REPUBLICA DE HAITI Y LA REPUBLICA DO MINICAN A
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COLECCI6N DEL TERCER CINCUENTENARIO DE LA INDEPENDENCIA DE HAITI DR. JEAN PRICE-MARS LA REPUBLICA DE HAITI y LA REPUBLICA DO MINICAN A DIVERSOS ASPECTOS DE UN PROBLEMA HISTORICO, GEOGRAFICO y ETNOLOGICO TRADUCCI6N DE MARTIN ALDAO y JOSÉ LUIS Mui'loz AzPlRI Oesde el origen de la poblaci6n de la isla antillana en 1492 hasta la evoluci6n de 109 dos Estados que comparten la 80berania de la misma en 1953 TOMO II PUERTO PRINCIPE 9 5 3 Deposito legal M. 10.629.-1958 IMPRESO EN ESPAJ\lA INDUSTRIAS GRAFICAS ESPANA, S. L. - MADRID Colecci6n deI Tercer Cincuentenario de la Independencia de lIaitt DR. JEAN PRIeE-MARS LA y LA REPUBLICA DOlVIINICANA DIVERSOS ASPECTOS DE UN PROBLEMA HISTORICO, GEOGRAFICO y ETNOLOGICO Desde el origen de la poblacion de la isla antillana en 1492 hasta la evolucion de los dos Estados que comparten la soberanîa de la mis ma en 1953 TOMO III PliERTO PRINCIPE 1953 Price-Mars, Jean, 1876-1969. La república de Haití y la República Dominicana / Jean Price Mars. Puerto Principe : Colección del Tercer Cincuentenario de la Independencia de Haití, 1953. 3 v. (330, 239, 253 p.) 1. Haiti --Relations --Dominican Republic. 2. Dominican Republic --Relations --Haiti. 3. Haiti --History. 4. Dominican Republic --History. = 1. Haïti - Relations extérieures -- République dominicaine. 2. République dominicaine -- Relations extérieures – Haïti. 3. Haïti – Histoire. 4. République dominicaine -- Histoire CDD : 327.729407293 22 CAPITULO PRIMERO LAS NEGOCIACIONES DOMINICANAS CON LAS PO TENCIAS EXTRANJERAS. LA ENTRADA EN ESCENA DE LOS EST ADOS UNIDOS DE NORTEAMERlCA El 5 de diciembre de 1844. Santana, Presidente de la Republica Dominicana, acredito a José Maria Caminero en calidad de agente especial ante el Presidente John Tyler para solicitar el reconocimiento de la Republica Domini cana coma Estado independiente. Caminero presento la solicitud en los términos que si guen a John C. Calhoun, secretarÎo de Estado, después de haber mantenido una entervista con dicho alto funciona rio (1): uSenor: La antigua parte espanola de la isla de Santo Domingo, permaneci6 hasta principios de 1822 bajo el dominio de Espafia. Par una de esas fatalidades a las cua/es las na- (1) WILLIAM R. MANNlNG: Diplomatie correspondance of the United States. Inter american affaira, 1851-1860. Washington, 1935, pag. 27. 5 ciones se hallan sujetas y a consecuencia de Jacciones sur- gidas de cambios poUficos, por un lado, y teniendo, por el otro, a enemigos naturales lI) como vecinos, el pais ha es tado unido de Jacto, a la Republica de Haiti, la cual en este momento ocupaba la parte occidental de la isla, per ieneciente antes a Francia. Dicha uniôn y la abolici6n de la esclavitud (2) que la sigui6, dieron origen a un trastorno general en las costumbres y principios de vida social, a los cuales los habitantes espanoles se hallaban habituados. Después de haber soportado durante veinte anos el pesado yugo deI despotismo haitiano, los blancos domi nicanos (3) con objeto de poner Jin a sus padecimientos, mediante un esJuerzo de naturaleza contraria, se aprove charon de la oportunidad ofrecida por la revoluci6n que derroc6 a Boyer, y en la noche dei 27 de febrero de /844 lanzGron el grito de independencia que fué coreado por todas las clases de la poblaci6n. Se apoderaron de la capi tal de Santo Domingo li de otros puntos fortificados pr6- ximos y consiguieron al dia siguiente, 28, provocar la ren Jici6n y capitulaci6n dei comando general dei distrito y las fuerzas haitianas, las cuales pocos dias después se em l-arcaron para Puerto PrÎncÎpe. La nueva bandera dominicana fué izada sobre los edi ficios li se nombr6 en la capital un gobierno provisorio, con el nombre de Junia Central de Gobierno, compuesla de once individuos, pertenecientes a distritos diversos y cuya auioridad Jué reconocida espontaneamenie por las oiras ciudades, animadas iodas del mismo entusiasmo li resuel las a deJender, con las armas en la mano, la justa y noble causa de su amado paÎs. Tai es d exacto y verdadero aspecto dd estado y orga- (1. Z y 3) E.l subrayado es nuestro. 6 nizacion de la nueVa Rep6blica Dominicana, la cual se considera calificada como para ocupar un puesto en el concierto de las naciones, en virtud deI reconocimiento que solicita de la magnanima nacion cristiana de los Estados Confederados de la Union Americana, a la cual se dirige, con preferencia, como jundadora de la libertad real en el Nuevo Mundo. Con el reconocimiento de nuestro pais como Estado in dependiente y el establecimiento de relaciones de amistad y comercio (entre nosotros y vosotros) , la Rep6blica Domi nicana sera enteramente respetada, puesto que por la iden tidad de nuestros intereses. el vigor de sus juerzas e ins tituciones sera acrecido, restablecida la conjianza y reno cados y florecidos la ciencia, el arte y el comercio. Final mente, podra colocarse en una situacion segura de progreso y estabilidad. La cuesti6n de su reconocimiento como Estado inde pendiente puede ser resuelta ajirmativamente, ya que Ella r,o imp7ica responsabilidad de ninguna naturaleza, como en otros ca.