2010 CEOCB Monografia Cueramaro.Pdf
Total Page:16
File Type:pdf, Size:1020Kb
Este libro se imprimió en Linotipográfica Dávalos Hermanos, S.A. de C.V. Paseo del Moral 117 Col. Jardines del Moral, León Gto., México Diseño: Betzabe Lorelay Muñoz Arbaiza Ileana Villanueva Gómez Cuidado de la Edición: Isauro Rionda Arreguín Asesor de la Secretaría Técnica de la Comisión Estatal del Bicentenario Salvador Meza López Publicaciones Edición Especial, 2010 Derechos reservados de esta edición: © Gobierno del Estado de Guanajuato Secretaria Técnica Campanero No.6, Zona Centro, C.P.36000 Guanajuato, Guanajuato. México. Impreso y hecho en México HORACIO OLMEDO CANCHOLA Nació en Cuerámaro, Gto., en 1949. Es arquitecto, maestro y doctor en Arquitectura por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Es profesor, asesor y tutor al nivel de Maestría y Doctorado en la Facultad de Arquitectura de la UNAM, así como coordinador y expositor en diversos diplomados en la División de Educación Continua de la misma Facultad. Imparte cátedra y es titular del Seminario de Titulación en la Universidad Marista. En el ámbito profesional ha ocupado diversos cargos, tanto en la iniciativa pública cuanto en la privada. Actualmente es Director General de A3P Arquitectura, S. A. de C. V. Ha dictado conferencias y es autor de diversos artículos, libros y apuntes académicos. “El pasado inmediato, el tiempo más modesto del verbo. Los exagerados —los años los desengañarán— le llaman a veces el pasado absoluto. Tampoco hay para qué exaltarlo como un pretérito perfecto. Ojalá, entre todos, logremos presentarlo algún día como un pasado definido.” ALFONSO REYES: EL PASADO INMEDIATO “Despertar a la historia significa adquirir conciencia de nuestra singularidad, momento de reposo reflexivo antes de entregarnos al hacer. «Cuando soñamos que soñamos está próximo el despertar», dice Novalis. No importa, pues, que las respuestas que demos a nuestras preguntas sean luego corregidas por el tiempo; también el adolescente ignora las futuras transformaciones de ese rostro que ve en el agua: indescifrable a primera vista, como una piedra sagrada cubierta de incisiones y signos, la máscara del viejo es la historia de unas facciones amorfas, que un día emergieron confusas, extraídas en vilo por una mirada absorta. Por virtud de esa mirada las facciones se hicieron rostro y, más tarde, máscara, significación, historia.” OCTAVIO PAZ: EL LABERINTO DE LA SOLEDAD “Es honroso reconocer errores, y rectificarlos aunque nos duela hacerlo, más aún cuando se encuentran documentos que acreditan y comprueban la verdad.” JOSÉ V. CANCHOLA CORTÉS HOMENAJE A JOSÉ VICENTE CANCHOLA CORTÉS HISTORIADOR CUERAMARENSE CON GRATITUD A QUIENES HAN DADO VIDA A LA HISTORIA CUERAMARENSE PREFACIO La mayoría de las monografías histórico-geográficas, sobre todo las antiguas, casi siempre comienzan ponderando las características físicas y la importancia geográfica de la localidad monografiada. Para la que nos ocupa, es más objetivo comenzar diciendo: HISTÓRICA Y GEOGRÁFICAMENTE, EL TERRITORIO CUERAMARENSE ES UNA PARTE INSIGNIFICANTE DEL PLANETA TIERRA, RESULTA IMPERCEPTIBLE EN EL CONTINENTE AMERICANO, APARECE DIMINUTO EN EL MARCO DE LA REPÚBLICA MEXICANA Y MUY PEQUEÑO EN EL MAPA DEL ESTADO DE GUANAJUATO… Esta monografía —es necesario advertirlo— no pretende componer la geografía de esa insignificante partícula del universo, ni reinventar la historia cueramarense. Cuerámaro y su geografía están allí y ahí han estado siempre. Su historia se ha ido formando con cada momento y con cada ayer que nos sucede, y cada ayer es simplemente un momento de historia que se duerme en el lecho de los siglos, esperando ser despertado por un curioso, para no volver a dormir jamás. Por eso estuvo ahí JOSÉ VICENTE CANCHOLA CORTÉS, como parte de su gente, gritando primero con sus opúsculos histórico–anecdóticos que integraron la serie truncada “CUERÁMARO, GUARDIÁN FORESTAL” (1949), y luego con su “NACIMIENTO Y DESARROLLO DE UN PUEBLO: CUERÁMARO” (1969), para que ese ayer dormido no se perdiera en la apatía y en la pesadilla del tiempo; para que la historia de su pueblo no muriera en el letargo eterno que provoca la indiferencia de la gente. Después de aquellos primeros trabajos sobre Cuerámaro, sobre su historia y sobre su gente, otros curiosos han atisbado también a través de una rendija del pasado, pero mirando así, sin distinguir ni comprender la luz del ayer, han intentando 13 CUERÁMARO componer nuevas historias que mucho tienen de buena voluntad, aunque más de fantasía y sentimentalismo anecdótico. No es suficiente la buena voluntad. La historia debe ser crítica en todas sus investigaciones; de otra manera se podrá hablar de un anecdotario, o quizás de una cronología de hechos, pero no de una investigación histórica objetiva. Consciente de todo esto, como