Ilustración Plantel 1 y Plantel 12, José Armando Guerrero Moreno Plantel 2 y Plantel 14, Javier Cerón Montes de Oca Plantel 3 y Plantel 18, Sandra Martínez Luna Plantel 4 y Plantel 20, Martha Catalina Balcázar Niembro Plantel 5 y Plantel 9, Javier Darío Cruz Ortiz Plantel 6 y Plantel 16, Andrea Hernández Espinosa Plantel 7 y Plantel 11, Juan José Lugo Araujo Plantel 8 y Plantel 15, Juan Antonio Cruz Cruz Plantel 10, Martín Martínez González Plantel 13, Francisco Javier Aguirre Durán Plantel 17 y Plantel 19, María de Jesús Martínez Velasco

Diseño José Armando Guerrero Moreno Martín Martínez González Francisco Javier Aguirre Durán Martha Catalina Balcázar Niembro

Corrección Víctor Hernández Jesús Vicente García Martínez índice

Mi mamá también es humana Marlen Monserrat Ballesteros López Ganadora del Primer lugar general 11

¿En verdad es México? José Jovani Lugo Fernández 25

El error más grande Carlos Alberto Santillán Ríos 35 Op RU in S a El progreso mexicano Sergio Alberto Campos Castañeda E 47

o Un mundo mecánico Armando Abraham Barragán Almazán 61 i

m

Un hogar para las estrellas e Antonio Alexander Hernández Aguilar 73 r P Simulación terminada Luz Estrella Aketzali Santos Salazar 85

Lo que podría ser Ariel Pineda Reyes 97 Antología 2019 Primeros lugares alumnos ¿Hacia dónde...? Kevin Ubaldo Minjares Domínguez 109 Por encima de la ley Joana Itzel Acevedo Barrón 121

Así es vivir en la CDMX Alondra López Arguello 133

El tabú del día a día Ana Gabriela Hinojosa Montero Op 143 RU in S a Sombras brillantes E Diana Paola Cortés Luna 155

o

Mi nínfula favorita i Ixchebel Campos López 167

m

e Una respuesta Atzin Colin Justo 181 r P

Pamela es… Pamela Casas Zaldivar 193

Awake Paola Selene Martínez García 205 Antología 2019

Yo sé que puedo lograr Primeros lugares alumnos lo que me propongo Luis Fernando Sandoval Rea 217 El día que dejé de rezarle a Dios Erik Obed Apolinar Escobar 229

Contrastando el México actual y mi visión del futuro Julia Espinosa Estrada 241 Op RU in S a E

o

i

m

e

r P

Antología 2019 Primeros lugares alumnos p O n i U R a S E

o i

m

e r P

Antología 2019 Antología Primeros lugares alumnos lugares Primeros Presentación

SRU Opina es un certamen que ha estado en la preferencia de los Bachilleres desde 2006, por lo que Ese ha consolidado como una plataforma de expresión para la juventud que cursa la Educación Media Superior en la Zona Metropolitana de la Ciudad de México. En este certamen, los estudiantes tienen la posibilidad de dar a conocer sus opiniones, reflexiones sobre su vida y sus posturas frente a las p O reflexiones sobre su vida. n i U Desde hace más de una década, la Fundación Espinosa a R S Rugarcía, I. B. P., ha motivado a los estudiantes a compartir E su pensamiento, por lo que desde el inicio los participantes de cada generación han dejado una huella que habla desde sus añoranzas dejando con ello el registro de su presente y la ruta o hacia su porvenir. i De los escritos de los Bachilleres se desprenden sugerentes propuestas que pueden dialogar en términos 9 propios de su generación. El diálogo lleva la reflexión a las m actividades cotidianas que se presentan en la vida de los e estudiantes como una oportunidad para ser mejores. r El libro que tienes en tus manos es la expresión viva P de los estudiantes del Colegio de Bachilleres, cuyos escritos son los primeros lugares de cada uno de los veinte planteles y el primer lugar general, su alcance da cuenta de una sociedad rica en contrastes y voces.

Antología 2019 Antología 2019 Antología Primeros lugares alumnos lugares Primeros

Mi mamá también es humana

Marlen Monserrat Ballesteros López

Primer Lugar General

Profesora asesora Yarica Martínez Cortés Debo reconocer que a mí me tocó una madre de ese tipo: imperfecta; una persona común, como yo y como cualquier otra.

Mi mamá también es humana

La madre representa la seguridad de la protección, el calor de la ternura, de la alimentación, pero también el riesgo de la prisión y de la opresión, el peligro del sofocamiento; por la madre se vive, pero por la madre también se puede morir. Silvia Tubert

Cuando pensamos en la figura materna, nuestra mente proyecta a un ser perfecto que te ama, procura y cuida. Se dice que una madre siempre está al pendiente de nosotros y nos da todo su amor y cariño incondicionalmente; sin embargo, no siempre es así, pues nos olvidamos de que también es humana, ya que siente, sueña, vive e irremediablemente se equivoca. Debo reconocer que a mí me tocó una madre de ese tipo: imperfecta; una persona común, como yo y como cualquier otra. Fue difícil darme cuenta de eso, pues generalmente una madre nunca demuestra nada y si lo hace, como hijo nunca lo percibes. Nosotros siempre estamos centrados en nuestro mundo y, 15 como dije antes, la imagen que tenemos de la mujer que nos dio la vida es de perfección, de modo que muy difícilmente pensamos que también puede llegar a cometer errores. Para poder entender esto, debo comenzar con la historia de mi mamá la cual, por obvias razones, tiene que ver con la mía. Cuando conoció a mi papá, ella tenía 14 años y él 27; se ve claramente la diferencia de edad. Ambos se conocieron en el trabajo, comenzaron una relación y cuatro meses después llegué yo. Mi mamá me cuenta que estaba muy emocionada por tenerme, pues yo sería como su muñeca, ya que me iba a poder vestir y peinar como ella quisiera; claramente se notaba su inmadurez. Así comenzó todo... Después de mi nacimiento, las cosas no fueron como mi mamá las esperaba, pues claramente tener un hijo no es como tener una muñeca, al contrario, éste es un trabajo duro Marlen Monserrat Ballesteros López

y de tiempo completo debido a que tiene que dar de comer, cambiar el pañal, bañar, soportar llantos nocturnos, etcétera; ser madre es un trabajo que nunca termina. Precisamente por esto las cosas con mi papá no funcionaron, se dice que los dos fueron infieles y por eso tres años después de mi nacimiento se separaron, lo cual no afectó mucho en mi desarrollo, ya que a los dos los veía y procuraba igual. Con el tiempo me fui haciendo la idea de que era lo mejor. Pasaron siete años desde lo de mi papá, cuando mi mamá conoció a otra persona: Carlos. Mi madre comenzó una relación sentimental con él y de esa relación vino un embarazo que fue muy duro y pesado para ambas, ya que constantemente tenían problemas y eso nos alteraba. No me gustaba ver a mi madre llorar todas las noches, sentía lo infeliz que era y eso me ponía realmente triste, porque sabía que no podría animarla. Esa relación no funcionó por mucho tiempo, fracasó porque a Carlos le daba miedo tener un hijo y hacerse cargo de él, así que mi 16 mamá lo libró de esa carga y le pidió que se fuera. Con la llegada de mi hermano, vinieron una serie de cambios, pues mi mamá tenía que trabajar más para poder mantenernos a los dos y, claro, también necesitaba tiempo para estar con nosotros, pero encontró una solución: descubrió un trabajo donde le pagarían bien por sólo unas horas al día. Entró a trabajar en el transporte escolar como nana de los niños, ella los cuidaría y se pondría al pendiente de su ruta. Este trabajo fue algo bueno en su momento, porque después algo sucedió que la hizo cambiar, pues mi mamá siempre había sido una persona muy paciente, callada, dulce y tranquila, pues a pesar de todo aún seguía siendo “hija de familia”, pero a partir de que obtuvo este trabajo, comenzó a experimentar cosas que nunca había vivido, como ir de fiesta, beber alcohol y, por supuesto, divertirse con amigas y amigos; Mi mamá también es humana claro está, yo llegué a su vida cuando ella era muy joven y nunca tuvo la oportunidad de vivir todos esos momentos así que, cuando los experimentó por primera vez, no quiso dejarlos ir. Comenzó a llegar tarde a casa y muy alcoholizada, la verdad esto a mí me dolía mucho, ya que ambas siempre habíamos tenido una relación muy buena por el simple hecho de haber sido sólo nosotras por un tiempo, así que esto fue un golpe muy duro y más porque, cuando todo esto sucedió, yo apenas entraba en la adolescencia, en esa etapa de cambios donde no entiendes nada. A mi mamá le comenzó a importar poco lo que hacíamos o lo que decíamos, casi todo el día se la pasaba hablando por teléfono con sus amigas, paradójicamente, como si ella fuera la adolescente, mientras que yo me ocupaba de mi hermano junto con mi abuelita, una mujer de la tercera edad. Los fines de semana se convirtieron en un caos, me daba mucho miedo que llegara un viernes porque sabía que mi mamá no iba a estar para cuando yo llegara de la escuela 17 y que no la vería hasta entrada la madrugada en mal estado, lo cual me haría sentir mucha decepción, mucho dolor y mucha rabia, por el simple hecho de dejarnos ahí, solos, sin que se preocupara por nosotros. ¿Acaso nunca se preguntó si ya comimos o si estábamos bien? Al parecer a ella sólo le importaba divertirse. Nunca entendí cómo estar de fiesta y bebiendo alcohol con gente que a veces ni conocía la hacía mucho más feliz que estar con nosotros, el fruto de su vientre, a quienes les tendría que dar atención y amor incondicional. Siempre busqué una forma en la que mi madre volviera a ser la misma: ¿cómo podía hacer que ella entendiera que nosotros la necesitábamos? ¿Cómo lograr que fuera la misma de antes? ¿Cómo podía hacerla entender que nosotros teníamos que ser su prioridad? Nunca hallé la respuesta. Marlen Monserrat Ballesteros López

Más de una vez intenté que cambiara de opinión, que entendiera que eso no le traería nada bueno, pero su respuesta siempre era: “ya voy a cambiar”; no obstante, lo que decía era contrario a lo que hacía, porque cada viernes pasaba exactamente lo mismo. Honestamente ya no esperaba nada de ella. En ese mismo trabajo conoció a alguien más, ese alguien se volvería parte de nuestra vida tiempo después y sería con el que pasaría dos años de su vida, su nombre era Fernando, más conocido como “Balú”. Él llegaría a nuestras vidas en un momento no muy bueno, pues mi mamá estaba ahogada en excesos y él no apareció para ayudar, al contrario, la indujo al vicio aún más. Con la llegada de Fernando, mi mente se colapsó, fue como un huracán que arrasó con lo poco que tenía, con las migajas de amor que me daba mi madre, pues me despojaron del cuarto donde dormía con ella y me alejaron todo lo 18 posible. Pero esta no fue la peor parte, pues yo aún era muy dependiente de mi mamá y, como dije, ella no me daba mucho cariño, aun así, en cierto modo, necesitaba de mí; sin embargo, con la presencia de Fernando, yo, Marlene, desaparecí. Me deprimí más de una vez, sola, encerrada en mi nuevo cuarto, llorando desgarradoramente, porque a la persona que le daba todo mi cariño incondicional le dejé de importar de un momento a otro; yo la necesitaba y ella no estuvo para mí en los momentos difíciles. Se olvidó que tenía una hija. Pasó un año desde la llegada de Fernando y mi casa se volvió un caos, pues había constantes peleas entre nosotros y, en consecuencia, eso hacía que mi mamá y él pelearan. Mi mamá muchas veces habló con él para que dejara de atacarme, pero no lo hacía y ella simplemente se rendía. Todo esto era mucho para mí, estaba por terminar el primer año de secundaria, mi madre no había mejorado en nada y a mi hermano lo descuidaba cada vez más. Mi mamá también es humana

Siendo sincera, ya estaba harta y muy desesperada por salir de esa casa, así que tome una decisión: ir a vivir con mi papá. Más de una vez amenacé a mi madre con irme, lo que ella jamás me creyó, pensó que nunca me atrevería y, entonces, cuando menos lo esperó ahí estaba yo, arreglando mi ropa y mis papeles para irme con mi papá. Mi mamá no se opuso, pues era mi decisión, según ella, pero sé que ese día le rompí el corazón; sin embargo, yo lo hice por su bien, a mí realmente no me gustaba la idea de dejarla, se me revolvió el estómago y me tragué mi dolor porque yo creía que ella cambiaría si yo no estaba. La vida con mi papá era peor de lo que imaginé; él salía a trabajar y yo me quedaba bajo el cuidado de mi tía Mari, su hermana, quien quería sustituir a mi mamá en todo sentido. Es raro cómo todo lo que quieres de una persona lo obtienes de otra que no quieres, así me pasó con Mari, quien era todo lo opuesto a mi mamá. Se preocupaba y estaba al pendiente de mí, buscaba clases extras para que yo aprendiera algo; 19 incluso, cuando iba a salir de la secundaria, buscó cursos de preparación para el bachillerato. Sin embargo, ella no era mi mamá, por más que se esforzara. Mi falta de aceptación hacia ella creó problemas en casa, pues yo siempre era la mala por más que demostrara que no tenía la culpa. Mi papá nunca estuvo enterado de nada, por lo que de nuevo decidí regresar a los brazos de mi madre, ella no era la mejor del mundo. Pero al menos no me obligaba a ser alguien que no era. Regresé con mi madre después de dos años, yo ya estaba en primer semestre de bachillerato, todo en la casa había cambiado. Con mi partida mi madre se centró más en criar a mi hermano y, por primera vez, confrontó a Fernando, quien ya no era su pareja, pero lo dejaba vivir ahí en lo que encontraba un lugar a donde irse. Marlen Monserrat Ballesteros López

Pasó un mes desde mi regreso y, entonces, cayó la gota que derramó el vaso, la cual no sólo arrasó con la estabilidad emocional de mi mamá, sino con la de toda la familia, pues mi abuela enfermó. A partir de esto, todo se tensó, todos estábamos al pendiente de ella, ya que se quejaba y al parecer sufría, nadie sabía qué tenía hasta que la llevamos al hospital. Estaba muy grave debido a una operación que le habían realizado, la cual no cicatrizó bien, hecho que le originó cáncer, enfermedad que nos la quitó dos semanas después de haber ingresado al hospital. Con la muerte de mi abuela, quien prácticamente sustituyó a mi mamá, el mundo se me vino encima, pues a pesar de su edad, ella era el pilar de nuestra familia, por lo que me sentía muy mal la mayoría del tiempo y deseaba verla una última vez. Por otro lado, mi madre se desmoronó totalmente, ella siempre tuvo miedo de perder a sus padres y quedarse sola, por lo que la muerte de mi abuela realmente la hirió. 20 Dos meses después del fallecimiento de mi abuela, Fernando se fue por fin de la casa y todos tratamos de seguir con nuestras vidas a excepción de mi madre, ya que para ella era como si nada tuviera sentido, así que de nuevo se refugió en el alcohol. La misma historia, el fin de semana tras fin de semana, tras fin de semana… Más de una ocasión le hablé para saber qué era lo que le pasaba, ya había pasado mucho tiempo y ella seguía en el hoyo del cual no quería salir. En esas pláticas que tuvimos, me decía que su mundo se le fue, que para ella nada tenía sentido y que prefería estar muerta. Yo pensaba: “¿y nosotros?” Mi hermano y yo éramos lo que necesitaba, se supone que debíamos ser su motor para seguir adelante. Me daba mucha tristeza y desesperación porque nunca iba a entender que estábamos ahí para ella y que ella tendría que estar ahí para nosotros, que a pesar de todo teníamos que seguir siendo una familia. Mi mamá también es humana

Ahí fue cuando comprendí que a pesar de que mi madre ya era toda una persona adulta, nunca maduró, siempre huyó de todo lo que le atormentaba y nunca le dio la cara a sus sentimientos. Nunca lo había pensado de ese modo pero, sin querer, me fui convirtiendo en su madre, pues yo sí le daba todo lo que ella no me llegó a dar. Claro, tenía mucha lógica, pues desde el principio ella se apoyó en mí e inconscientemente yo la trataba como quería que me tratara: como una verdadera madre. Mi mamá nunca ha reconocido sus errores quizá porque, parafraseando a Badinter (2017), una mujer, al admitir que de la maternidad nunca ha tenido mucha satisfacción, se convertiría automáticamente en un monstruo irresponsable; sin embargo, yo no pienso eso de ella, sólo sé que es un ser humano que también comete errores. Creo que si reconociera que se ha equivocado, sería el primer paso de muchos por dar para poder cambiar. La figura materna siempre se ve como perfecta, la idea 21 que se tiene es que en cuanto nacemos nos tiene que dar todo lo que es y lo que tiene, pero como lo he contado, a mí me tocó la otra parte. Mi mamá se ha equivocado y eso me ha afectado directamente; sin embargo, nunca me he dado por vencida, ya que de esta experiencia he aprendido y he tratado de ser mejor cada día para poder seguir siendo su apoyo, pues hasta el día de hoy seguimos en la batalla, pues sigue huyendo de su realidad y, de las consecuencias de sus errores, sigue teniendo miedo. Ciertamente es complicado todo esto, pues a mí nunca me enseñaron cómo ser la madre de mi madre, pero fuí asimilando mi realidad y entiendo que yo llegué a su vida cuando ella era muy joven, de modo que nunca pudo vivir las experiencias de alguien de esa edad; por eso trato de ayudarla, ya que no pudo vivir su juventud como ella hubiera Marlen Monserrat Ballesteros López

querido y, aunque nada podrá hacerla regresar a esos años, trato de que el presente lo viva plena y sanamente. Tal vez sea juzgada por hablar así de mi madre, pues en la sociedad en la que vivimos no estamos acostumbrados a criticar a quienes nos dieron la vida, seguimos aferrándonos a que debe haber un cierto orden, las ponemos en la cima del cielo y no hay nadie que las pueda bajar, como dicen De la Concha y Osborne (2004): “las comparamos con una divinidad y tienen que ser así, madres purísimas, dolorosas y siervas humildes”. Sin embargo, creo que estamos en un error, pues a partir de mis experiencias puedo afirmar que ellas son humanas, no son deidades ni mucho menos ángeles, al contrario, son seres comunes que sienten, pero a veces por cumplir expectativas y regímenes, pareciera que no deben tener errores, descarrilamientos y un sinfín de equivocaciones humanas. Mi mamá y yo seguiremos trabajando para que ella sea una mejor persona y, junto con mi hermano, para que 22 seamos una mejor familia. Pienso, a raíz de todas mis experiencias, que es de humanos equivocarnos y que esto no sólo es exclusivo de un cierto número de personas, sino que es universal. Entonces, el hecho de que una madre se equivoque no significa que la tengamos que ver como si fuera la peor del mundo, creo que hay que desmitificar la idea de que las mujeres tienen que seguir una rúbrica al pie de la letra y que tienen que ser fieles a lo que la sociedad dice. A mí me tocó una madre completamente diferente a la que nos venden, aunque trato de que sus errores me hagan crecer como persona, al fin y al cabo, mi mamá también es humana. Mi mamá también es humana

Bibliografía

Badinter, E. (2017). La mujer y la madre: un libro polémico sobre la maternidad como nueva forma de esclavitud. España: La esfera de los libros.

De la Concha, A., & Osborne, R. (coords.), (2004). Las mujeres y los niños primero: discursos sobre la maternidad. Barcelona: Icaria.

Tubert, S. (ed), (1996). Figuras de la madre. Madrid: Cátedra.

23

¿En verdad es México?

José Jovani Lugo Fernández

Profesora asesora Rosalba Reynoso Muñoz Mis ojos se abrían como si alguien provocara un incendio arruinando la paz y tranquilidad. ¿Qué sucede? ¿Por qué finalizaba mi sueño?

¿En verdad es México?

oy desperté de un sueño”, en él viví, en el México que tanto amo, entré a un laberinto donde me perdí “Hcobijado en una belleza tricolor con un verde cargado de energía y esperanza, un blanco elegante cual palomo en unión de los pueblos indígenas y un rojo tan vivo y lleno de tributo a cada gota de sangre derramada; dicha belleza estaba abrazada del asta bandera y así me era más fácil apreciar tan significante símbolo patrio. Esa bandera era enorme, yo sólo quería llegar a ella por lo que entré a la primera habitación del laberinto; me transporté a un ambiente ancestral sorprendente donde mujeres y hombres estaban vestidos de politeísmo y había un balance perfecto con la madre naturaleza, construcciones sagradas apenas iniciaban, cantos en dialectos se escuchaban fusionados con cantos de quetzales, aire fresco se sentía en cada ráfaga de viento, convivencia pacífica de indígenas con animales, era todo un mundo bellísimo. Al caminar, logré observar tantas cosas antes de entrar 29 a otra habitación; sólo anduve bajo un arco hecho de piedra, y en un parpadeo estaba dentro de una cocina de pared de piedras de río con cazuelas de barro llenas de comida, comalitos encendidos, cucharones de madera sazonando y un horno de piedra desprendiendo magia. Un olor demasiado sublime sedujo por completo a mi estómago y me abrió el apetito. Tomé asiento, destapé mi corazón derrumbando ese velo negro y abrí las puertas de vitral para bañarme de luz, de una jícara tomé jugo de naranja con pulpa de mango. Inicié con un plato de pozole donde en cada grano de maíz viví el duro y cotidiano trabajo de esos agricultores tan ancestrales, recordé en los trozos de carne todos los sacrificios humanos, desde cada gota de sudor, incluyendo cada lágrima, hasta cada gota de sangre derramada de cada pueblo indígena, ese picante caldo que me ayudó a sentir a qué sabe México, me enchiló y le di un trago a mi jícara, pero, sobre José Jovani Lugo Fernández

todo, nunca olvidé preparar como se debe, ese pozolazo, que sin lechuga, rábano ni orégano no se completa; satisfecho al terminar de comer, dentro de mi mente sólo vi una exhibición de gastronomía mexicana. Antojo de un molito negro con su arroz cual cempaxúchitl o enchiladas bañadas de queso como escarcha, invadió por completo mi mundo; esos pambazos que dejan los dedos rojizos, ese camote endulzado con piloncillo, esos tamales que en familia se rellenan de amor y se cubren con hojas de bananas, ni se diga qué rico el pan de muerto, se me vinieron a la mente como un porrazo, sin olvidar que la receta secreta no se sabe de quién es, pero sí afirman los años de costumbre. Recordé cuando se preparaba la capirotada y ese cacao de la fértil y cálida tierra mexicana, con amor de Sor Juana y fuego de Quetzalcóatl que se sirve en las mesas de las familias mexicanas; me calentó el paliacate de antojos. Después de dicha exhibición de antojitos mexicanos, 30 atravesé las cortinas de textil del cual colgaban barbas, nunca creí lo que verían mis ojos, todo un paisaje estaba frente de mí, era un desorden maravilloso: trozos de selva, manglar, desierto y llanura estaban fusionados, de las nubes caían ríos y en el centro se encontraba un mar, de las lianas monos aulladores colgaban, entre piedras de río se deslizaban viporos (especie de anguila) y en los cactus tecolotes jugaban, en los cielos de todo ese escenario quetzales, tucanes, águilas, colibríes y mariposas monarcas aletean ahuyentando todo mal, feroces rugidos me dejaron la piel de gallina, ya que desde el más tierno ocelote, sin olvidarme de los linces, hasta el jaguar más tapizado de sardónices me podrían hacer su birria enchilada con sangre; en las aguas del río resplandecían los hermosos ojos de los ajolotes, los teporingos (conejos) estaban acostados en la llanura como bebés, carroñeras criaturas me esperaban en lo más desértico, como los zopilotes y los chupacabras. ¿O eran zorros voladores? ¿En verdad es México?

De tanto calor y ñañaras que sentí, decidí refrescarme y nadar junto a delfines rosas antes de que se adueñen de las aguas esas pillas nutrias, bellos manatíes o las enormes ballenas que buscan aguas cálidas. Sin pensarlo, mi instinto me llevó a caminar por un sendero rodeado por árboles cubiertos de lianas con flores como aperladas que finalizaba en un cenote, en el cual me aventé y mágicamente me transporté a un jardín donde no había ni límites ni puertas, agricultores cortaban milpas y magueyes, tapizada una gran montaña de cempaxúchitl, tecolotes y colibríes jugando con tunas y orquídeas del cactus, ríos dividían en secciones todo el jardín, era todo un sistema de riego, qué maravilla, calabazas chedrón, camotes púrpuras, manzanas escarlatas, tejocotes amarillentos, higos negros como la misma noche, chiles verdes como anfibios, cañas como flautas pálidas y verdosas enterradas, mameyes naranjizos, aguacates con huesos como crías en su cuna, cacao como la tierra y tabaco cenizo, toda clase de cultivos 31 habían ahí. Definitivamente, era la tierra más fértil que había visto. Los ríos me sorprendieron, todos estaban conectados con poderosos y ancestrales manglares, las purificadoras de aires y aguas más importantes del lugar. Para salir de esa habitación nada pequeña, crucé un arco hecho de ramas tejidas como textil, forradas con tulipanes como jamaicas y rosas como cerezas, llegué a un lugar en el cual la danza prehispánica era politeísta y los ritmos daban a luz pasos nuevos en círculos hechos de piedras y adornado con cráneos celestiales y sagrados, donde pueblos enteros veneraban danzas hechas a tributo de sus dioses. Después entré a un kiosco donde sentí fluir el folklore como una inmensa cascada y vi cómo nuevos géneros musicales abrazaron el mestizaje, así dándoles música nueva y más práctica. Luego me topé con pisos de madera donde cumbia, salsa y huapango nos llegó como una ensalada fresca y emotiva, grupos diferentes tocaban José Jovani Lugo Fernández

la música más pura para las esbeltas musas que le daban vida a esta bella actividad, que no son ni objetos ni entretenimiento de hombres de negocios, sino el centro de todo, las más importantes de este arte. Como todos los sueños, llegué a la parte donde pensé: ¿es real?, ¿dónde estoy?, pero aun así seguí adelante con mi ruta. Después de tanta danza tuve que entrar a un bellísimo callejón iluminado con faros de luces como lunetas naranjas y ocres, afuera de cada casa había una mesa con comida y las personas estaban caracterizadas de distintas formas, de techo a techo colgaban guirnaldas de papel picado y con banderines estaban adornadas las macetas, en unas cuántas mesas habían tamales, creo que festejaban el Día de la Candelaria, pero en otras había roscas de reyes, ofrendas en las que el festín y el tributo era impactantemente hermoso; en definitiva, esos muertos eran los más afortunados. En otras mesas, alebrijes y figuras de barro eran la exhibición 32 más colorida del lugar, mientras corrían niños disfrazados de chamucos y leyendas; la verdad, no estaba concentrado en finalizar mi viaje, pero eso ocurría, mi tiempo finalizaba y yo ni siquiera sabía si estaba cerca o no de la bandera. Al terminar el callejón, había una puerta blanca con una perilla dorada como centenario, decidí abrirla y mágicamente la majestuosa y emblemática bandera estaba frente a mí, lo había logrado, ya estaba donde quería, pero había un gentío y al voltear a ver dichos rostros no lo podía creer, de un lado habían luchadores, de otro cantantes y a un lado estaba Sor Juana Inés de la Cruz, más allá Frida Kahlo, a mis espaldas Benito Juárez era maravilloso y… Mis ojos se abrían como si alguien provocara un incendio arruinando la paz y tranquilidad. ¿Qué sucede? ¿Por qué finalizaba mi sueño? Era como si a un niño le quitaras su dulce de calabaza y lo hicieras llorar. Con lamento en mi mente, sólo me dije: “Hoy desperté de un sueño”, y así fue ¿En verdad es México? como lo inicié al narrar hace unos minutos, ¿se imaginan qué horrible sentimiento me dominó? ¡Qué nudo se hace en mi garganta! Desperté en una pesadilla, escuché de repente estruendos en inglés, nubes negras contaminaban los cielos de tabaco fumado y humo, fábricas y máquinas bestiales destrozaron los campos, llaveros con los teporingos y vestidos adornados de plumas de quetzal. El ambiente está muy controlado por extranjeros y esas letras, si es que a eso se le llama música, sólo hablaban mal de las mujeres y de sexo, nombrando situaciones de adolescentes buscando experiencias adultas. ¡¿Qué demonios son?!, qué repugnante reggaetón y rap se escucha en todos los callejones, radios y celulares, muchachas vistiendo la mayoría con ropa muy corta y con colores fosforescentes en diseños simples y atrevidos y muchachos con pijamas mal hechas; perdón, quise decir pants de reguetoneros rotos, toda esa ropa para nada con sentido de la moda mexicana. Es una epidemia. Nada de estilo ni autenticidad, veo que muchos siguen a otros y nadie 33 crea nada, tanto que si uno se droga o roba, el otro lo hace y así nadie es quien es, ya ninguna hora es segura para estar solo ni acompañado, sin riesgo de ser secuestrado, porque las noticias se han vuelto comerciales de fosas, asaltos, asesinatos y suicidios, todo eso para ya no hablar más de esta pesadilla terca y viviente que seguro conoces de sobra. ¿En verdad es México o en verdad es el México de mi sueño?

El error más grande

Carlos Alberto Santillán Ríos

Profesora asesora Sandra Garduño Peralta Recuerdo que esa parte de mi vida fue muy solitaria, ya que gracias a que no tenía padre, mi mamá trabajaba tiempo completo.

El error más grande

odo empezó cuando sólo tenía dos años de edad. Era demasiado joven para saber lo que pasaba en esa Tetapa de mi vida. Cuando nací, mi padre abandonó a mi mamá, y digo padre, porque se le nombra de esa manera a quien engendra, y él solamente hizo eso. Recuerdo que esa parte de mi vida fue muy solitaria, ya que gracias a que no tenía padre, mi mamá trabajaba tiempo completo, por lo que me tenía que encargar con mi abuela. Cuando cumplí tres años, dio inicio al origen de lo peor. Al comienzo, estaba muy emocionado por entrar al kínder y tener amigos, pero lo que no sabía es que la suerte no iba a estar de mi lado. El primer día, conocí a muchos niños. Todo era color de rosa. Todo era perfecto, pues ya no me sentía tan solo. Por fin tenía con quien convivir y tenía la ilusión de que ese hueco que sentía dentro de mí se iba a llenar. 39 Siempre he sido una persona muy tímida y penosa. A pesar de convivir con mis compañeros, me costaba mucho hacer amigos. La verdad, era muy callado y casi nunca me invitaban a jugar o a hacer algo. Sin embargo, eso no me incomodaba, ya que me conformaba por estar rodeado de niños. Me gustaba verlos jugar, aunque yo no lo hacía. Los demás pensaban que era alguien extraño, ya que no hablaba mucho. Por eso preferían hacerme a un lado, que estar conmigo. A mí no me importaba, yo seguía en un mundo donde todo era muy alegre y siempre podía estar contento. Pasaban las horas, los días y con ello los meses. Hubo fechas en las que se organizaban festivales. Los primeros fueron muy animados, mi abuela siempre iba y mamá también; pero en el fondo sentía que algo no estaba bien, que alguien faltaba. No tomó mucho tiempo para que también los demás se dieran cuenta de ello. Carlos Alberto Santillán Ríos

Y cómo no se iban a dar cuenta si ni siquiera sabía lo que era un papá. En los festivales asistían los papás de mis compañeros y yo me preguntaba ¿qué es un papá? Como todo niño, me dio curiosidad. Entonces, un fin de semana le pregunté a mi madre: –Mamá, ¿dónde está mi papá? Cuando la cuestioné, su cara se transformó, sus ojos se humedecieron y las lágrimas caían sobre sus mejillas. Me abrazó y con la voz quebrada me dijo: –No te preocupes por eso, él viene en camino. Me llevó de la mano hacia la calle, paró un taxi y nos fuimos al cine. Jamás había visto a mi mamá tan triste ni mucho menos llorando. Ella siempre trataba de cubrir el papel de mamá y papá. Era muy compresiva y paciente conmigo, pero creo que ese tema era su debilidad. ¡Y cómo no serlo!, si no puedes o no sabes cómo explicarle a un niño que su padre los abandonó. 40 Después de regresar del cine me ayudó a hacer mi tarea. Sin embargo, en mi mente estaba la idea de que mi papá pronto iba a llegar. Sin poder evitarlo, llegaron más días importantes, como: Semana Santa, el Día del Niño y… el Día del Padre. Una semana antes del Día del Padre, la maestra nos pidió que lleváramos para ese día un traje de nuestro papá.

