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Una aproximación al paisaje arqueológico de la ANALES industrialización en el Valle del DE ARQUEOLOGÍA Alto Guadiato, Sierra Morena CORDOBESA 1 cordobesa . núm. 23-24 (2012-2013) An approach to the archaeological landscape of the industrialization in the Upper Guadiato Valley, Cordobesian Sierra Morena. Luis Miguel Prados Rosales Grupo HUM-666 ETSA, Universidad de Sevilla ✉✉: [email protected]

Fecha de recepción✉: 20 / 03 / 2012 / Fecha de aceptación✉: 20 / 12 / 2012

RESUMEN

El desarrollo del proceso de industrialización en España cuenta en la región andaluza con evidentes muestras de la diversidad y del carác- ter pionero que caracterizaron buena parte del inicio de la contempo- raneidad a nivel socioeconómico. La cuenca carbonífera del Guadiato, con su núcleo en Peñarroya-Pueblonuevo, participó de este proceso de industrialización gracias a la existencia de grandes recursos minerales y metalúrgicos que posibilitaron el tendido de redes de infraestructuras de extracción vertical de aquellos, la llegada y el desarrollo del ferrocarril, la aparición de sectores industriales que experimentaron una gran evo- lución en relación al espacio fabril que utilizan, así como el nacimiento de una nueva ciudad (Pueblonuevo) y la revitalización de localidades de dicha cuenca (Belmez, ) al amparo de esta industrializa- ción. Abordar su estudio, a raíz de los logros alcanzados por la protección legal de los bienes integrantes de la industrialización en Andalucía, así como la introducción de nuevos paradigmas de naturaleza integradora, implica potenciar nuevos enfoques dentro de la arqueología industrial con el objetivo de preservar los bienes e integrarlos en nuestra dinámica socioeconómica de forma sostenible y rentable.

Palabras clave✉: Paisaje de la producción, minería del carbón, terri- torio, infraestructuras, cliodiversidad 1 | El contenido del pre- sente artículo ha sido tratado en la Tesis Doctoral del autor (vid. ABSTRACT PRADOS ROSALES, 2011), di- rigida por el Profesor Dr. Julián The development of the industrialization process in has in Sobrino Simal y defendida en la Andalusian region a clear evidence of the diversity and pioneering nature ETSA de la Universidad de Sevi- that characterized much of the beginning of the contemporary econo- lla en diciembre de 2011.

AAC 23-24 (2012-2013), 337-362 338u������������������������������������������������������������������������ luis mIGUEL prados rosales mic and social level. In the Guadiato coalfield, with its central nuclei in Peñarroya-Pueblonuevo, appeared this industrialization process by the existence of a large metallurgical and mineral resources. This resources enabled the laying of infrastructure networks of vertical extraction, the advent and development of railroad, the emergence of industries that ex- perienced a great evolution in relation to manufacturing space thy used, and the birth of a new city (Pueblonuevo) and other ones reactivated in this economic context (Belmez, FuenteObejuna). Addresing this study, following the achievements of the legal protection of andalusian indus- trial heritage, and the introduction of new, integrate nature paradigms, involves promoting new approaches in industrial archeology in order to preserve assets and integrate them into our social and economic dyna- mics in a sustainable and profitable way.

Key words: Production landscape, coal mining, territory, infraestruc- tures, cliodiversity

I. el TERRITORIO DEL VALLE de naturaleza parangonable a la suscitada en espacios como Río Tinto (Huelva), Villanueva DEL ALTO GUADIATO: del Río y Minas (Sevilla) o el valle de Lenbur EVOLUCIÓN Y CLAVES (Guipuzcoa), experimentará una evolución PATRIMONIALES cualitativa, en primer término, en la que par- ticipan agentes tales como empresas (MZA, La persistencia de la memoria de un terri- SMMP y otras), la propia población (autóc- torio como el alto viene tona y alóctona), así como la red de infra- asociada al mantenimiento de los lazos y estructuras que va, aquí y ahora, a vertebrar huellas que vertebran su realidad identitaria este territorio, a cambiarlo profundamente y y en ella, de una u otra forma, participan los a influir en las relaciones sociales, culturales, hechos, procesos e interacciones acaecidos económicas y culturales. Junto a ello, esta durante su intenso pasado industrial. No obstante, el tránsito, la metamorfosis de este ecuación se pone de manifiesto en un espa- territorio constituye el verdadero milagro que, cio de difícil comunicación con otros núcleos en la actualidad, se constituye en paradigma industriales, así como alejado de centros de de modernidad stricto sensu. Al respecto, un consumo urbanos. De este modo, partiendo entorno rural dotado de estructuras preindus- de experiencias previas desarrolladas en la triales y una simple red agropecuaria de nu- Antigüedad (Cerro Muriano, Fons Mellaria y dos y redes articulaban los flujos, las relacio- las minas y fundiciones romanas del entorno, 2 nes y las poblaciones, así como la naturaleza así como las vías de comunicación ), y tras de los asentamientos y sus implicaciones pasar este espacio por un intenso proceso de arquitectónicas y culturales. Este territorio, ruralización, durante el medievo y la edad moderna, el resultado de la intervención de estos agentes conmina en un territorio con 2 | Al respecto, Cfr. GAVILÁN CEBALLOS (1987); GAVILÁN-VERA (1989-1990); MURILLO (1986a; 1986b; conectividad gracias, en gran medida, al en- 1988). tramado ferroviario, a sus infraestructuras,

