El Léxico Del Caballo En El Río De La Plata Del Siglo XIX Y Principios Del XX. Una Aportación Al Léxico Hispánico
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El léxico del caballo en el Río de la Plata del siglo XIX y principios del XX. Una aportación al léxico hispánico Autora: Mónica Lamas García Tese de doutoramento UDC / 2019 Director: José Ignacio Pérez Pascual Rosalía Cotelo García Programa de doutoramento en «Estudios Lingüísticos» ÍNDICE Estudio Introductorio 7 Contexto histórico y geográfico 9 Pueblos precolombinos 9 Conquista y colonización 11 Situación lingüística 20 La relación entre el hombre y el caballo 22 La figura del gaucho 27 La literatura gauchesca y nativista 35 El lenguaje gauchesco 44 Estudio del léxico 51 Vocabulario 57 Azulejo 59 Bagual 65 Bagualada 75 Bandeado 79 Barcino 83 Barroso 89 Bayo 95 Bellaco 103 Bichoco 109 Boleado 115 Bozal 119 Bridón 123 Caballada 127 Cabortero 133 Cebruno 137 Colorado 143 Crédito 147 Cruzado 151 Destabado 155 Dorado 159 Flete 165 Gateado 171 Lobuno 177 Lunanco 181 Lunarejo 185 Maceta 189 Madrina 195 Malacara 201 Mancarrón 207 Manchado 215 Maneado 219 Matado 223 Matucho 227 Matungo 231 Maturrango 237 Maula 241 Mediarrés 245 Melado 249 Moro 255 Orejano 261 Oscuro 267 Overo 271 Padrillo 283 Pampa 287 Pangaré 295 Parejero 301 Picazo 307 Pingo 313 Pintado 323 Plateado 327 Potro 333 Potrada 341 Puntero 345 Rabicano 351 Rabón 355 Rayador 361 Redomón 367 Rengo 375 Reyuno 383 Rocín 389 Rosillo 397 Ruano 403 Rucio 409 Sabino 413 Sotreta 419 Tapado 427 Tobiano 433 Tordillo 439 Tropilla 447 Yaguané 457 Yeguada 463 Yeguarizo 469 Zaino 475 Zarco 485 A modo de conclusiones 491 Referencias bibliográficas 505 ESTUDIO INTRODUCTORIO ESTUDIO INTRODUCTORIO 9 1. Contexto histórico y geográfico Pueblos precolombinos El Río de la Plata está situado en el Cono Sur del continente americano: Se trata de un estuario formado por la unión de los ríos Paraná y Uruguay. Su cuen- ca hidrográfica abarca partes de las actuales Argentina, Brasil, Uruguay, Bolivia y Paraguay. Se encuentra rodeado por vastas llanuras y praderas, llamadas pampas, así descritas por Félix de Azara en su obra Descripción e historia del Paraguay y del Río de la Plata1: De todo el pais que describo, casi puede generalmente decirse que es una lla- nura unida; pues las escepciones que esto tiene se reducen á cerritos ó serrezuelas de corta estension, que no tienen 210 varas de elevación sobre súbase, y á quie- nes no se daria semejantes nombres, sino por la casualidad de estar en llanuras (pág. 17). En el momento en el que los españoles llegan a esta zona, las regiones que cir- cundaban el Río de la Plata estaban habitadas por diversos grupos humanos que más tarde se reunieron bajo la denominación de «indios pampas», en lo que es la actual República Argentina y que recibieron diversas denominaciones en la Ban- da Oriental, cuyo estado de evolución cultural era «ostensiblemente más atrasa- do que las de otras zonas del continente», en palabras de Renzo Pi Hugarte2. No disponemos de mucha información acerca de estos habitantes del Plata y las fuen- tes más tempranas, procedentes de los colonizadores y misioneros españoles son, con mucha frecuencia, sesgadas y presentan a los indios desde un punto de vista negativo, como enemigos que eran de los colonos, o desde un punto de vista exce- sivamente positivo y paternalista, desde la perspectiva de aquellos que trataban de defenderlos. Podemos, sin embargo, establecer algunas características comunes para estos grupos diversos: habitaban en viviendas temporales, chozas de tipo paravientos; 1 Azara, Félix de (1847): Descripción e historia del Paraguay y del Río de la Plata, Madrid, Imprenta de Sanchiz. 2 Pi Hugarte, Renzo (1993): Los indios de Uruguay, Madrid, Editorial Mapfre. 10 MÓNICA LAMAS GARCÍA en general, habían desarrollado una economía predatoria, eran grupos de cazado- res superiores3, practicaban la pesca y la recolección y eran nómadas, a excepción de los guaraníes que presentan en esta época una agricultura itinerante, basada en el sistema de rozas. Este grupo, los guaraníes, pueblo guerrero procedente del sur de Brasil4, se había extendido por toda la cuenca del Río de la Plata en el momen- to en el que los españoles llegan a esta área, provocando la guaranización de nu- merosas tribus autóctonas que adoptaron muchas de sus costumbres, su lengua y, en algunos casos, una agricultura incipiente. Algo similar sucedió con los mapu- ches en la Patagonia Argentina, donde se produjo un araucanización de los pue- blos de ese territorio que también adoptaron una agricultura básica. Estos pue- blos, asimismo, contaban con un sistema de creencias espirituales que incluían ritos fúnebres, principalmente ayunos y mutilaciones digitales tras la muerte de un pariente y prácticas chamánicas. Los guaraníes, por su parte, presentaban un sistema religioso más complejo que comprendía diferentes ritos entre los que se incluía la antropofagia ritual5. Desde un punto de vista social, estos pueblos carecían de un poder