Grupo Clarin Sa
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GRUPO CLARIN S.A. Estados Contables al 31 de diciembre de 2009 presentados en forma comparativa GRUPO CLARIN S.A. MEMORIA Y ESTADOS CONTABLES AL 31 DE DICIEMBRE DE 2009 PRESENTADOS EN FORMA COMPARATIVA CONTENIDO Memoria (1) Estados Contables Consolidados Estados de Situación Patrimonial Consolidados Estados de Resultados Consolidados Estados de Flujo de Efectivo Consolidados Notas a los Estados Contables Consolidados Anexo E Consolidado – Evolución de Previsiones Anexo F Consolidado – C o s to de Ventas Anexo H Consolidado – Información requerida por el art. 64 inc. b) de la Ley N° 19.550 Estados Contables Individuales Estados de Situación Patrimonial Estados de Resultados Estados de Evolución del Patrimonio Neto Estados de Flujo de Efectivo Notas a los Estados Contables Anexo A – Evolución de Bienes de Uso Anexo C – Inversiones Anexo D – Otras Inversiones Anexo E – Evolución de Previsiones Anexo G – Activos y Pasivos en Moneda Extranjera Anexo H – Información requerida por el art. 64 inc. b) de la Ley N° 19.550 Reseña informativa Información adicional a las notas a los estados contables - Art. Nº 68 del Reglamento de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires Informe de los Auditores Informe de la Comisión Fiscalizadora (1) Información no examinada y no cubierta por el Informe de los Auditores GRUPO CLARÍN S.A. MEMORIA 2009 A los Señores Accionistas de Grupo Clarín S.A. Ponemos a su disposición la Memoria y anexo, el Estado de Situación Patrimonial, el Estado de Resultados, el Estado de Evolución del Patrimonio Neto y el Estado de Flujo de Efectivo, Notas y Anexos de Grupo Clarín S.A. (en adelante “la Sociedad” o “Grupo Clarín”) correspondientes al ejercicio económico N° 11 finalizado al 31 de diciembre de 2009 y los Estados Contables Consolidados con los de sus empresas controladas al 31 de diciembre de 2009. A continuación mencionamos las principales empresas controladas –directa o indirectamente- por Grupo Clarín S.A.: Arte Gráfico Editorial Argentino S.A.(AGEA), Artes Gráficas Rioplatense S.A.(AGR), Compañía Inversora en Medios de Comunicación S.A. (CIMECO) Cablevisión S.A., Primera Red Interactiva de Medios Argentinos (PRIMA) S.A., Contenidos de Medios Digitales S.A.(CMD), Arte Radiotelevisivo Argentino S.A.(ARTEAR), GC Gestión Compartida S.A., Inversora de Eventos S.A.(IESA) y Radio Mitre S.A., entre otras. CONTEXTO MACROECONÓMICO A lo largo del 2009 y al igual que el grueso de los países desarrollados y emergentes del mundo, la Argentina debió hacer frente a una crisis financiera internacional ya reconocida como la más severa desde la Gran Depresión. Sus efectos, subestimados en principio localmente, abarcaron en lo fundamental un derrumbe de la actividad productiva y una fuerte destrucción del empleo, el valor de los activos y el comercio exterior. A diferencia de lo ocurrido ante otros shocks negativos de origen externo, la irrupción de la crisis encontró a la economía argentina con stock de reservas en el Banco Central y posiciones superavitarias de sus cuentas externas y fiscales. Estos amortiguadores permitieron a nuestro país seguir lidiando, en paralelo a la crisis, con la serie de graves problemas domésticos incubados en forma previa a ésta, entre los cuales sobresalen la elevada y persistente fuga de divisas del sector privado y el no acceso a financiamiento voluntario por parte del sector público. La extraordinaria sequía que afectó al sector agropecuario, en conjunto con la presencia de elecciones legislativas (y la natural tensión que provocó su sorpresivo adelantamiento en el calendario), contribuyeron a agravar este ya por demás complejo escenario. A la hora de enfrentar los efectos nocivos de la crisis internacional, la Argentina aplicó políticas económicas de sesgo expansivo, en línea con lo realizado por la mayoría de los países. La ausencia de un fondo anticíclico y la imposibilidad de acceder al mercado voluntario de deuda soberana acotaron sin embargo la extensión del estímulo de mayor impacto (el fiscal). Un rápido repaso del resultado de las variables fundamentales de la economía revela que la Argentina logró amortiguar sólo en parte los daños colaterales conjuntos de la crisis internacional y la incertidumbre local. De hecho, la economía argentina experimentó en el 2009 un freno abrupto del nivel de actividad (de entre 3 y 4 puntos porcentuales), superior al de otros países referentes de la región como Brasil (cuyo Producto Bruto directamente no retrocedió) o Chile (cuya actividad se estima habría caído en torno al 1,5%). Además de una mayor caída del PBI, la Argentina volvió a registrar también mayor inflación que el promedio de países de la región. El repliegue de la actividad productiva moderó pero no logró hacer bajar la inflación a niveles razonables y en consecuencia impactó en forma directa sobre los indicadores sociales. Así, y de acuerdo a estimaciones privadas, la inflación cerró el 2009 situada