CONFLICTOS POR LA TIERRA EN DE LAS REFORMAS BORBÓNICAS A LA REFORMA AGRARIA Dr. Martín Sánchez Rodríguez Presidente de El Colegio de Michoacán, A. C.

Líe. Eduardo Martínez Helmes Rector de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca

lng. Porfirio Soriano Morales Director General del Consejo Oaxaqueño de Ciencia y Tecnología

Este libro se realizó con recursos del Fondo Mixto Conacyt - Gobierno del Estado de Oaxaca en el marco del proyecto M0036-2009-C02-144258. FOMIX Conacyt - Gobierno del Estado de Oaxaca El Colegio de Michoacán, A. C. Universidad Autónoma "Benito Juárez" de Oaxaca

Gobierno del Estado deOaxaca Oaxaca de todos un• gobierno p8l1l tocto. CONFLICTOS POR LA TIERRA EN OAXACA DE LAS REFORMAS BORBÓNICAS A LA REFORMA AGRARIA

Luis Alberto Arrioja Díaz Viruell Carlos Sánchez Silva Editores

. 6). El Colegio de Michoacán Universidad1 Autónoma Benito Juárez de Oaxaca 972.74 Conflictos por la tierra en Oaxaca: De las reformas borbónicas a la reforma agraria 1 Luis CON Alberto Arrioja Díaz Viruell, Carlos Sánchez Silva, editores. -- Zamora, Mich.: El Colegio de Michoacán : Universidad Autónoma "Benito Juárez" de Oaxaca, 2012. 264 p.; 23 cm . -- (Colección Debates)

ISBN 978-607-7764-99-1

1.0axaca- Historia 2.Reforma Agraria- Oaxaca- Historia- Siglo XVIII- Siglo XX }.Problemas Agrarios- Oaxaca- Historia- Siglo XVIII- Siglo XX 4.Conflicto Social- Oaxaca

l. Arrioja Díaz Viruell, Luis Alberto, ed. II.Sánchez Silva, Carlos, ed.

Imagen de portada: "Campesinos de Oaxaca" (s/f), Fototeca de la Fundación Cultural Bustamante Vasconcelos.

© D.R. El Colegio de Michoacán, A. C., 2012 © D.R. Universidad Autónoma "Benito Juárez" Centro Público de Investigación de Oaxaca, 2012 Conacyt Av. Universidad s/n Martínez de Navarrete 505 Edificio de la Rectoría Las Fuentes Ciudad Universitaria 59699 Zamora, Michoacán Ex Hacienda "Cinco Señores" [email protected] 68120 Oaxaca de Juárez, Oaxaca

Impreso y hecho en México Printed and made in México

ISBN 978-607-7764-99-1 ÍNDICE

Introducción 9

Abreviaturas 18

PRIMERA PARTE l. Pueblos, reformas y contrariedades agrarias: Oaxaca, 1742-1857 Luis Alberto Arrioja Díaz Viruell y Carlos Sánchez Silva 21

11. Conflictos agrarios de mestizos y afrodescendientes en Oaxaca antes de la independencia Luis J García Ruiz 43

111. Conflicto de tierras e insurgencia entre los mixes: San Juan Jaltepec de Candoyoc contra San Pedro Acatlán, 1790-1819 Huemac Escalona Lüttig 73

IV. Indios y afromestizos ante el problema agrario. La región de los petapas: siglos XVIII y XIX Laura Machuca Gallegos 113

SEGUNDA PARTE V. Entre el porfiriato y la revolución: el campesino y sus circunstancias en Oaxaca. Un panorama Anselmo Arellanes Meixueiro 139 VI. La reforma agraria en Huajuapan y las sociedades agrícolas mercantiles: el caso de Santiago Chazumba Margarita Menegus Bornemann y Yair Gerardo Hernández Vida/ 167

VII. Conflictos por tierras y pesquisas documentales en el valle de Oaxaca, 1912 Luis Alberto Arrioja Díaz Viruell 185

VIII. Agua y conflictos agrarios en los Valles Centrales de Oaxaca: las disputas por el río San Juan en el distrito de Etla, 1905-1927 Juan Hugo Sánchez García 215

Bibliografía general 243

Sobre los autores 263 VII. CONFLICTOS POR TIERRAS Y PESQUISAS DOCUMENTALES EN EL VALLE DE OAXACA, 1912

Luis Alberto Arrioja Díaz Viruell

En este capítulo examinaré los diversos argumentos que esgrimieron los habi­ tantes de un pueblo oaxaqueño para investigar, documentar y replantear la indefinición legal de una porción de su territorio. Como será fácil observar, el texto tiene dos ejes analíticos: primeramente, un conflicto por límites de tierras entre Juan Guelache y San Pedro Teococuilco; en segundo lugar, una comisión campesina que en 1912 se dio a la tarea de investigar la historia agraria de su pueblo. En lo que respecta a las fuentes que sustentan dicho artículo, proceden básicamente de tres acervos: el Archivo Municipal de San Juan Guelache, Oaxaca (AMSJGO), el Archivo General del Estado de Oaxaca (AGEO) y el Archivo General de la Nación (AGN). A lo largo del texto utilizaré el concepto de conflicto tal como se plan­ tea desde los estudios sociológicos; es decir, como una categoría que refiere las disputas entre dos grupos en torno al acceso y el control de recursos rela­ tivamente escasos; pugnas que, desde las ciencias sociales, se han conside­ rado endémicas y permanentes en el seno del mundo campesino. Con esta perspectiva, tanto la teoría como la práctica han revelado que dichas pugnas suelen cobrar vigencia al tiempo que los grupos involucrados experimentan coyunturas -internas y externas- que alteran su estructura y sus relaciones. En el caso que examino, las coyunturas pueden encontrarse tanto en la pre­ sión que ejercieron los campesinos sobre sus recursos como en el propio peso de la historia agraria local. Aunque estas perspectivas tienden a priorizar las­ luchas físicas como un recurso resolutivo, en este capítulo examinaré otra medida igual de recurrente para mediar las contrariedades agrarias, me refiero a la investigación y la presentación de documentos históricos que legitiman la posesión original de la tierra y -por ende-sustentan jurídicamente los litigios. Para ello, me apoyo en lo que Marshall Sahlins ha denominado el utilitarismo

185 LUIS ALBERTO AruuOJA DÍAZ VIRUELL de la memoria; es decir, las prácticas que revalorizan en ciertos momentos los procesos que conforman la historia social. Es de advertir que las sociedades humanas reexaminan periódicamente su memoria y en esa medida los ele­ mentos que la conforman experimentan adecuaciones o reinterpretaciones. Obviamente, dependiendo la sociedad, la memoria asume formas verbales, rituales o escritas. 1 En el caso que me ocupa, el problema se centra en la bús­ queda y el análisis de la memoria documental de una localidad; específica• mente, los papeles que fueron elaborados durante la colonia -por autoridades españolas- con el objeto de registrar la fundación del pueblo, la dotación y la extensión de sus tierras y las luchas agrarias que protagonizaron con otras localidades. Sobre esto último, la historiografía agraria de América Latina, en general, ha referido constantemente el papel de los campesinos indígenas como individuos capaces de preservar y legar la memoria documental de sus pueblos; no obstante, ha pasado por alto la reflexión sobre cómo estos cam­ pesinos rescataron, reivindicaron e incluso reconstruyeron dicha memoria; es evidente que esta desatención ha impedido conocer las circunstancias en que se realizaron dichas acciones, los recursos que se destinaron para ellas y los costos sociales que implicaron. En lo que respecta a México, los trabajos de Andrés Lira y Woodrow Borah han planteado estas preocupaciones e incur­ sionado en las motivaciones que los campesinos esgrimieron para conducirse en el rescate de sus documentos históricos, ya sea para justificar sus orígenes, amparar sus tierras o legitimar sus luchas agrarias. 2 Otros historiadores han retomado estos enfoques y ahondado en la habilidad campesina para obtener documentos -auténticos y apócrifos- que validaran sus demandas agrarias .Y proveyeran los recursos necesarios para reivindicar su legado histórico. 3

l. Marshall Sahlins, Islas de historia. La muerte del capitán Cook. Metáfora, antropología e historia, Barcelona, Gedisa, 1988, pp. 9-12. 2. Andrés Lira, El amparo colonial y el juicio de amparo mexicano (Antecedentes novohispanos del juicio de amparo), México, FCE, 197 1; Comunidades indígenas frente a la ciudad de México. Tenochtitlan y Tlatelolco, sus pueblos y barrios, 1812-1919, México, El Colegio de México 1 El Colegio de Michoacán/ Conacyt, 1983; ''Abogados, tin­ terillos y huizacheros en el México del siglo xrx", pp. 375-392, en José Luis Soberanes (coord.), Memoria delw Congreso de Historia del Derecho Mexicano, México, UNAM , 1984; "Letrados y analfabetas en los pueblos de indios de la ciudad de México: la historia como alegato para sobrevivir en la sociedad política", pp. 61-74, en La memoria y el olvido. Segundo Simposio de Historia de las Mentalidades, México, INAH, 1985; Woodrow Borah, El juzgado General de Indios en la Nueva España, México, FCE, 1985 . 3. Alberto Carrillo Cázares, "'Chiquisnaquis' un indio escribano, artífice de títulos primordiales", pp. 187-210, en Relaciones. Estudios de historia y sociedad, vol. XII, núm. 48, 1991 ; Daniela Marino, "La modernidad a juicio: los

