermatóloga de la Universidad de Bucarest (UniBucarest) en 1996. Hugo Eduardo Herrera Nossa, nació en Sogamoso, médico de la UniNacional en 1992 y dermatólogo de la UniJaveriana- C.D.F.Ll.A; es Vocal del Capítulo Centro. Josefina Danies Silva, dermatóloga

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Luis Paz Natalia Hernández Clara Ortiz Gina Gómez de la UniCaldas en 1973, ejerció la do- cencia en la misma universidad hasta 1997 cuando se ra- dicó en Bogotá.

Luis Alfredo Paz Janeth Colmenares Mónica Rivera René Rodríguez Morillo, nació en Ipiales, médico en 1989 y dermatólogo de la UniNacional. Natalia Hernández Mantilla, bogotana, médica en 1989 y dermatóloga de la UniMilitarNuevaGranada en 1996; estudió dermatosis ocupacionales, alergias cutáneas y dermatosis de mucosas genitales, en el servicio del Pro- fesor Jean Revuz, en Creteil, Francia. En 1998, Clara Inés Ortiz Serrano, bumanguesa, médica de la UniRosario en 1992 y dermatóloga de la UniBosque; ha hecho estudios en láser y se desempeñó brillantemente como Tesorera de la Asociación (2002- 2004). Eduardo Prados Contreras, bogotano, médico de la UniJaveriana en 1985 y dermatólogo de la UniBuenosAires. Gina Evelyn Gómez Aya, nació en Bogotá, médica en 1991 y dermatóloga de la UniMilitarNueva- Granada. Janeth del Pilar Colmenares Montañéz, nació en Sogamoso, médica en 1992 y dermatóloga de la UniNacional, trabajó unos años en Bogotá y ahora lo hace en Sogamoso y ; es Vicepresidenta del Ca- pítulo Centro (2002-2004). Mariam Carolina Rolón Cadena, médica en 1989, especialista en patología de la UniRosario en 1994, donde recibió el Premio Arturo Aparicio Jaramillo al mejor trabajo de grado; estudió tam- bién dermatopatología en AFIP Washington DC y es dermatóloga graduada en UniJaveriana-C.D.F.Ll.A. en 1998, ha sido patóloga del Instituto Cance- rológico donde hace parte del convenio docente-asistencial y es intercon- sultora en la Fundación Santafé, es coautora del Atlas de Citopatología del

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Rosa Torres Ximena Sánchez Beatriz Armand Fernando Bulla Tiroides. Mónica Helena Rivera Jay-lung, bogota- na, médica de la UniJaveriana en 1991 y dermatólo- Pilar Avellaneda Milton González Sabrina Delgado ga de la UniBos- que. René Alejan- dro Rodríguez Forero, nació en Bogotá, médico de la UniMilitarNueva- Granada en 1993 y dermatólogo de la UniSãoPaulo en 1998, estudió dermatopatología, cirugía micrográfica de Mohs y transplante de pelo, fue docente en la UniBosque hasta 2004, es hijo de Gerzaín Rodríguez. Rosa Yaneth Torres Medina, nació en Girardot, médica en 1992 y dermatóloga de la UniBosque donde es docente. Ximena Yolanda Sánchez Angarita, bogotana, médica en 1987 y dermatóloga de la UniMilitarNuevaGranada, donde es profesora y en 2005 desempeñará la jefatura. En 1999, Beatriz Armand Rodríguez, nació en Nobsa, Boyacá, médica de la UniJaveriana en 1990 y dermatóloga de la UniJaveriana-C.D.F.Ll.A., es Vocal del Capítulo Centro. Fernando Bulla Alcalá, bogotano, médico de la UniJaveriana en 1993 y dermatólogo de la UniNacional, hizo estudios de postgrado en cirugía dermatológica oncológica en el Hospital Clínico y Provincial de la UniBarcelona en 1999 y en la misma ciudad estudió láser y cirugía micrográfica de Mohs en el Centro Médico Teknon Dermalas, es además experto en criocirugía; ha sido docente en la Fundación Universita- ria San Martín, en el Hospital Santa Clara y en el Hospital Militar. María del Pilar Avellaneda Nieto, bogotana, médica de la UniJaveriana en 1995 y dermatóloga de la UniJaveriana-C.D.F.Ll.A., donde fue docente (1999-2000). Milton Javier González Quiroga, bogotano, médico en 1992 y dermatólo- go de la UniNacional, es Vocal del Capítulo Centro. Sabrina María Delga-

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Diana Muñoz Doris Téllez Elkin Peñaranda Orlando Dueñas do Vélez, nació en Roma, médica de la UniJaveriana en 1994 y dermatólo- ga de la UniJaveriana-C.D.F.Ll.A., Tuvo pasantías en el Istituto di Scienze Dermatologische, Universitá degli Studi di Milano y en el St John´s Institute of Dermatology en Londres y un curso de cosmiatría en el Centro de Der- matología y Cirugía Plástica en Monterrey; es Vocal del Capítulo Centro. En 2000, Diana Isabel Muñoz Contreras, bogotana, médica de la UniJaveriana en 1994, dermatóloga de la UniJaveriana-C.D.F.Ll.A., donde es docente; especialista en Gerencia en Salud Ocupacional de la UniRosario en 2004, ejerce en Bogotá y Girardot. Doris Adriana Téllez Rodríguez, bogotana, médica de la Escuela Colombiana de Medicina en 1994 y derma- tóloga de la UniJaveriana-C.D.F.Ll.A., Elkin Omar Peñaranda Contreras, cucuteño, médico en 1995 y dermatólogo de la UniNacional. Realizó postgrado en dermatología oncológica en el Instituto Cancerológico, fue Secretario de la Junta Directiva de la Asociación (2002-2004) desde donde prestó gran contribución a la dermatología nacional; es muy buen conferen- cista y una autoridad en acné y otros temas. Orlando Dueñas Fajardo, bogotano, médico de la UniNacional en 1993 y dermatólogo de la UniJa- veriana-C.D.F.Ll.A., estudió tricología y preside la Sociedad de Tricología y Transplante; es Secretario del Capítulo Centro.

Década de 2000 Nuevas figuras inician su ejercicio de la mano con el nuevo milenio, en quienes con seguridad recaerá la res- ponsabilidad histórica del futuro de la dermatología co- lombiana. En 2001 se graduaron e iniciaron su ejercicio o regre- saron a la ciudad, Álvaro Andrés Luque Acevedo, mé- dico de la UniMilitarNuevaGranada en 1995 y dermató- Álvaro Luque

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Bernardo Castro Constanza Mancera Giovanna Terront Héctor Samacá

Mildred Páez Natalia Pabón Ruth Vargas logo de la Pontifícia Universidade Católica de Rio de Janeiro (UniPonti- ficiadeRio) en el 2000, estudió cirugía dermatológica en la Fundación Uni- versitaria ABC de São Paulo (FundaciónABC-SP) (2001), es docente en la UniBosque. Bernardo Castro Giraldo, bogotano, médico de la UniJave- riana en 1994 y dermatólogo de la UniMilitarNuevaGranada, especialista en Gerencia Hospitalaria de la UniJaveriana (1997), cirujano dermatológico de la UniBarcelona (2001) y tomó cursos en cirugía de Mohs, transplante de cabello, criocirugía, foto-depilación y láser pulsado. Constanza Mancera Ospina, médica y dermatóloga de la UniBosque, con estudios posteriores en cirugía láser en la UniBarcelona. Giovanna Terront Lozano, bogotana, médica en 1995 y dermatóloga de la UniBosque. Héctor Darío Samacá Solano, barranquillero, médico en 1995 y dermatólogo de la UniMilitarNuevaGranada. Hernando Mejía Angulo, bogotano, médico en 1993 y dermatólogo de la UniBuenosAires. Mildred Doraliz Páez A., bo- gotana, médica en 1991 y dermatóloga de la UniNacional. Natalia Pabón Vesga, bogotana, médica de la UniJaveriana en 1990 y dermatóloga del Instituto de Ciencia de la Salud de La Habana. Ruth Margarita Vargas Rincón, bogotana, médica en 1993 y dermatóloga de la UniMilitarNueva- Granada, estudió también Gerencia Hospitalaria y Fundamentos en Epide- mología en la UniJaveriana. William Fernando Rivera Boada, bogotano, médico en 1998 y dermatólogo de la UniMilitarNuevaGranada. En 2002, Álvaro Sandoval Salabarrieta, bogotano, médico de la EMJN-

106 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA

Clara Escobar Edna Rodríguez Luz Helena Pabón Martha Restrepo

Sandra Cortés Santiago Ariza Angélica Domínguez Beatriz Torres Corpas en 1988 y dermatólogo de la UniMilitarNuevaGranada. Clara Ma- ría Escobar Sánchez, nació en Medellín, médica de la UniAntioquia en 1995 y dermatóloga del CES, hizo una pasantía en la UniBarcelona en 2003; escribió el capítulo Conduite a tenir devant une alopecie cicatricielle, en Les alopecies de Pierre Bouhanna, Paris 2004 y es coautora del libro Tera- pia Dermatológica. Edna Constanza Rodríguez Garzón, estadouniden- se, médica en 1996 y dermatóloga de la UniJaveriana-C.D.F.Ll.A., donde es docente. Lina María Chinchilla Mejía, nació en Medellín, médica del CES y dermatóloga de la UniCaldas. Luz Helena Pabón Ospina, bogota- na, médica en 1997 y dermatóloga de la UniMilitarNuevaGranada. Martha Catalina Restrepo Llano, natural de Medellín, médica en 1996 y dermató- loga de la Universidad Pontificia Bolivariana de Medellín (UPB), está casa- da con Elkin Peñaranda. Sandra Liliana Cortés Vera, bogotana, médica en 1995 y dermatóloga de la UniNacional. Santiago Andrés Ariza Gómez, caleño, médico de la UniValle en 1996 y dermatólogo de la UniNacional. En 2003, Angélica María Domínguez Duarte, bogotana, médica de la UniMilitarNuevaGranada en 1998 y dermatóloga de la UniBosque. Beatriz Eugenia Torres Martínez, bogotana, médica de la UniMilitarNuevaGranada en 1994 y dermatóloga de la UniBosque. Mónica Rocío Paredes Barahona, nació en Pasto, médica de la UniJaveriana en 1996 y dermatóloga de la UniJaveriana-C.D.F.Ll.A., donde es docente. Patricia Orjuela Espinosa, bogotana, médica en 1998 y dermatóloga de la UniJaveriana-C.D.F.Ll.A.

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Mónica Paredes Patricia Orjuela Carlos Quintero Carolina Córdoba

Diana Lastra Mariana Romero Olga Hernández Pahola Plata En 2004, Carlos Fernando Quintero Baute, samario, médico de la Universidad Libre de Colombia, Seccional Atlántico (UniLibreAtlántico) en 1994 y dermatólogo de la UniBuenosAires en 1999, con ejercicio ante- rior en Maicao, La Guajira. Carolina Córdoba Rincón bogotana, médica de la UniRosario en 1999 y dermatóloga de la UniJaveriana-C.D.F.Ll.A., donde es docente. Diana María Lastra Cuadrado, zipaquireña, médica de la UniNorte en 1998 y dermatóloga de la UniJaveriana-C.D.F.Ll.A., donde es profesora. Mariana Romero Tapia, bogotana, médica en 1996 y derma- tóloga de la UniNacional. Olga Patricia Hernández Riberos, nació en Barrancabermeja, médica de la UniNacional en 1994 y dermatóloga de la UniJaveriana-C.D.F.Ll.A., a la que se vinculó como docente. Pahola Eugenia Plata Prince, bogotana, médica en 1999 y dermatóloga de la UniMilitarNuevaGranada. Magda Reyes Oróstegui, bogotana, médica en 1999 y dermatóloga de la UniBosque. Yolanda Giraldo Fernández, nació en España, es médica de la UniJaveriana en 1981 y se graduó de dermatóloga en la UniBarcelona en 1987, trabaja en Neiva y desde hace algunos años lo hace también en Bogotá. María Victoria Suárez R., médica de la UniJaveriana Magda Reyes Yolanda Giraldo en 1995, dermatóloga de la UniNacional

108 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA

Victoria Suárez Ana Guerra Carolina Ruiz María Maza en 2000. Especialista en cirugía dermatológica de la UniSãoPaulo en 2001. Hizo estudios en dermatología clínica, investigación y láser en Paris e ini- ciará su ejercicio en abril de 2005 en Bogotá. Es hija de Enrique Suárez (f). En noviembre de 2002 en el marco del proceso de regionalización inicia- do por la Presidenta Nacional Evelyne Halpert, se creó el actual Capítulo Centro de la Asociación presidido por Héctor Castellanos Lorduy y en 2003 el Capítulo Centro-Oriente presidido por Michel Faizal para agrupar a cole- gas de los municipios de Cundinamarca distintos a Bogotá y departamentos vecinos. En octubre de 2004 se realizó el XXV Congreso Nacional presidido por Evelyne Halpert y como Presidenta Honoraria Stella Prada. Ejercen o han ejercido en Bogotá y son Miembros de la Asociación, Ana María Guerra de Ramírez. Ana María Salazar Mesa. Carolina Ruiz Ramírez, bogotana, médica de la EMJNCorpas, ejerce en Bogotá desde 1997. Diana Margarita Amaya Serrano dermatóloga del Hospital Militar-UniMilitar- NuevaGranada. Elvia Zenaida Quevedo Martínez, dermatóloga de la UniBosque. Fabio Rivera Álvarez, dermatólogo de la UniAntioquia en 1966, se convirtió en pionero en Armenia donde ejerció muchos años para radicar- se posteriormente en Bogotá. Isabel Cristina Cuéllar, dermatóloga de la UniJaveriana-C.D.F.Ll.A., donde es docente. Iván Pérez Haded, dermatólo- go de la UniBosque, donde fue docente y forma parte del equipo de la Fun- dación Santafé. Jacqueline Helo Helo, dermatóloga de la UniJaveriana- C.D.F.Ll.A., Jaime Joseph Fonseca Caro. Johana De La Espriella Morales. Libardo Cabrera Fernández. Liliana Teresa Mouzo Castiñeira, que trabaja en la Fundación Santafé. María Bernarda Durango Larios, fue la primera dermatóloga oncóloga egresada del Instituto Cancerológico en 1993. María C. Maza Cantizo, cartagenera, dermatóloga en 1993, ejerce en Bogotá des- de 1997. María Cristina Ronderos, dermatóloga de la UniJaveriana- C.D.F.Ll.A., donde es docente. María Isabel Serna Arbeláez y María Janeth

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Acosta Méndez, quienes trabajan en la Fundación Santafé. María Victoria Posada Zamudio. Martha Lozano (f), der- matóloga de la UniNacional. Martha Rangel, dermatólo- ga de la UniJaveriana-C.D.F.Ll.A., donde es docente. Martha Vargas. Mauricio Rodríguez Galeano. Mónica Patricia Carrera Siachoque. Natalia Mendoza Pereira. Olga Rafael Rivera Lucia Pardo Herrera. Patricia Zúñiga Vera, dermatóloga de la UniJaveriana-C.D.F.Ll.A., donde es profesora. Ra- fael Rivera Villamil. Ricardo Aristizábal. Ricardo Galvis Vela dermatólogo del HospitalMilitar-UniMilitarNuevaGranada. Sandra Liliana Restrepo Giraldo. Yudy Clemencia Pinzón Hurtado. Resalto la contribución de María Isabel González, médica de la UniJave- riana, patóloga del Hospital Militar donde es la Jefe del Servicio de Patolo- gía y desde donde presta invaluable colaboración al Servicio de Dermatolo- gía. Se entrenó en dermatopatología con Gerzaín Rodríguez.

EL CAPÍTULO CENTRO, BOGOTÁ Y DISTRITO CAPITAL

CÉSAR IVÁN VARELA HERNÁNDEZ COLABORADORES: HÉCTOR CASTELLANOS Y CÉSAR BURGOS

La historia del Capítulo Centro con sede en Bogotá, está ligada en sus principios con la de la Asociación. Según registros en actas, la primera So- ciedad Bogotana de Dermatología se creó el 27 de junio de 1949 y fue su primer Presiden- te Guillermo Pardo Villalba, por ese enton- ces profesor de la UniNacional. No hay infor- mes confiables de las actividades durante esos primeros años, sumado a que el desarrollo de los servicios de dermatología en las universi- dades bogotanas y el de la propia Asociación, lo llevó durante muchos años a no figurar ofi- cialmente como Capítulo hasta el 15 de mar- zo de 1990, cuando en reunión convocada por Guillermo Pardo los dermatólogos capitalinos se revivió la So-

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EL SERVICIO DE DERMATOLOGÍA UNIDAD DE DERMATOLOGÍA DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

CÉSAR IVÁN VARELA HERNÁNDEZ COLABORADORES: MICHEL FAIZAL, GUILLERMO GUTIÉRREZ, FERNANDO GARCÍA, JOSÉ RÓMULO VILLAMIZAR, VÍCTOR ZAMBRANO

La Universidad Nacional de Colombia inició la historia de las escuelas de dermatología en el país. Su historia se remonta a marzo de 1826 cuando el Presidente General Francisco de Paula Santander promulgó la Ley que organizó la Universidad Central de la República, como primera expresión jurídica constitucional de la universidad pública en el país. En 1864 el doctor José María Samper presentó un proyecto al Congreso de la República sobre la Universidad Nacional de los Estados Unidos de Colombia inspirado en la universidad pública de Santander, al mismo tiem- po que el doctor Antonio Vargas Reyes junto con un grupo de eminentes médicos capitalinos, fundó una facultad de medicina en el Colegio de la Independencia, que inicialmente fue de carácter privado. En 1867 durante el gobierno del Presidente Médico Santos Acosta, por ponencia de los Senadores del Departamento de Santander, médicos Anto- nio Vargas Vega y Manuel Plata Azuero, se expidió la Ley 66 que creó la Universidad Nacional de los Estados Unidos de Colombia en Bogotá, hoy Universidad Nacional de Colombia. Ese mismo año se creó su Facultad de Medicina a la que se incorporó la facultad creada por el doctor Vargas Reyes y se adscribió el Hospital de San Juan de Dios. Fue nombrado como primer rector el doctor Vargas Reyes y como primeros profesores Antonio Vargas

Antonio Vargas R. Santos Acosta Manuel Plata

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Gabriel Castañeda José Uribe Manuel Silva Gonzalo Reyes Reyes, Manuel Plata Azuero, Antonio Ospina, Antonio Vargas Vega, Libardo Rivas y Andrés María Pardo, quien se posesionó en el momento como Rec- tor ante la ausencia de Vargas Reyes. La Facultad de Medicina funcionó al principio en forma autónoma y aislada del resto de las dependencias de la UniNacional, hasta la reforma universitaria de 1935, emanada de la Presidencia de Alfonso López Pumarejo. Desde entonces la Facultad se integró por entero a la UniNacional. El estudio de la dermatología en la Facultad de Medicina se inició en el año 1886 y Gabriel José Castañeda fue el primer profesor, que orientó la cátedra hacia la enseñanza de las enfermedades tropicales hasta 1898. Julio Escobar regentó la cátedra desde 1901 hasta 1903, y luego bajo el nombre de Clínica de Dermatología y Sifilografía dio la enseñanza de la dermatolo- gía el médico internista Luis Cuervo Márquez. En 1908 participó en la docencia Luis J. Uricochea, pero a partir de 1910 con José Ignacio Uribe , la dermatología comenzó a ser catalogada como verdadera especiali- dad. En 1926 el Hospital de San Juan de Dios fundado en 1569, fue traslada- do al predio de la “La Hortúa” donde se ampliaron los servicios en un pabe- llón con 150 camas para hombres y mujeres. En 1927 continuó la enseñanza de la dermatología uno de los dermatólogos más notables del país a lo largo de toda la historia, Manuel José Silva (f), que dispuso la asistencia anual con los estudiantes al lazareto de Agua de Dios, a fin de atender en la prác- tica a los pacientes con lepra para dictar la cátedra de leprología y dermato- logía a los estudiantes que lo acompañaban. Lo hizo desde 1930 hasta 1961 fecha de su retiro. Gonzalo Reyes García (f) fue profesor y también Titular de la Cátedra desde 1938; colaboraron de modo significativo en este lapso Miguel Serrano Camargo (f) Jefe del Servicio y luego Profesor Emérito, Carlos Cortés Enciso y José Ignacio Chala Hidalgo, notable investigador de la lepra. A partir de 1936 Alfonso Gamboa Amador dictó el curso de

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Miguel Serrano Carlos Cortés José Chala Alfonso Gamboa sifilografía y también son de la época Alfredo Laverde Laverde, Guillermo Pardo Villalba (f), Profesor Ti- tular y Jefe de Cátedra y Tomás Henao Blanco. Durante las décadas de 1930 y 1940, Manuel José Silva, con fines académicos, creó el Museo de Cera de Dermatología dirigido a los estudiantes de medicina. Guillermo Pardo El doctor Silva con los profesores de aquel entonces encargaron a los conocidos maestros escultores Lisandro Morero Parra y G. Restrepo, la elaboración de 300 pie- zas en cera de distintas enfermedades dermatológicas, que durante muchos años impresionaron e ilustraron en forma práctica no sólo a los estudiantes de medicina en el Hospital San Juan de Dios durante sus rotaciones Fabio Londoño por el Servicio de Dermatología, sino a profesores y público en general. Los adelantos de la fotografía hicie- ron caer en desuso el museo, pero el ilustre Profesor Guillermo Gutiérrez Aldana lo redescubrió y lo rescató en 1960; en la actualidad de nuevo lo recupera con esmero el Profesor Michel Faizal Geagea. En 1941 se inició la construcción del edificio que debía albergar a la Facultad de Medicina dentro del recinto de la ciudad universitaria y donde habrían de funcionar también las dependencias administrativas. En 1957 ingresó el Profesor Fabio Londoño González (f), que fue des- pués Jefe del Servicio de Dermatología, e inició en 1958 el programa de postgrado en dermatología, con tendencia norteamericana, para dejar un poco atrás la escuela europea. El doctor Londoño se retiró de la UniNacional en 1966. Fue el primer programa de la especialidad con aprobación oficial en Colombia. El primer residente del postgrado fue Guillermo Gutiérrez Aldana, que se graduó el 31 de julio de 1961 y vino a ser el primer dermatólogo gradua-

114 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA do en una universidad colombiana, seguido por Víctor Manuel Zambrano. En los principios de la década de 1960, sucedió al doctor Londoño en la Jefatura Miguel Serrano Camargo y a partir de 1965 se nombró Jefe a Guillermo Gutiérrez Aldana, que se consolidó como el primer dermatólogo graduado en el país en llegar a la Jefatura de un Servicio de Dermatología. Continuó en el Hospital San Juan de Dios la dignificación de la Guillermo Gutiérrez especialidad, pues organizó y actualizó el Servicio y lo trasladó al Pabellón San Pedro, a fin de crear el espacio vital necesario para el ejercicio de las actividades docentes y asistenciales. El Servicio contó entonces con am- plios consultorios, sala de procedimientos, hospitalización, biblioteca, sala de profesores, auditorio y el Museo de Cera ya libre del olvido, restaurado y puesto en exhibición por él mismo. Su obra creativa y entusiasta se extendió con su seriedad acostumbrada a la organización del postgrado moderno, pues se aprobó una reforma al primer programa en 1973. Su incomparable capacidad creadora y organizativa lo llevó en 1978 a reestructurar el Institu- to Cancerológico por cuanto actualizó el Servicio según la necesidad nacio- nal e hizo la historia clínica oncodermatológica más concisa, útil y organi- zada. En 1992 creó el postgrado en dermatología oncológica en el Instituto Cancerológico, cuyo diseño encargó al doctor Faizal labor seguida por Álvaro Enrique Acosta Madiedo de Hart. El Profesor Gutiérrez Aldana se retiró voluntariamente a mediados de 1990 y se le distinguió con el más que mere- cido título de Profesor Emérito. Desde 1978 hasta octubre de 1984 desempeñó la Jefa- tura del Servicio Fernando de Jesús García Jiménez, de grandes cualidades humanas, a quien se recuerda por su brillantez intelectual, precisión diagnóstica y enfoque histopatológico. Durante su administración ingresó des- de 1965 a la docencia en la UniNacional, el patólogo Gerzaín Rodríguez Toro, quien en el Instituto Nacional Fernando García de Salud (INS) recibía a los residentes de dermatología en la rotación por dermatopatología. Desde 1984 hasta el primer tercio de la década de 1990, ocupó la Jefatura Víctor Manuel Zambrano, bien recordado entre otras cosas por su dispo-

115 VARELA HERNÁNDEZ CI sición para atender a los pacientes y obviar los trámites burocráticos. Duran- te su gestión se trasladó el Servicio del Pabellón de San Pedro al Centro de Salud del Hospital San Juan de Dios, y en 1988 ingresó Manuel Salvador Forero Buitrago, como docente adscrito que inició las labores de dermato- logía pediátrica en el Hospital La Misericordia. Se constituyó en baluarte de la Facultad. El doctor Forero con sencillez y practicidad enseña a los estu- diantes y residentes las claves del diagnóstico y tratamiento de las enferme- dades cutáneas pediátricas. En 1989 se vinculó Luis Fernando Palma Es- cobar, médico y patólogo de la UniNacional, que se especializó en derma- tología y dermatopatología en México y en los Estados Unidos. El doctor Palma con su inigualable preparación académica como profesor del Depar- tamento de Patología, se integró y con gran eficacia al Servicio de Dermato- logía. Su incomparable formación en dermatología y dermatopatología, la aprovechó el Servicio para suplir el vacío en el apoyo diagnóstico. Los apor- tes del Profesor Palma, la fluidez de su discurso, las precisas observaciones claves en la objetivación del diagnóstico dermatológico, junto con sus cua- lidades humanas, lo hacen un ser ejemplar. El doctor García Jiménez se retiró en 1991, e ingresó al Servicio Michel Faizal Geagea, alumno de pre-grado y postgrado del mismo claustro, sub- especialista en cirugía dermatológica y en dermatología tropical. El doctor Faizal inició la práctica y enseñanza de la cirugía dermatológica con forma- ción académica en cirugía oncológica y micrográfica de Mohs, reconstructiva, patología inflamatoria y estética. Desde 1992 con el programa de postgrado en dermatología oncológica en asocio con Álvaro Acosta de Hart, actualiza- ron la enseñanza, el estudio del cáncer de la piel y el tratamiento quirúrgico oncológico. En 1993 el doctor Faizal conformó un grupo de estudio con los residentes Cesar Burgos y Guillermo Jiménez, junto con el Instituto de Inmunología dirigido por Manuel Elkin Patarroyo, cuyo objetivo fue inves- tigar y diseñar un método de diagnóstico de la tuberculosis cutánea basado en técnicas de biología molecular. Los resultados se publicaron en el International Journal of Dermatology en 1996 y recibieron el primer lugar en el concurso organizado por la Sociedad Internacional de Dermatología en 1994. En 1992 ingresó Héctor José Castellanos Lorduy quien fue alumno de postgrado en la misma universidad. Estudió los equivalentes biológicos cu- táneos de utilidad en injertos de piel en París. Desempeñó la Jefatura del

116 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA

Servicio (1996-2000), período en el que reformó el programa académico de postgrado pues redujo la rotación de medicina interna a seis meses. Durante su administración el Gobierno Nacional en sorprendente, lamentable e ini- maginable determinación consecuencia de las nuevas políticas de salud en Colombia derivadas de la Ley 100 de 1991, decretó hacia finales de los años 1990 el cierre del Hospital San Juan de Dios, el mayor baluarte de la historia de la medicina en el país, lo que generó una profunda crisis en el Servicio de Dermatología y en la Facultad de Medicina. En 1993 se integró a la UniNacional Álvaro Enrique Acosta Madiedo de Hart. El doctor Faizal en 1999 reinició la visita y atención de pacientes de lepra al Sanatorio de Agua de Dios, iniciada en 1927 por Manuel José Silva, y uno de sus anhelos consiste en que este lugar se convierta en verdadero patrimonio histórico nacional. Desde 2000 hasta 2002 ocupó la jefatura José Rómulo Villamizar Betancourt ex-alumno de los profesores Gutiérrez, García y Zambrano; es un personaje cálido, de buen humor y muy aceptado entre los estudiantes que aprecian sus cualidades humanas y didácticas. Desde 2002 se designó como Jefe a Michel Faizal Geagea, que ha he- cho dos reformas al programa de postgrado, en la ejecución y actualización de la cirugía dermatológica, algo innovador en el ámbito nacional desde 1991. En el 2000 fue cofundador del Centro de Telemedicina y creó el Ser- vicio de Teledermatología, que con la informática y las telecomunicaciones ofrece soluciones en salud dermatológica a las comunidades distantes a más de 1.100 km en la región amazónica colombo-brasileña-peruana. El progra- ma tiene misiones asistenciales y docentes dirigidas a los enfermos, a los médicos remitentes y a estudiantes de pre y postgrado y es apoyado en su aspecto docente por el curso virtual de dermatología de la UniNacional, creado en paralelo por el mismo doctor Faizal, dirigido al personal de salud. El Profesor Faizal fue nombrado en 1994 Director Académico de los pro- gramas de postgrado de la Facultad de Medicina, con un destacado papel y en junio de 2004 se le nombró Director del Departamento de Medicina, llamado antes de Medicina Interna, cargos que desempeña en la actualidad. A finales de los años 1990 y motivado por el cierre del Hospital de San Juan de Dios, el Servicio se trasladó por sugerencia del doctor Palma al Hospital La Victoria y al “Carlos Lleras”, y permaneció en este último un par de años. A finales de 2002 abrió sus puertas la Clínica Santa Rosa de

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Lima y el Servicio inició paralelamente con el Hospital La Victoria, las acti- vidades docentes asistenciales allí, que se interrumpieron ante el fugaz cie- rre de la clínica en los comienzos de 2003. De inmediato se inició una nueva etapa en el Hospital La Samaritana a fin de permitir la rotación de estudian- tes de pre y postgrado, en el principio con el doctor Faizal y luego por los doctores Villamizar y Castellanos, que en forma laboriosa convirtieron una asistencia de menos de 20 pacientes semanales en un servicio que atiende a más de 400 enfermos por mes en consulta externa, urgencias, ínter-consul- tas, hospitalización, procedimientos dermatológicos, cirugía dermatológica y dermatopatología, y desarrolla actividad docente con estudiantes de medi- cina de las Universidades El Bosque, La Sabana, San Martín y Militar, para convertirse en centro de referencia asistencial del sector centro-sur de Bo- gotá y solución para los programas de pre y postgrado de medicina y odon- tología de la UniNacional. El programa de especialización tiene en la actualidad duración de tres años, el plan de estudios integra asignaturas de medicina interna, patología infecciosa, reumatología e inmunología, epidemiología clínica, dermatolo- gía general, pediátrica y oncológica, cirugía dermatológica, investigación y teledermatología. Los sitios de práctica docente-asistencial incluyen las ins- talaciones de la UniNacional, los Hospitales La Victoria, La Misericordia, La Samaritana y el Instituto Cancerológico. Todo el programa lo dirigen los profesores Michel Faizal, que orienta dermatología general, cirugía dermatológica y teledermatología. José Rómulo Villamizar, Profesor Asis- tente se hace cargo de la dermatología general y la teledermatología. Héctor Castellanos, Profesor Asistente, orienta dermatología general. Luis Fernan- do Palma, Profesor Asistente del Departamento de Patología, dicta dermatopatología. Álvaro Acosta de Hart, Profesor Asistente, orienta der- matología oncológica en el Instituto Cancerológico. Xavier Rueda apoya dermatología oncológica como Docente Adscrito al Instituto Cancerológico, y Manuel Forero, Docente Adscrito, dirige dermatología pediátrica en el Hospital La Misericordia. También desarrollaron actividad docente en di- versas épocas Emilio Acosta, Miguel Triviño, Francisco Convers, Demetrio Nader, Manuel José Luque y Francisco Vernaza. El Servicio ha adelantado múltiples investigaciones en distintas áreas entre las que se cuentan las de úlceras de miembros inferiores, lepra, tuber- culosis cutánea, pían, pinta, linfogranuloma venéreo, oncología, cirugía

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Guillermo Gutiérrez Jaime Acevedo Iván Giraldo Rómulo Villamizar

Yudy Palencia José Moreno Constanza García Doris León

Felipe Jaramillo Héctor Castellanos Carmen Mesías Leonardo Pulido dermatológica y micrográfica de Mohs, inmunología, psoriasis y cultivos de piel. La enseñanza de la medicina en la UniNacional que comenzó en 1867, ha dado origen a más de 10.000 médicos y la Escuela de Dermatología a más de 43 herederos de Gabriel José Castañeda, que se destacan en la aca- demia y en el ejercicio privado en diferentes ciudades del país y en el exte- rior, y algunos de ellos son: Guillermo Gutiérrez Aldana (1961). Víctor Manuel Zambrano (1962). Jaime Acevedo Ballesteros (1971). Iván Giraldo Ramírez y José Rómulo Villamizar Betancourt (1982). Yudy Amparo Palencia Garrido y José Aristóbulo Moreno Jiménez (1983). José Álvaro Alzate Car- dona (1985). Constanza García y Doris Stella León Romero (1986). Felipe Jaramillo Ayerbe (1987). Héctor José Castellanos Lorduy, Joaquín Carlos Brieva Palacio y Manuel Salvador Forero Buitrago (1988). Carmen Leonor Mesías Velasco y Henry Leal Cortés (1989). Leonardo Pulido Prieto y Michel Faizal Geagea (1990).

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Álvaro Acosta Josefina Montaña César Burgos Guillermo Jiménez

Jaime Guío Héctor Prieto Carlos Lozano Claudia Morales

Ricardo Rojas Luis Paz Janeth Colmenares Milton González

Álvaro Enrique Acosta Madiedo de Hart (1991). Josefina Montaña Tristancho (1992). César Augusto Burgos Alarcón, Guillermo Jiménez Calfat y Martha Inés Lozano León (f) (1993). Ana María Salazar Mesa y Jaime Arturo Guío Avella (1994). Héctor Darío Prieto Izquierdo y Martha Lucía López Bulla de Valencia (1995). Carlos Lozano Guarín, Claudia Liliana Morales y Ricardo Flaminio Rojas López (1996). Luis Alfredo Paz Morillo y Olga Lucia De La Calle Bravo (1997). Janeth del Pilar Colmenares Mon- tañés (1998). Milton Javier González Quiroga y Fernando Bulla Alcalá (1999). Elkin Omar Peñaranda Contreras y María Victoria Suárez R., (2000). Celmira Vargas Hortúa y Mildred Doraliz Páez A., (2001). Santiago Andrés Ariza Gómez y Sandra Liliana Cortés Vera (2002). María Cristina Bohórquez Cubillos (2003). Mariana Romero Tapia (2004). Seis médicos realizan residencia actualmente. En tercer año, Eduardo Fierro Abella, caleño, médico de la UniJaveriana en el 2000, quien se gra- 120 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA

Fernando Bulla Elkin Peñaranda Ma Victoria Suárez Mildred Páez

Santiago Ariza Sandra Cortés Cristina Bohórquez Mariana Romero

Eduardo Fierro Claudia Rojas Carlos Ojeda Julio Iriarte duará en enero de 2005. Realiza interesante tesis de grado sobre el Museo de Cera. Claudia Marcela Rojas Cortés, bogotana, médica de la U. Nacional en 1998. En segundo año, Carlos Alberto Ojeda Trujillo, bogotano, médico de la UniNacional en 1996. Gustavo Alberto Rincón Rodríguez, bumangués, médico de la UIS en 1996 y en primer año, Julio César Iriarte Zapata, cartagenero, médico de la UniBosque en el 2000 y Juan Mauricio Betancur, manizaleño, médico de la UniCauca en 1996. Como bien dice el Profesor Michel Faizal “La diáspora académica pro- vocada por el cierre del Hospital San Juan de Dios, ha sembrado la semilla creativa e innovadora de su principal capital, el humano, los profesores y los alumnos”.

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Michel Faizal Geagea

Coordinador Unidad de Dermatología Uni- versidad Nacional de Colombia Médico en 1986 y dermatólogo de la Uni- Nacional en 1990. Sub-especialista en cirugía dermatológica, Facultad de Medicina de la Universidad de São Paulo y en dermatología tropical, Instituto de Medicina Tropical y Der- matología Tropical de la Universidad de Ama- Michel Faizal zonas, Brasil en 1992. Su actividad académica y administrativa en la UniNacional es admirable y ejemplar. Profesor Aso- ciado (1991), Diseñador del programa de postgrado en dermatología oncológica del Instituto Cancerológico (1992), Director de los Programas de Postgrado de la Facultad de Medicina y durante su gestión fundó las especialidades de medicina forense, neuropediatría, cirugía de la mano anexo a cirugía plástica y reabrió patología infecciosa (1994). Cofundador del Centro de Telemedicina, creador del Servicio de Teledermatología y del Curso Vir- tual de Dermatología (2000), Coordinador de la Unidad de Dermatología desde 2002 y Director del Departamento de Medicina (Medicina Interna) desde 2004. El doctor Faizal es Cofundador de la Sociedad Colombiana de Cirugía Dermatológica, fue Presidente del primer congreso (2000) y luego Presi- dente Honorario. Cofundador y Presidente del Capítulo Centro-Oriente de la Asociación (2003). Cofundador y Vicepresidente de la Asociación de Historia de la Dermatología Colombiana (2004). Además, escribió el libro Cirugía Micrográfica de Mohs. Es conferen- cista y autor de artículos en dermatología tropical, dermatología oncológica, cirugía dermatológica, urgencias dermatológicas, medicina interna y lepra, entre otros temas. Programó y coordinó desde 1999 y durante tres años las reuniones mensuales académicas de dermatología clínica y cirugía derma- tológica de la Sociedad Bogotana de Dermatología en asocio con las univer- sidades de Bogotá. Obtuvo el primer lugar en el concurso sobre trabajos de investigación organizado por la Sociedad Internacional de Dermatología (1994).

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EL MUSEO DE CERA DE DERMATOLOGÍA DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

CÉSAR IVÁN VARELA HERNÁNDEZ COLABORADORES: GUILLERMO GUTIÉRREZ Y MICHEL FAIZAL

En la década de 1930, en la sede bogotana de la Universidad Nacional, uno de los más ilustres dermatólogos colombianos de todos los tiempos el Profesor Manuel José Silva, creó el Museo de Cera de Medicina. Para ello y con los profesores de dermatología de la época encomendaron la elabora- ción de las piezas en cera a los artistas plásticos, los maestros G. Restrepo y Lisandro Morero Parra, este último reconocido por sus obras de escul- tura entre las que se destacan “La loca Margarita” y “La Caja Mortuoria del Libertador Simón Bolívar”. A los artistas se les envió a Francia, y en París se entrenaron adecuadamente para ese fin en el famoso Museo de Cera Dupuytren. Los maestros Restrepo y Morero Parra, realizaron durante dos décadas, más de 300 piezas en cera de diversas enfermedades dermatológicas con énfasis en las propias del trópico y las venéreas. Así, efectuaron representa- ciones de lepra, sífilis, tuberculosis, pian, micosis superficiales y profundas, leishmaniasis, linfogranuloma venéreo, granuloma inguinal y muchas otras de gran frecuencia en la época, que fueron moldeadas con realismo sorpren- dente, para hacer de ellas verdaderas obras de arte. El querido Profesor Guillermo Gutiérrez Aldana me envió copia de un artículo que al respecto le solicitó en 2003 el Profesor Michel Faizal el cual transcribo: “El Profesor Guillermo Pardo Villalba quien presenció en mu- chas ocasiones la elaboración de estas piezas me contó, que el artista practi- caba una limpieza estricta con antisépticos de la época, después venía la aplicación de una masilla en yeso que el mismo solía preparar en secreto y al secar la retiraba con cuidado. En ella se vertía la parafina de un color seme- jante al del color del paciente. Obtenida la mascarilla seguía la aplicación de la pintura delante del paciente con tintas escogidas de acuerdo con las carac- terísticas clínicas de la lesión seleccionada, así el realismo causaba verda- dera sorpresa. Las figuras así obtenidas en escala 1:1 eran fijadas en tablillas

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y luego de ser rotuladas y clasificadas, venía su organización en vistosas vitrinas de madera en una de las naves del pabellón de hospitaliza- dos para su exhibición y docencia…” “...Ha- cia los años de 1953-1954, los estudiantes de medicina de la Universidad Nacional, rotábamos por las diferentes especialidades que existían, entre ellas la dermatología. La rota- ción era teórico-práctica y se desenvolvía en un destacado pabellón del antiguo Hospital de Guillermo Gutiérrez Aldana San Juan de Dios. Eran profesores los doctores Gonzalo Reyes García, Manuel José Silva, Mi- guel Serrano Camargo, Carlos E. Cortes Enciso y Guillermo Pardo Villalba, todos ya fallecidos. Las prácticas se hacían en pacientes hospitalizados y con la demostración de casos clínicos en los moldes de las piezas de cera...” De esta forma y durante varios años en los pabellones del Hospital San Juan de Dios en Bogotá, se exhibieron todas estas imponentes piezas que semestre a semestre lograban ilustrar a todos los estudiantes que rotaban por el Servicio de Dermatología. El Museo de Cera de Dermatología cumplió su destino en aquella época enseñando la dermatología a centenares de mé- dicos orientados por sus profesores, los que en itinerario magistral diserta- ban sus conocimientos describiendo las lesiones cutáneas en las piezas, las que por su gran parecido a la realidad hacían de la clase un ameno pasar. En 1959 el Profesor Gutiérrez Aldana se vinculó a la UniNacional como residente de dermatología. Ya no existía el pabellón de hospitalización ni el Museo. La docencia dermatológica se hacía con nuevos docentes y nuevos métodos de ilustración, primero, con los álbumes fotográficos en papel y posteriormente con las diapositivas. El joven e inquieto residente Gutiérrez Aldana, se propuso buscar el Museo, luego de encontrarlo en un “cuarto de San Alejo”, lo rescató y lo hizo trasladar al Servicio de Dermatología pero al observar, con tristeza, que muchas figuras por el olvido y la falta de mante- nimiento habían sufrido daños y rupturas, lo sacó entonces del ostracismo y del abandono, pues lo restauró a mediados de 1960 y para devolverle su dignidad e importancia, lo pasó al Pabellón San Pedro del Hospital San Juan de Dios. Allí permaneció durante muchos años, pero en 1979 al retirarse de la docencia el Profesor Gutiérrez Aldana “el Museo fue nuevamente vícti-

124 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA ma del olvido y desprecio de quienes ignoraban su verdadero valor artístico en la historia de la Dermatología Colombiana”. A comienzos de 1995 ante el insólito cierre del Hospital San Juan de Dios, el Museo de Cera fue ubicado en el lugar que actualmente ocupa en el Centro de Historia de la Medicina Andrés Soriano Lleras, División del Museo de Historia de la Medicina en la Facultad de Medicina en el campus de la Universidad Nacional de Colombia. Hasta allí fui en agosto de 2004 a cono- cerlo por invitación del doctor Faizal, para vibrar de emoción y deleitarme con cada pieza, al pensar también, cuántos ojos de ilustres colegas se ha- brían maravillado tanto como yo. En la actualidad el Profesor Michel Faizal, Jefe del Servicio de Dermato- logía de la UniNacional conduce con dedicación y esmero toda clase de esfuerzos para restaurar y recuperar la integridad de las piezas, que con cari- ño ayuda a cuidar el estudiante de medicina Alaín Alexander Camacho. Eduardo Fierro Abella, residente de tercer año de dermatología de la UniNacional, realiza en la actualidad importantísimo trabajo de grado sobre el Museo. Sin duda, el Museo de Cera de la Universidad Nacional de Colombia, es la joya histórica de mayor valor en la dermatología colombiana.

Sífiles, chancro primario Úlcera chancrosa

125 VARELA HERNÁNDEZ CI

Epitelioma basocelular Leishmaniasis

Leishmaniasis Sìfiles pápulo costrosa

Carcinoma verrugoso

126 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA

Pian Leishmaniasis Lepra lepromatosa

Lepra tuberculoide Mal perforante plantar

CENTRO DE TELEMEDICINA DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL. LA TELEDERMATOLOGÍA

CÉSAR IVÁN VARELA HERNÁNDEZ COLABORADOR: MICHEL FAIZAL

La telemedicina emprende acciones de salud a distancia, en especial en comunidades indígenas y las marginadas social, cultural, geográfica y eco- nómicamente, para lo que utiliza la tecnología de la información y las co- municaciones. La UniNacional desde 1997, cuando participó en la elaboración del Pro- yecto TELAMAZON para los países andinos, desarrolló el programa de telemedicina que se presentó formalmente en Leticia en 2000, proceso que se facilitó por la política de fronteras de la universidad con sus sedes INAMI,

127 VARELA HERNÁNDEZ CI en Leticia y la de San Andrés. Con el apoyo de Francia se inició la red piloto de Telemedicina Apaporis-Leticia-Bogotá, con el fin de contribuir a mejorar la prestación de servicios de salud y de facilitar el desarrollo de actividades de educación continua a los profesionales de la salud en las regiones aparta- das de Colombia, experiencia que se replicó en San Andrés, gracias a la colaboración de Colciencias, del Ministerio de Comunicaciones y el conve- nio con ITEC-TELECOM. Durante el proceso se desarrolló el software ne- cesario para el funcionamiento. En la actualidad la red está constituida por el Centro de Telemedicina de la Facultad de Medicina, que es el centro de gestión de la misma (nodo central), con cuatro nodos remotos, dos en el Amazonas y dos en el Caribe colombiano, en colaboración con los hospitales regionales de Leticia, San Andrés y Providencia y en el puesto de salud creado y desarrollado por Médicos del Mundo para la comunidad indígena ubicada entre los ríos Apaporis y Mirita (Amazonas colombiano) y sirve a las especialidades de dermatología, radiología, patología y laboratorio clínico, cardiología y sa- lud pública. El Centro de Telemedicina en la ciudad de Bogotá, se encuentra en el primer piso del edificio de la Facultad de Medicina de la UniNacional y cuenta con un servidor de alto desempeño configurado para el soporte de múltiples usuarios, con una alta capacidad de almacenamiento sostenido por un sistema operativo y un sistema de base de datos robustos que sirve como almacén de la información y aloja el desarrollo de aplicativos para el manejo de los aspectos médicos de los pacientes que sean beneficiarios del servicio de Telemedicina. La conectividad con la red se logra bien sea con la red de la UniNacional a través de un enlace de fibra óptica o por medio de un servidor de acceso remoto. Las estaciones remotas en el Instituto IMANI, en Leticia y en los Hospitales Thimoty Britton de San Andrés y Old Providence de Providencia, cuentan con estación de trabajo, scanner para documentos, cámaras fotográficas digitales, cámaras web, microscopios y digitalizadores de placas radiográficas. El uso de instrumentos de diagnóstico electrónico-digitales hace posible la existencia y desarrollo de la telemedicina, a fin de discutir problemas de salud en las zonas de teleconsulta. Para efectuar estas consultas se utilizan el correo electrónico, la transmisión de imágenes en diferido y las videoconfe- rencias. Para la captura de imágenes se cuenta con cámaras digitales de

128 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA video y fotográficas que permitan captar imágenes de los pacientes, de especímenes quirúrgicos, de imágenes radiológicas, de registros electro- fisiológicos, de imágenes endoscópicas y de imágenes microscópicas pro- venientes de estudios de anatomía patológica y laboratorio clínico. La operación en Amazonas que se concentra en Leticia, se realiza con dos médicos que han atendido más de 600 consultas en dermatología, 1500 en radiología y 90 en patología, entre otras. De manera regular se establecen videoconferencias que se emplean para entrenamiento de personal, discu- sión de temas administrativos los lunes en la mañana y dermatológicos los jueves. El Centro de Telemedicina lleva a cabo diferentes actividades que involucran entidades extranjeras. Dentro de éstas se encuentra la participa- ción en las comisiones de vecindad con los países de Brasil y Perú donde se pretende implantar el servicio en las poblaciones de Benjamín Constant y Caballo Cocha. También se participa con 13 socios más, en el proyecto T@lemed, financiado por la Unión Europea. El centro fortalece su actividad gracias al apoyo financiero del gobierno francés y apunta hacia la consolidación, posición y reconocimiento del mis- mo como ente de referencia en Telemedicina para Colombia en principio, la comunidad Andina a mediano plazo y latinoamericano y africano, eventual- mente, a largo plazo. En este proceso colaboran con la UniNacional diver- sas organizaciones, entidades, gobiernos y particulares, entre los que se des- tacan: Gobierno, embajada, dirección de los Hospitales de París y Ministe- rio de Relaciones Exteriores de Francia, Embajada de Japón, Laboratorios Aventis, Bogotana de Aguas, Agencia Colombiana de Cooperación Interna- cional, Gobierno de Corea, TEPMA y Ministerio de Comunicaciones de Colombia. El doctor Michel Faizal es cofundador del Centro de Telemedicina, crea- dor del Servicio de Teledermatología y del Curso Virtual de Dermatología.

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EL SERVICIO DE DERMATOLOGÍA DEL CENTRO DERMATOLÓGICO FEDERICO LLERAS ACOSTA PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA DE BOGOTÁ

CÉSAR IVÁN VARELA HERNÁNDEZ COLABORADORES : JORGE HUMBERTO REYES, MARTHA VALBUENA LUIS GAMBOA Y MUCHOS DE SUS EGRESADOS

La Compañía de Jesús estableció su Colegio en Santa Fe de Bogotá en 1604 y fue autorizado para otorgar grados académicos en 1623. En 1605 el Arzobispo Lobo Guerrero fundó el Colegio Seminario de San Bartolomé, encomendado a la Comunidad Jesuita y cuyos alumnos estudiaban también en el Colegio de la Compañía de Jesús. Esta institución se llamó durante la Colonia «Universidad y Academia de San Francisco Javier», la Santa Sede le concedió el título de Pontificia en 1738. Fue suspendida en 1767 con ocasión de la expulsión de los jesuitas por Carlos III y se reactivó en 1930 con el nombre de Pontificia Universidad Javeriana. El Gobierno Nacional durante la presidencia de Al- fonso López Pumarejo creó en 1934 en el Dispensario de Cundinamarca en Bogotá el «Laboratorio Central de Investigación de la Lepra (LCIL)», y nombró como director a Federico Lleras Acosta, quien con sus es- pecializaciones en veterinaria y bacteriología, impulsó el LCIL como entidad pionera en investigación biomédica en el país. En 1936 el doctor Lleras anunció Federico Lleras la construcción de un moderno Instituto de Investiga- ciones de la Lepra para desarrollar estudios en bacteriología, química, serología, anatomía patológica, con servicio clínico para la enseñanza y la experimentación, donde se desarrollaría la cátedra de leprología dirigida a médicos, estudiantes de medicina y paramédicos del país, a fin de contribuir a la formación de personal especializado para la campaña de lepra. El doctor Lleras falleció en Marsella el 18 de marzo de 1938 camino a El Cairo al Congreso Internacional de lepra y ese mismo año en su honor el Gobierno Nacional denominó al Instituto de Investigaciones de la Lepra, 130 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA como Instituto Federico Lleras Acosta y fue nombrado en su reemplazo como director, su discípulo Luis Patiño Camargo24. En 1956 el Instituto F.Ll.A. se convirtió en Instituto de Investigaciones y Estudios Especiales sobre Dermatolo- gía y Lepra. En 1957, era su Director el doctor Jorge Are- nas Ramírez, cuando llegó espontáneamente a hacer con- Luis Patiño sulta de dermatología, Fabio Londoño González (f), Pro- fesor Adjunto del Servicio de Dermatología de la UniNacional, también las hizo una o dos veces por sema- na con gran dedicación y acierto que le ganaron el cariño del personal y de los enfermos, sobre todo de lepra, quie- nes con el diagnóstico confirmado se remitían a los lazaretos de Agua de Dios (Cundinamarca) y de Contra- Fabio Londoño tación (Santander). Por aquellos días en el Congreso de Lepra en Manizales, el Gobierno Nacional nombró al doctor Londoño como Director de la Campaña de Lepra del Ministerio de Salud. Entonces instaló su oficina en el Instituto F.Ll.A., e inició la transformación de la entidad en instituto de dermatología. El Instituto F.Ll.A. contó con la valiosa presencia de Fuad Muvdi Chaín, un pilar verdadero para el aumento de la consulta dermatológica. En 1963 al doctor Londoño, se le encargó de la dirección del Instituto, con sus funciones de Jefe del Programa de Lepra. En 1964 se cambió la denominación por el de Centro Dermatológico Federico Lleras Acosta con el doctor Londoño como Director en propiedad. La enseñanza de la dermatología se inició en 1967, dirigida a estudiantes de pregrado de medicina de la UniJaveriana y un año después también a los del Colegio del Rosario. El 1 de agosto de 1968 se inició la llamada por Mariano López «La Edad de Oro», cuando Fabio Londoño creó el programa de postgrado en dermatología en convenio con la UniJaveriana del que fue su Jefe hasta 1989. Le correspondió entonces hacer el tránsito sin perder la concepción de centro investigativo al de institución docente y asistencial. El primer egresado fue Mariano López López el 31 de julio de 1970, que luego vino a ser gran profesor y sucesor de su maestro. En las primeras décadas de la Escuela junto a los doctores Londoño, Muvdi y López, y luego de realizar su entrenamiento allí mismo, fueron docentes fundamentales y destacados Rafael Uribe Ospina y Jorge Humberto Reyes Muñoz, que fue jefe de la

131 VARELA HERNÁNDEZ CI sección de cirugía, trasladado después a Agua de Dios. Más adelante se vinculó Alfonso Quintero Prada. Se unió al grupo de la naciente escuela en 1963, y por invitación del doctor Londoño, el conocido dermatopatólogo Luis Alfredo Rueda Plata, quien llegó luego de estudiar en Francia y ejercer en Barcelona, y que más adelante con el ex alumno y dermatopatólogo An- tonio Barrera Arenales comenzaron los inolvidables ateneos semanales. La Dirección del Centro Dermatológico F.Ll.A. estuvo a cargo del doc- tor Londoño desde 1967 hasta 1989, con una interrupción de ocho meses entre 1984 y 1985 durante los cuales la ejerció María Mélida Durán Merchán. Desde 1989 hasta agosto de 1993, Mariano López López y desde entonces Luisa Porras de Quintana. La producción científica y académica del Centro Dermatológico F.Ll.A. ha sido extraordinaria, con notables aportes a la dermatología mundial, por ejemplo la referente al prurigo actínico con la caracterización de sus aspec- tos clínicos y su tratamiento con talidomida por Fabio Londoño, así como la descripción de los rasgos citopatológicos del virus papova en la epidermo- displasia verruciforme por Luis Alfredo Rueda, amén de muchas más publi- caciones científicas sobre lepra, farmacología, erupción polimorfa y mico- sis profundas, entre otras, por diversos docentes de la Escuela. En el pasado más reciente el Instituto continúa el espíritu de publicaciones con libros de dermatología, de poesía, guías de atención basadas en demostraciones, bo- letines educativos y CD ROM. Ha realizado muchos certámenes académi- cos a lo largo de toda su historia, entre otros: siete cursos de Actualización en Dermatología; dos cursos de Dermatología para no dermatólogos; un curso de Dermatología Basada en Evidencias; un curso de capacitación en fototerapia; tres cursos de capacitación en micología médica; y programas continuos de capacitación en lepra y leishmaniasis. El hoy, Centro Dermatológico Federico Lleras Acosta, E.S.E., ha sido sitio de enseñanza para estudiantes de pre-grado de la UniJaveriana, de la Escuela Colombiana de Medicina, del Colegio Mayor de Cundinamarca y de la Universidad de los Andes. De postgrado en dermatología de la Uni- Javeriana, la UniNacional, la Escuela Colombiana de Medicina, la UniCaldas, la UPB y la UniMilitarNuevaGranada. Asimismo, ha sido centro de forma- ción en dermatología para estudiantes de postgrado de pediatría, patología, cirugía plástica, medicina interna, genética y cirugía y patología oral, de la UniJaveriana, la FUCS, la UniMilitarNuevaGranada, la UniAntioquia y la

132 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA

Fuad Muvdi Hugo Corrales José Zambrano Pedro Román

Mariano López Rafael Uribe Alfonso Rebolledo Jaime Cortés UniRosario. Desde sus comienzos la Escuela se ha preocupado por fomen- tar en sus estudiantes habilidades clínicas, terapéuticas y de investigación. A partir de 1993 desarrolló un proyecto pedagógico que plantea el enfoque de la salud cutánea desde la orientación sobre cuidados básicos de la piel y la adopción de hábitos saludables, hasta el tratamiento farmacológico o qui- rúrgico con el fin de mejorar la calidad de vida del paciente. El proyecto se centra en la formación humana integral, con conciencia de responsabilida- des sociales, en el desarrollo de competencias pedagógicas, comunicativas, administrativas y de liderazgo. En septiembre de 2001 el Centro Dermato- lógico F.Ll.A. recibió el Premio de Calidad en Salud Colombia, categoría bronce. Varios médicos se formaron como, dermatoleprólogos o leprólogos en las décadas de 1950 y 1960 antes de la instalación del programa oficial como Alfonso Quintero Prada, Edmundo Rafael Mazenet Fuentes (f), Fuad Muvdi Chain, Hugo Corrales Lugo (f), José Félix Zambrano Payán, José Miguel Dau David, Juan Manuel Fakiolas Miranda (f), Pedro Miguel Román Suárez (f) y Virgilio Alberto Rodríguez Fernández. A partir de la instauración del programa oficial de dermatología en 1968 se han formado entre otros los siguientes 107 especialistas: Mariano López López (1970). Jorge Humberto Reyes Muñoz y Rafael Uribe Ospina (1972). Luis Osorio Neira (f), Alfonso Rebolledo Muñoz, Jaime Hernando Cortés Muñoz y María Mélida Durán Merchán (f) (1976).

133 VARELA HERNÁNDEZ CI

Mélida Durán Antonio Barrera Edgar Olmos Enrique Suárez

Evencio Saza Bernarda Gáfaro Blanca Lesmes Juan Chalela

Edgar Altuzarra Guillermo Muvdi Hernando Mosquera Nohra Pulido

Benjamín Cohen Vivares (1978). Antonio Barrera Are- nales y Edgar Olmos Olmos (1979). Dora Lilia Molina de Soschin, Enrique Suárez Peláez (f), Evencio Saza Mendieta y María Bernarda Gáfaro Barrera (1980). Blanca Lilia Elizabeth Lesmes Rodríguez y Juan Guillermo Chalela Mantilla (1981). Edgar Ricardo Eduardo González Altuzarra Galindo, Efraín Villamil Vargas, Guillermo Alejandro Muvdi Chiari, Hernando Mosquera Sánchez y Nohra Dilia Pulido García (1982). Aydée Vejarano de Ceballos, Constanza Molina Campo, Eduardo González Gutiérrez, Jaime Soto Mancipe y Luisa Porras de Quin- tana (1984). Jairo F. Fuentes Carrascal, Luz Stella Montoya de Jaime Soto Bayona y Martha Inés Ramírez Castro (1985). Carlos

134 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA

Luisa Porras Jairo Fuentes Luz S. Montoya Horacio González

Nancy Córdoba Rafael Henríquez Arturo Argote Luz Marina Gómez

Adriana Motta Sergio Cáceres Francisco Castaño Jairo Sabogal

Horacio González Rojas, Henry Jesús Álvarez Rodrí- guez, Nancy Constanza Córdoba Córdoba, Rafael Ri- cardo Henríquez Jiménez y Ulrique Elvers Propp (1986). Arturo César Argote Ruiz y Luz Marina Gómez Vargas (1987). Adriana Motta Beltrán, Liliana Montero Garavito, María Victoria Hoyos de Arrieta, Martha Patarroyo de Rojas y Sergio Cáceres Orozco (1988). Jorge Vidales Francisco Castaño Puyo, Jairo Eduardo Sabogal Sabo- gal, Miguel Francisco Duarte Gómez (f), Sonia Penso de Vega y Velma Margarita Brito Cuadrado (1990). Jorge Hernando Vidales Díaz y María Alejandra Caycedo Rosales (1991). Carmen Alicia Martínez de la Rosa, Giovanni Bojanini Morrón, Gustavo Urueta Pérez, María Bernarda Durango Larios y Sandra Elena Alejandra Caycedo

135 VARELA HERNÁNDEZ CI

Gustavo Urueta Esperanza Meléndez Helena Vásquez Juan Atuesta

Ángela López Luis Gamboa Martha Valbuena Sergio Arroyave

Adriana Marín Ricardo Calvache Rodrigo Núñez Claudia Lozada Muvdi Arenas (1992). Esperanza Meléndez Ramírez, Helena Esperanza Vásquez Rubio, Juan Jaime Atuesta Negret (1993). Ángela Carmela González Puche, Ángela Susana López Fajardo, Carmen Josefina Díaz Granados, Filiberto Rafael Martelo García, Luis Arturo Gamboa Suárez, Martha Cecilia Valbuena Mesa y Sergio Arro- Gloria Posada yave Correa (1994). Adriana Marín Moreno, Ricardo Alberto Calvache Herrera y Rodrigo José Núñez Rinta (1995). Claudia Patricia Lozada Zapata, Gloria Elena Posada Escalante, John Bernardo Ar- cos Arciniegas, John Harvey Gaviria Calderón, Mabel Yaneth Ávila Cama- cho y Myriam Díaz Acosta (1996). John Arcos Harvey Gaviria

136 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA

Mabel Ávila Beatriz Tobón Hugo Herrera Pilar Avellaneda

Sabrina Delgado Diana Muñoz Doris Téllez Orlando Dueñas

Edna Rodríguez Julián Vargas Mónica Paredes Patricia Orjuela

Beatriz Eugenia Tobón Gómez y Hugo Eduardo Herrera Nossa (1997). Mariam Carolina Rolón Carolina Córdoba Olga Hernández Cadena (1998). Diana Lastra María del Pilar Avellaneda Nieto y Sabrina María Delgado Vélez (1999). Diana Isabel Muñoz Contreras, Doris Adriana Téllez Rodríguez y Orlando Dueñas Fajardo (2000). Edna Constanza Rodríguez Garzón y Julián Vargas Molina (2002). Mónica Rocío Paredes Barahona y Patricia Orjuela Espinosa (2003). Caro- lina Córdoba Rincón, Diana María Lastra Cuadrado y Olga Patricia Hernández Riberos (2004).

137 VARELA HERNÁNDEZ CI

Figuran también como egresados en diferentes épocas Adriana García Herrera, Adriana Téllez, Alfonso Quintero Prada, Beatriz Armand Rodríguez, Diana Lucia Álvarez, Edwin Bendek, Gabriela Santacruz, Isabel Cristina Cuellar, Jacqueline Helo Helo, Jairo Hernández, María Cristina Ronderos, María Isabel Serna, Marta Rangel, Mónica Patricia Carrera, Natalia Mendoza Pereira, Néstor Fernando Arévalo Ramírez y Patricia Zúñiga Vera. Además de los profesores ya anotados varios de sus egresados han ejer- cido la docencia en su propia Escuela, como Adriana García, Edwin Bendek, Giovanni Bojanini, Hugo Herrera, Jacqueline Helo, John Arcos, Mónica Carrera, Natalia Mendoza y Ricardo Calvache. El cuerpo docente actual- mente está integrado por Álvaro Tovar, Carolina Córdoba, Diana Álvarez, Diana Lastra, Edna Rodríguez, Isabel Cuellar, Luis Gamboa, Luisa Porras, Cristina Ronderos, Marta Rancel, Martha Valbuena, Mónica Paredes, Olga Hernández, Patricia Zúñiga y Sandra Muvdi. Realizan residencia, en tercer año Andrés Grueso Ro- dríguez, nació en Popayán, médico de la UniJaveriana en 1993. Pedro José Castro Rodríguez , bogotano, médico de la UniJaveriana en 1998. Margarita Tamayo Buendía y John Alexander Nova. En segundo año Camilo Andrés Mora- les, Gustavo Rubio y María Isabel Parga y en primer año Andrés Grueso Victoria Eugenia Franco y Liliana Ortiz. En 2005 ingresa- rán Ángela Pedraza y Elsa Victoria Hoyos. El Centro Dermatológico F.Ll.A-UniJaveriana ha dado frutos importantes entre sus alumnos. Solo para mencio- nar a algunos, como Directores del Centro Dermatológico F.Ll.A., Mariano López, María Mélida Durán y Luisa Po- rras. Como fundadores de cátedras universitarias Fuad

Pedro Castro Muvdi en Barranquilla, Henry Olmos en la UniRosario, Mariano López en la UniBosque, Juan Guillermo Chalela en la UniMilitarNuevaGranada, Antonio Barrera en la UniSabana y promo- tor de la dermatología pediátrica en el Hospital Lorencita Villegas, Enrique Suárez en la Clínica Infantil Colsubsidio, Eduardo González en la EMJN- Corpas y Carlos Horacio González pionero en la Unidad de Criocirugía en Armenia. Jorge Humberto Reyes Muñoz escribió estas frases con las quiero cerrar la historia de tan importante institución «Bien vale la pena después de este

138 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA repaso de la vida del Centro Dermatológico, dedicar un minuto siquiera a los que le dieron vida. Acaso las palabras sean escasas para recordar a Fabio Londoño y Luis Alfredo Rueda, los grandes, los inolvidables, los padres de la dermatología enseñada en el Federico Lleras, y a algunos de sus discípu- los como Jairo Hernández, Miguel Duarte, María Mélida Durán, Luis Osorio y Enrique Suárez, quienes, unos antes y otros después nos dejaron su imbo- rrable recuerdo».

Luisa Porras de Quintana

Directora del Centro Dermatológico Federico Lleras Acosta, E.S.E des- de 1993. Es dermatóloga graduada en la misma institución en 1984.

Luisa Porras

Centro Dermatológico F. Ll. A. Cedida por el CD F.Ll.A.

139 VARELA HERNÁNDEZ CI

EL SERVICIO DE DERMATOLOGÍA DEL HOSPITAL MILITAR CENTRAL DE BOGOTÁ UNIVERSIDAD MILITAR NUEVA GRANADA

CÉSAR IVÁN VARELA HERNÁNDEZ COLABORADORES: JUAN GUILLERMO CHALELA Y OLGA PATRICIA ESCOBAR

Colombia tuvo su primer Hospital Militar entre 1911 y 1914 en las insta- laciones y bajo la estructura administrativa de la que hoy es la Clínica Marly en Bogotá, mediante contrato celebrado entre el Presidente de la República General Rafael Reyes y el Gerente de la Clínica, para el que se designó al doctor Carlos Putman como Director. En 1937 gracias a las gestiones del Coronel Médico Jorge Esguerra López, se inauguró el Hospital Militar Cen- tral en el barrio San Cristóbal al sur-este de Bogotá, donde permaneció 25 años y trabajó el dermatólogo Alberto Medina Pinzón. En 1948, el Presi- dente Mariano Ospina Pérez atendiendo la tesonera insistencia del Coronel Médico Miguel Gómez Archila, dispuso la compra del lote y se inició el proceso de construcción de la actual sede inaugurada el 25 de abril de 1962. La Universidad Militar Nueva Granada se inició en 1962 cuando en la Es- cuela Militar de Cadetes se ampliaron los estudios de bachillerato a educa- ción superior. El 23 de agosto de 1978 se creó la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud de la Universidad Militar Nueva Granada que al inte- grarse con el Hospital Militar Central permitió disponer de uno de los más completos centros asistenciales y docentes en el país. La Sección de Derma- tología del Hospital Militar inició labores en 1969, como adscrita al Depar- tamento de Medicina Interna, con Alberto Medina Pinzón y Luis Alfredo Rueda Plata como primeros encargados de la consulta dermatológica y de alergias. Hacia el año 1975 se unieron al grupo los dermatólogos Julio César Medellín y María Teresa Palacios y desde 1980 contó con la colaboración del patólogo Gerzaín Rodríguez. Juan Guillermo Chalela Mantilla fue el fundador y primer Jefe del Servicio de Dermatología del Hospital Militar en enero de 1983. El progra- ma de residencia en dermatología recibió aprobación oficial del ICFES en

140 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA

1984. El doctor Chalela estuvo al frente de la Jefatu- ra hasta 1992, sucedido por Jaime Soto Mancipe (1993-1996), María Claudia Torres Mojica (1996- 2004), Olga Patricia Escobar Gil (2004-2005), y a partir de enero 1 de 2005 desempeñará la jefatura Ximena Sánchez Angarita. En la década de 1990 el Servicio contó con la presencia del Profesor Mariano López y han acom- pañado a los Jefes de Servicio en la docencia, William Juan Chalela Sánchez, Carlos Bohórquez, Hernán Mejía, Martha Pardo, Gaby Flórez, Martha Rodríguez, Mercedes Flórez y Ximena Sánchez. La médica patóloga Ma- ría Isabel González, Jefe del Servicio de Patología, presta importante colaboración docente-asistencial al Servicio de Dermatología. Dentro de los certámenes académicos hechos por el Servicio hay que resaltar el Curso de Avances en Jaime Soto Dermatología en 1981 y el Curso de Medicina Tro- pical, que se hizo en 1990 con el micólogo doctor Donald Greer como profesor invitado. En 1993 durante la Jefatura del doctor Soto se adelantó con éxito la Primera Jornada de Prevención del Cáncer de Piel en Bogotá, en la que más de 20 dermatólogos de diversas instituciones atendieron a 1.976 pacientes. En 2000 se hizo la segunda y en 2002 la tercera jornada durante la Feria Especializa- Claudia Torres da en Salud, Infosalud en Bogotá. En 1995 liderado también por el doctor Soto, se efectuó la Encuesta Nacional de Cáncer de Piel en la que participaron 104 dermatólogos, 26 cirujanos plásticos y 17 patólogos; más de cinco mil pacientes respondieron la encuesta sobre cono- cimientos, actitudes y prácticas en relación con cáncer de piel y sus factores de riesgo. Ha graduado 42 dermatólogos, Nancy Castro Salgado (1986). William Charles Sánchez Bottomley (1987). Leonor Molina Prieto. Diana Amaya Serrano. Sara Ximena Díaz Ruiz y Gaby Teresa Flórez Bedoya (1990). Alejandro Pedroso. Ricardo Galvis Vela. Olga Patricia Escobar Gil (1991).

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William Sánchez Sara Díaz Gaby Flórez Olga Escobar

Jorge Gutiérrez Claudia Torres Mariela Tavera Martha Rodríguez

Virginia Palacios Margarita Escobar Martha Pardo Álvaro Tovar

Guillermo Cohen Marcela Echeverría Hernán Mejía Natalia Hernández Jorge Gutiérrez Obando. María Claudia Torres Mojica y Mariela Tavera Zafra (1992). Martha Patricia Rodríguez Sánchez y Virginia Palacios Bernal (1992). Margarita Elizabeth Escobar Ávila y Martha Lucía Pardo Pardo (1993). Álvaro José Tovar Cock, Guillermo Luis Cohen Mendoza y Marcela del Pilar Echeverría González (1995). Hernán Darío Mejía Silva y Natalia Hernández Mantilla (1996). Adriana Guana. Adriana María Villa Rodríguez. Gina Evelyn Gómez Aya y Ximena Yolanda Sánchez Angarita (1998). Magda

142 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA

Adriana Villa Gina Gómez Ximena Sánchez Bernardo Castro

Héctor Samacá Ruth Vargas Luz Pabón Pahola Plata

Álvarez. Claudia Emilia Duarte Álvarez. Olga Lucía Pardo Herrera. Gusta- vo Adolfo Pérez Ruiz (2000). Néstor Peña Bocanegra. Bernardo Castro Giraldo. Héctor Darío Samacá Solano, Ruth Margarita Vargas Rincón y William Fernando Rivera Boada (2001). Luisa Motta. Álvaro Sandoval Salabarrieta y Luz Helena Pabón Ospina (2002) y Pahola Eugenia Plata Prince (2004). Maritza Flórez Ruiz. Ximena Escovar Langebeck. Gladys Melgarejo. El Servicio ha presentado más de 30 minicasos y trabajos en distintos congresos de dermatología, de ellos 16 han sido objeto de publicaciones sobre terapia PUVA, dermato-estomatología y enfermedades tropicales en especial sobre leishmaniasis. Es pionero en terapia PUVA donde cuenta con la gran experiencia de María Claudia Torres. Desarrolla su función docente a estudiantes de medicina de pre-grado y postgrado de la UniMilitarNuevaGranada y asistencial a los pacientes en el Hospital Militar, donde brinda invaluable atención a los miembros de las Fuerzas Armadas de Colombia. Hacen residencia en el Servicio: Luis Antonio Castro Gómez, bogotano, médico de la UniMilitarNuevaGranada en 1995, que goza de una beca en inmunodermatología en la Clínica Mayo en Rochester y se graduará el 1 de julio de 2005; César Augusto Merlano Soto, nació en Sevilla, Valle, médico de la UniNacional en 1992; Ivonne Constanza Angulo, bumanguesa, médi-

143 VARELA HERNÁNDEZ CI

Luis Castro César Merlano Ivonne Angulo Piedad Almario ca de la UIS en 1997; Juan Mauricio Betancourth López, manizaleño, mé- dico de la UniCauca en 1996; Piedad Almario Ariza, bogotana, médica de la UniJaveriana en 1997; y Yuan Solías Villalta, nació en Cúcuta, médico de la UniMilitarNuevaGranada en 1998.

Olga Patricia Escobar Gil

Jefe del Servicio de Dermatología del Hospital Militar Central de Bogotá -Universidad Militar Nue- va Granada. Realizó su actividad universitaria en la Univer- sidad Militar Nueva Granada-Hospital Militar Cen- tral donde se graduó de médica y cirujana en 1984 y Olga Patricia Escobar de dermatóloga en 1991, desde cuando desarrolla actividad docente y asistencial, así como en la Clínica de la Policía. Ha participado activamente en diversos congresos de dermatología en el país y en el exterior. Es oficial del Ejército de Colombia, ascendida al grado de Teniente Coronel en 1998. Desempeña la Jefatura del Servicio de Dermato- logía desde enero 1 de 2004 hasta diciembre 31 de 2004.

144 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA

LA ESCUELA DE DERMATOLOGÍA ONCOLÓGICA INSTITUTO NACIONAL DE CANCEROLOGÍA

CÉSAR IVÁN VARELA HERNÁNDEZ COLABORADOR: ÁLVARO ACOSTA

El Instituto Nacional de Radium se creó en Bogotá mediante Ley 81 de 1928 e inició labores en agosto de 1934, bajo la dirección del médico urólo- go Jorge Cavelier, Presidente de la Academia Nacional de Medicina, Con- cejal, Congresista y Ministro de Higiene21. Mediante el decreto 519 del 27 de febrero de 1953, se cambió el nombre por el de Instituto Nacional de Cancerología. Desde su comienzo, en el Instituto se atendió a los enfermos con cáncer en la piel, y en 1979 bajo la di- rección del dermatólogo y oncólogo Guillermo Gutiérrez Aldana, se organizó el grupo de dermato- logía. En 1980 el doctor Gutiérrez publicó la revisión de los primeros 348 casos con carcinoma basocelular y en 1984 una serie de 30 pacientes con dermatofibro- sarcoma protuberante observados en los 25 años an- Guillermo Gutiérrez teriores en el Instituto. Más adelante en 1992, el propio doctor Gutiérrez Aldana gracias su in- comparable espíritu docente y capacidad de organización, alcanzó el mayor logro académico en el Instituto al crear la sub-especialidad en Dermatología Oncológica y encargó a Michel Faizal el diseño del programa. En ese mis- mo año, Álvaro Acosta de Hart asumió las funciones como Jefe de Derma- tología hasta el presente, obteniendo importantes avances académicos al realizar cursos de educación continua en el ámbito nacional. En 1994 el Primer Seminario en Dermatología Oncológica: Carcinoma Basocelular; en 1996 el Segundo Seminario en Dermatología Oncológica: Carcinoma Escamocelular; y en 2004 el Primer Curso en Dermatología Oncológica. El doctor Acosta invitó a las escuelas de dermatología del país para que los residentes de último año realicen rotaciones de tres meses por el Servicio, lo que se ha cumplido con notable éxito.

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Guillermo Jiménez Elkin Peñaranda Ana Ramírez A partir de 1993 el grupo de dermatología oncológica introdujo la criocirugía en el tratamiento de lesiones pre-malignas y malignas de la piel; en 1995 inició la puvaterapia en el manejo de los linfomas cutáneos y en 1996 el tratamiento del cáncer no melanoma con cirugía micrográfica de Mohs. Desde junio de 1995, la Universidad Javeriana de Bogotá confiere el título de especialista en dermatología oncológica a los egresados del Institu- to, con lo que la sub-especialidad adquirió carácter académico y se constitu- yó en la primera debidamente reconocida por el Ministerio de Salud. La Escuela con la dirección del doctor Acosta ha publicado múltiples investigaciones de las que se puede destacar en 1997, los primeros 86 casos de cáncer de piel operados con anestesia tumescente en el Instituto y en el mundo, trabajo que se presentó en congresos internacionales. La Escuela, pilar de enseñanza e investigación en dermato-oncología tiene seis egresados: María Bernarda Durango Larios (1994); Xavier Rueda Cadena (1998); Guillermo Jiménez Calfat (2002); Elkin Omar Peñaranda Contreras (2003); Gustavo Adolfo Pérez Ruiz; y Ana Francisca Ramírez Escobar (2004). Álvaro Enrique Acosta Madiedo de Hart

Jefe de la Escuela de Dermatología Onco- lógica del Instituto Nacional de Cancerología. Médico y cirujano de la UniJaveriana en 1982, dermatólogo de la UniNacional en 1991 y cirujano dermatólogo de la UniBarcelona en 1991. Estudió dermatología oncológica en el Instituto Cancerológico en 1992. Se especia- lizó en cirugía micrográfica de Mohs en la Álvaro Acosta Universidad de Yale (1995) y en dermato-

146 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA patología en el Servicio de Patología, Cambridge (1997). Ha sido Profesor Visitante de la Universidad de British Columbia (1998), Profesor Asociado de la UniNacional, Instructor Asociado Ad-Honorem de la UniBosque y Profesor Adscrito-Instructor en el CES. Vicepresidente de la Asociación (1998-2000) y Jefe de la Escuela de Dermatología Oncológica del Instituto Cancerológico desde 1992. Es miembro de la Asociación, de la Societas Internationalis Derma- tologiae, CILAD, International Society for Dermatologic Surgery, Asocia- ción Colombiana de Cirugía Dermatológica (fundador), Asociación Colom- biana de Láser, American Academy of Dermatology, Sociedad Colombiana de Anestesiología y Reanimación, Asociación Colombiana de Dermatolo- gía Oncológica (fundador y presidente), Miembro Correspondiente de la Sociedad Peruana de Dermatología. Miembro del Comité Editorial de las Revistas del Instituto Cancerológico, de la Revista Colombiana de Derma- tología, de Archives of Dermatology y Dermatología Cosmética, Médica y Quirúrgica de México. Asesor de la Revista Iladiba. Ha participado en un centenar de certámenes académicos nacionales e internacionales, en los que ha sido conferencista en ciento trece oportunida- des, que incluye el XX Congreso Mundial y Congresos de la Academia Americana de Dermatología. Describió la aplicación de la anestesia tumes- cente en la escisión de tumores cutáneos, ha publicado cuarenta de sus tra- bajos de investigación, varios de ellos han merecido premios. Es coautor de dos libros de dermatología. Se le ha distinguido como Mejor Docente de la Unidad de Dermatología de la UniNacional y recibió la Medalla al Mérito Carlos Escobar de la Asociación Colombiana de Cirugía Dermatológica.

