Artículo Rulfo
VOZ Y ESTRUCTURA ORAL EN PEDRO PÁRAMO DE JUAN RULFO Noé Blancas Benemérita Universidad Autónoma de Puebla La relación de la obra de Juan Rulfo con la oralidad1 ha sido estudiada ya por varios críticos.2 La mayoría de ellos ―Ángel Rama, Martín Lienhard, Carlos Pacheco y Walter Mignolo― parten de la oposición oralidad/escritura, identificando la oralidad con las culturas iletradas, indígenas, provenientes de las prehispánicas, marginadas, del “Tercer mundo”; y la escritura con la ciudad letrada, la cultura española, las sociedades colonizadoras. Pocos son los estudios que, privilegiando el análisis de la estructura narrativa de Rulfo, demuestran la presencia de la oralidad en la escritura misma. Pero es gracias a esta construcción a la manera de la lengua hablada que la escritura de Rulfo se relaciona íntimamente con la oralidad, construyendo las cualidades de ésta, como la entonación. La mayoría de los críticos se refiere más bien a la presencia de una cultura oral. Ángel Rama afirma que Rulfo, igual que escritores como José María Arguedas, Augusto Roa Bastos y Guimaraes Rosa, han llevado la voz de comunidades predominantemente orales al círculo oficial de la cultura escrita; han realizado una transculturación literaria, convirtiendo en escritura los discursos orales.3 Martín Lienhard fundamenta la oposición oralidad/escritura en la oposición cultura prehispánica/cultura europea, que deriva en la configuración de la escritura como instrumento de dominación y la oralidad como señal de marginación (La voz y su huella 67). En Pedro Páramo, advierte Lienhard, convergen ambas concepciones: la cultura oral se expresa en la influencia de la mitología prehispánica, en las afinidades evidentes entre Pedro Páramo y el mito de Quetzalcóatl; y lo escrito, en la propuesta de Carlos Fuentes, quien ve en la misma novela la búsqueda de Odiseo por parte de Telémaco (La voz y su huella 278-288).
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