Los Dulzaineros De Albelda: Una Familia Dedicada Al Folclore Riojano Durante Seis Generaciones
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(32) fiestas Los dulzaineros de Albelda: una familia dedicada al folclore riojano durante seis generaciones TEXTO: Santiago Ruiz Abeytua FOTOGRAFÍAS: Familia Abeytua A mediados del siglo XIX Abundio Abeytua, un joven pastor albeldense aficionado a la música, pidió a sus padres que le compraran una dulzaina en vez de una manta. Así empezó una saga de dulzaineros que continuó con Urbano y Serafín y que llega hasta nuestros días de la mano de los nietos de este último: Rafael, Ángel, María y Santiago y de su bisnieta Isabel. Serafín Abeytua. (33) Urbano y Andrés Abeytua, en Rosario (Argentina), 23/05/1948. Una de las pocas leyendas albeldenses publica- fiestas,2 el hecho innegable es que el cambio das en los libros Leyendas de La Rioja cuenta- de protagonista nos está indicando la impor- que la noche de la víspera de la fiesta, el dul- tancia que tiene en la vida social y cultural de zainero local tenía que ir a regar, y para pasar Albelda de Iregua la saga de dulzaineros que la noche se acompañó de su bota de vino. Así, desde hace seis generaciones existe en esta lo- mientras regaba y tras dar buena cuenta de su calidad. vino, se durmió. Al despertarse y ver que ya había amanecido, volvió al pueblo, cogió su dulzaina y comenzó a dar la diana. Esto pro- En la segunda mitad del S. XIX, Abundio dujo la sorpresa de todo el pueblo, ya que la Abeytua se convirtió en el primer fiesta había pasado mientras el dulzainero dor- mía.1 miembro de la saga al preferir comprarse una dulzaina a una manta Al margen de la veracidad de esta leyenda, cuyo origen está en que un danzador se quedó dormido en su pajar durante los tres días de las 1. Cariñanos, Félix, “Leyendas De La Rioja”, Diario La 2. “El Chopo”, la Danza y los Toros en Hoja Parroquial Rioja, Logroño, 2000. de Albelda, 8, (15-Septiembre-1929). (34) fiestas Urbano y Serafín con el grupo de Coros que empezó a ser reclamado para amenizar las y Danzas de la Sección Femenina de fiestas y acompañar la danza de diversos pue- Logroño dirigido por Nieves Sáinz de Aja. blos cameranos. La fama de este dulzainero fue tal, que hizo que en estos pueblos y años después de su fallecimiento, a su hijo Urbano e incluso a su nieto Serafín, las personas mayo- res les llamasen “Abundio pequeño”. Abundio transmitió sus conocimientos a su hijo Urbano, el cual además de tocar la dul- zaina, recibió clases de solfeo, guitarra, violín y clarinete. Durante sus años de dulzainero, al igual que su padre, Urbano acompañó la danza y amenizó las fiestas tanto de pueblos cameranos (Luezas, Terroba, Soto, Almarza, Trevijano…) como de los alrededores de Logroño (Islallana, Sor- zano, …). Empezó a acompañar a los grupos de danza de la Sección Femenina como el de Logroño, con el que realizó numerosos viajes, Urbano Abeytua, a la izquierda, con el violín. tanto por España como por el resto del mun- do (Inglaterra, Italia, Argentina…). En todas Esta saga empieza en la segunda estas actuaciones, a Urbano le acompañaban mitad del siglo XIX con Abundio Abeytua, un con el tambor sus hijos Serafín y Andrés. joven pastor que debido a su afición por la mú- sica, pide a sus padres que le regalen una dulzai- Una de las anécdotas que cuentan las personas na. Estos, ante la escasez económica de la época, mayores de Albelda es que Urbano tocaba la le dan a elegir entre la dulzaina o una manta dulzaina en la verbena con los ojos cerrados y con la que paliar el frío en los duros días de los mozos se quejaban de que ellos se cansa- invierno, mientras cuidaba su rebaño. Aun así, ban de bailar con las mozas mientras el gaitero Abundio eligió que le regalasen una dulzaina “dormía”. de boj sin llaves, como se fabricaban a mediados del siglo XIX. Además de su faceta de dulzainero, Urbano dirigió el grupo de danzas de Albelda durante Así, y sin apenas conocimientos musicales, muchos años. Entre sus contribuciones al ci- Abundio empezó a tocar la dulzaina y gracias clo de danzas albeldense, cabe destacar la in- a su tesón y trabajo, fue adquiriendo tal fama clusión del segundo trenzado de El Árbol o la introducción de varias danzas nuevas como El Urbano Abeytua empezó a acompañar Soldado, La Torre o Los Oficios. También formó junto con otros músicos albeldenses un gru- a los grupos de danza regional, lo que po de guitarras y una agrupación musical que acompañaba celebraciones tanto albeldenses le llevó a viajar por varios países tanto (fiesta de los quintos o misa del día de San- europeos como americanos ta Cecilia) como de otros pueblos. Todo esto Los dulzaineros de Albelda: una familia dedicada al folclore durante seis generaciones (35) Orquesta Abeytua (1953). hizo que Urbano se convirtiera en un referen- te cultural en Albelda. A Urbano, tras su fallecimiento en 1955, le su- cedió su hijo Serafín nacido en 1919. Serafín Abeytua