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L161 — O-1096

OBRAS COMPLETAS

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D. ESTEBAN ECHEVERRÍA

i.

ESOltlTüRES ARGÉN riNÜS

OBRAS COMPLETAS

l) E

D. ESTEBAN ECHEVERRÍA.

TOMO TERCERO

Poesías varias.

BUENOS AIRES

Imprenta y librería de Itlayo, Moreno 241

Carlos Casavai.i.e. editou

l-'taza Monsenat

I 8 7 I .

/ A -f «¿y ^ V

y.?

ADVERTENCIA

El presente volumen contiene las poesías suel- tas de Don Esteban Echeverría, tanto aquellas que publicó durante su vida en los Consuelos, en las Rimís y en los Diarios y Revistas, como las que dejó inéditas en borrador.

Los Consuelos salieron á luz en el año 1834 y se reimprimieron en el de 1842 correjídos por el au- tor. Solo conocemos una edición de las Rimas he- cha en Buenos Aires á mediados de 1837, bien que la

Cautiva, que oeupa la mayor parte del tomito de las

Rimas haya sido reimpresa varias veces, sin inter- vención del autor, dentro y fuera del país. á

^ ADVEHTKNCIA

Las poesías de la presente colección que no se ha- llan en las dos obras mencionadas, se han tomado de las periódicos y de los papeles del poeta, en donde per- manecían por la mayor parte en borradores confusos é imperfectos. Echeverría, aunque de abundante inspi- ración y fecundo escritor en verso, no debió tenerla in- tención de condenar á perpetua oscuridad las composi- ciones que depositaba en su cartera reservándose la llave, merced á la cual solo puede penetrarse de lleno

dentro de ese tesoro •. creemos que si la vida le hubiera alcanzado, y mejores tiempos que los tristísimos en que vivió, habria enriquecido la literatura patria con una edición completa de la parte lírica de su vasto labor.

Hemos hecho cuanto nos ha sido posible para su- plir la ausencia del poeta en la interpretación de sus manuscritos, que á mas de ser de difícil lectura, han llegado á nuestras manos en el mas completo desorden; y gracias á la piedad fraternal, que sin ella

habrían desaparecido del todo . Hemos copiado de

nuestro puño gran parte de esos manuscritos, porque

no nos era posible leerles sino con la pluma en la mano, pudiendo decir verazmente, que apesar de estas trabas, vencidas á esfuerzos del cariño, de la constancia y del íntimo conocimiento que tenemos de los hábitos intelec- tuales de Echeverría, no hemos adulterado, al menos

sabiendas, el pensamiento ni la espresíon en una sola AUVERIENCIA siquiera de las composiciones inéditas que tenemos la fortuna de salvar para siempre en el presente volumen.

Aunque consagrado á la parte lírica, no hemos po- dido menos que dar cabida en él á ciertas composicio- nes que no pertenecen estrictamente á aquel jénero, co- mo por ejemplo, algunos fragmentos de poemas que de- jó el autor á medio hacer y no pudimos incluir en los tomos ya impresos, por cuanto en ellos estarían menos en su lugar que en este tercer tomo.

Hemos conservado las fechas que encontramos al pié de algunas de las composiciones ya impresas ya manuscritas ó las que deducimos del estudio de los pa- peles del autor, y á mas insertamos una que otra nota para servir á los fines de la bibliografía y de la crítica ó á la mejor intelijencia del testo, reservando las ilustracio- nes mas por estenso para el volumen de las obras en prosa que hemos prometido como el último de las com- pletas de Don Esteban Echeverría.

Creemos con fundamento que después de la pre- sente colección no será posible hacer ninguna otra ni mas completa ni mas esmerada, y que pocos serán los versos escritos por nuestro poeta que puedan aparecer en lo sucesivo, pues difícil es que haya persona alguna que se encuentre con mas aptitud y voluntad que noso- tros para examinar con el empeño y el esmero necesa- rios los borradores que hemos tenido á la vista; los cua- 8 ADVERTENCíA les, lejos de inutilizarlos, los hemos arreglado en lo posi- ble, llevados por el sentimiento de simpatia que nos merece la memoria del lamentado autor. Cuanto salió de su pluma es para nosotros parte del monumento que unas tras otras levantan las jeneracLones en honor de la patria.

Observaremos, por último, que el autor de los

Consuelos los dio á luz desde la primera vez sin pró- logo ni advertencia preliminar -. contentóse con esplicar en una nota, puesta al fin del libro, la razón que tuvo

para darle aquel título, nota que colocamos ál frente de

'=' este tomo 3. , encabezando las piezas contenidas en los Consuelos. LOS CONSUELOS.

Qui no es trist de luos dictáis uo cur,

O en algún temps que sia trist estat. AUSIAS March.

No vea mis escritos quien no es triste,

O quien no ha estado triste en tiempo alguno. Trad. de Lns de Leox.

.

NOTAS DEL AUTOR DE LOS CONSUELOS..

He denominado asi estas fugaces melodías de mi lira, porque ellas divirtieron mi dolor, y han sido mi único alivio en dias de amargura. Tal vez el tono lúgubre de algunas di- sonará al corazón de la mayor parle de los lectores, como dan escozor cuando nadamos en regocijo, los sonidos de una fú-

' nebre música. Ellas, sin embargo, pintan solo en bosquejo el estado de mi alma en una época funesta, de la cual no con- servo sino una vaga y confusa imagen

La tórtola solitaria se queja, el arroyo murmura, despló- mase rujiendo el torrente, y la tormenta brama en las cimas de los montes y en las llanuras; así el Poeta templa la lira al uni- són de su alma, y modula el canto que le inspira su corozon.

Feliz si consigue ¡ entonces una lágrima de la ternura, y un suspiro de la belleza !

La «Profecía del Plata» y otras composiciones del mismo jénero en este libro insertas, las escribí preocupado aun del

i \2 SOIXS DEL ALTOR cslilo y formas usailas por los poetas cspañulos, cuyas liras rara vez han cantado la libertad. Si, recobrando mi patria su esplendor, rae cupiese la dicha de celebrar otra vez sus glorias, scguiria distinto rumbo; pues solo por no trillados senderos se descubren mundos desconocidos.

' La poesía entre nosotros aun no ha llegado á adquirir cJ influjo y prepotencia moral que luvo en la antigüedad, y que hoy goza entre las cultas naciones europeas: preciso es, si quiere conquistarla, que aparezca revestida de un carácter propio y original, y que reflejando los colores de la naturaleza física que nos rodea, sea á la vez el cuadro vivo de nuestras costumbres, y la espresion mas elevada de nuestras ideas dominantes, de los sentimientos y pasiones que nacen del choque inmediato de nuestros sociales intereses, y en cuya es- fera se mueve nuestra cultura intelectual. Solo así, campeando libre de los lazos de loda estraña influencia, nuestra poesía llegará á ostentarse sublime como los Andes; peregrina, her- mosa y varia en sus ornamentos como la fecunda tierra que la produzca. !

LOS CONSUELOS.

EL PENSAMIENTO.

o flor lie alta fortuna

RlO.TA.

Yo soy una flor oscura

De fragancia y hermosura Despojada;

Flor sin ningún atractivo

Que solo un instante vivo Acongojada.

Nací bajo mala estrella;

Pero me miró una bella Enamorada, ', LOS CONSLELOS I

V me llamó pensamiento

V fui desde aquel momenlo Flor preciada.

No descuello en los jardines

Com-) los albos jazmines

O las rosas;

l>ero me buscan y admiran, Me contemplan y suspiran Las hermosas.

Si me mira algún ausente One de amor la pena siente, Cijbra vida;

V (3S feliz imagmando

(jue en él estará pensando Su querida.

Yo soy grata mensagera, Que 'bajo forma Voy volando,

A llevar nuevas de dicha

Al (]ue vive en la desdicha Suspirando.

Símbolo del pensamiento,

Del amor y el sentimiento, Mi destino LOS CONSURLOS ^>

Es deleitar al que adora,

Y consolar al que llora Peregrino.

Uruguay, Noviembre lS3i¿.

en I. A R A Ó LA PARTID A

Kare thee weü ! and if for ever,

Still for evtr. fare thee vreU : BlBOX.

I.

Tendido el lino la veloz barquilla

Mueve en el Plata su ligera quilla Al rayo matutino,

Y por la faz undosa engalanada

Se desliza del céfiro halagada

Llevando al peregrino.

Al bajel llega luego que arrogante

Oprime las espaldas del gigante

Al parecer dormido,

edición. 1. Dedicarto á D. I. P. iD Trineo Portela~i en la primera 10 LOS CONSLELOS

Y el lino cuerpo airoso balancea,

Y las vistosas flámulas ondea De su vigor erguido.

En el soberbio alcázar ya domina

Del cómitre la voz y á la marina Gente ¡imperiosa llama, Que con mustios acentos velozmente

Dá los linos al aire, ó tristemente

En los mástiles clama.

Los hinche en globo el bonancible viento

Y divide las aguas al momento.

En círculo espumoso,

La prora murmurando, y ora inclina'

O levanta la nave que camina

Con aire magestuoso.

Reclinado en el borde, con megillas

Enjutas pero tristes, las orillas

De su patria contempla

Lara perderse, cual coposo monte.

En el lejano y diáfano horizonte

Y' el laúd dulce templa.

Dolor siente en el alma, mas sereno

Brilla su rostro, que apuró el veneno De congojas mortales. LOS CONSUELOS i '7

Y temprano aprendió del sentimiento A sofocar las ansias ó el contenta,

Al corazón fatales.

Preludió al fin la melodiosa lira,

Y recordando de la suerte agravios,

El adiós tierno que la ausencia inspira

Modularon sus labias.

II.

El halagüeño júbilo del mundo

Volver no puede al corazón burlado

La bella imagen de ilusión querida. Que voló fementida.

Pierde la flor su púrpura y su nieve, Su aroma grato y su verdosa pompa;

Así se agosta el esplendor lozano Del corazón temprano.

Se rompe el velo mágica que al alma

Pintaba glorias, esperanzas dulces.

Guando aun risueños los floridos años

Brindan amor y engaños.

m 18 LOS CONSUELOS

Fuese el encanto de mis bellos dias,

Fuese la lumbre de mi albor lucido

Y solo es dado á mi enojosa vida

Sentir gloria perdida.

Mas i qué es sentir cuando el prestigio grato,

Que embellecía la existencia ha muerto, E inexorable, aterrador destino

Del bien cierra el camino ?

Dulce esperanza, celestial imagen ,

Vuelve á mi mente su divino fuego,

Disipa un tanto la tiniebla umbría

Que cerca el alma mia.

Tú me alentaste cuando el crudo anhelo

De la congoja marchitó mis dias.

Tú del abrigo de mis tristes lares

Me llevas á los mares.

Por ti mi patria y mis amores dejo,

Y en los estraños climas

Voy á buscar á la ansiedad de mi alma Agitación ó calma.

Grata fué un tiempo á mi vivirla suerte,

Brindóme un tiempo deliciosas horas. LOS CONSUELOS 19

Que sueños fueron de ilusión falaces, Sombras de bien fugaces.

En flor marchitas contemplé mis glorias,

Y sumergido el corazón de entonces

En triste noche, solitario abismo,

Se consume á sí mismo.

i Qué vale al pecho el palpitar de gozo

En el regazo de su dueño amado?

Qué al alma vale el seductor encanto

Que idolatraba tanto ?

Si el placer vuela, el inefable hechizo

Se desvanece, cual la lumbre fatua,

Cuando al deleite la pasión apura;

Y el sentimiento dura.

Vanos placeres, deliciosos lazos,

Que al albedrío encadenáis tan dulces, Adiós por siempre, ya de vuestro halago

Huyo libre el estrago.

Adiós amores, de la vida rosas,

Que exhaláis grato vuestro aroma un dia,

Y perdéis luego el poderoso hechizo

Que delirar nos hizo. ¿o LOS CONSUELOS

Y tú también, angélica hermosura,

Guarda celeste de mi triste vida.

Que yo vi en sueño y en feliz instante Pude llamar mi amante.

Tú que supiste embelesar mi mente,

Tú que las ansias de mi amor pagaste,

Que el dulce néctar del amor me diste

Y dichoso me viste.

Tú que sentías como yo sentía,

Que á un solo acento de mi voz gozabas,

Que en lo secreto de mi pecho vias

Y conmigo sufrías.

Tú, en cuyos brazos sin contar las horas

Pasé la flor de mis lozanos dias.

Embebecido en éxtasis glorioso

De deleite amoroso.

Adiós por siempre, el inhumano tiempo

Nuestras delicias devoró temprano, Segó mis dichas, sin cesar me aqueja

Y de tí al fin me aleja. LOS €ONSUELOS ^

111

Brotaron una lágrima los ojos De Lara enternecido, memorias Al despertar de nuevo las De tan cumplidas glorias, Del tiempo avaro míseros despojos; Cayó su mano de la dulce lira, abatido Espiró el canto y su ánimo Quedó en tristes ideas sumergido. bella. Desde la orilla, acaso, alguna Con inquieto mirar, siguió la buella Del bajel que volando se alejaba Y su esperanza y corazón llevaba.

Junio, 1831. ^ LOS CONSUELOS

ESTANCIAS

Heureuz ceuz qui n'ont point vue la fumée dea fétea da l'étranger, et qui ne s« sout aasls qu'auz festina de }eura péreal CUATEAUBRIAXD.

Feliz aquel que de su patrio suelo

Contempló solo el halagüeño cielo,

Y libre de pesares. Vivió seguro del cariño amante

De la beldad que idolatró constante En sus quietos hogares.

Nacen sus dias sin cesar serenos,

De gozo puro y de esperanza llenos, Dulcemente halagados,

Y como en valle arroyo cristalino,

Corren sin agitarse á su destino

Por entre bellos prados.

El borrascoso mar de las pasiones

;Su corazón no mueve, ni ilusiones

De bien frágil y vano !

LOS CONSUELOS 23

Brindan á su serena fantasía,

De fugaces deleites la ambrosía, Con fementida mano.

De la ambición se rie prepotente

Que se engolfa contino en la corriente

De la varia fortuna;

Ni acibaran funestos desengaños La dulcífera copa de sus años

Con su hiél importuna.

I Quién me diera los dias venturosos Que ámi anhelo ofrecían deliciosos

Placeres sin mudanza,

Guando todo á mi vista era risueño,

Y mi existencia grata un largo sueño

De gloriosa esperanza I

í Quién diera á mi agitado pensamiento

La dulce calma y el feliz contento

Que disfrutara un día 1

Quién por lo bello el entusiasmo ciego,

La pasión noble y el divino fuego En que mi pecho ardía!

1 Quién sentir cual sentí, ó el llanto largo

Que embalsamaba el sentimiento amargo Del cornzon herido 24 LOS CONSUELOS

Qaéin á mi juveatud su lozanía

Marchita en flor, sin esperanza y fría l

Quién el ser lo que he sido !

Si al menos á piedad movido el cielo

Con la angustia voraz diese el consuelo

Del olvido á la mente !

Mas por siempre la imagen ilusoria

Del bien perdido vaga en la memoria,

Cual si fuera presente.

El astro de mi vida se ha eclipsado,

Y muerto á la esperanza, desolado, El porvenir oscuro

Aparece á mi vista, cual desierto,

O borrascoso piélago sin puerto Donde arribar seguro.

Mi corazón un tiempo palpitaba

Al mirar la hermosura y adoraba

Su irresistible encanto, Amó también y en amorosos lazos Se gozó insano y apuró en sus brazos Deleite sacrosanto.

Mas disipóse todo y la amargura,

El recuerdo fatal tan solo dura,

y aviva el sentimiento ,

LOS CONSUELOS 25

Del triste corazón que aun inflamado De amar, sentir ó aborrecer privado

No halla, no halla alimento.

Todo he perdido; en mi insensata mano

Las flores de la vida bien temprano

Todas se han deshojado,

Y confusos y atónitos mis ojos Solo contemplan míseros despojos Del huracán pasado.

Ven á mis votos silenciosa muerte,

Y en reposo feliz la ansia convierte

Con que me aqueja el tiempo y el deslino, Ven, me arrebata donde no se siente:

Así cantaba de su patria ausente

Por consolarse un triste peregrino.

Junio, 1831 20 LOS CONSUELOS

LUNA NACIENTE.

EN EL MAR.

Subir veo lenUmente La nítida j blanca luna. GOETHB.

Cubierto el horizonte

De una faja nublosa, Purpúreos resplandores

Nacen en torno de su frente hermosa,

Con lentitud se avanzan

El espacio ocupando,

Y los cielos y tierra De luminosos rayos inundando.

Disípanse las nubes Del vasto firmamento.

Que de nuevo se cubre

De variado y magnífico ornamento.

Y las estrellas mustias

Trémulas centellean, Y parece abandonan El lóbrego palacio que hermosean. LOS CONSIELOS 27

Coronada de luces

La luna se aparece;

Cual reina de la noche En su cerúleo trono resplandece.

Contémplase gozosa

En el mar transparente,

Que sereno refleja

La imagen de la bóveda luciente.

Encalma la natura, Parece adormecida,

Y su faz macilenta

A meditar al pensador convida.

Renacerá la Luna,

Y tras ella los días

Circularán veloces,

Llevando en pos las esperanzas mias.

Mayo, 1830. 28 LOS CONSUELOS

simpatía

Si lloras, lloro contigo;

Alégrame tu contento;

Lo mismo que sientes siento TmSO DE M0LI>'A.

Cuando incierto giras

Esos ojos bellos,

Y que tus cabellos

Flotan sin disfraz, Cuando mustia miras.

Mi rostro se viste

Con el velo triste

Del pesar voraz.

Mas cuando halagüeña

Contento respiras,

Y el aroma espiras

De lozana flor, Entonces risueña

Se goza mi mente, '

Y en pasión ardiente

Me abrasa el amor. LOS CONSUELOS 29

Así en tu alegría Mi seno palpita, Y también se agita

Si sufres pesar; Así en armonía

Vibran las pasiones

De los corazones Que saben amar.

Julio 18, 1.830

RECUERDO.

In vuin, alas! in vain.

CiMPBEI.L.

En vano busco la muger hermosa, Imán de mi alma, que llenó mis días

De tiernas ansias, deliciosos sueños,

De amor y dichas.

La busco en vano que doliente siempre

Voz ominosa de la negra tumba

Burla mi anhelo y rae responde triste:

«Aquí se oculta.» 30 LOS CONSUELOS

Se oculta si. . . .¿ mas sempiterna noche

Cubrirá el lecho do mi amor descansa ?

l No verá un ángel que moró en la tierra La luz de otra alba?

Pero qué importa, si su imagen bella

Mientras yo aliente vivirá en mi pecho,

Do el aura aspira que á los serafines

Destina el cielo:

Hasta que airada la insaciable muerte

Corte la trama de mi frágil vida,

Una mis restos á los suyos caros

Y todo estinga.

Enero, 17 1831.

profecía del plata

Se conmueven del Inca las tunibos.

López.

Cuando con garra impía,

El hispano León tan arrogante.

El nuevo mundo asía, LOS CONSUELOS 31

Y SU fuerza pujante

Dominaba en los piélagos de Atlante.

Guando sus naos, preñadas

De avaricia y furor, lanzaba España A las tierras domadas

Y á las playas que baña

El raudo Plata á vomitar su saña.

El portentoso Rio,

Enfurecido al ver tanta osadía, Terrífico y sombrío

Su ceño mostró al dia Por revelar aquesta profecía.

«Tiranos alevosos,

Gózaos, gózaos en la obra pasajera De designios odiosos,

Que ya se acerca la era

A vuestro orgullo y suerte lastimera.

Gózaos si, que esta tierra.

De vuestro cetro duro fatigada,

Acudirá á la guerra Y será quebrantada

Vuestra arrogancia y á su vez domada. 32 LOS COASIELOS

Ya la lumbre fulgente

Veo de Mayo alzarse par la esfera

Y la turba insolente,

Que vuestra ley venera,

Se aturde al verla cual si rayo fuera.

El Argentino entonces

Tremola el estandarte victorioso, Y los tremendos bronces,

Y el acero filoso

Anima con su aliento poderoso.

Las cadenas quebranta

Que oprimen á la Patria moribunda, Y su cerviz levanta

Airada y tremebunda,

Que conturba la hueste furibunda .

Su voz truena potente

Y á los pueblos concita á la venganza

De todo el continente,

Qu6 acorren sin tardanza

Al campo de la lid y la matanza.

Del Sud en las regiones La libertad arbola su estandarte Y celestes blasones LOS CONSUELOS 33

A sus hijos reparte;

Marcial aliento les infunde y arte.

¿No miráis cómo el trueno

Que se enciende en mis márgenes de Plata,

De muerte y poder Heno, Por el Sud se dilata

Y vuestros solios rompe y desbarata?

¿No escucháis cuál retumba

En -los Andes con hórrido estampido,

Y conmueve la tumba Del Inca que ofendido

Del polvo se alza de furor ceñido;

Y á sus hijos convoca

Y á su progenie toda á la venganza Con su acento provoca,

Que ardida se abalanza

De uno á otro campo con espada y lanza?

¿No veis cuál se encamina Por el indiano suelo desprendiendo Mil rayos que fulmina, A polvo reduciendo,

De vuestras armas el poder tremendo? 34 LOS CONSUELOS

Temblad, temblad, tiranos

Que oprimís á la América inocente, Con aceradas manos;

Temblad, que ya el torrente

De asolación desata mi corriente.

Cual rayo amenazante

Que de la parda nube se desprend(3 Y ardiendo fulminante, Con ímpetu desciende,

Deslumbra, aterra, despedaza, hiende;

Asi con saña airada

Desplomará su furia y vehemencia Y será desquiciada

Vuestra vana insolencia, Caduco poderío, omnipotencia.

Y el vasto continente,

Dfi vuestro inicuo yugo libertado. Gozará independiente El venturoso hado

A su heroísmo y gloria reservado."

De Mayo el Sol brillante,

Se mostró al Argentino, y confundidos

Huyeron al instante LOS CONSUELOS 35

Los bandos atrevidos, Por sus valientes haces perseguidos.

Y como astutos lobos, Que bravos cazadores acecharon

Devorando sus robos,

Al verlas se pasmaron

Y la sangrienta presa abandonaron.

Mayo, 1831.

IMITACIÓN DEL INGLÉS.

Y con eterno eclipse

Cubñ(S sus bellos ojos.

Lope de Veo a.

Salid, salid del pecho

Sollozos y gemidos. Del fatídico bronce Los lúgubres sonidos, Acompañen tan solo

El llanto y los suspiros. Marchitóse temprano

El rozagante lirio, !

36 LOS CONSUELOS

La Cándida azucena

Del argentino rio.

De sus hermosos ojos

El espléndido brillo,

La noche del sepulcro

Por siempre ha oscurecido.

De su belleza rara, De su candor divino, De tantas perfecciones

No quedan ni vestigios.

I O muerte inexorable ¿Cómo, cómo has podido Destruir en un instante

Ese tierno arbolillo?

Él era de sus padres

La delicia y cariño,

La vida y la esperanza De un corazón cautivo; Y cuando prometía

Tantos frutos opimos. Te gozas inhumana

De un golpe en abatirlo.

Lloremos, si, lloremos

El mísero destino,

De la flor malograda

Del Argentino rio. . !

LOS CONSUELOS 37

Salid, salid del pecho

Sollozos y gemidos. Y tú, áogel, que habitas El estrellado Empíreo,

Si nuestras ansias oyes. Contémplanos benigno Y ayúdanos un tanto. Con tu influjo divino, A soportar tu pérdida

Y el dolor que sufrimos.

Salid, salid del pecho

Sollozos y gemidos

Enero, 1632.

EL POETA ENFERMO,

¡ o j uicio divinal Cuando mas ardia el fuego

Echaste el agua. JOKGE MAKKlQlB.

El sol fulgente de mis bellos dias.

Se ha oscurecido en su primer aurora, 38 LOS CONSUELOS

Y el cáliz de oro de mi frágil vida

Se ha roto lleno.

Gomo la planta en infecundo yermo

Mi vida yace moribunda y triste,

Y el sacro fuego, inspiración divina Devora mi alma.

¡ Don ominoso I en juventud temprana

Yo me consumo, sin que el canto excelso Eco sublime de mi dulce Lira,

Admire el mundo.

Gloriosos lauros las divinas musas

Me prometieron, y guirnalda bella A la sien tierna de la Patria mia preparaba. Yo ,

Mas el destino inexorable corta,

Gon mano impla, los frondosos ramos;

Que el frió soplo de dolencia infausta

Hiela mi vida.

Un foco inmenso de divinos ecos

Mi alma era un tiempo, que el activo soplo

De las pasiones, exhalaba ardiente Voces sublimes. LOS CONSUELOS 39

Cuanto tocaba en su celeste fuego

Ardía al punto, el universo un himno

Era para ella, de armonias puras Coro grandioso.

Mas negra sombra su esplendor eclipsa; Ángel de muerte de mi lira en torno Mueve sus alas y suspira solo Fúnebre canto.

Como la lumbre de metéoro errante,

Como el son dulce de armoniosa lira,

Así la llama que mi vida alienta Veo estinguirse.

Adiós por siempre aspiraciones vanas, Vanas, mas nobles, que abrigó mi mente;

Adiós del mundo lisonjeras glorias, Deleites vanos.

Adiós, morada de tiniebla y llanto,

Tierra infeliz que la virtud repeles, Y desconoces insensato al genio Que te ilumina.

Mi mente siempre en tu región impura Se halló oprimida; peregrino ignoto

Por tí he pasado y sin pesar ninguno

De tí me alejo. 40 LOS CONSUELOS

Lira enlutada melodiosa entona

Funeral canto; acompañadla gratas

Musas divinas, mi postrer suspiro

Un himno sea.

Agosto 13, 1B31.

DESEO.

Sub lunbra alarum tuarum protege me.

Pa. XVI.

Silencio nada mas y no gemido Lagrimase suspiro yo demando,

En el instante lastimero cuando

Descienda helado á la mansión de olvido.

Jamás estéril llanto á la ternura Debió mi pecho en sus acerbos males,

Solo apuré los tragos mas fatales,

Que me brindó la impia desventura.

Dormir sin ser al mundo tributario.

Quiero en la noche tenebrosa y fria, LOS CONSUELOS 41

Sin que nadie interrumpa su alegría, Morir, como he vivido, solitario.

Tú, numen de infelices, Dios de olvido

Que á la nada presides misterioso, Encubre con tus alas silencioso El sepulcro de un ser desconocido.

Diciembre 30, 1830.

ÉXTASIS.

Et audivi vocem magnara. Apocalipsis.

Guando el sol reina en el cénit fulgente,

A la sombra sentado De un álamo frondoso, tristemente, Por el cielo esmaltado

De diamante oro y plata, Mi pensamiento raudo se dilata.

Ante los ojos mios se anonada El mísero planeta.

De dolor y de lágrimas morada, 42 LOS CONSUELOS

Donde el mortal vegeta

En el piélago inmundo

De la ignorancia y del error profundo.

Mas lejos que do estalla horrisonante

El trueno, se remonta,

Mas lejos que la esfera rutilante

Que el águila transmonta,

Y que la etérea cumbre

Do no alcanza la necia muchedumbre.

Y en la eterna región de la armonía

Y las esencias puras,

Do reina inalterable la alegría

Que anhelan las criaturas,

En éxtasis glorioso,

Oye un coro de espíritus grandioso;

Y con ruido que al cántico supera Resonar, como trueno, un ronco acento,

Que repite, vagando por la esfera;

"Ven do reina el contento

Y la gloria que anhelas loh Poeta!

Deja ese triste y mísero planeta."

Setiembre 15, 1831. '^^ LOS CONSUELOS

RUEGO.

meam. Inclina aurem tuam ad precem Pa. 87.

Eq tí, Señor, confio, entrego; A tí, mi Dios, me Mi humilde y triste ruego Implora tu piedad; No mires con desvio Mi llanto y amargura, Que aunque mi alma está impura No abriga la impiedad.

Mi espíritu se humilla A tu divina planta, Y su dolor levanta

Esperanzado á tí;

Acoje la sencilla

Plegaria que te envia.

Señor, y tu faz pia Vuelve un instante á mi.

Henchido de pasiones Mi corazón demente, 44 LOS CONSUELOS

Se abandonó al torrente Del mundo seductor; Mas ya, sus ilusiones Falaces desdeñando,

Se vuelve á tí implorando Consuelo en su dolor.

Si algún tiempo embriagado

De deleites mundanos Los tuyos soberanos

Insensato olvidé,

Perdona á un descarriado, Que buscando hoy ansioso Tu bálsamo precioso

Vá en alas de la fé.

Soy pecador indigno; Pero mi alma sincera Arrepentida espera

En tu inmensa bondad; Contempla, pues, benigno.

Señor, y no indignado A quien atribulado Se acoje á tu piedad.

De dolor consumido.

De angustias y dolencia LOS CONSUELOS

Tu divina asistencia

Necesito, Señor;

Levanta mi abatido

Corazón, vuelve á mi alma,

Vuelve la dulce calma

Que le roba el dolor.

Atiende á tu criatura Que mísera fenece. Sus penas adormece. Escucha su clamor; Pues en mar de amargura

Se anega mi existencia, Mírame con clemencia Aunque soy pecador.

Noviembre 6,1831. 46 LOS CONSUELOS

CONTESTACIÓN.

Ah! ya agostada

Siento mi juventud, mi faz marchita Y la profunda pena que me agita Ruga mi frente de dolor nublada. IlEBEDIA.

Feliz tú que de bellas ilusiones Sin cesar halagado, á las visiones Inefables del alma, Librar puedes tu ardiente fantasía, Y de éxtasi embriagar y de armonía Tu corazón en calma.

Feliz tú que aspirando el aura pura Del raagestuoso Plata, la hermosura Contemplas de la luna, Que asoma melancólica su frente, Como gentil beldad que de amor siente. La congoja importuna.

Mecido allí por sueño delicioso,

Oyes solo el susurro misterioso

De las olas serenas, LOS CONSUELOS 47

Que al rayo de la luna resplandecen, Y en cadencia armoniosa se adormecen Sobre muelles arenas.

Allí tu alma inñamada en su desvelo

Hasta el trono de Dios levanta el vuelo, Y olvidada del mundo

Escucha la armonía soberana Que de su eterna gloria eterna mana Cual venero fecundo.

Allí anhela calmar su sed ardiente

En esa viva, inagotable fuente

Que al universo anima,

Y con alas de fuego divagando

El infinito abarca y remontando Mas y mas se sublima.

l Quién como tú pudiera, el pecho lleno

De esperanza y de fé, por el ameno

Camino de la vida

Espaciar sus miradas halagüeñas, Y ver por todo imágenes risueñas,

Como en la edad florida I

¡ Quién en su lira modular sonora Dulce amor y amistad consoladora,

Tesoros celestiales; 48 I^OS CONSUELOS

Y al son de la hechicera melodía Derramar esperanza y alegría

En los pechos mortales l

Quién fuese como tú que atrás dejando ¡ Un pasado feliz y contemplando El porvenir brillante, Un mundo de esperanzas y delicias

Ante tus ojos ves y uo codicias

Nada al vulgo anhelante.

Mi juventud también tuvo visiones De ambición y de gloria y mil pasiones

Terribles la agitaron; Amor fué su delirio y su ventura, Y en brazos apuró de la hermosura Delicias que volaron.

Mas cual roble soberbio que derriba El feroz huracán de cumbre altiva, Al impulso violento De fogosas pasiones, abatida Cayó mi juventud que solo vida Tiene para el tormento.

excelsa poesía ¡ O si en himnos de

Yo pudiera el torrente de armonía Exhalar de mi pecho, LOS CONSUELOS 49

O en tristes tonos modular suaves,

De mi fiero dolor las ansias graves,

Las dudas y el despecho!

El canto entonces de la musa mia

Al eco de la tuya se uniría

En soberano coro,

Y esos pechos de bronce casi yertos Latinan oyendo los conciertos

De vuestra lira de oro.

Pero vano delirio, mi destino

Es batallar con el dolor contino

Hasta que suene la hora;

Y consumirme en agonía lenta,

Como el ave inmortal que en sí alimenta

Fuego que la devora. 50 LOS CONSUELOS

LA HISTORIA.

FRAGMENTO.

There is no hopo for natlons!— SearcU the page

Of many thougand years—the daily scene,

The flow and ebb of each recurring age,

The everlasting to be which hath been'

Uath taught us nought or little: ByHoy.

No hay ya esperanza para las naciones. Recorred las

páginas de los siglos ¿ qu¿ nos han enseñado sus vicisitudes periddicas, el flujo y reflujo de las edades, y esa eterna repe- tición de acontecimientos? — Nada ó muy poco.

Encantada y atónita mi mente

Registra los anales de los siglos.

Que pregona la fama mas gloriosos,

Y del pasado tiempo y del futuro El tenebroso velo

Quiere rasgar en su impaciente anhelo.

Monumentos, pirámides alzadas

Por el humano orgullo en su demencia,

Fatídicos emblemas esculpidos

1. Dedicadp en la primera edición á D. J. M. G. (Juan María

Gutiérrez )

Mm LOS CONSUELOS 51

Por manos mercenarias y serviles, Que adulación respiran Y vergüenza y oprobio solo inspiran.

Todo interroga, y á la vez responden,

Con dolorosos gritos que estremecen,

Los mármoles, los pueblos y los tiempos: Que ignorancia y miseria sempiterna, Inevitables males

Son la herencia fatal de los mortales.

Con lívido semblante y torvo ceño

Sus pasos gira en rededor del orbe

El tiempo inexorable, como fiera Famélica, sedienta, enfurecida,

Que sus hierros quebranta

Y mueve libre su sañuda planta.

Sin cesar marcha y donde quier imprime

Su gigantesca mole el pié tremendo, Monumentos humildes y arrogantes Tiemblan y caen y desparecen luego;

Lo fértil y lozano Se seca y muere entre su yerta mano.

Allí donde se muestra portentosa

La vanidad del hombre y la pujanza,

onamois umvcRsn^ imhu 52 LOS CONSUELOS

Atorre presuroso sepultando, Can] baldón de su orgullo, en el abismo Profundo de la nada,

Dioses y templos y soberbia airada.

De asolación y llanto se alimenta:

Ni la acerba agonia, ni los ayes. Del que cansado de esperar fenece:

Ni los férvidos ruegos que á herir suben Los dombos celestiales, Nos libran de sus garras infernales.

Las ciencias y las arles mas sublimes.

Los héroes y los genios que lograron Legar vano renombre aun mundo vano, Nuestros desvelos todos, nuestra vida Qué son? tristes despojos Consagrados en ara á sus enojos.

Míseras ruinas que otro tiempo alzasteis Vuestra soberbia frente hasta las nubes. En hombros del orgullo y la demencia,

Al cielo y á la tierra amenazando, Arbitras de memoria, Respondedme ¿qué fué de vuestra gloria?

Lisongeros relámpagos de fama,

Prosperidad voluble y pasagera LOS CONSUELOS 53

Gozaron las naciones un momento; Mas voraces de bien las negras furias Del averno salieron,

Y en el olvido eterno lo sumieron.

¿Dónde está Egipto y el saber y nombre, Que fueron maravilla á las edades, Y con eco monótono la historia Trasmite sin cesar de siglo á siglo? Un instante brillaron

Y en el caos del tiempo se engolfaron.

¿Qué importa que pirámides tuviese

Con el sudor de esclavos fabricadas?

Que derramando el Nilo sus corrientes, Del limo fecundante enriquecidas. Sus comarcas bañase

Y próvida la tierra se mostrase?

Si el mísero habitante embrutecido

Por astutos hipócritas, ya sabios.

De religiosa máscara encubiertos. Yace sumido en fanatismo astroso, Y siervo sin coraje,

Al ídolo bestial rinde homenaje. '

54 LOS CONSUELOS

Ante los muros de Pelusa un dia

Las pérsicas falanjes se estendieron De inmundos animales precedidas;

El Egipcio los vé, se hinca á adorarlos, Y sus armas entrega,

Y su cerviz al opresor doblega.

»

En dias de esplendor el Asia tuvo

Imperios que á la tierra conturbaron,

Y allí encontró la adulación rastrera En coronados asesinos, héroes,

Y allí tembló el Romano

* Al renombre de un solo Soberano.

¿Mas qué fué de la fuerza y poderío Que al universo atónito asombraron? Todo entre pompa feneció y deleites,

Y aun el vigor del alma:—allí hora esclavos Y molicie contemplo

Entre las ruinas para grande ejemplo.

1. Habiendo puesto largo tiempo las murallas de Pelusa dique á

las conquistas de Cambíses hizo colocar este rey de los persas al frente

de sus lejiones un enjambre de animales que adoraban los ejipcios, quienes

al ver que los dioses patrosinaban la empresa de aquel tirano, arrojaron

las armas y prefirieron la esclavitud al sacrilegio. (E. A.)

2. Mitridates el grande, rey del Ponto (E. A.) LOS CONSUKLOS 55

La Grecia libre fué de los tiranos

El inclemente azote justiciero,

Y el foco de las luces y la gloria;

Mas también á su vez la devoraron La monstruosa anarquía

Y la nefanda inicua tiranía.

Platea, Maratón y Salamina, Fueron vanos y estériles trofeos A un ídolo sin culto consagrados ' Por un pueblo ambicioso y corrompido,

Que al oro de un protervo

* Se vendió con baldón y se hizo siervo.

Al ostracismo fulminó la envidia,

Y los brazos tremendos que en mil lides

Las pérsicas falanges deshicieron,

Sin patria, sin asilo, fugitivos, Inermes mancillaron

La gloria de la patria que salvaron.

Como huracán violento que repente. Se desala furioso en negra noche

De la sirte volcánica rugiendo,

1. La Libertad (id.)

2. Filipo, rey de Macedonia fid.) 56 LOS CONSUELOS

Y por el ancho espacio se dilata, Do quier despedazando

Y estrago y ruinas y terror sembrando;

Así el Águila audaz de los Romanos,

Henchida de ambición y de pujanza,

Con alas de terror cubre la tierra,

Desolando, aterrando las naciones,

Que doblan la rodilla

Ante el fatal poder que las humilla.

Y altiva sobre ruinas asentando

En Asia, África, Europa, los cimientos De un imperio que eterno juzgaría. Con escarnio y baldón del universo.

Vé desde el capitolio Medio mundo rendido ante su solio.

Pero á la vez los pueblos, fatigados

De la inicua opresión é indigno yugo,

Sacuden la cerviz con fiero brio,

Y se derroca al suelo que abrumaba El inmenso coloso.

Con estallido horrendo y espantoso.

Sobre su informe cuerpo los enjambres

De bárbaros se ceban, vengativos

Gomo plagas de Dios que impele el soplo LOS CONSUELOS 57

De la muerte;—lo befan, lo despojan, Y dan para escarmiento

Hecha cenizas su corona al viento.

Ya Víctores, no suenan en el foro; '

Ni poderosos reyes, ni caudillos

En la sangrienta lid avasallados.

O con perfidia negra seducidos. El triunfador bizarro

Arrastra en pos de su vistoso carro.

Do en otro tiempo el Águila soberbia

Desplegaba sus alas sobre el mundo,

' Do asentaba sus bases el Olimpio, Do triunfó Manilo del impío Galo, *

Ya la tiara se ostenta

Y al universo oprime y amedrenta.

El fanatismo entonces, cual si averno

Lo forjara gigante en sus furores,

Mas terrible, mas cruel, mas sanguinario

Que cuanta plaga el mundo en sí encerrara,

Encendió las naciones

Que tremolan de Cristo los pendones.

1. Alúdese á las fiestas del triunfo destinadas á ensalzar las victorias de los generales romanos. (E. A.)

2. Tómase el Olimpo por el Capitolio, morada de los Dioses. (E. A )

3. Manilo Capitolino que salvó á Roma de los galos, (id ) 58 LOS CONSUELOS

Y su férvida lava derramando,

Como un Etna, de Europa en las comarcas.

Por religioso celo aguijoneadas

Las pasiones mas bárbaras del hombre

En tropel despertaron,

Y á los pueblos al crimen arrastraron.

En Oriente desatan furibundas.

Su saña, su ambición y fanatismo, Las cristianas legiones por enjambres, '

El blasón de la cruz y omnipotencia Aleves proclamando,

Y el inclemente acero fulminando.

De sangre se atosigan, sobre montes De ruinas y cadáveres caminan

Sembrando, como el Ángel de la muerte

Do quier desolación y recojiendo, Para homenage santo Del Dios que vilipendian, sangre y llanto.

Los fieles del Islam vuelan, henchidos

De fanático ardor, á poner dique Al torrente impetuoso que amenaza

Asolar de Mahoma el templo augusto;

l. Alude á las Cruzadas, (id ) LOS CONSUELOS 59

Y anhelando venganza

Provocan al cristiano á la matanza.

Huye por fin el temerario bando,

Que arrastró el fanatismo á mil maldades,

Como fatal metéoro de la saña

Huye del huracán, dejando solo. En su huella sangrienta.

Padrones indelebles de su afrenta.

En tremendo luchar, por largos siglos, Procuraron su ruina mutuamente

Fascinados los pueblos, las naciones, Y barbarie ominosa, sangre, muerte Y despotismo inmundo

Inundaron los ámbitos del mundo.

Por largos siglos fanatismo y fuerza

La tierra avasallaron cual dos furias,

Y entre fango de males sumergida

Se encontró la razón, de donde fuera El hombre descarriado,

En el volver del tiempo arrebatado.

En las fojas fatídicas del tiempo.

Con sanguinosas letras está escrito,

De terrible poder aqueste fallo-.— "Inacabable mal, mal sempiterno 60 LOS CONSUELOS

Pesará sobre el mundo

Y la precita raza del profundo."

Sin que pueda valerle la soberbia,

Ni el doloroso llanto, ni los ayes Para acallar su pálida conciencia, Al hombre que azorado, del vil lodo La cabeza levanta, planta. Y el inapeable abismo vé á su

París, Agosto, 1827.

ADIÓS.

Ton souvtnir sera, dans mon ame attendrie, longtemps. Comme un son triste et doux au' on écoute V. Hugo.

No quiere, tierna amiga, La fortuna enemiga Puerto á mi vela dar,

Y en frágil barca nueva Peregrino me lleva

Por borrascoso mar. LOS CONSUELOS 61

De nuevo separado Me voy acongojado

Lejos de tí á vivir;

Sin verte, sin hablarte,

Sin poder consolarte;

Que es fuerza hoy el partir.

Cuando fatal desdicha

El astro de tu dicha

En su oriente eclipsó.

Con la eterna lazada

De la amistad sagrada

Mi alma á la tuya unió.

Entonces, pió el cielo, Quiso que algún consuelo

Yo diese á tu dolor,

Y entonces fui dichoso

Mas I ah 1 que ya envidioso

Me aleja de tu amor.

Me aleja sí, importuno, Donde placer ninguno

Gustar sin tí podré;

Donde en ausencia larga,

A mi tristeza amarga

Consuelo no hallaré. 02 LOS CONSUELOS

Pero no importa, pura Tu imagen, mi ventara Siempre, querida, hará;

Y cual benigna estrella,

Consoladora y bella Do quier me alumbrará.

Adiós, mi tierna amiga;

Ya la barca enemiga

Se afana por partir;

Adiós, volveré á verte

Si el soplo de la muerte

No apaga mi vivir.

Mayo 28, 1832.

CREPÚSCULO.

EN EL MAR.

Antes de espirar cl ilia V£ morir á mi ci

Allá en el horizonte el rey del dia

Sil frente hunde radiosa,

Y por el vasto espacio vá flotando Su cabellera de oro luminosa. LOS CONSUELOS C3

De arreboles vistosos y cambiantes

Se adorna el firmamento, Que entre negros celages se confunden

En su brillante airoso movimiento.

Y poco á poco sus inmensas alas La noche vá estendiendo, Y con manto de duelo los adornos,

Y las galas del orbe vá cubriendo.

Es la hora en que los tristes corazones

Ven la imagen sombría,

De la esperanza que los sustentaba.

Desvanecerse con la luz del dia.

Y la hora en que yo veo de mi vida La trama deshacerse,

Y el porvenir glorioso que la halaga,

Gomo el cielo entre sombras esconderse.

En que yo digo adiós á la esperanza

Y á los gozos del mundo,

Y con incierto paso y sin vigía Marcho por un desierto tremebundo.

En que contemplo mi fugaz aurora

Sin lucir disiparse, 64 LOS CONSUELOS

Y las lozanas flores de mi vida Sin exhalar perfume dehojarse.

En que á la vez mis bellas ilusiones

Toman cuerpo, se abultan,

Tocan la realidad, y desmayadas En crepúsculo negro se sepultan.

Mayo, 1830.

MI DESTINO.

Oui je mourrai: deja ma lyre eü est en deuil, Jeune, je m'éteindrai, laissant peu de mémoire

V. nuoo.

Presa de mil dolencias, El corazón marchito, A veces angustiado Me concentro en mí mismo. Y voz secreta escucho Decirme estremecido: "En juventud temprana

Morir es tu destino." LOS CONSUELOS 05

«Antes que el lauro sacro

Se entrelace y el mirto

En tu lozana frente,

Sufrirás el naartirio

Que al que nació poeta

Reserva el hado impío; Que en juventud temprana

Morir es tu destino.»

De Prometeo el fuego

Arde en mi seno altivo,

Un buitre despedaza Mi pecho enardecido,

Y mí existencia llena

De angustias y conflictos: Que en juventud temprana

Morir es mi destino.

A cada instante veo El tenebroso abismo

De la tumba á mi planta,

Y el pensamiento mió

Replega al contemplarlo

Sus alas abatido: Que en juventud temprana

Morir es mi destino. 66 LOS CONSIELOS

Con el mirar profundo De espíritu divino.

Mi genio el universo Abarca y lo infinito; Pero voz ominosa

Me repite al oido: Oue en juventud temprana Morir es mi destino.

Como la flor del campo

Que el inflamado estío

Agosta en el momento De desplegar sus visos;

Así se han marchitado Mis juveniles brios: Que en juventud temprana Morir es mi destino.

¿Qué importa que llenase De fuego peregrino Mi pensamiento el cielo;

Si soplo fugitivo, Exhalación errante, Al nacer ya me extingo?

Si en juventud temprana

Morir es mi deslino? LOS CONSUELOS 67

Mi corazón desmaya De dolor consumido,

Y mis fugaces dias,

Sin ostentar su brilfó,

Se eclipsan y descienden

A la mansión de olvido: Que en juventud temprana

Morir es mi destino.

Octubre 23, 1831.

LA melodía.

Sweet míiaic. Shakspeaee.

Hubo una melodía,

Que hechizó el alma mía En albor mas lucido, Y con su halago

Supo el estrago

Reparar de mi pecho entristecido.

Dudo si eran divinos

Sus ecos peregrinos. 68 LOS CONSUELOS

O de mortal criatura; Porque su influjo En mí produjo Inefables delirios de ventura.

Su melifluo sonido Halagaba mi oido

De una aurora á otra aurora; Cuando dormía

También la oia,

Semejante á una voz consoladora.

Pasaba como un sueño

Delicioso y risueño Mi juventud lozana; Edén hermoso Y deleitoso

Era la tierra para mi alma ufana.

Mas ¡ay de mil temprano Un pesar inhumano Me anunció otro destino:

Escuché atento, Ninguno acento A endulzar mi dolor entonces vino.