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EL PROGRAMA DE DERMATOLOGÍA DE LA UNIVERSIDAD EL BOSQUE

CÉSAR IVÁN VARELA HERNÁNDEZ COLABORADORA: ADRIANA MOTTA

La Escuela Colombiana de Medicina se fundó el 27 de julio de 1977 en Bogotá y cambió su nombre el 5 de febrero de 1997 por el de Universidad El Bosque. En 1989 el Rector doctor Hernando Matiz Camacho, invitó a Mariano López López cuando se desempeñaba como Director del Centro Dermatológico F.Ll.A., para iniciar Mariano López el programa de postgrado en dermatología en la Uni- Bosque, que se creó mediante acuerdo del Consejo Directivo de la Univer- sidad Nº 0925 del 24 de octubre de 1990 según Acta 723. La especialización en dermatología se registró ante el ICFES mediante Acuerdo Interno 339 del 15 de octubre de 1992. Más adelante la universidad abrió sus puertas a los médicos Eduardo Salcedo y Mónica Helena Rivera Jay-lung para reali- zar su especialización en dermatología, con las mismas rotaciones y en los mismos sitios que utilizaban los estudiantes de postgrado de la UniJaveriana en el Centro Dermatológico F.Ll.A. En 1993 Mariano López renunció a la dirección del Centro Dermatológico F.Ll.A., y como no era posible continuar el convenio entre esa institución y la Universidad El Bosque, en 1994 los directivos de la universidad llamaron para dirigir el programa de postgrado en dermatología a Juan Guillermo Chalela Mantilla, quien con excelencia y como connotado maestro reorga- nizó el programa y bajo su dirección se iniciaron las rotaciones de los resi- dentes en los Hospitales Simón Bolívar, Militar y en el Instituto Cancero- lógico, entre otros. El Profesor Chalela dirigió el programa hasta el año 2003, y le sucedió Adriana Motta Beltrán hasta la fecha. El cuerpo de profesores está conformado por Adriana Marín, Adriana Motta, Álvaro Andrés Luque, Juan Jaime Atuesta, Manuel Forero y Rosa Torres, y fueron docentes Iván Pérez, René Rodríguez y Ricardo Calvache. El programa de residencia incluye rotaciones por los servicios de derma-

148 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA

Mónica Rivera Clara Ortiz Rosa Torres Constanza Mancera

Giovanna Terront Angélica Domínguez Beatriz Torres Magda Reyes tología clínica, micología, cirugía plástica, reumatología, infectología, láser, patología, procedimientos quirúrgicos y endocrinología, que se hacen en los hospitales Simón Bolívar, Militar, San José, la Misericordia, la Fundación Santafé y Laboratorios LEMM. Ha graduado 16 dermatólogos y fueron los primeros egresados Eduardo Salcedo en 1997 y Mónica Helena Rivera Jay-lung en 1998, seguidos por Clara Inés Ortiz Serrano y Rosa Yaneth Torres Medina (1998). Constanza Mancera Ospina y Giovanna Terront Lozano (2001). Angélica María Domínguez Duarte y Beatriz Eugenia Torres Martínez (2003) y Magda Re- yes Oróstegui (2004). También son egresados Iván Pérez Haded, María Fernanda Rueda, Carlos Mauricio Rodríguez, Elvia Zenaida Quevedo Martínez, Joaquín Campo y Perla Furman. En la actualidad cumplen su residencia: en tercer año, César González Ardila, médico de la UniNacional en el 2000; en segundo año, Ana María Rebolledo Álvarez, bogotana, médica de la UniJaveriana en 1999; Lina María Llanos Mena, médica de la UniRosario en el 2001; y Yanira Guerrero; en primer año, Gonzalo García; Oscar Fernan- do Castañeda Vanegas, nació en Neiva, médico de la UniSurColombiana en 1997; y Ana María Bravo. Adriana Gaita Ramírez iniciará en 2005. César González

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Ana Ma. Rebolledo Lina Llanos Oscar Castañeda Ana Ma. Bravo

Adriana Motta Beltrán

Directora del Programa de Dermatolo- gía de la Universidad El Bosque. Nació en Bogotá, donde hizo sus estu- dios de secundaria en el Colegio Calasanz Femenino y los universitarios en la Facul- tad de Medicina del Colegio Mayor de Nues- tra Señora del Rosario, del que recibió el tí- tulo de Doctor en Medicina y Cirugía en 1980, luego de su internado en el Hospital Militar Central. Se graduó de dermatóloga en la UniJaveriana-Centro Dermatológico Adriana Motta F.Ll.A., en 1988 y obtuvo un diplomado en Docencia Universitaria en la UniBosque en 2003. Es Miembro de la Aso- ciación. Su actividad docente incluye Instructora de dermatología en la Es- cuela Colombiana de Medicina (1990), Instructora Asociada de dermatolo- gía en la UniBosque (1990-2001), Instructora en dermatología en la UniSabana (1988-2001), dermatóloga en el Hospital Simón Bolívar desde 1991, Profesora Asistente y Directora del Programa de Dermatología en la UniBosque en 2004. Ha publicado varios trabajos en revistas nacionales y extranjeras.

150 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA

EL CAPÍTULO CENTRO-ORIENTE

CÉSAR IVÁN VARELA HERNÁNDEZ

Michel Faizal Geagea fundó en septiembre de 2003 el Capítulo Centro- Oriente de la Asociación integrado por los colegas de los municipios de Cundinamarca diferentes de Bogotá Distrito Capital y de los Departamen- tos de Boyacá, Meta, Tolima, Huila y Caquetá.

María Mélida Durán y Fabio Londoño en la década de 1970

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DEPARTAMENTO DE ANTIOQUIA

CÉSAR IVÁN VARELA HERNÁNDEZ COLABORADORES: ÁNGELA ZULUAGA, FERNANDO VALLEJO, FLAVIO GÓMEZ , JOSÉ IGNACIO GÓMEZ Y LUZ MARINA GÓMEZ

Plaza Botero, Museo de Antioquia. Medellín

El Departamento de Antioquia está ubicado en el noroccidente de Co- lombia y es bañado en el norte por el Mar Caribe en el Golfo de Urabá. Hasta allí, llegan las últimas cumbres de la Cordillera Andina Occidental. Es una bella región, como un gigantesco jardín, habitada por los “paisas”, gente que heredó de sus antepasados y mantiene de ellos la alegría, la sim- patía, el tesón, el empuje y la voluntad de servicio. Su linda y amable capital es Medellín, La Ciudad de la Eterna Primavera, donde han ejercido y ejer- cen la mayoría de los dermatólogos de Antioquia. La dermatología y su cátedra se iniciaron en la Universidad de Antioquia en 1920 con Gustavo Uribe Escobar (f), nació en Medellín, médico de la UniAntioquia en 1916, se especializó en dermatología en la UniBarcelona y en la Universidad de Bruselas. Jefe de la Sección de Dermatología (1925- 1936) y Rector de la UniAntioquia, fue nombrado Profesor Emérito en 1962.

152 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA

Fundó en 1924 el Instituto Profiláctico para Enfermedades Venéreas y la Cruz Roja. Reci- bió del Gobierno Nacional la Cruz de Boyacá. En 1975 en recuerdo a su memoria durante la Jefatura de Alonso Cortés en el Servicio de Dermatología de la UniAntioquia, se creó el laboratorio de dermatopatología que lleva su nombre. Gran estudioso del carate. Bajo su tutela se formó como dermatólogo José Posa- da Trujillo (f) (Foto), quien lo reemplazó en la Jefatura de la Cátedra desde 1936 hasta su fallecimiento en 1966. Presidió la Asociación (1960-1961) y el II Congreso Nacional reali- Gustavo Uribe zado en Medellín en 1961. En esa época y también colabo- rando de manera importante en la UniAntioquia Carlos Enrique Tobón, quien estudió en Francia. Ejerció priva- damente en aquellos años Juvenal Gaviria Ochoa (1899- 1985) proveniente también de Francia y Teodoro Castrillón Tobón (1863-1942).

José Posada Décadas de 1940 a 1960

Fabio Uribe Jaramillo (1917-2004), estudió en Argen- tina y se dedicó a la práctica privada. Falleció a los 87 años de edad el 24 de julio de 2004 y así me informó Flavio Gómez la infausta noticia “En este momento ingreso a mi casa y vengo de acompañar al doctor Fabio Uribe Jaramillo, a su postrer morada. Era el dermatólogo de mayor edad en Fabio Uribe Colombia. Bueno como el agua, sencillo como el pan, suave y delicado como las cañas del Valle, humilde, caballero, sincero, buen amigo y estu- dioso. Nunca conoció el orgullo, la ventaja ni la arrogancia. El señor nuestro Dios lo tenga en su eterno descanso.” Y así me lo contó Jairo Mesa “No sé si conociste a Fabio... qué noticia tan sensible... fue gran amigo mío dentro de la dermatología y todo lo que te dice Flavio, es verdad, especialmente su sencillez y simpatía... tengo una paciente que ahora vive en Manizales y también lo fue de él... sé que cuando le dé la noticia, se emperrará a llorarlo

153 VARELA HERNÁNDEZ CI porque lo quiso como una hija... así era Fabio de bueno... fácilmente se hacía querer.” Jorge López de Mesa González (1910-1987), estudió en Argentina y ejerció privadamente. Iván Rendón Pizano (1925-1982), estu- dió en Argentina, fue discípulo de Pierini y Borda y muy querido profesor en la UniAntioquia. Cofundador de la segunda etapa de la Asociación de la que fue Secretario en dos oportunidades y Cofundador de la Sociedad Antioqueña de Dermatología (SADE). Aníbal Zapata Gutiérrez (f), estudió en España, profesor en la Uni- Antioquia y cuentan que fue quien aconsejó a Alonso Cortés estudiar derma- tología. Me contó Antonio Torres que fue el primer dermatólogo en hablar de la mucinosis folicular en Colombia. También ejercían por esos años Arturo Orozco Valencia (1896-1984), Germán Díaz López (1911-1988) y Henry Rendón Rendón (1951-1989). Terminando la década de 1950 se inició una nueva era para la especiali- dad no sólo en Antioquia como en todo el territorio nacional, con el regreso procedentes de la Escuela de Ann Arbor de la Universidad de Michigan de Gonzalo Calle Vélez (f) y Alonso Cortés Cortés, y el dermatopatólogo Mario Robledo Villegas, que dieron comienzo en la UniAntioquia al segundo pro- grama de residencia en dermatología en el país en 1959, con aprobación oficial en 1963, y el principio de las Cátedras de Micología y Dermato- patología, sumado al invaluable concurso de Ángela Restrepo Moreno, doctorada en micología por la Universidad de Tulane. Gonzalo Calle Velez (1927-1984), estudió dermatología en Michigan. Profesor en la UniAntioquia donde desempenó la Jefatura de la Sección de Dermatología (1966-1973). El doctor Calle fue el gran impulsor de la mico- logía dermatológica, pues trajo de Estados Unidos la primera colección de hongos con la que se inició en esa década en la Facultad de Medicina, el trabajo y la investigación en esa materia. Fue Presidente de la Asociación (1965-1966) y presidió el VI Congreso Nacional en Medellín en 1966.

Iván Rendón Ángela Restrepo Gonzalo Calle

154 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA

Alonso Cortés

Alonso Cortés Cortés, nació en Cisneros, Antioquia. Médico de la UniAntioquia en 1956 y durante sus estudios dictaba cátedra de inglés y de francés en el Bachillerato de la UniAntioquia. Dermatólogo y Sifi- lólogo de la Universidad de Michigan, Residente y Junior Clinical Ins- tructor (1959). Su extraordinaria vida académica la ha desarrollado en la UniAntioquia como docente en la Facultad de Medicina desde 1960 hasta 1984 cuando recibió el título de Profesor Emérito. Iniciador con José Posada, Gonzalo Calle e Iván Rendón, del postgrado en Dermatología en 1959. Sucedió al doctor Calle en la Jefatura de la Sección de Derma- tología (1973-1984). Director de la Clínica de Tumores del Hospital Universitario San Vicente de Paúl de Medellín (1962-1968). Becario de la UniAntioquia, Subvencionada por Eli Lilly Research Laboratorios (1957-1958). Becario de la Fundación (1969- 1970). Presidente del IX Congreso Ibero Latinoamericano de Dermato- logía en Medellín (1979). Cofundador de la segunda etapa de la Asocia- ción de la que ha sido Presidente Honorario en 1982, 1992-1996 y actual Miembro Honorario. Socio Vitalicio de la Academia Americana de Der- matología y Miembro Honorario de las Asociaciones de Dermatología Alemana, Francesa, Española y Mexicana y del CILAD. Editor del Manual de Dermatología Práctica y ha escrito capítulos en varios libros como Paracoccidioidomycosis and Lobomycosis en

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Clinical Dermatology, Joseph Demis ed., Lippincot Raven, 1995. Pinta en Current Dermatologic Management-Maddin-Mosby, 1975. Piedra en Haar und Haarkrankheiten, Orfanos und Fischer-Verlag, 1979. Tumores de Piel en Fundamentos de Medicina Interna, 1969, sólo para mencionar unos pocos. Sus publicaciones en revistas son también numerosas y a título de ejemplo lo ha hecho en Antioquia Médica, Dermatología Re- vista Mexicana, Archives Dermatologie Forschung, Hautarzt, Archives Klinische Dermatologie, Dermatológica Suiza y Annals de Dermatologie de Francia. Ha recibido las medallas al Mérito Hospitalario y al Mérito Universitario en 1980. Sin duda el Profesor Cortés es un ser más allá del común, privilegia- do. Conjuga en su existencia la sencillez, la calidad humana y el don de gentes con la sabiduría de su entretenida capacidad docente y académi- ca. Es un reconocido maestro a quien llamo Biblia Viviente de la Der- matología. Sus clases de semiología y clínica dermatológica durante las cuales refería la historia de los dermatólogos europeos y americanos, conjugadas con anécdotas, gracias a su prodigiosa memoria, quedan en el recuerdo de sus discípulos. Es además políglota. Siempre me emocio- nó su conversación, pero disfruté al máximo las múltiples veces que telefónicamente hablamos durante el desarrollo de este libro. Mario Robledo Villegas, nació en Amalfi, Antioquia. Se graduó de médico con tesis laureada en la UniAntio- quia en 1953. Master of Science en patolo- gía en la Universidad de Michigan en 1956 y subespecialización en dermatopatología en el Instituto de las Fuerzas Armadas USA, Walter Reed en 1966, para ser el primer dermatopatólogo de la ciudad y uno de los primeros en el país. En la UniAntioquia ini- ció su brillante carrera docente en la que ocupó todos los cargos desde comenzar como preparador de histología cuando aún era alumno (1948-1949), Jefe de trabajos prácticos de patología y odontología (1952- 2003) y en la Cátedra de Patología donde Mario Robledo ocupó la Jefatura y desde donde facilitó el

156 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA estudio de las micosis. Vicedecano de la Facultad de Medicina (1962). Pro- fesor Honorario (1988). Ejerció allí la docencia durante más de 50 años hasta diciembre de 2003. Fue además Profesor de Histología en la Universi- dad Femenina (1952-1953), Patólogo del ISS (1968-1975), Vicepresidente y Secretario de la Academia de Medicina de Medellín en varios períodos desde 1975 y Magistrado del Tribunal de Ética Médica. Coautor del Texto de Patología editado por Pelayo Correa (1970). Ha recibido múltiples reco- nocimientos como Mejor Profesor UniAntioquia (1963), Profesor Honora- rio (1988), Orden al Mérito Universitario Francisco Antonio Zea en Catego- ría de Plata (1994), Escudo Dirección Seccional de Salud de Antioquia (1997), Placa de reconocimiento por su aporte a la dermatopatología en el Simposio Internacional de Dermatología «Ciudad de Medellín» (2001), Placa «Al Maestro» en agradecimiento por toda una vida de entrega y dedicación, por su ejemplo y por compartir sus conocimientos con todos sus discípulos y colegas del Departamento de Patología de la UniAntioquia (2003). Es un hombre bueno, caballero y lleno de sencillez en su incomparable saber. Enrique Saldarriaga Arango (1925-1985) trabajó en Medellín y estudió en la UniAntioquia, antes de la aprobación oficial cuando el programa de rotación en dermatología era de dos años. Hugo de Jesús Espinal Múnera, estudió dermatología en Estados Unidos y México. Con ocasión de la explosión de la bomba atómica en Hiroshima, hizo entrenamiento en tratamiento de quemaduras en Miami y después en Dallas. Continúa dedicado a la práctica privada. Libardo Agudelo Al- zate (f), estudió en México y ejerció privadamente. Mario Henao, el primer egresado como dermatólogo de la UniAntioquia en 1962, vive en los Estados Unidos. Víctor Cárdenas Jaramillo (1932-1983) dermatólogo de la UniAntioquia en 1964, gran docente y destacado político, fue alcalde de Medellín y senador de la República. Flavio Gómez Vargas, nació en Carmen de Viboral (Antioquia) médico en 1962 y dermatólogo de la UniAn- tioquia en 1965. Estudió cirugía dermatológica en la Víctor Cárdenas Policlínica Geral do Rio da Pontifícia Universidade Cató- lica do Rio de Janeiro, siendo pionero en Colombia con Fuad Muvdi Chain. Destacado, íntegro y estricto en la enseñanza como Profesor Titular de der- matología en la Facultad de Medicina de la UniAntioquia. Fue Profesor de

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micología en el Colegio Mayor de Antioquia. Presiden- te de la Asociación (1990-1992). Presidente-Fundador de SADE. Miembro Honorario de la Asociación y de SADE. Live Member of American Acadermy of Dermatology. Miembro Honorario de la Sociedad Mexi- cana de Dermatología. Coordinador del Servicio de Der- matología de la Clínica SOMA. Tesorero del IX Con- greso Ibero Latinoamericano de dermatología en 1979. Es el gestor de la Revista de la Asociación. Es un honor Aníbal Zapata y Flavio Gómez su amistad; ha sido uno de los más completos cola- boradores para con el autor en esta obra, al aportar mu- chos datos y fotografías, pues brinda desinteresado estí- mulo y apoyo permanentes. Su alegría y cariño llenan el espíritu. Jorge Mesa Restrepo (1932-1990), nació en Jardín (Antioquia) en abril de 1932. Por razones políticas de la época su familia se trasladó a Medellín donde estudió Jorge Mesa en la UniAntioquia tanto su bachillerato como su carre- ra de medicina. Sus siguientes seis años los trabajó en el Bajo Cauca, luego de lo cual realizó su especialización en la UniAntioquia en 1968, donde fue profesor y escaló todas las categorías hasta llegar a ser Profesor Titular y Jefe del Servicio encargado en varias oportunidades, falleció en enero de 1990. Fue también fundador de la cátedra en el CES y Presidente de SADE. José Ignacio Gómez dice: “Quienes gozamos de su amistad y compañía siempre lo recordamos por su vitalidad, erudición y don de gentes. Amaba y conocía profundamente los grandes autores griegos, latinos y suramericanos entre los que se contaban Borges, Neruda, sin faltar nunca León de Greiff. Poquísimos poseen ese conocimiento universal de Jorge. Qué bueno que lo recordemos de esta manera.” Juan Pedro Velásquez Berruecos, nació en Mede- llín, hizo su secundaria en el Liceo Bachillerato de la UniAntioquia, médico en 1963 y dermatólogo en 1968 de la UniAntioquia. En esta universidad en su Facultad de Medicina su actividad académica ha sido sobresa- liente, como Profesor de Dermatología (1968-1989), Jefe Juan Velásquez del Departamento de Medicina Interna (1977-1980), Jefe

158 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA de la Sección de Dermatología (1984-1989) en el Hospital Universitario San Vicente de Paúl y Vicedecano y Decano (e) (1983-1984). Presidente de la Asociación (1994-1996). Miembro de muchas sociedades como la American Academy of Dermatology, Societas Internationalis Dermatology Tropicae, el CILAD, Federación Bolivariana de Dermatología, Academia Nacional de Medicina, SADE y de la Asociación. Ha publicado 24 trabajos en revista internacionales y es coautor de los textos Fundamentos de Medicina Interna y Manual Práctico de Dermato- logía de la UniAntioquia y Fundamentos de Pediatría de la CIB. Actual- mente continúa en su exitoso ejercicio privado. Es de destacar su buena carrera como deportista en básquetbol, atletismo y ajedrez. Amante de la poesía es además fotógrafo, cineasta y fue tambor mayor de la Banda de Guerra de la UniAntioquia. Es un ilustre maestro y conferencista excepcio- nal, nos deleita siempre con sus trucos de procedimientos quirúrgicos al acompañar con éxito la evolución de la especialidad. Su colaboración y amistad me honran. La inmunodermatología se inició en 1969 con Gonzalo Calle, Stella Prada y Myriam Mesa al crear el laboratorio de Inmunodermatología en la UniAntioquia.

Década de 1970

La UniAntioquia marca una nueva era al comenzar a graduar mujeres en sus programas de residencia en dermatología y fueron las primeras residen- tes Myriam Mesa y Stella Prada. Se producen grandes avances en investiga- ción, inmunodermatología y dermatopatología y en 1977 por iniciativa de Flavio Gómez y colegas de la UniAntioquia se creó la Sociedad Antioqueña de Dermatología-SADE-, agrupación de carácter gremial y científico que hoy acoge a todos los dermatólogos radicados en el Departamento. Myriam Mesa de Sanclemente, nació en Envigado (Antioquia). Médica en 1964 y dermatóloga de la Uni- Antioquia en 1971, es la primera mujer dermatóloga graduada por una universidad colombiana. En los Estados Unidos estudió dermatopatología, láser cutá- neo y cirugía micrográfica de Mohs. Destacada docen- te en varias universidades del país. Myriam Mesa

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Stella Margarita Prada de Castañeda, médica en 1966 y dermatóloga de la UniAntioquia en 1971, fue la segunda dermatóloga graduada en el país. Notable pro- fesora en la misma universidad y pionera en la investi- gación de la inmunología cutánea, en especial de las en- fermedades ampollosas autoinmunes. Stella Prada José Ignacio Gómez Uribe , nació en Medellín, médi- co en 1967 y dermatólogo en 1972 de la UniAntioquia, donde fue Profesor Titular (1975-1995). Profesor del Insti- tuto de Ciencias de la Salud de Medellín (CES) (1982-1984), Fundador de CIMA, Secretario (1976-1980) y Presidente de SADE desde 1995 posicionándola como uno de los ca- pítulos más organizados del país, y que mantiene unidos a José Gómez los colegas de Antioquia. Es miembro de la Asociación, de SADE, del CILAD y de la International Society of Tropical Dermatology. Conferencista en los múltiples congresos nacionales e internacionales a los que ha asistido. Es coautor de los libros Manual Práctico de Dermatología y Fundamentos de Medicina, Pediatría y varias publicaciones en revistas. En 1975 se fundó como parte integral de la Sección de Dermatología de la UniAntioquia el Laboratorio de Dermatopatología “Gustavo Uribe Escobar”, bajo la dirección de Walter León Herrera (f), dermatopatólogo y desta- cado pedagogo, que siguió con excelencia las enseñanzas del maestro Mario Robledo. La- mentablemente el doctor León falleció en mar- zo de 2005. Diego Elías Jaramillo Jaramillo, nació en

Walter León Bello, Antioquia, bachiller del Liceo Antio- queño en 1963 cuando recibió la Matrícula de Honor, médico de la UniAntioquia en 1970 y dermatólogo de la misma universidad en 1975. Cofundador del programa de pregrado de der- matología del CES. Ha desempeñado con bri- llo diversos cargos, entre otros Jefe de la Sec- Diego Jaramillo ción de Dermatología de la Facultad de Medi-

160 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA

Gonzalo Gómez Beatriz Sierra Antonio Yepes Gustavo Acevedo cina de la UniAntioquia (1990-1997), donde es profesor desde 1976. Profe- sor en el CES (1982-1984), Presidente de SADE (1990-1992), Director de la Revista de la Asociación (1994 -1996). Dermatólogo del ISS, de la Con- gregación Mariana y del Municipio de Medellín, entre otros cargos. Ha asis- tido a múltiples sucesos científicos que incluyen certámenes internaciona- les. Organizador del III y IV Curso de Actualización en Dermatología para médicos generales de la UniAntioquia. Ha escrito 45 publicaciones y es coautor de varios textos como Manual práctico de dermatología, Enferme- dades Venéreas en Memorias del III Curso de Actualización en Medicina Interna, Enfermedades sexualmente transmitidas en Memorias del Curso de Actualización en Medicina Interna, Leishmaniasis: Pautas actuales de manejo y tratamiento en Memorias del II Curso de Actualización en Derma- tología, todos de la UniAntioquia y Fundamentos de Pediatría entre otros. En 1977, Gonzalo Gómez Acevedo, médico en 1968 y dermatólogo de la UniAntioquia, coautor del Manual Práctico de Dermatología. Bea- triz Elena Sierra de Arroyave médica en 1972 y dermatóloga de la UniAntioquia y Antonio Yepes Parra, médico en 1962 y dermatólogo de la UniAntioquia. Magister en Salud Pública y destacado político quien ha ocupado importantes posiciones públicas en el país y en el exterior como las de Secretario de Salud de Medellín, Secretario de Salud y Go- bernador de Antioquia, Senador, Ministro de Educación, Rector de la UniAntioquia y Embajador en Cuba. María Eugenia Fernández de Girón, dermatóloga de la UniAntioquia en 1978. En 1979 se realizó en Medellín, el IX Congreso Ibero-Latinoameri- cano de Dermatología, presidido por Alonso Cortés con Flavio Gómez como secretario-tesorero de la Junta Directiva. En 1979, Gustavo Acevedo Merino, nació en Medellín, médico en 1974 y dermatólogo de la UniAntioquia, es experto en criocirugía y Lucy de María Auxiliadora Ceballos Cárdenas, nació en Medellín, médica

161 VARELA HERNÁNDEZ CI

Lucy Ceballos Fernando Vallejo Alberto Uribe Francisco Gómez en 1968 y dermatóloga de la UniAntioquia. Manuel José Velásquez Restrepo, dermatólogo de la UniAntioquia, y María Cecilia Restrepo de Ruiz (f), dermatóloga de la UniAntioquia en 1980 y que falleció en 2004.

Década de 1980

Este período se vio marcado positivamente en 1988 con la creación del programa de residencia en dermatología en el Instituto de Ciencias de la Salud (CES), bajo la dirección de Ángela Zuluaga y con el comienzo de ejercicio de varios colegas graduados en el país y en el exterior. Fernando Vallejo Cadavid, médico en 1978 y dermatólogo de la UniAntioquia en 1982. Profesor de dermatología (1982-1990) y Jefe de Educación Médica de la Facultad de Medicina de la UPB (1986-1988). En la UniAntioquia es Profesor desde 1990 y actual Jefe de la Sección de Dermatología desde 1997. En 1983, Alberto de Jesús Uribe Correa, dermatólogo de la UniAn- tioquia, donde es docente, fue Decano de la Facultad de Medicina y en la actualidad es el Rector. Francisco Eladio Gómez Rendón, nació en Medellín, médico en 1974 y dermatólogo de la UniAntioquia. Ha hecho además estudios en Administración Hospitalaria en el Servicio Seccional de Salud de Antioquia y ESAP (1974), Inmunología Clínica (1980) y Dermatosis Ocupacionales (1982) en la UniAntioquia. Profesor Adjun- to de Dermatología en la UPB (1987) y Fundador de la Cátedra de Dermatosis Ocupacionales en programas de postgrado de dermatología y salud ocupacional en varias universidades. Es el Director del Instituto Dermatológico de Medellín desde 1987. Autor del Manual sobre Dermatosis Ocupacionales, que es texto guía para el ISS en todo el país. Coautor del Programa de Vigilancia Epidemiológica para Dermatosis 162 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA

Ángela Zuluaga Amparo Ochoa Jorge Sánchez Olga Castaño Ocupacionales del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social y Sociedad Colombiana de Medicina del Trabajo. Autor desde 1987 de diversos ar- tículos sobre alopecia androgenética, y sobre su tratamiento tiene una de las mayores casuísticas en el mundo. Ha sido conferencista en varios congresos internacionales. Es además asesor del Periódico El Colom- biano de Medellín y colaborador en diferentes programas de radio, prensa y televisión en el país donde es pionero en este ramo e internacionalmente. En la actualidad hace práctica privada e investigación. Su don de gentes lo hace dilecto en la amistad. Ángela Inés Zuluaga de Cadena, nació en Yolombó (Antioquia), médica en 1977 y dermatóloga de la UniAntio- quia. Micóloga de la Corporación para Investigaciones Biológicas de Medellín (CIB) en 1984. Jefe del Servicio de Dermatología del CES desde su creación en 1984 y Directora del grupo de investigación en dermatología. En 1984, Amparo Ochoa Bravo, nació en Pasto, médica de la Uni- Antioquia en 1978 y dermatóloga de la misma universidad. Brillante y destacada docente en la UniAntioquia y en el CES desde 1985 cuando redactó con Ángela Zuluaga y Myriam Mesa el programa de residencia. Ha participado en múltiples trabajos de investigación y ha sido autora o coautora en las respectivas publicaciones, y Jorge Enrique Sánchez Ramírez, nació en Envigado, médico en 1979 y dermatólogo de la UniAntioquia. En 1985, Henry Rendón Norella y Esther Restrepo dermatólogos de la UniAntioquia. Olga Lucía Castaño Yepes, medellinense, médica y dermatóloga de la UniAntioquia en 1986. Es docente en el CES y coautora del libro Terapia Dermatológica. En 1987, Beatriz Orozco Mora, nació en Medellín, médica en 1980 y dermatóloga de la UniAntioquia. Especialista en epidemiología en 1995 del CES con entrenamiento en epidemiología y enfermedades infeccio-

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sas en 1992 en la Universidad de Miami (UniMiami). Su registro académico y pro- fesional es excelente. Médica asesora de los programas de enfermedades de trans- misión sexual, SIDA, así como de lepra y leishmaniasis (1988-1999). Es docente de postgrado en la UPB y Coordinadora del Programa de Infecciones de Transmisión Sexual (ITS)/SIDA (1998-2004). Profe- sora Instructora de dermatología del CES. Hace parte de los grupos que coordinan los programas de ITS/HIV/SIDA en el Beatriz Orozco país y de grupos de trabajo de la OMS y OPS para políticas de enfoque de las ITS, además de Asesora temporal de estas entidades. Docente invitada a los cursos sobre ITS/SIDA que hace la Cooperación Iberolatinoamericana en Bolivia, Colombia y Gua- temala. En seis ocasiones conferencista en el Curso de Infecciones de Transmisión Sexual de la maestría en salud internacional en la Escuela Nacional de Salud Pública Carlos III en Madrid. Tiene 37 publicaciones de trabajos originales de investigación. Ha participado en más de 50 certámenes científicos, en 35 de ellos como expositora o conferencista. Ha presentado 13 trabajos de investigación en Congresos en Italia, Ho- landa, Brasil y Colombia entre otros. De los trabajos en los que ha parti- cipado, 18 han recibido premios en congresos y ha hecho cuatro tutorías en tesis de pre-grado y postgrado. Miembro de las Sociedades Colom- biana de Infectología, Epidemiología y Parasitología y Medicina Tropi- cal, y de la Asociación de la que fue Secretaria de la Junta Directiva (2000-2002). También es Miembro de la American Academy of Dermatology. Federico Ernesto Peña Santamaría, medellinense, médico de la UniAntioquia en 1981 y dermatólogo de la UniBarcelona en 1987. Destacado colega, de familia de médicos, pues fue su tatarabuelo el doctor José Ignacio Quevedo que hizo la primera cesárea en América Latina, y su bisabuelo el doctor Federico Antonio Peña Jiménez Federico Peña creador de la famosa “Pomada Peña”. Luz Marina 164 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA

Gómez Vargas, médica de la UPB en 1982 y dermatóloga del UniJaveriana-C.D.F.Ll.A en 1987. Tuvo pasantías en la UniMadrid y en la Universidad de Cádiz. Es diplomada en Investigación en Salud. Jefe del Servicio de Dermato- logía de la UPB desde 1990. Mary Ann Robledo Prada, nació en Medellín. Mé- dica de la UPB en 1982 y dermatóloga de la UniAntio- Luz Marina Gómez quia en 1987. Gozó de una beca en el Departamento de Dermatología-Inmunodermatología en la Universidad de Johns Hopkins en Baltimore (1987-1989) e hizo inmunodermatología en el Departamento de Dermato- logía-Inmunodermatología en el Medical College of Wisconsin en Milwaukee en 1989, discípula del cono- cido maestro peruano Luis A. Díaz y estuvo en el Pro- Mary Ann Robledo grama Cooperativo de Investigación en Micología de la CIB y la University of Texas en 1991. Fue docente de Cátedra en la Sección de Dermatología en la UniAntioquia en 1990. Instructora de la Cátedra de Dermatología del CES (1990-1992). Investigadora asociada de la Sección de Micología de la CIB (1990-1996). Ha escrito 25 publi- caciones de sus varios trabajos de investigación y 16 exposiciones en congresos nacionales e internacionales. Describió la epidemia de pénfigo foliáceo americano en El Bagre y Nechí. Coautora con el doctor Díaz del texto Pathophisiology of the Skin. Su obra le ha merecido entre otros reconocimientos el primer puesto en la Tercera Feria Departamental de la Ciencia de Antioquia con El Gran Mundo de los Hongos en 1973, el primer puesto en el concurso para residentes en el XVI Congreso Nacio- nal, Tres meses de investigación en Janssen Pharmaceutica, Bélgica, 1987 y la Placa de Honor Postdoctoral Fellow in Immunodermatology, Johns Hopkins University en septiembre de 1989. Es digna hija del Pro- fesor Mario Robledo; su gran sensibilidad se refleja en su expresión artística, plasmada bellamente en la portada de este libro. En 1988, Marta Cecilia Sierra Sierra, dermatóloga de la UniAntio- quia, donde es docente. Continuó con Amparo Ochoa Bravo y Gabriel Ceballos Cárdenas el Servicio de Dermatología Pediátrica que inició Evelyn Halpert en el Hospital San Vicente de Paúl, y María Salomé Ramírez Rodríguez, médica de la UPB en 1981 y dermatóloga de la

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UniAntioquia. En 1989, Gabriel de San Juan Bosco Ceballos Cárdenas, dermatólogo de la UniAntioquia en 1989, donde es docente. Adelanta una Maestría en Salud Ocupacional, y Sergio Vanegas Osorio, médico de la UPB en 1982 y dermatólogo de la UniBarcelona. Se Salomé Ramírez distingue por ser un exitoso y excelente profesional, carismático y lleno de cordialidad. En 1990, los dermatólogos de la UniAntioquia, Gus- tavo Adolfo Cortés y Juan Carlos Wolf Idárraga, que obtuvo una beca en dermatopatología y es docente en la misma universidad.

Sergio Vanegas Década de 1990

Un hecho histórico académico marca esta época, la creación en 1995 del postgrado en dermatología en la Pontificia Universidad Bolivariana de Medellín por Luz Marina Gómez, Guillermo Jiménez y el patólogo Rodrigo León Restrepo. Muy importante fue también en 1994 la crea- ción en el CES del primer programa en Colombia de supraespecialidad en cirugía dermatológica. Al grupo de dermatólogos de la región en esta época se suman los graduados en universidades del país y en el exterior o que iniciaron el ejercicio. En 1991, José Rodrigo Vélez Saldarriaga, médi- co del CES en 1985 y dermatólogo de la UniBarcelona en 1990, trabajó un tiempo en el CES y ejerce privada- mente desde 1991. Luz Stella Abisaad Janna, nació Luz S. Abisaad en Medellín, médica del CES en 1984, fue la primera dermatóloga egresada del CES. Desde 1992 es docen- te en la UPB, y Víctor Javier Muñoz Marín, derma- tólogo de la UniAntioquia, donde es docente. En 1992, Laureano Augusto Osorio Gutiérrez, médico de la UniAntioquia en 1976, dermatólogo del CES. Coautor del texto Terapia Dermatológica, Teso- Laureano Osorio rero de la Asociación (2000-2002). Organizó con es-

166 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA

Víctor Grajales Guillermo Jiménez Carlos Valencia Fernando Botero mero la Galería de ExPresidentes de la Asociación que engalana las ofi- cinas de ésta en su sede en Bogotá. Es docente en el CES. Luz Amparo Cadavid Vergara, medellinense, médica de la UPB en 1982 y dermató- loga de la UniGuadalajara en 1992. Siguió un magíster en Salud Públi- ca, en Gerencia Hospitalaria y en Auditoría en Salud, y Víctor Daniel Grajales Hernández, medellinense, médico en 1980 y dermatólogo de la UniAntioquia. En 1993, Guillermo Jiménez Calfat, médico del CES en 1987 y derma- tólogo de la UniNacional. Sub-especialista en oncología dermatológica del Instituto Cancerológico en 1994, en cirugía dermatológica del CES en 1995 y en cirugía micrográfica de Mohs de la Universidad de Baylor en 1995. Cofundador del Servicio de Dermatología de la UPB donde es docente así como en el CES desde 1995. Carlos Augusto Valencia Acevedo, nació en Medellín, médico del CES en 1987 y dermatólogo de la UniAntioquia, ejer- ce en Medellín, Envigado e Itagüí. Fernando Botero Botero, nació en Sonsón, médico de la UniAntioquia en 1964 y dermatólogo de la Universi- dad de Michigan en 1970. Hizo un diplomado en dermatopatología en la Universidad de la Florida en 1977. Desde 1970 hasta 1980 fue Profesor y Jefe de la División de Dermatología en la Universidad del Sur de la Florida en Tampa, y hasta 1993 combinó la enseñanza con la práctica privada en la Florida y desde entonces ejerce en Medellín. Sol Beatriz Jiménez Tamayo, nació en Medellín, médica de la UPB en 1987, se graduó de dermatóloga en la Universidad Francisco Marroquín de Guatemala (Uni- Guatemala) en junio de 1993, y luego de brillante desem- peño durante 11 años como docente en pre y postgrado en el Servicio de Dermatología del CES, recibió también el título de dermatóloga de esta universidad en 2003. Es coautora del libro Terapia Dermatológica. Dirige el se- millero de investigación en dermatología en el CES y es Sol Beatriz Jiménez

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Luis Correa Gloria Velásquez Jorge Gutiérrez Claudia Uribe experta en cosmeceútica. Luis Alfonso Correa Londoño, médico en 1986 y es- pecialista en patología en 1993 en la UniAntioquia, dedi- cado a la dermatopatología y de fundamental valor en la Sección de Dermatología en esta misma universidad. En 1994, Gloria Elena Velásquez Zapata, nació Rodrigo Nuñez en Medellín, médica de la UPB en 1987 y dermatóloga de la UniAntioquia. Coeditora y coautora del libro Te- rapia Dermatológica, y Jorge Enrique Gutiérrez Obando, médico del CES en 1987 y dermatólogo de la UniMilitarNuevaGranada-Hospital Militar. En 1995, Armando de Jesús Muñoz Calle, dermatólogo de la UniAntioquia, donde es docente. Claudia María Uribe Duque, médi- ca en 1990 y dermatóloga del CES, donde enseña. Coeditora y coautora del libro Terapia Dermatológica, y Rodrigo José Núñez Rinta, médico de la UPB en 1987, donde es actualmente profesor y dermatólogo de la UniJaveriana-C.D. F.Ll.A. Estudió las dermatitis de contacto en la Uni- versidad de Cádiz (2000) y las dermatosis profesionales en el Instituto Nacional de Medicina del Trabajo, Instituto Carlos III en Madrid (2002). En 1996, Mónica María Salazar Soto, nació en Medellín, médica del CES en 1989 y dermatóloga de la UniAntioquia en 1995. Tomó un curso de cirugía dermatológica y se entrenó en cirugía de calvicie en el Instituto de Dermatología de Guatemala, Inderma, en 1995. Inició su ejercicio en Medellín en 1996 y es docente en la UPB. Su extraordinaria voz la ha llevado a participar en concursos internacionales de canto co- ral. Gloria Elena Posada Escalante, nació en Medellín, médica de la UniAntioquia y dermatóloga del UniJaveriana-C.D.F.Ll.A. Juan Guillermo Hoyos Gaviria, medellinense, médico de la UPB en 1988 y dermatólogo de la UniAntioquia, donde es profesor. Julián Cadavid 168 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA

Mónica Salazar Gloria Posada Juan G. Hoyos Julián Cadavid

Clemencia Gómez Ángela García Diego Espinosa Mónica Zapata Peña, nació en Medellín, médico en 1991 y dermatólogo del CES, es sub-especialista en cirugía dermatológica de la UniBarcelona. María Clemencia Gómez Molina, nació en Medellín, médica de la UPB en 1990 y dermatóloga de la UniAntioquia. En 1997, Ana Patricia López, dermatóloga de la UniAntioquia. Ángela María García Maya, dermatóloga del CES. Diego Espinosa Arango, nació en Medellín, médico del CES en 1987 y dermatólogo de la Universidad Católica de Guayaquil (UniGuayaquil). Tomó sus estu- dios de doctorado de dermatología en la UniMadrid (1993-1994). Mónica María Zapata Vidal, nació en Medellín, médica en 1991 y dermatólo- ga del CES, es coautora del texto Terapia Dermatológica. Rita María Restrepo Restrepo, médica de la UPB en 1991 y dermatóloga de la UniGuatemala, ejerce en Caucasia, Antioquia. En 1998, Ana Patricia Jaramillo Ramírez, dermatóloga del CES. Carlos Eduardo Montealegre Gómez, nació en Medellín, médico del CES en 1991 y dermatólogo de la UniAntioquia, donde es docente y hace un magister en inmunología. María Clara Mejía Escalante, nació en Medellín, médica del CES en 1993 y dermatóloga de la UniAntioquia. Mónica María Escobar Franco, también natural de Medellín, médica del CES en 1988 y dermatóloga de la UniAntioquia, institución en la que hace parte del cuerpo de profesores. En 1999, Clara Marcela Jaramillo García, nació en Medellín, mé-

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Ana Jaramillo Clara Mejía Mónica Escobar Clara M. Jaramillo

Elina Bedoya Mónica Gaviria Natalia Velásquez Gloria Sanclemente dica en 1992 y dermatóloga del CES. Escribió el capítulo Antivirales del libro Terapia Dermatológica. Elba María Parodi, dermatóloga de la UniAntioquia. Elina María Bedoya Betancur, nacida en Medellín, médica de la UPB en 1992 y dermatóloga de la UniAntioquia. María Clara Lopera Calderón, dermatóloga del CES. Mónica Alejandra Gaviria Muñoz, nació en Medellín, médica en 1994 y dermatóloga de la UPB, donde es docente, y Natalia Velásquez Gómez, nació en Mede- llín, médica de la UPB en 1993 y dermatóloga de la UniSãoPaulo, don- de adelantó también estudios en dermatología pediátrica. Es profesora en la UniAntioquia y Miembro de la Asociación, de la American Academy of Dermatology y Vocal de la Sociedad Colombiana de Dermatología Pediátrica. Heredó de su padre Juan Pedro Velásquez el brillo y la cor- dialidad. Está casada con Jaime Alberto Rengifo. En 2000, Gloria Sanclemente Mesa, médica del CES en 1991 y der- matóloga de la UniValle en 1998. Siguió Maestría en Ciencias con énfa- sis en inmunología y virología en el Imperial College School of Medici- ne en Londres en 1999. Muy estudiosa como su madre Myriam Mesa. Trabajó algunos meses en Cali para luego radicarse en el 2000 en Medellín donde enseña en la UniAntioquia. María Elizabeth Arroyave Peláez, médica de la UniAntioquia en 1991, estudió dermatología en Costa Rica. Paula Alexandra Mejía Zapata, nació en Medellín, médica de la UPB en 1993, fue la primera dermatóloga graduada en la UPB en 1999. Viajó

170 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA

Paula Mejía Liliana Tamayo Adriana Vásquez Ma. Cristina Lotero a España donde hizo estudios de postgrado en dermatopatología en el Hospital Clínico y Provincial de Barcelona (1998-1999) y en cirugía dermatológica en 1999, para continuar con estudios de cirugía micro- gráfica de Mohs y perfeccionamiento en láser en el Centro Médico Teknon-Dermalas. Desde el 2000 ejerce en Medellín y es coordinadora del pregrado en dermatología en la UPB. Lina María Quiroz López, dermatóloga del CES. Liliana María Tamayo Quijano, nació en Mede- llín, médica en 1989 y dermatóloga de la UPB, donde es docente. Luz Adriana Vásquez Ochoa, médica en 1990 y dermatóloga de la UPB. Mar- garita María Velásquez Lopera, dermatóloga de la UniAntioquia, donde además de ser profesora, sigue un curso para doctorarse en inmunología- inmunointervención. María Cristina Lotero Acevedo, médica de la UPB en 1996 y dermatóloga del CES; participó como coautora en el texto Tera- pia Dermatológica.

Década de 2000

El nuevo milenio trajo figuras jóvenes que serán con seguridad en el futuro dignos herederos de la buena estirpe médica antioqueña. En 2001, Jaime Alberto Rengifo Palacios, bogotano, médico de la EMJNCorpas en 1995 y dermatólogo de la UniSãoPaulo. Miembro de SADE y de la Asociación. Marcela González Zapata, dermatóloga del CES. María del Pilar Navarro Vargas, médica en 1992 y dermatóloga del CES. Coautora del texto Terapia Dermatológica. Sandra María Vélez Ortiz, médica de la UPB en 1994 y dermatóloga de la UniAntio- quia. Sandra Helena Yepes Restrepo, médica de la UPB en 1997 y dermatóloga de la UniAntioquia. Verónica María Molina Vélez, nació en Medellín, médica en 1995 y dermatóloga de la UPB, en la que es docente. De gran dinamismo y responsabilidad, desempeñó importante

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Jaime Rengifo Pilar Navarro Sandra Vélez Sandra Yepes

Verónica Molina Claudia Vélez Isabel Vásquez José García papel en la Junta Directiva de la Asociación (2002-2004). En 2002, Claudia Vélez Campuzano, nació en Medellín, médica de la UPB en 1997 y dermatóloga de la UniAntioquia. Martín Camilo Cárdenas Hernández, también natural de Medellín, médico en 1995 y dermatólogo de la UniAntioquia. En 2003, Isabel Cristina Vásquez Yasser nació en Medellín, médi- ca en 1998 y dermatóloga del CES, donde es docente. Participó con el capítulo de radiofrecuencia en el texto Terapia Dermatológica y ejerce también en Rionegro, Antioquia. José Johani García Gómez, quindiano, nació en Buenavista, médico de la Universidad Tecnológica de Pereira (UniTecPereira) en 1998 y dermatólogo de la UniAntioquia, divide su tiempo laboral entre Medellín y Pereira. Lina María Arango Álvarez, nació en Medellín, médica de la UPB en 1996 y se graduó con honores en dermatología en la misma universidad. Efectuó un curso de cosmiatría en Alicante, España. Luis Fernando Arroyave Muñoz, dermatólogo del CES. Luis Fernando Gómez Echeverry, nació en Medellín, médico en 1999 y dermatólogo de la UniAntioquia. Milton Edwin Mejía Montoya, medellinense, médico en 1994 y dermatólogo de la UPB, desde cuando se vinculó como docente; en el concurso de minicasos en los Simposios de Terapia Dermatológica V y VI, en Cali, ganó los puestos segundo y pri- mero, respectivamente. Su extraordinaria habilidad artística lo ha lleva- do a ilustrar el capítulo de enfermedades del pelo en el libro Dermato-

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Lina Arango Milton Mejìa Ángela Londoño Juan Arroyave

Adelaida Echeverri Silvia Herrera Stella Mantilla patología de MacKee, que se publicará en 2005. En 2004, Ana María Aristizábal Dávila, dermatóloga del CES. Ángela María Londoño García, médica en 2000 y dermatóloga de la UPB, con diploma en epidemiología; escribió el capítulo Métodos no Invasivos en Tricología para el libro Alopecias no Cicatriciales publi- cado en Barcelona. Juan Esteban Arroyave Sierra, nació en Medellín, médico de la UniAntioquia en 2000 y dermatólogo de la UPB. Es hijo de Beatriz Sierra. María Adelaida Echeverri Montaño, medellinense, médica en 1999 y dermatóloga del CES. Silvia Hemelia Herrera Higuita, médica de la UPB y dermatóloga de la UniAntioquia. María Stella Mantilla Caballero médica de la UniJaveriana, der- matóloga del CES en 2003; iniciará su ejercicio en Medellín para enero de 2005 luego de seguir un Fellow en cirugía dermatológica en la Uni- versidad de Iowa. También ejercen o han ejercido en Medellín entre otros, Jorge Aníbal Zapata Rubio, que estudió dermatología en Granada, España y Nohra Zapata Zapata, que aparte de haber hecho su especialidad en Argenti- na, trabaja también en los Estados Unidos.

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EL SERVICIO DE DERMATOLOGÍA. SECCIÓN DE DERMATOLOGÍA DE LA UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA

CÉSAR IVÁN VARELA HERNÁNDEZ COLABORADORES : ALONSO CORTÉS, FERNANDO VALLEJO, FLAVIO GÓMEZ Y JUAN PEDRO VELÁSQUEZ

La Universidad de Antioquia fue fundada en la ciudad de Medellín en 1803, su Facultad de Medicina en 1871 y el Hospital San Vicente de Paúl que sirve de fundamento al área médica se creó en 1913. La Cátedra de Dermatología y Sifilografía se inició en 1920 y fue nom- brado como Jefe el Profesor Gustavo Uribe Escobar (f), quien estudió en Francia, España y Bélgica. Desempeñó su car- go como primer profesor de la materia por cer- ca de 20 años. En 1924 fundó el Instituto Pro- filáctico de Enfermedades Venéreas en el que trabajó con Alfredo Correa Henao, el primer patólogo del país y especializado en los Esta- dos Unidos, José J. Escobar y Jesús Peláez Botero, entre otros, con quienes estudió el carate, siendo los primeros en el mundo en hablar de su positividad serológica antes de la demostración del treponema por Braulio Sáenz Gustavo Uribe del grupo de Paulo Castelló en Cuba. Desem- peñó la Jefatura de la Sección de Dermatología desde 1925 hasta 1936 y en 1962 fue nombrado Profesor Emérito. Bajo la tutela del doctor Uribe Escobar se formó como dermatólogo José Posada Trujillo (f), cuya tesis de grado fue Esporotricosis. Reem- plazó a su maestro en la Jefatura de la Cátedra desde 1936 hasta su fallecimiento en octubre de 1966 y tuvo como colaborador en el servicio a Carlos Enrique Tobón, quien estudió en Francia. La Facultad de Medicina de la UniAntioquia, modificó en la década de 1950, la influencia de la medicina francesa que imperaba desde el siglo

174 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA

José Posada Gonzalo Calle Mario Robledo Ángela Restrepo XIX, y se basaba en la observación sin mayores discusiones ni evidencia científica, y adoptó los cambios propuestos en 1948 por la llamada Misión Médica Unitaria. Se abrió así campo la medicina norteamericana caracteri- zada por su progreso y pujante desarrollo científico y tecnológico, y se refor- mó el currículo para adaptarlo al modelo de Flexner. Los médicos jóvenes viajaron a los Estados Unidos para especializarse, se introdujo la enseñanza de las ciencias básicas, se dotó a la universidad y al hospital con equipos y laboratorios modernos, se elaboraron programas académicos nuevos de los cursos y se crearon los distintos departamentos para luego establecer los programas de postgrado. Con el regreso a Medellín de Gonzalo Calle Vélez (f) en 1955 y de Alonso Cortés Cortés en 1959, médicos egresados de la UniAntioquia y dermatólogos graduados en la Escuela de Ann Arbor en Michigan, se dio principio al programa de especialización en dermatología en 1959 con aprobación oficial en 1963. El doctor Calle Vélez desempeñó la Jefatura de la Sección desde 1966 hasta 1973. El doctor Calle fue un gran impulsor de la micología dermatológica. Trajo de los Estados Unidos la primera colección de hongos, con la que se inició en esa década de 1950 en la Facultad de Medicina el trabajo y la investigación en esa disciplina y donde jugó muy importante papel Mario Robledo Villegas, dermatopatólogo pionero, graduado en Michigan. En la siguiente década se uniría al grupo la doctora Ángela Restrepo Mo- reno, destacada micóloga e investigadora antioqueña. La histoplasmosis y la paracoccidioidomicosis fueron los temas cen- trales de la investigación en la época, y generaron diversos estudios clí- nicos, epidemiológicos, terapéuticos, histopatológicos y de innovación en métodos diagnósticos. Desde 1959 se estableció la unión entre los Servicios de Dermatología, Patología y Micología en la Facultad de Medicina.

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En 1969 el doctor Calle creó el Laboratorio de Inmunodermatología, y llamó a Myriam Mesa y Stella Prada que en aquel entonces eran aventajadas residentes, con el objeto de iniciar el estudio e investigación de técnicas de inmunofluorescencia en la piel para el correcto diagnóstico de las enferme- dades ampollosas y otras inmunodermatosis. Con la evolución científica, vendrían más adelante los estudios en inmunoterapia tópica, inmuno- histoquímica, biología molecular e inmunointervención. Después del doctor Calle vino a la Jefatura el Profesor Alonso Cortés Cortés, gran maestro, cuyas lecciones de semiología y clínica dermatológica eran copadas masivamente por los estudian- tes, pues deleitaba a la audiencia con la rese- ña histórica y científica, matizada con anéc- dotas sobre los personajes destacados en la especialidad en el mundo. Durante su Jefatura (1973-1984), en 1975 se fundó como parte integral de la Sección de Dermatología (la Sección) el Laboratorio de Dermatopatología «Gustavo Uribe Escobar», en honor al pionero, y bajo la dirección de Alonso Cortés Walter León Herrera (f), gran derma- topatólogo y excelente pedagogo. En 1977, por iniciativa de los profesores y egresados de la Sección, se fundó SADE, entidad de carácter gremial y científico que hoy acoge a todos los dermatólogos radicados en Antio- quia. En 1979 se realizó en la ciudad de Medellín, con la presidencia del Profesor Cor- Walter León tés, el IX Congreso Ibero-Latinoamericano de Dermatología, en el que Flavio Gómez fue Secretario-Tesorero de la Junta Directiva. En 1983 Mary Ann Robledo, Stella Prada, Diego Jaramillo y Walter León, estudiaron y describieron en la Sección el primer foco de pénfigo foliáceo endémico en el país. En esa misma década se inició el programa de fotoquimioterapia PUVA, que permitió la capacitación de los estudiantes y el manejo de los pacientes con esta modalidad terapéutica que se ha consti- tuido en uno de los pilares para el desarrollo de la dermatología. Sucedieron con excelencia al Profesor Cortés en la Jefatura de la Sección 176 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA

Juan Pedro Velásquez Berruecos (1984-1990), Diego Elías Jaramillo Jaramillo (1990-1997) y desde 1997 Fernando Vallejo Cadavid. La Sección tuvo como docentes antes del equipo que actualmente ejerce la enseñanza a Gustavo Uribe (f), José Posada (f), Carlos Enrique Tobón (f), Iván Rendón (f), Gonzalo Calle (f), Ángela Restrepo, Alonso Cortés, Víctor Cárdenas (f), Flavio Gómez, Juan Pedro Velásquez, Jorge Mesa (f), José Ignacio Gómez, Stella Prada y Diego Jaramillo. Al cuerpo docente lo integran en la actualidad los dermatólogos Al- berto Uribe, Amparo Ochoa, Armando Muñoz, Carlos Eduardo Monte- alegre, Fernando Vallejo, Gabriel Ceballos, Gloria Sanclemente, Juan Carlos Wolff, Juan Guillermo Hoyos, Margarita María Velásquez, Mar- ta Cecilia Sierra, Mónica María Escobar, Natalia Velásquez y Víctor Ja- vier Muñoz. Completan el equipo Luis Alfonso Correa Londoño, patólogo y Álvaro Gilberto Roldán Pérez, cirujano plástico. Desde su aprobación oficial en 1963 el programa de residencia es de tres años; ha tenido varias revisiones y modificaciones curriculares para adecuarlo al desarrollo científico de la especialidad y al Plan de Desarrollo de la UniAntioquia, a fin de consolidar la investigación y siempre como norte la búsqueda de la excelencia académica y la articulación de ésta con el desa- rrollo regional y nacional. Las prácticas docente asistenciales del programa de especialización se efectúan en el Hospital Universitario San Vicente de Paúl de 3º y 4º nivel, con alta tecnología y que cuenta con todas las especia- lidades médico-quirúrgicas. En él la Sección tiene salas de hospitalización, consulta externa de adultos, consulta pediátrica y de adolescentes, salas de procedimientos y cirugía dermatológica, sala de fotoquimioterapia y labora- torio de inmunodermatopatología. En este hospital se desarrolla la mayor parte del programa. Además, los residentes rotan por las secciones de Inmunología, Micología e Infecciosas de la Facultad de Medicina y tienen un período de dos meses para rotación opcional; en él, previa aceptación por el Comité de Postgrado, pueden elegir rotaciones pertinentes a la especiali- dad en otras instituciones nacionales o extranjeras. Sus dos primeros egresados antes de la aprobación oficial del programa y cuando se hacían dos años de rotación por la Sección, fueron Laureano Guerrero, natural de Pasto y que trabaja en Venezuela; y Enrique Saldarriaga (f) que trabajó en Medellín. El primer egresado como especialista en derma- tología luego de instituido el programa de residencia fue Mario Henao en

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Heriberto Gómez Víctor Cárdenas Flavio Gómez Jorge Mesa

Juan Velásquez Fernando García Myriam Mesa Stella Prada 1962 que vive en los Estados Unidos. Hasta la fecha han egresado 63 dermatólogos de reconocida calidad ética y científica. En su orden sucedieron, Heriberto Gómez Sierra (1963). Víctor Cárdenas Jaramillo (f) (1964). Flavio Gómez Vargas (1965). Fabio Rivera Álvarez (1966). Jorge Mesa Restrepo (f) y Juan Pedro José Gómez Velásquez Berruecos (1968). Fernando de Jesús García Jiménez (1969). En la década de 1970 se inició una nueva era de la dermatología y la Sección fue pionera al graduar las primeras mujeres especialistas en 1971, Myriam Mesa de Sanclemente y Stella Margarita Prada de Castañeda. Diego Jaramillo José Ignacio Gómez Uribe (1972). Diego Elías Jaramillo Jaramillo (1975). Gonzalo Gómez Ace- vedo, Beatriz Elena Sierra de Arroyave y Antonio Yepes Parra (1977). María Eugenia Fernández de Girón (1978). Gustavo Acevedo Merino, Lucy Ceballos Cárdenas, Germán Gaviria Restrepo y Manuel José Velásquez Restrepo (1979). Evelyne Halpert Ziskiend y María Cecilia Restrepo de Ruiz (1980). Fernando Vallejo Cadavid (1982), Alberto Uribe Correa, Francisco Eladio Gómez Rendón y Ángela Inés Zuluaga de Cadena (1983). Amparo Ochoa

178 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA

Beatriz Sierra Gustavo Acevedo Lucy Ceballos Evelyne Halpert

Fernando Vallejo A Yepes, G Gómez Alberto Uribe Francisco Gómez

Ángela Zuluaga Amparo Ochoa Jorge Sánchez Olga Castaño

Beatriz Orozco Mary Robledo Salomé Ramírez Julio C. Rengifo Bravo y Jorge Enrique Sánchez Ramírez (1984). Henry Rendón Norella, Esther Restrepo de N. y Luis Guillermo Botero Guinard (1985). Olga Lucía Castaño Yepes (1986). Beatriz Orozco Mora y Mary Ann Robledo Prada (1987). Marta Cecilia Sierra Sierra y María Salomé Ramírez Rodríguez (1988). Gabriel Ceballos Cárdenas (1989). Julio César Rengifo Muñoz, Juan Carlos Wolf Idárraga y Gustavo Adolfo Cortés (1990). Víctor Javier Muñoz Marín (1991). Víctor Daniel Grajales Hernández

179 VARELA HERNÁNDEZ CI

Víctor Grajales Gloria Velásquez Monica Salazar Juan G. Hoyos

Clemencia Gómez Martha Árias Mónica Escobar Clara Mejía

Elina Bedoya Sandra Martínez Sandra Vélez Sandra Yepes

(1992). Carlos Augusto Valencia Acevedo (1993). Gloria Elena Velásquez Zapata(1994). Armando Muñoz Calle y Mónica Salazar Soto (1995). Juan Guillermo Hoyos Gaviria, María Clemencia Gómez Molina y Marta Inés Arias Escobar (1996). Ana Patricia López y Mónica María Escobar Franco (1997). Carlos Eduardo Montealegre Gómez y María Clara Mejía Escalante (1998). Elina María Bedoya Betancur y Elba María Parodi (1999). Margari- ta María Velásquez Lopera y Sandra Otilia Martínez Pérez (2000). Sandra María Vélez Ortiz y Sandra Helena Yepes Restrepo (2001). Claudia Vélez Campuzano y Martín Camilo Cárdenas Hernández (2002). José Johani García Gómez y Luis Fernando Gómez Echeverri (2003) y Silvia Hemelia Herrera Higuita (2004). Los egresados han ejercido de la especialidad en el Claudia Vélez campo asistencial y alrededor de 50% han sido profeso-

180 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA

José García Silvia Herrera Gloria Vargas Gerardo Arellano

Alejandra Sañudo Gener Mancilla Andrés Anaya Leonardo Medina res de dermatología en la propia UniAntioquia o en otras facultades de me- dicina. Varios de ellos han ocupado altos cargos en la administración docen- te y en la vida pública nacional como Víctor Cárdenas Jaramillo, Alcalde de Medellín y Senador de la República por varios períodos. Antonio Yepes Parra, Secretario de Higiene Municipal de Medellín, Secretario de Salud y Gobernador de Antioquia, Senador, Ministro de Educación, Rector de la UniAntioquia y Embajador en Cuba. Alberto Uribe Correa fue Decano de la Facultad de Medicina y es en este momento el Rector de la UniAntioquia y Víctor Muñoz Marín actual Jefe de Educación Médica de la Facultad de Medicina de UniAntioquia. Hacen su residencia en tercer año, Gloria Andrea Vargas Suaza, nació en Medellín, médica de la UniAntioquia en el 2001 y Gerardo Arturo Arellano Sánchez, médico de la UniTecPereira en 1995. En segundo año Alejandra María Sañudo Pérez, nació en Medellín, médica de la UniAntioquia en el 2002 y Gener Alejandro Mancilla Díaz, médico de la UniAntioquia en 1999 y en primer año Andrés Ricardo Anaya Prada, nació en Medellín, médico de la UPB en el 2002, Leonardo Ja- vier Medina Albis, médico de la UniNacional en 1998 y Andrés Arnoldo Cortés Bedoya, nació en Medellín, mé- dico de la UPB en 1998, que es sobrino del Profesor Alonso Cortés. Estas jóvenes figuras con seguridad con- tinuarán la senda exitosa de sus predecesores. Andrés Cortés

181 VARELA HERNÁNDEZ CI

La Sección ha realizado y promovido muchos cursos y simposios de carácter regional, nacional y el «Simposio Internacional de Dermatología Ciudad de Medellín» y cursos de actualización para médicos generales. Son muchas las publicaciones científicas de su cuerpo de profesores y de sus residentes; durante los últimos cinco años, varios de sus trabajos de investi- gación y de presentación de casos han sido premiados durante congresos nacionales, así: Primer puesto trabajos libres. X Simposio Internacional de Dermatología CES. Alteración de las células de Langerhans en condiloma acuminado. G. Sanclemente. Primer puesto trabajos de investigación de residentes. XXIII Congreso Nacional. Vitiligo: Discriminación de factores genéticos y ambientales y búsqueda de genes mayores mediante desequili- brio de ligamiento. E. Parodi, E. Bedoya, D. Jaramillo, A. Uribe y G. Ceballos. Segundo puesto minicasos. V Congreso Colombiano de Dermatología Pediátrica. Cutis laxa. S. Vélez. Hiperqueratosis epidermolítica. C. Vélez. Primer puesto minicasos. XXIV Congreso Nacional. Morfea lineal asocia- da con nevus epidérmico y melorreostosis. C. Vélez, A. Ochoa, G. Ceballos, L. Correa. Segundo puesto trabajos libres. XXIV Congreso Colombiano de Dermatología. Papilomavirus humanos en pacientes con hiperplasia epitelial focal. G. Sanclemente. Primer puesto minicasos. VII Simposio de Avances en Terapia Dermatológica. Tratamiento exitoso de histiocitosis de células de Langerhans con transplante de médula ósea. J. García, M. Velásquez, L. Correa. Segundo puesto minicasos. VII Simposio Avances en Terapia Dermatológica, 2003. Desbridamiento de úlceras de piel con terapia larval. S. Herrera, M. Escobar, J. Wolff. Primer puesto trabajos de investigación de residentes. XXV Congreso Nacional. Efecto del imiquimod al 5% en el tratamiento de verrugas anogenitales en hombres HIV positivos. S. Herrera, A. Gaviria, S. K. Tyring, J. Wolff, L. Correa, G. Sanclemente. Primer puesto carteles. XXV Congreso Nacional. Falta de correlación entre la dosis erite- ma mínima y el fototipo cutáneo en escolares del oriente antioqueño. G. Sanclemente, J. Zapata, J. García, L. Gómez, M. Barrera y Segundo puesto en carteles. Desbridamiento de úlceras con terapia larval. M. Escobar, J. Wolff, M. Wolff.

182 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA

Fernando Vallejo Cadavid

Jefe de la Sección de Dermatología, De- partamento de Medicina Interna, Facultad de Medicina de la Universidad de Antioquia. Médico y Cirujano en 1978 y dermatólogo en 1982 de la UniAntioquia. Profesor de der- matología (1982-1990) y Jefe de Educación Médica (1986-1988) de la Facultad de Medici- na de la Universidad Pontificia Bolivariana. Profesor de dermatología desde 1990 de la Fa- Fernando Vallejo cultad de Medicina de UniAntioquia y Jefe de la Sección desde 1997. Es Miembro de la Asociación Colombiana de Der- matología y Cirugía Dermatológica, de la Sociedad Antioqueña de Derma- tología y de la Federación Bolivariana de Dermatología. Ha participado en diversos congresos de la especialidad; ha escrito y sido coautor en muchas publicaciones donde se destacan los libros de Memorias del XIII, XIV y XVI Congreso Colombiano de Dermatología, III, IV y V Curso de Actuali- zación en Dermatología y Semiología Clínica de la UniAntioquia; además ha realizado diversas investigaciones en el Hospital San Vicente de Paúl en distintos temas como melanoma maligno, correlación clínico-patológica de las manifestaciones cutáneas en los pacientes con SIDA y carcinoma verrugoso de piel y mucosas, etc.

Los Gómez: Francisco Eladio, José Ignacio y Flavio

183 VARELA HERNÁNDEZ CI

EL CAPÍTULO DE ANTIOQUIA SOCIEDAD ANTIOQUEÑA DE DERMATOLOGÍA (SADE)

CÉSAR IVÁN VARELA HERNÁNDEZ COLABORADORES: FLAVIO GÓMEZ Y JOSÉ IGNACIO GÓMEZ

El 15 de abril de 1977 a las 5:00 PM en el Instituto Colombiano de los Seguros Sociales (ISS) en Medellín, por iniciativa de Flavio Alonso Gómez Vargas compartida con otros profesores y egresados del Servicio de Dermatología de la Universidad de Antioquia, se reunieron Aníbal Zapata (f), Beatriz Elena Sierra, Diego Jaramillo, Enrique Saldarriaga (f), Fabio Uribe (f), Flavio Gómez, Gonzalo Gómez, Iván Rendón (f), Jorge López (f), Jorge Mesa (f), José Ignacio Gómez, Juan Pedro Velásquez, Libardo Agudelo (f), Myriam Mesa y Stella Prada, con el objeto de cons- Flavio Gómez. Plaza Botero tituir la Sociedad Antioqueña de Dermatología, como entidad autónoma, científica, gremial, sin ánimo de lucro y eligieron como primer Presidente al doctor Gómez Vargas. Hoy acoge a todos los dermatólogos de la región y cuenta con 80 Miembros de Número, 8 Hono- rarios 19 Adherentes y 3 adjuntos. Han sucedido al doctor Gómez en la presidencia Jor- ge Mesa, Juan Pedro Velásquez, Diego Elías Jaramillo y en los últimos años hasta el presente José Ignacio Gómez Uribe. Entre las principales labores desarrolladas y como par- te de sus programas de educación continua para los aso- José Gómez ciados, se encuentran la reunión mensual Clínico Patoló- gica (RCP) en la que participan las tres escuelas de dermatología de Medellín (UniAntioquia, CES y UPB), y en la que se presentan para la discusión pacientes con enfermedades dermatológicas y se revisan los temas respecti- vos. Tales casos se publican en la Revista de la Asociación de la que es 184 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA

SADE la mayor proveedora; la reunión bimensual de carácter exclusiva- mente cultural con un profesor invitado; la consecución de patrocinios a los asociados para la asistencia a congresos; los talleres teóricos y prácticos y las intervenciones activas en el Simposio Internacional de Dermatología “Ciudad de Medellín”, que se efectúa cada dos años y que alterna con el Simposio de Dermatología para médicos generales. Lleva además la repre- sentación del gremio ante las autoridades de la salud y las empresas promotoras de salud de Antioquia. En 2002 se conmemoraron los 25 años de fundación en el XXIV Con- greso Nacional celebrado en Medellín, donde hubo participación activa y masiva de todos los asociados y durante el cual se rindió homenaje especial a cargo de Flavio Gómez al maestro indiscutido de la dermatología colom- biana y Miembro Honorario de SADE, el Profesor Alonso Cortés. También se recordó y se honró la memoria de los Profesores Gonzalo Calle, José Posada y Carlos Enrique Tobón. La actual Junta Directiva para el período 2003-2005 la integran: José Ignacio Gómez (Presidente), Lucy Ceballos (Vicepresidenta), Juan Guillermo Hoyos (Secretario), Laureano Osorio (Te- sorero) y Mónica María Zapata, Claudia María Uribe y Rodrigo José Núñez (Vocales). Por su organización y logros, SADE es una entidad ejemplar para la nuestra y para otras especialidades médicas.

EL SERVICIO DE DERMATOLOGÍA DEL INSTITUTO DE CIENCIAS DE LA SALUD (CES) DE MEDELLÍN

CÉSAR IVÁN VARELA HERNÁNDEZ COLABORADORA : ÁNGELA ZULUAGA

El Instituto de Ciencias de la Salud (CES) fue fundado en Medellín el 5 de julio de 1977 y su Facultad de Medicina en 1978. Los primeros profesores de la cátedra de dermatología en pregrado fueron José Ignacio Gómez Uribe y Jorge Mesa Restrepo (f) y más adelante Diego Elías Jaramillo Jaramillo, quienes diseñaron el pro- grama académico y organizaron el primer archivo fotográfico. El 16 de julio de 1984 se nombró a Ángela Inés Zuluaga de Cadena como la primera profesora con medio tiempo y desde entonces es Profe- sora Titular y Jefe del Servicio. Un año después fue nombrada Amparo

185 VARELA HERNÁNDEZ CI

José Gómez Jorge Mesa Diego Jaramillo Amparo Ochoa Ochoa Bravo. Se reorganizó entonces el programa de pregrado para el sexto semestre de medicina con base en la estadística obtenida sobre las causas más frecuentes de consulta externa en dermatología en el CES en 1985. En la actualidad, los estudiantes de medicina de sexto y noveno semestres rotan de tiempo completo durante tres semanas. En los años siguientes, las doctoras Zuluaga y Ochoa con Myriam Mesa, redactaron el programa de postgrado en dermatología, que fue aprobado por el ICFES en 1988, y se dio comienzo al programa de resi- dencia; en 1991, Luz Stella Abisaad Janna fue la primera egresada. En la actualidad siete profesores hacen la docencia en postgrado: Ángela Inés Zuluaga, Laureano Osorio Gutiérrez, Olga Lucia Castaño Yepes, Claudia Uribe Duque, Sol Beatriz Jiménez Tamayo, Guillermo Jiménez Calfat e Isabel Cristina Vásquez Yasser. El Servicio cuenta con seis residentes y cubren tres frentes de rota- ción intramural en la Clínica del CES, CES Sabaneta y el Hospital Ge- neral de Medellín. La Clínica CES cuenta con hospitalización y cirugía y un servicio de dermatopatología, donde además de sus labores docen- te-asistenciales, se colabora en la cirugía de Mohs. El CES Sabaneta es un centro especializado en consulta dermatológica y allí se atienden las clínicas de cosmecéutica, enfermedades del pelo, escleroterapia, onco- logía y un servicio de PUVA, que se ha constituido en centro de remi- sión de pacientes de Medellín y su área metropolitana, en enfermedades como vitiligo, psoriasis y micosis fungoides, y por donde también rotan residentes de dermatología de otras universidades. El Hospital General de Medellín es un gran centro de hospitalización, cirugía, urgencias y consulta externa de todas las especialidades médicas. Los residentes efectúan rotaciones extramurales por convenio con otras instituciones como cursos de inmunología, biología molecular y micología en el Instituto de Medicina Tropical; curso de micología en la 186 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA

Corporación para Investigaciones Biológicas; enfermedades infecciosas en el Laboratorio Departamental de la U.P.B.; reumatología en el Depar- tamento de Reumatología de la UniAntioquia y del Hospital Pablo Tobón Uribe; y oncología dermatológica en el Instituto Cancerológico en Bo- gotá. Varios residentes han hecho rotaciones por convenio en institucio- nes en el exterior como en el INDERMA de Guatemala, la Universidad de Barcelona, la Universidad de París, patología en el Baylor College en Houston y en Philadelphia, dermatología pediátrica en Canadá, México y Argentina, y dermatología general en Wisconsin. En 1994, el Servicio creó el primer programa de supra-especialidad en Cirugía Dermatológica en Colombia, y fue su primer egresado Guillermo Jiménez Calfat en 1995. La actividad académica y científica ha sido muy importante. El Ser- vicio realizó anualmente desde 1991 hasta el año 2000 el Simposio In- ternacional de Dermatología CES. Fue creado como un curso de actua- lización para médicos generales, pero desde 1993 se dedicó a temas es- pecíficos para dermatólogos en dermatología ocupacional, terapia dermatológica, dermatología tropical, tumores cutáneos, enfermedades de transmisión sexual, cirugía dermatológica, enfermedades de la uni- dad pilo-sebácea e inmunología, con concurso de mini casos para los residentes del país, y tuvieron como conferencistas a destacados profe- sores nacionales y del exterior. A partir de 2001 las tres escuelas de der- matología de Medellín decidieron unirse para desarrollar el Simposio Internacional Ciudad de Medellín. El grupo de dermatología del CES publicó el libro Terapia Dermatológica, editorial CIB 1998 y la última edición en el 2003. Ade- más, ha hecho otras muchas publicaciones en revistas nacionales e inter- nacionales. Todos los residentes deben adelantar un trabajo de investigación como requisito para graduarse. Desde el momento de su creación el Servicio ha estado presente en todos los congresos nacionales y cursos de dermatología en el país y algunos en el exterior, y varios de sus trabajos han merecido reconocimiento. En 1999 en el CILAD en Málaga se presentó un estudio sobre factores de riesgo en adolescentes, escogido en concurso de trabajos de investigación de residentes latinoamericanos, para ser presentado en la Reunión de la Academia Americana e igualmente dos casos clínicos de dos

187 VARELA HERNÁNDEZ CI egresadas se distinguieron con becas para otra reunión de la Academia Americana de Dermatología. En el XV Congreso CILAD, se premió un trabajo que comparaba la eficacia de la terapia combinada de calcitriol más PUVA vs la monoterapia con PUVA en la psoriasis. Otro estudio de casos y controles sobre factores de riesgo en las estrías lo eligió la Asociación Co- lombiana de Dermatología para presentarlo en la RADLA en 2004. Los residentes han recibido varios premios en concurso de minicasos en el ám- bito nacional; los últimos fueron, entre otros, primer puesto en el IV Con- greso Nacional de Dermatología Pediátrica, primer puesto en el X Simposio de Dermatología CES, primer puesto en carteles en el XXIII Congreso Na- cional y primer puesto para el trabajo de residentes de C. Uribe e I. Restrepo en el XXV Congreso Nacional. El Servicio ha asesorado nueve estudios de pregrado; a uno de ellos se le premió con el primer trabajo de pregrado del CES Dermatitis de contacto al cemento en los trabajadores de la construcción. Ha habido varias investiga- ciones, entre otras, sobre lesiones orales de los pacientes de la consulta ex- terna del Servicio de Dermatología de abril a agosto de 1994 y uso de corticosteroides como coadyuvantes en el manejo de úlceras venosas en 1998. En diciembre de 2003, el grupo de investigación de dermatología del CES fue reconocido por el Instituto Colombiano para el Desarrollo de la Ciencia y la Tecnología “Francisco José de Caldas” (COLCIENCIAS). Cuenta con una excelente biblioteca con textos de consulta, múltiples revistas internacionales y biblioteca virtual y en ella se encuentra un gran y muy bien organizado archivo fotográfico. En agosto del 2004 se graduó la decimacuarta promoción y sus 23 egresados son, Luz Stella Abisaad Janna (1991). Laureano Osorio Gutiérrez (1992), Ana María Abreu (1993). Clara Inés Jaramillo Delgado, Claudia Uribe Duque y María Inés Álvarez Hernández (1995), Julián Cadavid Peña (1996). Mónica María Zapata Vidal y Ángela María García Maya (1997).