186 CONFLICTOS POR TIERRAS Y PESQUISAS DOCUMENTALES

Debo mencionar que esta tradición no es privativa de México, pues ha sido ampliamente documentada en otras latitudes. En Colombia, por ejemplo, Joanne Rapapport ha demostrado cómo, ante el avance de hacien­ das mestizas sobre el territorio indígena, los pueblos Cumbal se dieron a la tarea de documentar, escribir y reinterpretar su historia agraria. 4 En Perú, por su parte, Frank Saloman, Luis Miguel Glave y Heraclio Bonilla han estu­ diado las circunstancias que orillaron a los pueblos de Huarochiri, Canas y Ayacucho a rescatar y manipular su historia agraria con el objeto de frenar el acecho de mineros, hacendados y políticos liberales sobre sus tierras. 5 Como puede observarse, estas formas de rescatar y utilizar la memoria documental son producto -básicamente- de una herencia: la interfase entre los pueblos y el Estado, toda vez que la legislación -colonial y republicana- exigió que los pueblos indígenas, en su calidad de corporaciones civiles, presentaran formas específicas para sustentar tanto sus derechos de propiedad como sus reclamos legales. De ahí que buena parte de la historia agraria de los siglos XVIII, XIX y XX se exprese como un sumario legal in extenso. 6 El presente capítulo se nutre de las reflexiones vertidas en los trabajos citados; no obstante, trata de mos­ trar cómo un pueblo oaxaqueño que carecía de documentos legales sobre sus tierras se dio a la tarea de buscarlos con la intención de enfrentar un proceso

pueblos de indígenas en la transición jurídica. Huixquilucan, Estado de México, 1856-1911", tesis de doctorado, El Colegio de México-Centro de Estudios Históricos, 2004; ''Ahora que Dios nos ha dado padre .. . El segundo imperio y la cultura jurídico-política campesina en el centro de México", pp. 1353-1410, en Historia Mexicana , IV: 4, 2006; Yanna Yannakakis, "Witnesses, Spatial Practices, and Land Dispute in Colonial Oaxaca", pp. 161-192, en The Americas, LXV:2, 2008; René García Castro y Jesús Arzate Becerril, "Ilustración, justicia y títulos de tierras. El caso del pueblo de la Asunción Malacatepec en el siglo XVIII", pp. 51-92, en Relaciones. Estudios de historia y sociedad, 95, 2003; Stephanie Wood, "Pedro Villafranca y Juan Gertrudis Navarrete: falsificador de títulos y su viuda, Nueva España, siglo XVIII", pp. 472-485, en David G. Sweet y Gary B. Nash, La lucha por la supervivencia en la América Colonial, México, FCE, 1987; Javier Villa-Flores, "Archivos y falsarios: producción y circulación de documentos apócrifos en el México borbónico", pp. 19-41, en]ahrbuch für Geschichte Lateinamerikas, núm 46, 2009. 4. Joanne Rappaport, Cumbe Reborn. AnAndean Ethnography ofHistory, Chicago y Londres, University of Chicago Press, 1994; "History and Everyday Life in the Colombian Andes", pp. 718-739, en Man , XXIII:4, 1988; "History, Myth, and the Dynamics ofTerritorial Maintenance in Tierradentro, Colombia", pp. 27-45, en American Ethnologist, XII:1, 1985. 5. Luis Miguel Glave, "Los campesinos leen su historia: un caso de identidad recreada y creación colectiva de imágenes (Los comuneros de canas 1920-1930)", pp. 809-849, Revista de Indias, L:190, 1990; Frank Salomon, "Una etnohistoria poco étnica. Nociones de lo autóctono en una comunidad campesina peruana", pp. 65-88, en Desacatos. Revista de Antropología Social, 7, 2001 ; Heraclio Bonilla, La defema del espacio comunal como fuente de conflicto. San Juan de Ocros vs. Pampas (Ayacucho), 1940-1970, Lima, Instituto de Estudios Peruanos, 1989. 6. Andrés Lira, "Letrados y analfabetas", p. 70.

187 LUIS ALBERTO Aruu:OJA DíAZ VIRUELL

legal, retener sus territorios originales y, sobre todo, revitalizar su conciencia histórica.

El conflicto entre Guelache y Teococuilco

Situado entre la porción norte de los Valles Centrales de Oaxaca y las faldas de la Sierra Norte o Sierra J uárez, San Juan Guelache fue una de las 18 municipalidades que integraron la jefatura política de Etla en 1912. Remontándose en su historia secular, se trata de un pueblo sujeto que desde el siglo XVI quedó adscrito a la jurisdicción del Marquesado del Valle y dependió jerárquicamente de la cabecera de San Pedro y San Pablo Etla. Al igual que otros pueblos de esta porción, Guelache se distinguió por tener barrios de terrazgueros vinculados a los señores naturales de Etla. Para el siglo XVIII, este pueblo mantenía su calidad de sujeto y estaba comprendido dentro de la geografía de la subdelegación de Cuatro Villas.? Durante el siglo XIX, Guelache continuó siendo una a localidad de aproximadamente 600 o 700 habitantes, en su mayoría hablantes de la lengua zapoteca, que se distribuían en dos porciones territoriales: el barrio alto y el barrio bajo o Calvario. Sobre su jerarquía política, diversas fuentes revelan que fue reco­ nocido como una república de la jefatura política de Etla. Al igual que otras corporaciones, tuvo facultades para fomentar obras públicas, cobrar impuestos, administrar bienes comunes, cuidar el orden y las buenas cos­ tumbres y disponer de arbitrios, etcétera. 8 Por lo que respecta a sus bienes comunes, se integraron básicamente por un molino de trigo y aproximada­ mente 80 km2 de tierras comunes, de las cuales 70% eran montañosas y 30o/o aptas para el cultivo de trigo. Los recursos derivados de sus tierras sirvieron para cubrir el culto religioso, las fiestas patronales, la escuela de primeras letras, las faenas comunitarias y los litigios contra pueblos vecinos. 9

7. Peter Gerhard, Geografía histórica de la Nueva España, 1519-1821, México, UNAM, 1986, pp. 90-91 ; William B. Taylor, Terratenientes y campesinos, pp. 65-66, 86-87. 8. Constitución política del estado de Oaxaca (1857), Art. 68. 9. "Informe sobre la situación geográfica y económica de San Juan Guelache (13 de julio de 1903)", AGNM , Títulos de tierras, caja 19, exp. 2, ff. 46-47.

188 CONFLICTOS POR TIERRAS Y PESQUISAS DOCUMENTALES

Si bien es cierto que estos recursos agrarios fueron escasos, también lo es que a lo largo del siglo XIX experimentaron una reducción debido a las reformas liberales y las disputas agrarias protagonizadas con pueblos vecinos. Sobre esto último, la querella más larga y costosa se dio contra el pueblo de San Pedro Teococuilco, una localidad ubicada en las estribaciones de la Sierra Norte. 10 Algunos documentos coloniales describen a Teococuilco como una cabecera política que -históricamente- protagonizó múltiples revueltas con los pueblos zapotecos y mixtecos que se localizaron en la porción occidental de los Valles Centrales y, especialmente, con aquellos pueblos que mantu­ vieron una subordinación con la nobleza indígena de Tlapacoyán -durante la época prehispánica- y con los nobles de Etla -durante la colonia-. Hacia el siglo XIX, Teococuilco se caracterizó por ser un puel;>lo cuyo contingente humano osciló entre 900 y 1 000 habitantes, en su mayoría hablantes de la lengua zapoteca; asimismo, fue reconocido como una república de la jefatura política de Ixtlán y se distinguió por tener una extensión territorial de aproxi­ 2 madamente 115 km , de los cuales 80% fue de terrenos montañosos11 (véase mapa 1). Sobre la querella entre Guelache y Teococuilco, puede decirse que una de las facetas más candentes se presentó entre 1853 y 1912, y tuvo como móvil el acceso y control de los parajes denominados El Cacalote, Peña de Lunas y Vidodura, ubicados al noreste de Guelache y al suroeste de Teococuilco (véase croquis 1). Las fuentes indican que se trató de una pugna por límites territo­ riales; no obstante, leyendo con atención, salta a la vista que el conflicto fue más intrincado, pues si bien las partes suponían un conocimiento objetivo de los parajes, también referían la carencia de pruebas que validaran lo derechos de propiedad sobre ellos. Vale la pena mencionar que la ausencia de testimo­ nios no provino de la vaguedad histórica de los parajes, sino de varios sucesos que redujeron a cenizas la memoria documental de los pueblos. Antes de seguir, conviene reconstruir -grosso modo- el conflicto agrario con el objeto de averiguar cómo reaccionaron los habitantes de ambos pueblos ante dicha situación.