Así de noche larga Y soledad amarga !

LOS CONSUELOS 69

Yo me encuentro cercado;

No hay alegría, Ni melodía

Para mi triste corazón burlado.

Febrero 20, 1833

LOS .

Romance á Delmira.

Tú me apareciste, como uu ángel benigno enviado para

llevarme desde los inocentes días de mi infancia, hasta la

sublime cumbre de la existencia. Mis ojos, al abrirse, en contraron tu eoraeon, y mi primer sentimiento fué un ine-

fable regocijo. Sc'iiLLER.

De los primeros amores

¡ O cuan dulce es el recuerdo Cómo su risueña imagen

Vierte en el alma consuelo ! Mi corazón desdichado Flota eq un mar de tormentos Delmira; mas tu memoria Templa sus males acerbos.

Cuando la negra tristeza 70 LOS CONSUELOS

Tiende sobre mí su velo, Y de fantasmas sombrías Cirtunda mi pensamiento;

Cuando el recuerdo terrible De mil aciagos sucesos, Viene cual nube cargada De tormenta, horror y truenos, A atribularme en mis ansias Y hacer mi dolor mas fiero;

Tu imagen se me aparece, Como en páramo desierto Al caminante perdido

Verdoso y florido otero;

Y la fantasía entonces,

Con las alas del deseo. Me transporta enagenada A aquel delicioso tiempo.

En que por la vez primera

Te vi, como ángel del cielo. El bozo empezaba apenas A adornar mi labio tierno;

Eras tú rosa en su aurora, Eramos niños recuerdo, Y de rubor inocentes Palpitaron nuestros pechos, De simpática ternura, LOS CONSUELOS 71

De amante júbilo al vernos.

Turbáronse nuestros rostros

Y se reveló el misterio:

Nació el amor ignorado,

Y el amor habló en silencio.

Tu imagen bella de entonces Quedó grabada en mi seno, Y una agitación estraña. Llena de dulce embeleso.

Se amparó de mis sentidos:

Dejó los frivolos juegos

De la niñez y embebido

Solo en tí mi pensamiento,

Do quier hallaba el encanto

De tu semblante halagüeño,

Do quiera de tus miradas Aquel imán hechicero.

Dia y noche me seguía

Tu imagen en el paseo.

En el bosque, en la campaña Y aun en mi tranquilo lecho.

Mi juvenil existencia

Era un deleitoso sueño.

De glorias desconocidas,

De esperanzas y deseos.

Dias feliceb icuán pronto 72 LOS CONSUELOS

Para mi mal fenecieron, Dejándome circundado

De desolación y tedio! A amar juntos aprendimos, Amor por dulces senderos

Nos llevó en sus alas de oro

Y nos enseñó sus juegos.

¿Te acuerdas, Delmira, el dia Que nos hablamos primero.

Cuan alegre y fácilmente Nuestras almas se entendieron? ¿Recuerdas, Delmira mia, Aquellos dulces momentos Que pasábamos alegres En inocentes recreos?

¿Te acuerdas de los ragalos

Con que tu cariño tierno

Recompensaba del mió El incesante desvelo?

De las citas misteriosas?

¿De aquel albergue secreto

Donde tu boca y la mia Se unieron con dulce beso?

De nuestros rubores y ansias, Nuestro tímido recelo,

La precaución inocente LOS CONSUELOS 73

Y el cariñoso misterio?

Sobre todos, de aquel dia,

Dia feliz y supremo, En que por hechizo oculto

Nuestros suspiros se unieron,

Sin saber cómo atraídos Se tocaron nuestros senos. Ligáronse nuestros brazos Con nudo de amor estrecho;

Trémulo tu labio ardiente

Aplicó al mió su fuego,

Se abrasaron mis sentidos

De amor en el grato incendio

Y á mis ojos y á los tuyos

Se anonadó el universo. —Todo pasó, dulce amiga, Todo pasó en fugaz vuelo.

Solo queda la memoria De aquel venturoso tiempo.

La edad vino á amonestarnos

Con su semblante severo;

Separarnos fué preciso Y seguir caminos nuevos.— Adiós amores, de entonces. Juveniles devaneos De dos almas inocentes 74 LOS CONSUELOS

Que para amarse nacieron.—

Llorando y con dulce abrazo

Dimos el adiós postrero

Al aire, y nuestros suspiros.

Nuestras ansias llevó el viento.—

Tomó mi mano el destino

Y del dulce hogar paterno

Me arrebató, y en el mundo Me lanzó con furia luego.

He flotado en él sin guia,

Cual frágil náufrago leño.

Sin encontrar en camino

Grato asilo ó manso puerto-

Mil tormentas he sufrido.

Que en el voluble elemento

De las inquietas pasiones

Me engolfé fogoso y ciego. No he sucumbido á sus furias; Pero mi cuitado pecho Por siempre, amiga, ha perdido

La dulce paz y el sosiego, Y despojado, en su aurora

De los prestigios risueños

De la vida, á la esperanza

Y aun al amor yace muerto.

Solo tú, tú sola puedes LOS CONSIELOS 75

De mi alma en el caos horrendo,

Hacer brillar un instante Lampos de fugaz consuelo.—

Tu imagen bella, á mis ojos.

Como la estrella de Venus En desalada tormenta

Se muestra al triste nauclero,

Aparece en los conflictos

De mi triste pensamiento.

Aplaca un tanto las iras De mis pesares acerbos,

Y esclamo entonces lloroso:

"Ángel de amor y consuelo, No apartes tu luz divina

De mi espantoso desierto: Mi corazón desdichado

Flota en un mar de tormentos

Delmira^ mas tu memoria

Calma su dolor funesto."

Agostóla, 1831, 76 LOS CONSUELOS

IMITACIÓN DEL INGLÉS.

Síng willow. SHAKsrEAue

Cantad el sauce.

Al pié de un sauce Laura suspiraba,

Acongojada y llena de dolor,

Y al aire vano estos acentos daba:

Cantad el sauce y su mustio verdor.

El manso arroyo, acaso enternecido, Mezclaba sordo su fugaz rumor

A los sollozos de su pecho herido-.

Cantad el sauce y su mustio verdor.

Lágrimas tristes, sin cesar, y puras Lloraba en vano, lágrimas de amor, Que aun ablandaran á las piedras duras:

Cantad el sauce y su mustio verdor.

II.

"Tu color mustio place á mi amargura, Sauce querido, sauce del amor. —

LOS CONSUELOS 77

Serás mi adorno y sola compostura:

Cantad el sauce y su mustio verdor.»

« No le increpéis su injusta alevosía-.

Yo le perdono su fatal rigor;

Causa es amor de la desdicha mia:

Cantad el sauce y su mustio verdor.»

«¿Por qué me dejas en mi atroz despecho.^

Dije al ingrato, y respondió traidor-.

« —A otro amor abre como yo tu pecho*.

Cantad el sauce y su mustio verdor.»

III.

Sus tristes ayes se llevará el viento,

Nunca de Laura mas se oyó 'el clamor,

Y nadie dijo desde aquel momento.

Cantad el sauce y su mustio verdor. 78 LOS CONSUELOS

ALA

INDEPENDENCIA ARGENTINA.

Independencia al suelo americano. LüCA.

Prestadme, ó sacras musas, Vuestro divino aliento, Prestadme aquel acento Que resuena en los coros celestiales,

Y haré que el corazón de los mortales, De entusiasmo arrobado,

Palpite como el mió en el instante, Y que ensalzen los libres el gran dia En que la patria mia

Independiente, al fin, y soberana. Llena de gloria respiró triunfante.

Ni el trueno aterrador que se desata

De los preñados senos de la nube, Y retumbando fragoroso sube

Y por el ancho espacio se dilata, Al espíritu flaco aterra tanto;

Ni el mortífero rayo desprendido LOS CONSUELOS 79

Del bronce comprimido,

Que hiende por las filas y escuadrones,

Con zumbido terrible.

Es al débil soldado tan temible,

Gomo son á los cruJos opresores Los vivas y clamores Que del foro argentino se levantan.

Con tumultuoso grito y vehemencia. Alegres proclamando independencia;

Y nada es tan gozoso

A los hijos del Plata

Como el dia de Julio venturoso.

Pudo en los siglos de ignorancia torpe,

En que el hombre adormido

Sus sagrados derechos olvidaba,

Con el salvaje bruto confundido.

Dominar arrogante el despotismo;

Mas luego que la ciencia

Al espíritu humano iluminara

Audaz se levantó la inteligencia,

Y el coloso infernal que la abrumara

Derrocóse, humillado, al hondo abisma.

Así do quier los simulacros viles

De la opresión cayeron; 80 LOS CONSUELOS

Pues los humanos pechos, quebrantando

Los vínculos serviles, Que su elación divina compriraian

En sacrosanto fuego se encendieron.

La libertad prendió en los corazones,

Y do quier las estúpidas pasiones Al despotismo aciago entronizaron, Los rayos refulgentes

De los pechos ardientes. Que de divino soplo eran movidos,

Al fiero despotismo destronaron.

Así fué en Grecia y Roma;

Y en las comarcas todas de la tierra, En incesante guerra.

La libertad al despotismo doma, Y do quiera que asoma Aquella victoriosa

Las ciencias y las artes en las alas Del genio prepotente se subliman.

Ostentando sus galas,

Y todo es gloria, paz, felicidades,

Y el genio de la guerra furibundo

Su aterradora faz y sus maldades

Hunde allá en los abismos del profundo. LOS CONSUELOS S\

Solo entonce, inspirando

Las musas al poeta, lanzó el canto

Su profética voz por todo el orbe,

A los siglos atónitos marcando Sus futuros destinos, Y en versos peregrinos

Los prodigios del genio eternizando.

Cantemos, pues, cantemos

La independencia de la patria amada, Y con voz acordada

A la aurora de Julio celebremos.

Cantemos el gran dia

Que vio nuestra cadena quebrantada Y del león domada La arrogante cerviz y valentía.

Cantemos la agonía Del monstruo que oprimiera La América inocente entre sus manos,

Por tres centurias, y á la tierra diera El ejemplo inaudito, en un instante,

Del instable poder de los tiranos.

Cantemos el momento

En que á la faz del mundo y de la Patria, Con encanto juramos. 82 LOS CONSUELOS

Vivir independientes,

O con la sacra libertad valientes, Exhalar antes el postrer aliento.

Así el cóndor ostenta su alegría, Guando con libertad gira su vuelo

Por el inmenso cielo;

Así el león en bosques espaciosos, Con hórrido bramido

Y los seres que encierra el universo, En su tosco lenguage no aprendido,

Himnos entonan saludando el dia

En que finó su largo cautiverio:

Así lo canta el hombre que el imperio

Sufrió de la opresión y tirania.

Julio, 1831.

MI ESTADO.

II est chez les vivans comme une lampe C-teinte. Hroo

Cual sombra vana, mis lozanos dias Se han disipado, y ni vestigios quedan

De lo que fueron en su bella aurora. Mis verdes años. LOS CONSUELOS 83

Nada ha quedado á mi existencia frágil

Mas que la herida del pesar tirano,

Nada que pueda á mi infortunio triste Dar un consuelo.

Como fantasma tétrico y sombrio

Sin esperanza vago entre los hombres;

Ningún prestigio ó juvenil halago

Brilla en mi frente.

Nada yo espero en el desierto mundo, Nada que endulce mis amargas penas,

Y desolado el corazón marchito

Ni aun amor siente.

lOsi sintiera cual sintió otro tiempol

Amor al menos en el pecho triste Vierte halagando, como sierpe astuta, Dulce veneno.

Solo el reposo de la tumba aguardo;

Pero la muerte de mis crudas ansias

Ríe inc lemente y á mi amargo lecho Lenta se acerca.

Cuento los dias de aflicción cargados.

Cuento las horas de pesar exentas, 84 LOS CONSUELOS

Y veo entonces que mejor sería No haber nacido.

Pronto despojo de la muerte fiera Será mi cuerpo que angustiado gime, Dulce alimento á reptiles inmundos, Pasto á gusanos.

llena. Y el fuego sacro que mi mente Ansia sublime, inspiración divina,

Don de las musas, como frágil humo, Yá á disiparse.

Cuantas pasiones abrigó mi pecho, Cuanto elevado sentimiento cupo En mi alma noble, á convertirse vuelven En polvo y nada.

Octubre 2, 1831.

EL impío

DixU insipiens in corde suo: Non est Deus.

PS. LIXXVII.

Se alzó del polvo en noche tenebrosa, En medio del gentío LOS CONSUELOS 85

Orgulloso el impío

Blasfemando de Dios: cual ponzoñosa

Sierpe, letal veneno, Lanzó impiedades de su inicuo seno.

No hay Dios, dijo primero el arrogarte;

Que todo cuanto enciei i a El universo y tierra

Lo produjo el caos en un instante De su seno profundo:

Él padre fué del universo mundo.

Y levantando entonces el erguido

Y viperino cuello,

Erizado el cabello,

Con corazón maligno y pervertido, Toda justicia hollando, Marchó seguido de ominoso bando.

El odio, la injusticia, la asechanza Astuta precedieron

Sus pasos y nacieron, De su infernal y tenebrosa alianza, Mil monstruos en su seno

De criminales apetitos lleno. 86 LOS CONSUELOS

Se embriagó de maldades engreído,

Sin temor el impío,

Soltando á su albedrio Libre freno, y clamando fementido: No hay Dios, no, que me vea, Y juez supremo de mis obras sea."

Mas tú le oiste lO Diosl y tu tremenda Ira lanzaste luego, Y como paja al fuego

Despareció el impío, que en horrenda Angustia, maldiciente Blasfemaba tu ser omnipotente.

Noviembre 6, l831.

EL Y ELLA.

Quién podrá el lazo romper Que sus corazones ligal Ni menos desconcertar, Desús olmas la armonía? SCHILLER.

L

ÉL.

Cuando en tu seno reclinado me hallo,

Mi dulce amiga, el universo olvido, LOS CONSUELOS 87

Ni siento el peso abrumador del tiempo

Ni la fatiga.

Tú eres la estrella que mis pasos guia

En el camino del desierto mundo,

Y de tu lumbre el esplendor divino Siempre me halaga.

Tú eres la imagen que en mis sueños veo;

Tú eres el ángel tutelar que guardas,

Del genio adusto que mis pasos sigue,

Mi triste vida.

Cuando, el encanto de tú rostro bello,

Encubre el velo de melancolía,

El astro hermoso que en la noche reina Tú me pareces.

Mas si en tu frente la sonrisa vaga,

Si amor respiran tus ardientes ojos.

Eres la aurora que halagüeña rie Todo alegrando.

El vivo aliento que tu pecho exhala

Es para mi alma como el grato soplo,

Qoe reanima del estéril yermo

La flor marchita. 88 LOS CONSUELOS

ELLA.

Cuando reclinada me hallo

Sobre tu amoroso seno, Dueño mió, ante mi ojos

Se anonada el universo.

Tú eres la hechicera imagen Que en todas partes yo veo,

El bello sol que me alumbra

Y de mi alma el claro espejo.

Sin tí los dias me fueran Enojosos y molestos, Con tu presencia los años Pasan en rápido vuelo.

Cuando de mí te separas,

Con alas de ser etéreo.

Por donde quiera te sigue Mi amoroso pensamiento; Y mientras solo suspira Mi corazón de amor lleno,

Para aliviar mi congoja,

Pensando en tí me deleito Y me digo yo á mi misma-.

Vuelve mi amor, vuelve luego,

El corazón me lo dice LOS CONSUELOS 89

Que adivina mi deseo.

Tu hablar es dulce á mi oído,

Como el melodioso acento

Del ruiseñor en el bosque,

Do reina el mudo silencio.

EL.

Cuando de mi triste pecho La desolación se ampara, Y de mi mente se aleja

La imagen de la esperanza;

Cuando el infausto recuerdo

De las terribles borrascas, Que han agitado mi vida,

Viene á redoblar mis ansias, Y en mi pecho se despiertan Las pasiones inflamadas, Que para siempre alejaron

La. felicidad de mi alma:

Tú eres el iris que vuelve

A mi corazón la calma,

Disipando las tinieblas

Que me atribulan y asaltan. ,

90 LOS CONSUELOS

ELL4.

Cuando en tu frente serena La dulce sonrisa yaga, Y se disipan las sombras

Que la oscurecen infaustas; Cuando tus ardientes ojos, Con halagüeña mirada, Como buscando su centro,

Sobre los mios se clavan. Manifestando espresivos

La luz espléndida y clara Del contento y la alegría Que fugaz por tu alma pasa; Ningún pesar me atormenta Ningún cuidado me asalta,

Y la inefable ventura Del serafin goza mi alma.

EL

Cuando la aciaga memoria De mis pasadas desdichas, Viene á inflamar de mi pecho Las sanguinosas heridas,

Y á derramar en mi mente LOS CONSUELOS 91

Mil imágenes sombrías;

La tuya se me aparece, Angelical y divina,

Se desvanecen al punto Las visiones enemigas,

Y yo me digo: «Ella me ama ¿Qué importa un mar de desdichas?»

ELLA.

Cuando pienso que en tu pecho Idolatrado se abriga Atroz pesar devorando

Al nacer todas tus dichas, Lloro lágrimas amargas,

Y me digo, entristecida:

Si mil vidas yo tuviese

Por verte feliz daria;

Mas ya que no está en mi mano

Poder sanar las heridas

De su corazón, á amarlo

Quiero consagrar mis dias.

EL

Guando el soberano vuelo

Alza mi espíritu altivo, 92 LOS CONSUELOS

Y en mi corazón rebosan Mil armónicos sonidos; Tú eres el numen que inspira.

Consolador y propicio, A mi cítara sonora El canto excelso y divino.

ELLA.

Guando cantas inspirado, En tono triste y sombrío, Tú me pareces un ángel

En la tierra peregrino, Que sus infortunios llora, Y tus conciertos melifluos En mi corazón resuenan Como seráficos bimnos.

EL

TÚ me hiciste amar la vida Que aborrecí en mi despecho, Y disipaste la noche De mi espíritu desierto. .

LOS CONSUELOS 93

ELLA.

TÚ embelleciste mis días. Llevándolos por sendero

De delicias y de flores; Vida y cariño te debo

EL.

Masvmratu memoria,

Celia divina, en mis versos.

ELLA.

Aun mas allá de la muerte

Tú vivirás en mi pecho.

EL.

Vivirán tus perfecciones.

ELLA.

Será nuestro amor eterno. 94 LOS CONSUELOS

11.

EL.

Ven, dulce amiga, al monte,

Y á la fresca enramada De sauces coronada. De mirtos y laurel;

Ven, que el astro del día. Glorioso reverbera

En la inflamada esfera; Ven, dulce amiga, ven.

Ya los pájaros cantan Con dulce melodía, Y todo es alegría, Amor, delicia y bien;

Ya la tórtola tierna. Con lánguido gemido, Halaga á su querido; Ven, dulce amiga, ven.

Con elocuentes voces. Todo hoy en la natura A gloria,y aventura

Convida, y á querer. LOS CONSUELOS 95

Estos cortos instantes De YÍda aproYechemos^

Amemos y gocemos; Ven, dulce amiga, ven.

Vea dulce amiga, ai monte,

Y á la fresca enramada De sauces coronada. De mirtos y laurel;

Ven, y allí respirando

El ámbar de las flores, Hablaremos de amores

Ven, dulce amiga, ven.

AMBOS.

Las delicias que ofrece la yida

Apuremos, burlando al dolor,

Que la muerte devora homicida

Los deleites y glorias de amor.

Ten ¡ó tiempo! tu rápido vuelo, Déjanos un instante gozar;

Sed propicio una vez al anhelo

De dos seres que saben amar. CONSUELOS Qg LOS

imploran Iníelices bastantes te gemir, En la tierra con largo que lloran, Vuela, \uela para ellos Déjanos nuestra dicha sentir.

Déjanos un momento siquiera, Los pesares amando olvidar, esfera. Y sin sombra fatal & la Del amor y la dicha volar.

vida Las delicias que ofrece la Apuremos, burlando al temor-. mentida, Toda gloria humanal es Todo bien se convierte en dolor.

EL

Deja que mi amor sediento Beba de tu alma el aliento, Y que mi pecho amoroso, Con su aroma delicioso. un momento. Se embriague y calme

ELLA

¡O qué delicia! ó ventura! pura. Pasar, como una aura .

LOS CONSUELOS 97

Mí alma enamorada siente

De la tuya el fuego ardiente, Y en mar nado de dulzura.

ÉL

Deja que latir con brio

Tu corazón sobre el mió,

Casi insensible yo sienta;

Pues tu amor mi sangre alienta,

Como á flor mustia el rocío

ELLA.

Do amor, de amor desfallezco, Y toda yo me estremezco

Tu ardiente labio al tocar; Dame en tu boca saciar La dulce sed que padezco.

Qué me importa que el destino

Me haya cerrado el camino

Del bien, si cuanto yo adoro.

Mi esperanza y mi tesoro Tengo en mis brazos divino. 98 LOS CONSUELOS

ELLA.

Modera tus transportes,

Modera tus halagos, dueño mió, Que ya mi débil corazón el brio Pierde para gozar tanta ventura. Conserva aquestos dias

Destinados á amarte,

Y á endulzar de los tuyos la amargura; No con tan vivo anhelo

El cáliz agotemos de dulzura Que nos ofrece amor hijo del cielo.

EL.

No, apuremos temprano, querida,

Los placeres que ofrece la vida,

Deja al necio sufrir y esperar; Que con ceño terrible la muerte,

Envidiosa del bien, nos advierte,

Que naciendo los vá á devorar.

» AMBOS.

De la aurora gocemos florida,

Que un instante sonrie á la vida, LOS CONSUELOS 99

Mientras quede vigor para amar; Que con voz elocuente natura

Nos repite: «El amor y ventura

Son cual luz fugitiva en el mar.»

Agosto, 1832.

ADIÓS.

EN EL MAR

Se parte as velas (lando. Camoes

Ya deja ya el puerto

La mi navecilla

Y la aguda quilla

Surca por el mar;

Favonio despierto

Y'a trisca en la vela,

Y rauda ella vuela

Del viento á la par.

Adiós mi regazo, Mis dulces amores !

LOS CONSUELOS i 00

Y los sinsabores Que con ellos \án; Adiós, que ya abrazo Mas sólidos bienes Entre los vaivenes

Que las olas dan.

agradable, I O cuan El eco armonioso, Es del mar ruidoso Al ánimo audaz Y cuan admirable

El flujo incesante. La faz inconstante

De la onda voraz 1

Soplad bonancibles Alígeros vientos, Que á vuestros acentos No he de suspirar- Soplad apacibles.

Que lejos de orilla

Ya la aguda quilla Surca por el mar.

Junio 7, 1830. LOS CONSUELOS 101

ESTANCIAS.

Withóut á hope in life. Cp.abbk.

A veces triste yo me digo-. ¿Qué haré, que haré de mi existencia? De cuantas mi alma alimentaba

Ni una esperanza ya le queda.

Como la encina derribada

Por el furor de la tormenta,

Despojo mísero del hado,

Mi juventud yace poi^tierra.

Árido yermo es mi morada, Lúgubre noche me rodea, Y ningún rayo de consuelo

Alumbra un tanto mis tinieblas.

Corren los días, cual torrente

Que todo arrasa en su carrera. Anonadando en un instante

Cuanto concibe el hombre y piensa. 102 LOS CONSUELOS

Pasa ostentando mil prestigios,

Cual vana sombra la belleza,

Y el genio mismo soberano

Brilla un instante, cual cometa.

Así el destino inevitable

De cuanto existe aquí en la tierra, Han padecido, bien que pronto.

Mis esperanzas lisonjeras.

Cuando la copa de la vida

De amarga hiél rebosa llena,

Y el mundo al alma desolada

Es mansión hórrida y desierta;

¿Qué esperar debe el desdichado?

Solo morir:—la tumba yerta

Convierte en polvo y anonada

El llanto amargo y la miseria.

Así yo aguardo agonizando

Entre conflictos y dolencias,

Como remedio á mis tormentos

El son de la hora postrimera.

Y á veces digo en mis angustias*-

¿De qué rae sirve la existencia LOS COiNSUELOS 103

Si á mi alma triste y desolada

Ni una esperanza ya le queda?

Octubre 29, 1831.

EL REGRESO.

Still one great clime, in ful and free de&ance Yet reara her crest, unconquer d'aad sublime Abave the far Atlantic....! ByEOJf.

¡O Patria, Patria, nombre sacrosanto A pronunciarte vuelvo con encanto! Tu halagüeño semblante

Ya rebuscan mis ojos cuidadosos

Por el vasto horizonte,

Y cual airosa cima de alto monte,

Ya lejos lo perciben y mi seno De júbilo rebosa palpitante.

Pasaron ya los dias.

En que con grato anhelo,

Canté un adiós á tu querido suelo,

Y pasaron también las ilusiones, 104 LOS CONSUELOS

Que de mis dulces lares Me llevaron gustoso á otras regiones, Y á atravesar los procelosos mares.

Entonces ambicioso

De ver el ancho mundo, Y de espaciar mi mente

Por los cielos y piélago profundo; De sondar el saber de las naciones, Y pesar los blasones

Que ostentan los imperios, las edades, Abandoné sin pena mi repot>o;

Mas ora satisfecho Vuelvo á tu dulce seno,

Cual tierno esposo al suspirado lecho; De gozo puro y ds esperanza lleno.

Y cómo no? cuando tu solo aspecto

Me dice que soy libre, y que la tierra Voy á ver de los libres so mi planta. Mi pensamiento altivo se levanta, Guando pronuncio tu sagrado nombre, O libertadl De mi laúd sonoro Se estremecen las cuerdas resonando, En mi boca rebosan las palabras, Y con mil armonías En alabanza tuya voy cantando. LOS CONSUELOS 405

El viejo continente

Tan solo desengaños me ha mostrado: Entre sus pueblos cultos he buscado

Tu imagen celestial, resplandeciente, Y simulacros vanos he encontrado, O con incienso impuro veneradas

Tus efigies sagradas.

Fueron los tiempos en que Europa libre

Diera ejemplo á la tierra suficiente;

Mas la fuerza triunfó y el duro cetro

Cayó sobre los pueblos inclemente;

Desde entonces la cruda tiranía

Abate de los hombres la energía.

Que mansos doblan la cerviz paciente,

Y el supremo albedrío

De Reyes ó tiranos

A los pueblos conculca, cual gusanos,

Sin aliento ni brio.

La miserable España En vergonzosa nulidad apenas

Se mueve y aun pretende

Que la América gima en sus cadenas;

Pero el León rampante Ya no brama arrogante Sino en baldón de su impotente saña. !

106 LOS CONSUELOS

Tan solo en las montañas de la Helvecia

La libertad respira,

Burlando á sus tiranos,

Y en el suelo glorioso de la Grecia

Sin aliento ya espira

En las garras de tigres otomanos.

Confuso, por tu vasta superficie

Europa degradada, yo no he visto Mas que fausto y molicie,

Y poco que el espíritu sublime;

Al lujo y los placeres Encubriendo con rosas, Las marcas oprobiosas,

Del hierro vil que á tu progenie oprime.

La libertad de Europa fugitiva,

Un asilo buscando,

Ha pasado al Occeano, Su dignísimo trono levantando

Do se agitan los pechos á su nombre, — Y do con dignidad respira el hombre :

En el hermoso suelo americano.

Y en el tuyo también ¡ ó Patria mia

Tus hijos los primeros elevaron

A su imagen altares. !

LOS CONSUELOS iOl

En su divino fuego se inflamaron, Y con rara osadía

El fanatismo y la opresión hollaron:

Tú el rayo fulminaste,

Que su terrible saña dilatando, Rompió de un emisferio El largo y degradante cautiverio.

Gloria al pueblo Argentino,

Terror de los tiranos,

Que oprimían al Sud con férreas manos!

Gloria inmortal al Pueblo peregrino 1

Y tú, Patria querida,

Muestra un ejemplo mas á las naciones; La maldad atrevida,

Y las bajas pasiones

Confesarán al fin avergonzadas, Que no son nombres vanos

La libertad, sus fueros soberanos,

Sino para las almas degradadas.

Modera un tanto i ó Plata magestuoso

Esas ondas altivas,

No á un hijo de tus márgenes recibas

Airado y tumultuoso; U)8 LOS CONSUELOS

Que con giro suave Fluyan y don camino silenciosas

A los flancos estrechos de mi nave, Que juega con tus crines espumosas.

Junio 13, 1830.

EL INFORTUNIO.

EN EL MAK.

Qu' importe le Boleil? je n' attendB rita dej jours. Láiubtiite.

Qué importa al desgraciado A quien pesar devora, Que brillante y risueña

Aparezca la aurora: Que cuando por los mares Su nave surca erguida, De tempestad horrenda Se vea combatida; Y divagando incierta

Jamás arribe al puerto,

O vacile en el borde . LOS CONSUELOS 409

Del abismo entreabierto?

¿ Qué importa ?— si temprano Se voló su esperanza:

El con ojos serenos

Contempla la bonanza,

Y nada pide al mundo,

Ni á las bellas auroras,

Ni al puerto ni á los dias,

Ni á las fugaces horas.

Junio II, 1830.

AL CLAVEL DEL AIRE.

Á LUISA.

Sweet'Bcented flower. KiREK Whitb.

Flor fragante y vistosa, Que del seno de rosa De mi amable hechicera

Vienes, fiel mensagera De su pasión ardiente, lio LOS CONSUELOS

A disipar las sombras de mi mente, Díme ¿do fué tu aurora?

Quién te dio esa fragancia

Eficaz, penetrante, encantadora,

Y la hermosa elegancia

Con que gentil descuellas

Entre las flores bellas,

Que orna y matiza la divina Flora? Quién esa candidez y esa pureza,

Adorno celestial de la belleza, Que mi pecho enamora?

fué, por ventura, tu dichoso oriente

En la región ardiente

Donde naturaleza

Ostenta mas vigor y gentileza? O acaso la inconstante

Madre de los amores,

Menospreciada de su ingrato amante,

Le pidiera á la reina de las flores

Te llenase de encantos seductores.

Para que fueses poderoso hechizo

De aquel infiel que abandonarla quiso?

No, flor hermosa, no, que tú naciste.

Para mas alta gloria,

En la región que el Paraná famoso LOS CONSIT.LOS m

Baña en curso grandioso:

Naciste de sus linfas,

Para grato recreo, Y halagüeño deseo De sus hermosas Ninfas,

Que al mirarte en tu cuna se gozaron,

Y su flor predilecta te nombraron.

Tu trono digno y tu morada hiciste

Del aire puro, y si las otras flores

Reciben de la tierra su alimento;

Tú del sereno viento,

Del céGro apacible,

Que divaga invisible,

Y del plácido aliento

Que los Silfos exhalan voladores.

Con magestad sentada,

Ya en la verde enramada,

Ya en el frondoso espino,

Ya en las rocas soberbias y jardines. Tu candor peregrino

Ostentas, y te meces con donaire.

Embalsamando el aire

Con tu aroma divino.

El picaflor voltario, Má LOS CONSUílLOS

En su círculo vario,

Se deleita tan solo en halagarte, Y no osa de tu seno

Libar el suco ameno

Que te dá vida, y tu vigor robarte.

No así la juventud; ella anhelante

Siempre gira inconstante

De una flor á otra flor; todas codicia, A todas acaricia,

Y al fin bebe, inexperta, entre sus hojas Saciedad y congojas.

Emula del jazmín en la blancura.

Lo eres también en la fragancia pura, Que de tu seno exhalas.

Con que el cuerpo y espíritu regalas

De toda criatura. Cuando ostenta sus galas.

Con magestad el sol en Occidente,

Entonces el ambiente.

Se llena de tu espíritu oloroso,

\ se engolfa amoroso

El corazón al apurar tu aliento

En un mar de delicias y contento. 3

LOS CONSUELOS 1 1

Y cuando mas feliz, alguna hermosa Te arrebata con mano temerosa

De tu alcázar aerio,

Para darte en su seno dulce abrigo,

O en su negro cabello;

Brillas con el destello

De estrella rutilante,

Y dilatas fragante Tu encantador imperio,

Y de las flores reina entonces eres,

Del amor, del deleite y los placeres.

¿Quién como tú en el aire

Morase, respirando aura de vida,

Y burlando el desaire

De la fortuna vil con frente erguida!

O trasformado en Silfo, ó en Silfída. ^

¿Quién en tu cáliz albo, Encontrase guarida

Donde ponerse en salvo,

Del rigor de la suerte y sus mudanzas,

Que siempre al infeliz tiende asechanzas.

1. Silfos, espíritus aéreos, que han ilustrado Pope, Hugo y otros.

Creo no se estrañará esta alusión pues los espíritus son cosmopoli- tas. (E.A.; H4 LOS CONSUELOS

Cuando feliz te miro,

Bella flor, me parece, Que veo de mi amada el albo seno De encantadora magia todo lleno, La nieve sin mancilla De su fresca mejilla, semblante; Y el candor celestial de su fragante, Y al aspirar tu espíritu Me parece que aspiro, De su risueña boca El deliciosa aroma, que provoca

Al deleite, al amor y la ventura; Y rebosando en júbilo y ternura Mi corazón palpita, y se abandona, Olvidando su pena, enagena. A la dulce ilusión que lo

Octubre 17, 1831. LOS CONSUELOS 115

EL CEMENTERIO.

Misterios de la vida y de la muerte. Caldkrok. Creatíon Sleeps. Yotnfo.

Al resplandor sereno de la Luna

Yo andaba por los sitios solitarios

Que al vulgo atemorizan, pesaroso,

Y en lúgubres ideas embebido;

Y' mis inciertos pasos me llevaron

A la mansión sagrada de los muertos.

Religioso pavor cubrióme al punto,

Y esclamé sofocando mis angustias:

Silencio ¡ó corazón! he aquí el asilo

Donde reina la paz inalterable.

Do no alcanza el tumulto délos hombres,

Do se acaban las ansias y tormentos

De la altiva ambición y el infortunio,

Do se estrella el poder y la grandeza,

Do el amor y el deleite se anonadan,

Donde la gloria es humo y las pasiones,

Que agitan al mortal;—aquí el esclavo

De sus hierros se olvida, y con el polvo —

116 LOS CONSUELOS

De la victima suya á confundirse

Viene el fiero opresor;— aquí del crimen

Cesa el remordimiento y los gemidos

De la virtud paciente se sepultan;—

Aquí se abisman, sin cesar, los siglos,

Y mil generaciones y mil otras. Con rapidez se agolpan, no dejando

Vestigio de su ser; —aquí su cetro

Levantan el misterio y el olvido,

Las esperanzas mueren, y en su aurora

El ingenio brillante se disipa.—

Salud, tristes despojos, monumentos

Fúnebres del dolor, á visitaros

Viene una alma enlutada y borrascosa;

Si los profanos ecos de la tierra

Hasta vosotros líegan respondedme: Hay vida mas allá?—pero que veo? Un espectro confuso se levanta,

Y con faz melancólica me mira;

Tú, cualquiera que seas, habitante

De esta mansión de luto misteriosa.

Responde hoy á las dudas de quien viene

A interrogar la muerte y los sepulcros Transido de dolor ¿por qué tus ojos

Brotan lágrimas tristes, y en tu frente

Del funesto pesar vagan las sombras? —

LOS CONSUELOS 117

Hay dolor, por acaso, aun en la tumba?

Siente el polvo?— «Silencio, reptil vano,

La mansión del misterio es el sepulcro» — Un eco moribundo respondióme,

Y silencio, silencio, repitieron

Los cóncavos helados de las tumbas.

Se oscureció la Luna de repente,

Y un pálido fulgor cubrió la tierra,

Semejante al de antorcha suspendida

En medio de un Panteón:—y yo miraba. Pasmado de terror, sin movimiento.

De la tumba fatal aquel portento:

Cuando un eco al de un ángel parecido Hechicero sonó — «ven, ven conmigo,

Ven, ven, á descansar infeliz joven:

La tumba es el amor; aquí las almas En himeneo «terno, eternas viven;

Ayl ayl por tí padezco hace diez años,

Ven, seremos felices, ven conmigo.

Esperándote estoy»—y yo miraba. Pasmado de terror, sin movimiento.

De la tumba fatal aquel portento;

Y vi de una muger la vaga sombra.

De una muger que conocí en la tierra,

Y que profano labio nunca nombra,

Y otro acento de amor, voz inefable \\S LOS CONSUELOS

Que aprendí á conocer desde la cuna Oí que repitió— «ven, hijo mió.

Ven, te consalaré iqué infeliz eresl Tu alma no es de ese mundo, aquí es su centro:

El lodo es del reptil»—un grito entonces

Quise dar y no pude, y madre, madre,

Articuló mi lengua-.—y yo miraba, Pasmado de terror, sin movimiento.

De la tumba fatal aquel portento. Quedó todo en silencio nuevamente;

Se disipó el fulgor, como la llama

De un astro consumido, y las tinieblas.

La oscuridad fatal se condensaron. Todo era noche y noche;—uno por uno

Los astros de la esfera se extinguieron,

Como antorchas sin pábulo, y la tierra,

Y el cielo, y el espacio no formaron Mas que un lúgubre, denso, opaco abismo

De tinieblas palpables á mis ojos. Me estremecí de horror: —formas confusas, Fábricas gigantescas del orgullo,

Cadáveres inmensos de los siglos.

Pueblos, generaciones, seres, hombres, Cual rápido torrente descendían

En la inapeable sima confundidos.

Y al c(ws daban ser. . . .Un mortal hielo LOS CONSUELOS 119

Cubrió todo mi cuerpo; mis potencias Como de un largo sueño despertaron;

Miré y vi, con asombro, que la tierra,

Al resplandor sereno de la Luna,

Mientras yo solitario cavilaba,

Como el callado asilo de los muertos,

En silenciosa calma reposaba.

melancolía.

Profunda melanuoKs En tu temblante se vé. CaI,DB80K.

Cuando en mi frente marchita

La melancolía estienda

Su opaco velo, y mis ojos Llenos de lágrimas veas;

Cuando los caros objetos,

Que en otra hora me recrean, YJauntus encantos divinos

Mire con indiferencia:

No hagas caso, mi querida.

Que el pesar que me atormenta 120 LOS CONSUELOS

Sobre mi faz un instante Esparce sus sombras negras; Luego á mi seno afligido, Do sin cesar se apacentao Los sombríos,

Silencioso se replega.

Julio 29. 1830.

LA NOCHE.

EN EL MAR.

l>a noche lóbrega y triste MORETO.

¡O nochel oscuridadl del alma mia Alimento precioso; Tu magestad sombría Place á mi pensamiento borrascoso.

De anhelar con la turba fatigado Los bienes mentirosos Del mundo, deslumhrado Me acojo en tus asilos misteriosos. LOS CONSUELOS \2i

Y arrojando de mí los viles lazos

Délas torpes pasiones, Encamino mis pasos

A menos vacilantes ambiciones.

En tu seno fecundo en armonía,

Sereno, ó espantoso,

Busca mi fantasía

Asaz ocupación si no el reposo.

Tempestades naced, fragosos vientos Dejad vuestras cavernas,

Y que los elementos Quebranten sus murallas sempiternas.

Silben los huracanes inclementes,

Lanzándose furiosos,

Por los llanos fervientes

De los inquietos mares espumosos.

Como el bravo guerrero en la batalla

Y ruidosa victoria,

Su ardor bélico acalla

Persiguiendo el fantasma déla gloria-.

O como águila audaz en las regiones

^Jas allá de la tierra, .

122 LOS CONSUELOS

Burla los aquilones, aterra: Y ni la horrible tempestad la

Así, ante el espectáculo imponente

De la natura activa, Se complace mi mente, Inspiración sublime la cautiva

Allí olvido deleites y pesares, Y todo lo mundano, Y sin temor de azares

Vuelo altivo, cual genio sobrehumano.

Y mirando de faz el universo. Exento de conflito, Con sus genios converso; Mi pensamiento vaga en lo infinito.

Mayo, 1830. LOS CONSUELOS 123

EN CELEBRIDAD DE MAYO.

¡UberUdt liberUdl no mu rciuenti Por todo el continente. Yaesla.

Dadme la lira de oro

¡O Musas! al ingenio reservada,

Y con plectro sonoro, Y con trompa no usada, Cantaré de mi patria

Los triunfos y la gloria celebrada.

Cantaré las cadenas

Y la oprobiosa y dura servidumbre, Que con infandas penas

Rompió, y la muchedumbre Hollada de tiranos. Que la razón fuscaban y su lumbre.

De Mayo los portentos Escúchenlas naciones admiradas,

Y á los ledos acentos,

Y á las voces sagradas,

Libertad y derechos.

Treman del solio las soberbias gradas. 121 LOS CONSUELOS

De Mayo el sol parece,

Y en el Plata sus rayos reflejando Los pechos enardece, Súbito fecundando Los gérmenes divinos,

Que al universo la natura ofrece:

Crecen y se derraman

Por lodo el continente americano,

Y los pueblos se aclaman

Libres ya, y el Indiano, Sus cadenas rompiendo,

Se ostenta independiente y soberano.

Despareció del mundo

El oprobio del hombre amancillado; El monstruo furibundo Pereció conculcado,

Y de Mayo la lumbre Ha déspotas y tronos derribado.

¿Mas do la Musa mi a. Por entusiasmo patrio enagenada

Vuela con osadía,

Y no oye la algarada.

Que en el foro se enciende;

Cual acorre la turba presurada? LOS CONSUELOS 125

Derrocaos á mi anhelo

Del espacio anchurosos valladares,

Cíñanse el vasto suelo

Y los profundos mares;

Que hasta la dulce patria

Mi vista enagenada estienda el vuelo. .

¿Cómo cantar podría.

En medio de los tronos degradados.

Los himnos de alegría

En mi patria entonados.

Ni los sublimes votos

De seres libres al Olimpo alzados?

Sin vuestro puro aliento,

Libertad sacrosanta, se enmudece

La lira, y tremulento El canto se oscurece,

Con las densas tinieblas,

Que el trono aciago al pensamiento ofrece.

Mas ya rasgóse el velo,

Que tu querido rostro me ocultaba

¡O Patria! y desde el suelo,

Que el tosco Galo hollaba,

Tu gloria noble canto,

Y á tus sacros transportes me levanto. i 26 LOS CONSUELOS

Salud ¡ó sol fecuodo

En portentosos frutos I Salud, padre del mundo,

Que el germen infecundo

Del fanatismo y la opresión rompiste,

Y á la América diste

Libertad y derechos, Y con tu lumbre inmensa De una región estensa La noche de ignorancia disipaste,

Que al Argentino tu fulgor prestaste.

En Mayo venturoso El Argentino levantó radiosa Su frente, y al instante Sublimóse del Indio el pensamiento,

Y triunfante y gloriosa La razón aparece,

Y la ominosa esclavitud perece.

Cantad, cantad ovantes

De Mayo el Sol que asoma por la esfera; Sus colores brillantes,

Anuncian á la tierra

De América el gran dia,

Y del crudo tirano la agonía. .

LOS CONSUELOS 127

Sepúltase al abismo

El soberbio dosel del ambicioso,

Confuso el despotismo, Y con mortal desmayo.

En los antros se oculta del reposo,

Cuando tu faz ostentas,

lO hermoso sol de Mayol

Enagenado acorre el Argentino,

Y en tu rostro divino

Vé trazados con letras inmortales

De su triunfo y su gloria los anales.

A MARÍA.

AfortanAme traz peregrlnsado,

Novos tntvalhos vendo é novoa danoi Camoes.

Ya llegó el momento De pena y tormento

Para el alma noble que sabe sentir; Llegó, dulce amiga. Que siempre enemiga

Fortuna de nuevo me fuerza á partir. .

128 LOS CONSUELOS

Se fué mi ventura, Gomo sombra oscura,

Quedóme el recuerdo para mas pesar: Se fué mi esperanza,

Como la bonanza, el mar. Del triste nauclero que vaga en

Sin faro, ni puerto Quedé en un desierto, sentir amar; En la edad risueña de y La vida maldije,

Y á mi pena dije buscar. Me voy á la tumba consuelo á

Mas, Cándida y bella, Gomo ángel ó estrella, Por acaso entonces, amiga, te vi;

Te vi, y de la vida La imagen florida De nuevo hechicera se mostró ante mí

Me distes el alma, Y plácida calma Descendió á mi pecho con el dulce amor; Y en tu seno amante Apuré constante, De inefables dichas el grato dulzor. LOS CONSUELOS 129

Mas quiere fortuna, .

Que gloria ninguna

Feliz y tranquilo yo pueda gozar;

Pues ya mi ventura, ^^

En ti niebla oscura

De enojosa ausencia, se vuelve á eclipsar.

Por nuevo camino

Me lleva el destino,

Sembrado de riesgos, tormentas y azar;

Sin que el tierno llanto

De tu autor, un tanto

Su rigor injusto, consiga aplacar.

A mi alma no abate

El fatal combate

De inciertos acasos que voy á sufrir:

La pena que siento, Es ver que me ausento,

Y te dejo sola llorar y gemir.

Yo aprendí temprano

Del pesar tirano

^ Con frente serena la saña á mirar,

Pero tú su triste

Furor no sufriste.

Ni el tormento fiero de no ver y amar. 130 LOS CONSUELOS

Al crudo despecho No abrigo en tu pecho

Amoroso y tierno, dulce amiga, des:

Acójete al ara

De la imagen cara. Que en tu seno siempre colocada ves.

«El me ama» repite, Guando airado agite

En tu triste pecho su dardo el dolor; «El me ama, y suspira

Gomo yo, y deli|;a De su dulce estrella buscando el fulgor.

«Duerme y sueña ahora, Que yo encantadora, Gemo ángel benigno, mirándole estoy; Ora que amorosa La pena enojosa A ahuyentar de su alma con halagos voy.

«Ora las estrellas,

Gontempla, y en ellas Risueña y hermosa mi imagen cree ver;

Ora de las aves,

En los trinos suaves. Do quier halagüeña mi voz entender.» LOS CONSUELOS i 31

Mas layl que yo insano

Me dilato, en vano, Buscando remedio para tanto mal:—

Adiós; ya mi dicha

Se fué, y la desdicha De nuevo me espera con ceño fatal.

Octubre, 1832.

COROS.

El canto de los espíritus,.-. -las bellas imáge-

nes que inspiran, no son vanos prestigios.... Goethe.

El genio de las tinieblas.

í.

Fui engendrado y tuve el ser En un abismo profundo,

Y de allí vine del mundo

A llenar la inmensidad: Mi trono es de negras nubes, Y mi poderío estenso, 132 LOS CONSUELOS

Abarca el círculo inmenso

Del ser y la eternidad.

Yo soy el alfa, el omega,

El principio y fin que encierra Cuanto en los orbes y tierra

Es, ha sido, existirá:

Todo, en los hondos abismos De mi imperio tenebroso.

Cual torbellino espantoso,

Confundido se hundirá.

Cuando el universo entero,

Al sonido de la trompa,

Se despedace y se rompa Con horrísono fragor; El caos mi padre, su cetro

Levantará, y la natura Volverá á ser sima oscura

De confusión y de horror.

