Narcisismo, Agresión Y Sexualidad En El Caso De Una Niña Adoptada
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Narcisismo, agresión y sexualidad en el caso de una niña adoptada Laura LOPEZ El siguiente trabajo expone el desarrollo clínico que durante dos años se ha realizado con una niña adoptada. Este proceso está dividido en tres partes, las cuales representan de manera sintética la esencia de la evolución del caso. A partir de los principales motivos de consulta, a saber, robos y mentiras en la escuela y en la casa, se ha ido conociendo y elaborando puntos nodales en la vida de la paciente, como el proceso de adopción, la relación con su madre adoptiva, los fantasmas de su vida pasada, así como el tema del desarrollo de su sexualidad, el manejo de la agresión y su autoestima. Indudablemente, una de las labores más arduas en este trabajo ha sido la alianza terapéutica y el análisis de la transferencia y la contratransferencia para ir acompañando a mi paciente en la reconstrucción y elaboración de su historia de vida, antes de la adopción y ahora, con su familia adoptiva. La dificultad de este trabajo es conocer y entender las imagos que interactúan dentro del espacio analítico, pues como se explicará posteriormente, el reto con los pacientes adoptados es esta dupla de imagos primarias que intensifican la ambivalencia presente en cualquier relación interpersonal. Andrés Gaitán (2012) menciona en su trabajo sobre la “Revisión del caso de un niño adoptado” 1, el proceso de adopción, desde la perspectiva psicoanalítica, dice que es un reto a la teoría, pues el mismo Freud no habló sobre el tema, y en esta línea, por ello es importante seguir caminando, pues en el mundo de hoy, este proceso está adquiriendo nuevas variantes. Así pues me parece fundamental entender el significado etimológico de la palabra. El verbo adoptar viene de la raíz ad, que implica aproximación o asociación y del verbo optare que significa elegir, optar o desear. De modo que el significado del verbo adoptar expresa la idea de elegir o desear a alguien para asociarlo o vincularlo a uno mismo. 2 Ésta definición resulta de gran ayuda para entender el proceso de adopción desde una perspectiva psicoanalítica. Cuando una pareja se entera de la noticia de que van a ser padres, surgen una serie de emociones, pensamientos, fantasías conscientes e inconscientes alrededor del futuro 1 Trabajo presentado en el marco del XVII Encuentro Latinoamericano de Psicoanálisis de Niños y Adolescentes 2012: Acción y Pensamiento en la Niñez y la Adolescencia. Organizado por la Federación Psicoanalítica de América Latina (FEPAL) y la Sociedad Colombiana de Psicoanálisis. Junio 1 y 2, Bogotá, Colombia. 2 http://etimologias.dechile.net/?adoptar nuevo miembro de la familia. Este mismo surgimiento de deseos y fantasías se lleva a cabo con los padres adoptivos. Esta serie de elementos permean la relación entre los padres y los hijos, con una marcada ambivalencia, pues ni los hijos son siempre los que los padres imaginaban, ni los padres son los que él hijo deseaba. De esta forma, surgen afectos contrapuestos, que permean las relaciones con los objetos de amor primarios. En este sentido, Brinich (1995) considera que estos sentimientos ambivalentes se exaltan en las relaciones de padres e hijos no biológicos. Así pues considera que esta marcada intensidad en los afectos se debe a la dupla de imagos que están en juego en la psique de un niño adoptado. (Brinch, 1980) Lo interesante de este caso es ir viendo cómo se fueron entretejiendo todos estos elementos en el mundo interno de mi paciente y cómo este se ve reflejado a través de su comportamiento. De esta forma quiero relatar el caso de Violeta, que llegó a la vida de Estela, una mujer de 48 años de edad, quien no ha podido consolidar una relación de pareja y decidió satisfacer el deseo de su madre aceptando recibir y adoptar a dos niñas que habían sido retiradas de la familia de origen por negligencia y abuso sexual. Violeta tenía 3 años cuando se reunió con Estela junto con Andrea, su media hermana 4 años mayor. Estela expresó a una compañera de trabajo su deseo de querer adoptar a una niña. Esta compañera ubicaba el caso de una joven que, tenía dos hijas de las que no se podía hacer cargo. Al parecer, un amigo en común de la compañera de trabajo y la madre biológica, a quién llamaré Valeria, retiró a las niñas de ahí, y al enterarse de que Estela estaba buscando una niña, le entregó a Violeta y a Andrea, pues la condición era aceptar a las dos. Era tal el deseo de Estela que decidió aceptar el trato. Estela la ha dicho a sus hijas que están con ella porque se lo ha pedido mucho a Papá Dios. Años después, Estela busca ayuda psicoanalítica a petición de la escuela, pues reportan el comportamiento inadecuado de Violeta; un bajo rendimiento académico, poca