10. Para distinguir los litigios que protagonizaron Guelache y Teococuilco, véase Manuel Esparza, Conflictos por límites de tierras. Oaxaca, siglo XIX, Oaxaca, Archivo General del Estado de Oaxaca (AGEO), 1991, pp. 132, 143. 11. Manuel Martínez Gracida, Cuadros sinópticos, vol. J, p. 393v.

189 Mapa l. Municipalidades de Guelache y Teococuilco, 1912

Fuente: Servicio de Información Geográfica de El Colegio de Michoacán.

Durante la etapa republicana, el conflicto por tierras inició en mayo de 1853, cuando las autoridades de Guelache promovieron un juicio de des­ pojo contra Teococuilco por permitir que doce familias ocuparan los parajes citados, construyeran viviendas -a manera de "rancherías"-, desmontaran los bosques y rozaran las tierras. Ante dicha acusación, Teococuilco pro­ movió un juicio de citación conforme al argumento de que los parajes eran de su propiedad y los habían ocupado desde tiempo inmemorial. Debo decir que ambas querellas se redactaron al amparo del artículo 91 de la Ley que Arregla la Administración de justicia en el Estado que facultó a todos los ciudadanos, cuerpos y comunidades para promover juicios de despojo sobre fincas rústicas; no obstante, el proceso de Teococuilco se cimentó en el decreto de 23 de septiembre de 1826 que dictaba "no ser necesario en el juicio que se examinen con citación contraria los testigos que presentare el que se queja despojado de haberlo sido; y, en consecuencia, el juez citará al despojador y le recibirá la información que quiera producir en contrario,

190 Croquis l. Terrenos en disputa entre Guelache y Teococuilco,-- 1912

r: ·'· /)/,.

r' .¡... N X-- r//;;¿,k,

Fuente: AGEO, Conflictos por límites de tierras, leg. 57, exp. 22. con citación de la otra parte ...". 12 Hasta donde puede observarse, la defensa de Teococuilco se sustentó con pruebas documentales y testimonios orales; no obstante, la querella de Guelache se respaldó únicamente con testimo­ nios orales, situación que incidió en el proceso judicial. 13 Entre 1854 y 1864, Guelache desconoció los veredictos a favor de Teococuilco y acusó a dicho pueblo de "invasor de tierras" y "usurpador de la ley". Conviene señalar que tan pronto las autoridades de Teococuilco se enteraron de la publicación del Reglamento de Tierras de 25 de marzo de 1862 validaron la situación legal de los parajes con apego al artículo 16, que otorgaba la "posesión de la

12. Colección de leyes y decretos, pp. 191-192, 300. 13. "Estudio del licenciado Alberto Montiel sobre la cuestión de terrenos entre Teococuilco y Guelache (1904)", AGEO, Conflictos agrarios, leg. 57, exp. 17, f. 5.

191 Luis ALBERTO AruuoJA DÍAZ VIRUELL tierra a favor del pueblo que la tenía el13 de febrero de 1861, fecha en que se promulgó en Oaxaca la circular de 5 de septiembre de 1859, aun cuando por hechos posteriores, no judiciales, la hubiere perdido ...". 14 Por si esto no bastara, también echaron mano de la Ley de Desamortización de Fincas Rústicas y Urbanas de 25 de junio de 1856 y procedieron a repartir a título individual las tierras en cuestión. Desde 1862 hasta 1880, el rumbo del conflicto estuvo marcado por las inconformidades jurídicas y la movilización que desplegó Guelache contra el pueblo vecino. La situación se tornó tan compleja que el gobierno estatal decidió aplazar cualquier fallo al respecto; entretanto, negoció un armisti­ cio entre las partes y les autorizó usufructuar equitativamente las tierras en disputa. Dichas medidas mantuvieron el conflicto en estado contemplativo por algunas décadas; no obstante, entre 1890 y 1900, las diferencias se reani­ maron cuando el gobierno renegoció la tregua. En esa ocasión, Teococuilco se opuso al armisticio e invadió las tierras en disputa. 15 Examinando la documentación, bien puede decirse que estos hechos se justificaron, prime­ ramente, en la postura de que las tierras pertenecían a Teococuilco según rezaba la legislación estatal y, en segundo lugar, en los vínculos políticos que tenían las autoridades de Teococuilco con un grupo de funcionarios­ oriundos de la jefatura política de Ixtlán- que conducían la vida del estado, entre los que destacaban Emilio Pimentel, José Inés Dávila, Luis Mario Saavedra, Carlos Rueda Ramírez, Agustín Robles Arenas, Manuel Ramírez y Guillermo Meixueiro, este último, apoderado legal de Teococuilco. 16 Entre 1901 y 1908, el conflicto por límites de tierras se desplegó de manera sucesiva en las fronteras de los pueblos y en los juzgados de la capital oaxaqueña. Ante la escalada de violencia, el gobierno ordenó que un juris­ consulto examinara la pugna y recomendara una solución pronta y expedita. El encargado de llevar a cabo esta tarea fue el licenciado Alberto Montiel,

14. "Informe del jefe político del distrito de Etla en la cuestión por tierras que sostuvo Guelache con Teococuilco (1903)", AGN, Títulos primordiales, caja 19, exp. 3, f. 3v. 15. ''Acta de sesión de cabildo (4 de julio de 1904)", AMSJBG, Presidencia, caja 2, exp. 4. 16. Sobre la importancia de estos hombres en la vida regional, véanse Francisco José Ruiz Cervantes, La Revolución en Oaxaca. El movimiento de la Soberanía (1915-1920), México, FCE, 1986, pp. 16-17, 33-34; PatrickJ. McNamara, Sons ofthe Sierra. juárez, Díaz, and the people ofIxtlán, Oaxaca, 1855-1920, Chape! Hill, The University of Carolina Press, 2007, cap. 5. Es de advertir que el peso político de este pueblo fue notable a lo largo del siglo XIX, al grado que entre 1853 y 1855 su apoderado legal fue el licenciado Benito Juárez García.

192 CONFLICTOS POR TIERRAS Y PESQUISAS DOCUMENTALES fiel colaborador del secretario de Gobierno, José Inés Dávila. Revisando las pesquisas y los informes de Montiel, llama la atención que tras realizar una visita a los parajes y examinar las pruebas vertidas por las partes, determinó que "para fijar de un modo exacto los linderos que se tratan de esclarecer... es menester ante todo examinar con mayor detenimiento las constancias de los expedientes que presentan las partes ... pues de este examen resultará el reconocimiento del derecho de posesión ...". 17 Sobre las "constancias legales", los pueblos involucrados advirtieron que presentarían los documentos que respaldaban su historia agraria. Teococuilco, por ejemplo, hizo hincapié en el "Juicio Sumarísimo de Despojo Promovido contra San Juan Guelache de 1853", los "Títulos de fundación del pueblo de 1580 según el testimonio del jefe del Archivo General y Público de la Nación de 1885", el "Mapa de tierras de Teococuilco de 1880" y las '~ctas de recono­ cimiento practicadas por el Jefe Político de Ixtlán de 1903". Guelache, por su parte, hizo lo propio con la "Nota geográfica de 1740", los "Títulos de compo­ sición de de 1748-1751", la "Copia de una nota puesta en el mapa de los terrenos de San Juan Guelache formada en 1526", la "Diligencia de los deslindes de San Miguel y San Gabriel Etla de 1786", la "Copia de una transacción por tierras celebrada entre San Miguel Etla, San Gabriel Etla y San Agustín Etla en 1852" y los '~cuerdos de paz firmados con Teococuilco entre 1862 y 1880". Lo anterior pone de relieve las estrategias que desplegaron los pue­ blos para recopilar sus pruebas documentales, justificar sus derechos de pose­ sión y utilizar de la mejor forma posible lo que Eric Hobsbawm ha denominado el "pasado formalizado"; es decir, los registros documentales que consagran una historia social que sirve como norma para el presente. 18 Ahora bien, estos hechos también guardan una correspondencia directa con las formas de organizar y utilizar la memoria; es decir, las estrategias que despliegan las sociedades para documentar su pasado y tomar conciencia -formalmente- de los procesos his­ tóricos; no obstante, lo que acontece -en la práctica- es una reivindicación de

17. "Estudio del licenciado Alberto Montiel sobre la cuestión de terrenos entre Teococuilco y Guelache (1904)", AGEO, Conflictos agrarios, leg. 57, exp. 17, f. l. 18. Eric Hobsbawm, "O sentido do pasado", p. 23, en Sobre história. Ensaios, Sao Paulo, Companhia Das Letras, 1998.

