José Antonio Ventura Sosa <>

CULTURA POLÍTICA

Enfrentamiento permanente de un presidente:

La historia política de , ha dado cuenta de destacados presidentes de la República, unos por ser eficientes con definición y firmeza, y otros, por ser arrogantes y soberbios ante determinados sectores de la sociedad salvadoreña. El presidente Arturo Armando Molina y , se caracterizaron por haber mostrado las cualidades de eficiencia, definición y firmeza en sus decisiones basadas en la cortesía y respeto a la ciudadanía; sin embargo, el presidente José Napoleón Duarte y , se han identificado con las cualidades de arrogancia y soberbia ante determinados sectores sociales, los que han sido recurrentes en el ejercicio de su mandato gubernamental.

Desde que inició el actual gobierno con su discurso inaugural y desarrollo de su gestión, sentenció al sector del gran capital salvadoreño, tratándolo como si fuera su enemigo con el agravante de ofenderlos públicamente y en reiteradas ocasiones. Últimamente, el presidente de la República no solo ha descalificado las aseveraciones del presidente del Banco Central de Reserva de El Salvador, relativas a que éste manifestó: … “creo que los hogares que tienen capacidad de ir todos los fines de semana a un Burger King, a un Pizza Hut o a un restaurante de La Gran Vía o Multiplaza o donde sea…yo creo que tienen capacidad de pagar más impuestos…”, por lo que el presidente dijo: … “Nadie ha hablado de impuestos a la clase media, las declaraciones que, en todo caso, el presidente del Banco Central de Reserva hizo son a título personal y yo descalifico esas declaraciones”; sin embargo y al respecto, sabemos que existe un proyecto de ley tributaria que gravará las operaciones financieras y que no solo afectará a la clase media, sino que, a toda la población que tiene cuentas de ahorro y corrientes en el sistema financiero. Asimismo, pese a que el sector empresarial ha buscado acercamientos con el Ejecutivo, por la armonía y el bienestar institucional y gremial, el presidente los ha rechazado, sólo porque se retiraron del Consejo Económico y Social (CES), por lo que les dijo: … “si no se reúnen (los empresarios) conmigo el país tampoco se va a venir a pique porque yo no tenga reunión con los ejecutivos o la junta directiva de la ANEP…”; a toda esta arrogancia y soberbia del presidente de la República, se han sumado reacciones ciudadanas y sectoriales, donde le piden al presidente que detenga la confrontación con los empresarios salvadoreños, lamentando con ello la pérdida de la institucionalidad.

El enfrentamiento permanente del presidente con las instituciones representativas de la empresa privada salvadoreña, no solo denotan arrogancia y soberbia, sino que, nos lleva a pensar que el síndrome del olvido ha podido más que el entendimiento de quienes depende, para que haya una gobernabilidad en El Salvador.

San Salvador, El Salvador, C.A., 14 de noviembre de 2012. (No.93)