CARACTERIZACIÓN SOCIAL DE MUNICIPIOS QUE IMPLEMENTAN CULTIVOS

DE PALMA PARA AGROCOMBUSTIBLES: CASO SAN CARLOS DE GUAROA

AUTOR

JUAN CARLOS DAZA ACOSTA

UNIVERSIDAD COOPERATIVA DE

FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS Y SOCIALES

CARRERA DE SOCIOLOGÍA

Bogotá D.C

2019 2

CARACTERIZACIÓN SOCIAL DE MUNICIPIOS QUE IMPLEMENTAN CULTIVOS

DE PALMA PARA AGROCOMBUSTIBLES: CASO SAN CARLOS DE GUAROA

AUTOR

JUAN CARLOS DAZA ACOSTA

Presentado para optar al título de: Sociólogo

DIRECTOR

PROFESOR LUIS ENRIQUE RODRÍGUEZ

UNIVERSIDAD COOPERATIVA DE COLOMBIA

FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS Y SOCIALES

CARRERA DE SOCIOLOGÍA

Bogotá D.C

2019

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Resumen

El presente trabajo es una caracterización social del municipio de San Carlos de Guaroa a partir del proceso de cultivo de palma africana para elaborar biodiesel. Esta investigación es de carácter exploratorio y descriptivo elaborado a partir del análisis de datos, de fuentes secundarias como investigaciones, fuentes documentales académicas, y datos oficiales de entidades públicas y privadas. Dicha información se analiza a la luz del término “Nueva Ruralidad”, concepto que visualiza aquellas transformaciones que el campo rural experimenta con la presencia de nuevos actores y fenómenos en el marco de la globalización económica.

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Tabla de contenidos

Introducción ...………………….………………………………………………..…………….… 6

1. Planteamiento del problema ..……….…………………………………………..…………….. 8

2. Justificación ...………………………………………………………………………….……... 9

3. Objetivo general ...……………………….…………………………………………………... 12

3.1 Objetivos específicos…………………………..…..…………..……………………….…... 12

4. Metodología...………………………………………………..…………………………….… 12

4.1. Diseño…………………………………..……………………..…………………… 12

5. Estado del arte……………………….……………………………………………..………... 14

6. Nueva ruralidad ……………………………………………………………………………… 23

7. Contexto…….….…………………………………………………………………………….. 31

7.1. Definición de biocombustibles...………………………………………………………...… 31

7.2 Origen de los agrocombustibles...…………..……………………………………… 34

7.3 Desarrollo de los agrocombustibles.…………..………………………………….… 38

7.4 Agrocombustibles en Colombia ...….……….……………………………………… 41

7.5 Distribución del territorio nacional ..……….………………….…………………… 44

7.6 Normatividad de los biocombustibles en Colombia....…………….……………………..… 48

7.6.1 Normatividad para bioetanol .………….………………………..……….….…… 49

7.6.2 Normatividad para biodiesel .……………………………………………….……. 51

8. Conflictos territoriales y palma………………………………………….……………… 52 5

9. Construcción histórica de la Orinoquia . ……………….....…………………………… 54

10. La palma africana en el Departamento del Meta………………………………….…… 60

11. Referencia contextual del municipio de San Carlos de Guaroa, Meta …….……...……….. 61

11.1. Condiciones de vivienda …………….……………….………………………….. 64

11.2. Pobreza multidimensional…………………………..……………..……………… 65

11.3. Actividades económicas……………………………………………….……..…… 66

11.4. Uso y cobertura del suelo…….……………………………………………..…………….. 67

11.5 Régimen de tenencia……..…………………………………………..……………………. 69

12. Núcleo Palmero San Carlos de Guaroa…………………………………………………. 70

12.1. Palmar de Manavire……………………………………………………..……… 70

12.2 Palmar El Borrego………………………………………………………………. 72

12.3. Palmas El Morichal………………………….………………………….………. 72

12.4. Yaguarito………………………………………………….……………..……… 72

13. Resultados………………………....…………………………………………….………….. 73

14. Discusión……….………………………….……….……………………….………………. 77

15.Conclusiones………………………………………………………………………………… 81

16. Recomendaciones……………………………………………………………………..….… 83

17. Bibliografía………………..……………………….……………………………………….. 84

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Capítulo 1

Introducción

El ritmo de vida global actual tiene una alta demanda de producción, consumo, distribución y cambio de diversas mercancías en todas y cada una de las regiones del planeta; el aumento exponencial del consumo de mercancías se ha convertido en un eje que parece regir la conducta humana y está presente en diversos ámbitos de nuestra cotidianidad. Ropa, alimentos, servicios financieros, tecnología, ocio, entretenimiento, información, materias primas, vehículos, movilidad, suntuosidades, entre otros productos, son consumidos a diario, lo que implica directamente el transporte de dichos productos y por ende el consumo de combustibles en grandes cantidades.

Enfocando el interés en la demanda de combustibles, cada vez en aumento, surge la preocupación sobre las reservas que existen para cubrir la demanda en el corto, mediano y largo plazo. Sobre esto, algunas versiones calculan que hay 55 años de reservas en caso de no encontrar nuevos yacimientos, poco tiempo para el ritmo mencionado. Este horizonte avizora una crisis energética ante el planteamiento del posible agotamiento del petróleo y se ha convertido en objeto de discusión de las políticas mundiales y locales en busca de una salida que no altere el ritmo actual de demanda energética y de intercambio de mercancías.

Bajo este panorama los gobiernos de Colombia a partir del año 2002 han optado por impulsar de manera acelerada la producción y negocio de los agrocombustibles en algunas regiones del país con la implementación de cultivos de caña de azúcar, caña panelera y yuca para producir etanol, y palma de aceite para producir biodiesel. 7

Pero, llevar a cabo dichos proyectos puede transformar las dinámicas locales y regionales, generando diversos fenómenos económicos, sociales, culturales y ambientales.

Algunas de esas transformaciones se han evidenciado en la implementación de nuevos cultivos, nuevos estándares para elaborar productos agrícolas y pecuarios, nuevos modos de relación laboral, de apropiación de los territorios, de transmutar los entornos naturales y nuevos modos de ejecutar políticas locales.

Proyectos como los cultivos de palma son considerados como síntomas de nuevas dinámicas rurales que dan cuenta de nuevas condiciones de producción y organización de los espacios rurales. Algunos teóricos denominan estas dinámicas como “Nueva Ruralidad”, entendida como la adaptación del campo, con todos sus elementos, a nuevas dinámicas que deconstruyen la noción de ruralidad como el espacio netamente agrícola que surte a las ciudades de alimentos sin recibir como contraparte beneficios que permitan el progreso de sus habitantes.

En este trabajo se presenta el caso particular del municipio de San Carlos de Guaroa, ubicado en el departamento del Meta, donde se puede mostrar una descripción de cómo se encuentra conformado el territorio y de la situación de los habitantes rurales en el marco de la ejecución de grandes extensiones de cultivo de palma, consideradas por los gobiernos de turno como la gran oportunidad para generar progreso y desarrollo en el municipio y la región.

El trabajo se organiza en primer lugar por una recolección de las investigaciones que se han elaborado sobre el tema para tener en cuenta un panorama de la situación del cultivo de palma. Posteriormente se presenta una contextualización de la implementación de biocombustibles a nivel mundial y nacional. En tercer lugar, se encuentra el desarrollo del marco teórico que servirá como guía para el análisis de los datos obtenidos. En el cuarto apartado se 8

mencionan las condiciones metodológicas para el desarrollo de la investigación. Y, por último, se presentan los resultados, la discusión y las conclusiones.

1. Planteamiento del problema

La producción de agrocombustibles en Colombia se potenció en el gobierno de Álvaro

Uribe Vélez (2002-2010), bajo la idea de ampliar la canasta energética para que complemente el uso de los combustibles fósiles al transporte y cubra la demanda nacional. En ese proceso se han tomado una serie de medidas que se implementaron para poner en marcha dicho proyecto, a partir de la producción de bioetanol y biodiesel como complementos de la gasolina y el diésel respectivamente. Algunas medidas tomadas fueron:

• El diseño de una política que obliga y garantiza el consumo interno de biocombustibles en el transporte vehicular, que exonera de impuestos sobre las ventas a las empresas productoras y que crea estímulos para la producción y comercialización.

• La creación de plantas productoras para alcohol carburante y biodiesel en el país.

• El aumento de cultivos de caña para producir bioetanol en los departamentos de

Risaralda, Caldas, Cauca, Valle del Cauca; y el aumento de cultivos de palma de aceite en los departamentos de Cesar, Meta, Santander, Magdalena, Nariño, Casanare, Bolívar, Cundinamarca y Norte de Santander para producir biodiesel.

• El aumento en la producción de bioetanol y biodiesel en el periodo 2006 – 2015.

En el caso del cultivo de palma de aceite, para la elaboración de biodiesel, se han presentado efectos sociales que han afectado a comunidades y territorios en los que se implementan dichos cultivos. En este aspecto hay una polémica debido a que hay posiciones 9

encontradas que están a favor y en contra de estos cultivos vinculados a la producción de biodiesel.

Existe un sector que ve en el cultivo de palma de aceite y en la producción de biodiesel una oportunidad para que el campo desarrolle su potencial, reduzca la pobreza y mejore las condiciones de vida de la población que siembra dichos cultivos y de la región donde se hallan.

Ven además la oportunidad para no depender de combustibles fósiles, lo que supondría también la reducción de gases de efecto invernadero, ya que los biocombustibles son considerados, por estos sectores, como un producto amigable con el planeta.

Por otro lado, hay otro sector que considera que tales beneficios no son del todo ciertos y, por el contrario, resalta graves problemáticas como los conflictos territoriales en torno a la propiedad de la tierra, pues han identificado casos de despojo de tierras a los campesinos que van al mismo ritmo de la ampliación de la frontera de cultivos de palma. También visibilizan conflictos laborales reflejados en la manera de sembrar los cultivos y la relación laboral del campesinado frente al total de la cadena de producción de biodiesel que no percibe una generación de ingresos que sea rentable frente a la inversión que exige dicho cultivo; es decir, ven que la implementación de la palma fomenta inequidad y exclusión al campesinado.

En ese sentido, determinar si esta actividad resulta ser efectivamente próspera para los pequeños productores, trabajadores y pobladores de una región, donde se evidencie un proceso de desarrollo que dé cuenta de un mejoramiento en los índices de acceso a educación, atención en salud, acceso a vivienda digna, aumento de puestos de trabajo o de oportunidades laborales, ampliación de la infraestructura local, entre otros factores; o si por el contrario hay un desmejoramiento en la calidad de vida de dichos actores, y las regiones, que impiden un 10

desarrollo socioeconómico rural integral es una cuestión que debe estudiarse de manera particular en cada región. Puede ser posible que se presenten características que logran, o no, estar en sintonía con alguna de las dos posiciones descritas anteriormente.

Si bien es cierto que ha habido producción investigativa en torno al tema, esta aun no cobija la totalidad de regiones en las cuales se ejecutan los proyectos palmeros para la producción de biodiesel, por tal razón resulta inapropiado determinar que los procesos sociales en torno a estos cultivos presenten necesariamente las mismas características en las regiones donde no ha habido una observación investigativa, aunque tampoco se puede descartar una posible tendencia.

Para el caso que compete al presente trabajo, se quiere observar e identificar los atributos particulares del municipio de San Carlos de Guaroa, en el que se practican dichos tipos de cultivo a gran escala. Atributos de la nueva ruralidad que permiten describir cuáles son los alcances y limitaciones sociales.

De acuerdo a lo anterior, el propósito de realizar una investigación en este tema está encaminado a identificar posibles tendencias o características sociales que se han venido dando en el territorio en el que se encuentra el municipio de San Carlos de Guaroa, con la implementación del cultivo de palma de aceite para la producción de biocombustibles.

2. Justificación

La generación de biocombustibles, como el biodiesel a partir de cultivos de palma, ha sido un tema que ha generado diversas discusiones sobre su pertinencia y efectividad a nivel económico, social y ambiental. Pero es necesario alimentar las discusiones agregando nuevos insumos investigativos que permitan fortalecer, descartar o crear argumentos, y que éstos en lo 11

posible consideren la situación de la sociedad que se ve directamente impactada por dichos proyectos.

Teniendo en cuenta lo anterior, esta investigación pretende dar a conocer otra arista al tema del impacto social del cultivo de palma para la elaboración de biodiesel en el país, específicamente en el municipio de San Carlos de Guaroa, aportando así insumos a la discusión sobre este tema y, de igual forma, ampliar información con la que se pretende describir aquellas características sociales identificadas en torno a dicha actividad.

Conocer sobre el tema implica además saber las posibles transformaciones que el sector rural ha tenido en el marco de dicho proyecto agroindustrial, esto hace referencia a la propiedad de la tierra, la conformación de los territorios, los actores que la conforman y las distintas relaciones que puedan establecerse entre ellos. Algunas investigaciones, como las indicadas en el estado del arte, han dado cuenta de varias transformaciones en el transcurso de los últimos años, en donde algunas de ellas se han dado perjudicando a la población local.

En esta investigación se toman aquellas características que el concepto “nueva ruralidad” alude, con el objeto de traslaparlas para identificar aquellas que puedan estar presentes en el territorio. Un tema que desde la academia es pertinente abordar, debido a la importancia de la ejecución de dichos proyectos en los territorios locales, ya que investigar sobre dicho fenómeno aporta más insumos al debate sobre el mismo y sobre su conveniencia, o no, para el desarrollo rural colombiano que sigue presentando condiciones de desigualdad.

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3. Objetivo general

Identificar características de la nueva ruralidad en el territorio de San Carlos de Guaroa con motivo de la ejecución del cultivo de palma de aceite para la elaboración de biocombustibles.

3.1. Objetivos específicos

• Describir cómo se presentan las características de la nueva ruralidad en el

municipio y qué impactos genera.

• Identificar cómo se han configurado en el territorio estas características a

partir del siglo XXI desde la puesta en escena de los agrocombustibles, en el

municipio de San Carlos de Guaroa.

4. Metodología

Dentro del proceso de la investigación se consideraron algunos aspectos metodológicos, en primer lugar, se define el diseño de la investigación; a continuación, se establecen las variables que orientan la recolección, sistematización y análisis de la información; posteriormente se definen los instrumentos empleados para recolectar la información y el procedimiento, y, por último, se definen los criterios para seleccionar la información secundaria.

4.1. Diseño

El presente trabajo se desarrolla en el marco de una investigación de tipo exploratoria, descriptiva y cualitativa. Exploratoria porque permite aumentar el conocimiento de problemáticas y fenómenos que han sido investigados pero que los resultados han sido insuficientes. La investigación exploratoria tiene como objetivo examinar o explorar un tema de investigación poco estudiado, de tal forma que sea posible familiarizarse con el tema, conocer 13

conceptos, variables o relaciones potenciales que puedan estar relacionados con un tema en cuestión (Cazau, 2006).

En este sentido se acudió a estudios, documentos académicos y demás investigaciones, que han centrado sus esfuerzos en describir aspectos socioeconómicos en territorios que presentan la misma dinámica del cultivo de palma africana para la elaboración de biodiesel, y a información oficial que pueda identificar características de la región que se va a abordar.

La investigación también es descriptiva, porque en ella se identifican aspectos sociales notables y cotidianos por cuenta de la presencia de dichos cultivos. Cabe resaltar que una investigación descriptiva se lleva a cabo cuando se van a mostrar características de un fenómeno u objeto de estudio, a través de la observación y medición de sus elementos (Lafuente y Marín,

2008). Así, en esta investigación se concibió identificar aquellas características que se consideran propias del entorno de la actividad en el marco de la nueva ruralidad.

Con objeto de lograr lo anterior se precisa adoptar una perspectiva cualitativa, de esta manera se analiza el caso particular a partir de la recolección de datos para establecer cómo se desarrolla y qué características presenta. Datos obtenidos de censos y otras informaciones de tipo secundario son los que permiten recolectar la información (Del Canto, y Silva, 2013).