Enemigo de la lumbre,

Mi cetro augusto levanto

Entre tinieblas y espanto,

Entre males y terror:

Yo á los misterios presido

Del infierno y de la muerte. ,

^^^ LOS CONSUELOS

Y la alegría convierte

Mi influjo en llanto y dolor,

Yo los fugitivos pasos Del parricida encamino, Doy aliento al asesino, infundo al bueno pavor: Torpes, inmundas caricias Sepulto en hondo misterio,

Y dirijo el adulterio Al casto lecho de amor.

Espíritu í>el aire.

II.

El éter puro

Es la morada, Do mas se agrada Mi puro ser;

Allí su trono Tiene asentado

Bajo azulado Blanco dosel.

Forma invisible,

Suiíl criatura 134 LOS CONSUELOS

De la natura Potencia soy;

El vasto imperio

Del aire es mió,

Y á mi albedrío

Leyes le doy.

En claras alas

, De azul zafiro,

Mi vuelo giro

Yo sin cesar;

Doy á las auras

Su suave aliento,

Impelo el viento

Que agita al mar.

Mi esencia ocupa

Todo el espacio,

Desde el palacio

Del que fué y es: Todo penetra, Rige y absorbe,

Cuanto en el orbe

Aereo ves. los consuelos 135

Espíritu del agua.

m.

El mar insondable

Es el elemento, Do tieae su asiento Mi vasto poder; Mi cetro potente Desde polo á polo

Se dilata, y solo Se hace obedecer.

Arbitro absoluto. Yo mando á las ondas De sus simas hondas

Soberbias salir; Su tremenda mole Sostengo en balanza, Y hago á la bonanza Grata sonreir.

Los rios y mares Los lagos, las fuentes, Y raudos torrentes,

Sujeto á mi ley; Las aguas -que lanzan 130 LOS CONSUELOS

Las nubes del cielo,

Inundaado al suelo,

Me tienen por rey.

Espíritu del fuego.

IV.

La máquina portentosa Del universo acabada,

La natura sepultada

Yacía en noche y sopor;

Mas el fecundante labio

Se abrió y dijo omnipotente: *• La «luz sea» y brotó ardiente,

Y se animó a su fulgor.

Yo soy la fuente perenne,

Inagotable de vida,

Que por el orbe esparcida,

Regenera la creación; Mi soberano poder

Triunfa del genio nefando.

Que sin cesar vá sembrando,

La muerte y la destrucción.

De los despojos y escorias,

Que hacinando -vá él impuras, LOS CONSUELOS 137

Nuevos seres y criaturas Saco en mi puro crisol:

Todo disuelvo y absorbo, Todo penetro y animo,

Y hago fecundar al limo

Con los rayos de mi sol.

El fuego fatuo.

V.

Hijo brillante De impuro lodo. Por raro modo

Yo tuve el ser;

Y las tinieblas Puro movieron, Y me acogieron

Desde el nacer.

Diéronme abrigo En sus guaridas, Compadecidas De mi horfandad; Y desde entonces Yo vivo errando, .

138 LOS CONSUELOS

Y acompañando

Su soledad.

No temas nada De un desvalido, Tú que perdido

Mueves el pié; Soy inocente,

Ven, el camino De tu destino Te alumbraré.

Mi vida es soplo De fuego vano, Que vaga insano

Sin reposar*.

Brilla en la noche.

Se encubre al dia, Con noche umbría Vuelve á brillar.

Guarte;—la noche De mil acasos

Siembra los pasos Del viajador; Guarte;—en mil redes

Sus pies enlaza. .. LOS CONSUELOS 139

Sigue la traza

De mi fulgor.

Ven si te place, Mas de un arcano,

Que ojo profano Nunca alcanzó.

Verás, patente.

Cuanto misterio, Bajo su imperio.

La noche crió.

La mortal venda Que cubre infausta

Tu vista exhausta Yo arrancaré; Sigue mi lumbre,

Ven sin recelo. Tu ardiente anhelo Yo colmaré.

Setiembre, 1832. 140 LOS CONSUELOS

COROS.

Su Itt via clie á mortc giiida Nel Signor chi si confida Col Signor risorgerá. Ma>'zoxi.

1.

Mortal desdichado Que vagáis siatino, Del crudo destino

No os dejéis vencer-. A tormenta horrible

Sigue la bonanza, La dulce esperanza No debéis perder.

El cielo piadoso Los males contemph, Las angustias templa Del que sabe creer: Poneos confiado En su mano amiga, Veréis cual mitiga, Vuestro padecer. LOS CONSUELOS i 41

El que sufra, al cielo Levante su pecho, Y verá desecho Su amargo dolor:

De allí solo manan Balsámicos dones,

Que de las pasiones

Calman el ardor.

Infeliz del hombre

Que en pena y quebranto, No derrama el llanto, Del justo varón; Sumergido siempre En torpe delirio,

Su agua es el martirio,

Su pan la aflicción.

II.

Venid, venid pecadores A seguir los resplandores

De la sempiterna luz;

Ella es fuente de alegría,

Y de la noche sombría

Deshace el negro capuz. 142 LOS CONSUELOS

Ella apareció en el mundo,

Y aterrada en el profundo

Se hundió la prole infernal:

Tembló el infierno, y pasmado Vio por siempre encadenado,

En sus abismos al mal.

Triunfó la luz de la vida

De la legión homicida,

Que al universo oprimió; Y asentando en él su imperio, De ominoso cautiverio. La humanidad redimió.

Setiembre, 1832. LOS CONSUELOS 143

LA IDA

Fué como ninguna bella, Y fué iateliz como todas. Cai.debon.

Where art thou, son of my love? The roar of the blast is aroundme. Dark is the clondy night. OssiAX.

Donde, hijo de mi amor, do estáis ahora? El rugido del viento me circunda, Y la nublosa noche está sombría

I.

Gomo cedro á las nubes sublimado, Por huracán violento quebrantado, Yace, despojo de destino impio.

De mi arrogante juventud el brio:

Cual astro pasagero yo he brillado Para estinguirme en mi temprana aurora.

Ya el soberano canto no me inspira La Musa celestial y encantadora,

Y mi enlutada lira

Con moribunda voz triste suspira. La harpa lúgubre solo me ha quedado,

Y al son de sus acentos funerales Quiero en mi soledad cantar mis males.

Mas ¿qué imagen se ofrece hoy á mi mente? i 44 LOS .CONSUELOS

¿Qué nueva llama siente Mi genio amortiguado lardor sublimel

Y sale de repente Del oscuro letargo que lo oprime?

Hierve mi pecho como la onda vaga

Al soplo del pampero que la halaga, Y en mi espíritu ardiente Rebosa.il canto de infortunio y gloria.

Tú eres, Layda infelice; tu memoria Mi corazón conmueve casi yerto,

Y en mis ojos las lágrimas retiemblan,

Gomo en la mustia yerba del desierto El matinal rocío, Al pensar en tu angélica hermosura. En tu funesto amor y desventura.

II.

Reina en torno el silencio de la muerte,

Absorta en su dolor y reclinada En sus brazos de nieve, semejante Al ángel del sepulcro, yace inmoble;—

Triste, como la Luna nebulosa, Rlanca como azucena amortiguada.

Sobre el húmedo rastro de una fosa

Su bello rostro fija;— allí está su hijo. . —,

LOS CONSUELOS 145

El fruto del amor allí reposa

En sueño sempiterno; ya no hay llanto

En los ojos de Layda;—lo agotaron

La angustia y el pesar, solo quebranto

A su afligido corazón dejaron

«[Cielo inhumano! en su despecho dijo

Tus fatales decretos se cumplieron;

Ya cual humo fugaz se deshicieron

Mis esperanzas todas en un dia;

Gózate en la obra impía

De tu cólera injusta, y con mi muerte

Decreta el fin de mi ominosa suerte.

¿Qué me vale la vida que me diste?

¿De qué la gloria y el deleite puro Del tierno amor que cansagré á un perjuro?

¿De qué mi juventud, si ni vestigios

De mi dicha han quedado, y solo existe Aquí en mi corazón viva memoria

Del bien perdido y la pasada gloria?— Mas yo deliro, en mi dolor insano: Perdona, cielo justo; —mira humano El trance en que me veo;

Amor fué mi enemigo, amor tirano,

Blanco infeliz de su tremenda saña,

Hizo mi triste pecho lá quién no engaña

Su seductor halago! El revistiera 146 LOS CONSUELOS

De irresistible encanto al fementido

Que mi alma idolatró con fé sincera;

El á amar me enseñó, y

Ora me deja á la inclemencia fiera

De la pasión fatal que me devora.— ¿Y aquesta recompensa ha merecido Mi estremado cariño?—El mercenario

Al fin de la tarea su salario

Recibe y vá contento; el que labora

Con su sudor la tierra, aunque deshecho

Vea por lluvia larga su trabajo,

Vive con la esperanza satisfecho;

Y yo infelice, de mi amor en pago, De tanto amor, tan solo he recogido

Un fruto que murió. ... Tú que el reposo

Gozas eterno, do no alcanza el llanto.

Tierna flor en su oriente marchitada,

Recibe de tu madre infortunada,

El postrimer adiós, hijo querido.»

m.

«Cubrid con verdoso helécho.

Fresca rosa y mutiflor.

Cubrid el plácido lecho Donde reposa mi amor. ,

LOS CONSUELOS !47

Tú estás dormido En blando lecho. Mientras mi pecho Sufre de amor;

Hijo querido

Tú vas al cielo, Mientras yo velo

Con el dolor.

Mientras tu madre Vive penando,

Tú estás gozando

Gloria eternal;

Y por tu padre

Mientras yo lloro,

Y al cielo imploro, Tú ves mi mal.

De la inocencia

Hé aquí el asilo; Pasa tranquilo

Tú viajador: No tu clemencia, Tu, ruego ahora La tumba implora De un pecador. 148 LOS CONSUELOS

Yace aquí el fruto

De la ternura, La llama pura,

De amor le dio,

Pagó el tributo, Y de mis brazos

A los regazos

De Dios voló.

Del alba al riego.

Así la rosa Nace pomposa,

Exhala olor;

Mas sale luego

El sol ardiente, Y de su frente

Muere el frescor.»

IV.

Dónde irá Layda, adonde

Llevará su dolor y desconsuelo;

Nadie se apiada de su triste duelo;

Nadie en la tierra á su clamor responde.

Do quiera vuelve sus inquietos ojos

Halla solo los míseros despojos

Que le dejó el amor; do quier vestigios LOS CONSUELOS 149

De glorias y venturas que pasaron,

Do quier caros objetos que le dicen,

Con voces penetrantes, de amargura:

«Aquí fuiste feliz, aquí gozaste,

En brazos del amor y la ternura. Deliciosos momentos que volaron,

Y para tí por siempre se acabaron.»

V.

Ya el astro de la noche deri;amaba.

Sereno y melancólico su lumbre.

Sobre la triste tierra, y muchedumbre De fúlgidos diamantes esparcidos

En su diáfano velo rutilaba.

La noche era apacible, y los alientos

De los tranquilos vientos. Suavemente lamían

Las corrientes del Plata que dormían;

Mientras, tendido al aire el ancho lino,

Un bajel se alejaba

De las playas que habita el Argentino.—

Sentada Layda en la soberbia popa.

Sola con su dolor, al desvarío

De su afligida mente se entregaba,

Y su vista espaciaba 150 LOS CONSUELOS

Por el cristal sereno del gran rio.

Do gozosa la Luna se miraba,

Y en piélago de luz lo transformaba.

Su cabellera airosa,

De color de azabache, ondeaba al viento,

Y sus ojos hermosos,

Como astros macilentos y radiosos

En la Cándida frente de la noche.

Sobre su tez nevada relucían;—

En tanto que la oscura

Sombra de la tristeza

Los divinos encantos y pureza Velaba de su angélica hermosura.

Los tristes y sombríos pensamientos Se agolpaban veloces ásu mente,

Gomo las negras nubes en la esfera, En tempestuosa noche, lastimera,

Azotadas del ábrego inclemente.

Un trueno retumbó, y Layda entonces,

Con voz que enterneciera aun á los bronces

Esclamó en su aflicción; mientras volaba,

Separando el corriente cristalino,

En las alas del viento el frágil pino. —

LOS CONSUELOS 151

VI

«Mi alma sucumbe con el grave peso

Del infortunio, y en la tierra no halla

Mi corazón, para aliviar su herida,

Bálsamo dulce.

Crudo el destino deshojó en un día

Las flores todas de mi vida ufanas;

Diólas al viento, y me dejó desnuda De toda gloria.

Do quiera miran mis cansados ojos Duelo tan solo y confusión encuentran, Y nada, nada, que mis ansias pueda

Calmar un tanto.

Lágrimas tristes de dolor ardientes,

Estéril llanto sin cesar derraman;

Buscan en vano^ y ni aun la luz divisa n Déla esperanza.

Árido yermo para mí es la tierra:

El tierno fruto de mi amor funesto alma Yace en la tumba , y el que reina en mi No oye mi acento.» »

152 LOS CONSUELOS

Y el diáfano horizonte se cubría De capuz tenebroso; centellaba

Flamijero el relámpago en su seno,

Y sordísono el trueno retumbaba.

¡O si me oyera! cómo de su amante

Enjugaría el ominoso llantol iCómo en su pecho palpitante, tierno

Me estrecharía 1

¡Cómo al mirarme, en mi tormento fiero,

Tal vez lloroso, arrepentido acaso,

«—Te amo cual nunca, me diría, hermosa Reina de mi almal—

Ven, dulce dueño, fugitivo, ingrato:

Yo te perdono; vuelve y con tu vista,

La infausta noche que circunda á mi alma, Grato disipa.

Vuelve á mis brazos; con tu dulce halago

Se irán, cual humo, las angustias mias;

Y amor delicias nos dará en su copa, Cual otro tiempo.

¡Vano delirio! mis cansadas voces

Se lleva el viento; á los suspiros mios —

LOS CONSUELOS 153

Nadie responde mas que el ronco acento

De la onda airada.

Y el diáfano horizonte se cubría De capuz tenebroso; centellaba

Flamíjero el relámpago en su seno,

Y sordísono el trueno retumbaba.

Ya el trueno infausto, en las lejanas nubes, Con voz horrenda mi dolor proclama;

Y el cielo, envuelto en denegrido manto, Mi duelo anuncia.

Ya el astro hermoso de la noche oculta

Su mustia frente entre tinieblas densas,

Y el universo se conjura á un tiempo

Contra mí triste.

¿Qué esperas Layda en tu desdicha acerba? A qué demandas? Repitiendo no oyes

Lúgubres voces por el aire, vagas?

«Muerte, sepulcro.»

* Fieros ministros déla tumba, os oigo; Ya voy do quiere mi funesta suerte;—

Auras veloces, mi postrer suspiro *-

Gratas llevadle. * •

% —

154 LOS CONSUELOS

Decidle el llanto que mis ojos vierten, Las crudas ansias que mi pecho sufre;

Pedidle solo para Layda alguna Lágrima tierna.

VIL

Cesó Layda sus miseras querellas:

Y el trueno retumbaba, y tumultuosas Las olas azotaban poderosas Los flancos de la nave, que impelía Con ímpetu veloz airado el viento. La tempestad sonora en un momento Se enseñoreó del mundo; las estrellas

Y la Luna y el cielo recatando Fueron su opaca luz, y á fuer de montes

Lanzaban los sombríos horizontes Escuadrones de nubes, que rodando

Con horrísono estruendo por la esfera, Hacían retemblar en su hondo asiento.

El sólido terráqueo pavimento.—

Se encapotó el cénit, con ceño torvo

Miró el cielo iracundo

Al angustiado mundo;

El trueno retumbando

Se acercó mas y mas, y rebramando — —

LOS CONSUELOS 135

Sus resonantes alas sacudieron

Frenéticos los vientos, y azotaron

Las corrientes del Plata que se hincharon.

Todo fué horror entonces; levantaba

El rio soberano embravecido Su aterrador bramido,

Y al sonoro rugido de los vientos,

De los truenos y rayos lo mezclaba,

Con el ímpetu ciego de un torrente. De su hidrópico seno vomitando

Sobre las ondas, ondas, que espumeando

El límite asaltaban prepotente,

Bramaban, se agitaban, resurtían

Y con nueva pujanza lo embestían.—

Los eléctricos fluidos se chocaban.

Ardía cual hoguera el firmamento,

Y con mas rapidez que el pensamiento,

Los rayos y los truenos se seguían, Y rugiendo estallaban,

Y en la tierra, en el aire ó en las aguas

Su abrasadora llama sepultaban.

En vano fiaron las soberbias naves.

Que poblaban los senos del gran rio

En sus áncoras férreas; la tormenta.

Con impetuoso brío,

Las levantó en sus hombros, y bramando , .

•156 LOS CONSIJELOS

Dio con su presunción en los escollos,

O las sorbió por siempre, derramando.

Para triste espectáculo k los ojos.

Por la playa arenosa y estendida

De su tremenda saña los despojos. . .

VIII.

Nuncio de la mañana, astro del dia,

Alma del universo y alegría;

Y tú, Luna apacible, compañera

De las almas sensibles y amorosas;

Ya no veréis del Plata en la ribera

Resplandecer de Layda la hermosura.

Llorad ninfas del Plata generosas

Lágrimas de dolor y de ternura;

Se marchitó la flor mas bella y pura De vuestro sacro rio; el débil pino Que llevaba á otro suelo su destino.

Despojo fué de las airadas ondas;

Dióle el gran rio en sus entrañas hondas

Digno sepulcro, y con ligero vuelo Se sublimó su espíritu divino,

Desdeñando la tierra, al alto cielo.

Murió como la rosa de los campos,

Privada del balsámico rocío LOS CONSUELOS 137

Y que deshoja el soplo del estío, Guando su pompa á desplegar empieza.

Se agostó, cual se agosta la esperanza,

El deleite, el amor, y la ventura.

Así también, á la inclemencia dura

De la suerte enemiga, amortiguada

Siento mi juventud: pronto el viajero

Contemplará con ojo indiferente

Mi losa funeral, y sepultada,

Por la mano del tiempo en el olvido,

Layda infelice, quedará la gloria Del Bardo que consagra hoy alligido,

Este fúnebre canto á tu memoria.

Setiembre, 1832. PARTE LÍRICA

HIMNO AL DOLOR.

Nada BC hace en la tierra sin motivo, y de la tierra no nace el dolor. Las cosas, que antea no qneria tocar mi nlma, ahora por la congoja son mi comida. JOB.

Devora fiera insaciable, Monstruo, ó demonio execrable.

Que avasallas la creación; Devora como lo has hecho,

Si no te hallas satisfecho, Con furor aun mas deshecho, Mi robusto corazón. PARTE LÍRICA. Io9

Cebe, cebe en mis entrañas. Con mas rencorosas sañas

Tu furia el diente voraz;

Y en ellas continuo asida,

Como el cáncer á la herida, Lo que me resta de vida Consuma en su afán tenaz;

Roe, roe,—tu constancia

No abatirá mi arrogancia, Ni mi orgullo tu furor. Nada, nada desconhorta Un corazón que conforta

Alma grande, á quien importa

Poco, placer, mundo, amor.

Roe, roe, y en mi seno Tu mortífero veneno Derrama: —no he de jemir; Y cual Jacob, sin testigo

Contra el ángel enemigo. Lucharé firme contigo Hasta vencer ó morir.

No temas, no, que me espante

Tu fuerza y poder jigante,

Aunque frájil caña soy. 160 RIMAS.

Mi alma es simil á la roca

Cuya frente al cielo toca,

Y la tempestad provoca

Siendo mañana lo que hoy.

Hollada la sierpe, vibra

Su dardo, hiere y se libra

Del villano pié veloz;

O sobre el tigre, enroscando

Su flexible cuerpo blando, Lucha incansable, burlando

Su instinto y saña feroz.

Devora: —tu fiero brio

Yo provoco y desafio Armado de mi razón; Yo masa de vil arcilla.

Yo flor que un soplo amancilla,

Trama débil y sencilla.

Despojo de la creación.

Yo miserable gusano,

Luz que alienta efluvio vano,

Insecto, chispa mortal; Yo, menos que un ente aerio

Yo, esclavo vil de to imperio, :í^ *j»

PARTE LÍRICA. 464

Yo, polvo, nada, misterio. ...

Nacido en hora fatal. -

Yo tQ provoco:—^descarga

Sobre mi con juatto larga

Tus ira§ :—yo callaré;

Y sellando como el sabio .,

A toda queja mi labio. Cual firme monte á tu agravio

Inmoble siempre estaré.

*, Yo te provoco:— Dios eres,

Dios terrible que á los seres

Imptrtaes tu (Jofa ley;

Dios que su furia sedienta ^ Con jemidos alimenta,

Gomo el oso su cruenta

Zarpa en indefensa grei.

Dios inexorable y fuerte

Que divides con la muerte

El vasto ímjperio del mal;

Desde que él hombre perverso,

En oscuro día adverso.

Fué lanzado al universo

Del crim«in con la señal. 162 RIMAS

Yo te provoco :— al infierno

Pide su penar etéreo,

Su angustia y noche sin fin; Su esquisito sentimiento,

El vivaz remordimiento,

La congoja y el tormento

Del soberbio serafin.

Pídele con sus delirios

Sus indecibles martirios, .

El hielo y llama voraz; La sed, la rabia y despechos; De los mas precitos pechos, Y aquellos marmóreos lechos,

Do no hay sueño ni solaz.

Pide también á la tierra Cuantos dolores encierra. Cuanto ha, y debe padecer; Y sobre mi con violencia Lanza toda su inclemencia,

Que de mi alma la escelencia

No se dejará vencer.

Yo te provoco:—cuatro años Los tormentos mas estraños Probaste iracundo en mí; PARTE LÍRICA. 163

Agostando de mi vida,

De mi juventud florida,

La fuente escelsa, que henchida

De uu mundo de glorias vi;

Yo te provoco:— cuatro años

De mil y mil desengaños

Me hiciste apurar la hiél; Y en un páramo desierto. Do todo era negro y yerto. m Me dejaste al descubierto

Presa de borrasca cruel.

Yo te provoco:—tu mano

De mis fatigas temprano

La copiosa, mies segó.

Dejándome los abrojos. Para doblar mis enojos,

Y el recuerdo y los despojos

De un tiempo feliz que huyó.

Yo te provoco:—¿qué males,

Qué ansias ó penas fatales Me podrán sobrevenir. Que no haya firme sufrido? Qué pasión no habré sentido? Qué idea no habré podido Grande ó noble concebir? 464 lUMAS

Mi espiritu en su carrera

lia recorrido la esfera

De k> terrestre y lo ideal; Visto su forma desnuda,

Y sondado sin ayuda

Los abismos de la duda.

Del bien, la vida y el mal.

Cuando los otros, insanos,

A pensamientos livianos • El juvenil brio dan;

Y en el labio la sonrisa,

Con inquietud indecisa,

Flores de la vida á prisa Deshojando lorpes van.

Mi corazón de tormentas Desatadas y violentas

Sufrido habia el rigor;

Y laso en un solo dia.

Muerto al placer y alegría. Dicho, en su congoja, habia

Adiós eterno al amor.

En la edad en que sin tino

Del error por el camino

Mueve tropezando el pié PARTE LÍRICA. 165

La turba insana, y apura;

Sumida en tiniebla oscura,

Del placer la copa impura

Que vacía siempre vé:

Ya mi espíritu ambicioso Para su ardor jeneroso Buscaba un nuevo manjar; Y en sus vuelos soberanos. Libre de lazos mundanos,

De la creación los arcanos

Osaba altivo indagar.

Como en un espejo terso.

Reflejaba el universo

Sus maravillas en él:

Nada, nada se encubría

Ala intelijencia mía,

Y mi ardiente fantasía.

Era un raájico pincel.

Gloria, gloria era el acento

Que en el cielo, tierra y viento Yo escuchaba resonar; Gloria mi pecho exhalaba,

Gloria durmiendo soñaba. 166 HIMAS

Y su fantasma miraba

Do quier como astro brillar.

Ella me llevara ufano A contemplar del Océano

El tempestuoso furor;

Ella entre cultas naciones A buscar dignas lecciones De graves meditaciones;

Nuevo alimento á mi ardor.

¿Dónde se fué tanto sueño, Porvenir tan halagüeño, Tanta sublime pasión? Dolor impiol—Triunfante Tu brazo asoló pujante,

El edificio jigante, Que labrara mi ambición.

Tú agotando, poco á poco,

Has ido el ardiente foco

De luz que mi alma abrigó; Y con tu soplo de muerte

Convirtiendo en masa inerte Una edad joven y fuerte. Que mil frutos prometió. PARTE LÍRICA. IdJ

¿Qué esperanza me has dejado, Qué idea no has sofocado

Eq mi espíritu ai nacer?

¿ Qué pasión ó sentimiento No me has trocado en tormento? Qué amor ó contentamiento

En hastío ó desplacer?

¿Qué ilusión ó dulce engaño En funesto desengaño?

Qué dicha en triste pesar? De qué angustia no has cercado Mi «orazon desolado? Qué lágrima no has bolado

En mis oíos al brotar?

Nobles y grandes pasiones. Pensamientos y visiones Sublimes, gran porvenir;

Estudios, vijilias largas,

Siempre fastidiosas cargas

Pera débil cuerpo, amargas

Horas de oscuro vivir.

Y de frió desaliento; — Todo, todo en un momento

1 Oh inescrutable Dolorl 468 RIMAS

Para mí estéril ha sido,

Grano en el agua esparcido;

Y en fuente lo has convertido De despecho y amargor.

¿Que aflicción ó desventura Podrá parecerme dura? Qué puedes robarme ya? Qué placer del mundo activo Puede tener atractivo Para mi pesar esquivo?

¿Qué llenar mi alma podrá?

Ven, ven ¡oh Dolor terrible!

De tu poder invisible Haz un nuevo ensayo en mí; Verás que un alma arrogante

Es como el duro diamante,

Que siempre brilla flamante

Sin admitir mancha en sí.

Ven, oh Dolor! en silencio;

Ven, pues ya te reverencio

Como á jenio bienhechor.

Que mueve influjo divino; No cual numen que previno Inexorable destino

Para venganza y terror. PARTE LÍRICA. 169

Como animando la tierra

El aire impuro destierra

Con su ardiente rayo el sol;

Así tu, loh Dolor fecundo!

Lacerando el cuerpo inmundo,

Que se ase reptil al mundo,

Eres del alma el crisol.

Tu intensa llama le aplicas,

La limpias y purificas De la escoria material;

Sublimando la escelencia De su peregrina esencia.

Hasta darle una potencia

Divina, escelsa, inmortal.

Tú pruebas su fortaleza, Su constancia y su grandeza

En el yunque del sufrir;

El triunfo glorificando Del que contigo luchando Sufre y calla, sofocando De sus huesos el jemir.

Sin tu influjo, el hombre henchido De vanidad, sumerjido

Yace en el mar del placer; i70 RIMAS

Y crecen su delirio ufano, Cuando se arrastra gusano, Tierra y cielo soberano Sujetará su poder.

Ven, que tal vez atesora Alguna fibra sonora Mi pecho aun lleno de ardor; Que á tu inhumana porfía Exhalará una harmonía Capaz de darme alegría, Y de vencerte lohDolorl

Ven luego; que una alma noble Firme, incontrastable, inmoble,

Es contra la adversidad,

Como el Océano, sublime, Que de ley común se exime, Y en cuya frente no imprime

Mancilla el tiempo, ni edad. *

Setiembre de 1834.

1. Hemos hallado la esplicacion filosófica de este himno, en el

siguiente comento de Kant al conocido dicho del estoico: "¡oh dolor! jamás confesaré de tí que eres un mal." "Razón tenia el estoico, es- " clama aquel: lo que sentia y le arrancaba gritos era el mal físico, no " el mal moral, ineficaz para con él; porque el dolor no apoca la dig- " nidad del hombre j cuando mas modifica su estado. Pudo dejarse

" vencer dt 1 abatimiento, pero lejas de eso, hízole cobrar el dolor " mayor espíritu y exaltación, porque teuia conciencia de no haber " cometido injusticia ni maldad, y de no merecer por consiguiente cas- " tigo alguno." (El A.) *"^ PARTE LÍRICA.

AL CORAZÓN

petición; que ¿Quién diese que se cumpliera mi y Dios me concediera lo que espero? Job .

¿Qué corazón es el mió? lOh Dios que rijes los mundos!

Con la ley de lu albedrío, Cuyos designios profundos No me es dado penetrar! ¿Qué misterio, arcano, abismo

Es este que ni yo mismo Me atrevo ¡oh Dios! á sondar?

¿Cuándo su volcan se apaga? Cuándo su hondura se llena?

¿Cuándo la tormenta aciaga De sus pasiones serena Podré ver y no sufrir? ¿Cómo es que nada le sacia,

Si ha perdido la eficacia Para gozar y sentir?

¿Cómo al cúmulo de males, Que con porfía violenta ,

172 HIMAS

Como furias infernales Le acosan, no se revienta, Ni exhala un solo clamor? ¿Como no vierte siquiera

Unalágrima lijera Para amortigar su ardor?

¿Cómo cabe entre mi pecho Guando su vuelo atrevido

Ralla el universo estrecho, Desprecíalo conseguido,

Y sin cesar pide mas? ¿Cómo sufre, calle, anhela,

Se roe á si mismo, y vela

Sin fatigarse jamás?

Vuelvo la vista azorado

Como náufrago en el puerto, Al borrascoso pasado, Y encuentro todo desierto,

Todo triste y funeral; Miro atónito delante,

Y ni la luz vacilante

Veo de astro divinal.

¿Qué quiere pues, loh Dios mió! Mi corazón insaciable. ^''^ PARTE LÍIUCA.

En SU loco desvario;

Si en la sirte miserable Todo su caudal perdió?

¿Qué quiere si ya la tierra Nada en su extensión encierra

Semejante á lo que vio?

¿Acaso en rejion luciente Guardas ¡oh Dios poderosol

Algo que el alma presiente, Algún tesoro precioso Que deba en vano desear;

Y que la mía ambiciona,

Gomo la escelsa corona De su incansable afanar?

Parece que el hombre errante,

Como triste peregrino, Marcha con pié vacilante. Sin saber por qué camino, En pos de alguna visión; De paso echa una mirada, Sin arraigar aqui á nada Su voluble corazón.

Pero infelizl marcha en vano,

Tropieza, cae, se fatiga, 174 lUMAS

Maldice su error insano, Y aveces su sed mitiga Con lágrimas de dolor; Hasta que una mano yerta

Viene, lo toca, y despierta Despechado del sopor.

Mas yo continuo luchando Con un jenio incontrastable, Con mi corazón, sudando, Al destino irrevocable

Obedezco á mi pesar; Y no puedo en mi ansia fiera Ni una lágrima siquiera

Para alivio derramar.

¿Qué es esto loh DiosI por qué ha sido Para mi tu ley mas dura? ¿Por qué hacerme habéis querido

Blanco de la desventura Formándome un corazón

Tan indómito y sediento. Que batallando violento Siempre está con mi razón?

Pero nádame respondes

Dios clemente y soberano: ¿Porqué tu auxilio me escondes, PARTE LÍRICA. 175

Y me dejas en océano De dudas siempre fluctuar? Por qué un rayo de luz pura No me abre senda segura Para poder descansar?

No te pido ¡oh DiosI riquezas,

Felicidad, poderío,

Gloria, deleites, grandeza; Manjares que dan hastío, Y nunca pueden saciar: * Solo quiero olvido eterno,

Y algo que pueda el infierno De mis pasiones calmar. '

Junio, 1835.

son de la época de los 1. "El himo al dolor y loa versos al Corazón Consuelos, ó melodías de la misma lira. Aun cuando parezcan desaho- gos del sentir individual, las ideas que contienen pertenecen á la huma- ninad; puesto que el corazón del hombre fué formado de la misma sus- tancia y animado por el mismo soplo." Así termina la Advertencia que el auctor colocó al frente de las Rimas, advertencia que publicaremos por entero en el tomo 4 ^ de sus obras completas. .

no lUMAS

CANCIONES.

Jlelcdía sonora, e cciiccrttida.

Suave a letrn, nngi'Iica n ?ooda.

I.

La Ausencia.

Fuese el hechizo Del alma mía, Y mi alegría

Se fué también: En un instante Todo he perdido,

¿ Dónde te has ido Mi amado bien?

Cubrióse todo

De oscuro velo,

El bello cielo, Que me alumbró;

Y el astro hermoso De mi destino, En su camino Se oscureció. PARTE LÍRICA. • 177

Perdió su hechizo La melodía,

Que apetencia Mi corazón. Fúnebre canto Solo serena La esquiva pena De mi pasión.

Do quiera llevo

Mis tristes ojos, Hallo despojos

Del dulce amor; Do quier vestijios De fugaz gloria, Cuya memoria Me da dolor.

Vuelve á mis brazos Querido dueño, Sol halagüeño Me alumbrará: Vuelve; tu vista, Que todo alegra. Mi noche negra Disipará. 178 HIMAS

II.

LA díamela

Dióme un dia una bella porteña,

Que en mi senda pusiera el destino,

Una flor cuyo aroma divino

Llena el alma de dulce embriaguez;

Me la dio con sonrisa halagüeña, Matizada de puros sonrojos, Y bajando hechicera los ojos. Incapaces de engaño y doblez.

En silencio y adsorto tómela Gomo don misterioso del cielo. Que algún ánjel de amor y consuelo Me viniese, durmiendo, á ofrecer; En mi seno inflamado guárdela,

Con el suyo mezclando mi aliento, Y un hechizo amoroso al momento Yo sentí por mis venas correr.

Desde entonces, do quiera que miro

Allí está la diamela olorosa,

Y á su lado una imájen hermosa Cuya frente respira candor;.

Desde entonces por ella suspiro, PARTE LÍRICA. 179

Rindo el pecho incostanle á su halago,

Con su aroma inefable me embriago, A ella sola consagro mi amor.

III.

Á UNA LAGRIMA.

Si la májia del arte

. Cristalizar pudiera,

Esa gota lijera

De oríjen celestial;

En la mas noble parte

Del pechóla pondría-.

Ningún tesoro habria

En todo el orbe igual.

Por ella amor se inflama,

Por ella amor suspira,

Ella á la par inspira

Ternura y compasión: Su luz es como llama

Del cielo desprendida,

Que infunde al mármol vida,

Penetra el corazón.

»

¡Quién mira indiferente

La lágrima preciosa. 480 RIMAS

Que vierte jenerosa

La sensibilidad 1

Su brillo, transparente Del alma el fondo deja, Y hasta el matiz refleja f De la felicidad.

Permite que recoja Esa preciosa perla, Los ánjeles al verla Mi dicha envidiarán: Amor en su congoja, Para calmar enojos. En tus divinos ojos Puso ese talismán.

lY.

El desamor.

Acongojada mi alma Diay noche delira, El corazón suspira Por ilusorio bien;

Mas las horas fugaces Pasan en raudo vuelo, PARTE LÍRICA. ^^^

Sin que ningún consuelo A mi congoja den.

Entre mis venas corre

Sutil, ardiente llama.

Que sin cesar me inflama, Y llena de dolor. Pero una voz secreta Me dice: infortunada] Vivirás condenada A eterno desamor.

Gomo muere la antorcha Escasa de alimento,

Así morir me siento En mi temprano albor: Ningún soplo benigno Da vigor á mi vida, Pues vivo sumerjida

En triste desamor.

Gomo fatuo destello Que brilla y se evapora. Se disipó en su aurora El astro de mi amor: Fuese con él mi dicha, Fuese con él mi calma; 182 RIMAS

Quedóle solo á mi alma Perpetuo desamor.

La Aroma.

Flor dorada qae entre espinas Tienes trono misterioso,

¡Cuánto sueño delicioso

Tú me inspiras á la vez!

En tí veo yo la imájen

De la hermosa queme hechiza, Y mi afecto tiraniza.

Con halago y esquivez.

El espíritu oloroso

Con que llenas el ambiente, Me penetra suavemente

Gomo el fuego del amor; Y rendido á los encantos De amoroso devaneo, Un instante apurar creo,

De sus labios el dulzor.

Si te pone ella en su .seno,

Que á las llores nunca esquiva, ,

PARTE LÍRICA. 183

O te mezcla pensativa

Con el candido azahar;

Tu fragancia llega al alma Como bálsamo divino, Y yo entonces me imajino Ser dichoso con amar.

VI.

SERENATA.

Al bien que idolatro busco

Desvelado noche y dia

Y la esperanza me lleva Tras su imájenfujitiva, Prometiéndome engañosa

Felicidades y dichas-.. Ángel tutelar que guardas

Su feliz sueño, decidla. Las amorosas endechas Que mi guitarra suspira.

Sobre el universo en calma

Reina la noche sombría,

Y las estrellas flamantes

En el firmamento brillan:

Todo reposa en la tierra, 184 RIMAS

Solo vela el alma mia.

Anjel tutelar que guardas

Su feliz sueño, decidla, Las amorosas endechas

Que mi guitarra suspira.

Como el ciervo enamorado

Busca la cierva querida, Que de sus halagos huye

Desapiadada y esquiva; Así yo corro afanoso

En pos del bien de mi vida.

Anjel tutelar que guardas

Su feliz sueño, decidla, Las amorosas endechas

Que mi guitarra suspira.

El contento me robaste

Con tu encantadora vista,

Y sin quererlo te hiciste De un inocente homicida:

Vuélvele la paz al menos

Con tu halagüeña sonrisa. Anjel tutelar que guardas

Su feliz sueño, decidla, Las amorosas endechas

Que mi guitarra suspira. PARTE LÍIllCA. 185

VIL

La Lágrima.

Enjuga, enjuga esa preciosa perla

Que para herir cristalizó el amor*.

Ella deslumhra el corazón que al verla Hierve de nuevo en criminal ardor.

No venga, no, de tus hermosos ojos,

Astros de vida el brillo á oscurecer; No venga infausta á presajiar enojos^

Ni amortigar su bello rosicler.

Chispa divina del sagrado fuego

Que infundió á tu alma celestial piedad

Ella es, y deja al desdichado ciego Que vaga envuelto en triste oscuridad.

¿Porqué llorar? de las pasiones fieras

Tuno has sentido el devorante ardor;

Siempre te halagan auras lisonjeras,

Nunca te asalta el fríjido escozor.

¿Por qué llorar? un misterioso velo Te encubre aún arcanos del vivir;

Tu alma es mas pura que la luz del cíelo.

Todo á tu anhelo miras sonreír. 186 RIMAS

¿Por qué llorar? impresa en la memoria

No llevas, no, la sombra del pesar;

Gozas de un ángel la inefable gloria, Tu sueño guarda un ánjel tutelar.

Mas ay! que veo tu pupila ardiente

Toda anegada en lloro virjinal;

Mas ayl que asoma en tu lozana frente

Del infortunio el precursor fatal.

Dale á mi mano el enjugar tus ojos; Mas ah! que vierten fuego abrasador; Y yo insensato, para mas enojos,

Ni llorar puedo ni sentiramor. ^

Estractos de nn poema titalado Rosaura.

I.

NOCHE SERENA.

O qué noche tan hermosa,

Qué brisa tan olorosa Mis sentidos amorosa

Viene fresca á regalar. Ven, mi amor, ven, mi Rosaura, Al balcón, que corre un aura

Que el espíritu restaura

Y mueve á amar y gozar.

Mira la plateada Luna,

Astro de amor y fortuna,

1. Las po«sias que siguen pueden considerarse como inédita?, pues que unas aparecieron en publicaciones periódicas hoy ignoradas, y otras las hemos encontrado en estado de borrador entre Ijs papeles del poeta. (G.) ,

188 POESÍAS YAIUAS.

Como sonríe en la cuna A nuestro tierno querer:

Sobre la tierra adormida

Ella vela entristecida

Y asi tu imajen querida Suelo yo en mis sueños ver.

Las estrellas vacilantes Como antorchas espirantes, O como claros brillantes;

. Vé en el cielo relucir;

Que de la Luna al reflejo Parece un inmenso espejo Donde se mira en bosquejo

De Dios la gloria surgir.

Como un silfo placentero

Mueve sus alas ligero,

Vivificante el Pampero

Trae del Desierto el olor;

Dime, con él reanimado,

Rosaura, el fuego sagrado

Que en tu pecho has anidado. Cual yo, no sientes de amor?

si el vuelo I O mi Rosaural Nuestras almas de este suelo, poesías varias. ^89

Donde todo es noche y duelo, Ora pudiesen alzar,

Y allá, allá sobre los vientos

Y los puros elementos

Viendo la gloria y portentos De Dios sublimes volar:

Y en la fuente de dulzura

De la vida y la luz pura Que mana eterna ventura Beber eterno vigor;

Y escuchar las armonías

Que entonan las gerarquias

Do son eternos los dias

Y nunca muere el amorl

Febrero 25, 1834.

II.

CREPUSGÜLU.

Ven, Rosaura, que ya no arde

El sol en el firmamento,

Y la silenciosa larde Toca ya con paso lento 490 poesías varias.

De su carrera en el fin; Ven, mi paloma, que blando

Viene el céfiro soplando,

Y nos eslá convidando

Con sus flores el jardín.

Qué delicia hay comparable •

Á la de verme contigo

En este instante inefable

En que el sol como un amigo.

Dice al triste mundo adiós/

El se encapota y se aleja

Y solitario lo deja; Mas su ausencia no me aqueja A mí, pues quedo cun vos.

Para mi, Rosaura, tú eres

El astro hermoso del día. La fuente de mis placeres

Y lo que hace al alma mia Pensar, gozar y sentir.

Cuando á mi lado te miro, Cuando contigo suspiro

Y tu mismo ambiente aspiro,

Nada sé de mi vivir. ,

poesías varias. 191

Mira, cual rocas de nieve

Matizadas de oro y grana, Magestuosa allá se mueve Turba de nubes ufana

Que al cielo ennegrecerán.

Mira, dilata tus ojos

Por aquellos rayos rojos Que centellan en manojos Y oscureciéndose van.

Gomo la cresta de un monte

Que está el fuego devorando,

Aparece el horizonte

Mil centellas arrojando

Todo cubierto de luz;

Y siniestra se amontona De nubes opaca zona Que su cabeza corona

De pardo y negro capuz.

Asi la tiniebla oscura

Sigue á la luz mi querida

Asi al bien la desventura

Asi el sepulcro á la vida

Y al regocijo el dolor; 192 l'OESIAS VARIAS.

Pero de lu alma y la mia

El amor y la alegría Gozarán de eterno dia, Y de perenne verdor.

Marzo 1.= 1834.

III.

T I N í S .

Vuiiidud (le vanidades.

Un hechizo poderoso Nuestras desalmas unia,

El mismo astro presidia De nuestra vida el albor, Y con brillo misterioso Por dulce senda nos guiaba: amaba Yo la. amaba, ella me Y fué sueño nuestro amor.

Nuestros tiernos corazones

Del mismo modo sentían, Y nuestros ojos sabían También á un tiempo llorar; ,

poesías varias. 193

Amorosas relaciones Nuestras almas conservaban Guando ausentes suspiraban

Cual si pudieran volar.

Pero la suerte ominosa,

Gomo negro torbellino.

De aquel astro tan divino

Eclipsó el bello fulgor; Y rompió con mano odiosa

El lazo que nos ligaba-.

Yo la amaba, ella me amaba,

Y fué un sueño nuestro amor.

Yo con ella en nuestra infancia Gozábamos de una gloria, Que fugaz y transitoria Nunca pudimos creer:

Para nosotros el orbe Era una inmensa armonía, Todo amor y simpatía, Todo delicia y querer.

Yo con ella no sentia

Nunca los pasos al tiempo.

Ni pesar, ni contratiempo,

Nilosayesdel dolor, M

194 poesías varias.

Yo con ella nada via Y en mar de dicha nadaba;

Yo la amaba, ella me amaba Y fué un sueño nuestro amor.

iQuién diria que el destino Tan pura, inefable dicha,

En la mas cruda desdicha Pudiese un día trocar?

Pero trazado el camino

De los míseros mortales Está con signos fatales Y forzoso es caminar.

iFelíz aquel que en su oriente

Vio lucir benigna estrella. Y siempre siguió la huella De su bello resplandorl iQuien nunca suspiró ausente, Quien de ambición libre el pecho

Amó y vivió satisfecho Sin esperanza ó temor!

No asi yo: cuando la infancia Me recreaba con sus sueños, Y con ojos halagüeños

Me miraba el porvenir; poesías varias. 193

Cuando el cielo en abundancia

Me prodigaba sus dones,

Por mentidas ilusiones Me dejara seducir.

Ellas á mi fantasia

Dieron alas tan estensas,

Que en las esferas inmensas No podía ya caber;

E insaciable no sabia

Donde llevar su desvelo,

Su agitación, ni do el vuelo Fatigoso retener.

Ellas llenaron mi pecho

De tanta arrogancia y brio,

Como la que lleva el rio Caudaloso por demás;

Y á mi ambición vino estrecho

El orbe, y el alma mia

No hallaba lo que queria Y deseaba mas y mas.

Ellas, ellas me pintaron Con tan vivaces colores Y encantos tan seductores

De mi vida el porvenir, 196 poesías varias.

Que mis potencias volaron En pos de su imagen bella, Y del bien perdí la huella Por siempre y quise morir.

Perdí á Rosaura, á mi amor, Y de su vista privado, En mi corazón clavado

Sentí el dardo del pesar;

Y lloré mi desamor, Y lloré mi desventura, Y mi vida fué amargura. Borrascosa como el mar.

Pasó el tiempo y el destino Como bruto inexorable, Sobre su grupa indomable Me llevó con firme pié;

Pasó el tiempo y yo sin tino, En los fantásticos mundos.

En los abismos profundos Del ser ideal me engolfé.

Pasó el tiempo y las pasiones Como huracán agitaron Mi juventud, y asolaron Su orgullosa presunción-. poesías varias. 197

Pasó el tiempo y las visiones De mi espíritu se fueron,

Y las tinieblas cubrieron Mi cansado corazón.

Pasó el tiempo'y la desdicha

Que tiende al triste acechanzas, De mis verdes esperanzas

Segó la copia feraz:

Pasó el tiempo, con la dicha

Que fué mi brillante polo,

Me quedó el recuerdo solo De tanta gloria fugaz.

Entonces como el viagero Que ha sufrido mil uUrages

Del tiempo, en sus largos viajes, Vuelve cansado á su hogar Comoá puerto lisongero,

Y- con atónitos ojos

Mira ruinas y despojos Do creyó abrigo encontrar;

Busqué á Rosaura anheloso

Y al llegar á sus umbrales,

Hallé rastros funerales

De lo que un tiempo existió: 198 POESÍAS VARIAS.

Pregunté por ella ansioso

Y eco triste, eco. nefando

"No existe ya, resonando,

Para tí" me respondió.

LA BENEFICENCIA.

Cántico.

Coro de varones.

Con almas candorosas

Ya estáis, hijas dichosas

De la Beneficencia,

" Del Diosen la presencia,

Que os quiso protejer. Él os tendió su mano

Y de virtudes llenas

La Patria os vio temprano

Cual bellas azucenas

Sin mancha florecer.

De su sagrado templo.

Para glorioso ejemplo Las bóvedas resuenen, Al universo llenen

Los cantos de loor; ,

poesías varias. 199

Y hasta su trono inmenso,

Vuestras sencillas voces,

Gomo el mas grato incienso. Sublímense veloces

En alas del candor.

