La frontera oriental del asturiano

Se sabe hace ya tiempo que los rasgos más generales del bable asturiano avanzan también por el ángulo oriental del Prin­ cipado; pero desconocíamos hasta ahora su alcance y vitalidad en esos lugares extremos. Con nuestro trabajo hemos pretendi­ do, pues, determinar los confines orientales y el grado ele con­ servación de algunos el e lo s resultados que caracteri zan el domi­ nio asturiano. E n este quehacer hemos podido comprobar que corren juntas o muy próximas las fronteras el e varios fenómenos lingüí sticos. E n el levante el e nuestra región se locali za un haz ele isoglosas muy apretado y abundante que sigue, de norte a sur, la línea del río Purón y el límite administrativo ele Cabrales y Peñame­ llera Alta. A la izquierda qu edan los resultados del tipo muyer, xatu, cansada, jueya, motín, ·no i (- :vos) di.1:o la verdá, la mió casa; y hacia oriente tenernos ya las realizaciones mujer, jatu., cansá, h. o ja, molinu., no li (- lis) dijo la verdá, la mí casa, propias del dialecto cántabro o montañés (y en parte, también del cas­ tellano). E n las tierras junto al mar, las varias isoglosas hacen frontera común ; sólo en las comarcas del interior se apartan ligeramente en algunos puntos ele su trazado. Veamos los he­ chos con detalle : 174 BOLETÍN DE LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA

I. Límite de /y/ ( < / L yodj).

La frontera del fenómeno coincide al norte con el curso del río Purón; en el sur montañoso divide los concejos ele Cabrales y Peñamellera Alta. A la izquierda el e esa línea, pues, el resul­ tado del grupo /L yocl/ 1 es /y¡ ; a la derecha, por el contrario, 2 la solución es un sonido aspirado: / h/ . E l límite se mantiene con bastante firmeza; apenas existen vacilaciones en las locali­ dades fronterizas (salvo en un caso que detallaremos abajo). Tenemos /y/ en Cue: nnryer, arveyu ("gui sante"), mayar, aguya, teya, vieyu; Anclrín: fueya, tayu, panoya, caleya ("ca­ mino, calleja"), reya, cuayu.; San Roque del Acebal: ayu ("ajo"), fueya, mayuelu ("badajo"), fino)' !! (" hinojo"), oreya, vieyu.; P urón : esperteyu ("murciélago), jiyu, oyu ("ojo"; el oyu'l Purón "el manantial del río Purón"), 1rwyada, calleya, teya; Arangas: nwyar, m.ayu., mayuelu., _cuayar, cuayaos (pero también m ujer, aju, nava fa, pano fa ... ); Asiego: mayar, arve­ yos, ove-ya, nava:ya, reya, vieyu; Poo: fueya, 1nwyuelu, taynela. caleya, pano ya. teya, Arenas: nwyar, tayu, oyu, aguya, cuayu, Teyu ("cordel ele cerdas"), y Sotres : ayu, fueya, trabayu, ceya. pioyu, vieyu. La realización aspirada, jh¡, la encontramos en P uertas, Rie­ go y Vicliago: hifu, a?"vefos, ofn, ca.!!efa, ovefa, viefu; Penciue­ les: tafu, esp ertefu, aúja, panofa, orefa, teja : P ie ele la Sierra y Santa E ulali a ele Carranzo: 11utjer, hofa, manfnelu, ofu, refa, cuafu.; Tresgranclas: tafu, arvefos, majar (pero 111azu), ove fa, cal!efa, 'l/l:eju: : hifu, espertefu, 1nanjuelu, o fu (el ofu el Cabra "dícese del manantial del río Cabra"). panoja, reja:

Con /L yo cl / nos referimos a los grupos / lj , k'!, g' l, t'l/ que con­ fluye ron en un mismo resultado: /L (en contacto con) yod/ > /!/ > /y/ en leonés. 2 Como ocurre en otras regiones de aspiración, la solución final ele esos grupos se identifica con la de /F-/ > /h-/. Para la naturaleza del sonido aspirado en esta zona, véase L. Rodríguez-Castellano, La aspira­ ción de la "!J" en el oriente de A stu.rias, Oviedo, IDEA, 1946, esp. pági­ nas 21-26. De todos modos, en nuestros ejemplos acomodamos la orto­ grafía a la del español, es decir, representamos la aspiración por medio de la " j .. (jota) y respetamos la " h " muda. LA FRONTERA ORIENTAL DEL ASTURIANO 175

