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g u i r n a l d a p o é t ic a

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Ó H E t PAKNASO ORIENTAL. 3

E V EL 25 DE MAYO DE 183C. ODA

Dedicad» al Extno. Sr. Presidente de la República» Brigadier General D o n M a n u e l O r i b e .

(Por D. Francisco Acuña de Figueroa) & Helo al astro brillante ! Ton qué esplendor del Orizonte sube, Y en el docél de rozagante nube Se ostenta rutilante ! Magcstuoso se encumbra Y el almo suelo de la Patria alumbra, Pareciendo que absorto considera Su imagen-celestial en su bandera. Tal con pompa brilló nuncio divino, Cuando con pecho Tuerto Lanzó el bravo Argentino El éco grande.—LIBERTAD ó MUERTE ! Que aterrara al León. — A sus campeones Allí entre fiero espanto y convulsiones Como heridos del rayo Los vio cao misino Sol, el Sol de Mayo. Tornan en sí, y retumba Fiero el rugit’o del León de España Del Potosí en la aurífera montaña Y en los Valles de Otumba : *“

* Celebre Valle en Méjico, donde laa tropas de Hernán Cor*«*« hicieron uu horrible deatrizu en ti Ejército de ios Indie*. (.W e A utor )

sala U?JJ',13AY B1BUQTFC '• - m EL p a r n a s o o r ie n t a l . ► L PARNASO ORIENTAL. 5

Al horrendo fracaso Con pompa y con honor ; y la fortuna Es fuma (|ue en el alto Chimboraso Ornó con sus bla/.ones Se vió un fantasma recorrer la , , , Al quo hoy yace en olvido Y con roncos acentos gritar....OUtKKA .. . En tierra esclava, y en dolor sumido. • Así Icaroen las auras se alucina Crece el furor, y crece el ardimiento, Y paga su confianza con su ruina. Y al éco de venganza Do furores sediento Mas oh caso cruel! un pueblo hermano Empuña Marto la ominosa Innzc ; Con política ingrata Hace rodar el carro furibundo, En agresor tirano Y al descender estrepitoso ni mundo Se convierte, y los vínculos desata ! ! líetiembla el alto Cielo En la lid detestable victoriosa Y se inclina su bóveda hasta el suelo. Dó quier la Patria fue : mas ya horrorosa Fatídica trompeta Como eléctrica llama Empezaba á anunciar torvo cometa. Cunde en los libres el celeste rayo En tanto que á los hijos de Pelayo En tan mísero estado Igual rencor inllnma ; Ay, oh Patria, ya suenan tus prisiones ; Así cou varia suerte Ya el Lusitano apresta sus legiones Vaga la destrucción, vaga la muerte, A la lid preparado : Cual si la Patria fuera, en su amargura, Ya cual fiero torrente A sumirse en su inmensa sepultura. Se lanzan en los campos del Oriente, Y del mar los espacios cristalinos Todo es furor y sangre....! Al tin dichosos Cubre una selva de flotantes pinos. En las playas de Oriento Los libres victoriosos Todo cede y sucumbe. — Semiviva, Postran la ira del León rugiente, Y anegada en su llanto Que espirante sucumbe ú tanto arrojo, Vi ó la Patria cautiva ^ dando contra el suelo con enojo Trozado el cetro, y desceñido el manto : La sangrienta melena, Ora abatida en triste desconsuelo Clavó las duras garras en la arena. Las manos uherrojadas alza al ciclo :

Trozadas sus prisiones Hl .’Seii' r I). Jo*ó Art’C*», primer (j«n»>ral que tnvu ¡a P atn a, Se alzó la Patria al disco du la Luna primor c&uiitcuu de su libertad, (*Yttía del Autor.)

I r.I. PtRNASO ORIENTA!.. 7

tx rABffASO o r i e n t a l . tí No mns tremendo ante Ilión a rm a d o Se vió Aquilea furente Ora cok honda ira Cuando ácia atrás turbado Por un heroico vengador suspira. Volvió el undoso Xanto su corriente, Nueve veees en vnno Que en Sarandí se viera, y en el Cerro Opaco el Sol do Mayo oyó sus prcccí, Aquel héroe blandir el duro hierro : Y las tristes Hyadas nueve veces El hierro que en sus manos Inundaron el llano Será siempre el terror de los tiranos. Con su urna inagotable, * Hasta (pie el héroe invicto (■ indomablu Oh Sarandí glorioso ! * Que saltó ó nuestras playas el primero La falange Oriental en tti rivera Fué el anuncio de muerte al estrartgero. Destruyóá los valientes: allí fuera El choque «a.nguinoso, L avallbja inmortal! Tu ..ombre y fama, Allí el lidiar tiemendo, Y la de mil valientes Y hubo cabeza que con golpe horrendo ,Que allí tu ardor inflama Dividió de sus hombros la cuchill^, Respetarán atónitas las gentes, Y fué á espirar sobre la opuesta orilla. Cese ya el ostracismo; ven dichoso Como nuevo Temístoeles virtuoso, Con mas furor en Ituzáingo á mares No quiera el hado insano La sangre so derrama, Hacer de un Escipion un Coriolnno. •* Allí Branzen, Bezares, Y otros, logran muriendo eterna fama. ¿ Y quien los altos hechos Fatal Mavorte que dó quier invade De R ivera dirá cuando animoso Siembra el espanto; y porque 110 se apiade Vibró en Haédo el brazo poderoso; En tan tremendo duelo O bien cuando deshechos La muerte con sus alas tolda el cielo. Los fieros escuadrones Del potente opresor, salvó á Misiones ? Al fin cual nueva estrella ¿ Quien al estrecho verso circunscribo Se alza la Patria libre : ya en su solio La inmensa gloria del excelso ORIIJE ? De la Ley en el sacro Capitolio Preside Thémis bella ; * Lía Ilvndnp, hija» do Alias v .le EllierU, lloraron U nto 1« muerto JL. ,u hermano lly„, , u0 |„. fojo... ira„,r.,rin„ „ n pn * Acción raemorablp g.inada por ni Sr. Gíneral L a v a l l i j a ; donde “ ■ " “ " I ; I Pres"len • c e « » ealacioo del año. (.Vola dH 4 ulor ) también ce halló el Sr. G jneraJ D. M anüel Oribk. (iVo a del autor) BicnoiBieno. Alie»C el i's'ér Sr. General'Cl,a Lavallijv'Ij I8M* (¿J,í m ,ma) cn,iSr.du cu EL PARNASO ORIENTAL» EL PARNASO ORir.VTA!/.

Nacer ciudades véo, Todo dó quier florece ; Se fomenta el saber, so alza un Liceo, El numen que produjo al sacro olivo Y el nlcáznr tonanto de Belona Nos cubro con su egida, y el cultivo Es el vergél de Céros y Pomona. * A las ciencias ofrece,* Aquí el árbol frondoso Viéronse en él los Lusos ostentando De Libertad se eleva, y delicioso Sus relucientes mallas, Fructifica feliz porque recibo O el bronce fulminando Culto y respetos del invicto ORIBE. O cual sombras vagar en sus murallas; De cañones, do brutos, y de gente Con su hálito fatal jamás la envidia Gimió oprimido el levadizo pnente, Sus laureles marchite, Mus hoy ya transformado Ni con baja perfidia Es templo á ¡a Abundancia consagrado. La adulación acia el error le excite, Y tú, 6 Sol, que al Oriente patrocinas Esc arco que en la altura Y á su nave entre sirtes iluminas, Domina por su formn prominente, Deja que con acierto Fué la mansión fatal, dóel delincuente Entre Scyla y Caribdis llegue al puerto. Entre horror y amargura, O el heroico patricio Esperaron la hora del suplicio, Parece aún que vagan en su techo Tristes gemidos que lanzara el pecho. De allí salió al cadalso el atrevido Que en deserción honrosa Se viera sorprendido Al ir acia la Patria, acia la esposa; Víctima inulta!! en tan amarga pena Grabó haciendo cincél de su cadena Con pulso mal seguro El triste a d i ó s en el esposo muro.

* Alusión » la Ciudndcla transformada últimamente en un magní­ fico Mercado público. (Nota del Au/or.) g l. p a r n a s o o r ie n t a i .. EL PARNASO ORIENTAL*

Escipioncs, Annibales, Brutos, EN EL ¿5 « K WAYO DE lS3o. En los tiempos do Roma gloriosos.

a U tX tS N k C o r o , &c.

p 0r ,1 Dr. D. Carlol G. YilUdtmer. A la voz imperiosa que disteis A eso grito» al tirano espantoso s La opresora_cerviz endereza Y se observa vencido ya y solo. CORL El gran din de América truena. Parte el rayo é hiriendo al coloso. Sol Je Mayo, Iu luz refulgente Eu mil partes sus miembros divide A la tumba del héroe dirije, V ora yacen envueltos en polvo. Y las letras eternas alumbra, Qhc la gloria en su lápida escribe. C o r o , & c.

A esa voz imperiosa, los hi jos Haz que el hijo, en los huesos sagrados De Capac,con la carga ngoviados. De su padre se goce orgulloso, Lanzan gritos do rabia, y conmueve Que allí estudie del hombro los fueros. Al Eterno su noble entusiasmo. De los ciclos el don mas precioso. El carcax á sus hombros, la pica Que allí aprenda á morir ó ser libro Otra vez del indígena al brazo A empuñar el acero ominoso, Recostada so mira,y espera Pero grande, de palmas cubierto, Con robusto talante el estrago. Cuando el pais le donó, en su socorro. C o r o , &c. C oro, & c. Otra vez la montaña escarpada. Haz que traiga á su mente agitada Otra vez las llanuras de Arauco, El recuerdo de siglos heroicos, Ven la sangre correr ó torrentes, Que compare á los hechos de M ayo, Ven al indio do sangre empapado. Y mas grandes, esclame, vosotros Todavía á la voz del combato Descendientes del Inca! mayores Muestra el bárbaro indómito alzado Os mostrasteis, que fueron famosos M, PARNASO OHIMTfAL. KL PARNASO ORIENTAL.

El pujante bastón tic la guerra, Que sintieran Valdivia y l’izarro. A LAS DAMAS ORIENTALES

C oro , t e . EL DIA 35 DK MAYO DE 1830. Mas ahora el esfuerzo, corona HIMNO. Del Dios grande la benigna mano, Y en partes un giito se eleva, Por la Sra. Da. Petrona Eosende de la Sierra. En mil partes resuena, triunfamos. Manes nobles que esconde el sepulcro ! ?ss A gozar do las luces de Mayo No podéis ya venir, mas los héroes A otros goccs están reservado?. C o r o . Hoy es vuestro día, Co r o , ícc. Damas Orientales, Lucid vuestras gracial Entretanto, si ol canto algún día Y elegantes talles. De Aquerón la rivera ha pasado, Do aluban¿&3 y gloria resuenen Pasead por los prados, Por vosotros los Elíseos campos. Hermosead las calles, Allí vaya a cubriros la palma, En risas y gozo Caiga allí en las cabezas el lauro, Vnestra faz se bañe ; La corona que tejen ansiosos El canto festivo, Vuestros hijos y riega su llanto. El baile, el teatro, En el Veinticinco C oro . Ostenten su encanto. Sol de Mayo, tu luz refulgente C o r o , &c. A la tumba del héroe dirije, Y las letras eternos alumbra Este dia granda Huc I" gloria en su lápida escribe. El séeso festeje, Pues también el séeso QtteP Libertad 1c debe; EL PARNASO ORIESTAL. f.L PARNASO ORIEKTAI..

Hoy los vuestros iazo3 Vedla ya en su templo Estrechad nctivus, Elevando altares De amistad constanto A Astrca y Minerva Con fraternos vivas. Diosas tutelares.

C obo, «te. C oro , S¿c. • Flamante pecho Vod al Dios guerrero En patriota llama Del templo arrojado, Arda el Veinticinco, Desceñido el "hierro” Deleitando el alma ; Y el broquel trozado ; Pues que el SOL benigno Mirad enlutada Os brinda obsequioso Y en lúgubre llanto Las luces de Mayo A la vil discordia, En paz y reposo. Transida de espanto.

C oro, Stc. C o r o , 8,-c .

Recordad ufanas Ved á la anarquía Que respiráis libres Sagaz ocultando, Las suaves esencias Las sierpes que rije Do Mayo en sus timbres i i K Con nefanda mano : Mirad sus trofeos, Hoy, en fin, confusos C an tad sus victorias, Mil séres tiranos Y oid á la Fama Yacen abatidos Cantando sus glorias. A la luz de Mayo.

C oro, kc. C o r o , & c .

Mirad á la Pntria Ved que vuestros padre Sus dichas gozando, Y esposos amados Con airosa planta Por este gran dia Coronas hollando : Libres se miraron : ' EL T ARNAS0 0 «ICRT.\U EL PARNASO OIUr.1 T a l . 17

Del férrro yugo Todos so escaparon, DECIMAS. Y on voz unisona (P or D. Francisco A . d t FiíTUerna) SER LIBRES JURARON. O C o r o * & «. Cuando con doble Canción Este juramento Canta Safo al Sol de Mayo, Todas repit.imos, Hiere un eléctrico rayo El faustoso día Las fibras del corazon, Que libres loámos: Tal numen y elevación Damas Orientales Dó quier en sus versos brilla. Hoy es vuestro din; Que de Aganipe en la orilla Lucid vuestros talles Gritó la turba confnsa, Y gracias divinas. Esta es la décima Musa O la octava maravilla.

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Entre giros y figuras La veo elevarse al cielo, Cual mira absorto el mochuelo Al águila on las alturas, Allí las centellas puras Robó al fuego celestial. Y csclamó Jovo inmortal Con voz que las auras hiende. • Esta es PETROJYA ROSEA DE, "Esta es la SAFO ORIENTAL ' 1 ! E l PARNASO ORIENTAL. II? EL PARNASO ORIENTAL.

Y grata fragancia Loa prados de Flora 'MJWKV* Rinden á tu aurora Y hermoso arrebol. al ASOMARSE EL SOL DEL 38 DE MAYO DE l« ü . C o b o , & c . ( Por D. i. *W.) Filomena bella En i’ulco concento, Saluda el momento En que tu luz viera : C oro . Y la bija de Féba Su antorcha apagando, ho y ai Sol luciente Solo á tí rayando La América aména, Deja en alta esfera. Jazmín y azucena Tribute obsecuente. C o r o , & c .

Ya asoma el reflejo Naces magestuoso Del Astro brillante, Del Plata en la cumbre, Y el libre, incesante Desdo dú tu lumbre En júbilo esté: Llega á electrizar, Su dorado carro Al hijo de Oriento Ya su curso empieza, Hoy de honor cnchido ; Mientras abatido Ya naturaleza Risueña se vé. El déspota está.

C oro, &c. C o r o , ic c .

El cañón fogoso, A este Pueblo heroico, Y Euterpc armoniosa. Dó opaco luciste Tu salida hermosa Un din, y le visto Ya anuncian, oh S o l! En grillos gemir, r.L PARNASO ORIENTAL. F.L PARNASO ORIENTAL.

Hoy con faz sorcnu Feliz ú sus hijos Ves su frente ornada Que lauro obtuvieron, De palma nlcanzada Cuando á sus pies vieron En reñida lid. La indigna cerviz.

C oro, &c. C o r o , & c. P Tus rubios cabellos, Do Hébea las ninfas, ¡ Fébo luminoso ! ; Oh astro radiante! El Orbe espacioso Guirnalda fragante Duran por igual: To ofrecen, y amor : Pero preeminente Y mil himnos pátrios En tu luz suntuosa, Por dó quier cantando, La región hermosa Irán celebrando Del Plata Oriental. Este dia de honor.

C oro, frc. C o r o , fr c .

Do oliva ó la sombra. Y do ésta mi Patria Do Oriento el nativo El nombre preclaro Descansa apasivo Luce en MAYO caro En dicha y quietud: Con ameuidad : Cada pecho, un muro Pues que ya sus hijos, Forma impenetrable, En su fiei regazo, Al férreo excecrablo Diéronse ol abrazo De la esclavitud. De fraternidad.

C oro, &c. C o r o , & c.

De Liberiud, el árbol Desdo el alto Empíreo Sagrado y frondoso, Dó reinas suntuoso Conserva precioso, Vela cuidadoso Conserva feliz: Por la Libertad : EL ÍAIUUSO ORIENTAL. EL PARNASO ORIENTAL. 23

Y ou mis compatricios Haz quo torne fuego Aquel sacro fuego OCTAVAS. I)e unión y amistad. Por D. Francuco A. de Figueroa.

C o r o . En la exhibición teatral á beneficio de la Sra. Justina Piaccenlin», Cantatriz de nuestro Coliseo. Hoy al Sol luciente 1m América aniéna. Jazmín y azucena v Tribute obsecuente. Pueblo noble del mundo admirado, Generoso, leal, y valiente, Que en la esfera con brillo fulgente Resplandeces estrella Oriental: Goza, goza del lauro sagrado Que tus sienes augustas corona, Y publique Minerva y Belona Tus virtudes, tu gloria inmortal. 988 2 * Hoy Justina rendida te ofrece Esta fiesta que aceptes propicio, Ella forma su gran Beneficio, Y es la ofrenda que pono en tu altar: Beneficio será si merece El lionor de tu noble asistencia. Beneficio si obtiene indulgencia. Beneficio si logra agradar. EL PARNASO ORIENTAL. EL PARNASO ORIENTAL. 3*

Si mi voz con anhelo pretendo AL FAUSTO DIA Los encantos do Eutcrpo y Talía, Si gozosa á la dulce armonía DIL Me dedico con ansia y ardor: F.XMO. 8*. PRESIDENTE DE LA REPUBLICA, Nunca un fuego mns vivo me cnciendc, BRlOADrSB OEKSKAL Nunca el pecho tan grato so inflama, Como cuando con himnos proclama, DON MANUEL ORIBE- Pueblo heroico, tu gloria y honor. 988 m

r HIMNO. Salve, oh Pueblo grandioso, dó quiera fo r D. Francitco A. de Figueroa. Que la suerte arrebate á Justina, No es posible memoria tan fina SUS De mi pecho poderla estinguir: El Cielo Mas que digo.....primero quisiera Que anuncia Con bellas Su bien. Que sensible en la tumba me llores, Estrellas, Quiero siempre cantar tus loores L ució; La noche Y en tu seno gozar.....y morir. Y el numen No visto Escribo Su triste Oribe Capuz ; Nació. Que alumbran Zafiros La Patria Con giros Triunfanto De luz. Brillante Un brillo La sien : Preclaro El nombre De raro Pronuncia Fulgor, t o » 3 EL PARNASO ORIENTAL* E t rAHNASO ORIENTAL. 27

Apolo A Oribe Prefiera Matiza Pulsando Con galas Volemos Guerrero El blando Triunfemos Primero Las alas L aúd; De araov. Con él. Morir, Al héroe Que en torpe Y al dia Ya escucho A siervos Cadena Envía Con pena Las aves Salud. Humilla Suaves Mancilla Gemir. T rinar; Fatal ; Y en lira El Gónio A libres Vosotros Sonora Que ampara Abona Valientes Su aurora Su clara Corona Las frentes Cantar. Bondad: Triunfal. Alzad: Al mando Y el himno Le eleva Ya miro Si es fuerza Sonoro, Cual nueva En coro Las flores Deidad. Muramos ; De amores Perdim os Cantad., Vestir; ¡Qué honor! Y al astro Osaron Cual nuevos Heroico De Oriente Mil fieros Leónidas, Recibe Fulgente Los fueros Las vidas Oribe Lucir. Herir, Eu flor. L oór; Y él solo V' gocea Nos pudo Del aura Quien honra En calma De escudo Descienda Prevenga La palma Servir. La ofrenda Quien tenga De honor. De amor; Virtud ; El mundo Si torna L a tumba Fortuna Le ame Nefando Reclame, Que amiga Y aclame El bando No infame T e siga Su honor. C ruél; Salud- Dó quier; EL PARNASO ORIENTAL. EL PARNASO ORtENTAL. 2 9

Sus alns Por tierra Estiendo, Por mar Defienda Ensalzo Por D. Francisco A . de Figueroa. Tu sér. La historia Tu gloria En paces Sin par. En guerra. ¡ VIVA EL SEÑOR PR ESID EN TE DE LA REPUBLICA DOJW MANUEL ORIBE'

V I V A ! ! * £• Sí ciudadanos ; venturoso viva De nuestra patria el hijo predilecto, El inmortal ORIBE, en cuyas sienes Inmarcesibles lauros puso el cielo. Viva el bravo campeón, que denodado En Sarnndí con gloria, y en el Cerro Y en cien combates, con heroico brazo Alcanzó inmenso honor. — Los libres vieron El Sol quo tremolaba en su bandera A las estrellas eclipsar venciendo, Y del verde estandarte transformarse Las esmeraldas en rubí sangriento. Mas sublimo en la paz, y mas grandioso, Quo ciñendo el laurel de Marte fiero,

• Esta Oda fué recitada en el Teatro en una función do aficiona­ dos, que celebraban con una exhibición teatral el cumple-años del í'jinin. Sr. Presidente do la República. Uno de ellos debía dar la voa de— Vil»« el Exmo. Sr. Presidente, y deepues do esla entra la de— Si, Ciudadanos. L l E ditor. EL PARNASO ORIENTAL. a l EL parnaso o rien t a l.

Hoy la Nación lo admiro, y fiel lo aclama Réanima sus manes; y allí amando Su gloria y sus destinos presidiendo. En la funérea ofrenda de su afecto, Para salvar la Patria, revestido Es el altar su polvo inanimado, De la gran suma dol poder supremo, Y su sepulcro pavoroso, el templo ! Nunca mas inviolables se guardaron Viva pues veces mil, el fausto dia Do nuestras Leyes los sagrados fueros. Que hoy entusiasta solemniza el Pueblo, Do sus bellas virtudes el tesoro El dia que recuerda aquel dichoso Brilla en todo esplendor-----Allí Ic vemoa En quo los casos del futuro viendo, Cual Numen Tutelar la bienandanza Para ser de la Patria firmo atlante En torno difundir; y siempre excelso Tan soberano don nos mandó el ciclo. Con sencillez republicana y noble Hiendan las auras los alegres himnos Ser sin ostentación, grande y modesto : De las ninfas do Oriente; y con estruendo Mas todo le realza___ y si desdeña Cual nuncios de placer, dú quicr se escuchen La vana pompa del mandón sobsrvio ; Alegres vivas repetir los écos. Si al entusiasmo popular se esquiva, Es como el Sol que a su Cénit subiendo Y vosotros también, hijos de Marte, Cuanto mas se retira y disminuye, Quo en los combates con marcial denuedo Tanto mas resplandor tiene, y mas fuepo. Seguisteis por la senda que glorioso Y quien no habrá de amar al héroe digno. Os alumbraba su fulgente acero; Por su excelsa virtud ?....Sí, lo amaremos Vosotros, ciudadanos, que á sus glorias Hasta exhalar la vida en su defensa.... Supisteis contribuir, y que á su cgemplo Y de esta ofrenda del amor eterno,. Del patriotismo y cívicas virtudes, Es ara digna el corazon constante» Hacéis digno blazon.....Todos á un tiempo Y templo puro el ardoroso pecho ! Con la efusión del alma enardecida También esos valientes que animosos, Repetid ante el mundo, y ante el ciclo, Corrieron á la lid.....esos guerreros Viva la Libertad, vivan las Leyes ! Que impulsados de afecto indestructible Y viva ORIBE, protector del Pueblo!! La dura muerte y su furor horrendo Osaron afrontar.... Todos le amaban, Y por las Leyes, y por Él murieron 11 Murieron, s í! Mas en la tumba fria '"■tal fosfórica llamad patrio fuego F.L PARNASO ORIENTAL. EL PARNASO ORIENTAL. 3:5 32

Y sangre se vertió; mil nobles pochos En la Carpintería palpitaron ODA Por la postrera vez; allí dejaron Sus miembros corrompidos y deshechos : Por ti D r. D . Cirio. O. VMadt*uro,. Allí la cristalina Agua del rio que su nombre diera RECITADA EL 17 DE DICIE««E EN D»A HJÜCIO» DE AMCIONADOS. A la fatal batalla, convirtiera En turbia y purpurina #* Su corriente abundosa; Y un cadáver sobre otro, allí reposa. Salvo Pueblo feliz ! Ennegrecido Manes de los leales ! ¡ Cuanto ejemplo Visto un instante el cielo, Do virtud habéis dado ! Y tu feraco suelo Ay ! como so han grabado Un solo instante ha sido En nuestros corazones Del uracan violento sacudido. Tan heroicas lecciones ! Sí; cada pecho un templo Violento y proceloso ! el orbo entero Será á vuestra memoria, Te observaba rompiendo Que volará de allí para la historia. Ominosas cadenas, y al estruendo Del bronce postrimero Recibid entretanto, aquesta prueba Te observaba formando En mezquino tributo Sábia Constitución, y ya marchando ' A mérito tan alto : él es el fruto. Con planta niagestuosa, Es hijo del ardor ; entusiasmado A la cumbre costosa El pecho no iguala, Donde viejas naciones, colocaron Pero afanoso exhala Con su gloria, mil años que arrastraron. La voz de la alabanza; Y es cuanto el pecho, en vuestro obsequio al­ No era bastante aqueso ; era preciso canza. Respetar lo pactado, A tí Gobierno ilustre, tan dichoso Y una vez pronunciado En elegir guerreros, El sacro juramento, A quienes los aceros Con la sangre sellar su cumplimiento. Del mando confiásteis; TOM 3 ® e l p a r n a s o o r ie n t a i- EL PARNASO ORIENTAL. 35 34

A tí, que generoso Al triunfar perdonaste, Y hallar mas bien quisiste desgraciados A L S O L D E JULIO. Entro tus enemigos, que malvados; A tí, loor y gloria repetida, ODA Te tributa la Patria agradecida. Por D. Manuel Araucho. Y vosotras, oh bellas del Oriente, Por quienes ardoroso 9K& El guerrero fogoso, El pecho latir siente : r. Vosotras que al valiente Ceñís la espada, con que lidia y vence : Brillante antorcha de la faz viviente ! Tejed, tejed hermosas, Tu sér nítido hermoso De laurel y de rosas, Alumbra con el rayo omnipotente Coronas para aquellos Al Oriente dichoso. Que á vuestros ojos bellos Dorando el bosque y las amenas vegas Y á vuestros pies volvieron : De nuestra Patria amada, De luctuoso ciprés, á los que fueron. Nos das la luz que niegas A la mansión obscura y contristada Del esclavo infeliz desfalleciente Aprisionado en torpe tiranía; Y tu calor fecunda eternamente De la Patria Oriental la lozanía.

II.

¡ Oh S o l de J u lio ! ¡ Oh lámpara divina ' Aparece esplendente En las grandes regiones que domina T u carro refulgente. El ámbito de todas las Naciones Lustre tu faz preciosa ; e l p a u n a s o o r i e n t a l . e l p a r n a s o O r i e n t a l .

Las pesadas prisiones Al proclamarse libro en el instante Pe la Patria do esclavos numerosa, De todo el Universo, erguida frente ; Que hoy oprimen los déspotas insanos Y jura valerosa y arrogante Trozadas mires arrojar al viento; O m o r ir , ó v iv ir Independiente . Y ci grito: u se acabaron los tiranos " Llegue desdo la tierra al Firmamento. V.

m. La América del Norte soberana Se ostentó en Julio augusto ; No de otra suerte en Julio venturoso Y Buenos-Aires el terror y el susto, Alumbró sol radiante En su aurora lozana, Al gran Pueblo Argentino valeroso Esparció entre las huestes del Britano. En Tucuman triunfante; I<*ual en Julio vence Y después de tres siglos de penuria E l LiberaI Hispano. Alzó el eco sagrado Sobre el cristal del Rio Bonaerense Contra el solio del Turia Broten marino de América famoso, Quo le oprimió orgulloso y despiadado. Quo al peligro y horrores desestima, Cundió la voz flamígera y augusta Triunfa del brasilero valeroso.... De "L iberta d” por el antiguo Mundo.... Y en Julio triunfa Sun-JUurtin en Lima. ¡ Voz celestial que al mercenario asusta, Y al preso débil torna en iracundo ! ! VI.

IV. También ¡ o h S o l de J u lio ! tu luz pura En la márgen del Sena El éco truena en los patricios lares Disipó de la Francia la amargura, Y en contorno retumba. Y’ rompió la cadena Alia en el otro lado de los mares Que del décimo Carlos toleraba Un trono se derrumba; En silencio horroroso. Y de América pingue y generosa Allí al Francés hablaba La esclavitud funesta Luis Felipe con éco magestuoso Se ahuyenta pavorosa. Incitando á venganza su coragc .• ¡ Vedla que enseña de lauicl cnhicstra ” Al arma Compatriotas ! (él dccia) 3 8 EL PARNASO ORIENTAL. EL PARNASO ORIENTAL. 3 9

» j Habrá quien sufra el inaudito ultrage, IX. » Y aun mas respire en scrviduinbro impía . El Oriental en Julio vé elevarse También el monumento Vil. A la C onstitución sábia ; y prestarse Este fiel juramento : » Romped, hombres opresos, ese yogo ” Antes exhale nuestro sér la vida, » Do esclavitud amarga, ” Y hasta el último espire, » Y aniquilad al mísero verdugo, » Que en la Patria querida » Que en sorvidumbre larga ” Algún trono despótico se mire; " Tuntos años os tiene sumergidos. ” Y sobre todos Dios omnipotente 11 Partid esa cadena * Un rayo destructor primero vibre, " Que arrastráis aflijidos ; ” Que el Oriental no viva independiente, 11 Y alzando el eco que los aires llena * Que el Oriental no muera heroico y libro. * » Do L ibertad, veréis como fulmina » Asoladora la terrible Parca " El rayo do venganza con que arruina, ” Y estalla en el sitial de ose Monarca. »

VIH.

Y estalló.... Y o! destino inescrutablo Do Francia antes opresa, En pagina dorada e inmutablo Esculpió la grandeza. Desde entonces, ¡ oh S ol! al vislumbrarte El libre de aquel suelo, Se postra á contemplarte Cruzando la ancha bóbeda del cielo; Y estático1 te adora y reveronts Do placer inefable poseído, Hasta que tu áureo globo reluciente En lasólas del mar se haya escondido. EL PARNASO ORIENTAL. EL PARNASO OIUEKTAt.. <10

Mi cara Patrin libro blazona Porque ¡i tu ogída trozó sus grillos, 25 DE MATO. Trozó diademas, tomó laureles, Que orlan su frente. Yo te vi activo colmar de lauros A los campeones que libertaron Por la Sra. Da. Petrona Rotcnde de la Sierra. A los que esclavos tristes gemian 888 En duros hierros. Faustos anuncios, triunfos, victorias, ¡ Dia de gloria ! que en recuerdo grato Cantó la Fama de polo á polo ; Ifaces respire el patriota pecho!.... En blanco mármol, en bronco escrito, Sigue propicio deleitando el aliua Se vé tu nombre. Que te venera. Absorta Europa miró tus glorias; De las victorias precursor fuiste, Al sudo Indiano absorta dijo : De los tiranos terror y espanto, Gozad por siempre el don precioso Porque su orgullo siempre humillaste Que habéis ganado. Constante y fuerte. El trono mismo que fué TIRANO Al acercarte do horror trancidas, En sólio JU STO hoy convertido Sus fieras huestes se desmayaron, Tus altos triunfos ya RECONOCE Y los alfanges trémulo el brazo Con faz risueña. Ya no movían. Mira, en Oriente, cuan son felices Y si arrojados por brio ó saña Sus bravos hijos por tu prestigio; En las batallas triunfar quisieron, Pues á tu nombre todos se inflaman Yertas falanges ó dispersiones En fuego patrio. Tú presenciaste. Mira al anciano que ha envejecido Tú viste ufano trepar los Andes En los combates contra el tirano, Al génio osado del héroe invicto, Aunque se mira sin " subs'stcncia, ” Que en cien combates venció al Ibero Pobre se goza. A tu luz pura. 3 4 2 EL PARNASO ORIENTAL. EL PARNASO ORIENTAL.

Mira los jóvenes, como fogosos A tus trofeos himnos entonan, I’orquc A tu intlujo saben que fueron ODA. Libres sus padres. ccrrtrec loa trabajos parlamentarios de la 2* Lcgishlura Oye a los niños, que en el regazo Constitucional. Son adormidos, en su dialecto (Por D. Ittdoru de María.) Ya pronunciando al Veinte y cinco Vivas gracias. ## El Etiope que esclavo llora Hoy con los libres su voz levanta, Cumpliéronse tus votos. Patria mia...! Víctores dice al dia grande Férreo y nefando el siglo ya pasara : Con lábio alegre. Y la prójenie cruel quo te oprimía, Los hombres libres de otras regiones ;Cuaii en el dia temblara También te rinden sus homenages; En que los hijos tuyos Por holocaustos hoy te presentan No ya como los suyos Eu grillos existiérau ; Gratos sus pechos. Pues la muerte á sus grillos prefirieran. ¡ Oh si mi lira fuera templada Por el Dios mismo que el Pindó mora ! De Libertad! el grito sacrosanto ¡ Cómo cantara tus faustos timbres Con ardor entusiasta se antonára ; Con voz excelsa !!.... Y fué tal el terror, tal el espanto Que al tirano causara, Mas ya que & tanto llegar no puede Quo tembló el trono Ibéi ¡o ; Mi débil pecho, recibe ¡ oh d ia ! Y ante el nuevo hemisferio Los sentimientos del amor patrio De la América amèna Que tú me inspiras. Bamboleó su cetro y su diadema.

En valde opuso falanges numerosas Al furor pàtrio del hijo del Oriente, §üt& Quo supo veces mil alzar gloriosas Coa ninno prepotente, EL PARNASO ORIENTAL. e l p a r n a s o o r ie n t a l . M

Tus banderas doradas ; Y auxiliado de Thómis y de Astréa Y que viera humilladas Leyes sábias dictó; y un juramento, Las protervas legiones (Que violado no séa Que remachar quisiéran tus prisiones. De tu prole tan cara) Tu suerte asegurára Cada Oriental, un nuevo Aquiles fuera En la sagrada Carla : En la sangrienta lid; á dó su espada Obra digna de Atenas y de Esparta. Sobre opresores solo la esgrimiera. Por conquistar la ansiada Por lustro y medio tú, bajo su egida Libertad ya perdida, Vcnturosa has vivido y admirada; Por darte ¡ olí Patria! vida Siendo tu ley por siempre sostenida, Y placida existencia, Tu fama conservada; Y leyes, paz, unión ó independencia. Y ofreciendo á tu suelo Sus dones con anhelo, Empéro el dia pasó en que de Marte Céres, Pluto y Minerva, Rodando la carroza, era teñida Tu lustre inmarcesible se conserva. En la sangre humanal; y cuando el arto De lidiar en reñida Progresa tu comercio. Y á mil regiones Pelea, cual soldado En brazos de Neptuno, so transportan En la guerra versado, Tus mas ricas y bellas producciones ; * El patriota ejercía; Donde el precio que importan Por darte lustre, honor y nonibradía. Nuevo impulso lo diera; Y que activado fuera Al Imperial, al Luso, y al Hispano, Cuando vea mejorando Destruyó de tus hijos la tizona ; La gran Dársena á tu puerto blando. Y transmitiendo por el largo Occcano De una Zona á otra Zona, Mientras el alma Patria se engrandcco La Fania vocinglera De estos anuncios á la vista grata ; Tu gloria duradera Genio del canto ! mi musa hoy apetece Ornarán los anales Y con ahinco trata. De tu historia, sus proezas inmortales. De tributar loores

Entonces el saber tomó su asiento Pensamiento del Sr. A'Uft. EL PARNASO ORIENTAL. Iti EL PARNASO ORIENTAL.

A los Legisladores Gratos los Pueblos en alegres vivas Que el asiento dejaran, Os saluden diciendo : Donde los Pueblos un dia les colocáran. ” Pues con nobles afanes * Habéis sido guardianes A su celo y prudencia, " de nuestras libertades, Y á sus luces debemos altos bienes ; 11 Vuestra memoria veneren las edades ! Debemos leyes, Patria y existencia. Ciña Jóve á sus sienes Ex-Tribunos, salud ! — Si en este dia De dorada corona; El plectro do marfil pulsar pudiera, Los hijos de Helicona Y dar al canto aquella melodía En cantos deleitables Que el Mantuano le diera, Dó (juicr entonen sus nombres venerables. Mas dulce os saludára ; Mientras eternizára La Nación debe á vuestro digno tino, El buril mas pulido Ver de Supremo Gefe del Estado El renombre de ilustres merecido. A un Patriota eminente, y su destino En sus manos confiado. Que conservará dichoso, Si ante la ley celoso Humilla su cerviz y fuerte pecho, Cual su ilustre antecesor lo hu hecho. Desde el recinto de legislar, sagrado» Al dulce seno de la privada vida Ya vais á descender; ya os ha llegado La clausura debida, Que la toga dejando Y al trabajo tornando, Cual otro Cincinato Honor de Roma, sed su fiel retrato.

I* in a vuestras tarcas legislativas, De Junio en 15 el Cónico poniendo, EL TARNASO ORIENTAL. 4 9 1 0 EL PARNASO ORIENTAL. EL DIES IRJE. Versos repartidos en un» f.meion teatral, exhibid» í fines_ del «no a i oor varios individuos quo en Noviembre del mismo mío vinieron TRADUCIDO EN VERSO de Buenos Aire?, con ol objeto de organizar uno Compañía Dra­ mática. Los Líricos poseián el Teatro, y como los Dramáticos juzgaron por tal rozon no poder trabajar, pensiron irse, y al Por D. Francisca A. de Figueroa. e f e c t o circularon como parn despedirse los versos que siguen. Su autor — Hilarión M. Moreno. C on los textO B sagrados en que hs fundado sus ampliaciones el traduct««’. m

AL HEROICO PUEBLO ORIENTAL El limo. Sr. Obispo de Baí\ js Ayres, Dr. D. Ma­ riano Medrana y Cabrera, por Rescripta de 2 de Abril de LOS ACTORES DRAMATICOS. 1835, ha concedido 40 días de indulgencia por la lectura de cada una de estas décimas del Dies Ira.