Coro de niñas.

Cantemos humildes al Dios soberano Que tiene en su mano los polos del Mundo

Llenando el profundo de la inmensidad;

Repita la tierra con eco grandioso Su nombre glorioso, todas sus hechuras Gloriflquen puras su inmensa bondad.

4^ voz.

En amargo desamparo

Como triste grey perdida Nos miró compadecida. Dios supremo, tu piedad; Mas bajando en nuestro amparo

Celestial Beneficencia, Nuestra mísera indijencia

Se trocó en felicidad. 200 rOESIAS VARIAS.

2» voz.

En su pecho generoso, Las matronas argentinas, De sus llamas peregrinas

Abrigaron el ardor; Su constante afán piadoso Nos abrió del bien la fuente

Y alejó de nuestra mente

Las tinieblas del error.

l^VÜZ.

Gloria al Dios á quien debemos

Tantos bienes y ventura. 2a Yoz —Nuestros ojos no apartemos

De su luz eterna y pura. 1». -Ella es flor siempre lozana. 2a, —Ella es fuente soberana. Las dos— Que tesoros dulces mana De alegría, paz, amor.

Coro de vírgenes

No apartes tu luz divina

De las almas que te adoran, 201 poesías varias.

imploran Señor, y tu auxilio astro encamina. Que al bien como

Coro de varones.

amor confia De grey inocente que en tu Señor. Los humildes votos escucha, senda guia. Sus débiles pasos por tu fulgor. Alumbre sus ojos tu dulce

1" voz.

quebranto De ía Patria vio el Tu justicia vigilante, Cuando impávida, arrogante La oprimia la maldad; Mas tu diestra con espanto Su altivez redujo á ruinas,

Y en la playas Argentinas Se elevó la libertad.

^^ voz.

Tú, Dios fuerte, diste brio

A los brazos que triunfaron, jayoz —Y el soberbio poderío 202 poesías varias.

Del inicuo quebrantaron.

2^. —Que tu rayo vengativo

1». —Rompe el hierro del cautivo,

Las dos—Derribando el solio altivo

Do se ostenta la impiedad.

Coro DE vírgenes.

Ensalcemos la grandeza

Del Señor: él solo humilla,

Levanta y da fortaleza;

Su gloria en sus obras brilla.

Coro de varones

Celebre la tierra con eco grandioso

Del Dios de la Patria la gloria y poder;

Su voz es el trueno, su rayo espantoso. Los tiranos fieros hace estremecer.

4" voz.

A la Patria dieron vida, Dios supremo, tus bondades. En horribles tempestades

La supistes abrigar. 203 poesías varias.

Deja tu obra, ó Dios cumplida,

Y de afanes tan prolijos Libra ya sus caros hijos anhelar. Dando el premio á su

2* voz.

Haz brillar el bello dia

De la unión sobre su suelo, ja voz—Vuélvase dulce alegria

Su penoso y largo duelo-.

¿a, —Que ella madre cariñosa, 4a —Siempre tierna y generosa. Las dos—Nos ampara cuidadosa Como un ángel tutelar.

Coro de niñas.

Por la Patria con voz pura Te imploramos, oh Dios santo!

Dale paz, gloria y ventura.

Mira pió su quebranto.

Coro de varones.

Con gratos oidos los ruegos fervientes, De almas inocentes atiende, Señor, 204 poesías varias.

La Patria proteje, la Patria aflijida Que hoy agradecida canta en tu loor,

AMALIA ABANDONADA.

FRAGMENTO DE UNA NOVELA ARGENTINA.

Febrero de 1831.

Los dias y las noches y la aurora

Son á su corazón sin atractivo, Pues de su amor constante, fugitivo

Se halla el objeto que tan solo adora.

Idos, les dice, á los cansados dias,

Instantes enfadosos y vacios, Idos veloces, que me habéis robado Mi dulce bien y los amores mios.

En la flor de mis años anegado En un mar de dolor se ve mi pecho,

Y á su furor deshecho

Contentos y placeres y delicias Amorosas caricias, Que apuré insana en brazos de mi amado, .

poesías varias. 205

Todo, lodo cual humóse ha volado-.

Instantes enfadosos y vacíos, Idos veloces que me habéis robado Hi dulce bien y los amores mios.

Qué me resta. . .? Llorar? Pues bien, sollozos.

Lágrimas y suspiros de mi seno Salid fecundos, desahogad un tanto

Mi corazón de abatimiento lleno.

Insano desvariol vano llanto!

Huid de mis ojos, lágrimas dolientes,

Estériles á un pecho desolado;

Huid también ¡ó votos impotentes I

Instantes enfadosos y vacios, Idos veloces pues me habéis robado Mi dulce bien y los amores mios.

Y sola estoy. . . 1 y en rededor no escucha

Simpatizante ó celestial criatura

El eco de mi amarga desventura?. . .

Venid á mí compañas deliciosas

De mis felices dias,

Venid como solías En torno derramando

Inocencia, placeres, alegrías,

Y á vuestra planta hollando

Placer y amores, de la vida rosas: Venid á mitigar mi desconsuelo. 206 poesías varias.

Pero á qué llamo, si mi triste duelo

Es duelo eterno; si á las ansias mías, A mi amor en desierto abandonado,

Falta su lumbre y único consuelo?

Instantes enfadosos y vacíos, Idos veloces pues me habéis robado

Mi dulce bien y los amores mios. Yo que burlé de tantos amadores

Que consagraban todo á mi deseo.

Con mi desden esquivo, la esperanza;

Que altiva hollando amores

Desgarré cruel á tantos corazones De mi labio pendientes y mirada; Hoy, mísera, me veo Presa de una pasión que me devora Y de un pérfido ingrato abandonada.

Qué horror!. . .De mil afectos encontrados

Mi corazón desmaya á la inclemencia,

Y á su pesar la bárbara violencia

Del fuego interno lo consume en tantol

Insensata pasionl ¿Pero al encanto

Quién resistir pudiera

De aquella alma tan noble y tan sublime,

De aquel hablar tan grato y lisonjero,

De aquel mirar tan dulce y hechicero, De aquella intelijencia soberana .

poesías varias. 207

A la que el orbe entero la era estrecho?. . . Instantes enfadados y vacíos, Idos veloces, pues me habéis robado

Mi dulce bien y los amores mios.

Pérfido halago 1 engañador amante

Qué te hice yo para que asi burlases

Mi inocencia, mi amor, y preparases El destino fatal que me consume?. ...

Y vos, oh justo cielo, Que miráis mi tormento

Y fuiste de mi amor y mi contento

Testigo mudo, el insensato fuego Extingue en que me abraso y á cenizas Los vínculos reduce que á un ingrato

Dulces me unieron, y aun aqueste fruto

Inocente de amor y de ternura 1 Cuanto recuerdo grato

Liga mi vidaá tan feliz pasado,

Anonada al instante. .. .Impío anhelo. Huye de mí; para quien no hay consuelo

Inútiles son votos y aun el cielo. Instantes enfadosos y vacíos. Idos veloces, pues me habéis robado Mi dulce bien y los amores mios.

/ 208 poesías varias.

LA BARQUERILLA.

(balata.)

Yoga, barquilla,

Deja la orilla

Que á buscar voy, Al dueño mió

En el sombrio Bosque de amor.

Con el abrigo Del bosque amigo Nació mi amor,

Y el niño altivo

Me dio su activo Dulce licor. En dulces lazos, Entre sus brazos,

Allí me vio,

El bello dia. La noche umbría,

Y el rubio sol.

Allí me vieron,

Y se sonrieron Ninfas y Amor, Sobre mis faldas poesías varias. 209

Tejer guirnaldas Para mi amor.

Allí su frente

Blanca y luciente Mi mano ornó, Y con mil besos Mis embelesos

Tierno pagó.

Voga, barquilla,

Deja la orilla

Que á buscar voy, Al dueño mió

En el sombrío

Vosque de amor.

Voga ligera Que ya me espera Mi dulce amor;

Que ya fulgente En Occidente

Se oculta el Sol. A penas nace

Fulgente el sol,

Por prado y bosque Perdida voy,

Triste buscando u 210 l'OESIAS VARIAS.

Al que me amó, Y en vano busco Mi dulce amor.

Bajo al arroyo Do ayer me vio,

Yá la enramada De mutiflor Donde constante Fé me juró, Y en vano busco Mi dulce amor.

Pregunto á todos En mi dolor

Por si nó han visto

Al que me amó, Y nadie, nadie. Me dá razón; Y en vano busco Mi dulce amor.

El bosque y prado Me dicen nó, No, no hemos visto

Al que te amó-. Todos repiten,

¡O cruel dolorl poesías varias. 241

Que en vano busco

Mi dulce amor.

Si no le encuentro,

No podré, no.

Vivir ausente

Del que rae amó; Abandonada Moriré yo Buscando en vano Mi dulce amor.

II.

Todo en el bosque y el prado Era silencio expresivo,

Ni las aves repetían

Dulces amorosos trinos.

Del arroyo los cristales

Se deslizaban tranquilos, Y por momentos vagaban

En el silencio gemidos.

Una gentil barquerilla

Salió del bosque sombrío 2i2 poesías varias.

V se paró pensativa

Al margen del claro rio.

Fijando su vista errante

En los cristales lucidos. Y por momentos vagaban

En el espacio gemidos.

Se perdió después la herm osa

Entre los verdes alisos

Que coronaban la frente

Del arroyo cristalino, Donde resonó espantoso De repente un sordo ruido; Y por momentos vagaron

En el espacio gemidos.

Se vio luego entre el reflejo

Del corriente cristalino,

Como la forma de un cuerpo

De blanco traje vestido;

Vagar en torno se oyeron Mustios, débiles suspiros;

Reinó el silencio y cesaron

Los sollozos y gemidos. poesías varias. 213

Con la aurora refulgente Un cuerpo yerto tendido

Sobre la arena luciente Se vio de blanco vestido. Tomad ejemplo, doncellas,

De esta historieta de amores.

No vayáis al bosque bellas A cojer de amor las flores.

L OS C AüTI VOS.

(fragmento.)

I.

Del desierto en las vastas soledades,

Do reinan las sonoras tempestades, Un himno se levanta

De gloria y regocijo, que grandioso Al Dios de los ejércitos glorioso

Rinde homenaje y la victoria canta.

Quién como tú, señor? Tus escojidos

De los fieros salvajes atrevidos .

214 poesías varias.

La potencia domaron,

Armaste su valor del poderío

Del rayo vengador y el feroz brío

De los que no te adoran quebrantaron

Ya tu nombre resuena en el desierto, Que de enjambres de bárbaros cubierto

Vio poco antes el dia. Haciendo ostentación de su pujanza

Aniquilada ya, y en tu alabanza

Óyelos ecos que hasta el cielo envia.

• De largo cautiverio y ominoso, De vasallage odioso.

Compadecido al fin nos redimiste Omnipotente Dios con brazo fuerte,

Y á nuestra cruda suerte

Y llanto funeral término diste.

Humillaste á los pérfidos salvajes,

Que mil y mil ultrajes,

Idólatras estúpidos hacian Con frente osada á tu sagrado nombre Y á los que tu renombre.

Con la fé por escudo defendían.

Ciegos en su barbarie los infieles,

Como fieras crueles . .

poesías VAIUAS. ^45

Del desierto sin límites guaridos Como en horrendo mar fieros, triunfaban Y acometer osaban

Y mofará los tuyos divididos.

11.

Venid, soberbio, sin cesar decia

Á la caterva impia

El mas feroz que todos, vil caudillo; Venid hijos del sol y á esos cristianos De su poder ufanos

Demos á la matanza y al cuchillo

Vedle de nuevo en fratricidas guerras, ¿Y pisar nuestras tierras Dejaremos aun por esa turba? De aniquilarla es tiempo ahora que ciega Al frenesí se entrega Y todo en su furor mueve y conturva.

Mirad empero como ya ambiciosos. Sus ojos codiciosos

Por nuestros campos y llanuras jiran

Y so el velo de hipócritas amigos, Se avanzan enemigos aspiran Y á dominarnos por la espada 216 poesías varias.

Qué, para esa caterva de traidores, Nuestros claros mayores

Estas tierras tan fértiles dejaron?

No son, acaso, por herencia nuestras?

Y dormirán las diestras

Que siempre á los cristianos aterraron?

Dejaremos cobardes y pacientes Que esas intrusas jentes Esliendan mas su asolador imperio, Y vengan nuestras chozas á quemarnos,

Y por fin sujetarnos

Á la muerte, al tributo, al cautiverio?

No, no, invoquemos la venganza luego

Y al devorante fuego Sus hogares y campos entreguemos; Á terrible agonia á sus varones, Al hierro y los baldones

Sus niños y mujeres, y reinemos.

III.

El bárbaro decia así orgulloso, Y un baladro espantoso

Semejante al de furias infernales Que sienten en su mal gozo nefando, ,

POESÍAS VARIAS. .217

Resonaba anunciando

Ala atónita tierra horrendos males.

Y sobre potro indómito que ardiendo

Ya la crin sacudiendo,

Se arroja la bravia muchedumbre

Gomo irritado mar que entumecido

Arrasa el muro erguido Y desploma su inmensa pesadumbre.

Do quier, do quier, amenazante, enhiesta Su formidable cresta, De asolación ceñida y de mil muertes Latea devorante está en su mano

Y el cuchillo inhumano

Y el pasmo y el terror hiela los fuertes.

Ay! délos insensatos que adormidos

Sus feroces ruj ¡dos

Y' su clamor frenético no oyeronl

Ay I de los que miraron, infelices, Los cárdenos matices

Del meteoro flamíjero y no huyeron 1

La muerte y cautiverio los espera, La esclavitud mas fiera Entre aquellos estúpidos salvajes .

218 poesías varias.

El llanto y la amargura sin consuelo;

Si compasivo el cielo No manda un vengador á sus ultrajes.

Asi nosotros en funesto dia Déla caterva impia

Bajo el yugo espantoso nos hallamos Y largo tiempo con fervor ardiente Del Dios omnipotente

La clemencia y auxilios imploramos. .

A UNA JOVEN EN LAMBERTE DE SU AMIGA

Ayer gozosa vias

Sobre la blanca frente

De tu amiga, inocente Sonrisa divagar;

De sus hermosos ojos Brotaba enardecida

La luz que nos da vida,

Nos hace delirar. poesías varias. 219

Ayer era hechicera

En su faz todavía

De la melancolía La dulce languidez; Ayer soñaba dichas. Perdurables amores, Y hollando do quier flores

Iba bajo sus pies.

Ayer su labio puro Gozoso y satisfecho Lo que sentía el pecho Confiaba solo átí; Y no pensaba ilusa Que un dia amaneciese Y luto te trajese

Por ella como á mí.

Hoy mudo y yerto el labio, El rostro amarillento.

Inmoble y macilento Su lindo cuerpo está; Los ojos desmayados Sin lumbre encantadora, Cadáver es ahora

Que al cementerio va. '

220 poesías VAIUAS.

Se acabaron para ella

Las joyas y las galas, Las bulliciosas salas

Del baile seductor;

Se acabaron contigo Los coloquios risueños.

Los virjinales sueños,

Y las dichas de amor.

Si algún rumor del mundo,

Allá donde reposa.

En letargo profundo

Llegare alguna vez;

Será el jemido tierno

De tu alma dolorida

O de tu voz querida

Larelijiosa prez.

Montevideo, 1842.

INVOCACIÓN AL SOL.

Fragnieuto del 1". canto de ua poema titulado: Pelegrinaje de Gualpo.

TÚ, padre Sol que llenas, La inmensa creación con tu grandeza,

], Licencia del poeta, porque el bien sabia que la palabra preces no se usa en singular. (G.) poesías varias. 221

A quien das vida, fuerza, y fecundizas; Tú de América Dios y numen santo

Que los Incas fervientes adoraron, Ven, anima mi canto; Inspírame ese fuego indeficiente Que arrojas de tu faz resplandeciente; Y mi verso elocuente y harmonioso

Sonará en las Antárticas rejiones,

Y hablará á las naciones

Del frió septentrión y de occidente Con encanto que asombre,

Y alzará del olvido, esplendoroso,

En ecos de la fama que arrebata, El ignorado nombre

De un hijo de las márjenes del Plata. .

A D I O S E S A LA PATRIA.

(del mismo rOEMA.)

Suena mi dulce lira,

Suena el adiós postrero

Que erguido y placentero 222 poesías varias.

Mi bajel ansia el mar-.

Modera tus furores, O Plata caudaloso,

No inquieto y proceloso

Le impidas el surcar.

Más ya el eco imperante

Del esperto nauclero

Ordena al marinero

El áncora surjir;

Y la aura bonancible

Llenando el albo lino.

Del liquido arjentino

La proa hiende sutil.

Adiós, patria querida,

Adiós mis dulces lares,

Que á los inquietos mares Voy mi esperanza á dar.

De espinas y de rosas El voluble destino

De mi aurora el camino

Adornará falaz.

Adiós, que ya temprano

Las rosas se agostaron,. POESÍAS VARIAS. 223

Todas se deshojaron Con mi insensato ardor,

Y las espinas crueles Claváronse en mi pecho

Con brio tan deshecho

Que aguzan el dolor.

Bastante las pasiones Desgarraron mi seno,

Y con miel el veneno

Me dieron á gustar. Ahora á nueva lucha Me avanzo presuroso Anhelando gozoso

Mis penas acallar.

Allá do ruge airado

Infatigable el viento,

Y el instable elemento

Se ajita sin cesar;

Ante la aterradora

Faz de las tempestades, Voy de mis liviandades

A confundir el mal.

Voy lejob de tu seno En estrañas rejiones ;

22 '( poesías varias.

De las cultas naciones

El brillo á contemplar

Y allá entre las cenizas

De los tiempos que fueron

Y que al suelo cayeron,

La ciencia á meditar.

Ante el aspecto vario Del tumultuoso mundo.

Del piélago profundo

Incansable y voraz,

Y ante el proscenio vasto

Do reina la armonía.

Voy á mi fantasía

Alimento á buscar.

Mas ya en mi seno corre La dulce calma ansiada. Que me robó ensañada

La mano del pesar; Pues mi nave volando

En alas de la brisa,

Orgullosa ya pisa

Los umbrales del mar. ^

1 . Vaii;uite de los dos últimos versos; Los umbrales ya pisa Del anchuroso mar. poesías VAHIAS. 22¿)

A BERRO.

Inédita.

Era sin duda una esperanza bella,

Era una pura y misteriosa estrella

Que empezaba á brillar;

Era un árbol de vida que en tributo

Al suelo do naciera rico fruto

Prometió al germinar.

Era un genio talvez meditabundo Que llevaba en su cerebro de un mundo

La alta revelación;

Era un ser condenado á los martirios,

Los inefables raptos y delirios

De ideal concepción.

Era una audaz y noble inteligencia

Que en el oscuro libro de la ciencia,

Buscaba la verdad,

Y culto vivo al pensamiento daba,

O la misión sublime ambicionaba

De apóstol de progreso y libertad.

Era un hijo de la musa,

Y en la tierra su destino, 226 poesías varias.

Tener un sueño divino, Y pasar tan solo fué, Sin probar de sus deleites La congojosa amargura, Guardando en el alma pura

Flores de esperanza y fé.

Y pasó cual peregrino; Pesares, amigo, lloro, De memorias un tesoro En pos llevando de sí; Y pasó, los ecos tristes, Cómoda voz que suspira, De su melodiosa lira Dejándonos solo aquí.

Y melancólico y grave Yo también pasar le viera, Y simpatía sincera Nació entre ambos de amistad; Y no pensé que al saludo

De su lira pagaría Con recuerdo ó melodía

Fúnebre y de eternidad.

iTan temprano, y una á una Sus visiones ideales —

rOESIAS VARIAS. 227

Entre sombras funerales, ^

Ver ocultarse y morirl

Tan joven, y ya la noche Divisar en su agonía, Donde engolfarse debía

Su ambición y porveniri

Y esa noche era un abismo

Insondable y tremebundo,

Era el cadáver de un mundo

Que su espíritu engendró; Era un helado sepulcro,

Fetidez, polvo, gusanos,

Eran los deseos vanos Que en su vida alimentó.

Y entonces una blasfemia

Casi su labio murmura-.

Farsa, irrisión, impostura

La vida en el trance aquel

Le parece, y muerte y vida Se confunden en su mente, Pues anonadarse siente

Su pensamiento con él. 228 poesías vaiuas.

¿Para qué, dina, acaso, Me otorgó Dios la existencia,

Y el don de la inteligencia Puso en frágil juventud? ¿Para qué pasiones tantas En mi corazón hervían, Y esos que morir debian,

Sueños de gloria, y virtud?

Si cada ser que en la tierra

Se arrastra, vegeta ó mueve, Seguir una senda debe, Para un destino nació. ¿Por qué joven se aniquila Con su concepción el hombre. Sin dejar en su obra y nombre La encarnación de su yó?

Pobre poeta! delira, Por que de un sueño despierta,

Y desnuda, horrible y yerta Viendo está la realidad;

Delira porque el arcano

De la vida y de la muerte No alcanza, y recien advierte Que aquí lodo es vanidad. poesías varias. 2129

Vanidad, vanidad; pero sin duda Un perfume divino es para el hombre Ese aplauso común que le saluda,

Y hace en el tiempo resonar su nombre.

¿Qué importa que la muerte le sorprenda

Al conquistar el lauro que ambiciona.

Si ha hecho á su Patria generosa ofrenda,

O ceñido á su frente una corona?

Poetal tu mansión fué transitoria

En e^te valle detiniebla y luto,

Pero al pasar dejaste una memoria

Digna de llanto y singular tributo.

Montevideo, Octubre, J841.

ALA LEGIÓN FRANCESA

Nobles hijos de Francial llegó para vosotros

El dia grande y bello de rehabilitación; Eldiaque esperabais, á fin que viese el mundo blasón. Brillar puro en el Plata vuestro inmortal

villanos Caiga la infamia, caiga, sobre los que Pusieron en problema el pundonor Francés; 230 poesías varias.

Sobre los que debiendo por el sacrificarse

Cobardes lo arrojaron de un tirano á los pies.

Infamia, sí, para ellos; para vosotros gloria Que en pro de su renombre las armas empuñáis,

Y altivos como bravos para vengar su injuria

Del tirano Argentino la rabia desafiáis.

Hoy levantar la frente podéis al cabo erguida,

Salud! sois dignos hijos de la grande nación;

Si ella es el sol del mundo, en la orilla del Piala

Vuestro brazo defiende la civilización.

El símbolo mas alto lleváis déla victoria. El que flameó en Marengo, Jemmapes y Austerlitz, Y os cubre con sus alas el águila que un lustro Se paseó por Europa vencedora y feliz.

La Francia vuestra madre palmoteará de gozo, Y os enviará orgullosa mil votos de salud.

Cuando el aplauso escuche que al heroísmo vuestro En coro hagan los pueblos de la región del Sud.

Marchad, sí, con nosotros; vuestra divisa lleva

Como la nuestrajóven:—progreso y libertad. Fraternidad queremos, que nuestra tierra á todos

Proteja y alimente con su fecundidad. POESÍAS VARIAS. 231

Marchemus como hermanos á conquistar valientes

El lauro que ennoblece, y santifica Dios;

La humanidad gozosa lo verá en vuestras sienes,

Para ensalzaros grata levantará su voz.

iQue vengan con las nuestras lossanguinarios seides

Vuestras nobles cabezas á degollar aquí!

Que vengan á llevarlas como trofeo digno

Al tigre de la Pampa que se apacenta allíl

El fruto atesorado de laboriosa industria,

¡Que á arrebataros vengan en su rapaz furor,

A manosear impuros vuestras mugeres castas,

Y levantar de cráneos trofeo aterradorl

Con el cuchillo en mano, que vengan hoy de su amo

Los bárbaros instintos á propagar por ley,

Y corazones libres que indómitos batallan

A someter si pueden para aumentar su greil

Qué digol yá vinieron ¿los veis? aquí los trajo

Del ofendido cielo tremenda maldición;

Que á aniquilar de un golpe su poderío infausto

Gigante se levanta la civilización.

También hijos de Italial no veis? de sus mayores

Rememorando heroicos la ingénita virtud. 232 poesías varias.

Acuden á la arena donde los hombres libres

Sostienen la bandera del porvenir del Sud.

De Dios alto designiol en la oriental orilla

América y Europa la mano ya se dan,

En la batalla santa se mezclará su sangre.

Fraternidad sublime con ella sellarán.

iLos Reyes, sus Ministrosl qué importa? si los pueblos

Se agitan, luchan, mueren, por una misma fé?

Mañana, si, dilusos, cuando la sangre corra, Los reyes y ministros comprenderán por qué.

Montevideo, Mayo 1843.

Se publicó eu el núm. 1345, dei

Nacional de 7 de Julio lS-13

A U NA M A D R E.

Pobre madre! suspirabas

Por el hijo de tu amor,

Como si infortunio triste

Te anunciara el corazón;

Y lo llorabas ausente,

Maldiciendo al invasor. poesías varias. 233

Que á alejarte de los tuyos,

Y de tu hogar te obligó.

Pobre madrel tanto tiempo Vivir en tribulación.

Sin conmoverte al halago De su melodiosa voz, Ni ver de su sonrisita La angelical espresion

Cuando las caricias tiernas

Recibía de tu amor.

Pobre madrel en aquel labio

Que á tu pecho se nutrió. No derramar de tus besos El cariñoso fervor. Ni recabar de los suyos La dulce retribución;— Regalo para las madres De inestimable valor.

Y en tanto tu hijo en el lecho, Como joven planta al Sol, Se consumía, sin ver Tu sonrisa en rededor; Y acaso «mamá»! esclamaba Agonizante «aquí estoy» —

234 POESÍAS VAUIAS.

Y ni tu beso le diste.

Ni ta postrer bendición.

Y cuando tu alma de madre

Se gozaba en la ilusión

Devolverle á ver crecido,

Lleno de gracia y vigor;

Eco terrestre te dice:

«Llora á tu hijo que murió» Y otro místico replica:—

«Se fué al regazo^o" de Dios».

Llóralo sí, que las lágrimas

Bálsamos son del dolor,

Y bajará algún consuelo

Para tí, y resignación; Porque hay ángeles benignos.

Custodios del pecador.

Que las lágrimas de madre

Llevan como ofrenda á Dios.

Marzo 20, 1844. 235 poesías vaiuas.

UNA MUGER PARA LA PINTURA EN UN ÁLBUM REPRESENTANDO SAUCES. LLOROSA SOBRE UN SEPULCRO SOMBREADO DE

Lágrimas hoy y dolor.

Suspiros, lloro mañana, A una reliquia de amorl

Asi de tu edad lozana

Se irá secándola flor.

Basta, bella, dejemir

Por lo que no has de gozar; Es tiempo ya de pensar, Que enla\idano es vivir Permanecer sin amar.

Esa triste sepultura,

Símbolo, si, del olvido,

Te está diciendo-, es locura

Vivir sin haber vivido, Amando una sombra oscura,

Montevideo, Maizo 21 1844. 236 poesías varias.

En el Albüm de lx Sta. Da. Antonina Rodríguez.

Ramo gentil de flores primorosas

Tienes lo bella! reunido aquí; Son ofrendas del alma misteriosas

Consagradas á ti.

Consérvalas como los sueños de oro Que encantaron tu efímera niñez;

Porque solo en la vida ese tesoro Se recoge una vez.

Nacen después los mustios desengaños

Donde sembraba la ilusión falaz,

Y al tronco carcomido por los años Quedan esos recuerdos, nada mas.

En el Álbum delaSra. Pilar S. M.

El pasado es sepulcro de la vida,

La vida el gozo ó pesadumbre de hoy;

Olvidar es vivir; y ser dichoso

Sentir de veras é inspirar amor.

Amor, sin duda, á veces envenena

Y perturba la paz del corazón; poesías varias. á37

parecido Pero nada en la tierra hay amor. Al bien supremo que produce

Esa aura popular que nos embriaga. Esos sueños de gloria y de ambición,

Bellos serán, pero la hermosa debe

Trofeos solo apetecer de amor.

¡Dichosa la muger á quien el cielo

Virtud, talentos y hermosura dio! Dichosa tuque lejos de la patria

Tienes poder para inspirar amor!

vano, Si esta hoja lleva un pensamiento

Si otras mágico el arte embelleció, corona, Si un vate te consagra esta

Misterios son que te dirá el amor.

Hockuard. En el Álbum de la Ska. de

La vida es árida senda Donde entre arenas y abrojos

Solo descubren los ojos De cuando en cuando una flor, 0>alguna colina verde ,

238 poesías varias.

Cuya sombra nos abriga, Cuya agua fresca mitiga De nuestro labio el ardor.

Y al pasar por esa senda. Sin saber adonde vamos. Solemos como en ofrenda

Dejar un recuerdo fiel;

Llevando otro en la memoria Déla verdosa colina,

O de la flor peregrina

Para gozarnos con él.

El que yo. Señora, guardo

De tu hogar siempre risueño, Es grato cómo un ensueño Déla juvenil edad; Es de esos que no se olvidan.

Porque bosquejan al alma

Horas de paz y de calma

De ideal felicidad.

Dichoso si el que he dejado

Durase como el que llevo,

Si fuese como el renuevo De perdurable raiz;

Si al hallar alguna vez poesías varias. 239

Mi nombre, para contigo

Dijeres:— es de un amigo

Que no puede ser feliz.

En vn álbum, en clya primer hoja cubierta se leía

ESTA INSCRIPCIÓN:— PIDO QUE NO SE TOQUE.

No la toquéis porque ella

Es cifra de un enigma,

Que el fondo la bella Guarda del corazón. Misterio tan sagrado,

Que de él mortal ninguno

Sino el predestinado Tendrá revelación.

No la toqueisi acaso,

Está toda la historia De una vida ilusoria Simbolizando aquí;

O algún feliz recuerdo De juveniles dias

Que el corazón hoy cuerdo

Perpetuar quiere así. 240 poesías varias.

Quién sabe si esa página,

Que veis así cubierta, De una esperanza muerta Es fúnebre ataúd;

O si contiene helados, Marchitos en su aurora,

Mil ensueños dorados

De amor y beatitud.

Acaso esa muda hoja

De un deleite inefable, De una acerba congoja

Reliquia fatal es.

Sobre la cual sus ojos. En horas de amargura. Lágrimas de ternura

Derramarán tal vez.

¿Ni qué importa á vosotros

Profanos de la tierra,

El enigma que encierra

De esa hoja la inscripción?

Movió, diréis, su mano

Frivolo pensamiento, O de capricho vano

Solo fué inspiración. rOESIAS VARIAS. 241

El ojo del poeta,

Do intensa luz se anida,

Del corazón la vida

Solo puede sondar:

Para él nada hay inerte,

Todo habla en la natura;

De la vida y la muerte

Sabe el misterio hallar.

En el Álbum de la Sha. D'^ al regresar á Buenos

Aires, su patria.

Huérfanos de la patria, proscriptos caminamos.

Sin saber si mañana la luz veremos de hoy;

Si hallaremos almohada do reclinar la frente,

O si del Plata oiremos el májico rumor.

¡Felices si encontramos en la penosa marcha

Quien nos haga una ofrenda de amistad ó de amor! Quien cambie con nosotros simpática mirada,

O nos dé al despedirnos un generoso adiós !

Dichosa tú que vuelves á respirar la vida

Del aura embalsamada que tu cuna arrulló,

Y llevas para alivio de congojosas horas

Tesoros de recuerdos como el que yo te doy. 242 rOKSlAS VARIAS.

A Ü. J. M. F.

DEDICATORIA DE ELVHU.

Recibe, dulce amigo, este homenaje,

De mi amarga aflicción dulce consuelo,

Que mi musa consagra á dos amantes

Victimas tristes del destino adverso.

Tú has inspirado á mi abatida musa Los dulces melancólicos acentos

Que el sentimiento al corazón inspira

Cuando palpita enamorado y tierno.

Tuya es la inspiración, el verso mió,

¡Y ojalá que propicias á mi anhelo,

Para cantarla las divinas musas

Dado me hubiesen su celeste fuego!

Mas quiere en vano la enlutada Lira

Modular del amor los sones tiernos,

Cuando marchito el corazón y helado

Palpita apenas en el frió pecho.

Presa del infortunio y la congoja.

Tenebroso horizonte solo veo

Y lúgubres suspiros, triste canto.

Solo se exhalan de mi Lira en duelo. rOESIAS VARIAS. 243

Tan muerto como tú á la esperanza

De halagüeños y frájiles recuerdos,

Tristes despojos de pasadas glorias,

Mis enojosos dias alimento.

Los desengaños crueles, las pasiones

Han agostado hasta el vigor primero

De mis jóvenes años sin que puedan

Valerme el llanto y doloroso ruego.

Y cual cautivo mísero yo arrastro

De mi infortunio los pesados hierros,

Sin que imagen alguna ante mis ojos,

O lampo brille de fugaz consuelo.

Indulgente recibe pues, amigo,

Este presente de amistad sincero:

De dos amantes infelices canto,

Y de mi Lira acaso el postrimero.

Septiembre, 1831.

PRIxMER SUSPIRO

Triste un dia, caviloso,

Por las orillas del Plata,

Yo iba sin hallar reposo 244 poesías varias.

Cuando esconde magestuoso

El Sol su disco escarlata.

Yo iba, y con ojos perplejos De su rubia cabellera

Contemplaba los reflejos

Y eí horizonte á lo lejos Flamear como inmensa hoguera;

O ya el paso moderando.

Oia el susurro blando

Que hacen las ondas serenas,

Unas tras otras rodando

Sobre las blandas arenas.

Yo iba, y mi espíritu inquieto

Sin poder fijarse en nada,

Vagaba de objeto á objeto Gomo quien vuela indiscreto En pos de dicha soñada.

Yo iba, y en mi pecho ardiente

Bullir la sangre sentía Y una congoja inclemente Mi corazón impaciente Cual nunca entonce oprimia. rOESlAS YAIUAS. 245

Llevo mi vista hacia el cielo,

Y fuese sueño mentido

De mi fantástico anhelo,

O realidad, entre el velo

De nubes blanco y lucido.

Vi una forma que vagaba

Como espíritu del aire; Cariñosa me llamaba

Y con ojos me miraba

Llenos de hechizo y donaire.

Y la visión peregrina Dejó su forma primera,

Y de la muger divina A quien un astro me inclina hechicera. Vi la imagen'D"

Entonces dando un latido

Por el gozo que le inunda. Mi corazón oprimido Con un suspiro encendido

Lanzó su pena profunda.

Y en frenética alegría Trocando mi triste luto .

246 poesías YAllIAS.

Esclamé: de mi amor pia

¡O Diosa del alma mia!

Recibe el primer tributo.

EN UN ÁLBUM.

Unos versos me has pedido Yyp darte no quisiera Un papel embellecido Con fugaz inspiración; Sino vivo, palpitante. Con su fuego y sus pasiones Y sus locas ambiciones, Mi insaciable corazón.

Te daria toda el alma

Si amar como yo supieras.

Si tu corazón abrieras Al hechizo de mi voz; Te daria yo un tesoro Que guardo en ella escondido, De mas quilates que el oro, Que otorgarme quiso Dios

Te daria loque nunca Podrá darte ningún hombre, POKSIAS VAIIIAS. -Í7

En mis cantos un renonibre

Que otras codician quizá; Y palabras tediria Que no oirás de labio alguno;

Si me amases te amaría

Como nadie te amará.

Abre pues el pecho tuyo A mi voz que es de consuiílu,

Ábrelo y verás el cielo

Y sabrás lo que es vivir; Y escucharás armonias

Que te embelecen el alma, Y probarás alegrías Que hoy no puedes concebir.

LOS PRELUDIOS.

FRAGMENTOS. ^

Pues mi anhelo no acallas,

Paraninfo de fuego,

la noche, que es la XXXIf de los Con- 1. La composición titulada

-" preludios. suelos (pag. 153 de la 2. edición) está sacada de estos 248 POESÍAS VARIAS.

Precipitame luego

En medio del furor de las batallas.

Pero ya de la trompa guerrera

Por los aires retumba el fragor,

Y á sus ecos mi férvido pecho Se hinche todo de bélico ardor.

Clarines sonoros, pífanos, tambores.

Con tosca armonía llaman á la lid, La esfera se llena de gritos de guerra,

Valientes amigos, la espada ceñid.

Al campo marchemos, al campo de Marte, Al campo de glorias, al campo de honor.

El terrible acero y el blasón ciñamos Que á tiranos fieros infunde pavor.

Erguidos ya pisan nuestro patrio suelo

Precedidos solo del odio y rencor, Cebando su saña sobre el pecho inerme. Do quiera sembrando la muerte y terror.

A las lides, amigos, volemos Su arrogante altivez á doblar, Nuestros fueros sagrados y vidas

Y la patria inocente á salvar. POESÍAS VARIAS. 249

Que oigo ya de la trompa guerrera

Por los aires zumbando el fragor,

Y á sus ecos mi férvido pecho Se hinche lodo de bélico ardor.

Y no sois vosotros los que en mil batallas

Altivos hollasteis el soberbio León, Que rujiendo entonces de impotente saña La presa soltara con ira y baldón?

No sois ya los mismos que audaces rompiendo

Las cadenas rojas y yugo servil, Aventasteis luego los tiranos fieros

Que á América hollaban con su planta vil?

Despiértenlos pechos, las armas ociosas

Que á la patria dieron mil glorias y mil. Que vergüenza clámala ofendida patria

Y á tiranos nuevos vais á confundir.

A las lides, amigos, volemos Su arrogante altivez á doblar, Nuestros fueros sagrados y vidas

Y la patria inocente á salvar.

Que oigo ya de la trompa guerrera

Por los aires zumbando el fragor,

Y á sus ecos mi férvido pecho Se hinche todo de bélico ardor. 230 poesías varias.

Mas ya los enemigos escuadrones

Marchan en orden la batalla ansiando,

Vistosos estandartes y blasones

Por los aires serenos tremolando;

Silenciosas y mudas las lejiones La interpuesta montaña van trepando,

Cuando súbito suena por la tierra

El grito inmenso de venganza y guerra.

Gomo cuando violentos

De sus profundos cóncavos se lanzan Los furibundos vientos

Por los férvidos mares, levantando

La tempestad horrísona en sus hombros

Y á combate fatal los elementos Impelen, que bramando

Se chocan y rechocan con fiereza Desplegando su brio y su firmeza,

Tal se embisten feroces.

La lanza aguda y la sangrienta espada, Empuñando veloces,

Al cabo los inquietos combatientes. . . . poesías varias. 251

Arde el campo en furor como arde el cielo

Cuando el rayo inflamado

Tronando estalla y se difunde luego, Gomo sierpe de fuego

Iluminando el firmamento y suelo. .

El luminar espléndido del dia

Se eclipsa con la nube

De polvo y humo que confusa sube

Envuelta con la inmensa vocería.

Todo es sangre, furor y cruel matanza.

Que no doblan su furia y su pujanza Los guerreros sangrientos, Sino cuando mordiendo

La dura tierra, por profunda herida

Los alientos exhalan de la vida.

Con igual ardimiento

El uno y otro bando

Va la muerte sembrando: A aquel anímala ambición impia,

El despotismo audaz y tiranía,

Y á aqueste el grito de la patria amada

De esclavitud y muerte amenazada.

Su faz el sol esconde

En el rojo occidente 252 poesías VAHIAS.

Cansado de alumbrar tantos horrores,

Y aun mira tremolando su estandarte

Del hierro precedido y de la muerte

Y escupiendo el temor y la venganza Al sanguinoso Marte;

Hasta que al fin la noche tenebrosa

En lobreguez sepulta silenciosa

La saña, los clamores y matanza.

Pero, cielos, do voy? Por qué se goza La enagenada mente

Entre la sangre ó mortandad odiosa

De la enemiga gente,

Y en medio al espectáculo inhumano

De la bárbara guerra

Crudo se vuelve el corazón insano

Y la piedad destierra?

Cálmate, pues; oh lira! que ya mi alma

Busca solo el reposo,

Y el canto pide que la pena calma

Sensible y melodioso.

Acójeme morada silenciosa

Do vi la luz en tu apacible seno, .

POESÍAS VARIAS. 253

Acójeme y el aura del consuela Vierte en mi pecho.

Calma el dolor de las agudas penas Que mi existencia vacilante agovian,

Vuelve la paz á mi alma borrascosa Calma mis ansias.

Esta es la cuna que meció mi vida,

Este el regazo que abrigó mis dias, Ornándolos de gozos inocentes, De mil delicias.

Allí está el prado do correr solía

En mis niñeces jugueteando 1 edo;

Alli la fuente pura que calmaba

Mi sed y fuego.

Allí está el bosque que en su sombra amiga

Del rayo delestio me abrigaba, Do ya cansado de la trisca y juego Yo me sentaba

Alli soñando glorias y venturas

Amores y bellezas, exaltada En sus pinturas májicas mi mente Se deleitaba. 2o4 rOKSIAS VARIAS.

Todo era entonces gozo y alegría, De mi dichoso porvenir auroras, Y en devaneo dúlcese escapaban

Raudas las horas.

Mas hora perezosas y molestas

Son á mi mente, que do quiera torne,

Solo distingue pálidos reflejos, Negro horizonte.

Cuan diversa es la suerte que ha labrado

El destino fatal á mi esperanza

De laque tú halagüeña me pintabas Dulce morada.

Por ilusiones frágiles llevado

Dejé tu estancia lisonjera y grata,

Y me engolfé en el mundo- do he sufrido Solo borrascas.

Y fatigado ya de desengaños

Quebrantos y pesares angustiosos, La mente sumerjida en un desierto

A tí me acojo.

Recibe pues de un triste sin consuelo Los miseros depojos que los años poesías varias. 20a

En su inclemencia destructora, pios Han reservado.

La paz. la dulce calma solo pido Que mitigue mis ansias y conflictos-. Derrama, pues, en mi alma desolada El agua del olvido.

Enero, 1831.

ESTROFAS PARA CANTO

Aun no ha probado, virgen. Del sentimiento, tu alma Sus emociones tiernas. Su congojoso afán;

En la alba de la vida

La perla eres del Plata.

De su camino el ángel, De su pupila imnn.

Dios matizó tu frente Con un destello puro

De la inefable gracia. 2.')!) POESÍAS VARIAS.

Del perennal candor; Tu angélica sonrisa Derrama su dulzura,

Su simpático brillo, Su aroma encantador.

La brisa de la Pampa

Te regaló en la cuna Su perfumado aliento

Su espíritu vital;

Por eso en tí fecunda

La vida de la mente

Realza el poderío

De tu belleza ideal.

Cuando SUS galas todas

Pulidas por el arte, Desplegue con modestia Tu juvenil edad;

Estático de gozo

El Plata que te admira.

Tan joven y tan pura Te acatará deidad.

Bello destino el tuyo,

Creciendo bajo el ala

Del maternal cariño —

POESÍAS VARIAS. 2ü7

Para reinar así;

Conserva en el santuario De tu alma inmaculada

El jérmen de lo bueno

Que el cielo puso en tí.

Noviembre, 21 1847

LA MADRESELVA.

Tan humilde como bella,

Aunque á cercos destinada,

Es tu aroma delicada

Como el aliento de amor.

Tú mitrgas los tormentos

Con que me abruma el destino, Tú eres bálsamo divino

En mis ansias y dolor.

Tú me acuerdas los momentos

Mas felices de mi vida Que con Elina querida

Bajo tu sombra pasé. á58 rOESIAS VARIAS.

En ella un amor ardiente

Puro y santo nos juramos

¡Cuan poco lo disfrutamosí

¡Veloz el tiempo pasól

Buenos Aires, 5 de Oclubie 1^47.

CÓMALA.

POEMA DRAMÁTICO.

Fingal Miliilcoma ) Hijos de Mórveit.

Hidallan Dersagreiia S Cómala Bardos

Dersagreña— Cesaron de la caza los clamores,

Y el bramido feroz de los torrentes

Se óyeselo enArdven. Hijas de Mórven

Las márjenes del Crona y vuestros arcos

Dejad; tomad el harpa, que la noche

Os sorprenda embebidas en el canto

Y vuestro gozo grande en Ardven sea.

Mihdcoma—Vena prisa ¡O tú! noche silenciosa,

Ojizarca doncella, y en el llano

Tu velo melancólico dilata.

Yo vi un siervo en las márjenes del Crona .

POESÍAS VA 'HAS. 259

Que al través de la bruma parecía Un musgoso peñasco; pero pronto Despareció saltando y sacudiendo,

Gomo un meteoro sus ramosas astas, Semejante á las sombras que en las nubes Sus rostros melancólicos asoman

Dersagrena^Las fúnebres canciones son aquestas En la muerte de Fíngal: ha caido

El rey de los escudos, y soberbio Caracul predomina. Alza, Cómala, Álzate de tu roca hija de Sarno,

En lágrimas bañada; el garzón bello,

ídolo de tu amor, yace abatido Y su sombra divaga en nuestros montes.

Milulcoma—MVi pasa Cómala abandonada:

Dos lebreles oscuros á su lado

Sacuden sus orejas silenciosos

Y cazan los insectos revolantes.

Sus mejillas de púrpura reclina

En sus brazos de nieve, y con sus trenzas

Juega el viento fugaz de la montaña. Melancólica lleva y taciturna

Sus azulados ojos hacia el sitio

Donde está su esperanza,— do está Fingal—

Ya la tétrica noche cubre el mundo. 200 poesías varáis.

Cómala. —- Ó caudaloso Carun! por qué veo

Con sangre enrojecidas tus corrientes?

Acaso el estridor de la batalla

Ha resonado ya y está entregado

Al sueño de la muerte el rey de Mórven?

lO tú, hija del cielo! Álzale, ó luna,

Muestra desde las nubes tu ancho disco

Para que pueda ver en la llanura

El esplendor de su terrible acero,

O mas bien, que el meteoro rutilante

Que alumbra á nuestros padres en la noche

Con su cárdena luz á guiarnos venga

Al sitio donde mi héroe ha fenecido.

¿Quien librarme podrá de la congoja? ;.Delamorde Hidallan? Ayl largo tiempo Esperará Cómala antes que pueda

Ver á Fingal en medio de sus huestes.

Brillante como el alba entre la nube

De fecundosa lluvia anunciadora.

Hidallan, — Dilata ó Crona tus opacas nieblas

Por la senda del Rey; con ellas cubre

Sus pasos de mi vista y no permitas

Que de mi amigo fiel yo haga memoria.

Los bandos de la lid se han esparcido

Y en rededor del ruido de su acero POESÍAS VAKIAS. 261

No se ve huella alguna. Ajita ó Crona,

Ajila tus corrientes sanguinosas:

El caudillo del pueblo ha fenecido.

Cómala. — Quién feneció en las raárjenes del Crona,

Hijo funesto de la opaca noche?

Era blanco cual nieve de los montes

Y fulgente cual iris en el cielo.

Hidallan.—Ó si á la bella de su amor yo viese Bajando de su roca; oscurecidos

Con un velo de lágrimas los ojos

Y su pálida faz medio cubierta

Con sus cabellos! Sopla ó dulce brisa

Y ajita los cabellos de la vírjen. Para que pueda ver su blanca mano

Y su hechicera faz acongojada.