Los datos hallados en los estudios mencionados en el estado del arte y en los demás documentos que se indagaron, para tener mayor conocimiento del fenómeno, han permitido construir el proceso exploratorio de la investigación. Con ello se elaboraron categorías de análisis que serán las características que se estudiarán para llevar a cabo lo propuesto en los objetivos mencionados. 14

La revisión de literatura científica sobre el tema revela que existen algunas variables que permiten hacer del tema de estudio una investigación de carácter descriptiva, de tal forma que permita aumentar y profundizar el conocimiento del fenómeno en cuestión.

En ese sentido se establece indagar la manera en que los proyectos de agrocombustibles influyen en el territorio, para ello se analizan aspectos de desarrollo del proceso productivo de la palma en el municipio (áreas de cultivo y niveles de producción de aceite a partir del año 2002) y las transformaciones del territorio con base en la actividad palmera. En ese sentido se describirán aquellas características de la nueva ruralidad plasmadas en el municipio de San Carlos de Guaroa en el marco del proceso de producción de agrocombustibles.

Para lograr investigar la información requerida que permita alcanzar el logro de los objetivos planteados es necesario analizar aquellos datos de información secundaria. Los datos consultados se interpretan con el objeto de ser analizados en el marco del presente trabajo, estas características se clasificaron, se estudiaron y se interpretaron.

Con la información disponible se identificarán aquellas características y se describirán sus particularidades para establecer qué impacto pueden generan los proyectos agrocombustibles en el municipio, sus potencialidades y/o amenazas para la población y el desarrollo rural.

5. Estado del arte

Las investigaciones realizadas en torno a los efectos sociales que produce el cultivo de palma, en las comunidades y personas que están relacionadas con esta actividad, mencionan algunas características. De acuerdo con las investigaciones que han tratado el tema, es posible identificar un conjunto de elementos que caracterizan aspectos de algunos impactos sociales de la industria palmera. 15

El trabajo “Efectos Sociales del Cultivo de Palma de Aceite: Condiciones Laborales,

Seguridad Social y Educación en los Trabajadores Palmeros de ”, realizado por Gustavo

La Rotta Amaya (2010), caracteriza la situación de los trabajadores de la palma en aspectos como acceso a la seguridad social, educación y las condiciones laborales. Además, hace una discusión sobre la relación que existe entre la política de desarrollo y la política social en el sector rural en el marco de las agroindustrias en el país.

La anterior investigación, de carácter exploratorio y descriptiva, incluyó encuestas y entrevistas aplicadas a los trabajadores de diferentes niveles dentro del sistema productivo palmero. La encuesta fue empleada con cuatro grupos de preguntas, dos de carácter sociodemográfico y dos relacionadas con la seguridad social y nivel educativo; por su parte la entrevista etnográfica, pretendía obtener información complementaria a la información recabada por la encuesta.

Los resultados que arrojó dicha investigación resaltan elementos como: 1) que la actividad palmera en ese municipio promueve la formalización de las relaciones laborales diferenciadas de otras actividades agrícolas; 2) para el caso del municipio en cuestión, la actividad palmera se convierte en la única que ofrece estabilidad laboral en el tiempo, lo que podría suponer el mejoramiento progresivo de las condiciones de vida de los trabajadores y sus familias; 3) las empresas palmeras tienen afiliados a todos sus empleados al sistema de seguridad social, lo que implica una cobertura frente a los riesgos de su actividad; 4) la posición laboral de los trabajadores dentro del sistema productivo palmícola tiene efectos diferenciales en el acceso a la seguridad social; 5) el personal que labora en dichas palmícolas registra un nivel educativo mayor que el del total de la población rural del municipio en cuestión; 6) existe una especie de relación asimétrica en términos de “padrinazgo” entre las grandes empresas palmeras por un 16

lado, y los trabajadores de estas empresas y habitantes del municipio por el otro, frente al acceso a bienes y servicios de carácter social, que son percibidos como favores personales que realizan las empresas y no como derechos que están establecidos al que pueden acceder trabajadores y habitantes; 7) el acceso a los servicios de salud depende del nivel o puesto de trabajo dentro de la organización; y 8) que las empresas de cultivo y procesamiento de palma no cuentan con programas de salud extensivos a las familias de los trabajadores.

Por otra parte, las recomendaciones del estudio sugieren una observación a la transformación de la sociedad rural y urbana en municipios en los que está presente la actividad palmera, esto incluye la recepción de personas externas al municipio en busca alguna plaza laboral y la oferta de bienes y servicios. Otra recomendación tiene que ver con la manera en que las diferentes formas organizacionales de la agroindustria palmícola afectan el bienestar de los trabajadores, esto implica analizar la capacidad de generar puestos de trabajo y aquellas características relacionadas con sistema de seguridad social y condiciones laborales.

El estudio sugiere además una observación a la dimensión histórica de los predios en los que se desarrolla el proyecto palmero, sobre todo aquellos que no han sido de tradición palmera, donde la violencia por la posesión de la tierra y el usufructo determinaron su creación en medio del desplazamiento y el despojo. Y como última recomendación está el papel que la industria palmícola tiene en los procesos migratorios del país, ante la poca oferta del mercado laboral tanto en la ciudad como en algunas regiones rurales, personas de distintos lugares del país en busca de mejores oportunidades encuentran en la agroindustria palmera una posibilidad de obtener algún ingreso. 17

Otro estudio denominado “Impacto y propuesta de delimitación del cultivo de palma africana en el municipio de El Castillo” realizado por la Fundación para la Conservación y

Desarrollo del Sureste de Nicaragua (2010), documenta los impactos sociales y ambientales provocados por la expansión de los cultivos de palma africana en ocho comunidades del municipio nicaragüense. Para ello se desarrolló un proceso de análisis con las comunidades a partir de observaciones de campo, talleres participativos, visitas a los sitios impactados, encuestas, entrevistas, estudios de caso y registros fotográficos.

En el contexto de dicha región las comunidades tienen una reducida infraestructura social al carecer de centros de salud, pocos centros de básica secundaria que obligan a estudiantes a viajar a otras comunidades para continuar sus estudios o, en algunos casos, abandonar sus estudios, precarios sistemas de agua potable y de caminos transitables, entre otras.

Ante esta realidad la investigación arrojó como resultado que la expansión de los cultivos de palma y la falta de oportunidades que se presentaba en el municipio estimuló la venta de tierras, la emigración y la desintegración familiar.

Además, el monocultivo de palma contribuye a la deforestación del sector, contamina las aguas con químicos exponiendo a la comunidad a graves enfermedades y a la perdida de la biodiversidad dejando como consecuencias bajos rendimientos productivos, temor a demandar a las empresas por los efectos causados, falta de alternativas económicas que generen desarrollo, y gran dependencia de la alcaldía municipal sobre los impuestos que recibe de la empresa palmícola Palcasa, lo que implica permisividad sobre el accionar de dicha empresa en sus actividades productivas contraproducentes a las comunidades, entre otras. 18

Ante este panorama, la fundación, luego de la investigación realizada, recomienda que haya una delimitación de áreas cultivadas de palma africana, teniendo en cuenta los factores ambientales propios a sus condiciones agroclimáticas y que garanticen los límites de la Reserva

Biológica Índio Maíz. También entre sus principales recomendaciones se encuentra: definir una política de desarrollo integral para la zona de amortiguamiento que ha perdido hasta un 60% del

área de bosques, frenar la venta de tierras en manos de campesinos y cooperativas, y regular los procesos de contratación laboral por parte de la palmícola Palcasa que garanticen el derecho de organización sindical a los trabajadores y el accedo a otros factores sociales que mejoren su calidad de vida.

Angie López (2010) en su trabajo “Estimación de conflictos de uso de la tierra por dinámicas de cultivos de palma africana, usando sensores remotos. Caso: Departamento del

Cesar”, ubicó algunas características de la implementación de estos cultivos a través de la toma fotográfica aérea de terrenos específicos que son analizados a través de Sistemas de Información

Geográfica, estos sistemas permitieron el análisis de separabilidad entre clases de coberturas vegetales y no vegetales, y entre distintos relieves.

Las imágenes evidenciaron cultivos de palma joven y adulta, bosques, rastrojos, pastos, cultivos transitorios y permanentes, suelos desnudos, ríos y cuerpos de agua, áreas urbanas, eriales, nubes y sombras. Estas imágenes comparadas con otros datos geográficos de la región pudieron determinar que los cultivos de palma se han expandido hasta llegar a afectar las corrientes hídricas y nacimientos de agua, que existen áreas de superposición del cultivo sobre otras áreas como bosques, pastos, suelos semidesnudos y rastrojos, también que los cultivos de palma han generado pequeños conflictos en los municipios de La Paz, San Martín y Agustín 19

Codazzi por el uso inadecuado del suelo en la labranza de la tierra para la instalación del cultivo y sus respectivas instalaciones de sistemas de riego.

Otros resultados evidenciados son las fragmentaciones de los bosques, en mayor medida en el municipio de San Martín, exponiendo las otras áreas existentes a ser invadidas. A su vez, la población que vive en dichos municipios y sus áreas rurales corre el riesgo de ser vulnerada en su seguridad alimentaria ya que la expansión de estos cultivos deja en desventaja a los pequeños productores para plantar cultivos de alimentos para consumo y para comercializar.

En este trabajo, López (2010) recomienda investigar y aplicar los estudios existentes sobre los diferentes sistemas agroforestales, donde se favorezcan otros tipos de cultivos agrícolas, de consumo local y comercializable frente a los de palma. Se sugiere además que la

Corporación Autónoma Regional del Cesar se apropie del caso debidamente para seguir los procesos de medidas correctivas a los propietarios de los cultivos de palma y replanteen el área de cultivo de tal manera que no siga afectando las fuentes hídricas y sus nacimientos.

Propone además que se realicen investigaciones en otras regiones del país con la misma metodología, sobre todo en las regiones donde se cultiva palma para elaborar biodiesel. Y por

último que se elaboren estudios financieros que detallen la rentabilidad de estos cultivos para los productores y para la población asentada en dichos territorios.

Andrés Gómez también realiza otro interesante aporte en su trabajo “Palma de aceite y desarrollo local: Implicaciones en un territorio complejo”. Este estudio se realizó en el municipio de María la Baja (Bolívar) y buscaba analizar las implicaciones sociales, económicas y políticas de la situación del campesinado y comprender la política pública que determinó la elección por 20

la actividad productiva del cultivo de palma. Los instrumentos utilizados para realizar esta investigación fueron el análisis documental, la entrevista y la observación participante.

En el análisis documental se recogieron todos aquellos textos que fueron elaborados desde la institucionalidad, incluyendo los de políticas públicas que justificaron la implementación de estos cultivos desde el punto de vista ambiental, económico y social el cual fue presentado a la comunidad como una oportunidad que no se podía dejar pasar y que mejoraría las condiciones. La observación participante se efectuó más como observador que como participante especialmente en la asistencia al foro público sobre agrocombustibles realizado en el municipio de María la Baja en 2008, en audiencias institucionales y en otros encuentros de las organizaciones.

Este estudio indicó que, para justificar la implementación de estos cultivos por parte de las empresas, se crearon argumentos de carácter ambiental, económico y social que fueron fortalecidos con la elaboración de una política pública agrícola desde el poder estatal central.

Desde el punto de vista ambiental afirmaron que existen condiciones óptimas tanto en el terreno como en el acceso a aguas que facilita y beneficia los distritos de sistemas de riegos. En el plano social, las empresas que implementaron dichos cultivos se aprovechan de las difíciles condiciones en que se encuentra la población campesina para ser absorbidas y ubicadas en los procesos de producción de palma más básicos, condiciones que han sido difíciles en parte por la quiebra de su economía basada de manera exclusiva en el cultivo de arroz.

En ese sentido el autor identificó que las políticas públicas son creadas bajo modelos de alianzas entre empresarios interesados en promover e instaurar dichos cultivos en esa región y los habitantes de la región atraídos o presionados a participar en ello; alianzas inclinadas en favor 21

de los empresarios, pues en la práctica son los productores quienes deben asumir los costos de fertilizantes, de las alianzas productivas y al mismo tiempo verse sometidos a que la compra del fruto se rija a precios estandarizados internacionalmente.

Otro aporte es el de Sergio Coronado (2013), en él analiza cómo los monocultivos de palma configuran el territorio y la sociedad en el municipio de María la Baja, subregión de los

Montes de María, Colombia. En este trabajo el autor se pregunta de qué manera se alteran las estructuras sociales, económicas, ecológicas, políticas y territoriales por cuenta de los cultivos de palma para producir bioetanol. Dentro de las conclusiones que mencionó enfatiza que la expansión de los cultivos de palma en esta región se relaciona con la violencia y el conflicto armado interno, en un marco de conflictos territoriales. En este caso el paramilitarismo es quien ejerce el control a través de una red clientelar ocasionando desplazamiento de personas, despojo y apropiación de tierras cuyo uso es destinado para ese proyecto agroindustrial. En ese sentido considera que la expansión de cultivos de palma en la región de los Montes de María se entiende como una reestructuración territorial, una territorialización interna, una estrategia para fortalecer el poder político-económico de algunos grupos. Allí, como en otros lugares, “el uso, la apropiación y el acceso a recursos naturales y territorios es objeto de disputas sociales permanentes, estructuradas por relaciones de poder, asimetrías sociales e intereses, como también por instituciones y normas en diferentes escalas” (Coronado y Dietz, 2013, p.95)

La construcción del estado del arte sobre el tema de efectos sociales del cultivo de palma para elaborar biodiesel es limitada, sin embargo, es posible extraer de las investigaciones realizadas las siguientes categorías de análisis: 22

• Autonomía sobre los territorios: La disputa de la autonomía sobre los territorios se ve amenazada en aquellas regiones donde las comunidades deben confrontar o adaptarse a la llegada de megaproyectos, proyectos que transforman aspectos sociales, económicos y culturales en torno a este. De este modo las comunidades crean dependencias hacia dichos proyectos pues al llegar a los territorios desplazan o eliminan otras actividades económicas y se convierten en una de las pocas posibilidades de empleo.

• Soberanía alimentaria: En algunas regiones, en la medida que aumentan las extensiones de cultivos de palma y se reducen las de cultivos de alimentos se pone en riesgo la soberanía alimentaria. Los monocultivos de palma, en ocasiones, traslapan y reducen las opciones de trabajo agrícola para el autoconsumo y el comercio.

• Ambiental: Afectaciones ambientales como deforestaciones y contaminación de aguas que exponen la biodiversidad y la salud de los habitantes. Se pretende establecer si hay impactos ambientales que afectan negativamente el entorno eco geográfico.

• Dependencia sobre las empresas en el acceso a servicios y derechos: En algunas regiones las empresas se convierten en intermediarias entre el Estado y las comunidades, y los proyectos y políticas públicas se ejecutan en torno a dichas empresas, por ejemplo, la construcción de carreteras, distritos de riego, adjudicación de subsidios, entre otros.

De acuerdo a lo anterior, es necesario conocer qué características emergen de investigar dicho fenómeno en otras regiones para fortalecer el estado del arte frente al tema en cuestión.

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6. Nueva ruralidad

Con la globalización de mercados, que incide de manera directa o indirecta en todos los

ámbitos sociales e individuales, las empresas aplican nuevas formas de obtener mayor rentabilidad, tercerización y flexibilización laboral; los precios de los alimentos aumentan y estandarizan su producción, y las multinacionales tienen más garantías y beneficios que los habitantes de un país frente al Estado.

El mundo rural, que no es ajeno al proceso globalizador, en los últimos tiempos sufre una serie de transformaciones que afectan las maneras en que nos relacionamos con la tierra, la forma de producir y la relación del campo con la ciudad. Este proceso de Nueva Ruralidad reestructura elementos de la cultura local mediante la incorporación de nuevos valores, hábitos y técnicas que a su vez pueden formular nuevas dinámicas (Carneiro, 2008). La dinámica global reestructuró los espacios locales subordinándolos al mercado mundial.

