Ecosistemas de humedal e imaginarios sociales: humedal El Burro y su transformación a partir de la segunda mitad del siglo XX

Wanda Xiomara Matta García

Universidad Nacional de Facultad de Artes, Escuela de Arquitectura y Urbanismo Bogotá, Colombia 2019

Ecosistemas de humedal e imaginarios sociales: humedal El Burro y su transformación a partir de la segunda mitad del siglo XX

Wanda Xiomara Matta García

Tesis de investigación presentada como requisito parcial para optar al título de: Magister en Hábitat

Director (a): Ph.D., Humberto Muñoz

Línea de investigación: Hábitat y Medio Ambiente Grupo de investigación: TEI-D: Tecnología, Experiencia e Inclusión - Diseño

Universidad Nacional de Colombia Facultad de Artes, Escuela de Arquitectura y Urbanismo Bogotá, Colombia 2019

Vale más terminar algo que empezarlo. Vale más la paciencia que el orgullo.

Rey Salomón

Agradecimientos

A Dios, quien me ayudó en cada instante, diseño increíbles coincidencias en este proceso y puso a mi alrededor personas que hicieron posible este trabajo. A mi esposo por asumir este reto como propio, por apoyarme a diario en todo lo que estuvo a su alcance, por su paciencia y por creer en mí y en este trabajo. A mi familia y a mis amigos que se alegraban con cada logro por pequeño que fuera y siempre me animaron a terminar.

A mi director por su disposición para explorar nuevos temas, por brindarme su conocimiento y experiencia sin recelo, por su dedicación, respeto y compromiso hacia los estudiantes, por su disciplina que fue fundamental para avanzar en las distintas etapas y por extender mi visión frente a futuras decisiones. Igualmente doy las gracias a la Vicedecanatura de Investigación de la Facultad de Artes que otorgó recursos para el desarrollo de esta investigación por medio de la Convocatoria para el Apoyo al desarrollo de Tesis o trabajos finales de Maestría y Doctorado de la Facultad de Artes de la Universidad Nacional de Colombia 2018.

También agradezco a Felipe Aliga y Carol Ramírez, profesores que gentilmente me brindaron su tiempo para discutir sobre teoría y metodología de los imaginarios sociales.

Extiendo mi gratitud a todas las personas que han trabajado por la recuperación de los ecosistemas, especialmente los humedales de la ciudad, su labor es muy importante; especialmente agradezco a Alejandro Torres y Byron Calvachi por abrirme sus puertas y compartir conmigo sus experiencias, sus archivos, sus espacios y algunos momentos en torno a la mesa

Y finalmente, a cada persona que dedica algo de su tiempo para leer este trabajo.

Resumen y Abstract IX

Resumen

Esta investigación indaga sobre el proceso de transformación del humedal El Burro a partir de la segunda mitad del siglo XX, período en el cual la ciudad de Bogotá perdió el 99 % de sus humedales y este en particular se redujo en 152 hectáreas aproximadamente. La hipótesis aquí presentada propone que este fenómeno no sucedió simplemente por el crecimiento urbano sino que tanto la transformación del humedal como el mismo modelo de crecimiento que afectó estos ecosistemas obedecen a determinados imaginarios sociales.

Por lo anterior, se exploró sobre la manera en que los imaginarios sociales inciden en la transformación de los ecosistemas urbanos. Para ello, se buscaron los imaginarios de los actores clave en la transformación del humedal El Burro por medio de la fenomenología trascendental y la fenomenología hermenéutica, el resultado fue la identificación de cuatro imaginarios sobre el humedal: la desecación como beneficio, el potrero para lo indeseado, el recurso digno de protección y el ser lleno de vida. Posteriormente, se realizó una lectura integradora entre estos imaginarios y la transformación del humedal por medio de una matriz infográfica multivariable del tiempo en la que se sintetizó toda la información compilada.

De este modo se concluye que, en primer lugar, la condición de un ecosistema urbano está profundamente relacionada con el imaginario instituido sobre el ecosistema, en segundo lugar, cuando hay un imaginario instituido existen varios imaginarios instituyentes que conviven entre sí y buscan la forma de ser instituidos y, finalmente, que un imaginario instituyente puede surgir tanto desde las entidades gubernamentales como desde las comunidades que habitan el territorio.

Palabras clave: imaginarios sociales, ecosistemas de humedal, ecosistemas urbanos, hábitat, fenomenología. X Ecosistemas de humedal e imaginarios sociales: humedal El Burro y su transformación a partir de la segunda mitad del siglo XX

Abstract

This research is about the transformation process of El Burro wetland since the second half of the XX century, a period in which Bogota city lost 99 % of his wetlands and particularly The Burro was reduced roughly 152 hectares. The hypothesis here presented proposes that this phenomenon didn’t happen just by urban growth but both the wetland transformation as the model of growth what affected this ecosystems are due to certain social imaginary.

For the above, the way as the social imaginaries influence the transformation of urban ecosystems was explored. For it, the imaginary of the key actors in the El Burro wetland transformation was sought through transcendental phenomenology and hermeneutic phenomenology, the result was identification of four imaginaries of the wetland: desiccation as a benefit, paddock for the undesirable, resource worthy to be protected and a being full of life. Subsequently, an integrative reading between this imaginaries and the wetland transformation was made using a multivariable infographic time matrix in which the compiled information was synthesized.

Thereby it was concludes, first, the condition of an urban wetland is deeply related to the instituted imaginary about the wetland, second, when there is an instituted imaginary there are also several instituting imaginaries that coexist with each other and look for ways to be instituted and, finally, an instituting imaginary can emerge both from government entities and from the communities that inhabit the territory.

Keywords: Social imaginary, wetland ecosystems, urban ecosystems, habitat, phenomenology.

Contenido XI

Contenido

Pág.

Resumen ...... IX

Abstract...... X

Lista de figuras ...... XIII

Lista de tablas ...... XV

Introducción ...... 1

1. Planteamiento del problema ...... 5 1.1 Justificación ...... 5 1.2 Antecedentes ...... 9 1.2.1 Los humedales y el habitar humano en la Sabana de Bogotá antes de la segunda mitad del siglo XX...... 11 1.2.2 Laguna El Tintal y su fragmentación...... 14 1.3 Objetivos...... 20

2. Fundamentación noológica ...... 21 2.1 Una manera de conocer: lo epistémico ...... 21 2.2 El sistema del hábitat humano: lo teórico ...... 25 2.2.1 Ecosistemas de humedal...... 29 2.2.2 Actores sociales...... 32 2.2.3 Imaginarios sociales...... 32 2.2.4 Las mediaciones del sistema...... 36

3. Abordaje metodológico: un camino a través de las mediaciones ...... 39 3.1 Diseño de Investigación ...... 40

4. Transformación del humedal El Burro a partir de la segunda mitad del siglo XX 55

5. Imaginarios y transformación del humedal El Burro ...... 75 5.1 La desecación como beneficio ...... 75 5.2 El potrero para lo indeseado ...... 81 5.3 Recurso digno de protección ...... 85 5.4 Ser lleno de vida ...... 98

6. Conclusiones ...... 101

A. Anexo: Breve reseña teoría de los imaginarios ...... 109 XII Ecosistemas de humedal e imaginarios sociales: humedal El Burro y su transformación a partir de la segunda mitad del siglo XX

B. Anexo: Entrevista a Alejandro Torres ...... 111

C. Anexo: Entrevista a Byron Calvachi ...... 131

D. Anexo: Entrevista a habitante de la localidad de Kennedy ...... 168

E. Anexo: Taxonomía de los discursos compilados...... 171

F. Anexo: Taller de Metáforas ...... 173

Bibliografía ...... 177

Contenido XIII

Lista de figuras

Pág.

Figura 1-1. Mapa de humedales de Colombia ...... 6 Figura 1-2. Humedal El Burro ...... 7 Figura 1-3. Localización de Bogotá ...... 9 Figura 1-4. Transformación del lago Funzé y urbanización de Bogotá ...... 10 Figura 1-5. Localización humedal El Burro ...... 11 Figura 1-6. Orfebrería muisca: balsa ...... 12 Figura 1-7. Río San Francisco de Bogotá en 1910 ...... 13 Figura 1-8. Representación geográfica de la Sabana de Bogotá en el siglo XVII...... 14 Figura 1-9. Grandes lagunas al occidente del actual territorio de Bogotá ...... 15 Figura 1-10. Haciendas del suroccidente de Bogotá ...... 16 Figura 1-11. Uno de los humedales producto del fraccionamiento de la laguna El Tintal 1950...... 17 Figura 1-12. Construcción de equipamientos e infraestructura urbanos en las haciendas de y Chamicera, año 1955 ...... 19 Figura 2-1. Causalidad lineal y circular ...... 22 Figura 2-2. Aspectos esenciales de un sistema ...... 25 Figura 2-3. Modelo gráfico del sistema hábitat humano ...... 28 Figura 2-4. Sistema a investigar ...... 29 Figura 2-5. Sección tipo de un humedal ...... 30 Figura 2-6. Planos de un fenómeno social ...... 34 Figura 2-7. Mediaciones del sistema hábitat ...... 36 Figura 2-8. Mediaciones del sistema a investigar ...... 37 Figura 3-1. Matriz infográfica multivariable del tiempo ...... 39 Figura 3-2. Proceso de georreferenciación para la fotointerpretación de 2015 ...... 41 Figura 3-3. Modelo: mapa del imaginario social ...... 45 Figura 3-4. Taxonomía y métodos de procesamiento de los discursos ...... 53 Figura 3-5. Ejemplo de representación de un imaginario, sus discursos y la relación con la transformación del humedal ...... 54 Figura 4-1. Crecimiento demográfico con énfasis en Bogotá en el periodo de observación ...... 56 Figura 4-2. Humedal el Burro año 1956 ...... 57 Figura 4-3. Urbanización Ciudad Techo...... 59 Figura 4-4. Urbanización en las inmediaciones del humedal para la década de 1960 ... 60 XIV Ecosistemas de humedal e imaginarios sociales: humedal El Burro y su transformación a partir de la segunda mitad del siglo XX

Figura 4-5. Planta de Bavaria, urbanización Castilla y humedal El Burro década de 1970 ...... 61 Figura 4-6. Coberturas de lumedal El Burro año 1975 ...... 62 Figura 4-7. Loteo de predios en el humedal El Burro año 1975 ...... 63 Figura 4-8. Urbanizaciones en el humedal El Burro año 1986 ...... 64 Figura 4-9. Coberturas del humedal el Burro año 1985 ...... 65 Figura 4-10. Planta de transferencia de Protecho ...... 66 Figura 4-11. Urbanizaciones humedal El Burro década 1990 ...... 68 Figura 4-12. Biblioteca Pública El Tintal ...... 69 Figura 4-13. Coberturas del humedal 2004 ...... 70 Figura 4-14. Humedal El Burro a inicios de la década del 2000 ...... 71 Figura 4-15. Humedal El Burro 2015 ...... 72 Figura 4-16. Primer componente matriz infográfica multivariable del tiempo ...... 73 Figura 5-1. Imaginario de la desecación como beneficio ...... 80 Figura 5-2. Desecación del humedal El Burro ...... 81 Figura 5-3. Imaginario del potrero para lo indeseado ...... 84 Figura 5-4. Humedal El Burro década de 1990 ...... 85 Figura 5-5. Imaginario recurso digno de protección ...... 97 Figura 5-6. Humedal El Burro luego de su recuperación ...... 98 Figura 5-7. Imaginario ser lleno de vida...... 99 Figura 5-8. Síntesis de los imaginarios y la transformación del humedal El Burro ...... 100 Figura 6-1. Interacción entre el imaginario social y la condición del ecosistema ...... 103 Figura 6-2. Modo de institución imaginaria para la recuperación del humedal ...... 105

Contenido XV

Lista de tablas

Pág.

Tabla 3-1. Ficha de registro documental ...... 48 Tabla 3-2. Taxonomía de los discursos sobre el humedal El Burro ...... 50 Tabla 6-1. Taxonomía ...... 171 Tabla 6-2. Formato taller de metáforas sobre el humedal El Burro...... 173 Tabla 6-3. Formato taller de metáforas diligenciado ...... 174 Tabla 6-4. Resultados taller de metáforas ...... 175

Introducción

Hablar de hábitat es hablar de la relación que el ser humano establece con su mundo, por ende es hablar de los sentidos y significados que le asigna, de la manera en que se lo apropia y lo transforma. En suma, un campo amplio en el que se requiere definir un rumbo. En mi caso, dos han sido las reflexiones particulares que han orientado este proceso académico. La primera es la relación agua-ciudad. Llama la atención que los asentamientos humanos en su mayoría, sin importar cultura o época, se han configurado en torno a un ecosistema acuático. Este desempeña un papel fundamental en la cotidianidad, como si fuera obvio el rol esencial de estos ecosistemas para la vida. A pesar de ello, a medida que los asentamientos evolucionan resultan dando la espalda a este elemento natural y en ocasiones hasta se convierten en el vertedero de los residuos.

En la búsqueda de la identificación de las razones de este patrón de relación surge la segunda reflexión. La transformación de los ecosistemas de la urbe no sucede simplemente por la sucesión de distintos acontecimientos urbanos de mayor o menor escala, antes bien, debe existir “algo” dentro del universo de la subjetividad social que influencie las prácticas cotidianas y aun las grandes intervenciones urbanas. Si bien lo planteado posee un carácter urbano, es una relación que debería ser abordada más allá de dicha dimensión a partir de perspectivas integradoras de lo urbano y la intersubjetividad que permitan dar cuenta de un mayor nivel de complejidad.

Luego de un proceso de exploración teórica se encuentra que la teoría de imaginarios sociales podría orientar este proceso de reflexión. En palabras de Armando Silva (2013) “los estudios sobre imaginarios se dedicarán a entender cómo construimos y cómo archivamos en nuestras memorias individuales y públicas, desde nuestros deseos y sensibilidades sociales hasta nuestros modos grupales de ver, vivir, de habitar y deshabitar nuestros mundos” (p.30). Así, se observaría un ecosistema urbano y su transformación a partir de los imaginarios sociales, postura que desde el hábitat y desde los imaginarios sociales resulta novedosa en esta investigación. 2 Introducción

Sobre el caso de estudio, las opciones eran múltiples, pues, como se mencionó, es difícil pensar en un asentamiento humano, particularmente del territorio nacional, que no tenga alguna relación con un ecosistema acuático. No obstante, al conocer los datos sobre la desecación de los ecosistemas de humedal en Bogotá fue imposible no enfocar allí la investigación, pues a partir de la segunda mitad del siglo XX la ciudad perdió el 99 % del área de estos ecosistemas (Gallini, Felacio, Agredo, & Garcés, 2014). Al momento de adentrarse en la documentación sobre la importancia de los ecosistemas de humedal, su ignorado potencial en los contextos urbanos, su falta de estudio desde las ciencias sociales y su monumental desecación era claro que debía precisarse la observación, ya que este gran fenómeno claramente desbordaría los alcances de la investigación.

Fue sorpresivo caer en la cuenta de que el lugar en donde he vivido recientemente hace algunas décadas estuvo cubierto por vegetación acuática. Se trataba de un humedal llamado El Burro, que no solo había sido víctima de la desecación y contaminación, sino que además fue recuperado gracias a la lucha organizada de la comunidad. Este, además de otros datos relevantes del contexto del humedal, se presenta en el primer capítulo. En resumen, este panorama resultaba ser sumamente atractivo para explorar la relación entre la transformación del humedal y los imaginarios sociales que se habían construido sobre el mismo.

Debido a que la premisa y el reto de esta investigación era realizar una observación integradora entre lo subjetivo y lo tangible a lo largo de casi siete décadas, se diseñó una matriz infográfica que ayudó a sintetizar la información recogida de cada componente del sistema objeto de estudio y a relacionarla. A causa de que el fenómeno se aborda desde un nivel de complejidad mayor que el de los estudios tradicionales sobre los humedales, este instrumento resulta complejo, razón por la cual se presenta de manera secuencial en los capítulos cuarto y quinto.

El primer componente de esta matriz es la transformación del humedal que se obtuvo a partir de la revisión documental. Esta a su vez permitió identificar los actores sociales clave en dicha transformación, en quienes se debía buscar los imaginarios sociales sobre el humedal. Para esto se recurrió a la fenomenología trascendental y hermenéutica, por lo que fue necesario emplear técnicas de recolección de información, Introducción 3 como entrevistas fenomenológicas y sesiones en profundidad, y técnicas de descripción como el método reflexivo para ver el sentido de los discursos y el análisis sociometafórico.

Finalmente, empleando la matriz mencionada fue posible observar la relación entre los imaginarios sociales y la trasformación de un ecosistema acuático urbano, así como la pugna en el proceso de institución y des-institución de imaginarios. En este sentido, esta investigación configura un avance teórico para el estudio del hábitat humano al integrar la teoría de los imaginarios sociales. En cuanto a la teoría de imaginarios sociales se refiere, la presente investigación aporta una primera aproximación en el abordaje de la transformación de ecosistemas urbanos como objeto de estudio, en la integración del enfoque fenomenológico trascendental y hermenéutico y en el diseño de una matriz infográfica, instrumento para la integración entre lo físico-ambiental, los actores sociales y los imaginarios sociales.

1. Planteamiento del problema

1.1 Justificación

Los humedales son ecosistemas que ofrecen servicios esenciales para la vida tales como el abastecimiento de agua, alimentos, maderas, fibras, medicinas naturales e insumos utilizados en medicina farmacéutica; para la regulación del clima, de la calidad del aire, de los niveles de agua y su purificación, entre otros; para el soporte de la producción primaria, el ciclo de nutrientes y el ciclo del agua; y ofrecen también servicios culturales asociados a valores espirituales, educativos, estéticos, recreativos, ecoturísticos y demás (Millennium Ecosystem Assessment Board, 2005). Es por ello que uno de los objetivos de desarrollo sostenible de la ONU es “velar por la conservación, el restablecimiento y el uso sostenible de los ecosistemas terrestres y los ecosistemas interiores de agua dulce, en particular los bosques, los humedales, las montañas y las zonas áridas” (Ramsar, 2016).

Colombia posee una condición hidrográfica privilegiada debido a que se ubica en el extremo noroccidental de América del Sur sobre el ecuador terrestre, por ello cuenta con soberanía sobre el mar Caribe, el océano Atlántico, el océano Pacífico, la cuenca del Orinoco y la cuenca de la Amazonía. Esta abundancia hidrográfica se refleja también en áreas de humedal, ya que el país posee “30.781.149 ha de humedales” (Jaramillo, Cortés, & Flórez, 2015, p. 57), es decir, el 26 % de su territorio, como se observa en la figura 1-1.

6 Ecosistemas de humedal e imaginarios sociales: humedal El Burro y su transformación a partir de la segunda mitad del siglo XX

Figura 1-1. Mapa de humedales de Colombia

Fuente: (Jaramillo, Cortés & Flórez, 2015)

Sin embargo, muchos ecosistemas de humedal han desaparecido. Un caso destacado es el de la ciudad de Bogotá, en donde abundaban los humedales. Aunque actualmente no parezca, iniciando el siglo XX estos comprendían un área de 50.000 Capítulo 1 7

hectáreas aproximadamente, de las cuales perdió el 99 %. Se considera que este fenómeno de desecación fue profundizado por el aumento de la población en la capital y el crecimiento urbano que tuvo lugar después de la segunda mitad de este siglo (Gallini et al., 2014).

Dentro del 1 % de ecosistemas de humedal que quedan en la ciudad, 500 hectáreas, según el Instituto de Estudios Ambientales (2008) el humedal El Burro (figura 1-2) es uno de los que se encuentra en riesgo por estar sometido a mayor presión urbana. Este se ubica en la localidad de Kennedy al occidente de la ciudad, territorio que comprendía la llanura de inundación del río Bogotá y espacio en el que abundaban ecosistemas de humedal y diversidad de fauna y flora (Corporación Autónoma de Cundinamarca, 2016). En contraste, actualmente Kennedy no solo es una de las localidades con mayores índices de contaminación en el aire (Rojas, 2007), sino además una fuente de alta contaminación atmosférica y de problemas asociados al manejo inadecuado de residuos sólidos (Alcaldía Local de Kennedy, 2012).

Figura 1-2. Humedal El Burro

Fuente: (@elburrito_humedal, s.f.)

8 Ecosistemas de humedal e imaginarios sociales: humedal El Burro y su transformación a partir de la segunda mitad del siglo XX

Frente al sustancial cambio en la configuración geográfica de la ciudad surge el cuestionamiento sobre ¿qué sucedió con los humedales de la ciudad? Al indagar sobre los humedales, se encuentra que la mayoría de información proviene de perspectivas disciplinares de las llamadas ciencias duras. Eduardo Guerrero (citado por Londoño, 2008) sostiene:

Entre 1970 y 1997 solo Colciencias había financiado más de 1600 investigaciones sobre humedales, donde el mayor porcentaje de investigaciones se desarrolló en áreas relacionadas con las ciencias biológicas (179 investigaciones), seguidas por investigaciones en química, geología y afines, hidrología, piscicultura, pesquería, entre otras (p. 8-9).

A su vez, Rafael Hernández et al. (2014) afirman que hasta el año 2013 se habían realizado 3.783 investigaciones en las que el tema principal eran los humedales continentales, de las cuales el 79 % pertenecen a ciencias ambientales y naturales; desde la planificación y la construcción, por su parte, solo el 12 % había abordado los humedales como subtema de estudio. Estos datos permiten observar la ausencia de campos como las ciencias sociales, el hábitat y el urbanismo en el estudio de los humedales y también la necesidad de una articulación entre diversas disciplinas. En este sentido, la Secretaría Distrital de Ambiente (2008) manifiesta la necesidad de investigar sobre la historia ambiental, cultural y de la gestión participativa en los humedales de la ciudad.

Así pues, para abordar el fenómeno de transformación de un ecosistema urbano, el humedal El Burro, y entendiendo que “las transformaciones materiales que son visibles en la superficie solo pueden comprenderse si nos sumergimos hacia las profundidades estructurales y simbólicas que las sustentan y las cotidianas en las cuales emergen y se reconstruyen” (Vera et al., 2019, p. 9), se recurre a la teoría de los imaginarios sociales.

[U]na postura teórica y metodológica que permite identificar y descifrar las predisposiciones a la reproducción de la ciudad y de lo urbano bajo pautas ya instauradas, así como la puerta a otras tendencias que anuncian formas de producción innovadoras de la ciudad y lo urbano (Vera et al., 2019, p. 9). Capítulo 1 9

No obstante, en el estudio de los fenómenos sociales urbanos desde la dimensión imaginaria se han tratado temas como el miedo, la estigmatización y la exclusión territorial, la desigualdad y la segregación, el patrimonio, la imagen referencial urbana; y algunas prácticas urbanas como la espera, el juego y el trabajo, y el consumo de cannabis (Vera et al., 2019). Luego, el abordar un ecosistema de humedal urbano desde los imaginarios sociales como un asunto del hábitat humano es una exploración novedosa que obliga a asumir retos teóricos y metodológicos.

1.2 Antecedentes

En la cordillera oriental de los Andes colombianos a una altura aproximada de 2.625 m. s. n. m., se encuentra la planicie de alta montaña denominada Sabana de Bogotá (figura 1-3) caracterizada históricamente por su riqueza hidrográfica, ya que era un territorio que comprendía “un antiguo lago” (Julivert, 1961, p. 5), el lago Funzé (figura 1.4).

Figura 1-3. Localización de Bogotá

Fuente: Edición propia con base en Google Maps

10 Ecosistemas de humedal e imaginarios sociales: humedal El Burro y su transformación a partir de la segunda mitad del siglo XX

Figura 1-4. Transformación del lago Funzé y urbanización de Bogotá

Fuente: Edición propia con base en Corporación Autónoma de Cundinamarca (2016)

Luego de la desecación del lago Funzé quedó configurado hidrológicamente el territorio donde posteriormente se ubicaría la ciudad de Bogotá: el río Bogotá, que fluye de norte a sur sobre la planicie de la sabana y que posteriormente se convertiría en el límite occidental de la ciudad, cuyos tributarios son los ríos Fucha y Salitre que nacen en los cerros orientales, y el río Tunjuelo que nace en el páramo de ; y se formó también la llanura de inundación del río Bogotá sobre su ribera oriental, la cual conformó grandes humedales, variables en extensión según los ciclos de lluvia y sequía, que contaban con mayor extensión en los puntos de unión del río con las aguas de sus afluentes tributarios.

En esa ribera de inundación, en la subcuenca El Tintal al suroccidente de la ciudad en la localidad de Kennedy, se ubica el humedal El Burro1 (figura 1-5). Actualmente, este

1 El humedal El Burro “se [encuentra] en una de las localidades más secas y áridas de la ciudad, por tanto, su existencia como [regulador ambiental], [hídrico] y de humedad relativa es primordial Capítulo 1 11

humedal es considerado como parque ecológico distrital y forma parte del sistema de áreas protegidas. El Burro cuenta con una extensión de 18.8 hectáreas, un espejo de agua de 2 hectáreas fraccionadas en dos partes por la avenida Ciudad de Cali, condición que se mantiene a nivel de planeación urbana, ya que una parte del humedal pertenece a la unidad de planeamiento zonal UPZ 86 Castilla y la otra a la UPZ 79 Calandaima (Instituto de Estudios Ambientales, 2008).

Figura 1-5. Localización humedal El Burro

Fuente: Edición propia con base en portal IDECA

1.2.1 Los humedales y el habitar humano en la Sabana de Bogotá antes de la segunda mitad del siglo XX.

Durante el período prehispánico, la Sabana de Bogotá fue un territorio lacustre habitado por la cultura muisca, en la que el agua desempeñaba un rol fundamental que

para la conservación de la flora y la fauna en el sector” (Uribe Botero, Osorio Olarte, & Molina Prieto, 1997, p. 40). 12 Ecosistemas de humedal e imaginarios sociales: humedal El Burro y su transformación a partir de la segunda mitad del siglo XX trascendía la supervivencia. En su sistema de creencias, el agua representaba el origen y el fin del ser, de ella “surge la vida, los humanos, las divinidades, en suma, surge la historia” (Bohórquez, 2008, p. 159). “La vida de los muiscas dependía […] de un preciso conocimiento del comportamiento de la naturaleza, de la periodicidad de sus ciclos y del cómo controlar sus transformaciones” (Correa, 2005, p. 202). Por ello, los muiscas representaban artesanalmente y con gran detalle elementos sagrados y cotidianos íntimamente relacionados con los cuerpos de agua (figura 1-6).

Figura 1-6. Orfebrería muisca: balsa

Fuente: (Banco de la República, s.f.)

En efecto, los modos en que los muiscas habitaron su territorio se pueden denominar modos de habitar anfibios, pues comprendían, según afirma Londoño González (2009):

[Un] [e]ntramado psico-social, económico y político, si se quiere, en el que […] encuentran su forma de vida, subsisten porque el medio natural les proporciona sostenibilidad alimentaria, en algún momento del año les permite moverse en el espacio con la fluidez que solo proporciona el agua cuando rebosa sus cauces, y Capítulo 1 13

alrededor de esto construyen unas creencias, unos símbolos, cosmogonías particulares, una forma distinta de habitar a partir del reconocimiento de esa realidad (p. 19).

Isabel Patiño (citada por Bohórquez, 2008) evidencia que “los muiscas utilizaron la laguna como sustento, como santuario, como delimitación política y como último resguardo sagrado ante la invasión del conquistador” (p. 163). Sin embargo, luego de la conquista española, en el período colonial y durante el siglo XIX, el hábitat y los modos de habitar anfibios de los muiscas fueron colonizados por la dicotomía sociedad-naturaleza presente en el imaginario español y, en consecuencia, los ríos, quebradas y lagunas que antes eran sagrados fueron profanados. De este modo, en los nuevos centros urbanos los cuerpos de agua empezaron a usarse para el abastecimiento de agua y como cloacas (figura 1-7) y, fuera de los centros poblados, el suelo empezó a usarse para la ganadería y la agricultura (figura 1-8).

Figura 1-7. Río San Francisco de Bogotá en 1910

Fuente: (Núñez, 1938)

14 Ecosistemas de humedal e imaginarios sociales: humedal El Burro y su transformación a partir de la segunda mitad del siglo XX

Figura 1-8. Representación geográfica de la Sabana de Bogotá en el siglo XVII

Fuente: (Ruiz Galdámez & de Aguilar Rendón, 1614)

Según Gallini, Felacio, Agredo y Garcés (2014), el proceso de expansión urbana y crecimiento poblacional de Bogotá durante el siglo XX impactó negativamente los humedales del territorio reduciendo su área de manera significativa. Dicha afectación se traduce en procesos de desecación, fraccionamiento, contaminación, cacería y extracción en los humedales por parte de sus habitantes.

1.2.2 Laguna El Tintal y su fragmentación.

En la llanura de inundación de la cuenca baja del río Fucha y del río Tunjuelo a su encuentro con el río Bogotá, se ubicaba la laguna El Tintal (figura 1-9), “que en 1860 fue mapeada por Agustín Codazzi y abarcaba gran parte de la actual localidad de Kennedy y una pequeña parte de Fontibón y Bosa” (Bernal, 2017). Su nombre se asocia al árbol de Capítulo 1 15

tinto, una especie arbórea encontrada con frecuencia en los humedales de la sabana que produce un pigmento antiguamente empleado por los indígenas.

Figura 1-9. Grandes lagunas al occidente del actual territorio de Bogotá

Fuente: Edición propia con base en http://www.codazzi.mitreum.net/imgs/010601d.jpg

En el período prehispánico, este territorio perteneció a los dominios del cacique Techotibá, pero en 1608, luego de la conquista española, fue cedido a los jesuitas, quienes lo administraron por pocos años. Con posterioridad, este pasó por manos de varios particulares y también estuvo a cargo de compañías religiosas que se vieron afectadas en 1861 por la desamortización de bienes en manos muertas ordenada por el presidente encargado Tomás Cipriano de Mosquera. Después de muchas negociaciones efectuadas al inicio del siglo XX, esta zona quedó dividida en grandes haciendas: Tintal y Tintalito, Techo y Chamicera (Jaramillo Palacio & Juez Pardo, 1996), como se observa en la figura 1-10. 16 Ecosistemas de humedal e imaginarios sociales: humedal El Burro y su transformación a partir de la segunda mitad del siglo XX

Figura 1-10. Haciendas del suroccidente de Bogotá

Fuente: Edición propia con base en Carrasquilla (1979)

Con relación a los cuerpos de agua de la zona occidental en el siglo XVI, el historiador colonial Rodríguez Freile (citado por Pardo Umaña, 1946) relató:

Estaba el río Bogotá tan crecido con las muchas lluvias de aquellos días, que allegaba hasta Techo, junto a lo que agora tiene Juan de Aranda por estancia. Era de tal manera la creciente, que no había camino descubierto por donde pasar, y para ir de esta ciudad a Techo había tantos pantanos y tanta agua, que no se veía por donde iban (p. 9).

Capítulo 1 17

Sin embargo, para las primeras décadas del siglo XX ya no existía la laguna El Tintal, pues había sido desecada y fragmentada, de modo que en este territorio quedaban solo cinco humedales de menores proporciones, Techo, El Burro, , Timiza y (figura 1-10). Se considera que esta afectación sucedió debido a las acciones humanas en el territorio, asociadas principalmente a las intervenciones que se realizaban en las haciendas para aumentar su productividad agropecuaria2 y al crecimiento urbano (Instituto de Estudios Ambientales, 2008).

Figura 1-11. Uno de los humedales producto del fraccionamiento de la laguna El Tintal 1950.

Fuente: (Acueducto de Bogotá y Conservación Internacional Colombia, 2003).

Durante esta época, se emitió la primera legislación sobre humedales en el país. El Presidente de la República de Colombia, Rafael Reyes, promulgó el Decreto 40 de 1905

2 Según el levantamiento del municipio de Fontibón en 1936, elaborado para el Censo Agropecuario Nacional, (Corporación Autónoma de Cundinamarca, 2016) las haciendas Tintal, Tintalito y Techo contaban con grandes extensiones de pastizales empleados probablemente para la ganadería, mientras que el cultivo de alimentos —generalmente trigo— era una proporción significativamente menor. 18 Ecosistemas de humedal e imaginarios sociales: humedal El Burro y su transformación a partir de la segunda mitad del siglo XX sobre desecación de lagunas, ciénagas y pantanos. Este transfería al Estado los terrenos que habían estado inundados en los últimos diez años, ordenaba el deslinde de los cuerpos de agua que pertenecían al Estado3 y cedía su propiedad a quienes realizaban las obras de desagüe y desecamiento (República de Colombia, 1905). El decreto, sin embargo, fue declarado inexequible siete años después, tardarían varias décadas para que el Gobierno volviera a pronunciarse a propósito de los ecosistemas de humedal.

Posteriormente, en la zona rural de los municipios de Fontibón y Bosa, inició la construcción de equipamientos urbanos considerados necesarios en aras de la modernización de la ciudad de Bogotá. Sobre el particular, las decisiones de la administración pública respecto a la hacienda Techo detonaron la urbanización. Una parte de esta hacienda fue vendida a la Sociedad Colombo-Alemana de Transportes Aéreos - SCADTA4, que construyó, hacia el sur del humedal El Burro, el Aeropuerto de Techo, inaugurado en diciembre de 1930. Otra porción de terreno de la hacienda se empleó para el trazado y construcción de la avenida de las Américas, construida entre 1944 y 1946 con el fin de comunicar el aeropuerto y la ciudad. Esta fraccionó dos extensiones del cuerpo de agua del humedal, como se observa en la figura 1-12, que al quedar desconectadas del ecosistema se secaron con el paso del tiempo. Frente al aeropuerto se construyó el monumento de Banderas en 1948 con motivo de la IX Conferencia Panamericana. Luego, un fragmento nororiental fue vendido a la Cervecería Bavaria que en el año 1968 inició labores en el posteriormente denominado Complejo Industrial de Techo (Pardo Umaña, 1946).

3 Cabe señalar que a partir del año 1861 la hacienda de Techo era propiedad del Estado. 4 Primera empresa de transporte aéreo en Latinoamérica que posteriormente se uniría con la compañía Servicio Aéreo Colombiano para así conformar Aerovías Nacionales de Colombia S.A. – Avianca. Capítulo 1 19

Figura 1-12. Construcción de equipamientos e infraestructura urbanos en las haciendas de Techo y Chamicera, año 1955

Fuente: Edición propia con base en Zambrano (2007) Sobre el humedal El Burro se han venido realizando investigaciones, principalmente a partir de la última década, la mayoría de ellas enfocadas en aspectos biológicos abordan, desde la temporalidad del presente, temáticas como las condiciones del recurso hídrico, sus servicios ecosistémicos, la biodiversidad, su fauna y flora. Existen únicamente dos investigaciones que indagan sobre la historia del humedal, la primera, el trabajo de Venegas y Gómez (2011), aporta datos sobre las áreas del espejo de agua5 y el uso del suelo en el entorno del humedal en los años 1956, 1985 y 2000 a través de la interpretación de fotografías aéreas, la segunda, trabajo de grado realizado por Bonilla Martínez (2011), recoge la memoria sobre el humedal desde la década de 1990 mediante relatos de habitantes de la UPZ Castilla y un líder comunitario.

5 Los datos sobre el área del humedal en Venegas y Gómez (2011) difieren de los del plan de manejo ambiental. Debido a que este último es un documento de carácter oficial, se toma como referencia principal en el presente trabajo. 20 Ecosistemas de humedal e imaginarios sociales: humedal El Burro y su transformación a partir de la segunda mitad del siglo XX

Con respecto a documentos oficiales, el plan de manejo ambiental realizado por el Instituto de Estudios Ambientales (2008) hace una documentación juiciosa desde lo biológico y desde lo socio histórico. A su vez, la Corporación Autónoma Regional (2016) en su publicación sobre los humedales de Kennedy registra algunas dinámicas urbanas y ambientales.

1.3 Objetivos

A partir de la importancia de los ecosistemas de humedal y del vacío de conocimiento sobre la transformación de los humedales en la ciudad desde una perspectiva del hábitat, se propone explorar cómo los imaginarios sociales inciden en la transformación de los ecosistemas urbanos y, a su vez, pueden dar cuenta de una realidad más compleja. Para ello se toma como caso de estudio el humedal El Burro en el período comprendido entre 1950 y 2019. Para dar cuenta de lo anterior, se propone:

. Documentar el proceso de transformación del humedal El Burro a partir de la segunda mitad del siglo XX. . Identificar los actores sociales clave en la transformación del humedal y sus imaginarios sobre este ecosistema . Relacionar los imaginarios sociales sobre el humedal y su transformación a partir de la segunda mitad del siglo XX

2. Fundamentación noológica

2.1 Una manera de conocer: lo epistémico

Pretender abordar la transformación de un humedal como una cuestión del hábitat humano requiere aclarar ciertas premisas epistemológicas que soportan dicha postura. Generalmente, cuando se habla de hábitat la asociación remite al concepto de la biología, esto es, a una parte del ecosistema que reúne las condiciones necesarias para que una especie cumpla su ciclo de nacimiento, crecimiento, reproducción y muerte. Sin embargo, esta palabra, fue adoptada posteriormente por las ciencias sociales para hacer referencia al hábitat humano, entendiéndolo como “un sistema de procesos que implican las interacciones dinámicas entre el ser humano y el mundo” (Sánchez, 2009, p. 119).

Pero, ¿qué es un sistema?, ¿qué es una interacción dinámica?, ¿cuáles interacciones puede establecer el ser humano con el mundo? Estos interrogantes son la introducción hacia lo epistémico de la presente investigación, fundamentada en la sistémica, esto es, “el arte de ver, averiguar y especialmente reconocer las conexiones entre las entidades observadas” (Von Foerster, 1998, p. 5). Según Von Foerster (1998), la sistémica es una urdimbre entre la cibernética, la hermenéutica y el constructivismo, a lo cual José Antonio Garciandía (2005) añade el pensamiento complejo para formar una especie de tetraedro que permite acercarse a la realidad de una manera más integrada y distinta al enfoque científico clásico6.

Si bien cada uno de estos cuatro componentes de la sistémica tiene un desarrollo teórico profundo y extenso, es necesario hacer una síntesis basada en los aspectos que

6 El enfoque científico clásico se fundamenta en la objetividad, de manera que supedita lo intangible y da prioridad a lo tangible, al hecho meramente fáctico. En este proceso de conocimiento solo existe una realidad compuesta por objetos sin conexión entre ellos, los cuales pueden ser conocidos por el observador aplicando el principio de la escisión (Garciandía, 2005).

