Premio ESRU "Opina 2019"
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Ilustración Plantel 1 y Plantel 12, José Armando Guerrero Moreno Plantel 2 y Plantel 14, Javier Cerón Montes de Oca Plantel 3 y Plantel 18, Sandra Martínez Luna Plantel 4 y Plantel 20, Martha Catalina Balcázar Niembro Plantel 5 y Plantel 9, Javier Darío Cruz Ortiz Plantel 6 y Plantel 16, Andrea Hernández Espinosa Plantel 7 y Plantel 11, Juan José Lugo Araujo Plantel 8 y Plantel 15, Juan Antonio Cruz Cruz Plantel 10, Martín Martínez González Plantel 13, Francisco Javier Aguirre Durán Plantel 17 y Plantel 19, María de Jesús Martínez Velasco Diseño José Armando Guerrero Moreno Martín Martínez González Francisco Javier Aguirre Durán Martha Catalina Balcázar Niembro Corrección Víctor Hernández Jesús Vicente García Martínez íNDICE Mi mamá también es humana Marlen Monserrat Ballesteros López Ganadora del Primer lugar general 11 ¿En verdad es México? José Jovani Lugo Fernández 25 El error más grande Carlos Alberto Santillán Ríos 35 Op RU in S a El progreso mexicano Sergio Alberto Campos Castañeda 47 E o Un mundo mecánico Armando Abraham Barragán Almazán 61 i m Un hogar para las estrellas e Antonio Alexander Hernández Aguilar 73 r P Simulación terminada Luz Estrella Aketzali Santos Salazar 85 Lo que podría ser Ariel Pineda Reyes 97 Antología 2019 Primeros lugares alumnos ¿Hacia dónde...? Kevin Ubaldo Minjares Domínguez 109 Por encima de la ley Joana Itzel Acevedo Barrón 121 Así es vivir en la CDMX Alondra López Arguello 133 El tabú del día a día Ana Gabriela Hinojosa Montero Op 143 RU in S a Sombras brillantes E Diana Paola Cortés Luna 155 o Mi nínfula favorita i Ixchebel Campos López 167 m e Una respuesta Atzin Colin Justo 181 r P Pamela es… Pamela Casas Zaldivar 193 Awake Paola Selene Martínez García 205 Antología 2019 Yo sé que puedo lograr Primeros lugares alumnos lo que me propongo Luis Fernando Sandoval Rea 217 El día que dejé de rezarle a Dios Erik Obed Apolinar Escobar 229 Contrastando el México actual y mi visión del futuro Julia Espinosa Estrada 241 Op RU in S a E o i m e r P Antología 2019 Primeros lugares alumnos p O n i U R a S E o i m e r P Antología 2019 Antología Primeros lugares alumnos lugares Primeros Presentación SRU Opina es un certamen que ha estado en la preferencia de los Bachilleres desde 2006, por lo que Ese ha consolidado como una plataforma de expresión para la juventud que cursa la Educación Media Superior en la Zona Metropolitana de la Ciudad de México. En este certamen, los estudiantes tienen la posibilidad de dar a conocer sus opiniones, reflexiones sobre su vida y sus posturas frente a las reflexiones sobre su vida. p O n i U Desde hace más de una década, la Fundación Espinosa a R S Rugarcía, I. B. P., ha motivado a los estudiantes a compartir su pensamiento, por lo que desde el inicio los participantes de E cada generación han dejado una huella que habla desde sus añoranzas dejando con ello el registro de su presente y la ruta o hacia su porvenir. i De los escritos de los Bachilleres se desprenden sugerentes propuestas que pueden dialogar en términos 9 propios de su generación. El diálogo lleva la reflexión a las m actividades cotidianas que se presentan en la vida de los e estudiantes como una oportunidad para ser mejores. r El libro que tienes en tus manos es la expresión viva P de los estudiantes del Colegio de Bachilleres, cuyos escritos son los primeros lugares de cada uno de los veinte planteles y el primer lugar general, su alcance da cuenta de una sociedad rica en contrastes y voces. Antología 2019 Antología 2019 Antología Primeros lugares alumnos lugares Primeros Mi mamá también es humana Marlen Monserrat Ballesteros López Primer Lugar General Profesora asesora Yarica Martínez Cortés Debo reconocer que a mí me tocó una madre de ese tipo: imperfecta; una persona común, como yo y como cualquier otra. Mi mamá también es humana La madre representa la seguridad de la protección, el calor de la ternura, de la alimentación, pero también el riesgo de la prisión y de la opresión, el peligro del sofocamiento; por la madre se vive, pero por la madre también se puede morir. Silvia Tubert Cuando pensamos en la figura materna, nuestra mente proyecta a un ser perfecto que te ama, procura y cuida. Se dice que una madre siempre está al pendiente de nosotros y nos da todo su amor y cariño incondicionalmente; sin embargo, no siempre es así, pues nos olvidamos de que también es humana, ya que siente, sueña, vive e irremediablemente se equivoca. Debo reconocer que a mí me tocó una madre de ese tipo: imperfecta; una