Cómala. — El hijo deComhal ha fenecido

Dices, présago infausto? El trueno rueda

Sobre los altos montes; el relámpago Con igníferas alas raudo vuela;

Pero ellos á Cómala no amilanan

Porque Fingal no existe, di, tú, jénio De funesto presajio ¿cayó acaso

El fuerte rompedor de los escudos? 26á POESÍAS VARIAS.

//¿íííi//afi.—Esparcidos se encuentran sus guerreros

De colina en colina, y los acentos No mas escucharán del rey de Mordven.

Cómala. — Que ensañada, por todo te persiga

La confusión terrible—que la ruina

Te sorprenda en tu triunfo, Rey del mundo

Que al remover la planta halles la tumba,

Y dejes á una vírjen lamentarte

Y sumerjida en llanto cual Cómala

De su edad juvenil en las auroras.

Por que á anunciarme de mi amor la muerte,

Hidallan, tá viniste? Yo podría

ínterin no volviese haber vivido

Con la dulce esperanza; hubiera á veces

Creido verle en la roca mas distante. Un árbol revistiendo su apariencia

Me hubiera hecho ilusión, y en mis oidos

El viento de los bosques resonado

Como el son de su trompa. Oh si estuviera

Yo en la márjen del Carun y pudiera Dar calor con mis lágrimas ardientes

A sus yertis y pálidas mejillas!

Hidallan.—Él no yace á las márjenes del Carun. Los héroes en Ardven alzan su tumba. POESÍAS VARIAS. 263

O luna! míralo desde tus nubes

Y esparce tu fulgor sobre su cuerpo Para que pueda verlo revestido

Cómala con el brillo de sus armas.

Cómala. —Deteneos, ministros del sepulcro. Qué yo vea á mi amado; él en la caza

Triste y sola dejóme; yo ignoraba

Que fuese á batallar-, dijóme al irse «Yo volveré, Cómala, con la noche> ¿Y ha vuelto, por ventura, el rey de Mordven? Trémulos moradores de las rocas, ¿Por qué no me anunciabais que caería

El héroe de mi amor? los que le viste

Déla edad juvenil en ira ardiendo.

Por qué nada dijistes á Cómala?

Milulcoma.—Qné sonido hacia Ardven resuena ahora?

Qué luz brilla en el valle? Quién se acerca

Con el fiero ademan de los torrentes Cuando brillan sus túmidas corrientes

Al macilento rayo de la luna?

Cómala. — ¿Quién, sino el enemigo de Cómala,

El hijo del rey bárbaro ser puede?

lÓ sombra de Fingall desde tu nube

Dirije de mis flechas el camino 26i POKSIAS VAKIAS.

Y que al certero golpe caiga herido

Ese rey cual la sierva del desierto.

No; esFingal, es mi amado, entre la turba

De los tristes espectros ¿por qué vienes

A llenar de pavor y do regocijo El alma de Cómala? Ó dulce sombral

Fingal. — Cantad, bardos, cantad la gran victoria Del Carun caudaloso; huyó vencido

El fiero Cararaul de nuestras armas.

Do campeo su protervia; y cual meteoro Que encierra algún espíritu nocturno

Y que impelen los vientos del desierto

Iluminando los espesos bosques

Su llama en rededor, yace distante. Una voz en mi oído ha resonadol

¿En el son de la brisa de los montes

O de la hija del Samo el eco dulce? Cazadora de Ardven, de blanca mano,

Déjate ver, mi amor, sobre tu roca;

Déjame oir tu voz encantadora.

Cómala. —Llévame al lagar donde descansas.

O espíritu hechicero de la Tumba!

Fingal. —Ven, Cómala al lugar de mi descanso.

La tempestad pasó; el sol hermoso poesías vaiuas. 265

En nuestros campos brilla: venal sitio De mi descanso, amable cazadora.

Cómala. —Con todo su renombre ha vuelto el héroe:

La propia mano entre la mia siento

Del guerrero invencible; mas sentada Permanecer yo debo en esta roca

Hasta que mi alma débil, ajilada, Vuelva de su estupor. Hijas de Morni,

Tomad el harpa y entonad el canto.

Dersaí/rma.—Tres ciervos en Ardven mató Gómala. Los fuegos resplandecen en la roca:

Id á prisa á la fiesta de Gómala Oh Rey amable del selvoso Mordven.

Fingal. —Entonad, entonad, hijas del canto,

De la guerra del Garun caudaloso

El himno de victoria; que la virjen

De albo seno á su voz se regocije

Mientras yo de mi amada veo el gozo.

Dardos. — Ajita ¡Oh Garunl tus sonoras aguas;

Ajítalas de gozo. Debelados

Huyeron del vigor de nuestras armas

Los hijos de la guerra: sus caballos Cun ñera planta nuestros campos no bollan. 266 POESÍAS VARIAS.

Y las alas soberbias de su orgullo Se mueveu sin vigor en otro suelo. Será nuncio de paz el sol ahora,

Y las sombras de gozo y de alegria.

Resonará el estruendo de la caza. La guerra del océano espumoso

Será nuestro deleite, y nuestras manos Entonces nuevamente con la sangre Se verán de Lonclin enrojecidas.

M¿ííí /coma.—Bajad, pálidas luces de los montes, Y vosotros, oh rayos de la luna.

Llevad su alma á las nubes: en la roca x

La vírjen yace pálida y marchita. Gómala ya no existe.

Fingal. —Murió la hija de Sarno? La doncella De albo seno que yo amo? Fué á buscarme

Gómala á los desiertos cuando solo

i/¿da¿¿an.— Ya cesó de la amable, cazadora

De Ardven la dulce voz

Finfjal. —Joven de adusto ceno, se acabaron

Para ti los deleites de mi caza poesías varias. 267

Y el ruidoso placer de mis festines

Guíame hacia el lugar donde reposa-. Que contemplar yo pueda su hermosura.

Ella pálida y yerta yace ahora Sobre la fria roca y con sus trenzas

Juega el frígido viento de los montes.

Suena del aire al soplo destempladas Las cuerdas

Las flechas de su aljaba se rompieron.

Cantad, Bardos, el himno de alabanza

De la hija de Sarno

Y dad el nombre de Cómala al viento.

Bardos. —Ved cual brillan los pálidos meteoros

En torno de la virjen y los rayos

De la luna su espíritu levantan.

Los rostros venerandos en las nubes Inclinan sus mayores por mirarla

Con tétrico mirar: allí está Sarno

Y Fidallan jirando ojos purpúreos.

Cuándo se elevará tu blanca mano?

Cuándo se oirá tu voz sobre las rocas?

Te buscarán en vano las doncellas

Y no te encontrarán: de tiempo en tiempo

Tú vendrás en su sueño á consolarlas; 268 I'OESIAS VARIAS.

Resonando tu voz en los oídos Y pensarán con gusto en las visiones

Que tu sombra inspiró á su fantasía. Los pálidos meteoros resplandecen

Eq torno de la virjen y los rayos

De la luna su esiúritu levantan

A LA PIRÁMIDE.

(fragmentos.)

I

Fatigada mi ardiente fantasía De contemplar escenas funerales.

Del inútil afán con que buscara Digno objeto á mis nobles ambiciones,

Viene á tí ló monumentol Á nutrir su esperanza y desaliento.

Recorro los anales de mi patria

Escritos por el jenio de la guerra,

Subo á los Andes y en su etérea cumbre poesías varias. 269

De su gloria inmortal veo padrones,

Padrones giganteos de su gloria

Que á todo noble corazón admira;

Pero tu noble sencillez me inspira.

Yo celebrar tu nombre á par del nombre

Quisiera de los ínclitos varones,

Que á tu polvo y tu nada, la grandeza De sus heroicas almas imprimieron,

Y espíritu y lenguaje te infundieron.

Cuántas veces en medio de la noche

Cuando reina el silencio solitario

Desvelado ¡ó pirámide sublime!

Me has visto meditando en tu presencia Y recrear mi memoria

Con los brillantes hechos de tu historia!

Cuántas veces me has visto enajenado

En los risueños dias de mi infancia,

Mezclado entre mis tiernos compañeros,

k\ asomar el sol, cantar el dia

En que la tierra vio como un portento

De un pueblo americano el nacimiento. 270 poesías varias.

II

Llevando la azul bandera

Y el bonete colorado. Como arrogante soldado

Con marcial paso iba yo,

A deponer á tu planta

El patriótico trofeo

De mi impotente deseo

Pero de mi brazo no.

Cuánta vez allí me dije: Oh quién pudiera ser hombre Para conquistar renombre

Y la patria defender.

Al estruendo de las armas

Se meció mi infantil cuna,

Pero quién de su fortuna Puede acaso disponer?

Yo nací para soldado

Pues su gloria me embriagaba; La ilusión que me animaba poesías varias. á"i

Bella fué y no realidad,

Ni en los campos de batalla

Á la patria he defendido,

Ni la suerte me ha cabido Decantar su libertad.

Y mientras consumo el fuego

De la vida en ocio oscuro

Vcoal necio y al perjuro

Al villano y al traidor, Cantar en triunfo. lO desdicha! Quién quiso que solo fuera Una sublime quimera Aquel juvenil ardor?

La tiranía escollada

De las mas viles pasiones,

Esperanzas é ilusiones Devoró de aquella edad,

En que la patria robusta Su servidumbre rompía Y en cada hombre prometía

Un héroe á la libertad.

III

Entonces ló piramidel naciste.

El puro acrisolado patriotismo . ,

272 poesías varias.

De tu semilla forma echó. . .

Te dio vida inmortal el heroísmo

Y lengua viva del pasado fuiste.

A los hijos del Plata Recordar su deber perpetuamente

Castigo y escarmiento á los tiranos. Qué diferencia entre tu noble orijen

Y las soberbias moles que el orgullo De inicuos potentados

Levanta entre blasfemias y jemidos

Con el sudor de pueblos oprimidosl

Para lección sagrada De su ambición mezquina es que sin duda

Viene el viajero y los contempFa absorto,

Y pregunta á los siglos lo que hicieron

Sus artífices vanos, y responden-. Oprimir, dominar, hacer esclavos

Y dejaren herencia á las naciones De su odiosa memoria estos padrones.

Llega el tiempo á su vez y con el soplo

Obeliscos y mármoles confunde

Borrando las falaces inscripciones

Que dictó la maldad y el despotismo;

Pero tú vivirás poesías vahias. 273

Trofeo del valor y el patriotismo

Mientras se ajite el hombre

En rededor de tí y en su alma lleve

De las altas virtudes la semilla,

Mientras haya tiranos y oprimidos, Y mientras latan pechos

Capaces de admirar heroicos hechos. . . .

De tus hermosas galas despojada

Te veo, y con asombro

Solo escucho clarines,

Do en otro tiempo oia

Himnos de libertad y de alegria.

IV

Y qué mas, si el soplo de fiera discordia

Derramó en las almas fiero frenesí

Sublevó pasiones, ahogó la concordia

Enlutó la tierra que florida vi.

Si el fruto que solo cosechan las madres

Es lágrimas, luto, perpetuo dolor,

Si la sangre humea de hermanos y padres

Y mas el tirano pide en su furor. 274 poesías vauias.

Si ley y justicia, todo profanaren

Necios demagogos con su mano vil,

Tiranos que un dia del cieno brotaron

Que amasó con sangre la guerra civil.

Solo tú en tanta ruina ¡ó monumentol

Despojo de las glorias de la patria,

Como roca soberbia en el océano Inmoble permaneces, yrujiendo

A tus plantas se estrella La horrible tempestad que todo huella.

Cuan lúgubre horizonte te circunda! Como ruina entre ruinas apareces,

Y con lenguaje mudo también lloras

El eclipsado lustre.

La miseria y baldón de un pueblo ilustre.

Paréceme que conmoverse veo

Tus entrañas inertes á la vista

De los colores patrios que flamean,

Como en los bellos dias de tu gloria,

Sobre el soberbio muro

Do reina el despotismo ya seguro. .

poesías yahias. 273

Reina, sí, poderoso y á la sombra

Del estandarte sacro de los libres

Do resplandece el astro cuya lanoibre

Rejeneró al nacer el Mediodía,

Y por robustas manos sostenido

Nunca ajado se vio ni envilecido.

Y lo escarnecen hora impunemente,

Y en lugar del azul tremola el negro

Ominoso pendón de los tiranos.

Murieron en las almas enervadas

Las virtudes heroicas, aire impuro

Secó el jérmen fecundo; pero sangre De indómitos guerreros heredaron Robustos corazones.

Ellos un dia correrán ansiosos

A interrogar los tiempos que pasaron,

A beber libertad en tu presencia,

¡Pirámide inmortal! y el sol de Mayo, Azote de tiranos, nuevamente

Libre y radioso mostrará su frente

En la marjen del Plata caudaloso, c . . 276 roESiAS varias.

H O S A U R A .

(fragmento.)

Hay una edad en la vida Risueña, hermosa, florida. Cual primavera feraz En que todo es alborozo

Y el corazón sin rebozo Se entrega en brazos del gozo

Que lo viene á acariciar.

Edad en que el sentimiento Brota espansivo y violento Gomo impetuoso raudal;

En que el corazón suspira Y cual mariposa jira, En pos del bien y del mal.

Edad feliz cuya gloria Queda impresa en la memoria Con indeleble pincel, Y como ¡majen querida

En el azar de la vida Es del alma entristecida La compañera mas fiel. .

poesías varias. 277

Edad en que nos envía

Cada objeto una harmonia,

Cada belleza un amor,

Cada amor mil ilusiones,

En que inquietas las pasiones ilallan pábulo á su ardor.

Y de esta edad yo gozaba

Y los juegos esquivaba

De la frivola niñez, Por buscar algo que via

Mi fogosa fantasia Y que encontrar no podía

Porque eran sueños tal vez.

Cuando viá Rosaura, y luego Quedé absorto como un ciego

Que la luz súbito ve, O como aquel que presente

Ve la hermosa de repente Que en sueños confusamente

De su alma el hechizo fué.

La vi y todos mis sentidos Quedaron como embebidos

En su hermosura y candor, 278 POESÍAS VARIAS.

Y todo me era enojoso, Y en ningún sitio reposo Hallaba mi pecho ansioso Que aun no sabia de amor

UN PENSAMIENTO.^

Un pensamiento mió

Quieres ¡ó bellai

Uno y mil te daria Silos tuviera; Pero cautivos

Ayer me los robaron Sin yo advertirlo.

Los pensamientos nacen,

Dicen, del alma, Y hoy conturban la mia Febriles ansias,

Y el pensamiento

Perdido busca el agua De refrijerio.

titulo en el borrador orií,'mal. 1. Estos versos no tienen ,

poesías varias. 279

Feliz tú que serena Tranquila duermes

Y las borrascas miras

Con rostro alegre. Por eso cantas

Y el áüjel te sonríe

De la esperanza.

El alma del poeta

Como las olas Aunque duerma tranquila Jamás reposa;

Luego, contraria,

Su sueño la tormenta Bramando turba.

A V.

A ti un misterio del alma Un pensamiento escondido,

Que mi labio vanamente

Jamás á ninguna dijo; Una palabra que envidian

Aun los serafines mismos,

Y del mortal ella nunca

Dulce arrulló los oidos. 280 POESÍAS VARIAS.

A tí, una voz que produce

Inefable regocijo,

Y la tierra á nuestros ojos Transforma en un paraiso:

Un eco del corazón

Tan eléctrico y melifluo, Que para profana lengua

Dios sin duda no lo hizo.

A tí sí; pero á tí sola

Algo inefable y divino

Que el poeta solo guarda,

Que solo dar á él Dios qujso; Algo que admiran los hombres Sin comprender su sentido Y que de tus labios nunca

Oirás como yo lo digo.

PEREGRINACIÓN DE DON JUAN.

(fragmento.) ^

Era París, cabeza de la Francia, Astro inmenso de luz que á la distancia

Sobre los pueblos de uno y otro mundo

original se halla muy 1. Tomado del bosquejo de un poema, cuyo incompleto. POESÍAS VAHIAS. 281

Derrama sin cesar rayo fecundo

De vida racional é intelijencia.

Pueblo grande á quien dio la providencia

De iniciador el cetro soberano,

Y al frente marcha del progreso humano Gomo Atenas y Roma antiguamente.

Y á Paris vá don Juan, y monumentos

Teatros y palacios y portentos De la industria y el arte absorto mira.

Parécele delira,

Que es aquello ilusión desús sentidos, Y atolondra su mente y sus oidos

Del murmullo humanal el hervidero, Y como aquel que en sueño ha columbrado

A UNA MADRE.»

Los hijos que da el cielo son ángeles benignos

Cuya sonrisa aleja las cuitas del hogar;

1. Sin lítulo en el borrador autógrafo 282 l'OESIAS VARIAS.

Dichosa madre aquella que se goza en mirarlos

En torno suyo siempre reir y juguetear.

Destello inmaculado de su alma, la inocencia,

Se exhala como aroma de incorruptible flor,

Y purifica grata los que á aspirarlo llegan,

Y tiene en sí el encanto del inefable amor.

Madre eres; no hay destino tan alto ni tan noble,

No hay nombre venerable como ese en lo mortal;

Corona es esa bella que da á la frente joven

De la mujer virtuosa prestijio sin igual.

En almas sin mancilla tu amor debe fecundo

Hacer brotar el jérmen del bien y la virtud;

Tu hogar es el santuario donde á su soplo activo

Crecerá rica en frutos su tierna juventud.

Madre feliz, entonces, concluida la tarea

Rodeada de tu prole descansarás en paz;

Florecerá la dicha donde tu amor impera,

Del cielo y de la tierra la bendición tendrás. poesías VAIUAS. -83

A. L..

Te acuerdas? un si tierno me prometió tu labio

Que aguarda todavia con ansia el corazón;

Se cifra en él la gloria, la dicha y la esperanza Los sueños mas queridos de mi imaginación.

Por qué, por qué indecisa lo guardas en el pecho?

Por qué hasta mí no llega su armónico rumor?

Por qué con él no quieres avasallarme el alma

Ni dar á tu sonrisa prestijio encantador?

No temas, ánjel mió, no lemas pronunciarlo-.

Mi corazón dobleces no tiene para tí;

Frivolo amor mundano no es para tu belleza

Ni sentimiento frájil me has inspirado á mí.

Cuando ese si pronuncies, tu corazón y el mió

Se fundirán al fuego de perdurable amor;

Será uno su latido, su sentimiento y vida.

Tendrá un orijen solo su dicha y su dolor.

Cuando ese si pronuncies revelación brillante

Tendrás de los arcanos del suspirado Edén;

Palpitará de gozo tu conmovido pecho

Conocerás la vida, saborearás el bien. 284 poesías varias.

LA NOCHE Y LA DÍAMELA.

(fragmentos.)

Ven ¡ó mi amorl la noche está estrellada,

La brisa de la pampa perfumada

Sopla y refresca el aire:

Ven, respiremos el fragante aroma

De la Diamela que su frente asoma

Entre verdosas galas con donaire.

i O noche celestial 1 cuan bella eres! Para mi corazón cuántos placeres Te debo, ó noche amada,

Guando en amor ardiendo y en deseo Con mi querida en brazos saboreo

El beso de su boca regaladal

O qué aroma tan puro! El pecho mió

Recibe al respirarlo nuevo brio,

Y en nuevo amor se inflama:

Moverse el tuyo con violencia siento.

Su embriaguez deliciosa el sentimiento En nuestro ardiente corazón derrama. POESÍAS VARIAS. 283

Üimc ló Diamela!

Flor de alta estima,

Que bello clima

Te vio nacer?

Nací de la blanca espuma Del Paraná prodigioso

En dia bello. Para mi seno nevoso

Dio el amor de su alba pluma

Y su cabello.

Los silfos del aire vagos Los aromas penetrantes Me infundieron, Que con melifluos halagos

De las flores mas brillantes Recojieron.

De entonces fué mi destino

Ser la delicia hechicera

De las diosas,

Que orgulloso el argentino Ye nacer en su ribera Tan hermosas. 280 POESÍAS YAHIAS.

Por SUS manos seductoras Siempre brillo en los pensiles Seductora

Sobre las flores gentiles Que con mano regalada Cria Flora.

Con mi hechicero atractivo

Yo las miradas cautivo Mas esquivas, Me embriago en el puro aliento

Que las auras dan al viento,

Fujitivas-

RECUERDO DE AMISTAD

(PARA UN ÁLBUM.)

Mientras el placer te halague

Ola dicha te sonria. Rebosando en alegría

Tu virjinal corazón; poesías varias. !28/

Mientras tengas libre el alma De congojas importunas Y recrear puedas en calma

Tu inquieta imaginación:

Mientras las rosas tempranas

Para ti do quier florezcan

Y tan frescas y lozanas Tus ilusiones estén;

Mientras te pinte el pasado

Solo imágenes de gloria

Y en tu hogar afortunado

Retoñe florido el bien;

Y con sus alas benditas

Te cubra el amor materno

O esperanzas infinitas

Te prometa el porvenir,

Y tranquilo y satisfecho

El corazón sin mancilla

No lo sientas dentro el pecho

Como en convulsión latir;

Rie, bella; alegre danza

En elfestinde la vida

Ya que el dolor no te alcanza

Y te convida el placer; 288 i'Oesias vaiuis.

Y consuela, anima alegre,

Con tu simpático gozo

A los que de frente negra

Suelen alli aparecer.

Bien haces. La vida es sueño,

Dijo un español poeta.

Pero si es grato y risueño Ese sueño tan fugaz;

Si nos embriaga la asencia

Del placer cuando dormimos;

Sin duda asila existencia

Consumir, es vivir mas.

Rie: en tu semblante vivo

La sonrisa tiene gracia,

Gomo en su tallo, atractivo

Tiene y fragancia la ílor:

Muy mal en él sentarian

Del corazón ó del alma Sombras que amortiguarian

Su benigno resplandor.

En este valle de duelo. El gozo de una alma pura,

Remedo del que en el cielo

Gozan los ánjeles, es; ,

poesías varias. 289

Por eso de la hermosura , .

Virjinal en las sonrisas Para derramar dulzuras .

Dios lo pusiera talvez. ,

Guarda, pues, amiga mia

Ese tesoro de gracia; Del cielo es una harmonía,

De la tierra bendición; Y con semblante risueño

Como el poeta de España,

Piensa que la vida es sueño

De muy corta duración.

Febrero, 23 de 1849.

PARTE INÉDITA

DEL POEMA TITULADO « INSURRECCIÓN DEL SÜD. » ^

Oh Patria amada 1 En estranjero clima Suspiré largo tiempo

Por el hermoso cielo que te aniina,

1. Véase el tom. 1. pag. 230. ,

290 poesías varias.

Por el paterno hogar y la ribera;

Y así que riendo desde el mar la viera, Te saludé gozoso

Creyendo en ella, cual soñé algún dia, Encontrar libertad, dicha y reposo.

Pero ahí fué una ilusión de fantasía:

Diez años de retiro Solitario y molesto

De tu gloria y tu honor sentí la mengua, Y otros tantos mi lengua A tu destino, por demás funesto, Silencioso respeto ha consagrado.

Si hoy eco desmayado^

Voz sin fé y medio yerta

A la lira inarmónica concierta,

Es para deplorar tu desventura.

Despedirse de tí desconsolada

Y dejarte el adiós de una alma pura,

Como á la tierra de su hogar amada

Echa el proscripto la postrer mirada.

Oh Patrial digna de mejor fortuna,

Donde dichosa se meció mi cuna.

Oye mi última voz. Si de mi vida

No te hice joven la devota ofrenda

Si mi débil aliento De acción ó pensamiento poesías varias. 291

No consagré á tu gloria y á tu dicha, Es que por mi desdicha

Hallé cerrada del honor la senda,

Es que al volver á verte, los traidores

Afrentada y examine y sin honra En triunfo te llevaban

Rodeada de sayones al suplicio,

Y á la risa y la mofa provocaban Toda noble ambición y sacrificio;

Es que el lauro, el poder, las distinciones,

Eran para esos viles corazones.

Cangrenados de lepra y de inmundicia, Que sin pudor alguíio en su avaricia

Trafican con la infamia alarde haciendo,

Como rameras, de su vicio horrendo:

Es que endiosado el bárbaro egoismo, De su poder segura

Reinaba la maldad y la impostura;

Es que irrisorio el noble patriotismo

Y aun la misma virtud á ser llegaron;

Es que mi lengua incorruptible y pura Hablar sin infamarse no podia;

Es que la fé perdiendo y la esperanza Los mejores patriotas, no quedaron

Para tu mal remedios: es que habia Luto en mi corazón, desesperanza, 292 poesías varias.

Que el labio y la razón era impotente Y á costa de silencio solamente

Otorgaba el vivir la tiranía. Y no he vivido, no, que he vejetado: Mi juventud robusta he consumido En lucha con dolor encarnizado, Con ambición de bien nunca obtenido.

Planta fui de tu suelo que en tributo

Darte no pudo, ó Patria! mas que el fruto

De un estériP araoi-. Taivez un nombre,

Un nombre, en recompensa de una vida

Toda de hiél nutrida,

Un nombre, nada mas; pero no odioso. No funesto á tu bien y á tu reposo

Gomo el de esos de tu amo favoritos

A quien diste poder oro, y renombre,

Después que el corazón te devoraron

Y á su ambición mezquina y egoista Tu bello porvenir sacrificaron.

Un nombre al menos nunca envilecido

En adular al poderoso necio. Mendigar un favor apetecido,

Ni tolerar su audacia y menosprecio.

Un nombre, si, pero jamás vendido

Al oro corruptor de los tiranos;

Que .no supo acatar ídolos vanos .

poesías variaiS. 293

Ni doblar la rodilla ante ninguno;

Un nombre para tí quiza glorioso,

Para mí vano, estéril, importuno,

Vacio de esperanza y de reposo

No como madre cariñosa y tierna, Como madrastra dura

Míj recibiste oh,PatriaI cuando ufano

Del ardor de los años juveniles

Vine á ofrecerte la cosecha pura.

Pero ah, qué digo insanol

¿No diste olvido, proscripción ó muerte

A los héroes de Mayo, á los campeones Que todo por tu amor sacrificaron

Y de gloria inmortal tQ coronaron?

A tí queja no debo, sí á la suerte.

Llegué tarde mis dones á ofrecerte, Llegué cuando ya apenas

Reliquias miserables te quedaban

Del pasado esplendor y envilecida

Sin rubor arrastrabas tus cadenas;

Cuando con voz y mano fratricida A tu inicuo opresor incienso daban,

Cuando su fallo el tribunal vendía,

Su pluma el escritor, su lengua el sabio,

Todos su honor para inferirte agravio,

Y contajio mortífero cundía; .

294 poesías varias.

Guando el crimen erguía la cabeza

Y el sarcasmo y la risa saludaban

Aljeneroso orgullo y la entereza; Cuando infames verdugos y opresores

Solo habia entre opresos y traidores.

Si nada hice por tí, te ofrecí al menos

Un corazón veraz y sin mancilla,

Una corona de laurel sencilla.

Los ecos de una lira independiente Nacida en infortunio

Que desdeñando encomios de villanos.

Ni en la desgracia te insultó insolente

Ni vendió una lisonja á tus tiranos

Oye, pueblo arjentino, y nunca olvides,

Síes que el abismo con la mente mides

De tu degradación; si es que robusto

Late tu corazón, y el egoísmo

O el vago espectro del terror adusto

No te ha helado la sangre en las arterias.

Si vida te ha dejado el despotismo

Para sentir tu mengua y tus miserias; Si es que tienes recuerdos y memoria De tu pasada historia.

Oye y piensa y aprende. Qué legado

El tirano que hiciste te ha dejado?

Sangre doquier, reliquias funerales .

roESiAS VAiuAS. 295

Y una lepra de males Que en porveair remoto aunque inocentes

Jímíendo sentirán tus descendientes:

Una jeneracíon, bella esperanza,

Primojénita raza de tus héroes,

Al pasar los umbrales de la vida

Condenada por crímenes ajenos

A dar incienso al egoismo impuro

O vivir vejetando en ocio oscuro;

Diez años de barbarie y retroceso Y otros tantos de guerra fratricida,

Y de Mayo feliz, del dia grande

Paralizado el triunfo y el progreso. Ese de tu mal hado

No fué ;oh pueblol el funesto resultado

Para los pueblos grandes no hay destino

Fatal y necesario. No, en la historia Hondo rastro dejando, ancho camino

Ellos se trazan de grandeza y gloria. Mal que pese á tu orgullo

(No te quiero adular) hijo es el tuyo De tu ignorancia ciega y tu egoismo.

Se heló en tu corazón el patriotismo

Porque mas que á la Patria, los placeres,

El oro idolatraste, y esclavo eres

De cuerpo y alma, adorador villano .

296 poesías varáis.

De un Mielas material, cuando pudiste Aniquilar de un soplo á tu tirano

Y volver á ser pueblo como fuiste.

SERENATA.

A la luz blanda y serena

De la luna, astro de amor,

Modulaba así su pena

Solitario el trovador.

Bella niña, yo te adoro

Desde el dia en que te vi,

Tú eres mi ánjel misterioso,

Solo pienso y vivo en tí

El tributo de mi canto

Misterioso yo te doy,

Y ese culto de amor santo Mi inefable gozo es hoy.

El misterio place á mi alma Pláceme soñado bien; Y entre sombras ver en calma

La sonrisa de un Edén. v;^

POESÍAS VAHIAS. 297

De las auras el jemido,

Délas olas el rumor, « Con el eco dolorido %

' Simpatizan de mi amor. « ¿^

Tú que escuchas, bella lunj,

El cantar del trovador,

Si la vieres por fortuna

Dlla nuevas de su amor.

Lleva, lleva hasta su lecho

Donde duerme sin temor.

Los suspiros de mi pecho Los misterios de mi amor.

Julio 30 (sin el año.)

A TI.

Anjel de mi esperanza,

Anjel benigno y puro Que en triste dia oscuro 298 poesías varias.

Aparecer yo vi;

A ti que me sonríes

Como el infante tierno Al halago materno,

A tí, por siempre á ti.

A tí cuya voz dulce De júbilo me llena,

Y la inquietud serena

Que se apacenta en mí; Cuyos ojos me inspiran

Inocencia y ternura,

Y sin igual ventura;

A tí, por siempre á tí.

CONTESTACIÓN.

GUTIÉRREZ. Á MI AMIGO DON JUAN MaRIA

noche Oh! venturoso el que en oscura En medio del desierta solitario, Y agobiado de angustias y fatiga, Halla una choza amiga. poesías varías. 299

Oh! venturoso el que vagando errante

En el piélago insano y borrascoso,

Cuando el cielo de nubes se ha cubierto,

Halla seguro puerto.

«

Y mas feliz el que con faz serena

Desde la orilla ve, en el mar del mundo,

Agitarse y bramar males y bienes Sin temer sus vaivenes.

Pero tal dicha no tocó á tu amigo-.

Sin brújula, ni guia en la corriente

Se engolfó de la vida y las pasiones En su edad de ilusiones.

Vanamente luchó contra sus olas,

Y cansado después abrió los ojos,

Y ni halló sitio do posar tranquilo.

Ni solitario asilo.

Cual se pierde la voz del peregrino.

En medio de los páramos que vieron

Ayer torres soberbias y hoy escombros,

Para ejemplo y asombro.

Asi su voz, sin eco, se perdiera

Entre el vano tumulto délos hombres, 300 l'OESIAS VARIAS.

Y cual sombra en la tierra desterrada Pasó su alma ignorada.

Nadie su nombre pronunció gozoso,

Nadie á sus ansias consagro un suspiro,

Nadie á su triste y solitario duelo Dio efímero consuelo.

Solo la Musa á quien incienso puro Ea su alma consagró, con sus cantares,

De sus horas el tedio adormecia

Y sus ayes oia.

Pero el fiero dolor vino á robarle

Ese mundo de sueños deliciosos,

Su esperanza se fué con su ventura

Y le quedó amargura.

Tú que las auras de la edad florida

Respiras satisfecho y los rigores

Impíos no sufriste de la suerte,

Ven, mi aflicción divierte,

Ven y derrama el bálsamo divino

De la dulce amistad en las heridas

De un pecho desolado y sin abrigo, Tierno y veraz amigo.

Septiembre, 19 de 1833. poesías varias. 301

EL GENIO DE LA DESTRUCCIÓN.

(fragmento.)

Del orgullo y. del pecado

Yo soy el enjendro informe, Cuya potencia diforme

Tuvo al orbe avasallado:

Desde que el hombre fué creado Como encarnación divina, Mi cetro abarca y domina

De la creación los estremos,

Y ante mis fallos supremos El universo se inclina.

Mi presencia es invisible, En ninguna parte estoy Y de todo lugar soy

Huésped fatal y terrible, Nada escapa á mi temible Inexorable poder,

Si una vez llega á nacer Grande, sublime ó pequeño; Pues soy absoluto dueño

De cuanto es, fué y ha de ser. 302 poesías varias.

De la vida en los umbrales

Velo, y velo á todas horas,

A las fuerzas productoras Mezclando fuerzas mortales:

Bajo mis leyes fatales

Todo en ruina se convierte.

Todo lo animado en muerte, Pues con mano morticida.

Do brota un jérmen de vida Depongo un jérmen de muerte.

LOS TRES ARGANJELES. »

(Prólogo en el cielo.)

Rafael.

En el coro délos mundos

Sigue su cántico el sol,

Virtiendo en su antigua senda

1. Parle de una novela ó cuento del cual hemos hallado uno que otro capitulo que no permite formar juicio sobre el asunto que el autor se proponía tratar. Este fragmento en verso tiene escrito al frente: "El Señor, las huestes celestiales, y después Mefistófeles", y se halla á la vuelta de una página en prosa de la misma novela. poesías varias. 303

Caudal de eterno fulgor.

Inclina el ánjel su frente Bañada de su esplendor,

Y lo que en su albor primero El astro divino es hoy.

Gabriel.

La tierra errando en el vacuo

Brilla á espensas de su amor,

La noche al dia persigue

El dia á la noche aventa. Braman espumosos rios

Al pié de rocas soberbias,

Y de los mundos el flujo

Rocas y mares se lleva.

Mefistófeles.

De monte á mar, de mará monte,

Va y viene ebria la tormenta Y los abismos conmueve En su turbulencia ciega.

El relámpago siniestro

Brilla y el rayo serpea; Pero, señor, tus ministros Tu eterna luz reverencian. 304 poesías varias.

Los TRES.

Como un padre

En mirarnos te deleitas

Y tus obras portetonsas,

Señor, señor, son tan bellas (]omo en su aurora primera.

A N.

Eres bella y graciosa Como ninguna

Y de tif labio manan Siempre dulzuras, Y se divisa

En tu sonrisa de ánjel Algo que hechiza.

Por eso yo en mirarte Siempre me gozo,

Y lo que dice tu alma

Busco en tu rostro;

Y en él por eso, Descubrir yo quisiera Tus sentimientos. poesías varias. 305

Sin duda Dios te ha dado

Corazón tierno

Para amar, pues tu rostro

Lo está diciendo;

Y en tu pupila Hay rayos que deslumhran,

Y amor inspira-n.

Porque si amor inspiras Tan fácilmente

Te esquivas á sentirlo

Como otras sienten

Y á las tristezas üe una vida infecunda

Hoy te condenas?

Para tí si quisieras

Tengo armonias,

Que deleitan el alma.

Que la cautivan; Y ecos divinos

Que de otro labio nunca

Podrás oirlos.

Para ti también tengo una Yo palabra ,

Que lleva dulcemente 20 306 poesías varias.

Consuelo al alma, Y sueño de oro

Infunde á la esperanza Sin saber cómo.

ROSAURA.

(Fragmento de un poema.)

LA TORMENTA.

Era la hora sublime

En que la tórtola gime,

En que la brisa murmura

Suavemente en la espesura,

O embalsama con su aliento

El adormecido viento:

En que el alma del poeta

Con ala de fuego inquieta,

Vaga sin hallar reposo,

Y un susurro misterioso

Como ecos que el aire envia,

Como celeste armonia

En la tierra, en los espacios ,

POESÍAS VARIAS. 307

Y los etéreos palacios,

Mientras en el fango lucha

La turba, estasiado escucha:

En que la luz se retira

Y el infortunio suspira

En que de azul pardo velo

La tierra, el aire, y el cielo Se cubren, y los amantes

Buscan la sombra anhelantes. Rosaura entonces pensosa

Bajo la enramada umbrosa,

Del jardin donde las flores

Exhalaban mil olores,

Donde el silencio y la caima

Enajenaban el alma,

Esperaba á su querido.

Ya miraba, ya el oido

En vijilancia ponia,

Ya sentir le parecía

De las hojas en el ruido

Del que idolatra los pasos,

Y á los fulgores escasos

De la luna que asomaba

Acercarse ya lo via,

Y de inocente alegría

Su bella faz se inundaba. 308 poesías varias.

Nadie! nadie! y suspiraba; Un rato mas: ;cuán pesadas

Son para el amor las horas

Cuando suspirando espera!

Cuan veloz es su carrera

Si npura nunca soñadas

Deli4;ias embriagadoras!

Al fin llegó palpitante

Trémulo, ansioso, anhelante

Y la buscó, como busca

Caminante en selva fresca

Rayo de luz que lo guie.

La veo—ella me sonríe

Como un ángel al que vela Y á mí cariñosa vuela Irradiando gozo, como

A su querida el palomo, Y nuestras bocas selladas

Con caricias inflamadas

Mudamente se esplicaron

El deleite que gozaron. ] —Cómo has tardado, bien mió!

¿Sabes que te amo y adoro,

Que eres mi ónico tesoro,

Y que puede tu desvio

Darme la muerte?—no ignoro, , .

poesías varias. 309

Rosaura mia, erfervor Con que me adora tu amor. ¿Pero sabes que mi vida

A la tuya es tan unida

Como el aroma á la flor

Como el canto al ruiseñor,

Como el son al instrumento.—

Ven, mi paloma, que el viento

Embalsamado de olores, Regala nuestros amores

Y la noche con su sombra

Ven á la verdosa alfombra

Y con ardientes caricias

Celebremos las primicias

De nuestro amor—Ove el trueno

Cómo retumba en el seno De aquella lóbrega nube * Que relampageando sube, Como gigantesco monte

Del tenebroso horizonte— —Es una nube enemiga De nuestro amor—No te cures De ese estruendo, dulce amiga, Ni con temores procures Nuestro gozo acibarar.

Deja al trueno retumbar ,

310 POESÍAS VARIAS.

Y á la tormenta bramar;

Ellos pasan, y el amor Deja inefable dulzor. Dulzor que nunca empalaga.

Y que el corazón embriaga ¡O qué dichai confundirse

Dos seres en solo un ser,

Inflamarse, derretirse

De amor, deleite y placer, Y en amoroso desmayo

Adormecerse. —Oye el trueno

Como retumba en el seno De aquella nube sombría

Que alumbra cárdeno el rayo;

Santo Diosl mírame pió,

En tí, mi Señor, confio.

—No te ajites, alma mia; * Segura estás de tu amigo

Bajo el cariñoso abrigo. —Ya no se ve estrella alguna,

Y los rayos de la luna

En lobreguez se escondieron.

Vete—vete : el rayo mira

Teme del cielo la ira.

—Sí, ya veo, se estinguieron

Las lámparas de la noche, POESÍAS VAHIAS. 311

Oye, no me hagas reproche.

Rosaura, el cielo iracundo

Esta noche mira al mundo Y nuestro amor. La tormenta

Viene con furia violenta Gomo voz de Dios rugiendo.

Sobre las nubes blandiendo Rayos de fuego. iQué horror! iQué terrible resplandor!

La noche es un caos horrendo,

Noche de horror y de espanto. Vamos, Rosaura.—Dios Santo,

Míranos, ó Dios! benigno,

De tí nuestro amor es digno.

Dios del rayo, Santo, Santo.

Febrero 24 de 1834.

LA PESADILLA.

Mira, escucha, aquel informe Monstruo déla noche horrendo,

Que se deleita en turbar

De los que sufren el sueño .

312 poesías vakias.

Su fantasía llenando

De mil hórridos espectros, Vino cuando yo olvidaba Todas mis penas durmiendo-

Sus dos ojos centelleantes

Vibró cual rayo primero.

En el oscuro recinto

Del silencioso aposento, Y mirándome tranquilo Desplomó sobre mi pecho

Abrumándome con ella La mole atroz de su cuerpo

Quise un grito dar y al punto

Lo sofocó el monstruo fiero

En mi garganta, y alzando

Largo y fosfórico dedo, Con diabólica sonrisa En un páramo desierto

Me mostró una flor marchita

Por la inclemencia del yelo,

Cuyas amarillas hojas

Eran juguete del viento.

Como hechizados mis ojos

La miraban sin quererlo.

Mientras el monstruo reia

De mis ansias y tormentos. poesías varias. 343

Y al cabo, oh dolor! oh angustia!

Vi á los pálidos reflejos

De una luz que centellando Cruzó aquel hórrido yermo.

Que aquella flor era única, Y sus hojas mis deseos;

Que la sonrisa del monstruo

Era un inútil despecho,

Y la llama de sus ojos El inapagable incendio Que cebado en mis entrañas Va mi vida consumiendo.

Feliz tú que cuando duermes No ves fantasmas horrrendos,

Ni al despertar de la aurora

Miras el fulgor con tedio.

EL Y ELLA.

ELLA—Ya quieres irte, amor mió, Y llevarte mi alegría?

El cielo está aun sombrío, Y en tinieblas todavia 314 poesías vaiuas.

Silenciosa

Toda la tierra reposa.

EL —No mi amor; oye, veciíia,

Ya anuncia el alba canora La matinal golondrina,

Y de separarnos la hora. ELLA— No, querido,

Credme es el eco perdido De alguna ave pasagera

Que su vijilancia engaña.

EL —¡Ojalá, mi amor, no fuera

La heralda de la mañana,

Que, despierta,

Nos dice «amantes, alerta»!

Mira aquellos resplandores

De nuestra dicha envidiosos,

Que matizan de colores Los horizontes nublosos

Del oriente, Y suben rápidamente.

Las lámparas de la noche

Se estinguieron ya y el alba En su refulgente coche

Del cielo el límite salva Presuroso.

Partir, mi bien, me es forzoso. POESÍAS VARIAS. 315

ELLA—No; creedme, aquellos fulgores

Son de la candida Luna Que á halagar nuestros amores

Sale hoy tarde por fortuna. No partas, espera, espera Un instante mas siquiera.

EL —Lo quieres? no partiré: Tu gusto es mi ley, contigo, Mi dulce amor, yo diré,

que ese cantar enemigo, Sin duda era De alguna ave pasagera; Que esa luz no es la del día

Sino el fulgor déla Luna, Pues siempre tu alma y la mia

Sienten y quieren auna,

Y deseo y

Loque te causa recreo. 316 rOESIAS VARIAS.

ROSAURA.

Fragmento.

I

INVOCACIÓN.

Rosaura, bella Rosaura,

Mas deliciosa que el aura

Que vaga en pensil florido; Tierna, fragante, amorosa, Gomóla querida hermosa,

Del ruiseñor ¿do te has ido?

¿Dónde está tu gentileza?

Tu candor y tu pureza, Tu sonrisa angelical,

Aquel tu amable donaire

Aquella mágica, aquel aire

De tu cuerpo virginal?

Como la estación florida,

Gomo el soplo que da vida

Al pecho mustio y la flor.

Voló todo en un instante,

Solo tu imagen brillante

Le ha quedado á mi dolor. ,

poesías varias. 317

Tu imagen! cuánta memoria De pura, inefable gloria

Ella despierta en mi mentel

Cuánto delirio amoroso,

Cuánto sueño deleitoso, Cuánto embeleso inocente!

Ella viene, ella me halaga Y mi corazón embriaga Casi yerto, de placer.

¿Dejaré que al fin se aleje

Y solitario me deje

Sentir, desear, padecer?

No, no, mientra amor me inspira,

Venga la sonora Lira, Quiero cantar mis amores,

Y al son de su^melodía. Sino encontrar alegría Adormecer mis dolores.

Ven, pues, ¡ó sombra hechicera^

Que en mi feliz primavera

Fuiste el único amor mió.

Ven á inspirarme aquel fuego De amor que enagena luego,

Y Cdi al verso poderío. 318 poesías varáis.

Ven, ven hoy como solías

En mas apacibles dias,

Como un ángel pura y tierna,

A halagarme, y tus encantos Revivirán en mis cantos

Y serás, Rosaura, eterna.

Setiembre 11 1834.

II

LA FLOR.

¿Visteis crecer regalada

Por la aura mas delicada.

En fértil valle una flor,

Que se gozó con primor

Y rara delicadeza En formar naturaleza. Para encanto peregrino

Del valle y campo vecino? AUi fué su humilde cuna,

AUi sin pena ninguna

Poco á poco se elevó, poesías varias. 319

Al I i feliz recibió

Del manso y sereno viento El esquisito alimento

Que le dio hermosura y vida;

Allí su frente garrida

De mil visos se adornó,

Y allí por fin exhaló

Aquella inefable esencia,

Símbolo de la inocencia.

Sin que profana mirada

Por el deseo animada

Sus hechizos envidiase,

Ni su candor puro ajase;

Pues así, pura, sencilla. Libre de humana mancilla.

Del rigor de áspero invierno.

Bajo el regazo materno

Creció Rosaura hasta el dia,

En que por oculta via

Nuestras almas se encontraron,

Y por siempre se hermanaron,

Gomo si nacido hubiesen,

Para que una ambas hiciesen,

Y en un mundo de alegría

Eternamente viviesen.

Febrero 13, 1834. 320 rOESIAS VARIAS.

III.

Sabes, loh mi único encanto!

Que huyó de mí la alegría

Y me alimento con llanto Noche y dia.

Sabes que mi corazón

Buitre voraz alimenta,

Y que eslraña aj ilación

Me atormenta'.

Sabes que las horas cuento

Como el que con ansia espera, Y que pasadas ya siento

Pena fiera.

Sabes que soy infelice Y que velando ó dormido, Una infausta voz me dice

Al oído:

No hay amor ya para tí,

Ni delicias, ni ventura,

Vivir borrascoso, si, Y amargura. poesías YAKIáS. 321

Sabes que en sitio ninguno

Encuentra mi alma reposo,

Que lodo me es importuno Y enojoso.

Y que tus ojos hermosos, Solo calman de mi pecho. Los vaivenes tumultuosos

Y el despecho.

Sábelo; mas no el orijen

Me preguntes de mi lloro,

De las ansias que me afUjen;

Pues la ignoro.

Solo sé que tuve un sueño,

Gomo el hado misterioso,

A un tiempo triste y alegre, Y ominoso.

Cuya imájen espantosa,

Gomo deforme gigante

Me persigue, oprime, acosa,

* Amenazante.

Mis regocijos devora

Me deja en hórrido yermo, 322 poesías varias.

Con grito horrendo me azora Guando duermo,

Y me dice*, alerta, alerta!

Sigue ló joven! tú camino,

Por esa rejion desierta

Del destino.

Y de tí, Rosaura mia,

Sin oir la triste queja

Que mi corazón te envia,

Cruel me aleja.

O ya encantos mas activos

Vistiendo, y forma divina, Con su mirar y atractivos Me fascina.

Y me muestra allá á lo lejos Entre inmensa nube oscura,

Como brillantes reflejos

De luz pura.