22 Ecosistemas de humedal e imaginarios sociales: humedal El Burro y su transformación a partir de la segunda mitad del siglo XX resultan pertinentes en este trabajo. El concepto de causalidad circular, retomado de la cibernética, es esencial aquí. La causalidad circular se aparta del principio de acción y reacción, también llamado causalidad lineal, a partir del cual una causa genera un efecto y en dicho efecto la causa inicial se agota, pues la realidad se concibe como una secuencia de acontecimientos, como se observa en el esquema de la figura 2-1. Por su parte, la causalidad circular plantea que puede existir conexión7 entre lo que se suponía era el efecto final y el primer elemento del proceso, lo que se denomina como círculos causales8, así, “el uso del pensar circular tiene predilección por observar cómo se articulan los fenómenos, qué relaciones mantienen y cómo se presentan los acontecimientos de retroacción en sus diferentes expresiones” (Garciandía, 2005, p. 46).

Figura 2-1. Causalidad lineal y circular

Fuente: Elaboración propia con base en Garciandía (2005)

A su vez, desde el ámbito de la hermenéutica se retoma la noción del lenguaje como mediación a partir de la cual es posible conocer y comunicar sobre lo conocido, crear significados de manera individual que dialogan en la intersubjetividad social. Por ende, es

7 Las conexiones pueden ser de retroalimentación, recursividad, homeostasis y autopoiesis. 8 Los círculos causales pueden observarse, por ejemplo, en el ciclo del agua. Esta pasa de estado líquido a estado gaseoso debido a la radiación solar y en ese proceso de evaporación sube a la atmósfera en donde las masas de aire húmedo provocan su condensación, es decir, la transformación del estado gaseoso al estado líquido nuevamente. El agua desciende a la superficie terrestre mediante la precipitación para hacer diversos recorridos e iniciar nuevamente su ciclo. Capítulo 2 23

necesaria su interpretación en busca de aquello que está adentro de una cultura o un individuo sobre lo que está afuera en el mundo (Garciandía, 2005).

Del constructivismo se destaca la forma de abordar la realidad, pues incluye al sujeto-observador en el proceso de conocer. Este adquiere conciencia de la realidad a través de la experiencia de sus sentidos en el mundo. Esto no significa que la materia no existe si el sujeto no la observa, es decir, el constructivismo no pretende anular el mundo de las cosas o supeditarlo a la necesidad de la percepción de un observador, sino que el sujeto a partir de su experiencia dota de significado la materia (Garciandía, 2005, p. 207). De esta manera, el conocimiento posee un tanto de objetividad proveniente de las cosas y un tanto de subjetividad subyacente a las ideas.

Frente al acto de conocer, el pensamiento complejo, afirma Garciandía (2005):

No pretende la verdad ni la certeza absoluta porque su punto de iniciación está en una premisa casi axiomática de la imposibilidad de la omnisciencia. Si esta es imposible, entonces no es necesario desesperarse en pos de ella, tal vez sea más útil entrar en conexión con otras versiones parciales de la realidad y con ello conformar una mirada interconectada del universo (p. 146).

En este sentido, el paradigma9 de la complejidad no hace referencia a la completitud, ya que para la mente humana no es posible alcanzar el conocimiento absoluto, sino que apunta a un esquema de pensamiento que integra distintas formas de ver la realidad con el fin de comprenderla en un nivel más profundo. Por lo tanto, aquellos aspectos que se anulan desde la ciencia clásica, se incluyen en la complejidad y son considerados como nodos sobre los cuales es preciso indagar de forma razonable (Garciandía, 2005). Este enfoque procura tender puentes entre las disciplinas modernas, lo cual se propone conseguir a partir del establecimiento del sistema como unidad de estudio, esto es, entendiéndolo como un “conjunto de elementos, acciones o individuos

9 Patton (citado por Hurtado, 2010, p. 29) “define el paradigma como una visión del mundo, una perspectiva general, un modo de acercarse a lo complejo de la realidad, y afirma que los paradigmas son en cierta medida normativos, puesto que señalan al investigador una manera de actuar”. 24 Ecosistemas de humedal e imaginarios sociales: humedal El Burro y su transformación a partir de la segunda mitad del siglo XX que conforman una unidad global como consecuencia de la organización que surge de las interrelaciones regulares, estables, constantes y persistentes entre los mismos” (Garciandía, 2005, p. 107). Lo anterior implica pensar la realidad como un todo, como un sistema compuesto de subsistemas en interacción organizada de donde surgen las emergencias10.

Los sistemas, ya sean abiertos11 o cerrados12, poseen tres aspectos esenciales: estructura, organización y teleología (figura 2-2). La estructura, que hace referencia a los elementos del sistema, generalmente, es el aspecto que se identifica con mayor facilidad, pues está conformado por componentes tangibles que se pueden enumerar, clasificar y/o describir físicamente. A su vez, la organización consiste en la “particular configuración de los vínculos, conexiones y, en definitiva, relaciones que tienen el poder de definir y determinar los caracteres fundamentales de un sistema” (Garciandía, 2005, p. 74), hace alusión a lo intangible, es el fenómeno que da orden a la estructura en un todo congruente. El último aspecto, la teleología, consiste en el propósito o finalidad que tienen los sistemas, comúnmente, permanecer.

10 “Las emergencias se dan como consecuencia de un fenómeno superaditivo, no tienen que ver con la cantidad aunque tácitamente esté presente en cualquier sistema porque todo sistema posee un determinado número de elementos” (Garciandía, 2005, p. 111). 11 Según De Rossnay (1977), los sistemas abiertos son aquellos que se encuentran en constante interacción con el ambiente, esto es, intercambian energía, materia e información con el fin de mantener su organización y menguar la entropía causada por el tiempo. 12 De acuerdo con De Rossnay (1977), los sistemas cerrados no realizan intercambios con el ambiente, permanecen aislados y su entropía es progresiva hasta el punto de llevar al sistema al colapso. Capítulo 2 25

Figura 2-2. Aspectos esenciales de un sistema

Fuente: Elaboración propia con base en Capra (2003).

2.2 El sistema del hábitat humano: lo teórico

Partir de una perspectiva sistémica para estudiar el hábitat humano permite comprender que este no se refiere únicamente al espacio físico que contiene la vida, sino que “implica reconocer procesos e interacciones regidos por la cultura […] es territorio socialmente construido, es el teatro físico de los eventos, pero también la trama de ellos, relaciones e interacciones cargadas de significación simbólica que establecen los seres humanos” (Moreno citada por Echeverría Ramírez, 2003, p. 9).

Al hacer referencia al hábitat humano es importante precisar tres conceptos: hábitat, habitante y habitar. Estos comparten la misma raíz etimológica, habitare, que traduce “estar en posesión de una cosa, pero sin necesidad de tenerla en las manos” (Monlau, 1856, p. 292) de manera reiterada. Por una parte, hábitat hace referencia a aquello que sostiene las interacciones del ser humano —individuales o colectivas— con el mundo. El hábitat es, según el Centro de Estudios de Hábitat Popular, CEHAP (1998):

una noción desde la ecología en la cual cabe lo relativo al sistema espacial y de recursos que elige un grupo para transitar por su existencia; que responde a las necesidades para desarrollar los procesos individuales y colectivos requeridos para realizar su vida productiva, laboral y doméstica; ubicado en relación con un 26 Ecosistemas de humedal e imaginarios sociales: humedal El Burro y su transformación a partir de la segunda mitad del siglo XX

entorno mayor, en intercambio con otros grupos de la sociedad vegetal y animal; y, a la vez, definido por el lugar específico donde se aloja, el cual tiene las condiciones de un espacio determinado y cualificado en concordancia con sus necesidades particulares y generales [...] No es el cascarón sino la conexión de lo micro, lo meso y lo macro (p. 6).

De lo anterior, se denota la dialéctica multiescalar del hábitat como un macroscopio13, un fractal, en otras palabras, la interacción de sistemas y subsistemas. Para Leff (1998), “el hábitat es soporte físico y trama ecológica; pero también es referente de simbolizaciones y significaciones que configuran identidades culturales y estilos étnicos diversos” (p. 280). En ese sentido, Aguilar et al (2000) sostienen que el hábitat “entendido como espacio vital, se configura por la copresencia de lo físico, de lo cultural y de lo espiritual” (p. 22). De manera que el espacio per se no es hábitat, pues requiere estar cargado de interacciones-procesos culturales y sociales que con él y en él establece el habitante.

El habitante14, que claramente es el sujeto que habita, dota de sentido y significación el espacio cotidianamente. En palabras de Echeverría (2009):

Los habitantes en sus prácticas aplican habilidades propias (creación y desarrollo de útiles, técnicas y tecnologías físicas o sociales) en su encuentro en el tiempo, en el espacio y en la materia, configurando funcional, organizacional, simbólica, material, vivencial e imaginariamente su espacio, en tanto hábitat, e instauran una serie de hábitos (ritmos, rutinas, redes, relaciones, circuitos, trayectos, centros, entre otros) desde su esfera individual o grupal (p. 59)

En suma, es un “sujeto activo que propone un punto de vista, una perspectiva, una intencionalidad, mediante sus procesos internos, mentales, cognitivos, es decir, como subjetividad individual y colectiva para conformar la realidad” ” (Sánchez, 2009, p. 123).

13 De Rossnay, Joel. (1997). El Macroscopio. 14 El término hace referencia al sujeto individual y/o colectivo. Capítulo 2 27

Por su parte, el habitar hace referencia a un verbo que denota acción por parte de un sujeto. Según Sánchez (2009), “el habitar integra diferentes actividades humanas o modos de habitar incluyendo tanto las prácticas sociales (praxis) como las actividades productivas (techné) y las acciones generadoras de sentido (poiesis)” (p. 122). Si bien el habitar es un conjunto de acciones, no toda acción humana es en sí misma habitar, ya que desde la perspectiva de Heidegger (1951) para habitar es necesario construir y ese construir es más que edificar, es cuidar, de manera que habitar implica preservar la esencia de todo aquello con lo cual el ser humano comparte el mundo. El habitar es entonces la “forma de inscripción de la cultura en el espacio geográfico” (Leff, 1998, p. 240).

Hábitat, habitar y habitante existen de manera interdependiente e inseparable, son un sistema. A su vez, son elementos dinámicos y variables en el tiempo. Así pues, un hábitat no posee siempre los mismos habitantes ni ellos lo habitan de la misma manera; así como el habitante está en constante transformación también el espacio —la naturaleza— posee unas circularidades que lo transforman.

Sánchez (2009) plantea que en la noción de hábitat se inscriben tres entidades procesuales que configuran un sistema, esto es, naturaleza, sociedad y habitante (figura 1-3). La primera de ellas es el medio ambiente natural y construido; la sociedad, por su parte, representa las dinámicas de los habitantes a nivel social, político, económico, administrativo, entre otros; por último, el habitante hace referencia a la subjetividad e intersubjetividad que construye la cultura, verbigracia, habitus15, saberes, imaginarios, memoria y demás.

15 Bourdieu, P. & Wacquant, L. (1995). La lógica de los campos. Respuestas por una antropología reflexiva, pp. 63-78. 28 Ecosistemas de humedal e imaginarios sociales: humedal El Burro y su transformación a partir de la segunda mitad del siglo XX

Figura 2-3. Modelo gráfico del sistema hábitat humano

Fuente: Elaboración propia con base en Sánchez (2009).

Con base en esta teoría se construye el sistema específico de la presente investigación (figura 2-4), en el que los elementos poseen proporciones distintas según el rol que desempeñan. El campo de la naturaleza se orienta hacia los ecosistemas de humedal, toma como caso de estudio el humedal El Burro; el componente de la sociedad se enfoca en los actores sociales que han sido claves en la transformación del humedal y el componente de los habitantes se aborda desde la intersubjetividad por medio de los imaginarios sociales. Capítulo 2 29

Figura 2-4. Sistema a investigar

Fuente: Elaboración propia

2.2.1 Ecosistemas de humedal.

Inicialmente, la palabra ecosistema fue adaptada e implementada por el biólogo Haeckel a partir de la unión de dos raíces griegas, oikos, que significa casa o morada y, logos, que denota conversación o razonamiento. Ecosistema, en este sentido, puede interpretarse como la casa o morada de la vida. Al respecto, De Rossnay (1977) señala que “el ecosistema es bastante más que un simple ‘medio en que se vive’. De alguna manera es un organismo vivo” (p. 10).

Por otro lado, los humedales son definidos por la Secretaría de la Convención de Ramsar (2006) como “zonas donde el agua es el principal factor controlador del medio y la vida vegetal y animal asociada a él” (p. 7). El Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander Von Humboldt (2015) sostiene, por su parte, que “los humedales son ecosistemas que, debido a condiciones geomorfológicas e hidrológicas permiten la acumulación de agua temporal o permanentemente y dan lugar a un tipo característico de suelo y/o a organismos adaptados a estas condiciones” (p. 14).

30 Ecosistemas de humedal e imaginarios sociales: humedal El Burro y su transformación a partir de la segunda mitad del siglo XX

En síntesis, el concepto ecosistemas de humedal puede entenderse como un organismo caracterizado por la presencia de agua poco profunda de manera temporal o permanente, comprende una transición entre lo terrestre y lo acuático de modo que conforma un sistema de vida complejo y diverso, que además de ser hábitat de distintas especies de fauna y flora puede serlo también del ser humano.

Biológicamente, los humedales poseen una zonificación y una estratificación. La zonificación se observa en el eje horizontal y comprende la zona terrestre, una superficie que permanece seca, no se inunda y está cubierta de vegetación terrestre; la zona rivereña, un espacio que oscila entre seco e inundado y posee una vegetación habituada a dicha condición; la zona litoral, una franja acuática de poca profundidad donde habitan plantas propias de este medio; y la zona limnética que es acuática y de profundidades cuantiosas en donde se compensa la producción de oxígeno y el consumo del mismo por acción de la fotosíntesis. De otro lado, la estratificación es de dos tipos: el estrato iluminado, una columna de agua impregnada por luz solar con altos niveles de oxígeno debido a la aireación y a la fotosíntesis; y el estrato oscuro que comprende el sector en donde no llega directamente la luz solar por lo cual no pueden desarrollarse procesos de fotosíntesis, pero se realizan procesos de descomposición. (Jaramillo et al., 2015) (Ver figura 2-5).

Figura 2-5. Sección tipo de un humedal

Fuente: (Jaramillo et al., 2015, p. 19)

Estas particularidades de los ecosistemas de humedal los convierten en, Capítulo 2 31

Uno de los entornos más productivos del mundo, y son cunas de diversidad biológica y fuentes de agua y productividad primaria de las que innumerables especies vegetales y animales dependen para subsistir. Los humedales son indispensables por los innumerables beneficios o “servicios ecosistémicos” que brindan a la humanidad, desde suministro de agua dulce, alimentos y materiales de construcción, y biodiversidad, hasta control de crecidas, recarga de aguas subterráneas y mitigación del cambio climático (Secretaría de la Convención de Ramsar, 2014).

Según la norma urbana de Bogotá, los ecosistemas de humedal además de su espejo de agua poseen una ronda hidráulica y una zona de manejo y preservación ambiental, definidas, respectivamente, así:

Zona de protección ambiental e hidráulica no edificable de uso público, constituida por una franja paralela o alrededor de los cuerpos de agua, medida a partir de la línea de mareas máximas (máxima inundación), de hasta 30 metros de ancho destinada principalmente al manejo hidráulico y la restauración ecológica [...]. La franja de terreno de propiedad pública o privada contigua a la ronda hidráulica, destinada principalmente a propiciar la adecuada transición de la ciudad construida a la estructura ecológica, la restauración ecológica y la construcción de la infraestructura para el uso público ligado a la defensa y control del sistema hídrico (Alcaldía Mayor de Bogotá, 2004).

Cabe señalar que los humedales, entendidos como sistemas en donde mora la vida, que desempeñan importantes funciones, “deben ser considerados sistemas complejos, incluir en su análisis y gestión las dinámicas constantes de la sociedad, sus relaciones de poder y las transformaciones que se han realizado en cada sistema a lo largo del tiempo” (Vilardy et al., 2014, p. 7). 32 Ecosistemas de humedal e imaginarios sociales: humedal El Burro y su transformación a partir de la segunda mitad del siglo XX

2.2.2 Actores sociales.

En relación con el concepto de sociedad, afirma Touraine (citado por Justafré García, 2011):

No es un recipiente donde se mueven colectividades, es un sistema de relaciones […] que no está totalmente reglamentado ni controlado, y en el cual los actores sociales disponen de un margen de libertad, que utilizan de forma estratégica en sus interacciones con los demás. (§ 1.5.1)

Frente a la noción de actor social, Gimenez (2006) señala que esta difiere de los conceptos de sujeto y agente, pues el primero, desde una perspectiva individualista, reconoce que toda acción social es producto de la fuerza psicológica propia del individuo y, el segundo, desde el funcionalismo sistémico, asume que los individuos o grupos actúan únicamente en función de las fuerzas constituidas desde las estructuras sociales. Si bien el actor social pertenece al sistema social y está definido por el lugar que ocupa en la estructura, este posee autonomía y posibilidad de acción. Además, un actor social puede ser un individuo o un colectivo cohesionado por determinados intereses y proyectos en común.

En este trabajo, los actores sociales tenidos en cuenta son aquellos que han sido relevantes en el proceso de transformación del humedal El Burro a partir de la segunda mitad del siglo XX. Para efectos prácticos, estos se ordenan, según su escala, en tres categorías: local, distrital y nacional-internacional. Cabe señalar que sus acciones no son producto del azar, sino que obedecen a la intersubjetividad construida socialmente.

2.2.3 Imaginarios sociales.

Los imaginarios son elementos que pertenecen al campo cognitivo del ser humano, esenciales en la dotación de sentido de la realidad social, la cual “se construye a partir de una íntima amalgama de realidad e irrealidad, de un entrejuego de objetividad y subjetividad, que se retroalimenta constantemente” (Carretero Pasín, 2003, p. 181).

Capítulo 2 33

Cabe mencionar que “las teorías del imaginario surgen [...] unidas al deseo de recuperar la facultad de la imaginación para generar conocimiento” (Herrero Gil, 2008, p. 242), ya que en la modernidad esta fue asociada despectivamente a lo irreal (Latour, 2007) debido a su carácter subjetivo. Para entonces, lo imaginario solo poseía el rol de la conformación de imágenes acumuladas en la memoria. Para la tradición filosófica racionalista dichas imágenes eran organizadas y asociadas a través de la razón, por su parte, para la tradición empirista, las mismas eran un cúmulo inmóvil, pero con cierto contenido que permitía crear conceptos y preceptos. En suma, lo imaginario era comprendido como una capacidad sensible del ser humano, pero caracterizada por su pasividad (Castillo Rojas, 1990).

Los imaginarios sociales, según Pintos (2015), “están siendo16 esquemas construidos socialmente que orientan nuestra percepción, permiten nuestra explicación y hacen posible nuestra intervención en lo que diferentes sistemas sociales sea tenido como realidad” (p. 156).

Frente a la relación entre las acciones sociales y los imaginarios, Baeza (2011) sostiene que las acciones se encuentran en el primer plano de la superficie y están fundamentadas por las ideas ubicadas en un primer nivel de profundidad, que a su vez provienen de los imaginarios sociales (figura 2-6) como “formas de significación institucionalizadas que adopta la sociedad en el pensar, en el decir, en el hacer, en el juzgar” (Baeza, 2011, p. 33).

16 El autor hace énfasis en que no pretende que la definición del imaginario sea inmóvil, sino dinámica, en cierto modo temporal. 34 Ecosistemas de humedal e imaginarios sociales: humedal El Burro y su transformación a partir de la segunda mitad del siglo XX

Figura 2-6. Planos de un fenómeno social

Fuente: Elaboración propia con base en Baeza (2008).

Cabe destacar, los imaginarios son dinámicos, “como cualquier proceso social observable está[n] sometido[s] a variaciones permanentes, en este caso de construcción y desconstrucción como esquemas válidos de percepción de las realidades” (J. L. Pintos, 2005, p. 48), luego, es por esto que resulta interesante observar los imaginarios de ‘algo’ en un período de tiempo, en este caso, los imaginarios sociales sobre el humedal El Burro a partir de la segunda mitad del siglo XX.

Según Baeza (2008), esta transformación de los imaginarios se da en función de lo socialmente plausible y generalmente tiene lugar mediante lo que este sociólogo define como estructuras de ajuste, “formas estructurales multidimensionales que la sociedad crea —siempre provisoriamente— para resolver enigmas societales que se presentan en sus propios itinerarios [...] corresponde a la institución de normas, reglas y códigos que sirven para garantizar la reproducción de la cohesión societal básica” (Baeza, 2008, p. 157) tras un período de crisis o inestabilidad de las plausibilidades sociales.

Capítulo 2 35

Con respecto a la institución del imaginario, Castoriadis (1975) plantea las categorías de imaginario instituido e instituyente. El imaginario instituido es “el entramado de sentidos a partir del cual una sociedad, en un momento determinado, crea y ordena la realidad, su realidad, su mundo. Es lo que cohesiona, une y da entidad a esa sociedad” (Vera, 2019, p. 32). En contraste, el imaginario instituyente posee una capacidad creativa y de transformación frente a lo instituido. En palabras de Emmánuel Lizcano (2003):

Si el imaginario es el lugar de la autonomía, desde el que cada colectividad se instituye a sí misma, no es menos cierto que es ahí también donde se juegan todos los conflictos sociales que no se limitan al mero ejercicio de la fuerza bruta. Es por vía imaginaria como se legitiman unos grupos o acciones y se deslegitiman otros, es ahí donde ocurren los diversos modos de heteronomía y alienación (p. 15).

Debido a su propia naturaleza de subjetividad de un nivel profundo, los imaginarios suscitan un reto al ser estudiados. Luego, es allí donde la interacción entre los imaginarios y las representaciones sociales juega un papel importante. Al respecto, Silva (2013) sostiene:

[Los imaginarios sociales] actúan como matriz previa de las representaciones, como su “cemento invisible”, lo que les da fuerza, organización y dureza sin ser ellas mismas [...] los imaginarios sociales se darían precisamente en esas prefiguraciones colectivas que forman visiones de identificación social, y que, como tales son invisibles, pues cuando los vemos o los accedemos por cualquier sentido, lo hacemos a través de las representaciones (p. 41).

Finalmente, otra característica que es necesario mencionar es que, tal como la cibernética, “la teoría de los imaginarios sociales postula una no linealidad absoluta en la historia en sentido estricto, de la existencia humana en sentido amplio” (Baeza, 2008, p. 156). 36 Ecosistemas de humedal e imaginarios sociales: humedal El Burro y su transformación a partir de la segunda mitad del siglo XX

2.2.4 Las mediaciones del sistema.

Las interacciones entre naturaleza, sociedad y habitantes suceden a través de las mediaciones. esquematizadas en la figura 2-7, las cuales “por su propia naturaleza, condicionan y afectan los elementos mismos que median llegando no solo a determinarlos sino a constituirlos” ” (Sánchez, 2009, p. 123). Así, según Sánchez (2009), la técnica, primera mediación, se entiende como los instrumentos físicos y mentales que permiten la construcción de objetos técnicos; la segunda mediación, el lenguaje17, contiene el sentido de la relación entre los habitantes y el mundo; por último, el cuerpo, es una mediación entendida no solo desde su dimensión física, sino también desde su dimensión fenoménica, sensible.

Figura 2-7. Mediaciones del sistema hábitat

Fuente: Elaboración propia con base en Sánchez (2009). Debido a la dinámica de construir el sistema a investigar seguida hasta aquí, se plantea ahora que la mediación entre el humedal y los actores sociales yace en el proceso de transformación de este ecosistema, que las(os) actores sociales y los imaginarios

17 Gadamer (citado por Van Manen, 2010) sostiene que es “en el uso del lenguaje, en la retórica y la literatura, donde el concepto “vivido” está plenamente en casa: esto es, como una cualidad especial de la descripción y la narración que vemos “ante nosotros” por decirlo así, pues en verdad no se ha visto sino dicho” (p. 275). Capítulo 2 37

sociales están mediados por el discurso verbal y, que la mediación entre los habitantes y el humedal es la experiencia desde la perspectiva fenomenológica (figura 2-8).

Figura 2-8. Mediaciones del sistema a investigar

Fuente: Elaboración propia

3. Abordaje metodológico: un camino a través de las mediaciones

Siguiendo la recomendación de Sánchez (2009) relacionada con la investigación del hábitat humano, no es conveniente describir cada componente aisladamente para luego proceder a la integración, pues lo apropiado es realizar una descripción de las interacciones entre los componentes. Para ello, se diseñó una matriz infográfica del tiempo cuyas filas contienen los tres elementos del sistema que se estudia, el ecosistema de humedal, los actores sociales claves y sus imaginarios sociales; y las columnas corresponden al periodo de observación del caso de estudio dividido en décadas. En este instrumento se sintetiza la información compilada a través de sus mediaciones (figura 2-8) para luego leerla de manera integrada. Esta herramienta, que puede observarse en la figura 3-1, se presentará en los siguientes capítulos de manera secuencial con el fin de ir representando la complejidad del fenómeno estudiado.

Figura 3-1. Matriz infográfica multivariable del tiempo

Fuente: Elaboración propia

40 Ecosistemas de humedal e imaginarios sociales: humedal El Burro y su transformación a partir de la segunda mitad del siglo XX

3.1 Diseño de Investigación

Según los lineamientos planteados por Jaqueline Hurtado (2010), el diseño de la investigación cuenta con dos fases principales: recolección de información y estudio de la información recolectada. La recolección de información, a su vez, posee dos componentes: la revisión documental y el trabajo de campo.

La primera etapa de recolección de información tuvo como propósito conocer la transformación física y ambiental del humedal El Burro a partir de la revisión de documentos oficiales de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá, EAAB, la Alcaldía Local de Kennedy, la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca, la Empresa Distrital de Servicios Públicos, EDIS, el Instituto de Crédito Territorial, ICT, el Instituto de Desarrollo Urbano, IDU, Planeación Distrital, el plan de manejo ambiental del humedal mencionado y tesis tanto de pregrado como de posgrado.

Particularmente, el análisis multitemporal de la cobertura vegetal de la ronda del humedal El Burro del plan de manejo ambiental del humedal El Burro (Instituto de Estudios Ambientales, 2008) brindó datos relevantes sobre las áreas de la cobertura del humedal en 1956, 1976, 1985 y 2004, pero además fue insumo fundamental para decidir realizar este mismo análisis para el 2015, anualidad posterior al proceso de restauración hidrogeomorfológica, y así tener una idea sobre la condición actual del humedal.

Para la identificación de coberturas de la fotografía aérea obtenida del Instituto Geográfico Agustín Codazzi, se empleó el software ArcGis 10.518 y las bases de datos de la localidad de Kennedy provenientes del portal de Infraestructura de Datos Espaciales de Bogotá, IDECA, específicamente aquellas relacionadas con los predios, el área construida, y los humedales con el fin de emplearlas para la georreferenciación. En la georreferenciación se tomaron 100 puntos distribuidos de manera equidistante (figura 3-2) en toda la fotografía; luego, la imagen se pasó al sistema de coordenadas MAGNA- SIRGAS, sistema de referencia oficial de Colombia, y, finalmente, se procedió a identificar

18 El software empleado se encuentra en el laboratorio de cartografía y fotointerpretación del Departamento de Geografía de la Universidad Nacional de Colombia. Capítulo 3 41

las coberturas presentes en la fotografía aérea con base en la clasificación del plan de manejo ambiental.

Figura 3-2. Proceso de georreferenciación para la fotointerpretación de 2015

Fuente: Elaboración propia

Mientras la revisión documental avanzaba, se dio inicio al trabajo de campo por medio de la observación no participante en visitas guiadas al humedal por intérpretes ambientales, quienes se encargan de exponer la historia reciente del ecosistema19 desde la perspectiva oficial. De allí fueron tomados algunos datos que sirvieron para orientar la revisión documental. También se realizaron entrevistas no estructuradas a tres líderes comunitarios y ambientales de la UPZ Castilla orientadas a reconstruir la transformación del humedal y a un biólogo experto en humedales20.

19 En las visitas generalmente se esbozan hitos de transformación que pueden ubicarse desde finales de la década de 1980 hasta la actualidad. 20 Trabajó desde la gestión comunitaria y técnica en la primera recuperación de un humedal que se adelantó en Bogotá, . Participó en la gestión del primer cabildo ambiental de Colombia en el que se exigía la recuperación del humedal El Burro. Luego como funcionario de la Empresa de Acueducto de Bogotá participó en la coordinación de la recuperación de El Burro. Para más detalles de su experiencia en el tema ver anexo C. 42 Ecosistemas de humedal e imaginarios sociales: humedal El Burro y su transformación a partir de la segunda mitad del siglo XX

Tanto la diversidad de las fuentes como la de los datos obtenidos permitió contrastar la información recolectada con el fin de verificar la exactitud de la misma. Así, la variable de lo natural en la matriz infográfica multivariable del tiempo del sistema a estudiar (figura 3-1) se sintetizó a partir de lo físico, en esta categoría se registraron los hitos en la transformación del humedal El Burro, destacando con tamaño algunos hitos que según el diagnóstico del plan de manejo ambiental (Instituto de Estudios Ambientales, 2008) documentos expertos señalan como intervenciones de mayor impacto, y lo ambiental21, en donde se consignaron algunos datos sobre el área del humedal y la ilustración de las coberturas realizadas con base en la fotointerpretación.

Esta fase de la revisión documental también permitió identificar que los actores sociales claves en la transformación del ecosistema de humedal eran de carácter público y privado. Estos se clasificaron, según su escala o jerarquía, en actores del ámbito nacional e internacional22, distrital y local.

Así, según la tipología de clasificación propuesta, son actores sociales . A nivel nacional e internacional: el Gobierno de Estados Unidos, la Convención de Ramsar, la Presidencia de la República de Colombia, la Corte Constitucional de Colombia, el Congreso de Colombia, el Ministerio de Ambiente, el Consejo Nacional Ambiental, el Departamento Administrativo del Medio Ambiente, DAMA, y el Instituto de Crédito Territorial, ICT. . A nivel distrital: la Alcaldía Mayor de Bogotá, la Empresa Distrital de Servicios Públicos, EDIS, la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá, el Departamento Administrativo de Planeación Distrital, el Instituto de Desarrollo Urbano, IDU, y la Biblioteca El Tintal que pertenece a la Red Distrital de Bibliotecas Públicas.

21 Se pretendía consignar también datos relacionados con especies de fauna y flora sin embargo no se encontraron datos que permitieran ser relacionados puesto que la información existente al respecto esta segregada, levantada a través de metodologías distintas y además son estudios recientes que no permiten una comparación multitemporal. 22 Debido a que acciones desde el ámbito internacional son muy pocas, estas aparecen unificadas junto con las del nivel nacional. Capítulo 3 43

. A nivel local: la Alcaldía Local de Kennedy, los urbanizadores y constructores privados de carácter legal e ilegal, movimientos sociales de carácter ambiental como la Fundación El Tintal, la organización Asinus, la Fundación Humedales de Kennedy, la Junta de Acción Comunal de Castilla y los estudiantes del servicio social ambiental del colegio La Amistad IED de Kennedy. Estos fueron los actores sobre los cuales se concentró la observación para identificar sus imaginarios sobre el humedal. A cada escala en la que se ubican dichos actores se le asignó un color (figura 3-1), de modo que sus intervenciones en la transformación se identifica con el color respectivamente asignado, cuando existe una intervención realizada de manera conjunta se representa por medio de bordes del color correspondiente a los actores de mayor escala.

Sobre los imaginarios sociales es necesario señalar que “si bien la teoría se encuentra en construcción, la metodología de estudio es también un terreno de pruebas todavía” (Randazzo, 2015, p. 7). El presente planteamiento metodológico23, que toma como punto de partida el desarrollo teórico de Pintos (2005), considera que los imaginarios sociales operan a través del código relevancia/opacidad. En dicho código, las relevancias corresponden a lo que se ve, lo que queda dentro del campo, lo que se dice tácitamente; y, en contraste, las opacidades son aquello que queda oculto, fuera de campo, pero que es imprescindible en la construcción social de la realidad. Así que “la identificación de esta distinción permite adentrarnos en los procesos que hacen funcional este mecanismo” (Pintos, 2003, p. 27).

Con respecto al código relevancia/opacidad cabe señalar:

El código no sustituye la realidad observable, la programa en su dinámica de diferencia y de unidad de la diferencia [...]. No habría una observación específica de las relevancias y otra de las opacidades, sino que observando las relevancias, y sus mecanismos de descripción que organizan el relato de su realidad como

23 Cabe señalar que este planteamiento metodológico fue confrontado en el I Simposio de Imaginarios y Representaciones Sociales organizado por la Universidad Francisco de Paula Santander. 44 Ecosistemas de humedal e imaginarios sociales: humedal El Burro y su transformación a partir de la segunda mitad del siglo XX

construida, se puede llegar a definir las opacidades de lo presente como ausente, de lo preterido, de las diferentes formas de programación de la contingencia (Pintos, 2005, p. 57).

Otro de los aportes importantes que hace Pintos (1995) es un modelo operativo denominado mapa del imaginario social. Con base en el sistema de coordenadas cartesianas, este autor elabora un marco de referencia espaciotemporal del imaginario social (figura 3-5), en el cual el eje X representa la duración24 de la experiencia vivida y el eje Y el nivel de institucionalización25. En cada uno de los cuadrantes, se ubican los cuatro campos semánticos de las relevancias priorizadas26 frente a un fenómeno social, captadas mediante diferentes métodos cualitativos y, a partir de las relevancias, se identifican las opacidades generadas por el punto ciego del observador.

24 Para Pintos (1995), la duración es “una tensión entre dos situaciones de duración y de no- duración; aquella en la que algo “todavía no [...]” ha entrado en el campo de la experiencia, en el ámbito de la existencia más allá del pensamiento o el deseo de un sujeto, y aquella otra en la que “Ya sí [...]” aparece en la existencia” (p. 13). 25 “Tensión entre el comienzo de la función institucionalizadora “ya sí”, que lo diferencia de fenómenos no institucionalizados, y el final o la desaparición del modo institucionalizado de existencia social que linda con nuevas posibilidades de institucionalización “todavía no”” (p. 13). 26 El modelo permite priorizar cuatro campos semánticos basados en las diferentes relevancias encontradas, pues, sostiene Pintos, se busca el sentido de complejidad y no la representatividad estadística. Capítulo 3 45

Figura 3-3. Modelo: mapa del imaginario social

Fuente: Elaboración propia con base en Pintos (2005).

Sobre el modelo propuesto por Pintos, Baeza (2000) sostiene que probablemente es la primera aproximación gruesa sobre los imaginarios sociales desde una perspectiva sociológica, teórica y metodológica. A pesar de esto, existen dos razones que impiden emplearla en esta investigación, la primera, dicho esquema resulta útil para el estudio de un imaginario social en un momento determinado, pero en una investigación que pretende abarcar los imaginarios en un período de tiempo de siete décadas resulta desbordante, y, la segunda, la falta de claridad relacionada con el abordaje metodológico de este autor para develar las opacidades.

46 Ecosistemas de humedal e imaginarios sociales: humedal El Burro y su transformación a partir de la segunda mitad del siglo XX

Por tales motivos, se propone la fenomenología27 como método28 para abordar unidad de la diferencia relevancia/opacidad propuesta por Pintos, en tanto busca la esencia de las cosas mismas y “dirige su mirada hacia donde se originan y configuran las regiones de significados y comprensiones” (Van Manen, 2016, p. 29). En el sentido de este abordaje metodológico, debe tenerse en cuenta que existe una profunda relación entre la opacidad, aquello invisible que participa en la configuración de la realidad, y el fenómeno, aquello que “al contrario de lo que inmediata y regularmente se muestra, está oculto, pero que a la par es algo que pertenece por esencia a lo que inmediata y regularmente se muestra, de tal suerte que constituye su sentido y fundamento” (Heidegger, 1993, p. 46).

Se adoptan dos enfoques fenomenológicos. El primero es el de la fenomenología trascendental planteada por Husserl (2011), la cual se enfoca en el sentido de la experiencia vivida. Al respecto, este autor señala:

Cuando nos dirigimos atentamente hacia la experiencia y la comprendemos, adquiere un nuevo modo de ser: se torna “diferenciada”, “singular”. Y esta diferenciación no es más que la comprensión; y su carácter de diferente no es más que el ser comprendido, ser el objeto de nuestro dirigirnos (Husserl citado por Van Manen, 2016, p. 107)

El segundo enfoque es el de la fenomenología hermenéutica desarrollada principalmente por Ricoeur (2013) y Gadamer (1993), la cual “ilumina los modos de ser en el mundo, donde la comprensión del mundo, vivencias, cotidianidad en la que interactúan los seres humanos se logra interpretar mediante el lenguaje” (Barbera & Inciarte, 2012, p. 203). Debe señalarse que no se trata de una hermenéutica-interpretación independiente, sino que está profundamente ligada a la experiencia vivida y a las acciones sociales.

27 Heiddeger (1993) sostiene que la fenomenología no define el tipo de objeto a estudiar, es decir, no caracteriza un campo de estudio, sino que establece un cómo, el método que busca volver a las cosas mismas. 28 La fenomenología es un método empleado en el estudio de imaginarios sociales por autores como Baeza (2008) y Pintos (2005). Capítulo 3 47

Luego, siguiendo a Van Manen (2016), “las investigaciones y los análisis fenomenológicos están mediados por material empírico extraído de la vida, como las anécdotas, las narraciones, los fragmentos, los aforismos, las metáforas, las memorias, las adivinanzas y los refranes” (pp. 282–283), los imaginarios sociales deberán ser comprendidos metodológicamente como fenómenos y observados desde el discurso verbal.. Así, y en la medida en que el imaginario es imaginario sobre algo, se buscaron narrativas de experiencias sobre el humedal, sin embargo, ante la dificultad de encontrar este tipo de discursos en un período de tiempo amplio, siete décadas, también aquellos discursos sobre el humedal en los hitos de transformación identificados.

Para ello fue necesario recoger los discursos de los actores claves en la transformación del humedal consignados en la prensa. Se consultaron los periódicos El Tiempo, El Espectador y El Nuevo Siglo publicados a partir de 1950 en los meses en que sucedieron los hechos más relevantes de la transformación del humedal de los cuales fue posible encontrar una fecha estimada. Cabe señalar, si bien estos periódicos contaban con cubrimiento nacional se logró encontrar datos relevantes especialmente en El Nuevo Siglo y El Espectador, ya que estos contaban con una sección dedicada a Bogotá en distintos momentos.

