El Combate Espiritual
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EL COMBATE ESPIRITUAL P. LORENZO SCÚPOLI El libro que por 19 años llevó consigo y leyó san Francisco de Sales 1 PRÓLOGO LOS ELOGIOS QUE HIZO UN GRAN SANTO ACERCA DE ESTE LIBRO Monseñor Pedro Camus en su hermoso libro titulado: "El espíritu de san Francisco de Sales" (cuya lectura recomendamos porque hace un gran bien) cuenta lo siguiente: "Yo le pregunté a san Francisco quién era su director o maestro de espíritu, y me respondió sacando del bolsillo el librito "EL COMBATE ESPIRITUAL". "Éste es el que con la ayuda divina me ha gobernado y guiado desde mi juventud; éste es mi maestro y director de las cosas de espíritu y de la vida interior. Desde que, siendo un estudiante en la Universidad de Padua, un Padre Teatino me lo recomendó y me aconsejó que lo leyera frecuentemente, he seguido su consejo y me ha resultado sumamente provechoso. Fue compuesto por un sacerdote muy santo de esa comunidad". El mismo monseñor Camus cuenta que aunque san Francisco de Sales estimaba y aconsejaba mucho el bellísimo libro "Imitación de Cristo", sin embargo aconsejaba todavía más la lectura de "El Combate Espiritual". Y añade: "Entre los libros de lectura espiritual que recomendaba nuestro santo, por el que más alta estimación sentía era por El Combate Espiritual. No se cansaba de recomendar su lectura, y declaraba que él lo había llevado consigo por más de diecisiete años continuos, leyendo cada día un capítulo, y recibiendo siempre luces celestiales cada vez que hacía allí alguna lectura. Muchas de las enseñanzas que san francisco de Sales trae en su famoso libro "Filotea, o Introducción a la vida devota", están tomadas de El Combate Espiritual. Entre los libros que allí recomienda para progresar en la vida de perfección, está en primera línea El Combate Espiritual. EN SUS CARTAS. Han sido recogidas en varios volúmenes, más de mil cartas gran doctor de la Iglesia, san Francisco de Sales, y en varias de ellas elogia mucho a su querido librito "El Combate Espiritual", veamos algunos ejemplos. En la Carta 32 dice: "Este otro libro que está leyendo es bueno, pero es algo confuso y difícil. En cambio El Combate Espiritual es mucho más ordenado, más claro, y le hará más provecho al leerlo". En su Carta 55 afirma: "El Combate Espiritual" es un libro sumamente provechoso. Yo hace 15 años que lo llevo siempre conmigo y nunca lo he leído sin sacar provecho. 2 En la Carta 48 a una abadesa le conseja: "Lea el librito El Combate Espiritual y verá que adquiere mucha paz interior". En su carta 16, a una señora casada le recomienda: "Entre los ejercicios de la devoción lo que más le aconsejo es que lea frecuentemente El Combate Espiritual. Yo recomiendo mucho este libro porque su lectura hace un gran bien". En su Carta 94 a la viuda le escribe: "Para vencer las tentaciones lea el COMBATE ESPIRITUAL. Este es mi libro favorito. Y el que más prefiero siempre. Desde hace dieciocho años lo llevo siempre conmigo, y no lo leo jamás sin conseguir provecho para el alma". Julio 24 de 1.607 (Esta Carta está en los documentos de la causa de canonización). A una persona que había sufrido una gran pena le escribió su Carta 75 en la cual dice: "Para conseguir la gracia de aceptar en paz las penas que nos llegan, ayuda mucho leer El Combate Espiritual, que tantas veces le he recomendado. Este librito trae doctrinas provechosísimas que le dan al alma mucha paz". Hagámosle caso a este gran santo y empecemos la lectura de tan hermoso libro. 3 CAPITULO 1 "NINGÚN ATLETA RECIBE LA MEDALLA DE CAMPEÓN, SI NO HA COMPETIDO SEGÚN EL REGLAMENTO" (2Tm 2, 5) EN QUÉ CONSISTE LA PERFECCIÓN CRISTIANA, Y QUE PARA CONSEGUIRLA ES NECESARIO LUCHAR Y ESFORZARSE, Y DE CUATRO COSAS QUE SON NECESARIAS PARA ESTE COMBATE. Si deseas, oh alma muy amada por Jesucristo, llegar al más alto grado de santidad y perfección cristiana, y vivir en perpetua amistad con Dios Nuestro Señor, la cual es la más alta y gloriosa empresa que puede emprenderse e imaginarse, lo que primero debes saber es: en qué consiste la perfección cristiana, la verdadera vida espiritual. Muchas personas se han equivocado y han creído que la perfección cristiana y la santidad consisten en otras cosas que en realidad no lo son. Así por ejemplo hay quienes se imaginan que para llegar a la perfección o santidad basta con dedicarse a muchos ayunos y grandes penitencias. Otras personas especialmente mujeres, creen que lo importante es dedicarse a muchas oraciones, a oír misas, a visitar templos y a leer devocionales. No faltan personas pertenecientes a las comunidades religiosas que se imaginan que para llegar a la santidad basta con cumplir exactamente los reglamentos de su comunidad y asistir