Y yo sigo aquella lumbre,

Imán de mi fantasía,

Como el viajero la lumbre

Que le guia. ,

poesías varias. 323

Y me canso, y todo luego

Se vuelve oscuro á mis ojos

Y avívase en mi alma el fuego

Y los enojos.

Y en tanto tu imájen bella,

En tal noche tenebrosa, Me aparece como estrella Luminosa.

IV.

Tú pasabas, dueño mió,

En solitario desvio, En opacas noches mustias, Mil angustias.

Tú en importuno silencio,

Mas amargas que el asencio,

Lágrimas tristes llorabas

Y callabas.

Tú á mi cariño desleal

Esa congoja fatal

Que pone luto á tus dias,

Me encubrías. i

32 POESÍAS VARIAS.

TÚ callabas y en el seno

Llevando el fiero veneno,

Con dulce, amable sonrisa, No indecisa.

Me mirabas. Ahí no en vano,

Trémula y fría tu mano

Sentí al partir, y una sombra. Que me asombra,

Como presajio funesto,

Vagó por tu frente presto,

Y amoratados y rojos

Vi tus ojos.

No en vano, no, ácada instante,

El corazón palpitante

Me decia: tu querido

Está abatido,

Y el pesar turba su dicha-

No en vano, no, la desdicha Como una nube sombría

Mi alma via,

Y mi sueño era mi calma;

Pues tú eres, alma de mi alma. .

poesías varias. 32í

Y de cuanto goza y siente Centro y fueüte.

En realidad se ha trocado

Lo que me había pintado

Vagamente la pasión Al corazón.

Tú das al pesar abrigo,

Y yo padezco contigo Una congoja, una pena, Que envenena.

Yo lloro porque tú lloras,

Y también cuento las horas,

Las increpo, ruego y llamo, .

Porque te amo.

Porque te adoro, y privada De tu vista regalada, Vivir no puede mi pecho

Satisfecho. %

Ven, pues, mejora mi suerte,

Amor mió, que sin verte

Ansias padezco fatales, Y mortales. 326 roESiAS varias.

Ven ya, mi bien, sin tardanza, Y verás nuestra esperanza Revivir conel ardor Del amor:

Y tus ansias y las mias,

Como las nubes sombrías,

Ante el sol desvanecerse Y perderse. POESÍAS VARIAS. 327

MI AMADA.

Bella es mi amada y radiante

Gomo estrella matutina,

Bellos son sus negros ojos Que de amor mil rayos vibran;

Bello es el color de rosa

De sus candidas mejillas;

Bella es la sonrisa grata Con que halagüeña me mira;

Bellas son las trenzas de oro

Que por su sien se deslizan;

Bello el mirar de sus ojos

Que me enamora y hechiza;

Bello su talle y donaire Con que graciosa camina;

Bello el candor celestial Que su semblante respira:

Bello es todo cuanto encierra En su perfección divina, La que idolatra mi pecho Y mis potencias domina. 328 poesías varias.

(fragmento.)

Envuelto estaba en funeral tristeza

Mi activo pensamiento devorando

En soledad amarga sus congojas.

El mundo para él era un sepulcro,

Y la tierra y el cielo y la natura Insensibles y mudos y sin vida; El pasado desierto, y tenebroso El porvenir lejano en cuyo seno

Las cosas que serán el tiempo enjendra.

Pensamiento fatal, idea horrenda, Gusano roedor que nunca muere,

Al corazón asido tenazmente

Me llenaba de angustias, y mi sueño

No era el sueño que gozan los mortales

Sino el suplicio horrendo de un precito,

La horrenda convulsión de la tortura:

Mi vijilia el delirio de un frenético, Y mi vida un misterio impenetrable.

Entonces ¡ay! para desdicha mia

Abrí los ojos y me vi perdido

En el desierto piélago del mundo.

Clamé y la tierra para mí fué muda,

Miré y la nada me llenó de espanto, poesías varias 329

Busqué y la noche circundó mi vista,

Quise llorar y al misterioso abismo De mi orgulloso corazón bajando

Una lágrima sola le pidiera

AL Dr. D.JOSÉ MARIA FONSECA.

(FR4GMENT0 DE UNA EPÍSTOLA.)

Ya viene ya, Fonseca, el triste invierno

Armado de rigor: silba el pampero;

Su soplo aterrador lanzan los vientos

Y con la hojosa gala de los bosques

Cubren el suelo de amarilla alfombra.

Huye la golondrina, huyen las aves

A los ásperos montes; no se oyen

Mas que tristes jemidos en los sitios

Do resonó poco antes la alegría.

Muere la pompa que ostentó el verano,

Mueren de Flora las preciosas galas,

Que amortiguando el resplandor Febeo restos A sus débiles no da vida; f Y de tanto ornamento y hermosura .

330 poesías varias.

No quedaron testigos ni despojos.

Asi mueren también las esperanzas

Que el hombre alimentó: les falta el fuego

De la ilusión feliz y desmayadas

Caen como flores que marchita el hielo,

Y cual humo fugaz se desvanecen. Asi se disiparon bien temprano

Las que daban vigor á mi existencia

La dolencia fatal ha sorprendido Mi ufana juventud cuando empezaba

A desplegar su pompa y lozanía,

Y ante mis ojos aflijido veo Hecho despojo de su saña impia,

El trabajo y afán que consagrara

Á hacerla fértil y fecunda un dia.

Asi en la edad de h\ ambición ufana

Ni alimento esperanza ni deseo;

Todo mira con ojo indiferente

Mi triste corazón y nada siente.

Cuando los otros en triviales juegos

Pasan los años de su infancia larga, Mi corazón ardiente desplegara Un mundo de pasiones; corrió ansioso •Tras su torrente insano y tumultuoso, Y engolfado en su piélago profundo Perdió inesperto sin timón ni guia poesías varias. 331

Por siempresu inocencia y su aiegria. De mi infancia precoz fueron amigos

La soledad esquiva y el retiro.

Cuando los otros impacientes vuelan

Tras el placer fugaz, yo solo hacia

Mi deleite, mi gloria y mi recreo

De pensar solitario; ya en los bosques.

Ya en la márjendel Plata; ya en los riscos

Que circunda el terror; ya en los lugares

Que dar podian con su aspecto y forma Pábulo ámi curiosa fantasia. Asi esquivando pasatiempos vanos

Creció mi juventud como la encina

Solitaria, robusta, que domina

Las cumbres mas soberbias: los halagos

Del mundo seductor ni los prestijios

De la beldad fugaz y encantadora

Que tras sí lleva juvenil torrente, Nunca pudieron perturbar una hora

De mi saciado corazón la calma.

Impasible y sereno yo marchaba Entreteniendo solo mi memoria

Con ilusiones de renombre y gloria.

El fuego abrasador de las pasiones Como volcan secreto fermentaba

En mi ajilado seno y alejaba 332 poesías varias.

El sueño de mi lecho, mientras mi alma

Con las alas de espíritu divino

Mas allá de los límites volaba

Estrechos de la tierra, y desplegaba

Su fantástico vuelo en las rejiones

Que puebla el infinito, en lasque crea

Con májico pincel y peregrino En su sublime inspiración la idea. Llenaba á veces de despecho mi alma Una secreta ajitacion; mi sangre Como opreso torrente rebosaba En mi inflamado corazón, sacando De quicio mi razón, me despeñaba Cual torbellino ciego arrebatado

Por el airado viento, entre el tumulto

De las ondas furiosas ó en los sitios Cercados de terror y de peligros, Donde naturaleza desplegando Su€nérjico poder me conmovía

Con emociones fuertes y terribles. poesías varias. 333

ÚLTIMO CANTO DE LARA.

Revestida de púrpura fuljente,

En el diáfano oriente,

La aurora aparecia y anunciaba,

Bañando en su esplendor la inmensa esfera,

Al gran planeta que en el orbe impera;

Guando el cómitre audaz clamó impaciente,

Y la marina jente

Desplegando veloz los anchos linos

Que dilata el pampero, en vuelo suave.

Se desliza la nave,

Por los senos del Plata cristalinos.

Todos sienten la ausencia y silenciosos

Tienden la vista por la playa ansiosos:

No hay quien no dé un recuerdo ó un suspiro^

Quien no traiga en secreto á la memoria

Algún instante de delicia y gloria, Alguna imájen dulce: no hay quien mire

Desparecer con ojo indiferente

La ribera natal, la tierra amiga

Que los objetos de su amor abriga.

Solo uno está sereno; su semblante

Joven aun, pero sombrío y triste 33't poesías varias.

Solo demuestra indiferencia fria, Y en su marchita frente, Como herida de rayo omnipotente,

Se ve de las pasiones elevadas

La traza profundísima y radiante:

Empero por las olas vaga inquieta

Su vista sin cesar, como sujeta

Á poderosa májia y contemplando

El incansable hervor que las ajita,

Al que reina en su pecho semejante,

Animarse parece y en sus ojos,

Y en su pálida faz, brilla un instante

El destello fugaz de la alegría,

Y á la ilusión cediendo encantadora

Que á su abatida mente aliento inspira,

Al son fugaz de la harmoniosa lira, Canta con voz sonora,

Mientras luchando con las ondas fieras

Se abre camino la sonante prora.

Al fin respiro libre

En tu ajitado seno,

Oh Plata caudaloso !

Al fin mi pensamiento borrascoso

Viene á gozarse en medio del tumulto

De tus ondas altivas nuevamente, poesías varias. 335

Á olvidarse del mundo y los pesares

Como otro tiempo en medio de los mares;

Á contemplar la férvida corriente

Que hirviendo siempre amenazante jira,

Y á celebrar tu nombre y tu grandeza

Con plectro de oro y resonante lira.

Un hijo de tus playas te saluda

¡Oh padre de los riosl y á pagarte De admiración tributo jeneroso

Viene desde su albergue silencioso.

La inmensidad de tus sonoras aguas,

'Ante los ojos mios hoy dilata,

Grande, sublime, majestuoso Plata, Para que pueda mi inspirada mente

Abarcar tu grandeza, y por el orbe. En alas de la fama y de la gloria.

Llevar de tus portentos la memoria.

Corres sereno y con augusto paso

Bañando la mitad de un continente,

Y llevas de tus aguas el torrente Al atónito mar por boca inmensa,

Que temible y airado y no pudiendo

El ímpetu feroz de tu pujanza

Sufrir ni tu soberbia, se abalanza.

Te hace guerra, te impele, y rebramando 336 POESÍAS VARIAS.

Á tu cauce rehuyes anchuroso, Y en su límite estrecho no cabiendo

Hierves enfurecido y te levantas, Gomo fiero jigante,

Sacudiendo las crines espumosas,

Hasta las nubes, y con voz tronante

Á la tierra y al cielo á un tiempo espantas. Mas llegan en tu ayuda, tributarios. El Uruguay y Paraná famosos

• Con curso dilatado, tempestuosos,

Y uniendo á tu corriente su corriente,

Con fuerza irresistible,

Arrollas dilatando victorioso,

Hasta el abismo inmenso de los mares.

La inmensa voz de tu poder injente.

Quién al mirarte, ó Platal no se asombra?

Quién no siente elevarse si te nombra?

Como océano inmenso te presentas Rodeado de peligros y tormentas,

Y la atónita vista busca en vano El límite que pone soberano

Á raya tu furor: do quiera torno,

Hallo tu faz plateada, escucho el eco

Aterrador salir con poderío.

De tu seno profundo, ,

POESÍAS VAKIAS. 337

Dilatando tu nombre por el mundo; Veo hervir en mi torno

Tus aguas espumosas, y encantado

Creo mirar el impetuoso brio

Del Atlántico inmenso. Y tú eres rio;

Pero rio famoso que triunfando

De la saña del tiempo y de la muerte, Eterno vivirás y á las edades,

Y á los remotos siglos la memoria

Llevarás de tu patria y de tu nombre, Con trompa resonante de victoria

Que al universo asombre.

TÚ fuiste el numen tutelar que un dia

Inspiraste á mi ardiente fantasía El canto soberano;

Por tí la lira resonó en mi mano

\ se elevó mi espíritu á la cumbre Do no alcánzala necia muchedumbre

Por tí mi mente ardia

Y' del estrecho círculo anhelaba

Salir que la cenia:

Por tí con raudo vuelo se elevaba

Al templo de la fama y allí veia

Resplandecer los nombres Coronados de lauro omnipotente 338 poesías yahias.

De los héroes famosos qae la historia

Con eco sempiterno, á las edades

Lleva de jenteen jente,

Y osó aspirar ala suprema gloria.

Tú llenaste mi pecho del ardiente

Deseo de la fama, y me llevaste De mis paternos lares

Al borrascoso seno de los mares,

\ allá do los imperios y naciones

Ostentan vanidosos. . . .

De su nada y su gloria los blasones.

Al fin he vuelto á tí icuán diferente

De lo que fuíl Mi desolada mente

Nada encuentra en la tierra que la halague;

Voló en pos de falaces ilusiones Y encontró desengaños:

Buscó anhelosa ideales perfecciones,

Y solo halló la realidad terrible,

El esqueleto lívido y horrible

De lo que es, y envuelto en el torrente

Del destino común de los mortales.

Mi triste corazón lleva consi go

Del pesar enemigo,

Del tedio y la aflicción los crudos males. poesías varias. 339

Adiós, Plata grandioso, los acentos

De mi lira sonora

Al murmullo incesante de tus ondas

Ya no se mezclarán: la voz canora

Del cisne de tus plácidas riberas

Va á estinguirse por siempre. ¿Quién tu nombre

Celebrará y grandeza? Ya el sepulcro Frióme espera en mi temprana aurora.

Cual meteoro fugaz voy á ocultarme.

Oh si me fuera dado sepultarme

En lus ondas amigas y que el hombre Repitiese mi nombre cual tu nombrel

Adiós, por siempre, adiós, Plata grandioso,

De un hijo de estas playas jeneroso

El adiós postrimer recibe en tanto

Y de mi lira el postrimero canto.

Cesó de Lara el canto y ya la prora La corriente sonora Del Uruguay surcaba majestuoso,

Y el luminar grandioso

En el rojo horizonte se escondia, Sereno derramando

Amortiguada lumbre y el imperio

De larejion antartica dejando

Al triste nuncio de la noche umbiía.

t

i 3iO poesías varias.

Mora infeliz al corazón que sufre,

llora menguada en que naturaleza

Del velo funeral de la tristeza

Se cubre toda y en que el alma triste

Sieiiifi un vago temor sobrecojida,

Cual bi viese en los pálidos desmayos

De los menguantes rayos.

El postrimer adiós de la esperanza

O el último suspiro de la vida.

Y adonde Larava; dónde dirije

Sus pasos hoy? Va acaso vagabundo

Cual otro tiempo á recorrer el mundo

En busca de ilusiones? ¿Va anheloso

De encontrar la verdad en los desiertos,

Contemplando la pampa y maravillas

De la naturaleza? No, angustioso

Vá á buscar la salud en las orülas

Apacibles, del Negro. ' Allí lo lleva

La esperanza feliz de hallar consuelo

Al mal que lo devora en otro cielo,

En clima mas benigno. Alli la calma

Á la continua ajitacion de su alma

1. Rio de la República del Uruguay á cuya márjen eytá situada la ciudad de Mercedes. .

poesías varias. 341

Juzga que encontrará. Vano delirios

Corre en sus venas la letal ponzoña;

Va con él su tormento y su martirio. Desdichado de aquel que perdió un día

La paz del corazón y que consigo

Del desengaño cruelllev.i la imájen;

Del que en su ardiente y loca fantasía Á ilusiones falaces diera abrigo,

Y fantásticas formas persiguiendo

Perdió su juventud; se mira al cabo

Del largo viaje solitario y triste,

Sin encontrar el venturuso puerto.

Cual peregrino en medio del desierto,

Y burlado en su afán en ningún sitio

Halla reposo ásu enemiga suerte,

Y rodeado de angustias y pesares Vive con su dolor como en los mares

El alción solitario, y sin amigos,

Hasta que viene ásu clamor la muerte.

Tal es el mal de Lara. Ya venia

Armado de rigor el triste invierno;

El frígido pampero por los campos

Su soplo asoladorya derramaba,

Y con la hojosa pompa de los bosques

El suelo amarillento se vestía 342 poesías varias.

Huye la golondrina, huyen las aves

A rejion mas benigna y ya no se oyen

Sino tristes jemídos en los sitios

Do resonó poco antes la alegria.

Muere la pompa que ostentó el verano,

Mueren de Flora las vistosas galas.

Que amortiguado el resplandor Febeo A sus débiles restos no da vida,

Y de tanto ornamento y hermosura No quedaron bien pronto ni vestigios.

Así mueren también las esperanzas

Que el hombre alimentó; le falta el fuego

De la ilusión feliz, y desmayadas

Caen como flores que marchita el hielo

Y cual humo fugaz se desvanecen.

Asi se disiparon bien temprano Las que daban vigor á tu existencia.

Cuitado Lara: La fatal dolencia Tu ufana juventud ha sorprendido Cuando empezaba á desplegar su pompa,

Y' confuso ora ves ante tus ojos De su dura inclemencia hecho despojos,

El trabajo y afán que consagrabas

Á hacerla fértil y fecunda un dia. .

poesías vakias. 343

Asi en la edad de la ambición ardiente

En su amarga aflicción ningún deseo

Ni esperanza feliz, Lara alimenta:

Todo mira con ojo indiferente

Su triste corazón, y nada siente

Masque la herida cruel que lo atormenta.

Guando los otros en triviales juegos

Pasan los años de su infancia larga,

Su corazón sensible desplegara

Un mundo de pasiones; corrió ansioso

En pos de un atractivo falacioso

Yengolfadoen su piélago profundo.

Perdió inexperto sin timón ni guía

Por siempre su inocencia y su alegria

De su edad juvenil fueron amigos

La soledad esquiva y el retiro-.

Cuando los otros impacientes vuelan

Tras el placer fugaz, él solo hacia

Su deleite, su gloria y su recreo.

De pensar solitario; y asentado

Bajo el dosel de la enramada umbría,

Ya en la márjen del Plata, ya abrigado

Del manto de la noche y en los sitios

Que circunda el terror 344 poesías varias.

Así los pasatiempos esquivando

Creció su juventud como la encina

Solitaria y robusta que domina

Las cumbres mas soberbias: el halago

Del mundo seductor; ni los prestijios

De la beldad risueña, encantadora

Que el juvenil torrente insano adora,

De su burlado corazón la calma

Pudieron perturbar: solo con su alma

impasible y sereno alimentando Las ansias de su pecho y sus pasiones

Ardientes, con felices ilusiones

De renombre y de gloria caminaba . . .

EN EL ÁLBUM DE HÉCTOR F. VÁRELA.

Pronto en la social arena

Pondrás, oh niño! la planta:

Con valor y fé serena

Prepárale á combatir:

Prepárate, que á los fuertes

Grande y trabajosa lucha, poesías varias. 343

Pero también honra mucha

Guardando está el porvenir.

Lucha sí, mas no sangrienta.

No igual ala que hoy horrible

Á tus ojos se presenta Como tremenda lección;

Sino la que muevan noble Los talentos varoniles,

Al fundar en basa inmoble La obra de reconstrucción.

Cuidado no te alucinen Los fementidos clamores, *' De los mil competidores,

Del lauro y la potestad;

Piensa bien que en la Nueva Era

Solo habrá una causa santa.

La que lleve en su bandera "Democracia, Humanidad."

Dichoso tú que has nacido

Para ver mejores dias,

Para gozar alegrías Que yo nunca gozaré;

De una Patria, donde libres,

Iguales los ciudadanos, 346 POESÍAS VARIAS.

La consagren como hermanos

Un brazo, una alma, una fé,

Montevideo, Octubre 23 de lS44,

En el Aluum de la Sta. DoiñaE. G. de Q.

La tierra es paraíso

Para las almas puras

Que en la alba de la vida

Ha unido el santo amor;

Benditas por el cielo

Sin fatigarse marchan

Bebiendo launa en la otra

Espíritu y vigor.

El ángel dej consuelo

De su camino aleja

Las cuitas que acechando. La dicha suya estén; Su aspiración es una,

Y el fruto que la brinda Para nutrirse ese ángel

Fruto es de amor y bien. POESÍAS VARIAS 347

Predestinadas almas

No sienten el hastío,

Ni el triste desamparo

De las que solas van;

La copa de la dicha

No se agota en su labio,

Ni prueban el tormento

Del solitario afán.

7 Julio de 1861.

EL DESCONSUELO

Se alejó temprano huyendo

De la tierra mi querida; Su postrera despedida

Un adiós eterno fué:

La mitad del alma mia

Se llevó consigo al cielo: Á mi esquivo desconsuelo

Donde alivio hallar podré? , ;

348 POESÍAS VARIAS

Un instante brilló hermosa, Cual lucero fugitivo,

Dejó solo rastro vivo. Mil recuerdos de pesar: Forma angélica ó soñada De otra esfera parecia

Y sin duda lo seria Pues se pudo asi eclipsar.

El tesoro que anidaba En su pecho g^ineroso Era un venero copioso

De inocente y puro amor: Nadie, nadie de sus ojos

Al hechizo se esquivaba Su sonrisa embelesaba, Y su habla era dulzor.

Alma tierna y peregrina. Gózate en tu exelsa gloria. Mientras yo con tu memoria

Mi vivir alentaré:

Volóse de entre mis brazos

Ayertriste, mi querida; Su postrera despedida, Un adiós eterno fué. 18:? POESÍAS VARÍAS 349

SUEÑO.

(Fragmento de Rosaura.)

Busqué á Rosaura aquel dia

Y no la hallé cual solía,

Y la importuna congoja Que todo placer deshoja

Se amparó del alma mia.

Busqué entonces del jardin,

La dulce apacible sombra,

Y como en muelle cojin

Sobre la mullida alfombra

Me recliné triste al fin.

Vino luego un sueño blando Y mis párpados cerrando

Por el lloro humedecidos,

Dejó en vela mis sentidos

Y se fué, se fué volando.

Como el iris rozagantes,

Como la gloria brillantes,

Mil imájenes yo vi. Volar en torno de mí

Hechiceras, consolantes. Pero una nube sombría

Lascubria.las cubria. .

350 poesías VAIUAS

Y en tinieblas me dejaba Y asombrado yo miraba

Y' lobreguez solo via. Mas una fábrica estensa, Sobre aquella nube densa, Ostentó su hermosa cumbre, Arrojando una vislumbre

Como la del sol inmensa. Un hondo abismo cercaba Aquella mole atrevida, Do bramando se ajitaba Una mar fiera y horrenda Que vértigos me causaba.

De aquellas cimas ardientes Vi un espíritu bajar Y hacia mi volar, volar Con alas resplandecientes. Llegó, tocóme, y muy luego Se encendió en mi pecho un fuego

Como la divina llama

Que sin consumir inflama, Y me alzó en sus alas, ciego

Voló, voló y yo volaba,

Y' los espacios surcaba Viendo nuevos horizontes. poesías varías 351

Y tierras, mares y montes

Siempre atrás, atrás dejaba. Y con impetuoso vuelo

Pasaba de cielo á cielo

El espíritu y seguro hendia del éter puro,

La rejion: un denso velo

De tinieblas se estendia

Y la tierra se perdia

De mi vista, y como soles Coronados de arreboles

Mil astros y mil yo via

En el vacio jirando

Y el espíritu volando

De la tierra me alejaba,

Y en sus alas me llevaba

Mudo, atónito, temblando.

Por el piélago desierto

De la inmensidad, sin puerto

Sin abrigo consolante,

Do reclinar un instante

Elcuerpo cansado y yerto. Quise llorar y se helaron

Las lágrimas en los ojos,

Apenas tristes brotaron

Y como raudales rojos 3^)¿ POESÍAS VARIAS

De vivo fuego bajaron X mi corazón que ardiendo

Se iba, se rba consumiendo.

Y el espíritu volaba Y en sus alas me llevaba

Por el abismo tremendo

Del infiniío insondable, Donde reina inexorable esferas El mal, y por las De los sueños y quimeras Donde pierde el miserable Del bien, por siempre, el camino, Y busca, busca sin tino Loque á los humanos ojos, Encubrieran los enojos De omnipotente destino. ...

Á MI GUITARRA.^

(fragmento.)

I.

Tú que has sido siempre

Mi fiel compañera,

Gui- del canto 1 » del poema La Este fragmento formaba parte 1 de plan 1° edición). El an.or camb.o y tarra (tomo de la presente versos apenas bosquejados. eehó al olvido estos preciosos poesías varias. 353

Justo es qoe te cante

Sonora vihuela. La dulce armonía

Que exhalan tus cuerdas, Cuando enagenada

Te pulsa mi diestra,

Justo es que celebre

i\Ii Musa halagüeña, Pues endulza siempre

Mis amargas penas. Cuando enfurecida

La negra tristeza Devora mi pecho,

De angustias me llena. Te tomo en mi mano,

Te pulsa mi diestra,

Y al oír tu armonía

La fiera se aleja.

Halaga mi oído.

Que suenen tus cuerdas

De amor y temara • Las dulces endechas.

Y me dijo entonces:

Pues que á amar se niega Mi burlado pecho,

De tus dulces cuerdas 23 354 poesías varias.

Oigamos al menos De amor las endechas, vive Que el que amando Sufre muchas penas. Ora suave cantes, Ora mas severa

Eficaz preludies Las pasiones fieras:

Ora el paso sigas

De la danza suelta Graciosa imitando Sus giros y vueltas;

Ora la voz dulce De alguna belleza Acompañes suave, Siempre meenagenas.

Asi es que te adoro Sonora vihuela Con igual cariño Que amante á su bella, Y elevarte quiero Mas que las estrellas, Al tono cantando De tus dulces cuerdas Sonorosas odas Y canciones tiernas. POESÍAS VARIAS 355

TÚ que has sido siempre

Mi fiel compañera, Serás de hoy mi numen,

Mi lira suprema,

II.

Tú que de un peregrino El desierto camino Supiste acompañar. Ven, mi dulce instrumento

Que la congoja siento

Al corazón bajar. Tu dulce melodia

Hechiza el alma mia

Y aduerme mi pesar,

Gomo si la voz pura De un ángel de hermosura

Me viniese á halagar.

Al oir tus sonidos

Se embriagan mis sentidos En delicioso amor,

Y en su delirio ardiente Mil formas ve mi mente De ventura y de amor. Hubo un tiempo dichoso

* .

varias. •jp^Q poesías

Que en el regozo hermoso De un ángel yo te vi: Su mano te pulsaba Y dulce suspiraba Su voz á par de ti Entonces de tu canto,

El hechicero encanto, Mi corazón sintió, Y deslumhrado y ciego En delicioso fuego Entonces se inflamó. gloria De cuánta y cuánta

Fugaz y transitoria Me coronara amorl Mas huyó el fementido Y me dejó sumido

En tedio y sinsabor. Tú solo á mi desvío, Dulce instrumento mió Puedes consuelo dar; Y suave resonando De regocijo blando Mi corazón llenar. Tú procuras olvido

Al triste que abatido Lucha con el pesar, poesías varias 357

O endulza la amargura Del que en vano procura

Memorias desechar.

El que ama satisfecho.

El gozo de tu pecho

Confia á ti tambien;

Y contigo suspira El que presente mira

Su idolatrado bien.

Mas que el laúd de Orfeo.

Tú brindas al deseo,

Delicia, bien y amor,

Pues tu influjo divino

Aplaca del destino

El impío rigor

Noviembre 27 1831.

ENIGMA.

(el corazón.)

Hay un enigma incomprensible á todos

Desde que tuvo el universo ser, ,

358 poesías varias.

Que vivo en sus entrañas lleva el hombre, Y no pudo ni puede comprender.

Palabra inmensa que lo. abarca todo, Mundo en pequeño, viva realidad,

Desnuda al parecer, pero invisible Negra y sin fin como la eternidad.

Péndulo infatigable y misterioso Que nos cuenta las horas del vivir;

Se vá el tiempo, nos dice á cada instante, É inmoble queda en la hora de morir.

Forma sensible cuya intensa vida

Estudia sin cesar el pensador.

Idealiza el poeta en sus cantares,

Santifica y adora el amador.

Fuente pura de dichas celestiales,

Pozo inmundo de errores y de mal,

Inesplicable ser que Dios formara

Para tormento y gloria del mortal.

Estraño geroglifico que nunca La mente humana descifrar podrá. Que una letra revela á cada siglo

Y no sabe el lector lo que será.

1840. .

m

poesías varias. 3o9

Quien no vio nunca la hermosura tuya Nunca admiró su encantadora magia,

Ni sintió el pecho palpitar de gozo,

Ni fué felice como yo al mirarla.

Otras hermosas vi, otras pudieron Inspirarme ternura momentánea; Pero ninguna embelesarme supo

Ni cautivarme el corazón y el alma.

Fué mi destino idolatrarte bella,

Hallar en tilo que busqué con ansia.

La forma ideal que me pintó el deseo,

La imagen fiel de la que yo soñara

Fué mi destino en tus hermosos ojos

Beber de amor la inestingible llama,

Por ellos suspirar y encontrar solo

El celestial deleite en su mirada.

Oh! no apartes de mí tus bellos ojos. Foco de amor, por que su amor me mata,

Déjame al menos la ilucion querida

Deja á mi amor vivir con la esperanza.

1840. -, *

360 poesías varias.

SU NOMBRE.

No lo diré; su nombre peregri no Que apenas yo me atrevo á articular, Es simulacro para mí divino Puesto y velado en medio de un altar.

No se formó para profano labio Lo que á mi gloria destinara Dios;

Seria hacer á mi pasión agravio

Si respondiera al eco de otra voz.

Su dulce nombre cuando estoy dormido Suele calmar mi inquieto corazón;

Como el de un ángel tutelar, rendido,

Siempre lo invoco en la tribulación.

Su dulce nombre es música inefable

Que solo yo gozoso suelo oir;

Se cifra en él lo bello y agradable

. Que el alma humana puede concebir.

Si origen puro de la vida mia

De ser dejara, y centro de mi fé, Perpetuo luto mi alma llevarla

Como el que muerta su esperanza vé. 1838. w

poesías varias 36t

LOS OJOS NEGROS

Hay unos ojos negros

Cuyo mirar va al alma, Y en aparente calma

Ponen al corazón.

Su espresion es tan dulce,

Su magia tan activa,

Que en pos de sí cautiva

Llevan la admiración.

Cual dos luceros bellos En cielo transparente.

Sobre su blanca frente

Se ven allí brillar.

Déla inocencia el velo

Templa su fuego en tanto. Que encubre aquel encanto, Que amar hace y desear.

Quién de esos ojos negros

Fuese imán poderoso 1 Quien pudiera orgulloso

Sus miradas atraer! 362 l'OESIAS VARIAS.

Quién pudiera uu instante En su mirar gozarse, En su fuego abrasarse,

Su lloro recojerl

Dios sin duda los hizo

Foco de amor y vida,

Dó el hechizo se anida Del candido pudor:

Así la tierra absorta Contempla indiferente La imagen soberana Del ángel del amor. 1838

NOCHES DE DICIEMBRE

Ah! en las noches serenas De Diciembre delicioso, Cuando en callado reposo Todos parecen estar; Y cuando la blanca luna

Brilla mustia y vaporosa, poesías varias. 363

Por la ciudad silenciosa Yo me complazco en vagar.

Miro en el cielo brillar

Mil estrellas luminosas, Y mil sombras vagorosas

El ancho espacio cruzar; Entonces música aerea

Que hace conmover el alma, Viene á interrumpir mi calma,

Viene á mi oido á vibrar.

Si entonces algún cantor Con su guitarra armoniosa,

Una canción deliciosa

Canta de aquella al compás.

Creo oir una voz divina

Que délos cielos descienda,

Ángel que el espacio hiende

Haciendo su voz sonar.

Y viene una mansa brisa

Y mis cabellos halaga,

Y entonces lay Dios! me embriaga,

El perfume de una flor:

Creo que alguna silfida

Que atraviesa de repente, 3G4 poesías varias

Toca mi pálida frente

Con sus alas, al pasar.

Y sí una muger hermosa

De blanca tela vestida. Gomo visión descendida, Viene mi cuerpea rozar,

Ayl lleno de amor respiro

El aire del paraíso, Y vierte en mi alma un hechizo,

Un hechizo celestial.

Entonces mi alma extraviada

Se desprende de este suelo,

Y se remonta hasta el cielo

Á contemplar la creación; Y elevándose mi mente

Como el águila altanera,

Vuela rápida á otra esfera.

Y se sublima hasta Dios.

1838. poesías varias. 365

EL 25 DE MAYO.

Siglos vivió misteriosa,

Siglos vivió ella ignorada;

Era la perla preciosa. La virgen inmaculada

De la inmensa creación;

Los que en el tiempo vivieron

Tal vez en sueño la vieron.

] . Las fiestas mayas se celebraron en Montevideo, en 1844, de nna manera digna de la decisión heroica de aquel baluarte único de la liber- tad en cl Plata. Todo fué en ellas elevado y solemne. Como la pól- vora era mas valiosa allí que las subsistencias mismas, no se l.% empleó en fuegos artifíciales, ni el exausto tesoro en meras recreaciones para los sentidos. Y como la abnegación y el sacriñcio eran indispensables para no sucumbir bajo la presión de un sitio y de un bloqueo, compren, dieron las autoridades de aquella ciudad, que en el dia de los recuerdos heroicos debia exaltarse el espíritu y despertar las fuerzas morales para contraponerlas al número del enemigo y á la abundancia de sus recursos materiales. Con este fin el señor Jefe politico Dr, Don Andrés Lamas convocó á los escritores en verso- que en aquella sazón habitaban en Montevideo y les invitó á que cantasen el aniversario del "¿S de Mayo de 1610, bajo un programa bien ideado. Las composiciones reflejaron el momento presente y alentaron á ios defensores de Montevideo á per- sistir en la resistencia armada. Echeverria contestó á la invitación del Jefe político con las dos composiciones á que corresponde esta nota, remitiéndole la primera escrita tres años antes en la Colonia del Sacra- mento, y la segunda {ijustada á las miras del programa. Tenemos á la vista cartas del Sr. Echeverría al Sr. Lamas y de ellas tomamos esta noiicia como una prueba mas de la parle que cupo al poeta en los aconteci- mientos que prepararon la jornada del 3 de Febrero de lb52. [Gl- .

3GG rOESiAS varias.

Ó de suvida tuvieron

Mística revelación.

Original en belleza Era su suelo fecundo,

Y allí la naturaleza

Se ostentaba como el mundo En su primitiva edad-. Todo era grande; amimales,

Montes, rios, vegetales; Do quier se vian señales

De fuerza y fecundidad

Sus incultos habitantes

En la ignorancia vivian;

Pero libres y arrogantes Ni estraño yugo sufrían Ni despotismo cruel;

Natura allí generosa A su indolencia dichosa Siempre brindaba amorosa

Deleite y frutos sin hi^l.

Tribus nómadas sin leyes.

Soldados, corte, lacayos

Habla, y tronos y reyes, Y numerosos vasallos ,

poesías vahias. 3G7

Gozando abundancia y paz; Una sociedad naciente Nueva forma independiente

Tomando iba lentamente

En aquel suelo feraz.

Grande y bello hubiera sido Ver robusta y soberana Desde estado embrutecido, Una sociedad humana

Sola progresar allí;

Y ver cómo sin violencia Su primitiva potencia

Desplega la inteligencia,

Libre y señora de sí.

Pero no así sucediera.

Dios la tuvo allá escondida,

Para que en su seno fuera

Atesorando la vida

De otra regeneración;

Y cuando el tiempo llegara,

Bella, magnífica y rara,

En ensueños la mostrara

Al genio alio de Colon. 308 poesías varias.

Dios puso en la cabeza de aquel hombre, Visionario inspirado sin renombre, Burlado en los palacios délos Reyes, Una idea sublime que debia

Cambiar del mundo las antiguas leyes;

Su genio reveló una profesia

Grande del porvenir; y al viejo mundo, Virgen de amor que para amar nacía. Dio uu abrazo fecundo.

Era América bella é inocente,

Que al fin mostrando la hechicera frente

A los pueblos brindaba generosa Riqueza á un tiempo, juventud y amor; La Europa (lorrompida y achacosa Se sintió conmovida de estupor. Viendo ya como nueva maravilla,

Salir de entre los mares sin mancilla,

A la virgen querida del Creador.

Con ojos lascivos miró su belleza,

Las perlas, diamantes, el oro y riqueza

Que puso en sus sienes la mano de Dios;

Y entonces mostrando la cruz redentora.

Astuta la dijo con lengua traidora:

"Salud y ventura te traigo yo á vos." - POESÍAS VAUIAS. 309

La candida virgen le tiende los brazos,

Sin notar que le arman insidiosos lazos,

Ni que abraza furias que no vio jamas;

Entre arabas sonrien y el hierro enemigo

Europa ocultando, repite consigo:

"América incauta mi esclava serás."

Y esclava suya fué por tres centurias. Naciones Europeas vomitaron

Sobre aquella inocente y feliz tierra

Del corrompido seno nuevas furias,

Que á hierro esterminaron

A sus inermes hijos; se partieron

La presa conquistada en fácil guerra,

Y en cambio del magnífico, hospedage

Sacrilegos y bárbaros hicieron

A sus dioses y vírgenes ultrage. Sus monarcas con pérfidos engaños

Padecieron ó muerte ó cautiverio,

Y sometido al fin á otros estraños

Déla vasta región quedó el imperio.

Gimió tres siglos ella; no bastara

Del Inca y Montezuma el gran tesoro A calmar esa fiebre ávida de oro

Queá sus fieros verdugos devorara.

Era preciso enriquecer al mundo. 370 POESÍAS VARIAS

A SUS Reyes y príncipes y grandes,

Y que el oro escondido allá en los Andes

Fuese á dar cebo á su deleite inmundo;

Era fuerza que el Indio á sus señores

Diese de sangre un hórrido tributo

En precio del vivir, y que sin fruto Buscase con afán en las entrañas

De sus ricas montañas Oro para sus crudos opresores.

Y oro de ellas brotaba por torrentes. Como agua brota en manantial copioso,

Y cada pina del metal precioso

Muchas vidas costaba de inocentes;

Y oro pedia el español avaro,

Y vidas mil en su letal abrigo

Se devoraba el oro, sin que amparo,

Ni gratitud hallase

El Indio miserable en su enemigo.

Y oro tres siglos al antiguo mundo

De sus entrañas regaló fecundo El mundo descubierto por Colon;

Y ese oro que la América vertia

Allá en el seno de la Europa impía Era su sangre dada en redención; POESÍAS VARIAS 371

Y en pago de ella solo recibia

Ultrages, ignorancia y opresión.

Y ese oro iba á dorar la pompa regia

De la raza de proceres egregia,

Que señora de todo, allá en la cumbre

Saboreaba los dones y venturas

Destinados á todas las criaturas.

Viendo a sus pies la necia muchedumbre

Tributar á su orgullo adoraciones;

Y ese on» iba de América en galeones

A fomentar el vicio y la indolencia De impuras cortesanas y lacayos^ Y á fabricar magníficos serrallos

Do los Reyes nadando en la opulencia

Con ojo indiferente, la indigencia

Miraban y abyección de sus vasallos.

Gimió tres siglos al capricho dada

De la fuerza brutal y las pasiones Sin deberles tampoco una mirada

De compasión que gratitud escita;

Tratáronla como á muger maldita

Orgullosos y estúpidos mandones,

A quien legaban el poder los reyes

De beberle la sangre de sus venas, 372 rOESiAS varias.

Traficar con el mando y con las leyes, Y doblar su miseria y sus cadenas.

Y los tiempos pasaron y no vieron

En la tierra magnifica y fecunda, Donde Dios derramó tantos prodigios.

Mas que de ruina y maldición vestigios

Y la ignorancia y abyección profunda

De las míseras proles que nacieron.

Pero Dios quiso que asomase una Era

Para el hombre de luz, y que no fuera Esclavo invilecido eternamente;

Y la razón humana que yacía.

Envuelta en lobreguez y tiranía,

Se levantó por fin independiente.

Anunciando á la Europa derepente

La nueva ley que al pensamiento diera

Profética y audaz filosofía.

No pudieron ya entonces los tiranos

Contener el progreso

De la humana razón, ni á servidumbre

Tenerla condenada y retroceso;—

Dios quiso iluminar la muchedumbre,

Alzar del polvo su abatida frente — —

POESÍAS VARIAS. 373

Doblando la serviz á sus mandones;

Y enseñar su deber á las naciones

Del antiguo y del nuevo continente.

Temblaron los señores de la tierra,

Temblaron los injustos opresores,

De despecho y de cólera, en su orgullo,

Al ver la audacia con que hacia guerra

Ese nuevo poder al poder suyo

Arraigado en el tiempo y en la cuna

De oro do se mecieron sus mayores.

Hubo lucha tenaz, varia fortuna;

Se conmovió la tierra; empezó el hombre,

Antes envuelto en ignorancia y fango

Á conocerse á sí y su noble rango; Tomó en odio mortal y menosprecio Esos ídolos vanos, cuyo nombre

Por tantos siglos acatará necio;

Se disipó el prestigio que rodeaba

Su regio trono y títulos divinos;

Vino el tiempo fatal que en sí entrañaba

Del humano linage los destinos,

Y una voz gigantezca y salvadora

Se estendió por la tierra, repitiendo;

«Llegó tiranos vuestro fin tremendo: —

374 poesías varias.

Pueblos oiil; señores sois ahora,

De vida y redención sonó la hora» —

Gloria por siempre á tí, virgen del mundo,

América infeliz; del cautiverio

Que te impuso la Europa al fin saliste, Y en tu escuela aprendió la humanidad, Hay en tu vida divinal misterio; El sudor tuyo alimentó fecundo

Tres siglos su codicia, y en venganza

Por las tinieblas suyas difundiste

El lisongero albor de una esperanza Precursora del Sol de Libertad.

Atónita la Europa el vaticinio.

Oyó salir del seno de los mares,

Y tendiendo la vista

Por la vasta región que á su dominio

Sometió por la espada y la conquista,

Vio á los hijos de América que alzaban

A la augusta razón nuevos altares,

Y dueños de si mismos y animados De santo ardor los genorosos pechos,

A la faz de la tierra proclamaban

Del hombre y las naciones los derechos. —

poesías varias. 375

Sobre el Plata famoso el Sol de Mayo

También brillar hiciera

De independencia y redención el rayo, Y varones heroicos produgera,

Que un alto pensamiento concibieron,

Y de fé ardiente y de valor movidos

A los hombres y pueblos oprimidos Con eco grande y salvador digeron:

Compatriotas llegó el dia grande

Precursor del combale y la gloria, Ha empezado recien vuestra historia.

Vais el rango de pueblo á tomar;

Preparad el acero del libre

Que al valor mercenario anonada,

Preparaos á la lucha sagrada

Y á morir por la Patria y triunfar.

Harto tiempo vasallos sin patria,

Ignorantes y oscuros vivimos. La injusticia y capricho sufrimos De Visires de un Rey Español;

Mayo anuncia el severo castigo, Y os señala una nueva carrera;

Con un hecho inmortal, la grande Era

Vá á empezar de la tierra del Sol. —

376 poesías varias

Ya no sufre cadenas el Plata,

Ni en su playa dominan tiranos; Libres somos, iguales y hermanos.

Sometidos á idéntica ley; Esos pueblos que ayer con desprecio

Os miraban sin rango en el mundo. Demostrando respecto profundo

Hoy os dicen-.— Salud pueblo Rey.

¿No miráis cómo el hombre ss mueve

Por el soplo de Dios impelido,

Cómo cae el error confundido

A los pies de la augusta razón?

No escucháis el estruendo terrible

Que conmueve y agita la tierra,

El clamor de venganza y de guerra, De anatema, salud, bendición?

la hora tremenda ha sonado , Es que

Del brutal despotismo y la fuerza.

Es que el género humanóse esfuerza Por cobrar su moral dignidad:

Es que allí do hay tiranos y siervos, O domina una casta triunfante, Lucha ya con esfuerzo gigante

Por fundar su poder la igualdad. ,

poesías varias. 377

Compatriotas llegó vuestro dia;

Los destinos que os tocan son grandes;

Tremolar vencedora en los Andes

La bandera de gloria y salud; El gran pueblo, entre tantos valientes,

Señalado por Dios sois vosotros,

Para dar libertad á los otros,

Y marchar siempre al frente en el Sud.

Y el pueblo oyó con religioso pasmo

La voz de aquellos hombres, y al momento Penetró su sublime pensamiento.

Sintió hervir en su pecho el entusiasmo;

Y sus nombres bendijo; una esperanza Brotó en su corazón lleno de vida,

Y aquella fé que la victoria alcanza Reanimó su pujanza adormecida.

Y el pueblo entonces se sintió gigante,

Gigante por su unión y fortaleza,

Y al levantar del polvo su cabeza Un bello porvenir miró delante.

Y á la voz de los héroes ciudadanos

En masa se movió, formó legiones; ;

378 poesías varias.

Y armado de fusil, lanza y bridones

Midió la pequenez de sus tiranos,

Y eran pequeños sí, ante la suprema

Magestad del gran pueblo, en cuya frente

Brillar parece la imperial diadema De destronado Rey, que derepente, Recobra su poder y libertad;

Y el pueblo en su bandera lleva escrito

De Maye» el pensamiento generoso;

Brilla en ella su sol esplendoroso

Auyentando las sombras, y bendito

El símbolo se vé de la igualdad.

Y al ruido de la trompa y atambores

Marchó el pueblo á buscar los opresores

La bandera arbolando bicolor;

Lo acaudillan varones señalados. Los que ayer en su hogar no eran soldados,

Y en pericia descuellan y valor.

Y ese que osaba desafiar las sañas

Del soberbio león de las Españas,

Ese fuerte en valor é inteligencia,

Que hace el clarín sonar de independencia

Era entre los del Sudque lo admiraron,

El pueblo iniciador, de alto destino, —

I'OESUS VARIAS. 379

Que los héroes de iMayo bautizaron

Con el nombre famoso de Argentino.

Y al frente se puso

De lucha santa, Y peligro alguno, Ni temor quebranta

Su fé ni valor;

Y el genio benigno

De América bella.

Sentado en el Ande, Viendo que era grande,

Viendo que era digno,

De la empresa aquella

Le dijo: Loor.

Y el grito de guerra

Sonó por la tierra,

Y se conmovieron

Asi que lo oyeron

Los pueblos del Sud,

Y el genio les dijo:—

Mirad al Oriente,

Que albor reluciente

Ya asoma del dia ;

380 POESÍAS VARIAS.

De inmensa alegría, De gloria y salud.

No veis? el pueblo escogido Viene ya con sus legiones, Sus infantes y bridones, Su bandera bicolor; Despertad del sueño largo,

Si os abruman las cadenas,

Si tenéis sangre en las venas,

Y en el corazón valor.

La lucha es de vida ó muerte. Levantaos que no es de bravos

Sufrir como los esclavos Perpetua degradación; Mirad bien, que ya bramapdo, Despechado en sus enojos,

Con ira y fuego en los ojos Fiero os acecha el León.

Victoread á vuestro hermano Por que ya Montevideo Fué magnífico trofeo

De su bravura en la lid;

Y en Salta huyeron vencidos,

Y en el suelo Tucumano, poesías vakias. 381

Ante el genio de Belgrano,

Los compatriotas del Cid.

