La Comunidad Mudéjar De Haro (La Rioja) En El Siglo XV
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La comunidad mudéjar de Haro (La Rioja) en el siglo XV La ciudad de Haro, asentada sobre un altozano, se encuentra si- tuada al noroeste de la actual provincia de La Rioja. Hasta el siglo xiv Haro fue una población relativamente peque- ña. Sin embargo, desde esta centuria comenzó a desarrollarse pau- latinamente, alcanzando un considerable apogeo a lo largo de los si- glos xiv y xv. A fines del siglo xv residía en Haro una importante comunidad judía, así como otra mudéjar, que cultivaban las ricas huertas junto a los ríos Tirón y Ebro, y se dedicaban a distintas actividades arte- sanales. En el padrón realizado el 6 de septiembre de 1499 figuran como vecinos de Haro 7 clérigos, 5 pobres, 32 hidalgos y 263 pecheros, entre los que no figuran los vecinos que residían extramuros, ni tampoco los mudéjares’. La población total de Haro a fines del siglo xv podía estar compuesta, aproximadamente, por unos 2.000 habitantes. La parte más antigua de la población es la que se extendía al pie del castillo, y estuvo totalmente rodeada por una muralla que corría por las actuales calles de Siervas de Jesús, Plaza de la Paz y San Fe- lices, confluyendo por ambos lados en el castillo, que coronaba el cerro sobre el que se asienta la población. Intramuros, Haro se dividía en dos barrios separados por la Calle Mayor, que corre de norte a sur: la Mediavilla de San Martín, que es la parte más antigua de la población, ocupaba el sector a la izquierda de la Calle Mayor. A la derecha de la misma calle se extendía la Me- Archivo Municipal de Haro (en adelante AMH), leg. 91, AM. Res. Domingo HERGIJETA MARTIN: Noticias históricas de la Muy Noble y Muy Leal Ciudad de Haro. Haro, 1906 <reimpr. Unidad de Cultura de la Excma. Diputación de Lo- grofio, Logroño, 1979 (Pp. 263-264). 158 Enrique Cantera Montenegro diavilla de Santo Tomás. Los judíos ocupaban el castillo y sus inme- diaciones, es decir, el barrio llamado de la Mota. Extramuros, y en las faldas del alto de Santa Lucía, existía un arrabal, muy posiblemente también amurallado, conocido como Me- diavilla de San Agustín, donde, como veremos más extensamente, re- sidía la mayor parte de la población mudéjar de Haro, «sin que por eso dejaran de habitar dentro de los muros de la villa como todavía lo denuncia la Calle de Garrás» 2 La existencia de población mudéjar en la Rioja está ampliamen- te documentada, «a pesar de que, hoy por hoy, el contenido de los archivos de la región no está bastante divulgado» ~. Hasta el siglo xii es conocida la presencia de mudéjares en Nájera, Tricio, Alesanco, Calahorra, Arnedo, Alfaro, Cervera del Río Alhama, Inestrillas, Nava- rrete y Albelda y su comarca (Alberite, Clavijo, Viguera, Jubera) ‘. En la Baja Edad Media es conocida la existencia de mudéjares en Haro> Bañares, Nájera, Arnedo, Herce, Cervera del Río Alhama, mes- trillas y Aguilar, y posiblemente en Calahorra, Alfaro y Navarrete ~. Así pues, la Rioja contó con varias morerías, algunas de gran im- portancia como las de Aguilar y Cervera del Río Alhama, pero, en general, los mudéjares constituyeron en esta comarca un fenómeno complementario, a modo de prolongación del aragonés, posiblemente desde el momento mismo de la conquista, aunque es evidente que algunas morerías evolucionaron por motivaciones posteriores espe- cifícas 6 Como en otras comarcas, la ocupación de la Rioja por los cris- tianos se realizó, probablemente, mediante capitulaciones, que per- mitieron a los musulmanes conservar sus tierras, pagando. simple- 2 D. HERGUETA: Op. cit., p. 100. 3 J. G. MOYA y VALGAÑÓN: «Mudéjar en la Rioja», en Actas del 1 Simposio Internacional de Mudejarismo (Teruel, 1975). CSIC, Diputación Provincial de Teruel, 1981, Pp. 211-224 (p. 211>. 4 La presencia de mudéjares en la Rioja hasta el siglo xii ha sido estudiada por: Ildefonso RODRÍGUEZ DE LAMÁ, Colección Diplomática Medieval de la Rioja, Instituto de Estudios Riojanos, Logroño, 1973, 3 vols.; A. UBIETO ARTETA: Cartu- lario de Albelda, Valencia, 1963; NL LucAs ALvAREz: Libro Becerro del Monas- terio ~1eValvanera, Zaragoza, 1950; L. SERRANO: Cartulario de San Millán de la Cogolla, Madrid, 1930; J. M.> LAcARn: Colección Diplomática de ¡rache, Zaragoza, 1965. 5 Acerca de las morerías riojanas en la Baja Edad Media encontramos refe- rencias en: 1. DE LEZA: Señoríos y municipios de la Rioja durante la Baja Edad Media, Logroño, 1955; F. BUJANDA: «Documentos para la Historia de la Diócesis de Calahorra. Constituciones o casos del Obispo U. Miguel», en Berceo, II (1947), Pp. 111-125; 1. RODRÍGUEZ R. DE LAMA: «Dos cartas de los Reyes Católicos: al Cabildo Catedral y al Concejo de Calahorra», en Berceo, VII (1952), Pp. 271-292; D. HERGUETA: Op. cit.,; Narciso HERGUETA MARTIN: «La judería de Haro en el siglo xv», en BAH, XXVI (1895), Pp. 467-475. 