un curioso más toco también a la puerta de esa historia adormecida, recordando la mano de mi abuelo en mi mano y sus palabras en mi memoria, aunque ahora “YA NO PODEMOS PLATICAR...” Esta obra es el resultado de investigaciones que como curioso y aficionado he realizado durante años, robándole horas al tiempo en archivos y bibliotecas; pero también la veo como culminación de una investigación que hace muchos ayeres, con tesón, iniciara JOSÉ V. CANCHOLA CORTÉS. La labor más ardua en este trabajo ha sido armar el gran rompecabezas histórico que le da forma y sentido, acomodando las piezas que se encontraban dispersas y escondidas en el polvo de archivos olvidados, en documentos inéditos y en libros diversos: aquí una fecha, allá un nombre y acullá un dato que me llevaba a otro. Sin embargo, la imagen completa de la historia cueramarense no ha sido descubierta aún, ni llegará a serlo, porque la historia es dinámica y siempre faltarán las piezas que se van definiendo con cada segundo que pasa. Ésas seguirán acurrucándose en algún rincón ignoto y quedarán allí, donde se encuentren, para ser descubiertas más tarde por otro curioso, porque cada momento es una pieza que algún día encajará en este rompecabezas de imágenes caleidoscópicas infinitas. Para concluir este prefacio —o mejor dicho, para comenzar esta monografía— resulta oportuno recordar lo que algún día escribiera Joaquín García Icazbalceta en el prólogo al libro “Noticias de México”, de Francisco Serrano: «Que un autor vea con pena quedar manuscrita su obra por falta de medios para imprimirla, es un triste espectáculo que cada día presenciamos; pero que deliberadamente se ponga un hombre a escribir para sí solo, sin acordarse de que puede ser útil a otros lo que él escribe, es una mal entendida modestia o punible egoísmo.» 14 PREFACIO Así pues, a pesar de su larga maduración, esta obra no habrá de quedar en el manuscrito como hija de un pecado de falsa modestia, ni será merecedora de castigo alguno por guardar egoístamente el resultado de la investigación realizada. Para evitar lo uno y no caer en lo otro, queda en manos del lector esta monografía cueramarense. Ciudad de México, 26 de octubre de 2001 HORACIO OLMEDO CANCHOLA 15 PREFACIO A LA SEGUNDA EDICIÓN Este 2010 representa, al nivel nacional, el año de dos grandes celebraciones: el Bicentenario del inicio de la Independencia y el Centenario del inicio de la Revolución. Indiscutiblemente ambas celebraciones resultan de la mayor relevancia en la Historia Patria. Sin embargo, apenas el año pasado (2009), en Cuerámaro debieron celebrar otro hecho también grande al nivel de la insignificante partícula del Universo, un hecho de trascendencia al nivel local, al nivel de la Historia Matria: la celebración del sesquicentenario de la fundación de la congregación que desde los muros de una hacienda dio origen al pueblo y al municipio de Cuerámaro. Sin embargo, nada sucedió: la falta de memoria, la desidia o la ignorancia prevalecieron, y el hecho pasó inadvertido entre los cueramarenses. Por lo anterior, aunque sea “a toro pasado”, quiero aprovechar la oportunidad que se presenta con la publicación de la segunda edición de este libro, para junto con las grandes celebraciones nacionales, recordar los 150 años del nacimiento de la congregación que desde entonces nos ha honrado con el gentilicio de cueramarenses. En esta edición se hacen algunas correcciones y adiciones al texto de la primera edición, como resultado del descubrimiento de nuevos datos. Esto se hace con el fin de enriquecer el presente trabajo, esperando poder abundar sobre diversos temas en futuros estudios. Agradezco al Mtro. Isauro Rionda Arreguín la oportunidad de integrar esta monografía en la Colección Bicentenario con motivo de las celebraciones mencionadas. Igualmente, manifiesto mi reconocimiento al Lic. Moisés Muñoz Cortez, al H. Ayuntamiento de Cuerámaro, y a J. Jesús Soto Castro, por el interés en la difusión de este trabajo. Cuerámaro, Gto., 3 de abril de 2010 HORACIO OLMEDO CANCHOLA 17 INTRODUCCIÓN El municipio de Cuerámaro se localiza en el ángulo suroeste del estado de Guanajuato; se asienta sobre las amplias llanuras del Bajío guanajuatense, pero también parcialmente en la subprovincia de los Altos de Jalisco, que empieza en la sierra de Pénjamo. De esa manera, el mapa orográfico del territorio cueramarense se divide virtualmente en forma diagonal —de noroeste a sudeste— en dos partes que se diferencian de manera muy clara: una parte plana, al oriente, asentada en el Bajío guanajuatense, y otra, al poniente, ocupando parte de los Altos de Jalisco. Su ubicación y las características propias del suelo del Bajío han determinado desde siempre la ocupación primordial de sus habitantes: la agricultura. La cabecera del municipio es la ciudad de Cuerámaro. Esta ciudad —a diferencia