Alzaos; ya á los Andes viene

A escalar come gigante,

Enarbolando triunfante

Su bandera en el Perú; Y San Martin, ambicioso

De imperecedera gloria,

Lo llevará á la victoria

En Chacabuco y Maipú.

Y allí y en Lima la regia Pisotearán sus bridones.

Los castellanos leones.

Amilanados al fin,

Y á la Colombiana diestra La invencible suya unida,

Les darán la última herida En Ayacuchoy Janin.

Despertad pueblos opresos.

Por que viene el Argentino Derramando en su camino Germen de renovación; Y de ese germen regado Con su sangre generosa. 1^82 poesías varias.

Nacerá un árbol cargado De frutos de bendición.

Y ese árbol será de vida. Y os abrigará su sombra, Y cultivada y florida La tierra en torno veréis; Y gozarán de sus dones. Libres de males prolijos. Los hijos de vuestros hijos,

Si vosotros no podéis.

Y ese árbol es el destino, La venturosa esperanza. Que luchando solo alcanza Con tesón la humanidad;

Es la fuente de agua viva Que su labio refrigera.

El supremo bien que espera:— Su nombre es la Libertad.

Y cuando ella en vuestro suelo profundas raices, Eche , Ilustrados y felices Y respetados seréis;

Y en la tierra y en los mares Conquistareis señorío, —

rOESiAS VAíUAS. 383

Y de razón poderío, Y de cañones tendréis.

Y el pensamiento de Mayo Será tan grande y fecundo.

Como el magnífico mundo Descubierto por Colon;

Y á gozarlo y estudiarlo,

En el tiempo venidero.

Acudirá el estrangero Motido de admiración.

Y el genio hablaba aun, cuando ya ardiente

En la punta llevaba de su espada

De Mayo el pensamiento omnipotente,

El pueblo iniciador; Y con su noble sangre, inmaculada. En gigantesca lucha encarnizada,

Iba audaz por las tierras de Occidente Probando su misión de redentor:

Los tiranos ante él desparecían, Y dó colonos hubo, aparecían

Un pueblo y otro pueblo independiente, Al soplo de su espíritu creador.

Y en cuatro lustros su misión heroica,

Rico en varones de virtud estoica, 381^ POESÍAS VARIAS.

Prosiguió con tesón el Argentino,

Y ora la espada suya en la pelea,

Ora su audaz innovadora idea

Timbres de inmortal gloria conquistaron,

O en el Sud derramaron

Rayo de luz y salvación divino.

Y el gran pensamiento que Mayo produjo

Siguió su carrera del tiempo al través,

A veces sombrío, á veces radiante

Como el Sol hermoso que le vio nacer.

Mas el viejo tronco que arraigado estaba

En la tierra fértil volvió á retoñar,

Sus ramas no,civas en tortio estendiendo

Del árbol naciente de la Libertad.

Los viejos errores de España eran e^os,

La herencia maldita que ella nos legó,

Sus leyes y dogmas que algunas cabezas Mezquinas miraban con veneración.

Y entonce empezara la lucha intestina.

La lucha que lloran las madres aun,

Entre dos principios, de muerte y tinieblas

El uno, y el otro de progreso y luz. .

poesías varias. 385

Pero en vano quiere tirano monstruoso,

Que formó en su fango la guerra civil,

Refrenar el vuelo de la idea joven

Que inmensa conquista columbra ante sí.

llmbécil delira, creyendo que un pueblo

Nacido entre pompa de glorias ayer,

Su origen olvida, derrama su sangre,

Para ser de un amo juguete otra vez!

En vano, ella tiene bravos defensores,

Como tuvo en tiempo del fiero Español,

Hijos de los hijos de Mayo glorioso

Que por ella saben morir con honor.

Ellos de sus padres siguiendo el ejemplo

Truecan por la espada placer juvenil,

Para que dichosas las proles que nazcan

Tengan Patria libre, próspera y feliz

Y el gran pensamiento que Mayo produjo

Su dogma en la lucha sagrado será;

Y el Sol que hoy derrama su lumbre en el Plata

Hermanos, iguales,- libres, nos verá.

Oh América 1 virgen pura,

Que ignota siglos viviste, Gomo huérfana hermosura;

2.=> VARIAS. 386 FOESIAS

En buenhora apareciste Prodigio de la creación. En su designio profundo, Dios que te hizo maravilla, Te derramó sobre el mundo. Como párenme semilla, De vida y transformación.

Gigantesca de repente

Por sobre el vasto Océano Azomaste tú la frente, humano Y al verte el género Se estremeció de placer; Por que tal vez presentía, entrarías Que el oro que en sus Encerraban tus montañas,

\ el sudor tuyo debia Trasformartodosuser.

Tú á sus ojos sonreiste Como un ángel de esperanza, Y en su negro cielo fuiste Como el Iris de bonanza En medio á la tempestad; Tu luz disipando errores ciencia, De la envegecida POESÍAS VARIAS. 387

Descubrió arcanos mayores

A la humana inteligencia,

Envuelta en oscuridad.

Asia de las luces cunas,

África, Europa hoy brillante;

Cada pueblo, ora en fortuna

O en adversidad fluctuante,

Cumplieron su alta misión;

Cada cual papel activo " En el drama progresivo-

De la humanidad produjo,

Y en sus destinos influjo

Tuvo su vital acción.

El tuyo está señalado. Tú á vivir has empezado

Como hija de Dios postrera; Vasta, infinita carrera

Tienes en el porvenir;

La humanidad que sin tino

Marc}ia buscando un destino,

Espera que tú en el mundo. En cada siglo fecundo,

Nueva luz harás surgir. VARIAS. 388 POESÍAS

De la vegez impotente La ceguedades herencia.

De la juventud ardiente La robusta inteligencia. La fuerza y la potestad; La vieja Europa achacosa, Ebria de ciencia y orgullo. Marcha en tinieblas dudosa;

Todo el porvenir es tuyo, Virgen de fecundidad.

No importa que ellateultrage Poco generosa y noble, Y tu amistad y hospedage Pague con perfidia doble, Burlando tu buena fé:

Débil eres y por eso Hace de injusticia alarde; esceso Mas que no ii rite al Al león, que nunca es tarde,

Si se alza á luchar de pié.

Aunque no tengas como ella

Príncipes, corle, vasallos,

Ni el aparato de aquella Turba de necios lacayos, poesías varias. 380

Oue cerca el trono deuQ Rey; Nutres raza de hijos bravos,

De un paraíso señores.

Que luchando á los esclavos De soberbios opresores

Saben imponerla ley.

Y en vez de su aristocracia Orgullosa é indolente, La popular democracia

En tu suelo independiente

Se levanta colosal:

Y su espíritu elabora

La potencia creadora,

Que haciendo guerra á los Reyes,

Dar nueva base á las leyes

Debe del mundo moral.

Oh Europa! no estés tan vana

De tu gloria y poderlo. Ni tu cabeza liviana

Entregues al desvario,

De ambicioso frenesí;

Mira que el tiempo que vuela

Las fábricas del orgullo

De un soplo al pasar asuela, , ,

390 poesías varias.

Y que del imperio suyo Es cuanto se labra aquí.

Piensa que en estas regiones, Libres hoy por la victoria.

De tus soberbios pendones Trofeo han hecho de gloria, En mas de una heroica acción; Y que aunque fortuna ingrata A su noble raza oprime, Darte pueden en el Plata Mas de un ejemplo sublime Mas de una dura lección.

Esos pueblos que hoy desprecias En tus vanidades necias. Mañana, gigantes bríos Y cañones y navios Tendrán y regia altivez; Y sus banderas unidas Se pasearán por los mares, Respetadas y temidas, Y cuenta á Reyes y Czares

Irán á pedir tal vez

Oh América! Dios, destino

Te marcó al nacer grandioso; rOESAS VARIAS. 391

Marcha audaz por tu camino,

Sigue en tu labor penoso

De progreso y libertad; Quizáauaque humilde te veas, Teatro magnífico seas,

Donde el genio en lo futuro

Descifre el enigma oscuro

Del mundo y la humanidad

Colonia, Mayo de 1841.

El 2o de Mayo de 4844 en Montevideo.

Saludadl el astro brilla

Que en el Plata de repente Surgir como maravilla Hizo un mundo del caos;

Aquel Sol, que en sus arcanos Para engendrar tres naciones, Y aniquilar sus tiranos Marcó con su dedo Dios.

Asoma, y como en su aurora No halla aquel pueblo á quien diera 392 poesías varias.

De su chispa creadora,

La fuerza y mando de rey;—

Y lo vé en desdicha tanta

Que entrega el cuerpo al azote,

Y al cuchillo la garganta Como inofensiva grey.

Y vestir de vasallage La colorada librea,

Y de quien le infiere ullrage

Hasta el nombre bendecir;

Y en lo mas hondo del pecho, Como escorpiones voraces.

Llevar su mengua y despecho. Y tormentos mil sufrir.

Y yermar impía guerra La tierra de sus amores, Mientras su gemido aterra. Mueve su angustia á piedad; Y que solo sangre inunda Los campos donde á su rayo La simiente tan fecunda

Brotó de la Libertad.

hombre Y todo ló Dios! porque un

Mande y domine á su antojo, .

POESÍAS VARIAS. 393

Un tirano sin renombre,

Genio, valor, ni virtud; Que usurpar. Mayo, ha querido Tus conquistas, exhumando El escudo carcomido

De la antigua esclavitud.

Y acá en el Oriente Tronar guerra ardiente,

Y allí en el Cerrito

De sangre y delito Descubre un pendón;

Soldados, legiones.

De horribles blasones,

De roja librea.

Que traen una tea

De desolación

Y en estos seguros Invencibles muros,

Sublime, altanera,

Flamear la bandera

De la Libertad;

Y unirse léales

Con los Orientales. 394 poesías varias.

De climas y nombres

Distintos, los hombres

Que aman la igualdad.

Y al ver esa horrenda Funeral contienda,

El gran Sol de Mayo Su benigno rayo

Velar debe, sí;

Y el rostro enlutado Decir indignado:— ¿La guerra es el fruto, La sangre el tributo. Que esperar debí?

¿No es esa invasora Que propaga ahora Nueva servidumbre, La enseña de lumbre

De la Libertad? La que por emblema Tomó mi diadema, Y mostró en los Andes Los albores grandes De una nueva edad? poesías varias. 395

¿La que en cien batallas,

Y en estas murallas Heroica, arrogante

Venció la pujante

Del fiero Español?

Si, es ella, sin duda,

Esa que saluda

Con salvas ahora

Tu feliz aurora,

Blasfemando loh Sol!

Mas desfigurada. De sangre manchada.

No es, no la bandera

Que tu pueblo hiciera Venerar do quier;

Que allí en el Cerrito, Padrón de granito

De su gloria, ufano La plantó un tirano

Para escarnio ayer.

Pendón descreído,

Trapo envilecido,

Tu efigie tan bella.

Borró, signo en ella 396 poesías varias.

De transformación;— Y estampó ese hombre De odioso renombre, Rogizos letreros Que pregonan fieros Sangre y destrucción.

Y asi que le plugo Su infame verdugo Llamando, insolente Le dijo:— «al Oriente

Tú lo llevarás; Y en su erguido Cerro Clavándolo, á hierro, Sembrando esterminio,

Mi culto y dominio

Fiel propagarás.

«—Ahí tienes cañones,

Caballos, legiones, Que por mi supieron Donde combatieron Moriré vencer; — Tu patria es muy bella, Yo quiero que en ella Sin traba ninguna poesías varias. 397

De ley importuna

Reine mi poder. — »

Y entonce el traidor caudillo

Con ejército potente

La doctrina del cuchillo

Vino á traer al Oriental;

Y á sus campos y ciudades

El degüello y la matanza, Las horribles impiedades

De su pendón infernal.

De ese que allí en el Cerrito

Ondea y te insulta ufano, Símbolo intruso y maldito De bárbara esclavitud;— Bastardo hermano de aquel

Que en cenizas convirtiera

El gran Sol de tu bandera

Cuando brilló por el Sud.

Y se alzó el pueblo de Oriente

Contra el invasor altivo,

Y Montevideo al frente

Se adelantó á combatir; 398 poesías varias.

Y en sus muros de cañones Erizados, iSol de Mayo!

Viendo estás á los campeones

De tu gloria y porvenir.

Y los hijos de la Galia Fraternizan hoy con ellos,

Y á los de España y de Italia Les dan su brazo y su fé; Y pelea aquí triunfante Por tu gloriosa bandera La Democracia gigante, Siempre indómita y de pié.

Y á despecho de los reyes, De sus ministros ilusos Salvará un pueblo sus leyes,

Triunfará la Libertad;

Y sobre el sepulcro mismo

De los tiranos su dogma

Proclamará el patriotismo

' De amor y santa igualdad.

Muéstranos sonrisa grata

Sol de Mayol al alejarte;

de fraternidad cristiana. (El A.) l. Amor, entiéndase en el sentido poesías varias. 39Í)

Nunca á los hijos del Plata

Faltó la heroica virtud; Que no en lucha como ahora

Cuando tornares, sí, grande Verás, civilizadora, Tu bandera de salud.

Sublime entonce, profundo,

Digno apoteosis te haremos,

Que resuene por el mundo Gomo un eco redentor;

Y entre el coro magestuoso Que á tu gloria se levante.

También justo y generoso Se oirá este himno de loor.

Pueblo Oriental salvaste con el esfuerzo tuyo

Tu hogar, el fuero augusto de la patricia ley; Tu escelso rango ocupa con satisfecho orgullo,

Que América y Europa te reconocen Rey.

Después de la derrota corriste á la victoria, Y heroico batallando con bríos de Titán

Triunfante, y digno entonces te coronó de gloria Diciendo:~Sol de Mayo, tus hijos aquí están. 400 poesías varias.

De pié, vosotros pueblos de la fecunda tierra

Que al viejo mundo el genio regaló de Colon;— He aquí otro pueblo grande, sin émulo en la guerra Que á hombrearos llega armado de su inmortal blasón,

De pié, reyes, ministros quedáis respeto al fuerte,

Y al débil injusticias, ó diplomacia vi!; Vuestro ídolo gigante cayó herido de muerte Por brazo aunque pequeño, de aliento varonil.

Las sombras de los héroes de Mayo te saludan, De su sagrado dogma perínclito campeón; Las almas de tus hijos indómitas lo escudan,

Defendiste en el Plata la civilización.

Mayo, G de 1844. poesías varias. 401

VERSOS ESCRITOS EN UNA PIZARRA.

Qué me importa la vida sí murieron

Para mí las delicias de la tierra?

Qué me importa la gloria y el renombre

Si todo es humo cuando la hora llega?

Quiero esperarla con serena frente

Como el bravo piloto en la tormenta; Morir como he vivido sin quejarme

Sofocando el dolor que me lacera.

Guárdese el mundo sus delicias todas,

Guárdese sus coronas lisonjeras,

Que nada quiero yo, que el desengaño

De mi insensato error rompió la venda.

(1833.)

R E G A L 0.

A la mas hermosa flor

De las que el Rio Argentino

Cria en sus fértiles playas

Esta bella flor dedico. 402 POESÍAS YAUIAS.

Va mi corazón con ella, Van con ella los suspiros Que mi corazón exhala

Enamorado y cautivo.

Sea feliz mensajera De loque siento y no digo.

Por que el recelo me apoca De mis ansias y cariño. Tú que eres flor de las flores, Mira con ojos benignos

Esta flor y cariñosa Dale en tu seno un abrigo.

Sea ella felice al menos

Ya que el serlo no consigo,

Que si la miras piadosa Será mi homenaje digno.

SARA DELIRANTE.

no vuelve. Ya la larde pasó; Ramón hora ¿Qué podrá detenerle? Esta es la En que con dulce voz siempre me dice: querida mía, Canta alguna canción , poesías varias. 403

Melancólica y tierna, la tristeza

Place á mi corazón y la ternura; Canta aquella que empieza:

Triste está mi alma y llena de amargura.

CANTO.

Triste está el alma mia, Y como nunca ahora Imagen vé sombría

De dicha que se vá. Vago presentimiento

De infortunio que ignora O profético acento

Del corazón será.

Tregua no deis al lloro

Ojos mios cuitados.

Aquel vuestro tesoro

Ayer perdisteis yá.

Vano es pedirlo al mundo Inquietos, desvelados.

Abismo allí hay profundo

Do sepultado está.

¿Y donde está Ramón? qué I no me escucha?

Acaso no le agrada ya mi canto, 404 poesías varias.

O ha perdido mi voz su melodía?

Sí, sí, lo siento ya; sin vida y débil

Salo la voz de mi oprimido pecho.

¡Oh Ramón! mi Ramón, ¿donde te has ido?

Ven y consuela á tu infeliz querida.

Nadie me escucha ni Ramón responde. ¿Y qué, no vendrá mas? ¿será posible

Que ya no vuelva y que de mí se aleje Cuando mas necesito su cariño,

Sin decirme ni adiós, sin estrecharme

Por la postrera vez entre sus brazos?

No, nó, sí volverá; su alma á la mía

Está unida con lazo indisoluble,

Que no rompe el olvido ni la muerte.

Mi pecho es el santuario donde moran

Los afectos mas íntimos de su alma, Y nuestros corazones fraternales Vibran como dos harpas melodiosas, Sienten de un mismo modo. iMas no vuelvel

¿Quién, Ramón, me ha robado tu cariño.

Única gloria de la vida mia?

Silencio sepulcral que me horroriza

Tan solo por doquier. . . .! El carro infausto

Todo negro y horrible rechinando,

¿No lo veis? allí vá, lleva despojos. . . .

Mirad cuan tristes los dolientes marchan poesías varias. 405

Y cómo la aflicción llena sus ojos

De lágrimas estériles; ya llegan,

Ya conducen el féretro al sepulcro

Ya le dicen adiós, ya con la tierra. . . .

Piedad! piedadl teneos; á mí sola

Toca cumplir ese deber sagrado:

Yo su querida soy; dejad al menos

Que le abrace y le bese á mi albedrio, Que riegue con mis lágrimas su cuerpo, Que ese yerto cadáver reanime

Con el fuego de mi alma. . . . pero no oyen

Los crueles mi ruego, y lo cubrieron Con sudario de polvo, y negro abismo

Entre mi amor y el suyo interpusieron.

Ya mi Ramón se fué, se fué por siempre.

Mas nó, si ha de volver; en vano quieren

Robarle á mi cariño, acá en mi mente

Su imagen indeleble está grabada:

Cada dia, cada hora, en cada instante,

En mi presencia está, tierno me dice

Sara, mi vida, ángel de amor, yo te amo;

Pero. . .ahora, no te veo, ni te escucho.

¡Y qué, no volverá! Sus pasos siento,

Ya se acerca, lo veis, joven y bello;

Pero lánguido hoy están sus ojos.

¡Qué mortal palidez su rostro empaña! 406 POESÍAS VAlUAS.

¿Algún pesai oculto, alguna pena Te aqueja, hermoso mió? A qué ese velo

De lulo y aflicción que me horroriza? Quítalo de mi vista, si me quieres secreto Ven te consolaré. . .Tengo un

Acá, en el corazón, que rae fastidia, Desahogar quiero mi oprimido pecho.

Mas nó, no le miréis íes un fantasma,

t:s de la muerte el hórrido esqueleto Avaro de mi dicha que ha tomado

El rostro de Ramón para burlarme. quieres, Horrible es su ironía. . . ¿Que me

Me vienes á buscar? ya voy contigo. Pero mira estas flores para él eran, Y en mis heladas manos se han secado Porque tardó. Tardó, vamos á verle, negaremos con ellas su sepulcro. Llevaré siemprevivas, y coronas

Le haremos de poeta, y á su lado Velaré como un ángel mientras duerme O en un sepulcro dormiremos ambos. . ; , —

poesías varias. 407

Á LA JUVENTUD ARJENTINA

EN HAYO DE 4841.

Hermanos, lloremos de luto vestidos

La música, el bronce, tambores y trompas, Que en Mayo sonaban con alegre pompa,

Anuncian ahora triste funeral.

Lloremos, hermanos, la Patria no existe;

Volvió á la cadena, de Mayo el gran dia Solo solemniza su acerba agonia^

Solo rememora su suerte fatal.

Nosotros, que somos su prole bastarda;

Nosotros, que nada para ella pudimos Nosotros, que en hora funesta nacimos.

Para verla presa de inicuo opresor;

Nosotros que niños su gloria ensalzamos

Y vemos adultos de su astro la mengua^

En vez de alabanza, para ella pidamos Al pecho ulcerado tributo de amor

Lágrimas amargas, recuerdo insufrible De esperanza joven fueron nuestra herencia,

Destierro, pobreza, dolor impotencia, Sin crimen alguno llevamos doquier. —

408 poesías vaiuas.

Heredar debimos un rico tesoro

A precio comprado de sangre bendita.

Mas hoy vagabuF>doscual raza maldita,

Ni asilo, ni hogares logramos tener.

Felices, sin duda, muy masque sus hijos

Los hijos de Mayo que á tiempo nacieron!

relices soldados, los que combatieron

Siempre vencedores por la libertad!

Menguados nosotros, que tarde la arena

IMsamos gloriosa que anhelan los bravos!

Míseros de aquellos que el hierro de esclavos Homper no supieron en robusta edad!

Pero ayl qué me ofusca burlado deseo,

l'ué ingrata la estrella que al nacer tuvimos,

De ágenos errores la pena sufrimos.

Sin fruto arrastramos penoso vivir. Me engaño; tuvimos jóvenes amigos

Oue el sable empuñaron, soldados se hicieron,

De grandes batallas la embriaguez sintieron

Supieron valientes su deber cumplir.

.luventud del Plata, levanta la frente! Como Mayo tuvo pleyada gloriosa

!)e héroes ciudadanos, contais orgullosa

Mártires patriotas de heroica virtud. .

POESÍAS YAHIAS. 409

Su gloria nos toca, sus lauros son nuestros.

Pelearon cual bravos, cual libres murieron,

Un sueño divino felices tuvieron;

Sepulcro no hallaron, ni amigo ataúd.

Si vano fué el sueño ¿qué haremos, amigos.

Ahora que infausto con fúnebre rayo

Dispersas legiones solo alumbra Mayo

De los defensores de la Libertad?

¿Qué haremos sin Patria, familia, ni hogares, Si en cráneos j sangre cimenta su trono

Feroz el tirano, derrama su encono,

Para ahogar por siempre la fraternidad....?

Todo, menos llorar: que no es del hombre,

Que hidalgo y grande corazón abriga, Y precia en algo su valer y nombre, Derramar una lágrima que asombre Y mueva en otro compasión amiga

Hijas son de los pechos femeníjes

Las lágrimas estériles, que brotan

Gomo lava en los ojos varoniles.

Si alguna vez las derramáis, que sean

De esas que fuego vengador chispean,

De esas que noble indignación denotan»

De esas que el rostro varonil no afean; De esas que vierte el santo patriotismo Cuando anliemlo en corage y heroísmo

Muerde impotente la fatal cadena;

De esas que el bravo en arroja,

Cuando la voz de mando que le enoja A retroceso indigno le condena*— De esas lágrimas fértiles, que esliman Las almas generosas, y del fango De misero gusano al noble rango De inmortales varones nos subliman.

Hermanos, no lloréis, aunque hoy alumbre

Déla patria el desdoro y servidumbre El sol de Mayo que nacer la vio;

Aunque á su luz veáis sin sepultura

Solitarios blanquear en la llanura Los huesos de los hijos que ella amó;

Aunque el audaz tirano en su delirio

Borre con sangre el brillo de su gloria. Infamando en los siglos su memoria. Noble generación santificada

Sois también por el hierro del martirio

El destierro, el patíbulo y la espada.

Vuestras madres os lloran, unos muertos.

Otros peregrinando en tierra estraña O vagando ¿n los bosques y desiertos, .

POESÍAS VAHIAS. 411

Donde los busca la implacable saña

De los fieros verdugos del tirano;

Y sufren, por vosotros enlutadas Ultrages mil de su execrable mano.

¡Oh! felices sin duda nuestros padresl

Ellos llorar no vieron á sus madres;

Ni á sus hijas ni esposas azotadas

Por la verga del Seide; ellos triunfaron Y su obra redentora consumaron,

Y con gloria inmortal desparecieron

Pero nó, que al morir también probaron

La amargura de odiosa ingratitud,

Y el pesar que á sus hijos no pudieron,

La patria que en su mente concibieron,

Legar, sino oprobiosa esclavitud

Mas no lloréis, hermanos, aunque alumbre

El baldón de la patria y servidumbre El Sol de Mayo que nacerla vio;

Aunque á su luz veáis sin sepultura,

Solitarios blanquear en la llanura

Los huesos de los hijos que ella amó.

No desmayéis jamás; predestinados

De raza de gigantes sois, sin duda,

Para vencerá la barbarie ruda,

Y derribar sus ídolos malvados, 412 poesías VAIUAS.

Fundando la argentina libertad.— Quizá ese SOL que os mira con desmayo

Pensativos llevar vida afanosa,

Al nacer otra vez en nuevo Mayo.

Os halle proclamando vencedores

Al pié de la pirámide gloriosa,

Do grabaron su fé nuestros mayores.

El dogma del progreso y la igualdad.

En tanto no brilla, jóvenes amigos,

El dia que opresa la patria presiente.

Con fé siempre viva, preparad la mente

Para el gran trabajo de renovación.

Dejemos placeres y el ocio que enerva, En bronce grabemos su historia y su nombre, Ciñámosla espada, ganemos renombre,

Solitario culto dando á la razón.

Para ella es el lustre que alcanzan sus hijos.

Para ella la sangre que corre en sus venas.

Por ella cadalsos arrostran y penas, Y en tierra estranjera se van á morir;

Libre ella, á los dignos dará una alabanza, Sonrisa que santos deleites inspira;

Que pulsen los vates profélica lira,

Que el genio obras grandes legue al porvenir.

Colonia, Mayo de 1S4!. POKSIAS VAUIAS. 413

ADIÓS AL RIO NEGRO

Adiós digo á tus orillas, Hermoso Rio, y me alejo Como vine, atribulado.

Triste, abatido y enfermo.

Ni tus benéficas aguas,

Ni tu clima placentero,

Ni tu aire puro, han podido Darme un instante consuelo,

Y á mi patria y mis hogares Hoy sin esperanza vuelvo. Desdichado del que aguarda

Cura á sus males del tiempo;

Infeliz del que confia

De la esperanza en los sueños. Se pierde una vez la calma Del corazón sin quererlo,

Y se pierde para siempre Aquel encanto hechicero, Que hacia amarla existencia, Embelleciéndola á un tiempo Con mil gratas ilusiones, Con mil plácidos recreos.

Así la perdí temprano En mi insensato ardimiento, .

41Í roESIAS VAIUAS.

Y faligndo la busco Y en ningún sitióla encuentro.

Ella de mis ansias luiye.

Huye al mirar mis tormentos, Y me abandona inhumana A mi destino funesto, Sin dolerse de mis penas. Sin escuchar mis lamentos: Do quiera voy van conmigo

Desesperación y tedio, Como enemigos fantasmas. Devorando mi contento;

Mientras el dolor terrible Como buitre carnicero, Ceba con tenaz porfía Su garra en mi triste pecho.

Adiós, Rio, á tus riberas,

A tus lugares amenos,

A tus bosques silenciosos

Donde se abriga el contento Que de mí huyó para siempre. Voy mi destino siguiendo A llevar, de mi existencia. Estos miserables restos

A mi patria. ... y á la tumba. . Para mi mal no hay remedio. Mayo, lb3.\ l'OESIAS VAIUAS. 415

LA I LOU

¿Por qué tan lánguida te hallas

Hermosa flor del desierto?

Sufriste acaso rigores De algún inflamado viento? Ven, ven ¡oh flor delicada!

Ven á mi abrigado huerto, Recobrarás tu alegría.

Tu pompa y verdor primero: Te regaré con mis manos. Te animaré con mi aliento, Crecerás bajo mi sombra

Y te hospedará en mi seno.

Su hogar triste abandonando

Vino la flor á mis ruegos,

Y desde entonces ella hace

Mi delicia y mi consuelo.

Enero, 1832- .

4iC) rOF.SIAS VAHIAS.

1) E S o L A C I O N

El uuiverso las tinieblas eran IJ. .

En vano busca el triste caminante

Que en el desierto ¡luso se estravia.

Con ansioso mirar la oculta vía,

Sí tiniebla fatal lleva delante.

En su ilusión del encrespado monte,

Que está cabe ' su asilo venturoso,

Vé la cerviz y marcha presuroso. Cuando luego se cubre el horizonte.

Lejos del bien que anhela, divagando

Lo ve la noche, el enojoso dia,

En angustiosa y mísera agonia El resto de sus fuerzas consumando.

Así también mi laso pensamiento, Errante en un desierto y aflijido,

Busca en vano el reposo que ha perdido

Sin acallar sus ansias un momento.

1 Junio, cerca: tinlig. poesías varias. 417

Si á veces la esperanza lisonjera

Lo mece con mentidas ilusiones,

Se sublima veloz á las regiones

Dó vaga un aura siempre placentera.

Mas á la tierra baja y confundido

De nuevo por recuerdos y congojas,

Como caen de los árboles las hojas,

Cae la ilusión del ánimo abatido.

Entonces mil ideas tenebrosas

Se agolpan á eclipsar su clara lumbre

Y en confusa y variada muchedumbre Lo rodean visiones espantosas.

Y los placeres con que brinda el mundo,

Los atractivos que la vida encierra.

Todo es nada á mis ojos, y la tierra Un horrible desierto, un caos profundo.

Diciembre 25, de 1830. 41^ poesías varias.

Para el retrato de una señorita sorda-mida.

Quien mira tu candor, bella Joaquina, Olvida absorto tu desdicha rara,

Pues de tus ojos la expresión divina Aun dice mas que si tu lengua hablara.

Setiembre 20.de 1831.

E^VIANDO UNAS FLORES.

Id VOS al seno, flores olorosas, Del dulce objeto de mi pensamiento; Ya que no puedo respirar su aliento, Apuradle por mi, flores dichosas.

Octubre 14, 1830. —

poesías varias. 419

FRAGMENTOS DE UN POEMA DRAMÁTICO

TITULADO CARLOS, (mÉDITO).

ACTO I.

Carlos sentado en actitud profundamente triste á la orilla de un

rio, coronado de bosques— En la ribera opuesta se divisan, sobre- pasando el bosque, Jas cumbres de algunas colinas donde pacen al- gunos animales.

CARLOS levantándose—Yo te saludo; ó Solí alma visible

De la creación visible y la infinta.

Astro regulador que la harmonía

Presides de los mundos y á torrentes

Derramas el vivir que en tus entrañas

Se anida inagotable-, espejo vivo

Donde se mira el ser inextinguible,

El ser omnipotente y que sustenta Tu primavera eterna y hermosura, Velado entre esplendores misteriosos

De gloria y magestad: yo te saludol A tributarte vengo acongojado

De admiración el homenaje débil Que siempre he consagrado á tu grandeza.

Quién, estupendo sol, al contemplarte

Magestuoso salir del horizonte

Con tus rayos flamígeros rompiendo 4áO poesías varias.

El denso velo de la opaca noche,

Bajar no siente á sd afligido pecho

\^!fí rayo de esperanza? ¿Qué criatura

Al verte no se alegra y en su tosco

Lenguaje tu venida no celebra?

El bruto, el racional, la tierna planta,

El vil insecto, el habitante estúpido

Del piélago profundo y del espacio,

Y la natura toda conmovida, Un concierto grandísono formando

Te glorifica, oh Sol! y te saluda.

Solo yo, ni alegría ni esperanza

Pruebo al mirarte ¡oh Sol! porque si duermo,

Una imagen fatal vela conmigo

Avara de mi bien y mi reposo

Aquí en el corazón que me atormenta,

Y fúnebre horizonte reiiia en mi alma,

Cuando naces loh Sol vivificante!

Cuando brillas flamante en medio dia,

Y mientras dejas de tu imperio el mundo

Al astro de la noche ó las tinieblas,

Naturaleza, en tanto, su hermosura

Ostenta y su vigor como en bs dias

Primeros de su ser: respira todo

Vida y deleite ante mis tristes ojos

Que tanta dicha sin gozar contemplan, poesías varias. 421

Y tú, astro divino, prosiguiendo

Tu carrera inmortal hoy rae apareces

Lleno de juventud potencia y brio,

Como cuando á la voz omnipotente

Lo creado animaste; mientras débil

Ctisano de la tierra ayer nacido

Cargado de miseria, yo me arrastro

Y apenas puedo soportar el peso

De mi frágil vivir. Qué diferencia

Entre tu fuerza y la flaqueza mial

Tú has visto loh Sol! los siglos, inmutable,

Sumergirse en la nada unos tras otros

Y alumbrado la cuna y el sepulcro

De millares de imperios y naciones.

Engendradorde vidas infinitas,

Tú reinas en el orbe soberano

Y eternamente reinarás, que el tiempo

Sobre tí nada puede: al hombre solo, A sus obras, deseos y esperanzas

Puso coto el Creador.—Vive un instante

Para sufrir, no mas; levanta altivo

Su inteligencia al cielo, en vano anhela

Descubrir la verdad; marcha rodeado

De noche tenebrosa y de elementos

Que se revelan en su mal furiosos-.

Siente para gemir, piensa y conspira i2i poesías vahias.

Contra su propio ser, si la luz busca

Solo dudas, enigmas y tormentos

Halla en el laberinto inestricable

De la ciencia falaz, y despechado,

Maldiciendo su inútil desvarío,

Se ve sin ilusiones ni esperanzas

En la flor de su vida y agoviado

De vejez y tristeza prematura.

Tal mi destino ha sido, di al estudio

Lo mejor de mis años; de los siglos

El polvo interrogué, los monumentos;

Busqué el saber entre los pueblos grandes

Que atesoran la ciencia humanitaria;

Y, qué he ganado, al cabo, en recompensa

De mi afán y vigilias? Mil dolores

Que envenenan mi vida; mil pesares Que mí pecho desgarran; mil enigmas

Que agitan sin cesar mi pensamiento,

Y el desengaño, al fin, que el hombre en vano

Romper anhela el velo misterioso

Queá la verdad encubre.—Dónde hallarte

Certidumbre divina, origen puro.

De la esencia del ser y de las cosasl

Ni cómo sorprenderte en tus arcanos,

O natura infinita y misteriosa! Dónde encontrarte, océano de vida, i

poesías vahias. 423

Que ani. lías todo, engendras, reproduces

Todo ser terrenal, toda existencia Sin agotarte nunca! ¿Quién pudiera

Bañar su cuerpo en las entrañas tuyas

Y transformar su ser perecedero ?

Pero no crece el árbol de la vida

Do crece el de la ciencia; el desengaño

Es la escuela del sabio; el que mas sufre

Se acerca mas á la verdad terrible.

Infeliz del mortal que levantando

Su espíritu del polvo ha pretendido

Descubrir lo ideal, lo verdadero,

Del mundo de la vida. {Desdichado

Del que no vive como vive el vulgo

Dichoso el ignorante cuya mente

Nunca salió del círculo mezquino

Donde nació y se arraiga como plantal

Mas infeliz del que marcó el destino

Con su sello fatal; dióle aquella ansia O inspiración sublime que lo lleva

Del polvo vil, donde vegeta el vulgo,

A la región fantástica que habitan

Los genios peregrinos á la tierra.

Pero cuál es mejor.^ Todo es lo mismo, A irrevocable ley obedecemos Y nadie sabe para qué ha nacido, 124 POESÍAS VARIAS

Ni por qué senda marchará, ó si en ella

Hallará un paraíso ó un infierno.

Todo es lo mismo sí, aunque unos nacen

Para sufrir, para gozar los otros,

Todos para morir.— Y, qué es la muerte

('.uando de angustia el corazón desmaya,

Guando no hay esperanza ni consuelo,

Cuando el dolor tenaz ha devorado

El corporal vigor y sufre el alma

Tormentos infernales?— Es la muerte

Entonce el sumo bien, el solo amparo

Que queda al infeliz sobre la tierra.

Morir, dormirse, del febril ensueño

Pela vida fugaz pasar al otro

Eterno y sin visiones; confundirse

Con el insecto vil de los sepulcros,

O sublimarse al cielo; anonadarse,

O lleno de vigor, de vida triste

Renacer á una vida sempiterna De glorias y deleites inefables. Morir, aniquilarse ó transformarse,

Hé aquí la duda que nos hiela el brío.

Mas, porqué vacilar cuando se acaban

De un golpe solo las angustias todas?

Porqué sufrir, dudar y no atreverse

A sondar dfi una vez el hondo abismo rOESHS VARIAS. 425

Y aclarar el misterio? Los temores

Se hicieron para el débil; pero el alma

Que lleva en sí la poderosa fuerza

De la altiva razón, con menosprecio Debe mirar lo que á la turba espanta. Nací yo acaso para ser ludibrio De un infortunio que evitarse puede? No nací libre yo? No está en mi mano

La balanza fatal de mi destino?. ... Cúmplase de una yez—[Pronuncia estos úlíimos

versos en actitud de arrojarse al rio. Un anciano que ha estado observándole se acerca y lo ase de re-

pelí te del brazo diciéndole:) Anciano— (£¿ demonio de la realidad.) Delente y oye: O joven insensato, qué pretendes? CARLOS—Y tú que vienes A turbarme en mi acción. ¿Eres un ángel O un espíritu audaz de las tinieblas? Anciano—No menosprecies Ja pobreza mia, Calla y escucha; la apariencia es sombra-. Mas de una vez bajo la capa humilde

Se solapa el poder, mas de una herida

Del corazón mortífera y profunda Curaron estas manos que no pueden

Valerse, al parecer, en su dolencia. No importa quién yo sea; mas tú corres '^26 poesías varias.

A hundirte en un abismo, está en mi mano

Salvarte y prevenirte: aun en la tierra

Hay esperanzas para tí y deleites. Aun hay felicidad; pero do atina

Tu ofuscada razón con el camino

Que al bien conduce, y despechado rompes

Por medio los obstáculos frenético.

CARLOS— Y cómo osas tú hablarme de ese modo,

Triste gusano de la tierra? ¿Sabes

Si yo busco la dicha ó la desprecio? Sabes quién soy? Alucinarme intentas

Con tu lenguage oscuro y misterioso?

Tu loca presunción provoca á risa.

Vete, huye de mí, déjame solo

Luchar con el dolor. ¿Sabes que reina La desesperación en mi alma? Sabes Si existe, por ventura, algún remedio

Para mal tan terrible sin la muerte?

Anciano—Hay en la tierra un bálsamo que cura

Las dolencias del alma.

CARLOS— Cuál es, dime.

Anciano—La esperanza feliz hija del cielo. CARLOS—Remedio soberano! buen recurso

Para los i)obres seres de tu especie.

Yo de otra esfera soy; lo que procura

A los otros alivio en sus quebrantos poesías varias 427

Para mí es un mortífero veneno. Esperanza!... La tuve cuando iluso

El bien y la verdad busqué en la tierra, Que pudo idear y concebir mi mente, Corriendo en pos de sus mentidas sombras.

Solo espero morir. Mira, en mi frente

Brilla la juventud, estas arrugas.

Esta sombra fatal que la oscurecen,

Son el rastro fugaz de las pasiones Que en mi pecho fermentan, y este fuego Que mis ojos despiden, es la chispa

Del volcan que se oculta en mis entrañas. Y podré ser paciente cuando mi alma

Lo infinito y finito alcanzar quiere En un vuelo sublime? Anciano— Circunscribe En un círculo estrecho tus ideas-. Vive, piensa, desea como el vulgo

Y asi serás feliz. CARLOS— Vano consejo. El águila real respiraría

En el estrecho espacio de una jaula? Anciano—Sí tu ambición es tanta y tu arrogancia, Cómo débil te humillas á los tiros

De la suerte fatal y despechado

Contra tu propia vida te revelas? 428 poesías varias.

CARLOS— Es acaso humillarse, es abatirse,

Menospreciar los golpes de la suerte Y trazarse uno mismo su destino? Cuál es mas fuerte? El que paciente sufre,

O el que arrebata audaz en corta lucha

La victima infeliz al infortunio?

Qué vale una existencia vacilante

Y llena de amargura? qué una trama

Débil que se quebranta á los impulsos

Enérgicos del alma y no responde

A la sublime voz de las pasiones?

Dárae saciar la sed abrasadora

De mi ambiciosa mente; dale al menos

A mi cansado corazón la fuerza

De amar y aborrecer para lanzarlo

En medio al torbellino de la vida;

Dame satisfacer esta ansia ardiente, Esta secreta agitación del alma; Dame olvidarme de mí mismo; dame

La salud y el vigor que ya ha perdido Mi frágil cuerpo, y me verás entonces

Desafiar al destino, en lucha abierta

Poner mi corazón con la desgracia,

Y venciendo el torrente de los males Cantar sobre sus ruinas victorioso. rOESAS VAHIAS. ' 429

Escena 'S»

La noche—Cuarto de estudio on casa de Carlos- La veutaiia abierta deja penetrar los rayos de la luna. Una mesa con luz y algu- nos libros. Carlos se levanta de ella, como fatigado, se patea silen- cioso, y de repente se para á mirar la luna.

CARLOS— Oh! lúl luna apacible; misteriosa

Lámpara de la noche y compañera De las almas sombrías y agitadas:

Y vosotras, también, claras estrellas

Que acompañáis su carro rutilante, Yo os saludo; de mi aguda pena

Tan solo sed testigos, que á vosotras Solo confiar mi corazón pudiera

Su borrascoso afán: esa luz mustia

Que derramáis benignas en la tierra

Me place mas que los pomposos rayos

Que en su giro inmortal el sol ostenta, Porque tiendo la vista cuando alumbra

Y en todas partes la alegría reina, El placer vividor, y con envidia

Veo una gloria que hasta mi no llega.

Genio abatido entonces^ ante un día Que los pesares míos no consuela Ni llena con su curso prolongado

Uno de mis deseos. . . . Quién pudiera, Globo brillante, misteriosa Luna, 430 FOESIAS VAHIAS.

El suelo levantar hasta tu esfera Y libre del dolor y de los lazos De esta corteza vil de vil materia, Los abismos sondar del Universo Y bañarse en tu eterna primavera! Quién pudiera las alas revistiendo De espíritu divino, en las etéreas Mansiones divagar, y la hermosura Perenne ver de la creación inmensa! Oh, qué éxtasis sublime! Qué inefable Contemplación mi espíritu enagena! giran Veo los orbes que incansables se llevan, Allá en la inmensidad y en pos harmonía! Los unos á los otros. iQué encadena. Todo se mueve en orden y Todo corre á su fin; los eslabones estupenda, Que sostienen la máquina movimiento Se entrelazan sin fin, el Regulando eternal de las esferas; Universo Y allá en el corazón del omnipotencia Velada y misteriosa estiende Con su soplo de luego que se materia Por toda la creación, á la gran toda Informe y á la vida y al

Acción y vida infunde • • • .

poesías varias. 431

ACTO II.

Escena I'»

Es de noche— Sala en casa de Carlota, vestida de duelo, sentada en un sofá: saca nn retrato del seno; lo mira con complacencia 3- dice;

Carlota—O tú, imagen feliz, única gloria

De mi oprimido corazón, estrella Propicia de mi vida en otro tiempo,

Hoy reliquia insensible, forma yerta

De un objeto adorado: si volverle

Sensible á mi dolor, si oir pudieras Las ansias de mi pecho enagenado,

Cuánta felicidad me produjeras! Pero no— tú no me oyes—vanamente

Te miro, te hablo, mil caricias tiernas.

Mil besos te prodigo, y cada dia Con lágrimas te riego; muerta quedas.

Pero no, tú también me das consuelo. ..

Sin ti qué baria de mi vida acerba? Llorar, gemir, y lamentarme en vano. . . .

Tú eres mi amiga fiel, la compañera

De mi dolor; tú la esperanza mía

Inflamas, vivificas y alimentas; Tú la llama de amor, pura en mi pecho,

Como en santuario sin cesar conservas. Tú levantas mi espíritu abatido .

432 poesías varias.

Con tu sonrisa dulce y halagüeña, Y aquí en mi corazón tendrás abrigo,

[Llevando el retrato al corazón)

Hasta que grato el cielo á mis querellas

Al ingrato me vuelva. . . . Dios supremo,

Dios de los tristes, mi horfaodad funesta,

Mi soledad contempla y abandono.

Mírame sin apoyo aquí en la tierra.

Ya que te plugo, á mi adorada madre

A tu gloria llevar, pió conserva

La vida de mi amante y mi esperanza.

Haz que se calme el mar cuando la vela

Tienda el bajel que su preciosa vida

A mi amor y á su patria aun tiempo vuelva: Haz que en su pecho se conserve pura

La fé y la llama que á Carlota diera.

Y tú, imagen feliz, vuelve á mi pecho

A consolar mr amor. . ,

Luisa— [Nodriza de Carlota) Carlota, aun veías?

Carlota —(Moítrándole el retrato á la luz)

Míralo; no lo ves, los ojos negros

Chispeando amor y fuego; frente exelsa Llena de inspiración; dulce sonrisa,

Mirada penetrante y hechicera. Cabello ensortijado, de azabache: poesías varias 433

Este es mi amor y gioria—[Guarda enagenada el retrato en el pecho] . ^^^^^~~ Que contenta

Esta noche te encuentro. Carlota— He implorado, Luisa, por él á Dios; talvez conceda Lo que tan fervorosa le he pedido: Yo no sé qué ilusión hoy me enagena: Mi cor¿ízon presiente una ventura Y me dice, en secreto, que está cerca. Volverá mi querido?

Luisa- sí, Carlota, Su alma era noble, generosa y tierna. Vendrá á hacerte feliz: nunca se borra La dulce imagen una vez impresa Del objeto querido, cuando el alma La recibió en la edad de la inocencia. Carlota, eterno es el amor primero, Y tú desde la infancia su amor erasl Abre, Carlota, tu oprimido pecho A tan dulce esperanza.

Carlota— Lisonjera!

Cómo sabes tocar la blanda fibra Del corazón! De lágrimas se llenan Al oirte mis ojos; pero ahora Son, Luisa, de placer y no de pena. 28 434 poesías varias

Luisa— Vamos, Carlota, á reposar; ya es tarde,

Del sueño necesitas, pues en vela

Pasaste ayer la noche.

Carlota — Vamos, Luisa,

Aunque será difícil que hoy yo duerma.

ACTO L

Escena 6"

Antonio—{Esclavo del padre de Carlos, á quien este ha

dado libertad) .

La tristeza mortal que lo consume

Se aumenta cada dia: algún secreto

Hay en su corazón que la ocasiona. Cuánto me duele su infortunio acerbo!

Cuánto me hace sufrir! Si yo pudiera

Decirle y esplicarle lo que siento Al verlo padecer, se calmarían

Mis ásias, y él, talvez, correspondiendo

Me diria el origen de las suyas.

Oh! si yo le pudiera dar consuelo,

Seria el mas feliz de los mortales.

Con el amor de un padre asi le quiero.

En mis brazos se ha criado, y es tan franco,

Tan humano, sensible y caballero, poesías varias. 435

Que quién no le amará si ie conoce?