Rozagás: moja, hoja, ·rnaja1', 1naju ("mazo"), cuajar, teja; Alles: ataju, aju, piofu, graja, f'inoju, vieju; Trescares: nwjar, 1'naju, majuelu, arvejos, oveja, cuaj11, y Oceño: hiju, ·majuelu, hoja, navaja, calleja, reju a Según nuestras impresiones, la solución local /y/ se practica co n mayo r intensidad en Sotres, Asiego, Purón y Cue, ele entre los lugares fronterizos explorados. E l punto que ofrece mayores vacilaciones es Arangas. En el regi stro coloquial y familiar ele los lugareños, ciertas palabras admiten /y/ y / h/ , y otras, al parecer, han fijado uno de los sonidos. Pero tampoco la situación es uniforme en este sentido. En más de una ocasión, las varias personas que pudimos reunir como informantes di scutieron entre sí acerca de las voces casti­ zas sin llegar a un acuerdo. Según las anotaciones que figuran en nuestro cuaderno, los térm.inos aceptados por todo el grupo se ordenan del siguiente modo: siempre con / h/ 11111jer, moja, aju, oju, navaja, esperteju, panoja, oreja, calleja; / y/ y /h/ en arveyos- arvejos, jueya- hoja, jíu- hiju. re_vu- reju, ovcya­ oveja. agnya- aúja, vieyu- vieju: y no dudaron en 1Nayar, nrayu, mayuelu, cuayar, cu.ayu., cilwyaos ("vari edad de quesos del lugar"). ¿Cuál pudo ser el resultado originario ? Si consi­ deramos las varias ci rcunstancias que han podido condicionar el habla ele la localidad, hay que tener en cuenta los siguientes hechos: de un lado la presión ejercida por el español normativo y por la modalidad del concejo vecino. y del otro, la influencia de Arenas, centro comercial y admini strativo. Se podría pensar que la /y/ de algunas voces se debe a la atracción ejercida por el habla de la villa, variedad más prestigiosa. Pero lo cierto es que en nuestros interrogatorios. realizados casi siempre ele modo indirecto. surgieron espontáneamente y sin vacilaciones los tér­ minos mayu, mayu.elu , cuayaos (los quesos que se hacen en el pueblo "desde siempre"), etc. ¿Es. pues. /y/ la solución autóc• tona, y la /h/ resultado de aquellas otras circunstancias? Tal

" E l sentido ele esta palabra me lo aclaraba Alejandro el ele Milclón en los siguientes térn1inos: "Es un cordel que se hace el e serclas del rabu ele la vaca. Se usa muchas veces hechu un ruetiu como colacler, pa colar la leche en el monte y por áhi. Sí. en Arenas se llama reyu, y en Oceño 1'~j1t." 176 BOLETÍN DE LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA vez, pero los mismos condicionamientos operan en otros lugares (e, incluso, con mayor intensidad) y, sin embargo, el sonido pri­ mitivo se mantiene con firmeza. Por todo ello, y a la vista ele los elatos que poseemos, nos parece que lo más acertado es con­ siderar el pueblo ele Arangas como punto ele coexistencia ele ambas soluciones (/y1 y / h/) desde tiempos antiguos. En Puertas ele Vicliago, uno ele los informantes de más edad creía recordar que en su niñez era posible la alternancia ele so­ nidos en estas voces: tayu- taju, oveya- oveja y mayuelu- 11/a­ juelu. Pero las demás personas consultadas lo rechazaron abso­ lutamente; con plena conciencia del fenómeno aseguraban: "Eso de oveya y 111ayu,elu lo dicen ya por Purón, por San Roque y por áhi ... , p'acá siempre se elijo como en La Montaña". 4 Como ya hemos indicado en otro lugar , la pérdida ele la aspirada inicial en palabras como hiju y hoja es consecuencia ele la di similación. En el espacio comprendido entre las isoglosas ele f- 1 h- 5 y -y-/ -h- tenemos jueya y jiyu (a veces jíu, embe­ bida la /y/ en la vocal palatal precedente). Rebasado este último límite, el resultado es ya hoja, hiju. La doble aspiración se sim­ plifica suprimiendo el sonido más antiguo en el tiempo y pri­ 6 mero en la secuencia fónica . Pero si la sí laba inicial es átona no se produce necesariamente la reducción, así tenemos: jinoju 7 8 (Alles, Cimiano, Tuclanca) , jujuelas "frisuelos" (Espinama)

4 F. García, "Sobre la aspiración en la provincia de Santander", Pu­ bliwdones del Iustüu.to de Etnogmfía y Follilore (l11stitución Cnltnral de Cantabria.), IV, Santander, 1972, pág. 23 r. El mi smo razonamiento en R. Penny, Est1tdio estrnctttral del habla de Tnda11ca, Tubinga, 1978, pá­ gina 6r. 5 Para la frontera de /f-/ y /h-/, véanse : L. Rodríguez-Castellano. op. c-it. en nota 2; y A. Galmés y D. Catalán, "Un límite lingüístico ", RDTP, II, Madrid, 1946, págs. 196-239. 6 En Tresviso (Santander) no se llegaron a confundir los sonidos. La /F-/ inicial latina se continuó en una / h/ aspirada, y el grupo /L yod/ dio como resultado la velar /x/. Cfr. M. Alvar, "El Atlas lingüístico y etnográfico de la provincia de Santander (España)", RFE, LIX, Madrid, 1977, págs. 8r-II8. En ese lugar tal vez se haya conservado la aspiración en los descendientes de f i 1 i u , f ií 1 i a 7 Para Cimiano (Peñamellera Baja), véase L. R.-Castell ano, op. cit., pág. 23. En Tudenca, R. Penny, op. cit., pág. 66. 8 L. Rodríguez-Castellano, "Estado actual de la 'H' aspirada en la provincia de Santander", Archivnm, IV, Oviedo, I954, pág. 437. LA FRONTERA ORIENTAL DEL ASTURIANO I77 y otras voces de uso corriente en La Montaña como rejendija "rendija", jorcaju "horcadura", etc.