persona común, como yo y como cualquier otra. Fue difícil darme cuenta de eso, pues generalmente una madre nunca demuestra nada y si lo hace, como hijo nunca lo percibes. Nosotros siempre estamos centrados en nuestro mundo y, 15 como dije antes, la imagen que tenemos de la mujer que nos dio la vida es de perfección, de modo que muy difícilmente pensamos que también puede llegar a cometer errores. Para poder entender esto, debo comenzar con la historia de mi mamá la cual, por obvias razones, tiene que ver con la mía. Cuando conoció a mi papá, ella tenía 14 años y él 27; se ve claramente la diferencia de edad. Ambos se conocieron en el trabajo, comenzaron una relación y cuatro meses después llegué yo. Mi mamá me cuenta que estaba muy emocionada por tenerme, pues yo sería como su muñeca, ya que me iba a poder vestir y peinar como ella quisiera; claramente se notaba su inmadurez. Así comenzó todo... Después de mi nacimiento, las cosas no fueron como mi mamá las esperaba, pues claramente tener un hijo no es como tener una muñeca, al contrario, éste es un trabajo duro Marlen Monserrat Ballesteros López y de tiempo completo debido a que tiene que dar de comer, cambiar el pañal, bañar, soportar llantos nocturnos, etcétera; ser madre es un trabajo que nunca termina. Precisamente por esto las cosas con mi papá no funcionaron, se dice que los dos fueron infieles y por eso tres años después de mi nacimiento se separaron, lo cual no afectó mucho en mi desarrollo, ya que a los dos los veía y procuraba igual. Con el tiempo me fui haciendo la idea de que era lo mejor. Pasaron siete años desde lo de mi papá, cuando mi mamá conoció a otra persona: Carlos. Mi madre comenzó una relación sentimental con él y de esa relación vino un embarazo que fue muy duro y pesado para ambas, ya que constantemente tenían problemas y eso nos alteraba. No me gustaba ver a mi madre llorar todas las noches, sentía lo infeliz que era y eso me ponía realmente triste, porque sabía que no podría animarla. Esa relación no funcionó por mucho tiempo, fracasó porque a Carlos le daba miedo tener un hijo y hacerse cargo de él, así que mi 16 mamá lo libró de esa carga y le pidió que se fuera. Con la llegada de mi hermano, vinieron una serie de cambios, pues mi mamá tenía que trabajar más para poder mantenernos a los dos y, claro, también necesitaba tiempo para estar con nosotros, pero encontró una solución: descubrió un trabajo donde le pagarían bien por sólo unas horas al día. Entró a trabajar en el transporte escolar como nana de los niños, ella los cuidaría y se pondría al pendiente de su ruta. Este trabajo fue algo bueno en su momento, porque después algo sucedió que la hizo cambiar, pues mi mamá siempre había sido una persona muy paciente, callada, dulce y tranquila, pues a pesar de todo aún seguía siendo “hija de familia”, pero a partir de que obtuvo este trabajo, comenzó a experimentar cosas que nunca había vivido, como ir de fiesta, beber alcohol y, por supuesto, divertirse con amigas y amigos; Mi mamá también es humana claro está, yo llegué a su vida cuando ella era muy joven y nunca tuvo la oportunidad de vivir todos esos momentos así que, cuando los experimentó por primera vez, no quiso dejarlos ir. Comenzó a llegar tarde a casa y muy alcoholizada, la verdad esto a mí me dolía mucho, ya que ambas siempre habíamos tenido una relación muy buena por el simple hecho de haber sido sólo nosotras por un tiempo, así que esto fue un golpe muy duro y más porque, cuando todo esto sucedió, yo apenas entraba en la adolescencia, en esa etapa de cambios donde no entiendes nada. A mi mamá le comenzó a importar poco lo que hacíamos o lo que decíamos, casi todo el día se la pasaba hablando por teléfono con sus amigas, paradójicamente, como si ella fuera la adolescente, mientras que yo me ocupaba de mi hermano junto con mi abuelita, una mujer de la tercera edad. Los fines de semana se convirtieron en un caos, me daba mucho miedo que llegara un viernes porque sabía que mi mamá no iba a estar para cuando yo llegara de la escuela 17 y que no la vería hasta entrada la madrugada en mal estado, lo cual me haría sentir mucha decepción, mucho dolor y mucha rabia, por el simple hecho de dejarnos ahí, solos, sin que se preocupara por nosotros. ¿Acaso nunca se preguntó si ya comimos o si estábamos bien? Al parecer a ella sólo le importaba divertirse. Nunca entendí cómo estar de fiesta y bebiendo alcohol con gente que a veces ni conocía la hacía mucho más feliz que estar con nosotros, el fruto de su vientre, a quienes les tendría que dar atención y amor incondicional.