AAC 23-24 (2012-2013), 337-362 ISSN: 1130-9741 ARQUEOLOGÍA INDUSTRIAL Y PAISAJE––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––– 339­ a sus instalaciones; al proceso de concen- tura ibérica dejó su huella en esta misma tración industrial acontecido en Peñarroya- localidad, Fuente Obejuna y Los Blázquez, Pueblonuevo; al proceso de explotación de la adquiriendo verdadera importancia durante mayor riqueza de este espacio, el subsuelo; y, época romana3 (Lám. 1), cuando el desarro- en definitiva, al proceso de transpiración de llo de las comunicaciones adquiere una gran estos factores sobre la población, que, gra- importancia (DAZA SÁNCHEZ, 1998). La cias a este impulso, verá incrementado el ni- actividad minera perderá intensidad durante vel de vida de sus habitantes y se impregnará época medieval y diversas explotaciones de de un componente cultural francés visible en cobre serán abandonadas, de manera que las la singularidad de la arquitectura, la persis- que quedaron activas pasaron a ser controla- tencia del uso de la lengua francesa o en las das por la corona o bien cayeron en manos de manifestaciones de lo cotidiano. banqueros o particulares. De manera más profunda, la minería ha Inmersos en la contemporaneidad, la constituido la principal actividad económica irradiación del fenómeno industrializador de los habitantes del valle del Guadiato des- desde Inglaterra al resto de Europa impulsa de el Calcolítico, de una forma más acentua- de manera decisiva a diversos países con una da, hasta el presente, pasando por unas fases gran potencialidad de recursos carboníferos históricas donde ha fluctuado el mineral ob- similar o superior a la del país anglosajón. jeto de explotación entre el cobre, la plata y, Consecuencia del incremento del uso del sobre todo, el carbón, en época más reciente. carbón fue el establecimiento de las princi- La estructura que genera la actividad minera pales áreas industriales cerca de las cuencas a su alrededor, y que incide directamente en carboníferas y, de este modo, países como la organización social de la población que se Alemania en el valle del Ruhr, Bélgica o Esta- vincula a ella, ha enriquecido la comarca con dos Unidos en las regiones de los Allegheny, multitud de culturas que, a lo largo de los llevaron a cabo un proceso de crecimiento siglos, han llegado a conformar la identidad industrial que los convirtió, con el permiso histórica de todo un valle, directamente uni- de Inglaterra, en motor del crecimiento eco- do a las actividades extractivas. Sin embargo, nómico europeo y mundial. En este senti- do, podemos afirmar que España es un país detrás de este desarrollo cultural se esconde con pocos recursos carboníferos si tomamos la riqueza geológica de un territorio donde la como patrón los niveles de producción de In- calidad de los afloramientos cupríferos y car- glaterra y Alemania. Además, existen amplias boníferos desembocaron en la plasmación de diferencias en los condicionantes y su natu- esfuerzos considerables para dotar a este en- raleza, que dieron lugar a iniciativas para la torno de la infraestructura necesaria para el explotación de los recursos carboníferos en óptimo desarrollo de las actividades mineras. España (COLL y SUDRIÁ, 1987). En este sentido, los restos de las vías roma- nas o la propia cultura material evidenciada De forma específica, la cuenca carboní- durante la Protohistoria y la Antigüedad, nos fera del Guadiato presenta una serie de par- muestran cómo la cultura megalítica tuvo ticularidades que, por otra parte, no escapan un especial desarrollo en la zona de Belmez (DAZA SÁNCHEZ, 1999). Así mismo, la cul- 3 | Cfr. DOMERGUE (1990).

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LÁM. 1: Minas y/o fundiciones romanas de la cuenca del alto Guadiato. Fte: GARCÍA ROMERO (2002). 1.-La Pastora; 2.-Doña Rama; 3.-Castillo del Hoyo; 4.-El Higuerón; 5.-Grupo Eneros; 6.-Rosalía; 7.- San Bartolomé; 8.-La Loba; 9.- Santa Bárbara (Fuente Obejuna); 10.-Navalespino; 11.-la Lagunilla; 12.-El Hambre; 13.-Piconcillo N-Ayo. La Montesina; 14.-Piconcillo E-El Rubio; 15.-Piconcillo S; 16.-Piconcillo O; 17.-Cuartanero; 18.-Fábrica del Manchego; 19.-El Sauzón; 20.-El Viñón. a los caracteres generales de los comienzos supondrán la extensión de las concesiones de la minería del carbón en España (NADAL, mineras, estableciendo las condiciones de 1981). Tras el descubrimiento y los comien- explotación. Este proceso supone la llegada zos de la explotación de este recurso en la de ingenieros extranjeros de otras cuencas cuenca (AUTE, 2000), será a partir de la dé- europeas y su establecimiento en las regio- cada de los años veinte del siglo XIX cuando nes carboníferas. Por ello, toda esta situación se produzca un desarrollo de la metalurgia favoreció la inversión minera, apoyada en la del plomo en el sureste peninsular, acompa- Ley de Sociedades por Acciones (1848) y ñado de la promulgación de la Ley General de por la Ley de Sociedades Especiales Mineras Minas en 1825, cuyo espíritu favoreció con (1855). mucho el desarrollo de la minería del carbón Al hilo de estas primeras explotaciones en España y, con ello, en la cuenca carbo- surge un fuerte movimiento de especulación nífera objeto de estudio. En este contexto, que se refleja en la creación de numerosas la minería del plomo comienza a demandar sociedades en torno a los primeros años de carbón, incrementando su producción y se 1850, pero sin llevar a cabo labor extractiva produce la creación de un gran número de alguna (CHASTAGNERET, 2000). Los prin- empresas para tal fin, favorecidas por la le- cipales problemas de esta escasa intensidad gislación minera que, aunque empieza en – teniendo en cuenta la dependencia del plo- 1825, le sucederán otros cuerpos legisla- mo hasta el momento (NADAL, 1981)- es- tivos✉: 1849, 1854-55, 1859 y 1868, que taban basados en la falta de una buena red

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LÁM. 2: Plano de concesiones mineras en la cuenca carbonífera del Guadiato de Lucas Mallada, 1899. Fte: Instituto Cartográfico de Andalucía. fundir, la lógica más elemental aconsejaba tración de las concesiones y grupos mineros instalar los establecimientos metalúrgicos en manos de escasas compañías, cada vez [...] en el centro de las cuencas hulleras. mejor estructuradas y con mejores recursos Antes de la Revolución de los transportes, (Lám. 2). Nos referimos a las firmas Socie- cuando se hallaba reducida a quemar mon- dad Especial La Bética, Manchega y Vizcaína, te bajo, ramaje de olivo o carbón de encina, la compañía Loring, Heredia y Larios y, por la industria plomera de Sierra Morena había último, la Sociedad Hullera y Metalúrgica de tenido que instalarse lo más cerca posible Belmez. Por otro lado, junto a ellas hemos de de la bocamina. A partir de los caminos de destacar la incipiente aparición de la Compa- hierro, la empresa que tuviera el buen senti- ñía de los Ferrocarriles M.Z.A (Madrid-Zara- do de dejarse atraer por el carbón de Belmez goza-Alicante) y posteriormente la Compañía [así como de los principales yacimientos de de los Ferrocarriles Andaluces. la cuenca] superaría a todas las restantes” Tras varios años en los que acontecen en- (NADAL, 1987). frentamientos por controlar el mayor número Al mismo tiempo, a comienzos del últi- de concesiones mineras, con la participación mo tercio del siglo XIX tres sociedades se re- de empresas de distintas dimensiones, algu- parten el 80 % de la propiedad minera de la nas con estrategias a nivel nacional, como cuenca, tras el proceso de absorción y compra Loring, Heredia y Larios (NADAL, 1975; de las posesiones que muchas de las empre- GARCÍA GARCÍA, 1979; AA.VV, 1982), como sas anteriores enajenan ante la imposibilidad resultado de la fusión de la compañía Socie- de acometer explotaciones rentables, lo que dad Hullera y Metalífera de Belmez y la Casa irá derivando paulatinamente en una concen- Rothschild, nace la Sociedad Minero-Meta-