2. Límite oriental de /s/ (conservada).

La frontera oriental ele /'S/ coincide aproximadamente con la de /y/ ( < /L yocl/). Las escasas divergencias entre ambos lími­ tes se localizan en algunos puntos meridionales, donde /5/ pa­ rece recogerse ligeramente hacia el interior ele la región. De otro lado, este rasgo bable ofrece en las zonas fronterizas un grado ele caducidad mayor que el representado por muyer o na­ vaya. Ya no es fácil que aparezca con regularidad en la con­ versación espontánea ele los nativos, salvo en unas cuantas voces en las que se mantiene con firmeza. Pero éstas, según los lu­ gares, pueden ser arcaísmos locales o "palabras viajeras". De­ bemos, por ello, ser cautos en las apreciaciones. La frontera del fenómeno presenta, pues, un área ele imprecisión más dilatada que en el caso anterior. He aquí lo s resultados ele nuestras co­ n·erías: Se conserva /5/ 9 en Cue: xelar, xatu, cwra, vexiga, páxa- 1'1t; Anclrín: xatu, xareu ("jaleo"), m.exar, puxa?', aba,ru, co,ru; San Roque: xelar, xuncu, ,rabón, :rugar ("enjugar"), exa ("eje"), dexar; Purón: xatru ("jato, ternero"; el xatu de los otros lugares), a.runtar, caxilón ("cangilón"), paxu. ("canasta ele m,imbre"), gargax u, tixeTas ; Asiego: xumt ("junio"), xunetu ("julio"), xarru. ("jarro"), caxiga, espantaxu , u.,rar ("azuzar") ; Poo: xelar, xetu ("seto"), 111exu ("orina"), coxu., pu.xa?', pá­ .'raru, y Sotres: xineru ("enero"), .runtu, .raru ("mosqueado"), quexada ("quijada"), refa.ru., cerexas ("cerezas"). A partir ele estas localidades en dirección este ya no se en­ cuentra el sonido bable. Sólo puede oírse, más o menos deforma­ do o adaptado, en dos o tres palabras que se repiten en los dis­ tintos lugares: xatu (Puertas, , Rozagás, Trescares), xarett (Puertas, Pendueles, Oceño ). N o son, pues, elementos 9.. En los ejemplos utilizamos la "x" de la ortografía bable . BOLETÍN DE LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA

castizos, sino préstamos ele las hablas vecinas que conviven con 10 las formas locales . Los puntos más di sc utibles en cuanto a su ubicación o no en zona ele /'S/ podrían ser Arangas y Arenas. Ciertamente, en otros muchos aspectos se inclinan del lado de las hablas cabra­ liegas, pero no parece que ocurra así en este caso, por lo menos en nuestros días. En general, las palabras ele uso corriente ofre­ cen los mismos resultados qu e en lo s concejos más orientales, a saber: "aspiración" '1 y "cero fónico " : ju.ncu., jabón, funio, jabalín, coju, eje, ·madeja, helar, enero, etc. E n la primera ele las localidades, sobre un cuestionario ele no menos el e 30 voca­ blos familiares a los lugaref1os, sólo pudimos anotar :ratu y ;ra­ reu, y uno de lo s informantes ele edad avanzada nos indicó que también solí a decirse la ve.1:iga. el cochu. En Arenas hubo ma­ yores vacilaciones, pero nuestra impresión respecto ele la pre­ sencia actual de /'S/ fue asimismo negativa. Las varias personas encuestadas sólo admitieron, con seguridad en sus afirmaciones, :ratu, :ra.reu y 1nexa.r; en otros pocos términos no se pusieron ele acuerdo, y en la gran mayoría ele ellos rechazaron el sonido. No aparece siquiera en las voces más típicamente locales. Así, cuando nos interesábamos por el nombre del "cercado ele varas o palos entretejidos .. . o el cercado ele arbustos o zarzas", sur­ gió espontáneamente y se mantuvo con firmeza la palabra jetu (también en Arangas ), la cual se encuentra aislada entre el es­ pañol seto y las formas de las aldeas vecinas: xetu. (hacia occi­ 12 1 dente) y sietu (en dirección oriental) ". La presencia de este

1 0 Generalmente, en estos casos la sibilante se realiza co n algún ma· ti z palatal (tratando de imitar el sonido originario); aunque también es corriente que en su lugar aparezca el grupo [sj-]: [sjátu] (es decir, s más sem iconsonante palatal), y a veces incluso [s-] : [saréu] . 11 E l resultado último de las antiguas sibilantes palatales se identi ­ ficó con la aspiración anteriormente establecida, es decir, con la / h/ < /F -/. Cfr. la nota 2. 12 Esta forma la anotamos en Poo y Sotres. También se halla reco­ gida en otros trabajos sobre la zona: ]. Alvarez Fernández-Cañedo, E l habla y la rnltura pop:!lar de Ca/n·a/es, Madrid, C. S. I. C., anejo LXXVI de la RFE, 1963, pág. 33; y S. Blanco Piñán, "Vocabulario asturiano de la parroquia de Meré () ", BIDEA, 71, Oviedo, 1970, pág. 55 1. 13 De uso corriente en las Peñamelleras. (En algunos lugares, como Rozagás, además de esta voz tenemos sietura ,:setura " .) También es co - LA FRONTERA ORIENTAL DEL ASTURIANO I79

14 vocablo y ele otros parecidos (jerra "sierra") , así com.o la si­ tuación actual ele los hechos, nos hace suponer que en Arenas se cumplió el paso /'S/ > jhj, o cuando menos hay que admitir la coexistencia y vacilación desde antiguo ele /'S/ y j hj.

3· Límite oriental de la terminación j-ádaj.