«as

i Salve, Pueblo de Oriente, denodado ! ! Dies iriB, dies illa Paladium de la gloria y del civismo, Solvet tceclum in favilla Al Pegáso voló tu nombre loado, Las Naciones admiran tu heroísmo: En el día del furor, Admite el homenage, que acendrado En aquel día temido ; Os brinda el corazony el patriotismo, Será el orbe convertido De los quo porTalía hoy inspirados En pavesas, y en horror; Sus preces rinden ante vos postrados. Chocaránse con pavor Los astros en fiera lid,----- * Clamando el Angel.... ” Salid Sombras del sepulcro helado! ! Al cerrar nuestra taréa Así lo han vaticinado Gratas gracias os rendimos La Sibila con David. Y si complacer pudimos, Nuestro único premio sea Teste Dávid ctim Sybilla. INDULGENCIA : os la pedimos. * Isaías, cap. 13, vers. 13.

TOM 3 ? EL PARNASO ORIENTAL. *L PARNASO ORIENTAL.

Quantus tremor oat futurua, Mors stupebit et natura Quando Judcx cat venturua : Cum resurgel creatura c Oh, cuanto será el temblor Cuando el Juez venga iracundo, Atónita la natura, Y sangrionto alumbre al mundo Absorta la misma muerte, El sol con triste esplendor!... * yeran de su polvo inerte Envano allí el pecador Abarse la cnatura ; Querrá esconderse en su fosa, Que al mirarse tan impura O entre la turba luctuosa Azorada temblará, A un Dios tremendo evitar, Y aunque á su lengua pondrá Que todo ha de examinar El pavor nudos amargos, * Cor. rectitud rigurosa. No hay remedio...! de sus cargos Allí al Juez responderá ! ! Cuneta itrietc discuisvrus. Judicanti reirpnnsura. San Matheo, cap. 24, vera. 29. iáophoniaa, cap. 1* vere. 14. Joél, cap. 2, vera. 31

Liber acriptua proferetur Tuba mirum epargena eonum In quo totuiu contiuctur- Per aepulcra regionum. La trompeta sonará E l Libro estará patente Con tremendo eco en la tierra Donde todo se halla escrito, Y en los sepulcros que encierra Desde el mas grande delito Espanto difundirá; H asta el mas leve incidente ; En sus cóncavos se oirá Allí verá el delincuente El pavoroso estridor Su página registrar, De despojos que entre horror. Y ante el mundo publicar Ruedan, chocan, y animados * Su infamia, su horror, su exceso, Son por el éco impulsados Porque el libro es el proceso... * Ante el Trono del Señor. Dó al mundo se ha ele juzgar. Undc mundu.3 judicelur. Coget omnes ante Thramm. s. Pablo á loa Corinth. Ep. 1-, cap. 15, »era. 52. Apocalip. cap. 20 vers. 11. EL PARNASO ORIENTAL. EL PARNASO ORIENTAL. 5 3

Judcx ergo cum irdebit R e s tremendíe mojestotiB Quidquid ialer, aparebit- Q,ui salvando*, salvas gratis. Quando el Juez lome su asiento, Rey de majestad tremenda, Todo cuanto yace oculto Que á aquellos que luis elegido Suldrá á luz... y no habrá indulto Saleas por piedad.... yo pido Ni valdrá arrepentimiento !! Que esa gracia á mí se estienda; Serán suspiros ni viento, Doite el corazon en prenda. Serán lágrimas al m ar! El está impuro...., es verdad, Presentes allí han de estar Mas lávele tu bondad Crimen, víctima, y testigo, H asta no dejar señales...., * Y aparejado el castigo... * Y sálvame en tus raudales Nada impune ha de quedar ! ! Fuente de inmeusa piedad.

Nil inullum remanebit. Sálvame, font pietatU.

* Salmo 50, vera. 18.—Idem ídem, vera. 3. * S. Math. cap. 25, »era. 44.

Recordáre, Jeau pie. Quid aum, miaer! lunc diclurus 1 Quod aum causa tu« vite. Quem patroDum rogaturua ? Mísero entonces de m í! Recuerda, 6 Jesús piadoso, ¿ Qué podré allí responder ? Oue por mí al mundo has bajado, ¿ A qué protector volver ? Y no destruyas airado Si no hay protector allí! ! La obra que alzaste amoroso; Al ver del Dios que ofendí Deja que en llanto copioso El semblante airado y duro, Apague al rayo inmortal, Al verme manchado impuro, * Vé en tu pecho paternal Al resonar las cadenas, Cuantas finezas me acuerdas...., * i Que he do esperar...? cuando apenas Vé tu sangre.... y no me pierdas E l justo estará seguro !! En aquel dia fatal. Ne me perdas illa die. Cum vixjm lus sil tecurus, * Job. cap. 23, vera. 15, * S. Pablo á I ob Hobr., E pist. 9, ver», 14.

t EL PARNASO ORIENTAL. 10 ORIENTAL. SÓ

Quasrename, ecdwli ha«u*f [ngemisco tanquam retís, Kedcrauü cruceoi pa«ua. Culpa rubet vullus metu- En mi busca fatigado Gimo cual reo, el delito Te sentaste, 6 luí de loz, Cubre mi faz de rubor, Y al til) sufriendo en la cruz Y caigo cual yerta flor Me relimaste enclavado ; De su vástagu marchito ; Y aun no estaré rescatado Cantar tus himnos medito Con procio tan suporior ? .... * Y endechas el alma llora, j Go/.aráste vengador Una sombra aterradora Dospues de ostentarte pío ? Se interpone entre los dos;.... * ¡ Ah, no íj jtierda, Dios iilio, Caiga á tus plantas / oh Dios ! Tanta pena, tanto amor ! Y perdona al que te implora. Tantus labor non sit c u jí til. Suplicanti parce, Deut. Apocal. cap. 5, vets. 9. Geremiaa, Lnment. cap. 8, Samech. vers. 24.—"Tují»«/« nube S, Pob., Epist. 1. ■* á loe Corinlh. cap. 6, vera. £ 0 . .. . delante de tí para que no pasase oracion.” »Porque comprados fuisteis por grande precio."

P reces mr® non eunt dignu?, Juste Jurifx tlltionis, Sed tu bonus fue benigné. Dontmi tac reimsionis. Dignas mis preces no son ; Justo Juez de las venganzas, . Mas tu, centro de bondad, Dame por gracia el perdón, Harás con benignidad Y haz que sufra en expiación Meritoria mi oblacion ; Desprecios, odios, mudanzas; Cual paloma del halcón Circundado de acechanzas Perseguida, á ti me entrego.... * Sienta horror, pona, y dolencia Triste, herido, ansioso llego, Depurando en la paciencia * Tú ahuyenta á Luzbel do mí, Mis postrimeros instantes; Y pues para él no nací.... ## Porque así me absuelvas antes JVo arda yo en su eterno fuego. Del dia de la sentencia. Ne perenni creemer igne. i .... . A n tt diem rationis. lama?, cap. 30, vttrj. 18. Salmo 142 ver». 3. Eclesiástico, cop. 2 vera. 5. San Pablo á los Rom. cap. 14 vera. 8. EL PARNASO ORIENTAL. EL PARNASO ORIENTAL. 5 7

Q>ii M tñ s m atwolvii.li Confutatis moledictia El Hlronum enudisli. Flammia acribas addictis. Tú a Magdalena absolviste Después que sean confundidos Y escuchaste al buen ladrón, Los réprobos que desamas, Tú á la fé del Centurión Y que á las voraces llamas Con un prodigio acudiste;.... Se entreguen dando alaridos, Si Israél lloró, y le oiste Ni se oigan roncos gemidos Renovándole tu alianza,.... ** Del hondo abismo exhalados, * Yo espero que tu venganza Cuando en los coros sagrados Con lágrimas templaré,.... *** Resuenen himnos de amor. Pues como me diste íe Llámame entonces, Señor, ** También me diste esperanza. Con tus bienaventurados. Mihiquoque spem dedisti. Voca me cum bcncdictis, San Math. cnp. 8 vers. 13. Exodo cap. 2, vers. 24. * Lib. de la Sabid. cap. 5 vers. 3. Ilech. de !oa Ap. cap. 3 vers. 19. ** San M atheo, cap- 25 vers. 34*

Oro supplex et acclinis Ínter oves locura precita Cor contritum quasi cinis. El ab hcedis mo aequestra. Dame un buen pastor, Oro humilde y prosternado Entre tu rebaño amado, i Con el corazon contrito Y de los que has reprobado Hasta elpolvo, y mi delito »Apártame por tu amor; Aun no me ha desesperado, No en el mar de tu furor Porque en esa Cruz clavado Dejes tu ira satisfecha.... * Me abres los brazos amante; * Cuando en tempestad deshecha Deja, deja que anhelante Mi débil barca se agite, Bañe con llanto tus pies, Y haz que mi naufragio evite Y si allí espirar me ves, á Cuida de mi último instante. Poniendome tu derecha. ** Gere curan meijinis. Q c _ StatueM in parte dexlrá. Salm. 6. vers. I. ° * Salm. 144 vers. 8. San Matheo cap. 25 vers. 33. TOM 3 IL PARNASO ORIENTAL- EL PARNASO ORIENTAL.

Lacrirooaa dies ¡11« Q uá resurge! ex F.»villit Judicandus homo reus ! A XA ^A XA ffilE A£> » W AíOAo Día de llanto angustiado En que cual reo el mortal De su polvo sepulcral ate Se levante á serjuzgado ; ELEGIA. Relámpago inesperado Te aparecerás, Señor,.... * Por D. Francisca A. de Figveraa. Lanzando devorador EÍíá?awo Piedra, torbellino y llama.... ** Mas al que rendido te ama ¿ Cómo es que solitaria está sentada Perdónalo, <5 Dios de amor. La opulenta Ciudad, de pueblo henchida? Huic ergo paree Dexis. Cual viuda abandonada, San Mathco, cap. 24 vera. 2?. Y en dolor sumergida, Ieaias, cap. 30 vera. 30. De cien provincias la ínclita Señora Sin regia pompa, y enlutada llora !! * Pie Jesu, Domine, O Jesús Señor piadoso, Ya se fué la hermosura Si ante tu esplendor brillante De la excelsa Israel: sus anchas puertas Con sus alas el semblante Derrumbadas, desiertas Cubre el ángel temeroso, Publican su desastre, y su amargura, ¿ Cómo los hombres glorioso Y en fúnebres querellas Aquí te gozan, te vén ? .... * Gimen sus Sacerdotes y Doncellas. Será porque tú también No has sido ángel y fuiste hombre ; A la hija de Sión, ó Dios tremendo, Por amor pues de este nombre Cubrió de obscuridad tu mano airada, Dales el descanso : Amen. Porque, á tí desoyeudo, Corrió desenfrenada, Dona til réquiem : Amen. Sulra. 143 vera. 3. Y al tocar de sus crímenes la cumbre Probó aflicción, y dura servidumbre.

* El fondo do esta estrofa, y las tres siguientes, es sacado de !m lamentaciones de Jeremías. 60 EL PARNASO ORIENTAL* P.L PARNASO ORIENTAL-

Sus muros dominantes Aquí una madre en bárbara amargura La Virgen deJudá mira enlutados, Exhala su dolor, y delirante Ni cánticos sagrados Con ardor y ternura Resuenan en su Templo.... Oh caminantes Besa al hijo espirante, Decid, yo os desafio, Que así transmite á su materno seno Si hay un dolor, que iguale al dolor m ío.. Con el último aliento su veneno. Así en Jerusalcn desamparada Allá gime afligido Sus ruinas el Profeta contemplando En torno á un atabúd el triste esposo; Con voz acongojada Aquí mas clamoroso Se lamentaba, cuando El tierno infante con acento herido El Dios de las venganzas por castigo Llora, porquoha quedado La abandonó al furor de su enemigo. En mísera horfandad desamparado.

Y tú, ó Patria aflijida Con fatal estridor cruzar se miran Del contagio cruel: ¿ á quienlamentas ? Los carros de la muerto pavorosos, Cómo librar intentas Que ya cansados tiran Los hijos de tu amor, cuando'estendida Los brutos vagarosos ; Miran la espada fuerte Anunciando su fúnebre trofeo Y en la respiración beben la muerto ? Los obscuros penachos del arreo. ¿Cómo a! Juez vengador en desagravio Nadie en el ansia fiera No levantas, ó mísera, tus preces ? Osff espirar el aire inficionado ; Alas ay, sellas el labio, Mas oh inútil cuidado, Atónita enmudeces : Si de improviso asaltan por doquiera \ el remedio á tu inmenso desconsuelo Al débil, como al fuerte Lo buscas en la tierra y no en el Cielo ! ! Los feos parasismos de la muerte. ¿ No oyes cuan doloroso En la desolación, é inmenso duelo, Dó quier suena el clamor ?.... Allí una viuda Ya el triste llanto, y queja lastimosa En su aflicción aguda Desoye airado el Cielo ; So abraza del cadáver del esposo Y la muerte horrorosa Le estrecha, y aflijida Para tragar mas víctimas, hambrienta Quisiera con su aliento darle vida. 1 Su vientre ensancha y su furor aumenta. PX PARNASO ORIENTAL. 63 62 EL PARNASO ORIENTAL. Y á su voz repentina Ya en las auras tremendo Todos huyen gritando.....EscARLATi!tA !! Vibra su espada ol ángel del espanto ; El abismo entre tanto La prole do Esculapio disidente Lanza un clamor do gozo, recibiendo Se vé en contradicción y choque duro, Las numerosas almas, Y el mísero paciento Y la profundidad bato sus palmas. ¿ Cómo estará seguro Si los hijos del arte en competencia De una joven en féretro enlutado Divagan en las sombras do su ciencia ? Miro el cadáver lívido y adusto ; Cual la han abandonado !! En tal aflicta suerte Con horror y con susto Cercada de la parca y sus despojos, Nadie se acerca en torno do la quo antes Vuelve, ó Patria, los ojos Era tan bella, y tuvo mil am antes!! A aquel que es solo sábio, solo fuerte, Y es acertado medio ¿ Dó está la faz serena Que el que te ha dado el mal, te dé el remedio. La graciosa sonrisa, el rojo lábio ? ¿ Quien, con bárbaro agravio, Vuelve ya presurosa ; en su amargura Mudó en cárdeno lirio la azucena ? Vé cual sustenta al triste Isráélita ¿ Dó está el dorado locho ? Que humilde le procura, Los que ayor la servían, ,¡ que so han hcclto ? Pero también medita Que le dijo con éco tempestuoso : Así, do mil terrores aflijidos, ” Soy el Señor tu Dios fuerle'y'celoto. ” * Todos en larga noche se estremecen, Y apenas se adormecen, Porque en su fé confia Cuando ya en los oídos Vence David al bárbaro Gigante ; .... Suena, al primer albor de la mañana, El concedo triunfante El eco funeral do la campana. A Jehú las victorias; mas la impia Jezabél obcecada Quien despierta, y su pecho Fué por hambrientos perros devorada. Viendo de rojas manchas salpicado, Al punto horrorizado Con diez plagas que anuncian sus furores Intima á Faraón, que endurecido E s c a r l a t in a ! esclama desdo el lecho ; Imitación del Profuia H J m c u c ; onicioo, veno 10__El abismo E xodo, cap. 20, ver.J, 5. su voz ; la profundidad alzó eua manos. 04 EL PARNASO ORIENTAL.

Se obstina en sus errores, COMEDIA EN UN ACTO Y cuando al escogido Puoblo vá á devorar con torpe enojo TITULADA : — Le sepulta en las ondas del Mar Rojo. Allí el tirano mismo LA TONTINA * Sus carros, sus caballos y guerreros 6 En remolinos fieros Bajaron como el plomo al hondo abismo, Que henchido de repente EL ESPIRITU DE CUERPO. Estendió rebramando su corriente.

Así tú solo, ó Dios, grando y piadoso ESCRITA EN FRANCES EN PROS4 A mi Patria infeliz snlvar pudieras Porque oyes bondadoso POR ALAIN RENE LE-SAGE ; Las preces lastimeras, Mas, ay del pueblo ingrato á quien desamas, Y PCE5TA LIBREMENTE EN VERSO CASTELLANO Si en el furor tu indignación derramas! ! P or D. MANUEL ARAUCHO.

Oye pues el lamento, (HIJO DE MONTEVIDEO.) Y el hondo cáliz de tu grande ira Retira, ó Dios, retira Purificando el aura con tu aliento, Porque en tu Templo Santo Resuene de alegría el dulce canto. * Fondo vitalicio, en el que á proporcinn que mueren lot capita­ listas se aumenta el situado de los que sobreviven

m TOM 3 9 EL PARNASO ORIENTAL

¿O TO ©Sil!®©*

ESCENA PRIMERA.

Trusgalant, Bolüs. PERSONAGES. Bol.—Vos sois muy hábil sugeto Mi querido Trusgalant; Y desde treinta y cinco año* TRUSGALANT, Doctor Médico. Sr. Fernando Quijano Que ejerso mi facultad* BOLUS, Boticario...... Sr. Manuel Martínez ERASTO, amante de ...... Juro á fé de Boticario Sr. Máximo Ximenez MARIANA, hija de Triiígalant.** Sra. Matilde Diez (Que es juramento formal) CRISHIN, criado de Ern.to. Sr. Juan Villarino AMBROSIO, pupilo de Triifp. Nunca haber visto Doctor Sr. Bernardino Hernández FllOSINA, criada de Mariana. Sra. Petronila S errano. Que razono tan cabal Soldados.— En solidéz como vos. Trusg.—Aunque poseo, en verdad, Con perfección mis autores; Aunque el arte de curar La Eterna « p aru n c¡¡Ja ^ Tru,galant Lo sé á fondo y que ninguno Me ha superado jamás En penetrar los arcanos De la ciencia natural, Me fastidian los elogios. Dejadlos. Os quiero hablar De un negocio de importancia. Dispense vuestra amistad El que ante todo me informe Si me han venido á llamár M ientras falté de mi c a s a .. . . F rosina___ Frosina * Está

* Llamando recio EL PARNASO ORIENTAL. EL PARNASO ORIENTAL. 69

Sin iluda muy descansada. Del modo mas espantoso Frosina! A Bolús y á Trusgalant. ¡ Qué lengua tan vipérina ! ESCENA SEGUNDA. Cunudo yó quise tomar Vuestra defensa, me puso Do oro y azúl. Es verdad Dichos, Frosina. Quo yó estoy acostumbrada Y lo escuché con frialdad. l?ro¡,—¡ Como gritáis Con que así.... Jesús! ¿Señor quo qnereis? Trusg.— ¿ De qué pretendo. Trusg.—-Me ha mandado procurar Quejarse eso Don Pascual? La Señora Baronesa Yó he sangrado a Bonnegrif Del tronco del Ananás? Veinto y dos veces ó mas; Fros.—No Señor. Lo lio refrescado... .lo he helado.... Trusg.—Mucho me alegro, So debia do curar Porque es muy cierta señal Según todos los autores De que el último remedio Modernos de nuestra edad. La habrá mejorado ya. Fros.—Y morirse según todos ¿Y el pobre de Bonnegrif Los antiguos en matar! Mandó? Trusg.— ¡ Veto de aquí impertinente ! Fros.—Acaban de estar.. . . Trusa;.—Para decirme, sin duda, ¿Habrá lengua mas procáz? Quo la tisana especial ¿Tú te atreves miserable Refrigerante que le hico Fámula á vilipendiar Tomar ayer, ya lo habrá Los grandes médicos'1 Deja Curado radicalmente Ese cuidado esencial De su tisis pulmonar. A todos los cirujanos Fros.—Si Señor-----Ya está enterrado Que mejor que tú lo harán. El pobre llegó á espirar ESCENA TERCERA. Esta noche. Su escribiente Como una furia infernal Trusgalant, Belús. Vino á daros esta nueva Y á maldecir ademas Bol.—Aquí para entre los dos, EL PARNASO ORIENTAL. 70 Et. parnaso o r ie n t a l . Bol. —Sabéis sabiamente obrar; Mi querido Trusgalant, hacéis bien. No formo buena opinion Trusg.— Dejemos eso De esa tisana especial Vamos al negocio yá Que para los pulmonarios De que pensaba instruiros. Me mandáis elaborar. Buen Bolús, vos no ignoráis Trusg.— Decís bien. La tal tisana De que siempro os he tratado Me lia muerto ya sin piedad Con la mayor amistad. Una docena de enfermos Bol.—Me hacéis en eso justicia. De esa clase, sin entrar En la cruel enfermedad El infeliz Bonnegrif De que murió vuestro padre En la cuenta. Le hice el bien de administrar Bol.—Y ademas Todos los medicamentos De vuestra difunta esposa Hasta aquel punto fatal Aquién os la hizo enterrar En que su alma venturosa el año pasado. Descansó en la eternidad. Trusg.—Es cierto. Trusg.—Yó os estoy agradecido, Bol—Eso nos merece ya Y jamás perderé la Alguna atención. Ocasión de complaceros. Trusg.— ¡ Locura! Receto en gran cantidad Aquí en la gran Capital Los remedios. Sigue el buen Médico siempre Bol.—Eso sí. Su marcha. So arredrará Trusg.—Tengo cuidado en purgar Porque la prueba destruya Vuestra Botica de todo Un principio medical Lo que es de inutilidad; Como los que yó profeso Y cuando es indispensable Desde la ilustrada edad El tenér que recetár En que empuñé el escarpelo, Drogas caras ¡oh! entonces Y en que aprendí á recetar? Diez escrúpulos de más Bol.—Esa es otra cosa. O doce aumento. T rus”.— ¡Bueno! Bol.—Y yó bajo ;Y qué pensabais ? Jamáa Diez ó doce, o trece ó mas; Variaré resolución. - j r —-—•——— m a m . EL PARNASO ORIENTAD EL PARNASO ORIENTAL.

Con eso salvo la vida De todo lo que es cnpáz Del enfermo al conservar Mi afecto de adelantaros, Vuestra fama al mismo tiempo. No podréis adivinar Trusg.—Pero como estamos yá Lo que yo acabo do hacer, Convenidos, yó prescribo Hoy coloqué un capital Remedios de voluntad De diéz mil francos— Diciendo que no los hay Bol.—¿En donde? Sino en vuestra casa. Amas, ¿En la Tontina? Yó pondero la eficacia Trusg.—En verdad. La limpieza, la bondad No en mi nombre, por supuesto, De vuestras composiciones Sino en el de 1111 militar Farmacéuticas. Retirado, que no pasa Bol.—Bien vá, De una regular edad.... Porque también por mi parto Sesenta años, y parece No desperdicio jamás Quo tiene treinta á lo mas ; La ocasion de acreditaros Mi dependiente .le campo....; Como testigo ocular I Qué complecsion de zagal ! Que soy de mil curaciones Vigorosa, fuerte, sana, Que hacéis en la Capital Fortificada ademas En todos, principalmente Por diferentes campañas Los de tisis pulmonar; Que hizo sirviendo á Murat Y también desacredito En Italia y Alemania. Cuanto puedo á los demás, Sin eceptuar á ninguno, Bol.— Está bien. Trusg.—¿Pues ha do estar? Ni al mismo Monsieur Le Ruá. 110 Ante todo, so ha otorgado Trusg.—En fin los dos nos rendimos Por el escribano Armand Con tan mutua afinidad Escritura do convenio Todos aquellos servicios Entre los dos. por la cual Que un Médico el mas zagáz El cede á mí y á los mios Con un Boticario in sólidum Cuanto le hu de redituar Se acostumbran prodigár; La Tontina; y por mi parto Que para que no dudéis Me obligo á recompensar e l r » uní so o r i e n t a l . e i . v a h s a s o o r i e n t a l . 7 t

Esto, con darle mi caso, Ver del modo que aprobáis 'Mantenimiento, y d e m a s Mi proyecto de fortuna, Toda su vida, aunque viva Porque os ha de interesar. Mas que nuestro padre Adán. Tengo resuelto casaros Bol.— No está mal pensado oso. Con mi hija única. Trusg.—Un mozo de aquella edad Bol.—¿Es verdad ? Y de su naturaleza, ¡ Tanto honor ! ¡ tan gran fortuna Conmigo será inmortal. Trusg,—Cumplimientos son demás. Bol— ¿Quien lo duda? Por dote la he destinado I'niSf;-—Supongamos Justamente la mitad Que este hombre no vive mas Del rédito pingúe, inmenso Que (pensemos lo mas malo Que no se os podrá escapár. Siempre) cien años de edad Voy á mostraros el joven Por ejemplo. De que hablo ; á admiraros vá ; Bol.—Si; (pensemos Es la masa mas compacta. Lo mas malo) cien no mas. Truss.—¿No es cierto que en quince ó veinte ESCENA CUARTA. Años, será el principal, El primero de su clase? Bolús, solo. Bol.—Lo creo sin vacilar. Trusg.—Cinco años después, no queda !Qué genio tan doctoral f En la Tontinu otro mas Hay personas que lo creen Que él, y por consecuencia Algo loco, pero van Entonces entro ú gozar Con lo que acaba de hacer Por veinte años, cuando menos, A advertir.. . . Todo el rédito. ¿ Qué tal ? Bol.—Es brillante pensamiento ESCENA QUINTA. De colocar un caudal; Ni empleado en hipotecas Tmsgalanl, Bolíis, Ambrosio. De reforma militar Es mejor. Trusg.—Considerad Trusg.—Mucho me alegro Este mozo : es el que os dije. EL PARNASO ORIENTAL 76 Kl PARNASO OMEKT.M.

¿Vos habéis visto jnmhs Trusg.— * Diinc, anocho al descansar Un cuerpo mas bien formado? T ardaste mucho en dormirte? 7?o/._Nnda es mas proporcional. Amb.—En cuanto me acosté, zás, Trusg.—,;Qué mo decís de sus ojos? Ya me dormí. Bol.—Ni en vívoras de corúl Trusg.—Tiene un sueño Los lie visto mas brillantes. Con tanta facilidad___ Trvsg.—¡Sus enrnes! T ocad-----to c a d .. A m A.— Y hasta las once del dia Vio/.—Admirablemente bellas. No me pudo despertar. Trusg.— * Abre la boca-----algo mas. Trug.— Muy profundo! El apetito ‘j *» Mirad que dientes tan sanos! Sicmpro lo conserva igual. tan limpios! Aunque tengo gran cuidado Bol.—V tan cabal De sometérselo á las La dentadura. Reglas mas sobrias. Por eso.... Trust:.—Tu voz Amb.—Por eso no ha do faltar, Haznos oir. Porque usted me hace vivir Amb.—Bran! bran! bran:!! Escasamento. ...a h .... ah™, ah.... Bol.—¡Es un trueno! Santa Bárbara Trusg.—¡ Cómo ! ¿ bostezas ? Amigo qué fuerza! Ese es un signo fatál : Trug.—Ahora tomad Denota la plenitud El pulso.. . . siempre lo tiene De nérvios, al estirár T an firme, y aun tan igual. Los músculos, estonsion Bol.—Según todas Ins señales Del diafragma, y contumáz Vivirá una eternidad. Impedimento de todo Tmsg.—Mirad que pecho! El espíritu animal. Bol.—¡Qué anchura! Es preciso corregir Doctor, ya no hay que dudar, Los síntomas, con la mas Habéis hecho un buen negocio. Copiosísima sangrín. Trusg.—Nos vamos á macerar Amb.— 4* ¿Aun mo va usted á sangrar? Entre el dinero, Bolús. ¡Misericordia! Por Dios Bol.—Es un Banco nacional Doctor, tenga usted piedad. Lo que nosotros tenemos. Trusg.—Antes una lavatiba

A Ambrosio. ** A Bolú«. * A Am broeio. ** Llorando. 7 8 EL PARNASO ORIENTAI- EL PARNASO ORIENTAL.

Compuesta recibirás Acabado la sangría, De lacsantes y emoliente?. Y ya mi cariíío liará Que sin duda impedirá T e desayunes muy bien. El quo los sucos groseros Amb.—Por fin algo es algo mas. Comienzen á circular Trusg.—Yo quiero darte una vianda En vez tic la sangre. Usted Apetitosa, especial. Bolús, con celeridad Al caso. ¿Qué comerías Tráigase el clister. Tú con gusto? La verdad. Bol.—Al punto, Amb.—Un guiso de las patitas Estoy de vuelta. De cordero. T ru s ? .—Lo mas Trusg.— ¡Voto á tal ! Pronto vuelva usted ; lo espero, ¡Hombre, estás endemoniado ! Que esta gravo enfermedad ¿Qué genio de Satanás Es muy serosa, y requiero Te arrastra á que incauto pidas Diligcnto actividad. Tan detestable manjár? ¡Una carne tan viscosa, ESCENA SEXTA. Tan indigesta además Para el estóm ago! Trusgalant, Ambrosio. Amb.— Entonces Cómo la convertirán En pastas los Boticarios? Amb.—¿No os cansais de atormentarme Seííor Doctor? No hace mas Trusg.— Aunque ellos la hacen pasar Que tres dias naturales (Aquí para entre los dos) Quo con vos estoy, y ya Por vianda medicinal, Me habéis sangrado tres veces. No nutre, y es indigesta. Trusg.—La sangre esta muy demás Amb.—Pues entonces, ordenad Para conservar la vida. Que pongan al horno un pavo. Yo sé lo quo hago. ¡Pensar Trusg.—A bsit! Eso es mucho mas Que tomo poco interés Difícil de digerir. En que vivas! ¡Garrafal Amb.—Tal vez me aprovecharán Desatino! Me interesa Unas salchichas, un poco Mas que á tí mismo. Aun no habrán De jamón. 80 EL PARNASO ORIENTAL. EL PARNASO ORIENTAL 81

Tmsg-—¡Qué necedad! ¿La causa no me dirás Alimentos tan salados.... De tu aflicción? Jmb.—Salados, dulces, sin sal, Amb.— Todavia Indigestos, digestivos----- El Doctor me va á sangrar ¡Por vida de San Froilan! Y echarme una lavativa. ¿Qué diablos me manda usted Fros.—¿Y cual es tu enfermedad? Para que pueda almorzar? Amb.—Es la estension del diafragma, Tnts Impertinente privar A un hombre de la segunda Los mismos, Trusgalanl. ** Do mi género. Amb.—Es verdad. Trusg.—Ola, Ambrosio, con que estás Frosina, cara Frosina, En amores? Me parece ¿De lástima eres capaz? Que no debes preparar Fros.—Sin duda. ¿Qué puedo yo Tu cuerpo de esa manera Hacer por tí? Para seguir el compás Amb.—Tu bondad, Después con la lavativa. (Ya que dispones de todo) Retírate á descansar De auxilio uo me dará De esa grave agitación; L’na botella de vino Bolús irá por allá. Antes de verme espirar? * Se arrodilla. ** Sorprendiendo á Ambrosio a loa pies de Frosiiu. 81 EL PARNASO ORIENTAL. F.L PARNASO ORIENTAL.

ESCENA 10. * Antes de salir deseo Con mi hija. Trusgakmt, Frosina. ESCENA 11.

¡Qué tal el militnrcíto Trusgalant. Para el amor! Fros.—Ignoráis Trusg.—Mucho mas Sin iluda lo quo pedia Adelantado partido De rodillas. Qui- iera proporcionar Trusg.—Aceitar A Mariana, quo Bolús. NTo es difícil conociendo Por ejemplo : un Senescal Al tunante militar. Arruinado; un Consejero ; Fros.—Por supuesto. El mo quería, Mas tendría que pagar Las deudas do uno, ó las cargas Con su lenguago falaz Del otro ; con que así mas Seducir, poro no es fácil Quo me pudiera engañar. Barato es el colocarla. Trusg.—Haces bien en resistir ESCENA 12. La humana fragilidad. Fros.—Antes primero lo hubiera Trusgalanl, Mariana, F rosina. Observado agonizar, Que darle lo que pedia. J}Jar.—¿Qué me manda usted, Papá? Trusg.—Sí. T e debes de guardar Trusg.— Voy á darte una noticia Mucho, porque yo pretendo \ Muy agradable en verdad. Viva con una moral.... He resuelto que te cases Fros.—Ya lo entiendo. Con un novio de mi edad 'Trusg.—Y bien, Frosina ; Que te he elegido. Es un hombre ¿No mo han venido á buscar Que te proporcionará Para ver aquel Sochantre Cuanto placer imagines.... De la fiebre catarral, Hombre de zagacidad, Que la preciosa tisana Y quo entiende de su oficio No ha querido?___ Pero hablar Como nadie. F.L PARNASO ORIENTAL. flf» VX PARXAlü ORIRXtAt. Mnr.— ¡Boliís! Mar.—¡Oh ciclo*! I Fios.— * Precioso zagal! Fros.—¡ Ay í 2 7 W —SÍ Señoras. Es Bolú», Trusg.— 1 icnc toda la prudencia.... Tendrá cincuenta ú lo mas, Mar.— ¡Habrá suevlo mas fatal! 3 Y entonces recien se empieza Trusa.— En el ginio es una malva, A valer. V tal materialidad.... Fros.— Un hombre tal _M„r—¡Infeliz de mí qué anuiicio! J No la conviene á la niña, Trusa.—Qué quiere significar, Y yo lo voy á probár. Hija mia, tu semillante ? Para juzgar del valor Aun no he dicho la mitad Do un esposo tan cabal. Del apunto; ni aun el yerno Es preciso que la esposa He nombrado; no he hecho mas Tonga alguna antigüedad lino hablar de él, y la noticia También de feclm; y el eénio Hecibes con tal pesar? Mas maduro, mas formal Fros.—No es el bien que usted nos dice Que el do la niña. Si ustod Causa de nuestra ansiedad, La diese un joven galán. Sino solo la desgracia Dentro de unos veinto años Insoportable, fatal... Ella podrá tolerar Trusa.—¿Qué desgracia? Su razonable marido. Fros.—Sí Señor, Trusg.— Buena máxima le das. Porque debemos juzgar Una bija virtuosa Que es un viejo, on atención No debe do examinar A la buena calidad El novio que la propone De su genio. Si usted liacc Su padre. El amor filial Un bosquejo mas cabal, De este modo se acredita. El do un mozo, por ejemplo, Lo has oido ? Al regresar Le escucharemos con mas De vuelta ácasa, que encuentre Gusto. En Mariana voluntad Trtug.—Pero ¿quien os dice De obedecerme. Sobre eso Que el novio es de mucha edad ? No volver á replicar. Sabed, por fin, que es Boliís. ♦ Aporte. EL P AIIIÍA SO ORIENTAI.. F.I. PARNASO ORIENTA!. 89

ESCENA 13. En lo futuro, aunque ac& Yo pienso muy diferente. Mariana, Frosina. Usted no vé eino la Desesperación, el llanto; Mar.—¿Has visto, Frosina, has visto Y yo la felicidad ¡Mayor infelicidad Y on lo posible el consuelo. Que la mia? ¿No me basta He sido mas perspicáz Resignarme a la fatal En leer el porvenir Pérdida de la esperanza Que Usted; y me agrada m as.... De mi Erasto, sino aun mas, Mar.—Te engañas, amiga mía. Que es preciso me resuelva Es tal mi desgracia ya, A ser de Bolús? Que no dejaré de ser De Bolús. Debo penár Fros.—Y la En silencio. Mi deber Píldora no puode ser Sin duda respetará Mas amarga, á la verdad. A mi padre. La virtud Mar.—Erasto, mi caro Erasto, Solo puede acrisolar ¡Cual se desesperará El sacrificio. Cuando sepa tal noticia ! Fros.— Lo sé. Fros.—Ay ! ya lo miro llorar Sé que resplandece mas Y aHijirse con usted, La virtud en la desgracia ; ¡Qué vivo dolor habrá Poro llega caso tal En sus bellísimos ojos! Que se deja sucumbir ; ¡Qué lágrimas correrán El tiempo nos lo dirá. De los vuestros! Justo cielo! Mar.—Silencio, que viene alguno. Cómo comienzo á temblar Por el viejo Boticario! ESCENA 14. Mar.—Frosina, ¿te burlarás Los mismos, Erasto, Crispin. Tan fuera de tiempo? Fros.—Y o Fros.—Señorita, está ya aquí No me burlo. Es calcular Vuestro Erasto. (Como usted lo hace también) 12 TOM 3 9 0 EL PARNASO ORIENTAL. El. PARNASO ORIENTAL.

Crisp.—Y til frosina Nos dejaremos llevar Aquí tienes ó Crispin, Señorita. El delinquir Fi ■os»—Llegan ustedes á tiempo Una vez es perdonable. Para inventar un ardid M ar.— Es un delirio, Crispin, Que nos libre sin tardanza De Frosina. Do un golpe de bisturí Fros.—Yo te ruego Que nos amenaza. El amo inventes para impedir Acaba de decidir Esta unión funesta, alguna El dar á su hija á Bolús. Cosa como tuya,. Crisp.—¿A quien? ¿Al viejo cerril? Crisp.— Así .... ¿A ese chato, que se pone No vá bien.... así.... tampoco. Anteojos en la nariz, ¡Me canso de discurrir. Para hacer los gatuperios Tú, Frosina, por tu parte En su Botica? Piensa también^ pues á tí Fros.— Es así. Nunca te faltan recursos Erast.—¿Es esto cierto, Mariana? Para embrollar. Fros.—¿Qué si es cierto la decís? Fros.— Convenir El casamiento ha de ser, Debemos en apurar Y muy pronto. Nuestro talento sutil. Erast.—¿Permitir Crisp.—Veamos que inventas? Al caso. Podéis, querida Mariana, ¿Que es lo que imaginas? Di. Que os lleguen á conducir Fros.—Ten un poco de paciencia. Al altar, sin haber hecho Crisp.—Quita allá. No has de decir Algún esfuerzo por mí ? Nada do provecho. Yo Mar.—¡Qué esfuerzo, querido Erasto, El tiempo no lo perdí. Esperas do una infeliz! Hallé el mejor espediente..... Crisp.—Señora : ¿quereis saber Fros.—^Veamos, pues. Lo que habéis de hacer? Oid. Crisp.— En mi sentir Seguidnos á nuestra casa; Es em brollará Bolús Hay caballos prontos, y.... Con el Doctor. Este ardid Llevaremos á las dos. Desbarata el proyectado Fros.— Muy bien pensado. Eso sí; Consorcio. 92 fcL PARNASO ORIENTAL. EL PARNASO ORIENTAL.