Día 1 Saliendo de la escuela se lo dije a mi abuela, y ella con naturalidad me dijo: –Muy bien, le diré a tu mamá lo que te pidieron. Estás emocionado, ¿cierto? Yo muy contento le respondí: –¡Sí, ya quiero verlo! Al igual que mi mamá, se puso algo triste y me abrazó. El error más grande

Día 2 Al siguiente día, salí de la escuela y mi abuela fue a recogerme. Con curiosidad le pregunté que si ya le había dicho a mi mamá sobre lo que me habían pedido para celebrar el Día del Padre. Ella me respondió: –Sí, hijo, ya se lo dije. Dice que no te preocupes que ahí estará. Muy emocionado, me dispuse a imaginar cómo sería mi papá. ¿Será alto? ¿O será bajo? ¿Guapo o feo? ¿En que trabajará? Por mi cabeza pasaban escenas. Empecé a pensar muchas cosas sobre él.

Día 3 Ese día esperé a mi mamá que llegara de su trabajo. Normalmente, se iba a trabajar desde muy temprano y llegaba muy noche. Casi siempre cuando se iba, yo estaba 41 dormido y cuando llegaba también. Generalmente, no pasaba mucho tiempo conmigo por sus horarios, pero ese día me propuse esperarla. Cuando llegó, como siempre, era muy tarde. Le comenté: –Mi abuela ya me dijo que mi padre ahí estará. Gracias, mamá. Ella se quedó sorprendida y me fui a dormir. Lo que no sabía es que mi papá no iba a estar ahí, pero quien sí iba a estar era mi mamá. Creo que mi abuela no me supo explicar bien la situación.

Día 4 En ese día, no pasó nada muy importante como para contarlo. Era el día a día de un niño normal. Así que pasemos al siguiente. Carlos Alberto Santillán Ríos

Día 5 Llegando al kínder, lo primero que quise compartir a mis compañeros es que iba a ir a la escuela mi papá. Me preguntaron muchas cosas acerca de él que no podía responder. Sólo les pude decir: –Cuando lo vean, verán que es igual a mí.

Día 6 Finalmente, llegaba el gran día para mí. Pensaba que a partir de ahí, todo cambiaría y, efectivamente, sí que cambió. Por la mañana, mi mamá me dio un traje que era enorme. Por las dimensiones pensé que mi papá era muy alto, porque me quedaba muy holgado. Me dio unos zapatos brillantes. Creo que eran de charol. El diseño era elegante, pero grandes. Con la talla del traje y el tamaño de los zapatos confirmaba que mi papá era alto. 42 Después de haberme puesto las piezas del traje, me llevó al kínder. Pasaban los minutos para que los papás entraran a la escuela y estaba muy emocionado por verlo. Abrieron las puertas de la escuela; para mí fueron las puertas del infierno. Pasaban y pasaban los papás de mis compañeros, pero el mío no. Caminé hacia la puerta con la esperanza de verlo y no llegaba. Comencé a llorar y aun así nunca llegó. Mis compañeros se dieron cuenta y empezó la pesadilla. Mi mamá me llevó llorando a la casa. Me abrazó y ella con lágrimas en los ojos también me dijo: –No llores, Carlos, yo estoy contigo. Eso no me importó y lloré hasta dormirme. Al día siguiente, mi abuela me llevó a la escuela. Mis compañeros se empezaron a burlar de mí por no tener papá. No sabía qué hacer y empezaba a llorar. Sólo pensaba: El error más grande

–¿Dónde estás, papá? No sabía que a esa edad los niños pueden ser muy crueles y hasta despiadados. Me insultaban y me hacían mucha burla. Hasta la fecha, aún sigo oyéndolos cuando me decían: –¡Eres un bastardo! –Tu papá no te quiere. –Miren, ahí va al que abandonó su papá. Son palabras que no puedo sacar de mi memoria y me siguen a todos lados. Me hubiese gustado que eso fuera el fin, sólo insultos y ya, pero la vida no es así. Si no te defiendes, te hacen lo peor para que lo hagas o vivas con ello. Primero fueron los insultos, luego me pegaron y me lastimaron. Llegaron al punto de encerrarme en los baños de niñas. Nunca pude hacer nada. No tenía el valor de poner un alto, pues sentía que me desmoronaba moralmente. Fueron tantas veces que me encerraron en los baños y 43 siempre esperando a que alguien me sacara, pero nunca lo hicieron. Tenía la esperanza de que llegaría mi papá o mi mamá a rescatarme y que sólo fuese un mal trago en mi vida. Ahora me doy cuenta que en la vida, si quieres algo no basta con desearlo. He aquí el momento crítico de mi historia, lo que dio paso a una serie de errores. Sin embargo, de todas esas veces encerrado, hubo una que cambió todo para mí. Faltaba una hora para salir de la escuela. Todos ya me habían dado su dosis diaria de insultos, pero no les bastó. Pedí permiso para ir al baño, no me había percatado que unos compañeros también. Saliendo del baño me vieron y se acercaron a mí. No sabía qué hacer, ellos sí. Como de costumbre, me llevaron al baño de niñas. Ahí había un cuarto que utilizaba el personal de intendencia, donde se guardaban las escobas, cubetas, los trapeadores y muchas cosas más. Carlos Alberto Santillán Ríos

El cuarto tenía una puerta de metal, no tenía luz y olía a humedad. Todavía lo recuerdo como si fuera ayer. Empecé a llorar, pero nadie me escuchaba. Me puse de rodillas y pensé que iban a abrir la puerta y que mi mamá me sacaría de ahí cargando con mucho amor. Al parecer, mis plegarias habían sido escuchadas, abrieron la puerta, pero no era mi papá, ni mucho menos mi mamá, era el conserje. Me abrazó y me dijo al oído: –No te preocupes, campeón, todo está bien, ya estás conmigo. Empezó a recorrer mi tierna piel con sus manos ásperas que parecían lijas (huellas de su trabajo). De su cara brotó una sonrisa de placer. En ese momento sentía que todas las luces del mundo desvanecían. Comenzó a meter sus manos en mis partes íntimas. Con su mirada sentía que me desnudaba el alma y con sus manos ultrajaba mi cuerpo. Ese día cambié totalmente, ya no era el mismo, y sólo 44 pensaba por qué me había pasado eso a mí. Transcurrieron los años y los pensamientos me caían encima como una avalancha que me enterraba en lo más profundo de la tierra y sólo podía pensar: –Qué tan mala noticia puede haber sido que mi papá me dejó. Siguieron pasando los años, jamás le conté a nadie esta experiencia tan amarga que tuve que pasar. Lo único que sabía es que mi papá no estaba. Vinieron muchas cosas a mi mente en ese tiempo y pensé que mi mamá era la culpable de lo que había vivido. En lugar de hablar con ella, sólo me quedé callado y la culpaba. La culpé tanto que la empecé a apartar de mi vida, y fue el error más grande. Ahora sé que en la vida de todo ser humano uno se equivoca. La verdad, he cometido también una El error más grande serie de errores que ahora trato de enmendar, ya que aparté a la única persona que dio todo por mí; la única que se preocupó por darme lo mejor y que, a pesar de que no pudo estar muy presente conmigo en mi niñez, siempre he sido su primer pensamiento al despertar y al terminar su día. La aparté por una figura paterna que nunca se dio a conocer y que jamás se preocupó por mí. En vez de enfurecerme con él, lo hice con ella. Mi mamá siempre estuvo conmigo y yo le fallé como hijo, al desquitar toda esa soledad y culparla por lo que me pasó. Como dice Charles Dickens: “Cada fracaso enseña al hombre algo que necesitaba aprender”. En este caso, me atreví a contar mi historia para que no cometan el mismo error en cualquier situación. Yo lo hice y ahora no sólo perdí a mi papá, sino también a mi mamá. Escribir estas líneas me ayudó a reflexionar, a valorar, a madurar y a querer cambiar, porque me he dado 45 cuenta que el amor hacia alguien se puede manifestar de muchas maneras. Mi madre siempre trató de procurarme cariño, comprensión, salud y bienestar. Hizo lo que tenía a su alcance. Ahora sé que la juzgué precipitadamente y reconozco que hice mal. No es que me justifique, pero mi ansia de respuestas e inmadurez de juventud me aconsejó indebidamente. Gracias a esta gran reflexión a la que pude llegar, estoy tratando de remediar lo que pude haber hecho mal con mi mamá. El primer paso ya lo di: reconocer lo que pasó; admitir mis errores y tener la voluntad de enmendar y cambiar, porque mi madre y yo merecemos estar juntos, felices y en paz.

El progreso mexicano

Sergio Alberto Campos Castañeda

Profesora asesora Lidia Clara Román Esta ignorancia generalizada es un fenómeno reciente dentro de la historia de México

El progreso mexicano

Democracia a la venta

e manera peyorativa, se ha señalado que la nación mexicana posee habitantes escépticos en los asuntos Ddel desarrollo social y el consiguiente desinterés de las políticas que implementa el gobierno mexicano para, al mismo tiempo, satisfacer y representar a los diferentes sectores de la población en cuestiones económicas, educativas, laborales, culturales y sociales. Sin embargo, muchos de los ciudadanos inmersos en esta sociedad abogan por intereses políticos y sociales para permanecer en una posición ventajosa a la de sus congéneres. Con esto, se puede deducir que la mentalidad del mexicano es la de, como dicen vulgarmente, “chingar al otro” o “ser el más chingón” dentro de la sociedad mexicana con el propósito de satisfacer sus deseos y placeres, por las razones que sean, para el beneficio individual 51 de estos mismos y no desde una perspectiva del bienestar social o comunal, un lazo de reciprocidad y creación de acuerdos entre los diferentes actores políticos y sociales. Esta ignorancia generalizada es un fenómeno reciente dentro de la historia de México, se lleva arrastrando desde finales del siglo pasado como respuesta a la represión y falta de representación dentro de la política mexicana. Esto se ha agraviado a pesar de una relativa mayor libertad de expresión de los individuos y grupos sociales dentro de los medios de comunicación y el flujo incesante de información que, literalmente, se encuentra al alcance de la palma de la mano. La realidad y pensamiento de los mexicanos, en un principio, nos da a entender que el surgimiento de las tecnologías de la información y, posteriormente, de las redes sociales han estado diversificando y contradiciendo las ideas expuestas Sergio Alberto Campos Castañeda

por los llamados medios tradicionales, como la televisión o periódicos. A pesar de esto, más pareciera que contribuyen de forma imperante a acrecentar esta problemática pasando desde la creación y difusión de las llamadas fake news hasta la clara propaganda de ideologías políticas dentro de diferentes comunidades en las redes sociales a través de la distorsión de notas periodísticas o de los memes creados abarcando la situación política en turno, creando una inequívoca polarización y desinformación de la población que busca una alternancia en las redes sociales para enterarse de los sucesos en el país. Lo antes mencionado, se complementa como forma de extensión, la exaltación de las situaciones que llega hasta el punto de lo ridículo, creando una deformación de las notas expuestas en los medios sin excepción, en las cuales se libra una “batalla” donde sólo se busca humillar o callar las divergencias de pensamiento de cómo se debería actuar en la política sin la opción de ceder o reflexionar sobre lo planteado 52 por los opositores o simpatizantes del gobierno en turno. Convirtiéndose así, en un espectáculo que los ciudadanos de a pie no podemos compartir ideas, simpatizar o discrepar sin que se tilde de insensible, radical o ignorante. Para efectos de este escrito manifestaré y expondré muy brevemente el fenómeno antes mencionado partiendo desde el contexto social y político en el que me encuentro inmerso en cada momento de mi vida diaria. Para ello procuraré expresar cómo es la visión de mi país que actualmente observo, junto a una visión de cómo quisiera que fuera el país en un futuro próximo con la intención de cambiar el status quo por el que está pasando el país en sus diferentes formas e interpretaciones del circo mediático en los acontecimientos y cuestionamientos en la política y la sociedad y la patente polarización ideológica en los ciudadanos por los grupos en el poder. El progreso mexicano

El circo político Quisiera empezar en este apartado por definir qué es la democracia y la voluntad política en los diversos actores de carácter político-social para comprender consecuente el punto anteriormente expresado, concretamente en la mediatización exacerbada de los acontecimientos que conciernen a la administración pública y política mexicana. Entonces, ¿qué es la democracia? Es una palabra que exclaman las organizaciones y políticos mexicanos, que por ende escuchamos en todos lados como si fuera una palabra mágica, que representara la solución de los problemas para una nación en vías de desarrollo. No obstante, esta palabra que puntualizan estos prebostes está vacía de contenido y, como señala Javier Sicilia, se ha convertido en “una prostituta de la política; que se ha adaptado en cada discurso con adjetivos como: representativa, liberal, popular, autoritaria, librecambista, etcétera”; un término que se usa como un comodín que justifica la ejecución de cualquier política por el gobierno actual y que 53 sólo ha servido para permanencia o retiro de los que ostentan el poder. Empero, ninguno de nuestros políticos lo define de manera clara, sólo logra que se creen divagaciones en los mítines y conferencias en la población y en parte no saben si lo explican de la forma correcta; ellos deberían de dejar de llamarse demócratas. Pero, entonces, qué es realmente la democracia. Para esto quisiera puntualizar lo descrito por Javier Sicilia en su libro Estamos hasta la madre, quien cita a Roberto Ochoa al comentar a Douglas Lummis respecto de la obra Radical Democracy: “Es una palabra que le pertenece al pueblo […]. Subversiva en cualquier lugar, ya que está en constante rebeldía frente a las imposiciones de la ambición humana […]. Es el impulso natural de las personas que se reúnen con la intención de tomar libremente el control de sus vidas.” Sergio Alberto Campos Castañeda

Como indica, posteriormente, “es una palabra constantemente robada por quienes fabrican y legitiman sistemas de dominación heterogénea que son externos al pueblo y propios de un selectivo grupo de individuos; una palabra que se implanta en comunidades y barrios como la imposición de una supuesta voluntad general que sólo obedece a los intereses particulares de una élite. Es la palabra usurpada por los proyectos de civilización y desarrollo impuestos desde fuera […]”. Todo esto queda ostensible dentro de la esfera política en el marco del poder y para esto conceptualizo mostrando este material. Se argumenta que existen dos tipos de poderes que comparten el control político y que retuercen el concepto de democracia. Por un lado, se encuentran los intereses partidistas o ideológicos que buscan dirigir y ordenar el ejercicio de poder y, por otro, se encuentra el poder que sobrepasa el sistema de los estados nacionales, y de esto se trata, de la 54 influencia de las empresas transnacionales y los intereses de potencias extranjeras que cooptan mediante la mercadotecnia y las políticas neoliberales para acrecentar este control. A propósito de los medios, se especifican dos formas que se han usado en nuestro país para llegar al poder, en la que se encuentra la visión de democracia antes descrita. Para esto se habla de las siguientes dos formas: el primero es el método autoritario y corrupto, como la traición, la represión y el crimen, y el segundo es el nuevo rostro de la última que resulta más peligrosa porque idiotiza al individuo observante: la mercadotecnia. Citando de nuevo a Javier Sicilia, se puede leer: “comienza a surgir una nueva forma de imposición: la de imagen construida mediante eslóganes publicitarios e imágenes que evocan, de manera blandengue y falsa, arquetipos de poder, de solidaridad y de confianza. En el régimen que expira, el capital se usa para El progreso mexicano comprar lealtades y fuerza; en el que surge, el capital se pone al servicio de una estructura tecnológica sofisticada que penetra las capas más profundas de la psicología humana pervirtiendo la verdad”. Todo esto manifestado en cada elección o campaña política, y, en mi opinión, omnipresente en cada una de las noticias de cuestión política. Y aunque explícitamente en este apartado se expresa una increpación a lo acontecido en las elecciones mexicanas del año 2000, quisiera hacer hincapié en este punto para expresar la transmisión de propaganda partidista o ideológica y la desinformación a gran escala hacia los ciudadanos mexicanos. En este punto, necesito extrapolar lo expuesto a nuestros tiempos actuales, sobre todo en el último año, 2018. En 2018, se realizaron las elecciones para seleccionar a los escaños del Congreso y la Presidencia de la República que definirá y guiará a la nación durante seis años. Entendido esto, hay que saber que durante el periodo de las campañas políticas se vieron toda clase de trampas, descalificaciones, injurias, 55 escándalos y mofas entre los candidatos a la presidencia. Esto no sería ninguna sorpresa en elecciones presidenciales; sin embargo, hay que tomar dos factores muy importantes durante estas elecciones: la difusión de propaganda predominante en las redes sociales y la recepción de los ciudadanos. En el primer punto, me parece impresionante la campaña mediática de los diferentes influencers hacia el apoyo a un candidato, especialmente al candidato de izquierda de la coalición Juntos Haremos Historia, Andrés Manuel López Obrador, una coalición entre su recién creado partido morena, el pes y el pt, con la firme creencia de que él si es realmente el cambio. Pero, independiente de la postura política que tenga cada ciudadano, quiero remitirme al aspecto de la ridiculización y exaltación de cuestiones banales dentro de estas elecciones y la preponderancia de notas que sólo generan conflictos sin ningún sentido, donde, como mencioné en el principio de este Sergio Alberto Campos Castañeda

texto, la política se convierte en un espectáculo mediático que tiene una insignificancia en el ejercicio de la democracia, la voluntad política y el intercambio de ideas entre los candidatos para el bienestar de la población mexicana. Esto último lo ejemplificaré con una anécdota personal: cuando estaba viendo el segundo debate presidencial por televisión, el candidato Andrés Manuel López Obrador respondió a las injurias de su contrincante político del Partido Acción Nacional (pan), Ricardo Anaya, con eso de “Ricky Rickín Canallín”, inevitablemente reí por la situación incómoda y la clara tunda al candidato en emisión a nivel nacional. Terminado el debate, me puse a reflexionar sobre realmente quién resultó ganador de dicho debate o quién mencionó propuestas plausibles, y después llegué a la conclusión que fue una pérdida de tiempo determinar esto, ya que realmente nadie se toma enserio los argumentos y propuestas de los políticos en la contienda electoral, y que ellos querían era sólo 56 llevar los reflectores a su imagen para persuadir a los votantes y ser así elegidos. En lo referente al segundo punto, los votantes reaccionaron positivamente, como si el simple hecho de votar fuera un juego y que los “argumentos” de los candidatos dados en los debates fueron buenos o satisfactorios, y pareciera que la única finalidad de un debate es humillar o injuriar a los opositores con la finalidad de que dicho candidato es el indicado para gobernar y, algunos, osadamente, alegaban que ellos son gente erudita que comprende las estructuras políticas y del poder para decidir el futuro del país. Aceptando cualquier cosa que dijera el candidato de turno y sin cuestionar lo dicho, creando así una polarización y repudio entre la población mexicana que termina por diezmar la casi inexistente concientización y cooperación social para la construcción de acuerdos, como exigir a las El progreso mexicano autoridades del gobierno la garantía de nuestros derechos como ciudadanos políticamente activos realizando mítines, conferencias, protestas, bloqueos, boicots, marchas, ocupaciones de instancias gubernamentales, etcétera y la coordinación con los diferentes comités ciudadanos y organizaciones de la sociedad civil. Aún con lo antes narrado, existe una apatía en los mexicanos que nos hace resignarnos a la lucha de nuestros derechos políticos como forma de asegurar el progreso de los diversos sectores de la población mexicana. Como sociedad mexicana nos encontramos envueltos ante una individualidad dominante que nos impide intrínsecamente actuar en contra de las formas autoritarias de un gobierno que viola nuestras garantías y derechos, cuando éstas van en contra de los intereses políticos, empresariales y particulares y sólo lleva a actos de impunidad y corrupción. Para contrarrestar esto, necesitamos conocer las formas de manipulación mediática y política que aplican los grupos en 57 el poder, sin dejar cegarse por nuestras ideologías o posturas partidistas que nos dividen como mexicanos y buscar un propósito en común, un problema que nos afecte a todos los integrantes de una comunidad y efectuar las posibilidades y opciones de los diferentes instrumentos jurídicos para exigir y seguir las políticas, medidas y proyectos que se llevarán a cabo en la administración pública. Con todo lo anterior, por consiguiente tendríamos que comprender que nos encontramos bombardeados por una política del espectáculo y la banalización en cualquier aspecto de la vida. Tomar una conciencia real sobre la necesidad de la objetividad y rigurosidad de los temas que intervienen en nuestra vida, preponderando sobre todo las temáticas y los problemas sociales y políticos que permean dentro del andamiaje de la complejidad en las sociedades Sergio Alberto Campos Castañeda

mexicanas y exigiendo calidad periodística y no consumir medios que comunican notas sensacionalistas y ligadas a intereses de poder. Para empezar en las instituciones educativas, tanto como los alumnos, profesores y autoridades escolares dirijan esfuerzos para lograr un cambio dentro de la comunidad escolar, sin condicionar estos esfuerzos a una calificación o recompensa de cualquier índole, con el objetivo de generar una conciencia política que busque una verdadera democracia y voluntad política. Y aunque conozco que existen poderes fácticos que se interpondrán para que no se cumpla lo anterior, junto con la falta de recursos y tiempo por cada uno de los individuos de dichas comunidades, protesto con ahínco que el cambio radica en nosotros los ciudadanos mediante el establecimiento de objetivos a largo plazo y que busque la mejora de la calidad de vida de la mayoría de la población.

58 El progreso mexicano Todo lo antes plasmado en la prosa de este escrito representa mi visión parcial de cómo debería ser mi país México, y el progreso político-social que demos seguir los mexicanos, sin pretender que es el único eje para la resolución de esta problemática ni con el afán de mostrar un aire de superioridad a la de mis compañeros o ciudadanos que pasan y se encuentran a mi lado. No, esto sólo lo veo como una forma de expresar las ideas que, a juicio mío y por el nivel de conocimiento que poseo, veo posible este primer paso para un cambio real en México. Y aunque la gente piense que el mexicano es derrotista y pesimista por naturaleza y que lo planteado aquí es idealista e ilusorio, yo les responderé que podrían tener la razón; sin embargo, les cuestionaría y plantearía algo: ¿acaso otra vez la historia nos ha demostrado la impavidez de los mexicanos en cruentas guerras contra los que osan atentar contra la soberanía nacional o los ideales El progreso mexicano del pueblo? Hombres y mujeres que arriesgaron y, algunos otros, sacrificaron su vida para defender esta nación, muchos de ellos, olvidados en las páginas de la historia y muchos de los considerados “héroes nacionales” sirvieron a intereses extranjeros y de grupos secretos que buscaban lucrar con los recursos del país. Por mi parte, quisiera mostrar mi interés por la política y la sociedad mexicana a partir de la introducción a estudios universitarios para comprender, analizar y encontrar

59 Sergio Alberto Campos Castañeda

las posibles soluciones o aminoración de los fenómenos que aquejan a nuestro país para que las futuras generaciones miren con ojos buenos el pasado.

Fuentes consultadas

Esquizofrenia Natural (2019) ¿Eres un analfabeto político?, febrero 27, 2019. Sitio web: https://www.youtube.com/watch?v=f5ZIq6dFKLE

La política de los memes (2018) Infantilización social, abril 18, 2018. Sitio web: https://www.youtube.com/watch?v=f5ZIq6dFKLE

Sicilia, J. (2011). Estamos hasta la madre. Ciudad de México: Planeta, pp. 19-34.

60 Un mundo mecánico

Armando Abraham Barragán Almazán

Profesor asesor Ricardo Terrones Cruz Un mundo donde aquello hasta donde se puede ver, son construcciones enormes, frías y algunas oxidadas.

Un mundo mecánico

a sociedad tiene una semejanza con los engranajes que fluyen en un circuito cerrado, tienen movimientos L limitados, destinados únicamente a cumplir con su función. Un mundo donde aquello hasta donde se puede ver, son construcciones enormes, frías y algunas oxidadas, pero conservan una dureza que puede romper componentes frágiles, impidiendo el progreso, mas recordándonos que hay ciertas cosas que es mejor que no cambien. Cada engrane tiene una función, desde los que trabajan en las minas de cilicio recolectando materia prima, aquellos poderosos que mueven la gran maquinaria madre donde nos encontramos todos, cada pequeña resistencia que ayuda que no se sobrecargue el motor, hasta los diodos led que se encuentran ahí sólo para entretener, inspirarnos o simplemente lucir bonitos, pues para eso se les da energía. Sin embargo, ¿qué sucede con aquellos componentes 65 los cuales no tienen suficientes electrones para cumplir con su voltaje? La respuesta parece más esclarecedora si tomamos en cuenta que todo lo citado es una metáfora análoga de la verdadera maquinaria. Aquellos componentes que no cumplen con el voltaje apropiado para continuar con su función y mantenerse a flote, eventualmente se funden y dejan de funcionar para la maquinaria. Esta maquinaria no tiene el corazón puesto en los componentes, está en los electrones, cuanto más se tenga más energía habrá en la maquinaria y ésta podrá competir contra otras, de vez en vez existen pequeños programas de ayuda para componentes insuficientes, creados por el sistema para que puedan seguir a flote; no obstante, por tanto que asegure dar la ayuda, nunca es suficiente pues parece que ni el sistema ni la maquinaria son perfectos. Armando Abraham Barragán Almazán

Todo esto provoca problemas de electrones que a veces se pueden convertir en bugs, tales como los componentes rebeldes, que se enfocan en robos energéticos que aprovechan los hacks del sistema para poder salir adelante. Todo esto parece una muy enredada explicación de esta maquinaria, la verdad es que es unas cien mil veces más compleja que esta humilde explicación, pues se están dejando de lado muchos problemas, que incluso van de una complejidad más allá de la que un humilde servidor puede darles. Viendo el panorama de lejos, esto es la maquinaria, un lugar donde no escogiste ser fabricado; estas aquí, porque aquí te tocó ser confeccionado, creado y empleado, ¿se puede hacer algo al respecto? La verdad es que se pueden hacer varias cosas, puedes elegir salir de esta maquinaria y entrar a otra con mejor flujo de electrones, puedes quedarte aquí, aprovechar todos los bugs del sistema que puedas, aunque esto último no es muy recomendable, pues tendrás problemas 66 con el sistema, o puedes quedarte aquí y hacer un esfuerzo por tener un funcionamiento digno, formar un pequeño conjunto de componentes y continuar hasta el penoso día en en el que tengas una reacción de carácter física o química en tu interior provocando que te fundas. Una vez hecha esta introducción podremos continuar. A todo esto… ¿Dónde está mi lugar en todo este revoltijo de cables y engranes? La verdad, es una muy complicada respuesta, pues hay que ver desde el lugar en el que vivo, la planta de formación donde se me implementan los conocimientos para mi posterior empleo, los demás componentes con los que convivo en mi ciclo e incluso con los que no convivo; sin embargo, están a mi alrededor, como aquellos adictos a las sustancias nocivas con los que no interactúo, pero están cerca de mí, los tengo localizados cada que paso por ese lugar y ellos paralelamente Un mundo mecánico conmigo, no hemos cruzado ni una palabra y a pesar de eso saben a qué hora paso de ida y de regreso a mi vivienda; yo sé, por el otro lado, en qué momento están injiriendo su sustancia y en cuáles sólo están sentados allí, escuchando la buena nueva que salga a la luz de otros desprevenidos que hablan en voz alta. Pequeños detalles que influyen, como la distancia a la que me encuentro de la planta de formación a mi vivienda, unos más cerca, otros más lejos. Por más absurdo que esto parezca puede representar una enorme diferencia en tiempo que se tiene para reponerse de la jornada diaria, las cosas que haya en la vivienda para poder obtener más energías vitales, para poder seguir con la jornada desde la mañana hasta la noche, porque a pesar de que los componentes estén hechos para seguir y seguir sin detenerse, esto es necesario para evitar el atrofio del propio. En algunas otras partes del mundo, la maquinaria está hecha para prácticamente nunca detenerse, negando en 67 sus plantas laborales uno de los dos ciclos de descanso, provocando que sus componentes a pesar de tener un rendimiento alto, tengan un funcionamiento interno bajo en muchos aspectos más allá del físico, también lo psicológico, cosa que es prácticamente ignorada por estas enormes y llenas de electrones máquinas; bueno, creo que son llamadas kikaii o shisutemu, honestamente desconozco como se escriba, pero me dijeron que de esa manera se pronunciaba. Muchos componentes sufren de una enorme depresión, pues su sistema es sumamente más exigente que éste, si un componente no alcanza la meta deseada allí, toma la horrible decisión de auto fundirse. ¿Qué clase de vida te puede tocar si tu sistema te exige a ese grado presión?, desear ya no querer seguir existiendo, sólo por no poder cumplir una meta; la verdad es que es un horrible hecho, aunque replanteando bien las cosas, ¿qué tan lejos estamos de convertirnos en ese Armando Abraham Barragán Almazán

tipo de sistemas?, considerando que la taza de trabajo en esta maquinaria es una de las más largas a nivel mundial; en dicho caso, ¿por qué no tenemos la misma solvencia de electrones? Sobre todo, porque no tenemos esa calidad de vida. Es gracioso que a pesar de que eso no me afecta directamente, si me da demasiado en qué pensar sobre mi sistema. Acerca de las oportunidades que te ofrece, como lo mencioné anteriormente, la distancia que existe entre mi vivienda y la de otros componentes es considerable; sin embargo, ésta no es nada comparada con la de aquellos que hacen un tiempo sumamente más considerable. El estado emocional es algo de lo que se habla poco en temporadas actuales, pues el eje principal de nuestro sistema es la ganancia de electrones, dejando muy de lado lo que existe en esa recóndita parte de la mente del componente, que si fuera por nuestros superiores nos abrirían la caja ósea donde aguardan nuestras computadoras base 68 y nos arrancarían esa parte de la corteza frontal, donde se desarrollan nuestras emociones, o también de ser posible, bloquearían la parte de la infelicidad o el dolor para que siempre estemos en ese estado de éxtasis, accediendo con una enorme alegría a las jornadas laborales o académicas. En un mundo donde la depresión parece la nueva enfermedad de moda para los componentes, se toman medidas de prevención muy burdas para majar este mal, que al final de cuentas representan repercusiones en nuestra vida útil. Si tomamos a seis aspirantes de un centro de formación, de los cuales dos tienen un problema de depresión, va a ser más que claro que su desempeño será el mínimo comparado con los que tienen una salud emocional óptima; no obstante, esta depresión puede ser causada por factores externos que a su vez estén ligados al ambiente en que el componente se desenvuelve, incluso cosas como el fundimiento de un componente Un mundo mecánico estimado puede representar una enorme baja en su funcionamiento laboral. La unidad de medición con que se miden los privilegios y ventajas que cada componente tiene para tener demasiadas variables que impiden dar una respuesta con número cerrado, ya que todas las situaciones emocionales, sociales y económicas del individuo lo afectan, y en consecuencia también su rendimiento y calidad de uso. La regla de los privilegios y necesidades… Cuando pensamos en privilegios, nos podrían venir a la mente cosas innecesarias, la verdad es que se define como algo que nos da una ventaja, cual individuos dentro de un sistema. Ser creado, concebido y dirigido dentro de una familia con suficientes electrones te da una ventaja sobre otros componentes, aunque lastimosamente esto sólo es una parte del camino, pues depende en gran medida qué hagas con la energía, tu determinación y tus aptitudes, estado de salud, 69 entre otras. A veces vemos a los electrones como un colchón de espuma, que resolverá todos nuestros problemas y nos centramos tanto en eso que se nos olvida todo el potencial que éste puede tener; los electrones no nos dan visión. Existen ventajas físicas, ventajas en el campo mental y ventajas en el ámbito emocional. Hasta la fecha no he tenido el placer de conocer a un componente que tenga todos estos atributos juntos, y la verdad es que dudo que exista uno; podrás tener una buena batería con electrones, pero tal vez tu salud mental está por los suelos o incluso al revés, tendrás la salud mental y una excelente visión del mundo; sin embargo, careces del capital para explotar esta clarividencia. Estos puntos mencionados nos hacen caer en cuentas que si un componente pudiese tener todos estos aspectos cubiertos, éste tendría el mundo a su merced, ¿no? Armando Abraham Barragán Almazán

A este punto de la lectura sólo podemos decir que cuanto más avanza uno este mundo, mayor será el obstáculo que tendrá que superar para poder pasar tan ardua prueba, la sima de la montaña metálica parece uno de los lugares más hostiles del territorio, tirando a cuanto quiera llegar a su sima y probar un poco de eso que sólo alguno que otro engrane magnate ha probado, tal vez ese lujo y glamur que sólo unos cuantos leds han podido ver antes de fundirse, aunque el resultado parece muy remoto, pues el componente promedio muere en el intento. Las visualizaciones hostiles no paran, pues cosas como las ideologías que rigen la maquinaria también presentan un obstáculo para tocar la cima de la montaña metálica. “No te dedique a ser un led o morirás de hambre,” “usted es de bronce y eso sólo le queda a la plata,” “no hay ocupación de eso en este lugar,” “morirás de hambre si tomas esa decisión” y un largo sin fin de topes que te ponen el camino para lograr tocar el cielo. 70 Al final del día, las limitantes terminan venciendo al optimismo del componente promedio y dejándolo en su feliz lugar de ignorancia, donde cree que no puede aspirar a más y que ése es lugar para el cual fue creado y adiestrado, sin posibilidad alguna de ver más allá del panorama, autoconvenciéndose a el mismo y a otros de que esa es la verdad indiscutible de la gran maquinaria. Nuevamente vuelvo a plantearme el concepto. ¿Dónde está mi lugar en todo esto? El tema central de toda esta parafernalia es si tengo las mismas oportunidades que los demás. Estuve pensándolo desde que hice click en ese botón y a decir verdad todas la analogías y metáforas que me venían a la mente me llevaban por el mismo sendero que parece ser la respuesta más apropiada y certera a lo que un servidor concibe como la realidad de su situación. Un mundo mecánico

Como componente de la sociedad, tengo privilegios que me han permitido estar donde estoy en este mismo momento, pero también carencias en muchos aspectos que de igual manera me han dejado en esta situación donde he podido gozar de necesidades básicas satisfechas y tal vez uno que otro pequeño lujo, pero también me he quedado desprotegido ante situaciones que estaban fuera de mi control, donde intervino mi nivel socioeconómico que a decir verdad, también ha cambiado conforme fue avanzando mi vida, un tiempo tuve ciertas carencias y conforme fui avanzando y mis conceptos también, fui mejorando. En resumidas cuentas, poseo más oportunidades que otros; a su vez, otros tienen considerablemente más oportunidades que un servidor y a decir verdad creo que con eso contamos todos, no soy un joven que vive en encerrado sin acceso siquiera a luz, pero tampoco soy un joven de Dubái con padres adinerados; sin embargo, cuento con lo necesario, no sólo a nivel de electrones, también con una tenacidad para 71 poder seguir en este frío y duro mundo, saliendo delante y si puedo en el camino ayudando a otros a salir adelante, sin esperar nada a cambio, pero sí puedo darle una facilidad, “una oportunidad” a alguien más, sea mi amigo, mi familiar, lo haré. Muchos componentes tal vez lo hagan por buscar un más allá satisfactorio para la eternidad; sin embargo, yo lo hago porque sé lo que es tener hambre, frío y sentirse solo o deprimido en esta fría máquina, donde tengo más oportunidades que otros y otros a su vez más que yo.