Luz Stella Abisaad Laureano Osorio Julián Cadavid

188 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA

Mónica Zapata Ángela García Ana P. Jaramillo Clara M. Jaramillo

Cristina Lotero Pilar Navarro Clara Escobar Isabel Duque

Isabel Vásquez Stella Mantilla Sol B. Jiménez Adelaida Echeverri

Cristina Uribe Isabel Restrepo Carolina Velásquez Ana C. Ramírez Ana Patricia Jaramillo Ramírez (1998). Clara Marcela Jaramillo García y María Clara Lopera Calderón (1999). María Cristina Lotero Acevedo y Lina María Quiroz López (2000). María del Pilar Navarro Vargas y Marcela González Zapata (2001). Clara María Escobar Sánchez y María Isabel Du- que Velásquez (2002). Isabel Cristina Vásquez Yasser, María Stella Manti- lla Caballero, Luis Fernando Arroyave y Sol Beatriz Jiménez Tamayo (2003). María Adelaida Echeverri Montaño y Ana María Aristizábal (2004).

189 VARELA HERNÁNDEZ CI

Completan su residencia, Cristina María Uribe Tafur medellinense, médica de la UPB en 2000. Isabel Restrepo Álvarez, nació en Medellín, médica del CES en 1998. Ca- rolina Velásquez, manizalita, médica del CES en 1999. Ana Catalina Ramírez Ospina, natural de Medellín, médi- ca del CES en el 2000. Juan Carlos Restrepo Vélez, nació Olga Forero en Medellín, médico del CES en el 2000. Y Olga Lucía Forero Pérez, bogotana, médica del CES en 2001.

Ángela Inés Zuluaga de Cadena

Jefe del Servicio de Dermatología del Instituto de Ciencias de la Salud-CES-. Médica en 1977 y dermatóloga en 1983 de la UniAntioquia. Micóloga de la Corpora- ción para Investigaciones Biológicas en 1984. Su carrera docente en el CES comen- zó en 1984 como Instructora y es, desde entonces, Jefe del Servicio de Dermatolo- Ángela Inés Zuluaga de Cadena gía, Profesora Asistente en 1988, Profeso- ra Asociada en 1994 y Profesora Titular desde1998. Además, es la Directora del grupo de investigación en der- matología del CES. Ha participado en 81 congresos de la especialidad, 19 internacionales, con múltiples minicasos, trabajos de investigación y ha dictado 21 conferencias en ellos. Entre sus trabajos, diez han recibido premios y en el año 2002 se la galardonó como la autora con el mayor número de publicaciones en 11 años de existencia de la Revista de la Asociación Colombiana de Dermatología. Ha participado en la organi- zación de 16 certámenes académicos de carácter nacional. Tiene 45 pu- blicaciones en revistas de la especialidad, ha hecho y publicado 22 tra- bajos de investigación y es editora de dos libros, Manual de Terapia Tópica y Sistémica en Dermatología CES y Terapia Dermatológica. In- formó los primeros casos de paniculitis migratoria con eosinofilia en Colombia y de enfermedad de Lyme. Es Miembro de la Asociación, fue Secretaria de la Junta Directiva (1994-1996) y Presidenta (2000-2002), y de la Sociedad Antioqueña de Dermatología. También participa como

190 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA miembro de la Sociedad Bolivariana de Dermatología, del CILAD, de la Comisión de Dermatología de la Asociación Colombiana de Facultades de Medicina (ASCOFAME), de la que fue Presidenta (1992-1995), de la Academia Americana de Dermatología y Delegada Nacional CILAD Colombia (2004-2007). En la elaboración de este libro, rindo una grati- tud muy grande por su invaluable colaboración.

EL SERVICIO DE DERMATOLOGÍA DE LA UNIVERSIDAD PONTIFICIA BOLIVARIANA DE MEDELLÍN

CÉSAR IVÁN VARELA HERNÁNDEZ COLABORADORA: LUZ MARINA GÓMEZ

El 15 de septiembre de 1936 por decreto del entonces Arzobispo de Medellín Tiberio de Jesús Salazar y Herrera, se creó la Universidad Ca- tólica Bolivariana (UCB) con 78 estudiantes en la Facultad de Derecho y como reconocimiento de la Santa Sede a su labor evangelizadora, reci- bió en 1945 el título de Pontificia denominándose desde entonces Uni- versidad Pontificia Bolivariana (UPB). Dada su creación por la Iglesia Católica y con personería jurídica de derecho canónico, está sometida a las leyes eclesiásticas y con reconocimiento civil del Gobierno Nacional desde 1937. La Facultad de Medicina se creó en 1976 y los programas de postgrado iniciaron en 1980 con las especialidades de ortopedia, medicina interna y anestesiología. En enero de 1995, Guillermo Jiménez Calfat, médico dermatólogo, oncólogo y cirujano dermatológico, con Rodrigo León Restrepo Molina, médico y patólogo de la Universidad de Caldas y Luz Marina Gómez Vargas, médica dermatóloga, iniciaron la creación del postgrado en dermatología, redactaron el programa de residencia que fue aprobado oficialmente en 1996 e inició labores el 1 de Guillermo Jiménez febrero de ese año con dos residentes por año para un período de formación de tres años. La primera egresada fue Paula Alexandra Mejía Zapata el 31 de enero de 1999. Luz Marina Gómez con excelencia, organización y gran dinamismo desempeña la Jefatura del Servicio desde su comienzo. El Servicio cuenta con programas especiales en dermatitis de contacto,

191 VARELA HERNÁNDEZ CI infecciones de transmisión sexual, sida, cirugía dermatológica y laboratorio de dermatopatología, y varios de sus residentes han tenido rotaciones por convenio en el exterior como en el Hospital Universitario de Barcelona, 3; Clínica de la Piel, en Alicante, 2; Hospital Universitario de Argentina, 1; y Hospital Saint Johns de Londres, 1. Los docentes y residentes han participa- do de manera muy activa en congresos nacionales e internacionales de la especialidad donde 26 de sus trabajos han sido premiados. El Servicio ha organizado sucesos académicos como el Simposio In- ternacional de Dermatitis de Contacto en 1999, que tuvo como confe- rencistas invitados a José M. Fernández Vozmediano de España y Annie Pons de Francia, y el Curso Anual de Actualización para médicos gene- rales. A partir de 2001 participa con las otras Escuelas de Dermatología de Medellín en la organización del Simposio Internacional Ciudad de Medellín. Acompañan a la Jefe del Servicio, once profesores que tienen entre- namiento en cirugía dermatológica, oncología, cirugía de Mohs, enfer- medades infecciosas, dermatitis de contacto, tricología, dermatopatología y criocirugía, y son los dermatólogos Beatriz Orozco Mora, especialista en epidemiología y enfermedades infecciosas; Guillermo Jiménez Calfat, cirujano dermatológico y cirugía de Mohs; Liliana María Tamayo Quijano; Luz Stella Abisaad Janna; Milton Edwin Mejía Montoya; Mónica Alejandra Gaviria Muñoz; Mónica María Salazar Soto, cirujana dermatológica; Paula Alexandra Mejía Zapata; José Rodrigo Núñez Rinta; Verónica María Molina Vélez; y el patólogo Rodrigo Restrepo Molina. El Servicio ha graduado a diez dermatólogos: Paula Alexandra Mejía Zapata y Mónica Alejandra Gaviria Muñoz (1999); Luz Adriana Vásquez Ochoa y Liliana María Tamayo Quijano (2000); Verónica María Molina Vélez (2001); Martha Catalina Restrepo (2002); Lina María Arango Álvarez y Milton Edwin Mejía Montoya (2003); Ángela María Londoño

Paula Mejía Mónica Gaviria Adriana Vásquez Liliana Tamayo

192 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA

Verónica Molina Martha Restrepo Lina Arango Milton Mejía García y Juan Esteban Arroyave Sierra (2004). El equipo humano del Servicio es un grupo joven, con empuje y deseos de seguir su crecimiento y sus apor- tes a la dermatología nacional e internacional, lo que le ha merecido 26 premios para trabajos de investigación y minicasos en congresos, entre otros, Premio Eduardo Leiderman al mejor trabajo de investigación en infec- Ángela Londoño tología: Prevalencia de infección por Chlamydia tracho- matis, Trichomona vaginalis, Neisseria gonorrhoeae y Treponema pallidum en 1.416 usuarias de los progra- mas de salud reproductiva. Medellín 1997. Segundo puesto: Epidemiología de la infección con el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), Medellín 1992-1996 en el Primer Encuentro Nacional de Investigación en Juan Arroyave Enfermedades Infecciosas, Quirama (Antioquia) 1998. Primer puesto en investigación: Queratosis seborreicas, variantes histopato- lógicas y su asociación con cáncer, en la VII Jornada de Investigación UPB, 2002. Mención de Honor: Queratosis actínica simulando lupus discoide. Segundo puesto en minicasos: Vasculitis leucocitoclástica asociada con her- pes. Tercer puesto en minicasos: Enfermedad de Behcet, en el II Simposio Internacional Ciudad de Medellín. Segundo premio en casos clínicos: Esporotricosis diseminada, en el Simposio Avances Terapia Dermatológica, 2001. Segundo puesto en minicasos: Terapia en botriomicosis, en el V Sim- posio de Avances en Terapia Dermatológica. Primer puesto en minicasos: Vitiligo, despigmentación con fenol, en el VI Simposio de Avances en Tera- pia Dermatológica. Premio Nacional de Reumatología, mejor trabajo de investigación clínica: Enfermedad de Behcet, espectro clínico de ocho pa- cientes en la ciudad de Medellín, en el Congreso Nacional de Reumatología, 2003.

193 VARELA HERNÁNDEZ CI

Segundo puesto en el concurso de investigación de profesores: Epide- miología del pian en la costa pacífica colombiana, en el XXIII Congreso Nacional. Primer premio al mejor trabajo de residentes: Dermatosis ceni- cienta, comparación de los hallazgos inmunohistoquímicos e histopa- tológicos, L. Vásquez. Primer premio al mejor trabajo libre: Caracteriza- ción seroepidemiológica de lepra en una comunidad en Unguía, Chocó, C. Restrepo. Primer puesto en investigación de residentes: Dermatitis ceni- cienta: Respuesta inmune celular in situ, una aproximación a la etiopatogenia. Segundo puesto en minicasos: Manifestaciones cutáneas de la colitis ulcerativa, en el XXIV Congreso Nacional. Primer premio al mejor trabajo libre: Relación existente entre HHV8 y sarcoma de Kaposi en pacientes con y sin HIV. Segundo puesto en trabajos libres: Biopsias por punción con aguja fina vs biopsias por incisión en tumores sólidos de piel, en el XXV Congreso Nacional. Cursan residencia en tercer año, Norma González Tobón, medellinense, médica de la UPB en 1998; y José Librado Vásquez López, natural de Medellín, médico de la UPB en 1999. En segundo año, María Soledad Aluma Tenorio, bugueña, médica de UPB en el 2002; y Natalia Zuluaga Jaramillo medellinense, médica de la UPB en el 2000. En primer año, Sara González; y Claudia Patricia Valencia Rúa, medellinense, médica de la UPB en 1997.

Norma González José Vásquez Soledad Aluma

Natalia Zuluaga Claudia Valencia

194 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA

Luz Marina Gómez Vargas

Jefe del Servicio de Dermatología de la Universidad Pontificia Bolivariana. Nació y estudió en Medellín. Bachiller del Colegio La Presentación en 1974, médi- ca de la UPB en 1982 y dermatóloga del Centro Dermatológico F.Ll.A-UniJaveriana en 1987. Efectuó pasantías en el Hospital Universitario Gregorio Marañón, Servicio de Dermatología Médico-Quirúrgica de la Luz Marina Gómez UniMadrid y en el Hospital Universitario de Puerto Real, Servicio de Dermatología Médico-Quirúrgica de la Uni- versidad de Cádiz en 1988. Profesora en la Facultad de Medicina de la UPB desde 1990. Jefe del Programa de pregrado en Dermatología en la UPB desde 1990 y del postgrado desde1996. Diplomada en Investiga- ción en Salud por la UPB en el 2000. Jefe de Redacción Asociado de la Revista Pigmento (1990-1993), Miembro del Comité Médico Científico Consultor de la Revista Actua- lidad Biomédica Colombiana (1995), elaboró y ejecutó el proyecto de creación del programa de postgrado en la UPB (1995), Miembro del Comité Editorial de la Revista Colombiana de Dermatología, Coordina- dora de Dermatología de la Clínica Universitaria Bolivariana desde ene- ro de 1997. Se ha desempeñado como dermatóloga en el ISS, la Corpo- ración Médica Metropolitana, la Clínica Soma, el Servicio Seccional de Salud de Antioquia y la Clínica Universitaria Bolivariana. Su amplia actividad académica y científica se refleja en sus 21 publicaciones y 19 trabajos actualmente en proceso de publicación y 15 trabajos de investi- gación. Ha realizado 87 ponencias en los 115 congresos científico-aca- démicos a los que ha asistido. Hace parte de varias sociedades científi- cas como la Federación Bolivariana de Dermatología, El CILAD, la Asociación de la que fue Tesorera (1994-1996), Colegio Iberoamerica- no de Criocirugía, Miembro de Número de la International Society of Dermatology, Miembro no residente de la Academia Americana de Der- matología y Miembro Honorario Extranjero del Círculo Dermatológico Peruano. Es Miembro de SADE y fue Vocal de su Junta (1990-1992) y

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Presidenta de la Sociedad de Ex-Alumnos Federico Lleras Acosta. Ha participado en la organización de congresos nacionales e internaciona- les de dermatología y en diversos certámenes académicos en la ciudad de Medellín. Se debe destacar que ha sido una de las más fervientes, activas y entusiastas colaboradoras de la presente obra.

Curso de Micología, Universidad de Antioquia. Década de 1960

Curso de Micología, Universidad de Antioquia. Década de 1960

196 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA

DEPARTAMENTO DEL VALLE DEL CAUCA

CÉSAR IVÁN VARELA HERNÁNDEZ COLABORADOR: JAIME BETANCOURT (F)

La singular ubicación geográfica del Departamento del Valle del Cauca en el suroccidente del país lo hace poseedor de la mayor diversidad na- tural. Desde la costa del Pacífico, se remonta a las alturas a más de 4000 metros en el Parque Natural Farallones de Cali sobre la Cordillera Occi- dental, para descender al amplio y fértil Valle del río Cauca con sus sembrados de caña y nuevamente encumbrarse al oriente en la Cordille- ra Central. Su gente alegre, progresista y hospitalaria completa el encan- to de la región. Su capital es Santiago de Cali, conocida como La Su- cursal del Cielo. Hasta la década de 1950 la dermatología la ejercían médicos genera- les y especialistas en otras áreas de la medicina. Se dice que en 1932 el enfermero James Kelber (f) recibió del Presidente de la República Eduar- do Santos, el reconocimiento como médico por su valiosa colaboración durante la guerra contra el Perú, y desde entonces se dedicó al manejo de las enfermedades de la piel hasta la década de 1960. Algunos aún re- cuerdan el frecuente uso de la violeta de genciana en sus tratamientos. Jaime Betancourt y Antonio Torres me decían: “los pacientes de Kelber llegaban morados”. El primero de quien se tiene conocimiento preciso que siguió estudios universitarios en medicina fue Julio César Barre- neche Mesa (f), nació en Caldas, Antioquia, el 13 de abril de 1899. Vivió durante 14 años en Europa y en Ginebra se especializó en anestesiología y estudió dermatología y venereología; llegó a Cali en 1935 donde ejerció y con muy buen concepto en el ISS durante 11 años y privadamente hasta su fallecimiento en 1970. Atendieron también a los pacientes derma- tológicos Carlos Salcedo Cabal (f), que se educó en el Hospital Saint Louis de París y quien contaba con su propio laboratorio, y José María Delgado Riascos (f), nació en Pasto en 1893, se graduó de médico en la Uni- Julio Barreneche

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José Delgado Ana María Mela Hernán Tobón Jaime Betancourt versidad de Turín y alrededor de 1945 estudió dermatología y sifilología en la Sorbona. Ejerció en Italia durante mucho tiempo y participó en la Segunda Guerra Mundial como Capitán Médico de la resistencia italia- na. Al regresar a Colombia volvió al principio a su ciudad natal y hacia 1955 en Cali se dedicó al ejercicio privado de la profesión, hasta su fallecimiento en 1965. Siempre tuvo como colaboradora en su consulta a su esposa Ana María Mela, médica italiana, quien continuó atendien- do los enfermos durante un corto tiempo.

Década de 1950

A partir de 1954 se inició una nueva era de la especialidad en la región con la llegada a Cali de los primeros dermatólogos de escuela, con las nue- vas tendencias norteamericanas y del Cono Sur del continente. En Cali han ejercido y ejercen la mayoría de los dermatólogos de la región. Fue el primero Hernán Tobón Pizarro (f), antioqueño, médico de la UniAntioquia, dermatólogo del Skin and Cancer Institute of New York en 1954 que realizó también estudios en Buenos Aires en la cátedra del doctor Luis E. Pierini. Durante tres décadas hasta su fallecimiento, en 1985, fue pilar de la dermatología. Presidente de la Asociación (1961- 1963) y del III Congreso Nacional en 1963 en Cali. Desempeñó la jefa- tura médica del ISS y fue fundador de las principales instituciones médi- cas de la región, como el Fondo de Empleados Médicos de Colombia (Promédico) del que fue Presidente. Jaime Betancourt Osorio (f) (1922-2004), nació en Medellín el 2 de septiembre de 1922, médico de la UniAntioquia en 1948, dermatólo- go y venereólogo de la Universidad Central de Madrid, cátedra del Pro- fesor José Gay-Prieto en 1955. Un poco después, en el Hospital Saint Louis de Paris, el Maestro Degos lo relacionó con Dagoberto Pierini, a

198 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA quien le expresó el deseo de perfeccionar sus estudios en Argentina. Como aceptaron la solicitud formal, se embarcó en Nápoles y llegó a la clase del Profesor Luis E. Pierini en el Hospital Raussan en Buenos Ai- res. Regresó a Medellín y de inmediato se radicó en Cali en 1956. Fundó con el doctor Tobón “El Instituto de Dermatología” epicentro de reunio- nes clínicas y tertulias durantes muchos años. Inició la dermatología en el ISS y fue cofundador de importantes instituciones en la región como el Colegio Médico del Valle, la Cooperativa Médica del Valle (Coomeva), Promédico, las Sociedades Colombiana y Vallecaucana de Dermatolo- gía y el Servicio de Dermatología de la UniValle. En 1956 los doctores Tobón y Betancourt iniciaron la dermatología en el Hospital Universita- rio del Valle Evaristo García (HUV), y la enseñanza de la misma a los estudiantes de medicina de la UniValle. Fue Vicepresidente de la Aso- ciación en dos oportunidades (1961-1963 y 1972-1974). Ejerció hasta diciembre de 2002. Su valioso aporte a la dermatología durante 48 años fue reconocido en varias oportunidades y por ello recibió entre otras las condecoraciones “César Uribe Piedrahita” de la Federación Médica Colombiana y la “Excelencia en Dermatología Profesor Nelson Giraldo Restrepo” del Capítulo Valle de la Asociación. Dejó plasmado su polifa- cético espíritu en múltiples pinturas, dibujos, artesanías, esculturas y poesías, fue también aficionado a la ufología y tenista. He lamentado profundamente su fallecimiento el 25 de septiembre de 2004 en el curso de esta obra. Nuestros coloquios interminables, matizados por su seño- río, gentileza, alegría, buen humor, don de gentes, amistad y bondad, los llevo en sitio preferencial de mi alma. Ernesto Correa Galindo (f), médico de la UniNacional, pionero dermatopatólogo formado en Argentina bajo tutela de los profesores Luis Pierini, Julio Martín Borda y Jorge Abulafia. Inició en 1960 la especialidad en el Hospital San Juan de Dios de Cali, con las cátedras de dermatología y dermatopatología, y dejó un legado incomparable, ade- más de imborrable recuerdo como un gran señor y amigo. Compartió también el Instituto de Dermatología. En ese mismo año. Héctor Gallego médico de la UniValle y es- pecializado en dermatología en Minneapolis, se vinculó por tres años a la Facultad de Medicina de la UniValle y regresó a los Estados Unidos. Ernesto Correa

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Antonio Torres Rafael Falabella Cecilia Moncaleano Nelson Giraldo Década de 1960

En 1963 Hernán Tobón, Jaime Betancourt y Ernesto Correa fundaron en Cali la Sociedad Vallecaucana de Dermatología, como Capítulo de la Sociedad Colombiana de Dermatología y Sifilografía, hoy Asociación Colombiana de Dermatología y Cirugía Dermatológica, Capítulo del Valle del Cauca, suceso que coincidió con la realización del III Congreso Na- cional, presidido por Hernán Tobón. En aquellos años de 1960, Antonio José Torres Muñoz, bugueño, mé- dico de la UniNacional en 1961, bajo tutela de su profesor y amigo Ernesto Correa, se inició como inquieto y brillante estudiante de dermatología, me- dicina interna y patología, para recibir en 1965 el título de especialista en dermatología de la ASCOFAME. En 1971 perfeccionó sus conocimientos en dermatopatología en la cátedra del Profesor Aarón Kamisnky en el Hos- pital Teresa de Alvear en Buenos Aires, discípulo también de Jorge Abulafia y Julio Martín Borda. Es también pionero en dermatología cosmiátrica, y efectuó los primeros transplantes de pelo en Cali. Ha sido un pilar de la docencia en el Servicio de Dermatología en la UniValle. En 1966 se dio inicio a una nueva era académica y de investigación con el regreso de Rafael Falabella Falabella médico de la UniValle en 1962 y dermatólogo de la Universidad de Iowa en 1966. Gestor, funda- dor del Servicio de Dermatología de la UniValle en 1970, Jefe del mis- mo desde entonces y Profesor Emérito. Notable investigador, ha descri- to enfermedades y técnicas quirúrgicas. En 1967 volvió Cecilia Moncaleano de Lasprilla, la dama de la der- matología vallecaucana. Tolimense, médica de la UniNacional en 1958, estudió dermatología en la UniSãoPaulo (1963-1965). Fue la primera mujer en ejercer la especialidad en Colombia. Ese mismo año, inició su ejercicio en la ciudad Nelson Giraldo Restrepo (f), quien estudió medicina y derma-

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Daniel González Aicardo Varón Carlos Escobar tología en Buenos Aires, con especial énfasis en dermatopatología en la Cátedra del Profesor Jorge Abulafia. Sucedió al doctor Correa en el ISS en el área de dermatopatología. Con el doctor Torres dieron origen a esta cáte- dra en la UniValle y falleció en 1991 luego de dejar el mayor y mejor tesoro a sus discípulos, su conocimiento.

Década de 1970

Daniel González Bermúdez (f), pereirano, se graduó en el Hospital Privado de Buenos Aires en 1963 bajo la tutela de Julio Martín Borda, vivió en esa ciudad durante 20 años. En 1973 se radicó en Cali por invi- tación del doctor Giraldo donde ejerció con rectitud y responsabilidad hasta el año 2000. Fue un gran hombre sencillo y lleno de amabilidad. Falleció el 4 de diciembre de 2004 cuando revisaba algunos capítulos de este libro. En 1974 se realizó en Cali el X Congreso Nacional presidido por Rafael Falabella. Aicardo Varón Alvarado, médico y dermatólogo de la UniValle en 1974. Realizó estudios de Administración, fue Gerente de la Clínica de Occidente en Cali y ejerció en la ciudad hasta el 2002 cuando se radicó en Estados Unidos. Carlos Enrique Escobar Restrepo (f) (1944-1999), nació en Bucara- manga el 5 de febrero de 1944, médico en 1972 y dermatólogo en 1975 de la UniValle, cuando de inmediato inició allí su carrera como Profesor Ad- Honorem hasta su fallecimiento. Magnífico docente y extraordinario confe- rencista. Notable investigador con especial interés por las enfermedades del pigmento. Publicó varios artículos y fue editor de la Revista de la Asocia- ción, cargo que desempeñaba cuando sorpresivamente falleció. Coautor del texto Fundamentos de Medicina, Dermatología, dejó un capítulo muy va-

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Jairo Victoria Guillermo González Myriam Mesa Danilo Álvarez lioso sobre Patrones de Respuesta Inmune en Enfermedades Ampollosas en el libro Inmunología Básica y su Aplicación Clínica, entre otros. Hombre culto, conocedor y estudioso de diferentes temas, ilustrado en música clási- ca, fotografía, computación y tecnología médica. Falleció el 9 de enero de 1999 en Cali. Era un hombre bueno, fuera de lo común, simple, recatado y sabio. Lo he llamado Genio de la Dermatología y de la Vida. El 3 de diciem- bre de 1998 a escasas semanas de su partida final y quizá como presenti- miento aún incomprensible, le impuse al doctor Escobar, en mi condición de Presidente del Capítulo Valle, la Condecoración Excelencia en Dermato- logía ‘Profesor Nelson Giraldo Restrepo’. Jairo Victoria Chaparro, médi- co y dermatólogo de la UniValle en 1980, se vinculó a ésta como docente en la década de 1990.

Década de 1980

Llegaron en 1981 Guillermo González Rodríguez dermatólogo de la Universidad de Cádiz en 1981, distinguido colega, inició y dio el más im- portante impulso a la dermatología pediátrica. Docente en la UniValle y en la Universidad Libre de Colombia, Seccional de Cali (UniLibreCali). Coor- dinó en 1989 el Primer Simposio Internacional de Dermatología Pediátrica y colaboró en los tres siguientes. Ha sido uno de los pilares de la especiali- dad en el Hospital Infantil Club Noel de Cali (ClubNoel), en la Policlínica y en Buga. Ha integrado repetidas veces la Junta Directiva de la Asociación. Es un ser íntegro, honesto, diáfano y digno en la amistad, y Myriam Mesa de Sanclemente, dermatóloga de la UniAntioquia en 1971, quien ejerció también en Popayán y Bogotá. Durante su estadía en Cali fue Profesora Asociada de Dermatología en la UniLibreCali (1981-1986) y más adelante se radicaría en Medellín. En 1982 Danilo Álvarez Villegas, médico en 1976 y dermatólogo de la UniCaldas, quien se convirtió en experto en criocirugía 202 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA

Martha Campo Luis H. Moreno Clara Cabrales Jaime Gil y ha trabajado al lado del doctor Carlos Horacio González en la Unidad de Criocirugía en Armenia. Es pionero en este ramo en la región y ha ejercido con devoción y su característico don de gentes y amabilidad en la ciudad de Cartago y el Eje Cafetero, y Martha Helena Campo Jiménez, médica y dermatóloga de la UniValle, donde continuó como docente convirtiéndose en experta en acné y coordinó durante muchos años la Clínica de Fototerapia. Luis Hernando Moreno Macías, médico en 1979 y dermatólogo de la UniValle en 1983. Realizó Magíster en Microbiología en la UniValle. Es una autoridad en enfermedad de Hansen y enfermedades tropicales. Dirigió desde la década de 1980 los programas de lepra en el Departa- mento del Valle. A su egreso como dermatólogo se vinculó inmediata- mente a la misma universidad como Profesor Ad-Honorem. Su ecuani- midad, rectitud, lealtad y responsabilidad le merecen el respeto y apre- cio de sus colegas y discípulos. Ha ejercido importante papel en la orga- nización académica y asistencial en el Servicio de Dermatología y re- cientemente se vinculó como profesor de medio tiempo. Es el Vicepresi- dente de la Asociación (2004-2006). En ese mismo año de 1983 regresó de México la encantadora y delicada colega Clara Elvira Cabrales Otero, nació en Montería, médica de la UniPopayán en 1975 y dermató- loga de la UNAM en 1982. Jaime Gil Jaramillo, médico en 1977 y dermatólogo en 1985 de la UniValle. Ha sido desde entonces columna de la especialidad en el ISS y del Capítulo Valle durante los últimos ocho años en que ocupó la Vice- presidencia. Socio Fundador de la Asociación de Historia de la Derma- tología Colombiana y de la Asociación Colombiana de Dermatología Cosmiátrica. Mantiene desde hace ocho años una labor pionera de in- comparable valor educativo en prevención y tratamiento oportuno de las enfermedades de la piel, pues lleva la dermatología a la comunidad con la difusión, enseñanza y análisis de temas dermatológicos por radio y

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Flavio Carabalí Manuela Londoño Hernán Parra Isabel Barona televisión, en lenguaje coloquial pero con rigidez científica, además de temas socio-políticos y culturales en los cuales es experto. Es Profesor en la UniLibreCali. Hijo del ilustre hombre de letras don Lino Gil Jaramillo. Plasmo mi gratitud por su permanente e incansable apoyo y estímulo en cada uno de mis propósitos y de manera muy especial en esta obra. Flavio René Carabalí Cuero, estudió dermatología en la UniMadrid y completó sus estudios en el Centro Dermatológico F.Ll.A., en 1985. Luego de su jubilación en el ISS en Cali, regresó en los co- mienzos del nuevo siglo a orillas del Pacífico a su natal Tumaco, donde atiende con esmero y cariño a sus coterráneos, además de brindar apoyo a los residentes de la UniValle en su rotación por esa ciudad. En 1986, inició su ejercicio Manuela Londoño Villegas, nació en El Águila, Valle, médica en 1977 y dermatóloga de la UniCaldas en 1982, de valioso caminar por la vida, merecedora de nuestro mayor respeto y admiración. Hernán Parra Castañeda (f), palmireño, médico de la UniGuayaquil y dermatólogo de la UniMadrid en 1986, trabajó en Bue- naventura, Cali y Palmira. Fue docente en la UniLibreCali. “Su joven corazón decidió parar sorpresivamente su alegre marcha en septiembre 6 de 2001” “su presencia irradiaba alegría y dinamismo, vivió para vivir la vida”22. María Isabel Barona Cabal, palmireña, médica en 1981 y dermatóloga de la UniValle en 1986. Durante su residencia rotó en 1984 en el Servicio de Dermatología de Barnes Hospital, Washington University de St. Louis y más adelante se entrenó en la técnica de inmunofluorescencia para neuropéptidos con Torelo Lotti en Florencia. Como docente en la UniValle, ha sido importante colaboradora en el equipo de investigación de vitiligo. Secretaria del Capítulo del Valle en 1992, Tesorera de la Asociación (1994-1996) y Coeditora de la Revista de la Asociación (1999-2002). En 1988, Adriana Arrunátegui Ramírez, médica y dermatóloga de la

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Adriana Arrunátegui Javier Aguirre Mercedes Torres Julio Rengifo UniValle donde se destaca como docente ejemplar. En 1987 hizo estudios en Louisiana State University en New Orleans. Estudiosa de la micología, la dermatitis atópica y la virología en especial de los papovavirus. Experta conferencista, de inigualables cualidades humanas, ma- neja los programas de Hansen en la Secretaría de Salud Pública Municipal de Cali. Ha sido líder, partícipe y Nubia Mosquera coautora de varios trabajos de investigación y tuvo importante papel en la junta directiva de la Asociación (2002-2004). Javier Fernando Aguirre Ruiz, médico de la UniValle, dermatólogo de la UniSãoPaulo. Es además Psicólogo Clínico de la Universidad de San Buenaventura de Cali y docente de ética en la Universidad Autónoma de Occidente. Hombre particular, amigo leal y estudioso, y María Mercedes Torres Sanz, médica en 1983 y derma- tóloga de la UniCaldas, quien ejerce en Cartago. Rafael Isaza Zapata médico de la UniCauca y dermatólogo de la Uni- Madrid, estudioso de la dermatología pediátrica, ejerció en Cali y Buena- ventura en esa época, para después radicarse en España. En 1990, Julio César Rengifo Muñoz, payanés, médico de la UniCauca y dermatólogo de la UniAntioquia. Ha participado en incon- tables congresos internacionales, su carisma y don de gentes lo caracte- rizan como emblema de amistad, alegría, colegaje, rectitud y caballero- sidad. Ejerce en Cali y lo ha hecho en Popayán. Nubia Irene Mosquera Ordóñez, payanesa, médica de la UniCauca en 1984 y dermatóloga de la UNAM en 1989, quien luego de realizar múltiples estudios en dermo- cosmética en México, se radicó en Cali en 1990 para consolidarse con el mayor éxito como pionera de la dermocosmética moderna en la región, creando el primero y único prestigioso centro de atención en este campo dirigido por una dermatóloga. Fernando Rosales Echeverri, dermató- logo de la UNAM quien ejerce en Buenaventura, y Lucy García Rodrí-

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Fernando Rosales Lucy García Julio Vélez Claudia Covelli

guez, palmireña, médica en 1983 y dermatóloga de la UniValle, donde es desde entonces destacada do- cente; también hizo allí Magister en Microbiología. Ejerce en Cali y Palmira y ha publicado varios traba- jos de investigación y coordinado con éxito diversos cursos de educación médica continua en la región. Consuelo Valencia Década de 1990

En este período continuó la llegada de dermatólogos de otras ciudades del país, así como de Brasil, Chile, Ecuador, México y Rusia e iniciaron también su ejercicio algunos egresados de la UniValle. Desde entonces la dermatología en el Valle ha sufrido bastantes cambios debido al desarrollo tecnológico, la informática, los avances en las ciencias básicas y en terapéu- tica y al aporte fundamental de esos colegas. Julio César Vélez Rivera, médico y dermatólogo de la UniValle en 1978, especialista en medicina interna con estudios en alergología. Fue docente y decano de la Facultad de Medicina y Jefe del Departamento de Medicina Interna de la UniTecPereira. Luego de trabajar en Pereira durante varios años, regresó a Cali en la década de 1990 para ejercer con excelencia hasta la actualidad. Gestor y Presidente-Fundador de la Asociación Colombiana de Dermatología Cosmiátrica. En 1991, Claudia Marcela Covelli Mora, médica y dermatóloga de la UniValle, hizo una subespecialidad en cirugía dermatológica y cirugía de Mohs en el Baylor College de Houston en 1991, para ser pionera en el suroccidente del país y se vinculó a la docencia en la UniValle con notable éxito. Consuelo Valencia Arbeláez, médica de la UniLibreCali y dermató- loga del Hospital Santa Casa de Misericordia de la Universidade Federal do

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Jorge Dávila María A. Caycedo Gloria Murcillo José León Rio Grande do Sul de Porto Alegre, Brasil (UniFederal- RioGrandedoSul). Ejerció en Cali y lamentablemente desapareció en 1996; donde esté siempre la recordare- mos bien. Jorge Humberto Dávila Dávila, médico de la Universidad Católica Central de Quito (UniCatólica- Quito) y dermatólogo de la UniGuayaquil, con estudios en cirugía dermatológica en el Dispensario Wenceslao Ricardo Rueda Ollague de la misma universidad. Introdujo la técnica de microinjertos para vitiligo en el Ecuador. Ejerce en Tuluá. Literato, poeta y cuentista, autor de Antología Literaria, Tuluá, Un Mundo de Palabras, y María Ale- jandra Caycedo Rosales, nació en Colón, Putumayo, médica de la UniRosario en 1986 y dermatóloga de la UniJaveriana-C.D.F.Ll.A. Rubén Correa En 1992, Gloria María Murcillo Cadena, caleña, médica de la UniLibreCali en 1989 y dermatóloga de la UniPontificiadeRio, ejerce en Palmira. José Ignacio León Oliva, nació en Guachucal (Nariño), médico de la Universidad Estatal de Guayaquil y dermatólogo del Hospital Servidores do Estado do Rio de Janeiro (Hos- pital ServidoresdoRio), ha ejercido en Buenaventura, Carmen Vargas Roldadillo y actualmente en Cali. Ricardo Augusto Rueda Plata, bumangués, médico en 1986 y dermatólogo en la UniValle. Subespecialista en dermatopatología de TUFTS University, Boston en 1993, junto con Antonio Torres es pilar de esta rama, describió la erupción polimorfa pruriginosa y eosinofílica asociada con radioterapia; es brillante docente en la UniValle. Rubén Darío Correa Arias dermatólogo de la UniFederal- RioGrandedoSul, es experto en cirugía dermatocosmética, ejerce desde en- tonces con excelencia en Tuluá y ha modernizado la atención en esa región

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Virginia Palacios Luis Balcázar Fernanda Campo Mercedes González del centro del Departamento, y Virginia Palacios Ber- nal, caleña, médica de la UniLibreCali en 1986 y der- matóloga de la UniMilitarNuevaGranada; fue discípula del Profesor Castro Ron y crióloga del Instituto Oncológico Luis Razzeti de Caracas, dio con el doctor Balcázar en el Valle el mayor impulso y posición a esta Myriam Vargas técnica. Fue destacada docente en la UniValle durante varios años. Su amistad me honra. En 1993, Carmen Helena Vargas Martínez, médi- ca de la UniLibreCali y dermatóloga de la UniPontificia- deRio. Luis Fernando Balcázar Romero, caleño, mé- dico en 1985 y dermatólogo de la UniValle, donde es docente. Criólogo del Instituto Oncológico Luis Razzeti Carmen De La Hoz de Caracas, fue uno de los pioneros en esta técnica en la ciudad para convertirse en experto maestro. Es Editor de la Revista de la Asociación (2002-2004). María Fernanda Campo Torres, dermatóloga de la UniPonti- ficiadeRio, quien además estudió Cosmiatría bajo tute- la del Profesor Alejandro Cordero en Buenos Aires. María Mercedes González Prada, venezolana, médi- Brigitte Müller ca en 1989 y dermatóloga de la UNAM, engalana la ciudad de Palmira con su presencia, y Myriam Jazmín Vargas Bermúdez, caleña, médica de la UPB en 1988 y dermatóloga de la UniValle, donde es docente y Coordinadora de la Clínica de Psoriasis. En 1994, Carmen Helena De La Hoz Ulloa, médica y dermatóloga de la UniValle, posteriormente hizo entrenamiento en cirugía de Mohs en Rochester y Baylor College de Houston. Con Claudia Covelli son los ba- luartes de esta técnica en la región; ha desarrollado importante actividad docente en la UniValle. Hana Sibyle Brigitte Müller Paetz, médica de la

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Luis Roa Pablo Tróchez César Varela Gustavo Espinosa UniLibreCali en 1987 y dermatóloga de la Universidade Federal do Rio de Janeiro-Hospital Universitário Clementino Fraga Filho (UniFederalRio). Es excelente colega y llena de bondad. Luis Carlos Roa Molina, estudió en Rusia, médico del Instituto de Medicina N.I. Pirogov de Odesa en 1987 y dermatólogo del Instituto de Medicina de San Petersburgo I.P. Pavlov, trabajó José Corredor durante cuatro años en Buga y se radicó en los Estados Unidos, y Pablo Alonso Tróchez Rodríguez, médico y dermatólogo de la UniValle. Hizo cirugía dermato- lógica en el Burks Farber Institute de New Orleans. Co- ordinó el programa de cirugía dermatológica en la UniValle hasta agosto de 2003. Es uno de los pioneros en cirugía dermocosmética en la región, pues desarro- Raúl Argote lló diversas técnicas con notable éxito. En la actualidad ejerce también en Bogotá. En ese año de 1994 se efectuó el XX Congreso Nacional en Cali durante la segunda presidencia de la Asociación de Rafael Falabella. En 1995, César Iván Varela Hernández, caleño, médico de la Uni- Valle en 1983 y dermatólogo de la Escola Paulista de Medicina, Univer- sidade Federal de São Paulo en 1994. Es Profesor Ad-honorem en la UniValle. Presidió el Capítulo del Valle (1996-2004). Presidente-Fun- dador de la Asociación de Historia de la Dermatología Colombiana. Autor y coautor de textos de historia de la medicina y de videos biográficos. Gustavo Adolfo Espinosa Andrade, caleño, médico en 1983 y derma- tólogo de la UniValle. Estudió cirugía dermatológica en el Centro de Dermatología y Cirugía Cosmética Hernández Pérez de San Salvador (CentroDermatológicoHernández-Pérez) y también experto en láser. José Gustavo Corredor Perdomo, caleño, médico de la UniLibreCali en 1987 y dermatólogo de la UniPontificiadeRio. Estudió cosmiatría con el

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Rosario Barona Martha Fajardo Martha Arias Oswaldo Méndez Profesor Cordero en Buenos Aires. Ha dirigido los programas de lepra en el Departamento y es docente en la UniValle, y Raúl Fernando Argote Bolaños, médico y dermatólogo de la UniValle, donde ha sido profesor. Tesorero del Capítulo Valle (1996-2004). En 1996, María del Rosario Barona Mazuera, Salomón López médica de la UniLibreCali en 1990, dermatóloga de la UNAM y dermatóloga pediátrica del Instituto Nacional de Pediatría de México, donde su tesis Melanosis cutánea le valió el premio “Margaret Ann Storkan”. Es la primera y única dermatóloga pedia- tra de escuela en la región. Es docente en la UniValle

Doralda Castro y en la UniLibreCali y su espíritu es pródigo en ale- gría. Martha Alexandra Fajardo Rosas, bogota- na, médica de la UniJaveriana en 1987, dermatóloga de la Pontificia Universidad Católica de Chile (UniChile). Martha Inés Arias Esco- bar, caleña, médica de la UniLibreCali en 1988, inició estudios de der- matología en la UniChile y los concluyó en la UniAntioquia; es estudio- sa de la medicina biológica. Oswaldo Gerardo Méndez Quintero, médico de la UniLibreCali en 1987 y dermatólogo de la UniFederalRio. Es cirujano dermatológico de la Fundação Universitária ABC de São Paulo (FundaciónABC-SP) e introdujo nuevas técnicas en transplante de pelo y dermoabrasión, y Salomón López Velasco, médico y derma- tólogo de la Univalle; es experto en cirugía dermocosmética, que en 2004 inició la construcción de la Clínica Dermatológica y de Estética Integral, que entrará en funcionamiento en 2005 como la primera gran clínica dermatológica de la ciudad, con integración multidisciplinaria de otras especialidades. En 1997, Doralda Castro Payán, caleña, médica y dermatóloga de la 210 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA

Nancy López Carlos Niño Magaly Colomé Olga Becerra UniValle. Obtuvo Fellowship en dermocosmética en el Jackson Memorial de la Universidad de Miami, y llevó estas técnicas a la academia en la UniValle. Está casada con Juan Carlos Maya. Nancy Socorro López Marín médica de la UniLibreCali en 1987 y dermatóloga de la UniFederalRio. Hizo un postgrado en cirugía dermatológica en la FundaciónABC-SP. An- tes había cursado estudios de enfermería profesional en la UniValle en 1982. Con su esposo Oswaldo Gerardo Méndez, son felices padres de trillizos. Danielle Alencar-Ponte, brasileña, médica de la Escola Bahiana de Medici- na y Saúde Pública en 1992, dermatólo- ga de la Universidade Federal da Bahía, Brasil. Especialista en Clínica Médica en el Hospital Central Roberto Santos de Bahía (1994). Inició en 1997 el Servicio de Dermatología en el Servicio Médico de la UniValle, universidad donde reali- zó Diplomado en Programación Neuro- lingüística en 2003. Está casada con César Iván Varela. En 1998, Carlos Aníbal Niño Cale- Danielle Alencar ro (f), médico y dermatólogo de la Uni- Valle, quien al año de graduarse, en febrero 12 de 1999, falleció en un acci- dente absurdo con su esposa Tania de Niño y el fruto del amor en su vientre. Su compañero Rodolfo Trujillo escribió: “Cultivó las más bellas virtudes, dedicó su corta vida a la ayuda de sus semejantes; sublimado en la escogencia de su profesión, la cual practicó con las más nobles directrices, yendo a los lugares más alejados de la geografía colombiana, con tal de prestar sus ser- vicios a los más pobres y desprotegidos... Era un hombre a carta cabal, bri- llante y con un futuro promisorio”22. Magaly Victoria Colomé Escobar,

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Fabián Sandoval Jesús Giraldo José Ospina Pilar Marulanda nació en La Habana, Cuba, estudió en su país, médica de la Universidad Carlos Finlay en 1984 y dermatólo- ga de la Universidad de La Habana (UniHabana) en 1992. Adelantó estudios en cirugía dermatológica y se radicó en Cali desde 1998, y Olga Cecilia Becerra Ríos, caleña, médica de la UniLibreCali en 1993, der- Rodolfo Trujillo matóloga de la UniFederalRioGrandedoSul. Se entre- nó en cosmiatría, estudió cirugía dermatológica en el Hospital Universitario Salamanca y láser en la Clínica Tres Torres de Barcelona; ha hecho importantes apor- tes a la dermocosmética y es la actual Secretaria del Capítulo Valle. En 1999, Fabián Sandoval Pereira, médico en Adriana Wagner 1994 y dermatólogo de la UniValle. Fue premiado du- rante su residencia por su espíritu docente. Importante colaborador del Atlas Dermotropical de la UniValle donde es profesor. Jesús Enrique Giraldo Aristizábal, médico de la Universidad Estatal de Cuenca, Ecuador, en 1982, dermatólogo del Hospital Municipal “Profesor Doctor Bernardo Houssay” de Vicente López de Buenos Aires. Es además Administrador en Salud de la UniValle en 1988 y ejerce en Buga. José Fernando Ospina Alzate médico y dermatólogo de la UniCaldas, quien trabajó en Cali y en el 2004 se radicó en Popayán. María del Pilar Marulanda Calero, médica de la UniCaldas y dermatóloga de la UniValle donde recibió el Premio “Profesor Javier Gutiérrez” al espíritu docente para residentes. Brillante y eficaz en su ejerci- cio privado, y Rodolfo Augusto Trujillo Méndez, bogotano, médico en 1994 y dermatólogo de la UniValle. Profesor de fisiopatología dermatológica en la UniLibreCali (1999-2000) y Profesor Ad-Honorem en la UniValle. Fue investigador del Centro Internacional de Entrenamiento e Investigacio- nes Médicas (CIDEIM) y asesor temporal de la OMS. Presidente del Capí-

212 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA

Carlos De La Roche Liliana Arias Melba Labrada Alejandra Llanos tulo del Valle (2004-2006) y actual Editor de la Revista de la Asociación. En el 2000, Adriana Wagner López, caleña, médi- ca de la UniLibreCali en 1991 y dermatóloga de la UniValle. Diplomada en Gerencia en Servicios de Sa- lud por la UniJaverianaCali (1996). Carlos Alberto De La Roche Cadavid, caleño, médico del CES en 1993, Isabel Echeverri dermatólogo de la UniValle, efectuó entrenamiento en transplante de pelo con el doctor Walter Unger en Toronto en el 2003. Liliana Arias Chaparro, bugueña, médica de la UniLibreCali en 1990 y dermatóloga de la UniFederalRio en 1997, se especializó en cirugía derma- tológica en la FundaciónABC-SP. Ejerce en Bugala- grande, Cali y Tulúa, y Melba Labrada Sierra, médi- Johanna Parra ca de la UniLibreCali en 1988 y dermatóloga de la UniFederalRio en 1999; es cirujana dermatológica de la FundaciónABC-SP. Algunas de sus pinturas y dibu- jos ilustran este libro. Durante esa década, dos grupos de dermatólogos ini- ciaron puntos de atención con equipos láser en diferen- tes centros médicos de Cali y comenzaron a operar la Sociedad Cutis Ltda., y la Tienda Dermatológica, espe- Andrés Andrade cializadas en productos dermocosméticos al servicio de la comunidad. En el nuevo milenio, Alexandra Llanos Messa, nació en Guadalajara de Buga, médica de la UniCaldas en 1992 y dermatóloga de la UniValle en 2001, ejerce en Cali y Buga. Isabel Cristina Echeverri Barsa, cartagüeña, médica en 1996 y dermatóloga de la UniValle Juan Carlos Maya

213 VARELA HERNÁNDEZ CI

Gabriela Rodríguez Melba Herrera Nayibe Alvarado Aurelio Falabella en el 2001, a la que se vinculó como docente. Johanna Parra Ortiz, médica y dermatóloga de la UniValle en 2002, donde también es docente. En 2003, Andrés Alexis Andrade Ángel, médico en 1994 y dermatólo- go de la UniValle y Juan Carlos Maya Usubillaga, médico de la UniLibreCali en 1989 y dermatólogo de Ana Ramírez la UniValle. En ese año llegaron para iniciar su ejerci- cio en Cali, María Gabriela Rodríguez Ramos, ve- nezolana, nació en Valencia, médica de la Universi- dad de Carabobo en 1990 y dermatóloga de la UNAM en 1998; en México estudió también cirugía dermatológica y dermato-oncología en el Instituto Nacional de la Nutrición y Centro Dermatológico Adriana Cruz Ladislao de la Pascua y dermatología cosmética en el Hospital Benito Juárez. En la actualidad ejerce temporalmente en su ciudad natal, y Melba Cristina Herrera Marceeles, médica y dermatóloga de la UniValle en 1996, trabajó varios años en Cúcuta y regresó a Cali en ese año. Es experta en transplante de pelo. En 2004, Nayibe Alvarado Manzano, caleña, médica de la UniLibre- Cali en 1991 y dermatóloga de la UniFederalRio en 1999. Con estudios en cirugía dermatológica en la FundaciónABC-SP y en cosmiatría en la Clínica de los Profesores Cordero en Buenos Aires. Luego de ejercer en Rio de Janerio donde fue Instructora Adjunta del Sector de Cirugía Dermatológica del Hospital Clementino Fraga Filho, se radicó en Cali y labora también en Tuluá. Aurelio Falabella Botero, médico de la UniValle en 1994 y dermatólogo de la Universidad de Tulane en 1999. Realizó estudios de estética y cosmética y de fitoterapia en Christine Valmy en el 2004, cuando regresó a Cali. Ana Francisca Ramírez Es- cobar, médica en 1996 y dermatóloga de la UniValle en 2002; es derma-

214 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA tóloga oncóloga del Instituto Cancerológico en 2004, cuando regresó a Cali para vincularse como docente a la UniValle, y Adriana Raquel Cruz Aconcha, manizalita, médica de la UniValle en 1997 cuando recibió la Medalla al Mérito de su promoción y der- matóloga de la misma universidad; es coautora del manual SolSolecito enseña a cuidar tu piel. Liliana Muñoz Liliana Eugenia Muñoz García palmireña, médica en 1997 y dermató- loga de la UniValle en 2003, quien en 2004 realiza sub-especialidad en dermatopatología en la Universidad de Boston, iniciará su ejercicio en mar- zo de 2005 en Cali y Palmira.

EL CAPÍTULO VALLE DEL CAUCA

CÉSAR IVÁN VARELA HERNÁNDEZ COLABORADOR: JAIME BETANCOURT (F)

Hernán Tobón Pizarro (f), Jaime Betancourt Osorio (f) y Ernesto Correa Galindo (f), con ocasión del III Congreso Nacional realizado en Cali en el mes de julio de 1963, crearon en esta ciudad el Capítulo Valle de la Sociedad Colombiana de Dermatología y Sifilografía, llamado por fuerza de la costumbre Sociedad Vallecaucana de Dermatología. Eligie- ron como presidente al doctor Betancourt, quien ejerció el cargo durante muchos años y le correspondió iniciar y lo hizo con dedicación y altura, los procesos de carácter gremial, así como la incorporación de los nue- vos colegas a la Sociedad. En 1988 durante la presidencia de Martha Campo se obtuvo la personería jurídica. El 16 de marzo de 2002 durante la presi- dencia de César Iván Varela, se reformó el estatuto acorde con las nuevas leyes y se cambió la razón social por la de Asociación Colombiana de Der- matología y Cirugía Dermatológica Capítulo del Valle del Cauca y se realizaron los registros de ley. El Capítulo tiene como objetivos fortalecer la enseñanza de la dermatología y cirugía dermatológica, propender y vigilar que el ejercicio se realice en el marco de la ética, los valores humanísticos y por profesionales debidamente acreditados para ello, así como mantener el papel protagónico al lado de las distintas organizaciones médicas en bús- queda de mejores condiciones para el ejercicio y la educación a la comuni-

215 VARELA HERNÁNDEZ CI

Condecoración Excelencia. Carlos Escobar y César Varela dad, entre otros. El Capítulo ha promovido con el Servicio de Dermatología de la UniValle congresos, simposios, cursos y seminarios y más reciente- mente también con los servicios de pregrado de las Universidades UniLibre- Cali y Santiago de Cali. Han presidido el Capítulo: Jaime Betancourt (f), Rafael Falabella, Martha Helena Campo, Luis Hernando Moreno, Jairo Victoria, Myriam Vargas, César Iván Varela y Rodolfo Trujillo. Según Rafael Falabella; “…cabe destacar sin discusión alguna, la importante gestión adminis- trativa y en especial la meticulosa organización que el doctor Varela le impartió durante cuatro períodos entre 1996 y 2004, amén de los impor- tantes logros en materia de las relaciones con las instituciones guberna- mentales de la salud, con las entidades prestadoras de servicios médi- cos, con las asociaciones gremiales y con las sociedades científicas de otras áreas de la medicina y de la salud en general, en el ámbito regional y nacional”22, períodos donde contó con la invaluable colaboración del Vicepresidente Jaime Gil Jaramillo. Se logró también vincular a todos los dermatólogos de la región y a los residentes. En la actualidad agrupa a sesenta y seis miembros de número, tres honorarios y ocho aspirantes. A finales de 1998 el doctor Varela propuso la creación de la Condecora- ción «Excelencia en Dermatología Profesor Nelson Giraldo Restrepo» y a Carlos Escobar (f) para ser el primer portador de ella, hecho cumplido el 3 de diciembre de 1998, escasas cinco semanas antes de su sorpresiva partida y a quien en agosto de 1999 el Capítulo le confirió el título póstumo de «Maestro de Maestros».

216 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA

Condecoración Excelencia. César Varela, Jaime Betancourt, Jaime Gil

En marzo 16 de 2002 el Capítulo decidió por unanimidad incorporar a los colegas del Departamento del Cauca, Edgar Ricardo Altuzarra Galindo y Germán Velasco Cárdenas, por su permanente presencia en las activida- des. El mismo año en noviembre 12, el Capítulo aceptó la proposición del doctor Varela y creó la Medalla al “Mérito en Dermatología Carlos Enrique Escobar Restrepo” como también otorgársela por aclamación a Antonio José Torres Muñoz, en reconocimiento a su ejemplar desempeño en el ámbito dermatológico y a la enseñanza de la dermatopatología y se elevó a la cate- goría de Miembros Honorarios a Jaime Betancourt Osorio (f), Antonio José Torres Muñoz, Rafael Falabella Falabella, Daniel González Bermúdez (f) y Cecilia Moncaleano de Lasprilla, y en diciembre 13, el Capítulo rindió ho- menaje al doctor Betancourt durante el cual el doctor Varela hizo una pre- sentación con imágenes desde su infancia llamada “Toda una Vida” y le impuso la condecoración “Excelencia en Dermatología Nelson Giraldo”. En septiembre 20 de 2003 se conmemoró el cuadragésimo aniversario de fundación en el Hotel Dann Carlton en elegante y concurrida ceremonia a la que asistieron los dermatólogos, sus familiares, ex-presidentes naciona- les y representantes de las instituciones médicas de la región; durante ella se rindió homenaje al fundador Jaime Betancourt y a los demás Miembros Honorarios. Se impuso la Condecoración al “Mérito Carlos Escobar” al doctor Torres, de quien el doctor Varela hizo una presentación con imágenes

217 VARELA HERNÁNDEZ CI

Condecoración Orden Mérito Vallecaucano. Jaime Gil, Antonio Torres, César Varela de toda su vida: “El abanderado de la controversia”. Se impusieron los botones por años de ejercicio, así: el de 35 años a Antonio Torres, Rafael Falabella y Cecilia Moncaleano; 40 años a Daniel González; y 45 años a Jaime Betancourt. En este mismo acto la Gobernación del Valle del Cauca impuso al doctor Torres la Condecoración Orden al Mérito Vallecaucano, Categoría al Mérito en la Salud, Grado Caballero y la misma en Grado Co- mendador al Capítulo. El doctor Varela hizo la presentación de su libro His- toria de la Dermatología Vallecaucana 1939-2003 y con el doctor Gil pre- sentaron el video Imágenes de la Historia. En marzo 19 de 2004 el doctor Varela declinó ser reelegido en la presi- dencia luego de ocho años, para dedicar sus esfuerzos a la realización del presente libro. Por unanimidad se eligieron a Rodolfo Augusto Trujillo Méndez, Presidente; Luis Hernando Moreno, Vicepresidente; Olga Cecilia Becerra, Secretaria; Julio César Rengifo, José Gustavo Corredor y María del Pilar Marulanda, Vocales; Juan Carlos Maya, Tesorero; y Guillermo González, Fiscal. El 10 de diciembre de 2004, el Capítulo reconoció la labor desarrollada por el doctor Varela, y le hizo entrega de una placa durante la fiesta de fin de año.

218 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA

EL SERVICIO DE DERMATOLOGÍA DE LA UNIVERSIDAD DEL VALLE

CÉSAR IVÁN VARELA HERNÁNDEZ

La Universidad del Valle fue creada por la Asamblea del Departa- mento del Valle del Cauca mediante Ordenanza Nº 12 de junio 11 de 1945 con el nombre de Universidad Industrial del Valle del Cauca, que se le cambió después por el de Universidad del Valle, con la Ordenanza Nº 10 de 1954. La Escuela de Medicina se creó el 12 de octubre de 1951 y su Departamento de Medicina Interna el 18 de agosto de 1957. La base de las actividades académicas y asistenciales de la Facultad de Medicina es el Hospital Universitario del Valle “Evaristo García Piedrahita” (HUV), que inició su construcción en 1938 y abrió sus puertas el 28 de enero de 1945 en Santiago de Cali. Hernán Tobón Pizarro (f) con Jaime Betancourt Osorio (f), ini- ciaron en 1956 la atención dermatológica en consulta externa y hospita- lización en el HUV y la enseñanza de la dermatología a los estudiantes de pregrado de la UniValle. En 1960, Héctor Gallego se vinculó a la docencia por tres años. En octubre de 1966 Rafael Falabella Falabella, al regresar como der- matólogo graduado en la Universidad de Iowa, aceptó del doctor Jorge Araújo Grau, Jefe del Departamento de Medicina Interna del HUV, el ofrecimiento de hacerse cargo del programa de pregrado en dermatología. El doctor Falabella en 1970 creó el Servicio de Dermatología, desempeñando desde entonces la Jefatura y llamó para tal fin a Jaime Betancourt y al dermatopatólogo Nelson Giraldo. Iniciaron labores en un pequeño espacio

Hernán Tobón Jaime Betancourt Nelson Giraldo Antonio Torres

219 VARELA HERNÁNDEZ CI

Luis Hernando Moreno y Antonio Torres Carlos Escobar en el HUV hasta convertir el Servicio en verdadera Escuela. En 1971 se dio comienzo al programa de residencia en dermatología con el médico pana- meño Hipólito González, que se graduó en 1973 y ejerce en Ciudad de Panamá, y con quien algunos residentes del Servicio han hecho pasantías en épocas recientes. En la década de 1970 se unió al grupo el dermatopatólogo Antonio To- rres, quien con Nelson Giraldo dieron principio a la cátedra de dermatopatología. El doctor Giraldo fue pilar de la docencia e investigación hasta 1991 cuando falleció. En 1975, el tercer ex-alumno Carlos Enrique Escobar Restrepo (f) se unió al cuerpo docente como Profesor Ad-Honorem hasta su fallecimiento en 1999. “Extraordinario hombre, magnífico docen- te, su erudición en la academia era absoluta, en sus labios siempre la sabia respuesta a cualquier inquietud, sus conferencias embelesaban al audito- rio”22; su brillante aporte fue fundamental para lo que la Escuela es hoy. En 1990 el doctor Falabella con la colaboración del HUV, la industria farma- céutica y la empresa privada, consiguió apoyos económicos con los que logró duplicar el área del Servicio y dotarla de cómodos consultorios, audi- torio, tres salas de cirugía, área de fototerapia, sala de histopatología y equi- pos con tecnología de punta. También creó por esa época en el Fondo Ami- gos del HUV, el Fondo de Promoción y Desarrollo Dermatológico (Proderma), que ha sido fundamental para la atención de pacientes, la do- cencia y la investigación. Desde su nacimiento el Servicio ha desarrollado varias líneas de in- vestigación en las que se destacan desde 1971 la de las enfermedades

220 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA del pigmento bajo la dirección del doctor Falabella, con importantes logros como las técnicas quirúrgicas en el tratamiento del vitiligo, la repigmentación de las lesiones del vitiligo estable mediante el transplante de melanocitos, el cultivo de los mismos, técnicas de implante de las células pigmentarias y la descripción de algunas enfermedades. El gru- po de vitiligo cuenta actualmente con la notoria y valiosa participación de María Isabel Barona. En dermatopatología tuvo a partir de la década de 1970 a Nelson Giraldo y Antonio Torres, ejemplar docente, cuyo don de gentes, carisma y amor por la enseñanza lo hacen merecedor del ma- yor cariño, respeto y admiración; ambos, han sido fundamentos en toda la investigación desarrollada en el Servicio, con el refuerzo importante de Ricardo Rueda, desde la década de 1990. En inmunología e investigación microbiológica se destacan Luis Hernando Moreno y Lucy García, lo dos con grados de Magister en Mi- crobiología, y Adriana Arrunátegui estudiosa de la micología y la viro- logía. Desde la década de 1980 el equipo de fototerapia al principio bajo la orientación de Martha Campo y hoy de Myriam Vargas, ha desarrolla- do importantes avances que consolidan este método en la terapéutica. En dermatología pediátrica el Servicio ha tenido la gran colaboración de Guillermo González, un gran señor, quien ha enseñado su saber con desinterés. Más adelante Jairo Victoria y en la última década, María del Rosario Barona. La cirugía dermatológica se comenzó en la década de 1980 con Carlos Escobar y adquirió identidad propia a partir 1991 con Claudia Covelli y más adelante con Carmen De La Hoz, quienes inicia- ron la aplicación de la cirugía de Mohs y técnicas de cirugía dermo- cosmética reforzada por Pablo Tróchez y que en los últimos meses de 2004 cuenta con el concurso de la dermatooncóloga Ana Francisca Ramírez. En criocirugía contó durante varios años con la gran ayuda de Virginia Palacios, así como con Luis Fernando Balcázar, los dos discí- pulos de Gilberto Castro Ron (f) y más adelante César Iván Varela, apor- tando también sus conocimientos en radiocirugía e introduciendo la dermatoscopia. La dermocosmética fue llevada a la academia en la se- gunda mitad de la década de 1990 por Doralda Castro Payán, destacán- dose también Lucy García. El cuerpo docente en su mayoría Profesores Ad-Honorem, está inte- grado por Adriana Arrunátegui, Ana Francisca Ramírez, Antonio Torres,

221 VARELA HERNÁNDEZ CI

Carlos de La Roche, César Iván Varela, Claudia Covelli, Doralda Cas- tro, Fabián Sandoval, Guillermo González, Isabel Echeverri, Jairo Vic- toria, Johanna Parra, Lucy García, Luis Fernando Balcázar, Luis Hernando Moreno, María del Rosario Barona, María Isabel Barona, Martha Cam- po, Miryam Vargas, Rafael Falabella, Ricardo Rueda y Rodolfo Trujillo. A partir de 2004 el programa de dermatología se desarrolla en cuatro años, para ocho residentes. Cuenta con rotaciones intramurales en el HUV y extramurales en diferentes hospitales de la ciudad, en las clíni- cas de dermatología general, dermatología pediátrica, vitiligo, fototerapia, enfermedad de Hansen, dermatología tropical, dermatopatología, psoriasis, enfermedades de transmisión sexual, enfermedades ampollosas, HIV-SIDA, dermocosmética, cirugía y, además, en la población de Tumaco en la costa Pacífica desarrolla una rotación enfocada a las en- fermedades tropicales y a las causadas por HTL-V1. Gracias a su excelente producción científica el Servicio ha obtenido va- rios premios en congresos con presentación de minicasos, trabajos en cartel, trabajos clínicos, quirúrgicos y de investigación, así como reconocimientos gubernamentales como la Condecoración “Cruz de Caballero” Categoría al Mérito en la Salud “Santiago Renjifo Salcedo” (1996), con ocasión de su vigésimo quinto aniversario de fundación. Publicó durante varios años la recopilación del Club de Revistas y un libro, Fundamentos de Medicina, Dermatología, de los autores Rafael Falabella, Nelson Giraldo y Carlos Escobar en 1981. En 1983 Dermatropical, Atlas de Dermatología Tropical, en CD Rom y disponible en la Web, con importante aporte fotográfico de Rafael Falabella, Fabián Sandoval, Carlos Escobar, Adriana Arrunátegui y la revisión general de Luis Hernando Moreno. Ha realizado tres Congresos Nacionales, cuatro Seminarios Internacionales de Dermatología Pediátrica, siete Simposios de Terapia Dermatológica, dos Cursos de la International Society of Dermatology, talleres y tertulias. Ha graduado 46 dermatólogos: Hipólito González (1973). Aicardo Va- rón Alvarado (1974). Carlos Enrique Escobar Restrepo (1975). Julio César Vélez Rivera (1978). Jairo Victoria Chaparro y José Jesús Valbuena González (1980). Martha Helena Campo Jiménez (1982). Luis Hernando Moreno Macias y Miguel Zárate Caballero (1983). Jaime Gil Jaramillo (1985). Ma- ría Isabel Barona Cabal y José Francisco Acosta (1986). Adriana Arrunátegui Ramírez y César Gregorio Arroyo Eraso (1988).

222 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA

Hipólito González Aicardo Varón Carlos Escobar Julio Vélez

Jairo Victoria José J. Valbuena Martha Campo Luis Moreno

Miguel Zárate Jaime Gil Isabel Barona José Acosta

Adriana Arrunátegui César Arroyo Lucy García Aldo Fajardo

Claudia Covelli Ricardo Rueda Luis Balcázar Myriam Vargas

223 VARELA HERNÁNDEZ CI

Lucy García Rodríguez y Aldo Gilberto Fajardo Palencia (1990). Claudia Marcela Covelli Mora (1991). Ricardo Augusto Rueda Plata (1992). Luis Fernando Balcázar Romero y Myriam Jazmín Vargas Bermúdez (1993). Carmen Helena De La Hoz Ulloa y Pablo Alonso Tróchez Rodríguez (1994). Raúl Fernando Argote Bolaños y María Teresa Ochoa Acosta (1995). Salomón López Velasco y Melba Cristina Herrera Marceeles (1996). Gusta- vo Adolfo Espinosa Andrade y Doralda Castro Payán (1997). Isabel Cristi- na Valencia Guerrero, Gloria Sanclemente Mesa y Carlos Aníbal Niño Ca- lero (f) (1998). María del Pilar Marulanda Calero, Rodolfo Augusto Trujillo Méndez y Fabián Sandoval Pereira (1999). Carlos Alberto De La Roche Cadavid y Adriana Wagner López (2000). Martha Lucía González Tenorio, Juan Erasmo González, Alexandra Llanos Messa e Isabel Cristina Echeverri Barsa (2001). Ana Francisca Ramírez Escobar y Johanna Parra Ortiz (2002). Andrés Alexis Andrade Ángel, Juan Carlos Maya Usubillaga y Liliana Eugenia Muñoz García (2003) y Adriana Raquel Cruz Aconcha (2004). Hacen residencia, en tercer año, Ximena Hormaza Llanos, caleña, médica de la UniValle en 1993 con estudios en Administración en Salud en la UniJaveriana de Cali y Claudia Juliana Díaz Gómez, que nació en Roldadillo, médica de la UniValle en 1997. Es coautora del Manual SolSolecito. En segundo año, Andrés Vidal Cajigas médico de la UniValle en 1994, Janeth del Pilar Villanueva Reyes, barranquillera, médica de la Universidad Metropolitana de Barranquilla (UniBarranquilla) en 1998 y Giovanna Fernanda Osorio Gómez, médica de la UniValle en 2001. En primer año, Marysol Rebolledo Quiróz, caleña, médica de la UniLibreCali en 1998, Luis Fernando Cárdenas médico de la UniValle en 1999 y Víctor Adolfo Benítez Campo médico de la UniValle en 1989. Por decisión del HUV el Servicio de Dermatología lleva desde el año 2000 a perpetuidad el nombre de “Rafael Falabella Falabella”.

Carmen De La Hoz Pablo Tróchez Raúl Argote Teresa Ochoa

224 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA

Salomón López Melba Herrera Gustavo Espinosa Doralda Castro

Isabel Valencia Gloria Sanclemente Carlos Niño Pilar Marulanda

Rodolfo Trujillo Fabián Sandoval Carlos De La Roche Adriana Wagner

Martha González Juan González Alexandra Llanos Isabel Echeverri

Ana Ramírez Johanna Parra Andrés Andrade Juan Carlos Maya

225 VARELA HERNÁNDEZ CI

Liliana Muñoz Adriana Cruz Ximena Hormaza Claudia Díaz

Andrés Vidal Janeth Villanueva Giovanna Osorio Marysol Rebolledo

Luis Cárdenas Víctor Benítez

Rafael Falabella Falabella

Jefe del Servicio de Dermatología de la Universidad del Valle. Nació en Cali, mé- dico de la UniValle en 1962, realizó su in- ternado y dos años en la especialidad de me- dicina interna en la misma universidad, viajó en 1963 a los Estados Unidos donde se gra- duó de dermatólogo en la Universidad de Iowa en 1966, cuando regresó a su ciudad natal para encargarse del programa de pregrado en dermatología en la UniValle y Rafael Falabella en 1970 crear el Servicio de Dermatología,

226 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA siendo desde entonces su Jefe. Ha ocupado diversos cargos como el de Pre- sidente de la Asociación (1972-1974 y 1992-1994), Vicepresidente de la Federación Bolivariana de Dermatología (1981-1986). Presidió el X y el XX Congreso Nacional y fue Presidente Honorario del XXIV. Presidente del XVI Congreso Ibero Latinoamericano de Dermatología. American Board of Dermatology. Miembro de diversas sociedades científicas como la Aso- ciación, Federación Bolivariana de Dermatología, el CILAD, Iowa Dermatological Society, Membre Correspondant a I’etranger de la Societé Francaise de Dermatologie, International Society of Dermatologic Surgery, International Society of Dermatology: Tropical, Geographic and Ecologic, American Academy of Dermatology, American Dermatologic Association, Pan American Medical Association (PAMA), Miembro Correspondiente de las Sociedades Venezolana, Mexicana de cirugía dermatológica y Ecuato- riana y Miembro Honorario de la Sociedad Argentina. Ha sido conferencis- ta en 34 congresos internacionales y es numerosa su participación en los de carácter nacional. Ha coordinado muchos certámenes académico-científi- cos. Ha publicado sus investigaciones en más de 30 artículos en revistas internacionales, es coautor con Nelson Giraldo y Carlos Escobar del texto Dermatología, Fundamentos de Medicina. Describió la técnica de mini- injertos para la repigmentación del vitiligo, la leucodermia punctata y la hipomelanosis en gotas, entre otras. Su obra ha sido reconocida con homenajes y condecoraciones múlti- ples como la Medalla Benjamín Herrera de la Gobernación del Valle (1990), Profesor Emérito de la UniValle (1994), Medalla de Honor de la UniValle 25 años de servicio (1996), Servidor Eximio del HUV (1996), Condecoración Simón Bolívar del Ministerio de Salud (2000), Orden Al Mérito Vallecaucano, Cruz de Comendador Categoría al Mérito en la Salud (2000) y Orden de Cañasgordas Categoría Honor al Mérito del Municipio de Cali (2000), entre otros.

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HISTORIA DE LA INVESTIGACIÓN EN LAS ENFERMEDADES DEL PIGMENTO

CÉSAR IVÁN VARELA HERNÁNDEZ COLABORADOR: RAFAEL FALABELLA

La historia de la investigación en las enfermedades del pigmento la ini- ció en solitario en el Servicio de Dermatología de la UniValle, el inquieto Rafael Falabella al regresar de su especialización en Iowa. En 1969 durante un Club de Revistas encontró al dermatopatólogo Nelson Giraldo que leía un artículo en el British Journal sobre “separación viable de la epidermis de la dermis por ampollamiento mediante succión”, y pensó “si eso es viable, debe ser entonces un estupendo injerto para poner color”. Luego de tres meses, para llevarlo a la práctica, vio un paciente con una leucodermia esta- ble menor de 5 cm en la muñeca, producto de una quemadura, y le propuso hacerle en el centro de la lesión un injerto, obtenido de una ampolla produ- cida por succión. Se ideó un aparato casero para succionar con la tapa del frasco de un remedio y una bombita de succión manual. En vista de lo artesanal del invento, dudó de la efectividad pero dos horas más tarde obser- vó con gran sorpresa la ampolla en la zona donante; la recortó y procedió a hacer lo mismo en la zona receptora, para intercambiar los fragmentos de piel. Transcurrieron diez días y pudo apreciar que el injerto había prendido y tenía color “de las pocas veces que he experimentado una felicidad que no tiene cómo describirse”. Pero la sorpresa fue mayor cuando luego de tres meses el injerto se amplió de tamaño. Desde ahí comenzó a fabricar diver- sos aparatos de succión y tuvo la idea inspirada de usar nitrógeno líquido en cambio de la succión. Los primeros pacientes tratados con éxito durante varias sesiones tenían quemaduras extensas en las extremidades. Entonces, publicó sus hallazgos desde diciembre de 1971 en Archives of Dermatology y luego, más adelante en 1984 con una serie mayor y varios años de obser- vación. Wenceslao Ollague, Presidente del Congreso Bolivariano de Der- matología en Guayaquil en 1983, invitó al doctor Falabella a coordinar una sesión de expertos en vitiligo. Esto lo sorprendió, pues su experiencia era en leucodermias postquemaduras, pero estimulado por el doctor Ollague acep-

228 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA

Aparato de succión para obtención de ampollas (injertos epidérmicos), construido manualmente por Rafael Falabella, con pequeñas bombillas en su interior las que generan calor para el desprendimiento dermo-epidérmico. Incluye termómetro y equipo para medición de presión negativa. Cedidas por Rafael Falabella tó y desde entonces ha recorrido el orbe para presentar sus estudios. “No escogí el vitiligo, el vitiligo me escogió a mí”. Motivado el interés por esta enfermedad y como conclusión de sus estu- dios, definió que las lesiones de vitiligo segmentar estable, sobre todo unila- teral, responden muy bien a los miniinjertos, hasta en 90%, en tanto que las bilaterales sólo en 50%. Además, ha podido convencer a todos para selec- cionar de manera adecuada los pacientes, e incluso recomienda la hechura de una prueba con pocos mimiinjertos para conocer la respuesta. Nacería después una nueva técnica que inició en el HUV, cuando luego de hacer una interconsulta encontró un paciente de raza negra en quien le observó la repigmentación perifolicular en una quemadura y dijo a los resi- dentes “Este es el mecanismo normal de repigmentación, a través del folícu- lo piloso. Qué bueno podría ser replicar esto, es decir, sembrar el equivalen- te de folículos pilosos y lograr su coalescencia”. Pensó que debería usar sacabocados, pero eran de diámetros grandes y como perdían con rapidez el filo, intentó fabricarlos a partir de agujas hipodérmicas calibre 18 y 21; sin embargo, encontró que el diámetro también era mayor a 1 mm y no sería estético en lesiones del rostro. Por último, en una tienda veterinaria pudo hallar una aguja calibre 16, que resultó excelente, hasta el punto que las que utiliza aún son de este tipo. El ensayo de la aplicación de miniinjertos fue exitoso tanto en leucodermias por quemaduras como en vitiligo; después ya la técnica se generalizó. El hecho trascendental y definitivo, ocurrió en 1985 al leer una co- municación en el Journal of Dermatology, sobre cultivos de epidermis y

229 VARELA HERNÁNDEZ CI su uso en heridas, que lo llevó a preguntarse ya en aquel entonces con Carlos Escobar y la microbióloga Isabella Borrero del Departamento de Microbiología de Univalle y donde por algo así como 30 años trabaja- ban en el cultivo in vitro de células, pero nunca habían intentado cultivar células epidérmicas. Con el apoyo de Colciencias, consiguieron una cá- mara especial, licuadoras, reactivos etc., e iniciaron un estudio con la premisa que los cultivos de piel deberían contener melanocitos. Transcurridos muchos meses de ensayos y pruebas con medios de pH inferiores a 7.2 y cultivos a 21 días con resultados desalentadores, vino el uso de pH 7.2 y accidentalmente el cultivo se pasó de los 21 días estableci- dos y ocurrió un recalentamiento de la incubadora donde crecían. Cuál sería la sorpresa cuando a la mañana siguiente, observaron que sobrenadaban unas membranas desprendidas de las paredes del frasco de cultivo, que al microscopio y con coloración de Gram, correspondían a epidermis con unos “grandes y hermosos melanocitos” en proporción similar a la de la piel. Efectuaron la separación enzimática de los mismos y su aplicación en pa- cientes con vitiligo segmentar estable y en una paciente con 30 años de enfermedad. Los injertos prendieron y a partir del segundo y tercer mes se inició el proceso de repigmentación. Estos resultados se publicaron en 1989, casi al mismo tiempo con los del grupo de Texas que trabajaba con otro método. En varios países de Europa, así como en India, Japón y Corea se crearon grupos de trabajo que publicaban sus resultados. En la actualidad trabajan activamente otros equipos en Italia y Suecia que tienen importantes recursos para investigación. A partir de entonces se han desarrollado otras líneas investigativas en las que se comprometió de manera muy importante María Isabel Barona. Los residentes del Servicio han sido fundamentales y el Profesor Falabella destaca la participación de Adriana Arrunátegui y más adelante de Ri- cardo Rueda. La historia de esta fecunda investigación criolla se consig- na en más de 30 publicaciones en revistas internacionales. Sin duda, el aporte universal del doctor Falabella y su equipo de colaboradores, es digno de la mayor gratitud y admiración, como en efecto se expresa en el reconocimiento mundial.