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LÁM. 3: Distribución de los elementos integrantes del paisaje de la producción del valle del alto Guadiato. Escala 1:50.000. Fte: elaboración propia. lúrgica de Peñarroya (SMMP), con una cla- estilísticas que ofrecen. No obstante, lo más ra vocación ante el contexto de dificultades destacado es la creación, con la llegada de para trasladar el carbón del Guadiato a otros estos aportes de recursos humanos, de dos centros de consumo. El resultado, un proce- barriadas como son El Terrible y Pueblonue- so de concentración industrial destinado a vo que terminarán por unirse, formando una aprovechar in situ los recursos mineros de la urbe diferenciada de la ancestral villa de Pe- comarca, dando lugar al inicio del Complejo ñarroya, sobre todo por la morfología urbana Minero-Metalúrgico de Peñarroya. La con- y la naturaleza de su población. centración y conexión de las dos actividades, carbonífera y metalífera, supuso la llegada A partir de ese momento, la presencia de un importante contingente de población, en la cuenca de la Compañía del Ferrocarril seguido del levantamiento de viviendas para de MZA, la Compañía de los Ferrocarriles directivos, en la de Navapandero y Andaluces y la SMMP, dinamizará este terri- viviendas obreras, en el entorno de las explo- torio y sentará las bases de una estructura taciones que ofrecían un contraste abruma- paisajística compleja (Lám. 3) que, en últi- dor, tanto por la relación con el factor laboral ma instancia, se convirtió en paradigma de la como por las condiciones habitacionales y contemporaneidad en Andalucía.

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II. APROXIMACIÓN artísticas, las creencias religiosas o las (SOBRINO AL OBJETO DE LA explicaciones científicas SIMAL, 2011). Bajo este nuevo para- INVESTIGACIÓN DESDE digma, nos referiremos a la realidad pa- LA ARQUEOLOGÍA trimonial heredada como paisaje de la INDUSTRIAL: NUEVOS producción (SOBRINO SIMAL, 2011). ENFOQUES – Por su parte, el Spatialturn nos informa de la necesidad de reclamar un mayor Como resultado de este proceso histórico, protagonismo del espacio (SCHLÖGEL, sobre un paisaje diverso y complejo desde 2007) en el análisis de los procesos el punto de vista estructural y secuencial, el acontecidos en estos paisajes de la pro- modelo epistemológico y metodológico, así ducción, complementando al paráme- como las perspectivas de enfoque que nos tro temporal característico de la histo- permitan vertebrar el proceso de conocimien- ria. En este sentido, el enfoque que se to, por un lado, y las implicaciones patri- deriva resulta no solo más apropiado, moniales generadas en tanto que responsa- sino más enriquecido en información, bilidad presente, por otro, son deudoras de al tiempo que configura un marco de nuevas perspectivas que complementen a las análisis correcto para esta gran diver- existentes con vocación integral y multidis- sidad de historias (cliometría), que, ciplinar. De este modo, un acercamiento a únicamente desde el enfoque históri- la realidad patrimonial de la industrialización co-temporal adolecían de intensidad requiere considerar los siguientes aspectos✉: conceptual y de un lugar en el propio – La Cliodiversidad, entendida como conocimiento del territorio. La carto- un verdadero y actual cambio de pa- grafía o las cartografías de los paisajes radigma en la manera de acercarse y de la producción (SOBRINO SIMAL, comprender el patrimonio histórico, de 2011) nos permitirán reconocer y re- suerte que tal cliodiversidad (variedad gistrar los procesos en los diferentes o diversidad de historias) […] se reco- “espacios de tiempo”. La profundas y noce en los sistemas, conjuntos y ele- constantes conexiones producidas a lo mentos, materiales e inmateriales, que largo del tiempo, la magnitud y la ex- forman parte de las diversas culturas, tensión de las propias actividades, el fósiles o activas, que son el resultado dinamismo de su naturaleza y su efecto del extenso y diverso proceso civilizador en diversos lugares de forma sincróni- de carácter diacrónico, territorial y so- ca y anacrónica, hacen que el enfoque cial y que nos hablan de las diferencias histórico y espacial definido por Schlöl- culturales de cada sociedad o grupos gel, constituya el vehículo que otorga a humanos en función de variables por este tipo de patrimonio su lugar apro- citar sólo algunas de ellas, tales como piado, haciendo visible su invisibilidad, la edad, el género, el lugar, la propie- haciendo inteligible su intensidad en la dad, la tecnología, el tiempo histórico, configuración de las identidades indi- los modos de producción, las prácticas viduales y colectivas o su implicación

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en la configuración de tramas socioeco- de contacto con el bien patrimonial, la nómicas, urbanas o administrativas; labor al respecto será la de recogida bá- construyendo dinámicamente, en defi- sica de información, antes estudiada y nitiva, y como hablaremos más adelan- analizada, siguiendo las pautas marca- te, paisaje (MATA OLMO, 2007). das por Cartier dentro de los denomina- – Funcionalidad de inventarios y catá- dos Inventarios de Gestión, que, dentro logos, entendidos como instrumentos de un determinado espacio geográfico necesarios de acción previa y posterior o unidad administrativa (país, región, al proceso de investigación y acción localidad,...) deben reunir el conjunto sobre los paisajes de la producción. El de las manifestaciones culturales de la ejercicio que acompaña a esta labor de industria expresados mediante una in- inventario y catalogación no debe olvi- formación mínima, que responde a los dar que toda caída en vulgaridad empo- interrogantes básicos✉: ¿qué? ¿dónde? y brece las bases para el que fue creado ¿cuándo? (CARTIER, 1986); teniendo un sistema complejo y bien coordina- como meta primordial la localización y do (AAVV, 1986). Por este motivo, no relevancia de los bienes inventariados, podemos plantear exclusivamente la para, en un momento determinado, po- catalogación como una lista de bienes seer lo que él denomina Inventario de caracterizados en función a diversos fragilidades y zonas sensibles sobre los parámetros intrínsecos (tipología, fun- que poder aplicar una acción posterior. ción, estilo), desatendiendo los extrín- Además de éstos, apunta la importan- secos, que aportan información sobre cia de los Inventarios seriados aplica- múltiples relaciones de esos bienes dos a categorías homogéneas (CAR- con otros dispares en base a criterios TIER, 1986; JIMÉNEZ BARRIENTOS y territoriales, sociales o jurídicos, entre PÉREZ MAZÓN, 1995). otros. Al respecto, conviene resaltar cuatro pautas que dirigen de modo efi- En esta línea resultará fundamental el caz la labor de catalogación que aquí trabajo de campo, que se desarrollará planteamos (GONZÁLEZ MORENO-NA- mediante la localización y situación VARRO, 1995). planimétrica, así como la descripción En este sentido, conviene no extender básica de cada uno de los bienes. Esta el concepto indiscriminadamente, ni primera actuación resulta muy útil para cercenar sus límites, teniendo en cuen- establecer los marcos de la cataloga- ta, en tercer lugar la consideración, de ción de estos bienes, la cual persigue forma equilibrada, de los tres aspectos implicarse con todas sus consecuen- de la esencia del bien✉: documental, ar- cias en la gestión y tutela de los mis- quitectónico/industrial y significativo. mos, así como participar de una carac- Por último el catálogo no debe repre- terística fundamental, esto es, la de ser sentar perjuicios respecto a la autenti- un sistema de conocimiento crucial en cidad del bien, incluyendo todo lo que la definición y el establecimiento del de ella participa. En una primera toma marco adecuado de actuación en ma-