Además, se consultó la política pública relacionada con el humedal El Burro, pues esta se entiende como un discurso que también es producido a partir de un imaginario desde el ámbito oficial. Por último, se logró tener acceso al archivo personal de algunos líderes ambientales y expertos en humedales. Esto aportó documentos importantes para completar la recolección de discursos. En todo este proceso de revisión documental se empleó la ficha de registro observable en la tabla 3-1.

48 Ecosistemas de humedal e imaginarios sociales: humedal El Burro y su transformación a partir de la segunda mitad del siglo XX

Tabla 3-1. Ficha de registro documental

Fuente: Elaboración propia

A su vez, se recopilaron los discursos de líderes ambientales que han trabajado en torno a la gestión del humedal El Burro, uno de los cuales tiene también el rol de profesional experto y exfuncionario público relacionado con dicha gestión. Esta labor se llevó a cabo por medio de sesiones en profundidad a través de tres entrevistas fenomenológicas29 en las cuales se indagó sobre sus experiencias, anécdotas e historias vivenciales, siguiendo las orientaciones de Max Van Manen (2016).

29 Según Max Van Manen (2006), la entrevista fenomenológica busca que el entrevistado cuente detalladamente la experiencia, la manera en que la vivió, es decir, en términos prereflexivos y no sus opiniones o sus propias interpretaciones al respecto, de modo que son las narrativas de la vivencia el material con el que se trabaja posteriormente. Esto supone el reto de proporcionar cierto nivel de confianza en la entrevista que permita la recolección de historias de acontecimientos particulares. Capítulo 3 49

Gracias al vínculo establecido con algunos de los entrevistados fue posible acceder a sus archivos personales. Esto permitió recoger otros discursos de actores distritales y locales plasmados en cartillas y boletines que no se habían podido consultar

Es importante mencionar que a pesar de la exhaustiva búsqueda que se llevó a cabo no fue posible encontrar discursos que permitieran hallar los imaginarios de unos actores privados que desempeñaron un papel destacado en la transformación del humedal, los urbanizadores y constructores formales e informales.

La recolección de los discursos actuales de otros actores claves se hizo por medio de una sesión en profundidad en la que se realizó un taller de metáforas con estudiantes de secundaria del servicio social ambiental del colegio La Amistad IED de Kennedy, ubicado en la UPZ 46 Castilla (Anexo F). Estos estudiantes, formados en educación ambiental y en el reconocimiento de su territorio local, especialmente en su dimensión ecológica, por un líder ambiental de la localidad, participan en diversas actividades en el humedal El Burro, entre ellas, jornadas de siembra, visitas de seguimiento y, eventualmente, acompañamiento en el recorrido a los visitantes del humedal y exposición de la condición del mismo.

Una vez fueron compilados los discursos de interés fueron depurados y organizados cronológicamente y según el tema y la pertinencia con relación al humedal. Luego, todos estos fueron clasificados a partir de las siguientes categorías: descripciones geográficas, descripciones del humedal, prácticas en el humedal, vínculos y vivencias del humedal y a su vez se identificaron con un borde de color según el código asignado a la escala del actor (Anexo E). En un sentido más amplio, esta forma de proceder permitió identificar que se contaba con dos tipos de discurso, aquellos que poseían contenido vivencial y los que no.

50 Ecosistemas de humedal e imaginarios sociales: humedal El Burro y su transformación a partir de la segunda mitad del siglo XX

Tabla 3-2. Taxonomía de los discursos sobre el humedal El Burro

Fuente: Elaboración propia

La segunda fase del diseño de investigación, correspondiente al estudio de los discursos recolectados, contó con dos métodos. El primero fue el “método reflexivo para ver el sentido de los textos” (Van Manen, 2016, p. 364), empleado para procesar las narrativas con contenido vivencial. Inicialmente, dichas narrativas debieron transcribirse para luego ser leídas por medio de dos métodos reflexivos planteados por Van Manen (2016), el enfoque holístico y el enfoque selectivo de lectura de textos. En estos se toman las descripciones de experiencias vividas, se convierten en anécdotas, se someten a tematización y, finalmente, se emplean como ejemplos de la escritura reflexiva. El enfoque holístico, así también el selectivo, se orientó desde una pregunta: para el primero, ¿cómo se puede capturar como un todo el imaginario que da sentido o significado fenomenológico a estas anécdotas?, para el segundo, ¿cuáles enunciados o frases parecen esenciales o reveladores sobre el fenómeno que se describe? Las palabras claves de estas anécdotas se consignaron en la variable del discurso de los actores claves de la matriz infográfica bajo el código de color que se le asignó a cada uno de ellos (figura 3-4). Capítulo 3 51

Para procesar los discursos que no poseían contenido vivencial, se identificó la necesidad de encontrar un tipo de representación social que estuviese presente en todos ellos y por medio de la cual fuera posible acceder a sus imaginarios sociales. A partir de una búsqueda teórica, se encontró que la metáfora30 cumplía este principio, en tanto no es “un mero recurso expresivo sino una forma de modelar la percepción y construir conocimiento” (Lizcano, 1999, p. 35).

Frente a la metáfora, José Fernández Ramos (2015) sostiene que su principal cualidad “es que nos permite estructurar unos conceptos a partir de otros y el modo en que lo hacemos va en función de la experiencia personal de cada uno a través de su cuerpo” (p. 53-54). Por su parte, Gilbert Durand (1981) considera que “la metáfora es el proceso de expresión, ese poder que tiene el espíritu, cada vez que piensa, de renovar la terminología, de arrancarIa a su destino etimológico” (p. 397).

Según Gracián (citado por Lizcano, 1999), las metáforas se componen de dos elementos: sujeto y término. El sujeto es aquello de lo que se tiene conocimiento y, por tanto, del que se extrae alguna referencia; el término es al que se le presta dicha referencia a fin de ilustrarlo. De este modo, “la metáfora funciona […] como un mecanismo cognitivo que traslada al término el saber adquirido sobre el sujeto” (Lizcano, 1999, p. 35). En la traslación metafórica se encuentra el puente para acceder a las opacidades del imaginario social, pues cuando el sujeto le presta información al término lo que sucede es un acto de desvelamiento del fenómeno.

Existen dos tipos de metáforas: las metáforas vivas y las metáforas zombis. Las primeras fueron planteadas por Ricouer y son aquellas que “establecen una conexión insospechada entre dos significados hasta entonces desvinculados, aquellas que, abruptamente, ofrecen una nueva perspectiva sobre algo familiar y nos hacen verlo con nuevos ojos” (Lizcano, 2003, p. 19). Estas representan un imaginario instituyente. Las

30 Fernández Ramos (2015) anota que la discusión sobre la metáfora ha girado en torno a dos posturas: la metáfora vista con una acepción negativa que la entiende como un engaño y la metáfora como recurso en la producción de conocimiento. 52 Ecosistemas de humedal e imaginarios sociales: humedal El Burro y su transformación a partir de la segunda mitad del siglo XX segundas, propuestas por Lizcano, son un tipo de metáfora “elevada al rango de concepto que pone al descubierto los estratos más solidificados de nuestro imaginario [...], y, cuanto más frío es su estado, cuanto más muertas, mayor influjo ejercen sobre el mundo” (Fernández, 2015, pp. 59-60). Estas, por su parte, representan el imaginario instituido.

Con el propósito de interpretar las metáforas, se adopta el método desarrollado por Lizcano, llamado análisis31 socio-metafórico, una herramienta para la observación de segundo orden que en palabras de este autor:

Permite acceder tanto a sustratos profundos de nuestro imaginario, como a las particularidades con que cada hablante lo pone en juego, sacando además a la luz diversas maneras en que los sujetos pueden alterar las reglas del juego, ya sea para invertirlas, subvertirlas o, sencillamente evitarlas (Lizcano, 2008).

Este instrumento consta de tres fases. La primera es la recolección e identificación32 de las metáforas, para lo cual se debe tener en cuenta que la frase es la “unidad semántica mínima” (Ricoeur citado por Fernández, 2015, p. 52); la segunda fase es la clasificación (Figura 3-4) y la tercera es la jerarquización, en la que se identifican las metáforas dominantes. Estas fueron registradas en la variable del discurso de los actores claves de la matriz infográfica bajo el código de color que le fue asignado a cada uno (figura 3-4).

Así, la taxonomía fue leída a partir del acercamiento reflexivo y pragmático a los discursos consignados. Esto permitió en primera instancia seleccionar las palabras claves de las experiencias en o con el humedal y las metáforas identificadas para ubicarlas según la escala del de actor que emite el discurso y en orden cronológico en la matriz infográfica multivariable del tiempo.

31 El término análisis tiene como principio la separación, lo cual no corresponde a la esencia de la investigación que se está desarrollando. Sin embargo, este se mantiene debido a que es la forma en la que Lizcano ha denominado el instrumento desarrollado para el estudio de las metáforas. Luego, se prefiere entender este proceso como una descripción socio-metafórica integradora. 32 Lizcano es explícito en sugerir que en la identificación el investigador sea rigurosamente apegado a la literalidad del texto, a las metáforas que están ahí. Capítulo 3 53

Figura 3-4. Taxonomía y métodos de procesamiento de los discursos

Fuente: Elaboración propia

Y también fue posible develar los imaginarios encubiertos. Estos fueron conceptualizados con base en el sentido mismo de los discursos, los cuales se inscribieron en el componente de los imaginarios sociales de la matriz multivariable del tiempo (figura 3-6). Allí, aparecen representados tanto imaginarios instituidos como instituyentes, los primeros con un mayor tamaño en relación con el de los segundos, y ambos con el color correspondiente al tipo de actores del que provienen y con borde de color que representa la escala de los demás actores en los que fue instituido cada imaginario. 54 Ecosistemas de humedal e imaginarios sociales: humedal El Burro y su transformación a partir de la segunda mitad del siglo XX

Figura 3-5. Ejemplo de representación de un imaginario, sus discursos y la relación con la transformación del humedal

Fuente: Elaboración propia

Como la reflexión principal de esta investigación es la relación entre los imaginarios sociales y la transformación de los ecosistemas urbanos, una vez diligenciado este instrumento (figura 3-5) fue posible realizar la lectura desde una perspectiva integradora mediante la observación de la relación entre la transformación del humedal El Burro y los imaginarios sociales de los actores claves, representados en la matriz infográfica por medio de conjuntos de tonos grises cuyo límite es punteado en tanto no se considera como una frontera rígida y con cierta opacidad de modo que permite observar las superposiciones entre ellos si las hay.

4. Transformación del humedal El Burro a partir de la segunda mitad del siglo XX

En Colombia, la segunda mitad del siglo XX llegó con vertiginosos cambios. Se presentó un fenómeno de migración desde el campo hacia las ciudades, motivado principalmente por la industrialización, pero profundizado por la guerra bipartidista que tuvo como escenario de confrontación las zonas rurales del país. Aunque todas las ciudades del país se expandieron, Bogotá, la ciudad capital, experimentó el mayor crecimiento poblacional (figura 1-6) y urbano (figura 1-7) debido a su oferta de servicios (Mejía Pavoni, 2013). Frente al crecimiento de la ciudad y la transformación de los humedales, Gallini et al. (2014) exponen:

La ciudad estaba conformada por 260 hectáreas en 1900, pero hacia 1999 su área había aumentado a 30.110 hectáreas […] esta expansión urbana tuvo su mayor impacto en los humedales, que disminuyeron de varios miles de hectáreas a principios de siglo, a 50.000 hectáreas en 1938 y a solo 500 hectáreas en 2005.

56 Ecosistemas de humedal e imaginarios sociales: humedal El Burro y su transformación a partir de la segunda mitad del siglo XX

Figura 4-1. Crecimiento demográfico con énfasis en Bogotá en el periodo de observación

Fuente: Edición propia con base en Gallini et al (2014)

Esta expansión de la ciudad se dio en 1954 cuando Bogotá fue declarada distrito especial y anexó a su territorio seis municipios (Consejo Administrativo de Cundinamarca, 1954), entre los que se encontraban Fontibón y Bosa, luego, con esta medida el humedal El Burro se incluyó dentro del perímetro urbano de Bogotá. Para esta época, el humedal pertenecía a la hacienda de Techo que era propiedad de la Compañía de Jesús. Este ecosistema contaba con un área de 171,54 hectáreas (figura 4.2) (Instituto de Estudios Ambientales, 2008) y el suelo a su alrededor, según Venegas y Gómez (2011), era usado para cultivar y pastar ganado. Las principales afectaciones de su cauce, siguiendo estos mismos autores, se dieron con posterioridad por el trazado de senderos rurales. Capítulo 4 57

Figura 4-2. Humedal el Burro año 1956

Fuente: Elaboración propia con base en Instituto de Estudios Ambientales, 2008.

También en 1954, se edificó el Hipódromo de Techo, que funcionaría hasta 1982, sobre la zona nororiental de la antigua hacienda Chamicera33 (figuras 1-10 y 1-12). Por otro lado, en 1959, cierra operaciones el Aeropuerto de Techo, debido a la puesta en funcionamiento de la terminal aérea de pasajeros El Dorado, construida para reemplazarlo.

Para el momento del cierre del aeropuerto se estaba consolidando una urbanización de origen informal en las inmediaciones de dicho equipamiento, hacia el suroccidente del humedal El Burro, llamado barrio Pio XII (Figura 4-4). Probablemente construido como solución habitacional para las personas que trabajaban en esta zona. Su consolidación era tal que en 1961 fue incorporado dentro del plan general del Distrito Especial de Bogotá por medio del acuerdo 68 del Concejo de la ciudad.

33 Cuando la hacienda Chamicera fue dividida, dio origen a la hacienda San Isidro, donde se construyó el hipódromo de Techo (Ramirez, 2004). 58 Ecosistemas de humedal e imaginarios sociales: humedal El Burro y su transformación a partir de la segunda mitad del siglo XX

La menor parte de este fue urbanizada como agrupación de vivienda en altura, mientras que la mayoría se desarrolló de manera informal por la autoconstrucción de viviendas unifamiliares de uno y dos pisos.

En los años 60, inició la urbanización en los alrededores del humedal El Burro, debido al aumento del déficit habitacional causado por el crecimiento exponencial de la población en la ciudad. Para atender esta situación, se realizaron varios proyectos de vivienda popular promovidos por el Instituto de Crédito Territorial. El más significativo de estos se ubicó en los terrenos del antiguo Aeropuerto de Techo34, en medio de los humedales El Burro y La Vaca, y llevó por nombre Ciudad Techo35 (figura 4-3). Su importancia radica en que fue la primera iniciativa de vivienda de interés social en el país de tales proporciones, contemplaba la construcción “de alrededor de 15.000 viviendas sobre un área de 220 hectáreas” (Moreno, 2012, p. 73)36. Además, este proyecto formaba parte del programa de política social estadounidense para Latinoamérica, Alianza para el Progreso37, razón por la cual el expresidente John F. Kennedy asistió a su inauguración.

34 Esta fue la ubicación elegida, debido a que era una zona que contaba con disponibilidad de servicios públicos y una avenida en sus inmediaciones que la conectaba con la ciudad. 35 En el año 1967, la urbanización cambia su nombre por Ciudad Kennedy en honor al fallecido presidente norteamericano John F. Kennedy. 36 La primera unidad habitacional fue entregada en el año 1961. La construcción del proyecto finalizó en la década de 1970. 37 Los recursos nacionales fueron equivalentes al 53 % del valor del proyecto y provinieron del Instituto de Crédito Territorial, el sector privado y de los compradores de la vivienda. A su vez, los recursos internacionales, dados por el Banco Internacional de Desarrollo y la Agencia Internacional de Desarrollo, correspondieron al 47 % restante (Instituto de Credito Territorial, 1970). Capítulo 4 59

Figura 4-3. Urbanización Ciudad Techo

Fuente: Edición propia con base en Instituto de Crédito Territorial (1970).

En el costado suroriental del humedal, el Instituto de Crédito Territorial compró a la Compañía de Jesús (Superintendencia de Notariado y Registro, 2016) un predio que solía ser usado para la agricultura. Allí, en medio de los humedales El Burro y Techo, se desarrollaron los barrios Castilla38 y Bavaria con el fin de proveer viviendas para la clase media. Al respecto, una habitante que ha estado en este zona desde sus inicios recuerda que antes en el barrio “había laguna de lado y lado” (Tu Canal Colombia, 2014) y otro habitante relata que “[e]l barrio fue construido […] sobre zona de humedal que se fue rellenando con basuras” (Alba Carrasco, 2011, p. 132).

38 La urbanización Castilla fue iniciativa del Instituto de Crédito Territorial que se ejecutó entre los años 1966 y 1972, en la que se produjeron 871 viviendas unifamiliares. (Inurbe, 1995) 60 Ecosistemas de humedal e imaginarios sociales: humedal El Burro y su transformación a partir de la segunda mitad del siglo XX

Figura 4-4. Urbanización en las inmediaciones del humedal para la década de 1960

Fuente: Elaboración propia con base en Agustín Codazzi

Cabe señalar, ninguna de las urbanizaciones mencionadas se desarrolló con un modelo que reconociera las condiciones geográficas del territorio, principalmente la de ser llanura de inundación del río de Bogotá, pues, por ejemplo, las edificaciones se construyeron a nivel de piso, lo cual las hace vulnerables a las inundaciones, y el trazado de las vías indica que únicamente se contemplaron medios de transporte terrestre. Esto conformó una zona urbana que además de desecar el humedal resultó ser una barrera que ocultó y separó este ecosistema acuático del borde occidental del resto de la ciudad, como se observa en la figura 4-5. Adicionalmente, de alguna manera este fue el modelo que siguieron las futuras urbanizaciones tanto formales como informales. Capítulo 4 61

Figura 4-5. Planta de Bavaria, urbanización Castilla y humedal El Burro década de 1970

Fuente: Edición propia con base en archivo personal Byron Calvachi

Al inicio de la década del 70, mediante el Acuerdo 26 de 1972, fueron creadas las alcaldías menores de Bogotá. Una de ellas fue la Alcaldía de Ciudad Kennedy que incluyó en su perímetro los humedales Timiza, La Vaca, El Burro y Techo, así como la urbanización Ciudad Techo, aún en construcción para la época, la cervecería Bavaria y el Hipódromo de Techo. En ese mismo año, se inauguró la Central de Abastos en respuesta a la necesidad de infraestructura para proveer alimento a más de dos mil personas que habitaban la ciudad de Bogotá. Esto apalancó la urbanización informal en la localidad de Kennedy, tal como sucedió con la antigua hacienda los Pantanos, loteada por su dueño, vendida para la construcción de viviendas y origen del actual sector de Patio Bonito (Alcaldía Local de Kennedy, 2012).

Para el año 1976, el humedal contaba con un área de 38.73 hectáreas (figura 4-6), es decir, había perdido el 77.4 % de la superficie con respecto al año de 1954 lo que “equivale a una taza de pérdida de 6.64 ha/año” (Instituto de Estudios Ambientales, 2008, 62 Ecosistemas de humedal e imaginarios sociales: humedal El Burro y su transformación a partir de la segunda mitad del siglo XX p. 152). En consecuencia, puede afirmarse, este proceso de urbanización promovido principalmente desde lo público hasta este momento tuvo un impacto devastador sobre este ecosistema.

Figura 4-6. Coberturas de lumedal El Burro año 1975

Fuente: Edición propia con base en Instituto de Estudios Ambientales (2008)

En los alrededores del humedal, se mantenía la vocación agrícola, excepto en la urbanización del barrio Pio XII y hacia el costado nororiental del monumento de Banderas en donde había iniciado el loteo de predios por parte de la Compañía de Construcciones Andes S.A. para ejecutar el proyecto de la Urbanización Rincón de los Ángeles (Departamento Administrativo de Planeación Distrital, 1976), como se observa en la figura 4-7, en la zona que para 1956 estaba cubierta por vegetación acuática media y alta (figura 4-2).

Capítulo 4 63

Figura 4-7. Loteo de predios en el humedal El Burro año 1975

Fuente: Edición propia con base en Instituto Geográfico Agustín Codazzi.

En la década de 1980, actores privados llevaron a cabo obras para la edificación de vivienda e infraestructura que tuvieron un impacto directo en la desecación del humedal El Burro. El barrio El Condado (Alcaldía Local de Kennedy, 2012) desecó y fragmentó el humedal, como se observa en la figura 4-8, pue se construyó sobre el mismo. Del mismo modo, la Compañía de Construcciones Andes S.A. avanzó en el proceso de urbanización y construcción del barrio el Rincón de los Ángeles sobre la zona suroriental del humedal, ya loteada para 1975 (figura 4-7), aun cuando para 1986 todavía se observa en la fotografía aérea restos de vegetación acuática. Durante esta data, también fue construido el barrio Las Dos Avenidas sobre la extensión suroriente del humedal. 64 Ecosistemas de humedal e imaginarios sociales: humedal El Burro y su transformación a partir de la segunda mitad del siglo XX

Figura 4-8. Urbanizaciones en el humedal El Burro año 1986

Fuente: Edición propia con base en Instituto Geográfico Agustín Codazzi.

Todo lo anterior redujo el área del ecosistema a 21.14 hectáreas (Instituto de Estudios Ambientales, 2008, p. 151), como se observa en la figura 4-9. Sobre la degradación del humedal durante este período, Venegas y Gómez (2011) señalan:

Se notan grandes zonas de relleno donde se planean construcciones posteriores y utilización del suelo con otros fines […] se inician los trabajos de canalización del humedal para transformarlo en un canal de aguas negras y lluvias. Por otro lado, se advierte otro tipo de intervención en uno de los brazos del humedal, se trata de la casi completa desaparición del brazo norte del humedal gracias a los rellenos para cría de ganado y ampliación de pastizales en pequeños lotes. Se mantiene el uso del suelo con fines agrícolas en la zona noroccidental del humedal, teniéndose afectaciones de aguas servidas y agroquímicos durante casi una década (p. 36). Capítulo 4 65

Figura 4-9. Coberturas del humedal el Burro año 1985

Fuente: Elaboración propia con base en Instituto de Estudios Ambientales (2008).

En el año 1988, la Empresa Distrital de Servicios Públicos, EDIS inició la construcción de la planta de trasferencia de basuras de Protecho (figura 4-10) en el borde occidental del humedal sobre la vía carreteable que luego se convertiría en la avenida Ciudad de Cali. Esta planta inició su funcionamiento el mes de noviembre de 1988 (División de Transporte y Control, 1994). Cabe señalar, a pesar de que se desconoce la fecha de cierre de este equipamiento para 1994 “presenta[ba] indicadores de subutilización del 80 por ciento de su capacidad real y una serie de inconsistencias en el manejo del problema de basuras a corto y mediano plazo” (Instituto de Estudios Ambientales citado por Redacción El Tiempo, 1994). Y la EDIS fue totalmente liquidada en 1996. 66 Ecosistemas de humedal e imaginarios sociales: humedal El Burro y su transformación a partir de la segunda mitad del siglo XX

Figura 4-10. Planta de transferencia de Protecho

Fuente: Archivo fotográfico Daniel Bermúdez

Si bien desde la década de 1950 el humedal venía en un proceso de desecación acelerado, la transformación del humedal en la década de 1990 fue catastrófica para su condición ambiental. Este período inició con la construcción de la avenida Ciudad de Cali (Redacción El Tiempo, 1990) por parte del Instituto de Desarrollo Urbano, IDU que fragmentó definitivamente el humedal en dos sectores39, “cort[ó] el flujo de agua y limit[ó] sus funciones ecosistémicas como regulador hídrico y hábitat de ciertas especies de aves y pequeños mamíferos” (Venegas Escovar & Gómez Orgulloso, 2011, p. 36).

Para 1993, un informe técnico realizado por el Departamento Administrativo de Medio Ambiente, DAMA (1993) expone:

39 Actualmente, las dos partes del humedal se comunican por medio de un box coulvert bajo la avenida Ciudad de Cali. Capítulo 4 67

La parte occidental —del humedal— ha sido rellenada casi completamente, solo el área más cercana a la vía se conserva con espejo de agua. En la zona oriental […] presenta problemas de contaminación por aguas negras que han contribuido de forma definitiva al proceso de eutrofización […] disminuyendo la entrada de luz solar y originando al mismo tiempo y por la anterior característica, la muerte de vegetales que subyacen a la capa o manto superficial. El olor que despide el agua en este caso corresponde a la liberación de ácido sulfhídrico, desprendido a partir de la descomposición de algas y plantas, indol y estacol a partir de la descomposición de ácidos grasos contenidos en las aguas negras que entran al humedal, y gases desprendidos de la putrecina y cadaverina. Además, el humedal está siendo rellenado por el propietario del predio con material no selectivo, proporcionando con ello mayor carga de contaminantes, restringiendo el área y la capacidad de depuración de las aguas (pp. 3-4).

En 1994, se realizó el primer amojonamiento al Humedal El Burro por parte de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá. Sin embargo, la medida no evitó que actores privados desecaran y urbanizaran informalmente dos sectores más del humedal, a saber, el barrio Castillo, que se ubicó sobre la parte centro oriente del ecosistema y la avenida Ciudad de Cali, y el barrio Villa Castilla, ubicado dentro de la zona suroriente del humedal (figura 4-11). Estos barrios fueron legalizados en el año 1998 por medio del Acuerdo 369 (Secretaría de Hacienda, 2004). 68 Ecosistemas de humedal e imaginarios sociales: humedal El Burro y su transformación a partir de la segunda mitad del siglo XX

Figura 4-11. Urbanizaciones humedal El Burro década 1990

Fuente: Edición propia con base en Venegas Escovar & Gómez Orgulloso (2011)

Cabe señalar que este fenómeno de urbanización informal estuvo relacionado con la falta de capacidad de las entidades públicas para resolver la necesidad de vivienda. En este sentido, “según datos de Camacol, mientras las corporaciones de ahorro y vivienda financiaron la construcción de dos mil soluciones de vivienda popular, los urbanizadores piratas promovieron la construcción de aproximadamente 20 mil soluciones” (Insignares, 1994).

Iniciando el siglo XXI, el edificio de la antigua planta de transferencia de basuras de Protecho fue remodelado por el arquitecto Daniel Bermúdez para funcionar como biblioteca. En el año 2001, se inauguró allí la Biblioteca Pública El Tintal (figura 4-12). Capítulo 4 69

Figura 4-12. Biblioteca Pública El Tintal

Fuente: https://img-s-msn- com.akamaized.net/tenant/amp/entityid/BBFmUyq.img?h=1080&w=1920&m=6&q=6 0&o=f&l=f

Sin embargo, en la primera mitad de la década del 2000 la condición del humedal no mejoró, al contrario, la reducción de su área continuaba (figura 4-13). Así, para 2004, el humedal contaba con apenas 14.6 hectáreas que no eran equivalentes ni al 10 % del área de 1954. 70 Ecosistemas de humedal e imaginarios sociales: humedal El Burro y su transformación a partir de la segunda mitad del siglo XX

Figura 4-13. Coberturas del humedal 2004

Fuente: Elaboración propia con base en Instituto de Estudios Ambientales (2008).

Para este período de tiempo, Venegas y Gómez (2011) señalan:

[El humedal] ha sufrido de los desechos líquidos y sólidos provenientes del sector causando que sus aguas estén contaminadas. Residuos de metales pesados, sedimentos, alta carga orgánica y aguas negras son los principales causantes de la contaminación del ecosistema. También los plaguicidas usados en los cultivos de legumbres del sector han causado un impacto aún no muy bien evaluado (p. 37).

Adicionalmente, la concentración de materia orgánica en descomposición, que claramente no contaba con un manejo adecuado, generó la acumulación gases que repentinamente producían incendios en algunas partes del humedal.

Capítulo 4 71

Sobre el proceso de transformación del humedal en el período comprendido entre 1956 y 2004, el Instituto de Estudios Ambientales (2008) concluye que los principales factores que incidieron en la alteración del ecosistema según su importancia fueron:

. Los procesos de relleno de áreas del humedal por parte de urbanizadores -formales e informales- y la disposición inadecuada de escombros y basuras . Fragmentación del área del humedal a causa de la construcción de la avenida Ciudad de Cali . La disminución de caudales afluentes al humedal . El vertimiento de aguas de conexiones erradas, provenientes de las áreas urbanizadas cercanas al humedal . Los procesos de pastoreo a que han sido sometidos los terrenos periféricos del humedal durante muchos años . La consecuente terrización dada por pastoreo, colmatación e invasión de especies vegetales no deseadas en las áreas de humedal.

Figura 4-14. Humedal El Burro a inicios de la década del 2000

Fuente: Archivo fotográfico Byron Calvachi

72 Ecosistemas de humedal e imaginarios sociales: humedal El Burro y su transformación a partir de la segunda mitad del siglo XX

En 2005 fue construido el tramo de la Alameda El Provenir que pasa por el borde oriental del humedal. Esta posee senderos de adoquín, bicicarriles en concreto, zonas de recreación pasiva, canchas de microfútbol y zonas verdes.

Finalmente, en el 2007 la Empresa de Acueducto, Alcantarillado y Aseo de Bogotá inició las obras de recuperación del sector oriental del humedal. Estas constaron de III fases y finalizaron en el año 2015. Las fases I y II se realizaron entre 2007 a 2010. Durante este período, se excavaron 60.000 m3 de lodo y sedimento que habían sido depositados en el humedal, de los cuales 40.000 m3 fueron llevados al relleno sanitario Doña Juana y los demás se emplearon para conformar islotes con el fin de generar distintos tipos de vegetación. Esto último permitió la recuperación de 1.5 hectáreas de espejo de agua. La fase III se ejecutó entre el 2014 y 2015. En esta se sembraron 2500 árboles (Empresa de Acueducto Alcantarillado y Aseo de Bogotá, 2015), se conformó el cerramiento del humedal y se instauró un esquema de vigilancia, actualmente en funcionamiento. Gracias a esto, el humedal cuenta con una extensión aproximada de 18.8 hectáreas (figura 4-14).

Figura 4-15. Humedal El Burro 2015

Fuente: Elaboración propia con base en Instituto de Estudios Ambientales (2008).

Capítulo 4 73

A continuación, se presenta una síntesis gráfica de la transformación del humedal El Burro a partir de la segunda mitad del siglo XX.

Figura 4-16. Primer componente matriz infográfica multivariable del tiempo

Fuente: Elaboración propia

5. Imaginarios y transformación del humedal El Burro

5.1 La desecación como beneficio

Como se mencionó, durante la segunda mitad del siglo XX la transformación del humedal El Burro estuvo marcada por procesos frecuentes de desecación y fragmentación que redujeron su área de manera significativa, particularmente entre las décadas de 1950 y 1970, período en el cual perdió 132.8 hectáreas (Instituto de Estudios Ambientales, 2008). Si bien la mayoría de documentos oficiales sobre este fenómeno sostienen que fue causado por el crecimiento urbano, cabe reflexionar por qué dicho crecimiento en la localidad de Kennedy se dio a costa de la desecación del humedal; por qué se diseñó y se edificó como si no existiesen humedales, ¿acaso no hubiese sido posible construir bajo un modelo de arquitectura palafítica?; en vez de rellenar sectores del humedal para construir avenidas como Las Américas o la Ciudad de Cali, ¿por qué no hacer viaductos? En suma, ¿por qué no buscaron alternativas que reconociesen esta cualidad geográfica de la localidad?

Si se observa con detenimiento, iniciando el siglo XX en el Decreto 40 de 1905, fue promulgado, entre otros, el siguiente articulado:

ART. 1º—El Gobierno procederá a hacer deslindar los lagos, lagunas, ciénagas y pantanos de propiedad nacional, de los predios ribereños pertenecientes a particulares. PAR.—Para los efectos del deslinde de que trata el presente artículo, se declaran propiedad de la Nación los terrenos que hayan estado inundados u ocupados por las aguas en los últimos diez años. ART. 2º—El Gobierno promoverá el desagüe de los lagos, lagunas, ciénagas y pantanos que juzgue conveniente, y para este efecto puede dar en propiedad a

76 Ecosistemas de humedal e imaginarios sociales: humedal El Burro y su transformación a partir de la segunda mitad del siglo XX

los individuos o empresas que hagan la obra el todo o parte de los terrenos que queden en seco después de ejecutada y que pertenecen a la Nación [...]. ART. 3º—Todas las propiedades de particulares que sean beneficiadas por la ejecución de cualquiera de las obras a que este decreto se refiere, serán avaluadas antes y después de llevarse a efecto la obra, para establecer claramente el valor del beneficio recibido (República de Colombia, 1905).

Este decreto contiene varios aspectos a resaltar. En primera instancia llama la atención el interés del Gobierno por tener bajo su propiedad y administración la mayoría de ecosistemas de aguas superficiales temporales del país. No obstante, dicha administración, lejos de propender por el buen estado de los lagos, lagunas, ciénagas y pantanos, buscaba su desecación mediante la cesión, total o parcial, del derecho sobre esas nuevas tierras a los privados que ejecutasen el desecamiento. Luego, la desecación de los humedales se consolidó como política de Estado.

Aunque este decreto solo tuvo estuvo vigente durante siete años, pues fue declarado inconstitucional40 por la Corte Suprema de Justicia en la sentencia del 21 de noviembre de 1912, fue suficientemente efectivo para instituir socialmente el imaginario del beneficio de la desecación de los humedales durante todo el siglo XX.

Así, partiendo de la plausibilidad social de la desecación, el humedal El Burro debía ser labrado para construir la ciudad moderna y mientras desaparecían el espejo de agua y la vegetación acuática, la ciudad inauguraba obras producto de intervenciones de actores internacionales, nacionales, distritales y locales, de las cuales se sentía orgullosa, verbigracia, la avenida de las Américas, el Hipódromo de Techo, las urbanizaciones Castilla y Ciudad Kennedy y la Central de Abastos. En palabras del gerente del Instituto de Crédito Territorial, “los campos eriazos del antiguo Aeropuerto de Techo se han convertido súbitamente en un poblado mayor que Tunja, Popayán o Villavicencio, fundadas las primeras hace varios siglos” (Instituto de Crédito Territorial, 1965, p. 14). Pero luego,

40 La razón de su inconstitucionalidad no fue la hostilidad contra los humedales, sino haber violado el derecho a la propiedad privada (Cajas Sarria, 2014). Capítulo 5 77

“los pantanos que quedaban en Castilla fueron rellenados para permitir una urbanización y un crecimiento “más ordenado” gracias a la labor del IDU y la Secretaría de Obras Públicas” (Malavante, 2003, p. 36).

A pesar de estos procesos de urbanización en la década de 1980, la condición del humedal permitía que los niños del barrio Castilla jugaran en él. Gabriel, habitante de este barrio, así lo relata:

Al cruzarla —la carrera 80, última vía de Castilla— comenzaba un extenso potrero de cultivos de cebada y trigo. Cada seis meses, el paisaje cambiaba de verde a amarillo oro. Un poco más allá había una pequeña laguna rodeada por algunos eucaliptos, donde los niños del sector [...] hacían columpios, jugaban con caucheras y se enfrentaban en guerras de bodoques. Gabriel y sus amigos construían botecitos y se metían a explorar la laguna, cubierta en parte por buchón, mientras que los juncos se balanceaban con el aire. Más de una vez, algún niño se cayó al agua intentando cazar una rana o coger uno de los cientos de pececitos que había, y llegaba a la casa con la certeza de que, aparte del baño con alcohol y desinfectante, iba a ser reprendido; para la época todavía no eran aguas negras. En el día, algunas personas iban a cazar patos o curíes. Por la noche, después de que las bandadas de garzas llegaban a anidar, el campo abierto se llenaba de una bruma tenebrosa. Los niños hacían fogatas, se sentaban alrededor de ella y contaban historias de misterio. Agosto era de los meses más hermosos. Llegaba gente del centro de la ciudad a elevar cometa. Como no había cables de luz, el lugar era perfecto para el espectáculo de colores y formas en el cielo, acompañado por los inolvidables atardeceres del occidente de Bogotá, que se fueron ocultando detrás del desarrollo de la ciudad (Bonilla Martínez, 2011, p. 79).

Sin embargo, este patrón de secar para urbanizar y edificar, legal e ilegalmente fue replicado en barrios como el Rincón de los Ángeles, El Condado, Las Dos Avenidas (figura 1-7). Lo mismo sucedió en el proceso de construcción de la planta de transferencia de basuras de Protecho, necesaria para la higiene de la ciudad, lo cual se evidencia en un 78 Ecosistemas de humedal e imaginarios sociales: humedal El Burro y su transformación a partir de la segunda mitad del siglo XX informe de interventoría de obra en el que además se propone que la Empresa Distrital de Servicios Públicos actúe como promotor de desagüe de una parte de la llanura de inundación del río Bogotá.

Durante el mes —mayo de 1998— entró en operación la draga de la EDIS, que a finales de mayo, fue retirada luego de ejecutar parcialmente la limpieza del vado, en predios del antiguo propietario del lote de la EDIS. En opinión de la interventoría, este trabajo no es suficiente para garantizar la correcta evacuación de aguas de las obras de la EDIS, en época de invierno principalmente. Sobre el particular se sugiere que a la mayor brevedad posible la EDIS promueva una reunión con los propietarios de los predios adyacentes al vado, a fin de lograr un acuerdo para el dragado total hasta el curso del río Bogotá (Francisco Otálora Mieles Diseños - Interventorías, 1988, p. 3).

De modo que, entre otras estrategias, la desecación y fragmentación del humedal abrieron paso al desarrollo de la ciudad.

Este imaginario se instituyó de tal manera que en las prácticas de actores ilegales parecía como si la sesión del terreno secado, consignada en el Decreto 40 de 1905, estuviese vigente a lo largo de la última década del siglo XX. Sirva de ejemplo el relato de don Lorenzo, quien al respecto afirma: “algunos de los que tienen terrenos aledaños a la laguna, van rellenando lenta y pacientemente las orillas para ganar terrenos gratis para sí mismos” (Malavante, 2003, pp. 36-37). A pesar de la recién anotada lentitud inicial, en un momento dicho ritmo fue consumido por el afán y la velocidad de la desecación aumentó. Al respecto, un líder de la UPZ Castilla sostiene que “a principios de los años noventa comenzaron a llegar ahí —al futuro barrio Villa Castilla— volquetas a descargar escombros, más o menos cincuenta o sesenta al día” (Bonilla Martínez, 2011, pp. 71-72). En otros casos, “la gente llegaba del campo, compraba o se apropiaba de un lote, trabajaba para pagar las volquetadas de tierra para rellenar las partes acuosas que quedaban y poder comenzar, por autoconstrucción, a edificar un hogar” (Malavante, 2003, p. 35). De cualquier modo, la inversión que estos urbanizadores informales realizaban se veía compensada por la usurpación del suelo dentro del perímetro urbano de la ciudad. Así, se Capítulo 5 79 consolidaron los barrios El Castillo y Villa Castilla, que se ubican sobre lo que otrora era el humedal (figura 4-9).