Para comprender la Nueva Ruralidad, es necesario mirar cómo funcionaba el campo algunas décadas atrás para analizar la ruralidad tradicional, sus características, sus actores y cómo se fueron modificando, desapareciendo o, cómo surgieron de acuerdo a las demandas de las políticas de desarrollo rural.

La ruralidad tradicional ha sido, entre otras cosas, un fenómeno cultural donde los actores sociales definen la cotidianidad de manera distinta a como se lleva en los diversos espacios de la ciudad. En el campo o la localidad rural, han confluido distintos actores que establecieron relaciones variadas entre sí y que en momentos disputan el uso de la tierra, el espacio rural y el control de instancias decisorias de la vida local. 24

Y aunque también se han llevado a cabo diversas actividades, distintas a la agricultura, ganadería, pesca, minería y extracción de recursos; como artesanía, industrias pequeñas o medianas, comercio, servicios y turismo, su función principal ha sido abastecer de alimentos e insumos manufactureros a los centros urbanos y las grandes ciudades de acuerdo a las demandas que varían según el crecimiento demográfico y el mercado, estableciendo relaciones especificas frente a los recursos naturales; en ocasiones rigiéndose por los ciclos de la naturaleza o despreocupándose de ellos según quién desarrolle la actividad.

Quienes han investigado y analizado sobre el tema, como el caso de Llambí y Pérez

(2007), han asociado la ruralidad con las siguientes características: Baja cantidad de población, la agricultura como principal estructura productiva y unos rasgos culturales (valores, creencias y conductas) diferentes a los que caracterizan a la población de las grandes ciudades. Por otro lado,

Sergio Gómez (2002) señala que el medio rural es una entidad socioeconómica y que consta de cuatro componentes: un territorio, una población relativamente pequeña (con cierto modelo cultural) y subordinada por elites locales, un conjunto de asentamientos que se relacionan entre sí, y un conjunto de instituciones públicas y privadas.

A lo anterior se pueden agregar otros rasgos como la carencia de servicios e infraestructuras básicas, insuficientes intercambios culturales, altos índices de analfabetismo, condiciones educativas y de acceso a servicios de salud precarias.

En este sentido, el campo ha tenido un imaginario de subvaloración frente a lo urbano, este último considerado como el territorio del progreso, ocasionando condiciones para que se dieran flujos migratorios por cuestiones laborales y en el caso colombiano también por 25

cuestiones del conflicto armado, social y político. En la ruralidad tradicional, ciudad y campo son dos espacios diferentes y claramente delimitados.

Resumiendo, la ruralidad tradicional es un conjunto de relaciones, actividades y tradiciones que giran en torno a la tierra, al territorio rural y a lo que se produce en ella; que tiene como fin directo abastecer las ciudades, ese espacio que es totalmente distinto pero que se complementa en una relación de interdependencia. Ambos espacios, campo y ciudad, se delimitan, pero sus fronteras pueden variar según los espacios, las poblaciones, las culturas, o la existencia de nuevos factores. A pesar de la relación interdependiente, suele verse a lo rural como un lugar que está atrasado con respecto a lo nuevo y moderno, y ha sido calificado como un impedimento para el desarrollo.

Ahora bien. Las características anteriormente descritas de la ruralidad han estado presentando transiciones que complejizan su dinámica. Grammont (2008) define la nueva ruralidad como una transición de la sociedad rural que, organizada principalmente en torno a la actividad primaria, va hacia una sociedad rural diversificada. Esta transición genera una nueva relación campo-ciudad donde los límites entre ambos se desdibujan y sus interconexiones se multiplican, se confunden y complejizan. Al hablar de sociedad rural diversificada hace referencia a que en el espacio rural toman mayor relevancia actividades como los servicios, la industria, el turismo, la agroindustria, el comercio, entre otras; de esta manera las aldeas campesinas se vinculan con los centros urbanos y la actividad industrial.

A su vez, el autor menciona 5 características particulares de la nueva ruralidad en

América Latina: 26

• Menor proporción de población rural frente a la urbana: La proporción de la población

rural es cada vez menor respecto a la urbana, debido a que la población rural disminuye

en la medida que no encuentra las condiciones suficientes para sostenerse en su región,

por lo cual debe migrar para encontrar trabajo.

• Población rural polarizada: Por un lado se encuentran las grandes empresas,

competitivas en el mercado, y por el otro, una mayoría de campesinos dedicados al

autoconsumo y a la venta de productos en los mercados locales, de ellos un gran

porcentaje se encuentra en condición de pobreza o pobreza extrema, fenómeno que la

modernización de la agricultura no afrontó de manera efectiva, ni tampoco se tradujo

necesariamente en la generación alternativas de trabajo asalariado ni de políticas públicas

que asegurara la posibilidad de abandonar esta actividad para desarrollar otras. A esto,

Pérez (2001) agrega que los agricultores se encuentran en la cuestión entre asegurar la

manutención de su familia, la competitividad comercial y la diversidad de orientaciones

que recibe, lo que dificulta la toma de decisiones en la producción y en la articulación al

mercado. En este sentido, las empresas transnacionales marcan las pautas del desarrollo

en el campo a través del control de las cadenas productivas.

• Población ocupada en actividades no agrícolas: Estas actividades adquieren mayor

relevancia ante las pocas oportunidades de encontrar empleo en actividades agrícolas. La

poca oferta laboral local obliga a esta población a migrar a otras regiones en busca de

empleos que generalmente se encuentran en condiciones de precarización y flexibilidad.

• Nuevos estilos de vida: Las concepciones de la ruralidad y la urbanidad se van

modificando. Los procesos de urbanización revelan limitaciones y consecuencias, el lugar

en donde la sociedad se atomiza y modifica sus modos de relacionarse desdibuja el 27

paradigma de desarrollo en ese espacio, ahora la ciudad aparece como la principal fuente

de problemas ecológicos. Por su parte, la ruralidad se revaloriza para representar un

nuevo modelo identitario, un modelo de vida y de consumo distinto al de la ruralidad

tradicional. Las nuevas tecnologías revolucionan la vida en el campo, en particular las

telecomunicaciones, la biotecnología y la informática.

La revalorización de estos espacios deconstruye la relación campo-ciudad, en el que la urbe integra aspectos rurales, incluyendo las migraciones con sus construcciones mentales y tradiciones, mientras la ruralidad adopta características propias de la urbe con la intención de minimizar algunos aspectos del rezago económico, social y político.

En suma, estas características se encuentran articuladas en torno al eje actual del mercado global que elabora, transforma, distribuye y consume más mercancías en cantidades cada vez más grandes y que por tanto necesita del campo mayor cantidad de recursos, naturales y humanos, para que engranen en la estructura económica actual. Así, en este nuevo escenario emanan profundas reformas en la estructura agraria y en las condiciones de producción, producto de la adopción de programas de estabilización y ajuste estructural por parte de los diferentes países. La “globalización, el surgimiento de un nuevo modelo agroalimentario y la liberalización de la economía han sido los factores centrales que motivaron en las décadas recientes los cambios estructurales y la configuración de una nueva ruralidad en América Latina” (Tapella,

2004, pp 681)1.

Cambios que han marcado notoriamente la división del trabajo donde los grandes productores, empresarios agrícolas y empresarios de agrocombustibles han logrado controlar las

1 Tapella, E. (2004). Reformas estructurales en Argentina y su impacto sobre la pequeña agricultura. ¿Nuevas ruralidades, nuevas políticas?. Estudios Sociológicos, XXII (3), 669-700. 28

etapas de los procesos de producción agroindustrial (financiación, producción, elaboración, comercialización, distribución y consumo), además de recibir grandes beneficios políticos por parte de los Estados. En este proceso los pequeños productores son marginados y reducidos para actividades relacionadas con la producción de alimentos baratos para el mercado interno o como fuerza de trabajo asalariada (Tapella, 2004).

En esta transición, uno de los componentes que más ha tomado fuerza y que transversaliza las características anteriormente mencionadas es la diversificación de las fuentes de ingreso de las unidades familiares, también conocida como pluriactividad. Esta posibilita ampliar el capital familiar frente a las limitaciones de la actividad agropecuaria, es el resultado de la ampliación del espacio social y de la presencia de nuevas relaciones entre lo local y lo global.

“La pluriactividad es el reflejo de una sociedad rural altamente compleja y cambiante, que permite mirar los cambios socioeconómicos y culturales que se han dado en el campo, y desechar de una vez por todas, la visión del estancado sector rural que ha predominado hasta ahora” (Grammont, 2009, p 18).

Con todo lo anterior, Grammont (2009) interpreta de manera particular la nueva ruralidad no sólo como una transformación de la ruralidad. Menciona además que se hacen visibles facetas ocultas de la ruralidad tradicional que han estado presentes pero que han sido pasadas por alto en algunas construcciones teóricas. Respecto a esto considera que, si bien es cierto que han existido

ámbitos ocultos en la vieja ruralidad, también es cierto que el contexto y la manera en que se desarrollan los fenómenos rurales actuales son profundamente diferentes en el sentido que se han 29

construido nuevos territorios, han surgido o llegado nuevos actores sociales, y se han generado nuevas relaciones sociales, tanto hacia al campo mismo como hacia la ciudad.

Conceptos del ámbito rural como reforma agraria, revolución verde, reparto agrario o el papel de la banca estatal de desarrollo desaparecen, se desgastan o pierden interés. Otros cobran mayor amplitud, por ejemplo la plurifuncionalidad de la economía campesina, la etnicidad, el género, la ecología, la pobreza, el transnacionalismo, entre otros; y otros más aparecen con mucha fuerza en el escenario nacional, entre ellos se encuentran el ahorro popular y el microfinanciamiento, la multifuncionalidad del campo, el multiculturalismo nacional, la autonomía de los pueblos indios, los derechos humanos, la descentralización y el fortalecimiento de los municipios, la participación y la democracia.

Más allá de estas transformaciones, Grammont (2009) considera la nueva ruralidad como el fracaso del desarrollo a la manera como es interpretada por instituciones internacionales, como el Banco Mundial. Señala que los países en condición de subdesarrollo, al pretender seguir el camino de los países ricos en busca de un desarrollo socioeconómico, generaron una enorme polarización de la estructura económica latinoamericana con la creación de un reducido sector de empresas exitosas por un lado y la ampliación de la pobreza por el otro; una pobreza que obliga a la población en dicha condición a participar en mercados de trabajo bajo condiciones de precariedad y bajos salarios. En otras palabras, considera la nueva ruralidad como un nuevo subdesarrollo o un nuevo desarrollo desigual.

Otra característica importante de la Nueva Ruralidad es la presencia de las empresas transnacionales en gran parte de los procesos productivos rurales, son actores claramente 30

influyentes, pues proyectan y ejecutan acciones de alto impacto rural, desarrollando proyectos extractivos, obras de infraestructura o bien implementando la agroindustria.

En los últimos años, las altas demandas de alimentos a nivel mundial y el desarrollo tecnológico, han revolucionado las formas de trabajar la tierra, configurando su orientación a mercados alimenticios gigantescos donde las trasnacionales marcan las pautas del desarrollo a través del control de las cadenas productivas que generan empleos de mayor intensidad donde surgen nuevos requerimientos de calificación, nuevas competencias y disminuyen o desaparecen empleos propios del campo, como es el caso de los artesanales. Los habitantes rurales, pierden independencia y es más factible que se vean obligados a asumir empleos y ser subordinados por grandes empresas, convirtiendo al campesinado en trabajadores asalariados, en caso que no hayan sido desplazados o forzados a migrar a las ciudades.

El desarrollo, entendido como proceso de transformación y crecimiento económico, convierte lo tradicional a lo moderno, lo atrasado a lo prospero, lo rural a lo urbano (Gómez,

2008). De esta manera, urbanización y desarrollo son considerados sinónimos y, de acuerdo al

Banco Mundial, esa debe ser la ruta para que los países pobres puedan hacerle frente a la pobreza. En la Nueva Ruralidad, entendida como proceso de transformación económico, cultural y social donde el campo es absorbido poco a poco por la ciudad; los campesinos, indígenas y afrodescendientes siguen siendo ignorados en la planeación de proyectos de país en su propio suelo, son negados en los espacios consultivos y decisorios.

El campo latinoamericano ha subordinado su producción en torno a la dinámica de capital de los países centrales, de acuerdo a aspectos como “la capitalización o desplazamiento de las unidades de producción preexistentes, la proletarización del campesinado, el debilitamiento de la 31

presencia estatal, el debilitamiento de las garantías rurales tradicionales, el resquebrajamiento de lazos sociales anteriores, y la agresión del medio ambiente” (Bendini, Murmis, y Tsakoumagkos,

2003).

La implementación de agrocombustibles obedece también al mismo orden. Ante el afán de encontrar algún complemento o sustituto para los combustibles fósiles se ha puesto como prioridad el cultivo de plantaciones en grandes extensiones de terreno para producir y transformar materia orgánica en biocombustibles. Una medida que se ha implementado transformando las dinámicas regionales en el aspecto económico, social, ambiental y cultural.

7. Contexto

7.1. Definición de biocombustibles

Los biocombustibles son combustibles elaborados a partir de biomasa, es decir de materiales orgánicos de origen vegetal o animal incluyendo los desechos orgánicos. Estos pueden ser gaseosos, sólidos y líquidos.

Los biocombustibles gaseosos, se utilizan en sistemas generadores de calor, en motores de combustión y también en redes de gas natural; los más utilizados son el gas gasógeno, el hidrógeno y biogás. Los biocombustibles sólidos suelen utilizarse para producir energía térmica y eléctrica, los más utilizados son leña, pellets o aserrín comprimido, las astillas de madera y los residuos agroindustriales. Los biocombustibles líquidos suelen utilizarse principalmente para el transporte automotor. Actualmente los agrocombustibles líquidos que más se producen a escala mundial son el bioetanol y el biodiesel, estos son utilizados para sustituir o ser mezclados respectivamente con gasolina y gasóleo (diésel). 32

El bioetanol se obtiene de procesos de hidrólisis y fermentación de materias primas como caña de azúcar, maíz, yuca, remolacha de azúcar, los cereales o cualquier almidón del que puedan producirse bebidas alcohólicas (García & Calderón, 2012). La hidrólisis es un proceso de descomposición, destrucción o alteración de una sustancia orgánica o inorgánica por acción del agua. En el caso del bioetanol, se busca que al escaldar (sumergir algo en agua hirviendo) la biomasa, se puedan extraer los azúcares y demás componentes requeridos para facilitar su fermentación y posterior destilación a etanol (Faba, Días & Ordoñez, 2014).

Figura 1. Esquemas posibles de la producción de bioetanol. Nota: Adaptada de http://www.cubasolar.cu

El desarrollo de la industria del bioetanol ha sido posible tanto por la tecnología de fermentación usada para la producción de alcoholes a partir de azúcares, como por la compatibilidad de este biocombustible con la gasolina a tal punto que en varios países se usa bajo mezclas al 15% ya que el carácter corrosivo del etanol hace que los motores soporten hasta ese porcentaje de la mezcla (Serrano & Luque, 2011). 33

Por su parte, el biodiesel es un combustible de origen vegetal que se utiliza en motores de combustión interna alternativos de encendido por compresión, mejor conocidos como motores diésel. Este agrocombustible consiste en esteres que se pueden derivar de la transesterificación de los triglicéridos de los aceites vegetales y de la esterificación de los ácidos grasos libres.

