Una Familia Cosaca Y Las Catástrofes Políticas Del Siglo XX Autor
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“La venganza es mía”, Friedrich Paul Heller y Claudio Velasco “La venganza es mía” Una familia cosaca y las catástrofes políticas del siglo XX Autor: Friedrich Paul Heller y Claudio Velasco Centro de Derechos Humanos de Nuremberg, 2004 1 Centro de Derechos Humanos de Nuremberg Copyright © Friedrich Paul Heller, Abril 2004 Edición y diagramación: William Bastidas Todos los derechos reservados Página Web: http://www.menschenrechte.org Correo electrónico: [email protected] Centro de Derechos Humanos de Nuremberg 2 “La venganza es mía”, Friedrich Paul Heller y Claudio Velasco ÍNDICE Prólogo 1. Parte: Desde el brillo del imperio del Zar hasta el exilio I. Perfume de vainilla, sonrojo II. Krasnow y la historia de los cosacos III. La revolución rusa – Piotr Krasnow y Trotzki IV. “El odio eterno” – las novelas de Piotr Krasnow 2. Parte: Los cosacos en la Segunda Guerra Mundial I. Los cosacos en la 2ª Guerra Mundial II. Los cosacos y la Waffen-SS III. Cosacia IV. La huida V. Los cosacos son entregados a la Unión Soviética 3. Parte: Desmayo I. Nikolaj Krasnow en la Lubjanka II. Siberia: trabajo como castigo 4. Parte: El ángel de la venganza I. Un combate en Santiago de Chile II. La dictadura militar chilena y el servicio secreto DINA III. Dos mujeres recuerdan: Marcia Merino y Luz Arce IV. Miguel Krassnoff y la dirección psicológica de la guerra V. Los presos políticos desaparecidos El proceso 3 Centro de Derechos Humanos de Nuremberg Prólogo onocer antecedentes de los principales dirigentes de la represión, ayuda a conocer mejor las causas y características de la política de exterminio puesta en práctica en Chile. Krassnoff, Calias el “Capitán Miguel” es, junto a Contreras, Espinoza, Moren Brito, Otayza, Schäfer, Hopp, Antal Liptay, Berrios, Arancibia, Caballos Jones, Olavarría, Corvalán, Pinochet, Hubert, Miranda y algunos otros; un representante muy especial de los personajes que escogió la derecha para ejecutar su política de exterminio. Krassnoff era un oficial de baja graduación, que fue conquistando grados y condecoraciones por sus actividades represivas. Llamó la atención de sus víctimas por su pulcritud al vestir, sus alardes de intelectual y, por sobre todo, sus increíbles intentos de convencer a las víctimas de que era un hombre justo. Extraño esfuerzo el de Krassnoff, quien es el más directo creador de personajes abyectos como Romo, Zapata o Rosa La Humilde; cuyas perversiones dejaron huellas profundas entre sus víctimas y en la historia del terror en Chile. Krassnoff no es chileno, nació en Austria a fines de la guerra. Su madre falsificó sus papeles al huir de Europa. Llegado a Chile tuvo una infancia similar a otros niños migrantes, pero se fue socializando en la terrible historia de los Krasnow. Nadie imaginaría en aquellos años de infancia, el nivel de odio y violencia que desarrollaría con los años. Irónicamente, fue profesor de ética en la Escuela Militar, y de allí pasó a los aparatos represivos, manteniéndose en ellos hasta hoy, cuando cumple tareas administrativas en un Hotel de Providencia. Conocemos varias caras del Capitán Miguel: la de satisfacción cuando participó en la muerte de Miguel Enríquez; la de susto y sorpresa cuando enfrentó al Flaco Luis, al que creyó armado en Grimaldi; el asombrado frente al coraje de Gladys Díaz; el paternal y “crítico” a la derecha, que conversaba con Carmen Castillo en el Hospital tras la muerte del Secretario General del MIR. De la historia de la familia Krasnow, primero conocimos a su abuelo, un militar ultrarreaccionario, con clara adhesión por el Zar, orgulloso de ser cosaco, pero dispuesto a poner sus armas al servicio ya del Zar, ya de Alemania. El paso de las tropas del viejo Krasnow por el Don, por Croacia, por Tolmezzo (en Italia, allí adaptaron su apellido a la ortografía italiana), fue el paso de la muerte y el terror. En Tolmezzo intentó crear el país cosaco. El abuelo y el padre de Krassnoff sirvieron a los ejércitos blancos y estuvieron al lado de Hitler en la Segunda Guerra Mundial, destacándose en ese período por su crueldad. Terminada la guerra y después de rendirse a instancias del General Krasnow al ejército inglés, fueron entregados a las tropas de Stalin y trasladados a la siniestra lubjanka, donde murió el General, y desde donde logró salir con vida el padre del Capitán Miguel. El texto tiene 3 partes, en la primera hemos dejado hablar al viejo Krasnow (quien escribió varias novelas) sin censura, sin filtraciones. Allí aparece el rostro abominable del terror de Stalin, que ha servido de excusa para millones de crímenes de la CIA y los miles de crímenes de Pinochet. En la segunda parte hablan las víctimas de Krassnoff, y en la tercera establecemos el papel de Krassnoff en la política de exterminio de la