230 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA

DEPARTAMENTO DE BOLÍVAR

CÉSAR IVÁN VARELA HERNÁNDEZ COLABORADOR: LUIS MIGUEL COVO

El Departamento de Bolívar, se halla en el norte del país; lo baña el mar Caribe, y está poblado por gente alegre y cordial. En una bahía del litoral en el lugar llamado Calamary por los indígenas, fundó don Pedro de Heredia en 1533 la ciudad de San Sebastián de Cartagena, llamada posteriormente Cartagena de Indias, La Heroica, El Corralito de Pie- dra. La UNESCO la declaró Patrimonio Histórico de la Humanidad que encierra en sus extensas murallas el señorío y la magia de sus gentes, las fachadas y torres de iglesias, bóvedas, la elegancia de sus balcones y en cada recodo un tesoro colonial. La historia de la dermatología se inició por la década de 1930 con dos ilustres médicos, Moisés Pianeta Muñoz (f), que nació en 1901 en Ciénaga de Oro, Córdoba. Médico de la UniCartagena en 1933 donde fue Decano de la Facultad de Medicina en 1946 y se le considera como el modernizador de la facultad. Seminarista, “Multiespecialista y pedagogo de alma” estudió diferentes áreas, como pediatría, medicina social, psicoanálisis y psiquiatría en la que fue muy destacado y también se dedicó a la sifilografía y dermato- logía, siendo profesor de éstas. Escribió múltiples artículos y dictó inconta- bles conferencias. J. García escribió: “Hombre jovial, excelente conversa- dor y de talante anecdótico”, y Rubén Marrugo Ramírez (1911-1989), nació en Arjona, Bolívar, estudió medicina en la UniCartagena donde con la tesis El Estudio de la Lepra, se graduó con honores el 26 de junio de 1943. Inmediatamente continuó su entrenamiento en leprología en los leprocomios de Agua de Dios y el de Caño de Loro, situado en la isla de Tierrabomba, y del que fue director en 1944. Adelantó estudios de postgrado en microbiología en la UniCarta- gena, donde fue Profesor Titular de la Cátedra en las Fa- cultades de Medicina y Enfermería. Participó en la elabo- ración de los Manuales de tratamiento de la lepra y en los del control de los tratamientos antileprosos del Institu- Rubén Marrugo

231 VARELA HERNÁNDEZ CI to Nacional de Higiene, donde se presenta el aceite de chaulmugra “leprol” como el medicamento que mostraba eficacia en la quimioterapia de la en- fermedad en aquel entonces. Fue Diputado y Representante a la Cámara. Carlos Alberto Garzón Fortich, nació en San Mar- cos, Bolívar, hoy Sucre. Dermatoleprólogo. Ingresó en 1939 a la Facultad de Medicina de la UniNacional para efectuar estudios en Medicina Integral como se usaba en aquel entonces, donde fue discípulo del Profesor Re- yes García, titulándose como médico el 2 de diciembre Carlos Garzón de 1944. Su dedicación le mereció ser nombrado Médi- co Auxiliar del Lazareto de Contratación en 1945 y 2 años después fue nombrado Director de la Colonia Sanatorio de Caño de Loro, más adelante Director del leprocomio de Agua de Dios pasan- do a Bogotá como Sub-Jefe y luego Jefe encargado de la Campaña Na- cional antileprosa. Viajó a Brasil a realizar estudios de postgrado en dermatoleprología, en el marco del programa en leprología en la Escola de Saúde Pública de Belo Horizonte. Se trasladó a vivir en Cartagena como Director del Dispensario Dermatológico y Jefe de Clínica Derma- tológica del antiguo Hospital Santa Clara bajo la dirección del maestro Pianeta Muñoz. Como médico de la UNICEF viajó a Estados Unidos donde hizo el curso de especialización en medicina interna en la Univer- sidad de Columbia en el Hospital for Joint Diseases. En 1951 proyectó y ejecutó el traslado de los enfermos de Caño de Loro, al leprocomio de Agua de Dios. En 1953 se trasladó definitiva- mente a Cartagena siendo el primer profesional del ramo que ejerció en la ciudad. En 1958 asistió por invitación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) como delegado por Colombia al Congreso Mundial de Lepra y Dermatología en Belo Horizonte. Ha ocupado múltiples cargos como Profesor de Bioestadística de la Universidad Femenina de Cartagena, Profesor de Farmacología y Farma- codinamia en la Facultad de Farmacia de Cartagena, Jefe de Dermatolo- gía en el Hospital Santa Clara, Profesor Asistente en el Programa HOPE, médico auxiliar en el leprocomio de Contratación, Director del Sanato- rio Caño de Loro y Agua de Dios, Sub-Jefe de la Campaña Nacional Antileprosa, director de la campaña UNICEF en Bolívar. Director de la Comisión Primera Sanitaria de Bolívar, Director del Dispensario Derma-

232 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA tológico de Cartagena, Jefe del Servicio Seccional de Salud de Bolívar, Presidente de la liga contra el cáncer en Bolívar, Presidente del Club de Leones de Cartagena, Gobernador Leonístico y Consejero Internacio- nal. Es miembro de las Sociedades de Leprología de Colombia y Brasil, de las Sociedades de Dermatología de Bolívar, de la Bolivariana, el CILAD, International Society, Honorario y Emérito de la Colombiana. Miembro de la Sociedad de Dermatología Tropical, del Colegio Médico de Bolívar y de la Association of Military Dermatologist, entre otras. Incontable es su participación en congresos de la especialidad. Ha reci- bido las Condecoraciones Gran Cruz de DAMIAN de Brasil, Gran Cruz “Jorge Bejarano” de Colombia, Cruz Confraternización Leonística Hemisférica, Escudo de Oro de la Federación Médica y en diciembre de 2004 fue honrado con la Gran Cruz de Esculapio de la Federación Médi- ca Colombiana. Sin duda su aporte a la dermatología y la leprología colombiana son excepcionales y lo sitúa en el más alto lugar de nuestro devenir histórico nacional médico. Miguel Camacho Sánchez (f) (1924-1995) nació en Bogotá. En 1946, comenzó estudios simultáneos de derecho y medicina en la UniNacional, interrumpidos en 1948 por los lamentables hechos políticos del 9 de abril, cuando viajó a los Llanos Orientales donde traba- jó como piloto comercial y al regresar a Bogotá actuó Miguel Camacho como locutor en la emisora “Voces de Libertad”, orien- tada por Darío Echandía. En 1953 se trasladó a Cartagena para conti- nuar su carrera de médico y se graduó en la UniCartagena en 1959, cuando sustentó la tesis Flora micológica en el esputo de los pacientes del Hos- pital San Pablo. Durante ese lapso fue profesor de francés y de historia de la música. Incursionó en el periodismo radial con la Radio-revista Minerva, desde donde un día declaró públicamente su amor a Gladys Chaljub Aroachan con quien se casó en 1957 y tuvieron tres hijos. Más adelante cursó especializaciones en micología en la Universidad de Tulane en 1958 y en alergia e inmunología en el Instituto Pasteur en 1967. Su brillante desempeño como Profesor de Micología Médica en la Uni- Cartagena desde 1959, lo llevó a recibir el honor de Profesor Titular Emérito en 1979. Al respecto Jorge García Usta escribió “Era un profe- sor que no se reservaba nada, que entendía que la transmisión del cono-

233 VARELA HERNÁNDEZ CI cimiento era la función de toda persona aspirante a ser considerada como científico, y que había que estar en contacto con el mundo para evitar los lastres del rezago”. Son casi incontables los artículos y textos que sobre historia y especial sobre la de Cartagena de Indias, escribió. Era un hom- bre erudito, su verdadera vocación era saberlo todo. “Tenía una pasión obsesiva y absoluta por el conocimiento. Le interesaba todo: el mar y sus profundidades, la historia de la ciudad, el reino de las plantas, los microscopios y la electricidad, las teorías políticas y las sociedades se- cretas, las formas de los zapatos y la orientación del viento...” Jorge García Usta, El Pensamiento Médico. Exalto el aporte del doctor Camacho a la micología médica y por ende a la dermatología. En febrero de 1995 escribió su última nota que se publicó en El Universal: “Ya es apenas un haz de luz lo que llega a mi retina. Más allá es sólo un claroscuro el que logra impactarme. Las hojas de los árboles bailan ante mi vista en una danza macabra que parece de despedida. No quiero ser tétrico no pesimista sino realista. No sé si esta será la última nota que salga de mi mano, pero lo que sí sé es tal la afluencia de gente que se quiere solidarizar conmigo, que jamás pensé en concitar tal cantidad de público…” Diego Fernando Gómez Pérez, nació el 17 de enero de 1920 en Cartagena. Médico de la UniCartagena terminó sus estudios en 1950 pero salió a trabajar a la zuna rural de Bolívar y regresó a recibir su título de médico el 27 de noviembre de 1957. Viajó inmediatamente a Argen- tina y se graduó de dermatólogo en el Hospital Privado de Piel en 1960. Fue durante 11 años docente en la UniCartagena, trabajó en el Hospital Naval y participó activamente en la política nacional. Enrique Alfonso Osorio Camacho, nació en Rionegro, Santander. Estudió medicina y dermatología entre 1954 y 1965, en la UNAM. Pro- fesor de la Facultad de Medicina de la UniCartagena desde 1972 hasta 1992 cuando se jubiló, para continuar su ejercicio pri- vado hasta la fecha. Presidente de la Asociación (1980- 1982) y Presidente del XIV Congreso Nacional. Miem- bro Honorario y Dermatólogo Emérito de la Asociación y de la Sociedad Bolivarense de Dermatología. Por su encomiable desempeño ha recibido reconocimientos de Enrique Osorio la Asociación (1997) y de la Asociación Colombiana de

234 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA

Medicina Interna (2003), entre otros. Nayib Ambrad Domínguez (f) nació el 5 de febre- ro de 1923 en San Estanislao de Kostka, conocido como Arenal, Bolívar. Médico de la UniCartagena en 1947 presentó la tesis Hernia en Medicina del Trabajo, que mereció los mayores elogios de médicos forenses y ha sido guía de abogados laboralistas. En 1950 viajó a Ar- Nayib Ambrad gentina donde tuvo como profesores del curso de endocrinología a los mundialmente afamados doctores Carlos Galli Mainini, E. B. Del Casti- llo y Guillermo Di Paola. Trabajó como colaborador y alumno del Pre- mio Nobel Profesor Bernardo A. Houssay en investigación endocrina en el Instituto de Biología y Medicina Experimental y siempre bajo la di- rección de Carlos Galli Mainini y en compañía de Carlos Abínzano, otro de sus grandes amigos. En el curso de dermatología en el Hospital Rivadavia estuvo al lado del eminentísimo profesor Cordibiola. En ese país se granjeó el afecto de profesores y compañeros y se hizo miembro de las asociaciones médicas correspondientes a sus especialidades. Pu- blicó muchos artículos de investigación científica experimental en di- versas revistas. Autor de la “Coloración de Contraste para las Reaccio- nes de Galli Mainini” inmortalizó su nombre al asociarlo al de su caro profesor e íntimo amigo, pues hoy la reacción del sapo se conoce con el nombre de Reacción de Galli Mainini y Ambrad Domínguez, para in- dicar que la reacción se debe estudiar con la coloración de la floxina y en forma mediata. Pasó luego a Suiza, Italia y España y fue discípulo del Profesor don Gregorio Marañón. En 1963 viajó a Ciudad de México donde reconfirmó su especialidad en dermatología. Es digno anotar aquí como algo de suma trascendencia, su bella, jugosa y documentada obra científica Manual Práctico de Clínica Dermatológica, en la cual hay un derroche de dominio, conocimiento del tema y donde plasma sin egoísmo sus propias experiencias, recopilación cuidadosa y au- mentada de las conferencias que dictó a sus alumnos durante los años de docencia en la UniCartagena. En su extensa y notable hoja de vida se desta- ca como Profesor de Clínica Dermatológica en la UniCartagena, Jefe de Clínica de tumores y radioterapia de los Hospitales de Barranquilla y Santa Clara de Cartagena, Presidente Vitalicio del Tribunal de Ética Médica de Bolívar, Académico Correspondiente, Presidente de la Unión Libanesa cul-

235 VARELA HERNÁNDEZ CI tural mundial, VicePresidente de la Academia de Medicina de Cartagena y Miembro Correspondiente de la Academia de Dermatología y Endocrinolo- gía de México y Argentina. Miembro de la Academia de Historia de Cartagena. Fue además un prolífico escritor de novelas y poesía y un gran orador. Casado con Dora Chalela, tuvieron 4 hijos. Falleció en Cartagena en julio 27 de 1996. Alfonso Navarro Cesar, médico de la UniCartagena en 1970, regresó a Cartagena en los comienzos de 1980, al terminar estudios de dermatología en la UniSãoPaulo cuan- do ejercían los doctores Carlos Garzón, Nayib Ambrad, Enrique Osorio, Miguel Camacho y Luis Herrera. En ese mismo año se hizo miembro de la Asociación durante el XIII Congreso Nacional, fue Secretario-Tesorero del XIV Alfonso Navarro Congreso Nacional y primer Presidente de la Sociedad Bolivarense de Dermatología en 1993. Luego de la llegada de Guillermo Alejandro Muvdi Chiari, iniciaron las cenas conferencias mensuales y a partir de 1988 las Jornadas Dermatológicas de la Costa como curso para médicos generales, con conferencistas de otras ciudades. En 1982, Alfonso Osorio como Presidente y Alfonso Navarro como Secretario-Tesorero organizaron el XIV Congreso Nacional en Cartagena, con las orientaciones de Alonso Cortés, Flavio Gómez, Juan Pedro Velás- quez y Luis Alfredo Rueda, con notable éxito y tuvieron como invitados extranjeros a Gunther Khan, Jean Civatte, Sebastián Sampaio y el doc- tor Andrade de México. A partir de esa década de 1980 muchos médicos en su mayoría carta- generos viajaron a otras ciudades del país y al exterior, a especializarse para regresar a Cartagena e iniciar su contribución al engrandecimiento de la dermatología como, Guillermo Alejandro Muvdi Chiari, nació en Fontibón, médico de la UniCartagena en 1978, dermatólogo de la Uni- Javeriana-C.D.F.Ll.A. En 1982, es Profesor en la Uni- Cartagena desde 1983 y en la Universidad Rafael Núñez. Ha publicado múltiples artículos en revistas y textos de dermatología y medicina interna sobre sífilis, tumores cu- táneos, lepra y urgencias dermatológicas, entre otros. Gon- zalo Marrugo Guardo, cartagenero, hijo del ilustre Rubén Guillermo Muvdi Marrugo Ramírez. Médico de la UniCartagena en 1980, 236 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA discípulo del Profesor Fernando Latapí es dermatólogo de la UNAM en 1985. Ha publicado investigaciones re- lacionadas con las alteraciones del pigmento y como ba- luarte de la dermatología en las últimas décadas del Siglo XX ha organizado diferentes certámenes académicos y científicos en la región con notable éxito y en la actuali- dad es miembro del Comité Organizador del XVI Con- Gonzalo Marrugo greso del CILAD. Es socio Fundador de la Sociedad Bolivarense de Dermatología. Germán Enrique Covo Segrera, médico de la UniAntioquia en 1981, dermató- logo de la UniBarcelona en 1985, donde también obtuvo un doctorado en Diagnóstico y Tratamiento de Tumores Cutáneos. Fue docente en la UniCartagena (1986-1993).

Cofundador de la Sociedad Bolivarense de Dermatolo- Germán Covo gía de la que fue Presidente y Presidente-Fundador de la Cooperativa de Dermatólogos de Bolívar (Dermacoop). Jenny Fuentes Mogollón, cartagenera, médica de la UniCartagena en 1975, dermatóloga de la UNAM en 1985, ejerce en la ciudad desde 1986, es amante de la música y figura en los registros como la primera mujer en ejercer la especialidad en la Heroica. Erick Gustavo Jenny Fuentes Álvarez Pereira, cartagenero, médico de la UniCartagena en 1982 y dermatólogo de la UNAM en 1989. Luz Ma- rina Lara Miranda, cartagenera, médica de la UniCarta- gena en 1980, regresó como dermatóloga del Hospital Santa Casa de São Paulo (Hospital Santa Casa) en 1989, y Francisco Miguel Camacho Chaljub, cartagenero, médico de la UniCartagena en 1986, dermatólogo del HospitalSantaCasa en 1990, quien próximamente publi- Erick Álvarez

Blanca Peña Víctor Isaza Francisco Camacho Luz Marina Lara

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José Pretelt Rodrigo Vélez Luis Covo Nancy Leaño cará el Manual de Semiología Dermatológica. En la década de 1990, Víctor Isaza Nájera, médico de la UniCartagena y dermatólogo de la UniSão Paulo en 1991. Blanca Peña Zapata, nació en Plato, Magda- lena. Médica de la UniNorte en 1985 y dermatóloga de la UniFederalRio en 1992. José Pretelt Mendoza, David Castillo cartagenero, médico de la UniCartagena en 1983, der- matólogo de la UNAM en 1991, inició el ejercicio un año después en la ciudad. Rodrigo José Vélez Bustillo, cartagenero, médi- co de la UniNorte en 1989 y dermatólogo del HospitalSantaCasa en 1993, desde cuando ejerce en su muy bien conocida Clínica Dermaestetic. Luis Miguel Covo Segrera, cartagenero, médico de la UniCartagena en 1991, dermatólogo del HospitalSantaCasa en 1996. Tuvo estudios en cirugía dermatológica en la FundaciónABC-SP en 1997. Brillante, joven y promisoria figura es el Presidente de la Sociedad Bolivarense de Dermatología. Muy importante colaborador de esta obra en la consecución cuidadosa de datos biográficos y fotografías. Nancy del Socorro Leaño Palacios, ibaguereña, médica la UniBarranquilla en 1988, se graduó como patóloga en la Uni- Buenos Aires en 1993 y posteriormente en la misma universidad como der- matóloga en 1997, poseedora de gran bagaje científico de fundamental im- portancia para su región. David Alfredo Castillo Molina, cartagenero, médico de la UniBarranquilla en 1987 y dermatólogo de la Universidad Central de Venezuela en 1998. Es Magister en Administración en Servicios de Salud y especialista en Pedagogía. Ha publicado el Manual para el Ser- vicio Social Obligatorio (1990) y el Manual del Manejo de Discapacidades en Lepra (1992). El 3 de marzo de 1993 se constituyó La Sociedad Bolivarense de Derma- tología con la Presidencia de Alfonso Navarro Cesar. En el nuevo milenio regresaron Mayela Esther Calderón Carrascal,

238 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA

Mayela Calderón Farid Locarno Sergio Martínez Margarita Hoyos que nació en la colonial Mompós, declarada por la UNESCO como Ciu- dad del Patrimonio Mundial. Médica de la UniLibreAtlántico en 1994, dermatóloga del Hospital Nacional Alejandro Posadas de la UniBuenos Aires en 1999 y ejerce en la ciudad desde el 2001. Farid Dirac Locarno Blanco, cartagenero, médico de la UniLibreAtlántico en 1995 y derma- tólogo del HospitalSantaCasa en 2001, ha estudiado además estética fa- cial, y Sergio Alejandro Martínez Lecompte, cartagenero, médico de la UniBosque en 1997 y dermatólogo de la UniFederalRioGrandedoSul en 2001. Con especial sensibilidad por el arte, dedica sus momentos de descanso a la pintura. Ejercen también en Cartagena y son miembros de la Asociación, Jai- me Alfonso Olivares Taylor, Julio Naar Char, Margarita del Car- men Hoyos Valle y Wilmar de Jesús Polo Vega.

EL CAPÍTULO DE BOLÍVAR SOCIEDAD BOLIVARENSE DE DERMATOLOGÍA

CÉSAR IVÁN VARELA HERNÁNDEZ COLABORADOR: LUIS MIGUEL COVO

La Sociedad Bolivarense de Dermatología, (Capítulo de Bolívar), fue constituida el 3 de marzo de 1993 con la presidencia de Alfonso Navarro Cesar.

Acta de Constitución de la Sociedad Bolivarense de Dermatología:

“En la ciudad de Cartagena de Indias, en el consul- torio médico del doctor Alfonso Navarro Cesar, local Alfonso Navarro

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808 del edificio del Banco Popular, a las 20 horas del día 3 de marzo de 1993, nos reunimos los doctores Erick Álvarez Pereira, Nayib Ambrad Domínguez, Francisco Miguel Camacho Chaljub, Miguel Camacho Sánchez, Germán Enrique Covo Segrera, Carlos Alberto Garzón Fortich, Víctor Isaza Nájera, Gonzalo Marrugo Guardo, Luz Marina Lara de Morales, Guillermo Alejandro Muvdi Chiari, Julio César Naar Char, Alfonso Navarro Cesar y José L. Pretelt Mendoza, con el objeto de cons- tituir la Sociedad Bolivarense de Dermatología. Se procedió, en primer lugar a elegir una junta directiva, que quedó constituida de la siguiente manera: Presidente, Alfonso Navarro Cesar. Vicepresidente, Germán Enrique Covo Segrera. Secretaria, Luz Marina Lara de Morales. Tesore- ro, Víctor Isaza Nájera. Vocales, Erick Álvarez Pereira y Miguel Camacho Sánchez. Revisor Fiscal, Carlos Alberto Garzón Fortich. Asistieron también a la reunión, en representación de la Secretaría de Gobierno del Departamento de Bolívar, los doctores Marina Mendoza de Meriano y Carlos Rocha A. Acto seguido el Presidente, después de dar la bienvenida a los asistentes, les explicó los fines de la reunión. La doctora Marina Mendoza pidió que fueran leídos los estatutos, previa- mente elaborados y sometidos a aprobación. Se procedió a leer, uno por uno los capítulos que conforman los estatutos, a discutirlos, corregirlos y aprobarlos. La forma definitiva de tales estatutos se presenta a la Se- cretaría Departamental de Gobierno para la adjudicación de la respecti- va Personería Jurídica. No siendo otro el objeto de la reunión, se levantó la sesión, siendo las veintidós horas del mismo día. Se firma en la ciudad de Cartagena, por quienes en la sesión intervi- nieron” La Sociedad Bolivarense recibió personería ju- rídica de la Gobernación de Bolívar mediante reso- lución Nº 1000 del 26 de mayo de 1993 y es presi- dida en la actualidad por Luis Miguel Covo Segrera. Desarrolla actividades académicas y pro- pende por el mejor ejercicio de la especialidad en la región.

Luis Covo

240 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA

DEPARTAMENTO DE MAGDALENA

CÉSAR IVÁN VARELA HERNÁNDEZ COLABORADORA: TERESITA DÍAZ GRANADOS

El Departamento de Magdalena se sitúa al norte del país en la región Caribe que estaba poblada por los taironas y los koguis a la llegada de los españoles. En su territorio la bella y encumbrada Sierra Nevada de Santa Marta, la montaña más alta del mundo a la orilla del mar (5.770 m). Gran parte de la historia del país entró por esta región. Su gente alegre, extrovertida y risueña, plasma todo su sentimiento en la hermosa cumbia. Su capital es Santa Marta, Distrito Turístico, Cultural e His- tórico, La Perla de América, que conserva majestuoso patrimonio ar- quitectónico colonial. Han ejercido y ejercen en esta hermosa región del Caribe Juan Ma- nuel Fakiolas Miranda (f) (1914-1984), nació en Ciénaga, Magdalena. Médico de la UniNacional, estudió leprología y dermatología en el Ins- tituto F.LlA. y en Bruselas, ejerció exitosamente en el ISS y en Puerto Colombia hasta su fallecimiento. Con Lilia Ávila tuvieron 6 hijos. Edmundo Rafael Mazenet Fuentes (f) (1924-1998), nació en Riohacha. Médico de la UniNacional en 1954. Trabajó y se formó como dermato- leprólogo en el Instituto F.LlA (1956-1958), donde estuvo encargado de la Dirección, para radicarse en 1959 en Santa Marta, y en ese año creó el dis- pensario dermatológico. Fue Secretario de Salud Departamental y ejerció hasta su fallecimiento. Con Tomasa Virginia Amaya tuvieron seis hijos, dos de ellos médicos. Era un amante del tiple y de la poesía. Virgilio Alberto Rodríguez Fernández, barranquillero, médico de la UniCartagena en 1958, realizó su entrenamiento en dermatología y leprología en el Instituto F.LlA (1959-1961) y también de leprología en Agua de Dios. Ejerció en Bucaramanga desde 1961 hasta 1970, cuando se radicó en Santa Marta para trabajar en el Hospital San Juan de Dios y luego en el Hospital Central Julio Méndez Barreneche hasta 1997. Fue director del dispensario dermatológico (1970-1985), Coordinador de Dermatología Sanitaria del Magdalena hasta 1998 y desde 1995 es do-

241 VARELA HERNÁNDEZ CI cente en la Universidad Cooperativa de Colombia. José Miguel Dau David, samario, médico de la UniNacional en 1965, realizó curso en dermatoleprología en el CentroDermatológico F.Ll.A. en 1970 y ejerce en Santa Marta desde 1972. Fue docente en el Departamento de Alergología en la UniNacional (1966-1969). Fundó el Departamento de Dermatología del Hospital San Juan de Dios de Santa Marta al que se le dio el nombre de «San Cayetano», y en el que fue fundador de la sala de tétanos y Jefe de las salas de hombres y mujeres de Medicina Interna. Llevó a esa institución el primer equipo de metabolismo basal y el primer electrocardió- grafo. Es un gran melómano. A partir de la década de 1980, iniciaron su ejercicio en Santa Marta dis- tinguidos colegas egresados de universidades nacionales y extranjeras, como Jesús María Santander Guerrero, nació en Sevilla, Magdalena, médico de la UniGuayaquil en 1973 y dermatólogo de la UniCaldas en 1984. Traba- jó en el ISS del Magdalena hasta su jubilación en 1999, cuando desempeña- ba la Gerencia. Teresita Díaz Granados Fuentes, samaria, médica de la UniNorte en 1984 y dermatóloga de la UNAM en 1988, presidió el XXII Congreso Nacional en Santa Marta. Entusiasta y gran colaboradora de este libro. Milena Danies Silva, samaria, médica de la UniCaldas en 1983 y dermatóloga de la misma universidad en 1988, preside el Capí- tulo del Caribe. Maira Beatriz Jimeno Ceballos, nació en Ciénaga, se graduó de médica en 1979 y de dermatóloga en la UNAM Teresita Díaz Granados en 1987. Hizo estudios de postgrado en der- matología pediátrica en el Hospital Centro Médico La Raza del Instituto Mexicano de Seguros Sociales en 1988. Petty Margarita Bonivento Johnson, samaria, médica de la UniLibreAtlántico en 1983, dermatóloga de la UniPontificiadeRio en 1998, tuvo su entrenamiento en dermatología pediátrica, fue Jefe de Ambulatorios del HospitalSantaCasa de Rio de Janeiro, y Yolima Esther Mercado De La Hoz, nació en Fundación, Magdalena, médica de la UniBarranquilla en 1993, dermatóloga de la UniBuenosAires en 2002 y estudió cosmiatría en el Hospital Italiano de Buenos Aires. En mayo de 2002 recibió el premio como mejor dermatólogo joven en el Con-

242 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA greso de Apertura de Dermatología en Argentina. En Santa Marta se realizó el XXII Congreso Nacio- nal de Dermatología en 1998 y el IV Dermocaribe en 2003. Ese mismo año se creó el Capítulo Caribe. En Ciénaga ejerce una hija de su tierra, Fabiola del Rosario Congotte Zabaleta, que se graduó de médica en la UniBarranquilla en 1986 y de dermatóloga en el Fabiola Congotte Hospital Carlos G. Durand en Buenos Aires en 1992.

EL CAPÍTULO DEL CARIBE

CÉSAR IVÁN VARELA HERNÁNDEZ COLABORADORA: TERESITA DÍAZ GRANADOS

El Capítulo del Caribe fue creado en la ciudad de Santa Marta el 17 de junio de 2003, por Milena Danies Silva, Teresita Díaz Granados Fuentes, Petty Margarita Bonivento Johnson, Maira Beatriz Jimeno Ceballos, Yolima Esther Mercado De La Hoz y Jesús María Santander Guerrero del Departa- mento de Magdalena, y los dermatólogos Silvia Judith Cañas Lévalo, Gelmis Beatriz Mejía Redondo, Milton Martínez Valdeblanquez y Carlos Quintero de La Guajira. Los fundadores eligieron la Junta Directiva para un periodo de dos años, nombrando Presidenta a Milena Danies Silva, Secretaria a Teresita Díaz Granados y Tesorera a Silvia Cañas. En junio de 2004 en reunión del Capítulo en Santa Marta y por sugeren- cia de Evelyne Halpert, Presidenta de la Asociación, ingresaron al grupo los dermatólogos del Departamento del Cesar, Leonor Ivette Arredondo Daza, Rosalba Pulgarín Herrera, Maricela Villalobos, Elvis Leonor Maya Castilla, Wilmer Rafael Caicedo Maestre, Álvaro José Córdoba y Ricardo Oliveros. La meta fundamental del Capítulo es la unidad de los dermatólogos de estos tres departamentos caribeños y promover la educación médica conti- nua; y, a pesar de su corta existencia, ha cumplido este objetivo mediante certámenes académicos periódicos en las ciudades capitales.

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DEPARTAMENTO DEL CAUCA

CÉSAR IVÁN VARELA HERNÁNDEZ COLABORADORES: EDGAR ALTUZARRA Y GERMÁN VELASCO

El Departamento del Cauca se halla en el el suroccidente del país en las regiones Andina y Pacífica. Su capital es Popayán, La Ciudad Blan- ca, una de las ciudades más importantes en la época de la Colonia y de la Nueva Granada. Fue paso obligado entre los Reinos de Santa Fe y Qui- to. Con tradición histórica, cultural y musical, cuna de hombres ilustres, letrados, estadistas, militares y sabios, es una ciudad universitaria, por excelencia. Su Hospital San José data del siglo XVI y la Universidad del Cauca de fines del siglo XVIII. La historia de la dermatología en la última centuria la inició José María Delgado Paredes (f) (1918-1995), médico de la UniNacional. Viajó a los Estados Unidos y en la Universidad de South Carolina se graduó de dermatólogo y luego en la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard se graduó en Salud Pú- José Delgado blica. Regresó a la ciudad y se dedicó a la enseñanza en la UniCauca durante 47 años siendo profesor de dermatología, anatomía y Jefe del Departamento de Morfología. La comunidad payanesa lo reconoció como una institución y una autoridad médica. Mario Ernesto González, oriundo de Popayán, médico de la UniCauca se graduó de dermatólogo en la UniBuenos- José Zambrano Aires y por más de 30 años fue profesor de dermatolo- gía en la Facultad de Medicina de la UniCauca. Actualmente disfruta de su jubilación, luego de trabajar también en el ISS y en el Hospital San José. José Félix Zambrano Payán, médico de la UniCatólicaQuito, realizó en 1970 estudios en dermatología y leprología en el Centro Dermatológico F.Ll.A., ha sido Supervisor de los Programas de Enfer- medades de la Piel en el Ministerio de Salud, zona sur occidente y terri- torios nacionales desde 1974 y de Enfermedades de la Piel del Servicio 244 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA para la Erradicación de la Malaria (SEM), en Cali (1975- 1980). Profesor colaborador de la UniValle en lepra y leishmaniasis. Myriam Mesa Atehortúa de Sanclemente, fue Pro- fesora Jefe del Servicio de Dermatología de la UniCauca (1974-1976). Vivió después en Bogotá, Cali y actual- mente reside en Medellín. Edgar Altuzarra Las dos últimas décadas del siglo XX vieron flore- cer la dermatología con el regreso de tres distinguidos y competentes colegas. Edgar Ricardo Altuzarra Galindo, nació en El Espinal, Tolima, se graduó de médico en la UniJaveriana en 1977, de dermatólogo en la UniJaveriana-C.D.F. Ll.A., en 1982; hizo un Magister en epidemiología en Germán Velasco la UniBosque-UniCauca en 2004. Es Profesor de der- matología desde 1983 en la UniCauca y fue Jefe de Der- matología Sanitaria del Servicio de Salud Departamen- tal (1984-1995). Dilecto amigo es hombre bueno, se- rio, responsable, amable y brillante. Germán Velasco Cárdenas, médico de la UniCauca en 1985, viajó a España y en 1992 recibió título de es- José Ospina pecialista en Dermatología Médico-Quirúrgica y Venereología del Hos- pital de Saint Creu i San Pau de la UniBarcelona. Médico colaborador en la erradicación de la lepra de la comunidad gitana de Cataluña y el Reino de España y del Comité Internacional de la Soberana Orden Mili- tar y Hospitalaria de Jerusalén de Malta. Gran Maestrazgo de la Sobera- na Orden Militar y Hospitalaria de San Juan de Jerusalén de Malta en el Hospital Leprológico de Fontilles (Alicante) y de la Universidad de Va- lencia en 1990. Ejerce privadamente en Popayán desde 1992. Es un hom- bre sui géneris, su carisma, su alegría desbordada y contagiante, y su cumplimiento en la amistad sincera, lo hacen uno de los colegas más queridos en el país. José Fernando Ospina Alzate, nacido en Tuluá, Valle, médico y derma- tólogo en 1999 de la UniCaldas, realizó su rotación electiva de último perío- do de residencia en la UniValle. Se vinculó desde ese año al ISS y a la actividad docente en la UniCauca. Ejerció también en la ciudad de Cali.

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Los doctores Altuzarra, Velasco y Ospina fueron acogidos en 2002 como Miembros de Número por el Capítulo del Valle en reconocimiento a su permanente presencia en las actividades académicas y socioculturales de la regional. Desde 1990, un día por semana, ha contribuido también a la dermatología en Popayán un hijo de esa tierra, Julio César Rengifo Muñoz.

DEPARTAMENTO DE SANTANDER

CÉSAR IVÁN VARELA HERNÁNDEZ COLABORADORES: ARMANDO VÁSQUEZ , LUZ STELLA MONTOYA, RICARDO ROJAS, LUIS FELIPE MORENO Y JAIME ACEVEDO

El Departamento de Santander se ubica en la región nororiental del país en la Cordillera Oriental y debido a la bravura de sus indígenas su colonización sólo fue posible a finales del siglo XVIII. Tuvo importante papel durante la Colonia y la misma República. Su linda capital es Bucaramanga, La Ciudad de los Parques y cuenta con facultades de medicina, en las Universidades Industrial de Santander, Autónoma de Bucaramanga y de Santander, con rotaciones en pregrado de dermatolo- gía donde dictan cátedra varios de los dermatólogos de la ciudad. La historia de la dermatología nació en la región, como en otras, de la mano de los programas para el control y la erradicación de la lepra. Así, en 1958 llegó con su familia Álvaro Sabogal Rey (f), leprólogo, con nombramiento oficial del Ministerio de Salud para fundar el Consultorio Dermatológico en Bucaramanga, y desde donde se dirigió la campaña de le- pra, labor en la que contribuyó también de manera muy importante el dermatoleprólogo barranquillero, Virgilio Alberto Rodríguez Fernández que trabajó en la ciudad Álvaro Sabogal desde 1961 hasta 1970, cuando se radicó en Santa Marta. El doctor Sabogal fue Presidente de la Asociación en dos oportunidades (1963-1964 y 1982-1984), presidió y organizó en el Club Campestre de Bucaramanga el IV Congreso Nacional en 1964 y el XV en 1984. A lo largo de su vida fue el Decano de los Dermatólogos de Santander, hasta su falle- cimiento en 2002.

246 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA

Luis Moreno Jaime Acevedo Evencio Saza Hernando Mosquera En 1960 se hizo presente en Bucaramanga, Alejandro Villalobos Fernández quien estudió en Buenos Aires, fue miembro de la Junta Direc- tiva de la Asociación en 1964 y luego de ejercer por unos años viajó a los Estados Unidos a estudiar psiquiatría. El 1961 llegó Luis Felipe Moreno Moreno, bumangués, que había via- jado a España donde estudió medicina y se graduó de dermatólogo en la Universidad de Granada en 1961. Es pionero en el manejo especializado de las úlceras de los miembros inferiores en compañía del cirujano vascular Jorge Naranjo Pimento. El doctor Moreno fue miembro de la Junta Directi- va de la Asociación en 1984 y continúa ejerciendo con dedicación y notable acierto. Quiero rendir homenaje a este ilustre colega, pues en su sensibilidad artística es compositor e intérprete en verdad excepcional, El Tenor de la Dermatología Colombiana. Me honran su amistad, su cariño y su estímulo. Jaime Acevedo Ballesteros, nació en Barichara, médico en 1967 y dermatólogo en 1971 de la UniNacional, importante colaborador de los programas de lepra, también hizo parte de la Junta Directiva de la Aso- ciación en 1984 y continúa en cabal ejercicio de la profesión. Durante la década de 1970 también llegaron Andrés Torres Tamí quien fue médico visitador la campaña de lepra. Juan Francisco Hernández (f) que falleció tempranamente luego de diez años de ejerci- cio y Luis Osorio Neira (f) dermatólogo graduado en la UniJaveriana- C.D.F.Ll.A. en 1976, ejerció por corto tiempo hasta su fallecimiento. En la década de 1980 arribaron a Bucaramanga varios colegas que die- ron importante desarrollo a la especialidad: Evencio Saza Mendieta, nació en Tinjacá, Boyacá, médico de la Universidad Industrial de Santander (UIS) en 1975, dermatólogo de la UniJaveriana-C.D.F.Ll.A., en 1980; es docente en la UIS. Hernando Mosquera Sánchez, natural de Málaga, Santander, médico de la UniNacional en 1967, dermatólogo de la UniJaveriana- C.D.F.Ll.A., en 1982 y Magister en Salud Pública-Planeación en Salud, ade-

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Miguel Zárate Luz Montoya Zulma Plata Donaldo Ortiz más de especialista en docencia universitaria. Reemplazó en el Consultorio Dermatológico al doctor Sabogal cuando se jubiló. Miguel Zárate Caba- llero, bogotano, médico de la UIS, dermatólogo de la UniValle en 1983; es Profesor en la UIS y en la actualidad uno de los principales colaboradores en educación médica continua en la Página Web y con permanentes enseñan- zas a través de sus sabios comentarios, sobre todo en la sección de minicasos. Luz Stella Montoya de Bayona nació en Caramanta, Antioquia, médica de la UIS en 1981 y dermatóloga de la UniJaveriana-C.D.F.Ll.A., en 1985; en la actualidad es docente en la Universidad Autónoma de Bucaramanga (UNAB). Ha sido la gestora y motor fundamental del Capítulo Santander. Poseedora de gran bagaje científico es muy buena conferencista y excelente profesional; a ella dejo testimonio de mi admiración y afecto. María Zulma Plata Rueda, bumanguesa, médica de la UIS en 1977, dermatóloga de la UniMadrid en 1981 y en ejercicio en la ciudad desde 1987. Donaldo Ortiz Latorre , médico de la UIS en 1981 y dermatólogo de la Universidade Federal de Minas Gerais (UniMinasGerais) en Belo Hori- zonte, Brasil en 1986. En esa ciudad fue Cónsul de Colombia Ad-Honorem. Hizo una pasantía en el Hospital de Clínicas de Buenos Aires (1986-1987). En Bucaramanga se ha destacado en el campo del periodismo como colum- nista permanente en el diario Vanguardia Liberal desde 1981 y Director del Magazín Dominical (1990-1992). En la actualidad efectúa la acreditación de su postgrado en la UIS. Armando José Vásquez Lobo, médico de la UIS en 1984, dermatólogo del Instituto de Dermatología y Venereología Alfredo da Mata de la Universidade de Ama- zonas, Manaos, en el año 1989. Es docente en pregrado en la Universidad Autónoma de Bucaramanga (UniBucara- manga) y dermatólogo del Hospital San Juan de Dios, y en los últimos cuatro años Vicepresidente y actual Presidente

Armando Vásquez de la Asociación Santandereana de Dermatología. Ha teni-

248 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA

Jairo Sabogal Alfinger Cely Lourdes Eid Ricardo Rojas do papel muy importante desde la Junta Directiva de la Asociación (2002- 2004) lo que le mereció la reelección para el período 2004-2006. Ha aban- derado el proceso de re-certificación de la especialidad en el país. Jairo Eduardo Sabogal Sabogal, bogotano, médico de la UniRosario en 1983 y dermatólogo de la UniJaveriana-C.D.F.Ll.A., en 1990; ejerce en Bucara- manga y Barrancabermeja desde ese año y en Villavicencio desde el 2001. Otros dos colegas llegaron en la década pero fallecieron tempranamente, Pablo Rey Ballesteros (f) y Miguel Francisco Duarte Gómez (f), derma- tólogo de la UniJaveriana-C.D.F.Ll.A. en 1990. Desde 1990 han llegado a la ciudad varios dermatólogos provenientes de las escuelas nacionales y de otros países, para continuar la senda de sus predecesores en el desarrollo continuo de la especialidad. Alfínger Cely Conde , nació en Concepción, Santander, médico de la Universidad Autó- noma de Puebla, México en 1989, dermatólogo del Instituto Nacional de Seguridad Social (INAMPS)-UniFederalRio en 1993. Trabaja en Bucaramanga y Barrancabermeja y su esposa Lourdes Julia Eid Villagómez, que nació en Sucre, Bolivia, pero es santandereana por adopción. Médica de la Universidad Mayor Real y Pontificia de San Francisco Xavier en su ciu- dad natal en 1984, también dermatóloga del INAMPS-UniFederalRio en 1990 y ejerce en la capital desde 1993. Ricardo Flaminio Rojas López, bumangués, médico de la UIS en 1989 y dermatólogo de la UniNacional en 1996. Edgar Augusto Moreno Jerez, médico de la UIS en 1988 y derma- tólogo de la UniHabana en 1999. Mábel Yaneth Ávila Camacho, bogotana, médica de la UniBosque en 1990 y dermatóloga de la UniJaveriana-C.D.F.Ll.A., en 1996. Disfrutó una beca en dermatopatología en el Centre Hospitalaire et Universitaire de Liége, Université de Liége, Bélgica y Gerencia en Salud en la UniJaveriana, es pilar en dermatopatología en la región desde el año Edgar Moreno

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Mábel Ávila Sandra Martínez Martha Ramírez Luisa Díaz 2000; además, es coautora del Atlas of Diagnostic Immmunohistochemistry of the Skin, editado en Londres y tiene 20 publicaciones científicas en revis- tas de Italia, Grecia, Arabia, Bélgica, Estados Unidos, Inglaterra y Colom- bia. Sandra Otilia Martínez Pérez, bumanguesa, médica de la UIS en 1995, dermatóloga de la UniAntioquia en el 2000, y Carolina Chávez. El 21 de junio de 1994 bajo el liderazgo de Luz Stella Montoya de Bayona se creó la Asociación Santandereana de Dermatología y Cirugía Dermato- lógica, el Capítulo Santander y en 1998 los dermatólogos de Santander crea- ron la sociedad comercial Dermoriente Ltda., que brinda excelente servicio a la comunidad. En el nuevo siglo llegaron Martha Susana Ramírez Chávez, buman- guesa, médica de la UIS en 1994, discípula del Profesor Rubén David Azulay es dermatóloga del HospitalSantaCasa-UniPontificiadeRio en 2000 y der- matóloga cirujana de la misma universidad en 2002; también estudió músi- ca y piano en el Conservatorio Departamental de Música de Santander. Luisa Elena Díaz Uribe , nació en Bucaramanga, médica de la UIS en 1996, der- matóloga del HospitalSantaCasa-UniPontificiadeRio en 2002, donde fue Jefe de Residentes. Presidenta electa del Capítulo Santander (2005-2007), y Roberto Ramón Reyes Salcedo, natural de Montería, médico de la UniLibreAtlántico en 1985, estudió dermatología en Argentina y convalidó su título del Ministerio de Educación Argentino en la UniBosque en 2000;

Roberto Reyes Gilma Montemayor Luz Valencia

250 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA ejerce en Bucaramanga desde 2003. También ejercen en la misma ciudad: Gilma Stella Montemayor Gómez y Luz Dary Valencia Díaz de Reyes y en Málaga, Héctor González. En 2003 los colegas del departamento fundaron la Cooperativa de Der- matólogos de Santander con el fin de mejorar las opciones de trabajo de los socios del Capítulo.

EL CAPÍTULO DE SANTANDER ASOCIACIÓN SANTANDEREANA DE DERMATOLOGÍA Y CIRUGÍA DERMATOLÓGICA

CÉSAR IVÁN VARELA HERNÁNDEZ COLABORADOR: ARMANDO VÁSQUEZ

Cuadragésimo aniversario de la Asociación. Octubre de 2001 Sentadas de I a D: Mábel Ávila, Zulma Plata, Luz Stella Montoya, Sandra Martínez, Lourdes Eid Villagómez. De pies de I a D: Ricardo Rojas, Hernando Mosquera, Miguel Zárate, Jaime Acevedo, Donaldo Ortiz, Álvaro Sabogal Rey (f), Edgar Moreno, Alfínger Cely, Armando Vásquez

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Desde la década de 1980 los dermatólogos de Santander realizaron me- canismos para organizarse gremialmente, lo que se logró el 21 de junio de 1994, fruto de un proceso liderado por Luz Stella Montoya de Bayona, para crear el Capítulo Santander de la Sociedad Colombiana de Dermatolo- gía, que más adelante se constituyó en la Asociación Santandereana de Der- matología y Cirugía Dermatológica. La doctora Montoya presidió brillante- mente la organización desde su fundación hasta 2002 y le sucedió Arman- do José Vásquez Lobo. El Capítulo se ha constituido en apoyo invaluable para sus asocia- dos en lo gremial y social y lleva a cabo actividad académica constante. Desde la década de 1980 se realizan reuniones académicas en el Hospi- tal Universitario Ramón González Valencia, con asistencia de Luz Stella Montoya, Miguel Zárate, Evencio Saza y Hernando Mosquera y en la Clínica San Luis con Pablo Rey, Donaldo Ortiz y Miguel Duarte (f). Desde la conformación del Capítulo se efectúa la Reunión Mensual con profesores invitados de otras ciudades. Ha llevado a cabo cuatro cursos de actualización para médicos generales que iniciaron en 1998, y en 1999 hizo los Talleres de Dermatología de la Asociación con notable éxito y asistencia de muchos dermatólogos del país. En 2000 nació como actividad académica y periódica de los días viernes, el Ateneo semanal en el consultorio de la doctora Montoya y más adelante en el de Edgar Moreno. En 2002 lanzó el número especial de dermatología en la Revis- ta MED-UNAB de la Facultad de Medicina de la UniBucaramanga. El Capítulo en 1998 apoyó la creación de la sociedad comercial Dermoriente Ltda., y en 2003 la fundación de la Cooperativa de Dermatólogos de Santander. También en 2003 el Capítulo conmemoró en alegre y elegan- te ceremonia los diez años de haber sido fundado. Luisa Elena Díaz Uribe es la Presidenta electa del Capítulo para el período 2005-2007.

252 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA

DEPARTAMENTO DEL ATLÁNTICO

CÉSAR IVÁN VARELA HERNÁNDEZ COLABORADOR: ÁLVARO CORREA

El Departamento del Atlántico se encuentra en la zona norte de Colom- bia, es bañado al este por el Río Magdalena en su último trayecto antes de desembocar en el Mar Caribe, por donde en gran parte se interiorizó el progreso al país y de allí que a su capital Barranquilla, uno de los principa- les puertos sobre el Atlántico, se la llame La Puerta de Oro de Colombia, también conocida como La Arenosa o Curramba La Bella. La máxima ex- presión de la alegría y entusiasmo de sus gentes se plasma en su famoso Carnaval, Patrimonio Cultural Oral de la Humanidad. En Barranquilla los primeros en ejercer la especialidad fueron Blas Retamoso (f), quien estudió medicina en Cartagena y se dedicó a la dermatología y Luis E. López (f), quien nació en Bogotá, trabajó en Barranquilla y regresó a su ciudad natal. Carmelo Castilla Porto (f) (1930-1970), nació en Sincé, Sucre. Con gran sacrificio culminó su carrera de médico en la UniCartagena y fue a Buenos Aires donde estudió dermatología en el Hospital Raussan y en el Hospital Privado con los Profesores Borda y Cañizares e hizo el curso de dermatopatología (1960-1962); más adelante estudió también en Chicago. De regreso a Barranquilla fundó la Clínica de la Piel y trabajó con éxito. Su pasatiempo era la cacería, muy de moda en el gremio mé- dico y fue campeón de tiro. En 1967 se trasladó a Venezuela por una oferta de servicio profesional, cuando el 11 de octubre de 1970 lo sor- prendió la muerte en un lamentable accidente en el Hospital de Tinaquillo cercano a Valencia, donde ejercía y estaba de turno. Casado con Rosa Iriarte tuvieron cuatro hijos. Alí Taján Calvo, nació en Yucal, Bolívar. A los seis años de edad la familia se trasladó a Cartagena, donde hizo sus estudios primarios en el Colegio San Pedro Claver y Fernández Baena. Bachiller del Liceo Bolí- var en 1953. Viajó a la Argentina y cursó allí su carrera de medicina, que inició en la UniBuenosAires y después en la Escuela de Medicina de la

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Luis López Carmelo Castilla Alí Taján Fuad Muvdi Universidad Nacional de Córdoba para recibir el título de médico en 1961 de la Universidad de Santa Fe en Rosario, donde cursó sus dos últimas materias, obstetricia y medicina legal. Desde su cuarto año de medicina ingresó como ayudante adjunto a la cátedra de dermatología del Hospital Clínicas de Córdoba, donde permaneció hasta el final de sus estudios y luego como médico adjunto. Regresó a Colombia en 1962, y se instaló en la ciudad de Barranquilla, donde ejerce la dermatología hasta la fecha. Miembro correspondiente de la Asociación. También es poeta y muy querido entre la comunidad y colegas. Fuad Muvdi Chain, nació en el medio oriente en Beit-Jala y se natura- lizó colombiano en 1964. Médico de la UniJaveriana en 1958 y dermatólo- go del Instituto F.Ll.A. en 1963. Estudió cirugía dermatológica en la UniBarcelona en 1964 para ser pionero de la sub-especialidad con Flavio Gómez. Experto en lepra, fue en el Instituto Dermatológico F.Ll.A., profe- sor, pilar de la atención y muy buen colaborador del doctor Fabio Londoño, con quien compartió muchas de sus investigaciones hasta 1968, cuando se radicó en Barranquilla donde continuó su meritoria carrera. Académico Co- rrespondiente. Profesor en la UniJaveriana (1967-1968) y en Barranquilla de la UniLibreAtlántico, UniNorte y UniBarranquilla (1968-1987). Secre- tario y luego Presidente de la Asociación (1970-1972), organizó y presidió el IX Congreso Nacional en 1972 y fue Presidente Honorario en el XVIII Congreso Nacional en 1990. Subdirector del Centro Dermatológico F.Ll.A. Es además consumado escritor y poeta, ha publicado tres novelas y cuatro libros de poesía. A partir de la década de 1980, llegaron ilustres dermatólogos gradua- dos en el país y en el exterior que se radicaron en especial en Barranquilla para engrandecer con sus conocimientos la especialidad en la región.

254 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA

Amín Ariza Antonio Jaller Jairo Fuentes Bernardo Huyke

Década de 1980

Amín Cristóbal Ariza Fontalvo, nació en Remolino, médico de la UniCartagena en 1979 y dermatólogo de la UniFederalRio en 1983. Se es- pecializó en Alta Gerencia y en Proyectos de Desarrollo Social, ejerce des- de 1983. Antonio Miguel Jaller Raad, nació en San Marcos, Sucre, médi- co de la UniCartagena en 1978 y dermatólogo, micólogo y leprólogo del Centro Dermatológico Pascua de la UNAM en 1982. Diplomado en docen- cia universitaria. Se ha desempeñado como Jefe del Servicio de Derma- tología del Hospital Metropolitano de Barranquilla y Jefe de Cátedra de dermatología en pregrado y postgrados en la UniBarranquilla. Vicepresi- dente de la Asociación (1996-1998). Presidente Fundador de la Sociedad de Dermatología del Atlántico y Director Científico de la Clínica de la Piel en Barranquilla, ciudad donde ejerce desde 1984. Jairo F. Fuentes Carrascal, nació en Barrancabermeja, médico de la UniCartagena en 1979 y dermató- logo de la UniJaveriana-C.D.F.Ll.A., en 1985. Desde 1986, Bernardo José Eugenio Huyke Urueta, barranquillero, médico de la UniNorte en 1981 y dermatólogo de la UniSãoPaulo en 1986. Ha participado en 115 certámenes científicos de la especialidad de carácter nacional y en el exterior, en varios de los cuales ha sido conferencista. Ha hecho trabajos de investigación y fue miembro del cuerpo directivo de El diagnóstico, órgano informativo de la UniNorte. Ha tenido importante pa- pel en el ámbito nacional en la búsqueda del mejor ejercicio de la medicina. Es Miembro de la Asociación de la que fue Vicepresidente (1998-2000), Sociedad Brasilera de Dermatología, CILAD, Sociedad Colombiana de Medicina del Trabajo-Capítulo del Atlántico, Asociación Dermatológica del Atlántico (ASODERMA), Federación Médica Colombiana y Unión de Der- matólogos del Atlántico. Su espíritu de servicio a la comunidad lo lleva a

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Lesbia De León Ramiro Velásquez Álvaro Correa Adelita Vargas

Dubby Charris Denisse Rojano Alfredo Doria Gladys Salem ser Mayor de la Reserva del Ejército de Colombia y miembro de Scouts de Colombia, Brigada de Socorro del Caribe y Club Rotario de Barranquilla. En 1977 recibió del Paul Harris Fellow el Título Honorífico “Socio Paul Harris” otorgado por la Fundación Rotaria Internacional por la efectiva y excelente labor desarrollada en beneficio de la comprensión y las relaciones amistosas entre los pueblos del mundo. Lesbia Luz De León Ternera, médica de la UniCartagena en 1981 y dermatóloga de la UniCaldas en 1986. Hizo un diplomado en Educación en la UniLibreAtlántico, y preside ASODERMA, y Ramiro Robinson Velásquez Caballero, barranquillero, médico de la UniValle en 1975 y dermatólogo de la UniFederalRio en 1985. Es Magister en Salud Pública. Desde 1987, Álvaro Julio Correa Sánchez, aracateño, médico de la UniLibreAtlántico en 1982, dermatólogo de la UniPontificiadeRio en 1986, se especializó en dermatomicología. Gran colaborador de este li- bro. Adelita Vargas Cuéllar, barranquillera, médica de la UniBarran- quilla en 1981, dermatóloga de la UNAM en 1987, realizó postgrado en Gerencia en Servicios de Salud en la UniNorte en 1998 y en Docencia Universitaria en la UniSanMartín en 2002, y Dubby Esther Charris Alvarado, barranquillera, médica de la UniCartagena en 1981 y derma- tóloga de la Universidad de Costa Rica (UniCostaRica) en 1987. En 1987, Antonio Jaller, Álvaro Correa, Bernardo Huyke, Jairo Fuen- tes, Lesbia De León, Dubby Charris y Amín Ariza crearon la Asociación

256 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA

Patricia Avendaño Rosalía Díaz Saúl Moreno Ana Cecilia Iriarte Dermatológica del Atlántico. Desde 1988, Denisse Margoth Rojano Fritz, médica de la UniBarran- quilla en 1982 y dermatóloga de la UNAM en 1988. Se especializó en Dermatología Pediátrica y en Micología Médica, y Alfredo José Doria Güel, barranquillero, médico de la UniCartagena en 1982 y dermatólo- go de la Universidad de la República Oriental del Uruguay (UniUruguay) en 1989. Hizo un diplomado en Gestión en Salud y en Docencia Univer- sitaria. En convenio con el Instituto Nacional de Salud (INS) publicó Nuevas Guías Dermatoepidemiológicas para vigencia técnica de sífilis congénita, ejerce en Barranquilla desde 1989. A partir de 1990, Gladys Salem de Gómez, magdalenense, médica de la UniBarranquilla en 1985 y dermatóloga de la UniUruguay en 1990. Jorge Enrique Cure Cure, barranquillero, médico de la UniBarranquilla y dermatólogo de la UniBuenosAires, y Patricia Elmy Avendaño Tafur, barranquillera, médica de la UniBarranquilla en 1985 y dermatóloga de la UniSãoPaulo en 1989.

Década de 1990

En 1991, Rosalía Díaz Rugeles de Saintpriest, barranquillera, médica de la UniBarranquilla en 1985 y dermatóloga de la Université de Picardie, Amiens, Francia, y Saúl Moreno Romero, cartagenero, médico de la UniBarranquilla en 1985 y dermatólogo de la UNAM. En 1993, Ana Cecilia Iriarte Aldana, cordobesa, nació en Sahagún, médica de la UniBarranquilla en 1987 y dermatóloga del Hospital Durand de la UniBuenosAires en 1992. Esperanza Meléndez Ramírez, barran- quillera, médica de la UniBarranquilla en 1988, dermatóloga de la UniJaveriana-C.D.F.Ll.A., en 1993. Obtuvo un diplomado en Investiga- ción Clínica en la UniLibreAtlántico. Fue docente en la UniBarranquilla.

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Esperanza Meléndez Ramiro Quintero Garip Chadid María Madero

Lina De la Hoz Vilma Safi Aida Manotas Claudia Velasco

Jefe del Programa Departamental de Lepra. Fue Presidenta de Asoderma. Vicepresidenta de la Asociación (2002-2004) cuando desarrolló un pa- pel fundamental en la buena marcha de la institución y Presidenta del XXVI Congreso Nacional que se va a realizar en 2006. Gestora con Álvaro Correa y Bernardo Huyke de los Simposios Dermatológicos del Caribe (Dermocaribe). En el año 2004 la Gobernación del Atlántico la exaltó como Mujer Sobresaliente del Departamento del Atlántico. Ramiro Joaquín Quintero Vallejo, barranquillero, médico de la UniBarranquilla en 1986 y dermatólogo de la UniBuenosAires en 1993, se especializó en Docencia Universitaria. En 1994, Garip Antonio Chadid Carrascal, nació en Sampués, Sucre. Médico de la UniBarranquilla en 1990 y dermatólogo del Hospi- tal General de Agudos “Carlos G. Durand” de Buenos Aires. En 1995, María de los Ángeles Madero Baca, médica de la UniLibre- Atlántico en 1982 y dermatóloga de la UniBuenosAires en 1994, se es- pecializó en cosmiatría. Álvaro Peinado Vila, cesareño, médico de la UniCartagena en 1982 y dermatólogo de la UniMiami, y Lina Isabel De la Hoz Rodríguez, caldense, médica de la UniNorte en 1993 y der- matóloga de la UniBuenosAires en 1995. En 1996, Vilma Nayibe Safi Cabeza, barranquillera, médica de la UniBarranquilla en 1989 y dermatóloga de la UniCostaRica en 1995, se

258 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA

Higia Carrasquilla Inés Terán José Tovar Piedad Marzola

Heidy Fontalvo Ruby Coll Merly Moreno Sandra Coronell especializó en cirugía dermatológica en 1996. Aida Judith Manotas Goenaga, barranquillera, médica de la UniLibreAtlántico en 1988, derma- tóloga del HospitalSantaCasa de Rio en 1996, se especializó en cosmiatría en el Hospital de Clínicas en Buenos Aires. En 1998, Claudia Milena Velasco Melo, bumanguesa, médica de la UniLibreAtlántico en 1993 y dermatóloga de la UniSãoPaulo en 1998. Higia Iveth Carrasquilla Sampayo, nació en Dagua, Valle, médica de la UniLibre en 1984 y dermatóloga de la UniBuenosAires en 1994. Se espe- cializó en cirugía dermatológica. Inés Antonia Terán Díaz, médica de la UniBarranquilla en 1992 y dermatóloga de la UniBuenosAires en 1997. Se especializó en cirugía dermatológica, ejerce en Barranquilla y Sabana Lar- ga. José Manuel Tovar Berardinelli, guajiro, médico de la UniNorte en 1988 y dermatólogo de la UniBuenosAires en 1997. Se especializó en ciru- gía dermatológica en el Centro Dermatológico Hernández-Pérez, y Piedad Viana Marzola, nació en Sahagún, Córdoba, médica de la UniLibreAtlántico en 1989 y dermatóloga de la UniCostaRica en 1997. Heidy del Carmen Fontalvo Vásquez, barranquillera, médica de la UniBarranquilla en 1989 y dermatóloga de la UniBuenosAires en 1994. Estudió cirugía dermatológica, medicina estética y criocirugía; ejerce en Barranquilla desde 1999, y Ruby Elena Coll Logreira, barranquillera, médica de la UniBarranquilla en 1992 y dermatóloga de la UniBuenosAires en 1999, estudió medicina estética en la Universidad Kennedy, Asociación

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Médica Argentina y ejerce en Barranquilla desde el año 2000. En el presente siglo regresaron a la capital para iniciar su ejercicio profesional, Merly M. Moreno Molina, barranquillera, médica de la UniLibreAtlántico en 1995 y dermatóloga de la UniFederalRio en 2001. Estudió Patricia Viaña cosmiatría y ejerce desde 2002, y Sandra Coronell Orozco, médica de la UniLibreAtlántico en 1997 y der- matóloga de la UniBuenosAires en 2003, ejerce desde 2004. También ejercen en Barranquilla, Beatriz Elena Orozco Sebá, Claudia Alejandra Buelvas Pinedo, Felipe Zapata Donado, Leonor Molina Prieto, Liliana Anaya Torres, Manuel Jesús Safi Cabeza, María Mercedes Pérez De La Hoz, Patricia Viaña González y Pedro Segundo Martínez Amador.

EL CAPÍTULO DEL ATLÁNTICO ASOCIACIÓN DERMATOLÓGICA DEL ATLÁNTICO ASODERMA

CÉSAR IVÁN VARELA HERNÁNDEZ COLABORADOR: ÁLVARO CORREA

En 1987 Antonio Jaller, Álvaro Correa, Bernardo Huyke, Jairo Fuentes, Lesbia De León, Dubby Charris y Amín Ariza crearon la Asociación Dermatológica del Atlántico -ASODERMA- y se constituyeron en Miem- bros de Número Fundadores. Con el aval de la Asociación se creó como entidad científica, gremial y sin ánimo de lucro, para agrupar a los dermató- logos del Atlántico, con la función de supervisar los actos dermatológicos, la actividad del dermatólogo y los asuntos de interés al ejercicio de la profe- sión, preservar la disciplina, la fiscalización y el cumplimiento de las leyes colombianas inherentes a la profesión médica y dermatológica, y procurar la orientación y solución de los aspectos médico-legales de la dermatología y sus áreas afines. De acuerdo con la Ley 10 de 1990 y con la Ley 100 de 1993 y otras providencias reglamentarias, ASODERMA, junto con otras sociedades científicas de la ciudad de Barranquilla, reformó su estatuto a fin de cumplir con ellas. Para una mayor cobertura ASODERMA acogió después a otros der-

260 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA matólogos de la región y de los departamentos vecinos. En 1996, Álvaro Correa, Esperanza Meléndez y Bernardo Huyke pro- pusieron a la Asamblea de ASODERMA crear y fundar el Simposio Dermatológico del Caribe -Dermocaribe-, con sede inicial en la ciudad de Barranquilla, y cuya finalidad fue congregar y conocer a todos los dermatólogos de la costa atlántica colombiana residentes en el país. Este suceso, en un principio de carácter regional, se hizo nacional y hoy goza también de reconocimiento y renombre internacionales. Tiene lugar cada dos años y cuenta con el patrocinio de la industria farmacéutica. Se han realizado cuatro Dermocaribes: en Barranquilla, el I en 1997 y el II de 1999; el III del 19 al 22 de septiembre en Cartagena, junto con el Curso CILAD Colombia; y el IV en Santa Marta del 25 al 27 de septiembre de 2003. En enero de 2001 ASODERMA produjo el boletín informativo Piel Caribe, que alcanzó a publicar tres ediciones con periodicidad de cada cuatro meses, pero diversos motivos económicos di- ficultaron su continuación. ASODERMA se reconoce como uno de los principales Capítulos de la Asocia- ción; fue pionera en aplicar las leyes expedidas por el Gobierno Nacional, y se la distingue como una de las asociaciones científicas regionales más organizada y disciplinada. A ASODERMA la preside en la actuali- Lesbia De León dad Lesbia Luz De León Ternera.

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EJE CAFETERO DEPARTAMENTOS DE CALDAS, RISARALDA Y QUINDÍO

CÉSAR IVÁN VARELA HERNÁNDEZ COLABORADORES: GERMÁN SANTACOLOMA, JAIRO MESA, FELIPE JARAMILLO, CARLOS HORACIO GONZÁLEZ Y HERNÁN DUQUE

La historia de la dermatología en estos departamentos en la hermosa, acogedora y pujante región cafetera andina del centro-oeste del país, inició cuando conformaban un solo departamento, el antiguo Caldas. Vendría en 1966 la división en tres departamentos, Caldas y su capital Manizales, La Ciudad de las Puertas Abiertas; Quindío, con su capital Armenia, llamada por Guillermo Valencia La Ciudad Milagro; y Risaralda, con su capital Pereira, La Perla del Otún. Sus pobladores descendientes de colonos paisas, mantienen la identidad histórica, étnica y de amistad, que en combinación con la naturaleza pródiga en belleza hacen de esta región un tesoro nacional.

EL DEPARTAMENTO DE CALDAS

Gonzalo Botero Zuluaga, manizaleño, fue el pri- mer médico en ejercer la dermatología en su ciudad. Miembro cofundador de la segunda etapa de la Aso- ciación y el primer profesor de pregrado de dermatolo- gía en la UniCaldas. Además de practicar su profesión ha sido un destacado dirigente cívico y político, fue Gonzalo Botero Alcalde de Manizales, está jubilado y lo recuerdan muy bien quienes fueron los primeros en trabajar en la ciudad. En la década de 1960, llegó a Manizales como el primer dermatólogo de escuela, Heriberto Gómez Sierra (f) quien fue el segundo dermatólogo graduado en la UniAntioquia en 1963. Luego, en la Universidad de Michigan aprendió las nacientes técnicas en inmunofluorescencia. Al poco tiempo de llegar a Manizales, en 1965 dio inicio a la historia académica de la especia- lidad al crear el Servicio de Dermatología en el Hospital Universitario de

262 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA

Heriberto Gómez Bernardo Giraldo Jairo Mesa Caldas. Fue Presidente de la Asociación (1966-1968) y presidió el VII Con- greso Nacional. El Profesor Gómez Sierra falleció en Manizales durante la ejecución de este texto el 4 de agosto de 2004 y su partida enlutará por siempre la dermatología nacional. En 1967 llegó Bernardo Giraldo Neira, especialista en dermatología en la Universidad de Minnesota y en alergias en la Universidad de Cleveland, e inmediatamente se vinculó al Servicio de Dermatología como docente hasta 1980. Ha sido un estudioso de los hon- gos ambientales como ninguno, durante muchos años y todos los días exa- minaba y los cultivaba en cajas de Petri que regaba por todo Manizales dejando plasmado los resultados. Luego de la actividad docente se dedicó al ejercicio privado y de manera especial a la alergología. Al recién creado Servicio de Dermatología en la UniCaldas, llegó a vincularse como el pri- mer residente Jairo Mesa Cock, que nació en Medellín, se graduó de médi- co en la UniAntioquia en 1963 y recibió el título de especialista en 1971, desde cuando inició su carrera docente hasta su jubilación en 1994. Fue Jefe del Servicio de la Dermatología en la UniCaldas (1980-1985). Continuó su labor educadora acorde con los tiempos modernos, desde Internet, pues creó El Club de Revistas y más adelante se ha encargado, con excelencia, de la Coordinación de la Página Web de la Asociación. Tiene en la actualidad un papel preponderante y pionero en la educación médica continua por este medio en el ámbito nacional e internacional. Su obra ha sido galardonada con el Premio Mejor Docente de la UniCaldas, amén de menciones de reco- nocimiento. Durante la inauguración del XXV Congreso Nacional el 14 de octubre de 2004, la Asociación, por iniciativa de la Presidenta Evelyne Halpert, le rindió homenaje con una placa y la elaboración de un video que tuve el honor de hacer y presentar bajo el título: Maestro, Colega y Amigo, con imágenes y anécdotas de su vida. Su apoyo, colaboración casi diaria, estímulo y sugerencias a este libro, lo hacen hoy posible. Estos tres maestros sentaron las bases académicas de la dermatología

263 VARELA HERNÁNDEZ CI

Roger García Felipe Jaramillo Carlos Corrales Lucía van den Enden en Caldas, educaron generaciones de colegas, y éstos a su vez a otras para inculcarles la responsabilidad y el amor por el estudio. En 1968 los doctores Gómez Sierra y Mesa Cock organizaron con notable éxito el VII Congreso Nacional. En la década de 1970 inició su contribución Roger García Tobón, mé- dico de la UniNacional (1958), patólogo y laboratorista clínico, estudió en los hospitales San Juan de Dios, St. Joseph’s, Jewish Chronic Disease Hos- pital y en el Baptist Memorial. Como docente y Jefe de Cátedra de Anato- mía Patológica en la UniCaldas, donde fue Decano, ha brindado muy im- portante apoyo a los dermatólogos de la región, y Josefina Danies Silva, dermatóloga de la UniCaldas en 1973, cuando inició actividad docente en la misma universidad hasta 1997 cuando se radicó en Bogotá. A finales de la década de 1980 regresó para contribuir a engrandecer la historia Felipe Jaramillo Ayerbe, médico javeriano en 1981 y der- matólogo de la UniNacional en 1987. Fellow en dermatopatología de la Universidad de Nueva York (1988). Desde su regreso es Profesor de la UnivCaldas y actual Jefe del Servicio de Dermatología. Continuaron la historia en Manizales egresados del Servicio de Der- matología de la UniCaldas como Silvia Ferrer Tobón, dermatóloga en 1984 quien trabajó inicialmente en Armenia y luego en el ISS de Manizales hasta su jubilación. Carlos Augusto Corrales Toro, mani- zalita, médico en 1976 y dermatólogo en 1984. Lucía van den Enden Medina, manizalita, médica en 1983 y dermatóloga en 1990. Desde 1997 se vinculó como docente en la misma universidad. Ejerce con notable éxito, es po- seedora de excelsa cultura general, amante y estudio- sa del arte. Desde la década de 1990, engalanan tam- bién esta ciudad Martha Cecilia Bernal Escobar, Martha Bernal dermatóloga en 1993 y Ana María Hoyos Zuluaga,

264 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA

Ana Hoyos Germán Santacoloma John H. Gaviria Jessica Vallejo manizalita, médica de la UniCaldas en 1986 y dermatóloga en 1993, quien desde 1996 se desempeña como destacada docente en la misma universidad. Recibió el premio Luis Afredo Rueda en el XXI Congreso Nacional. Juan José Vélez Gutiérrez, manizaleño, médico en 1987 dermatólogo también en 1993. A finales de la década inició su ejercicio y su aporte Germán Santacoloma Osorio, dermatólogo en 1997, joven y brillante figura. Es docente en la UniCaldas y preside el Capítulo del Eje Cafetero. Desarrolló importante labor en la Junta Directiva de la Asociación (2002-2004). En 1999 John Harvey Gaviria Calderón, que nació en Neira, Cal- das, médico de la UniCaldas en 1992 y dermatólogo de la UniJaveriana- C.D.F.Ll.A. en 1996. Viajó a Europa donde estudió biología molecular cutánea en la Universidad de París y cirugía dermatológica en la Univer- sidad de Londres, para regresar a Manizales en 1999 y vincularse como docente a la UniCaldas. Es además un amante de las letras y del arte pictórico del cual hizo estudios en el Museo del Louvre. En el presente siglo iniciaron su ejercicio dos dermatólogas egresadas de la UniCaldas Jessica Vallejo Contreras manizalita, médica de la UniCaldas en 1993 y dermatóloga en 2001 y Angélica María Acosta Aristizábal dermató- loga en 2004. Los dermatólogos de Manizales fieles a las tradiciones donde priman la cultura y la academia, se reúnen frecuentemente. Desde hace más de 25 años realizan todos los meses el Club de Revistas al que asisten Ángela Seidel de Armenia, Danilo Álvarez y María Mercedes Torres de Cartago. Es también tradición el Ateneo dermatológico y la reunión para discutir pacientes y biopsias de Jairo Mesa con Carlos Corrales y la patóloga Gloria Fátima Osorio los días jueves.

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EL DEPARTAMENTO DE RISARALDA

En Pereira la historia se inició cuando llegaron en la década de 1960 luego de estudiar en Argentina Adolfo Ormaza Hinestrosa, médico y dermatólogo de la UniBuenosAires en 1965. Presidente de la Asocia- ción (1974-1976), presidió el XI Congreso Nacional organizado con Jairo Mesa en esta ciudad en 1976, y Bernardo Marín (f) que se caracterizó por ser un gran y querido señor. Ha ejercido con devoción. En reconoci- miento a su vida se le rindió un homenaje el 19 de septiembre de 2004 y recibió de manos de Bernardo Giraldo Presidente del Ateneo del Eje Cafetero, una placa recordatoria. Falleció el 7 de junio de 2005.

Bernardo Marín y Bernardo Giraldo En la década de 1980 iniciaron su ejercicio Danilo Álvarez Villegas, dermatólogo de la UniCaldas en 1982, que también ejerce en Cartago, María Mercedes Torres Sanz dermatóloga de la UniCaldas en 1988 y Carmen Leonor Mesías Velasco, nació en Pasto, médica en 1985 y dermatóloga en 1989 de la UniNacional.

Ádolfo Ormaza Danilo Álvarez Mercedes Torres Carmen Mesías

266 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA

Sergio Arroyave Hernán Duque Nancy Córdoba Pilar Villegas En la década de 1990, Sergio Arro- yave Correa que nació en Medellín, médico de la UPB en 1988 y dermató- logo de la UniJave- Natasha Celis José García Clara Soto riana-C.D.F.Ll.A., en 1994. Hernán Emilio Duque Romero, médico de la UniLibreCali en 1989 y dermatólogo de la UniPontificiadeRio en 1995, que se convirtió en experto en terapia láser y fundó en 1988 la Unidad Dermatológica Láser en Pereira. Nancy Constanza Córdoba Córdoba nació en Nueva York, médica de la UniRosario en 1981, dermatóloga de la UniJaveriana-C.D.F.Ll.A., en 1986, hizo especialización y Maestría en Literatura Hispanoamericana y ejerce en la ciudad desde 1997. María del Pilar Villegas Marulanda dermatóloga en 1997 de la UniCaldas. Ejercen también en la ciudad desde esta década, Elizabeth Zúñiga Ortiz de Muñoz que se especializó en Argentina y Ro- sario Isabel Yarzagaray Angulo lo hizo en México. En el nuevo siglo Claudia Natasha Celis Morales, médica de la UniTecPereira en 1994, dermatóloga de la UniCaldas en 2002, hizo su elec- tiva de último año en la UniValle y en 1998 había realizado estudios de ecografía general e intracavitaria en la Fundación para el Avance de la Ecografía en Bogotá. Regresó en 2003, José Johani García Gómez, que nació en Buenavista, Quindío, médico de la UniTecPereira en 1998 y der- matólogo de la UniAntioquia en 2003 y trabaja también en Medellín, y Cla- ra Yvonne Soto Abi-Saab dermatóloga de la UniCaldas en 2004, que tra- baja también en Cartago. Siendo Presidente de la Asociación Carlos Horacio González, se realizó

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Unidad Dermatológica Láser de Pereira en Pereira el XXIII Congreso Nacional, IV Encuentro Colombo-Venezola- no y XV Bolivariano en 2000.

Centro de Alta Tecnología Médica. Unidad Dermatológica Láser de Pereira

En 1998 Hernán Emilio Duque Romero tuvo la idea de conformar en su consultorio de Pereira, una Unidad Dermatológica moderna, para lo cual adquirió varios equipos láser. Luego pudo adecuar un área más amplia de consultorios y en 2003 construyó una moderna sede, el Centro de Alta Tec- nología Médica (CAT), donde se ubicó la Unidad y adquirió más tecnolo- gía, para ofrecerla en el ámbito nacional con los más altos estándares de calidad al servicio del paciente. Desde este proceso de desarrollo y hasta la fecha, su premisa es un continuo adiestramiento profesional y la incorpora- ción de los últimos avances tecnológicos en el campo de la dermatología, para mantenerse a la vanguardia y brindar a los enfermos la oportunidad que en materia científica el mundo ofrece. La Unidad cuenta con quirófano y varios láseres como de CO2 FeatherTouch, Láser LightSheer de Diodo, Lá- ser Vasculight Nd:Yag y Luz Pulsada, Clearlight para acné, Microdermo- abrador y Omnigraft sistema automatizado para implante de cabello. El equi- po de especialistas, además del personal administrativo, lo conforman los dermatólogos Hernán Duque Romero y Danilo Álvarez Villegas, el ciruja- no Rodolfo A. Cabrales Vega, la fisioterapeuta Vanesa María Ángel, la instrumentadota Marisol Villa, y la auxiliar Liliana Patricia López.