Fros.—No hay dudo. ,War.—¿Porqué? Erast.—S í; Fros.—Porque nada sirve; Me parece bien pensado. Las razones vais á oir. Crisp.—¿Os parece bien? A mí Son el Doctor y Bolús Las embrollas no me cuestun Unidos como el marfil; Mas quo inventarlas. Y hacen al monos diez aííoa Fros.—Mas di Que nos matan, sin mentir, De qué manera se hará. A los muchachos mas bpllos Crisp.—El modo de conseguir. . ., Y galantes do París, Esperad___ ¿No se habrán muerta Sin incomodarse el uno A sus manos por aquí Con el otro, ni reñir. Ha poco algunos enfermos? ¿Y queréis quo su amistad Fros.—Diariamente. D. Luis Se rompa por Bonnegrif? Bonnegrif, el papelista, Crisp.—:Ah! Ya me ocurre otra idea, Se le acaba de morir. ¿No ha puesto el Doctor diez mil Crisp.—¡Qué suerte tan decidida! Francos en el nombre do otro Es necesario decir En la Tontina? Al médico Trusgalant, Fros.—Sí. Que ha sido muy incivil Crisp.— Sí ? Bolús, en andar contando Pues eso me inspira un medio Quo la tisana sutil Seguro do dirimir Que le dio, ha sido la causa La contienda. Podré hablar De privarle do existir; Con ese sujeto? Y al mismo tiempo es preciso. Fros.— Allí A Bolús el consentir, Es la puerta de su cuarto; Que el médico le atribuye Muy solo está el infeliz. Un peligroso desliz Crisp.—Dejadme hacer. Eso basta. En la receta, quo causa ESCENA 15. La muerto de Bonnegrif. Erast.—Me agrada la idea. Erasto, Mariana, Frosina. Fros.—Nada Vale al menos para mi. filar.—Cual estratagema urdid • i KL rARNAfO Ü H tJ ta . EL PARI AJO ORIENTAL. 03

Habrá podida9 Ser separado«. No piden Froj.—No §é, Mas que estir junto». F.i un pillo esto Crispió, Erast.— Aquí V no dudo quo In empresa Viene Cris pin. Salga de uu modo feliz. Ertul.—V yo espero quo Frosina ESCENA 16 No< ayudo a consoguir La industria. Dichos, Cfitpin. * Fros.— Podéis contar. Que si no es posible en fin Libraruos del casamiento. Crisp.—Vos haced Cuando menos diferir Cuanto acabo de decir, Para después so podrá. Y saldréis de entro las manos •Vor.—Tú me haces volver en mí. I Del tirano. Adiós. Era si.—Transportado do placer 2 Fros.—Crispin En mi pecho revivir Yn ha» quedado concertado Siento la esperanza. Con Ambrosio? Crisp.— l.e udvertí Fros.— Bien Veo que así lo sentís. I^o poco quo era preciso; .Mar.—Oh! cuanto te deberé Su papel ha do salir Si llegas á arrepentir Como lo mejor del mundo. A mi pudre de casarme La Señorita puede ir Con Bohís! Ya contándose segura Y libre de ese mastín Fros.—Pues sera así. De su novio el Boticario; Eras!.—¡Qué dulce es la obligación Será de mi amo. Y á tí, Do agradecerte el unir Frosina, te doy permiso A mi ternura la bella Que te eleves hasta mí. Mariana, y verla feliz! Fros.— Y ¿cómo piensas hacer Fros.— 3 Pobres muchachos! Los dos Estos milagros, Crispin? Jamás pudieran sufrir Crisp.— Yo imagino disfrazarme

1 La abría«. 2 Lo muño. 3 Apañe. * Al aalir. 9 6 EL PARNASO ÔR1ENTAL. ti. PARNASO ORIENTAL.

Do Coronel-----vengo aquí... ¡ Fros.—Es él Mi amo será mi mayor. Tan tunante! Vuestrojpadre presumir Mar.—No me tengas Nada puedo, pues ignora Mas tiempo en tal padecer; Quienes somos, porquo si D im e.. . . Venirnos, es cuando sale Fros.—Callad, que los dos Do su casa, y va á asistir Han hecho algo mas que bien A sus enfermos. Vendremos En irse, porque ya veo A Consultar con ardid Venir sin duda ú saber Una enfermedad supuesta Vuestro gusto el Boticario. De alguno de los dos, y.... Es preciso que esta vez Frosina, ¿nada me elogias Le finjáis estar dispuesta Lo que acabo de decir? A desposaros con él. Fros.—Yo lo apruebo, y eso basta. M ar.—Qué tormento! Erasl.— Pero ¿qué vas á hacer? Di. Fros — No se queje Crisp.—Ya lo sabréis. Vámonos Usted, Señorita, al ver El enredo S prevenir; Que se libra tan barato El tiempo es lo mas precioso Del fiero Matusalem. Y no hay que perderlo así.

* Hasta luego, niña hermosa. ESCENA 1 8 . ** H asta luego Serafín. Vámonos, Señor Mayor. Cas mismas, Bolus, ESCENA 17. Fros.—Buen dia, señor Bolús. Acabamos de saber Mariana, Frosina. Las noticias que so corren. No dudamos que está usted Mar.—Dime, podrás responder En vísperas de casarse Que la industria de Crispin Con mi ama. Tendrá buen efecto ? Bol.—Ya se vé. Al doctor se le ha infundido * A Mariana. ** A- Frosina. Que por fuerza así ha de ser. TOM 3 9 8 r t P»HN»50 OIBDTAV. EL PARNASO ORIENTAL*

Por mi parle no lo hubiorn Mejor que el blanco mantel Pensado, porque es sandez Que le envuelve la cintura. Viendo la desproporcion .Mar.—Le estíi lindo, tan bien ! De las edades. , Uo!.—Me es, amable Señorita, Fros.—Usted Muy placentero tcnér Le llama desproporcion ! Esta ocnsion de escuchar Va debemos conocer De vuestra boca do miel Que es broma; pues todavía Las palabras quo despiertan La frescura de su tez En nú memoria osta véz Es de un joven, y de aquellos Recuerdos atbrtuiiados. Que desea una muger. Sí, palomita sin hiel: Bol.—En cuanto á eso, ino creo Para Usted todo el amor Aun bastante verde. Ahora sicoto sin doblez Fros.—A ver ? * Que gozó de mis entrañas Me parece muy amable; Lu difunta mi mugér. Tiene tanta brillantéz ¿ No os lian dicho de quo modo- En su rostro. . . . y los colores Los dos vivimos ? Del mas bello rosiclér. .Mar.—No sé. Aire noble. Sus maneras Bol.—Jamás hubo un matrimonio Tan fina3... .De la altivéz Mas perfecto en el querer Y elegancia do su tallo Quo el nuestro. Bien puede juzgar usted. Fros.—Contadnos algo ¿Qué me decís. Señorita? De eso si quereís. A fé, .Mar.— Es un cuerpo hecho á pincél. Tengo tal gusto en oir Fros.—Oh! esa geringa le sienta Hablar del dulco placer Admirablemente. De los buenos matrimonios! M ar.—Y es Son tan raros! Aiejor que cualquiera espada. Bol—No penséis Fros.—Un manto como el del Rey Así. Madama Boltis Hérodes, no le estaría Tubo un corazón tan bien Acostumbrado... .tan dulce! • L e quita la Cipa y q'wda con un imntél alado on la cm tun y en ¿I una gehn^a. fias.— Yá lo mcrecia Usted. 100 ti, rvnviso o»it*rAt. ASO OKICKTAL.

Bol.—Por mí parlo no dejaba No le han faltado las drogas Nunca ilo corresponder Do mi botica. A su ternura cuidando Fros.—Oyó Usted, Mucho de su robustez. Señorita, quo marido! Jamás en totln su vida Mar.—Sí; merece poseer Fui tan necio quo aguardó Los ansiosos sentimientos A quo me cayera enferma Quo he coneevido por él. Para sangrarla del pié Bol—Usted mo elogia ángel mío. O darlo algo. Y asi todos Fros—No Señor, ju.«tieia és. Los días por prccaber B ol—Para Usted bella Mariana Sus males, la hacia loiuár El mismo esmero tendré, Algún remedio. Y los mismas atenciones Fros.— ¡ Qué buen Que tubo con mi mugér. marido! .Mar.—O que agradables promesas! Bol.—Y á la inns levo B ol—Muy luego las cumpliré Indisposición, bobor Y en las mañanas y noches La hacía en aquel momento Como os presento vereís Algún elicsir. Mas él Recetas dulces. Tiempo al cabo la llegó; Fros.—Tendrá Ay ! poco la pudo ver En eso tanto placér! Eli mis brazos, & pesar Bol.— A Dio9 bello Astro del día, De mi cuidado fiel. Hermosísimo clavel Fros.—Lo creo. Do á onza, üosita de bomba. Bol.—De complecsion A Ambrosio me voy á ver. Fué delicada; do fé ¡ Cuanta es la impaciencia roía Os protesto, quo no ha sido Por llevaros do una véz Por faltarle ni una vez Al altar! Solo en pensarlo Los remedios. Me comienzo á enloquecer. Fros.—No; yo croo Fros__ Sí. Vó creo que le agrada Que la abundancia mas b ie n .... Miiv principalmente á Usted Bol.—Mientra« quo conservó un soplo fcll gusto de la memoria. Do vida, yó croo quo Bol.—El lopúo es mas placér. 102 KX, PARNASO ORlEMTAf- EL PARNASO ORIENTAL io :i

ESCENA 19. Que le ha sugerido Usted Con sus juiciosos discursos. Matitma, Frosina. Querido amo: Yá sabéis Que nos ha podido entrar Fros.—Picaro viejo insolente! El gusto á los viejos. Trusg.— Es .Mar.—Frosina, mas grande és El liorrúr que a Bolús tengo. De verás, sin repugnar? Que el cariño que mi fe Fros.—Preguntárselo podéis Le profesa al bello Erasto. Vos mismo al Señor Bolús; Fros.—Yó lo cre o ... .ya i>c vé. Yá no queremos ni vér Mar.—Y primero exhalaría Otra cosa mas que viejos. El suspiro postrimer Trusg.—Si tú hablas formal no sé, Que unirme con eso monstruo. Mas sin trepidar te digo. Fros.—Conservad vue3tra esquivez Que es mas sensible perder Que no será en vano. Acaso Un esposo adelantado La cosa se puede hacer En años que un mozo que.... Mas honestamente? Fros.—Mil veces. Si sucediera Mar.—Calla Que me diesen á escogér Loca, porque allí se vé De un lado un buen viejo, y de otro A mi padre. Un barbilindo doncél, Fros.—Continuemos No habia de vacilár En la elección. Haciendo el mismo papel. Trusg.—Yá lo sé. Un hombre viejo es capáz ESCENA -20. Mejor de condescendér Con su esposa. Las mismas, TrusgaLmt. Fros.—Y mientras tanto Trusg.—Frosina, di: So ha resuelto Los jóvenes, ya sabéis Por fin el obedecer? Nos tienen por sus vecinas. Un viejo nos deja bien; Fros.—Se ha resuelto, y no podrá Y los otros nos lo comen La Señorita esta véz Todo, y se mueren después. Desmentir los sentimientos 1 0 1 Kti PARNASO ORIBSTAl» EL PARNASO ORIENTAL.

Trusa-—Esta muchacha discurre Froi.— Dos oficiales. A veces con solidé*. Crup.—¿Quien es En fin; hija mía estoy El médico Trusgalant? Muy contento con sabt'r Mo lo han dado á conocer Que no tienes repugnancia Por señas. Cara muy grande.. . . A Bolús. Muy tenebrosa. . . . Es usted * J)lar. • Antes me dén Sin duda. Doscientas mil puñaladas. Trusg.—Yo soy. Trusa-—Quo es lo quo dices, muger, Cusp.—Pues venga Entre dientes... .¡puñaladas! Un cordial abrazo, que Fros.— Lo quo dico es solo quo Ya en el mundo no se habla Se dnrá do puñaladas De otra cosa. Muy bien sé Si no lograse tener Que su habilidad es mucha, Por novio al Señor Bolús: Sin dejar de poseér Si ella está loca por él. Muy bien el latín. Trusa.—Asi la pasión domina Trusg.—-Señor.. .. Elalmaenla doncellez. Crisp.—Y esta tan preciosa ¿quien Fros.—Es legitima. Es?. . . . Y esta otra? Trus".—Muy fuerte Trusg.— Esta es mi hija. Frosina, y debo tem ér..., Esta otra muchacha es Fros.—Si le hubiera prohivido Su criada y su confidenta. Vuestra paterna esquive* Crup.—Quiero abrazarlas también, El ser del Señor Bolús Para mostraros que estimo Mas lo había do querer. Todo lo que es vuestro. A ver.... Trusg.—Alto, Señúr Oficial. ESCENA 21. Fros.—Parece somos los tres Sus huéspedes. ** Trusg.—Esta gente Los mismos, Ernslo, Crispin. Muy familiar debe ser. Crisp.—¿Y no tenéis mas que una hija? Trusg.—¿Qué gente es esta que llogn? * A TrtHgalant. •* Aparte. • A p ir te . t o » 3 14 IL PARNASO OKIKHTAl.. EL PARNASO ORIENTAL.

Trusg.— No tenpo nins. Que hay semblantes muy estraños En ciertas castas.... C r is p .— P o r m i (<• Que es peor. Siendo tan lindas Trusg.—Podéis Como esta, es fácil vender Decir, si gustáis, Señor, El género. El objeto que traéis Trusa.—Y con la a y u d a A mi casa? ¿De qué modo. De Dios, pienso en este mes Os sirvo? Unirla con un amigo Crisp.—Oh! tiene usted Boticario. Una criada, que me mira Crisp.'—Está muy bien. Mucho. Yo sin duda he Asi los enfermos pueden Nacido para formar Prepararse á conocer La fortuna y el placer Los clisteres y purgantes; De las mugeres, pues todas Trusg.—Muy bien creo que no les Mo miran. Paitarán. Trusg.—No querrá usted Crisp.—Cuanto mas miro Decirme el nombro de entrambos? * Vuestra niña, copia fiel Crisp.—Sí: yo soy el Coronel De vuostro rostro la creo. Y el Sr. es mi Mayor. Trusg.—Usted me hace enrojecer —Señor, nos dispensareis.... O se burla. Crisp.—¿Y porqué se ván ustedes? Crisp.—Por mi espada t'ros.—No se quiere ella imponer Que vuestro retrato es De vuestra conversación; En miniatura. Los mismos Quédad con Dios.. Ojos; no se hecha de ver Mas variedad que el color; ESCENA 22. Y el color, no es mucho, ¡ch! Y su pequeña nariz Con el tiempo ha de tener Trusgnlant, Erasío, Critpin. Como la vuestra, el tamaño Enorme, y la robustéz.. . . Crisp.—Sepa usted, La cara larga y redonda; Doctor, que sin alabarme Confesar es meuester Soy hombre de tal poder EL PARNASO ORIENTAI.. EL PARNASO ORIENTAL. 109

En la tropa, como sobro Completamente.. . . Aquí fué Los enemigos. Cuando ya me vi obligado Trusg.—Hacéis El furor á contener; Muy bien, y yo os felicito. El aliento me faltaba; Crup.—El ataque mas eruel Y desdo entonces quedé Que mi General dispono Asmático. Al contrario, siempro so Trusg.— * Este se viene Lo confia á mi valor; A consultarme, por ver Y preguntarlo podéis Si se divierte conmigo; Al Mayor. Pero yo lo haré con él. Eras!.— Es la verdad. ** Querrá usted algún remedio Trusg.—Y yo lo creo. ¿No es verdad ? Crisp.—Me veis Crisp.—¿No he de querer? Todo cubierto de gloria;, Trusg.— Pues yo tengo uno infalible Pero, amigo, nuestro ser Mas no se lo doy. No es de hierro. Crisp.—¿Porqué? Trusg.—Ciertamente. Trusg.—Vaya: le doy el consejo Crisp.—Aquí donde vos mo veis, De que para su asma usted Yo traigo desde Alemania Solicite una pensión. Una asma húmeda, que Crisp.—Bien está: lo seguiré. Adquirí en persecución Del enemigo. ESCENA 23. Trusg.—Pues es La causa mas que gloriosa. Los mismos, Ambrosio, Boliis. 1 Crisp.—El modo de contraer Jímb__Fuego, agua, socorro, agarren Este mal, oid: Un dia Cerca do un bosque encontró Al ladrón, á este cruel Matador: misericordia! Una gran partida. Ataco Trusg.—Pero qué gritos ! ¿porque? Tan solo con unos diez B ol— Aunquo grites, no hay remedio Que llevaba. Se resiste; Redoblo mi intrepidez; * Aporie. ** A el. La destruyo. . , . la derroto 1 Detrae de Ambrosio con la geringa en !n mano. ] 10 EL PARNASO ORIENTAL. EL PARNASO ORIENTAL

La has do recibir. Mayor, que entre aquí la tropa Crisp.—¿No es él, Que está en la puerta. Mi^or? ¿No es esta la cara De la Rosa? ¿No lo veis? ESCENA 24. Erost.—El mismo. Este era soldado Do nuestro cuerpo; este os Los mismos, menos Erasto. Un desertor. Ah bribón! Jlmb.—Es verdad. Señor tened l'rusg.—Porqué Piedad do mi. * Do rodillas. . . . No mo dijiste, demonio, Crisp.—Quita vil. En esta vez Quo eras desertor francés? La pagarás. Amb.—Nunca me hubiera atrevido A decirlo. Amb.—Mi Mayor Trusa.—Y tú no vés Pedidle á mi Coronel El compromiso en que estoy, Por mí. Maldito? Crisp.—Dimc, bigardón, Porqué dejaste, porqué ESCENA 25. El cuerpo sin mi permiso? Amb.—Señor, tanto que llevé Los mismos, Erasto y soldados. Do mano del Capitan En estas costillas, iué Uno.—Mi Coronel. . . . La causa. Crisp.—Fusilar en el momento A este hombre es menester. Crisp.—Cómo, atrevido! Trusa.—Señor, por amor de Dios Abandonar á su Roy Os pido lo perdoneis. En el campo de la gloria, Crisp.—Siento en el alma, Doctor, Tan solo por no poder No poderos conceder Sufiir unos cuantos palos! L a gracia que me pedis, ;Y para vengarte de Porque tocante á la ley Tu Capitan, no esperaste Soy inecsorable. Una batalla! Ola : haced Trusa-—Y o * Se arrodilla. Prometo restablecer 112 EL PARNASO ORIENTAL. EL PARNASO ORIENTAL. 113 A V. S. si lo perdona. Crisp.—No; mo he pcnsaJo valer De mi amo por el amor De la asma, por conseguir De Dios. Una pensión. M ar— Señor, conceded Su vida. Yo os lo suplico Bol.—Yo os daré Gratis todos los remedios Por ser quien sois. Que gasto vuestro cuartel Cnsp.— No hay cuartel. Trusg.—Dejaos ablandar, Señor. De invierno. Fros.—Postrados á vuestros pies.... Crisp.—No, no: muchachos * Cargad las armas, y ved Crisp.—No mo rompáis la cabeza. De despachar lo mas pronto, Guardia : al punto le prended. A cenar con Lucifer Trusg.— * Haciéndolos una oforta A este infame desertor. A todos, puedo tal vez Salvarlo. Oidme, Señor : Muy fácilmente veréis Os doy al momento cien Que en mis manos dura menos Doblones de oro. Que en las vuestras. ** Crisp.— Yo soy Incorruptible. ESCENA 26. Fros.— Podéis Señor, á tan buen regalo Resistir, y al ver correr Los mismos, JUuriana, Frosiná. Nuestras lágrimas amargas ? Crisp.— ¿Y preguntáis si podré? Fros.—A saber ¿Acaso soy abogado? Venimos lo que sucede. Fros.—El señor doctor, ayer Amb.—Frosina, besa los pies Ha puesto unos 10.000 francos Del Coronel, que me quiere En la Tontina también Fusilar, y pídele En nombre del desertor. Por su desertor. Trusg.—Y esa es la causa porque Fros.—Señor, Nos interesamos tanto. No lo dejéis en poder Crisp.—No sé qué hiciera por él. * A los Soldados. * Aparte. ** Al Doctor. TOM 3 \ |4 EL FAflNAiO OKIWTAÍ*. EL PARNASO ORIENTAL llí

f ros.—Si V. S- I# quita la vida La hermosura de mi ama. Nos rcduco h perecer -Imb.—Por el Santo Portuguéz, Por San Antonio, Señor. A todos. Erasl.—Yo soy enemigo del Crisp.—Pasaré á todos Por las armas, si queréis. Matrimonio; pero puedo f'ros.—Gracias os doy por mi parte: Tan solo por complacer Mirad, Señor Coronel, Al Doctor tomar estado Me ha ocurrido buena idea Con la niña, siempre quo Con dote considerable Para poder componer Se la ponga en mi poder, Las cosas, Pues no está muy eut razón Crisp.—¿Qué idea es esa? Que sin nada me la dé. /Vos.—Casaros Crisp.— Eso es muy justo, Doctor, Con mi ama. Y el hacerlo es menester Crisp.—Quien? Siquiera por gratitud, Yó? No quiero, amiga mia; Aunque uo sea mas que el Si no ha descubierto usted Rédito do vuestros bienes. Otro medio, el tal La-Rosa Trusg.— Yo soy servidor de usted; Dá el salto mortal y .... amen. Pero mejor le será Erasl.—Basta de rigor, séñor.... A Ambrosio el ir fi beber Dejaos enternecer. En la Estigia. Mas barato Crisp.—Es el decirlo muy fácil, Me saldrá. Pero hacerlo, no lo es; Fros.— Mas vos debéis Poneos en mi lugar, Sor, Mayor, mas generoso Y por cierto no usareis V' contentaros también De semejante lenguaje. Con la mitad del producto Erasl.—No, á fé de Mayor. O rédito de los diez Crisp.—Pues bien, Mil francos de la Tontina. Casaos vos, que á este precio Trusg.— Así me convengo; bien. Solo puedo conceder Erasl.—Y yo me presto gustoso La vida al culpable- Solo por daros placer. Fros.—Vamos, fto i— Y yo, Señor, no me opongo. Señor Mayor, mire usttd Doctor, le devuelvo á usted, 116 el. rARNASO ORIENTAL. El. PARNASO ORIENTAL. I 17

Para que no haya tropiezo Con la criada os casareis La palabra. Habiendo dejado al aína? Fros.—¿Porqué nó? ESCENA 27. Crisp—Lo vais á ver. Vengan los cinco fregónos; Los mismos, menos Bolüs. Toca, empieza á ennoblecer; Te hago de triste criada La esposa de un Coronel. Amb.—Y á mi quien Fros.—Y no os nueva esta mudanza, Por último me mantiene? Pues cada dia se vé Trusg.—Yo siempre, y te trataré Aquellos que valen menos Como hasta aquí. A mejor puesto ascendér. Amb.—Pues prefiero El morirme de una vez. Que me pasen por las armas Al momento. Erasl.—No ha de ser, Que yo me encargo de tí. Doctor, yo me emplearé F i n d e l a C o m e d i a . En conservar su salud, Y me atrevo á responder Que estará mejor cuidada Que por vos. Crisji.—En esta vez Me ha venido un gran deseo De casarme yo también m Lo mismo que mi Mayor, Y tú has de ser mi muger, * Sin remedio, en este instante. Trusg.—¡Cómo, Señor Coronel! Así tan sin mas ni mas

* A Frotina |1 8 [ u PARNASO O I I M T H - II. PARNASO ORIENTA!#. 1 1 9

Al alto cielo fueron I.as do la desolada triste madre; ODA Y las del triste padre También ay! se sintieron, A LA AfEKTURA DEL MKKCADO. Y al cielo conmovieron; Y justo en sus decretos, el Eterno p „ 'l Dr. D. Carie» O. VittWílMrM. El sentimiento tierno Escuchárn, y ordena al tiempo mismo a # Que caigais y que caiga el despotismo.

¡ Salve, muros sagrados ! Rujo el León de España, y su rujido Silenciosos peñascos ! derruidas Mas allá de los mares aun aterra; Y en polvo convertidas. Y libre está la tierra Vuestras inmensas moles, la venganza Do Colón deseada; y el gemido Sintieron de los libres, que arrustrado» Que lanza la opresion desesperada, De en medio a la matanza, Pone fin á la guerra : Los rencorosos hados Fin también halla el brasilero impío; A esclavitud amarga condenaron, Y en su sepulcro frió Y a bárbara cadena sujetaron. Las artes brotan, y la industria crece, Y el bastión aterrador perece. En el recinto lóbrego, espantoso, De impenetrable muro, Ya no es el ronco són del bronce horrendo Del déspota cruel y cauteloso Quieu torrentes de fuego vomitando, El tratamiento duro, Y la muerte llevando, Tus hijos, cara Patria, soportaban El oído lastima ; ni el estruendo Y sangro derramaban De la falange indómita, movida Las heridas aún no bien curadas , A la voz homicida Manchan el pavimento, Del capitan en lides educado : Y sus quejas al viento No ya el feroz soldado Lanzados en el suelo. Trillará este recinto, Fueron á resonar al alto cielo. Ni obscuro, ensangrentado, laberinto F.L PARNASO ORIENTAL. 121 J2 0 EL PARHA8 0 ORIENTAL* De guerra asoladora Formarán los escombros, In ccnir.n Que resonando en torno, aterradora, Ni el ay ! se s e n tirá del que agoniza. Do Cérea desecaba Do Pomona los doñea destrozaba. No ya el guerrero con la Gxz serena. Do cicatrices hondas señalado, Los cantos de alegria Ocupa las almenas, Del que se acerca al lecho deseado, Ni el bruto desbocado Y del que cou la aurora lo ha dejado, Relinchos lanza ni corcobos Coros, Suplen desdo esto dia, Ni Ala puerta el gineto ¡Oh, feliz Patria mía ! Valeroso arremete, L a voz del centinela vigilante, Ni el sable vibra ni la dura lanza, El mover bullicioso Ni llama á la venganza, De la tropa en cuarteles encerrada, Ni la muerte, impiadoso, so promete. Y la orden respetada Del Gofo qnc la ordena presuroso. No saldrá do tu seno Ya del huérfano mísero el espanto, Salud, pues, y mil veces, De viuda amargo llanto, Lugar de muerto un tiempo, hoy de riqueza. No: que el semblante ameno Salud ! que con largueza No manchará el dolor; y el alimento Prémio el Eterno justo, bondadoso Que en inedio del contento Al Gobierno benigno, cuidadoso, La madre ofrezca al hijo Por quien ahora ofreces Con cuidado prolijo, A todos la abundancia apetecida. Con mano, de alabastro, cariñosa Salud, Géfe Político ! la vida De hoy mas aquel, entre placeres, g o z a . Os deberán un inil de desgraciados. Y en bendiciones mil aeréis pagados. Finalizó el horror, y la pisada Del tardo y laborioso Buey, se verá estampada Solo, y del afanoso Labrador los productos, De la tierra los frutos TOSI 3 16 El suelo ocuparán que antes el carr»

i El. PARNASO ORlFffTAL. EL PAKNASO OH1E.VTAL 123

Sino es en sí mismo; Vaya ul hondo abismo, u \ CTTUOSA 1HOCEJÍTE- Dijo un hombre gravo, Porque lo aborrece; — Eso Dios lo sabe!

x a i r ’J t i ü A De igualdad completa Nadie hay que no hable, Por D. Francisco A. di Figueroa. Los hombres de sable Y los de chaqueta; a » Todo so sugeta A la ley suave, Pues que sabe tanto, Que á todos iguala; Diga, mama mia, — Eso Dios lo sabe! ¿Qué santo seria D. Código Sanio? La ley y el derecho En prosa y en canto, Guardemos, decian; No hay quien no le alabe; ¿Dó la guardarían, Todos lo idolatran; Adentro del pecho? — Eso Dios lo sabe! O por mas provecho Debajo de llave Será joven bella En algún baulito? La Patria, mamita ? — Eso Dios lo sabe! Pues cada cnal grita, ¡La vida por ella! Dichosa su estrella ¿Serán los jurados Es en cuanto cabo, Santos muy seguros, Con novios tan finos; En jamás perjuros, — Eso Dios lo sabe! Ni menos malvados? No habrán paniagudos, Ese despotismo Ni empeño que trabe Será cosa adusta, Su justa conciencia? Que nadie de él gusta. — Eso Dios lo sube! EL FAIUUSO o r i e n t a l . i Et PARNASO ORIENTAL.

Diz que no so cuantos Verlo3 cuán valientes; Habrá tribunales, — Eso Dios lo sabe! Con mas oficiales Que en el cielo santos: Dirán sentenciosos Con pilotos tantos Por toda descarga, Nuestra hermosa nave La verdad amarga Irá viento en popa? A los poderosos : — Eso Dios lo sabe ! Mama, que famosos Serán para el clave, Oh, que monumento Con tanto tecleo ; De arreglo y firmeza, — Eso Dios lo sabe! Siendo la cabeza Mayor que el asiento, Oh, por vida mia, Con poco cimiento, Hábleme mas claro: Y mucho alquitrave. ¡Qué animal tan raro Tendrá consistencia? Será la anarquía! — Eso Dios lo sabe ! ¿O es alguna arpía Con lanza y trabuco, ¿Qué habrá sucedido O será mandinga? A los escritores? — Hija, esc es el Cuco. Los mas parladores Han enmudecido; Virtud, se me antoja, Se habrán adormido Ser cosa muv bella, Con algún jarave, Pues diz que sin ella, O tendrán cuartana? Tata Dios se enoja: — Eso Dios lo sabe! ¿Es vestido en oja, Muñeca bonita, Y hay quién les dirá O en fin, es un ángel? Con zonga y cariño, — Esa es la papila. Arrorró mi niño, Que viene el guá guá ; ¡Ay! mi mama, qué papila. Que gusto será Lástima ser tan poquita! Cuando el sueño acabe, EL PARNASO ORIENTAL. El. P*RN*80 ORIENTAL.

Salta el corderilln estólido LA SALIDA DEL SOL. Alegre el redil encíclico. Naturaleza de júbilo, Por D. M. M. Carrillo. Colma su fulgor purísimo, INEDITA. Y el dorado sol flamígero Con su influjo azis nurífico, 6S8 De la omnipotencia armónica La inmensidad regla místico. Cuando Apolo, ínclito príncipe De los planetas Olímpicos: Cuando trisca con el látigo, Como cochero solícito, - e - Azotando los Bucéfalos Del claustro solar magnífico; En rauda carrera rápido Tiendo su esplendor vivífico, ODA Su rayo penetra el ámbito Por entre celagcs nítidos, (Por D. Isidoro de María.) Y desparece á su tránsito, Fugaz crepúsculo lívido; Rásgase de noche lúgubre El negro manto fatídico; Febo ya había el azulado Oriente Esconde su faz el Cárabo, Con su brillo dorado ; Y cesa su canto rispido. Y en concurso las aves saludado Su lozanía en los cármenes Su nacer refulgente El jazmín ostenta tímido, Cuando yo contemplando la natura, Viendo la rosa á su término Gozaba de un ameno prado la frescura. Ornar su color bellísimo. Feliz labrador benéfico Del jilguerillo el canto delicioso La reja hiende solícito, Placentero escuchaba; Para que la tierra mágica Cuando de rama en rama, vi, volaba, Brote sus dones prolíficos. Modulando así airoso EL PARNASO ORIENTAL. 1 2 8 1 2 9 El. PARNASO ORIENTAL.

Dulces trinos, <|ue el escuchar placía, Aquí so mira a un hijo pereciendo. Y llenaba de trozo el alma mía. Y ú sus infortunados padres que allijidos Recursos buscan; y entro el desconsuelo Mas ay! cuando esa calma Piedad imploran hasta al mismo Ciclo. El corazón gozaba dulcemente, La campana souára roncamente; ¡Oh escarlatina cruel!—Cuanto disgusto, Y la aflicción ni alma Desgracias y dolores El funeral anuncio le legíra, Causado habéis, en pos do los rigores Pues nuevas luctuosas anunciara. 1110 De tu ceño adusto. Sois infelices do la Prole mia, (Seis lustro« ha que aquí no apareciera, Se hallaban atacados Pero hoy volvió cual nunca tan severa). Do escarlátieo mal; y mis cuidados En ellos los tenia ; En triste soledad yo tus ardores Y herido va dol fúnebre sonido, Sufriera con paciencia; Temilo todo, de dolor enchido. Y cual tu víctima rendida á la dolencia, Pasé mis sinsabores; Incierto vuelo á los paternos lares Pero mis juveniles fuerzas recobrando, Certidumbre buscando; Hoy mo veis tus efectos deplorando. Dó solo ayes y quejidos encontrando Aumentó mis pesares; Todos to temen y huyen azorados, Pero el golpe temido allí no fuera, Cual do fiera temible, Otro infeliz mortal ¡ay! lo sufriera. Al escuchar ese nombre horrible Quo los trae aterrados: ¿Quien sabe si de un virtuoso padre Tal es de tus hazañas la potencia, El hilo de su vida Que los vivientes to rinden reverencia. Atropos cruel cortara vengativa? ¿O si de un hijo ó madro Do Esculapio en valdo los hijos ilustrados Terminara la carísima cxistencin, Contener han querido Horfandad legando, viudez é indigencia? El contagio fatal; él ha cundido, Dejando anonadados Aquí se escuchan del pobre los gemidos. Al niño tierno, al cano, á la belleza. Allí sevéal inocente padeciendo; A quienes hiere sus dardos con fiereza. e l p a r n a s o o r i M t a l . 131 EL PARNASO ORIENT H ..

¡0!i gran Dios!—Ese azoto inmerecido Para un pueblo inocente, Que vuestros decretos siempre reverente J1 LA MUSICA. Respetar ha sabido, Cese ya por piedad; que él os merezca Ver que esc mal de su seno desparezca.

Sí, Supremo Hacedor; ya veo postrado ODA Al huérfano inocente, Que alza sus manos, y hace tiernamente i*'tr ta Sra. Da. Pztrona lioicndc de l a S trrm . Súplica igual; y podra el Hado Que de la humanidad es padre amable, INEDITA. A sus ruegos mostrarse inexorable? e*s No: jamás.—Que el Dios Omnipotente Al mortal en su choza, ¡Oh, consuelo del hombre que padece! Le estiende siempre su mano cariñosa ¡Oh música divina! Piadosísimamente; Tú cniliclezas el alma, y la ennoblece Y el clamor de la inocencia hoy escuchando De tu suave armonía el placer puro, El cscarlúlico mal irá menguando. Elevando la mente .r A la región sublime, omnipotente. Del contagio fatal las acechanzas Perderán su potencia; Tu mágico poder todo lo abraza; Y entonces preces á tu gran clemencia A todos docilizas; E himnos do alabanzas, Te rinde el poderoso su homenage: Te ofreceré cual hoy, oh Ser divino ! El que suda afanoso, su labor suspende Pues mudastí la faz de un cruel destino. Cuando hieres su oido. Por gozar tu cadencia embebecido. En el dorado alcázar, y en el humilde techo, Influyen tus encantos: Con igual imperio ejerces tu dominio Donde reina el pesar, dó la miseria mora, EL PARNASO ORIENTAL. 1 3 3 EL PARNASO ORIENTAL.

Desterrado el tormento, Suavizen sus costumbres y su trato. Esparciendo el placer, paz y contento. Alternando el descanso, y los afanes De intrincados negocios, Al miserable enfermo que el mal postra Gustando nobles y agradables ocios. En doliento lecho. Llega tn voz, y al dolor mitigas. A todo el que te estudia y te venera Cual balsamo ni espíritu postrado Sugetas al dominio Le confortas y animas, Do tus gratas cadencias musicales; Mientras te escucha, su esperanza avivas. El príncipe, el letrado, el filosofo, Y al valiente guerrero, El que encerrado gime de cadenas cargado Humillas al nivel del ser postrero. Agoviado del crimen, O sufriendo quizá, venganza ó fuerza, El nombre de divina á competencia Oye tu acento, y su estado olvida, To dió la China, Y la obscura morada La Pcrsia, Art'ibiay la Asíria, * En deleitable asilo es transformada. No por capricho, no por ligereza,. ¡Divina te llamaron! Hasta en el infolice que en demencia Sí, porque por "divina te adoraron !" Lu razón volvióse. Tienes tu influjo, y á la ciencia pasas, Causando efectos, que ella no ha alcanzado * Las Naciones mencionadas rindieron odoraciones á lo músic» Tus acordes sonidos, erigiéndole templos y aliares. (Nota de la autora.) V'olviendole propicia los sentidos. Pero ¿cual es el ser que no tributa A tí su vasallaje?.... ¿Cual, que no deja el llanto, el duelo, Que la cruda Parca al sensible pecho ES Imprime impía, Oyendo tus cadencias y armonía .

Tú estrechas do la unión los dulces lazos; Haciendo á los mortales E l PARNASO ORIENTA!» 1 11 FL PARNASO ORIENTAL.