centraliza- do y se organizaban en diferentes grupos o naciones, en los que no existía estratifi- cación social ni jerarquización alguna. En caso de guerra, se elegían jefes tempora- les cuya única misión era dirigir los combates y escaramuzas. Este modo de orga- nización social supuso un importante obstáculo para la colonización europea, pues carecían de un elemento cohesionador con el que negociar su posición y no podían llevar a cabo una sustitución de poder como la que se había producido en el caso de otras civilizaciones americanas más estructuradas como por ejemplo, los 3 En el estudio de la prehistoria americana se han denominado cazadores superiores (Bosch Gimpera), cazadores de megalofauna (Willey) o, simplemente, paleoindios a los grupos de cazadores especializados en magalofauna: mastodontes, mamuts y bisontes, entre otros, relacionados con la fabricación de puntas de proyectil pesadas. Es de suponer, que, tras la desaparición de algunas de estas especies, continuaran con la práctica de la caza de bisontes y animales de gran tamaño. [Luce- na Salmoral, Manuel (1982): El descubrimiento y la fundación de los reinos ultramarinos: hasta fines del siglo XVI, Madrid, Ediciones Rialp (pág. 11).] 4 El investigador boliviano Dick Edgar Ibarra Grasso sitúa el origen de los guaraníes en la isla de Marajó, situada al norte de Brasil, en la desembocadura del río Amazonas. Desde ahí emi- grarían hacia el sur hasta alcanzar el delta de los ríos Paraná, Paraguay y Uruguay. 5 Son muchas las fuentes que hacen referencia a esta práctica entre los guaraníes; entre ellos podemos destacar los ofrecidos por Pedro de Anglería (cronista de Indias), Francisco del Puerto (superviviente de la matanza de Solís), el navegante Diego García de Moguer, el segundo adelanta- do Alvar Núñez Cabeza de Vaca, el cronista Ulrich Schmidl o los religiosos André Thevet y Jean de Léry, entre otros. ESTUDIO INTRODUCTORIO 11 imperios inca y azteca. Así, en el Cono Sur, los europeos se enfrentaron a una lucha continua con los diferentes grupos de indios que se prolongó durante un largo período, lo que, a su vez, provocó el exterminio de una gran parte de la po- blación indígena. Con la llegada de los españoles, los habitantes autóctonos del Río de la Plata vieron modificada su existencia en muchos aspectos. En primer lugar, se produjo un desplazamiento de la población desde sus lugares de habitación original que modificó el mapa humano. Algunos de estos grupos, reacios a someterse al poder colonial, cambiaron su modo de vida para dedicarse al saqueo y a la trata con in- dios de otros pueblos que vendían como esclavos a los europeos; en muchos casos, vivían de la depredación de las nuevas especies animales introducidas por los co- lonizadores en el área. Un gran número de indígenas fueron reducidos por el sistema de encomiendas, mediante el cual se entregaba a un colono un grupo de indios para que trabajaran a su servicio; en otros casos, la reducción se llevó a cabo a través de misiones religiosas que tenían como finalidad la conversión de los indi- viduos para integrarlos en el proceso productivo y conseguir un mayor control sobre la colonia. Ambos modelos resultaron un fracaso y facilitaron la extinción de estos pueblos, así como su aculturización. En lo que se refiere a las encomien- das, el sometimiento al trabajo y el cambio de modo de vida provocó, en muchos casos, la muerte de los reducidos. Además, el contacto con los europeos favoreció el contagio de enfermedades traídas por los colonos que resultaron mortales para los americanos. Todo esto llevó a trasladar esta labor de integración de los pue- blos indígenas a la iglesia, mediante la creación de misiones. Aunque, en general, los religiosos no los sometían a la explotación que se daba en las encomiendas e, incluso, los protegían de los excesos de los colonos, aprendían sus lenguas e inten- taban comprender sus costumbres, su actuación tuvo un efecto totalmente des- tructivo sobre sus culturas que desencadenó un paulatino proceso de mestizaje y sustitución poblacional. Conquista y colonización Tras la conquista del Perú, la expansión española por el continente americano continuó hacia el sur, alcanzando, entre otras zonas, Nueva Granada, Chile, o el Río de la Plata. La conquista de esta amplísima región americana resultó ardua y se dilató a lo largo de muchos años, debido, entre otros, a dos factores básicos: la inexistencia de metales preciosos y la beligerancia de los indios que habitaban estas tierras, contrarios a la presencia de colonos a los que hostigaban de forma 12 MÓNICA LAMAS GARCÍA continuada. A diferencia de las conquistas anteriores, la del Río de la Plata se dirigió desde España. En 1514, Díaz de Solís fue designado por la Corona española, preocupada por los avances que Portugal estaba realizando en materia de exploraciones, para lle- var a cabo una expedición secreta cuya finalidad era encontrar un paso hacia el Mar del Sur, recién descubierto por Balboa, y llevar a cabo una exploración del litoral de esta zona.