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teria patrimonial (PÉREZ ESCOLANO, bien establecidas y con un paisaje donde el 1995). componente natural, industrial y humano El concepto de catalogación que se- ofrecen matices muy diversos; otorgando una guimos recoge este espíritu y se define personalidad propia al entorno, hoy visible en como “(...) el instrumento administra- el devenir urbano de ciudades como Belmez tivo y científico de conocimiento com- (Lám. 4) o Peñarroya-Pueblonuevo, en la cul- puesto por el conjunto de bienes en él tura popular y en la mentalidad de los habi- inscrito, en el que se anotan individual- tantes de este parte de la Comarca del Alto mente los bienes objeto de tutela, las Valle del Guadiato. actuaciones a las que son sometidos, De un modo general, este tipo de pai- así como los resultados de los estudios sajes viene determinado por el uso de gran- que de ellos se realicen” (PÉREZ ES- des cantidades de energía de asentamiento COLANO, 1995). y de mantenimiento/producción, en función de las necesidades de transformación de la materia. Se trata, por tanto, de una tipología III. el PAISAJE DE LA paisajística que podemos denominar produc- PRODUCCIÓN tora de energía (FERNÁNDEZ TATJÉ, 2000) y que caracteriza a todas las cuencas mine- EN EL VALLE DEL ras, suponiendo la localización de las fuen- ALTO GUADIATO: tes energéticas, lo que implica la necesidad COMPONENTES, del transporte al centro de consumo y, con- DISTRIBUCIÓN Y secuentemente, la construcción de grandes NATURALEZA infraestructuras y una red de transporte fija y permanente (DE BOLÒS, 1992). Este as- Abordar la delimitación, el proceso de co- pecto en la cuenca carbonífera del Guadiato nocimiento de los fundamentos históricos, tendrá lugar de manera progresiva, pero el así como la estructura del paisaje de la pro- resultado será un paisaje erizado de casti- ducción del valle del alto Guadiato, implica lletes extractivos a los que se suman cons- considerar un conjunto de bienes concebidos trucciones anexas y stocks de carbón al aire como restos de la cultura industrial con va- libre, es decir, gran cantidad de escombre- lor histórico, tecnológico, social, científico o ras; en este sentido, y de forma evidente, el arquitectónico de naturaleza compleja y sis- carbón supone un gran coste de transporte témica. En nuestro caso, la orientación pro- y transformación, lo que implica un proce- ductiva de la cuenca carbonífera del Guadia- so de optimización que pasa por enclavar la to comienza con un fuerte vínculo hacia un industria en uno de los lugares de explota- paisaje interior que generó productos físicos ción, en este caso, la propia fundición de la ligados a la industria, donde las actividades Sociedad Minera y Metalúrgica de Peñarroya extractivas, la función de transporte, el pro- (S.M.M.P.) y toda una serie de instalaciones cesamiento y la fabricación de mercancías fabriles destinadas a abaratar los costes. y el trasunto urbanístico y residencial, nos El paisaje resultante conlleva la aparición ofrecen hoy un territorio complejo, con redes de centros industriales especializados, con

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LÁM. 4: Vista del pueblo de Belmez en la entrada de Sierra Morena / Dibujos preparatorios de Liger para “Voyage ... L’Espagne” de Alexandre Laborde.-- Escala indeterminada. Versión original 1 dibujo a lápiz plomo, 22 x 31 cm, Museo de Arte Barcelona. 1812. grandes instalaciones energéticas para trans- apropiaciones, un espacio natural y unas re- formar la materia, enorme almacenamiento laciones socioeconómicas bien distintos, so- de materias y una potente red de transporte bre todo si tenemos en cuenta el profundo (ferrocarril, principalmente). Sin embargo, carácter rural que presentaba este espacio, el gran volumen de materia consumida res- teniendo a las localidades de Belmez, en pecto al producto final y la baja eficiencia primer término, y Peñarroya, a continuación energética darán lugar a una enorme entropía como pequeños núcleos dedicados a las la- y contaminación del paisaje (NEFFE, 1999; bores agrícolas (paisaje natural-antropizado). FERNÁNDEZ TATJÉ, 2000). Fue este conglomerado paisajístico, sencillo Por otro lado, se ha aludido de forma in- y distinto al mismo tiempo, el que suscitó el sistente al momento de auge y declive del interés de políticos, estadistas y viajeros de- fenómeno industrial en el alto valle del Gua- cimonónicos que quisieron dejar constancia diato; sin embargo, en un momento previo de los recursos con los que contaban estas la naturaleza del territorio que aquí se nos tierras y las impresiones que les suscitaban presenta partió de unos condicionantes, unas al vivirlas, respectivamente. En relación a es-