Transesterificación es la “reacción química de los triglicéridos presentes en los aceites con un alcohol de cadena corta (normalmente metanol) en presencia de un catalizador básico en condiciones suaves” (Serrano & Luque, 2011, p 384). Las materias primas más utilizadas para producir biodiesel son: palma africana, soja, higuerilla, colza, girasol, jatrofa (jatropha), ricino y cacahuate; cada de una de ellas se produce bajo ciertos factores medioambientales determinados

(clima, suelos, calidad de la tierra, pluviometría).2

Figura 2. Esquema de la producción de biodiesel. Nota: Adaptada de http://www.zoetecnocampo.com

2 Los aceites de frituras también son utilizados para la elaboración de biodiesel. 34

7.2. Origen de los agrocombustibles

Los biocombustibles se han producido y utilizado desde finales del siglo XIX, con el uso de los hidrocarburos como fuente de energía para los motores de combustión interna; tal es el caso del primer motor diésel en el que se utilizó de manera experimental aceite de maní. A comienzos del siglo XX, la empresa petrolera Standard Oil Co Inc empleó el 25% de etanol en la gasolina, pero los altos costos de producción y distribución del bioetanol frente a los costos de los derivados del petróleo forzaron a abandonar el proceso. Otras experiencias posteriormente registradas fueron las utilizadas en el transporte público en Bruselas en 1938 y las que emplearon los alemanes para mover flotas de guerra y vehículos pesados en la Segunda Guerra Mundial, en ambas ocasiones se utilizó el biodiesel (Ballesteros, Ballesteros, Oliva, & Navarro, 1998).

En Estados Unidos, durante el siglo XX no se volvieron a emplear los biocombustibles sino hasta la década de 1970 a 1980 con las crisis de petróleo, en ese momento se utilizó el bioetanol como aditivo de la gasolina para prolongar las existencias. En Europa, además de vivir el mismo proceso de las crisis petroleras, y luego de firmar el protocolo de Kyoto en 1997, algunos gobiernos planearon proyectos en torno a la ampliación e incorporación de combustibles renovables que complementen el alto consumo de hidrocarburos (Álvarez, 2009).

En las últimas dos décadas la producción de agrocombustibles ha tomado gran fuerza debido a ciertos factores que han llamado la atención de la comunidad internacional. La literatura especializada en el tema sugiere los siguientes factores:

1. Los altos precios del crudo y la posibilidad de no encontrar petróleo suficiente para las próximas décadas que cubra la alta demanda de sus derivados. 35

Ciento cincuenta años después del descubrimiento y perforación del primer pozo petrolero en Pennsylvania, Estados Unidos, se calculó que las reservas de petróleo para los próximos cincuenta años están contadas de no encontrar nuevos yacimientos. Ha habido proyecciones mencionando dicho panorama, por ejemplo, a mediados de los años cincuenta del siglo pasado el geofísico M. King Hubbert, a través de un modelo matemático, predijo que el pico de producción se ubicaría entre 1995 y 2000 con su consecuente declive en los años siguientes. Tiempo después, el geólogo Colin Campbell calculó que la tasa máxima de extracción global se alcanzaría en el año 2010, no cuando el petróleo se agotara sino cuando su producción comenzara a disminuir (Rueda y Ahumada, 2013).

De acuerdo a las cifras, en la década 2000-2010 hubo un crecimiento sostenido del precio internacional del petróleo, que pasó de 30 dólares por barril en los primeros años hasta un pico de 147 dólares en 2008. Dicho valor pareció ser un síntoma o un aviso que indicaba que las reservas de petróleo no eran suficientes para el ritmo de consumo global de combustibles.

Figura 3. Histórico de precios anuales del petróleo por barril, periodo 2003-2016. Nota: Tomada de OPEP http://www.opec.org/opec_web/en/data_graphs/40.htm 36

Figura 4. Histórico de precios mensuales del petróleo por barril en 2008. Nota: Tomada de http://es.investing.com/commodities/crude-oil-historical-data

2. Las proyecciones sobre el aumento del uso de vehículos como uno de los principales medios de transporte.

Relacionado con lo anterior, se debe tener en cuenta que la población mundial ha aumentado en mayor proporción respecto a épocas anteriores. En el periodo 1900-1950 el crecimiento poblacional fue del 53% pasando de 1.650.000.000 a 2.518.630.000 habitantes; por otro lado, el periodo 1950-2000 muestra que la población llego a 6.070.581.000 habitantes, lo que significa un crecimiento del 141%; y en el último periodo 2000-2015 la población ha llegado a aproximadamente 7.376.471.181 habitantes.

Dicho crecimiento se ha hecho evidente en el aumento de tamaño de las pequeñas, medianas y grandes ciudades, y el desarrollo de su infraestructura; lo que significa mayor 37

demanda de recursos naturales para cubrir necesidades de alimentos, vivienda, vestidos, salud, trabajo, tecnología y transporte, entre otros.

La movilidad de personas y el transporte de mercancías han ocasionado mayor uso de vehículos y otros medios de transporte que utilizan hidrocarburos, casi la totalidad de los combustibles empleados corresponden a derivados del petróleo. En ese sentido la industria automotriz ha acelerado su producción a tal punto que se estima que en el año 2025 habrá 1800 millones de vehículos (Rueda y Ahumada, 2013), es decir que la cultura del coche seguirá siendo adoptada por los ciudadanos como medio preferido para la movilidad urbana, en unos modelos de ciudad de carácter expansivo y densamente poblada, logrando grandes congestiones en el tráfico vehicular que retrasarán los tiempos de los traslados urbanos.

3. El calentamiento global producido por las altas emisiones de dióxido de carbono

Simultáneamente, el mundo concentra su mirada al cambio climático, al aumento de la temperatura del planeta debido a la producción acelerada y aumentada de emisión de gases de efecto invernadero derivados de la actividad industrial y del transporte. Las naciones y las multinacionales, tienen en marcha la ampliación de una canasta energética alterna a la de los combustibles fósiles, que pueda en las próximas décadas complementar o reemplazar la demanda energética global y que al parecer puede aminorar los graves efectos ambientales que en el presente acontecen.

Simón Uribe (2008) también argumenta que el surgimiento de los biocombustibles a nivel mundial se debe a la preocupación por la seguridad energética y a una aparente alternativa viable para mitigar el calentamiento global. En este sentido, los países desarrollados trataron el tema de los cultivos energéticos o de la biomasa para obtener biocombustibles líquidos como una 38

necesidad. Estimando que en el año 2025 habrá 1800 millones de vehículos, sin contar aeronaves y barcos, los biocombustibles como el biodiesel y el bioetanol son ahora posibles alternativas energéticas que funcionan como aditivos o complementos de los combustibles fósiles y parecen ser una importante alternativa para reducir emisiones de hollín, minimizar la producción de

óxido de azufre y producir menor cantidad de CO2 durante su combustión (Rueda y Ahumada,

2013).

7.3. Desarrollo de los biocombustibles

A partir de la segunda mitad de la década de 1980 surgieron algunos diálogos en torno a la producción, uso, efectividad y sobretodo rentabilidad de combustibles alternativos a los derivados por el petróleo. Europa y Estados Unidos realizaron investigaciones y pruebas con el objeto de establecer viabilidad y rentabilidad para producir combustibles a partir de especies de uso agrícola (Rueda y Ahumada, 2013).

Los primeros estudios se hicieron a partir de la colza3, para el caso europeo, y soja, para el caso de Estados Unidos. Los resultados obtenidos dieron pie para continuar realizando pruebas y experimentar otras plantas que, por sus propiedades, pudieran ser también una alternativa al uso de los combustibles fósiles. La efectividad y respuesta positiva de estos denominados biocombustibles permitió continuar con el paso siguiente: la creación de “políticas enfocadas a utilizar energías limpias y a reducir la dependencia de la importación de combustibles fósiles”

(Rueda y Ahumada, 2013, P 36), esto significó exenciones fiscales, apoyo a la investigación, impulso a la asociación de productores, subsidios, incentivos, creación de estándares de producción para proteger mercados locales y reducción de costos de producción.

3 También conocida como canola o raps, es una planta que se cultiva en varias partes del mundo para producir forraje, aceite vegetal para consumo humano y biodiesel. 39

Malasia e Indonesia también hacen parte de este proceso, de hecho, son los principales productores de aceite de palma. Estos países elaboraron un proceso similar al realizado por

Europa y Estados Unidos: pruebas piloto, montaje de plantas productoras de biodiesel de palma, diseño de políticas para promover su producción y obligar su uso.

En Latinoamérica, varios países decidieron seguir el mismo camino de la producción de agrocombustibles bajo el mismo parámetro, asignación de subsidios, cambio constante de regulaciones de mezclas de combustibles fósiles con agrocombustibles para asegurar un mercado interno. En este continente se encuentra la experiencia de treinta años de producción de etanol que tiene Brasil; Argentina emprendió este proceso en el año 2000 produciendo biodiesel a partir de la soja, principalmente; y Colombia, hoy en día el primer productor latinoamericano de palma y el cuarto en el mundo.

El desarrollo de los biocombustibles se ha categorizado por generaciones, cada una indica la materia prima con que se elaboraron y el tipo de tecnología que se empleó. La primera generación de biocombustibles dio cuenta del obtenido a partir de alimentos como el maíz, la soya, la caña de azúcar y la palma de aceite. Estos combustibles fueron elaborados a través de la fermentación, para el etanol, y la transesterificación, para el biodiesel. La segunda generación utilizo materias primas distintas a los alimentos, como la jatrofa, el álamo o incluso las algas y se elaboró a través de procesos termoquímicos. Los biocombustibles de la tercera generación fueron producto de la biología molecular utilizando las materias primas de las dos anteriores generaciones, mejorando la conversión de biomasa a combustible. Por último, la cuarta generación, que tiene como objetivo la captación de la mayor cantidad de dióxido de carbono en el proceso y en el cultivo de la materia prima (Rueda y Ahumada, 2013). 40

Como se mencionó anteriormente, el cultivo de agrocombustibles y su uso como biocombustibles ha estado en el centro de las agendas de la política pública a nivel mundial, teniendo como objetivo “la seguridad energética, el desarrollo rural, el cambio climático, y la mejora de las balanzas comerciales entre los países” (Rueda y Ahumada, 2013, p 49). Para alcanzar esa meta trazada se utilizaron medidas para atraer inversionistas asegurando pocos riesgos y menores costos de producción, se persuadió el uso de las mezclas mandatarias entre combustibles con pequeños porcentajes de biocombustibles obligando un consumo, se establecieron estándares de producción y barreras técnicas, como en Europa y Estados Unidos; se otorgaron incentivos financieros como exenciones tributarias, créditos fiscales, apoyos directos a la producción y subsidios a la exportación, entre otros.

La gran demanda de combustibles calculada para los próximos años, requiere de

grandes cantidades de combustibles, sean derivados del petróleo, de los agrocombustibles

o mixtos. Pero teniendo en cuenta que se han premeditado menos reservas de petróleo, los

agrocombustibles no alcanzan a cubrir la demanda mundial con el ritmo de producción

actual. Eso quiere decir que es necesario aumentar exponencialmente la producción de

agrocombustibles, es decir, aumentar las extensiones de tierra para cultivar cualquiera de

las plantas que se destinan para ello. Algunos autores consideran que los países del norte

no tienen la cantidad suficiente de tierra disponible que se requiere para ser 100% auto

sostenibles, y que “ante la falta de disponibilidad de tierras suficientes en los países del

norte, se proyecta también el desarrollo masivo de cultivos energéticos en los países del

sur, que disponen de condiciones más idóneas” (Vargas, 2009).

41

7.4. Agrocombustibles en Colombia

De acuerdo a la bibliografía que promueve la producción de biocombustibles en

Colombia, la producción de biocombustibles en el país inicia en el momento en que se crean normas sobre el uso de alcoholes carburantes y se crean estímulos e incentivos económicos para la producción, comercialización y consumo, obligando las mezclas de gasolina con bioetanol, es decir con la ley 693 del 2001 y posteriormente con la ley 939 de 2004 que plantea lo mismo para el biodiesel. Pero el desarrollo y potencial crecimiento de la producción de agrocombustibles se debió gracias a la creación de un paquete de medidas políticas y legislativas que incentivaron dicha producción (Vélez, 2010). Según lo anterior, los objetivos que se querían lograr con la política nacional de biocombustibles eran: la diversificar la canasta energética, mejorar el medio ambiente, impulsar el desarrollo rural y promover un sector que sea competitivo a nivel mundial

(García y Calderón, 2012).

La producción de biocombustibles empezó en los departamentos de Valle del Cauca,

Cauca, Risaralda y Caldas con los cultivos de caña utilizados para la generación de alcohol carburante (UPME, 2016). En el año 2015 se produjeron aproximadamente 456 millones de litros entre las plantas de alcohol carburante Incauca, Ingenio Riopaila-Castilla, Ingenio

Providencia, Ingenio Manuelita, Ingenio Mayagüez, Ingenio Risaralda y el nuevo proyecto

Bioenergy en el departamento del Meta (FEDEBIOCOMBUSTIBLES, 2016). Teniendo en cuenta que en el año 2008 la producción de bioetanol fue de aproximadamente 255 millones de litros, es notable el crecimiento en la producción de este biocombustible ha sido constante. 42

Figura 5. Producción de Etanol (Millones de litros) 2008-2015 Fuente: (http://www.fedebiocombustibles.com/v3/estadistica-mostrar_info-titulo- Alcohol_Carburante_(Etanol).htm)

Entre tanto, la producción de biodiesel inició con los cultivos de palma de aceite en los departamentos del Cesar y Meta, aunque actualmente los cultivos de palma se extienden en otros departamentos como Santander, Magdalena, Nariño, Casanare, Bolívar, Cundinamarca y Norte de Santander.

La palma llego a Colombia con fines ornamentales en 1932 y se empezó a explotar como cultivo comercial en 1945, cuando la United Fruit Company sembró una plantación en la

Zona Bananera, Magdalena (Mingorance, Minelli, y Le Du, 2004). A finales de los años cincuenta empresarios, como Moris Grutt en el municipio de San Alberto en el departamento de

Cesar, indujeron el cultivo de palma aprovechando el impulso del gobierno dentro de las políticas de sustitución de importaciones por fomentar este cultivo debido a la coyuntura del alza 43

de precios de los aceites vegetales y materias grasas, otra experiencia de este cultivo con fines comerciales, a tal punto que se convirtió en una región de grandes extensiones de palma.

El aumento de hectáreas destinadas para producir biodiesel ha aumentado en los últimos años, lo que significa la progresión de la expansión del cultivo y de la producción de biodiesel en el país. De acuerdo a la información de Fedebiocombustibles, en el año 2015 se han sembrado

470.000 hectáreas de palma de aceite y existen 12 plantas productoras: Biocombustibles

Sostenibles del Caribe, Oleoflores, Romil de la Costa, Biodiésel de la Costa, Odín Energy, BioD,

Ecodiesel de Colombia, Aceites Manuelita, Biocastilla, La Paz, ALPO (Nuevo Proyecto) y

BioCosta – (Nuevo Proyecto).

Figura 6. Hectáreas sembradas de palma periodo 2008-2015 Fuente: (http://www.fedebiocombustibles.com/estadistica-mostrar_info-titulo-Biodiesel.htm) 44

Figura 7. Distribución del porcentaje de mezcla de biodiesel en el territorio nacional al año 2016. Fuente: (http://www.fedebiocombustibles.com/estadistica-mostrar_info-titulo- Biodiesel.htm).

7.5. Distribución del territorio nacional

Para entender de manera amplia el fenómeno de la implementación del cultivo de palma en Colombia y sus impactos, es necesario conocer cómo está distribuido el territorio nacional, saber que proporciones del territorio son utilizados para este propósito y que políticas públicas se han creado para favorecer e incentivar su cultivo.

La distribución de tierras rurales en Colombia se determina en: 45

• Áreas protegidas por recursos naturales, que son de orden nacional (SINAP), regional (SIRAP) y local (SILAP); éstas están destinadas para la conservación de los recursos naturales renovables y de ambiente (Acción Social, 2010).

• Áreas protegidas del Sistema de Parques Nacionales Naturales, cuya responsabilidad recae en la Unidad Administrativa Especial del Sistema de Parques Nacionales

Naturales (UAESPNN); esta entidad tiene bajo su tutela la protección de áreas que representan

12’723.125 hectáreas equivalentes al 11.14% del área continental del país; con relación al área marítima se han declarado 1’204.338 hectáreas que representan el 1.30% de estas áreas. Dentro de las áreas protegidas del orden regional se establece un área de 1’132.546,54 hectáreas, la mayoría hace parte de las reservas de recursos naturales renovables y de otras categorías regionales de áreas protegidas (Acción Social, 2010).

