Lenguaraces Egregios Rosas, Mitre, Perón Y Las Lenguas Indígenas
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Lenguaraces egregios Rosas, Mitre, Perón y las lenguas indígenas Estudio preliminar y selección de Guillermo David Lenguaraces egregios Rosas, Mitre, Perón y las lenguas indígenas Estudio preliminar y selección de Guillermo David Rosas, Juan Manuel de Lenguaraces egregios : Rosas, Mitre, Perón y las lenguas indígenas / Juan Manuel de Rosas ; Bartolomé Mitre ; Juan Domingo Perón ; compilado por Guillermo David. - 1a ed. - Buenos Aires : Biblioteca Nacional, 2013. 212 p. ; 23x15 cm. - (Museo del libro y de la lengua) ISBN 978-987-1741-83-0 1. Lingüística. 2. Traducciones. 3. Diccionarios. I. Bartolomé Mitre II. Perón, Juan Domingo III. David, Guillermo, comp. IV. Título. CDD 418.02 COLECCIÓN MUSEO DEL LIBRO Y DE LA LENGUA Biblioteca Nacional Dirección: Horacio González Subdirección: Elsa Barber Dirección de Administración: Roberto Arno Dirección de Cultura: Ezequiel Grimson Dirección Técnico Bibliotecológica: Elsa Rapetti Dirección Museo del Libro y de la Lengua: María Pia López Coordinación Área de Publicaciones: Sebastián Scolnik Área de Publicaciones: Yasmín Fardjoume, María Rita Fernández, Ignacio Gago, Griselda Ibarra, Gabriela Mocca, Horacio Nieva, Juana Orquin, Alejandro Truant Armado de interiores: Carlos Fernández Diseño de tapa: Alejandro Truant 2013, Biblioteca Nacional Reserva de derechos Contacto: [email protected] Agüero 2502 - C1425EID Ciudad Autónoma de Buenos Aires www.bn.gov.ar ISBN 978-987-1741-83-0 IMPRESO EN ARGENTINA - PRINTED IN ARGENTINA Queda hecho el depósito que marca la ley 11.723 Índice Estudio preliminar 9 Guillermo David Gramática y diccionario de la lengua pampa (pampa-ranquel-araucano) Juan Manuel de Rosas Primera parte Diccionario de la lengua pampa 43 Segunda parte Breve diccionario de algunas palabras más usadas 59 Tercera parte Diccionario de palabras de frecuente uso 75 Cuarta parte Diccionario español-pampa-ranquel (fragmento) 117 Catálogo razonado de lenguas americanas Bartolomé Mitre De las lenguas americanas en particular Allentiac 129 Vocabulario allentiak-español 149 Toponimia patagónica de etimología araucana Mayor Juan Domingo Perón Diccionario 177 Estudio preliminar Por Guillermo David Al recordar su infancia sarda, que conjugó su vida entre dos lenguas, Antonio Gramsci se preguntaba: “¿A cuántas sociedades pertenece un individuo?”. Y respondía, retórico: “¿No realiza cada uno de nosotros constantes esfuerzos para unificar su propia concepción del mundo, en la que continúan subsistiendo fragmentos heterogéneos de mundos cul- turalmente fosilizados?”.1 Una larga reflexión en la que articuló univer- sos culturales diversos, dramas históricos irresueltos –como la unificación nacional italiana bajo el signo de la revolución trunca o la derrota ante el fascismo– y vicisitudes personales y colectivas, le sugeriría, entre otras, la siguiente clave: “Cada vez que la cuestión de la lengua aflora de una u otra forma, significa que se están planteando otras preguntas: la formación y el crecimiento de una clase dirigente, la reorganización de una hegemo- nía cultural, la necesidad de establecer una relación más estrecha entre los intelectuales y las masas”.2 Este libro trata exactamente esos temas. Tres figuras cuyos nombres interpelan la conciencia histórica de cual- quier argentino aparecen conjugadas aquí no sin la arbitrariedad inconsútil que toda lista proporciona. Es claro que para el imaginario popular y cierta historiografía militante la reunión del primero y el último de la serie –Rosas y Perón– constituye una comodidad confirmatoria de sus certezas. Al fin de cuentas esa relación imaginaria, construida a lo largo de las últimas décadas, no ha sido mayormente puesta en cuestión (aunque este hecho fuerce un tanto los propios pareceres del mismo Perón, que no ensayó en demasía el aprecio por el Restaurador de las Leyes). Pero la inclusión –la intrusión– del nombre de Bartolomé Mitre entre uno y otro abre una situación que amerita ciertas disquisiciones. De los tres convocados Mitre fue el único que prestó sus esfuerzos sos- tenidos al examen de las lenguas amerindias. Su extraordinario Catálogo razonado de lenguas americanas, donde aúna su pasión de coleccionista 1. Lettere dal carcere, p. 146. 2. Letteratura e vita nazionale, p. 252. 