193 Lurs ALBERTO ARRroJA DÍAZ VrRUELL

la memoria en función de las condiciones cambiantes o las situaciones críticas que enfrentan los grupos humanos.19 Así, luego de reunir y examinar las constancias, Montiel concluyó que los campesinos de Teococuilco habían poseído desde tiempo inmemo­ rial los terrenos litigiosos -"aprovechándose de sus productos y ejecutando actos de verdadero dominio"-, y que mediante una posesión legal y continua habían adquirido un derecho inviolable de propiedad; asimismo, señaló que este decisión se apoyaba en el hecho de que Teococuilco presentó documen­ tos auténticos y probatorios de su legítimo derecho, mientras que Guelache entregó pruebas que se distinguían por carecer de información, presentar alteraciones y constar la historia de otros pueblos "sin alcanzar siquiera a probar la de ellos ...". 20 Conforme estas recomendaciones, el gobierno oaxaqueño emitió un fallo judicial en el que otorgó a Teococuilco la posesión de las tierras en dis­ puta. Tan pronto se publicó el fallo, los vecinos de Guelache se enfrascaron en una lucha legal contra los habitantes de Teococuilco que se prolongó por siete años. Ante este panorama, el gobierno derogó el falló y propuso revisar nuevamente el litigio. Para ello, llamaron a las partes para firmar una tregua y conducir d pleito en los tribunales. El gobernador oaxaqueño refirió que, para mantener la paz pública, no pronunciaría una resolución pero tampoco permitiría que los pueblos "continúen por mucho tiempo en una contienda que trae siempre malas voluntades entre los vecinos de uno y otro y muchas veces la alteración de la paz pública ...", y que al efecto proponía que la cues­ tión de tierras se resolviera ante jueces calificados ...". 21 Todo parece indicar que los habitantes de Guelache aceptaron esta opción; incluso, el presidente municipal sugirió echar mano de una vieja prác­ tica para sacar avante el conflicto: rescatar de la casa comunal los documentos antiguos que probaran la posesión original de sus tierras, prestando especial atención a los denominados "títulos del pueblo". Pero ¿a qué se refería el pre­ sidente municipal cuando hablaba de títulos del pueblo? Tengo la impresión de que se refería a un corpus documental que asentaba la condición jurídica

19. Marshall Sahlins, Islas tk historia, p. 13. 20. "Estudio del licenciado Alberto Montiel sobre la cuestión de terrenos entre Teococuilco y Guelache (1904)", AGEO, Conflictos agrarios; leg. 57, exp. 17, ff. 5-8. 21. "Acta de sesión de cabildo (3 de abril de 1912)", AMSJBG, Presitkncia, caja 2, exp. 5.

194 CONFLICTOS POR TIERRAS Y PESQUISAS DOCUMENTALES de las tierras de Guelache y que -a diferencia de los títulos primordiales de la etapa colonial- se integraba con mercedes, actas de congregación, composi­ ciones, testamentos, registros de compraventa de tierras, vistas de ojos, mapas de linderos, entre otras cosas. Con esto en mente, el secretario municipal de Guelache se dio a la tarea de buscar los título referidos; sin embargo, sus pesquisas revelaron que el archivo del pueblo sólo resguardaba "un bastón con el casquillo de plata, dos sellos del municipio, un sello del tesorero, un cromo del general Porfirio Díaz y otro de Benito Juárez y ningún papel viejo sobre las citadas tierras ... ".lll Tras una consulta con los ancianos del pueblo, el secretario sacó en conclu­ sión que los títulos habían desaparecido antes de 1853, año en que los vecinos del pueblo allanaron en repetidas ocasiones la casa municipal y quemaron su interior, con lo cual se perdieron los documentos en cuestión. Ante la falta de pruebas, los munícipes decidieron integrar una comisión para buscar los títulos del pueblo y "perseguir la cuestión que tenemos contra los invasores de Teococuilco ...". Dicha comisión quedó integrada en abril de 1912 y contempló la figura de un tesorero y dos comisionados que debían conocer el problema agrario, saber leer y escribir y tener una conducta recta en el pueblo. Según las fuentes, el "vecino y comunero" Hilario Peralta fue designado tesorero y encargado de recolectar las cuotas para sufragar los gastos de la búsqueda documental, mientras que los "vecinos y comuneros" Juan Othón Luna y Juan Regino fueron los comisionados para viajar a la ciudad de México y realizar las pesquisas documentales en el Archivo General y Público de la Nación (AGPN). Debe tenerse presente que la iniciativa de viajar a la capital derivó de una sugerencia que hizo el jefe político de Etla en el entendido de que todo litigio agrario debía sustentarse con documentos originales que -a su vez- certificaran la propiedad plena de la tierra; documentos que, en su - inmensa mayoría, se resguardaban en el en el archivo antes referido. Si bien es cierto que la integración de esta comisión fue parte de una estrategia para recuperar y proteger las tierras en disputa, también es verdad que sirvió para que un pueblo intentara rescatar su memoria documental, recurriera a explicaciones que desde la historia lo amparaban y defendían de su contrincante, y solventara una circunstancia marcada por el conflicto y la tensión.

195 Luis ALBERTO AruuoJA DÍAZ VIRUELL

La comisión campesina y las pesquisas documentales

Antes de explicar la manera en que los comisionados de Guelache se conduje­ ron en los repositorios del AGPN, conviene decir que -tanto en la época colo­ nial como republicana-la población campesina puso en práctica una medida -por demás recurrente- para encausar y resolver sus diferencias agrarias: acudir ante las autoridades de gobierno para exponer sus demandas y recabar en las oficinas públicas la información necesaria que sustentara sus alegatos. Esta práctica fue tan recurrente que, incluso durante la etapa colonial, inci­ dió en la conformación del Archivo General de la Cámara del Virreinato, un repositorio cuya creación buscaba rescatar la información generada por el régimen colonial que "sepultada en diversas oficinas y cubiertas de polvo, ocultaban bajo de él las noticias más preciosas e interesantes ya no para andar vagueando ni solicitarlas en diversos lugares, sino ocurrir al centro común de todas ellas, donde con el buen orden que debe establecerse y los puntuales índices que han de formarse, hallará cada uno cuanto necesite ...". 22 Durante la etapa independiente, el citado acervo recibió el nombre de AGPN y se carac­ terizó por continuar recibiendo numerosas visitas de campesinos indígenas que iban en busca de "los títulos y los documentos relativos al sagrado dere­ cho de propiedad de sus tierras ...". 23 El servicio de consulta para estos campesinos fue facilitado por medio de empleados que recibieron el nombre de "señores paleógrafos", que se encar­ garon de atender las solicitudes de los particulares, orientarlos en las búsque­ das documentales, valorar la autenticidad de sus fuentes e incluso gestionar copias certificadas de las mismas. Tengo noticias de que los comisionados de Guelache llegaron al AGPN el9 de mayo de 1912 y solicitaron ayuda al director del mismo -don Luis González Obregón- para localizar los títulos de su pueblo, tal como se anota a continuación:

22. Proyecto de ordenanza que presenta el Virrey Juan Vicente Güemes Pacheco y Padilla, segundo conde de Revillagigedo, al Ministerio de Gracia y justicia de España para crear el Archivo General del Reino de la Nueva España, México, 1792, en Mario Mariscal, Reseña histórica de/Archivo General de la Nación, 1550-1946, México, Secretaría de Gobernación, 1946, p. 173. 23. Mario Mariscal, Reseña histórica, p. 72.

196 CONFLICTOS POR TIERRAS Y PESQUISAS DOCUMENTALES

Juan Othón Luna, síndico del ayuntamiento del pueblo de San Juan Guelache, distrito de Etla, estado de Oaxaca, y como comisionado de dicho ayuntamiento, según lo comprueban los documentos que acompaño y pido que tomada razón de ellos se me devuelvan, ante usted comparezco y digo que: teniendo necesidad de testimonios de los títulos y documentos que amparan la propiedad de sus tierras y aguas, solicito se haga la busca de ellos y se me muestren los que hallaren para en su vista señalar los que convengan al derecho de dicho pueblo y se me expida el referido testimonio a mi consta. Por tanto, pido y suplico se sirva acordar de conformidad a mi solicitud por ser de justicia ... 24

El director respondió favorablemente y ordenó que un "señor paleó• grafo" condujera la búsqueda documental y -en su momento- "devuelva los papeles que presenta el citado Othón Luna y que lo acreditan como comi­ sionado y síndico de su pueblo ...". 25 Ciertamente, los comisionados tardaron más de 20 días en iniciar sus pesquisas y notificar a los habitantes de Guelache sobre los resultados obtenidos; noticias que, por cierto, revelaron las trivia­ lidades que enfrentaban los campesinos al relacionarse con dependencias y funcionarios de gobierno. Dado esto, no es extraño que sus informes estuvie­ ran llenos de quejas y lamentos, tal como se apunta a continuación: "tras una escrupulosa revisión de once tomos del ramo que llaman Tierras ... no hemos conseguido nada, pues siempre hay delicadeza porque ninguno es libre de tentar tomos, si no es que el director se los de ... por esas razones quedo con­ vencido de la dificultad que nos espera ... y también les haré mención según sea el adelanto ...". 26 Poco a poco, los comisionados enfocaron sus pesquisas en tres fondos documentales del AGPN: Tierras, Indios y Mercedes. Esto se explica porque Luna y Regino tenían la encomienda de hallar los "títulos de composición" de Guelache, las "colindancias" que dividían los pueblos de San Gabriel Etla, San Agustín Etla, Teococuilco y Guelache, y los "mapas antiguos" de su pueblo. Al paso de cinco semanas, los comisionados comunicaron a sus

24. "Petición de los comisionados de San Juan Guelache al director del Archivo General y Público de la Nación (6 de mayo de 1912)", AGN, Archivo de Buscas, vol. 42/D, exp. 68, ff. 14-16. 25. Idem. 26. "Juan Regino y Othón Luna a las autoridades de Guelache (23 de mayo de 1912)", AMSJBG, Presidencia, Caja 2, exp. 6.

