José Zorrilla, El Último Manteísta (O La Supresión Del Traje Talar En Las Universidades)
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JOSÉ ZORRILLA, EL ÚLTIMO MANTEÍSTA (O LA SUPRESIÓN DEL TRAJE TALAR EN LAS UNIVERSIDADES) Julián Gómez de Maya Universidad de Murcia Sumario: 1. Zorrilla, universitario.- 2. La cuestión de los manteos.- 3. La fuga del poeta (escena romántica). 1. Zorrilla, universitario Los Recuerdos del tiempo viejo del poeta y dramaturgo José Zorrilla (1817-1893) alcanzaron el mayor éxito del género en la centuria decimonónica, quizá acompañados tan sólo por los de Alcalá Galiano y Mesonero Romanos. Ninguno de éstos asistió a las aulas universitarias, por más que el gaditano llegase a ocu- par una cátedra en el Ateneo madrileño, a dictar en él y publicar unas celebérrimas Lecciones de Derecho Político Constitucional1. En sus antípodas, Zorrilla, cursante, sí, de estudios superiores en Toledo y Valladolid, poco o nulo fruto obtuvo ni dio a su paso por el alma mater studiorum; siendo así que conviene de en- trada poner sobre aviso respecto a que –confiesa el protagonis- ta– «[…] no tengo título alguno ni académico ni universitario»2, «[…] porque he sido siempre muy desaplicado»3. Había echado a andar con mejores empeños como edu- cando del Real Seminario de Nobles4, en el Madrid del postrero 1 Véase Antonio Alcalá Galiano, «Apuntes para la pág. 354). Sobre la obra memoriográfica zorrillesca, véase biografía del excelentísimo señor don Antonio Alcalá Fernando Durán López, «Los ‘Recuerdos del tiempo vie- Galiano», en Obras escogidas, ed. Jorge Campos, Atlas, jo’ de Zorrilla: autobiografía del hombre, memorias del Madrid, 1955, t. II, pág. 305; también, Rafael Gibert, Cien- poeta», en Javier Blasco Pascual et al. (coords.), Actas del cia jurídica española, Imp. Francisco Román, Granada, Congreso sobre José Zorrilla: una nueva lectura, Universidad 1982, pág. 37; o María Isabel Lorca Martín de Villodres, de Valladolid/Fundación Jorge Guillén, Valladolid, 1995, «Alcalá Galiano, Antonio», apud Manuel J. Peláez (ed.-co- págs. 291-292. ord.), Diccionario crítico de juristas españoles, portugueses y 3 Zorrilla, Recuerdos…, pág. 172. latinoamericanos, Universidad de Málaga, Zaragoza/Bar- 4 «Metióme mi padre a los nueve años en el Real Semina- celona, 2005/2008, v. I, págs. 64-65; por último, Vicente rio de Nobles, establecido por los jesuitas […], halléme yo de la Fuente, Historia de las Universidades, colegios y demás allí condiscípulo de los primeros títulos de Castilla, y re- establecimientos de enseñanza en España, Sauer & Auve- cibí una educación muy superior a la que hasta entonces ramm/Detlev Auvermann, Frankfurt am Main/Glashüt- solían recibir los jóvenes de clase media; mi padre era el ten im Taunus, 1969/1975, t. IV, pág. 415. primero de mi familia que, saliendo de nuestro modesto 2 José Zorrilla, Recuerdos del tiempo viejo, Debate, Madrid, solar de Torquemada, había por sus estudios llegado a un 2001, pág. 279; en otra ocasión cuenta cómo, en Méjico, honroso puesto en la alta magistratura» (Zorrilla, Recuer- visitó «[…] la Universidad […] y halléme con asombro dos…, pág. 32). Véase Luis Fernández, Zorrilla y el Real en un salón lleno de obispos, canónigos, frailes y docto- Seminario de Nobles (1827-1833), Casa Martín, Valladolid, res, con quienes tenía poca afinidad un poeta como yo, 1945, págs. 23-154; como encuadre general, Alberto Jimé- tan escaso de saber como de títulos académicos» (ibidem, nez, Historia de la Universidad española, Alianza, Madrid, Cuadernos del Instituto Antonio de Nebrija, 14/2 (2011), 229-264 230 JULIáN GÓMEZ DE MAyA absolutismo, donde su padre desempeñó la superintendencia general de la policía5. Depuesto del cargo el alto funcionario, con destierro de la Corte, y egresado del selecto centro el hijo6, incoa éste su matrícula en la Universidad de Toledo el 30 de octubre de 1834, acreditando en el expediente haber «[…] es- tudiado Latinidad y tres años de Filosofía»7, en concreto tener ganados en aquel Seminario, entre 1830 y 1833, los cursos de Lógica, Ontología y Matemáticas, Física experimental, Metafí- sica y Ética8; con lo cual se llenaba lo prefijado por el plan de 1971, pág. 279. A mayor abundamiento, léase a Diego na, Valladolid, 1933, págs. 7-8, da traslado a la instancia de Torres Villarroel, Visiones y visitas con don Francisco de autógrafa: «Sor. Maestre-Escuelas (sic) y Rector de esta Quevedo, ed. Russell P. Sebold, Espasa-Calpe, Madrid, Real Universidad de Toledo – Dn. José Zorrilla Moral, 1991, págs. 288-298, con descripción del atuendo usual natural de Ciudad de Valladolid, con el debido respeto en los seminaristas: «vestían trajes honestos, limpios y a V. S. hace presente: que habiendo estudiado Latinidad cortesanos; y a lo trágico del color alegraba una banda de y tres años de Filosofía en el Real Seminario de Nobles color de fuego, y en la parte anterior, vaciada de hilos de de Madrid, según lo acredita la certificación testimoniada oro, la mayor venera de las veneras y las veneraciones, el que lo