NAUFRAGIOS LITERARIOS. Colonialismo, Poscolonialismo Y Encuentro Entre Culturas
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NAUFRAGIOS LITERARIOS. Colonialismo, poscolonialismo y encuentro entre culturas Giorgio Serra Universidad de Alicante Departamento de Filología Española, Lingüística General y Teoría de la Literatura NAUFRAGIOS LITERARIOS. Colonialismo, poscolonialismo y encuentro entre culturas Tesis Doctoral de: D. Giorgio Serra Director: Dr. Virgilio Tortosa Garrigós Año académico 2011-2012 ÍNDICE INTRODUCCIÓN: POR QUÉ LOS NAUFRAGIOS, p. 4 I. CULTURAS EN CONTACTO, p. 12 I. 1. ALGUNOS ANTECEDENTES: DE LA ANTIGÜEDAD A LA EDAD MEDIA, p. 16 I. 2. MODERNIDAD Y COLONIALISMO, p. 19 I. 2. 1. Colonialismo: primera fase (siglos XVI-XVII), p. 22 I. 2. 2. Colonialismo: segunda fase (siglos XVIII-XIX), p. 36 I. 2. 3. Descolonización (siglo XX), p. 47 II. LOS NÁUFRAGOS COMO “AGENTES DEL IMPERIO”, p. 55 II. 1. LA ACTITUD COLONIAL, p. 58 II. 1. 1. De la actitud colonial a la literatura, p. 69 II. 2. EL COLONIALISMO IBÉRICO, p. 73 II. 2. 1. Castigos, milagros y supervivencia, p. 80 II. 2. 2. Cristianos y Otros, p. 91 II. 3. EL COLONIALISMO ANGLOSAJÓN, p. 97 II. 3. 1. El modelo del buen colonizador..., p. 101 II. 3. 2. ... con el Otro para servirle, p. 108 III. VISIONES DEL OTRO EN LA ÉPOCA COLONIAL: CABEZA DE VACA Y SHAKESPEARE, p. 118 III. 1. EN DEFENSA DE LOS INDIOS, p. 127 III. 2. LA CRÍTICA AL PODER, p. 135 IV. DEL IMPERIO DEL NÁUFRAGO AL NAUFRAGIO DEL IMPERIO, p. 144 IV. 1. LA ACTITUD POSCOLONIAL, p. 146 IV.1. 1. Poscolonialismo y canon literario, p. 155 IV. 2. EL REY BLANCO DE LA SELVA, p. 159 IV. 3. LA REESCRITURA DE LOS CLÁSICOS, p. 169 IV. 3. 1. Comprender e integrarse en el mundo del Otro, p. 176 IV. 3. 2. Robinsones femeninos, p. 191 IV. 3. 3. Reescribiendo un naufragio desde la colonia, p. 199 V. EPÍLOGO: IMPERIOS Y ESCLAVOS EN UN MUNDO GLOBALIZADO, p. 208 V. 1. NUEVAS FRONTERAS CULTURALES, p. 214 CONCLUSIONES: MÁS ALLÁ DE LA LITERATURA, p. 223 APÉNDICE: TABLA CRONOLÓGICA DE LAS OBRAS ESTUDIADAS, p. 232 BIBLIOGRAFÍA, p. 233 3 INTRODUCCIÓN: POR QUÉ LOS NAUFRAGIOS 4 En este trabajo intentaremos investigar las relaciones entre ciertas historias de naufragios y el colonialismo. Mejor dicho, las narraciones de naufragios son un hilo conductor para observar cómo la civilización occidental se ha relacionado con las otras culturas, desde el surgimiento de los imperios coloniales hasta el siglo XX, cuando se desarrolla el pensamiento poscolonial. Las interacciones de los imperios europeos con los habitantes de los demás continentes siempre han supuesto un encuentro entre culturas. Y este encuentro, a menudo conflictivo, se ha reflejado en todas las manifestaciones artísticas, incluída la literatura, atestiguando las formas en que el individuo occidental veía al Otro. Con este término entendemos el representante, generalmente humano, de un mundo no occidental; la otredad indica, por extensión, la pertenencia a un contexto natural, social y cultural diferente al de la persona que observa y relata una historia. El concepto de Otro y otredad se puede aplicar también a un ambiente natural cuyas características difieren del entorno occidental. Análogamente, cuando nos referimos a la civilización occidental indicamos ese conjunto de patrones culturales, sociales y científicos que compartimos todas las comunidades de origen europeo. La gran mayoría de los occidentales, en algún momento de nuestra historia, hemos cedido a la peligrosa tentación de imponer nuestro sistema de pensamiento y conocimiento a otros pueblos, acorde con una presunta superioridad de nuestro punto de vista. La idea de la otredad nace a tenor de esa convicción, seguramente cuestionable, pero que ha marcado profundamente toda la historia del colonialismo, así como la forma de relacionarnos con comunidades que no compartían nuestro sistema. Se trata, sin embargo, de una simplificación que nos ayudará a tener una visión global del colonialismo en cuanto fenómeno intercultural. Un factor oportuno a destacar es el eurocentrismo (por llamarlo de algún modo) del tema del naufragio. Todas las obras que componen el corpus de nuestro trabajo plantean las 5 acciones y vivencias del náufrago europeo (o de un grupo de náufragos) al entrar en contacto con la naturaleza y los habitantes indígenas de otros continentes. Ahora bien, el náufrago sigue siendo un representante del sistema de pensamiento y conocimiento occidental; en el corpus de textos que nos disponemos a estudiar observaremos que éste puede no tener en consideración lo que pueda sentir o pensar el Otro o, en algunos casos, ser el Otro el que determina la vida del náufrago. Pero si lo pensamos bien, ¿acaso hay, en literatura, algo más eurocéntrico que el tema del naufragio? El naufragio está, salvo casos extraordinarios, estrechamente vinculado con las navegaciones; y éstas a su vez están relacionadas con la expansión de Europa fuera de sus confines. Los países que antaño fueron posesiones coloniales no tienen (con la excepción de Estados Unidos y unas pocas naciones más) tradiciones navales de tipo