Recorrido Arqueológico En El Área Central De REPSA, Sayaxché Petén
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Recorrido arqueológico en el área Central de REPSA, Sayaxché Petén 1. Introducción El área central de REPSA se ubica en Sayaxché, Petén, en la parte sur del municipio, justo al oeste del Río La Pasión (Figura 1), con el cual colinda. La finca, con un total de 7600 hectáreas es la mas grande del área y la cruzan los Riachuelos El Mico y San Ignacio. Figura 1 Ubicación de la Finca del área central de REPSA Este informe describe los resultados de un recorrido arqueológico dentro de la finca con la finalidad de ubicar cualquier resto cultural presente. 2. Antecedentes, trabajos previos Las investigaciones arqueológicas en esta área que se recorrió han sido escasas, con un mayor enfoque en las zonas mas al norte y sur, donde grandes y extensivos proyectos arqueológicos han sido llevados a cabo. Uno de los primeros exploradores que llegaron a la región fue Alfredo Mausdlay quien visitó Altar de Sacrificios en 1882 (Maudslay 1883). Otro explorador fue Federico Artes cuando estuvo en Ceibal en 1892. El interés estatal en este sitio fue debido al requerimiento de hacer moldes de las numerosas estelas localizadas en las plazas para una exposición a realizarse en Chicago (Willey et al. 1975). Otro explorador reconocido fue Teobert Maler por parte del Museo Peabody de la Universidad de Harvard que realizó los primeros levantamientos de los asentamientos recién descubiertos. Otros exploradores con interés en monumentos esculpidos incluyen, al gran mayanista Silvanus Morley, quién visitó tanto Altar de Sacrificios como Ceibal para constatar los mapas de Maler y registrar monumentos para su desciframiento. Dichos sitios fueron considerados muy importantes para la época ya que se incluyeron en el trabajo monumental de Las Inscripciones de Petén (Morley 1937). La primera visita reportada por arqueólogos guatemaltecos a la región fue la exploración a Dos Pilas por parte de Carlos Navarrete y Luis Luján (1963) siendo su atención principal la excavación de los monumentos esculpidos, especialmente las escalinatas jeroglíficas reportadas en la Plaza Principal. Ian Graham a principios de los 60 ́s también visitó la región con el apoyo del Museo Peabody de Harvard, con la intención de reconocer los monumentos tallados reportados anteriormente (Graham 1967). Los estudios iniciales de la región de Petexbatún estuvieron enfocados en sitios de manera aislada. Esta perspectiva inicial cambió cuando Stephen Houston, realizó estudios con perspectiva regional en los sitios de Dos Pilas, Tamarindito, Aguateca, Arroyo de Piedra, El Escarbado, y La Paciencia, con su punto focal en Dos Pilas (Houston 1987, Houston y Mathews 1985), siguiendo el interés por profundizar en los estudios epigráficos de sus antecesores. Houston estudió la tradición escultórica de la región y estableció la secuencia dinástica de los gobernantes tanto de Dos Pilas como de Aguateca (Houston 1993). Posteriormente, y tomando como base los estudios anteriores, se realizó el Proyecto Arqueológico Regional Petexbatún de la Universidad de Vanderbilt dirigido por Arthur Demarest, Stephen Houston y Juan Antonio Valdés. Este proyecto, de carácter multidisciplinario, investigó simultáneamente en los sitios mayores de la región, Dos Pilas, Arroyo de Piedra, Aguateca, Tamarindito, Punta de Chimino y en otros sitios menores como Quim Chi Hilaank. Estas investigaciones produjeron un conjunto de información significativa para nuestro entendimiento sobre su historia, y su adaptación a un ambiente tropical, pero especialmente para entender el “colapso maya” anales del Clásico Tardío Terminal (Demarest y Houston 1989, Demarest y Houston 1990, Demarest et al 1991, Demarest et al. 1992, Valdés et al. 1993, Inomata 1995, Palka 1995, Foias 1996, Demarest 1997). Posteriormente se realizó el Proyecto Arqueológico Aguateca (1996-1999 y 2004- 2005), dirigido por Takeshi Inomata y Daniela Triadan de la Universidad de Arizona y Erick Ponciano, revelando espectaculares materiales de las casas quemadas de la élite en el epicentro de Aguateca. Estos mismos investigadores se movieron a estudiar Ceibal (2007-2016) y ese fue el último gran estudio del área. La mayoría de investigaciones antes descritas se concentran en la parte norte de Sayaxché, donde los mayores asentamientos arqueológicos se ubican. El panorama es distinto en el sur, donde a parte de Cancuen, no existen sitios de grandes dimensiones y por ende su investigaciones ha sido escasa. El único proyecto que ha investigado esta área mas cercana a donde se ubica el área central de REPSA ha sido el de Cancuen, que como parte de sus investigaciones regionales llevo a cabo un recorrido en los años 2003 y 2004 con el fin de identificar sitios arqueológicos a lo largo del río La Pasión y retomar las investigaciones en Tres Islas. Varios sitios fueron identificados, mapeados y sondeados (Figura 2) durante la temporada de campo, aunque la mayoría de los sitios eran de tamaño pequeño. El sitio llamado El Raudal parece ser el más grande reportado hasta la fecha en esta región, basado en la cantidad de estructuras y en su tamaño. Se