Obreros-Utopias-Y-Revoluciones.Pdf
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OBREROS UTOPIAS & REVO LUCIONES CDÉ MILDA RIVAROLA (Asunción, 1955). Ingeniera Agrónoma por la Universidad Nacional (1978) y graduada en Sociología por la Universidad Católica de Asunción (1979). Obtuvo un Postgrado en Desarrollo en el ISDIBER (Madrid, 1980) y el D.E.A. en Historia y Civilización en la Ecole des Hautes Etudes en Sciences Sociales, EHHES (París,1985). Ejerció la docencia en la Universidad Católica Nuestra Señora de la Asunción, y se desempeñó como investigadora del Centro Paraguayo de Estudios Sociológicos (CPES), del Centro de Artes Visuales (CAV) de Asunción, y de la Asociación para la Investigación y Especialización sobre Temas Iberoamericanos (AIETI) de Madrid. Miembro del Directorio de SAKA , Iniciativa para la Transparencia Electoral, durante las elecciones municipales de 1991. Realizó la curadoría de Exposiciones de autores ("Augusto Roa Bastos", Ministerio de Cultura, Madrid, 1990; "Josefina Plá", Dirección de Cultura de la Municipalidad de Asunción y Embajada de España, 1992) y de exposiciones temáticas ("Para guay en su Historia", Comisión Nacional del V Centenario, Asunción, 1992). Milda Rivarola Obreros , utopías & revoluciones Formación de las clases trabajadoras en el Paraguay liberal (1870-1931) CDE CENTRO DE DOCUMENTACION Y ESTUDIOS La publicación de este documento ha sido financiada con fondos de la Swedish Agency for Research Cooperation with Developing Countries (SAREC), Estocolmo, Suecia. © Milda Rivarola © Centro de Documentación y Estudios (CDE) Paí Pérez 737, Casilla de Correo 2558, Asunción-Paraguay Teléfonos: (595 21) 23 591 y (595 21) 204 295 Fax: (595 21) 213 246 Octubre de 1993. Diseño de Tapa: Osvaldo Salemo Impresión de tapa: Imprenta Salesiana Composición y Armado: A&C Hecho el depósito que marca la ley. Impreso en Paraguay — Printed in Paraguay A la memoria de Francisco Gaona y Alfredo M. Seiferheld, hacedores de nuestra historia, escritores de nuestra memoria. Deseo expresar mi profundo reconocimiento a Guadalupe Ruiz Giménez, directora de la Asociación para la Investigación y Especialización sobre Temas Iberoamericanos (AIETl) de Madrid , y a Carlos Colombino, Director del Centro de Artes Visuales (CAV) de Asunción, con cuyo apoyo fue posible realizar este trabajo. Agradezco igualmente las valiosísimas críticas de Robert París, profesor de la Ecole des Hautes Etudes en Sciences Sociales (EHESS) de París. La pasión de conocimiento que supo transmi tirnos en sus seminarios es parcialmente responsable de esta investigación. Sus errores y omisiones son de mi única responsa bilidad. Reconozco, finalmente, amplias deudas intelectuales con la obra y el pensamiento de José Carlos Rodríguez y Juan Carlos Herken. De ellos aprendí que la historia de la sociedad paraguaya era una hermosa obsesión, digna de ser vivida. 5 Prólogo El libro de Milda Rivarola no es hijo del azar, del esfuerzo autodidacta ni de una pasión o talento aislado aunque fecundo; esos son componentes necesarios, pero no suficientes. El trabajo y los afanes de la autora están enmarcados en la disciplina y los controles académicos una tesis doctoral confeccionada en una de las unidades académicas de mayor nivel mundial: la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales (EHESS), de París. Para quién conoce la bibliografía en Ciencias Sociales y no reconoce sus redes institucionales, puede recordarse que la EHESS se origina en un grupo de historiadores franceses que cambiaron la manera de escribir la historia: el grupo denominado de los “Armales”. El nombre hace referencia a una revista que reunió a M. Bloch, F. Braudel y L. Febvre entre los más conocidos. Este es el clima intelectual en el cual se elaboró una sólida investigación que operó sobre las fuentes mismas, previamente precavida sobre los métodos, los temas y los resultados de las formas más acabadAs de historia social, y después de la exhaustiva consulta de lo que se había escrito sobre el Paraguay de su época. Para ello se contó con una colección de documentos sobre Historia Obrera paraguaya constituida por los doce mil folios del archivo “Francisco Gaona”, más el acceso a los archivos consulares del Ministerio de Relaciones Exteriores de Francia (Quai d'Orsay) que desde esta luz fueron examinados por primera vez. Cuando la autora realizó sus estudios de historia y obtuvo su Diplome d'Etudes Approfondies en la EHESS, condición para iniciar su tesis, ya tenía título de Ingeniera en la Universidad Nacional de Asunción, había hecho estudios de lenguas en Oxford y París, una especialización postuniversitaria en Madrid, y contaba con una Licenciatura en Sociología, en la Universidad Católica Nuestra Señora de la Asunción. Efecto paradojal de la dictadura y los retardatarios de aquel tiempo: queriendo reprimir la reflexión sobre ciencias sociales en Paraguay, y en particular sobre el movimiento social, proveyeron parte del tiempo y la ocasión que dispuso Milda Rivarola. Años de estadía y trabajo ininterrumpido en París y Madrid fueron originados en el clima represivo que sufrieron muchos intelectuales involucrados en la protesta contra la clausura de la Facultad de Sociología de la Universidad Católica y en la represión cultural contra medios de prensa o información. 