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LÁM. 5: Vista del pozo Belmez (en el centro) y la escombrera generada (izquierda). Fte.: fotografía del autor tos últimos, consideraban un espacio natural de extracción, el propio castillete y las, hoy, dotado de una serie de condiciones cultura- tierras de cultivo que lo circundan (Lám. 5 y les como elemento paisajístico, de suerte que 6); integrados todos ellos dentro de un ámbi- en su composición es necesaria la búsqueda to paisajístico de naturaleza dispersa y muy de un punto de vista justo o la selección de conectado al territorio (PRADOS ROSALES, elementos a incluir en los paisajes (MATHIS, 2005). Paralelamente, el componente esté- 2005); de ahí las innumerables vistas de las tico que se deduce de este tipo de construc- que fueron objeto la infinitud de paisajes es- ciones alberga nociones tales como estricta pañoles, plasmadas por estos viajeros román- funcionalidad, estilización o ingenio en la ticos, en tanto que concepción pintoresca. utilización de nuevos materiales metálicos y En conjunto, el paisaje de la produc- aparición de texturas novedosas en sus for- ción del valle del alto Guadiato presenta una mas de unión. estructura formada por una serie de subu- Considerar este subpaisaje implica per- nidades bien diferenciadas, en función de cibir su dispersión en el territorio, en su un criterio funcional y energético✉: paisaje impronta medioambiental, en la variedad minero-disperso; paisaje ferroviario-arquitec- de bienes inmuebles y bienes muebles que tónico; paisaje industrial-compacto y paisaje manifiestan la importancia del desarrollo tec- urbano residencial; que se insertan sobre una nológico, en la importancia del patrimonio paisaje de interior discontinuo (redes de ga- inmaterial✉: modos de vida de los mineros y lerías y pozos mineros) y actuando sobre un sus familias, su ocio y sus creencias. Pero paisaje natural-antropizado. también los modos de vida de los patronos, Centrados de manera más directa en tanto desde el punto de vista económico nuestro análisis, las actividades extractivas como tecnológico o antropológico; En la im- y el conjunto de castilletes y pozos mineros portancia que este patrimonio presenta para diseminados por la comarca evidencian ti- el estudio de la evolución de la ingeniería de pologías diversas, escogidas en función del minas y por su vinculación con otros sectores encarecimiento de los materiales, de la pla- industriales como el del transporte –en con- nificación empresarial y de la relación coste- creto el del ferrocarril–, las redes de caminos beneficio. De todo ello resultan instalaciones y las líneas de cables aéreos, además del si- integradas en un espacio rural que, al mismo derúrgico (BIEL-IBÁÑEZ, 2009). tiempo, configuran micropaisajes formados La arquitectura ferroviaria, por su parte, por la escombrera, el edificio de la máquina muestra en este espacio una serie de ca-

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LÁM. 6: Vista del pozo Lucas Mallada (Belmez). Fte.: fotografía del autor racterísticas acordes con la naturaleza del tenimientos o abandonos que, traducidos al territorio, del tipo de línea y de la voluntad lenguaje arquitectónico evidencian edificios empresarial que gestiona estos trazados. Al y estaciones (Lám. 7) mediante las siguien- respecto, asistimos a una concatenación-in- tes claves (SOBRINO SIMAL, 2008)✉: terrupción-reanudación de obras en sucesivos – De construcción sencilla a nivel de ci- ramales (Almorchón/Belmez-MZA-; Córdoba/ mientos y con dos alturas en la mayor Belmez-Ferrocarriles Andaluces-; Peñarroya/ parte de los ejemplos. /Fuente del Arco-SMMP- y di- versos ramales mineros de menor entidad) – Realizados con materiales tales como al hilo de las operaciones especulativas de mampostería, ladrillo y madera, em- compra-venta entre empresas que, a la larga, pleados en la mayoría de los ejemplos encarecían los proyectos. en los mismos espacios y en los mis- Este condicionante, junto al proceso de mos procesos. creación-absorción-disolución empresarial, – Utilización de tipos estandarizados re- nos ofrece una riqueza documental donde es cogidos en catálogos, de manera que el posible rastrear estas incertidumbres, man- ahorro a nivel de proyecto y la repeti-

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LÁM. 7: Mapa de distribución de los enclaves ferroviarios del valle del alto Guadiato e instalaciones asociadas. Fte.: elaboración propia.

ción consiguen contribuir a la creación un lado, de Puertollano (Ciudad Real) y Fuen- de una identidad corporativa. te del Arco (Badajoz) –teniendo como núcleo – La reutilización de materiales tras de- central la localidad de Peñarroya-Pueblonue- moliciones o rehabilitaciones en otras vo–; y, por otro lado, Córdoba y Almorchón obras de la misma línea. (Badajoz), apareciendo Belmez como núcleo principal. A lo largo de estos trazados el viaje- – Inserta dentro de nociones estéticas ro se encuentra con la ausencia del tren como cercanas a la racionalidad, la sencillez, elemento plástico en el paisaje campesino y la economía de tiempo, la catalogación con la presencia de lo ferroviario –estaciones, o la prefabricación. depósitos de máquinas, casetas de obreros, – Creadora de un corpus de actividades y elementos de señalización, las vías, los des- procesos constructivos sistematizados montes, los terraplenes (Lám. 8). Por ello, el en su planificación, en su práctica y en componente que cobra mayor fuerza en este sus resultados. paisaje es el visual, o sea el tren en su pai- El paisaje ferroviario que nos encontra- saje, con independencia de los elementos mos en este espacio viene condicionado por humanos que intervienen en su composición el trazado de las vías mencionadas que, de (guardagujas, guardabarreras, fogoneros, mo- uno modo ulterior, unen las localidades, por zos de estación y en algún caso los viajeros

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LÁM. 8: Muelle de la estación de Belmez en 2004 (hoy demolida). Fte.: fotografía del autor. que en última instancia, humanizarían el pai- vantamiento de terraplenes; construye terri- saje ferroviario) (SOBRINO SIMAL, 2001); torio y favorece la apropiación del mismo, no demostrando, en este sentido, que el tren solo por acercar distancias, sino por la enor- está hecho para el hombre, a su servicio, y me cantidad de obras de fábrica que jalonan no como simple elemento decorativo en un nuestro espacio (puentes, pontones, alcanta- medio urbano o rural (CANTELLY, 1950). rillas, tajeas, viaductos, túneles,…) (AGUILÓ Por ello, sin olvidar el componente per- ALONSO, 1999a; 1999b); introduce un nue- ceptivo del viajero a través del tren como vo esquema de enclave, la estación, que, por elemento de configuración subjetiva del pai- sí sola, se configura como unidad paisajísti- saje, así como las miradas que los artistas ca en toda su funcionalidad y dinámica, así han creado a partir de la experiencia del fe- como en la forma en que participa de las re- rrocarril, la componente visual, como hemos laciones sociolaborales (Lám. 9); en relación indicado, cobra aquí el mayor de los protago- con la particular vinculación que muestra nismos al definir un paisaje que modifica e este tipo de ferrocarril con los núcleos urba- interacciona con el medio natural, teniendo nos, introduce un tipo relación distante e in- en cuenta las labores de desmonte y de le- termitente que, al mismo tiempo, constituye