La frontera que separa /-ácla/ ele / -á/ corre aproximada­ mente la misma línea que las anteriores; sólo se aparta en al­ gunos puntos ele su trazado, donde avanza ligeramente en di­ rección oriental. Se practica la terminación / -ácla/ con regularidad a la Iz­ quierda ele la línea Anclrín-Purón-Rozagás-Arenas-Sotres, m­ cluidas estas localidades ele referencia. La solución con / -el-/ m­ tervocálica rebasa, pues, el límite administrativo de Cabrales y 1 se interna en el n1,unicipio contiguo hasta la aldea de Rozagás '. En esos lugares fronterizos tenemos reali zaciones como: azada - :;;ada, carrada "camino en la mies", rosada, embozada- ambo­ zada- 111ozada "almorzada", tachada "tochedad, dicho o hecho 16 el e persona tocha", cansada, cerrada, etc. . Del otro lado, nos encontramos con la ausencia de consonante en el habla coloquial de Puertas, Riego, Vidiago, Penclueles. Tresgranclas, Boquerizo, Ruenes. Alles, Trescares y Oceño. Son de uso corriente las for­ mas: a:::á, carrá . msá, em bozó- a1'nbozá, tochá, cansá, cerrá, etc. ; nacida en la provincia de Santander, por Jo menos en la mitad occidental. Para la explicación del diptongo (frente a la adiptongación del castellano general), véase ]. L. Pensado, "Estudios de lexicografía asturiana", Ar­ chivnm, X, 1960, esp. págs. wS-109. 14 ]. Álvarez Fernández-Caíieclo recoge .re·rra, o p. cit., pág. 214; pero en Arenas es jerra "sierra, línea ele montañas". Aunque en este caso po­ dría tratarse ele una palabra importada, ya que el trueque [sj -] > [s-] y posterior aspiración (o ve larización) se cumple también en varios puntos de Santander. 1 5 Esta aldea se encuentra actualmente en zona de / -áda/, aunque el topónimo parece indicarnos una solución originaria distinta. 16 La /-el-/ intervocálica vacila en el centro ele Asturia s; pero se practica con regularidad en los bables occidentales y orientale s (por acá, naturalmente, hasta el límite señalado) . 180 BOLETÍN DE LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA al igual que en el resto del levante asturiano y en la provincia 17 cántabra . El núcleo formado por La Borbolla, Pie de la Sierra y San­ ta Eulalia ele Carranza ofrece una situación menos definida. Se­ gún nuestras observaciones, en el habla corriente ele ese reducido espacio coexisten actualmente ambos resultados, aunque predo­ mina con clariclacl la terminación /-á/ Junto a azá, sudá, cestá, cerrá y otras muchas voces, pude anotar helada, casada, etc., con una / -el-/ reducida y débil. De otra parte, la /-el-¡ intervocálica ele las terminaciones masculinas correspondientes no existe en ninguna ele las loca­ lidades visitadas. La solución /-áu /, como es sabido, cubre casi 18 por completo el territorio astur-cántabro . Una excepción, ais­ lada en el levante asturiano, la tenemos en la aldea de Bulnes, en pleno corazón de los Picos de E uropa, donde se mantienen con firmeza los finales en /-ácluj.

4· Límite oriental de la diptongación de /r)/ ante j L yodj. La frontera oriental ele este fenómeno viene a sumarse a las anteriores; con la particularidad ele que en los lugares extremos, según nuestros elatos, sólo existe un caso seguro ele diptonga­ ción, el término jueya. Es conocido y usado en Andrín, San Ro­ que, Purón, Arangas (en este punto ti ene escasa vitalidad), Are­ nas, Tielve y Sotres. Se ha especializado con el sentido ele "ho­ jarasca, hierbas ásperas, maleza y otras plantas menudas que sirven para cama del ganado". Debido a ello se emplea (y se recuerda) fundamentalmente en frases como vmnos a jueya. En las demás acepciones ha sido desplazado prácticamente por el vocablo castellano; lo corriente es hoja de papel, hoja de afei­ tar, hoja del árbol. Las otras voces que en algún momento ele su evolución pasaron también por la fase ele /Q + L yod/ no parece que hayan diptongado; así tenemos: moya ("moja"), oyu ("ojo") y birgoyu ("bisojo", ésta en San Roque del Acebal) tn

1. 7 Véase, por ejemplo, el mapa número 22 (a Bada) del ALPI. 18 V éanse los mapas SS (wad?"Gdo) y 6s (desbocado) del ALPI. 19 Coincidimos con las apreciaciones el e D. Catalán y Alvaro Galmés, "La diptongación en leonés", A1·chivu.m, IV, I9S4, págs. 87-147; para este particular véanse las págs. II I-I 12. LA FRONTERA ORIENTAL DEL ASTURIANO r8r

Los resultados del tipo güeyu, bisgüe;m o mueya aparecen ya con frecuencia en el tercio occidental de Llanes y de Cabrales ; pero el límite actual es muy borroso. Hemos anotado oyu. en Porrúa, Vibaño, Asiego y Poo ; aunque la otra solución era también familiar a todos los informantes. En Meré, junto a oyH se han recogido giieyar ("Aojar"), g1:ieyada ("Ojeada"), bis­ giieyu. y mueyu ("rem.ojo") :lo. En el valle de San Jorge, al pa­ 21 recer, sólo tenemos las formas diptongadas ' . En el trabajo ele J. Alvarez Fernández-Cañedo sobre Cabrales se citan giieyu y 22 1'nueya, pero también bisoxu • Con yod tercera y cuarta, la vocal /Q/ del latín vulgar siguió la misma suerte que en castellano, aunque tal vez con alguna va­ cilación. En todo el dominio del bable oriental, según nuestras anotaciones, tenemos: poyu., hoy (también húy), noche- noclú, co,r·u ("cojo"). El único resultado discutible podría ser huy, que aún pervive en algunas localidades cabraliegas, como Sotres, Tielve y Bulnes. Pero en esta zona puede tratarse ele un pro­ ducto ele la inflexión metafonética, y no necesariamente ele la reducción ele un hipotético triptongo ~ 3 •

S· Li111Üe oriental de la terminación /-ín/ ( < INUM).