• Reservas Forestales4, que tienen la característica de ser empleadas al desarrollo de la economía forestal, la conservación de aguas, lo suelos y la fauna silvestre. Existen siete

Zonas de Reserva Forestal y están distribuidas en el Pacifico, Rio Magdalena, Sierra Nevada de

Santa Marta, Serranía de los Motilones, Cocuy, Amazonia y la Central. Estos territorios ocupan una extensión de 51’376.726 hectáreas, lo que equivale al 44.7% del territorio nacional; en estas tierras existen 1251 centros poblados (Acción Social, 2010).

• Los territorios étnicos, distribuidos espacialmente en resguardos indígenas y tierras colectivas de comunidades negras. Los 634 resguardos indígenas ocupan un área de

28’811.366,40 hectáreas, el 25.23% del territorio nacional del cual el 73% esta traslapado con otras áreas de reglamentación espacial del territorio (reservas forestales, áreas protegidas del

4 Ley 2 de 1959. 46

sistema de parques nacionales naturales). “Las comunidades negras cuentan con 155 títulos colectivos, localizados en su gran mayoría en la Costa Pacífica del país, en los departamentos de

Antioquia, Chocó, Risaralda, cauca, Valle del Cauca y Nariño” (Acción Social, 2010, p.34).

Entre las áreas protegidas existen al menos diez tipos de traslapos, interacciones o combinaciones diferentes. De acuerdo con esto 64’936.649,47 hectáreas se encuentran bajo la figura de algún tipo de protección ocupando así el 56.87% del territorio nacional.

De las 114’072.877 de hectáreas que obedecen al territorio colombiano, 347.452,55 hectáreas corresponden a áreas urbanas o territorios artificializados (zonas urbanas, zonas industriales, o comerciales, y redes de comunicación y zonas verdes artificializadas no agrícolas). 1’752.976,25 hectáreas son superficies de agua (aguas continentales y aguas marítimas); 2’197.228,75 hectáreas son reconocidas como áreas húmedas (zonas pantanosas, vegetación acuática sobre cuerpos de agua).

Dentro de los bosques y áreas seminaturales, 48’418.791,93 hectáreas equivalentes al

42.44% del total del país ocupan los bosques naturales; los bosques fragmentados y plantados ocupan 10’902825,97 hectáreas el 9.57%. Y las áreas seminaturales ocupan el 19.99% del territorio con 22’804.052,13 hectáreas.

Por último, pero no menos importante, se encuentran los territorios agrícolas o aquellos donde se desarrollan los sistemas productivos primarios del país que representan el 24.23% equivalente a 27’641.186 hectáreas.

Las tierras agrícolas más representativas son las de cultivos anuales y permanentes que cubren un área de 3,76% del país, los pastos cubren el 16,63% del país alcanzando más de cuatro 47

veces el área establecida en cultivos limpios; las áreas agrícolas heterogéneas, es decir 3.85% del país, un poco más que las áreas en cultivos tanto transitorios como permanentes juntos.

Los cultivos anuales o transitorios componen las áreas agrícolas donde los cultivos sembrados son de ciclo de crecimiento menor a un año. En esta categoría se destacan los cultivos de arroz, papa, algodón, maíz blanco y amarillo, yuca, frijol, sorgo, cebada, trigo, arveja, ajonjolí, cebolla cabezona, cebolla larga, haba, tomate, zanahoria y otras hortalizas. El área cubierta por esta categoría es del 1.65% de territorio del país, es decir 1’775.637,93 hectáreas geográficamente ubicados en los valles inter andinos del cauca y Magdalena, la Región Andina, el Caribe y la parte del Pie de Monte Llanero sobre los departamentos de Meta y Casanare.

Los cultivos semipermanentes y permanentes son aquellos cuya permanencia en el campo oscila entre uno y 20 años o más. En este tipo de cultivos se encuentran el banano de exportación y plátano en monocultivo, caña de azúcar, caña panelera, café, palma africana y los cultivos ilícitos (coca y amapola) entre otros. Esta categoría ocupa un total de 2’515.472,90 hectáreas que representa el 2.20% del total de la nación.

El cultivo de mayor crecimiento en el país en los últimos años recae en la palma de aceite, gracias a la industrialización no solo para comestibles sino como materia prima para biodiesel, hasta el año 2010 cubría 339.270,5 hectáreas y se ubica principalmente en los departamentos de Meta, Santander, Cesar y Magdalena.

El área dedicada a sistemas de producción de cultivos tecnificados transitorios y permanentes para el año 2002 era de 2’458.610 hectáreas y para el año 2008 era de 4’282.748,22 hectáreas, esto equivale a un crecimiento del 73%. Dicho aumento recae en aquellos cultivos con 48

mayores niveles tecnológicos y dedicados de algún modo a los procesos industriales, como la caña de azúcar, palma de aceite, algodón, banano de exportación y otros) (Acción Social, 2010).

7.6. Normatividad de los biocombustibles en Colombia

Colombia es un país altamente dependiente de combustibles fósiles, el petróleo representa el 41% del consumo doméstico de energía. En cambio, el surgimiento de los biocombustibles es un hecho reciente y su consumo no ha parado de crecer. Pero esos avances no fueron posibles sin la creación de un marco legal sólido que blinde a los productores nacionales garantizándoles además un consumo interno.

El marco normativo para el bioetanol y el biodiesel abarca aspectos en común, así como algunas particularidades. A continuación, se relaciona la normatividad que cobija a los dos tipos de energía de biomasa de manera conjunta.

• Una ley que asegura la venta de biocombustibles en el país, es la que establece las normas sobre planeación urbana sostenible, la Ley 1083 de 2006. Esta ley, instaura en su primer artículo que los medios de trasporte público deben funcionar con combustibles limpios, los cuales son especificados en la Resolución 180158 de 2007; alcohol carburante5, (producido por vegetales como remolacha, caña de azúcar, trigo, maíz, etc.) y biocombustible para uso en motores diésel (producido a través de aceites y/o grasas vegetales y/o animales).

• Conpes 3510 de 2008 que elabora los lineamientos de política para promover la producción sostenible de biocombustibles en Colombia. En ese Conpes se justifica, desde un análisis económico interesado en el tema, porqué Colombia debe apostarle a la producción de biocombustibles y cuáles son sus posibilidades y retos en ese mercado.

5 También conocido como etanol anhidro desnaturalizado. 49

• En el Decreto 4892 de 2011 se dicta que, a partir del año 2013, los ministerios de

Minas y Energía y de Ambiente y Desarrollo Sostenible podrán fijar porcentajes obligatorios de alcohol carburante y biodiesel superiores al 10% de mezcla obligatoria.

• La Ley 1715 de 2014 regula la integración de las energías renovables no convencionales al Sistema Energético Nacional con el fin de

“promover el desarrollo y la utilización de las fuentes no convencionales de energía, principalmente aquellas de carácter renovable, en el sistema energético nacional, mediante su integración al mercado eléctrico, su participación en las zonas no interconectadas y en otros usos energéticos” (Artículo 1, Ley 1515, 2014).

7.6.1.1. Normatividad para bioetanol

• En 2001 se contempló por primera vez la producción de bioetanol para combustibles y se promulgó la Ley 693, en ella se dictaminaron normas sobre el uso de alcoholes carburantes y se crearon estímulos para la producción, comercialización y consumo.

• En 2002 se establece la Ley 788, cuyo artículo 31 modifica el artículo 477 del

Estatuto Tributario que exonera del impuesto sobre las ventas (IVA), entre otros al alcohol carburante con destino a la mezcla con gasolina para los vehículos automotores. Igualmente, en su artículo 88, lo exonera del impuesto global a la gasolina y la sobretasa.

• En 2003, el Ministerio de Minas y Energía, mediante Resolución 180687, establece un porcentaje de mezcla obligatoria de 10% de bioetanol en la gasolina para utilizarse a partir del año 2005. Reforzaron posteriormente esta medida la Resolución 90932 de 2013 que establece el nivel de mezcla en el 10% de alcohol carburante con la gasolina motor corriente y con la gasolina motor extra, en las plantas mayoristas ubicadas en las zonas central, sur y 50

suroccidental del país a partir de noviembre de 2013 y la Resolución 41072 de 2015 que establece el porcentaje de 10% de mezcla de alcohol carburante para la zona Suroccidental del país para uso en vehículos automotores en los municipios de los departamentos de Nariño, Valle del Cauca, Cauca, Risaralda, Caldas y Quindío.

• Los requisitos de calidad técnicos y ambientales de los alcoholes carburantes y los combustibles oxigenados a distribuir en el país a partir del año 2005 se establecieron en la

Resoluciones 1565 de 2004 y 2200 de 2005 por el Ministerio de Ambiente, Vivienda y

Desarrollo Territorial y también Ministerio de Minas y Energía.

• La producción, acopio, distribución y puntos de mezcla de los alcoholes carburantes y su uso en los combustibles nacionales e importados se reglamentaron en la

Resolución 181069 de 2005 del Ministerio de Minas y Energía.

• La estructura de precios para la producción, distribución y venta de la gasolina para motor de corriente oxigenada se fija en la Resolución 181088 de 2005. También lo hace la

Resolución 181555 de 2010 que establece disposiciones relacionadas con la estructura de precios de la Gasolina Motor Corriente y Gasolina Motor Corriente Oxigenada.

• El Decreto 1135 de 2009 define las medidas aplicables a los vehículos automotores que utilicen gasolinas para su funcionamiento, es decir, que a partir del año 2012 los vehículos automotores hasta 2000 cm3 de cilindrada que se fabriquen, ensamblen, importen, distribuyan y comercialicen en el país y que requieran para su funcionamiento gasolinas, deberán utilizar un sistema que permita las mezclas compuestas por gasolina básica de origen fósil con al menos 85% de alcohol carburante (sistema Flex-fuel E85).

51

7.6.1.2. Normatividad para biodiesel

• El caso del biodiesel inicia en el país en 2004, cuando se establece el marco legal para su producción a través de la Ley 939, en la que, además, se exime del impuesto a las ventas y del impuesto global al ACPM.

• Las mezclas de biodiesel en el ACPM, 5% inicialmente y luego 10%, las establecen los Ministerios del Medio Ambiente y, Minas y Energía en las Resoluciones 1289 de

2005 y 2629 de 2007, agregando, además, que el nuevo parque automotor que ingrese al mercado colombiano a partir de 2012 deberá operar con el 20%.

• La reglamentación de los criterios de calidad de los biocombustibles para usarse en motores diésel como componente de la mezcla con el combustible diésel de origen fósil en procesos de combustión se modifica en la Resolución 182087 de 2007.

• En la Resoluciones 182142 de 2007, 181120 de 2010 y 91664 de 2012 se expiden normas para el registro de productores y/o importadores de biocombustibles para uso en motores diésel y se establecen otras disposiciones en relación con su mezcla con el ACPM del origen fósil.

• En el Decreto 180462 de 2009 se establecen disposiciones relacionadas con la estructura de precios del ACPM y de la mezcla del mismo con el biocombustible para uso en motores diésel.

• El Concepto 87246 de 2009 Disminuye la tarifa de retención en la fuente a título de renta en materia de biocombustibles del 3.5% al 0.1%, como se aplica para los combustibles derivados del petróleo. 52

• Decreto 181556 de 2010: Por la cual se modifica la Resolución 8 2439 del 23 de diciembre de 1998 y se establecen disposiciones relacionadas con la estructura de precios del

ACPM y de la mezcla del mismo con el biocombustible para uso en motores diésel.

• Estatuto Tributario Art. 401: Retención sobre Otros Ingresos Tributarios.

• Resolución 90963 de 2014: Por la cual se modifica el artículo 4 de la Resolución

898 de 1995, modificado por la Resolución 18 2087 de 2007, en relación con los criterios de calidad de los biocombustibles para su uso en motores diésel como componente de la mezcla con el combustible diésel de origen fósil en procesos de combustión.

8. Conflictos territoriales y palma

Alrededor de la implementación del proyecto palmero en Colombia se han presentado algunos casos documentados de conflictos territoriales, algunos de ellos en los que se han cometido asesinatos sobre pobladores que no han estado de acuerdo con estos cultivos, así como desplazamientos y despojos.

“Casos relacionadas con conflictos por el uso y propiedad de las tierras, el

paramilitarismo, el desplazamiento forzado, la flexibilización laboral y las condiciones

infrahumanas de trabajo, la pérdida de la seguridad y soberanía alimentaria, la violación

de derechos colectivos de pueblos indígenas y afrodescendientes, la pérdida de

biodiversidad y ecosistemas fundamentales de las regiones, y la grave transformación

cultural y de las estrategias de supervivencia de las comunidades locales” (Vélez, 2010,

pág. 20). 53

Uno de varios casos documentados ocurrió en los municipios de Jiguamiandó y

Curvaradó (Chocó) en el periodo 1997 - 2001, donde militares y paramilitares, con el argumento de combatir a la guerrilla, ocasionaron el desplazamiento de poblaciones afrodescendientes, indígenas y mestizas de esas cuencas. Lo que ocasionó el despojo y la usurpación de dichos territorios, que de hecho eran reconocidos como propiedad colectiva. A lo anterior, se incluyen más de 140 crímenes de lesa humanidad y 15 procesos masivos de desplazamiento forzoso.

Posterior a esas acciones, en dichos territorios a partir del año 2001, diversas empresas y asociaciones campesinas ilegítimas, conformadas por paramilitares, establecieron cultivos de palma, banano y ganadería en esos predios abandonados.

Además de las consecuencias humanitarias, dichas acciones tuvieron efectos en los

ámbitos ambientales ocasionando la reconfiguración de los territorios al ocupar más de 7.000 hectáreas de palma. Con ello, se han destruido los bosques y se han secado las ciénagas y los criaderos de peces para expandir los cultivos (Vélez, 2010).

Otro caso ocurre en el Departamento del Vichada, en el que también se han verificado varios impactos de los agrocombustibles de palma, tal es el caso el municipio de Cumaribo, el municipio más extenso de Colombia, caracterizado por que más del 70% de la población es indígena. En dicho municipio se llevó a cabo el proyecto Gaviotas 2 que consistió en reforestar cerca de 8.000 hectáreas con pino, caucho y palma, reordenando la propiedad y el usufructo de la tierra de acuerdo a los intereses de las empresas privadas, dejando por fuera de dichas decisiones a los pobladores de la región (Vélez, 2010). En este proceso se identificaron riesgos de desplazamiento ante la presencia de denominados “grupos de seguridad” que presionan y protegen los proyectos de agrocombustibles haciendo uso sistemático de la violencia. 54

Otro territorio con similares consecuencias es el municipio de María La Baja, ubicado en el departamento de Bolívar. En dicho territorio, la puesta en marcha del proyecto palmero fue posible luego de un conjunto de acciones que generaron desplazamiento y despojo (Coronado y

Dietz, 2013), además de ciertos cambios en los usos del suelo. En ese sentido de una producción netamente alimentaria se pasó a una producción agroindustrial de palma, lo que generó diversos conflictos sobre el acceso a créditos o insumos para llevar a cabo los cultivos de palma, debido a la poca asesoría y la poca capacitación que tenían los campesinos poseedores de la tierra.

9. Construcción histórica de la Orinoquia.

Se entiende por región de La Orinoquia a aquel territorio donde se recogen todas las aguas que confluyen en el río Orinoco (Domínguez, 1998). Un territorio que ha sido habitado por grupos de familias indígenas como Guahibos, Arawak, Saliva, Chibcha y Tinigua (Gómez,

1991).

Desde el periodo de la “conquista” el desarrollo histórico de la región ha estado caracterizado por constantes conflictos territoriales, invasión de territorios ocupados y baldíos, donde la violencia y la migración han sido una constante histórica. También, en todo este tiempo ha habido procesos de despojo de territorios y exterminio de varias comunidades indígenas.