197 LUIS ALBERTO AruuOJA DÍAZ VIRUELL autoridades la dificultad para localizar estos documentos; incluso, solicitaron su anuencia para destinar parte de sus peculios a "los servicios de auxilio que prestan esos licenciados que rondan el archivo y socorren" a la pobla­ ción campesina en la "búsqueda de sus títulos ...". Como ya ha señalado la historiografía, estos "licenciados" desempeñaron una función crucial en las relaciones entre gobernantes y gobernados, pues regularmente sirvieron de eslabones entre la cultura oral y la cultura escrita, y entre la exigencia buro­ crática y la necesidad social. 27 Lo anterior quedó plasmado fehacientemente en una carta de los comisionados:

nosotros no les aseguramos encontrar pronto los títulos por motivos de que se cree, que hay entre los licenciados y el que tiene a cargo el archivo una combinación para el que quiera títulos tenga que ocupar a los licenciados ... de cualquier manera aquí hay de diferentes partes que muchos de los más han buscado sus licenciados pero no por eso los han despachado en breves días, pues hay algunos que tienen de permanencia 10 y 12 meses sin haber arreglado hasta hoy nada y teniendo patrocinio ... 28

Ante la negativa de los munícipes para contratar un "tinterillo" o "licenciado", Regino y Luna prosiguieron sus búsquedas apoyándose tanto en paleógrafos como en otros campesinos que acudían al AGPN. De esta manera, buscaron en los legajos de historia colonial una serie de referencias para probar que las tierras disputadas con Teococuilco pertenecieron a Guelache. En rigor, centraron su atención en un proceso histórico de los siglos XVII y XVIII denominado composiciones de tierras. Como se sabe, las composiciones tenían como propósito abrir la posibilidad de una regularización de tierras que -a su vez- corrigiera toda una serie de títulos que se habían expedido durante

27. Véase Andrés Guerrero, "De protectores a tinterillos: la privatización de la administración de poblaciones indíge• nas (domin'adas)", pp. 109-110, en Heraclio Bonilla y Amado Guerrero Rincón (eds.), Los pueblos campesinos de las américas. Etnicidad, cultura e historia en el siglo XIX, Colombia, Universidad Industrial de Santander, 1999; "The Administration ofDominated Populations under a Regime ofCustomary Citizenship. The Case ofPostcolonial Ecuador, pp. 272-309, en Mark Thurner y Andrés Guerrero (eds.), After Spanish Rule. Postcolonial Predicaments ofthe Americas, Durham y Londres, Duke University Press, 2003; Javier Villa-Flores, "Archivos y falsarios", pp. 26-35. 28. Juan Regino y Othón Luna a las autoridades de Guelache (2 de junio de 1912)", AMSJBG, Presidencia, caja 2, exp. 6.

198 CONFLICTOS POR TIERRAS Y PESQUISAS DOCUMENTALES los siglos XVI y XVII a favor de pueblos de indios, villas, ciudades,·haciendas, minas y ranchos. Aunque los pueblos no estaban obligados a efectuar dichas reformas, lo cierto es que muchos de. ellos -ya sea cabeceras de gobierno o sujetos- aprovecharon la ocasión para confirmar los derechos sobre sus tierras y -de paso- subrayar las diferencias que mantenían con pueblos de mayor jerarquía. En el Valle de Etla, por ejemplo, existen referencias de algunos pueblos sujetos que rompieron su subordinación política con la cabecera de San Pedro y San Pablo Etla y regularizaron sus tierras comunes a lo largo del siglo XVIII, tal es el caso de San Juan del Rey, Santiago Suchiquiltongo y San Andrés Zautla. No obstante, tanto las pesquisas de los comisionados como las investigaciones contemporáneas revelan que Guelache no disfrutó del beneficio de las compo­ siciones y mucho menos quebrantó sus lazos de dependencia con Etla durante los siglos XVII y XVIII. Ante esto cabe preguntarse, ¿qué acciones desplegaron los comisiona­ dos para buscar los documentos requeridos? Ciertamente, instrumentaron lo que Eric Hobsbawm ha denominado el "retorno a la historia local"; es decir, revisar rigurosamente algunos procesos históricos de singular relevancia en la vida de su pueblo tratando de encontrar en ellos una explicación razonada a los problemas que enfrentaban en el presente. De esta manera, Regino y Luna rastrearon el devenir de Guelache durante el siglo XVIII debido a "que hasta hoy hemos leído muchos tomos en el archivo del siglo XVII ... y no hemos conseguido ver ninguna composición favorable a nuestro favor ... , hemos leído varios títulos y entre ellos unos de Guajolotitlán ... y revisado pleitos de los caciques de aquel tiempo pero ninguno es a nosotros favorable ...". 29 Al tiempo que esto sucedía, Regino y Luna escribieron varias cartas a sus autoridades solicitando dinero para cubrir los gastos que implicaba la comisión. Debo subrayar que dicha correspondencia tiene la virtud de regis­ trar minuciosamente los infortunios que acontecieron en el AGPN; no es menos interesante la manera en que documentaron sus contrariedades eco­ nómicas en la ciudad:

29. "Juan Regino y Othón Luna a las autoridades de Guelache (20 de junio de 1912)", AMSJBG, Pmidencia, caja 2, exp. 6.

199 LUIS ALBERTO ARru:OJA DÍAZ VIRUELL

Concejales del Honorable Ayuntamiento de Guelache ... luego de comunicarles el resumen de nuestro negocio ... preguntamos a Ustedes si conocen que el pueblo nos seguirá ayudando a trabajar... , entonces nosotros seguiremos y si no siempre es de necesidad que nos manden dinero, ya sea para seguir el asunto en el archivo o ya sea para irse ... ; de cualquier modo, remitan dinero lo más pronto posible porque ya no contamos con mucho, porque aquí los gastos son muy crecidos en cuestión de comida y por eso les suplicamos que, ya sea de un modo o de otro, queremos saber lo que el pueblo defina ... 30

Con la intención de hallar ese pasado formalizado, los comisionados permanecieron doce semanas en el AGPN. Un análisis más atento permite distinguir que -a mediados de julio de 1912- informaron de un hallazgo que reorientó su trabajo. Me refiero al hecho de que localizaron y consultaron un libro intitulado Teatro Americano que, según sus palabras, registraba la con­ gregación del pueblo de San Juan Guelache, San Miguel E da, San Gabriel E da, San Agustín Etla, Asunción E da, Nativitas y . Efectivamente, se trató del Theatro americano. Descripción general de los reinos y provincias de la Nueva España ... elaborado por Joseph Antonio de Villaseñor y Sánchez entre 1742 y 1746; un manuscrito que fue preparado por instrucciones de la Corona con el objeto de conocer detalladamente el nombre, el número y la calidad de pueblos que existían en Nueva España; el estado y el progreso que presentaban las misiones y las reducciones, y las noticias más trascendentes de las primeras cuatro décadas del siglo XVIII. Se sabe que, por órdenes supe­ riores, solamente se imprimieron 30 ejemplares de esta obra, mismos que se distribuyeron entre la plana mayor del ejército y la burocracia novo hispana. 31 Muy probablemente, los comisionados consultaron uno de estos ejemplares y centraron su atención en el libro IV correspondiente al obispado de Oaxaca. Tras una lectura cuidadosa del Teatro Americano, notificaron a las autoridades municipales un hecho significativo: entre 1742 y 1746, San Juan Guelache no pertenecía al partido de Etla sino a Tlapacoya; es decir, a la tercera villa del Marquesado del Valle que se ubicaba en la porción sur de los Valles Centrales y cuya cabecera doctrinal y política era Santa Ana Tlapacoya.

30. ltkm. 31. María del Carmen Velázquez, "Prólogo", en Joseph de Villaseñor y Sánchez, Theatro Americano. Descripción general tÚ los reynos y provincias tÚ la Nueva España y sus jurisdicciones, facsimilar, México, Trillas, 1992.