El área ele /-ín/ se detiene asimismo a la altura ele los lími• tes anteriormente señalados. En este caso la isoglosa puede tra­ zarse con bastante precisión. Coincide al norte con el curso del río Purón y se continúa en el interior por la línea divisoria ele

!20 S. Blanco Piñán, "Vocabulario asturiano el e la parroquia ele Meré (Llanes) ", B ID EA, n. 0 71, 1970, págs. 507-556; y n. 0 75, 1972, págs. 99-129. 2 1 G. Lavercle Ruiz, "Apuntes lexicográficos sobre una rama del dia­ lecto asturiano", Revista rle Ast2wias, año III, 1879, págs. 369-372, 395- 398; y año IV, 188o, págs. 24-26, 38-42. '22 Op. cit., págs. 2ro, 133- y 194, respectivamente. ·23 No obstante, ]. Alvarez Fernánclez-Cañeclo, en su libro ya citado varias veces, recoge el doblete coxn- cuexn, págs. 199 y 20r. Y en los valles pasiegos ele Santander reaparecen las formas diptongadas: biS1f.oj1t­ bisneju, 1meche, anueche, cu.oju- weju. (y también h1.ty), según R. Penny, El habla pasiega, Londres, 1970, pág. 6o. 182 BOLETÍX DE LA REAL ACADE_MJA ESPAÑOJ;,A

Cahrales y Peñamellera Alta, segregando del primero de los concejos la aldea ele Arangas, que se sitúa ya en zona ele /-inuj. Las formas del tipo 11wlín, cmn·ín, tocín, pollín, cstornín, pa­ drín, sobrín, vedn se conservan con notable vitalidad a la iz­ quierda ele dicho límite. N o obstante, en los lugares fronterizos, algunas ele ellas, como padrín, sobrín y vecín apenas son hoy co­ nocidas. Probablemente la influencia ele las hablas montañesas y, sobre todo, la presión del español normativo las han relegado al olvido; en su lugar aparecen las voces correspondientes en 24 / -inu/ : pad1-inu, sobrin.u, vecimt . También los préstamos to­ mados del castellano en fechas relativamente recientes conservan la vocal final en todos los lugares; como por ejemplo : pepinu y álantu. wrolinu. A la derecha ele aquella línea se practica sin ex­ cepciones la terminación / -inu/, como en la provincia ele San­ tander. Pero aún pueden añadirse otras consideraciones en relación con estos hechos. En el bable ele nuestros días, el morfema de plural. en combinación con masculino, se expresa media11te los siguientes recursos: -u / -os (vocal final modificada más conso­ nante /s/). tipo gatu. / gatos; 0 / -es. tipo nial / niales, y 0 J-os. tipo cam.ín / caminos, escarpín / escorpinas. roín / roínos. Este último procedimiento, característico del bable. sirve para formar el plural ele todos los nombres y adjetivos terminados en /-ín/ , incluidos los diminutivos y afectivos: _,,afín / .ratinos. pequeíi-ín / pequefí.inos. Afecta también a algunos sustantivos acabados en / -z/ (es decir, j-Bj) como rapaz/ rapazas y 1·naíz / 1naízos z:; . Veamos qué ocurre co n el plural j-osj en estos lugares ex­ tremos. En Cue se mantiene la situación bable. En Andrín; Pu-

"" En la década de los cuarenta, ]. Alvarez Fernánclez-Cañedo no encu ~ ntra excepciones en Cabra les: " Todos los terminados en -in o apoco­ pan la vocal ", o p. cit., pág. 29; y en el vocabulario final incluye vecín. sobdn y paddn, entre otros muchos. Con relación a estos términos nosotros hemos obtenido los siguientes elatos : en Sotres y Asiego pad1·ín, pero vicimt. y sobrúm; en Poo recogimos sobrín, pero ZJCCÚ III y padrinu, y en Arenas vecimt, sobrilm y padrúm. z:; V éanse para estos hechos A. M-" Cano, M." V. Conde. ]. L. Gar­ cía Arias y Francisco García, Gramática bable, Oviedo, 1976, págs. 35-36; y ]. Neira Martínez, El bable. Estructura e historia, Salinas, 1976, pági­ nas ro2-T03. LA FROl\TERA ORJ E:\TAL DEL ASTURIANO

rón y San Roque tenemos siempre /-os/ en los nombres tenni­ nados en / -ín/ que corresponde a / -ino/ o / -inu/ de otros lu­ gares. por ejemplo: 71/olín /molinos, W'NIÍn / ca111inos; pero com­ piten / -os/ y / -es/, con predominio de la variante asturiana, en los otros tipos. así: escarpín / eswrpinos- esca:rpines, .'m balín ("Jabalí ") / xabalinos - x abalines. m ín / roínos- roínes, guapin / gu.apinos- guapines. E n el caso ele los nombres en / -z/ , es de uso común y corriente el fo rmante /-es/: maíces. rapaces, pero lo s más ancianos recuerdan un antiguo plural /-os/ 2 u En el co ncejo ele Cabrales, Asiego y Poo practican sin vacilaciones el plural /-os/: cam-inos, 1nolinos, escarpinos, .rabalinos. xatinos. chiquitinas; y tampoco hay duela en mpaces y maíces. La ex­ cepción se cumple en Arenas y Sotres. En estas localidades ha triunfado el plural / -es/ para todos los casos. Son ejemplos de Arenas : 11wlines. camines. tocines. fabaünes, escnrp·ines. roínes, peqnei1ines. rapaces y ·maíces. Y recogidos en Sotres: motines. camines. padrines. ta pines. esrat'fJines, roínes. chiquitines, mpa­ ces y 111aíces. E n zona el e / -i nu/. el plural se reali za ya como en el occi­ dente el e La Montaña. a saber : -u./ -os para cam.inu /caminos. Nw linu /molinos. y 0 / -es en fabalin / fabalines, escarpín / es­ rarpines. roín / roínes, Ja.tin / fatines. ch.ava!ín / ch.a.vaz.ines. No obstante. hay dos términos que requieren expli cación. se trata de orinas "ori nes. orinas" y arzolinos "orzuelos" . Son ele uso corri ente en la franj a oriental de Llanes. en las Peñamelleras y en Ribadecleva. también en Sotres y en Arenas. P ero no son excepciones: en todos estos lugares el singular se hace en /-inu/ . 27 es decir: orin.u y arzolinu (como golondrinn) .

