El Cine De Almodóvar. Una Poética De Lo “Trans” Pedro Poyato Sánchez (Editor) El Cine De Almodóvar
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El cine de Almodóvar. Una poética de lo “trans” Pedro Poyato Sánchez (Editor) El cine de Almodóvar. Una poética de lo “trans“ El cine de Almodóvar. “Esta editorial es miembro de la UNE, lo que garantiza la difusión y comercialización de sus publicaciones a nivel nacional e internacional”. 9 788479 932497 © Universidad Internacional de Andalucía © Universidad Internacional de Andalucía © Universidad Internacional de Andalucía © Universidad Internacional de Andalucía El cine de Almodóvar. Una poética de lo «trans» Editor Pedro Poyato Sánchez © Universidad Internacional de Andalucía EDITA: UNIVERSIDAD INTERNACIONAL DE ANDALUCÍA Monasterio de Santa María de las Cuevas. Calle Américo Vespucio, 2. Isla de la Cartuja. 41092 Sevilla www.unia.es COORDINACIÓN DE LA EDICIÓN: Pedro Poyato Sánchez COPYRIGHT DE LA PRESENTE EDICIÓN: Universidad Internacional de Andalucía COPYRIGHT: Los autores FECHA: 2015 ISBN DE LA EDICIÓN ELECTRÓNICA: 978-84-7993-267-1 MAQUETACIÓN Y DISEÑO: Mª Dolores Lobo García y Felipe del Pozo FOTOGRAFIA CUBIERTAS: © EL DESEO, D.A., S.L.U. Paola Ardizzoni y Emilio Pereda © Universidad Internacional de Andalucía © Universidad Internacional de Andalucía Índice Presentación 11 Pedro Poyato Sánchez Movida y transgresión en el primer Almodóvar 15 Román Gubern Madrid y Pedro Almodóvar 29 Jean-Claude Seguin Vergara Del autorretrato a una cierta autobiografía 53 Agustín Gómez Gómez Cuatro películas 83 Gustavo Martín Garzo La escritura del “almodrama” 101 Pedro Poyato Sánchez El deseo de la actriz. Estética del proceso 129 creativo en los filmes de Almodóvar Gonzalo de Lucas La ceguera y el cine. A propósito de Los abrazos 151 rotos de Pedro Almodóvar Karen Poe Plasticidad de la identidad “ciborg” en La piel 171 que habito Domingo Sánchez-Mesa Sobre los autores 197 8 © Universidad Internacional de Andalucía © Universidad Internacional de Andalucía © Universidad Internacional de Andalucía Presentación Por Pedro Poyato Sánchez © Universidad Internacional de Andalucía Desde unos primeros pasos vinculados a la estética pop de la movida madrileña, humus donde cultivó ese cariz posmoderno de la imagen que ya nunca abandonaría, hasta el último melodrama pasional, y pasando por un período intermedio protagonizado por sus comedias sobre el desamor, la cinematografía de Pedro Almodóvar se ha caracterizado, además de por su extraordinaria fuerza plástica y figurativa, por la conformación de programas iconográficos propios integrados a su vez en tejidos narrativos más o menos estructurados, pero caracterizados todos ellos por la compleja red de tiempos y de narradores que movilizan. Cinematografía, también, cuya escritura se elabora en gran medida a partir de operaciones de transtextualidad que, a raíz sobre todo de Todo sobre mi madre, obra nodal en la carrera de Almodóvar, encuentran un eco en la diégesis, interesada por operaciones de trasplante, transexualidad y transgénesis, lo que demuestra un interés enunciativo por el cuerpo y sus mutaciones que ha llegado a su punto culminante en La piel que habito, penúltima película del cineasta. Al estudio de estas imágenes cinematográficas que nos llevan sin solución de continuidad del llanto a la carcajada, o del Madrid de la movida al Lanzarote de César Manrique, o de la realidad a una ficción que acaba con-fundiéndose con ella, pero sobre todo imágenes orientadas siempre por la brújula de una creación cinematográfica en continua renovación, se dedica el libro que el lector tiene en sus manos. En los capítulos en él compilados, un nutrido grupo de especialistas, escritores, analistas e historiadores del cine español, como Román Gubern (Universidad de Barcelona), Jean-Claude Seguin (Universidad de Lyon II), Agustín Gómez (Universidad de Málaga), Gustavo Martín Garzo (escritor), Pedro Poyato (Universidad de Córdoba), Gonzalo de Lucas (Universidad Pompeu Fabra), Karen Poe (Universidad de Costa Rica) y Domingo Sánchez- Mesa (Universidad de Granada), abordan, desde un amplio y variado campo metodológico, un puñado de temas, formas y motivos propios del idiolecto almodovariano, como la movida madrileña, el territorio, el autorretrato y la autobiografía, el amor herido y la pasión, el almodrama, el deseo de la actriz, la ceguera, y el ciborg, tratando de arrojar así alguna luz sobre la poética de nuestro cineasta más universal. Quiero dejar constancia de mi agradecimiento, además de a los autores de los textos compilados, a la sede “Antonio Machado” de la Universidad Internacional de Andalucía, en especial a su director, José Domingo Sánchez Martínez, por posibilitar, el verano de 2013, la impartición del curso: ``El cine de Almodóvar. Una poética de lo trans´´, así como por su interés para que la presente