DISTICO * LAS RESULTAS DE UNA INTRIGA. O De D. Manuel Maríiuez. Dialogo entre Antonio y Julián. B!§ INEDITO. ( Del mismo.) Corto mi mimen, mi talento escaso; O Poco valor en la elocuencia mía, Temo, no sin razón, aqueste dia A .—Qué cosas tienes, Julián! Dcjenerc mi pluma en el Parnnso : ¿Porqué te apuras así? Propenso á complacer en todo caso, —Déjame con Barrabás, Me privé de placeres y alegría, Reniego de mí y de tí. Y en el feliz momento que servia A .—Pero ¿qué adelantarás Elogiaba mi error á cada paso; Con cabilar y sentir? Si por servir sufria algún fracaso, J .—Maldecir y blasfemar A mi juicio al momento yo acudía, El momento que te vi. Y este gozoso á mí entender decía, A .—Pero aclara tu pesar Haz lo que puedas en favor del hombre; O el motivo que te di. J .—Así pudiera fraguar, Nunca vaciles cuando á Imcer bieu lucres, Pues que lo quieres oír, Y escudado serás en lo que hicieres T e viniera mayor mal Que el que carga sobre mí. Esa tu intriga infernal * Que sirve de introducción á la competición siguiente del midiuo Mo ha llegado á destruir; autor. ('¿1 E ditor.) Desbarataste mi plan, Y entre tus redes caí; Perdí la tranquilidad, Los qjQdios con que vivir; - o - El aprecio^ amistad De mis amigos al fin! E t PARNASO ORIENTAL EL PARNASO ORIENTAL. 137

Me vi cspucsto 6 mendigar Intriga baja y soez Y sonrojos á sufrir; O proyecto vnladí: Alterné con tu maldad. La ambición en tí reinaba Todos mis bienes perdí; Como residía en mí: Quien pudiera imaginar T ú ansioso por hacer mal, Mi ambición superó á ti: Que esc tu ingenio sutil, El triunfo que apetecías Mo hubiera de superar Yo me lo apropiaba á mí; En astucia y en fingir! Ni tú ni yo lo logramos Mis intrigas upesar Pues se vino á descubrir; Siempre realizadas vi, Si males te ocasioné, Y de ellas pude sacar Males también te debí, Todo cuanto »|>ctccí: Conformémonos, Julián, Con ellas pude lograr Y no domos que decir; Lo que ú mi ver concebí; Todo el que camina mal, Todo plan desbaratar, Su mal se atrae por sí; Contrario á mi discurrir. No hay mas medio que aguantar, Ahora llego á palpar Disimular y sufrir. Cuando ú tu razón cedí, J .—¡Ah! ¡qué tarde reconozco Desgracias de par en par, Lo que llegas á advertir! Desaires do mil en mil. Ojalá que mi ejemplar ¿Con qué te hiciera pagar De norma pueda servir, El mal que me atraes, di? Y antes do dañar á otros, A .—Bien pudiera contostar Se dañen primero á sí. Sin discrepar ni mentir, A .—Si aqueso pudiera ser A tus quejas infundadas El mundo fuera feliz. Y tu molesto exijir; Pero ya quo así lo quieres Y ine insultas sin medir. Quiero que sin ofuscarte Rcllcxioncs para tí, Si alguna vez concebiste

Plan que no lucra ruiu, t o x y 13 138 F.L PARNASO ORIENTAL ÉL PARNASO ORIENTAL. 133

EL RECI30 DEL CLAVEL DEL AIRE. A MAS DE LA MEDIA NOCHE, Por U. M. M■ Carrillo. LA LUZ. INEDITO. (D el mismo.)

C k l ia a a D a m i í o . TN EDITA. © Me envaneces, Dalmiro, Con tu graciosa ofrenda, Era alta ya la noche, y desvelado En un clavel del airo Vi que a|>enas la luz confusa ardía ; De condicion estreñía; Y con dudosa lumbre consumía Porque al céfiro blando, El liilgido esplendor que había gozardo. Sin tiesto ni mnccta, La luz en un momento revivía, O ni aquilón soberbio, L a luz en un momento amortiguaba, Su lozanía ostenta. .Mecida por el airo vacilaba, Ven al bosque, Dalmiro, Y su agitado esfuerzo interrumpía. A dó tu mano diestra Grabó en un verde tronco Pálida, débil y el calor perdido, Do tu amistad la prueba ; Que sus sombras opacas circundaba, Veréislé como asido Ora lucía, ora se apagaba En derredor se muestra. Y dió por fin el último estallido. Orgulloso y sensible Las tinieblas mi lecho rodearon, A tan grata presea. Y en éxtasis mi espíritu oprimido, Allí de frescas flores Yagnndo el pensamiento distraído Ornará la maleza, Mil imágenes tristes me cercaron. Cuando de sus primicias Nos colme Primavera. Vierte Morféo su letal beleño ; Entonces sí, Dalmiro, " Igual á aquella luz será mi suerte, Adornaré mis trenzas, " Término de los males es la muerte; * Con sus rojos capullos, Dije, y entrego mi penar al sueño. Y con la flor primera. J 4 0 EL PARNASO ORIENTA!« P.L PARNASO ORIENTAL.

A LA PAZ DE 27 DE AGOSTO DE 1820. O P or el Dr. D. Carlos O. Villademorot. SONETO*

(Por el mismo.) 9S6

INEDITO. Allá en tismpos de entonces, O Que ahora no recuerdo, Ciertos nnimalitos Del alma Paz ni ico sonoroso Formaron un congreso. Rompe Mnrtc su enrro reclinante! El que la voz llevaba Fiero el tirano ocultnsu semblante) Les dijo, caballeros ; Y sus aguas sosiega el Plata undoso, Tengo acá en mi caletre, Que podria ser bueno Do la Paz ni influjo poderoso Formar unn República Muestra la Libertad su faz radiante, Y un general Gobierno. La sien ceñida de laurel triunfante, Crearnos Leyes sabias, Fija á la Patria su existir precioso. Dictadas con acuerdo Que alejen el abuso A su sombra de Céres y Amultéa, Que por desgracia hacemos Opimos frutos al Oriente ofrece, De los bienes, que justo Junto á la esteva el albo vellocino. Nos concediera el cielo. Leyes que nos mejoren, Orientales, unión ! y el mundo véa Que impidan los esccsos, Como tu gloria inmarcesible acrece, Y nos hagan felices La Paz ornando tu blazou divino. Do ahora para in internum, Que prohiban (perdonen) Al Burro, por ejemplo, Rompernos la cabeza Con rebuznos eternos, EL PARNASO ORIENTAL. EL PARNASO ORIENTAL. 1 1 3

Do la rnpnco Zorra Que no ande tan holgado Defienda» loa polluelos, Ese fatal Gobierno, Del Tigre la becerra, Que turba mis regalos, Del Lobo los corderos. Mis inocentes juegos. Que ol que tenga el gañote Yo quiero que un partido Sobre-manera hambriento, De entre nosotros, luego Trabaje y eche el alma Se formo, que se llame Para lograr sustento.— Opositor. Reniego Así dijo, que entonces Del que camina siempre No paraban en términos, Sin encontrar tropiezos. Ni sabian que fuera ¡Qué gracia será entonces Un producir grosero, £1 practicar lo bueno! Apellidar gañote ¿Ni qué esperanza queda A lo que en nuestros tiempos A mí de mis pclluelos, Traqui-arteria so llama De su becerra al Tigre, Con atiplado acento. Al Lobo de corderos, Abriendo tanta boca Si siempre han do mandarnos Lo escuchaban atentos, Los que no quieren eso? Todos los animales No señor, al partido Que fueron al congreso. — Opositor me atengo. Y él creyendo aprobado Y eso ¿qué significa? Su sublime proyecto, Le preguntó el mostrenco Una señal les hizo Que como Gcfe hablaba Do espedida. En esto, En la reunión. Al menos Un Zorro que escuchaba Nos diréis ¿á qué cosa Con enfadado gesto. Oposicion haremos? Alto allá ! dijo, falta A lo que sea malo? Lo mejor : yo concedo Muy justo y me convengo. Pcrdor de las gallinas Pero no hay para que Los regalados huevos: Según lo que yó creo, No comeré mas pollos; Form ar aquí un partido, Pero, por vida, quiero Con ese solo objeto. EL PARNASO ORIENTAL. El. PARNASO ORIENTAL. 1 4 5

ESPLICACION MITOLOGICA Seamos todos hermanos D E LOS Y así, cuando olvidemos nocí: s i g j s o s d e i . z o d i a c o , Nuestros deberes, todos Por D. Francisco A. de Figtieroa. Nos lo recordaremos. INEDITA. S i___ pues.... Eli!... dijo el Zorro, Tras que ni yó me entiendo.. . . O Pues... .quería decir.... MES DE ENERO. Así....pues....por ejemplo..-. Por ejemplo, la Liebre, Esclamó, que ni un bledo, Gustan á maese Zorro, Las Leyes ni el congreso, Ni que haya, en esta tierra, Jamás un buen Gobierno. ACUARIO. Acuario, signo lucido; m Ganimédes so llamó, Al quo Jovc arrebató En águila convertido ; De D. M. M. Carrillo. Habiendo á Hébe succedido Sirvió el néctar delectante, INEDITA. Mas luego estrella brillante t Lució en los cielos serenos, A una Dama en su balcón; Pues no podia ser menos Y mas atrás su marido; El Cojicro del Tonanto. * Pasa un quidam que rendido, * Ganimédcs fué hijo do Trós, Rey do Troya, La dice con espresion, de quien tomó el nombre esta ciudad, que antes se “Estoy por Usted perdido." llamaba Ilion.—Jove, el Tonante, y Júpiter, son Grave al oírlo el Esposo, una misma persona, es deeir, el Dios Supremo del Con el otro se encaró: Olympo mitológico.— Hébe, diosa de la juventud, “ ¿Que deciaís?" preguntó; era la quo servia á los dioses ol néctar, licor maravi­ Y el contestó con reposo lloso, hasta que dejó aquel cargo avergonzada por “ Con Usted no hablaba yó.” haberse cnido con las copas delante de las deidades. TOM U 19 EL PARNASO ORIENTAL. 147 MG EL PARNASO ORIENTAL.

f e b r e r o . MARZO.

PISCIS. ARIES.

En dos peces protección El Aries era un carnero Venus y Cupido hallaron, Con toisón de oro por lana, Y en el Eufrates lograron En que huyó Fryxo y su hermana Huir del fiero Typhón ; Dol pueblo de lolcos fiero ; Con écos de indignación En Cólchida al Dios guerrero Atruena aquel la rivera, Dedicó el áureo vellón, Y desde que libre fuera Y del carnero oblación Cypria del torpe Gigante, Presentó á Jove inmortal, Los Peces signo brillante El cual hizo al animal Son do la celeste esfera. * Celeste constelación. #

* Fryxo, hijo do Athamanto y hermano de Hele, * Typhón, uno délos Titanes que escalaron el iba á ser injustamente sacrificado con su hermana Cielo ; arrebatado do una pasión brutal persiguió á en lolcos, cuando so les presentó entre unas nubes Venus ; mas esta se salvó atravesando el Eufrates un carnero cuya lana era de oro, y los recibió fugiti­ sobre dos peces,llevando consigo á su hijo Cupido. * vos en su espalda.. Al pasar sobre ol mar se asustó Hele y cayó en las ondas, de donde tomó su nom­ bre el Ilelesponto.—^El vellón de oro que Fryxo de­ ificó á Marte, es el quo despucs conquistó Jasón. * Todos las ñolas que vín al pie de ct'la una de cstns décimas ex- matando al dragón monstruoso que lo guardaba. plicatonas, son dai autor: (Nota del Editor.) EL PARNASO ORIENTAL 1 1 0 EL PARNASO ORIENTAL. 1 4 « /

ABRIL. MAYO.

TÀURO. GEMINI?.

Esc Toro iluminado Los Gemelos, no te asombre, Que en circo de estrellas topa, De Leda y Jove nacieron Es el mismo en el que á Euro Dentro de un huevo, y tuvieron Robó Jovc disfrazado; Castor V Polux por nombre; Lloró Agenor desolado Polux simplemente un hombre De su hija el rapto violento, Nació, y Castor inmortal, Mas Júpiter al momento Mas este don por igual Que gozó tanta hermosura, Dividieron como hermanos, Do aquel Toro la figura Y ni divinos ni humanos, Colocó en el firmamento. * Son un signo celestial. *

* Europa, Princesa de Phenicia y hermana do * No pudiendo Júpiter seducir á Leda, muger Cadmo, dió su nombre á una parte del mundo do Tyndaro, se transformó en Cisne, y jugando la donde llegó, habiendo surcado el mar sobre el divi­ engañó á las orillas del Eurotas, donde se estaba no Toro. bañando ; Léda parió, ó puso dos huevos, del uno salieron Elena y Clitemnestra, y del otro Castor y Polux. EL PARNASO ORIENTAL. EL PARNASO ORIENTAL. 151

JUNIO. JULIO.

CANCER. LEO.

Al Cáncer Juno celosa Sucumbió el León rapante Mandó que á Hércules mordiese» De Neméa en lucha horrible, Porque vencer no pudiese A manos del invencible A la Hidra de Lerna odiosa, Hijo de Alcmena y Tonante; La mordedura enconosa L a pintada piel triunfante Causó al héroe tal dolor Vistió Alcidcs por blazón, Que entre sus pies con furor Mas Juno en su indignación Mató al crustáceo reptil, Tan tenaz como impotente. Y Juno aunque feo y vil Pidió á su esposo infidente Le dio de estrella el honor. La apothcósis del León. *

* La diosa Juno, esposa de Júpiter, miró mucho * Alcides es Hércules, que también tenia aquel tiempo con rencor y celos á Hércules, por ser este nombre por ser nieto de Alcéo, marido de Hippo- hijo adulterino de su marido y de Alcmena esposa inénes, que eran los padres de Alcmena. de Amphitrion; y continuamente le presentaba monstruos y le suscitaba peligros, que todos supo vcnccr y superar el indomable scmi-dios. I.VJ KL PARNASO ORIENTAI. KL PARNASO ORIENTAL. i ;>:i

AGOSTO. SETIEMBRE.

LIBRA. VIRGO. Libra ó Balanza Virgo, 6 la Virgen campéa De Astréa emblema y docoro. En la estrellada región, Recuerda del Siglo de oro Y como constelación La dichosa bienandanza, Es la misma Diosa Astréa; A la inocencia y templanza Bajó cnal digna presea Succcdió el dolo y sevicia, Para el humano consuelo, Y aquella señal propicia Mas del criminoso suelo Que voló á región mas pura, Huyó, dejando gustosa Solo en el ciclo asegura De 9er en el mundo diosa La equidad y la justicia. * Por ser estrella del cielo. •

* Otro» mitologistas dicen que aquellas balan­ * Astréa, hija de Júpiter y de Thémis, dejó el zas son las de Thémis, diosa de la Justicia y madre cielo por venir á gobernar la tierra durante el siglo de Astréa. de oro, mas después escandalizada de los vicios se retiró al cielo, y se colocó de signo en aquella parte del Zodiaco.

roM 3 ■JO EL PARNASO ORIENTAL. EL PARNASO ORIENTAL.

OCTUBRE. NOVIEMBRE.

ESCORPION. (1)

Vengó el pérfido Escorpion A Diana soberbia y bella. El Sagitario espantoso Porque á competir con ella Biforme cfenstelacion. Se atrevió el incauto Orion, Era el Centauro Chiróu Su insensata presunción De Aquíles ayo famoso; Costó al cazador la vida Por descuido un venenoso Y la deidad ofendida, Dardo de Hércules lo hirió, Cuando al rival destruyó, Y tanto á Jove pidió En los astros colocó Morir, aunque era inmortal, A aquel icptíl homicida. * Que por termino á su mal En astro lo transformó. * * Orion fué hijo de Júpiter, Neptuno y Mercurio, quienes sin concurso de mugor lo hicieron nacer de * Chirón, á quien Ovidio llama Biformis y Scmifcr, un cuero de buey empapado en agua; para conten­ nació medio hombre y medio caballo, fué hijo de Sa­ tar los anhelos de Hyeréo que deseaba tener un hijo turno, que tomó la figura de caballo para ver á la sin faltar á la fidelidad jurada á su difunta esposa.— ninfa Plnlyra. Fué Chirón maestro de Aquíles, en­ Se dedicó S la caza, y por haber desafiado á Diana señó a Esculapio la Medicina, y ú Hércules la as­ en su mismo ejercicio, tuvo tan desastroso fin. tronomía.—Un dardo de este teñido en la sangro de la Hidra le cayó por acaso en un pié, y le causó in­ (1) Por una equivocación se ha puesto aquí la viñeta del Cáncer decibles tormentos, hasta que logró su metamorfosis en lugar de la del D s c o r p i o n ; y en el mes de Junio en lugar del C á n c e r ee colocó la que representa el Ebcobpion. (Nota del Edit.) en constelación. EL l'AKNASO ORIENTAL. EL l’AHNASO OIUKM’AL. 1 5 7

DICIEMBRE. DECIMAS.

(De incierto autor.)

I N E 1) I T A S .

CAPRICORNIO.

El Capricornio brillante Cuarteta que envió el autor i una Señorita para que la g'otára. La cabra Amalthéa lia sido, Que con su leche ha nutrido A Júpiter tierno infante; Anda cuarlela dichosa El de Saturno triunfante A presentarte humillada, La alzó á la estrellada estancia, A que le glose una Diosa Y dando mas importancia Y una Poetiza extremadu. Al acto que solemniza, De una asta de su nodriza Formó el Cuerno de Abundancia. * * Júpiter fué hijo de Saturno y de Rliéa, la cual G l o s a d b l A u t o r . lo ocultó al nacer para que Saturno no lo devorase, Traviesa producción mía como acostumbraba hacer con todos sus hijos va­ Que de la noche de errores rones. Rhéa entregó el niño á los Corybantcs ó Quieres ver los resplandores Dáctilos, Sacerdotes de Cibeles, los que bailando al Que solo refleja el día, son de ruidosas sonajas de bronce, impedían que los ¡ Qué copiosa fantasía lloros del niño llegasen á los oidos do Saturno : lo En tus renglones rebosa, dieron a criar en Creta á la Cabra Amalthéa, y Cuando apeteces ser glosa cuando Júpiter tomó posesion del reino del cielo, De un númen particular! premió el beneficio que habia recibido do aquella Mas pues te quieres honrar, Cabra, colocándola en el Zodiaco ; y de uno de sus Anda cuarteta dichosa. cuernos formó el de la Abundancia.

t r.L PARNASO ORIENTAL. EL p a r n a s o o r i e n t a l .

Lo grosero de tu sor, Tu mal formada cadencia OTRA GLOSA Resaltarán á presencia De la rima de muger, De la Señorita a quien fue dirijida la anterior. Mas yo debo conocer Que la pintura realzada Hace á la sombra agraciada Cuando ésta en sí solo asombra, Errante pluma detente, Así poesía anda por sombra Suspende el curso á que anhela A presentarte humillada. Tu rapidez, porque vuela A altura muy eminente, Adquirirás tal valor, O cuarteta destituida, Cuando un talento excelente Por ir en el verso unida La dirije y saca airOBa : De un numen do tal primor, Pero si nó, compendiosa Di solo, á la que ayer vino, Que serás como una llor Por eso mismo camino Que en bello jardin reposa, Anda cuarteta dichosa. A quien marchita, hace hermosa La vega tan seductora, Así trovo mustio, ve ahora A que te glose una Diosa. Dile á tu autor elegante Tú en mi poder estás triste, Te reciba por piedad, O cuarteta verdadera, Que á efecto de su bondad Pues la gracia lisongera Te devuelve una ignorante, Te falta que en otras viste, Que no se estima bastante Tú otro númen descubriste A hacerla glosa encumbrada, De ciencia privilegiada, Que merece tu ilustrada Mas dentro, versos, de nada E n erg ía.__diré en suma, Sercis lindos, sin reserva, Anda tú, infelice pluma, Glosándoos una Minerva, A presentarle humillada. Y una Poetiza extremada. sss

I . CL TAIISABO ORIENTAL EL PARNASO ORIENTAL. 161

Te di el verdadero nombre, Puoa tus toscos caracteres No podrán, aunque quisiéres, RESPUESTA DEL AUTOR Complacer sin que te asombre Ver, que hablas con un hombre G lo san d o lo cuarteta en loa mismos consonantes. De una ciencia prodigiosa, O Y así recurro ingeniosa A alguna Musa discreta, ¡ Talento pobre detente ! Dílc quo nhí vii osa cuarteta ¿ A qué tu locura anhela ? Ai/ue laglan tu m i Diota. ,• Acaso lo humilde vuela Hasta el Parnaso eminente ? Cuando una poesía excelente m Te saca, cuarteta, airosa, Yo volveré compendiosa Concluye, que ya es cansar A lo que tan fértil vino ? La atención de tu lector, Mas pues no hallo otro camino, Mira quo es todo un doctor Anda cuarteta dichosa. Que no quiere confesar, Quo solo él podrá glosar Lo que á tu muy limitada §#5 Pericia, tiene angustiada, Mas, cuando esporas dudosa Esa poetiza elegante Te socorra alguna Diosa Que to glosó por piedad, Y una Poetisa ettremada. Quiere extender su bondad Elogiando á un ignorante. Sábia Safo, ¿no es bastante Quo vencieras de encumbrada ? Esa alabanza ilustrada Me la dejarás en suma, Así irías contenta pluma A presentarte humillada.

TOM 3 21 EL PARNASO ORIENTAL. 102 EL PA11NASO o r i e n t a l .

No es infclice tu nombte, Pluma, y con tus caracteres O T R A G LO SA Aunque humilde no quisieres Justo es que el mortal se asombre. De la misma cuarteta por el mismo autor, Habrá en el mundo, acaso, hombre Que en obra tan prodigiosa « Pueda alabar la ingeniosa En mil cuidados metido Décima Musa discreta, Que acompañan nuestra vida, Que dice ándate cuarteta Mi mente queda abatida, A que te glose una Diosa ? Mi cuerpo queda dormido. Cuando, ved, soy conducido m A una mansión deliciosa. De entre nueve una preciosa Presenta á un hombre un papel, j Y yo me había do cansar, Lo toma y principia él, Pobre ignorante lector, Anda cuarteta dichosa. Sin ser, ó sabia, el doctor (que aun no debo confesar) Viendo á una Diosa glosar Mi cuarteta limitada ? Mas vuelve rima angustiada Al trovo muy brevemente A esa Musa no dudosa, Puso fin, y se calló; Dile que es discreta Diosa La glosa luego empezó Y una Poetiza extremada. Y vuelve á leer nuevamente, * Errante pluma detente, * Aquí forma su parada, Repitiendo en voz alzada, Tú. del papel conductora, Al que este verso hizo, vé ahora A presentarte humillada. EL PARNASO O RIENTAL. EL PARNASO ORIENTAL.

Agachada la cabeza Salió In pobre muger, Porquo ya no podiu oir leer 2j 13 © 3 ü 9 Versos de tanta belleza; Por la Sra. Da, Pelrona Rosende de la Sierra. Vuelve el hombre con presteza A aquella poesía armiosa, INEDITA. Vé que en primores rebosa, Y esclama ¿quien formó esto? Mas repitió, ¿no está puesto ¡Los díashan corrido, y en mi mente A que te glose una Diosa? La imagen adorable siempre fija. Del objeto que Atropos despiadada 0 De mi vista robó con mano activa, Consume y acibara mi existencia Luego esta es Diosa, ha esclamado, Y cual llama voraz que el viento agita Y asi os mando como Apolo En cenizas convierte mis anhelos Que del uno al otro polo Y mis aspiraciones debilita....! Elogiéis su honor realzado. Las delicias, los gustos, los placeres, Andad, Musas, con agrudo Con que halaga al mortal la triste vida, Y traedme aca coronada Son todos despreciables á mis ojos, A esa sábia celebrada Son flores sin olor que el sol marchita: Le daré el primer asiento, Sola con mi dolor, y el triste lloro Por ser mas que CIío en talento, Que me arranca la pena que domina V' una Poetiza extremada. Todas las afecciones de mi alma, Paso Ia3 noches y angustiosos dias: ¡Oh si el dolor matase, cuantas veces El oficio de muerte ejercería El que mi pecho encierra delirante Y el recuerdo alimenta con porfía!— . ¡Ay!___ ¿y podré nombrarte, cara prenda? ¡Podrán mis lábios pronunciar un. .hija!! Sí : : : ¡yá lo han hecho! y un licor amargo Por el alma circula y se desliza, EL PARNASO ORIENTAI.. I lit) EL PARNASO ORIENTAL 167

Quo cnnegrcsc mi sangre, emponzoñando Que mi pecho traspasa noche y dia! Todos los sentimientos que mu animan. Tu imagen esculpida en mi memoria ¡Hoy se cumplen tres años que la Parca * Es agudo puñal que el tiempo afila, Cortó el arbusto tierno de tu vida Hiriendo y destrozando mis entrañas En el tálamo triste que H imenèo Por minutos, por horas, y por dias, Alumbró con su antorcha pocos dias! Pues lejos do embotarse mas se aguza ¡Oh! y cuan breves momentos te vi ufana Para ahondar activo mis heridas!.. . . Ostentar tu gallarda lozanía, ¿Quien será la persona que te nombre Sin que tu corazon me revelase Sin que mi triste aspecto no lo diga, En tétrico mirar cuanto sentia; De que clase es la angustia y el tormento Bajo el prudente velo que á tu encaño Que mi existencia abruma y aniquila?.... Pusiste, el horrible pesar so traslucía, ¿Cual, la que al ver mis ojos anegados Poniendo al transparentó cuanto el alma En lágrimas ardientes, mis mejillas En tiempos anteriores predecía; Convertirse en torrentes continuados. ¡Oh incauta y desgraciada prenda cara! No conoce el dolor que el alma agita?.... T ú filistea el consuelo de mi vida, ¿Quien no siento en su pocho que soy madre, Todo mi amor, mi bien, y ini ternura Y que lloro la muerto de una hija En tí sola cifrado se veía, Adornada de dones y virtudes Mientras á mi regazo aproximada Quo formaban mi bien, placer y dicha ? Gozabas mis halagos y caricia», El mal que infausto lecho te condujo, Penetrando mi voz hasta tu pecho No fué solo la causa primitiva Que libro de pasiones se nutria Del catástrofe horrible que lamento En doctrinas morales que grabadas Estando tú en cenizas convertida. En tu preciosa aliñase leían; En la mansión celeste donde moras Obediencia y respeto fue tu lema; Orlada de la palma y de la oliva El candor y modestia tu divisa; Ante el excelso trono del Eterno El estudio, tu gusto dominante; Se aclararán sin duda los enigmas, El saber, tu deseo y tu codicia: En el dia terrible en quo los muertos ¡Cuanta fue tu virtud, tanta es la pena Tornarán á gozar de nueva vida; Que me atrajo tu muerte intempestiva, Allí cito y emplazo á los fautores Tanto el amargo llanto y la congoja Del trágico ejemplár para otras hijas, Que al crédulo candor do su inocencia, Duco de Febrero de 1337. 1 6 8 EL PARNASO ORIENTAL. feL PARNASO ORIENTAL. 1 6 9

Sin oir la razón, se precipiten Eligiendo á su antojo un Himonéo, Que, aunque casto les forme eterna ruina.

(Por D. Francisco A. de Figueroa)

v

SUPLEMENTO A LA TORAIDA, A UJV FA.WFARROJV. Publicada en ol segundo tomo üul Parnaso Oriental. - h ' ( © © T A T A Cante el divino Homero en plectro de oro De D. 111. M. Carrillo. Al furibundo Aquíles; y el M antuano___ * INEDITA. Inmortalice con clarín sonoro La catástrofe horrenda del Troyano; O el Argentino Cisne envuelta en lloro Nos pinte á Dido y su dolor insano;.... ** De un Endriago à la túrgida gravura, Mientras yo al son de gaitas y panderos Aflijida la tierra se espantiza, * Solo canto Toraidas y Toreros. Y á todo vicho le entra tal pabura Que en lo mas intrincado se escondiza. Si atiendes al clamor de un mal poeta, Cabe á la su persona hay gente fura O tú del Helicón núinen eterno, Que anonada, y aterra y confundiza, Si tanta empresa quieres que acometa ¿Quien resistir podrá tanta pujanza? Dame del Aries ó (lol Tauro un cuerno ; ¡Ay me! ¡Qué desventura! ¡Que estrujanzaü! * Virgilio natural do Rlontua, y autor dol inmortal pc.cma do !a * Nota á loa poetas adustos y escrupulosos— No pertenecen á 1« Eneida, donde bo refiero In destrucción do Troya. Neologia las vocea que se le parezcan á esta Bino al capricho, al ridi­ ** El Sr; D. Juan Cruz Varela autor de lay hermosas trogedias la calo, sin salir de la índole de la lengua castellana. (Nota del autor.) Dido y la Algia, y do otras obras clásicas.

TOM y 22 170 It. PARNASO orien ta l. EL PARNASO ORIENTAL 171 Al son de la estrambótica trompeta Resonarán los huecos del nverno. Allí vendióse en bárbara subasta, Y Juunchosy Romeros en cuadrilla Y á precio vil, la espada do G arda; Picpararán la espada y banderilla. Dulces vi por el suelo en caldo y pasta, Y una lluvin do almendrns y arropía; IJn conftiso tropel de vária casta, En plena posesion como unos reyes Estábamos del circo, en paz profunda, A la mosca ! y al mono ! repetía, Y al boletero asaltan con encono, Cuando violando las tnurinas leyes Mas ya estaban cu salvo mosca y mono !! * Se amotinó una plebo furibunda, Y sobre si eran toros ó eran bueyes Por esto fuminóse providente, Hubo escándalo, asalto y barabúnda, Do "JYo mas Toros" el fatal decreto. Hasta quonl fin volar vieron mis ojos Decreto quo lloraron tristemente V Tablas, sillas, y bancos por despojos. El rico, el pobre, el nücio y el discreto; Y hasta los mismos del motin furente Yo vi ultrajada en el saqueo infando Llenos ya de pesar y de respeto, La pica de Palanca, ¡ó caso fioro! Decian clamoreando como gansos, Pica quo honrara al mismo Villandrando, Vuelvan los toros aunque sean mansos!! Y en que manos. . . . ¡en manos de un lechero Vi á una ninfa en gran riesgo reclamando Pues bien, ya los teneis. . . . cesen los lloros; Contra el vulgo frenético y grosero, Ya cuatro circos instalarse veo. Víla sobre un tablón que se derrumba Caballitos,, pelota, gallos, toros, Como al ángel de luz sobre una tumba. T odo es zambra feliz! lodo os buréo! Do quiera imitan infantiles coros El mugido, el relincho, el cncaréo, A Repollo y Violín llamaba airado Mas el profundo observador bien nota El vulgo en el furor quo le enagena, Que prefieren el toro y la pelota. Mas el violin estaba destemplado, Y el repollo cual blanda berengona; ¿No los veis con manoplas ó paletas Asustados los dos bajo el tablado Echando su arrayúa a lo estrangeros. Quien sabe lo quo Inician en tal pena; Ay, no salgas! escóndete Repollo, * I.i voz bolflcrn qnn no Irnc el diccionario cn^telinnn, y, tos «lo Que eso sería echarle trigo al pollo. moecn y n ono »i^qi/icnntlo dinero, son locuciones de lt,f» quo’ no ej rcej'oii.soble el ouiur eino el vulgo quo las proferí/i. 1 7 2 EL PARNASO ORIENTAL. EL PARNASO ORIENTAL. 173

Con riesgo de narices y peinetas Un aéreo jardín de flores bellas, A la pelota retozar ligeros? O rutilante círculo de estrellas. ¿No veis otros con giros y gambetas, Cabalgando en escobas, ó carneros, Allí el fulgido F e b o ... .m as no incumbe Jugar al toro, y con horrenda grita A mi aliento el clarín, sino la gaita, Imitar á Palanca y Coronita? Ni tampoco pretendo que me zumbe El apolíneo coro, y gruña el taita; O espectáculo bello y democrático Toquemos nuestro cuerno que retumbe Que amalgama á las clases diferentes! En Amburgo, Pekin, y Cotagaita, Donde al entrar depone el mas cismático Anunciando en mugido á fuer de toro Necio orgullo, y pasiones insolentes; Que ya ha tornado al mundo el siglo de oro. Un talisman divino, un goce estático Ya Coronita de embajada pasa Une en fraterno lazo á los valientes En hombros do Neptuno al occidente, Que acompañaron á los tres Campeones A hacer la adquisición del gran Zaraza, De Sarandí, del Cerro, y de .Misiones. Zaraza sin m o jar.. . .pieza excelente!! También el joven Juancho vendrá á casa Mientras lloga la hora y sale el toro Que su noble prosapia no desmiente, Una música dulce el tiempo engaña, Y es en lo astuto, impávido y despierto, Que en grato alegro y á compaz sonoro De tan excelsa rama digno enjerto. Preludia la festiva media-caTw, La comparsa dol bronce haciendo coro Otro ilustre emisario á fuerza de oro Allí dó alumbra Fcbo la acom paña Recorre la campaña en este instante, Y batiendo las palmas plácente! a Porque pueda con pompa y con decoro Entona... .media caña, caña entera. T raer á JUcloncita el ambulante, El cual si alguna vez lo atraca el toro Allí las bellas ninfas con finura Será melón de olor... .y algo fragante, Conquistan con mirar á mil amantes, Pues suele aquella bestia en su bravura Realzando del cuadro la hermosura Con los cuernos hacer la caladura. Los sombrerillos, plumas y turbantes; Allí la vista absorta se figura Ya me imagino ver al toro adusto Con colores mas vivos y elegantes, Y á Palanca gritándole acá liijilo! EL TARNASO ORIENTAL. 175 174 FX PAHNAS0 ORIENTAL. Do una parte el furor, de otra el talento, Con aquel voznrron que inppira susto Aunque el gravo espectáculo le asombre, Retumbando en los ecos del distrito: No saldrá envanecido do ser hombre? Los cuernos baja el animal robusto, Bufa espantoso, y acometo al grito, Si á esto llaman locura, otras mayores Puja y puja el campeón, las piernas cierra, Hacen gentes ilustres y preciadas Y el toro y el rocin besan la tierra. Que cuál gallos preparan gladiadores Para el solemne circo de trompadas; Llueven luego cumquibus ó pesetas Roma vió cuatrocientos Senadores Sobre el rocín que sale dando coces, Y á un Soberano andar a las puñadas, Y los hijos de Apolo cien cuartetas Contemplándose aquellos muy felices Preparan encomiásticas y atroces; Con perder solo un ojo ó las narices ____ * Porquo solo ofrecemos los poetas En lugar de cumquibus, nuestras voces, Los riesgos que ponderan... .desatinos Que aunque suene á prefacio el verso intonso* Son que un ciego terror se forja en vano; Mejor es un prefacio quo un responso. Mas victimas se llevan los pepinos O el agua fria en tiempo de verano; Venga el fiero bicorne de Pasife De mil formas se mucre, los destinos Que engendró al Minotauro horror de Creta* No es dado contrastar al triste humano; O el toro que llevara á fuer do esquife ¿Y quién sabe si á veces son los bueyes A su ninfa bogando á la gineta.... * Fatídicos ministros de las leyes? Preséntense; y al Ínclito alarife Cada cual pur su banda lo acometa, Mas vuelvo al circo, y miro de repente Y de repuesto Alcides con su tranca, A Repollo, y aquel de voz de pito. Y verán todos tres quien es Palanca !!! Ya á sus capas se lanza el Toro ardiente Entre aplauso y estrépito infinito; ¿ Y no miras, no sientes, no to lato No diré yo cuál sea el mas valiente £1 corazon de orgullo y de contento Porque en reglas do gusto no so ha escrito, Al ver que un racional resiste, abato, Hay hombre que profiere el congrio al sollo, Y postra al fin de un bruto el ardimiento? Y otros dán por un rábano un repollo. ¿Y quién, al ver el hórrido combate * El Emperador Cómodo eolia descender al Circo para hicltar andar á trompada«. * Júpiter convertido en Toro p o r li ninfa E u ro p a la robu, y car- andola en bus lomos te arrojó con ella ni mar. 1 7 6 Et PARNASO ORIENTAL. EL PARNASO ORIENTAL. 1 7 7 Salo en esto á plantar su banderilla El veloz Meloncilo, ó paso tierno! Una banda lucida y elegante Mas de pronto al crujir la chaquetilla El ceñido calzón sujeta y ata. Vuelve el toro cuál furia del ; Llega, y llamando al animal valiente Préndese la garrocha en la espaldilla. Le agita el manto ante la torva frente. Ah, corro corre! que te pincha el cuerno. La sangrienta cerviz entumeciendo Conserva el melonar, pues si te espones Al purpúreo cendal embiste airado, ¿Adonde iremos á buscar melones? Mas le evita Garcia, y revolviendo Torna a llamarlo en el opuesto lado; Embisto el animal con choque horrendo Otra vez acomete el bruto horrendo A la valla, y el circo se estremece, Y con mortal herida traspasado . Y el inflamado globo con estruendo Bambolea un instante, desfallece, Le azota el cuello, y su furor acrece; Cáo á sus pies, y el suelo se estremece. Humo y sangro respira, y tan tremendo La dura tierra escarba, que parece Con entusiasta ardor inmensas voces Que llama á su enemigo con brnvura, Se elevan á Garcia proclamando, O que empieza a cavar su sepultura. Mientras su alma so inunda con los goces De un placer entro duro y entre blando; En caballos ariscos y veloces Acércase Repollo con recato, Luego entran dos ginetes, que arrastrando Mas oyendo un bufido desalienta, Sacan al toro convertido en yelo ¿Y quién lo pone el cascabel al gato? Surcando con el asta el duro suelo. ¿Quién al furioso Toro se presenta? Campéa el animal un largo rato O Ignacio, Paraguay, Veauis, García Y el agitado pueblo se impacienta, Malagueño, Violin, Repollo, Palma, Cuando suena el tambor, y la ulegria Casavallo, y Corona !! en este día Se pinta en todos al salir García. Diez coronas os diera con el alma Y átí inmortal Palanca te alzaría Por signo hasta el Zodiaco, donde en calma Ornan su chaquetilla rozagante En estrellada esfera, en circo de oro Recamos y melindres de oro y plata, Dieras lanzadas al celeste Toro. En la diestra el acero centellante Y en la siniestra el manto de escarlata; 17« EL PARNASO ORIENTAL. F.L PARNASO ORIENTAL 179

SEGUJVDA. Todo el pueblo se llena do contento Un nuevo serle anima; y hay alguno A i» CELEBRE CORRIDA u n DOMINGO 20 o» NOVIEMBRE. Que cual camaleón papando el viento So dirije al Cordon estando ayuno; Dirá un censor adusto en el momento -A - - Rso no es ser cristiano, es ser moruno! O deidad que presides refulgente Muy bien-----sean cristianos, sean moros, Del bicorne Parnaso en las dos cumbres, Nadie piensa en comida cuando hay toros. Alúmbrame benéfico indulgente, Pero por las costillas no ino alumbres; En el alto zenit resplandeciente El carro la de luz divide al dia, Y del licor do la castalia fuente Y ya una inmensa procesión de gente Concédeme, si quiera, un par de azumbres; Al hermoso espectáculo acudia; Porque ornado de inmenso perifollo Corre ef joven y el viejo juntamente; Brinde un lauro á Palanca, otro á Repollo. Y las ninfas vendiendo lozanía Lució el fulgido Febo, rayó el dia Con la mano en el moño ván con tiento. De la solemne fiesta sin segunda Poniendo el peineton a sotavento. (Que en los taurinos fastos á fé mia Otra el pulido talle ostenta ufana No la lia habido mejor, ni mas jocunda) O el nuevo sombrerillo de alta copa,. Cuando escucho un tambor... .el alma mía Y mas allá la esbelta cortesana Siente una sensación grata y profunda----- Se mece ctial bajel con viento en popa;. Ya no cantaban gallos ni serenos, Una tnrba de niños corre insana Mas dudo si es tambor, ó si son truenos. Y cada uno cual toro brinca y topa, .Mientras que á sus hermanas en secreto Acércase el rumor; ya reconozco Les ofrece un galán dulce y boleto; La querida señal, y un sentimiento Que unos llaman pulido y otros tosco Me hace saltar del lecho en el momento; Tal era la vistosa perspectiva Imaginóme oir... .al negro! al hosco! Del camino del circo el día hermoso En que una multitud varia y festiva Ya miro del concurso el lucimiento, Mientras el pecho en su ilusión se agita Cornual espectáculo grandioso; Palcos, ¡.’radas, cazuela, abajo, arriba, Divagando entre Palma y Coronita. EL 1 0 0 PARNASO ORIENTAL. EL PARNASO ORIENTAL.