6 M. A. LAnERo QUESADA: «Los mudéjares de Castilla en la Baja Edad Media», en Historia. Instituciones. Documentos, 5 (1978), Pp. 257-304 (p. 264). La comunidad mudéjar de Haro (La Rioja) en el siglo XV 159 mente los diezmos como ya venían haciendo, sus autoridades y sus leyes, y en todo caso abandonar las viviendas que poseían en el nú- cleo vital de la ciudad, pasando a los barrios extramuros. De este modo, muchos musulmanes permanecieron en el territorio ocupado por los cristianos 7 Creemos que éste debió ser el caso de la morería de Haro, cuyo origen se debería> posiblemente, a grupos de musulmanes que per- manecieron tras la conquista cristiana. Sin embargo> en el fuero mu- nicipal que el 15 de mayo de 1187 concedió el rey Alfonso VIII a los habitantes de Haro no se hace ninguna alusión a población mudéjar ~, pero también es cierto que tampoco se cita a los judíos y hay cons- tancia documental de la existencia por esas fechas de una comuni- dad hebrea. Como veremos posteriormente, la primera noticia que poseemos sobre la población mudéjar de Haro no aparece hasta la segunda mitad del siglo xiv. Pero, en todo caso, lo que está demostrado docu- mentalmente es que Haro contó con una morería, que debió ser re- lativamente importante a lo largo de la Baja Edad Media. Domingo Hergueta, al referirse al arrabal de Santa Lucía, dice que «en dicha parte de la población, dentro de lo que antes se decía “Mediavilla de San Agustín o Muros fuera”, allí vivieron por espacio de muchos años hasta su expulsión de 1610, y como recuerdo dejaron entre otras cosas: sus alfarerías; las Ordenanzas que veremos en el siglo xv; su enterrorio; el Barrio de la Mezquita; el de la Torre de los Olleros, cerca del actual Arrabal, el cual también poblaron; los términos de Alméndora, Fuente el Moro, la Vega y otros roturados por ellos, y en especial y señaladamente los principales cauces y mo- linos antiguos que rodean la población. La agricultura, a semejanza de lo que hicieron en Valencia y Murcia, fue su principal ocupación; desde luego debió llamar su atención como pago tenido más a mano el terreno que hoy ocupan los términos de Alméndora, La Vega y la Fuente que hicieron regadíos y pusieron árboles frutales, entre ellos el almendro, y cultivaron con preferencia las hortalizas, que era su ordinario alimento. La mayor proximidad, el mejor cuidado de las frutas y hortalizas, la amenidad del sitio en una palabra, convidóles a levantar un peque- ño casério hacia la parte donde hoy está el Calvario y le apellidaron «La Vega»9. 7 J. G. MOYA VALGAÑÓN: Op. ciÉ., p. 212. El fuero de Haro ha sido transcrito por: J. A. LLORENTE: Noticias históricas de las tres Provincias Vascongadas, Madrid, 1806-1807, 3 vols., apéndice nú- mero 171; Julio GoÑzÉLEz: El reino de Castilla en la época de Alfonso VIII, CSIC, Madrid, 1960, 3 vols. (vol. II, PP. 804-807); D. HERGUETA: Op. ciÉ., Pp. 114-129. 9 D. HERGUETA: Op. ciÉ., p. 80. 160 Enrique Cantera Montenegro Esto que Hergueta expone en pocas líneas, es lo que vamos a in- tentar analizar de forma más extensa en este trabajo. Como ya hemos dicho anteriormente, los mudéjares de Haro re- sidían en su mayor parte en un barrio propio o MORERíA, apartados de la población cristiana, según se deduce de varias noticias docu- mentales. Así, en el ayuntamiento celebrado en Haro el 14 de junio de 1464> «el dicho alcalde requirio al dicho Sancho de Salzedo que por quanto la merged del Conde, nuestro Señor, por sus provisyones tenia mandado antes de agora aquel dicho Sancho e Nicolas Ferrandez feziesen gerrar e tapiar a los moros alderedor de su MORERÍA.., e lo non avian fecho fasta aqui. Por ende, que le pedia a requena que lo el quesyese fazer, con protesta~ion que fizo. El dicho Sancho de Salzedo dixo que commo quiera quel al presente respondia que esta- ba presto de fazer cunplir todo lo que le mostrase quel dicho señor Conde le mandaba fazer» a”. Este decreto nos ofrece dos noticias de gran interés. En primer lugar que, efectivamente, los mudéjares habitaban a fines del siglo xv, en su mayor parte, en un barrio apartado, y en segundo lugar que este barrio o Morería, al menos por estas fechas, no estaba cercado. Esto puede significar la existencia de buenas relaciones entre cristia- nos y mudéjares, pues si éstos se sintieran amenazados serían los primeros interesados en protegerse con una muralla, como sucedía en el caso de la población hebrea. Algunos meses más tarde, el 19 de agosto de 1464, el concejo re- quirió al alcalde que puesto que el conde tenía ordenado que los ju~ dios «bayan a morar a la juderia o MORERíA e non biban entre los christianos, quel faga luego subir a los judios e judias que en- tre los christianos biben a la dicha juderia o MORERíA» ‘~.