2 r; En San Roque del Acebal interrogábamos conjuntamente a tres campesinos, dos de ell os con medio siglo a cuestas, aproximadamente, y un tercero que ll evaba bastante bi en los noventa años. Aquéllos decían con seguridad rapaces y maíces, pero este último admitía un plural en /-os/ antiguo. y pa ra confirmarlo ¡·ecitaba un refrán local que advierte as í: Besos :l' ab razos no hacen ra¡,azos. pero tocan a viésperas. 27 E l término arzolinu -os convive en algunos puntos con argo!fn-es como en las hablas centrales (cfr. Josefina Martínez, Bable y castellano l'n 1'1 co 11 cejo de Oviedo, Oviedo, rg68, pá.g. 35 : ar::melu.- m·zolín). Debido a ell o. los propios usuarios vaci lan a veces en la fo rmación del plural, y así tenemos ar::;o/imt -os. -es y arzolín -es, -os. El otro vocabl o, o1'iuu -os I84 BOLETÍN DE LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA

6. Lí11tite oriental del co11tple1nento ji, )lOS}.

La isoglosa de j i, yosj se alinea en el mismo haz que las anteriores. Pero no ofrece vacilaciones en los puntos fronterizos. La línea divisoria se puede trazar con mayor precisión y segu­ ridad que ninguna otra. Y ello es así porque las formas típicas de complemento se hallan fuertemente arraigadas en todo el do­ minio bable, incluidos los lugares extremos. En el habla corrien­ te ele estas localiclacles últimas apenas han penetrado los elemen­ tos foráneos. La alternancia es mínima, y cuando ocurre, pre­ 28 domina claramente la variante asturiana ' • Además, los rasgos de índole gramatical, como es el caso, se detectan con suma faci­ lidad. Los hablantes, por lo común, no son conscientes del fe­ nómeno, o bien, aunque lo conozcan, no pueden evitarlo del todo al cambiar de registro. En consecuencia, las formas locales fluyen en la conversación desde el primer momento, antes de que se es­ tablezca en el grupo el clima de confianza necesario para lograr la espontaneidad. Algo parecido puede decirse de los lugares más próximos del otro lado ele la frontera. Los resultados originarios jli, lis/ se mantienen con notable vitalidad. Sólo en los núcleos de población situados al borde ele la carretera principal han sido desplazados en parte por las formas correspondientes del cas­ tellano. El límite lingüístico, de norte a sur, sigue la línea del río Purón y la divisoria administrativa ele Cabrales y Peñamellera Alta. Hacia el oeste se encuentran los referentes ele complemen-

(" el mexiu de los animales", según me aclaraban en Sotres), se mantiene con vitalidad plena y sin competencia (inCluso en territorio ele /-ín/). 28 Ya hace muchos aüos que don Ramón Menéndez Pida! observó la vitalidad de estos elementos en el habla de los asturianos : "Esta for­ ma de dativo es en uno de los rasgos dialectales más arraigados, de los últimos que olvidan en el habla familiar las personas cultas que se expresan en castellano", El dialecto leonés, reimpresión del I. D. E. A ., Oviedo, r962, pág. 94. Medio siglo más tarde, aproximadamente, Lorenzo Rodríguez-Castellano escribía estas palabras: "En cambio el dativo y os "les'' se oye incluso a gentes instruidas el e Ovieclo, Gijón y Avilés", en la pág. I30 de su artkulo "El pronombre personal en asturiano ", BIDEA, XV, r952, págs. II9-I30. LA FRONTERA ORIENTAL DEL ASTURIANO to típicamente bables, como por ejemplo: no i dixo la verdá, dio­ yos el dineru. Las formas j li, li s/ se extienden por la banda oriental del concejo ele Llanes, comprenden íntegros los el e Pe­ ñamellera Alta, Peñamellera Baja y Ribaclecleva y se continúan por tierras santanderinas. En estos lugares tenemos frases como: 9 echáwwsli azucar, porqu,e si no, no lis gusta :2 . En relación con estas cuestiones, es decir, refe rido al subsis­ tema pronom,inal átono, se puede recordar otro fenómeno gra­ matical el e gran personalidad que actualmente se encuentra ais­ lado en el levante asturiano. En primera y segunda persona sin­ gular se distinguen las funciones "implemento" / "complemento" 30 mediante las formas 11M, te/ mi, ti, respectivamente . Es pro­ bable que en épocas pasadas se extendiera por amplias zonas ele nuestra región, según dejan entrever los documentos medieva­ 31 les . Los puntos más orientales del interior donde aún se puede comprobar su funcionamiento son Asiego, Poo, Sotres y Tielve. Por ejemplo: amojéme toa; viome en la taberna ; subióte a cues­ tas frente a no mi gusta el vinu ; ¡a e ércati!, que ti va a pregun­ tar unas palabras: ¡a ver!, qu e mi e.xpliqu.e a mf lo que trai en­ tre manos. En Arenas ya no existe, ni tampoco en Arangas. La fron­ tera se mantiene entre Poo y Arenas con bastante firmeza, a pesar ele la proximidad y fácil y frecuente comunicación entre ambas localidades. Los nativos y residentes en estos lugares son conscientes ele las diferencias entre ellos. Los el e Arenas no va­ cilaban al decir que las formas mi, ti (frente a me. te) las iba a