Es importante resaltar que las prácticas soportadas en el imaginario de la desecación como beneficio cesaron finalizando el siglo XX. Luego, podría interpretarse que para este momento fue des-instituido este imaginario. No obstante en el 2012 y 2013 nuevamente actores privados arrojan escombros y desechos producto de obras de construcción en las inmediaciones del humedal, lo cual llama la atención pues indica que aunque no se encontraron discursos de este imaginario a partir de la década de 1990, en la década de 2010 intentó instituirse nuevamente.

De lo anterior resulta que el imaginario del beneficio de la desecación (figura 5-1) varía en función del actor desde el cual se observe. Así, desde el ámbito oficial, el beneficio está ligado al desarrollo y, desde la informalidad, está unido a la apropiación de suelo41 para la captación de rentas producto de la urbanización y edificación.

41 Posteriormente, todos estos predios fueron legalizados. 80 Ecosistemas de humedal e imaginarios sociales: humedal El Burro y su transformación a partir de la segunda mitad del siglo XX

Figura 5-1. Imaginario de la desecación como beneficio

Fuente: Elaboración propia

Capítulo 5 81

Figura 5-2. Desecación del humedal El Burro

Fuente: Documental Memorias del humedal

5.2 El potrero para lo indeseado

Frente a la percepción de los humedales de la ciudad en la década de 1990, Juan García (1999), estudiante de biología, sostiene que se les ve “como un foco de contaminación, podredumbre e infecciones. Y es que en realidad se han convertido en caños receptores de todo tipo de desechos, en su gran mayoría provenientes de barrios subnormales que se han venido expandiendo a sus alrededores” (p. 7).

Particularmente, el humedal El Burro estaba siendo degradado por la desecación, la fragmentación y el vertimiento de aguas negras. Sin embargo, la planta de transferencia de basuras de Protecho fue un hito que instituyó el imaginario del humedal El Burro como el potrero para lo indeseado, “esto era como un potrero y no lo llamaban humedal” (Bonilla Martínez, 2011, p. 70).

82 Ecosistemas de humedal e imaginarios sociales: humedal El Burro y su transformación a partir de la segunda mitad del siglo XX

La planta de Protecho era el lugar en donde los vehículos recolectores de basura depositaban los desechos de la ciudad. Allí, estos eran compactados y posteriormente llevados al relleno sanitario. Sin embargo, este procedimiento no siempre se realizó a cabalidad, pues el costado oriental del humedal, como relata Don Lorenzo:

Era relleno de vidrios y otros desperdicios; del otro lado de la avenida Ciudad de Cali, está la mayor parte de desperdicios orgánicos. Igualmente, la parte en que se ven constantes columnas de humo, no es quema de pastizales sino chimeneas de gases tóxicos producidos por la descomposición de materia orgánica, que previenen una explosión de basura (aunque envenenen el aire circundante). Los lixiviados se filtran hasta los lechos de agua matando muchas especies y ennegreciendo aún más la laguna (Malavante, 2003, p. 36).

La práctica de depositar en el humedal los desperdicios de la sociedad bogotana empezó a tomar una dimensión más compleja, el humedal se convirtió en el lugar para hacer lo que no estaba permitido. Byron Calvachi, habitante de la localidad, relata: “a veces íbamos por ahí y veía basureros pequeños y también recuerdo que le llamaban el consumidero [...] las instituciones encargadas del humedal [...] eran inoperantes y apáticas, le tenían pereza a los humedales de Kennedy porque eran peligrosos”. Alejandro Torres, también habitante de la localidad, recuerda que en su infancia, “solo sabía del humedal que era de aguas negras y que no había que frecuentarlo porque solía llenarse de ladrones y drogadictos” (Malavante, 2003, p. 17). Así mismo, Torres afirma:

En el potrero la gente era degollada, había violaciones, se concentraba la delincuencia de las personas de los barrios Patio Bonito y María Paz, se encontraban las principales ollas de bazuco, de homicidios, de vicio, de ladrones, para 1997 había casi seis cambuches. Allá no se metía nadie (Instituto de Estudios Ambientales, 2008, p. 181).

Siguiendo la narración de Torres (2019), al bosque de las acacias que aún existe los jóvenes vecinos le llamaban “el Caguán porque allá era como la zona de Capítulo 5 83

distensión42, por allá era donde estaban las ollas de los bazuqueros” (Torres, comunicación personal, 2 de marzo de 2019). Para ese momento, el humedal, añade: “no tenía cerramiento [...] veíamos mucho habitante de calle, veíamos a otros consumiendo bazuco, había expendio de drogas, habían perros de razas brasilero y rottweiler asilvestrados, eran como doce o quince y los tenían amarrados en un sector que se llamaba La Marranera”.

El imaginario del humedal como lugar para abandonar los desechos y en donde habitaba la maldad coincidió con el punto de mayor degradación de este ecosistema y, en consecuencia, impidió la apropiación del humedal por parte de las personas que habitaban en el vecindario, promovió el desprecio por parte de las entidades distritales encargadas de administrarlo, además, estuvo instituido de manera simultánea al imaginario del beneficio de la desecación por parte de actores locales informales. También permite observar el destacado rol que desempeñan los equipamientos urbanos en la institución imaginaria, pues es probable que la construcción y operación de la planta de transferencia de basuras Protecho haya sido el elemento que instituyó este imaginario.

42 La zona de distensión, ubicada en el departamento de Caquetá y decretada mediante Resolución 84 de 1998, fue un área declarada despejada de las Fuerzas Militares del Gobierno colombiano a petición de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, Farc en el marco de un fallido proceso de paz. 84 Ecosistemas de humedal e imaginarios sociales: humedal El Burro y su transformación a partir de la segunda mitad del siglo XX

Figura 5-3. Imaginario del potrero para lo indeseado

Fuente: Elaboración propia

Capítulo 5 85

Figura 5-4. Humedal El Burro década de 1990

Fuente: Archivo fotográfico Byron Calvachi.

5.3 Recurso digno de protección

El humedal como un recurso digno de protección fue un imaginario instituyente de mediados de la década de 1970, cuando el Gobierno Nacional emite el Código Nacional de los Recursos Naturales Renovables y de Protección al Medio Ambiente mediante Decreto-Ley 2811 de 1974. En este se considera que los humedales son aguas superficiales dignas de protección, se afirma que no son lugares para arrojar o introducir desechos, se anuncian sanciones económicas para quienes desacaten esta norma y, además, se establece que estos ecosistemas son de dominio público, imprescriptibles e inalienables (Congreso de Colombia, 1974).

Es evidente que esta política pública es concebida desde un imaginario diametralmente opuesto al de 1905. Probablemente, esta nueva ley fue permeada por el imaginario presente en los postulados de la Cumbre de la Tierra de Estocolmo convocada 86 Ecosistemas de humedal e imaginarios sociales: humedal El Burro y su transformación a partir de la segunda mitad del siglo XX por la Organización de las Naciones Unidas y el movimiento ambientalista que surgió para esta época en otros países.

A pesar de lo anterior, la definición de los humedales como recurso natural no renovable es una metáfora zombi (Lizcano, 1999) proveniente de un paradigma antropocentrista y un imaginario utilitarista de la naturaleza. Andrea Mastrangelo (2009) afirma que la palabra recurso proviene del campo de la economía y se le pretende añadir la cualidad de natural, es decir, se naturaliza la concepción de la naturaleza como productora de bienes al servicio de las necesidades humanas.

Este imaginario representado en el Decreto-Ley 2811 de 1974, proveniente del nivel nacional, al igual que el Decreto 40 de 1905, no logra ser instituido inmediatamente, ya que no se observa alguna incidencia del mismo en el corto plazo. Luego, 16 años después, la política pública de ordenamiento territorial de la Alcaldía Mayor de Bogotá se alinea con los postulados del Código Natural de los Recursos Naturales Renovables y establece en el Acuerdo 6 de 1990 que las lagunas43 forman parte del primer nivel de zonificación del sistema hidrográfico del Distrito Especial de Bogotá, categoría que establecía “un tratamiento especial para la protección” (Concejo de Bogotá, 1990, p. 22). En adición, este acuerdo estableció que las lagunas eran áreas de amortiguación. Esta, una nueva metáfora zombi, toma como referencia el sistema de amortiguación de las máquinas que sirve para reducir el impacto de movimientos fuertes. En este sentido, las lagunas fueron clasificadas según su función, pero desde la cosificación del ecosistema, lo cual refuerza la concepción de recurso, de una naturaleza separada de la sociedad.

Aunque se observa afinidad entre las dos políticas públicas recien mencionadas, esta no fue suficiente para lograr la institución social —en el sentido de Castoriadis (1975)— del imaginario del humedal como recurso digno de protección. Para iniciar este proceso fue necesario un cambio en el imaginario de algunos actores locales claves que sucedió gracias a sus experiencias vividas en el humedal. Uno de esos actores fue Byron Calvachi, quien fue habitante de la localidad desde la década de 1980 y posteriormente se

43 Estos ecosistemas aún no se reconocen como humedales. Capítulo 5 87 convirtió en biólogo experto en humedales y funcionario público de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá. Respecto a sus vivencias significativas con el humedal, Calvachi narra:

En los años 70, cuando estaba en primaria, el bus del colegio en esa época nos recogía a los que vivíamos en el barrio Mandalay y luego seguía a Castilla. En ese trayecto algo llamaba siempre mi atención, intensamente. Veía una mancha inmensa de un verde más oscuro que el de los potreros de las fincas y alcanzaba a ver como un hueco con cosas vivas ahí dentro, siempre me preguntaba ¿qué es? Un día mi tío nos llevó a mi hermano y a mí al parque Kennedy para conseguir agua estancada para una tarea de mi hermana. Cuando llegamos vimos que salió un pájaro volando del suelo, creo que era una caica, mi tío se quitó el saco y lo tiró encima del ave para taparlo, luego le tomó en sus manos con cuidado, lo acercó a nosotros para que lo viéramos y además pudimos acariciarlo. Él nos dijo: ya lo tocamos y lo acariciamos, entonces ¡que sea libre! Eso me quedó sonando. Después de caminar vimos el humedal al fondo, era gigante, gigante y llegaba hasta el río Bogotá. Vi una garza azul gigante que salió volando que me sorprendió, pensé, ¿qué es eso? Veía pájaros por todo lado. Se acercó un niño como de siete años, mi tío lo llamó y le dijo: “venga, usted que tiene botas por qué no me hace un favor, tráigame agua en este tarro”. El niño se metió bien adentro del agua, caminando con sus botas pantaneras, y tomó el agua estancada. Cuando vimos el agua en el frasco notamos que el agua estaba llena de vida, se veían bichitos nadando, camaroncitos y una cantidad de cosas ahí dentro. Además, el niño nos contó que ahí había peces, que frecuentemente pescaban allí. Eso me causó fascinación. Muchos años después cuando estaba en la universidad estudiando biología marina también me pusieron la misma tarea de mi hermana, llevar agua estancada. Entonces pensé ¡yo sé dónde conseguir una buena muestra! Fui al humedal El Burro con un compañero que vivía cerca de Banderas, lugar que no visitaba desde mi infancia, y quedé impactado por la condición del humedal. Se veían muchos rellenos y basura, uno pisaba y se veían cúmulos de cosas, o sea, que ya no era el suelo natural, y el agua se veía sucia y ya olía mal, pues en la 88 Ecosistemas de humedal e imaginarios sociales: humedal El Burro y su transformación a partir de la segunda mitad del siglo XX

época que yo iba de niño no olía ni nada, era todavía natural. Y aun así la muestra de agua estuvo buenísima, tenía mucha vida (Calvachi, comunicación personal, 15 de mayo de 2019).

Otro actor local clave ha sido Alejandro Torres. Sobre su primera experiencia con el humedal El Burro, iniciando la década de 1990, relata:

Tenía catorce años y estaba con mis amigos un viernes después del colegio, jugando futbol en el parque, y me tumbé sobre el pasto para recuperar el aliento; de pronto, me quedé atónito cuando vi en el cielo algo que volaba a gran velocidad, con una imponencia y delicadeza tales que quedé absorto por completo, era oscuro y grande […] su forma me recordó a las águilas que solo había visto en las películas y en el zoológico, pero ya eran muy viejas y sin la magnificencia que supone estar en libertad. Se dirigía hacia el occidente, decidí seguirla, me intrigaba, no sabía qué ave podía ser […] la seguí como si me arrastrara una cometa a la cual no quería dejar escapar […] continuó recto en su planeo, empezó a descender en cuanto llegué a la alameda “El Provenir” [...] El ave comenzó a sobrevolar el humedal “El Burro”. Solo sabía del humedal que era de aguas negras y que no había que frecuentarlo porque solía llenarse de ladrones y drogadictos. Había visto uno que otro pájaro, pero no me parecían nada llamativos, por lo que dudé cruzar la cerca de púas. Cuando el ave perdió altura, salió de mi vista; quería verla, saber exactamente qué era y por qué nunca había visto una así. Aun con temor, decidí rebasar la cerca e internarme entre los pastizales y eucaliptos que lo rodeaban. Tuve que preocuparme por no tropezar con la basura, los trozos de vidrio y excrementos que pululaban por doquier. El miedo comenzó a invadirme por encontrarme con algún maleante o que tal vez pudiera encontrarme con él, con la rata o serpiente que se abalanzara sobre mí, entonces no sabía que esto no sucedería en realidad [...] tomé valor para regresar hasta los juncos que rodeaban las aguas negras y empozadas, con una fetidez que me despertó náusea y me hizo querer regresar. Miré al cielo tratando de respirar y la vi de nuevo. Tenía el pecho moteado de manchas negras y blancas, patas y pico anaranjados, la cola tenía un par de franjas negras; con sus alas abiertas sería tan grande como mi brazo. Me sentí Capítulo 5 89

maravillado al verla planear, movía su cabeza de lado a lado buscando su presa [...] el ave dio círculos y en un movimiento súbito cerró sus alas y se dejó caer en picada, atrapó algo y se remontó nuevamente a los cielos en donde su presa luchaba por zafarse, pero no lo logró [...] Quedé muy sorprendido […]. No me imaginé que había algo tan bello a pocas cuadras de mi casa y no imaginé que pudieran vivir estas aves tan lindas en plena ciudad [...] En pocos días entendí lo sagrado de este ecosistema y me dolió pensar en que el hombre se autodestruye con un pensamiento progresista, escudado en que la tierra le pertenece, sin darse cuenta que es el hombre quien le pertenece a la tierra (Malavante, 2003, pp. 16–37)

Si bien estas experiencias son particulares, tienen en común el descubrimiento de la vida dentro del ecosistema que se resistía a desaparecer a pesar de la degradación por la contaminación, desecación y fragmentación del mismo- Así, aunque la condición tangible del humedal no había cambiado, para estos actores dejó de ser plausible la desecación y en su percepción ya no era únicamente un potrero para la maldad, sino un ser vivo “herido y moribundo” (Malavante, 2003, p.41), es decir, personificado. Esto implica una transferencia no solo de sentido, sino emocional que permitió la empatía con el humedal, lo cual les movió a “perseverar por la recuperación del humedal y luchar aun en contra de las entidades públicas por más de 15 años” (A. Torres, comunicación personal, 2 de marzo 2019).

Para estos actores claves era claro que debían provocar una nueva vivencia del humedal en los habitantes del sector, pues esto había sido lo que había causado un cambio en su percepción del mismo. Una de las estrategias, entre otras, utilizada para cumplir con este propósito fue, siguiendo a Torres (2019):

La primera misa ecológica humedal el Burro, a la que asistió muchísima, muchísima gente que antes veía en el humedal una cloaca, delincuencia, un problema de seguridad, un problema de malos olores y eso era verdad, era la realidad ese momento, pero cuando empezaron a caminar, a conocer el nombre de las aves, de la vegetación y parte de su historia se empezaron a vincular (Torres, comunicación personal, 2 de marzo 2019). 90 Ecosistemas de humedal e imaginarios sociales: humedal El Burro y su transformación a partir de la segunda mitad del siglo XX

Así mismo, se destacó también la realización de jornadas comunitarias de limpieza y de visitas académicas con estudiantes de primaria y secundaria al humedal. Estas acciones eran acompañadas de la socialización del reconocimiento de los humedales en la política pública y de su función ecológica. Valga como ejemplo la intervención de Byron Calvachi en una reunión con habitantes del barrio Castilla, en la que afirma:

Los humedales son el hábitat de especies únicas como la tingua bogotana que está en peligro de extinción; de la tingua piquiroja, la más común por su tolerancia a la contaminación; de las monjitas, esos pajaritos negros de cabeza amarilla que ustedes ven volando entre los juncos —y así continuó mostrándoles cómo se llamaban y qué eran todos esos animales que habían visto durante años, y además les explicó que los humedales eran esponjas que absorbían el agua y evitaban las inundaciones— por eso no los podemos dejar acabar (Bonilla Martínez, 2011, p. 72).

Además, estos actores locales descubrieron otro valor asociado al humedal El Burro, esto es, la memoria ancestral de la cultura muisca en la que los humedales, denominados con palabra chucua cuyo significado aproximado era aguas vivas, desempeñaban un papel esencial en sus modos de habitar la Sabana de Bogotá.

Todo lo anterior reconfiguró la plausibilidad de los anteriores imaginarios y permitió la institucionalización social del humedal el Burro como un recurso digno de protección en un sector de la comunidad a nivel local. Fue así como ellos iniciaron la exigencia del cumplimiento de la política pública, por lo cual la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá emitió la Resolución 003 de 1993 en la que acotó la zona de ronda de la chucua del Burro y, en consecuencia, por primera vez se conocieron sus límites legales.

Por otro lado, en 1994 el Concejo de Bogotá declaró que el humedal El Burro, entre otros de la ciudad, era reserva ambiental natural y patrimonio ecológico de la ciudad y ordenó al Alcalde Mayor de Bogotá que en menos de 180 días tomara medidas para su “plena recuperación, preservación y mantenimiento” (Concejo de Bogotá, 1994). Cabe señalar que el término reserva ambiental es una categoría empleada para la protección de Capítulo 5 91 los recursos naturales. No obstante, esta metáfora oculta una noción de uso implícita en la etimología de la palabra “reserva”, que significa “guardar” (Soca, 2016, p. 426) con el fin de usar después. En este sentido, la protección del recurso natural puede ser temporal, dependiendo del momento en el que la sociedad considere que necesita usarlos.

Frente a la aplicación de esta nueva política y al amojonamiento del humedal, es necesario mencionar que parecía no ser acatada por la administración distrital y por los actores informales, pues como anota Fernando Afanador, quien en esa época fungía como presidente de la Junta de Acción Comunal del barrio Castilla:

Nosotros creíamos que el problema de los escombros y los rellenos se iba a solucionar con una pequeña llamada de atención a las autoridades de la Alcaldía Local de Kennedy. Efectivamente, venía la policía, pero pasaban dos o tres días y otra vez llegaban las volquetas (Bonilla Martínez, 2011, p. 73).

Esto denota el inicio de una disputa a escala local, distrital y nacional entre el imaginario instituyente del humedal como recurso digno de protección y los imaginarios instituidos del beneficio de la desecación que se resistían a dejar de ser hegemónicos.

Ante esta situación, en 1995 siete juntas de acción comunal y algunas parroquias del sector se organizaron y convocaron al primer44 Cabildo Abierto45 Ambiental y Local por los humedales de La Vaca, El Burro y Techo para discutir sobre la recuperación de las chucuas y humedales, la suspensión inmediata de su relleno y urbanización, la investigación e identificación de responsables de su destrucción, la ampliación de la red de acueducto y alcantarillado y, la recuperación y mantenimiento de la ronda y canal del río Fucha. Esta acción puede entenderse como estructura de ajuste bajo la premisa de defender el humedal, de protegerlo.

44 Nunca se había realizado un cabildo ambiental en el país, así que esta iniciativa es un hito en la lucha por los ecosistemas en Colombia. 45 “El cabildo abierto es la reunión pública de los concejos distritales, municipales o de las juntas administradoras locales, en la cual los habitantes pueden participar directamente con el fin de discutir asuntos de interés para la comunidad” (Registraduría Nacional del Estado Civil, s.f.). 92 Ecosistemas de humedal e imaginarios sociales: humedal El Burro y su transformación a partir de la segunda mitad del siglo XX

Para 1997, la disputa entre los tres imaginarios mencionados continuaba, pues así también lo hacía el secamiento para construir barrios como El Castillo y Villa Castilla. A su vez, muchas urbanizaciones del sector depositaban sus aguas negras en el humedal y también se concentraban actividades delictivas dentro del mismo. Mientras tanto, la comunidad luchaba para impedir estas acciones y lograr la recuperación del humedal. Para este momento, la Nación toma una decisión importante. Por medio de la Ley 357 de 1997, adopta la Convención Relativa a los Humedales de Importancia Internacional Especialmente como Hábitat de Aves Acuáticas celebrada en Estocolmo en 1971, esto es, 26 años después. En los considerandos de esta ley, entendidos como aquellas razones que le dan sustento, puede leerse:

Reconociendo la interdependencia del hombre y de su medio ambiente, || Considerando las funciones ecológicas fundamentales de los humedales como reguladores de los regímenes hidrológicos y como hábitat de una fauna y flora características, especialmente de aves acuáticas, || Convencidas de que los humedales constituyen un recurso de gran valor económico, cultural, científico y recreativo, cuya pérdida sería irreparable, || Deseando impedir ahora y en el futuro las progresivas intrusiones en y pérdida de humedales, || Reconociendo que las aves acuáticas en sus migraciones estacionales pueden atravesar las fronteras y que en consecuencia deben ser consideradas como un recurso internacional, || Convencidas de que la conservación de los humedales y de su flora y fauna pueden asegurarse armonizando políticas nacionales previsoras con una acción internacional coordinada (Congreso de Colombia, 1997, p. 1).

Esta postura a nivel nacional fue importarte en la institución del imaginario del humedal El Burro como un recurso digno de protección, pues era una política más con la cual respaldar la dura pelea por el humedal que adelantaba la comunidad, aquella por la cual algunos de ellos incluso fueron amenazados (Calvachi, comunicación personal, 15 de mayo de 2019). Debido a que el humedal El Burro empezó a ser percibido como “victima constante de invasiones y rellenos ilegales” (El Espectador, 1998), por medio de la Resolución 30 de 1995, la Alcaldía Local de Kennedy resuelve:

Capítulo 5 93

Prohíbe el ingreso de vehículos […] que pretendan arrojar material de relleno […] También autoriza la construcción de las obras que sean necesarias para evitar la llegada de esos vehículos a los humedales de Techo, El Burro y La Vaca […] establece, además, la imposición de las penas y sanciones que están contempladas en los códigos Nacional y Distrital de Policía (Redacción Local, 1995).

Por otro lado, en la década de 1990 se presentaron fuertes inundaciones al occidente de la ciudad, específicamente en las localidades de Bosa y Kennedy, como consecuencia de la urbanización de la llanura de inundación del río Bogotá. Algunos habitantes confrontados por esta situación comprendieron el rol del humedal en el ciclo hídrico de la ciudad, así pues, esta vivencia influyó en el cambio de percepción sobre los humedales.

En el año 97, se dio una inundación muy brava en el sector de Patio Bonito y cuando me siento a hablar con los vecinos me dicen: “pues cómo no se va a inundar si ellos rellenaron el humedal La Vaca” [...] me puse a investigar y me encuentro con todos esos problemas de inundación, porque han sido construidos sobre antiguas zonas de humedal. Fue ahí cuando dije: ¡oiga!, o sea que si no cuidamos el humedal El burro se inunda el Tintal, porque la única zona de drenaje era el humedal El Burro y fue ahí cuando nosotros dijimos que no estábamos dispuestos a dejar derrumbarlo (Torres, comunicación personal, 2 de marzo 2019).

Posteriormente, iniciando el siglo XX, los humedales de la ciudad son declarados como parques ecológicos distritales46 que forman parte del sistema de áreas protegidas47

46 Parque ecológico distrital es un “área de alto valor escénico y/o biológico que, por ello, tanto como por sus condiciones de localización y accesibilidad, se destina a la preservación, restauración y aprovechamiento sostenible de sus elementos biofísicos para educación ambiental y recreación pasiva” (Alcaldía Mayor de Santa Fe de Bogotá, 2000). 47 Sistema de áreas protegidas es el “conjunto de espacios con valores singulares para el patrimonio natural del distrito capital, la región o la Nación, cuya conservación resulta imprescindible para el funcionamiento de los ecosistemas, la conservación de la biodiversidad y la evolución de la cultura en el distrito capital” (Alcaldía Mayor de Santa Fe de Bogotá, 2000). 94 Ecosistemas de humedal e imaginarios sociales: humedal El Burro y su transformación a partir de la segunda mitad del siglo XX de la estructura ecológica principal48 de Bogotá a través del Decreto 619 del 2000, “Por el cual se adopta el plan de ordenamiento territorial para Santa Fe de Bogotá, Distrito Capital” (Alcaldía Mayor de Santa Fe de Bogotá, 2000). Las dos primeras categorías en sus definiciones reconocen los valores naturales y escénicos de los humedales y denotan su uso sostenible debido a los servicios ecosistémicos que prestan. A su vez, si bien la categoría de estructura ecológica principal es una metáfora que pretende resaltar la importancia de los humedales al emplear el adjetivo “principal”, carga un sentido cosificante en la palabra “estructura”, ya que esta proviene del latín structura que significa acción de construir en su acepción de edificar. En suma, aunque busca la conservación del ecosistema de humedal, de nuevo reforzó la noción utilitarista de la naturaleza que sería una constante en la política pública a nivel nacional, distrital y local.

Valga como ejemplo la Política Nacional de Humedales Interiores de Colombia formulada cinco años después de la adopción de la Convención de Ramsar con el propósito de “propender por la conservación y el uso sostenible de los humedales interiores de Colombia con el fin de mantener y obtener beneficios ecológicos, económicos y socioculturales, como parte integral del desarrollo del país” (Ministerio del Medio Ambiente, 2002, p. 34).Esta considera que los humedales “son sistemas naturales de soporte vital, y base de actividades productivas y socioculturales” (Ministerio del Medio Ambiente, 2002, p. 19) y señala que para ese momento el país no había tenido en cuenta el aporte de los mismos en la economía del país. Es evidente que el discurso nacional sobre el humedal gira principalmente en torno a la perspectiva económica derivada del imaginario utilitarista implícito en la metáfora del recurso natural, de modo que trata de proteger el humedal argumentando en favor de su importancia para las actividades económicas.

Es necesario mencionar que a pesar del imaginario utilitarista presente en la política pública de los humedales, esta ha sido un importante mecanismo para detener la degradación del humedal. Así, por ejemplo, mediante Sentencia T-666 de 2002 la Corte Suprema se pronunció al denegar la solicitud de desafectación de un predio aledaño al

48 Es la red de espacios que sostienen la biodiversidad y los procesos ecológicos esenciales [...] dotando al mismo —territorio— de servicios ambientales para su desarrollo sostenible (Alcaldía Mayor de Santa Fe de Bogotá, 2000). Capítulo 5 95 humedal El Burro dentro del cual se ubicaban algunos de sus mojones. Según la propietaria demandante, esto le generaba un perjuicio irremediable, ya que no podría explotarlo y sostenía que su predio no amenazaba el recurso hídrico (Corte Constitucional de Colombia, 2002). Cabe señalar que las disputas jurídicas son también una disputa en el campo de lo imaginario. En este caso la acción jurídica establecida por la propietaria del predio está fundamentada en el ya mencionado imaginario de la desecación como beneficio y en clara oposición al del humedal como recurso digno de protección.

Antes de que el imaginario del humedal como recurso digno de protección se viese reflejado en la condición físico-ambiental de este ecosistema, fue recuperado el edificio de la planta de transferencia de Protecho para albergar la Biblioteca Pública El Tintal, diseñada por el Arquitecto Daniel Bermúdez. Esta intervención impactó al humedal en dos sentidos. De un lado, dicha intervención atrajo la urbanización en el costado nororiental del humedal lo que configuró una barrera entre el humedal y el río Bogotá y, del otro, transmitió el mensaje de que era posible resignificar este sector y, por qué no, el humedal, pues en sus inmediaciones dejó de existir un edificio abandonado que procesaba las basuras para dar paso desde el año 2001 a un destacado equipamiento educativo y cultural. Al respecto, algunos habitantes del sector afirman:

Con todo esto (el barrio) ha cambiado mucho […] Porque por este sitio caminar era terrible. Uno por este lado no se atrevía a venir [...] Eso eran potreros. La calidad de vida para mí ha cambiado demasiado. [...]. Este espacio antes era una planta de tratamiento de basura y era del Estado, y no sé por qué motivo se cerró, y la decidieron recuperar [...] y pues crearon este parque alrededor, y esto cambió el área totalmente, porque antes aquí no había nada [...] A mí me parece que quedó muy bonita (Cifuentes Quin & Fiori, 2011, pp. 143-144)

Luego de la recuperación de la planta de Protecho, la institución del imaginario del recurso digno de protección observable en los discursos a nivel local, distrital y nacional se refleja en la transformación del humedal El Burro. Así pues, en el año 2004 la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá llevó a cabo la restitución del amojonamiento ya 96 Ecosistemas de humedal e imaginarios sociales: humedal El Burro y su transformación a partir de la segunda mitad del siglo XX que el que se había realizado diez años atrás “no era claro y no se estaba respetando por las diferentes actividades de relleno” (Instituto de Estudios Ambientales, 2008, p. 182). Así mismo, en el 2005 se construyó el tramo de la alameda El Porvenir en el borde occidental de la porción más grande del humedal fuera de su zona de manejo y preservación ambiental.

Finalmente, las intervenciones de mayor impacto en la recuperación del humedal El Burro se llevaron a cabo en el período comprendido entre los años 2007 y 2015 como resultado de una acción popular interpuesta por un habitante del sector en la que este demandaba a la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá por no acotar la totalidad del humedal El Burro en el amojonamiento del año 199349, por haber canalizado parte de este ecosistema, por no haber delimitado la zona de manejo y preservación ambiental, omisión de la que también responsabiliza al Departamento Administrativo de Planeación Distrital que a su vez permitió la urbanización dentro del humedal a través del silencio administrativo positivo (Consejo de Estado Colombiano, 2007). En el año 2007, la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá inició las obras de restauración hidrogeomorfológicas que han resultado ser determinantes en la recuperación de fauna y flora en el ecosistema (Figura 4-15).

Esta gran intervención de restauración generó un cambio físico-ambiental evidente para algunos habitantes del sector, de modo que quienes no se habían interesado por el humedal empezaron a reconocer su importancia, verbigracia:

Yo comencé a tener conciencia más o menos cuando lo cerraron en el 2000. Ahora sabemos que está en recuperación. Incluso cuando se organizan actividades de sensibilización con la comunidad nosotros asistimos. [...]. Ya un viejo como yo sabe los beneficios que representa el humedal tanto para la fauna y la flora como para el vecindario (Bonilla Martínez, 2011, p. 70).

49 Con base en documentos del IGAC, el demandante sustenta que aproximadamente la mitad del humedal quedó por fuera del amojonamiento. Capítulo 5 97

Y en el imaginario actual de algunos jóvenes de un colegio de la UPZ Castilla vinculados al programa de servicio social ambiental50, el humedal El Burro está siendo reconocido por sus servicios ecosistémicos, tales como su capacidad para purificar el aire y ser hábitat para especies de aves endémicas y migratorias, y también como un elemento con mucho valor que se asocia a la riqueza.

Figura 5-5. Imaginario recurso digno de protección

Fuente: Elaboración propia

50 Actores locales 98 Ecosistemas de humedal e imaginarios sociales: humedal El Burro y su transformación a partir de la segunda mitad del siglo XX

Figura 5-6. Humedal El Burro luego de su recuperación

Fuente: Archivo Alejandro Torres.

5.4 Ser lleno de vida

Llama la atención que para la mayoría de los jóvenes con los cuales se realizó el trabajo de campo51 el atributo más significativo del humedal es la vida. La vida de la fauna y flora que allí habita pero no como una vida anexa al ecosistema, sino que se reconoce al humedal como un ser.

Así, El Burro es percibido como una parte de los pulmones del planeta, metáfora que si bien hace alusión a su capacidad para purificar el aire, ya no se comprende como un servicio ecosistémico sino como la función de un órgano que forma parte de un ser vivo,

51 Taller de metáforas, ver anexo F. Capítulo 5 99 el planeta. Una metáfora que refuerza esta percepción es el humedal como un universo de vida. Otra descripción es que el humedal es un prisionero de la humanidad, en esta el ecosistema adquiere categoría de personificación, se le atribuye la libertad como un atributo arrebatado por la urbanización que desarrolló la sociedad de Bogotá al occidente de la ciudad. También se le personifica al denominarlo como un guardián del reposo de las especies de fauna y flora.

De modo que se identifica un nuevo imaginario instituido en esta comunidad e instituyente probablemente frente al resto de la sociedad, el humedal como un ser lleno de vida con el cual han generado un vínculo profundo (figura 5-7). Por ello también lo representan como su hogar, como un lugar en donde se sienten seguros.

Figura 5-7. Imaginario ser lleno de vida

Fuente: Elaboración propia

100 Ecosistemas de humedal e imaginarios sociales: humedal El Burro y su transformación a partir de la segunda mitad del siglo XX

Figura 5-8. Síntesis de los imaginarios y la transformación del humedal El Burro

Fuente: Elaboración propia

6. Conclusiones

A partir del trabajo realizado con la intención de explorar cómo los imaginarios sociales inciden en la transformación de los ecosistemas urbanos, con el fin de observar este fenómeno con un nivel de complejidad mayor al que se ha empleado tradicionalmente para estudiar los humedales, tomando como caso de estudio el humedal El Burro a partir de la segunda mitad del siglo XX, emergen las conclusiones que se presentan a continuación.

Con relación al proceso de transformación se encontró que iniciando la segunda mitad del siglo XX, el humedal El Burro poseía 171,54 hectáreas (Universidad Nacional de Colombia, 2008) y desde ese momento hasta inicios del siglo XXI pudo observarse un proceso de transformación que tiende a la degradación del ecosistema evidente en la disminución del 91,8% de su área52 y en su fragmentación por la construcción de la avenida Ciudad de Cali. Afortunadamente esta tendencia cambió finalizando la década del 2000, cuando inició un proceso de recuperación físico ambiental que le permitió al humedal recuperar 4 hectáreas en su extensión, amplió su cuerpo de agua y reforestó la zona de manejo y preservación ambiental. De modo que actualmente El Burro cuenta aproximadamente con el 11% del área que poseía para la década de 1950.

Al abordar este fenómeno con una complejidad mayor indagando sobre la dimensión imaginaria desde las narrativas de los actores sociales clave se develaron cuatro imaginarios sociales. El primero es el imaginario de la desecación como beneficio, que fue instituido desde principios del siglo XX con la promulgación del decreto 40 de 1905 Sobre desecación de lagunas, ciénagas y pantanos emitido por el presidente de turno;

52 Con relación al área de mediados del siglo XX.

102 Ecosistemas de humedal e imaginarios sociales: humedal El Burro y su transformación a partir de la segunda mitad del siglo XX imaginario que se mantuvo vigente todo ese siglo. El segundo imaginario es el humedal como un potrero para lo indeseado, se instituye a partir de la puesta en marcha de la planta de transferencia de basuras de Protecho en 1988 y su período de institución dura aproximadamente una década. Cabe señalar que estos dos imaginarios coexistieron sin que se haya notado algún tipo de conflicto entre ellos.

Posteriormente se identificó el imaginario del humedal como recurso digno de protección. Este fue un imaginario instituyente en 1974, presente en el Código Nacional de los Recursos Naturales Renovables y de Protección al Medio Ambiente pero no logró su institución sino hasta la década de 1990, momento en el que algunos actores locales tuvieron vivencias en o con El Burro, las cuales transformaron de tal manera sus percepciones sobre este ecosistema que iniciaron una movilización por la defensa y recuperación del humedal.

También se encontró que para la década de 1990 coexistían los tres imaginarios mencionados de manera conflictiva como puede observarse en la figura 5-8. Hubo una pugna entre el imaginario del humedal como recurso digno de protección y los imaginarios de la desecación como beneficio y el humedal como un portero para lo indeseado como se observa en la figura 5-8.

Y el cuarto imaginario develado corresponde al humedal como un ser lleno de vida. El cual toma cierta distancia del imaginario utilitarista del humedal y surge a partir de un profundo vínculo construido a través de las vivencias de algunos actores locales. Se identificó que actualmente este imaginario convive con el imaginario del humedal como recurso digno de protección sin que se observe algún tipo de disputa.

Desde el punto de vista teórico, partiendo del planteamiento de Pintos (2015) con relación a los imaginarios sociales como esquemas que permiten la intervención en el mundo, es decir como detonantes de la acción social, pudo afirmarse que los imaginarios sociales inciden en la transformación de los ecosistemas urbanos; en tanto el imaginario social determina el tipo de relación que los actores sociales establecen con estos ecosistemas.

Conclusiones 103

Esta afirmación se corrobora en el caso de estudio tanto con la degradación del humedal El Burro como con su recuperación. Puesto que la institución del imaginario de la desecación como beneficio y del imaginario del humedal como el potrero para lo indeseado dieron origen y/o influenciaron profundamente el proceso de degradación del humedal a lo largo de la segunda mitad del siglo XX, en el que perdió el 91,8% de su área. Y en los inicios del siglo XXI, primero se instituyó el imaginario del humedal como recurso digno de protección y luego este incidió en la posterior recuperación físico-ambiental del humedal, que le permitió aumentar 4,74 hectáreas en su extensión como puede observarse en la figura 5-8.

Sin embargo se observó que en ocasiones la condición del humedal refuerza o configura un imaginario (figura 6-1). Tal como sucedió con el cambio de imaginario de algunos actores sociales en la década de 1990 debido a las experiencias con el humedal El Burro. De modo que hay una relación de doble vía entre el imaginario instituido y la condición del ecosistema urbano.

