Año XVII · Nº 35 · Noviembre De 2011
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Año XVII · Nº 35 · Noviembre de 2011 El Museo del Holocausto de Buenos Aires es miembro de la delegación argentina de la ITF* * Task Force for International Cooperation in Holocaust Education, Remembrance and Research. Grupo de Trabajo para la Cooperación Internacional en Educación, Rememoración e Investigación del Holocausto. Nuestra Memoria Consejo de Administración 2011/2013 Año XVII, Nº 35, noviembre de 2011 CONSEJO EDITORIAL Presidente fundador Gilbert Lewi Z’L Directora Lic. Sima Milmaniene Presidente Alejandro Dosoretz Vicepresidentes Claudio Avruj Asesor de contenidos José Menascé Prof. Abraham Zylberman Sima Milmaniene Ariel Wilner Secretaría técnica Secretario General Marcelo Glasman Sra. Julia Juhasz Prosecretarios Susana Rochwerger Consejo Académico Marcos Neugovsen Dra. Graciela Ben Dror Tesorero Jorge Friedman Dr. Mario Feferbaum Protesoreros Benjamín Teitelbaum Dr. Yossi Goldstein Jaime Machabanski Prof. Avraham Milgram Dr. Daniel Rafecas Revisores de Cuentas Manuel Kobryniec Dr. Leonardo Senkman Carlos Weinmann Dr. Arnoldo Siperman Vocales Mónica Dawidowicz Enrique Dychter Producción Nusha Gotlib Lic. Claudio Gustavo Goldman Eva Rosenthal Eugenia Unger Nuestra Memoria es una publicación Daniel Banet de la Fundación Memoria del Dalia Dardik Holocausto. Las colaboraciones Samuel Gliksberg firmadas expresan la opinión de sus Fernando Kiguel autores, declinando la institución toda Marisa Koifman responsabilidad sobre los conceptos Marcelo Lapajufker y/o contenidos de los mismos. Daniel Mintzer Deborah Shayo Imagen de tapa Sixto Stolovitzky Edificio sede de la Conferencia de Guillermo Yanco Wannsee, 20/1/1942. Directora Ejecutiva Graciela N. de Jinich Concepto y diseño de tapa Esteban Javier Rico, Grupo KPR Impresión Mimeográfica Se imprimieron 1.000 ejemplares de esta ISSN: 1667-7382 edición. Sumario 7 El etnicismo político y la exclusión del judío. 1492-1942 Christiane Stallaert 21 Notas sobre el concepto de genocidio Arnoldo Siperman 43 La “Solución final”: la importancia de transmitir sus aspectos históricos Daniel Rafecas 49 El derecho penal y la Shoá. Las minorías perseguidas: homosexuales, enemigos del Tercer Reich María Josefina Minatta 61 Sobre el testimonio oral y en video Yehuda Bauer 65 Wannsee: la decisión final. A 70 años de la implementación del exterminio metódico de los judíos europeos Abraham Zylberman 73 Antisemitismo en tiempos de cólera Arnoldo Liberman 87 Sobre el mito del crimen ritual. A un siglo del “Proceso Beilis” Moisés Kijak 101 Testimonio, palabra y silencio: análisis del relato de Auschwitz Mercedes Cabrera Castilla 129 La representación teatral del Holocausto Juan Mayorga 137 Pequeños exiliados, grandes músicos Silvia Glocer 159 Las Olimpíadas de 1936 en Alemania. Deporte y nazismo Rolando Schnaidler 171 Hannah Arendt, el mal entre la banalidad y “la ausencia de pensamiento” Pablo Dreizik 185 La insensatez de seguir siendo optimista. Algunas reflexiones a partir del caso Eichmann, tal como lo presenta Hannah Arendt en Eichmann en Jerusalén. Un estudio sobre la banalidad del mal Uriel Kucawca 193 Hermanas de campo: las mujeres y el Holocausto Joyce Parkey 207 Ex alumno del Brighton College involucrado en el Gran Escape de 1944 Patrick Wilson 211 Propuesta didáctica. El Holocausto y la Justicia: reflexiones y balances sobre juicios a criminales nazis Marcia Inés Ras 225 Historia de La Noche de Cristal Hardi Swarsensky Esta publicación ha sido posible gracias al aporte intelectual y económico del doctor Mario Feferbaum. El etnicismo político y la exclusión del judío. 1492-1942 Christiane Stallaert* La Historikerstreit española Tempranamente, ciertos historiadores judíos, como Cecil Roth, Yosef Hayim Yerushalmi o Léon Poliakov, llamaron la atención sobre los para- lelismos entre la Inquisición española y el nazismo en cuanto a la perse- cución del judío y las leyes de limpieza de sangre como mecanismo de exclusión. Con alusión a la Alemania nazi y sus leyes raciales, Cecil Roth escribió desde Londres, en septiembre de 1937, en el prefacio de su estudio sobre la Inquisición española: Dijo una vez un crítico poco amable que la historia no se repite tan- to como los historiadores. Hoy día, la formulación más convencional es muy cierta. Hasta ayer, la Inquisición española era un pasatiempo para los aficionados a las cosas antiguas. Los acontecimientos de los últimos años y, sobre todo, de los últimos meses la han convertido en una terrible advertencia. El autor debe pedir al lector escéptico que crea que, pese a parecer lo contrario, el presente libro se basa en fuen- * Profesora de Estudios Hispánicos y Comunicación Intercultural en la Universidad de Am- beres y de Antropología en la Católica de Lovaina (Bélgica). Ha sido profesora visitante en la Ecole des Hautes Etudes en Sciences Sociales (París) y en las universidades Federal de Santa Catarina (Brasil), de Constanza (Alemania), Complutense de Madrid, de La Coruña, Rovira i Virgili de Tarragona e Internacional Menéndez y Pelayo, entre otras españolas. 