268 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA

DEPARTAMENTO DEL QUINDÍO

En Armenia el primero en ejercer fue Fabio Rivera Álvarez derma- tólogo de la UniAntioquia en 1966, que vive actualmente en Bogotá; fue seguido por María Bernarda Gáfaro Barrera, médica de la UniValle en 1972, dermatóloga de la UniJaveriana-C.D.F.Ll.A., en 1980 y Julio César Vélez Rivera, dermatólogo de la UniValle en 1978, quien ade- más estudió alergología. Fue Decano y docente de la Facultad de Medi- cina y Jefe del Departamento de Medicina Interna en la UniTecPereira, y continúa su ejercicio en Cali desde la década de 1990. En la década de 1980, Silvia Ferrer Tobón, dermatóloga de la UniCaldas en 1984, trabajó varios años en Armenia para radicarse pos- teriormente en Manizales. Rafael Isaza Zapata, ejerció algunos años para trasladarse luego a Cali y después regresar a Madrid donde se había graduado de dermatólogo. En 1986 se inició desde Armenia para Colombia una nueva era de la dermatología y en especial para la criocirugía, con Carlos Horacio González Rojas, médico de la UniJaveriana en 1980 y dermatólogo de la UniJaveriana-C.D.F.Ll.A. en 1986. Estudió criocirugía en el Instituto Luis Razzeti en Caracas con el doctor Castro Ron, además de cirugía dermatológica. Sentó escuela de criocirugía al fundar la Unidad de Criocirugía de Armenia. Presidente de la Asociación, del XXIII Congre- so Nacional, Cofundador y Presidente del Colegio Iberoamericano de Criocirugía y también de la Asociación Colombiana de Dermatología Pediátrica (AsoColDerPediátrica). Luis Fernando Moreno, dermató- logo de la UniCaldas en 1986, quien ha ejercido en Armenia y Quimbaya. Cierra la década, Ángela Seidel Arango, manizalita, médica en 1985 y

Bernarda Gáfaro Julio Vélez Carlos González Ángela Seidel

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Yamil Duque Gema Revelo Joaquin Berrío dermatóloga en 1990 de la UniCaldas. Además de ser experta en crio- cirugía, lo es en otros múltiples temas y es la actual Directora de la Uni- dad de Criocirugía de Armenia. Es una extraordinaria conferencista y una de las principales colaboradoras en la Página Web de la Asociación, donde permanentemente nos deleita con sus sensacionales minicasos y sus agudos comentarios clínico-patológicos. La década de 1990, le correspondió iniciarla a Yamil Alberto Duque Ossman, que nació en Calarcá, se graduó de médico en 1988 y de der- matólogo en 1991 en Bucarest, Rumania, y ejerce en la ciudad desde 1992, de brillante desempeño profesional. Gema Esther Revelo Hernández, nació en Pasto, médica de la Universidad Central del Ecua- dor (UniEcuador) en 1988 y dermatóloga de la UNAM en 1995; realizó diplomado en cosmiatría en México en 1994. Ejerció inicialmente du- rante un año en Ipiales para radicarse en Armenia en 1997, y Joaquín Elier Berrío Muñoz, médico en 1991 y dermatólogo de la UniCaldas en 1999, es profesor de la Universidad del Quindío (UniQuindío). El 4 de octubre de 2003 en Manizales se conformó el Capítulo del Eje Cafetero de la Asociación, con los colegas de los tres departamen- tos, que eligieron presidente a Germán Santacoloma Osorio.

EL SERVICIO DE DERMATOLOGÍA DE LA UNIVERSIDAD DE CALDAS

CÉSAR IVÁN VARELA HERNÁNDEZ COLABORADORES: FELIPE JARAMILLO Y GERMÁN SANTACOLOMA

La Universidad de Caldas tuvo su origen en la década de 1930, cuando un grupo de manizalitas progresistas plantearon un centro educativo que 270 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA

I a D. F Gómez, Heriberto Gómez, V Cárdenas, Jairo Mesa, Bernardo Giraldo, I Rendón convirtiera a Manizales en ciudad universitaria. Se creó así la Universidad Popular mediante Ordenanza número 006 del 24 de mayo de 1943. En 1950 se creó su Facultad de Medicina y más o menos por el mismo año, también las de Agronomía y Veterinaria, Derecho, la Escuela de Bellas Artes, Len- guas y Filosofía y Letras. En 1956 el Consejo Directivo fijó el nombre de Universidad de Caldas. El Servicio que es Escuela de Dermatología lo fundó en 1965 en el Hos- pital Universitario de Caldas Heriberto Gómez Sierra (f), dermatólogo de la UniAntioquia y cuando regresó de Michigan donde hizo estudios de inmunofluorescencia, para convertirse en pionero de este ramo en el país. Inició de inmediato el programa de postgrado en dermatología con la cola- boración desde 1967 de Bernardo Giraldo Neira, dermatólogo y alergólogo graduado en los Estados Unidos. El primer residente del Servicio fue Jairo Mesa Cock, quien se graduó en 1971 y se unió al grupo profesoral. El doctor Gómez fue Jefe del Servicio desde 1965 hasta 1980 cuando lo reemplazó el doctor Mesa hasta 1985. En 1986 volvió el doctor Gómez a la jefatura, hasta su jubilación en 1994. En 1988 Felipe Jaramillo Ayerbe dermatólogo de la UniNacional y dermatopatólogo de la Uni- versidad de Nueva York se vinculó como docente. En 1992 fue nombra- do Coordinador del programa de pregrado y desde 1994 es el Jefe del Servicio. El doctor Jaramillo desde la jefatura vinculó en la enseñanza a Martha Cecilia Bernal Escobar (1994-1997), a Ana María Hoyos Zuluaga desde

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Jairo Mesa Manuela Londoño Danilo Álvarez Lesbia De León

Carlos Corrales Mercedes Torres Lucía van den Enden Ángela Seidel

1996, a Lucía van den Enden Medina, a Germán Santacoloma Osorio desde 1997 y a John Harvey Gaviria Calderón desde 2002. También fue docente Josefina Danies Silva desde 1973 hasta 1997, que vive ahora en Bogotá. En 1968 el Servicio, con los doctores Gómez y Mesa, organizaron el VII Congreso Nacional en Manizales e impulsaron la creación de la Fe- deración Bolivariana de Dermatología, de la que fue primer Presidente el doctor Gómez en 1970. En 1976 con Adolfo Ormaza Hinestrosa rea- lizaron el XI Congreso Nacional en Pereira. La Escuela, así como esta linda, pujante y productiva región de Colom- bia en el Eje Cafetero, se caracteriza por su cultura y alto nivel científico en el marco de grandes principios humanísticos, y con ese patrón ha graduado 25 dermatólogos que ejercen en su mayoría en Manizales, varios de ellos como docentes en el propio Servicio y en otras distintas ciudades del país, así: Jairo Mesa Cock (1971). Josefina Danies Silva (1973). Manuela Londoño Villegas que trabaja en Cali y Danilo Álvarez Villegas que vive en Cartago (1982). Jesús María Santander Guerrero y Silvia Ferrer Tobón (1984). Les- bia Luz De León Ternera que vive en Barranquilla, Carlos Augusto Corrales Toro y Luis Fernando Moreno que vive en Armenia (1986). Milena Danies Silva, radicada en su natal Santa Marta y María Mercedes Torres Sanz que vive en Cartago y ejerce también en Pereira (1988). Lucía van den Enden Medina y Ángela Seidel Arango (1990).

272 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA

Martha Bernal Ana María Hoyos Pilar Villegas Germán Santacoloma

Joaquín Berrío José Ospina Jessica Vallejo Natasha Celis En 1993 egresaron dos maravillosas y sobresalien- tes mujeres, Martha Cecilia Bernal Escobar y Ana María Hoyos Zuluaga y también ese mismo año Juan José Vélez Gutiérrez. María del Pilar Villegas Marulanda y Germán Santacoloma Osorio (1997). Joaquín Elier Berrío Muñoz que reside en Armenia y José Fernando Ospina Alzate, que vive en Popayán (1999). Jessica Clara Soto Vallejo Contreras (2001). Claudia Natasha Celis Mo- rales y Lina María Chinchilla Mejía (2002). Clara Yvonne Soto Abi-Saab que vive en Pereira y Angélica María Acosta Aristizábal (2004). En la década de 1970 hizo una pasantía durante algún tiempo Johnny de la Riva Guzmán, médico boliviano. Hacen residencia de segundo año Sandra Liliana Sandra González González Rendón, aguadeña, médica de la UniCaldas en 1998 y Rafael Arango Vélez, manizaleño, médico de la UniCaldas en 1987. En febrero de 2005 ingresa- rán dos residentes a primer año. El Servicio, fiel al desarrollo tecnológico y a asistir a la comunidad creó el programa de Teledermatología de gran valor para las comunidades alejadas de la capi- tal. Rafael Arango

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Felipe Jaramillo Ayerbe

Jefe del Servicio de Dermatología de la Uni- versidad de Caldas. Médico de la UniJaveriana en 1981, dermatólogo de la UniNacional en 1987 y dermatopatólogo de New York University en 1988, donde fue discípulo de Bernard Akerman. Profesor Titular vinculado a la UniCaldas des- de 1988, Coordinador del Postgrado de Derma- tología desde 1992 y Jefe del Servicio desde Felipe Jaramillo 1994. Es además en el Hospital de Caldas, Director de la línea de investigación en cáncer de piel, Presidente del Comité de Tumores de piel, cabeza, cuello y mucosas y Representante de la UniCaldas en el Comité Docente Asistencial. Hace parte del Comité de Redacción de las Revistas Caldas Médico y de la Revista de la Asociación. Miembro de la International Society of Dermatopathology y de la Asociación donde fue miembro de su Junta Di- rectiva (1990-1992). Ha publicado cerca de 40 artículos, varios en revistas internacionales. Ha asistido a más de 70 certámenes científicos de la espe- cialidad; en ellos ha presentado múltiples conferencias y varios de sus traba- jos han merecido diversos premios y distinciones.

LA TELEDERMATOLOGÍA EN LA UNIVERSIDAD DE CALDAS

CÉSAR IVÁN VARELA HERNÁNDEZ COLABORADOR: FELIPE JARAMILLO

El adelanto tecnológico ha puesto a nuestra disposición el mundo virtual a través de ondas que permiten el envío y la recepción de imágenes y soni- dos, a fin de acercarnos a comunidades o poblaciones lejanas o de difícil acceso o carentes en recursos, en tiempo real o posterior. El advenimiento de la telemedicina y de manera específica de la teledermatología, gracias a que esta especialidad permite elaborar con acierto un gran número de diag- nósticos con la sola observación clínica del paciente, es en verdad un recur- so muy interesante y apropiado para nuestro país, desde luego en el marco 274 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA de la debida legislación que rige en el momento actual. Dos inquietos grupos en Colombia liderados por Felipe Jaramillo Ayerbe desde la UniCaldas y Michel Faizal Geagea desde la UniNacional han introducido y liderado la Teledermatología y su empleo en el territo- rio patrio. Dice el Profesor Felipe Jaramillo Ayerbe en comunicación del 29 de sep- tiembre de 2004 al doctor Francisco González Baena, Jefe de Dirección Territorial de Salud de Caldas, que me permito editar con cambios míni- mos: «La Telemedicina se puede definir como ‘la práctica de la medicina y de sus actividades conexas, como la educación y la planeación de sistemas de salud a distancia por medio de sistemas de comunicaciones. Su característi- ca principal es la separación geográfica entre dos o más agentes implicados: ya sea un médico y un paciente, un médico y otro médico, o un médico y/o un paciente con un educador’. Según esta definición, el concepto no es nue- vo; la simple y rutinaria consulta telefónica que a diario recibimos los médi- cos se puede considerar una modalidad de telemedicina. El auge explosivo y el interés por la telemedicina comenzó en la década de 1990 con el desa- rrollo de equipos médicos que permitían generar y capturar imágenes diagnósticas en formatos electrónicos digitales aunado a la aparición de sis- temas de telecomunicación de banda ancha y alta velocidad alrededor del mundo, por eso se conoce como ‘la segunda era de la telemedicina’. La telemedicina es un fenómeno mundial y tiene una gran cantidad de bondades, especialmente para los países en vías de desarrollo. Se practica en diversas modalidades, en distintas aplicaciones, a diferentes niveles y en muchas especialidades, sobre todo en dermatología. Hay muchos factores que explican porqué la teledermatología es una de las modalidades de telemedicina que más avance ha tenido. La piel es un órgano externo, voluminoso, complejo y de fácil acceso. La dermatolo- gía es, por tanto, una especialidad compleja y visual. Las enfermedades de la piel representan la tercera causa de morbilidad en el Departamento y hoy se cuentan por miles la cantidad de enfermedades dermatológicas que han sido caracterizadas y que lo siguen siendo en un número cada vez mayor; esto explica la dificultad que enfrenta cualquier médico no dermatólogo con un buen porcentaje de pacientes dermatológicos y el beneficio que lograría éste y su paciente de una interconsulta interactiva

275 VARELA HERNÁNDEZ CI remota, con un especialista que cuenta con la posibilidad de visualizar la imagen de la enfermedad del paciente. Recordemos que por ley la der- matología en la red hospitalaria está en el tercer nivel. En Colombia mucha gente no cuenta con la posibilidad de servicios dermatológicos, tal inasequibilidad está dada por factores geográficos, violencia, movili- dad, encarcelamiento, y marginalización social entre otros; la teleder- matología constituye un atenuante para tal situación.» El grupo de telemedicina de la Universidad de Caldas ha sido inscri- to, reconocido y financiado por Colciencias y tiene como programa ban- dera la teleconsulta dermatológica. Para ello se desarrolló un software en el marco de un proceso complejo y de alta tecnología que permite un programa de excelente calidad y eficiencia, mediante el cual se ha logra- do una concordancia de 90% en los diagnósticos, cifra que comprueba la eficiencia y confiabilidad del sistema (estudio sobre 105 pacientes con 126 enfermedades dermatológicas). Inicialmente se escogieron tres municipios piloto para aplicar y eva- luar el sistema, Riosucio, Aguadas y La Dorada, donde se capacitó a los médicos en temas como biopsia de piel, semiología, informática y foto- grafía digital. Se contestaron 359 interconsultas, en pacientes de todas las edades y cuyos diagnósticos fueron: neoplasias benignas y hamar- tomas, 57; dermatitis sp., 52; neoplasias malignas y premalignas, 44; dermatitis atópica, 26; úlceras venosas, 20; acné, 17; verrugas virales, 14; infecciones micóticas y otras enfermedades dermatológicas, 11. Sólo 67 de los pacientes requirieron remisión a Manizales para estudio pre- sencial, lo que significó un notable ahorro en sus gastos de desplaza- miento, y en su ingreso económico por ausencia laboral. El desarrollo del programa de teledermatología que atiende a 20 mu- nicipios, demuestra gran beneficio en la educación médica continua a los médicos generales, se puede utilizar en el ámbito docente sin restric- ciones en el número de estudiantes, permite evaluar a qué se enfrentan el conocimiento y la formación de los médicos generales, lo que podría redundar en cambios curriculares y en acumular un número considera- ble de casos clínicos, más de 500 en el momento y más de 2200 fotogra- fías, de valor incalculable en la enseñanza de la dermatología. Amén de la atención oportuna especializada, a muy bajo costo, y de gran eficien- cia para el paciente.

276 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA

EL CAPÍTULO DEL EJE CAFETERO

CÉSAR IVÁN VARELA HERNÁNDEZ COLABORADOR: GERMÁN SANTACOLOMA

El Capítulo del Eje Cafetero agrupa a los dermatólogos que ejercen en los Departamentos de Caldas, Quindío y Risaralda y de la ciudad de Cartago en el norte del Departamento del Valle del Cauca, quienes durante muchas décadas han compartido sus lazos de linaje, amistad, colegaje y permanen- tes actividades académicas y gremiales. Sólo hace poco tiempo se oficializó el Capítulo como tal, el 4 de octubre de 2003 en el Club Campestre en la ciudad de Manizales, donde estuvo presente la Presidenta de la Asociación Evelyne Halpert. Fue elegido Presidente Germán Santacoloma Osorio y su Junta Directiva la integran: María del Pilar Villegas, Vicepresidente; Joa- quín Berrío, Secretario; Lucía van den Enden, Carmen Mesías y Ángela Seidel, Vocales principales; Felipe Jaramillo, María Mercedes Torres y Ma- ría Bernarda Gáfaro, Vocales suplentes; y Danilo Álvarez, Tesorero. En la actualidad agrupa a 32 Miembros de Número y dos Honorarios. El Capítulo desarrolla actividades académicas, científicas y asistenciales; ade- más, se debe destacar el Ateneo Dermatológico.

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DEPARTAMENTOS DE CÓRDOBA Y SUCRE

CÉSAR IVÁN VARELA HERNÁNDEZ COLABORADORES: ADOLFO GÓMEZ , VÍCTOR OTERO Y MUFITH SALAIMAN

DEPARTAMENTO DE CÓRDOBA

El Departamento de Córdoba se halla en la región norte del país en el litoral Caribe; su capital es Montería que se fundó en 1744 con el nombre de San Jerónimo de Buenavista pero fue trasladada a la ribera del río Sinú con la denominación actual que es la Capital Ganadera de Colombia. En 1951 pasó a ser la capital del Departamento. Hasta entonces esta región hacía parte del Departamento de Bolívar. Sus gentes, amables por naturale- za, expresan en el porro todos sus sentimientos de alegría costeña; entre los platos típicos se encuentran: las butifarras, las carimañolas, las arepas, los bollos, el mondongo y el popular suero. La dermatología tuvo sus comienzos con Hugo Co- rrales Lugo (f) oriundo de Lorica, Córdoba, médico de la UniCartagena con formación dermatológica en el Institu- to Dermatológico F.Ll.A., en la década de 1960. Se des- empeñó inicialmente como médico de la campaña contra la lepra en Bolívar, allí, en Cartagena, trabajó con Alberto Garzón Fortich y regresó a Montería cuando todavía no Hugo Corrales era la capital de Córdoba, nombrado por el Gobierno para manejar el programa de lepra, cargo que ocupó hasta 1976. Falleció a los 71 años de edad y aún se le recuerda por su inigualable sencillez, su generoso humanitarismo y gran sensibilidad social. Fue seguido por Albio Puche quien estudió en Argentina y lo reemplazó en la campaña de control de la lepra.

Adolfo Gómez En 1983 se inició la nueva era de la especialidad con la llegada del primer dermatólogo de escuela, Adolfo del Cristo Gómez Agámez, cartagenero, médico de la UniCartagena en 1976, con estudios de postgrado en dermatología, leprología y micología en el

278 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA

Instituto Dermatológico Ladislao de la Pascua de la UNAM en 1982, bajo tutela del inolvidable Profesor Fernando Latapí y de dermatocosmiatría en Buenos Aires con el Profesor Alejandro Cordero (hijo). Ha desarrollado su actividad en Montería, caracterizándose como un hombre polifacético. Fue docente por varios años de la Cátedra de Dermatología en la Facultad de Medicina de la Corporación Universitaria del Sinú (CUS), introdujo en la región la criocirugía, la PUVA y la dermocosmética. Es Miembro de la Aso- ciación, de la American Academy of Dermatology, de la Academia Colom- biana de la Medicina y Cirugía Estética, del CILAD y Miembro Fundador del Colegio Iberoamericano de Criocirugía. Tesorero de la Asociación (1992- 1994). Coautor de varios libros. Secretario de Salud Municipal de Montería, columnista de El Meridiano de Córdoba y El Universal de Cartagena y golfista aficionado. Actualmente se dedica al ejercicio privado de la espe- cialidad. A finales de la década de 1980, llegó Rómulo Antonio Bitar Zapa, nacido en Pueblo Nuevo (Córdoba), médico de la UIS y dermatólogo del Hospital General de México afiliado a la UNAM. Se vinculó por mucho tiempo a las campañas contra la lepra y la leishmaniasis lo que lo ha llevado a convertirse en una autoridad en dichos temas. Es docente de la CUS. Víctor Otero En la década de 1990, llegaron Víctor Otero Marrugo, cartagenero, médico de la UniCartagena en 1979 con post- grado en dermatología en el Hospital General de México de la UNAM en 1988. Ha sido miembro de la Junta Direc- tiva de la Asociación, de la AsoColDerPediátrica y docen- te de la Facultad de Medicina de la CUS. José Joaquín Meza Montes, monteriano, médico de la UniBarranquilla en 1989 y dermatólogo del Hospital de Clínicas “José de José Meza San Martín” de la UniBuenosAires en 1995. Es docente de la Facultad de Medicina de la CUS desde 1996. Catalina Zárate Ortiz, nació en Lorica, médica de la UniBarran- quilla en 1989 y dermatóloga de la UniBuenosAires en 1993, ciudad donde también estudió dermatocosmiatría con los doctores Cordero. Es la actual Presidenta del Capítulo Morrosquillo y ejerce en Montería desde 1996. Catalina Zárate

279 VARELA HERNÁNDEZ CI

En el nuevo siglo XXI, llegó Samira Janeth Acosta El- jach, barranquillera, médica de la Uni- Norte en 1995 y der- Zamira Acosta Victoria Hoyos Luis Reyes matóloga del Hospi- talSantaCasa de la UniPontificiadeRio en 2002. Comenzó su ejercicio en la ciudad en 2004.

DEPARTAMENTO DE SUCRE

El Departamento de Sucre con su capital Sincelejo, se ubica en la región Caribe y su territorio hizo parte del Departamento de Bolívar hasta 1966. Sus habitantes conservan como patrimonio, la ganadería en sus extensas sabanas y las corralejas. Los costeños sabaneros que llevan en la sangre los aires de la gaita y el sonar de la cumbia, alegran cadenciosamente las coralinas Playas de Plata como en Tolú. Hugo Antonio Corrales Medrano, es el heraldo de la dermatología regional. Se graduó como médico en la UniNacional en 1957 y se desempe- ñó como médico internista y dermatólogo hasta el año 2004. Es miembro de la Asociación. En la década de 1980 llegaron a la capital, María Victoria Hoyos de Arrieta, que nació en Sahagún, médica de la UniCartagena en 1981 y dermatóloga en 1988, y Luis Felipe Reyes Terán, médico y dermatólo- go de la UniBuenosAires en 1988, quien ejerce desde 1989. En la década de 1990 llegaron, Mufith Salaiman Fayad, nacido en San Onofre, Sucre, médico de la Universi- dad Estatal de Cuenca, Ecuador en 1986 y dermatólogo de la UniBuenosAires en 1991. Desde entonces se desempeña como dermatólogo en el Hospital Re- gional de Sincelejo y en el de Corozal, y dirige el Programa de Control de lepra y leishmaniasis en el Departamento. Zay Mufith Salaiman y Hugo Corrales Beatriz Cárdenas Martínez, nació en

280 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA

Zay Cárdenas Rosario Betancourt Jorge Vargas Gabriel Rey Sincelejo, hizo sus estudios en México, es médica de la UniGuadalajara en 1982 y dermatóloga de la Universidad de San Luis Potosí en 1990. Tuvo una beca en cirugía dermatológica en la Universidad de Chicago en 1989 y ejerce desde 1994. Rosario Betancourt Garrido, médica de la UniCartagena en 1987 y dermatóloga de la UniCostaRica en 1992. Tiene un diplomado en Auditoría en Salud y es Licenciada en Ética con énfasis en la Biblia. Ejerce desde 1994. Jorge Luis Vargas Vergara, nació en Sincelejo, médico de la UniBarranquilla en 1993 y dermatólogo de la UniFederalRio, en ejercicio desde 1999 y Gabriel Federico Rey Musa, barranquillero, médico de la UniBarranquilla en 1991 y dermatólogo del Hospital Comandante Manuel Fajardo de La Habana en 2000; también practica la especialidad en Corozal. En 2004 los dermatólogos de Córdoba y Sucre conformaron el Capítulo Morrosquillo de la Asociación.

EL CAPÍTULO MORROSQUILLO

CÉSAR IVÁN VARELA HERNÁNDEZ COLABORADORES: VÍCTOR OTERO Y MUFITH SALAIMAN

El Capítulo Morrosquillo de la Asociación lo conformaron en el año 2004 los dermatólogos de los Departamentos de Córdoba y Sucre: Rómulo Bitar Zapa, Víctor Otero Marrugo, José Joaquín Meza Montes, Samira Acosta Eljach, Mufith Salaiman Fayad, Jorge Luis Vargas Vergara y Gabriel Federico Rey Musa y es presidido por Catalina Zárate Ortiz. Los integrantes del Capítulo han hecho publicaciones en la Revista de la Asociación, en la Revista Mexicana de Dermatología y Pediatría y lleva a cabo mensualmente una actividad académica y científica con conferencis- tas nacionales.

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DEPARTAMENTO DE NORTE DE SANTANDER

CÉSAR IVÁN VARELA HERNÁNDEZ COLABORADORES : ÁLVARO ARÉVALO Y PABLO ENRIQUE COLMENARES

El Departamento de Norte de Santander se ubica en el nororiente del país y hace parte de la frontera con Venezuela, es matizado por la topografía de la Cordillera Oriental y conserva varias tribus indígenas descendientes de los motilones, lo que lleva a sus gentes a ser aguerridos, emprendedores y no- bles. San José de Cúcuta, su capital, ciudad de gran importancia histórica durante la Colonia, es conocida como La Ciudad Verde debido a su gran arborización. Pedro Miguel Román Suárez (f), médico de la UniNacional en 1954. En 1965 realizó un curso intensivo en micología médica en el Hospital Militar con Cecilia de Striegel y en 1966 siguió con Fabio Londoño el curso de dermatología y leprología en el Instituto F.Ll.A., abriendo el camino de la dermatoleprología en Cúcuta. Fue gran Pedro Román impulsador de la especialidad demostrando siempre su amor y espíritu de servicio hacia los enfermos de lepra, desde los tiempos en los que la lucha contra ella dependía del Servicio de Erradicación de la Malaria, SEM, con sede en el Consultorio Dermatológico de Cúcuta ubicado en la tradicional Clínica de Leones y posteriormente en el viejo Hospital San Juan de Dios. Hizo incontables desplazamien- Pablo Colmenares tos para tratar a los enfermos de lepra a través de los pue- blos de Norte de Santander y de Arauca, de alta incidencia endémica. Jefe de Dermatología Sanitaria del Departamento por casi veinte años y Secreta- rio de Salud (1978-1979). Falleció en Cúcuta el 28 de mayo de 2003. Durante más de dos décadas el doctor Román Suárez ejerció en solitario en Cúcuta hasta finales de la década de 1980 cuando comenzaron a llegar colegas graduados en su mayoría en el exterior. Pablo Enrique Colmena- res Porras, cucuteño, médico de la UniRosario en 1975 y dermatólogo de la UNAM en 1984. Emiro Andrade Chaparro, cucuteño, médico de la

282 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA

Emiro Andrade Sergio Cáceres Matilde Llanos

Álvaro Arévalo Emma Reyes UniNacional en 1980 y dermatólogo de la UNAM en 1985. Sergio Cáceres Orozco, cucuteño, médico de la UniJaveriana en 1983 y dermatólogo de la UniJaveriana C.D.F.Ll.A., en 1988. Es pionero en criocirugía en el país con Carlos Horacio González luego de hacer el curso de criocirugía con el Pro- fesor Gilberto Castro Ron en el Instituto Luis Razzeti en Caracas ese mismo año. Inició su ejercicio en 1989. En 1991 comenzó Matilde Elena Llanos Campo, magdalenense, médica de la UniBarranquilla en 1982 y dermató- loga de la UniUruguay en 1989. Álvaro Arévalo Durán, nació en Ocaña, médico de la Universidad del Norte en 1988 y dermatólogo de la Uni- CostaRica en 1997. Completa el grupo Emma María Reyes Oviedo, barranquillera, médica de la UniCartagena en 1985 y dermatóloga de la UniCostaRica en 2000, que principió su ejercicio en ese año. En abril de 2004 en San José de Cúcuta, se oficializó el Capítulo Norte Santandereano como Asociación Nortesantandereana de Dermatolo- gía y Cirugía Dermatológica, para velar por el desarrollo y progreso de la especialidad. Está integrado por Pablo Colmenares, Emiro Andrade, Sergio Cáceres, Matilde Llanos y con la presidencia de Álvaro Arévalo Durán. La entidad lleva a cabo mensualmente “El Ateneo Dermatológico” que lleva el nombre del maestro Miguel Román Suárez en honor a su memoria y ense- ñanzas.

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DEPARTAMENTO DE BOYACÁ

CÉSAR IVÁN VARELA HERNÁNDEZ COLABORADORES: DORIS LEÓN Y JOSÉ MIGUEL GAONA

El Departamento de Boyacá se encuentra ubicado en la zona central del país sobre la Cordillera Oriental. Su paisaje natural como colcha de primorosos retazos trazados por sus montañas de variables verdes, los bosques de eucaliptos, los cultivos de cebada y trigo, cubren la fértil e histórica región de gente piadosa, amable y servicial, que conserva con orgullo sus costumbres y arraigadas tradiciones como la y el som- brero. En muchas de las imponentes iglesias y en sus ciudades el tiempo parece haberse detenido en la Colonia, como en Villa de Leiva y Ráquira. Esta tierra de importancia fundamental en el devenir histórico de la In- dependencia colombiana, escuchó las trompetas y clarines que anuncia- ron el grito de libertad en las legendarias batallas del Pantano de Vargas y finalmente en la del Puente de Boyacá. Su capital es Tunja, titulada por Carlos V de Muy Noble y Leal, y por Simón Bolívar, Cuna y Taller de la Libertad. También se la llama Ciudad de los Tesoros Escondidos. La historia en el territorio de Boyacá estuvo ligada a la santafereña por la relativa vecindad y las relaciones comerciales. Tunja padeció di- versas epidemias como en otras regiones del país. Relata el doctor Anto- nio Martínez Zulaica en Fosas y Bronces. La Medicina en la Ciudad de Tunja. Su Evolución Histórica, que para la epidemia de viruela en 1587 el recién creado Hospital-Convento de San Juan de Dios, contaba con dos camas para ricos y dos para pobres y con el médico empírico Pedro Juan Ruiz Delgado. No había boticas ni cementerios civiles, la situación era crítica y al recordar el espíritu religioso de Felipe II, se recurrió a la invocación de todos los santos y de manera preferencial a la Virgen de Chiquinquirá, en búsqueda de un milagro, pues se pensaba que las epi- demias eran castigos de Dios por los pecados de desobediencia cometi- dos contra la majestad divina. La mortalidad entre los indígenas pudo llegar a 90%. Los indios, atemorizados por la gran cantidad de defuncio- nes, huían a los bosques y montañas para abandonar las poblaciones.

284 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA

“…que siendo ya los templos insuficientes para albergar tanta carroña, hubo necesidad de inhumarlos en los campos baldíos.” Nada podían hacer los curanderos, sangradores, brujos, empíricos y teguas ante epidemias tan devastadoras, y la fe religiosa jugó entonces importantísimo papel, como se deduce de lo escrito por Juan Rodríguez Freyle en El Carnero, con referencia a la epidemia de viruela en 1633 en Santa Fe “entonces, esta santa reliquia -el cuadro al óleo de la milagrosa Virgen de Chiquinquirá- se trajo a esta ciudad por la gran peste que había, en que murió mucha gente. Colocóse la reliquia en la Santa Igle- sia Catedral y con su venida sosegó la peste y mal contagioso. Sobre volver la reliquia a su casa hubo pleito, porque la quería tener esta ciu- dad, pero al fin la volvieron a su iglesia que sirve el orden de Santo Domingo”. También azotaron a Tunja epidemias de sarampión, tabardi- llo, fiebres petequiales y por supuesto la lepra y la sífilis. Las enferme- dades autóctonas obligaban a los primeros médicos que llegaron de Es- paña a recurrir a los teguas para intentar combatirlas. En la región varios ilustres médicos de la época atendieron las enfer- medades de la piel como Juan Gualberto Gutiérrez, que 2 días antes de la Batalla del Puente de Boyacá fue con el ejército libertador para asistir a los heridos, y estuvo en la cabecera del Prócer don Antonio Nariño en su agonía. Juan de Dios Tavera, trabajó en Tunja y publicó Estudio sobre la lepra, donde recomienda el uso del aceite de chaulmugra. Ricardo de la Parra, médico en 1838, filósofo y periodista, escribió Tratado de la elefantiasis de los griegos. Pablo García Medina, tunjano nació en 1857. Considerado el Padre de la Higiene, consiguió mejorar notoriamente las condiciones de hacinamiento de los enfermos de lepra. Eliseo Montaña (Paipa 1862-Bogotá 1937), se graduó de médico en la UniNacional en 1891 y posteriormente en Paris. Es el Padre de la Histología. Eliécer B. Espinel, nació en El Cocuy en 1876. Literato, médico de la UniNacional en 1904, dirigió los lazaretos de Contratación y Agua de Dios, y Luis Patiño Camargo (Iza 1891-Sogamoso 1978), médico salubrista y profesor, fue médico en Agua de Dios y gran estu- dioso de la fiebre amarilla. No obstante todos lo esfuerzos fue imposible erradicar la lepra de Boyacá y sólo en 1961 se dio la libertad a los enfermos leprosos con la creación de los Consultorios Dermatológicos en Sogamoso, Chiquin-

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Antonio Morales Doris León Jaime Cortés Aldo Fajardo quirá, Guateque y en 1975 el de Tunja. Los primeros leprólogos que atendieron los consultorios fueron Manuel Gacharná en Chiquinquirá y Jorge Rodríguez Rivera en Tunja. En esta ciudad de Tunja, tanto en el pasado reciente como en el de ahora, ilustres figuras continuaron la senda de sus precursores y de ma- nera muy especial Antonio Morales Segura, que inició el ejercicio de la especialidad en 1968, al regresar graduado en dermatología y vene- reología en la Universidad de Salamanca, España. Continúa con dedica- ción y notable éxito su ejercicio profesional, y Doris Stella León Ro- mero, bogotana, se graduó de médica en la UniNacional en 1980 y de dermatóloga en la misma universidad en 1986; ha realizado su ejercicio profesional exitosamente. Con particular gusto compartido con su espo- so por la historia, ha sido una de las más cumplidas colaboradoras de este texto, con importantísimos aportes bibliográficos, llenos de detalles fundamentales para la elaboración de varios de los capítulos en especial los de la era precolombina, los precursores y los pioneros. Dejo expresa mi gratitud por su valiosa y desinteresada contribución, así como a su esposo el ilustre médico, historiador, profesor y abogado, José Miguel Gaona Rodríguez. En Chiquinquirá ciudad donde nació, ejerce Jaime Hernando Cor- tés Muñoz, médico de la UniNacional en 1974, dermatólogo y leprólogo de la UniJaveriana-C.D.F.Ll.A., en 1976. Ha sido gran baluarte en el cuidado y atención de los pacientes enfermos de lepra. En Duitama, trabajan Aldo Gilberto Fajardo Palencia, quien nació allí mismo, de grata recordación en Cali, donde se graduó de médico en 1986 y de dermatólogo en 1991 en la UniValle y desde entonces en ejercicio con gran dedicación y esmero, y Claudia Patricia Pineda Rodríguez, médica de la Universidad de Monterrey, México en 1991 y dermatóloga de la UNAM, inició su ejercicio en esa ciudad en 2004. 286 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA

En Sogamoso, ejerce una hija de su tierra, Janeth del Pilar Colme- nares Montañez, médica en 1992 y dermatóloga de la UniNacional en 1998. Trabaja también en Duitama y lo hizo durante algún tiempo en Claudia Pineda Janeth Colmenares Bogotá.

DEPARTAMENTO DE NARIÑO

CÉSAR IVÁN VARELA HERNÁNDEZ COLABORADORES : ALFONSO REBOLLEDO Y MARTÍN TRUJILLO

El Departamento de Nariño se encuentra en la región Andina en el sur- occidente del país; lo baña el Océano Pacífico y hace frontera con el Ecua- dor. Su capital es San Juan de Pasto, que crece al oriente del volcán Gale- ras. Viven aún en su territorio pueblos indígenas awas, emberás, ingas y pastos. Su gente buena y piadosa ha conservado la tradición de elaborar muy hermosas artesanías. Los primeros médicos que abordaron con especificidad los temas dermatológicos lo hicieron en la segunda y tercera décadas del siglo XX, con ocasión de la aparición de la epidemia de bartonelosis que causó miles de muertos. El comienzo de la dermatología estuvo ligado con la necesidad de cubrir los servicios sanitarios en los focos de lepra, cercanos a las cuencas de los ríos cordilleranos como el Patía, el Guáitara y en general, aquellas zonas bajas caracterizadas por ser secas y muy agrestes. Quienes hacían el diag- nóstico y el tratamiento de las enfermedades de la piel, eran a su vez quienes recibían adiestramiento para el manejo de la campaña contra la lepra en el Instituto Dermatológico F.Ll.A., en Bogotá, y fueron los doctores Efraín Solarte Álava y Jorge García, médicos egresados de escuelas ecuatoria- nas, quienes asumieron la campaña de Hansen y trabajaron en lejanos e inhóspitos parajes a donde los colonos llegaban en búsqueda de superviven- cia. Atendió también las enfermedades de la piel en la década de 1960 Humberto Dorado, a quien con cariño los colegas de la época lo llamaban el doctor plateado.

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El desarrollo de la dermatología avanzó hacia la espe- cialidad académicamente reconocida en 1977, año en que se puso en funcionamiento el Hospital Departamental de Nariño y en cuyo equipo de arranque se designó al der- matólogo Alfonso Rebolledo Muñoz. El doctor Rebolledo, nariñense, nació en La Cruz, médico de la Alfonso Rebolledo UniJaveriana en 1972, dermatólogo de la UniJaveriana- C.D.F.Ll.A., en 1976 y de la UniBarcelona donde tam- bién estudió cirugía dermatológica; creó la Sección de Dermatología adjun- ta al Departamento de Medicina Interna y desde entonces en su condición de Jefe, ha brindando docencia en el programa de pregrado de medicina de la Universidad de Nariño y generó el mayor terreno de la especialidad con influencia en el sur-occidente colombiano y el norte de Ecuador. El hito histórico más notorio de la dermatología en Nariño, lo constituye la realización en Pasto del XIII Congreso Colombiano de Dermatología en 1980, presidido por el doctor Rebolledo, con Luis Osorio como vicepresi- dente y María Mélida Durán como secretaria, y que tuvo como ilustres con- ferencistas del exterior a Julio Martín Borda y Ana Kaminsky de Argentina, C.D. Calnan de Inglaterra y Phillip Frost de Estados Unidos. Nariño conta- ba en ese entonces con un solo dermatólogo de escuela. Desde 1980 el cuadro de dermatólogos en Nariño se ha enriquecido con la presencia de colegas provenientes de distintas escue- las latinoamericanas hasta llegar a contar hoy con doce dermatólogos que en su mayoría residen en Pasto. César Gregorio Arroyo Eraso, médico de la Uni- Antioquia 1979, con grado en dermatología de la UniValle en 1988. Martín Nicolás Trujillo Salazar, médico del Hospital Militar-UniNuevaGranada en 1986 y dermató- César Arroyo logo del HospitalSantaCasa de São Paulo en 1994, im- portante colaborador de esta obra. Raquel Eraso Bra- vo, nació en Pasto, médica de la UniCauca en 1984 y dermatóloga de la UniChile en 1992, ejerce desde 1995. Ernesto José Andrade Restrepo, nació en Pasto, médi- co en 1986 y dermatólogo en 1995 de la UniGuayaquil. Alicia Caiza Rosero, médica de la UniEcuador en 1988, Martín Trujillo dermatóloga del HospitalSantaCasa de la UniFederalRio 288 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA

Raquel Eraso Ernesto Andrade Alicia Caiza Jorge Garzón en 1997, estudió además cirugía der- matológica en la UniSãoPaulo y cos- miatría en la Clíni- ca de los Profesores Cordero en Buenos Edgar Herrera Dalia Cuervo Flavio Carabalí Aires. Raquel Meneses Cuéllar, huilense, nació en Garzón, médica de la Universidad de Cuenca, Ecuador (UniCuenca) en 1986 y dermatóloga de la UniGuatemala en 1997. Jorge Enrique Garzón Mera, nació en Pasto, médico de la UniNacional y dermatólogo de la UniUruguay, realizó Maes- tría en Epidemiología en el CES-UniNariño en 2004 y ejerce desde 1998. Edgar Eduardo Herrera Peralta, nació en Medellín, médico de la UniCuenca en 1988 y dermatólogo del HospitalSantaCasa de São Paulo en 1999, ejerce desde 2000, y Dalia Diguey Cuervo Montilla, nació en Taminango, Nariño, médica de la UniEcuador en 1993 y dermatóloga de la UniHabana con especialización en dermatología oncológica en el Instituto Nacional de Oncología y Radiobiología de La Habana y en ejercicio desde 2002. Gema Esther Revelo Hernández trabajó un año en 1996 en el Hospital Civil de Ipiales, para luego radicarse en Armenia. A finales de la década de 1990 Flavio René Carabalí Cuero quien estudió en la UniMadrid y en la UniJaveriana-C.D.F.Ll.A., y luego de trabajar hasta su jubilación en Cali, regresó a Nariño para ejercer en su natal Tumaco a orillas del Pacífico, don- de colabora con los residentes de la UniValle en su rotación de dermatología tropical. Eduardo Alberto Burbano Obando y su hijo Daniel Eduardo Burbano Guillén, graduados en la UniGuayaquil. En 1990 Alfonso Rebolledo con César Gregorio Arroyo fundaron el Capítulo de Nariño de la Asociación.

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EL CAPÍTULO DE NARIÑO

CÉSAR IVÁN VARELA HERNÁNDEZ COLABORADORES : ALFONSO REBOLLEDO Y MARTÍN TRUJILLO

Como el primer dermatólogo de escuela Alfonso Rebolledo Muñoz fundó en Pasto el Capítulo de Nariño en 1990, con César Gregorio Arro- yo Eraso. Es presidido desde su creación por el doctor Rebolledo con la vicepresidencia del doctor Arroyo y agrupa a todos los dermatólogos de la región: Martín Trujillo, Raquel Eraso, Ernesto Andrade, Alicia Caiza, Raquel Meneses, Jorge Garzón, Edgar Herrera y Dalia Cuervo.

DEPARTAMENTO DEL TOLIMA

CÉSAR IVÁN VARELA HERNÁNDEZ

El Departamento del Tolima se halla en el centro oeste del país. En la prehispanidad lo habitaban los bravos indios pijaos que fueron extermina- dos por completo. Grandes extensiones de su tierra están sembradas con arroz de primera calidad. El bunde tolimense es una de las más bellas danzas nacionales. Su capital es Ibagué, La Capital Musical de Colombia. En Ibagué ejercen José Jesús Valbuena González, dermatólogo de la UniValle en 1980. José Francisco Acosta, dermatólogo de la UniValle en 1986. Helena Esperanza Vásquez Rubio, bogotana, médica de la UniBosque en 1985 y dermatóloga de la UniJaveriana-C.D.F.Ll.A., en 1993. Henry Leal Cortés dermatólogo de la UniNacional en 1989 y profesor en la Universidad del Tolima y Hugo Eduardo Herrera Nossa, que ejerce también en Bogotá.

José Valbuena José Acosta Helena Vásquez Hugo Herrera

290 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA

DEPARTAMENTO DEL HUILA

CÉSAR IVÁN VARELA HERNÁNDEZ

El Departamento del Huila, otrora tierra de paeces, dujos y coyaimas- natagaimas, se sitúa en la región Andina en el centro-sur del país. Es la cuna del cadencioso bambuco y en su suelo se erige con majestad el Nevado del Huila, el pico más alto de la Cordillera Central. En el Parque Arqueológico de San Agustín, Patrimonio Mundial, se desarrolló un gran civilización entre los años 500 A.C. y 1300 de la era cristiana. Demarca- da por el Río Magdalena, está su capital Neiva, La Capital del Bambuco. El primero en ejercer la especialidad fue Rafael Ricardo Henríquez Jiménez, quien nació en Barrancas, La Guajira. Médico de la UniNacional en 1972 y dermatólogo de la UniJaveriana-C.D.F.Ll.A., en 1986. Es docen- te en la Universidad Surcolombiana de Neiva (UniSurColombiana) y Coor- dinador del Departamento de Medicina Interna. Autor del texto Dermatolo- gía: la experiencia en la medicina, y re- gistró el Prurigo tipo líquen nitidus por picaduras de insectos. Un año después la primera dermatóloga en ejercer en Neiva fue Yolanda Giraldo Fernández, espa- ñola, médica de la UniJaveriana en 1981 y dermatóloga de la UniBarcelona en 1987, quien también trabaja en Bogotá. Jaime Augusto Farfán Mosquera, nació en Palermo, Huila, médico de la UniSurcolombiana en 1993 y dermató- logo de la UniFederalRio en 1998. Es- tudió cirugía dermatológica en la Funda- ciónABC-SP y llegó a Neiva en 1999. Julián Vargas Molina, bogotano, mé- dico de la UniJaveriana en 1995 y der- matólogo de la UniJaveriana-C.D. Representación solar, 300 A.D. Parque Arqueológico de San Agustín F.Ll.A., en 2002, y María del Pilar Cedida por Gloria P. Nuñez

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Rafael Henríquez Yolanda Giraldo Jaime Farfán

Julián Vargas Ma del Pilar Molina Molina Muñoz, nació en Duitama, médica de la UniNacional en 1994 y dermatóloga del Ministerio de Salud de Argentina, Hospital Diego Thompson y Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez de Buenos Aires, ejerce en Neiva desde 2002.

DEPARTAMENTO DEL CAQUETÁ

CÉSAR IVÁN VARELA HERNÁNDEZ

El Departamento de Caquetá está hacia el sur del país en el noroeste de la Región Amazónica. Su colonización por vecinos del Huila y Cauca se inició con el siglo XX y en 1981 se elevó a la categoría de departamento. Es tierra de extensas zonas ganaderas y madereras. En el piedemonte de la Cordillera Oriental se erige su capital Florencia, donde ejerce Francisco Castaño Puyo, bogotano, médico en 1980 de la UniJaveriana y dermatólogo de la UniJaveriana-C.D.F.Ll.A., en 1990.

Francisco Castaño

292 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA

DEPARTAMENTO DE CESAR

CÉSAR IVÁN VARELA HERNÁNDEZ

El Departamento de Cesar se halla al norte del país en la región Caribe y se erigió como departamento en 1967. Sus gentes expresan el sentir en cró- nicas de tradiciones y personajes que al compás del acordeón de botones, la caja y la guacharaca, originan emotivos paseos y sones vallenatos. En su capital Valledupar, La Capital Mundial del Vallenato, trabajan Rosalba Pulgarín Herrera, médica de la UniNorte en 1985 y dermatóloga de la UniPontificiadeRio en 1990, en ejercicio desde 1991. Álvaro José Córdoba, realizó sus estudios en México, graduándose de médico en el Instituto Politécnico Nacional en 1985 y de dermatólogo en la UNAM, ejer- ce en Valledupar desde 1998. Elvis Leonor Maya Castilla, médica de la UniNorte en 1985 y dermatóloga de la Universidad de Bruselas en 1994. Se especializó en micología en el Centro de Medicina Tropical de Bruselas y ejerce desde 1999. Completan el equipo de dermatólogos en la ciudad Wilmer Rafael Caicedo Maestre , Ricardo Oliveros, Leonor Ivette Arredondo Daza y Maricela Villalobos.

Rosalba Pulgarín Álvaro Córdoba Elvis Leonor Maya

Wilmer Caicedo Ricardo Oliveros

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DEPARTAMENTO DE LA GUAJIRA

CÉSAR IVÁN VARELA HERNÁNDEZ

El Departamento de La Guajira se encuentra en el norte del país en el Mar Caribe y es la punta del Continente Suramericano. Justamente a esta península en Coquibacoa, hoy Cabo de la Vela, llegaron los primeros espa- ñoles en 1499, don Juan de la Cosa y don Alonso de Ojeda. Posee grandes depósitos salinos y en sus entrañas una gran reserva carbonífera. Entre el mar y el desierto, las rancherías wayúu y sus mujeres ataviadas con alegres mantas, le confieren un encanto especial al territorio. Su capital es Riohacha y allí ejercen, Milton Martínez Valde- blanquez, médico de la UniBarranquilla en 1982, se graduó de derma- tólogo en la UNAM en 1990 y realizó cirugía dermatológica en el Insti- tuto de Guadalajara en 1991. Silvia Judith Cañas Lobelo, médica de la UniLibreAtlántico en 1989 y dermatóloga de la UniCostaRica en 1994. Hizo un Diplomado en Gerencia en Servicios de Salud en la UniLibre- Atlántico en 1999, y Gelmis Beatriz Mejía Redondo, oriunda de Riohacha, es médica de la UniBarranquilla en 1990 y dermatóloga de la UniPontificiadeRio en 2001. Realizó una maestría sobre Desarrollo So- cial en la UniNorte en 1998. Carlos Fernando Quintero Baute, samario, médico de la UniLibre- Atlántico en 1994 y dermatólogo de la UniBuenosAires en 1999, trabajó en Maicao y se radicó en 2004 en Bogotá. En el yacimiento carbonífero de Cerrejón, trabaja Martha Reyes Salcedo, monteriana, médica de la UniLibreAtlántico en 1986 y derma-

Milton Martínez Silvia Cañas Gelmis Mejía Carlos Quintero

294 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA tóloga de la UniFederalRioGrandedoSul en 1994. Es- tudió además cirugía dermatológica y clínica dermato- lógica en el Hospital de Clínicas y en el Hospital del Servidor Público Municipal en São Paulo. Posee una voz privilegiada; transmite en su canto y en sus poe- mas la grandeza de su espíritu. Martha Reyes

DEPARTAMENTO DEL META

CÉSAR IVÁN VARELA HERNÁNDEZ

El Departamento del Meta está situado en el centro del país, en la región de la Orinoquia, al este de la Cordillera Oriental. Hizo parte del Departamento de Cundinamarca hasta 1959. Desde la época de la Colo- nia, sus grandes haciendas ganaderas instaladas en el llano, hacen de sus pobladores verdaderos centauros que al compás de joropos, pasajes, y la típica ternera a la llanera en los atardeceres de ricos arreboles, le confie- ran a esta región un encanto sin igual. Su capital es Villavicencio, La Puerta del Llano. Por su cercanía con Bogotá, el asentamiento de dermatólogos se dio recientemente en esta región y fueron pioneros Henry Jesús Álvarez Rodríguez, dermatólogo de la Uni- Javeriana-C.D.F.Ll.A., en 1986, y Constanza García, huilense pero llanera de todo corazón, médica en 1977 y dermatóloga en 1986 de la UniNacional. Como pio- neros y dedicados dermatólogos han prestado invaluable servicio a la comunidad. Posteriormente llegaron Jesús Alejo Durán Pinedo, Constanza García que nació en Río de Oro, Cesar, médico de la UniCaldas en 1984 y dermatólogo de la UniBuenosAires en 1994. Más adelante regresó a su natal Villavicencio Pedro Enrique Flórez Mantilla, médico de la UniLibreCali en 1986, dermatólogo de la UniFederalRioGrandedoSul en 1995 y cirujano dermatológico de la Fundación ABC-

SP en 1996. En Buenos Aires estudió cosmiatría con el Jesús Durán

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Profesor Cordero en 1997. Acrecentó su currículo con un Diplomado en Docencia Universitaria en la UCC de Villavicencio en 2003. Ha dado gran impulso a la der- matología moderna y estética desde su clínica Dermo- clinicentro, donde presta servicio con tecnología de punta que incluye equipos láser. En el presente siglo Jairo Sabogal llegaron para fortalecer la especialidad con sus conoci- mientos, Jairo Eduardo Sabogal Sabogal, bogotano, médico de la UniRosario en 1973 y dermatólogo de la UniJaveriana- C.D.F.Ll.A., en 1990, que ejerce en Villavicencio desde el 2001 y desde hace más de diez años lo hace también en Bucaramanga y Barran- cabermeja, así como Gustavo Adolfo Pérez Ruiz, médico en 1989 y dermatólogo de la UniMIlitarNuevaGranada en el 2000. Se especializó en dermatología oncológica en el Instituto Cancerológico en 2003 y ejerce en Villavicencio desde 2004.

DEPARTAMENTO DE CASANARE

CÉSAR IVÁN VARELA HERNÁNDEZ

El Departamento de Casanare hace parte de la Orinoquia en el centro oriente del país, fue territorio de Boyacá hasta 1991, cuando pasó a ser departamento. Bajo su tierra, grandes yacimientos de petróleo y sobre ella, extensos zonas ganaderas. Este inmenso llano que se confunde en el horizonte con el cielo, en cada atardecer dibuja los más ardientes arre- boles con pinceladas de fuego. En su capital Yopal, El Corazón del Llano, ejercen Domitila Abril Berrotenán, médica de la Univer- sidad de Monterrey en 1991 y der- matóloga de la UNAM en el 2002, y María Cristina Bohórquez Cubillos, que nació en Facatativá, es médica en 1998 y dermatóloga de la UniNacional en 2003 e inició Domitila Abril María Bohórquez labores en 2004.

296 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA

EL DEPARTAMENTO DEL ARCHIPIÉLAGO DE SAN ANDRÉS, PROVIDENCIA Y SANTA CATALINA

CÉSAR IVÁN VARELA HERNÁNDEZ

El archipiélago de San Andrés está en el norte del país en pleno Mar Caribe. Allí llegaron inicialmente los españoles; pero su colonización se debe a los ingleses. Sus nativos trigueños y ojiverdes, el paisaje natural de arenas blanquísimas, y su mar cual acuarela en siete tonos de verde y azul al reflejo de sus maravillosos bancos coralinos, se acompasa con sus construcciones multicolo- res al son del calipso y el reggae. Simplemente un paraíso. En su capital San Andrés, ejerce Gustavo Urueta Pérez, cartagenero, médico de la UniCartagena en 1981 y derma- tólogo de la UniJaveriana-C.D.F.Ll.A., en 1992. Gustavo Urueta

DERMATÓLOGOS COLOMBIANOS EN EL EXTERIOR

CÉSAR IVÁN VARELA HERNÁNDEZ

Varios dermatólogos colombianos viven en diferentes países, donde adelantan estudios de postgrado o en actividad profesional. Hago refe- rencia aquí a algunos de ellos, como homenaje a todos los que ejercen fuera de la patria y dejan en alto el nombre de Colombia. Adriana Villa Rodríguez, médica de la UniJaveriana en 1993, der- matóloga del Hospital Militar-UniNuevaGranada en 1998. Desde el año 2002 hace investigación clínica en dermatología con énfasis en cicatri- zación e inmunomodulación en la Universidad de Miami, donde en julio de 2005 iniciará su residencia en dermatología. Anna Fernanda Falabella Botero, médica de la UniValle en 1988, realizó internado en el Jackson Me- morial Hospital, de la UniMiami (1994-1995) y se gra- duó de dermatóloga en la misma universidad en 1998. Adriana Villa

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International Fellowship Program en Tulane University School of Medicine y Wound Healing Fellow University of Miami. Diplomate, American Board of Dermatology en 1998. En el Departamento de Dermatología de la UniMiami, ha sido Profesora Asistente, Profesora Aso- ciada; actualmente es voluntaria y Codirectora de la Anna Falabella Clínica de Epidermólisis Ampollosa. Ha hecho diver- sas investigaciones, con un trabajo intenso y exitoso en la línea de sustitutos de piel. Su producción intelec- tual sobrepasa 50 publicaciones. Ha dictado 68 confe- rencias en varios certámenes en América y Europa. Es coautora de los textos: Wound Care: A Problem-Based Learning Approach; Treatment of Skin Disease: Liliana Muñoz Comprehensive Therapeutic Strategies; Tissue Engineering and Biodegradable Equivalents: Scientific and Clinical Applications; The Biology of Skin; y Wound Care: Clinical Guide. Hace parte de diversas entidades: Youth Committee, American Academy of Dermatology, Miami Society for Dermatology and Cutaneous Surgery y American Medical Association, entre otras. Ha recibido honores como America’s Top Physicians Award (2003), Consumers Research Council of America. Notable American Women (2003) by the American Biographical Institute. Anna Fernanda es hija del Profesor Rafael Falabella. Clara Inés Jaramillo Delgado, nació en Medellín. Realizó sus estu- dios de medicina en el Instituto de Ciencias de la Salud -CES- donde se graduó en 1990 y en la misma universidad se graduó de dermatóloga en 1995. Fue docente en la Universidad Pontifica Bolivariana y en el año 2000 viajó a París, lugar de su residencia actual y donde hizo post-grado en dermatopatología en la Universidad de París XII en el 2003 y en der- matología infecciosa en la Universidad de París VI en 2004 y pasantía en dermatopatología en el Hospital Saint Louis. Amplió y tradujo al cas- tellano el portal Alopecia Areata - www.areata.net-, que tiene fotogra- fías clínicas cedidas por el colega de Medellín Julián Cadavid Peña. Liliana Eugenia Muñoz García nació en Palmira, médica en 1997 y dermatóloga de la UniValle en 2003, en la actualidad se especializa en dermatopatología en la Universidad de Boston. Recibió el premio del pri- mer puesto de casos en carteles, con los profesores Luis Hernando Moreno

298 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA

Margarita Torres Isabel Duque Stella Mantilla Teresa Ochoa y Adriana Arrunátegui en el XXIV Congreso Nacional de Dermatología y en el VI Congreso Nacional de Dermatología Pediátrica. En 2005 iniciará su ejercicio en Cali. Margarita María Torres Segura, médica de la UniJaveriana en 1983, dermatóloga de la UniFederalRio en 1991. Trabajó en Bogotá en el Hos- pital Universitario de San Ignacio (1991-1996) y en el Centro Dermato- lógico F.Ll.A. (1992-1995). Viajó a los Estados Unidos donde obtuvo un grado de Magister en Salud Pública en la Universidad de Utah en el año 2000 y desde entonces ha trabajado en Salud Comunitaria e Investi- gación. Reside en el sur de California y trabaja en la Universidad de California Irvine (UCI), Medical Center como Manager del Cancer Research Center, donde adelanta estudios sobre todo en innovaciones terapéuticas para diferentes tipos de cáncer, incluidos melanoma y cán- cer de mama. María Isabel Duque Velásquez, médica en 1996 y dermatóloga del CES en 2002. Luego de graduarse viajó a los Estados Unidos, como Fellow en Investigación en el Departamento de Dermatología de la Uni- versidad de Wake Forest en la ciudad de Winston Salem en Carolina del Norte, durante el cual ha trabajado en prurito con el Profesor Yosipovitch. Ha publicado varios artículos en revistas norteamericanas y desarrolla seis trabajos de investigación en dermatitis atópica, prurito, piel e insu- ficiencia renal, entre otros temas. María Stella Mantilla Caballero, médica de la UniJaveriana, der- matóloga del CES en 2003, año en que viajó a los Estados Unidos donde tiene un Fellow en cirugía dematológica bajo el cargo de Visiting Assistant Professor en la Dermatology Surgery Division, University of Iowa Hospitals & Clinics. Regresará al país para continuar su ejercicio dermatológico en la ciudad de Medellín en enero 16 de 2005. María Teresa Ochoa Acosta, nació en Medellín, médica de la UPB en

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1987, dermatóloga de la UniValle en 1995, año en que inició labores en Cali como investigadora en el CIDEIM hasta 1997. Viajó a los Ángeles, California donde reside con una beca (Fellowship) en Inmunología, en la Univer- sidad de California, Los Angeles (UCLA) (1997-2000). En la División de Dermatología de UCLA School of Me- Victoria Suárez dicine ha sido Postdoctoral Research Fellow (1997-2002), Instructora de Clínicas (2002-2004) y Profesora Asistente desde el 2004. Ha publicado sus múltiples investigacio- nes en 25 artículos en revistas internacionales y ha recibi- do varios reconocimientos: International Society of Dermatology, Residents’ Award (1993). Asociación Co- lombiana Dermatología, Premio Residente (1994). World Martha Pardo Congress of Dermatology. Scholarship Award (1995). Dermatology Foundation, Research Fellowship Award (1997). Heiser Foundation Research Fellowship Award (1997 y 1998). Es Miembro de la International Society of Dermatology, Society of Investigative Dermatology y American Academy of Dermatology. Además de notable investigadora es excepcional conferencista. María Victoria Suárez, médica de la UniJaveriana en 1995 y der- matóloga de la UniNacional en 2000. Especialista en cirugía dermato- lógica del Hospital Clínicas de la UniSãoPaulo (2000-2001). Vive en París desde 2002. Su educación formal en Francia incluye AFSA en Der- matología Clínica Hospital Saint Louis, Servicio del Profesor Louis Dubertret (2001-2002), Diploma Universitario Láser en Dermatología de la Universidad de Portier (2003-2004). Ha desarrollado diferentes líneas en investigación en dermatología en el Hospital Saint Louis como las diferentes moléculas biológicas (Remicad, Embrel, Ameviv, Raptiva) en el tratamiento de la psoriasis, los inmunomoduladores (Prottopic) en la dermatitis atópica, imiquimod en el tratamiento de los queloides y la criocirugía intralesional en el manejo de los queloides, además de inves- tigación clínica en el Centro Sabouraud del cuero cabelludo. En abril de 2005 regresará para continuar su ejercicio en Bogotá. Martha Lucía Pardo Pardo, médica en 1988 y dermatóloga de la UniMilitarNuevaGranada en 1993. Hizo una sub-especialidad en cirugía dermatológica en la UniSãoPaulo en 1994. Fue docente de pre y postgrado

300 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA en dermatología en la Facultad de Medicina en el Hospital Militar-UniNuevaGranada (1994-2001). A finales de 2001 viajó al Ecuador y se radicó en Quito donde ejerce actual- mente. Viviana Eugenia García Ramos, caleña, médica de la UniLibreCali en 1993, dermatóloga del Hospital José Joaquín Aguirre de la Universidad de Chile en 1998. Viviana E. García Durante su residencia en 1997 cumplió una pasantía en la UniValle. Al graduarse estableció su residencia en San- tiago de Chile, donde trabaja con éxito en la Fundación Médica San Cristóbal. Ejercen también en los Estados Unidos Ana María Abreu, dermatóloga del CES en 1993, llevó a cabo un Doctorado en Inmunología en la UniAntioquia y un Mercedes Flórez Fellow en enfermedades ampollosas autoinmunes con el doctor Luis A. Díaz en Wisconsin. Eliécer Gallego, hermano de Héctor Gallego que se encuentra retirado del ejercicio, Benjamín Edery que trabaja en Houston, José V. Lara en Orlando, Nepomuceno Hoyos en Nueva York, Diego Atehortúa, el Profesor Joaquín Brieva egresado de la UniNacional, Isabel Cristina Valencia Guerrero y Mercedes Flórez Díaz Granados, dermatóloga de la UniSãoPaulo, Presidente de la Asociación (1996-1998). Profesora voluntaria en la UniMiami, además de varios cole- gas. María Inés Álvarez Hernández, que inició sus estudios de dermatolo- gía en la UniJaveriana-C.D.F.Ll.A. y los concluyó en el CES en 1995, vive en España. Gabriel Serrano Sanmiguel, médico en 1976 y dermató- logo de la Universidad de Valencia en 1982, donde es Director del De- partamento de Dermatología; es el Presidente del grupo SES. Claudia Emilia Duarte Álvarez, en Inglaterra; Dora Lilia Molina de Soschin, en Puerto Rico; María José Rueda Cadena, en Francia; y ejercen también en el exterior Luisa Motta y Sonia Penzo de Vega, dermatóloga de la UniJaveriana-C.D.F.Ll.A., entre otros.

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Puente de Boyacá

302 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA

CAPÍTULO V

Historia de las Sub-especialidades Dermatológicas

Las Asociaciones Filiales y otras Asociaciones

303 VARELA HERNÁNDEZ CI

La Biblioteca. Cerámica artística y manual. Taller Creativo. Obsequio del doctor Eduardo Varela al autor del libro

304 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA

HISTORIA DE LA CIRUGÍA DERMATOLÓGICA Y DE LA ASOCIACIÓN COLOMBIANA DE CIRUGÍA DERMATOLÓGICA

CÉSAR IVÁN VARELA HERNÁNDEZ COLABORADOR: EDUARDO GONZÁLEZ

Los primeros pasos en cirugía dermatológica los dieron nuestros an- tepasados indígenas, con procedimientos para curación de heridas y mordeduras, drenaje de abscesos y extracciones de cuerpos extraños, miasis y Tunga penetrans. Durante la Conquista los protomédicos y bar- beros asumieron estas funciones para dar paso más adelante a los médi- cos y posteriormente a los cirujanos. En el siglo XX, iniciaron la época de la cirugía dermatológica moder- na Fuad Muvdi Chain que estudió cirugía dermatológica en la Uni- Barcelona en 1964, ejerció inicialmente en Bogotá y más adelante en Barranquilla. En Medellín, Flavio Gómez Vargas que en 1965 siguió estudios en la Policlínica Geral de la UniPontifíciadeRio, e introdujo las técnicas quirúrgicas de la época; y después, en 1967, Juan Pedro Velásquez Berruecos, se convirtió en experto en nuevas técnicas y en el manejo de equipos con tecnología de punta. Es pionero en radiocirugía, ha diseñado y enseñado múltiples técnicas simples y efectivas de proce- dimientos en consultorio. En la década de 1970, Rafael Falabella en Cali, ideó novedosas técni- cas para el manejo quirúrgico del vitiligo con miniinjertos, rápidamente aceptadas por la comunidad internacional y un poco más adelante, su brillante discípulo Carlos Escobar (f) sentó la cátedra de la sub-especia-

Fuad Muvdi Flavio Gómez Juan Velásquez

305 VARELA HERNÁNDEZ CI

lidad en la UniValle. En Montería se ini- ció la sub-especialidad en 1983 con la lle- gada de Adolfo Gómez quien se entrenó en México y en dermocosmiatría en Ar- gentina, seguido por Rómulo Vitar y Víctor Otero. En 1990, Eduardo González, Michel Faizal, Jorge Hernando Vidales, Álvaro Acosta, María Bernarda Durango y Mer- cedes Flórez fundaron la Asociación Co- lombiana de Cirugía Dermatológica e ini- ciaron cursos de actualización y congre- sos nacionales. En 1992 se inició la nueva era de la ci- rugía dermatológica cuando en Bogotá, Guillermo Gutiérrez, creó el postgrado en dermatología oncológica en el Instituto Cancerológico y en consecuencia, las téc- nicas quirúrgicas como parte del tratamien- Láser vasculight. Unidad láser de Pereira to oncológico. Fueron los primeros ciru- janos dermatólogos, con títulos como tal, Michel Faizal, que estudió en Brasil y Álvaro Acosta en España y los encargados de organizar y poner en marcha el programa, así como el desarrollo y aplicación de la cirugía de Mohs. Por esa época Claudia Covelli introdujo la técnica de Mohs en el Valle, gracias a sus estudios en Houston y más adelante Carmen De La Hoz. La doctora Covelli también inició la liposucción por dermatólogos en el Valle seguida por Pablo Tróchez, quien diseñó y aplicó nuevas técnicas para el manejo estético de diversas entidades, al tiempo que Oswaldo Méndez lo hacía en transplante de pelo y dermoabrasión. Va- rios colegas se entrenaron en el exterior en el manejo de equipos láser iniciando la aplicación de esta técnica, y conformaron grupos de trabajo en varias ciudades los que brindan con éxito los últimos avances tecno- lógicos a la comunidad. Para 1994, el Instituto de Ciencias de la Salud (CES) en Medellín, creó el primer programa de supra-especialidad en cirugía dermatológica

306 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA y fue su primer graduado Guillermo Jiménez. Casi todos los dermatólogos actualmente en el ejercicio en el país, desa- rrollan la cirugía dermatológica de rutina que se enseña de manera regular en las diversas escuelas de dermatología. Muchos dermatólogos se han en- trenado en el exterior en este campo y de manera especial en Estados Uni- dos, Brasil, España, Argentina, México, Salvador, Costa Rica e Inglaterra y contribuyen al progreso de la sub-especialidad en distintas ciudades.

HISTORIA DE LA ASOCIACIÓN COLOMBIANA DE CIRUGÍA DERMATOLÓGICA

En 1990 Eduardo González Gutiérrez, Michel Faizal, Jorge Hernando Vidales, Álvaro Acosta, María Bernarda Durango y Mercedes Flórez, redactaron el estatuto y fundaron en Bogotá la Asociación Co- lombiana de Cirugía Dermatológica, que realizó en noviembre del mismo año el Primer Curso Teórico- Práctico de Cirugía Dermatológica en el Centro Dermatológico F.Ll.A., y durante el cual se efectuó la primera asamblea de la Asociación. La Junta directi- va quedó integrada por Eduardo González, Presiden- te; Michel Faizal, Vicepresidente; María Bernarda Eduardo González Durango, Secretaria; y Jorge Hernando Vidales, Tesorero. En noviembre de 1991 tuvo lugar el Segundo Curso Teórico-Práctico de Cirugía Dermatológica, Criocirugía y Angioesclerosis, al que asistió como conferencista internacional y presidente honorario el doctor Enri- que Hernández-Pérez de El Salvador. En junio de 1995, se desarrolló el Primer Curso Internacional de Cirugía Dermatológica que contó con los doctores Blas Pérez de Estados Unidos y Benjamín Goldman de Brasil, como invitados. En la asamblea general de acuerdo con la legislación se cambió el nombre de la asociación por el de Academia Colombiana de Cirugía Dermatológica y fue reelegida la junta directiva que organizó en 1999 un curso de láser para dermatólogos. Vendrían los Congresos Na- cionales todos hechos en Bogotá. El I Congreso Colombiano de Cirugía Dermatológica, del 18 al 19 de febrero de 2000, fue presidido por Eduardo González con asistencia de 150 participantes, y en su desarrollo se llevó a cabo la asamblea general

307 VARELA HERNÁNDEZ CI que cambió de nuevo la razón social de la Academia por la de Asocia- ción Colombiana de Cirugía Dermatológica. Se nombró nueva junta di- rectiva con Eduardo González, Presidente; Michel Faizal, Presidente Honorario; Campo Elías Páez, Vicepresidente; Iván Pérez Haded, Se- cretario; y Claudia Escandón, Tesorera. El II Congreso Colombiano de Cirugía Dermatoló- gica se cumplió el 27 y 28 de abril de 2001 y el III Congreso el 25 y 26 de abril de 2003, presididos por Eduardo González. En este último se acogió nueva junta directiva con Campo Elías Páez Rodríguez, Presiden- te; Rafael Falabella, Presidente Honorario; Iván Pérez, Vicepresidente; Eduardo González, Secretario; y Milton Campo Elías Páez Javier González, Tesorero.

Lucy García y Ricardo Rueda. HUV, Cali, 1990

308 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA

HISTORIA DE LA DERMATOPATOLOGÍA Y DEL CAPÍTULO COLOMBIANO DE DERMATOPATOLOGÍA

CÉSAR IVÁN VARELA HERNÁNDEZ

La historia de la dermatopatología comenzó con el patólogo Antonio Correa Henao, que luego de especializarse en los Estados Unidos, dirigió la cátedra en la UniAntioquia. Fue importante colaborador en la parte dermatológica, pues en la década de 1920 estuvo vinculado al Instituto Pro- filáctico de Medellín creado por Gustavo Uribe Escobar. En 1960 llegó a Cali el primer dermatopatólogo, el siempre bien recorda- do Ernesto Correa Galindo (f), que estudió en Argentina con los maestros Pierini, Borda y Abulafia, y dio inicio a la enseñanza en el Hospital San Juan de Dios de Cali. Su existencia fue lamentablemente corta, pero dejó un gran legado no sólo para la dermatopatología sino también como hombre. El principio de la sub-especiali- dad en Medellín se debe al Profesor Mario Robledo Villegas, que en 1956 se graduó de patólogo en la Universidad de Michigan, con gran inclinación por las afecciones de la piel. Después regresó a los Estados Unidos para graduarse de dermatopatólogo en el Instituto de las Fuerzas Armadas, Walter Reed en 1966. Participó en muchas investi- Mario Robledo gaciones y sus aportes han sido valiosos y fundamentales para el estudio de las micosis. Es un maestro sin presunciones en su amplio conocimiento. Su naturaleza de hombre sencillo unido a su talento y amor por la enseñanza, lo llevan a contarlo hasta el presente como uno de los más admirados y queri- dos médicos del país. En 1967 regresó a Cali Nelson Giraldo Restrepo (f), quien hizo toda su carrera de medicina en Argentina y dermatopatología con el Profesor Abulafia. Se vinculó al Servicio de Dermatología de UniValle en 1970, para iniciar

309 VARELA HERNÁNDEZ CI

Ernesto Correa Nelson Giraldo Luis Alfredo Rueda Antonio Torres allí la cátedra y desde entonces junto con Antonio Torres se han convertido en los pilares de la sub-especialidad. En 1963 volvió a Bogotá luego de un gran recorrido académico por Europa, Luis Alfredo Rueda Plata, discípu- lo de Degos y Civatte. Desde el Centro Dermatológico F.Ll.A., empezó sus importantes contribuciones al estudio de los papovavirus y la epidermodisplasia verruciforme, entre otros temas23. Antonio José Torres Muñoz, que en la década de 1960 recibió las enseñanzas de Ernesto Correa, viajó a Argentina donde perfeccionó sus conocimientos en dermatopatología bajo la dirección de Aarón Kaminsky, así como con los profesores Jorge Abulafia y Julio Martín Borda. La UniAntioquia marcó un hito cuando en 1976 durante la jefatura de Alonso Cortés se creó el Laboratorio de Dermatopatología “Gustavo Uribe Escobar”, dirigido por el profesor y distinguido dermatopatólogo Walter León Herrera (f). Con él y desde allí, se hacen muchas investi- gaciones trascendentales. En las décadas de 1970 y 1980, la sub-especialidad se hizo aún más importante en Bogotá. En efecto, desde el Instituto Nacional de Salud inició sus valiosos aportes el patólogo Gerzaín Rodríguez Toro, que ha desarro- llado una cuidadosa producción científica. Fernando García Jiménez des- de la Jefatura del Servicio de Dermatología en la UniNacional, reforzó la importancia del enfoque dermatopatológico, al vincular a Luis Fernando Palma en 1989, que venía de estudiar en los Estados Unidos y México, con gran voluntad docente. Desde 1973 en diferentes ciudades del país ha hecho importantes aportes Myriam Mesa de Sanclemente luego de su entrena- miento en Dallas. A partir de 1978 hace otro tanto Antonio Barrera que estudió en España. En 1984 regresó a Bogotá Patricia DeCastro Lotero dermatopatóloga de la Universidad de Texas y a finales de esa década retorna a Manizales Felipe Jaramillo Ayerbe, quien luego de sus estudios de dermatopatología 310 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA en la Universidad de Nueva York, se constituyó en refuerzo de la sub-espe- cialidad desde la UniCaldas. En la década de 1990, otros dermatopatólogos en diferentes ciudades han difundido la sub-especialidad. Por ejemplo, en Bogotá Mariam Carolina Rolón Cadena y Xavier Rueda. A Bucaramanga llegó Mabel Yaneth Ávila Camacho después de estudiar en Bélgica. A Cali regresó Ricardo Augusto Rueda Plata, formado en Boston y que describió la erupción polimorfa y eosinofílica asociada con radioterapia. Volvió a Medellín Fernando Botero Botero, luego de especializarse en dermatopatología en la Florida y vivir y ejercer la docencia en los Esta- dos Unidos. Y a Cartagena Nancy del Socorro Leaño Palacios derma- tóloga y patóloga de la UniBuenos Aires. Más adelante regresaron a Medellín Juan Carlos Wolf Idárraga y en el 2000, Paula Alexandra Mejía Zapata luego de estudiar en Barcelona, entre otros. Se destaca también por sus importantes aportes a la investigación el patólogo Aníbal Mesa Cock, docente del CES. El 22 de junio de 1996 se fundó el Capí- tulo Colombiano de Dermatopatología.

EL CAPÍTULO COLOMBIANO DE DERMATOPATOLOGÍA

COLABORADOR: ANTONIO BARRERA ARENALES

Los dermatopatólogos Antonio Barrera, Patricia DeCastro, Felipe Jaramillo, Leonor Molina, Luis Fernando Palma, Gerzaín Rodríguez, Luis Alfredo Rueda y Ricardo Rueda fundaron en Bogotá en 1996 el Capítulo Colombiano de Dermatopatología.

Acta de Fundación del Capítulo Colombiano de Dermatopatología

“El examen histopatológico de la piel representa el estudio más importante para realizar un diagnóstico pre- ciso en dermatología. El dermatólogo debe siempre ob- servar las manifestaciones clínicas con los ojos entrena- dos en la histología y el dermatopatológo debe observar los cambios microscópicos con los ojos entrenados en la Antonio Barrera

311 VARELA HERNÁNDEZ CI clínica”. Estos son los principios, vigentes aún y los cimientos de la dermatopatología enseñados de modo magistral por Unna y Darier a finales del siglo XIX. Un grupo de dermatopatológos colombianos, cada día más numeroso y cada vez más dedicado a la investigación, solución y enseñanza de la patología de la piel, se reunió en la ciudad de Santafé de Bogotá el 22 de junio de 1996, para fundar lo que en adelante se llamará: Capitulo Co- lombiano de Dermatopatología. Asistieron a la reunión en calidad de miem- bros fundadores los siguientes médicos dermatopatólogos: Antonio Barrera Arenales, Patricia DeCastro Lotero, Felipe Jaramillo Ayerbe, Leonor Molina Prieto, Luis Fernando Palma Escobar, Gerzaín Rodríguez Toro, Luis Alfredo Rueda Plata y Ricardo Augusto Rueda Plata. El Capítulo Colombiano de Dermatopatología tendrá entre otros objetivos los siguientes: Promover e impulsar el estudio e investigación de la Dermatopatología en la República de Colombia. Fomentar la enseñanza de esta sub-especialidad y la forma- ción de dermatopatólogos en centros especializados. Contribuir al fortaleci- miento de la Asociación Colombiana de Dermatología y Cirugía Dermatológica. Los asistentes a esta reunión eligieron la siguiente Junta Directiva: Presidente, doctor Antonio Barrera Arenales. Secretario, doctor Gerzaín Rodríguez Toro.” Desde su creación el Capítulo ha hecho presencia en los Congresos Nacionales de Dermatología, cirugía dermatológica y dermatología pediá- trica mediante la organización de simposios y presentación de trabajos. El ejercicio académico a nivel de las distintas escuelas de dermatología del país, con entrenamiento al residente, constituye su ambiciosa tarea cotidiana.