imperial. Con lo cual es inevitable que las historias de naufragios pertenezcan a las literaturas de aquellos países que hayan tenido mucha experiencia en ese sentido. Por todo ello, no ha de sorprender que la mayoría de las obras estudiadas sean de autores europeos o norteamericanos. La pregunta que puede surgir espontánea, llegados a este punto, es ¿por qué elegir el tema del naufragio? La primera razón es puramente práctica. Tanto las literaturas occidentales, como las de las antiguas colonias, cuentan con un gran número de obras que abordan el tema del colonialismo o del contacto entre culturas. Por lo tanto ha sido necesario jalonar el campo de investigación eligiendo un tema concreto a la vez que sugestivo. De este modo ha sido posible analizar un fenómeno tal como el colonialismo, que por sus implicaciones en el encuentro y el choque entre culturas distintas ha condicionado enormemente a la humanidad entera. El segundo elemento que ha determinado nuestra elección del tema estriba en una gran oportunidad que ofrece la condición de náufrago. Tal como veremos más adelante, el naufragio aparta al individuo occidental de su mundo de procedencia. Lejos de su patria, al no poder contar con el sistema social, legal y cultural impuesto por su imperio, el blanco tiene que recurrir a su ingenio o a sus conocimientos si quiere sobrevivir. En realidad él lleva dentro de sí el sistema epistémico occidental, con lo cual sigue siendo un representante de su propio país o imperio. La condición de náufrago impone un “punto cero” para que la interacción entre el europeo y el Otro pueda tener comienzo. Es como si la pérdida de barco anulara las diferencias que existen entre el individuo occidental y el mundo indígena (incluyendo el medio natural). Esta situación nos permite observar con claridad cómo dos mundos tan diferentes se ponen en relación. Una novela ambientada en una colonia difícilmente podría ofrecer una oportunidad igualmente interesante, porque la acción se 6 desarrollaría en el seno de un sistema colonial que está vigente y ocupa una posición de fuerza. Así las cosas, las relaciones con el Otro serían fundamentalmente unidireccionales, al ser los colonizadores quienes influirían sobre los indígenas (muy difícilmente al revés), y no podríamos apreciar cómo el representante del imperio se relaciona con un ambiente ajeno al suyo. A la hora de seleccionar las obras nos hemos ceñido a dos criterios fundamentales. En primer lugar, las implicaciones con el colonialismo y, en sentido más amplio, con el encuentro entre el náufrago y un contexto extraeuropeo. El segundo criterio es, naturalmente, la presencia significativa del tema del naufragio o, en todo caso, de la condición de náufrago. Dicho criterio ha sido, en muy contadas ocasiones, flexibilizado: algunas obras como La tempestad de Shakespeare, o Tarzán de los monos de Burroughs, pueden ser consideradas historias de naufragio con cierta reserva. Estos textos presentan un desastre marítimo como acontecimiento inicial, pero la condición sucesiva de los protagonistas no es propiamente la de náufragos. Hemos estimado oportuno incluir las dos obras mencionadas por la importancia ineludible de Shakespeare y, en ambos textos, las implicaciones interesantes de las historias contadas con el colonialismo. Al fin y al cabo, La tempestad aparece en el momento en que Inglaterra empieza con éxito su expansión imperial. En cuanto a Tarzán de los monos, su publicación coincide con la crisis incipiente del pensamiento occidental como único modelo cultural a adoptar. Ha sido necesario comenzar con un sintético excursus a través de la historia de la expansión europea fuera de sus fronteras. Se ha puesto especial énfasis en las implicaciones culturales y filosóficas que un fenómeno de tal envergadura implica. Ha sido fundamental identificar dos etapas principales del colonialismo: una temprana, que cubre hasta el siglo XVII y está mayormente protagonizada por los imperios ibéricos; y una segunda etapa, que va desde el Siglo de las Luces hasta el principio de la descolonización, y que ve a los países anglosajones liderar la lucha de Occidente por el dominio del mundo. El siglo XX está caracterizado por la crisis de la supremacía europea (en el campo epistémico) y por la consiguiente caída de los imperios coloniales. El segundo capítulo se centra en aquellos textos del periodo colonial que reflejan las ideas dominantes en la civilización europea; al mismo tiempo, el orden de presentación de las obras sigue nuestra división del colonialismo en dos etapas. La absoluta mayoría de los textos escritas entre el siglo XVI y el XIX muestran una marcada tendencia a apoyar la labor colonial del país al que pertenecen. Hemos denominado esta toma de posición “actitud colonial”, puesto que se basa en la convicción de que el modelo europeo es superior a los 7 demás, y que como tal debe imponerse fuera de sus fronteras. Este postulado se concreta de forma más específica en cada uno de los textos de naufragios que nos ocupan, desde las crónicas con finalidad informativa hasta las novelas de entretenimiento.