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LÁM. 9: Playa de vías y estación de Peñarroya, al fondo. Fte: Archivo Francisco José Aute. un símbolo de progreso para los habitantes “Cerco Industrial” de Peñarroya y la respues- de las localidades de Peñarroya y Belmez, ta urbana a este desarrollo industrial en la de modo principal y presenta una fruición localidad. Lejos de acometer un estudio his- con el componente industrial-minero que tórico excesivamente riguroso, la inclusión conlleva la creación de espacios de trabajo, de este componente en el paisaje de la pro- en los que el ferrocarril se introduce hasta ducción del valle del alto Guadiato se aborda el interior de las naves y participa con toda bajo su consideración como ejemplo de ciu- su intensidad en el traslado de mercancías y dad industrial. La intrínseca relación entre trabajadores (Ferrocarriles mineros de SMMP trabajo y vivienda en este momento, obligan y Andaluces, así como posteriormente, “La a plantear una organización voluntaria del es- maquinilla”). Ello supone la multiplicación pacio urbano, ubicándose los barrios obreros de los ramales viarios en el interior de los de El Antolín o Los Cuarteles cerca del espa- espacios de trabajo, especialmente en el Cer- cio de trabajo. Al mismo tiempo, la diferen- co Industrial de Peñarroya, derivándose una ciación de clase y de escala laboral conllevó enorme pero enriquecida complejidad visual la creación de un núcleo residencial francés (AGUILÓ ALONSO, 2001; 2002). con un componente cultural y arquitectóni- Finalmente, la labor extractiva y la fun- co diferenciado del resto del enclave. Este ción de transporte quedarían huérfanas si nuevo componente impregnó la localidad de no abordáramos el complejo productivo del nuevas formas de entender la relación hom-

AAC 23-24 (2012-2013), 337-362 ISSN: 1130-9741 ARQUEOLOGÍA INDUSTRIAL Y PAISAJE––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––– 353­ bre-ciudad, nuevos servicios, una manera di- por sus impactos negativos, y opuestos a los ferente de concebir el ocio y la implantación conceptos tradicionales de hermosura. Sin de servicios educativos y religiosos. Sin em- embargo, la obsolescencia productiva de bargo, el impacto visual y mental que todavía muchos edificios, instalaciones y utillajes hoy provoca el “Cerco Industrial” de Peña- industriales crea un paisaje en declive, una rroya-Pueblonuevo (Lám. 10) nos evidencia emoción reflexiva rodeada de una áurea de la diversidad de tipologías arquitectónicas fa- romanticismo que concede una identidad briles que se diseminan por este espacio, la atractiva a estos “monumentos laborales”. fragilidad de estas construcciones, así como El paso del tiempo, su expresividad, conte- la riqueza inmaterial de flujos, experiencias y nido tecnológico y una identidad panorámica sensaciones que, de forma diaria y a lo largo muy acentuada les ha proporcionado una es- del tiempo, acontecieron en este espacio. timación atractiva añadida. Actualmente, la Desde un punto de vista teórico, este variedad y variación de los ideales artísticos tipo de paisajes responde a la creación de pone en consideración aquello que anterior- una composición informal integrada por la mente aparecía como valor negativo o no va- concurrencia de grandes recintos, elemen- lor. La oportuna reconsideración cultural del tos e instalaciones de necesidad productiva patrimonio y de la arqueología industrial ha dispuestos con lógica funcional y expresa- elevado la técnica al rango de estética, modi- dos con un lenguaje compuesto de contras- ficando su significación de mera funcionali- tes✉: la sobriedad de las formas fabriles y la dad, por una apreciación contemplativa, que complejidad de sus instalaciones. Un recital podría expresarse como la belleza de lo no compuesto por geometrías complejas con bello, la poesía de lo no poético. elementos emergentes, volúmenes gigantes- De forma paralela y, como consecuencia, cos, cuerpos contundentes complementados la inutilidad productiva crea un sentimiento con líneas livianas, torres, postes, cableados, identitario negativo. Y es que estos elemen- conducciones por tuberías, masas volátiles y tos, en su origen, fueron creados para una atmósferas singulares. De diversos y disper- utilidad productiva sin una preocupación sos valores formales, actúan dialécticamente prioritaria por su aspecto formal, con lo que los unos sobre los otros, configurando un es- casi nunca se originaron entornos armónica- pectacular escenario contemplativo de gran mente aceptables. En la actualidad, la difi- tensión visual (URIARTE, 2008). cultad de dar respuesta funcional a superfi- En este sentido, en el “Cerco industrial” cies tan enormes, constituye un factor, leve de Peñarroya-Pueblonuevo acontecen diver- pero constante, de desapropiación. Resulta, sos aspectos que, como caracteres defini- por otro lado, constatable la riqueza arqui- torios, articulan del siguiente modo su sig- tectónica, que se muestra en la variedad de nificación paisajística✉: el valor de la ruina. tipologías y en la sucesión de las mismas a lo Al respecto, se establece un repertorio de largo de espacio productivo. Por ello, el “pa- espacios desestructurados, de parajes inhós- limpsesto”, incluso anacrónico, de tan varia- pitos, de episodios fabriles en extenuación dos componentes y actividades les ha otor- mecánica, hasta ahora quizá sólo aprecia- gado tanta vitalidad, fuerza y contenido que dos por su capacidad productiva, criticados bien podría decirse que la industria ha sido la

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LÁM. 10: Vista aérea del complejo minero-metalúrgico de Peñarroya (“Cerco Industrial”). Fte.: Instituto Cartográfico de Andalucía. fábrica del paisaje (URIARTE, 2008). Estos mundo laboral (Lám. 11). Junto a los valores parajes, centenarios y extraordinarios, por la anteriores, se evidencia una gran potenciali- concurrencia en este ámbito de trascenden- dad y variabilidad de la experiencia estética. tales testimonios, de un período excepcional La contemplación de estos parajes provocará de la humanidad, son el origen de una acti- en el esporádico y espontáneo observador si- vidad y cultura industrial que ha generado la tuado frente a tan complejo panorama sen- existencia de un importantísimo legado del saciones muy diversas✉: un trance dubitativo.

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LÁM. 11: Fábrica de productos refractarios en el Cerco Industrial de Peñarroya. Fte.: fotografía del autor.