Todo llena el concurso numeroso Que si nquellos han sido los mejores Que impaciente y ansioso e n su d e se o Estos fueron valientes y ligeros; Así i¡ue llegó el Juez dió un palinotéo. Fueron el negro y blanco, supetiores, Lo mismo los del medio y los postreros, Brama encerrado el toro, y entretanto Mas el cuarto ó el quinto fué un torillo Que los chulillos á la lid so ofrecen, Que bailó sin cesar el fandanguillo. 15ate el cuerno el toril, y por encanto Las esperanzas y el temor acrecen, Tienta el diablo ñ Repollo muy orondo Con pulsaciones de placer y espanto A hacer un grande lance sin recelo, Del corazón las fibras se estremecen, Cuando embístele el toro, y cáe redondo, Tira el cerrojo el lh,co guarda-ropa, Mas no en la tentación, sino en el suelo; Y salo el toro, y á Palanca topa. El vió un cancél, y dijo aquí me escondo, Que hasta escondido se le eriza el pelo, Un simultaneo aplauso y un coheto Y para no incidir en otro antojo Coa estrépito suben hasta el cielo, Se apareció después, fingiendo el cojo. En tanto que el magnifico ginete Con su honorable espalda bate ol suelo; Salo luego otro toro y gritan, este Garciaecha su cnpa. y arremete Es atraque bien baila. .. .y no bailaba; A Repollo veloz que toma el vuelo Porque era en animal bárbaro agreste Y por detras el animal cornudo Que no entendía el baile y corneaba, Dió, por darle un bufido, un estornudo. A Coronita en el calzón celeste Con furioso cncontron las puntas clava, Para vengar su honor bien adquirido Y si la suerte al infeliz no abona Torna el bravo Palanca ó la palestra, Saca el toro los cuernos con corona. Acomételo el toro cmbrabecido, Líbrelo Dios! y dando de soleta Y cede al brio de su horóica diestra; El y todos se salven de un aprieto, También dióCasavalle distinguido O aprendan de Repollo la discreta De su ariojo y valor hermosa muestra, Precaución con que guarda su coleto; Cuando admirando el Pueblo su pujanza Mas en caso funesto, cual poeta Sostuvo al toro hasta rompér la lanza. Con dolor de mi alma ya prometo, Quo al primero que caiga, en verso záfio ¡Mas no quiero estenderme en dár loorea Tengo do hacer el mísero epitafio. A los toros, tampoco á los toreros; 1 8 2 EL PARNASO ORIENTAL. El. PARNASO ORIENTAI.. 1(13

No mas trabajos Penas y lloros. Ya de los toros TAU Rl-PO e t ic o , Suena el tambor. 6 A los balcones TOKAIDA CON MORRION. A ver se asoman Ninfas que toman T e r c e r a . Hombres quo dan: exs Los corazones Salen del centro Llegó el ansiado día; olí cuan sereno Latiendo adentro Despejado el Oriente se engalana ! T aráu tan tán. Y de Amphitritc en el undoso seno Brillan rellejos de esmeralda y grana,- ....i pensar en potajes ni en cocina Subo Febo á su trono, un «lia ameno Inmensa multitud corro á la Plaza, Nos premia el largo ufan de una semana, No menos que otro tiempo en Palestin.. Y el tamboril ipiu en gozo mo enagena Cuando tocó á mil hombres por hogaza; Taran tan pláu, taran tan plan resuena. Oh ayuno meritorio, oh pasión fina! Que de mayor prodigio tiene traza Sigue y sigue tocando con aliento Pues estos con el ansia y los afanes O atezado tambor, ingerto en chino! No han comido entro todos cinco panes. Y atruene á todo el pueblo ese instrumento Nuncio del espectáculo taurino; Van en lucidos coches preparados Corren en pos de tí con ardimiento Los que tienen favor ó patacones, Cien jóvenes que envidian tu destino, Mas en duros carruagcs apilados Y el mismo Apolo, si del Pindó baja, Niños; viejas, muchachas y barbones; Cambiaría su plectro por tu caja. Así cual tomatina misturados Con el calor, aprieto y trompicones, Así en andrajos Se encuentran en la tosca carretilla Tú me pareces Ellas hechas pastel, ellos tortilla. Mejor cien veces Que el Dios de amor; Las ninfas de la pesca, de antemano 104 EL rARSASO ORIENTAL. r.L fARRASO ORIEXTAL. 18.

Ya tionden «u palangre ni tonto ó ciogo, Revoleando en torno á sus zarcillos Quo ol falso lialago y al afecto vano Con nmoroso nfnn mil cupidillos. Con ol pnlco y los dulces paga luego; Solo tira ventajas el quo insano F.l apuesto y gallardo Malagueño Desabrocha mns pronto su talego, Con gitano donaire so presenta Porque al diablo de ogaño so le antoja Y preparado al generoso empeño Que solo tire mas quien mas r. floja. Hacer alardo do su garbo intenta; Allá junto ni toril con torvo ceño Mns luego á deshora Cabalgando un bucéfalo se ostenla Conoce el desfalco, Ancho do encuentros recogida el anca Y ni toro y ni palco Con su potente pica ol graa Palanca. Maldice á la voz: Y ella que traidora A competencia so ván Chupóle la sangre, El caballo y el gincte, Recoge el palangre Pues si el uno sorbo el mosto, Y busca otro pez. El otro los vientos bebe. Sus ojos do quier vagando Si 6 alguno le pega Se inflaman o se obscurecen La sátira oculta, Con crepúsculos de luz Apolo me indulta Entro opacos y entre alegres. Do pena y de mnl: Y en vnno renioga, Descubren de cuando en cuando En vano se enoja Sus greñas que el viento muevo Si ni tira y afloja Las cruzadas cicatrices Perdió su caudal. Quo su figura ennoblecen: ¡Oh cuantas veces el circo Mas ya en el circo estoy, on dulce coro A impulsos del cuerno aleve Canta il populo multo, y mil clamores Barrió con la noble espalda, Repiten con ardor, que salga el toro, O hirió con la heroica frente !! O excitan á los bravos lidiadores; Allí todo es placer; todo es motivo Dorina ostenta allí sus trenzas de oro, De entusiasmo y ardor; si salta un perro Aquí Filis sus diges y sus flores, Atolondran al tímpano auditivo TO H 3 * 180 I l PARNASO ORIENTAI. EL PARNASO ORIENTAL.

Los silvos, la algazara, ó el ccncorro; Mas allá por el circo se pasea El tnns libre do lengua es mas festivo, El ambidextro Palma sin capilla Que erigirse en censor fuera gran yerro, Luciendo ante la estática asamblea Cando seensanchan, por virtud del toro, El cuerpo chulo y gruesa pantorilla Las melindrosas trabas del decoro. Coronitatambién lucir «lesea Ornado manto y nueva monterilla Poco airoso Coello aunque atrevido. Confiando en la fama que pregona Anda el circo con pasos desiguales El sobrenombre ilustre de Corona. Y en ajustadas calzas entumido Muestra los polvorosos calcañales; Allí se mira á Beqnis que ha jurado A la par vá Arollano que ha sabido Con los toros la alianza mas discreta, De valor y destreza dar señales; Y el prudente García preparado Mientras sobro un cancel el buen Repollo A buscarle la nuca en la paleta; Se dá en cspcctacion como un pimpollo. En esto llega un héroe acrisolado Estribando cual moro á la giteta Ya la redonda pierna Y se entra per el medio abriendo calle- Bamboléa festivo, En su bridón el bravo Casaballe. Ya al son del instrumento Salta airoso en el circo: Sobro la atezada frente Y las mórbidas formas Tostado y crespo el cabello Del volumen rollizo Indica el mixto linage Le tiemblan agitadas De africano y de europeo De agradables sálticos. El impaciente corcel Tascando espumoso el freno Muy chulo andas Repollo, Con el resonante callo Pero luego al torito Quiere castigar al suelo. A retaguardia y lejos Lo tratas con desvio: Y en las anchas federicas No mueres do cornada, De fuerto y lustroso cuero Ni yó tendré el martirio Al soberbio bruto abitan Do inscribir en tu fosa Dos acicates sangrientos; El epitafio digno Blandiendo la enorme pica 188 EL l ' « H U O ORIENTAL. El. PARNASO ORIENTAL. lü!>

Junto á Palonea »o ha puesto Y asustado con hojas de parra Porque pretendo igualar Por no verlo sus ojos tapó: I.as glorias do su maestro. Y la fama voló publicando Con aconto patético y tierno, Mas ya el Juez so presenta; en el momento ¡Oh mal hayan el toro y el cuerno! Dá lü seíiu el tambor con un tedoble; Ya Palanca su gloria eclipsó!! Sube un coheto íi 1« región del viento Y apnrejn Pnlnncn el duro roble; Ay, cual cundo el terror! y huyen el bulto Salo un toro feroz y corpulento, Al animal tan grande como un rancho, Y ni ver del héroe In presencia noblo A cuyos fieros cuernos dificulto Unja la fronte horiilica y cornuda Que pudiera atreverse el mismo Juancho; Como quien reverente le saluda. Viendo el porrazo do Palanca inulto Gritaban sus parciales, ¡esto es gancho! Viendo quo no lo embiste ni vente hijito, Mas dá tres toques el tambor sonoro Que al patornnl cariño so hace ingrato. Y salió, á fuer de bravo, libre el toro, Le suelta iit/uel requiebro favorito Con que ofende ni oído y al olfato; Preséntase el segundo adusto y fiero Al rudo acento, al injurioso grito Y envisten Casavalle, que animoso Lo asalta el animal con arrebato, La ofensa de su ilustre compañero Y allí Palanca con desdoro y mengua, Supo vcngnr mas diestro ó mas dichoso; Pagó las demasías do su lengua. Una furia bicorne era el tercero Que con bramidos atronaba el coso, No resisten al choque tremendo Mas en medio del circo su pujanza El rejón ni la fuerza del brazo, Postró dos veces la ominosa lanza. Que el gincte con fiero porrazo llizool suelo y el circo temblar : Fué el toro primero El caballo lo oprimo y muriendo Y los sucesivos Con su cuerpo le sirve do escudo. Los siete pecados Mientras tanto que impávido pudo Que dá el catecismo: Sin ser marngatos Mal ferido del riesgo salvar. Cargaban con brio, El dios Uaco dio un grito mirando Cornudos en forina, Que ya el toro lo prende y lo agarra. Mas 110 consentidos. 190 EL PARNASO ORIENTAL. EL PARNASO OMNETAL. 191

Olí cuantos nplnnaos La redondez del mundo vieno escaso, Y cuan repetido«. El insigne Patricio, el gran Zaraza. El héroe valiente Obtuvo en el circo. Salvo Patricio, tu valiente pndre En tanto quo otros Tigres y toros domeñar sabía, • Con befa y con gilvos, Siendo trofeos do su heroico brazo Siendo corredores Uñas y cuernos. Quedaron corridos. Celebro Juancho, la ominosa frente Alza si puedes de la tumba fria! ¡Qué es ver á Repollo Vé cual so muestra del honor paterno Andar pavorido. Digno tu hijo. Perdiendo capillas, Ganando escondrijos! Salve otra vez, Patricio, hijo y tocayo Y luego quo al toro Del vencedor do un tigre; Jove asista Lo enlaza Ciút ico, A tu brazo y espada, á cuyo rayo Hadarle á la cola No habrá cosa con cuernos quo resista; Con muecas y brincos. Si airoso sales del primer ensayo, (Voy á usar la expresión de uo financista) No permitió á Garcia el liado insano Verás llover dó quier con mano franca Sostener el honor do su tisona, En lugar do papeles... .plata blanca. Pero él supo guardar como cristiano El quinto mandamiento, y su persono; Y tú, ilustre Zaraza, distinguido Un toro de los sieto por su mano En el Pueblo feliz quo baña el Plata, Alcanzó del martirio la corona, Quo llegas de la fama precedido Cada cur.l á la espada le acornóte Y de los hechos que su voz relata, Mas no dirán que ha sido un mata-siete. Si te portas dichoso y atrevido Daréte por refresco alguna orchata, Aquí llegaba mi poomn; y cuando Y porque al mundo mi largueza asombre Me negaba Tnlío sus raudales, Un sayo do la tela do tu nombro. Aparece el Jielámpngo surcando Del cerúleo Nepluno los cristnles; Mas aquí ya el Pegaso Zarpa el veloz esquife, y en llegando Fatigado y molido, Se presentan dos héroes á los cuales EL r.vn.NASO ORIENTAL. 10? EL PARNASO ORIENTAL. 19.1

Me arroja Je sus lomos Los alzaré á los cuernos do la luna Con fatales corcobos y relinchos: Coronados de hinojo y do verbenn, Y concluyendo apenas Porque entro Tuuro y Capricornio eternos Esto patagorrillo Sean los dos constelación con cuernos. Uccíbalo el que quiera Como don de amistad corniflorido. Y si la crítica Sin causa sólida La frente estólida Pretendo erguir: Yo con política Su inteuto exótico Por estrambótico . A LA C O R R ID A D E L SO D E E N E R O . Sabré eludir. TORAIDA. RABONA. Pida un acólito

^ C u a r t a . En tono ascético Quo amor patético O Premie su afan: Que yo en insólito Salve al bravo Palanca; en hojas do oro Metro romántico Pueda su nombre eternizar la historia! Pido en mi cántico Gloria á Cejas, quo fuerte y con decoro Toros y pan. Mantiene do su lanza la memoria ! ; Al ilustre Patricio que es del toro Y oyó Jove mi v o z..! Jove quo implora El terror y la muerte... .salve y gloria! Y quo debe implorar todo chulillo, Y á Arellano, Corona, y Bequis diestro, Porque á la ninfa Europa antes de ahora Salve también.... con gloria y padro nuestro. Hizo el amor en forma de novillo; Dió sobre el parche la señal sonora Si to burlas, lector, con faz toruna El tambor narigudo y amurillo, De mis versos en forma do novena, Y ú cada golpe de su ronca caja Deja al menos quo toque parto alguna Respondía mi pecho cual sonaja. A Zaraza y Repollo cu esta trena; TOM 3 25 f:l p a r n a s o o r i e n t a l . 1 9 * EL PARNASO ORIENTAL. Por si encandilado está, Olí quepaisage tnn lucido ostenta Y hubo quien dijese ya, El Circo ante mis ojos: allí ufano (Salvo su honor y decoro) Preparado á la lidia se presenta Que él alumbra bien al toro Cada chulillo con su andar gitano; Cuando alumbrado no está. Allá está Coello que sus triunfos cuenta, Repollo mas acá salta lozano, Cejas, que la gente llama O prendido á un cancel cual lagartija Con apodos diferentes, Bambolea sus piernas de botija. Mostró en acciones valientes Ser digno do heroica fama; Aquí junto al toril tocan un cuerno, Viva D. Sancho! conclama Allá haciendo de un trapo banderola La turba de rancho y gancho, Maestro Juan se prepara echando un temo ¡Mas él hace el pecho ancho A plantar sus rejones por la cola; Al apodo impertinente, Alza junto al patriarca sempiterno Probando así justamente La gaya genta inmensa buladla, Que ul buen callar llaman Sandio. Y en la salzu de gracias y dislates No escacean los ajos y tomates. ¿Y quien las banderillas animoso. Se atreverá á plantar con mas despejo? Acá miro á Patricio reluciendo Quien, sino Coronita que glorioso Del vestido bordados caracoles, Sabo arriesgar su fama y su pellejo? O los ojazos revolver tremendo Coronita que alienta generoso Como dos pesos patrios con sus soles; Corazon juvenil en cuerpo viejo Zaraza allí los labios relamiendo Dá el cjcmnlo al valor; luego Arellano Difunde cierto olor á vino y coles, Le planta dos con la siniestra mano. Y Bequis.... pero basta, pues ya veo Que anuncia el primor toro el palmotéo- Emulando á su digno compañero Desempeña Zaraza su dostino, Sale un toro cargador Dando el grito do atrás al toro fiero De gran morrillo y piel blanca, Con voz discorde y ensopada en vino* J Que ciego embiste á Palanca Encendido en furor parte libero Con pujanza y con furor, El animal, y el otro qucc&lndino Mas le alumbra con valor 1 9 6 EL PARNASO ORIENTAL. P.L PAtlNASO ORIENTAL. 1 9 7

Con pié veloz, nunque pnrccc enclenque, Que apénas su pujanza y ciencia basto, So salva entro los biombos del palenque. A Cejas acomete con bravura Y dá D. Sancho con su cuerpo al traste, Suena luego el tambor, y como un dardo Mas quedando sangriento el toro negro Vuela Patricio á la señal de muerte, La música en su honor tocó un alegro. Tira el sombrero ni suelo; y sin retardo Llama al fiero animal con t'co fuerte; A este fiero ánimal, y otro de cuenta Este asalta furioso, mas Duardo El último y mejor de la jornada, Hierra una vez, y á la segunda suerto El gran Patricio que su fama aumenta Lanzando á volapié dura estocada Los mató á cada cual dn una estocada. Deja a la fiera unto sus pió? postrada. En vano el odio ó la cabála intenta, Bravo Duardo deslustrar tu espada, O que gozo, De cobre es tu color, mas tu alma es de oro, Que alborozo Y el corazon___ mas grando que el del toro. Do cualquiera Se apodera, Deja bramar la envidia: asi arrastrando Y al momento En torno al posto rustica cadena Subo al viento El sañudo mastín se altera, cuando Un cohéte Diana con su esplendor los cielos llena; Volador: Y dá tristes aullidos, redoblando Su ladrar impotente.__mas serena Grandes, chicos, Derramando la luz que le importuna Pobres, ricos Sigue su curso la esplendente Luna. Todos gritan Y so agitan; Todos llaman, Mas ay, que olvidaba, Y fuera injusticia Y proclaman A Patricio Que intento y malicia Vencedor; Pudieran llamar: Do dar á los chulos De negra piel y bárbara figura El lauro debido, Sale el segundo toro por contraste, Con que han merecido Poniendo al gran Palanca en aprontar Sus frentes ornar. Y 9 B EL PARNASO ORIENTAL. F.L PARNASO ORLVETAL. 199 Mostraron en lances De lionor y ««adia Valor esto clia TOllAlDA DE ALELUYA. (•) Visto á toda luz: Coello el de las pierna» Q uista. En forma d e . . . . X, Y el ínclito Bequis De garvo andaluz. - b »

Rompió sus calzones No canto al bravo Cejas de ancha espalda, Repollo, y al cabo Ni al gran Patricio de tremendos ojos, Sacó un tapa-rabo Ni al digno Coronita la guirnalda Con casto pudor: Pienso ofrecer de táuricos despojos; El es de los chulos YS los subí al P arnaso... .allá en su falda La flor y el cogollo, Clío los recibió puesta de hinojos; ¡Oh cuando Repollo, Ora voy á cantar con mas acierto Serás coliflor! A Domínguez, Macias, Luque, y Puerto.'

En fin caballeros Despucs de tres semanas, no lo dudo, De la árdea del asta. No habrá lector curioso ni indulgente, Guardaos, y basta Porque ya el bello séeso, y el barbudo Aquí para nós: Solo quieren toraidas en caliente, Toraida rabona Pretenden que un poeta á ley de embudo Es esta que acabo. Sople y haga botellas juntamente, Hasta otra con rabo, Y el menos melindroso dirá al cabo, Toreros... .adiós. A l asno muerto la cebada al rabo. Mas nada me acobarda, y si la orilla De la Hipocréne toco, ó sus raudales, También tendrá un lauro sin mancilla, Gómez, Vega Gimenez, y Morales:

(*) Fué publicada cu el S ib ido Santo de 1937. (N ota i>kl E d i t o r ) PX PARNASO ORIENTAL. 2 0 1 2 0 0 EL PARNASO ORIENTAL.

Cada cual desde el punto en quo amanece Empero á mi poéma 6 tonadilla Se mece en la esperanza, ó bien se inquieta, Tulvcz cuelguen y quemen mis rivales: Porque el cielo ya aclara, ó ya obscurece, Pues ya con mal presagio y tristes dudas Y no cambia al pampero la veleta : Sale en Sábado Santo como el Judas. Cualquier nube tormenta lo parece, O el ruido del tambor cualquier carreta, Qué mormullo! H asta que al cabo cuando el sol asoma Que barullo! Cubre un gentío del Cordon la loma. Cuanta gente Diligente! Ya en dorada sopanda Olinda ostenta Qué aparato Trémulas plumas y brillante estofa, De arrebato Célia menos feliz no desalienta Se oye en torno! Pisando cual colchon la tierra fofa, ¿Qué será? Otro grupo á lo dejos representa Un convoy de corsarios de alta cofa, Que impulsados por fresca ventolina Caja suena, Navegan viento en popa, óá bolina. ¡Señal buena! Yo me asomo; Cual se agolpa la gente, y suda, y pena, Ya no como, Por entrar en el circo al primer toro, Mi garganta Cuando adentro la música resuena Se atrngantn, Y mil palmas batiendo le hacen coro Y á los toros De repente un cohete al aire atruena, Corro yá. Figurando al caer culebras do oro, Y retumba el redondo anfitéátro ¿Quién despertó azorado entre dos luces, Porque ha llegado el Juez, y dan las cuatro. O tres con su candil, y en camisola Se frangolló en la frente un par do cruces Si clama un rábula Que el diablo le deshizo con la cola? Con lengua crítica ¿Quién cismando con toros y andaluces Que hoy no os política No dá cuenta de sí, ni pié con bola, Tal diversión ; Y sube y baja, y torna de carrera Diré que es fábula Hasta no ver del Circo la bandera? Su torpe lógica, TOM . 3 2 0 ; o 2 r.L r*RN*so o r i e n t a l . F.L PARNASO ORIENTAL.

Y anfibológica Sucumbe á In fuerza, y bote Su insinuación. Con feróz hocico el suelo. Malo es que un vándalo Al bravo Luque acometo De sangre pródigo, Con nueva furia, y aun tiempo El santo Código Tiembla á sus plantas la tierra Ose insultar : V gimo el aire en sus cuernos. Pero su escándalo No sea obstáculo Cual fabuloso Ccntáuro, A un espectáculo Luque en su corcél soberbio, Tan popular. Es doblo monstruo en un bulto, O estraño aborto en dos cuerpos. Nuevo aplauso del pueblo circunstante So oye al salir la espléndida cuadrilla, La fiera embiste, v bramando Que allá mil lauros mereció triunfante Contra el poderoso hierro, Del clnro Mnnzanárcs en la orilla : Va trémula, ya enroscada Domínguez y Macías van dclanto Azota su cola al viento. De los héroes de capa y bandorilla, Y detrás Luquo y Puerto, que grandiosos F.n fin, su impotente furia Parecen á caballo dos colosos. Cede, y al beróico esfuerzo So rindo, haciendo al caballo 13arrer con el anca el tuelo. Colócanso cu sus puestos, y al redoblo Salo un toro que á Carlos acomete, Varios Innccs el héroe ha sustentado Y la potente pica do haya ó roblo Hasta que su lanzon voló en astillas: Por el morrillo con valor le mete, También Carlos se vlá mas esforzado Hasta que el duro cuello rinda y doble Después que se pelara las patillas, Puja el membrudo Puerto, y porque aprieto Al revés de Sansón que ya rapado Jít-i.J dice, y el Jú -i lo acompaña Perdió el brio en los brazos y rodillas, Con éco prolongado y voz estraña. Y' hay quien duda, quien fuera mas forzudo, Por la ancha narir. brotando Si este sin pelos, ó Sansón peludo. Globos de humo el toro fiero A plantar banderillas arrogante 2 0 ! lio OniESTAL. r.t. IWKSASO Oil tEKTAL. 205

Sale Gomer. ligero al

Digno objeto do Cypri» y do Marte' Pues si aquel cuatro toros acomete, En aus palas refleja y reparto Los tres quo éste mató valen por siete. Mas brillante sus rayos la luz: Con la espada, en su mano aparees A Domínguez un toro atropellando La capilla que al nura tremóla. Le puso en grande riesgo: mas valiente En suj lirios el alma española, Por no perder su espada, tropezando V en sus formas el niro andaluz. Se dióun golpe en el biombo prominente: Así la oronda ninfa resbalando Llega airoso, dá un grito, y la Cera Lleva lu mano ul moño, y cáe de frento Que escarbundo la tierra se ngita. Y se rompo las muelas; pero en suma Contra el rojo cendal que la irrita Salva en el aire el peinoton de pluma. De repente bramando embistió: De uno y otro campeón en su alto empleo En el hierro quo oculto la espera Confiesan la igualdad gentes sensatas. Se atraviesa la bestia irritada, Mas por lo que es las ninfas, ya lo veo, V hasta el puño sangrienta la espada Son adictas al uno, ni otro ingratos; Entro aplausos el héroe mostró. Por mí síes nnri-lindo, ó nari-féo Yo reparo en los bríos, no en las ñatas, Do palcos y lunetas Y no oio importa cuando versos hago Do gradas v sillones Si la nariz es Komu, ó es Cartago. Con mil aclamaciones El nura resonó. ¡Mas ay, que el Pegaso O valiente Domínguez, Ya al suelo me arroja, Solo puede, en tus días, Y aun no ho repartido Igualarte Macíns Las ocho coronas : Man superarte, uó. Pues las que á Repollo E Ignacio se amoldan, Al insigne Macías considero Gratis ct nmore Sublime en el valor, diestro en el arto, Mi afecto las obla. V á la par de Domínguez por guerrero Ay, que á poner iba Digno del lauro que le ofrece Marte, El finit coronal. Segundo espada sin tener primero, Sin haber pelado Una Tornida tnercciéra uparte, E l rabo á la zorra. 208 EL P A IlS *aO ORIENTAL. EL PA UN ASO ORIENTAL. 209

Faltaba Morales Do apuesta persona, DECIMA- Quo en las banderillas Su nombro arrisóla: Por D. Francitcs A. dt Figueroa. Y el diestro üinienoz m El gozo y la gloria De lodos los chulos Dicen que Toros vá 6 haber, (¿noel mundo pregona. Mas. silencio! pues receto Mucho los cuntirá. Que si el run-run llega al cielo Aunque es á deshora, Al momento ha de llover; Y 110 es culpa inia Ni el cartel se ha do poner Si Apolo lo estorba. Que hay nubes de observación, Mas es, quo en la lista Con toda esta precaución Vienen ú la cola, Al menos se logrará Y el ultimo innno Que si dicen— agua vá! Dicen que te ahoga. Será al fin de la función. m RECETA SEGURA PARA QUE LLUEVA. O Si lluvia quieres lograr No hay que apelar ú San Roque, A LA AMISTAD- Ni de la campana al toque LETRILLA. La rogativa anunciar; El remedio singular P or D . M . Af. Carrillo. Es que un cartel ó gaceta De los toros nos prometa INEDITA. La función apetecible; F.I llover será infalible, ¡Mal rayo en la tal receta! ¿Qué hay cu esto mundo Que pueda durar t jm 3 37 10 e l pauxaso orie.it al. El. I’ARXaSO o r ie n t a l . Un nfio y otro año? La dulco amistad. A lo« tira« de odb Damt Orienril en el Duraino, dijo cB It ¿Quien dá gustos llenos. el «(guíente— Sin mezcla de mal, Ni desconfianzas? 8 G H 3 ÍÍÍÍD * I.a dulcc amistad. (Del mismo.) ¿Quien en las fatigas INEDITO. Sabe franquear Alivio y socorro? O La dulco amistad. No do Marte el estrepito espantoso» ¿Quien en compañía, Ni de la Corte la lisonja impía : Quien en soledad, No de elogios pomposos la porlia. Jamás desampara? Ni la opulencia de un monarca ocioso; La dulcc amistad. No el tesoro mayor y mas precioso, ¿Quien los desengaños Ni del orgullo la feroz manía, Que conviene dá No del rico la audacia y tiranía. Con noble entereza? Ni mil y mil placeres engañosos. La dulce amistad. Sino las Gracias, el ainor, las llores ¿Quien entro las dichas Del Yic undoso las Nayades bellas, inmutable está Te tributen obsequios y loores. Como en las desgracias? Y en este día, ilustre tiernanlina. La dulce amistad. Sirviéndote de alfombra las estrellas,. Lleguen mis écos á tu luz divina. ¿Qué eres amor soio? ¡Miseria en verdad! ¿Quien te hace precioso? La dulco amistad. 2 1 2 EL PARNASO ORIENTAL. EL PARNASO ORINETAL. 213

Porque es de Dorina AL CUMPLE - AÑOS DE UNA SEÑORA: E l dia feliz. A par de su imagen Por D. Francisco A. de Figueroa. Su nombre está allí, INEDITA. Que verlo pudiera Cualquier zahori : m Y hoy Amor lo imprime Con nuevo buril, El luto y la angustia Porque es de Dorina Del alma infeliz, E l día Jeliz. Que aílijen dó quiera Mi triste vivir: Y a entonan las aves Hoy desaparezcan Gorgéos sin fin, En torno de mí, Y ostentan las flores Su pompa en Abril ; Porque es de Dorina Ya Febo difundo E l día feliz. Rayos de rubí, O cual so insinúa Porque es de Dorina Un gozo sutil, E l dia feliz. Dó solo las ponas Oh amiga del alma, Saben residir : Puedas tú vivir Mi pecho al consuelo Cercada de goces Torna á revivir, Que tuvo V perdí: Porque es de Dorina Mas ya tal recuerdo E l dia feliz. Debo reprimir, Párque es de Dorina Esto nombre siempro E l dia feliz. Dulce para mí, Hoy hace mi pecho Tu esposo que al cielo Mas grato latir: Plegue garantir, Quiero pronunciarlo Digno do su patria Una vez y mil, Y digno do t í : E’. PARNASO ORIENTAI- 2 1 . i £X PARNASO OlllENTAL.

Pueda venturoso Su dicha sentir, Porque es de Donna

E l dìa feliz. HORRE BL CLAVEL DEL AIRE. Tus hijos te ofrezcan Conjgracia'inlantil, ROMANCE La tierna diamela O el suave jazmín, De D. M. M, Carrillo. Y ledos aplaudan INEDITO. Cual yo desde aquí, Porque es de Dorimi E l dia feliz. Para deslindar un chisme En fin, dulce amiga, Muy gracioso, bella Luisa, Dígnato’admitir lie de templar mi bandurria Los votos que foima Que un bordon tiene por prima, Mi afecto por tí : Y tiempo hace arrinconada Afecto que acaso Está del ocio aburrida. T oca en frenesí. No invoco para este lance Porque es de Dorina Las Musas que son prolijas, E t dia feliz. Ni otras deidades, ni á Apolo Con sus demas baratijas, Que para versos ruidosos Dicen que se necesitan; Pues para tu Juan le_basta Tu influencia, hermosa Luisa. Has de saber que Dalmiro Departió ayer con Celina.... Masantes (noto me enojes) Que aquel caso to describa. I, »V

EL PAHKASO o r i e n t a l . 21 ti B*. PAHXASO o r i e n t a l . 2 1 7

Me has tic guardar el secreto Celina sin advertirlo Como de cosa perdida, Lo contesta muy sencilla, Y este sucoso no lleguo Y con un fino recibo De tu tía á la noticia, Se goza de envanecida, Porque entonces... .¡Dios nos libre! Y con esmero á Dalmiro ¡Qué zalagarda andaría!! Al grato vergel convida Si es amor, si es amistad Para que vea su ofrenda Muy gravo y nzás garifa Dó su afecto la destina, De casa en casa chismeando, Y que adornara sus trenzas La semana correría, Con la tan grata primicia Alborotase el cotarro, De la que brote primero Y ved la cosa perdida. Blanca ó roja florccilla. Después de esta prevención eTodo esto tú que lo entiendes, Seguiré la rctaila, Cómo lo llamaras, Luisa? Dicicndote con reserva Quo regalo.... ¡ pero mira Después do todo este cuento Disimula, óyemo y calla Ya yo sé que me replicas, Y al uno y la otra imita. ¿Pero Juan, cómo Dalmiro En fin, Dalmiro afectuoso Su amor ó amistad los fia Hizo el regalo á Celina En un clavel y del airé, De un lindo clavel del aire, Y lo mismo hace Celina? Protesto de una letrilla. ¿Tiene firmeza un clavel Con delicadez Dalmiro Y su flor que se marchita? En olla su alecto pinta, ¿Y quien ni aire se entrega El clavel (dice) es la ofrenda En él no hallará desdichas? De su ___ no sé que to diga,. . . . Para disimulo es mucho Hay también dulcos momerías Y muy mas para falsía. Al afecto relativas, A esta réplica no opongo Dulce morada el vergél Nada que to contradiga, Sombra adorada y amiga. Solo rogarto podré Ya que eres tan buena amiga, ¿Todo esto tú que lo entiendes, Cuando veas á Dalmiro Cómo lo llamarás, Luisa? Y dés un beso á Celina, TOM 3 ¿IR TI. PARNASO OKIKÜTAI..

De parte del dios doGnido Le dirás por dospcdida. No hay burlas con el ainor Como tú bien sabes, Luisa. LA LEALTAD MAS ACENDRADA,

t A 1A MEMORIA DI D O Y FELIPE CABALLERO. BUENOS-AIRES VENGADA- £ < D i r a * < © a

m D RAM A K.N 2 ACTOS T BS VERSO, COMPUESTO POR BL PRESBITERO

Hija feral del orco inexorable, D. JUAN FRANCISCO MARTINEZ, Avida parca con segur cruenta, Ni al cayado, ni purpura opulenta, NATURAL DB MONTEVIDEO. Perdonas yermadora y espantablo, En profundo gemir inconsolable El alma Patria sin cesar lamenta, Fus representado en una solemne función que por disposición del Ca­ De un buen hijo la perdida violenta, bildo de esta Ctudnd tuvo lugar, soletniiiuando el heroísmo coa que rescataron sua habitanté* la Capital caulivn por loa Iugle- De un esposo y caudillo respetable. acj en 1600, y con ella toda la América del Sud. Caro Felipe tu cruel memoria. Llanto, luto, y dolor nos ha dejado. Eminente valor y patrio ejemplo. Nunca imprtsa.

Inmarcesible quedará tu gloria, Y volará tu nombre laureado De la inmortalidad al sacro templo. Delgado y Carrillo. « a E l. PARNASO ORIENTAL. *221

La escena representará una vistosa Selva, en cuyo centro habrá un Trono bajo, y en él sentada y reclinada ln mano en la mejilla, como durmiendo una Ninfa vestido de blanco y con guirnalda de fl >res : al levantar el telón, la Mftsici tocará una brillante PERSONAS QUE HABLAN EN ELLA obertura, que finnlisnda seguirá otra alusiva ni sueño de la Nin­ fa y á la inquietud que demostrará : concluida, representa la Ninfa.

Q Una Ninfo, * que representa— M ontevideo. Oiru quo tcpri'8 nta —Buenos—A ix e s .

E' Gobernador de ln Plasa Un oficial. Ninfa 1.— ¡Oh cuanto mi pecho afligen Un pewnage qup represen* Marte, dios protector do Es- Los recelos do esta Escuadra! tn el Ilustro Cabildo. paña. Otro que recre^eiiia el Co Neptuno, dios protector do ¡Dondo vendrá 6 descargar m erco . Itiolnlerro. La tempestad que amenaza! Olro qde représenla los Ha Un criado. cumiados. Acompaüamiento del Puc- Estos embreados pinos El General do la expedición. blo. Que en el Rio de la Pinta Surcan, ¿& dondo sus proas Dirijen con tanta audacia? Mucho temo, mucho temo * Aunque casi todos los personagos F o n alegórico?, y la estruc­ tura do ln composicion de un gen-ro reprobado por la escuela moder­ ¡Ay Buenos Aires amada! na, el Editor del Parnaso ha creído do su deber publicarla, sin permitir Al ver que la Escuadra Inglesa se hiciese tn ella alteración alguno, Pasó á dar vista á tus playas : E t E d i t o r . No porque de tu valor Tonga que recelar nada. Temo sí, que ol fiero inglés Pueda hallarte descuidada. (Se reclina.)

Música alusiva a estos afectos que concluirá en sobresalto. Dejadme sombras funestas, No mo atormentéis el alma. (Se reclina.') mam

22 2 «X P A R 5 A3 0 OIltrWTAL. E L PARNASO ORIENTAL. 2 2 J

Música Itlgubre, durante la cual aale la 2.* Ninfa por un escotilla wciida de n^gro, cabello tendido. pañuelo : cu la m ajar coa«- Con que la fortuna abato ternacion, concluida la milaicj, dice— A aquellos que mas alhaga: Soy una infeliz que busca Contra e*a deidad tan varia, Ninfa 2.—¿A donde, ¡infeliz do roí! Consuelo, favor, piedad; Me conducen mis desgracias? ¿A donde encontrar alivio ¿Pero donde he do encontrarla? ■Ninfa I.—En mí, donde está de asiento Podré, ¡ay do mí! en penas tanta»? La lealtad mas acendrada. {En sueños.) De la cumbre de la dicha N infa 2.—¿[’ero qué voz respondió Sorprendida. Me veo precipitada, 'I an ncorde á mi demanda? A un nbismo de desdichas, ¡Mas que miro! sí aquella es. Fortuna, por tu mudanza. Sin duda, mi prenda amada. Dudo yo misma quien soy. La Ninfa Montevideo, Y dudo si fué soñada, Por quien vive mi esperanza; O si fué ilusión o sombra Y pues buscándola vengo Toda mi gloria pnsada. Me acercaré á recordarla. ¿Soy yo aquella Niufa bella. Que servida y adorada MtUica lúgubre mientra* se acerca al trono. De estas fértde9 Provincias Vivia alegro y uliain? Despierta, que nú desdicha ¿Soy yo aquella Ciudad noblo, A tí también te amenaza. llicn, hermosa, cuya fama Por los confines del orbo Detpierta la Ninf.1 1 .* arbraaaltada y baja del trono. La admiración excitaba? No : nada de esto soy: Míisica. Soy una mísera esclava. JVinfa 1.—¿Quien eres, ó qué pretendes, Que entre grillos y cadenas Sombra, ilusión, ó fantasma, Lloro lágrimas amargas. Quo rato há que sin cesar Tantas zozobras me causas? Corto periodo de Miúica Itigubr Ninfa 2.—¿No me conoces? Soy el'cjcmplar mas vivo Ninfa I.— No : dilo, No te dilates, acaba, De la terrible inconstancia • 2 4 e l p a r * * » © onre>tT*t. EL PARNASO ORIENTAL. 2 2 .