Con la “conquista”, los europeos irrumpieron en el llano a través de las expediciones en búsqueda de “El Dorado”, interrumpiendo relaciones de intercambio y alterando el comportamiento socio-espacial tradicional de los grupos indígenas. En dicho proceso ocasionaron, además del exterminio de pobladores nativos, la desocupación de territorios étnicos cuyos grupos desalojados huyeron hacia tierras más profundas generando conflictos en otros territorios étnicos que todavía no habían sido objeto de presiones europeas (Gómez, 1991). 55

En el periodo de la “colonia” la construcción de poblaciones y aldeas a partir de reductos misionales por encomenderos, cazadores de esclavos y misioneros, manteniendo una figura paternalista sobre los nativos, “fueron borrando los rastros de una cultura nativa en los llanos” (Publio, 1998, pp. 189). Jesuitas, dominicos, franciscanos y agustinianos contribuyeron a la modificación de la cultura nativa, transformando sus formas de vida, su concepción del entorno, las creencias en sus dioses y el concepto de propiedad, esta última inculcando la idea de cultivar en forma individual unos pocos terrenos para sí mismos, prohibiendo vender sus cosechas. “Los misioneros tuvieron como tarea reducir y catequizar a los indios e incorporar la región de los llanos mediante la colonización” (Gómez, 1991, pp. 18).

Una vez consolidado el proceso de la cristianización en los siglos XVII y XVIII, se afianzó la economía a través de la enseñanza de labores agrícolas y ganaderas, y la conformación de pueblos y haciendas. Dicha enseñanza se realizó en gran parte mediante la coerción de grupos nativos, pues estos no estaban interesados en aprender dichas técnicas, por lo cual los misioneros recurrieron en varias ocasiones al uso de la fuerza, bien sea capturando indios para obligarlos a trabajar o robando a los hijos de estos para ser vendidos como esclavos a otros blancos.

Así, el comercio de ganado se convirtió en la principal actividad económica que a veces se complementaba con el cultivo de productos locales. “De los hatos y haciendas de las misiones se suministraban carnes y otros bienes a las haciendas y centros poblados del altiplano cundiboyacense y de estos lugares se obtenían productos como herramientas, sal, y otros productos del altiplano” (Gómez, 1991, pp. 21).

A mediados del siglo XVIII, con la salida de los jesuitas y la práctica del cultivo de tabaco en algunas zonas, ingresaron varios tipos de individuos y grupos poblacionales a la 56

región, por ejemplo, colonos y sectores “libres” y “mestizos” cuya entrada era prohibida o restringida por parte de los jesuitas. También arribaron grandes cantidades de negritudes y mulatos que procedía de la capitanía de Venezuela en calidad de cimarrones, estos intentaron ganar su autonomía accediendo al ganado salvaje de las sabanas o incorporándose al cuidado del mismo en haciendas de la región (Gómez, 1991).

Hacia ese mismo periodo, los llanos eran considerados territorio de refugio para las personas que se encontraban al margen de la ley en otras regiones. Muchas personas que cometieron delitos graves en los departamentos del Tolima, Cundinamarca y Boyacá buscaron la región de los Llanos como un lugar propicio para refugiarse y continuar delinquiendo (Gómez,

1989). Con todo esto, se crearon comunidades en zonas de frontera que poco a poco fueron generando dinámicas económicas y sociales propias, y nuevas formas de control sobre los territorios y sobre los migrantes que ingresarían posteriormente. Esto marcó una nueva etapa de la historia regional.

En este sentido, para los tiempos de “La Independencia”, el llano se componía de una variada población de indígenas, mestizos, negros, mulatos y blancos. Con dichas llegadas aumentó el despojo de tierras indígenas y la extinción de muchos resguardos. La llegada de nuevos pobladores agudizó los conflictos con los indígenas encontrando su máxima expresión en un gran levantamiento de 1.500 indígenas en 1782; en dichos levantamientos, muchos “blancos”,

“libres” y “mestizos” se vieron obligados a huir y sus bienes fueron confiscados por los indígenas (Gómez, 1991).

Tras las guerras de independencia, en la región llanera quedó destrucción, ruina y escasez de recursos, disminución del comercio regional. Muchos territorios quedaron 57

abandonados, las misiones se extinguieron por la huida de los indios a los montes logrando zafarse de los sistemas de control que tenían sobre estos, y por la falta de recursos económicos para el mantenimiento de la iglesia, la doctrina, los ganados y los bienes de las antiguas haciendas. Las guerras de independencia aislaron a los llanos, disminuyó la población y los indígenas que sobrevivieron al impacto de la conquista y la colonia pudieron aumentar un poco en cantidad, así como también reprodujeron sistemas adaptativos y relaciones de intercambio interétnico. Sobre esto, algunos relatos de expedicionarios de la época, evocados por Gómez

(1988), indican que en sus recorridos por los ríos Meta, Guaviare, Alto Orinoco y Caquetá encontraron diversos tipos de comunidades indígenas, algunas que incorporaron aspectos de la

“civilización”, producto de siglos de colonización, y otros que se encontraban como “salvajes”.

Aun así, luego de la independencia y durante los siglos XIX y XX, la ocupación progresiva de los territorios indígenas y baldíos, algunas con adjudicaciones a escaso número de beneficiarios, continuó dándose sobre todo para expandir la ganadería y la transformar los bosques en sabanas. Los grupos nativos iban siendo arrasados cada vez más en cantidad y en territorio, refugiándose en aquellas zonas donde el avance colonizador aún no llegaba. En estos despojos y destierros las cacerías a indígenas fueron prácticas muy frecuentes, especialmente a los grupos nómadas quienes eran reticentes a los hábitos de lo que se denominaba “civilización”, fue una práctica permanente que reducía cada vez más la población nativa considerada como una amenaza permanente para la prosperidad de la ganadería en la región y como un obstáculo para la colonización.

Para inicios del siglo XX el panorama del llano se caracterizaba por el auge de ciertos productos, la colonización de nuevos territorios, el crecimiento económico, continuos conflictos militares y sociales, la llegada masiva de migrantes expulsados de otras regiones o huyendo de 58

violencias, aventureros, convictos, especuladores de tierra, campesinos en busca de otras oportunidades o de fortuna, bandidos y fugitivos; una característica que se fue dando a lo largo del siglo XX y que mostraría la condición débil para ejercer control por parte del Estado sobre estos territorios (Gómez, 1989). Allí, el Estado colombiano no tuvo la capacidad operativa para ejercer control en estos nuevos territorios consolidados, no tuvo la suficiencia para financiar los sistemas de control judicial y de policía.

En los primeros treinta años del siglo XX, ya existían relaciones comerciales prósperas entre Bogotá y , y lo fueron aún más después de la construcción de la carretera que se realizó en los años de 1932 y 1936 lo que fomentó y estímulo la agricultura, especialmente de los cultivos de arroz. La construcción de dicha carretera atrajo más migrantes que se ubicaron a lo largo de los ríos Guatiquía y Guayubira. En la década de los cuarenta se intensificaron los conflictos interétnicos expresándose en venganzas mutuas y sucesivas entre colonos e indígenas, específicamente en las regiones más aledañas, en lo que hoy son los departamentos del Casanare,

Arauca, Vichada y algunas partes extremas del Meta.

Llegada la época de “La Violencia” varios de los despojados, desarraigados y de quienes huyeron por persecución, organizaron grupos de resistencia armada denominados guerrillas liberales del llano dirigidas por líderes campesinos, como Guadalupe Salcedo, que bajo la figura de autodefensas enfrentaron los desmanes de la policía conservadora, así como también buscaban defender sus vidas y de defender intereses partidistas (Esquivel, 2014). Los fenómenos de “La Violencia”, que se fueron prolongando hasta 1960 en el país, expulsaron gran cantidad de individuos y familias hacia zonas de frontera, y de manera específica hacia los Llanos orientales.

El ritmo colonizador aumentó a partir de los años sesenta y se tradujo en la ocupación y titulación de algunos predios en pocas manos. A Arauca llegaron procedentes de Santander, 59

Norte de Santander y Boyacá; A Casanare llegaron migrantes de Boyacá, Santander y Tolima; y sobre el Meta llegaron, en su mayoría, procedentes del Tolima, Cundinamarca y Valle (Gómez,

1991).

Para el año 2000, el gobierno colombiano promovió el desarrollo de la altillanura, con el objeto generar empleo e insertar al país en los mercados internacionales. En ese sentido, la región se convirtió en el núcleo de grandes inversiones. Los planes de desarrollo regional y los planes nacionales de desarrollo priorizaron que la articulación económica sea de carácter extractivo, al mismo tiempo que consideran la región de la Orinoquia como un territorio apto para colonizar y explorar con amplias oportunidades para la iniciativa privada, sin proyección sustentable ni sostenible y sin contar tampoco con la participación de los actores locales, con una visión cortoplacista donde el crecimiento depende de las oportunidades de los precios internacionales favorables a las exportaciones. “En el desarrollo de la Orinoquia ha primado el economicismo, con las consecuencias de concentración de la riqueza, altos índices de corrupción y la captación del Estado por élites empresariales y políticas y el poco arraigo de los actores locales” (Caicedo, 2016). En 2014 se generó la Política para el desarrollo integral de la

Orinoquia: Altillanura fase 1, en este se definen las estrategias para aprovechar sus capacidades y superar los obstáculos, como la escasez de mano de obra calificada y el acceso a tierras para el desarrollo de iniciativas a gran escala, como por ejemplo la siembra de palma de aceite, maíz, soya, la producción de carne, la explotación de hidrocarburos y minerales (SOMO-INDEPAZ,

2015). Simultáneamente se pretende complementar esta política con la adecuación de una infraestructura de corredores estratégicos que permitan conectar el océano Pacífico con el

Atlántico. Además, se han creado estímulos para incentivar la producción de agrocombustibles para el mercado interno, como créditos especiales, ventajas tributarias y fiscales, el incentivo de 60

capitalización rural, el certificado de incentivo forestal, y apoyo a la creación de zonas francas agroindustriales.

10. La palma africana en el Departamento del Meta

Las primeras empresas palmícolas surgieron en la década de los sesenta, en haciendas de los municipios de Acacias, San Martín y Granada, así mismo, se realizaron siembras de palma a cargo del Instituto de Fomento Algodonero y el Incora en los municipios de Cumaral y Puerto

Gaitán. Pero es en la década de los ochenta donde toma fuerza la iniciativa palmera. La crisis comercial arrocera y la llegada de la multinacional Unilever, dueña de Unipalma, motivaron las transiciones de cultivos de arroz hacia los de palma africana y la inversión en la agroindustria palmera de otros grandes grupos económicos (Ospina y Ochoa, 1998). En esta década se genera una nueva dinámica en el departamento del Meta, en la que sobresalen las empresas Unipalma y

La Cabaña, en Cumaral; Sapuga, en Puerto Gaitán; y Aceites Manuelita del grupo empresarial azucarero Manuelita S.A., en San Carlos de Guaroa (KAS,2008).

Pero es a partir del siglo XXI que la palma a nivel nacional y regional potencia su producción y se perfila como la gran apuesta agroindustrial. Para el año 2003, en el departamento del Meta había 59.857 hectáreas sembradas de palma (Secretaría de Agricultura del Meta, 2003) y para el año 2017 se cultiva palma africana en 20 de los 29 municipios del

Departamento con un área sembrada de 133.265 ha, siendo los municipios con mayor cantidad de área sembrada San Carlos de Guaroa (30.597 ha), Puerto Gaitán (20.421), Acacias (20.281 ha), San Martin (17.277 ha) y (11.346 ha).

Del mismo modo, en el Departamento se han instalado más de 20 plantas extractoras, en Granada se encuentra Agropecuaria La Riviera Gaitán S.A.S, en San Martín encuentran Entre 61

Palmas S.A y Agropecuaria Santamaría S.A, en Puerto Rico está Aceites Cimarrones S.A.S, en

Mapiripán se encuentra Poligrow Colombia Ltda., y en San Carlos de Guaroa están las plantas

Aceites Manuelita S.A.S, Aceites Morichal S.A.S, Extractora La Paz S.A, Servicios de Maquila

Agrícola de los Llanos S.A.S y Víctor Ramón Vaquero Ramírez (SOMO-Indepaz, 2015).

Con lo anterior, y para priorizar dichos proyectos palmeros y de hidrocarburos, se ha trabajado en la construcción y el mejoramiento de la vía que conecta los departamentos del Meta y Guaviare con Bogotá, trayecto denominado “Corredor de las Palmeras”, así como también se trabaja en el trayecto Bogotá – Puerto Carreño, para conectar la Orinoquia con los mercados nacionales e internacionales (Documento CONPES 3797, 2014).

11. Referencia contextual del municipio de San Carlos de Guaroa, Meta.

San Carlos de Guaroa es un municipio ubicado en la parte centro occidental del departamento del Meta fundado el 20 de agosto de 1961. La creación del poblado a orillas del río

Guamal fue una propuesta que realizaría un comerciante de maderas, de nombre Carlos Rojas

Pinilla, propietario de la finca denominada San Cayetano, al coronel Luis Carlos Turriago, jefe civil y militar de los llanos orientales. Tiene una extensión de 79.904,4 hectáreas (811 Km²) que equivale al 0,95% de la extensión del departamento, esta cuenta con una altitud promedio de 361 metros sobre el nivel del mar, una temperatura promedio de 29 grados, caracterizados por un clima tropical húmedo.

“Limita al norte con el Municipio de Villavicencio (Capital del Departamento cuya distancia es de 96 Km) y Puerto López, al occidente con los Municipios de Castilla la Nueva y

Acacias, al oriente con el Municipio de Puerto López y al sur con el Municipio de San Martín”

(Alcaldía de San Carlos de Guaroa, 2016). 62

Figura 8. Mapa político del Departamento del Meta. Fuente: IGAC

El municipio se encuentra conformado por cuatro unidades de alto impacto, las inspecciones de Surimena, La Palmera, Rincón de Pajure, y el área suburbana aledaña al casco urbano. La Inspección de Surimena comprende las veredas Surimena, Patagonia, y Giramena, se encuentra localizada al noroccidente del municipio. Allí se desarrollan procesos como la agroindustria palmera y la ganadería extensiva.

La Inspección La Palmera, se ubica al norte del municipio, se conforma por las veredas

Palmeras, San José de las Palomas, Pesqueros, y Peñuelas. En esta unidad se cultivan grandes extensiones de arroz y palma africana. En la Inspección Pajure, que se encuentra al nororiente del municipio se ubica la vereda Infante, en la que se realizan actividades como la pesca y la ganadería extensiva. 63

Por último, en el área suburbana aledaña al casco urbano, se encuentran las veredas El

Capri, La Unión, Mundo Roto, El Barro, y la Raya. En esta unidad se cultiva palma africana y se ubican además algunas plantas extractoras de aceite.

Respecto a su entorno eco-geográfico, el municipio cuenta con una extensa red hidrográfica de ríos y caños6 que en época de invierno suele correr riesgo de vulnerabilidad y lograr inundar algunos sectores o producir encharcamientos debido a las escasas vías de drenaje.

De acuerdo al censo del 2005 el municipio contaba con 6.909 habitantes, 3.698 en el

área rural y 3.211 en el área urbana. Para el 2017 el DANE estimó una población de 10.299 habitantes de los cuales 4.942 se ubican en el área urbana y 5.357 en el rural (DANE, 2016).

Por otra parte, según el Censo Nacional Agropecuario 2014, en el área rural dispersa del municipio existen 1.217 personas, 680 hombres y 537 mujeres. La proporción de hombres y mujeres residentes en el área rural dispersa se distribuye en 55,87% hombres y 44,13% mujeres.