29 Véase el artículo de Rodríguez-Castellano citado en la nota ante­ rior, y también el nuestro: "Los pronombres personales en el oriente de Asturias", Estudios 3' tmba:,•os del Seminaritt de Llingna A sf1wiana, II, Oviedo, 1979, págs. 47-56. 30 La primera mención data ya de finale s del siglo pasado; corres· ponde a G. Laverde Ruiz en "Apuntes lexicográficos sobre una rama del dialecto asturiano", Ihtstración Gallega y Asturiana, 1879, págs. 371-372. H asta fechas muy recientes no se ha vuelto a dar noticias el e este fenó• meno; véanse ahora en el artículo ele J. L. García Arias, "Distinción ele casu en bable: un cl atu llingiiísticu perinteresante", Ast1wias Semanal, n. 0 406, Oviedo, 16-IV-1977; y más detenidamente en nuestro trabajo ci­ tado en la nota anterior. 31 Según observaciones del profesor E. Alarcos Llorach. 186 BOLETÍ:'\ DE LA REAL ACADEMIA ESP,\ ÑOLA

encontrar ya en el pueblo colindante. Los otros, los ele Poo, me advirtieron que ellos empleaban mi, ti (y me, te), pero que en Arenas no lo practicaba nadi e. Arenas y Arangas se apartan, pues, ele los demás cabraliegos en este particular (y en otros varios, como queda dicho) y entran en la órbita ele m.e , te (indi­ ferentes para implemento y complemento) de las tierras más orientales. En las comarcas costeras el fenómeno se retira hacia el in­ terior. Lo hemos estudiado detenidamente en el centro y occi­ dente ele Llanes y en Ribaclesella (también en Onís. Cangas ele Onís y Parres). Pero no hemos podido localizar aún sus últimos reductos orientales: desde luego. no existe en las tierras próxi• mas al río Purón.

7· Límite oriental de los posesivos jnúó(s). tó(s). só(s) j.

También los posesivos típicos del asturiano dejan ele usarse a partir ele la línea ya señalada repetidas veces. La discordancia en el paradigma ele posesivos entre el astu­ riano oriental y la variedad montañesa radica únicamente en las distintas formas destinadas a la posición prenuclear del grupo nominal. En bable tenemos mió(s), tó(s), só(s). y en montañés mí(s), tú(s). sú(s). En ambos lugares, y en dicha posición, son elementos unigenéricos. llevan acento ele intensidad y van prece­ didos ele artícul o: así por ejemplo : el m ·ió pra.u, la mió casa, frente a elm:f prau. la mí casa. Hacia el norte. ya había fijado con acierto la línea divisoria don Lorenzo Rodríguez-Castellano: en su trabajo sobre el po­ 2 sesivo asturiano a • dice así : "En la parte el e la costa ya no exis­ 3 te mió en la parroquia ele Vicli ago (Llanes): el mí fatu" " • Más abajo vuelve a recordar: "Estas formas mió, tó, só dejan ele oírse al entrar . . . en la parroquia ele Vicliago en dirección 34 este" . Coincid e aquí. pues, con nuestras observaciones. Pero

32 "El posesivo en el dialecto asturiano ". BIDEA, XXXI. 1957, pá ­ ginas I7r-r87. 33 Art. cit., pág. r8r. 34 Art. cit., pág. 186. Nótese que la parroquia ele Vicliago tiene su límite occidental en el río Purón. LA FROl'\TERA ORIENTAL DEL ASTURIAl\'0 sus elatos disienten de los nuestros en lo referente a Cabrales. No encuentra en los pueblos ele este municipio las fo rmas carac­ terísticas del asturiano. Quizá haya que buscar la explicación en los distintos puntos elegidos y en el mayor o menor detenimien­ to e insistencia en la exploración. Nosotros, aunque veinte años después, logramos registrar tales resultados en los fo cos más apartados y conservadores. como son A siego. Tielve y Sotres. Rodríguez-Castellano tomó las notas en Ortiguero y Poo. dos localidades situadas sobre la carretera principal el e la comarca. E n esos lugares ya no existen las formas primitivas en la con­ versación ordinari a. aunque prácticamente todos los adultos re­ cuerdan haberl as oído en boca el e sus mayores. Si además con­ 3 sultamos el li bro el e J. Alvarez Fernández-Cañeclo '' . podemos dedu cir con todo ell o que los posesivos 111ÍÓ, tó, só eran de uso co rriente en el concejo el e Cabrales en la década de los cuarenta. aunque hov día apenas tienen vigencia. E n suma. la frontera que separa las fo rmas prenucleares ele los posesivos babl es y montañeses se sitúa. como las anteriores. sobre el rí o Purón y el lími te el e Cabrales y P eñamellera Alta. H acia oriente se practi ca ya. sin ningún tipo el e comp etenci a, la vari ante que hemos ll amado montañesa.