Un hogar para las estrellas

Antonio Alexander Hernández Aguilar

Profesora asesora Lorena Margarita Larenas Villaseñor ...ante la adversidad de un oscuro universo que apaga la luz de las pocas estrellas que desean seguir brillando.

Un hogar para las estrellas

esearía contarte una historia maravillosa, una historia que se transforme en un símbolo afable de belleza y Dalegría, desearía poder narrarte un cuento de hadas en el que la sirena que dejó su hogar ha de volverse reina e incluso decir que la chica cuyo dedo fue pinchado con una rueca despertó por cuenta del amor que aquel apuesto y valiente príncipe le tenía; siento decirte que la marcha de mi vida no va por ahí, sino que la pequeña parte de ella que estoy a punto de revelarte, ha de manifestarte el más noble mensaje de vida que podrás haber escuchado, que hará que anheles lo que tienes y sepas que no estás solo, sino que aprendas a vivir siendo lo que has sido siempre, siendo señero eternamente. Para poder contarte mi vida, debo empezar por el inicio, si quieres saber cómo es que me he convertido en lo que soy, es sumamente importante que conozcas por qué soy quien soy y quién me creo. 77 Mi madre, una chica cuya vida había sido acribillada y disuelta por una de las circunstancias más sombrías y funestas que pudo haber tenido la época en la que nos había tocado vivir, conoció a mi padre, un chico que le había ayudado a disolver su pena, transformándola en una de las más dulces y bellas historias de amor. Hay veces que no paro de pensar en el simple hecho de no haber nacido, y así mis padres hubiesen tenido más tiempo de vida e incluso una historia de amor que tuviese un buen final. Mi madre se había entregado para siempre a mi padre y él a ella; sus destinos se entrelazaron para toda una vida, forjando un futuro para un nuevo ser que había de llamarse Alexander. La vida que mi madre llevaba dentro comenzó a tomar forma y con ello vinieron los problemas, ya que mi abuela paterna la indujo a pensar en el aborto, debido a que ellos Antonio Alexander Hernández Aguilar

creían que yo no sería más que un error que cambiaría sus vidas para siempre, un estorbo en su camino que arruinaría su vida con su simple e inocente existencia. Creo en Dios, creo en un ser que nos da la vida y orquesta nuestros destinos con paciencia y sabiduría plena. Mi abuelo materno había de oponerse a la elección de mi madre y así dar inicio a un vínculo extraordinario que me unió a él y a su encantador mundo lleno de esperanza, caridad y vida, viviría en un mundo que me haría crecer como un puro y nato soñador. Los meses pasaron y con ellos llegaron la primavera y el verano, pero justo cuando las rojizas hojas de los árboles comenzaron a caer de lo más alto de sus copas, nací la mañana del 7 de octubre del 2002, un momento no tan oportuno ya que mi padre había abandonado a mi madre para viajar rumbo a Estados Unidos de América, pero, aun así, sentir las suaves manos de aquel niño robusto y rosado 78 le trajo una paz infinita, al igual que una razón para enfrentar al destino vil y sus perversidades. Ver la luz por primera vez no sería fácil para mí, ya que un año después mi madre tuvo que viajar a Estados Unidos de América, puesto que mi padre se olvidó de nosotros por completo y sin remordimiento alguno. Dejar a un hijo atrás no es nada fácil y, con todo, es más difícil crecer sin una madre o un padre que te quiera; no es fácil ver a los demás niños crecer con alguien que los ama y está ahí para abrazarlos cada vez que lo necesiten, no es fácil gritar al cielo implorando todas las noches el simple deseo de despertar en la calidad de un hogar, en el que te sientas a salvo, esa calidad que se me arrancó por completo y sin benevolencia. Aún recuerdo cuando tenía dos años de edad, una mañana desperté sin razón ni parecer, sabía quién era, pero no llevaba ningún recuerdo en mí, había un enorme agujero que habría de llenar con todo un mundo que me esperaba Un hogar para las estrellas a la vuelta de la esquina, una vida que había de emprender solo. Recuerdo mi primer libro, mi primera estación de sueños llamada: Ver pasar los patos. Crecí afueras de la ciudad, llevando una vida no muy común ya que una vez solo, no había más opción que ser criado por mis abuelos maternos; recuerdo asistir a misa con ellos cada domingo, mientras que los pichones revoloteaban en parvadas alrededor del campanario de la iglesia; recuerdo las veces que me llevaban a nuestra casa en Veracruz, en donde mi abuelo tenía una finca de café y cada vez que iba, él solía construirme un columpio bajo un árbol de naranjas que despedía un aroma tan fresco como la briza del mar cuando se rompen las olas al caer la tarde. Me educaron en una familia extremadamente católica, lo que en parte es bueno si reflexionas sobre lo maravilloso que es el mundo guiado por el corazón que llevas dentro, como la llave que abre las puertas de aquel enorme paraíso. Hay personas que gustan de aprovecharse de la 79 inocencia de los niños, ya que en estos no hay malicia ni perversidad; hay muchas personas que se aprovechan de eso haciéndote creer que no es más que un simple juego. Cuando tenía 4 años, alguien abusó de mi inocencia llevándose a su paso mi niñez. Jamás olvidaré ese día, el día en el que dejé de ser un niño sin saberlo, viví una pesadilla que jamás olvidaré, una pesadilla que debo cargar conmigo para siempre. A veces, cuando este tipo de situaciones pasan, sólo existe el único e insólito sentimiento del miedo para con los demás, puesto que crees que todos te lastimarán de la misma manera, creyendo que tú tienes la culpa de ello, viviendo con un peso que te sigue a donde quiera que vayas, a donde quiera que mires e incluso en lo que quiera que pienses. Créeme cuando te digo que debes dejar de vivir en aquel dolor y vayas hacia delante, abriéndote a la gama de posibilidades y sueños que te espera para curarte del desolador pasado al cual no debes temer. Antonio Alexander Hernández Aguilar

Mi abuelo me enseñó a creer en la esperanza y la realidad de los sueños que se cumplen, que justo cuando más lo deseas contribuyes a su existencia, hay ocasiones en las que sólo tienes que despertar del más hermoso y profundo sueño para que se vuelva real. Él me educó creyendo en el verdadero valor de los demás, cuya importancia debe ser valorada en su interior, puesto que lo demás había de marchitarse con el pasar de los años, así como él perdió la vista al poco tiempo. Desde mi niñez supe que sería cinéfilo de corazón, amaba tanto ver películas como cantar, pero no fue hasta el 2012 cuando descubrí lo que sería mi pasión por la ciencia ficción en el clásico del cine: El atlas en las nubes (Tom Tykwer, 2012). Amé una frase que trascendió entre mis sentidos e inundó mis ojos de lágrimas al escucharla: “Nuestra vida no nos pertenece. Del vientre a la tumba estamos unidos a otros, pasado y presente. Y con cada crimen que 80 cometemos, cada gesto amable, alumbramos nuestro futuro”. Crecí soñando con la esperanza latiente que guiaba mi corazón hacia el abismo de la realidad viviente que me obligaba a ser yo mismo, a brillar en un mundo que ha perdido la esperanza. La vida en la escuela nunca me fue fácil, debido a que los niños solían excluirme, por el sencillo hecho de no tener padres; me demostraron que nunca sería como ellos e incluso me hicieron saber de la manera más cruel, que tendría que esforzarme el doble para conseguir mis metas. En aquella época estaba destrozado, e incluso aquel chico devastado que solía ser había perdido la noción de quién era y por qué estaba en esta vida, me inundaba el llanto y la depresión, pero aún más funesto como resultado de una enorme ansiedad, la calma y el sosiego que encontraba en la comida, me conllevó a padecer sobrepeso. La sociedad es Un hogar para las estrellas la escuela más cruel en el que aprendes a darte cuenta de que estás perdido y debes encontrarte cuanto antes. Es tan triste saber que los demás no te pueden ver más allá de un simple físico, saber cómo cuando invitas a salir a una persona, suele arrepentirse de estar con alguien que lleva consigo una diferencia, que lo hace peculiar ante todos los demás, es tan doloroso como un enjambre escuchar cómo vales tan poco para todos. A veces, hay días en que detesto ser yo mismo, puesto que escucho a los demás decir que no soy como ellos, e incluso pasar por el rechazo en el incómodo silencio de su voz al mirarte por minutos que parecen eternidades. Un día, mientras caminaba por la calle, observé a un niño, tenía las características que yo llegué a poseer. En aquella época de mi vida, en la que estaba perdido, él me miró fijamente mientras un niño del otro lado intentó lanzarle un balón de futbol, no pensé dos veces la situación, obstruí con mi cuerpo la dirección del lanzamiento, logrando evitar aquella situación; la 81 verdad es que me logré ver reflejado en aquel niño que sufría de acoso por el cual yo pasé algún día. Hay circunstancias en las que un momento marca la simple diferencia entre la vida y la muerte, hay veces en las que un simple acto de humanidad define el destino de aquellos que nos rodean, a veces sólo depende de nosotros salvar la vida de nuestros hermanos. Aquel niño se suicidó, se ahorcó colgado del barandal de su casa, ¿por qué? Es más sencillo de lo que parece: cuando el mundo te ha dado la espalda por completo y no hay a quién recurrir, la única salida y la más fácil es apagar la luz de los demás, el sentido que ha tomado tu destino a través del tormento y la soledad, la única salida es ascender a un lugar en el que no serás juzgado por nadie, la gracia eterna que espera las almas que desean su descanso. Antonio Alexander Hernández Aguilar

Descreía que aquel chico hubiese visto lo que yo, que hubiese visto el mundo de la manera que yo lo podía hacer, de la manera que lo he hecho toda mi vida ante la adversidad de un oscuro universo que apaga la luz de las pocas estrellas que desean seguir brillando, por la fe de aquellos que han sido disueltos por sus destinos y segados por el martirio de sus almas que han sido destinadas para la batalla por un Dios que nunca las ha de dejar caer. Bastó entrar a la secundaria para darme cuenta de muchas cosas importantes, aprender a valorar la realidad, ya que ésta es pasajera e irreal, con lo que debía aprender a vivir siendo yo mismo a pesar de los problemas y las adversidades que el destino nos tiene preparadas, tal como cuando descubrí que podía cantar. Vivir en aquella época me trajo una gran pasión por libros, como lo fueron Divergente, Insurgente y Leal, de Veronica Roth, en los que aprendí a valorar el mundo en el que 82 vivo, sobre todo por frases de los personajes: Ser valiente no es el punto. Eso es imposible. Se trata de aprender a controlar tu miedo y ser libre de él. En ese mismo año, mi abuelo falleció. Antes de hacerlo, me dio el regalo más hermoso que pude haber tenido en mi vida, dijo que sería mi padre por siempre y que me amaba como jamás nadie lo haría; me dijo que dejara de buscar a un padre, porque desde hace mucho tiempo ya lo tenía. Eran veraces las palabras de aquel hombre al llamarme hijo, lo que siempre desee toda mi vida, estuvo ahí siempre y lo estaría en un lugar más hermoso que éste, esperándome para poder estar juntos hasta la eternidad. Es extraño cómo todos en mi familia cambiaron desde su muerte, pero incluso así, sé que pudo llegar a quererlos por lo que son, así como aquel hombre me amó por lo que yo realmente era en mi interior. Un hogar para las estrellas

Recuerdo que al llegar a la prepa solía temer al rechazo de todos mis compañeros y algunos profesores; no obstante, me di cuenta que a veces es bueno tener miedo, es bueno estar expuesto al único hecho de humanidad que vive en los corazones de aquellos que creen en sí y en la esperanza que nunca han perdido. Tal vez, algún día, pueda conocer a mi madre y decirle lo mucho que la quiero, así como por primera vez en mi vida encontrar un hogar para brillar. Sé que no estoy solo, que hay más como yo en este mundo, si alguien no me quiere, no importa, puesto que soy una estrella, como millones de ellas que habitan la galaxia, transformando y cubriendo con su cálido brillo los cuerpos celestes de aquellos que fueron tratados con desprecio, de aquellos que perdieron su propio brillo contra la presión que la Tierra ha puesto sobre ellos, pero aun así con la ardiente luz que el Sol emite sobre ellos emergerán de la tierra para que al final del día todos juntos brillemos, esperando la 83 eternidad de nuestros corazones valientes que han de arder por siempre. Me queda poco tiempo para ser feliz, así que debo aprovechar cada momento al máximo, debo componer mi alma para poder soñar de nuevo, no es cierto que el tiempo cura todo, pero aun así puedo cambiar lo que viene con el simple aspecto que me da mi naturaleza como estrella ardiente, vivir por siempre en los sueños de los perdidos. Antonio Alexander Hernández Aguilar

Obras consultadas

Malpica Maury, Antonio (2008). Ver pasar los patos. México: Castillo. Roth, Veronica. (2011). Divergente. México: Océano (Travesía). Roth, Veronica. (2012). Insurgente. México: Océano (Travesía) . Roth, Veronica. (2013). Leal. México: Océano (Travesía). Tom Tykwer (Dirección). (2012). El atlas en las nubes [Cinta cinematográfica]. Estados Unidos: X-Filme Creative Pool.

84 Simulación terminada

Luz Estrella Aketzali Santos Salazar He estudiado tu vida cada día desde que dormiste tal como me lo pediste y he tomado en consideración todo lo que mencionaste; ¡tan perfeccionista y minuciosa como siempre!

Simulación terminada

stás aquí, Lexa! Te esperábamos desde hace un tiempo. Ciertamente practiqué mucho lo que te diría cuando ¡Etu simulación terminara y tú despertaras; sin embargo, ahora más que decir algo, sólo puedo sentir. Algo que es irónico, porque justo ahora me encuentro hablando. –¡Basta, Nora! ¡Deja a la genio en paz! Bienvenida, Lexa, mi nombre es Víctor y estoy a tus órdenes. Sé que todo esto es muy extraño, pero sólo es temporal, pronto entenderás todo. –Estoy muy cansada, creo que apenas tenía energía para despertar y ahora que lo he hecho siento que ya no me queda más. No recuerdo nada. ¿Qué ha sucedido? ¿Dónde es que estoy? –Bienvenida, Lexa, soy Leass, y tú eres mi creadora. Debes sentirte orgullosa, fuiste la primera persona en crear a un ser humano de manera artificial, y heme aquí. Mencionaste que estabas agotada pero ahora veo en tu 89 rostro ausencia de la misma, debe ser por lo que te he dicho. Incluso, ahora para ti esto es difícil de asimilar, acabas de despertar de una simulación que ha logrado mantenerte con vida y que por cierto fue idea tuya. ¡Realmente eres brillante! Y como prueba de ello, existo yo. Me es menester informarte de lo que ha pasado, justo como me lo ordenaste antes de entrar en ese sueño del que acabas de despertar. Te pido me acompañes a la sala de vivencias que tú misma te preparaste… Perdona mi mala educación, olvidé presentarte a Nora y a Víctor, ellos son dos de tus aliados en la vida, los conociste mientras te encontrabas estudiando tu primera carrera, Química. Nora es un genio en la informática y Víctor es un brillante ingeniero mecánico. Debo decirte que ellos no son todos, el resto ha caído a causa de ideas populistas por las grandes aportaciones que hicieron al mundo en conjunto. Lamento mucho que esto pasara. Luz Estrella Aketzali Santos Salazar

–¿Nora?, ¿Víctor? Ahora los recuerdo, sus memorias vienen a mí en masas. Formamos un gran equipo, el mejor que haya existido jamás, debo decirlo. Sepan que estoy agradecida por su lealtad y confianza depositada en mí. Lamento mucho lo de Amy, una promesa en filosofía. Cristian, el físico que no alcanzó a recibir un premio Nobel… –Perdone que la interrumpa, creadora, pero debo continuar con lo que me ha pedido. Sus órdenes fueron muy claras: “En cuanto despierte, lo primero que debes hacer es llevarme a la sala de vivencias, no te detengas por nada, recuerda qué palabras clave son las que necesito para recordar. Hasta vernos de nuevo”. Lo recuerdo como si fuera ayer. Pero, bueno, ese no es el punto, pasemos a la sala. ¿Es grandiosa, no?, igual no necesito respuesta, sus caras lo dicen todo. Aquí estamos, Lexa, en este cuarto que tú has preparado especialmente para esto. He estudiado tu vida cada día desde que dormiste tal como me lo pediste y 90 he tomado en consideración todo lo que mencionaste; ¡tan perfeccionista y minuciosa como siempre! Dentro de estas máquinas capturaste momentos extraídos de tu cerebro que, según tu juicio, necesitas para volver a ser tú de nuevo. Lo que te ha obligado a entrar en la simulación no te lo mencionaré ahora; tú, personalmente, lo has ordenado así. Todo en orden. Pasemos a lo primero. Naciste en Ciudad de México en una familia convencional, “buena, pero no perfecta”, según tus palabras. Tu nacimiento fue de mucho significado, ambas familias habían pasado por tragedias y tú fuiste la luz al final del túnel. Desde chica fuiste diferente; es decir, sé que todos lo somos, pero tú de verdad lo eres. Los recuerdos en edades tempranas fueron un poco dañados debido a que debiste desalojar espacio en tu cerebro para almacenar información que futuramente te llevaría a revolucionar el mundo. Debido a eso, no sabemos aún qué te llevó a ser diferente al resto. Simulación terminada

Entraste al kínder y aparentemente no mostraste síntomas extraordinarios. Eras “normal”. Experimentaste un primer amor, verdadera amistad y amor genuino de familia. Por el contrario, puedes ver que también experimentaste un pronto descubrimiento de la realidad mundana. La felicidad es realmente efímera, y para ese entonces tú lo aprendiste. Tu situación económica obligó a tu padre irse a Estados Unidos cuando tenías 4 años, ello causó que te cambiaras de estado por uno que tuviera trabajo para mamá; dejando tu pequeño e inocente Edén. Esto te hizo madurar, dejaste de ser hija solamente para también ser compañera de mamá. Caminaste con ella durante días bajo el sol de Morelos para encontrar un lugar donde rentar, escuchabas sus penas y en tu inocencia tratabas de aconsejarla. Debías dejar que tu madre diera preferencia por tu hermano menor sólo por serlo, pero no te engañes, ella los amaba a ambos con la misma intensidad. Tu hogar era un cuarto, guardabas tu ropa en huacales, dormías en un colchón inflable y tu madre no dormía por 91 proteger a tu hermano y a ti de animales peligrosos. En tu nuevo kínder caíste en cuenta de que no todos los amigos son buenos y por poco tiempo fuiste la comidilla por ser la “nueva”. Lexa, a pesar de esto, eras realmente feliz, porque sólo eras una niña, quizá no lo supieras ni fueras consciente de ello, pero tu hermano, tu madre y tú eran unidos y felices. Pero pareciera que mientras crecemos la felicidad decrece. Tiempo después llegó tu padre de Estados Unidos. Cambiaron las cosas, todo parecía “mejorar”. Cada vez más, añorabas la vida en tu pequeño Edén, especialmente por la familia que dejaste allá. Entraste a la primaria y no fue fácil, llegaste con miedos e inseguridades. Tan pronto llegaste, sufriste bullying por el niño sentado detrás de ti, te lastimaba física y mentalmente, pero tú no decías nada. Como siempre, comenzaste a sobresalir de los demás y ello hizo que tus compañeros y sus madres te miraran con envidia. Luz Estrella Aketzali Santos Salazar

Llegó un punto en el que ya no pudiste más y caíste en llanto a la puerta de la escuela para que tu padre no te dejara allí. Ciertamente, no toda tu primaria fue mala, tu cuarto año fue el mejor, de alguna forma extraña te convertiste en la chica popular del salón y todos parecían hacerte caso. Estabas estudiando piano y ya hasta dabas recitales. Por un momento, de nuevo todo fue bien, pero eso volvió a cambiar, tus padres estaban hartos de rentar y consiguieron una casa barata; el problema es que estaba lejos de tu querida escuela, así que te cambiaron. En ese momento entraste en depresión, eras aún pequeña, pero fue la situación perfecta para explotar todo lo malo que tenías dentro de ti. El que tus padres nunca estuvieran en casa por trabajar, el separarte de tu familia de la Ciudad de México y el extrañar a tus amigos. Parecen problemas insignificantes, pero no lo eran para una niña de 10 años. Estudiaste quinto año de milagro, llorabas todo el día y nadie parecía poder consolarte. Frente a ello, tus 92 padres decidieron regresarte a tu antigua escuela, pero eso ya no funcionó, la depresión siguió. Decidiste cambiarte de nuevo para estudiar tu último año, eso te mejoró, conociste verdaderos amigos y amabas tu vida escolar. No puedo decir mucho de la secundaria, no fue mala, pero tampoco fue lo que esperabas. Tuviste amigos, amores, decepciones, momentos de rebeldía, crisis existenciales y momentos de locura propios de la secundaria. Entretanto, pasaste problemas económicos, discusiones familiares y bastantes complejos de belleza. Entrando a la preparatoria experimentaste tu peor momento de rebeldía y eso se constató en las calificaciones de primer semestre. Luego de eso reflexionaste y mejoraste hasta llegar a ser la mejor; prueba de que siempre se puede mejorar. En tu último semestre, regresaste a la Ciudad de México. Querías lo mejor, una prepa, un cch o una vocacional. No lo conseguiste, porque debías entrar desde primer año y por un Simulación terminada examen de selección. Te llevaste una gran decepción de las diferencias tan marcadas respecto a la calidad educativa en la afamada capital del país. No te quedó de otra y entraste a un bachilleres, que después de todo no fue malo, porque aprendiste a ser autodidacta y a resistir más las tentativas de fiestas, droga, alcohol y malas influencias. En este tiempo pasaste varias pruebas; pruebas que cuestionaban si realmente eras lo bastante buena para esto o aquello, pruebas en las que constantemente fracasabas en cosas que creías dominar, y ello te llevaba a recibir críticas y chismes que sólo te desanimaban, pruebas que te hicieron sentir sola mucho tiempo, pruebas como elegir algo qué estudiar teniendo el corazón dividido en mil cosas que amabas, o pruebas como decepcionarte de qué personas cercanas a ti estuvieran haciendo cosas malas. Entraste a unam, la universidad que querías para primero estudiar química, porque pensaste que si conocías lo más particular, sería más fácil entender el resto de cosas que 93 también querías estudiar. Sobresaliste en la carrera e hiciste varios inventos que te llevaron a ser reconocida, incluso te mantuviste estudiando carreras dobles. Tu gran ingenio te llevó a formar un equipo de licenciados e ingenieros con los cuales fundaste una empresa. Mientras todo esto pasaba nunca dejaste de estudiar, primero química y luego neurociencias, física, moda, biología, música, derecho, ciencias computacionales, cine, filosofía y varias ingenierías. Lo lograste gracias a que siempre diste lo mejor de ti, había veces en las que no dormías y no conociste las vacaciones ni los días libres. Tú compañía realmente llevó la ciencia a otro nivel, con premios reconocidos a nivel mundial e inventos y curas que la humanidad agradeció. Llegaste a ser polímata con tan sólo 35 años, compusiste piezas sin igual, eres una pianista virtuosísima, formulaste Luz Estrella Aketzali Santos Salazar

leyes científicas que prevalecerán, hallaste curas, eres políglota, la mayoría de tus libros son best seller, en fin, la lista puede seguir con cada una de tus facetas. No fue fácil, tus padres y abuelos murieron, tuviste un divorcio y demás pruebas, pero aquí estás. Mi creadora, hemos llegado al meollo del asunto, me pediste reproducir al final de todo la respuesta que diste a una pregunta en tu última entrevista pública antes de desaparecer. Pero antes de eso, debo decirte la última parte de tu historia. El hecho de ser “diferente” casi te cuesta la vida. Eres polímata, la mejor considerada por muchos; pero no gracias a que fuiste superdotada, un milagro o algo por el estilo. En tus propias palabras: “Lo que consideremos como prueba en nuestra vida representa en lo que mejor podemos llegar a ser”. Lo único que hiciste, fue caer en cuenta de eso, querida Lexa. Parecías tan confundida en la vida, creías que no eras buena para nada aunque realmente tenías facha de 94 tener capacidad para todo. Ello suena bastante bien para algunas personas, pero no lo es tanto cuando eso conlleva una gran indecisión en la vida, tener tu corazón dividido en tantas cosas que amas cuando la sociedad te dice que debes escoger algo, estudiarlo y dedicarte a ello. No suena tan bien cuando pasas por esto en la adolescencia, en donde miles de crisis existenciales vienen a tí y la salida más fácil parecen ser las adicciones, la depresión o hasta el suicidio. No suena tan bien cuando pareces no tener algo “especial” ante el mundo o cuando son las personas que más amas las que te lastiman con sus palabras y hechos. Tú, mi creadora, pasaste por las cosas malas que todos solemos pasar. Arriesgaste muchas veces y fracasaste, pasando por vergüenzas que te marcaron. Te repetías mil veces que preferías ser mala en todo aunque fueras buena sólo en algo y así poder enfocar todo ese potencial dividido en mil cosas, en una sola; estabas convencida de que esa cantidad de potencial concentrado en Simulación terminada una sola cosa, te llevaría a ser la mejor. Pero nunca fue así. Ante ello, decidiste afrontarlo, explotaste tu bella mente en crear alternativas que te dieran lo que buscabas. Todo lo que pasaste sólo te hizo más fuerte gracias a que te levantaste una y otra vez. No fue fácil, pasaste por tentativas de ocio, fracasos, desánimos y esas cosas por las que atraviesan las personas antes de llegar al éxito. Con tus logros, líderes mundiales creyeron que tenías algo que te hacía ser lo que eras: una especie de sustancia en tu cuerpo o un gen especial en tu genotipo quizá; ciertamente, no sabían realmente qué era lo que buscaban, pero convencieron a gran parte del mundo e iniciaron tu cacería y la de tu equipo. Creían que la vida había sido más justa contigo que con ellos y su interpretación ante ello, fue que habías sido mandada para salvarlos; tu sacrificio era necesario para un bien mayor que debía ser compartido. No todos eran de esa idea, eres una líder, quizás no nata, pero sí hecha, eso te dio simpatizantes que te defendieron y lucharon por evitar tu 95 matanza; sin embargo, ahora todos ellos están muertos, hubo una especie de inquisición. La situación te puso en jaque, pero, vamos, eres Lexa; así que buscaste alternativas como la vida te lo había enseñado. Lo lograste, creaste una sustancia que te llevó a entrar en una simulación de autoconciencia, ello te haría parecer estar “muerta” ante el mundo por un periodo de cinco años, para luego volver como ahora lo haces. Ahora, vamos a la pregunta que te hizo el reportero en Rusia, donde te encontrabas grabando una película: ¿consideras haber tenido las mismas oportunidades que los demás para llegar a ser quien eres ahora? –Lo que soy ahora es algo que sólo se puede obtener a través del tiempo, del trabajo duro, sacrificios y experiencias. Estoy convencida de que quizás aparentemente no parezcamos tener las mismas oportunidades que los demás para salir adelante, siempre buscamos excusas Luz Estrella Aketzali Santos Salazar

para justificarnos. Sin embargo, la vida misma está llena de sabiduría, ella nos lleva constantemente a consecuencias que son producto de nuestras decisiones. La vida nunca nos da algo que no podamos soportar, es tan simple como decir que logramos el progreso a través de situaciones que deberían sacar lo mejor de nosotros. Enfrentamos batallas a diario y en el transcurso de ellas corremos el riesgo de fracasar, sentirnos tristes, solos y demás cosas por el estilo, pero es parte de. Ciertamente, algunos caerán para no levantarse jamás a causa de dichas situaciones o sólo malas decisiones. Lo que no nos mata nos hace más fuertes, el chiste es no morir. ¿Que si tuve las mismas oportunidades que los demás para llegar a ser quien soy? Por supuesto que sí, sólo que representadas de diferente manera, incluso creo que hay quienes tuvieron mejores oportunidades que yo. Pienso que cada uno pasa por situaciones propias de acuerdo a sus características personales. Dentro de esto debo decir que 96 cada uno es responsable de sí mismo. Somos tan poderosos en nosotros mismos que ni siquiera lo podemos comprender. ¿Quieren mi consejo? –Lexa susurró–. “Busquen más sabiduría que sólo vana inteligencia”. Lo que podría ser

Ariel Pineda Reyes

Profesora asesora Fabiola Castro López Muertes, estafas, secretos, injusticia y violaciones son palabras que todo extranjero piensa antes de pisar, tocar y sentir el suelo de pobres desgraciados. El mayor detonante de quien nos gobierna es creer que la sociedad es imbécil.