publicación, registro escrito de los contenidos del curso, haya visto la luz. 12 © Universidad Internacional de Andalucía © Universidad Internacional de Andalucía © Universidad Internacional de Andalucía Movida y transgresión en el primer Almodóvar Por Román Gubern © Universidad Internacional de Andalucía La primera etapa de la obra de Pedro Almodóvar, a caballo entre el cine underground de factura artesanal, surgido volcánica y anárquicamente de la movida madrileña, y la fundación de su productora El Deseo, en colaboración con su hermano Agustín, marca una etapa clave en la carrera del realizador, que se clausura en 1984 con su film ¿Qué he hecho yo para merecer esto?, una obra que exhibe una notabilísima madurez técnica y profesional. La inmediatamente posterior creación de la empresa El Deseo –inaugurada con Matador y La ley del deseo en 1986– fue un signo inequívoco de profesionalización industrial y de vertebración empresarial, cuando el nombre del realizador aún no había traspasado nuestras fronteras, dejando atrás con su organización y su voluntad expansiva el artesanado voluntarista y lúdico de su primera etapa, que es la que examinaremos con cierto detalle en ese trabajo. Su descubrimiento y celebración internacional no llegaría hasta la exitosa difusión mundial de Mujeres al borde del ataque de nervios (1987), un título que actuó como gancho de arrastre para que su obra previa alcanzase la difusión internacional. La llamada popularmente movida, que sucedió a la muerte del general Franco en noviembre de 1975, ha recibido ya la atención de historiadores y de sociólogos, pero es menester Volver a ella someramente, porque es en ese caldo de cultivo lúdico-libertario en el que se fraguó el imaginario y las primeras prácticas artísticas del realizador. No fue una etapa plácida y lineal, como demostró el secuestro judicial de El crimen de Cuenca (1979) y el procesamiento de su realizadora, Pilar Miró. Se trató de una evidencia demostrativa de que las fuerzas reaccionarias de la dictadura franquista no se habían extinguido, episodio que estuvo acompañado de otros dislates menores y más jocosos, como el del arresto por la policía municipal de Cuenca de un comerciante por tener expuesta en su vitrina una reproducción de la indecente La maja desnuda de Goya. Pero el empuje social hacia la liberalización cultural y de las costumbres, sobre todo en las grandes ciudades, fue tan grande, que se convirtió en un caldo de cultivo insoslayable para explicar el “caso Almodóvar” que aquí nos ocupa. Recordemos algunos hitos significativos de este proceso sociocultural. En mayo de 1976 apareció la revista Interviú, publicada por el barcelonés Grupo Z, un semanario que pivotó inicialmente sobre tres ejes: las denuncias sociopolíticas, el sensacionalismo cruel y las fotos de desnudos femeninos. Los dos primeros apartados fueron declinando con el tiempo, pero no el tercero, que recibió en octubre de aquel mismo año el refuerzo de otro semanario del mismo grupo editorial, titulado Lib, y de contenido 16 © Universidad Internacional de Andalucía ya exclusivamente erótico. En abril de 1977 se estrenó Viridiana (1961), el film largamente prohibido de Luis Buñuel, que había ganado la Palma de Oro en Cannes. En noviembre de aquel año el gobierno de la UCD abolió la censura cinematográfica, reemplazada por una clasificación de las películas para las edades diversificadas de la audiencia, clasificación en la que destacó la categoría S, para espectadores mayores de 18 años (nunca se supo si era una S de “sexo” o de “sensibilidad”, pues se otorgaba a las películas que podían “herir la sensibilidad del público” y que debían exhibirse en unas específicas Salas S, que en la práctica se circunscribieron a la proyección de cine erótico soft). En diciembre de aquel año se liberalizó el uso de anticonceptivos. En enero de 1978 se despenalizó el adulterio. Y el artículo 20 de la Constitución de 1978 estableció la libertad de expresión, al prohibir expresamente cualquier forma de censura administrativa sobre los medios de comunicación social. Pero vale la pena señalar que esta liberalización cinematográfica tropezó a veces con inesperados obstáculos burocráticos. Así, la mencionada ley que estableció las licencias de exhibición preveía ya la categoría de películas X, aunque sin desarrollar todavía el reglamento para su exhibición en salas públicas (tarea que sería obra de Pilar Miró en abril de 1983, durante la etapa siguiente de gobierno socialista). Pues bien, cuando llegó a la Comisión de Clasificación del ministerio de Cultura la notable película japonesa El imperio de los sentidos (Ai no corrida), de Nagisa Oshima, que mostraba explícitamente actividades sexuales, la comisión le otorgó una clasificación X. Pero como no existían por entonces salas X, tal clasificación impedía absolutamente su estreno en el mercado español.