Recuento Histórico Y Algunas Observaciones Preliminares
Total Page:16
File Type:pdf, Size:1020Kb
CAPÍTULO 5 La profesión en el punto más alto y el surgimiento de una ética inestable Lo que es noticia, es noticia. Antonio Luis Ferré No ha cambiado, porque jamás podrá cambiar, el sentido ético del periodismo... No ha cambiado el concepto de servicio público a través del periodismo. No ha cambiado la responsabilidad social contraída con el amigo —amigo aunque no nos conozcamos— que ha de tomar como cierto todo lo que lea en el periódico... Antonio Quiñones Calderón Un fantasma recorre las redacciones de periódicos y noticiarios: el fantasma del entretenimiento... aunque no lo parezca, ese tipo de distracción es también una forma de opresión política, una forma de censura. Mayra Montero ... la noticia es el conflicto; lo que tiene que ver con la política o los políticos; la violencia y aspectos negativos de las comunidades; y asuntos de los que tienen dinero y recursos. Informe de líderes comunitarios 25 26 Recuento histórico: lo moderno y lo profesional a partir de 1970 Con la fundación de El Nuevo Día y su primera edición el 18 de mayo de 1970 se inaugura la versión “más moderna” del periodismo puertorriqueño. Es una empresa que extiende de inmediato los límites conocidos hasta entonces de la comercialización y la profesionalización de la prensa. 1 En el año en que nace El Nuevo Día, Puerto Rico se encuentra culminando un proceso y precipitándose hacia otro. La transformación de la economía agraria a una de carácter industrial se hizo en un período récord de veinticinco años, entre fines de 1940 y 1970. De las revoluciones industriales “una de las más rápidas”, según James Dietz.2 En lo político, en el período 1968-1972 se vivirá por primera vez la experiencia de la alternancia institucionalizada que caracterizará el resto de la historia política hasta nuestros días. Si el gobierno había desarrollado todas las instituciones que le sirvieron de plataforma para impulsar el cambio entre 1940 y 1952, y éste era el centro indiscutible de la esfera pública, los años setentas y los primeros de 1980, en cambio, serán los años decisivos en la consolidación de un nuevo centro de gravedad de la vida política: los medios masivos de comunicación, con El Nuevo Día y la televisión a la cabeza.3 Como se verá más adelante, la familia Ferré, entre otras contadas familias puertorriqueñas, es 1 Ver a Baralt, en particular, el capítulo V “Lo que es noticia, es noticia”, en Historia de El Nuevo Día 1909-2000: Al servicio de mi tierra. San Juan, Fundación El Nuevo Día Inc., 2002, pp.269-395. 2 James Dietz, Historia económica de Puerto Rico. 2da reimpresión, Río Piedras, Ediciones Huracán, 1992, p.277. 3 Sobre las características de la “modernización” que experimentó Puerto Rico, debe consultase a James L. Dietz, op.cit., 1992; Edwin Irizarry Mora, capítulo 4, “El período moderno en la economía de Puerto Rico”, en Economía de Puerto Rico: evolución y perspectivas. México DF, Thomson Editores, 2001, pp.57-82; y a Leonardo Santana Rabell, Planificación y política durante la administración de Luis Muñoz Marín. San Juan, Análisis, 1984. Sobre el ambiente cultural que esto significó, ver a Arcadio Díaz Quiñones, La memoria rota. Río Piedras, Ediciones Huracán, 1992. 27 depositaria de los mejores beneficios económicos de este corto e intenso proceso, del cual emergieron al frente o asociadas a un conjunto empresas poderosas, entre otras: la Puerto Rico y Ponce Cement, Durotex, Puerto Iron Works, Reparada Development, Maule Industries, Caribe Industrial Supplies, Banco de Crédito y Ahorro Ponceño, Banco de Ponce, Banco Popular, El Nuevo Día y sus respectivas subsidiarias.4 En esos veinticinco años, aparte del crecimiento económico y el desarrollo de una clase media, una tercera parte de la población se vio forzada a la emigración, las comunidades se dislocaron violentamente, el anticomunismo y el anti-independentismo conquistó una buena parte del discurso público, y las protestas por las desigualdades sociales y políticas cobraron forma en expresiones de insurgencia, sobre todo en los años próximos a la década de 1970. En la medida que los reclamos sociales no eran oídos, creció el descontento. Luis A. Ferré captura la gobernación por el Partido Nuevo Progresista en el contexto de varios factores: nuevos alineamientos sociales que el PNP pasa a representar, una campaña publicitaria nunca antes vista y la división política del Partido Popular Democrático. Ferré administró la nueva situación mediante algunas leyes de justicia social, pero no pudo controlar la polarización.5 El terrorismo de estado multiplicó por estos días sus acciones y la resistencia independentista armada organizó su respuesta en los mismos términos. La guerra de intimidaciones y amenazas promovidas por el Plan COINTELPRO, ejecutado por el FBI con la colaboración estrecha de las agencias de seguridad puertorriqueñas y orientadas a “aniquilar” al independentismo, recibieron respuestas armadas a base de atentados dinamiteros a negocios prominentes de 4 He combinado la información disponible en Herbert Solow, “The Forceful Ferré Family”, Fortune, Octuber 1959, Vol IX No. 4, p.144; y Stu Bishop, “The Ferres: Puerto Rican by Birth, Yanqui in Spirit”, NACLA. New York, NACLA, July-August 1972, p.2-19. 