realizó su primera actuación a los 7 años de edad en Luezas de Cameros. So- Serafín con la Banda del Regimiento bre ella él contaba varias anécdotas, como que de Transmisiones de Madrid (1940). los mozos del pueblo lo llevaban a hombros durante las rondas por el pueblo para que no se cansara con el peso del tambor o que du- padre y después bajando a Logroño a lomos rante las verbenas tocaba con el tambor atado de un caballo. a una silla. En 1937, en plena Guerra Civil, Serafín fue Durante su infancia en Albelda, además del llamado a filas, integrándose en el Regimien- tambor, Serafín aprendió a tocar la guitarra, el to de Ingenieros de Transmisiones con sede clarinete y el saxofón, primero de mano de su en Madrid, que debido a la contienda se en- contraba desplazado a Carrión de los Condes (Palencia). Allí empezó a formar parte de la Urbano fundó varios grupos musicales, banda del regimiento. que lo convirtieron en un referente Terminada la guerra, el Regimiento de Trans- cultural en Albelda misiones volvió a su sede oficial en el palacio de El Pardo en Madrid. Una vez allí, Serafín se (36) fiestas Serafín en Niza con el Grupo de Logroño (1956). Serafín Abeytua realizó su primera actuación a los 7 años en Luezas de Cameros En 1945 Serafín terminó el servicio militar y regresó a su pueblo. Una vez en Albelda, Serafín formó junto con su hermano Andrés y otros músicos albelden- ses diferentes agrupaciones musicales, como la Orquesta Abeytua, con las que amenizó las verbenas de innumerables pueblos, tanto rio- janos como de comunidades limítrofes. Al morir su padre, Serafín tuvo que coger el testigo de la dulzaina y seguir con la tradición familiar. Así, desde este momento, hasta que sus nietos pudieron empezar a acompañarle con el tambor, fueron varias las personas que tocaron con él, ente ellos su hermano Andrés Abeytua, su primo Félix Divar, los albeldenses Guillermo y Doroteo Carrillo “El Bárbaro” o el músico najerillense Adolfo García, hijo del dulzainero Emilio García. Noticia de La Rioja sobre la obtención del premio de Dulzainero de Honor a Durante sus años como dulzainero, Serafin Serafín Abeytua (10-Sep-1968). acompañó la danza en un sin fin de pueblos, tanto riojanos como burgaleses (Albelda, Be- dedicó a lorado, Lardero, Fuemayor, Pradillo, Zarratón, ampliar sus conocimientos musicales Pedroso, Villaverde, Santa Coloma, Grávalos, recibiendo clases de clarinete de D. Miguel Yuste, afamado clarinetista de la época. Así, con su esfuerzo y trabajo, Serafín llegó a ser clarinete primero de la banda de su regimien- to, la cual se instauró como Banda Municipal de Madrid durante los años de la postguerra. Con esta banda de música, Serafín realizó va- rios viajes por España amenizando las fiestas de pueblos y ciudades. Entre estos viajes, po- demos destacar la visita que hizo esta banda en 1940 a Albeda de Iregua.3 Grupo de Danzas de Albelda con sus dulzaineros (1996). 3 Revista El Najerilla, 252 (Mayo 1940). Los dulzaineros de Albelda: una familia dedicada al folclore durante seis generaciones (37) Rafa, Ángel, María y Santiago en Belorado (Burgos), septiembre 2009. Anguiano…), amenizó con su dulzaina las • Primer premio medalla de plata en el III fiestas de varios pueblos riojanos (Quel, Lum- Certamen Nacional celebrado en Palencia (1967) breras, San Andrés, Rabanera, Ajamil, Autol…) • Premio Especial medalla de oro en el IV y acompañó a la gran mayoría de grupos fol- Certamen Nacional (1968). clóricos de la Rioja (Logroño, Coletores de Calahora, Aires de La Rioja, Arnedo, Alfaro, Serafín también contribuyó a ampliar el re- Trevijano, Navarrete, Torrecilla, Huércanos…). pertorio para dulzaina, adaptando obras clá- Esto, le permitió viajar por toda la geografía sicas como El carnaval de Venecia (N. Paganini) española, gran parte de la Europea (Francia, o el Coro de Esclavos de la ópera Nabucco (G. Italia, Reino Unido, Alemania, Dinamarca…) Verdi) y componiendo sus propias obras, de- e incluso de otros continentes (Canadá, Jorda- jando escritas más de 100 entre marchas, pasa- nia, Irak, Egipto, Siria, Líbano…). calles, polcas, mazurcas, dianas o rapsodias so- bre temas del folclore riojano como Zasorsoal, De su valía como dulzainero, a parte de todo Reflejos del Pueblo o De Cameros a la Rioja Alta. lo anterior, dan buena cuenta los premios recibidos en los concursos que se celebraron Serafín estudió clarinete y formó en los años 50-60: parte de la banda del regimiento de • Primer premio por parejas en el Primer Certamen Provincial de La Rioja (1958) Ingenieros de Transmisiones durante • Primer premio por parejas y solista en el Se- sus años de servicio militar en Madrid gundo Certamen Provincial de La Rioja (1960) (38) fiestas los Hermanos del Niño Jesús de Grávalos, Comu- nidad Autónoma de La Rioja…), premios como la Guindilla de Oro del Cen- tro Riojano de Madrid o siendo nombrado prego- nero de las fiestas patrona- les de Belorado (2003) y Albelda (2008).