2. Las Biografías Históricas Del Conquistador Francisco Pizarro
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ESTUDIOS La función adjetival en los estereotipos históricos peruanos ENRIQUE B ALLÓN AGUIRRE Institut Ferdinand de Saussure Comité Scientifique enrique.balló[email protected] In memoriam Luis Hernán Ramírez Aída Mendoza Cuba Resumen En este trabajo, el autor analiza el fenómeno de adjetivación en los sin- tagmas asertivos empleados por la escritura histórica a fin de mostrar cómo dichos discursos llegan a constituir «enjambres de enunciados estereotipados» que luego la Institución Histórica Peruana consolida como «verdades históricas». A través de un breve corpus de estudio y de trabajo constituido por las dos biografías históricas canónicas del Con- quistador Francisco Pizarro ( Pizarro de R. Porras Barrenechea y Francisco Pizarro, el marqués gobernador de J. A. del Busto Duthurburu), se mostrará la doxología que informa su discurso histórico: el empleo de biografemas y mitobiografemas. El corpus de estudio y trabajo será complementado con un corpus de referencia constituido por las remisiones a otras obras históricas correlativas a las biografías históricas canónicas. Palabras claves : adjetivación, estereotipo histórico, doxología, biogra- fema, mitobiografema. Abstract In this paper, the author analyzes the phenomenon of adjectives in the phrases used by assertive historical writing, in order to show how these discourses come to constitute “swarms of stereotyped statements” LETRAS 84 (119), 2013 5 ENRIQUE B ALLÓN AGUIRRE which then the Peruvian Historical Institution consolidates as “historical truths.” Through a brief corpus of study and work consisting of two ca- nonical historical biographies from conqueror Francisco Pizarro ( Pizarro of R. Porras Barrenechea and Francisco Pizarro , the governor marquis of J. A. del Busto Duthurburu), the doxology is displayed that informs their historical discourse: the use of biographemes and myth-biographemes. The corpus of study and work will be supplemented by a reference corpus consisting referrals to other historical works correlative to the canonical historical biographies. Keywords : Adjectivation, Historical stereotype, Doxology, Biographeme, Myth-biographeme. En toda gesta épica los epítetos definen la personalidad del héroe. R. Porras Barrenechea * 0. Demarcaciones iniciales Un postulado de coordinación gramatical muy antiguo advierte la presencia en el discurso de dos componentes fundamentales: el primero son las lexías sustantivos (lat. ! "#$"&! ) que indexan, en habla o en escritura, la sustancia –lo esencial y suficiente, no lo eventual– de lo que designan conformando, con el soporte de los artículos definidos que los preceden (cuando le son per- tinentes), el núcleo del sintagma nominal 1. Así, en los discursos históricos que motivan el interés inmediato de este estudio, los sintagmas que contienen nombres o sustantivos –propios y comunes, concretos y abstractos, individua- les y colectivos– asistidos por los artículos definidos, se encargan sobre todo de actualizar las ideas en sí mismas y por sí mismas que tanto aprovechan a los historiadores; son las propiedades linguales que los latinos llamaban ratio essendi y los teólogos (Santo Tomás, Eckhart) collatio esse 2. El segundo componente son las lexías adjetivos (lat. #'()*"&! , que se aña- de , de adjicere, añadir) cuya función es actualizar en los sustantivos que predi- * R. Porras Barrenechea (1978:623). 1 En una ocasión anterior, hemos precisado que los artículos definidos que en griego actualizan gramaticalmente las funciones masculina o femenina, transfieren al castellano la designación de las partículas griegas to ti , to ti ên einai , to on , etc. portadoras de la ratio essendi ; cf. E. Ballón Aguirre (2012:181 n. 7). 2 M. Heidegger llama a lo realmente sucedido histórico “estado de resuelto” o “destino”: “el ‘estado de resuelto’ –escribe– constituye la fidelidad de la existencia a su peculiar ‘mismo’” (1962:§ 75). El discurso histórico trataría de recuperar ese “estado de resuelto” mediante sus procedimientos de individualización cronológica y geográfica gracias a la escritura «objetiva» de cada hecho como algo único e irrepetible, lo que sin duda acarrea un inevitable residuo metafísico. 6 LETRAS 84 (119), 2013 LA FUNCIÓN ADJETIVAL EN LOS ESTEREOTIPOS HISTÓRICOS PERUANOS can las propiedades (lat. +!#,!"