Que el comzon con latidos Ninfa 2.—Sí, y al llegar ó tu solio No sé que arÍ9os dú ni alma. Me guiaron tus palabras. Ninfa 2.—Pues esos «risos ciertos Ninfa I.—Sí, Ninfa, sabré cumplirlas Son, y to do ellos In causa : Aunquo en sueños fueron dadas, Sí, la infeliz Buenos Aires Sé que eres mi Capital. feov, la misma con quien hablas. Y sé que e-tov obligada Ninfa 1.— ¡Válgame el cielo! ¡qué escucho! A tí, por deuda de amor El veneno que me mata Aparte. Y por ser mi soberana: Apuraré de una ver r Desahoga conmigo el pecho: ¿Pues cómo las ricas'galas Cuéntame cuanto te pasa En lúgubres atavíos Ninja 2.— Escucha, Ninfa amable, Hoy en tí miro trocadas? Si es que csplicarlos puedo ,Ln corona que tus sienes Mis po>ares, mis penas. Tan justamente adornaba, Mis ansias, mis tormentos, Porqué causa ó qué motivo Aunque al decirlos juzgo Iloy de tu cabezn falta? Que este vital aliento ¿Algún Cíclope atrevido, Entro mortales ansias Alguna mano villana, Ha de desamparar mi triste pecho. Sin respeto A tu grandeza Keferirte las glorias Pudo atreverse i robarla? Que gozé en otro tiempo, Ni lo juzgo oportuuo Ninfa 2.—Sí, Ninfa, me la usurpó Ni las ignoras croo; La codiciosa, la avaia, Y así, aquí encomendadas La cruel Inglaterra, Se queden al silencio, Y contra estn infiel tirana Que el decirlas será Vengo á pedirte socorro. ( Llora) Aumentar mis angustias sus recuerdos. Ninfa 1.—Picn me lo vaticinaba Pero como mis glorias Astrólogo el corazon, Do mi mal causa fueron; Bien en sueños me mostraba Aunquo al alma lo peso Este pesar que te aflijo. Hablarte de ellas debo, Y que á n>í me despedaza Pero sera formando Pues en sueño alguna vez Solo un breve diseño, T e ofrecí lo que demandas. TOM . 3 29 II. rARNAlO ORIMTAI- ■*. PAK.1ASO ORIETI'AI.. 227

Sin quo por breve dejo Guiados 6 la presa. Do ser puñal agudo de nu pecho. Cual aves de rapiña se abatieron. En delicias gozaba Mil nobles hijos leales Los alhagos risueños Con valor se opusieron Con que Apolo y Minerva Del robador pirata Por bija nio aplaudieron: Al aihbicioso intento ; Cércs con su abundancia l’ero la suerte ingrata Empeñada en mi obsequio Se les mostró, queriendo Vistió el campo do flores, Que al valor superase Y llenó con sus mieses mis gránelos. L a ley do su destino cruci y adverso. La cándida Latona Derrotados quedaron, Y el refulgente Febo, Y en tan cruel momento Del Perú en las entrañas De Señora hecha esclava Tesoros produjeron, Mu halle, arrastrando hierros: Y puestns ó mis plantas ¡Con quú dolor lo digo! Riquezas me ofrecieron M iré ... .¡valedme cielos! Que envidiarlas podría La religión espuesta El opulento Rey de Lidia, Creso. Al rigor de Calvmo y de Lutero: Pero, ay! que do estas dicha* Miré de un yugo suavo Mis dcsdichns nacieron, Tasar mis hijos tiernos Pues do Albión envidiosa De uu tirano dominio Suscitaron los zelos, A ser mí.-cros siervos: Y esta soberbia liera, En lin, vi despojado Quo es de ambición ejemplo, Al justísimo dueño Sus navales escuadras Do la América, Carlos, Manda, que acometan con denuedo. Padre de sus vasallos alhagueño. A mis playas se acercan ,Oh quo furor me agita Sus embreados leños. Cuando de esto roe acuerdo! Donde á abortar empiezan ¡Oh cruel luglaterra! Anglicanos guerreros, ¡Oh barbaros Isleños! ¿Porqué me habci3 robado Los que de audaz caudillo, La quietud y sosiego. Ambicioso y soberbio 2 2 8 II PARNAíO ORIENTAL. EL PARNASO'ORIEÍCTAL. 2 2 9

Causándome inhumanos De susjicrmosas mejillas lín pesar ú quien sijrn un llanto eterno? No vi correr tiernas lágrimas? Estos son, bella Ninfa, ¿No oí de sus dulces labios Mis crueles tormentos: Que me decia:—“ hija amada Ahora comoá hija amada “A implorar vengo tu ayuda T e pido alivio en ellos: “Para tomar la venganza Que me ayudes te pido “Mas justa, contra el tirano A vendar los desprocios “Que al Rey, y á tu madre agravia?" De tu llev, do tu Madre, ¿El corazón oprimido Que ú tus plantas ¡ay tristo! desfallezco. Al mirar mi soberana Que se arrojaba á mis pies So arrodilla como desmayando sobre ol escotillón. No sentí que desmayaba? Ninfa 1.—Levanta y esas cadenas ¿Pues que dudo? no fue sueño, ¡Mas nv do m í! que me pasma Cierto íu<-, que aun ahora me hablan Un mortal yelo! vó muero! Ansias, congojas pesares Piedad, ó Deidaiíes sacras!.,.. En que está el alma anegada. (Llora)

¡Se desmaya npoyari* do un árbol, cubriéndolo el rostro; y la Música Música lúgubre corta. Juííubre darn lupar a ver.»e loa dos desmayadas—desaparece por el esco tilló n la ’-i. * Ninfa, y volviendo en ai la 1. dice:— ¿Buenos-Aires prisionera Ninfa I.—;A mi pies te arrojas? Como? ¡Mi Capital ultrajada Entre mis brazos descansa: Sus nobles hijos esclavos Pero ¡ay de mí! ¿con quién hablo? Do la pérfida Bretaña? ¡Qué confusion tan entraña! Carlos el bueno, ¿privado ¿Yó sueño ó estoy despierta? De esta piedra con que esmalta Sí, fueron del sueño fantasmas Con brillos tan refulgentes Con que el cuidado agitó, Su diadema regia y sacra? La imaginación turbada: La religión, que es lo mas, Espnesta ú la furia y saña ¿Pero que digo? yó misma De los hereges Ministros No vi arrojarse á mis plantas Do las legiones tártareas. . . . A la Ínclita Buenos-Aires Al considerarlo ¡oh cielos! De su dolor traspasada? 230 EL lARNASO ORIENTAI- EL PARNASO ORIENTAL. 231

Un mármol soy, uua estatua: Pues ya de las amenazas ¡Ay Bueuos-Aires! ¡Ay Cárlo»! A la egccucion pasemos ¡Ay religión sacrosanta! (

M úiici fuñona. Para hacer vuestro elogio el mas completo, Que el decir Españoles tanto vale El remedio es lo

Pues es un Español si bion'so mira; \ o soy tu Capital, que prisionera Del ente racional lo mas selectos Del ambicioso Ingles hoy soy trofeo, Firme en la religión, sabio prudente, Y como á hija del alma tan ainada Sin pár en el valor, mas no soberbio, T u socorro en mi angustia á implorar vengo* Constante en su palabra, blando, suave, Estas voces que el alma me traspasan Liberal, no ambicioso, ni avariento, Me deja desmayada y sin aliento : Un león en la campaña y en la guerra, Del rapto vuelvo, y cuando á hablarla iba. Como urbano en la paz, dulce y modesto. La Ninfa busco, pero no la encuentro: Españoles, repito, cuya fama Solo hallo que el furor mi pecho inflama Dice de vuestras glorias aun mas^ que esto: Contra el vil Anglicano, monstruo horrendo/ La causa de llamaros este dia En iras ardo, y para la venganza, A esplicárosla voy: oidme atentos: Hijos, yo necesito vuestro esfuerzo; En esta selva hermosa, donde Marte ¿Que triunfe impunemente un cruel pirata Y Pelona, noble ser me dieron; Podrá acaso sufrir el valor vuestro? Agitada me hallaba, y recelosa ¿Podrá un pecho español, á su Ley santa Al ver que las escuadras que á este puerto Ver espuesta á las iras de Lutero? Avistaron, de aquí, variando el rumbo ¿Sufriréis, españoles generosos, A Buonos-Aires viage y proa hicieron. Que á vuestro Rey se usurpe sus derechos? La ambición, el orgullo y la arrogancia ¿Podrá vuestra piedad tan conocida De esa Albion tirana conociendo; Ver á vuestros hermanos prisioneros, Sustos, congojas, ansias, y pesures, A vuestra Capital, siempre gloriosa, Cruel guerra le hicieron á mi pecho; Entre penas, congojas y tormentos, Mas no fueron en vano mis temores, Y á sus hijos esclavos miserables Ciertos fueron, ¡ny triste! mis recelos Del dolor, de la angustia y del lamento? De la pena agitada me rendía, No, no podréis tolerarlo, porque fuera Mejor diré á un letargo, que no al sueño, Este, de vuestra fama un borron feo: Cuando de una afligida Ninfa hermosa Desnudad las cuchillas que temidas Me sobresaltan doloridos ecos.- De todas las Naciones siempre tucron; (Díganlo Roma, Flandes, Alemania, Despierto, y hallo puesto en mi presencia De la aflicción un cuadro el mas perfecto Y los nietos de Agár, á su despecho, Y díganlo también do Polo a Polo ¿Quién eres? le pregunto: y me responde, Sin csccpcion alguna, el orbe entero), Anegada en suspiros y lamentos, t o m . a 2.H fL rARNASO ORtíNTAt. E'. PARNASO ORIENTAL.

Y empleadlas de la Patria en la venganza. Ir á cumplir sus deseos; Rompiendo del inglrscl yugo fiero. Pero la prudencia exije La Capital vuestro socorro espera: Quo á dos causas atendiendo. Partid, partid á socorrerla luego: Salvemos á Buenos Aires Aquesto á vuestra fama es lo que importa; Y á vos, Ninfa, os resguardemos; Yo que soy vuestra madre, así os lo ruego, Pues eso mismo pirata Llevando contra el Anglo en mis suspiros A vuestro cuello está haciendo Volcanes, ira9, rabias, rayos, truenos, Con sus naves que so avistan Vesubios, Etnas, llamas y un infierno. El amago mas severo: Gobrrn.— El corazón me atraviesan Mas á todo atenderá, Vuestros justes sentimientos, Ninfa hermosa, el valor nuestro: Y entro el dolor V la ira Veréis libre a Buenos Aires Cruel batalla entre mí siento. Quedando vos á cubierto. Mas con entre ambas pasiones De las pocas tropas que hay Que he de cumplir os prometo; Dos partes hacer pretendo: Pues que do una misma causa Para guardaros la una, Nacen estos dos efectos. La otra para complaceros; Tu gusto, divina Ninfa, Y aunque en número poco,. Verás cumplido, que el pueblo No dudéis el vencimiento, Por la reconquista clama Porque vá en cada soldado Lo que ha pasado sabiendo; Una furia del Averno. Sin escepcion do personas Del. Fijo y de los Dragones A voces están diciendo : Irán los Icones sangrientos, Dentro voces—A salvar In Capital Que entre sus garras, pedazos. Marchemos todos, marchemos. Harán los viles Isleños. De las valientes Milicias Ninfa I.—¡Qué voces tan agradables! ¡Oh que apreciados acentos! De Elandenguez y Artilleros, Irán soldados, capaces Gobern.—En arma, Ninfa divina, De atacar al mismo Infierno. Hoy todo el pueblo está puesto. Milicias disciplinadas Y desierto se quedara Y urbanas, irán rigiendo De los leales lujos vuestros, Los caballos que han quitado Si se permitiera á todos El. PARNASO ORIENTAL. EL PARNASO ORIENTAL. 237

El mismo cairo de Fébo. No so aplique al noble zelo. Cien valientes Catalanes De la Patria en las urgencias Que en las lides, los primero« Un Argos seré, que atento Son siempre, de voluntarios A cualquier necesidad Forman un lucido cuerpo. Provea el socorro luego. La valerosa Marina, De los nobles ciudadanos Cuyo gefe soy supremo. Con proclamas á su fuego, Con la mayor diligencia Acrecentarán mis llamas Forma un naval armamento, Y aumentarán mis incendios. Para que por mar y tierra Comerc.— El Comercio que es y ha sido Do su furor y ardimiento. Ahora y en todos tiempo?, Tiemble, no solo el Inglés, La base y el pedestal, Sino todo el mundo entero- L a columna, el firmamento De estas tropas valerosas Del Estado, pues sustenta A ser caudillo me ofrezco, (Pagando justos derechos) Por tener parte en la gloria Al Magistrado que juzga, Que han de ganar sus esfuerzos, Y en la campaña al Guerrero; Cabildo.— Yo, que el Ilustre Cabildo Cuantiosos donativos En la ocasion represento, Ofrece, y en suplemento Con un alma que se inflama Todas cuantas sumas sean En vuestros propios alectos; Necesarias al intento: Ya que á tan gloriosa empresa ( Y esto durante la guerra, Asistir por mí no puedo, Sin que se entienda por esto, Con un zelo infatigable Que á abatir al enemigo Concurriré a los aprestos No haya de ser el primero. De todo lo necesario, Hucend.—Nosotros los ricos hombres Y subscripciones abriendo, Que en los campos poseemos, Seré de los subscriptores Haciendas, y de aquí el nombro El primero, dando ejemplo, De Hacendados tenemos; Sin que haya dificultad Cumpliendo con la lealtad Ni obstáculo que á vencerla Que al Rey y á vos os debemos, De los Padres de la Patria Después de los donativos •¿38 EL rARNASO ORIENTAL. EL PARNASO ORIENTAL. 239

De dinero, os ofrecemos Está un oficial pidiendo Cuanto las tropas precisen Vuestro permiso. Para el forzoso sustento, Ninja. — Docidle Sin reservar cosa alguna Que gustosa lo concedo Vásecl criado. Que conduzca al fin propuesto: ¿Quien será aqueste oficial? Aparte. Bagages, cabalgaduras, Carruagc3, y todo aquello Sale el oñcial. Que vuestra prudencia juzgue Por necesario al intento. Oficial.— Soy quien á tus plantas puesto Nuestras personas y vidas Benigna audiencia suplica No están do este ofrecimiento De tan ilustre Congreso. Escontas, sacrificadlas Ninfa. — Ya la; tienes, ahora esplica En honor del Rey y vuestro. de tu venida el intento. Ninfa. — Vuestras ofertas acepta Oficial.— Pues oidme: en breves razones Vuestra madre, que está viendo Esplicaré á lo que vengo. La lealtad mas acendrada En vuestros heroicos pechos. Respetable asamblea, á quien el cielo Cabildo.—Solo una dificultad Siempre en una inmutable edad dorada, Ahora que allanar tenemos, Entre triunfos, laureles y victorias Pues nuestro Gobernador Conserve, cuanto aquella ave de Arabia. Ha prestado juramento Un guerrero oficial soy, que sirviendo Sobre esta Plaza, y no puede Al Monarca Católico de España Desampararla en efecto; Cuando atacó el Ingles á Buenos Aires, Y así impedido so hallu Destinado me hallaba en la Ensenada. Do conducirse al trofeo. De donde relirarme fué forzoso Covicrc.— V. S. dice muy bien. Viendo la Capital avasallada : llaccnd.—No tiene duda, esto os cicrto. Para ver mi familia y dulces hijos Ninfa. — Pues esta dificultad Licencia pido, y luego me fué dada Que se allano lo mas presto. En Buenos Aires entro, y á fé mia Que me pesó inil veces tal entrada; Sale un criado. Pues vi en ella el dolor v la amargura Criado.— Bella Ninfa, para hablar En el ser mas perfecto retratada. 240 E l. PARNASO ORIENTAL» E’. PARNASO ORIENTAL. 5 4 1 Tan profundo silencio en toda ella Noté, cuando sus calles paseaba, Los leales patriotas con sigilo, Que hube de persuadirme que un desierto Tímidos, tal vez juntas celebran, Era ya Buenos Aires asolada. Esponiendo sus vidas al peligro. Sus plazas y sus calles, que festivos Por hallar medios de salvar la Patria. Algún din sus hijos alegraban, Mutuamente se animan, se consuelan : Ahora tal cual por ellas so veia Jam ás en ellos muere la esperanza, Que con lágrimas tiernas las regaba. L a lealtad y el valor la vivifican, Como en bóvedas frias encerrados Cuando parecía agonizaba. Los tristes moradores en sus casas, Uno medios propone aunque arriesgados, Por entre los resquicios do las puertas Otro socorro busca en la campaña, Sus ayes y lamentos so escuchaban. Y todos á porfía cuanto tienen Busca en dulce esposo algún consuelo Ofrecen, y aun la vida que les cansa. La consorte afiijida, y no le halla, De iodo así informado, con silencio Pues con gemidos tristes y el silencio Do Buenos Aires páso á esta otra banda Solamente contesta á sus palabras. A proponer la idea, que he sabido Busca el infante tierno en el regazo Que dejais ahora mismo concertada. De la madre el alhagoquc gozaba, En vos Montevideo, espera ansiosa Y ella, en vez de cariño, sollozando Para lograr de un golpe su venganza El rostro le humedece con sus lagrimas. La Capital, que os pide con clamores Todo era confusion, terror y espanto, Le ayudéis con valor á ejecutarla. Cuanto el oido y la vista registraban, Las fuerzas del Britano son muy cortas; Nada tiene la empresa de arriesgada: Catástrofe terrible que á mi pecho Yo con solo quinientos españoles En llamas de venganza le inflamaba. Os doy á Buenos Aires rescatada. Del Britano las fuerzas con cuidado Con mi propia cabeza lo aseguro. Examiné, y también que el pueblo estaba La que espondré en defensa de la Patria: De sacudir el yugo deseoso A esto solo he venido, y ofreceros Si vuestro valor á ello ayudaba. Un soldado que os sirva con su espada. Los Padres de la Patria, los primeros Ninfa. — ¡Oh generoso oficial! Las calles y las casas visitaban, Cuanto estimo vuestro aliento, A los tristes alivian y confortan, Y á providencia divina, Y á todos su lealtad les inspiraban. Juzgo llegueis á tal tiempo. TítM, 3 2 4 2 t i . f *RNASO 0 » » T tL . e l p a npíASO o r ik n t a l .

Vos sereis el General La guerra al vil opresor De esta empresa,en el supuesto De la Capital, diciendo : Que el Gobernador no puede Viva España, España viva, Serlo por justos respetos. Y muera el Inglés soberbio. Calma, Buenos Aires, calina, El corazon nuevo aliento La pena de dolor violento, Ha sentido, Ninfa hermosa, Que presto verás triunfante Con vuostro favor supremo; A tus plantas los Isleños. .. Cujas. Y así, sin mas dilación, Pero cajas lie escuchado, Mandad, tocad al momento Y que aquí llegan observo, Al arma, porquo me abrasa El General do las tropas De vuestro valor el fuego. Y el Gobernador del pueblo. Ninfa. — Pues, campeones valientes, Cruja el parche, y A su estruendo Salo el Gi bornndor y el G jiicm l Repitiendo al arma, al arma. Publicad á sangre y fuego (Veitc/M.— Bella Ninfa, todo pronto EL PARNASO ORIENTAL. 2 4 1 EL PAKÜASO ORIENTAL.

Está, y dispuesto el ejército, A aquellos Godos primeros. Ansioso ya por marchar, A la Religión y al Rey, Sobio las armas lo dejo. A la Patria y nuestros deudos, Ninfa. — Pues mandnd que por aquí MGeneral. Un ambicioso pirata Pase, porque quiero verlo. Ha usurpado sus derechos: Gubcru.—Y haced que la retaguardia Mirad si es justa la causa La formen los Granaderos, Que animosos defendemos, Porque nuestra Ninfa vea Y si podro abandonarnos Su pericia en el manejo. Siendo justiciero el cielo. General.—Con el mayor regocijo De ser vuestro General Parto al punto á complaceros. Váse. Puesto quo la gloria tengo, Ninfa.— Gobernador, nuevo Marte Por una causa tan justa Es este Adalid guerrero. Vencer ó morir resuelvo, Gobern.— La prudencia y el valor Y creyendo que á lo mismo En equilibrio en 61 vemos. Vuestro brío está resuelto, Dos piezas de artillería M archa brillante, con !a quo ealdrñn las tropa* comandados por el ofi­ A nuestra espalda prevengo, cial «efundo; poro loa Granaderos, entre quienes saldrá la ban­ Que sus incendios me abrasen dera, vendrán mandados por el General, harán su v én ia loi Cefe* á la N infa, y formados dispondrá «I G eneral q u e hagan O cualquiera de los nuestros, manejo al son do Música, y concluido descansarán «"bre las ar­ Que un paso volviese atrás mas; repite la venia el General a la Ninfa y Gobernador. Huyendo el fogoso encuentro. Esto es tan solo señal General.—Valerosos Españoles, Que vencer ó morir quiero, Españoles, digo, y esto Pero nó de desconfianza Es traeros :í la memoria Do vuestro marcial aliento; Triunfos quo esplicar no puedo ; Pues sé que los Españoles Pues si eso celeste globo Jamás la cara volvieron, Do blanco papel fuera hecho, A incendios, peligros, muertes, Para escribirlos en 61 Ni á las furias del Averno. Aun fuera espacio pequeño; También, nobles Españoles, Aunque solo do Pelayo La humanidad os recuerdo, Las glorias do vuestros hechos Que el enemigo humillado Se empezasen, sin tocar K.L PARNASO ORIENTAL» 2 1 0 IL PARNASO ORIENTA!.. 247

Pasa a sor licrinuno nuestro. Sustentaste todo el peso, La moderación do España, Cuando á su total ruina De la guerra en los reencuentro», Se desplomaba violento. A la gloria de sus armas Y vosotros, hijos mios, Ha dado mas lucimientos. Quo hoy mostráis al orbe entero Y con estas prevenciones, La lealtad mas acendrada Fuertes é invictos guerreros, En vuestros heroicos pechos, A coronarnos de triunfos El cielo os guie y os colme A Buenos Aires marchemos. De laureles y trofeos, Que en el templo de la Fama Hace venia a la Ninfa y Gobernador, Hagan vuestro nombre eterno. Ninfa. — Heróico caudillo, pues Soldados, decid conmigo Hoy te destinan los cíeles En fé de agradecimiento: A (|iic tu cuchilla sea Viva vuestra augusta Ninfa, La qno lime el duro hierro La excelsa Montevideo. De la esclavitud indigna Todos.— Viva nuestra, &-a. En quo á Buenos Aires vemos. Dios sea contigo, caudillo: Acompañados de cojas: algunos tiros y música á compaz de una bri­ Arroja do nuestro sudo llante marchu ae vnn los tropas, y á eu vanguardia el Genera), que para ello habrá hecho la venia & la Ninfa ; el Gobernador Eso monstruo de ambición, ee v ¿ el último, haciendo 6U venia. Ese Anglicano soberbio, A esc faetón que audaz So atrevió ú subir al ciclo Ninfa. — Deidades sacras, amparo De vuestro solio supremo, Para cner despeñado Enviad á estos campeones A los rayos do tu acero: E infundidles vuestro aliento.- A ese Hipógrifo furioso, Marte amado, padre mió, Quo do su correr violento Mirad quo son hijos vuestros Hará parar vuestro brazo Esos soldados, que hoy A los impulsos dol freno; Marchan contra los Isleños: Parn quo en elogio tuyo Sol, Luna, Aurora, Planetas, Diga la fama en sus ecos, Estrellas del firmamento, Que dol Antartico l’olo 2 4 8 EL PARNASO ORIENTAL. F.L PARNASO ORIENTAL. Para guiar á mis hijos Aumentad los lucimientos. Cusco el descanso en el sueño, Y vosotras, avecillas Y aun este alivio me falta; De esta Selva, vuestros ecos Que al que con cuidados vive, Diviertan en algún modo Cuando se cree que descansa, La congoja con que quedo. Nuevo potro de tormentos Le es las mas veces la cama. Correr presuroso el tiempo Vé. el que no espera ó aguarda, Mas los instantes son siglos Al que está con la esperanza. De una duración eterna Juzgo los dias que pasan, Sin saber que éxito tengan En Buenos Aires mis armas. SEGYJXDA PARTE. De que llegó á la Colonia El ejército y la escuadra Noticia tuve, también gf.g De la soberbia borrasca Con que ese fiero Neptuno La Ninfa en su trono como ni principio del Drama : Música dulce y Que á la Inglaterra ampara, suave, y concluida dice la Ninfa.— Coligado con Eólo Quiso destruirla armada; Ninfa 1.—¡Qué recelos me combaten! Pero burlados quedaron ¡Qué angustia me sobresalta! Y abatida su arrogancia, Fluctuando el alma se vé Por el valor invencible Entre recelo y confianza: De la marina bizarra. No he podido sosegar De la Colonia he sabido Desde que se puso en marcha Que pasando á la otra banda El ejército por tierra, El ejército brioso Y al mar se entregó la escuadra. En las Conchas desembarca; De batallar todo el dia Y que al punto á Buenos Aires La imaginación cansada, Tomó intrépido la marcha. E”. PARNASO ORIENTAL. ¡2¿1 2 » 0 El. PARNASO ORIÍSTAI..

Cuando gimió entre los hierros Esto tan solo lie sabido, De las gentes africanas. Y mi coufusion es tanta Este temor del acaso, Que á veces, como ahora mismo, Este horror de la inconstancia Todo el aliento me falta. Se recluía. De la suerte y el destino, Me aflijón y me desmayan. Se reclina. Minies patética que pasara á alegro. Música de languidóz, que á pocoa comnaces paeu á tempestad.* truenos y relámpagos, se lovauta la Ninfa despavorida, mirando á to­ Ninfa. — ¿Pero qué temo? ¿mis hijos das partes. No son leones en campaña? ¿No son al fin españoles, Ninja. — ¡Qué horror! ¡qué asombro! ¡qué espanto! Cuyo nombre solo espanta? Valedme deidades sacras: ¿Su valeroso caudillo Parece que las esferas líe Marte no retrataba Celestes se despedazan. En su valor y persona Sigue la tempestad.—Sale Neptuno, La imagen divina y sacra? ¿Líe un vil isleño, que siempre Nepluno—Esta selva es la que habita No ha sido mas que un pirata, Esa que arrogante y vana, Podrá el valor español Contra la Divina AÍbion Tener que recelar nada? A sus necios hijos arma. No : mas por mi pensamiento Ninfa.—’Hacia aquella parte veo Otras reflexiones pasan: Un monstruo que por las llamas En el valor de mis hijos Atraviesa, y ácia mí Bien puedo estár confiada, Dirijo la voz y planta. Pero sé que es muy variable JVepluno—Ninfa, ¿conoces quien soy? La suerte en los hechos de armas. No lo sabrás, pues me agravias: Sé que á veces el valor Te turbas? no me respondes? Siendo la fortunu ingrata, Pues oye, y sabrás quien te habla. Un accidente imprevisto Sin remedio lo desaíra. Neptuno soy, deidad tan venerada, Mil ejemplares lo enseñan, Y solo de tí, Ninfa, piofanada: Y bien lo lloró la España, 52 EL PARNASO ORIENTAL.' EL PA KN ASO ORIENTAL.

Ncptuno soy, cuyo poder encierra ¿Habrá, pues, de Í03 dioses otro alguno Toda esta vnsta mole de la tierra. Que pueda compararse con Neptuno? El orbe todo está por mí bloqueado, Ninfn, deidad alguna no compite Y á términos estrechos limitado; Con el que es digno esposo de Anfitrite; De los mortales hombres no hay alguno Tan grande es mi poder, y en paz yen guerra Que no tema las iras de Neptuno. Lo empleo en protejer á la Inglaterra. Y con razón, pues ya una vez airado Del mar mando á su arbitrio que disponga, El orbe con sus aguas vió anegado; Mira si podrá haber quien se le oponga; Los montes mas soberbios, mas erguidos. Sus bajeles y escuadras lleva Eólo Tiemblan si á escuchar llegan mis bramidos. Por mi mandato del uno al otro Polo. Las ciudades mas fuertes, á mi amago No hay provincia, no hay reino, no hay re- Se asustan, porque piensan me las trago; Que no conozca á la divina Albion; (jion Y lo deben temer, pues han sabido Todas pagan tributo á su grandeza Que á muchas infelices me he absorvido. Haciendo que sea inmensa su riqueza. Bien alabarme puedo, Y han de ir por mi favor, sin duda alguna, Pues hasta al mismo cielo pongo miedo; Sus naves hasta el globo de la Luna: ¿Pues cómo, Ninfa, di, cómo te atreves Y sus deidades sumas A formar pensamientos tan aleves, Escupidas se ven de mis espumas. Suscitando una tropa de villanos Los vapores que exhalo, hacen que Febo Para arrojar los fuertes Anglicanos Obscurezca su luz, temple su fuego; De Buenos Aires, donde el poder mío El Tonante supremo no tronara, Les concedió dominio y señorío'1 Si mi aliento las nubes no formara. Altiva, sin respeto á mi grandeza, De ellas el rayo horrendo ¿Juzgas acaso lograras la empresa Nace, con el relámpago el trueno; Por mas que ese tu padre Marte horrendo Y así el poder que ostenta soberano Tus viles hijos vaya protejiendo? Júpiter, lo recibe do mi tnano. De Ofis y de Saturno hijo 110 fuera Del mar varias deidades excelentes Neptuno, si este agravio consintiera; A mis plantas se postran reverentes; Tus hijos estarán ya derrotados El soberbio Occeano, el gran Nereo, Y de su atrevimiento escarmentados. Y el Pastor y Profeta Dios Proteo. Y tú, Ninfa atrevida, Entre incienso me dan adoraciones Probarás de mi furia conocida Diosas, Ninfas, Nereidas y Tritones; iSO OllItKTAl. 2 5 1 r i ' PAIIWASO ORIENTAL. 255 Los rigores, cuando el n>«r violento Tragándote, dé al mundo un escarmiento. Mas viendo’que esa Ninfa temerosa Ultrajaba á tus pies el honor mió, Tempestad coo que la Ninfa asustada se arroja i les piea de N** Salgo, porque mi voz te signifique luoti. j dice: La indignación que el pecho ha concebido. Do tu poder te jactas arrogante, Ninfa. — Soberano Dios Neptuno.... Diciendo que la tierra has reducido.

Marte á la embocadura de au bastidor de ramos, ó gruta, Sin que estenderse pueda ni ensancharse, A términos estrechos y prefijos. .Maris.—¿Qué haces, Ninfa, que me agravias, Idea loca de tu fantasia : ¿No ves como en tu propio señorío Sslo precipitado. La tierra nuevas islas cada dia Forma con que destruye tus dominios? ¿A los pies de un dios mariuo Si algún dia á inundarla te atreviste, Obra fué del poder alto y divino, l a sgarra y la levanta. Que á tu soberbia tiene aprisionada, La hija de Marte postrada? Por domar tu ambición con fuertes grillos: Agradeco quo mis iras (%'•) Blazonas quo á los dioses en la esfera Aquí no te despedazan. Escupes, cuando estás enfurecido: ¿No ves que tus furores son espumas, Ninfa.— Padre mió! Que el aquilón deshace de un soplido? Marte.—¡Qué furor! Calla, no me hables palabra. ¿De Júpiter supremo el poder quieres Usurparle, blasfemo y atrevido? Y tú, caduco dios, húmedo y frió, Mas no me espanto, que las humedades ¿Cómo á la hija de Palas y de Marte, T e tienen el cerebro ya podrido. A insultar en este sacro sitio. Que ninguna deidad en competencia Sin temor de mis iras vengativas Igualar su poder podrá contigo, Hoy te has determinado y atrevido? Dices; y yo, que un dios de caracoles Rato ha quo tus raznnes escuchando Eres solo, Neptuno, te lo digo. He estado desde aquel oculto sitio, De amparara Albion haces empeño, Reprimido, hasta ver en que paraba Mas como es tu poder tan reducido En todas tus empresas quedas siempre, De tu jactancia el loco desvario; Neptuno, tan airoso y tan lucido. e l p a r n a s o Or ie n t a l . 237 EL PARNASO ORIENTAL.

¿Por quien sino por Marte valeroso, Puerto-Rico, ol Ferrol y las Canarias Tanta gloria en el orbe han adquirido? Son do tu gran poder buenos testigos. ¿Qué Nación, á quien Marte se lia inclinado, ¿En que parto del orbe la Inglaterra A las demas del orbe no ha nbatido? Con todo tu favor y patrocinio Pues,Neptuno caduco é insensato, No ha cubierto de oprovio sus empresas Si son los Españoles hijos mios, Y ha mirado fustradossus designios? Si subes que en el globo las Naciones Si algún triunfo consigue, es con traiciones, El nombre do español solo han temido, Que estas do tí, Neptuno, habrá aprendido, (No digo avasallarlos) ¡qué locural Pues te muestras sereno al navegante l'ero ni aun en amago resistirlos: Para lograr su ruina en su descuido. ¿Podrá nunca la triste Inglaterra, Esas riquezas de Albion que ensalzas, De quien he sido siempre yo enemigo? Con robos y rapiñas ha adquirido: Corre, Neptuno, corre presuroso. ¿Qué Nación en el orbe no hay quejosa A Buenos Aires, donde átus amigos De su ambicioso, avaro piratismo? Habrán ya hecho pedazos, y abrasado Neptuno, de esta suerte ho contestado Las furias que he mandado del Cocíto. A tus muchas locuras y delirios; Anda, ves, dale ayuda á los ingleses, Pero no está del todo hecha la cuenta, Contra Megera Alecto y sus ministros, Aguarda que «un me falta que deciros: A quienes he encargado presurosas Que soy Marte no ignoras, dios guerrero, Fuesoi. á tu pesar á destruirlos. De Júpiter y Juno hijo querijo; Y tú, Ninfa, no temas amenazas Que mí padre sus rayos, que Vulcano fraguas De quieu no ha de cumplir lo prometido; Y que Plutonsus furias, á mi arbitrio Y siempre tén presente en la memoria Me ofrecen obsequiosos, por si acaso Que eres hija de Marte esclarecido. Para triunfar tal vez las necesito: Y tú, Neptuno fátuo, dios de conchas, Que en el orbe ninguno, inmortal gloria Que á Júpiter últrajas, y atrevido Sin la ayuda da Marte, ha conseguido: Mi sagrado respeto profanando, Los Hércules, Aquiles y Antenotes, En esta Selva te has introducido El ser deidades deben á mi brio: A insultar á esta Ninfa, que es en ella Los Alejandros, Cides, Viriutos, El objeto é imán de mis cariños; Césares, Scipioues, é infinitos, Agradece no clave ahora en tu pecho Cuyo nombre inmortal y cuya fama Esta lanza cruel y vengativa: Correrá la carrera de los siglos, TL PARNASO ORIENTA!. EL TAUNASO ORIENTAL.