Walter León Patricia DeCastro Felipe Jaramillo Ricardo Rueda

312 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA

HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA PEDIÁTRICA Y DE LA ASOCIACIÓN COLOMBIANA DE DERMATOLOGÍA PEDIÁTRICA

CÉSAR IVÁN VARELA HERNÁNDEZ COLABORADOR: ANTONIO BARRERA

De acuerdo con el desarrollo mundial de las sub-especialidades en las últimas décadas del siglo XX y en particular de la dermatología pediátrica, varios dermatólogos colombianos abanderaron e impulsaron la creación de servicios de dermatología pediátrica en hospitales y universidades del país. En las décadas de 1970 y 1980 se crearon programas de educación en dermatología pediátrica en las facultades de medicina en pre-grado y postgrado para médicos residentes en dermatología y pediatría. Estos pro- gramas se institucionalizaron, como obligatorios y recibieron el inmediato respaldo de la comunidad dermatológica y universitaria. Así obtuvieron su función de protagonistas para intervenir, participar y decidir en la atención y manejo especializado del paciente pediátrico. A partir de 1994 se inició la participación activa en los Congresos Nacionales de Dermatología con se- siones especiales, simposios, conferencias y presentación de casos clínicos. La responsabilidad histórica de este proceso correspondió a dermatólo- gos estudiosos y amantes del tema en diversas ciudades del país, por ejem- plo en Bogotá, Mariano López en el Hospital Pediátrico La Misericordia; Enrique Suárez (f) y Jaime Soto en la Clínica Infantil Colsubsidio; Antonio Barrera en el Hospital Infantil Universitario Lorencita Villegas de Santos; en 1988 Manuel Forero inició la enseñanza en el Hospital La Misericordia. En Medellín, Evelyne Halpert, quien en 1981 al regresar del Instituto Na- cional de Pediatría de México, graduada en Dermatología Infantil, se convirtió en la primera sub-especialista de es- cuela en el país. Con autonomía determinante creó el Ser- vicio de Dermatología Pediátrica en el Hospital Universi- tario San Vicente de Paúl en Medellín con posterior dele- gación en Amparo Ochoa, Martha Cecilia Sierra y Gabriel Ceballos. La doctora Halpert se radicó más adelante en Evelyne Halpert

313 VARELA HERNÁNDEZ CI

Bogotá donde ha continuado destacada labor. En Cal- das, Josefina Danies en el Hospital Infantil de Mani- zales. En Cali Guillermo González, Rafael Isaza y Jairo Victoria en el HUV y en el Club Noel. En 1989 en Cali, Guillermo González y Rafael Isaza protagonizaron la creación, coordinación y realización de un certamen académico con trascendencia internacional, el Semina- Guillermo González rio Internacional de Dermatología Pediátrica, que tuvo cuatro versiones con periodicidad bianual. Al cierre del XIX Congreso Nacional en septiembre de 1992 y bajo la presidencia de Flavio Gómez, se realizó en la Isla de Providencia un simposio sobre “La Enseñanza de la Dermatología en Colombia” con la participación de los jefes y algunos docentes de las distintas escuelas de dermatología del país. Le correspondió al doctor Barrera disertar sobre la sub-especialización en dermatología: “La dinámica de la ciencia mé- dica en su biología molecular, ingeniería genética, inmunología, transplantes, métodos terapéuticos, informática y robótica... La insospe- chada dimensión y la complejidad de la dermatología, la diversidad de hechos patológicos son razones que nos impulsan a considerar la urgen- te prioridad de incrementar, ampliar y profundizar en el estudio e inves- tigación de la especialidad en sus diferentes temas, sin propiciar una fragmentación inútil y sin proponer algo nuevo... La conveniencia de crear e impulsar programas y servicios sub-especializados en algunos de los campos de la dermatología son tareas hacia un futuro próximo… Consideraciones sobre dermatología pediátrica, dermatopatología, ciru- gía dermatológica, dermatología oncológica entre otras... como progra- mas sub-especializados con posibilidad de realizarse en algunas escue- las de dermatología del país”. Al finalizar 1992 se produjo en Bogotá, la fundación de la Asocia- ción Colombiana de Dermatología Pediátrica.

314 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA

ASOCIACIÓN COLOMBIANA DE DERMATOLOGÍA PEDIÁTRICA

La Asociación Colombiana de Dermatología Pediátrica, nació en Bogotá el 12 de diciembre de 1992 a las 10 a.m., gracias al esfuerzo de un grupo de colegas de Bogotá, Medellín, Cali y Manizales, los doctores Antonio Barre- ra, Josefina Danies, Manuel Forero, Guillermo González, Evelyne Halpert, Mariano López, Amparo Ochoa, Jaime Soto, Enrique Suárez (f) y Jairo Vic- toria. Los objetivos fundamentales son promover e impulsar el estudio e investigación de la dermatología pediátrica en Colombia, fomentar la enseñanza de la sub-especialidad y la formación de dermatólogos pediatras en centros es- pecializados, impulsar la creación de servicios de derma- tología pediátrica en las escuelas de pregrado y postgrado e instituciones hospitalarias, contribuir al fortalecimiento Enrique Suárez de la Asociación, efectuar cursos y seminarios y el Con- greso Colombiano de Dermatología Pediátrica con perio- dicidad bianual. La primera Junta Directiva se conformó con los digna- tarios siguientes: Presidente, Enrique Suárez Peláez (f); Vicepresidente, Jairo Victoria; Secretario, Antonio Barre- ra; Vocales, Josefina Danies, Amparo Ochoa, Guillermo Antonio Barrera González y Manuel Forero. Tesorera, Evelyne Halpert; y Veedor Fiscal, Jaime Soto. Han sucedido al doctor Suárez en la presidencia, Evelyne Halpert Ziskiend durante tres períodos, Antonio Barrera Arenales, Carlos Horacio González Rojas y Mariela Tavera Zafra desde 2003. El I Congreso Colombiano de Dermatología Pediá- trica presidido por Enrique Suárez se realizó del 10 al Mariela Tavera 12 de junio de 1994 en Bogotá. Su expectativa, con la participación de conferencistas nacionales y extranjeros, se vio gratifi- cada con la presencia numerosa de dermatólogos, residentes y pediatras. La segunda junta directiva presidida por Evelyne Halpert con la vicepre- sidencia de Antonio Barrera, con grande acierto cumplió y realizó una

315 VARELA HERNÁNDEZ CI gestión definitiva y determinante durante tres períodos consecutivos, los congresos II, III, y IV. El II congreso tuvo lugar en Cali del 10 al12 de noviembre de 1995, en conjunto con el IV Seminario Internacional de Dermatología Pediátrica. El III congreso se efectuó en Bogotá del 10 al 12 de octubre de 1997, junto con el I Congreso Latinoamericano de Dermatología Pediátrica, que brindó así un espacio histórico a la recién creada Sociedad Latinoamericana de Der- matología Pediátrica. La ceremonia contó con la participación de profesores dermatólogos pedíatras latinoamericanos y resultó en un certamen interna- cional de alta calidad científica y de estrecha confraternidad. Durante él se oficializó el nombramiento como miembros fundadores de la Sociedad La- tinoamericana de Dermatología Pediátrica a todos los miembros de la Aso- ciación Colombiana de Dermatología Pediátrica. El IV congreso se realizó en Medellín del 12 al 14 de noviembre de 1999, presidido por tercera oportunidad consecutiva por la doctora Halpert, quien sin duda ha desarrollado un papel fundamental en la Sociedad y en la der- matología pediátrica. El V congreso presidido por Antonio Barrera se hizo en Bogotá del 4 al 6 de agosto de 2001, con también notable éxito, y el VI congreso del 5 al 7 de agosto de 2003 en Armenia con la presidencia de Carlos Horacio González, en un ambiente informal pero con gran altura científica. La dermatología pediátrica colombiana continúa su progreso y presencia en el ámbito nacional e internacional mediante el estudio, la investigación y la enseñanza en pro de la salud infantil con el creciente entrenamiento en la sub-especialidad de destacados colegas en el exterior que regresan para di- fundir los conocimientos y la creación de nuevos servicios de dermatología pediátrica. Son ejemplo de ellos Clara Patricia Ordóñez y Martha Patricia Rodríguez en Bogotá, Denise Rojano en Barranquilla, Maira Jimeno y Petty Bonivento en Santa Marta, María del Rosario Barona en Cali y Natalia Velásquez en Medellín.

316 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA

HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA ONCOLÓGICA Y DE LA ASOCIACIÓN COLOMBIANA DE DERMATOLOGÍA ONCOLÓGICA

CÉSAR IVÁN VARELA HERNÁNDEZ

Desde 1934 en el Instituto Nacional de Radium en Bogotá que se trans- formó en 1953 en el Instituto Nacional de Cancerología, se atendió a los pacientes con cáncer en la piel. Pero, a partir del año 1978, Guillermo Gutiérrez Aldana, desde la UniNacional, extendió sus conocimientos al Instituto Cancerológico, al diseñar la historia clínica oncodermatológica e iniciar la práctica y enseñanza de la materia, que se consolidó bajo sus directrices en 1992 con la creación de postgrado en dermatología oncológica, primero y único en el país, cuyo diseño encargó a Michel Faizal y que continuó Guillermo Gutiérrez Álvaro Acosta y donde se han formado varios dermatólogos oncólogos que han expandido el conocimiento en varias ciudades. El Instituto cancerológico ha dirigido importantes certámenes académicos de actualización con nutri- da asistencia de dermatólogos. A partir de 1990 se sumaron al grupo de sub-especialistas en el país, los dermatólogos oncólogos egresados del Instituto Cancerológico, Ma- ría Bernarda Durango, Xavier Rueda, Guillermo Jiménez, Elkin Omar Peñaranda, Gustavo Pérez y Ana Francisca Ramírez, y los graduados en el exterior como Fernando Bulla en España y César Burgos en los Esta- dos Unidos. Además de colegas entrenados en cirugía de Mohs, como Claudia Covelli y Carmen De La Hoz, que estudiaron en Houston; Myriam Mesa que estudió en Miami, María Gabriela Rodríguez que lo hizo en México, Dalia Cuervo en La Habana y Paula Alexandra Mejía en Barcelona.

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ASOCIACIÓN COLOMBIANA DE DERMATOLOGÍA ONCOLÓGICA

COLABORADOR: ÁLVARO ACOSTA MADIEDO DE HART

La creciente importancia y desarrollo de la dermatología oncológica llevó a un grupo de colegas expertos en el tema a crear en Bogotá en agosto de 2002 la Asociación Colombiana de Dermatología Oncológica. Fueron los fundadores Álvaro Enrique Acosta Madiedo de Hart, Guillermo Gutiérrez Aldana, Xavier Rueda Cadena, Elkin Peñaranda Contreras y Guillermo Jiménez Calfat, quienes eligieron como Presidente a Álvaro Acosta, Vicepresidente al Profesor Gutiérrez Aldana y Secretario al doctor Rueda Cadena. A pesar de ser una entidad creada recientemente, sus miembros desarrollan Álvaro Acosta muy importante labor en educación médica continua y en servicio a la comunidad; además, siempre apoyan los cursos realizados por el Instituto Cancerológico.

Carcinoma basocelular morfeiforme

318 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA

HISTORIA DE LA CRIOCIRUGÍA. LA UNIDAD DE CRIOCIRUGÍA DE ARMENIA

CÉSAR IVÁN VARELA HERNÁNDEZ COLABORADOR: CARLOS HORACIO GONZÁLEZ

La crioterapia, la utilización del frío como elemento terapéutico, se co- noce desde tiempos inmemoriales. El hombre ha tratado siempre de em- plear este método para obtener sus mejores efectos. La criocirugía es el término que describe el uso del frío extremo con fines curativos. La era moderna de la criocirugía se inició hace tres décadas, cuando se logró la circulación en circuito cerrado del nitrógeno líquido, sistema que superó con creces a los criógenos usados antes como la nieve carbónica o hielo seco, CO2 sólido. En sus comienzos, el nitrógeno líquido se usó mediante hisopos de algo- dón y elementos de cobre y bronce, con desenlaces variables que sumados a la falta de enseñanza regular en las escuelas de dermatología, llegaron a desprestigiar la técnica, pero abrieron el camino para el empleo de los equi- pos de circuito cerrado de las casas Frigitronics y Brymill. Esta carencia la suplió en parte el American College of Cryosurgery, pues su entonces presi- dente, Gilberto Castro Ron, abrió un curso para dermatólogos en el Instituto de Oncología Luis Razetti en Ca- racas. Se inició así la era de la criocirugía moderna en Colombia con Carlos Horacio González Rojas en Armenia y Sergio Cáceres Orozco en Cúcuta, quie- nes hicieron su entrenamiento en ese Instituto al comenzar 1988. Al regresar a Colombia, el doc- tor González fundó la Unidad de Criocirugía en Armenia dedica- da a la enseñanza y práctica de la Criocauterio de Carga Directa. Dr. Lortat Jacob, 1919. Museo Historia Medicina. técnica, con atención sin ánimo de Academia Nacional de Medicina

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lucro a las clases menos favorecidas económicamente. Bajo su orientación se entrenaron allí los dermatólogos Luis Fernando Moreno, Ángela Seidel, Rafael Isaza, Danilo Álvarez, y el cirujano maxilofacial Carlos Enri- que Mora. Más tarde, se unirían los dermatólogos Ma- ría Bernarda Gáfaro, Yamil Alberto Duque, Joaquín Sergio Cáceres Berrío, Gema Revelo y los odontólogos Diego Arango y Julio César To- rres. En 1989 los fundadores de la Unidad ingresaron en el American College of Cryo- surgery. Este equi- po recibió más ade- lante a varios cole- gas de otras ciuda- des, como Fabio Londoño, Juan Pe- Fundación Unidad de Criocirugía de Armenia dro Velásquez, Gus- tavo Acevedo y María Mélida Durán, que se convirtieron en multiplicadores de la técnica. El grupo recibió en Bogotá la co- laboración del patólogo Gerzaín Rodríguez, en la lectura de las biopsias. El 3 de diciembre de 1991, en Guadalajara, México, du- rante el Congreso del CILAD, se fundó por iniciativa de seis

Fundación Colegio Iberoamericano de dermatólogos el Colegio Ibe- Criocirugía roamericano de Criocirugía y fue elegido presidente el doctor Castro Ron. A la segunda reunión del Colegio, en septiembre de 1993, en Cartagena de Indias, organizada por Carlos Horacio González, que fue el segundo presidente del Colegio

320 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA

(1995-1999), asistieron 270 dermatólogos colombianos y 70 del exte- rior. Se vendieron 50 equipos Cry-Ac de la Brymill Corporation y se dio así un mayor impulso a la enseñanza y a la práctica de la técnica, pues muchos colegas continuaron su entrenamiento aquí y en el exterior como Luis Fernando Balcázar y Virginia Palacios. El 25 de enero de 1999, día gris para Colombia y para la criocirugía, un devastador terremoto arrasó con 60% de la ciudad de Armenia y con la Unidad de Criocirugía. Este autor, por aquellos tiempos, era visitante per- manente los días viernes. De entre los escombros, con la colaboración de todos los colegas de Armenia, bajo la dirección de Ángela Seidel Arango, un año más tarde renació la Unidad, que amplió su campo de acción y man- tuvo la filosofía de su fundador en la enseñanza de la criocirugía y en el servicio a los más necesitados. La Unidad realiza desde hace 12 años un Ateneo semanal donde se discuten casos clínicos y terapéuticos. Carlos Horacio González Rojas Fundador de la Unidad de Crio- cirugía de Armenia. Vallecaucano, nació en Andalucía, médico de la UniJaveriana en 1980 y dermatólogo de la UniJaveriana-C.D.F.Ll.A en 1986, desde cuando reside en Armenia. Estudió criocirugía en el Instituto Luis Razzeti en Caracas con Gilberto Castro Ron, además de cirugía dermatológica en 1988. Inició una nueva era para la dermatología en el país al introducir con Sergio Cáceres la criocirugía moderna y sentó escuela de la misma al fundar la Unidad de Criocirugía de Armenia, donde se convirtió en experto maestro, impulsor y motivador de la técnica. Presi- dió la Asociación (1998-2000), y el XXIII Congreso Nacional en Pereira en 2000, la Asociación Colom- biana de Dermatología Pediátrica y su VI Congreso en 2003. Cofundador y Presidente del Colegio Ibero- americano de Criocirugía. Miembro Activo de la Fe- deración Bolivariana de Dermatología y del American College of Cryosurgery, entre otras sociedades. Ha participado en incontrables congresos en los que ha Carlos González sido organizador, coordinador y conferencista con brillo propio. Es coautor de textos como Dermatología Rondón-Lugo, Programa para el control de ETS del Servicio Seccional de Salud del Quindío y los Últimos Juglares.

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ASOCIACIÓN DE HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA COLOMBIANA

DANIELLE ALENCAR-P ONTE

Fundación Asociación de Historia de la Dermatología Colombiana. Sentados de I a D J Mesa, CI Varela, D Alencar. De pies J Soto, JP Velásquez, J Gil, A Torres

César Iván Varela Hernández, con gusto especial por la historia y motivado por la publicación de su libro Historia de la Dermatología Valle- caucana 1939-2003, y al contar siempre con la colaboración y estímulo de Jaime Gil Jaramillo, en conversaciones con Michel Faizal Geagea, tuvieron la idea de crear la Asociación de Historia de la Dermatología Colombiana, hecho que se materializó el 12 de junio de 2004 a las 10 am en el Hotel Dann Carlton de Cali. Se reunieron como fundadores César Iván Varela Hernández, Michel Faizal Geagea, Antonio José To- rres Muñoz, Jaime Gil Jaramillo, Danielle Alencar-Ponte de Varela, Jairo Mesa Cock, Juan Pedro Velásquez Berruecos, Evelyne Halpert Ziskiend, Flavio Gómez Vargas y Jaime Soto Mancipe. Los objetivos fundamentales de la Asociación son velar por la con- servación de los hechos, circunstancias y personajes que han hecho, ha- cen y harán la historia de la dermatología en Colombia, la enseñanza de

322 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA la historia en las escuelas de dermatología y su difusión en certámenes académico-científicos. La Junta Directiva de fundadores quedó integra- da así: Presidente, el doctor Varela. Vicepresidente, el doctor Faizal. Secretaria, la doctora Alencar-Ponte; y los demás como vocales. Los primeros hechos históricos de la reciente Asociación, fueron el apoyo a la segunda edición del libro Historia de la Dermatología Vallecaucana 1939-2003 y el respaldo y estímulo para la presente obra.

ASOCIACIÓN COLOMBIANA DE DERMATOLOGÍA COSMIÁTRICA (COSMETOLÓGICA)

CÉSAR IVÁN VARELA HERNÁNDEZ

Un grupo de colegas bajo el liderazgo de Julio César Vélez Rivera y Jaime Gil Jaramillo, gestaron durante el año 2004 crear esta entidad, que nació el 27 de enero de 2005. Con esta finalidad se reunieron a las 8:00 pm en la Sala VIP del Restaurante Luna en la ciudad de Cali, los dermatólogos Julio César Vélez, Jaime Gil, César Iván Varela, Luis Hernando Moreno, Doralda Castro, Oswaldo Gerardo Méndez, Francis- co Eladio Gómez, Adriana Marín, Julio César Rengifo, Hernán Duque y Carlos De La Roche. Son los objetivos de la Asociación: recuperar el espacio de los dermató- logos en el campo de la cosmética, a fin de ofrecer a la comunidad aseso- ramiento científico y ético por profesionales idóneos; llevar la enseñanza de la dermatología cosmética a las escuelas de dermatología en el país; aseso- rar y promover investigación, estudios, publicaciones sobre el tema; y pro- pender para que en los certámenes académicos dermatológicos que se reali- cen en Colombia, se obtengan siempre espacios para conferencias de cosmiatría dermatológica. Como dignatarios se eligieron: Presidente Fundador, Julio César Vélez Rivera. Vicepresidente, Jaime Gil Jaramillo. Secretaria, Doralda Castro Payán; y como vocales, a los demás Miembros Fundadores.

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Hospital San Vicente de Paúl, Medellín

Hospital Universitario del Valle, Cali

324 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA

CAPÍTULO VI

Historia de la investigación, la lepra y la sífilis

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326 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA

HISTORIA DE LA INVESTIGACIÓN, LA MICROBIOLOGÍA, LA BACTERIOLOGÍA Y LA INMUNODERMATOLOGÍA

CÉSAR IVÁN VARELA HERNÁNDEZ

José Celestino Mutis fue el punto de partida de la investigación en Colombia, cuando al llegar en 1760 introdujo el concepto de ciencia en lo que se llamó el período de la “ilustración”. Basado en la observación hizo planteamientos interesantes sobre la lepra y en lo referente a la salud pública con la difusión de la vacuna contra la viruela, de lo que dejó interesantes anotaciones como las consignadas en 1782 en el Méto- do general para curar las viruelas e Instrucciones sobre las precaucio- nes que deben observarse en la práctica de la inoculación de las virue- las, formada del superior gobierno. Allí escribió: “Sería grande inhu- manidad querer inocular a las mujeres embarazadas y a los sujetos habi- tualmente enfermos de ciertas disposiciones y achaques, que se resisten a una preparación capaz de poner al cuerpo en estado de mediana sani- dad...”. Su aporte fue valioso en saneamiento ambiental cuando al ob- servar la costumbre de enterrar a los muertos en las iglesias, determinó la construcción de cementerios civiles en las afueras de las ciudades para prevenir enfermedades, teniendo que enfrentar al clero quien se oponía a esta práctica. En 1842 José Joaquín García, basado en minu- ciosa observación de los enfermos de lepra escribió su obra cumbre, Parálisis tegumental, lepra leonina o Lázaro, en la que describió las alteraciones sensitivas y motoras. Miguel de Isla y Vicente Gil de Tejada discípulos de Mutis hicieron el tránsito a la medicina científica. A finales de la década de 1880 se introdujo la microscopía con Ale- jandro Restrepo, Presidente de la Sociedad Politécnica de Colombia en París, quien en 1884 trajo a Medellín uno de sus microscopios, el que comenzó a ser utilizado por los estudiantes de medicina de la UniAntioquia en sus clases de anatomía. Nicolás Osorio hizo lo propio en Bogotá en 1885 lo que condujo a introducir la cátedra de patología en la UniNacional. Esta misma universidad contrató en 1886 al famoso veterinario francés Claude Vericel, para organizar la primera Escuela de

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Veterinaria, dependiente de la Facultad de Medicina, y trajo consigo un microscopio que sería utilizado por su brillante discípulo Fede- rico Lleras Acosta para iniciarse en su vida científica. En aquel entonces fue grande la con- tribución de Juan de Dios Carrasquilla, pues pensó que las enfermedades infecciosas no po- dían existir sin un organismo especial que las produjera y con base en las ya existentes anti- toxina tetánica y diftérica, buscó la posibili- dad de tratar la lepra con la serología, para lo que usó sangre de pacientes en caballos, y su suero, que recorrió el mundo en 1896, llevó a la creación del Instituto de Seroterapia. Más tarde, la técnica cayó en desuso. Durante los gobiernos de Rafael Reyes y Rafael Nuñez (1881-1904), se promulgaron le- yes que marcaron el principio de las investi- Microscopio monocular. Cogit, Paris 1890. Museo gaciones científicas y la tradición de estudios Historia Medicina. UniNacional experimentales en el país, pues se estimularon la creación de laboratorios, las cátedras de sifi- lografía, histología y bacteriología. Esta acti- tud se convirtió en un medio para difundir el pensamiento científico. En 1900, Francisco Tapia creó un sencillo laboratorio en la Universidad Nacional en Bo- gotá, que luego pasó al Hospital San Juan de Juan Carrasquilla Dios17. Epifanio Combariza, marcó época al ser uno de los primeros notables catedráticos de bac- teriología y micrografía, que utilizó el microsco- pio en la búsqueda de los agentes etiológicos de las enfermedades. El Padre de la Histología, Eliseo Montaña Granados, en 1904, dio el mayor impulso a esta ciencia con la introduc- ción de la fotomicrografía, pues marcó la inves- Eliseo Montaña tigación en la época y por ello Laurentino Muñoz

328 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA lo definió así: «Su carrera profesional presenta un denso contenido social y es digna de un análisis para presentarlo en el justo medio como uno de los creadores de la Medici- na Científica en Colombia»2. Se reconoce a Roberto Fran- co como el iniciador de la era de los laboratorios en el país, al crear el propio en su consultorio y lograr convencer a Santiago Samper para dotar el laboratorio del Hospital San Roberto Franco Juan de Dios, que vino a ser el primer laboratorio debida- mente equipado y que llevó el nombre del filántropo Samper. Lo dirigió el propio doctor Franco con la colabo- ración de Jorge Martínez Santamaría y Gabriel Toro Villa, en el que desarrollaron importantes trabajos en medicina tropical. Fundó además la Cátedra de Enfermedades Tro- picales. En 1917 se creó el laboratorio privado Samper- Federico Lleras Martínez, de Bernardo Samper Sordo y Jorge Martínez Santamaría en Bogotá, donde se hacían exámenes de rutina y marcó un hito en la fabricación de productos biológicos como la vacuna contra la rabia, el toxoide diftérico, el suero antidiftérico y el antitetánico. Irónicamente en 1922 el doctor Martínez murió de difteria. En 1926 el laboratorio fue vendi- do al Gobierno y cambió su nombre por el de Instituto Nacional de Higiene. En 1968 se adhirieron otras dependencias gubernamentales de la salud y la nueva institución se llamó Instituto para Programas Especiales de Salud. En 1933 se fundó el Hospital de La Samaritana en Bogotá con un programa especial para la atención y control de las enfermedades venéreas. En la década de 1920, las universidades en Estados Unidos abrieron cátedras de dermatología tropical y laboratorios privados, donde fueron a entrenarse médicos colombianos que regresaron para fortalecer la in- vestigación. Vino después de la década de 1920 el fortalecimiento de la investigación con la contribución de importantes entidades norteameri- canas como la Fundación Rockefeller que dio gran impulso a la creación de laboratorios y a múltiples investigaciones en campos diversos. Luis Zea Uribe hizo importantes aportes desde la Cátedra de Bacterio- logía y Parasitología en 1921 en la UniNacional, y fue sucedido por su dis- cípulo Federico Lleras hasta su fallecimiento y quien introdujo en el país múltiples pruebas de laboratorio como las de Wasserman, Weil Felix y Widal, así como distintas coloraciones y técnicas de cultivos. Creó su propio labo-

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ratorio que se convirtió en el Laboratorio Central de Inves- tigación de la Lepra y actualmente Centro Dermatológico Federico Lleras Acosta, epicentro de incontables investi- gaciones. Inició su contribución con los estudios para la vacuna del carbón bacteriano y luego con sus intentos para cultivar el bacilo de Hansen. Diseñó una prueba de fijación Gustavo Uribe de complemento en búsqueda de la especificidad del baci- lo y lograr el diagnóstico temprano de la lepra y preparó un antivirus que combinado con el antígeno, lo utilizó para tratar la enfermedad24. A partir de 1927 con Andrés Bermúdez se inició la Escuela de Farmacia en la UniNacional, cimiento básico en el desarrollo de investi- gaciones terapéuticas. Luis Patiño Mientras en Bogotá se desarrollaba la ciencia, en Medellín ocurría igual. En 1913 se creó el Laboratorio Bacteriológico y el del Hospital San Vicente de Paúl y en 1924 Gustavo Uribe fundó El Instituto Profiláctico de Enfermedades Venéreas e hizo importan- tes estudios sobre la positividad serológica en el carate. Contribuyeron también Juan Bautista Montoya y Flórez, con sus trabajos al describir el «Carate Noir» y su agente Montoyela nigra y Gabriel Uribe Misas, médico de la UniNacional, discípulo de Federico Lleras quien en la dé- cada de 1920 estudió en el Instituto Robert Koch en Berlín, en el Institu- to de Enfermedades Tropicales de Hamburgo y en el Instituto Pasteur y de regreso en Medellín estudió la difteria e instaló su laboratorio para elaborar productos biológicos «GUM». En 1930 por un lamentable y extraño hecho, vacunó 45 niños con anatoxina diftérica pero el frasco contenía toxina diftérica pura, por lo que fallecieron 15 niños, repitién- dose así el accidente ocurrido en 1913 en Alemania y que causó muchas muertes. Agobiado por la pena se alejó del mundo científico. Por esta época hubo la polémica sobre el tifo y la fiebre tifoidea. Mientras Gabriel José Castañeda opinaba que eran entidades distintas, José María Lombana Barreneche pensó que era una sola entidad y le correspondió a Luis Patiño Camargo desvelar la verdad cuando al es- tudiar desde 1917 hasta 1922 un gran número de pacientes en la Clínica Marly y en el Hospital San Juan de Dios en Bogotá, publicó su tesis de grado El tifo negro o exantemático en Bogotá, y pudo concluir que eran

330 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA dos entidades distintas; además, que el control del tifo se lograba al con- trolar su vector que es el piojo del cuerpo. Entre 1934 y 1935 con oca- sión de un brote de «fiebres manchadas» estudió la Fiebre Petequial de Tobia producida por una Rickettsia, que se transmite a los seres huma- nos por la garrapata Amblyoma cajennensis, parásito habitual del gana- do bovino y quizá también por las garrapatas domiciliarias del género Ornithodoros. Poco tiempo después investigó la bartonellosis o verruga peruana que llamó Fiebre del Guáitara y que azotó en el sur del país a más de 5.000 ciudadanos. Tanto la fiebre de Tobia como la de Guáitara, parecen haberse extinguido. Otro tanto contribuía en Cali en la década de 1940 Carlos Salcedo (f) quien fundó su propio laboratorio y Rubén Marrugo (f) con los tra- bajos sobre lepra en Cartagena. Al finalizar la década de 1950 el gran maestro Fabio Londoño (f), con los ejemplos de Federico Lleras y Luis Patiño se convierte en pilar de la investigación por más de tres décadas gracias a sus estudios sobre la lepra, la paracoccidioidomicosis, la erupción polimorfa a la luz y de manera muy especial sobre el prurigo actínico, que propuso tratar me- diante la talidomida. La investigación se reforzó a partir del año 1960 de manera extraordinaria con el dermatopatólogo Luis Alfredo Rueda (f) y su notoria contribución al estudio de los virus papova y en especial sobre la epidermodisplasia verruciforme como modelo para la investi- gación del cáncer humano, para lo que contó con muchos profesionales y de manera especial más adelante con el destacado patólogo Gerzaín Rodríguez, pues en su compañía y con otros colegas, ha desarrollado gran diversidad de estudios en el medio colombiano. Los estudios en Colombia sobre micología comenzaron en la UniAntioquia en 1930 con José Posada (f), cuando presentó la tesis de medicina titulada Esporotricosis. A ese claustro llegó a mediados de 1954 Gonzalo Calle (f) procedente de la Escuela de Ann Arbor, donde durante su especialización mostró especial interés por estudiar los hon- gos y tuvo como visión, crear un servicio de micología nacional. Así se constituyó en el primer gran impulsor nacional de esta ciencia. Trajo consigo una excelente colección de hongos patógenos con la que princi- pió a enseñar sus características, la identificación diagnóstica e inició la investigación en esta área. Como no había facilidades para instalar la

331 VARELA HERNÁNDEZ CI valiosa colección en el Servicio de Dermatología, la depositó en el La- boratorio de Microbiología de la Facultad de Medicina, dirigido por el doctor Bernardo Jiménez Cano. El doctor Calle consiguió que el estudio de la micología se incluyera en los programas académicos de los cursos de dermatología, microbiología-parasitología y patología que recibían los estudiantes en la Facultad de Medicina. El doctor Calle luego de observar las aptitudes y de sostener varias conversaciones con Ángela Restrepo, que se desempeñaba como tecnóloga médica, decidió que ésta se dedicara a estudiar la colección y todo lo referente con los hongos. Lo hizo con dedicación, brillo y entu- siasmo hasta el punto que al poco tiempo a finales del mismo 1954, comenzó a ofrecer el servicio de diagnóstico micológico. Al año siguiente, el inquieto estudiante de medicina y monitor de medicina tropical Julio Sánchez Arbeláez, empezó a recopilar datos de los pacientes con mico- sis superficiales y profundas, y reunió un centenar de casos para presen- tar en 1957 su tesis de grado en medicina, Estudio etiológico de las diversas micosis admitidas en el Hospital San Vicente de Paúl durante l954 y 1956, trabajo que publicó a nivel internacional en 1962 bajo el título A Review of Medical Mycology in Colombia, S. A., con Ángela Restrepo, Gonzalo Calle y A. Correa. La doctora Ángela Restrepo, se ha convertido en eximia figura de la micología en el país. El número de estudios y publicaciones le confiere lugar preponderante en el mundo científico contemporáneo. Con el correr del tiempo, el equipo ha acu- mulado conocimientos y experiencias valiosos que comparte al realizar cursos para formar personal que incluye profesores extranjeros. Otra luminaria de nuestra historia, Alonso Cortés, llegó en esa déca- da de 1950 a la UniAntioquia para contribuir al desarrollo de múltiples líneas de investigación. En la década de 1960 este grupo en Medellín inició notables estudios clínicos, terapéuticos, epidemiológicos y de métodos diagnósticos de carácter prospectivo en histoplasmosis y paracoccidioidomicosis. Justo en este período se unió al grupo el distin- guido profesor del Servicio de Anatomía Patológica, Mario Robledo, dermatopatólogo, que comenzó a jugar un papel trascendental al facili- tar en gran manera el estudio de las micosis y en consecuencia la inves- tigación. Su producción intelectual, su espíritu docente y amabilidad son dones proverbiales y además, a partir de esa circunstancia, se produjo la

332 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA unidad entre los servicios de dermatología, micología y patología en la UniAntioquia, que se mantiene y ha sido vital para la educación en los programas de medicina, bacteriología y laboratorio clínico. El equipo de científicos de la UniAntioquia y de la CIB, ha logrado los más importan- tes avances en investigación, con múltiples trabajos donde se destacan los de pénfigo, paracoccidioidomicosis, mucormicosis, histoplasmosis y treponematosis. Muchos colegas han contribuido al estudio de las mi- cosis desde entonces. En el presente merecen especial reconocimiento Ángela Zuluaga en Medellín y Adriana Arrunátegui en Cali. Los aportes antioqueños a la ciencia y la humanidad son invaluables. El espíritu de investigación se ha trasmitido con generosidad y sin nin- gún egoísmo o egolatría, a las generaciones que los han sucedido con notable éxito, como en el caso de Stella Prada quien desde 1969 incursionó brillantemente en la investigación desde el Laboratorio de Inmunodermatología, donde se ejecutaron las técnicas de inmuno- fluorescencia, constituyéndose con excelencia en la pionera en este ramo en el país, con notables estudios sobre todo en enfermedades ampollares. Otro tanto hizo Walter León (f) desde el Laboratorio de Dermato- patología “Gustavo Uribe Escobar” a partir de 1975 y más adelante Ángela Zuluaga que lidera el grupo de investigadores del CES de Medellín y ha merecido reconocimiento por COLCIENCIAS. A finales de la década de 1980 inició su excelente aporte desde la UniAntioquia, el CES y la UPB, Beatriz Orozco experta en enfermedades infecciosas y con múltiples investigaciones en ese campo y de manera especial en ITS/VIH/SIDA. Para los años de 1970 incursionó en Bogotá María Mélida Durán estudiosa de la inmunología cutánea y quien trabajó intensamente en el prurigo actínico en varias comunidades indígenas. En esa misma década desde Cali, Rafael Falabella, con el apoyo del dermatopatólogo Nelson Giraldo (f) y más adelante también con Car- los Escobar (f) y Antonio Torres, hizo importantes estudios sobre las enfermedades del pigmento especialmente sobre el vitiligo, diseñando métodos quirúrgicos de repigmentación, cultivo e implante de mela- nocitos. Sus conclusiones se conocen en todo el mundo científico. Más adelante se unieron al equipo destacados profesionales como Luis Her- nando Moreno, Adriana Arrunátegui, María Isabel Barona, Claudia

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Covelli, Lucy García y el dermatopatólogo Ricardo Rueda, quien fue el primero en describir a la ciencia universal la erupción polimorfa y eosinofílica que se asocia con la radioterapia. A partir de la década de 1980, en Bogotá, Guillermo Gutiérrez ini- ció la investigación en dermatología oncológica en el Instituto Cancerológico con la colaboración posterior de Álvaro Acosta y Michel Faizal en cirugía oncológica. También por esa época y en otra línea, Blanca Lilia Lesmes desarrolló importantes estudios sobre flora bacteriana y acné y el investigador Jaime Soto desarrolló estudios fun- damentales para aclarar el comportamiento del cáncer cutáneo en el país, así como estrategias para su prevención y otros múltiples trabajos sobre enfermedades infecciosas y farmacología. Más adelante Evelyne Halpert con Elizabeth García, desarrollan una línea de investigación sobre inmunopatogénesis del prurigo estrófulo causado por picadura de pul- gas, trabajo al que se le concedió el Premio Nacional de Investigación RHONE POULANC de la Academia Nacional de Medicina en 1999. Desde el Hospital Militar, Juan Guillermo Chalela ha impulsado no sólo la docencia sino la investigación y desde allí también Maria Claudia Torres con sus notables estudios en linfomas cutáneos y terapia PUVA, tema en el que también se destaca la UniAntioquia. Ya en los albores del siglo XXI, surgen nuevas y brillantes figuras como Rodolfo Trujillo en Cali, quien realiza estudios sobre las borrelias y la morfea, la sífilis y las distintas formas de leishmaniasis. Elkin Peñaranda desde Bogotá y sus estudios sobre acné y Gloria Sancle- mente en virología desde la UniAntioquia, para mencionar algunos. Muchos colegas han participado en el desarrollo de la investigación dermatológica en Colombia. Sin embargo, la mención de cada uno y sus diversos trabajos harían interminable este punto. Por tanto, rindo a cada uno de ellos el homenaje de un sincero reconocimiento.

HISTORIA DE LA INMUNODERMATOLOGÍA

El Laboratorio de Inmunopatología de la Universidad de Antioquia

Transcribo con mínimos detalles de edición el escrito que la amable 334 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA colega Stella Prada de Castañeda me envió sobre la historia de la inmunología en la UniAntioquia, porque creo que el relato de quien ha sido pionera y protago- nista, además de ser interesante, se matiza con la ale- gría y la cordialidad características de la doctora Prada, y es digno de ser conocido por todos. “Todo empezó en 1969 cuando el doctor Gonzalo Stella Prada Calle ilustre dermatólogo ya fallecido y en esa época Jefe del Servicio, sugirió o mejor dicho obligó a la doctora Myriam Mesa y a quien sus- cribe, Stella Prada, para que aplicáramos una técnica de laboratorio ‘la inmunofluorescencia’, en el estudio de las enfermedades ampollosas. Según nos dijo, había oído hablar de esto en la última reunión de la Academia Americana de Dermatología en Nueva York. Vencimos todas las dificultades posibles y las imposibles también, y en 1974 publica- mos en la revista Antioquia Médica nuestra tesis de grado, con el estu- dio de 54 pacientes: Prueba de la inmunofluorescencia directa en lupus eritematoso, pénfigos y otras dermatosis. Después, en el recién fundado Laboratorio de Dermatopatología ‘Gustavo Uribe Escobar’ cuyo Jefe durante más de 20 años fue el doctor Walter León Herrera, y con la Profesora Victoria Botero, pudimos efectuar las técnicas de inmunofluo- rescencia indirecta en esófago de mono para estudio de las lesiones ampo- llosas autoinmunes. Obtuvimos los monos como donación del Zoológi- co Santa Fe, por estar ya envejecidos o porque de tanto rascarse presen- taban úlceras cutáneas intratables. Aunque se traían vivos y sedados, recuerdo que una vez un mono furioso destruyó casi toda la vidriería del laboratorio de técnica quirúrgica donde los inyectábamos. Todo iba nor- malmente hasta cuando nos acusaron ante la Sociedad Protectora de Ani- males que nos prohibió ni siquiera mirar a los monos. Pasamos entonces a usar como antígenos piel humana de sobrantes de cirugías. Además, estudiamos por inmunofluorescencia pacientes con lupus sistémico y tegumentario. En 1980 presenté en el XIII Congreso Nacional de Der- matología en Pasto los primeros cuatro enfermos de lupus ampolloso, estudiados por biopsia y por inmunofluorescencia. Antes de la técnica de la inmunofluorescencia, a estos casos se les diagnosticaba como der- matitis herpetiforme de Duhring. Desde 1976 hasta 1982 se efectuaron 237 estudios de piel sana expuesta por técnicas de inmunofluorescencia

335 VARELA HERNÁNDEZ CI directa en individuos con enfermedad multisistémica compatible con lupus eritematoso sistémico (LES). Publicamos entonces en Acta Médi- ca Colombiana un artículo sobre: Importancia de la banda lúpica en el diagnóstico del lupus eritematoso sistémico. “Además, también durante muchos años después de realizar estas técnicas en nuestro medio, procesamos los anticuerpos antinucleares y las muestras de biopsias de riñón de los pacientes para inmunoflures- cencia. Aprendimos las técnicas de separación de la piel con solución salina para hacer un mapa de los antígenos y diferenciar la epidermolisis ampollosa adquirida del penfigoide ampolloso, pudimos facilitar me- dios adecuados para el envío de muestras de otras ciudades y realmente fuimos centro de referencia nacional para el procesamiento de muestras. Luego, el Laboratorio Central del Hospital Universitario San Vicente de Paúl y el Servicio de Nefrología cubrieron estos exámenes. Alcanzamos a estudiar unas 150 muestras de riñón y unas 3.000 muestras para anticuerpos antinucleares. Montamos la técnica de la Crithidia lucillae para el diagnóstico de anticuerpos contra el ADN nativo, y como aún no se conseguían estos antígenos en el comercio, las crithidias nos las pro- porcionaban de Brasil y las manteníamos vivas en el medio de las tres Ns. Luego, las extendíamos en laminillas, las dejábamos secar y les apli- cábamos el suero del paciente conjugado con la fluoresceína. Su quinetoplasto brillaba de manera intensa como un anillo de neón verde. Por supuesto, tuvimos que aprender el arte de la fotografía para inmunofluorescencia, después de sufrir mucho, perder mucho tiempo, rollos y lámpara…Dejamos para el Servicio y la enseñanza una linda colección de diapositivas de inmunofluorescencia. “En 1984 en el XV Congreso Nacional de Dermatología en Bucara- manga con el doctor Alonso Cortés Cortés y los residentes de tercer año Antonio Yépez y Norella Restrepo, comunicamos el Foco endémi- co de pénfigo folíáceo del Bagre-Nechí. Estudio de 21 pacientes. Fue el primer hallazgo en Colombia. El diagnóstico se hizo por la clínica y se comprobó con histología y con inmunofluorescencia directa e indirecta. Este trabajo lo publicamos en 1988 en el British Journal of Dermatology con Mary Ann Robledo, Diego Elías Jaramillo, Walter León y la suscrita. “En 1988 en el XVII Congreso Nacional de Dermatología en Bogotá

336 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA presentamos con Victoria Botero, un arduo trabajo titulado Significado pronóstico de la banda lúpica, estudio prospectivo a 10 años en 57 pa- cientes. Allí se demostró con claridad que cuando la banda lúpica estaba compuesta por IgG, únicamente, la expectativa de vida era muy corta a diferencia de cuando la componían varias inmunoglobulinas. “La doctora Mary Ann Robledo, egresada de nuestro Servicio, hizo después su Fellow en Winsconsin sobre enfermedades ampollosas de tipo autoinmune con el doctor Luis Díaz (colega peruano, investigador de las enfermedades ampollosas autoinmunes y que ha apoyado a los dermatólogos latinos) y publicó además del trabajo anterior otras inves- tigaciones de autoantígenos en el penfigoide ampolloso en varias revis- tas internacionales. Luego, con la doctora Ana María Abreu dermató- loga del CES, que también hizo pasantía con el doctor Díaz sobre enfer- medades ampollosas autoinmunes de tipo pénfigo y Doctorado en Inmu- nología en la UniAntioquia, se estudiaron y caracterizaron inmunológica- mente 34 nuevos casos de pénfigo foliáceo, estudio que se publicó en 1988. La doctora Abreu hizo un banco de sueros tomados de enfermos con pénfigo foliáceo del Bagre y ha publicado varios estudios de inves- tigación en revistas internacionales y desde hace dos años trabaja en los Estados Unidos. En la actualidad, el Servicio tiene establecido un Banco de Sueros de los pacientes con enfermedades ampollosas autoinmunes y los estudios inmunológicos están a cargo de la licenciada Dorys Ruiz y de los doctores Margarita María Velásquez, que hace su doctorado en inmunointervención, y el dermatopatólogo Juan Carlos Wolf. “En resumen, desde 1974 hasta 1999 se estudiaron por técnicas de inmunofluorescencia directa e indirecta 199 casos de enfermedades ampo- llosas autoinmunes y 300 bandas lúpicas para diagnóstico de LES. “Además en el Servicio nació otra línea de trabajo e investigación cuando incursionamos en el campo de la inmunoterapia y en el XIII Congreso Nacional de Dermatología en 1980, presenté con Carmen Beatriz Zuluaga varios trabajos de inmunoterapia en verrugas recalci- trantes, síndrome de nevus basocelular y alopecia areata. “También es importante anotar que varios residentes, hoy, ilustres dermatólogos de la UniCaldas, rotaron por el laboratorio de Inmuno- patología, los doctores Ángela Seidel, Lucía van den Enden, Germán Santacoloma y María del Pilar Villegas. Allí les inculcamos el amor por

337 VARELA HERNÁNDEZ CI la inmunología y sus aplicaciones y hemos visto sus publicaciones con lindas fotografías de inmunofluorescencia. “Toda esta reminiscencia se puede resumir en dos o tres líneas: estu- dio por técnicas de inmunofluorescencia de enfermedades ampollosas autoinmunes o mediadas por complejos inmunes, inmunoterapia tópica, formación de residentes de dermatología en estas técnicas para diagnós- tico, estudio y manejo terapéutico. “Las personas que he nombrado, han sido todas de gran importancia en el desarrollo de la investigación en el Servicio de Dermatología de la Universidad de Antioquia y sin ellas nada hubiera sido posible hacer. Abrimos la brecha hace ya más de 30 años, dimos a conocer un nuevo foco de pénfigo foliáceo endémico, y ahora ya pasamos de las técnicas de inmunohistoquímica a las de biología molecular. “Algo muy importante para terminar, es el laboratorio de cultivo de tejidos en el que se trabaja desde hace cinco años. Ya tenemos cultivos de queratinocitos en multicapa sobre un sustituto dérmico derivado de piel autóloga o de prepucios infantiles. Esta línea recibió de COL- CIENCIAS el premio a la investigación en el año 2002. En ella trabajan los doctores Luz Marina Restrepo, doctora en biología de la Universi- dad de París y por el Servicio de Dermatología, Juan Carlos Wolf y Mónica Escobar. Me siento una persona afortunada en rastrear las en- fermedades ampollosas autoinmunes pues las pude seguir, en el princi- pio, con el diagnóstico clínico histológico, luego con técnicas de inmuno- fluorescencia y ya vamos en el estudio molecular de sus antígenos y de células B y T auto-reactivas. Todo ha sido fascinante y espero vivir para cuando se descubra cuál es el estímulo antigénico auto-reactivo del pénfigo foliáceo endémico”. Este maravilloso relato habla por sí solo de lo que significa el Labo- ratorio de Inmunopatología de la Universidad de Antioquia, para Co- lombia y el mundo. Destacaré a continuación, la historia y desarrollo de algunas de las instituciones dedicadas a la investigación médica y dermatológica en Colombia y que surgieron en el siglo XX.

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La Corporación Para Investigaciones Biológicas (CIB) de Medellín

La CIB es una entidad científica sin ánimo de lucro creada el 2 de octubre de 1970 en Medellín y fundada por los doctores Emilio Bojanini, Jaime Borrero, Jairo Bustamante, Gonzalo Calle, Víctor Cárdenas, Alonso Cortés, Gustavo Escobar, John Gómez, José Gutiérrez, Fernando Lon- doño, Raúl Mejía, Antonio Ramírez, Ángela Restrepo, Alberto Restrepo, Jorge Restrepo, Mario Robledo, William Rojas, Diego Tobón, Fernando Toro y Hernán Vélez. Varios de ellos dermatólogos o ligados directa- mente con la dermatología. La CIB se dedica a la investigación, al diagnóstico y a la enseñanza en el campo de las enfermedades infecciosas y autoinmunes, así como a la biotecnología aplicada al control de insectos nocivos para la salud humana y vegetal, las vacunas genéticas y la producción de plantas transgénicas resistentes a plagas. Inició labores en 1978 con un laboratorio en el Hospital Pablo Tobón Uribe y en 1995 construyó su sede propia con capacidad entre otros para 10 laboratorios. Posee un fondo editorial con 42 textos en el área de la salud, que se comercializan a través de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en 17 países de habla hispana. Tiene una planta de 120 personas entre investigadores y administrativos, así como estudian- tes de pregrado, maestrías y doctorados.

Centro Internacional de Entrenamiento e Investigaciones Médicas (CIDEIM) de Cali

Es un centro de investigación y desarrollo tecnológico en enfermeda- des infecciosas dedicado a la innovación y a la formación de recurso humano en el campo biomédico, cuyo propósito es buscar alternativas para disminuir el impacto negativo y los costos de las enfermedades infecciosas en la población. Tiene sus antecedentes en un programa de cooperación internacional entre la Universidad de Tulane y la UniValle que se estableció en 1961. En 1990 el CIDEIM se estableció como enti- dad autónoma nacional gracias al apoyo de la OMS, el respaldo de COLCIENCIAS y al esfuerzo del grupo de científicos que forman el

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CIDEIM. La Fundación Valle del Lili, la Fundación FES, la Fundación Carvajal, Colciencias y la doctora Nancy Gore Saravia, que reemplazó al doctor Antonio D’Alessandro en la dirección del CIDEIM, y es la actual directora científica, fueron sus fundadores en abril 18 de 1990 en Cali. Actualmente lo dirige el doctor Juan Francisco Miranda. Su misión es la de contribuir al desarrollo y al bienestar humano mediante la generación y aplicación de conocimiento biomédico con la visión de ser el centro de referencia en investigación e innovación en enfermedades infecciosas de América Latina y sus objetivos son: identi- ficar y/o desarrollar alternativas terapéuticas más efectivas, menos cos- tosas y tóxicas. Diseñar estrategias nuevas o mejoradas de intervención para la prevención y control de enfermedades infecciosas. Evaluar las estrategias y técnicas de diagnóstico actuales y desarrollar o transferir nuevas alternativas. Transferir tecnologías y nuevo conocimiento a la comunidad. Generar conocimiento para apoyar la formulación de políti- cas en la prevención, diagnóstico, tratamiento y control de las enferme- dades infecciosas en estudio. Conformar y mantener redes de trabajos nacionales e internacionales y formar investigadores de excelencia. Las tres líneas de investigación son: prevención y control, interacción hospedero-patógeno y quimioterapia y resistencia. Cada una de estas líneas implica la perspectiva de diversas disciplinas: bioquímica, inmunología, biología molecular, entomología, medicina, estadística, microbiología, parasitología, dermatología, epidemiología, farmacología, ciencias sociales y sus correspondientes tecnologías. La investigación se dirige a encontrar soluciones a problemas de salud desde distintas perspectivas de ciencia básica y aplicada, y generar nuevas preguntas de investigación. Sus áreas de estudio investigativo son: leishmaniasis, malaria, tuberculosis, dengue, resistencia bacteriana, enfermedades de transmisión sexual y leptospirosis.

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HISTORIA DE LA LEPRA

CÉSAR IVÁN VARELA HERNÁNDEZ COLABORADORES: CARLOS ALBERT O GARZÓN, DORIS LEÓN, GONZALO MARRUGO, LUIS MIGUEL COVO Y ARQUITECTO JORGE SANDOVAL DUQUE

La lepra debió hacer presencia alrededor del año 600 A.C., en la India. Gerhard Armauer Hansen observó y describió en Noruega entre 1870 y 1874 el agente etiológico, Mycobacterium leprae, que se conoce también como bacilo de Hansen. Robert Koch en 1882 demostró que se trataba de un bacilo ácido-alcohol-resistente, que logró ser multiplicado por Charles Shepard en Atlanta en 1960 en la almohadilla plantar del ratón; “Aunque en 1971 WE Kirchheimer y EE Storrs encontraron que el armadillo de nueve bandas (Dasypus novemcinctus) contrae naturalmente la lepra, la enferme- dad se considera propia de los seres humanos.” Por otra parte J Convit, en Venezuela, vio la multiplicación de bacilos en el armadillo, según uno de sus trabajos de 1976 - “Batallas contra la lepra: estado, medicina y ciencia en Colombia”, Diana Obregón. No se ha encontrado evidencia de la presencia de la lepra en las culturas precolombinas por lo que se considera que el ingreso a Colombia ocurrió en el siglo XVI con la llegada de los conquistadores españoles y los esclavos traídos de África. Sucedió por el litoral Caribe, como puerta inicial de entra- da de la historia desde el llamado período del Descubrimiento. La lepra que se ha considerado como enfermedad deplorable y que produjo como conse- cuencia la estigmatización de sus portadores como seres sucios, infeccio- sos, impuros e incurables, encontró en las nuevas tierras y sus antiguos habi- tantes el medio propicio para aposentarse, propagarse, convertirse en pro- blema de salud pública y persistir hasta nuestros días. Las pobres condicio- nes de salubridad eran propicias así como las dificultades sociales que se aumentaron con la barbarie producida durante la Conquista. Las regiones más afectadas por la lepra fueron el norte, el centro y el este del país. No obstante el daño que causó la llegada de la lepra generó gran parte del desa- rrollo científico de la medicina y en especial de la dermatología. Originó la

341 VARELA HERNÁNDEZ CI creación de los primeros laboratorios, sirvió de estímulo al intelecto de los médicos colombianos para el desarrollo de estudios en procura de encontrar la causa, diagnóstico bacteriológico y el tratamiento adecuado y contribuyó al desarrollo de la estadística. Los médicos otrora tenidos en cuenta de pri- mera mano para las grandes decisiones en la nación, fueron elemento básico para lograr de los gobiernos leyes en beneficio de los pacientes, de sus dere- chos como enfermos, así como disposiciones encaminadas al control y erra- dicación de la dolencia. Aunque con controversia se dice que el reconocimiento de la lepra ocurrió con ocasión del fallecimiento, a causa de ella, del conquistador Gonzalo Jiménez de Quesada en Mariquita en 1579. También se ha di- cho que uno de sus soldados, de apellido Zárate, la sufrió, así como dos presbíteros que lo acompañaban. Juan de Dios Carrasquilla siempre dudó del diagnóstico en Jiménez de Quesada, pero Flórez de Ocaris en Ge- nealogía del Nuevo Reino de Granada escribió “En sus postrimerías le aquejó mal de lepra que lo obligó a vivir en un desierto, junto a la ciudad de Tocaima, que llaman la cuesta de Limba, donde hay un arroyo de fastidioso olor, por pasar allí minerales de azufre, con cuyos baños des- cansaba”. No podía ser otra que Cartagena de Indias la primera ciudad afecta- da, por su importancia histórica como puerta de entrada de la nueva cultura y en consecuencia le correspondió crear el primer lazareto, el Hospital de San Lázaro en 1610, cuando el Cabildo de Cartagena com- pró unos terrenos fuera de Getsemaní muy cerca del Camino Real. Al respecto el notable médico e historiador Andrés Soriano Lleras, dice: “Durante la presidencia de don Juan de Borda se fundó en Cartagena, en 1610 el Hospital de San Lázaro. Estaba situado cerca de la plaza de la ciudad, lo que ocasionó quejas de los vecinos, por lo cual se trasladó más tarde a las afueras de la ciudad, en el monte de San Lázaro, cerca del Castillo de San Felipe de Barajas...y como era insuficiente para el núme- ro de enfermos, el Rey le concedió el anclaje de los navíos, y estableció que debía tener un mayoral, un procurador y un capellán. A él acudían muchos enfermos de lepra, y no era posible atenderlos a todos. En la legislación sobre hospitales, en los primeros años de los descubrimien- tos, dice Fray Severino de Santa Teresa, que si se llevaran enfermos del mal de San Lázaro al hospital era mejor que se les obligara a llevar sus

342 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA muebles de uso personal para que los tuvieran consigo y evitar de esta manera el contagio que por ellos pudiera presentarse a los sanos”. Inicialmente eran un grupo de bohíos sueltos y una iglesita y en 1620 el Capitán Diego de Latorre a solicitud del apóstol de los negros, San Pedro Claver, cercó el lazareto con tapias, levantando un muro de piedra retirado unos diez pies del Camino Real. Reconstruyó su capilla e insti- tucionalizó la colocación de toldillos en las camas. La mayor parte de la obra de carpintería se le encomendó al carpintero Juan Serrano. Para 1627 el lazareto estaba totalmente cercado. Cartagena tenía una pobla- ción de 20.000 habitantes y había pasado de tener 12 enfermos en los comienzos del siglo XVII a más de 70 hospitalizados sin contar unos 25 que vivían en sus casas con el riesgo de contagiar a sus vecinos. San Pedro Claver enviaba diariamente con un mensajero ropas y medicinas a los enfermos del hospital. Los primeros pasos en medidas de carácter gubernamental ocurrie- ron el 27 de julio de 1627 con la Real Cédula de Felipe IV “Ordenamos y mandamos a nuestro gobernador de Cartagena de Indias llevar al Hos- pital de San Lázaro un diputado para curar los enfermos y mejor algún ‘tocado’ de este mal.” La construcción de las baterías colaterales al iniciar el Fuerte de San Felipe o Bonete del Castillo y el emplazamiento de cañones en sus troneras, hizo sentir la necesidad de alejar de su pie el hospital de lazarinos cuyo emplazamiento era perjudicial para la defensa de la plaza. La ciudad se encontraba en crecimiento y su desarrollo se apoderaba del hospital que antes se había emplazado en las afueras del recinto amurallado. También resultaba peligroso para la población por lo que se decidió su traslado. En 1763 se reunió la Junta y el Gobernador Marqués de Sobremonte comisionó al Ingeniero Militar don Antonio de Arévalo Porras para que estudiara dos sitios de posible traslado, la Cantera Vieja del Rey en Tierrabomba cerca a Punta de Perico y la Hacienda de Buenavista en la ciudad continental, escogiéndose la Cantera Vieja porque se podía lle- gar por agua, estaba a sólo dos leguas y poseía materiales para la cons- trucción. Así, el lazareto de Caño de Loro (para otros Caño del Oro) se fundó en 1784 en la Isla de Tierrabomba, frente a la Bahía de Cartagena pero el traslado de los enfermos se hizo en 1808 y funcionó hasta su bombardeo en la década de 1950. En el siglo XVII la lepra abundaba en

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Plano Hospital de San Lázaro, 1769. Diseñó el ingeniero Antonio de Arévalo Porras. Servicio Histórico Militar de Madrid. Cedida por el Arq. Jorge Sandoval Duque

Iglesia y Hospital para Caño de Loro. Anónimo, posiblemente Ingeniero Militar Gobernador don Antonio de Arévalo Porras. Fin de S. XVIII. Cedida por Arq. Jorge Sandoval Duque

344 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA el Caribe; el leproso separado de sus familiares sanos y de la sociedad era enviado y confinado en el lazareto de Cartagena con todas las pre- cauciones de rigor y con sus propios muebles hasta el final de sus días, era simplemente un paria. El lazareto se convirtió en cementerio de vi- vos. En Santa Fe, Santibáñez Brochero, cura de la Catedral fue registra- do en 1646 como el primer enfermo en esa ciudad. Para aquel entonces, José Celestino Mutis tuvo un claro concepto de la enfermedad al consi- derar los enfermos en poco o muy contagiantes y anotó en un informe del examen que él y sus colegas Honorato Vila y Miguel de Isla practica- ron al señor Ignacio Bermúdez: “Creo que el mal de San Lázaro se ha propagado de la Provincia de Cartagena a lo interior de ésta, pero espe- cialmente en las villas del Socorro y San Gil, donde comenzó la hogue- ra, que con el tiempo comunicará su fuego a todo el Reino, si no se trata de atajarla.” Según el ilustre médico Manuel Uribe Ángel, en la segunda mitad el siglo XVIII, entró la lepra en los departamentos de Antioquia con dos antioqueños que habían vivido en el interior, y entró también en los Santanderes en especial a la población de El Socorro en 1775. Allí se propa- gó tanto que la gente huyó del pueblo, las casas de los enfermos fueron apedreadas y a ellos se les encerró en el campo, con la prohibición de recibir servicios religiosos y de ingresar a las iglesias. Los alimentos escasearon, pues los vendedores se negaban a surtir el mercado y se hicieron listas con los nombres de los leprosos. El Socorro era conocido y tenía fama por sus lindos tejidos en lienzo, pero el rumor de estar contagiados por tejedores enfermos, llegó a generar pánico y afectar el comercio. Se calculaba entre 100 a 300 los enfermos. Se vio como imperioso la construcción de hospita- les cerca de las ciudades donde existieren muchos enfermos, y al respecto Pedro Fermín de Vargas dijo “…Establecido el hospital en un paraje propor- cionado, aunque se ocultasen por algún tiempo algunos lazarinos, luego que fuesen descubiertos, serían conducidos a él irremediablemente, y recibirían allí los socorros de la caridad de sus hijos, deudos y amigos, gozarían del producto de sus caudales, si eran ricos, y tendrían el consuelo de vivir y morir en sus aires nativos. Por este medio y prohibiendo estrechamente la unión de hombres y mujeres, aunque fuese legítima, es positivo que se ex- tinguirá la lepra dentro de cincuenta años, y no se desacreditarían los tejidos de aquellos pueblos”. La situación se agravó cuando el Gobierno estableció

345 VARELA HERNÁNDEZ CI multas a “quien no denuncie lazarinos, así sean parientes” y luego del con- cepto del médico Juan Bautista de Vargas Uribe quien señaló que el dere- cho canónico “permite la separación de los consortes y declara nulos los esponsales”, con lo cual se rompió la unidad de las familias12. Vargas Uribe clasificó los enfermos en comienzos, medios y avanzados. La controversia médica sobre el origen hereditario o contagioso era grande; los médicos se veían además presionados por el pueblo para que la lepra fuese considerada contagiosa y así lograr el confinamiento de los enfermos. Se dieron entonces diversas hipótesis que nos dan una interesante visión de la enfermedad a fines del siglo XVIII. Para 1799, Honorato de Vila respecto a la etiología en la lepra, conceptuó: “de cuatro modos por medio del contagio directo se propaga la elefancia: que son por la cúpula natural o prenatural, por la lactancia, por los óscu- los; y si por casualidad alguna parte del cuerpo no está cubierta de la epidermis se toca inmediatamente con la parte enferma se adquiere…” “es necesario que las partículas del virus elefanticio puedan con toda actividad entrar libremente por los poros…” “…para que así suceda de- ben concurrir al mismo tiempo dos circunstancias: contacto inmediato y continuado por algunos instantes y que la parte enferma que toque el cuerpo sano esté bañada de cierta humedad”. Este concepto contrastó con el del médico José Sebastián López, quien sostuvo que la lepra no era contagiosa “ningún médico se ha contagiado por conversar, tocar, manosear, recibir los efluvios de las excoriaciones y llagas de los laza- rinos” Otros pensaron “que la lepra es de distintas clases y varias espe- cies y tiene por causa un virus específico, distinto del venéreo”. Juan Bautista de Vargas Uribe “la lepra que no sólo es contagiosa por contactum sino a distancia porque a cuanto toca el leproso deja el fómite”. “La lepra se contagia con el sudor y exhalación de humores”. El médico Alexander Josef Gastelbondo en 1788 se dedicó a examinar los enfermos de lepra de El Socorro y pidió el establecimiento de hospitales en San Gil, Sogamoso y otro en Cartagena. El Virrey Caballero y Góngora, al finalizar el siglo escribió: “al instante que un paciente es declarado lazari- no, se le conduce al Hospital de Cartagena, se señala su pequeña porción de terreno y ahora se le entrega su casa o habitación para pasar el resto de sus días, con la evidencia de que no tiene que esperar la salud, no se hace el más mínimo esfuerzo para entretener esta lisonjera esperanza de mejorar de suerte,

346 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA que jamás desampara al hombre aun en las mayores desdichas, con que vienen a estar condenados estos desventurados a una cárcel perpetua, en que sumergidos en la más profunda melancolía, la lepra les va corriendo poco a poco, hasta privarles de toda función y uso de los miembros, y clavados en una cama, esperar la muerte sin poder volver los ojos a reconvenir al público para que les conceda algún alivio...”2. A este hospital se llevaron también enfermos de otras regiones del interior pero en vista del gran número de pacientes, el alto costo que significaba su traslado a Cartagena, el riego de contagio en el camino, el fracaso de los tratamientos con base en yerbas, quina, mercurio y dietas ricas en legumbres y hortalizas, entre otros, y el clamor de la comunidad por la construcción de lazaretos, se hizo necesario crear otros hospitales en diversas ciudades y gravar con impuestos el aguar- diente, la carne y los tejidos para su construcción y sostenimiento. En Santander, región muy afectada por la enfermedad se crearon los sanatorios de El Curo en la ribera del río Suárez en 1812 y el de Con- tratación que inició labores en 1861. En Cundinamarca se fundó el le- gendario de Agua de Dios en 1871 en cercanías de los pozos termales. En 1927 Manuel José Silva puso en marcha la rotación anual de los estudiantes de medicina de la UniNacional por el lazareto de Agua de Dios, donde directamente dictaba la Cátedra. En 1951 le correspondió al ilustre Carlos Alberto Garzón Fortich, proyectar y ejecutar el traslado de los enfermos del sanatorio de Caño de Loro al de Agua de Dios, lo que a solicitud de la empresa transportadora se hizo en vuelos de aviones camuflados, y en 1955 el recuerdo del laza-

Iglesia de Agua de Dios. Cedida por Nelly Pinzón

347 VARELA HERNÁNDEZ CI reto quedó solo en la memoria de quienes lo conocieron, puesto que fue bombardeado por aviones de la Fuerza Aérea. El Gobierno Nacional mediante Ley 148 de 1961 suprimió los lazaretos en el territorio colom- biano, prohibió el aislamiento de los lazarinos y les devolvió sus plenos derechos constitucionales. En consecuencia se crearon los Municipios de Agua de Dios y de Contratación, donde aún viven enfermos y descen- dientes. Para el manejo de la lepra en Colombia se emplearon muchas sustan- cias como venenos de serpientes, guano, estricnina, arsenicales, aspiri- na, petróleo, salicilato de soda y de metilo, pirogalol, ácido fénico y otros compuestos mucho más ineficaces. Pero 1880 fue un año en que parecía haber llegado la cura con el aceite de chaulmugra obtenido de los frutos de Taraktogenos cursi, Hidnocarpus wightiana y de H. antihelmintica, que se comercializó con el nombre de leprol. Un señor Márquez lo trajo inicialmente de Estados Unidos, y a esto siguió su im- portación, con el aumento del optimismo. Los resultados fueron alenta- dores en las formas tuberculoides, pero no se vieron resultados positivos en los primeros leprosos con la forma anestésica, ni en la variedad lepromatosa. No obstante, a todos los pacientes se les sometió a trata- miento durante mucho tiempo. En el siglo XIX, prestigiosos médicos colombianos hicieron fundamen- tales aportes de carácter universal al estudio de la lepra como Jorge Vargas Nieto quien en 1834 rindió un interesante informe luego de su visita al laza- reto de El Socorro, Memoria sobre el establecimiento de lazaretos, que fue tenido en cuenta por el Gobierno para nuevas disposiciones. José Joaquín García en 1842 en su magistral obra Parálisis tegumental, lepra leonina o Lázaro, describió por primera vez las alteraciones neuríticas sensitivas y motoras “La falta de sensibilidad en el Lázaro, es el verdadero síntoma de la enfermedad y lo que indica su existencia”... “Si van caminando y se les arranca un dedo del pie no lo conocen cuando no lo ven”, sus hallazgos fueron tenidos poco en cuenta por los cientí- ficos del orbe hasta que los redescubrieron Danielsen y Boeck en Noruega en 1847, siendo traducidos al francés un año después. Ricardo de la Parra quien dedicó 40 años al estudio de la enfermedad y en la década de 1870 José García postuló que era contagiosa, hereditaria y curable. Marcelino

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S. Vargas convencido de la cura de la lepra, mal que su- fría, la estudió y ejerció con devoción en el Lazareto de Agua de Dios hasta su muerte en 1882. Federico Rivas Mejía dedicado a estudiar y a atender los pacientes enfer- mos de lepra de Tocaima. Evaristo García Piedrahita du- rante ese siglo y los inicios del XX, hizo importante contri- bución al dar pie a una interesante polémica sobre daño Juan Carrasquilla óseo y articular por compromiso nervioso. Gabriel José Castañeda, entre 1864 y 1900 cuando falleció, realizó múltiples investigaciones y publicó trabajos como, Tratamiento para- siticida de la lepra, Lepra, Estadísticas sobre la lepra y organización científica de los lazaretos, La lepra en Colombia. Etiología, nosología, profilaxis y tratamiento, trabajo que sirvió de base para una Ley de Lazaretos. Juan de Dios Carrasquilla, motivado por los estudios de Emil von Behring, Roux y Yersin sobre la toxina antidiftérica, inició sus investigaciones sobre una posible neutralización de la “toxina” leprosa. En 1895 Inoculó suero de enfermos de lepra a caballos y luego el suero de caballo a los enfermos por vía oral o subcutánea en el intento por desarrollar antitoxina leprosa que se pudiera utilizar en el tratamiento y dijo entonces: “No veo ninguna razón para desechar la hipótesis de la existencia en la sangre del leproso de una toxina análoga a la que segre- ga el bacilo de Loeffler, el de Nicolaier o cualquier otro”, observó mejo- ría en los pacientes con su suero antileproso, que en 1890 recorrió el mundo. De allí que el Gobierno de Miguel Antonio Caro creó en 1896 el Instituto Carrasquilla de seroterapia, donde se produjo el suero a gran escala y se vendió a muchos países. Fue aclamado como héroe nacional. Lamentablemente los resultados de sus estudios no se pudieron dupli- car, por lo que el suero cayó en desuso. En 1897 Carrasquilla presentó su obra científica en el Congreso de Leprología en Berlín y dicen que fue el mejor estudio presentado sobre patogenia. En búsqueda de las primeras manifestaciones de la enfermedad, describió el “chancro leproso” e in- vestigó y encontró el bacilo leproso en el intestino de las pulgas (Pulex irritans), después de hacerlas picar a un leproso, lo que lo llevó a pensar en la posibilidad que estos insectos fueran su vector. Diseñó con base en la técnica de Lawrence Herman, un método propio para identificar el bacilo en la linfa y así para 1908 había practicado 390 diagnósticos

349 VARELA HERNÁNDEZ CI bacteriológicos de lepra25,26. Defendió el origen infeccioso de la lepra causada por un microbio aún en contra de Danielssen y Boeck, quienes hicieron la descripción anatomo-patológica en 1847 y quienes la consi- deraron hereditaria27. Ante la difícil situación de salud pública en el país, en 1907 el Presi- dente General Rafael Reyes solicitó al Profesor alemán Paul G. Unna, un proyecto con miras a erradicar la enfermedad la que fue atendida así: “Hamburgo diciembre 27 de 1907. Muy estimado señor Presidente: Por instigaciones que por recomendación de Vuesencia, me han hecho el señor doctor Michelsen Cónsul General de esta ciudad, y el señor doc- tor Oscar Noguera, he consignado en forma de un sucinto proyecto mis ideas respecto del plan que debería seguirse para llegar al saneamiento de la República de Colombia, en lo que hace a la lepra. Estoy convenci- do que de esta manera, en el curso de una generación, se lograría la extirpación de la lepra en el territorio colombiano. Con gusto estoy dispuesto, en caso de que este plan tenga la aprobación de Vuesencia, de contribuir para su realización en todo lo que esté en mi poder. Con sentimientos de la más alta consideración doy de Vuesencia muy respe- tuoso y obediente servidor Profesor Dr. P.G. Unna”. El proyecto de Unna se basó en el saneamiento ambiental con el aislamiento del mayor número de enfermos en hospitales especializados, recomendación que al ser de in- mediato tenida en cuenta, hizo aumentar así el número de recluidos en los leprocomios de Caño de Loro, Contratación y Agua de Dios. Pablo García Medina, institucionalizó en 1906 la toma de muestras de linfa y moco nasal para diagnóstico bacteriológico y con su escrito Profilaxia de la lepra logró a comienzos de siglo, leyes para que los leprocomios se convirtieran en colonias de enfermos2. El 21 de agosto de 1909 los doctores José María Lombana Barreneche y Martín Camacho, presentaron a la Academia Nacional de Medicina un memo- rial referente a medidas de aislamiento de enfermos, que después de su aprobación se presentó como proyecto ante el Congreso de la República “Las medidas profilácticas que deben instituirse con inquebrantable se- veridad, no teniendo en cuenta ni posición social, ni influencia sobre los encargados de la administración, quien previamente autorizada y dispo- niendo de los fondos necesarios que tienen los lazaretos, deben ser con- sultadas previamente a la Academia o a la Junta Central de Higiene...El

350 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA número de enfermos de lepra que existe actualmente en Colombia no alcanza seguramente las cifras fabulosas de que nos hablan los libros extranjeros, pero sí es digna de tomarse en cuenta porque de día en día se observan nuevos casos que son focos de diseminación de la enferme- dad, siendo como es en su esencia una enfermedad infecciosa. Si el ais- lamiento no se lleva a cabo, de una manera completa y absoluta, bárbara si se quiere, no podemos jamás llegar a evitar el contagio de la lepra”. El médico marroquí español Aaron Benchetrit proveniente de Vene- zuela inició los tratamientos con leprol en 1927 en Agua de Dios. A partir de 1935 el Departamento Nacional de Higiene en todos los leprocomios del país hizo oficial el tratamiento con leprol, que se produ- cía en el Laboratorio Nacional de Higiene. Francisco de Paula Barre- ra Machado, como médico de Agua de Dios, integró con José Ignacio Chala Hidalgo la comisión de estudios de lepra que viajó a Estados Unidos para estudiar el funcionamiento de los leprocomios en Hawai y Carville (Lousiana); esta comisión originó recomendaciones importan- tes para el manejo de la enfermedad. Fue también valiosa, desde la di- rección de los lazaretos de Contratación y Agua de Dios, la contribución de Eliécer B. Espinel, que nació en El Cocuy en 1876 y se graduó de médico en la UniNacional en 1904. Una nueva era se inició con Federico Lleras Acosta en las décadas de 1920 y 1930, pues produjo muchos resultados con base en sus conti- nuos estudios sobre la lepra. Invitado por Roberto Franco a su laborato- rio creó posteriormente el propio. Dedicó gran parte de su vida a intentar cultivar el Mycobacterium leprae, así como a la elaboración del suero y la vacuna para la lepra. Con base en los trabajos de Lowenstein con el bacilo de Koch, cultivó sangre de enfermos de lepra en el medio de Petragrani y diseñó la “Reacción de Lleras” basado en las pruebas de Wassermann y de Kahn para la sífilis, reacción de fijación de comple- mento con sensibilidad de 97% y especificidad de 99,7%, probada en más de 7.000 pacientes, pero que cayó en desuso al no ser posible replicar su especifici- dad. En 1934 durante el Gobierno de Alfonso López Pumarejo, se creó el Laboratorio Central de Investiga- ciones de la Lepra, hoy Centro Dermatológico Federi- Federico Lleras

351 VARELA HERNÁNDEZ CI co Lleras Acosta y fue nombrado como su director el doctor Lleras Acosta. Éste en 1935 anunció que había aislado y cultivado un bacilo ácido re- sistente con las características del bacilo de Hansen, y en 1936 anunció ante la Academia Nacional de Medicina que lo había cultivado. Pero varios colegas dudaron de su descubrimiento y consideraron que se tra- taba de un bacilo contaminante, y así, el 15 de diciembre de 1937 el concepto oficial de la Academia Nacional de Medicina elaborado por Roberto Franco, Julio Aparicio, Alfonso Esguerra Gómez y Pedro J. Almanzar, refería que las investigaciones de Lleras eran de alto valor científico y que debían continuarse, pero no se comprometía con ningu- na afirmación acerca de si era o no el bacilo de la lepra. Sus resultados no los pudieron repetir otros científicos del mundo y cayeron en polémi- ca. El doctor Lleras recibió en la época y hasta nuestros días reconoci- miento nacional. Todos recordamos su imagen en bata blanca u obser- vando por un microscopio o con cuello ortopédico para calmar el dolor cervical que lo afectaba. En múltiples referencias se anota que debido a tu temperamento férreo, los estudiantes, iguales en todas las épocas, de manera irreverente apodaron al Maestro Lleras de “Vibrión colérico”. Fue sin duda un notable investigador, pertinaz y osado, lo dio todo por sus creencias. Marcó la historia al impulsar los laboratorios en el país y es inequívocamente pionero y uno de los grandes de la investigación bacteriológica en Colombia. En 1938 cuando viajaba hacia El Cairo, al Congreso de Lepra para presentar sus estudios, falleció de una posible neumonía en Marsella14,21,24. Darío Maldonado Romero a partir de la década de 1930 dedicó gran parte de su vida al cuidado de los enfermos de lepra y publicó importan- tes estudios como Micobacteriasis anestesiante 100 años, con el que ingresó como Académico en 1979. En la mitad del siglo XX, en 1946, se inició en el Instituto Dermato- lógico F.Ll.A., el tratamiento de la lepra con sulfona como monoterapia y por vía endovenosa, pero debido a la resistencia que comenzó a com- probarse a finales de la década de 1960 en el mundo y que en Colombia observó Fabio Londoño en 1975 en el propio Instituto, se dio principio a la poliquimioterapia en 1986, para seguir la disposición en 1981 de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Este tratamiento se mantiene hasta el presente. También en la década de 1960 se inició el manejo de

352 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA las reacciones con los corticoides y la talidomida. Se que pecaré de injusto al no poder describir a todos y cada uno de los ilustres colegas leprólogos, dermató- logos, dermatoleprólogos y patólogos que a partir de la década de 1940, desde diferentes ciudades del país han contribuido de manera fundamental al diagnóstico, con- trol y tratamiento de la lepra. Ofrezco excusas a quienes Rubén Marrugo deje de mencionar, pero estoy seguro que los pacientes y Colombia les guardan la gratitud merecida. Señalo a quienes en el pasado próximo y en el presente han con- tribuido y de quienes dispongo de sus datos. En Cartagena, Rubén Marrugo Ramírez, primer di- rector del lazareto de Caño de Loro cuando estaba ubicado en Tierrabomba. Estudió la lepra con amorosa dedicación Carlos Garzón y realizó investigaciones importantes con el aceite de chaulmugra. En los Manuales de tratamiento de la lepra del Instituto Nacional de Higiene que ayudó a hacer, describió los métodos de control de los tratamientos con ésteres de chaulmugra, según las curvas de peso: “…se pesaba al enfermo al iniciar el tratamiento, si transcurrido cierto tiempo se notaba mucha dismi- nución en el peso, había necesidad de suspender el manejo…” en las curvas de temperatura: “…si después de aplicar la inyección de chaulmugra, había aumento de temperatura se debía suspender el tratamiento…” y la veloci- dad de sedimentación: “…se hacían antes de iniciar el tratamiento y se repe- tían cada tres o cuatro semanas y si las variaciones eran notables en varias pruebas sucesivas, el leprólogo debía estudiar si continuaba o suspendía temporalmente la terapia”. “Las vías de administración eran: a) intradérmica b) intramuscular c) subcutánea, en brazos, regiones escapulares o glúteas y la totalidad de la inyección se podía aplicar en un solo punto o en varios puntos próximos entre sí, siguiendo la forma denominada de abanico.” Es- tos manuales ayudaron a muchos médicos leprólogos a estudiar y profundi- zar más en esta enfermedad, antes de la llegada de la sulfona, y Carlos Alberto Garzón Fortich, quien ha dedicado gran parte de su vida al estu- dio y control de la enfermedad, como médico en el Lazareto de Contrata- ción en 1945, en 1947 como Director de Caño de Loro y luego de Agua de Dios y Jefe de la Campaña Nacional antileprosa. En 1958 invitado por La OMS presentó en el Congreso Mundial de Lepra y Dermatología en Belo

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Horizonte el programa “Necesidad de un mayor apoyo a los dispensarios dermatológicos,” como base para el diagnóstico y tratamiento de las enfer- medades de la piel, tesis compartida por los profesores Latapí de Mexico, Abulafia de Argentina y Azulay de Brasil y que se aprobó, como una de las conclusiones del congreso. En Bogotá, Fabio Londoño (f) punto de refe- rencia para cualquier comentario sobre lepra, ora desde la UniNacional ora desde la Dirección del Centro Dermatológico F.Ll.A., Fuad Muvdi, Luis Alfredo Rueda (f), Guillermo Gutiérrez, Mariano López, Rafael Uribe, Jorge Humberto Reyes, Michel Faizal quien en 1999 desde la UniNacional reinició la visita y atención de pa- Fabio Londoño cientes en Agua de Dios y realiza esfuerzos para éste sea convertido en verdadero patrimonio histórico nacional, y el patólogo Gerzaín Rodríguez con múltiples investigaciones y textos sobre la lepra. En Antioquia Alonso Cortés y Mario Robledo. En el Valle del Cauca, Antonio Torres y Cecilia Moncaleano desde el Dispensario de Lepra, Luis Hernando Moreno quien durante varias décadas dirigió los programas gubernamentales, más adelante Adriana Arrunátegui desde la dirección de los programas de lepra de la Secretaría de Salud Municipal y José Gustavo Corredor que sucedió al doctor Moreno. En Pasto Efraín Solare , Jorge García y Alfonso Rebolledo. En los Santanderes Álvaro Sabogal (f) y Pedro Miguel Román (f) que reco- rrieron sus departamentos llevando bienestar a los enfermos. En el Cauca José Félix Zambrano, en Boyacá Antonio Morales Segura y en Santa Marta los dermatoleprólogos Juan Manuel Fakiolas (f), Edmundo Mazenet (f) y Virgilio Rodríguez, sólo para mencionar algunos. A pesar de los siglos de presencia de la lepra en el mundo, de las innu-

Luis Moreno Adriana Arrunátegui Álvaro Sabogal Pedro Román

354 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA merables observaciones e investigaciones que desde todos los puntos cardi- nales se han y se continúan realizando, del advenimiento de la poliqui- mioterapia que disminuyó de manera sustancial las graves complicaciones de otrora, de las nuevas tendencias terapéuticas, de la dedicación de incon- tables dermatólogos y otros científicos por su estudio, esta enfermedad con- tinúa como un azote y flagelo de la humanidad, desde luego con mayor ahínco en las regiones menos favorecidas social y económicamente. Es de- ber de los gobiernos y de las presentes y futuras generaciones de médicos y otros científicos con el respaldo de los avances en genética, biología mole- cular, inmunología, farmacología y demás ciencias de competencia, desa- rrollar los mecanismos necesarios en procura de su plena erradicación y que algún día sea la lepra sólo un recuerdo lastimero de épocas pretéritas. Dejo expresa mi gratitud a los colaboradores de este Capítulo los derma- tólogos Carlos Alberto Garzón, Doris Stella León, Gonzalo Marrugo y Luis Miguel Covo, por toda la información que me cedieron de sí mismos, de familiares, de colegas y de textos antiguos y al Arquitecto Historiador y Restaurador, Jorge Sandoval Duque por sus relatos y las valiosas fotogra- fías. Como bien anota Gonzalo Marrugo, la presente sección “rinde así homenaje a todos los médicos que desde hace varios siglos han puesto su grano de arena en la historia del estudio y control de la lepra en Colombia”.

