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Antes y después de Charles C. DI Peso: vértice de la ARQUEOLOGÍA EN

Francisco Mendiüla GalvAn '

The past historv oí rosearch fon he site oí (know aiso as Paquimé) is interesün^ from a history-of- science perspective. It's massive ruins have attracted writlen attention since the sixieenth centurv. and ihe site has attracted the niost interest, and inost sustained interest, oí any site or area in Northwest México. [Jane Kelley y Elisa Villalpando, 1996)

Introducción En México, el discurso de la arqueología oficial sobre la no mo- numenlalidad se vincula automáticsimente con la idea estereo tipada, de origen kirchhoffiano, de que en el norte de este pms lo arqueológico es el resultado del desarrollo de grupos "inferiores", cultivadores, nómadas y seminómadas o de "cultura más baja", quie nes, y desde esa perspectiva, dejaron remanentes arqueológicos po bres y escasos. Pero en realidad lo que subyace en ese tipo de con sideraciones etnocéntricas es la imagen de la civilización ausente, prenoción que forma parte de esa apología a la arquitectura mesoa- mericana, la cual, como alabanza a lo monumental, implica la nega ción de todo aquello que no pertenece a Mesoamérica o que no posee

^ Arqueólogo del Centro INAH-Ghihuahua, México. ^ Marie-Areti Hers y Dolores Soto (2000, pp. 38-40]. ^ La fotógrafa Luz María Redolía señala al respecto de esta afirmación que: "Es sólo una mentira a medias que en el desierto no hay nada. Hay cosas: dunas, osamentas de perros, vientos espesos, colores que no tienen nombre, árboles ajenos y aun las pieles curtidas de los nómadas. Pero sobre todo en el desierto hay nada" (2002, p. 156).

Chihuahua hoy 2009 21 Francisco Mendioi.a üaevan Anti-.s y Dr,.spur..s nr. Charles C. ni Peso: vertioe nr. la arqueolouia en... su influencia, sentido que ubica a todo lo que está fuera d(í la misma Peso (1974) representa en ese sentido, evidentemente no desde la ar como potencicdmente desechable. queología oficial mexicana, sino a partir de la que se desarrolla en el Los estereotipos que se han dado sobre arqueología del norte de norte de México y en Chihuahua. Aquí no es solo el manejo de la ten México son abundantes y constantes; por ejemplo: "el norte de Méxi dencia contestataria que podría prevalecer contra esa arqueología ofi co como unidad y ausencia";^ "el norte de México sin diversidad", "el cial que se ha instaurado como la dominante y que poco le ha dejado norte de México, concebido como desierto, es donde no hay nada";' a la no mesoamericana, sino que, y como una de las ideas centrales "el norte entendido como el espacio de los bárbaros, que aparu^ dtí de este trabajo, es destacar el hecho de que la arqueología norteña, la serlo, carecieron de todo"; "el lugar de las rocas secas"/' Incluso des del suroeste de los Estados Unidos, incluso la mesoamericana, le de de la mirada vasconcelista, el norte es el territorio donde "la civili ben mucho a la obra de Di Peso. Ejemplo de esto es que al haberse zación acaba y aparecen deliciosos cortes de carne obtenidos del ga consolidado el modelo Casas Grandes-Paquimé, como así lo explico nado de engorda". Además de estos prejuicios, es innegable que la di históricamente (cfr. Mendiola, 2006), Di Peso marcó un hito en la ar mensión espacicil norteña recibe varios nombres, lo cual resulta queología del norte de México y en la misma del suroeste de los Esta curioso porque precisamente esta apenas comienza a ser conocida. dos Unidos. Son, hasta ahora, ocho los títulos que la nombran y adjetivan. No obstante lo anterior, el propósito fundamental del presente en 1. Norte de la Nueva España. sayo es el de analizar el trabajo de Di Peso como un vértice o punto de 2. Septentrión. confluencia de diversos planos de estudio histórico y arqueológico, 3. Norte de México. los cuales se hallan vinculados con el espacio de la cultura Casas 4. Oasisamérica. Grandes y con esta misma. Todos y cada uno de los trabajos realiza 5. Aridoamérica. dos en esos ámbitos