Tabla 1. Número de personas por grupo etario y sexo para el total del área rural dispersa en el municipio de San Carlos de Guaroa. Grupos de edad Total Hombres Mujeres De 0 a 4 102 60 42 De 5 a 9 141 71 70 De 10 a 14 125 69 56 De 15 a 19 102 61 41 De 20 a 24 79 35 44 De 25 a 29 91 50 41 De 30 a 34 123 64 59 De 35 a 39 96 52 44 De 40 a 44 103 62 41 De 45 a 49 75 43 32 De 50 a 54 60 36 24 De 55 a 59 38 24 14 De 60 a 64 24 16 8

6 Se encuentran los ríos Metica, Guayubira, Guamal y - Pajure. 64

De 65 a 69 21 13 8 De 70 a 74 21 14 7 De 75 a 79 7 4 3 80 o más 9 6 3 Total 1217 680 537 Nota. Adaptado de DANE - 3er CNA 2014

11.1. Condiciones de vivienda

El Censo Nacional Agropecuario 2014, ubicó en el área rural dispersa del municipio

497 viviendas, de las cuales 356 se encuentran habitadas, 57 viviendas son de uso temporal y 84 viviendas se encuentran desocupadas.

Tabla 2. Total de viviendas ocupadas con personas presentes, desocupadas y de uso temporal en el área rural dispersa del municipio de san Carlos de Guaroa.

Total de viviendas en el área rural dispersa censada Condición de ocupación de la vivienda Total viviendas Ocupadas con personas presentes De uso temporal Desocupada 497 356 57 84 Nota. Adaptado de DANE - 3er CNA 2014

De las 356 viviendas ocupadas en el área rural 301 viviendas cuentan con conexión al servicio de energía, 75 viviendas tenían conexión al servicio de acueducto y 90 viviendas tenían conexión a la red de alcantarillado. Además, 55 viviendas no cuentan con conexión a ninguno de los tres servicios mencionados, lo que equivale al 15,44% del total de viviendas rurales en el área dispersa del municipio.

Tabla 3. Viviendas en el área rural dispersa ocupadas con conexión a servicio público en el municipio de San Carlos de Guaroa. Viviendas ocupadas en el área rural dispersa censada según conexión a servicio público Viviendas Ocupadas Energía eléctrica Alcantarillado Acueducto Ninguno con personas presentes Si No Si No Si No 356 301 55 90 266 75 281 55 65

Nota. Adaptado de DANE - 3er CNA 2014

Gráfico 1

Distribución (%) del número de viviendas ocupadas en el área rural dispersa censada según conexión a servicio público en el municipio de San Carlos de Guaroa

Acueducto 21.07%

Alcantarillado 25.28%

Energía eléctrica 84.55%

Nota: Adaptado de DANE - 3er CNA 2014

11.2. Pobreza multidimensional (IPM)

En el año 2014 la dimensión de bajo logro educativo disminuyó, se ubicó en el 78,9%, el analfabetismo en el 9,6%, el componente de inasistencia escolar reportó 8,7%, la dimensión de rezago escolar presentó el 22,8% y, la dimensión de barreras de acceso a servicios de cuidado de la primera infancia registro el 4,5%.

66

Tabla 4. Porcentaje de hogares que sufren privación según variable IPM7 en el municipio de San Carlos de Guaroa. Barreras de acceso a Bajo Logro Inasistencia Rezago Año Analfabetismo servicios de cuidado de la educativo escolar escolar primera infancia 2005 88,56 20,79 7,97 30,02 21,27 2014 78,9 9,6 8,7 22,8 4,5 Nota. Adaptado de DANE - 3er CNA 2014 y Censo 2005

Otros resultados de las dimensiones del IPM indican que el 9,9% de las personas no se encuentran afiliadas a algún sistema de salud, el 78,9% no cuenta con acceso a servicios de acueducto, y el 74,6% no cuenta con el servicio de alcantarillado, el 8,5% de las viviendas cuenta con materiales inadecuados de pisos y el 3,1% con material inadecuado de paredes.

Tabla 5. Porcentaje de hogares que sufren privaciones según variable IPM en el municipio de San Carlos de Guaroa. Material Material Sin afiliación Sin Sin inadecuado Año inadecuado a salud acueducto alcantarillado de paredes de pisos exteriores 2005 14,68 19,23 4,19 12,22 9,11 2014 9,9 78,9 74,6 8,5 3,1 Nota. Adaptado de DANE - 3er CNA 2014 y Censo 2005

11.3. Actividades económicas

Las principales actividades económicas que se realizan son: el cultivo de arroz, en menor medida cultivos de yuca y plátano, la ganadería extensiva, la pesca artesanal, los productos agrícolas de pancoger, los servicios, el cultivo y procesamiento de palma de aceite y el comercio.

7 Índice de pobreza multidimensional 67

Dentro de los factores de riesgo ambiental, las autoridades locales han diagnosticado causas como la contaminación, la deforestación y la disminución de los niveles hídricos como riesgos presentes y latentes. La contaminación es producida en parte por las fumigaciones aéreas periódicas sobre los cultivos de palma y arroz que afectan las fuentes hídricas, la biodiversidad y la salud de las personas. También, hay deforestación, esta afecta las fuentes hídricas, disminuyendo los cauces y deteriorando la fertilidad de los suelos. Pero la disminución de los niveles hídricos también ocurre por los riegos a los cultivos de palma y arroz, estos sistemas de riego que funcionan mediante drenaje de canales, sin que haya algún tipo de control, lo que disminuye los caudales, afectando además la fauna (Consejo Municipal de San Carlos de

Guaroa, 2005).

11.4. Uso y cobertura del suelo

En las 79.904,4 hectáreas se encuentran 515 unidades de producción, de las cuales 304 son unidades de producción agropecuaria y 211 son unidades de producción no agropecuaria.

Los usos del suelo se encuentran destinados para bosque natural (12.267,9 has), actividades agropecuarias (65.751,8 has), actividades no agropecuarias (1.059,3 has) y a otros usos dela tierra (825,0 has).

Tabla 6. Uso del suelo y distribución por unidades de producción para el total del área rural dispersada censada del municipio de San Carlos de Guaroa. Uso del suelo Área (ha) Unidades censadas Bosque natural 12.267,9 1 Agropecuario 65.751,8 303 No agropecuario 1.059,3 211 Otros 825,4 - Total 79.904,4 515 Nota. Adaptado de DANE - 3er CNA 2014 68

El área rural correspondiente al uso agropecuario del municipio registra 21.046,5 hectáreas para uso en pastos, 2.215,9 hectáreas para rastrojo, 41.788,3 hectáreas para destino agrícola y 701,2 hectáreas de infraestructura agropecuaria.

Tabla 7. Área en pastos, rastrojo, agrícola e infraestructura agropecuaria para el total en el área rural dispersa censada en el municipio de San Carlos De Guaroa.

Área (ha) en Área (ha) en Área (ha) Área (ha) en pastos rastrojo agrícola infraestructura

21.046,5 2.215,9 41.788,3 701,2 Nota. Adaptado de DANE - 3er CNA 2014

En el municipio se destinan 37.075 hectáreas para distintas clases de cultivos, distribuidos en cultivos agroindustriales como café, palma africana, caña panelera, caucho y otros (28.444 has); plátano y tubérculos como yuca y otros (946 has), frutas como banano común, cítricos, piña, papaya y otras (1.830 has); cereales como arroz, maíz amarillo, maíz blanco y otros (4.590 has); hortalizas y verduras (623 has), plantas aromáticas y medicinales (536 has) y plantas forestales (105 has).

Tabla 8. Área sembrada según clases de cultivos en el municipio de San Carlos de Guaroa.

Área sembrada según clases de cultivos por hectárea Plátano y tubérculos 946 Frutas 1.830 Cereales 4.590 Hortalizas, verduras y legumbres 623 Plantas aromáticas, condimentarias y medicinales 536 Plantas forestales 105 Total 8.631 Nota. Adaptado de DANE - 3er CNA 2014 69

Del total de área sembrada para cultivos agroindustriales (28.444 ha), 27.945 hectáreas se destinan a cultivos de palma africana, 108 hectáreas para caucho, 78 hectáreas para caña panelera, 2 hectáreas para café y 310 para otros productos agroindustriales.

Tabla 9. Área sembrada en cultivos agroindustriales en hectáreas en el municipio de San Carlos de Guaroa. Área sembrada en cultivos agroindustriales (ha) Área sembrada con cultivos de Café 2 Área sembrada con cultivos de Palma Africana 27.945 Área sembrada con cultivos de Caña panelera 78 Área sembrada con cultivos de Caucho 108 Área sembrada con cultivos de Otros productos agroindustriales 310 Total área sembrada de cultivos agroindustriales 28.444 Nota. Adaptado de DANE - 3er CNA 2014

11.5. Régimen de tenencia

Respecto al tipo de tenencia de la unidad de producción agropecuaria (UPA), la forma predominante es la tenencia propia con 209 UPA seguida en menor proporción por la forma mixta con 22 unidades, el arriendo con 17 y el usufructo y otras formas de tenencia con 1 unidad respectivamente. De las restantes 265 UPA no se tiene información.

Tabla 10. Régimen de tenencia del total de las unidades de producción para el total en el área rural dispersa censada en el municipio de San Carlos de Guaroa. Ocupación Propiedad Adjudicatario Otra forma No Area Total Propia Arriendo Aparcería Usufructo Comodato Mixta de hecho colectiva o comunero de tenencia informa Total nacional 2.913.163 1.572.635 208.075 33.530 34.562 6.718 7.245 110.995 28.708 64.959 96.501 749.235 Departamento 57.111 25.624 3.376 163 133 74 40 1.531 15 605 1.551 23.999 Municipio 515 209 17 0 1 0 0 0 0 1 22 265 Nota. Adaptado de DANE - 3er CNA 2014.

Gráfico 2 Participación (%) del número de UPA según régimen de tenencia en el área rural dispersa del municipio de san Carlos de Guaroa 70

41%

52%

3% 4%

0% 0%

Propia Arriendo Usufructo Otra forma de tenencia Mixta No informa

Adaptado de DANE - 3er CNA 2014

12. Núcleo Palmero San Carlos de Guaroa

Durante las últimas tres décadas en el municipio han surgido importantes núcleos palmeros que han mantenido y expandido sus cultivos hasta el punto de convertirse en visibles empresas agroindustriales, algunas fueron fusionadas con otras empresas sin dejar de lado su razón de ser. A continuación, se relacionan las más visibles durante el periodo mencionado:

12.1. Palmar de Manavire: El Eliseo Restrepo Londoño, quien era propietario

de tierras en Urabá en donde tenía sembradas varias hectáreas de banano,

adquirió tierras en los llanos para sembrar arroz y algodón, así como para

emplearla en ganadería. Al conocer palmicultores de la zona inclinó su interés

por la palma africana. 71

“En 1983 se me presentó una buena oportunidad. En esa época muchos

cultivadores de arroz entraron en crisis, quebraron y sus fincas pasaron a

los bancos. Me di cuenta de esa situación, me fui a los bancos y solicité

que me vendieran unas tierras que estaban cerca de mi finca ganadera.

Eran fincas arroceras, cultivadas por más de treinta años. Habían sido

regadas con aguas espesas que traían sedimento, limo, del rio Guayuriba y

sus suelos estaban muy mejorados. Compre 700 hectáreas y poco a poco

la Compañía se ha ido ampliando hasta completar 2.000. Eso es hoy en

día el Palmar de Manavire” (Ospina, 2001, pág 372).

La finca, que antes se llamaba La Cocora, recibió el nombre de Manavire,

nombre del caño que pasaba cerca. Las primeras siembres se hicieron en 1985 con

materiales de Costa Rica y del Programa IRHO8.

Eliseo Restrepo construyó su propia planta al mismo tiempo que inició el

cultivo. Manavire inauguró su fábrica en 1988, justo en el momento en el que los

excedentes del aceite de crudo comenzaron a inundar el mercado y las extractoras

cerraron la compra de frutos a terceros. La planta recibió el fruto de los

palmicultores vecinos, entre ellos Manuelita, cuyo creciente volumen de

producción motivó a los de Manavire a incrementar su capacidad de

procesamiento (Ospina, 2001). Para el año 2004, el Palmar de Manavire,

compuesta entonces por Inversiones del Darién S.A. y por Instalaciones y

8 Programa general de mejoramiento de la planta híbrida E. oleífera x E. guineensis. Definida en 1976, cuyo objetivo consistió en combinar ecotipos, con el objeto de determinar cuáles poblaciones se combinan bien entre sí. 72

Operaciones Agropecuarias, fue adquirido por Aceites Manuelita (El Tiempo,

2006).

12.2. Palmar El Borrego: Luis Francisco Barreto Solano, ha sido una persona

vinculada a la palma africana casi desde que comenzó su cultivo en la zona

Oriental de país. Estuvo dedicado de lleno al cultivo de arroz, incluso “colonizó”

tierras para este cultivo.

Para el año de 1981 compro la hacienda El Borrego, hacienda arrocera de la

familia Vallejo Valencia que había pasado a manos del Banco del Comercio. “Al

adquirirla pensó que era una tierra apta para sembrar palma africana. Sembró en

1985 gracias a los créditos blandos del Fondo Financiero Agropecuario. En 1987

El Borrego incrementó su cultivo a 400 hectáreas empleando material Unilever

de Camerún” (Ospina, 2001, pág 375).

12.3. Palmas El Morichal: El señor José Vidal Vargas llegó al Llano

procedente de Boyacá sobre la década del cincuenta del siglo pasado, cuando

todo era selva y sabana virgen. En la finca que tenía sembraban maíz, sorgo,

algodón y arroz. Debido a la variedad de plagas que afectaron los cultivos de

arroz, conoció a los señores Lowe y Murgas quienes le mostraron la palma de

aceite y lo convencieron de llevar a cabo dichos cultivos. En 1987 su padre

compró semilla a Unilever para 500 hectáreas (Ospina, 2001).

12.4. Yaguarito: Finca de propiedad de Aceites Manuelita, quienes

incursionaron en la palma en la década de 1980, cuando estaba en pleno auge. La

plantación se constituyó en tierras de cuatro haciendas: Yaguarito, Samaria, San 73

Isidro y Ponderosa; estas recibieron el único nombre de la Yaguarito (Ospina,

2001).

Las tierras se ubican en los ríos Chichimene y Acacías, allí, la plantación

tuvo un desarrollo acelerado en el periodo 1988-1995 y la producción fue

procesada por Manavire hasta 1991 cuando Yaguarito inauguro su propia planta

extractora.

Los procesos de producción en Aceites Manuelita S.A., comprenden dos

grandes fases: la agrícola, compuesta por la plantación de palma de aceite y la

industrial, compuesta por la operación de la Planta Extractora de Yaguarito y

Palmar de Manavire y la Planta de Producción de Biodiesel. Para la plantación de

palma de aceite, Aceites Manuelita, cuenta en primera instancia con una extensión

de 6.135 hectáreas en los predios de la hacienda Yaguarito - Inspección de

Surimena, Municipio de San Carlos de Guaroa; y, por otro lado, con 1.967,5

hectáreas en los predios de Palmar de Manavire, la cual se encuentra en la Vereda

Pesqueros, en la Inspección de la Palmera (Maldonado y Torres, 2011).

13. Resultados

Las tablas que se anexan a continuación hacen referencia a la distribución de la población en los periodos mencionados.

74

Tabla 11. Población del municipio de acuerdo al censo 1993

Censo 1993 Cabecera Resto Proporción Proporción Proporción del Municipios Total Total del Total del municipio municipio municipio

Total Nacional 33.109.840 0,007% 0,006% 0,011% 23.514.070 9.595.770 Departamento 561.121 0,427% 0,367% 0,535% del Meta 358.919 202.202

S Carlos Guaroa 2.398 1.317 1.081 Nota. Adaptado de DANE – Censo 1993

Tabla 12. Población del municipio de acuerdo al censo 2005

Censo 2005 Cabecera Resto Proporción Proporción Proporción del Municipios Total Total del Total del municipio municipio municipio Total Nacional 41.468.384 0,017% 31.510.379 0,010% 9.958.005 0,037% Departamento 713.772 0,968% 575.373 0,558% 138.399 2,672% del Meta S Carlos Guaroa 6.909 3.211 3.698 Nota. Adaptado de DANE – Censo 2005

Teniendo en cuenta las comparaciones de los censos 1993 y 2005 la población rural en el municipio, respecto al Departamento del Meta y al total nacional, aumentó en cantidad y en proporción, pasando de 0,427% a 0,968% en el Departamento. De acuerdo a la estimación para el año 2017, el DANE estimó una población de 10.299 habitantes de los cuales 4.942 se ubican en el área urbana y 5.357 en el rural (DANE, 2016).