Figura 6-1. Interacción entre el imaginario social y la condición del ecosistema

Fuente: Elaboración propia

Ahora bien, se puede concluir que la existencia de un imaginario instituido no significa que otros imaginarios hayan dejado de existir, solo indica que no son dominantes y en cierto modo coexisten con el imaginario instituido buscando la manera de ser instituidos. En el caso del humedal El Burro, se evidenció que aunque el imaginario del recurso digno de protección ya se había instituido, y se 104 Ecosistemas de humedal e imaginarios sociales: humedal El Burro y su transformación a partir de la segunda mitad del siglo XX

en 2012 y 2013 el imaginario de la desecación como beneficio se rastrea de nuevo cuando una constructora que desarrollaba un proyecto de vivienda en las inmediaciones del humedal violó su cerramiento y arrojó escombros (Secretaría Distrital de Ambiente, 2013). Así mismo, el imaginario del humedal como potrero para lo indeseado tampoco puede considerarse como totalmente des-instituido, pues algunos vecinos del humedal le arrojan frecuentemente desde sus ventanas bolsas con excrementos de sus mascotas al interior del humedal y aún existen conexiones erradas que depositan aguas negras al mismo53.

Frente a la emergencia de nuevos imaginarios, esto es, imaginarios instituyentes desde las bases sociales, es necesario señalar que se pudo evidenciar cómo la experiencia juega un rol esencial, pues han sido las vivencias en y con el humedal de actores locales las que configuraron un imaginario instituyente en la comunidad. A su vez, este dio lugar a un significativo proceso de activismo ambiental que se apropió de la política pública y logró la des-institución imaginaria del beneficio de la desecación y del potrero de lo indeseado para dar paso a un proceso de recuperación físico-ambiental, como se ilustra en la figura 6-2.

A su vez se identificó que otro elemento por medio del cual es posible establecer imaginarios instituyentes es la política pública. Cabe señalar que esta es en sí misma una representación social producto de determinado imaginario, ya sea local o global. En ocasiones, la promulgación de la política pública no es suficiente para que el imaginario que lleva implícito sea instituido. Así, por ejemplo, sucedió con la Ley de Recursos Naturales Renovables de 1975 que está permeada por el imaginario de un organismo internacional, pero que solo fue apropiada por la comunidad a escala local en la década de 1990 gracias a sus vivencias con el humedal.

53 Este hecho se identificó por medio de observación directa en las visitas realizadas al humedal. Conclusiones 105

Figura 6-2. Modo de institución imaginaria para la recuperación del humedal

Fuente: Elaboración propia

Un elemento importante en la dimensión imaginaria según Baeza (2008) es la plausibilidad social pues de ella depende la institución o des-institución de los imaginarios. Esta se modifica a partir de estructuras de ajuste, es decir instrumentos que transforman aquello que es socialmente plausible. En ese sentido, se concluye que los equipamientos urbanos en ocasiones actúan como estructuras de ajuste. Es el caso de la planta de transferencia de basuras Protecho construida en inmediaciones del humedal, la cual instauró socialmente la plausibilidad de arrojar desechos en El Burro. Sin embargo unos años después del cierre de la planta, en ese mismo lugar y empleando la estructura que quedaba se rediseñó y construyo una nueva edificación, la biblioteca pública El Tintal que promovió la idea de recuperación no solo de edificaciones sino también del humedal; de modo que reconfiguró la plausibilidad que otro equipamiento había establecido.

Asimismo se validó en este trabajo que algunos conflictos sociales que se tramitan por la vía jurídica son disputas que suceden también en el campo de lo imaginario en busca de la institución social. Como se observó en la convocatoria del cabildo ambiental por parte 106 Ecosistemas de humedal e imaginarios sociales: humedal El Burro y su transformación a partir de la segunda mitad del siglo XX de los actores locales para exigir la defensa del humedal desde las entidades públicas distritales, en donde el imaginario instituyente del humedal como recurso digno de protección actuó en busca de la des-institución de los imaginarios de la desecación como beneficio y del humedal como potrero para lo indeseado. También se hizo evidente en las acciones de tutela interpuesta por actores locales que estaban en desacuerdo por el amojonamiento del humedal pues les impedía tener usufructo económico de sus predios, es decir una pugna entre el imaginario del humedal como recurso digno de protección y la desecación como beneficio. Así, tal como afirma Lizcano (2003): “Si el imaginario es el lugar de la autonomía, desde el que cada colectividad se instituye a sí misma, no es menos cierto que es ahí también donde se juegan todos los conflictos sociales que no se limitan al mero ejercicio de la fuerza bruta” (Lizcano, 2003, p. 15).

Desde la perspectiva metodológica, es importante señalar que este trabajo asumió al reto que supuso la falta de referentes en estudios del hábitat que vincularan los imaginarios sociales y su estudio en ecosistemas urbanos y/o con un enfoque histórico y que brindaran una orientación metodológica.

Por lo anterior, fue necesario desarrollar un método propio en esta investigación. Este tomó como fundamento la fenomenología con el fin de describir el sentido de las vivencias significativas que configuraron el imaginario del humedal de las fuentes directas. Frente a la dificultad de recabar material con contenido vivencial en las primeras décadas del período de observación, resultó útil emplear el análisis socio-metafórico como instrumento de la fenomenología hermenéutica. Así, fue posible identificar las relevancias y develar las opacidades de los imaginarios sociales sobre el humedal El Burro.

Particularmente en la fenomenología hermenéutica fue útil el planteamiento de las metáforas vivas y zombies realizado por Lizcano (2003) y su relación con los imaginarios sociales, tanto instituyentes como instituidos. A su vez se destaca que el análisis socio- metafórico es un instrumento que permite develar los imaginarios sociales, especialmente si se abordan discursos de un amplio período histórico. Luego, este trabajo puede corroborar la propuesta teórica y metodológica de dicho autor.

Conclusiones 107

Con relación a las herramientas empleadas, cabe destacar la matriz infográfica como instrumento que permitió mapear con mayor complejidad el proceso de transformación del humedal y los distintos discursos en el período de tiempo estudiado. A partir de esta representación gráfica fue posible tejer la mirada descriptiva que requiere una investigación fenomenológica.

Es necesario reconocer que el trabajo de campo realizado contó con la limitante de tiempo que supone una tesis de maestría, de modo que en un escenario de doctorado este podría extenderse y profundizarse. Por ejemplo, se tomar otros humedales de la ciudad como casos de estudio, de modo que se elabore una nueva mirada sobre el proceso de transformación de los humedales de Bogotá.

Vale la pena señalar que el método planteado en la presente investigación para comprender de una manera más compleja la transformación de los ecosistemas urbanos por medio de la inclusión de los imaginarios sociales desde la fenomenología debería seguir siendo trabajado con el fin de brindar una herramienta transdisciplinar que enriquecería la investigación sobre el hábitat humano, sobre la relación sociedad- naturaleza, en general, y sobre de los estudios urbanos en particular.

Finalmente es necesario mencionar que dada la importancia de los ecosistemas de humedal es menester desarrollar investigaciones sobre ellos desde perspectivas complejas y no disciplinares únicamente, que integren lo natural, lo social, con el fin de comprender la manera en que la sociedad se ha relacionado con sus ecosistemas acuáticos y así proponer estrategias orientadas a su recuperación desde perspectivas holísticas, totalmente necesarias para enfrentar el cambio climático.

A. Anexo: Breve reseña teoría de los imaginarios

El desarrollo teórico del imaginario tiene varias corrientes en las que ha influido en gran manera el pensamiento francés. En este sentido, es Bachelard uno de los grandes influenciadores, puesto que “se opone a la imagen como instancia formal estabilizada, constituida, cerrada, fijada; a ella enfrenta la imaginación dinámica, constituyente, abierta” (Puelles , 2002, p. 111). A su vez, lo es también el sociólogo y filósofo Émile Durkheim (1982) quien con su obra Las formas elementales de la vida religiosa “expone la relación que existe entre la religión y la integración de la sociedad. Este trabajo podríamos decir que posiciona el factor imaginario como relevante para la comprensión de la sociedad” (Aliaga & Pintos, 2012). Gilbert Durand (1981) también pertenece a esta causa y hace grandes aportes desde la antropología para estructurar los imaginarios. En su obra, Las estructuras antropológicas del imaginario, aborda el universo de los símbolos, el espacio como elemento de referencia del imaginario y, denota el papel de la retórica como mediadora entre la imaginación y la razón. Por su parte, Castoriadis (1975), en el texto La institución imaginaria de la sociedad, expone que todo lo que se encuentra instituido en la sociedad54 tiene como soporte y está articulado continuamente a un sistema de significaciones imaginarias que dotan de sentido a la sociedad.

A su vez, el pensamiento iberoamericano también ha construido conocimiento en torno a los imaginarios sociales. En este ámbito se destacan varios autores, entre ellos el sociólogo Juan Luis Pintos (2005) quien aborda el tema desde el constructivismo sistémico y lo concibe como un aspecto clave para comprender la realidad y el orden social. Por otro

54 Entidades, trabajos, lenguaje, concepción del tiempo, roles, responsabilidades, etc.

110 Ecosistemas de humedal e imaginarios sociales: humedal El Burro y su transformación a partir de la segunda mitad del siglo XX lado, Blanca Solares (2006) profundiza en el estudio de estos a partir del pensamiento hermenéutico y complejo y desde la dimensión constitutiva del ser. Entre tanto, Baeza (2008), de acuerdo con Castoriadis, comprende los imaginarios sociales como “procesos intersubjetivos instituyentes” (p. 405) que configuran los fenómenos sociales y por lo cual deberían ser el centro de toda investigación social profunda.

A su vez, la construcción de conocimiento teórico-metodológico del pensamiento iberoamericano sobre los imaginarios sociales ha desarrollado en cabeza de Armando Silva el campo de los imaginarios urbanos, en el que se destacan otros autores como Lindon, Aguilar y Hiernaux. Esta teoría amplió la perspectiva para abordar los estudios sobre la ciudad, “pues la ciudad que era estudiada de modo dominante como ente físico empezó a ser estudiada con instrumentos simbólicos” (Silva, citado en Contreras, C., Uribe, C., & Aliaga, F, 2016, p. 84)

B. Anexo: Entrevista a Alejandro Torres

W: Bueno estamos con Alejandro Torres para una entrevista sobre el humedal el Burro. Bueno entonces quiero que me cuente ¿Cómo fue la primera vez que usted fue al humedal? yo he leído sobre su crónica y digamos que más o menos conozco la experiencia, pero quiero como que me cuente ¿Qué pasó a sus adentros? ¿Cómo vivió usted esa experiencia? la primera vez que fue al humedal. A: Bueno primero hay que remontarnos un poquito antes de vivir a Castilla, tengo familia de origen campesino mi papá de Boyacá y mi mami de Cundinamarca, de la región del Guavio y mi infancia siempre fue en los páramos de Boyacá cerca al lago de Tota, mi infancia siempre fue al lado de mi abuelo Luis Cárdenas que él fue alcalde municipal en tres oportunidades construyendo iglesias, vías, puentes, escuelas, La Casa de Gobierno; entonces uno era mi abuelo boyacense de buenos caballos que me llevaba a los páramos que me enseñaba de las lagunas que me enseñaba mitos, que me llevaba a sacar papa, zanahoria o a tomar guarapo y chicha, entonces mi infancia siempre fue muy rodeada de naturaleza, de ir a remodar un chivo montar un caballo, ir a ordeñar o bajar pasto, siempre tuve la oportunidad de ir a pescar, de ver murciélagos bajo las hojas de las matas de plátano, ir a coger cangrejos, de coger culebras, entonces mi abuelo se preocupaba porque yo cogía culebras venenosas pero yo desde niño siempre amé los animales. Aunque inicialmente viví años en un sector llamado San Mateo mi interacción con los animales era muy cercana siempre pues tenía perritos en la calle de los recogíamos los bañamos los limpiamos no sé qué, siempre fui animalista de corazón, cuando mi mami trabajando en la Contraloría Bogotá le salió el apartamento aquí en Castilla llegué yo a mis trece años entre doce y trece años llegó a vivir a Castilla, y el conjunto Bosques de Castilla fue construido sobre un antiguo relleno el último relleno yo creo del humedal el Burro, conjunto mío se llama Bosques de Castilla, es un construcción de la constructora FAVIDI,

112 Ecosistemas de humedal e imaginarios sociales: humedal El Burro y su transformación a partir de la segunda mitad del siglo XX que era el fondo de vivienda del distrito llegamos nosotros a vivir pero en conjunto no tenía cerramiento, entonces nosotros salíamos con los niños del conjunto y nuestro patio trasero era el humedal el Burro, cuando empezamos a caminar por el bosque y a pasar por árboles caídos y de un lado a otro lado me encontré con que habían garzas, pero cientos de garzas blancas, de tinguas, yo no sabía en ese entonces que era una tingua ni siquiera, pero yo veía plumajes azules, otras de piquito rojo, otras de pico amarillo, entonces a mí lo que realmente me atrajo del humedal fueron las aves, cuando un día encontré un gavilán coli blanco y se quedaba suspendido, estático como una cometa y empecé a caminar el humedal vi cómo cazaba cómo se comportaban me metí al cuerpo de agua, a una zonas de juncal. W: Ósea ¿Esa fue como la primera exploración? A: La primera exploración yo era un niño de doce años, doce trece años con los amiguitos del conjunto, como no había cerramiento salíamos al respaldo y de ahí para abajo era el humedal no tenía cerramiento, si habían temas como complicados de seguridad pero pues como íbamos en grupo y éramos artos pelados entonces nos introdujimos en el humedal. W: ¿Y no les daba miedo? A: Si Claro, de todas formas veíamos mucho habitante de calle, veíamos a otros consumiendo bazuco, había expendio de drogas, habían perros asilvestrados grandísimo si eran doce o quince perros allá, había un sector que se llamaba la marranera tenía unos perros grandísimos amarrados pero eran fila brasilero, rottweiler, uno tenía que saber cómo pasar y a qué horas pasar, de todas formas mi primer acercamiento con el humedal fue por ese amor que le tengo a los animales y me llevaba los niños de excursión, entonces como uno ya conocía me llevaba a los más pequeñitos con nosotros que éramos medianitos, nos los llevamos de caminata por el humedal y entonces el bosque eucalipto, el no sé qué, salía la lechuza, salían los búhos, salía aves de cabecita amarillo, otras de plumaje rojos, otros de azul y entonces nos dábamos cuenta que los habitantes de calle dejan mucha basura. Ya los trece catorce años empezamos a organizar un grupo de jóvenes con los que nos íbamos a recoger basura en el humedal, las jornadas de aseo ir a sacar cambuche, saque reciclaje, saque cajas, saque cobijas mojadas, saque ropa degradada deshilachada vuelta nada, pero cuando nos dábamos cuenta llegaba el consorcio aseo a recoger la basura que nosotros habíamos sacado y superaba la tonelada dos toneladas de basura, éramos siempre como unos treinta o cuarenta jóvenes, saque y Anexo B. Entrevista a Alejandro Torres 113 saque y entonces íbamos a una panadería que no se regalaba lonas de las de harina y eso era lo que nosotros cargamos y sacamos muchísima basura. Ya entonces eso empezó a generar en el grupo de jóvenes la protección como de que oiga esto lo estamos limpiando, entonces hay que cuidarlo y yo me puse investigar la historia de ese sitio y encontré que se llamaba era una chucua y la chucua es la palabra muisca para decir humedal, pero en ese entonces no lo sabíamos que la chucua el Burro me puse investigar porque se llama el Burro W: Ah bueno en ese momento ¿Ya se le llamaba el burro? A: ¡Sí! ¡Sí! históricamente ha sido conocido como el humedal el Burro W: ¿Y ustedes lo conocían de esa manera? o ustedes era simplemente para ustedes ¿era el patio del conjunto y ya? A: No, no el bosque, vamos para el bosque y el bosque pues eran arboles de eucalipto de treinta metros de altura era el bosque de acacias que le decíamos el Caguán porque allá era como la zona de distensión por allá era donde estaban las ollas de los bazuqueros y entonces cuando nosotros empezamos ya apersonarnos ya las mismos habitantes de calle delincuentes, no se metían con nosotros porque sabíamos que sabían que nosotros éramos combo y que andábamos era recogiendo basura, limpiando arreglando, eso fue ya trece catorce años. Cuando llegan los quince años que yo estoy como en noveno décimo, me senté con un padre de la iglesia pio XII y San Eusebio y le dije padre porque no hacemos unas misas campales vea qué el humedal y no sé qué usted celebra la misa allá, pues me metí por ese lado y cuando realizamos la primer misa ecológica humedal el Burro a la que asistió muchísima, muchísima gente que antes veía en el humedal una cloaca, delincuencia, un problema de seguridad, un problema de malos olores y eso es verdad, si porque esa era la realidad ese momento, pero cuando se empiezan a vincular, a caminar, yo ya les sabía nombre de aves, nombre de vegetación parte de la historia de porque se llamaba el Burro y entonces en eso asistió una profesora del colegio, la profe Lucila Rojas, la profe Lucila era profesora del Colegio Nueva Castilla, me conoce me dice “ oye Alejandro todo lo que sabes de aves todo lo que sabes de plantas porque no traemos a los niños del colegio a un recorrido contigo” y así empecé con el primer colegio, Colegio Nueva Castilla, empecé a traerme a los niños a enseñarles de aves, de vegetación, de no sé qué, cuando la profe “no Alejo que es que gustó mucho esto la rectora Marlene Ran de Lozano, y entonces ahora un compañero mío quiere que lo hagas ahora en el San José de Castilla” y de ese me llamaron que del Darío Echandía en Patio Bonito y de ese me llamaron que el Colegio Rodrigo de Triana, después no que el patios 114 Ecosistemas de humedal e imaginarios sociales: humedal El Burro y su transformación a partir de la segunda mitad del siglo XX

1 y patios 2, después me llaman “oiga Alejandro es que Colegio Isabel Segunda” qué el Gabriel Betancourt Mejía, no que es que el Colegio Inem el profesor Juan Carlos Sánchez con Adiela Garrido, Nepomucena Bohórquez, con el profe Arturo Grueso, con Juliet, con Alicia Castiblanco, empezaron a llamarme del Inem y traiga ustedes los estudiantes del Inem, jornada mañana son 3500, jornada tarde son otros 3000 otros 3500 estudiantes ya eran 7000 estudiantes, y al principio uno no cobraba, no porque uno que, pero ya después uno decía oiga venga hagamos una guía, una sopa de letras, que busque los nombres de las aves del humedal, especies de vegetación, contestar estas preguntas y nos sentábamos con los profes a organizar como serían las guías. Fue entonces cuando me llaman ya como en el 96-97 me llama Germán Galindo Hernández del humedal la Conejera y me dice “Alejandro venga usted qué es el que está ahí con el tema defender humedal el Burro venga al humedal la Conejera le enseñamos a estructurar los proyectos ambientales escolares”; fue ahí cuando Ana María Niño la esposa de Germán Galindo me enseñó como estructurar un proyecto ambiental escolar y yo pues aunque ya tenía relacionamiento con los colegios no sabía que eso era una ley de orden nacional y entonces empecé a implementar el fortalecimiento a proyectos ambientales escolares, ya entonces no era sólo la guía sino que había que pagar los guías y entonces iba un grupo de 7 a 9 de la mañana, otro de 9 a 11 de la mañana y otro de 11 a 1 de la tarde, eran tres grupos necesitaba tres guías y en la tarde otros tres grupos o sea eran seis guías y yo les pagaba 25 el día entonces ya era por cada niño se pagan como $1000 o $2000 y con eso empezamos a generar empleo, organizarnos, a empezar a poner camisetas ya con pavas como guías del humedal, cuando nos damos cuenta estábamos haciendo trabajo articulado con 24 establecimientos educativos y en esa tarea de los 24 establecimientos educativos pues un día me llama una señora llamada Pilar Bermúdez y Pilar Bermúdez era la directora de la Biblioteca Pública el Tintal que antiguamente era un basurero de la EDIS y que se enteraron por un profesor de la Universidad Nacional, Gary Stiles que trabajaba en el IDEA, en el instituto de estudios ambientales, que en el humedal el Burro había alguien que trabajaba con educación ambiental y con niños, fue así como Bibliored me contacta y me dice “oiga estamos interesados en fundar un taller que tenga que ver con el tema ambiental” y entonces generé en el año 2002 el taller “Lectura, naturaleza y color” el taller no es más que una estrategia para promocionar la lectura pero era como promover la lectura en interacción con los ecosistemas naturales, generamos una caja viajera, Bibliored nos dio binoculares, nos dio lupas dijo “Alejandro qué libro le interesa” y yo de la Habbo la Anexo B. Entrevista a Alejandro Torres 115 guía de aves, la de la secretaría ambiente la guía de insectos y la de historia de 5 humedales de Bogotá y entonces nos llevamos la caja viajera la sacábamos de la Biblioteca el Tintal con los niños de la sala infantil y nos lo llevamos con binoculares, ellos identificaban el ave, la buscaban en la guía de aves y después la pintaban con acuarelas dentro del humedal sentaditos en el bosque. Cuando nos dimos cuenta que el taller tuvo tanta aceptación que no se pudo limitar más a sala infantil tocó pasarlo a sala general porque venían tanto los papás como los hermanitos como los niños y ya era un grupo de 60-70 personas que teníamos constantemente en la Biblioteca el Tintal fue así como en el año 2002 fundé ese taller llamado “Lectura, naturaleza y color” que fue una estrategia cómo de extender los servicios de la biblioteca al entorno inmediatamente cercano. Bien ya con el taller “Lectura, naturaleza y color” con el reconocimiento de planteles educativos, con algunas acciones jurídicas que emprendimos para defender el humedal se logra generar presión para que el Acueducto tenga que hacer obras de intervención en el humedal, sacar escombro, sacar basuras, ponerle cerramiento general revegetalización, abrir espejos de agua, ponerle vigilantes, operarios de franja acuática, operarios de franja terrestre y fue entonces cuando el Acueducto y la Secretaria de Ambiente me dicen “Alejandro porque no se vincula con nosotros laboralmente y se convierte en el guía del humedal” y así arranque, claro que me toco dar clase en el humedal , en el Juan Amarillo, en el Santa María del Lago, pero ya vinculado con una institución como el Acueducto de Bogotá, estuve con ellos un muy buen tiempo, con la Fundación Alma, que era los contratistas de ese convenio administración de humedales de Bogotá, después otro consorcio se llamaba humedales del sur y con SIMA, sistemas integrales y de manejo ambiental haciendo todo el trabajo como guianza dentro del humedal. Bien ya después desde 2004-2006 empiezo como integrarme a un tema político, un tema ambiental que fue la construcción de la primer política pública del país, en el año 2003 nos sentamos Acueducto Bogotá, Secretaría de Ambiente y las organizaciones comunitarias encargadas de la protección o a personadas de la protección y defensa de estos humedales fue así cómo generamos la primer política pública el país que es la Política Humedales del Distrito Capital en el que tiene un elevado componente de participación ciudadana, de formación educativa, de valoración compensación de valores y servicios ambientales. Y entonces técnicamente quedó muy robusto un documento que hoy se convirtió en la primer política pública del país tanto fue así como que me llamaron para ayudar a construir la política de juventudes, la política de ruralidad y la política de mujer y género, cuando me desvinculo del Acueducto de Bogotá y a los contratistas administradores de humedales me vínculo a la Secretaría de 116 Ecosistemas de humedal e imaginarios sociales: humedal El Burro y su transformación a partir de la segunda mitad del siglo XX

Planeación Distrital, seguía trabajando con el humedal, seguía con los colegios, seguía todos los sábados con la biblioteca, pues imagínate 2019 ya llevo 17 años trabajando con la biblioteca el Tintal y ese programa de promoción de lectura que ganó el primer puesto del Pnuma el programa de Naciones Unidas, y ese primer puesto del Pnuma genero qué el taller de “Lectura, naturaleza y color” que nosotros desarrollamos en la biblioteca fuese replicado en los países de Latinoamérica, quedamos de primer puesto compitiendo con otras y gracias a eso se hizo un primer documental de humedales de “La memoria de los humedales”. W: ¿Ese dónde está? A: “La memoria de los Humedales” lo tiene Bibliored, pero a la par de toda esa gestión se suscribe un convenio con la alcaldía local de Kennedy, Maloka y el Fondo de Desarrollo Local y entonces en ese proyecto ya empezamos nosotros a articular esfuerzos con otros componentes, como era la generación de procesos televisivos, me llamaron a hacer el programa “banderas en Marte” de Señal Colombia, de hacer “la ruta natural” con Francisco Ortiz Producciones, 19 capítulos de Río Bogotá 7 capítulos adicionales de humedales y entonces yo ya salía en Canal Institucional, en Señal Colombia, empezamos con el taller de “Lectura naturaleza y color” con las bibliotecas, ya empezaron a buscarnos por aquí recicladores, amigos, animalistas, se empezó a gestar una cátedra que nosotros la llamamos Cátedra Ambiental Bogotá, esa Cátedra Ambiental Bogotá tiene un componente ancestral elevadísimo, y entonces tuvimos la oportunidad también en el marco de esa estrategia de rescatar la identidad ancestral y generar sentidos de pertenencia, suscribir un contrato un convenio con Maloka, el Fondo de Desarrollo Local y la Alcaldía, que el objetivo era convertir el humedal el Burro en aula para las ciencias naturales y la educación ambiental, lo firmamos en el año 2003 lo iniciamos a ejecutar en el año 2004, en el 2005 lo finalizamos y mi censo poblacional de impacto directo era una población de 3000 estudiantes un proyecto de 33 millones de pesos en el 2004 tenía que abordar directamente 3400 estudiantes, y con esa misma plata y con esa misma agenda llegue a 9600 estudiantes, entonces no me quede ahí, demos más resultados y demostremos que se pueden optimizar muy bien los recursos, fue así como resulte con sectores públicos de instituciones académicas, colegios privados también, se sumó el Colegio Superior Americano, el Integración Moderna, el Santa Luisa de Timiza, eran los tres colegios privados con los que los vincule a este proyecto los demás eran colegios distritales, Elliet Kennedy el rector era benigno, el C.D Héroes Gordillo y Antonia Santos y entonces traerme Anexo B. Entrevista a Alejandro Torres 117 a 1600 estudiantes de a grupos de 40 y entonces me traía a los niños de primaria y preescolar, y esos niños acá en el humedal teníamos un criadero de rana verde sabaneras, venían las aves teníamos siembra de árboles de un proyecto que salió con la Fundación Humedal la Conejera ya del Ecofondo que era el fondo para la acción ambiental subsidiado subvencionado con Holanda, y entonces cuando nosotros nos dicen sembrar árboles y yo con toda esa mano de jóvenes, pues claro nos dejaban la tierra negra, abrir huecos, cárguela, descargue, póngale material vegetal, póngale tutores y cuando nos dimos cuenta estábamos poniendo a todos los chicos de grado décimo y once abrir los huecos y los sexto y séptimo eran los que plantaban así tenemos un bosque grandísimo del Colegio Isabel Segunda, otro del Darío Echandía, otro el San José de Castilla y del Nueva Castilla; bien fue ahí cuando nosotros entendimos que el humedal era un escenario que merecía de toda nuestra protección. W: ¿Eso fue en qué momento? A: Eso fue ya en el 98, veníamos de cuatro años de trabajo intermitente haciendo el sendero siembra está, en el 98 nos damos cuenta que era estratégico proteger el humedal de habitante de calle, de carretero, de los perros. W: ¿Por qué se dan cuenta? digamos que es lo que motiva como ese cambio ¿Si me hago entender? A: Si, es que en el año 97 se dio una inundación muy brava en el sector de Patio Bonito y cuando me siento a hablar con los vecinos me dicen, “pues como no se va a inundar si ellos rellenaron el humedal la vaca” y me puse a investigar acerca del humedal la Vaca porque ya teníamos argumento del humedal de Techo, me puse a investigar y me encuentro con todos esos problemas de inundación, porque han sido construidos sobre antiguas zonas de humedal fue ahí cuando dije oiga ósea que si no cuidamos el humedal el burro... W: Nos inundamos A: Se inunda el Tintal, porque la única zona de drenaje era el humedal el Burro y fue ahí cuando nosotros dijimos no hermano esto acá el humedal genera oxígeno es hábitat de fauna silvestre, fija polución, es estabilizador del suelo, regula el ciclo hídrico, enfría islas de calor por la sombra que proyectan los árboles y el microclima tiene una serie de valores y servicios ambientales que no estábamos dispuestos a dejar derrumbar, pues tanto así que gracias a acciones jurídicas que interpuse y a la presión ante la alcaldía local de Kennedy se logra restituir el espacio público de un parqueadero que estaba invadiendo el humedal el Burro, el parqueadero Los mangos y un tipo que metía ganado, metía como 118 Ecosistemas de humedal e imaginarios sociales: humedal El Burro y su transformación a partir de la segunda mitad del siglo XX

70 vacas a pisotear el humedal me amenaza de muerte y dice “ay usted me vuelve a sacar las vacas del humedal y yo le lleno la jeta de moscos” fue la primera amenaza, después me empezaron a hacer llamadas intimidantes y me aparecen unos sicarios en el conjunto, a mi me tocó aislarme un poquito dejar de salir tanto dejar que no me vieran tanto en el humedal, en qué horas, cambiar horarios, eso me hicieron ahí unas recomendaciones la Policía y la Fiscalía porque ya conocían de esta situación sin embargo ya para el 2004 se pretendía hacer una cicloruta entre el humedal el Burro, yo les decía pero como así que entre el humedal ustedes quieren construir sobre la zona de ronda qué tiene permitido sólo la recreación pasiva y fue así como jurídicamente evitamos que la cicloruta pasara por dentro de la zona de ronda del humedal y por el contrario se convirtió en una de las obras duras en la que la zona de manejo y preservación ambiental si genera una protección del humedal, bien después de esos temas año 2004 2006 2007 ya me invitan a participar como en una red de Ecología política se llamó Territorio Sur y en Territorio Sur el trabajo se concentraba principalmente en la cuenca del Río Tunjuelo, y esa cuenca del Río Tunjuelo fue la que nosotros empezamos a proteger, a defender, a apersonarnos de ella organizando gente en el páramo Sumapaz, en la ruralidad de , en el área urbana de Usme, en Ciudad Bolívar, , Rafael Uribe, Ciudad Bolívar, Kennedy y Bosa, y entonces cogimos colectivo juveniles empezamos en ese año 2004 2005 a hacer las caminatas por los humedales, por la cuenca del rio Tunjuelo, desde el nacimiento en el Sumapaz hasta su desembocadura en el río Bogotá que conduce al Magdalena, caminábamos durante 4 días con más de 400 jóvenes y en el trayecto y íbamos aprendiendo sobre biodiversidad, sobre humedales, sobre cuencas de ríos, sobre los conflictos ambientales que se configuran en la cuenca el Tunjuelo, como es las curtiembres de San Benito, la minería de Cemex Holdings y San Antonio, las ladrilleras del mochuelo y Kiba, y entonces cuando uno empieza a entender qué es lo que como han maltratado un río, cómo han desecado humedal, empezamos nosotros entender que ese cuento ambiental tenía que tener una integralidad, no podíamos nosotros desprender el páramo del cerro, del río, del humedal, se tenía que tratar como la estructura ecológica principal, entonces llevamos una delegación de jóvenes de aquí a Kennedy que venían sembrando árboles con nosotros, que venían aprendiendo en gestión social, que otros hacían servicio social ambiental otros eran ya estudiantes universitarios que hacían tesis de investigación y cuando nos damos cuenta teníamos articulada juntas de acciones comunal, proyectos comunitarios de Educación Ambiental con PRAES proyectos ambientales escolares y con Anexo B. Entrevista a Alejandro Torres 119