disposición para el trabajo en clase, confrontación con las maestras, episodios de robo y mentiras constantes. Violeta no tiene amigos pues discute constantemente con ellos, tiene dificultades en pedir ayuda para resolver problemas o dudas, lo que genera que cumpla insatisfactoriamente con sus tareas. Por otro lado, en casa, presenta otro tipo de conflictos; hurtos de dinero y joyas de la madre, pero de éstas últimas, Estela no puede probar la implicación de Violeta y queda solo una sospecha. Es descuidada de si misma, no se baña, ni recoge su ropa. Brinch (1995) explica que los síntomas relacionados en los casos de adopción, como los mencionados anteriormente, se entienden mejor cuando se conocen los deseos, fantasías e impulsos, libidinales y agresivos, tanto de los hijos como de los padres adoptivos. Por lo que ese será el objetivo en éste caso, como en cualquier otro caso, al utilizar el método de investigación psicoanalítico. Responder a la pregunta: ¿Qué representación psíquica tienen los robos y mentiras de Violeta, así como todo su comportamiento en general? Cuando Violeta llega a mi consultorio, han pasado dos meses de haber interrumpido un tratamiento previo, llega cuando tenía 8 años cumplidos. Al inicio, comenzamos a trabajar una vez a la semana. De esta forma, presento el trabajo clínico realizado con esta paciente, el cual estará divido en tres partes para una mejor comprensión de su desarrollo. Cada una de ellas representan los puntos críticos del proceso terapéutico de Violeta. Primera parte – Puesta a prueba La primera vez que Violeta entró a mi consultorio, antes de presentarse, se dirigió directamente al interior y me reclamó seriamente: “ ¿Por qué entrevistaste a mi mamá primero si es conmigo con quien vas a trabajar?. Le respondí que necesitaba saber por qué su mamá estaba solicitando tratamiento y que seguramente ella podría tener más información sobre su desarrollo. Ante esta respuesta ella concluyó que de lo único que ella no iba a hablar era sobre la relación con su madre biológica, diciendo que de “esa” no iba a hablar nunca. Este reclamo y este control sobre el material me llevó a pensar que Violeta necesitaba imponer sus reglas para ponerme a prueba y asegurarse de que no iba a repetir, la separación y el abandono. Así que esta vez ella iba a tomar el control de la situación y mi paciencia sería puesta a prueba. Las primeras sesiones eran cansadas, ya que Violeta jugaba de una manera acelerada, sacando los juguetes del estante, a veces sin jugar con ellos, solo los desordenaba. Otras veces, empezaba un juego y sin terminarlo empezaba otro, se salía del consultorio constantemente y buscaba a la hermana o a la madre. Algunas veces le llamaba a la hermana para que entrara a jugar con ella. En un primer momento accedí a que Andrea entrara al consultorio convencida de que Violeta me decía que era importante. Yo necesitaba entender esta necesidad y acepté, observando en silencio. Cuando Andrea entraba Violeta le daba órdenes y la ponía a jugar, mientras ella, solo se quedaba acostada en el piso sin decir nada, no obedecía. Mi impresión frente a esta dinámica era que ella lo hacía para huír del contacto conmigo y con esto evitaba que estuviéramos solo ella y yo dentro del consultorio. Me parecía que frente a mi presencia revivía aquellas relaciones con la madre biológica, la situación con Estela, su madre adoptante; y, la separación de su terapeuta anterior. La paciente se resistía a jugar para no asociar y recordar experiencias que le resultaban muy dolorosas. En alguna ocasión cuando me ví en la necesidad de aceptar que entrara la hermana, las dos jugaban al “Dr. Loco”; un inventor de “cosas” que nadie podía conocer. Casi todos los inventos los hacía en la cama, acostado. Este juego me hizo pensar en que hay temas secretos que no pueden ser dichos, no importa que estos sean reales o inventados, simplemente no se pueden decir porque son secretos de la familia y que estos no pueden ser contados afuera de casa. Le hice saber que a mi parecer era ella quien no podía develar secretos de su vida, o en su fantasía ¿historias inventadas? e inmediatamente reaccionó, respondiendo que su mamá Estela le había dicho que hay cosas de las que no puede hablar: de la sexualidad y de su adopción. El Dr. Loco fue un personaje que inventaron las niñas y que les sirvió como una pantalla en la que pudieron proyectar este temor de hablar de cosas “locas” y prohibidas, las cuales se quedan guardadas como secretos, pues el temor es a que si se habla de ellas se puedan volver realidad. Generando así un tabú y resistencia al mismo tiempo. Esto lo corroboré al recordar que en las entrevistas con la madre, ésta me había reportado el enojo que le provocaba cuando escuchaba que Violeta le contaba a sus compañeritos o maestras que ella era adoptada.