han bebido de la obra de Di Peso. Su impacto es 6. Southwest. innegable, no solo por su gran calado académico y científico, sino 7. Greater Southwest. también porque ha moldeado de manera muy importante el pensa 8. Gran Chichimeca. miento arqueológico en Chihuahua y el del mismo noroeste mexica En ese sentido, resulta notorio que lo que es nombrado como Me- no. Sin embargo, pienso que proceder solo de esta manera no hciría soamérica, con toda su complejidad y abrumadora cantidad de infor más que reproducir el positivismo de una ciencia como la nuestra; es mación, solo reciba un nombre: Mesoamérica. Superárea cultural por ello que en este abordaje no dejo de leinzar la mirada político-ideo comprendida en el marco generetl del México cintiguo, término y con lógica, en términos de un eje discursivo que resumo, por un lado, co cepto que en su conjunto hace el llamado a cerrar filas para legitimar mo la presión ejercida que se manifiesta en "el neocolonialismo civi- la unidad cultural, esa que demanda la tradición mesoamericana que lizatorio"® de la arqueología norteamericana, en el marco mismo de se arraiga y cohesiona a través de su núcleo duro tal y como lo ha pro los intereses de una nación imperialista como ha sido y es los Estados puesto Alfredo López Austin (2001). La tradición y el núcleo duro de Unidos de Norteamérica y, por el otro, el del difusionismo extremo "a Mesoamérica se autoimponen y penetran etnocéntricamente allende la mesocimericana", el que se ha impuesto a partir de lo que Paúl Kir- sus fronteras, incluso más £illá de los "asépticos" caminos del difusio- chhoff, en 1943, propuso como una superárea culturcd (1960). La obra nismo.^ de Charles di Peso es una muestra tangible de cómo Mesoamérica se Ya que se ha hecho referencia a estos términos, bien vale la pena reproduce y afianza más allá de sus fronteras; esto al utüizar, precisa exponer una visión particular acerca de lo que el trabajo de Charles di mente, la información en términos de historia cultural, cruzada por la

Es la Gran Chichimeca o Ghichimecatlalli de los informantes de fray Bernardino ruta difusionista que desemboca en lo que se ha dado en llamar "la de Sahagún (Armillas, 1969; citado por Braniff, 2001a, p. 7). influencia mesoamericana" en Casas Grandes: etnocentrismo que ^ Es la carga ideológica que rebasa con mucho al difusionismo como tal. Alejandro rompió por un tiempo con la posibilidad de integrar desarrollos más Villalobos señala de una manera más que irónica, metafórica, que es necesario originales o más locales, como ahora lo han propuesto, a través del ''Uamar la atención sobre aquellos estudiantes y colegas no-norteñistas, que pien san -aún ya entrado el siglo xxj- que en el norte sólo hay chichimecas educados a fuerza de difusionismos ancestrales" (2004, p. 59). Carlos González Herrera (comunicación personal, 2003).

22 Chihuahua hoy 2009 Chihuahua hoy 2009 Francisco Mendioi,a Galvan Anti's V Di'.spur.s nr, Ghari.f.s O. ni Poso; vertiof, nr. i.a An(,)ui'.()i,()(:iA i;n... Sistema Regional Casas Grandes, Paúl Minnis y Michaol WhahMi. F,s día un parroquialismo a la arqueología de los Estados Unidos y con el comienzo del destierro del "mesoamericanismo conscicnic c in ello se daba un falso abismo entre Mesoamérica y el suroeste ameri consciente" (cfr. Mendiola, 2008, p. 296) que se producen no solo al cano; de ahí que se explique que Di Peso haya incorporado el South buscar la monumentalidad de los sitios arqueológicos en Chihuahua west a la Gran Chichimeca. Con esto se genera la noción de Mesoa y en el norte de México, sino también es la actitud de abordar aislada mérica conectada con la Gran Chichimeca, condición que permitió mente los sitios que la contienen.