Ombligo Del Plata
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4 Las calles de Buenos Aires Sus nombres desde la fundación hasta nuestros días H e b e C l e m e n t i GOBIERNO DE LA CIUDAD DE BUENOS AIRES Jefe de Gobierno Dr. Fernando de la Rúa Vice Jefe de Gobierno Dr. Enrique Olivera Secretario de Cultura Sr. Darío Lopérfido Subsecretaria de Desarrollo Cultural Lic. Teresa de Anchorena Directora Instituto Histórico de la Ciudad de Buenos Aires Lic. Liliana Barela 3 B U E N O S A I R E S , O M B L I G O D E L P L A T A Editor Responsable: Liliana Barela Coordinación de Edición: Lidia González Supervisión de Edición: Rosa De Luca Daniel Paredes Corrección: Rosa De Luca Daniel Paredes Luis García Conde Lucía Dorin Diseño Editorial: Jorge Mallo Fabio Ares 4 H e b e C l e m e n t i 5 B U E N O S A I R E S , O M B L I G O D E L P L A T A 6 H e b e C l e m e n t i P Prólogo por Liliana Barela “Hay, pues, que desandar caminos”. Con esta declaración Hebe Clementi nos propone recorrer nuestra historia nacional a partir de Buenos Aires, del Ombligo del Plata, como “conexión y nudo de un amplísimo territorio, del mismo modo que el ombligo lo es para la integridad de cada organismo desde que se nace, símbolo de vida y su proyección independiente”. Con la confirmación de ese destino en la actual “concepción del Mercosur, hacia la que van las mejores intenciones de futuro de todos los habitantes del área. La designación de ombligo deviene así más que metafórica y es casi simbiótica de una realidad implacable, que tiene que ver con la tierra americana, con su historia y con su devenir.” Hebe Clementi elige para la Argentina una trayectoria por los rincones más sentidos y desde los espacios más humanos del recuerdo, para ella no hay “ningún viaje más rendidor que éste de la historia investigada hasta la dimensión de la cultura, para trascender el evento y su inmediatez.” 7 B U E N O S A I R E S , O M B L I G O D E L P L A T A Por eso da la palabra a los más destacados literatos, hombres del pensamiento y la acción. Guillermo Enrique Hudson, José Hernandez, Domingo F. Sarmiento, Esteban Echeverría, Ricardo Güiraldes, viajeros como el francés Godofredo Daireaux o el inglés John Miers, Miguel Cané, Miguel Angel Cárcano, Jorge Luis Borges, Arturo Jauretche, Gabriel Del Mazo o Victoria Ocampo sirven para delinear una “visión del pasado como cultura, que sortea la formulación histórica canónica de fechas y acontecimientos, propicia un entendimiento que radica especialmente en las formas culturales y el aprovechamiento de lo que tienen de común para el mejor entendimiento.” La riqueza de la propuesta está en la facilidad de la lectura que naturalmente, nos guía por un rico entramado de hechos político-militares con lo más cotidiano y cultural, analizando desde las alturas del conocimiento, con generosidad histórica y mirada punzante. En estas páginas, la botica, la imprenta, las primeras calles y caminos, las postas, Nuestra Señora de Luján, el juego del pato, la riña de gallos, los fortines, las cautivas, los carnavales de antaño, los pagos y sus nombres, el alambrado, el matadero, los ranchos, las pampa seca, la plaga de la langosta, las estancias, finalmente Carlos Gardel, Buenos Aires y sus barrios son revividos como entrañables momentos y lugares del país de los argentinos. “La Reina del Plata, la puerta de la tierra, la capital del Virreinato, la Ciudad de las Luces, el centro de la revolución argentina, la ciudad puerto, la metrópoli que mira a Europa, la París americana, la cabeza de gigante en un cuerpo contrahecho, Goliat, la Gran Aduana de un país centralizado, la capital de la República Argentina, el centro cultural y artístico más importante del país y quizás de toda la América Hispana, han sido expresiones que en uno u otro momento categorizaron la presencia de Buenos Aires, hiperbólicos en algunos casos, pero identificadores de una serie de constantes que en cada enunciado encierran una serie de ecos y réplicas que nos adentra en la índole de la gran ciudad y su entorno.” El libro es también una convocatoria a redescubrir una proyección americana apelando a una vocación que se remonta a sus orígenes ciudadanos cuando ya en Buenos Aires “Había algo que no radicaba en esa situación portuaria, ni en la fluencia de los ríos, ni en el comercio en sí mismo, ni en la plata potosina que se exportará desde Buenos Aires, sino en esa cualidad 8 H e b e C l e m e n t i diferente, que otorgaba a la ciudad, relativamente aldea todavía, un brío y una voluntad de ser, que se hacía perceptible en los relatos de viajeros, en el pulso de sus hombres dedicados al comercio y en aquellos que ideaban cada día una posibilidad de mejorar a la sociedad americana en su conjunto...” 