200 CONFLICTOS POR TIERRAS Y PESQUISAS DOCUMENTALES

Esta información no sólo fue validada por los comisionados sino que también influyó en el desarrollo de su investigación, pues entre julio y septiembre de 1912 se dieron a la tarea de documentar la presencia de Guelache en el partido de Tlapacoya y -por ende- todos aquellos documentos agrarios que fueron emitidos en la cabecera de Tlapacoya. Así, mientras los comisionados llevaron a cabo esta tarea, las auto­ ridades de Guelache se comunicaron semanalmente con ellos para apurar el hallazgo de los "títulos del pueblo". Ante esta presión, Regino y Luna respondieron aclarando las dificultades que enfrentaban para "leer muchos libros ... sacar pocas notas ... y descifrar muchas palabras extrañas ... que no nos llevan a los títulos del pueblo ...". Poco a poco, esta presión subió de tono, al grado de que las autoridades solicitaron que los comisionados reportaran - cada párrafo y cada palabra que transcribían con objeto de verificar su labor y evitar que estuvieran "comiéndose, paseándose, bebiéndose y divirtiéndose con el dinero del pueblo ...". Frente a dichas exigencias, Luna y Regino remi­ tieron a las autoridades de Guelache un amplio informe (véase anexo) donde plasmaron sus búsquedas y advirtieron que "bajo ese sentido estamos con el anhelo de encontrar el deseado título ... para recuperar las tierras que esos serranos nos han quitado por la mala ...". 32 Evidentemente, la respuesta de los comisionados dejó ver la postura utilitarista que tenían los campesinos de Guelache respecto a los documen­ tos históricos: "si el presente es -de algún modo- insatisfactorio, entonces el pasado fortalece las acciones para replantear el presente". 33 Con esta perspec­ tiva, los comisionados vislumbraron en el pasado colonial los "buenos tiem­ pos" y -por ende-creyeron que se trataba de un horizonte donde encontrarían respuestas. Sin embargo, los informes redactados entre julio y agosto de 1912, ponen de relieve que Luna y Regino fueron incapaces de encontrar los docu­ mentos requeridos. Frente a estos hechos, se dirigieron a los habitantes de Guelache para notificarles que -luego de doce semanas de búsquedas exhaus­ tivas en el AGPN- habían "descubierto y conocido algo de lo que nosotros carecemos ... que es eso que llaman la composición del pueblo para la cual se

32. "Juan Regino y Othón Luna a las autoridades de Guelache (24 de julio de 1912) (16 de agosto de 191 2)", AMSJBG, Presidencia, caja 2. 33. Eric Hobsbawm, "O que história tem a dizer-nos sobre a sociedade contemporánea?", pp. 37-38, en Sobre histó• ria. Ensaios, Sáo Paulo, Companhia Das Letras, 1998.

201 Luis ALBERTO AruuoJA DÍAZ VIRUELL le nombra título ...". 34 Como era de esperarse, las autoridades municipales no validaron esta respuesta y tacharon a los comisionados de charlatanes y abu­ sivos. Lo anterior dio paso para que el Honorable Ayuntamiento de Guelache suspendiera las búsquedas en el AGPN y dejara a la deriva a sus comisionados. Ahora bien, ¿cuáles fueron las causas que imposibilitaron a Regino y Luna a hallar los documentos agrarios de su pueblo? Desde mi perspectiva, las causas de este impedimento tienen su explicación en la historia colonial de San Juan Guelache. Es decir, los comisionados nunca encontrarían los títulos de composición por el simple hecho de que Guelache, en su calidad de pueblo sujeto, nunca se benefició de las composiciones de tierras y mucho menos logró sacudirse la subordinación política de San Pedro y San Pablo Eda. Por si esto no fuera suficiente, Guelache fue un pueblo donde habitaron contin­ gentes importantes de terrazgueros del cacique de Eda y muy probablemente -como señala Margarita Menegus- el pueblo mismo se fundó sobre tierras del cacicazgo. Obviamente, estos hechos influyeron directamente para que la población de Guelache no pudiera solicitar títulos o composiciones, salvo que rompiera sus vínculos legales con el cacique. Otro hecho que complicó las búsquedas tuvo que ver con la lectura del Teatro Americano y, específica• mente, con la validación de los datos proveídos por Villaseñor, en el entendido de que Guelache pertenecía al partido de Tlapacoya. Sobre esto último, tengo la certeza de que Villaseñor no sólo recibió información fragmentaria sino también errónea de la situación que guardaban los pueblos del Valle de Etla. A juzgar por la descripciones de Bartolomé de Zarate (1544) y fray Francisco de Burgoa (1674), Eda fue un asentamiento que, en la etapa precortesiana, dependió del señorío mixteco de Teozapotlán y, durante la etapa colonial, fungió como la cuarta villa del Marquesado del Valle y se desempeñó como una cabecera política de doce pueblos "tan cerca uno de otro que ninguno pasa de legua de distancia con disposición y de que los días festivos acuden todos a la cabecera al reconocimiento, porque ninguno lo es y no hay más cacique ni señor que el que vive en la villa ...". 35 Obviamente, esto permite corroborar que Guelache siempre mantuvo una adscripción al partido de Etla

34. "Juan Regino y Othón Luna a las autoridades de Guelache {24 de julio de 1912) {16 de agosto de 1912)", AMSJBG, Presidencia, caja 2. 35. Francisco de Burgoa, Geográfica descripción de la parte septentrional del polo ártico de la América y, Nueva Iglesia de las Indias Occidentales, y sitio astronómico de esta provincia de predicadores de Antequera, valle de Oaxaca, t. 11, México, Porrúa, 1989, pp. 6-7.

202 CONFLICTOS POR TIERRAS Y PESQUISAS DOCUMENTALES

y una relación dependiente con su cabecera política. Por si esto no fuera sufi­ ciente, las fuentes revelan que -hacia mediados del siglo XVIII- Tlapacoyan perdió su rango de cabecera de partido y se convirtió en un pueblo sujeto de Cuilapán con apenas dos estancias: Chichigualtepec y Lachilá. 36 Finalmente, un hecho indirecto que bien pudo incidir en el sesgo de la investigación que realizaron Regino y Luna tuvo que ver con la historia documental de los pueblos adscritos al Marquesado del Valle. Cabe recordar que el grueso de sus documentos fue resguardado en el archivo del Marquesado ubicado en el Hospital de Jesús hasta 1929, fecha en que este acervo pasó a formar parte del AGPN por medio de un decreto del presidente Emilio Portes Gil. Si bien el acceso a los papeles del Hospital de Jesús no hubiera cambiado el devenir colonial de Guelache, muy probablemente hubiera posibilitado que los comi­ sionados comprendieran las razones por las cuales su pueblo carecía de títulos de composición. Así, tanto la escasez de pruebas legales como la celeridad de los tiem­ pos judiciales ocasionaron que el gobierno estatal emitiera un fallo favorable a San Pedro Teococuilco. Ante esto, los habitantes de Guelache desconocie­ ron la sentencia y promovieron otras acciones para imposibilitada: invadir las tierras cuestionadas y desatar una lucha armada contra el pueblo vecino. Las cosas se tornaron tan complejas que el gobierno estatal retomó el caso y promovió una tregua por tiempo indeterminado. Cinco décadas después, a mediados de los años setenta, el Tribunal Agrario de la Federación tomó cartas en el asunto y ratificó el fallo de 1912.

Apuntes finales

El conflicto que protagonizaron San Juan Guelache y San Pedro Teococuilco permite enunciar una serie de procesos que se suscitan con relativa frecuencia en los pueblos de Oaxaca. Me refiero a las disputas por tierras y el uso de la memoria documental como un recurso para justificar derechos de propiedad y revitalizar conciencias históricas.

36. Bernardo García Martínez, El Marquesado del Valle. Tres siglos de régimen señorial en Nueva España, México, El Colegio de México, 1969, p. 137; Peter Gerhard, Geografía histórica de Nueva España, México, UAM, 1988, p. 92.

203 Luis ALBERTO AluuoJA DÍAZ VIRUELL

Sobre el conflicto agrario, bien puede decirse que se trató de una lucha a través de la cual dos pueblos trataron de reivindicar o definir una porción territorial que -desde su perspectiva- les pertenecía desde tiempo inmemorial. El conflicto, en sí mismo, afloró por cuestiones económicas muy claras que -a su vez- se enmarcaban en contextos más amplios: el reco­ nocimiento de límites territoriales que permitían la subsistencia y la repro­ ducción de los pueblos. Obviamente, las lecciones que arroja esta experiencia son evidentes, ya que buena parte de las luchas agrarias en Oaxaca ha tenido que ver con límites de tierras y -específicamente- con su ambigüedad, su opacidad o su simple inexistencia; de igual manera, estos hechos revelan que el conflicto agrario fue una situación endémica en los pueblos, a veces en estado de sigilo y en ocasiones a la espera de una provocación mínima para avivar una disputa. De ahí, entonces, que ante la menor provocación tanto Guelache como Teococuilco reaccionaran y procesaran el conflicto tanto en el espacio físico como en las oficinas gubernamentales. Otro hecho que pone de manifiesto esta experiencia tiene que ver con la relación dispar que guardaba la costumbre indígena de poseer la tierra y el régimen que imponía el Estado liberal republicano. Cabe recordar que, desde 1856, el Estado desconoció la existencia de la propiedad comunal y, por ende, las prácticas ancestrales que llevaban a cabo los pueblos para poseer, transfe­ rir, usufructuar y prestar tierras. Ante estos hechos, la memoria documental jugó un papel significa­ tivo, ya sea como norma legitimadora de derechos o como precepto para reivindicar o replantear la historia agraria de un pueblo. El caso de San Juan Guelache prueba fehacientemente este argumento, pues se trató de un pueblo que carecía de pruebas que validaran la posesión plena de las tierras en disputa; no obstante, fue un pueblo dispuesto a reinventar su historia en función de las necesidades y urgencias que experimentaba. De ahí que sus autoridades aparentaran cierto desconocimiento sobre una historia antigua -donde apenas tres generaciones atrás eran un pueblo sujeto, poblado de terrazgueros y carente de tierras propias- y propusieran la creación de una comisión encargada de buscar, encontrar y presentar los títulos del pueblo. Tal vez lo más interesante de estos hechos no sólo radica en las búsquedas históricas que realizaron los comisionados, sino en las intenciones de las autoridades municipales de respaldar y financiar dichas pesquisas.