5 Ver a Guillermo Baralt, La vida de Luis A. Ferré: La razón del equilibrio, Tomo II: 1968-1998. San Juan, Fundación El Nuevo Día Inc, caps. 5 y 6. 28 capital estadounidense y una campaña sicológica de intimidación semejante, principalmente sobre la zona turística del Condado en San Juan. En el periodo de 1968 a 1972 se registraron innumerables ataques a porteadores del periódico independentista Claridad, hostigamientos y despidos injustificados, asaltos armados o con potentes explosivos a negocios y hogares de independentistas. Para junio de 1972, cuatro meses antes de las elecciones, Claridad había reportado 122 atentados.6 Las confrontaciones universitarias cobran la vida de un comandante de la Fuerza de Choque de la Policía, un agente y un cadete del ROTC, sin contar los cientos de jóvenes heridos. La década cerrará con una lista impresionante de asesinatos políticos de independentistas: Antonia Martínez Lagares en 1970, Ángel Luis Charbonier y Eddie Román Torres en 1975; Santiago Mari Pesquera, hijo mayor del líder independentista y socialista Juan Mari Bras, en 1976; Arnaldo Darío Rosado y Carlos Soto Arriví en 1978; Carlos Muñiz Varela y Ángel Rodríguez Cristóbal en 1979. En términos oficiales, la persistente campaña de represión y aniquilamiento sicológico contra los movimientos independentista y obrero quedó al descubierto luego de las vistas públicas sobre los asesinatos del Cerro Maravilla. Se contaba en público lo que ya habían vivido en carne propia muchos independentistas. 7 Sus constantes denuncias fueron ignoradas hasta entonces en prácticamente todos los medios, incluyendo El Nuevo Día. La izquierda y la intelectualidad no eran los únicos invisibilizados por este periódico. Su formato destinado a las clases medias y su énfasis en la política tradicional, la moda y el espectáculo, los deportes y la publicidad, dejaban poco margen para otros temas y otras estrategias de 6 Ver a Vanesa Pascual, “Sigue atentados contra independentistas”, Claridad, 9 e junio de 1972, p.3. 7 Ver a Edgardo Pérez Viera, El juicio de la historia: contrainsurgencia y asesinato político en Puerto Rico. San Juan, Editorial Cultural, 2000; y el sitio en Internet de la Comisión de Verdad y Justicia (en Puerto Rico), www.verdadyjusticia.org. 29 abordaje periodístico. Como se verá más adelante, este esquema editorial respondía a un plan de circulación y crecimiento de la empresa. El antecesor de El Nuevo Día lo era El Día, un diario regional, de corte tradicional, informativo del acontecer local, sensacionalista durante un tiempo y de alcance bastante limitado. Además de identificarse como estadista y seguir fielmente los pasos del movimiento y sus líderes, El Día pertenecía a la familia Ferré desde 1946. Tras la victoria de Luis A. Ferré en 1968, se traslada de Ponce a San Juan, cambia de nombre y de fachada, importa un nuevo Director, y reaparece como El Nuevo Día. Para una calidad de impresión superior a sus competidores procura las ventajas de Publishers Group. 8 Su diseño será muy llamativo y combinará el uso de fotografías y dibujos que, junto a un emplanaje general con énfasis en un buen orden, títulos cortos y de lectura rápida, marcará pronto una diferencia en el panorama periodístico del país. El cambio fue tan drástico que puede decirse que El Día era su “antecesor”, pero no su punto de partida. La nueva modernización que propone El Nuevo Día coincide el mismo año con la fundación de la Asociación de Periodistas y dos años más tarde con la Escuela Graduada de Comunicación de la Universidad de Puerto Rico. El Nuevo Día como las otras instituciones de prensa se nutren cada vez más de jóvenes recién graduados universitarios, al punto que para fines de la década de 1990 constituyen una clara mayoría en las salas de Redacción y otras áreas relacionadas. En los años cuarenta y cincuenta los egresados de programas universitarios se podían contar con los dedos de una mano: Juan Martínez Capó, Luis Muñoz Lee, Pirulo Hernández, entre otros, egresados de Columbia University. Helga Serrano se refiere en su testimonio a la entrada de un número 8 Para esta época mi padre era gerente de esta imprenta. Baralt toma nota de la “calidad” de Publisher’s Group. Castañeda lo hace también en su historia de El Nuevo Día. Ver a Baralt, Historia de El Nuevo Día, op.cit., p. 295. 30 significativo de mujeres jóvenes a la sala de Redacción de El Mundo a partir del año 1966, un factor de cambio que se hará más notable en los próximos años. Entre 1966 y 1967, en sólo dos años, ingresaron a El Mundo, recién graduadas de la universidad, la propia Helga Serrano, Gloria Borrás, Annie Arana, Judith Pagany, Carmencita Carrasquillo, Magali García Ramis, Norma Valle, Wilda Rodríguez e Isabel Cintrón.