Libro Extramuros-Rock
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Extramuros La historia del movimiento de rock mendocino (1958-1998) Universidad Nacional de Cuyo (Mendoza, República Argentina) Rector: Ing. Agr. Arturo Roberto Somoza Vicerrector: Dr. Gustavo Andrés Kent Sec. de Ext. Universitaria: Lic. Fabio Luis Erreguerena EDIUNC Editorial de la Universidad Nacional de Cuyo Director: Prof. René Gotthelf La publicación de esta obra ha sido recomendada por el Comité Editorial de la UNCUYO Extramuros La historia del movimiento de rock mendocino (1958-1998) Graciela Cousinet (Directora) Marcelo Padilla Víctor Etepa Marcelo de Luca EDIUNC Mendoza, 2009 Extramuros La historia del movimiento de rock mendocino (1958-1998) Graciela Cousinet (Directora), Marcelo Padilla, Víctor Etepa, Marcelo de Luca Primera edición, Mendoza 2009 Diseño de cubierta e interior: Esther Azcona, Silvina Victoria, Andrés Asarchuk y Roxana Sotelo Asesoría editorial: María Delia Vivante Serie: Estudios nº 63 Extramuros : La historia del movimiento de rock mendocino (1958-1998) / por Graciela Cousinet (directora), Marcelo Padilla, Víctor Etepa y Marcelo de Luca - 1a ed. - Mendoza : Editorial de la Universidad Nacional de Cuyo - EDIUNC, 2009. 320 p. ; 21x16 cm. (Estudios; 63) ISBN 978-950-39-0242-4 1.Historia del Rock. I. Cousinet, Graciela; II. Padilla, Marcelo; III. Etepa, Víctor; IV. de Luca, Marcelo CDD 780.907 Impreso en Argentina - Printed in Argentina ISBN 978-950-39-0242-4 Queda hecho el depósito que marca la ley 11.723 © EDIUNC, 2009 Centro Universitario, 5500 Mendoza República Argentina Contenido Contenido .............................................................................................................. 5 Prólogo .................................................................................................................. 9 Capítulo I - El rock como movimiento ................................................................... 17 Capítulo II - Metodología ..................................................................................... 27 Capítulo III - Cuarenta años ................................................................................. 35 Capítulo IV - El rock hippie .................................................................................. 61 Capítulo V - El rock de la dictadura ...................................................................... 81 Capítulo VI - La explosión del rock ...................................................................... 93 Capítulo VII - El rock en el posmodernismo: los noventa ................................... 107 Capítulo VIII - Anecdotario ................................................................................ 117 Conclusiones - Breve resumen de la historia ..................................................... 177 Anexo I - Lista de lugares de ensayo, de reunión, de recitales .......................... 187 Anexo II - Entrevistados .................................................................................... 199 Anexo III - Lista de bandas de rock de Mendoza ............................................... 205 Bibliografia ......................................................................................................... 303 Índice por bandas de rock .................................................................................. 307 Índice ................................................................................................................. 315 5 Este libro está dedicado a Billy Lee Hunt, rockero desaparecido durante la última dictadura militar. 7 Prólogo Cacería Viuda Negra: voy a salir con vida de tu telaraña. Luz Bel Bang Todos los que llegamos al rock lo hicimos por el mismo camino: algo no andaba bien y había que encontrar el modo de expresarlo. Para empezar, algo no andaba bien con nosotros mismos, pero esa certeza no fue ni el comienzo ni el fin de nuestro desvelo juvenil: algo no andaba bien afuera, en la calle, en el mundo, y los únicos que parecían sintonizar nuestro desasosiego y nuestra euforia eran un montón de tipos y de minas, los rockeros, siempre prestos a hacer desfachatada gala de su indefensión, sus contradicciones, sus excesos y, al mismo tiempo, de su voluntad de poder, sus fantasmas y de sus egos desplegados como magnolias. No hubo otra salida: quisimos parecernos a ellos. Esa búsqueda, ese síntoma, es el rock. Búsqueda y no consecución, porque, como bien cantó Tom Waits: La obsesión no está en la captura, sino en la cacería. Así, a nadie debería extrañar que abrazáramos con tanta pasión esa música que, por propia exigencia, terminó siendo actitud ante la vida y que se fabricó sus propias banderas: rebeldía, compromiso y resistencia, pintadas con la sangre de sus propios sacrificios, a veces torpes y grotescos, a veces feroces y definitivos. 