Lo que podría ser

brir la mirada a este pequeño tramo territorial al que, desde siglos atrás, llaman México es una condena A donde los que la viven ya en sí son condenados. En este lugar, la muerte nos visita cada tres horas, un país olvidado por Dios. Muertes, estafas, secretos, injusticia y violaciones son palabras que todo extranjero piensa antes de pisar, tocar y sentir el suelo de pobres desgraciados. Desde pequeños nos preguntamos ¿qué quieres ser?, ¿qué te compraste?, ¿es nuevo?, solemos valer más por lo que tenemos que por lo que somos. Somos proxenetas de nuestro propio hogar, vendemos nuestra riqueza como si de una prostituta se tratase. Así es el país en el que me ha tocado nacer, más avergonzado no podría estar, pero si pudiera cambiar lo que decenas de ladrones bien vestidos han ocasionado con su ineptitud, acabaría por pensar que la gente de este país tiene la capacidad mental de ser mejores y no por lo que tienen, sino 101 por lo que son. El mayor detonante de quien nos gobierna es creer que la sociedad es imbécil. Los prejuicios hacia los demás, a la comunidad, a mí, son ya demasiados, como para seguir soportando el peso de la opresión, ¡no soy inútil, no soy ignorante, no soy su mascota! Teniendo más de lo que puedo soportar, sigo pensando y repitiendo “lo que podría ser”, todo eso es lo que me da la voluntad de no salir escapando, huir y dejar de lado eternidades de opresión. Quisiera por una sola vez dejar en claro que mi orgullo equivale a mis rasgos mexicanos impresos en mi mirada, pero nunca será así. Lo que podría ser, lo que podríamos ser y representar. Nuestra gente dejó de ser raza de guerreros, de descendientes de los grandes dioses, hijos de Quetzalcóatl, para ser delincuentes Ariel Pineda Reyes

y vistos como una plaga. Lo que podría ser sería increíble pensar, vivir y soñar en un país nuevo, renaciente. Un país hecho fénix. En la mirada de los más jóvenes se relata lo que, para nosotros, es la cruda realidad; ellos no quieren ser víctimas de las salvajadas humanas, en sus manos se cuentan los dedos en forma de entretenimiento, nosotros contamos las horas que nos faltan para acabar un maldito día, para tener que vivir uno aún peor. Lo que podría ser para ellos se resume en que el miedo no es lo primero que deberían enseñarnos, conocer en donde no sea necesario ser más de lo que vivimos. Vivirían en un país donde antes de aprender a golpear, te enseñarán a respetar. Lo que podría ser en la vida de cada uno de nosotros sería, donde no se gobierne a base de amenazas, en la que no tengamos miedo a expresar la voz que Dios nos otorgó. “Por un golpe muchos lloran, por una voz muchos mueren”, una frase que varios tenemos grabada en las calles, pero 102 tatuada en la frente. Esto es más que una frase conjugada en futuro, es y debería ser la base del nuevo pensar de la sociedad, mi sociedad. La voz es un don, no un derecho. Mi mente recuerda lo maravilloso que sería haber nacido en la época de mis padres, pero ellos nunca lo han contemplado de la misma manera, yo veo moda, música y estilo único, ellos muestran un lugar distinto: drogas, prostitución, desigualdad, homofobia, machismo y muerte, sobre todo muerte. Como integrante de la comunidad lgbt+ veo que la libertad no existe, nuestra propia especie nos la ha negado. El tiempo cambia y las personas igual, pero todavía falta mucho por exigir. Mi país de opresores-oprimidos. Muchos sueñan que la tierra de libertad está más allá de nuestros valles, desiertos, volcanes y mares; quiero mostrar que podemos hacer del desastre cosas hermosas, un paraíso Lo que podría ser para aquellos que viven el infierno y un refugio para los sobrevivientes del apocalipsis humano. Podemos crear un país de libertades en el cual no exista la polémica, donde el escándalo sea el único pecado, permitiendo que fluya la paz, la alegría, el amor, el respeto y lo sublime. Mirar a las personas a los ojos y gritar: “¡estoy embarazada!”, “¡soy gay!”, “¡soy gordo!”, para decir “¡me amo!”, y no arrepentirse. Vivimos en una nación bella que lo único que opaca esa hermosura es que nadie puede disfrutar al cien por ciento su excitante presencia, sus paradisiacas playas, las misteriosas selvas y los extremosos desiertos, lo que podría ser con la increíble naturaleza que nos hace hijos de su suelo, y así no sea necesario destruir, acabar y gastar todo el cuerpo de nuestra madre, vientre de los más sorprendentes tesoros. Nuestro suelo, el aire y las brisas marinas nos llenan las venas de paz, relajación y gozo. ¿Cómo no amar a México? Porque así es el país que quiero ver, sentir que toda la 103 riqueza natural de estos territorios sean el paraíso de los que en verdad quieran amar, vivir, explorar, danzar y probar. Mi país lleno de sabores con colores tan antiguos como su gente. Me arrepiento de decir que odio a este gran lugar que me brinda majestuosa diversidad de paisajes, mar, bosque, selva, desierto y ríos, sus colores, milagros de nuestros ancestros, tal vez odio a los que, sin más, dicen gobernar, pero muertos ellos se acabó el sufrimiento. La naturaleza madre y toda la belleza terrestre, sus hijas, las que recorren el mundo y lo llenan de amor y sensibilidad, viven en un territorio dominado de varones prepotentes, ególatras de su presencia. La mujer, flor que en este infértil suelo florece, es la belleza y la razón, la vitalidad, la creación de grandes obras, inspiraciones para generaciones futuras; ellas, hermanas, Ariel Pineda Reyes

madres, hijas, personas, nos están dejando huérfanos, a esas guerreras las están asesinando. Crecer amarrado a la idea de que la mujer es la sirvienta del hombre, tachada de una cualquiera por querer una segunda oportunidad de amar, abandonada por un cretino, sola y sin tener más familia, esperando la llegada de un nuevo ser. Discriminada, marginada y asesinada, una nueva era, para exterminar; ellos entienden la voz del caos. En México, la caja de Pandora fue abierta y el maleficio va en contra de las mexicanas. Y así, en paz, lo que podría ser, seamos una sociedad que no tenga que aspirar a crear reglas estúpidas para evitar situaciones aún más desquiciadas, encerrar no es proteger, celar no es amar y golpear no es propio de una autoridad. Nosotros no merecemos vivir con miedo y mucho menos ellas. lo que años atrás se negó, enseñemos a respetar y no a dominar, no cerremos mentes y abramos 104 más corazones. Expresemos las ideas que exteriormente son oprimidas, griten para llamar la atención de los reyes de falsas coronas y hacerlos caer de sus tronos disfrazados. Ideal “feminazi” es agresión y poca tolerancia, ser un hombre feminista no es ser débil, ni verse obligado, soy feminista, único en mi familia. Orgullo de ayudar y proteger a las que hoy cazan sin compasión. Mas no cabe duda de la mejora en el ambiente, que la ideología sobre la mujer sea nula, dejando de vivir en una nación donde el alimento de los noticieros sea la muerte de otros, la violación de unas y el acoso de muchas. Ese es el lado incorrecto de la historia. No es tarde, y rendirse no es una opción, somos personas que a través del mundo son vistas como solidarias, amables, alegres, festivas. Crecemos con la idea de pertenencia, nos vemos obligados a decidir de qué lado coordinamos, cuando ya somos parte de una sociedad que, Lo que podría ser dejando de lado todo lo corrupto y lo sanguinario, está llena de cultura y color, recorremos los campos, ciudades, costas y desiertos con sabores propios de un dios azteca. Somos un país exquisito y cargado de maravillas, así y en todo lo que es y podría ser, nosotros tenemos las herramientas para salir de los escombros, buscando la inspiración para regresar y levantar a México. Abrir la mirada, salir de las casas sin miedo, con fe en el futuro y en las personas, amar sin dar importancia a quién, cómo y dónde. Así es el país que quiero, pero hasta este punto sé que el soñar no hace la diferencia y mucho menos mueve multitudes. La determinación y el dinero hacen la diferencia. Yo no tengo la más mínima idea de qué necesite mi país, en qué pueda contribuir y con quién hablar de esto. Es difícil entender la idea de que, a pesar de lo que el gobierno diga, lo que el presidente haga o lo que la población comprenda, seguimos oprimiendo a nuestros hermanos. No creo en la política, en el gobierno o en la justicia, creo 105 en la gente y en lo que pueden hacer para mejorar, confío en la unión creada durante el caos, con esto y lo demás pienso, “nos unimos para protestar contra gobernantes de otros países, pero dejamos que nuestros gobernantes se nutran de nuestra desgracia, qué equivocación”. En algún momento, un amigo me dijo: “por personas como tú, el país es una mierda”, el país es un desastre porque no sabemos elegir a los que nos representan, y además no soy ciego como para no ver que entre más pasan los sexenios más nos cuesta sobrevivir a cuestas de un gobierno tan inútil como los mismos gobernantes. Podría decir todo lo que pienso sobre los gobernantes y la política, pero me estaría desviando del tema. Lo que podríamos hacer, y no sólo por nosotros, por los que vienen, es trabajar para mejorar y cambiar los estragos de lo quedó de muertes, errores, maltratos e injusticia; no Ariel Pineda Reyes

podemos seguir dentro de la misma jaula siendo los canarios de tiranos y dejando que nos permitan hablar, pero sin escucharnos y esto no puede tolerarse más. Defender los ideales de muchos que ya no están y por los que siguen allá afuera luchando para mejorar lo poco que se pueda. Somos testigos de que estos tiempos se vuelven aún más violentos y vivimos un cambio que saca lo peor de las personas, libera los más bajos instintos, sueltan a criminales con ojos de depredadores para mantener a la población sometida. Ha empezado la cacería de las presas más indefensas: nosotros. Estas víctimas ruegan, suplican e imploran paz, imploramos paz. No obstante, tenemos miedo de luchar y no lo niego, el terror que recorre las calles es parte de lo que, por el momento, es nuestra cruda realidad. Lo que podría ser, para mí, se resume en tres palabras: vida, amor y honestidad. Vivimos sin saber lo que es una 106 vida propia, y así quiero ver el país que quiero, una nación donde las decisiones las tomemos nosotros y no nos veamos obligados a ser parte de algo para sentirse aceptado. México, país donde el amor es lo último que la gente aprecia de una relación, al igual que sólo importa el físico de la persona, sentirse un trofeo no es parte de amar. Celos, golpes, gritos, prohibiciones y manipulaciones no son causas de querer, nadie puede excusar sus acciones con el amor, ¿quién mata por amor? La locura lleva a los amantes a ser bestias y tenemos que cambiar. Y lo que podría ser para mi país las verdaderas y únicas causas que tenga el amor, sea repartirlo por todas partes, compartir con los que sufren y lloran. Amar para ser amados. Creemos conocer a la perfección todo lo que sucede y aconteció con nuestro hogar y aun así nos equivocamos. Y aunque no me canse de esto, sigo con lo que podría ser para Lo que podría ser todos tener a la mano la información necesaria, permitirnos conocer la historia tal y como se suscitó. Tengamos conciencia de que no podemos seguir jugando la misma partida, cosa que ya perdimos, exijamos la revancha, entre más se ignore a los desesperados más terrible serán las consecuencias. ¿Qué más puedo decir?, puedo decir mucho, pero expresar poco. Y puedo ver qué tanto quiero para mi país, pero sobre todo para mi gente, no quiero vivir en lo que hoy conozco, sino en lo que muchos queremos descubrir. Una nación libre de todo tipo de problema, fuera vergüenza, odio, guerra, asesinato y prejuicio. Los que se desesperan esbozan una burla, toman por muerto todo, marchito y seco. Pero hemos llegado hasta aquí, dimos grandes pasos y faltan muchos, juntos podremos lograr mucho más, luchamos por grandes cosas, así como se marca el lado oscuro de lo que hoy es México, existen cosas que marcan una era revolucionaria. Lo que será es incierto y no nos asegura que sea sencillo, 107 pero nadie dijo que lo fuera, todos nosotros tenemos en las manos el futuro de nuestro hogar, organizados lograremos darles a las generaciones futuras lo que nosotros no pudimos tener, un México limpio de todo el pasado. Miraremos al futuro sin nubes que tapen el sol, sonreiremos sin mentir, amaremos con toda libertad, caminaremos sin miedo y nuestra voz tendrá valor. No dependeremos de otros países para sobrevivir y la educación será mejor que antes. No necesitaremos fronteras, la vida y el suelo que pisamos no serán de costo, las personas valdrán lo que su espíritu exprese. México, país de libertad y conocimiento, tiene muchas heridas que sanar y memorias que honrar para tener paz. La muerte nos alcanza de muchas maneras, pero los que murieron por querer hacer la diferencia son el ejemplo de qué Ariel Pineda Reyes

tan mal puede llegar a ser el sistema; las multitudes no sólo mueven montañas, levantan naciones. Hemos sufrido mucho, invasiones, guerras, crisis, genocidios e injusticias, pero supimos salir adelante y lo seguiremos haciendo, por nosotros, por mí y por tí. Juntos somos más fuertes, y así es el país que quiero, que durante la tempestad exista la fortaleza, la paz llegará y no será fácil, lo sé, pero todos soñamos la manera de cambiar y crecer. Y la esperanza no desaparece hasta que el sol explote y las estrellas del firmamento se apaguen, porque el país que quiero es uno donde nosotros seamos las estrellas de nuestro propio universo. Y tú, ¿cómo es el país que quieres?

108 ¿Hacia dónde...?

Kevin Ubaldo Minjares Domínguez

Profesora asesora Alma de la Rosa Martínez El profe, después de poner el ejercicio se refugia en su rincón favorito, el escritorio, donde automáticamente sustrae el dispositivo de su bolsillo e interactúa en una burbuja de fantasía

¿Hacia dónde...?

or un momento, sentí que era hora de despertar; sin embargo, me acomodé y apreté mis ojos y mis Psentidos renunciando a esa idea. Estaba oscuro como si fuera de noche o en la penumbra, estábamos hospedados en un hotel en alguna ciudad. Tita (mi abuelita) salía, seguramente a comprar algo de comer como es su costumbre, al saberlo, mamá se precipitó corriendo detrás de ella por temor a que le pasara algo en esa ciudad desconocida, minutos más tarde, Tita regresó a la posada, pero mamá no, desesperado fui en su búsqueda. Tita me miraba desde el portal del edificio recargado de ventanas, con su mirada llena de angustia más que por la hija demorada, por mí. A unos veinte metros, papá estaba en la piscina, traté de decirle que mamá se había adentrado en la ciudad buscando a Tita y que no regresaba, pero no me escuchaba, la penumbra se convirtió en noche, cada minuto más espesa, mi respiración se aceleraba a cada momento, me zambullí para ir con papá, 113 que me ayudara a buscar a mamá, nadé como nunca, mejor que en las competencias de natación (que bien sirvieron para incrementar mi ego, muy por encima de los de mi clase, el mejor de mi rango de edad), pero cuanto más nadaba, papá se alejaba más de mí y me veía y hasta me saludaba con un ademán de mano y sonreía, pero no me escuchaba; la piscina se convirtió en laguna, observaba cómo papá se iba alejando. Al ver que la tarea era sólo mía, regresé a la orilla. Tita me miraba desde el portal con sus manitas encogidas pegadas al cuerpo, su faldita adornada de listones le tapaban hasta media pantorrilla, con el rostro repleto de la blancura que da la congoja, tuve miedo como no lo había tenido, escuchaba voces burlonas a mi alrededor, ya ni distinguía los latidos de mi corazón, sólo era un zumbido con ritmo y sin pausa y de un sobresalto desperté. Kevin Ubaldo Minjares Domínguez

Al recuperar la respiración, me di cuenta de que estaba en mi habitación, mi amigo (mi Samsung J7) estaba al lado de mi almohada, encendido y feliz, siempre fiel, con la pantalla trozada debido a una caída, pero sin ninguna falla, tarareando una tonada, la de esta semana, lo alcancé para ponerlo a cargar. Y me volvía a dormir, anoche tuvimos hasta altas horas en Llamada dúo con M.

Un día como otro Nadie pierde la oportunidad de una pausa, de cualquier tamaño y tipo para tocar su celular: El profe, después de poner el ejercicio se refugia en su rincón favorito, el escritorio, donde automáticamente sustrae el dispositivo de su bolsillo e interactúa en una burbuja de fantasía, hasta sonríe y deja el sonido a los videos que observa creyendo que está solo en el salón. Lentamente, los demás lo sacan por debajo de la banca pretendiendo que son discretos pero de inmediato 114 comienzan a textear. Los polis en la entrada pierden la atención y te dejan entrar o salir con una credencial o tira de materias que no sea tuya, lo más importante es darle like a la imagen en el face que vigilar a los mismos zombies entrar y salir todo el tiempo. A los administrativos ni los interrumpas, es mejor que esperar a que terminen de postear aunque de cualquier manera no te pelan. Aparte de mi amigo, tengo una especie de chicharrón blanquito para salir, sólo sirve para llamadas (por cobrar, porque nunca tiene saldo) y para fotos de poca calidad que uso para tareas de museos y esas cosas. En clase siempre está apagado o en silencio. Tuve la mala experiencia de que me robaran dos LG en el salón de clases en la secundaria, un Nokia se ahogó en la lavadora (gracias a mamá), el Alcatel me lo arrebataron mientras caminaba a dos cuadras de casa y el Moto a mano armada saliendo de mi jornada de cerillo en la Comer, otros por muerte súbita debido a su vejez o por accidente. ¿Hacia dónde...?

¿Desde cuándo? Desde segundo año de primaria; al principio, sólo eran básicamente para jugar sin internet y de verdad que se hubiera quedado así.

Lo bueno y lo malo Cuatro años más joven que yo, cabello largo y rizado como de princesa de Disney, ojos café claro y chinitos, sonrisa graciosa, nariz pequeña y tez blanca, altamente mimada, de nombre Ch, mi hermanita o algo así, jugábamos mil fantasías, disfraces de la nada, risotadas infinitas, siempre súper protegida, yo le quería enseñar a defenderse pero su mamá no me dejaba, al menor chillido de Ch, corría desesperada y me inculpaba aunque yo fuera el lastimado. Un día, platicando me comentó que tenía un amigo en Club Penguin, a mí me pareció algo no adecuado para una niña de diez años; mi “histeria” se agravó cuando me mencionó que le había dicho al chico que le tenía más confianza a él que a sus propios padres; de inmediato, lo comenté con 115 mamá y juntos fuimos con sus padres a hablarles del asunto y su gravedad, a lo que sus padres no le dieron la mayor importancia, es el momento en que no sabes si no intervenir o tomar cartas en el asunto, por lo que hablé con ella, como mi hermanita, indicándole que no debía comunicarse con extraños; ella afirmó enérgicamente que sus padres le daban permiso, y me quedé sin palabras. Creció entregada y feliz llena de halagos.

La desintegración Tiempo después, recibí una llamada llegando a casa luego de mi horario en la Comer, tenía que salir rápido para llegar a tiempo a la escuela; sin embargo, le contesté, porque parecía urgente, su voz era más autoritaria que de costumbre y se escuchaba muy alterada, era mi tía I, lanzaba amenazas, Kevin Ubaldo Minjares Domínguez

acusaciones, injurias, gritos desesperados y definitivamente malas palabras y más palabras que no entendí. Mi primer pensamiento fue: “Yo le dije que no lo aceptara… yo le dije que no lo aceptara… yo le dije que no lo aceptara”. Descargar bofetadas sobre el púber rostro de la inocencia acusada, lágrimas inundando sus semblantes, alaridos de amargura acompañados de sollozos. ¿Cuántos dedos la apuntaban? Inmensamente sola, acompañada tan sólo con la indiferencia del marido y la desconcertada mirada del hermanito de Ch, pequeño infante J, quien rompió en llanto al presenciar el caos. Requerí de gran ayuda para demostrar mi inocencia en este acto, el celular de Ch fue la más gran evidencia. Aunque, como cuando niños, yo siempre resultaba culpable de todo lo malo que le pasara o pudiera pasarle a Ch, ni la indiferencia de sus padres, ni todas las noches de ausencia materna y paterna, ni las videollamadas de Messenger ni las 116 publicaciones del Facebook, no, tan sólo yo. Con gran pesar tengo que declarar que no los hemos vuelto a ver.

Recuerdos Juego que no tiene chat no es un juego actual, aparte para obtener puntos o gemas o monedas y diamantes o cualquier recompensa, o como la llamen, te “obliga” a darle like en el Face, y a invitar a otros mediante el Face, y a interactuar, así el desarrollador te atrapa, es como el esru; hace un año observé que los que entran a su Face y se desenvuelven en él, seguro son los que ganan algún premio, es momento para que esru diga: WAF y que yo conteste: OMG, y que haya mil espectadores dando like o no like, carita feliz, asustado, corazón, enojo o lo que sea. Volviendo a los desarrolladores de juegos, integrantes de los equipos (clanes o alianzas) forman grupos de Whatsapp, en la que te puedes hacer de infinidad de amigos virtuales lo ¿Hacia dónde...? peor o lo mejor de todo es que puedes ser quien tú quieras: hombre, mujer o cosa, viejo o joven, casado o soltero, bueno o malo, guapo o adefesio, rico o pobre y dentro de tu ciudad puedes vivir en la Morelos o en el Pedregal, estudiar en el Bacho 9 o en La Salle y crear ficción con un montón de inadaptados que no conciben el mundo real, que no tienen una vida, que habitan dentro de un juego lleno de colores y personajes ficticios, así fue como conocí a M. Aunque parezca extraño, no intercambiamos fotos, al menos no fotos reales, las videollamadas son de nuestras habitaciones y mascotas, ninguno nos hemos querido mostrar: interminables llamadas by messenger todas las noches, lágrimas, sucesos, enamoramientos, moqueos, relatos de cómo nos fue en nuestro día, yo le aconsejo, ella también, y esto es como puedo resumir la especie de relación entre M y yo: Aunque no puedes ver, pero puedes sentir. No quiero tenerte después de una tarde de cine. No obstante me encantaría jugar xbox contigo 117 y después fundirme en el verde-beige de tus ojos y beberme tu amor al roce de tu mano pero no eres real, eres un efímero sueño de cada noche una dulcísima voz llena de gracia y de ternura que me invita al desvelo Eres sonrisa y compañía cuando camino solo en la oscuridad de las calles de regreso a casa Eres pasión sin encender, sublime caricia que reconforta mi alma de la pesadumbre de mi ser A 7418 Km de distancia, pero ahí te quiero bien, de estar a mi lado no serías más perfecta sin celos ni intrigas, sin sentimientos erróneos ni sarcasmos, eres mi sueño ideal, finito y perfecto. Esto fue al mismo tiempo del incidente de mi casi hermanita Ch. Kevin Ubaldo Minjares Domínguez

¿Herramienta de comunicación o caja idiota plus? ¿Qué pasaría si viviéramos en Venezuela? ¿Mataríamos por comida o por internet? Yo me inclino por la comida, tal vez sólo tendríamos que cuidarnos de no tratar de entrar a las redes sociales cuando haya un evento político (y buscaría que el Tío Sam tuviera energías sustentables o cualquier sustancia que sustituyera al petróleo para que dejara en paz a mi nación). Pero vivimos en México y aquí contamos con muchos más recursos, lo que es un guiño para la invasión, la ratería y todos los abusos imaginables e inimaginables a lo largo de la historia y que prevalecen hoy día con todo y su evolución, pero el tema es que fuera de cortes de energía y de las fallas que han presentado Instagram, Facebook y Whatsapp, estamos siempre prestos para el embobamiento, la suspensión en el espacio, el embeleso que causan los likes, la manipulación que ejercen sobre nuestros pobres y enajenados cerebros los grandes consorcios que analizan 118 las tendencias de la borregada para el marketing, la política y demás situaciones. Pero el cuento no acaba ahí, lo que hacemos en redes sociales no sólo es el éxtasis de pasar seis horas al día en publicar y ver publicaciones de un montón de porquerías: es el daño, la ambición de bullyng hacia otros, es el señalamiento y el poder, de poder demostrar supremacía sobre algunas tontas, a una pila de farsantes no menos inútiles que los primeros. Las chicas son tontas, quiero que quede claro que las respeto profundamente, soy el primero en defenderlas, pero a cualquier cosa le llaman amor, no comprenden que un trasero es sólo un trasero y nada más, al igual que las bubis y lo que sea, y que no son especiales, ni bonitas, ni inteligentes al exhibirse al natural. Las redes sociales te pueden matar, te pueden hacer daño cuando vives y dependes de ese pequeño mundo; los ¿Hacia dónde...? que te hunden nunca sabrán de lo que le pueden ocasionar a una persona y a su familia. Hago un paréntesis para mencionar que mi tía I no tenía idea de lo que son las redes sociales; internet, su smartphone, sus laptop y sus iPad sólo le significaban una moda. Así que, aunque no estés dentro, te pueden destruir.

Desenlace Recuerdo su risa, su aroma, nuestros juegos, mi inmensa sobreprotección hacia ella y esta rabia hacia los culpables de su mancilla que no cesa, mi furia hace más grande el vacío que me provoca la ausencia de mi casi hermanita Ch. Quisiera conocer quien o quienes fueron, los publicaría en Me Too y como no estoy de acuerdo con lo que hizo AVG (bajista) me conformaría con que tuvieran remordimientos y romperles la nariz. De cuando en cuando las pesadillas continuarán, es un grillete encadenado a mi subconsciente, la culpa me carcome las entrañas, pero estoy seguro de que Ch, donde quiera que 119 esté, adquirirá madurez y tendrá responsabilidad sobre su persona y sabrá lo linda y especial que es sin mostrar su piel. Si llego a tener descendencia, le enseñaré a usar responsablemente la tecnología, cualquiera que sea su avance en diez o quince años: las redes sociales sólo deben servir como medio de comunicación sensata, madura y consciente. Principalmente, lo que está bien y lo que está mal, ya que no importa lo que hagas: internet no olvida. El repiqueteo de las aves ha cesado, de seguro ya está claro el día, siento mi respiración alta y profunda, mis párpados se vuelven ligeros, es hora de abrir los ojos, la mañana ilumina mi habitación. De seguro me merezco un premio no he tocado el celular por varios minutos. Pienso que el Twitter es para nenas y Youtube para viejitas. No negaré que comparto algunos memes y videos en Kevin Ubaldo Minjares Domínguez

Face, Whatsapp y Messenger, pero no son privados ni ofensivos y no me importan los likes, mi enfermedad o diligencia es otra, te daré una pista: “¿Con cuál serie haré maratón hoy? ¿Habrá películas nuevas en Netflix?”. ¿Ya sabes cuál es?

120 Por encima de la ley

Joana Itzel Acevedo Barrón

Profesora asesora Lilian Lorena Reyna Arzate No pasé más de tres renglones para leer aquella palabra que, como en la escuela me enseñaron, es tan popular para distinguir a México, y sí, era marginación.

Por encima de la ley

ran las 6:36 de la tarde del 12 de febrero. Me encontraba sentada sobre aquel escritorio en el que se situaban Emis materiales de estudio para el próximo examen y mi mente centrada en la esperanza y las perspectivas de cómo sería ver mi nombre anotado en la parte media de una hoja seguido de las palabras que siempre he deseado obtener: Aspirante asignado. Con un poco de desesperación, me levanté de la silla gris y bajé los escalones para dirigirme a la cocina, siempre con el objetivo de encontrar algunas sobras de comida de un día antes o algunas hojuelas de cereal que estarían ubicadas en una caja plasmada por el dibujo de un tigre caracterizado por su gran sonrisa que le va a cada extremo de sus orejas. Hambrienta y con el sonido de mis intestinos ansiosos de recibir alimento, sacudí la caja para asegurarme que aún había producto, pero mi sorpresa fue triste cuando noté que no quedaba nada. Entonces, suspiré, coloqué la caja en el bote 125 de basura y me dispuse a servirme agua. Tomé un vaso de vidrio, de esos que mi mamá evitaba que mis hermanas y yo tocáramos porque somos lo bastantemente torpes para tirarlos al suelo, pero demasiado hábiles para esconder por completo las evidencias. Una vez en la mano, lo llené del líquido. Todo empezó en el primer sorbo. Pasaron ante mí tantas preguntas. De esas que nadie puede responder porque son lo suficientemente complejas para hacer entender a una chica de 17 años, despistada y, como me dicen, “un poco chaira”, que es imposible obtener un cambio en las personas de una sociedad reprimida y enganchada al status quo. Seguí buscando algo para saciar mi hambre, pero mi acción fue en vano. Luego pensé: ¿por qué tendría que pasar por todo esto? ¿Demorará mamá? “El estrés me está consumiendo”, me dije, “debo de relajarme. Esperaré hasta Joana Itzel Acevedo Barrón

las 9:00 pm y veremos qué comer”. Acto seguido, tomé el agua y paso tras paso subí las escaleras para acomodarme de nuevo en el escritorio polvoso para seguir estudiando dos o tres horas más. Encendí de nuevo la vieja computadora de escritorio y conecté el cable plug 3.5 en la entrada para los audífonos; después, abrí la pestaña de YouTube para escuchar música; di clic en la opción “reproducir”, The day that never comes, de Metallica. Cogí la primer hoja de un libro de geografía, tocaba estudiar México y sus factores políticos, económicos y sociales. No pasé más de tres renglones para leer aquella palabra que, como en la escuela me enseñaron, es tan popular para distinguir a México, y sí, era marginación. Entonces, las preguntas invadían mis pensamientos otra vez. Recordé aquel video en el que se retrataban las opiniones de algunos gabachos sobre su perspectiva de México. Recuerdo perfectamente la rabia que penetró a mi patriotismo 126 ese día. Comentarios como “es un país muy pobre”, “me daría miedo ser mexicano, son unos criminales”, muestran el México estadounidense, “gente tan trabajadora que es explotada por los monstruos económicos mundiales”, “¿de qué les sirve tener tantos recursos si no los aprovechan?”, “los mexicanos son los responsables del narcotráfico, de la entrada y salida de drogas a Estados Unidos”. Sonó de repente en mi cabeza: Aunque nos hagan la fama / de que somos vendedores / de la droga que sembramos / ustedes son consumidores. (Frijolero, Molotov). “Sería una buena respuesta”, creí. Y es que es real, todos esos “bisnes” los hacen de mexicano a estadounidense y viceversa. “Claro”, pensé, “no es causa de justificación”. También pensé en el proyecto del muro que divide la frontera México-EE.UU. Me pareció gracioso, porque ¿tendría caso? ¿Dejarían de pasar los narcos a tierras norteamericanas? ¡Claro que no! Esas personas no lo hacen por abajo, lo hacen por arribita, en el cielo, montados en sus navecitas que cuestan más de lo que uno Por encima de la ley puede imaginarse. En fin, cuestiones del Estado para sacarle lana a la población mexicana, me dije. Y hablando de Estado, recordé esas clases de ESEM I junto con el coraje que me cargaba en mente, en seguida surgió un tipo de vómito verbal: ¡Maldita sea!, ¡maldito poder! ¡Este país no es soberano! ¡Estoy harta! Unos se enriquecen mientras hay gente que vive en la constante pobreza, preocupándose por si habrá algo qué comer al día siguiente, pensando en si habría posibilidad de seguir en la escuela, pensando en si suicidarse será la única forma de poder salir de ese hoyo de miseria... Luego me viene la imagen de esas personas que no tienen de qué angustiarse porque pueden elegir entre Mc Donald’s o Starbucks. Concluí: nadie hace nada porque a nadie le interesa, como dice la canción de Panteón Rococó: “Pues en un mundo globalizado, la gente pobre no tiene lugar”. Proseguí a poner mi cara contra el escritorio y con mis manos tapé mis ojos. En mi momento de meditación, hice un recuento de todas las cosas que han trascendido en la historia de México. Me 127 permití darle su momento al tema de la educación en cuanto a las noticias, los cambios, las reformas. El desastre. No olvidaré la cara de sed de venganza de mi profesora de ESEM I y II, Azahalia, cuando hablaba de temas que engloban la represión y la coacción, me refiero especialmente a los 43 de Ayotzinapa, al 2 de octubre no se olvida y al trágico 10 de junio del 71. Esas personas tratadas como delincuentes gracias al regente. Haciendo como siempre de lado “el respeto al derecho ajeno es la paz”. Y el típico argumento que utiliza papá gobierno para defender sus acciones: “Soy el poder. Ejercer la coerción y manejar el orden de este país es una de mis funciones, y tú eres mi simple súbdito”. Vaya orden, ¿no? No olvidaré esa sensación que transmitían sus clases. Esa sensación de exigencia de un cambio, porque es justo y es necesario. Joana Itzel Acevedo Barrón

Conforme leía los renglones de aquel libro, rememoraba todo. El Estado, la pobreza, la educación, la economía, la religión, el manejo de las masas, la soberanía… He aquí uno de mis temas favoritos, lo pensé al leer la palabra globalización. Según mis conocimientos, este concepto se define como un proceso económico, tecnológico, político, social, empresarial y cultural a escala mundial consistente en una creciente comunicación e interdependencia entre los países. Analicé. “Sí”, me dije nuevamente. También es un factor importante para el cambio. Tiene ventajas y desventajas. Pero como mi profesora decía: “Estamos aquí para abrirles los ojos. Y nos vamos a fijar en lo negativo. Échele joven ilustre”. Entonces, retomé algunos aspectos como las malditas diferencias de clases, esa clasificación que se ha presentado desde tiempos remotos, como el sistema de castas, los estereotipos presentados en los medios de comunicación y el sistema. El tan detestable sistema neoliberalista. 128 ¡Estúpido gobierno! ¡Estúpidas relaciones internacionales! ¡Nos están manejando! Me puse a recordar a mis compañeras de clase (a las que apodamos mi mejor amiga y yo como “las hijas de papi del aerobacho”) y suelto una risa. Adolescentes manipuladas por las marcas. Manipuladas por los estereotipos. Manipuladas por la creencia de que es más quien tiene el mejor celular, la mejor ropa, el mejor cabello, y no olvidar las caras bastante decoradas con maquillajes comprados en tiendas de “la alta sociedad”. Luego abro paso a retomar la filosofía de Thomas Hobbes. Él se refería al hombre como un ser teleológico que está en búsqueda permanente del poder y de la competencia. Señala que es imposible dejar de lado el sistema que rige la idea del poder, porque el hombre es egoísta y concluye que el mundo es una constante “guerra de todos contra todos”. Me pareció razonable y coherente ver que este filósofo describe la verdadera actitud del hombre hoy en día. Por encima de la ley

Pero, ¿por qué dejamos que esto pase? Deberíamos darnos cuenta. Vivimos en un mundo capitalista repleto de mentiras, engaños y materiales innecesarios para el hombre. Todo engrandecido en la destrucción ambiental y social. No deja de sonar entre mis ideas las palabras del anunciador del canal de ventas que dice: “Con el nuevo traje 2000 usted podrá conquistar al amor de su vida”. Un poco sarcástico, pero tan tonto que cualquiera podría acudir a solicitar este tipo de bien o servicio, porque la denominada autoestima tiende a decaer por las hirientes palabras de otros individuos. Entonces, surge la idea de entrarle a la religión y apegarse íntimamente a esos “seres supremos” para tratar de encontrar la salida. En el fondo, suena que tocan la puerta. Era mamá. Bajé de prisa para abrir el portón blanco. Y en seguida me saludó con su cara un poco atemorizada. “¿Todo bien?”, pregunté. —No —dijo ella—. Me estaban siguiendo unos tipos. Me asomé por la ventana para asegurarme que no hubiera nadie vigilando la entrada. Una vez segura, regresé a la cocina 129 en donde ella se encontraba. Así que proseguí a preguntar por qué la seguían. —Venían echando sus habladas —me dijo—: “Dime cuánto por una noche”. “Írala, qué guapa”. “Camínale, así te ves re bonita”. ¿Qué, me veo muy provocativa? —me preguntó. —No —contesté—, pero ya sabes cómo son los señores. Todos unos raboverdes, deberías de acostumbrarte. Entonces frunció el rostro, haciendo una expresión como queriendo darle un golpe a mi respuesta. —¡No! Está mal que digas eso, hija. El problema es que a nadie le importa que estén molestando, y lo peor, matando a las mujeres. Que crean que es normal que nos echen piropos y habladas como a mí. Que por tu manera de vestir te cataloguen como una puta y crean que eres una “nalga fácil”. El otro día vi en Facebook testimonios de chavitas que viajan en metro y todos Joana Itzel Acevedo Barrón

sobre acoso; en el periódico, las constantes notas de muertes, muchas explican que fallecen siete mujeres al día y nadie hace nada. No está bien la situación ahorita, por favor, tienes que tener mucho cuidado, no sé qué me pasaría si algo te sucede. Luego de sus palabras, pasó mucho enojo en mí. Pensar en el temor por el que mi madre pasaba, en serio me preocupaba. “Ya no quiero esto”, dije. Estoy harta de toda la situación, de todos los temores por los que muchos mexicanos pasamos día a día. ¿Cómo es posible que estemos viviendo encima de este desorden? Me quiero defender. Quiero terminar con todo esto. Después de toda esa nube de pensamientos que me invadían, dije: “¡Necesito hacer algo!”. Mi mente empezó a plantearse ideas. Protestas, huelgas, manifestaciones, ¿serviría de algo? No lo creo, no después de todo lo que hemos visto. Me senté y mi depresión repetía y repetía lo mismo en mi cabeza. 130 Pero si yo sólo quiero vivir en un lugar en donde se deje de lado tantas diferencias. El mundo ideal del que habla John Locke, ese en donde la paz es lo que harte al mundo por tener a todos con una moral bien desarrollada, en donde no tenga temor de salir a las calles porque probablemente no regrese a casa nunca más, en un país en donde alzar la voz no sea motivo de represión y de uso de fuerza porque para el gobierno promuevo el desorden, en un país en donde ayudar al otro sea el pan de cada día, en un país de inclusión, en un país reconocido por ser cuna del conocimiento y no de ignorancia, en una nación que quiera justicia, en un México patriota lleno de amor por sus raíces, en donde el mestizaje que se desarrolló en nuestra tierra, represente todas las tradiciones y las culturas de cada estado, en un país que no se deje llevar por la maldita cultura global que está pegando en todo el mundo, en un país que no quiera ser como las grandes potencias porque ninguno le llega a los talones a mis tierras. Por encima de la ley

Quiero un país en el que enaltecer a México sea el principal objetivo de la raza mexicana, donde todos queramos levantar el nombre de México, hacer borrón y cuenta nueva, tomar conciencia de todas las décadas que hemos vivido en una sociedad con una venda tapando nuestro rostro, en un México que promueva la unión entre los ciudadanos… Pasaron cinco segundos y en seguida mi corazón se aceleró. Regresó a mí esa furia, ese coraje y esas ansias. Poco después, pensé: el objetivo de todos mis profesores de historia de México y de mi profesora de ESEM I y II, en serio se ha cumplido. Me he convertido en una adolescente mitad anarquista, mitad socialista y hasta amante de la filosofía política. Sin más, me dije: “Quiero un México dispuesto al cambio”.