^ En ese sentido, los casos que como explicar el origen, crecimiento y muerte de Casas Grandes (McGuire, imanes atraen a la investigación arqueológica en el noi'tc de México 1993, pp. 28-29). Pero también, desde mi punto de vista, la Gran Chi son los de La Quemada y Alta Vista en Zacatecas, La F'eri'cría en Du- chimeca es negadora de los vástagos de Mesoaméinca: Oasisaméilca- rango, las pinturas rupestres del estilo Gran Mural de la sierra de San Aridoamérica (Mendiola, 2006, p. 271). Francisco en Baja California Sur y Casas Grandes en CJhihuahua, ig norando por ello en lo general otras temáticas que ofrecen ai'queoló- gicamente los grupos cazadores-recolectores y/o nómadas desde la El modelo Casas Grandes-Paquimé prehistoria hasta bien entrado el siglo xix, y de igual manera la ar queologíahistórica y la industrial, de las que poco se conoce para la El origen, crecimiento y muerte de Casas Grandes ofrece cierto para gran región norteña. lelismo teórico e histórico con el origen encapsulado, eclosión, desa rrollo y reproducción del modelo Casas Grandes-Paquimé (cfr. Men ¿Por qué la Gran Chichimeca? diola, obra citada), aunque con la diferencia de que este no ha feneci do. De cualquier manera, desde la óptica de la investigación, dicho Charles Corradino di Peso no eligió del todo eltérmino de la (4ran Chi modelo paradigmático ha estado presente desde la crónica de Balta chimeca solo porque a través de él se rescatara el pensamiento indí sar de Obregón (1584)hasta el líltimo trabajo arqueológico e histórico gena y español (cfr. Braniff, 2004b), también fue porque el modelo del realizado en estos liltimos tiempos sobre este sitio rector y su área Southwest nopermitía articulcir lasrelaciones externas. La C4ran Chi cultural. Lo he definido "como la articulación histórica de la informa chimeca rompía el cerco que imponía el Southwest, y sobre todo pa ción que de él mismo se desprende en constante desaiTollo y repro saba por alto elhecho dequesilasinteracciones habían sidode norte ducción £irqueológica e histórica, [es una] condición que ha impacta a sur o viceversa, más bien la pregunta giraba en toi^o a lo natural en do -directa e indirectamente- en la investigación arqueológica de Chi el sentido de intensidad, duración, dirección, contexto social, econó huahua en su contexto social" (Mendiola, obra citada, p. 325). Pero mico e ideológico al interior de eso mismo que Di Peso llamó la Gran también este modelo es testigo de los enfoques difusionistas y no di Chichimeca (Gumerman, 1993, p. 6). Además, Di Peso consideraba fusionistas que se han desarrollado desde principios del siglo xx has que elSouthwest inhibía elestudio delnortede México, ya que leaña- ta nuestros días.

' p 1 « mesoamericcinismo consciente e inconsciente" es aquella característica que leseen algunos sirqueólogos que trabajan el norte de México y que manejan Southwest-GreaterSouthwest 1 eas que pueden o no serdifusionistas, pero quese concentran principalmente en o monumentalo en establecer ciertas relaciones con esta singularidad. En el caso de Chihuahua, esto sepercibe enlos estudios deEduardo Gontreras (1985), El modelo Casas Grandes-Paquimé eclosiona con el trabajo de inves Arturo Gtjevara (1986), R. Bemard Brown (1994), Eduardo Gamboa (2001 y 2004) tigación de Charles di Peso (1974) y DiPeso, Rinaldo y Fenner (1974); y Rafael Cruz (1997). Esto, para el mismo ejemplo, esprovocado por varios facto res, como los de la formación educacional y profesional adquirida en algunas es por ello que muchas de las referencias históricas y casi todas las escuelas del centro de México, conformadoras de una tradición arqueológica - investigaciones arqueológicas desarrolladas después del trabajo de esaquedefine Luis Vázquez (2003, p.24)- queademás de mesoamericana consi Di Peso, obligadamente consideran su obra como fundamental. Antes dera laposibilidad decontar con unamayor accesibilidad a los recursos financie de ella, el sitio de Casas Grandes y su área cultural fueron menciona ros para la investigación de sitios monumentales, lo cual se traduce en un núme ro mayor de investigaciones para el área de Casas Grandes, comparado con el de dos y descritos por los cronistas e historiadores de los siglos xvi al otros espacios de esta misma entidad federativa. XIX. Están los importemtes ejemplos de Bedtaseir de Obregón (1584),