HISTORIA DE LA SÍFILIS Y OTRAS TREPONEMATOSIS

CÉSAR IVÁN VARELA HERNÁNDEZ

Hugo Armando Sotomayor Tribín, médico pediatra, dilecto amigo e his- toriador contemporáneo, dice en su obra Arqueomedicina de Colombia Prehispánica, que las treponematosis se originaron en África ecuatorial como pian (bubas o frambesia), y que debido a la migración hacia zonas más secas en el trópico africano, las lesiones se localizaron en puntos más húmedos del cuerpo, como en la región perioral, para convertirse en sífilis venérea no endémica, que por medio de inmigrantes asiáticos llegó a los trópicos de América, donde volvió a ser de nuevo pian. Quienes comparten la teoría del origen unitario de las treponematosis, consideran que la sífilis se desarrolló

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en varias poblaciones tanto en el vie- jo como en el nuevo mundo y que es- taba presente a la llegada de los con- quistadores. La sífilis venérea, la en- démica no venérea o bejel, el pian y el carate “serían cuatro síndromes den- tro de un gradiente biológico produ- cido por el Treponema pallidum”8. Las evidencias paleontológicas revelan un mayor número de restos óseos preco- lombinos con treponematosis que en el Viejo Continente. Aunque el pian y la sífilis producen alteraciones óseas Caries sicca en cráneo de Aguazuque, muy similares, son muy importantes 5025 A.C. Sitio arqueológico de los hallazgos de caries sicca en el crá- Aguazuque (Soacha, Cundinamarca). Dr. Gonzalo Correal Urrego neo de restos óseos en territorio co- lombiano, que parecen ser exclusivos de la sífilis venérea, como los encon- trados por el doctor Gonzalo Correal Urrego en el sitio arqueológico de Aguazuque en Cundinamarca y que datan del año 5025 A.C., cuyas foto- grafías me obsequió gentilmente. La sífilis endémica llevada a Eu- ropa por los españoles luego del con- Detalle en el cráneo tacto con los indígenas y su rápida diseminación, se debió quizá a la falta de exposición a ésta y a las dife- rencias en el estilo de vida, como el uso de ropa, lo que hizo cambiar el modo de transmisión del T. pallidum, a una forma de transmisión sexual; así, el pian, se convirtió en sífilis venérea, que luego fue regresada por los mismos españoles a América8. Los grandes investigadores contem- poráneos de la treponematosis y merecedores de nuestra admiración y respeto por los interesantes y cuidadosos trabajos de paleontología e importantísimos hallazgos son los doctores Gonzalo Correal Urrego, José Vicente Rodríguez Cuenca, Carlos Armando Rodríguez y Hugo Arman- do Sotomayor Tribín.

356 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA

La sífilis

La presencia de las treponematosis desde el Descubri- miento, motivó su estudio y dejó varios relatos de los cro- nistas de la época. Las condiciones propias del medio en aquel entonces, así como la irrupción abrupta de los con- quistadores, la pobreza, las malas condiciones higiénicas y Calixto Torres la prostitución, favorecieron la diseminación de la sífilis venérea que vino a ser un grave problema sanitario cuyo acmé llegó a finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX, lo que motivó a los gobiernos de Rafael Reyes y Ra- fael Núñez a establecer cambios en el currículo de estudio en la Facultad de Medicina y crear la cátedra de sifilografía 17. Gabriel José Castañeda, comenzó la enseñanza de José Lombana la sífilis como primer profesor de la Cátedra de dermatología y sifilografía en la UniNacional. Para la primera década del siglo XX ya era clara la etiología de la sífilis causada por T. pallidum definida por Schaudinn y Hoffman, vino la prueba de campo oscuro por Landsteiner y luego de los estudios de Ehrlich, llegó en 1910 el medicamento Salvarsán, luego el Neo-Salvarsán y el Solusalvarsán, lo que revolucionó el tratamiento del mal gálico, y Federico Lleras introdujo la serología de Wasserman. A partir de 1936, Alfonso Gamboa Amador dictó el curso de sifilografía en la UniNacional y Calixto Torres Umaña, pediatra, otra luminaria nacional, aportó de manera extraordinaria en 1935 su obra, Sífilis Con- génita en el Niño, e informó 1.103 enfermos. Por esta época José María Lombana Barreneche aseguraba que 70% de los jóvenes capitalinos “ya habían recibido el bautizo de la sífilis” y el tratamiento se hacía con mafarside endovenoso. Se llegó a usar en la época la “piroterapia” por “impaludización” para la neurolúes. En la década siguiente, 1940, Fleming revolucionó el mundo al descubrir la penicilina que fue purifi- cada por Florey y Chain. Los enfermos comenzaron a ser curados y dis- minuyeron las medidas de control y vigilancia. Pero en 1973 ante la pre- sencia aún de un número importante de casos, el Ministerio de Salud encargó al doctor Miguel A. Guzmán Urrego un programa de control de la enfermedad. Más adelante fue abolido el carné sanitario y los centros de control de enfermedades venéreas. El Instituto Profiláctico para En-

357 VARELA HERNÁNDEZ CI fermedades Venéreas fundado en 1924 por Gustavo Uribe Escobar, tuvo papel muy importante en el estudio y manejo de esta enfermedad en Medellín. En las últimas décadas del siglo XX con la llegada del SIDA y ante las pocas medidas de vigilancia, se ha recrudecido la enfermedad en el país.

El Pian

El pian, bubas o frambesía, causado por T. pertenue, fue un verdadero problema de salud pública en el país, de modo especial en la costa del Pací- fico, donde afectó a casi todos los moradores, quienes quedaban marcados por cicatrices e incluso con deformidades óseas. Se utilizaron para su trata- miento antimoniales, bismuto y arsenicales con poco éxito, hasta la llegada de la penicilina. Me contó el doctor Sotomayor que el doctor Gerardo López Narváez (f) en la década de 1950 recorrió la costa occidental del país, desde el río Mira en la frontera sur con Ecuador hasta la frontera con Panamá hacia el norte, registrando la ribera de cada río, abundantes en la región, los que fue numerando para no dejar ningún palmo por visitar y en su trajinar duran- te 14 años, trató a todos los enfermos para erradicar la enfermedad, obra quijotesca digna del reconocimiento, admiración y gratitud. Cuentan que al finalizar el programa de erradicación, en algún paraje costanero del Pacífico y reunido con su equipo de colaboradores, al calor de un destilado de caña, escribió: “Esto también es necesario porque, no sólo de pian vive el hom- bre”.

El Carate

El carate, causado por T. carateum llegó a ser considerado como ele- mento de identidad étnica entre los indígenas. Según el Padre Rivero “…padecían de carate que les afectaba las manos y la cara con manchas azules y blancas, de lo que se enorgullecían, hasta el punto que las muje- res jóvenes que no tuvieran carate, no eran solicitadas en matrimonio”. Se convirtió desde el siglo XVI y hasta mediados del siglo XX en un verdadero problema de salud pública, con su mayor incidencia en el centro y occidente del país. En La Plata, Huila, atacaba 70% de la pobla- ción. Aunque la penicilina prácticamente erradicó el carate, aún se pre- 358 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA sentan casos como el informado en 1998 por Adriana Arrunátegui Ramírez quien diagnosticó una enferma de la costa del Pacífico, que fue tratada en el Servicio de Dermatología de la UniValle. Este caso lo pre- sentó María del Pilar Marulanda Calero y ganó en el concurso de minicasos en el XXII Congreso Nacional, el mismo año. El vallenato es un ritmo musical autóctono del Caribe colombiano y es en Valledupar en el Departamento del Cesar la región que con mayor ahínco narra su devenir histórico en él, de allí, que Jairo Mesa Cock nos aporta estos relatos: “…leyendo tu capítulo al hablar del carate, me acordé de algo que no sé si conoces…existe un paseo vallenato que se llama ‘Compae Chipuco’, los versos hablan de un personaje de Valledupar que dice: …‘Me llamo compae Chipuco y vivo a orillas del río Cesar...soy vallenato de verdá, tengo las patas bien pintá...con mi sombrero bien alón y pa’ remate me gusta el ron’...resulta que tener las patas bien pintá, era como un pasaporte en Valledupar; el que no podía demostrar que tenía carate, no lo consideraban vallenato auténtico.” “Hay otro perso- naje de Valledupar, Juana Arias, a quien Rafael Escalona le dedicó un vallenato por un escándalo que armó cuando le enamoraron una nieta, a quien vi en una foto y se le aprecia su carate...” “Cuando Heriberto Gómez vivía y yo estaba apenas estudiando medicina, en la Universidad de Antioquia, se armó una visita a un municipio o caserío (no recuerdo bien) que se llama Damasco, donde 95% de la población eran caratejos y fue un profesor antioqueño de mucha fama en su época, el profesor Montoya y Flórez, quien lanzó una teoría sobre su patogenia...” El Museo de Historia de la Medicina de la Academia Nacional de Medicina en Bogotá, realizó la tercera exposición temporal (marzo a septiembre de 2002) sobre las treponematosis en Colombia, por ser es- tas enfermedades unas de las más antiguas de la humanidad, presentes desde hace milenios en América, por haberse encontrado en Colombia las evidencias óseas más antiguas del mundo, por haberse constituido en un problema de salud pública en el país y a su vez haber sido motivo de notables avances en investigación.

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Puente del Humilladero, Popayán

360 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA

CAPITULO VII

Actividades Académicas y Publicaciones

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362 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA

ACTIVIDADES ACADÉMICAS. CONGRESOS NACIONALES, SEMINARIOS Y CURSOS

CÉSAR IVÁN VARELA HERNÁNDEZ COLABORADORA : DANIELLE ALENCAR-PONTE DE VARELA

La Asociación, sus filiales, los capítulos regionales y los servicios de dermatología del país, han hecho múltiples certámenes académicos a lo largo de la historia; hago mención sólo de los de carácter nacional e internacional.

Congresos Nacionales de Dermatología

La Asociación ha realizado 25 Congresos Nacionales, el primero en Bogotá en 1960 presidido por Guillermo Pardo (f) y el más reciente en la misma ciudad en octubre de 2004 presidido por Evelyne Halpert. Esta recopilación de los Congresos Nacionales de Dermatología se hizo a partir de escritos en 1975 de Gonzalo Reyes (f) y en 1999 de Alfonso Osorio, Mariano López y Jaime Betancourt (f)28-30 I. Bogotá. 8-10 diciembre 1960. Presidente: Guillermo Pardo Villalba (f) II. Medellín. 13-16 diciembre 1961. Presidente: José Posada Trujillo (f). Secretario-Tesorero: Iván Guillermo Pardo Rendón (f) III. Cali. 24-27 julio 1963. Presidente: Hernán Tobón Pizarro (f) Secre- tario-Tesorero: Ernesto Correa (f) IV. Bucaramanga. 2-5 diciembre 1964. Presidente: Álvaro Sabogal Rey (f). Secretario-Tesorero: Alejandro Villalobos V. Bogotá. 8-11 diciembre 1965. Presidente: Fabio Londoño González (f). Secretario-Tesorero: Guillermo Gutiérrez VI. Medellín. 11-14 diciembre 1966. Presidente: Gonzalo Calle Vélez (f). Secretario-Tesorero: Iván Rendón (f) VII. Manizales. 18-20 julio 1968. Presidente: Heriberto Gómez Sierra

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(f). Vicepresidente: Gonzalo Botero. Secretario-Tesorero: Flavio Gómez VIII. Bogotá. 8-12 octubre 1970. Presidente: Luis Alfredo Rueda Plata (f). Presidente Honorario: Gonzalo Reyes (f). Secretario-Tesore- ro: Fabio Londoño (f) IX. Barranquilla. 12-15 octubre 1972. Presidente: Fuad Muvdi Chain. Presidente Honorario: Fabio Londoño (f) X. Cali. 31 oct-3 nov 1974. Presidente: Rafael Falabella Falabella Secretario-Tesorero: Nelson Giraldo (f) XI. Pereira. 28 oct-1 nov 1976. Presidente: Adolfo Ormaza Hinestrosa. Secretario: Heriberto Gómez (f) XII. Bogotá-Paipa. 28 jun-2 jul 1978. Presidente: Guillermo Gutiérrez Aldana XIII. Pasto. 8-11 octubre 1980. Presidente: Alfonso Rebolledo Muñoz. Secretaria-Tesorera: María Mélida Durán (f) XIV. Cartagena. 29 sep-2 oct 1982. Presidente: Enrique Alfonso Osorio Camacho. Presidente Honorario: Alonso Cortés. Secretario-Teso- rero: Alfonso Navarro XV. Bucaramanga. 31 oct-4 nov 1984. Presidente: Álvaro Sabogal Rey (f). Secretario-Tesorero: Hernando Mosquera XVI. Bogotá. 9-12 octubre 1986. Presidente: Juan Guillermo Chalela Mantilla. Secretario-Tesorero: Enrique Suárez (f) XVII.Bogotá. 3-6 mayo 1988. Presidenta: María Mélida Durán Merchán (f). Secretario-Tesorero: Rafael Falabella XVIII. Barranquilla. 16-19 agosto 1990. Presidente: Mariano López López. Presidente del Congreso: Fuad Muvdi XIX. San Andrés. 12-16 septiembre 1992. Presidente: Flavio Gómez Vargas. Presidente Honorario: Alonso Cortés. Tesorero: Adolfo Gómez XX. Cali. 3-6 noviembre 1994. Presidente: Rafael Falabella Falabella. Presidente Honorario: Alonso Cortés. Secretario: Luis Hernando Moreno XXI. Medellín. 31 oct-3 nov de 1996. Presidente: Juan Pedro Velásquez Berruecos. Presidenta Honoraria: Stella Prada. Secretaria: Ángela Zuluaga. Tesorera: Luz Marina Gómez XXII. Santa Marta. 7-11 octubre 1998. Presidenta: Mercedes Flórez Díaz

364 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA

Granados. Presidenta del Congreso: Teresita Díaz Granados XXIII. Pereira. 10-13 agosto 2000. Presidente: Carlos Horacio González Rojas. Presidente Honorario: Gerzaín Rodríguez XXIV. Medellín. 10-13 octubre 2002. Presidenta: Ángela Inés Zuluaga de Cadena. Presidente Honorario: Rafael Falabella XXV. Bogotá. 14-17 octubre 2004. Presidenta: Evelyne Halpert Ziskiend. Presidenta Honoraria: Stella Prada XXVI.Bogotá. 2006. Presidente Junta Directiva Antonio Barrera Are- nales. Presidenta del Congreso: Esperanza Meléndez Ramírez

III Congreso 1963. Cedida por Alonso Cortés

IV Congreso 1964. Cedida por Flavio Gómez

365 VARELA HERNÁNDEZ CI

VI Congreso 1966. Cedida por Flavio Gómez

VII Congreso 1968. I a D. Gonzalo Botero, Heriberto Gómez y Jairo Mesa. Cedida por Jairo Mesa

VIII Congreso y I Bolivariano 1970. I a D. F Gómez, H Gómez, V Cárdenas, J Mesa, B Giraldo, I Rendón. Cedida por Flavio Gómez

366 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA

IX Congreso 1972. I a D. A Zapata, F Gómez, R Fallabella, H González, CE Escobar. Cedida por Flavio Gómez

X Congreso 1974. Juan Velásquez y Jaime Betancourt

XII Congreso 1978 Paipa. I a D. LE López, C Escobar, R Falabella, N Giraldo, Guillermo Gutiérrez, Presidente

367 VARELA HERNÁNDEZ CI

XV Congreso 1984. Cedida por Flavio Gómez Congresos Nacionales de Dermatología Pediátrica

La Asociación Colombiana de Dermatología Pediátrica desde su fun- dación en 1992, ha realizado seis Congresos Nacionales de Dermatolo- gía Pediátrica: I. Bogotá. 10-12 de junio de 1994. Presidente: Enrique Suárez Peláez (f) II. Cali. 10-12 de noviembre de 1995. Presidenta: Evelyne Halpert Ziskiend. Vicepresidente: Antonio Barrera III. Bogotá. 10-12 de octubre de 1997. Presidenta: Evelyne Halpert Ziskiend. Vicepresidente: Antonio Barrera IV. Medellín. 12-14 de noviembre de 1999. Presidenta: Evelyne Halpert Ziskiend. Vicepresidente: Antonio Barrera V. Bogotá. 4-6 de agosto de 2001. Presidente: Antonio Barrera Arena- les y Presidente Honorario: Mariano López VI. Armenia. 5-7 de agosto de 2003. Presidente: Carlos Horacio González Rojas

Congresos Nacionales de Cirugía Dermatológica

La Asociación Colombiana de Cirugía Dermatológica ha instaurado tres Congresos Nacionales de Cirugía Dermatológica, todos en Bogotá. I. 18-19 de febrero de 2000. Presidente: Eduardo González Gutiérrez

368 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA

II. 27-28 de abril de 2001. Presidente: Eduardo González Gutiérrez III. 25-26 de abril de 2003. Presidente: Eduardo González Gutiérrez

Algunos Certámenes Internacionales

En Colombia se han efectuado varios encuentros internacionales al- gunos de ellos coincidentes con congresos nacionales. El 9 de diciembre de 1965 en Bogotá se fundó la Federación Boli- variana de Dermatología en el marco del V Congreso Nacional de Dermatología presidido por Fabio Londoño (f). Del 8 al 12 de octubre de 1970 en Bogotá conjuntamente con el VIII Congreso Nacional de Dermatología presidido por Luis Alfredo Rueda Plata (f) y Gonzalo Reyes García (f) (Presidente Honorario), se efectuó el I Congreso Bolivariano de Dermatología, y la junta directiva estu- vo conformada así: Presidente, Heriberto Gómez Sierra (f) (Colombia); Vicepresidente, Enrique Vergara (Bolivia); y Vocales, Wenceslao Ollage (Ecuador), Arturo Tapia (Panamá), Juan Manrique (Perú), Juan Di Pris- co y Francisco Kerdel (Venezuela). En 1979 en Medellín tuvo lugar el Congreso Ibero Latinoamerica- no de Dermatología (CILAD) con la presidencia de Alonso Cortés. En octubre de 2005 se hará en Cartagena de Indias el XVI CILAD con Ra- fael Falabella, como Presidente. Desde 1983 hasta el 2000 en Bogotá, se han dictado 18 Cursos de Actualización para Dermatólogos de la International Society of Dermatology, organizados por María Mélida Durán (f). Desde 1989 hasta 1995, se efectuaron cuatro Seminarios Interna- cionales de Dermatología Pediátrica, el I presidido por Guillermo González en Cali, el II en Pereira y el III y IV en Cali, organizados en la UniValle por Rafael Falabella. En Medellín desde 1991 hasta 2000, se efectuaron diez Simposios Internacionales de Dermatología CES, instituidos por el CES y con la Presidencia de Ángela Zuluaga. Del 1 al 3 de septiembre de 1993 en Cartagena de Indias se llevó a cabo la Segunda Reunión del Colegio Iberoamericano de Criocirugía bajo la Presidencia de Carlos Horacio González. En 1995, I Curso Internacional de Cirugía Dermatológica. Asocia-

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ción Colombiana de Cirugía Dermato- lógica. Bogotá. Del 10 al 12 de octubre de 1997 en Bogo- tá, durante el III Congreso Colombiano de Dermatología Pediátrica presidido por Evelyne Halpert, se cumplió el I Congreso Latinoamericano de Dermatología Pediátrica. En 1999 en Medellín, el Simposio Inter- IV Seminario Internacional de nacional de Dermatitis de Contacto, orga- Dermatología Pediátrica 1995. G González y T Kawasaki nizado por la UPB y presidido por luz Mari- na Gómez Vargas. Del 10 al 13 de agosto de 2000 en Pereira, durante el XXIII Congreso Nacional presidido por Carlos Horacio González se efectuó el IV En- cuentro Colombo-Venezolano y XV Congreso Bolivariano. En 2001 y 2003 en Medellín, dos Simposios Internacionales Ciu- dad de Medellín, Dermatopatología, y Dermatología y Enfermedades Reumatológicas respectivamente, organizados por la UniAntioquia, el CES y la UPB. En 2002 y 2004, dos Cursos de Actualización en Dermatología “María Mélida Durán” de la International Society of Dermatology,

II Curso Ma. Mélida Durán 2004. I a D. LM Arango, AM Londoño, PA Mejía, LM Gómez, MM Zapata 370 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA organizados por la UniValle y Proderma, dirigidos por Rafael Falabella en Cali.

Algunos sucesos nacionales o regionales de los Capítulos Regionales y de los Servicios de Dermatología

En 1981 en Bogotá, Curso de Avances en Dermatología, organizado por el Hospital Militar-UniNuevaGranada. Desde 1988 Jornadas Dermatológicas de la Costa organizadas por la Sociedad Bolivarense de Dermatología. Desde 1990 en Bogotá, Reuniones mensuales académicas de derma- tología clínica y cirugía dermatológica a cargo de la Sociedad Bogotana de Dermatología, Capítulo Centro, coordinadas por Michel Faizal desde 1999 a 2002. En 1990 en Bogotá, Curso de Medicina Tropical organizado por el Hospital Militar-UniNuevaGranada. En 1990, I Curso Teórico-práctico de Cirugía Dermatológica. Aso- ciación Colombiana de Cirugía Dermatológica. Bogotá En 1991, II Curso Teórico-práctico de Cirugía Dermatológica, Criocirugía y Angioesclerosis. Asociación Colombiana de Cirugía Derma- tológica. Bogotá Desde 1993 en Bogotá, Jornadas de Prevención del Cáncer de Piel, en los pabellones de la Feria Internacional de Bogotá, dirigidas por el Hospital Militar-UniNuevaGranada y que tuvieron como gestor a Jaime Soto Mancipe. En 1994 y 1996 en Bogotá, dos Seminarios de Dermatología Onco- lógica, organizados por la Escuela de Dermatología Oncológica del Institu- to Cancerológico y presididos por Álvaro Acosta de Hart. Desde 1995 en Cali, siete Simposios de Terapia Dermatológica, cons- tituidos por la UniValle y Proderma, dirigidos por Rafael Falabella con la colaboración del cuerpo docente de la UniValle. Desde 1997 por iniciativa de Álvaro Correa, Esperanza Meléndez y Ber- nardo Huyke, cuatro Simposios Dermatológicos del Caribe , Dermocaribe . ASODERMA. En Barranquilla los dos primeros en 1997 y 1999, el III del 19 al 22 de septiembre de 2001 en Cartagena junto con el Curso CILAD Colombia y el IV en Santa Marta del 25 al 27 de septiembre de 2003. En 1999, Curso de láser para dermatólogos. Asociación Colombia-

371 VARELA HERNÁNDEZ CI na de Cirugía Dermatológica. Bogotá Del 12 al 13 de octubre de 2004 en Bogotá, Primer Curso en Der- matología Oncológica, establecido por la Escuela de Dermatología Oncológica del Instituto Cancerológico y bajo la Presidencia de Álvaro Acosta de Hart. Múltiples actividades periódicas tienen lugar, desde hace muchos años, en diferentes servicios de dermatología y con el auspicio de los capítulos regionales, como el ateneo del Eje Cafetero, las tertulias del Valle, la re- unión clínico patológica de la UniAntioquia, el ateneo semanal en Bucaramanga, el ateneo mensual “Pedro Miguel Román” en Cúcuta y la reunión clínico patológica de SADE, entre otros, así como talleres y diver- sos cursos de actualización para médicos generales.

PUBLICACIONES. LIBROS, REVISTAS Y VIDEOS. LA REVISTA Y LA PÁGINA WEB DE LA ASOCIACIÓN COLOMBIANA DE DERMATOLOGÍA Y CIRUGÍA DERMATOLÓGICA

CÉSAR IVÁN VARELA HERNÁNDEZ

En el Diario de Colón que reposa en la Biblioteca Nacional de Ma- drid, se encuentra la que es quizá la primera descripción dermatológica en lengua castellana sobre la piel y el pelo de los aborígenes americanos: «…muchos de estos hombres, todos mancebos, todos de buena estatura, gente muy hermosa con los cabellos no crespos, salvo corredizos y grue- sos, como sedas de caballo. Y los ojos muy hermosos y no pequeños. Y ellos ninguno prieto, salvo del color de los canarios, con las piernas muy derechas, todas a una mano, y no barriga, salvo muy bien hecha.» Antonio Vargas Reyes inició la historia de las revistas médicas en Colombia con la publicación del primer número de La Lanceta en abril de 1852, que se constituyó en la primera expresión del periodismo médico en el país y para la que tuvo como co-editor a su sobrino Antonio Vargas Vega. Dice el conocido médico historiador Al- fonso Bonilla-Naar, que los Vargas continuaron su es- Antonio Vargas píritu periodístico médico, y así, en 1864 fundaron la

372 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA segunda revista médica Gaceta Médica, que se convirtió en el órgano de difusión de la Escuela Privada de Medicina y que en 1867 cambió su nombre por el de Gaceta Médica de Colombia, para constituirse en la revista de la recién creada Universidad Nacional de los Estados Unidos de Colombia. En los últimos años del siglo XIX y primeros del XX, comenzaron a ser publicadas nuevas revistas en Bogotá, Medellín y Popayán, como la Revista Médica de Bogotá dirigida por Nicolás Osorio y fundada en 1872 como órgano de la Sociedad de Ciencias Médicas y Naturales; la Revista de Higiene en 1886, que fue el órgano de la Junta Central de Higiene y dirigida por G. Durán Borda; los Anales de la Aca- demia de Medicina de Medellín, el Boletín Médico del Cauca y el Bole- tín del Laboratorio Samper-Martínez que se creó en 1917 y se publicó hasta 1948. También han tenido importante papel la Revista de la Facul- tad de Medicina de la Universidad Nacional, Antioquia Médica, Iatreia, Acta Médica Colombiana, Colombia Médica (cuyo nombre inicial fue Acta Médica del Valle) y tiene una vida continua desde hace 35 años, y Biomédica. Desde La Lanceta hasta el presente, se crearon muchas revistas y según el Catálogo Colectivo Nacional de Publicaciones Seriadas del ICFES, en la década de 1990 llegó a 127 el número de revistas médicas colombianas. En ellas se han publicado muchas de las investigaciones, trabajos de dermatología y un buen número de artículos basados en tesis de grado de medicina. Nombraré los títulos de algunos de los libros de dermatología y vi- deos publicados en el país, de libros relacionados con la especialidad, de temas históricos y culturales escritos por dermatólogos colombianos, seguido por la historia de la Revista Colombiana de Dermatología y de la Página Web de la Asociación. Ruego la benevolencia de los colegas dermatólogos que han publica- do libros o videos que no figuren en esta relación; el motivo consiste en que a pesar de mi pertinaz búsqueda e insistente solicitud, me fui impo- sible obtener la información.

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Libros. Autorías y Co-autorías

. Curso de Cancerología. Manuel José Silva. Bogotá 1945. . Manual Práctico de Clínica Dermatológica. Nayib Ambrad. . Introducción a la Dermatología. Director y editor: Guillermo Gutiérrez. Colaboradores: Fabio Londoño, Luis A. Rueda, Fernan- do García, Mariano López y Víctor Zambrano. 1975, 1978, 1982. . Dermatología. Fundamentos de Medicina. Rafael Falabella, Nelson Giraldo, Carlos Escobar. Medellín 1981. . Manual Práctico de Dermatología. Editores: Alonso Cortés y Diego E. Jaramillo. Colaboradores: Flavio Gómez, Gonzalo Gómez, José Ignacio Gómez, Evelyne Halpert, Raúl Jiménez, Walter León, Jor- ge Mesa, Stella Prada, Beatriz Sierra, Alberto Uribe, Juan P. Velás- quez y Antonio Yepes. Medellín 1982. . La lepra el manual del médico. Eduardo González. Bogotá 1986. . Leishmaniasis: Pautas actuales de manejo y tratamiento en Memo- rias del II Curso de Actualización en Dermatología. Diego E. Jaramillo 1988. . Manual de Medicina de Urgencias. Jaime Soto 1989. . Programa Control de Hansen, Normas técnicas y Administrativas del Servicio Seccional de Salud de Antioquia. Beatriz Orozco 1989. . Leishmaniasis Tegumentaria Americana. Jaime Soto 1989. . Manual sobre Dermatosis Ocupacionales. Francisco E. Gómez 1989. . Enfermedades de Transmisión Sexual. Normas técnicas adminis- trativas. Servicio Seccional de Salud de Antioquia. Beatriz Orozco 1990. . Enfermedades de Transmisión Sexual 1991. Jaime Soto Mancipe. . Manual del Manejo de Discapacidades en Lepra. David A.Castillo 1992. . Pitiriasis Rubra Pilaris Asociado con Infección Aguda por Virus de Epstein-Barr en Actualizaciones Pediátricas. Evelyne Halpert 1992. . Neoplasias asociadas con el SIDA y Manifestaciones derma- tológicas en el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida. En Velázquez G Gómez R. SIDA. Enfoque integral. Beatriz Orozco.

374 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA

Medellín 1992. . Manifestaciones Cutáneas en el recién nacido en Actualizaciones Pediátricas. Evelyne Halpert. Bogotá 1993. . Guías para el Manejo de las Enfermedades Transmitidas por Vectores (Minsalud). Jaime Soto 1993. . Dermatitis por contacto del área del pañal en Dermatología en sus Manos. Evelyne Halpert. . INTERSIDA. Recomendaciones para la atención de los pacientes infectados con el virus de la inmunodeficiencia humana y con SIDA. Coautora Beatriz Orozco 1994. . Sífilis en Restrepo M. Velázquez G. Protocolos para la atención integral de las enfermedades de transmisión sexual. Beatriz Orozco 1995. . Dermatología Neonatal en Fundamentos de Pediatría Evelyne Halpert. . Prurigo Simple Agudo en Manual de Dermatología Básica y Des- criptiva. Evelyne Halpert. Castro N., Chalela JG., Pérez M y Rodríguez G. 1995. . La Sífilis. Herpes genital. Ectoparásitos de transmisión sexual. Sín- drome de ulcera genital. Otras afecciones cutáneas del área geni- tal en Enfermedades de transmisión sexual. Clínica, diagnóstico, tratamiento y prevención. Beatriz Orozco 1995. . Cáncer de piel en el Libro Liga Colombiana de Lucha contra el Cáncer. Álvaro Acosta de Hart 1996. . Manifestaciones dermatológicas en SIDA. Enfoque integral. Bea- triz Orozco 1996. . Lepra. Editores: Gerzaín Rodríguez y Luis Carlos Orozco 1996. . Infecciones de tejidos blandos. Terapia antiviral en Enfermedades infecciosas. Beatriz Orozco 1996. . Manual Dermatológico Descriptivo. Coautora María C. Torres 1996. . Programa de Vigilancia Epidemiológica para Dermatosis Ocupa- cionales del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social y Sociedad Colombiana de Medicina del Trabajo. Coautor Francisco E. Gómez 1997. . Terapia Dermatológica. Fundamentos de Medicina. Editores: Ángela Zuluaga, Claudia Uribe y Gloria Velásquez. Editorial CIB

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1998 y 2003. . Eritema multiforme, urticaria y angioedema en: Urgencias. Guías de manejo. Beatriz Orozco 1999. . Usuario Pediátrico. Coautora: Mariela Tavera 1998. . Urgencias en Dermatología. Editores: Juan J. Atuesta, Juan G. Chalela, Mauricio Pérez, Gerzaín Rodríguez. Autores: Álvaro Acosta, Nancy Castro, William Sánchez, Mariela Tavera 1999. . Guías para el manejo integral de ETS/VIH/SIDA del Ministerio de Salud de Colombia. Asesora Beatriz Orozco 2000. . Cirugía Micrográfica de Mohs. Michel Faizal 1999. . Semiología Clínica. Piel y anexos. Fernando Vallejo 2002. . Glosario ilustrado de dermatología y dermatopatología. Gerzaín Rodríguez 2004. . 25 Años de Dermatología en el Hospital San José. Edgar Olmos (en imprenta). . Lepra. Instituto Nacional de Salud. Coautor Rafael Pinto. . Dermatología: la experiencia en la medicina. Rafael R. Henríquez. . Manual de VIH/SIDA y Otras Infecciones de Transmisión Sexual. Editado por J. Betancur M., S. Estrada M., A. L. Correa A., Beatriz Orozco M., (en imprenta).

Libros de Historia, Poesía y Cultura General

. Los últimos Juglares. Coautor: Carlos H. González. . A Flor de Piel. Antología de Poesía. Centro Dermatológico F.Ll.A. 2000. . Antología Literaria 3, Tulúa. Un Mundo de Palabras. Jorge Humberto Dávila. 2002. . Historia de la Dermatología Vallecaucana 1939-2003. César I. Varela 2003 y 2004. . Intentos. Poesía. Juan J. Atuesta 2004. . El poder de la infamia. Aventura fatal. Fuad Muvdi

376 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA

Co-autorías en otros libros y de otros países u otros temas médicos

. Tumores de Piel en Fundamentos de Medicina Interna. Alonso Cortés 1969. . Tumores de la Piel en Texto de Patología de Pelayo Correa et al. Mario Robledo 1970. . Pinta en Current Dermatologic Management-Maddin-Mosby. Alonso Cortés 1975. . El Diagnóstico. Bernardo Huyke 1975-1976. . Piedra en Haar und Haarkrankheiten, Orfanos und Fischer-Verlag. Alonso Cortés 1979. . Libro Medicina del Adolescente. Mariano López 1981. . Enfermedades Venéreas en Memorias del III Curso de Actualiza- ción en Medicina Interna. Diego E. Jaramillo 1983. . Microscopía electrónica de la infección viral. Gerzaín Rodríguez 1983. . Enfermedades sexualmente transmitidas en Memorias Curso de Actualización en Medicina Interna. Diego E. Jaramillo 1987. . Programa control de ETS del Servicio Seccional de Salud del Quindío. Carlos H. González 1987. . Pathophysiology of Pemphigus en Pathophysiology of the skin. Mary Ann Robledo 1991. . Manual para el Servicio Social Obligatorio. David A. Castillo 1990. . Fundamentos de Pediatría. Juan P.Velásquez 1994. . Dermatitis Atópica. Urticaria en Fundamentos de Pediatría. Diego E. Jaramillo 1995. . Paracoccidioidomycosis and Lobomycosis en Clinical Dermatology, Joseph Demis ed. Lippincot Raven. Alonso Cortés 1995. . Dermatología Rondón Lugo, Adolfo Gómez, Carlos H. González, Ángela Seidel. Venezuela 1995. . Inmunología Básica y su aplicación práctica. Carlos Escobar 1998. . Bacterial, fungal and protozoal cutaneous infections en Atlas of diagnostic immunohistochemistry of the skin. Mabel Ávila. Lon- dres 1998. . Guías de práctica clínica del Instituto Nacional de Cancerología.

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Xavier Rueda 2000. . Pautas Diagnósticas y Terapéuticas. Rondón Lugo, Adolfo Gómez. Venezuela 2001. . Atlas de Citopatología del Tiroides. Mariam Rolón. . Linfoma cutáneo de células T en el Libro de Medicina Interna. María C. Torres 2003. . Puvaterapia en el manejo de linfoma cutáneo de células T en el Libro de la Asociación Colombiana de Medicina Interna. María C. Torres 2004. . Manual de Pediatría. Manuel Forero. . Medicina Interna. Editores Esguerra, Escadón, Campos y Chalem. Juan G. Chalela.

Algunas Publicaciones Periódicas y de Educación a la Comunidad

. Boletín de la Sociedad Colombiana de Dermatología 1975. . Piel Caribe. ASODERMA, desde 2001. . Club de Revistas. Servicio de Dermatología de la UniValle y del Capítulo Valle. . Revista Colombiana de Leprología. . Boletín informativo educativo Tegumentum (12 números). Centro Dermatológico F.Ll.A.-UniJaveriana. . Guía para la atención integral de pacientes con lepra y leishmaniasis. Centro Dermatológico F.Ll.A.-UniJaveriana. Minis- terio de Salud. . Guías de atención basadas en la evidencia. Dermatitis atópica, derma- titis de contacto alérgica e irritativa, verrugas vulgares y anogenitales, melasma, acné, dermatitis seborreica, carcinoma basocelular, carcino- ma escamocelular, rosácea, psoriasis, melanoma, prurigo actínico, ur- ticaria solar y erupción polimorfa lumínica. Centro Dermatológico F.Ll.A.-UniJaveriana. . Edición especial sobre dermatología. Universitas Médicas. Centro Dermatológico F.Ll.A-UniJaveriana. . Dermatología. Revista de la Facultad de Medicina de la UniBucaramanga MEDUNAB. Asociación Santandereana de Der- 378 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA

matología 2002. . Manual SolSolecito. UniValle. Jairo Victoria, Adriana Cruz, Liliana Muñoz, Claudia J. Díaz 2004. . Nuevas Guías Dermatoepidemológicas, INS. Alfredo J. Doria.

Videos y CD ROM

. Micosis subcutáneas y profundas. Audiovisual. Diego E. Jaramillo 1980. . DICOS, diapositivas con sonido, múltiples temas. UniValle. . Cáncer: Un Enemigo a Flor de Piel. Video. Jaime Soto. . Clínica y tratamiento de la lepra. Sonoviso. Eduardo González 1985. . Sintomatología de la lepra. Sonoviso. Eduardo González 1985. . La Voz de la Piel. 10 CD Rom de material educativo para la comu- nidad general, Centro Dermatológico F.Ll.A. . Grupo Médico Emergencia. CD Rom. Mercedes Flórez, vocalista. 1998. . Láser para rejuvenecimiento facial. Video. Arturo César Argote. . Jaime Betancourt Osorio, Toda Una Vida. CD Rom. César I. Varela 2002. . Dermatropical. Atlas de Dermatología Tropical. CD Rom. Rafael Falabella y otros 2003. . Antonio José Torres Muñoz, El Abanderado de la Controversia. CD Rom. César I. Varela 2003. . Imágenes de la Historia de la Dermatología Vallecaucana 1939- 2003. CD Rom. César I. Varela y Jaime Gil 2003. . Jairo Mesa Cock, Maestro, Colega y Amigo. CD Rom. César I. Varela 2004.

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LA REVISTA COLOMBIANA DE DERMATOLOGÍA

COLABORADOR: FLAVIO GÓMEZ

La Revista es un órgano de expresión de la Asociación Colombiana de Dermatología y Cirugía Dermatológica, sus filiales y capítulos regionales. Su contenido es básicamente de tipo científico aunque eventualmente se publican informaciones de carácter gremial, informativo y social. Su misión principal es la educación médica continua en dermatología a través de sus diferentes espacios que son: Profesor invitado, revisión de temas, artículo original, investigación, ciencias básicas, educación médica continua, traba- jos del concurso de residentes, minicasos, revisión de la literatura, cirugía dermatológica, dermatología en Internet, noticias y certámenes, ¿conoce usted el diagnóstico?, re- manso dermatológico y correspondencia. Flavio Gómez Vargas, tuvo la iniciativa y fundó la Revista cuando fue Presidente de la Asociación (1990- 1992), para lo que contó con el respaldo de muchos pres- Flavio Gómez

Portada de la primera Revista Primera página de la Revista

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Primer Editorial de la Revista tigiosos colegas como Fabio Londoño, Luis Alfredo Rueda, Juan Pedro Velásquez, Alonso Cortés y Adolfo Gómez, entre otros. El fundador entró en negociaciones para el patrocinio con el señor William Sánchez en repre- sentación del laboratorio Schering Plough, lo que se logró y cumplió duran- te varios años. Ofreció a Carlos Escobar (f) el cargo de editor, quien ini- cialmente no aceptó pero ante la insistencia del doctor Gómez lo hizo. El

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Carlos E. Escobar Diego Jaramillo Jaime Soto Juan Atuesta

Lucy García Ma. Isabel Barona Fernando Balcázar Rodolfo Trujillo primer número de la Revista se publicó en julio de 1991 con el nombre de Revista de la Sociedad Colombiana de Dermatología. Prestigiosos colegas han dirigido la Revista en sus diferentes épocas, Carlos Enrique Escobar Restrepo desde 1991 hasta 1994, cuando fue sucedido por Diego Elías Jaramillo Jaramillo hasta 1996, seguido por Jaime Soto Mancipe como Director General y Juan Jaime Atuesta Negret como Director Científico hasta 1998, cuando regresó a la edi- ción Carlos Escobar pero siendo sorprendida su existencia el 9 de enero de 1999, asumieron como editoras Lucy García Rodríguez y María Isabel Barona Cabal, hasta el 16 de octubre de 2002 cuando fue nom- brado Luis Fernando Balcázar Romero, seguido a partir del 17 de octubre de 2004 por Rodolfo Augusto Trujillo Méndez. El comité edi- torial está conformado por diferentes dermatólogos del país y la Revista se encuentra en proceso de indexación con EBSCO. Carlos Horacio González en 1999 cuando presidía la Asociación, modernizó la imagen corporativa de ésta y de la Revista, para buscar, y así lo logró, identidad sumada a excelente calidad científica y desde en- tonces es el encargado de la parte financiera. Durante el XXIV Congreso Nacional en 2002, Ángela Zuluaga reci- bió el más honroso premio por haber realizado el mayor número de pu- blicaciones en la Revista a lo largo de su historia. Es justo reconocer la labor de Guillermo González quien durante muchos años ha contribuido 382 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA con los resúmenes de la literatura. El tiraje promedio es de mil ejemplares y la impresión se realiza en Im- presora Feriva S.A en Cali. La financiación se basa en la publicidad de la industria farmacéutica. La distribución a todos los dermatólogos del país la cumple el laboratorio Roemmers-Medihealth y Galderma Colombia lo hace a diversas entidades científicas.

LA PÁGINA WEB DE LA ASOCIACIÓN www.asocolderma.org

COLABORADORES: JAIRO MESA Y ÁNGELA ZULUAGA

La Página Web de la Asociación Colombiana de Dermatología y Cirugía Dermatológica, se creó duran- te la presidencia de Ángela Zuluaga y comenzó a fun- cionar en septiembre de 2001. Inicialmente fue contra- tada para el manejo una empresa particular sin un di- rector oficial. La doctora Zuluaga y la Junta Directiva de la Asociación aportaban el material y al año siguiente Ángela Zuluaga Laboratorios Aldoquín se hizo cargo de la parte técni- ca y del patrocinio hasta la fecha. Transcribo el interesante relato que el Director de la Página Web, Jairo Mesa Cock hizo sobre la historia. “Para mayor claridad contaré cómo se fue conformando lo que terminó en el despertar de la Página Web: como toda mi vida dermatológica trans- currió en la docencia, esa característica se me quedó Jairo Mesa pegada y cuando ya me jubilé en 1994 pensé... la tecnología de los computadores y el Internet son unas herramientas que pueden ser utilizadas para muchos objetivos y entre los dermatólogos… con fines educativos. Por 1998 me propuse hacer resúmenes y comentarios sobre lo que leía en revistas dermatológicas, lo llamé Club de Revistas, y empecé a enviarlos por Internet a correos que tenía de algunos dermatólogos, para colaborar en su actualización...lo que fue bienvenido y con esos correos fui formando una base de datos. Alguien en España conoció el Club de

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Revistas y me propuso hacerle difusión en un boletín que se llama Foro Dermatológico y que él pone en Internet cada semana...es el doctor Mario Linares Barrios de Cádiz... eso fue ya por el año 2000. Luego a otro español, el doctor Paco Russo le vino la idea de hacer periódicamente lo mismo que yo hacía con un mayor número de colaboradores, lo llamó Foro Bibliográfico y me invitó a participar en él...eso fue en los comien- zos de 2002. A finales de 2002 en el XIV Congreso Nacional en Medellín, después de la elección de Evelyne Halpert como Presidenta de la Asociación, me le acerqué y en medio de la romería que existía en la Asamblea que la nombró, le insinué trabajar durante su presidencia en un proyecto que me daba vueltas en la cabeza...hacer una página en Internet que moviera primordialmente aspectos educativos para los dermatólogos... simple- mente y con una sonrisa de sorpresa me dijo «tenemos que hablar... ten- go a alguien que se va a encargar de eso». Pasaron los días y uno de ellos, recibí una llamada desde Medellín del señor Gabriel Peña, Geren- te de Laboratorios Aldoquín... fundamentalmente... la doctora Evelyne se convirtió en multiplicadora de mis desvaríos y en la patrocinadora y el eco de mis inquietudes... ella había enterado a Gabriel de lo que yo deseaba y el quería conocer y aprovechar mis inquietudes, pues en la presidencia anterior, la de la doctora Zuluaga, se había creado una pági- na de la Asociación con el patrocinio de Aldoquín, pero ante las pocas visitas estaba desconsolado... siguió a esto una serie de comentarios so- bre mis ideas con la doctora Evelyne quien cualquier día me propuso que me hiciera cargo de la Página Web y así quedó en mis manos desde enero de 2003, fecha en la que comenzó la era de la Página Web, tal y como funciona en la actualidad. A pesar de mis intereses ser primordialmente los educativos, pronto me di cuenta de la necesidad de hacer lo necesario para que allí tuviesen cabida temas gremiales y sociales que también inquietan a los dermató- logos. Le di un vuelco a su organización, pues todo lo que había eran ideas de personas expertas en diseño de páginas en Internet, más no de pági- nas para dermatólogos.... se crearon sitios con el objeto de desarrollar en ellos las ideas dirigidas a residentes y dermatólogos de Colombia...los minicasos, las perlas dermatológicas, los clubes de revistas, comunica-

384 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA dos, certámenes académico-científicos, los residentes, la proyección a la comunidad, la lista de correos, el foro gremial, el sitio dedicado a las cosas académicas y sociales de los Capítulos Regionales, la Revista elec- trónica amén de otros sitios informativos sobre la Asociación, historia, su estatuto y sus miembros. Hasta hoy la he manejado muy intuitivamente y con algunas bases de la tecnología, pero yo mismo soy consciente que la página tiene que progresar, si es en mis manos capacitándome o si en otras capacitándose.” Jairo Mesa Cock. Por iniciativa de la doctora Halpert, la Asociación en reconocimiento de admiración y gratitud a Jairo Mesa por la labor en la Página Web, le rindió homenaje el 14 de octubre de 2004 en la inauguración del XXV Congreso Nacional en Bogotá, durante el cual tuve el placer de presen- tar un video que elaboré y titulé “Jairo Mesa Cock. Maestro, Colega y Amigo” con imágenes de la vida de este ilustre y connotado educador, al que se unieron con mensajes desde España Paco Russo y Mario Linares y desde Venezuela Rolando Hernández Pérez. En el presente, la Página Web ha tomado gran auge entre los colegas colombianos y extranjeros en especial de Iberoamérica, pues sirve no sólo como mecanismo de educación e información sino como lazo de unión. Es justo reconocer y nombrar a quienes permanentemente cola- boran con las diferentes secciones por lo que retomo las palabras del doctor Mesa: “En el club de revistas: Bernardo Giraldo, Armando Vásquez y la residente del CES, Ana Catalina Ramírez. En las perlas: Bernardo Giraldo y Armando Vásquez. En los minicasos: quienes más han participado son Bernardo Giraldo, Carlos Augusto Corrales, Ángela Seidel, Miguel Zárate, Germán Santacoloma, Luz Marina Gómez, Luz Stella Montoya, Stella Prada, Doris León y Gema Revelo. En la Revista electrónica: Luis Fernando Balcázar. En diferentes temas Adolfo Gómez y los residentes de la UniCaldas Rafael Arango y Sandra González. En el foro gremial: César Iván Varela quien lo coordinó durante los años 2003 y 2004 con la colaboración de César Burgos. Quiero destacar entre los colegas de otros países a Rolando Hernández Pérez de Venezuela, a Mario Linares y Paco Russo de España. Me parecen supermeritorios los colegas bumangueses Armando Vásquez y Miguel Zárate, de Armenia Ángela Seidel y Gema Revelo y Doris León de Tunja, pues ninguno vive en ciudades con escuelas de dermatología y sólo los mueven sus intere-

385 VARELA HERNÁNDEZ CI ses personales y su cariño por la dermatología.” En noviembre y diciembre de 2004 el promedio de visitas diarias fue de 151 y 174 respectivamente. En ese último mes fue visitada por colegas de 30 países de Estados Unidos, España, Alemania, Ecuador, Chile, Suiza y República Checa entre otros, y la sección a la comunidad fue visitada por personas de Colombia, Argentina, México y España. En el futuro la Página Web así como lo ha hecho hasta el presente, tiene por delante una tarea muy importante que cumplir con los dermatólogos y con la comunidad.

DESCRIPCIONES Y PRIMEROS INFORMES DE ENFERMEDADES DERMATOLÓGICAS

CÉSAR IVÁN VARELA HERNÁNDEZ

Me gustaría embeberme en el deleite de la descripción completa de las enfermedades en la prehispanidad y la Colonia, pero como las pági- nas son finitas menciono sólo algunas a título de bellas pinceladas, don- de se aprecia la sabiduría y capacidad de observación de los signos y síntomas en la piel así como de técnicas diagnósticas y quirúrgicas, se- guidas de algunas de las descritas en los años más cercanos al presente. Nuche (miasis): “Pues de diaquilón un parche hecho sobre la hincha- zón y carne flaca, hace la fuerza y el gusano saca: el duro torondón que- da deshecho, la pena quita y el dolor aplaca” Juan de Castellanos12. Mal de siete días o tétano umbilical: “comienzan los niños a llorar inopor- tunamente; se les traban las quijadas de modo que no pueden abrir la boca para tomar el pecho; se encienden en una violentísima calentura, se les agranuja el cutis de la frente y mueren haciendo unos violentísimos esfuerzos quedando todos moreteados” Juana de Mier (Protomédica de Mompós)12.Picaduras: “cierta manera de arañas o mosquitos... que pi- cando en la carne alzan la roncha y queda en ella gran dolor y escoci- miento por tres o cuatro horas” Padre Aguado, Sabandija, cerca de Neiva12. Alteraciones sensitivas y motoras en la Lepra: “La falta de sensibilidad en el Lázaro, es el verdadero síntoma de la enfermedad y lo que indica su existencia”… “El examen de los pacientes lazarinos debe hacerse sin que el enfermo lo conozca; hiriéndole con un instrumento agudo sin que lo vea y no siente la herida; mandándole coger una mone- 386 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA da con los dedos, sin callo y al parecer sanos y no puede cogerla, porque careciendo de la facultad de tocar, no percibe el cuerpo la moneda. Si van caminando y se les arranca un dedo del pie no lo conocen cuando no lo ven…”. José Joaquín García, 1842. Fiebre Amarilla: “La enferme- dad acometía bruscamente a las personas en medio de la más floreciente salud y cuando se ocupaban de sus quehaceres habituales. La escena se abría con una cefalalgia intensa, acompañada de escalofríos y de dolores continuos de los miembros y del dorso. Los ojos se inyectaban y lagri- meaban, y el paciente se quejaba de insomnio, o al contrario de un estu- por profundo. Cuando estos síntomas se manifestaban, ya el enfermo se quejaba de anorexia, de dolor en el epigastrio, de vómitos de materias blancas o biliosas al principio, que luego se convertían en materia pare- cida al café con leche, y más tarde a la sangre pura. Una ansiedad pro- funda, suma postración de fuerzas, manchas en la piel, epistaxis, sangre por las encías, sudor frío, suma lentitud del pulso, hipo y al fin la muerte...Nótese que la ansiedad, la lentitud del pulso, la hemorragia y la coloración amarilla de la piel, pues los cadáveres quedaban como teñi- dos de bilis, eran los síntomas predominantes.” Antonio Vargas Reyes. Demostración del piojo como agente etiológico del tifus y diferen- ciación con la fiebre tifoidea: Luis Patiño Camargo, 192217. Fiebre petequial de Tobia: Luis Patiño Camargo. Fiebre del Guáitara: Luis Patiño Camargo. Carate Noir y su agente Montoyela nigra: Juan Bau- tista Montoya y Flórez. Reacción de Lleras (lepra): Federico Lleras Acosta. Vacuna para carbón bacteriano: Federico Lleras Acosta. La Positividad serológica del carate, fue descrita por Gustavo Uribe Es- cobar, Alfredo Correa Henao, José J. Escobar y Jesús Peláez Botero en Medellín, antes de la demostración del treponema por el doctor Braulio Sáenz del grupo de Paulo Castelló en Cuba. Injertos epidérmicos y su aplicación en áreas acrómicas y de granulación: Rafael Falabella. Arch Dermatol. 1971. Coloración de contraste para la reacción de Galli Mainini y Ambrad Domínguez. Nayib Ambrad. Uso de la talidomida en el prurigo actínico: Fabio Londoño. Int J Dermatol. 1973. Fitofotodermatitis de los pies y de las piernas, de las personas pobres, cuando se exponen al agua y al sol, lavando ropa de su familia luego de estar en contacto con la ruda des- pués el parto: Fabio Londoño. Contribución a la descripción de las

387 VARELA HERNÁNDEZ CI características clínicas y denominación del prurigo actínico: Fabio Londoño. Descripción de los efectos citopáticos del virus papova en la epidermodisplasia verruciforme: Luis Alfredo Rueda. Descripción por primera vez de estudio experimental de la respuesta inmune a la paracoccidioidomicosis en ratones atímicos cepa Balb c: Mary A. Robledo. Am Rev. Resp. Dis 1982. Repigmentación de vitiligo segmentar por miniinjertos autólogos: Rafael Falabella. J Am Acad Dermatol 1983. Hipomelanosis en gota idiopática: Rafael Falabella. Dermatologic Clinics 1983. Leucodermía punctata: Rafael Falabella. J Am Acad Dematol 1988. Descripción de nueva técnica de columnas de inmunoafinidad para poder separar los antígenos de 230 KD y 180 KD como proteínas relacionadas pero diferentes que están comprometi- das en la patofisiología del penfigoide ampolloso: Mary Robledo, Jour Invest Dermatol 1990. Pentamidina como alternativa terapéutica en leishmaniasis. Jai- me Soto, 1993. Prurigo tipo líquen nitidus por picaduras de insectos: Rafael Henríquez. Parámetros clínicos de anestesia tumescente en cirugía reconstructiva de cáncer de piel. Álvaro Acosta. Arch Dermatol 1997. Erupción eosinofílica, polimorfa y pruriginosa asociada con radioterapia. Ricardo Rueda. Arch Dermatol 1999. Miltefosina: el tra- tamiento oral para la leishmaniasis: Jaime Soto. Clin Infect Dis 2001.

Algunos de los primeros casos informados en Colombia

1. Subcutaneous phycomycosis: report of the first case observed in Colombia. A. Restrepo, DL. Greer, M. Robledo, C. Diaz, R. López, C. Bravo. Am J Trop Med Hyg 1967 2. Oftalmomiasis externa y Dermatobia hominis. P. Barreto, A. López- Villegas. Segundo Congreso Nacional de Parasitología y Tercero de Medicina Tropical, Cali, abril 1968. 3. Resistencia primaria a la sulfona en tratamiento de lepra. Fabio Londoño. Centro Dermatológico F.Ll.A 1975. 4. Lobomycosis. Report of the eighth Colombian case and review of the literature. D. Jaramillo, A. Cortés, A. Restrepo, M. Builes, M. Robledo. J Cutan Pathol. 1976. 5. Carcinoma basocelular: revisión de los primeros 348 casos regis-

388 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA

trados por primera vez en el Instituto Nacional de Cancerología. Guillermo Gutiérrez Aldana. Rev Instit Nal Cancerol 1980. 6. Leishmaniasis in Colombia. A review. JK. Werner, P. Barreto. Am J Trop Med Hyg 30: 751-761,1981. 7. Foco endémico de pénfigo folíáceo del Bagre-Nechí, estudio de 21 pacientes, primer hallazgo en Colombia. Stella Prada, Alonso Cor- tés, Antonio Yepez, Norella Restrepo. XV Congreso Nacional de Dermatología 1984. Publicado Mary Ann Robledo, Stella Prada, Diego Elías Jaramillo, Walter León. Br J Dermatol 1988. 8. ¿Primer caso de Gnathostostomiais en Colombia? Paniculitis migratoria con eosinofilia. A. Zuluaga, M. Restrepo, A. Mesa. Acta Med Colomb 1988. 9. Enfermedad de Lyme: primer caso en Colombia. Ángela Zuluaga. Cartel XXIII Congreso Colombiano de Medicina Interna 1994. 10. Láser en dermatología otra alternativa terapéutica. Edgar Olmos Olmos. Medellín 1994. 11. Paracoccidioidomycosis and AIDS: report of the first two Colombian cases. AM. Tobón, B. Orozco, S. Estrada, E. Jaramillo, C. de Bedout, M. Arango, A. Restrepo. Rev Inst Med Trop São Paulo 1998. 12. Enfermedad de Lyme: Un caso comprobado en Colombia. A. Zulua- ga, F. Botero, W. León, J. Robledo, A. Cortes, MC. Lotero. Rev CES Med 2000. 13. Colagenoma pápulo lineal. Danielle Alencar-Ponte, César Iván Varela. XXIII Congreso Colombiano de Dermatología. Armenia 2000. 14. Notalgia parestésica en nuestro medio. Edgar Olmos Olmos. XXIV Congreso Colombiano de Dermatología 2002.

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390 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA

CAPÍTULO VIII

Homenaje a la Mujer

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392 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA

HOMENAJE A LA MUJER

CÉSAR IVÁN VARELA HERNÁNDEZ

La mujer ha sido desde siempre la fuerza vital y eje de la comunidad más primaria, la familia, y en consecuencia su papel en el desarrollo de la huma- nidad ha sido simplemente fundamental. El Siglo XX y especial a partir de su cuarta década, permitió a la mujer incursionar lentamente pero de manera firme en todos los campos y lo ha hecho de manera magistral. No podía ser la dermatología colombiana ajena a esa realidad y por ello, hoy más de la mitad de quienes ejercemos en el país son mujeres, que día a día ponen más en alto la academia, la ciencia, la investigación, la atención al doliente. Este capítulo rinde homenaje de profunda admiración y respeto a cinco mujeres en representación de todas, quienes llegaron a la dermatología y le han dado muchas glorias. Inicio con la micóloga Ángela Restrepo Moreno, quien durante más de cinco décadas ha brindado los más significantes aportes al desarrollo de la investigación, la microbiología con énfasis en micología y por ende a la dermatología, no sólo en Colombia sino en el mundo. Continúo con Cecilia Moncaleano de Lasprilla quien fue la primera mujer en ejercer la dermato- logía en Colombia, doy paso a Myriam Mesa de Sanclemente y a Stella Margarita Prada de Castañeda, las primeras dermatólogas formadas en nuestro territorio y con ejercicio excelente, y finalizo con quien fue la embajadora de la dermatología colombiana, María Mélida Durán Merchán (f).

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ÁNGELA RESTREPO MORENO

Nació en Medellín, y se graduó de tecnóloga médica en la Escuela de Tecnología Médica del Colegio Mayor de Antioquia en 1954. En buena hora en 1955 el Profesor Gonzalo Calle Vélez la descubrió y la llevó a estudiar su fa- mosa colección de hongos traída de Michigan y a aprender las técnicas de identificación micológica. Así, fue la Tecnóloga Médica y Monitora de Prácticas en el Departamento de Microbiología y Parasitología, de la Facultad Ángela Restrepo de Medicina en la Universidad de Antioquia (1956-1959) y más adelante Profesora Titular y Jefe del Laboratorio de Micología (1964-1976). Realizó Maestría en Cien- cias (Ms.C.) en la Universidad de Tulane en 1960 y Doctorado (Ph.D.) en la misma universidad en 1965. Recibió Doctorado Honoris Causa de la Pontificia Universidad Bolivariana de Medellín y de la Universidad de Antioquia. En la Corporación para Investigaciones Biológicas (CIB) en Medellín fue Investigadora y Jefe del Laboratorio de Micología (1978-1996) y es la Directora Científica desde 1997. Su espíritu y capacidad le permitieron desarrollar en el campo de la cien- cia y la tecnología, en especial de la microbiología con énfasis en micología, una línea de investigación en paracoccidioidomicosis y su agente etiológico Paracoccidioides brasiliensis hoy consolidada, lo que permite una mejor comprensión de sus principales características, y que ha facilitado abordar el estudio de su interacción con el hospedero, métodos diagnósticos y mejo- ra en la efectividad del tratamiento. Ha hecho múltiples estudios y la forma- ción de investigadores nacionales, de Centro y Suramérica, así como la crea- ción de redes de cooperación nacionales e internacionales. Su labor es invaluable en la búsqueda y formación de los futuros investigadores en el país. Fue comisionada por la Presidencia de la República de la Misión Cien- cia, Educación y Desarrollo, en la que de 700 universitarios de ramas bioló- gicas estudiados, 39% ingresaron a programas doctorales en el país y en el exterior. Ha desarrollado programas cooperativos internacionales con el California Institute for Medical Research, el Health Science Center de la 394 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA

Universidad de Texas, el St. John’s Institute of Dermatology, The Guy’s & King’s College and St Thomas’ Hospitals, Medical and Dental School, University of London, Universidade Federal de São Paulo, entre otros, y nacionalmente con el Instituto Nacional de Salud, COLCIENCIAS y la UniAntioquia entre otras. Su vida y sus más de 300 artículos publicados le han merecido 60 altos reconocimientos en el mundo y son algunos de ellos, a título de ejemplo, Medalla al Mérito “Federico Lleras Acosta”, en el grado de Gran Cruz, Colegio Nacional de Bacteriología. “La Antioqueña de Oro”, Gobernación de Antioquia. Medalla y Escudo, Orden Cámara de Comercio de Medellín. Medalla del Investigador, Asociación Colombiana de Medicina Interna. Orden del Mérito Universitario “Francisco Antonio Zea”, Universidad de Antioquia. Medalla “Samper Martínez”, Instituto Nacional de Salud. Me- dalla Societé Canadienne Mycologie Medicale. Medalla, The Medical Mycological Society. Antioqueña destacada del año en investigación, Unión Ciudadana de Colombia. Condecoración Emilio Robledo, Colegio Médico de Antioquia. Medalla Isham de Presented to for Distinguished Contribution to Medical Micology. Condecoración al mérito femenino, Alcaldía Medellín. Medalla Antonio Roldán, Orden al Mérito Civil y Salud de Antioquia. Es Miembro de la American Society for Microbiology, Medical Mycology Society of the Americas, American Academy of Microbiology, International Society for Human and Animal Mycology, Diplomate and Emeritus Member American Board Medical-Microbiology, Sociedad Colombiana de Medici- na Interna, Sociedad Colombiana de Parasitología y Medicina Tropical, Asociación Colombiana de Infectología, Academia Colombiana de Cien- cias Exactas, Físicas y Naturales, Miembro Honorario de la Asociación y recientemente nombrada Miembro Correspondiente de la Academia Nacio- nal de Medicina, entre otras. Podría escribir un libro de su vida, pero estas líneas son tan sólo un acorde de una sinfonía, ejemplo para las generaciones presentes y venideras.

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CECILIA MONCALEANO DE LASPRILLA

La Dama de la Dermatología Vallecaucana. Nació en Purificación, Tolima. Se graduó de médica en la Universidad Nacional en 1958. Ejerció algunos años y viajó al Brasil en 1963 con su esposo el también médico Jaime Lasprilla (f), estudió dermatología en la Universidade de São Paulo y regresó al país en 1965 para iniciar su ejercicio en Cali en 1967. Tuvo como maestros a los ilustres Profesores Sampaio, Martins Castro, Lacast y Vinizios. Recuerdo que cuando conocí en São Paulo al Profesor Raymundo Martins Castro (f) en ene- ro de 1992 y al contarle que iba de Cali, lo pri- mero que me dijo fue “você conhece a dona Cecilia de Lasprilla”, por supuesto, “que gran- de mulher, lembramos muito bem dela”. Fue la primera mujer con estudios en dermatología en ejercer en Colombia y lo hizo con notable y bien reconocido éxito por Cecilia Moncaleano colegas y pacientes en su clínica privada, en el Hospital San Juan de Dios donde reemplazó a Antonio Torres cuando éste viajó a Argentina, en el dispensario de Lepra, en el ISS y en los Ferrocarriles Nacionales, hasta su jubilación en 1991. Quienes tenemos el honor y privilegio de conocerla y tratarla hemos conocido de su no- bleza, de su virtuosa condición humana y grandiosa sencillez.

MYRIAM MESA DE SANCLEMENTE

Nació en Envigado, Antioquia. Se graduó de médica en 1964 en la Universidad de Antioquia y a ese mismo claustro ingresó como residente al programa de dermatología, graduán- dose de dermatóloga en 1971. Es así la prime- ra mujer dermatóloga graduada por una universidad colombiana. Está casada con el médico Edgar Sanclemente y madre de la cole- ga Gloria Sanclemente. Su vida familiar y pro- Myriam Mesa fesional la ha llevado a ejercer y vivir en Esta-

396 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA dos Unidos, Bogotá, Cali, Popayán y Medellín donde reside actualmente. En 1973 estudió dermatopatología en South Western University en Dallas y desde 1990 hasta 1992 estudió láser cutáneo y cirugía micrográfica de Mohs, en The Greater Miami Skin and Laser Center. Su actividad académica y profesional ha sido prolífica pues se ha desempeñado como Profesora Jefe del Servicio de Dermatología en la Universidad del Cauca en Popayán (1974-1976), Profesora Asociada de dermatología en la Universidad Nacional en Bogotá (1979-1981), Pro- fesora Asociada de dermatología en la Universidad Libre de Cali (1981- 1986), Profesora Asociada de dermatología en el Instituto de Ciencias de la Salud en Medellín y fue Secretaria de la Asociación Colombiana de Facultades de Medicina (ASCOFAME) en Bogotá (1975-1976) y (1982-1983). Ha publicado múltiples artículos y participado en inconta- bles congresos de carácter nacional e internacional.

STELLA MARGARITA PRADA DE CASTAÑEDA

Nació en San José de Cúcuta, se graduó de médica en la Universidad de Antioquia en 1966 y de dermatóloga en la misma universi- dad en 1971, siendo la segunda dermatóloga graduada en el país. Destacada Profesora Ti- tular VI en la UniAntioquia. Pionera en la investigación de la inmunología cutánea desde 1969, cuando con Myriam Mesa duran- te su residencia fueron llamadas por el Profe- sor Gonzalo Calle Vélez para aplicar las téc- Stella Prada nicas de inmunofluorescencia en las enferme- dades ampollares. Su aporte al estudio y comprensión de las enfermedades ampollares autoinmunes es incomparable y ha trabajado con gran dedica- ción el pénfigo foliáceo, la inmunoterapia, los factores de crecimiento deri- vados de plaquetas y la fotoquimioterapia, entre otros. Sus publicaciones sobre inmunofluorescencia fueron las primeras originadas en Colombia así como la legendaria del pénfigo foliáceo endémico en El Bagre y Nechí, con Mary Ann Robledo, Diego Elías Jaramillo y Walter León. Fue Vicepresidenta de la Asociación (1988-1990), Presidenta Honoraria del XXI Congreso

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Nacional de Dermatología en 1996, Presidenta de Honra de la Asocia- ción (2002-2004) y del XXV Congreso Nacional de Dermatología en 2004.

MARÍA MÉLIDA DURÁN MERCHÁN (f)

Bogotana, se graduó de médica en la Univer- sidad Javeriana de Bogotá en 1970 y de dermató- loga en el Centro Dermatológico Federico Lleras Acosta-Universidad Javeriana en 1976. Brillante profesional y docente, fue Presidenta de la Aso- ciación (1986-1988). Transcribo el discurso pronunciado por Adriana Arrunátegui Ramírez con ocasión de la inaugura- ción del II Curso de Actualización en Dermatolo- gía “María Mélida Durán” en junio 14 de 2004 en María Mélida Durán el Teatro Municipal de Cali y que resume lo que ella fue: “El que se llame así, es una forma de honrar y recordar a aquellos seres humanos, que como ella, han dejado su huella en nosotros, aquellos que han tocado nuestro intelecto y nuestro corazón, aquellos que forman parte de nuestra historia personal y colectiva. María Mélida, una preciosa mujer, maestra y viajera incansable, el glamour era su sello. Se movía con elegancia y delicadeza en todos los ámbitos. La dermatología colombiana tenía en ella su más importante embaja- dora, siendo miembro destacado, por más de 20 años de la Organización Mundial de la Salud y de la Liga Internacional de Sociedades de Derma- tología, Miembro Honorario de las sociedades dermatológicas británi- ca, francesa, alemana, argentina, Internacional de Dermatología Pediá- trica, correspondiente de la venezolana, Miembro de la American Academy of Dermatology, de la Internacional de Dermatología Cosmé- tica, de la Bolivariana y de la Ibero-Latinoamericana. Secretaria Ejecuti- va de la Internacional Society of Dermatology por más de 10 años y Co- editora de su revista. Realizó numerosas investigaciones y publicacio- nes y organizó congresos en Colombia, India, Australia y Egipto; allí, en un país musulmán fue elegida Vicepresidenta Ejecutiva de la Internacio- nal Society, como demostración del aprecio que la comunidad dermato-

398 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA lógica mundial sentía por ella. Su vida fue una búsqueda constante, la excelencia era su meta y la consiguió siempre exigiéndose a sí misma. Hasta el último momento de su existencia, pensó en sus compromisos con la vida y la vimos inaugu- rar y clausurar el XVIII Congreso de Actualización para Dermatólogos en Bogotá. En ese momento estábamos lejos de pensar que un día des- pués se iría para siempre, el 26 de junio de 2000. Sonreía dulce y cálida- mente, era toda serenidad, nada hacia prever tan rápido desenlace. Hacía más de un mes nos habíamos puesto una cita la que sería el día después de la finalización de su Curso en Bogotá y me quedé sólo para hablar con ella, para filosofar como solíamos hacer. Cuando entré a su casa y la vi rodeada de todas sus cosas queridas, tan bella, tan llena de luz, una corriente extraña me recorrió, sentí que su cuerpo se apagaba, pero su alma tenía nuevos y hermosos destellos. No quería creer lo que yo sentía, ella tan serena, tan hermosa, yo tan triste, tan acongojada, en el último minuto, mi llanto no pudo contenerse. Me abrazó y me repitió muchas veces algo que suena en mi cabeza todavía: “Adriana, el amor es eterno…” El amor es eterno, al igual que nuestro recuerdo; ella estará con nosotros cada vez que la evoquemos. Por eso este curso, continúa su obra, y mantiene viva su imagen en quienes tuvimos el privilegio de conocerla y en las nue- vas y futuras generaciones. La hermosa crisálida dejó partir una bella mari- posa multicolor, su vuelo se siente aquí hoy entre nosotros, llenando el aire con su alegría, su complacencia, su protección”. Quiero sólo mencionar los nombres de algunas dermatólogas que bien en el ejercicio de su profesión privada o docente en las diferentes ciuda- des del país y graduadas en la década de 1980, han contribuido a desa- rrollar brillantemente la especialidad en los últimos años. En Armenia, María Bernarda Gáfaro Barrera. En Barranquilla, Lesbia Luz De León Ternera y Adelita Vargas Cuellar. En Bogotá, Evelyne Halpert Ziskiend. En Bucaramanga, Luz Stella Montoya de Bayona. En Cali, Martha Helena Campo Jiménez, María Isabel Barona Cabal y Adriana Arrunátegui Ramírez. En Medellín, Ángela Inés Zuluaga de Cadena, Amparo Ochoa Bravo, Beatriz Orozco Mora y Luz Marina Gómez Vargas. En Santa Marta, Teresita Díaz Granados Fuentes y en Tunja, Doris Stella León Romero.

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HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA

CAPÍTULO IX

Dermatólogos y datos estadísticos

401 VARELA HERNÁNDEZ CI

El autor en DERMOCARIBE III. Cartagena de Indias, 2001

Fuerte de San Felipe. Cartagena de Indias. Danielle Alencar-Ponte

El autor y su esposa en la colonial Plaza de Villa de Leiva. Boyacá

402 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA

DERMATÓLOGOS Y DATOS ESTADÍSTICOS

CÉSAR IVÁN VARELA HERNÁNDEZ

Los datos que presento se obtuvieron con base en la información ve- rificada con la Asociación, los Capítulos Regionales, los Servicios de Dermatología y cada uno de los colegas, que aportaron sus enumeracio- nes antes del 15 de abril de 2005 fecha del cierre de edición de este capítulo. En 2004 ejercen en Colombia 534 dermatólogos. La Asociación, que se inició en 1948 con 14 dermatólogos agrupa en octubre de 2004 a 459 Miembros de Número, 30 Miembros Honorarios, 55 Miembros Hono- rarios Internacionales y 23 Miembros Correspondientes, para un total de 567 Miembros y 68 residentes. Del total en ejercicio en la actualidad 86% son Miembros de Número de la Asociación, cifra que asciende a 91,5% al incluir los Miembros Honorarios. Esto demuestra solidez y liderazgo en la Asociación y el empeño de sus directivos por lograr que todos los que ejercemos la dermatología en el país estemos vinculados a ella. Desde 1950 hasta 2004 han ejercido 634 dermatólogos, que incluyen leprólogos y dermatoleprólogos, 355 graduados en el país, 212 en el exterior y 67 sin dato.