204 CONFLICTOS POR TIERRAS Y PESQUISAS DOCUMENTALES

La obviedad me lleva a pensar que las autoridades de Guelache se valie­ ron de la comisión campesina para alargar los fallos y las diligencias judiciales que existían sobre las tierras en disputa. Sin embargo, otros hechos paralelos sugieren que estas autoridades también vislumbraron en 1912 una posibilidad para revertir la historia agraria de su pueblo. Es decir, como observadores de la realidad política y conocedores de 1a legislación de la época, percibieron la existencia de una coyuntura en el ámbito nacional que podría favorecer sus intereses agrarios: me refiero a las discusiones que planteaban y enarbolaban Francisco l. Madero, Emiliano Zapata, Luis Cabrera y Miguel Alardín sobre una reforma agraria que dotara y reconstituyera ejidos, colonias y fundos legales, siempre y cuando los pueblos contaran con títulos o documentos que legitimaran su posesión a lo largo del tiempo. De ahí, entonces, el interés de que Regino y Luna revisaran escrupulosamente el AGPN con el objeto de encontrar una referencia que fuera capaz de borrar el pasado de Guelache como pueblo sujeto, de romper los vínculos que lo ataban al cacicazgo de Etla y de proveerle un indicio legal para que solicitaran la restitución y el derecho de las tierras en disputa. Desafortunadamente, las cosas no ocurrieron de esa manera. Ante esto, las autoridades y los habitantes de Guelache tuvieron que enfrentar una realidad marcada por su historia secular y por el conflicto agrario con Teococuilco.

205 ANEXO Memorial de la búsqueda de documentos del pueblo de San Juan Guelache de fecha 6 de mayo a 16 de octubre de 1912 ·

Mayo 10 de 1912. Fue el primer día de estudio en el Archivo General y Público de la N ación de México por los comisionados Othón Luna y Juan Regino. Tomo 113. En este tomo solo se encontró la fundación del molino de Juan de Santaella. Tomo 1276. En este tomo se encontró la fundación de los molinos de San Gabriel. Tomo 1010. En este tomó se encontró la demanda de los cuatro pueblos en contra del alcalde mayor de las Cuatro Villas del Marquesado ante el Virrey. Tomo 1276. En este tomo se encontró un juicio de un cacique de Etla y otro de Oaxaca y un juicio de Santa Cecilia. Tomo 2783. En este tomo se encontró un juicio de la Soledad y Guadalupe. Tomo 1883. Tomo sinóptico o memorial que rindió el estado de Oaxaca en el año de 1883. En este libro se encuentra nuestro pueblo y sus colindancias tal como es y dice que en el año de 1526 le dio posesión el alcalde mayor don Sebastián Raymundo según los documentos que le presentaron del rey de la Nueva España y tiene por extensión de terreno el pueblo 1,816leguas cuadradas. Tomo 247. En este tomo se encontró una averiguación de don Francisco Ramírez de León, de Oaxaca, en contra de don Bernardo de León, del distrito de Etla. Tomo 1271. En este tomo se encontró un tumulto de la Soledad con el cacique de la hacienda de Guadalupe. Tomos 5 y 6. De Mercedes se encontró la estancia de tierra que pidieron los del distrito para ganado menor. Este libro funcionó el año de 1560 y 1563. Tomo 1443. En este tomo se encontró el pleito del cacique de Cuilapa con el cacique de Etla; juicio de don Diego de Landa en

206 ANEXo contra de don Juan de Pasos; un juicio de Otumba; y un juicio de Campeche. Tomo 1154. En este tomo se encontró un juicio del cacique don Jerónimo Frastronco del pueblo de san Sebastián Etla en contra de don Francisco Ramírez de León, vecino de Oaxaca, sobre un rancho que se llama "El pájaro bobo" en terrenos de San Pablo Etla. Tomo 3348. Al principio de este tomo se encontró un juicio del estado de Durango sobre unas haciendas llamadas Hacienda de Guadalupe y hacienda de San Salvador, estas haciendas fueron embar­ gadas y entregadas a don José Suring; un pleito de un tal Agustín de la Cruz, del pueblo de San Juan Guelache, indio principal de nuestro pueblo y casado con María Mendoza, esto fue en seis de mayo de 1745; títulos primordiales de San Pablo Etla; dos planos muy arregla­ dos del mismo pueblo, fundados el día 7 de agosto de 1883. Tomo 24. De Indios, en este tomo se encuentran las peticiones que los indios hicieron de 1665 a 1674, se encuentra una petición del pueblo de Santo Domingo de agua y tierras para sembrar; una peti­ ción para formar los molinos de San Gabriel Etla por don Gregorio de la Cruz; y una petición de don Juan de Santaella para fundar su molino en terreno de Guelache y el pueblo no lo dejó, siendo su licen­ ciado don Juan de Gálvez en el año de 1661. Número del mismo tomo 448, este pleito empezó y duro en 1664 y terminó el año de 1771, y siempre le concedió el virrey número del mismo tomo y es 495, y se encontró la petición que hizo , número de mismo tomo, y una petición de Nativitas. Tomo 21. De Tierras Chichicapa y Miahuatlan. Tomo 8. De Mercedes agua del pueblo de Huayapan, pasa por Jalatlaco a la ciudad folio l. Tomo 10. De Mercedes de los años 144 a 146 muy diferentes. Tomo 40 y 41. De Mercedes cita en el folio 156la petición de Teococuilco para hacer un molino en el año de 1698. Tomo 159. De Tierras Mida, Tlacolula, Tlaxcala, Querétaro, Salvatierra, Santo Tomás y San Andrés. Antonio Noriega, alcalde ordinario de Oaxaca, en el año de 1694. Tomo 13. Padrón de Oaxaca.

207 Lurs ALBERTO AruuoJA DÍAZ VrRUELL

Tomo 1864. De Tierras juicio de Santo Domingo Galicia en contra de Santa Cecilia y dos mapas. Tomo 1864. Segunda parte de composición de lxtepeque y sus pueblos. Tomo 51 y 58. De Mercedes, Huajolotitlan folio 91 y hacienda del Marquesado de Oaxaca. Tomo 148. Tierras, licencia para vender una estancia de ganado menor en la jurisdicción de Huajolotitlan. Tomo 27. De Indios, Santa Catalina contra Zoquiapan y Santo Domingo Latani sujeto a Oaxaca. Tomo 67 y 68. De Mercedes, folio 3, Amparo de Santiago Zoquiapan y Santo Domingo Latani sujeto a Oaxaca. Tomo 658. De Tierras, juicio de composición de Santiago Zoquiapan y Santo Domingo Latani, vista de ojos en los terrenos baldíos en donde le fue amparado, colindantes hacienda de Aloapan, cerro de Ixhualtepeque, paraje del Desertado, citación al pueblo de Zocoltepeque, citación al pueblo de Jastepeque, citación al pueblo de Tepinapa, citación al pueblo de Santa María Yachiseveo, colinda con el río Manzo. Tomo 2959. De Tierras, juicio de San Juan del Rey en contra de Santo Domingo que es el convento de religiosos de San Hipólito de Oaxaca también en contra de Juan de Santaella sobre dos molinos que tenían arrendados en San Juan del Rey. Tomo 2550. Tierras, juicio de una estancia de ganado menor en Zimatlan, colinda con el Marquesado de Antequera de Oaxaca. Tomo 58. De Mercedes, folio 89, haciendas de Huajolotitlan, folio 91 hacienda del Marquesado. Tomo 58. De Tierras, porción del denuncio y adjudicación que hicieron los pueblos de Santo Domingo Latani y Santiago Zoquiapan en el desertado pueblo de Huaspaltepeque, Choapan, Boca del Monte, Playa de las Vacas, Honduras y Río Manzo, un mapa muy bien arreglado del terreno en donde les dieron posesión, abraza a Santo Domingo Latani y Santiago Zoquiapan.

