Juan José Castelli Político Y Abogado Argentino Nacido En Buenos Aires En 1764
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Senado de la Nación Secretaria Parlamentaria Dirección General de Publicaciones VERSION PRELIMINAR SUJETA A MODIFICACIONES UNA VEZ CONFRONTADO CON EL EXPEDIENTE ORIGINAL (S-3881/12) PROYECTO DE DECLARACION El Senado de la Nación… DECLARA: Su adhesión a la conmemoración del 200º aniversario del fallecimiento del Doctor Juan José Castelli, ocurrido el 12 de Octubre de 1812, precursor y gran defensor de la Revolución de Mayo, uno de los primeros hombres en creer en la independencia. Horacio Lores. - FUNDAMENTOS Señor Presidente: Juan José Castelli nació en Buenos Aires el 19 de julio de 1764, sus padres fueron Ángel Castelli Salomón, médico de origen veneciano y Josefa Villarino, fue el primero de ocho hijos. A través de su madre estaba emparentado con Manuel Belgrano, de quien era primo. Castelli cursó sus primeros estudios con los jesuitas en el Real Colegio de San Carlos, lo cual sentó las bases de sus posteriores estudios religiosos. Como requisito de una herencia, uno de los hijos del matrimonio Castelli debía ordenarse sacerdote; destino al que fue asignado Juan José, por esta razón fue enviado a estudiar al Colegio Monserrat, en Córdoba. Allí fue compañero de estudios de otros hombres que influirían en la vida pública sudamericana, como Saturnino Rodríguez Peña, Juan José Paso, Manuel Alberti, Pedro y Mariano Medrano y el cuyano Juan Martínez de Rozas, entre otros. Allí tomó contacto también con las obras de Voltaire y Diderot, y en especial con el Contrato Social de Rousseau. Al finalizar los estudios escolares comenzó estudios universitarios de filosofía y teología. Pero, en 1785, al morir su padre, abandonó la carrera sacerdotal por la cual no sentía una fuerte vocación. Rechazó la intención de su madre de enviarlo a estudiar a España, junto a su primo Manuel Belgrano a la Salamanca o Alcalá de Henares, por su decisión de estudiar jurisprudencia. En lugar de ello, optó por dirigirse a la Universidad de Chuquisaca, en donde conoció los ideales de la Revolución francesa. De regreso a Buenos Aires, se estableció como abogado abriendo un estudio en su casa familiar. Representó a la Universidad de Córdoba en distintas causas y a su tío Domingo Belgrano Peri. Su relación con Saturnino Rodríguez Peña se extendió a su hermano, Nicolás Rodríguez Peña y a su socio Hipólito Vieytes. La casa de Rodríguez Peña sería, posteriormente, la sede de reuniones frecuentes de los criollos revolucionarios. Comenzó a interesarse en los problemas económicos, siendo, junto con Vieytes y Belgrano, uno de los primeros argentinos en promover la industria, la educación pública, la agricultura y el libre comercio; estaba estrechamente vinculado a Belgrano, a quien reemplazó más de una vez en el secretariado del Consulado; fue junto con Belgrano, Hipólito Vieytes y los hermanos Rodríguez Peña de los primeros en trabajar en pos de cambios políticos en el Virreinato del Río de la Plata. En 1794 se casó con María Rosa Lynch y tuvieron como hijos a Ángela, a Pedro (el futuro coronel), Luciano, Alejandro, Francisco José y Juana. Ese mismo año llegó a Buenos Aires una copia de la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, sancionada por la Revolución francesa, que circuló clandestinamente por el Virreinato del Río de la Plata. Luchó firmemente para terminar con la discriminación política, económica y también social peninsular que afectaba a los criollos. También fue uno de los primeros en creer que la independencia era la única solución; para ello consideró el apoyo británico (pero enfrentó junto a otros porteños las invasiones inglesas) y la coronación de Carlota Joaquina en el Río de la Plata, entre otras posibilidades. Fue uno de los fundadores de la Sociedad Patriótica, Literaria y Económica en 1801; se convirtió en colaborador de los primeros periódicos difundiendo sus progresistas ideas; fue miembro fundador de la Real Sociedad Universal de la Argentina. Protagonizó un importante papel en los sucesos que condujeron a la Revolución de Mayo: Castelli y Martín Rodríguez fueron comisionados para persuadir al virrey Baltasar Hidalgo de Cisneros a fin de que convocara un cabildo abierto que finalmente lo consiguieron; su alegato en el Cabildo abierto del 22 de mayo de 1810 le valió ser conocido como “el orador de la revolución”. La brillante refutación de Castelli a los argumentos realistas contribuyó al éxito de la asamblea. La tesis de Castelli era la siguiente: habiendo desaparecido el poder real en virtud del alejamiento de la familia real de España, y no existiendo ya el gobierno representativo español después de la disolución de la Junta Central, el poder debía revertirse legalmente al pueblo y a sus gobiernos locales; la regencia era ilegítima, por lo tanto, la función de Cisneros en carácter de virrey ya no era válida. El cabildo abierto de Buenos Aires, era el único que tenía el derecho de formar el gobierno; Cisneros fue obligado a dimitir; Castelli se convirtió en uno de los miembros de la Primera Junta Patriótica. Con energía y firmeza, creía en medidas fuertes para aplastar a toda la oposición; mandó ejecutar a Liniers y a otros líderes que habían intervenido en una conspiración contra la Junta. Se unió en el Alto Perú al ejército de Antonio González Balcarce como comisionado de guerra de la Junta y promotor de la revolución. Estuvo presente en la victoria de Suipacha; continuó promocionando la revolución, obteniendo un considerable apoyo por parte de los indios. Quiso extender la causa revolucionaria a través del Perú pero la Junta lo llamó nuevamente a Buenos Aires; suscribió con el comandante realista Goyeneche un armisticio en Desaguadero; éste fue violado por los realistas, quienes ganaron la batalla de Huaqui, volviendo a someter bajo su control a todo el Alto Perú. Tras la asonada del 5 y 6 de abril de 1811, a causa de la situación creada, se vio sometido a proceso del cual resultó absuelto. Gravemente enfermo de cáncer de lengua, la cual debió serle extirpada, Castelli murió el 12 de octubre de 1812; pobre, perseguido y calumniado, llegó a ser más tarde bastamente admirado y su entereza valorada; la independencia Argentina, a la cual Castelli había consagrado su vida, fue declarada 4 años después. Por todo lo expuesto, solicito a este honorable cuerpo, la aprobación del presente proyecto. Horacio Lores. - .