~os. relativos a los estados que, hasta el dia de hoy, se presentaron con ifJual objeto en este hemis/erio. En lo que respecta a la Rep6blica haitiana, cuya exis tencia politica no ha sido reconocida por los Estados Uni dos, debe considerar que no na efercido. ni podda naberlo hecno. dominacion legltima sobre la parte espafiola, por <:uanto su vergonzosa ocupacion ha sido jruto de un ver dadero acto usurpador. En 10 que concierne a Espafla, duefla antiguamente de este territorio y de la cu al los dominicanos eran s6bdttos. su indiferencia. indolencia y abandono, durante los vein te aflos que estuvimos sometidos a la opresion y veja menes de los negros de Haïti (l), mu estran y establecen (1) El subrayado es nuestro. 7 positivamente el derecho de los dominicanos a asumir su propia soberanfa y gozar con entera libertad de ella, cons tituyéndose en estado independiente. Es incuestionable el hccho de que, al cesar la protecci6n de un soberano termina también el deber de obediencia de un subdito. Los habi tantes de la parte espanola no habran de s~r abandonados a una condidan peor que las demas Republicas dei Sur, las cu ales han sido reconocidas por Espana. Con tal motivo, etc ....• 1 1 El 25 de enero de 1845 Caminero dirigio una nueva nota a Calhoun, en la cual explicaba como se forjo la unidad polltica de la isla bajo la administraci6n haitiana. Declaro especialmente que Nunez de Caceres dio el nombre de «Haitl espanola» al nuevo Estado que acababa de constituirse el 30 de noviembre de 1821: «La denominacion de "Haiti espafiola" -agrego- . coincidente con la de "Republica de Haitf" que habia sido ya adoptada por los negros y mulatas (1) que acupaban la parte franêesa de la isla, era un error; contribuyo a limitar el entusiasmo e impedir la colaboracion de una parte de los habitantes. Por otro lado, la poblacion urbana no habla sido previamente advertida de dicho cambio polftico y no se les requirio informase dei punta a la opinion publica. Tai omision determino que el pueblo no aceptara con una nimidad la celebracion de la independencia. La diferencia de puntos de vista provoco. en pocos dias, la oposicion de dos 0 tres lu gares en la parte septentrional a incitacion de algunos espanoles de origen europeo, hostiles a la libertad (1) El subrayado es nuestro. 8 americana. Enarbolaron la bandera de la Republica de Haiti en Montecristi, Santiago de los Caballeros, de acuerdo con el jefe de dicha Republica.» Seguidamente Caminero explic6 c6mo Boyer aprovech6 de la disposici6n de los espanoles deI Cibao para rehusar la alianza ofensiva y defensiva, ofrecida por Nunez de Ca ceres e invadi6 la parte deI Este el 12 de febrero de 1822, a la cabeza de un ejército de diez mil hombres, aboliendo la esclavitud, proclamando la Constituci6n de Haiti e impo niendo leyes e instituciones haitianas, completamente di versas de las espanolas. «Debido a dicha raz6n, nunca e~ tuvieron realmente unidas ambas naciones.» Por ultimo, Caminero terminaba su nota diciendo que la porci6n de gente de color que existe en la parte oriental se compone «de mulatos y zambos», nacidos todos libres, sobre el suelo dominicano. Se mantuvieron unidos al blanco en la observancia de la religi6n y la moral, 10 cual es comun a todos los pueblos de la América deI Sur en que se en cuentren los mismos tipos de humanidad». 1 1 1 John C. Calhoun, secretario de Estado. respondi6 el 21 de febrero de 1845 (1) a ambas notas. diciendo que las comunicaciones dirigidas por Caminero al Presidente de los Estados Unidos. y en las cuales el agente especial ofreda un resumen de los acontecimientos que condujeron a la declaraci6n de la independencia. por parte de la Republica Dominicana. habian sido sometidos al jefe deI Estado y examinados por éste con la mayor atenci6n. En 10 que respecta al reconocimiento de la Republica Dominicana. como estado independiente. objeto de sus (1) MANNING: Op. cit .• pags. 3 y siguientes. gestion es , el secretario de Estado informo al agente espe cIal que el Presidente de los Estados Unidos esperaba que la nueva nacion supiera mantener la independencia conquis tada. A mas, el Presidente le habîa dado instrucciones para que, de acuerdo con los usos establecidos por el gobierno en parecidas circunstancias, se enviase un comisario en cargado de examinar los hechos y circunstancias relativos a la situacion dominicana y de informar acerca de ellos al poder ejec'utivo, antes de tomar ninguna decisi6n al res pecto. Con tal objeto, el Departamento de Estado nombro a John Hogan, de Nueva York, en caracter de comisiona do encargandolo de investigar en la Republica Dominica na todos los aspectos de la vida publica y de elevar un informe acerca de ellos, en el menor tiempo posible.