Tabla 13. Cifras de población expulsada en el municipio de san Carlos de Guaroa

PERSONAS PERSONAS VIGENCIA EXPULSADAS DECLARADAS 1993-2005 451 55 1985-2017 1096 1045 2002-2017 902 1040 Nota. Adaptado de https://cifras.unidadvictimas.gov.co/ 75

El municipio tampoco fue ajeno al conflicto armado, social y político, las cifras en el periodo entre censos (1993-2005) registraron 451 desplazamientos, ampliando el rango (1985-

2017) la cifra fue de 1.096 víctimas por este hecho. Por otro lado, y teniendo en cuenta el periodo 2002-2017, en el que se potenció el proyecto de agrocombustibles de palma de aceite, las cifras de desplazamiento equivalen al 82% del total del periodo registrado (1985-2017).

Los datos relacionados a continuación hacen referencia a las actividades económicas del municipio.

Tabla 14. Clasificación por destinación económica del predio en San Carlos de Guaroa

Destino Económico No. De Predios Área de terreno (has)

Agropecuario 1.204 77.740,34

Habitacional 2.337 166,47

Industrial 1 0,30

Comercial 5 0,09

Recreacional 1 0,18

Institucional 13 4,78

Educativo 38 1,64

Religioso 253 31,87

Uso Público 23 0,90

Lote urbanizable no utilizado 13 2,35

Lote urbanizado no construido o edificado 6 0,76

Total 3.894 77.949,68 Nota. Adaptado de las bases de datos Catastrales Geográficas IGAC. Fecha de Corte 2018-01

76

Tabla 15. Distribución del cultivo de palma en el municipio de San Carlos de Guaroa año 1997

Area Área neta No. Zona Lotes No. Fincas UPAS (has) UPAS (Ha) Departamento del Meta 872 151 41.730 129 85.169 San Carlos de Guaroa 142 27 12.192 23 18.376 Nota. Adaptado del Censo Nacional de Palma de Aceite realizado por Fedepalma en los años 1997 y 1998.

Tabla 16. Distribución del cultivo de palma en el municipio de San Carlos de Guaroa año 2011

Area Área neta No. Zona Lotes No. Fincas UPAS (has) UPAS (Ha) Departamento del Meta 4.086 218 120.012 208 194.804 San Carlos de Guaroa 641 47 26.046 44 37.276 Nota. Adaptado del Censo nacional de palma de aceite Colombia 2011 realizado por Fedepalma

Tabla 17. Área sembrada y cosechada del cultivo de palma en San Carlos de Guaroa - año 2015

Área Área Sembrada Cosechada (ha) (ha) 47.403 31.075 Nota. Adaptado de la Ficha municipal San Carlos de Guaroa https://intranet.meta.gov.co/secciones_archivos/461-64432.pdf

Tabla 18. Proporción hectáreas sembradas

% PRODUCTO SEMBRADO Arroz riego 4,55 Arroz secano mecanizado 0,87 Caucho 0,29 Cítricos 0,37 Papaya 0,11 Palma de aceite 93,04 Cacao 0,03 Caña panelera 0,02 Platano 0,029 Yuca 0,12 Nota. Tomado del Plan de Desarrollo Territorial de San Carlos de Guaroa – Meta “Firmes por un futuro Mejor 2016-2019” 77

14. Discusión

De acuerdo con la teoría referenciada de La Nueva Ruralidad, desde el enfoque de autores como Grammont, Pérez o Llambí, esta se define como una transición de la sociedad rural a una sociedad rural diversificada, en el que toman relevancia actividades como los servicios, la industria, el turismo, la agroindustria, el comercio, entre otras actividades articuladas al eje actual del mercado global que necesita del campo mayor cantidad de recursos naturales y humanos, generando una nueva relación campo-ciudad.

En la Nueva Ruralidad, las grandes empresas o multinacionales arriban a los territorios locales generando nuevas relaciones y nuevas dinámicas, donde los nuevos actores influyen claramente en los procesos de planeación territorial favoreciendo sus actividades económicas.

Estos procesos generan ciertas ventajas respecto al control de las etapas de los procesos de producción agroindustrial (financiación, producción, elaboración, comercialización, distribución y consumo) y respecto a la obtención de grandes beneficios políticos por parte de los Estados, pues proyectan y ejecutan acciones de alto impacto rural, desarrollando proyectos extractivos, obras de infraestructura e implementando la agroindustria, afectando a los pequeños productores debido a que quedan relegados de los grandes procesos de producción al encarecer su proceso de producción y dejarlos fuera en cuestiones de competitividad encareciendo los métodos de sus productos, obligándolos de alguna manera a convertirse en fuerza de trabajo asalariada para poder conseguir lo necesario para su sustento.

Los autores en mención también resaltan otras características como la generación de nuevas dinámicas que emanan de las transformaciones en los ámbitos social, cultural y económico, una baja proporción de la población rural frente a la urbana, la migración 78

permanente de la población y el desarrollo de distintas actividades por parte de la población rural para generar ingresos distintos de las actividades netamente agrarias.

En ese sentido, la información contenida en los resultados permite identificar en el municipio de San Carlos de Guaroa algunas características desarrolladas por dichos autores. En primer lugar, se encuentra la transición de las actividades agrícolas hacia la agroindustrial en las

últimas dos décadas, donde aumentaron los cultivos de palma de aceite y al mismo tiempo disminuyeron los cultivos de otros productos como el arroz y el algodón, que en tiempos anteriores eran actividades económicas importantes.

Un segundo aspecto, es que el desplazamiento de otras actividades agrarias debido a la expansión de los cultivos de palma de aceite, impacta en el medio ambiente en tanto que como monocultivo requiere consumir grandes cantidades de agua y mayor cantidad de fungicidas afectando directamente suelos y cuerpos de agua.

Otra característica es el fortalecimiento de la agremiación palmera y el incentivo normativo desde el gobierno central por medio de un sólido marco jurídico, que convirtió dicho proyecto agroindustrial en la actividad relevante del municipio y de la región. Este fortalecimiento articula la actividad palmera al ritmo de la dinámica del mercado global, que demanda mayor flujo de mercancías fortaleciendo a grandes inversionistas, lo que implica mayor cantidad de recursos naturales.

La presencia de grandes empresas agroindustriales palmeras juega un papel definitivo en la destinación económica del municipio, al someterla principalmente a la actividad palmera con el objeto de generar biodiesel obliga a que estas empresas incidan en los ámbitos políticos locales y nacionales para que su objetivo tenga garantías en el procesamiento y en el consumo de 79

dichos productos. Prueba de ello ha sido la generación de políticas que incentivan a los grandes productores de palma reduciendo ciertas cargas arancelarias que con otros productos agrarios son obligatorias como el caso de la Ley 939 de 2004 que exime del impuesto a las ventas o la disminución de la tarifa de retención en la fuente a título de renta en materia de biocombustibles contenida en el Concepto 87246 de 2009, las políticas que obligan la mezcla de biodiésel con diésel y el consumo a todo el parque automotor del país a pesar de las distintas restricciones que se han hecho sobre sus afectaciones al medio ambiente y a la salud de los habitantes. En el nivel local, las grandes empresas agroindustriales inciden en la manera que se distribuye el territorio bajo esta actividad, y sobre ella deben operar los permisos requeridos para acceder a recursos naturales importantes como el agua en grandes cantidades.

Con relación al uso y distribución de la tierra, según lo indicado por los datos obtenidos, en el municipio aumentaron las áreas sembradas con palma y se consolidó la producción palmera, lo que llevó a la priorización de dicha actividad económica sobre las otras. En este sentido, las grandes empresas como las plantas Aceites Manuelita S.A.S, Aceites Morichal

S.A.S, Extractora La Paz S.A, Servicios de Maquila Agrícola de los Llanos S.A.S y Víctor

Ramón Vaquero Ramírez, ejercen gran influencia sobre la dinámica del municipio incidiendo en espacios políticos y de gestión.

La generación de nuevas dinámicas se presenta en la medida que se cierran posibilidades de producir actividades agrarias distintas a la palmera. Tal como lo presentan los resultados sobre la expansión del cultivo de palma y al mismo tiempo la disminución de otros cultivos como las frutas y los cereales que han reducido las áreas de siembra en los últimos diez años.

Tales modificaciones en las actividades económicas del municipio llevan consigo modificaciones en las prácticas agrarias, en la apropiación de territorios o en el despojo de ellos, en la identidad 80

con el territorio y en los usos y costumbres rurales. Esto puede analizarse como una oportunidad o como una amenaza dependiendo de cómo sean las capacidades de la población afectada para asumir y adaptar esos cambios sin necesidad de tener que partir de los territorios.

En cuanto a la población, el municipio mantiene una proporción baja respecto al continuo crecimiento de las medianas y grandes ciudades que acogen constantemente migrantes en búsqueda de mejorar sus condiciones de vida, condiciones que desde sus lugares de origen no pudieron obtener, bien sea por cuestiones del conflicto armado, social y político, o por que no existen oportunidades que permitan potenciar las capacidades de los habitantes, limitándolos a opciones de trabajo muy cerradas.

El municipio aún conserva altos índices de analfabetismo, bajo logro educativo, y rezago escolar, condiciones que son aprovechadas por empresas palmeras para reclutar personal a los puestos de trabajo más esenciales de la cadena productiva de la agroindustria palmera. En este sentido son limitadas las oportunidades para acceder a otros cargos de mayor desempeño que requieren personal calificado, lo que puede llegar a ser una limitante y una causa para migrar a otros territorios en busca de mejores condiciones laborales y de vida.

Bajo esta realidad y revisando las condiciones educativas que se tomaron del Censo

Nacional Agropecuario 2014, es posible plantear hipotéticamente que la población rural no tiene capacidades de asumir las decisiones sobre sus territorios en tanto no tiene las condiciones para hacerle frente a los desafíos de una economía global, que requiere un consumo cada vez mayor de grandes cantidades de productos y se puede ver sometida a proyectos externos que claramente inciden en los aspectos económicos, sociales y culturales de la región, generando la pérdida de autonomía sobre los territorios. 81

15. Conclusiones

Basados en los objetivos planteados en el trabajo y en aras de dar respuesta a los mismos surgen las siguientes conclusiones:

Respecto al primer objetivo, se puede establecer que, en el municipio, la nueva ruralidad se implementó en torno a la actividad del cultivo de palma y el procesamiento de biodiesel, entendiendo que esta actividad se arraigó en los ámbitos cultural, económico y social del mismo, estableciendo nuevas dinámicas en el sector rural donde las empresas palmeras tienen una gran influencia en el ámbito político, tanto local como nacional.

En lo que refiere a la configuración del territorio, la Nueva Ruralidad desplazó otras actividades, dando paso a empresarios que adquirieron grandes extensiones de tierra para potenciar el proyecto palmero, utilizando mayor cantidad de recursos y pesticidas en el territorio.

En este sentido esta actividad atrajo mano de obra entre empleos directos e indirectos y generó un impacto ambiental en el territorio, ocasionando afectaciones en algunos recursos naturales, entre los que se destaca las afectaciones de las fuentes hídricas y las destinaciones de este recurso natural, primordialmente en la producción de los agrocombustibles.

En cuanto a la afectación o alteración en la población y su relación con el territorio, a pesar de que en otros territorios en donde se ha implementado la misma actividad económica ha producido conflictos territoriales y sociales que han puesto en vulnerabilidad a la población en términos de derechos humanos, para el caso de San Carlos de Guaroa no hay evidencia judicial o información documentada que permita afirmar o negar la existencia de conflictos territoriales de este tipo. Esto no quiere decir que no hayan existido casos de vulneración de derechos, pues como lo indican las cifras, en el municipio se han reportado más de 1000 casos de 82

desplazamiento forzado en el periodo 1983-2017, lo que sugiere profundizar sobre las causales de estos hechos para determinar si existe alguna tendencia y si está relacionada con la apropiación de predios.

Aunque la Nueva Ruralidad resalta el aumento de la presencia agroindustrial en los territorios, es preciso aclarar que en el municipio de San Carlos de Guaroa la presencia de la actividad palmera con todo su proceso de producción, implica la utilización de grandes extensiones de tierra, es decir que poco a poco absorbe los territorios para su propia actividad, relegando otras posibilidades económicas, lo que supone concentrar las decisiones de planeación y proyección sobre el territorio. Decisiones a las que la población tiene derecho de construir de acuerdo a sus necesidades y potencialidades. En ese sentido la nueva ruralidad también se caracterizaría por solapar los espacios de planeación de la población por los de los intereses de los nuevos actores económicamente influyentes, en este caso las grandes empresas palmeras.

En ese sentido, San Carlos de Guaroa es un municipio cuya dinámica y cotidianidad gira prácticamente en torno a la actividad palmera, una actividad que se estableció con la llegada de grandes empresarios y cuyas extensiones con este cultivo aumentaron significativamente a lo largo de la década anterior. En este proceso se transformaron las actividades agrícolas al punto que algunas desaparecieron o minimizaron su presencia, mientras que los agrocombustibles se consolidaban no sólo en el municipio sino en los municipio cercanos.

En esta actividad no se requiere mayor cualificación de mano de obra, por lo cual las empresas palmeras, en el municipio, pueden adquirir a bajo costo el personal requerido para la producción de biodiesel. A mayor cantidad de habitantes con bajo logro educativo, mayor posibilidad de parte de las empresas de conseguir mano de obra barata. Bajo estas condiciones la 83

población se puede ver en situación de vulnerabilidad en tanto se pueden ver sometidas a ofertas laborales condicionadas por las empresas de la principal actividad palmera.

Al igual que en otras regiones del país, los proyectos de inversión se implementan en territorios donde no se tiene certeza de la propiedad de los territorios; tal como lo demuestran los datos del municipio en el Censo Nacional Agropecuario cuya información no especifica la relación entre la tierra y sus ocupantes. Con esta panorámica no se descarta un vacío de sobre la propiedad de la tierra y el acceso a ella.

16. Recomendaciones

Teniendo en cuenta el aprendizaje adquirido en cuanto al tema en la presente investigación, es oportuno sugerir ciertas recomendaciones para profundizar en el tema y para ubicarlos en la dinámica nacional.

Dado que la información respecto al tema de agrocultivos y agrocombustibles es aún limitado, es oportuno conocer cómo se dan dichas dinámicas en la totalidad de los territorios que implementan esta actividad, con el fin de poder establecer tendencias y particularidades en los territorios y en las poblaciones. Para ello, es imprescindible realizar investigaciones en el plano local para registrar las particularidades y aspectos de mayor impacto, acudiendo además, a las subjetividades que en una caracterización pueden correr el riesgo de quedar relegadas. Lo anterior, es necesario para poder consolidar información a nivel nacional y regional que dé cuenta de posibles tendencias para poder identificar potencialidades o amenazas.

Otro aspecto relevante en el tema de los cultivos de palma y la producción de biocombustibles está relacionado con la escasa información que consolide los territorios con sus propietarios. Dicha información permitiría conocer si existe o no, en el proceso de la 84

implementación de agrocombustibles, casos de despojo, compras de terceros u otros casos de conflictos territoriales tal como ocurre en otros territorios con dicho proyecto en marcha. En ese sentido es de suma importancia saber cómo se dio el proceso histórico de la adquisición de predios.

Por último, se considera oportuno indagar cómo se llevan a cabo los procesos de relación laboral en cada una de las empresas palmeras, con el objeto de establecer las cifras y datos de condiciones laborales formales e informales y si estas contribuyen, o no, en la calidad de vida de los empleados y sus familias como proyecto de gran impacto social, o si por el contrario atentan contra el potencial humano y el progreso de la región.

17. Bibliografía

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Desplazamiento Forzado en Colombia. Bogotá.

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