a todas las reuniones y actos religiosos de su congregación. No hay duda que todos estos son medios poderosos para adquirir la verdadera perfección y una gran santidad, si se emplean con prudencia y ayudan mucho a adquirir fortaleza contra las propias pasiones y la fragilidad de nuestra naturaleza, sirven para defenderse de los asaltos y tentaciones de los enemigos de nuestra salvación; además son muy eficaces para obtener de la misericordia divina los au- xilios celestiales que necesitamos para progresar en la virtud. Son útiles y necesarios, y más para los principiantes. MEDIOS PARA SANTIFICARSE El Espíritu Santo va iluminando a las personas espirituales los medios para llegar a la santidad. Les enseña a cumplir aquello que decía san Pablo: "Castigo mi cuerpo y lo reduzco a servidumbre, no sea que enseñando a otros el camino de la santidad, yo me quede sin llegar a conseguirla" (cf. 1Co 9, 27). Esto sirve para castigarle al cuerpo las rebeldías que en lo pasado ha tenido contra el espíritu, y para dominarlo y tenerlo obediente a las leyes del Creador. 4 El Divino Espíritu inspira también a muchas almas el dedicarse a vivir como deseaba san Pablo: "Como ciudadanos del cielo" (Flp 3, 20) y por eso les invita a dedicarse a la oración, a la meditación, y a pensar en la Pasión y Muerte de Nuestro Señor, y no por curiosidad, ni por conseguir gozos sensibles, sino para lograr apreciar mejor cuán grande es la bondad y la misericordia de Nuestro Señor, y cuán espantosa es nuestra ingratitud y nuestra maldad. A las almas que desean llegar a la santidad, el Divino Espíritu les recuerda frecuentemente aquellas palabras de Jesús: "Si alguien quiere venir conmigo, niéguese a sí mismo, acepte su cruz de sufrimientos de cada día, y sígame" (Mt 16, 24). Y les invita a seguir a Cristo imitando sus santos ejemplos, venciéndose así mismo, y aceptando con paciencia las adversidades. Para esto les será de enor- me utilidad el frecuentar los sacramentos, especialmente el de la penitencia y el de la Eucaristía. Éstos les permitirán conseguir nuevo vigor y adquirir fuerzas y energías para luchar contra los enemigos de la santidad. EL PELIGRO DE LAS ALMAS IMPERFECTAS Existen almas imprudentes que consideran como lo más importante para adquirir la perfección y la santidad, el dedicarse a obras exteriores. Algo dañoso y perjudicial. Para muchas almas el dedicarse totalmente a obras exteriores les hace más daño que bien para su espíritu, no porque esas obras no sean buenas y recomendables, sino porque se dedican de manera tan total a ellas que se olvidan de lo esencial y más necesario que es reformar sus pensamientos, sus sentimientos y actitudes, no dejar que sus malas inclinaciones se desborden libremente; éstas les exponen a muchas trampas y tentaciones de los enemigos del alma. (En este caso sí que se podría repetir la frase que san Bernardo le escribió a su antiguo discípulo Eugenio, que era Sumo Pontífice en ese entonces: "Malditas ocupaciones" las que te pueden apartar de la vida espiritual y la santificación de tu alma). Una trampa. Los enemigos de nuestra salvación, viendo que la cantidad de ocupaciones que nos atraen y nos apartan del verdadero camino que lleva a la santidad, no sólo nos animan a seguirlas practicando, sino que nos llenan !a imaginación de quiméricas y falsas ideas, tratando de convencernos de que por dedicarnos a muchas acciones exteriores ya con eso nos estamos ganando un maravilloso paraíso eterno (olvidando lo que decía un santo: "Ojalá se convencieran los que andan tan ocupados y preocupados por tantas obras exteriores, que mucho más ganarían para su propia santidad y para el bien de los demás, si se dedicaran un poco más a lo que es espiritual y sobrenatural; de lo contrario todo será lograr poco, o nada, o menos que nada, pues sin vida espiritual se puede hasta llegar a hacer más daño que bien"). Otro Engaño. Existe otra trampa contra nuestra vida espiritual, es que durante la oración se nos llene la cabeza de pensamientos grandiosos y hasta curiosos, 5 agradables acerca de futuros apostolados y trabajos por las almas, y en vez de dedicar ese tiempo precioso a amar a Dios, a adorarlo, a pensar en sus perfecciones, a darle gracias y a pedirle perdón por nuestros pecados, nos dediquemos a volar como varias mariposas por un montón de temas que no son oración, y aun como moscardones a volar con la imaginación, por los basureros de este mundo. SEÑAL QUE DEMUESTRA EL GRADO DE PERFECCIÓN Aunque la persona se dedique a muchas obras externas y pase tiempos en fantasías e imaginaciones, la señal para saber a qué grado de perfección ha llegado su espiritualidad es averiguar qué cambio y qué transformación han tenido su vida, su conducta, y sus costumbres.