8 / Nuestra Memoria tes, manuscritas además de impresas, tan dignas de confianza como ha podido encontrar, y no es una sátira de la situación actual.1 A pesar de esta perspicaz advertencia, los historiadores han eludido la confrontación sistemática de ambos casos históricos desde una perspectiva comparatista. Aparte de criterios estrictamente profesionales (el impedi- mento deontológico de transgredir las fronteras históricas y geográficas que separan a la España inquisitorial de la Alemania nazi), la carga polémica y emocional que suscita tal planteamiento ha significado un freno para muchos historiadores. Mi propia decisión de analizar ambos casos -no como historiadora, sino como antropóloga- vino como reacción a la polémica que hubo en la prensa española, a finales de 1999, a raíz de la traducción al castellano de la obra de Benzion Netanyahu Los orígenes de la Inquisición,2 que contiene un breve apéndice en el que este historiador reflexiona sobre “El racismo en Alemania y en España”. En la prensa española, historiadores como Antonio Domínguez Ortiz o José Antonio Escudero, director del Instituto de la Inquisición, criticaron la interpretación de este tribunal como “racial” o “racista”. Contra la tesis de Netanyahu, Escudero alegó lo siguiente: Si la Inquisición fue racista contra los conversos judíos, ¿por qué persiguió también a los moriscos?; ¿eran ellos de la misma raza? Y si fue racista contra los judíos conversos y los moriscos, ¿por qué per- siguió a los protestantes españoles?; ¿cuál es aquí la raza común? Y si fue racista contra conversos, moriscos y protestantes, ¿por qué persiguió también a los cristianos viejos y luego a una multitud de eclesiásticos, frailes y monjas, obispos, cardenal de Toledo, etcétera? ¿Cuál era la raza perseguida por la pretendida Inquisición racista?3 Una comparación somera con el caso alemán basta para revelar las de- ficiencias interpretativas del argumento de Escudero. Traducido en térmi- nos de la realidad nazi, vendría a decir tanto como que si los nazis eran racistas con los judíos, ¿por qué entonces persiguieron a los asociales, ho- 1 Roth, Cecil. La Inquisición española. Barcelona, Ediciones Martínez Roca, 1989. Trad.: Ricardo García. 2 Netanyahu, Benzion. Los orígenes de la Inquisición en la España del siglo XV. Barcelona, Crítica, 1999. Versión en inglés: Netanyahu, Benzion. The origins of the Inquisition in fifteenth century Spain. New York: Random House, 1995. 3 Escudero, José Antonio. “Netanyahu y la Inquisición”, en: El País, 19/1/00, pág. 14. El etnicismo político y la exclusión del judío. 1492-1942 / 9 mosexuales, testigos de Jehová, enfermos mentales, comunistas, etc.? Y por lo mismo, sería negar el carácter racista del nazismo. Un enfoque pluridisciplinar La perspectiva del perpetrador El problema del enfoque victimista es que nos obliga a redefinir la po- lítica de exclusión del Estado perpetrador en función de cada grupo de víctimas. Para superar la visión fragmentada a la que conduce este enfo- que, Raul Hilberg, en su libro La destrucción de los judíos de Europa,4 recomienda adoptar la perspectiva del perpetrador. Si adoptamos la pers- pectiva de tal Estado descubrimos que tanto la España casticista como la Alemania nazi obedecían a un mismo impulso etnicista; a saber, la bús- queda de un orden nacional radicalmente cohesionado, disciplinado y sin- cronizado (Gleichschaltung) en torno a una identidad estimada esencial (ya fuera religiosa o racial). Para realizar este ideal utópico se procedió a la eliminación de lo étnicamente impuro, la sangre ajena que contamina el cuerpo colectivo (Volkskörper). Conviene aclarar aquí, sin embargo, una diferencia importante entre la política inquisitorial y el nazismo. Mientras que de cara a sus minorías étnicas, la Alemania nazi optó sin vacilar por la exclusión y la segregación, la política inquisitorial se define por su op- ción asimilacionista; es decir, la inclusión imperativa de las minorías en la sociedad mayoritaria mediante el bautismo o la conversión al catolicismo. Y fue precisamente esta misma opción asimilacionista la que condujo a la expulsión de las minorías que étnicamente no encajaban en el nuevo proyecto político o que lo rechazaban ideológicamente. En el marco de esta política asimilacionista fueron expulsados de los reinos de Castilla y Aragón los judíos, en 1492, y la población musulmana, entre 1502 y 1525. Numerosos judíos y musulmanes se convirtieron al cristianismo y sufrie- ron, a su vez, la exclusión social. Aparte de la persecución inquisitorial, el principal