Desde un cierto desinterés o rechazo inicial ductiva, desaparece. Si la memoria laboral e a un cautivador colapso visual de aletargada industrial está repleta de insatisfacción, rei- aceptación, pero que no dejará indiferente su vindicación y revolución, en su sentido expre- percepción y recuerdo. Al final, con el espíri- sivo y sensorial, también lo está de rebelión tu serenado, todo este compendio de estimu- cultural (URIARTE, 2008). laciones, aparentemente conflictivas, lo su- La necesidad de memoria de determi- mirán en una profunda emoción estética no nados aspectos de nuestra historia colectiva prevista. El patrimonio y el paisaje industrial son, además de un testimonio para interpre- obliga a retomar el Cerco de Peñarroya como tar un lugar, una referencia para entender la un pilar básico de la identidad de esta lo- idiosincrasia de una sociedad. Como realidad calidad, generador de un paisaje industrial creativa, material, es una manifestación fi- compacto original. La configuración de este gurativa que puede y, quizá, debe analizarse territorio ha partido de unos escenarios, cuya como un patrimonio visual cultural. Relatado participación en el proceso de industrializa- con la inquietud emocional provocada por un ción ha condicionado la morfología paisajísti- mundo que, en su expresión material y pro- ca externa y la localización geográfica de las

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LÁM. 12: Estructura del paisaje de la producción del valle del alto Guadiato. Fte.: elaboración propia. arquitecturas e infraestructuras. Nos referi- Por último, su ligazón con el entramado mos tanto al paisaje de interior, formado por urbano resulta fundamental para extender los los propios yacimientos minerales, así como procesos de apropiación, asentamiento y cre- por las formas de apropiación y explotación cimiento de un factor demográfico que crea de los mismos, con los pozos, galerías, enti- y participa de esta realidad, definiendo los baciones; y por otro lado, al paisaje natural espacios sociales, económicos y de ocio de antropizado, resultado de la acción milenaria la ciudad. De este modo, se pone de mani- del hombre sobre un espacio natural que ha fiesto una organización de las actividades de tendido a concentrar sus actividades produc- ocio (centro de reuniones de los directivos de tivas hacia la agricultura y la minería, con SMMP, casino,…), zonas verdes, los conjun- el impacto correspondiente sobre el territorio tos urbanísticos de mayor entidad habitacio- (Lám. 12). Impacto que vendría marcado por nal (chalets de los técnicos de la compañía, núcleos y redes simples, con unas comunica- así como de los directivos) en una posición ciones poco densas y un sentido de arraigo centrada respecto al plano de Pueblonuevo. social muy intenso. Seguidamente, los barrios obreros (de San

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Miguel, El Antolín y Santiago García Fuen- de establecer estrategias de acción e inter- tes), además de situarse a corta distancia en vención sobre la misma. relación al puesto de trabajo (zonas de ex- II.- La cuenca carbonífera del Guadia- tracción o complejos mineros), ocupan una to, con el núcleo de Peñarroya-Pueblonuevo posición radial y distal respecto del trazado como eje vertebrador, se convierte, en virtud de la misma localidad. Por ello, como servi- a las características de su pasado industrial, dumbre del barrio francés, se trazan calles en un escenario de primer orden de la MO- de forma ortogonal, recogiendo en ellas ac- DERNIDAD en Andalucía, representando el tividades económicas tales como boutiques, patrimonio industrial analizado un testimo- farmacias, bares y restaurantes y otros co- nio directo de este fenómeno, centrado en mercios menores. Por su parte, dotado de un procesos de transformación agraria y desarro- acceso conveniente tanto de entrada de pa- llo de la industrialización, en el desarrollo del cientes desde los lugares de siniestro como movimiento obrero, así como en la aparición, de salida de los mismos, el hospital minero evolución y consolidación de la sociedad de contaba con unas amplias instalaciones, jun- masas en sus ámbitos cultural, urbano y de to con las zonas verdes convenientes. mentalidad. III.- El proceso de investigación del paisaje de la producción del valle del alto IV. CONCLUSIONES Guadiato ha posibilitado el afloramiento de un extraordinario yacimiento documental in- A partir del análisis de las implicaciones pa- édito de carácter planimétrico, fotográfico, trimoniales del paisaje de la producción en estadístico y escrito que se caracteriza por el valle del alto Guadiato se evidencian las su dispersión, dificultad de acceso y ausen- siguientes conclusiones✉: cia de un estudio crítico de las fuentes. En este sentido, como centros documentales I.- Se constata la riqueza, calidad, diver- han sido determinantes el ARCHIVO DE LA sidad y complejidad de los valores patrimo- EMPRESA NACIONAL CARBONÍFERA DEL niales asociados al paisaje cultural industrial SUR (ENCASUR); el ARCHIVO HISTÓRICO del valle del alto Guadiato; así como la in- FERROVIARIO (AHF), perteneciente a la teracción de estos valores con las diferentes Fundación Ferrocarriles Españoles, relativo unidades paisajísticas que han sido carac- a arquitectura ferroviaria. Dentro del mis- terizadas en esta investigación, teniendo en mo son muchas las secciones que forman cuenta una primera organización en función parte del index del archivo; sin embargo, la de la escala, la localización y la funciona- sección relativa al servicio de vía y obras de lidad, de tal manera que se definen las si- las distintas compañías (Madrid, Zaragoza guientes✉: paisaje geoestructural, paisaje mi- y Alicante, Ciudad Real a Badajoz, Anda- nero-disperso, paisaje industrial-compacto, luces,…) proporciona una ingente serie de paisaje ferroviario-arquitectónico, paisaje planimetrías a nivel urbano, de estaciones, urbano-residencial y paisaje natural antropi- así como proyectos de tendido ferroviario o zado. Interpretar la estructura paisajística de arquitectónicos, en lo que atañe a edificios este territorio implica considerarlos a la hora que forman parte de las estaciones de ferro-