Y to advierto también, que si presumes Me tiene absorta y pasmada! En venganza de todo lo que has oido, ¡Ah Inglaterra! hasta el ciclo Contra alguna española navecilla T us intrigas traen en armas; El tridente mover, su agravio es mió: Pero si mi padre Marte Hoy contra ti so declara, Y te juro por todas las deidades, En vano serán, Albion, El dejarte en tu abismo confundido, i Tus insidias y acechanzas. Hechando sobre tí de un golpe solo Mas vuelva mi reflexión Valles, selvas, peñascos, montes, riscos, A la contienda pasada Vcsubios, Etnas, llamas, Mongibelos, De los dioses, que por ella Y todos los incendios del Avismo, Se alientan mis esperanzas: Que chupen y consuman gota á gota Mi padre dijo a Ncptuno El humor de tu imperio cristalino. Que á estas horas, destrozadas Neptuno— Marte dios sangriento, horrendo y feo, Estarían ya las tropas No sé como tus voces he sufrido; De la ambiciosa Bretaña: Pero ya mi venganza se prepara: Pues á este efecto las furias Te juro por el sacro lago Estigio, Alecto y la cruel Megera, Que en amparo y favor de Inglaterra Con sus ministros, mis hijos, lie de abortar asombros y prodigios: Tenia comisionadas. Las escuadras y naves españolas jPués qué dudo? ya segura Ha de sorber el mar en sus abismos. La victoria es de mis armas: .Marte—Antes que tú to logres, en mis brazos i Alienta, corazon mió, Has de rendir la vida al furor mió. Y un breve rato descansa. Va al trono.

braza con él, y entre ruido de tem pestad se hunden por el esco* Música dulce Ínterin ta cti"I pn le por el escotillón la Ninfa 3. * veet j« (ilion ó se van p o r entro los ramos ó gruta: queda Bola la iNinfa de gala y con curona. asombrada, y finalizada la tempestad, dice:

Ninfa. — ¡Qué espanto! ¡qué confusion! Ninfa 2.—Con cuanta complacencia ¡Cuantas cosas por mí pasan, Vuelvo á este sitio, donde mi dolencia En que á cada paso encuentra El remedio á sus males Nuevas zozobras el alma! Halló en pechos tan nobles y leale?. ¡De los dioses la contienda e l p a iin a s o o b ie k t a l . 2t> 1 •¿60 EL

Salve, Selva florida, Esta vicisitud, esta inconstancia, A donde entrando muerta hallé la vida, Cuanto arguye del hombre la ignorancia, Salve, y en trinos suaves Cuando tan satisfecho se gloría Te saluden las canoras aves. De un bien que acabai puede con el din; Dígante siempre amores Pues aquel q1 ha hecho el lleno en la fortuna, Las calandrias, jilgueros, ruiseñores; Ha de menguar al fin como la Luna. Corre el Sol refulgente su carrera, Y tus fragantes flores El cierzo nunca ofenda á tus verdores, Hasta el zenit ó centro de la esfera; Mas de allí se despeña r largo paso Como á la rosa y cándida azucena A sepultar su luz en el ocaso. El aquilón no pueda darles pena. Esto á la insana Albion le ha sucedido, Y tú, prenda querida, Ayer me dominó, y hoy la he vencido: Que en brazos de Morfeo estás rendida, Sobre sus ruinas miserables veo Despierta, Ninfa hermosa, Fundado todo el plan de mi deseo. A abrazar á tu madre victoriosa. I .a Religión triunfante 1.—¡Cielos santos! ¡son sueños! ¡desvarios! Ninfa Asustada. Y el Católico Cárlos dominante: Tu madre á su grandeza restaurada, Madre amada! Se abrazan. Y de muchas victorias coronada: ' Ninfa 2.— Prenda del corazon idolatrada! Libres mis dulces hijos, Colmados de placer y regocijos. Abrazadas un corlo instante. Música dulce y corla. Buenos Aires vengada Queda, con tanta sangre derramada Ninfa 1.—Amada madre, que triunfante os veo, Del Britano, que con nobles brios, Es tal mi gozo, quo aun no bien lo creo. Batieron vuestros hijos y los mios: Ninja 2.—Si, y gracias vengo á darte, ¡Oh hermanos venturosos Hija ínclita de Palas y de Marte. Cuyos nombres serán siempre gloriosos. ¿Qué gracias podré darte suficientes E sa Albion rendida A tí y á esos tus hijos excelentes? A mis plañías, se muestra ya abatida: A ellos y á tí, los dioses de victorias Sus orgullosas tropas prisioneras, Coronen, y la Fama de sus glorias Y hechas tapetes mios sus banderas. La pregonera sea Su caudillo, que leyes me imponia, Donde alcanze á lucir la luz febea. Hoy postrado recibe ya la mía: 262 EL PARNASO ORIENTAI.. e ’. p a r n a s o o r ie n t a l . 263 Las Naciones admiren su heroísmo, Sulealtad.su valor y patriotismo; Y como sombras se pasan: Pronuncie con dolor la Gran Bretaña ¡Oh que dulce fue el instante Sus nombres, y con gloria nuestra España: Que las voces escuchaba, Temple en tu honor, ó fiel Montevideo, De aquella querida madre La cítara dorada el dulce Orfeo, A quien perdida lloraba! A cuyo son, las Ninfas del Parnaso Pero aunque faltó á mi visla T e aplaudan del Oriente hasta el Ocaso. Yo inc siento consolada, Mientras mi pecho amante enternecido Pues ya sé que libre vive Con lágrimas se ostenta agradecido: Y en sus glorias restaurada, Lágrimas de placer con que, hija mia. ¡Por el valor de mis hijos Por los ojos se asoma mi alegría; Ya Buenos Airea vengada! Y lágrimas, en fin, con que elocuente Clamar con gozo podemos. Mi gratitud te ofrezco eternamente. Ninfa 1.—Entre estreñios opuestos Dentro clarín y voces :— Del amor y ternura, Victoria para nuestras armas. Siente mi corazon Batalla dura. Ninfa 1.— Repetidlo muchas veces Madre mía, ay de m í! Para recreo del alma. ¡Deliquios tiernos! Madre amada, ay de m í! Yo desfallezco. Se desmaya. Tocan marcha militar, y ealen el Gobernador con una carta en la mano, y el oficial conductor con botaB y espuelas. M úsica dulce, iuterin lo cual 6e desaonrece por el escotillón la eegundi Ninfa, vuelve la primera en ei, y diee: Ninfa 1. — ¿Gobernador, qué hay de nuevo? N"ufa I.—Amada madre. . .¡mas donde! Gobernad.— Efectos son de esta carta, Como la ocasion pasada La voz del pueblo lo ha dicho. Se ausentó de mi presencia! Ninfa. — Leedla, pues: anticipada .1p. ¡Oh cuan momentáneos andan Tenia yo la noticia. Do esta vida los placeres! Gobernad.—Ahora de dármela acaba Poco las dichas aguardan: Este oficial; dice así: Sombras son tan solamente, Gob.lée.—Muy Señor m io: Sonias 12 del dia, y 2 0 1 m . p a r n a s o o r i e n t a l . E'. PARNASO ORIENTAL.

en C9tn hora doy á V. la plausible noticia de Pero en la ocasion presente haber logrado nuestras armas una completa Me es vuestra vista tan grata, victoria contra los Ingleses. El como, lo mani­ Cuanto es á la mariposa festará á V. S. el oficial dador do esta, que es Amable, la hermosa llama uno de los personages que mas hau contribuido A quien en torno festeja, á la acción. La brovedad no da lugar á mas. Hasta que en ella se abrasa; Cuanto es á la bella flor Dios guarde á V. S. muchos años. Deleitable y apreciada Ninfa. — ¡Qué regocijo! ¡qué gozo La hermosa vista del Sol El alma tengo anegada Después de la noche larga; Con la dulce complacencia Cuanto al navegante alegra Una apacible bonanza. Que esta noticia me causa. Después del horror y sustos Gobernador, al instante De una terrible borrasca; Mandad hacer una salva, Cuanto á la tórtola amanto Y el pueblo repita á voces, Que en el bosque se quejaba Viva nuestra augusta España. Deleitable, la presencia Gobern.—Presto estaréis complacida. Del consorte á quien llamaba; Que ya el pueblo ansioso aguarda. Y cuanto á un amante tierno, Hijos, vuestra complacencia (A l bastidor. Después de una ausencia amarga, Mostrad con una descarga, Le regocijan los brazos Y decid regocijados: De la prenda que idolatra : Viva nuestra augusta España. De las plausibles victorias Con que hoy mi alma se regala, Ocupa la Ninfa ol trono, so repite dentro el viva, aum entando vivas Sois, ¡oh dulces hijos mibs! Buenos Aires y á Montevideo, descarga de fusile*; concluido esto con una brillante marcha de orquesta y música Primera eficiente causa. militar, salen lo mej ir ordenado quesea posible el Cabildo, ¿Cómo podré, pues, miraros Comercio, Hacendados, y los que estuvieren de oficiales. Sino con las mismas ansias Que mira la mariposa Ninfa. — Mi carino, dulces hijos, A la refulgente llama, Que tan tiernamente os ama, Que la flor al sol hermoso, Siempre con vuestra presencia Y que el nauta á la bonanza, Se consuela y se regala; ■______~ 2GÜ n . p»«S»S0 OKICKTAU F.L PARNASO o m e s t a u , -*i7 Quo la titrtoln ni colicorto Los vecinos pudientes, p u s caudales V que el amante A su amada? Prodigan n favor del indigente; Excelso Gobernador, Obra allí el patriotismo cuanto puede, Senado do inmortal fama, Y en algún modoá lo posible excede. Esclarecido Comorcio, Do todo el Anglo la noticia tiene, Hacendados, firme basa | Y activo y vigilante en eus funciones. I)e la lealtad y la fé, Con la mayor presteza se previene Habéis triunfado ; mas falta Tomando las debidas precauciones: Para mayor rogocijo Los puestos fortifica y los sostiene, El que sepáis cuanto pasa: Abocando á la calle sus caíiones, Que por esto vue«tra vista De artillería el fuerte guarnecido Me es ahora tan apreciada. Uu Espiu parecía embravecido. Valiente Adalid guerrero De soldados valientes y aguerridos Dadnos la noticia exacta Refuerzo á Berresford Popbaui envía. De todo lo sucedido. Los que hechos á vencer, jamás vencidos. Oficial.— Ya obedezco lo que mandas. Con ansia esperan del ataque el día: Nuestro ejército en tanto, á los egidos De aquella Capital, llegado había; POEMA. Y acampados allí los escuadrones Se dá principio á las operaciones. La triste Buenos Aires, que gimiendo Nuestro ínclito caudillo, luego pasa Su duro cautiverio, 6C lamento; Un oficio, en que al Anglo vá intimando El socorro que le vá, sabiendo, La entrega V rendición de aquella Plazn, Su valor y nobleza antigua alienta: Que gimiendo cautiva, está á su mando: De secreto se alarma, previniendo Eerreslard animoso lo rechaza La mas justa venganza de su afrenta: Con otro oficio, en el que contestando Siempre fiol, siempre loal, y esclarecida Dice la sostendrá como es debido, Fue nuestra Capital, aunque oprimida. Hasta versea cenizas reducido. De patriotas valientes y leales El Gcdcon francés, ó mejor Marte, Se hace una agregación, y prontamente La respuesta briosa habiendo oido, A unirse á nuestro ejército en sus reales Al arma toca, y cual rayo parto Activa se destaca y diligente: De su terrible ejército seguid«: 0 6 8 EL PARNASO ORIENTAL. E t PARNASO ORIENTAL. 2 6 9

Un trozo He enemigos, tiene parte, Y anhelando per verlos destruidos Que en el Iteliro eMá fortnlocido; Los piquetes do guardias asaltaban: Llegn nllí con sus tropna, y severo Su intrepidéz, furor y valentía Empieza Marte á cnsnngrentnr su acero. Apresura el ataque al otro din. Suena el clarin, herido el parcho gime. De Agosto el dia doco se contaba, Volcanes Innzan la* volantes pieza», Cuando á las diez del dicho fué avisado Y del incendio que ol enfion esprime, Nuestro Gefe, que el Ingles se hallaba Fueron los enemigos Ins pavezasi De los fuertes Miñones atacado: Fuerte el brnzo español la espada esgrime, Previene el riesgo en que esta tropa estaba, Segando

¿Cómo han de esplicar, pues faltan Ruido de tempestad, y entro relámpagos y tru e u o s , sp c o com o á pura fuerza Marte á Nepiunn, lo arroja con furia en el euelo, Espresiones & la lengua, le pone el pié encima y le apunta la lanaa al pecho. Que el gozo tiene embargada? Y así es fuerza que conmigo Ninfa.—¡Nueva confusión es esta! Vuestros demas hijos, hagan Toítos.—¡Qu<- horror! A vuestros triunfos gloriosos Marte.—Júpiter ordena Entre sus vivas la salva : Tengas el justo castigo La invicta Montevideo En aquesta misma selva, Viva triunfante y ufana. Donde tu arrogancia vana Prorrumpió en tantas blasfemias Contra todas Ias d e i d a d e s Todos repiten con c»j*8. Que en esas esferas reinan: Manda que á mis plantas puesto Neptuno, testigo seas J V in fa < —Hacendados generosos, Del regocijo con que hoy En quienes el Rey, la Patria, Mis Españoles celebran La Religión y el Estado, Sus victorias y sus triunfos, Siempre epilogados so hallan Contra esa Nación proterva, Liberalidad, valor, Contra esos viles Js/eños, Lealtad y fé pura y clara; De quien tutelar te ostentas: Vuestras mis victorias son: Míralo3ya destruidos, ¿No sois mis hijos? pues basta, Sin que tu favor les pueda Hijos de Montevideo, Ni remediar sus quebrantos, Con todos mis voces hablan: Ni dar alivio á sus penas: Vuestras son aquestas glorias, Mira con despecho tuyo Vuestras son victorias tantas, Y con horror de su afrenta, Vuestro el Justísimo elogio Esas tropas veteranas Con que lia de decir la fama Arrolladas, prisioneras Por la redondez del orbe, De unas tropas despreciadas Que á Puenos Aires vengada Do tu arrogancia y soberbia: Dejasteis, manifestando Mira, en fin, á tu despecho La lealtad mas acendrada. Como el fuerte Marte venga 2 7 8 EL PARNASO ORIENTAL. f.l p a r n a s o o r i e n t a l . 2 7 9 Las injurias que to hacen, A quien su poilcr proteja. J\'cptuno— La envidia, el furor, la rabia Me atormentan, sin que pueda CANCION

De este tirano opresor DE DESPEDIDA DEL UEOIMlEHTO NUM. 9, EN 80 PARTIDA AL PERr, Contrarrestar la violencia. e n e l a ñ o d e 1 8 1 4 . Alarle.—¿Pero para que te oprimo? Levanta; y á la Inglaterra Por el Presbítero Don Juan Francisco Martínez. * Comunícale tu agravio Di lo que á vongarle vuelva- (Hijo de Montevideo.) Que la fiel Montevideo Y Buenos Aires, esperan Con únsia que sus escuadras Segunda vez acometan; El Regimiento nueve, Para que con nuevos triunfos Digno de eterno honor, Coronadas sus cabezas A ganar nuevos triunfos, De laureles, en sus manos Al Perú marcha hoy; Nuevas palmas rcvcrdcz.can. Y de tí, Buenos Aires, Hijos de Marte, gloriosos Cou aquesta canción De serlo, habéis dado pruebas, Se despide diciendo: Haciendo flamear laureadas Buenos Aires, á Dios. Las españolas banderas; Pues decid triunfantes héroes, Coro. De tanta alegría en muestras : Vivan las dos mas ilustres ¡A la guerra, á la guerra, soldados! Ciudades de nuestra América. Muera el usurpador, Viva América libre, Repiten todo-', y onja». Triunfe nuestro valor. Vivan, &a. * Capellán del Regimiento 9 al que acompaño en eu eepedicion al Perú en el aíio cilado. Este legimiento en su to'.&lidad era coim­ Fin del Drama. puesto de Orientales» y fue uno de los que mns se distinguieron en esa gloriosa campaña. (N ota del Editob.'í 2 0 0 EL PARNASO ORIENTAL. KL PARNASO ORIENTAL. 2 8 1 La piedra angular croa Recuerda que valientes En que so cimentó Jamás nos aterró La libertad dichosa La desnudéz, miseria De una infame opresion: Ni el fuego del cañón:. Columna estable y fuerte Que solo nuestros pechos Que firme sostiene hoy Muro de oposicion Al soberbio edificio Fueron siempre á las balas De nuestra redención. Del godo usurpador. Coro. Coro.

A Dio», ciudad gloriosa Recuerda cuantos triunfos Del orbe admiración, Con inmortal blazon, Centro, compendio y cifra El regimiento nueve Del honor y el valor: A tus plantas rindió: No olvides estos hijos ¿Las Piedras, San José, Que so apartan de vos, Y el Cerritono son Para con nuevas palmas Monumentos eternos Aumentar tu esplendor. De nuestra fé y valor?

Coro. Coro. > Recuerda la constancia, Recuerda que de Marte Y aquol bélico ardor Hijos valientes son Conque Montevideo, Los bravos Orientales Sitiándolo nos vio Que hoy marchan á tu voz: Hasta rendir gloriosos Con tan dulces recuerdos La terca obstinación, No puedes dudar, no, Que sus soberbios muros T e ofrezcan nuevos triunfos Daba á el godo feroz. Quien tantos ya to dio.

Coro. Coro. TOW. 3 38 82 EL PARNASO ORIENTAL. EL PARNASO ORIENTAL. 283

Puesto el Perú á tus plantas ¡O dura ley do ausencia! V eris por el valor ¡O cruel separación Del regimiento nuevo De objetos tan amables! Que hoy te jura ante Dios A Dios, ninfas, á Dios; Que á morir ó vencer A Dios, que á triunfos vamos Van con paso veloz: Y á ganar con honor A rendir los tiranos, Palmas que & vuestras plantas O acabar con honor. Rindan nuestro_valor. Coro. Coro. AI arma, pues, soldados; Ninfas del Argentino, Repita nuestra voz: Cuyo hermoso primor ¡Viva América libre! Avasalla y cautiva ¡Viva la dulce unión! Al mismo dios de amor, ¡Y viva Buenos Aires! El nono regimiento A quien decimos hoy Con pena y co n dolor Entre tiernos deliquios: De vosotras se aparta ; Buenos Aires, ¡á Dios! A Dios, Ninfas, á Dios

Coro.

De Belona y Diana Nadie duda que sois, Bellísimas porteñas, Gloriosa emulación; Pues en vosotras se uno Con rara admiración Discreción, hermosura. Gracia, garbo y valor. Coro. EL PARNASO ORIENTAL. 284 EL PARNASO ORIENTAL. 285

A l b e o u n d o d o l o r ,

A LOS (La fuga al Egipto.)

SIETE DOLORES D E LA VIRGEN. De Herodcs huyendo O Con tu hijo inocente, Sufriste doliente ENDECHAS INEDITAS Penuria fatal : Tu seno amoroso Por D. Francisco A. de Figueroa. Le abriga y tu aliento, í5 Mas cada lamento T e clava un puñal. Coro Coro. Salve triste viuda. Salve triste viuda, ki¡- Salve tierna Madre, De los ajlijidos Dulce vida, salve. A l t e r c e r d o l o r ,

Al prim er dolor, (Buscando al niño perdido.) (La Profecía de Sao Simeón.) Del Santo Profeta Con triste congoja La espada anunciada Buscabas perdido Ya, ó Madre angustiada, Al niño querido To hirió el corazon. Tu amparo y tu bien : Cual triste paloma Tres dias el cielo Dó quier dolorida, T e vio en agonías, Llevas en la herida Y el cáliz tres dias Pebiste también. Clavado el harpón. Coro. Coro. Salve triste viuda, Sra. Salve triste viuda, 8,-a. EL PARNASO ORIENTAL. E'. PARNASO ORIENTAL. 2 81) 287

A l c u a r t o d o l o r , A l s e x t o d o l o r , (Recibiendo muerto á Jeeus en sus brazos.) (Encontrando á Jesús en la calle de la amargura.> O tórtola triste Llegado ya el tiempo Que huérfana lloras, Que un Dios padeciera, Ya al hijo que adoras Con ansia mas fiera Sin vida lo vés : Buscaste á Jesús ; Su sangre y tu llanto Mas ay, que le encuentras, Le baüan las sienes, ¡Olí agudo tormento! Ay! que ya lo tienes Herido y sangriento Por la última vez!! Cargando la Cruz. Coro. Coro. Salve triste viuda, S,-a. Salve triste viuda, &•«. A l SEPTIMO Y u l t im o d o l o r , (Al dejar sepultado á su Santísimo Hijo.)

A l quinto dolor, Y a entre sombras yace Tu sol eclipsado, (Viendo espirar á su hijo en la Cruz.) Ya le han sepultado, ¡Oh lance cruél! Que inmenso martirio Al mármol te abrazas Sufriste María, Llorando aflijida, Cuando en su agonía Pues tu alma y tu vida Miraste á tu amor : Sepultan con él. Al pié del madero Su sangre recibes, Coro. El muere, y tu vives Salve triste viuda, Para mas dolor. Salve tierna Madre, De los ajlijidos Coro. Dulce vida, salve. Salve triste fiada. iVn. 8SS EL PARNASO ORIENTAL.

"• PAR!t« o O riental. 289 EPITAFIO VERSO EN PORTUGUES. EN LA SEPULTURA DE UN AMIGO.

lurei sobre a pira arderte Por D. Francisca A. de Figueroa. Adorarle, e firme ser.

GLOSA DECIMA INEDITA. Par D. Francisco A. dé Flgueroa,

Aquí en funérea mansión, á petición de un amigo. O Alen, tu ceniza cara Benigno cubre y ampara INEDITA. El signo de redención ; Tu amigo aquí en aflicción Llora, gime y no le oirás! La Parca le ha herido mas Sarianinha, cu reverente Aunque en tí e l estrago ha hecho, ¡>bsorto em tua formosura Pues él ya murió en tu pecho, Wespeito, amor, c ternura Y tú en su alma vivo estás. —urei sobre apira ardente; > s prissoens que o peito sente Zao as pertendo romper; —ngrata bem podes ser, Zada temo... .pois amante tto minha gloria incesante >■dorarte, e firme ser.

TOJf. 3 2 9 0 e l parnaso oriental. pa r n a so o r i e n t a i. Eu vi hum retrato ideai Das virtudes c o teu trato Forsa hé que delirante Me diz quo tu lies do retrato De ilusB oens me contente O perfeito originai ; Que nas saudades me aleute, Por hum destino fatai Que ine imaginc ditoso, Teu peito me nao consente, E que cumpru o que amoroso Mas eu fiel o permanente lurei sobre a pira ardente. Até o dcadéin te agradesso Que amar ainda o teu desprcsso m Ita ci sobre a pira ardente. Como fica murcha a flor «fi» A quem o sol nao assisto, Assim murcha o peito triste Da Salamandra os autores Fnltandomc o teu amor; Cóntaon quo vive no fogo, Mas se do fado o rigor Eu vivendo cm tanto afogo Excigo o meu padccer, Sou Salamandra de amores; A hum fantastico dover Proseguo nos teus rigores, Sacrificamo tirann, Costa de me ver morrcr, Com tanto cu possa, Mariana, Pois nao tendo tu o poder Adorarle, e firme scr. De extinguir esta paixáon Torci por consolassaon Adorarle, e firme ser.

6$8

Lávraon na rocha constante As ngoas do mar chocando, Nao posso cu lavrar chorando' Esse peito de diamante ; 2 0 2 EL PARNASO ORIENTAI. EL PARNASO ORIENTAL. 2 9 3

A un mal Cirujano que puto en su puerta (en el Janeiro) este letrero— A una vieja portuguesa que ponderaba mucho la discreción de su hija cultiparla y fea. JY. ile JV. — Cirurjiaon mor. SONETO

m i m w ® (Del mismo.)

Por D. Francisca A . de Figueroa. INEDITO.

INEDITO.

Basta ja, dona Joana, pois me impesta . Essa sua filila exótica, e pedante ! Oh Cirurjiaon das duzias! * oh macaco! Eia, longe de mini! va là a hum vergante Dcpois de teres tanta yente morta Que ature discressaon da sua Modesta. Teu officio c teu nome póens na porta.... ¡Isto só foi conselho do Dcos Baco! Que eia seja doncela, e muito honesta, Naon fassas gestos porque nssim te ataco, Que entenda a geografia, que eia cante, Que bem pouco tua colera me importa Que saiba poetizar... .naon lie bastante, Pois tem a cara feia, e indigesta. Cuando indignado o publico te exhorta A naon seres brayeiro, nom belhaco. De nada pois lhe vale o ser doutora, Passa fora impostor; pois tenho indicio Que para dizer vossa diga veslru Que a hipocratica gente so desdoura Falando seu latim minha senhora : De seres taon patífe em teu officio s A gente castelhana he muilo destra, E porque nesta idade, e na vindoura Da cara, e naon da fala se enamora, Te conhessaon melhor__ .no frontispicio E naon quer para sogra a avelha mostra. Manda pintar... .a Parca cô a tissoura.

* Das duzias, equivale á ln palabra adocenado en español. Nota del autor. 2 9 1 EL PARNASO ORIENTAL. E'. PARNASO ORIENTAL. 29 5

A buscarto partia LETRILLA, A MIRTA. Contento y solitario: Y al divisarte, Mirta! (Por D. Isidoro de Maria,) Do gozo cnagenado, Altas preces rindiera INEDITA. Al Creador Soberano; Y en breve yo á tus gracias Ofrecía mi holocausto — Cuando tranquila un dia Al llegar el momento, Desde un frondoso prado, ¡Momento afortunado! A orillas de una fuente En que de mi pasión Guardabns tu rebaño; T e pintase un fiel cuadro; Y de mil flores bellas Te abrí, Mirta, mi pecho: Tus marfilicas manos, Y tú viste su estado: Matizadas coronas Viste la cruel herida Estaban figurando; De tus sutiles dardos; Te vi: y al grato son Y en fin, la llama viste, Del instrumento blando, La llama en que me abraso.— Dulces coplas de Ovidio Entonces mis suspiros Entoné deleitado, Mezclados con mi llanto, De tus corales labios Que á tu feliz tarea Un dulce sí arrancaron.— Suspenderle lograron.— Sí, que de tu sonrisa Entonces tus divinos Amena, acompañado, Ojos, en mí fijados, Al corazon amante Llegaron á inspirarme De júbilo inundaron.— De amor el fuego sacio. — Las cristalinas aguas Perdí desde ese instante Del arroyuelo blando, Mi reposo mas caro, Nuestros ardientes votos Por consagrarme todo Do amarnos escucharon; A tus gratos encantos. — Y de que yo sería Apenas Febo había El árbitro de tu mano.— El valle iluminado; EL PARNASO ORIENTAL. EL PARNASO ORIENTAL. 297 Es tiempo, pues, mi Mirta, Quo el juramento santo, En plácida calma Ante el altar de Juno Vagaba feliz En breve le cumplamos: Eacento de amores Que arda la hermosa antorcha Y su ansia febril; Del himenéo deseado, Cuando por mi daño Uniendo para siompro A Fílida vi, Indisoluble lazo Cuyo propio nombro Nuestros dos corazones No he de dcacubrir: Que afecto se juraron. L a vi maa brillante Un dia de Abril, Que el sol cuando alumbra En au alto zenit, Nacen azucenas brotan alelís, Dó quiera que imprime Su planta sutil. EL SUSPIRO PERDIDO. E ra en forma humana Bello Serafín, LETRILLA INEDITA, O del paraíso

Por Don Francisco Acuña de Figueroa. Lindísima Hurí. Su pié delicado Se vé reducir Al breve zapato De blanco tabí: Suspiro que el alm a Tornándose el suelo Exhaló de sí, Florido jardin, De amor y ternura Que es de su hermosura Desaogo infeliz ; Dichoso pensil. Vuélvete á mi pecho, Mil ninfas envidian Disípate allí, Sus galas allí, Que solo vie es Jado Porque es mi adorada Callar y morir. L a reina entre mil, TOM. 3 2!» EL PARNASO ORIENTAL. t.L PARNASO ORIENTAL. 29SÍ Las Gracias le ciñen Al tallo gentil Do sus negros ojoa La banda elegante Bien puedo inferir, Que á cada mirada Que abrocha un zafir. Es flecha sutil. Y en torno u la saya Flechas quo embellece De verde pequin, Pudor juvenil, El céfiro amanto Que á fuer de inoccntc3 Exhala ambar-gris. Me vienen á herir Son sus bellos dientes Mas, ¿cuino mi triste Perlas del Ofir, Numen báladí, Su aliento un aroma, Su bello retrato Su boca un rubí. Osa describir? Tejido el cabello El solo en mi pecho Con vario matiz, Kesidc, y allí Cual ébano en trenzas Amor le ha grabado So vé relucir; Con firme buril. ü en bucles graciosos Pues esto embelezo, Baja á circuir Esto ángel, en fin, El cuello que imita A quien diera el ciclo Torneado marfil. Forma femenil: Su tez nacarada Es la que yo adoro 3 De nievo yjazmin, Con tal frenesí, La forma embellece Que de enloquecerme Del rostro infantil; Estoy en un triz. Y en los dos hoyitos Lo estoy, pues la ingrata Que forma al reír, Se goza entre sí Cupido se escondo, Do verme en silencio Y vuelve á salir; Amar y sufrir. Y el dedo en la boca Dó quier mas rendido Me quiere advertir Que el tierno Amadís, O líe solo me es dado Siento en su presencia Callar y morir. Mi pecho latir; F.L PiRNASO ORIENTAL. EL PARNASO ORIENTAL. 3 0 1

Mas cuando mi pena L a voy á decir, A UNA VIEJA PRESUMIDA. Su ciclo se eclipsa Con tristo cariz: LETRILLA INEDITA, O asoma en su rostro Rubor carmesí, Por D. M. M. Carrillo. Que al labio reprimo (i Su amante desliz. Así pues, suspiro, Vieja maldita, Vuélvete ácia in¡, Vieja perversa, Y deja en mi llanto ¿De qué te sirvo Tu fuego extinguir: Ser tan coqueta, Quejarme no puedo, Con osa facha Ni menos gemir, Mas que grotesca: Que soto me es Jado Con esa cara Callar y morir. De media legua, Hosca rugosa Y amarillenta? Tu escasa boca Como una espuerta, Dientes helgados Con sus troneras, Con mas portillos Que pared vieja. Tu lengua, ¡oh Dioses! Libradnos de ella, De chismes siempre Azás repleta. Larga estatura Do granadera, Acanutada J 302 EL PARNASO ORIENTAL. E’. PARNASO ORIENTAL. 3 0 3

Y tan reseca. Lacayos hembras. Que por cecina Por vicios nunca Pasar pudiera. Te diste pena, Tus piecesilos Ora ol polvillo, De uua toeza, Ora botella, Con sus juanetes Y con los hombres De tercia y inedia. Fuiste tan fiera Todo el conjunto Que á ciento y uno Es, si lo observas, Dabas audiencia. Caricatura; Tu geniecito Pero muy fea. Pasar pudiera De tus virtudes, Para una harpía Aunque de prisa, Condicion buena. T ocar el cuadro Por mas que esfuerzes Quiere mi idea. La tu belleza, Muchacha fuiste, Y con diamantes Fuiste soltera: Y plumas sueltas No mucho tiempo Y de rubíes Fuiste doncella; Collar de perlas; Casada, viuda, Y con encages Y siempre chueca: Y mangas huecas, Y á Dios las gracias Te me engalanes, El mundo diera, Y te me prendas: Por que tu prolo Al fin y al cabo Quedara huera. Tia Micaela. Tus lustres llegan Hasta'iVlarquesa, Tus lustros pasan De una docena. Tuvisto cocho, Fusca librea, Volantes siempre, EL PARNASO ORIENTAL. 3 0 4 E>, PARNASO ORIENTAL. 3 0 5 EPITAFIO A UNA MADRE. L A M ALA MBU N A ID A , ó Por Don Francisco Acuña de Figueroa. m LA CONJURACION d e l»» VIEJAS CONTRA LAS JOVENES. POEMA JOCO-SERIO * Aquí el despojo mortal De una madre amante yace, Por Don Francisco Acuña de Figueroa. Aquí en vano se deshace Dividido en 5 Cantor:—1. El Proyecto.—2. La reunión de la.9 Viejas. En llanto el amor filial ; — 3. El aliptnmiento de las Jóvene*.— 4. El CongTeso y la día« Recibe, ó polvo fatal, cusion.—y 5. Los himnos de Guerra y la batalla. Esta ofrenda del dolor, Que entre el silencio y pavor CANTO I.®— EL PROYECTO. Recuerde á tu sombra pura ARGUMENTO. De tu esposo la ternura Concibe Malambruna la alia idea De tus hijos el dolor. De la conspiración del viejo bando; Un enjambre de brujas la rodea 833 A las que arenga con furor infando; O T R O A U J\\d JOVEN. Citan estas las viejas de pelea Que en brazos de Morfeo están roncando; (Por el mismo.) ¡Salta un ratón; lo atrapa Cerberino; Mas ella se arma, y sale en su pollino. Sucumbió cual tierna flor Cuando empezaba á lucir, Octava 1. —No el sangriento combate de Lepanto, Sin librarla del morir Ni del Troyano el hórrido destino, Virtud, belleza y candor,- Ni del Griego Jasón la empresa tanto, Justo es que el materno amor Arrebatando el áureo Vellocino; Este recuerdo le dé, Mas las guerras, los odios y el espanto T ú que pasas, llega y vé, Que vió el mundo en el bando femenino Contempla en tu alma agitada Por los celos frenéticos y quejas Que hoy es tierra, polvo y nada, Que alimentaban las tremendas Viejas. La que ayer hermosa fué. Sacado de las poesías meditas de este Señor. (Nota del Edil.) TOM . 3 3 9 EL PARNASO ORIENTAL.

EL PARNASO ORIENTAL. 307

• Al atónito mundo en ronco acento S. — Con igual ogeriza, igual deseo Diré las iras y el fiiror salvage Respirando una vieja envidia y daño, Del escuadrón vetusto, que sangriento (Pues son en cuanto viejas según creo . Quiso á las ninfas inferir ultrage; Iguales las de ahora á las de antaño) Cantaré su derrota y escarmiento, En tanto que en los brazos de Morfeo Y cambiando do tono y de lenguage Yacen las ninfas, con furor estraño Ofreceré holocaustos á las bellas Gruñendo votos y arrojando espuma Sus nombres ensalzando á las estrellas. Se agita desvelada en blanda pluma.

6. —Grabado en su hondo pecho permanece * En tan fiero contraste, yo os imploro (Perdóneme este plagio el gran Mantuano) Turbio Pluton, y Apolo esclarecido, El desprecio insultante que padece Porque ora discordante, ora sonoro Y el olvido y desden del hombre insano: Al vário asunto imite en el sonido: Recuerda quo en sus aras ya no ofrece Venga una ninfa con su fllauta do oro, Tiernas ofrendas el voluble humano, Y un vestiglo con cuerno retorcido, Y hasta las heces del veneno apura Para hacer resonar en éco alterno Al contemplar marchita su hermosura. Unas veces la flauta, otras el cuerno.

7. — Haciendo rechinar cual fiero zorro De tiempo inmemorial no pocas viejas Las desiguales teclas ó raigones, Que pasan engullendo navidades, Con una voz tembleque como chorro Y que piensan, tiñendose las cojas, Quo se quiebra entre guijas y terrones; Cubrir con el pebete las edades, Rasgando airada la escofieta ó gorro Miran con ogeriza y forman quejas Y alteradas las lívidas facciones De las tiernas y jóvenes deidades, Dijo al fin entro encías, no ontro dientes, Queriendo que los hombres (cosa fiera) Perezcan mis rivales insolentes !!

En lugar de salmón, coman salmuera. * Manco allá niento repostum &a. ( Virgilio) f

i Esta nota y las que s¡gucn*8on del autor. (Mtfa del Editor V, EL PARNASO ORIENTAL. 3 0 8 EL PARNASO ORIENTAL. 309

8. — Que perezcan1! ropito ; y con (lcspeclio U .—La vieja Malambruna. así se llama Sobre el siniestro codo se sustenta. Esta que el genio del furor apura Incorpora su mole, y so oye el lecho Al ver el cuerno y la desierta cama Crugir sobre la masa corpulenta; Hace cstremos de rabia y de locura; Y revolviendo allá dentro del pecho Y ciega en el incendio que la inflama El plan de la discordia truculenta. Una joven rival se le figura Arroja con furente desaliño Su sombra; que la luz pinta en la alfombra, Una mano al jubón otra al corpiño. * Y cierra á mogicones con su sombra.

9. — La ropa en el desorden y presteza En sus trémulas manos se trabuca, 12.—Tal se lanza con bárbara locura Ya lleva el escarpín á la cabeza. A la sombra fugaz, la vieja vizca, Ya ensaya en una pierna la peluca: Cual viendo en un espejo su figura, Vístese finalmente, so espereza, Maúlla con furor la gata arizca; Salta dol pabellón la enorme cuca, Los fosfóricos ojos con bravura El elástico muelle da un gemido Le brillan, y la araña y la inordizca; Y queda un pozo en el colchon mullido. Pensando en la ilusión que la arrebata Que en el terso cristal hay otra gata. 10.—Pendionte cabe el lecho un cuerno había O desfondado polvorín, que al punto Descuelga y toma la iracunda harpía 13.—Mas tornando en su acuerdo Malambruna, Con un recuerdo á su último difunto, Después que anduvo trompicando al suelo, Al cual, del Orco en la región sombría Torbos los ojos, y la faz perruna Por ser do Amphitrion nuevo trasunto, ** Corre ácia el campo con fuiioso anhelo; Fue preciso atascándose en los cuernos Todo es silencio... .L a naciente luna Meterlo desmochado en los infiernos. Alumbra apenas en el alto cielo, Cuando aquella trepando en una almena Infla la boca, y la trompeta suena. * Imitación do un ver«o de la Gatomaquia ♦* A m phitrion, mansísimo eepo6Q do Alcmena, do la cual tuvo JU» l'iler á Hércules. EL PARNASO ORIENTAL. 3| J 3 1 0 EL PARNASO ORIENTAL.

17.—Allí se ven en formas diferentes 14.—Al destemplado acento que en los cerros Chocantes á la vista y al olfato, Reproducen los ecos, cual mugido, Brujas medio muger, medio serpientes, Responden el ladrido de los perros, Otras caras de chivo y pies de pato: De las lechuzas el fatal chillido : Un vestiglo con cuernos prominentes Toca otra vez el cuerno, y de cencerros Largo de hocico, y de narices chato, Se oye á lo lejos áspero sonido, Hace una vuelta, y arrastrando una ala Muévese el aire, y á la vieja atenta El espolon un círculo señala. Un enjambre de brujas se presenta. 18.— En torno de esta marca misteriosa En cuclillas la chusma toma asiento, 15.—Cual la maniobra del bajel que airado Con un sordo rumor, cual la frondosa Sacude en ancho mar Noto inclemente, Enramada que agita el blando viento; Así de tantas alas agitado Prepárase la vieja sediciosa Con fatigoso afan gime el ambiente: Para arengar; y en ademan atento Haco alto el escuadrón, y un monstruo alado El que preside al cónclave maldito Es Malambrunaü esclamade repente, Con el rabo en la boca, dice chito! * Y atónitas las brujas una á una Repiten Malambrunaü Malambrunaü 19.—O td, empieza la vieja, que figuras Ser el génio ominoso del espanto, Y vosotras humanas criaturas 16.—Murciélago y cabrón, el monstruo odioso Ministros de Plutony Radamanto; ** Con enroscadas vívoras por gola, Si el odio, la venganza y amarguras Tiene en la frente un cuerno luminoso Como ofrenda miráis; si os place tanto Y una cara en la testa, otra en la cola; Humana sangro, y destrucción tremenda Mueve del rabo el cascabel ruidoso, Protejed mi furor___ tendréis ofrenda. Y cada cual con grande bataola, * Se advierte que cuando el diablo preside en los conventículos Desciende de la escoba en que cabalga no liene manos sino aletae; en tales casos se gobierna con el rabo.- Aplicándole el ósculo en la nalga. * esto es auténtico. ** Radamanto, Rey de Lucia, hijo de Júpiter y de Europa, o de * Cerem onias que usan las brujas en sus conventículos vcciso Cu* Egira, como quieren otros. Y es uno de los colegas de Minos y Eaco, ó conjuez del Averno. ■üin do Plancy, Diccionario Infernal. 3 1 2 EL PARNASO ORIENTAL. EL PARNASO ORIENTAL.