131 Joana Itzel Acevedo Barrón

Fuente consultada

https://www.eluniversal.com.mx/nacion/seguridad/onu-en-mexico-se- cometen-siete-feminicidios-al-dia Nota periodística: “En México se cometen siete feminicidios al día” EL UNIVERSAL

132 Así es vivir en la CDMX

Alondra López Arguello La sociedad dice que la madre tiene la culpa por no cuidar bien a su hija, por confiar en alguien que se supone está para apoyar y cuidar a su hija, al igual que su mamá.

Así es vivir en la CDMX

on lo que escribo, no estoy diciendo que la violencia y presión social de género de mujeres a hombres no Cexista, pero esta es mi historia y es lo que he vivido por ser mujer porque es algo “normal”. Mi nombre es Alondra. Tengo quince años. Siendo una adolescente me ha tocado ver y sufrir diferentes cosas por el simple hecho de ser mujer, pero eso a nadie le importa. En la cdmx es normal lo que me pasa y yo soy la causante de lo que me pase y deja de pasar. Desde que tengo uso de razón me han enseñado cómo ser mujer, a aprender que cada falta de respeto referida a mi persona es culpa mía, porque yo decidí vestirme de esa manera, porque yo decidí ser de esa manera. Ser rebelde, es decir, ser tú en la cdmx y en cualquier parte del mundo está mal. Si me cubro demasiado en mi forma de vestir resulta que me tachan de machorra, si no lo 137 hago, resulta que soy una fácil, una cualquiera, pero apuesto lo que quieran a que no soy la única que prefiere que le digan machorra a que le digan mil cosas faltándome al respeto. En realidad, no tengo mal cuerpo, pero sí tengo miedo a que en cualquier momento me digan que soy una puta, una ofrecida, una fácil, incluso que mis buenas notas o mi éxito dependan de si enseño piel o no, de si tengo relaciones sexuales o no. No sólo es lo que me puede llegar a decir algún hombre, es también lo que puede llegar a hacer y saber que nadie hará nada porque simplemente, me lo merecía. Existe también la estúpida presión social que me dice cómo debo comportame, cómo debo de ser una “niña bien”, Una “niña bien”, según la sociedad, tiene que portarse bien, no romper las reglas. Usar falda es “femenina”, le gusta el color rosa, no dice groserías, no pregunta el porqué de las cosas, simplemente acepta lo que le dicen, no va Alondra López Arguello

a fiestas, no llega a altas horas de la madrugada, no entrega su virginidad antes del matrimonio, ayuda a todos, es tan noble que muchas veces le ven la cara, pero ella no puede decir nada, tiene que usar vestidos, tiene que estar delgada y físicamente parecer una muñeca que nunca llevará la contra. Al no ser una “niña bien” tu propia familia te rechaza y la sociedad también, te ven, como un bicho raro por ser tú misma; no perteneces si te diste cuenta de tu bisexualidad o decidiste pertenecer a la comunidad lgbt; no perteneces si tu color favorito es el color azul o cualquier otro que sólo sea para niño; no perteneces si no usas faldas, vestidos, si sólo tienes el cabello corto, o si te llevas mejor con los hombres que con las mujeres, etcétera. Nos culpan de todo, pero, no creo que una niña de dos años busque ser abusada sexualmente por su padre, eso no es culpa de ella; ni ella ni su madre se lo buscaron. La sociedad dice que la madre tiene la culpa por no cuidar 138 bien a su hija, por confiar en alguien que se supone está para apoyar y cuidar a su hija, al igual que su mamá. A la niña, la ven como un bicho raro a la que le dan la espalda. Para la sociedad y su familia ella ya no tiene futuro. ¿Quién va a querer o amar a una mujer que ya no es pura, que no tiene su virginidad? Lo que nadie toma en cuenta es que sólo es una niña indefensa que no tiene la culpa de nada, sólo es una víctima más del machismo que existe en la cdmx. La niña trata de vivir su vida normal como cualquier persona, superar lo que pasó y salir adelante. Pero en su núcleo familiar sólo existen peleas y discusiones, nadie toma en cuenta que a la niña la destruyen más y más a cada segundo que pasa, diciéndole que ella no vale nada y que su vida está arruinada, ella quiere que todos sean felices que sus padres no se peleen, que dejen de culpar a su madre y que dejen de ver a su padre como un súper héroe, porque él Así es vivir en la CDMX es un fregón, hizo lo que hizo y no está en la cárcel. Pero no está en la cárcel porque la niña de dos años pidió no ser expuesta ante todo el mundo y ante toda su familia como la niña que ya no tiene valor, según la sociedad. En la primaria fui criticada por vestir como decía el reglamento: “usar falda que llegue abajo de la rodilla”; me dijeron “monja”, “machorra”, entre otras cosas. Todo por seguir una regla que en realidad no tiene lógica y que de lo único que te cuida es de no recibir comentarios que agredan tu persona. Si no usabas así la falda, tus compañeros y maestros te miraban de manera pervertida, pero ellos no tienen la culpa de eso, la culpa la tienes tú por provocar. Cuando entré a la adolescencia me di cuenta que tenía que tener ropa para diferentes horarios del día. Si en la mañana salgo con short dicen: “¿Qué no tiene frio?”, es muy temprano para vestirse así. Pero si en la tarde uso falda dicen: “¡Mamacita! Tanta carne y yo chimuelo”, “estás como quieres”, “en esa cola yo sí me formo”, etcétera. Nos dicen cosas que 139 en vez de sentirnos halagadas producen todo lo contrario, sólo hacen que te sientas incómoda contigo misma. Si es de noche, bueno… no puedo salir de ninguna manera y si lo hago es con alguien más, de lo contrario saldría con miedo a que me roben, me asalten, me secuestren, me digan piropos o me maten por no hacerle caso al chavo o señor que me gritó que “estoy bien buena”. Esto es lo normal, lo que cualquier chava o señora sufre por el simple hecho de tener pechos y glúteos, esto es lo que se vive en la cdmx. En México existen tantos feminicidios, pero eso a nadie le importa, es tan normal escuchar en las noticias ese tipo de sucesos que ya es lo normal de cada día, tan normal y común es que ni siquiera le importa al actual presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador. Prefiere dar dinero a medio México que ocuparse por la seguridad de Alondra López Arguello

las mujeres en todos los aspectos. En el metro, cuántas cosas no me han pasado, desde insultos verbales a mi persona, hasta arrimones; la primera vez que me ocurrió algo se lo conté a mi madre y me dijo: “Si, hija, lo sé, a mi también me ha pasado lo mismo pero es lo normal, te acostumbraras o haz lo que yo hacía, me ponía unos seguritos en los glúteos para que cuando se te acerquen se piquen y a ver si se vuelven a acercar, pero al final te acostumbras”. Existe un caso, donde un joven identificado como Óscar eyaculó en la ropa de una mujer que viajaba en el transporte colectivo metro, en la línea tres, el 8 de agosto del 2018. Es decir, me tengo que acostumbrar a que cualquier hombre me falte al respeto por tener cuerpo de mujer. A mí me ha pasado de lo más común, pero he sabido de compañeras de la escuela que hay hombres que eyaculan sobre su ropa, les roban besos, abrazos, les agarran los pechos, les rompen la ropa o les desabrochan el brasier cuando se quedaron 140 dormidas en el transporte público, pues tuvieron un día muy pesado, porque simplemente querían descansar un poco. Lo más común te preguntan cuando acusas a alguien de acoso sexual es “¿cómo iba vestida, señorita?”, dándote a entender que la forma en la que vestías es la culpable de que te falten al respeto y hayan hecho esa agresión a tu persona. En pleno siglo XXI, aquí en la cdmx, existen familias, muchas mujeres, incluyendo hombres, que creen que las mujeres sólo existen para servir al hombre. Ellas se tienen que quedar esclavizadas en su casa todos los días, limpiando, haciendo de comer y cuidando a sus hijos, para que el señor sólo llegue a dar el dinero para la casa y la comida tiene que estar lista porque si no se indigna. Luego vienen los golpes y ella no dirá nada porque se lo merece, ya que ella tiene la culpa por no hacer lo que su esposo machista dice. Esa no es una forma de vida digna, lo único que ocasionará es Así es vivir en la CDMX que los hijos o hijas producto de esa relación tengan la idea errónea de que así debe ser la vida. El hombre manda y la mujer simplemente obedece. Existen pueblos en el estado de Chiapas donde cambian o venden a una mujer por una vaca, por pulque o cualquier cosa y eso es un cambio justo porque no tiene nada de interesante una mujer. Mucho dicen que ya hay igualdad de género o que la presión social afecta a ambos, pero eso no es verdad. En mi caso, mis padres son divorciados, yo vivo con mi mamá, mi padre no sabe nada de mí, ni siquiera cómo amanecí el día de hoy. He llegado a creer que nunca se acuerda de que tiene una hija. Él no se hace responsable de mí en ningún aspecto y él no es criticado para nada, incluso lo han llegado a felicitar porque salí en televisión, porque fui aceptada en la facultad de música de la unam, porque salí en radio dos veces y porque entré a la escuela secundaria de Fundación Azteca, pero nunca ha tenido algo que ver con mis logros. En cambio, a mi mamá la critican por el hecho de ser madre soltera; por haber 141 criado a una machorra indecisa, pues yo soy bisexual; porque gracias a ella, durante una temporada mi papá tuvo una mala racha; también le critican el que “ya cambio de bando” y por eso no tiene nueva pareja. Yo lo que veo es que mi mamá es la única que ha estado conmigo siempre, mientras mi papá no sabe ni mi color favorito. A mi edad, si una chava queda embarazada, pobre de ella, queda como la peor persona del mundo, sus “amigos o amigas” le dan la espalda y el chavo que la embarazó no se hace cargo de lo que ambos hicieron. La chava es vista como cualquier objeto sin valor; el chavo, en cambio, es etiquetado como el más macho, ¿pero en realidad es de hombres no ser responsable de algo que él ocasiono? En la escuela la situación no cambia mucho. Si una chava es inteligente y tiene muy buenas calificaciones de seguro es Alondra López Arguello

porque dio dinero o tuvo relaciones sexuales con el profesor, pero nunca puede ser porque en realidad la chava sea capaz de tener muy buenas calificaciones. En cambio, si un chavo tiene buenas calificaciones, es porque es estudioso, responsable, porque él sí es inteligente y porque sus calificaciones no dependen de tener relaciones sexuales o dar dinero. Existen empresas en la cdmx que por el simple hecho de ser mujer te pagan el setenta por ciento menos que a un hombre, gracias al “machismo”, esto está demostrado por diversos estudios, uno de ellos realizado por el Foro Económico Mundial, pero esto es injusto porque ambos géneros tenemos las mismas capacidades para lograr cualquier cosa que nos propongamos. Sólo existe un problema y es que no tenemos las mismas oportunidades, y además se suma la violencia de género que sufrimos a diario las mujeres, que para nuestra mala suerte, o 142 mala cultura en la cdmx, es visto como algo normal, algo con lo que todas las mujeres tenemos que aprender a vivir porque “es algo normal”. El tabú del día a día

Ana Gabriela Hinojosa Montero

Profesora asesora Judith Adalid Adán Lara El feminismo se ha convertido en un tabú y el machismo en algo normal, que se vive día a día

El tabú del día a día

eminismo. Sí, ese el tema a tratar. Lo he elegido por los acontecimientos sucedidos en el mes de febrero del 2019. FQuerido, lector. Sé que aun soy joven, para saber de un tema tan extenso y polémico, como lo es el feminismo. Pero me gustaría hacerte cambiar de opinión, puesto que deduzco que tu primera impresión fue: “¡ugh! Feminismo, no deberías de meterte en esas cosas, ignorantes”, o visto como si apoyara al genocidio. Hoy en día, muchas mujeres se han vuelto feministas o no lo saben. Cuando dices “no me cargues la bolsa”, “soy suficientemente capaz de abrir sola la puerta”, o “puedo hacerlo sola”, eso es ser feminista. Pero ya que se le han dado tantas connotaciones a dicha palabra y, por supuesto, son connotaciones negativas, a la mayoría de las personas no les gusta o fingen asco, con una palabra que es demasiado amplia. Las connotaciones negativas que tiene serían: las feministas odian a los hombres, todas son infelices, se la viven 147 enojadas, no se arreglan, no usan tacones, no pueden casarse, no deberían de mandar siempre, no usan sostén, entre otras. Y la realidad es que, ni siquiera una feminista sabe el real significado de la misma palabra. Algunos diccionarios torpemente lo llaman «Doctrina social que concede a la mujer igual capacidad y los mismos derechos que a los hombres.» Pero la realidad es que el feminismo incurre en la lucha de elevar a la mujer en el patriarcado del varón. Al menos, dicho esto en el diccionario (patriarcal) de la lengua. Pero he llegado a la conclusión de que puede tener muchos significados dependiendo de la perspectiva de cada individuo. El feminismo fue creado por mujeres oprimidas por el machismo, pero éste mismo fue creado por mujeres, que a su vez fueron y educaron a sus hijos de forma incorrecta, diciéndoles “no es tu deber cocinar, porque eres hombre”; Ana Gabriela Hinojosa Montero

“no planches, porque para eso estoy yo (la madre o hermana)”. Estas situaciones son rechazadas por ambos géneros o son alabadas, pero no lo saben. El feminismo se ha convertido en un tabú y el machismo en algo normal, que se vive día a día. Esa sería la principal razón, por la cual hay demasiados feminicidios. Los hombres ven una oportunidad al ver al género femenino como el género inferior, para someterlo a su favor, secuestrándolas, violándolas; para que procreen y vendan a la pequeña criatura, si es que tiene suerte. Finalmente, sucumbe ante el parto o ante el sometedor. La mujer vive constantemente entre los prejuicios sociales. Sea cual sea la situación por la que dicha mujer esté pasando. Si eres fiestera, no te pueden gustar los libros; si te gustan los libros, no te puede gustar el maquillaje; si eres bonita no eres inteligente; si te embarazas a temprana edad, te juzgan por ser “fácil”; igualmente, si vistes con falda o un escote. 148 No importa que vistas, no importa tus capacidades o lo que luzcas. El resultado siempre va a ser el mismo. Siempre tendremos miedo de salir a la calle, preocuparse de cómo deberíamos vestir para no incitar a “provocarlos”, porque siempre tenemos la culpa, sea o no sea así. Muchas veces somos mansplaining (explicar algo a alguien, especialmente un hombre a una mujer, de una manera considerada como condescendiente o paternalista) por nuestros propios familiares, no importa si es mujer u hombre. Como ya antes mencioné, muchas veces no lo hacen con esa intención. Además de que es una palabra poco usada, tanto en inglés como en español. Considerándome parte de este grupo social, se me hace muy absurdo el hecho, de cambiar el género de una palabra, como “carro” a “carra”; “loro” a “lora”; “el aroma” a “la aroma”; “el clima” a “la clima”. Todos estamos de acuerdo El tabú del día a día en que ese aspecto es realmente horrible, además de estar gramaticalmente mal o incoherente. Aquí participan las conocidas y odiadas feministas radicales; las cuales han dejado manchado el concepto: con la destrucción de monumentos históricos, daños a la moral, actuar indebidamente en público (tratar mal a un hombre de cualquier edad), etcétera. Pero también se me hace absurdo que utilicen un mismo género, para un sólo grupo. ¿A qué me refiero? Si hay un grupo donde hay tres mujeres y un hombre, se diría: “todos fuimos al cine”. No se ve la cantidad. El simple hecho de que esté un hombre cambia todo el contexto. Porque si no el hombre se verá oprimido por el género femenino. No dije lo que él se sentirá; sentir y ver es muy lejano a ser similar. La sociedad puede ponerle muchos títulos: “mandilón”, “hombre de poco espíritu” o “cobarde”, por no decir palabras altisonantes. Todas crecimos viendo a la mujer maravilla, una mujer fuerte y brava, la cual destacaba más por aquellos tiempos por 149 comportarse de una manera extraña. Ella no se deja someter por ningún hombre, ayuda a otras mujeres y cumplía con sus metas. Siempre he dicho, que deberíamos de comportarnos más como ella. Nosotras competimos con otras mujeres y no exactamente por trabajo, bueno fuera. Competimos por la atención de un hombre. Un hombre de pocas metas en la vida, bígamas, opresoras, en fin. En pocas palabras, nos gusta la mala vida. Pero somos criadas para seguir esa vida y lo peor de todo es que no se dan cuenta. En lugar de decirle a una niña, que será una bella doctora, arquitecta, chef, etcétera, le dicen “serás buena esposa, una muy bella”. Esa niña de cinco, siete o seis años crecerá, pesando que tiene que encontrar a su príncipe azul para ser feliz. En cambio, a un niño lo aspiran a caer bien o, siquiera, a casarse. Él solo debe de ser el príncipe azul que espera por su princesa soñada. Ana Gabriela Hinojosa Montero

Ésta sería una de las principales razones por las cuales los hombres le tienen miedo al compromiso. Indirectamente, le dicen a la niña que si pone dedicación, para ser la mejor y dedicada esposa, su esposo se quedará y al niño le dan a entender que no debe hacer ningún esfuerzo. Ahora bien, contaré, algunas experiencias de acoso, machismo o violencia hacia mi persona y a personas cercanas a mí, a manera de consolidar lo antes dicho. El 30 de marzo del 2019, acompañe a mi familia a hacer las compras. Vestía con jeans hasta la cintura y una blusa color vino con cuello redondo que empezaba un centímetro más debajo de donde terminaba mi cuello. No habían pasado ni 10 minutos de haber entrado al establecimiento cuando un hombre de unos 55 años pasó a mi lado, empuña sus labios contra mi oreja izquierda y me susurra: “mmm… chiquita”. Viniendo de mi boca o de cualquier otra, no se compara en nada cómo lo dijo aquel hombre. Tanta morbosidad en una 150 palabra tan bella como aquella; ¡claro!, proviniendo de la boca y persona correcta. Sostenía la mano de mi hermana, que a pesar de ser mayor no aparenta la edad de la misma. No tuve el valor de enfrentarlo cara a cara, por ¡miedo! Siete horas después del acontecimiento, aún tenía miedo. Ese mismo miedo es semejante al que vivimos la mayor parte de nuestras vidas cuando vamos solas por la calle regresando del trabajo, yendo a la escuela, sea de día o de noche, estemos o no acompañadas. Las dos estábamos rodeadas de muchas personas y tuve miedo. Estaba con ropa “decente” (así lo llamarían las personas conservadoras). Algunos me dijeron que fue un acto inocuo, pero la realidad fue otra. En este caso, pocos pueden entender este acto tan atroz, puesto que a algunos hombres también sufren acoso, por parte de los dos géneros; pero como siempre es menos frecuente. El tabú del día a día

Tal vez, esto le suene inconexo con el tema a tratar, pero tiene mucho qué ver porque, como antes había dicho, muchas mujeres no saben qué es el feminismo o no saben que son feministas, por lo que piensan de manera errónea: “si ellos, pueden hacerlo, ¿por qué nosotras no?” Es lo que he escuchado, por ahí. Emma, es una chica dedicada a la escuela, inteligente e independiente; lo único que no le gusta es cocinar para otros y menos si aquella otra persona está en perfectas condiciones para llevar a cabo dicha tarea; claro, al menos que se lo pidan con educación. Un día su tía le dijo que debía cocinar para sus primos porque ella estaría ausente, ella se negó, ya que no lo pidió por favor y tampoco eran personas que no lo pudieran hacer. Por lo que su tía le alzó la voz y dijo: “Si no aprendes a cocinar, tu marido te va a devolver, porque no lo vas a atender como se merece”. Realmente no podemos dejar una tarea tan crucial, como lo es el cocinar en manos de alguien más, seas mujer 151 u hombre; puesto que si fueras a otro lado y no tuvieras quien te cocinara, tendrías que cocinar tú. Si fueras a un restaurante o a una comida corrida, gastarías un dineral. Y aun así, en el mundo gastronómico, destacan más los hombres que las mujeres. Suena gracioso, pero es la verdad. No digo que no haya, pero destaca más un hombre chef, que una chef. Hace muchos años atrás, era impensable que una mujer estudiara medicina; hasta que llego Elizabeth Blackwell, primera mujer en ejercerse como médico (en 1849, en Estados Unidos) dando un paso importante para todas las mujeres del mundo. Un día, un amigo me dijo: “Las mujeres no destacan en la historia”, mi reacción fue de molestia. Comencé a mencionarle un par de nombres, como Frida Kahlo, Marie Curie, Virginia Woolf, Teresa de Calcuta, Marilyn Monroe, Diana de Gales, Ana Gabriela Hinojosa Montero

Malala. Se quedó atónito ante mi respuesta. Después de unos 5 segundos refutó mi objeción. Lo que es increíble es que se fue contra Frida Kahlo: “Ella no es científica, solo se pintaba a sí misma; maldita narcisista, egoísta”. Ese comentario, hoy en día, aun me da risa. No sólo lo digo por él, sino que muchos hacen ese tipo de comentarios. Claro, como típico mexicano, negando sus raíces y alabando, los logros de nuestros buenos, amigos americanos. “No creo que estés en un lecho de rosas; si un tubo perfora tu ombligo y luego sale por tu coxis, luego sobrevives y vivas otros cuarenta y cinco años más, con un dolor que ni te imaginas. Ahora imagínate eso, pero en vez de que sea tu coxis, lo que te atraviesa sean tus genitales. Imagina ser mujer, donde el único lugar donde en el que te puedes expresar es un lienzo, donde la única compañía es la tuya, postrada en una cama, sin poderte mover a tu gusto y placer”. Después de aquello no volvió a decir nada sobre que las mujeres no han 152 hecho historia. Un miércoles. Karla, Alba y Alicia, regresaban de la escuela. Siempre se van caminando, para ahorrar dinero y un plus es el ejercicio. Aquel día se metieron a la calle que siempre concurrían. Haciendo la misma actividad de siempre. Todo era normal, todos los días pasaban y observaban a personas drogarse, pero éstas jamás les habían dicho o hecho algo. Pero entonces, un grupo de hombres, entre 35 y 40 años, estaban cruzados de tanta droga y alcohol. Uno de ellos las observo, se acercó y dijo con voz áspera: “Mamacitas, las voy a llevar a mi casa”. Al escuchar esto entraron en pánico, por lo que querían cruzar al otro lado de la acera, pero su impedimento más grande, eran los carros. De izquierda a derecha, de derecha a izquierda. Pareciera una estampida de grandes rinocerontes, metálicos. En cuanto pasó el último carro, corrieron. Al no saber qué hacer, se metieron en la primera calle que encontraron. En esa calle se encontraron El tabú del día a día a dos señores, aparentemente amigos del señor anterior. La mejor solución que encontraron, fue correr. Realmente es triste, que tengamos que correr por nuestras vidas. No poder estar en grupo de sólo mujeres, porque faltan al respeto al saber que tenemos una fuerza menor a la de un hombre. Es triste cuando una madre o un padre se preocupan por su hija y están al pendiente para ver si llegó de la escuela. Es triste que todos los días sufran de esta manera. En conclusión, la mujer implementa el machismo, pero a su vez, el feminismo. No digo que ambos géneros no sean diferentes, la mujer pude dar vida, el hombre, no; el hombre tiene más testosterona, la mujer, no. Las mujeres, al ser madres, deberían de educar a sus hijos de manera que estas situaciones ya no se vivan. Mi definición de feminismo sería la educación y el respeto al género contrario. Si feminismo es estar a favor de educar a los niños de manera adecuada para que haya armonía en las dos 153 partes, entonces soy feminista.

Sombras brillantes

Diana Paola Cortés Luna

Profesora asesora María Elena Chávez Morales El silencio era presente, el ambiente no era incómodo, más bien era acogedor, los pensamientos y amores protegidos eran liberados para buscar su camino

Sombras brillantes

ltimamente me encuentro muy desgastada. Mi luz y calidez ya no son las mismas que hace años. No sé Úcómo es que llegamos a este punto. Aún recuerdo la compañía que tenía cuando las risas me llenaban y la soledad desaparecía. El ambiente de felicidad era tan grande que muchos lo llegaron a envidiar. Cuando llegaron eran muy pequeñas, nunca olvidaré sus caras de asombro cuando me recorrían. ¡Es grande!, fue lo que dijo una de las pequeñas; realmente tenía la sensación de que todo iba a ir bien. Recordar es una forma de vivir, una forma de volver a sentir las emociones positivas o negativas que llegamos a experimentar, pero sinceramente lo único que recuerdo son momentos desagradables: gritos, miradas que nunca había observado, llantos, palabras que desearía nunca haber escuchado; es lo único que ronda por mi mente. Hubiera querido que las cosas tomaran otro rumbo. Muchas veces, cuando la soledad se volvía mi compañera, existía un ambiente 159 de tensión. La calidez que tenía su tono de voz, el cariño que transmitía con cada abrazo, el cuidado que sólo una madre puede dar… En algún momento yo fui testigo de eso. El color de sus ojos impactaba, su mirada era especial. ¿Quién iba a pensar que con el paso de los años, esa madre se convertiría en una sombra? Con el paso del tiempo pude ver una de las peores transformaciones, inclusive, mucho peor que la mía. Había días en que se dedicaba totalmente a mí, me arreglaba y me pintaba para que estuviera presentable. Lastimosamente eso, al igual que su calidez, desapareció; después fueron escasas las veces que se preocupaba por mí. Yo tampoco supe manejar eso, cada pleito dejaba un daño en mí; al principio eran peleas normales como las que cualquier familia puede tener, pero al pasar los años las peleas se Diana Paola Cortés Luna

hicieron más fuertes, sólo importaba el decir la verdad y lastimar al de enfrente. Todo esto era un secreto, un juego entre las hijas y la madre. Durante las mañanas, cuando el padre se iba, el campo de batalla comenzaba. Se escuchaban reclamos y críticas; sólo yo era capaz de encerrar esto, sólo yo lo resguardaba con seguridad. Al llegar la noche, la “tranquilidad” regresaba. El padre nunca llegó a saber muchas de las cosas que sucedían, siempre creyó que sus hijas estaban teniendo un buen cuidado. Yo fui empeorando al igual que ellos. La luz que entraba poco a poco fue disminuyendo. Perdí el interés en cuidarlos. Contraje una terrible enfermedad que poco a poco se expandía en todo mi ser; el tono verde y el olor eran algo molestos; mis mejores años se terminaban. Ya no podía ser considerada un hogar: un hogar no era frío y oscuro, un hogar no te traería los recuerdos que te hicieron llorar o sentir molestia a lo largo del 160 día, de la semana o del mes. Aquella casa presentable y limpia que alguna vez fui ya sólo quedaba en el olvido, ahora me encontraba en una etapa de decadencia y de tristeza. Las niñas que vi crecer con el tiempo, y que protegí mientras pude, estaban hartas, su felicidad no era absoluta, sólo esperaban a que llegara la noche para que finalmente su padre cruzara la puerta diciendo su frase que lo caracterizaba “ya llegué”, dos simples palabras eran suficientes para que los pleitos cesaran aunque fuera un poco. Ese fue el estilo de vida que llevaron por muchos años; pareciera que ninguno estaba dispuesto a cambiarlo, el interés se perdió, las ganas de arreglar las cosas eran mínimas, ya que el resultado siempre era el mismo. Una nueva etapa comenzaría en la vida de las hermanas, recuerdo cómo estudiaron una semana antes de presentar su examen Sombras brillantes

a secundaria; traté de ayudarlas prohibiendo la entrada de sonidos, quería que fuera un ambiente tranquilo, que recordaran la paz que hacía muchos años no experimentaban. Pensé que las cosas mejorarían con esta etapa nueva para ellas, la madre tenía planes de arreglarme, habían pasado varios años desde la última vez que lo hizo. Pero, al igual que la felicidad y la confianza, un día salieron, y mi sueño creado por desesperación y frustración se cumplió. Ya no recuerdo cuándo fue la última vez que los vi sonreír, ya no recuerdo cuándo fue la última vez que estuvieron aquí; ahora se han ido. Al fin dejaré de ver esas peleas, pero ahora me han dejado en una terrible tristeza y decadencia que sinceramente no creo superar. Todos estos años las he visto crecer: sé de sus sueños, sus ideas, todos los juegos que han tenido; aunque se haya cumplido mi sueño, no puedo dejarlas ir, no si las cosas siguen así, y por más que mi subconsciente me repita hasta el cansancio que es lo mejor, espero que regresen. 161 Los días pasan y no hay rastro de ellos. No comprendo lo que está sucediendo. No entiendo cómo es que pudieron dejar tan fácil los recuerdos. Dejaron todas sus cosas, todo está exactamente como si fueran a regresar: las camas destendidas, la ropa regada, las tazas de café medio llenas… La sensación de vacío es muy grande, quiero que desparezca, me causa un terror inigualable. Quiero que regresen, que me hagan compañía, no quiero seguir así, me han abandonado. —Por favor, ayúdame esta vez. No te pido mucho, sólo quiero saber su paradero, de lo demás me encargaré yo —suplicaba una vez más esperando que esta ocasión cediera a mi petición. —No tiene sentido lo que me estás pidiendo. Si te enteras, acabarás peor. ¿Acaso has visto tu aspecto? Diana Paola Cortés Luna