7 Era el tiempo de la clausura de Radio Ñandutí, ABC Color y el Banco Paraguayo de Datos, que había repatriado y rescatado el archivo Francisco Gaona que se estaba perdiendo, después de la muerte de su propietario y compilador, en Morón, Provincia de Buenos Aires. Mientras la dictadura buscaba destruir ese archivo, sus documentos daban oportunidad para una investigación que los unlversalizaría, y para que nazca una vocación intelectual de historiadora entre sus pliegues. Esta vez el saber ganó su combate contra la barbarie y se desplegó desproporcionadamente más lejos que la amenaza que lo quería anonadar. Modo de hacer historiografía Resulta pertinente reflexionar sobre la manera como escribe la historia Milda Rivarola, porque la historia-disciplina, o historiografía, ha hecho, en los últimos años, importantes innovaciones en los enfoques, metodología, temas y conceptos. En el Paraguay muy pocos han tenido la ocasión de formarse, así como el tiempo, los recursos y la tenacidad para hacer un trabajo historiográfico sistemático y de largo aliento como tuvo la autora. Un antecedente tácito del tipo de trabajo intelectual está en la doctora Susnik. No por el hecho de que ésta última haya influido en el trabajo de Rivarola —hablan de tiempos y de hechos completamente distintos— sino porque ambas elaboran el relato histórico en base a conceptos acuñados por las ciencias sociales. Los historiadores suelen conformarse con la sistematización cronológica de anécdotas a los que se agrega reflexiones personales, de sentido común. Al hacer antropología histórica la doctora Susnik piensa “a los hombres en el tiempo” como todo historiador, pero los piensa desde un sistema conceptual que le proveyó el corpus de la Antropología. Rivarola hace otro tanto, hace historia desde las Ciencias Sociales y no “periodismo de investigación” del tiempo pasado. Un ejemplo es su manera de hacer “periodización”. Como bien se sabe uno de los más delicados trabajos de síntesis histórica es la identificación de las etapas o de los períodos en que se escande el devenir de los episodios, instituciones, condiciones y concepciones de las sociedades. Estamos acostumbrados a la división de la historia llamada universal en “antigua”, “media”, “moderna” y “contemporánea”. Lo que constituye sentido común para el lector, una vez que haya alcanzado prestigio una manera de ordenar el tiempo, fue el resultado del oficio y la paciencia de los que escribieron la historia y no la espontánea construcción de la memoria colectiva. Para la memoria espontánea de una colectividad, el pasado es una tiniebla en la cual se proyectan recuerdos y amnesias en forma asistemática, arbitraria y discordante o, usando un término profesional, “anacrónica”. 8 Esta periodización del Movimiento Obrero se basa en constataciones que no son ni pueden ser espontáneas sino técnicamente elaboradas y verificables: la emergencia de dirigentes, organizaciones y eventos que son centrales a la definición misma de la identidad de los trabajadores: las huelgas. Al sistematizar cronológicamente estas líneas de hechos constatados y verificables —la prosopográfica, la institucional y la episódica— emergen las preguntas, se dibujan los perfiles del devenir que deben ser analizados, interpretados y correlacionados. Ya que, si no basta con hacer polígonos de frecuencias, tampoco se puede escribir buena historia sin cuantificar aquellos hechos que se vuelven inteligibles y aportan inteligibilidad con su mensura. La escuela La “escuela historiográfica” en que se ubica el trabajo que se presenta acá obedece al planteo general de la “historia social”, con vocación a cuantificar lo pertinente, con preferencia hacia las colectividades frente a las individualidades, con pretensión a integrar a las otras ciencias sociales en la recolección y análisis de los datos históricos. Este programa propone, implícitamente, enmendar las limitaciones de la historia “metódica”. Esto es de aquella tradición que, ya con crítica a las fuentes y controles metodológicos, todavía es “episódica” (événementielle). Todo esto puede decirse en líneas generales y con algunas reservas. Porque el programa mencionado, que dio grandeza a los historiadores franceses de los “Annales” hoy ya está reformulado. Hay nuevas vacilaciones y nuevas certezas. Los nuevos investigadores, que no quieren ni pueden repetir a sus maestros,