# ) no esenciales –accidentales e insuficientes (lat. accidens )–, cualidades que, simplificando las cosas, toman la forma ora de epítetos (asindéticos) ora de atributos. Por lo tanto, los adjetivos en las lenguas indoeuropeas solo son, ahora semánticamente, descripciones ornamentales, semisimbólicas de los sustantivos, susceptibles de ser adulteradas al vaivén de la cambiante ideología del entorno social, las instituciones, los saberes, etc. y por ello pueden llegar a ser contrahechos y hasta viciados en los discursos que los emplean. De ahí la proclividad de los adjetivos –calificativos (epíteto, atri- buto) y no calificativos o determinativos: numerales, posesivos, demostrativos, descriptivos, relativos, interrogativos, exclamativos, indefinidos– para consti- tuir, merced a su uso reiterado, clichés discursivos que al repetirse oralmente o por escrito tienden a consolidarse como estereotipos institucionalizados . En la práctica misma de la escritura histórica, desde hace mucho la lingüís- tica de corpus notó que el discurso de la historia está condenado al adjetivo; se halla preso en el dilema entre lo predicable ( omne praedicatum inest subjecto ) y lo inefable. Son, pues, los adjetivos la materia lingual precisa de lo que Dosse llama la “cristalización, fijación de los individuos super-significados (super-in- terpretados, super-instrumentalizados) que pueden tomar un valor legendario o mitológico” (2004:393). Ello explica la proclividad de los adjetivos para cons- tituir estereotipos culturales –por ejemplo, cuando M. Rostworowski habla, en referencia a Pizarro, del “famoso conquistador” (1989b:15)– pero, sobre todo, de los epítetos históricos contrastantes, por ejemplo, cuando Riva Agüero acu- sa a Mendiburo de “no saber descifrar caracteres; y con aplicar sus preferidos epítetos de astuto , sagaz , suspicaz o inquieto cree haber pintado o definido a un hombre; y fisonomías morales tan singulares y expresivas como Francisco Piza- rro, Carvajal, Gasca y Núñez Vela, merecían seguramente algo más” (1952:398) [itálicas del original]. Pues bien, el historiador y diplomático J. G. Llosa encuentra que el discurso de su maestro el historiador Porras Barrenechea, por un lado es “jugoso, bien nutrido de sustantivos exactos” y por otro es “al mismo tiempo, cromático por el colorido de las expresiones y el insuperable dominio de los adjetivos” 3. De este modo, podemos aseverar que la sustantivación y la adjetivación no son solo procedimientos infaltables del habla coloquial sino, en mayor medida, de la lógica empírica practicada a diario en la escritura histórica peruana. Este fe- nómeno sintáctico (cambio de función sin modificación del formante) llega allí a cristalizarse tanto que se necrotiza en figuras retóricas, por ejemplo, la figura de dicción llamada enálage por la que el adjetivo es aprovechado con un uso referencial convirtiéndose, entonces, en nombre capaz de funcionar como su- jeto de una proposición o bien el verbo se transforma en adjetivo (el participio 3 Apud E. Bendezú (1992:8). LETRAS 84 (119), 2013 7 ENRIQUE B ALLÓN AGUIRRE perfecto, a veces el presente). Este es el caso de los discursos históricos de la conquista de los Andes donde a cada paso el lector tropieza con los conocidos adjetivos sustantivados en referencia al personaje Francisco Pizarro: “el héroe”, “el conquistador”, “el capitán”, “el marqués”, etc. Pero también cuando por el enálage el verbo se transforma en adjetivo, se hace manifiesta su propiedad implícita y así, según R. Thom, “todo adjetivo admite un espectro verbal que contiene por lo menos un verbo, a saber, la cópula ser-estar” (1978:86) 4, de tal manera que, por ejemplo, en el sintagma «Francisco Pizarro es el conquistador héroe epónimo por antonomasia» que se encuentra formulado, con leves va- riantes, en la escritura de Cúneo-Vidal, Riva Agüero o Porras Barrenechea, el adjetivo ya no es más ni epíteto ni atributo ni ornamento ni descripción sino nombre de una referencia conceptual . En efecto, J. Basadre extiende la ratio essendi del sustantivo y del verbo transformado en adjetivo para inferir los efectos verbales en la redacción histórica: la frase racional –dice Basadre– utiliza los verbos en el modo indicativo y emplea una serie de conjunciones fijas: en consecuencia , por lo tanto , más … La frase probabilista emplea los modos subjuntivo y condicio- nal, para lo cual usa conjunciones que aluden a diversas alternativas; y también adjetivos dependientes del sufijo …ble . Por ejemplo: previsible , viable , probable , reductible , etc. La historia, en su esencia, es solo imper- fectamente racional. Pertenece a un tiempo contingente y no necesario, discontinuo y no continuo; es decir ajeno a las características del tiempo racional que es un tiempo linear, homogéneo. (1973:18) [los énfasis son nuestros] No basta, sin embargo, con la manipulación gramatical de los sustantivos y verbos para transformarlos en adjetivos. A todo ello cabe agregar una carac- terística más de la escritura histórica: la redacción histórica obsedida por el «estilo llano» avanza imperturbable merced a sintagmas asertivos. R. Barthes indica que […] la lengua es naturalmente asertiva: enunciar un vocablo es afirmar inmediatamente su referente. Si digo ‘la mesa’, ella existe por derecho; para deshacer