10 Guillermo David y filólogo con la construcción de un conocimiento específico sobre la dimensión étnico-lingüística del ser americano, en el que toma distancia de las consideraciones racistas de su época, resta como legado basal para la reflexión sobre las lenguas nacionales y los sustratos étnicos que las consti- tuyen. La llamativa cautela valorativa que, tal como ha sido ampliamente criticado, Mitre no practicaría en sus textos históricos en los que fustiga a las clases subalternas, reluce en sus comentarios a la documentación que reúne y glosa en torno de las lenguas indígenas, a las que concibe como núcleo ideológico de los sectores populares. La pericia crítica que despliega en su abordaje solo sería emulada décadas más tarde por la lingüística y la etnohistoria proveniente de la academia. Pese a ciertos reparos intem- pestivos a la entidad del pensamiento aborigen –lo que llama ideología lingüística–, sus trabajos filológicos son uno de los momentos mayores de reflexión sobre la lengua nacional. En este libro recogeremos su versión del Manual de lengua allentiak del padre Luis de Valdivia, que, tal como desarrollaremos luego, abre las puertas a una reflexión filosófica y política de singular actualidad. De modo que podemos decir, rápidamente, que estamos ante tres jefes de Estado en el momento singular en que dan cuenta de la lengua del sub- alterno. Los únicos que, en el subcontinente, lo hicieron. Por esa cuerda, ya, disponemos de un indicio: con sus sendos diccionarios de lenguas indí- genas, Rosas, Mitre y Perón asumieron el problema de la comprensión del habla de las multitudes a las que se propusieron interpelar, comprender y dirigir. Es decir: traducir. La política –y, más en general, la conducción de los hombres– se vuelve, así, dilema de lenguaje. Más específicamente: en sociedades plurinacionales, multilingües y multiculturales como la nues- tra la cosa pública es en principio un dilema de lenguaje. Puesto que las múltiples lenguas habladas en el territorio de la Argentina cuyo Estado en formación demandaba e imponía imperiosas homogeneidades, aparecían, tanto para el joven y brioso estanciero de Los Cerrillos, como para el tra- ductor de la Divina comedia y también, décadas más tarde, para el entonces capitán Perón, como la piedra de toque de toda inteligibilidad posible de la vida política. Tres militares, tres jefes de tropa, en suma: tres conductores de hombres recogen el problema del código lingüístico con el que cons- tituir lo propio y lo distinto; la lengua del otro se les presenta como uno de los problemas más ingentes a asumir en tanto que hombres de Estado. Gramática y diccionario deEstudio la lengua preliminar pampa 11 Y es que aún no se había producido el borramiento y homogeneización lingüística forzosos de las etnias originarias, y la vitalidad de sus lenguas en devenir tumultuoso volvía un dilema acuciante su asimilación, la única opción incruenta que la época se propuso. No hay política, arte de la con- ducción, sin la comprensión cabal de las multitudes inorgánicas: enfrentar esa situación requería la labor de sagaces lenguaraces egregios que pudieran transformar su habla en acción colectiva. No bastaba con matar, cooptar, asimilar, controlar o reducir a servidumbre; primero que nada, había que comprender. Y a ello se abocaron. Pues bien: transcurrido el tiempo podría pensarse que el principal mérito de estos trabajos, en principio, estribaría apenas en haber sido rea- lizados por sus autores, a los que dotan de un rasgo singular o, cuanto mucho, curioso. Se trataría en definitiva de estadistas abocados en sus ratos libres a un trabajo intelectual en apariencia menor, un berretín, una mera distracción privada propia de diletantes. (Aunque, si se observa de cerca, se verá que como toda confrontación con lo radicalmente otro, que nunca lo es del todo, la asunción de la lengua del distinto supone un arduo laboreo sobre las propias convicciones). Junto a este tipo de mirada sesgada, se puede constatar cuán rápidamente estos textos fueron desestimados por los lingüistas e investigadores de la cultura mapuche –sus destinatarios direc- tos más obvios–, bajo la acusación estigmatizante de plagio, entre otro tipo de menoscabos, tras los cuales mal se encubren animadversiones ideológi- cas. En verdad, además de la importancia que revisten para reconsiderar a aquellas figuras históricas, es el carácter de testimonio directo de un estado de una lengua en pleno proceso de transformación lo que los vuelve piezas de inestimable valor. Puesto que las condiciones de contacto interétnico, migraciones y guerras, de alianzas clánicas, derrotas, extrañamientos, etno- cidio, e imposición de pautas culturales de la sociedad dominante, hacen de estos diccionarios la cifra de su comprensión dilecta. El mapuzungun, o lengua del pueblo que se autorreconoce como mapu- che, tiene varios siglos de exploración. Es conocida la cadena de autores –Valdivia, Febrés, Havestadt, Augusta, Moesbach, Lenz, Guevara– que trasegaron en Chile, desde el siglo XVII hasta la época en que el capi- tán Perón exploraba la Patagonia, la cuestión de la lengua mapuche. A ellos se unieron, ya del lado argentino, Juan Manuel de Rosas y, medio siglo más tarde, en la antesala de la campaña roquista, el coronel Federico Barbará, con el lejano y escueto antecedente