PRAU proyectos ambientales universitarios, con el que más trabajo hemos tenido es con la Universidad Distrital, pero obviamente ahí también está Uni Agustiniana, Uni Minuto, U Nacional, con la Javeriana sacamos un diplomado de gestión ambiental en humedales y un diplomado para los chicos totalmente gratis, certificable que le sirve para anexar a su hoja de vida, y empezamos a mirar otras estrategias como era la del servicio social ambiental, el servicio social ambiental es que los chicos del grado décimo y 11 prestan sus 120 horas con dos módulos, uno es el formativo y otro es el práctico, el formativo les enseñamos qué es el ordenamiento territorial, qué es el patrimonio ancestral muisca, cuál es la fauna, cuál es la vegetación bogotana, cómo fue el desarrollo histórico de Kennedy, porque ahí también nos metimos cuando empezamos con ese tema de la Javeriana de saber cómo era el tema y como los chinos de servicio social se capacitaban, imagínate el servicio social era estudiando en la Javeriana y salieron certificados en diplomado de gestión ambiental en humedales de la Javeriana, entonces los pelados felices recibían por un lado del certificado de sus 120 horas de servicio social con la policía ecológica ambiental y por el otro su certificación y diplomado de gestión ambiental en humedales, entonces ya eran grandes aliados la universidad Tadeo con Adriana Parra Candela, en la Universidad Javeriana con Ángela Moncaleano, en conservación internacional con Byron Calvachi Zambrano, en el Acueducto de Bogotá del gerente ambiental era Germán Galindo, el que me enseñó a mí acerca de los PRAES y PROCEDAS, el pasó a ser el gerente ambiental del Acueducto, yo ya venía de trabajar con la Fundación Alma, con planeación distrital, con áreas rurales, y entonces fue cuando sale la política pública humedales en el 2005 fue firmada por Lucho Garzón y esa política ha sido hasta el momento el caballito de batalla para lograr gestión de protección, restauración y recuperación de los humedales en Bogotá, taller “Lectura, naturaleza y color” ya cumple 17 años, colegios con servicio social ambiental, con prácticas laborales del SENA como guías turísticos y con toda la población que ha llegado sea comunidad educativa o sea comunidad en general se ha generado una base muy sustanciosa, en la que encontramos administradores de conjuntos, presidentes de juntas de acción comunal, la abuelita que le gustan las flores y la llevamos al humedal a sembrar flores, la biblioteca ha sido un gran aliado, el Agustiniano Tagaste otro colegio privado que sólo chicos de bachillerato, la Uni Agustiniana con el escenario y a menos de 5 cuadras del humedal el Burro para nosotros un aliado estratégico la Biblioteca el Tintal, con sonoteca, videoteca, salas de trabajo en grupo, cuando tenemos eventos especiales pues nos prestan el auditorio de forma gratuita obviamente la contraprestación ha sido siempre nuestro acompañamiento y asesoría al tema de la promoción de lectura en materia 120 Ecosistemas de humedal e imaginarios sociales: humedal El Burro y su transformación a partir de la segunda mitad del siglo XX ambiental, ya con eso empezamos nosotros a trabajar un tema más político de mirar como si ya tuvimos una política de humedales del distrito capital ahora como lo materializamos y fue ahí que nos empezamos a sentar con ciertas personas de partidos políticos, sea Polo, sea U, sea progresista, sean verdes o sean liberales, realmente nosotros nunca nos hemos creído ni de izquierda ni derecha, nosotros siempre hemos sido de agua, ese es nuestro fin último nosotros ah si muy bonito color verde de los verdes pero realmente el partido verde no tiene así como mucho de verde de los global Green del mundo y la carta de la Tierra y sus estatutos con un énfasis ambiental de sustentabilidad no es sostenibilidad sino de sustentabilidad el verde tampoco aplicaba, ahí como que uno empieza entres a mirar donde realmente puede encontrar esa voz, ese eco y ahí fue cuando hicimos parte del equipo Agenda Bogotá de Roberto Sáenz que fue concejal de Bogotá después de trabajar con Roberto Sáenz y con algunas otras personas como ese talante decidimos nosotros empezar a acompañar un proceso juvenil en la región central, que son los CMJ, Consejos Municipales de Juventud, a través de sus C MJ empezábamos a escuchar las problemáticas que viven las regiones, “no que es que acá están tumbando frailejón para extender el cultivo de papa” “no que es que acá quieren coger el lago de Tota y montar en las islas hoteles 5 estrellas” “que no que acá no tenemos relleno sanitario en Guasca” “que no que es acá no se pueden asociar como una Cooperativa de turismo en la región de Chingaza en Guasca”, y entonces generamos un proceso que se llama la Red Juvenil Región Central, esa red juvenil entonces cómo te das cuenta salimos del Burro pero resultamos hablando río Bogotá, después municipios, después región, generamos la primer política pública, tenemos el taller de promoción de lectura y empezamos a generar documentales, documental río Bogotá con Ecofondo con somos río Bogotá, documental del río Bogotá con David Thayer un norteamericano que está radicado en Suiza y de padre colombiano, entonces él venía acá, un día se encontró con el tema del río y empezó a indagar, me contacta para hacer un documental el cual vinculamos a Mockus, a Héctor y Andrea Echeverri de Aterciopelados, algunos actores algunos activistas y generamos el segundo documental y el tercero que voy a estrenar dentro de poco qué es el documental al Final del Río que me financia un gran amigo llamado Alex Bernot, con el que también hemos podido hacer muy visible cuál es la problemática del río Bogotá, río Bogotá, río Magdalena con su proyecto de navegabilidad, ahorita que hora están cianurando a los testigos de Odebrecht, como Pisano que fue el gerente del Acueducto y como ellos tuvieron relación con Odebrecht para el interceptor cuenca baja río Tunjuelo ya uno empieza Anexo B. Entrevista a Alejandro Torres 121 entender cómo iba el agua al molino y más preocupante aún que uno tratando de dar una esperanza jóvenes campesinos que nosotros íbamos a las regiones los asesorábamos, los acompañamos en derechos económicos sociales culturales y ambientales y después de eso lo traíamos para Bogotá o sea hacíamos truque, llevábamos a los jóvenes de Bogotá a las regiones, Gacheta, Ubalá, Mámbita, Medina, Guasca, Calera, Junín, Santander, Boyacá, Sogamoso, Duitama, Tunja, Tota, Aquitania, Firavitoba, Pesca y empezamos nosotros a concentrar nuestro trabajo en la región central, años después del trabajo político con Roberto Sáenz hicimos un foro que se llamó Foro Azul del Lago de Tota donde en articulación con Fabio Mariño, un señor muy querido, desmovilizado del M-19 organizamos el Folo Azul donde me conozco y me contacta el doctor Petro, Petro me dice “oiga y usted dónde está trabajando” y yo “en planeación distrital” “usted es el tal burro” y yo “si yo soy el burro que necesita?” “ no mi hermano porque no renuncia y se lanza a la política conmigo” yo soy joven soy ambientalista y en ocasiones apolítico porque uno pierde la esperanza en todas estas situaciones de escándalos y vainas que ha pasado, pero sí, asumí ese reto, renuncio a planeación distrital me lanzo al edilato de Kennedy, quedé edil de la localidad de Kennedy Nunca, creí que con escaso millón y medio dos millones de pesos pudiera alcanzar el edilato de ciudad Kennedy, desde ahí me senté a mirar el plan de desarrollo, los objetivos en el tema ambiental, fortalecer las cooperativas de recicladores vincularlos al censo, vacunación y esterilización canina y felina, agricultura urbana, este tema agricultura urbana muy interesante pero también de la mano con lo de arborización urbana, nosotros no nos quedamos tanto en el agro porque producir una lechuga y te la comes en mediodía y cuánto tiempo te gastaste haciéndola, pero de agricultura urbana nos concentramos en el arbolado urbano, tanto así que he tenido muchos jóvenes sembrando árboles en el humedal ya hemos superado más de 18000 árboles sembrados en el humedal y seguimos en la biblioteca, me lanzo de edil, aumento las metas de arbolado, aumento presupuesto es para el trabajo con habitantes de calle, fortalezco una iniciativa de PRAES y PROCEDAS un proyecto ambiental escolar, ya como edil me llamaban de otras instituciones “Alejandro es que queremos tener una charla” entonces iba compartía las charlas a los docente y vigías ambientales de muchos colegios de la localidad, ya como edil pasar de una meta de 2000 árboles en 4 años a 12000 árboles de los mismos 4 años a una localidad que respira la peor calidad de aire también es entender la necesidad para garantizar la salud pública y el disfrute a un ambiente sano, creo que ahí te resumo 25 años de trabajo, de lunes a viernes estoy con planteles educativos, aunque ahora Trabajo en el Congreso de la República en la UTL del 122 Ecosistemas de humedal e imaginarios sociales: humedal El Burro y su transformación a partir de la segunda mitad del siglo XX congresista Juan Carlos Lozada, el anti taurino, el de abolición de corridas de toros y plásticos de un solo uso, ir en contra del fracking, ir en contra de fumigación aérea con glifosato porque ya comprobado que es cancerígeno y empezamos nosotros a entender qué era necesario blindar jurídicamente el tema ambiental en el país creo que ahí vamos. W: ¡Súper bien! ¿Tienes más tiempo? ¿Podemos hacer zoom a algunos momentos? A: Sí. W: Desde que llegó a sus 13 años ¿Cual recuerda que fue como la experiencia más significativa que tuvo con el patio de su casa, con el patio que después vino a saber que era la chubkua? A: No es una vaina que todavía me aflige, me emociona y me pone triste, es una mierda, perdón discúlpame, es una vaina que es un choque de emociones muy brusco, imagínate que yo me levantaba muy temprano y me iba al humedal y en el humedal encontré unas tablitas con unas vigas y entonces enterraba yo las vigas, sobre esas vigas las amarrábamos e hice un caminito sobre el agua como un muelle y entonces yo me iba todos los días a trabajar allá y me quedaba allá pues era tanta mi insistencia ahí que un día apareció una comadrejita de cincuenta centímetros con el cuello blanco, el vientre blanco, la colita esponjadita como una ardilla, súper larga, hermosísima. W: ¿Alguna vez había visto una o era la primera vez que la veía? A: En televisión, no nunca en la vida y yo que me iba a imaginar que dentro del humedal había una comadreja, yo me ponía a trabajar y ella se acercaba, me chismoseaba a un metro, metro diez, al lado mío, y yo con un ser tan hermoso fui tan feliz, fue algo que me llenó el corazón, ya al día siguiente yo volví a trabajar cuando llegaba ella a chismosear, y yo sacaba algo por ahí y le daba algo de comer un pedacito de carne o algo, yo investigué ellas que comían a ver si se volvía más tranquila para yo poderla fotografiar, pues tenía una handycam una cámara en registro fílmico eran dos el macho y la hembra, y yo pues súper feliz, yo era el hombre más feliz, cuando un día dejo de volver buscar la comadrejita, y no sé porque, yo me fui a camina a ver, eso era en el bosque de eucaliptos y lastimosamente la encontré atropellada sobre la Avenida Ciudad de Cali, me pegué una chillada Wanda, porque algo de lo significativo ha sido ella porque era tener la fauna silvestre al lado mío, ella sabiendo que no quería hacerle daño, que no quería cazarla, que no quería capturarla, pero cuando la encontré sobre la Cali pensaba era en la otra comadrejita, como habría quedado, como estaría, si también habría muerto, fue algo que Anexo B. Entrevista a Alejandro Torres 123 a mí me destrozó el corazón, pero también me hizo más fuerte para seguir perseverando en esto, porque amenazas, tristezas, madrugue, trasnoche, peleas, agarrado con el Acueducto, agarrado con la Secretaría de Ambiente, agarrado con la alcaldía local de Kennedy, agarrado con medio mundo, agarrado con la Policía, con los testaferros, agarrado con los rellenadores, agarrado con bandas delincuenciales y después dicen que porque yo a veces parezco de mal genio, nadie sabe lo que me ha tocado pasar para poder ver el humedal hoy como lo vemos y entonces de significativo eso. Y otra, un día que me encontraba en el humedal dándole piedra a un bombillo de un poste, medio delincuente medio caspa darle piedra a un poste, pero es que yo ya le había dicho a los de Codensa que dejaran la bombilla mirando hacia afuera del humedal y no hacia adentro porque la luz, la contaminación lumínica ahuyentaba los búhos, no me hicieron caso pues cogí eso a piedra. W: ¿Te dio mucha rabia ver eso? A: Pues claro. W: ¿En qué momento fue eso? A: Eso fue en el 2006, agarré a piedra ese poste hasta que rompí el plástico no era el bombillo, eso trae primero una parte plástica y ya se abrió esa parte plástica y dele y dele cuando uno de los celadores me llamó a la policía y la policía se vino en moto, yo me salté el cerramiento del humedal, me escondí en el humedal y los pobres policías donde me iban a encontrar si esos no conocen el humedal, uno por allá buscándome se fue entre el agua y hasta la cintura empantanado de agua residual vuelto nada, se fueron echando madres, se montaron a la moto y se fueron y yo pues creí que no se habían ido y yo estaba metido entre el junco, cuando volteo y una lechuza suspendida a menos de metro y medio chismoseándome, mirándome que, a ver si yo era un ratoncito o que, y yo con el susto “uy que animal tan grande”, una lechuza con disco facial en forma de corazón, ojos achinados, súper grande, porque eso es un ave de metro cincuenta de ancho. W: ¿Era en la mañana, en la tarde, en la noche? A: No, noche, no te digo yo que estaba de noche yo metido allá dándole piedra al poste de iluminación artificial, eso fue de los detalles significativos para el humedal, pero significativo ha sido todo Wanda porque he tenido criadero de ranas y para mi ver unos niños de preescolar botados en el pasto viendo como las ranitas sacan sus paticas, como se vuelven renacuajos, como sale el caracolito a respirar y vuelve y se sumerge, es impactante ver esos niños allá, es impactante ver cuando el colibrí llega a alimentar a sus bebes y que los huevitos son casi transparentes y ver todo el desarrollo de un colibrí es 124 Ecosistemas de humedal e imaginarios sociales: humedal El Burro y su transformación a partir de la segunda mitad del siglo XX hermoso, es impactante ver como el búho listado saca de a dos polluelos por cada anidada, es impactante como ver ayer, ayer contamos más de trescientos patos turrios con los niños del Colegio la Amistad, entonces tu me dices “Alejandro, qué momento significativo” Wanda te conté dos, los principales que me emocionan, uno que me pone medio feliz, medio triste, el otro que me pone súper feliz, pero todos han sido momentos significativos, hasta una pelea, hasta un ESMAD, una retro rompiendo las invasiones, para mi eso es significativo, restituir un espacio público, ver el humedal con cerramiento, sacar escombros, sacar basuras y ver un brazo hidráulico del humedal como no va a ser significativo. W: Cuando se hizo eso, que se le gana la pelea al Acueducto de Bogotá y se empieza todo un proceso de intervención para recuperación con un presupuesto muy alto, eso es un logro yo digo increíble que parte la historia del humedal en dos. A: Pues claro porque acá toda la inversión la hacían era en los humedales del norte, el humedal Jaboque, el humedal Juan Amarillo, el humedal la Conejera, el humedal Córdoba, el humedal Santa Maria del Lago, pero al sur, siempre han sido los patitos feos, al humedal la Vaca cuánta plata toco meter para restaurar y reasentar cuantas familias, más de cien familias reasentadas, el humedal el Burro el solo cerramiento son como 4.600 millones de pesos para cerrar 19 hectáreas porque el humedal el Burro es el más grande, pero ahora vaya traiga la retroexcavadora, la 350, las más grandotas, cargue 70 volquetas diarias entrando y saliendo durante año y medio. W: Y cuando ese proceso termina al ver ese nivel de intervención tan positivo para el humedal ¿Qué genera en usted? A: No hemos sido de egos, W: No, no, porque hay un compromiso con el humedal. A: Pero sabes que si me generó a mí, una satisfacción volver a ver un pato turrio, un pato de un pico azul hermosísimo, que no se tenía registrado desde la época del 70 y en pleno 2010 ¿Qué vuelvan?, eso no tiene precio. W: Es demasiado emocionante. A: Garzas azules ¿Cuándo se veía una garza azul en el humedal el Burro? Garzas de pico amarrillo ¿Cuándo se veía fúlica americana en el humedal el Burro? Ya empezar a ver otra vez las garzas reales, la garza grandota, la garza ovellera la pequeñita, empezar a ver las caicas, a ver chotacabras en horas de la tarde, registrar murciélago leonado migratorio desde Estados Unidos, ver los patos canadienses, ver el pato zambullidor, es más la satisfacción por ellos. Yo llevo niños de colegios para que ellos conozcan pero para Anexo B. Entrevista a Alejandro Torres 125 mi la mayor satisfacción es ver cuando una mirla se está comiendo las cerezas del árbol que nosotros sembramos, o que llegan los copetones a picotear unas curubas que nosotros sembramos, o ver como los niños se comen una uchuva que nosotros sembramos, esto ha sido solo satisfacciones, no todo ha sido las amenazas, las lágrimas, las tristezas no, más satisfacción y por eso creemos que hoy, años después, cuando sacamos el otro documental Al Final del Río del banquero Alex Bernot, de nuestro amigo abogado, que publicamos el libro “Historia Ambiental de los Humedales de Kennedy”, que nos ganamos un proyecto Colciencias hace menos de tres meses, hace tres meses, nos ganamos de 378 iniciativas de Bogotá, nos ganamos una de las iniciativas Colciencias y somos el único proyecto de Bogotá, el único de la región central del país, entonces es credibilidad, es perseverancia, es tener aliados, y no lo veo tanto como aliados, los veo como hermanos, la directora de la Biblioteca el Tintal ha sido incondicional con nosotros, Soledad Prieto, y antes de esa Luz Marina Gómez y Carol Lenlugo y Janeth Espinosa y Miguel Ángel Clavijo y Pilar Bermúdez, entonces cuantos directores han pasado por esta Biblioteca el Tintal y cuando ven la causa que nosotros llevamos ellos de una forma incondicional han sido un gran apoyo, aunque hemos peleado mucho con el Acueducto hoy tenemos una muy buena relación, muchos choques con la Secretaria de Ambiente antiguo DAMA, hoy grandes aliados muy amigos, con Francisco Cruz y todo eso; ganamos recientemente una acción popular en la que condenan al Distrito a indemnizar por daños causados al humedal el Burro por ocho mil millones de pesos, y esos ocho mil ya compramos un predio de una hectárea, ya se le puso cerramiento, ya publicamos el libro “Historia Ambiental de los Humedales de Kennedy” siete mil ejemplares, ese proyecto salió como entre 400 y 600 millones de pesos porque la impresión del libro hay unos edición de lujo otros rústicos, otros digitales, y entonces cuando nos vamos a una reunión ambiental y tenemos la oportunidad de regalar un libro versión digital o un libro versión física, hacer un evento con rectores de colegios públicos otro con rectores de colegios privados, otro con organizaciones comunitarias ambientales y otro con la red capital de bibliotecas públicas, no es hablar bonito es dar resultados y entonces creemos que de la abundancia del corazón habla la boca, porque es que no hemos venido inventando nada, Señal Colombia, tres documentales, libro, proyecto Colciencias, Convenio Fondo de Desarrollo local – Maloka, cuantos colegios, cada colegio con un mínimo de mil estudiantes por 24 colegios, por cuantos años, hemos llegado a cientos y cientos de jóvenes, al punto que hoy cuando uno ve una red social un Facebook un perfil mío tener cinco mil a full, que no puedo sacar a ninguno porque a todos los conozco y tener 400 600 en espera, que le toque 126 Ecosistemas de humedal e imaginarios sociales: humedal El Burro y su transformación a partir de la segunda mitad del siglo XX a uno hacer un fanpage, sube uno un video tiene al día siguiente 270mil reproducciones por la emergencia ambiental del aire, por la tala de árboles, porque quieran meter deportes náuticos en el humedal Juan Amarillo que no tiene ninguna lógica, ningún contexto lógico y entonces es ahí cuando uno dice “oiga hemos sembrado bonito” el día de hoy me llega una chica “no yo soy ambiental, trabaje en el jardín botánico, hago no se qué, y Alejandro tú fuiste profesor mío hace 17 años en el Colegio de los Periodistas y tú fuiste mi motivación, mi inspiración y donde estoy es gracias a todo lo que aprendimos contigo” ¡Hey! hemos hecho bien la tarea, puede ser que yo de un colegio de mil estudiantes haya quedado el mensaje en cincuenta pero cincuenta supremamente valiosos que ya empiezan a genera un sentido de pertenencia que ven la ciudad con otros ojos y que ya ven su proyección de vida con otro rumbo, entonces creemos que esas son grandes satisfacciones también. W: En todo este trabajo súper arduo de muchos años ya en temas más ambientales... A: Pues por eso fue que me conocí contigo, camellando en el canal 43 con Blanca Cecilia Gómez en Patio Bonito presidenta de las vegas, entonces a mi me llaman del río Fucha, me llaman del río Tunjuelo, me llaman del sindicato agrario del Sumapaz, me invitan a Verjón alto, Verjón bajo, me voy con los muiscas de suba, me voy con los muiscas de Bosa, tengo combo amigo en Engativá, hay unos que no me quieren tanto porque como yo tengo ese detalle que lo que voy pensando lo voy diciendo entonces a veces la sinceridad se convierte en una dificultad antes que en una cualidad, pero creemos que el trabajo habla por nosotros, eso nos ha puesto en esferas políticas, nos ha puesto en esferas de gobierno, actualmente trabajo en el Congreso de la República apoyando al anti taurino, al animalista, y claro es una causa en la cual uno arranca con el tema del humedal, con el tema de río, del animal, pero resultan dándose debates de fracking, de glifosato, de plásticos de un solo uso, de polinizadores como abejas y colibríes, entonces la apis melífera es una especie exótica porque es una abeja africana y sabias que Colombia tiene más de cien especies de abejas, de abejitas angelitas que no tiene aguijón y que son las abejas nativas y que tienen más valores nutricionales o medicinales que la otra miel y entonces es ahí cuando nosotros nos vemos como custodios de esas semillas, como campesinos, como custodios de los cerros, como gestionadores para los ríos. A mí me llaman a dar conferencia en la Javeriana, en la Tadeo, este lunes 4 de marzo estoy en la Universidad Distrital, el 22 de marzo estoy en la Universidad Agustiniana, en la mañana Anexo B. Entrevista a Alejandro Torres 127 estoy con Canto al Agua con Aterciopelados, somos cercanos a Héctor Buitrago de Canto al Agua de Aterciopelados y de Mario de Doctor Krapula, y entonces uno empieza a rodearse “uy Tatiana Samper Grammy” “uy Héctor Buitrago de Aterciopelados” “Uy Mario de Doctor Krapula contratado por la CAR para hacer los conciertos por toda la cuenca del río Bogotá” y entonces unos dice oiga mano uno le da la mano al habitante de calle, le da la mano al reciclador, le da la mano a un alcalde Gustavo Petro, anda con un secretario de gobierno, anda con una excelente concejal como es Maria Victoria, hay uno también que no ser tan apático a la política, porque la política es una forma de incidir en cambios positivos, no poliquetería, porque ahorita salieron un poco de politiqueros acá diciendo “vamos a amarrarnos al bosque Bavaria” y todo el mundo “que vamos a proteger el bosque Bavaria” Bavaria no es un espacio público, Bavaria es un predio privado, Bavaria tiene plan parcial aprobado y tiene seis manzanas catastrales para desarrollo urbano, porque engañan a la gente diciéndole que ellos son los que van a proteger el bosque, porque como cogen el tema ambiental como un temita de moda para pescar en río revuelto resultan es aprovechándose de las comunidades y después “no construyeron” ah si pero ya le dimos el voto a esta persona que nos vino a engañar, entonces temas como esos yo les digo “señores el lote Bavaria es una pelea perdida” a otros que no les guste escuchar eso pero jurídicamente, técnicamente no hay como darle viabilidad a un tema de esos y hay que ser claro, en cambio si tu coges el predio Bavaria son seis manzanas catastrales, es así el predio Bavaria, son 73 hectáreas y tu llegas y dices “bueno acá va el río Fucha, acá va la avenida Boyacá necesitamos un corredor de conectividad ecológica entre el río Fucha hacia Castilla para reconectarlo al humedal de Techo” es diferente pero ir a decir que van a proteger las 73 hectáreas cuando cada hectárea el avalúo catastral es 24mil millones el comercial son 42mil millones más los derechos adquiridos, habría que pagarle 56mil millones por 73 hectáreas cuánto vale ese predio, será que el Distrito que no ha tenido ni para arrancar el metro y van a tener para comprar un predio que es privado, entonces creo que nuestro ejercicio es muy diferente al de otras personas, nosotros no damos lechona ni tamal, pero si damos un libro si compartimos un documental, si compartimos una palabrita muisca, si es colegio público no les cobramos nada, si es colegio privado hay algo de retribución porque el sector privado también tiene que mirar como empieza a apoyar esta serie de iniciativas que sin ningún otro interés iniciamos hace muchos años solo por ser el habitad de fauna silvestre, no más, entonces como esa causa es tan noble, y es una causa tan bonita yo no siento cansancio, no siento peso eso así de que “uy Alejandro llevo ochenta niños en la mañana, ochenta niños en la tarde, 160 y ahora tiene que dar clase 128 Ecosistemas de humedal e imaginarios sociales: humedal El Burro y su transformación a partir de la segunda mitad del siglo XX en tal universidad” no lo sentimos como peso porque esto ha sido más una satisfacción personal de muchas, muchas acciones, por eso tu me decías “cual es un momento que te ha marcado” nos podríamos quedar ahí. W: Cuando los niños que van por primera vez al humedal ¿Qué expresan ellos? ¿Cómo lo viven? ¿Sí? Pues digamos tu estás observándolos todo el tiempo ¿Cuál es ese factor común en los niños? A: No a esos manes les cambia el chip inmediatamente, estar recibiendo una clase de ciencias naturales encerrado en cuatro paredes, en frio entre cemento, a estar recibiendo una clase de ciencias naturales en el humedal donde ven el árbol, donde ven las aves, donde ven el colibrí, donde ven la abejita que llega a la flor, preguntas tan locas como “Alejo usted como hace para que las aves no se vayan?” y ellos dicen Alejandro como hace para tenerlas todas aquí así uno no los vea sino que todos están aquí, son preguntas que lo dejan a uno “plop” ¿Si? “¿Alejo y usted como hace para que las aves no se vayan?” y yo “les siembro curuba, les siembro mora, les siembro grabadilla, les siembro árboles, para que tengan donde anidar” cuando termino el recorrido “bueno niños ¿para que sirven los arboles?” “ah sirven para madera, sirven para papel, estabilizan suelo, regulan la sombra, la no sé qué, la materia prima, los medicamentos” y que un niño de primaria ya vaya tan argumentado en la cabeza, los chinos son una magia, yo amo darle clase a los niños de primaria, claro que como ahorita estoy generando voto crítico y conciencia ciudadana de responsabilidad social me he concentrado en los grados 9º, 10º y 11º, pero cuando me llevaba los niños de jardín... W: Los chiquitines que son más espontáneos A: Llegaba el niñito de jardín y no de brujas llegaron todos disfrazados de animales, y entonces una era un pato carpintero, eso no existe pero el decía que era un pato carpintero, el otro era un castor, el otro era un pollito, el otro era un caimán y yo ver esos niños con su disfraz dentro del humedal comiendo su refrigerio felices y untándose de tinto los cachetes pa’ saber porque era la laguna el Tintal, y felices de que nada les va a pasar, que están en un espacio abierto, cuando se van me abrazan y esos abrazos sinceros. W: ¿Qué te han dicho así que tú sabes? A: Enternece, dicen cuando grande quiero ser como usted, que voltaje, y yo digo “no, ustedes van a ser mejores”, yo se algo ustedes son mejores, los niños que lo vean como el héroe que salvó la rana, salvó la serpiente, para mi salvar un búho, una tingua es llenarse de oxigeno diario, creo que eso, eso es bien bonito de trabajar con niños, los Anexo B. Entrevista a Alejandro Torres 129 jóvenes ya hay que hablarles en otro lenguaje, otra forma de entregarles la información pero lo más bonito es trabajar con primera infancia. W: Ellos viven el humedal. A: Viven el humedal, vaya mire el programa de niños no vidente, niños ciegos, me llevo 25 niños ciegos al humedal, a identificar las aves por medio del canto, entonces ellos como así que los niños ciegos y “bueno niños voy a imitar el canto de un siriri o de un pato y ustedes me van a decir en cuantas partes contestan en canto” y yo hago un canto y por allá “tan, tan, tan” y dicen los niños “Alejandro escuche seis veces ese mismo canto pero hay otro canto que no logro identificar” “ah no ese es un cucarachero” les digo yo “y ese que hace (sonido del animal)” “ah no ese es un monje capuchi dorado” pero el monje capuchi dorado tiene siete tipos de canto “ah no pero es que ese ya es un pato” “no esa que se carcajea es una tingua” y entonces tener la oportunidad de llegar a niños en condición de discapacidad, no hablantes sino oyentes, de Colegio Isabel Segunda llevaban su interprete por allá de señas porque yo no sé de señas, de señas poco, pero entonces ya cuando veo los niños con su interprete y con esa emoción, niños no hablantes sino oyentes, sordos y mudos, mejor dicho, el otro grupo de los niños no videntes de la Biblioteca el Tintal que tiene un programa braille, la única impresora braille, entonces un día me pidieron el favor, claro con mucho gusto, vámonos para el humedal, otro el Rincón del Abuelo, me llevo 40 viejitas, tengo un club de fans que si sumamos las edades son más de 4mil años (risas) esas viejitas son un amor y entonces esas mujeres si adoran las matas, son enfermas por las matas entonces “Alejito me puedo llevar este piecito” y ellas con ese cariño y ese humor de abuela, entonces cuantas satisfacciones, cuantas te he contado en un momentico, de niño no hablante, no vidente, de los cambuches, cuando saque todos esos cambuches, resocialicé como a 5 de esos habitantes de calle y yo les dije “bueno les pago mil cada hueco que me abran, me hacían 10 huecos pero se perdió la herramienta, se quedaron con la herramienta y la vendieron por vicio, pero otros si siguieron ahí y se convirtieron en las personas que protegían el humedal, que sembraban los árboles, que abrían los huecos, y antes que los rechazan por ser un problema de la sociedad, no es hay que mirar alternativas de como vincularlos a todos estos programas.

Cierre de entrevista.

C. Anexo: Entrevista a Byron Calvachi

W: ¿Por qué conocías los humedales de Kennedy si no eran famosos en ese momento? B: la gente que estaba tratando de recuperarlos estaba amenazada de muerte por urbanizadores piratas. W:¿La gente que estaba ahí no pudo hacer casi nada por las amenazas? B: al principio, pero después nosotros empezamos a trabajar y se hizo la red de humedales, y apareció Alejo. Dora siempre fue líder, pero al principio ella era líder por la parte de vivienda, ella llegó como en el proceso de informante, todos eran amigos, ellos peleaban por su vivienda, porque les mejoraran las condiciones, porque les legalizaran. Dora empezó a conocer y se enteró del tema y a ella le gustaba, ellos eran del campo y empezaron a enterarse y a gustarles el tema. Nos fuimos conociendo por diferentes cosas todos con todos y yo al principio era como ellos, de los barrios con las comunidades, hicimos una fundación, pero después a mí me nombraron en el acueducto funcionario, ya tenía poder y mi jefe me respaldaba en todo. Nosotros llegamos a cambiar todo eso, a hacer lo que sabíamos que había que hacer, lo que siempre habíamos soñado lo pudimos hacer y con plata, porque metimos plata del acueducto, entonces obviamente yo llegue como funcionario a trabajar con ellos. Ahí por ejemplo ya contratamos el plan de manejo, todo y como nosotros ya nos conocíamos con todos ellos, entonces ellos siempre nos llamaban y yo les decía mire hay esto, tal cosa con la Javeriana para que participen, les hicimos un diplomado con la javeriana, hicimos muchas cosas. W: estuvieron moviendo un montón. B: si, nos movimos mucho en esa época con ellos.

132 Ecosistemas de humedal e imaginarios sociales: humedal El Burro y su transformación a partir de la segunda mitad del siglo XX

W: y en todo ese proceso ¿que fue como una experiencia muy muy importante? El proceso fue muy grande. B: si claro, si yo dure 5 años en el acueducto, de lo más relevante, una que nosotros ya habíamos consolidado la red de humedales cuando estuvimos afuera como comunidad con la conejera, entonces nosotros empezamos con la conejera, y como ellos también éramos sociedad civil, pero Germán Galindo es un genio de la gestión, era muy bueno gestionando recursos, gestionando cosas, consiguiendo platas, haciendo alianzas, todo eso, Germán era como el cerebro en todo eso. Entonces cuando la gente empezó a buscarnos por el trabajo de la conejera a Germán se le ocurrió y dijo “aquí hay un proyecto para hacerlo con todos ellos” entonces nació la red de humedales de Bogotá, German consiguió plata con Ecofondo y se hizo la red de humedales y empezamos a trabajar ya con todos ellos pero con plata, porque con las uñas uno quiere hacer mil cosas pero no puede, entonces ya hubo reuniones hubo mil cosas con recursos de Ecofondo y Germán pues era el director de la fundación de la conejera. Esa época fue maravillosa porque con todos ellos nos reuníamos, éramos una familia, andábamos todos para el mismo lado. W: ¿y tú que les decías a la gente como para cambiarles las ideas? B: Nosotros con ellos si hicimos compatibilidad inmediatamente, entonces nos llegaban, de todos los humedales de Bogotá nos buscaban, nos llegaron de Kennedy, nos llegaron de Fontibón, del norte de la zona de Usaquén, de todo lado nos llegaron y todos nos hicimos amigos, nos conocimos allí en la conejera y nos hicimos amigos hicimos la red de humedales pero todos ellos ya estaban concientizados, pues ellos también peleaban por los humedales, nosotros lo que hicimos fue digamos como fortalecer la parte técnica, ordenarlos, porque ya venía la gente con todo el sentido de pertenencia, pero al principio no se manejaba un discurso unificado, cada quien tenía sus cosas como lo que se le ocurría desde donde pensaba, desde donde conocía, entonces nosotros empezamos a unificarles un discurso técnico, desde lo biológico, desde lo jurídico, ahí estaba Medardo Galindo que es hermano de Germán y él es un abogado que se dedicó a estudiar mucho el tema y él puso demandas y les enseñó a ellos como pelear también jurídicamente, entonces hicimos un gran grupo y nos movíamos todos juntos, de todo Bogotá, desde Bosa hasta Usaquén, todos íbamos a esas peleas, todo, una época muy bonita, ¿sí o no Alejo? A: hermoso. B: Nos reuníamos en las casas y hablábamos. A: con Zamudio, con Zoraida, Adriana Parra, Germán, Martha. B: Nos reuníamos y entre todos discutíamos y entre todos pues íbamos creando una retroalimentación porque todos nos contábamos los de todos y Anexo C. Entrevista a Byron Calvachi 133 todos aportábamos, entonces todos fuimos como generando un discurso unificado, que todos entendiéramos igual lo que era y evolucionando el tema porque entre todos pues pensábamos más, entonces no que pasa esto, ¿qué hacemos?, que hagamos tal cosa, entonces empezamos a dar peleas a poner demandas, a todo eso, pero entre todo el grupo y entonces eso duramos así como unos buenos años y creamos la red de humedales. Íbamos a pelear a las entidades, al Acueducto, a la Secretaría de ambiente, íbamos todos y ya nos conocían y nos empezaron a coger miedo (risas) porque llegábamos con todo. W: iban en combo. B: claro, y además pues ahí había profesionales que teníamos conocimiento. W: ¿Cuál era ese discurso de ustedes? B: Pues en la parte biológica todo lo de las especies, de las aves, de la Convención Ramsar, ya la gente empezó a saber que existía Ramsar, que era una cosa internacional, que protegía, que todo eso, y desde lo jurídico pues toda la normatividad, que estaba el Acuerdo 06 de 1990, que los humedales se habían declarado reservas naturales, una cantidad de cosas, todo ese discurso se dio. W: Ósea toda la normativa jurídica y todo lo biológico para hacerlos pararse. B: Si, eso era lo contundente, y de ahí ya se empezaron a generar temas ya sociales, entonces los PRAEs, los PROCEDA alimentándose de todo ese discurso que generamos, empezaron los colegios, todo se empezó a dar una cosa fuerte, a traer colegios también estaban como ávidos de eso, porque decían ¿los humedales de Bogotá? Si eso donde es, yo quiero de eso, entonces se hacían caminatas permanentes con un montón de gente todo el tiempo. W: ¿Y la gente que les decía? Los que eran nuevos iban y qué. B: Nos preguntaban mucho, entonces nosotros les contamos, además generamos talleres, entonces si digamos nos sentábamos y les mostrábamos fotos de las aves, de la fauna, de la flora, de todo. Les contábamos cosas históricas de los muiscas entonces la gente quedaba encantada y volvían, y más colegios y más gente, y así fuimos generando todo ese movimiento y además nos sacaban en medios de comunicación, todo el tiempo salíamos en prensa, radio, televisión incluso internacional. W: se hicieron famosos. B: si, todo el mundo uy, mejor dicho, nosotros éramos el boom de los humedales en ese momento. A: ¿fue en la década del 90 Byron? B: no había redes sociales, no había nada, la gente y las entidades empezaron a buscarnos para hacer proyectos y cosas, nos buscaban mucho y también internacionalmente, a la conejera nos llegó hasta prensa francesa, nos llegó periódico de Estados Unidos a entrevistarnos, televisión española, no 134 Ecosistemas de humedal e imaginarios sociales: humedal El Burro y su transformación a partir de la segunda mitad del siglo XX eso fue, mejor dicho, yo me acuerdo que parte de mi trabajo era vaya a atender periodistas (risas) y todos los días llegaban periodistas. A: también fue el de Citytv que ganó un premio. B: si, misión humedales, con el pato, con Mauricio Salcedo, hicimos un especial, es que yo navegué el río Bogotá con Fernando Vásquez, la primera navegación que se hizo, “Ponle corazón al Río Bogotá” fue una campaña que también empezamos no solamente los de humedales sino que también a conocernos con los demás ambientalistas de Bogotá, con los del río Bogotá, con los del río Tunjuelo, con los de los cerros, entonces empezamos todos como a conectarnos, como a ubicarnos y a compartir cosas, entonces hicieron la navegación del río Bogotá que fue Fernando Vásquez, y yo me contacté con él, le conté, lo llevé a la conejera y nos hicimos amigos, y fue Mauricio Salcedo, el pato, que era un periodista muy famoso en ese momento de cosas ambientales. Yo le propuse a el “Mauricio por que no hacemos un documental de humedales” y él me dijo “y eso como, que, donde, que es eso” yo le empecé a contar, lo llevé a la red de humedales, le empecé a presentar a toda la gente entonces le gustó y me dijo “espéreme y yo lo voy a proponer en el programa” y vino porque él era periodista de Citytv, lo propuso y les gustó la idea y le dijeron que listo y arrancamos a hacer el programa. W: ¿Y ese documental fue en todos los humedales? B: Todos los humedales, íbamos un día entero con cámaras y hacíamos hasta dos días, por ejemplo Juan Amarillo que era tan grande estuvimos dos días desde las cinco de la mañana con cámaras hasta las 6 de la tarde, grabamos el amanecer, el atardecer, toda la fauna, porque pues como yo conocía bien, yo le decía grabe ese pájaro que ese es tal cosa, grabe esa planta, y grabe no sé qué y a Mauricio como a ese le encanta todo se tiraba al piso y grababa todo, y salió un especial un documental muy chévere. W: ¿Hay manera de rastrear ese documental? B: Yo lo tengo, no se puede publicar porque eso es de Citytv. W: Las citas de algunas partes del discurso si me interesan un montón. B: Claro, tú lo puedes ver, si yo lo tengo. A: Y el otro que hizo también el primer documental de humedales fue Fernando Riaño allá en el humedal de la conejera. B: Ese fue un documental como para niños, muy pedagógico, yo también lo tengo. A: Creo que fue el primero que se hizo en todo Bogotá, el señor ya está cucho, pero sigue siendo un hippie y ahora vive en la quebrada las Delicias y organizó un poco Anexo C. Entrevista a Byron Calvachi 135 de indigentes en arreglar toda la quebrada y ahora todos con uniformes y chaleco, y enseñan, son los que hacen los recorridos. B: ¿Y que hace Fernando Riaño ahorita? A: Se la pasa ahí, va a abrir un hotel en Isla Gorgona, va y viene y el otro hotel que tiene en las Islas Margarita y vive de eso. B: Entonces que te cuento, hicimos ese documental de Citytv y ganó premio nacional e internacional de periodismo, ganó el premio nacional de periodismo Simón Bolívar, ganó el pato el periodista, y ganó el premio internacional el Promax en Miami, se lo dieron a Citytv por ese documental. W: Buenísimo, ahí les abrió un montón las puertas. B: Claro, eso ayudo, y así, entonces empezó mucho el boom el boom hasta que ya llegamos nosotros al Acueducto y montamos el programa de humedales del distrito porque nosotros peleábamos contra la gente del Acueducto y cuando les llegamos de jefes (risas) eso fue muy chistoso, nos miraban como ver un fantasma al principio, y obviamente nos hicieron la guerra, pero con todo dentro del Acueducto, pero nosotros llegamos con poder, porque Germán era el jefe, además el hizo una gestión muy importante porque la gerencia del Acueducto Ambiental era una gerencia, mejor dicho la cenicienta de todas las gerencias, está por allá debajo de todos, y Germán la puso a nivel de las grandes Gerencias, eso fue gestión de él, él la hizo una gerencia importante, en eso se demoró harto pero lo logró. Él se demoró como dos años, pero la metió con toda, lo que pasa es que la gerencia ya existía, ya llevaba como casi unos 8 años pero era una gerencia chiquitica ahí todo el mundo se le pasaba por encima y no tenía importancia, nadie le paraba bolas, solo era una gerencia de firmar, que todos “ay mire que necesita la licencia de esto” y firme y ya, en cambio Germán si llegó y la volvió de verdad porque eso era de mentiras, entonces ya contratamos gente y se volvió ejecutora. W: ¿Y eso fue en que año? B: Eso fue en el 2005 W: Porque eso es importante, el cambio en el enfoque del Acueducto. B: Claro, claro, en la parte institucional y entonces ya se volvió una gerencia de verdad y con poder y con plata porque había que ejecutar obras, y antes todo el mundo ejecutaba menos la gerencia ambiental, la gerencia ambiental era firmando y autorizando toda la instrucción que necesitaban que todos los demás hacían. Ya cuando Germán la volvió gerencia ejecutora nosotros ya ejecutamos y nosotros hicimos obras ambientales. W: Ya tenían voz y voto. 136 Ecosistemas de humedal e imaginarios sociales: humedal El Burro y su transformación a partir de la segunda mitad del siglo XX