Ya no tienes la misma lucidez, no necesitas saber dónde e encuentran, y menos si te descuidaron de esa forma. Ella negaba rotundamente y la comprendo, su molestia se notaba; sin embargo, su brillo no desaparecía. —Mi aspecto no importa. En parte también fue mi culpa: no supe ayudar y solamente me dejé absorber por los problemas en lugar de buscar la felicidad. —Haya sido tu culpa o no, no diré nada, además, ¿cómo esperas que yo te ayude?. —Los sentimientos y deseos que observan a la luna son los mismos que observa la persona a la cual van dedicados, por eso puedes ayudarme. En este momento deben de estar observándote. No lo hagas por mí, hazlo por las pasiones que pasarán a ser tuyas conforme los años transcurran; hazlo por las alegrías y suspiros de los cuales serás testigo. Ahora sólo son niñas, pero en algún momento tú serás su guía, serás la única cómplice de sus fantasías. 162 El silencio era presente, el ambiente no era incómodo, más bien era acogedor, los pensamientos y amores protegidos eran liberados para buscar su camino. —Pronto… pronto sabrás sobre ellos, desde siempre he escuchado a los sueños y esta vez escucharé el tuyo. La luz que emitía la Luna era única. La soledad que me invadía, desapareció. Desde el sitio donde siempre estoy pensando en ustedes, con mi eterna obstinación, espero que la felicidad esté presente en sus vidas. El tiempo transcurrió. Finalmente las noticias llegaron. No sabía exactamente cuánto tiempo había pasado, pero sus cosas ya habían sido desechadas, ahora sólo tenía recuerdos. —Las he visto. Nuestro encuentro fue en una noche llena de nostalgia y desesperación, no escuché ni una sola palabra. No era una situación agradable. Rio Nilo 296, esa es la dirección de la casa que los cuida ahora. Sombras brillantes

—¿Quién eres? —me preguntó bastante tranquila— La luna me dijo que querías preguntarme algo. —No es importante quien soy, sólo soy una más del montón. Quiero saber si albergas a una familia de cuatro integrantes. —¿Familia de cuatro? ¿Acaso eres vecina mía? —Dudo mucho que seamos vecinas, estamos muy lejos. —¿De dónde eres? —Soy de una ciudad muy ajetreada, casi nunca se descansa; pero… ¿están contigo? —No estoy segura de que hablemos de las mismas personas. Pero hace unos meses llegaron a vivir conmigo cuatro personas, dos niñas, la madre y el padre; por lo que he escuchado, son foráneos y no conocen muy bien el puerto, o al menos las niñas. Creo que anteriormente ya habían pisado suelo veracruzano, pero sinceramente no se ven muy felices de estar en una ciudad llena de alegría. 163 —¿No se ven felices? —No. Todo el tiempo están peleando la madre y las niñas. No se ven cómodas con mi compañía y estoy casi vacía; las risas que rara vez escucho no son tan sinceras; no sé qué habrá pasado anteriormente, pero hay muchos rencores; las malas caras son cosa de diario, ya hasta se me hace normal que alguno esté molesto. Sinceramente, nada de esto es de mi interés, son pleitos pasados en los que no me incumbe entrar. Yo sólo estoy en el presente, y sinceramente, es un presente bastante desagradable. —Estamos hablando de las mismas personas. Su felicidad es algo que desapareció hace tiempo, yo fui testigo de esa pérdida. —¿Cuál fue el motivo de que se perdiera la felicidad? Comúnmente la gente debería de ser feliz por tener un hogar, Diana Paola Cortés Luna

ellos se la pasan viviendo en un presente que ha dejado de serlo, un presente que es pasado. —Yo tampoco lo comprendo totalmente, ahora viven como sombras. La conversación siguió, y más malas noticias llegaron a mí: comenzaban a aparecer desórdenes alimenticios por la poca cantidad de alimentos que estaban ingiriendo; su situación económica era crítica, apenas les alcanzaba para que comieran; estaban viviendo al día. Pero la peor parte de todo esto es que ya no era una familia. Ahora lo comprendo: se fueron por decisión de la madre, ella hizo que me abandonaran. Ninguno quería vivir en esa nueva casa, todos querían escapar; tanta era su desesperación, que las chicas (ahora ya adolescentes) sólo esperaban tener la mayoría de edad para poder huir de su casa. El rencor y el enojo es lo único que hay en sus miradas. Me siento mal de que estén así. Tiempo después, volví a tener comunicación con 164 la otra casa. —Te tengo nuevas noticias sobre ellos. —¿Qué sucede? —Han vuelto a donde estás. Hace unas semanas, el padre se hartó de la situación y se ha regresado a trabajar a la ciudad. Al inicio, el plan era que las hijas terminaran su ciclo escolar aquí, en Veracruz; pero una vez más, la señora ha cambiado los planes y se fue con sus hijas una semana después que su esposo; hubo un último pleito antes de irse, se fueron molestas. Realmente me alegro de que ya no estén, me estaban provocando muchos problemas; espero que a donde sea que vayan, aprendan a vivir en el presente, sólo les deseo suerte y felicidad, la necesitan bastante. —Luna, escuché que estabas buscando una familia de cuatro, específicamente con dos niñas tristes, ¿por qué la estás buscando? Sombras brillantes

—Para darles esperanzas dentro de su tristeza, ¿tú sabes dónde están?, llevo tiempo buscándolas. —Ya no debes de buscarlas, se encuentran conmigo en la ciudad. Desde hace tiempo el desconsuelo que muestra su mirada me ha llamado la atención, es la primera vez que veo algo así. —Ellas han sufrido la pérdida de una madre, han vivido en carne propia la desaparición del cariño y el interés. —No entiendo la pérdida. ¿Por qué las observas? —No me refiero a una pérdida física, más bien es una perdida imperceptible: su madre dejó de serlo hace mucho tiempo, sólo son desconocidas que comparten vivienda, no saben quiénes son en realidad. Las he observado, por un sueño de otra vivienda, pero ha dejado de seguirlas y ahora sólo yo estoy involucrada en su búsqueda de felicidad. —Temo decirte que aún no hay felicidad, hace unos meses la señora las dejo encerradas por ambas puertas y se 165 fue, ¡imagina si hubiera pasado algo! Y no sólo eso, se han peleado sin parar durante los últimos días, sólo hablan para ofenderse. Los ambientes de tensión a la hora de la comida son tan grandes que escuchar su silencio, aun cuando la soledad no hace presencia, es una forma de tener paz. ¿Qué es lo que ha sucedido? Únicamente hay tristeza a mi alrededor. Ahora sabía en dónde estaban, seguía siendo su confidente de llantos y arrepentimientos, de recuerdos y de anhelos. Constantemente hablaba con esa casa, me contaba todo lo que sucedía sin saltarse algún detalle de cada palabra que se había dicho, la hora exacta en que había sucedido. La madre ya no se hacía cargo de las niñas, “ya están grandes” era la frase que utilizaba para no hacer algo, ellas tenían que aprender por su cuenta, así había sido durante los últimos años; todo se hacía a su manera, si la contradecían era un pleito seguro; se pedía el respeto a gritos en esa casa. Diana Paola Cortés Luna

La situación era tan difícil que la familia ahora tiene tres integrantes porque ella es una sombra, todos deseaban que se fuera y los dejara solos para poder volver a ser ellos. —Todo ha terminado, todo finalizó. Hoy fueron las últimas palabras hirientes, hoy fueron los últimos gritos y llantos, se ha ido, hubo un pleito y le pidieron que se fuera y que les dejara de estar fastidiando la existencia. La hija menor fue la encargada de decirle que no quería seguir viviendo con ella, ella fue la que habló casi todo. No se sienten muy bien por lo que pasó, estuvieron llorando como nunca antes; el pleito siguió hasta la noche, llantos eran lo único que observaba, sólo querían que todo acabara. Esa fue la última notica que recibí. Después de ese día, estuve presente en pláticas nocturnas, se desahogaron y dijeron cosas que pasaron anteriormente, reflexionaban acerca del dolor que puede llegar a causar el desinterés de una madre. Las cosas aún no están bien. 166 Aquella sombra que los atormentó por años ya no existe más. Ahora se ha ido, dejando la felicidad y alegría que por muchos años desconocieron. Ahora esa sombra es una sombra brillante. No los voy a perder de vista, quiero asegurarme de que la felicidad sea verdadera. Les daré las respuestas a sus problemas cada vez que me miren en la calle, les daré la paz y la seguridad que necesitan, con mi brillo haré que todas sus sombras brillen de una forma inigualable. Mi nínfula favorita

Ixchebel Campos López

Profesor asesor Álvaro Daniel Hernández Badillo Pensé con preocupación que si ese hombre que había comentado la foto me veía en la calle me reconocería como un objeto sexual, cuando era una niña

Mi nínfula favorita

stoy aquí sentada frente a mi computadora, en silencio, tratando de organizar las ideas mientras mi temblorosa Emano trata de rescatar una lágrima que brota de mis ojos. No sé por dónde comenzar, ni siquiera estoy segura si deba abrir esa puerta, pero sé que debo hacerlo con la esperanza de sanar, dicen que la verdad nos hará libres, espero sea cierto. Todo se nubla cuando trato de pensar en ello, regreso a ese momento y la culpabilidad aparece delante mío, como si un sentimiento de que algo malo pasará me inundara el pecho y cortara mí respiración: tengo 13 años y curso el segundo año de secundaria, por las mañanas me levanto para ir a la escuela y en las tardes regreso sin distraerme con nada más. Estoy en un proceso de cambio entre la niña impulsiva que fui en los últimos años de primaria a la joven tranquila y responsable que me propuse ser. Era una niña despreocupada, inocente, reservada y muy feliz que vivía y sentía como la abrazaba el presente, con una fuerte lealtad y confianza a mi círculo de amigas, quienes 171 eran tan histriónicas, que hacían sentirme decidida mientras estaba con ellas. La pesadilla empiezó en ese mismo ciclo escolar. Varios de mis amigos usaban Facebook para jugar, participar en foros, dividir, juntar opiniones y compartir imágenes que querían inmortalizar en este mundo, era agradable para mí observar como a través de palabras e imágenes podías transmitir cualquier cosa, así que decidí no quedarme atrás. Me animé a subir una foto usando vestido, era de cuerpo completo, en ella estaba parada delante de mi armario, con una sonrisa dibujada en el rostro, modelando la larga, amarilla y hermosa prenda que yo misma había confeccionado. Sólo quería que todos mis amigos vieran el resultado de algo que tanto esfuerzo requirió, y que, por cierto, floreció como una buena calificación en mi taller de industria del vestido. Al poco tiempo, como siempre, los “Me gusta” de amigos se hicieron Ixchebel Campos López

presentes y con ellos comentarios alusivos a la imagen: “Que linda te ves”, “Te dije que te veías muy bien”, “Ufff, que bonita”. Me pareció inusual recibir ese tipo de atención, pues en mi entorno familiar no se estilaba ese vocabulario. No era la primera vez que usaba el sitio. Tiempo atrás, cuando tenía aproximadamente 11 años, inicié mi vida en internet creando un perfil simplemente para probar un juego que en ese entonces estaba de moda; siempre lo usé de manera discreta y con respeto. De la misma manera que todos mis amigos: compartía imágenes, noticias y publicaciones, aunque no subí ninguna foto mía hasta que entré a la secundaria. No sabía lo que una acción tan simple y pequeña me traería. Una semana después de haber subido la imagen recibí un mensaje de mi hermana mayor que decía “Mira en dónde te pusieron”, junto con un enlace a una publicación, fui directo a ella y la miré. Era un collage de chicas con vestido, cada una 17 2 de ellas numeradas, no pasaban de los quince años, yo estaba ahí identificada como la número cinco, en la descripción de la imagen podía leerse “Voten por su favorita en los comentarios”. Al revisar lo que usuarios habían escrito en el sitio, noté que la mayoría eran halagos hacia la chica por la cual habían votado, mas vi uno en específico que llamó mucho mi atención “Mi nínfula favorita es la número cinco”, no sabía que quería decir esa palabra, jamás la había escuchado o leído, así que me pregunté: ¿Qué es nínfula? ¿Es un halago? ¿Es un ataque? Intrigada, me dispuse a buscar el término y entendí que alude a niñas en etapa de pubertad, sexualmente activas y provocativas. Estaba sorprendida, una pregunta apareció inevitablemente en mi mente: ¿Era yo sexualmente provocativa? No podía conciliar una respuesta, tan sólo había subido una fotografía que consideraba normal. Mi nínfula favorita

Si bien no entendía dónde se hallaba esa provocativa actitud que llevó al usuario a denominarme con tal palabra, supe lo que me quiso decir, para él no era una niña, era una nínfula. Pensé con preocupación que si ese hombre que había comentado la foto me veía en la calle me reconocería como un objeto sexual, cuando era una niña de 13 años. A partir de esa publicación empezaron a llegar abundantes mensajes de personas que no conocía, eran muy insistentes, su contenido poseía un marcado tono sexual repugnante y muchos incluso sobrepasaron el límite al enviarme fotografías de su miembro. Entré en miedo y desesperación, asustada borré la foto de mi perfil y cambié la privacidad de la cuenta, pero eso no fue suficiente, al final tuve que bloquearla. Lo acontecido trajo a mi puerta fantasmas del pasado. Ella apareció inesperadamente, aquella que nadie puede sentir más que yo, quien toma forma en mis peores momentos, con su presencia tan pesada y burlona, su delicada e insistente voz 173 que distorsiona toda el aura de mi habitación que me decía: Sientes cómo tus mejores amigas y enemigas del pasado te tocan la puerta, hola miedo y hola obsesión. ¿Estás atrapada? Los días en la secundaria se tornaron incómodos, todos me reconocían por esa foto y la imaginación de muchos empezó a volar, desde rumores donde cortejaba a los maestros para conseguir buenas notas hasta aquellos que aseguraban que había ya iniciado mi vida sexual y todos mis compañeros de clase habían pasado por la experiencia de estar conmigo. El transcurso de ida y vuelta de la escuela era paranoico, pues estaba lleno de risas, difamaciones, gritos y miradas, pero ahora no eran personas desconocidas quienes me mandaban mensajes e imágenes, eran compañeros de escuela. Ella volvía a emerger de repente en mi cerebro, no podía hacer nada ante su voz, burlándose ahí mismo gritaba: Ixchebel Campos López

¿Cómo consiguieron tu número? ¡ridícula! Los días siguieron de la misma manera, llegué a pensar que todo pasaría y volvería a ser como era antes, hasta que eso pasó, el evento que me perseguiría en los años siguientes. Regresaba de la escuela a mi casa, estaba emocionada porque quería comprar una diadema, era jueves y se ponía el mercado que usualmente frecuentaba, caminaba sola por la calle, de pronto percibí que alguien me miraba, omití eso y no le tomé importancia, seguí mi camino, pero entonces escuché pisadas, pasos fuertes y desesperados, comencé a caminar más rápido, mientras los escuchaba más y más cerca, alterada me metí en un callejón. Lo peor que pude hacer fue meterme en ese callejón. Quien me seguía logró alcanzarme de golpe, tomó mis hombros y golpeó mi cuerpo contra la pared, fue tan rápido que no tuve tiempo para reaccionar, asustada sentí como todos mis sentidos se anestesiaron, menos mis ojos, sólo tuve 174 la suficiente fuerza para alzar la mirada, entonces le vi: era un hombre adulto, alto, fuerte, sudoroso, su mirada decía que me quería a mí. Desesperado y jadeando preguntó: ¿Tú eres la chica de la que todos hablan? ¿La que se ha acostado con todos?, la cara no la tienes, pero el cuerpo tal vez. Me alzó la falda e intentaba quitarme el short, le dije asustada que no, pero no me hizo caso, entonces lo único que pude hacer fue mirar el cielo y pensar: Sólo déjate, no va a durar mucho, no te preocupes estarás bien y ríndete porque no podrás gritar y si lo haces te matará. Estaba preparada para lo peor cuando inesperadamente oí gritos pidiendo ayuda, eran unas alumnas del otro lado del callejón que estaban presenciando el hecho. Casi de inmediato una multitud de personas salieron de sus casas para quitarme al hombre de encima, yo me quedé tensa y muda. Una mujer Mi nínfula favorita me acompañó de vuelta a la escuela para dar aviso de lo que había sucedido, no sentí el camino ni el tiempo hasta que estaba en la oficina del director, era como si me convirtiera en aire que guía el viento. Sentada en esa oficina, con la mirada perdida, aún sin entender lo que había pasado Ella se hizo presente para hostigarme nuevamente: Te sientes agotada a pesar de que sólo te quedaste parada sin hacer nada, no habría pasado esto si no hubieras publicado esa foto, si no te hubieras expuesto de esa manera, no tomaste las precauciones hasta que estuviste en peligro, muy mal. Escuchaba al director muy distante, sin embargo, entendía lo que me decía, quería el número de mi madre, me asusté pues ella es una mujer de carácter y no se creería lo débil que había sido. Cuando pude recuperar el sentido del habla, les rogué que no le marcaran, que yo se lo diría todo, no confiaron en mí y buscaron en mi expediente hasta encontrar el número telefónico, le llamaron y avisaron que viniera urgentemente. 175 Después de media hora mi madre llegó a la oficina y me pidieron que saliera. Postrada afuera, sentía miedo y una picazón que me carcomía el cerebro, sólo podía pensar en cómo ella lo tomaría, pues siempre reacciona muy fuerte con situaciones que le desagradan. Después de quince minutos mi madre salió, volteó y me miró con un gesto serio, no mencionó palabra alguna hasta que volvimos a casa, sólo me indicó que me fuera a mi cuarto y sin ninguna emoción ella se fue, me dejó sola. Esa misma noche estaba acostada mirando al techo, me sentía sucia, traicionada, triste y sola, comencé a llorar débilmente mientras me abrazaba los hombros cuando Ella emergió del aire, me presionó el pecho y lentamente se acercó a la parte más sensible de mi cerebro, podía escuchar claramente su voz: Ixchebel Campos López

¿Y si realmente eres una nínfula? ¿Estás rechazando tu naturaleza y tu destino? Tienes que aceptarlo ya, debes actuar como lo que se supone que eres, lo digo por tu bien. Desde ese día empecé a ser una persona que no era yo, optaba por actitudes más “adultas”, cambié mi forma de actuar, empezaba a ser lo que otros querían y esperaban que fuera. Me suspendieron de la escuela por una semana, fue muy aterradora y solitaria, lloraba la mayoría de los días recordando el suceso, sentía como si cualquiera pudiera tomarme para posteriormente abandonarme cuando quisiera. En casa parecía como si no hubiese ocurrido el incidente, todos actuaban normal excepto por algunas veces que nos cruzábamos en un cuarto a solas mi madre y yo, ella me miraba con una especie de desprecio, pero yo simplemente lo omitía. El regreso a la escuela fue similar, nadie hablaba del tema. En general se sentía una energía extraña, una mezclada de miedo, lástima y burlas, aunque en el salón todos actuaban 176 normal conmigo, yo sabía que esa “normalidad” era totalmente falsa, sabía que todos lo sabían. Un día cualquiera mientras estaba en clase mirando los árboles Ella de manera tranquila se sentó a mí lado y me tomó del cuello susurrando: Te lo mereces por ser una fácil, ¡Por qué no te fijas!, eres la más débil que conozco, ¿Por qué demonios no hiciste nada? Una combinación de pánico y asma se apoderó de mí, me asustó tanto que tomara posesión de mi cuerpo, como lo hacía antes, que mejor corrí al baño a llorar, a tratar de liberarme una vez más. En cierta ocasión, dentro de mi círculo de amigas, tratamos de hablar sobre el incidente, pero pensé que iban a atacarme, que me juzgarían por no haber hecho algo, por no haberme defendido, así que sin muchas explicaciones reaccioné de manera muy violenta y grosera. No se volvió a tratar el tema. Mi nínfula favorita

Después de adaptarme a mi nueva conducta, de asumir mi naturaleza de nínfula, aquella foto y las consecuencias de la misma dejaron de doler, podía dormir tranquila y soñar con algo mejor. Aunque también desencadenó muchos actos que en general las personas de mi ambiente veían inapropiados, comencé a utilizar ropa más ligera con un toque infantil, usaba palabras más intensas con mis compañeros, trataba de aparentar confianza y fluidez en donde estuviera, aunque por dentro me consumía la ansiedad de que me volviera a pasar algo similar, y lo más significativo: empecé a interesarme en hombres de entre tres a cinco años mayores que yo. Esta transformación de niña a nínfula culmina en el bachillerato, donde me dispuse a perder mi virginidad, mi plan era conquistar a un chico, tener intimidad con él e irme. Cuando pensé encontrar al indicado, todo lo trazado quedó arruinado, pues caí aparatosamente enamorada, un cariñoso instinto de protegerlo y ponerme antes que él dominaba más que el deseo, aunque esa devoción trajo consigo elementos fortuitos. 177 Con el tiempo, cometí lo prometido, inicié mi vida íntima con él, aunque a veces pienso que fue por los motivos equivocados, me lastimé muchas veces física y mentalmente, hasta llegar a un límite: un embarazo inesperado. Lidié como la adulta que creía ser y acudí a interrumpirlo. Realmente no sé hasta ahora si fue un castigo justo, no estoy segura de ello aún. El tiempo siguió su curso, los momentos de calma y felicidad se teñían usualmente por el abrumador peso de mis decisiones. Las pesadillas, el llanto y el dolor se habían vuelto una constante, era como si un vacío se apoderara de mí. En la búsqueda de respuestas siempre regresaba a ese momento, caí en cuenta que seguía viviendo con miedo, andar por calles parecidas a las del suceso me provocaba terror, caminar sola me hacía experimentar una mezcla muy desagradable de sentimientos; no sólo eso, ante la presencia de muchachos u hombres parecidas al agresor, reaccionaba de manera odiosa Ixchebel Campos López

y ansiosa aunque no me hicieran algo, en la escuela solía sentarme del lado de la pared, ya que en esa posición podía verlos a todos y tener la seguridad de que no habría nadie detrás mío. Viví un largo periodo en ese estado. Solitaria, insegura, herida, una condición que incluso había sobrepasado el plano emocional para dañarme físicamente mediante recurrentes ataques de asma, continuos sentimientos de desesperación, una sofocante presión en el pecho y un indescriptible dolor en las entrañas que no puedo comunicar. Era un doloroso vaivén autodestructivo que parecía no tener fin o al menos lo fue hasta que la casualidad tocó a mi puerta. Un día cualquiera, mientras esperaba el bus para regresar a casa, absorta en mis pensamientos, alcancé a percibir dulces e inocentes voces, volteé la mirada para divisar de quién se trataba y las vi, eran niñas de secundaria, las observé atentamente, como si un sentido de añoranza me impregnara, tenían una confianza 17 8 desatada y una libre esencia, en ese instante sentí una irreconocible envidia y culpabilidad, me pregunté: ¿Por qué no tienen la mirada hacia abajo? ¿Por qué no están al pendiente del círculo que les rodea? ¿Por qué son felices y yo no? En ese momento lo comprendí todo, no eran ellas quienes debían tener angustia, mantenerse en constante alerta ni vivir con miedo, era yo, me había hecho a la idea de que cualquiera, en cualquier momento podría tomarme y no podría hacer nada para impedirlo. La respuesta apareció súbitamente en mi mente, pude abrir los ojos: era una niña cuando ese hombre me atacó, no tuve control de la situación, todo se desató en un efecto dominó lleno de malas decisiones, resultado de recriminarme a mí misma, de no tener palabras de aliento que me dijeran “no fue tu culpa” o tan siquiera poseer un hombro en el cual llorar, todos optaron por fingir como si no hubiera pasado, Mi nínfula favorita no me tomaron en cuenta, ello provocó un síntoma de pena que terminó por pudrirme. Mas hoy puedo mirarme dentro y reconocerlo, ¡no soy una nínfula! y nunca lo fui, jamás debí forzarme a tener experiencias que no correspondían a mi edad, ser alguien que no era. Hoy entiendo la vida como una constante de muerte y renacimiento, he vivido por muchos años muerta en vida, pero al presente busco neutralizar ese dolor y rencor con la verdad, sólo para resurgir y sentir la libertad de ser persona. Realizar este escrito, sincerarme en estas páginas, es el primer paso de una rehabilitación que me he propuesto y que, aunque tardé tiempo, estoy segura lograré alcanzar mi meta.

179

Una respuesta

Atzin Colín Justo

Profesora asesora Arline Avilez Ríos La que pide perdón, la que te habla si te extraña, la que no te juzga, la que te apoya, la que vuelve a hablar contigo después de discutir porque no quiere estar mal; esa gente es la que necesitas en tu vida.

Una respuesta

e llamo Peter. Estoy caminando en medio del bosque, solo, como siempre. Empiezo a pensar en este Mcamino, largo pero a la vez corto, de vida. Trato de recordar la última vez que intenté escribir algo decente. Me dejé caer en la desgracia al no querer escribir, evitando la autocrítica y perdiendo el deseo de casi todo. Me he dejado llevar por la lujuria permitiendo que mis manos escriban en cuerpos ajenos para llenar mi vacío interno. He minimizado el control al tratar de encontrar satisfacción mental y paz por lo que hago y pienso. Pero, en fin, basta de pensar. Regresaré a casa. Llego y de nuevo la típica conversación con mi madre: —Peter, ¿ya viste la convocatoria de la universidad?, ¿sabes qué carrera estudiarás? Más vale que ya sepas o terminarás siendo un mediocre, ¿eso quieres? Peter, Peter y más Peter… 185 —Me voy a mi cuarto madre, buenas noches. Mi mamá siempre se queja de mi mal humor, como si no supiera que ella me lo heredó. Realmente estoy harto de este estúpido cansancio, de que nadie lo entienda y sólo digan: “¿cansancio?, ¿pero de qué si no haces nada?…”. Ya lo sé, sé que no hago nada; pero mi cansancio no es físico, es emocional. Sé que no soy el mejor novio, ni el mejor amigo, ni el mejor hijo, ¿pero acaso nadie nota mi esfuerzo? Sinceramente, estoy muy confundido acerca de mi futuro. Está tan cerca y yo tan joven: no tengo idea qué hacer o qué pensar. ¿Quién es suficientemente joven y valiente para soportar el peso de empezar? Tengo miedo de que pasen los años y que aún no pueda resolver mi vida, quedarme atascado en la incertidumbre de saber si podré Atzin Colín Justo

lograr algo o no, y que la vida se me vaya en ello. Quiero hacer muchas cosas y estoy haciendo exactamente nada. Soy aquel chico que no nació con un don, que no canta ni baila bien, no soy bueno escribiendo poesía ni resolviendo ejercicios matemáticos. Soy esa persona que intenta descubrir en qué es bueno, que tiene que decidir por una carrera; que debe apostarlo todo a ganar porque, sin seguros, ése es nuestro futuro. Soy esa persona que no sabe para qué está. Tengo miedo de elegir la carrera que me gusta y que me vaya mal, o elegir una con la que ganaré mucho dinero, pero no seré feliz. Es mi gran problema, paso mucho más tiempo imaginando las cosas que viviéndolas. Me criaron con la idea de que sería feliz al tener pareja, una casa o hijos. Pero… ¿y si eso es mentira? ¿Y si yo deseo disfrutar la vida en soledad, con mis proyectos y viajes? No, nadie te enseña que primero debes ser feliz contigo mismo, 186 amarte con pasión, con todos tus errores y locuras para después poder compartir tu felicidad con alguien más. Y que quede claro que el amor propio no es egoísmo, primero lo primero. Tengo ganas de que pase algo, algo místico, algo que cambie el rumbo de mi vida. ¡Dios! En verdad extraño la época en donde era feliz y no lo sabía. Bendita niñez, ¿de qué me preocupaba? De nada, y no me volvía loco como lo estoy haciendo justo ahora. Necesito dormir y despertarme graduado y exitoso: ni en cuentos de hadas pasaría. “Una persona sin objetivos, es una persona sin brújula dentro de la jungla que parece ser la vida” (Charles Melier, 2018). Es feo cuando trato de conciliar el sueño y mi mente no se calla. Terminé acostándome sin un “buenas noches” y me levante sin un “buenos días”. Ya es lunes, es hora de levantarme y cursar el último año de preparatoria. Una respuesta

Los docentes nos tratan de ayudar aplicando cuestionarios para conocernos mejor y partir a un objetivo. —Alumnos, ocuparemos 20 minutos de la clase para responder estas fichas “constrúyete” (yo las llamo destrúyete) que les ayudarán a tener en claro sus intereses y aptitudes. — ¡Sí, maestro! —Decimos todos en coro—. ¡Bah, qué aburrido!, como si eso fuera a definir cómo soy en realidad. El problema de todos los adultos es que piensan que a los jóvenes nos sobra tiempo, pero no se dan cuenta de que es lo que menos tenemos. Es ahora cuando aprendemos a ver las cosas diferentes, los sentimientos se amplifican, la vida a veces no es la mejor porque, aunque en teoría tengamos todo y no nos falte nada, siempre habrá algo que falle. Es molesto que los adultos piensen que porque somos jóvenes nuestros problemas no son reales. ¿Se supone que por ser joven tengo que estar feliz a todas horas? En la hora de descanso se acercó Lina, una chica 187 inteligente de sonrisa linda, cabello largo y de baja estatura. Muy tímida me dijo: —¡Hola, Peter! ¿Cómo te encuentras? Espero que bien. —Hola, Lina. —Bueno, me preguntaba si tú… —Si yo… —…¿quisieras ir al baile de graduación conmigo? No sabía qué contestar, estaba perplejo, ¿por qué una chica como Lina quería bailar con un chico como yo? Indeciso a más no poder… ¿estaré reseco sentimentalmente? En este punto de mi vida no insisto para comunicarme con nadie. Si me hablan está bien, si no, entonces mucho mejor. Eso pensaba, pero decirle que no a la chica más linda de la escuela es algo de lo que me arrepiento. ¿Saben cuál es el problema? Que a veces tengo una visión mala de mí mismo, Atzin Colín Justo

por ello me parece imposible ser especial para alguien. Hay momentos en los que estoy distante y callado. No es porque esté enojado o triste, sólo necesito tiempo para mí mismo, para estar en silencio y pensar. Amo mi soledad, pero anhelo algún día encontrar una buena compañía. No deseo quedarme con alguien que me encierre en dudas, prejuicios inútiles, tristeza, en mí o en lo que sea. Todo lo contrario, quiero a alguien que me ayude a ser libre, que no me corte las alas, que me las cure, que me enseñe a volar, que me aliente a volar alto, ¡muy alto, carajo!, y quedarme con ella. De camino a casa estaba sediento, compré una bebida y me di cuenta de que mi cerebro no procesaba la palabra “ahorrar”, porque estaba a menos de 3 minutos de llegar a mi casa, hubiera sido buena idea no gastar en cosas innecesarias, bien dicen que pequeños cambios harán la diferencia. Sin darme cuenta, ese fue el primer paso que 188 me llevó a mejorar. Me encuentro en casa de nuevo. Me gustaría contarles de alguna buena charla con mis padres, pero es algo que no tengo; ustedes saben, siempre es la misma historia. Es triste que el 80 por ciento de los jóvenes están cumpliendo los sueños frustrados de sus propios padres y no los suyos. Esto definitivamente debe cambiar. ¿Pero cómo? ¿Tenemos argumentos contra nuestros padres? ¿Alguna vez tendremos la razón?, ¿alguna vez seré yo y no ellos? A todo esto, sí; pero se necesitan pantalones y fuerza de voluntad. Bueno para no hacer tan largo este cuento, porque, esto es “puro cuento” para algunos viejos, puedo agregar por último lo siguiente: Vas a perder muchos amigos, la gente dirá que cambiaste; incluso a aquellos que fueron inseparables en el pasado, un día te desconocerán. ¿Te has dado cuenta? Cuando la gente te dice que has cambiado es sólo porque Una respuesta has dejado de actuar como ellos quieren que actúes. Juro que llega un momento en el que ya ni te duelen tantas decepciones, sólo te aburres. No te alteres, no te aflijas, no te estanques en lo que ya fue. Un día despertarás diciendo y sintiendo que con el ayer no tienes nada en común, y está bien, es parte de crecer; parte de dar vida a la persona que estás construyendo, es dejar a la persona que fuiste alguna vez y encontrar una respuesta. Es necesario darse cuenta de que la única persona que estará contigo hasta el fin de tus días eres tú y siempre serás tú; si no lo haces, nadie en el mundo lo hará. No te detengas, nunca te detengas, ahora somos jóvenes y estamos llenos de energía. Gasta en autodesarrollo para alcanzar tus metas, lograr tus sueños, porque son tuyos. Todas las personas que te rodean: amigos, familiares, conocidos, tienen su propia historia, ellos ya vivieron lo que tenían que vivir. Cada uno sigue su propio camino. No aguantes a nadie, eso funciona bastante. No te preocupes 189 por el qué dirán. ¡Vive! Tu progreso deberá ser lo único que te angustie, desarme y complete. Yo, honestamente, no tengo tiempo para odiar a la gente que me odia porque estoy demasiado ocupado amando a la gente que me ama. ¿Saben cuál es la gente que realmente vale la pena? La que pide perdón, la que te habla si te extraña, la que no te juzga, la que te apoya, la que vuelve a hablar contigo después de discutir porque no quiere estar mal; esa gente es la que necesitas en tu vida. Aquí una regla de salud mental: aprende a distinguir quién merece una explicación, quién sólo merece una respuesta y quién merece absolutamente nada tuyo. Cabe recalcar que no todas las personas son malas. Sé que infinidad de veces te han lastimado, quizá matado en vida, pero hasta tú mismo debes saber que no todas las oportunidades se han ido. Atzin Colín Justo

No te diré que olvides, pero sí que perdones y aprendas; no dejes que tu alma se envenene de odio hacia el mundo, enséñale que cualquiera puede salir de la penumbra hacia una nueva calma, sé de esa clase de personas. Recuerda que no estás en una competencia con nadie. Simplemente debes ser mejor persona de la que fuiste ayer. Sé que muchas veces, así como yo, te encuentras cansado, decepcionado, sin saber qué hacer, a dónde ir o qué pensar. No es fácil seguir adelante cuando no entendemos el porqué de muchas cosas, pero es posible ponerse de pie y seguir. Hay que tener en cuenta que todo pasará, los tiempos malos vinieron a enseñarte algo, no a quedarse. Aprende que tus problemas son sólo tuyos y que si necesitas un hombro para llorar, pues tienes dos. Así es como le doy la cara a mis problemas, no soy de ese tipo de persona que quiere causar lástima: “Así que uno planta su propio jardín y decora su propia alma, en lugar de esperar 190 que alguien le traiga flores” (Jorge Luis Borges). Estamos muy jóvenes para estar así de estresados, presionados, despechados o cansados. Respira, todavía nos queda mucha vida. Uno se rompe y uno mismo se vuelve a arreglar, así de fácil, porque uno se ama y está muy bien. Sí te sientes mal, distráete, toma una ducha, haz un maratón de Netflix, lee un libro, saca a pasear a tu mascota, sal con tus amigos, mira una película con tu familia. No hay mejor terapia que distraerse de sus propios pensamientos. El secreto es que todos nos sintamos atraídos hacia personas que sean más listas, amables, sinceras, que se autorrespeten, que comprendan qué es el amor hacia uno mismo y hacia los demás. Así como tú, he pasado por altas y bajas cuando me decepciono a mí mismo, pero aprendo algo nuevo. Disfruto de las victorias, de ser feliz, llorar, enorgullecerme de mí y de lo que hice, aunque a veces era Una respuesta imposible no odiar al mundo. Hay algo en la vida que la hace especial y es que en ella reflexionas quién fuiste, quién eres y decides quién quieres ser; así que nunca te sientas mal por tomar una decisión que moleste a otras personas, tú no eres responsable de su felicidad, eres responsable de la tuya. Algún día encontrarás tu respuesta y dirás: “No fue fácil, pero lo logré”. Qué bonito cuando todo fluye, de manera mutua y sana. Espero que encuentres el trabajo que amas y que te paguen bien, que tengas amigos que te entiendan y no mientan, y que encuentres un amor que te haga sentir como nadie en este mundo.