cual fue una importante pieza. Los lectores irán descubriendo con nosotros el rol de varios extranjeros en la represión chilena, y 4 “La venganza es mía”, Friedrich Paul Heller y Claudio Velasco cómo Contreras convirtió estas redes, muchas veces informales del fascimo, en instrumentos de la DINA. Los casos de Krassnoff, Olderok, von Answaldt, Mertins, los nombrados Schaefer y Hopp, el “rumano”, Kast y varios otros; nos entregan mucha claridad para encontrar las claves de los desaparecimientos. Este texto fue escrito en alemán y traducido al español. En la versión alemana se encuentran más notas que en la versión española. Se refieren a fuentes históricas y a los libros de Krasnow. Lectores que quieren profundizar sobre el tema pueden recurrir a al versión alemana que también se encuentra publicada en www.menschenrechte.org. “La venganza es mía, dijo el Señor”- una familia cosaca y las catástrofes políticas del siglo 20 (Cita original de la Biblia: Dt. 32, 35) Friedrich Paul Heller y Claudio Velasco 5 Centro de Derechos Humanos de Nuremberg PARTE 1: Desde el brillo del imperio del Zar hasta el exilo I. Perfume de vainilla, sonrojo “Es la semana antes de Pascua de Resurrección ... Un dulce perfume de vainilla ... flota por el departamento, huele a quesillo, a pintura de huevos, a pisos recién encerados y frescas flores del sauce ...”. Así comienza la novela “Hojas en descenso”, escrita por el general de los cosacos Piotr Nikolaj Krasnow en su exilio en Berlín. Krasnow presiente en sus novelas su propio final. El mundo de sus novelas nace en el perfume de la Pascua de Resurrección, en la primavera, la esperanza y la vida, y termina en sangre y tortura. Un tema reiterado del viejo general son las sólidas familias burguesas destruidas por la revolución. Krasnow irá a compartir el destino de sus personajes de novela. Desde su retirada como escritor vuelve a la política y con ochenta años es tomado preso y ejecutado. Sus hijos deberán soportar trabajo forzado y muerte, y su nieto como oficial chileno se vengará de los sufrimientos padecidos por su familia. Así cerrará el círculo diabólico y se convertirá él mismo en el odiado torturador. Piotr Krasnow nació el 10 de septiembre de 1869 en San Petersburgo. Su padre fue general de los cosacos del Don. En 1888 finalizó la Escuela Militar Pavel y entró al servicio de la guardia del Zar integrada por cosacos, llamada “Atamán”. (Así eran denominados los dirigentes políticos y militares de los cosacos). Por orden del Zar viajó a Etiopia. Otros viajes lo llevaron a la Mandschurai, a Japón, China e India. Durante la Primera Guerra Mundial fue comandante de una brigada cosaca, después de una división y de agosto a octubre 1917 del Tercer Cuerpo de Caballería. En el prólogo de su más conocido libro se menciona su participación en 82 batallas y combates y en 5 ataques a caballo. La Revolución Rusa convierte a Krasnow en una figura histórica, y aquí le daremos la palabra por intermedio de sus propios documentos y los de sus contemporáneos. II. Krasnow y la historia de los cosacos Con los Krasnows finaliza la larga historia de los cosacos. En su historia se alternan las guerras de liberación con la opresión a los otros. El rápido cambio de oprimido a opresor y de opresor a oprimido se refleja en la historia familiar de los Krasnows. Actores se convierten en víctimas y víctimas en actores y en algunos momentos estos dos roles se cubren como sombras en el muro. La palabra “cosaco” no es una denominación étnica. Originalmente eran comandos turktataros de vigilancia, robo y saqueo que vivían al finalizar la Edad Media a orillas de los ríos Don y Dnjepre. Con el tiempo se les unieron cada vez más rusos, que huyeron de la esclavitud y de la opresión religiosa desde los bosques de Rusia a la libre estepa para poder vivir una vida democrática y autónoma. También el catolicismo forzado en Polonia, obligó a mucha gente a huir hacia el sur y a unírseles. Los stanizas (campamentos) de los cosacos estaban compuestos mayoritariamente por hombres (La historia de los cosacos es desde el comienzo una historia de hombres y lo sigue siendo,- el nieto de Piotr Krasnow, todavía vivo, es un ferviente adherente a esta tradición masculina). Sus campamentos acogían más y más refugiados; incluso, cuando les fue prohibido por los zares de Moscú para impedir la huida de su servidumbre. Los cosacos vivían de la pesca, servicios mercenarios, robo y tributos. Poco a poco se fue sumando la cría de ganado. Por largo tiempo fue mal vista la agricultura, dado que era relacionada con la vida dependiente de la servidumbre. También desarrollaron un rico folclore pero no utilizaron la escritura. 6 “La venganza es mía”, Friedrich Paul Heller y Claudio Velasco Llevaban siempre armas y estaban ejercitados en ataques rápidos y sorpresivos. Con sus resistentes y ágiles caballos realizaban amplias expediciones.