Reina Santa 1
Reina Santa 1 Reina Santa (Rafael Gil, 1947) Por Juan Ignacio Valenzuela Moreno Universidad de Córdoba MUJER Y CATOLICISMO EN EL CINE ESPAÑOL DE LOS CUARENTA esde que produjo la película semi-autobiográfica Polizón a bordo (Florián Rey, 1941), Cesáreo González se había ido haciendo un D hueco entre los productores de nuestra cinematografía, casi monopolizada, al menos, en cuanto a alcance e influencia, por la valenciana CIFESA. Desde que produjo la película semi- de lo más granado de la profesión, e ir a autobiográfica Polizón a bordo (Florián la busca de estrellas rutilantes que Rey, 1941), Cesáreo González se había concedieran un valor añadido a su ido haciendo un hueco entre los película, y abrieran el mercado productores de nuestra cinematografía, internacional, fundamentalmente, el que, casi monopolizada al menos, en cuanto por razones obvias, nos era más cercano: a alcance e influencia, por la valenciana el iberoamericano. CIFESA. Pero, a diferencia de la gran mayoría de los que desembarcaban en la El gran éxito de su anterior producción, producción cinematográfica, arribistas La pródiga (1946), llevó a Cesáreo a que sólo pugnaban por sacar adelante una confiar a Rafael Gil las riendas de su o dos producciones a fin de conseguir producción más ambiciosa hasta la fecha: permisos de doblaje auténtico negocio Reina Santa. En los cinco años que que les podía tributar pingües llevaba en tareas de dirección de beneficios, el empresario gallego había largometrajes, Gil había demostrado una venido para quedarse. Su ambición y notable capacidad para adaptarse a megalomanía fue in crescendo en humildes proyectos, esas comedias paralelo al éxito de algunos de sus filmes, humanas que rodó en sus primeros que le fueron granjeando una posición tiempos (El hombre que se quiso matar, desde la que competir con la hasta ahora 1942; Huella de luz, 1943), y a proyectos intocable CIFESA.
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