en torno al 15%, esto es, ocho puntos porcentuales por debajo del 23% observado en el 2008 y prácticamente el doble del 7,7% del INDEC. En tanto, el desempleo y la pobreza habrían cerrado el 2009 en torno al 11% y 35% respectivamente, superando ambos los registros del año previo. Al compás del receso de la actividad productiva y la desaceleración inflacionaria, las posiciones externas y fiscal superavitarias también presentaron ajustes, aunque de dirección 1 contraria. Producto en lo fundamental de su elevada sensibilidad al ciclo de las materias primas agrícolas, el valor de las exportaciones mostró en el 2009 una caída del orden del 20%. Este retroceso tuvo lugar aún cuando el deslizamiento administrado del tipo de cambio nominal fue otro rasgo distintivo del ajuste local en el proceso de rebalanceo global. En términos reales, el peso cierra el 2009 presentando una pronunciada depreciación (superior al 20%) en relación con la canasta compuesta por las monedas de sus principales socios comerciales. El derrumbe de los envíos al exterior no impactó negativamente en la generación genuina de divisas de la economía. De hecho, el superávit comercial externo (estimado en casi US$17,0 mil MM) se ensanchó debido al mayor ajuste que observaron las importaciones. El persistente crecimiento del gasto público por sobre los ingresos (+30% versus +19% en el 2009) generó un desplome del superávit fiscal primario, que en términos consolidados se redujo desde un máximo de 5,2% del PBI en 2004 a un magro 1,1% en el 2009. Quien más contribuyó a este desplome fue la Nación, que pasó del 3,9% del PBI en el 2004 a un pobre 1,6% estimado para el año en curso. De netear este registro, los flujos generados por la estatización de la Seguridad Social, los aportes extraordinarios en DEGs que la Argentina recibió como miembro del FMI y las transferencias del BCRA en concepto de utilidades, el antes mencionado ahorro primario se transforma en un déficit, cercano al 1% del PBI. Vale mencionar que este resultado tuvo lugar a pesar del significativo flujo adicional de ingresos que recibió la Nación a partir de la estatización de las AFJPs y la instrumentación de una presión tributaria conjunta que fue récord histórico. De lo anterior surge que por primera vez desde el 2003, el superávit fiscal primario resultó insuficiente para pagar los intereses de la deuda y por ende en el 2009 la Argentina presentó un importante resultado financiero deficitario. Ante la imposibilidad de acceder a los mercados voluntarios de deuda, este saldo deficitario fue financiado por fuentes domésticas (Banco Central y otros organismos públicos). En las provincias, en tanto, el deterioro fiscal se estima fue aún mayor: arrastrado por el desequilibrio de la provincia de Buenos Aires, el rojo primario habría ascendido en el 2009 a casi $6,0 mil MM ó $9,0 mil MM después de intereses, siendo este último registro más de tres veces el observado en el 2008. Con mercados voluntarios de deuda cerrados, las posibilidades de financiamiento de muchas provincias para afrontar necesidades de caja quedaron acotadas a la asistencia financiera del Gobierno Nacional. Perspectivas para el año entrante En los últimos meses del 2009 el crecimiento económico mundial ha ingresado en terreno positivo, apuntalado por las enérgicas políticas públicas adoptadas que permitieron apartar las inquietudes en torno a un colapso financiero global de carácter sistémico. Traccionada por esta incipiente mejora, la actividad económica local también comenzó a evidenciar cierto recupero y se prevé que esta tendencia continúe a lo largo del 2010. El sector agropecuario y la industria automotriz serían los principales soportes de la recuperación local. En efecto, tras la fuerte contracción que registrara en el ciclo 2008/2009, de algo más del 35%, los volúmenes de la cosecha agrícola en general y la soja en particular observarían un claro repunte. Lo citado, en conjunto con el recupero de los precios de las materias primas agrícolas, contribuiría a que el valor de las exportaciones vuelva a crecer en el 2010, dando sustento a que la posición externa continúe exhibiendo superávits y que los ingresos fiscales por derechos de exportación se ensanchen. La industria automotriz también volvería a crecer incentivada por la fuerte demanda desde Brasil: a diferencia del volumen de la cosecha, se prevé que su producción recupere el nivel previo a la crisis. Naturalmente, el nuevo entorno proyectado acentúa las presiones inflacionarias en una economía que ya registra aceleración inercial de precios y ahora carece de una posición superavitaria del sector público que minimice su probabilidad de espiralización. Así, la inflación proyectada para el año (el consenso de mercado prevé un piso del 17%) reaviva la puja redistributiva y opera como un limitante para la sustentabilidad en el tiempo de la trayectoria de recupero del PBI. Lo mismo aplica para la política fiscal, que siembra dudas al respecto de la capacidad de pago soberana.