20.—Legadas al olvido las ancianas 23. No pretendo el auxilio, ni lo imploro, Al inirur que los hombres delirantes De ancianas que prefieren en la holganza Prefieren los adornos á las canas, El nécio miramiento del decoro Y á las lisas castañas los turbantes, Al heroico placer de la venganza, Devoran su despecho... .y esas vanas Viejas que tiemblan del clarin sonoro, Preciadas de doncellas y elegantes; Viejas que asusta la bruñida lanza, Ostentando sus galas y despojos Y que sordas al eco de mis quejas Nos dan con sus conquistas en los ojos. Las miro indignas de llamarse viejas! * 24.—Sonó el fatal momento; ya las horas 21.—Cansada de sufrir tnmnños males Urgen á la venganza, ya imagino Y el orgulloso triunfo de esas locas, Mirar entre mis uñas vengadoras He resuelto acabar con mis rivRles Desrengadas las ninfas que abomino; Y arrancarles las vidas porlas bocas; Y sabed que si somos vencedoras Amor, el ciego amor les dá panales Cien docenas de infantes os destino Que malogran con dengues y carocas, Porque os hartéis de sangre : esto aseguro Yo por mi parte, ó gémos de la noche, Y ante el tremendo Demogórgon juro. ** Si he de ir á los Íntimos, iré en coche. 25.— Asi habló Malambruna, y un tronido Infecta al aire en humo y alcrebíte; 22.—Para esta empresa os pido que volando Tiembla el polo, y se agita conmovido Deis aviso á mis fieles compañeras El undísono seno do Anfitritc; t Que sacudan al punto el ocio blando El monstruo de sus brujas circuido Emen-hetún, emen-h¡lán, repite, Y acudan a la lid con armas fieras: Con la siniestra pata bate el suelo, Aquí es la reunión; mas recelando Sacude la sonaja, y toma el vuelo. De los hombres las máximas arteras, Dadles un soporífero beleño * Este verso pono al poeta á cubierto de toda responsabilidad y resen- Que los embargue en el profundo sueño. * timiento, y puede asegurar que ninguna de las señoras mayores que catón pre8entei>, asistieron á uquella revolución. ** Demogórgon: deidad la maB antigua, habitaba el centro de la * Fue en efecto bien pensado el hacer dormir á los hombree, loa tierra, deapues abrió el vientre al caos, y sacó do allí á la discordia &a. cuales se venan en gran conflicto ain saber que partido tomar entre f Anfitrite, hija del Occeano y do Don*, y esposa de ÍSepfuno. laa abuelas y las queridas. T O W . 3 40 IL PARNASO ORIENTAL. 'EL VA UN ASO ORIENTAL. 26.—Pasmada y sin temor queda la vieja Fijos los ojos y el oído atento, Ora íí la luz del cuerno que se aleja, -Corre, y la hace mil fiestas como suelo Ora al sonido que le trác el viento: Ora saltando al muslo, ora al zapato, Todo por fin de percibirse deja, O el pié le lame, ó por detras la huele, Mas cual sordo cohete otro momento j ues no es mui melindroso en cuanto á olfato: La vacilante luz reaparece, Ella lo halaga, y luego lo repele; Traspone una montaña, y se obscurece. Mas con ansia que toca en arrebato 27..—Entonces descendiendo de la cumbre Corre y vuelve; y diez veces Cerberino Arremanga el ropage y toma el trote, Alzó la pata, y profanó el Gamino. Sin que sus piernas sientan pesadumbre Ni doble á trece lustros el cocote; 30.—Llega en fin agitada Malambruna, De la luna á la pálida vislumbre, Y sube ácia un recóndito sobrado, Y tratando su cuerpo al estricote, Separando úsu can que la importuna Vuelve ácia su mansión en donde encierra Pues no está para perros su cuidado; La armadura tremenda de la guerra. El como la advirtió de mala luna ■28.—Desde larga distancia oye el ladrido Las orejas bajó desconsolado, De su fiel Ccrberino que está alerta, Y aunque frustrado en sus caricias tiernas Y no como el Trifauce á quien dormido La sigue con la cola entre las piernas. Dejó un Cantor, y con la boca abierta: * El vigilante can la ha conocido 31.—Allí una antigua caja á ver se alcanza Y salta y gruñe por dejar la puerta, A la luz de una triste veladora, Mas ya sin contenerse, parte al cabo Que á tener en su fondo á la esperanza Convulso el cuerpo, y enroscado el rabo. Pudiera ser la caja de Pandora; * * El Trifauce Cerbéro, que guardaba la puerta del Averno, ai En ella á prevención, menos la lanza, cual adormecró cantando ó tañendo Orfeo cuando fué á buscar á eu Los marciales trebejos atesora, esposa Euridice. Algunos por sus manos construidos, NOTA. Y otros, herencia de sus tres maridos.

O ^ -E R R A T A del primer pliego de este Poema, púg. 305— E n algu­ * Pandora, no tuvo podres pues fué fabricada por Vulcano: Júpiter nos pliegos dice al principio —La Mnlambunuida, liase, L a M a - le entregó una coja donde estaban todoa los males y. calamidnders e.-- lambrunaida.. P á g . 303, o cl. 8, l\n . 4, dice—sobre la masa, toe se esparcieron por el mundo luego que lnvu la imprudencia de léase, bajo la masa. P á g . 812, oct. 21, Un. 1G, dice—ínfimos, ¿brir la cojo; pero quedó eu su fondo la csperanzi. liase, iNFiEn»O8.^0 316 EL PARNASO o rien ta l. E', PARNASO ORIENTAL. 317

32.—Mordicantes olores el ambiento 35.—Parte el perro bufando á la carrera; Espira en torno de mastuerzo y ruda, Y cada cual en bárbara apretura Cuando ella asida al aldabón ingente Chilla, ládra,ó reniega, en tal manera Por suspender la tapa aprieta y suda: Que era un dia de juicio, ó de locura; Mas al abrirla salta de repente El fogoso animal con saña fiera Una rata tan grande y bigotuda A su presa persigue, acosa, apura, Que aterrada la vieja cae de espaldas L a a tra p a .. . .y sacudiendo enfurecido Tapandosc los ojos con las faldas. L a hace exhalar el último chillido.

33.—Y no es contradicción ni enigma obscuro 36.—Pasado ya el espanto inopinado, El temer á una rata y no al demonio, Tornando á su arsenal ó arca profunda Pues este huye al asperjes y al conjuro, Saca un feo morrión dó abandonado De lo cual dan los libros testimonio; Está el nido, y la prole rubicunda; Mas aquel vicho roedor é impuro Arrójalos.. . .y al cuero apolillado Es mas difícil; y según Pomponio Para aventar el polvo, dá una tunda, El rato» mas ruin solo descampa Luego ajusta á la hevilla la correa, Con gato ó perro, ó á poder de trampa. Se lo planta, y ufana so pompea.

34.—Cual sucede al soberbio que indiscreto 37.— Forma'su peto y espaldar peludo Desdeñó al inferior en su grandeza, Con dos saléas cada cual de á vara, Que si á una adversidad so vé sugeto De un plato de balanza hace el escudo, Implora sus auxilios con bajeza, Y una picana por lanzon prepara; Así la vieja atónita en su aprieto Pondo del cinto el asador agudo, Repara enCerherino, y con presteza Y el trabuco de caña de tacuara, Chúmbale ! dice, y junto con el chumba, Colgando al cuello á fuer de parapetos Se oye un ladrido, que dó quier retumba. * Una sarta de chapas y amuletos.

* Chumba....no ee critique eeta expresión, pues Malambruna eolia usar algunas palabras provinciales. p g ¿ r -

) 3 1 8 EL l'ARNASO ORIENTAL. e l p a r n a s o o r i e n t a l . 3 j 9

38.—Guarnecido de pieles de conejo Vístese un mameluco de añascóte, 41.—De grueso cuello el asno y gran cabeza, Corto de rabo, y el pisar potente, Y en fin, de un embreado cordelejo Soberbio con su carga y su grandeza Con diez dobleces preparó el chicote; Muestra una gravedad inteligente; Al pasar de esta guisa ante un espejo Es pieza el animal, pero qué pieza !! Vio al mismo Satanás con capirote, Fáltale solo hablar para ser gente, Y haciéndose la cruz corre al establo Como á otros, vice-versa, en sus destinos Pensando que en su cara ha visto al diablo. Les falta el rebuznar, para pollinos.

42.—Porque si todos, lo que valen fueran. 39.—Enjaezando al asno que arrogante Sin hacer escepcion de toga ó farda. La saluda á manera de trompeta, Con grande admiración doquier se vieran Con fieros ojos y hórrido semblante Asnos de casacon, y hombres de albarda; Salo al campo estribando á la gineta, Y tal vez, ni estos versos me sirvieran Palidece la luna vacilante, Para librar mi bulto de la carda, Suena el éco al compáz de la maceta, Y en las metamorfosis merecidas Y al recio choque, y al semblante adusto Me tocase la suerte del Rey Midas. Se vé el suelo tem b la r.. . .pero es de susto.1! 43.—Mas vuelvo á Malambruna que al sereno Prosigue pensativa su camino Sobre el tardo animal, como Sileno ■10.—Sobre el asno que adornan negras bandas Cuando marchaba en pós del dios del vino;* Y fúnebres penachos juntamente Grande empresa medita,un campo ameno Como sombra fantástica en volandas De glorias le presenta su destino, Se mece .Malambruna lentamente, Una nueva reforma, una asamblea, Negro mandil y negras opalandas Combatir y reinar... .tal es su idea. Cubriendo al animal hasta la frente * Sileno, viejo Salyro que siguió á Baco á la conquista de la India Parece ser el Génio de las viejas montado siempre en un asno. Montado en una tumba con orojas 3 * 2 0 EL PARNASO ORIENTAL. *L PARNASO ORIENTAL. 32]

CANTO 2-° 2. — ¿No has vista, cuando nube tempestuosa Se interpone i la luz del claro cielo, Correr veloz su sombra vaporosa LA REUNION DELAS VIEJAS. Figurando otra nube sobre el suelo? Así la muchedumbre silenciosa © Divaga por el campo; con recelo Malambruna las vé, frunce las cejas, Y duda si son nubes, ó son viejas. ARGUMENTO.

Cual tempestuosas alus van llegando 3. — La primera que llega es Carcamona Las falanges de viejas temerarias, Vieja robusta, armada de una tranca. E l blando sueño, el lecho abandonando Desabrochado el pecho, y por valona Donde algunas no estaban solitarias ; Do púas guarnecida una carlanca; Malambruna y Falcomba disputando Uo verso bacanal canta ó pregona Ceden de Patifone á las plegarias: Con ronco acento que del pecho arranca, Se hace una votacion, calman las quejas, Y entre ramos de parra y de tabaco Y a la Peña del B agre van las Viejas. Por blazon del arnés tiene al dios Baco.

4. — Sin casco ni morrion la intonsa frente Octava 1.—Llega la vieja al sitio, y el jumento Ciñe un tosco cendal, pues su bravura Al que afloja la cincha y desenfrena, Contra débiles ninfas no consiente Sacudo el lomo, y con sonoro acento, Otra defensa que su tranca dura; Que otros llaman rebuzno, el aire atruena : Así a la lid, sin lanza reluciente En esto, aquí y allí se ven sin cuento Se viene, y sin machete ni armadura, Venir viejas como ánimas en pena, Y es tanto lo que fia en su fiereza Pareciendo á lo lejos en patrullas Que estuvo por venirse sin cabeza. Tristes bandadas de nocturnas grullas. TJX. 3 41 3 2 2 El. PARNASO ORIENTAL. EL PARNASO OHIENTAE.

4. — Siguen á aquella en batallón unido Con grotczcas figuras cien sayones, 8. Una pica maneja o larga tranca, Todas con el garrote prevenido, Y no es la del Apóstol mata-moros, Y con bombas de pipas por cañones; Sino la misma que ensayó Palanca Con dos cueros do vino está Cupido En sendos bueyes que llamaban toros ; Bordado en la bandera sin calzones, Ya en su idea derriba, hiere ó manca, Y de uno y otro lado estos letreros, Y respirando furia por los poros, ** El vino y el Amor andan en cueros. ” Está capaz de arremeter, si topa, Al toro mismo de la ninfa Europa. *

6. — En esto dos falanges aparecen Sonando derrepentc una zambomba, 0. — Vestidas á la turca con marlotas Y agitadas las auras so estremecen Manda trescientas viejas ó viscachas. Al impulso que trémulo rimbomba, De enrejados de jaulas son las cotas Las altas plumas al marchar se mecen Y de pieles de tigres las bombachas; Como fúnebres carros; y Falcomba Forman ala; y á par de las garzotas Las precede con rústico talante Poniendo en alto las filosas hachas Osteutando sus formas de gigante. En ademan guerrero y reverente Levantan una mano acia la frente.

7. — De sus ojos sañudos y agoreros 10.—Llegan luego con sable y con macana Vaga la triste luz en dos cavernas, Cien Miñonas que viene conduciendo Que á merced de los párpados ligeros Arcisona, fornida Catalana, Se encienden ó se apagan cual lucernas, De cuerpo grande y de mirar horrendo, Ceñido á la cintura por dos cueros El sueño la subyuga, pero ufana Desciende el tonelete hasta las piernas Se anima á las venganzas, y entreabriendo En las que choca, y suena formidable Los ojos ó eclipsadas claraboyas, La baiua de latón del ancho sable. D ecía...... "Voto á néu, mórian las noynsü"

*• Eiiropa hija de Agenor, Rey do Fenicia, y hermane do Cadmc: á la cuo^ robu Júpiter transformado en loro.. 3 2 4 EL PARNASO ORIENTAL. E'. PARNASO ORIENTAL. 3 2 5

11.— Mas al fin, cuando apenas perezosa 14. Para atajarjajhina esplendorosa Los soñolientos párpados levanta, Y conocer quien manda aquellas viejas, Apóyase en su lanza poderosa Levanta Malambruna cuidadosa Que hace cimbrar la enorme marimanta. La mano en tejadillo acia las cejas, Las quijadas desplega vagarosa Mas oh, cual se complace venturosa Enseñando el esófago y garganta, Cuando en las sueltas greñas ó guedejas, Y antes que juegue el diablo alguna treta En el escudo y larga javalina Se hace dos garabatos en la geta. Reconoce á la adusta Plutonina.

12.—Otro escuadrón se vé que numerosa 15.—1Tambienjla mira Plutonina, y cuando Por una cuesta con silencio baja; La reconoce en lo alto de un repecho, El són de sus pisadas pavoroso La hace señas, al viento tremolando A medido cornpáz, sirve de caja; La negra banda que le cruza el pecho; Le rodoa y le excita fatigoso Vuelan luego á encontrarse, yen llegando Un bulto que á los otros aventaja, Se dieron un abrazo tan esticcho, Con un sordo mormullo que resuena Que abolladas corazas y rejillas Como zángano en torno « la colmena. Les crugieron á entrambas las costillas.

13.—Hacen alto, y el suelo desparece 16.—De esta fiera alimaña es el'pellejo Con triste velo que á la vista engaña, De cáscara de nuez ó burda estraza, Cual la sombra fatídica que ofrece Su frente con siniestro sobrecejo En el profundo valle alta montaña: Resumida y sin muelas la bocaza; Pareciera quo atónita enmudeeo Las orejas en forma de conejo, ' Presagiando su ruina la campaña; La barba y la nariz como tenaza, O que cubre en su inmensa sepultura Y rasas de pestañas y de cejas Un paño funeral á la natqra, Las niñas de sus ojos son dos vieja». 32 0 EL PARNASO ORIENTAL. ®L PARNASO ORIENTAL.

17.—Tal es la que comanda el veterano 20.—Estas que llegan sueltas ó en cuadrillas Egército do viudas y beútas, Cual con feo capuz, cual con penacho Alas de aquellas que ocultan pecho insano Sin orden ni igualdad, son las guerrillas Y con falsa virtud son mojigatas, O de viejas el vulgo y populacho, En compacto escuadrón cubren el llano Zambas, derechas, rojas ó amarillas, Amenazando al ciclo con bravatas, Una oliendo á jamón, otra á gaspacho, Y teniendo sus triunfos ya por ciertos Aquellas narigudas, estas ñatas, Cantan un de profundis á los muertos. Todas parecen ximios en dos patas.

18.— Horror causan y risa al mismo M arte 21.—Unsemi-viejo endeble y desgreñado Con botargas parduzcas y chamarras, Rostro aflijido y facha hermafrodita, Unas con su asador al talabarte, Es el solo varón que se ha enrolado Y con lanza y arnés las mas bizarras; Y venir con las viejas solicita; Pintado hay un Condór en su estandarte Por favor do las brujas señalado (¿ue suspende á un cordero entre sus garras, Y porque cierto apodo lo acredita, Y desplumando con el pico acerbo So dá el encargo á sus conatos fieles A una blanca paloma un negro cuervo. De fijar los decretos y carteles-

19.—En tanto, van llegando por do quiera 22.—Lleva un pote de engrudo y la escalera, Viejas á discreción y en pelotones. Y una resma de bandos preparada, Que parece que el aire las lloviera Un cartel do comedias por visera O que brotaran viejas los terrones: Y un capacho do cuero por celada, O que Jove el prodigio repitiera Hubo vieja que viendo en tal manera Que hizo con las hormigas Mirmidones, Su figura ridicula y cuitada, Cuando al mundo poblaban sus patronos Con pote en mano y escalera al hombro Sin mandar á Guinea por colonos. * Le gritó aquel apodo que no nombro.

Eáco hijo do Júpiter y Bgino, habiendo perdido todos'tua vasa­ llos por la pobie, consiguió que aquel le trancformasd en geutu lun imrimgtu: y ge llomaruu Mirmidones. 3 2 8 KL PARNASO ORIENTAL* Bl Pa r ,■(a so o r ie n t a l . 3 2 9

23.—Oh cuantas marimachos distinguidas De presencia marcial y de alma bravaf *2G.—Treinta ancianas componen el cortejo, En rangos subalternos confundidas De diversas edades y figuras El nocturno planeta iluminaba, Que adornadas del bélico aparejo Viejas que compitieran atrevidas Muestran las mas estrañas cataduras, Con la que tnns soberbia se ostentaba, Cual camina sobervia con despejo, Mas ya en la horrenda lid porque te asombres Cual arrastra las piernas mal seguras, Verás sus hechos y sabrás sus nombres. Y entre las treinta',harpías_ójvestiglos Se cuentan ambulantes veinto siglos.

24.—Así que Malambruna considera 27.—Llegan adonde estaba Malambruna Reunido su ejército ominoso, A la que hacen su venia reverente, Le contempla, r se goza placentera Y obtienen el honor y alta fortuna En ser móvil de asunto tan grandioso, De darle un beso en la rugosa frente Luego saca su ebúrnea tabaquera Ella á hablar se dispone, y cada una Y en ademan pulido y melindroso Apiñándose en torno atentamente Dando sobre la tapa un golpecillo: Suspensa de los labios de la vieja Toma dos narigadas de polvillo. La escucha con la mano tras la oreja.

25.—Y haciendo seña al trémulo vegete 28.—Mas es tan reservada en expresiones, Heraldo, cartelero y ayudante, De tal misterio y de sustancia poca, Le ordena que veloz como un cohete Que de puro preñadas sus razones A la plana mayor cite al instante! Andan con las barrigas á la boca. Parte luego el estólido ginete Capitanas, les dice, estas legiones En un chibo de cuernos arrogante, Que el cielo inspira, y que mi voz convoca, Y haciendo’ citación por graduaciones A una alta empresa á dirigir me obligo, Las reúne y las lleva á trompicones. Vosotras la sabeis. . . . bastante os digo.

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•29.— Para otro ca90 el esponeros dejo ^ Ia robusta mole incorporando Nuestra común ofensn, nuestro ultrage, Pónese en pié veloz como una bala, Y cnu^s de la guerra: en el consejo Con disimulo el sayo despegando Lo haré al estenso, y en mejor lenguage: Que las redondas formas le sefialn, El proclamar a q u í y a es ubo añejo, Y es fama que dóestubo descansando, Ks mas de moda hacerlo en un mensage Por los efluvios que su cuerpo exhala. Donde puede un espíritu discreto Cuál si fuese animado mongibélo H acer lo verde azul, lo blanco prieto. Dejó tostado el pasto y seco el suelo. 33.—Y asi prosigue en fieras expresiones, ¿Por qué quieres, comadre, hacer alarde 30 .—Mas va el velo nocturno descorriendo. De las formas que inveMan los mandones Veis á la aurora con sus manos bellas, Disfrazando en lo astuto lo eobarde? Ya vanante su luz despareciendo Si ya prontas se ven nuestras legiones, La amante de Endimion y las estrellas; * A que fin esperar para mas tarde? Vamos a un sitio oculto, porque entiendo Aparezcan las jóvenes. . . . no importa, Que no debe alarmarse á las doncellas; El dia es largo, si la noche es corta. Aquí hay riesgo, tratemos con holganza Y en el secreto el plan de la venganza. 34.—Que vengan á la Kd cuantas vinieren, Ya el sable empuño, y el ropage enfaldo, Y aunque pérfidos hombres acudieren Tendré eon sus despojos mi aguinaldo; 31—Tras la peña del bagre, en emboscada Mas si caigo y me asaltan, porque infieren Yace un palacio antiguo y espacioso, Que la gRtlina vieja hace buen caldo, Que de brujos y espectros f i l é inorada No haré, nó, de Lucrecia el desatino Guardado por un hondo y ancho foso; Aunque cada varón fuera uu Tarquino # Allí podem os.. . .Basta! gritó airada Falcomba con acento tempestuoso, 35.—Basta ya! dice la otra dando un grito, Que palacio, que espectros, ñique brujos, El Dios de la discordia te aconseja. Yó quiero guerra abierta, y no tapujos !! * Tarquín® Rey dn R uin violó á Lucrecia o*poja de 'CaIut¡nof » 4« «lia dti p«tfadtimbr« >u«uicidó inin ¡díalamerme. (•) Endimion hermoso pastor i quien amó Diana la cual «■ lam­ ia L una. 3 3 2 E'. PARNASO ORIENTAL. ■ I. PARNASO ORIENTAL. 333

Tú oponerte á los planes que medito! Otra á Falcomba excita á los denuestos ¿Es esto ser comadre, ó comadreja'1 \ luego por detrás les hacen gestos. Estraño tu insolencia, lo repito, Y tus voces, tu oseándolo y tu queja, 39.— Mas viendo la prudente Patifono Y no sé á la verdad como concuerdes Que do andar á la morra hay apariencia Cabello blanco, y pensamientos verdes: Entre las dos rivales se interpone Por cortar el escándalo y pendencia; 36.—No es un oculto plan, ni es cobardía Y calmadas un tanto, les propone Invitar á un congreso que discreto Que la plana mayor dé la sentencia Nombre la Generala, á quien seria Si se ha de ir al combate, ó ex-profeso Yo la primera en tributar respeto; A la peña del bagre á hacer congreso. Y guardate de hablar con demasia, Pues no te ha de valer si te acometo 40.—La astuta Malambruna bien conoce Esa pica del Ínclito Palanca, Cuan grato es dominar á una asamblea, Ni aunque tuvieses do Hércules la tranca. Y confiada en su influjo, el alto goce De facultades amplias saborea: 37 —Cesa ya en imposturas insolentes! Debiendo la cuestión votarse m voce, Truena Falcomba; y la otrn respondiera ¿Al Bagre quereis ir, ó la pelea? ¿Qué es lo q‘ osas decir, yo miento?—mientes Les pregunta con cara de vinagro, Y aquí lo digo,y lo diré dó quiera: Y ellas responden luego....al bagre, al bagre!! Respeta mi poder, momia sin dientes, Le grita Malambruna,,. .y la otra fiera 41.—La furente Falcomba así se aplaca Esto me importas tú, dice, y altiva O disimula su despecho y pena, Escupe al suelo; y pisa la saliva. Cual mastin que sujeto á gruesa estaca Finge lamer, y muerde su cadena; 38.—Cual zumban con susurro destemplado Mas su rival triunfante el cuerno saca Los negros mangangás, del mismo modo Con eco formidable el aire atruena, Las viejas circunstantes acia un lado Y á esta señal de marcha el campo entero Se hablan, se guiñan, y se dán del codo, Se empieza á remover como hormiguero. Tal hay que á Malambruna con agrado 42.—Corren las Capitanas prontamente Todas al puesto que el deber exije, Lo hace señal de aprobación en todo, 3 3 4 t L H R J 4 1 0 ORIENTAL. Xmnei di la* eoM Foaieiovn m étricas qci cosnwtta g a r a VOLDMBA.

V marcha ya el ejército imponente O da al 25 de Mayo de 183(5...... 3 Al cual ni el frío ni el cansancio aflijo; Him no al miimo d ia...... jq Montada en su pollino prominente H im no al m ism o...... , ...... Malambruna la» lleva y las dirije, D écim as...... Himno al 25 de Mayo de 1836 ...... Con cada ojo encendido como un horno, Octavad en el beneficio de la Sra Piacccntim...... 2& Unas veces delante, otras en torno. Himno al cumple-agua del Presidente de la República...... $$ O da recitada en el teatro por aficionados...... 29 Oda ídem ídem í d e m ...... $} 43.—¿No has visto alguna vez larga manada Oda al Sol de Julio ...... 35 Subir de un valle, ó descender de un cerro, Oda al 25 de Mayo...... 44 Oda al cerrarse loa trabajos parlamentarios de la eegunda Legisla. Cuando al caer el sol apresurada tura Constitucional...... 43 L» conduce ó arrea un solo porro, Versos dedicados at Heroico Pueblo Oriental por los actores dra. malicos...... 49 Que si una oveja sale alborotada El Dies iroa traducido en verso ...... 49 La repunta y la lleva hasta su encierro? Elegía á la calamidad pública...... 59 Pues así el grande ejército se aleja Comedia en un acto titulad» la T o n tin a ...... 65 Oda á la aperiur-t del Mercado ...... 1 tS Siendo su conductor la infunda vieja. Letrilla—la curiosa inocente...... 1-22 La calida del Sol...... 120 Oda f obre la escarlatina...... 127 44. —En tanto que las cucas veteranas O d t á la rniídica ...... 131 Siguen su marcha al nuevo acampamento, Diatico...... 184 Hablaré de las Ninfas, que galanas Dialogo— Las resultas de una intriga...... 135 E l recibo del clavel del aire...... 1 3 8 Se aprestan á la lid can ardimiento; A mas de la media noche, la luz...... 139 Mas dejad que respire, pues de ancianas .Soneto ¿ la Paz de 1828 ...... 140 F ábula...... 141 Tan impregnado estoy, que ya me siento Epigram a...... 144 Vieja la percepción, la voz caduca, Esplicacion mitológica en décimas de loa signos del Zodiaco...... 145 Décimas de incierto autor glosando una cuarteta...... 157 Y hasta el númen con canas y peluca. O tra glos? en décimas de la misma cuarteta...... 159 Respuesta del autor glosando la miama en los mismos consonantes. 161 O tra glosa de la misma...... 163 E legía...... 165 Octava á un Fanfarrón...... 169 Suplemento á la toraida publicada.en el 2.® tomo de esta obra.... 169 O tra á la corrida del 29 de Noviembre...... 178 Otra: toraida con morrion ...... Oirá . raboaa...... 192 / Otr» de alelujri...... Decima: receta segura para que llueva...... 20 8 Otra ...... • • *...... Letrilla á In ...... ibid 8oneio a los días de una Duma Orientai...... *211 SEÑORES SUSCRIPTORES AL 3.« TOMO le trilla al cumple-sfio* de uua aciiora...... 212 DEL Rom ance— A Luta»...... *...... * . . .215 ¡Soneto á la memoria do D. Felipe Caballero...... 218 PARNASO ORIENTAL- Drama en do* actos: La Lealtad ma» ncendrad» y Bs. A», vengada...219 Canción: Despedida del Regimiento ...... 279 Endochaa á lo« Mete Dolore» do la V irgen...... 284 El Sr. V¡CP-Pre*¡!lentn rio li R^pilblío», n. Carlo» A ü a ^ T T ! * ? * ' Décima: Epitafio en 1« sepultura de un amigo...... *...... 288 bl Sr. Ministro de Gobierno, De. 1). Francisco Llamoí...... I Décimas en pori ligue*; glui*a...... '•...... 289 El Sr. Ministro de la Guerra, Brigadier Gemmi, D. Pedro L ew- OUAS...... Soneto: a un mal cirujano...... 292 Otro: a una vieja portuguesa...... * ...... 293 El Sr. Ministro de Hacienda, i). F rancisco j . M uñoz ...... 1 Letrilla: á ...... • • A'M Otra: el suspiro perdido...... » ...... -296 B jrn p Eiemv’ O tra: á una vieja presum ida...... * ...... 301 Antonio D íaz... ------1 SS. D. Antonio Riu?...... 1 Epitafio: á una Madre y a una jóven...... 301 Andres Manuel Duran. 2 Antolin Maza riegos . 1 Loa dos primeros cantos del Poema no concluido—Ln Malambru* Augusto Lasala...... 1 Alejo Villegas...... l naida ó la conjuración de las viejas.—Canlo 1.® el proyecto. . .305 Antonio Acuña...... 1 Canto 2. ° — J*a reunión de las vieja#...... Avelino Lerena...... 1 Antonio Riobó...... 1 Antonio Machado...... 1 Agustín Castro...... 1 Antonio Compagne... 1 Antonio Fariña...... l Adolfo S ot-toa...... 1 Amonio Morale?...... 1 Andrea Gom»’z ...... 1 Apoltnario Gnyozo... l Antonio T. Caravia... 1 Antonio D. C o sta ... . 1 Antonio Mancebo .... 1 Angel Plaza...... 2 Ambrosio Mitre...... 1 Agustín Murguiondo.. l Alejandro A'van’z ___ 1 Antonio Otero...... 1 Antonio M Guimaraenz 1 Ambrosio Velazco ... 1 Antonio R ijo y ...... 1 Antonio M. Pérez, , . Augusto Ln'—Cesas. . 2 Antonio Maturali * . 1 Andrea Lamas...... 2 Agustín Almeida ... 1 B Bernardo Borro...... 1 S ?. D. Bernabé Csravia . .. l Bisilio P, do ia Luz... 1 Benjamín Brid... . 1 Benjamín Villademoros 1 Benito Bneou...... l Bernabé Mngariños.,.. 1 Benito Maurell...... l Benito Lirrayn ...... 1 Benito Domínguez... l Bartolomé Q'iiles. 1 Bartolomé Quinteros. 1

Sra. Da. Cipriano Vnreln.... SS. D. Cirilo B'irbat...... I SS. D. Carlos G.VilIndemoros Calixto A ce vedó. . . . 1 Crisiovai NnlvaBoch... Cayetano J. Sturlu.... 1 Villegas...... Cario» Juanicó...... 1 Carlos San Vicente. . Cayetano Regalia.... 1 Cario* Zucchi ...... Cosme Cattá...... 1 Conrado Ruquer...... Carlo* Carballo...... 1 Claudio Casal...... Cruz Benavídea...... 1 > SS. D. Domingo Arboleyn___ SS. D. Dionisio A del S o te ... I Domingo L. Costa.... Doroteo Perez...... 1 Doroteo G irci i ...... Diego Noble y Ca.... i Diego Furriel Domado LarraOnga... . 1 * Los nombres que van acompañados de esta sciiti (*') indican que al aceptar,este volumen se han suscripto al 1. ° y 2. ° t'jem p t.jtm p . tíS . D. Juan Jannn...... Ejemp. D. José Ge re d i ...... * Rm . Da. Emilia Rnrende----- l S S . D. F!*»e»an Lmnb«r.ln . . I Joaquín Requena...... SS. D. F.atevan Don*do ...... 1 Estanislao G doZññi¿>a l Jase Vidal ...... Justo D. González----- Juan G. Sienra...... F.ógemo G im o n ...... I Eulogio Mentaati.... 1 Juan Maria Perex ___ José A. Anavitarle.... Eusebio (fonzalos.... 1 Eiijtbio Cabral...... i Jo*e A. Vianqui...... I Juan C. Paex...... Juan José Ruiz...... : Juan Carlos Blanco... Sra. Da Francieca Rumerò,. 1 SS. D. Fermín F* rreirn...... I José Montatane...... José M artoa...... Joaquín Revillo...... SS. 1). Fiorentino C a te llo no« 1 Francisco R issig ...... I José Agustín llurríaga. F rm>n O nloR ct...... 2 F¡umencio Muñoz...... i José María Ruó. . . . José G. Kequena...... F r- .fui fintila ...... 1 Franci-co Lasala... . I Jose del P060...... Juan G. W ich ...... F «nc»sco Munì*», h jo. I Francisco Rodríguez.. i Juan G arcia...... José María Eaievez... Juan Juec Fernandez.. Fvrnartdo Ii'iesiaa .... 1 Franc¡»eo Tesarte*----- l José Dobal...... José Julian Maciel... Franemco Piiredes... 1 Francisco Pirejaa ----- l Juan B’ Capurro...... I Joaquin de Vedia. ... F'nncisco Arroyo. ... 1 Florencio VareU...... 1 Juau Piquiman...... » Jorge Liñan...... Francisco M'irtmex... I Franci-co Lebrón.. .. I José Esteran Caravaca Francisco Aguilar. ... 4 Joaquin Sagra y Períz. Jaime Esirazulaa...... Fe:i|>u Maiuronn...... 1 Juan Corre i...... Fr»nci?co Arauclm.... 1 Francisco X. G. Ziiñ'ga l José Toribio...... Frunco-co Laviña,padre l Joaquín Chopitea...... Juan Correa Morale.s.. 1 Fabio J. Monica...... 1 Juan G. García...... Francisco X La vi ño, h. 1 Juan Domínguex...... Francisco S. do Anilina 1 José Pallares...... F«?rnando Q irj^no . . . 1 Franri-co Furias...... I Juan Zufnaiegui... Juau Rufino l)iaz .... Jesft Alonso...... Felipe Marno«*...... I Fei>x G arxon...... I Joaquín Campana...... Francisco Taborda.... 1 Frat cuco Córdoba... 1 Juan Pedro González.. José María P.aturo.... José Alvarez...... Francis»ro Juauicó. ... 1 Federioo Rosendo»,.. 1 Juan G C o rta...... Fellpe Pt’slf fin ... ,.. 1 Francisco A. Figueroa. ‘i Juan G. y Larmonl. .* Juan Gow and ...... Jorge Tornquist...... Dr. D. Francucn L'briel Antequcro. . . 1 SS. D. Gabriel P rre * ...... I José Félix A n tu ñ a----- Jaime Hernández, del Gaspu»1 Rei>eig...... 1 Gabriel A. Pereyra... I José Geaial...... comercio de libros en Geronimo Surera...... 1 Gregorio Dnñobeitia.. 1 Juan N in ...... Montevideo...... 30 Gregono Lect-q ...... 1 Guillermo Moutior — 1 José Solsona...... José L. Loureiro...... 1 G ngorio Perei...... 1 Juau Sevilol...... José Antuña...... 1 H SS. D. Hilario Pin...... SS. D. ll.la n o A*ca6ubi...... 1 SS. D, Lorenzo J. Pérez.... SS. D. Luis Ferrando...... 1 Honrique Juauicó... Luis B. Cavia...... León Pereda...... 1 Luís Larrubla...... Luis Goddeffroy...... I Luis Lerena...... LuisArboleya...... 1 S S . D. Ildefonan C<*rroa...... 1 SS. D. Isidoro Viva*...... I Lucas Moreno...... Lo raro Luis de M aría.. I Isidoro Oininio...... 1 Ignacio Echague...... Luis C. de la Torre... Luis A. Pereyra...... 1 ljnacio Soria...... i Lidoro de Muru...... - Laureano Anaya .. .. Leonardo Olivera .... 1 Luis G. Valít-jo...... SS. D. Juan A. Lavalleja. .. 6 S3. D. José Rondeau...... 1 m Joso M. Reyea...... 1 Juan Cordero ...... I Sra. Da. Maria J. de Olivera.. Miguel B rid...... I José Montero...... 2 Jt**c Brims «lei Pino... 2 Mana A. Sanchez.... Manuel Reissíg ...... L Jiwé E. Z i a ...... I Juan P. G. Vallejo.... I SS. D. Manuel Errnzquin ... Manuel Figueroa I Juan B. Bianco...... 1 Juan A. A c o s ta ...... I Malias Arooleya...... Manuel I. de la T\>rre.. I Juan Besnej e Irg ^ y en I Juan P. Sa’vañach ... 1 Marce'ino Saniurio.... Manuel Languenein..... I J»*¿ Me'fU'kx...... I Juan Coala * ...... 1 Miguel A Berro. .,.••• Manuel Aviles...... I José A guirre...... 1 Juan Martine»...... 1 Manuél Baillo...... Manuel Seusano...... I Joaquín Suore*...... 1 Juan Viliarino.... ••• } Manuel Merniea...... Manuel Morello...... I Jo»» Qu>j«no * ...... 1 José U. Lam as...... 1 Manuel Tejera...... Manuel F. Luna...... 4 José C o sía...... I J.»¿ Maria Muñoz... 1 Miguel Molina...... Manuel Mender...... 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Pedro Villadeinoros . . 1 Pedro Estevez . . , • . I Pablo Ramón 1 Pedro Feliciano Cavia 1 Pedro Llambí...... 1 Pedro P. de la Sierra. 1 Paulino G. Vallejo ... l Plácido Loguna .... íi Pedro Cacharovilln . . . 1 Pedro A. Lombardini I Pedro J. Otaraendi .. 1 Pablo Douieneohe .. . I R S3. D. Ramon Maeini...... I SS. D- Rnmon M. del Pelaez . Roman A cha ...... I Rafael Mendez...... Hoque Aviles...... I Rosendo Rosende ; . . , Roque Rivero...... T Ricardo Alvarez ...... Rnmon ArLngaveitia . . I Rafael Machado Rafael Zipitria ...... I Ram ón L iñ a n ...... Ramon Visillac...... I Ramon Aguirre * . . . Roman J. Garcia...... 1 Rafael Ruano...... Ramon Rodriguez. . . I Raimundo Ximenez. .

Sra. Da. Simoná Montoro . . I SS. D. Santiago Edtrazulaa . . 2 Sá. D. Santiago Vazquez . . 2 Simon Miranda...... I Salvador Mandiá. . . . I Santiago Gadea ...... 2 Salvador Tort. . I Santiago Ogör ...... 1 Santiago Gonzalez . 3 Saturnino Revuelta . . . 1 J SS. D. Teodoro M. Vilardebó. I j SS. D. Tomas Cué...... I Toribio Tutzo. : ...... I Tomas Viana ...... I Tomas Casares...... 1 V SS. D. Valentin San Martin. . I ! SS. D. Vicente Lapido......