24 Chihuahua hoy 2009 Chihuahua hgy 2009 25 Francisco Mkndioi.a C4aia'an Antks y UF,.si'ur,s nr, üharles G. di Peso: vertige de la arqueología en... Pedro de Rivera (1736], Francisco Javier Clavijero (1780), Roben Har- El establecimiento de relaciones difusionistas, en términos de in dy (1829], José Agustín de Escudero (1834], Adolphus WísII/.ímius fluencia cultural del norte o del southwestern de los Estados Unidos (1848], John Rusell Bartlett (1854] y Manuel Cro/.co y Berra (1880], en las culturas de Chihuahua, implicó, en primer nivel, la discusión entre otros. Así también, este sitio y su área son abordados puniual- en el ámbito de la tendencia difusionista, arropada esta de un etno- mente por los primeros exploradores de finales del siglo xix y princi centrismo innegable y que no admitía la presencia de rasgos cultura pios del XX. Los más relevantes fueron Adolph F. Bandeliiíi- (1890] y les procedentes de Mesoamérica (Gladwin, 1936, p. 105]." En un se CariLumholtz (1904]. Para este mismo tiempo, y para la primia-a mi gundo nivel se encuentran los aspectos arqueológico-culturales del tad delsiglo XX, laarqueología de Casas Grandes os cístudiada por Ed Southwest-Greater Southwest, que son resilidades susceptibles de gar Lee Hewett (1908] y otros tantos que trabajan antes de Di Peso, ser enmai^cadas ideológica y políticamente." como Alfred Vincent Kidder (1916], Henry Carey (1982 11928-1929)], Es demostrable históricamente que toda acción por parte de los Bdwin B. Sayles (1936], Donald Brand (1933 y 1943], Roben /-ingg Estados Unidos fuera de su territoilo está relacionada, primeramen (1940] y Roben H. Lister (1946,1953,1955 y 1958]. te, con el acopio de información, lo que a mediano o a largo plazo i^e- Para cualquiera de estos tiempos, se puede hablar tanto d(J en- sulta susceptible de ser utilizado confoiTOe a sus intereses expansio- nistas y de control en los planos de la economía, la política, la cultura capsulamiento del modelo Casas Grandes-Paquimé eomo de esa su característica primordial que fue la de la visión difusionista sobre la y la ideología. En este sentido, la actividad arqueológica norteameri base de lautilización de los términos Southwest y Greaier Soutbwest, cana no puede nada más que ubicarse al interior de ese ámbito impe aproximaciones geográfico-culturales quese prolongan haciael norte rialista (cfr. Mendiola, 2006]. Si bien esta consideración puede ser ca de México. lificada como académicamente inadecuada a partir del propio marco Alfred Vincent Kidder (1972] fue el primero, en 1924, que afirmó positivista y/o neopositivista, e incluso desde el ángulo de visión poU- Que el Southwest, desde el punto de vista arqueológico, comprendía tico-ideológico como panfletaria, o mejor dicho, politicamente incorrec ^to al suroeste de los Estados Unidos como al norte de México. En- ta, resulta innegable históricamente que esta arqueología anglosajona b'e las áreas culturales arqueológicas que estableció Kidder se en se ha impuesto en el panorama del pensamiento arqueológico de la cuentra la de la cuenca de Chihuahua. Para ese momento, esta cuenca frontera (México-Estados Unidos]. Prueba de ello es que esta actua era una niínima expresión de lo que sería más tarde elGreater South- ción dominante, entendida en el más eimplio sentido del impericilismo ^est que propuso Alfred Kroeber (1928]. académico, ha desdeñado, por ejemplo, los resultados de la investiga ción cu'queológica que se hcin publicado en español (cfr. Villalobos, Arquitectónica y arqueológicamente, el Southwest contiene, para Alfred Kidder, sitios como elde Mesa Verde (] en Colorado, 2004, p. 480], como sucede así con la de los estados mexicanos fron cerámicas como la Kayenta policroma y ejemplares de cestería (bas- terizos del norte, pero también ha carecido de una mínima reflexión maker), así también sitios como el de Casa Grande en Arizona con epistemológica y crítica de su actuar académico fuera de su frontera cerámicas del área del bajo