191

Pamela es…

Pamela Casas Zaldívar

Profesora asesora Patricia Quinto Simón es una chica sencilla, que aprecia palabras escritas, hasta un corazón hecho de papel; es alguien con quien puedes tomar un café, con quien puedes sentarte a admirar las nubes mientras se maravilla de sus formas

Pamela es…

amela es una chica con muchas máscaras. No siempre puede mostrar su verdadero ser, pues no cree estar Psegura de encajar en algún sitio; en otras ocasiones, ni siquiera ella misma puede verse al espejo y no sentir un vacío inexplicable que la acompaña día y noche. No siempre fue de esta forma, no debió de ser de esta forma, pero, a veces, pasan cosas que ni siquiera uno se espera y terminan con derrumbar partes de la vida. A esta chica le cuesta mucho expresarse con palabras, pero cuando lo hace, es porque ya no puede más; necesita sacar lo que ha cargado durante mucho tiempo, costales ajenos y propios, que se han llenado poco a poco con el paso de los años; con miedo a dejar todo y, a la vez, de irse sin nada. Desde pequeña tuvo que aprender a valerse por sí misma. Su madre, Carolina, trabajaba todos los días para el bien de ambas. Su madre tenía un carácter fuerte, y 197 en ocasiones llegaba a los extremos de agredir a su hija, excusándose que era para su bien, “para que desarrollara un carácter igual al suyo”, pero no eran nada más que mentiras para esconder el desquite que necesitaba sacar, puesto que su vida no era como lo había planeado, pero, ¿qué iba a saber la pequeña Pamela sobre eso? Pamela, lejos de ser una niña tranquila, era muy revoltosa; gustaba de hablar con todo el mundo y jugar por horas; no se medía y llegó a un punto en el cual la llevaron con el doctor para que se controlase. Más adelante se supo que lo que la hacía ser así era un mal en la cabeza, cosa que no era grave pero que, de igual forma, tenía que ser tratado desde esa edad para que no fuera a perjudicarle en un futuro. Pamela Casas Zaldivar

Los medicamentos funcionaban. Cuando los tomaba era prisionera de su propio cuerpo y perdía interés en todo lo que antes le gustaba; se apartó de las personas y dejó de hablar, para decidir que lo mejor era centrarse en ella misma y en nadie más, pero una pequeña y lejana voz dentro de ella siempre le recriminaba que no debía de ser así, que eso sólo la estaba lastimando y que, además, nadie la iba a querer de esa forma, pero a ella ya no le daba miedo no ser querida, pues nunca lo fue. Se supone que las familias dan amor, apoyo, comprensión y te protegen, ¿no?, pero esto no fue el caso de Pamela. Su familia nunca fue unida, mucho menos comprensiva; eran fríos, distantes, crueles y jamás mostraron una pizca de afecto; la trataban como si fuera la mayor vergüenza de todas, ya que nunca antes alguien en la familia había necesitado ser dependiente de medicamentos para controlarse a sí mismo. A la pequeña le llamaron de muchas formas despectivas; 198 si se reunían a platicar, la apartaban a ella y a su madre; si sacaban a sus hijos a jugar y Pamela quería unírseles, sus tíos los cargaban en brazos y se metían a su hogar, dejándola a ella sola; en los cumpleaños de sus primos ella les escribía pequeñas cartas donde les decía lo mucho que los quería a pesar de no poder jugar con ellos, pero esas cartas nunca fueron abiertas, ya que la pequeña las encontraba en la basura al día siguiente; cuando eran los cumpleaños de Pamela, ella personalmente invitaba a su familia, pero ellos nunca iban, así que dejó de celebrar el día de su nacimiento y comenzó a cuestionarse si ella era una desgracia. Pasaron los años y la niña, ahora jovencita de doce, seguía estando sola. En sus pocos años de vida jamás se había sentido perteneciente a un lugar, no sabía relacionarse con personas de su edad y, por su forma de ser, todo el mundo la molestaba, lo que la conducía a estar separada y sin ganas de querer tener amistad con alguien. Pamela es…

No fue hasta un día de invierno que ella se miró al espejo y, por primera vez, se dispuso a conversar con ella misma sobre todo lo que le había pasado hasta ahora. Esa vocecita que le decía que estaba mal en todo lo que hacía, de repente tomó fuerza y forjó un lugar estable en su persona, haciéndola retomar el buen camino sin tener que estar dependiendo de los molestos medicamentos. Aquella voz le condicionó que, si ella dejaba de tomarlos, a cambio tendría el poder de controlarse siendo una persona diferente, así que aceptó sin chistar. Ya no era reservada, todo lo contrario; incluso, en ese entonces ella se propuso encontrar un amigo, cosa que consiguió y cuando menos se dio cuenta de ello, tenía lazos que iban a durar años atados a ella. Esa etapa de la secundaria fue la mejor para ella pues desarrolló su personalidad actual y aprendió de muchas personas que los verdaderos amigos son los que se quedan contigo hasta el final y que no debe de importar lo que piensen los demás de 199 tu persona, ya que lo verdaderamente importante es en qué concepto se tenga a uno mismo. Claramente, las cosas fueron bien para Pamela en aquella época; pero, como si fuera una regla, esa felicidad fue efímera. A los dieciséis años, su madre había conocido a su actual padrastro, él les había prometido una nueva vida lejos de su hogar, junto con ella, su madre y su hermano. La madre no dudó en ningún momento del señor y se aventuró con sus dos hijos a la vida prometida: grave error. En aquel lugar, lo único que conoció la joven fue la desesperación como mejor amiga, hambruna como hermana y humillación como pareja sentimental. La casa no era más que una planta baja que estaba compuesta por vacío, no había ningún mueble, con suerte tendrían agua y un techo, pero sólo eso. Su estancia fue de tres meses, pero tres meses fueron más que suficientes para que se diera cuenta Pamela Casas Zaldivar

de lo dura era la vida y que tan despreciables pueden llegar a ser las personas. Pamela, su madre y su hermano tuvieron que acostumbrarse a dormir en el suelo frío y duro; había veces en las que no tenían nada que comer y el poco dinero que tenían lo usaban para la escuela de ambos hijos y para comprar pan, pues era para lo único que para lo que les alcanzaba. Así es, Pamela y su hermano asistían a la escuela a pesar de las condiciones en las que se encontraban. Lo máximo que estuvo sin comer fue una semana. Y su madre… bueno, su madre se hundió en su propia oscuridad, a tal grado de encerrarse en la diminuta habitación que tenían y lloraba las horas por alguien que no iba a volver; el hombre las abandonó a su suerte, sin un quinto y lejos de casa. Aquella joven comenzaba a cansarse de absolutamente todo y, a su vez, consideraba hacer cosas que la beneficiaran a ella y a su hermano, sin importar que tan 200 ilegales e incorrectos podían ser, con tal de que tuvieran con que alimentarse; esa chica, no teniendo nada más qué perder, vendió su cuerpo en su escuela, en los baños durante el recreo, a cambio de dinero, comida y ropa. Se decía a sí misma que después de juntar lo suficiente se iría lejos con su hermano y regresaría con sus abuelos, quienes eran felices viviendo en la ignorancia, pues no sabían de la situación. Fueron meses duros… Pamela ya no quería seguir, pero sabía que no tenía de otra. De esa forma comían y se mantenían para continuar al día siguiente. Rendirse hasta ese punto era absurdo, ¿no?, pero a veces las ganas de desaparecer eran más fuertes que las ganas de vivir. No fue una ni dos veces las que la adolescente intentó quitarse la vida, de hecho, hasta la fecha no entiende cómo pudo tener tan mala suerte como para que no le Pamela es… haya pasado nada con tales cantidades de medicamentos ingeridos, pero supuso que el ser omnipotente, al cual todo llaman Dios, simplemente le gusta ver cómo enfrentan las pruebas que pone y caen irremediablemente duro contra el suelo para que, segundos más tarde, puedan volver a levantarse. Sólo tenía que aguantar, si lo hacía, seguramente algo bueno saldría. Al tercer mes había reunido dinero suficiente y, sin dudarlo ni un segundo, tomó a su hermano y se fueron lejos de ese lugar. Llegaron con sus abuelos y les contaron todas las cosas que vivieron, pero no les diría nunca que se prostituyó, sería devastador para ellos a su edad y los problemas que se generarían en adelante, sólo serían catastróficos. Ella decidió callar por el bien de todos pero, más que nada, lo hacía para proteger a su madre, quien de por sí ya estaba siendo odiada por sus propios padres; aquello sería la gota que derramara el vaso. A partir de esa edad creció con depresión, pero luchó 201 con todas sus fuerzas para no caer en su propio mundo. Varias fueron las ocasiones en que se autolesionó, pero no eran cosas afiladas, sino palabras que ella misma se escribía diariamente como recordatorio de todas las cosas que había hecho. Se sentía sucia, usada, indefensa, vulnerable, errónea, estúpida, desagradable y muchas cosas más. Desarrolló rencor hacia su progenitora, hacia ella misma y a todos. No quería ser tocada, ni siquiera por sus amigos que intentaban transmitirle el sentimiento de pertenencia, pero fallaban en el intento por lo reacia que se había vuelto Pamela. Con el paso del tiempo tuvo que aprender a sobrellevar la situación. Empezó desde cero, nuevamente, y por primera vez en mucho tiempo compartió su dolor con una persona. Gracias a ella, y a las que se le sumaron, volvió a renacer Pamela Casas Zaldivar

cual fénix de las cenizas; aquellas personas la procuraban en todo siempre que podían y la incluían en todos sus planes con tal de no dejarla sola. Así fue durante un año y para el siguiente se encontraba estable y lista para retomar sus estudios. En un principio ella no tenía intenciones de hacer nuevas amistades; tenía miedo todavía de ser tocada, pero qué sorpresa la suya cuando en esos tres años conoció a personas realmente valiosas, lindas, fuertes, carismáticas, únicas, energéticas, brillantes, amables, bondadosas, honestas, hermosas y tan comprensivas que le fue inevitable caer ante ellas. Todas esas personas jugaron un papel muy importante en su vida, puesto que en ellas encontró la definición de familia que siempre estuvo buscando. La luz brilló en su totalidad gracias a ellas. De cada una aprendió algo y eso lo pone en práctica todos los días. Jamás se le pasó por la cabeza qué tan doloroso podría llegar a ser si 202 estas personas alguna vez se llegasen a separar, hasta que ocurrió y sintió que el mundo se le venía abajo. Realmente, ella no supo ni cómo pasó, sólo sabía que no podía hacer nada y lo aceptó como algo que no se podía evitar. Afortunadamente, no estuvo sola, sus personas preciadas pudieron haberse separado, pero no la dejaron sola, y ella, por su parte, intentaba estar con todas y cada una. Pamela es muchas cosas, hermana, amiga, nieta, hija, tristeza, felicidad, asombro, angustia, miedo, confianza, curiosidad, seguridad, amabilidad, amor y más, incluso, cosas en extremo negativas, pero jamás te dejará de lado. Pamela es una chica que ha pasado por varias cosas y que actualmente sólo quiere a una persona que la ame, sin importar el sexo, pero que sea con el corazón. Pamela es una chica sencilla, que aprecia palabras escritas, hasta un corazón hecho de papel; es alguien con quien puedes tomar un café, con quien puedes sentarte a admirar las nubes Pamela es… mientras se maravilla de sus formas y que adora escucharte hablar, sin importar que tan pequeño sea lo que piensas. Definitivamente, Pamela es así y no la cambiaría por nada, pues de esta forma, sus amigos y maestros la quieren por igual. Incluso, yo la amo con todas sus virtudes y defectos. Me amo.

203

Awake

Paola Selene Martínez García

Profesora asesora Luisa María Pérez Ocampo Entonces sentiste una gran necesidad de que tú también fueses un árbol, siempre en el mismo lugar, sin cambiar tus raíces, siempre fiel a la madre naturaleza, y por primera vez sentiste confianza, sentiste que podías.

Awake

entiste una mano recorrer todo tu cuerpo, había tanta tensión de tu parte que, incluso, en el aire se podía Srespirar, aun así, dejaste que aquella suave y ajena piel continuara su recorrido hasta cumplir con su cometido. Nunca supiste en que momento dejaste de pensar, dejaste de medir el tiempo, dejaste de memorizar cada movimiento, cada tramo de piel que había sido tocado. Y sin más, tomaste su cuello y le atrajiste hacia tí, sintiendo una profunda necesidad de fundir sus labios en un beso, un beso que acallara todos esos pensamientos vagos, un beso que gritara todos aquellos sentimientos guardados, un beso tan largo como esos años vividos. De pronto, sintiendo más calor y esa insaciable necesidad de cercanía, rodeaste su cuerpo con tus brazos, dejando que poco a poco tus dedos se deslizaran por toda su columna, y sin más, sin autorización alguna, sin contemplaciones, sentiste la sin hueso de tu amante, sentiste como luchaba con la tuya, 209 sentiste todo el desenfreno y como ambas cavidades eran violadas. Mientras más tramos de piel se friccionaban, más voces salían del alma, mientras sentías la barrera del decoro y de lo pulcro romperse en esa colisión de la concupiscencia. Abriste los ojos, alguien se había atorado en las puertas del transporte. No podías creer hacia donde te había llevado tu mente, nuevamente te sentiste rodear de esas sensaciones abrumadoras, aunque si lo pensabas bien, no había estado tan mal revivir esos momentos, pues últimamente tenías sueños bastante inusuales, aterradores e inexplicables. Hay gente que dice que en ocasiones los sueños tratan de decir o explicar ciertas cosas, tú sólo pensabas que era una nueva forma que la mente había encontrado para torturarte, en fin. Ya era un día detestable y eso que apenas comenzaba. Hace ya días que todas las mañanas discutías con tu madre, Paola Selene Martínez García

te enfurecías con facilidad y terminabas por acompañar aquella melodía de gritos y danza de movimientos y expresiones bruscas, hasta que te cansabas y todo culminaba con un desayuno a medias, una puerta azotada y un camino hacia la parada del bus lleno de canciones tristes para sentirte mejor, o tal vez peor. Sentiste un rayo de luz tocar tu rostro, el día era nublado, y aunque parecía que pronto llovería, en diversos puntos del cielo las nubes negras dejaban que algo de la luz del Sol se colara de vez en vez, nunca entendiste eso. Irónicamente y para hacerte reír un poco, algunas veces comparabas tu personalidad con estos días. Miraste tu reflejo en el vidrio de la ventana, no sabías por qué, pero tenías el ceño fruncido y esa mirada de seriedad que los demás solían captar como odio, de vez en vez solías tener tu cabello todo enmarañado, y esas marcas de insomnio que te acompañaban todo el tiempo, era curioso ver cómo en ocasiones realmente tu exterior era un 210 reflejo del interior y cómo últimamente todo tu ser se definía con una sola palabra: hastío. Una sonrisa irónica tomó lugar en tu rostro y recordaste cuando, hace poco por accidente, escuchaste una conversación de tus padres, te sentiste mal al recordar cada palabra, más que mal, por un segundo creíste volver el estómago, era como un ácido quemándote, una opresión en todo tu ser, un pesar inimaginable, porque era verdad todo lo que de su boca salía, y casi siempre la verdad causa dolor e incomodidad cuando es bien dicha. Aquel día no hiciste más que bajar la cabeza en signo de rendición y vergüenza, sentiste un profundo hoyo creciendo en tu ser y cada vez que recordabas esas palabras malditas salidas de la boca de tu padre, esa cosa llamada resentimiento crecía y crecía al igual que muchos otros más sentimientos, y temías, temías que al igual que un volcán un día no pudieras retenerles más y tú también terminaras por escupir lava ardiente en forma de palabras, porque bien sabías que era la mejor forma Awake que tenías de demostrar lo que te hacía sentir mal, lo que te lastimaba, lo que odiabas, lanzar a quienes te lastimaban palabras llenas de crueldad, pero que sin duda también eran verdaderas. ¿Por qué te era más fácil destruir que construir? Te agotaste tanto de mirar tu reflejo y al voltear la mirada te topaste de frente con otro de tus demonios, otro de tus dolores de cabeza, otro de tus viejos y dolorosos recuerdos. Curiosamente, tu mente comenzó a divagar en busca del primer recuerdo que tenías con esa persona, y no hay que mentir para saber que tu memoria es lo segundo más corto que conoces en esta vida, aun así, llego a tí un recuerdo bastante adorable, tenías unos 5 años, más o menos, era una tarde soleada y regresabas con una gran energía de la escuela, al igual que alegría, no podías esperar por contarle a tu mejor amigo tu gran día. Al llegar a casa, él aún se encontraba ahí, no comprendías muy bien por qué tenía que irse más tarde, al parecer ya iba a la escuela de “niños 211 grandes”, a la cual más tarde irías tú. Y así te dedicaste a recordar todo lo que tu saturada y gastada mente podía, recordaste viejos y enérgicos días en el parque, recordaste la alegría de todos los fines de semana tan entretenidos, esa vieja consola, las pelis que marcaron tu tierna infancia, las golosinas que adorabas comer, la estación de radio que solías escuchar, cuando eras más sonrisa que persona… Fijando la mirada en tus manos, la bajaste lo más que podías, nuevamente ese sentimiento de culpa y vergüenza, nuevamente esa sensación de querer desaparecer, por un minuto pensaste y te preguntabas por qué. Por qué, si solían ser tan cercanos; por qué, si sin un “tú” no existía un “él” y viceversa, se había formado una línea divisora; por qué sentías que cada día conocías menos a ese ser que habías visto desde que naciste, ahora parecían dos extraños obligados a convivir, ahora que cada día la relación, como tantas otras Paola Selene Martínez García

de este tipo, se iba jodiendo… ¡Ah, sí creciste, maduraste!, lo cierto es que habías permitido que tus problemas te hundieran tanto que dejaste de acercarte a la gente que decías amar, dejaste de demostrar que aún te importaban, y dejaste de querer, de pedir su ayuda. “¡No molestes!, ¡no te importa!, ¿tú qué sabes?”, sentías agresión de su parte si se entrometían en tu vida, sentías que te juzgaban si le daban al clavo a la hora de expresar tu sentir, sentías que te controlaban con cualquier sugerencia, sentías muy hipócrita de su parte que te preguntaran qué tenías, pero también te molestaba su indiferencia. ¿Por qué te era más sencillo caer, colapsarte y alejarte? Volviste tu mirada hacia el vidrio, cada recuerdo, cada sentimiento, cada palabra revivida te estaba agotando más. Contemplabas los árboles, siempre te había gustado observar todas las pequeñas grandes cosas que antes se te presentaban, mirabas detenidamente cada movimiento de 212 cada hoja, la manera en la que el viento jugaba con las hojas, era primavera y, sin embargo, tú ya estabas recordando aquel día de otoño. Te sentías sin energía alguna, así que, como si aquellos árboles fueran la cosa de ver más entretenida en este mundo, o como si tuvieran la clave de la vida, decidiste sin más mirarlos, sin darte cuenta comenzaste a compararte, a ver tu reflejo en aquel árbol, pues como esas hojas muertas que se caen y comienzan a volar, tu amor se derrumbaba sin fuerzas, y de un momento a otro ya no eras tú quien miraba las hojas jugar entre sí, ahora las hojas mismas eran las que te miraban a ti, gritándote, riéndose, hablándote, susurrando cosas como si de un secreto se tratara, y supiste que efectivamente eras tú, cada parte de ese árbol te representaba perfectamente, las ramas débiles, las hojas una a una desprendiéndose del mismo, muriendo por la llegada del invierno, por el adiós de aquellos días calurosos. Ese día por fin habías sido consiente Awake de las expresiones y palabras frías que esa persona se había estado encargando de arrojar, sentiste el extraño beso de la traición, el abrazo de la soledad, el murmullo del adiós, del adiós tan doloroso, del adiós tan largo, de un adiós tan esperado. Sólo una hoja llegó a quedar en aquella rama, y así, como si todas las hojas del otoño se hubieran caído, como si todo lo que parecía eterno hubiera desaparecido, como si todo lo que estaba en movimiento se hubiese detenido, sin más, tan tontamente te quedaste inmóvil, sintiendo cómo el tiempo te atrapaba. ¿Por qué si las ramas de aquellos árboles superan la caída de sus hojas, y cada año se renuevan, en más y bellas hojas, yo no puedo hacer lo mismo? Porque tú lo sabías, vivías en el pasado, pero no te detenías a ver todas aquellas cosas dulces o bellas que había en él, no, tú sólo te preocupabas por resaltar aquello doloroso, aquello destructivo, aquellas cualidades que no tenías como persona, aquello que no tenías y que pensabas era 213 indispensable pero que, sin explicación, siempre encontrabas en los demás; habías aprendido a ver las virtudes y la belleza de los demás, a ver la felicidad y el amor de quienes te rodeaban, a ver la vida perfecta de todos. Y por un segundo todo estuvo tan claro, no te sentías bien con quien eras, con la vida que vivías, con tu familia, con tu forma de vivir el amor, porque simplemente no eras tú quien vivía, no era tu vida, no eran tus amigos, no era tu familia, era el intento de vida que tenías, porque siempre estabas enfocándote en todo aquello que no poseías, tu ambición de ser alguien mejor, la codicia del éxito, eran tu mayor inspiración, tus armas, pero muy pronto se convirtieron en un collar que te asfixió, en una marca que te categorizaría como persona, en la condena que tendrías que cargar por toda la eternidad. Quisiste ser lo mejor, quisiste caminar sin tropezar, hablar sin tartamudear; quisiste ser lo único y en el intento de Paola Selene Martínez García

ser todo lo que no podías ser te perdiste, y aún más, perdiste a las únicas personas que te acompañarían en tu camino, porque… ¿cuándo había sido la última vez que había besado la mejilla de tu madre?, ¿cuándo había sido la última vez que te acercaste a hablar con tu mejor amigo?, ¿cuándo había sido la última vez que recibías a tu padre con un gesto de alegría, de euforia?, ¿cuándo había sido la última vez que dejaste tu indiferencia a un lado? Entonces sentiste una gran necesidad de que tú también fueses un árbol, siempre en el mismo lugar, sin cambiar tus raíces, siempre fiel a la madre naturaleza, y por primera vez sentiste confianza, sentiste que podías. Ya más tarde comenzabas a tener sueño, poco a poco ibas pestañeando, consideraste buena idea tomar una siesta, te acomodaste mejor en el asiento, después de todo necesitarías energías para lo que pensabas hacer hoy al llegar a casa, pensabas en decir tantas cosas, que ya hasta podías 214 ver la cara de tus padres creyendo que ahora sí ya habías enloquecido, casi podías reírte de lo gracioso que sería. Te giraste una última vez hacia la ventana, pero lo que veías no era un árbol ni tampoco el cielo. De pie frente a ti, se encontraba tu abuela, aquella que hace más de 10 años había muerto, te sentiste palidecer cuando te saludó y sonrió de la misma forma en la que solía hacerlo, en un segundo parpadeaste varias veces mirando en dirección contraria, todo tu cuerpo temblaba por alguna extraña razón, sentías cómo las ganas de volver el estómago regresaban una vez más a ti, y justo cuando quisiste volver la vista, todo se volvió negro. Al abrir los ojos nuevamente, estabas de costado, la vista era nublosa y tenías un extraño sabor amargo y ácido en los labios, al intentar moverte sentiste cómo todo dentro de tí se revolvía, tenías algo atravesado en el muslo izquierdo, una especie de metal yacía en tu costilla, tenías el aliento helado, lo último que sentiste fue una mano fría tomarte del Awake hombro, intentaste ver a la persona, pero entre tanta oscuridad destellaba una luz que provenía de atrás. Lo único que pudiste hacer fue tocar esa mano, que tenía la piel tan adherida a los huesos y los dedos tan largos. Comenzabas a dormitar, sabías lo que pasaría, sabías que te conducías hacia un sueño profundo y largo, sin embargo, tenías una sensación contradictoria, pues ahora más que nunca te sentías en un estado: ¡despierto!

215

Yo sé que puedo lograr lo que me propongo

Luis Fernando Sandoval Rea

Profesora asesora María Tienda Díaz ...mi abuela apenas sabía leer y escribir, fue una mujer fuerte y decidida; heredó ese espíritu de lucha a mi madre y ella a mí.

Yo sé que puedo lograr lo que me propongo

Caminante no hay camino, se hace camino al andar. Antonio Machado

ra una tarde de primavera, iba rumbo a mi escuela: el Colegio de Bachilleres, Plantel 18. Mientras el autobús Eavanzaba, empecé a reflexionar sobre algunas vivencias que creía olvidadas, recordé que algunas veces he querido darme por vencido, abandonar todo y dejarme caer. He pensado incluso en suicidarme; a veces he creído que no tengo ninguna oportunidad ante los requerimientos que exige la sociedad actual: habilidades operativas que responden a nuestro mundo globalizado. Y me pregunto ¿qué esperanzas tengo yo un pobre muchacho que acaba de cumplir la mayoría de edad, pero aún no puedo aportar dinero para los gastos de la casa?, esto me causa cierta frustración. ¿Por qué este modo de pensar? No lo sé, tal vez porque cuando niño no me daba cuenta cabal de 221 lo que ocurría a mi alrededor y era feliz con lo que tenía, aunque era muy poco. Después empecé a tomar conciencia sobre las cosas y anhelé un juguete que mis padres no me pudieron comprar. A mi mente llegaron imágenes y sensaciones, recordé la vez que necesitaba unos tenis, los que tenía me apretaban y me daba pena pedir otros, pues yo sabía que apenas teníamos dinero para comer. De repente, parpadea el semáforo de la avenida Las Armas, el autobús se detiene y me bajo, aprieto el paso para alcanzar a cruzar al otro lado de la acera. Allí, sin pensarlo siquiera camino más rápido como si quisiera alejarme de mis pensamientos: recordé la ocasión que no fui a una fiesta pues me daba pena ir vestido con mi ropa remendada y vieja, además no tenía dinero para comprar un regalo. Es triste cuando le tuve que decir a la maestra de la primaria que no podía participar en un bailable porque mi mamá me dijo que no Luis Fernando Sandoval Rea

podía pagar el vestuario. Pero era pequeño y no pude apoyar a mi mamá, quise ser mayor para ayudar, y me sentí inútil, dentro de un vacío absorbente. Esas cosas quedaron muy dentro de mí, como cicatrices en el alma. De ninguna manera soy ingrato, egoísta o materialista, simplemente que cuando pasas tantas carencias, puedes perder el rumbo de tu camino y abandonar todo. Por ejemplo, cuántos de mis compañeros que iniciaron el bachillerato conmigo no terminaron por distintas causas. Algunos porque vivían muy lejos y no tenían para los pasajes, otros no tenían el apoyo de su familia, algunos porque tomaron decisiones equivocadas y fueron a dar a la correccional o embarazaron a sus novias. Y menciono solamente algunas de las experiencias compartidas por mis amigos y compañeros y por lo que he observado durante estos ya casi tres años que tengo estudiando en mi amado Colegio de Bachilleres. Yo he luchado por permanecer estudiando y seguir siempre 222 adelante, a pesar de todos los retos que se me han presentado. Ya estoy en sexto semestre, a punto de concluir mi bachillerato, un poco más entusiasta que cuando ingresé, claro con un poco de miedo por lo que me espera cuando termine esta etapa de mi vida, que ha sido muy productiva, porque me ha hecho enfrentar a mis demonios internos y salir avante. No lo hubiera logrado solo, tengo el apoyo de mi madre que, aunque no es una persona con una formación académica elevada, siempre me impulsa para que siga adelante. Ella me ha dicho siempre que el estudio es lo primero y ha procurado que me siga preparando y ve la manera, pero voy a la escuela, tengo cuadernos y puedo cumplir con mis tareas y trabajos, aunque con algunos esfuerzos. Ya casi llego a la escuela, me falta media cuadra, hace mucho calor, estoy cansado. Sin embargo, no me desanimo. Hace poco tiempo, haciendo un trabajo para la escuela, Yo sé que puedo lograr lo que me propongo leí el siguiente encabezado: “Más de un millón de alumnos abandonan sus estudios en México cada año. Uno de cada siete adolescentes que cursan el bachillerato deja de estudiar en el país”. (Suárez, 2019) Creo que esta aseveración no está fuera de la realidad, ya que uno de los factores que ocasiona esta deserción escolar tan significativa es la falta de oportunidades para los jóvenes, pues se dice que se implementan apoyos cada año y que hay becas y que todo está bien. Pero no es así, y nuestra sociedad es una muestra de ello. ¿Cuántos jóvenes se dedican a asaltar o a traficar droga? Nuestro país viene arrastrando muchos errores sociales; no creo que de pronto se resuelva todo como por arte de magia. Para eso hace falta tiempo y trabajo para lograrlo. Creo que no se puede solucionar todo lo que nos ha afectado a jóvenes dentro de un tiempo y espacio delimitados. Claro que se han dado becas, se han creado programas para que los jóvenes que no estudian ni trabajan adquieran un oficio o terminen la escuela; se dice que ahora sí los jóvenes 223 tendremos mayores oportunidades. Esto es tan cierto o no, puesto que, en efecto, se nos da una beca que apenas te alcanza para libros, o en el mejor de los casos, para el pasaje; en muchas ocasiones te tienes que aguantar el hambre porque no tienes para una torta. Es una moneda tirada al aire para saber si pagas impresiones, copias o comes; algunas veces te tienes que ir caminando para ahorrar, como hoy. En fin, hay muchos jóvenes que viendo la necesidad a la que se enfrentan, deciden dejar la escuela y ponerse a trabajar en empleos mal pagados y extenuantes, que no te dan tiempo para seguir estudiando. He tenido compañeros que de plano se dedican a vender droga o ingresan a la delincuencia, porque ven que no tienen otras opciones, tal vez porque no hay apoyo en casa o porque no les queda de otra. Yo quiero seguir adelante, porque sé que con el estudio voy a tener un mejor futuro, y porque no quiero ser un Luis Fernando Sandoval Rea