ISSN: 1130-9741 AAC 23-24 (2012-2013), 337-362 358u������������������������������������������������������������������������ luis mIGUEL prados rosales carril. Así mismo, dentro de los proyectos de lítico. Finalmente, el apoyo fotográfico que estas líneas resultan profundamente esclare- nos proporciona el ARCHIVO FOTOGRÁFICO cedores los presupuestos que se añadían a DE FRANCISCO JOSÉ AUTE ha permitido las respectivas memorias, donde se recogía configurar un repertorio temático a nivel ar- información cualitativa y cuantitativa en re- quitectónico, social, económico, de fotogra- lación al componente arquitectónico y cons- fías antiguas que ofrecen la posibilidad de tructivo de estos edificios, oficios,… Por su contraste para complementar la información parte, la naturaleza tanto de los ferrocarriles acerca de la arquitectura ferroviaria, la arqui- que atraviesan la zona como de la política tectura fabril, el fenómeno urbano o el desa- empresarial de las gestoras de las líneas rrollo social. ponen de manifiesto la importancia de com- IV. A la definición de este territorio, al parar políticas constructivas en materia de análisis de las implicaciones paisajísticas y estaciones, entre distintas líneas gestionadas las realidades arquitectónicas, así como a las por la misma compañía, evidenciando así la infraestructuras vertebradoras, ha pretendido utilización de tipos arquitectónicos para es- responder el presente artículo. Factores todos taciones de similar importancia; por su parte, ellos que actúan como marcadores clave en el ARCHIVO GENERAL DE LA ADMINISTRA- la evolución y conformación de este espacio. CIÓN (AGA) presenta información sustancial Sin embargo, el proceso culminará en torno acerca de la SMMP y del ferrocarril de vía a finales de los años 80 con un fenómeno de estrecha que extendió desde Puertollano a desactivación de los sistemas productivos. El Fuente del Arco; el ARCHIVO HISTÓRICO paulatino descenso de las extracciones mi- PROVINCIAL DE CÓRDOBA (AHPCO), den- nero-metalúrgicas, el progresivo abandono de tro del cual algunos documentos en relación los centros de transformación y producción al fenómeno urbano de Peñarroya, ya han industrial del Cerco industrial de Peñarroya- sido registrados por el ARCHIVO DE CAR- Pueblonuevo, la escasa rentabilidad que ar- TOGRAFÍA HISTÓRICA DEL ICA (Instituto gumentan los gestores ferroviarios para des- Cartográfico de Andalucía), que nos ofrece la activar y desmantelar el trazado ferroviario, posibilidad de consultar y descargar vía web así como el aumento del desempleo y el ini- la cartografía histórica de los municipios de cio de procesos migratorios, presentan un pa- Peñarroya y Belmez, en ámbitos como el pro- norama en el que la antítesis marca su propia pio casco urbano o el término municipal, y naturaleza. A partir de ese espacio temporal nos brindan documentación gráfica de gran la ilusión se transforma en desilusión, la ac- importancia para complementar el análisis tividad en inactividad o el éxito en fracaso. del fenómeno urbano e industrial en la lo- Es en este momento cuando los núcleos de calidad de Peñarroya-Pueblonuevo; en otro población cambian su estructura socioeconó- orden, el ARCHIVO HISTÓRICO MUNICIPAL mica, respondiendo a las nuevas necesida- DE AZUAGA, el ARCHIVO DEL AYUNTA- des contemporáneas y heredando los com- MIENTO DE PEÑARROYA PUEBLONUEVO y ponentes propios de una verdadera ciudad ARCHIVO HISTÓRICO MUNICIPAL DE BEL- industrial fruto de un complejo proceso. La MEZ, nos posibilitan descender al ámbito de problemática que genera esta herencia ha de lo local en el contexto socioeconómico y po- ser solventada de forma responsable por las

AAC 23-24 (2012-2013), 337-362 ISSN: 1130-9741 ARQUEOLOGÍA INDUSTRIAL Y PAISAJE––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––– 359­ propias instituciones, respondiendo de ma- BENEVOLO, L. (1967)✉: Los orígenes de la urba- nera satisfactoria, no solo a su conservación nística moderna, Buenos Aires. sino también a la manera y los momentos en BIEL-IBÁÑEZ, P. (2009)✉: “El paisaje minero en que permite que la población haga uso de los España como elemento de desarrollo territo- mismos y, reconozca en ellos, la enorme in- rial”, APUNTES, Vol. 22, nº 1. tensidad con la que participa dicha herencia CANTELLY, J. (1950)✉: “Cien acuarelas sobre te- en la configuración de la identidad territorial; mas ferroviarios”, Texto de Juan Cantelly en en definitiva, hacer rentable y sostenible el la Crónica de Arte para la presentación de la paisaje que hemos heredado. Exposición de 1950. CARTIER, Cl. (1986)✉: “Inventaire general des monuments et des richeses artistiques de la France, Cellule du Patrimoine Industrial. Les V. BIBLIOGRAFÍA inventaires du Patrimoine Industrial Français✉: êtat de la question”, en Les Inventaires du AA.VV. (1982)✉: PEÑARROYA-ESPAÑA, Libro del Patrimoine Industrial. IndustrialHeritage In- Centenario, 1881-1981, Madrid. ventaires. Actes des colloques de la Direction AA.VV. (1986)✉: Jornadas sobre los Inventarios del du Patrimoine. Ministére de la Cultura et de Patrimonio Industrial (objetivos y Métodos), la Communication. París. Dirección del Patrimonio del Ministerio de CERDÁ, M. (2011)✉: Arqueología Industrial, Uni- Cultura y de la Comunicación, Vigny. versitat de Valencia, Valencia. AGUILAR CIVERA, I. (1998)✉: Arquitectura indus- CHASTAGNERET, G. (2000)✉: L’Espagne, puissan- trial. Concepto método y fuentes. Diputación ce minière dans l’Europe du XIXe siècle, Casa de Valencia, Valencia. de Velázquez, Madrid. AGUILÓ ALONSO, M. (1999a)✉: “Infraestructu- DAZA SÁNCHEZ, A. (1998)✉: “Minas y Calzadas ras y articulación del territorio”, Revista de Romanas. Guadiato y Sierra de los Santos”, Obras Públicas, nº 3.388, Madrid. BRAC, Nº 134, año LXIX, enero-junio, pp. ––– (1999b)✉: El paisaje Construido. Una aproxi- 235-248. mación a la Idea de Lugar. Madrid, Colegio ––– (1999)✉: “Trece monumentos megalíticos que de Ingenieros de Caminos Canales y Puertos. constituyen el grupo dolménico de Belmez”, BRAC, nº 136, año LXXVII, enero-junio, pp. ––– (2001)✉: “Naturaleza, paisaje y lugar✉: estética 33-40. de la obra y su entorno”, Ingeniería y Territo- DE BOLÒS, M. (1992)✉: rio, nº 54, 2001, pp. 29-30. Manual de Ciencia del Paisaje. Teoría, métodos y aplicaciones, Ma- ––– (2002)✉: “Invariantes estéticos de la inge- son, Barcelona. niería civil”, Revista de Obras Públicas, nº DOMERGUE, C. (1990)✉: Las minas de la Penínsu- 3426, Madrid. la Ibérica en la Antigüedad Romana, Univer- AUTE, F. J. (2000)✉: Cómo, cuándo, y por quién sidad de Toulouse-Le Mirail, Toulouse. , Cór- fue descubierto el carbón en Peñarroya FERNÁNDEZ TATJÉ, G. (2000)✉: “Clasificación de doba (inédito). paisajes en función de la energía”, en Actas AYMONINO, C. (1978)✉: Orígenes y desarrollo de la del IV Congrés de Ciencia del Paisatge, Uni- ciudad moderna, Barcelona. versidad de Barcelona, Barcelona.

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