Güa o los montículos con ruinas confor sur y aun más dentro del plano de lo ideológico-político. madas por apilamientos de ycerámicas policromas como las Pero no hay de qué asustarse y rechazeir este tipo de aproximacio cCasas Grandes enlacuenca deChihuahua (Kidder, obracitada, pp. nes solo porque a los ojos del arqueólogo positivista se estaría adqui- 191-224, 237-239, 250, 286-287, 298-307 y 316-322]. Estas demarcaciones eirqueológicas están determinadas por las " La tendencia difusionista comienza a flexibilizarse hacia la década de 1940, pues conexiones o contactos entre las culturas del Southwest y- lo que es to que empieza a admitirse la presencia de elementos mexicanos (mesoamerica- nos] en el suroeste norteamericano, específicamente en Arizona con la cultura propiamente elnorte de México. El afánde designara un espacio co hahokam, tales como el maíz, cerámicas, cascabeles de cobre, espejos, textilesy mo Southwest fue eldefacüitar laexplicación delapresencia cultural objetos de piedra y metal [Haury, 1944, p. 203). y su distribución en esos espacios; no obstante, el término fue consi ^ Es necesario dejar claroque laactualfrontera político-administrativa comola que derado insuficiente, por lo que Alfred Kroeber (1928, p. 376] acuñael existe entre México y Estados Unidos no tiene ningún vínculo con el plantea términoGreater Southwest buscando resolvercon él la problemática miento de estas áreas culturales arqueológicas, dado que responden al estudio de un pasado social fijado antes de la llegada de los conquistadores europeos al cultural, arqueológica e histórica de esta enorme región. continente americano.

26 Chihuahua hoy 2009 Chihuahua hoy 2009 27 Francisco Mendioi.a (4aia an Anit.s y i)r,si'i'r..s ur, (íhari.es G. di Pr.so: vERTier. nr, i,a ARt^iur.oi.ociA r.N... riendo una posición contraria a la de una disciplina que tiadieional- rica; o de manera más específica: Oasisamérica entendida como la mente ha sido concebida como "ciencia pura". Ante (ísí^ temor uno "embajada mesoamericana", Aridoamérica como el "palio trasero", puede refugiarse en la historia del siglo xix, la cual ixuíiKírda (|U{^ el lamo de Oasisamérica como de Mesoamérica misma... Southwest-Greater Southwest está anclado on la aplii^.acion de la doc trina Monroe, que bajo el modelo del gobiernií i-epublicano y liberal de los Estados Unidos se exportó a varios países del coniinenie ame La herencia de Di Peso ricano entre 1817y 1825, al aplicar el formulismo pragmaiieo cpiií el secretario de Estado, James Monroe, llamó "América para los ameri La obra de Di Peso (1974), y Di Peso, Rinaldo y Fenner (1974), refleja canos" (Sánchez y Reissner, 1987, p. 432), o sea "América para noso en síntesis la idea de "Mesoamérica en la Gran Chichimeca"; o sea, di- tros" (ellos), los norteamericanos o estadunidenses (lioren/.o, 19H(>, p. fusionismo sur-norte. Por oua parte, cuando Di Peso publica los re 8). sultados de su investigación, el modelo Casas Grandes-Paquimé eclo- siona. Pero independientemente de esto, la investigación de Casas Grandes se realiza bajo la noción de Mesoamérica en conexión con la Oasisamérica-Aridoamérica Gran Chichimeca (McGuire, 1993, pp. 28-29). Esto paixicularmente significó considerar que el comercio, dado a través de los pochtecas Cuando en 1943 Paúl Kirchhoff propone ysustenta etnohisiórica y ar- (comei^ciantes), llevó ideología de factura mesoameiicana: Xiuhcóatl, Queológicamente elconcepto de Mesoamérica, sobreviene una trans Quelzalcóatl, tezcahuiÜapUU (disco de cintura), así como el juego de formación conceptual que impactó de manera muy importante en los pelota. Esto en suma lo interpreto como "un difusionismo uniüneal estudios que se realizaban en esos ámbitos. Mesoamérica les dio co sur-norte, contraparte histórica de las influencias culturales prove hesión yunidad y fortaleció la tradición de la que trata Alfredo López nientes del suroeste de los Estados Unidos. Al final, el pensamiento Austin (2001) en elmarco del"núcleo duro mesoamericano". Sin em de