encuentra localizado a 5 km al este de Tres Islas, en el río Santa Amelia. Figura 2 Mapa de los sitios arqueológicos identificados por el Proyecto Cancuen 3. Objetivos del estudio arqueológico General Realizar un recorrido dentro de las fincas de palma de aceite del área central de REPSA para documentar la presencia de restos culturales y poder recomendar medidas de protección de los mismos. Específicos a) Identificar la presencia de restos culturales, ya sean montículos ó concentraciones de material cerámico y lítico. b) Georeferenciación de montículos identificados para ubicar los restos culturales dentro de un mapa. c) Tomar fotografías los restos culturales visibles. d) Elaboración de un croquis de los montículos reconocidos en campo. e) Proponer un plan de manejo para la protección y conservación de los restos culturales. Las metas que se perseguían durante los recorridos de campo eran localizar, describir y registrar todos los sitios cuyos rasgos fueran visibles en la superficie. Existen varias definiciones para considerar un sitio arqueológico, pero lo fundamental es que debe de presentar restos de antigua ocupación humana o alteración sobre una área del terreno. Arqueológicamente, un sitio puede ser observado, medido y analizado para comprender el comportamiento humana antiguo. Para este trabajo un sitio arqueológico es constituido por una estructura (montículo) con material cultural en superficie. Los montículos se clasificaron en tres grandes categorías dependiendo de su altura: 0 a 1.99 m, 2.00 a 4.99 y de 5 m en adelante. Estas alturas corresponden a las observadas en la actualidad. La misma pudo variar mediante modificaciones antiguas o actividades modernas. 4. Trabajo de campo Metodología de investigación Los sitios arqueológicos nos entregan información sobre el pasado de nuestro país que no es posible obtener de otra forma y para poder protegerlos se necesita, antes que todo, identificarlos. Algunos de los sitios arqueológicos mas grandes y valiosos se ubican en terrenos adecuados para la producción agrícola y no es ninguna sorpresa, ya que los habitantes prehispánicos dependían de la agricultura y escogían vivir en suelos fértiles. Los objetivos que se perseguían durante los recorridos de campo eran localizar, describir y registrar todos los sitios arqueológicos cuyos rasgos fueran visibles en superficie, usando un reconocimiento basado en los sitios ya reportados y menciones del personal de la finca. Aunque lo ideal es hacer un recorrido sistemático, por lo bajo de algunos montículos los mismos ya han sido destruidos o impactados por las plantas de palma y lo que queda de ellos son materiales culturales dispersos en la superficie. El recorrido no solo buscaba sitios arqueológicos como tal, sino también concentraciones de material cultural que fueran indicadores de algún tipo de ocupación aunque no hubieran montículos visibles. Existen varias definiciones para considerar un “sitio” arqueológico pero lo fundamental es que debe de presentar restos de una antigua ocupación humana o alteración sobre un área especifica en el terreno. Arqueológicamente, un sitio puede ser observado , medido y analizado para comprender el comportamiento humano manifestado en el. En este trabajo, los sitios fueron principalmente constituidos por una estructura (montículo) con material cultural en la superficie. El trabajo arqueológico consistió en dos fases, en la primera fase, previa a la visita de campo, se recuperó toda la información documental posible del área. Como primer paso se consultó la hoja cartográfica 1:50,000 del IGN para obtener información de curvas de nivel y uso del suelo. También se obtuvo del Departamento de Monumentos Prehispánicos y Coloniales de la Dirección General del Patrimonio Cultural y Natural un mapa con los sitios arqueológicos registrados (Figura 3). Asimismo se consultó el El Archivo Shook dentro de la Universidad de Valle de Guatemala y la Colección de fichas de campo de Edwin Shook (http://cirma.org.gt/glifos/index.php?title=ISADG:GT-CIRMA-AH-023). Figura 3 Mapa de los sitios arqueológicos de Sayaxché de acuerdo a DEMOPRE La consulta de las fichas de registro y de mapas de los sitios arqueológicos en el Departamento de Monumentos Prehispánicos (DEMOPRE) de la Dirección General del Patrimonio Cultural y Natural demuestra que la mayoría de fichas que existen son bastante antiguas y basadas sobre todo en el trabajo de Edwin Shook, sitios arqueológicos identificados posteriormente solamente se encuentran en un mapa pero sin descripción alguna. El estudio preliminar incluye una exploración histórica y ecológica del sitio, así como una proyección de las posibles técnicas que permitirán el sondeo arqueológico. De hecho, toda exploración requiere una investigación bibliográfica previa, mediante la cual el arqueólogo se familiariza con el sitio a través de todos los documentos ya disponibles sobre el lugar. Estos documentos pueden ser gráficos, fotográficos, textos actuales o manuscritos antiguos, colecciones de materiales ya encontrados en la zona, etc. Desde esta perspectiva, la búsqueda bibliográfica y en archivos es fundamental dentro de esta etapa preparatoria del proyecto arqueológico.