8. Co ncluimos, pues, que el tránsito entre el asturiano y el montañés se produce el e una manera brusca. ya que las líneas fronterizas el e los rasgos di vergentes se hallan prácti camente su­ perpuestas. La franj a oriental el e Llanes (el valle de P enclueles) y los municipi os el e P eñamellera Alta. Peñamellera Baja y Ri­ badecleva quedan segregados lingüí stica mente del dominio as­ 36 turiano y entran en la órbita el e las hablas cántabras . E n estos lugar es extremos del Principado no tienen actualmente vigencia ninguno el e los rasgos exclusivos del asturiano, según la cono ­ cicl a clasificación el e don Ramón Menénclez P ida! s? O dicho

3 ·' O p. cit. en notas ante riores. :>n E l sentimiento ling üístico del habl ante también participa de esta consideración. Los nativos de esos !ttgat·es, ante nuestra insistencia sobre la posibilidad ele ciertos fenómenos, apostil laban muchas veces su negati­ va con frases como esta : "Eso se dice ¡/allá, ¡/Asturias, aquí hablamos más parecí u a La Montaña, .. 7 3 El dialrcto /eo11 és, 2" ed .. Ovieclo, 1962, esp. la pág. 31. 188 BOLETÍN DE LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA

de otro modo, todas las particularidades dialectales que aún per­ sisten se continúan en la provincia vecina ele Santander. Esta­ mos, pues, ante una zona de administración asturiana, pero aje­ na lingüísticamente; ele manera análoga a lo que ocurre en las tierras más occidentales ele la región, donde las hablas se hallan más próximas a la moclaliclacl gallega que a la asturiana. Por ello se hace necesario reclasificar las hablas comprendidas en el solar asturiano, añadiendo un nuevo grupo hacia el extremo oriental del territorio : la variedad cántab1'o-asturiana. Las razo­ nes que han contribuido a acumular y a fijar los límites ele los fenómenos lingüísticos con tanta precisión como hemos visto ha­ brá que buscarlas, sin duela, en la historia particular ele las co­ marcas que configuran actualmente el rincón oriental del Prin­ cipado de Asturias.

FRANCisco GARCÍA GoNzÁLEZ. Departamento de Lengua Española. Universidad de Oviedo. MAR CANTABRICO PQSAOA.

P(IRIIUA • o PARRES

SAN ROQUE CONCEJO DE LLANES .

EL W.UUCU VI BAÑO STA. EULALIA • / ...... 1 DE C.IRRANZO .. .. 1 • • .... "PIE 0€ LA SIERRA• .,, 1 _ • ..,. ,• • 1 _,,-.,.,..,. ,...-~ ... .Ir------... , LA 8()tq60LLA / ., ~'-·-----~ ...... ______.,, '•,'.· '---...... ' 11 l'.ly.• CONCEJO DE ----... --'T----.1--,\ :: PEÑAMELLERA ALTA \ '• 1 '• , 1 1+ AUENU ALL(S Cortl ,,' ARAHGAS \~ 0 @ 1 0 ASI[IIO \ 1t liD ZAGAS ,... . • '10 \ iiORU ':•,• CAMEliA ~.... o TRESCMES '1 ® 1

BULNES ·~\ J ·~1 (

++++++ Límite linoüísrico ------LímiTe do eones jo MAR CANTAS RICO

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DIITI GALLEGO-ASTURIANO a=a-E ASTURIANO ORIENTAL 1 ~~ ASTURIANO OCCIDENTAL~~===~ CANTABRO- ASTURIANO

¡: :: ~~ ASTURIANO CENTRAL LA F RONTERA ORIENTAL DEL .-\ST URIANO

División administrativa. Nombre del munrcrp10 o concejo.

l. Castropol. 40. Avilés. 2. Tapia de Casariego. 4!. Gozón. J. E l F ranco. 42. Carreña. 4· Coaña. 43· Gij ón. :>· Navia. 44· Vill a viciosa. 6. Vill alón. 45 · Colunga. ¡ . Boa!. 46. Caravia. 8. Vegadeo. 47 · Parres. 9· San T irso de Abres. ..j8. P iloña . ro. Taramundi. 49· Cabranes. !l. Vill anueva de Oseas. so. Nava. 12. ! llano. sr. Sariego. !J. A ll ande. 52 . Bimenes. l..j. Pesoz. 53· S. Martín de l Rey Aurelio. rs. San Martí n el e O seos. 54· Langreo. r6. Santa Eula li a de O seos. 55· Siero. !7. Grand as de Salime. 56. Noreña. !8. !bias. 57 · Llanera. 1() . Degafw. s8. Las Regueras. 20. Cangas de l N arcea. 59· Oviedo. 2!. Somiedo. 6o. Ribera de Arriba. 22. Teverga. 6 r. Morcín. 2J. Quirós. 62. Riosa.

2.~. Proaza. ÓJ. Mieres.

-:>·?" Santo Adriano. 64. Lena. 26. Yernes y Tameza. 65. A ller. 2í. Grado. 66. Laviana. 28. Belmonte de ~Iira n da. 67. Sobrescobio. 29. T i neo. 68. Caso. JO . Luarca. 6g. Ponga. J I. Salas. ¡o. Amieva. J2. Cudillero. 7!. Cangas de Onís. 33· Pravia. 72. Ribadesell a. 34· Candamo. 73· Llanes. 35· Soto del Barco. 74· Onís. J6. Muros de N alón. 75· Cabra les. 37· Castrillón. 76. Peñamell era Alta. J8. Illas. 77· Peñamellera Baja. JC). C01·ve ra. 78. Ribaclecleva.