Charles di Peso se reduce a un monumentalismo de factura meso- bargo, Kirchhoff, que requería no solo construir los cimientos para el americana en el marco del difusionismo extremo, el cual, por cierto, estudio de lo que existía alnorte delasuperárea cultural, un tanto a la resultó mucho más exitoso que las influencias culturales norte-sur. naanera de lo que había planteado con ella desde esa su visión etno- Tan buena es su aceptación que aún hoy en día se sigue reproducien eéntrica, concibió al norte subsumido a Mesoamérica. Goncretamen- do" (Mendiola, 2008). ''®'/^chhoff (1954) propuso para el estudio arqueológico de esta re- Independientemente de la crítica que se le puede hacer al trabajo §ión, enel sentido difusionista, el término de Oasisaniérica (para los de Di Peso en Casas Grandes-Paquimé, se reconoce su aportación a la cultivadores) y Aridoamérica (para los cazadores-recolectores) y de arqueología del norte de Méxicoy del suroeste de los Estados Unidos paso buscó acabar con los términos de Southwest y Greater South (Whalen y Minnis, 2004, p. 3) y por él también se ha podido afirmar west yutilizarlos solo geográficamente (ibídem, p. 550). que Casas Grandes es el más complejo de los sistemas regionales que En realidad, la influencia kirchhoffiana, resumida en la aplicación se han encontrado al norte de Mesoamérica (Kelley y Villalpando, e estos términos, ha moldeado de manera muy importante el pensa 1996, p. 72) o el mayor de los sistemas regionales del Gran Suroeste miento arqueológico e histórico del norte de México. Un ejemplo de (Whalen y Minnis, 1996, citados por Schaafsma y Riley, 1999, p. 5). Pe esainfluencia la manifiesta Miguel León-Portilla (2005), cuando hace ro la mayor herencia de la obra de Di Peso es la que encontrcimos en referencia a los grupos dela "cultura del desierto": "[...] sus mejores la proyección y trascendencia que esta le dio al sitio de Casas Gran creaciones no rebasan lacestería y la elaboración de primitivas este des-Paquimé, lo que ha impactado no solo en la investigación arqueo ras o petates. Sibien algunos de estos grupos de 'cultura del desierto', lógica del norte de México, sino también en la historia de esta discipli influenciados mucho más tarde porlos pobladores delsur, llegaron a na, lo que puede constatarse a través del modelo que se reproduce mejorar sus condiciones de vida, hubo otros que subsistieron con es bajo el mismo nombre (cfr. Mendiola, 2006). De igual manera, su im casos cambios hasta los tiempos de la penetración espciñola" (ibídem, pacto se ha dado en la educación y ha construido una fuerte base de p. 15). Y eso no es más que Mesoamérica en Oasisamérica-Aridoamé- la identidad de un como lo es el de Chihuahua, o si no, ¿qué

28 Chihuahua hoy 2009 Chihuahua hoy 2009 29 Francisco Mendiola Gaia'an Anti'.s y nr.sptir.s nr, CnAiu,r,s 0. di Pkso; vértice de i.a arqueoeocía e.n... sería de este estado sin su principal emblema de su pasado riMnoio Paquimé el sitio que durante varios siglos llegó a ser el más importan que es el sitio de Paquimé? te del occidente central de Chihuahua (1999. pp. 63-76]. No puede negarse que la reproducción del modelo Casas Gran des-Paquimé en el desarrollo de la investigación arqueológica con ¿Quiénes después de Di Peso? temporánea juega un papel preponderante. Dicha reproducción y de sarrollo no solo se debe a Di Peso y a su equipO; también los peiñodos No hay ruptura con la obra de Di Peso, eso es imposible; lo que existe de encapsulamiento histórico de este modelo han contribuido a que es un disentimiento sobre el enfoque difusionism de su iríibajo. Son se continiie trabajando con interés el Sistema Regional Casas Gran Michael Whalen y Paúl Minnis, y paralelamente Jane Kelley, quitmes des. Sin embargo, hay que reconocer que si Charles di Peso no hubie han aportado nuevas visiones sin dejar de orbiiar en torno a (¡asas ra llevado a cabo su trabajo de investigación en esta área cultural y en Gr£inde-Paquimé y de reproducirlo como modelo. su sitio rector, posiblemente