Qué lástima! tan joven y viviendo

Solitario y aislado: nunca rie;

Huye la sociedad; ningún recreo, Ninguna distracción tiene atractivo Para su corazón: busca el silencio Del bosque solitario, y en vigilia Pasa las horas del solaz y sueño. No era asi en otro tiempo. ... en ese viaje Ha perdido aquel ímpetu altanero De la primera edad. Parece un viejo Agoviado de tedio y desengaños.

Maldito viaje» Nunca lo hubiera hecho!

Esto es lo que se gana con ver tierras.

Me voy sus pasos á seguir ligero.

Escena S'» CARLOS— El reposo feliz reina en la tierra;

Todos beben olvido entre los brazos Del sueño consolante—solo vela Mi triste corazón— Esta es la hora

En que hierve mi sangre y se despierta Mi atribulado espíritu del sueño

Profundo del dolor, y leer anhela El destino del hombre y las criaturas

En el místico libro, en la obra exelsa 436 poesías varias.

De la creación, y los ambientes puros

Respirar de los campos y las selvas. Aquí vivo oprimido, encarcelado

Por la mano glacial de la materia.

En esa colección de desvarios

[señalando los libros)

Buscando en vano la verdad suprema.

Allí mi fantasía se dilata

En la infinita y misteriosa esfera

De lo ideal y eterno, y soberana De terrestres pasiones se despega. Dos fuerzas hay en mí: una impetuosa,

Inflamada, divina, que me lleva

A ambicionar lo eterno y lo sublime,

Otra, hija de la carne, que sedienta

Al deleite me incita. En otro tiempo

Mi delicia y mi gloria ambas hicieran; Pero bien pronto en mi impetuoso anhelo

Las dos han sido á mi vivir funestas. . . .

Desdichado de tí, ¡Cárlosl Enfermo,

Sin vigor y estenuado, la impotencia

Es tu vil patrimonio, y el despecho.

¿De qué el vivir te sirve y la edad bella? Un esclavo, un gaucho, un pordiosero

Es mas feliz que tú. ¡Terrible ideal

Busca felicidad, gime, suspira, —

poesías varias. 437

Piensa, ambiciona, anhela,— á tus orejas

Siempre oirás repetir con voz infausta:

«Tu patrimonio vil es la impotencia.

Al empezar la vida se ha acabado

Todo bien para tí»: tormentos vengan

Y caigan sobre mí; desplome el cielo

Sus ii as todas—aunen mi alma hay fuerza.

ESCENA k^ DEL ACTO 4°.

Y ÚLTIMO DEL MANUSCRITO. ^

CARLOTA (incorporándose, después de un desmayo]

Luisa, eres tú.^

Luisa— Si, Carlota,

Soy tu amiga. Carlota— Desgarrado Por un intenso dolor

Siento el corazón. ¿Do estamos?

Qué es lo que pasa por mí?

He visto, si no me engaño,

Aquí.... no sé en donde.... en sueños,

Como la sombra de Carlos. Luisa— Cuándo, Carlota?

1. Copiamos exactamente del borrador original. 438 poesías varias.

Carlota— Cuando íbamos Al Viático acompañando.

Miré, lo vi, él me miraba Y huyó de mí.

Luisa— No es estraño

Que su imagen te aparezca-.

Siempre estás en él pensando. Carlota—Es verdad; pero de mí huye

Como el Alción solitario

Que de su cuna y amores Las delicias desdeñando.

En el piélago desierto

Halla su dicha y encanto

Y se olvida de su amor.

Pero, díme, dónde estamos?...

Allí, allí, en esa ventana

Lo vi ¡Qué desfigurado! Pálido como un espectro,

El cabello desgreñado,

Y con centellantes ojos,

Lleno de asombro y espanto

Me miró, y en el instante Mis sentidos se turbaron

Como si hielo de muerte Mi sangre hubiera cuajado.

¿Dónde está que no le veo? .

POESÍAS VARIAS 439

Díle que quiero abrazarle,

Que su Carlota le espera....

Pero, no, deten tus p?isos.

Si el ingrato me quisiese

Ya estuviera entre mis brazos. . .

Aléjate fementido! Qué me quieres? Tus halagos

Son los de sierpe engañosa.

En el cielo nuestros astros

Podrán verse encadenados;

Pero aquí, aquí, se repelen

Como enemigos. Un alto. Un invisible poder

Del infierno, ó cielo sacro, Nuestras dos almas por siempre, Por siempre, aquí, ha separado.

Sobre tu frente él me muestra

Sello terrible é infausto, Y me dice á todas horas: — Carlota, huye; sus halagos

Son los de sierpe engañosa-. Ángel ó demonio, huyamos. 440 poesías varias.

ACTO IIÍ. »

El bosque De los espíritus y sombras.

Una voz.

Soy una alma peregrina

Un infeliz desterrado,

Que de toda luz privado Marcha cercado de horror: Dadme ayuda, dadme ayuda, Cien años ha que padezco, Ya de flaqueza fenezco De miseria y de dolor.

Otra voz.

Sigúeme, adorada sombra,

Sigue á tu amante anheloso,

Dame el brazo que el reposo

Vamos pronto á disfrutar.

Cuánto deleite y ventura Nos espera! Nuevamente

Vamos del amor ardiente

Las delicias á gozar.

1. Alteramos el orden de los actos, porque estas escenas, s'epara-

das del todo del drama, aparecerían mas fuera de lugar que aquí, si las

colocáramos entre los fragmentos del tercero, antes del cuarto acto. .

poesías vahias 441

Un poeta.

Anacreonte fué mi maestro, Y en almibarados versos.

Bien limados y bien tersos

Canté las lides de amor:

Triste de mí! y hora errante, Pobre, mendigo, cornudo.

Mi gloria es vivir desnudo,

Mi pan tan solo el dolor. Canta

No importa; ven, mi lira:

Diosa de amores bella, Venus encantadora,

Inspira á tu poeta.

Dan tus labios de rosa,

Guando los abres, Celia, El aroma mas puro. El mas precioso néctar; Tus dientes son corales, Tus formas azucenas,

Donde la nieve helada

Se anida y apacienta. Tu cuello es de alabastro

Sobre el que se recrean. Enlazando mil almas —

442 rOESi.vs varias.

Tus enroscadas trenzas.

Tus ojos rutilantes

Son candidas estrellas, Que vibran amorosas

Mil penetrantes flechas; Que matan, que dan vida

Traspasan y atormentan. {Gran murmullo de risas que apagan el canto.)

Una voz.

Quién es ese loco, amigas. Que canta? Otra voz Un pobre poeta

Desterrado del Parnaso. Voz 4^— Y qué busca?

Voz 2^— Viene á pesca

De elogios, sin duda alguna, A nuestra gran asamblea.

Voz 1'^—Díle que al punto se calle O que espere buena felpa.

Otro poeta.

Filis, pastora bella,

Filis ingrata que mi amor esquivas,

Escucha la querella Que de mi pecho sale en llamas vivas; .

poesías varias. ^*'^3

Oigan también mi acento

Las estrellas, la luna, el firmamento;

Óigalo la corriente

Del cristalino arroyo y de la fuente;

Óiganlo los peñascos, que testigos Fueron de mi tormento; Yá par lloren conmigo El trance mas insano Del amor inhumano

Y el ferino rigor de mi enemigo. Tú, Pan divino. Dríadas, Amadriadas, Napeas, Nereidas, que tenéis moradas

En el campo, el arroyo y selva umbría,

Ayudadme á cantar la pena mia. (Nueva algazara que cubre la voz del ipoéía.)

Una voz

Maldita gente! La turba De quejumbrosos poetas, Pastoriles y Anacreónticos,

Anda esta noche sin rienda.

Otro POETA.

Vírgenes sacras del Castalio coro, Moradores sublimes de Hipocrene,

Que os abrebais con néctar y ambrosía 444 roESiAS varias.

En copas de marfil y tazas de oro;

Dadme el plectro sonoro,

Y la robusta lira altisonante.

Que resuena en el polo mas distante, Para cantar en verso numeroso El furor de Mavorte rencoroso.

Mas qué volcan tremendo se derrama Con impulso violento por mi pecho? Ya prendió en mí su abrasadora llama

El Numen soberano, y cual Bacante

Pitonisa ó Sibila delirante,

Llena de inspiración y de despecho Vistiendo peto y empuñando lanza, A contemplar las muertes y el estrago

En el campo feroz de la matanza

[El foéta se detiene de cansancio)

Otro poeta.

Cupido Dios de amores,

Cupido el niño ciego, Estando descuidado,

Sin temer sus acechos,

Puso sus crueles viras

En unos ojos negros,

Y desde allí con ellas Atravesó mi pecho. poesías varias. 445

Triste de mil de entonces Sufro crudos tormentos,

Y no hallo, no hallo alivio,

Sino cuando la veo.

Una bruja .

Qué cencerrada maldita

Nos aturde las orejas?

Pestel ¡nfiernol ¿Son legiones De miserables poetas Muertos hace dos mil años

Que han salido de la tierra?

Otra.

No, no, son espúreos hijos

De las musas de la Grecia, Que hablar no saben del siglo

La tierna, espresiva lengua, Ni realzar los prestigios

De las creencias modernas-.

Otra.

Maldita razal Arrojemos

Lejos, lejOí tal caterva;

Que vayan á los infiernos A repetir sus endechas. 440 poesías varias.

Coro de «rujas.

Fuera, fuera,

A la ligera, Torpe bando Que cantando Siempre vas; Tomad chivos Bien lascivos Y horquetados, A dos lados

Id atrás.

Dejad plaza Para raza

Noble y digna, Que benigna Ya no puede Ni aun adrede Vuestros cantos Y discantos Escuchar.

Id bien lejos A los viejos Ya cangrejos

Adormecer y arrullar:

Dejadnos libre el lugar 1

poesías varias. '^^^7

El infierna,

O el Averno, Ya os aguarda, De abolorio, Un consistorio, Que escuchará cual bendito Vuestro susurro maldito. {Todos pasan.)

Á CARMEN.

Al fin, benigno el cielo, Colmó tus esperanzas. Dejó su largo duelo Tu amante corazón: Después de pena tanta

Alegre y palpitante. Bendice la hora santa

De la esperada unión.

Sentir amor supiste Con religioso culto,

al señor doctor don 1. Lozano de López; con motivo de su unión Vicente F. López, amigo íntimo del autor. .

448 poesías varias.

Y el premio recibiste

De tu ardorosa fé:

Esposa eres querida,

Triunfo es de tu constancia,

Bella será tu vida

Como tu amor lo fué.

Te coronó el destino

Con sumas alta gloria,

Abriéndote el camino De un bien que gozas ya. No importa que sombria Se muestre alguna nube; Ama, siempre y confia,

Ella se alejará.

Gomo ángel cariñoso, Sonrie en tu morada, Y endulza del esposo La amarga proscripción

También el rostro tuyo,

El lustre de ella baña, Lleva con noble orgullo

Tan alto galardón.

Montevideo, Octubre:^] J847. poesías varias. 449

ESTROFAS PARA CANTO.

El viento de la Pampa, Cruzando velozmente,

Tiene para el proscripto Magnético poder;

Que perfumado llega

Con el aliento puro

Del beso que á la patria

Diera al pasar ayer.

Envíale recuerdos,

Si quieres oir su canto, Simpática memoria

De lo qub fué su atnor; Envíale esperanzas

En alas del pampero.

Heraldos que le anuncien Algo consolador.

El cisne alegre canta

A orillas de su lago, Donde bañarse puede

Nadando en libertad;

Canta cubando lo arrulla

La brisa de los campos, vahias. 450 poesías

Do vuela libremente Desde la tierna edad.

Pero ahí pobre del cisne

Si de su hermoso lago, playa \ la estrangera Lo lleva el huracán: El canto melodioso garganta, Se ahoga en su No encuentra ni.gemidos Para espresar su afán.

Los ecos de una lira, En horas de tristeza. Te hablaron un idioma

Querido al corazón:

Y en la memoria tuya Resuena todavia. Con hechicero halago Su tierna vibración.

Silenciol ya se han roto Las cuerdas de esa lira. En torno de ella suena Murmullo aterrador.

Silenciol ya está muda. No tiene una armonía, poesías vakias. 454

Ni alientos de esperanza, Ni cánticos de amor.

Recuerdos de la Patria, Venid, venid veloces,

En alas del pampero A refrescar mi sien; Venid, traedme esperanzas,

El hálito de vida,

De amor y gloria ensueño. La inspiración del bien.

Montevideo, Octubre 31 1847

Á LA SOCIEDAD FILANTRÓPICA

DE IkAMAS ORIENTALES.

Dos años, y en el Cerrito Enclavado todavia

El pendón está, maldito. Del orgulloso invasor;

Aquel que á Montevideo insensato ya contaba .

452 poesías varias.

Como seguro trofeo De su pujanza y valor.

Allí está, no como vino Ufano sino augurando Su miserable destino, Su mengua y ruina fatal; Inclinando la cabeza, Humillada en cien combates,

Ante el brillo y la grandeza

De la bandera Oriental

Y en torno suyo la chusma De colorada librea. Diezmada ya en la pelea,

Mueve taciturna el pié;

Mísera turba de esclavos

Que unida el terror mantiene.

Y á arrostrar la muerte viene Sin entusiasmo ni fé.

Y con el fusil al hombro, Y sepultando en el pecho La pavura, y el despecho

Bajan de allí á combatir; Porque su amo los envía, Como manda el carnicero poesías varias. 4o3

Las reses al matadero

Que el cuchillo hará morir.

Y caen, y dichosa suerte Aquellos sin duda alcanzan

Que hallan término en la muerte A su desesperación;

Pues el que cae mutilado, Á un receptáculo inmundo, Donde espira abandonado,

Lo arrojan sin compasión.

Porque donde reina el crimen,

La tiranía salvage. Solo hay víctimas que gimen Y verdugos sin piedad;

Y el hombre allí solamente

Es animal de servicio, Que cuando yace impotente Sirve de incomodidad.

Pero aquí donde libre alienta el hombre,

Donde se mueve y electriza al nombre De Gloria, Independencia y Libertad; A los que escudan con robusto brazo

Su bandera inmortal, y caen por ella, 454 poesías varias.

La Patria los recibe en su regazo,

Los ampara la pública piedad.

Veneración, su sacrificio alcanza,

Veneración su ardiente patriotismo,

Y el consuelo benigno y la esperanza

Los acompaña al lecho del dolor.

No es un hombre común el que ha caido, Sino un héroe, un varón esclarecido.

Que conquistar á precio de su sangre

La corona del triunfo ha conseguido,

Lidiando contra el bárbaro invasor.

Y traen la víctima al hombro

Sus valientes compañeros,

Y la piedad y el asombro

Culto en silencio le dan:

Y su sangre es como el riego

Que en los que de pié combaten,

Fecunda, y anima el fuego,

La fé con que triunfarán.

Y la muger en cuya alma Anidóla Providencia,

De amor y beneficencia Inagotable raudal, Jambien con piadoso anhelo .

poesías yarias. 455

4bre al mártir de la patria Su santuario de consuelo, Las puertas de su Hospital

Porque en esta lucha santa

Que mira asombrado el mundo, En que corre sangre tanta, Se oye tan hondo gemir;

En que el ánimo vacila,

Mas indómito, y á hierro En cien campos se ventila

Del Plata el gran porvenir;

En que es tan común la muerte,

Tan trabajosa la vida,

Y luz apenas se advierte De esperanza y salvación; A par del hombre nutrido De valor ó inteligencia. La muger ha comprendido

Su patriótica misión.

Ha visto que si á las balas

No pone el pecho, á lo menos

Su oro y diamantinas galas,

Puede á la Patria ofrecer; Y que no hay joya mas bella 456 poesías varias.

Ni de valor mas subido,

Que obtener un lauro de ella, Su sonrisa merecer.

¡Matronas Orientalesl vuestro sublime ejemplo

La Patria agradecida, jamás olvidará;

Cuando su noble frente corone la victoria,

A par de ilustres nombres los vuestros grabará.

A su voz acudii^teis, cuando os llamó en su auxilio,

Y á los que defendiendo su libertad y honor,

Cayeron mutilados por el plomo enemigo,

Abristeis un asilo de caridad y amor.

Al lado de su lecho, vuestro risueño rostro

Apareció calmando su doloroso afán. Curasteis sus heridas con delicada mano.

Partisteis generosas con ellos vuestro pan.

También os tocó parte de noble sacrificio.

Se acrisoló en la prueba vuestra virtud también,

Dejais en la memoria de vuestras tiernas hijas

La semilla fecunda de inestimable bien.

Cuando ellas de sus madres recuerden las virtudes Gozosas en su pecho las sentirán hervir;

Verán que si una Patria dichosa fué su herencia,

El patriotismo puro labró su porvenir. .

rOE&lAS VARIAS. 457

¡ iMalronas Orientales ! gózaos en la obra vuestra,

La Patria la bendice, la humanidad también:

Y á nombre de los mártires que le volvisteis sanos

Os pondrá una corona de cívico laurel.

Montevideu, Abril 14 de 1845.

EL TüMÜLO DE l'N JOVEN.

Purpuños spargem Aeres. . Virg.

Acalla un tanto tu aflicción amarga

Corazón mió, que doliente canto

Demanda y llanto ese sepulcro triste Que á tus pies yace.

En él se encierra la esperanza dulce

De una familia que afligida llora

El bello fruto que el amor paterno

Cultivó tanto.

En él á un tiempo la virtud se abriga.

La adolescencia vigorosa y fértil,

Precoz ingenio que á la Patria un dia

Pudo dar gloria. 458 poesías varias.

En él la Parca que insaciable vela Hundió por siempre un porvenir fecundo

Dejando al mundo lágrimas y luto,

Estéril llanto.

Asi se agosta con el soplo ardiente

Del Can adusto la dorada espiga,

Único bien del labrador y fruto

De sus fatigas.

Fatal destino! como flor de un dia

Que brilla ufana al despertar la aurora, Y aún seductora defragancia y brío Se vé marchita;

Asi rodeada de prestigios pasa,

Hollando flores que su triunfo adorna.

frágil, La beldad tierna, encantadora y . Aún en su aurora;

Así el ingenio, y cuanto bello existe,

Grande ó sublime como el alba dura,

Mientras el vicio y la ignorancia gozan

Largos estíos-.

Así volaste de la tierra huyendo,

Triste morada de tiniebla y llanto, 'íi >

poesías varias. 459

A la alta esfera donde reina el dia

Bello y eterno.

¡ O la noche tal vez ! pero ¿quién puede

tumba ! Sondar tu abismo misterioso i ó

¿Quién la distancia que del ser separa

La fria nada ?

Alzara apenas tu razón el vuelo,

Miraste al mundo con semblante triste,

Y adiós dijiste á sus deleites vanos

Y á sus afanes.

«Llevaste el cáliz de la vida al labio

«Cándido y puro; y en lugar de néctar

«Hallando acíbar lo arrojaste al punto «Con menosprecio.»

Asi yo ardiente lo apuré en un dia

Hasta las heces ¡ insensato! y hora Mísero arrastro juventud cargada

De pena y tedio.

! ¡ Oh quién pudiera su destino haciendo,

Término dar á su dolor amargo,

Beber olvido en la región oscura

Donde tu moras i ^*6^ poesías varias.

¿ Qué hacer yo puedo de mi inútil vida 9

Gemir tan solo; mas la muerte injusta

Segó la tuya de esperanza llena

Y á mí me esquiva.

Pero tal vez para tu bien su saña Puso temprano diamantino muro Entre tu pecho y las terrestres ansias

Qué á tí no llegan.

Gozas al menos apacible sueño

Que no perturban lívidas fantasmas,

Y el Ángel triste del sepulcro frió Guarda tu lecho.

Nada el reposo de tu noche altera ; Y el clamor torpe que en su triunfo exhalan Pasiones viles , á estrellarse viene

Sobre tu losa.

Ni el ayi estéril tus oidos hiere

De la miseria y la virtud que gimen,

Ni ves que oprime á la afligida Patria Destino infausto.

Asi la tumba es el asilo sacro

Donde se abriga la inefable dicha poesías varias. 461

Tras cuya sombra con afán se lleva

El mortal ciego.

tu vive Y tú la gozas ; y nombre

En la memoria de tu madre y deudos,

Como en el ara sacrosanta imagen, Siempre adorado.

Flores y llanto es el tributo solo

Que dar te puede mi dolor; en tanto Rosas y Canto á tu sepulcro triste, Y á tu memoria. •

1. Esta composición itparecióen el "Diario déla tarde" de Buenos

Aires del Lunes 16 d«j Jolio de 1832, acompañada de las siguientes líneas; Publicamos una composición métrica, en la cual, sin ser poe- tas, hallamos un particular mérito. Ella por otra parte, encierra la recomendación de ser obra de un joven compatriota nuestro, cuyas producciones le han grangeado la estimación de los que saben tributar

á los talentos y al saber el respeto que justamente se merecen. ,

4()á poesías vahias.

A LA JUVENTUD ARGENTINA.

Compañeros salud ; al fin exento

De esperanza ó temor, mi pensamiento

Rompe el sueño fatal que le oprimia,

Y en medio del silencio pavoroso Osa hablaros con eco poderoso,

De patria y libertad la musa mia.

Y podré acaso refrenar mi lengua

Cuando el lulo y la mengua,

De la mísera patria estoy mirando ?

Cuando, solo en su mal los ojos fijos,

Gimen y callan sus bastardos hijos Sus antiguas virtudes olvidando?

(iUando dado al temor y al egoismo

Ve sentarse, paciente, al despotismo

Sobre el trono sagrado de sus leyes,

Un pueblo que fué libre , y cuya espada

Con gloria y con honor siempre vibrada,

Hizo temblar á los inicuos reyes? POESÍAS VARIAS 403

Cuando á la faz d.il mundo impunemente

Una turba venal , necia, impudente, Instrumentos estúpidos de un hombre,

Hoy se atreve á vender nuestros derechos

Conquistados con sangre y con mil hechos

Dignos de admiración y de renombre?

Cuando la raza humana conmovida

Marcha al soplo de Dios, y nueva vida

Recobran las naciones de ambos mundos,

Mientras se encorva humilde el argentino,

Hollar dejando su blasón divino

Á un hato de satélites inmundos ?

No, salga al fin mi incorruptible acento,

Y convierta en corage al desaliento,

Y subleve el espíritu abatido

Contra todo poder que injusto oprima, Y este fuego sagrado que me anima

Castigue al opresor y al oprimido.

lí.

No los veis, no los veis compañeros? Ya caminan mostrando altaneros 4G4 poesías varias.

Por divisa sanguineo color;

ya levantan el grito perjuro Y en sus hombros un ídolo impuro

Llevan de odio, exterminio y rencor.

Preguntad á esos viles traidores

Si celebran con esos clamores

De la patria algún triunfo marcial ?

Preguntad si su afrenta lavaron,

Si en el campo do honor conquistaron Combatiendo algún lauro inmortal?

No, dirán: nuestro triunfo es mas grande

Que el que escrito en la cima del Ande El acero argentino -dejó;

Nuestro brazo abatió al patriotismo,

Y de nuevo exhumó al despotismo Del sepulcro en que Mayo lo hundió.

No miráis ? ya del monstruo arrogante La deforme cabeza triunfante

En el solio se vé de la ley. Nuestros fueros son ya sus antojos. Y apacienta en nosotros sus ojos

Gomo en mansa y estúpida grey. poesías varias. 465

Y esto sufre un gran pueblo, paciente,

Con infamia del siglo presente. Cuando puede morir con honor?

Esto sufre y gimiendo se humilla,

Guando vé la terrible cuchilla

Amagar con siniestro fulgor?

III.

Sí, el cuello doble abatido

Al castigo merecido El Pueblo que ha preferido

La tirania á la ley;

Pues lo tolera villano.

Sufra el azote inhumano

De un compatricio tirano

Quien romper supo el de un Rey.

Que su real, noble ropage.

Manche, pisotee y aje,

Que lo envilezca y ultraje,

Como al esclavo el Señor; Que á su lengua maldiciente

Ponga mordaza, y el diente 30 .

VAIUAS. 4(3G POESÍAS

De la ironia insolente Le muestre al ver su furor

Que se ria de sus penas,

Con el sudor desús venas

Doble el peso á sus cadenas, Nutra su turba voraz; Que dé á la razón tormento, Y anonade el pensamiento, Tomando por instrumento La superstición falaz.

rios Que la sangre corra á Para hartar los desvarios De sus enconos sombríos. De su barbarie feroz; Y que la infame ralea,

Que lo sostiene y rodea,

Y á quien huella y bofetea, Hiera, asesine á su voz.

Que á la venganza del mundo, Todo exangüe y moribundo, Te saque el Tirano inmundo.

Del siglo áser irrisión, rojos lazos ¡Oh Pueblo ! y con

Orne tus sienes y brazos, i

POESÍAS VARIAS. 467

Y á su vista mil pedazos

Haga tu heroico blasón.

Rememora tu grandeza

Para sentir la tristeza

Del abismo de vileza

Do te hundió tu insensatez;

¿ Cinco lustros vanamente

Uno y otro continente

No te llamó independiente,

No admiró tu intrepidez?

¿Dime, oh pueblo Soberano

Qué hiciste de ellos liviano

Cuando tuviste en la mano

Tu destino y porvenir ? Despedazarte cual fiera,

Dar la palma lisonjera

A la ignorancia rastrera, Al ingenio perseguir.

A tus ilustres varones

Pagar con muerte y baldones, Y merecer maldiciones

De los que te dieron ser:

A las madres dejar llanto, Al patriotismo quebranto, 468 roESiAS varias.

A tus hijos solo espanto, Solo hierros que romper.

IV.

Digno premio á tu gloria y tu demencia, Digno ejemplo á tu prole, digna herencia; Mas no fué crimen tuyo, te engañaron: sedujeron, Tu ignorancia y pasiones Los que de tu honra y sangre avaros fueron, Y de tu ciego error se aprovecharon.

mengua. De ellos el crimen es, tuya la lengua Tuyo el largo sufrir; así mi Solo infamar quisiera á los malvados;

Pero la voz de la justicia austera

Dice, que el despotismo solo impera Sobre pueblos cobardes ó estragados.

V^ ,

Aceptemos el don, compañeros, Como ejemplo elocuente y terrible,

Y en las almas, altar invisible

Elevemos á la libertad: Demos culto, á su imagen, secreto,

Mientras yace la Patria querida poesías varias. 469

En el mar de miseria sumida,

Do la hundió la mas negra maldad.

Reine, mande, áesos seres innobles

En buenhora el feroz Despotismo;

Pero sepa que aun hay patriotismo,

Y que hierve en silencio el volcan-.

De esa turba que besa su planta

Vil reciba alabanzas impuras;

Pero sepa que vivas y puras Las virtudes heroicas están.

Por tener una Patria y ser libres Nuestros padres valientes lucharon,

Y gloriosos sus armas llevaron

Desde el Plata al Pacífico mar;

Con su sangre y su vida preciosa La corona del triunfo obtuvieron,

Y en herencia á su hijos quisieron

Leyes^ Patria, Derechos, dejar.

Pero vano fué todo, y vosotros,

De la patria mirando el desdoro,

Llorareis el precioso tesoro Que os robara una inicua facción;

Ella puso á merced de un tirano

Vuestras Leyes, Derechos y vida, 470 poesías varias

Y os insulta y amaga atrevida Porque osáis arrostrarla opresión.

Arrostradla, y lanzad anatema

Contra el bando de necios traidores,

Que imagina con viejos errores

El progreso del siglo atajar;

Arrostradla, y con ella luchando, A ese Pueblo que atónito gime

Dad al menos ejemplo sublime;

No dejéis vuestro honor mancillar.

De los héroes de Mayo sois hijos. No herederos de sangre de esclavos. Digna prole de raza de bravos,

Para bien de la Patria seréis;

Si ásu esfuerzo debió ella la vida.

Si renombre la espada le diera.

Del saber la corona os espera

Feliz, libre, ilustrada la haréis.

Ignoráis, por acaso, la suerte Que esa turba ignorante os destina?

Que arrostréis una vicia mezquina,

Que de Parias sufráis el baldón.

El pensar es un crimen para ellos,

Abrigar alma noble, demencia, POESÍAS VARIAS. 471

Detestar la opresión, insolencia,

Pronunciar Libertad, rebelión.

Maldición ! — ¿ Pretendéis miserables Poner freno al fugaz pensamiento?

¿No sabéis que terrible y violento

Rompe al cabo cual fiero huracán ?

¿No sabéis que la lava oprimida

Largo tiempo rebulle y fermenta,

Pero al fin inflamada revienta

Por la boca del negro volcan ?

VL

Compañeros, salud! la tiranía,

Mas injusta y audaz que la que lin dia

Desplomó sobre América la Iberia.

Hoi con ella ambiciona embrutecernos,

Apagar la razón y envilecernos,

Para afirmar su reino en la miseria.

Gimen vuestros hermanos y suspiran,

Y el astro hermoso de la Patria miran Entre nubes perderse enrojecido, Marchitarse su gloria y sus laureles,

Y el numen que acataron siempre fieles,

A los Andes volar despavorido. 472 poesías varias.

Allí se burla del horrible encono

De las pasiones viles, sobre trono

De nieve sempiterna, y con su escudo, El vasto mundo de Colon cubriendo,

Y torrentes de luz siempre vertiendo,

Hace la guerra al Despotismo rudo.

Empero ahora de la Patria nuestra

Vosotros, compañeros, sois la diestra,

La esperanza y el muro do se estrelle Su efímero poder; hasta que henchida

Rompa la indignación como avenida,

Liberte, arrase y su esterminio selle.

Marzo de 1835.

(D. A. D. L. C.

1. Del autor de los Consuelos— Coa estas iniciales se publicó esta composición en el nuni. 1°, de la Revista del Plata, Montevideo 15 de Mayo de Í839. La revolución del Sur estalló el 29 de octubre de este mismo año 39. (G.) poesías varias 473

EL SOL NACIENTE.

(Coro del drama titulado Carlos)

En su carro de oro

Ya luce en la esfera

El astro glorioso

Que anima la tierra, Prosiguiendo raudo Su inmortal carrera.

Ya vierte sus rayos

Por montes y sierras, Por valles profundos

Por mares y tierras,

Pregonando al orbe

La gloria suprema Del omnipotente

Que rije y sustenta

De los orbes todos La máquina inmensa; Del Dios que quebranta

Las legiones fieras

Del mal, con un rayo

De su airada diestra; Del Dios que perdona .

474 poesías varias.

Y al impio y justo Justo renumera. Mirad cómo sube

Por la inmensa esfera El astro grandioso

Que el orbe sustenta

Y el poder y gloria Del criador refleja Con su sola vista.

La tierra se alegra, Se anima, y los brutos, Las voraces fieras,

Los insectos, plantas , Las aves parleras, Trinando á porfía. Los peces saltando

Por la onda ligera,

Y ajitada toda La naturaleza. Con mil harmonías, Con mil y mil lenguas, Del astro del dia La vuelta celebran. Que aventa del mundo

La noche y las penas. ,

poesías varias. 475

A D. JUAN CRUZ VÁRELA

MUERTO EN LA FSPATRIACION

Pobre al fin, desterrado

De su patria querida, El poeta Argentino

Djjo adiós ala lira.

Dijo adiós al vivir;

Triste destino el suyo!

En diez años, un dia

No respirar las auras

De la natal orilla.

No verla nial morírll

Pero esto no bastaba.

Al volver al asi lo. De donde moribundo,

Satélites vendidos

Al tirano feroz,

Lo arrojan á que busque

En el mar un abrigo; Al abrazar su madre

Su esposa y tiernos hijos

Les dá el último adiós. 476 POESÍAS VAUIAS.

Cuando anhelante mira Su espíritu agitado Alborear victorioso

El nuevo sol de Mayo,

El sol de Libertad; Cuando otra vez la pluma Temible á los tiranos Toma en pro de la Patria Y de sus fueros sacros, Pasa ala eternidad.

O Dios! cuánta amargura A su agonía lenta!

Ver vana la esperanza Que su alma de poeta - Tanto tiempo abrigó! No ver su patria libre. Después que á defenderla

Ilustrarla y servirla, Su juvenil riqueza. Su ingenio consagró.

Verla en las manos viles

De viles opresores, Siendo escarnio y vergüenza

De las cultas naciones Sin poderla valer; poesías varias. 477

Ultrage sobre ultrage

De enemigos innobles

Sufrir en el destierro, Y devorar baldones De infames con poder!

Mendigar, por patriota.

El pan del estrangero,

Tan duro y tan amargo A los altivos pechos, lO digno galardón!

Partirlo con sus hijos,

Y con su espora, lleno

De esas lágrimas tristes, Que como plomo hirviendo

Brotan del corazón.

Tolerar la arrogancia

De la mezquina turba. Insectos miserables

Que en torno al león susurran

Cuando en hierros está;

Y el graznido molesto De esas aves inmundas,

Que en desechos del tigre

Ceban su torpe gula,

Hartas de sangre yá. 478 POESÍAS VARIAS.

O Dios ! cuánto infortunio

Reservado al poeta,

Reservado al ingenio

Que en la común palestra Se avanza á combatir,

En pro de la justicia

Y la verdad austera;

Sin mas arma que el filo De incorruptible lengua. Firme ensufé y sentir.

En premio inmerecido Del heroico combate

Que hace al error y al crimen,

Y del sudor y afanes De su mas bella edad, Recibe desengaños, Muerte, infamia, ó pesares, Y dejas que burlando Tu justicia insondable

Triunfe la iniquidad.

¿No la veis como hipócrita Se postra ante tus aras, Y grita levantando Su mano ensangrentada: «Dios es justo también?» .

POESÍAS VARIAS 479

Castigo, recompensas,

Justicia soberana,

¿Qué son? ó indiferente

Tu providencia infausta

Prodiga el mal y el bien?

¡Insondable misterio!

Aquí no es el castigo

Ni la infamia del crimen;

Que él reina y tiene impio,

De la justicia el fiel; La inocencia perece

Implorando tu auxilio,

Y las virtudes lloran

Sus mas ilustres hijos

Perseguidos por él.

Para mezquinos seres,

Sin labor concentrado,

Crece y medra fecundo

De la fortuna el árbol,

Para el poeta nó;

La tierra que él abona Con su sudor y llanto,

Solo espinas le ofrece.

Otros se regalaron

Con el fruto que dio. 480 POKSIAS VARIAS.

El corazón que sabe Mover los corazones, Inflamarlos, henchirlos De sentimientos nobles, De espíritu marcial; El que en las horas tristes Con hechiceras voces Los consuela y anima. Pintándoles visiones De una ventura ideal:

Ignorado en la tierra.

Huérfano y solo vive, Sin que nadie el misterio De su elación sublime Alcance á penetrar;

Ni lo que sufre y calla.

Simpático y sensible

A los males humanos, Sin que ninguno aplique Bálsamo á su pesar.

Aquel que generoso Los lauros de la gloria Reparte, Las virtudes heroicas,

De los pueblos blasón, poesías varias. 481

Y su elocuente ejemplo

Lega á edades remotas;

La palma del martirio,

La diadema espinosa Recibe en galardón.

Pero no, en paz descansa

En tu florida tumba;

Cantor del Plata, ilustre,

La que alcanzó tu Musa

Digna venganza fué;

La infamia del tirano

Estampó ya tu pluma

En indelebles versos:

No es la victoria suya

Aunque en la cumbre esté.

Hoy el clamor lo engrie

De sus esclavos necios; Pero quizá mañana

La justicia del pueblo

Cuenta les pedirá,

De la sangre inocente

Que bárbaros vertieron;

Y á tí, y á tus amigos De infortunio, alto premio De honor consagrará.

31 4g2 POESÍAS VAUIAS.

En vano al ver tu suerte La providencia acusa, Por que vedó al poeta Los delicados frutos De su terrestre Edén- Incienso perdurable

Fué el patrimonio suyo, Y su infable dicha, Y su deleite puro,

Ver en idea el bien-.

Gozarse en animarlo Con un fecundo soplo, Ofrecerlo vestido

A los humanos ojos De belleza inmortal;

Y ver la muchedumbre, El frivolo alborozo Menospeciar del mundo, Por agruparse en torno De su creación ideal.

O poeta! la gloria

Que te cupo en herencia

Bella fué, yo la envidio.

Yo que tarde a la arena Lleno de ardor corrí.— poesías varias 483

TuMusa nació al ruido

De la trompa guerrera,

Nació al nacer la Patria

Vírgeu, robusta y bella.

Para inspirarte á ti.

La raia al eco infausto

De las impuras orgias,

Del despotismo en triunfo,

Cuando murió su gloria

Su libertad y honor.— Tu Musa de laureles

Se fabricó coronas

Y entusiasmada al grito

De combate y victoria,

Dio al heroismo loor.

La mia al triste luto

De la mísera Patria

¿Qué pudo dar? silencio, O una acerba mirada

De estéril compasión;

Y buscó en los abismos

De la conciencia humana Cantos que nunca oyeron

Las argentinas playas,

Cantos del corazón. 484 poesías varias.

No tema en mí tu nombre

Rivalidad mezquina, Las musas son hermanas,

Y á la rastrera envidia Niegan su alto laurel. La región do se albergan Es mundo de armonía

Inagotable, y solo La inspiración divina

Bebe el poeta en él.

Émulos generosos ' Talvez mi lira no halle, ¿Qué importa? tributando Ala tuyahomenage

Hago ofrenda al deber.

¿Sé negará al ingenio

Que á su patria honrar sabe Este don, cuando turba De ambiciosos vulgares

Honra usurpa y poder?

Ohl tú fuiste dichoso, Respiraste aura libre

Y el astro de la patria

En el Oriente viste Mas de una vez brillar. poesías varias. 485

Yo solo allá en mi infancia

La vi en sueño felice;

Que joven á otro di ma

Me llevó ansia sublime De saber y admirar.

Tú entre libres gozaste

De su benigno influjo,

Yo entre opresor y esclavos Mi juventud consumo.

Falto de aire vital;

Y esperando el gran dia

De redención y triunfo,

Viendo do quier vileza, Salvar mi honor procuro

Del contagio letal.

Pero ayl con esperanza

Frágil yo me alucino-.

De ese glorioso dia

Los albores lucidos

Mi voz no ensalzará.

Mi vida ya se agota

Gomo se agota un rio

En arenal sediento;

Mi corazón altivo

Despedazado está. 48Ü POESÍAS VARIAS.

Poeta ¿qué es la vida, Después que victoriosos Del combate salimos.

Mostrando arado el rostro De honrosa cicatriz?

Qué es? inacción molesta,

Triste afanar: sin logro,

venir como el vulgo Ir, — Con el costal al hombro: Ohl tú fuiste felizl

Mas morir cuando el alma Lleva joven y ardiente La ambición generosa, Que á conquistar impele El lauro vencedor;

Al poner pié en la liza Que ambicionan los fuertes Morir desesperado;—

Triste destino es este,

Este, acerbo dolor.

Paz al noble poéia.

Honra al digno patriota,

Oue en la arena luchando Supo doble corona, A su frente ceñir. poesías vakías. 487

Musa de nuestro siglo,

La libertad lo llora Mártir esclarecido, Y su ejemplar memoria

Transmite al porvenir.

Estancia de los Talas, Abril 1839.

t m »-

——— ———

ÍNDICE DEL TOMO III.

paginas.

Advertencia o

Notas del Autor de los Consuelos H

LOS CONSUELOS.

Ei Pensamiento Yo soy una flor oscura 13

Lara ó la partida— Tendido el lino la veloz barquilla. { 5 Estancias Feliz aquel que de su patrio suelo. ... 22 Luna naciente Cubierto el horizonte 26 Simpatía Cuando inciertos giras 28 Recuerdo En vano busco la muger hermosa 29 Profecía del Plata Cuando con garra impia 30 Imitación del Inglés— iSa/id, salid del pecho 35 El poeta enfermo El sol fulgente de mis bellos días 37 De'ieo— Silencio nada mas etc ... 40 Éxtasis Cuando el sol reina 41 ——————— ——

490 ÍNDICE DEL TOMO III.

Páginas.

Ruego— lín tí seiwr confio . . . . , 43 Contestación Feliz tuque de bellas ilusiones 46 La Historia Encantada y atónitami mente oO Adiós—A^o quiere, tierna amiga, 60 Crepúsculo—-4 llá en el horizonte etc 62

Mi destino Presa de mil dolencias. . . 64 La melodía Hubo una melodía 67 Los recuerdos— De los primeros amores 69

Imitación del inglés A I pié de un sauce 76 Ala independencia argentina— Prestadme ó sacras musas 78 Mi estado Cual sombra vana etc 82 El impío Se alzó del polvo etc 84 El y ella—»(7Maní?o en tu seno etc 80 Adiós en el mar— Fa deja ya el puerto 99 Estancias A veces triste etc 101 El regreso—/O Patria, Patria, etc. 103 El infortunio Qué importa al desgraciado 108 Al clavel del aire Flor fragante y vistosa 109

El Cementerio A I resplandor sereno de la luna. . . IIS Melancolía Cuando en mi frente marchita 119 La noche O noche! oscuridad! del almamia 120

En celebridad de Mayo—Dadme la lira deoro. .. . 123 A María— Fa llegó el momento 127 Coros— El genio de las tinieblas. 131 Espíritu del aire 133 Espíritu del agua 135 Espíritu del fuego 136 El fuego fatuo 137 —— —— —— ——

ÍNDICE DEL TOMO III. 491

Páginas.

Conos^Mortal desdichado 140 Laida Como cedro á las nubes sublimado 143

RIMAS.

Himno al do\or—-Devora fera insaciable 158 Al corazón— ^Mc corazón es el miot 171 Canciones—La ausencia— FuesecZ hechizo 176 La diamela Dióme un dia una bella porteña 178

A una lágrima—5í la magia del arle. . 179

El desamor Acongojada mi alma. . . 180 La aroma— /'"/or dorada ele 182

Serenata A I bien que idolatro busco. . 183 La lágrima Enjuga, enjuga esa pre- ciosa perla 185

poesías varias.

Estrados de un poema titulado Rosaura 187 I Noche serena O que noche tan hermosa, 187 II Crepúsculo —Ven Rosaura que ya no arde 189 III Finis Un hechizo poderoso 192 La Beneficencia— Cántico— Con almas candorosas. 198 Amalia abandonada Los dias y las noches y la aurora 204

La barquerilla I Voga barquilla 208 « « II — Todo en el bosque y el prado. ... 211 —————————— — —

492 ÍNDICE DEL TOMO III.

Páginas

Los Cautivos Del desierto en las vastas soledades. . 213 Auna joven en la muerte de su amiga—ii/er go- zosa vias 218

Invocación al sol Tú, padre sol, que llenas 220

Adioses á la Patria Suena mi dulce lira 221 A Berro (inédita) Era sin duda una esperanza bella 225

A la legión francesa Nobles hijos de Francia! etc. 229 A una madre Pobre madre etc 232

Para la pintura de un álbum representando una muger llorosa sobre un sepulcro— Lágfnmas hoi V dolor 235

En el álbum de la señorita A. Rodríguez—i? amo jentil 236

En el álbum de la señora Pilar S. M.—El pasado es sepulcro etc 236

En el álbum de la señora de Hockuard—£a vida es árida senda 237 En un álbum en cuya primer hoja cubierta se leia esta inscripción: pido que no se toque No la toquéis etc 239

En el álbum de la señora D. ... al regresar á Bue- nos Aires su patria Huérfanos de la patria etc. 241

A D. J. M. F. dedicatoria de Elvira Recibe, dulce amigo, etc 242 Primer suspiro Triste un dia. caviloso 243

En un álbum Unos versos me ha pedido . 246

Los preludios (fragmentos)—Pwcs mianheb etc. . 247 Estrofas para canto Aun no ha probado etc 253 — — —— ————— — r

ÍNDICE DEL TOMO III. 493

Páginas.

La madreselva — Tan humilde como hella 257 Cómala (poema dramático)— Cesaron de la caza los clamores 258

Ala Pirámide Fatigada mi ardiente fantasía .. . 268

Rosaura (fragmento) Hay una edad en la vida. . . 276 Un pensamiento— í/n pensamiento mió 278

A. V. —A tí un misterio del alma 279 Peregrinación de don Juan (fragmento) Era Paris, cabeza de la Francia 280 A una madre —Los hijos que dá al cielo etc. 281 Á L. — Te acuerdas? un sí tierno etc 283 La noche y la diamela Ven ¡ó mi amor! etc 284

Recuerdo de duahlad—Mientras el placer te halague. 286 Parte inédita del poema titulado «Insurrección del Sud» Oh Patria amada!. ... etc 289 Serenata— J. la luz blanda y serena 296

A tí A ngel de mi esperanza 297 Contestación á mi amigo don Juan M. Gutiérrez Oh venturoso etc 298 El genio de la destrucción Del orgullo y del pecado. 304

Los tres arcángeles En el coro de los mundos. . . . 302 A N. -Eres bella y graciosa 304 Rosaura (fragmento de un poema) —La tormenta Era la hora sublime 306 La Pesadilla Mira, escucha aquel informe 311 El y ella— Fa quieres irte, amor mió 313 Rosaura (frag.) invocación Rosaura, bella Rosaura. 316

c( « La flor Visteis crecer regalada. . . 318

« (( III —Sabes, oh mi tínico encanto!.. . 320 ———— —— —— — . .

494 ÍNl'ICE DEL TOMO 111.

Páginas.

323 c( « IV— Tú pasabas dueño mió Mi amada Bella es mi amada y radiante 327 Al Dr. D. José Maria Fonseca—Fa viene ya Fonse-

ca, el triste invierno 329 Último canto deLara Revestida de^púrpura etc. 333

En el álbum de Héctor F. Várela—Pronío en la so-

'. • 344 cial arena . . • • El desconsuelo Se alejó temprano huyendo 347 ^nem—Busqué á Rosaura aquel dia 349 A mi guitarra— Tw que has sido siempre 352 357 Enigma (el corazón) Hay un enigma etc

tuya. . . . 359 j^ _ , Quien no vio nunca la hermosura Su nombre No lo diré, etc...... r 360 Los ojos negros—^ay unos

. 362 Noches de Diciembre A h, en las noches serenas . El 25 de Mayo Siglos vivió misteriosa 365 Al 25 de Mayo de 1844 en Montevideo—^aíwdad/ **"'* el astro brilla Versos escritos en una pizarra— Qwe me importa la vida etc 401 Regalo—A la mas hermosa flor 401 Lara delirante Ya la tarde pasó etc 402 A la juventud argentina en Mayo de iS^i—Herma- nos lloremos 407

Adiós al Rio Negro—1 dios digo a tus orillas 413 La flor 415

Desolación En vano busca el triste caminante. . . 416

Para el álbum de una señorita sorda-muda Quien mira tu candor etc. 418 — ———— ——I

ÍNDICE DEL TOMO Uf. IH

Páginas.

Enviando unas flores Id vos al seno ele 418 Fragmentos de un poema dramático titulado Carlos. 419 Á Carmen Lozano de López, en su casamiento A

fin benigno el cielo 447 Estrofas para canto El viento de la pampa 449

A la sociedad filantrópica de damas orientales Dos años, y en el Cerriío 451 El túmulo de un joven Acalla un tanto etc 457

A la juventud argentina Compañeros salud; etc. . . 462 El sol naciente En su carro de oro 473

A D. Juan Cruz Várela, muerto en la jexpatriacion

Pobre al fin, desterrado 475

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