9 B U E N O S A I R E S , O M B L I G O D E L P L A T A 10 H e b e C l e m e n t i P Preliminares La primera consideración será relativa al discurso historiográfico, porque es el medio que nos permite conocer la historia. En este sentido, es sabido que los primeros que escribieron acerca de nuestro pasado fueron hombres comprometidos con el accionar político y la vocación de crear un país políticamente libre. Un motivo más para que las fuentes adolezcan del enfoque político hegemonizando otros, ya que la razón fundamental que esgrimíamos era la ruptura con el gobierno monárquico español, que en aquel momento de 1810 sufría el dominio napoleónico. La comprensión que da el paso del tiempo, ha ido mostrando un trasfondo complejo en donde se perfilan lealtades conflictivas y actitudes que no fueron todo lo unívocas que la historiografía patriótica nos mostró en las aulas. Lo cierto es que la historia escrita nos proporciona una visión que es una suerte de descripción plana, a la que se sustrae la controversia que la 11 B U E N O S A I R E S , O M B L I G O D E L P L A T A realidad plantea frente al accionar, cualquiera sea. Partimos pues de la base de que la historia escrita, o historiografía, tiene un punto de arranque que es político y que, por lo tanto, es siempre subjetivo y susceptible de reinterpretaciones, que van dando aproximaciones más ajustadas a la verificación fáctica, ligada causalmente o no, a la manera de interpretar propuesta, que mide la capacidad de confrontar la realidad, y la firmeza en el proyecto o su debilidad, la viabilidad por un lado y la capacidad de lograrlo por el otro y, por fin, de los valores en juego. La pauta final la dan siempre estos valores, intangibles, difíciles de explicar y de definir, pero que en última instancia, ponen de manifiesto el diseño del tejido social y per- sonal. De modo que la historia puede seguir o no estas alternativas, pero siempre ofrece un flanco ilustrativo de los conflictos que la atraviesan, y eso es lo que debiera entenderse como la historia. Muchas veces, sin embargo, nos encontramos con discursos escolares, que tienen una meta: mostrar cómo se ha llegado al presente, poniendo sordina a los debates y las magulladuras que dejan los enfrentamientos, ofrecer un proyecto de país para construir juntos, omitiendo así la sal del proceso que es mostrar cómo estuvimos y estamos todos unidos en el telar que produce nuestra manera de ser y, sobre todo, captar lo que nos da sentido de pertenencia. Lo que decimos en relación con las historias nacionales primeras, ocurre en todas las naciones americanas, por las mismas razones: la extrema juventud y el hecho de haberlas ido armando (a las historias) al compás de los hechos. De modo que en nuestro enfoque optaremos por un abordaje general de los procesos principales que fueron definiendo los tiempos, acompañándolos con protagonismos que no suelen aparecer cuando se privilegian los eventos y las fechas, y por fuentes que se apartan de los documentos “oficiales”, pero que son ilustrativas de esa dinámica de crecimiento o de gestación que da el ritmo de nuestra configuración regional, francamente americana en sus rasgos más significativos. Hay otra observación necesaria. Este libro es recapitulación de mucho andar entre gente, libros y deseos de ofrecer la mejor cosecha sobre una historia viva que nos ofrezca la memoria constitutiva de 12 H e b e C l e m e n t i nuestra red social que llamamos “Argentina”. De esta convicción surge el título de “BUENOS AIRES, OMBLIGO DEL PLATA”, que será el eje de estas páginas. Es ésta una aseveración que da entrada a nuestro acontecer y abre al conocimiento y la comprensión. A partir de esta clave, nos llega también una pretensión, que es más osada. Creemos que es libro para todos, y las fuentes que acompañan las periodizaciones genéricas, advierten esa correspondencia con todos los niveles etarios. Acercan algunas de ellas a la literatura, que es muy expresiva en nuestra cultura desde siempre, y que por disociarla de la historia termina siendo poco conocida u olvidada como fuente. Si llegara el caso, las fuentes podrían ser un nexo válido para que este libro fuera de lectura conjunta, es decir, intergeneracional. Habría que probar y merece el intento.