208 ANEXO

Tomo 559. De Tierras, juicio de Santiago Choapan en contra de Santiago Zoquiapan y Santo Domingo Latani sobre arrendamien­ tos que hizo Zoquiapan a Choapan. Tomo 442. Tierras, venta de tres caballerías de tierra que vendió Zoquiapan a San Juan Yachiseveo y al pueblo de Tepinapa y Santiago Jalahui. Tomo 712. De Tierras, diligencias de amparo de posesión al pueblo de Santiago Jalahui y San Juan Roavela, folio 112 vuelta, volu­ men 712, amparo de posesión a los naturales de los pueblos de Jalahui, Roavela y Yachiceveo; folio 80 vuelta, Santo Domingo Latani, juris­ dicción de Villa Alta. Certificación de haberse practicado diligencia de amparo a favor de dicho pueblo, folio 106 y para que el fiscal en el negocio sobre tierras que sigue el pueblo de Santiago Zoquiapan con los de Santiago J alahui sentencia de San Juan Lachiseveo. Tomo 792. De Tierras, primera y segunda parte juicio de Santo Domingo Latani y Santiago Jalahui. Tomo 24. De Indios, segunda parte, petición de hicieron los pueblos en los años de 1759 a 1762. Tomo 212. De Tierras, pidió el alcalde de Huajolotitlan 600 varas para todos sus pueblos que pertenecen a su distrito y un juicio de herederos pertenecientes a unos vecinos de Oaxaca. Tomo 824. De Tierras, un juicio de Celaya. Un pleito de Magdalena Apasco con Santa Martha y el plano de Magdalena que fue el que ganó. Tomo 380. De Tierras, un pleito de San Pedro Teococuilco contra Santa Ana Yaneri y San Miguel Aluapan. Tomo 203. Se encontró un documento de San Juan Guelacho perteneciente al Distrito de Cuilapa. Tomo 1877. Este tomo fue repetido. Tomo 496. Un juicio de los pueblos de Guadalupe con Santo Domingo Etla y un juicio de Acuaro. Tomo 997. Tierras, repartimientos que hizo el virrey de 600 varas a los pueblos del Distrito de Etla y no se menciona nuestro pueblo.

209 Lurs ALBERTO ARRroJA DÍAZ VrRUELL

Tomo 36. De Indios, peticiones diferentes. Tomo 4. De Indios, otros puntos muy retirados. Tomo 72. De Mercedes, de los años de 1723 a 1724, arrenda­ miento y venta de un terreno de sembradura de 3 fanegas de trigo en la cantidad de 317 pesos en términos de Etla. Tomo 17. Solicitud para un molino en términos de San Juan, sujeto a Etla en un arroyo que pasa atrás de la iglesia como a dos cuadras. Tomo 28. Merced de un sitio para ganado menor en Etla. Tomo 817. De Tierras, pleito de San Lorenzo en contra de San Andrés Telixtlahuaca de Santo Tomás Masaltepec y San Sebastián Suchiquiltongo, sujeto al Distrito de San Pablo Huajolotitlan. Tomo 838. Juicio de Huajapan y Huajolotitlan. Tomo 148. Juicio de un cacique de Huajolotitlan, venta que hizo a don José de Rojas de un terreno llamado en Ynhuitintichem. Título de Tlacolula y San Juan Guilabi. Tomo 2259. Juicio de un cacique del pueblo de San Pablo Huajolotitlan el Grande de la Real Corona con San Andrés y Tenespa y sus colindancias. Un juicio de San Francisco Telitlahuaca. Tomo 2659. Mercedes de diferentes pueblo. Tomo 2956. Mercedes de la Baja California. Tomo 2965. Composición de pueblos. Tomo 512. Tierras, ley 9, título tercero, libro sexto de la Novísima Recopilación de indios reducidos a poblaciones, año de 1773 y 1734. Tomo 227. Fundación de Oaxaca y doce villas y veintitrés mil vasallos, folio 44 en el año de 1529, enero 8 y 9, página 21; año de 1531, fundó el mayorazgo de a fojas 53 en el valle de Oaxaca, Cuilapa y Etla. Libro de vínculo, enero 8 de 1717, la junta de incorporación del duque de Terranova. El emperador don Carlos V julio 6, año de 1529 merced a los pueblos año del nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo. Libro Sinóptico, empezó la fundación en el año de 1486. Destacamento de mexicanos y el emperador Fernando de Cortés en 1521 y nombramiento de alcalde y oidores de república aunque

210 ANEXO sin permiso de la Nueva España y fue el16 de septiembre de 1526 elevando el rango de villas. Tomo 2702. De Tierras, Guadalajara y mercedes que le hizo el virrey a San Pablo Huajolotitlan y sus pueblos de su jurisdicción juicio, Buenavista, Huajolotitlan, Tlasasales y Guanajuato. Tomo 395. Juicio de San Andrés. Tomo 2259. Huajolotitlan. Tomo 251. Juicio santo Domingo Tlatingo y un juicio de Teposcolula. Tomo 817. Juicio de San Lorenzo con un cacique Antonio de Velasco y un juicio de San Sebastián Xochimilco, su petición y fun­ dación y posesión en el año de 1744. Tomo 3331. Juicio Huajolotitlan y varios planos de los pueblos del pueblo de Teotitlan. Tomo 779. Composición de Huajapan y Tequisistlan. Tomo 1057. Huajapan y sus jurisdicciones. Tomo 5 y 6. De Mercedes, folio 361, decreto que el rey dio para que quedaran arregladas todas las jurisdicciones y en el folio 48 concedió sementeras y tierras para cultivar a 12leguas de distancia del estado para abastecer la ciudad con sus granos de· sembrados. Tomo 12. De Mercedes, año de 1586, fundó lñigo y dictó que se les repartiera en un número de ganado mayor, pues un sitio de ganado mayor tiene 3,000 pasos antiguos y 2,000 el de ganado menor. Tomo 13. De Mercedes, una estancia para molino en térmi­ nos de San Juan. Tomo 23. Juicio de un terreno de arrendamiento en Huajolotitlan. Tomo 61. Juicio en Huajolotitlan, escritura arrendamiento en una estancia de ganado menor en su comunidad en el folio 124. Tomo 71. De Mercedes, folio 1, estancia de composición de catorce caballería de tierra y sirvió a su majestad con cuarenta pesos. Tomo 21 y 22. Mercedes, folio 94, pasó de 5 tercios al piso de un cerro donde hay encinos y los cerros corren de oriente a poniente. Tomo 57 y 58. De Mercedes, de los años de 1660 a 1668, junio 9 de a 1665, folio 78, composición de una hacienda en Huajolotitlan,

211 Luis ALBERTO AR.luoJA DÍAZ VIRUELL

según real cédula del año de 1591, folio 115, molino en Etla, folio 126 a un tiro de arcabuz según demarcación y un juicio de San Francisco Huajolotitlan. Dos caballerías de tierra folio 89; composición de un trapiche en términos de Huajolotitlan y San Juan Atatlauaca. Tomo 60 y 61. Mercedes, folio 32, una caballería de San Lorenzo en términos de Huajolotitlan y San Juan Atatlauca. Tomo 11 y 12. De Mercedes, folio 205 a dos leguas de San Francisco, al sur una estancia para ganado menor. Tomo 23. Al pie de un cerro grande en un llano grande folio 40. Tomo 24. De Mercedes, folio 68, una estancia a Magdalena Apasco para ganado menor; folio 69, estancia para ganado menor en Santiago Huizo. Tomo 10. De Mercedes, folio 129 Tonalá. Tomo 2. Teatro Americano, libro 4, capítulo segundo de la jurisdicción de las cuatro villas del Marquesado y sus pueblos folio 118 a 124, año de 1746 se fundó este libro y los pueblos se fundaron en el año de 1522 y se fundó el pueblo de Guelache con 124 fami­ lias, Tlapacoya es la tercera villa del Marquesado y tenía bajo su jurisdicción San Agustín, San Miguel y San Gabriel, La Asunción, Santa María Guelache, Nativitas, Reyes, San Sebastián y otro más. Fundación de Oaxaca en el año de 1528, asentado por Juan Muñoz se le dio el título de viveda [sic] en 25 de abril de 1531 y quedó llamado el Marquesado de Cortés la majestad del Sr. Carlos V le dio cuatro villas por la pacificación de los reinos. Tomo 227. Tierras, dos y media caballerías en el pueblo de Azompa. Tomo 47. Dos ejidos de molinos en San Felipe camb[ia-]ron con agua para abastecer la ciudad de la toma de la tarjea hasta la ciudad de Oaxaca. Tomo 2621. Dos Mercedes en San Pablo Mida y Tlacolula sobre posesión de hacienda y su disposición. Tomo 70. Merced para abastecer carne a la ciudad Oaxaca.

212 ANEXO

Tomo 67. De Mercedes, estancia de ganado menor en y un permiso para pasar agua en San Pablo y Sangre de Cristo para la merced en Oaxaca, agua para San Hipólito. Tomo 2. De Mercedes, huertas árboles en Oaxaca, folio 100 a 103, la 184 a 256 vuelta permiso para huertas 36 Juan Roavela. Tomo 1711 a 1713. Reales cédulas, existe una real cédula del rey para los indios, concedió tierras y aguas a los indios y una legua de montes en donde pasten sus ganados. Tomo 2944. De Tierras, copia autorizada de la real cédula de 1687 sobre el fundo legal que con 600 varas por cada viento midién­ dose desde el atrio de la iglesia y a más de eso concedió otras 1,000 varas más por el viento que tuviere lugar sin perjuicio a alguno. Ley sobre tierras, aguas y montes explica muy bien. Tomo l. Indios de los años de 1573 a 1578 en este tomo se encuentra la tasación de tributos de todos los pueblos de indios. Tomo 2. Indios, en este tomo se encuentran las instancias y caballerías de tierras que el rey concedió a los pueblos de indios. Tomo 2. De la Novísima Recopilación de Indias.

Octubre 16 de 1912 El ciudadano Juan Regino [Rúbrica]

213