Dermatólogos graduados en Colombia

Los servicios de dermatología del país han graduado 375 especialis- tas. El servicio con el mayor número de egresados luego de la aproba- ción oficial del programa de residencia en dermatología, es el Centro Dermatológico F.Ll.A.-UniJaveriana con 107, seguido por el de la UniAntioquia con 63.

403 VARELA HERNÁNDEZ CI

120 F.Ll.ASerie1 107 Serie2 100 Antioquia ValleSerie3 80 63 NacionalSerie4 60 46 43 42 MilitarSerie5 40 25 23 CaldasSerie6 16 20 10 CESSerie7 Número de dermatólogos 0 BosqueSerie8 1 UPBSerie9 Gráfica 1. Dermatólogos graduados en Colombia

Dermatólogos graduados en el exterior 1950-2004

Hasta 1949 el mayor número de dermatólogos colombianos se gradua- ron en Francia en la Universidad de París, desde 1950 hasta 1980 en Argen- tina y a partir de ese año en Brasil. Desde 1950 se han graduado 212 derma- tólogos en el exterior. Brasil es el país con el mayor número de egresados (28%), de la UniFederalRío, seguida por la UniPontificiaRío, la UniSãoPaulo y el Hospital SantaCasa de São Paulo. En segundo lugar Argentina (23%), de la UniBuenosAires, luego México (18%), de la UNAM, España (7%) de la UniBarcelona y de Estados Unidos (5%) de la Escuela de Michigan. Los colombianos han estudiado también en Costa Rica, Cuba, Uruguay, Ecua- dor, Bélgica, Chile, Guatemala, Rumania, Venezuela, Italia, Rusia y Suiza.

30 28 Brasil 25 23 Argentina 20 18 México 15 16 España Porcentaje 10 7 EE.UU. 5 5 3 Francia 0 Otros 1 Gráfica 2. Porcentaje de dermatólogos graduados en el exterior desde 1950 al año 2004

404 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA

Dermatólogos y época de inicio del ejercicio profesional. 1950- 2004

Desde 1950 hasta 1980 iniciaron su ejercicio 126 dermatólogos de los cuales 91% son hombres. A partir de 1981 y hasta 1990 lo hicieron 111 donde 38% son mujeres, lo que evidencia el ingreso de éstas con pie firme en la especialidad, y desde 1991 comenzaron a trabajar 379 dermatólogos de los que 59% son mujeres para consolidarse como gru- po mayoritario. En 18 colegas no fue posible establecer la época.

100 91 80 62 59 61 60 Hombres 38 Porcentaje 40 Mujeres

20 9 0 1950-19801 1981-19902 1991-20043

Gráfica 3. Porcentaje de dermatólogos y época de inicio del ejercicio profesional

Dermatólogos y distribución por sexo, región geográfica y departamentos

En 2004, de 534 dermatólo- 400 gos en ejercicio, 350 337 52% (280) son 300 mujeres y 48% 250 Hombres

200 183 Mujeres

(254) son hom- 154 150 bres, los que se 106 Total

100 82 55 51

concentran en 43

50 39

9 6

3 mayor número Número de dermatólogos 0 en la región an- Orin-Amaz Pacífica Caribe Andina dina. Gráfica 4. Dermatólogos por sexo y región geográfica

405 VARELA HERNÁNDEZ CI

Dermatólogos por departamentos y por sexo en 2004

Los departamentos donde trabajan el mayor número de dermatólogos son Bogotá-Cundinamarca, Antioquia, Valle, Atlántico, Eje Cafetero, Bolívar y Santander; en Bogotá ejerce una tercera parte del total de las mujeres.

Departamento Hombres % Mujeres % Total %

Bogotá 63 25 95 34 158 30 Antioquia 43 17 53 19 96 18 Valle 29 11 39 13 68 13 Atlántico 18 7 27 10 45 8 Eje Cafetero 19 7,5 17 6 36 7 Bolívar 19 7,5 6 2 25 4,5 Santander 15 6 10 4 25 4,5 Otros 48 19 33 12 81 15 Total 254 280 534

Primeros dermatólogos graduados en universidades colombianas

1961 Guillermo Gutiérrez Aldana. Universidad Nacional de Colombia. 1962 Mario Henao. Universidad de Antioquia. 1970 Mariano López López. Universidad Javeriana-Centro Dermato- lógico F.Ll.A. 1971 Jairo Mesa Cock. Universidad de Caldas. 1973 Hipólito González. Universidad de Valle. 1986 Nancy Castro Salgado. Universidad Militar Nueva Granada-Hos- pital Militar 1991 Luz Stella Abisaad Janna. Instituto de Ciencias de la Salud-CES. 1997 Eduardo Salcedo. Universidad El Bosque. 1999 Paula Alexandra Mejía Zapata. Universidad Pontificia Bolivariana de Medellín.

406 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA

Dermatólogos y Otros Estudios de Pre-grado o Postgrado

La información que aparece aquí se obtuvo de las diversas institu- ciones del país o la suministraron directamente cada uno de los colegas. Alrededor de 40% de los dermatólogos han hecho estudios de post- grado y algunos han realizado otras especializaciones u otras profesio- nes. Administración en Servicios de Salud: David Castillo, Jesús Giraldo, Ximena Hormaza. Administración Hospitalaria: José Villamizar. Ad- ministración para profesionales no administradores: César Varela. Alergia Clínica: Bernardo Giraldo, Julio Vélez. Alta Gerencia y Pro- yectos de Desarrollo Social: Amín Ariza. Auditoría en Salud-Diplo- mado: Luz Cadavid, Rosario Betancourt. Biología-Magister: Clara P. Ordóñez. Biología Molecular Cutánea: John Gaviria. Criología: Car- los H. González, Danilo Álvarez, Heidy Fontalvo, Jorge Vidales, Luis Balcázar, Sergio Cáceres, Virginia Palacios. Ciencias con énfasis en Inmunología y Virología-Maestría: Gloria Sanclemente. Cirugía de Calvicie: Carlos De La Roche, Mónica Salazar. Cirugía Dermatológica: Alicia Caiza, Álvaro Luque, Álvaro Acosta, Campo Páez, Carlos Lozano, Claudia Covelli, Eduardo González, Flavio Gómez, Fuad Muvdi, Guillermo Jiménez, Gustavo Espinosa, Heidy Fontalvo, Higia Carrasquilla, Inés Terán, Jaime Farfán, John Gaviria, Jorge Vidales, Jorge Dávila, José Tovar, Julián Cadavid, Liliana Arias, Luis Covo, Magaly Colomé, María Gabriela Rodríguez, María Victoria Suárez, Martha Reyes, Martha Ramírez, María Stella Mantilla, Melba Labrada, Michel Faizal, Milton Martínez, Nayibe Alvarado, Olga Bece- rra, Oswaldo Méndez, Pablo Tróchez, Paula Mejía, Pedro Flórez, Sara Díaz, Vilma Safi, Zay Cárdenas. Cirugía Micrográfica de Mohs: Car- men De la Hoz, César Burgos, Claudia Covelli, Fernando Bulla, Guillermo Jiménez, Myriam Mesa, Paula Mejía. Clínica Médica. Especialización: Danielle Alencar-Ponte. Cosmé- tica Dermatología-Fellow: Adriana Marín, Doralda Castro, Gema Re- velo. Cosmiatría Curso: Adriana Marín, Aida Manotas, Alicia Caiza, Aurelio Falabella, Catalina Zárate, José Corredor, Lina Arango, María de los Ángeles Madero, María Fernanda Campo, María Gabriela Rodríguez, Merly Moreno, Nayibe Alvarado, Nubia Mosquera, Olga

407 VARELA HERNÁNDEZ CI

Becerra, Pedro Flórez, Sabrina Delgado, Yolima Mercado. Dermatitis de Contacto. Curso: Rodrigo Núñez. Dermatología Infecciosa: Clara Jaramillo. Dermatología Ocupacional-Diplomado: William Sánchez. Dermatosis de Mucosas Genitales: Natalia Hernández. Dermatosis Ocupacionales y Alergias Cutáneas: Natalia Hernández. Dermatosis Profesionales: Rodrigo Núñez. Dermatología Oncológica y Cirugía: Álvaro Acosta, Ana Ramírez, César Burgos, Dalia Cuervo, Elkin Peñaranda, Fernando Bulla, Guillermo Gutiérrez, Guillermo Jiménez, Gustavo Pérez, María Durango, María Gabriela Rodríguez, Xavier Rue- da. Dermatología Pediátrica: Clara Ordóñez, Deniss Rojano, Evelyne Halpert, Maira Jimeno, María del Rosario Barona, Mariela Tavera, Natalia Velásquez, Petty Bonivento. Dermatología Tropical: Fabio Londoño (f), Michel Faizal. Dermatomicología: Álvaro Correa, Deniss Rojano, Elvis Maya. Dermatoleprología: Carlos Garzón, Edmundo Mazenet (f), José Dau, Juan Fakiolas (f), Rubén Marrugo (f), Virgilio Rodríguez. Dermatopatología: Antonio Barrera, Antonio Torres, Clara Jaramillo, Ernesto Correa (f), Felipe Jaramillo, Fernando Botero, Juan Wolf, Luis Palma, Mabel Ávila, Mariam Rolón, Mario Robledo, Myriam Mesa, Nelson Giraldo (f), Patricia DeCastro, Paula Mejía, Ricardo Rueda, Xavier Rueda. Desarrollo Social- Magister: Gelmis Mejía. Diagnósti- co y Tratamiento de Tumores Cutáneos-Doctorado: Germán Covo. Docencia Universitaria: Adelita Vargas, Adriana Motta, Alfredo Doria, Antonio Jaller, Juan Atuesta, Pedro Flórez, Ramiro Quintero. Educa- ción-Diplomado: David Castillo, Lesbia de León. Enfermedades ampollosas autoinmunes-Fellow: Mary A. Robledo. Enfermedades Infecciosas: Beatriz Orozco Enfermería Profesional-Especialización: Nancy López. Epidemiología: Ángela Londoño, Beatriz Orozco, Edgar Altuzarra, Jorge Garzón, Ruth Vargas. Filosofía: Antonio Barrera. Ge- rencia en Servicios de Salud-Diplomado: Adriana Wagner, Adelita Vargas, Mabel Ávila, Silvia Cañas. Gerencia Hospitalaria-Diploma- do: Luz Cadavid, Ruth Vargas. Gestión en Salud-Diplomado: Alfredo Doria. Gestión Hospitalaria-Diplomado: Hernán Mejía. Inmunodermatología-Fellow: Luis Castro. Inmunología- Inmunointervención-Doctorado: Margarita Velásquez. Inmunología- Maestría: Carlos Montealegre, Mary A. Robledo. Investigación Clíni-

408 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA ca-Diplomado: Esperanza Meléndez. Investigación en dermatología- Post-doctorado: Clara P. Ordóñez. Investigación clínica en dermato- logía: María Victoria Suárez. Investigación en Salud-Diplomado: Luz M. Gómez. Láser: Clara Ortiz, Constanza Mancera, Fernando Bulla, María Victoria Suárez, Myriam Mesa, Olga Becerra, Paula Mejía, Yudy Palencia. Licenciatura en Ética con énfasis en la Biblia: Rosario Betancourt. Literatura Hispanoamericana-Especialización y Maes- tría: Nancy Córdoba. Medicina Estética: Ruby Coll, Heidy Fontalvo. Medicina Interna: Carlos Garzón, Hugo Corrales M, Juan G. Chalela, Julio C. Vélez, Rafael Falabella. Medicina Tropical: Jaime Soto, Michel Faizal. Micología: Ángela Zuluaga. Microbiología Magister: Lucy García, Luis H. Moreno. Patología-Especialización: Mariam Rolón, Mario Robledo, Nancy Leaño. Psicología Clínica-Especialización: Ja- vier Aguirre. Programación Neurolingüística-Diplomado: Danielle Alencar-Ponte. Tricología: Claudia Uribe. Salud Ocupacional-Maes- tría: Diana Muñoz, Gabriel Ceballos. Salud Pública-Magister: Anto- nio Yepes, Fabio Londoño (f), Hernando Mosquera, Luz Cadavid, Ramiro Velásquez.

Dermatólogos padres e hijos

Beatriz Sierra y Juan Esteban Arroyave. Eduardo Burbano y Daniel. Enrique Suárez y María Victoria. Fuad Muvdi y Sandra. Gerzaín Rodríguez y René. Juan Pedro Velásquez y Natalia. Luis Alfredo Rueda, Xavier y María José. Mariano López y Ángela Susana. Myriam Mesa y Gloria Sanclemente. Rafael Falabella, Anna y Aurelio. Rubén y Gonza- lo Marrugo.

Dermatólogos en matrimonio

Alfínger Cely y Lourdes Julia Eid. César Iván Varela y Danielle Alencar. Elkin Peñaranda y Martha Catalina Restrepo. Francisco Gaitán y Nohra Dilia Pulido. Jaime Rengifo y Natalia Velásquez. Juan Carlos Maya y Doralda Castro. Oswaldo Méndez y Nancy López. Ricardo Calvache y Lina Llanos. Xavier Rueda y Claudia Lozada.

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Otros datos

En Colombia existían al finalizar el siglo XX, 47 facultades de medi- cina, 11 de ellas en Bogotá y 9 servicios de dermatología. Alrededor de 35% de los dermatólogos ejercen o han ejercido la do- cencia, 40% tienen estudios de postgrado y 25% cultivan con dedica- ción algún tipo de arte.

El libro en cifras

A modo de ejemplo, las secciones historia de Bogotá y la del Depar- tamento de Antioquia requirieron de 32 revisiones y 716 minutos de trabajo en la computadora y de 24 revisiones y 369 minutos, respectiva- mente, antes de la revisión por el Revisor Oficial. Realicé 304 llamadas telefónicas a números fijos a diversas ciudades del país en últimos 6 meses de edición del libro. Incontables llamadas a teléfonos celulares y correos electrónicos. Se crearon 5.753 archivos digitales de texto, antes de la diagramación. Digité los textos durante 19 meses. Hicimos con Dilia Franz 10 revisio- nes completas de la diagramación. Recopilé 3.119 imágenes fotográficas en diversos formatos las que adapté una a una en procura de la mejor resolución y en su mayoría las pasé a blanco y negro, para que, al final, editar 1.103 para publicación.

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EL ESPÍRITU ARTÍSTICO DE LOS DERMATÓLOGOS

CÉSAR IVÁN VARELA HERNÁNDEZ

El médico, quizá por la esencia misma que lo lleva a escoger la pro- fesión y durante los estudios por el contacto permanente con el ser hu- mano en su dolor físico y anímico, se llena de sensibilidad especial que le permite una visión del mundo más amplia, más real, factores que lo llevan a admirar el arte y plasmar en él sus impresiones. Me he emocio- nado al conocer las maravillas artísticas elaboradas por los colegas y de las que presento aquí una muestra de pintura, dibujo, grabado, talla en madera, vitrales, escultura, poesía, composiciones musicales, ensayos y presento a cantantes y músicos, escritores, poetas, periodistas, pintores, declamadores, novelistas, ensayistas, melómanos, actores de teatro y deportistas, entre otras artes y aficiones. Artesanía: Lucia van den Enden, quien con los chilingues da vida a la naturaleza muerta y Claudia Patricia Lozada Zapata. Escritores: Carlos Horacio González, coautor de Los últimos Jugla- res, llevado como largo metraje al cine por Gloria Triana con la progra- madora Yuruparí y presentado en Festivales de Cine. Fuad Muvdi, escri- tor y novelista ha publicado El Poder de la Infamia, Aventura Fatal y cuatro libros de poesías. Ivonne Angulo. Jaime Gil. Jorge Dávila quien publicó Antología Literaria, Tuluá, Un Mundo de Palabras y escribe excelentes cuentos. Martha Salcedo, ensayos y poesía. Nayib Ambrat (f), Rafael Pinto, Ramiro Velásquez y el autor, temas de historia de la medicina. Escultura: Jaime Betancourt (f) trabajó la madera y el metal, así como Hugo Espinal. Fotografía artística: Pedro Castro maneja con fino encanto la luz y su reflejo, y César I. Varela conserva en la fotografía instantes de la naturaleza. Andrés Amaya, Carmen Martínez, Clara I. Ortiz, Claudia J. Díaz, Dennis Rojano, Fernando Botero, Fernando García, Jairo Sabogal, Jaime Gil, José Moreno, Juan J. Atuesta, Juan P. Velásquez, Mabel Ávila y Xavier Rueda.

412 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA

Músicos, intérpretes, compositores y canto: Blanca L. Lesmes, can- to y bandola. Carmen Mesías, piano y guitarra. César I. Varela, compo- sitor e intérprete de guitarra, tiple y teclado. Claudia J. Díaz, guitarra. Edmundo Mazenet (f) gran intérprete del tiple, cantaba muy bien y re- cuerdan que fue un gran serenatero en Santa Marta. Eduardo Fierro, canto. Eduardo González, guitarra y canto. Farid Locarno, canto y flauta. Fer- nando Botero, percusionista. Guillermo Vela, piano y guitarra. Guillermo González, clarinetista, es miembro de la Banda de San Pedro y ha com- puesto pasodobles. Gustavo Rubio, música. José Dau, melómano. Juan P. Velásquez fue el tambor mayor de la Banda de Guerra de la UniAn- tioquia, con la que ganaron el concurso como la mejor banda del país. Julio Iriarte, canto y guitarra. Leonardo Medina, canto. Luis Felipe Mo- reno, El Tenor de la Dermatología Colombiana, sus composiciones musicales y su interpretación son simplemente magistrales. Luz Cadavid, piano. María del Pilar Molina, tiple y guitarra. Martha Reyes quien con su prodigiosa voz interpreta bellas melodías en español, inglés y portu- gués. Martha Ramírez, piano y tiple. Mercedes Flórez, canto y guitarra. Mónica Salazar perteneció a los grupos “Coral Tomás Luis de Victoria” y “Coro Tonos Humanos” participando en concursos de canto coral en España, Italia y México. Olga Hernández, interpreta la flauta. Roberto Reyes, canto. Saúl Moreno, en canto. Periodismo: Adolfo Gómez se inició como columnista hace diez años en el diario El Meridiano de Córdoba donde todavía lo hace en forma esporádica y es columnista permanente de El Universal de Cartagena. Donaldo Ortiz columnista ídem de Vanguardia Liberal desde 1981, y Director del Magazín Dominical. Jaime Gil pionero en programas radia- les y de televisión sobre temas dermatológicos y sociales en el Valle. Francisco E. Gómez en Medellín durante muchos años con temas derma- tológicos ha participado en programas de radio y televisión nacionales e internacionales, así como en prensa escrita. Pintura y dibujo: Mary Ann Robledo quien además de haber pintado la portada de este libro, rinde homenaje a su padre Mario Robledo y a su abuelo en sus óleos. Alejandra M. Sañudo y sus extraordinarios graba- dos. Sergio Martínez con sus pasteles sobre papel y acrílicos. Jaime Betancourt (f) pinturas y dibujos. Paula A. Mejía y sus acrílicos sobre lienzo. Melba Labrada con sus bellos óleos nos transporta al Cali de la

413 VARELA HERNÁNDEZ CI década de 1960 y en sus dibujos a lápiz de color refleja la policromía de nuestra fauna. Milton Mejía y sus extraordinarios dibujos. También, Ángela Londoño con pinturas y acuarelas. Clara Jaramillo, Gloria Sanclemente, Claudia J. Díaz, Héctor Samacá, Inés Terán. Jairo Sabogal cultiva la pintura y el carboncillo. Jhon Arcos, José Pretelt, Lourdes Eid, Lucy García, Luis A. Paz, María Gabriela Rodríguez, Olga Castaño, Olga Forero, Petty Bonivento, Ruth Vargas y Yudy Palencia. Poesía: Adriana Arrunátegui, Alí Taján, Blanca Lesmes, Carlos Niño (f), Carolina Ruiz, César González, Edmundo Mazenet (f) amante de la poesía y excelente declamador. Elina Bedoya. Fuad Muvdi ha publicado cuatro libros de poesía. Guillermo Cohen, Jaime Betancourt (f). Jorge Hernando Vidales brillante poeta. José Vásquez. Juan Jaime Atuesta en 2004 publicó Intentos, un excelente libro de poesía. Lesbia De León, Liliana Arias, Lourdes Eid, Lucy García, Luis H. Moreno, Martha Re- yes. Nayib Ambrat (f), sensible escritor dejó legado de novelas, poesía y prosa y fue gran orador. Orlando Dueñas, Rafael Rivera, Yudy Palencia y el grupo de dermatólogos del Centro Dermatológico F.Ll.A., que pu- blicó en 2000, A Flor de Piel, Antología de Poesía, y el autor. Talla en madera: Norma González plasma en sus obras el mayor realismo lleno de detalles. Teatro y actuación: Sabrina Delgado, estudió actuación en la Escue- la del Maestro Rubén Di Pietro en Bogotá y ha participado en varias obras entre otras «La Casita de los Viejos» con temporada de un año en el Teatro de la Academia; y Oscar Castañeda. Vitrales: Jaime Betancourt (f) y Adriana Marín Moreno.

Otras artes o habilidades

Aeromodelismo: Aurelio Falabella. Baile: Eduardo Fierro, Enrique Suárez (f), Germán Velasco, Heidy Fontalvo, Janeth Villanueva, María de los Ángeles Madero. María del Pilar Navarro baila jazz y tap. Nhasly Peña, Pedro Flórez y Sandra Cortés. Culinaria: Aurelio Falabella, Car- los H. González, Francisco Gaitán, Juan G. Chalela, Myriam Mesa. De- coración: Adriana Marín y Myriam Mesa. Jardinería: Jorge Sánchez y Myriam Mesa. Manualidades: Lourdes Julia Eid, María Salomé Ramírez y Sandra Vélez. Sistemas y computación: Carlos Alberto Ojeda, Carlos

414 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA

Escobar (f), Jaime Soto, Jairo Mesa y el autor. Deportes y otras aficiones: Adolfo Gómez, golf. Eduardo Fierro, equita- ción. Enrique Suárez (f), tenis y ciclismo. Fabio Londoño (f), golf. Germán Covo, criador de caballos de paso colombiano, cultor de la técnica de los bonsais y aficionado a la pesca marina. Germán Santacoloma, experto mun- dial en la técnica de bonsai. Gonzalo García, golf. Janeth Villanueva, pre- sentadora de certámenes. Jesús Santander, aficionado al softball y a la pes- ca. Juan G. Chalela, con especial afición por el fútbol ha sido en dos ocasio- nes Presidente de la Comisión Nacional de Árbitros de la Federación Co- lombiana. Juan P. Velásquez, perteneció al equipo de básquet de la UniAntioquia con el que hizo correrías nacionales e internacionales. Aficio- nado al atletismo ha sido trotador durante 25 años, es además ajedrecista. Luis H. Moreno, maratonista, ha participado en las maratones internaciona- les (42 kilómetros) de Nueva York, París, Los Ángeles y Chicago en la que ha obtenido sus mejores tiempos, y en múltiples en Cali, Bogotá y Medellín. Pedro Flórez aficionado a los caballos, el parapentismo y a otros deportes extremos. Pedro Castro, navegación a vela. María del Pilar Navarro, Nashly Peña, Olga P. Hernández y Raúl Argote, tenistas.

Algunos ensayos, poesías, poemas, cartas y canciones

La Piel. Ensayo. Jaime Gil Jaramillo

Ese primer abrigo de nuestra propiedad -la protección inicial nos la brinda el vientre materno- es nuestra primera casa. No es, pues, extraño que la raíz sánscrita “sku” haya dado origen a los términos “piel” y “casa”. De igual manera, etimológicamente, la raíz griega (s) kytos: scutum “escudo” (latín: cutis) adquiere un importante significado, en cuanto se refiere a cubierta, cobijo, amparo. / La piel es nuestro primer sistema receptor de señales. Por ella aprendemos a conocer a nuestra madre, primer vínculo afectivo con el mundo que nos rodea. Nos transmite la tibieza y la suavidad de las primeras caricias. Antes nos había mostrado que ese cálido amparo brindado por el útero materno, no iba a ser más nuestro: el frío de una sala de cirugía o de partos se constituyó así en la primera muestra de la adversidad que nos iba a corresponder enfrentar en adelante. / Por otra parte desempeña un papel en la comunicación. El abrazo, el roce de la piel de las personas que se aman, sirve para establecer vínculos más significativos que el mismo lenguaje oral. Una palmada en el hombro o la espalda, dada por alguien que sabe de nuestras congojas angustias o tristezas, es ayuda importante para elevar el estado de ánimo. Un apretón de manos en el momento preciso alcanza importancia innegable. “... y así la piel se convierte en lugar de signos sutiles y silencioso, un lugar no solo de los sentidos, sino también de los sentimientos.” Michael Speier. / El contenido erótico de la piel ha sido motivo de análisis no sólo por parte de neurofisiólogos, sino fuente inagotable de inspiración para los escritores y poetas desde antiguo. En las distintas

415 VARELA HERNÁNDEZ CI civilizaciones, el color de la piel y su textura ha dado origen a hermosas páginas y poemas. Cada pueblo ha tenido un ideal de belleza, como es obvio, un tipo diferente de piel: el color níveo, ebúrneo, plateado lunar en los europeos; , mies, para los indoamericanos; el negro como “noche diamantina”, o de ébano para los africanos. / “... mestiza de piel satinada / color de arena húmeda, / senos menudos, / caderas estrechas, / delicada como una flor...Erico Verissimo , Brasil “Accidente en Antares”. / Para el médico clínico la piel transmite desde la primera entrevista con el enfermo, el estado de salud física o psicológica de éste. Muchos cuadros patológicos muestran en la piel el primer reflejo de alteración del mundo interior. La pérdida del cabello o su lustre, el cambio de tonalidad cutánea, la aparición de manchas de distinto color, las dilataciones de la vasculatura y los dife- rentes patrones que adoptan, desempeñan para el lector del órgano más extenso pesado y complejo de nuestro organismo, invaluable fuente de información. / Alberga el sentido más importante y completo de nuestro cuerpo: el tacto. Sin él, el invidente quedaría inmerso en un mundo de absoluta oscuridad y aislamiento. A través de las vibraciones que ella transmite al cerebro, el sordo puede “escuchar” las más hermosas sinfonías. La piel nos abriga cuando hace frío, nos refresca en tiempo de calor. Nos permite sentir y distinguir las superficies lisas de las rugosas. Lo húmedo de lo seco. Lo acuoso de lo grasoso. Nada más placentero que recibir en la piel la vivificante lluvia en momentos de ansiedad o cuando el calor nos agobia. No en vano la piel tiene en la corteza cerebral la máxima representación. Es la hermana gemela del Sistema Nervioso Central, ambas hijas amadas del ectodermo. / Nos restaría repetir con el poeta francés Charles Baudelaire, el de “Las Flores del Mal”: “me gusta contemplar, / amada indolente, / el brillo de tu piel, / estuche vacilante / que tu bello cuerpo cubre.” O con el griego Konstantin Kavafis: “Ven una y otra vez, / Elévame a la noche, / Cuando piel y labios / recuerdan...”

¿Por qué no? Poesía. Martha Reyes Salcedo Primer premio en concurso realizado por Fondecor, en la comunidad Mushaisa, en La Mina, Cerrejón

¿Por qué no dejar que el viento haga un revoltijo con esos mis cabellos? / ¿Y se solace y juegue con sus dedos tibios, se enrede con ellos? / ¿Por qué no dejar que la recia lluvia acaricie mi cara, mi cuerpo, mi espalda y se doble en la esquina de mis hombros? ¿Por qué no dejar ensuciar mis pies de barro, de arena del monte, de arcilla de ese pantano que a veces esquivo? / ¿Por qué no dejar que se tueste mi piel cuando voy por las calles, por los caminos polvorientos, del campo, de la ciudad, del parque, de ese que a veces olvido? ¿Por qué no dejar que se queden, las ramas de hierba, de musgo, de pajas, de pétalos que vuelan y corren caminoteando junto a la maleza que quito de mis pantalones? / ¿Por qué no dejar que mis piernas sientan el murmullo intenso, grave y hasta agudo, que hace nuestra tierra cuan- do la tocamos? ¿Por qué no camino y... camino? ¿Qué tiene de extraño, que mis ojos se nublen y lluevan cuando veo pasar a niños de Angola, de Biafra, la Franja de Gaza, de Barrio Pescao, del pueblo cercano? Sabiéndolos libres y felices siendo tan descalzos / con su ropa ausente, con esa esbeltez siempre obligatoria / con esas piedritas...con esas ramitas... / con pájaros vivos en sus manos sin jaulas / ¿sus únicos jugue- tes? / ¿Y esas sucias caritas de espejos tan limpios, dejando ver panes, quesos, dulces, frutas e imaginarias tortas? ¿Qué tiene de extraño y por qué apenarme, si asoman mil lágrimas, cuando veo focas, ballenas, tortugas, pescados, manglares agónicos en el mar o el río? / Qué tiene de extraño que todo en mí se encoja / cuando veo a las madres de esos mismos niños, corriendo, trabajando, cantando, pensando, soñando y buscando en el horizonte alguna respuesta... / pues sólo...... hay preguntas...

Amor, Arte y... Piel. Ensayo. Martha Reyes Salcedo

Si bien es cierto que la piel, al ser el órgano de enlace por excelencia de nuestro cuerpo con

416 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA el exterior, ha sido objeto de estudio desde algunos aspectos como el anatómico, el fisiológico y de un análisis más profundo y minucioso por parte de nosotros los dermatólogos; también es importante recordar que a través de la historia se le ha considerado clave en las relaciones interhumanas / Si vamos atrás, a nuestros primeros años de vida, encontramos la caricia primigenia, la caricia materna, ella nos inicia y nos sumerge sin remedio en la maravillosa tierra del sentir. De allí partimos por un sendero sin fin de contactos filiales, fraternos, amistosos para llegar al más antiguo y eterno de todos, el que nos lleva al romance. / Aun cuando al decir “hubo química entre los dos”, al referirse al primer encuentro, entran en juego otras sensaciones (mirada, aroma), la piel al alojar el sentido del tacto, concreta ese mo- mento, pues lo demás pasa al mundo de lo subjetivo y abstracto. / Por siglos ha sido exaltada la piel en todas las manifestaciones de las bellas artes. En el genero musical, resalto algunos temas en nuestra lengua, por todos conocidos: “Piel Canela”, “Tengo la Piel cansada de la tarde”, “Piel sobre Piel”. “Piel”, “En la cárcel de tu Piel”, “Piel Morena” y “A flor de Piel”, siendo esta última, también un decir popular. Viene la danza entonces a mos- trarnos, lo ágil y perfecta que resulta la cubierta exterior de nuestro cuerpo, la importancia de su elasticidad en los gráciles movimientos. / Todo un calidoscopio de texturas de formas y colores exhibe la pintura, la escultura y el cine, mostrándonos así, lo interesante y rica que es la raza humana con ese diverso juego de matices. Llega entonces por último, la literatura, contándonos en verso y prosa, la magia del amor a través de la piel. /

Tu Piel. Poesía. Martha Reyes Salcedo

¿Por qué siento que tu PIEL me llama?... / Me hace caracolas de luces y de soles en el alma... ¿Cómo es que se ríe de mí, de ti / de miles arreboles en el cielo? / ¿De indómitos colores y...de infinita calma? No me digas que me tiene presa / cautiva sí de sus dulces y recias hondonadas... / ellas me dicen tus diáfanos secretos / me dicen de ternuras... / me dicen de tibiezas… / también murmu- ran ellas / que tú a veces me extrañas... ¿Cómo no sucumbir a tan sutil caricia? / ¿Cómo podré escapar a tan febril demanda? / Si te dijera a ti que todo este latir no parece real / que se escapó del mundo sideral, me dio un beso de miel... / se vistió con la luna de tu ser y se escondió... en el mar Tu mágica mirada me hace bien / como traviesa nota musical / que se resbala así, hasta mis pies / y me invita a soñar... ¿Quieres dejar tu risa en mi jardín? / ¿Quieres que toda esta dulzura sea verdad? Ella toca el rubí con dedos de algodón / me enseña sin rubor que no hay fin... / abraza con su luz al ángel que hay en mí / y baila con las olas... / y siembra entre las nubes... / El verbo Amar...

Tristeza. Poesía. Blanca Lilia Lesmes Rodríguez

Es una tarde sombría / llena de nubes grasosas / que quitan toda alegría / y el colorido a las rosas Así se puede pintar / la que mata la alegría / la que no quiere dejar / que nunca nadie sonría ¡Ella es!... fatal tristeza / la que quita a nuestras almas / siempre toda la entereza / y es ella que como llamas / devora nuestra grandeza! Es así como a los ojos / sentimos que nuestras lágrimas / se agolpan y con antojos / quieren brotar más y más… Y sin poder contenernos / en un grito de nuestra alma / sentimos enternecernos / y empeza- mos a llorar / llorar para hallar la calma

En el Día de Mi Grado. Poesía. Blanca Lilia Lesmes Rodríguez

Cuando mis padres en lejanos tiempos / terminaban un año como aquí / levantaban sus

417 VARELA HERNÁNDEZ CI voces a los cielos / y para despedirse casi tiernos / declamaban así: “Dulcísimo recuerdo de mi vida / bendice a los que vamos a partir / ¡Oh! Virgen del recuerdo dolorida / recibe tú mi adiós de despedida / y acuérdate de mí.” Y se iban felices y contentos / a jugar al parque o al jardín / y pasaron los años y los tiempos / y en un ir y venir sus sentimientos / formaron un hogar. Luego a las aulas nos mandaron / pensando en ellos, sí / y todo lo que allí nos enseñaron / al repetirlo a ellos recordaron / ¡de aquella edad feliz! Luz de caridad, de ciencia y amorosa / Iluminó los senderos del saber / fue la luz de una madre cariñosa / que a todas horas no hacía otra cosa / que hacernos comprender. Estudiamos lecciones y lecciones / con mucho afán, con ansiedades mil / y al palpitar de nuestros corazones / y en medio de plegarias y oraciones / el año vino a un fin. Guiados por abnegados profesores / cosas difíciles pudimos estudiar / y en el veloz andar de raudas horas / buscamos calificaciones cortadoras / con las cuales triunfar o fracasar En medio de pasillos de hospital / con un afán muchas veces fraternal / conservamos la esperanza de la gente / con la clara misión en nuestra mente / de estudiar la salud y enfermedad. Gracias a Dios que vigilante y bueno / observa nuestra vida singular / para llevarnos luego hasta su seno / que de amores y dichas está lleno / como la eternidad. Rumores de lecciones que se dicen / escucho entrecortadas por allá / murmullos de palabras que se callan / escucho palpitantes por acá / miradas que me observan y no hablan… / ¡no me dejéis callar! Decid como mis padres lo dijeron / Cuando iba a terminar su recital… / “¡Lejos de aquestos tutelares muros / los compañeros de mi edad feliz / no serán a tu amor jamás perjuros / conser- varán sus corazones puros / se acordarán de ti! “ Hoy digo estas palabras por mis padres… / ¿Quién las dirá por mí?

Canción de mi Alma. Canción. Luis Felipe Moreno Moreno

Escucha esta canción… / Canción de mí alma; / Escucha esta oración… / Que es para ti… Te llevas la ilusión / Que llena de esperanza / Te lleva mi alegría / De vivir por ti… La ruta, señalada en tu camino… / Era ruta marcada, en mi destino… / El tiempo pasará con la esperanza / De hallar nuestra verdad en la distancia Y habrá en nuestro amor rosas y espinas / Dolor de soledad, pero jamás olvido… Porque mi amor te ha de alcanzar / Con tan profundo anhelo / En el fondo del mar o en el azul del cielo.

Razones Tengo. Canción. Luis Felipe Moreno Moreno

Con el recuerdo de tu amor latente / La dulce risa de tus labios rojos / Yo voy buscando entre mucha gente / Y no la encuentro porque estas ausente Te dije vida… sin querer me alejo / Razones tengo pero no te dejo… / En la distancia en mi pensamiento / Tú me acompañas hasta mi regreso Verás tú cómo… cuando yo regrese… / Las rosas muertas de tu amor florecen… / Veras tú cómo… cuando yo te llame / No habrá más nadie quien así te ame.

Por qué Te Vas de Mí. Canción. Luis Felipe Moreno Moreno

¡Oye mi amor! / Quiero hablarte de los dos… / Me dices ya me voy, / No puedo comprender tanta locura… Me culpas sin pensar… / Sin miedo en el hablar / Me juzgas me condenas… No puedes tú medir / Qué puede ser de ti… / O qué será de mí… ¿Por qué te vas así?… / Si sabes que sin ti… vivir no puedo / ¿Por que te vas de mí?… / Si sabes que tu amor….es mío entero Regresa por favor, olvida tu rencor / Ven pronto a mi lado… / No hay dudas, no hay temor / Tan sólo un gran amor… amor desesperado…

418 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA

Regresa pronto… que yo te espero / ¿Por qué te vas de mí? / Si sabes que sin ti / De amor yo muero…

Recuerdos de mi Ayer. Canción. Luis Felipe Moreno Moreno

Te vi llegar muy junto a mí / Con ansiedad te oí decir / Es un dolor, es un sufrir / Este penar que llevo en mí Yo quise hallar en tu mirar / Aquel dolor… aquel sufrir / Más pronto tú dijiste ¡NO! / Mejor será partir Te vi marchar / Sin regresar ya nunca más / A este lugar / Donde te amé, donde te di / Mi corazón y mi sentir Mas no vuelves nunca… / Amor tú te has marchado / Dejaste en la penumbra / Mi amor abandonado Como en aquellas tardes… / Te busco y no te encuentro / Se muere mi esperanza / En aras del recuerdo Y hoy tu dolor… es mi dolor / Y tu ansiedad es mi sufrir / Bella ilusión,… lejano amor / Recuerdos de mi ayer…

Nuestro Amanecer. Canción. Luis Felipe Moreno Moreno

No me preguntes dónde voy / Que ya yo mismo no lo sé / Porque he perdido la razón / Por ese amor que se me fue Si me preguntas cómo estás / Yo no sabría qué responder / Porque en el fondo de mi ser / Solo hay dolor y soledad Amigo mío toma esta copa, te acompañaré / Hoy que es más frío el amanecer / Sin la esperanza de que ha de volver / Amiga mía tú me comprendes en mi soledad Brindo contigo por lo que será / Un nuevo día, un nuevo despertar / Mañana al despuntar de un nuevo día / No sufrirás si la mañana es fría / Ni llorarás tus penas del ayer Mañana en tu calle desierta / Mi nuevo amor te llamará a tu puerta / Y me abrirás tu corazón.

A Tania (f), mi esposa. Carta. Carlos Aníbal Niño Calero (f)

Hoy, una lágrima perdí. Se escapó sin que lo notara cuando pensaba en ti. Era una lágrima furtiva que ágil descendió por mi mejilla y puso en evidencia mi nostalgia... Era una lágrima traviesa porque los hombres no lloramos, pero sí perdemos lágrimas cuando amamos y nos sentimos solos. Perdemos lágrimas, que traicioneras descienden por nuestro rostro y calman el dolor que producen la ausencia de quien queremos. Tania, hoy perdí una lágrima al pensar en ti. Cali, agosto 5 de 1992.

Mi Novia y Esposa. Canción, ritmo bambuco. César Iván Varela Hernández

A ti mi Danielle hermosa, / a ti vengo yo a cantarte / con el alma y mi guitarra, / a ti mi futura esposa. Danielle mi hermosa novia / La mujer de mis amores / La tierna y dulce adorada / dueña de mis mil noches. Danielle la vida es bella / Al ponerte en mi camino / Al llenar todo mi espíritu / De alegría y bendiciones. Preciosa mujer divina / Fruto del gran Creador / Que te envió entre los humanos / Como prueba de su amor. Hacerte mi esposa es / el mayor de mis anhelos / Y cual mandato divino / amarte siempre y por siempre. Juntos construiremos / Nuestro hogar sagrado y puro, / Engalanado por hijos / Fruto de nuestros amores.

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Camila. Poesía. César Iván Varela Hernández (a mi hija)

Cual alondra en los primeros destellos impolutos del naciente / En tu valle enmarcado por cúspides de verdes montañas / Irradiaste hasta el cenit, con tu llanto angelical. Sueños de primavera vertidos en realidad, / Sueños hermosos puros transformados en tu ser / Sueños de gran amor, que hoy podemos tocar. Violines del crepúsculo en tu hablar embriagador / Luceros centelleantes de garzo cual la mar / El nácar de tu piel esculpido en las nubes / Inspiran sin igual, mi ser, mi luz, mi amor. El trino en tus labios preludia el laurel / Llevando nuestro viaje al vaivén de lilas cámbulos / Paterno es mi romance, ofrenda al gran Creador.

Natalia, mis sentidos. Poema. César Iván Varela Hernández (a mi hija)

He sentido esta noche que he sentido / He sentido esta noche que he sentido felicidad / He sentido esta noche que basta tan sólo mirarte para ello / He sentido esta noche la razón de mis sentidos ¿Para qué? Para cantarte en las noches bambucos y guabinas / Para decirte mi flor que tú eres la reina de mi corazón / Para llenarme en tu picaresca sonrisa y soñar con tu futuro / Para acercarme a tu piel y sentir en tu olor tu pureza. Para profundizar en tus aceitunados ojos e imaginar tu pensar / Para escucharte gritar ha- ciendo el eco que tanto te gusta / Para verte correr por entre el follaje en primavera / Para saborear los bocados que me guardas con amor. Para sentir el crecer y madurar de tu figura y de tu ser / Para arrullarme con la gracia de tu voz / Para escuchar tus historias, tus ideaciones, tus inocentes ilusiones / ¿Para qué mis senti- dos? Para amarte y volverte amar, hija.

Tengo Miedo. Poesía. Jorge Hernando Vidales Díaz (Nano) (a su hijo Andrés Camilo en enfermedad)

Tengo Miedo, / le temo a la soledad / y ella es mi compañera. La noche me sorprende / acosando fantasmas / piratas de la realidad. Tengo Miedo / Duendes esquivos de mis sueños / se extravían en bosques / de la imagina- ción. Le temo a naufragar / en puerto ajeno, / que el canto de sirenas / abandone la existencia / que la muerte y / la magia se confundan, / que la vida / sólo sea / un día más.

La Voy A “Ser”. Poesía. Jorge Hernando Vidales Díaz (a sus hijos)

Le voy a lavar la carita a la luna / con agua de rosas y blancos jazmines, / le voy a vestir con fragmentos de alma / y mariposas errantes, / le voy a enseñar las palabras en versos, / ¡inquietos poemas! / que logren crear de una lágrima un río, / le voy a entregar un celeste camino, / en volar de gaviotas, en letras de un niño. Le voy a lavar la carita a la luna / y que sueñe la noche; / “en instantes de amor” / aun desconocidos.

Diálogo con Neruda. Poesía. Jorge Hernando Vidales Díaz (a su esposa)

Desnuda la noche / en magia y deseo, / tu cuerpo en silencio / clamando pasión. Besando el rocío / mi ansia celeste, / insomne acaricio / tu tenue figura, / dejando la mente / correr en el aire. Rondan sonidos / Y encantos silvestres, / un lecho vacío / de amantes furtivos. Tu piel en mi cuerpo, / mi mente en tu sueño. / El gélido viento, / silencio en la lluvia, / secretos instantes, / encanto del alba.

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Más allá de la luna. Poesía. Jorge Hernando Vidales Díaz (la más reciente)

Mi niña lloraba / abrazando su soledad / contaba que en sus sueños / había podido a su padre imaginar. Mi niña desde muy niña / escuchaba historias de marineros, / que amaban la madrugada / Y al mar, / le regalaban / sus secretos, su intimidad. / Mi niña creció tan libre, / mi niña ya no era igual, / mi niña solo tenía; / siete años, / un arco iris, / un caballo que volaba / y un mago para jugar. ¡Mi niña ya no era igual! / mi niña despertaba, / y en sus sueños sólo quería volver a soñar, / porque en ellos, ella veía / a su padre regresar.

Se fue con el Mar. Poesía. Adriana Arrunátegui. Para Luis Carlos Arroyave (f) padre del colega Sergio Arroyave Correa. Septiembre 29 de 2003

Se fue con el mar. // En el atardecer / cuando el cielo / teñido de naranjas y violetas / pasó por sus ojos / pensó en Dios. // Y dulcemente herido por el paso de los años, / con la tranquilidad del deber cumplido, / repasó su vida, miró al mar / allí en el horizonte, / vio aquella maravillosa luz que lo esperaba en la otra orilla; / y cayó para nacer, / para renacer al amanecer, al amanecer de la vida nueva. // Si así, se fue con el mar.

Escultura. Metales. Jaime Betancourt (f) Escultura. Madera. Jaime Betancourt (f)

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Vitral. Jaime Betancourt (f)

Vitral. Detalle. Jaime Betancourt (f)

Óleo. Delfines. Melba Labrada

Pintura. Jaime Betancourt (f)

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Óleo. Cali viejo. Melba Labrada

Grabados. Alejandra Sañudo

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Fotografía. Sol y flor Monterrico. César Varela Fotografía. Arreboles desde mi ventana César Varela

Detalle

Óleo. Mi abuelo. Mary Ann Robledo

Detalle

Óleo. Mi padre. Mary Ann Robledo

424 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA

Dibujo lápiz. Guacamayos. Dibujo lápiz. Peces. Milton Mejía Melba Labrada

Talla en madera. Norma González Pastel sobre papel. Sergio Martínez

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Chilingues. Lucía van den Enden

Acrílico sobre lienzo. Paula Mejía Grabado . Alejandra Sañudo

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Fotografía. Camino a laguna de Iguaque. Pedro Castro

Fotografía. Ave fénix, patio central CD.F.Ll.A. Pedro Castro

Dibujo lápiz. Guepardos. Milton Mejía

Ilusiones. Poesía. Jaime Betancourt (f)

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HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA

CAPÍTULO XI

Homenaje a la Industria Farmacéutica

Historia de los Laboratorios Colaboradores

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HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA

HOMENAJE A LA INDUSTRIA FARMACÉUTICA HISTORIA DE LOS LABORATORIOS COLABORADORES

CÉSAR IVÁN VARELA HERNÁNDEZ

Invité a todos los laboratorios farmacéuticos y distribuidores que pro- ducen o comercializan medicamentos o productos dermocosméticos en el país, para participar como colaboradores en esta obra. De muchos nunca obtuve respuesta, otros ofrecieron excusas válidas y lamentaron no poder participar. Presento el resumen de la historia de las casas farmacéuticas que acep- taron mi invitación como colaboradores de Platino, Oro y Plata. Para ellos mi gratitud y en el nombre de la dermatología colombiana.

Categoría PLATINO

Laboratorios Bussié S.A. Galderma Colombia Jessner Pharmaceutical International S.A.- Jessderma

Categoría Oro

Schering Colombiana S.A. Productos Roche S.A.

Categoría Plata

Laboratorios Novaderma S.A., Novartis de Colombia S.A., Laborato- rios Stiefel Colombia S.A., Procaps, Gynopharm S.A., Johnson & Johnson de Colombia S.A., y Dermacare S.A

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COLABORADORES PLATINO

Laboratorios Bussié S.A. PLATINO

LABORATORIOS BUSSIÉ fue fundado por el doctor Policarpo Bustillo Sierra, barranquillero, quien en 1946 obtuvo los títulos de Doc- tor en Farmacia y Bioquímica, así como el de Químico Farmacéutico en la Universidad Nacional. Fue profesor de Higiene en la misma universi- dad y de Farmacia Industrial y Farmacología en la Universidad del Atlán- tico. Desde temprana edad se vinculó a la industria farmacéutica como vendedor, visitador médico, gerente de ventas y de propaganda en dife- rentes entidades. En 1956 el doctor Bustillo compró la droguería San Carlos, en la calle 22 N Nº 16 A 45 en Bogotá y desde allí inició el despacho de fórmulas magistrales, pero dado el carácter comercial de la droguería, en 1961 fue necesario constituirse en Bussié Instituto Quimioterápico Ltda., que obtuvo licencia del Ministerio de Salud en septiembre 12 de 1967. En 1968, con su esposa Cecilia Cabrera, fundaron Laboratorios Recipe Ltda., (Droga Comunal) en Bogotá y se constituyó en proveedor del Instituto de Seguros Sociales, donde la farmacia magistral fue bási- ca. Rápidamente extendió su acción a diversas regiones del país. En 1977, crearon la sociedad Policarpo Bustillo Sierra Instituto Quimio- terápico Ltda., que coexistió exitosamente con Recipe Ltda. La salida al mercado de nuevos productos farmacéuticos con gran acogida entre la comunidad le permitieron un gran impulso a estas entidades, que las llevó a su fusión en Laboratorios Bussié Ltda., y posteriormente en La- boratorios Bussie S.A. El doctor Bustillo falleció en ejercicio de la pre- sidencia de la sociedad en 2001 y fue sustituido por la doctora Martha Bustillo hasta 2003, cuando se nombró gerente general al doctor Eduar- do Espinosa. Laboratorios Bussie S.A., ha logrado gracias al esfuerzo permanente de sus directivos y demás funcionarios, a la búsqueda de la excelencia en la calidad de sus productos y en el servicio al cliente, y a la rectitud en las negociaciones, ocupar un lugar de preferencia como destacado labo- ratorio nacional.

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Galderma Colombia PLATINO

Douglas Owen fundó en 1961 en Dallas (Texas) el laboratorio de dermocosmética Owen Laboratorios, en cuanto Alexander y Conners se asociaron para vender colirios oftalmológicos con el nombre de Alcon. En 1972, Owen se integró a Alcon convirtiéndose en su departamento de dermatología y en 1997, Nestlé compró a Alcon con el objetivo de hacerlo líder mundial en oftalmología. En 1979 en Sophia-Antipolis (Francia), L’Oreal creó el Centro Inter- nacional de Investigación en Dermatología (CIRD) con énfasis en estu- dios de fisiología de la piel. En 1981, Nestlé y L’Oreal se asociaron en partes iguales y crearon GALDERMA: “galénica” (formulación de los medicamentos) y “derma” (piel), con el propósito de liderar en el mundo la investigación, desarrollo y comercialización de productos dermatológicos. Fundó la primera filial en Francia en 1982, en cuanto el CIRD creó el departamento de biología celular, abandonando los estu- dios fisiológicos para dar paso al descubrimiento de nuevos medica- mentos. Se inició al programa de investigación en retinoides que en 1984, dio como resultado la molécula CD 271, el adapalene, principio activo de Differin®. Alcon comercializó en América Latina los productos de Galderma hasta 1995 cuando se fundaron las primeras filiales. La expe- riencia de Galderma incluye medicamentos para el manejo de acné, alte- raciones del pigmento, onicomicosis, rosácea, dermatitis atópica, alope- cia, dermatitis seborreica y psoriasis, entre otros. GALDERMA esta dividido en tres zonas geográficas: Euromeaa (Eu- ropa, Mediano Oriente, África y Australia), Norte América e InterContinental (Latinoamérica y Asia). Tiene más de 3000 empleados y 33 filiales en los cinco continentes. Ha construido con los dermatólo- gos relaciones durables, fundamentadas en la confianza y el servicio, orientadas hacia opciones terapéuticas innovadoras, eficaces y seguras, para responder de la mejor forma a sus necesidades, con el objetivo del bienestar del ser humano, en los marcos de la ética y la excelencia.

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Jessner Pharmaceutical International S.A.- Jessderma PLATINO

Con el nuevo milenio, nació en Bogotá JESSNER PHARMA- CEUTICAL INTERNATIONAL S.A., como respuesta a la necesidad de ofrecer a los profesionales de la dermatología, una línea de productos de alta calidad, de avanzada terapéutica, con precios accesibles a todos los pacientes, generando empleo y mejora en la calidad de vida de mu- chos colombianos. En el año 2004, sumó a su portafolio de productos especializados los de la línea denominada JESSDERMA, que rápidamente fue reconocida por el cuerpo médico como la una de las mejores alternativas en formu- lación, en la que se destacan en el campo de los protectores solares: Sunless T® que contiene una asociación de pantallas y filtros de última generación como Tinosorb M y Tinosorb S, que permiten una protec- ción óptima; en los hidratantes: Rutine® que con su útil tamaño de 450 ml y sus excelentes componentes lo convierten en una moderna y eficaz alternativa para toda la familia. Cuenta además con Folix® para el trata- miento de la alopecia androgénica masculina, que rápidamente se ha convirtió en el segundo finasteride más formulado en Colombia, entre otros. Jessner Pharmaceutical International S.A-Jessderma, desarrolla en la actualidad nuevos productos que con los existentes, sumado a la búsqueda permanente de la excelencia en la calidad y el servicio, tiene por objetivo ubicarlo como uno de los laboratorios farmacéuticos espe- cializados en dermatología más competitivos del mercado colombiano.

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COLABORADORES ORO

Schering Colombiana S.A. ORO

En 1851, Ernst Friedrich Schering, boticario alemán, compró la farmacia Gruene Apotheke (farmacia verde) en Berlín, y dio comienzo a la historia de Schering, que en 1871 se registró como sociedad anónima. En 1889 el funda- dor falleció. En 1876 se fundó Schering Glatz en Nueva York y en 1890 el laboratorio lanzó Piperazin®, su primera marca. En 1930 Química Schering Colombiana (QSC) llegó a Barranquilla con una planta para la distribución de medicamentos hormonales, antirreumáticos, para la vía renal y desinfectantes, que se trasladó en 1935 a Bogotá con 10 empleados. En 1938 Schering contaba con 30 filiales y 20 fábricas en el mun- do pero como consecuencia de la segunda guerra mundial, sufrió la expropia- ción en varios países y el veto de sus marcas. En Colombia en 1947, el Banco de la República vendió la empresa QSC a Droguerías Aliadas con lo que per- dió además del nombre, las patentes, la producción y el mercado, pero en 1950, la visita de un delegado berlinés permitió traer de nuevo los productos. En la década de 1990 el mercado latinoamericano se concentró en la producción y exportación desde Argentina, Brasil, México y Colombia. QSC pasó de expor- tar 168 mil unidades en 1992, a más de 5 millones en 1999 y cambió la razón social por SCHERING COLOMBIANA S.A. (SC). En 2001, Schering estructuró cuatro Unidades Estratégicas de Negocios: Dermatología, Salud Fe- menina, Terapéuticos Especializados, Diagnóstica y una Unidad Estratégica de Servicio e inauguró la Planta Andina, que caracteriza a la filial como un centro regional de acondicionamiento, empaque y distribución de medicamen- tos. En 2004, Schering Colombiana S.A. recibió del Instituto de Normas Téc- nicas la certificación de su Sistema Integrado de Gestión, en las normas ISO- 9001, ISO-1401, y OHSAS-18001.

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Productos Roche S.A. “Roche, una tradición siempre joven” ORO

ROCHE llegó a Colombia hacia 1940, pero su mercadeo se inició a finales de 1945, al firmarse el contrato con el señor Werner Marchand, primer agente autorizado del país. Las actividades de distribución y de servicio científico de Roche Colombia se iniciaron en el sector histórico de Bogotá. Las políticas gubernamentales lo llevaron a proyectar el proceso de sus medicamentos en el país y a dejar en segundo plano las importaciones desde Estados Unidos y Suiza. En 1957 se construyó la fábrica de Productos Roche S.A., en Fontibón, y la producción estuvo dirigida por los esposos Walh, que eran químicos sui- zos. El 20 de mayo de 1958 produjo el primer lote de comprimidos de Redoxón® de 500 mg Cuando expiró el contrato con el señor Marchand, éste pasó a ser miembro de la junta directiva de la compañía. En 1965 la empresa se trasladó a su actual sede, donde empezó su constante evolución, caracterizada por la calidad e investigación científica, siendo líderes en psicofármacos y antibióticos. En 1982 el grupo Roche lanzó Roaccutan®, medicamento que ya cuenta con 23 años de investigación y con el que actualmente se tratan más de 12’000.000 de pacientes en el orbe, consolidándose como uno de los productos más impor- tantes para curar el acné. El lanzamiento en Colombia ocurrió en 1989. Productos Roche S.A., utiliza como estrategia de desarrollo el espíritu de excelencia en el servicio y el dar valor a sus colaboradores. En 2004 obtuvo el octavo lugar como mejor empresa para trabajar en Colombia y primera en el sector farmacéutico, y en 2005 el premio como una de las 100 mejores empre- sas para trabajar en Latinoamérica, lo que demuestra la acertada dirección estratégica y el excelente ambiente laboral.

436 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA

COLABORADORES PLATA

Laboratorios Novaderma S. A. PLATA

LABORATORIOS NOVADERMA S. A. se fundó por iniciativa de un grupo de profesionales colombianos, algunos de ellos procedentes de los sectores farmacéuticos nacional y multinacional. Se constituyó en sociedad anónima en febrero de 1999, con domicilio principal en Bogotá D. C. Novaderma es una compañía farmacéutica nacio- nal, dedicada al desarrollo, fabricación, distribución y comercialización de productos dermocosméticos y de medicamentos de uso dermatológico. Gloria Sánchez de Corredor (f) ocupó con excelencia la gerencia hasta su falleci- miento en 2004, sucedida por Giovanny Martinelly. Novaderma ofrece entre sus líneas de productos, protectores solares, hidratantes, despigmentantes, queratolíticos, champúes medicados, limpiadores cutáneos y fórmulas magistrales, entre otros. En el futuro in- mediato, Novaderma extenderá su presencia a otros campos de la terapéutica dermatológica. El afán continuo por garantizar y mejorar la calidad de sus productos le mereció a Novaderma la certificación internacional de la norma ISO 9001-2000.

Novartis de Colombia S.A. PLATA

NOVARTIS es una compañía farmacéutica con sede en Basilea, Suiza. Producto de la fusión de los laboratorios Ciba-Geigy y Sandoz en el año 1996. Estos laboratorios nacieron en el siglo XVII y XVIII respectivamente, con esfuerzos de empresarios y científicos para el desarrollo de colorantes y sustancias químicas, que en el comienzo del siglo XX comenzaron la investigación, desarrollo y producción de medicamentos para uso humano. Al principio la comercialización en Colombia se realizó por empre- sas importadoras y entre las décadas de 1950 y 1960 se establecieron oficinas de las casas matrices. En dermatología, Novartis ha logrado importantes desarrollos farmacológicos, en- tre los que se encuentran la terbinafina (Lamisil®), una alilamina para el tratamiento de infecciones por hongos y el pimecrolimus (Elidel®), un inmunomodulador tópico de- rivado de los macrólidos de la ascomicina para el tratamiento de las enfermedades inflamatorias de la piel. La síntesis de Lamisil® se logró en 1980 y luego de la investi- gación clínica se aprobó su comercialización en 1991. La investigación de Elidel® empezó en la década de 1980, demostró su actividad farmacológica en 1993 y fue aprobado en 2001. Estas moléculas las desarrolló en el Instituto de Investigación Novartis en Viena, el equipo liderado por el Profesor Anton Stütz, que recibió en 2004 el premio Erwin Schrödinger de la Academia Austriaca de Ciencias para reconocer la investiga- ción y el desarrollo de medicamentos altamente efectivos.

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Laboratorios Stiefel Colombia S.A. PLATA

STIEFEL es el laboratorio multinacional independiente más grande del mundo. Cuenta con más de 35 subsidiarias propias y su red de distribución alcanza más de 100 países. “La pasión por la dermatología la llevamos dentro de la piel” fueron siempre las palabras de sus fundadores, la familia Stiefel. En 1900, el laboratorio se trasladó de Europa para Estados Unidos, se estableció en New Jersey y más recientemente en Coral Gables, Florida. En Colombia, durante la primera etapa de la compañía (15 años), la dirección de la empresa estuvo bajo la responsabilidad del señor Carlos Arteaga y más recientemente (2005) del señor Edgar Mohs. La empresa siempre ha sido reconocida por la calidad de los productos desarrollados y puestos en manos de los dermatólogos para beneficio de la salud de la población colombiana. Entre sus productos más recientes se destacan, Indoxyl® primera y única combinación de peróxido de benzoílo más clindamicina en un solo tubo listo para ser usado en el tratamiento del acné; Stiprox® primera y única ciclopirox-olamina para el tratamiento de la dermatitis seborreica. Cuenta también con línea de protectores solares: Spectraban; para el tratamiento de las verrugas: Duoplant y Duofilm; línea de hidratantes y humectantes, así como jabones coadyuvantes del tratamiento del acné.

Procaps PLATA

PROCAPS, es una organización farmacéutica, con sede en Barranquilla. Trabaja desde 1977 con dedicación por la salud de los seres humanos e ingresó al mercado colombiano como pionera en la fabricación de la forma farmacéutica más novedosa conocida hasta entonces en nuestro país: La Cápsula Blanda de Gelatina (CBG). Desarrolló el primer producto propio de marca en CBG y lo comercializó con el nom- bre de Dolofén®. Más adelante y gracias a su exitosa gestión comercial, a la ejecución de la más avanzada tecnología, a los altos estándares de calidad alcanzados y a la inmensa varie- dad de soluciones farmacéuticas desarrolladas, PROCAPS incursionó en el mercado internacional a través de varios países como Estados Unidos, Canadá, Brasil e Inglate- rra. Logró así el acceso a la comunidad andina y buena parte del continente africano, además de producir medicamentos en cápsula blanda de gelatina para varios laborato- rios en el país y para otros de origen europeo y estadounidense. Exporta 90% de su producción y cubre las necesidades del mercado mundial mediante alianzas estratégi- cas. Estableció plantas productoras en Venezuela y Brasil desde donde satisface los requerimientos del mercado latino americano. En 2005, Ludwing Samer es el respon- sable de la gerencia de mercadeo de esta importante empresa orgullosamente colom- biana.

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Gynopharm S.A. PLATA

Gynopharm S.A. nació de la alianza estratégica, entre Laboratorios Procaps de Colombia y Laboratorios Recalcine S.A. de Chile, como el “laboratorio exclusivo para el especialista que trata a la mujer”, con medicamentos para reemplazo hormonal, anticonceptivos y para manejo de la fertilidad y la osteoporosis. En el marco de la filosofía del servicio innova con programas de acercamiento del cuerpo médico a los pacientes mediante: filtros para el descubrimiento temprano de osteoporosis, conferen- cias en universidades y empresas sobre temas de interés para las usuarias. Los produc- tos están presentes en la mayoría de los países latinoamericanos. En su proceso de expansión Gynopharm incursionó con éxito y reconocimiento en el mercado dermatológico con su línea Dermatech y sus productos Tretinex® (isotretinoína), Apeplus® (finestaride), Bellex® (terbinafina) y Egogyn® (vitamina E). Gynopharm con sus productos y servicios contribuye a mejorar la calidad de vida de los pacientes dermatológicos y de la mujer colombiana.

Johnson & Johnson de Colombia S.A. PLATA

La historia de JOHNSON & JOHNSON en Colombia se remonta a los comienzos del siglo XX, cuando las principales casas importadoras trajeron los primeros produc- tos para el cuidado del bebé, talco y aceite Johnson’s , cuya demanda llevó en 1949 a otorgar una concesión a los Laboratorios Cofarma de Barranquilla para su fabricación. Ocho años después, abrió dos compañías: Equipos Suramericanos y Johnson Interamericana, para importar, comercializar y supervisar la producción nacional. El 5 de diciembre de 1962 se constituyó legalmente Johnson & Johnson en Barranquilla. En 1968 trasladó sus oficinas y construyó la fábrica en el barrio San Nicolás en Cali, para en 1977 inaugurar su gran planta, Johnson & Johnson Consumo, a 3 km de la ciudad en el sector de Acopi, Yumbo. Consolidó su presencia con tres unidades: en el sector consumo con Johnson & Johnson de Colombia S.A., en el profesional con Johnson & Johnson Medical y con Janssen Farmacéutica S.A., en el farmacéutico. Colombia cuenta con esta empresa humana, dedicada al bienestar de la sociedad y al cuidado de la salud, con sus líneas de productos para el cuidado del bebé represen- tados en Johnson’s Baby; productos para el cuidado de la salud de la mujer y la familia con marcas como Stayfree, Carefree, Ob, KY, Johnson´s Reach; y productos para el cuidado de la piel con sus marcas Clean&Clear, Neutrogena y RoC, y por ello la Mi- sión de Johnson & Johnson de Colombia es: “Queremos que cada consumidor en Colombia utilice alguno de nuestros productos o servicios para el cuidado de la salud todos los días, porque confían en nosotros a lo largo de todas las etapas de su vida. Queremos hacer la diferencia en la vida de nuestros consumidores y estar orgullosos de ello, brindándoles productos y servicios superiores”.

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DERMACARE S.A. PLATA

DERMACARE S.A. es una empresa colombiana, constituida en marzo de 1996 por un grupo de personas con amplia experiencia en el desarrollo, mercadeo y ventas de productos dermatológicos. Inició como Farmacia Magistral con tres empleados y en noviembre del mismo año lanzó al mercado cuatro productos que cubren las principa- les áreas dermatológicas: protección solar, higiene corporal, cuidado capilar y humec- tación, consolidándose rápidamente y convirtiendo su protector solar DARKSUN en el líder del mercado. Dermacare tiene veinticinco productos que se agrupan en 12 líneas: hidratantes y emolientes, protectores solares, renovadores cutáneos y despigmentantes, champúes medicados, corticoide y antimicóticos, protectores cutáneos, limpiadores, corticoides tópicos, protector labial, antipruriginoso, repelente de insectos y antiparasitario. Dermacare distribuye sus productos en Colombia y los exporta a Panamá y Perú, y desarrolla las estrategias necesarias para mantener la calidad acorde con las necesida- des de los dermatólogos y de la comunidad.

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EPÍLOGO

“Uno de los desafíos de nuestra aventura en la tierra consiste en elevarnos por encima de lo inerte y expresar en cambio, el yo más alto que podamos ser”. En un meritorio esfuerzo del autor que con dedicación de gran parte de su valioso tiempo, ilustra a los lectores sobre los antecedentes histó- ricos en el entorno sociológico de nuestro país y sobre el camino y ruta trazada por los primeros especialistas en la materia, y digo meritorio por tratarse de un especialista en los finales del siglo XX, que se remontó a los cimientos de la especialidad cuyo auge sólo vino a perfilarse a fina- les del siglo XIX; por tanto pienso que este libro debe ingresar como texto de consulta para médicos y especialistas. Qué decir de esas magnificas investigaciones que nos revelan aque- llas prácticas médicas indígenas en las que se demuestran las primeras tendencias terapéuticas: tópicas y orales. Más adelante, los progresos e investigaciones en fitografia, fitología, fitoterapia, llevadas a cabo por el sabio Caldas y sus colaboradores, y el estupendo arsenal fotográfico, cartográfico, médico y patológico. En su búsqueda de la historia por pueblos y ciudades se reunió con amigos íntimos conocedores de la his- toria, consultó archivos, se valió de entrevistas y otras personas claves en la vida dermatológica.

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A lo largo de este libro el autor ha tratado no sólo la historia regional y personal, sino la biografía de cada uno de los personajes. Trabajo rea- lizado con espíritu fuerte, con esfuerzo, sin errores ni fallos, pues se empeñó en lograr su propósito, al inmolarse por una causa noble y sin querer ocupar un lugar junto a las frías y tímidas almas que no supieron valorar su logro. El autor nos lleva de la mano para enseñarnos la histo- ria de la dermatología en un lenguaje sencillo pero a la vez profundo. Este libro examina la vida y carrera de los dermatólogos colombianos, porque escruta sus currículos que quedan a la apreciación y critica del lector para formar sus criterios individuales. Viviste ese sueño y gracias a la ayuda de tu extraordinaria esposa Danielle Alencar-Ponte y a tus inigualables capacidades de liderazgo, también ayudaste a otros. Generaste la más grande riqueza histórica de la especialidad. Este libro apasionante, los secretos, los símbolos, calen- darios genéricos, fotografías, mapas y los gigantes descritos, revelan para sorpresa nuestros hechos hasta ahora desconocidos en la historia de la dermatología. Amar esta obra ha sido para el autor y deberá ser para el lector una labor emocionante. Varela se ha convertido en un héroe para sus colegas y los amantes de la historia. Tal vez ningún otro líder de la dermatología en tiempos modernos ha ejemplarizado tan maravillosa- mente la historia. Y ya sin duda al concluir su obra, los aromas con su carga de aventuras y prestigio, flotan para adornar este excepcional libro que honra al autor y enorgullece la historia de la dermatología colombia- na hondamente inscrita ya en nuestra historia contemporánea. El coraje de iniciarlo y concluirlo, y sobreponerse a interrogantes como: ¿Quién no se ha mirado alguna vez al espejo, para tratar de per- donarse la sumisión por no haber dicho lo que en verdad pensaba? ¿Quién no ha sentido, así sea de vez en cuando la lucha interior entre la indigna- ción por el agravio y el temor a enfrentarlo? La pedagogía de la obra para aproximarse a lo cierto con disciplina, una persistencia tenaz, un logro esplendido encarnado en la fe, la pro- fundidad espiritual, la elación mística, y la lealtad, hacen un cortejo de admiración y que lo recibamos con un unánime murmullo de esperanza.

Flavio Gómez Vargas, MD. Medellín, agosto 5 de 2005

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CRÉDITOS DE FOTOGRAFÍAS

Academia Nacional de Medicina. Galería Abraham Aparicio, Óleo de Ariel Durán. Calixto Torres Umaña. José María Lombana Barreneche, Óleo de Teresa Vásquez de Lombana. Juan de Dios Carrasquilla. Roberto Franco. Evaristo García, Federico Lleras, Liborio Zerda, Luis Patiño Camargo y Manuel Plata Azuero, Óleos de Gladys Pinedo.

Academia Nacional de Medicina. Reproducciones de Retratos en la Biblioteca Eliseo Montaña Granados; José C. Mutis, Casa Museo 20 de julio Bogotá: José J. García; Manuel Uribe Ángel; Santos Acosta. Miguel de Isla y Vicente Gil de Tejada, colección de doña Isabel Corpas de Posada.

Academia Nacional de Medicina. Museo de Historia de la Medicina Mucopolisacaridosis. Cerámica Cultura Tumaco-La Tolita (400 AC-400 AD). Dona- ción de María del Rosario Rueda Sáenz.

Universidad Nacional de Colombia. Museo de Historia de la Medicina Federico Lleras Acosta; Microscopio Monocular. Cogit, París 1890.

Copia de fotocopia del artículo Resumen Histórico de la Clínica de Dermatología. Facultad de Medicina Universidad Nacional de Colombia. Autor Gonzalo Reyes García 1962. Alfonso Gamboa Amador, Carlos Cortés Enciso, Gabriel José Castañeda, Gon- zalo Reyes García, José Ignacio Chala Hidalgo, José Ignacio Uribe, Manuel José Silva.

Periódico Alma Mater, Universidad de Antioquia Alberto Uribe Correa. Anónimo José Félix Merizalde.

Otras fotografías tienen los créditos en los pies de foto.

Las restantes hacen parte de mi colección, tomadas directamente por mi; obtenidas por contrato con los fotógrafos Fernando Joel Moreno y Pedro Pachón; o han sido envia- das directamente por colegas y sus familiares como por el doctor Esteban Ambrad Chalela y la señora Silvia Londoño. Flavio Gómez Vargas aportó un número conside- rable y valioso en especial en las fotografías de grupos.

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REFERENCIAS

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ABREVIATURAS Y SIGLAS

(f): fallecido A.C.: Antes de Cristo A.D..: Año del Señor (Después de Cristo) AMC: Asociación Médica Colombiana ASCOFAME: Asociación Colombiana de Facultades de Medicina AsoColDerPediátrica: Asociación Colombiana de Dermatología Pediátrica ASODERMA: Asociación Dermatológica del Atlántico CAT: Centro de Alta Tecnología Médica Centro Dermatológico F.Ll.A.: Centro Dermatológico Federico Lleras Acosta Centro Dermatológico F.Ll.A-UniJaveriana: Instituto Dermatológico Federico Lleras Acosta o Centro Dermatológico Federico Lleras Acosta-Universidad Javeriana de Bogotá CentroDermatológicoHernández-Pérez: Centro de Dermatología y Cirugía Cosmética Hernández Pérez de San Salvador CIDEIM: Centro Internacional de Entrenamiento e Investigaciones Médicas CILAD: Colegio Ibero Latinoamericano de Dermatología Club Noel: Hospital Infantil Club Noel de Cali COLCIENCIAS: Instituto Colombiano para el Desarrollo de la Ciencia y la Tecnología “Francisco José de Caldas” Colegio del Rosario: Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario Congreso Nacional: Congreso Nacional de Dermatología Coomeva: Cooperativa Médica del Valle CUS: Corporación Universitaria del Sinú Dermacoop: Cooperativa de Dermatólogos de Bolívar Dermocaribe: El Simposio Dermatológico del Caribe EL CES: Instituto de Ciencias de la Salud -CES- de Medellín. El Servicio: El Servicio de Dermatología EMJNCorpas: Escuela de Medicina Juan Nepomuceno Corpas Escola Paulista: Escola Paulista de Medicina, Universidade Federal de São Paulo FUCS: Fundación Universitaria de Ciencias de la Salud Fundación Santafé: La Fundación Santafé de Bogotá FundaciónABC-SP: Fundação Universitária ABC de São Paulo Hospital Militar: Hospital Militar Central de Bogotá Hospital SantaCasa: Hospital Santa Casa de la Misericordia Hospital ServidoresdoRio: Hospital Servidores do Estado do Rio de Janeiro

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HUV: Hospital Universitario del Valle Evaristo García, Cali ICFES: Instituto Colombiano para el Fomento de la Educación Superior INAMPS: Instituto Nacional de Seguridad Social (Brasil) INPES: Instituto para Programas Especiales de Salud INS: Instituto Nacional de Salud Instituto Cancerológico: Instituto Nacional de Cancerología de Bogotá Instituto F.Ll.A.: El Instituto Dermatológico Federico Lleras Acosta ISS: Instituto de Seguros Sociales ITS: Infecciones de transmisión sexual La Asociación: Asociación Colombiana de Dermatología y Cirugía Dermatológica La CIB: Corporación para Investigaciones Biológicas de Medellín. La Página Web: La Página Web de la Asociación Colombiana de Dermatología y Cirugía Dermatológica La Revista: La Revista Colombiana de Dermatología La Sección: La Sección de Dermatología LCIL: Laboratorio Central de Investigación de la Lepra LES: lupus eritematoso sistémico Médico: Médico y Cirujano OMS: Organización Mundial de la Salud OPS: Organización Panamericana de la Salud Proderma: Fondo de Promoción y Desarrollo Dermatológico Promédico: Fondo de Empleados Médicos de Colombia SADE: Sociedad Antioqueña de Dermatología SEM: Servicio para la Erradicación de la Malaria SENA: Servicio Nacional de Aprendizaje SIDA: Síndrome de inmunodeficiencia adquirida UIS: Universidad Industrial de Santander UNAB: Universidad Autónoma de Bucaramanga UNAM: Instituto Dermatológico Ladislao de la Pascua. Universidad Nacional Autónoma de México UniAntioquia: Universidad de Antioquia UniBarcelona: Universidad de Barcelona UniBarranquilla: Universidad Metropolitana de Barranquilla UniBosque: Universidad El Bosque UniBucaramanga: Universidad Autónoma de Bucaramanga UniBucarest: Universidad de Bucarest, Rumania UniBuenosAires: Universidad de Buenos Aires UniCaldas: Universidad de Caldas UniCartagena: Universidad de Cartagena

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UniCatólicaQuito: Universidad Católica Central de Quito UniCauca: Universidad del Cauca UniChile: Pontificia Universidad Católica de Chile UniCostaRica: Universidad de Costa Rica UniCuenca: Universidad de Cuenca, Ecuador UniEcuador: Universidad Central del Ecuador UniFederalRio: Universidade Federal do Rio de Janeiro-Hospital Universitário Clementino Fraga Filho UniFederalRioGrandedoSul: Hospital Santa Casa de Misericordia de la Universidade Federal do Rio Grande do Sul de Porto Alegre, Brasil. UniGuadalajara: Universidad de Guadalajara, México UniGuatemala: Universidad Francisco Marroquín de Guatemala UniGuayaquil: Universidad Católica de Guayaquil, Ecuador UniHabana: Universidad de la Habana, Cuba UniJaveriana: Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá UniJaveriana-C.D.F.Ll.A.: Universidad Javeriana de Bogotá- El Centro Dermatológico Federico Lleras Acosta UniLibreAtlántico: Universidad Libre de Colombia. Seccional Atlántico UniLibreCali: Universidad Libre de Colombia. Seccional de Cali UniMadrid: Universidad Complutense de Madrid UniMiami: Universidad de Miami UniMilitarNuevaGranada: Universidad Militar Nueva Granada-Hospital Militar Central de Bogotá UniMinasGerais: Universidade Federal de Minas Gerais UniNacional: Universidad Nacional de Colombia UniNorte: Universidad del Norte de Colombia-Barranquilla. UniPontificiadeRio: Pontifícia Universidade Católica de Rio de Janeiro UniQuindío: Universidad del Quindío UniRosario: Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario, Universidad del Rosario. UniSabana: Universidad de la Sabana UniSanMartín: Universidad de San Martín UniSãoPaulo: Universidad de São Paulo UniSurcolombiana: Universidad Surcolombiana de Neiva UniTecPereira: Universidad Tecnológica de Pereira UniUruguay: Universidad de la República Oriental del Uruguay UniValle: Universidad del Valle UPB: Universidad Pontificia Bolivariana de Medellín VIH: Virus de la inmunodeficiencia humana

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