acompaña, desea continuar su carrera literaria en hábito más probado, la joya de mejores quilates, un Jesús, esta Real Universidad, para lo que – A V. S. suplica se sir- que así digo cuanto quiero explicar» (pág. 290); y Fernán- va mandar se le matricule para dicho efecto, a calidad de dez, Zorrilla…, pág. 55, relaciona que «el guardarropa de presentar la fe de Bautismo que por ahora no tiene en su los caballeros seminaristas debía estar provisto de las si- poder, como tambien cualquiera otro documento, que sea guientes prendas: Casacas, levitas de paño y de cúbica, necesario. Favor que espera recibir, de la bondad de V. S. petis de paño y de tela de verano, peines, lendrera y bas- cuya vida guarde Dios muchos años. – Toledo 30 de oc- tidor. Espada para salir de paseo» (agréguese, además, tubre de 1833. – José Zorrilla Moral». Por el «Real decreto ibidem, págs. 61-62). sobre el plan general de estudios del Reino, que va inser- 5 Váyase a la nota 154. to á continuacion», de 14 de octubre de 1824, en Decretos 6 «Salió mi padre desterrado de Madrid y Sitios Reales el del Rey Nuestro Señor Don Fernando VII, y Reales Órdenes, 1832, y yo del Seminario el 33. Murió a poco el rey don Resoluciones y Reglamentos Generales Expedidos por las Se- Fernando VII. Sopló la revolución; encendióse la guerra cretarías del Despacho Universal y Consejos de S. M., comp. civil, envióme mi padre desde su destierro de Lerma a es- Josef María de Nieva, Imprenta Real, Madrid, 1825, t. IX, tudiar leyes a la Universidad de Toledo» (Zorrilla, Recuer- págs. 230-296, art. 127: «La matrícula estará abierta des- dos…, pág. 33); y repite: «[…] en 1833, salí del Seminario de el dia 18 de Octubre hasta el 4 de Noviembre». Este de Nobles, concluidos en él mis primeros estudios, y fui «Plan literario de estudios, y arreglo general de las Uni- a Torquemada a reunirme con mi padre, desterrado de versidades del Reino», de 1824 [PLE 1824], el famoso Plan Madrid y sitios reales» (ibidem, pág. 260). «Nuestro poeta Calomarde, al reducir el número de centros para la educa- sólo debió de parar unos días en Lerma. Tal lo demuestra ción superior (art. 2º PLE 1824), había dejado subsistente, la circunstancia de que, habiéndose trasladado la fami- con determinadas condiciones, la Universidad de Toledo lia a aquella villa en Noviembre de 1833, José aparezca (art. 3º PLE 1824). En procura de su génesis normativa estudiando en la Universidad de Toledo en el curso de y contenidos, acúdase a Peset Reig, «La enseñanza…», 1833-1834. Aun así tuvo que llegar a la imperial ciudad págs. 339-358. Léase, en cuanto reminiscencia escolar del después de comenzar las tareas académicas, cosa que se muchacho José Zorrilla, ‘El triunfo de la Filosofía (A la efectuó en 18 de Octubre» (Narciso Alonso Cortés, Zo- clase de Metafísica)’, en «Poesías sueltas», Obras Comple- rrilla: su vida y sus obras, Santarén, Valladolid, 1943, pág. tas [OC], ed. Narciso Alonso Cortés, Santarén, Valladolid, 53). El mismo Zorrilla, Recuerdos…, pág. 171, detalla el 1943, t. II, págs. 610-613 (cfr. Fernández, Zorrilla…, págs. arreglo residencial que llevaba la reducida familia, con 116-122). Y de la estancia del primerizo escritor en la ca- poca vida en común, no sólo por la ausencia escolar del pital visigótica se ocupa Eduardo Juliá, «Toledo visto por vástago, sino por los condicionamientos de la restricción Zorrilla», en vv. aa., Amigos…, págs. 36-38. domiciliaria impuesta al funcionario absolutista, ya, tras 8 Alonso Cortés, Zorrilla…, pág. 53: «en efecto, la instancia la caída de Calomarde en 1832, en desgracia ante el pa- dirigida por Zorrilla al Rector de la Universidad de Toledo cato aperturismo de Cea Bermúdez: «[…] y mientras yo solicitando el ingreso, lleva fecha 30 de Octubre. El secreta- pasaba las temporadas del curso escolar en las univer- rio de aquella Universidad ofició al del Real Seminario de sidades de Toledo y Valladolid, mis padres vivían en Nobles para que confirmase ser cierto que Zorrilla, según un tranquilo destierro en casa de mi tío el canónigo de expresaba el documento por él presentado, tenía ganados Lerma»; «[…] y sólo dos veranos, durante las vacaciones en aquel Seminario, desde 1830 a 1833, los cursos de Ló- del 34 y 35, habíamos vivido bajo el mismo techo […]» gica, Ontología y Matemáticas, Física experimental, Me- (ibidem, pág. 177). tafísica y Ética, y la respuesta fué afirmativa. Todos estos 7 Francisco de Borja San Román, «Zorrilla en la Universi- documentos obran actualmente en el archivo del Instituto dad de Toledo», en vv. aa., Amigos de Zorrilla (Valladolid): toledano» (junto a la instancia autógrafa de Zorrilla solici- colección de artículos dedicados al poeta, Imprenta Castella- tando la matrícula –cfr. nota precedente–, transcribe asi- CIAN, 14/2 (2011), 229-264 JOSÉ ZORRILLA, EL último manteísta 231 estudios en vigor, el conocido como Plan Calomarde, de 18249, reacción fernandina contra el reglamento liberal de 182110, aun- que de ímpetus ya no menos centralizadores y antitéticos de la secular disparidad organizativa11.