Recopilando Voces De Las Mujeres Santaursuleras
Recopilando voces de las Mujeres Santaursuleras Prefacio esde bien pequeña, me vi rodeada de mujeres re- Dlevantes en mi vida, gracias a mi madre y a mis abuelas. Tengo numerosas anécdotas e historias rela- cionadas con ellas, con las mujeres de la época. Muje- res fuertes, valientes, dispuestas y habilidosas, que, con poco, hacían mucho. Señoras de sus casas, que cuidaban de su familia y de su hogar, pero que, del mismo modo, desempeñaban actividades en el mundo laboral. Ocupaciones sanitarias, como el de las santiguadoras, que empleaban sus rezos y santiguados para curar a quienes se lo pedían, y practicantas, que con su inyectador de cristal recorrían las diferentes casas de los barrios, hirviéndola previamente en el “cazo de rabo”, para evitar la transmisión de enfermedades. Labores con la misma consideración, que el de las mujeres que recogían leña y pinocha en el monte. Señoras que, con sus grandes cargas, a pie y tan solo con un “jacho” encendido, solas o con sus compañeras, se trasladaban hasta los ho- teles del Puerto de la Cruz. Puntos donde vendían esa carga, con la fnalidad de producir ganancias, para alimentar a su familia o dar estudios a sus hijas e hijos. Desempeños sacrifcados como el de las costureras, que cosían día tras día di- señando delicadas galas, destinadas a su venta o posterior trueque a cambio de diversos artículos y productos. Mujeres de aguja e hilo, que realizaban grandes sombreros de palma. Esas mujeres que tuvieron que migrar en busca de un futuro mejor, y que, a su vez, abrieron horizontes, los cuales eran aquí impensables y que incluso pudie- -5- ron venir de retorno con sus alhajas, con sus joyas y con sus vestidos traídos de las américas.
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