delincuente ni una persona sin oficio ni beneficio. No espero que el gobierno me dé todo, eso genera conformismo, provoca que el pueblo espere a que le resuelvan la vida y no salga adelante. También creo que nada te cae del cielo, tienes que trabajar para lograr tus sueños y yo estoy dispuesto a hacerlo. Como ya lo dije, algunas ocasiones he querido mandar todo muy lejos: la escuela, a los profesores, a mis compañeros, a mi madre. Me he sentido inútil, impotente ante ciertas situaciones que una vez que las analizo con calma, no son tan graves, pero me afectan. Por ejemplo, el hecho de volver a hacer un trabajo ya terminado, y no me duele hacerlo de nuevo sino el gasto que le genero a mi madre, que últimamente ha estado muy enferma y se aguanta para que yo tenga dinero para la escuela y para que pueda comprarme una torta, o se queda con veinte pesos para su pasaje cuando ella trabaja tan lejos. Algunos maestros no entienden los enormes esfuerzos 224 que hacemos por entregar tareas a tiempo o por comprar un libro. Muchas veces he llorado en los hombros de mi madre y le he dicho que quiero dejar la escuela para ayudarla con los gastos de la casa, para que no se canse tanto y para que atienda su salud; ella es diabética, pero siempre me sonríe y me dice que quiere que yo tenga una mejor calidad de vida, mejor que la de ella y que tenga un mejor futuro y me hace prometerle que seguiré estudiando y que me esforzaré y no me daré por vencido. Solamente quien ha vivido algo parecido me entiende. Algunos dirán: “¡Qué exagerado!”, o tal vez que hablo demasiado de mi madre; pues sí, es ella mi única familia y mi único apoyo, quien lucha día con día para que yo siga estudiando, por eso la menciono en reconocimiento. De forma automática miro mi viejo reloj, faltan veinte minutos para las tres, hora de entrada a mi querido Plantel 18 Yo sé que puedo lograr lo que me propongo y me pregunto: ¿Poseo todas las facultades para realizar bien mis trabajos y proyectos?, ¿tengo la determinación por aprender y adquirir los conocimientos que mis maestros me proporcionan? ¡Claro que tengo las mismas oportunidades, y más en el aspecto intelectual! Sin embargo, lo confieso, las matemáticas no son mi fuerte, pero aun así le echo ganas y pongo mucha atención a mi maestro para aprender, hago mis tareas y cumplo con lo que se me pide. Además, en este preciso momento me estoy esforzando aún más porque es el último semestre y quiero obtener un mejor promedio para quedarme en una escuela de nivel superior. Algunas veces duermo poco por hacer mi tarea o estudiar, pero estoy convencido de que estos pequeños sacrificios me ayudarán a lograr mis sueños. Quiero ser médico, con una especialidad en curar enfermedades raras, evitar que los niños mueran, apoyar a las comunidades pobres de mi país. Creo firmemente que los jóvenes podemos hacer que realmente se 225 logre un progreso significativo en nuestro país, podemos poner nuestro granito de arena en la construcción de un mejor lugar para vivir y para crecer. Yo estoy consciente de que nada es fácil y de que todo lo que vale la pena cuesta, pero lo voy a lograr, aunque deje mi alma en el intento, debo lograr mi sueño y así, cuando algún día mire hacia el pasado, esté satisfecho con todo lo que he hecho, porque me he dado cuenta de que el estudio es muy importante, ya que la vida no ofrece las mismas oportunidades a una persona que apenas tiene conocimientos básicos, que para quien logra terminar una carrera. ¿Qué sería de nosotros sin tener las herramientas necesarias para luchar? Y más con la situación política y social de nuestra época. Reflexionando sobre lo anterior, hay personas con una carrera universitaria y tienen dificultades para conseguir un Luis Fernando Sandoval Rea

empleo bien remunerado o de lo que estudiaron. Sin embargo, en definitiva, los que estudian tienen más oportunidades y la capacidad de elegir dónde pueden desempeñarse, en comparación con los que carecen de una trayectoria académica. Yo quiero salir adelante y sé que lo voy a lograr, porque soy persistente, porque creo que algún día, no muy lejano, mi país se recuperará del periodo de obscuridad por el que ha transitado, porque tengo fe en mi futuro y en el de mi México amado. ¡Por fin, llego a la puerta principal de mi escuela, respiro aliviado, me seco el sudor con el dorso de mi brazo, limpio mis lentes y estoy listo para tomar todas mis clases! Estoy en mi segunda casa, en el sitio que me ha albergado durante todo este tiempo y me ha permitido madurar y crecer como persona. ¡Me siento feliz! Considero que el estudio es la llave que nos abrirá la puerta al progreso, es el camino que debemos de seguir para superar todas las crisis, por ello seré un gran hombre, un 226 exitoso profesionista. Ese es mi credo, mi madre, mi impulso, mi perseverancia, mi mayor combustible. Quizá soy solamente un soñador en busca de una utopía, pero realmente tengo la certeza de que podré lograr mis ilusiones, preparándome constantemente. “Lucha por lo que quieres”: decía mi abuela, y así es. Debemos escuchar las voces de nuestro origen para tener futuro. Aunque mi abuela apenas sabía leer y escribir, fue una mujer fuerte y decidida; heredó ese espíritu de lucha a mi madre y ella a mí. Algún día podré compensar un poco todo lo que la vida me ha dado. Lograré todo lo que me he propuesto, sé que voy paso a paso y que a veces caigo, pero me levanto; tropiezo pero sigo adelante, marcando mis pasos en el camino, dejando mis huellas firmes. Tal vez algún día, estas huellas servirán de guía para un caminante que, como yo, Yo sé que puedo lograr lo que me propongo esté en busca de alcanzar una meta. Ojalá que así sea y que mi paso por esta vida no sea borrado por el viento del olvido. Quiero ser como un faro en la obscuridad de la noche que ilumine a los demás y lo seré con estudio y perseverancia. Estoy convencido de ello.

227 Luis Fernando Sandoval Rea

Referencias

Suárez, K. (18 de marzo de 2019). El País. Sitio web: https://elpais.com/ internacional/2017/12/29/mexico/1514515236_401874.html

228 El día que dejé de rezarle a Dios

Erik Obed Apolinar Escobar

Profesora asesora Carmen Azucena Arellano Molina Rezo y te pido por nosotros, no tengo una imagen de Dios en mi mente. Tengo tu imagen, la que guardé el último día que te vi.

El día que dejé de rezarle a Dios

s posible que un niño de 12 años deje de creer en Dios? ¿Puede un niño negar la existencia de una ¿Edivinidad? No te confundas, yo no rebato ninguna idea sobre las creencias ni mucho menos intento discutir. Mi única intención es platicarte cómo toda mi fe cambio de dirección. Y aunque sé que no lo verás, espero sinceramente llegar a ser el hombre que te hubiera gustado que fuera. Para mi abuela. ¿Me estás viendo? ¿Puedes escuchar lo que cantamos, lo que decimos? Son las preguntas que me hago todos los años. Cada día que toca celebrar el día que te fuiste, toda la familia se reúne y estamos unidos, pero eso no es muy agradable. ¿Sabes?, no hay otro día en que nos reunamos, no hay una comunicación continua. Todo se cierra después de este día y ninguno de nosotros intenta hablar con el otro. 233 De vez en cuando visitamos al Abuelito, pero es rara la vez en que nos reunimos como la familia que, se supone, tú habías querido que fuéramos. Todos se volvieron distantes y extraños, dejamos de interesarnos por los demás y más que juntarnos, tu muerte nos separó. La iglesia está llena, después de ocho años tus nietos ya hicieron su vida y te llenaron de bisnietos. Por mi parte, no considero que a mis 20 años sea necesario iniciar con mi familia, así que sólo te traigo a mi novia y le muestro cómo toda nuestra familia se reúne en días tan tristes como éste. Terminando la misa, todos vamos a comer a tu casa. Las cosas siguen tal como las dejaste. No hay cambio alguno y cuando los hay, absolutamente todos, nos damos cuenta. ¿Tus hijos? Bueno, el tío Raúl se sometió a una operación. Dice haberte visto, desde ese día ya no toma alcohol, supongo que tenías que darle un jalón de orejas y al parecer funcionó. Erik Obed Apolinar Escobar

Califa terminó con su triste matrimonio y se consiguió un nuevo novio. No sabía que tan viejitos eso funcionara; la verdad es que de ella no podría decirte mucho, pero sé que está bien, porque ya dejó a su martirio. Es feliz con sus hijos y todos sus nietos. Dante es un problema, lo operaron y le pusieron un marcapasos, salió bien del hospital pero sigue comiendo mal, aun cuando le pidieron que se alimentara lo mejor posible. Mi madre se peleó con él pero no podemos vigilarlo siempre. Carlos es igual que siempre, pero pelón, supongo que el estrés y la edad no se llevan muy bien; cuida y sobreprotege a sus nietos, pero sabes que él siempre ha sido así. Maribel se separó de su marido, ahora vive sola y cuida a sus hijos como nunca, los pone por encima de todos sus problemas, es con ella con la que tengo más comunicación. Y Rosalba, bueno, ¿qué te digo?, supongo que como mi madre no puedo darte una opinión, pero mi hermana y yo somos su apoyo; poco a poco pierde más la vista y debemos ser fuertes para cuidarla, 234 ella está bien, está con nosotros. Siempre fuiste nuestro apoyo, tanto mi hermana como mi madre lloran cada vez que recordamos los hermosos momentos que pasamos contigo. Mi padre no es la excepcion, su “señora suegra” fue y sigue siendo prioridad en este tipo de situaciones. Hay cosas que no puedo decir, como mis intimidades y mis errores. Nadie alza la mano cuando preguntan quién lanzó la piedra y es por eso que sólo vengo a platicarte lo bueno y lo lindo que pasa con tu familia. Es extraño cómo todos le piden a Dios. Mi madre, mi padre, mis tíos, mi novia y sus padres. Yo no, desde ese día cambié por completo mi forma de pensar. Fuiste muy importante para mí y se me hace imposible que de un momento a otro, te haya perdido. Le pedí a Él, a Dios, que te dejara conmigo. Que cambiara tu destino un poco, no sólo por mí, sino por toda la gente que estuvo apoyándote dentro y fuera del hospital. El día que dejé de rezarle a Dios

Mi hermana y yo íbamos a la primaria y regresábamos a casa solos. Mi madre siempre estuvo contigo, ¿recuerdas? No se alejó ni un momento de ti, aun a pesar de las cosas que decían los demás, aun a pesar del clima o el día. “Fui a cuidar a su abuelita al hospital. Cuídense y pórtense bien con su tía Sonia”, era lo que mi madre nos dejaba escrito en una nota. Y así fue por una semana. Yo oraba por ti, noche tras noche rezaba y le pedía que te curara, que no te alejara de nosotros. Cada una de las oraciones y las cosas que sabía con las que podía comunicarme con Él, iban dirigidas a ti. Hasta que un día, mientras jugaba con el nieto de mi tía Sonia, llamó mi padre buscándome para decirme que ya habías fallecido, en ese momento me rompí. Recuerdo que no lloré, no me puse triste y no dije nada. Sólo esperé a que mi padre fuera por nosotros y nos llevara contigo. No sabes el impacto que es para un niño el que le digan que uno de sus seres queridos ha muerto. No se puede creer, simplemente, crees que es una broma. 235 Llegamos contigo y estabas en una caja, la verdad no me acerque pero la caja estaba tan alta que tendría que pararme de puntitas para poder verte. Para mí, ver todo ese contexto era increible. Sólo estabas durmiendo o era algún tipo de sueño raro. Nunca logré asimilarlo, vi gente llorar, vi a tus hijos golpear, patalear y gritar tu nombre mientras negaban la situación. Pero uno es niño y no dejé de jugar, lo siento, Alicia, pero ese día estuve jugando en las escaleras con tus otros nietos. Jugábamos a las atrapadas y con tazos. Recuerdo jugar en el estacionamiento. Pienso que los adultos dirían: “Ellos no saben lo que está pasando”, pero yo creo que sabemos bien a qué vamos y que por eso mismo nos alejamos de ahí para no ver a nuestros padres destrozados y en un estado que jamás lograremos entender. Erik Obed Apolinar Escobar

Ahí hicieron rosarios y hasta una misa, en la que no estuve porque queria dormir. Dijeron que te iban a cremar y entonces se llevaron tu cuerpo, al que nunca me acerqué a ver. No quería quitar tu sonrisa de mis recuerdos, no quería tener un mal recuerdo tuyo, no así. Y sé que jamás juzgaste que no llorara, tu sabes que a mí me dolía, pero a mi madre le tocó ser el apoyo de tus hijos y nietos. ¿Y quién iba a ser el apoyo de ella? No me tocaba a mí hacer eso, pero aun así la abracé y la consolé cuando se abrió. Nadie la vio rota, nadie la vio quebrarse. Hoy en día todos siguen impresionados por lo fuerte que fue mi madre en esa situación, pero en verdad nadie la vio destrozada en el suelo con lágrimas en su rostro. Eso quería evitar, eso quería que Dios lo cambiara, pero no lo hizo. No sé qué hizo falta, no sé qué hice mal para que Él no considerara nuestra situación. Lo hice todo por ti y es por eso que no te dejé ir así de facil. Así que le pedí una disculpa, lo 236 puse en otro lado muy lejano donde no tuviera que acordarme que Él existe o existía. Y en su lugar estás tú. Ahí estás desde hace ocho años y no he cambiado mi forma de pensar desde ese día. Tomaste el lugar de Dios en mi vida y créeme que no me arrepiento de haber tomado esa decisión. Rezo y te pido por nosotros, no tengo una imagen de Dios en mi mente. Tengo tu imagen, la que guardé el último día que te vi. Ha sido y será siempre así, cuando se trata de encomendarnos a alguien, lo hago con la persona que cuidó y vio por mi familia hasta el último de sus días. ¿Quién dice que no lo has de hacer ahora? Así fue durante la secundaria, donde mi camino tomó un rumbo negativo. Me desvié y me convertí en un chico muy malo. Hice y dije cosas que no tenía que haber hecho y cuando vi mi promedio había quedado en un triste y avergonzante 6.7. Con esa calificación hice el examen para el medio superior. Yo iba completamente despreocupado en El día que dejé de rezarle a Dios ese entonces, las consecuencias no estaban dentro de mis consideraciones. Entré a una escuela que no me gustó, traté mal a chicas que había enamorado por diversión y entonces, cuando ya era demasiado tarde, estaba dado de baja. Me pidieron que fuera chambelán de los XV años de una amiga de los scouts. Se llama Andrea, le platiqué de la relación amorosa que tenía en aquel entonces y ella se enojaba porque todos, absolutamente todos, sabían que esa relación no me convenía y que me estaba arrastrando a un lugar que no era el mío. Y así fue, tuve la loca idea de ir con ella y suicidarnos. Pero algo brilló. Me pregunté si en verdad eso era el amor, si eso era querer a alguien y ahí estabas tú. Otra vez había cometido un error, intentar suicidarme fue la peor idea que pude haber tenido. Eso no era amor y lo sabía porque tú me habías enseñado a amar. Tú me amaste de una forma diferente y era obvio que yo estaba equivocado. Pasé un año sin educación y en ese año de reflexión y 237 de superación me enamoré de Andrea, entonces ella llegó a provocar un choque en mi vida y empezó a hacer miles de cambios que no sabía que tenían que suceder. Estudié, hice proyectos, seguí bailando y dibujando. Se me había olvidado quién era, qué hacía, qué era lo que me gustaba y Andrea lo cambió por completo. Cuando cumplí un año con ella, miré hacia atrás y vi todos los errores que había cometido, todo el mal que había hecho y me arrepentí de cada acción y palabra que había hecho para dañar a alguien sólo por diversión. Entonces me pregunte cómo fue que pasó esto. Y te vi, no sé si la enviaste para corregirme, no sé si es un ángel que sólo va a estar ahí por un momento o toda la vida. Pero tomo el derecho de culparte y te agradezco porque todo lo hice por ti. Y después de contarte el triste relato de cómo un niño de 12 años dejó de creer en Dios para empezar a creer en Erik Obed Apolinar Escobar

su abuela es como llegamos aquí, hoy. Estoy acostado en mi cama. Con veinte años, ocho años ya de haberte ido y te acabo de decir todo lo que pasó en mi vida, todo lo que se rompió y lo que construí. Hoy me siento bien, contento. Haré el examen para la universidad y necesito distraerme porque los nervios están que me matan. Sé que acostarme aquí y hablar con una persona que ya no está con vida puede sonar alocado. Pero todos lo hacen, con la imagen de un hombre al que nadie conoce, así que supongo que no hay problema. Estoy alegre porque hoy sí tengo una meta. Hoy tengo a mi familia y una persona a mi lado. Y todo lo que he aprendido, todo lo que quiero hacer te lo dedico a ti. Porque aun cuando te fuiste, volviste para hacerme entrar en razón. Algún día tomaré la decisión y será mi responsabilidad, a pesar de lo que digan y de todo lo que piensen de mí. Seguiré mis ideales y lucharé por hacer de mi vida algo de lo que te puedas sentir orgullosa de tener un nieto realizado. 238 ¿Existen los milagros? Yo te considero uno en mi historia. Has sido y serás parte fundamental de mi vida; hoy, mañana o, tal vez, dentro de una semana te estaré molestando otra vez y te contaré cómo cometí un error más para alargar la lista, o puede que te platique de un acto de heroísmo. Cada día habrá algo nuevo y lo comparto contigo porque te siento aquí. Tengo que despedirme, ya casi es hora de irme y debo arreglarme para ir lo mejor preparado posible para el examen. Antes de despedirme tengo que pedirte lo de siempre, cuida a mis padres. Podrán parecer inquebrantables, pero sé que hay cosas que los afligen. Cuida mucho a mi hermana y, por favor, dile que ya no me despierte con sus escándalos por la mañana. Cuida a mis primos y a mis tíos para que podamos vernos dentro de unos meses, cuando cumplas otro año, no me gustaría que pase, pero creo que todavía hay mucho que debo disfrutar con ellos. Cuida al abuelo, es impresionante El día que dejé de rezarle a Dios cómo con el pasar de los años él sigue siendo tan fuerte y tan sabio. Cada día me impresiona de una manera diferente y creo que jamas podré dejar de aprender de él. Escogiste al hombre adecuado, abuela. Cuida a mi novia, sé que no es la mejor, pero en este momento es lo que me hace feliz. Me cuida y me procura así que creo que está haciendo bien su trabajo, ¿no crees? Ella y tú se habrían llevado muy bien; ella, tan oportuna, y tú, tan abierta. Me hubiera gustado que te conociera, para que conozca a la mujer que se encargó de hacerme feliz antes que ella. Y no menos importante, siempre continúa al pendiente de mí. Puede que te sorprenda con algún paso de baile, que cante bien una nota o no lo sé. Tal vez estás viendo a un futuro profesor de inglés o a un exitoso actor de doblaje. Por cierto, sé cuánto te gustaba escucharme cantar, estaba pensando que tal vez, si me hago un tiempo, podría este año cantarte una canción con mi guitarra en tu cumpleaños, pero no te confíes, ya sabes cómo soy de flojo. Recuerdo que me decías 239 que solía dormir mucho, es algo que aún no puedo evitar. ¡Demonios!, ya es tarde. Siempre me pasa lo mismo, hablo de algo y me desvío por temas poco importantes. Debo trabajar con eso, me distraigo con facilidad y mis profesores suelen decírmelo. Pero, ¿qué le hacemos a este muchachito rebelde por razones obvias? Muchas gracias por escucharme otra vez; te digo, no sé si me escuchas, pero estoy en verdad cómodo contándote cosas, sólo que creo que esta vez sí me extendí un poco. Que tengas buen día, abuelita, ya me debo despertar. El futuro me espera. Y no te preocuopes, yo te llevaré a ese futuro conmigo. Te amo.

Contrastando el México actual y mi visión del futuro

Julia Espinosa Estrada

Profesor asesor José Oscar Rodríguez Morales Vivo aquello que el ciudadano elije, y de ello quiero hacer un mundo mejor, porque aún tengo esperanza de que las cosas pueden cambiar.

Contrastando el México actual y mi visión del futuro

uando se habla de un país, se hace referencia a una sociedad con una organización política, un territorio Cy órganos soberanos e independientes; pero cuando yo hablo sobre mi país también hablo de mis raíces, cultura, costumbres, trato social, gobierno, economía, derechos, valores, temores, educación, prospectos laborales… La experiencia propia me ha brindado el valor de la palabra, de no callar sin importar la edad, sexo, recursos o preferencias. A través de este escrito quiero expresar mi opinión con respecto a cómo estos aspectos han influido en mi formación y en las expectativas que tengo a futuro, tanto para continuar con mi desarrollo como para enfrentar los retos y aprovechar las oportunidades que se me presenten, de tal forma que yo misma pueda ser un agente de cambio para lograr el país que quiero, contrastando la situación actual (en papel, en los medios y en los hechos) con las áreas de oportunidad que considero necesario abordar para transformar a México en un país más 245 justo, en el que todos podamos vivir dignamente. Sé que la temática es muy amplia y por eso quiero plantearla desde el punto de vista de quien soy: una mujer joven, habitante de una de las ciudades más grandes del mundo, que desea continuar con su formación profesional y lograr sus metas. Somos un país multicultural, repleto de historia y con muchas tradiciones, sin embargo, es una pena que el paradigma del país cambie cuando uno empieza a ser consciente de una sociedad en la que espera influir. Los adultos ven a los jóvenes incapaces de crear e innovar, porque consideran que la tecnología los hace perezosos, egoístas y superficiales; las mujeres somos mal vistas si usamos poca ropa o ropa atrevida, y al salir a la calle, tanto mujeres como hombres, corremos el riesgo de no volver. Vivo en un país donde las religiones, la política, los estatus Julia Espinosa Estrada

sociales, la orientación sexual, los gustos, y otras preferencias nos separan en grupos llenos de prejuicios, repletos de tabúes donde importa más la opinión pública que la propia. Solemos llenarnos la cabeza de cosas superficiales y de necesidades materiales que nos crea un mundo donde las posesiones sustituyen al ser, esto nos hace consumistas en exceso sin obtener satisfacciones más que de manera inmediata. Confiamos en los cambios, pero en lugar de actuar, sólo esperamos a que sucedan. Los mexicanos somos conocidos por ser “cangrejos”, con una mala comunicación política, institucional, gubernamental y social. Hemos sido víctimas de la corrupción y el abuso de gobernantes, servidores públicos y empresarios ambiciosos que únicamente han visto lo que pueden sacar para su propio provecho y no para beneficiar a la población, dañando el ambiente y la vida de comunidades enteras. Todo lo anterior me hace desear un cambio, donde haya 246 oportunidades de crecimiento para los jóvenes. Quisiera que hubiera oportunidades para nosotros, porque si no, la única sensación que tengo es que debo dejar el país, y yo quiero un país en el que quiera quedarme. Quiero un país incluyente, pero no sólo en el discurso, sino en los hechos. Actualmente, la oportunidad de continuar con los estudios a nivel medio superior y superior es muy escasa. De acuerdo a la Encuesta Intercensal del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (inegi), en 2015 el número promedio de años de educación formal que había cursado la población mayor de 15 era de 9.2; a pesar de que la mayoría de la gente no concluye su educación básica, la oferta en los niveles educativos posteriores se ve rebasada año con año por la demanda. El 16 de mayo del 2018, la población total estimada en la Ciudad de México era de 21 millones 581 mil habitantes, según Forbes México, es la quinta mega urbe en el mundo; se estima que en 2035 la ciudad cuente con 24 millones 490 Contrastando el México actual y mi visión del futuro mil habitantes, de acuerdo con un informe elaborado por el Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de la Organización de las Naciones Unidas (onu). Estas estadísticas suponen un problema de sobrepoblación que implica a la economía, afecta el aspecto laboral y causa deficiencias en la calidad de los servicios, como el transporte público, la educación, los lugares de esparcimiento y cultura, entre otros. Considero que la educación y la economía son los factores más importantes para lograr un cambio. Me gustaría que todo aquel que quisiera tuviera la oportunidad de cursar el bachillerato y entrar a la universidad; pero es difícil obtener un lugar en una escuela porque la demanda es mayor que la oferta. La distribución inequitativa de la riqueza hace que muchas familias no tengan los recursos suficientes para pagar una escuela particular para sus hijos y, al mismo tiempo, solventar los servicios básicos, como la alimentación, salud y demás necesidades. La educación se vuelve masiva, por lo tanto, la atención 247 del maestro hacia el alumno es menor y los espacios físicos resultan insuficientes. Me gustaría que los estudiantes pudieran desarrollar una mejor comunicación. Nosotros como jóvenes estamos inmersos en una serie de exigencias que no necesariamente nos preparan para ser buenos ciudadanos, la educación se enfoca generalmente en lograr pasar al siguiente nivel fomentando la individualización y la competencia. Yo, como muchos otros jóvenes, aún no soy ciudadana, no puedo votar, no puedo trabajar porque aún no tengo una especialidad, y el área en la que quiero desarrollarme es la cultura, pero actualmente en México hay muy pocas oportunidades en este ámbito. De acuerdo con mi experiencia, puedo decir que la cultura en nuestro país está por los suelos: los espacios son insuficientes, hay poca oferta, no hay promoción suficiente, la gente no busca la cartelera cultural, la formación artística que se da en las escuelas es muy pobre. Julia Espinosa Estrada

Generalmente, si tienes algún interés en algo relacionado con el arte tienes que buscar dónde desarrollarlo. La gente normalmente deja de lado al arte. Como ejemplo: en la escuela es una materia “de segunda”. En realidad, el arte es lo que puede sacar adelante a la gente, porque aunque tú no seas capaz de producirlo, la contemplación del arte te convierte en otro tipo de persona, expande nuestros horizontes, nos brinda nuevas emociones y hace que experimentemos el mundo con ojos más sensibles. Uno debería de ir a la escuela por gusto, con el fin de aprender, sin pensar en una calificación; no se trata de sólo de asistir. A ningún estudiante, joven o adulto, debería de importarles una calificación, porque eso no refleja el conocimiento adquirido; un número no te dirá cuán inteligente eres, todos somos capaces de lograr grandes cosas. El cumplir no define el saber. Conocer se trata de aprender, y 248 para aprender debe haber interés tanto del maestro como del alumno, la clase debe ser amena y no tediosa. Crecemos y maduramos a diferentes ritmos, pero nuestra verdadera obligación es con ese crecimiento, buscando siempre ser la mejor versión de nosotros mismos que en conjunto pueda lograr la mejor versión de nuestro país. La manera en la que visualizo un cambio en el país es mediante la sensibilización de la gente para transmitir que el conocimiento es poder y la cultura es placer, y que esto, en conjunto, nos permite ser mejores personas y ciudadanos para construir un mejor país. Debe haber mayor infraestructura, mayor inversión en las cosas más básicas, como las escuelas, la formación artística y la cultura, para fomentar el desarrollo armonioso del ser humano. Se deben implementar políticas públicas que tengan que ver con la promoción de la cultura, para que la gente considere al arte como parte fundamental del desarrollo del ser humano, un país que sensibiliza a Contrastando el México actual y mi visión del futuro sus ciudadanos por medio del arte les hace apreciar todas las manifestaciones culturales, no sólo las tradicionalmente comerciales, y les brinda una visión más amplia del mundo, les proporciona herramientas para construir su propia identidad y les da un sentido de pertenencia. También considero que debe haber una amplia oferta educativa y, de forma paralela, crear más espacios culturales para todo aquel que quiera un desarrollo más amplio, artístico y armonioso. En el caso del nivel superior, implica crear nuevas áreas para que los alumnos puedan especializarse en ámbitos como la educación musical, producción y composición, promoción cultural, todo aquello que está detrás y no sólo como ejecutantes; para esto retomo lo de la sensibilización desde los niveles educativos más básicos. No hay estas carreras en la mayoría de las universidades públicas de nuestro país porque falta una visión del arte y las humanidades como un área de profesionalización exitosa en los términos promovidos 249 en el mundo actual, que giran alrededor de lo material e inmediato. La reacción generalizada hacia quienes expresamos interés en desarrollar se resume en expresiones como “¿de qué vas a vivir?”, “te vas a morir de hambre” y, en el mejor de los casos, “bueno, siempre puedes estudiar una carrera de verdad y seguir haciendo eso como un gusto”, como si solamente fuera un capricho y no una disciplina tan respetable como las más tradicionales (y por cierto saturadas) como derecho, contaduría o medicina. Pienso que los jóvenes bien guiados podemos ser una fuente de promoción de nuestras mismas inquietudes y gustos para expresarnos, yo ya he buscado lugares para mi desarrollo cultural en el ámbito musical, y a pesar de que hay escuelas públicas, la demanda para su estudio formal es alta porque los lugares que se ofrecen son pocos. Julia Espinosa Estrada

En resumen, lo que busco es que haya mayor desarrollo para todos, donde se brinde valor e importancia hasta a las pequeñas cosas. Dejar nuestro grano de arena no es sólo cumplir con las actividades ordinarias del ser humano, es ir más allá, dejar constancia y ser todo un ejemplo a seguir, pues todos podemos lograr grandes cosas e implementar nuevas ideas con ayuda de la creatividad, sin importar la edad que se tenga; contar con el compromiso, dedicación, disciplina y entusiasmo para lograr grandes proyectos de vida, desarrollarnos en espacios con una buena organización, aprender cosas nuevas cada día; llegar al crecimiento armonioso y dar la mejor versión de nosotros, viendo hacia el futuro, haciendo un buen uso de la tecnología, incluyendo a los jóvenes en la opinión pública, política y social, porque no todo aquel denominado “joven” es ciudadano. Yo, como muchos otros, no soy mayor de edad, y hay ciertos derechos que aún no adquiero, pero 250 tengo un juicio de lo que quiero y, a pesar de que no tenga esos derechos, soy parte del futuro de México y también del cambio. Vivo aquello que el ciudadano elije, y de ello quiero hacer un mundo mejor, porque aún tengo esperanza de que las cosas pueden cambiar. El gobierno tendrá que escuchar las peticiones de sus ciudadanos, porque esa debe ser su prioridad, debe actuar responsablemente en tiempo y forma, y deberá responder con un proyecto hacia el futuro, considerando a toda la población, desde los niños hasta los adultos mayores. Sé que las cosas toman su tiempo y que eso no sucederá de la noche a la mañana, pero confío en que podemos ser escuchados de la mejor manera, actuando civilizadamente, empezando por uno mismo, escuchando a los demás, cambiando aquello que no nos guste, innovando, buscando nuevas formas de hacer las cosas, invitando a más personas a ser partícipes y a aportar su entusiasmo. Todo ese esfuerzo rendirá frutos, Contrastando el México actual y mi visión del futuro tarde o temprano, y el gusto será tan grande que nuestro entorno continuará creciendo con nuevas ideas y proyectos, y todo aquel que se involucre en generar el cambio también crecerá como persona.

251 Julia Espinosa Estrada

Referencias:

Instituto Nacional de Estadística y Geografía. (2015). Encuesta Intercensal 2015. México: inegi. https://www.inegi.org.mx/programas/intercensal/2015/

Forbes Staff. (Mayo 16, 2018). cdmx, la quinta ciudad más habitada en el mundo: onu. México: Forbes México. https://www.forbes.com.mx/cdmx-la- quinta-ciudad-mas-habitada-en-el-mundo-onu/

252 Remigio Jarillo González Director General Laura Montalvo Díaz Secretaria General Silvia Alejandra Guzmán Saldaña Secretaria de Servicios Institucionales Daniel Enríquez Yedra Encargado de la Unidad de Administración y Finanzas José Noel Pablo Tenorio Titular de la Unidad Encargada del Apoyo Jurídico Carolina Rosa María Valle Mejía Coordinadora Sectorial Zona Norte Francisco Javier de la Torre Hernández Coordinador Sectorial Zona Centro Francisco Cruz Gómez Coordinador Sectorial Zona Sur Israel Alatorre Cuevas Director de Comunicación y Publicaciones Pamela Manzano Gutiérrez Directora de Planeación Académica Emilio Raúl Zamudio González Director de Evaluación, Asuntos del Profesorado y Orientación Educativa Xóchitl María González Gómez Subdirectora de Orientación Educativa Noemi Lilia Solis Bello Ortiz Jefa del Departamento de Coordinación de Tutorías

www.cbachilleres.edu.mx Amparo Espinosa Rugarcía Presidenta Julio Serrano Espinosa Vicepresidente Manuel Serrano Espinosa Secretario Amparo Serrano Espinosa Tesorera Alfonso Ferreira Asesor Maureen Mondragón Pérez Directora de Proyectos

www.fundacionesru.org