B: Claro y teníamos la línea de cómo hacer las obras, ya nosotros los biólogos diciéndole a los ingenieros tienen que hacer así, antes el ingeniero le decía al biólogo firme, y el biólogo firme y firme todas las atrocidades que hacían. Entonces ya se hizo la gerencia y ya nosotros cambiamos toda la cara del Acueducto, ya empezamos a nosotros a dar línea y los ingenieros a hacernos caso cuanto antes era, al contrario. Logramos ese cambio importante y empezamos a contratar a todos los amigos en todos humedales para que fueran parte de las administraciones, que estuvieran en las obras, aunque eran unas cosas muy grandes y muy técnicas porque eso si tocaba era con firmas, pero en todo casi siempre intentábamos que estuvieran las comunidades participando y siendo actores importantes en todos los procesos, entonces los metimos a todos a trabajar pero obviamente eso duro solo cuando estuvimos nosotros, después ya empezaron a sacar a todo el mundo y a volver a los contratistas de siempre porque pues como eso son mafias, entonces eso solamente fue flor de un día, solo cuando nosotros estuvimos. Pero logramos mostrarle al acueducto que así era la cosa, que era por ahí y que los biólogos también sabíamos de obra, porque ellos no creían, porque a todo mundo le decían ambientalistas. Entonces ya les dejamos ya montado el programa y han tratado de irlo desmontando, pero no ha sido fácil. Peñalosa si vino y acabo ahorita con todo pero quedaron cositas, por lo menos ya Peñalosa no pudo llegar a quitar los cerramientos que dejamos, no puede decir que ahora, aunque lo está tratando de hacer no, otra vez echarle cemento y todo pero no le ha quedado fácil y nosotros ya dejamos modelos reales montados y todo donde la gente ya puede ver que los humedales ya están restaurados, bajo criterios técnicos multidisciplinarios, porque no solamente era la parte biológica sino también lo social nosotros le metimos fuerte porque antes lo social no era nada. W: De pronto fue una de las propuestas que les ha mantenido el modelo ¿no? B: Exacto, el haber empoderado a la comunidad. W: Que hubieran aprendido digamos como la importancia, a defender la cosa. B: Exacto, sí. Y metimos también hasta los arqueólogos porque hubo hallazgos arqueológicos. W: Ah en el burro había ¿no? B: Sí, sí, sí. Toda la parte histórica también le dimos mucha importancia porque antes era solo los ingenieros, los ingenieros haciendo todo y destruyendo todo, solo la visión de ingeniero, entonces ya le metimos la parte geológica, la parte histórica, muchos componentes y les enseñamos allá en el Acueducto, porque a todos esos ingenieros Anexo C. Entrevista a Byron Calvachi 137 nosotros éramos los jefes de ellos los poníamos a que estudiaran los humedales, y les hacíamos reuniones y les explicábamos, la labor que hicimos con la comunidad luego la replicamos hacia el interior del Acueducto, entonces quedó y la gente entendió y muchos nos querían bastante en el Acueducto, nos llegaron a querer después de que nos odiaban, sobre todo los de los medios de comunicación, ellos eran felices con nosotros porque nosotros si les explicábamos entonces los llevábamos y mire que esta planta, nos la pasábamos grabando los humedales también, después de que diéramos con los periodistas afuera como comunidad y en prensa internacional, después éramos los protagonistas dentro de los humedales en prensa del Acueducto, cada rato nos llamaban. W: Particularmente en el humedal el burro ¿cuáles creen que han sido como los actores más importantes en la transformación del humedal? B: ¿Los actores sociales? W: Si, pues los que consideren. B: Pues la fundación de Alejo ha estado siempre ahí, aunque ha sido Alejo realmente porque han venido unas personas, aparecido y desaparecido, eso es así, los actores realmente son muy volátiles, son más bien líderes. A: Y más si no hay sueldo. B: Exacto, se mantienen son los líderes y los que van y vienen actores, vecinos que de pronto se encarretan, les gusta, están un tiempo y se van, y vienen otros y así. Siempre ha sido así, y pues también yo cuando estuve allá y desde allá siempre también empecé a jalonar así no estuviera ya allá viviendo y cuando estuve en el Acueducto pues les metimos mucha fuerza a los humedales de Kennedy porque pues eran mis consentidos, entonces a mi equipo de técnicos los llevaba siempre, los jalaba siempre para los de Kennedy, porque en el equipo mío estaba social que era Gloria Moreno que es una antropóloga muy buena ella es muy buena social, muy buena profesional, pero pues nosotros teníamos todos los humedales y ellos se iban más por los de Suba porque son los más grandes, y yo jalaba para Kennedy, por ejemplo el diplomado que les hicimos lo hicimos con la Javeriana y con las comunidades de Kennedy y con la alcaldía de Kennedy y también con los otros técnicos, con los ingenieros con todos siempre era vamos a los humedales de Kennedy y cuando se hizo la recuperación de la Vaca con Gloria, yo convencí a Gloria de que estuviéramos mucho en Kennedy y a ella le gustó porque empezó a conocer a la comunidad y le gustó la comunidad, yo la jalaba mucho y ella después ya se volvió amiga de los humedales de Kennedy y ella empezó también a jalar al resto, entonces ya después metimos a la Javeriana para que hiciera los planes de manejo, a la Nacional y formamos 138 Ecosistemas de humedal e imaginarios sociales: humedal El Burro y su transformación a partir de la segunda mitad del siglo XX un equipo chévere, un equipo grande, tanto adentro como hacia afuera, ya las comunidades con los contratistas que eran las universidades y eso y nosotros dentro del Acueducto y empezamos a mover también las instituciones, la Alcaldía, todo eso, porque todos eran inoperantes y apáticos, nadie le gustaba eso, que pereza ir a meterse a esos humedales porque los de Kennedy eran peligrosos, la Vaca incluso era peligrosísimo, ni siquiera les gustaba ir a meterse por allá y nosotros empezamos a armar equipo entonces ya Gloria como era la social y ella era muy buena ella fue y convenció a la social de la alcaldía de Kennedy a Marcela Matos, esa vieja era verraca ¿no? ¿Si te acuerdas Alejo de Marcela Matos? A: Claro, Matos la gorda, para espacio público ella fue un tigre. B: Ella fue importantísima, se dieron muchas cosas, yo digo que el de arriba, porque se juntaron los astros y empezó a aparecer gente. A: Ella sabe que la causa era noble Byron, nosotros no éramos personas malas sino defendíamos un pajarito, eso era lo que peleábamos. B: Si, y Marcela Matos fue una aliada importantísima, porque nosotros no podíamos mover lo que a ella le correspondía mover, si ella no hubiera aparecido yo creo que no hubiéramos podido. W: ¿Y ella que cargo tenía? B: Ella era abogada de la alcaldía de Kennedy y era verraca, una vieja verraca que si se le plantaba al que fuera y no se dejaba de nadie, no eso ella fue un actor importantísimo. W: Si porque ahí la pelea fue dura ¿no? Según lo que me ha contado Alejandro. B: Durísima y de amenazas, de todo, de plata de corrupción, de mil cosas y Marcela se plantó e hizo respetar todo. A: ¿Cierto que robaron maquinaria y mataron una persona? B: Sí, robaron maquinaria y mataron una persona y Marcela como abogada y como la parte digamos importante de la alcaldía de Kennedy ella lideró el movimiento para recuperar la Vaca, ella empezó y dijo “bueno aquí se me reúnen todos los funcionarios a tal día, tal hora y aquí vienen y al que no venga no sé qué lo investigamos” no eso era a sustos, entonces iban todas las entidades, Defensoría del espacio público, hicimos un equipo chévere con la secretaría de medio ambiente, con acueducto, todas las entidades. W: Ósea en ese momento todas las entidades públicas como que también fueron bien importantes, hay actores individuales, pero también aparecieron organizaciones. Anexo C. Entrevista a Byron Calvachi 139

B: Exacto y aparecieron líderes, por ejemplo fue importante que estuviera Marcela Matos en la alcaldía de Kennedy, ella movió todo eso, fue importante que estuviera Gloria Moreno, fue importante haber llevado a la Javeriana y a la Nacional a los planes de manejo porque eran las universidades y eran de prestigio, porque a nosotros si no nos hubiéramos blindado así nos hubieran dado palo, había gente enemigos, era lo que había, tratando de trancar procesos y todo. Lucho Garzón que nos permitió trabajar, el alcalde de Bogotá, él no era ambientalista, pero nos dejó hacer cosas, nos dejó. A: La política de humedales salió con Lucho, él fue que la firmó antes de irse. B: Porque otro alcalde pudo haber dicho “no sáquenme esa gente de allá que eso me está haciendo quien sabe que, échenmelos”, entonces él nos dejó hacer, porque eso si hubo problemas los que tú quieras, eso enemigos nos aparecieron hasta de los mismos amigos que se nos volvieron enemigos, por ejemplo Luis Jorge Vargas (risas) que era un amigo hasta compañero mío de la universidad biólogo también, y él fue del proceso estuvo conmigo en la conejera, trabajó con la conejera y cuando llegamos al Acueducto los quisimos traer a todos a que trabajaran con nosotros. A: Hasta Miguel Ángel Julio, ese también estuvo en la conejera, ese era interprete. B: Si claro, pero muchos de ellos sintieron como envidia o yo no sé o desconfianza no sé, que porque nosotros estábamos en el Acueducto que como así que con los enemigos, entonces nos volvimos enemigos de ellos también por estar en el Acueducto y nunca entendieron el proceso. W: Es mejor estar adentro que afuera. B: Los de Córdoba nunca entendieron. A: No y es que había que entrar a acoplar esos espacios, a mi habían empezado a dar palo también porque era político y yo estaba era utilizando el tema de plataforma, uno no necesita esa representación se usan otras esferas. B: Es que mucha gente sataniza el hecho de ser funcionario público, creen que desde que uno acepta el cargo de funcionario público ya es el malo del paseo y no entienden que son procesos que también se necesita estar ahí, hay gente que no entiende eso, los de Córdoba, los del humedal Córdoba nunca entendieron eso y se nos volvieron nuestros enemigos después de ser los amigos íntimos también cuando estuvimos en la red de humedales se volvieron allá nuestros enemigos y nos empezaron allá a hacer la vida imposible a demandarnos a meter una cantidad de problemas, nos tenían corriéndoles a toda hora, eso fue terrible, con ellos no avanzamos sino al contrario casi que 140 Ecosistemas de humedal e imaginarios sociales: humedal El Burro y su transformación a partir de la segunda mitad del siglo XX retrocediendo en cambio en los demás humedales nos fuimos con todo y era córrale porque sabíamos que el tiempo era corto no teníamos sino una administración. W: Tocaba aprovechar el cuarto de hora. B: Entonces en los que pudimos si restauramos, hicimos administraciones, hicimos de todo con los que nos ayudaron, todos los que estaban, todos los humedales entonces los llamábamos, los contratábamos cuando se podía, porque por ejemplo había humedales que tenían organizaciones muy avanzadas como Jaboque que tenía ADESA se llamaba la organización de ellos, estaban muy bien organizados y muy avanzados y eran artos, entonces a ellos si los contratamos y ellos nos ayudaron mucho, ellos se volvieron nuestros contratistas, lo mismo en la misma conejera a pesar de que Germán era el gerente ambiental el contrato a la conejera para que siguiera allá y trabajamos con ellos súper bien. W: La conejera es muy lindo. B: Sí, con todo el equipo nuestro de técnicos y el incluyó los equipos técnicos de afuera, y así empezamos a buscar los amigos, a contratar, a hacer una cantidad de alianzas y como eso era tan grande la contratación entonces también contratamos por ejemplo las universidades que también nos ayudaran. W: Eso fue como 2008 ¿no? B: Eso fue del 2005 hasta el 2009. W: Si porque el plan de manejo ambiental que hizo la Nacho en el burro es 2008 creo. B: Eso fue otra época muy bonita porque hicimos muchas cosas interesantes, alianzas, muchas cosas y logramos imponer el modelo nuestro allá en el Distrito y la Secretaría de Ambiente a trancarnos, también se nos volvieron como enemigos, pero también logramos trancarlos, entonces lo que nos decían era “pero ustedes no nos cuentan lo que hacen” (risas) querían que todo le estuviéramos contando. W: Les rindieran cuentas. B: Sí, entonces bueno con todo y eso avanzamos todo lo que pudimos y después ya pues nos sacaron, porque como eso era político, igual nos terminaron sacando como siempre pasa, y el modelo siguió ahí maso menos lo han ido desmontando, terminaron sacando a todo mundo de allá y finalmente no quedó nadie de los verdaderamente interesados los que han quedado son funcionarios que les interesa mantener su cargo no más, y el modelo no evoluciona, el modelo debería seguir evolucionando y debería seguir creciendo y no, se estancó y al contrario se fue de para atrás, ahora cada vez está peor, Anexo C. Entrevista a Byron Calvachi 141 entonces justamente por eso, sacamos ahorita el proyecto Colciencias para tratar de volverle a meter algo de la participación de las comunidades desde un ámbito que no sea el Distrito porque en el Distrito siempre nos han trancado. W: ¿Ósea el objetivo de este proyecto de Colciencias pues es más obviamente medir es importante, pero digamos es como el pretexto para qué? B: Exacto, es político también, es un pretexto para nuevamente con voz de, con una voz fuerte hablarles, porque hablarles que venimos del Colciencias no es decirles somos la fundación tal o cual, porque eso siempre nos pasó, antes llegábamos como que somos la fundación tal y nos mandaban al carajo (risas), entonces ya diciéndoles, y ya nosotros nos metimos dentro del Acueducto ya éramos el mismo Acueducto los de la red de humedales. W: ¿Ustedes consideran que es muy importante tener un respaldo? A: Claro, cuando metimos a Tina, a Mauricio Calderón de capellanía, de intérpretes y de todo. B: Y ya ahorita los que siempre lideraron pues lastimosamente Germán que siempre fue el líder más fuerte y más visible y con más capacidad de organización y todo, el que nos movía a todos, desafortunadamente el volvió al Acueducto, pero no se dieron muchas cosas, lo frenaron mucho. Germán estuvo un segundo período en la gerencia del Acueducto, pero se dio más como en el páramo, a los humedales no le metió como mucha cosa. A: Pues sí, pero eran humedales de alta montaña, ya otra cosa. B: Y a Petro le metieron un chisme así bomba, alguien fue y le dijo y él le creyó, que resulta que disque había montado una mafia en los humedales, que se los habían entregado a las ONG y que eso se había vuelto una cosa de mafias y que yo no sé qué, entonces Petro dijo “entonces volvemos la gestión a lo público, al Distrito”, entonces le quitó a las ONG toda la participación. A: Los que tenían la administración de los humedales se los quitaron y los cogió el Jardín Botánico. B: El recurso vuelve otra vez a lo público, volvió el modelo como antes, exacto entonces los que ejecutan son directamente el Acueducto, la Secretaría de Ambiente y el Jardín Botánico, eso se volvió un zaperoco ahí y a Peñalosa obviamente le convenía este modelo porque Peñalosa todo lo privatiza, entonces que hizo Peñalosa, coger todo eso y dárselo solamente a Aguas Bogotá porque son los privados del Acueducto, entonces a favorecer a los grandes pulpos de la contratación porque eso es Peñalosa. 142 Ecosistemas de humedal e imaginarios sociales: humedal El Burro y su transformación a partir de la segunda mitad del siglo XX

W: Byron y para ti ¿Qué es un humedal? B: Justamente si quieres ahorita te reenvío una charla que di en Frutal Cerro con Diana Diezme, y ella siempre hace una cátedra, tiene una cátedra que se llama Cátedra Bogotá e invita gente de muchos lados. W: ¿Dónde? ¿En qué universidad? B: No, no, no, ella como le regalaron una reserva, se la regalaron, se la regaló nada menos que Manuel Rodríguez. W: ¿Manuel Rodríguez Becerra? A: Manuel Rodríguez Becerra el exministro. B: Él era dueño de un pedazo de cerro, de los cerros orientales de Bogotá, un área grande y pues estaba encartado con eso, porque que hace, no lo dejan construir, no lo dejan hacer nada entonces se la regaló a Diana (risas). W: Ella tiene una cátedra. B: Y entonces se la regaló... A: Y Diana le regaló las hectáreas a Byron... B: Ojalá (risas). A: Por ir a hacer conversatorio le dio siete hectáreas (risas) B: Entonces Diana esta encartada con ese terreno (risas), más bien, y está haciendo restauración ahí con los voluntarios y hace charlas. Diana me invitó otra vez, siempre me invita cada año, hay una programación de charlas, entonces yo fui a darle una charla, ahorita fui a otra sobre restauración de humedales y ella le está sacando, ella hace video, hace video resumen y lo pública, ahí está publicado, ahora te mando el link. Entonces ahí justamente le dije que siempre en las charlas que yo he dado de humedales pues me gusta dar definiciones porque a la gente le gusta si, saber que es un humedal. A: ¿Y cuál es su definición de un humedal? B: Entonces yo la lleve escrita incluso. A: ¿Está grabando? W: Sí. B: Yo la lleve escrita y no la sé de memoria, pero lo que dice la definición, es que yo alguna vez hice una revisión amplia del tema, de muchas definiciones en muchos documentos en todo el mundo y encontré definiciones en Francia, en Suecia, en Estados Unidos, el cuerpo de ingenieros de los Estados Unidos que son los que manejan o manejaban antes el tema que ellos fueron los que, ellos y la EPA, no me acuerdo la sigla Anexo C. Entrevista a Byron Calvachi 143 exactamente qué es lo que resume pero es una cosa como la autoridad ambiental en Estados Unidos, entonces ellos también hicieron una definición de que era un humedal y así varias organizaciones, pero me gustó una española, porque los españoles como que también le han metido el hombro y ellos se han apersonado mucho de la restauración de humedales. No recuerdo bien es una sigla en inglés pero el cuerpo de ingenieros ellos tenían también una definición, entonces yo recogí todas esas definiciones las estudié y la que más me gustó fue la de los españoles que decía que un humedal es una anomalía hídrica, porque hay una cosa que si es cierta, que los humedales no son ecotonos, ósea en la naturaleza son algo muy parecido a lo que en teoría digamos en la naturaleza uno no habla de límites exactos, uno no dice aquí empieza el bosque, aquí empieza el páramo. W: No hay fronteras. B: Son transiciones si, se van por ejemplo el páramo cuando uno va subiendo por el bosque andino, el páramo va apareciendo poco a poco, no es que uno llega aquí es páramo y allá es bosque (risas) eso no sucede así y entonces en los humedales hay también unas transiciones y esas transiciones además son temporales porque los humedales no siempre están llenos de agua, a veces si a veces no, es una cosa mucho más compleja, entonces los españoles dicen que es una anomalía hídrica positiva, dicen. W: Positiva con un enfoque que es bueno. B: Con relación al paisaje si, entonces que traduce eso en palabras más normales, que en un paisaje tu puedes estar en un paisaje viendo algo que no se parece al resto del paisaje, entonces tú dices pero esto que, ahí hay algo raro sí, hay como más vegetación diferente a la que hay acá, aparece algo ahí, de la nada y como eso aparece cuando llueve mucho y desaparece cuando ya no llueve entonces es una anomalía, entonces es algo así que cambia y que no es constante, puede hoy ser mañana no ser, puede en diez años ser y en diez años no ser porque los humedales pueden ser de transición tal que no es que todos los años que llueve aparece el humedal, hay humedales que aparecen una vez cada diez años, entonces son cosas muy raras, esa definición me gusta por eso, porque escriben con más certeza técnica lo que en verdad son los humedales, en cambio esa de Ramsar no me gusta, eso de que son cuerpos de agua de más de profundidad de seis metros, eso no describe la realidad. A: A mí siempre hemos manejado esa, extensión de tierra cubierta por agua sea de régimen estancado, sea de régimen corriente, dulce salado, que su máxima profundidad no exceda de los seis metros en zonas costeras. B: Exacto, eso no representa la realidad 144 Ecosistemas de humedal e imaginarios sociales: humedal El Burro y su transformación a partir de la segunda mitad del siglo XX

A: Entonces toca que después me comparta la otra porque yo siempre manejo es la Ramsar que es la internacional. B: Esa es mucho más técnica, la de los españoles es mucho más dada a la realidad. Entonces esa es la definición que me gusta decirle a mi gente cuando hago charlas. W: Digamos que esa si es una definición técnica y que tú te sientes más identificado justo pues por tu área de conocimiento, pero para ti que significa, ósea como de manera ya más afectiva, más personal, que significa un humedal. Ya como más adentro B: Pues un humedal para mí es un sistema vivo que tiene unas particularidades únicas y que las tiene en pequeños espacios, porque un humedal no necesita grandes extensiones como una selva, tú no puedes tener una selva en una hectárea, eso no es una selva, no puedes tener un páramo en una hectárea, en cambio un humedal si, el humedal puede ser pequeñito y es un sitio un lugar que tiene mucha vida y tiene una gran visual, tiene un gran atractivo paisajístico, tú lo ves y de una vez te encanta, a los seres humanos nos gusta como el fuego y el agua, vemos el fuego y como que nos atrae y el agua también, uno ve y como que el brillo y todo eso le atrae y es algo maravilloso, entonces para mí es como eso. W: ¿Te atraen los humedales? B: Sí, sí. W: Y digamos de pronto el humedal el Burro tiene algún valor agregado para ti, ósea, así como en términos personales, ósea porque claro todos los humedales son lindos y digamos yo he estado en varios de ellos, pero digamos por tu experiencia o porque creciste cerca digamos que tiene un significado especial. B: Claro eso fue mi juguete de niñez (risas). W: ¿Tu ibas allá a jugar y todo? B: Claro mientras los niños de hoy en día juegan en es maquinitas, uno salía era a jugar con todo un humedal, imagínate un humedal para jugar. W: ¿Enserio? B: No eso era un sueño. W: ¿Y allá que hacían? A: Coger ranas, pescar. B: No pues yo me soñaba con los humedales, yo los soñaba siendo niño, entonces yo me iba y con mi hermano, todos éramos niños pero a ellos no les producía la fascinación Anexo C. Entrevista a Byron Calvachi 145 que a mí me producía, yo era fascinado con eso, entonces yo me iba, porque no era sino pasar la Avenida de las Américas y ya estaba uno en el humedal, yo pasaba, Mandalay es aquí, aquí es la Avenida de las Américas pasaba uno y ahí estaba. A: Entonces usted jugaba más en el Burro que en la Vaca, es que usted arrancó proceso en la Vaca, usted era más del brazo que salía hasta banderas. B: Claro porque es que además yo estaba en el Agustiniano, yo estudie aquí en el Agustiniano que quedaba aquí, en el Agustiniano que quedaba aquí toda la vida y el bus del colegio en esa época entraba por Castilla porque nos recogía a nosotros los de Mandalay y luego seguía a Castilla y en ese trayecto se veía el humedal del Burro inmenso, yo me acuerdo y a mí me llamaba la atención, yo lo veía desde el bus del colegio, yo estaba en primaria, imagínese, entonces yo lo veía y decía pero que es eso, y yo veía una mancha así de un verde más oscuro y veía los juncos, pero yo en esa época no sabía nada, y yo decía que es eso. Y yo veía el paisaje además que el bus subía si, venia de banderas, recogía los de Mandalay, seguía banderas y ahí recogía otra gente también y seguía para castilla y en la entrada a Castilla que es donde hoy en día queda Pío XII, todo ese barrio todo eso eran potreros y allá no había nada, todo eran lotes fincas y entonces el bus subía y ya seguía Castilla, el siguiente barrio era Castilla y todo eran fincas y en esa subida se veía perfecto el humedal, yo veía un hueco y se veían cosas, y yo decía pero eso que es y me llamaba mucho la atención, entonces con mis amigos del colegio que éramos niños, pues todos de primaria y había un amigo que tenía como en el patio de la casa, él vivía en Mandalay, y tenía como una piscinita, porque esas casas tenían patios bien grandes, entonces tenía como una piscinita y a él le gustaba llevar animales o a nosotros nos gustaba entonces íbamos y cogíamos una bolsada de ranas y cogíamos culebras y cogíamos de todo y lo llevábamos y lo tirábamos a la piscina de él (risas) y éramos felices cogiendo las ranas. W: ¿Y en ese momento digamos no era como muy peligroso ir al humedal a jugar o algo así? B: Lo máximo que uno veía eran gamines (risas) gamines y perros, eso sí había bandadas de perros grandes así perros pues callejeros y uno veía pájaros raros, veía cosas raras. W: ¿Te gustaba estar mucho allá? B: Claro y alguna vez me metí en unas haciendas que quedaban más cerca de mi casa que pues desde la ventana de la habitación de mi papá y mi mamá se veía una finca gigante y tenía cultivo de trigo y se veía una máquina de esas que se ven en películas 146 Ecosistemas de humedal e imaginarios sociales: humedal El Burro y su transformación a partir de la segunda mitad del siglo XX gringas de esas que van gigantes y van recolectando el trigo, se veían esas máquinas, y allá se veía la primero de mayo desde mi casa, entonces con mi primo, mi hermano y unos vecinos nos fuimos a meter allá y también había como humedales y entonces vimos culebras, esa vez fue una cosa impresionante y vimos curíes pero entonces pensamos que eran ratas, pero esa rata tan grande (risas) entonces nosotros éramos felices y todo eso a mí me causaba fascinación. Entonces yo también empecé, yo no sé porque cosa, alguna vez o vi algo del río Bogotá, siendo niño, y yo escuché que las aguas residuales llegaban al río Bogotá, entonces a mí eso me impactó, yo decía pero como llega el agua del baño al río, si a mí no me parecía, me preguntaba siempre eso, yo decía pero como pasa eso, como puede ser que el agua del baño llegue al río, para mí eso no era lógico y bueno seguí así y luego entonces a mi hermana en el colegio le dejaron una tarea, mi hermana es mayor, ella ya estaba en bachillerato, yo estaba en primaria, entonces a mi hermana le dejaron de tarea que llevara aguas residuales y yo tenía un tío que vivía era en mi casa, él era muy joven, era casi pues no de la edad nuestra pero pues era muy joven, entonces él jugaba con nosotros, él era muy chévere, entonces él fue el que nos llevó cuando mi hermana dijo “ay tío tengo una tarea de llevar agua residual estancada” entonces mi tío dijo “yo se la consigo” entonces con mi hermano mi tío nos dijo “camine vamos al parque Kennedy” pues yo lo había conocido pero no me había impactado tanto como ese día que fui con mi tío. W: ¿Y cuál es el parque Kennedy? B: Donde está el humedal la Vaca, ahora es el Cayetano Cañizares, entonces en esa época uno llegaba y se veía que estaba la entrada al parque Kennedy y al fondo estaba la entrada para el humedal la Vaca, pero eso era gigante gigante, eso llegaba hasta el río Bogotá y se veían era eucaliptos así y se veía el humedal como una laguna, era una laguna. Y con mi tío y con mi hermano nos fuimos a traerle el agua estancada a mi hermana, entonces nos fuimos y mi tío nos metió allá y a mi tío también le gustaba como la naturaleza y era pues como un vacan como se dice hoy en día, y entonces íbamos así caminando cuando vimos que salió un pájaro volando del suelo, yo creo que era como una Cáica y entonces mi tío dijo “quédense ahí quietos” y como íbamos con mi hermano nosotros nos quedamos ahí tipo aventura (risas) y llegó mi tío y se quitó el saco y se tiró encima y le tapo, y el pájaro tenía ahí el nido entonces lo saco mi tío y lo vimos lo acariciamos y mi tío nos enseñaba que la naturaleza había que respetarla, ya lo miramos, ya lo tocamos, ya lo acariciamos todo, entonces mi tío lo liberó y dijo “bueno que se vaya, Anexo C. Entrevista a Byron Calvachi 147 que sea libre”, entonces eso me quedó como sonando todas esas enseñanzas de mi tío y entonces después fuimos y el humedal estaba allá al fondo gigante, y habían unos niños y estaban empezando las invasiones, eran más bien como gente campesina, no era realmente barrio. W: ¿Eso era para que época maso menos? B: Como empezando los 80 70 y algo. W: Si porque todavía había bastante migración a la ciudad. A: Es que abastos antes de ser abastos era un batallón militar y llegó como hasta el 73, como hasta el 73 llegó abastos. B: Me acuerdo y a mí eso se me quedó grabado hasta ahora yo vi una garza azul gigante salió volando, de la Vaca, si yo la vi y yo “uy que es eso” mirando pájaros por todo lado y entonces venía un peladito, un chino de por ahí unos siete años tal vez entonces mi tío lo llamó y le dijo “venga usted que tiene botas por qué no me hace un favor tráigame agua en este tarro” con mi tío llevábamos como un frasco y el chino llego y dijo “si claro yo voy” y se metió, porque él tenía botas pantaneras, se metió hasta bien adentro y cogió agua estancada y se la trajo a mi tío y ya, y entonces vimos y el agua si llena de vida, se veían bichitos nadando y una cantidad de cosas y nosotras “wau” y entonces todo eso a mí me causaba, los camaroncitos ahí había mucho camaroncito, entonces nosotros hablamos con el chino este y le preguntamos y él dijo “no ahí hay peces y nosotros pescamos y todo” y yo decía “pero pescamos?” y a mí eso me causaba como fascinación si, y en esa época el concierto de ranas en esa zona era una cosa impresionante, eso era de no creer, ósea ustedes no creerían como era eso antes, eran ranas por la noches “cruac, cruac” pero un concierto gigantesco porque había humedales desde, en esa época la Avenida Ciudad de Cali era solamente un relleno así, le habían tirado arena y solamente era un a eso le llamaban un carreteable y salía hasta la Trece y todo el resto eran humedales, yo me acuerdo que nosotros íbamos a veces por ahí, le llamaban en consumidero, yo no sé porque le decían así y habían basureros ya pero muy pequeños, basureros que tiraban la basura ya ahí a cielo abierto, pero había mucho humedal, sobre todo en lluvias no eso se volvía un mar, era lleno así de agua por lado y lado, pero ya lo empezaron a dañar, por ahí quedaba la emisora había una emisora quedaba la mariana, tal vez, no me acuerdo la emisora mariana, no Sutatenza, radio Sutatenza, además estaba la finca de los agustinos que es donde está el agustiniano y cuando eso se llenaba de agua porque eso se volvía todo un pantano, parecían los llanos orientales, porque como ellos 148 Ecosistemas de humedal e imaginarios sociales: humedal El Burro y su transformación a partir de la segunda mitad del siglo XX tenían esas palmas desde esa época eso era así espejo de agua y las palmas, no eso era bellísimo, era una cosa impactante. W: Ósea digamos que tú de alguna forma presenciaste de cerca como cuando empezó toda la degradación del humedal ¿no? La transformación, debió ser muy duro y pues uno no podía hacer entre comillas nada y estabas como creciendo y eso. B: Además me impactó cuando vi en las aguas toda esa vida y además mi hermana llegó a contarme al otro día “esas aguas que me trajo mi tío fueron las mejores” (risas). W: Claro eran llenas de vida. B: Que en el colegio les había encantado y no sé qué, y después yo entre a estudiar, yo empecé, yo no estudie de una vez Biología en la Javeriana, sino empecé estudiando Biología Marina en la Tadeo entonces cuando también me pusieron la misma tarea pero yo ya estaba en la universidad y estudiando Biología, aguas estancadas, pero yo ya estaba en la universidad, entonces yo me acordé y dije “yo sé de donde traerla, yo sé dónde hay una buena agua” (risas), me llevé un amigo y él era costeño y él vivía en los barrios que empezaban a crecer ahí, todavía había mucho potrero, pero él vivía en las primeras casas que se hicieron en el lote pasando las américas de allá, hacia el lado de allá, que eso ya todo está urbanizado, pero en esa época todavía había mucho potrero y él vivía ahí y él era compañero mío de la Tadeo, entonces yo le dije a el “vamos que yo sé dónde traer agua estancada” y nos fuimos los dos y ya era en el Burro, en el humedal del Burro entonces cuando yo llegue años después yo quedé impactado de como lo habían dañado ya estaba todo lleno así con rellenos y con una cantidad de cosas. W: ¿Ahí ya estaba lo de la planta de transferencia de la EDIS? B: Mmm no me acuerdo W: En lo que ahora es la biblioteca. B: No, todavía no existía la biblioteca, todavía era la planta de transferencia, pero ya estaba abandonada, ya no estaba activa. Yo fui a dos tareas allá con mi amigo primero nos tocaba llevar agua estancada y después nos tocaba llevar planarias, entonces yo le dije “eso allá hay planarias vamos (risas) tocaba poner trampas y fuimos, y creo si cogimos, ya no me acuerdo, creo que si cogimos planarias en el burro. W: ¿Qué son las planarias? A: Es un gusano plano con cafecito con bordes amarillitos, todavía hay. W: ¿Y esa primera vez que tú fuiste al humedal después de tantos años por la terea digamos como fue eso para ti? Anexo C. Entrevista a Byron Calvachi 149

B: No pues eso transformado totalmente, fue un impacto porque ya estaba con rellenos así, uno pisaba y se veían, así como cúmulos, ya no era el suelo natural y ya el agua se veía sucia y ya olía un poco, pues en la época que yo iba de niño no olía ni nada era mejor dicho todavía natural. W: Ah bueno y ¿Cuándo tú fuiste de niño la gente iba con frecuencia allá o casi no? B: No, nadie iba por allá, eso eran fincas. A: Les daba miedo. B: Además era inmenso, en esas épocas se le perdía la mirada como en los llanos orientales uno veía todo así plano plano plano se veía, lo único que veía era eucaliptos, pero eso se veía sin fin, lote sin fin, vacas era lo único que uno veía. A: Y no oye que los curíes, que eran las ratas grandotas B: Ah bueno y otra cosa también que me impactó que luego lo entendí es que en mi casa pues esas casas tenían unos patios grandes, entonces en el patio de mi casa a veces llegaban pájaros raros que uno decía “pero esto de donde llegan” y una vez llegó una tingua azul a mi casa y nosotros teníamos un árbol de papayuelo y llegó la tingua y se paró ahí en el papayuelo, pero nosotros teníamos unos vecinos que tenían finca en los llanos los de al lado justamente y eso se la pasaban trayendo de todo, traína micos, culebras, venados, entonces uno se asomaba a la ventana cuando un venado allá, o un mico o una culebra, entonces pues pensamos “los vecinos trajeron ese pájaro” (risas) entonces como a mí siempre me gustaba lo de fauna y eso, entonces siempre que había pájaros y eso, en mi casa todos, mis hermanos, mi papá, mi mamá “Byron venga mire hay un pájaro allá cójalo” (risas) entonces cuando apareció la tingua “Byron mire un pájaro allá abajo en el patio” y yo me baje cuando la tingua ahí trepada en el papayuelo, entonces yo puse una escalera y todo y estaba ahí y claro no se dejaba coger y cuando al fin la cogí me empezó a picotear y ellas picotean duro entonces yo ya pude coger y la eche a una bolsa y entonces pues yo esto que, no eso es de los vecinos démosela a ellos y entonces fuimos y mire que este pájaro que es de ustedes y “ay no, no es de nosotros pero yo se lo recibo” (risas) la señora ahí mismo, no pues se lo dejamos porque pues nosotros no sabíamos, en esa época nadie sabía de humedales ni de nada, pues se lo dejamos y otra vez teníamos una empleada que era campesina y en mi casa el patio era gigante, esos patios eran inmensos. A: Esas casas son gigantes. 150 Ecosistemas de humedal e imaginarios sociales: humedal El Burro y su transformación a partir de la segunda mitad del siglo XX

B: Si, si, y donde dormía la empleada daba hacía el patio, entonces uno abría la puerta, aquí era la cocina, abría la puerta y ya salía al patio, pero uno abría y aquí era el cuarto de la empleada, era saliendo, saliendo de la casa hacia el patio ellas dormían ahí, entonces un día una de las empleadas subió corriendo, yo todavía era niño y mi hermano y yo estábamos en un fin de semana o algo así “vengan a mirar que en mi pieza hay un pájaro” y nosotros nos dio hasta risa y ella campesina como que se va a asustar por un pájaro “vengan vengan no sé qué” entonces cuando baje yo, y yo todo creído, todo “ah un pájaro eso yo lo cojo” y abro así la puerta y el pájaro abre las alas y era así un águila con unas patas así gigantescas. W: ¿Enserio un águila? B: Era un águila, y estaba herida entonces claro y abrió las alas así como a defenderse y yo “uy” y cerré, entonces tocó llamar al celador, porque los celadores también eran así como campesinos, entonces lo llamamos y el sí fue y la sacó, pero la cogió de las patas a la pobre águila y la tiró al otro patio (risas) eso fue todo lo que hizo. Nadie sabía nada, no había nada. A una vecina que tenía una jaula de canarios. A: ¿Se le había volado? B: No, yo no sé cómo llegó al cuarto de la empleada, pero estaba herida, era un águila grande, pues yo no sé qué águila era, quien sabe qué pasaría con esa pobre águila. Entonces todo ese poco de cosas a mí siempre me llamaba la atención me preguntaba “pero que es todo eso” y cuando ya entré a la universidad pues ya empecé a conocer y a entender y entonces en la Tadeo ya llevamos esas aguas y también tenía mucho bicho mucha vida y la profesora incluso “uy esa muestra está buenísima” y una compañera era como santandereana de Barrancabermeja no sé qué y justamente porque es que ese laboratorio era cada ocho días nada más, entonces la compañera, me acuerdo cuando la profesora dijo “bueno la siguiente clase vamos a ver aguas estancadas entonces traigan agua estancada” y una compañera que era de Barrancabermeja “ay yo voy a viajar justamente a mi casa entonces yo voy a traer” y llevó de por allá de esas ciénagas del Magdalena imagínense, uno esperaría que fuera, y llegó con su muestra de agua de por allá de Barrancabermeja y no resulta que mejor fueron las mías del humedal del burro, fueron mejores que las de Barrancabermeja, entonces todos fascinados “uy Byron”. A: Porque usted las traía fresquitas, ella desde donde hijuemadre esos bichos ya que. Anexo C. Entrevista a Byron Calvachi 151

B: Ya estaban muertos, además que ella como que las trajo fue de río y pues obviamente más diversidad hay en un humedal que en un río. W: ¿Y fue en la universidad donde tu entendiste como la importancia de los humedales ya técnicamente o lo que te enseñaron no eran tan? B: Claro, pero no, después fue que yo empecé a trabajar con una bióloga allá que ella ya era bióloga y yo era estudiante hasta ahora y una bióloga que empezó a trabajar con la tingua bogotana ella estaba haciendo una investigación ya sería con Wild Life Conservation Society nada menos, imagínate, la contrataron para un proyecto, entonces ella buscó un auxiliar y yo fui el auxiliar de ella, entonces ella me empezó a enseñar ya técnica y científicamente que eran los humedales y todo eso, y de las tinguas pero ya me empezó a explicar los nombres científicos y contarme, además yo fui auxiliar de la investigación de ella, entonces yo ya veía como se hacían las investigaciones en aves y en los humedales de Bogotá y cuando yo empecé a entender y ver todo eso yo decía “pero como es que a nadie le importa esto, como es que todo eso que tenemos en plena ciudad y a nadie le interesa” a mí eso me parecía increíble sí, yo no lo podía creer yo decía “esto hay que contarlo” decía yo, esto hay que la gente se entere y me empecé a imaginar cosas, entonces yo me imaginaba un montón de gente investigando en los humedales porque nadie nadie se metía por allá, entonces empecé yo como ahí a, lo primero que hice, bueno hicimos algo de investigación y luego yo fui y le conté a toda la universidad “mire que hay los humedales de Bogotá” y demás salió en la revista ecológica en esa época que casi no había nada de medio ambiente y había una revista que se llama ecológica y yo me compre precisamente la que salió sobre humedales de Bogotá, entonces ahí estaban las láminas. W: ¿Era una revista nacional o era una producción...? B: Yo la tengo ahí, ahorita te la muestro, si nacional, no eran tan científica A: ¿Y la tiene? B: Si yo la tengo. A: Toca verla esa será una versión re patrimonio B: Entonces yo me la compré, la lleve a la universidad y yo mostrándole a todos mis compañeros “mire esto hay en los humedales de Bogotá” y me acuerdo un caleño “que va eso vos te la fumaste verde” (risas) “eso que va a haber ahí”. Entonces los que quisieron fueron. W: ¿Y la gente como reaccionaba cuando tú les contabas todo eso? B: No, no me creían, eran estudiantes de biología y “que eso que va a haber por allá” y así como el caleño (risas) y yo “pues vamos y yo los invito” y varios fueron. 152 Ecosistemas de humedal e imaginarios sociales: humedal El Burro y su transformación a partir de la segunda mitad del siglo XX