seguiríamos ignorando aspectos funda La historia de la ciencia muestra la oposición de ideas, enfoquixs y mentales de uno de los sitios arqueológicos monumentales más im tendencias, lo cual se relaciona evidentemente con el contexto políti portantes del norte de México y del suixaeste de los Estados Unidos. co, ideológico, social y económico del momento de que se trattí. I¡n el caso de la investigación de Casas Greindes por parte de Paúl Minnis y Michael Whalen (1989 y 1990] y Whalen y Minnis (1999 y 2001), si Conclusión bien se ha reproducido el modelo Gasas Grandes-Paquimé, ya no se ha hecho más sobre la visión difusionista. Estos autores explican que El acercamiento reflexivo al trabajo de Charles di Peso apunta hacia la lo que prevaleció en este espacio fue una red de apoyo regional en la re valorización de su trabajo en Casas Grandes. Es un lugar comtín que Casas Grandes intervino durante el periodo medio (1200-1450 decir que su obra contribuyó con la arqueología regional (noroeste de dC]. El bajo nivel de centralización política del sitio Paquimé al interior México y suroeste de los Estados Unidos] y por supuesto con la de del área comprendió formas de gobierno con sistemas sociales de Chihuahua, y es precisamente un cliché porque solo se busca ubicar igual rango {peerpoUty), los cuales son incomparables con los mode su obra como una contribución relevante al pensamiento arqueológi los que ubican a Paquimé como enclave económico fronterizo do; Me- co generado por el estudio de las culturas antiguas en estos espacios; soamérica. Arqueológicamente, estos investigadores lo sustentan a sin embargo, es mucho más que eso: a la distancia de cincuenta años través de la distribución de la cerámica, la jerarquía de los sitios y con del comienzo de los trabajos de exploración de Paquimé por parte de los de igualrango, todo esto expresado en los juegos de pelota y en la Di Peso, la arqueología en México adquirió una nueva dimensión en crianza de guacamaya; es decir, competencia de estos y Paquimé, ri tanto su interrelación con la del norte de este pais; es por eso que validad entre las élites mismas que en esta área cultural se dieron, considero que la obra de este estudioso es simple y sencillEimente elementos que en síntesis han permitido conformar una línea de pen monumental, no solo por la cantidad y calidad de su información, si samiento mayormente consolidada a través del Sistema Rey,iona¡ Ga no también porque es el punto de confluencia entre el pasado y el pre sas Grandes. sente, entendido este como un vértice en el que, por un lado, las fuen En el caso de las investigaciones de Jane Kelley y otros (1990, tes históricas descansan y, por el otro, la investigación cirqueológica 1992,1996 y 1999], estas se han desarrollado sobre la base de lo que se reproduce, como de igual manera le sucede cdmodelo Casas Gran Donald Brand (1933 y 1943] llamó la "cultura Chihuahua". Kelley y su des-Paquimé; todos se unen, se apoyan y reproducen en ese plano equipo prefirieron utilizar este término por ser de carácter genérico, a angular junto con los diferentes enfoques, tendencias y paradigmas diferencia del de "área cultural Casas Grandes" o "cultura Paquimé", que sobre las áreas culturales y sistemas han existido y aún existen, el cual se restringe a un espacio más local. Su estudio ha incidido en tanto desde lo que es la visión mesoamericana, como para la que se el área centrooccidental de Chihuahua y ha perseguido delimitar la da fuera de ella (norte de México y suroeste de los Estados Unidos]. extensión, hacia el sur, de lo que se considera es el Sistema Gasas Todos encuentran eco en ese punto de reunión con una gran intensi Grandes. Sus conclusiones se centran en la afirmación de que fue dad desde que Di Peso entró en escena hace cincuenta años. Solo

30 Chihuahua hoy 2009 Chihuahua hoy 2009 3í Francisco Mendiola Galvan Ante.s y ur.spur.s di: Charles C. di Peso: vértice de la arqueología en... como ejercicio futurista vale la pena preguntarse: r.cómo s(> ver