9 EXTRAMUROS. LA HISTORIA DEL... Nunca hubo momentos cómodos. Simplemente, nos aventuramos en ese mar o ese desierto llenos de ignorancia y de vigor y de impericia, íntimos y desbocados, adolescentes al fin. Desde allí, desde tal paisaje de ruinas y primaveras, fuimos dejando caer un puñado de señales deliberadamente ambiguas para los que vendrían, porque en el rock —como ya se ha dicho en la poesía y el amor— la manera de entrar es estar adentro. Rápidamente supimos que nadie estaba capacitado para dar respuestas y que, sin embargo, el mundo estaba lleno de gente con respuestas para todo y con ganas de dártelas para que las memorizaras y rindieras un examen. Por eso, descreer, desconfiar y dudar fueron herramientas apropiadas en nuestro camino hacia el reconocimiento de la desnudez como forma de sincerarse con los días. Antes que felices, preferimos ser honestos y antes que conservadores, elegimos malgastar y dilapidar. Antes que la pureza, preferimos la máxima pureza de los excesos y antes que la limpieza, todo un mapa de cicatrices, regalo de las noches. Nada de otro mundo, nada especialmente elogiable ni aborrecible, apenas un puñado de ademanes de ciegos buscando compañía. Empecemos de nuevo. Todos los que llegamos al rock lo hicimos en condición de prófugos. Cada cual y como pudo, perfeccionó sus dotes de escapista y atrás fueron quedando infancias, familias, lenguajes cotidianos, ese monstruo amorfo y voraz llamado sociedad, partidos políticos, profesores, jefes, uniformados, malformadores, hipócritas y fundamentalistas con carnet de redentores. Cierto es que también escapábamos de nosotros mismos y que hicimos mucho daño a nuestros órganos vitales con el fin de encontrar nuevas imágenes para la belleza y también para alimentar la estupidez necesaria, la 10 PRÓLOGO angustia reveladora y el deseo innato de probar todo lo que tuviéramos a mano. A esta huida la llamamos cacería y el periplo hacia nuestros tesoros fue escrito en el agua, en cualquier noche invicta y solitaria. No quisimos repetir errores y así fue que rechazamos cualquier forma de dogma y dejamos pasar de largo la ocasión de cambiar el mundo y cuando nos juzga la historia —lo sabemos bien y lo callamos— aparecemos como bastante más idiotas de lo que en realidad somos. Después, indefectiblemente, el viaje concluía con el testimonio de nuestro íntimo derrotero calcado en una canción de rock, en una imagen y en un tono menor dolorosamente dulces y, entonces, al fin, la sonrisa y el silencio eran lo más parecido a un norte que hemos conocido. El rock, supimos conseguirlo, es también un hogar y, por lo tanto, una especie de descanso y de la compañía. Pasados los años, las aguas son más claras y no menos profundas. Hemos aprendido, por ejemplo, que nunca hubo ni habrá un manual de instrucciones para ser rockeros. Y que es prueba de nobleza no intentar atrapar semejante animal en un concepto. Para la posteridad, si es que tal asunto existe, diremos que simplemente hicimos lo que pudimos para ser honestos con las contradicciones de la vida. Esta convicción, radicalmente opuesta a las enseñanzas de nuestros mayores, tuvo su propia banda sonora, el rock, intransigente, sedicioso, sugerente, inusitado, tibio y húmedo, presa y cazador. Empecemos de nuevo. En Mendoza, a las siete de la mañana los monjes prefieren elevar oraciones, las vecinas baldear la vereda, los escolares ofrecerse como corderos al sistema educativo, los empleados disfrazarse de empleados, los políticos convencerse de que pueden convencer, los jubilados madrugar sin 11 EXTRAMUROS. LA HISTORIA DEL... objetivo y el rockero, nuestro rockero mendocino, maldecir a un sol que ya empieza a arrebatarle una noche huérfana, pero suya al fin. Otra vez, la cacería fue un fracaso. No ha dormido. Camina por la calle, oscila, tambalea: a las siete de la mañana, al rockero —o a la rockera— otra noche con piernas demasiado largas lo abandona y ahí se queda, boquiabierto, azorado, porque el alba es delatora y, encima, olvidó otra vez la segunda estrofa de la canción de su vida. La tiene en la punta de su lengua, como el diablo su veneno. No hay nada que hacer. Está cansado, también de sí mismo. Otra vez le ha fallado la memoria y necesita empezar de nuevo. Ni bien se haga de noche, se vestirá de cazador para ser la mejor presa. Es de noche. Empecemos de nuevo. Extramuros, la historia del movimiento de rock mendocino es un libro fundamental para la cultura vernácula, un antídoto contra el olvido, una celebración de la memoria y un dedicado homenaje a miles de artistas que han marcado casi medio siglo de un movimiento social que se alimenta y también se devora a sí mismo. El trabajo ofrece, de manera directa, información, fotografías y testimonios de los protagonistas: primeros nombres y sonidos de la movida, lugares de actuación,