W: ¿Y los llevaste al burro? B: No, a , yo estaba trabajando con la Florida. W: ¿Dónde queda la Florida? A: En Engativá, abajo del humedal Jaboque. W: Ese no lo conozco. B: Entonces ahí pasó todo biología por ese humedal (risas) y además también era aventura porque uno se metía con pantalones pescadores e iba hasta la mitad del humedal y eso era pues uno estudiante de biología pues era una cosa espectacular. W: Además a la mano, sin tener que hacer la salida académica. B: Si, además había árboles ahí metidos en el agua, no eso también iba gente de explorador, entonces se iban a nadar allá en el humedal y bueno entonces ya con eso pues ya todo el mundo me empezó a mí a identificar en la universidad que yo era el de los humedales porque uno se ganaba la fama, cada estudiante de biología habían unos que les gustaban los micos entonces empezaban a trabajar en micos y todo el mundo ya sabía que ese era el de los micos, que ese era el de las culebras, entonces había gente que le gustaba por ejemplo los escorpiones y llevaba escorpiones a la universidad, y se la pasaban con escorpiones en la cara, a toda hora, con culebras, así, entonces yo era el de los humedales (risas) entonces todos “Byron Humedales” y así me empezaron a hacer la fama. A: Se lo encuentran años después “¿y usted sigue con sus humedales?” (Risas). B: Pero lo mejor de eso fue que conocí a Germán Galindo, estando en la universidad, yo estaba en séptimo semestre o sexto, con los compañeros de la universidad porque entonces como estábamos estudiando biología y estaba el boom ya de lo ambiental entonces ya empezó el activismo ambiental pero estaba apenas empezando en esa época todavía no había mucho activismo ambiental, entonces una vez unos compañeros hicieron una reunión “no que los que quieran venir que no sé qué” de varios semestres porque todos nos conocíamos, todavía no había mucha gente estudiando biología entonces empezaron a hacer una invitación “que vamos a reunirnos que para ver porque nosotros siendo biólogos y como es que no vamos a hacer nada y el mundo ya mal y no sé qué” porque ya empezaba el cuento de que las especies se estaban extinguiendo pero apenas empezaba el tema, entonces “no nosotros hagamos algo no nos quedemos solamente en el salón de clases y no sé qué” y me invitaron a mi lógicamente “Byron vaya acompáñenos que usted es el de humedales” entonces ya nos fuimos a la reunión, bueno fueron porque Anexo C. Entrevista a Byron Calvachi 153 por algo yo no pude ir pero entonces después me dijeron “no ya nos reunimos y no sé qué y decidimos que vamos a hacer activismo en las plazas de mercado, que vamos a ir a decomisar fauna en las plazas de mercado” y yo les dije “no que les pasa eso es peligroso esos son mafias y no sé qué” yo les dije “pues más bien trabajemos en los humedales de Bogotá que eso si necesita y si podemos hacer cosas “ah listo y que hacemos” entonces yo les dije “pues camine los llevo a un humedal que están rellenando” porque estaba el humedal por el terminal de transporte que yo todos los días pasaba por ahí. W: Ah el de salitre. B: No, ese quedaba ahí en la Boyacá al lado del terminal de transporte. W: ¿Pero ese cual era o no tuvo nombre? B: No, ese nunca le pusieron ni nombre lo rellenaron, entonces nos fuimos para allá con amigos y llevamos una filmadora y cámaras fotográficas y nos fuimos como veinte, éramos como unos veinte y en carro y de todo y llegamos allá nos bajamos de los carros y nos metimos al humedal y ahí obviamente había un celador cuidando y cuando el celador nos cayó allá “¿y ustedes que están haciendo?” “no aquí tomando unas fotos” entonces cuando nos vio la filmadora le dijo al de la filmadora “usted páseme esa filmadora o sino se la rompo” le dijo así, entonces el la agachó pero no la apagó y entonces siguió amenazando “bueno y ustedes salgan que no sé qué, de donde vienen” “no, que nosotros somos estudiantes” “no, no ustedes no pueden estar aquí váyanse” y nos sacó, pero quedo grabado todo, entonces nos fuimos a la casa de un amigo a mirar y cuando ya vimos “ay que hacemos con esto” entonces se nos ocurrió ahí entre todos, porque éramos artos, éramos como unos diez o más “vámonos a paz verde” porque en esa época estaba el programa paz verde que era todo lo de naturaleza y eso que era de Roberto Gaitán A: Es que como nosotros somos generación naturalia, capitán planeta, paz verde (risas). W: Paz verde yo no lo había escuchado. A: Ay estas niñitas si, solo WhatsApp (risas) B: Sólo redes (risas) A: A mí también me gustan los animalitos (risas) W: Ya veo. (Risas) B: Entonces nos fuimos a paz verde con el programa y se lo mostramos a Roberto Tobar Gaitán, “mire lo que vimos, que los humedales” y al principio no nos quiso parar bolas. W: ¿Qué zona es ahorita esa parte donde estaban rellenando? 154 Ecosistemas de humedal e imaginarios sociales: humedal El Burro y su transformación a partir de la segunda mitad del siglo XX

B: Boyacá con al lado del terminal, que aquí hay un canal, ese es el río Fucha creo y uno llega da la vuelta y aquí ya entra al terminal, ahí estaba ese humedal, ahí estaba, y yo pasaba y veía que había zambullidores, como yo ya conocía las aves, yo pasaba y veía zambullidores, veía tinguas, y empezaron a rellenarlo y entonces les conté a mis amigos y les dije “vamos a grabar ese humedal y a denunciar”. A: Pero como era de la Javeriana tiraba sparkies. (Risas) W: ¿Y los sacaron en el programa? B: Y nos hicieron el programa de paz verde, pero fuimos y grabamos en la Florida, grabamos en varios humedales y no eso mejor dicho, en el colegio, en la universidad no nos creían, entonces nos volvimos famosos (risas) W: Pero es que lo persiguen los medios (risas) B: Sí, y entonces bueno ya empezamos con este grupo y un día llegó un amigo y dijo “encontré un humedal se llama la conejera vamos y lo visitamos” un compañero del grupo de la universidad. W: ¿De los que habían decidido ser activistas? B: Sí, entonces nos fuimos allá a buscar el humedal y cuando llegamos éramos pues artos, éramos como los diez o veinte que andábamos en varios carros y con cámaras y todo, entonces llegamos y yo cargaba la guía de aves y con los binoculares y todo, entonces llegábamos y estaban rellenando y ya estaba así pues obviamente el relleno estaba más alto y abajo se veía como las fincas y ya estaba el barrio que era compartir suba, entonces llegamos nosotros al borde del humedal y con las cámaras y todo y pusimos las filmadoras, no sé qué, los binoculares a mirar aves, todo, y cuando venía Germán Galindo caminando con los hijos de él que eran pequeñitos, venía así como paseando y cuando nos lo encontramos, entonces él no nos conocía ni nosotros tampoco entonces cuando él nos vio que llegamos con cámaras y todo claro se fue a preguntarnos “¿y ustedes quiénes son? ¿de dónde vienen?” entonces ya le contamos, le dijimos “no, nosotros somos estudiantes de la Javeriana, venimos de biología no sé qué” entonces German quedó encantado y yo le empecé a hablar a Germán entonces yo le dije “mire aquí hay aves” y le mostré la guía, le dije “estas son endémicas y amenazadas de extinción” y entonces el man quedo mejor dicho impactado porque a él le gustaba todo eso también pero él no conocía nada, entonces dijo “no anotemos teléfonos” y Germán me dio tarjeta y él también trabajaba aquí en el centro en una cosa que se llamaba Fundación Dinners, él es zootecnista de profesión, él trabajaba en cosas del campo pero más agrícolas y Anexo C. Entrevista a Byron Calvachi 155 entonces German nos dijo “no trabajemos no sé qué” eso mejor dicho quedamos que íbamos a hacer algo por el humedal y desde ese día el pobre German no volvió a dormir en paz (risas) yo lo llamaba a la una de la mañana a las doce de la noche (risas) a toda hora “Pero Germán hagamos algo por ese humedal, trabajemos” y Germán “si, si hay que hacer, hay que trabajar” y eso nos la pasábamos hablando, que sí que hagamos esto, que hagamos lo otro y yo todos los días le marcaba al pobre German (risas) W: ¿Al teléfono fijo? B: Si, (risas). A: Y el man siempre andaba en sus botas de caucho y su pavita, su gorrito y hágale, así yo también llegué allá. B: Hay que trabajar y entonces German como me había dado la tarjetica de la oficina y yo me venía a la oficina de German a buscarlo y “German, pero hagamos algo” (risas) y el pobre German yo no lo dejaba en paz, yo era medio intenso (risas) y yo me iba a todas las entidades a pelear por los humedales. A: Pero él era todo ñoñito como tú y como Wanda (risas) W: Estamos en una reunión de ñoños. (Risas) A: Aquí el único caspa soy yo (risas) B: Me acuerdo que estaba Gustavo Alvarado en el DAMA, él era un funcionario, se llama porque todavía está vivo pero ya está viejito, él era el responsable de los humedales de Bogotá en esa época en el DAMA, pero el DAMA estaba recién creado, entonces yo me iba allá a molestarlo a la oficina. A: ¿De quién? B: A Gustavo Alvarado, era un funcionario, él era el responsable, entonces yo iba allá y “Gustavo que no sé qué, que los humedales, que hagamos algo” y entonces siempre me atendía. W: ¿Todavía eras estudiante? B: Yo era estudiante, entonces iba y disque “yo estoy estudiando biología y que las aves y que no sé qué, que qué podemos hacer, yo que puedo hacer” entonces era “no venga a una reunión, venga a no sé qué” y siempre me invitaba a cosas, pero eso nunca había nada, no se hacía nada, pero yo “no es que eso es que por allá es que los están rellenando” y yo moleste y moleste hasta que un día me dijo “sabe que ya tanto que usted quiere esos humedales camine lo llevo a una reunión tal día tal hora” entonces me fui y me dijo “para que usted conozca cómo es que son los verdaderos problemas de los humedales” entonces me llevó a la reunión y era en suba y era por Juan Amarillo por el 156 Ecosistemas de humedal e imaginarios sociales: humedal El Burro y su transformación a partir de la segunda mitad del siglo XX humedal Juan Amarillo y cuando llego yo me dice “y usted les habla a ver qué es lo que les va a decir” así como todo ah ya deje de joder tanto (risas) y entonces me llevó a la reunión y yo me fui todo asustado “uy y ahora yo que les digo a la gente” y entonces me dijo “y allá va a conocer la realidad de los humedales” me dijo así como amenazándome “allá hay rellenadores y el problema de los humedales es que allá hay gente que hasta amenazados y no sé qué, eso me metió susto. A: Pero lo echo a la candela a la brasa así pum de una. B: Entonces me llevó y cuando ya me dijo yo dije “no yo si voy a la reunión” pero yo dije ya cuando me puse a pensar “uy yo ir solo allá, yo que voy a decir” entonces convencí a dos amigos, unos compañeros pero esos no sabían nada (risas) y me decían “si nosotros lo acompañamos pero usted habla yo no voy a hablar yo no sé nada de eso” “bueno si listo acompáñenme” (risas) y entonces nos fuimos y llegué yo a la reunión y cuando entró Gustavo Alvarado y ya habló y era hartísima gente era un auditorio allí en suba, eran como unas cuarenta personas y entonces yo ahí con mis amigos ahí detrás así parados y yo “uy toda esa gente ahí”. W: ¿Y era una reunión de quiénes? ¿De la comunidad? B: De la alcaldía de Suba, sí de la comunidad, allá estaba todo el mundo yo no sabía quién era quien, entonces cuando dijo “bueno aquí les traigo un estudiante de la Javeriana de biología que les quiere hablar, pase Byron” (risas) W: Usted diciendo que había que hablar pues hable (risas) B: Y entonces eso como un baldado de agua fría y yo dije bueno ya que carajos ya me tiraron al agua, entonces ya les empecé a hablar y yo les dije que los humedales eran importantes y que las aves y que tal, lo que yo ya sabía y cuando todo mundo me miraba y callado y yo veía caras diferentes y yo dije y estos quienes son y ¿saben quiénes habían ido? Pues nada más y nada menos, quien me había estado escuchando ahí Rafael Colmenares, Luisa Fernanda Vargas, todos los líderes de Suba me habían estado ahí escuchando, antes de conocer a German, yo primero los conocí a ellos que a German Galindo. A: Rafael Colmenares de ECOFONDO. B: Si claro estaba Luisa Fernanda Vargas que es una antropóloga y trabajaba ahí y varias, estaba Jorge Sastoque. A: El abogado. Anexo C. Entrevista a Byron Calvachi 157

B: Sí, todos los ambientalistas de Suba, todos estaban ahí pero yo no conocía a nadie no sabía nada y me echaron al agua y yo me tiré al agua y los humedales y no sé qué, que hay que protegerlos (risas) entonces cuando ya salí de allá y me cayeron ellos a preguntarme, ya Luisa Fernanda y los que si eran pues gente ya pensante y que les gustaba y sabían del tema y todo y ya me preguntaron y que yo quien era creo que tomamos datos y eso y entonces antes de entrar con German yo entre con los de AVP, ellos se llamaban fundación AVP, asociación para la vivienda popular y entonces Luisa Fernanda que es antropóloga me invitó me dijo “Byron acompáñanos te invito no sé qué” me empezó a invitar y yo empecé a trabajar con ellos. W: ¿Pero ellos estaban en temas de vivienda? B: Pero ellos estaban era con vivienda, por ejemplo, ellos fueron los que se inventaron las ciclorutas, que para defender humedales disque ciclorutas, yo me acuerdo que German les criticaba eso siempre (risas) ellos decían ay pero eso no sé qué, como la pelea ahí. W: ¿Pero ellos hicieron como los tránsitos, los recorridos? B: Ellos hicieron los modelos de cicloruta, para decir que la manera de poder trancar la invasión de los humedales. W: Para poner un límite. B: Ellos pusieron como modelo las ciclorutas, ellos fueron los que se inventaron las ciclorutas y Peñalosa fue y aprendió fue allá, Peñalosa les aprendió fue a ellos el tema de las ciclorutas. A: Pero las ciclorutas me pareció bueno, pero por fuera de la sampa y por fuera de rondas. B: Pero era una cosa chiquitica, pero llegó y echo cemento y vio ahí la cosa W: Vio por sus intereses. B: Claro le metió ahí el veneno pero ellos fueron los del modelo y me acuerdo que después German les escribió y les explicaba si “ustedes fueron los culpables de las ciclorutas” (risas) les decía German a Luisa Fernanda y a Rafael y todos los de allá de Suba, “ustedes son los culpables” y “no German pero como va a decir eso”. A: Pero uno va a ver y sí. B: Entonces después conocí a German y me gustó más el modelo de German yo dije no yo soy más compatible con -German y me fui a trabajar con German. W: ¿Y German que proponía? O digamos ¿Cuál era la visión que era diferente? 158 Ecosistemas de humedal e imaginarios sociales: humedal El Burro y su transformación a partir de la segunda mitad del siglo XX

B: Pues la de AVP era más vivienda, la asociación de vivienda popular y además era Juan Amarillo que era un humedal bravísimo y allá era peligroso y de todo y era grandísimo y bueno yo alcancé a trabajar con ellos algo en unos talleres y unas cosas pero después ya conocía German y entonces German me invitaba, me decía “Byron ayúdeme aquí a dictar unos talleres” entonces yo me iba todos los fines de semana a dictarles talleres. W: ¿A la comunidad de la conejera? B: Sí, todavía tengo esas láminas que yo usaba, yo saque unos acetatos en colores, entonces mandé a ponerles todos los pájaros de los humedales y yo iba y las proyectaba, nos conseguimos un proyector de acetatos y de diapositivas y yo les mostraba las fotos de las aves y German me llevó a todo el barrio allá a que yo les dictara de humedales entonces claro, yo ahí me entrené hartísimo porque yo tenía que estudiar mucho para poderle contar a la gente. A: Y hablar en público B: Y a hablar en público y todo eso, y a manejar cosas, entonces eso fue una escuela para mi buenísima, entonces ya empecé yo a perfeccionarme con el tema de humedales y entonces ya después German, como Germán es tan buen líder digamos como gestionador, entonces el, ya después empezamos como con la junta de acción comunal del barrio y German pues como ya era pues grande, ya estaba trabajando y todo y además estaba conectado con entidades y cosas y entonces el empezó a llevar gente, gente que hasta un gringo llevó una vez, si un gringo que de pronto con el podemos conseguir financiación no sé qué, y lo llevamos y los paseamos por el humedal, siempre la expedición era a la conejera, y siempre que hacíamos expedición veíamos cosas nuevas, veíamos cadáveres de bichos, veíamos bichos nuevos que no habíamos visto, no una cosa impresionante y empezamos a irnos bien hasta el fondo de las fincas, y nos metíamos dentro del humedal y empezamos a ver los problemas, hacíamos jornadas de recolección de basura y entonces cuando ya un día German me dice “Byron yo decidí hacer la fundación la conejera entonces ya renuncié al trabajo” renunció German al trabajo por hacer la fundación la conejera entonces ya creó la fundación y me dijo que si yo quería ayudarle y yo “claro German yo le ayudo” cuando yo llegué como él consiguió financiación me dijo “bueno como usted ha trabajado aquí con nosotros entonces lo voy a contratar para esto” y como como “me va a contratar” y yo estaba en último semestre y ya trabajando como biólogo eso ningún biólogo, ni los profesores y cuando me dijo “bueno y le voy a Anexo C. Entrevista a Byron Calvachi 159 pagar setecientos mil pesos” no eso era un platal en esa época era como hoy en día ganarse cinco millones maso menos. W: Y de estudiante. B: Y de estudiante y en séptimo, ni mis profesores ganaban eso, entonces me acuerdo que me decían “bueno Byron usted que es lo que hace”, entonces la gente se enteró, yo no sé porque se enteraron que yo trabajaba y yo era escondiendo que nadie fuera a saber que yo estaba trabajando, porque yo estudiaba y trabajaba, entonces yo salía de clases y córrale al humedal y en esa época esa vía a Suba era terrible, eso habían unos trancones. A: No había como entrar. B: Entonces yo empecé a fallar a clase por estar trabajando, entonces, pero yo era feliz allá, yo no quería ni volver a la universidad (risas) entonces tome aplacé un semestre creo, solo tomé como dos materias por trabajar con German, solo como dos materias y bueno así hasta que algún día me tocó contar y ya se enteraron en la universidad y después el chisme bomba, mejor dicho hasta los profesores “Byron verdad que usted está trabajando” porque es que imagínense. A: Si gano más que usted profe. (Risas) B: Eso fue el boom de uy como así que un biólogo estudiante trabajando y entonces bueno ya empecé ahí a trabajar con German y la cosa súper chévere y todo pero entonces de pronto ya yo tenía que hacer la tesis, yo ya estaba terminando la carrera, entonces German “no Byron haga usted la tesis acá” y yo “mm” porque es que ese humedal estaba muy contaminado y olía horrible, olía desde el paradero de los buses, desde el paradero ya olía y cada vez olía peor y como mi trabajo era estar metido en los humedales yo me empecé a enfermar, empecé con una cosa como respiratoria y entonces cuando German me dijo “bueno haga aquí la tesis” yo lo pensé y dije uy no, yo ya estaba mucho en humedales, desde séptimo, octavo, noveno, dos años en los humedales y la tesis, y la pensé y dije no y me hicieron otra propuesta y muy buena pero por la fama de los humedales, entonces Luis Miguel Rengifo que es la autoridad en aves a nivel nacional él estaba haciendo tesis de doctorado en Estados Unidos, su tesis doctoral de PhD, entonces como ya me había hecho la fama de que yo era de pájaros y humedales entonces un profesor me recomendó con Luis Miguel y el profesor era el director de la carrera en esa época entonces cuando me llamó y me dijo “Byron mire yo lo recomendé con Luis Miguel para la tesis no vaya a perder esa oportunidad, esa es una oportunidad muy buena usted saca su tesis y no sé qué” entonces yo me puse a pensar y German “Byron entonces va a 160 Ecosistemas de humedal e imaginarios sociales: humedal El Burro y su transformación a partir de la segunda mitad del siglo XX hacer la tesis acá” y yo pues “German estoy pensando” pero yo no me había decidido y tenía otra propuesta de hacerla en el Amazonas. W: Ah pero estaba re cotizado. B: Si entonces yo ahí cual escojo. A: Todo gracias al burro. B: Todo gracias al humedal el burro, entonces yo pensándola cuando Luis Miguel me dijo “no Byron ya está todo listo ya me autorizaron tu acompañamiento en la tesis ya está tu plata” y yo “uy” ya estaba todo, Luis Miguel me sacó todo, me dijo que yo iba a ser auxiliar de la tesis de él incluso me dijo que si quería que viajara allá al Quindío porque fue en el Quindío me dijo “pues si quieres viaja para que conozcas todo y mires como son las condiciones y tomes una decisión” porque yo le conté yo le dije “pues igual Luis Miguel yo no he decidido y tengo otras ofertas entonces me dijo “no pues escoge tranquilo puedes ir allá y mirar” y yo fui y me gustó allá en el Quindío yo dije no acá está súper chévere, tengo todo, me pagan bueno todo, entonces decidí escoger allá y a German como que no le gustó (risas) claro porque yo como “no German voy a hacer mi tesis en el Quindío” entonces “ah no la va a hacer acá” “no” “bueno entonces termínela y por acá no vuelva” (risas) entonces me fui al Quindío pero pues aprendí con el duro en aves, aprendí ahí si de verdad de aves, porque yo realmente no sabía y ahí si aprendí de verdad a hacer muestreos a todo, y me demoré dos años haciendo la tesis allá en campo entonces cuando volví yo dije y ahora voy a tocar otra vez la puerta de los humedales entonces volví donde German, entonces German me dijo “no si Byron chévere venga aquí hay talleres” y volví a dictar talleres y por los talleres casi no me gradúo porque duré dos años en campo y dos escribiendo, cuatro años haciendo la tesis porque no podía German allá tenia trabajo y trabaje en los humedales y empezó todo el tema con Peñalosa, que la ALO que no sé qué y haga documentos y vaya a audiencias y cosas y no eso era de nunca acabar y estaba hasta acá de trabajo, y entonces bueno, pero finalmente ya dije no ya tengo que graduarme porque si no, no me voy a graduar nunca y ya empecé dele y dele con la tesis hasta que ya, y ese día de mi tesis, ah bueno y resulta que estaba el problema de la longitudinal de occidente y el estudio lo iba a hacer conservación internacional y entonces como yo andaba era dictando talleres, ah y cuando me fui al Quindío Luis Jorge Vargas, Alejo yo no sé si sabe ese cuento, me corrió el butaco, pero el día de mi sustentación de tesis con Luis Miguel él me dijo “Byron y quien quieres que sea tu jurado de tesis” entonces yo le dije “no se Luis Miguel yo no conozco mucha gente lo que me digas” entonces me dijo Anexo C. Entrevista a Byron Calvachi 161

“bueno yo he pensado que Gary Stiles y Loreta Rosselli que son los duros en las, entonces yo le dije “pues si son ellos maravilloso me gustaría” entonces dijo “si bueno listo yo voy a hablar” pero después me dijo “no ya le dije a Loreta y Gary no puede, él nunca puede siempre está ocupado y Loreta también me dijo que no podía que no sé qué” entonces me dijo “ayúdame a buscar haber quien” yo le dije pues “realmente no conozco pues no se ayúdame a definir porque yo no conozco mucha gente” entonces me dijo “pues yo pensé en Vicente Rodríguez” que es un biólogo el dueño de conservación internacional pero yo no sabía en esa época, pues yo sabía quién era Vicente Rodríguez porque yo tenía libros de él y él también sabe arto de aves y de fauna en general entonces yo le dije “si pues él está bien” y entonces ya llegó el día de mi sustentación de tesis y yo estaba así poniendo mis diapositivas que se ponían algo así a esto que se ponían en el carrusel cuando de pronto escuché que atrás estaban Luis Miguel y Vicente Rodríguez y le dice Vicente a Luis Miguel “Luis Miguel y no tienes alguien que me recomiendes que sepas de humedales de Bogotá” y Luis Miguel “pues Byron sabe arto de humedales de Bogotá” “si? ¿De verdad?” entonces yo le dije “si claro” y me dijo “no esta misma tarde te espero en mi oficina” y me dio una tarjeta, y yo sustenté mi tesis y esa tarde a conservación internacional y esa tarde firmé contrato. W: No que increíble. W: Oye, ¿No hay ningún registro gráfico de la antigua laguna del Tintal? B: ¿Gráfico? W: Sí, ósea fotografía o mapa. A: Pero en el otro libro ¿Yo ya no te di el libro? W: ¿Sí? A: Ahí está. B: Este mapa también fue un hallazgo importante porque esto incluso en la Javeriana cuando hicieron el plan de manejo nos contradecían “ay esa laguna del Tintal eso es un mito” nos decía me acuerdo un investigador, uno de los que contrataron, míralo acá así se le ve la imagen y esto lo hizo nadie menos que Agustín Codazzi, de la época de Agustín Codazzi con los geógrafos y todos con los que el andaba ellos registraron que la laguna y ahí quedo dibujada, mírala ahí está, ésta es la Herrera y mira era más grande la del Tintal, ahí se la ve clarísima, esta dibujada. A: Ahí si lo que decía Byron que desde el parque se veía todo el humedal para abajo de la Vaca hasta el río Bogotá, esa es, y el Burro no ves que salía hasta la Boyacá y hasta las Américas. 162 Ecosistemas de humedal e imaginarios sociales: humedal El Burro y su transformación a partir de la segunda mitad del siglo XX

B: Y nada menos que Agustín Codazzi el padre de la geografía en Colombia y dejó dibujada esa laguna. A: Y ahí si como controvierten eso. B: Pero en la misma Javeriana cuando no estaba ese mapa todavía, no lo habíamos encontrado. W: ¿Y ese dónde lo encontraron ustedes? B: En internet donde se consigue hoy en día todo (risas) pero eso está en unas imágenes, eso toco escarbar mucho en internet, eso está en una publicación que hicieron en homenaje a Agustín Codazzi entre Italia y ahí estuvieron muchos países, Colombia participó, participó Colombia, Venezuela, varios países donde estuvo Agustín Codazzi pero lo lideró una entidad italiana en conmemoración a los no sé cuántos años de Agustín Codazzi y ahí fue que publicaron esa imagen. Entonces esa es maso menos la historia a grandes rasgos. W: Que locura, pero no me ha contestado la pregunta. A: El no ha acabado porque eso solo lo llevó hasta el Acueducto. B: ¿Qué significa el humedal el Burro? A: Y después del Acueducto... B: Pase a la Secretaría de Ambiente (risas) A: Director de Ecosistemas y Ruralidad (risas). Sale una Resolución la 1238 de 2012 en la que se dan unas medidas cautelares de protección al humedal el burrito que es el de las 4.75 hectáreas que sigue frenado ahí. W: Al otro lado de la Cali. A: Ese pedacito que hace falta y ahí si se ve el titiritero moviendo los hilos allá. B: Y lo que tú me decías que porque el Burro. W: ¿Qué significado tiene para ti el Burro? B: Pues era mi juguete de niño y todo lo que yo te contaba que cuando yo estuve en la universidad yo fui y lo muestree estando en la universidad y ya cuando trabaje en conservación internacional para mí eso era un sueño, yo me levantaba me vestía y pum a pie al humedal a hacer mi trabajo de oficina sí, porque a mí me contrató conservación internacional para que yo hiciera, ah es que antes de estos libros hicimos un informe técnico. W: Así quiero yo ser. A: El ñoño ¿Así quiere ser? Anexo C. Entrevista a Byron Calvachi 163

W: Sí. A: Ay no mamita, se enferma (risas) W: Me compro aceite de limonaria. A: Se compra aceite de limonaria y hágale (risas) y otro de ricino y hágale (risas) B: Entonces me contrataron para hacer ese informe técnico y yo tenía que ir a campo a los humedales y esa fue una de las épocas más felices de mi vida, yo salía de mi casa y a campo con mis binoculares, mi morra de campo y yo solo haciendo muestreos, entonces yo llamaba a Vicente Rodríguez y yo “Vicente es que hoy no tengo carro” “pues contrate taxi pero váyase como sea” (risas) me llevé un amigo que era biólogo y manejaba taxi imagínense compañero mío de la Javeriana (risas) entonces yo lo llamé y él vivía en Castilla y yo lo llamé y le conté y le dije “mire necesito si usted de pronto me puede ayudar con el transporte” y me dijo “claro si yo voy y yo le ayudo también con los muestreos” y yo le dije claro, porque él era biólogo, entonces nos íbamos y él también era feliz allá, me hacía la carrera y yo le pagaba y lo llevaba yo a muestrear, a muestrear aves y a muestrear todo y bueno, encontrábamos bichos y esqueletos y pues él aprendió conmigo, yo le enseñaba “mire esto no sé qué” y yo hice ese informe técnico entonces el humedal del Burro y los de Kennedy, ah yo ya estaba en esa época yo estaba ya de novio de Adriana Parra que Alejo la conoció entonces para mí eso era increíble, yo no lo creía, que yo me levantaba me vestía y a los humedales de Kennedy a trabajar, pero me parecía increíble que yo trabajando en los humedales de toda mi vida y me pagaban por eso, para mí eso era una cosa increíble. W: Todas las llamadas a la una de la mañana se hicieron realidad. B: Si claro, entonces yo iba con mis binoculares y mapas y todo y entonces ahí. A: Y ese crecimiento exponencial que hoy hay de movimiento ambientalista, si ve ahora de donde uno viene, de donde viene uno forjado de andar caminando con Van der Hammen en el protocolo de restauración de humedales. B: Ah y Van der Hammen y el mono Hernández que fueron los genios los cerebros del siglo XX, ellos fueron a la conejera y nosotros hablábamos con ellos y a ellos les gustó nuestro trabajo, eso para mí también era “wow” yo decía “estoy en lo que es” y ellos nos felicitaron, tanto Van der Hammen como el mono Hernández nos felicitaron por el trabajo, y estuvieron ahí en un almuerzo con nosotros, no eso para mí fue un sueño también y cuando estuve en conservación internacional conocí a todos mis súper héroes de niño (risas) 164 Ecosistemas de humedal e imaginarios sociales: humedal El Burro y su transformación a partir de la segunda mitad del siglo XX

A: Es que eso también fue loco porque era Gary Stiles, Loreta Rosselli, Thomas Van der Hammen, Correal Urrego, Julio Carrizosa B: Un día yo estaba en la oficina y cuando pasaron, venga y le presento, en vez de Superman mis héroes eran los biólogos de esa época, Vicente Rodríguez que fue mi jefe y él publicaba cosas. A: Vicente era el de los pájaros. B: Y en esas publicaciones que yo era niño en esa época y mirando todo eso y para mí eso era un sueño, yo leía pues yo decía yo quiero ser así cuando grande y después fueron mis jefes, imagínese, entonces un día estaba yo ahí trabajando cuando llegó una vieja ahí que yo no sabía quién era, cuando dice mucho gusto Lilian Flórez, y yo ah esta era mi héroe de niñez, Lilian Flórez era la de las ballenas una bióloga. A: Es que usted arrancó fue biología marina. B: Y la gente ya presentándome a mí como profesional con Lilian Flórez, con Vicente Rodríguez con cómo se llama este, el que dibujaba esto, con César Landazaba, mire todo esto yo lo recolecté cuando todavía estaba en el colegio y yo coleccionaba esto y yo era feliz mirando todo esto de fauna y que quienes lo hacían y yo me leía todo esto y todos fueron luego mis jefes y la gente que eran mis súper héroes de niño. A: Tan bacano ¿Y usted mando a empastar todo eso? B: Si yo mandé a empastar todo esto, estos eran mis sueños, mis cuentos. A: Tan bonito el armadillo. W: ¿Esto qué es? A: Esto es un carro. B: Lagarto de Mapelo. Entonces yo veía todo esto y para mi yo soñaba con eso, yo quiero ser así y después fueron mis jefes, para mí era un sueño y fue la oportunidad de oro cuando ya pude y además trabajar por mis humedales que eran mi juguete de niño, fue una fantasía realmente. W: Que bonito. B: Cuando estuvimos en el Acueducto fue como si nosotros hubiéramos, es que duramos diez años en la conejera, pensándonos que hacer como hacer, conociendo los humedales, me acuerdo que muchas veces con German Jorge también, que en esa época éramos los tres, Luis Jorge, German y yo y los tres mirando por la ventana de la fundación y decíamos que hacemos, aquí hay que cerrar, los tres hablando y soñando y esos sueños Anexo C. Entrevista a Byron Calvachi 165 se nos hicieron realidad cuando llegamos al acueducto con miles de millones de pesos ya se hace esto y esto. W: Ya sabían que hacer, si hubieran llegado a pensar no hubieran alcanzado a hacer tanto en esa administración. B: No, nunca, digamos fue hacer realidad los sueños. W: Oh que brutal. B: Y así fue, eso es una historia de vida como si hubiera sido un sueño, a veces me parece como si hubiera sido mentira. A: Sí porque ya en el cielo Cristina Mayorga, Jorge Zamudio, Thomas McNish, Thomas Van der Hammen, ya son artos, Rafael Colmenares ya son varios, esto ha sido un proceso de... B: Años. A: En cambio esa Alegría Fonseca si sigue intacta, esa señora si fue del Código Nacional de Recursos Naturales. B: Yo me acuerdo que ella también era de mis súper héroes de niño, porque yo la leía en periódicos, que había peleado, que había hecho la ley de no sé qué y daba peleas, y yo me acuerdo que yo la leía porque a mí me encantaban todos esos temas desde niño, yo leía en el periódico cuando peleaban los ambientalistas por los bosques, que por los mares, que por los ríos, aunque no era tanto como ahora pero desde esa época a mí me gustaban esas noticias y eso y yo las veía, por ejemplo yo siendo niño veía un programa que era súper aburridor que yo creo que nadie lo veía, pero como era ambiental a mí me gustaba (risas) creo que se llamaba la última frontera, si no estoy mal, era aburridísimo, era un viejo ahí hablando pero hablando cosas del medio ambiente y yo lo veía (risas) se llamaba la última frontera. A: A mí me gustaba ese que hablaba de que viajaba por todo el mundo. B: Ah sí como era que se llamaba, que se murió hace poco. A: Que mostraban ecosistemas de todo el mundo, ¿Mora? B: Se llamaba el mundo al vuelo, Héctor Mora. A: A mí me encantaba porque mostraban animales de todas las partes del mundo y la cultura y la comida. B: Pero era mejor el de Jack Cousteau, era buenísimo. A: Es que eso si era hermoso, ese era francés ¿no? B: Si Jack Cousteau, en el Calypso, se llamaba el barco de él, ese programa para muchos de nosotros fue una cosa, mejor dicho. 166 Ecosistemas de humedal e imaginarios sociales: humedal El Burro y su transformación a partir de la segunda mitad del siglo XX

A: Ese le movía a uno el corazón. B: Ese fue el que nos impulsó a muchos a seguir en estos temas.

D. Anexo: Entrevista a habitante de la localidad de Kennedy

Diego Francisco creció en la localidad de Kennedy durante la década de 1990, comenta que el humedal era conocido como la Chucua del Burro. W: ¿Qué idea tenía sobre la chucua del Burro? D: Me parecía muy chistoso era que en ese tiempo tenía alrededor de 4 o 5 años y no entendía que era eso de chucua El Burro, entonces pregunté ¿Qué es una chucua? Porque yo veía como un riachuelo, entonces me dijeron que una chucua era como un lago pero pequeño, que tenía más plantas que una laguna normal. Y ¿Por qué la chucua del Burro? Ni idea. W: Cuando pasaba en el bus por la avenida Ciudad de Cali y veía la chucua ¿qué impresión le daba? D: ¡Uy! Que era muy grande, era grandísimo. Yo tenía la percepción de que la chucua del Burro por el lado occidental de la avenida iba desde donde hoy se encuentra la biblioteca El Tintal hasta un kilómetro al sur de la avenida Alsacia, eso era una especie de zona verde grandísima yo pensé que todo eso era una sola chucua; Yo decía que sería bacano un parque ahí porque el parque más cercano en ese tiempo era el Simón Bolívar pero era muy lejos y pues si nosotros pasábamos por la chucua a pie, pues era mejor que fuera un parque. Yo me imaginaba que una parte del parque fuera el lago y la otra fueran árboles y eso era lo que yo pensaba porque cuando uno está pequeño solo piensa es en dónde irse a jugar con los amigos. W: Hubiera sido chévere haberlo mantenido así de grande. ¿Qué sensaciones le producía la chucua? Era un lugar que generaba como paz, tranquilidad y descanso porque uno miraba hacia debajo de la avenida y se veía verde, miraba arriba de la Ciudad de Cali y ciudad, entonces era como ese contraste. La tranquilidad del campo y como alegría porque uno

Anexo C. Entrevista a Byron Calvachi 169 se acordaba de la finca de la abuela, de ir por el pasto entre los árboles entonces le recordaba esos lugares de la familia.

E. Anexo: Taxonomía de los discursos compilados

Tabla 6-1. Taxonomía

F. Anexo: Taller de Metáforas

El taller de metáforas se realizó en el marco una sesión del servicio social ambiental de los estudiantes de secundaria del colegio La Amistad de Kennedy con quienes se había establecido un vínculo por medio de una frecuente observación no participante por en más de 4 sesiones. Para ello se contó con un tiempo estimado de 45 minutos. El taller inició con la presentación de la facilitadora, la entrega de los formatos que se observan a continuación.

Tabla 6-2. Formato taller de metáforas sobre el humedal El Burro

Estos se trabajaron de manera individual con 37 jóvenes estudiantes cuyas edades oscilan entre 15 y 17 años, quienes debían definir el humedal por medio de una metáfora

174 Ecosistemas de humedal e imaginarios sociales: humedal El Burro y su transformación a partir de la segunda mitad del siglo XX que consignaron en la casilla ‘Explicación’ y posteriormente representar gráficamente dicha metáfora en el recuadro ‘Dibujo’

Tabla 6-3. Formato taller de metáforas diligenciado

A continuación se presentan los resultados del taller (tabla 6-3), sobre estos es necesario mencionar que ocho de los formularios no se registraron en la tabla debido a que no se consignó material metafórico en ellos. Anexo F. Taller de Metáforas 175

Tabla 6-4. Resultados taller de metáforas Metáforas del Humedal el Burro ¿Conoce el Humedal? Metáfora Otras palabras claves Si No X Es vida X Vida X Portal hacia la paz interior X Ave que representa la vida X Un prisionero de la humanidad X Universo de vida X Es vida para todos X La luz de la tierra X Es una riqueza X Nuestro punto de vida X Vida X Es una fuente bastante importante X Una parte de los pulmones del planeta X Esperanza X El jardín de mi abuela X Fuente de vida y seguridad Guardián del reposo de las especies X El centro de la vida Hogar X Es la supervivencia del medio ambiente X Es vida X Es como el oxígeno, necesario para vivir X Es como la casa X Es como la salud que tengo X Una luz rodeada de la oscuridad X Nos brinda oxigeno X Es vida X Es como una casa de paso para los animales X Es un paraíso X Es paz X Es algo que debemos cuidar y proteger Fuente: Elaboración propia

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